1 DISCURSO DEL RECTOR CEREMONIA DE

DISCURSO DEL RECTOR CEREMONIA DE GRADUACION JULIO 2016
Distinguidos Amigas y Amigos:
En el día de hoy, celebramos la cuadragésima primera ceremonia ordinaria de
graduación de la Universidad Iberoamericana. Un acto de gran importancia para
esta promoción y sus familiares, pero también para la sociedad.
Esta promoción ha recibido de nuestras manos 549 títulos académicos
correspondientes a grados, maestrías y especialidades. Estamos seguros y
confiados de que les servirán como carta de presentación en un mundo laboral muy
competitivo.
De la misma forma y en nombre de la República Dominicana, damos las gracias a los
estudiantes de otras nacionalidades que pusieron su confianza en nosotros y en el
país, al elegirnos como su destino educativo. Durante estos últimos años, hemos
sido testigos de cuánto han trabajado para llegar a esta ceremonia.
Han permanecido durante ese tiempo bajo la tutela de nuestra academia, por lo cual
damos garantía de que han adquirido las competencias necesarias para jugar el rol
que les corresponda y me atrevo a asegurar desde ya que, en muchos casos, serán
sobresalientes.
Ahora, y en lo adelante, tendrán que demostrar sus capacidades y sus
potencialidades, las cuales podrían conducirles al éxito. Además, debo agregar, que
su formación no termina hoy, apenas comienza. Los aprendizajes no se detienen, y
siempre serán necesarios, durante toda la vida.
Es una tradición, como ya fue mencionado, que en cada ceremonia de graduación, el
Rector de turno, haciendo uso de este pódium, y antes de que tomen el juramento
que les consagra como profesionales al servicio de la comunidad, comparta con
ustedes un mensaje que pudiera ser de interés para toda la colectividad.
Quisiera aprovechar el momento para compartir con cada uno de los presentes un
aspecto vital, que nos concierne a todos, y que por su alta relevancia tiene carácter
de primer orden dentro de las prioridades nacionales.
Cuando la Universidad Iberoamericana inició su quehacer docente, hace ya más de
tres décadas, su fundador, y primer Rector el Dr. Jorge Hazoury identificó la
problemática de medio ambiente y recursos naturales como temas que debían ser
abordados desde las Instituciones de Educación Superior.
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En aquel entonces, los temas medioambientales no se trataban de manera
sistemática en la docencia universitaria. Por esta razón, se crea en UNIBE una
plataforma de docentes, foros, asociaciones estudiantiles e investigadores, creando
un tanque de pensamiento en asuntos de medio ambiente.
Definitivamente, todos los presentes, estamos conscientes de las grandes amenazas
que se ciernen sobre el planeta: el calentamiento global, la contaminación del medio
ambiente, la destrucción de la biodiversidad, los desastres naturales, se han
convertido en un problema de alcance global.
La Tierra viene disparando alarmas preocupantes, producto de las agresiones
permanentes que el ser humano, como el más grande depredador, le ha injuriado.
A propósito de esta problemática, y aprovechando de que estamos en presencia de
una nueva generación de profesionales prestos a abandonar nuestra Casa de
Estudios, quisiera resaltar algunos aspectos relacionados con nuestros recursos
naturales.
La Isla Hispaniola, con unos 78,000 km cuadrados de superficie, es compartida por
Haití y por la República Dominicana. Nuestro territorio nacional, de unos 48,000 km
cuadrados, está delimitado por una frontera, la cual separa, supuestamente, de
manera geográfica, a ambas naciones.
A la Isla Hispaniola se le reconoce por su especial biodiversidad. Unas 6,000
especies de plantas han sido tamizadas, de las cuales 30 % de ellas son únicas y
endémicas de nuestro país.
De igual importancia lo son nuestras aves. Unas 306 habitan nuestro territorio, de
las cuales 131 nos visitan en calidad de aves migratorias.
Pero más importante es resaltar, que tenemos 31 aves endémicas, únicas en nuestra
isla, las cuales son emblemáticas y símbolos de nuestra dominicanidad: la Cigüa
Palmera, el Gavilán de la Hispaniola , La Maroita, La Cuyaya, la Cotorra de la
Hispaniola, por solo mencionar algunas.
En relación a nuestra fauna, se han logrado identificar unas 131 especies de reptiles
y anfibios, siendo la mayoría de ellos igualmente, endémicos y únicos en nuestra
isla. Eso significa que si llegaran a desaparecer de nuestra isla, no estarán ya más en
nuestro planeta.
Un caso interesante: el Solenodonte Paradoxus, un extraño mamífero que vivió en el
Holoceno (época de los dinosaurios) solo existe en la Isla Hispaniola y se encuentra
amenazado de extinción.
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La riqueza y biodiversidad de nuestra isla es favorecida por la presencia de diversos
microclimas y bosques húmedos, los cuales están delimitados geológicamente por
tres cadenas montañosas, dentro de las cuales encontramos importantes
elevaciones, incluso mayores que las del Este de los Estados Unidos de América,
sobrepasando los 3,000 metros de altitud.
Separado por estas cadenas de montanas, nos encontramos con tres grandes valles:
el Valle del Cibao, el Valle de San Juan, y la Hoya de Enriquillo.
Este último, con la peculiaridad de que hace unos 130,000 mil años era un canal
marino que dividía la isla en dos partes: una porción norte y otra porción sur. Estas
características geológicas de la Hispaniola ocasionan importantes diferencias
climáticas entre los distintos valles.
Resulta interesante, cómo en una isla relativamente pequeña como la nuestra, se
presentan temperaturas extremas de congelación en el Pico Duarte, la elevación
montañosa más alta de la Antillas; y un clima árido, caluroso y difícil, en la zona del
Lago Enriquillo, ubicado por debajo del nivel del mar.
La biodiversidad de nuestro país, la encontramos mayormente en nuestros bosques
húmedos, de los cuales, fruto de la intromisión y destrucción, sólo queda apenas un
10% de lo que fueron hasta principios de Siglo XX.
Estos santuarios han sido declarados por el Estado como parte del Sistema Nacional
de Áreas Protegidas, identificados como parques nacionales, destacándose como los
más importantes de ellos: el Parque Nacional Jaragua, el Parque Nacional Sierra de
Bahoruco, el Parque Nacional de los Haitises, y el Parque Nacional Valle-Nuevo,
entre otros.
Cada uno representa una reserva científica, la cual alberga nuestros más preciados
recursos naturales.
El tema de la biodiversidad podría ser para algunos algo irrelevante, pero en
nuestro caso, no solo están en juego la flora y la fauna, sino también el agua, recurso
natural no renovable, que es un elemento esencial para la vida y la supervivencia del
planeta.
La desertificación, un problema histórico y presente, es un factor clave de la agenda
ambiental nacional, ya que continúa siendo una amenaza a nuestras principales
reservas y parques nacionales.
La tala del bosque indiscriminada y con fines particulares, ha alterado el ciclo de la
lluvia en la República Dominicana. Nuestros bosques húmedos y secos están
desapareciendo de manera progresiva y sostenida.
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Hace una semana, el Presidente, Danilo Medina, visitó de manera sorpresiva a la
comunidad de Hondo Valle, donde se viene llevando a cabo una gran deforestación
de la cordillera. Esta situación dejó al mandatario impactado, exclamando a los
presentes: "Esto no puede continuar”.
Pero de manera permanente se alzan voces autorizadas, denunciando a grupos de
dominicanos y haitianos que están invadiendo ilegalmente el Parque Nacional Sierra
de Bahoruco, con el propósito de establecer plantaciones agrícolas de aguacates y
productos de ciclo corto como habichuelas, güandules, maíz, entre otros.
Si bien se trata de una actividad agrícola y comercial, está llevándose a cabo dentro
del parque y ocasionando un daño irreversible en la zona y a un costo irreparable
para el país.
Cuando eliminamos el bosque, se pierde la capacidad de esponja de la tierra, ya que
se altera y desaparece el complejo ecosistema que permite la absorción y retención
del agua. Se trata de la vía natural para nutrir de agua a los ríos y manantiales en el
subsuelo.
Recientemente, Juan Mejía y Jake Kheel, produjeron un documental titulado: "Death
by a Thousand Cuts" ("Muerte por Miles de Cortes").
Esta producción
cinematográfica nos muestra la intensa quema de carbón en el Parque Nacional de
la Sierra de Bahoruco.
Se trata de una denuncia internacional de lo que está sucediendo a manos de
inmigrantes haitianos y de dominicanos que operan en la zona, destruyendo nuestro
más importante santuario de biodiversidad, y donde se encuentran las fuentes
acuíferas que alimentan la Cuenca de Pedernales, que abastece de agua a toda la
región de Pedernales, Enriquillo, y parte de Haití.
Este cortometraje fue presentado a la comunidad internacional el pasado mes de
junio en los Festivales Internacionales de Cine en Canadá y en Seattle, EUA.
La tala de los árboles en el Parque Bahoruco, en su vertiente sur, es llevada a cabo
por bandas organizadas conocidas en la zona como el "Cartel del Carbón",
denominando a su mercancía como el "Oro Negro".
Representantes del Grupo Jaragua llamaron la atención sobre el establecimiento de
empresas exportadoras de carbón vegetal quienes compran y envasan el producto
con destino a otras naciones.
Pero, de todo esto lo más crucial es el tema del agua. 97% de ésta se encuentra en el
planeta formando parte de los océanos; la restante, un 3% está presente como agua
dulce, de la cual una proporción es utilizada para consumo y necesidades diversas.
Este elemento, fundamental y esencial para la vida, se ha convertido en un gran
desafío para la humanidad.
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Se augura que los mayores conflictos entre países y comunidades serán ocasionados
por la lucha por el agua para consumo humano.
Se estima que para el 2050, la población mundial habrá alcanzado la cifra de 9,700
millones de seres humanos, lo cual se pone en duda que la disponibilidad de agua
sea suficiente para esa población.
En la República Dominicana, la accesibilidad al agua potable siempre ha sido un
tema de preocupación. Son muchas las comunidades, así como los grupos
poblacionales que aún no tienen acceso a la misma de manera fácil y regular, y en las
condiciones necesarias para consumo.
Nuestras fuentes acuíferas, ríos y arroyos, y las que encontramos en el subsuelo,
están seriamente mermadas y amenazadas. El agua que recibimos en la Isla
procedente de las lluvias se ha trastornado por razones diversas y ligadas al cambio
climático.
El recién dilatado período de sequía puso en evidencia la precariedad de nuestro
sistema de abastecimiento de agua potable para la población.
Fue necesaria la racionalización en la distribución y suministro desde nuestros
embalses hacia los sistemas de acueductos a nivel nacional.
Dependemos principalmente de un grupo de presas o embalses, los cuales en su
mayoría, su vida media se ha mermado; disminuyendo así su capacidad para
almacenar el agua, con el paso de las lluvias y por la destrucción de las cuencas
hidrográficas. En cada temporada de lluvia, los ríos, no sólo vierten agua en los
embalses, sino también lodo y sedimento que arrastran a su paso.
Se ha perdido gran parte de la capa vegetal de la vereda de los ríos producto de los
desbordamientos y riadas, yendo a morir en el fondo de los embalses, lo cual ha
dejado grandes extensiones de tierras con vocación agrícola, transformadas en
estériles terrenos de tierra caliza.
De toda esta problemática se desprende la necesidad urgente de una legislación que
organice en nuestro país el tema del agua, y con ésto intentar garantizar el futuro en
el suministro y preservación de nuestros recursos hídricos, y la disponibilidad de
agua para nuestras necesidades.
Desde hace 19 años se encuentra depositado en el Congreso Nacional, un
anteproyecto de ley, el cual ha recibido múltiples modificaciones y es evidente cómo
intereses diversos no han permitido que se apruebe una normativa que regule el
sector.
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Así como estamos promoviendo que se apruebe la Ley del Agua, debemos garantizar
que esta sea suficiente, para evitar que la privatización genere monopolios
perversos para la población, convirtiendo el acceso al agua potable en un privilegio
para algunos, y una quimera para otros.
Estimados Graduandas y Graduandos, lo expuesto anteriormente pone en relieve
sólo parte de los compromisos que les aguardan. UNIBE aspira que cada uno de
ustedes alcance sus sueños.
Que puedan ser verdaderos agentes de cambio desde donde les toque
desempeñarse. Y muy importante, nunca dejen de luchar por sus ideales y sus
derechos, sin olvidar cuáles deben ser sus deberes.
Nunca olviden a su universidad, la cual por siempre se mantendrá como su segunda
casa.
Dios les bendiga a todos.
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