RevistaMichoacana de Derecho Penal 115 Contestación del Doctor Francisco Pavón Vas cancelas, En el Homenaje que se le Rindió el Dia del Abogado. Hace ya bastantes años, en la época en que cursaba la carrera de Derecho en la entonces Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, seguramente impulsado por la curiosidad innata a todo joven, adquirí la costumbre de introducirme sin derecho a escuchar las exposiciones de conocidos maestros de aquélla época, sobre materias que no correspondían cursar, con el sano propósito de conocerlos, ya que no me habian sido asignados en sus respectivas asignaturas. Así, tuve la oportunidad de escuchar elegantes e interesantes especulaciones de aquellos maestros de reconocida nombradía, como Recasén Siches, recién llegado de España y precedido de alta fama; de Carrancá y Trujillo, el primer juspenalista mexicano de acrisolado prestigio como discípulo de Don Luis Jiménez de Asúa, tratadísta éste cuya reputación sobrepasa las fronteras españolas y hacia escuela en los países latinoamericanos; de Rafael Rojina Villegas, el primer autor civilista nacional;' de Antonio Caso, en su famosa cátedra de Sociología y de otros grandes que posteriormente ocuparon cargos de Secretarios de Estado en los gobiernos de los Presidentes Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdéz. Entre dichos maestros recuerdo vivamente. como si fuera hoy mismo, a Don Luis Chico Goerne, ex-Rector de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, quien ha encontrado en mis vivencias un lugar privilegiado. Quiero creer que en ese entonces enseñaba la cátedra de Filosofía del Derecho, lo que no puedo afirmar categóricamente dado los muchos años transcurridos. Gozaba fama de buen expositor, de galana palabra y profundos conocimientos. Escurrido subepticiamente, encontré asiento entre la colmada concurrencia, escuchando su fácil palabra, que en mi lozana juventud impresionó sobremanera. Con atención profunda escuché fascinado su grave voz que decia: "se oyen, en el silencio de la noche, los cansados pasos de un viejo rengo que camina dificultosamente; representa a la -116 Contestación del Doctor Francisco Pavón Vasconcelos ... justicia, cuyo andar cansino desespera, pero que seguro en si mismo, no pierde paso: la justicia que representa llega, inexorablemente, a su meta, no otra que el castigo del delincuente". Estas o semejantes palabras quedaron impresas en mi mente y de vez en cuando vuelvo a recordarlas. Los años pasaron inadvertidamente, y más tarde tuve la ocasión de tratar al distinguido sociólogo mexicano, cuando se desempeñaba como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que laboré, en ese entonces, como Secretario de Estudio y Cuenta, auxiliando en sus ponencias a juristas inolvidables como Don Ángel González de la Vega, Don Juan José González 8ustamante, y otros más que dejaron impresa su huella en la historia de nuestro máximo tribunal de justicia. Muchos años después, aquel pais que conoci en mi juventud, de dieciséis o diecisiete millones de habitantes, se transformó en un gigante, ahora de más de cien millones de mexicanos, cuyos problemas se han acrecentado con el decurso del tiempo. Apenas a quince años atrás de esta fecha, en que aún en la ciudad de México se podía transitar con libertad y sin temor alguno de dia y de noche, la situación empezó a cambiar sobrecogiendo a sus habitantes: asaltos, violaciones, robos con violencia a la propiedad y secuestros escandalosos, han confinado a sus habitantes en sus casas, temerosos de ser victimas de la delincuencia voraz, desordenada Y cruel en sus métodos; los comerciantes han puesto rejas de acero para separar, a los presuntos clientes, de los accesos al interior de sus establecimientos: las calles se han vuelto casi solitarias después de la caida de la noche. No es exagerado afirmar que los ciudadanoS se han recluido en sus hogares para sentir en ellos la seguridad que la delincuencia les ha arrebatado. Y ¿qué decir, de la delincuencia organizada, del narcotráfico que con su poder económico todo lo corrompe? En estos azarosos tiempos, con frecuencia recuerdo las palabras del maestro, ya olvidado para las generaciones posteriores. ¿Qué pasó con aquel viejo rengo que identificaba a la justicia y que con paso cansino y lento tarde o temprano llegaba, inexorablemente, para Revista Michoacana de Derecho Penal castigar al delincuente? representaba? . 117 ¿Acaso ya murió y con él la justicia a la que Todos hemos sufrido la angustia de la inseguridad que vivimos, fruto entre otros factores de la indeferencia e irresponsabilidad de nuestras autoridades. Ha sido moda pensar que la modificación de las leyes penales y la incrementación de las penas, es el remedio ideal para combatir los delitos y a la delincuencia; basta conocer la multitud de reformas realizadas al Código Penal del Distrito Federal, aplicable en tiempos pasados en el ámbito federal, para confirmar lo dicho. Las penas se han incrementado exageradamente en razón aparentemente lógica de la gravedad de los delitos cometidos. Como ejemplo, mencionaremos al robo simple que, en el Código Federal y en razón del valor de lo robado, alcanza pena de prisión de hasta diez años, con independencia de los robos agravados, atendiendo a los medios comisivos empleados, como la violencia ejercida sobre la victima o terceros, a las circunstancias de lugar o en razón de la naturaleza del objeto robado, etc., que aumentan aún más las sanciones a imponer. ¿Y que decir de aquellos delitos graves, sancionados ahora en los Códigos Penales tanto del Distrito Federal, COmoel de aplicación federal, con penas que alcanzan los cincuenta y aún los sesenta años de prisión? Pareciera que el aumento de la criminalidad en los delitos más frecuentes y graves, pudiera ser frenado con el incremento irracional de las penas a imponerse: acumulativamente, los jueces dictan sentencias imponiendo penas de Cien, ciento cincuenta y hasta doscientos años de prisión, sabiendo de antemano que no pueden imponer aquéllas que sobrepasan los máximos señalados para tales ilícitos en los Códigos, las que pueden ser de hasta cincuenta o sesenta años en delitos de gravedad manifiesta. y aún escuchamos, en los medios de comunicación escritos, radiales o televisivos, la opiníón de nuestros representantes FPulares que aclaman por la imposición de penas aún más graves a as ya señaladas en los Códigos Penales, pretendiendo con ello POner freno a la delincuencia en aumento, lo cuál sólo revela lo errado de la apreciación que se tiene sobre el problema delincuencia!. La Academia de Ciencias Penales, a la que me honro en pertenecer desde hace casi cuatro décadas, hizo ver a la sociedad meXicana la crisis del sistema penal, así como el "incremento del 118 Contestación del Doctor Francisco Pavón Vasconcelos... crimen con modalidades extremas de ferocidad y violencia la corrupción y el deterioro de la seguridad pública" que constit~yen pesada carga de nuestra sociedad. Ello ha llevado a ciertos sectores progresistas a pugnar por la implantación de un nuevo Estado de Derecho que pueda cambiar nuestra actual realidad histórica en esta materia. En nuestra Academia, el Dr. Don Sergio Garcia Ramirez propuso que dicho organismo procurara elaborar, por consenso de sus integrantes, un documento que contuviere sugerencias "minimas' ~e carácter básico para la política penal del gobierno, a efecto de que este contara con sustento razonable en sus decisiones, sugerencias que abarcara propuestas sobre el Derecho Penal sustantivo, el Derecho Procesal Penal, ia Ejecución de sanciones, la regulación adecu~da de los organismo de menores infractores, procedimientos y garantlas que deban protegerlos, etc. EllO de enero del año 2000 se inició el estudio y comentario de las propuestas elaboradas por algunos de los Académicos y en febrero del mismo año se desarrolló amplio debate sobre la relatorias hechas por los Académicos en relación a las diversas áreas del Derecho punitivo y posteriormente se llevaron a cabo entrevistas con los entonces candidatos de los diversos partidos a la Presidencia de la República, intercambiando ideas también con otras personalidades de la vida pública. En fin, se llegó a proponer el "Programa de Justicia Penal para el nuevo gobierno". Hicieron comentarios y propuestas, además del Dr. García Ramirez, los destacados juristas y técnicos Fernando Castellanos Tena, Sergio Correa Garcia, Maria de la Luz Lima Malvido. Luis de la Barreda Solórzano, Marco Antonio Diaz de León, Luis Fernández Doblado, Fernando Garcia Cordero, René González de la Vega, Oiga Islas de González Mariscal, Rafael Márquez Piñeiro, Moisés Moreno Hernández, Raúl González Campo, Luis Rodriguez Manzanera, Antonio Sánchez Galindo, Jesús Zamora Pierce y otros más, abarcando toda la temática propuesta, entre ellas las relativas a la prevención. del delito, instituciones policiacas, procuración de justicia, readaptaclon del delincuente, ieyes sustantivas y procesales, impartición de justicia y ejecución de penas, entre otro temas. Con mucha anterioridad, en sus respectivas localidades provinciales, destacados penalistas, criminólogos, criminalistas, procesallstas y demás estudiosos en las ciencias penales habian desarrollado meritoria labor para mejorar las leyes relativas Y RevistaMichoacana de Derecho Penal 119 proponer nuevas instituciones, en un esfuerzo personal que debemos reconocer. Asi, Celestino Porte Petit Candaudap uno de los más destacados juristas del siglo XX en el área de las ciencias penales, creó el Código de Defensa Social de Veracruz y el Código Penal de Baja California, asi como sus Códigos de Procedimientos Penales, siendo autor de un Código del Menor para el Estado de Guerreo, hasta donde alcanzamos a recordar; Gilberto Vargas López, en Michoacan, fue impulsor de las disciplinas penales y autor principalisimo del Código Penal del Estado de 1962 y de las posteriores reformas al mismo de 1980, de un Código de Menores que tuvo vigencia durante varios años, e igualmente del Código de Ejecución de Sanciones; en Guanajuato, Enrique Cardona Arizmendi, Cuauhtémoc Ojeda Ramirez y Luis Felipe Guerrero Agripino, entre otros, se preocuparon por las ciencias penales, siendo autores los dos primeros del Código Penal del Estado y todos ellos de meritorias obras juridicas. No hay duda que vivimos ahora una nueva etapa, fructífera en proyectos viables de reforma a las instituciones públicas en materia de derechos humanos, procuración y administración de justicia, ejecución de sanciones, justicia de menores, mejoria de los establecimientos penitenciarios, etc., que requieren un impulso evidente en recursos económicos que el Estado esta obligado a proporcionar. . Hoy celebramos el OrA DEL ABOGADO, celebración creada hace ya algunos ayeres en la capital del pais y ahora arraigada en todos los rincones de la patria. La importancia del hombre de leyes ha sido ~xaltada en múltiples ocasiones en bellos discursos, pero ahora es Imperativo que los Abogados emulen a los viejos maestros para ser creadores de las nuevas instituciones que la justicia moderna reclama en el pais. Desde diversas trincheras el Abogado puede ser factor decisivo para cambiar antiguos vicios que han entorpecido la buena marcha de las instituciones que procuran e imparten justicia. El hombre que invoca las leyes o las aplica, debe tener una sólida Cultura juridica que le permita tanto defender como imponer la norma correspondiente al caso particular debatido; en él está el resguardo de los bienes más valiosos del ser humano, como son su integridad personal, su libertad y su honor en peligro. 120 Contestación del Doctor Francisco Pavón Vasconcelos ... Por ultimo, debo dejar constancia de mi profundo agradecimiento por el honor que me ha concedido, en este evento, el H. Colegio de Abogados de Michoacán, A.C., cuyo reconocimiento estoy muy lejos de merecer. A todos sus integrantes un afectuoso saludo, que extiendo a las autoridades de la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, de la cual me siento uno de sus integrantes porque llevo en mi corazón un grato recuero de mi breve estadia entre sus profesores: dicho agradecimiento lo hago extensivo a los invitados especiales que han dado realce a este acto y a los asistentes que nos acompañan. Muchas gracias por su benevolencia.