Fundamentos para la charla “Breve reseña histórica de los bosques

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Fundamentos para la charla
“Breve reseña histórica de los bosques chilenos”
Adaptado del artículo escrito por Armesto, Villagrán y Donoso en Revista Ambiente y Desarrollo, 03.1994
1. Historia natural
Los bosques de Chile tienen una larga historia de aislamiento que se remonta a millones
de años atrás (período Terciario). Durante todo el Cuaternario, o sea, el último millón y
medio de años, los bosques del territorio que hoy es Chile quedaron aislados de otros
ecosistemas forestales del continente debido a la formación del desierto de Atacama y la
Cordillera de los Andes. El «efecto de barrera» de estos dos ambientes fue acentuado por
las condiciones climáticas del Pleistoceno, que se caracterizaron por una intensificación de
los ambientes áridos al norte de los 33° Sur y por el descenso del límite altitudinal de los
bosques debido al enfriamiento glacial.
Esta condición de aislamiento no existió, por ejemplo, en Norteamérica, donde las especies
constituyentes del bosque templado migraron al sur hasta América Central, desde donde
volvieron a colonizar sus territorios originales al terminar la glaciación. El marcado
aislamiento del bosque templado chileno, en cambio, se refleja en la baja diversidad de
especies de vertebrados, como es el caso de las aves que comen frutos, llamadas
frugívoras. En bosques templados de Norteamérica, por ejemplo, habitan 69 especies de
mamíferos, en tanto que en austro Sudamérica sólo 29. Este prolongado aislamiento se
refleja también en el alto endemismo, o unicidad, de la flora, donde hay aproximadamente
un 15% de géneros que sólo se encuentran en esta región de planeta.
2. Historia humana: El período indígena
La historia postglacial del bosque templado ha estado asociada al poblamiento humano de
América y a la colonización Europea.
Durante el período indígena, es decir, desde unos
10.000 años atrás hasta mediados del siglo 16, los efectos humanos sobre los bosques
parecen haber estado limitados principalmente a las áreas costeras y el valle central. La
capacidad de quemar y despejar terrenos fue restringida debido a la falta de instrumentos
de metal para la corta de árboles. Aparentemente gran parte del territorio al sur de los 36°S
estuvo cubierto de bosques densos a la llegada de los conquistadores españoles, como
coinciden en señalar la mayor parte de los cronistas.
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El período indígena tuvo una población relativamente alta, cercana a un millón de habitantes
entre Aconcagua y Chiloé. Ella era de carácter rural, no concentrada en ciudades, con la
mayor parte ubicada en áreas costeras y valles fluviales.
Su subsistencia se basaba principalmente en la recolección, la agricultura y la pesca. El
uso principal que se le dio a la madera fue como combustible (recolección de ramas caídas),
postes, flechas y construcción de botes. Generalmente, no se utilizó la madera en la
construcción de casas. Algunos árboles, como el canelo y la araucaria, eran -y son todavíareverenciados como sagrados.
La agricultura era precaria, en su mayoría del tipo «quema y cultivo» y se carecía de arado
metálico. Crónicas de los siglos 17 y 18 reportan un «paisaje boscoso» en Chile centro-sur,
entre los 33° y 45° Sur. A partir del siglo 16 se pueden reconocer tres fases en la historia
de los bosques chilenos: fase de colonización, fase de madereo selectivo y fase industrial.
La colonización
La colonización española inició la extracción intensiva de madera para construcción y leña,
así como la quema de bosques para abrir terrenos de cultivo y despejar terrenos para
pastoreo de animales domésticos. La extracción de madera se realizó bajo la percepción
de que los recursos forestales eran inagotables.
Entre el siglo 15 y hasta avanzado el siglo 19, la colonización española estuvo limitada a
Santiago y la región del Maule y Concepción. Debido a la guerra de Arauco, la ocupación
continua sólo llegó hasta el río Toltén, más unas pocas ciudades aisladas de más al sur,
como Valdivia, Calbuco y pueblos de Chiloé. Los bosques al sur de los 39° S (río Toltén)
eran territorio mapuche. El fuego fue empleado frecuentemente como un medio para
expulsar a los indígenas de las zonas de más al norte.
La fase de colonización se puede subdivide en dos: una colonial, que llevó a una rápida
destrucción de los bosque entre Maule y Concepción; y una republicana durante la cual se
produjo, principalmente después de 1850, la colonización europea de lo que hoy son las
Regiones de la Araucanía y Los Lagos.
Durante
este
período
se
produjo
una
expansión
de
la
población,
mayoritariamente
concentrada en ciudades. En la mayor parte de las construcciones se
utilizó madera nativa. Aumentó la limpieza de terrenos para uso agrícola y crianza de
ganado en todo tipo de topografía, y con frecuencia el fuego se escapó de las áreas
agrícolas. Los bosques fueron percibidos como una barrera contra la colonización europea.
La leña se convirtió en la mayor fuente de energía en las ciudades y la explotación maderera
se vio limitada sólo por condiciones de inaccesibilidad y alto costo de transporte.
Tras el
fin de la guerra de Arauco, la colonización ale- mana, fomentada por Vicente Pérez Rosales
a fines del siglo 19 en la Región de Los Lagos, causó gran destrucción de los bosques por
el uso indiscriminado del fuego. Los colonos alemanes quemaron extensas áreas
forestadas en la zona de los lagos. Se contrató indígenas para quemar grandes áreas y los
incendios de bosques afectaron cientos de miles de hectáreas, incluyendo bosques de
maderas valiosas como el alerce, del cual en este periodo se quemaron 27.000 hectáreas
entre Puerto Varas y Puerto Montt.
La explotación selectiva
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Desde la mitad del siglo 19 hasta mediados del presente siglo el uso del bosque nativo se
basó en la tala selectiva, es decir, de los mejores ejemplares de especies seleccionadas.
Esta tala selectiva llevó al empobrecimiento y deterioro de la mayor parte de los bosques
en el valle central y zonas cordilleranas accesibles.
Esta fase se caracterizó, además, por la extensiva quema de bosques para acceder a
especies de valor maderero, algunas de las cuales -como el alerce, la araucaria y el ciprés
de las Guaitecas- son altamente resistentes al fuego. Se comenzaron a utilizar aserraderos
con máquinas a vapor en las operaciones madereras. En 1842 se registraron 41
aserraderos de alerce en la zona de Llanquihue-Chiloé y anualmente se exportaban 6.000
m3 de madera de alerce.
El ferrocarril de Santiago a Puerto Montt, construido en 1877, abarató los costos de
transporte de madera. Aun- que se instaló un número muy grande de aserraderos en el
país, no hubo una industria forestal establecida, el trabajo era principalmente estacional, y
no hubo interés en la regeneración de las especies explotadas. Los grandes fundos, que
eran la forma usual de tenencia de la tierra, condujeron a la expansión de la frontera
agrícola. Hacia comienzos del 1900, Chile exportaba carbón vegetal a Europa.
La Ley
Forestal de 1931 reglamentó el uso del fuego, introdujo algo de fiscalización pero permitió
la explotación en tierras fiscales, incluidos los Parques Nacionales existentes, lo que
extendió la tala selectiva y el deterioro de los recursos del bosque hasta los lugares más
alejados.
La gran herencia de esta fase fue una gran cantidad de bosques secundarios y
degradados.
La etapa industrial
La fase industrial, en especial desde 1950 en adelante, se ha caracterizado por mayores
niveles de explotación y destrucción del bosque nativo que en etapas precedentes.
En Aysén, a fines de la década de 1940 y comienzo de los '50, colonos quemaron cientos
de miles de hectáreas de bosques dominados por lenga (Nothofagus pumilio). El madereo
selectivo de las especies nativas de mayor valor maderero se extendió a las áreas más
remotas.
La empresa forestal establecida y con terrenos propios, se inicia sólo en los años
'40, con las plantaciones de especies introducidas de rápido crecimiento, en particular el
pino insigne (Pinus radiata).
Las plantaciones de pino insigne se iniciaron en terrenos agrícolas y de pastoreo,
abandonados y erosionados, pero pronto se expandieron a las extensas superficies de
bosques nativos secundarios o degradados por roces o tala selectiva. Según algunas
estimaciones, hacia 1940 había alrededor de 1 millón de hectáreas de renovales. Estos
renovales, ubicados en terrenos de aptitud forestal, en lugar de ser manejados fueron
quemados y replantados con pino.
El Estado, a través de Decreto Ley 701 de 1974, comenzó a subsidiar el costo de establecer
plantaciones -principalmente de especies exóticas- en áreas que habían perdido su cubierta
forestal original. Muchas de estas áreas fueron superficies de bosques nativos degradados.
Como consecuencia de esta política de desarrollo forestal, los bosques nativos
prácticamente desaparecieron de las Regiones VII y VIII, donde hoy existen escasas áreas
protegidas. Los terrenos reforestados con pino cubrieron los sectores donde se ubicaron
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los antiguos refugios pleistocénicos del bosque, justamente en las áreas de mayor
diversidad y endemismo. En los últimos años las plantaciones de pino han llegado a ocupar
cerca de 2 millones de hectáreas en la región centro-sur de Chile, conjuntamente con el
crecimiento económico de la industria forestal. Actualmente las plantaciones se extienden
hacia la IX y X Regiones.
La construcción de una nueva ruta (la Carretera Austral) a comienzos de los '80 permitió al
acceso a bosques remotos en Chiloé continental. Actualmente se siguen utilizando
aserraderos móviles en la mayor parte de las faenas madereras y grandes extensiones de
renovales de bosque nativo no son manejadas.
Finalmente, el Proyecto de Ley de Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal,
presentado al Congreso en 1992, fue declarado ley en julio del 2008 y entró en vigencia en
el año 2009.
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**Texto complementario, entregado por Corma nacional
HISTORIA DE LOS BOSQUES
Los mapuches practicaban una agricultura migratoria, de claros de bosque (shifting
cultivation) que consistía en el desmonte de dos a tres hectáreas para cultivar esa superficie
dos a tres años seguidos y permitir la regeneración del bosque durante 15 a 20 años en
que los suelos recuperan su fertilidad.
Luego de la fundación de Santiago (1541) y otras ciudades como La serena (1544),
Concepción (1550) y Valdivia (1552) entre otras, surge la primera noticia acerca de la
destrucción del bosque en febrero del 1557, en la cual se multa a la persona que corta
árboles sin permiso.
En la Colonia, durante el siglo VII una nueva estructura social permite el desarrollo de la
agricultura convirtiéndose Chile en el granero de Perú que era donde se exportaban sus
productos. A pesar de los avances agrícola-ganaderos los bosques aun mostraban poca
alteración, pero ya comienza las primeras exportaciones de madera, se fabrican
embarcaciones y edificaciones, destacando por su calidad al ciprés de la cordillera,
arrayanes y araucarias.
El Padre Diego Rosales menciona lo colosal de los alerces y que es necesario de 12
personas para poder cortarle, se refiere a la Patagua como una especie de buena madera
con la cual se fabrican puertas y ventanas en Santiago otra especie utilizada en la
construcción es el roble por ser fuerte y durable.
Los bosques has sido inexpugnables fortalezas donde indios se han defendido de los
españoles.
En 1700 se habla de la fertilidad de los suelos para plantar trigo en la zona centro de Chile.
En un ensayo sobre la historia natural de Chile realizado por Juan Abate de Molina en el
1782 se refiere a la vegetación vigorosa de llanuras, valles y montes se revisten de estos
bellos árboles que casi nunca pierden su verdor. Además se refiere a que el Río Maule,
Biobío, Cautín, Toltén, Chavin y Bueno son navegables y con dos millas de ancho.
En general la naturaleza es descrita como abundante y llena de potencialidades,
presentando a los bosques casi como un recurso inagotable donde nadie considera
proyectar manejo.
El periodo de independencia (1810-1823) estuvo marcado por problemas económicos y no
existía reflexión acerca de los recursos naturales.
En la República (1831-1925) Chile está marcado por el desarrollo económico, producto del
descubrimiento del chañarcillo y la venta masiva de trigo a mercados externos lo que
provoca grandes cambios en la naturaleza. Claudio Gay señala en 1838 que en Coquimbo
ha desaparecido todo de los montes, quedando solo arbustos débiles y que las leyes que
rigen la minería debieran ser más estrictas, además señala que se debieran traer especies
como álamos o sauces que tienen rápido crecimiento para poblar los montes descubiertos.
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Benjamín vicuña Mackenna en 1855 “hoy se voltean todos los bosques de chile con la más
febril actividad. A la lentitud del hacha, se ha agregado la sierra a vapor y el país ve con
absoluta indiferencia esa desolación contra la cual no creemos jamás tener la voz
suficientemente enérgica para hacer los más fuertes reclamos. Si se dijera que una nación
acaba de ser privada de agua y aire, sin duda se diría que es absurdo. Y sin embargo ¿Qué
se hace en Chile? Destruir, sin reemplazar todas la fuentes de evaporación de las cuales
las nubes captan lluvias para formar los ríos y humedecer nuestros climas, que de otro
modo son muy ardientes. Se sabe los cuidados que se toman en Francia y Alemania para
conservar los bosque, la prohibición de encender fuegos en ellos, las multas impuestas a
los hombres sospechosos que se encuentran armados de hachas y las sumas que hay que
pagar por cada pieza de madera que se ha robado. En Francia cada árbol esta marcado
por el martillo protector del guarda-bosque, en Chile, también, pero del hacha que lo va a
voltear. Que se volteen todos los árboles que se quieran en Valdivia y Chiloé para
desmontar las tierras, pero que se urja la creación de un código forestal que reglamente los
medios a emplear y las limitaciones. Sin eso, Chile en un siglo será un desierto.”
Durante el siglo XIX también se talaron y quemaron todas las roblerías de las montañas de
Vichuquén y toda la cordillera de la costa desde Curanipe hasta Itata, estos bosques
protegían los Ríos desde Mataquito al Maule por lo que se dio paso a la sedimentación de
estos.
La sequía de 1863 fue una oportunidad para los colonos, que lograron reducir a cenizas
miles de ha de selvas para habilitarlas para pastoreo o agricultura, de las cuales la gran
mayoría eran inservibles para tales fines por el tipo de suelo existente. En la Araucanía se
plantó trigo y el rendimiento los primeros años era excelente llegando a 35 quintales por ha,
en 1900 el rendimiento era de 15, en 1911-1917 de 10.5 y en 1932 llegaba a 7.
En 1872 se intenta legislar acerca del bosque, pero sin éxito.
El gobierno en de la época durante la republica parlamentaria (1891-1925) producto de los
constantes roces y explotación de los bosques contrata a Federico Albert (doctor alemán
en Ciencias Naturales) quien tiene un papel activo en la protección de bosques y la
conservación de recursos naturales. A pesar de todos los esfuerzos y la ley de bosques de
1931 la destrucción del bosque continúa hasta los años 50. Esta ley tenía como objetivo
incentivar la plantación forestal a través de franquicias tributarias para terrenos aptos y
proteger los bosques regulando cortas, roces y creando parques y reservas forestales.
Durante la década del 50 se fortalece la institucionalidad forestal con la creación del INFOR,
SAG, CORFO y CONAF.
A partir del 1974 el decreto Ley 701 (fomento forestal) comienza a operar, el cual bonifica
los costos de la forestación, manejo y administración anual. Obliga a la presentación de
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plan de manejo para cualquier actividad forestadora y de cosecha en bosques plantados o
bosques nativos.
Durante los años 70 y 80 se planta en Chile principalmente pino y eucalipto en terrenos
descubiertos y se genera gran polémica cuando algún bosque nativo fue sustituido por
especies introducidas. En la década del 90 y 2000 este beneficio se centra en pequeños
propietarios.
El 2007 se aprueba la Ley de Bosque Nativo y el 2008 se elabora el reglamento la cual
protege, recupera y mejora los bosques nativos con el fin de asegurar la sustentabilidad
ambiental y la política ambiental de Chile.
En conclusión la destrucción de los bosques no solo dio paso a la perdida de árboles sino
que al embancamiento de los ríos, que fueron navegables (Maule, Itata, Biobío etc) y la
perdida de suelo dejando terrenos con erosiones severas.
Si lo viéramos en cifra se puede apreciar que en la época de la independencia de Chile
Federico Albert calcula 24 millones de ha de bosques existentes en el país, ya en 1912 solo
quedaban 10,6 millones y en 1944 7.3 millones. En 1970 Hugo Trivelli (Ministro de
agricultura) señala que existen 15 millones de ha que como consecuencia de los roses a
fuego no sirven para uso forestal producto del grado de destrucción casi total. Esto fue
ocasionado a la falta de mirada y manejos sustentables. Actualmente existen 13.4 millones
de ha de bosques nativos y 2.6 millones de ha de bosques plantados.
CHILE PAIS FORESTAL
- Chile es un País Forestal porque el 33, 8 millones de ha son terrenos de aptitud forestal
(significa que tienen aptitud para que crezca un bosque) lo cual representa un 44,6% de la
superficie total nacional.
El sector forestal aporta un PIB 2,6% siendo el segundo sector productivo en Chile después
de la minería y el primero basado en un recurso renovable (Minería 12%, Agricultura 2,1%
y Pesca 0,4%)
- El sector forestal aporta al empleo con 122.740 puestos de trabajo. Si lo desglosamos la
ocupación sector forestal Total: 122.740, Silvicultura y extracción: 41.749, Industria
primaria: 35.150, Industria secundaria: 30.196, Servicios: 15.645.
- 33,8 millones de hectáreas (44,6% del territorio nacional) son terrenos de aptitud forestal.
- 20,5% del territorio nacional (15,9 millones de ha) son bosques:
13,6 millones de ha de bosque nativo
2,6 millones de ha de plantaciones
- 18,9% del territorio se encuentra protegido en el SNASPE. Adicionalmente, otro 2% son
parques privados
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CERTIFICACIÓN
- Certificación: sistema de verificación independiente del cumplimiento de un estándar.
Constituye una garantía de desempeño ambientalmente sustentable para clientes y ONG’s.
- En Chile las plantaciones forestales están certificadas por el estándar FSC y Certfor. El
país fue uno de los primeros en desarrollar un estándar sustentable, y que ya en el 2003
fue reconocido por el sello PEFC.
- Actualmente en Chile existen 1,6 millones de hectáreas de plantaciones forestales
productivas certificadas, por alguno de los sellos FSC y Certfor, que representan el 62% de
las plantaciones forestales de Chile (2,6 millones de hectáreas). En el periodo 2011-2012,
FSC incrementó su certificación en 656.738 hectáreas con el patrimonio de una de las
mayores empresas del sector forestal chileno (CMPC).
FORESTACIÓN CAMPESINA
Desde el año 1988 a la fecha se han entregado más de 15 millones de plantas, beneficiando
a más de 20.000 familias rurales, lográndose forestar una superficie equivalente cercana a
las 25.000 ha.
CAPTURA DE CO2
El inventario de CO2 capturado por los bosques plantados productivos del país se puede
estimar en 226,2 millones de toneladas de CO2. Además, en Chile la tasa promedio de
forestación es de 45.000 hectáreas al año y 60.000 hectáreas de reforestación lo que, junto
con garantizar la sustentabilidad del sector, incrementa año a año el stock de carbono
retenido. En el país se puede decir que el bosque nativo dado por su bajo manejo se
encuentra en equilibrio, en tanto que las plantaciones de Pino radiata y Eucaliptus capturan
el 20% de las emisiones totales que produce el país.
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