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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-0144/10)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados...
ARTICULO 1º: Modificase el texto del artículo Inciso sexto (6º) del
artículo 34 del Código Penal Argentino, el que quedará redactado de la
siguiente manera:
“6º El que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que
concurrieren las siguientes circunstancias:
a) Agresión ilegítima;
b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla;
c) Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
Se entenderá que concurren estas circunstancias respecto de aquel
que durante la noche rechazare el escalamiento o fractura de los
cercados, paredes o entradas de su casa, o departamento habitado o
de sus dependencias, cualquiera que sea el daño ocasionado al
agresor. Igualmente respecto de quien encontrándose en su domicilio
o morada, fuere sorprendido a cualquier hora del día, por un extraño
que
habiendo ingresado ilegítimamente al espacio habitado,
amenace con agresión inminente o actual, la integridad física o los
bienes de los moradores.
ARTICULO 2º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Adriana Bortolozzi de Bogado.FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
Ha sido ardua la misión de justificar el uso de la violencia privada
para repeler el ataque ilegitimo a determinados bienes jurídicos.
Desde antiguas prácticas y usos sociales, la defensa ante la agresión
ilegitima,
ha sido sin embargo aceptada como un hecho
irreprochable hasta por dogmas religiosos, fundado en el derecho
natural a la autodefensa. No obstante, las dificultades de justificación
renacieron a la hora de que los estados constituidos como entes de
poder organizado, reivindicaron para sus gobernantes y jueces, el
monopolio del uso de la fuerza y la protección de los derechos de las
personas.
Es
una inequívoca verdad sin embargo que ni el mas acérrimo
estado policial o militarizado instaurado en las mas férreas dictaduras
totalitarias, ha conseguido anular el delito por completo en las
sociedades que eran gobernadas y así, aun bajo estos sistemas, se
han consumado en perjuicio de los titulares de bienes jurídicos
protegidos, ilícitos aberrantes que proviniendo de particulares o de los
referentes del mismo gobierno; los han destruido definitivamente o
dañado irreparablemente.
Ante el contexto descripto, se concibieron como teorías justificatorias
de la autodefensa, las denominadas “psicologistas” que fundaban el
acto de defensa, en el estado de necesidad al que es sometido el
agredido, otras “contractualistas” que fundamentan la autodefensa
en el hecho de que el agresor al agredir, rompe un pacto social de
paz y por tanto quien se defiende contribuye a restaurar dicha
armonía social.
Cualesquiera que fueran los dogmas a los que se adhiera para
justificar o rechazar la legitima defensa, la realidad es que en la
actualidad casi todos los estados modernos, la han tenido que
contemplar en sus respectivas legislaciones
como causas de
justificación, de exclusión de antijuridicidad o de irreprochabilidad
penal, en cuanto ni siquiera la mas respetable deidad ni menos algún
estado, pudo arrogarse eficientemente el poder omnímodo para evitar
que determinadas conductas de ciertos miembros de una sociedad,
dañen o destruyan los derechos de otros actores sociales. Ante tales
circunstancias hubiera sido una grave incoherencia del poder publico
obligar a las victimas a permanecer inmóviles ante un hecho delictivo
que las afecte y mas aun, castigar la acción de quien se defiende de
una agresión ilegítima cuando esta es desplegada por el mismo
fracaso o imprevisión de la función protectoria del estado.
Nuestra legislación penal no ha sido ajena a la previsión de supuestos
de antijuridicidad y entre ellas la denominada “legitima defensa” ha
ocupado desde su redacción originaria un sitial de privilegio motivando
incontables fallos judiciales que lo han contemplado. El auge de
determinados “modus operandi” para la
afectación violenta de
determinados bienes jurídicos, sin embargo autoriza a readecuar a
traves de la reforma que se pretende, la redacción legislativa de la
parte final del inciso sexto del artículo 34 del Código Penal Argentino,
incorporando de manera clara y meridiana como supuesto de legitima
defensa, la salvaguarda del hogar familiar cuando el ingreso indebido
de un intruso a cualquier hora del día por lo violento, justifique la
defensa racional de sus moradores de su integridad, e intimidad. La
normativa vigente si bien prevé supuestos similares exige por un lado
nocturnidad (cuando hoy día los robos con ingreso a la casa de los
damnificados, se producen a cualquier hora del día) o que el afectado
encuentre al agresor en su domicilio y este oponga resistencia,
(cuando quienes se introducen a los domicilios particulares utilizan
actualmente
medios que
no necesariamente
implican la
clandestinidad o la sorpresa. La iniciativa propuesta excluye la
necesidad de nocturnidad, e incluye diversas hipótesis en las que
quien ingresa al domicilio de la víctima utiliza medios violentos,
tales como los supuestos de ingreso de delincuentes a casas
particulares, facilitados por aprehensión de rehenes, a miembros de
la misma familia afectada.
Señores legisladores, es evidente que la creciente violencia delictiva
para la vulneración de valores jurídicos como la integridad humana, la
intimidad, la propiedad, debe reprimirse adecuadamente a traves de
la aplicación de las leyes vigentes y la actuación oportuna y eficiente
de los órganos jurisdiccionales. Sin embargo nos cabe a nosotros
como
legisladores, proporcionar a nuestra sociedad, no solo
herramientas legales con apariencias formales de textos legislativos,
sino expresiones cabales de lo que es bueno, justo, equitativo y
valioso para toda la sociedad. Los invito en consecuencia a
acompañar este proyecto de ley.
Adriana Bortolozzi de Bogado.-
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