Revista Tai Chi Chuan Nº 18

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nº 18 • verano • 2009
editorial
editorial
C
ualquier práctica en la que entre
en juego la conciencia de la unidad requiere, por un lado, de rigor
y disciplina, y por otro de una gran apertura
y contención de la experiencia. Este juego
entre opuestos se traslada a cómo abordamos los ejercicios y a cómo vivimos nuestra
vida. Los expertos en Taichi nos hablan de
no utilizar la fuerza, de encontrar un equilibrio entre la energía justa y la relajación.
Sobre eso habla el artículo que abre esta
revista, intentando establecer la diferencia
entre el esfuerzo y el sobreesfuerzo.
Desde estas páginas siempre hemos
defendido la idea de que el Tai Chi Chuan
debería regirse por un espíritu integrador,
y no excluyente. Sin embargo, una de las
frases más oídas en este mundillo sigue
siendo: «Eso no es Taichi». Unas veces se
refiere a los que aplican demasiada fuerza al hacer Tuishou, otras a los que tienen
un conocimiento demasiado superficial
de las técnicas marciales. Y bien es verdad que en ocasiones el comentario alude a gente que simplemente imita movimientos sin tener idea de lo que hace,
pero esa no es la cuestión que nos ocupa
ahora.
Faye Yip, una profesora con una sólida
formación y una calidad innegable, nos recuerda en la entrevista central de este nú-
—2—
mero que es cada uno quien debe decidir
lo que quiere obtener de la práctica del Tai
Chi Chuan, ya sea fortalecer la salud, aliviar
dolencias, controlar el estrés o alcanzar la
habilidad marcial. Aunque también insiste
en que debe haber un equilibrio entre los
elementos de la práctica, y en que para alcanzar cualquier beneficio terapéutico son
necesarios un conocimiento y una ejecución precisos de las técnicas integradas en
las formas de Taichi.
Pero si el objetivo que elegimos es
la efectividad marcial, el trabajo de Lu
Shengli sobre el entrenamiento de las
aplicaciones nos pone los pies en el suelo.
No basta con practicar trabajos de base,
posiciones estáticas (sobre las que profundiza el artículo de Javier Seminario)
mucha forma y mucho Tuishou. Hace falta una laboriosa y concienzuda práctica
de las técnicas y sus variaciones, una sólida preparación mental y psicológica para
dominar el miedo y mantener el centro, y
mucha experiencia en situaciones reales.
Y hablando de situaciones reales, Arieh
Lev Breslow nos comenta los diferentes
usos que hicieron tres de sus alumnas de
sus conocimientos de Taichi durante el
embarazo y el parto, y reflexiona sobre las
posibilidades que ofrecen las artes internas
para hacer frente a tan enorme reto.
tAI CHI
CHUAN
REVIStA DE ARtES
Y EStILOS INtERNOS
Nº 18 • VERANO • 2009
2 3 EDITORIAL
Arieh Lev Breslow
SUMARIO
4 Esforzarse no es forzarse
Juanolo Gutiérrez
Es obvio que el esfuerzo es necesario
para progresar en el Taichi, sin embargo
el sobreesfuerzo puede
hacernos retroceder y
producirnos lesiones. ¿Nos
esforzamos o nos forzamos
en nuestra práctica y en
nuestra vida cotidiana?
Número 18 • Verano 2009
www.taichichuan.com.es
914 296 872
Fotografía de portada
Teresa Rodríguez
Pintura pág. 2
Li Chipang
Diseño y maquetación
Teresa Rodríguez
Deargos
[email protected]
Diseño Publicidad
Teresa Rodríguez
Caligrafía
Xu Guoliang
Wang Zuofeng
Han colaborado
en este número
Eduardo Escudero, Raúl Fernández,
Mayte Foulquié, Marina De
Franceschi, Juanolo Gutiérrez, Arieh
Lev Breslow, Li Chipang, Franck
Montoro, Roger Paulo, Georges
Saby, Ángeles Sánchez-Caballero,
Javier Seminario, Lu Shengli, Marco
Venanzi, Zhang Yun
Edita
Luis Soldevila Ribelles
C/ Verónica, 13 - 4º Int. Izq.
28014 - Madrid (ESPAÑA)
ISSN: 1989-4058
Primera entrega de un extenso
trabajo sobre lo que puede
aportar el Taichi en la preparación
y la vivencia de un momento tan
crucial e importante como es el
parto a partir de la experiencia de
tres mujeres.
24 Faye Yip: armonía y técnica
Teresa Rodríguez
Directora
Teresa Rodríguez
[email protected]
Editor
Luis Soldevila
[email protected]
18 y Ely elTaichi
en el embarazo
parto
11 escubrir el
D
Zhan Zhuang Gong
Javier Seminario
La importancia del trabajo de
posiciones estáticas es ampliamente
reconocida, pero con demasiada
frecuencia su práctica no lleva
a ninguna parte. Proponemos
un nuevo acercamiento al Zhan
Zhuang desde un punto de vista
terapéutico y marcial.
NOTA DE LOS EDITORES
La revista TAI CHI CHUAN no comparte necesariamente las ideas y opiniones
manifestadas por los autores de los artículos, ni se hace responsable de la calidad de los
productos anunciados en los espacios publicitarios.
En los artículos y secciones se omitirá el uso de títulos como «sifu», Maestro, Gran
Maestro, etc. Cada escuela tiene sus propios criterios para la concesión y uso de dichos
títulos, por lo que hemos considerado que su omisión evitará equívocos y confusiones.
Con ello no pretendemos menospreciar ni poner en duda la calidad de la enseñanza de
ningún profesor. No obstante en los espacios publicitarios cada escuela podrá incluir,
como es lógico, los títulos que considere oportunos.
Creemos firmemente que las artes marciales internas y el Chi Kung se deben aprender
de la mano de profesores con los suficientes conocimientos y experiencia. TAI CHI
CHUAN no se responsabiliza de los efectos que pueda tener la práctica sin supervisión
de las técnicas y ejercicios descritos en sus páginas. Ante cualquier duda recomendamos
que se consulte a un médico o a un instructor cualificado, y al propio sentido común.
Faye Yip, hija y heredera de Li
Deyin, nos habla sobre el estilo
Sun, su experiencia personal
y la importancia de conocer
en profundidad las técnicas
marciales sin descuidar el aspecto
de cultivo de la salud.
32 La
práctica de las
aplicaciones en las artes
Sumario
verano 2009
41 Chen Man Ching
y la esgrima de Taichi
Entrevista con Ken Van Sickle
Marco Venanzi
Uno de los primeros discípulos
americanos de Cheng Man Ching
rememora su aprendizaje con el «viejo
profesor» y describe las líneas maestras
de la práctica con espada en solitario y
con compañero.
47 untos vitales para la
P
práctica (IV): Laogong
Georges Saby
marciales internas
Lu Shengli
Dentro de su recorrido por
los principales puntos de
acupuntura empleados en
las artes internas, el autor se
detiene ahora en el estudio
del Laogong, reflexionando
sobre sus funciones, matices
y esferas de influencia.
A menudo comprobamos que tras años
de práctica de artes internas lo que
hemos aprendido no funciona en un
combate. Lu Shengli describe los pasos
necesarios para entrenar eficazmente
las aplicaciones.
51 LIBROS
53 INTERNET
55 GLOSARIO
ESFORZARSE
NO ES FORZARSE
Juanolo Gutiérrez
¿Tenemos la tendencia a «forzar o forzarnos» en
nuestra práctica y vida cotidiana? En este artículo el
autor trata de establecer la diferencia entre forzarse
y esforzarse, apoyando sus reflexiones en sus
conocimientos anatómicos y experiencia docente.
Para desarrollar su estudio ha escogido como ejemplo
la práctica de los estiramientos, describiendo lo que
ocurre a nivel estructural cuando nos excedemos
en un esfuerzo, y buscando las raíces psicológicas y
sociales de esta actitud.
esforzarse no es forzarse
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
C
reo que esforzarnos en hacer bien las cosas, aprender y profundizar en nuestro camino es saludable y necesario para avanzar. Sin embargo, creo que no lo es tanto el hecho de forzar nuestras
acciones. Me gustaría comenzar a explicar esto desde un punto de vista anatómico y estructural,
y para eso utilizaré un sencillo ejemplo que muestra cómo muchos de nosotros abordamos la práctica.
Cuando estamos en clase y el profesor propone unos ejercicios de estiramiento muscular, queremos hacerlos bien… y ¡a tope! Si nos observamos, veremos que estamos forzando diferentes zonas corporales para
llegar a nuestro objetivo que podría ser, por ejemplo, tocarnos la punta de los pies. No escuchamos lo que
nos está diciendo el cuerpo en esos momentos (me duele, estoy incómodo…) sino que, por el contrario, le
exigimos aún más esfuerzo para conseguir lo que deseamos. Es posible que, compensando en otras zonas
corporales, lleguemos a conseguirlo y nos quedemos satisfechos, pues ese era «nuestro objetivo». Lo malo
es que actuando así en lugar de hacernos más flexibles, podemos dañarnos o incluso lesionarnos.
Nivel anatómico y local
Por un lado tenemos el músculo y, normalmente, en sus dos extremos están los
tendones. A su vez los tendones suelen
unirse a uno o más huesos. Tanto los
músculos como los tendones están conectados al sistema nervioso, que controla el equilibrio entre tensión y relajación.
El principal neuro-receptor que poseemos para asegurar este equilibrio es el
huso muscular, que se encuentra localizado en el cuerpo del músculo y se
encarga de controlar el tono muscular
mediante el «reflejo miotático»: cuando
un músculo se estira este reflejo hace
que se produzca simultáneamente una
contracción opuesta al estiramiento. Por
otro lado están los corpúsculos tendinosos de Golgi, localizados en el tendón.
Su función es antagónica a la de los
husos musculares, es decir, inhiben la
contracción muscular. Cuando un músculo se contrae produce un estiramiento
sobre sus tendones, lo que activa estos
receptores. Una vez activados, provocan
la relajación del músculo que está contraído: es el reflejo miotático inverso.
Una diferencia significativa entre
estos dos reflejos es que mientras el
primero se pone en funcionamiento
en el mismo momento en que el músculo se estira y produce la contracción
de defensa, el reflejo inverso necesita
que esta contracción se mantenga un
Hueso
Tendón
Músculo
tiempo comprendido entre seis y ocho
segundos para llegar a activarse. Por lo
tanto, si hacemos estiramientos bruscos o realizamos los típicos «rebotes»,
—5—
se estimularán los husos musculares en
cada rebote, pero no dará tiempo a que
se activen los corpúsculos tendinosos. Lo
que conseguiremos en realidad será una
contracción corta y repetida del músculo
o grupo muscular que queremos estirar,
mientras que por otro lado lo estamos
forzando y estirando al máximo. De esta
forma más que estirarse pueden llegar a
desgarrarse las fibras musculares.
Para que un músculo o grupo muscular esté en disposición de estirarse,
previamente debe estar relajado, por lo
que el ejercicio se tendría que realizar de
forma suave y lenta. En caso contrario,
podríamos desencadenar, como hemos
visto, la contracción del mismo músculo
esforzarse no es forzarse
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
que queremos estirar. Si hemos llegado
con lentitud hasta la posición y mantenemos ahí el estiramiento unos segundos,
se anulan las respuestas del reflejo miotático y se activan las respuestas reflejas
del aparato de Golgi, que conducen a la
relajación muscular. Esto permite mejoras en la flexibilidad, ya que al conseguir mayor relajación muscular podemos
aumentar la amplitud de movimiento en
el estiramiento. Es importante detectar el
momento en el que empieza la tensión
producida por el ejercicio. Debe ser una
tensión suave, en la que todavía podemos mantener la relajación postural y respiratoria. En ese momento es aconsejable
parar, soltar, permanecer en la postura, y
después de un corto espacio de tiempo
la musculatura cederá. De esta manera y
aplicándolo gradualmente, obtendremos
un estiramiento más efectivo y duradero.
Nivel estructural y global
El complejo músculo-tendinoso se organiza en diferentes cadenas musculares que van recorriendo la totalidad
de nuestra superficie. Por otro lado, los
músculos, los tendones y prácticamente
todas las estructuras que forman parte de nuestro organismo se encuentran
rodeados por una especie de vaina o
envoltorio llamado fascia. Estas fascias
están unidas entre sí constituyendo un
entramado o red que hace que todo el
cuerpo esté interconectado. Es como si
formaran una malla alrededor y en el
interior de nuestro cuerpo. Si al hacer
un ejercicio no tenemos en cuenta la
colocación del resto de nuestra estructura, la tensión que pretendemos liberar
puede «viajar» a través de estas cadenas y entramados a otras
regiones anatómicas.
Por ejemplo, si queremos
estirar los músculos isquiotibiales, situados en la parte
posterior del muslo, debemos poner atención para que
nuestra espalda permanezca
recta. Si forzamos el estiramiento es muy posible que
doblemos las rodillas, hundamos el plexo solar o levantemos y hagamos avanzar la
barbilla, tensando así nuestra
musculatura cervical.
Si realizamos un ejercicio compensándolo en otras zonas de nuestro cuerpo,
la tensión no se llega a eliminar, sino
que se traslada a estas regiones corporales y reaparece en su lugar de origen al
abandonar el ejercicio o al poco tiempo.
Las fibras musculares que se han estirado tenderán enseguida a volver a su
posición inicial de acortamiento. Un
problema añadido es que, dependiendo
de la frecuencia e intensidad con que
realicemos el ejercicio, pueden aparecer
lesiones en las zonas de compensación.
Sin embargo, si tenemos en cuenta la
—6—
Dos ejemplos de posturas
forzadas durante el
estiramiento de los músculos
isquiotibiales
El plexo solar se hunde
Las rodillas se doblan y la barbilla
se adelanta
colocación de los diferentes segmentos de nuestro cuerpo, el estiramiento será más efectivo y duradero.
Debido a que se realiza en toda una
cadena muscular, la tensión se elimina y por lo tanto las fibras musculares no volverán a su posición inicial
al dejar de realizar el ejercicio.
En resumen, cuando forzamos
los ejercicios de estiramiento estamos
creando un estrés excesivo al músculo
y esto activa la respuesta neuronal de
protección o husos musculares. También atravesamos el umbral del dolor
y eso hace que el ejercicio se convierta en algo desagradable. Debido
al dolor y al hecho de forzar perdemos la colocación correcta del resto
del cuerpo, y entonces aparecen tensiones en otras zonas. Es posible que
el resultado final sea que busquemos
cualquier excusa para no realizar los
ejercicios y que los abandonemos. Por
lo tanto, parece claro que no es
hábil actuar de esta manera
en los estiramientos. Por
supuesto, todos queremos
ser muy flexibles, pero hay
que aceptar que, en general,
no lo somos, y que la manera
de conseguirlo no puede ser
forzando los ejercicios. Además, detrás del hecho de forzar existe una actitud rígida,
y sería incoherente pretender
esforzarse no es forzarse
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
buscar la flexibilidad con este tipo de comportamiento. Es más sensato escuchar
nuestro cuerpo e ir atravesando y deshaciendo esa misma rigidez. Digamos que
es mejor «esforzarse» en hacer correctamente los estiramientos, que «forzarse»
para conseguir más elongación muscular
en un intento, en mi opinión, equivocado.
No es el «cuánto» sino el «cómo» lo que
más nos debería importar. Mejor que
obsesionarse o tener prisa en conseguir
el objetivo de ser muy flexibles, es estar
atentos al camino que debemos recorrer
para lograrlo sin prisas.
Es interesante entonces aprender a
realizar los ejercicios relajadamente, de
forma que por un lado no nos dañen
y, por otro, se conviertan en algo agradable.
Puede que así comencemos a disfrutar de esta
parte del entrenamiento
que normalmente evitamos debido al dolor y a
la incomodidad que conlleva. A base de actuar así
en los ejercicios, desarrollaremos una nueva conciencia sensitiva que nos
llevará poco a poco hacia
el «no forzar». De esta
manera cada vez que
empecemos a exigirnos
demasiado, podremos
reconocerlo y volver a la
relajación. El problema para la mayoría
de nosotros es que no somos conscientes de que esta actitud de forzar es algo
automático. Nos damos cuenta cuando
nos cansamos o nos duele una parte del
cuerpo, pero no somos conscientes de
cuándo hemos comenzado a forzar. Si
conseguimos estar presentes y atentos al
momento en el que empezamos a forzar,
podemos dominar y suavizar el impulso y
mantenernos en un estado de relajación.
En el caso de ser profesores, podemos ayudar a nuestros alumnos recordándoles constantemente que no fuercen las posturas y corregirles no sólo
con nuestra voz, sino también mediante
el contacto, invitarles a mantener la
atención en el ejercicio y señalar cuándo
están forzándolo. El hecho de tocar una
zona del cuerpo de nuestros alumnos,
les facilita ser más conscientes de esa
zona y de la tensión que en ella habita.
También es importante indicarles cómo
colocar el resto del cuerpo, ya que así
pueden evitar las compensaciones y
tener la posibilidad de desarrollar una
buena conciencia postural global.
Deberíamos cuidar también nuestra
actitud, lo que estamos transmitiendo
más allá de los ejercicios. Es posible que
nosotros mismos estemos incitando a
nuestros alumnos a forzarse. Por ejemplo, si somos mucho más flexibles que
ellos, es mejor estar atentos para no
provocarles el deseo de llegar a ser
igual que nosotros. Aunque repitamos
que los ejercicios deben hacerse más
suavemente, cualquier alumno desea
e intenta llegar a ejecutarlos como su
profesor y eso le llevará a sobrepasarse
en su esfuerzo. Quizás puede ser más
—7—
hábil exteriorizar menos nuestra flexibilidad y presentar objetivos mucho más
cercanos y accesibles para ellos. Disfrutarán más de los ejercicios y conseguirán mejores resultados.
Las raíces de la actitud de forzar
La actitud que conduce al sobreesfuerzo no sólo se da al hacer estiramientos. Para muchos de nosotros suele ser
una constante en nuestra conducta. Y
una vez llegados aquí ¿qué es lo que
nos hace buscar constantemente el hecho de forzar, que en muchos casos va
acompañado de sufrimiento? Podemos
encontrar diferentes causas, todas ellas
enraizadas de manera muy profunda
en nuestro inconsciente:
• Por un lado está la educación recibida de nuestros padres y también en la
escuela. Se nos presionaba para luchar y
convertirnos en el mejor de nuestra clase
o promoción, para conseguir el mejor
puesto de trabajo, etc., a costa de lo
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esforzarse no es forzarse
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
que fuera. Desde muy pequeños integramos la competitividad no sólo con
los demás, sino también con nosotros
mismos. Se nos enseñó que la letra con
sangre entra y que hay que sufrir para
lograr algo en esta vida.
• Los valores de la sociedad no invitan tampoco a detenerse para poder
reflexionar y decidir lo que más nos conviene. Una sociedad arcaica, masculina e
individualista como la que tenemos, nos
lleva a vivir deprisa y al límite, a acumular, a tener una casa más grande, o un
coche más caro. Si tenemos dos trabajos es mejor que uno, aunque cansemos
y castiguemos más a
nuestro cuerpo, ni tengamos tiempo
para nosotros, nuestra pareja, nuestros
hijos. De alguna manera nos estamos
forzando y sufriendo por ello.
• Por último, tenemos una iglesia
que siempre ha comprendido el sufrimiento y además lo ha aceptado, valorado e incluso premiado.
Si trasladamos esta visión, digamos
masoquista, a una disciplina o un trabajo
de crecimiento personal podemos llegar
a pensar que para poder progresar y
crecer como personas, lo único que nos
puede hacer avanzar es el sufrimiento.
Castigarnos a nivel físico,
emocional o mental con una
práctica demasiado rígida
puede llevarnos a vivir en
una crisis constante. Soy
de la opinión de que las
diferentes crisis que
vamos atravesando a lo largo de nuestra vida, si las gestionamos correctamente, nos ayudan a evolucionar. Pero
no por ello deberíamos buscarlas de
manera constante (forzar las crisis) en
un intento, de nuevo equivocado, de
crecer más y más deprisa.
Por otro lado, y seguramente porque
la sociedad va cambiando hacia el otro
extremo, está la nueva cultura del «no»
esforzarse. Por ejemplo, «aprenda inglés
sin esfuerzo», «hágase rico de manera fácil
y rápida» o, siguiendo el hilo de este artículo, «cómprese una máquina que hará los
estiramientos por usted de manera pasiva,
sin ningún tipo de esfuerzo». Muchos de
nosotros no hemos aprendido a esforzarnos para conseguir las cosas, se nos ha ido
dando todo hecho. Y esto es posible que
sea así debido al rechazo de la rigidez, en
ocasiones extrema, que había en la educación de nuestros padres, tíos o abuelos.
Si lo que debo hacer no me
gusta, me
hace estar
—8—
molesto, requiere un esfuerzo, duele,
sabe mal o no me da ningún tipo de placer, lo rechazo. Cuando sentimos dolor,
buscamos el camino fácil. Por ejemplo,
si nos duele la espalda preferimos tomar
una pastilla antes que hacer unos ejercicios o visitar a un masajista. Queremos
quitarnos el dolor ¡ya!, y no nos preocupa qué nos está indicando. No queremos sentirlo más, no queremos sufrir.
No sabemos ni podemos encarar un
dolor, y mucho menos hacernos responsables de él. En esta huida, buscamos el
placer, la satisfacción y la comodidad.
Si trasladamos ahora esta otra visión,
digamos hedonista, a las mismas situaciones que antes, buscaremos siempre
el disfrute, el entretenimiento y cualquier situación que nos dé satisfacción.
El peligro que veo en este caso es que
cuando llegan los momentos duros de la
práctica, y éstos llegan, podemos entrar
en una inercia que nos hará evitarlos, perdiendo así la posibilidad de profundizar
en ella. Quizás nos parezca suficiente el
esforzarse no es forzarse
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
punto al que hemos llegado en la práctica, nos conformemos y no deseemos
avanzar más. Pero esta actitud también
podría responder a un miedo a encarar
y atravesar esos momentos.
Aunque creo que cualquiera de las
dos visiones son respetables, soy más bien
partidario de una combinación de ambas,
pero nunca de sus extremos. Desde mi
punto de vista es necesario poder compartir una práctica, disfrutar de ella y del
grupo o shanga para tener un ancla de
referencia. Necesitamos de nuestros amigos de camino. Pero si nos falta la disci-
plina, el compromiso y el objetivo por el
que practicamos, podríamos generar una
nebulosa de la que nos será difícil salir.
Nos podemos quedar «enganchados» al
mundo de los placeres y satisfacciones,
y girar constantemente alrededor de las
relaciones y las emociones. Habrá entonces una tendencia hacia la dispersión, con
el riesgo de perder claridad y dirección.
Del mismo modo, si lo que falta es esta
parte más placentera, el resultado será
demasiado duro y rígido. Puede darse
una predisposición a aislarse, haciendo
que las relaciones sean difíciles o incluso
conflictivas. En un extremo las personas
se vuelven muy duras y exigentes consigo
mismas y con los demás, poco flexibles,
obsesivas y herméticas. La tendencia, en
este caso, se dirige hacia la tensión.
Quizás la línea media esté en no buscar el sufrir ni el no sufrir, sino en permanecer abierto a las experiencias que van
viniendo. Por ejemplo, imaginemos que
vamos a comprar cebollas. Si nos gusta
llorar constantemente compraremos sólo
de las que provocan lágrimas, si no queremos llorar cogeremos únicamente las que
las no las provoquen, y si estamos abiertos a ambas posibilidades simplemente
compraremos cebollas. Es probable que
las que nos hagan llorar no sean tan agradables como las que no, pero estaremos
dispuestos a vivir la experiencia que nos
ofrecen tanto unas como otras.
Teniendo en cuenta que todos tenemos un poco de todo, creo que el primer
caso está muy relacionado con los valores
que se nos han inculcado. Es una actitud autodestructiva. Si sólo buscamos las
crisis entraremos en una rueda de sufrimiento constante que no nos permitirá
crecer. Al igual que el hecho de forzar los
estiramientos, nos hace sufrir y no nos
deja, precisamente, estirar los músculos.
No habrá espacio para relajarnos, descansar o respirar, sólo existirá una búsqueda
de la dificultad, el conflicto y el sufrimiento. Después de una crisis necesitamos espacios de distensión para poder
—9—
esforzarse no es forzarse
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
entender lo ocurrido y reflexionar sobre
qué debemos hacer para evitar que ese
mismo conflicto vuelva a aparecer.
En el segundo caso, encontramos una
actitud infantil relacionada con el miedo
y la pereza. En cuanto algo nos duele,
aunque sólo sea una simple molestia,
tomamos algo para no estar incómodos.
En realidad nos da miedo el dolor, el sufrimiento. No queremos esforzarnos en estar
mejor, simplemente no queremos estar
mal. Evitando las crisis, nos escapamos
de forma constante de nosotros mismos.
Si no encaramos nunca los conflictos que
van apareciendo perdemos la oportunidad
de avanzar en nuestro camino. Necesita-
mos de esos obstáculos para desarrollarnos y superarnos como personas.
Por último, el tercer caso, me parece
el más acertado. Más inteligente que volver la espalda a las crisis es permanecer
abiertos cuando vienen y estar dispuestos
a atravesarlas y sacarles provecho. Pero
resulta igualmente eficaz saber disfrutar
de los tiempos sin crisis. Las «no crisis»
permiten reposo y acumulación, consolidación y gestación. Es el momento
de integrar, reflexionar y comprender
lo ocurrido. Además, este periodo nos
prepara para el siguiente desequilibrio.
Es la dinámica del yin y el yang. Muchas
veces, cuando volvemos a practicar des-
pués de haber parado durante un tiempo
no demasiado largo, descubrimos que
hemos avanzado. Parece como si algo
que se estaba cocinando en nuestro interior necesitase una pausa para reposar y
poder sacarle mejor gusto y provecho.
He empezado el artículo hablando
de la tendencia que nos lleva a forzar
los ejercicios de estiramiento muscular y
después lo he relacionado con nuestra
manera de actuar en la vida. Podríamos
decir que la misma causa que nos lleva a
forzar un ejercicio, nos conduce a hacer
lo mismo en situaciones determinadas de
nuestro trabajo, las distintas relaciones
que tenemos y ante la vida en general.
MADRID
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— 10 —
El patrón de forzar está muy arraigado
en nosotros y por mucha práctica que
hagamos, por mucho trabajo de crecimiento personal que estemos realizando,
si no le prestamos la debida atención,
nos acompañará durante todo nuestro «viaje». Creo que merece la pena
entrenarse para ir «desaprendiendo»
esta forma de actuar, quizás empezando
por cosas sencillas, como pueden ser los
ejercicios de estiramiento.
Juanolo Gutiérrez es diplomado en enfermería
y fisioterapia. Enseña Tai Chi desde 1994.
[email protected]
www.taichi-bodhisattva.org
DESCUBRIR
EL Zhan Zhuang Gong
Javier Seminario
Este artículo representa un acercamiento profundo al zhan zhuang
desde un punto de vista terapéutico y marcial. A partir de su
experiencia personal y sus estudios, el autor subraya la importancia
del wu wei aplicado a la práctica.
Introducción
Hace cinco años viajé a China para buscar una formación seria en las prácticas
energéticas. Eso me llevó a descubrir un
mundo de total contraste al conocer a
profesores de diferentes escuelas y métodos. Unos eran médicos investigadores
y otros artistas marciales con habilidades
realmente sorprendentes. Todos ellos
— 11 —
basaban su práctica en el zhan zhuang.
Viendo esto tomé la decisión de darle al
zhan zhuang la misma importancia que
se le otorga en todos los libros y tratados que he leído en mis quince años de
práctica de Tai Chi y Chi Kung. Así que
empecé a practicarlo en varias ocasiones
a lo largo de este tiempo, pero siempre lo
abandonaba.
zhan zhuang
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Para mi sorpresa y frustración descubrí que cada profesor tiene su propia
forma de enfocar la práctica, a veces muy
distinta de la de otros expertos e incluso,
en ocasiones, radicalmente contradictoria. Estas diferencias son más acusadas
entre las prácticas terapéuticas y las marciales, donde existen puntos considerados
esenciales para una de las tendencias que
resultan totalmente despreciados por la
otra. Dentro de la rama marcial e incluso
de una misma disciplina también encontramos estas diferencias de opinión entre
los profesores.
Me encontré entonces frente a una
verdadera labor de investigación, en la
que aprendía técnicas y después las practicaba a diario durante un año. De esta
manera, al tratar de comprender los motivos por los que un profesor en concreto
concedía tanta importancia a un punto u
otro de la práctica, pude ir sacando mis
propias conclusiones. Aunque generalmente existen razones puramente marciales que considero poco equilibradas
porque me han generado problemas,
suelo valorar también lo que este enfoque pueda tener de positivo y adapto entonces esos aspectos a mi práctica.
Mi idea es presentar el zhan zhuang
en este artículo siguiendo mi propia experiencia, conclusiones y práctica personal.
Espero dar a conocer de esta forma un
enfoque correcto de un sistema mucho
más difundido que practicado, y que, en
la medida de lo posible, contribuya a proporcionar contenido a la actividad energética que cada cual realiza.
Principios fundamentales
La práctica básica del zhan zhuang es una
práctica sencilla que consiste en elegir
una postura dentro de la gran variedad
existente y mantenerla permaneciendo
inmutable durante un tiempo determinado. Podemos comenzar por cinco o
diez minutos hasta llegar a un mínimo
de veinte. Lo ideal es permanecer en la
postura cuarenta minutos y evitar practicar más de una hora. La práctica básica
del zhan zhuang consiste en «dejar que
se haga». Si partimos de la base de que
la energía tiene la capacidad de regularse y cultivarse por sí misma, podemos
decir que uno de los fundamentos del
zhan zhuang consiste en «dejar que la
práctica se haga sola». Entender esto
es el mayor reto con el que nos vamos
a encontrar. «Si no se hace nada, todo
se hace», dice una frase que en el zhan
zhuang de base adquiere un enorme significado. Esto es lo que nos confunde y
no terminamos de entender.
Conocemos también la influencia de
la mente sobre la actividad energética
y sabemos que cuando adoptamos una
actitud mental de tensión la energía se
estanca en los órganos y en la estructura del cuerpo. Estas tensiones pueden
originarse por diferentes causas que provienen de las situaciones a las que nos
vemos expuestos durante nuestra vida
diaria. Con la relajación del cuerpo y la
mente el Qi puede liberarse, cultivarse y
así regular el sistema.
Practicar a partir de la
energía, no de la tensión
La tensión produce sensaciones como la
tirantez, el dolor, calor, entumecimiento,
emociones bloqueadas, etc... Todas es-
— 12 —
Uno de los fundamentos
del zhan zhuang
consiste en
«dejar que la práctica
se haga sola»
tas manifestaciones tienen que ver con
una acumulación de energía que se ha
estancado. En cuanto a la relajación, no
consiste solamente en aflojar los músculos. La verdadera relajación es la liberación de la energía en cualquier postura o
actividad física.
Por esa razón no podemos empezar
a cultivar la energía desde la tensión y,
sin embargo, cuando abordamos la práctica de zhan zhuang la tendencia general
es comenzar con la postura del «abrazo
del árbol». Esto resulta sorprendente, no
tanto por la popularidad de esta postura,
sino más bien porque trabajar la energía
partiendo de esta base conduce a la mente del practicante a un auténtico campo
de batalla. Sólo hay un desafío entre él
y la tensión que él mismo genera, y la
actividad energética que pueda surgir se
queda bloqueada en el pecho y la cabeza.
De esta forma el practicante puede llegar
a obtener sensaciones básicas de Chi a
las que suele dar una importancia que no
tienen realmente y apegarse a ellas sin
evolucionar más allá.
zhan zhuang
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Establecer una base sólida
La práctica energética debe comenzar
por posiciones básicas, cómodas y estructuralmente correctas, y dejar que
la mente sea libre de abandonarse a
experimentar, reconocer y descubrir. La
primera etapa consiste en esto, descubrimiento y reconocimiento, y esta fase
es primordial puesto que prepara el sistema. Una vez superada esta etapa, el
entrenamiento energético se orienta hacia la práctica personal, bien sea marcial
o con otros fines, pero para ello se necesita que el trabajo de preparación sea
metódico y muy cuidado.
En esta primera fase surgen los mayores cambios, las sensaciones evolucionan
cada día, los órganos internos se activan
naturalmente y los canales se desbloquean
y preparan para un movimiento energético de mayor volumen. La energía surge
de lugares donde lleva estancada mucho
tiempo y esto permite unificar y afianzar
la raíz en el dantian. Si admitimos que la
práctica del zhan zhuang es energéticamente eficaz, que nos puede llevar a trabajos realmente fuertes y que se trata de
nuestra salud, entenderemos por qué necesitamos un sistema energético adecuado que lo asimile y también la importancia
de dedicarle tiempo y atención.
Para ello el sistema del zhan zhuang
comprende diferentes posturas que podemos adecuar a las limitaciones de cada
persona. Esto puede ir desde adoptar la
posición de tumbados o sentados hasta
prácticas con un enfoque marcial de alto
nivel y dificultad, cada cual, evidentemente, con distintos grados de eficacia.
En cualquiera de las formas o posturas es
importante mantener una estructura física
correcta donde los meridianos, los músculos y el esqueleto formen un conjunto idóneo para el movimiento libre del Qi.
¿Qué sucede entonces?
Los órganos internos se activan y comienzan a mover Qi por los meridianos. Esto
requiere ciertas precauciones, porque al
adoptar posturas cómodas las sensaciones que surgen cautivan al principiante y
muchas veces alarga demasiado el tiempo de mantenimiento de la postura. Si
esto ocurre puede pasar que al día siguiente o incluso a los dos días no pueda levantarse del sofá, no tenga energía
vital ni fuerza para mantenerse en pie y
anímicamente se quiera morir. Ha dejado a los órganos internos exhaustos, les
ha exigido en exceso.
La práctica correcta se asemeja al
desarrollo de la capacidad muscular. Si
trabajamos metódicamente, su desarrollo será el adecuado, pero si el primer
día hay un exceso de entrenamiento,
en los días siguientes los músculos no
van a responder. Aunque no nos damos
cuenta, es muy importante saber que
estamos solicitando a los órganos internos un verdadero esfuerzo para mover
energía. Trabajar con un importante volumen de Qi requiere ejercitarlos como si
se trataran de un músculo, con método
y ciertos ritmos.
Los órganos impulsan la energía por
los meridianos, que se mantienen relajados y libres de tensiones y dejan espacio
al Qi para que llene el cuerpo. Entonces
comenzamos a percibir con claridad sensaciones que evolucionan continuamente. Por regla general y durante una misma
práctica, podemos apreciar un cambio
significativo cada diez minutos, pero esto
constituye todo un proceso.
Primero necesitamos un tiempo
para adquirir la postura correcta
y centrarnos en lo que hacemos. Después se activan
los órganos y el Qi va
abriendo los canales hasta llegar a
la piel y al interior
del cuerpo y, más
tarde, se expande
hacia fuera. Cada
fase nos genera
unas sensaciones
diferentes, que varían en
cada práctica y, llegado el momento,
hay algunas de ellas que no vuelven a
aparecer y otras que parecen estabilizarse. La respiración y el ritmo cardíaco
también se estabilizan, esto significa que
el sistema está listo y que se pueden acometer trabajos más intensos.
— 13 —
Este proceso, por ser el más delicado
y complejo, requiere de la atención y la supervisión de una persona experimentada
para no caer en errores que puedan desviarnos. Cada día surgen nuevas sensaciones y experiencias, unas agradables y otras
no tanto. Muchas veces el principiante
zhan zhuang
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
queda desconcertado y le surgen dudas,
o saca conclusiones propias que le llevan
a experimentar por su cuenta apartándose del camino correcto.
La práctica terapéutica
El Chi Kung forma uno de los pilares de
la medicina tradicional china junto con la
acupuntura, el masaje, la dietética y la fitoterapia. Se estudia en distintos países
con el apoyo de organismos oficiales, tomando técnicas antiguas de salud, prácticas marciales y aquellas orientadas hacia
la espiritualidad y la regulación emocional.
La elaboración de sistemas con resultados
evidentes proviene de la experiencia con
los pacientes. De ella se sacan conclusiones, se toma lo que se muestra realmente
efectivo y se descartan aspectos considerados más afines a la tradición que a su
eficacia real. Esto es uno de los motivos
por los que la ciencia médica entra en
conflicto con las prácticas marciales más
tradicionales.
El método terapéutico básico del
zhan zhuang pretende mantener el sistema energético repleto y activo para
evitar disfunciones y potenciar la salud.
La práctica que yo he estudiado trabaja
desde el exterior hacia el interior, evitando que la energía salga del cuerpo y
se disperse. Es primordial comenzar con
posturas básicas y situar las manos a la
altura del vientre para desarrollar una
raíz firme en el dantian.
Al principio, el nivel al que colocamos
las manos determina la altura donde se
genera una mayor actividad energética.
Esto se debe, entre otras razones, al fuerte vínculo que hemos creado a lo largo
de la evolución humana entre la mente
y la actividad manual. Inconscientemente las manos mantienen la atención en la
zona donde se sitúan y ésta atrae al Qi.
Una práctica con las manos a la altura del
pecho sin haber desarrollado primero la
raíz en el dantian genera tensión en los
hombros, espalda, costados y pecho. Esta
tensión supone una acumulación de energía en la zona más alta del cuerpo que
cuando se libera es atraída por la fuerza
del corazón y produce taquicardias. Si se
aloja en la cabeza provoca falta de sueño,
nerviosismo, hiperactividad mental, etc...
Cuando el volumen energético aumenta
puede traer problemas más serios.
Este es un motivo importante por el
que debemos comenzar la práctica situando las manos a la altura del vientre durante
el tiempo necesario para que la raíz pueda
desarrollarse. Cuando ya es firme podemos adoptar otras posiciones con la seguridad de que la energía está debidamente
asentada. De esta forma el Qi permanece
unificado y estable y la mente se mantiene
muy tranquila y centrada.
Mi profesor, el doctor Han Bin del
Beijing Traditional Medicine Training
Center es médico e investigador. Ha dirigido por encargo del gobierno chino
— 14 —
programas de investigación sobre los
efectos del Chi Kung en determinadas
enfermedades. El profesor insiste en que
la práctica debe realizarse en estado de
calma. A menudo me dice que debe
ser como pasear por un bonito parque,
cuando la mente está muy tranquila y
abierta observando y disfrutando, uno
se siente parte de la experiencia pero sin
involucrarse o apegarse a ella, dejando
que fluya. Esa es la manera natural que
conduce a grandes logros.
La práctica del
profesor Han
En un principio mantenemos la atención
y la respiración en el vientre. Los ojos permanecen cerrados y orientados hacia la
punta de la nariz o bien entreabiertos y
con la mirada dirigida hacia el suelo, en
un punto situado a unos dos metros de
distancia. La finalidad de todo consiste
en focalizar la atención y mantener una
consciencia del dantian. Como resultado,
la energía se concentra, el sistema energético se vuelve hacia el interior y almacenamos Qi.
En una segunda fase ya tenemos
energía disponible, una raíz formada en
el dantian y el sistema repleto. Entonces
podemos llevar la atención al cuerpo de
una forma más generalizada, tanto a
los músculos, huesos y órganos como a
la piel. Cuando logramos un estado del
sistema energético donde los meridianos
zhan zhuang
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
están activados y podemos mantener la
conciencia del cuerpo físico, el Qi penetra y nutre cada célula, energizando también la sangre y los fluidos corporales.
Hasta este momento hemos estado
preparando el sistema interno, el microcosmos, y después pasamos a enfocar
el entrenamiento hacia una interacción
energética con el universo del que formamos parte y con el que nos relacionamos de manera directa. Uno de los sistemas de trabajo más conocidos concede
un papel relevante a la respiración. La
utiliza para mantener la mente centrada
en el ejercicio y así darle una referencia
importante sobre la actividad que debe
llevar a cabo en la expansión y concentración del Qi.
La respiración supone una ayuda inicial para la mente hasta que somos capaces de diferenciar las sensaciones de Qi y
trabajar directamente con ellas. Entonces
la respiración pasa a otro plano y pode-
mos emplearla de distintas formas dentro
del mismo ejercicio. Así se induce el movimiento del Qi hacia dentro y hacia fuera
buscando una conexión entre lo externo
y lo interno por medio de los meridianos.
Una vez lograda esta conexión permanecemos en calma con la atención en el
dantian o en el cuerpo permitiendo que
el intercambio de Qi se produzca naturalmente y disfrutando de la sensación de la
regulación del sistema «como si observáramos un bonito paisaje».
Cuando somos capaces de centrar
la atención en un punto del vientre y al
tiempo mantener una conciencia de todo
el conjunto, las energías que nos rodean
comienzan a fluir en nosotros hacia el
dantian. Esto es posible desde un estado de conciencia sin pensamientos, donde los sentidos pueden estar ausentes o
bien volverse extremadamente agudos
y el concepto de tiempo desaparece. A
esto le llamamos «estado Chi Kung», en
el que estamos mirando dentro y descubriendo desde la observación multitud
de sensaciones y reacciones internas que
practicando de otra manera se pasan por
alto. Eso proporciona mucha información acerca del estado físico, energético
y emocional que tenemos.
Dentro de la rama terapéutica se diseñan posturas con la finalidad de estimular los meridianos a partir de la postura
estática, teniendo en cuenta la patología, estación del año, la predisposición
natural de cada cual, etc. Muchas veces
necesitamos hacer más hincapié en terrenos específicos y para ello combinamos
diferentes posturas de brazos y piernas
donde queda más patente la estimulación de meridianos concretos. La mente
se dedica a la visualización y relajación
de los mismos a la vez que mantenemos
un cierto estiramiento, y así estos canales
energéticos se activan especialmente sobre el resto del sistema.
— 15 —
Marcialidad
Personalmente no me produce gran interés la práctica marcial pero creo que
el entrenamiento del Da Cheng Zhuang
puede aportar aspectos muy destacables
al sistema terapéutico. Es una práctica
que trabaja desde adentro hacia afuera
y abre rápidamente los canales, fortalece
los órganos internos y permite exteriorizar Qi. Esto conlleva un efecto de limpieza en todos los sentidos. En esta modalidad los órganos internos movilizan Qi
en los meridianos generando una fuerza
externa. Por eso es importante preparar
correctamente el sistema energético y,
sobre todo, entrenar la capacidad de los
propios órganos, ya que van a estar sometidos a un trabajo considerable.
En un primer nivel de este sistema
la actividad mental está centrada únicamente en la relajación del cuerpo y de los
pensamientos. Entonces la energía surge, llena el cuerpo de manera gradual y
zhan zhuang
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ocupa el lugar de las tensiones. Debido
a esto la relajación se hace más natural,
y poco a poco la sensación del cuerpo
físico y material va siendo sustituida por
otra de plenitud, de energía y expansión.
La mente se transforma en conciencia, ya
no hay pensamientos, sólo es conciencia
abierta de energía. Esto también incluye a
los sentidos, y podemos llegar a tener los
cinco sentidos completamente presentes.
La presencia posibilita el cultivo de un
sexto sentido, la intuición, y entonces somos capaces de percibir un ataque inesperado y reaccionar. En la práctica marcial
es de vital importancia la capacidad de reacción, por eso se diseñan ejercicios para
potenciar esta habilidad. El Zhan zhuang,
en sus niveles más elevados, puede dotar
al practicante de capacidad de intuición y
reacción instintiva.
La práctica del Da Cheng Zhuang genera sólidos vínculos entre el cuerpo, la
mente y la energía. En ella mantenemos
cada una de las diferentes posturas, la
mente las asimila y surge el desarrollo de
la energía en sintonía con la estructura
física y mental. Los tres aspectos se fusionan y crecen juntos, creando un conjunto
en perfecta armonía de poder y eficacia,
de forma que el mínimo estímulo en cualquiera de los tres aspectos hace que surja
una reacción instantánea del conjunto,
expresándose con fuerza explosiva en un
ataque o inhibiéndose y desapareciendo
si es atacado.
En este sistema se practican de esta
manera diferentes posturas. No son un
gran número habida cuenta de que debe
entrenarse cada una durante el tiempo
suficiente, en contraste con otros estilos
internos donde se invierte mucho tiempo en aprender series de movimientos
con todas sus aplicaciones y variantes. En
ellos el practicante invierte su energía en
técnicas, agilidad, potencia, elasticidad,
movimiento, respiración, ataques y de-
fensas... Sin embargo, las prácticas como
el Yi Quan se fundamentan en el desarrollo del verdadero poder en detrimento de
la variedad de ejercicios. Este poder solo
puede obtenerse practicando las posturas estáticas con tiempo y dedicación.
Una vez asimilado este trabajo se entrena Shi Li. Podemos definir este término como la aplicación del zhan zhuang
al movimiento. Practicándolo desarrollamos la capacidad para movilizar todo
— 16 —
ese potencial energético en una actividad
marcial. Y una vez dominamos el Shi Li
llega el Fa Li, o fuerza explosiva. Shi Li
es un entrenamiento de gran dificultad
ya que debemos unificar perfectamente
el cuerpo y el movimiento manteniendo
una actitud mental muy concreta, bien
asimilada primero en el zhan zhuang, y
una armonía total entre el pensamiento y
el no pensamiento, entre la actividad y la
quietud, el estar y el no estar.
zhan zhuang
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
La verdadera
relajación
es la liberación
de la energía
en cualquier postura
o actividad física
El entrenamiento Shi Li consta de
ejercicios de repetición muy básicos que,
practicados con disciplina, se convierten
en una verdadera expresión del poder
interno, de eficacia sorprendente. Mi
maestro Jin me decía: «Shi Li son muchos
zhan zhuang, uno después del otro. Tai
Chi son muchos Shi Li. Se debe comenzar
así por la postura estática, luego Shi Li y
después el Tai Chi Chuan».
Así, la práctica verdadera y tradicional
del Tai Chi Chuan comienza también por
desarrollar un buen sistema energético.
Cultivar la energía significa permitir que
se desarrolle naturalmente, despacio, con
atención constante, cada día durante varios años, hasta que el dantian y los vasos
estén repletos y nuestro Qi se unifique
con el de la naturaleza, con el cielo y la
tierra. Esto ocurre porque los órganos internos se fortalecen, la médula se nutre y
el espíritu se eleva.
Los pasos de la práctica del Tai Chi
Chuan incluyen el zhan zhuang gong en
la postura Ma Bu y la postura Quan en
sus diferentes variantes. En la antigüedad, los practicantes del Tai Chi Chuan
debían primero practicar estas posturas
durante años para reunir más poder en
las extremidades inferiores, y después
entrenar con los ejercicios de empuje de
manos. En cualquier arte marcial interno,
el practicante debe saber que si no pasa
por este refuerzo de habilidades específicas, sus extremidades inferiores carecerán
de poder y será muy fácil que su centro
de gravedad sea desviado.
En antiguos manuscritos se encuentran referencias al zhan zhuang con respecto al Tai Chi como las que siguen:
— 17 —
«Al principio se requerirá sólo cinco minutos de entrenamiento y progresivamente
se aumenta la duración. Más tarde, después de un largo período de práctica, las
extremidades inferiores reunirán un gran
poder interno, mientras que el dantian estará lleno de Qi.»
tos hacia delante, hacia atrás, derecha e
izquierda, centro, ataque y defensa, etc...
Todas estas habilidades son esenciales en
el Tai Chi Chuan».
La práctica del Tai Chi supone un
método muy natural, armónico, suave y
equilibrado de regulación en todos los
sentidos. Hay que dedicarle tiempo, ser
perseverante y muy celoso en su aprendizaje. El practicante actual busca lo interno desde lo externo, invierte gran dedicación a la correcta ejecución de la forma
buscando constantemente relajación y
armonía, pero las sensaciones internas no
llegan. Debe saber que se necesitan quince años de práctica diaria de una misma
forma de longitud media para que surja
por sí solo. Por eso creo que el practicante serio actual debe conocer métodos eficaces de desarrollo y manejo de energía
como son el zhan zhuang y el Shi Li, saber adaptarlos y comenzar un verdadero
cultivo interno. Entonces la práctica tiene
sentido.
«Practica esta postura, no importa si puedes dedicar a otro entrenamiento mucho
o poco tiempo. Si eres perseverante conseguirás todos sus beneficios al mejorar
tus órganos internos y tu mente,y promover la circulación de Qi. Tu cuerpo entero
ganará poder interno mientras la cintura
y las piernas adquieren habilidades físicas
para las artes marciales. El entrenamiento
del zhan zhuang incluye desplazamien-
Javier Seminario es especialista en Zhan Zhuang.
Representa al China Beijin Internacional Acupuncture Training Centre de Pekín. Enseña Chi
Kung Terapéutico y Tai Chi estilo Yang.
[email protected]
El
Taichi en el
embarazo y el parto (i)
Arieh Lev Breslow
En el mundo del Taijiquan existen
escasas indicaciones verbales o
escritas acerca de cómo practicar
durante el embarazo, y casi
ninguna sobre lo que la práctica
puede aportar en la preparación
y la vivencia de un momento
tan crucial e importante como
es el parto. En este artículo el
autor trata de aportar al respecto
las experiencias personales de
tres mujeres muy próximas a él.
Describe el modo consciente y
abierto con el que ellas abordaron
su preparación al alumbramiento
practicando Taichi y cómo aplicaron
sus principios en el proceso de dar
a luz a sus bebés.
el taichi en el embarazo y el parto
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
M
i esposa, Anne, me dijo una
vez que toda mujer embarazada sueña con vivir un parto ideal. Las mujeres desean tener una
gestación normal y sin complicaciones,
dar a luz de forma rápida e indolora y,
por supuesto, tener un bebé sano. La
mayoría, además, intenta encontrar la
técnica o el método que les permita
hacer realidad este sueño. El Dr. Grandy Read es el creador de la expresión
«parto natural» y uno de los pioneros
en este campo. En sus teorías defiende
que es posible disminuir los dolores del
alumbramiento con una preparación
adecuada que ayude a reducir el miedo
y la tensión de la futura madre. Del mismo modo, Lamaze, cuyo método cuenta hoy día con numerosas seguidoras,
hace hincapié en la preparación para el
parto a través de técnicas psicológicas
específicas orientadas a que la mujer
aprenda a responder de manera positiva durante las contracciones. El Dr. Frederick Leboyer, otro innovador en este
campo, defendía de forma muy convincente «un nacimiento sin violencia».
Si consultamos la sección de salud y
cuidados infantiles de cualquier librería
importante, es fácil encontrar una gran
cantidad de libros sobre el ejercicio y el
parto que ensalzan, entre otros, los beneficios del Yoga y la natación. Sin embargo,
no podemos encontrar ni un solo libro
dedicado al Taichi y el parto. Este artículo
es un esfuerzo inicial para cubrir semejante vacío. Desde aquí me gustaría compartir con los lectores las experiencias que
han tenido con el alumbramiento algunas
de mis alumnas y mi propia esposa, que
también es profesora de Taichi.
Los cambios
Hace poco una de mis alumnas, Victoria,
se quedó embarazada de su primer hijo
pocos meses antes de iniciar un viaje al extranjero. Al volver su cuerpo había sufrido
una enorme transformación, y los cambios
del embarazo la habían tomado por sorpresa. Ella, que siempre había tenido una
constitución menuda y delgada, había
desarrollado a velocidad asombrosa una
tripa grande y prominente que trastornó
su sentido del equilibrio. También había
engordado, lo que añadía aún más presión
sobre los músculos de las piernas. Cuando
se incorporó a las clases, sus movimientos
me recordaban a los de una adolescente
desgarbada. Había dejado de ser la mujer
de movimientos gráciles que realizaba la
forma de Taichi con tanta belleza.
Durante las vacaciones no había practicado demasiado, y al verla ejecutar la
forma me di cuenta de que su cuerpo ya
no estaba bien alineado. Se quejaba de
molestias en la espalda y se cansaba con
facilidad. Era evidente que había perdido
— 19 —
el punto de equilibrio vertical en la parte
superior del cuerpo, pero gracias a sus
conocimientos de Taichi pudo recuperar
pronto el buen camino. Al concentrarse
en los principios del Taichi mientras hacía
la forma, consiguió llevar a cabo rápidamente los ajustes que necesitaba.
Mi trabajo con ella se centró en recordarle que debía elevar la cabeza como si
estuviera suspendida del techo y «hundirse» en las articulaciones de la cadera.
La columna recuperó el alineamiento y
se alivió la presión sobre la zona lumbar.
Además, al practicar la forma de manera
regular aplicando el principio de la división de peso, sus piernas empezaron a
recobrar la fuerza y le proporcionaron
una base sólida para el tronco.
Victoria recuperó rápidamente su
gracia natural, continuó practicando
Taichi durante todo el embarazo e
incluso llegó a desarrollar una raíz más
fuerte que antes. «Como soy pequeña
-decía- siempre me han empujado. Me
gustó sentirme sólida como una roca,
más segura, y confiar en que tendría un
parto fácil y un bebé sano».
Aunque nuestro cuerpo está siempre
en continuo cambio, no existe una transformación más rápida y radical que la del
embarazo. El Taichi tiene la capacidad de
fortalecer el cuerpo femenino y proporcionar seguridad a la mujer. La habilidad de
integrar la postura y mantenerse relajada y
flexible puede prepararla para la apertura
el taichi en el embarazo y el parto
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
del canal del parto. En lugar de resistirse
al proceso de dar a luz y a la posibilidad
del dolor, puede colaborar con la naturaleza en la creación del espacio necesario
para que su hijo llegue al mundo.
El Taichi dio a Victoria un sentimiento de control, la sensación de estar
en posesión de su mente y su cuerpo. Y
comenzó a confiar en sí misma y en su
capacidad para adaptarse a las circunstancias, una actitud clave al acometer
grandes empresas como la de un parto.
Del cuerpo a la mente
La forma de Taichi puede ser útil en la
sala de partos porque favorece la sensación de bienestar y además proporciona una actividad constructiva durante
la espera entre contracciones. Durante
el nacimiento de nuestro primer hijo,
Anne y yo repetimos la forma incontables veces. Parábamos cuando venían
las contracciones y seguíamos cuando
pasaban. Para mí resultó muy útil, porque aquello me permitía compartir con
mi esposa algo que ambos conocíamos
y que era bueno para la salud.
Pero existen otras maneras menos
obvias en las que el Taichi puede ser
de ayuda durante el parto. La mayoría
de los estudiantes de Taichi interiorizan gradualmente el principio de song,
es decir, la capacidad de relajación
interna. Anne y yo nos dimos cuenta
de que era posible utilizar el concepto
Elisheva practica la forma de Taichi antes de
entrar en la sala de partos del hospital
El Taichi permitió a Victoria tener
sentimiento de control corporal y mental
de la relajación interior y la suavidad
para crear las condiciones que favorecen un parto más leve y menos doloroso. Pensamos que, si una mujer se
mantiene relajada y respira con profundidad durante el parto, es probable
que experimente un alumbramiento
más sencillo que si está tensa y tiene
miedo al dolor y a lo desconocido.
Anne siguió su propio proceso
desde el nacimiento de nuestro primer
hijo hasta el cuarto. Durante el parto
pasó de hacer hincapié en trabajar la
forma de Taichi a practicar casi exclusivamente con la mente y las técnicas
de visualización. Esta evolución refleja
el proceso natural que se produce en
un
— 20 —
cualquier practicante de Taichi después
de muchos años de práctica y estudio.
Es decir, se utiliza menos el cuerpo
y más la mente. En los dos primeros
partos, Anne empleó la forma como
«algo positivo que podía hacer». En
el tercero y el cuarto prescindió de
la secuencia de movimientos, sin que
eso significase dejar de hacer Taichi,
ya que es un arte marcial basado en
el trabajo interno que hacemos al ejecutar los movimientos de la forma.
Este tipo de práctica puede y debería
estar presente en cualquier circunstancia: mientras conducimos un autobús,
cuando estamos sentados escribiendo
en una mesa o al dar a luz. El conocido
el taichi en el embarazo y el parto
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Principios como
la relajación
activa (song) y
el no oponer
resistencia a la
fuerza pueden
ser una ayuda
eficaz para la
embarazada
experto en Taichi ya desaparecido, Jou
Tsung-hwa, me dijo en una ocasión que
debía desarrollar una doble mirada: una
exterior, que se dirige hacia fuera y ve
el mundo tal y como es, y otra interior,
que se dirige hacia dentro e influye
sobre los órganos internos y la energía
del cuerpo. Normalmente se descuida el
terreno de la mirada interior y, de hecho,
algunas técnicas animan a cultivar el
enfoque opuesto al hacer hincapié en
la concentración en un punto externo,
como ocurre en el método de Lamaze.
La combinación de principios del Taichi
como la relajación activa (song) y el no
oponer resistencia a la fuerza, puede ser
un aliado sólido y eficaz tanto para la
mujer embarazada como para su pareja.
La mirada interior fue muy importante
en los partos de mi mujer y dos de mis
alumnas, Elisheva y Naomi, que han sido
madres recientemente.
La clave está en la relajación
La mayoría de las personas teme al dolor. Durante una visita al hospital, antes del nacimiento de su primer hijo,
Naomi oyó los gritos de una mujer que
estaba dando a luz. Como es lógico,
se asustó y pensó si también ella gritaría de dolor en su propio parto. No
es raro que incluso las mujeres que
ya han tenido varios hijos sufran ataques de miedo intenso cuando entran
en el hospital. Son conscientes de que
puede ocurrir cualquier cosa. Ninguna
técnica, ni siquiera la del Taichi, puede
ofrecer garantías absolutas. Dar a luz
es un acontecimiento lleno de misterio
y peligro, y también maravilloso. Como
nos enseña el Taichi, durante las transiciones es cuando somos más vulnerables, sobre todo cuando hay mucho
en juego. Anne y yo, que perdimos
un hijo a consecuencia del Síndrome
de Muerte Súbita Infantil (S.M.S.I.)
somos muy conscientes de la fragilidad de un recién nacido.
Hace poco que Elisheva tuvo a su
cuarto hijo. Me contó que durante el
embarazo se había sentido inquieta y
que al acercarse la fecha en la que salía
de cuentas la inquietud se transformó
con rapidez en miedo. Me dijo que
cuando hacía la forma sentía que acumulaba fuerzas tanto física como internamente para hacer frente al parto. Y
también que el Taichi le había hecho ver
que podía ser fuerte y mantenerse relajada al mismo tiempo. Para ella, la práctica fue un modo suave de ser fuerte.
Una de las ideas más importantes en
la práctica del Taichi es la de no oponer
resistencia a la fuerza. Mahatma Ghandi
denominaba su doctrina espiritual y
política «la resistencia pasiva al mal».
La cultura china tiene un concepto similar de pasividad, wu wei, que significa
«no acción de acuerdo con las leyes de
la Naturaleza». Mucho
— 21 —
antes que Gandhi, Lao Zi escribía en el
capítulo 78 del Dao De Jing:
Nada en el mundo es más suave y blando
que el agua.
Y sin embargo, en el combate
contra lo sólido y lo fuerte no tiene igual.
Lo suave supera a lo duro;
lo blando supera a lo duro.
Todo el mundo conoce este principio,
pero nadie lo pone en práctica.
El agua representa el ejemplo perfecto del wu wei en acción, porque
sigue su curso sin ofrecer resistencia
y, sin embargo, puede cubrir o erosionar gradualmente cualquier cosa
que se ponga en su
camino.
el taichi en el embarazo y el parto
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
El Gran Cañón es la imagen perfecta
del poder del agua. ¿Qué fuerza puede
oponerse a las mareas? No es una
casualidad que el agua, con su ligereza
y capacidad para sostener algo a flote,
sea el medio perfecto para proteger al
bebé dentro del vientre materno.
El agua, además, puede ser relajante para la futura madre. Naomi y
Elisheva pasaban largos ratos en el
jacuzzi, donde la calidad, la liviandad
y el burbujeo del agua les ayudaba a
relajarse y a sentirse seguras. Anne, sin
embargo, prefería no utilizarlo. Una
lección importante del Taichi es que
debemos escuchar y seguir nuestra voz
interior, no hacer lo que otros nos digan
que hagamos. Desde luego, esto no es
nada fácil, sobre todo en un hospital.
Por eso, es necesario que las embarazadas cuenten con todo un sistema de
apoyo formado por su pareja, sus amigos y un equipo sanitario receptivo. Elegir el hospital y el apoyo adecuados es
un requisito fundamental para que la
experiencia del parto sea satisfactoria.
En los clásicos del Taichi se dice:
«muévete como un gran río». El río, en
su fluir, transmite el sentido de suavidad
y de propósito. Si una roca obstruye la
corriente, el río la sortea rodeándola o
cubriéndola. De igual modo, en Taichi
se hace frente a la agresión mediante la
relajación y la suavidad. Esto nos permite
mantener una actitud receptiva hacia la
energía de un oponente, para poder alejarla de nuestro centro y neutralizarla en
el vacío. Estas ideas se pueden aplicar al
proceso del parto. Tras el nacimiento de
su hija, Naomi me explicó del siguiente
modo cómo había usado la idea de wu
wei: «Puedes reaccionar al dolor como
si fuera algo dirigido en contra tuya que
intenta hacerte daño. Esto te hace responder con dureza y rigidez. Pero si te
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— 22 —
relacionas con el dolor como si fuera un
proceso positivo que te ayuda, no sientes necesidad de resistir y estás en posición de tomar el control de esas fuertes contracciones musculares. Es como
aceptar la agresión de tu oponente y
utilizarla en tu propio beneficio».
La experiencia del parto que tenga
cada uno depende, en gran medida, de
las decisiones que tomen los padres.
Elisheva me dijo que cuando se dio
cuenta de que estaba a punto de dar
a luz, sencillamente cambió de actitud. Teniendo en cuenta que este iba
a ser su cuarto hijo y, seguramente, el
el taichi en el embarazo y el parto
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
último, estaba decidida a hacer todo
lo que estuviera en su mano para que
fuera el mejor parto, y así fue. El Taichi nos enseña a utilizar la mente de
acuerdo con el cuerpo. En términos de
Taichi, la mente es el comandante y el
cuerpo su ejército.
Para utilizar el Taichi durante el alumbramiento deben ponerse en práctica
las ideas de suavidad y relajación mencionadas incorporándolas a la forma
instintiva de responder al parto. El Taichi
enseña lo que el recién nacido sabe de
forma natural. La resistencia a la fuerza
es la armadura que adoptamos para
defendernos contra un mundo hostil y,
a menudo, violento. No es fácil hacer
nuestra la sabiduría de Lao Zi, según la
cual lo suave siempre supera a lo duro.
Cuando nos pregunta: «¿Puedes ser
como un recién nacido?» La respuesta
es que sí se puede ser más suave, más
flexible y más resistente, pero requiere
tiempo, trabajo y constancia.
El empuje de manos es el ejercicio
de Taichi en el que dos compañeros
aprenden a empujar y ceder de manera
espontánea. Normalmente, cuando una
persona recibe un empujón, la reacción
más natural es la de oponer resistencia
a la fuerza. Anne lo expresaba de esta
manera: «Cuando a una persona la
empujan, su impulso es devolver lo que
le han arrojado, pero no hacer nada,
relajarse y dejarse llevar, supone también
realizar una acción. Necesitamos desarrollar mayor confianza en nosotros mismos, en que no pasa nada porque nos
empujen y que podemos ser vulnerables
y dejar de controlar». Para ella esta actitud desempeña un papel muy importante
en los difíciles momentos de un parto,
de una transición: «Durante el parto, la
mujer siente que debería ser más activa
y que si no lo es, está haciendo algo mal.
Yo creo que debe confiar en su cuerpo y
permitirle que se relaje por completo».
A medida que Anne profundizó en
su comprensión y práctica del Taichi
fue capaz de aplicar estas ideas a sus
propios partos. La experiencia obtenida
le dio mayor seguridad en sí misma y
le permitió tomar el control durante su
tercer y cuarto embarazos.
La segunda parte de este trabajo expone los
posibles usos de conceptos como el equilibrio, el enraizamiento y la espontaneidad
durante el parto.
Este artículo pertenece a la obra In the Garden of My Teachers, Essays and Writings on
Taijiquan: 1987-2007. Almond Blossom Press.
Jerusalén, 2008.
Traducción: Ángeles Sánchez Caballero
Fotografías: Archivo del autor
Ilustraciónes: Teresa Rodríguez
— 23 —
Anne investigó la aplicación de los principios del
Taichi en sus partos
Arieh Lev Breslow practica Taichichuan desde
hace más de treinta años. Ha enseñado Taichi
y Chikung en Europa, Israel y Estados Unidos.
Es autor de libros sobre Taichichuan, Chikung
y meditación. Enseña Taichi en Jerusalén.
[email protected]
www.taichiwalking.com
ENTREVISTA CON FAYE YIP
armonía y técnica
Teresa Rodríguez
Faye Yip proviene de una importante familia de artistas
marciales. Ha crecido absorbiendo la práctica de distintos
estilos de Taiji. En esta entrevista desgrana algunos momentos
de su infancia y explica las características principales del estilo
Sun de Taijiquan. También señala los motivos por los que es
importante conocer en profundidad las técnicas marciales sin
descuidar el aspecto de cultivo de la salud.
faye yip
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
D
a gusto ver moverse a Faye
Yip. Cuando ejecuta las formas es muy armoniosa, precisa y limpia. Marca los acentos en
los movimientos con total seguridad
y los impregna de una fuerza decidida cuando corresponde. Conoce muy
bien lo que hace, para ella es algo natural que lleva en la sangre y que ha
optado por trabajar y disfrutar desde pequeña. Actualmente reparte su
tiempo entre su propio negocio de
importación y las clases que imparte. Parece una mujer abierta, alegre
y disponible, y nos recibe con gran
atención y amabilidad para contestar
a nuestras preguntas.
Para comenzar nos gustaría que nos
hablase del estilo Sun, de las razones
por las que se creó y del impacto
que produjo su aparición dentro del
mundo del Taichi.
Cuando lees el libro de Sun Lutang, es
casi como si emprendieras un viaje de
descubrimiento del estilo Sun y también
de su práctica, así que puedes entender
muy bien de dónde viene. Sun Lutang se
inició en el Taiji ya en su madurez, y por
entonces era un maestro reconocido de
Xingyiquan y Baguazhang. Obviamente,
él introdujo en su estudio de la práctica
toda su experiencia anterior en las artes
marciales, y eso se refleja en el resultado
final de su obra, el Taiji estilo Sun.
Él investigó los estilos Wu y Hao, y
de ellos tomó, entre otras cosas, la posición alta. Se puede decir que hay dos
planteamientos o teorías en cuanto a
las posiciones cuando realizamos formas. Según la primera, hay que practicar con posturas abiertas y bajas, con
una «estructura grande», lo que permite desarrollar fuerza y resistencia en la
musculatura de las piernas. La segunda
defiende que debemos hacer la forma
en una posición natural. La postura del
estilo Sun es muy práctica, podemos ver
que es más alta, que los pasos son cortos pero ágiles, y los movimientos tienen
una finalidad técnica, pero no sólo desde
el punto de vista marcial.
Creo que Sun Lutang fue la primera persona que puso un énfasis
muy marcado en el aspecto de salud
que tiene el Taiji. Podemos apreciar
esto en sus escritos, y tiene que ver
con el hecho de haber entrado en
contacto con el Taiji a una edad avanzada, siendo ya un hombre reconocido en el mundo de las artes marciales. Por eso creo que lo que más
le interesaba del Taiji era desarrollar
el aspecto de rejuvenecimiento desde
el interior utilizando la respiración, la
coordinación del cuerpo y de los sentidos, y las energías internas. Y probablemente fue la primera persona
que formuló por escrito y en detalle el
concepto de artes marciales internas,
— 25 —
la idea de que el Xingyi, el Bagua y el
Taiji tenían esas cosas en común.
En el contexto tradicional, las artes
marciales eran eso, artes de combate, al
margen de su valor como ejercicio útil
para mantenerse en forma y fortalecer
los músculos, articulaciones y huesos.
Pero no se consideraba que fuesen un
tipo de ejercicio especialmente adecuado para personas maduras o con
problemas de salud. En realidad, el estilo
Yang era entonces muy popular por sus
efectos beneficiosos para la salud, y
estaba cubriendo las necesidades de la
gente de la calle en este sentido.
¿Y cuál fue la reacción en el mundo de
las artes marciales cuando se formuló
esta capacidad de rejuvenecimiento y
de cultivo de la salud del Taiji?
Yo diría que tuvo un efecto considerable, porque Sun Lutang era un hombre
muy respetado. Aunque había millones de personas que practicaban artes
marciales, muy pocas habían llegado a
dominar su esencia. La mayoría seguía
buscando, intentando llegar a ese punto. Y Sun Lutang ofrecía unos consejos,
unas pautas muy valiosas sobre cómo
mejorar, cómo hacerse las preguntas
correctas para alcanzar ese objetivo.
La forma del estilo Sun es muy interesante, y creo que últimamente se ha
popularizado aún más porque a nivel
físico no es tan exigente como las de
faye yip
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
otros estilos de Taiji. Las posturas son
asequibles para personas que no tienen
muy buena forma física. A menudo me
encuentro con nuevos alumnos que tienen problemas de rodillas o de reumatismo, y que no están en condiciones
de aprender el estilo Chen, ni siquiera
el estilo Yang. En ellos las posiciones
son demasiado abiertas y hay que
mantenerlas durante mucho tiempo.
Ambos tienen una estética muy bonita,
pero son muy exigentes para las rodillas. Por eso el estilo Sun es una buena
alternativa para personas que no están
en forma o que sufren problemas por
no tener unas piernas y rodillas fuer-
tes, ya que existe una alternancia del
peso en las piernas que hace que no se
las fuerce en exceso.
Otra característica que ha contribuido a su popularización es que su
forma no es muy larga ni complicada,
por lo que resulta asequible incluso
para personas bastante mayores, de
más de setenta años, que son capaces
de memorizar y practicar una secuencia fluida, rítmica y estimulante que no
carga las piernas. Y sin embargo este
estilo no se ha empezado a difundir
ampliamente hasta hace muy pocos
años. Recuerdo que cuando me vine
a vivir a Inglaterra a principios de los
noventa, era muy raro ver exhibiciones de
estilo Sun. Creo que fue en 1991 cuando
mi padre empezó a enseñarlo en Europa.
¿Vino usted a Europa a raíz de las
visitas de su padre?
Yo fui a completar mis estudios universitarios a Inglaterra. Había terminado
la carrera pero quería hacer estudios
de postgrado y mejorar mi inglés. Y
más o menos en la misma época fue
cuando mi padre empezó a dar seminarios y cursos en Europa. Le acompañé
en los primeros cursos, en 1988-89, y
en 1990 me trasladé a Inglaterra para
seguir estudiando.
— 26 —
Según nos ha explicado, el Taiji estilo
Sun se suele practicar a un ritmo más
rápido de lo que se ve habitualmente.
En principio eso debería ser otra ventaja
para las personas que no tienen unas
piernas muy fuertes, porque al pasar de
una posición a otra con mayor rapidez
las piernas se cargan menos...
Bueno, el estilo Sun tiene dos características fundamentales. Una es el trabajo de pasos, lo que se llama el «medio
paso». Cada vez que avanza el pie
adelantado, el atrasado lo sigue. Igualmente, al retroceder con el pie atrasado, el adelantado también retrocede
medio paso. Esto se traduce en que
faye yip
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el peso está cambiando constantemente de pierna. Así se crea un ritmo muy
característico: paso, medio paso; paso,
medio paso. Es lo que se llama en chino
«paso ligero», huo bu. Se suele llamar
huo bu Taiji, es como un apodo que se
le da, porque es una de sus cualidades
principales, que es ágil y ligero.
La segunda cualidad más característica del estilo Sun es el movimiento
de las manos. Cada vez que se conectan dos posturas se hace con este movimiento de apertura y cierre, es decir kai
he. Por eso otro de los nombres que se
da al estilo Sun es kai he Taiji. En China
es bastante habitual esto de poner
sobrenombres a un estilo, porque es
una forma de recordar y tener presentes
sus características fundamentales.
Aparte de esto, en la coordinación, la
estructura y la filosofía, el estilo Sun sigue
los mismos principios que se expresan en
los famosos diez puntos esenciales para
el Taiji que formuló Yang Chengfu. En
eso no hay diferencia: la energía sube a
la coronilla, hombros bajos, pecho hundido, espalda recta, caderas relajadas,
lo sustancial y lo insustancial, todos
esos principios son los mismos.
Esa agilidad en los pasos, ¿tiene
también una finalidad marcial?
Sí, es muy lógico plantear esa cuestión,
ya que el estilo Sun recibe la influencia
de otras artes marciales, como el Xingyi
y el Bagua, y es muy probable que esta
distribución del peso, que es diferente
a la de otros estilos de Taiji, proceda de
otras disciplinas marciales. Desde luego se ve esa influencia en algunas posturas que recuerdan mucho al Xingyi,
a la postura Santi, por ejemplo. En estas posturas, aunque quizá no sean tan
«sólidas» como las posiciones bajas
y abiertas, se puede avanzar y retroceder con mucha rapidez, por lo que
hay una mayor agilidad en los movimientos. De hecho en los combates de
contacto se suelen ver más posiciones
altas, con una distribución del peso de
70-30, o incluso 60-40.
De todos modos, yo creo que en
ese aspecto el trabajo de formas de
los diferentes estilos sirve para practicar el enraizamiento, pero no significa que necesariamente se empleen
después esas posturas bajas y abiertas
en un combate de contacto. Si puedes
trabajar en posiciones bajas y altas, en
un combate tienes una mayor ventaja,
mientras que si sólo trabajas posiciones
altas y no tienes la capacidad de bajar,
te puedes ver en apuros en determinadas situaciones, es una debilidad. Por
eso, en la práctica de formas se puede
trabajar a diferentes alturas.
Ahora viene la pregunta inevitable...
Siendo hija de una personalidad
como Li Deyin, ¿cómo fue su infancia?
— 27 —
En el estilo Sun
la conexión entre
dos posturas se
realiza con un
movimiento de
apertura y cierre.
Las posiciones
de las piernas
son altas y
permiten avanzar
y retroceder con
mucha rapidez.
faye yip
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
¿Empezó a practicar muy pequeña,
qué recuerdos tiene...?
Bueno, igual que otros muchos niños,
yo me crié oyendo historias de grandes
hazañas, de héroes de las artes marciales que volaban, como Spiderman...
(ríe) Y si aprendes artes marciales cuando eres pequeña es muy divertido, es
genial... No es que yo tuviera un interés
especial en estudiarlas, pero sí que leía
comics e historias de artes marciales y
me gustaba poder aprender esas cosas
de verdad, era una suerte poder vivirlas
en la realidad y no sólo en la fantasía.
Para mí aquello no era un sueño, yo
realmente vivía rodeada de artistas marciales, y en el momento en que muchos
niños se imaginaban lo increíble que sería poder estudiar esas cosas, yo tenía la
oportunidad de hacerlo. Recuerdo que
cuando era pequeña me sentía muy orgullosa de poder decir, «veis, yo puedo
hacerlo de verdad». Cuando tenía seis
o siete años mi padre ya se dedicaba
a la enseñanza, y empezó a mostrarme
algo de gongfu de Shaolin. Era muy
divertido aprenderlo, tengo recuerdos
muy felices de aquella época.
Cuando entrevistamos a su padre nos
contaba que su abuelo le enseñó de
pequeño Shaolin para la flexibilidad,
en la adolescencia Xingyi para que
adquiriera potencia y rapidez, y
por último Taiji para desarrollar la
— 28 —
sensibilidad y la inteligencia. ¿A
usted le enseñaron igual?
Sí, supongo que esa es la tradición familiar. (ríe) Y creo que tiene bastante sentido. Cuando eres pequeña tienes mucha
flexibilidad, y el gongfu de Shaolin te
pone en muy buena forma, y además
es muy bonito, muy divertido, y puedes
presumir. (ríe) Recuerdo que cuando iba
al colegio los niños me gastaban bromas
y se burlaban un poco de mí porque
aprendía Wushu y Shaolin, se ponían a
hacer gestos como imitando las películas
de artes marciales. Y había un niño que
quería como ponerme a prueba, ver qué
era capaz de hacer. No recuerdo muy
bien cómo fue, pero yo salía por la puerta y él intentó hacer algo, no de verdad,
sino como un amago de ataque o algo
así, en plan tonto. Pero aquella vez se
pasó un poco, fue demasiado lejos, y no
sé, instintivamente pensé, «vale, te voy
a enseñar lo que sé hacer». Y entonces
lancé una patada, sin tocarle, claro, y le
puse el pie junto a la cabeza. Recuerdo
que se quedó helado, paralizado, pero
lo mejor es que a mí me pasó lo mismo,
me quedé igual, bloqueada, sin saber
qué hacer. Me sentí mal, tenía la sensación de que no debía haberlo hecho,
porque normalmente no hacía caso a
aquel tipo de bromas. El caso es que me
di media vuelta y me fui muy cortada,
sin decir nada, pero bueno, aquel niño
no se me volvió a acercar. (ríe)
faye yip
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
A veces les ocurre a los profesores
varones que alguien quiere poner
a prueba sus habilidades marciales.
¿Le ha ocurrido a usted algo parecido
como profesora de Taiji?
No, la verdad es que a mí no me ha
ocurrido. Sólo de pequeña o de joven
en el colegio, pero nunca era nada serio. Y bueno, toco madera, espero que
no me ocurra tampoco en el futuro.
No, en general la gente es muy amable
y educada y nunca se me ha acercado
nadie de una forma agresiva o competitiva. Pero en Inglaterra hay un buen
número de profesores varones que tienen una orientación marcial bastante
marcada, que participan en competiciones o que forman a alumnos que
compiten. En esos casos es más fácil
que alguien quiera desafiarte o probar
tus habilidades, y bueno, si esa es la
orientación que has elegido, de alguna
forma es lo que buscas, y no debería
sorprenderte o molestarte.
Quizá las mujeres que enseñamos Taiji presentamos una imagen un
poco más pacífica, aunque tampoco
se puede generalizar, pero creo que
podemos enseñar de una forma un
poco más equilibrada, para potenciar
la salud y la relajación, aunque también expliquemos e incorporemos las
técnicas a la práctica. Yo pienso que es
muy importante comprenderlas y ser
capaz de demostrarlas y explicarlas.
Aunque evidentemente no
todo el mundo quiere entrenar las técnicas utilizándolas de una forma real para
empujar, para hacer proyecciones, etc. Por eso pienso
que es importante entenderlas, pero no creo que sea
esencial practicarlas constantemente. Sin duda para
algunas personas el objetivo principal es dominar las
técnicas, utilizarlas y hacer
que funcionen. En cualquier
caso es evidente que practicar empuje de manos y trabajar técnicas con un compañero te permite dar un
paso más, llegar más lejos y
profundizar en el Taiji.
Pero insisto, sí estoy convencida de
que las técnicas se deben comprender
con claridad, porque esa comprensión
hace que tu trabajo de formas sea
mucho mejor, más completo y profundo, lo que a su vez hace que la circulación de energía sea más fluida y
más potente y que los beneficios para
tu salud sean mayores. Yo soy flexible
en cuanto a que mis alumnos practiquen empuje de manos o trabajen las
técnicas por parejas. Creo que eso no
es imprescindible para conseguir grandes beneficios de la práctica del Taiji.
Pienso que a veces no es posible para
todo el mundo practicar las ocho fuerzas, empujar, bloquear, desviar, etc. Si
puedes hacerlo y si te interesa, si quieres invertir tiempo en dominar este
aspecto, perfecto, pero eso lo dejo a la
elección de cada alumno, siempre que
comprenda la mecánica de cada técnica
y aprenda a integrarla en la forma.
Esto sí es importante, porque incluso
aunque no te interese el aspecto marcial, si no comprendes la técnica de cada
movimiento, si sólo imitas lo que ves, la
coordinación y la alineación del cuerpo
pueden ser erróneas, puede que la cadera
no esté donde tiene que estar, o que los
— 29 —
hombros no estén bien, o que se bloquee
alguna articulación, y eso puede acabar
provocando alguna lesión. Estoy convencida de que la claridad en las técnicas es
esencial, y que es lo que permite poner
en práctica los principios del Taiji.
Además de las formas, ¿trabaja
algún tipo de ejercicios de Qigong,
o de respiración?
Sí, normalmente trabajamos una versión del Baduanjin, un poco diferente
de la de la Asociación de Qigong de
Salud, porque es una de las series más
antiguas de Qigong que se conocen.
faye yip
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
¿Y durante la forma practican algún
tipo de respiración?
La impresión que tengo a partir de mi
experiencia, es que especialmente con
los principiantes es mejor dejar que la
respiración sea natural. Ya tienen muchas cosas que recordar. Las posiciones, el peso, las manos, ya estan muy
ocupados con muchas cosas como
para preocuparse por la respiración. Lo
único importante es que no dejen de
respirar. (ríe) Ya en serio, en esta fase
no es importante cuándo se inspira y
cuándo se espira. Con los principiantes
nosotros hacemos algunos ejercicios de
Qigong y de respiración por separado
sin movimientos, o bien con movimientos sencillos. Así el alumno tiene tiempo suficiente para respirar sin tener que
preocuparse de nada más.
Cuando se está trabajando la
forma, lo importante es dedicar toda
la atención a las posturas, a la estructura. Cuando las posturas y los movimientos son muy fluidos y se conocen
bien, entonces se debe empezar a trabajar sobre las técnicas. Y cuando se
dominan las técnicas, entonces llega
un momento en que la respiración se
adapta naturalmente a los movimientos. Creo que el intento de trabajar
sobre la respiración demasiado pronto
provoca rigidez en el cuerpo. Así que
pienso que la respiración es muy importante, pero según el nivel de práctica
en el que se encuentre el alumno.
Utilizar la respiración puede ayudar a
perfeccionar la postura y dirigir mejor
la energía. Si se trabaja con intención
puede ayudar a completar la técnica,
a redondearla. Pero como decía, esto
tiene que hacerse en el momento adecuado. Si se hace demasiado pronto
puede crear conflictos.
A veces cuando me preguntan esto
utilizo un ejemplo que suele poner mi
padre. Cuando ves a un deportista
corriendo, o a atletas de alto nivel,
¿les preguntas cómo respiran al correr?
Porque cuando el movimiento tiene un
propósito, todo el cuerpo se coordina
para lograr ese objetivo. En ese caso no
tienes que pensar en cómo respiras, la
respiración se adapta ella sola al movimiento. Vas a inspirar y espirar y todo
el cuerpo contribuye en ese esfuerzo y
ese objetivo. Es como cuando empujas,
cuando haces an. Por eso la técnica es
tan importante. Te aporta un objetivo
en el que concentrarte. Cuando corres
tu intención es llegar a la meta.
Sin embargo, los atletas de alto
nivel, los atletas olímpicos, si que trabajan sobre la respiración. Porque a ese
nivel la frecuencia de la respiración, o
el ritmo de la respiración, puede suponer la diferencia entre una medalla
de plata y una de oro. La respiración
puede hacerte ganar o perder décimas
de segundo. En esos casos posible— 30 —
Las técnicas
presentes en los
movimientos
tienen que
comprenderse
con claridad. El
trabajo de formas
se vuelve asi
más completo
y profundo, y la
circulación del
Qi se potencia
y libera. Eso
beneficia la salud.
mente no basta con respirar de manera
espontánea. A eso era a lo que me refería: según la fase de la práctica en la que
estás, la respiración tiene un significado y
una importancia. En el Taiji es lo mismo.
Al iniciar la forma ¿hacen algún tipo de
preparación, de apertura o visualización
de algún recorrido interno?
Creo que eso es más propio del Qigong.
En el Qigong todo es respiración, propósito, intención. Desde el principio tienes
los sentidos puestos en la respiración,
el ritmo, la profundidad de la respiración... Para mí esa es la gran diferencia
entre Qigong y Taiji. También hay técnicas, pero no son del mismo tipo. En
Taiji son mucho más prácticas, en realidad van dirigidas a lo marcial. Mientras
que en el Qigong no hay esa intención
de bloquear, o desviar o empujar, en
gran medida la intención está puesta en
la respiración y en los canales. Desde el
principio es muy importante entender la
relación entre la respiración y los canales
energéticos. Hay características y cualidades comunes, pero el objetivo, el fin,
es diferente. En Taiji bloqueas y golpeas,
desvías y contraatacas. En Qigong no
hay esa intención, estás trabajando tu
propia energía, observando tu interior.
Por eso la relajación no es exactamente
igual. Creo que esa es la gran diferencia
entre ambas prácticas, el Taiji es un arte
marcial y el Qigong no.
faye yip
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
¿Personalmente qué le
ha aportado a usted la
práctica del Qigong?
Empecé a hacer Qigong
después que Taiji. En realidad empecé con mi madre
para echarle una mano. En
muchas cosas nos hemos
ayudado mutuamente, y
esto fue algo así. Empecé a
aprender Qigong porque mi
madre estuvo muy enferma,
tuvo que operarse y tenía
problemas de salud, y después de la operación decidió empezar a hacer Qigong
para acelerar la recuperación. Estaba muy débil, no
podía hacer Taiji ni nada mínimamente exigente, y empezó a practicar Liu Zi Jue,
los seis sonidos secretos, y
yo encontré otro sistema de
Qigong que podía ayudarle.
Justo entonces, como en los años
ochenta, era cuando el Qigong
estaba empezando a popularizarse de
verdad, se hablaba mucho de la capacidades de sanación del Qigong. Así
que empecé a hacer Qigong con mi
madre, para apoyarla en aquello. Y de
repente empezaron a divulgarse gran
cantidad de sistemas de Qigong, más
antiguos, más modernos, era como
la fiebre del Qigong. En fin, a raíz de
¿Qué cree ud. que puede aportar el
Qigong a la práctica del Taiji? ¿Podría
contarnos su experiencia personal al
respecto?
Yo diría que hay gente a la que le
cuesta relajarse practicando Taiji y a
ellos es posible que el Qigong les permita relajar mejor la mente y el cuerpo
cuando después hacen Taiji. Porque el
ritmo de vida moderno es muy estresante, es una lucha contra el tiempo. A
mí me pasa lo mismo, tengo tres hijos
pequeños, mi familia, mi trabajo, una
página web que mantener, un negocio
de importación... Creo que nos pasa
lo mismo a todo el mundo. Tenemos
que atender demasiadas cosas. Por eso
cuando más disfruto es cuando estoy
en una clase. Entonces todo se calma,
todo lo demás desaparece. Creo que
todos necesitamos eso. Vivir sumergidos en esa tensión y esa preocupación
veinticuatro horas al día, siete días a la
semana, es forzar el cuerpo al máximo
aquello le dediqué cierta atención a
esta práctica y probé diferentes sistemas. Al final conservé los que me
parecían más útiles, sobre todo las Baduanjin, que sigo utilizando con mis
grupos de personas mayores, porque
son muy beneficiosos para personas
que tienen una salud muy delicada,
problemas de movilidad, equilibrio,
etc. Utilizamos el Qigong en esos casos.
— 31 —
todo el tiempo. Por eso hay que hacer
algo, Taiji u otra cosa. Pero creo que hay
mucha personas para las que la práctica
del Taiji es una buena forma de desconectar de todo eso y centrarse en el
cuerpo, en el movimiento. Es un buen
remedio para la tensión de estos tiempos. Por eso probablemente los ejercicios
respiratorios del Qigong pueden ayudar
a relajar el cuerpo y la mente y sacar un
mayor provecho del Taiji. Antes o después, todo el mundo tiene que encontrar una forma de desconectar.
Agradecemos al Instituto Deyin España su
ayuda para que esta entrevista fuese posible.
Teresa Rodríguez es profesora de Qigong
y Taijiquan del estilo Chen. También ejerce
como terapeuta de shiatsu y técnicas de
movimiento consciente.
[email protected]
Traducción del inglés al español: Luis Soldevila
Fotografías: Teresa Rodríguez
Empresa colaboradora con todas las actividades de Wushu
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APLICACIONES
ARTES MARCIALES INTERNAS
LA PRÁCTICA DE LAS
EN LAS
Lu Shengli
No son pocos los practicantes de
artes internas que tras años de
trabajo se sienten frustrados y
decepcionados al comprobar que
lo que han aprendido no funciona
en un combate de competición, y
aún menos en un enfrentamiento
real. En este artículo extraído
del libro de reciente publicación
Técnicas de combate de Taiji, Xingyi
y Bagua, Lu Shengli analiza este
problema y describe las bases y
los pasos necesarios para entrenar
eficazmente las aplicaciones.
aplicaciones marciales
TAI CHI CHUAN • Nº 18 • VERANO 2009
E
l entrenamiento básico del
gongfu y la práctica de las
aplicaciones son los dos pilares
de la instrucción de las artes marciales
chinas tradicionales. El entrenamiento
básico del gongfu, que comprende los
trabajos de estiramientos y fuerza, las
posturas estáticas y la práctica de la
forma, constituye el fundamento de
las habilidades básicas. La práctica de
las aplicaciones desarrolla las técnicas
de lucha. El doble objetivo del entrenamiento básico del gongfu en el ámbito
de las artes marciales internas es acondicionar el cuerpo para que pueda
ejecutar todas las técnicas marciales,
y modificar los componentes internos
(shen, yi y qi) a fin de que puedan
adaptarse a los principios de las
artes marciales y a los requisitos
propios de sus técnicas.
Dado que el primer objetivo
es relativamente fácil de comprender, el entrenamiento se centra normalmente en el segundo,
y para ello el mejor método es
la práctica de la forma. En la
práctica de las artes marciales
tradicionales siempre se han
incluido numerosas formas. Normalmente se requiere un largo
período de práctica para dominar el entrenamiento de la forma
antes de pasar al entrenamiento
de la aplicación. Por lo general se considera que si no tenemos una buena
base nunca alcanzaremos un verdadero dominio de las aplicaciones.
Debido a que los principios y las
características de las artes marciales
internas son muy diferentes de los de
otras artes marciales, el entrenamiento
de las aplicaciones también lo es. Por
desgracia, en los últimos cien años muy
pocos grupos han ofrecido a sus alumnos un entrenamiento sólido de las
aplicaciones. Esta carencia se debe a
diferentes razones, pero la principal es
que el entrenamiento básico del gongfu se consideraba tan importante que
se dedicaba poco tiempo a la práctica
de las técnicas de lucha. Este excesivo
énfasis en el entrenamiento básico del
gongfu en detrimento relativo del entrenamiento de las aplicaciones ha sido
muy habitual, por lo que muchos conocimientos se han perdido para siempre.
Incluso hay grupos de artes marciales
que siguen siendo famosas hoy en día
por las técnicas de lucha heredadas de
pasadas generaciones pero cuyos practicantes actuales carecen de habilidades de combate de alto nivel. Aunque
conocen muchas formas, estos artistas
marciales carecen de experiencia en la
aplicación de los movimientos que tan
intensamente practican.
El entrenamiento de las
aplicaciones
En la mayoría de los grupos o escuelas
de artes marciales el principal
entrenamiento de aplicaciones es chai shou o «tomar
técnicas parciales de las
formas». Esto significa aislar cada técnica de la forma
para practicarla y comprender su aplicación con detalle.
Este entrenamiento proporciona conocimientos sobre cómo
combatir utilizando las técnicas
— 33 —
desarrolladas con la práctica de la
forma. En chai shou se trabaja cada
técnica en detalle. El profesor debe
analizar la dirección, el ángulo, el momento (timing), la fuerza y los métodos para conectar todas las técnicas y
cambiar de una a otra. Luego, según
este análisis, los alumnos practican
cada técnica primero individualmente
y luego con un compañero. En los diferentes estilos y grupos de artes marciales se utiliza una amplia variedad de
técnicas y pasos en el entrenamiento.
A diferencia de los métodos de
adiestramiento de otros estilos de artes
marciales, tanto las técnicas como el
objetivo de la práctica de la forma en
las artes internas son diferentes de
las utilizadas en el entrenamiento de las aplicaciones.
Los movimientos que se
practican con la forma
son diferentes de los
movimientos análogos aplicados al
combate. En la
práctica de la
forma, por
ejemplo,
aplicaciones marciales
La habilidad
de evaluar al
oponente y
tantear sus
habilidades con
rapidez es un
aspecto vital en
el combate real
los movimientos siempre deben ser
grandes para entrenar las habilidades internas. Sin embargo, al entrenar las aplicaciones los movimientos
deben ser pequeños para que tengan
la máxima eficacia.
En la práctica de la forma se enfatiza la precisión del movimiento porque el movimiento correcto aumenta
la conciencia y la fluidez de los componentes internos. Por otro lado, en el
entrenamiento de las aplicaciones se
hace hincapié en la habilidad de cambiar y variar los movimientos y las técnicas con suavidad y rapidez. La habilidad de cambiar es poder pasar de una
técnica a otra fluidamente, mientras
que la variación consiste en poder aplicar una técnica de diferentes modos
en cada momento según lo requiera la
situación. Cada técnica tiene muchas
variaciones, y si se quieren desarrollar las habilidades de lucha, se deben
dominar todas las variaciones. Normalmente estas variaciones no se aprenden en la práctica de la forma, y por
ello hay alumnos que dedican muchas
horas a las formas y que a menudo se
desesperan al descubrir que sus técnicas no pueden aplicarse directamente
en situaciones de lucha.
Es importante que comprendamos
los beneficios que pueden producir los
diferentes métodos de adiestramiento y
lo que queremos conseguir con nuestra
práctica. El entrenamiento de las formas
no puede aportarnos una comprensión
de las aplicaciones. Para ello es necesario entrenar las aplicaciones con sistemas como el chai shou. El proceso tradicional del estudio de las aplicaciones
nos ayudará a comprender cómo utilizar las diferentes técnicas desarrolladas
a través de la práctica de la forma.
En el entrenamiento de las aplicaciones, el profesor debe explicar
cómo pueden utilizarse en un combate real los movimientos de la forma
y, especialmente si se quiere desarrollar habilidades internas de alto nivel,
el profesor debe ofrecer su cuerpo
como objetivo, de manera que sus
alumnos puedan practicar la aplicación de cada movimiento con ellos.
De este modo, los profesores pueden
comprobar si los alumnos han comprendido de verdad las técnicas, y
este tipo de comprensión es lo que
les permitirá progresar a través de
una práctica continuada y especializada hasta alcanzar la maestría.
Aunque los pasos a seguir en el
entrenamiento de las aplicaciones difieren entre unos grupos y otros, éstos
pueden dividirse generalmente en dos
tipos básicos: la aplicación de una técnica fija y la aplicación de variaciones.
En cada caso se emplean diferentes
métodos de entrenamiento. En la aplicación de una técnica fija, el profesor
— 34 —
explica cada movimiento con todo
detalle y luego muestra cómo puede
aplicarse correctamente, sobre todo en
lo referente al ángulo y al momento.
Sin un ángulo y un momento correctos no se puede ejecutar ninguna técnica eficazmente. Tras una explicación
detallada, los alumnos deben practicar
cada técnica con un compañero para
poder «sentir» cuándo la aplicación es
correcta. Esto se llama «entrenamiento
alimentado» porque nuestro compañero nos va «alimentando» con diferentes movimientos y nosotros reaccionamos aplicando la técnica apropiada.
En la aplicación de variaciones de
una técnica el profesor explica todas las
variantes posibles de cada aplicación.
Las más comunes consisten en aplicar
la técnica desde lados y alturas diferentes. Algunas requieren cambios significativos de los movimientos básicos. Los
alumnos deben practicar cada variación de forma separada y comprender
el significado subyacente de cada técnica, y por último deberán ser capaces
de crear sus propias variaciones.
Evaluar al oponente
La capacidad de evaluar al oponente y
tantear sus habilidades con rapidez es
un aspecto vital en el combate real. A
diferencia de los combates de competición, donde a menudo los participantes
se conocen, al menos por su reputación,
aplicaciones marciales
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
y en muchos casos incluso por haberse enfrentado anteriormente, en un
combate real los oponentes saben muy
poco, si es que saben algo, de las habilidades del contrario. Hay poco tiempo
para averiguar el nivel de experiencia y
dominio del otro antes de empezar a
pelear. Por eso debemos ser capaces de
captar la información que necesitemos
con una mirada rápida y unos pocos toques. Juzgar al oponente se llama liang
di y es el primer paso en el desarrollo
de las técnicas correctas de combate.
Cada persona tiene una combinación única de habilidades, nivel de
gongfu, condición física, hábitos y
personalidad. Algunas de estas características pueden saberse al observar al adversario, algunas al probar
sus habilidades y otras simplemente
tocándole. La observación puede ofrecernos información relacionada con la
constitución y las condiciones físicas
del contrario. Podemos evaluar su
velocidad y su potencia viendo cómo
se mueve. Al observar la posición de
sus pies o su forma de caminar también podemos ser capaces de discernir su nivel, su agilidad y estabilidad.
Ponerlo a prueba con acciones de tanteo puede proporcionarnos información sobre aspectos clave de su personalidad, por ejemplo, si es paciente o
impetuoso. Tocarlo sirve para evaluar
su nivel de gongfu. Por ejemplo, ¿real-
mente sabe cómo cambiar la fuerza?
Un juicio acertado de las características del adversario siempre nos dará
ventaja en las situaciones de combate. Se dice que si nos conocemos
bien a nosotros mismos y a nuestro
oponente, nunca correremos peligro
durante un enfrentamiento. Pero al
mismo tiempo debemos tener cuidado
de ocultarle nuestras habilidades.
Encontrar la distancia correcta
Saber calcular y mantener la distancia
correcta es muy importante para el uso
eficaz de las habilidades de combate.
Necesitamos determinar tanto la distancia segura como la mejor distancia
para cada técnica. La distancia segura es aquella en la que el contrario no puede vencernos con su
técnica, y la distancia de cada técnica es aquella en la que podemos ejecutar con éxito nuestra aplicación.
Durante la lucha, primero debemos determinar cuál es la distancia
segura necesaria que debemos mantener. Para hacer esta evaluación,
debemos saber cuán rápido es nuestro
oponente y qué tipo de técnicas tiende
a utilizar. Antes de atacar debemos
protegernos estableciendo esta distancia segura. Mientras la mantengamos
podremos estar relajados y ajustar nuestros movimientos fácil y cómodamente.
Si no estamos seguros de cuál debe ser,
— 35 —
debemos empezar manteniéndonos a
cierta distancia del oponente e ir acercándonos a él a medida que tengamos
una idea más precisa. Si intenta acercarse a nosotros, debemos movernos
rápida y ágilmente para mantener la
distancia segura. Una vez conozcamos
sus capacidades, podemos dejar
que se acerque en nuestro propio beneficio. Por ejemplo, podemos atraerle hacia nosotros para
tenerlo a nuestro alcance.
La distancia de la técnica es la
que necesitamos tener para que
ésta sea de la máxima eficacia. En el
combate real es común estar «medio
paso demasiado lejos» del contrario.
Esto puede ocurrir porque dé un paso
atrás de forma natural cuando nosotros nos acercamos a él, situándose
un poco más allá de nuestro alcance
ideal. Debemos anticiparnos a él y
ajustar nuestros pasos con este fin. Eso
requiere practicar el trabajo de pasos
de una forma consistente y cuidadosa.
En las artes marciales internas, las
distancias de las técnicas son típicamente muy cortas. Se dice que si queremos golpear a nuestro oponente
debemos estar lo suficientemente
cerca como para que parezca que
queremos besarle.
En realidad es difícil lograr un
equilibrio eficaz entre la distancia segura
y la de la técnica. Es necesario practicar
aplicaciones marciales
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
nuestros movimientos para poder neutralizar los ataques del adversario en
lugar de simplemente retroceder. Ésta
es una manera útil de mantener una
distancia segura corta. También debemos prestar atención a los movimientos de avance del contrario y aprovecharlos para alcanzar y mantener la
distancia de la técnica. Para desarrollar
y perfeccionar estas habilidades hay
muchas formas de entrenar nuestros
ojos y nuestros pies. Con una práctica
concienzuda podremos podemos desarrollar una buena intuición para mantener la distancia óptima.
Determinar el momento y la
dirección
El momento (timing) y la dirección están
íntimamente relacionados. Estos términos se refieren a cuándo y desde dónde
debe emitirse nuestra fuerza durante un
combate. El principio básico de las artes
marciales internas es que nunca debemos emitir nuestra fuerza directamente
contra la fuerza del contrario. En general el momento óptimo para emitir la
fuerza es justo el instante en que nuestro adversario está acabando una técnica y va a iniciar otra. Se dice que este
es el momento en que la «fuerza vieja»
del contrario ya ha pasado y la «nueva»
todavía no ha llegado. En ese instante
es cuando más difícil le resulta a nuestro
oponente cambiar de técnica.
Sin un ángulo
y un momento
correctos no se
puede ejecutar
ninguna técnica
eficazmente
La dirección más común para emitir la fuerza es en diagonal a la dirección del movimiento del oponente. La
fuerza en diagonal no sólo es eficaz
para defendernos de la emisión de la
fuerza del contrario, sino también para
desequilibrarlo y controlarlo más fácilmente. En muchos casos, puede ser
incluso más útil seguir la dirección de
su ataque que contraatacar utilizando
una fuerza cruzada; pero normalmente
esto no resulta fácil.
En general, determinar el momento
y la dirección correctos para la emisión
de fuerza es muy difícil y requiere un
entrenamiento exhaustivo. El empuje de
manos es el sistema más habitual para
desarrollar esta habilidad, ya que permite una práctica detallada y profunda
de la aplicación de todas las técnicas.
Avanzar, retroceder, moverse
hacia los lados
Básicamente nuestro cuerpo puede desplazarse hacia delante, hacia atrás y hacia los
lados. En general, cuando avanzamos en
un combate para acercarnos al oponente,
debemos bajar la posición. Esto hará que
nuestro cuerpo esté más estable e integrado y que al contrario le resulte más difícil
defenderse. Cuando retrocedemos para
aumentar la distancia, debemos elevar la
posición. Una posición más alta nos permitirá ver con mayor claridad al adversario
y defendernos con más facilidad.
— 36 —
Los movimientos laterales son muy
importantes y útiles en muchas situaciones, pero es difícil realizarlos correctamente. Debido a que los pasos laterales
son menos naturales y menos habituales que los pasos hacia delante y hacia
atrás, deben practicarse con cuidado. En
el entrenamiento, el movimiento lateral
siempre se combina con movimientos
de avance y retroceso para crear una
acción diagonal. Si avanzamos en línea
recta contra nuestro adversario es muy
probable que nuestra fuerza se encuentre directamente con la suya. Esto viola
un principio importante y reducirá nuestras posibilidades de ganar. Si retrocedemos en línea recta para alejarnos del
contrario, para él será fácil seguirnos
y para nosotros será difícil cambiar la
dirección y el timing de nuestros movimientos. No seremos capaces, por ejemplo, de trasladar el movimiento rápida
ni fácilmente de atrás adelante. Dos
puntos importantes a tener en cuenta
cuando nos movemos lateralmente son:
primero, mantener el cuerpo erguido
para mantener el equilibrio y, segundo,
sentirnos listos en todo momento para
volver a avanzar hacia el adversario.
Proteger el cuerpo
En las artes marciales chinas tradicionales, la habilidad de protegernos es tan
importante como la de dañar al contrario, y hay muchas técnicas para desarrollar
aplicaciones marciales
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
esta habilidad. En el pasado los
practicantes de artes marciales
tenían que estar preparados para
responder a situaciones difíciles al
instante, de modo que la habilidad
de protegerse se convirtió en algo
crucial y por ello era algo que se entrenaba de forma intensiva. Hoy en
día los practicantes de artes marciales
no tienen que enfrentarse a ese tipo
de situaciones, y por tanto no incluyen técnicas de autoprotección en su
entrenamiento diario.
Dos aspectos importantes de estas
técnicas son cómo protegernos cuando
golpeamos al contrario con una fuerza
intensa, y cómo protegernos cuando
él nos golpea. A medida que progrese
nuestra práctica, y sobre todo cuando
aumente nuestra fuerza interna, seremos capaces de emitir cada vez mayores
cantidades de fuerza. A continuación,
la pregunta es cuánta fuerza podemos
emitir sin dañarnos a nosotros mismos.
La palma de hierro es la práctica más
común para protegernos en esta circunstancia. Para el segundo objetivo
son útiles las prácticas como la camisa
de hierro, hacer que nuestro cuerpo sea
lo suficientemente fuerte como para
les internas esta práctica requiere
golpear de forma ligera, utilizar la
fuerza del qi y los masajes con hierbas después del entrenamiento.
La práctica de las aplicaciones
resistir golpes potentes del oponente.
Estas prácticas son una parte vital del
entrenamiento. Aunque los tipos de
entrenamiento pueden diferir entre los
grupos, el principio básico es el mismo:
la habilidad del cuerpo para resistir ataques fuertes se incrementa por medio
de golpes repetitivos a objetos durante
un largo período de tiempo.
Aunque estas técnicas se incluían
tradicionalmente en el entrenamiento
de artes marciales internas, se practicaban de una forma especial. Dado
que la sensibilidad es un componente
fundamental en estas artes, se pone
un gran cuidado para que los ejercicios de palma de hierro o camisa de
hierro no interfieran en el desarrollo
de esta habilidad. Las prácticas que
endurecen el cuerpo también pueden
reducir fácilmente su sensibilidad. La
tradición de las artes marciales inter-
nas valora un cuerpo fuerte,
pero también requiere que el practicante mantenga en todo momento la
suavidad y la relajación en los movimientos. Estas cualidades son fundamentales en todas las técnicas y aplicaciones, y no deben sacrificarse por
tener un cuerpo endurecido.
Un error común es creer que la
piel gruesa, áspera y callosa es indicativa de un buen entrenamiento. En
realidad en las artes marciales internas la práctica correcta puede hacer
que nuestra piel sea más suave. Un
dicho de las artes marciales internas
nos advierte que si encontramos a
una persona con las manos muy suaves, debemos tener especial cuidado
con ella. Los ejercicios para fortalecer
la piel y los órganos suelen consistir
en golpear sacos llenos de arena o
polvo de hierro. En las artes marcia-
— 37 —
Aunque en el entrenamiento de las
aplicaciones suelen emplearse muñecos, la técnica de entrenamiento
más común y útil es la utilización de
un compañero o ayudante. Se dice
que el ayudante «alimenta» a su compañero simulando ataques que le permitirán practicar cada técnica de lucha
y desarrollar una mayor conciencia del
movimiento, el timing, la dirección, la
relajación y la sensibilidad.
Existen tres puntos de una importancia vital en el entrenamiento con
compañero: deng zhao, que significa
esperar hasta que el oponente lance
su ataque; jie zhao, que se refiere a
cómo hacer el primer contacto con
las técnicas de ataque del contrario,
y huan zhao, que describe cómo responder a dichas técnicas.
El aspecto más importante del
entrenamiento de deng zhao es anticiparse y ajustarse al adversario en el
momento en que éste lanza su ataque.
aplicaciones marciales
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Concentrarnos en sus hombros, por
ejemplo, nos ayudará a anticiparnos
y a responder al golpe que va a lanzar. En jie zhao, el factor clave es el
tiempo y el ángulo de nuestro movimiento cuando tocamos por primera
vez al contrario. Cuando nos lanza un
puño, por ejemplo, será más fácil para
nosotros interceptar su mano si levantamos nuestra mano hasta su codo y
luego la llevamos a lo largo del antebrazo hasta su mano, que si intentamos atrapar su mano directamente.
Para la práctica de huan zhao, el
objetivo más importante es combinar
las técnicas de ataque y de defensa.
A diferencia de las artes marciales
externas, en las cuales las técnicas de
ataque y de defensa se utilizan separadamente, primero defensa y luego
ataque, la mayoría de técnicas de las
artes marciales internas incluyen elementos tanto de defensa como de
ataque y éstos se aplican simultáneamente. Los puntos clave en la práctica
de huan zhao son comprender y utilizar correctamente los principios de
yin y yang y mantener todos los movimientos suaves y curvilíneos.
Hay tres fases en la práctica con ayudante, aunque es necesario delimitarlas
estrictamente. La primera consiste en
la investigación detallada de cada técnica. Debemos comprender cada movimiento y pensar en cómo podemos
aplicarlo en todos los casos posibles.
Luego, nuestro ayudante debe simular
cada caso y presentárnoslo o «alimentarnos» con él. Debemos repetir cada
técnica una y otra vez hasta que nos
hayamos familiarizado por completo
con ella y podamos realizarla correctamente. En este estadio, el ayudante
no debe cambiar sus movimientos en
respuesta a la ejecución de nuestra técnica. Así podemos dedicar toda nuestra
atención a la aplicación de la técnica, y
no a lo que nuestro compañero vaya a
hacer a continuación.
En la segunda fase debemos combinar varias técnicas y nuestro compañero debe presentarnos combinaciones de movimientos más complejas.
En cada grupo de técnicas se requerirán más cambios por nuestra parte.
Nuestra atención debe centrarse en
los movimientos del cuerpo y en el
trabajo de los pies.
La tercera fase de la práctica con
pareja se parece más al combate real.
— 38 —
Nuestro compañero debe presentarnos el tipo de desafíos que podemos
encontrarnos en una lucha real de
modo que podamos practicar las respuestas necesarias. Éste es el estadio
más difícil, ya que muchas de las técnicas que es necesario practicar pueden
provocar lesiones serias. Puede ser de
cierta ayuda una tercera persona que
actúe como protector, pero quizá no
sea suficiente, por lo que debemos
ser muy precavidos. Es recomendable
practicar primero todos los movimientos con lentitud y aprender a controlar
nuestra fuerza. Gradualmente iremos
identificando los puntos donde podemos provocar más dolor. Al practicar
técnicas de control y agarre (qin na),
por ejemplo, tenemos que saber en
qué punto debemos relajar el agarre
aplicaciones marciales
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
para evitar lesionar al compañero. En
la práctica de técnicas de puño y patadas, puede que sea necesario incluir
en el entrenamiento el trabajo sobre
un poste de madera. Al practicar con
un compañero tenemos que controlar
nuestra fuerza para evitar dañarle, pero
cuando golpeamos un poste
podemos utilizar la misma técnica con
más fuerza y experimentar cómo debería ser en un ataque real.
¿Estamos preparados para
pelear?
Hemos analizado diferentes aspectos
técnicos del entrenamiento, y con una
práctica diligente experimentaremos
progresos. ¿Pero significa esto que podemos entablar un combate real con
éxito? Por desgracia, la respuesta es
un «no» rotundo. Todavía tenemos
muchas cosas que aprender. Para enfrentarnos a un combate debemos
prepararnos mentalmente. Dado que
un combate duro siempre contiene
un elemento de crueldad, probablemente nos pondremos nerviosos
ante la perspectiva de la pelea, y
este nerviosismo cambiará nuestra
manera de movernos. Se dice que
aplicar un cincuenta por ciento
de tus habilidades en una lucha real es un logro notable.
Pero para conseguirlo es necesario un entrenamiento psicológico.
Los factores psicológicos
son muy importantes en la
lucha real. Necesitamos aprender a enfrentarnos a un ataque
con ecuanimidad y resolución.
La mayoría de los practicantes de
artes marciales de hoy en día parti-
cipan en competiciones para demostrar
sus habilidades, más que para pelear de
verdad y lesionar o destruir al contrario;
sin embargo, los factores psicológicos
siguen siendo importantes. Primero,
debemos entrenarnos para permanecer estables y relajados y no dejar que
la intensidad de nuestro adversario
nos afecte o nos controle. Segundo,
debemos aprender a utilizar los factores psicológicos a nuestro favor, como
herramientas para influir sutilmente
en nuestro oponente. La manera en
que nos presentamos ante el contrario,
por ejemplo, puede infundirle miedo o
puede engañarle para que infravalore
nuestra habilidad. Cambiar el ritmo de
nuestros movimientos a veces es útil
para minar la confianza del oponente y
confundirle sobre nuestras habilidades.
Para aumentar nuestras posibilidades de éxito en un combate hemos
de mantener la mente clara y relajada.
En una pelea es fácil descentrarse,
ponerse nervioso y olvidar las técnicas. La preparación física y mental
puede ayudarnos a vencer estas tendencias comunes. Tenemos que prestar atención a nuestros puntos débiles
y fuertes y a los de nuestro adversario,
intentar atacar sus puntos débiles y
ocultar los nuestros, y utilizar nuestros
nuestros puntos fuertes al máximo.
Si nuestro oponente domina algunas
técnicas buenas o especiales, buscaremos
— 39 —
En general el
momento óptimo
para emitir la
fuerza es justo el
instante en que
nuestro adversario
está acabando
una técnica y va a
iniciar otra
aplicaciones marciales
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
formas de neutralizarlas, no de esquivarlas. Se dice que el ataque es la
mejor defensa, y esquivando no se
elimina el problema. Por ejemplo, si
el contrario se lanza hacia delante
para agarrar nuestra pierna y nosotros retrocedemos para evitarlo probablemente fracasaremos, porque los
pasos hacia atrás son más lentos que
los pasos hacia delante. Podremos
defendernos mejor si avanzamos que
si retrocedemos, ya que avanzando
nos será más fácil mantener el equilibrio y destruir el ritmo del movimiento del oponente.
La paciencia es importante, sobre
todo si nos enfrentamos a personas
con unas habilidades similares o
superiores a las nuestras. Es mejor
admitir que la tarea no es fácil y que
nuestra única posibilidad de ganar
radica en que el contrario cometa
un error. Podemos esperar pacientemente y vigilar para ver si nos da
esta oportunidad. No obstante, eso
no significa quedarse sin hacer nada.
Debemos intentar mantenernos a
salvo de sus ataques y buscar la forma
de causarle algún problema.
Wen, ling, song, jing y jue son
cualidades necesarias para la lucha,
y estos conceptos tienen aspectos
tanto psicológicos como físicos. Wen
se refiere a la estabilidad tanto de
la mente como del cuerpo, y esta
característica puede
manifestarse no precipitándonos en la
ejecución de las técnicas. En el calor del
combate es fácil acelerarse en los movimientos, y nuestra mente
también puede empezar a correr. Cuando
nos precipitamos es muy
probable que olvidemos
lo que tenemos que hacer, así que es
importante calmarse y dar a nuestras
respuestas un ritmo medido. Ling significa «moverse con agilidad y viveza»,
song denota relajación, y jing expresa
una sensación de tranquilidad y calma.
Jue significa «tomar decisiones resueltamente» y ejecutarlas sin vacilación.
Si tenemos la posibilidad de ganar el
combate, debemos aplicar la técnica al
instante y con confianza. Las oportunidades se pierden rápidamente y puede
que no aparezcan de nuevo.
En el entrenamiento de las aplicaciones nunca debemos juzgar nuestra
habilidad por el hecho de que seamos
capaces de utilizar una técnica determinada. En cambio, preguntémonos si nuestra acción aplica correctamente un principio. A veces una
habilidad elemental, o incluso una
habilidad técnicamente inadecuada
para una situación concreta puede
funcionar si se adhiere a
un principio. Si nuestras técnicas
siguen principios correctos, progresaremos. No debemos sentir frustración o rabia si no ganamos una pelea
o fracasamos en la utilización de una
técnica. Siempre debemos pensar en
cómo aprender de la experiencia de
manera que nuestra técnica mejore.
La práctica y el entrenamiento
pueden proporcionarnos un conocimiento básico y un desarrollo de
nuestras aptitudes, pero para ser
un buen luchador hace falta mucha
experiencia en situaciones reales de
combate. Si utilizamos lo que aprendemos en la lucha para afinar nuestro
entrenamiento y lo que aprendemos
en el entrenamiento para mejorar en
nuestra lucha, poco a poco llegaremos a desarrollar nuestras posibilidades al máximo.
— 40 —
Lu Shengli se inició en el aprendizaje de las
artes marciales a los diez años. En 1970 se
convirtió en discípulo de Luo Shuohan y posteriormente de Wang Peisheng. Enseña en Pekín
desde 1984, donde ejerce como instructor de
artes marciales en Asociación de Taiji Quan estilo Wu de Pekín y como profesor en el Instituto
de Tecnologías de la Información.
Este artículo ha sido extraído del libro Técnicas
de combate de Taiji, Xingyi y Bagua. Editorial
Paidotribo. Badalona, 2009.
Agradecemos a Lu Shengli, Zhang Yun, Roger
Paulo y a la editorial Paidotribo que hayan hecho posible la publicación de este trabajo.
CHENG MAN CHING
Y LA ESGRIMA DE TAIJI
M
ar
co
Ve
n
an
zi
Entrevista con Ken Van Sickle
esgrima de taichi
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
E
n julio de 2008 se celebró en el
hotel rural «La Pernice Rossa»,
en las colinas altas del Oltrepò
Pavese italiano, un seminario de esgrima de Taiji con Ken Van Sickle, discípulo de Cheng Man Ching y uno de los
pocos profesores realmente expertos
en esta sutil y divertida especialidad
del Taiji Quan. El nombre del lugar era
un buen augurio, pues en la simbología china la perdiz representa la «afinidad electiva», un término originalmente químico, luego literario, que indica
fuerzas que tienden a unir a la gente
más allá de los límites impuestos por la
cultura, la tradición y los reglamentos,
y así fue, visto que practicantes de diferentes escuelas y edades muy distintas
(incluida una valiente mujer de noventa años) se reunieron en un terreno común para plena satisfacción de todos.
El ritmo de la práctica fue muy
intenso, pero no agotador. Resultaron
especialmente interesantes, además de
la posibilidad de cruzar las hojas (estrictamente de madera) con muchas personas diferentes, los «duelos didácticos»
que todo el mundo pudo realizar con el
instructor, obteniendo información muy
valiosa acerca de las propias cualidades
y puntos débiles. Para mí fue una gran
oportunidad de practicar y conversar
directamente con un alumno de Cheng
Man Ching. De hecho, Ken estudió con
el «viejo profesor» de 1967 a 1975,
especializándose particularmente en
la esgrima de Taiji. Como yo ya había
visto en una sesión anterior, en el Foro
Cheng Man Ching de Montecatini en
2006, Ken es una persona agradable y
muy bien dispuesta, y lo que sigue es
un resumen de nuestra charla.
¿Qué era lo que más te
impresionaba de Cheng Man Ching?
En primer lugar era la persona más relajada que he visto nunca. Al mismo
tiempo, sin embargo, su mente estaba
siempre activa, siempre involucrada en
algo, estaba constantemente presente, nunca desconectado de la realidad
del momento. Aunque fue universalmente conocido como el «maestro de
las cinco excelencias» (medicina, poesía, caligrafía, pintura y Taiji Quan),
era realmente una personalidad completa, «todo terreno», cuya capacidad
llegaba mucho más allá de esas cinco
artes. Era muy amable y abierto en su
enseñanza. Sabemos de personas que
estudiaron con él en Taiwán, dónde se
comportaba de modo algo reservado,
tal y como se espera que sea un maes-
— 42 —
tro de Taiji. Pero cuando se instaló en
Nueva York vio y apreció que la cultura
era totalmente diferente, y cambió en
consecuencia. Un ejemplo significativo
del cambio es que enseñó la esgrima
Taiji mucho más en Estados Unidos que
en Taiwán, lo que ha provocado cierta
perplejidad entre sus alumnos de allí.
¿Hay alguna enseñanza esencial
de Cheng Man Ching que
desearías destacar?
No tanto una enseñanza como una forma de enseñanza: el profesor Cheng era
esgrima de taichi
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
realmente capaz de transmitir habilidades a través del contacto corporal. No
era inusual para mí sentir cómo emergía
información de mi cuerpo algún tiempo después de haber practicado con él,
aunque en el momento yo no hubiera
entendido lo que estaba haciendo.
Las demostraciones de Tui Shou
de Cheng Man Ching son famosas
y están bien documentadas.
¿Puedes explicarnos lo que se
experimentaba al ser empujado
por el profesor Cheng?
Te sentías como
elevado por una
gran ola, no se
advertía presión o
sensación de empuje en un lugar
determinado del
cuerpo, que se
movía todo junto
con el suyo. Era
muy potente pero
en ningún caso
desagradable
o
perjudicial. De hecho, el profesor
Cheng no hacía
nunca fajin (manifestación explosiva de la fuerza), a
pesar de que era perfectamente capaz
de hacerlo, porque puede ser muy peli-
groso, especialmente si la ola de fuerza
pasa a través de los órganos internos.
Ejecutaba más bien lo que se llama ti
fang, literalmente «levantar y dejar ir»,
o «desenraizar».
Ti fang requiere sensibilidad y habilidad para conectar con las reacciones
neuro-musculares del compañero, y lo
ejecutaba de la siguiente forma: en primer
lugar tocaba al compañero con una ligera
presión que generaba una ola instintiva
de resistencia. Justo en ese momento él
se relajaba completamente, sin perder la
conexión con el otro, generando en éste la
sensación de caer como
en un vacío seguido de
un hundimiento hacia
adelante como para
encontrar apoyo (que
no se encontraba, porque el profesor se mantenía suelto y relajado),
e inmediatamente después seguía un retorno
desde el pie adelantado
hacia el pie atrasado,
en un intento por recuperar el equilibrio. En
ese momento el profesor se «hundía» en el
compañero acelerando
su movimiento hacia el
pie atrasado hasta que
la presión generada le hacía salir despedido. A veces se hundía por un espacio
de tiempo muy largo a través del compañero manteniendo su cuerpo relajado
y permitiendo a los brazos
flexionarse, para luego
de repente volver a reconectar la propia estructura,
creando de esta manera
una presión entre ambos
especialmente alta. Sólo en
ese momento dejaba extenderse los brazos para seguir
al compañero. No usaba
nunca la fuerza de los brazos para empujar.
A menudo llamamos
a la espada de Taiji
«la espada como
una pluma» (Feather
Sword). ¿De dónde
procede ésta expresión?
Viene de algo que el profesor Cheng
solía decir: hay que manejar la espada
de madera, o incluso una pluma, como
si fuera una hoja de acero afilada como
una navaja hasta que seamos capaces de
escuchar una verdadera espada como si
fuera una pluma en nuestras manos.
¿A qué nivel de experiencia en
Taiji aconsejarías empezar a
aprender la esgrima?
Es esencial tener una buena base en la
forma y el Tui Shou. Un alumno no podrá
disfrutar de la esgrima hasta que haya
— 43 —
desarrollado una buena capacidad para
relajarse y escuchar. Desde este punto
de vista cualquier
sistema de entrenamiento interno, al
margen del nombre
del estilo o escuela,
es una buena base.
Incluso los practicantes experimentados
se sentirán algo incómodos en su primer
intento de manejar
una espada, y mucho
más cuando se trata
de practicar con un
compañero. De hecho es normal que
pase bastante tiempo
hasta que la espada
se percibe realmente como una extensión
de nuestro cuerpo.
¿Qué relación existe entre la
práctica de la forma de espada y la
esgrima libre del Taiji?
La forma ayuda a desarrollar las conexiones dinámicas adecuadas entre
nuestro centro de conexiones y las diferentes partes del cuerpo de la espada (empuñadura, centro de equilibrio,
punta), hasta que la espada empieza
a comportarse como una extensión de
nuestro cuerpo. En segundo lugar, la
forma es un repertorio de técnicas de
esgrima de taichi
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
lucha y esgrima, y casi todo lo que hacemos en la esgrima libre está contenido
en la forma. Cheng Man Ching nunca
dio muchas explicaciones sobre el significado de los movimientos de la forma,
excepto a algunos de sus primeros estudiantes. En realidad lo que sucede después de haber practicado la forma y la
esgrima libre durante bastante tiempo
es que las aplicaciones parecen surgir
por sí mismas de manera natural.
¿Estas aplicaciones son realmente
eficaces?
La forma de espada Taiji de estilo Yang
que practicamos es una evolución de una
forma o estilo anterior llamado Michuan,
que originalmente enseñó Yang Luchan;
el Michuan era considerado una tradi-
ción «interna» de la familia Yang, en contraste
con lo que se llamó «estilo público», que más
tarde enseñó abiertamente el mismo Yang
Luchan y sobre todo
Yang Chenfu. El Michuan estaba claramente dirigido al combate
real y sus movimientos
y técnicas eran sobre
todo rectos, mientras
que el «estilo público»
expresa más claramente
los principios del Taiji a
través de sus característicos movimientos circulares y espirales. Algunos han
cuestionado la eficacia real en la lucha
del «estilo público», tratándolo como
si fuera una especie de gimnasia suave
para caballeros y damas refinados: en
realidad, la correcta aplicación de los
principios del Taiji lo hacen al menos tan
eficaz como el estilo original.
¿Es útil usar una espada auténtica
en la ejecución de la forma?
Sin duda contribuye a mejorar la calidad del movimiento. El peso de una espada de acero obliga a conducirla con
el propio centro y a mantenernos en la
mejor condición de relajación posible
durante la ejecución de toda la forma.
Pero si uno utiliza demasiada tensión y
fuerza en los brazos se sentirá cansado y dolorido después de unos pocos
movimientos. Por lo tanto, si uno está
empezando a experimentar con la espada de Taiji, yo aconsejo probar con
una espada real de vez en cuando, e
ir aumentando la frecuencia a medida que se adquiere familiaridad con
el arma. Otra herramienta útil para la
práctica es la borla o las cintas de tela
atados al pomo de la espada. Cuando
el movimiento fluye correctamente la
borla seguirá a la espada, pero apenas
el gesto se embrolle, la borla se enrollará alredededor de la muñeca.
En las escuelas de espada
japonesas a menudo se practica el
corte de gruesas cañas de bambú
o rollos de paja. ¿Piensas que
podría ser útil también para los
practicantes de esgrima de Taiji?
Cortar un objeto real es una prueba
crucial para verificar la exactitud de
la técnica, siempre y cuando se tenga suficiente experiencia. No es una
práctica para principiantes. Se puede
probar a cortar pedazos de madera
(¡nunca ramas de árboles vivos!), o
cualquier otro objeto similar. Pero si la
alineación no es correcta, si se empuña la espada de forma demasiado floja o con un mal ángulo de la muñeca,
o si el movimiento no es impecable,
se pueden producir graves accidentes.
— 44 —
La esgrima de
Taiji respeta los
principios del
combate real, por lo
tanto el ataque está
siempre supeditado
a la protección del
propio cuerpo
Un buen corte es limpio, rápido y prácticamente no requiere esfuerzo. Si uno
no tiene una espada china (jian) adecuada para el uso real, se puede practicar con un machete.
¿Cuáles son los principios
esenciales de la esgrima de Taiji?
La esgrima de Taiji respeta los principios
del combate real, por lo tanto la autodefensa es lo primero. El ataque está
siempre supeditado a la protección del
propio cuerpo. En la práctica, la primera cosa que hay que aprender, y la más
esencial, es a mantener la espada entre
nuestro cuerpo y la espada del compañero. El segundo principio es el de mantener en todo momento un contacto
esgrima de taichi
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
los movimientos del centro de nuestro
cuerpo. También hay que aprender a
mover el cuerpo en un círculo alrededor del compañero, de forma similar a
la caminata del Bagua Zhang.
sensible entre nuestra espada y la del
compañero y tratar de sentir a través de
esta conexión su fuerza, energía e intención. El tercer principio es «quitarse
de en medio» cuando viene un ataque
directo, no intentar nunca bloquear un
ataque, pues eso sería utilizar fuerza
contra fuerza, y se opone al principio de
ceder. Lo que hay que hacer es desplazar el cuerpo lo suficiente para llevarlo a
una distancia segura, sin alejarse demasiado en ninguna dirección, y reanudar
de inmediato el contacto con la hoja del
compañero. El movimiento circular es
común a estos tres principios: mover la
espada siempre girando junto con la del
compañero. Obviamente, el movimiento circular de la espada está dirigido por
¿Cómo se entrena el movimiento
circular de la espada?
El ejercicio básico principal se denomina «punta inmóvil» (still point) y consiste en describir círculos con la espada
mientras se mantiene la punta fija delante de uno. Inicialmente se hacen
semicírculos, luego se aprende a hacer
círculos completos en el sentido de las
agujas del reloj y al contrario. Todos
los movimientos se generan a partir
del propio centro, que se conecta con
el centro de equilibrio de la espada
mientras que los brazos y los hombros
se mantienen relajados. De esta forma
se entrena otro principio fundamental,
que es tratar de mantener la punta de
la espada dirigida hacia la línea central
del oponente, amenazándole en todo
momento. De este principio se infiere, lógicamente, que nunca deberemos
intentar atacar mientras la espada del
compañero nos esté amenazando, pues
seríamos alcanzados de inmediato.
escuchando su fuerza y su intención
(ting jin, «fuerza de escucha»). No se
debe empujar ni presionar nunca sobre
la hoja del oponente, y sí en cambio
tratar de aprovechar cualquier exceso
o carencia por su parte.
¿Puedes explicar qué entiendes
por exceso y carencia?
Un ejemplo de exceso es cuando el compañero presiona en cualquier dirección
sobre nuestra hoja: esto nos proporciona
la energía necesaria para atacar, moviéndonos a lo largo del mismo círculo y en la
misma dirección y, a continuación, reducir
el círculo en una espiral que lleva a nuestra
hoja a tocar su cuerpo. Es una aplicación
del principio de Taiji de recoger la fuerza
del oponente para nuestra ventaja. Sentir los cambios de presión a través de la
¿Cuál es el objetivo principal del
movimiento circular de la espada?
El objetivo es adherirse a la hoja del
oponente y seguirla constantemente
— 45 —
espada es el nivel básico de ting jin en la
esgrima.Un ejemplo de carencia es una
apertura no intencionada de la guardia del
oponente, o incluso una ligera disminución en su atención: en este caso hay que
atacar de inmediato, debe convertirse en
un reflejo automático que se activa en una
fracción de segundo. Se puede entrenar
este aspecto mientras se practica con un
compañero: de repente, y sin ningún tipo
de patrón preconcebido, abrir la guardia.
Apenas uno de los dos muestra una apertura, el otro debe atacar inmediatamente.
¿Puede decirnos algo acerca del
tipo de intención que se debe
cultivar en la esgrima de Taiji?
La intención es la misma que buscamos en
el tui shou, así que me limitaré a subrayar
algunos aspectos que son de particular
relevancia en el contexto de la esgrima.
Ante todo, moverse
sinceramente: entregarse plenamente a
la acción que se esté
haciendo, de manera
que el compañero
reciba algo sustancial
y no sólo un gesto
externo. Esto afecta
profundamente a la
reacción instintiva
del cuerpo y las fuerzas que se generan.
esgrima de taichi
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Debemos aprovechar
cualquier posibilidad
que el oponente
nos ofrezca para
atacarle: es un
generoso regalo,
y sería grosero
rechazarlo
También significa que nunca se debe
«fintar», en el sentido de que toda acción
debe estar respaldada por una verdadera intención, de lo contrario la reacción
que se espera del contrario simplemente
no se produce. Debemos estar listos para
aprovechar cualquier posibilidad que el
oponente ofrezca para atacarle: es un
generoso regalo, y sería grosero rechazarlo. Se puede mostrar gratitud cortándolo
con dulzura, amabilidad y una sonrisa. La
esgrima de Taiji requiere un profundo respeto por el cuerpo del otro, por lo tanto
no se debe golpear nunca con fuerza. La
seguridad es esencial para el pleno disfrute de la práctica. En cuarenta años de
práctica, el único incidente que he pre-
senciado se saldó con un diente roto, un
corte en la cabeza y algunos moretones
en las muñecas. Creo que son unos resultados muy positivos en comparación
con otros estilos marciales y deportes...
Una cosa que puede ayudarnos a ser
más cuidadosos y atentos es habituarnos
a manejar la espada de madera como si
se tratara de una verdadera espada, con
el mismo respeto y atención que prestaríamos a una hoja de acero bien afilada.
Por último, debo mencionar la primera
y la más grave «enfermedad de la espada», que es el deseo de ganar. Esto
puede ralentizar el aprendizaje o incluso
interrumpir el flujo de información más
profunda procedente del profesor y de
nuestro propio cuerpo.
¿Dónde se debe dirigir la
mirada mientras se practica la
esgrima de Taiji?
Al principio necesitamos centrar la vista para evitar que la mente vague, por
lo que miraremos a la espada o a los
ojos del oponente, pero más tarde hay
que desarrollar una visión de conjunto, que es mucho mejor, pues enfocar
la mente en un punto puede dejar la
mente atrapada fácilmente. La clave
es mantenerse centrado: si el contrario ataca y nuestra mente se dirige al
punto que en ese momento está amenazado, el resto del cuerpo quedará al
descubierto y será vulnerable.
¿Cómo se usa la mano sin arma en
la esgrima?
La mano no armada es fundamental:
como en cualquier otra forma de entrenamiento de Taiji, todas las partes
del cuerpo deben estar totalmente conectadas con el centro. En esencia esta
mano equilibra constantemente la mano
armada. También se puede utilizar, si se
presenta la oportunidad, para controlar
la mano del oponente mientras le atacamos con la espada. Por lo tanto, no
hay que dejar nunca que la mano cuelgue inerte, debe estar viva. Lo mejor es
tenerla lista para la acción delante del
cuerpo, con una forma redondeada, teniendo cuidado de evitar que el codo se
pegue al tronco. Si apuntáis el dedo índice y medio a la muñeca de la mano armada obtendréis la postura fácilmente.
¿Qué piensas de los torneos de
esgrima Taiji?
No soy demasiado partidario de los torneos
de esgrima de Taiji o de Tui Shou. El nivel
general no es lo suficientemente alto, por lo
que muchas personas terminan utilizando
la fuerza bruta en lugar de los principios del
Taiji. El equipo de protección puede incluso empeorar la situación desde este punto
de vista, aunque es bueno para la seguridad de los practicantes. Cheng Man Ching
estaba siempre alegre y sonriente cuando
practicaba con la espada, y debemos tratar
de mantener vivo este espíritu.
— 46 —
Marco Venanzi es homeópata y responsable
de la Asociacion Cultural «Il Drago che Nuota» para el estudio de prácticas tradicionales
taoístas. Practicante de Aikido, Karate, Kenjitsu
y Iaido. Instructor de Tai Chi Chuan del estilo
Yang del Prof. Cheng Man Ching, enseña en
Milán siguiendo el método de la escuela Huang
(Malasia).
www.ildragochenuota.com
Traducción del italiano: Guillem Bernadó
LAO
GONG
Georges Saby
Dentro de su recorrido por los principales puntos de acupuntura, el
autor se detiene ahora en el estudio del punto Laogong, desgranando
en este artículo sus funciones, matices y esferas de influencia.
puntos
TAI CHI CHUAN • Nº 18 • VERANO 2009
L
aogong (MC8) es un punto de
acupuntura perteneciente al meridiano del Maestro del Corazón.
Se encuentra situado en la palma de la
mano, cerca de la base del dedo anular.
En el campo del Qigong el Laogong engloba una zona circular más amplia localizada en la palma de la mano, que abarca
los puntos de acupuntura 7 y 8 del canal
energético Maestro del Corazón.
La traducción literal de Laogong
puede ser «palacio del trabajo». El sentido de este gong nos acerca a la noción
presente en el Qigong de obra artesanal bien acabada, de trabajo manual y
pericia. El valor del trabajo manual, ex-
presión práctica de la inteligencia humana, se encuentra aquí resaltado por la
asociación del término gong con lao. Su
significado es palacio, centro de residencia del emperador o bien, según la visión
tradicional china, centro del mundo.
China se autoproclamaba «el Imperio
del Centro» y su centro físico era el palacio del emperador. En la lengua popular francesa se expresa una concordancia
de la mano con esta idea de palacio del
trabajo, pero por una vía opuesta, en la
expresión «no mover ni un dedo», cuando la pereza provoca una parálisis del
impulso vital y obstruye toda posibilidad
de realización.
Este meridiano es conocido también
como constrictor del corazón y pericardio. En la medicina tradicional china,
este canal energético tiene la función
de proteger al corazón en su calidad de
órgano y también a la persona,
considerándolo como centro espiritual. El Maestro del Corazón
tiene la misma función que la
guardia cercana al emperador y
sus consejeros privados, es decir,
crear un entorno que le mantenga protegido. Así, el pericardio
juega el papel de guardián de la
puerta del emperador.
En relación con esta imagen
extraída de la antigua civilización
china, la función de este meridiano consiste en administrar, en un
sentido psicológico, el flujo de todo lo
que viene al encuentro de nuestro corazón y nuestra alma. Dentro de la multitud de estímulos que nos llegan, hay
algunos que son positivos y otros que
no. El papel del guardián es seleccionar
y autorizar solamente los elementos que
son positivos para nosotros. Como defensor de nuestro corazón este sistema
orgánico es de una importancia vital y
cuando se encuentra desbordado entramos en un estado de confusión emocional y/o psíquica.
Desde un punto de vista más fisiológico, este canal protege al órgano del
corazón y a toda nuestra esfera cardiaca.
Por eso se encuentra implicado en los infartos de miocardio, ya que es responsable del buen funcionamiento venoso y
arterial existente alrededor del corazón.
La sensibilidad particularmente fina
que posee la mano humana se encuentra localizada alrededor de la zona de
Laogong. Podemos considerar este punto como el eje de una rueda alrededor
del cual convergen siete radios: los cinco
dedos y los dos huesos del antebrazo,
el cúbito y el radio. Este centro sensible
es un palacio abierto, una puerta que
— 48 —
puede batir en ambos sentidos. A nivel energético este mecanismo funciona
como una bomba que por un lado recibe
y aspira la energía y, acelerando su movimiento, la restituye y reenvía.
En la tradición del Qigong podemos
encontrar numerosos ejercicios de bombeo en los que se utiliza la apertura y
cierre de ciertas zonas o guas. En las artes marciales chinas tanto externas como
internas se aplica este tipo de ejercicios
del Qigong. Por ejemplo, dentro del
Boxeo de los Ocho Trigramas o Baguazhang, a veces ejecutamos este movimiento particular de bombeo durante la
práctica de las ocho palmas principales.
De esta forma podemos sentir el universo y también a un oponente, puesto que
se trata de un arte marcial, para emitir
energía en su contra o golpearle con
mayor intensidad.
puntos
TAI CHI CHUAN • Nº 18 • VERANO 2009
El feng shui del suelo
Puede parecer pueril, infantil e irrealista
el hecho de entrenarnos para sentir el
campo periférico que puede existir alrededor de un árbol, mezclar el nuestro
con el suyo e incluso dialogar sensitivamente con él. Esto parece francamente
estúpido desde el punto de vista que
exponen los científicos racionalistas
onalistas más
duros acerca del mundo de lo visible. Sin
Sn
Si
embargo, en el mundo de la sensa
sensación
aci
ció
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esto es muy posible, y las perso
personas
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realizan este tipo de prácticas
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vivencia objetiva y realista.
Esta realidad proviene de la parte
parte
e
menos visible del mundo y de nue
nuestra
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stra
existencia, y a veces tiene
e efectos directos en el ámbito de lo
manifiesto.
o manifies
e to.
Por ejemplo, cuando situamos
mos las manos en la posición correspondiente
ondiente a lla
a
palma de la tierra en el Baguazhang
Baguazhang,
ng,,
ng
la sensibilidad puede indicarnos
carnos cuáles
cuá
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son las zonas sanas o malsanas
lsanas de
de un
un
terreno, sintiéndolas al pasar
justo
por
sar jussto
o po
or
or
encima, como un zahorí con
on sus vvarillas
arrililla
las
de avellano.
Lo que me permite hablar
de
blar d
e es
eestas
tta
as
cosas sin tener la impresión de ser extravagante es la constatación que he vivido
objetiva y repetidamente, de que numerosas personas que tienen la sensibilidad
despierta, sin ponerse de acuerdo, encuentran en un terreno cualidades idénticas en las mismas zonas espaciales.
Esta posibilidad se revela cada vez más
factible cuando se efectúa el
test de forma «científica», sin
que las personas que hacen
el testaje se hayan visto antes
ni haya habido comunicación
entre ellos.
La imposic
imposición de manos
De laa misma manera la palma
de la tierra
tieerra del
de Baguazhang se
encuentra
con la
encu
en
cuen
cu
entra relacionada
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noción
de
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otro
tiemnociión de l
llamamos impo een occidente
occi
oc
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y cuyo sigposi
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un siglo
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atrás
y
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el ttérmino
érmino de magnetismo.
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intentos
i tentos intelectuales que
dar una base cientíapuntan a da
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a
la
imposición
de manos
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aasociándola
sociándola con el magnetismo han ofre
ofrecido a los paladines de las
ciencias
llamadas «exactas» un incenticienci
c as llam
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Así, han tenido
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ara controversia.
co
oportunidad de oponerse a uno de
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los métodos
m todos terapéuticos más antiguos
mé
que
qu
ue existen
exis
iste
is
ten y rebatir su eficacia. Pero
te
no porque
en un sector social alporque haya
h
gunos charlatanes hay que rechazar la
integridad de este método. En el fondo
la imposición de manos no se opone a
la ciencia y es algo sano mientras no se
considere superior o pretenda reemplazar a la medicina científica, puesto que
ambas son de gran interés.
Con la imposición de manos entramos en el aspecto de restitución de la
energía característico del punto Laogong. La energía pasa naturalmente a
través de la mano y nosotros, de alguna
forma, no tenemos nada que hacer. Existen numerosos métodos para esto, pero
todos emplean la mano y el Laogong.
Esta práctica a menudo se acompaña
de una actitud espiritual pero funciona
con independencia de cual sea la religión que practiquemos, incluso si somos
ateos. La fe, el Espíritu Santo o el Qi no
son propiedad de nadie. A occidente han
— 49 —
llegado desde Japón los métodos de Yuki y después, de
forma más reciente, el Reiki.
La tradición china prescinde
del concepto de Dios. Más
bien orienta su pensamiento
hacia una noción de armonía universal a la cual intenta adherirse íntimamente
la persona que impone sus
manos.
En el Qigong terapéutico
chino se utiliza la proyección
del Qi a través del punto
Laogong. Entre los que usan
este método aunque sólo
sea una vez, existen personas muy eficaces y competentes y otras que es mejor
evitar debido a su falta de
seriedad. En el fondo la calidad no es una cuestión de disciplina o
del sector determinado al que se pertenezca, sino más bien tiene que ver con
la humanidad de la persona. En todos
los ámbitos hay gente buena y otros
que lo son menos.
El masaje del Laogong
El método de la relajación coreana se
parece a los masajes pero en relación a
ellos presenta una gran diferencia. En la
relajación occidental que se ha importado de la India, como por ejemplo el
Yoga Nidra, una persona tumbada per-
puntos
TAI CHI CHUAN • Nº 18 • VERANO 2009
Con las manos
podemos curar,
pero también
recoger información
sobre un adversario
sigue un viaje interior conducida por un
guía de voz suave y un poco cavernosa.
Durante la relajación coreana la persona
está tumbada y se abandona a manos expertas en las técnicas vibracionales y no
se pronuncia una sola palabra. El receptor adopta cada vez diferentes posturas
mientras se le hace vibrar su cuerpo a través de un impulso manual preciso que se
va desplazando y que incluye a veces al
mismo tiempo un ligero estiramiento.
El masaje cuidadoso de la zona de
Laogong sobre el punto MC5 produce
un efecto universalmente relajante que
aporta un raro placer. El brazo del receptor se encuentra suspendido, su mano
está sujeta firmemente por el pulgar y el
dedo pequeño del masajista. Entonces se
le masajea la musculatura de la mano utilizando de manera alterna los dos dedos
pulgares, como si las patas aterciopeladas de un gato bailasen por ella.
Sentir el campo periférico
De la misma forma que la mano puede
curar a través de su imposición puede
también sentir el campo periférico de
un adversario y utilizar esta sensibilidad
como fuente de información. La mayor
parte del tiempo durante una situación
de combate solemos emplear la vista,
pero los practicantes avanzados usan todos sus sentidos.
En el Taijiquan algunas prácticas antiguas de tuishou exigen que el practi-
cante desarrolle el tacto como otra fuente de información durante el combate
a distancia corta. Se trata de ejercicios
específicos de «manos pegajosas» destinados no sólo al desarrollo de la capacidad para absorber, desviar o rechazar,
sino también a sentir la dirección de un
ataque antes de que se desencadene.
Además, este tipo de entrenamiento se
realiza con los ojos cerrados. Una vez
que la sensibilidad táctil se encuentra
bien desarrollada, aquellos que se encuentren motivados pueden intentar utilizar la piel como un sexto sentido, que
llegará a ser un detector periférico para
el combate a distancia media o larga.
Hace falta decir que este tipo de
práctica concierne a los apasionados
y especialistas, puesto que son pocas
las personas que desarrollan completamente esta capacidad. Uno entra en el
terreno de lo misterioso de una forma
mucho más natural de lo que parece,
cuando utiliza hasta el extremo uno de
sus sentidos. Y cuando nos encontramos
a una distancia respetable del compañero necesitamos una gran sensibilidad
para detectar los fallos energéticos de
su campo periférico.
Para el ser humano esta sensibilidad
del punto Laogong es un automatismo
animal más o menos despierto. Inconscientemente estamos siempre en contacto con la posibilidad de estar informados
de este modo. Nuestro cerebro posee
— 50 —
una parte profunda llamada «cerebro
reptiliano» que funciona a través de automatismos. Instintivamente nos guía en
lo cotidiano muy a menudo. Por ejemplo, nos lleva a querer o a no apreciar en
absoluto a tal o cual persona de forma
instantánea e irreflexiva, y a querer o no
frecuentarla, a aceptarla o evitarla. Y eso
nos conduce de vuelta a la relación del
punto Laogong con la función que tiene
el meridiano de acupuntura Maestro del
Corazón como protector del corazón. Es
suficiente estrechar la mano de alguien
para sentir, evaluar y hacerse una idea de
la impresión que se ha recibido.
La zona Laogong es extremadamente
sensible a todo aspecto de la relación con
el entorno. Una mano flexible puede ser
también callosa, y aun así revelar una armonía que se convierte en el palacio del
trabajo descrito por la antigua tradición
china, un lugar donde el emperador puede acudir a descansar y trabajar.
George Saby lleva más de treinta años practicando y enseñando artes marciales internas, entre ellas Taijiquan de los estilos Yang
antiguo, Chen y Wu, Bagua Zhang estilo
Jiang Rong Jiao y Cao Yi Shen, y diferentes
técnicas de Qigong. Además es terapeuta
de Shiatsu Iokai y masaje chino Tui Na.
[email protected]
Traducción al español: Mayte Foulquié
Fotografías de las manos: Teresa Rodríguez
libros
LEVANTAR LA MIRADA
Fundamentos para una práctica
contemporánea
Juan gorostidi berrondo
Editorial: La Liebre de Marzo, Barcelona
Año: 2008
522 páginas
ISBN: 978-84-924-7002-0
17 x 24 cm
Precio: 30€
Basta con hojear el índice de Levantar la mirada para darse cuenta de que,
en el marco de lo escrito hasta ahora
sobre Tai Chi Chuan, no sólo representa
una novedad, sino también un hito: el
de intentar otorgar al taichi practicado
en Occidente la dignidad que aporta el
mirar de frente los grandes desafíos de
la época en que vivimos. Para ello, lejos
de fundamentarse en los tópicos orientalistas —como es común en el mundo
de esta disciplina—, se propone la ardua y honrada tarea de una posible traducción de esta disciplina bajo la óptica
de lo contemporáneo. El resultado es
un ensayo provocador y polémico pero
honrado, lúcido y a la vez abierto, don-
de no falta la poesía y en el que se propone de forma deliberada un ejercicio
de reflexión cargado más de preguntas
que de respuestas.
Los tres grandes temas en que está
organizado el texto (cuerpo, salud y marcialidad) están precedidos por un ensayo
introductorio que anticipa el horizonte y
el tono de esta obra: «Con el tiempo,
he llegado a la conclusión de que [no
preguntarse por la naturaleza del tai chi
chuan] concierne al núcleo de su concepción actual…» Una de las características que define a los administradores de
esta práctica es la negación del sentido
o la necesidad de la reflexión… Se ha
impuesto una actitud «esencialista»…
Situado pues en las antípodas del
manual taoísta o de taichi al uso, Juan
Gorostidi explora los tres ámbitos propuestos desde el exterior, en diálogo con
la antropología, la psicología, la filosofía
o la historia. Para el primero de ellos,
hace una lectura de la historia del cuerpo y su relación con la identidad, antes
de hablar sobre deporte, y TCC y trabajo corporal. Para el segundo, busca paralelismos entre las antiguas medicinas
europeas y las orientales, para encarar
después temas como Tratar con el dolor
y la enfermedad o Las leyes de traducción cuerpo-emoción-mente. La marcialidad la encara con Algunas notas sobre
guerra y terror en el siglo xxi, Condición
— 51 —
humana y condición marcial y La práctica
marcial sin perspectivas de guerra.
Cada uno de estos estudios se completan desde el interior de la práctica,
aportando traducciones y criterios apoyados en su larga experiencia como
practicante y docente: La fase de carga
y los modelos dinámicos; El diagrama
postural; El diseño de la forma o Las
tres analogías, son algunos de los más
de veinte temas que pueden atrapar al
lector, suscitando preguntas, reflexiones
o incluso desacuerdos. Cualquier cosa
excepto indiferencia.
Marina De Franceschi
libros
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Ciencia, Tao y arte del combate
Flavio Daniele
Editorial: Shinden Ediciones,
Barcelona
Páginas: 137
Precio: 16,80€
Año: 2008
ISBN: 9788496894105
TÉCNICAS DE COMBATE
de Taiji, Xingyi y Bagua
Lu Shengli
Editorial: Paidotribo, Badalona
21 x 27,5 cm.
305 páginas
Precio: 35€
ISBN: 978-84-8019-170-8
Recientemente tuve la oportunidad
eficaces que conocía y las combinó en
básicas de mano, codo, hombro, cadera,
de conocer en persona a Lu Shengli, un
una forma de dieciséis posturas dirigida
rodilla, cabeza y pie, y de las principales
respetado experto en el estilo Wu del
a aportar al alumno el repertorio técni-
posiciones y pasos, así como una expo-
norte y miembro destacado de la Aso-
co necesario para resolver con éxito un
sición del entrenamiento del gongfu de
ciación de Taijiquan estilo Wu de Pekín.
enfrentamiento. Pero siendo consciente
base necesario para acometer la práctica
Tratándose de un aventajado discípulo
de que un recetario de técnicas no es su-
de las aplicaciones. Tras esta exposición de
del famoso Wang Peisheng, esperaba en-
ficiente, emprendió la redacción de este
los fundamentos, se describe la forma de
contrarme a un curtido luchador. Desde
libro, dirigido a guiarnos en la ardua em-
dieciséis posturas con las aplicaciones y va-
luego, el caballero de rasgos tranquilos
presa de llevar a la práctica el contenido
riaciones de cada movimiento.
y gestos suaves que me presentaron no
marcial de las artes internas.
Con todo, como explica en el último
lo parecía, pero como él mismo dice en
Una primera parte se dedica a los
capítulo, que publicamos en este número
su libro, «cuando te encuentres con un
principios básicos. En este apartado se
en forma de artículo, ni siquiera un sis-
hombre de manos suaves, desconfía».
exponen las diferentes teorías sobre los
tema de entrenamiento exhaustivo como
Lu Shengli recibió de sus maestros
orígenes y la historia del Xingyi, el Taiji
el que aquí se describe nos convertirá en
una extensa y profunda formación en ar-
y el Bagua, y se analizan en detalle los
luchadores. Para eso será necesaria una
tes internas, pero además es un estudioso
principios y, lo que es menos habitual,
sólida preparación mental y experiencia
y un investigador incansable, y tiene una
los métodos de entrenamiento tradicio-
en situaciones de combate real.
vasta experiencia de combate a las espal-
nales de estas tres artes.
das. A partir de estos conocimientos teó-
En los siguientes capítulos el lector en-
ricos y prácticos, reunió las técnicas más
contrará una descripción de las técnicas
Luis Soldevila
[email protected]
— 52 —
El equilibrio energético
a través del tao
Mantak Chia
Editorial: Neo Person, Madrid
Páginas: 252
Precio: 15,00€
Año: 2008
ISBN: 9788495973443
Tai Chi Chuan: Decoding
the Classics for the Modern
Martial Artist
Dan Docherty
Editorial: Crowood Press
Páginas: 142
Precio: 14.99£
Año: 2009
ISBN: 3781847970848
El Chi. Energía de vida
Francisco Pericás Álvarez
Editorial: Ediciones Tao, Madrid
Páginas: 213
Precio: 20,00€
Año: 2009
ISBN: 9788493408091
Internet
Raúl Fernández
[email protected]
La esencia del Tai Ji Quan,
la Escuela de las Seis Armonías
http://seisarmonias.netau.net/
Estilo: Tai Ji Quan, Xing Yi Quan, Ba Gua Zhang
Idioma: Castellano
Parecía que no iba a llegar nunca, pero bien está lo que bien
acaba, así que me congratulo por fin en presentaros la página web de mi escuela de Tai Ji Quan, Liu He o Seis Armonías, también traducido como Seis Puertas o Seis Entradas,
en referencia a las diferentes aproximaciones a través de las
cuáles podemos acercarnos a los estilos internos de artes
marciales chinas.
La característica fundamental de nuestra escuela es el
reconocimiento, investigación, análisis y práctica de los principios esenciales comunes a todos los estilos de Tai Ji Quan,
e incluso en general de todas las artes internas. En base a
esos principios no trabajamos un estilo de Tai Ji Quan en
particular, sino que desarrollamos el tronco común a todos
ellos, sin perder de vista por supuesto las características que
marcan la diferencia entre un estilo u otro (círculos más grandes, más pequeños, fuerza espiral, distintos enfoques de
combate, etc.). De hecho los integrantes de nuestro grupo
procedemos de diferentes escuelas (Chen, Yang, Wu) u otros
sistemas como el Wing Chun.
Nuestra práctica se desarrolla en Madrid, desde donde recibimos el sistema a través de las visitas periódicas que nos hace
nuestro profesor, Daniel Azcárate, desde su lugar de residencia
habitual en Houston (Texas). Daniel ha recibido el sistema Liu He
como lo estamos recibiendo nosotros, de maestro a discípulo.
Fue escogido como sucesor por el Dr. Luk Choi Wa, quien lo ha
estado entrenando desde hace más de 25 años.
Escuelas y Asociaciones
españolas (IV)
Qigong, Tuina y Taijiquan en Sevilla
http://www.taichikungsevilla.com/
Centro CEITAI de Taichi chuan, Chi Kung y terapias
tradicionales chinas de Barcelona
http://www.ceitai.com/
Asociación de Tai Chi Chuan del Henares
http://taichichuanhenares.spaces.live.com/
Instituto de Artes Marciales Filosóficas Bodhidharma
http://www.institutobodhidharma-es.org/
Estilo: Todos
Idioma: Castellano
Ah, de nuevo el Verano (en el Hemisferio Norte),
el potente Solsticio, el Litha pagano, en el que el
Sol, nuestro Padre, Atum, Ra, Amón, se encuentra en su punto álgido y desde ahí nos ofrece sus
dones, la luz , el calor, la vida. «Salve, Khepera,
en tu salida. Salve, Heru-Khuti Khepera, creador de
tu propia manifestación» (Nota: Fragmento de la
Adoración solar matutina de la Aurum Solis).
Y de esta manera, subidos en tu barca solar,
te acompañamos, y proseguimos nuestro camino,
que se detiene en primer lugar en Sevilla, donde
nos encontramos la página de «Qigong, Tuina y
Taijiquan en Sevilla», que, a través de clases, cursos y terapias intentan acercar el Chi Kung de la
Libertad Cósmica y otras Artes a la capital hispalense. De allí saltamos a Barcelona, al Centro Ceitai,
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fundado en el año 2000 por Kazuko Onkai, en el
que, mediante numerosas actividades, se transmiten diferentes estilos de Tai Ji Quan (Yang, Chen,
Wudang), Caligrafía e Idioma Japonés, Qi Gong y
Kung Fu.
Nos acercamos ahora a la capital del Reino y
nos detenemos en la «Asociación de Tai Chi Chuan
del Henares», cuyo objetivo principal consiste en la
difusión del arte del Taijiquan en el corredor del Henares y Madrid. Videos, artículos, cursos, es lo que
encontraremos en su página. Para finalizar, la rama
española del Instituto de Artes Marciales Filosóficas
Bodhidharma, en el que estuve entrenando yo mismo hace unos años, especializados en Nei Kung,
Tai Ji Quan y Aikido, haciendo especial hincapié en
los aspectos filosóficos de estas Artes.
internet
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Taodance, La fusión
de las Artes
Yi Quan, los Guerreros de la
Quietud
Taodance
http://www.tao-dance.com/
The Yi Chuan Kung Fu Pages
http://www.yichuankungfu.com/frpage.htm
Estilo: Tai Ji Quan, Qi Gong, Wu Shu.
Idioma: Castellano.
Yiquan UK web-site
http://www.yiquan.org.uk/
Association Yi Quan Yvelines
http://www.yiquan78.org/
Dachengquan Yiquan
http://yiquan.chinamartialarts.net/
En este caluroso verano, la página del
carabanchelero José Rodríguez nos llega como
un chorro de agua fresca, presentándonos una
serie de propuestas tanto tradicionales como
innovadoras, como podréis comprobar si hacéis
una visita a su web. José, autor de varios libros
y manuales prácticos, nos propone el sistema
Aqua Chi, de actividades en el medio acuático.
Dicho sistema, desarrollado por él mismo,
combina diferentes técnicas de Aquagym,
water-pilates, chi kung, movimientos de
danza acuática, masaje acuático, etc.
Por otro lado, en el proyecto Tao-dance
se fusionan la danza, las artes marciales
y el movimiento terápeutico con base en
Estilo: Yi Quan
Idioma: Inglés, Francés
la filosofía Taoista de los elementos y la
naturaleza, expresados a través de la danza de
los 5 elementos, el Wu Shu Dance, la danza
de la energía en movimiento y el empleo de
armas tradicionales de artes marciales.
Por supuesto no descuidan la práctica y
difusión de nuestras artes internas favoritas,
con un especial hincapié en el Tai Ji Quan y
sobre todo en el Qi Gong, en palabras del
propio José, «piedra angular donde se asienta
mi trabajo, tanto por su inmensa sabiduría y
su abierta y flexible filosofía (taoísta), como
por la amplitud de sus técnicas que abarcan
desde el trabajo corporal, energético, al plano
mental y espiritual.»
In
ter
Llegamos ya al final de ésta vuestra sección
favorita pero antes de irnos queríamos acabar presentándoos una de las artes marciales
incluídas en el marco de las denominadas «internas», no muy conocida hace años, aunque
en la actualidad se ha difundido bastante alrededor del globo; nos referimos al Yi Quan
(también conocido como Da Cheng Quan).
Wang Xiangzhai aprendió Xing Yi Quan
en su juventud con Guo Yunshen, tras lo
cual se dedicó a viajar por China y conocer y
aprender con varios Maestros de artes marcia-
— 54 —
les, sistemas, estilos, etc, como el Tai Ji Quan,
Fujian He Quan, Ba Gua Zhang, etc. Durante
dicho período se dio cuenta de que se estaba cometiendo un error de base en general,
y se le otorgaba una importancia excesiva al
aprendizaje y práctica de la forma externa,
perdiendo de vista la verdadera fuente del poder interno.
Por esta razón realizó un trabajo de investigación y análisis que culminó con la
creación del Yi Quan, boxeo de la mente o
de la intención, caracterizado por carecer de
formas específicas o movimientos o técnicas
predeterminadas. Al contrario, el énfasis reside en la búsquedad del núcleo del poder
interno dentro de uno mismo y su desarrollo
en el silencio y la ausencia de movimiento; no
por nada se les llama a los practicantes de este
estilo «Los guerreros de la quietud». Sirvan las
páginas web que hemos seleccionado para
acercaros un poco más a estas interesantes
artes.
Glosario
Ba duan jin (Pa tuan chin). Ocho piezas
de un brocado de seda. Esta conocida forma de Qigong se compone de
ocho ejercicios que trabajan sobre estiramientos para fortalecer músculos,
tendones y todo el sistema de órganos
internos y meridianos. Se los describe
por primera vez en el Xiu Zhen Shi Shu
(Diez tratados sobre la restauración de
la vitalidad original), del siglo VIII d.C.
Muchos autores atribuyen el origen
de esta forma al general Yue Fei de la
dinastía Song, quien compuso los ejercicios a partir del Yi Jin Jing (Clásico de
la transformación de los tendones) de
Bodhidharma.
Bagua zhang (Pakua chang). Palma de
los ocho trigramas. Arte marcial interno de claras raíces taoístas. Su creación se atribuye a Dong Haichuan. Su
particularidad más evidente es su desplazamiento circular (se camina simbólicamente sobre los ocho trigramas
del Yijing), los golpes con la palma y
la posición espiral de todo el cuerpo
durante las acciones.
Chen, estilo. Según las teorías dominantes, el estilo más antiguo de Taijiquan,
Este glosario es elaborado por la redacción y colaboradores de TAI CHI CHUAN,
y los caracteres chinos tradicionales y simplificados aparecen gracias a la colaboración
de Eduardo Escudero. En esta sección se incluyen sólo los términos que aparecen
en cada número, pero el glosario completo se encuentra a vuestra disposición en:
http://www.taichichuan.com.es/glosario
basado en la investigación de Chen
Wangting (c.1600-1680) que desarrolló un arte marcial inspirado en diferentes estilos de lucha. Fue creado
en la aldea de Chenjiagou, distrito de
Wen, provincia de Henan. Sus características principales son el estudio exhaustivo de la energía de enrollar seda
(Chan si jin), un trabajo de posiciones
riguroso y la unión de movimientos
lentos y rápidos en armonía.
Cheng Man Ching, estilo. Se da este nombre a la adaptación del estilo Yang que
realizó este célebre discípulo de Yang
Chengfu.
Dantian (Tan t`ien, Tantien). Campo del
elixir alquímico (o Campo de cinabrio). Según la alquimia taoísta se
considera que en el cuerpo humano la
energía se acumula y filtra en tres centros vitales mayores, llamados dantian.
De acuerdo con la tradición alquímica
china, la energía vital va transmutándose y purificándose a medida que va
pasando por estos «campos». En general, cuando en Taijiquan hablamos
de dantian, nos referimos al situado
en el vientre (inferior o medio, dependiendo de las escuelas).
Dao de jing (Tao te ching). Clásico del Dao
y el De. Este clásico filosófico se atribuye a Lao Zi, en el siglo III o IV a.C. Se
considera una de las tres obras capitales
de la filosofía taoísta, y es la más críptica
de todas. En ella se describe el significado de fundirse con el Tao y llenarse con
el hálito indiferenciado del orígen.
Fa li. En Yi Quan, emisión de fuerza explosiva. A diferencia de otras artes
marciales, la fuerza se emite en seis
direcciones a la vez: arriba, abajo, delante, detrás, izquierda, derecha. Esta
habilidad es el resultado de la práctica
de Zhan Zhuang y Shi Li.
Empuje de manos (ver Tui shou)
Forma, también llamada a veces rutina o
secuencia. Serie de movimientos encadenados con un significado marcial
en la que se integran todos los principios del Taijiquan uniéndolos en un
movimiento continuo. En ocasiones el
término «formas» se utiliza para referirse a los movimientos por separado y
no al completo de la serie (por ejemplo, «Taijiquan de 48 formas»).
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Gongfu (Kungfu). Técnica llevada a la
maestría gracias al tiempo y el esfuerzo. Alto nivel de habilidad en un campo concreto. No define genéricamente
a las artes marciales.
Hao, estilo (ver Wu / Hao, estilo)
Jian (Chien). Espada recta. Una de las cuatro armas principales del wushu, junto
con el sable, el palo largo y la lanza.
Qigong (Ch`i Kung, Chi Kung). Tipo de
ejercicios cuyo objetivo es fomentar la
calidad del Qi de la persona. Se conocen más de mil sistemas diferentes, y
se suelen englobar en cinco escuelas
principales: confuciana, taoísta, budista, marcial y terapéutica, aunque las
combinaciones entre ellas son innumerables.
Qin Na (Chin Na). Técnicas de agarre, luxación y bloqueo de articulaciones.
Michuan (ver Yangjia Michuan, estilo)
Ocho Fuerzas (Ba fa). Son las ocho acciones básicas del Taijiquan (Peng, Lü, Ji,
An, Cai, Lie, Zhou y Kao), relacionadas
con los Ocho Trigramas del Libro de los
Cambios (Yi Jing). Representan diferentes maneras de dirigir y manifestar
la fuerza interna (jin). En las técnicas
de Taijiquan suelen aplicarse combinadas, y rara vez se presentan aisladas.
Qi (Chi). Energía vital, relacionada tanto
con el aire que respiramos como con
los principios inmediatos de la alimentación. También puede significar
«aliento» y simplemente «aire».
Santi shi. Postura base del entrenamiento
de Xingyiquan.
Shen. Uno de los Tres Tesoros. Puede traducirse como «mente» o «espíritu» y
representa la energía espiritual y psíquica, la consciencia, la parte divina
del ser, de naturaleza esencialmente
luminosa. Es yang y se mueve de manera ascendente como el fuego. Se
almacena en el dantian superior y es la
luz de los ojos. En términos occidentales, podría considerarse como la energía del sistema nervioso. Fluye por los
Ocho Meridianos Curiosos.
glosario
tai chi chuan • nº 18 • verano 2009
Shi Li. Es la aplicación del Zhan Zhuang al
movimiento. Practicándolo se desarrolla la capacidad para movilizar todo el
potencial energético acumulado con el
Zhan Zhuang en una actividad marcial.
Sun, estilo. Estilo de Taijiquan creado por
Sun Lutang (1861-1932) a partir de su
experiencia en el estilo Wu/Hao, que
aprendió de Hao Weizhen, y sus conocimientos de Xingyi quan y Bagua
zhang. Es un estilo cerrado, con posturas estrechas y desplazamientos ligeros
y vivos, de gran eficacia en el combate.
Tui shou (T`ui Shou). Empuje de manos.
Es un tipo de entrenamiento esencial
en Taijiquan y otras artes marciales
internas que se practica entre dos
personas. Su objetivo es desarrollar
cualidades como la escucha, la adherencia, la suavidad, la fuerza de peng,
la sensibilidad, etc. Es un trabajo que
permite poner a prueba el avance en la
práctica al tiempo que prepara al practicante para aplicar los principios del
Taiji al combate. Existen las variedades
de una y dos manos, con pies fijos y
con desplazamientos, en secuencias
preestablecidas o libre.
Tai Chi Chuan (ver Taijiquan)
Taijiquan (T`ai Chi Ch`üan, Tai Chi Chuan).
Arte marcial chino inspirado en el
diagrama del Taiji (Polaridad Suprema).
Es el más popular de los denominados
«estilos internos» (Nei jia) del conjunto
del Wushu chino. Su teoría comprende
la tradición marcial, la filosofía china, la
energética taoísta y los fundamentos
de la medicina tradicional china. Entre
sus características técnicas podemos
citar el énfasis que pone en el control
del adversario mediante movimientos
de la cintura y la cadera, la adherencia
y el uso de diferentes fuerzas (jin). En
la actualidad el término comprende
tanto el arte marcial tradicional como
el ejercicio para la salud y el deporte
de competición basados en él.
Ting jin (T`ing chin). Fuerza de escucha.
En Tuishou es la capacidad de percibir
los movimientos del cuerpo entero del
compañero a través del punto de contacto que mantenemos con él. Bien
desarrollada, permite adivinar la intención del otro antes de que se concrete
en un movimiento, pudiendo anticipar
su ataque.
Wu wei. Principio de la «no acción» en
el sentido de no forzar, de seguir la corriente del Tao.
Wu, estilo. Rama del Taijiquan creada por
Wu Jianquan (1870-1942), quien se
basó en arte que le legó su padre, el
guardia imperial de origen manchú
Quan You, alumno de Yang Luchan.
Su composición técnica es muy parecida al estilo de Yang Chengfu, aunque muestra una ligera inclinación
del tronco hacia delante en algunas
posturas, así como un trabajo general
con círculos más pequeños. También
incluye una forma rápida (Kuai jia). Al
emigrar Wu Jianquan a Shanghai, el
otro discípulo principal de Quan You,
Wang Maozhai, quedó como cabeza
del que sería denominado «estilo Wu
del Norte». No confundir con el estilo
Wu / Hao.
Wu / Hao, estilo. Estilo de Taijiquan desarrollado por Wu Yuxiang (1812-1880),
quien fue alumno de Yang Luchan
(estilo Yang) y Chen Qingping (estilo
Chen). Contiene técnicas muy cerradas, con pasos altos y cortos, en las
que las manos trazan círculos pequeños y compactos. Por lo general, cada
mano se mueve en su propio lado, sin
cruzar el eje central. El estilo muestra
muy claramente la dualidad «apertura-cierre» (Kai he) a lo largo de toda la
forma. El estilo fue popularizado por
Li Yiyu (1832-1892) y Hao Weizhen
(1849-1920).
Xingyi Quan (Hsing I Ch`uan). Boxeo de
la forma y la intención. Arte marcial
interno basado en la aplicación de la
teoría de los Cinco Elementos y las técnicas de imitación de los Doce Animales. Se practica con mucha potencia,
pero no se basa en la fuerza muscular,
sino en el uso explosivo de la fuerza
interna (jin). En combate, su objetivo
es destruir completamente la guardia
del adversario atacando su línea central con avances y golpes directos, muy
potentes, y usando todo el cuerpo al
atacar.
Yang, estilo. Fue desarrollado por Yang
Luchan (1799-1872), quien según la
tradición pasó 18 años aprendiendo
Taijiquan en Chenjiagou (los últimos
seis directamente con Chen Chanxing)
para más tarde transformarlo, escondiendo ciertas características «explosivas» del estilo Chen dentro de una
apariencia de suavidad. Por sus características es posiblemente el estilo más
difundido y practicado en el mundo.
A partir de él se han creado varias
sub-escuelas, como la de Cheng Man
Ching (Zhen Manqing), el estilo Tung
(Dong) y otros.
Yangjia Michuan, estilo. Según la tradición es el estilo secreto de la familia
Yang transmitido por Yang Luchan a
su hijo Yang Chienhou. Su máximo representante en la actualidad es Wang
— 56 —
Yen Nien. Este estilo otorga una gran
importancia al tui shou y las aplicaciones marciales.
dicina tradicional china, las funciones
normales del Yi se relacionan con un
libre flujo de energía en el bazo.
Yi. Intención. Parte de la psique relacionada con el pensamiento y la intención,
así como con la facultad de imaginar.
En Taijiquan, el Yi es el auténtico director de las acciones. Su entrenamiento
es esencial, ya que será el que dirija la
energía en una dirección correcta. El
proverbio «Donde va la mente, va el
Qi; donde va el Qi, va la fuerza» ejemplifica el uso correcto del Yi. En me-
Zhan zhuang (Chan Chuang). Clavarse
como un poste. Es el principal trabajo estático del Taijiquan, consistente en
permanecer en una postura fija (por
ejemplo, la de «abrazar el árbol») durante un tiempo determinado para desarrollar cualidades como relajación (song),
resistencia y fortaleza física, paciencia,
respiración, sensación de peng, control
de los ejes corporales, etc.
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