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LA MEDIACIÓN PENAL: UN NUEVO RETO PARA LA CRIMINOLOGÍA COMO NEXO
ENTRE PSIQUIATRÍA FORENSE Y PSICOLOGÍA CRIMINAL.
M. Amparo Peris Salas*; M. Carmen Bellido Rodríguez*; Rosalía Trilles Solves*.
*Asociación de criminólogos de la CCAA Valenciana.
[email protected]
RESUMEN:
La Criminología consiste en la ciencia que se ocupa del estudio del delito, del delincuente, de la
víctima y de los mecanismos de control social. La Criminología resulta necesaria para comprender el
hecho delictivo y prevenir en definitiva la delincuencia. La mediación penal es un nuevo
procedimiento que tiene como finalidad la resolución de conflictos de índole penal mediante la
consecución de acuerdos entre la víctima y el infractor a través del diálogo y con la intervención de
un mediador, conductor del proceso. Esta forma de resolución alternativa de conflictos no tiene
actualmente referencia alguna en el proceso penal, no está regulada en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, son varios los programas pilotos de mediación penal intrajudicial que ya se están llevando
a cabo en diferentes sedes judiciales y otros muchos en proyecto. Es necesario el Derecho Penal
para proteger a las víctimas frente a los actos lesivos de que son objeto, pero no es la solución, se
apuesta por buscar otras soluciones. Este estudio pretender resaltar la importancia de la mediación
penal como sistema alternativo de resolución del conflicto, aportando ayuda a las partes, ya que
víctima e infractor pueden consensuar un acuerdo, sin necesidad de una tercera persona, llegando a
la solución a su conflicto ellos mismos. Para la intervención en este proceso es necesaria la
actuación de una persona imparcial, objetiva y neutral que posea formación en técnicas de
mediación, así como en victimología, psicología criminal, medicina legal, psiquiatría forense,
sociología, y derecho, entre otras.
1
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LA MEDIACIÓN PENAL: UN NUEVO RETO PARA LA CRIMINOLOGÍA COMO NEXO
ENTRE PSIQUIATRÍA FORENSE Y PSICOLOGÍA CRIMINAL.
INDICE
1- CONCEPTO DE CRIMINOLOGÍA.
2- CIENCIAS AUXILIARES DE LA CRIMINOLOGÍA. PSICOLOGÍA CRIMINAL Y PSIQUIATRÍA
FORENSE.
3- CONCEPTO
DE
MEDIACIÓN
PENAL.
JUSTICIA
RESTAURATIVA.
PSICOTERAPIA
VERSUS
MEDIACIÓN.
4- FUNCIONES
Y FORMACIÓN DEL CRIMINÓLOGO.
5- FUNCIONES Y FORMACIÓN DEL MEDIADOR.
6- EL CRIMINÓLOGO COMO MEDIADOR.
7- CONCLUSIONES.
8- BIBLIOGRAFIA.
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LA MEDIACIÓN PENAL: UN NUEVO RETO PARA LA CRIMINOLOGÍA COMO NEXO
ENTRE PSIQUIATRÍA FORENSE Y PSICOLOGÍA CRIMINAL.
1.- CONCEPTO DE CRIMINOLOGÍA
Según su definición tradicional la Criminología consiste en la ciencia que se ocupa del estudio del
delito, del delincuente, de la víctima y de los mecanismos de control social. Para GARCÍA PABLOS
(1)
,
consiste en el estudio del crimen, junto con el estudio del delincuente, la víctima y el control social
del comportamiento desviado como objeto de infracción individual y acontecimiento social, con
métodos propios basados en la observación y la inducción y por supuesto en la experimentación. Así
pues para este estudio la Criminología necesita la ayuda de otras ciencias como son la Sociología, la
Psicología, la Pedagogía, la Medicina y el Derecho.
La Criminología resulta necesaria para
comprender el hecho delictivo y prevenir en definitiva la delincuencia.
2.-
CIENCIAS
AUXILIARES
DE
LA
CRIMINOLOGÍA.
PSICOLOGÍA
CRIMINAL
Y
PSIQUIATRÍA FORENSE.
La Criminología se ayuda de otras ciencias como son la sociología, la psicología, la pedagogía, la
medicina, la psiquiatría y el derecho. La Criminología resulta necesaria para comprender el hecho
delictivo y prevenir en definitiva la delincuencia. No es posible la realización de una mediación penal
sin un acercamiento científico al delito, al delincuente y a la victima, igualmente es necesario un
conocimiento sobre el control social que envuelve a todas estas figuras.
La psicología en su acepción más simple trata del estudio del comportamiento y los procesos
mentales, así pues la psicología criminal se ocupa del comportamiento y los procesos mentales que
envuelven al hecho criminal, no solo estudiando el comportamiento desviado del criminal sino
también de los procesos mentales en que se ve inmersa la victima. Esta rama de la psicología es
fundamental para la Criminología y sin su ayuda es imposible obtener una mediación penal con las
debidas garantías científicas. La Mediación Penal necesita como hemos manifestado de la
interdisciplinariedad de las diversas ciencias para alcanzar una resolución del conflicto. La psicología
integrada como técnica de mediación facilita una escucha activa (intentando minimizar el inevitable
efecto traumático del relato del hecho criminal) haciendo esta escucha activa más perfilada en el
proceso de mediación comprendiendo
aspectos que van más allá de lo meramente individual,
abarcando el contexto social y cultural de las partes.
Del mismo modo, la psiquiatría forense es una ciencia auxiliar imprescindible para la Criminología.
Aunque es dificultosa la delimitación entre lo que es la psiquiatría clínica, la forense y la criminal,
siguiendo a GARCÍA ANDRADE
(2)
, entendemos que la Psiquiatría clínica estudia al enfermo psíquico,
comprendiendo las estructuras biológicas, psicológicas y sociológicas, la Psiquiatría Forense se ocupa
del estudio del enfermo mental o supuesto enfermo mental violador de la Ley o precisado de
protección de la Ley en atención a su propia enfermedad, y la Psiquiatría Criminal trata del estudio y
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delimitación de la enfermedad mental y su correlación con concretas manifestaciones desviadas. Así
pues, la Psiquiatría clínica se ocupa del tratamiento del enfermo mental, la Psiquiatría Forense se
ocupa de la valoración pericial del enfermo infractor o presunto infractor del la Ley así como de
aquellos enfermos mentales que precisan de protección por parte de la Ley. También esta rama de
la Psiquiatría también se encarga de la valoración psicopatológica de la víctima. Siguiendo a dicho
autor, la Psiquiatría Criminal es una ciencia interdisciplinar que precisa de las dos anteriores, siendo
la que mejor puede entender el comportamiento atribuido a supuestas anomalías mentales del
delincuente.
Conforme manifiesta GARCIA PRIETO
(3)
, el Código Penal
nace con el objeto de mantener la paz
social y rehabilitar al sujeto que transgrede dicha paz , para ello establece una serie de conceptos
que permiten ver la responsabilidad penal de los enfermos mentales, entre estos conceptos jurídicos
de aplicación por la Psiquiatría forense estarían los siguientes:
1) la culpabilidad- la cualidad del sujeto para ser responsable de sus actos y poder atender las
consecuencias legales de sus hechos, y si los cometió con libertad de acción.
2) la imputabilidad penal – la capacidad del sujeto para ser culpable. Se presume de toda persona,
si no se demuestra que no conocía el alcance de sus actos o no podía elegir libremente.
3) Semiimputablidad o imputabilidad parcial- se aplica a los sujetos que son responsables de sus
hechos pero que por alguna razón no se les puede imputar de forma absoluta.
4) inimputabilidad penal – el sujeto que comete el hecho delictivo por las razones que sea no es
responsable del mismo. (Ej. un demente).
5) responsabilidad penal- el sujeto comete el hecho delictivo en libertad, queriendo hacerlo de forma
voluntaria, conociendo que su conducta es reprochable antijurídicamente, y percatándose del mal
causado conscientemente.
Siguiendo al mismo autor las causas de inimputabilidad son de cuatro tipos: enajenación mental,
trastorno mental transitorio, minoría de edad penal y alteraciones en la percepción.
- enajenación mental. Todas aquellas enfermedades mentales que conllevan un trastorno profundo
de la inteligencia, de la conciencia o de la voluntad. El enajenado o loco es inimputable.
- trastorno mental transitorio. Se trata de un estado temporal o de breve duración, no buscado con
el propósito de delinquir, en el que están alteradas la conciencia o la voluntad, pero el sujeto tiene
que tener una base patológica previa a la alteración. El trastorno ha de ser de tan gran intensidad
que lleve al sujeto a ser tan irresponsable como el enajenado, aunque de modo pasajero.
La Criminología a través de la psiquiatría criminal debe tener en cuenta pues la serie de exenciones
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de la pena por alteraciones mentales, sin este conocimiento no se puede realizar adecuadamente
ningún proceso de mediación penal. Según la clasificación que realiza la OMS para las enfermedades
mentales nos encontramos con los siguientes grupos:
-
Trastornos
mentales
orgánicos.
Demencia,
amnesia,
delirio,
esquizofrenia,
el
trastorno
esquizotípico y el trastorno de ideas delirantes.
- Trastornos del humor o afectivos. Episodios depresivos, maníacos, trastornos bipolares, neuróticos,
los trastornos secundarios a situaciones estresantes, trastornos de la personalidad, y del
comportamiento
- Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustancias psicotrópicas.
-Retraso mental leve o discreto, moderado, grave o profundo.
- Trastornos del desarrollo psicológico.
Teniendo en cuenta estos conceptos, la Criminología como ciencia integradora implícitamente
necesaria para la mediación penal precisa en concreto de la psicología y la psiquiatría en sus ramas
forense y criminal para el estudio e investigación del hecho criminal, del delincuente y de la víctima.
3.- CONCEPTO DE MEDIACIÓN PENAL. JUSTICIA RESTAURATIVA. PSICOTERAPIA VERSUS
MEDIACIÓN
Según MEJIAS GOMEZ
(4)
“el proceso de mediación se configura como un método no adversarial
de resolución o gestión de conflictos, mediante el cual, las partes procuran llegar a un consenso, con
la ayuda de un tercero imparcial, cediendo en parte de sus pretensiones hasta alcanzar un acuerdo
justo, proporcionado y equilibrado, que satisface a ambas partes y que las partes están dispuestas a
cumplir voluntariamente, de tal manera que no hay ganadores ni perdedores”.
La mediación penal es un medio de resolución de conflictos encuadrado dentro de lo que se ha
llamado justicia restaurativa, una justicia en que el protagonismo se devuelve a las partes en
conflicto y cuya finalidad no radica solo en una retribución penal sino que busca en definitiva el fin
constitucional de la reintegración social del
delincuente asociada con una respuesta adecuada al
solventar las necesidades de las víctimas de los delitos.
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Para entender el concepto de mediación penal es imprescindible y necesario contar con el concepto
de justicia restaurativa, es decir buscar una solución al conflicto centrada en acuerdos satisfactorios
tanto para la victima como para el delincuente. Por otro lado hay casos en que no existe una víctima
concreta (Por ejemplo en delitos de narcotráfico), el delincuente diluye su responsabilidad ante toda
la sociedad, en estos casos la justicia restaurativa también es necesario que tenga un alcance más
allá del cumplimiento de una condena, además del arrepentimiento del delincuente, es necesario un
plus de acciones que permitan la reparación del daño y la obtención del efecto de reparación por
parte de la sociedad. A este estado solo se puede llegar a través de un sistema alternativo de
resolución de conflictos como es el de la mediación penal.
Según la recomendación 19 del Consejo de Europa se entiende la mediación como “cualquier
proceso que permite a la víctima y al reo participar activamente, si lo consideran libremente, en la
solución de las dificultades ocasionadas por el delito con la ayuda de un tercero independiente”.
Así pues, entenderíamos la mediación desde dos áreas distintas:
1- Una de ellas residiría en la reparación de los daños y perjuicios sufridos por la víctima, y
2- Otra radicaría en un procedimiento de conciliación entre víctima y delincuente que partiría
de la base de una asunción de culpabilidad por parte de este último y una disposición a
restaurar el daño ocasionado a través de cualquier tipo de prestación bien a favor de la
víctima o de la comunidad. También podríamos hablar de una reparación simbólica cuando
la víctima a pesar de no ser reparada en sentido material recibe una satisfacción de
cualquier otro tipo.
Si bien esta forma de resolución alternativa de conflictos no tiene actualmente referencia alguna en
el proceso penal, no está regulada en la Ley de Enjuiciamiento Criminal , son varios los programas
pilotos de mediación penal intrajudicial que ya se están llevando a cabo en diferentes sedes
judiciales y otros muchos que se van a iniciar próximamente. Es necesario el Derecho Penal para
proteger a las víctimas frente a los actos lesivos de que son objeto, pero no es la solución, se
apuesta por buscar otras soluciones. La mediación penal como sistema alternativo de resolución del
conflicto puede proporcionar una mejor respuesta a las partes, ya que víctima e infractor pueden
llegar a consensuar un acuerdo que no les vendrá impuesto por una tercera persona sino que la
solución a su conflicto emanará de ellos mismos.
La psicología jurídica nos aporta una serie de técnicas que pueden ser aplicadas a los procesos de
mediación penal, pero es necesario destacar que las sesiones de mediación no son en modo alguno
sesiones de psicoterapia, la mediación no es psicoterapia, entendiendo esta como tratamiento por
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medios psicológicos de problemas de naturaleza emocional. La mediación penal no trata de
modificar la personalidad del mediado solo trata de establecer un contacto con las actitudes de las
partes en conflicto que dificultan los intereses de ambas con el fin de lograr un acuerdo favorable
tanto para la victima como para el victimario.
A veces será necesaria la intervención psicológica para llevar a buen término un proceso de
mediación, pero esta nunca debe ser aplicada por el propio mediador interviniente aunque posea
conocimientos y formación en psicología. Se trataría de un proceso de mediación complementado
con una intervención psicológica con el fin de poder
conseguir un acuerdo en las mejores
condiciones posibles.
4.- FUNCIONES
Y FORMACIÓN DEL CRIMINÓLOGO
El criminólogo es aquel profesional cuyo ámbito de trabajo se centra principalmente en el estudio del
hecho delictivo, del delincuente, de la víctima y de los mecanismos de control social que envuelven
al fenómeno delictivo.
El criminólogo para realizar su labor debe auxiliarse de otras ciencias como son: la Sociología, la
Psicología, la Medicina, la Antropología, la Estadística, la Metodología, la Ciencia Policial, las Ciencias
de la Seguridad, el Derecho, la Victimología y otras. Así pues la formación en Criminología es
integradora bebiendo de todas las demás ciencias. Para GARCÍA ANDRADE
(2)
la Criminología
complementada con el estudio del enfermo mental representa lo que para el es la Psiquiatría
Criminal.
Según GARRIDO GENOVÉS
(5)
la Criminología se ocupa de un tema tan importante para la sociedad
como es el de la delincuencia y lo hace desde un carácter científico utilizando métodos e
instrumentos de trabajo en algunas ocasiones prestados por otras disciplinas, como pueden ser los
análisis de la personalidad y de los procesos cognitivos de la Psicología. Así pues la Criminología
utiliza métodos e instrumentos de otras disciplinas cercanas como son la psiquiatría y la Psicología
pero aplicándolos a un objeto mas propio y complejo que es el de la criminalidad. El criminólogo es
único que puede realizar una síntesis integradora con todos los conocimientos relacionados con el
hecho criminal y elaborar un informe criminológico como instrumento propio de su intervención ,
pero esto no obsta para que el criminólogo por sus conocimientos en la comprensión y prevención
de la delincuencia no pueda realizar otras actividades como es la desempeñar el rol de mediador
entre delincuente y víctima, labor esta tan íntimamente ligada a la formación especifica del
criminólogo.
Los estudios de Criminología son de reciente implantación en nuestro país. Si bien hasta el año 2005
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era un título propio de la algunas Universidades incardinado dentro de las Facultades de Derecho, a
partir de esa fecha la Criminología pasa a tener entidad propia, desgajándose del Derecho y
adquiriendo la consideración académica de Licenciatura en Criminología. A partir del plan Bolonia,
pasan a convertirse en estudios de Grado, con posibilidad de formación de post-grado y doctorado.
5.-FUNCIONES Y FORMACIÓN DEL MEDIADOR
La tarea del mediador consiste en crear un espacio virtual donde las partes en conflicto vengan a
buscar soluciones y no a aumentar sus enfrentamientos.
El mediador no tiene el control del proceso, el proceso se construye con las partes porque ellas
pueden dejarlo cuando quieran, ellas tienen el poder de hacer que el proceso continúe o no.
El mediador puede trabajar con ellas para ayudarles a conseguir sus objetivos, obteniendo acuerdos
de una forma más sencilla y eficaz.
El mediador a través de técnicas adecuadas, muchas de ellas proporcionadas por la psicología, abre
canales de comunicación hablando y trabajando con las partes, para favorecer la comunicación entre
ellas, siendo vehículo de transmisión de información entre las mismas delimitando las posiciones y
distinguiendo los diversos intereses.
Como hemos manifestado no se trata de una intervención
psicológica, sino que se trata de aproximar a las partes más que a una posición común hacia un
interés común.
Según expertos en la materia para desarrollar correctamente la mediación se precisa además de ser
experto en mediación, conociendo bien sus técnicas de intervención, ser experto en la materia a
mediar, si bien esto no es una cuestión pacifica pues determinados sectores creen que el mediador
no tiene porque tener otros conocimientos ajenos a las propias técnicas de mediación. Consideramos
a pesar de esta discrepancia que en mediación penal es imprescindible la experiencia del mediador
en criminología por el grado de especificidad y complejidad de su objeto de estudio u su total
afinidad al delicado ámbito en que se mueve este tipo de mediación que puede llegar a afectar los
derechos fundamentales tanto de la víctima como del victimario.
6.- EL CRIMINÓLOGO COMO MEDIADOR
Para la intervención en este proceso es necesario la actuación de una persona imparcial, objetiva y
neutral que posea una sólida formación en técnicas de mediación, con habilidades sociales y
psicológicas,
pero que también es conveniente que posea una serie de conocimientos
complementarios en victimología, psicología criminal, medicina legal, sociología de la delincuencia,
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derecho penal, derecho procesal penal, derecho penitenciario, psiquiatría forense, derecho penal de
menores, entre otros. Estos conocimientos forman parte de los estudios del Grado y la Licenciatura
en Criminología, por lo que los criminólogos/as formados adecuadamente en mediación por su
formación integral y sus conocimientos específicos en psicología jurídica y criminal y en psiquiatría
forense resultan actualmente los profesionales más adecuados y mejor cualificados para intervenir
en los procesos de mediación penal.
7.- CONCLUSIONES
La mediación penal es un proceso que facilita la relación de los hechos con sus consecuencias y de
las víctimas con sus victimarios. Este proceso por tanto es compatible con el procedimiento judicial
pero, radica en una nueva forma de encontrar soluciones para las partes en conflicto, potenciando la
reparación del daño causado y minimizando la reacción penal.
La mediación es una forma de solución de conflictos donde son las propias partes en las que
consiguen llegar a un acuerdo querido por ambas. Este proceso se lleva a cabo a través de un
tercero (mediador) que intentará aproximar las posiciones y conseguir un acuerdo. Así pues la
mediación siempre será una forma alternativa y complementaria a la vía judicial.
La Criminología como ciencia integradora implícitamente necesaria para la mediación penal precisa
en concreto de la psicología
y la psiquiatría en sus ramas forense y criminal para el estudio e
investigación del hecho criminal, del delincuente y de la víctima.
Es fundamental que el mediador profesional tenga un profundo conocimiento, aparte de las técnicas
mediación de las ciencias sociales porque si no los acuerdos pueden devenir imposibles de
materializarse. Los criminólogos tienen un perfil idóneo para ejercer de mediadores pero es
fundamental que estén muy bien formados en mediación.
8.- BIBLIOGRAFÍA
- Mejías Gómez, J.F. La Mediacion como forma de tutela judicial efectiva. 1ª Edicion. Madrid: Grupo
Editorial El Derecho y Quantor, S.L., 2009.
- Garcia Andrade, Jose Antonio. Psiquiatria criminal y forense. 2ª Edicion. Madrid: Editorial Centro
de Estudios Ramon Areces, S.A., 2002.
- Garcia Prieto, Angel, y otros. Manual practico de psiquiatria actual. 1ª Edicion. Oviedo: Ediciones
Nobel, S.A., 1994.
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ENTRE PSIQUIATRÍA FORENSE Y PSICOLOGÍA CRIMINAL.
- Borja Jimenez, Emiliano. Curso de politica criminal. 1ª Edicion. Valencia: Editorial Tirant lo Blanch,
2003.
- Garcia-Pablos de Molina, Antonio. Tratado de criminologia. 4ª Edicion. Valencia: Editorial Tirant lo
Blanch, 2009.
- Papalia, Diane E, y Wendkos Olds, Sally. Psicologia.1ª Edicion. Mexico:McGraw-Hill, 1987.
- Magro Servet, Vicente. Delitos y delincuentes. 1ª Edicion. Alicante: Editorial Club Universitario,
2010.
- Magro Servet, Vicente. Mediacion penal. 1ª Edicion. Alicante: Editorial Club Universitairo, 2011.
- Garrido Genovés, Vicente. Principios de Criminologia. 2ª Edicion. Valencia: Tirant lo Blanch, 2001.
Notas:
(1)
- Garcia-Pablos de Molina, Antonio. Tratado de criminologia. 4ª Edicion. Valencia: Editorial
Tirant lo Blanch, 2009.
(2) - Garcia Andrade, Jose Antonio. Psiquiatria criminal y forense. 2ª Edicion. Madrid: Editorial
Centro de Estudios Ramon Areces, S.A., 2002.
(3) - Garcia Prieto, Angel, y otros. Manual practico de psiquiatria actual. 1ª Edicion. Oviedo:
Ediciones Nobel, S.A., 1994.
(4) - Mejías Gómez, J.F. La Mediacion como forma de tutela judicial efectiva. 1ª Edicion. Madrid:
Grupo Editorial El Derecho y Quantor, S.L., 2009.
(5) - Garrido Genovés, Vicente. Principios de Criminologia. 2ª Edicion. Valencia: Tirant lo Blanch,
2001.
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