REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA PUBLICACION OFICIAL DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Rev Soc Bol Ped Vol. 50, Nº 2 2011 SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA • Fundada el 7 de abril de 1943 • Afiliada a la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE) • Afiliada a la Asociación Internacional de Pediatría (A.I.P.) • Miembro de las Sociedades de Pediatría del Cono Sur • Miembro de la Asociación Boliviana de Editores de Revistas Biomédicas (ABEREB) • Condecorada con la “Orden de la Salud Pública”, por el Ministerio de Salud y Deportes • Condecorada con el “Condor de los Andes” por el Gobierno Boliviano ¡Para la Niñez Boliviana! DIRECTOR-EDITOR Dr. Manuel Pantoja Ludueña DIRECTOR EMERITO Ac. Dr. Eduardo Mazzi Gonzáles de Prada CO - EDITOR Dr. Ricardo Arteaga Bonilla COMITE EDITORIAL REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Ac. Dr. Eduardo Aranda Torrelio Dr. Ricardo Arteaga Michel Dr. Juan Pablo Hayes Dorado Dr. Héctor Mejía Salas Dr. Alfredo Mendoza Amatller Dr. Adalid Zamora Gutiérrez Dirigir correspondencia a: SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Teléfono/Fax: (591-4) 6633973 • Celular: 70213100 E-mail: sobope [email protected] [email protected] Calle Ayacucho s/n esquina Junin Colegio Médico de Tarija Tarija - Bolivia SOCIEDAD PACEÑA DE PEDIATRIA Teléfono y Fax: (591-2) 2240081 E-mail: [email protected] Casilla Postal: No. 1027 La Paz – Bolivia DIRECTIVA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA (Gestión 2009 - 2011) Presidente: Vicepresidente: SecretariO General: SecretariA de Actas: Secretaria de Hacienda: SecretariO DE CULTURA, Prensa y Biblioteca: Director de la Revista: Past-presidente: Dr. Darwin Martínez M. Dra. Estela Perales I. Dra. Carmen R. Camacho N. Dra. Judith Bustamante P. Dra. Patricia Martínez C. Dra. Magali Frías M. Dr. Manuel Pantoja Ludueña Dr. Ivan Peñaranda Pérez REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Volumen 50, Nº 2, 2011 EDITORIAL Vacuna antineumocócica conjugada 13 valente...................................................................................... 68 13-valent pneumococcal conjugate vaccine Dr.: Manuel Pantoja Ludueña ARTICULOS ORIGINALES Características de la neuroinfección en niños de 0 a 14 años de edad en el Hospital del Niño “Dr. Ovídio Aliaga Uría”........................................................................................................................ 70 Characteristics of neuroinfection in children from 0 to 14 years-old at the Children’s Hospital “Dr. Ovidio Aliaga Uría” Dra.: Betty Guarachi Catari CASOS CLINICOS Leptospirosis, a propósito de un caso..................................................................................................... 75 Leptospirosis, a cese report Drs.: Miguel Céspedes Lesczinsky, Gilberto Mendoza COMUNICACIÓN ESPECIAL Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con cáncer. Consenso de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica............................................................................................ 79 Diagnosis and treatment of febrile neutropenia in pediatric cancer patients. Consensus of the Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica Drs.: Hugo Paganini, María Elena Santolaya de P., Martha Álvarez, Manuel de Jesús Araña Rosaínz, Ricardo Arteaga Bonilla, Aníbal Bonilla, Miguela Caniza, Fabianne Carlesse, Pio López L, Lourdes Dueñas de Chicas, Tirza de León, José Marcó del Pont, Mario Melgar, Laura Naranjo, Carla Odio, Mónica Rodríguez, Marcelo Scopinaro IMAGENES PEDIATRICAS INUSUALES Cuerpo extraño en vía aérea neonatal y dificultad respiratoria............................................................. 112 Foreign body in the neonatal airway and respiratory distress Drs.: Jiorgina Laime Pally, Ac. Eduardo Mazzi Gonzales de Prada, Manuel Pantoja Ludueña ARTICULOS DEL CONO SUR Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado ante hipoxia y acidosis en cerdos recién nacidos....................................................................................................................... 113 Evaluate the effect of inhaled nitric oxide on hemodynamic response to hypoxia and acidosis in newborn pigs. Drs.: Miguel Martell, Fernando Blasina, Salvador Tellechea, Fernando Silvera, Lucía Vaamonde, Pablo Bolioli, Mario Moraes, Carolina Godoy Tendência temporal e desigualdades na mortalidade por diarreias em menores de 5 anos.................. 121 Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea Drs.: Lígia C. F. L. Melli, Eliseu A. Waldman Plumbemia en niños de la ciudad de la plata, argentina y su relación con la deficiencia de hierro y los factores de exposición al plomo........................................................................................ 130 Blood lead levels in children from the city of La Plata,Argentina. Relationship with iron deficiency and lead exposure risk factors Bioq. Liliana Disalvoa, Lic. Claudia Aaba, Bioq. Silvia Pereyrasa, Bioq. Jorgelina Pattína, Lic. María Apezteg EDUCACION MEDICA CONTINUA El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría....................................................... 139 Complete blood count as a basic tool for pediatric diagnosis Ac. Dr. Eduardo Aranda Torrelio CUESTIONARIO # 42............................................................................................................... 147 APENDCE . .................................................................................................................................... 149 EDITORIAL Vacuna antineumocócica conjugada 13 valente 13-valent pneumococcal conjugate vaccine Dr.: Manuel Pantoja Ludueña* A partir del inicio del siglo XXI, se han logrado varios avances significativos en la prevención de la enfermedad neumocócica invasiva (ENI). En el año 2000, se empezó a utilizar la vacuna neumocócica conjugada de heptavalente (VNC7) con la intención de disminuir las ENI, especialmente en lactantes y niños pequeños. Los ensayos clínicos posteriores, indicaron que se trata de una vacuna segura, eficaz y capaz de generar una buena respuesta inmunológica a partir de los 2 meses de edad. Se ha observado que desde la introducción de la VNC7 se han modificado los serotipos prevalentes en la comunidad y que están involucrados en la ENI y en el momento actual, predominan serotipos no incluidos en la vacuna heptavalente, tales como los serotipos: 1,3,5,7F y 19A. Estos nuevos serotipos de neumococo capaces de producir ENI, son el resultado de fenómenos de reemplazo producidos por el efecto de la vacuna heptavalente y uso indiscriminado de antibióticos que inducen la aparición de cepas multi-resistentes. Recientemente se ha introducido la vacuna conjugada neumocócica 13 valente (VNC13), desarrollada sobre los fundamentos científicos de su antecesora vacuna heptavalente y que está compuesta por los 7 serotipos ya incluidos en la VNC7 (4, 6B, 9V, 14, 18C, 19F, 23F), más otros 6 nuevos serotipos: 1, 3, 5, 6A, 7F y 19ª, que representan las cepas aisladas con mayor frecuencia en los casos de ENI en la actualidad y que han emergido, como ya se menciono, después de la utilización de la vacuna heptavalente. En el momento actual, la nueva vacuna antineumocócica conjugada 13-valente, ofrece la mayor cobertura de serotipos frente a ENI y se espera que prevenga más del 80% de los serotipos capaces de ocasionar ENI en niños menores de 5 años de edad. Pese a que la incidencia de la ENI se ha reducido significativamente con la administración de la vacuna heptavalente, esta enfermedad continúa siendo una seria amenaza para los niños menores de 5 años, ya que ciertas cepas, como el serotipo 19A, emergen en muchos de los países de la región y con cierta frecuencia, son serotipos resistentes a antibióticos. La vacuna VNC-13 Valente esta aprobada para la prevención de septicemia, meningitis, bacteriemia, neumonía y otitis causada por Streptococcus pneumoniae en lactantes y niños en edades comprendidas entre 6 semanas a 5 años de edad. Según la Organización Mundial de la Salud, en año 2002, la ENI fue la principal causa de mortalidad mundial prevenible mediante vacunación en niños menores de 5 años y se estima que causa hasta un * Director – Editor de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 68 - 69 68 millón de muertes de niños al año en el mundo entero cada año. Se recomienda la vacunación a los 2-4-y 6 meses de edad y 1 refuerzo a los 15 meses. Los niños que no han iniciado la vacunación en los primeros 6 meses de vida deben recibir la vacuna con variaciones de acuerdo a la edad de inicio: 2 dosis y un recuerdo si se inicia la vacunación a partir de los 7 meses o bien 2 dosis con un intervalo de 8 semanas si se administra en mayores de 12 meses. A partir de los 24 meses y hasta los 5 años una sola dosis. Diversos ensayos clínicos han permitido comprobar que la VNC7 y la VNC13 son totalmente intercambiables; esto significa que, todos los niños que hayan comenzado la vacunación con la vacuna antineumocócica conjugada 7-valente pueden continuar con la nueva vacuna antineumocócica conjugada 13-valente. El grupo de mayor riesgo de son los inmunodeprimidos, niños con asplenia orgánica o funcional y pacientes no inmunodeprimidos pero afectos de procesos con riesgo elevado de padecer infecciones frecuentes o graves por neumococo. En suma, podemos decir que la VNC13 representa un avance importante en el control de la ENI y sería importante su inclusión en el calendario nacional de vacunación, para que toda la población EDITORIAL / Dr.: Dr.: Manuel Pantoja Ludueña infantil menor de 5 años se pueda beneficiar con esta vacuna de gran impacto en la salud pública y a su vez, es necesario contar con una estrecha vigilancia epidemiológica de los serotipos prevalentes en nuestro país. Referencias 1. Aizpurua Galdeano P, García Vera C. La vacuna neumocócica 13-valente parece coste efectiva en Estados Unidos. Evid Pediatr 2011;7:12-5. 2. American Academy of pediatrics. Committee on Infectious Diseases. Policy statement recommendations for the prevention of streptococcus pneumoniae infections in infants and children: use of 13-valent pneumococcal conjugate vaccine (PCV13) and pneumococcal polysaccharide vaccine (PPSV23). Pediatrics 2010;126:1-5. 3. Asociación española de pediatría. Actualización en vacunación antineumocócica 2010, recomendaciones del comité asesor de vacunas. Disponible en: http://vacunasaep.org/sites/vacunasaep.org/files/ CAV-AEP/Recomendaciones_VNC_2010.pdf 4. Centers for disease control and prevention. Invasive pneumococcal disease in young children before licensure of 13-valent pneumococcal conjugate vaccine - United States, 2007. MMWR 2010;59:253-87. 5. Poehling KA, Talbot TR, Griffin MR, Craig AS, Whitney CG, Zell E. Invasive pneumococcal disease among infants before and after introduction of pneumococcal conjugate vaccine. JAMA 2006; 295: 1668-74. 69 ARTICULO ORIGINAL Características de la neuroinfección en niños de 0 a 14 años de edad en el Hospital del Niño “Dr. Ovídio Aliaga Uría” Characteristics of neuroinfection in children from 0 to 14 years-old at the Children’s Hospital “Dr. Ovidio Aliaga Uría” Dra.: Betty Guarachi Catari* Resumen La neuroinfección es un cuadro muy importante dentro de la salud, no tanto por su frecuencia, mas por su gravedad y pronóstico ya que un alto porcentaje se recuperan con secuelas neurológicas. Objetivo: Conocer las características de la neuroinfección en los niños menores de 14 anos que se internaron en el Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría. Metodología: Es un estudio descriptivo retrospectivo, donde se revisó historias clínicas de todos los niños menores de 14 años que fueron internados con el diagnostico de meningitis en los últimos 10 años. Resultados: Ingresaron 280 historias, el 44,6% correspondió a meningitis bacteriana, 32.1% tuberculosa, 16,4% viral y en 6,8% no se obtuvo germen. Clínicamente la fiebre, convulsiones e hipoactividad son los síntomas y signos más frecuentes. H. influenzae el agente más encontrado. Un 60% de los que cursan con meningitis bacteriana recibió la vacuna pentavalente. Conclusiones: Las infecciones del SNC representan actualmente el 0,3% de las internaciones, hace 10 años representaba el 1,2% del total de las hospitalizaciones en nuestro nosocomio. El origen bacteriano es el más frecuente. Palabras clave. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 70-4: Meningitis, encefalitis, neuroinfección. Abstract Neuroinfections in children is a serious disease with high morbidity and mortality. Objectives: To describe the characteristics of meningitis en children less than 14 years of age admitted to the Hospital del Niño “Ovidio Aliaga Uría”. Methods: Retrospective and descriptive study of children under 14 years of age with the diagnosis of meningitis Results: Of 280 cases, 44.6% were bacterial meningitis, 32.1% tuberculous meningitis and 6.8% with negative cultures. The prevalent signs were: fever, seizures and hypoactivity. The most common bacteria were H. Influenzae. 60% of children received the pentavalent vaccine. Conclusions: O.3% of the present admissions to our hospital is due to meningitis; ten years ago they represented 1.2% of the admissions. Bacterial meningitis is the most common cause. Key words: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 70-4: Meningitis ,encephalitis, neuroinfections. * Médico Residente. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La Paz - Bolivia Correspondencia: Dra. Betty Guarachi. [email protected] Conflicto de intereses: Para la realización del presente estudio no hubo apoyo económico públco ni privado. Artículo recibido el 6/6/11 y que fue aceptado para la publicación el 10/9/11. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 70 - 4 70 Introducción Las infecciones en el sistema nervioso central (SNC) constituyen una emergencia médica, pues su alta morbilidad y mortalidad requieren un diagnóstico y tratamiento oportuno; existen muchos factores que se involucran en la severidad de las infecciones del SNC. Su ubicación anatómica, dentro de un espacio óseo sellado, no permite una expansión fácil; ante un proceso inflamatorio difuso contribuye a que las altas posibilidades de daño neurológico ocurran por efecto mecánico, como en los síndromes de herniación; otros factores como la competencia inmunológica de cada individuo, la penetración y concentración de los agentes antimicrobianos en el SNC, la edad y las dificultades diagnósticas contribuyen en la evolución del proceso infeccioso.1 La etiología de la neuroinfección es variada; bacteriana, tuberculosa, viral, micótica y parasitaria. De todas ellas su incidencia y prevalencia han ido cambiando en el mundo de acuerdo al paso de los años; se correlacionan con la disponibilidad de nuevas vacunas y la creación de centros de salud de mayor complejidad, por lo que su manejo y pronóstico, se espera sea más favorable en el transcurso del tiempo. A lo largo del año 2011, en el Servicio de Infectología de del Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría, se han reportado varios casos de lactantes con el diagnóstico confirmado de meningitis bacteriana. Estos niños contaban con carnet de vacunación completo; los casos fueron complejos, varios de ellos evolucionaron al éxito letal y el resto quedaron con secuelas neurológicas. Este trabajo tiene la finalidad de conocer las características de las meningitis bacterianas, virales, tuberculosas y micóticas, en los niños internados en el Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría de la ciudad de la Paz. Material y métodos Se trata de un estudio descriptivo retrospectivo de corte transversal realizado en el Hospital del niño “Dr. Ovi- dio Aliaga Uría” de la ciudad de La Paz, donde se revisaron las historias clínicas de todos los niños menores de 14 años internados en las diferentes unidades con el diagnóstico de neuroinfección, meningitis bacteriana, viral o tuberculosa en el lapso de los últimos 11 años desde enero del 2000 a diciembre del 2010, obteniendo de cada una de ellas, datos de filiación, manifestaciones clínicas, valores de laboratorio principalmente las características del examen citoquímico de liquido cefalorraquídeo (LCR) y cultivos. Se investigó su evolución e índice de mortalidad. Se excluyeron del estudio los historiales incompletos, en los que faltan resultados de laboratorio, infecciones que se las consideran intrahospitalarias secundarias a procedimientos y los casos sin diagnóstico confirmado. Las variables investigadas fueron edad, sexo, diagnóstico de egreso, características clínicas, hallazgos en el líquido cefalorraquídeo y resultados del cultivo. También se investiga la evolución y complicaciones. Los antecedentes de inmunización fueron también motivo de estudio. Resultados En el estudio ingresaron todos los pacientes con el diagnóstico de egreso de neuroinfección (bacteriana, viral, tuberculosa, parasitaria, micótica) durante los últimos 10 años. Se encontró un total de 326 historiales, de las cuales se excluyeron 46 por no contar con todos los datos que el estudio requeridos. Ingresaron al estudio 280 pacientes internados entre enero del 2000 hasta octubre del 2010 en el Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría, todos con el diagnóstico de egreso de infección del SNC. De los 280 pacientes, 44.6% (125) corresponde a una meningitis bacteriana, 32,1% (90) corresponde a neuroinfección de etiología tuberculosa, un 16, 4% (46) es de origen viral y 6,8% (19) no se llego a una etiología precisa por haber fallecido en las primeras horas de internación o haber sido retirado con alta solicitada o con transferencia a otro Hospital. Características de la neuroinfección en niños de 0 a 14 años DE EDAD... / Guarachi B. 71 De los 125 pacientes con meningitis bacteriana, la mayoría corresponde al año 2000 donde se interno el 23,2% del total, seguida de los años 2002 y 2003 con una reducción hasta el 0,8% de internaciones el año 2007, pero el 2009 al 2010 nuevamente incrementa el porcentaje de internaciones hasta un 7,2%. Ver cuadro # 1. Porcentaje de internación viral TB Sin agente Año Int. BAC 2000 23,2 8,7 10,0 31,6 2001 14,4 8,7 8,9 5,3 2002 18,4 13,0 13,3 21,1 2003 18,4 10,9 10,0 10,5 2004 5,6 2,2 14,4 5,3 2005 1,6 10,9 6,7 10,5 2006 2,4 2,2 7,8 0 2007 0,8 8,7 11,1 0 2008 1,6 17,4 7,8 10,5 2009 7,2 13,0 6,7 5,3 2010 6,4 4,3 3,3 0 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 Cuadro # 1. Porcentaje de pacientes internados desde el 2000 al 2010 con infección del sistema nervioso central. BAC (Bacteriana), viral, TB (tuberculosa) y sin gente encontrado. Con relación a los pacientes con meningitis bacteriana: 61,6% corresponde al sexo masculino y 38,4% al femenino; siendo el 73,6% menores de un año de edad. Dentro de la presentación clínica: la fiebre se presento en un 94,4%, seguida de convulsiones con un 64%, vómitos en un 57%, irritabilidad en un 44%, otros datos como alteración en reflejos osteotendinosos y rigidez de nuca no pasaron del 10%. Las características citoquímicas del líquido cefalorraquídeo en meningitis bacteriana mostraron gran variabilidad en los primeros años del 2000 hasta el 2005; el recuento celular era muy alto llegando hasta un máximo de 6.830 y en estos últimos años el recuento celular ha reducido en más del 100%, pero con datos indirectos como hipoglucorraquia. El tipo celular identificó que en un 95% se encuentran los polimorfonucleares, la hipoglucorraquia se presentó en el 98% y la hiperproteinorraquia estaba en el 97%. El cultivo se realizó en un 88% de todos los pacientes en los cuales el 66% se logró aislar un germen pero este porcentaje corresponde a los primeros años desde el 2000 al 2006 aproximadamente, en estos dos últimos años el 90% de los cultivos no tiene desarrollo bacteriano. Entre los gérmenes aislados: Haemophylus influenzae corresponde al 26,5% seguida por Streptococcus pneumoniae con un 24%. Ver figura # 1. Figura # 1. Agentes bacterianos encontrados en cultivo de LCR. El alta fue médica en un 64,8%, solicitada en un 17%, por fallecimiento en un 16% y el 2010 el 40% salieron con alta médica y un 60% fallecieron posteriores a complicaciones. De los 46 niños con neuroinfección de origen viral, se tiene que en los primeros años la incidencia era baja hasta un 10% y en estos últimos años la incidencia llega a un 17%. El 67,4% corresponde al sexo masculino y el 32,6% al femenino, el 50% son menores de un año a diferencia de la meningitis bacteriana existe un leve incremento en niños mayores de 5 años hasta en un 6%. Dentro de la presentación clínica la fiebre se presento en un 93,5%, seguida de las convulsiones con un 89%, vómitos en un 31% e irritabilidad en un 54%. El líquido cefalorraquídeo mostro un recuento celular muy escaso el 21% y el tipo celular identificado en el 12% son polimorfonucleares seguido de linfocitos. La glucorraquia en un 67% estaba dentro de lo normal, la proteinorraquia en el 7l% fue normal y en el 17% está bajo. El cultivo reportó: sin creci- Características de la neuroinfección en niños de 0 a 14 años DE EDAD... / Guarachi B. 72 miento bacteriano en un 63% y no se realizó en un 23%. Con relación a la evolución: fue buena en el 80 % y todos ellos se fueron con alta médica: Existió un 10% de alta solicitada y fallecieron solo el 8,9%. De los 90 niños con neuroinfección de origen tuberculoso, la incidencia en los primeros 5 años de estudio llegó hasta 14% y el mismo fue reduciendo hasta llegar al año 2010 donde la incidencia es de 3.3% de presentación. El 65% corresponde al sexo masculino y 34,4% al sexo femenino. El grupo etario más afectado es a los 10 años y no se reportó ningún caso en menores de 12 meses. La mayoría de los cuadros son abscesos y tuberculomas. La vacuna de la BCG, fue administrada en solo el 58% de los que cursaron con neuroinfección tuberculosa. El tipo de egreso hospitalario está graficado en la figura # 2. El antibiótico más utilizado en la meningitis bacteriana en un 88.8% fue la cefotaxima sola y fue asociada a vancomicina en un 8%. La mayoría ingresaron a la unidad de terapia intensiva. En las encefalitis virales, no se utilizo antibiótico en 65% de los casos y se llego a uso cefotaxima en un 26,4%, que luego se suspendió. En los casos en los que no se tenía diagnostico etiológico exacto se indico cefotaxima en un 73,7%. Discusión Las infecciones del SNC representan actualmente el 0,3% de las internaciones, hace 10 años representaba el 1,2% del total de las hospitalizaciones en nuestro nosocomio. Ingresan al estudio 280 pacientes que cumplen con todos los criterios de inclusión y son excluidos 46 por no contar con todos los datos, del total la mayoría representa la meningitis bacteriana con el 44,6%, seguida por la neuroinfección de origen tuberculoso, la viral y no se encontró ninguna de origen micótico. La incidencia de meningitis bacteriana se reduce posterior a la instalación de la vacuna pentavalente de un 23% a un 0,8% el 2007 pero actualmente tenemos un incremento hasta 6,4% pese a que la cobertura de vacunación con pentavalente. De igual manera la de origen tuberculoso ha reducido en más del 50%, en contraposición el 2000 se tenía un bajo número de meningitis viral que hasta la fecha ha aumentado en un 76%. Figura # 2. Tipo de egreso hospitalario. De acuerdo al tiempo de internación, pacientes con meningitis bacteriana permanecieron más tiempo internado en relación a las de origen viral; llegando a un máximo de 16 días. La administración de la vacuna pentavalente completa para cada edad estaba presente en el 60% de todos los niños con meningitis bacteriana de los que recibieron las vacunas completas el 73% tuvo buena evolución y fue egresado con alta médica y solo el 7% de los vacunados falleció, en los que no recibieron vacuna la mortalidad llego al 25,3%. En relación al género, el sexo masculino es el más afectado en meningitis bacteriana, viral y tuberculosa, la edad es diferente en las tres tipos de meningitis en la bacteriana es más frecuente en menor de 1 año, la tuberculosa es más frecuente en mayores de 10 años de edad y la viral casi no tiene preferencia etaria se presenta en todas las edades con un leve incremento en el menor de un año. Las características citoquímicas y citológicas del liquido cefalorraquídeo, apoya a las descritas en la literatura, con la diferencia de que en los primeros años de estudio las características como celularidad e hipoglucorraquia eran muy marcados. Actualmente la celularidad es escasa y el diagnóstico se apoya en el examen citoquímico como datos indirectos de meningitis. Características de la neuroinfección en niños de 0 a 14 años DE EDAD... / Guarachi B. 73 La clínica al igual como muestra la literatura es variada e inespecífica principalmente en los niños más pequeños, el alza térmica y las convulsiones son las que más nos guían al diagnóstico en todos los tipos de neuroinfección. El antibiótico más utilizado en la meningitis bacteriana en un 88.8% fue la cefotaxima sola. También llama la atención el aislamiento del agente bacteriano en meningitis; el hecho de que hace 10 años se lograba aislar el agente etiológico que correlaciona con lo que describe la literatura, pero actualmente el 90% reportan sin desarrollo bacteriano por lo que detectar el agente especifico es difícil en los últimos 2 años, de igual manera la evolución, los primeros años en la meningitis bacteriana principalmente se tenía un 64,8% de buena evolución, actualmente el 60% fallecen y el otro porcentaje egresa posterior a un largo tiempo de internación y con secuelas neurológicas. En la meningitis viral la mayoría reportan buena evolución y el fallecimiento se da en menos del 10%. La vacunación con la pentavalente se inició en nuestro país el 2000 alcanzando un 85% hasta el 2004 y con una proyección de un 95% hasta el 2010, pese a estos datos esperados en nuestro estudio encontramos la mitad de los niños que cursaron con meningitis bacteriana por H. Influenzae no tenían las tres dosis de la pentavalente pero se debe también considerar que el 40% de los no vacunados corresponden a los primeros 4 años del estudio, pero la mayoría cursaron con buena evolución. La BCG fue administrada en la mitad de todos los que cursaron con infección y la evolución no fue diferente en ambos grupos. Referencias 1. Visintin C, Mugglestone MA, Fields EJ, Jacklin P, Murphy E, Pollard AJ. Management of bacterial meningitis and meningococcal septicaemia in children and young people: summary of NICE guidance. BMJ 2010;341:92-8. 2. Montalvan W, Aguilera R. Factores epidemiológicos asociados a meningitis bacteriana en pacientes menores de cinco años atendidos en la emergencia de Pediatría del Hospital Escuela durante el Periodo de Junio 2005 – Junio 2007. Revista Médica de los Post Grados de Medicina 2008;3:54-61. 3. Silvestre JJ, Izquierdo A, Uscátegui A, Álvarez A, Turriago AP, Baquero OL, et al. Clinical and paraclinical characteristics of bacterial meningitis in children. One study in reference centers in Bogota city. Acta Neurol Colomb 2007;23:6-14. 4. Davenpor MC, Del Valle M, Gallegos P, Kannemann AL, Bokser V. Bacterial meningitis: risk factors for development of acute complications. Arch Argent Pediatr 2007;105:405-10. 5. Cho HK, Lee H, Kang JH, Kim KN, Kim DS, Kim YK, et al. The Causative Organisms of Bacterial Meningitis in Korean Children. J Korean Med Sci 2010;25:895-901. 6. Paniagua MM, Frisone HM, Romero JP, Merino DE. Meningitis en población pediátrica de la provincia de corrientes. Revista de Posgrado de Medicina 2008;13:34-9. 7. Agüero G, Davenport MC, Del Valle MC, Gallegos P, Kannemann AL, Bokserb V, Ferreroa F. Validation of a clinical prediction rule to distinguish bacterial from aseptic meningitis. Arch Argent Pediatr 2010;108:40-4. 8. Gupta M, Kumar R, Deb AK, Bhattacharya SK, Bose A, John J, et al. Multi-center surveillance for pneumonia & meningitis among children (<2 yr) for Hib vaccine probe trial preparation in India. Indian J Med Res 2010;131:649-58. Agradecimientos 9. Coni E, Malbrán CG. Meningitis tuberculosa en menores de cinco años en la argentina. Medicina Buenos Aires 2006;66:119-24. A los Drs. Victor Hugo Velasco Alvarez, Deysi Angela Bocangel Jerez, médicos de planta del hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría” por la colaboración prestada en la realización de la presente investigación. Al Ac. Dr. Eduardo Aranda Torrelio por el apoyo y guía continúa en el transcurso de mi formación. 11. Alvarado R, Mazzi E. Meningitis bacteriana- Hospital del Niño La Paz. Rev Soc Bol Ped 1991;30:100-5. 10. Rodrigo MP, Guimba J, Vergara A, Varela MC, Mateo S, Herrera D. Epidemiología descriptiva de meningitis no meningocócicas bacterianas de la provincia de Zaragoza (1999-2004). Evaluación de su sistema de vigilancia. Gac Sanit 2007;21:390-6. Características de la neuroinfección en niños de 0 a 14 años DE EDAD... / Guarachi B. 74 CASO CLINICO Leptospirosis, a propósito de un caso Leptospirosis, a cese report Drs.: Miguel Céspedes Lesczinsky*, Gilberto Mendoza** Resumen Presentamos el caso clínico de una adolescente que fue atendida el Hospital Materno Infantil de Trinidad, por un síndrome febril prolongado secundario a leptospirosis. Aprovechamos el caso para hacer una revisión del tema. Abstract: We describe the clinical case of a female teenager seen at “Hospital Materno Infantil of Trinidad, because a prolonged fever syndrome secondary to leptospirosis. We used this case to revise the subject. Palabras Claves: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 75-8: síndrome febril prolongado, leptospirosis. Key words: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 75-8: prolonged fever syndrome, leptospirosis. Introducción Es una enfermedad tratable, por lo tanto es importante realizar un diagnóstico y tratamiento precoz para mejorar el pronóstico. La leptospirosis es una zoonosis bacteriana de distribución mundial, aunque es más frecuente en regiones tropicales y subtropicales, donde las condiciones para su transmisión son más favorables, ha sido reconocida como un importante problema de salud pública emergente debido a sus proporciones epidémicas y a su incremento en la incidencia en países desarrollados y subdesarrollados. Es causada por una espiroqueta del género Lepstospira especie interrrogans, que es móvil y requiere medios alcalinos y humedad para su supervivencia, se transmite por contacto directo o indirecto con la orina de un animal infectado, ya sea agua, alimentos o cualquier objeto contaminado, a través de la piel o mucosas. Las manifestaciones clínicas son variables y comprenden desde un cuadro sub-clínico hasta formas graves con daño multisistémico. * ** Publicamos el siguiente caso por tratarse de una paciente cuyo cuadro clínico fue de difícil diagnóstico y de evolución fue favorable. Caso clínico Paciente de 12 años de edad, sexo femenino y que ingresó a nuestro servicio referida de la ciudad de Santa Ana, por un cuadro clínico de 13 días de evolución caracterizado por la presencia de fiebre no cuantificada, deposiciones liquidas sin moco ni sangre, vómitos en varias oportunidades, remitiendo el cuadro de diarrea con medicación empírica, pero persistiendo el cuadro de fiebre y vómitos. Se suma cefalea y artralgias, por lo cual fue internada al 6º día de evolución del cuadro en el hospital de aquella Médico Pediatra. Hospital Materno Infantil. Trinidad- Beni. Médico Residente II de Pediatría. Hospital Materno Infantil. Trinidad- Beni. Conflicto de intereses: para realizar el presente estudio no existió apoyo económico. Correspondencia: Dr. Miguel Céspedes. [email protected] Artículo recibido el 5/5/11 y que fue aceptado para su publicación el 18/6/11. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 75 - 8 75 ciudad, recibiendo medicación en base a rehidratación y paracetamol ante la sospecha de dengue con signos de alarma y remitiendo todos los síntomas al 3º día de internación. Cuatro días previos al ingreso a nuestro hospital, la paciente presentó ictericia más hepatomegalia y 1 día antes se asocia rectorragía importante que amerita una transfusión de sangre entera, mque fue el motivo de traslado a nuestro hospital. Cuenta con el antecedente de haber estado viviendo en una zona rural dos meses antes del cuadro clínico, por el lapso de un mes. No tiene vacuna contra fiebre amarilla. Al ingreso el paciente estaba en regular estado general con signos de deshidratación moderada, orientada. Peso: 66.9 k, PA: 90/50 mm, Hg: FC 100 x minuto, FR: 20 x minuto, saturación de O2: 94 %. Tenia buen llenado capilar, estaba afebril, con palidez cutánea mucosa y no refería síntomas. Al examen físico llamó la atención la presencia de ictericia en las mucosas conjuntivales. El abdomen era moderadamente doloroso, no distendido y se palpaba una hepatomegalia a 4 travesees de dedo por debajo de reborde costal y esplenomegalia. Además de leve edema en miembros inferiores, el resto del examen físico fue normal. Ante el cuadro se decidió: hidratación endovenosa con solución salina y transfusión de sangre entera en 3 oportunidades ante la persistencia de la rectorragía en moderada cantidad y en algunas ocasiones con coágulos en 2 a 3 oportunidades por día, que cede espontáneamente luego de 3 días. Ingresó con la sospecha diagnóstica de: dengue severo?, fiebre amarilla?, leptospirosis?. En los laboratorios destaco: anemia severa con Hb de 6.5 gr/dl respectivamente, leucopenia: 2.400 mm3, neutrófilos: 50 – 60%, VES elevada: 50 mm, trombocitopenia: plaquetopenia en 127.000 mm3, TP normal, TGO y TGP y fosfatasa alcalina levemente elevadas y bilirrubinas también elevadas a expensas de la directa; el resto de la química sanguínea fue normal. Ecografía abdominal y tomografía de abdomen de abdomen muestran hepatoesplenomegalia, con vesicula biliar dilatada de paredes engrosadas, con líquido libre en cavidad en moderada cantidad, se descarta hipertensión portal. La radiografía de tórax fue normal y el colon por enema mostró falta de llenado en sigmoides con pared engrosada. Serología para hepatitis A, B y C, VIH, dengue, fiebre amarilla, brucelosis, citomegalovirus, reacción de Widal, así como 2 hemocultivos, coprocultivos, urocultivos fueron negativos. Dos gotas gruesas negativasy la serología para leptospirosis en un inicio fue negativa. Durante la evolución llamó la atención que la fiebre se presenta nuevamente el día de ingreso para mantenerse constante en mesetas diarias, sin embargo la paciente no refiere síntomas acompañantes y la ictericia se hace menos evidente paulatinamente así como disminución de la hepatoesplenomegalia y descenso de las bilirrubinas, transaminasas y fosfatasa alcalina. A su ingreso, se decidió iniciar de manera empírica, ceftriaxona que se suspendió al 5º día por que la fiebre persistía y ante esta evolución decidimos realizar estudios escalonados tal como dictan los protocolos de fiebre de origen desconocido. El decimoséptimo día de internación nos informan, desde el centro de enfermedades tropicales (CENETROP), que en la prueba para leptospirosis por el método ELISA existía una seroconversión de hasta 4 veces los títulos iniciales, lo cual indicaba que la prueba era positiva. Frente a este resultado, se inició tratamiento con doxiciclina y la paciente empezó a mejorar paulatinamente. Fue dada de alta, luego de 22 días de internación, en buen estado general y con laboratorios de control normales. Discusión La leptospirosis es una enfermedad zoonótica trasmitida por espiroquetas del género: Leptospira, familia: Leptospiraceae, orden: Spirochaetales. Son gérmenes filiformes aeróbicos obligados. Tienen uno o los dos extremos curvos en forma de gancho y presentan movimientos ondulados lo que le confiere extraordinaria movilidad con lo que aseguran Leptospirosis, a propósito de un caso / Céspedes M. y Col. 76 un alto poder invasivo. Se dividen en especies patogénicas por ejemplo L. interrogans, L. weilii y L. kirscheri y no patogénicas por ejemplo L. biflexa. La Leptospira interrogans representa el agente causal de la enfermedad humana y se subdivide a su vez en sero-variedades de acuerdo a su composición patogénica, se han descubierto hasta la actualidad aproximadamente 250 variedades y las más importantes para el ser humano son: icterohaemorrhagiae cuyo reservorio son las ratas y ratones, pomona (cerdo) y canicola (perros); estas dos últimas causan en el ser humano cuadros generalmente subclínicos. La vía de transmisión es por medio de agua, tierra o alimentos contaminados, a través de abrasiones o cortes en la piel y mucosas o inmersión prolongada en aguas contaminadas. Generalmente son causas de epidemias; en nuestro medio se ha tenido casos luego de las épocas lluviosas, debido a las aguas estancadas; siendo la mayoría cuadros subclínicos y en adultos. La transmisión interhumana es extremadamente rara, debido a que el pH bajo de la orina limita la sobrevivencia de la Leptospira luego de la excreción. El periodo de incubación es de 7 a 26 días con un promedio de 12 días. Luego de la penetración, la leptospira alcanza rápidamente el torrente sanguíneo y se disemina a todos los líquidos incluyendo LCR y humor acuoso. La facilidad de movimiento y la producción de hialuronidasas, además de la resistencia a la actividad bactericida del suero normal o la falta de anticuerpos específicos podrían explicar la localización en estos sitios; los órganos más afectados son hígado, riñón, músculos y cerebro. El mecanismo por el cual las leptospiras producen enfermedad no han sido dilucidados del todo hasta la actualidad, aunque se cree que poseen la capacidad de producción de toxinas tipo hialuronidasas, hemolisinas, lipopolisacáridos o porción lipídica de la glicolipoproteína la cual es altamente citotóxica provocando ruptura de membrana, fuga citoplasmática y muerte celular. Lo que se sabe es que la enfermedad provoca daño del endotelio capilar con permeabilidad vascular aumentada, lo cual representa la manifestación más precoz y constante de la enfermedad, llevando a infiltrados inflamatorios de células monocíticas, neutrofilos, plasmocitos, histiocitos además de activación de factor de necrosis tumoral alfa, esto lleva a respuesta inmunitaria del paciente con formación de inmunocomplejos y por lo tanto mayor activación de citoquinas y vasculitis autoinmune, es así que este daño vascular es el responsable de la génesis de las manifestaciones clínicas de la enfermedad de manera sistémica, algunas investigaciones realizadas en Brasil sugieren que la gravedad de la enfermedad estaría dada por la intensidad de la respuesta inmune, que por otro lado explicaría también el descenso de las plaquetas. Las manifestaciones clínicas van desde un cuadro oligosintomático, pasando por una enfermedad sintomática que típicamente consta de 2 fases. La primera se caracteriza por aparición abrupta de: fiebre, cefaleas, mialgias, artralgias, malestar general, vómitos, dolor abdominal; pudiendo existir exantema fugaz, tos, que se puede confundir con cualquiera de otras causas de enfermedades virales o tropicales. Representa el 80 a 90% de los casos, en este período que tiene duración generalmente de 1 semana podemos encontrar las leptospiras en la mayoría de los líquidos corporales incluyendo el LCR, muy pocos pacientes ingresan a la segunda fase que se conoce como fase inmune, que se presenta luego de 4 a 6 días de la remisión de los síntomas donde se evidencia la reaparición de los mismos pudiendo producirse mayor compromiso respiratorio, encefálico, muscular o daño ocular como uveítis por ejemplo. En este segundo período encontramos a los gérmenes en la orina; a esta forma se conoce como Leptospirosis anictérica. La forma ictérica de la enfermedad comparte igualmente la clínica bifásica con la salvedad que en la fase inmune se produce mayor compromiso hepatorrenal acompañado de ictericia, representa el 10 al 20% de los casos y hasta unos años atrás se acompañaba de alta morbimortalidad. Algunos autores hablan de hasta 40% de mortalidad, esta Leptospirosis, a propósito de un caso / Céspedes M. y Col. 77 forma se acompaña de diátesis hemorrágica como petequias, hematuria, hemorragias, insuficiencia renal aguda, colapso vascular, compromiso de la conciencia, compromiso respiratorio inclusive como neumonitis hemorrágica severa, pudiendo llegar a la falla multiorgánica. Nuestra paciente presentó la mayoría de los datos referidos en la literatura con la excepción que no presentó falla renal, pensamos que la hidratación oportuna fue determinante para la buena evolución. En cuanto a exámenes complementarios encontraremos leucocitos normales o ligeramente aumentados (la paciente presentaba leucopenia), leve neutrofilia, VES aumentada, en caso de haber ictericia llama la atención la poca elevación de las transaminasas en presencia de elevación franca de las bilirrubinas (parámetro demostrado en nuestra paciente), en presencia de IRA encontramos creatinina elevada, si existiera compromiso neurológico el LCR mostrara predominio de mononucleares, proteínas con leve elevación y glucosa generalmente normal. Para el diagnóstico serológico realizamos prueba de aglutinación microscópica (MAT) que tiene una alta sensibilidad y especificidad y se convierte en la prueba estándar, asimismo se obtienen buenos resultados con el test ELISA, siendo positivo cuando existe una seroconversión de hasta 4 veces los títulos iniciales, como la paciente en cuestión. El diagnóstico molecular se realiza a través de reacción de polimerasa en cadena (PCR), para la demostración microscópica necesitamos realizarla en microscopio de campo oscuro, asimismo podemos realizar cultivo en medios especiales que deben ser tomados en la fase de lepstospiremia, pero se trata de un método costoso y de técnica complicada. El tratamiento específico se realiza con penicilina o doxiciclina en niños mayores de 8 años (100 mg 2 veces al día por 7 días); ambas con buenos resultados terapéuticos. Es importante hacer notar que la reacción de Jarisch-Herxheimer ha sido reportada con la administración de penicilina. Otros antimicrobianos que podrían utilizarse serían cefalosporinas de 3era generación, ciprofloxacina o macrólidos. Para la profilaxis se usa doxiciclina a dosis de 200 mg una vez por semana mientras dure la estadía en las zonas endémicas. Referencias 1. Céspedes M. Leptospirosis: Enfermedad zoonótica reemergente. Rev Perú Med Exp Salud Pública 2005;22:290-307. 2. Gallegos A, Leandro V. Leptospirosis. Rev Med Costa Rica 2010;67:115-21. 3. Carrada-Bravo T. Leptospirosis humana. Historia natural, diagnóstico y tratamiento. Rev Mex Patol Clin 2005;52:246-56. 4. Lemarroy D, Carrillo M. Leptospirosis y disfunción orgánica múltiple. Caso clínico y revisión de la literatura. Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2003;17:176-83. 5. Rodríguez B, Gómez H, Pérez B, Cruz R. Diagnóstico y tratamiento de la leptospirosis humana. Rev Cubana Med Gen Integr 2001;17:68-73. 6. Samudio D, Cuevas C, Brizuela S, Coronel J. Leptospirosis en pediatría. A propósito de un caso. Pediatr (Asunción) 2010;37:48-51. 7. Aroca G, Accini J, Pérez R, Rodelo E, Dau H. Leptospirosis ictérica: Sindrome de Weil´s. Salud Uninorte 2004;19:31-40. Leptospirosis, a propósito de un caso / Céspedes M. y Col. 78 COMUNICACIÓN ESPECIAL Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con cáncer Consenso de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica* Diagnosis and treatment of febrile neutropenia in pediatric cancer patients Consensus of the Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica Autores principales: Hugo Paganini † (Argentina), María Elena Santolaya de P. (Chile) Coautores (en orden alfabético): Martha Álvarez (Colombia), Manuel de Jesús Araña Rosaínz (Cuba), Ricardo Arteaga Bonilla (Bolivia), Aníbal Bonilla (Ecuador), Miguela Caniza (E.U.A.), Fabianne Carlesse (Brasil), Pio López L (Colombia), Lourdes Dueñas de Chicas (El Salvador), Tirza de León (Panamá), José Marcó del Pont (Argentina), Mario Melgar (Guatemala), Laura Naranjo (Venezuela), Carla Odio (Costa Rica), Mónica Rodríguez (Paraguay), Marcelo Scopinaro (Argentina) Resumen La Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, a través de su Comité de Infecciones en Niños Inmunocomprometidos, propone un documento de consenso sobre “Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con cáncer”. Este documento-guía aborda el manejo de la neutropenia febril orientado a la atención de niños con cáncer en América Latina. Se realizó una búsqueda exhaustiva de la literatura, y se consideró particularmente la experiencia publicada proveniente de centros de nuestro continente, que aporta una mirada regional y adecuada a la realidad de nuestros países. El manuscrito contiene un panorama epidemiológico de la Región y recomendaciones para la evaluación clínica y de laboratorio necesarios para el manejo de estos pacientes, establece criterios de categorización de riesgo de infecciones bacterianas invasoras, analiza las medidas de cuidado general de los pacientes en el ambiente hospitalario y extra-hospitalario, propone diferentes enfoques terapéuticos de acuerdo a las realidades epidemiológicas institucionales, parámetros clínicos y de categorización de riesgo, establece diferentes algoritmos de seguimiento según la evolución de cada paciente, especifi ca las situaciones en que está indicada algún tipo de profi laxis y da los lineamientos generales sobre el tipo y oportunidad de terapia antifúngica a utilizar en ellos. Se ha puesto especial énfasis en entregar, de forma práctica, y con la mayor evidencia posible, las recomendaciones para el mejor manejo de los niños con cáncer, fiebre y neutropenia, buscando la equidad y la excelencia en todos los centros oncológicos latinoamericanos. Palabras Claves: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 79-111: Neutropenia febril, cáncer. Abstract: This document is a consensus guideline on the “Diagnosis and treatment of febrile neutropenia in children with cancer” developed by the Committee for Infectious Diseases in Immunocompromised Children of the Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. This guideline discusses the management of febrile neutropenia focused on Latin American children with cancer. It is based on a thorough review of the literature, with particular attention to experiences reported by centers within the continent in order to provide recommendations applicable to the region. The manuscript includes a description of the regional epidemiology of cancer and infections in children, recommendations for clinical and laboratory studies required for patient management, description of a classifi cation method to identify patients at different risk for invasive bacterial infections, outpatient and inpatient general care strategies and differential treatment strategies adjusted to local epidemiological realities, different algorithms for patient follow-up according to clinical course, a discussion of the rationale for prophylaxis strategies in specifi c situations including general guidelines for antifungal treatment. The Guidelines intend to provide practical, evidence-based recommendations in order to promote the best possible management for children with cancer, fever and neutropenia, throughout oncology centers of Latin America. Key words: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 79-111: febrile neotropenia, cancer. * Artículo reproducido con permiso de la Revista Chilena de Infectología y que fue publicado en la Revista Chilena de Infectología 2011; 28 (supl 9): 10 - 38. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 79 - 111 79 Introducción y Metodología Las enfermedades oncológicas representan un importante problema de salud en todo el mundo. De acuerdo a la Declaración de Montevideo del año 1997, sólo 20% de los niños del mundo se beneficiaban con una terapia adecuada en las décadas pasadas1. El problema se hace más evidente en los países con recursos limitados a causa del aumento sustancial de la población infantil y el bajo nivel socio-económico. Se estima que el cáncer es la tercera o cuarta causa de muerte en niños de países en desarrollo, incluido nuestro continente2. Existen pocos registros de enfermedad oncológica en Latinoamérica. De acuerdo al Registro Oncopediátrico Hospitalario de Argentina, entre los años 2000 y 2005 se diagnosticaron 7.621 casos de cáncer en niños en ese país. Esta enfermedad representó la primera causa de muerte entre los 5 y 15 años de edad3. En Chile, datos del Programa Infantil Nacional de Drogas Antineoplásicas (PINDA) estiman una incidencia de 12 a 14 casos por cada 100.000 niños bajo 15 años de edad, lo que extrapolado a toda la población, hace esperar 500 a 600 casos nuevos por año en el país4. No hay estadísticas publicadas del resto de las naciones participantes en este consenso. Los niños con cáncer presentan diferente tipo y gravedad de inmunocompromiso, ya sea por su enfermedad de base o por los tratamientos que reciben. La presencia de neutropenia febril (NF) constituye una complicación frecuente y una emergencia infectológica. Se estima que un niño con una leucemia linfoblástica aguda (LLA) ­—la patología oncológica más frecuente en pediatría— recibe tratamiento quimioterápico, en promedio, por dos años, período en el que presenta alrededor de seis episodios de NF. Las infecciones representan las complicaciones más frecuentes en estos pacientes y producen una significativa morbi-mortalidad. El abordaje diagnóstico, terapéutico y las medidas de prevención de las infecciones en forma apropiada constituyen un desafío para todo el personal de salud que trata a diario a estos enfermos5. Con el objetivo de realizar un análisis y emitir una recomendación sobre el diagnóstico y tratamiento de la NF en niños con cáncer bajo tratamiento quimioterápico, se realizó una búsqueda amplia de literatura médica sobre el tema, en las bases de datos electrónicas de MEDLINE y de Cochrane Library, además de una búsqueda manual de datos de cada uno de los países de Latinoamérica. Se seleccionaron principalmente Guías de Práctica Clínica, revisiones sistemáticas y estudios clínicos randomizados. Si no se encontraban publicaciones con dichos diseños, se evaluaron otros estudios con menor grado de evidencia. Para el análisis de la bibliografía y las recomendaciones se utilizaron los grados de evidencia que son mostrados en la Tabla 1. Se ocupó como guía de trabajo el consenso chileno “Manejo racional del paciente con cáncer, neutropenia y fiebre”, publicado en el año 20056, con autorización de sus autores. Definiciones Neutropenia: Recuento absoluto de neutrófilos (RAN) < 500 céls/mm³ o < 1.000 céls/mm³ cuando se predice una caída a una cifra < 500 céls/mm³ en las 24 ó 48 horas siguientes6-9. Un RAN < 100 céls/ mm³ es considerado como neutropenia profunda7. Fiebre: Registro único de temperatura axilar ≥ 38,5°C o dos mediciones ≥ 38°C con una separación, entre ambas determinaciones, de al menos una hora6,7. Epidemiología de las infecciones en Latinoamérica Los niños con NF presentan infecciones bacterianas, virales y fúngicas. Respecto a las infecciones bacterianas, se las considera la complicación infecciosa más frecuente y se presentan en estadios tempranos del episodio. Entre 15 y 25% de los niños con NF Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 80 presentarán bacteriemia, y otro porcentaje similar infecciones bacterianas localizadas7. Las infecciones fúngicas usualmente ocurren más tardíamente dentro de los episodios de NF, y el médico clínico debe considerarlas en un niño que permanece con neutropenia profunda y fi ebre luego de al menos 72 horas de tratamiento antimicrobiano adecuado. Es importante recordar que los niños con cáncer tienen también infecciones virales respiratorias y entéricas, en igual proporción que la población pediátrica inmunocompetente. En las últimas dos décadas se ha observado un cambio en la epidemiología de las infecciones en pacientes con NF. Estas modificaciones han obedecido a diversos factores: nuevos tratamientos quimioterápicos, mayor intensidad y duración de la neutropenia, presión de selección creada por el uso de profilaxis antimicrobiana, mayor uso de catéteres venosos centrales (CVCs), mayor número de procedimientos invasores y mayor tiempo de internación de los pacientes7,10. Durante la década del ´80 se reportaba un predominio de infecciones causadas por bacilos gramnegativos (p. ej.: Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa)11. Posteriormente se observó un descenso en la frecuencia de estos patógenos y un aumento relativo de las cocáceas grampositivas, las que en la actualidad tienen una frecuencia entre 45 y 70% de acuerdo a la serie considerada (p. ej.: Staphylococcus coagulasa negativa, Staphylococcus aureus, Streptococcus grupo viridans)7,10,11. Asimismo, se pudo observar un incremento de las infecciones polimicrobianas, especialmente bacteriemias12. Estudios realizados en Chile dan cuenta de un predominio de cocáceas grampositivas en bacteriemias de niños con NF (S. coagulasa negativa 43% y S. aureus 16%)6. Datos similares son reportados en Argentina, pero a diferencia de Chile, en ese país prevaleció S. aureus en una serie de 315 bacteriemias13. Debe considerarse además la emergencia de patógenos habituales pero con cambios en sus patrones de susceptibilidad a antimicrobianos, como Enterococcus spp resistentes a vancomicina, Streptococcus pneumoniae resistentes a penicilina y/o cefalosporinas de tercera generación, S. grupo viridans con resistencia a β-lactámicos y bacilos gramnegativos productores de β- lactamasas de espectro extendido, que afectan con frecuencia a pacientes con NF14-17. Tabla 1. Clasificación de grados de recomendación y calidad de la evidencia utilizados Definición de grados de recomendación A Buena evidencia para recomendar su uso B Moderada evidencia para recomendar su uso C Pobre evidencia para recomendar su uso D Moderada evidencia para desaconsejar su uso E Buena evidencia para desaconsejar su uso Calidad de la evidencia I Uno o más trabajos prospectivos, randomizados y controlados II • Uno o más estudios clínicos, no randomizados • Uno o más estudios de cohorte o caso-control (idealmente multicéntrico) • Múltiples series de casos • Experimentos no controlados significativos III Opiniones de expertos, basadas en experiencias clínicas, estudios descriptivos o reportes de comités Las infecciones fúngicas han aumentado su frecuencia durante la última década en niños con NF18. Éstas se presentan como infecciones secundarias y sólo 5% lo hace en el comienzo del episodio de NF. Candida spp (p. ej.: C. albicans, C. parapsilosis, C. tropicalis) son las prevalentes dentro de este grupo, seguido de Aspergillus spp (p. ej.: A. fumigatus, A. flavus, A. niger). En los últimos años se ha reportado la aparición de infecciones fúngicas emergentes resistentes a los antifúngicos de uso habitual (p. ej.: Zygomycetes)19. En Chile, sobre 445 episodios de NF, 9% presentó diagnóstico de enfermedad fúngica invasora (EFI) donde prevalecieron especies de Candida20. Datos de Argentina establecen que 50% Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 81 de las candidemias fueron causadas por C. albicans y 17% por C. parapsilosis21. En un estudio llevado a cabo en Brasil, pudo demostrarse que la mortalidad asociada a estas infecciones fue menor en niños (7,7%) que en adultos (37,4%)18. Las infecciones por Pneumocystis jiroveci se observan con mayor frecuencia en niños con leucemia que no reciben quimioprofilaxis rutinariamente y en pacientes que son tratados con medicamentos antilinfocitarios22. Las infecciones por virus herpes simplex (VHS) afectan la boca y/o el tracto digestivo en forma secundaria a la administración de la quimioterapia (QT)23. Las reactivaciones de infección por citomegalovirus (CMV) son poco frecuentes en estos pacientes24. Los virus respiratorios, tales como virus respiratorio sincicial (VRS), influenza (Flu), adenovirus (ADV), parainfl uenza (ParaFlu) y metapneumovirus humano (MPVH) afectan frecuentemente a los pacientes con NF con un patrón estacional. En un estudio llevado a cabo en Chile se pudo documentar en 25% de 44 niños con NF y síntomas respiratorios una infección viral25. La prevalencia de los patógenos varía entre los países, e incluso entre los centros hospitalarios en una misma ciudad, por lo que es altamente recomendable realizar vigilancia epidemiológica en forma estricta de los microorganismos identificados y de sus patrones de susceptibilidad a antimicrobianos, para realizar una terapia empírica racional y acorde a la realidad institucional. Recomendación # 1 • Realizar vigilancia epidemiológica de agentes infecciosos en forma constante en los centros donde se atiendan niños con cáncer y NF secundaria a la QT (A II) Evaluación clínica al ingreso La evaluación clínica de ingreso es clave para tres aspectos: realizar una categorización de riesgo (ver página S 17), detectar posibles focos de infección, y orientar hacia la etiología del episodio. El interrogatorio inicial debe contemplar diferentes aspectos como: tipo de enfermedad de base y QT recibida; predicción del tiempo de neutropenia con participación activa del oncólogo pediatra tratante; infecciones padecidas antes de la consulta y/o hospitalizaciones previas; antecedentes epidemiológicos de enfermedades transmisibles; y profilaxis o tratamientos antimicrobianos recibidos. El examen clínico implica medición de temperatura corporal, evaluación de signos vitales y un examen físico segmentario detallado. Se sugiere medir la temperatura axilar y no rectal, ya que esta segunda forma de medida puede precipitar bacteriemia, especialmente en los pacientes con fi suras anales o mucositis rectal7. Debido a que la reacción inflamatoria del niño con NF es escasa o está ausente, el paciente no focaliza adecuadamente las infecciones; la presencia de fiebre por sí sola es un signo de alarma de infección6,7,29,30. Aproximadamente la mitad de los pacientes con NF presentará foco clínico de infección9. Para pesquisarlo, el examen físico debe ser exhaustivo, repetido más de una vez y con especial énfasis en el aparato respiratorio, faringe, abdomen, zona de inserción de CVC, piel y tejidos blandos, periné y genitales externos, y todas las áreas donde haya habido disrupción de la barrera de piel y mucosas7. La boca deberá examinarse cuidadosamente en busca de mucositis, la que se clasificará en los siguientes grados6: • Grado 1 o incipiente. La mucosa oral está enrojecida, brillante y con posibles áreas blanquecinas. Las encías se encuentran aumentadas de volumen. La lengua saburral, roja, seca y edematosa. Se describe ardor espontáneo y continuo. • Grado 2 o moderado. A lo anterior se agregan úlceras localizadas. El niño se resiste a comer por el dolor. Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 82 • Grado 3 o grave. Hay intenso eritema y ulceraciones o áreas blanquecinas. El gran dolor impide al paciente comer y beber, e incluso deglutir saliva. Recomendación # 2 • Realizar un interrogatorio meticuloso al ingreso del paciente (A II) • Practicar un examen físico exhaustivo, detallado y repetido, en búsqueda de signos sutiles de focalización de infecciones (A II) Alrededor de 15% de los pacientes presentan infecciones secundarias o superinfecciones26. Usualmente son diagnosticadas dentro de los primeros 10 días del episodio de NF y prevalecen las etiologías fúngicas27. En un estudio llevado a cabo en Argentina se pudo determinar que 17% de los niños con NF estudiados presentaron una superinfección, siendo más frecuentes en niños de menor edad, con leucemia y portadores de CVC. El patógeno predominante fue S. coagulasa negativa28. Recomendación # 3 • En los niños que mantienen neutropenia y fi ebre luego de 72 horas de tratamiento antibacteriano apropiado, estudiar enfermedad fúngica invasora (A II) y considerar la presencia de infecciones bacterianas secundarias o superinfecciones (A II) Evaluación de laboratorio Todos los niños con NF deberán tener a su ingreso los siguientes exámenes complementarios: Hemograma completo con fórmula leucocitaria: La detección de un RAN < 500 céls/mm³, recuento absoluto de monocitos (RAM) < 100 céls/mm³, al igual que un recuento de plaquetas < 50.000 céls/ mm³ son signos predictores de riesgo de infección y muerte. Estos parámetros se deben controlar al inicio y luego cada uno o dos días, según la condición y evolución del paciente6,8,31-34. Pruebas de función renal: Los pacientes con antecedente de falla renal o aquellos que recibirán fármacos potencialmente nefrotóxicos deberán ser evaluados en su función renal con la solicitud de uremia, creatininemia y electrolitos en sangre. Estos se repetirán de acuerdo a los resultados y evolución clínica del niño6,7. Pruebas de función hepática: Se deberán solicitar en aquellos pacientes con compromiso sistémico o de alto riesgo31-35. (Ver categorización de riesgo, pág 17). Proteína C reactiva (PCR) cuantitativa sérica: Se ha demostrado que su elevación se correlaciona con la presencia de infección bacteriana. Aumenta a partir de las 8 horas de comenzada la infección y alcanza su máximo entre las 24 y 48 horas del comienzo de la misma. Una cifra mayor a 90 mg/L es un predictor significativo de infección bacteriana invasora (IBI)6,36-38. Procalcitonina y citoquinas: Son marcadores sensibles para la predicción precoz de sepsis en niños con NF. Su elevación es precoz y permite la detección rápida de la infección sistémica. En la actualidad son técnicas que no se encuentran disponibles en todos los centros de atención de niños oncológicos39-44. En una experiencia realizada en Chile, en 601 episodios de NF en niños con cáncer, se vio que interleuquina 8 (IL 8) > 200 pg/ml al ingreso y > 300 pg/ml a las 24 horas de evolución fue un buen predictor de sepsis, lo que no sucedió con procalcitonina43. Sería deseable la incorporación de IL 8 en los centros que atienden niños con cáncer, como un elemento más en la pesquisa temprana de los niños con sepsis. Hemocultivos: En todos los niños con NF se recomienda tomar una serie de al menos dos hemocultivos periféricos, de punciones diferentes, separados cada uno de ellos por 20 minutos, y una serie de hemocultivos a través de cada lumen del CVC, en aquellos pacientes que lo tienen45. La cantidad de sangre a extraer deberá ser proporcional a la cantidad de medio de cultivo del frasco, siendo en general aceptable una dilución de 1/5 a 1/10. El volumen recomendado en niños es entre 2 y 5 ml; en adolescentes es de 10 ml, similar al recomendado en adultos45,46. Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 83 En general, los métodos automatizados de hemocultivos permiten la detección rápida de los patógenos (1-1,5 días de media), minimizan las contaminaciones pues están expuestos a una menor manipulación en el laboratorio y son considerados métodos ideales en pediatría45. Se dispone de diversas técnicas para documentar una bacteriemia relacionada a CVC: En la práctica clínica, existe la dificultad de discriminar entre una bacteriemia originada en la contaminación de los dispositivos endovasculares y aquellas bacteriemias que tienen como punto de partida otros focos (digestivos, respiratorios, etc). Como se explica más adelante, ello tiene implicancias terapéuticas en el manejo de los pacientes portadores de CVCs. Las técnicas más empleadas para certifi car una bacteremia asociada a CVC son: de tiempos diferenciales y de hemocultivos cuantitativos. Técnica de tiempos diferenciales. Compara la velocidad con que se detecta el crecimiento bacteriano en hemocultivos obtenidos a través de un CVC = “hemocultivos centrales” versus los obtenidos mediante una venopunción = “hemocultivos periféricos”, considerando indicativo de bacteriemia relacionada a catéter la detección de crecimiento al menos dos horas antes en el hemocultivo central que en el periférico47. Esta técnica requiere disponer de un sistema automatizado de hemocultivos, que ambas muestras tengan igual volumen de sangre, sean obtenidas con pocos minutos de diferencia e introducidas en forma simultánea en el sistema automatizado de incubación6,47. Técnica de cultivo cuantitativo. Se considera indicativo de infección del dispositivo endovascular el hallazgo del mismo microorganismo tanto en el hemocultivo central como en el periférico, con un recuento del patógeno en las muestras obtenidas a través del catéter 5 a 10 veces mayor que el recuento obtenido en la sangre periférica48. Cultivo de catéter venoso central: Si el catéter fue extraído del paciente, se recomienda utilizar la técnica de Cleri modificado por Brun-Buisson et al49. Se extrae el dispositivo en forma séptica, se corta su punta y envía al laboratorio. Se hace pasar 1 ml de agua destilada estéril por el lumen del catéter y luego se somete a vórtex durante 1 minuto. Se siembra 1 ml de esta suspensión en una placa de agar sangre de cordero al 5% y se incuba durante 5 días. Se considera significativo un desarrollo mayor de 1.000 ufc/ml. Para el diagnóstico de bacteriemia asociada a CVC presenta una sensibilidad de 97,5% y una especificidad de 88%49. Este procedimiento permite recuperar microorganismos de las superficies externa e interna del catéter. Orina completa y urocultivo: Se recomienda tomar en todo niño con NF. Sólo 10% de los pacientes con un RAN < 100 céls/mm³ en sangre periférica presentará piuria, por lo que puede haber infección del tracto urinario, con recuentos de bacterias signifi cativos en orina, en niños que no presentan piuria6, 50. No se recomienda la cateterización de la vía urinaria en los niños inmunocomprometidos por el riesgo de bacteriemia relacionada al procedimiento. Otros cultivos • Coprocultivo: Deberá tomarse una muestra en todos los pacientes que presenten diarrea o signos de enteritis. Se recomienda la realización del test para la búsqueda de toxina A y B de Clostridium difficile en los niños con diarrea51. • Cultivos de vigilancia: No recomendamos realizar cultivos de vigilancia rutinariamente, por su falta de utilidad al momento de tomar decisiones terapéuticas, sino sólo con fines epidemiológicos para la búsqueda de S. aureus resistente a meticilina en fosas nasales y de Enterococcus spp resistente a vancomicina en materia fecal6 en las instituciones donde se haya observado un aumento significativo de estas infecciones por microorganismos. Estudio etiológico en pacientes con sintomatología específica Sistema nervioso central (SNC): En todo niño con sospecha de infección del SNC se deberá obtener Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 84 una muestra de LCR para la realización de estudio citoquímico, tinción de Gram, cultivo, detección de antígenos (técnica de látex) y detección de ADN de diferentes microorganismos (reacción de polimerasa en cadena (RPC) para la detección de VHS o enterovirus). Si el paciente tuviera un recuento de plaquetas < 50.000 céls/mm³ se deberá posponer la punción lumbar o transfundir plaquetas en forma previa a su realización6-8. Piel y tejidos blandos: En caso de lesiones cutáneas (vesículas, úlceras, pústulas, nódulos) se recomienda la obtención de una biopsia y el estudio por anatomía patológica, microbiología y biología molecular52. En caso de ser imposible obtener muestra por biopsia, se recomienda realizar punción/aspiración, y no torulado, en que la calidad de la muestra decae francamente. Los métodos inmunológicos son de utilidad ante la presencia de úlceras o vesículas donde se realizará la búsqueda directa del antígeno de VHS y virus varicela zoster (VVZ). La técnica de inmunofluorescencia tiene una sensibilidad de 90%. Otra opción es la realización de búsqueda de ADN viral a través de RPC, con sensibilidad y especifi cidad cercana a 90%23. Aparato respiratorio: En todo paciente con síntomas respiratorios se realizará estudio por imágenes (ver pág. S 16) y búsqueda de virus respiratorios. Se diferenciará el tipo de infiltrado pulmonar en localizado o difuso, y en cada tipo, si su instalación ha sido precoz, es refractario a la terapia anti-infecciosa empleada o de aparición tardía (Figura 1). Infiltrados localizados Precoces: Aparecen junto con la fiebre. Se debe iniciar el estudio con hemocultivos, tinción de Gram directa y cultivo de secreción respiratoria. La etiología es generalmente bacteriana, siendo los agentes más frecuentemente involucrados S. pneumoniae, Haemophilus influenzae, S. aureus, Klebsiella spp y P. aeruginosa. Refractarios: Defi nidos por la falta de respuesta clínica luego de 72 horas de tratamiento antimi- crobiano. Su presencia constituye una indicación perentoria para el estudio etiológico con técnicas invasoras, como lavado bronco alveolar (LBA), de preferencia, o biopsia pulmonar abierta en segundo lugar, procedimiento que entraña mayor riesgo en un paciente que habitualmente está grave. Los microorganismos involucrados son los mismos que en los infi ltrados precoces, sumándose otras bacterias como Mycoplasma pneumoniae, Mycobacterium spp, Nocardia spp, Stenotrophomonas maltophilia y hongos como Aspergillus spp y P. jiroveci. Tardíos: Son aquellos que aparecen más allá del séptimo día de tratamiento en la evolución de un episodio de NF. Es necesario aplicar en estas circunstancias técnicas diagnósticas invasoras como LBA o biopsia pulmonar abierta. Los hongos son los agentes de más alta sospecha especialmente Aspergillus sp, pero también puede tratarse de otras especies como P. jiroveci, Fusarium sp, Mucor, etc. Infiltrados difusos Ya sean precoces, refractarios o tardíos, los infiltrados pulmonares difusos en niños con NF requieren la realización de técnicas invasoras para una adecuada orientación diagnóstica. Los agentes más frecuentemente relacionados son virus respiratorios, como VRS, ADV, Para Flu, Flu, MPVH, otros agentes virales del grupo herpes como CMV y virus varicela-zoster (VVZ), P. jiroveci, Mycobacterium spp y bacterias atípicas como M. pneumoniae y Chlamydophila pneumoniae6. Oportunidad para realizar el lavado broncoalveolar. Al respecto, existen dos posturas: realizarlo de inmediato, en aras de poder iniciar un tratamiento más específico y rápido, o luego de 72 horas de tratamiento antibacteriano, si éste fracasa. No hay consenso en la literatura científica sobre el momento de realizar el LBA. La recomendación de este grupo es realizar el LBA lo antes posible de acuerdo a la realidad local, idealmente al momento en que se identifica el infiltrado pulmonar6,53. Antes de realizar el LBA se deberá valorar la edad del paciente, su estado general y de su aparato respiratorio, y se Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 85 deberá disponer de internación en Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) por la posibilidad de aparición de complicaciones asociadas al procedimiento54. La biopsia de pulmón se reserva para casos particulares como neumonía refractaria al tratamiento, o aparición de infiltrados pulmonares tardíos en el curso del episodio de NF55 (Figura 1). En el caso de la muestra tomada por LBA, se sugiere realizar estudio microbiológico y considerar como punto de corte un conteo de bacterias > 105 ufc; el valor predictor positivo y negativo de la prueba es de 65 y 86%, respectivamente54. Además del cultivo para bacterias se analizará la presencia de hongos. Se recomienda: • el examen directo y la tinción con blanco de calcofl úor, que permiten la identifi cación de elementos fúngicos • la búsqueda de antígeno galactomanano (GM) de Aspergillus spp en LBA, que se encuentra estandarizada y es accesible comercialmente para su uso (valor de corte > 0,5). Se recomienda además realizar medición de GM en suero, lo que puede ser útil para un diagnóstico temprano de aspergilosis y para valorar la respuesta al tratamiento antifúngico: sensibilidad: 93%, especifi cidad: 95%56. Ciertos factores, como la administración de piperacilina/tazobactam, pueden dar falsos positivos, y también pueden existir reacciones cruzadas con infecciones por otros hongos como: Penicillium chrysogenum, P. digitatum, Rhodotorula rubra, Paecilomyces variotii57. Las pruebas para la detección de P. jiroveci en secreciones respiratorias comprenden la tinción de metionamina argéntica, las tinciones de Papanico- Figura 1. Exploración etiológica en niños con neutropenia febril e infiltrado pulmonar. LBA: Lavado broncoalveolar. Infiltrados pulmonares Localizados Procesos Difusos Refractarios Tardíos Expectoración inducida LBA o biopsia pulmonar Tinción de Gram Tinción de blanco calcoflúor Cultivo corriente Cultivo de hongos Tinción de Gram Tinción de blanco calcoflúor Tinción de Ziehl Neelsen Cultivo corriente Cultivo de hongos Ag. galactomanano en suero Cultivo Mycobacterium Gomori-Grocott/RPC P. jiroveci IgM Mycoplasma suero LBA o biopsia pulmonar A lo descrito para infiltrados localizados agregar: IF, ELISA o RPC para VRS, influenza A y B, parainfluenza 1-2-3, MPVH, ADV, CMV IgM C. pneumoniae, IgM M. pneumoniae Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 86 lau y las de azul de toluidina sulfonada; esta última es sensible, pero reviste peligro para el personal de laboratorio que la realiza58. La sensibilidad con técnicas de inmunofluorescencia directa y anticuerpos monoclonales en el LBA es de 95%, mientras que la búsqueda de material genético por RPC tiene mayor sensibilidad pero menor especificidad que otras técnicas59,60. La diferenciación entre infección y enfermedad por CMV es dificultosa. El estándar de oro para el diagnóstico de enfermedad por CMV es la demostración virológica e histopatológica de la infección sobre el tejido pulmonar61. La detección de CMV en el LBA se correlaciona bien con la presencia de enfermedad pulmonar por CMV. La prueba de shell vial (cultivo acelerado) en sangre para la detección de CMV indica infección activa. Otra técnica disponible, con buena sensibilidad y especificidad, es la determinación de antígeno pp65 circulante (antigenemia para CMV). Ambas presentan la dificultad de dar resultados falsamente negativos, con frecuencia debido a que el paciente con NF tiene escasos leucocitos circulantes. La mejor alternativa en estas condiciones es la búsqueda de ADN viral en sangre, a través de RPC cuantitativa, técnica que ha reemplazado a la determinación de antígenos y al cultivo en muchos centros que atienden pacientes inmunocomprometidos6,61. Frente a la toma de biopsia de tejido pulmonar, se recomienda efectuar el estudio histológico, microbiológico y por técnicas de biología molecular, además de la conservación de un trozo de tejido para eventuales futuros análisis. Estudios por imágenes Radiografía: La radiografía de tórax para el diagnóstico de infección respiratoria baja tiene poca sensibilidad62. Pese a esto, y dada la disponibilidad global de este examen en todos los niveles de salud, se recomienda indicar radiografía de tórax en caso que el paciente presente signos y/o síntomas de la Recomendación # 4 • Solicitar al ingreso: hemograma completo con fórmula leucocitaria (A II), pruebas de función renal (B III) y hepática (C III) y proteína C reactiva cuantitativa (A II) • Obtener dos muestras de hemocultivos periféricos y uno de cada rama del CVC en pacientes que tengan un dispositivo implantado (A II) • No se recomienda la realización de cultivos de vigilancia en forma rutinaria (DII) • Se sugiere la realización de otros cultivos (p. ej.: coprocultivo, cultivo de LCR, etc) cuando el paciente presente signos de infección localizada en ese parénquima (B III) • En pacientes con síntomas respiratorios incluir estudio por imágenes y búsqueda de virus respiratorios (AII) • En los niños con infiltrado pulmonar se recomienda realizar lavado broncoalveolar o biopsia pulmonar para el diagnóstico etiológico, de acuerdo al tipo de infiltrado y su aparición en el tiempo (A II) vía respiratoria baja y en el comienzo del episodio de NF, como un parámetro basal que servirá frente a futuros cambios6,7. La radiografía simple de abdomen es un estudio inespecífi co que sólo arroja resultados positivos en casos de enteritis neutropénica, donde suele observarse distensión de las asas intestinales y neumatosis, por lo que su indicación es sólo en pacientes con clínica sugerente de enteritis63. Está contraindicado el uso de enema de bario o colonoscopia, por el riesgo de traslocación bacteriana desde el tubo digestivo a la sangre, a través de un intestino con mucositis, que resulta ineficiente como barrera inmunológica. Ecografía: La ecografía de abdomen es un método diagnóstico de utilidad cuando el paciente presente signos sugerentes de enteritis neutropénica (dolor abdominal, distensión, diarrea y/o vómitos), ya que permite medir el espesor de la pared intestinal y de esta manera evaluar el pronóstico de la infección. Un engrosamiento > 5 mm es considerado anormal y contribuye al diagnóstico, y un engrosamiento > 10 mm se relaciona con mayor mortalidad63. Los términos enteritis neutropénica, enterocolitis neu- Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 87 tropénica y tiflitis se refieren a la misma entidad clínica en la literatura médica. Ecocardiografía: Se indica en pacientes con sospecha de endocarditis, y en todos los que tienen infección relacionada a CVC. Particularmente importante es en pacientes con bacteriemia o fungemia, en búsqueda de focos secundarios. Tomografía axial computada (TAC): En virtud de la escasa sensibilidad de la radiografía de tórax para el diagnóstico de neumonía, la TAC pulmonar de alta resolución es la prueba diagnóstica más adecuada para el diagnóstico de las infecciones pulmonares bajas64. Es capaz de identificar infecciones pulmonares en pacientes con neutropenia, fiebre, signos respiratorios bajos y radiografía normal y se adelanta en cinco días a la aparición de signos radiográficos65. Los patrones tomográficos más frecuentemente encontrados son consolidación focal o segmentaria, nódulos, imagen en “vidrio esmerilado” o la combinación de ellos66. La TAC de tórax juega un rol fundamental en el diagnóstico de la infección pulmonar por Aspergillus spp. Se suelen observar nódulos rodeados de un halo en “vidrio esmerilado” (signo del halo), opacidad pleural o áreas de consolidación. La separación de fragmentos de necrosis pulmonar (secuestro pulmonar) del parénquima adyacente da lugar a lesiones cavitarias y el signo de “aire creciente”, observado durante la convalescencia de la enfermedad. Puede observarse signo del halo en la infección pulmonar por otros patógenos, como Mycobacterium spp o CMV, entre las más importantes67. La TAC de senos paranasales es de suma utilidad en pacientes con sospecha de sinusitis fúngica. Suele observarse ocupación de los senos, pólipos en su interior y compromiso de los tejidos blandos adyacentes. En contraste, la radiografía de senos paranasales no tiene buena sensibilidad diagnóstica ante la sospecha de sinusitis68. La TAC de abdomen es el método recomendado para el diagnóstico de tiflitis, y es superior a la ra- diografía simple de abdomen y a la ecografía. Se suele observar dilatación cecal, masa inflamatoria en el cuadrante inferior derecho y signos de cambios inflamatorios en los tejidos blandos pericecales, permitiendo medir además el grosor de la pared intestinal63. La TAC de abdomen es también el método de elección para el diagnóstico de la candidiasis hepatoesplénica, entidad que se observa en niños con cáncer que han permanecido largo tiempo con NF. Sus signos clínicos (distensión abdominal, ictericia) se manifiestan cuando el paciente se recupera de la neutropenia. Se pueden observar imágenes hipodensas (en “ojo de buey”), localizadas en el hígado, bazo y menos frecuentemente en el riñón69,70. La TAC cerebral es importante de realizar, particularmente cuando se sospecha una infección de SNC o cuando se hace un estudio de diseminación de una EFI. En términos generales, la indicación de una TAC en niños inmunocomprometidos requiere una evaluación criteriosa por el médico tratante, considerando la masiva irradiación a la que se somete un niño en este procedimiento, y la eventual necesidad de sedación o anestesia en pacientes pequeños. Resonancia magnética (RM): Su principal utilidad es para el seguimiento de los pacientes con candidiasis diseminada crónica. Además, la RM detecta nódulos pulmonares de menos de 1 cm de diámetro, con una sensibilidad de 100% y especificidad de 96%, comparado con TAC de alta resolución71. Tiene utilidad además para diferenciar los estadios de infiltración parenquimatosa e identificar en forma temprana una neumonía necrosante que no se puede evidenciar con la TAC72. La RM tiene utilidad en la demostración de lesiones inflamatorias, en estadios precoces, en las infecciones fúngicas del SNC, cuando la TAC no arroja resultados positivos72. Antes de indicar la realización de una RM en estos pacientes, se sugiere considerar el costo, las dificultades técnicas que implica lo prolongado del examen y la eventual necesidad de sedación o anestesia en niños pequeños. Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 88 Recomendación # 5 • Tomar radiografía de tórax en todos los pacientes con NF al ingreso y, posteriormente, ante la sospecha de neumonía (B III) • Solicitar TAC de tórax ante la sospecha de neumonía y ante la persistencia de la fiebre (4º día de evolución de tratamiento antimicrobiano) en el niño con NF sin signos clínicos evidentes de infección pulmonar (B II) • Solicitar ecografía abdominal o TAC, siempre, frente a la sospecha clínica de enteritis neutropénica y candidiasis hepato-esplénica (B II) • Recomendar la realización de RM en pacientes con candidiasis diseminada crónica y ante la sospecha de infección del SNC (B III) Categorización de riesgo al ingreso El enfoque de diagnóstico y manejo del paciente que cursa con un episodio de NF fue uniforme hasta inicios de los años 90, basándose en una pronta hospitalización e inicio de terapia antimicrobiana empírica, de amplio espectro, cuya duración dependía de la resolución del cuadro febril y la recuperación de la médula ósea73,74. En los últimos 10 a 15 años, distintos grupos de investigadores han trabajado para entregar a los pacientes con episodios de NF un enfoque terapéutico más racional y proporcional a la gravedad de cada uno de sus episodios. Se ha intentado definir mediante parámetros objetivos, qué factores predicen la probabilidad de estar cursando con una IBI en el contexto de un episodio de NF. Así, se han explorado factores relacionados con la patología oncológica, la presencia de co-morbilidades, el grado de compromiso medular, y aspectos relacionados con el propio episodio infeccioso. La categorización en grupos de riesgo ha permitido implementar estrategias de manejo selectivo más conservadoras para los episodios de bajo riesgo, con importantes beneficios, tanto para el paciente como para los sistemas de salud. La clave del éxito de cualquier terapia selectiva se basa en una minuciosa definición de los grupos de riesgo. Se han propuesto diferentes modelos para la predicción de riesgo en niños con cáncer y episodios de NF. Riesgo de bacteriemia, infección bacteriana significativa o invasora: Rackoff W y cols, en una serie de 115 episodios de NF demostraron que la temperatura < 39°C y el RAM > 100 céls/mm³ eran predictores de bajo riesgo de bacteriemia75. Klaasen RJ y cols, midieron el riesgo de infección bacteriana signifi cativa en una población de 227 episodios de NF en niños con cáncer, concluyendo que un RAM > 100 céls/mm³, radiografía de tórax normal y ausencia de co-morbilidad al ingreso, se relacionaban con bajo riesgo de infección bacteriana signifi cativa (10% o menos)76. En Chile, se han desarrollado dos estudios colaborativos, prospectivos, multicéntricos en 447 y 263 episodios de NF, respectivamente; el primero con el objeto de crear un modelo predictor de riesgo y el segundo para validarlo. Se identificaron cinco variables al momento de una primera consulta, que en forma independiente están asociadas a un riesgo signifi cativamente mayor de IBI: concentración de PCR sérica > 90 mg/L, hipotensión arterial, leucemia en recaída, recuento de plaquetas < 50.000 céls/ mm³ e intervalo entre el término del último ciclo de QT y el inicio de la fi ebre < 7 días77,78. La validación de estos datos mostró que el modelo creado obtuvo una sensibilidad, especifi cidad, valor predictor positivo y valor predictor negativo de 92, 76, 82 y 90%, respectivamente78. Los datos acumulativos de estos dos estudios con 710 episodios de NF, permitieron generar una base sólida para proponer el uso de este modelo de predicción, orientado a la identifi cación de episodios de alto y bajo riesgo de IBI. Riesgo de sepsis: Se ha podido discriminar, dentro de los episodios de NF de alto riesgo de IBI, aquellos pacientes que presentan un riesgo mayor de desarrollar una sepsis. El grupo chileno realizó un estudio que propuso un modelo de predicción de riesgo de sepsis en base a: la edad de los niños (> 12 años), más las determinaciones de PCR cuantitativa (> 90 mg/L) y de IL 8 (> 300 pg/mL) al ingreso y a las 24 horas de evolución43. Riesgo de mortalidad: La mortalidad asociada a NF es del orden de 2 a 3% en niños, siendo mayor en Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 89 los pacientes con episodios de NF de alto riesgo. En un estudio retrospectivo de 12.446 fichas clínicas de pacientes bajo 21 años de edad que evaluó datos de egreso de hospitales de Estados Unidos de América con diagnóstico de cáncer o de NF, se reportó una mortalidad de 3% y los factores de riesgo asociados a esta fueron: edad < de un año o > 12 años, tipo de cáncer (leucemia mieloide y segundo cáncer), presencia de bacteriemia o sepsis, presencia de hipotensión arterial, de neumonía o EFI79. En el año 2007 se publicaron dos estudios prospectivos provenientes de América Latina, con el objetivo de identificar factores de riesgo asociados a mortalidad en niños con cáncer; ambos reportaron una mortalidad por NF de 2,5%. Uno de estos estudios, realizado en Argentina, identificó en una población de 714 episodios, tres factores: enfermedad de base avanzada, co-morbilidad y presencia de bacteriemia80. El otro estudio, realizado en Chile, identificó al momento del ingreso ocho variables relacionadas con riesgo de morir durante el episodio de NF en 561 episodios Tabla 2. Factores de alto riesgo de infección bacteriana invasora, sepsis y/o mortalidad en niños con cáncer, neutropenia y fiebre Edad > de 12 años Tipo de cáncer: leucemia, enfermedad de base en inducción, recaída o segundo tumor Intervalo entre el término del último ciclo de quimioterapia y el inicio de la fiebre < 7 días analizados: recaída de leucemia, hipotensión arterial, diagnóstico de sepsis, RAN < 100 céls/mm³, RAM < 100 céls/mm³, nitrógeno ureico > 18 mg/ dL, PCR sérica > 90 mg/L y positividad de cultivos obtenidos de un sitio estéril81. En sentido inverso, los factores relacionados con bajo riesgo de IBI en niños con NF son: predicción de la duración de la neutropenia < 7 días, ausencia de CVC, evidencia temprana de recuperación medular, enfermedad de base en remisión, ausencia de signos y/o síntomas de compromiso del SNC, temperatura < 39°C al ingreso, ausencia de dolor abdominal y buen estado general del paciente7. La Tabla 2 resume los factores de riesgo estudiados en niños con NF. Recomendación # 6 • Incorporar la categorización de riesgo de infección bacteriana invasora, sepsis y mortalidad al manejo cotidiano de los niños con NF (A I) • Utilizar como variables de alto riesgo: edad > 12 años; tipo de cáncer: leucemia, enfermedad de base en inducción, recaída o segundo tumor; intervalo entre el término del último ciclo de quimioterapia y el inicio de la fiebre < 7 días; predicción de duración de la neutropenia > 7 días; fiebre > 39°C; signos de sepsis, compromiso respiratorio y/o intestinal; co-morbilidad asociada; RAN < 100 céls/mm³; RAM < 100 céls/mm³; recuento de plaquetas < 50.000 céls/mm³; PCR sérica > 90 mg/L; IL 8 > 300 pg/mL; presencia de bacteriemia (A I). Predicción de duración de la neutropenia > 7 días Tratamiento anti-infeccioso empírico inicial Fiebre > 39°C axilar Los niños con NF deben recibir tratamiento antimicrobiano de amplio espectro y bactericida en forma rápida, ya que las infecciones en este tipo de hospederos progresan rápidamente y pueden ocasionar la muerte. La selección del tratamiento empírico debe basarse en las características epidemiológicas institucionales y el riesgo que presente el paciente6,7,82. Signos clínicos de sepsis Compromiso respiratorio y/o intestinal Co-morbilidad asociada RAN ≤ 100 céls/mm³ RAM ≤ 100 céls/mm³, Recuento de plaquetas ≤ 50.000 céls/mm³ Proteína C reactiva sérica ≥ 90 mg/L Interleuquina-8 > 300 pg/mL Presencia de bacteriemia Paciente con episodio de alto riesgo Todos los pacientes con episodios categorizados como de alto riesgo deben hospitalizarse y recibir antimicrobianos por vía intravenosa (iv)7. Varios estudios Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 90 comparativos han ensayado diferentes estrategias de tratamiento con eficacia semejante: monoterapia, terapia combinada con aminoglucósidos, y cualquiera de las anteriores con o sin terapia anticocáceas grampositivas (β lactámicos o glucopéptidos)82,83. Monoterapia: Las cefalosporinas de tercera o de cuarta generación con acción anti-pseudomónica (ceftazidima y cefepime), los carbapenémicos (imipenem o meropenem) y las penicilinas anti-pseudomónicas (piperacilina/tazobactam o ticarcilina/ ácido clavulánico) han sido igualmente efectivas para el tratamiento de los episodios de NF que los tratamientos combinados con aminoglucósidos7,84. Se recomienda seleccionar los agentes antimicrobianos en base a los datos epidemiológicos locales de susceptibilidad bacteriana. En los lugares donde exista alta prevalencia de infecciones por bacilos gramnegativos productores de β lactamasas de espectro extendido se recomienda el uso empírico de piperacilina/tazobactam y como segunda alternativa carbapenémicos7,85. En un metaanálisis reciente que incluyó tres ensayos, con asignación aleatoria en 263 niños con NF, pudo demostrarse que la mortalidad a los 30 días de los pacientes tratados con cefepime era mayor que la ocurrida en niños tratados con ceftazidima86. Se recomienda el uso de carbapenémicos como monoterapia en las siguientes situaciones: enteritis neutropénica; sepsis de origen abdominal; infección por Bacillus cereus; y administración parenteral de alguna cefalosporina de tercera generación los siete días previos. Los aminoglucósidos no se recomiendan para ser utilizados como monoterapia7,86-88. Tratamiento combinado (β lactámicos más aminoglucósidos) sin terapia anti cocáceas grampositivas (β lactámicos o glucopéptidos): En todo paciente con un episodio de alto riesgo se recomienda considerar en el tratamiento antimicrobiano empírico cobertura frente a P. aeruginosa89. La combinación de un ß lactámico de amplio espectro (ceftazidima, cefepime, meropenem, imipenem y piperacilina/ tazobactam) con un aminoglucósido (amikacina o tobramicina) han sido los regímenes recomendados7,84,90,91. Tiene la ventaja de ampliar el espectro antibacteriano, poseer un rápido efecto bactericida y reducir la emergencia de cepas resistentes a antimicrobianos durante el tratamiento92. Estrictamente, no se ha podido documentar el beneficio de la terapia combinada frente a bacilos gramnegativos82,93, y es posible que se relacione con una mayor cantidad de efectos adversos, fundamentalmente nefrotoxicidad82,94. En la actualidad existen condiciones donde la terapia combinada con un aminoglucósido es recomendada: sospecha de infección asociada a catéter, evidencia de sepsis e infección conocida por P. aeruginosa90. Tratamiento combinado con terapia anti cocáceas grampositivas (β lactámicos o glucopéptidos): La administración de β lactámicos con acción anti estafi locóccica (oxacilina/cloxacilina/cefazolina) en la terapia empírica inicial se basa en la vigilancia epidemiológica local. El uso de glucopéptidos (vancomicina o teicoplanina) en niños con NF debe estar limitado a indicaciones específicas, debido a la posibilidad de emergencia de microorganismos resistentes a vancomicina (p. ej.: Enterococcus spp). El estudio EORTC-NCI demostró que el no usar vancomicina en el tratamiento empírico inicial no influía en la morbimortalidad de pacientes con NF95. Un meta-análisis reciente demostró que el uso de glucopéptidos puede ser diferido hasta contar con la documentación microbiológica de la infección96. En algunas regiones se ha producido en la actualidad la emergencia de infecciones causadas por S. aureus resistente a meticilina, proveniente de la comunidad, cuyo tratamiento de elección es vancomicina, considerando que la tasa de resistencia a clindamicina de estas cepas en niños con cáncer supera el 30%97,98. Se recomienda el agregado de vancomicina en: • los pacientes con sospecha clínica de infección asociada a CVC • infección de piel y tejidos blandos en regiones geográficas donde exista una tasa de S. aureus resistente a meticilina de la comunidad mayor a 15% Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 91 • infección osteo-articular • infección en los tres últimos meses por S. pneumoniae resistente a cefalosporinas de tercera generación • evidencia de sepsis y bacteriemia por cocáceas grampositivas, previo a conocer la identificación final y la susceptibilidad de la cepa6,7,97,98. Paciente con episodio de bajo riesgo En los episodios de bajo riesgo se recomienda tratamiento con ceftriaxona sola o más amikacina. No se recomienda el uso empírico de cefalosporinas ni penicilinas con acción anti-pseudomónica, ya que riesgo de padecer una infección por P. aeruginosa en estos pacientes es extremadamente bajo, menor a 5%84,99. Igualmente puede contemplarse como alternativa el uso de una cefalosporina de cuarta generación (cefepime) como monoterapia. No se recomienda el uso de carbapenémicos (Figura 2). Diversos estudios prospectivos y randomizados han podido demostrar que los niños con NF de bajo riesgo pueden ser tratados con eficacia utilizando nuevas modalidades terapéuticas: tratamientos abreviados, secuenciales, orales y/o ambulatorios100-105. Los pacientes de bajo riesgo deben revalorarse a las 24 horas de haber comenzado el tratamiento parenteral. De persistir con criterios de bajo riesgo podrá rotarse el tratamiento a la vía oral (cefixima, acetil-cefuroxima o ciprofloxacina) y completar el tratamiento en esta modalidad106-109, o podrán mantener terapia ambulatoria con antimicrobianos iv de utilización cada 24 horas (ceftriaxona)110. La implementación de cualquiera de estas terapias que implique el manejo ambulatorio de los pacientes con NF de bajo riesgo es factible si el hospital a cargo cuenta con capacidad de respuesta los siete días de la semana, 24 horas al día, personal entrenado y población educada en estar alerta frente a signos clínicos que impliquen la necesidad de re consultar110,111. Figura 2. Tratamiento antimicrobiano empírico inicial del niño con neutropenia y fiebre. *El tratamiento deberá elegirse en base a las características epidemiológicas del lugar. **Se recomienda agregar vancomicina a los pacientes con: sospecha clínica de infección asociada a CVC, infección de piel y tejidos blandos en áreas donde exista una tasa de S. aureus resistente a meticilina de la comunidad > al 15%, infección osteo articular, infección en los tres últimos meses por S. pneumoniae resistente a cefalosporinas de 3ª generación, evidencia de sepsis y bacteriemia por cocáceas grampositivas, previo a la identificación final y evaluación de susceptibilidad. ***Optativo. • Evaluación clínica • Estudios complementarios • Categorización de riesgo Alto riesgo Bajo riesgo Hospitalizado Hospitalizado Terapia iv Terapia iv Ceftriaxona (+ amikacina)*** Ceftazidima, cefepima o piperacilina/tazobactam sólos o combinado con amikacina* Agregar β lactámico con acción antiestafilocóccica o glucopéptido en situaciones especiales** Alta Ambulatorio precoz Terapia iv u oral Ceftriaxona iv Cefixima oral Cefuroxima oral Ciprofloxacina oral Amoxicilina/ác. clavulánico oral Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 92 Estudios prospectivos y randomizados realizados en nuestro continente (Argentina y Chile) han mostrado que las terapias secuenciales (ivoral, hospitalizadoambulatorio) tienen eficacia similar a la modalidad de manejo hospitalario, con mejor evolución psico emocional y menores costos para los pacientes y los servicios de salud100,102,105,108-110. En la Tabla 3 podrán consultarse las dosis, intervalos y vías de administración de los principales antimicrobianos a utilizar en niños con NF de alto y bajo riesgo. Nota: Los pacientes con leucemia de reciente diagnóstico, sin haber recibido aún tratamiento quimioterápico, pueden presentar blastos en la sangre periférica. Aunque estos niños no cumplan estrictamente con la definición de neutropenia, el tratamiento antimicrobiano empírico deberá iniciarse ante la presencia de fiebre, foco clínico y/o signos de sepsis6,7. Es necesario enfatizar que los criterios de alto y bajo riesgo han sido validados para los episodios de NF post quimioterapia. Recomendación # 7 • Indicar tratamiento antimicrobiano empírico inicial en niños con NF en base a las características epidemiológicas en cada institución y a la categorización de riesgo (A II) • En niños con episodios de alto riesgo se recomienda tratamiento con un β lactámico con acción antipseudomónica (ceftazidima, cefepima, piperacilina/tazobactam) en forma única o combinado con un aminoglucósido, con o sin agregado de un β lactámico o glucopéptido con acción anti estafilocóccica (A I) • Se recomienda el uso de carbapenémicos como monoterapia sólo en las siguientes situaciones: enteritis neutropénica, sepsis de origen abdominal, infección por Bacillus cereus y administración parenteral de alguna cefalosporina de 3a generación en los siete días previos • En los pacientes con NF de bajo riesgo se recomienda monoterapia con ceftriaxona o combinación con amikacina durante las primeras 24-48 horas (A I) • Se recomienda agregar vancomicina a los pacientes con: sospecha clínica de infección asociada a CVC, infección de piel y tejidos blandos, en áreas donde exista una tasa de S. aureus resistente a meticilina de la comunidad > 15%, infección osteo-articular, infección en los tres últimos meses por S. pneumoniae resistente a cefalosporinas de 3ª generación, evidencia de sepsis y bacteriemia por cocáceas grampositivas, previo a la identificación final y evaluación de susceptibilidad (A I) Enfoque terapéutico del paciente con catéter venoso central La utilización de CVC de larga duración produce grandes beneficios en el cuidado diario de los niños con cáncer. La principal desventaja de su uso extensivo es la aparición de infecciones6. La incidencia de infecciones varía de acuerdo a la edad, el compromiso inmunológico y el tipo de catéter utilizado y oscila entre 0,6 y 27%112,113. Se considera infección del sitio de salida del catéter a la infección superficial (edema, eritema, calor y dolor) en un área comprendida hasta dos centímetros de la salida del dispositivo, en ausencia de infección sistémica114. Se considera infección del túnel a la que compromete el tejido celular subcutáneo (edema, eritema, calor, dolor y/o supuración) en un área comprendida más allá de los dos centímetros del sitio de salida del catéter, en ausencia de infección sistémica. Infección del reservorio es la que compromete el tejido celular subcutáneo sobre el mismo sitio de implantación, en ausencia de infección sistémica114. El diagnóstico etiológico de la infección se confirma mediante estudios microbiológicos (ver Evaluación de laboratorio, pág S 13). Los niños con infección del sitio de inserción que cursan con NF deben ser hospitalizados para efectuar tratamiento antimicrobiano por vía parenteral115, a través del mismo CVC. La infección del túnel o del reservorio del catéter requerirá siempre de la extracción del dispositivo y de tratamiento antimicrobiano por vía parenteral114-118. En el caso de realizar un diagnóstico de infección sistémica se recomienda la extracción del catéter en las siguientes circunstancias: • sepsis y/o shock séptico sin otro foco clínico asociado, • falta de respuesta al tratamiento antimicrobiano (persistencia de hemocultivos positivos luego de 72 horas de tratamiento parenteral apropiado a través del catéter), Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 93 Tabla 3. Dosis, intervalo y vía de administración de los antimicrobianos en niños con neutropenia febril de alto y bajo riesgo Antimicrobiano Dosis (mg/kg/día) Vía de administración Intervalo de administración (horas) Dosis máxima diaria (gr) Ceftriaxona 75 - 100* iv 24 4 Cefotaxima 100 - 300* iv 6 12 Ceftazidima 100 - 150* iv 8 6 Cefepima 100 - 150* iv 8 2 β lactámicos Acetil-cefuroxima Cefixima 30-50 vo 12 1,5 8 vo 24 400 Meropenem 60 - 120* iv 8 6 Imipenem 60 - 100* iv 6 2 Ampicilina 100 - 400* iv 6 12 Cloxacilina 100 iv 6 8 Flucloxacilina 50 vo 8 3 100.000 - iv 6 12 millones Penicilina G UI 250.000 UI Piperacilina/tazobactam 200/400 iv 6 12 vo 8-12 3 15 - 20 iv 24 1,5 40 - 60* iv 6 2 20 - 30 iv/vo** 8-12 1,5/800 mg (de piperacilina) Amoxicilina/ácido clavulánico 50 - 100 (de amoxicilina) Aminoglucósidos Amikacina Glucopéptidos Vancomicina Quinolonas Ciprofloxacina Macrólidos Eritromicina Claritromicina Sulfas Cotrimoxazol*** 40 vo 6 2 10 - 20 vo 12 1 100 de sulfa iv o vo 6 40 de trimetoprim 3,2 640 mgr * Dosis mayor indicada en infecciones del sistema nervioso central. ** Separado de alimentos lácteos por lo menos una hora. *** Dosificación y frecuencia terapéutica en enfermedad por P. jiroveci. • complicación asociada: osteomielitis, endocarditis, embolia séptica o formación de abscesos e • infección fúngica (p. ej.: Candida spp)114,116,119. En los pacientes con infecciones por S. aureus se deberá valorar, en cada caso, la decisión de extraer el catéter. Los resultados de estudios sobre el tema son controvertidos. Se ha demostrado que los pacientes con bacteriemia por S. aureus asociada a catéter, donde el mismo ha permanecido en su sitio, presentaron alta tasa de complicaciones se- cundarias asociadas (p. ej.: osteomielitis)119. Otros estudios han demostrado un resultado favorable Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 94 (67% de éxito) en el tratamiento de esta entidad sin remover el catéter114. Se recomienda un manejo conservador (mantener el catéter en su sitio) en casos de bacteriemia no complicada, con buena respuesta al tratamiento en las primeras 72 horas, trombocitopenia grave o en el caso de ser imposible conseguir accesos venosos114,116,117,120,121. Debe realizarse cobertura antimicrobiana frente a S. aureus resistente a meticilina y P. aeruginosa cuando exista fuerte sospecha de infección asociada al CVC. El tratamiento antimicrobiano se ajustará a las 24 - 48 horas, en base al patógeno identificado y su patrón de susceptibilidad, y se prolongará por 14-21 días, de acuerdo a la evolución clínica, la presencia o no de complicaciones y el agente causal117-120. La experiencia en niños con el uso de antimicrobianos dentro del catéter (lock therapy), es limitada para recomendar su uso rutinario. La recomendación de expertos es utilizarla, especialmente en las infecciones por Staphylococcus coagulasa-negativa119 (Figura 3). Recomendación # 8 • Ante la sospecha de infección relacionada a CVC, realizar los estudios microbiológicos para confirmar la infección, internar al paciente e indicar tratamiento antimicrobiano parenteral a través del catéter (A II) • Incluir cobertura antimicrobiana contra Staphylococcus spp resistente a meticilina y P. aeruginosa en el tratamiento empírico inicial (A II) • Se recomienda retirar el CVC cuando exista: sepsis y/o shock séptico sin otro foco clínico asociado; falta de respuesta al tratamiento anti-infeccioso (persistencia de hemocultivos positivos luego de 72 horas de tratamiento parenteral apropiado a través del catéter); complicación supurada asociada: osteomielitis, endocarditis, embolia séptica o formación de abscesos; infección fúngica (p. ej.: Candida spp) (B II) Enfoque terapéutico del niño con infi ltrado pulmonar Para indicar el tratamiento antimicrobiano en pacientes con NF e infiltrado pulmonar, en primera instancia se deberá valorar el tipo de infiltrado que presenta el paciente. Si el mismo es localizado, se deberá indicar tratamiento antimicrobiano luego de haber tomado las muestras para diagnóstico (ver capítulo Evalua- Figura 3. Manejo del niño con neutropenia febril (NF) y catéter venoso central (CVC) de larga duración. #Tomar hemocultivos del CVC y periféricos, para técnica de tiempo diferencial (ideal) o de cultivos cuantitativos. *El tratamiento antimicrobiano deberá incluir un glucopéptido y cobertura contra P. aeruginosa. NF en un niño con CVC Con infección local complicada Examinar la zona del catéter Infección del túnel o Infección local reservorio, tromboflebitis, sepsis no complicada y/o infecciones secundarias Sin infección local Tratamiento de la NF Ver Figura 1 Hemocultivos CVC y periféricos# Hemocultivos CVC y periféricos# Extraer el catéter y enviar a cultivo Mantener CVC in situ Tto antimicrobiano iv * Tto antimicrobiano a través del CVC* Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 95 ción de laboratorio, página S 13). Se recomienda la administración de una cefalosporina de tercera generación, con o sin el agregado de un aminoglucósido7,122. En las áreas donde la tasa de infección por S. aureus resistente a meticilina proveniente de la comunidad sea > al 15% y exista sospecha clínica y radiológica de esta infección (ej. compromiso bilateral, empiema pleural asociado, sepsis, artritis y osteomielitis asociada), deberá considerarse el uso de un glucopéptido. Remarcamos que se deberá hacer uso prudente de este último antimicrobiano. En caso que el infi ltrado sea difuso se sugiere considerar la etiología viral como una alternativa muy probable, realizar el estudio pertinente para búsqueda de etiología, a través de LBA e iniciar el tratamiento antimicrobiano de amplio espectro indicado anteriormente, complementado con un macrólido (eritromicina, claritromicina) y cotrimoxazol7,122. Si el infiltrado es localizado refractario o tardío, se recomienda sospechar una EFI, tomar biopsia de tejido e iniciar el tratamiento correspondiente (ver capítulo terapia antifúngica). Recomendación # 9 • Clasificar el tipo de infi ltrado pulmonar en localizado o difuso (A II) • Realizar LBA o biopsia pulmonar para el diagnóstico etiológico, de acuerdo al tipo de infiltrado y su aparición en el tiempo (A II) • Iniciar tratamiento empírico, que incluya una cefalosporina de 3a generación en casos de infiltrado localizado, adicionando un macrólido y cotrimoxazol si el mismo es difuso, y terapia antifúngica si el infiltrado es refractario o tardío (A II) Seguimiento del paciente con neutropenia febril Todos los niños que cursan con NF deben ser evaluados en forma diaria hasta que el RAN sea ≥ 500 céls/mm³ y se encuentren sin fiebre. La eficacia del tratamiento antimicrobiano empírico deberá ser evaluada luego de 72 horas (4º día) en los pacientes de alto riesgo y a las 24-48 horas en los niños con episodios de bajo riesgo6-8. La evolución se catalogará en base al control de diferentes variables: • Evaluación clínica: Control de estado general, curva térmica, estado hemodinámico y hallazgos al examen físico. • Evaluación de laboratorio: La medición de PCR sérica es recomendable en los primeros tres días en forma diaria37-40. El RAN y el RAM, así como el recuento de plaquetas, se realizará en general dos veces por semana, o más seguido en situaciones especiales, según indicación del médico oncólogo, hasta que la cifra de RAN sea ≥ 500 céls/mm³, la de RAM ≥ 100 céls/mm³ y la de plaquetas ≥ 50.000 céls/mm³ 6-8. • Evaluación microbiológica: Considerar los resultados microbiológicos para los ajustes de la terapia antimicrobiana. Se recomienda además, siempre que sea posible, repetir la toma de muestra de los exámenes microbiológicos que hayan resultado positivos hasta lograr su negativización. Habitualmente la media de duración de la fiebre en episodios de alto riesgo es entre 5 y 7 días y en episodios de bajo riesgo de 2 a 3 días6. Episodios de alto riesgo. La primera evaluación se realiza luego de 72 horas de terapia antimicrobiana (4º día). En caso que la evolución clínica haya sido favorable y no se hayan aislado cocáceas grampositivas o P. aeruginosa en los hemocultivos se sugiere el retiro de la cobertura con glucopéptidos o antimicrobianos anti-pseudomónicos si hubieran sido indicados al ingreso6-8 (Figura 4). En caso de evolución clínica desfavorable, se volverá al análisis clínico y de laboratorio sugerido al ingreso, y se ajustará la terapia antimicrobiana de acuerdo a los hallazgos clínicos, microbiológicos y a la epidemiología de las infecciones en el lugar de trabajo. Todo este análisis se volverá a repetir al 7º día de evolución, realizando los estudios y ajustes necesarios nuevamente. Es particularmente importante la posibilidad de una EFI en pacientes que permanecen con fiebre y neutropenia en estas evaluaciones (ver Tratamiento antifúngico empírico). Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 96 Episodios de bajo riesgo. Los pacientes con episodios de bajo riesgo deben revalorarse a las 24 horas de haber comenzado el tratamiento parenteral, con el fin de confirmar su categorización como episodio de bajo riesgo. Para esto se requiere un examen clínico detallado y la determinación de una segunda medición de PCR cuantitativa. El resto de los parámetros de bajo riesgo comprendidos en la historia clínica no variarán en esta segunda evaluación. La reafirmación de bajo riesgo a las 24 horas de evolución en un episodio de NF es importante porque si la consulta fue muy precoz, el paciente puede haber experimentado variaciones clínicas y de laboratorio en sus primeras horas de evolución que son relevantes de pesquisar. La categorización de riesgo luego de 24 horas de tratamiento implica la posibilidad de realizar terapias selectivas, como tratamiento ambulatorio con antimicrobianos orales o parenterales (Figura 2). La implementación de manejo ambulatorio en los niños con NF de bajo riesgo es posible si el hospital a cargo cuenta con capacidad de respuesta los siete días de la semana, 24 horas al día, personal entrenado y población educada en estar alerta frente a signos clínicos que impliquen la necesidad de re consultar. Recomendación # 10 • El tratamiento de los pacientes con episodios de alto riesgo deberá revalorarse luego de 72 horas (4º día) y si es de bajo riesgo, luego de 24 horas (2º día) (AI) • El tratamiento se ajustará de acuerdo a la evolución clínica, hematológica y microbiológica (B II) Criterios para la suspensión del tratamiento antimicrobiano Pacientes con episodios de alto riesgo: La terapia antimicrobiana se extenderá hasta que el niño esté al menos 48 horas afebril y con un RAN en ascenso (preferentemente ≥ 500 céls/mm³) por dos días consecutivos, completando al menos siete días de tratamiento6-8. En los pacientes que se han tornado afebriles pero que persisten neutropénicos, la dura- ción del tratamiento está menos definida. Algunos autores recomiendan continuar con la terapia hasta los 14 días de haber comenzado el episodio7. En este caso, si luego de 14 días el niño sigue afebril y con neutropenia grave, se suspenderá el tratamiento antimicrobiano. Pacientes con episodios de bajo riesgo: La duración del tratamiento antimicrobiano se hará en cada paciente de acuerdo a la evolución de la curva térmica, la aparición de algún foco clínico, los resultados de la microbiología y la evolución del RAN6-8. Existen variadas referencias en la literatura médica sobre estrategias de manejo selectivo en niños con NF de bajo riesgo, con éxito terapéutico: alta precoz, tratamientos acortados, manejo ambulatorio, uso de antimicrobianos orales99-111. Los niños que cursan episodios de bajo riesgo, sin foco de infección, recibirán el tratamiento hasta permanecer 24 horas sin fiebre y tener RAN en ascenso, siempre con una cifra > 100 céls/mm³. En los niños en que se certifique la presencia de una infección viral, en ausencia de criterios clínicos de gravedad, se justifica suspender precozmente el tratamiento antimicrobiano101,102. La estrategia de hospitalizaciones acortadas y alta precoz ha demostrado ser beneficiosa para el niño, ya que evita el hospitalismo y la posibilidad de infección nocosomial; es más confortable para el paciente y disminuye los costos de salud. En nuestro continente, dos estudios argentinos, prospectivos, randomizados, compararon el tratamiento secuencial con ceftriaxona iv y cefixima oral versus tratamiento con ceftriaxona iv y ciprofloxacina iv administrada a las 24 horas en su domicilio, sin internación. En ambos se vio una tasa de éxito > 95%108,109. En Chile, un estudio multicéntrico, mostró que el manejo ambulatorio luego de un alta precoz, con hospitalización de 48-72 horas, era tan eficaz como el manejo hospitalizado, y significativamente más económico110. El concepto general es que estos estudios demostraron que los niños con NF de bajo riesgo pueden ser tratados en forma ambulatoria y con tratamientos secuenciales en un hospital público en Latino- Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 97 américa. El fracaso de tratamiento ambulatorio en este tipo de estudios se ha visto reflejado en que el paciente ha debido ser internado, manejado en salas generales, pero sin requerimientos de terapia intensiva y sin mortalidad asociada109-111. Es importante considerar que para la realización de este tipo de tratamiento, se debe contar con una infraestructura mínima de atención de pacientes con cáncer, disponer de oncólogo para su consulta permanente y categorizar apropiadamente al paciente y su familia antes de indicar el tratamiento (p. ej.: cercanía del hospital, medio de transporte adecuado o disponibilidad de teléfono para su contacto)6-8,109-111. Los niños se controlarán hasta que su episodio haya terminado, esto es cuando su RAN sea ≥ 500 céls/ mm³ o haya terminado su tratamiento antimicrobiano (Figura 4). Recomendación # 11 • La terapia antimicrobiana en los pacientes con episodios de alto riesgo se extenderá hasta que el niño esté al menos 48 horas afebril y con un RAN en ascenso (preferentemente ≥ 500 céls/ mm³) por dos días consecutivos (B II) • En los episodios de bajo riesgo se podrá rotar el tratamiento a la vía oral con cefixima, acetil-cefuroxima o ciprofloxacina a las 24-48 horas (A I) • En los episodios de bajo riesgo, diagnóstico certificado de infección viral y ausencia de criterios de gravedad, se justifica suspender el tratamiento antimicrobiano (AII) • El tratamiento ambulatorio de los pacientes con NF de bajo riesgo es una alternativa útil y confortable para el paciente, que se practicará si la realidad institucional de atención de estos niños es apropiada (A I) Figura 4. Evaluación del tratamiento del niño con neutropenia febril. #La revaloración del tratamiento se hará de acuerdo al tipo de terapia inicial indicada, los hallazgos clínicos y microbiológicos y las características epidemiológicas del lugar. *Indicar estudios microbiológicos, fondo de ojo, prueba de galactomanano e imágenes (TAC o RM). FOD: fiebre de origen desconocido. Alto riesgo Bajo riesgo Revaloración del tratamiento al 4º día de evolución Revaloración a las 24 horas • Mantiene criterios de bajo riesgo • Hemocultivos negativos Evolución favorable Evolución desfavorable Tratamiento mínimo 7 días. Suspender con 48 horas afebril y RAN en ascenso Revalorar el tratamiento antimicrobiano# Con foco clínico FOD Buena evolución al 7º día Persistencia de la fiebre al 5 - 7º día Tratamiento del foco infeccioso Suspender ceftriaxona e indicar cefixima o ciprofloxacina o acetil-cefuroxima vo Búsqueda de enfermedad fúngica invasora* Eventual indicación de terapia antifúngica Suspender el tratamiento con 24 horas afebril y RAN ≥ 100 céls/mm³ Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 98 Tratamiento antifúngico empírico Aquellos pacientes que permanecen con fiebre luego de 72 horas de haber recibido una terapia antibacteriana adecuada, son evaluados al 4º día de evolución del episodio. Si en ellos además se espera que la neutropenia dure más de siete días, se recomienda una evaluación exhaustiva en búsqueda de una EFI y eventualmente el inicio de tratamiento empírico con antifúngicos9,74. El riesgo de EFI es mayor en: • los pacientes aguda123 con leucemia mieloblástica • aquellos con neutropenia prolongada y profunda que reciben terapia antibacteriana de amplio espectro124,125 • pacientes con daño de la mucosa oral y presencia de lesiones de piel126,127 • niños residentes en regiones endémicas de ciertas especies de hongos128 • pacientes portadores de CVC129,130 • niños con un proceso febril nuevo durante la recuperación de la neutropenia, con imágenes parenquimatosas sospechosas de una EFI en pulmones, senos paranasales, hígado, bazo, riñones y SNC. Antes del inicio de la terapia antifúngica, se deben hacer todos los esfuerzos para diagnosticar una posible EFI mediante: un examen clínico detallado, fondo de ojo, búsqueda de hifas o pseudohifas en orina, hemocultivos, determinación seriada de antígeno GM de Aspergillus spp en sangre, estudio de diversos parénquimas por imágenes: TAC de pulmón, senos paranasales, abdomen, cerebro, LBA si corresponde (ver Evaluación de laboratorio, pág S 13), biopsia y cultivo de lesiones de piel u otros parénquimas, de acuerdo a la orientación clínica. Una vez decidida la administración de la terapia antifúngica empírica, el siguiente paso es la selección apropiada del fármaco, para lo que se deben considerar varios factores. Estos son: localización de la infección, rapidez de la progresión de la misma, pato- logías concomitantes (daño de mucosa, lesiones en la piel, localización en pulmones y senos paranasales), uso previo de fluconazol u otros azoles (voriconazol, posaconazol), régimen quimioterápico, función renal y hepática131,132. Las causas más frecuentes de EFI son Candida spp y Aspergillus spp133. El antifúngico más asequible, con adecuado perfil de actividad contra Candida es anfotericina B deoxicolato, cuya limitación es su nefrotoxicidad. Las formulaciones lipídicas de anfotericina B (anfotericina liposomal, anfotericina en complejo lipídico y anfotericina en dispersión coloidal) no son nefrotóxicas, y su limitación es su alto costo. Otra opción de terapia antifúngica empírica es fluconazol, excepto en pacientes que lo hayan recibido previamente como profilaxis, por la eventual aparición de especies de Candida resistentes (C. krusei o C. glabrata)134-136. Fluconazol no tiene actividad frente al género Aspergillus. Otros agentes eficaces para terapia empírica de EFI son voriconazol137 y el grupo de equinocandinas (caspofungina, anidulafungina, micafungina)138. Si se sospecha que el paciente tiene aspergilosis, el antifúngico de elección es voriconazol y de segunda línea son anfotericina liposomal y equinocandinas132 (Dosis, vías de administración e intervalos de los antifúngicos en la Tabla 4). En caso de zigomicosis, se sugieren dosis altas de anfotericina liposomal o posaconazol139,140. En lo posible, se debe optar por antifúngicos poco tóxicos y se sugiere precaución con las interacciones con otros fármacos que el paciente ya está recibiendo. Ejemplo clásico de esto es la competencia por la enzima citocromo P450 de la vincristina y los azoles132,137. Los efectos adversos de anfotericina B deoxicolato son comunes y están relacionados con la velocidad de la infusión, siendo la toxicidad renal el efecto adverso más frecuente. Estos efectos se pueden prevenir o aminorar realizando una infusión en 4-6 horas, aportando hidratación previa con solución salina (NaCl al 9‰) y efectuando premedicación con anti infl amatorios no esteroidales o usando hidrocortisona antes y/o durante la infusión141,142. Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 99 Tabla 4. Dosis, intervalo y vía de administración de los antifúngicos en niños con neutropenia febril Antifúngico Anfotericinas Anfotericina B deoxicolato Anfotericina liposomal Anfotericina complejo lipídico Anfotericina dispersión coloidal Azoles Fluconazol Itraconazol Voriconazol 600 VO Posaconazol Dosis (mg/kg/día) Vía de administración Intervalo de administración (horas) Dosis máxima/día 0,5-1 3-5 2,5-5 3-5 iv iv iv iv 24 24 24 24 50 500 500 500 6-12 3-8 14 iv/oral iv/oral iv/oral 24 24 12 600 800 800 IV ≤ 34 kg: 4,5-6/9-12* > 34 kg: 200/400** oral 6/12 6/12 800 800 Equinocadinas Caspofungina 70-50*** mg/m2 iv 24 70 1 Anidulafungina 3-1,5*** iv 24 200/100*** Micafungina 2-4 iv 24 325 *En ≤ 34 kg, usar 4,5-6 mg/kg/día cada 6 horas, o 9-12 mg/kg/día cada 12 horas, dependiendo de la tolerancia. **En > 34 kg, usar dosis de adultos, 200 mg cada 6 horas, o 400 mg cada 12 horas, dependiendo de la tolerancia. ***Dosis de carga/dosis de mantención. 1no licenciado aún para uso pediátrico. Las combinaciones de antifúngicos, aunque se usan en la práctica clínica para pacientes con EFI e inmunocompromiso profundo, no se recomiendan rutinariamente143,144. Se están realizando en la actualidad estudios randomizados y controlados para evaluar su eventual beneficio. Los factores a considerar para la duración del tratamiento antifúngico son la resolución de la fiebre, la mejoría clínica de acuerdo a la localización de la infección, los resultados de los estudios de imágenes, la curva de GM cuando corresponda y la negativización de los cultivos. La duración del tratamiento en una EFI demostrada, con compromiso parenquimatoso, deberá ser por lo menos de 4 a 6 semanas, o hasta que desaparezcan las imágenes anormales. Si se inició uso empírico de antifúngicos y no se logra demostrar una EFI (imágenes, búsqueda de antígenos y cultivos negativos) el tratamiento será suspendido luego de terminar esta búsqueda, con un máximo de 14 días7. Si el paciente ha tenido una EFI demostrada, se debe instaurar una profilaxis antifúngica secundaria efi- caz durante los sucesivos episodios de neutropenia post quimioterapia que el niño presente en el curso del tratamiento de su cáncer, conducta que se basa en la alta tasa de reactivación de las EFI frente a los períodos de neutropenia grave131,132,145. Recomendación # 12 • Realizar un exhaustivo estudio en búsqueda de EFI en los pacientes con episodios de NF de alto riesgo, que continúen con fiebre y neutropenia al 4º día de evolución (BII) • Se sugiere indicar tratamiento antifúngico empírico en los pacientes que permanezcan con fiebre a pesar de la terapia antibacteriana adecuada al 7º día de evolución del episodio (B II) • Anfotericina B deoxicolato continúa siendo una indicación efectiva en pediatría (A II). Son alternativas efi caces: formulaciones lipídicas de anfotericina B, fluconazol, voriconazol o equinocandinas (A II) • Frente al diagnóstico de aspergilosis probada, probable o posible, el tratamiento de elección es voriconazol (A I) • El tratamiento antifúngico empírico se prolongará hasta que el paciente haya recuperado su RAN (>500 céls/mm³), se haya descartado el diagnóstico de EFI o la lesión se haya resuelto (A III) Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 100 Quimioprofilaxis Profilaxis contra infecciones bacterianas El uso de antimicrobianos en forma de profilaxis no se recomienda en niños con cáncer. El grupo de enfermedades infecciosas de la Sociedad Italiana de Oncohematología realizó el primer estudio clínico, multicéntrico, prospectivo, aleatorio, placebocontrol buscando responder si la quimioprofilaxis con amoxicilina/ácido clavulánico es de utilidad en niños con NF146. Los resultados no mostraron superioridad sobre el placebo en un estudio con muestra pequeña para demostrar poder estadístico. No existen estudios clínicos, aleateorios y controlados, de profilaxis con fluoroquinolonas en niños para comparar con los datos publicados en población adulta. En un estudio realizado en Italia, se evaluó la resistencia antimicrobiana de bacilos gramnegativos en niños con cáncer en hospitales en que los adultos en tratamiento con QT usaban o no profi laxis con fluoroquinolonas. Se vio mayor proporción de resistencia a ciprofloxacina, ceftazidima e imipenem en el centro con indicación de profilaxis que en el centro con uso restringido (37 versus 11%, p = < 0,001)147. La emergencia de resistencia bacteriana constituye un factor preocupante, tanto en adultos como en niños, para la profilaxis con fluoroquinolonas. La indicación para profilaxis antibacteriana secundaria no está documentada en adultos ni en niños. Profilaxis contra Pneumocystis jiroveci Es aceptado el uso de cotrimoxazol en la prevención de infecciones oportunistas por microorganismos intracelulares, especialmente P. jiroveci, tanto en adultos como en niños, con compromiso de inmunidad celular por uso de QT o terapia corticoesteroidal prolongada. Se recomienda administrar 20 mg/kg/día de sulfa (4 mg/kg/día de trimetoprim), en una dosis diaria, tres veces por semana, durante la QT, hasta luego de seis meses de haberse completado la misma148,149. Profilaxis contra infecciones fúngicas Los estudios iniciales ensayaron el uso oral de anfotericina B, nistatina, ketoconazol o clotrimazol. No se pudo demostrar eficacia en prevenir infecciones sistémicas, a pesar que la terapia disminuyó la colonización local. Estos agentes no son recomendados para uso profiláctico150. Fluconazol es el antifúngico más evaluado con fines profilácticos en niños con cáncer y su uso rutinario no está indicado. Este antifúngico ha mostrado reducir la incidencia de infecciones fúngicas superficiales, pero probablemente aumente la colonización por C. glabrata y C. krusei151. Como contrapartida, existe consenso en la indicación de profilaxis antifúngica secundaria, la que busca disminuir la probabilidad de reactivación de micosis profundas en pacientes con antecedente de EFI comprobada o probable durante episodios previos de NF131,132,145. Profilaxis antiviral No existen estudios clínicos controlados comparando estrategias profilácticas con fármacos antivirales versus placebo en niños en QT. Respecto a virus respiratorios, la única profi laxis recomendada es el uso de oseltamivir para prevenir infección por virus infl uenza, dado el alto riesgo de complicaciones y mortalidad asociadas152-154. Oseltamivir ha sido evaluado en 1.500 niños sanos demostrando relativa seguridad y sólo en un estudio se evaluó su efecto preventivo, con una eficacia de 55%155. El único estudio observacional prospectivo en Japón, en 29 niños inmunocomprometidos por QT y tres niños sometidos a TPH, sugiere utilidad cuando se usa en forma diaria por ocho semanas, con buena tolerancia y mínimos efectos gastrointestinales156. Se recomienda el uso de oseltamivir profiláctico: • Durante las dos primeras semanas tras la administración de vacuna contra influenza, si hay actividad de la enfermedad en la comunidad. • Cuando la inmunización contra influenza, está contraindicada. • Si los familiares u otras personas en contacto cercano no están inmunizados. • Para el control de brotes en sitios que albergan niños de alto riesgo en contacto con personas no inmunizadas. Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 101 • En niños de alto riesgo, familiares y trabajadores de salud en contacto, cuando las cepas circulantes son diferentes a las de la vacuna. • Como complemento de la inmunización157. Aciclovir profiláctico en varicela. Ante la exposición indeseada al VVZ, la indicación de elección en niños inmunocomprometidos es administrar inmunoglobulina específica contra VVZ dentro de las 96 horas de la exposición. Esta recomendación está limitada por la escasa disponibilidad del producto en los medios locales, requiriéndose con frecuencia efectuar importaciones con carácter de urgencia. El uso alternativo de antivirales como profilaxis post-exposición, no está apoyado en estudios aleatorios aunque la experiencia no controlada sugiere que pueden ser una estrategia razonable en estas circunstancias. Se recomienda la administración de aciclovir, 80 mg/kg/día durante siete días, desde el octavo día después de la exposición, en pacientes inmunocomprometidos carentes de inmunidad específica adquirida por enfermedad previa o inmunización158-161. Recomendación # 13 • No se recomienda la administración de profilaxis antibacteriana, antiviral o antiparasitaria en forma rutinaria (D II) • Debe indicarse profilaxis con cotrimoxazol para la prevención de infecciones por P. jiroveci a todos los pacientes con QT en etapa de inducción (A II) Medidas de cuidado general del paciente Tipo de habitación De preferencia, individual para minimizar la exposición a patógenos transmisibles. De no disponerse de ésta, el paciente podrá ser manejado en habitación compartida162. Los pacientes con infecciones por VVZ no deberán ser ingresados a las unidades de oncología158,159,168. Ambiente protegido Se entiende como tal el uso de habitaciones individuales que cuenten con filtros de aire de muy alta eficacia (High Effi ciency Particulate Air-HEPA) asociado a presión positiva con más de 12 renovaciones de aire por hora. Existen otras alternativas de filtración de aire de menor eficiencia y de costo más asequible, como los filtros portátiles, que pueden utilizarse con los siguientes requisitos: seleccionar aquellos que recirculen todo o casi todo el aire, que provean más de 12 cambios de aire por hora; no reutilizar filtros que han sido previamente usados en zonas de construcciones, y ubicar el equipo portátil de manera que filtre todo el aire de la habitación162-167. El ambiente protegido con filtros HEPA ha demostrado su eficacia sólo en la prevención de aspergilosis, si bien parece razonable pensar que el aire filtrado puede disminuir la incidencia de otras infecciones transmitidas por vía aérea168,169. El ambiente protegido no es necesario para la mayoría de los pacientes que están cursando episodios de NF. Sólo se recomienda en aquellos casos en que exista alto riesgo de infección por Aspergillus spp, como son los pacientes receptores de TPH alogénico, pacientes en los cuales es predecible una neutropenia prolongada (> de 15 días) y los que experimentarán una intensa mucositis post-QT168,169. En hospitales con áreas de construcción y remodelación deben utilizarse barreras impermeables que separen la zona de faenas de construcción de las de hospitalización. Es importante además que no exista comunicación por los sistemas de ventilación entre la zona de obras y la de hospitalización164-167. Si los pacientes deben ser transportados fuera de su habitación, podrían beneficiarse del uso de mascarilla de alta eficiencia170. Limpieza El ambiente debe estar limpio, enfocándose en remover los microorganismos que sobreviven en éste. Se recomienda tener guías escritas sobre los servicios ambientales. La limpieza será diaria, evitando métodos que generen polvo, y se realizará por personal confiable y entrenado. Se deben utilizar desinfectantes de uso hospitalario y evitar el uso de alfombras171. Agua y comida Se recomienda el consumo de agua hervida y alimentos cocidos para los pacientes inmunocomprometidos171. Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 102 Higiene de manos Es la medida más importante para reducir la transmisión de microorganismos entre una persona y otra. Aunque el lavado de manos con jabón líquido común reduce significativamente el número de microorganismos presentes en las manos, hay evidencias que la higiene con productos antisépticos produce una mayor reducción de colonización, particularmente de la microbiota residente172. Los preparados con base en alcohol remueven los microorganismos más efectivamente, requieren menos tiempo e irritan menos la piel que el uso de jabón con otros antisépticos y agua173. Se recomienda su uso como alternativa para la higiene de manos, siempre y cuando las manos no estén visiblemente sucias. Se debe recordar que el alcohol no destruye las esporas (p. ej.: C. difficile) por lo que, de sospecharse contaminación con las mismas (situaciones epidemiológicas con presencia de enfermedad o colonización de pacientes por C. difficile en la unidad clínica), se prefiere el lavado de manos con agua y jabón174. La higiene de manos deberá realizarse siempre antes y después del contacto con el paciente y antes de realizar cualquier procedimiento. Es importante mantener las uñas cortas y limpias, no usar anillos, relojes ni pulseras, que pueden actuar como reservorio y dificultar la limpieza de las manos y antebrazos172-175. Uso de guantes, mascarilla y bata Deben ser utilizados como parte de las precauciones estándares176. Se recomienda el uso de mascarilla para el personal si presenta infección de vías aéreas mientras asiste al paciente, y para el paciente si sale de su habitación para estudios y procedimientos. La mascarilla será de uso individual, de papel con material sintético para filtración (quirúrgica) y desechable. No es necesario utilizar mascarillas de alta eficiencia por parte del personal de salud si no hay una indicación específica168-170. Higiene corporal Son importantes las medidas de higiene corporal como ducha diaria, higiene perineal luego de eva- cuar deposiciones y el lavado frecuente de manos. También se recomienda la higiene oral buscando especialmente un efecto de arrastre mediante enjuagues con solución salina fisiológica estéril y bicarbonato de sodio, el uso de un cepillo de cerdas suaves, y la higiene dental con eliminación de focos infecciosos168,169. Visitas Los acompañantes no deben estar cursando enfermedades transmisibles, no es recomendable la asistencia de niños y, en general, las visitas se restringirán a un número de personas que el personal de salud sea capaz de educar y supervisar. Otros Los objetos de uso personal diario por el paciente y los juguetes deberán ser lavables y mantenerse limpios, no deben retener agua, las revistas y periódicos deben ser de uso individual, preferentemente nuevos y estar limpios177. No se deben permitir flores ni plantas en la habitación del paciente, ya sean frescas o secas169. No hay recomendaciones específicas sobre uso de equipos electrónicos, teléfonos celulares, etc. Pareciera lógico recomendar su uso personal y que los equipos a usar estén debidamente limpios. En el hogar, si el paciente tiene una mascota se debe minimizar el contacto con ella. Se recomienda que la alimentación y limpieza de la mascota la realicen personas inmunocompetentes178,179. Recomendación # 14 • Los pacientes, de preferencia, se internarán en habitación individual (B I) • La habitación deberá ser higienizada en forma diaria (B III) • Se recomienda que el paciente con NF ingiera comidas cocidas, con bajo contenido de microorganismos (B III) • La higiene de manos deberá realizarse siempre antes y después del contacto con el paciente, y antes de realizar cualquier procedimiento (A I) Agradecimientos: A Carla Odio, Presidente Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (2007-2009), Greta Miño, Presidente Sociedad Lati- Diagnóstico y tratamiento de la neutropenia febril en niños con... / Paganini H. y Col. 103 noamericana de Infectología Pediátrica (2009-2011), Pío López, Presidente Curso Internacional de Infectología Pediátrica, mayo 2008, Cali, Colombia. Referencias 1. The Montevideo Document. International Society of Pediatric Oncology. SIOP News 1991; 17: 32-3. 2. Scopinaro M, Casak S. Paediatric oncology in Argentina: medical and ethical issues. 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Producto del 2º embarazo, de madre de 35 años de edad. Nació saludable luego de cesárea programada por presentación podálica. Alimentación con lactancia materna exclusiva. Recibió vacuna BCG. Ingresó al Servicio de Neonatología por presentar, una semana previa a su internación dificultad respiratoria, tos, irritabilidad y rechazo al seno materno. A su ingreso se observó mal estado general, hipoactividad, hipotérmia, signos de deshidratación y sobre todo llamó la atención la taquipnea y los datos de dificultad respiratoria: retracción intercostal, costal y aleteo nasal. A la auscultación pulmonar se comprobó murmullo vesicular disminuido y estertores bilaterales. El resto del examen clínico fue normal. La radiografía PA y lateral de tórax fue normal, figura # 1; como también fueron normales los demás estudios de gabinete y de laboratorio realizados. Mientras se realizaba fisioterapia respiratoria, el paciente eliminó espontáneamente un objeto de plástico (juguete de aproximadamente de 1-2 cm de diámetro), alojado en la vía aérea superior; figura # 2. Posterior a este evento, los síntomas y signos de dificultad respiratoria disminuyeron notoriamente. Frente a este hallazgo, se re-interrogo a la madre y comentó que el hermano mayor de 3 años de edad, jugando con ese juguete; fue quien lo introdujo en forma accidental en la boca del niño. Presentamos este caso inusual, para tenerlo presente dentro del diagnostico diferencial del síndrome de dificultad respiratoria del recién nacido. Figura # 1. Radiografía de tórax normal. Figura # 2. Cuerpo extraño encontrado en la vía aérea. * Médico Residente II de Pediatría. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La Paz ** Pediatra - Neonatólogo. Unidad de Neonatología. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. La Paz Correspondencia: Dra. Jiorgina Laime. [email protected] Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 112 112 ARTICULOS DEL CONO SUR - URUGUAY(1) Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado ante hipoxia y acidosis en cerdos recién nacidos Evaluate the effect of inhaled nitric oxide on hemodynamic response to hypoxia and acidosis in newborn pigs Miguel Martell1, Fernando Blasina1,3, Salvador Tellechea1, Fernando Silvera1, Lucía Vaamonde1,3, Pablo Bolioli2, Mario Moraes2, Carolina Godoy1 Resumen La hipertensión pulmonar (HTP) es un trastorno de la adaptación a la vida extrauterina de muchos recién nacidos. La hipoxia y la acidosis son factores desencadenantes y perpetuadores de la misma. Objetivos: evaluar el efecto del óxido nítrico inhalado (ONi) a la respuesta vascular pulmonar a la hipoxia y acidosis en cerdos recién nacidos. Material y método: se diseñó una serie de intervenciones experimentales en cerdos recién nacidos, sedados, anestesiados y en asistencia ventilatoria mecánica. El protocolo experimental consistió en inducir hipoxia en forma controlada y progresiva (FiO2 desde 0,21 (basal) hasta 0,14; 0,10 o 0,08, mezclando nitrógeno con aire), entre 6 y 10 minutos, valorando la respuesta hemodinámica. Estabilizada la respuesta a la hipoxia con elevación en meseta de la presión arterial pulmonar (PAP) y sistémica, se administró ONi a 20 ppm. Mediante infusión de HCl 0,1 N i/v se estabilizó el pH en diferentes valores en los cuales se reiteraron esta serie de experimentos. Resultados: se encontró que el descenso de la FiO2 (debajo de 0,21) produce una caída de la saturación y un aumento inmediato de la PAP a diferentes pH y una efectividad del ONi para descender la PAP próximo a 70%. Sin embargo a pH más bajo la existencia de acidosis genera un nivel basal de PAP elevado con respecto a pH 7,4, que el ONi no desciende. En cuanto a la HTP desarrollada ante diferentes FiO2 se confirmó que la elevación de la PAP es gradualmente más elevada. Conclusión: en la investigación experimental en cerdos recién nacidos se observa que los eventos hipóxicos de breve duración generan HTP e inestabilidad sobre la hemodinamia sistémica. De igual modo la acidosis induce un incremento en la PAP basal en este modelo experimental. En estas condiciones la aplicación de ONi desciende la PAP eficazmente sin alterar la hemodinamia sistémica. Es más efectiva su acción a pH normal que en acidosis. Palabras clave: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 113-120: hemodinámica, óxido nítrico, anoxia, acidosis, hipertensión pulmonar, animales recién nacidos. Summary Pulmonary hypertension (HTP) is a frequently pathological situation of maladaptation to the extratuerine life in newborns. Hypoxia and acidosis are key factors capable of evoking the referred situation and can also act as a perpetuator factor of it. Objectives: To evaluate the effect of inhaled nitric oxide (iNO) on pulmonary vascular response to hypoxia and acidosis in newborn pigs. Material and methods: we performed a series of experimental interventions in newborn pigs, sedated, anesthetized and mechanical ventilation. The experimental protocol was to induce hypoxia in a controlled and progressive (FiO2 from 0.21 (baseline) to 0.14, 0.10 or 0.08, mixing nitrogen with air), between 6 and 10 minutes, evaluating the hemodynamic response. Stabilized response to hypoxia plateau elevation in pulmonary artery pressure (PAP) and systemic administered iNO at 20 ppm. By infusion of HCl 0.1 N i/v was stable at different pH values which were reiterated in this series of experiments. Results: we found that the decrease in FiO2 (below 0,21) produces a fall in saturation and an immediate increase in PAP at different pH and an ERA of iNO for the PAP down near 70%. However, at lower pH, the presence of acidosis produces a basal level of PAP high relative to pH 7.4, which does not descend iNO. As PH developed at different FiO2 was confirmed that the elevation of the PAP is gradually higher. Conclusion: experimental research in newborn pigs shows that the short-term hypoxic events generate HTP and instability on systemic hemodynamics. Similarly acidosis induces an increase in baseline PAP in this experimental model. Under these conditions the application of iNO decreases the PAP effectively without altering systemic hemodynamics. Its action is more effective than normal pH in acidosis. Key words: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 113-120: hemodynamics, nitric oxide, anoxia, acidosis, hypertension, pulmonary, animals, newborn 1. Departamento de Neonatología, Área Básica, Hospital de Clínicas, Montevideo, Uruguay. 2. Departamento de Neonatología Centro Hospitalario Pereira Rossell, Montevideo Uruguay. 3. Departamento de Neuroquímica, Instituto de Investigaciones Clemente Estable. (1) Artículo original de Uruguay, publicado en archivos de Pediatria del Uruguay 2009;80:262-8 y que fue seleccionado para su reproducción en la XV Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Paraguay 2010. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 113 - 120 113 Introducción La HTP continúa siendo una entidad con elevada incidencia en recién nacidos de término o casi término que llega a 1,9 cada 1.000 nacidos vivos (con una amplia variación entre diferentes centros que oscila entre 0,43 y 6,82 cada 1.000 nacidos vivos)(1). La mortalidad se mantiene entre 10% y 20% a pesar de los avances terapéuticos y en el cuidado del recién nacido crítico(2). La hipoxia es el evento principal en la HTP durante el período neonatal, actuando como factor desencadenante y perpetuador de la misma. En pacientes que presentan HTP grave, la consecuencia de un evento hipóxico, aun aquellos de menor entidad, puede llevar a la desestabilización hemodinámica o incluso a la muerte. En este sentido, los estudios de Rudolph y Yuan(3) muestran la relación entre la PAP y la pO2. La PAP incrementa tanto ante la disminución de la pO2 como ante la caída del pH sanguíneo. El presente trabajo se orientó a evaluar los cambios ocasionados sobre esta respuesta fisiológica por intervenciones terapéuticas con el Oni. Éste, a través de la formación de GMP cíclico, induce la dilatación selectiva de las arterias pulmonares y es actualmente la terapia estándar de oro para la hipertensión pulmonar(4). Los objetivos específicos del trabajo fueron los siguientes: 1. Estudiar la respuesta vascular pulmonar a la hipoxia y acidosis en cerdos recién nacidos. 2. Evaluar la respuesta al ONi en los eventos hipóxicos y en la acidosis progresiva. 3. Evaluar el grado de respuesta de la PAP ante la hipoxia para discriminar si se trata o no de una respuesta graduada frente a la deprivación de oxígeno (FiO2 menor de 0,21). Material y método El estudio se realizó siguiendo los principios éticos que regulan la experimentación animal determinados por la Declaración de Helsinki, la Sociedad Americana de Fisiología y la Comisión Honoraria de Experimentación Animal de la Facultad de Medicina de Montevideo, Uruguay (D.O. 21/2/00, Resolución N° 4 del CDC 4/12/2001) con el protocolo aprobado en el Exp. Nº 071140-001741-06. Modelo básico Se utilizaron cerdos recién nacidos (n=20), entre 12 y 48 horas de vida, procedentes de criadero local (Granja La Familia) con pesos entre 1.300 y 1.800g. Fueron sedados y anestesiados con mezcla de midazolam, ketamina y fentanyl por vía intravenosa. Se realizó traqueotomía y ventilación mecánica con un equipo Sechrist IV200. Los parámetros ventilatorios iniciales fueron frecuencia respiratoria (FR) 30 respiraciones por minuto, presión positiva del final de la expiración (PEEP) 5 cm H2O, presión inspiratoria máxima (PIM) 20 cm H2O, fracción inspirada de oxígeno (FiO2) 0,21, Tiempo inspiratorio 0,3 segundos, flujo 8 l/min. Se realizó monitorización continua de la presión arterial sistémica (PAS) mediante cateterismo de la arteria femoral y de la PAP cateterizada a través del ventrículo derecho. Concomitantemente se realizó monitorización electrocardiográfica y de saturometría de pulso (SatO2). Se realizaron gasometrías seriadas, para la evaluación de la repercusión de la hipoxia y del estado ácido-base. El almacenamiento digital del registro se realizó utilizando el software Data Q Windaq Acquistion version 2.71. Para aporte de fluidos se infundió suero glucosado al 5% i/v (SG 5) a 70 ml/kg/día. Se mantuvo temperatura central del animal entre 38°5 a 39°5 C (la temperatura central del cerdo es de 39,5º) con sistema de calefacción por calor Thermacare®y bolsa de plástico aislante 3M ®. Se administraron antibióticos cefradina 100 mg/kg y gentamicina 4,5 mg/kg en forma profiláctica. Intervención experimental: hipoxias transitorias y acidosis progresiva El protocolo experimental consistió en descender la FiO2 mediante mezcla de aire con N2 para lograr FiO2 desde 0,21 (basal) hasta 0,18; 0,14; 0,10 Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado... / Martell M. y Col. 114 dar como medida de dispersión. Para establecer la existencia de diferencias entre dos grupos se usó la prueba de “t”, cuando se compararon tres o más grupos se realizó el análisis de varianza y para identificar cuáles eran los grupos diferentes se utilizó el análisis de Tukey. o 0,08, valorando la respuesta hemodinámica y su relación con los parámetros gasométricos. La duración del evento hipóxico fue de 6 a 10 minutos cada uno, según tolerancia hemodinámica. Se produjeron entre 3 y 6 hipoxias en el transcurso de cada experimento. Una vez estabilizada la respuesta a la hipoxia, logrando la elevación en meseta de la PAP, se administró ONi a 20 ppm. Se usó la relación entre la PAP y la PAS para evaluar los cambios entre circuito pulmonar y sistémico. Se indujo acidosis metabólica en forma progresiva a través de la infusión de HCl 0,1 N i/v, por bomba de infusión continua a 10 mEq/hora. Una vez obtenida la estabilidad de los parámetros hemodinámicos a pH (7,30; 7,20; 7,10; 7,00), se produjeron hipoxias transitorias con las mismas características descritas previamente y se evaluó la respuesta hemodinámica con ONi. Se tomaron datos de la situación pre y postadministración del tratamiento. Resultados Efectos de la hipoxia y del pH Cuando la pO2 es mayor o igual a 40 mmHg y el pHmayor o igual a 7,40 la PAP sistólica es 31,8 ± 6,1 mmHg. A medida que el pH desciende, la PAP aumenta, siendo a pH 7,00 de 59,6 ± 31,3 mmHg (figuras 1 y 2). Para cada valor de pH se incluyeron, al menos, 5 animales en cada grupo. Al iniciar la hipoxia, cuya entidad se verificó con el descenso de la pO2, se observó invariablemente un aumento la PAP en cada pH estudiado (figura 1). El incremento de la presión en la arteria pulmonar durante la hipoxia se produjo en todos los intervalos de pH y fue de 25,3 mmHg (entre 32,2 y 18,5 mmHg, Estadística Para los datos cuantitativos se usó el promedio como medida de resumen central y el desvío están- Figura 1. PAP sistólica en función de pO2 a diferentes pH. Se observa que a medida que disminuye el pH aumenta la PAP en ambos grupos y que la PAP se incrementa significativamente durante la hipoxia (p<0,05). pO2 > 40 mmHg PAP sistólica (mmHg) pO2 < 40 mmHg 120 110 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 X ± 1 DE 7.0 7.1 7.2 7.3 7.4 pH Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado... / Martell M. y Col. 115 con un 95% de confianza). El incremento no tuvo diferencias significativas entre los intervalos de pH para una misma FiO2. Cuando se disminuye la FiO2 el tiempo en alcanzar el máximo descenso de la saturación es de 40 a 60 segundos. Se encontró una relación lineal entre el descenso de la saturación y el aumento de la PAP (figura 2). gura 3). Para un incremento promedio de la PAP de 25,3 mmHg por encima del valor basal, el ONi desciende un 75% de la PAP inducida por la hipoxia. En los rangos de pH más bajo el ONi no disminuye la HTP alcanzada por la acidosis. Este efecto es más marcado por debajo de pH 7,30. El análisis de monitorizaciones individuales en diferentes experimentos muestra con claridad este fenómeno (figura 4). Ante el descenso de la SatO2 al iniciar la hipoxia, tanto en pH fisiológico como en Efectos del óxido nítrico En hipoxia, al administrar ONi la PAP desciende un promedio de 20 mmHg (IC95% entre 14 y 26) (fi- Figura 2. Relación entre saturación de oxígeno y presión arterial pulmonar. Se observa que hay una relación lineal entre la caída de la saturación y el incremento en la presión media de la arteria pulmonar en condiciones basales y a pH 7,4. SatO2: saturación de oxígeno; PAP: presión arterial pulmonar. PAP media (mmHg) 35 30 25 20 15 10 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 Sat O2 Figura 3. Acción del ONi sobre la PAP sistólica a diferentes pH. Se observa aumento significativo de la PAP con el descenso del pH y el efecto del ONi que reduce parcialmente el efecto de la hipoxia. PAPsist (mmHg) 80 70 hipoxia 60 hipoxia + ON 50 basal 40 30 0 6.9 7.0 7.1 7.2 7.3 7.4 7.5 pH Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado... / Martell M. y Col. 116 Figura 4. Monitorización de variables hemodinámicas durante la hipoxia. Se observa el aumento de la presión en la arteria pulmonar (registro inferior) que coincide con la caída de la saturación y una elevación de la FC a pH 7.40 y pH 7.10. El ONi es mas efectivo en descender la PAP a pH 7.40 que a pH 7.10. * Señala la hipertensión pulmonar producida por la acidosis que eleva la PAP basal. La interrupción del registro de la PAS se debe a la extracción de sangre para gasometría. Cada cuadrado del registro corresponde a 1 minuto de duración. También se observa que cuando termina la hipoxia, respira FiO2=0,21 se produce un descenso de la PAP a valores basales. acidosis, se observa una taquicardia durante y después del evento, la PAS tiende a incrementar en pH fisiológico aunque durante la acidosis la respuesta tiende a la hipotensión. La PAP aumenta al iniciar la hipoxia independientemente del pH, sin embargo la PAP basal se encuentra ya elevada en acidosis. El ONi es efectivo en disminuir la PAP inducida por hipoxia, sin embargo la HTP inducida por la acidosis se mantiene sin cambios aun bajo tratamiento con el vasodilatador pulmonar. Durante la reoxigenación puede observarse la disminución de la PAP a causa del efecto vasodilatador del oxígeno (en todos los rangos de pH). En la PAS a pH 7,40 hay una hipertensión sistémica inducida por la hipoxia, que en el caso del animal en acido- sis es menor. En este modelo la relación PAP/PAS sistólica en situación basal (PaO2 = 53 mmHg ± 8,5 y pH = 7,37 ± 0,07) es de 0,65 (± 0,3), es decir que la PAP alcanza el 65% del valor de la PAS. Si estudiamos esta relación en situación de hipoxia (PaO2 < 40 mmHg) se observa que los valores son muy próximos a los basales cuando se administró ONi para los grupos de pH mayores a 7.10 (figura 5) . A pH menor de 7.10 la relación se hace mayor a 1 (PAP suprasistémica) sin la administración de ONi. Como se observa en la figura 4, la hipoxia asociada a la acidosis produce una hipotensión sistémica y el incremento en la arteria pulmonar es menor que a otros rangos de pH más altos, lo que produce un incremento del índice PAP/PAS. Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado... / Martell M. y Col. 117 Figura 5. Relación PAP sistólica/PAS sistólica a diferente pH (en Hipoxia con pO2 menor de 40 mmHg). Los datos se expresan en promedio y DS. La línea punteada corresponde a PAP/PAS en situación basal para este modelo. 2.0 Sin ONi Con ONi PAP/PAS 1.5 1.0 0.5 0.0 7,0 7,10 7,20 7,30 7,4 pH En todos los casos, el ONi es efectivo en disminuir la PAP (IC95%: entre 60 y 100%*) para diferentes FiO2. Discusión Tanto la acidosis metabólica como la hipoxia se han vinculado a la generación y mantenimiento de hipertensión pulmonar persistente(3,5,6). El modelo de estudio utilizado en este trabajo permitió la evaluación de la respuesta hemodinámica frente a la hipoxia, la asociación de hipoxia y acidosis así como el tratamiento con ONi. A medida que disminuye el pH sanguíneo, la PAP basal se eleva, evidenciando la sensibilidad de la vasculatura pulmonar ante este hecho. En cada pH evaluado, al producirse un evento hipóxico, se eleva la PAP tal como demostrara Rudolph en sus experimentos realizados en corderos, en los que confirmaba el incremento de la resistencia vascular pulmonar frente al descenso de la pO2(3). En este sentido se evidenció en este modelo que tanto el descenso del pH sanguíneo como la existencia de hipoxia son fenómenos independientes que determinan un incremento de la PAP. Apartir de trabajos que mostraron la seguridad y eficacia del ONi en el tratamiento de la HTP del recién nacido, se ha considerado como la droga de elección en el manejo de esta entidad al provocar vasodilatación pulmonar selectiva(7-10). Dada la fisiopatología de la HTP, independientemente de la etiología, es frecuente la presencia de acidosis metabólica y eventos hipóxicos intercurrentes que agravan la situación. En particular se observó que la hemodinamia sistémica presenta una respuesta diferente a pH fisiológico que en acidosis. La PAS durante la hipoxia tiende a elevarse, lo cual en conjunto con el incremento de la FC permiten el mantenimiento de un gasto cardíaco adecuado, garantizando la perfusión tisular de tejidos nobles en situación de restricción energética(11). Sin embargo el mismo evento en acidosis no permite al circuito sistémico mantener la PAS basal a pesar del aumento de la FC, comprometiendo así el mantenimiento del gasto cardíaco, tal como se ha descrito ante hipoxias reiteradas en corderos(12). Durante la reoxigenación también se observan fenómenos diferentes a pH fisiológico o en acido- Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado... / Martell M. y Col. 118 sis en este modelo experimental. A pH fisiológico la disponibilidad de oxígeno repentina y la salida de la anaerobiosis permiten que las catecolaminas circulantes eleven la PAS(13) a diferencia de lo que ocurre en acidosis donde este fenómeno deprime la respuesta hipertensiva normal tal como ya ha sido descrito en otros modelos de estudio(14). Este modelo permitió mostrar que la PAP, para todos los pH estudiados, desciende ante la administración de ONi en caso de hipoxia. Se observó que la respuesta alcanzada es rápida, mantenida durante la inhalación del gas y suprimida una vez suspendido el mismo. En acidosis la administración de ONi desciende la PAP pero no al nivel basal como ocurre a pH fisiológico. La HTP en el recién nacido es un fenómeno hemodinámico donde el aumento de la resistencia vascular pulmonar determina disminución del flujo sanguíneo pulmonar, hipoxemia secundaria y pasaje de sangre no oxigenada (a través del ductus arterioso y del foramen oval) al territorio sistémico. La estrategia terapéutica que se utilice debe determinar vasodilatación pulmonar sin alterar la hemodinamia sistémica a los efectos de mantener indemne la perfusión tisular. Por lo tanto es relevante la relación entre la PAP y la PAS. El ONi ha demostrado actuar de manera selectiva sobre la vasculatura pulmonar. En este modelo experimental se comprobó que para todos los pH estudiados, en hipoxia, el ONi no produce caída de la PAS, confirmado por el mantenimiento de la relación PAP/PAS próxima al valor basal. Es una de las ventajas del ONi así como su fácil aplicación. Dado que el ONi tiene falta de respuesta, o es muy escasa en algunos casos, se requieren otros fármacos con acción vasodilatadora pulmonar. En estos casos el mantenimiento de la presión arterial sistémica es muy importante en el manejo de la HTP, porque la hipotensión sistémica puede aumentar el shunt de derecha a izquierda. Cuando se usen drogas con efecto hipotensor en la presión arterial sistémica se debe controlar estricta- mente la presión arterial. En lo posible se debe hacer un registro continuo de la misma. Un hecho a destacar en este modelo es el aumento inmediato de la presión en la arteria pulmonar (40 segundos) una vez que se produce el descenso de la FiO2 por debajo de 0,21 (aire). Extrapolando esta información, este dato es relevante en el cuidado del recién nacido humano, debido a que señala la prioridad de mejorar la pO2 en forma urgente una vez ocurrido un episodio de hipoxia. La corrección de acidosis y la prevención de eventos hipóxicos deberían ser una prioridad para evitar elevaciones bruscas de la PAP que pueden descompensar a un individuo en condición crítica. Aunque el ONi sea capaz de estabilizar la hemodinamia ante eventos de riesgo como por ejemplo la caída de la SatO2 por debajo de 80% (habitualmente asociados a maniobras) los cuidados deben ser extremados para que no se produzcan. En resumen, los eventos hipóxicos de breve duración en cerdos recién nacidos generan HTP y alteraciones sobre la hemodinamia sistémica. La aplicación de ONi desciende la PAP eficazmente sin modificar la presión sistémica a diferentes pH. Aunque la entidad de las hipoxias sea variable la potencia del ONi se mantiene, produce vasodilatación pulmonar tanto en hipoxia como en acidosis, aunque con menor eficacia en esta ultima circunstancia. Referencias bibliográficas 1. Walsh-Sukys MC, Tyson JE, Wright LL, Bauer CR, Korones SB, Stevenson DK, et al. Persistent pulmonary hypertension of the newborn in the era before nitric oxide: practice variation and outcomes. Pediatrics 2000; 105(1 Pt 1): 14-20. 2. Baquero H, Soliz A, Neira F, Venegas ME, Sola A. Oral sildenafil in infants with persistent pulmonary hypertension of the newborn: a pilot randomized blinded study. Pediatrics 2006; 117(4): 1077-83. 3. Rudolph AM, Yuan S. Response of the pulmonary vasculature to hypoxia and H+ ion concentration changes. J Clin Invest 1966; 45(3): 399-411. Evaluación hemodinámica y respuesta al óxido nítrico inhalado... / Martell M. y Col. 119 4. Kinsella JP, Neish SR, Shaffer E, Abman SH. Lowdose inhalation nitric oxide in persistent pulmonary hypertension of the newborn. Lancet 1992; 340(8823): 819-20. 5. Gordon JB, Rehorst-Paea LA, Hoffman GM, Nelin LD. Pulmonary vascular responses during acute and sustained respiratory alkalosis or acidosis in intact newborn piglets. Pediatr Res 1999; 46(6): 735-41. 6. Brimioulle S, Lejeune P, Vachiery JL, Leeman M, Melot C, Naeije R. Effects of acidosis and alkalosis on hypoxic pulmonary vasoconstriction in dogs. Am J Physiol 1990; 258(2 Pt 2): H347-53. 7. Roberts JD, Fineman JR, Morin FC, Shaul PW, Rimar S, Schreiber MD, et al. Inhaled nitric oxide and persistent pulmonary hypertension of the newborn. The Inhaled Nitric Oxide Study Group. N Engl J Med 1997; 336(9): 605-10. 8. Clark RH, Kueser TJ, WalkerMW,SouthgateWM, Huckaby JL, Perez JA, et al. Low-dose nitric oxide therapy for persistent pulmonary hypertension of the newborn. Clinical Inhaled Nitric Oxide Research Group. N Engl J Med 2000; 342(7): 469-74. 9. 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Um descritivo, que toma o indivíduo como unidade do estudo, e outro ecológico, analisando agregado populacional que incluiu análise de séries temporais. A fonte de dados foi o sistema de informação de mortalidade do Estado de São Paulo e censos de 1980, 1991 e 2000. Descreveu-se a variação sazonal e para a análise de tendência aplicaram-se modelos log lineares de regressão polinomiais, utilizando-se variáveis sociodemográficas da criança e da mãe. Foram analisadas a evolução de indicadores sociodemográficos do município de 1980 a 2000, as taxas médias de mortalidade por diarreia nos menores de 5 anos e seus diferenciais por distrito nos anos 90. Resultados: Dos 1.360 óbitos, 94,3 e 75,3% atingiram, respectivamente, menores de 1 ano e de 6 meses. O declínio da mortalidade foi de 98,3%, com deslocamento da sazonalidade do verão para o outono. A mediana da idade elevou-se de 2 meses nos primeiros períodos para 3 meses no último. O resíduo de óbitos manteve-se entre filhos de mães de 20 a 29 anos e escolaridade < 8 anos. O risco relativo entre o distrito mais atingido e a taxa média do município diminuiu de 3,4 para 1,3 do primeiro para o segundo quinquênio dos anos 90. Conclusão: Nossos resultados apontam uma elevação da idade mais vulnerável e a provável mudança do agente mais frequentemente associado ao óbito por diarreia. Palabras claves: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 121-9: Diarreia, mortalidade na infância, séries temporais, indicadores sociais, indicadores econômicos. Abstract Objective: To analyze the trend in mortality due to diarrhea among children under 5 in the town of Osasco (SP), Brazil, between 1980 and 2000. Methods: This is a descriptive observational study with two different designs, the first using individuals as the unit of study, and the other ecological, using groups of individuals as units of observation and including time series analysis. Data were obtained from the state of São Paulo information system of deaths and the results of the 1980, 1991 and 2000 censuses. Seasonal variations were described and log linear polynomial regression models were employed to analyze trends, using the sociodemographic characteristics of mothers and their children. Analyses were carried out of the changes in the town’s sociodemographic indicators from 1980 to 2000, the average mortality rates among under-5s due to diarrhea and the differences between districts during the 1990s. Results: There were a total of 1,360 deaths, 94.3% of which were before 1 year of age and 75.3% of which were before 6 months. There was a 98.3% reduction in mortality and the period of peak mortality shifted from summer to autumn/fall. The median age at death increased from 2 months at the first three quinquenium of study to 3 months at the last. The residual deaths were among the children of mothers aged 20 to 29 years and of mothers who had spent less than 8 years in education. The relative risk between the worst-affected district and the average rate for the townreduced from 3.4 to 1.3 from the first 5 years of the 1990s to the second half of the decade. Conclusions: Our results demonstrate an increase in the age of greatest vulnerability and indicate that it is probable that the agent most often linked with mortality due to diarrhea has changed. Key words: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 121-9: Diarrhea, infant mortality, time-series, social indicators, economic indicators. 1. Mestre, Centro Universitário FIEO (UNIFIEO), Osasco, SP. 2. Doutor, Faculdade de Saúde Pública, Universidade de São Paulo (USP), São Paulo, SP. Texto baseado na dissertação de mestrado em Saúde Pública da primeira autora, intitulada “Evolução da mortalidade por diarreias em menores de cinco anos no município de Osasco, 1980 a 2000”, defendida na Faculdade de Saúde Pública da Universidade de São Paulo (USP), São Paulo, SP. Não foram declarados conflitos de interesse associados à publicação deste artigo. Como citar este artigo: Melli LC, Waldman EA. Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea. J Pediatr (Rio J). 2009;85(1):21-27. Artigo submetido em 21.07.08, aceito em 15.10.08. doi:10.2223/JPED.1856 (1)Artículo original de Brasil, publicado en el Jornal de Pediatria (Rio J.) 2009; 85: 21-27 y que fue seleccionado para su reproducción en la XV Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Paraguay 2010. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 121 - 9 121 Introdução Assistimos nas últimas décadas significativa diminuição da morbimortalidade por doença diarreica na infânciaemtodo o país1,2, acompanhando a melhora de indicadores socioeconômicos, demográficos e de saúde. Dentre esses indicadores, destacam-se a ampliação da cobertura dos serviços de saneamento básico, diminuição da desnutrição infantil, aumento da cobertura vacinal3, do aleitamento materno, da escolaridade materna, do acesso a serviços de saúde, terapia de reidratação oral e à informação4, apontados em diversos estudos como associados ao comportamento desse agravo5. Entretanto, a evolução desses indicadores pode apresentar importantes diferenciais inter e intrarregionais4,6. Inquérito domiciliar realizado no país, em 1989, mostrou prevalência de 10,5% de diarreia em menores de 5 anos, sendo 5,9% na região sul e 15,4% no nordeste do país7. Inquéritos realizados em São Paulo, em 1984 e 1996, mostraram que a prevalência de diarreia em menores de 5 anos foi maior no terço mais pobre da população, apesar de expressiva queda ocorrida no período4. Existem poucas pesquisas disponíveis a respeito do comportamento da mortalidade por doença diarreica na infância a partir de 1980, período em que ocorreu seu maior declínio. O conhecimento mais detalhado sobre o tema é indispensável para subsidiar a elaboração de políticas públicas e estratégias de intervenções que promovama equidade em saúde. O presente estudo tem por objetivo verificar a tendência da mortalidade por diarreia entre menores de 5 anos, ressaltando a sazonalidade no período de 1980 a 2000, e descrever diferenças relativas ao espaço no município de Osasco, de 1991 a 2000, tomando os distritos como unidade. Métodos Trata-se de estudo observacional exploratório que segue dois delineamentos: um, descritivo, que toma o indivíduo como unidade do estudo; e outro, eco- lógico, analisando um agregado populacional (este último inclui análise de séries temporais). A área de estudo é o município de Osasco, localizado na região metropolitana de São Paulo, com população de cerca de 650.000 habitantes em 20008. Nessa mesma época, o coeficiente de mortalidade infantil situava-se em 19/1000 NV, a taxa de analfabetismo em 5,3% e o Índice de Desenvolvimento Humano (IDH) era de 0,818 em 20009. Foramincluídos neste estudo óbitos ocorridos entre crianças menores de 5 anos, residentes em Osasco no período de 1980 a 2000, que apresentarama diarreia como causa básica − códigos 008 e 009 da nona revisão da Classificação Internacional de Doenças (CID-9), entre 1980 e 1995, e códigos A08 e A09 da CID-10, entre 1996 e 2000. Para a análise de tendência foram incluídos todos os óbitos, e para a análise por distrito de residência foramexcluídos sete dos 137 (5,1%) óbitos ocorridos no período de 1991 a 2000; tais perdas decorreramda ausência de informação de interesse no atestado de óbito ou endereço incompleto. As informações referentes aos óbitos armazenadas em formato eletrônico, assim como os atestados de óbitos, foram fornecidas pela Fundação Sistema Estadual de Análise de Dados (SEADE)10, órgão oficial do governo do Estado de São Paulo, responsável pelo levantamento de dados e disseminação de estatísticas e estudos de indicadores socioeconômicos, demográficos e de saúde, incluindo o sistema de informação de mortalidade do estado. As estimativas populacionais e indicadores socioeconômicos do município foram obtidos dos censos demográficos de 1980, 1991, de 2000 e da contagem da população de 1996, realizados pela Fundação Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (FIBGE)8. A tabulação dos dados populacionais por distritos e os referentes à evolução dos serviços de saúde e das áreas com habitações subnormais foram obtidos na Secretaria de Planejamento e Gestão do município de Osasco9. As variáveis de interesse foram: sexo, idade, mês de ocorrência do óbito, distrito de moradia, idade e es- Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 122 colaridade da mãe. Por sua vez, as relativas à assistência médica, peso ao nascer, instrução e ocupação do pai e ocupação da mãe não foram analisadas devido ao elevado número de ausência de informação nas bases de dados disponíveis. Os distritos administrativos foram caracterizados de acordo com a variação percentual da população < 5 anos e ≥ 70 entre 1991 e 2000, cobertura de água e esgotamento sanitário, população de pessoas alfabetizadas ≥ 10, percentual de domicílios por rendimento médio mensal, instrução do chefe da família por anos de estudo em 1991 e 2000, e proporção de favelas em 1996. Análise As bases de dados foram obtidas no formato dBase e convertidas para o software estatístico Epi-Info versão 3.4 e Stata versão 7, com os quais foram efetuadas a análises. Os óbitos por diarreia foramanalisados de acordo com sua distribuição nos períodos de: 1980 a 1984; 1985 a 1989; 1990 a 1994 e de 1995 a 2000, segundo a idade, sexo, mês e local de ocorrência, assim como alguns atributos da mãe, como idade e escolaridade. Para a descrição dos óbitos segundo idade e sexo da criança, utilizou-se a mediana como medida de tendência central. Os dados foram também analisados segundo os sete distritos do município de Osasco, por meio das taxas anuais médias de mortalidade nos quinquênios de 1991 a 1995 e de 1996 a 2000. Para o cálculo das taxas médias de mortalidade em menores de 5 anos, por idade e por local de residência, tomamos como numerador os óbitosemcada período e como denominador a população estimada para essa faixa etária; para o 1º de junho do ano intermediário, o resultado foi dividido pelo número de anos do período. Posteriormente, foram calculados para os 2 quinquênios os riscos relativos (RR) com os respectivos intervalos de confiança de 95% (IC95%), tomando a taxa média do município como referência (RR = 1,0). Foram analisadas as tendências de mortalidade por diarreias de 1980 a 2000 somente entre os menores de 1 ano, pois acima dessa faixa o número de óbitos era insuficiente para tal tipo de análise. A tendência entre os menores de 1 ano foi analisada inicialmente segundo idade da criança e idade e grau de escolaridade da mãe. Para o cálculo das taxas de mortalidade por diarreia em menores de 1 ano, tomamos com numerador os óbitos e como denominador o total de nascidos vivos (NV), em cada ano10. Para a análise de tendência, foram utilizados modelos log lineares de regressão polinomiais para as séries temporais, onde a variável dependente (Y) foi o logaritmo dos números anuais de óbitos por diarreia em cada uma das categorias estudadas, e a variável independente (X), os anos referentes ao período de estudo. A variável tempo foi centralizada através do ponto médio da série histórica, para evitar autocorrelação11. A modelagem foi efetuada por regressão linear, fundamentada nos modelos de primeira, segunda e terceira ordem. A escolha do melhor modelo foi baseada no valor do coeficiente de determinação r2, na análise de resíduos, preenchendo os pressupostos de independência e variância constante dos erros e significância estatística, onde p < 0,05. Esta pesquisa foi aprovada pelo Comitê de Ética da Faculdade de Saúde Pública. Resultados Durante o período de interesse, ocorreram 1.360 óbitos por diarreia no município de Osasco, sendo 5,7% nas crianças de 12 a 59 meses, 94,3% nos menores de 1 ano. Destes, 75,2% dos óbitos ocorreu nos menores de 6 meses. Houve predomínio do sexo masculino (55,8%). Emnúmeros absolutos, os óbitos entre menores de 5 anos declinaram de 209, em 1980, para três, em 2000, sendo que estes três óbitos atingiramcrianças de1a11meses de idade. Nos três primeiros períodos (1980-84, 1985-89 e 1990-94), ocorreram 844, 346 e 127 óbitos, respectivamente. De 1995 a 2000, ocorreram 43 óbitos, sendo que 51% deles atingiu a faixa de1a5meses; e 30% das crianças situavam- Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 123 se entre 6 e 11 meses (11% tinha 1 ano ou mais), sendo que o grupo de menores de 28 dias não foi atingido. Entre os óbitos ocorridos entre os menores de 1 ano, a mediana da idade foi de 2 meses nos três primeiros períodos, elevando-se para 3 meses no último período (1995-2000). O coeficiente de mortalidade infantil por diarreia declinou 98,3%, de 11,9 óbitos/1.000 NV em 1980, para 0,2 óbitos/1.000 NV em 2000. A taxa de mortalidade por diarreia para os menores de 5 anos diminuiu em 98,6%, no mesmo período, decrescendo de 319,7 óbitos/100.000 menores de 5 anos/ano, em 1980, para 5,5 óbitos/100.000 menores de 5 anos/ ano, em 2000. Verificamos durante o período de interesse uma mudança na distribuição sazonal, que de um claro predomínio nos meses de janeiro a março (verão no hemisfério sul), no período de 1980 a 1985, desloca-se para o mês de maio (outono) no período de 1995 a 2000 (Figura 1). Os óbitos por diarreia em menores de 5 anos foram mais numerosos entre filhos de mulheres entre 20 e 29 anos (59,7%) e com menos de 8 anos de escolaridade (98,7%). A tendência da mortalidade entre os < 1 ano nos diferentes estratos de idade da criança (< 28 dias, de 28 dias a 5 meses e de 6 a 11 meses), dos grupos etários da mãe (< 20, de 20 a 29 e de 30 e mais) e escolaridade da mãe (< de 1 ano ede1a8anos) foi de declínio, sendo que o modelo que melhor se ajustou foi o log linear (LnY = 0 + 1 X) (Figura 2). Na análise por distrito de residência, entre os menores de 5 anos, foramestudados 130 óbitos. Para o período de 1991 a 1995, a taxa anual média do município foi de 33,0 óbitos por diarreia/100.000 menores de 5 anos/ano, porém atingindo 103,6 óbitos/100.000 menores de 5 anos no Distrito Norte, com um RR = 3,4 (IC95% 1,0-9,9) (Tabela 1), área que na época apresentava os piores indicadores socioeconômicos e um incremento populacional de cerca de três vezes, com a mais alta proporção de pessoas vivendo em favelas (40,1%) e a mais baixa cobertura domiciliar de esgotamento sanitário (13,7%) (Tabela 2). Por sua vez, o Distrito Centro que apresentou a menor taxa de mortalidade (Tabela 1) mostrava os melhores indicadores, com decréscimo de 29,2% da população de menores de 5 anos, crescimento de 51,9% da população de 70 anos, assim como os melhores indicadores de alfabetização e de renda do chefe da família (Tabela 2). No segundo quinquênio (1996-2000), os diferenciais permanecem, mas de forma menos acentuada. O distrito que apresentou maior diferencial em relação à taxa anual média do município foi o Distrito Noroeste,comumRRde 1,4 (IC95% 0,7-2,6), embora essa diferença não tenha sido significante Figura 2 - Tendência dos óbitos por diarreia emmenores de 1 ano, segundo idade do óbito<1 ano, idade da mãe entre 20 e 29 anos e instrução da mãe de 1 a 8 anos Figura 1 - Óbitos por diarreia em menores de 5 anos, segundo o mês de ocorrência e período Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 124 (Tabela 1). Tal distrito possuía, na época, o segundo maior percentual de pessoas morando em favelas e a maior taxa de chefes de família com menos de 1 ano de estudo, segundo o censo demográfico de 2000 (Tabela 2). dos anos 80, a ampliação da cobertura dos serviços de saúde, o aprimoramento da assistência pré-natal e da infância e a elevação da escolaridade, assim como o declínio da desnutrição infantil na região metropolitana de São Paulo nas últimas duas décadas4. Os resultados sugerem, também, que tenha existido uma ação sinérgica da expansão dos serviços de saúde e da cobertura de saneamento12 na diminuição da mortalidade infantil por diarreia. Com relação à evolução dos serviços de saúde no município, emmeados dos anos 90, houve a completa municipalização e ampliação dos serviços de saúde, tanto das unidades básicas como hospitalares, com ênfase a assistência à maternidade e infância. Em 1990, Osasco contava com 27 unidades básicas de saúde (UBS), cujo atendimento focalizava especialmente a saúde da criança, da mulher e da saúde bucal, cinco pronto-socorros e quatro unidades de pronto atendimento. Em 2000, havia 50 equipamentos de saúde (24 UBS, sete postos de pronto atendimento, cinco prontosocorros, um hospital geral, uma maternidade e duas policlínicas)9. Estudos efetuados no país apontam o declínio concomitante da morbimortalidade no mesmo período, assim como da gravidade das diarreias na infância, com a diminuição mais veloz das internações se comparada à incidência da diarreia4,13,14, sugerindo maior acessibililidade a ações de saúde, melhora na qualidade da atenção à criança15 e incentivo ao uso da reidratação oral16,17. No município de Osasco, o processo de municipalização dos serviços de saúde se efetivou em 1996, com ampliação da rede de UBS e a incorporação de novas atribuições, principalmente para atender ao princípio da integralidade. Discussão O estudo apontou expressivo declínio da mortalidade por diarreia entre menores de 5 anos (98,3%) no município de Osasco, nas décadas de 1980 e 1990. Houve, entretanto, diferenciais entre os distritos12. Diversos fatores podem ter contribuído para esse declínio. Pode-se citar, entre eles, a melhora da cobertura do saneamento básico, já elevada no início A significativa expansão e melhora no atendimento prénatal e do recém nascido, provavelmente diminuindo a importância relativa de fatores como a prematuridade na determinação do óbito18, é expressa pela ausência de óbitos entre os menores de 28 dias, Tabela 1 - Taxa de mortalidade por diarreia em menores de 5 anos*, riscos relativos e intervalos e confiança segundo distritos e período Distrito 1991-1995†1996-2000‡ Taxa de mortalidade* RR IC95% Taxa de mortalidade* RR IC95% Norte 103,6 3,1 1,0-9,9 0,0 - - Noroeste 42,6 1,3 0,8-1,9 16,2 1,4 0,7-2,6 Nordeste 29,5 0,9 0,5-1,5 6,4 0,5 0,2-1,8 Centro 23,3 0,7 0,3-0,9 0,0 - - Sudoeste 25,1 0,8 0,4-1,4 8,2 0,7 0,2-2,3 Sudeste 24,9 0,7 0,4-1,3 14,1 1,2 0,5-2,8 Sul 37,6 1,1 0,7-1,8 14,0 1,2 0,6-2,5 Município 33,0 1,0 (ref) 11,8 1,0 (ref) IC95% = intervalo de confiança de 95%; ref = grupo de referência para o cálculo do risco relativo; RR = risco relativo. * Por 100.000 menores de 5 anos. † População média estimada para 1º de julho de 1993. ‡ População média estimada para 1º de julho de 1998. Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 125 Tabela 2 - Dados demográficos e socioeconômicos segundo distritos (município de Osasco, 1991* e 2000†) Indicadores Norte Noroeste Nordeste Centro Sudoeste Sudeste Sul Município População 1991 3.742 110.003 97.424 52.382 93.516 114.762 96.396 568.225 2000 12.893 146.602 102.496 49.645 93.872 113.829 131.656 650.993 Densidade demográfica (hab/ha) 1991 3,9 114,0 125,8 58,3 94,6 120,9 89,9 85,9 2000 13,4 151,9 132,3 55,3 95,0 120,0 122,8 98,4 1991 4,2 4,1 4,0 3,6 4,0 4,0 4,2 4,0 2000 3,8 3,7 3,6 3,2 3,6 3,6 3,8 3,6 1991 91,2 99,0 99,1 99,9 99,5 99,8 98,9 99,3 2000 90,4 96,5 98,8 99,9 99,5 99,9 99,1 97,8 1991 13,7 44,1 25,7 91,7 76,7 82,3 59,7 61,3 2000 21,6 54,8 57,0 97,5 81,7 86,6 69,9 70,7 1991 87,5 92,4 90,6 96,0 90,1 93,3 90,0 91,8 2000 92,9 92,9 94,1 97,5 96,0 95,9 94,0 94,7 1991 16,2 15,8 11,9 6,3 9,6 8,9 19,8 11,4 2000 9,3 9,5 8,1 3,5 5,8 6,1 8,3 7,4 1991 2,6 2,3 1,9 14,1 5,5 5,9 1,3 4,6 2000 2,4 3,1 3,3 19,6 7,9 8,9 3,1 6,3 1991 7,9 6,3 7,6 24,3 12,1 12,2 4,2 10,3 2000 4,3 5,7 7,4 31,2 16,0 17,1 6,2 11,8 1991 40,1 22,7 22,2 0 7,2 7,9 19,7 15,2 2000 31,1 27,4 25,6 0 8,4 5,5 21,5 17,3 < 5 anos 227,3 19,1 -7,5 29,2 -19,5 -21,5 -21,0 -0,28 ≥ 70 anos 33,3 79,6 63,5 51,9 86,0 39,8 98,5 66,9 Habitantes/domicílio Domicílios com água encanada (%) Domicílios com rede de esgoto (%) População ≥ 10 anos alfabetizada (%) Chefes de família com < 1 ano de estudo (%) Chefes de família com ≥ 15 anos de estudo (%) Chefes de família com > 10 salários mínimos (%) Pessoas vivendo em favelas (%) Variação (%) da população de 1991 a 2000 FIBGE = Fundação Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística. * FIBGE – censo de 1991. †FIBGE – censo de 2000. Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 126 nos últimos 5 anos do período de estudo. Esse processo cria também condições de acesso aos segmentos mais vulneráveis da população, constituindo valioso instrumento na diminuição da mortalidade na infância19. Entre as estratégias de promoção à saúde da criança, destaca-se o incentivo ao aleitamento materno, que foi apontado como importante fator na redução da mortalidade por diarreias em alguns estudos, inclusive na área metropolitana de São Paulo4,20. Existem evidências de queumdiscreto aumento no tempo de amamentação possa ter contribuído para a diminuição da morbimortalidade por diarreia16. Inquérito realizado em 14 municípios da região metropolitana de São Paulo21 estimou que no município de Osasco, no período de 1999 a 2000, o aleitamento materno exclusivo,em17%das nutrizes, foi responsável pela redução em 84 e 39% dos óbitos por diarreia, respectivamente, nos menores de 3 meses e de 4 a 11 meses. O deslocamento da sazonalidade dos óbitos por diarreia, do verão para o outono, a partir dos anos 90, pode ser atribuído à ampliação do saneamento básico. O mesmo devese, de um lado, ao aumento relativo das infecções por vírus2,22, especialmente o rotavírus23,24, cuja transmissão é predominantemente respiratória, e de outro, à diminuição das infecções bacterianas, principalmente as determinadas pela Escherichia coli25, que assumem no verão maior importância emcomunidades sem saneamento, emvirtude das águas das chuvas aumentarem a contaminação ambiental. Diferentemente do que se tem assinaladoemoutros estudos onde se observou a desaceleração da queda da mortalidade por diarreia na década de 9022,26,27, os resultados apontam um declínio sem grandes variações durante todo o período, possivelmente, pela conjunção favorável de todos os fatores assinalados. No primeiro quinquênio dos anos 90, a mortalidade por diarreia entre menores de 5 anos se apresentava de forma heterogênea no município de Osasco. Tal diferencial é consistente com o comportamen- to de alguns indicadores nos diferentes distritos do município, especialmente os referentes ao grau de escolaridade, às condições habitações, à cobertura de saneamento básico e ao rápido crescimento demográfico não acompanhado pela ampliação da infraestrutura urbana. A drástica diminuição desse diferencial no último quinquênio (1996-2000), sem que houvesse uma melhora dos indicadores socioeconômicos e de saúde na mesma proporção, fortalece a hipótese do papel relevante das intervenções de saúde pública e da melhora da assistência. A ausência de óbitos no Distrito Norte, que fora o mais afetado no primeiro período de estudo, possivelmente reflete intervenções que propiciaram maior acesso a bens e serviços, promovendo a equidade em saúde nessa comunidade. O monitoramento de indicadores com vistas a identificar diferenciais nos perfis de morbimortalidade, permitindo a caracterização de grupos de maior risco na população28, oferece os fundamentos para políticas do setor saúde que focalizem a promoção da equidade e o bem-estar social por meio de intervenções em saúde pública em grupos mais vulneráveis da população29. Os resultados ora apresentados devem ser interpretados considerando algumas limitações próprias das estatísticas vitais, tais como o preenchimento muitas vezes inadequado dos atestados de óbitos, dos endereços informados, além da inexistência de informação, nesses atestados, a respeito de agentes infecciosos associados ao óbito por diarreia. No entanto, a despeito dessas limitações, os resultados obtidos são consistentes com os de outras pesquisas efetuadas na região2,4,14. Considerando a manutenção de um resíduo de óbitos evitáveis por diarreia entre menores de 5 anos, é de interesse identificar quais são, na atualidade, os grupos e fatores de risco. Nossos resultados apontamumaelevação da idade mais vulnerável e a provável mudança do agente mais frequentemente associado ao óbito por diarreia.Temos, no entanto, lacunas no Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 127 conhecimento a respeito do tema, sugerindo a relevância do desenvolvimento de sistema de vigilância para diarreia na infância, com o objetivo de analisar continuamente tendências de fatores relacionados à gravidade da doença (etiologia, proporção de casos internados, duração do episódio), assim como o estudo de fatores de risco associados à gravidade. Tal conhecimento permitiria a identificação de fatores prognósticos, além de aprimorar programas educativos focalizando as mães, oferecendo-lhes informações sobre o uso adequado e oportuno da reidratação oral e dando ênfase ao aleitamento materno18,30. Referências 8. Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística - IBGE. Censo Demográfico, 2000. 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Correspondência: Lígia Cristina Fonseca Lahoz Melli Rua Ângelo Este, 99 CEP 06026-110-Osasco, SP Tel.: (11) 3683.9517 E-mail: [email protected] Temporal trends and inequality in under-5 mortality from diarrhea / Melli l. y Col. 129 ARTICULOS DEL CONO SUR - ARGENTINA(1) Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su relación con la deficiencia de hierro y los factores de exposición al plomo Blood lead levels in children from the city of La Plata, Argentina. Relationship with iron deficiency and lead exposure risk factors Bioq. Liliana Disalvoa, Lic. Claudia Aaba, Bioq. Silvia Pereyrasa, Bioq. Jorgelina Pattína, Lic. María Apezteguíaa, Dr. Juan Carlos Iannicellia, Dra. Ana Girardellia y Bioq. Ana Vareaa Resumen Introducción. La exposición ambiental al plomo constituye un problema de salud pública en todo el mundo y los niños son más vulnerables a sus efectos tóxicos. Numerosas publicaciones demuestran que la deficiencia de hierro y la intoxicación por plomo pueden asociarse, pero en la Argentina los estudios publicados sobre población pediátrica son escasos. Nuestro objetivo fue establecer la plumbemia en niños y determinar su relación con la deficiencia de hierro y con factores de exposición. Población, material y métodos. Se realizó un estudio transversal en 93 niños (6 meses-5 años) que concurrieron al Hospital de Niños de La Plata para controles de salud. Se aplicó una encuesta socioambiental y se determinaron las concentraciones de plomo, hemoglobina y ferritina en sangre. Resultados. La media geométrica de plomo en sangre fue 4,26 μg/dl (IC 95%: 3,60-5,03), con una prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/dl de 10,8%. Se encontraron concentraciones de plomo más elevadas en los niños en cuyos hogares se desarrollaban actividades contaminantes (6,74 contra 3,78 μg/dl; p= 0,005) y en quienes habitaban en viviendas precarias (5,68 contra 3,71 μg/dl; p= 0,020). Las plumbemias ≥ 10 μg/dl se asociaron significativamente con la deficiencia de hierro (OR: 5,7; IC 95%: 1,34-23,41) y con la actividad domiciliaria contaminante (OR: 4,8 IC 95%: 1,12-20,16). Conclusión. La prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/ dl es preocupante en la población estudiada. Los factores de riesgo asociados a dichas concentraciones fueron la deficiencia de hierro y el desarrollo en el hogar de actividades relacionadas con la manipulación de plomo. Palabras claves: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 130-8: plomo, deficiencia de hierro, exposición ambiental, niños. Summary Introduction. Environmental exposure to lead and the subsequent poisoning are a main public health concern worldwide. Children have a higher vulnerability to lead toxic effects, and many reports have shown the association between iron deficiency and lead poisoning. In Argentina, reports about lead levels in children are scarce. Our aims were to assess blood lead levels in children and determining their relationship with iron deficiency and known lead exposure risk factors. Material and methods. We performed a crosssectional study in a sample of 93 children (age range, 6 months to 5 years) receiving care at La Plata Children´s Hospital. A social and environmental survey was done, and blood lead, hemoglobin and ferritin levels were assessed. Results. Geometric mean blood lead level was 4.26 μg/dl (95% CI, 3.60-5.03); prevalence of blood lead levels ≥ 10 μg/dl was 10.8%. Higher blood lead levels were found in children living in households with lead-handling contaminating activities (6.74 vs. 3.78 μg/dl; p= 0.005) and in very low-income households (5.68 vs. 3.71 μg/dl; p= 0.020). The presence of blood lead levels ≥ 10 μg/dl was strongly associated with iron deficiency (OR 5.7; 95% CI: 1.34-23.41) and with lead-handling activities at home (OR 4.8; 95% CI: 1.12-20.16). Conclusion. The prevalence of blood lead levels ≥ 10 μg/dl is a matter of concern in the population studied. Iron deficiency and development of lead-handling activities at home were the risk factors associated with high blood lead levels. Key words: Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 130-8: Key words: lead poisoning, iron deficiency, environmental exposure, children. a. Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas (IDIP) “Prof. Dr. Fernando E. Viteri”, del Hospital de Niños de La Plata, (MS/CIC-PBA). Conflicto de intereses: Ver página 305. Correspondencia: Bioq. Liliana Disalvo: [email protected] (1)Artículo original de Argentina, publicado en Archivos Argentinos de Pediatria 2009; 107: 300-306 y que fue seleccionado para su reproducción en la XV Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Paraguay 2010. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 130 - 8 130 Introducción La exposición ambiental al plomo en la infancia es un problema importante que amenaza la salud de los niños1,2. Los efectos adversos del plomo incluyen déficit cognitivo, neurotoxicidad, trastornos de la conducta, retardo en el crecimiento, reducción de la síntesis del grupo hemo y problemas auditivos3-6. El plomo se utiliza para varios propósitos industriales, como la fabricación de pinturas y baterías, la industria del cable, de cañerías y la cerámica; tal actividad resulta en la contaminación del aire, el agua, el polvo, la comida y el suelo. Las fuentes y las vías de exposición al plomo varían de un área a otra y de un país a otro. Los niños son más vulnerables a la intoxicación por plomo (saturnismo) debido a ciertas condiciones especiales, como menor masa corporal, sistema nervioso en desarrollo, mayor tasa de absorción y menor tasa de eliminación, y por los comportamientos propios de la edad: mayor actividad exploratoria, succión de pulgares, pica, etc7. En 1991, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC, por su sigla en inglés) definió que la plumbemia que debe impulsar acciones de salud pública es de 10 μg/dl8. Sin embargo, las investigaciones realizadas posteriormente han fortalecido los indicios de que el desarrollo físico y mental de los niños puede verse afectado con concentraciones < 10 μg/dl, de manera que no hay un umbral seguro para los efectos nocivos del plomo9-12. Los programas de prevención y regulación destinados a reducir la exposición al plomo tuvieron éxito en muchos países13-15. En la Argentina, no sólo no existen dichos programas, sino que la información disponible sobre las plumbemias en la población infantil se focalizan en poblaciones con alto riesgo de exposición al metal16-18 y son escasos los estudios que documentan concentraciones de plomo en niños expuestos ambientalmente19,20. La deficiencia de hierro y el saturnismo son problemas comunes en poblaciones infantiles de diferen- tes partes del mundo y algunos factores de riesgo se comparten: niños menores de 5 años, de bajos recursos y expuestos a contaminación ambiental. 21 Si bien numerosos estudios han demostrado la asociación entre deficiencia de hierro y plumbemias elevadas,22-24 en otros, la asociación es menos consistente25. La naturaleza de dicha relación no ha sido completamente dilucidada, pero la caracterización de un transportador común hierro-plomo26 y los estudios epidemiológicos en niños sugieren que la deficiencia de hierro puede incrementar la susceptibilidad a la intoxicación por plomo. Por la importancia y actualidad internacional del tema y los pocos estudios en nuestro país que documentan plumbemias en población infantil con exposición ambiental, se decidió realizar este estudio para establecer las concentraciones de plomo en sangre en niños que asisten al Hospital de Niños “Sor María Ludovica”, de La Plata, y determinar su relación con la deficiencia de hierro y con factores de exposición al metal. Población y métodos Se realizó un estudio transversal donde se evaluaron 93 niños, de 6 meses a 5 años, que concurrieron por controles de salud a los consultorios externos del Hospital de Niños “Sor María Ludovica”, de La Plata, Argentina, durante los meses de julio a octubre del 2006. La selección de los niños fue al azar, sobre la base de un muestreo sistemático: uno de cada 3 niños a los que se les solicitaban controles sanguíneos de rutina, eran invitados a participar. En todos los casos se contó con el consentimiento informado de los padres. Se excluyeron los niños con enfermedades crónicas diagnosticadas, enfermedades agudas o infecciosas en el momento del estudio y los que no aceptaron participar. El tamaño de la muestra se calculó para obtener una estimación de la prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/dl con una confiabilidad de 95% y un error del 6%; suponiendo una prevalencia inferior al 10%. Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 131 Se realizó un cuestionario sobre características ambientales, sociodemográficas y económicas a los adultos responsables del cuidado de cada niño, que permitió definir los factores de riesgo de exposición al plomo y caracterizar la población. Las variables relevadas fueron: hábitos del niño (pica, chuparse el dedo, llevarse objetos a la boca, lavado de manos), actividades domiciliarias familiares relacionadas con manipulación de plomo (fundición de cables, desarme de baterías, construcción de plomadas para pesca, plomería, mecánica) y proximidad a fuentes de exposición (presencia de industrias, talleres de autos, avenidas de intenso tránsito vehicular, vías de ferrocarril, basurales y arroyos a una distancia menor de 100 metros de la vivienda). También se indagó acerca del lugar de residencia, composición del grupo familiar conviviente, cobertura social, situación ocupacional y nivel educacional de los padres, condiciones habitacionales (tipo y antigüedad de la vivienda, presencia de pintura descascarada) y nivel de ingreso del hogar; este último ítem permitió clasificar los hogares en pobre indigente, pobre no indigente y no pobre, según la metodología del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Se obtuvo una muestra de sangre venosa en ayunas para determinar la plumbemia, el hemograma y la ferritina. La plumbemia se determinó por espectrofotometría de absorción atómica-atomización electrotérmica (equipo Varian AA 840, con inyector automático y horno de grafito; longitud de onda: 283,3 nm) en el laboratorio de la Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Se siguió la técnica descripta por López y col.27 El límite de detección del método fue de 1 μg/dl. El hemograma se realizó mediante un contador hematológico automatizado (Pentra 60, ABX Diagnostics) y la ferritina por inmunoanálisis quimioluminiscente automatizado (Access- Beckman Coulter), en el Laboratorio Central del Hospital de Niños “Sor María Ludovica”, de La Plata. Se definieron las variables: deficiencia de hierro (ferritina < 15 ng/ml)28, anemia (hemoglobina <11g/ dl)28 y concentraciones de plomo elevadas (plumbemia ≥ 10 μg/dl [0,48 umol/l])8. Los niños que presentaron plumbemias ≥ a 10 μg/dl fueron derivados al Servicio de Toxicología para completar su diagnóstico y tratamiento. El protocolo de investigación fue aprobado por el Comité de Ética del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata. Análisis estadístico: el análisis estadístico se realizó mediante el Programa Estadístico SPSS 10 para Windows. Para un primer análisis, el nivel de plomo en sangre fue considerado como una variable continua. Los resultados de las plumbemias y las concentraciones de ferritina se expresaron como medias geométricas con intervalos de confianza del 95%. Las variables consideradas como factores de riesgo de exposición al plomo, incluida la deficiencia de hierro, fueron transformadas en variables dicotómicas para su análisis. Se utilizó la prueba de Mann Whitney para comparar las plumbemias según sexo, deficiencia de hierro, anemia y los distintos factores de riesgo. Se utilizó la prueba de Kruskal Wallis para comparar dichas concentraciones según edad y nivel de ingresos. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p < 0,05. Se compararon también las plumbemias según la deficiencia de hierro en el grupo de niños < 2 años, debido a que la deficiencia de hierro afecta particularmente a los niños de menor edad. Posteriormente, la plumbemia fue dividida en dos categorías: ≥ 10 μg/dl y < 10 μg/dl. Se analizó la asociación entre plumbemias ≥ 10 μg/dl con los factores de riesgo (se incluyó también la deficiencia de hierro), mediante la prueba de Fisher. En los casos en que se halló asociación estadísticamente significativa se calculó el OR con un intervalo de confianza del 95%. Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 132 Por último, se ajustó un modelo de regresión logística para prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/ dl, incluyendo, como variables independientes, las posibles variables confundentes (edad, sexo, condición socioeconómica) y los factores de riesgo (cercanía a avenidas, actividad domiciliaria relacionada con plomo, vivir en casilla de madera y deficiencia de hierro). Como resultado de este modelo, se calcularon los OR corregidos por las variables confundentes. Resultados Análisis descriptivo La edad promedio de los niños estudiados fue 2,9 años y la distribución según sexo fue 38 niñas (40,9%) y 55 varones (59,1%). El 89,2% de los niños vivían en zonas urbanas y el 67,7% de las viviendas estaban construidas con cemento; el resto eran construcciones precarias (de tipo casilla) en las que se destacaban la madera y la chapa como material de construcción. El 64,0% de los encuestados residía en hogares pobres y un tercio de ellos eran indigentes. El 20,4% de las familias realizaba actividades relacionadas con la manipulación de plomo (fun dición de cables, desarme de baterías de autos, armado de plomadas). En la Tabla 1 se presentan las medias geométricas de plomo y ferritina según edad, sexo y condición socioeconómica. Para la población estudiada, la media geométrica de plomo fue 4,26 μg/dl (IC 95%: 3,60-5,03). La prevalencia de plumbemias ≥ 10μg/ dl fue de 10,8%. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las concentraciones de plomo según grupos etarios, sexo o condición socioeconómica. La media geométrica de ferritina fue de 24,19 ng/ ml. (IC 95%: 21,06-27,78). La prevalencia de deficiencia de hierro fue de 25,3%. Los valores promedio de las variables hematológicas estudiadas (hematócrito, hemoglobina e índices hematimétricos [hemoglobina corpuscular media, concentración de hemoglobina corpuscular Tabla 1. Distribución de la plumbemia según edad, sexo y condición socioeconómica n (%) Total de niños Plomo (μg/dl)Ferritina (ng/ml)a Media geométrica (IC 95%) Media geométrica (IC 95%) 93 (100) 4,26 (3,60-5,03) 24,19 (21,06-27,78) 11 (11,8) 2,64 (1,17-5,97) 22,00 (13,63-35,50) Edad Hasta 1año 1-1,9 años 22 (23,7) 5,40 (4,32-6,74) 20,54 (15,27-27,64) 2-2,9 años 16 (17,2) 4,06 (2,30-7,17) 22,86 (15,71-33,28) 3-3,9 años 17 (18,3) 4,91 (3,90-6,17) 22,42 (14,86-33,82) 4-4,9 años 16 (17,2) 3,99 (2,33-6,81) 34,77 (26,16-46,21) 5-5,9 años 11 (11,8) 4,03 (3,23-5,02) 27,79 (22,23-34,73) Sexo Femenino 38 (40,9) 3,97 (2,97-5,32) 21,67 (17,06-27,52) Masculino 55 (59,1) 4,46 (3,63-5,48) 26,08 (22,01-30,91) Condición socioeconómicab Indigente 18 (20,9) 5,65 (4,54-7,04) 24,32 (17,69-33,43) Pobre no indigente 37(43,0) 3,50 (2,52-4,86) 23,96 (19,02-30,20) No pobre 31(36,1) 4,35 (3,30-5,73) 25,23 (19,60-32,49) a. 2 casos sin valor de ferritina. b. 7 casos sin datos. Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 133 Tabla 2. Concentraciones de plomo en sangre según presencia o no de factores de riesgo: comparación de medias geométricas Factor de riesgo n (%) Plomo (μg/dl) Media geométrica (IC 95%) p 0,070 Deficiencia de hierro Sí 23 (25,3) 4,84 (3,12-7,53) No 68 (74,7) 4,10 (1,23-4,90) Actividad domiciliaria relacionada con plomo Sí 19 (20,4) 6,74 (5,14-8,85) No 74 (79,6) 3,78 (3,12-4,58) 0,005 Vivienda de tipo “casilla” Sí 30 (32,3) 5,68 (4,44-7,27) No 63 (67,7) 3,71 (3,00-4,59) Avenidas Sí 22 (23,7) 5,83 (4,63-7,34) No 71 (76,3) 3,86 (3,15-4,73) Industrias Sí 16 (17,2) 3,32 (1,84-6,01) No 77 (82,8) 4,47 (3,79-5,29) Proximidad (distancia < 100 m) de la vivienda a: Talleres de autos Basurales Arroyos Pica Chuparse el dedo Hábitos del niño Sí 32 (34,4) 4,50 (3,37-6,00) No 61 (65,6) 4,13 (3,35-5,10) Sí 33 (35,5) 5,37 (4,48-6,42) No 60 (64,5) 3,75 (2,95-4,75) Sí 19 (20,4) 4,33 (3,17- 5,9) No 74 (79,6) 4,24,(3,48-5,16) Sí 31 (33,3) 4,84 (3,97-5,90) No 62 (66,7) 3,99 (3,16-5,03) Sí 32 (34,4) 5,00 (3,72-6,75) No 61 (35,6) 3,91 (3,18-4,79) Sí 76 (82,6) 4,37 (3,62-5,28) No 16 (17,4) 3,74 (2,43-5,74) 0,020 0,064 0,669 0,612 0,215 0,637 0,845 0,144 Llevarse objetos a la bocaa Lavado de manos antes de comerb Sí 54 (65,0) 4,59 (3,70-5,68) No 29 (35,0) 4,06 (3,08-5,36) 0,483 0,342 a. 1 caso sin dato. b. 10 casos sin datos. Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 134 media, volumen corpuscular medio, distribución del tamaño eritrocitario]) se encontraron dentro de valores de referencia según la edad (no se muestran los datos). A pesar de que la media de hemoglobina fue 11,52 g/dl (desvío estándar: 0,96), la prevalencia de anemia de la población fue 27,5%. De los niños anémicos el 36,0% presentó deficiencia de hierro. Relación entre plomo sanguíneo y factores de riesgo Se compararon las plumbemias según la presencia o no de los factores de exposición considerados, incluida la deficiencia de hierro (Tabla 2). Al comparar las concentraciones de plomo en sangre en los niños menores de 2 años (n= 33), con deficiencia de hierro o sin ella, se observaron valores significativamente mayores en el grupo de niños deficientes en hierro (5,2 contra 3,7 μg/dl, p= 0,043). No se hallaron diferencias estadísticamente significativas en las plumbemias al comparar los niños anémicos y los no anémicos. Asociación entre las plumbemias ≥ 10 μg/dl y factores de riesgo En la Tabla 3 se presentan los resultados del análisis de la asociación entre plumbemias ≥ 10 μg/dl y los factores de riesgo que mostraron una tendencia o una diferencia significativa de medias. La presencia de concentraciones de plomo ≥ 10 μg/ dl se asoció fuertemente con la deficiencia de hierro y con el desarrollo de actividades domiciliarias relacionadas con la manipulación del metal. En el grupo de niños menores de 2 años también se observó una fuerte asociación con la deficiencia de hierro. La prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/dl fue de 30,8% en los niños con deficiencia de hierro, mientras que ningún niño sin deficiencia presentó concentraciones de plomo ≥ 10 μg/dl (p= 0,017, prueba de Fisher). La aplicación del modelo de regresión logística mostró que aun corrigiendo por las variables confundentes, los factores de riesgo asociados a plumbemias ≥ 10 μg/dl fueron la deficiencia de hierro y el desarrollo en el hogar de actividades relacionadas con la manipulación del metal (Tabla 4). Discusión El presente estudio es uno de los pocos realizados en nuestro país que permitió evaluar plumbemias en una población pediátrica que asiste a controles de salud sin signos o síntomas de intoxicación. Tabla 3. Asociación de concentraciones de plomo ≥ 10 μg/dl con factores de riesgo Factor de riesgo Porcentaje de niños con plumbemias ≥ 10 μg/dl P (Prueba de Fisher) OR IC (95%) 0,015 5,65 1,43-22,30 0,027 4,9 1,26-19,32 0,071 3,69 0,92-14,24 0,240 2,41 0,61-9,46 Deficiencia de hierro Sí 26,1 No 5,9 Actividad domiciliaria relacionada con plomo Sí 26,3 No 6,8 Vivir en casilla de madera Sí 20,0 No 6,3 Avenidas Sí 18,2 No 8,5 Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 135 Tabla 4. Modelo de regresión logística para valores de plomo superiores a 10 μg/dl Factor de riesgo Coeficiente de regresión (Error estándar) P OR IC (95%) Deficiencia de hierro 1,723 (0,730) 0,018 5,66 1,34-23,41 Actividad domiciliaria relacionada con plomo 1,556 (0,739) 0,035 4,78 1,12-20,16 x2 del modelo= 10,516, p= 0,005. La media geométrica de plomo sanguíneo fue 4,26 μg/dl. Este resultado es inferior al hallado por Hansen19 en niños de 6 meses a 9 años en la ciudad de Córdoba (Argentina), pero superior al hallado en países donde se han implementado estrategias para disminuir la contaminación. Así, en Estados Unidos, por ejemplo, la media geométrica en niños de 1-5 años en el año 2002 fue 1,9 μg/dl,29 mientras que en Inglaterra, en 1995, fue 3,44 μg/dl.30 Esta disminución progresiva también se observa en algunos países latinoamericanos, como Costa Rica y Uruguay14,15. La prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/dl en la población pediátrica general varía de un país a otro; en algunos, se observa que es inferior al 2%, mientras que en otros supera el 80%.29,31,32 En nuestro estudio, la prevalencia fue 10,8%, es decir, 1 de cada 10 niños que concurren al hospital a controles de salud presentan plumbemias ≥ 10 μg/dl sin manifestaciones clínicas perceptibles al realizar un examen clínico de rutina, pero existe el riesgo de que sufran el impacto del plomo a largo plazo sobre la capacidad cognitiva, la conducta y el desarrollo4,9,10. Varios autores han encontrado una fuerte asociación entre deficiencia de hierro e intoxicación por plomo, particularmente en los estudios focalizados en niños con edades comprendidas entre 1 y 6 años de edad22-24. Dicha asociación es mayor en niños de 1 a 2 años, menor en niños mayores y no significativa en adultos33. En nuestro estudio se encontró una clara asociación entre deficiencia de hierro y valores de plomo superiores a 10 μg/dl, que fue mucho mayor en el grupo de niños menores de 2 años. La alta prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/dl en los niños con deficiencia de hierro es de suma importancia, por la hipotética potenciación de los efectos deletéreos de ambas sobre el sistema nervioso central durante las etapas de desarrollo34. Las fuentes de contaminación no siempre son las mismas en los diferentes países. En Estados Unidos, por ejemplo, la principal fuente de intoxicación comunicada es la pintura con plomo;35 sin embargo, en la población aquí estudiada, éste no fue un factor de riesgo importante, ya que gran parte de estas familias habitaban en casillas de madera sin pintar y, de las que vivían en casas de cemento, muy pocas refirieron pintura descascarada. En la población pediátrica que estudiamos se observó que el factor más importante asociado a plumbemias ≥ 10 μg/dl fue el desarrollo en el hogar de actividades contaminantes, como recolección de metales para la venta, desarme de baterías, fundición y quema de cables. Los demás factores de riesgo estudiados no mostraron una asociación significativa con valores de plomo ≥ 10 μg/dl, tal vez debido al tamaño muestral. Sin embargo, se halló que la proporción de niños con plumbemias ≥ a 10 μg/dl era mayor en los que habitaban viviendas de tipo “casilla”; con respecto a los que no lo hacían. Las concentraciones de plomo fueron superiores en los niños que habitaban en este tipo de vivienda y en aquellos cuyos hogares eran indigentes. Es posible que las condiciones de vida de estos niños sean más precarias, con alimentación inadecuada, malos hábitos de higiene y sin acceso al agua potable, hechos que podrían predisponerlos a mayor exposición ambiental y contaminación por plomo. Los datos obtenidos sugieren que la contaminación crónica por plomo en la población infantil de nuestra ciudad, asistida en un hospital público, es un Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 136 problema de salud que debe ser considerado por los pediatras al efectuar el examen clínico de rutina y por las autoridades sanitarias locales para trabajar en su prevención. Esta investigación, puede ser el punto de partida para la realización de nuevos estudios que permitirán profundizar el conocimiento de esta problemática. Conclusiones La prevalencia de plumbemias ≥ 10 μg/dl en la población infantil de nuestra ciudad, que asiste a un hospital público, fue de 10,8%. La presencia de concentraciones de plomo ≥ 10 μg/ dl se asoció fuertemente con la deficiencia de hierro y con el desarrollo de actividades en el hogar relacionadas con la manipulación de plomo. Financiación El presente trabajo de investigación fue realizado con el apoyo de una Beca Ramón Carrillo-Arturo Oñativia a nivel de Programas Sanitarios con Apoyo Institucional (Ministerio de Salud de la Nación) y del Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas (IDIP) “Prof. Dr. Fernando E. Viteri”, del Hospital de Niños de La Plata (MS/CIC-PBA). Agradecimientos A los doctores Néstor Pérez y Horacio González, quienes han colaborado con su experiencia en el desarrollo de esta investigación. Bibliografía 1. Centers for Disease Control and Prevention. Preventing lead poisoning in young children. Atlanta, GA: Centers for Disease Control and Prevention; 2005. 2. American Academy of Pediatrics, Committee on Environmental Health. Lead exposure in children: prevention, detection, and management. Pediatrics 2005;116:1036-1046. 3. Goyer R, Clarkson W. Toxic effects of metals. En: Cassarett and Doull’s. Toxicology. The basic science of poisons. Sexta edición. Editor: Klaasen C. 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Plumbemia en niños de la ciudad de La Plata, Argentina y su... / Disalvo L. y Col. 138 EDUCACION MEDICA CONTINUA El hemograma como instrumento diagnóstico básico en pediatría Complete blood count as a basic tool for pediatric diagnosis Ac. Dr. Eduardo Aranda Torrelio* Introducción El ejercicio clínico de la pediatría permite la evaluación de un paciente a partir de una anamnesis completa y una exploración física satisfactoria según la sospecha diagnóstica en cada caso. Esta conducta es primordial e insustituible a pesar de disponer de tecnología diversa que permite precisar ese diagnóstico por hallazgos peculiares y reconocidos; de esta manera, el médico general que atiende a niños(as) ó mejor aún, el pediatra que valora a un(a) menor debe partir de una historia clínica completa y proponer diagnóstico(s) preliminar(es) emergente(s) de tal conducta inicial. Más allá de ello, tendrá que recurrir a exámenes complementarios de laboratorio y estudios de gabinete correctamente seleccionados según el caso en particular, tomando en cuenta factores tales como: 1) su disponibilidad y accesibilidad en el sitio de desempeño profesional; 2) su número de acuerdo a la complejidad del trastorno bajo sospecha; 3) la oportunidad de su ejecución y recepción de resultados; 4) la necesidad eventual de requerir la misma prueba para evaluar sus modificaciones y 5) su costo como factor que incide en los recursos de los familiares del paciente. * Con referencia a los exámenes básicos de laboratorio es innegable la importancia de disponer de un análisis completo de sangre periférica, también identificado como hemograma o biometría hemática, que analiza las células sanguíneas en sangre circulante e incluye a un reactante de fase aguda cual es la eritrosedimentación ó velocidad de sedimentación globular. Este examen es realizado en forma manual por personal profesional capacitado para ello y a su vez se incrementa el número de laboratorios que ya disponen de contadores electrónicos con capacidad de procesar la mayoría de parámetros incluídos en el hemograma, con la ventaja del recuento de un número mayor de elementos celulares, generando informes acerca del volumen y tamaño de las células, transcrito en cifras aritméticas ó con descripciones gráficas como las obtenidas por citometría de flujo. Esta última metodología puede generar el así llamado “hemograma laser” que descansa en el recuento de no menos de 10,000 células para cada serie, perfeccionando las cifras obtenidas y disminuyendo los factores de error, así como posibilita la cuantificación de hemoglobina en cada eritrocito por lo cual los índices obtenidos son extremadamente precisos. Médico Hematólogo – Pediatra. Unidad de Hemato-Oncología. Hospital del Niño “Dr. Ovidio Aliaga Uría”. Past-Presidente de la Sociedad Boliviana de Pediatría. Correspondencia: Dr. Eduardo Aranda. [email protected] Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 139 - 46 139 Componentes esenciales del hemograma crito y la hemoglobina. Los reticulocitos corresponden a hematíes jóvenes que llegan a sangre circulante y pueden ser identificados con una tinción especial. En un hemograma completo, hay cuatro parámetros dignos de análisis e interpretación por el profesional médico que atiende a menores en la especialidad, en medicina familiar y comunitaria cuando se desempeña en centros de salud que asisten a niños(as) y que inclusive un médico general está obligado a revisar al dispone de sus resultados. En cuanto a la serie roja aún es válido el reconocimiento de los índices hematimétricos que comprenden a: 1) Volumen corpuscular medio (VCM) que refleja la dimensión promedio de los eritrocitos; 2) Hemoglobina corpuscular media (HCM) que revela el peso-promedio de hemoglobina presente en los hematíes y 3) La concentración de hemoglobina corpuscular media ((CHCM) que muestra la proporción de hemoglobina existente en un eritrocito-promedio con relación a su tamaño. Estos índices ayudan a la clasificación inicial de las anemias crónicas según dimensiones de los hematíes y la proporción existente de hemoglobina en estas células. Los valores normales de serie roja se resumen en el cuadro # 1. 1.Serie roja ó glóbulos rojos (o hematíes) que contienen una proteína esencial para la vida, cual es la hemoglobina encargada del transporte constante de oxígeno a los tejidos expresada en gramos por unidad de volumen (g/dL ó g/L). Los elementos sólidos de esta serie se miden en porcentaje de sangre entera ó en volumen de fracción y corresponden al hematocrito. Los valores normales varían según: la edad cronológica del ser humano desde el mismo nacimiento hasta la edad adulta, la altitud geográfica y el sexo; en general hay una correlación uniforme entre las cifras del hemato- Cuadro # 1. Valores normales de la serie roja Hb (g/L) Edad Hto. (L/L) GR (millones/µL) VCM (fL) HCM (pg) CHCM (g/dL) Promedio -2 D S Promedio -2 D S Promedio -2 D S Promedio -2 D S Promedio -2 D S Promedio -2 D S Nacimiento (sangre de cordón) 165 135 0.51 0.42 4.7 3.9 108 98 34 31 33 30 1-3 días (capilar) 185 145 0.56 0.45 5.3 4.0 108 95 34 31 33 29 Una semana 175 135 0.54 0.42 5.1 3.9 107 88 34 28 33 28 Dos semanas 165 125 0.51 0.39 4.9 3.6 105 86 34 28 33 28 Un mes 140 100 0.43 0.31 4.2 3.0 104 85 34 28 33 29 Dos meses 115 90 0.35 0.28 3.8 2.7 96 77 30 26 33 29 3 a 6 meses 115 95 0.35 0.29 3.8 3.1 91 74 30 25 33 30 7 a 24 meses 120 105 0.36 0.33 4.5 3.7 78 70 27 23 33 30 2 a 6 años 125 115 0.37 0.34 4.6 3.9 81 75 27 24 34 31 7 a 12 años 135 115 0.40 0.35 4.6 4.0 86 77 29 25 34 31 13 a 18 años Mujer 140 120 0.41 0.36 4.6 4.1 90 78 30 25 34 31 Varón 145 130 0.43 0.37 4.9 4.5 88 78 30 25 34 31 Modificado de: Aranda E, ed. Guía de Hematología Pediátrica. La Paz: Elite Impresiones; 2011. El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 140 2.Serie blanca ó glóbulos blancos (ó leucocitos) que corresponde a células sanguíneas que cumplen diversas funciones en el organismo humano, tales como: facilitar el control de la función inmunitaria, intervenir en el proceso inflamatorio, participar en el control de infecciones agudas y crónicas, producir inmunoglobulinas, facilitar la formación del coágulo sanguíneo, etc. Su ausencia de pigmentos justifica su nominación como glóbulos blancos y son esenciales para evitar la extensión de infecciones de cualquier grado. Sus valores normales tienen rangos diferentes según edad cronológica y en las primeras 24 horas de vida pueden alcanzar cifras hasta de 30,0x109/L (ó 30 000/µL ó 30 000/mm3) y esa amplitud se va reduciendo conforme avanza la edad, llegando en la adolescencia a un rango de 4.5x109/L a 13.0x109/L. 3.Plaquetas o trombocitos, elementos celulares participantes en la hemostasis normal y cuya carencia ó descenso significativos provoca manifestaciones hemorrágicas a distinto nivel. De esta manera intervienen igualmente en la formación pronta del coágulo sanguíneo, mientras esté indemne su adhesividad y agregabilidad entre ellas. A su vez liberan fosfolípidos y otras proteínas procoagulantes que se incluyen en el fenómeno de la coagulación normal. Sus valores normales son discretamente menores solo en la primera semana de la vida y luego alcanzan a un rango de 150,0x109/L (ó 150 000/µL ó 150 000/mm3) a 450,0x109/L (ó 450 000/µL ó 450 000/mm3). 4.Eritrosedimentación ó Velocidad de sedimentación globular, que se constituye en un reactante de fase aguda y cuyos acrónimos son hasta confusos (ESD, VES, VSG). A pesar de intentos de innovación para modificar su técnica de medición, el único método aún válido es el de Westergren y sus valores normales-promedio en la primera hora de sedimentación son de: 1 a 15 mm en el varón y de 1 a 20 mm en la mujer. Hallazgos anormales y sus causas en trastornos pediátricos Serie roja o eritrocitaria: En lo concerniente a esta serie es innegable la utilidad del hemograma para identificar a un(a) paciente con anemia ó sea cifras disminuídas de eritrocitos, hemoglobina y hematocrito, debiendo inicialmente precisar si corresponde a una variante aguda ó mas probablemente curse con una anemia crónica. El reconocimiento de cifras normales de los parámetros correspondientes a esta serie permitirá definir si ocurre una anemia leve, moderada ó severa; los índices hematimétricos posibilitan aún más clasificar de inicio a la anemia como macrocítica, normocítica o microcítica. Existen muchas propuestas para diferenciar las anemias crónicas según correspondan a modalidades congénitas o adquiridas; en este último caso, también se pueden agrupar si son secundarias a la pérdida excesiva, a su producción insuficiente ó a la destrucción sostenida de los eritrocitos. En el otro extremo, la evidencia de cifras altas de serie roja es compatible con el diagnóstico de una eritrocitosis y en el recién nacido puede conducir a un síndrome de hiperviscosidad. La eritrocitosis tiene diferentes causas que son poco frecuentes en Pediatría pero incluyen a: trastornos genéticos, policitemia familiar, hemoconcentración, cardiopatías congénitas, síndrome de apnea del sueño, trastornos con hipertensión pulmonar, carboxihemoglobinemia, enfermedad renal poliquística, producción excesiva anormal de eritropoyetina. Serie blanca y granulocitica Sus cifras y rangos normales son particularmente dependientes de la edad cronológica de recién nacidos y niños como se expresó en párrafos precedentes y en Pediatría es imperativo revisar tales datos antes de afirmar si un(a) niño(a) cursa con leucocitosis o leucopenia. Luego corresponde definir si tales extremos tienen un carácter leve ó hasta notorio para confirmar en el primer caso que el(la) paciente tiene una reac- El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 141 ción leucemoide ó por el contrario, la leucopenia es de tal magnitud que se asocia a neutropenia severa y ello tiene implicaciones caso obvias, porque supone un riesgo inminente de infecciones oportunistas. Más allá de ello debe interpretarse con sumo cuidado la fórmula diferencial de la serie blanca para aproximarse a un diagnóstico preliminar que descansa en los hallazgos clínicos y en exámenes complementarios juiciosamente elegidos, para evitar costos innecesarios a la familia del paciente. Así los cuadros del # 2 al 9 describen los diferentes trastornos o fenómenos causantes de una anomalía cuantitativa de los leucocitos, con preferencia en aquellos cuadros evidenciables en recién nacidos y niños(as). En el caso de neutropenia se enfatizan las drogas que potencialmente provocan la misma, por su uso diverso en Pediatría y en otras especialidades clínico-quirúrgicas. Cuadro # 2. Causas de neutrofilia Infecciones agudas locales o generalizadas Trastornos inflamatorios agudos diversos Cuadros metabólicos: uremia, cetoacidosis diabética Intoxicaciones o envenenamientos por drogas o químicos (ej. digital, plomo) Hemorragia aguda. Crisis hemolítica. Variantes fisiológicas: ejercicio extenuante (ej. maratones), inyecciones de epinefrina, crisis convulsiva, taquicardia paroxismal, periodo neonatal temprano. Neoplasias malignas: leucemias mieloides, policitemia vera, mielofibrosis. Cuadro # 3. Causas de neutropenia Infiltración maligna de la médula ósea (leucemias agudas y crónicas, metástasis de cáncer) Hiperesplenismo. Hemoglobinuria paroxística nocturna Prematuridad con peso de nacimiento menor de 2 kg Lupus eritematoso diseminado. Post-radioterapia. Cirrosis. Anemia aplástica. Síndrome mielodisplásico. Anemia megaloblástica Síndrome de Shwachman-Diamond. Disqueratosis congénita. Desórdenes congénitos de metabolismo (Ej. Glucogenosis. Síndrome de Pearson) Trastornos de distribución de los granulocitos (Ej. Síndrome de Chédiak-Higashi., Síndrome de Griscelli) Neutropenias: congénita , crónica idiopática y cíclica. Síndrome de Kostmann Desórdenes congénitos de la función inmunológica Causas infecciosas de neutropenia Por virus: dengue, parotiditis, hepatitis, virus sincicial respiratorio, mononucleosis infecciosa, influenza, sarampión, rubeóla, citomegalovirus, VIH, virus herpes 6. Por bacterias: tuberculosis miliar, sepsis por Gram (-), fiebre tifoidea, brucelosis, tos ferina, shigellosis, tularemia. Por hongos: histoplasmosis. Por protozoos: malaria, kala-azar Por ricketsias (tifus epidémico, erlichsiosis) Causas iatrogénicas de neutropenia Por antiinflamatorios (pirazolónicos, ibuprofeno, indometacina, fenilbutazona, sales de oro), anticonvulsivantes (fenitoína, ácido valproico, etosuximida, carbamazepina), penicilinas, macrólidos, cefalosporinas, antiarrítmicos (propranolol, procainamida, quinidina), antihipertensivos (captopril, metildopa) cloranfenicol, PAS, rifampicina, isoniazida, vancomicina, nitrofuranos), antimaláricos (pirimetamina, quinina, dapsona), hipoglucemiantes (clorpropamida, tolbutamida), antihistamínicos (bromfeniramina, tripelenamina, cimetidina, ranitidina), antitiroideos (propiltiouracilo, metimazol), diuréticos (acetazolamida, clortalidona, hidroclorotiazida), fenotiazinas, antiagregantes plaquetarios (ticlopidina, clopidogrel), alopurinol, levamisol, zidovudina, estreptoquinasa, interferón recombinante, antipsicóticos, antidepresivos, metales pesados (arsénico, mercurio, oro). Mielosupresión por drogas citostáticas (antimetabolitos, antracíclicos, alcaloides de la vinca, agentes alquilantes, dactinomicina, cisplatino, hidroxiurea). El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 142 Cuadro # 4. Causas de eosinofilia Parasitosis con infiltración tisular: estrongiloidiasis, uncinariasis, infección por P. carinii o P. jiroveci, ascaridiasis, filariasis, toxoplasmosis. toxocariasis, esquistosomiasis, larva migrans visceral, cisticercosis, triquinosis, oncocerquiasis, fasciolasis, paragonimiasis, equinococosis o hidatidosis, angioestrongiloidiasis, fasciolopsis, capilariasis. Trastornos alérgicos: urticaria, dermatitis atópica, penfigoide, edema angioneurótico o angioedema, asma, aspergilosis broncopulmonar, síndrome de Löffler, rinitis alérgica. Padecimientos oncológicos: leucemia eosinofílica, linfomas, tumores cerebrales, histiocitosis de células de Langerhans, tumores sólidos con metástasis o necrosis, leucemia mieloide crónica, linfadenopatía angioinmunoblástica, hiperplasia linfoide angioblástica, policitemia vera. Trastornos pulmonares: eosinofilia pulmonar, fibrosis quística, bronquiectasias, eosinofilia pulmonar idiopática. Padecimientos gastrointestinales: enfermedad intestinal inflamatoria, hepatitis crónica activa, gastroenteritis eosinofílica, enfermedad celíaca. Trastornos del colágeno o autoinmunes: artritis reumatoidea, lupus eritematoso diseminado, vasculitis por hipersensibilidad, esclerodermia, poliarteritis nodosa, sarcoidosis, fascitis eosinofílica, S. de Sjögren, enfermedad del suero, vasculitis necrosante. Eosinofilia inducida por ciertas drogas: tuberculostáticos, anticonvulsivantes, penicilinas, interferón, cefalosporinas, minociclina, sulfonamidas, tranquilizantes. Eosinofilia asociada a otros trastornos infecciosos: criptococosis en infección por VIH, enfermedad por “arañazo de gato” o bartonelosis, coccidioidomicosis, infecciones por Chlamydia sp, escarlatina, escabiasis. Síndromes de inmunodeficiencia: deficiencia selectiva de Ig A con atopia, S. de Wiskott-Aldrich, enfermedad injerto vs. huésped, S. de Nezelof. Miscelánea: S hipereosinofílico idiopático, dermatitis herpetiforme, fibrosis endomiocárdica, insuficiencia adrenal ó enfermedad de Addison, síndrome del “aceite tóxico”, reacciones a terapia con citoquinas, síndrome mialgia/eosinofilia, diálisis peritoneal, forma hereditaria o idiopática, trombocitopenia con ausencia de radio (TAR), postirradiación de abdomen, hipopituitarismo. Cuadro # 5. Causas de eosinopenia Procesos infecciosos agudos Síndrome de Cushing Corticoterapia Asociada a timoma Casos con hipogammaglobulinemia Cuadro # 6- Causas de basofilia y de basopenia Basofilia: Mixedema. Nefrosis. Anemias hemolíticas. Colitis ulcerativa. Leucemia mieloide crónica Cuadro # 7. Causas de linfocitosis Infecciones agudas: tos ferina, linfocitosis infecciosa aguda, hepatitis viral, mononucleosis infecciosa. Infecciones crónicas: tuberculosis, sífilis congénita y adquirida, brucelosis. Trastornos hematológicos: leucemias linfoblásticas (aguda y crónica), variantes de linfomas, leucemia de “células pilosas”. Linfocitosis relativa: exantemas virales, convalescencia de infecciones agudas, tirotoxicosis, enfermedad de Addison, linfocitosis asociada a neutropenia. Reacciones de hipersensibilidad Policitemia vera. Metaplasia mieloide Sinusitis crónica. Varicela Deficiencia de hierro. Post-esplenectomía Carcinoma pulmonar. Enfermedad de Hodgkin Basopenia: Hipertirodismo. Reacciones de hipersensibilidad. Ovulación. Embarazo. Postirradiación. Estrés sostenido. Uso de esteroides. El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 143 Cuadro # 8. Causas de linfocitopenia Linfocitopenia asociada a infecciones agudas: fiebre tifoidea, sepsis, neumonía. Insuficiencia cardíaca. Drenaje de conducto torácico. Linfomas de Hodgkin y No-Hodgkin. Postexposición a altas dosis de PUVA. Necrosis pancreática. Enteropatía depletora de proteínas. Deficiencias dietéticas (ej. asociada a abuso de alcohol) Miastenia gravis. Insuficiencia renal. Timoma ó Timectomía neonatal. Tuberculosis. Malaria. Infecciones virales: hepatitis, influenza, SIDA. Lupus eritematoso diseminado y otras colagenopatías. Agranulocitosis. Anemia aplástica. Otros síndromes de inmunodeficiencia (Ej. S. de Wiskott-Aldrich, ataxia-telangiectasia). Administración de esteroides adrenales ó por iatrogenia. Post-quimioterapia inmunosupresora o radioterapia. Insuficiencia renal. Sarcoidosis. Agresión térmica. Cuadro # 9. Causas de monocitosis Infecciones bacterianas: endocarditis bacteriana subaguda, fiebre tifoidea, sífilis, brucelosis, tuberculosis, infecciones micóticas. Convalescencia de infecciones agudas. Malaria, tripanosomiasis, kala-azar. Infecciones por ricketsias. Enfermedades granulomatosas: colitis ulcerativa, enteritis regional, enfermedad inflamatoria intestinal. Recuperación de agranulocitosis, anemias hemolíticas. Pre-leucemia, leucemias y otros trastornos mieloproliferativos. Linfomas y otras neoplasias (carcinomas), histiocitosis. Neutropenias adquiridas y congénitas. Lupus eritematoso diseminado, artritis reumatoidea, poliarteritis nodosa, arteritis temporal, miositis. Sarcoidosis. Cirrosis. Infiltraciones metabólicas lipoides. Intoxicación por tetracloroetileno. Terapia sostenida con corticoesteroides, reacción a ciertas drogas. Plaquetas o trombocitos En general lo más llamativo es detectar que un(a) paciente cursa con trombocitopenia y aparte de aplicar una correlación con las cifras de serie roja y blanca en ese hemograma, se anticipará la pesquisa de la causa primaria; inicialmente se reconoce que la mayoría de niños(as) presentan trombocitopenia aguda, ó sea un solo episodio con distinta severidad y que no dure más allá de seis meses; de lo contrario ó ante la evidencia de una recaída de este trastorno hemorragíparo se asistirá a un(a) paciente con la variante crónica. En ambos casos, las posibilidades etiológicas pueden incluir a: trastornos congénitos desde la misma trombocitopenia neonatal, deficiencia de folatos ó vitamina B12 como en la anemia megaloblástica, asociada a trastornos hematológicos como en la anemia aplástica ó a desórdenes malignos como en leucemias agudas y en linfomas. Otro gran grupo está constituido por la trombocitopenia inducida por drogas, que actúan comprometiendo la producción normal de plaquetas o favoreciendo su destrucción excesiva; también puede ocurrir en infecciones por virus incluyendo al VIH ó por otros patógenos como en la septicemia; está también informada en pacientes con lupus eritematoso diseminado, síndrome urémico-hemolítico, coagulación intravascular diseminada, en el síndrome HELLP y es relativamente frecuente la trombocitopenia crónica inmune ó sea por la producción y circulación de anticuerpos anti-plaquetarios. Por otra parte, la evidencia de cifras muy elevadas de plaquetas (> 500 000x109/L o >500 000/µL o >500 000/mm3) permite reconocer el diagnóstico de trombocitosis, trastorno éste poco frecuente en Pediatría y el cuadro # 10 resume las causas de este hallazgo hematológico, con la mención preferencial de dolencias observadas en pacientes pediátricos. Asimismo debe analizarse la posibilidad de una pseudo-trombocitosis, fenómeno observado cuando los eritrocitos muy pequeños ó aquellos fragmentados en niños quemados, son confundidos con plaquetas por los contadores hematológicos automatizados. El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 144 Cuadro # 10. Causas de trombocitosis Infecciones: meningitis por Haemophilus influenzae, tos ferina, neumonía con enfisema, infecciones con abscesos localizados, tos ferina, brucelosis, tuberculosis, infecciones micóticas diseminadas, enfermedad de Kawasaki, infección por VIH. Trastornos onco-hematológicos: anemias hemolíticas, deficiencia de hierro ó de vitamina B12, hemorragia aguda, esplenectomía o asplenia funcional, histiocitosis, neuroblastoma, linfomas. Inducida por drogas: beta-lactámicos, alcaloides de la vinca, corticoesteroides, epinefrina, exposición neonatal a cocaína. Miscelánea: quemaduras, fracturas ó trauma con isquemia tisular, acidosis respiratoria, alcalosis metabólica, deshidratación, hepatitis crónica, enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome nefrótico, insuficiencia renal crónica, hiperplasia suprarrenal congénita, recuperación de quimioterapia citostática. Eritrosedimentacion (o velocidad de sedimentacion globular) Esta prueba refleja una respuesta pronta del huésped para generar un ambiente contra microorganismos ó procesos patológicos, gracias a la producción de citoquinas y proteínas de fase aguda, estas últimas provenientes en particular de macrófagos y monocitos. Su aceleración es favorecida por la presencia de fibrinógeno como proteína de alto peso molecular, así como por beta-globulinas y en menor grado, por alfa-2-globulinas, gammaglobulinas y albúmina. En Pediatría hay pocas condiciones que provocan una eritrosedimentación mayor de 100 mm/hora, tales como: tuberculosis miliar, infecciones provocadas por S. pyogenes ó S. pneumoniae, pielonefritis, apendicitis perforada, artritis séptica, endocarditis bacteriana, eritema nodoso, leucemias agudas, neuroblastoma. Ya se comentó que este parámetro se constituye en un reactante de fase aguda incluido en la mayoría de los informes de un hemograma completo. Existen factores fisiológicos (ej. embarazo) o patológicos (ej. anemias, obesidad) que inciden en un valor acelerado ó disminuido y el cuadro # 11 resume las entidades asociadas a esas lecturas anormales. Cuadro # 11. Alteraciones de la eritrosedimentación Eritrosedimentación acelerada: trastornos infecciosos diversos, desórdenes asociados a inflamación aguda, hipertiroidismo e hipotiroidismo, enfermedad de Kawasaki, infarto de miocardio, enfermedades del tejido conectivo y vasculitis, uso de heparina o de inmunoglobulina intravenosa ó de contraceptivos orales, linfoma de Hodgkin y otras neoplasias, enfermedad inflamatoria intestinal. Eritrosedimentación disminuída: eritrocitosis, síndrome de hiperviscosidad, policitemia vera, insuficiencia cardiaca congestiva, disfibrinogenemia ó hipofibrinogenemia, reacción leucemoide, esferocitosis ó poiquilocitosis, caquexia, anemia de células falciformes, uso de corticoesteroides ó de ácido valproico ó de L-asparaginasa. Recomendaciones finales Luego de una revisión expresa de los alcances que brinda un hemograma completo con sus diferentes componentes y los hallazgos peculiares a un paciente pediátrico, es innegable su utilidad como examen básico de laboratorio y pueden emitirse las siguientes recomendaciones para su mayor aprovechamiento en la práctica clínica: 1.Es válido reiterar que una historia clínica completa debe preceder a la interpretación del hemograma para definir su correlación clínica o quirúrgica. 2.Al observar discordancia(s) eventual(es) con el cuadro clínico del paciente, se intentará verificar el procesamiento técnico adecuado, aclarar cierta(s) incongruencia(s) con los profesionales encargados de su ejecución e inclusive, considerar los artificios que emergen en los informes de aquellos hemogramas realizados en contadores automatizados. 3.Su solicitud renovada será dependiente de la evolución del caso en particular, con la ventaja de aplicar comparaciones en aquellos parámetros anormales para establecer una evolución favorable – o no – del padecimiento de fondo ó de El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 145 las causas extrínsecas (ej. uso de fármacos) que influyen en esos resultados. 4.A pesar de que el hallazgo anormal sea destacable y respalde un diagnóstico inicial, es prudente aplicar una correlación con los otros parámetros de la sangre periférica, como ocurre en pacientes con pancitopenia ó con hiperleucocitosis y trombocitosis simultáneas. 5.Finalmente, es igualmente útil correlacionar el hemograma completo con otras pruebas de laboratorio que respalden el diagnóstico final; tal es el caso de los trastornos infecciosos en los cuales se confirmó el agente etiológico ó en dolencias hematológicas estudiadas con análisis innovadores como la inmunohistoquímica, inmunofenotipo, etc. Referencias 1. Aranda E. Guía de Hematología Pediátrica. La Paz: Elite Impresiones; 2011. 2. Bope ET, Kellerman R, Rakel RE, eds. Conn´s Current Therapy 2011. Philadelphia: Elsevier/Saunders; 2011. 3. Ferrer R, Artigas A. Physiologic Parameters as Biomarkers: What Can We Learn from Physiologic Variables and Variation? Crit Care Clin 2011;27:229-40. 4. Ferri FF, ed. Ferri´s Clinical Advisor 2012: 5 Books in 1. Philadelphia: Elsevier/Mosby; 2012. 5. Hofmann R, Benz EJ, Shattil SJ, Furie B, Silberstein LE, McGlave P, Heslop HE, eds. Hematology: Basic Principles and Practice. 5th ed. Philadelphia: Churchil Livingstone Elsevier; 2009. 6. Kliegman RM, Stanton BF, St Geme III JW, Schor NF, Behrman RE, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 19th. ed. Philadelphia:Elsevier/Saunders; 2011. 7. Long SS, Nyquist AC. Laboratory manifestations of Infectious Diseases. En: Long SS, ed. Principles and Practice of Pediatric Infectious Diseases. Revised Reprint. 3rd. ed. Philadelphia:Elsevier Inc.;2011. p. 1368-81. El hemograma como instrumento diagnostico básico en pediatría / Aranda E. 146 EDUCACION CONTINUA EN PEDIATRIA CUESTIONARIO NUMERO 42 1. Un enunciado correcto sobre el hemograma es: a. Es válido reiterar que una historia clínica completa debe preceder a la interpretación del hemograma para definir su correlación clínica o quirúrgica. b. Su solicitud reiterativa sirve para establecer el diagnóstico correcto. c. Un hallazgo anormal descarta el diagnóstico inicial. d. Es útil correlacionar el hemograma completo con una tomografía axial computarizada. e. Todas las anteriores. 2. Producen neutrofilia: a. Infecciones agudas locales o generalizadas b. Trastornos inflamatorios agudos diversos c. Hemorragia aguda. Crisis hemolítica. d. Ciertas neoplasias e. Todas las anteriores 3. Las causas de linfocitosis son las siguientes, excepto: a. Tos ferina. b. Mononucleosis infecciosa. c. Enfermedad de Kawasaki. d. Leucemias linfoblásticas (aguda y crónica) e. Linfocitosis asociada a neutropenia. 4. Las causas de trombocitosis son las siguientes, excepto: a. Tos ferina. b. Enfermedad de Kawasaki. c. Enfermedad hemolítica por deficiencia de vitamina K d. Trastornos onco-hematológicos e. Inducida por drogas 5. Las alteraciones que elevan la VSG son las siguientes, excepto: a. Trastornos infecciosos diversos b. Desórdenes asociados a inflamación aguda c. Hipertiroidismo e hipotiroidismo d. Linfoma de Hodgkin y otras neoplasias e. Uso de corticoesteroides ó de ácido valproico ó de L-asparaginasa. Rev Soc Bol Ped 2011; 50 (2): 147 - 8 147 Respuestas Cuestionario # 42 Respuestas: Cuestionario Nº 42 1. a 2. e 3. c 4. c 5. e 148 APENDICE INFORMACION * REGLAMENTO DE INGRESO DE MIEMBROS TITULARES A LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA A.1 * INSTRUCTIVO PARA LA PUBLICACION DE ARTICULOS EN LA REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA A.2 * INSTRUCCIONES A LOS AUTORES PARA LA ELABORACION DE RESUMENES ESTRUCTURADOS DE ARTICULOS ORIGINALES SOBRE INVESTIGACION MEDICA A.6 * CARTA PARA SOLICITUD DE PUBLICACION A.7 * REGLAMENTO DE RELATOS Y CORRELATOS A.8 * REGLAMENTO PARA LA PRESENTACION DE RESUMENES Y TRABAJOS LIBRES A.9 * DIRECCIONES DE LAS SOCIEDADES DE PEDIATRIA A.10 APENDICE 149 SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA REGLAMENTO DE INGRESO DE MIEMBROS TITULARES A LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA De acuerdo a lo establecido en los Estatutos y Reglamentos de la Sociedad Boliviana de Pediatría aprobados en el XV Congreso Nacional, realizado en la ciudad de Sucre en septiembre de 1991, para optar la condición de miembro titular se requiere. a) Presentar certificado de Especialista en Pediatría. b) Presentar un trabajo de ingreso relacionado con la especialidad, realizado en el país, calificado como válido de acuerdo a las condiciones reglamentadas por cada Sociedad Departamental y que se basará en las posibilidades de investigación del medio. Dicho trabajo deberá ser aceptado por el Comité Científico de la Directiva Nacional o la Departamental respectiva y aprobado por la Asamblea, ante la que será presentado para su discusión en un plazo no mayor de un año desde la fecha de su postulación. c) Acreditar un mínimo de asistencia del 50% en las actividades ordinarias de la Sociedad en calidad de adherente y cubrir la cuota de ingreso asignada por la Sociedad Departamental respectiva. d) El diploma que lo acredita como miembro titular, será entregado en la sesión ordinaria, donde presente el trabajo de ingreso respectivo. 150 A1 Instructivo para la publicación de artículos en la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría 1.- Los trabajos considerados para su publicación deberán ser entregados en la secretaría de la Sociedad Boliviana de Pediatría o enviados al Director - Editor de la Revista, casilla de correo 1027, La Paz - Bolivia. Una vez recibidos, los artículos serán propiedad de la revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría, por lo tanto es obligación de los autores conservar una copia completa del trabajo, incluyendo los cuadros y figuras ya que la revista no devolverá el material enviado. 2.- Todos los artículos enviados deberán ser originales e inéditos, no se aceptarán trabajos presentados o enviados a otras revistas científicas. Los trabajos serán sometidos a un proceso de arbitraje, donde se los evaluará desde el punto de vista metodológico. Las opiniones vertidas en los artículos, serán de absoluta responsabilidad de los autores y no expresarán la opinión de la Sociedad Boliviana de Pediatría. 3.- Los manuscritos enviados deberán ser acompañados de una carta de solicitud de publicación (pagina A7 de la revista), donde se indicará la siguiente información: a)Si hubo una publicación anterior o envío por duplicado del trabajo o cualquier parte de él a otras revistas o medios de divulgación. b)Se declara que el trabajo no ha sido sometido, antes o simultáneamente, a consideración de otras publicaciones. c) Si es el caso, se declara sobre las relaciones financieras o de otro orden que pudiesen causar conflictos de intereses. d)Se declara que el manuscrito ha sido leído y aprobado por todos los autores. e)Todos los autores deberán firmar la carta de solicitud. f) Se indica la dirección, teléfono, Fax, correo electrónico del autor principal para permitir una comunicación posterior. g)Si es el caso, se acompañará de los permisos necesarios para reproducción de material publicado previamente o empleo de ilustraciones sobre personas susceptibles de ser identificadas. 4.- El orden de publicación de los trabajos queda a criterio de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría y nos reservamos el derecho de su aceptación, así como de sugerir cambios, efectuar reducciones, modificaciones del texto o del material gráfico. 5.- Los trabajos enviados deberán ajustarse a las siguientes normas generales: a)El trabajo deberá ser escrito en computadora con procesador de palabras Word para Windows de Microsoft, letra “Times New Roman” tamaño 12, en hojas tamaño carta y dejando un margen de 2.5 cm. en todos los bordes. La extensión del texto no debe sobrepasar 10 páginas para los artículos originales, 5 en los casos clínicos, 3 en las cartas al editor y comunicaciones breves, excepto los artículos de actualización o de revisión que pueden llegar a 15 páginas de texto. Debe enviarse el trabajo original impreso en hoja tamaño carta, así como también los cuadros y figuras, si corresponden. Junto con ello, se debe enviar el trabajo en disquete 3.5” o disco compacto con una etiqueta auto adhesiva que indique el nombre del autor y título del manuscrito; todo ello tiene la finalidad de facilitar las correcciones y la diagramación en la imprenta. b)Los trabajos tienen características que permiten dividirlos en secciones tituladas según el tipo de manuscrito: -Artículo original: introducción, material y métodos, resultados y discusión. -Casos clínicos: introducción, caso clínico y discusión -Imágenes pediátricas inusuales: caso clínico y discusión. -El formato de otros tipos de artículos de gran interés para los lectores, como revisiones de temas, actualización, editoriales, comentarios, cartas al editor, informes técnicos, etc., puede ser diferente según la naturaleza de su contenido y será aprobado por el Comité Editorial de la revista de común acuerdo con el autor. 6.- Los trabajos deberán contar con los siguientes apartados: PAGINA INICIAL: a) Título El título del trabajo debe ser conciso pero informativo sobre el contenido central de la publicación y de ser posible, se debe realizar su traducción en inglés. b) Autores Debe indicarse la lista de autores según el orden que figurarán en la publicación. Los autores deben ser identificados con su nombre de pila, apellidos paterno y materno seguidos por un asterisco en la parte superior, con el que se señala en el pie de página el grado académico, cargo que ocupa y lugar de trabajo. Los autores que no tengan el titulo de médico cirujano se los debe señalar como interno o alumno de la carrera de medicina o indicar si corresponden a otras áreas de la salud. Por otro lado, se debe indicar el nombre y dirección del autor responsable de toda correspondencia relacionada con el trabajo y resaltar las fuentes de apoyo económico si existen. En la nómina de autores solo deben figurar las personas que hubiesen participado de manera suficiente en el trabajo y por lo tanto serán públicamente responsables de su contenido. 151 A2 SEGUNDA PAGINA c) Resumen y palabras clave Se debe contar con un resumen en español e inglés, de no más de 250 palabras, que describa los propósitos del estudio o investigación, material y método básico empleados, resultados principales y conclusiones más importantes (no emplee abreviaturas no estandarizadas y no use expresiones vagas). El resumen debe ser estructurado de acuerdo a las secciones que componen un artículo original, como se describe en la pagina A6 de la revista. en ambos. No repita datos en el texto, que el lector pueda conocer al analizar un cuadro o figura, excepto aquellos resultados más relevantes del trabajo, deben ser siempre descritos en el texto. No incluya en los resultados comentarios de los mismos, ya que esto corresponde a la sección de discusión. El relato a desarrollar en esta sección es solamente de tipo descriptivo. - Cuadros TEXTO: Presente cada cuadro en hoja aparte, mecanografiado en doble espacio. Numere los cuadros en orden consecutivo según el orden de aparición en el texto, seguido de un título breve en cada cuadro. Sobre cada columna coloque un encabezado corto o abreviado. Separe con líneas horizontales solamente los encabezados de las columnas y los títulos generales; en cambio, las columnas de datos deben separarse por espacios y no por líneas. Cuando se requieran notas aclaratorias o indicar el significado de las abreviaciones usadas, agréguelas al pie del cuadro y no en el cuerpo del mismo. Cite cada cuadro en orden consecutivo en el texto del trabajo. a) Introducción -Figuras Resuma la racionalidad del estudio y exprese en forma clara el propósito del artículo. Cuando sea pertinente en el estudio, explique la hipótesis cuya validez pretenda analizar, pero sin incluir datos o conclusiones del trabajo que se está presentando. No revise extensamente el tema y cite solamente las referencias bibliográficas que sean necesarias. Denomine figuras a cualquier tipo de ilustración que no corresponda a un cuadro, como ser gráficos, radiografías, electrocardiogramas, ecografías, etc. Las figuras pueden ser realizadas en una computadora y presentadas en un tamaño de 10 por 15 cm en formato electrónico como archivos JPG con una resolución de igual o mayor a 300 pixeles. El diseño debe ser simple y su sola observación debe permitir su comprensión, las figuras complejas no pueden interpretarse salvo lectura en el texto, por lo tanto deben evitarse. En el caso de que una figura sea realizada por un dibujante profesional, no envíe el original, remita 2 fotografías en blanco y negro, tamaño de 10 por 15 cm. Las letras, números y símbolos deben verse claros y nítidos en toda la superficie de la fotografía y tener un tamaño suficiente como para seguir siendo legibles cuando la figura se reduzca de tamaño en la publicación. Los títulos y leyendas no deben aparecer en la fotografía sino en una hoja aparte, para ser compuestos por la imprenta. En el respaldo de cada fotografía debe anotarse en una etiqueta pegada, el número de la figura, el nombre del autor principal y una flecha indicando su orientación espacial. Envíe las figuras protegidas en un sobre grueso de tamaño apropiado. Cite cada figura en el texto con un orden consecutivo según corresponda. Si una figura es reproducción de material ya publicado, indique su fuente de origen y obtenga permiso escrito del autor o editor para reproducirla en su trabajo. El resumen de los casos clínicos deberá indicar de manera sintetizada la introducción, el caso clínico y además, una colusión del trabajo. A continuación de cada resumen en español e inglés, se escriben las palabras clave del estudio, las que no deben exceder mas de cinco palabras y con su respectiva traducción en inglés, bajo el título de “key words”. b) Material y Métodos Describa claramente la selección de sujetos en observación. Identifique los métodos, instrumentos o aparatos y los procedimientos empleados, con la precisión necesaria para permitir a otros observadores que reproduzcan sus resultados. Si se trata de métodos establecidos y de uso frecuente, incluso métodos estadísticos, limítese a nombrarlos y cite las referencias respectivas. Si los métodos ya han sido publicados pero no son bien conocidos, proporcione las referencias y agregue una breve descripción. Cuando los métodos son nuevos se aplicaron modificaciones a métodos establecidos, descríbalos con precisión, justifique su empleo y enuncie sus limitaciones. Si se efectuaron experimentos en seres humanos, estos deberán contar con una autorización por un comité de ética de la institución donde se efectuó el estudio. Identifique todos los fármacos y compuestos químicos empleados con su nombre genérico, dosis y vías de administración. En caso de ser necesario identificar a los pacientes hágalo mediante números correlativos y no utilice sus iniciales ni los números de historias clínicas. Indique el número de sujetos, de observaciones, el o los métodos estadísticos empleados y el nivel de significación estadística establecido previamente para juzgar los resultados. c) Resultados Presente sus resultados con una secuencia lógica según el desarrollo del texto, cuadros y figuras. Los datos se pueden mostrar en cuadros o figuras, pero no simultáneamente d) Discusión Se trata de realizar una discusión de los resultados obtenidos en el trabajo y no de una revisión del tema. Discuta y destaque únicamente los aspectos nuevos e importantes que aporta su trabajo y las conclusiones de los datos que ya fueron presentados en la sección de resultados, ni incluya comentarios de datos que figuren en los mismos. Compare sus hallazgos con otras observaciones relevantes identificándolos mediante las citas bibliográficas respectivas. Relacione sus conclusiones con los propósitos del estudio que destacó en la introducción; evite proponer conclusiones que no están sólidamente respaldadas por sus hallazgos, así como apoyarse en otros trabajos que aún no están terminados. 152 A3 e) Referencias Las referencias bibliográficas deben ser numeradas consecutivamente por orden de aparición en el texto, incluyendo las que se mencionan en los cuadros y figuras. Límite las referencias a no más de 30. Es importante la revisión e inclusión de referencias nacionales sobre el tema que es presentado. Identifique las referencias en el texto mediante números arábigos, colocados como superíndice al final de la frase o párrafo en que se las alude. Los nombres de las revistas deben abreviarse según el estilo usado en el Index Médicus. Los resúmenes de presentaciones a congresos pueden ser citados como referencias únicamente cuando están publicados en revistas de circulación común. Los autores serán responsables de la exactitud de sus referencias, cite solo la bibliografía a la que ha accedido, no es ético citar referencias que aparecen en otros trabajos, no incluya como referencias “observaciones no publicadas” ni “comunicaciones personales”. Puede incluir entre referencias a trabajos que están oficialmente aceptados por una revista y en trámite de publicación; en este caso indique la referencia completa, agregando a continuación el nombre abreviado de la revista, entre paréntesis la expresión “en prensa”. Los trabajos que han sido enviados a publicación pero todavía no han sido oficialmente aceptados, no deben colocarse entre las referencias, sino que pueden ser citados en el texto, entre paréntesis, como “observaciones no publicadas”. Ejemplos: Artículo de revista: Apellido e iniciales del nombre, si son varios autores se los separa con una coma. Mencione todos los autores cuando sean seis o menos; si son siete o más mencione seis y agregue: “y col”, escriba el título completo del artículo, en su idioma original. Luego, el nombre de la revista en que apareció abreviado de acuerdo a la nomenclatura internacional (Index Medicus), año de publicación, volumen de la revista, página inicial y final del artículo. - Arteaga BR, Arteaga MR. Fascitis necrosante. Rev Soc Bol Ped 2003; 42:102-15. - Lang ME, Vaudry W, Robinson JL. Bliss D, Healey P, Waldhausen J, et al. Case report and literature review of late onset group B streptococcal disease manifesting as necrotizing fasciitis in preterm infant: is this a new syndrome? Clin Infect Dis 2003; 37:132-5. Artículo de revista con soporte electrónico: Autor/es de artículo. Título del artículo. Título abreviado de la publicación /publicación periódica en línea/ Año de la publicación /Fecha de consulta/; volumen (número): paginación o número de pantallas/. Disponible en: http:// www.... ... ... - Pérez C, Solís G, Martínez D, De la Iglesia P, Viejo de la Guerra G, Martinez M. Factores predictivos de enfermedad neumocócica invasora: estudio de casos y controles. An Esp Pediatr /publicación periódica en línea/ 2002 /Fecha de consulta 2003 abr 10/; 57(4): 7 pantallas. Disponible en: http://www.doyma.es Capítulo de libro: Autor/es del capítulo. Título del capítulo. En: Autor/es del libro. Editores. Título del libro. Edición (solo se cita a partir de la 2da, Ciudad de publicación, editorial, año de publicación y páginas que abarca el capítulo. - Mazzi E. Malformaciones frecuentes del tubo neural. En: Aranda E, Tamayo L, Sandoval O, Mazzi E, Bartos A, Peñaranda RM, Quiroga C, eds. Texto de la cátedra de Pediatría. 3a. ed. La Paz: Elite impresiones; 2003. p.370-2. - Brun J, Coritza E, Mazzi E. Malformaciones frecuentes del tubo neural. En: Mazzi E, Sandóval O, eds. Perinatología. 2da. ed. La Paz: Elite impresiones; 2002. p.643-52. Capítulo de un libro con soporte electrónico: Autor/es del capítulo. Título del capítulo. En: Autor/es del libro. Título del libro /monografía en línea/ Año de publicación /fecha de consulta/; número de pantallas. Disponible en: URL: http - Philips SL. Hypertension. En: Criley J, Crilet D. The physiological origin of the health /monografía en línea/ 1995 /fecha de consulta 2003 abr 10/ ; 3 pantallas. Disponible en: http://www.......... Libro: Autores. Título del libro. Edición (solo se cita a partir de la 2da. edición). Ciudad de publicación: Editorial; año - Mazzi E, Sandóval O, eds. Perinatología. 2da. ed. La Paz: Elite impresiones; 2002. Artículo de periódico: - Aranda E. Leucemia. El Diario 1997, 21 de julio. Sección A: 3 (col 2). Organización como autor: - Sociedad Boliviana de Pediatría. AIEPI. Rev Soc Bol Ped 2000;41:26-31. Artículo sin autor: Anónimo - Meningitis en La Paz [editorial]. S Afr Med J 1996; 45:789. Revista con suplemento en un volumen - Mazzi E, Pantoja M. Enterocolitis necrosante en el recién nacido a término. Rev Soc Bol Ped 1999; 32: supl 1:12-4. 153 A4 Artículo en prensa: - Perez J, Alfaro N. Defectos del cierre del tubo neural: prevalencia y búsqueda de asociación con algunos factores de riesgo durante el primer trimestre del embarazo. Bol Med Hosp Infant Mex. En prensa 2004. Referencia de editorial: - Pantoja M. Suplemento de pediatría del Cono Sur [Editorial]. Rev Soc Bol Ped 1997; 36: 92. Referencia de carta al editor: - Mendoza A. Drogas y adolescencia. [Carta]. Rev Soc Bol Ped 2001;42:190. con las siguientes secciones: introducción, caso clínico y discusión. 3. Actualización Revisión de capítulos de interés especial, realizadas por profesionales expertos reconocidos en el tema o invitados por el comité editorial. 4. Imágenes pediátricas inusuales Presentación de uno o más casos clínicos, en forma resumida, que sea de presentación inusual e interesante y que se acompañe de material grafico ilustrativo sobre el caso. El formato a seguir es el siguiente: caso clínico y discusión. 4. Comunicaciones breves f) Agradecimientos Exprese su reconocimiento solo a personas e instituciones que hicieron contribuciones sustantivas al trabajo. Los autores son responsables por la mención de personas o instituciones a quienes los lectores podrían asignar responsabilidad o apoyo de los resultados del trabajo y sus conclusiones. Las contribuciones serán clasificadas de la siguiente forma: 1. Trabajo original Trabajo en el que se trata de encontrar una respuesta a una o varias interrogantes planteadas sobre una determinada patología. El esquema que deberá seguir es el siguiente: introducción, material y métodos, resultados y discusión. 2. Casos clínicos Descripción de uno o más casos clínicos que supongan una contribución importante al conocimiento de la enfermedad y una revisión del tema en cuestión. Cuenta Todo trabajo que signifique un aporte original, con carácter preliminar o definitivo, que no sobrepase en extensión 4 hojas tamaño carta, incluyendo tablas y referencias. 6. Cartas al Editor Comentario o discusión de temas que se estime de interés general relacionados con la pediatría o de trabajos publicados en la revista. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1.- Comité internacional de directores de revistas médicas. Requisitos uniformes para los manuscritos enviados a revistas biomédicas. Rev Soc Bol Ped 1998;37:74-82. 2.- Velásquez – Jones ed. Redacción del escrito médico. 4ta. ed. México: Ediciones médicas del Hospital Infantil de México Federico Gómez; 1999. 3.- Mitru N, Aranda E, eds. ABC de la redacción y publicación médico científica. La Paz: Fondo Editorial del Instituto de Gastroenterología Boliviano – Japonés; 2001. Dr. Manuel Pantoja Ludueña Director - Editor Revista Sociedad Boliviana de Pediatría Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría Calle Mayor Zubieta # 100 La Paz - Bolivia Tel. (591-2) 2240081 - Cel. 72003200 email: [email protected] 154 A5 Instrucciones para la elaboración de resúmenes estructurados de artículos originales sobre investigación médica Un resumen estructurado no debe exceder las 250 palabras; esta norma fue tomada considerando la extensión máxima permitida por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, para el registro en el MEDLINE. Debe evitarse el uso innecesario de verbos, presentar resultados secundarios y evitar hacer inferencias con resultados destacables. Los resúmenes, escritos en un máximo de 250 palabras, deben tener los siguientes encabezamientos: Título y autores, objetivo, contexto o lugar, pacientes o participantes, intervenciones (en el caso de ensayos clínicos), mediciones del desenlace principal, resultados principales y conclusiones. El título debe contener la menor cantidad posible de palabras, ser atractivo e informativo para el lector y en lo posible, clasificar el estudio. Es importante evitar el uso de palabras, tales como: “Estudio sobre...” ó “Investigación de...” lo mismo con abreviaciones o jerga indefinida que hace incomprensible al título. De preferencia escribirlo en una linea continua (puede ser diferenciado en negrilla y mayúsculas), luego el nombre del autor o autores (puede resaltarse al autor principal subrayando su nombre). Finalmente el nombre de la institución donde pertenece el autor o autores. Es necesario ser preciso en presentar el objetivo principal o la pregunta de investigación. En el caso de demostrarse una hipótesis a priori, ésta debe mencionarse. Si la extensión del resumen lo permite, puede incluirse la importancia del problema estudiado. Describir brevemente el diseño metodológico empleado en la investigación y el tiempo de seguimiento (en el caso que lo hubiere). Los principales diseños son los siguientes: • Ensayo clínico o diseño experimental, cuando implique una intervención del investigador. Pueden ser controlados, aleatorizados, a doble ciego, con placebo, cruzado, antes y después. • Estudios de pruebas diagnósticas, comparan pruebas buscando principalmente sensibilidad y especificidad, valores predictivos y likehood ratios. • Estudios de cohorte, implican el seguimiento a grupos de pacientes, generalmente expuestos y no expuestos a uno o varios factores, para posteriormente verificar un resultado o respuesta. Pueden ser prospectivos o retrospectivos. Son usados en estudios de pronóstico, causalidad y tratamiento. • Estudios de casos y controles, comparan un grupo de pacientes con un padecimiento o un resultado (casos) con otro grupo sin el padecimiento o resultado (controles). • Estudios transversales, tambien llamados de prevalencia; implican la medición de variables predictoras y resultados en un mismo tiempo. Generalmente son realizados empleando encuestas. • Estudios descriptivos, son muy frecuentes en la literatura médica y se refieren como “serie de casos” o “a propósito de un caso”. Describen varias características de un grupo de pacientes (edad, sexo, procedencia, grados de la enfermedad, época del año, etc.) con un mismo diagnóstico. Son mal utilizados para proponer causalidad. • Estudios de evaluación económica, actualmente muy en boga, pueden ser: análisis de costo-minimización, costo beneficio, costo-utilidad, costo-eficacia. En este acápite, mencionar el lugar donde fue realizado, en el caso de estudios hospitalarios o centros de salud, es importante explicar si fueron centros de primer, segundo o tercer nivel, privados o estatales. De esta forma se provee a los lectores la posibilidad de aplicar los resultados en sus contextos. Debe mencionarse el número de sujetos que participaron en el estudio (incluso los seleccionados y que luego rechazaron la participación), las pérdidas durante el seguimiento, en el caso de estudios de cohorte (ingresaron al estudio y por algún motivo lo abandonaron). También debe informarse las características del trastorno estudiado, criterios de inclusión y exclusión empleados. El tipo de muestreo utilizado debe ser informado, para dar una idea de la validez a los revisores y lectores. En el caso de ensayos clínicos debe describirse exactamente la maniobra de intervención. En el caso de medicamentos usar sus nombres genéricos. Debe describirse cómo se midió el o los resultados principales y los instrumentos o escalas de medición empleados. Deben describirse los resultados principales del estudio, incluyendo valores para hallazgos positivos y pruebas estadísticas para hallazgos negativos. Deben ser presentados en valores absolutos y relativos. Siempre que sea posible se deben incluir los intervalos de confianza del 95% y el nivel exacto de significación estadística. Describir, de manera breve, las conclusiones que estén apoyadas por los resultados presentados, mencionando la aplicabilidad clínica (evitando la “teorización”), limitaciones y extrapolaciones del trabajo. Referencia: Mejía H. Cómo escribir resúmenes para congreso o revistas médicas. Rev Soc Bol Ped 1999; 38:25-7 155 A6 CARTA PARA SOLICITUD DE PUBLICACION Srs. COMITE EDITORIAL DE LA REVISTA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Cumpliendo con los requisitos exigidos para la publicación, envío a Uds. el artículo titulado: .......................... ............................................................................................................................................................................... .............................................................................................................................................................................. para que se considere su publicación, señalando lo siguiente: 1. Es un artículo original, con temas de investigación clínica o experimental, salud pública, medicina social o bioética; revisión de temas; actualizaciones o casos clínicos, que cumple con las normas para la publicación de artículos que se detallan en cada número de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría 2. Es un artículo inédito, que no ha sido enviado a revisión y no se encuentra publicado, parcial ni totalmente, en ninguna otra revista científica, nacional o extranjera 3. No existen compromisos ni obligaciones financieras con organismos estatales ni privados que puedan afectar el contenido, resultados o conclusiones de la presente publicación. Si la publicación ha sido financiada, los términos de dicho financiamiento son detallados en carta adjunta. A continuación presento los nombres y firmas de los autores, que certifican la aprobación y conformidad con el artículo enviado. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. .............................................................................................................................................................................. El nombre del autor principal es: .............................................................................................................................................................................. El teléfono del autor principal es:......................................................................................................................... FAX:................................................................... Correo electrónico:...........................................@.................................................... Inclusión de mi correo electrónico en la publicación: SI ( ) NO ( ) 156 A7 SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA REGLAMENTO DE RELATOS Y CORRELATOS El Relato y los Correlatos son asignados en sesión administrativa del Congreso Nacional de Pediatría, para los dos siguientes eventos nacionales (Jornada y Congreso) con carácter específico. RELATO.- Es el desarrollo de una investigación en equipo, asignada a una Sociedad Departamental debiendo involucrar en la misma, a todos los socios departamentales, bajo la conducción de una Comisión de Relatos nominada por la Sociedad Departamental respectiva. Una vez hecha la asignación del tema y naturaleza de la investigación, la Sociedad Departamental responsable deberá: a) Elaborar un protocolo de investigación en un plazo no mayor a cuatro meses, someterlo a consideración del Comité Científico Nacional y difundirlo para su aplicación por lo menos seis meses antes de la fecha señalada para su presentación. b) Cada Comisión de Relato estará integrada por un mínimo de 3 y un máximo de 10 miembros, siendo todos ellos acreedores a la certificación respectiva. (siempre y cuando estén inscritos en el evento), pero sólo uno designado para hacer la presentación programada en Jornada o Congreso Nacional, en calidad de Relator Oficial. c) Cada relato deberá ser presentado al Comité Organizador por escrito, en no más de 10 carillas y por lo menos 30 días antes de su presentación oficial. El Comité organizador de la Jornada o Congreso tomará nota del nombre del Relator a tiempo de recibir la versión escrita del trabajo, para fines de programación y certificación. La forma de presentación debe ceñirse a las normas señaladas para la “Redacción de Artículo Médico” establecidas por el Comité Editorial de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría. d) Los relatos deberán ser necesariamente inéditos y su presentación se hará en 20 minutos. El material auxiliar -preferentemente diapositivas- debe ilustrarse con fotografías clínicas además de cuadros y figuras. CORRELATOS A. El protocolo de investigación será considerado a nivel del Comité Científico Departamental y la investigación puede tener carácter nacional o local. B. De preferencia, el trabajo debe ser en equipo pero no está excluido el desarrollo de un correlato a cargo de un solo profesional, si cuenta con la anuencia de la Sociedad Departamental respectiva. C. Cada correlato deberá ser presentado por escrito al Comité organizador en no más de 10 carillas y por lo menos 30 días antes de su presentación oficial. El Comité organizador de la Jornada o Congreso tomará nota del nombre del expositor -relator a tiempo de recibir la versión escrita del trabajo, para fines de programación y certificación. La forma de presentación debe ceñirse a las normas señaladas para la “Redacción de Artículo Médico” establecidas por el Comité Editorial de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría. D. Los correlatos deben ser inéditos y su presentación se hará en 15 minutos, con material audiovisual similar al requerido para los relatos. Nota: El presente reglamento ha sido elaborado por encargo de la Sesión Administrativa de la Sociedad Boliviana de Pediatría, realizada el 19 de septiembre de 1992 en Montero. La Directiva Nacional 157 A8 REGLAMENTO PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS LIBRES EN POSTERS 1. Los resúmenes de los trabajos libres que se reciban en la Secretaría del Congreso o Jornada, serán evaluados por el Comité Científico y serán aceptados aquellos que se ajusten plenamente al reglamento de publicaciones. Contenido del resumen: a) Título: en mayúsculas. Debe ser conciso y de acuerdo al contenido del resumen. b) Autor (es). 2. La fecha límite para la presentación de los resúmenes será 2 meses antes del comienzo del evento. c) Institución: lugar donde se realizó el trabajo, dirección, localidad, código postal, teléfono y fax. 3. Los trabajos deben ser inéditos. No deben estar publicados ni haber sido presentados en otros eventos, del país ni del extranjero. d) Títulos profesionales. e) Dirección y teléfono. f) Resumen: incluirá: introducción, objetivos, material y métodos, resultados y conclusiones; Dejando un renglón luego del encabezamiento, se transcribirá el resumen que deberá estar escrito en el recuadro adjunto. Introducción: aporta los elementos que fundamentan la realización del trabajo. Objetivos: claramente explicitados. Material y Métodos: contiene la información necesaria para la realización y reproducibilidad del trabajo de acuerdo a los objetivos propuestos. Resultados: expone los datos más representativos en forma breve y clara. Se podrán incluir cuadros y gráficas simples, pero no ilustraciones ni referencias. Conclusiones: deben responder a los objetivos y resultados. 4. El autor o autores de cada trabajo deberán estar inscritos en el Congreso, para su certificación de presentación de trabajos libres. 5. Cada poster debe medir no más de 150 cm. de alto por 80 a 90 cm. de ancho. Las letras del título deben medir entre 2 a 2.5 cm. y las del texto de 1 a 1.5 cm. 6. Cada poster debe contener: Título del trabajo, seguido de nombre de los autores, lugar de realización, material, método, resultados y conclusiones. 7. La ubicación y el tiempo de permanencia de los posters será determinado por el Comité Organizador, en función de la cantidad de trabajos inscritos y los ambientes disponibles en la sede del evento y comunicado con anticipación al autor principal. 8. El primer autor y/o los colaboradores deben estar presentes a fin de responder a las preguntas de los asistentes y del jurado calificador a ser nombrado por el Comité Organizador. 9. Después del tiempo asignado, los posters deben ser retirados, para la presentación de otros trabajos. 12. El Directorio Nacional de la Sociedad Boliviana de Pediatría premiará a los 3 mejores trabajos según informe del jurado calificador, mismos que serán entregados en la sesión de clausura de la jornada. 10. Para que los trabajos libres sean aceptados se debe enviar un resumen dos meses antes del evento. 13. Cualquier punto que no se haya estipulado en este reglamento será resuelto por el Comité Organizador. 11. El resumen debe ser escrito en máquina eléctrica o procesador de texto. No debe tener errores o enmiendas pues se publicará exactamente como se envíe. Directorio Nacional SBP 158 A9 DIRECCIONES DE LAS SOCIEDADES DEPARTAMENTALES DE PEDIATRIA Dr. H. Jorge Salazar F. Presidente SOCIEDAD PACEÑA DE PEDIATRIA Av. Brasil esq. Cuba # 1399. Edif. La Habana. Mezz. Of. 8 0 Miraflores Casilla postal # 1027 Tel./Fax: (591) (2) - 2240081 E-mail: [email protected] Dra. Gina Orozco Gonzáles Presidenta SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL QUILLACOLLO Av. Blanco Galindo este 0170. Colegio Médico de Quillacollo Tel./Fax: 4363611 Celular: 71779905 Dra. Leticia Flores Evia Presidenta SOCIEDAD CHUQUISAQUEÑA DE PEDIATRIA Colegio Médico de Chuquisaca Teléfono: 010 - 4 - 64 - 21884 Celular: 72882883 Dr. Rojer Timo S. Presidente SOCIEDAD POTOSINA DE PEDIATRIA Linares 122 “A” Teléfonos: 010 - 2 - 6225837 Celular: 71820319 E-mail: [email protected] Dr. Luis F. Zabaleta L. Presidente SOCIEDAD ORUREÑA DE PEDIATRIA Colegio Médico Depatamental Belzu esquina Vásquez No. 610 Telefonos: 010 - 2 - 5246920 Celular: 71842308 E-mail: [email protected] Dra. Marlene Crespo Presidente SOCIEDAD BENIANA DE PEDIATRIA Calle Cañaveral No. 98 Zona El Carmen Teléfono: 010 - 3 - 4624324 Celular: 71143553 E-mail:–[email protected] Dr. Gerardo Aramayo Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA FILIAL PANDO Hospital Roberto Galindo Fax: 010 - 3 - 8424146 Celular: 76001163 Dr. Miguel Centellas Presidenta SOCIEDAD COCHABAMBINA DE PEDIATRIA Av. G. Villarroel No. 1132 Edificio Confort 5to. piso oficina 5-E Teléfono: 010 - 4 - 4488416 Celular: 71721373 E-mail: [email protected] [email protected] Dr. Juan C. Murillo R. Presidenta SOCIEDAD CRUCEÑA DE PEDIATRIA Calle Santa Bárbara esquina Seoane s/n (Hospital de Niños Dr. M.O.S.) Casilla Postal # 6929 Tel.: 010 - 3 - 3342783 Celular: 70045019 E-mail: [email protected] Dra. Cristina Gemio Soto Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL EL ALTO Ciudad Satélite Hospital Boliviano Holandés. El Alto Teléfono: 2443026 - Fax: 2443026 Celular: 72595495 159 A10 Dra. Betty Ragmond de Serpa Dr. Osvaldo Antelo Aparicio Presidente Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL YACUIBA SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL MONTERO Calle Paraguay s/n entre Santa Cruz y Comercio. Yacuiba Clínica Norte calle Warnes esquina Ángel Sandoval. Montero Teléfono / Fax: 6822580 Cel. 71191622 E-mail: [email protected] Dr. Juan Carlos Balderas Ustares Presidente SOCIEDAD DE PEDIATRIA SUB FILIAL Teléfono: 9922100. Celular: 71887604 E-mail: [email protected] Dra. Olga Quiroga Presidente SOCIEDAD TARIJEÑA DE PEDIATRIA CAMIRI Colegio Médico Dptal. de Tarija Ayacucho casi esquina Junín Calle Oruro 139-153 Colegio Médico de Camiri Teléfono: 010 - 4 - 6633973 Teléfono: 010 - 3 - 95224699 Celular: 70213100 160 A11 FUNDADORES DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Dr. Cecilio Abela Deheza Dr. Carlos Ferrufino Burgoa Dra. María Josefa Saavedra Dr. Juan Antonio Osorio Dr. Roberto Pacheco Iturralde Dr. Nestor Salinas Aramayo Dr. Ernesto Trigo Pizarro Dr. Julio Pereira Dr. Enrique Hertzog Garaizábal Dr. Francisco Torres Bracamonte PRESIDENTES DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE PEDIATRIA Dr. Carlos Ferrufino Burgoa Dr. Cecilio Abela Deheza Dr. Carlos Daza Meruvia Dr. Antonio Pizarro Dr. Luis V. Sotelo Dr. Cecilio Abela Deheza Dr. Luis Hurtado Gómez Dr. Carlos Daza Meruvia Dr. Humberto Zelada Vargas Dr. Jorge Dorado de la Parra Dr. Gonzalo Silva Sanjinez Dr. Jorge Tejerina Peñaranda Dr. Eduardo Aranda Torrelio Dr. Andrés Bartos Miklos Dr. Jorge Tejerina Peñaranda Dr. Eduardo Mazzi Gonzáles de Prada Dr. Oscar Sandóval Morón Dr. Javier Torres-Goitia Caballero Dr. Jaime Tellería Guzmán Dra. Ruth Guillén de Maldonado Dr. Ricardo Arteaga Bonilla Dr. Adalid Zamora Gutiérrez Dr. Orlando Jordán Jiménez Dr. Ramiro Fabiani Dr. Iván Peñaranda Pérez Dr. Darwin Martínez M. Gestión 1943 - 1948 Gestión 1949 - 1950 Gestión 1951 - 1953 Gestión 1953 - 1955 Gestión 1955 - 1957 Gestión 1957 - 1959 Gestión 1959 - 1967 Gestión 1967 - 1969 Gestión 1969 - 1972 Gestión 1973 - 1975 Gestión 1975 - 1977 Gestión 1977 - 1979 Gestión 1979 - 1983 Gestión 1983 - 1987 Gestión 1987 - 1989 Gestión 1989 - 1991 Gestión 1991 - 1993 Gestión 1993 - 1995 Gestión 1995 - 1997 Gestión 1997 - 1999 Gestión 1999 - 2001 Gestión 2001 - 2003 Gestión 2003 - 2005 Gestión 2005 - 2007 Gestión 2007 - 2009 Gestión 2009 - 2011 161 10 pasos para una Lactancia Exitosa DECLARACION CONJUNTA OMS/UNICEF (1989) 1. Tener una política de Lactancia Materna escrita que sea periódicamente comunicada al personal. 2. Entrenar a todo el personal para implementar esta política. 3. Informar a toda mujer embarazada sobre los beneficios y manejo de la lactancia materna. 4. Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la primera media hora después del parto. 5. Enseñar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la lactancia aún si se separan de sus bebés. 6. No dar a los recién nacidos ningún alimento ni bebida que no sea leche materna. Hacerlo sólo por indicación médica. 7. Practicar el alojamiento conjunto, dejar que los bebés y sus madres estén juntos las 24 horas del día. 8. Fomentar la lactancia materna a libre demanda. 9. No dar tetinas, chupetes u otros objetos artificiales para succión a los bebés que están siendo amamantados. 10. Promover la creación de grupos de apoyo a la lactancia materna y referir a las madres a éstos. 162