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CLINICA MONJARDÍN
CENTRO MULTIDISCIPLINAR
Pubalgia u Osteopatía de pubis
Autora: Saioa Rández Nieto
¿Qué es la Pubalgia y cuáles son sus causas?
La pubalgia también conocida como osteopatía dinámica de pubis, entesitis pubiana o
dolor en la ingle, es un síndrome doloroso que abarca varias patologías de la zona del
pubis. Más comúnmente es conocida como la lesión de la región inguino-púbica que
genera dolor en la ingle. La osteopatía de pubis o pubalgia es una patología muy
frecuente entre deportistas y, desgraciadamente, tiene la peculiaridad de que cuando
hace acto de presencia es difícil de erradicar. Curiosamente, es más frecuente en los
hombres que en las mujeres y sobre todo son los futbolistas los que más la sufren.
La pubalgia es la expresión de síntomas localizados a nivel del pubis, con irradiaciones
dolorosas hacia los adductores, los abdominales y los arcos crurales. Una mala relación
entre estos grupos musculares puede generar dolor inguinal.
Las causas más comunes de la pubalgia en los deportistas son: las distensiones y/o
roturas musculares, las tendinopatías, las lesiones de ligamento y los desequilibrios
entre las cadenas musculares del tronco y de las extremidades Normalmente, las
lesiones musculares del pubis se producen en los músculos de la cara interna del muslo
(aductores) cerca del hueso púbico o en la parte anterior del muslo.
Aunque es más común en los deportistas, estas lesiones pueden aparecer durante
cualquier tipo de movimiento forzado de la pierna, como saltar, levantar la pierna, al
bailar o al cambiar de dirección bruscamente al correr. Otra causa común de la
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Pubalgia es la hipersolicitación de la musculatura, normalmente debida a
sobresfuerzos repetitivos o al aumento de la carga de trabajo en los entrenamientos,
que generan microtraumatismos en los tejidos y un efecto de tracción sobre la sínfisis
púbica. El sobreesfuerzo en el abdomen y aductores genera descompensación entre
dichos músculos y los sobrecarga generando osteopatía de pubis.
En el caso de los deportistas, el golpeo al balón al disparar a puerta, la disputa de
elevado números de partidos o entrenamientos, el cambio de superficies de juego,
caída brusca sobre los pies al realizar un salto podrían generar Pubalgia.
Esta patología como bien se ha escrito anteriormente, se da en muchos deportistas. En
el fútbol, al ser uno de los deportes que más se practica en España y Europa, quizás
haya una mayor incidencia, pero se da también en corredores, atletas de distintas
disciplinas, halterófilos, luchadores de taekwondo y en los deportes de raqueta como
squash, tenis, pádel, entre muchos otros. Es más frecuente cuando el deporte exige un
cambio de dirección y en trabajos de pista o sala. Uno de los mayores riesgos es al
hacer un trabajo muscular a gran velocidad y con mucha explosividad.
A menudo, estos desequilibrios se producen por un déficit de acondicionamiento
físico. Pero otras veces no se trata de un déficit físico, sino a causa de realizar una
actividad física asimétrica. Por ejemplo, un jugador de fútbol que chuta más con una
pierna que con otra; o un especialista de 110 metros vallas. El deporte de alta
competición, a menudo, busca un desequilibrio y el deportista tiene músculos más
desarrollados de un lado del cuerpo que del otro porque su especialidad lo provoca y
exige. En el paso de una valla, por ejemplo, una pierna ataca con el pie colocado por
delante y la otra pierna, en cambio, pasa recogida. Eso provoca desajustes musculares
que nos acercan a la lesión. La alta competición busca diferencias musculares que
causan desequilibrios, aumentando el riesgo de caer en una lesión.
¿Cuáles son sus síntomas?
La Pubalgia puede aparecer inmediatamente después de una lesión, o de forma
gradual durante un período de semanas o incluso meses. El dolor se puede agravar por
el uso continuado de la zona lesionada. Se trata de un cuadro caracterizado por dolor
en la región pubiana, inguinal y zona baja del abdomen. A medida que pasan los días y
la lesión evoluciona, el dolor suele hacerse más agudo, localizándose en la inserción
del aductor e irradia hacia el músculo del mismo lado o incluso al testículo en los
varones.
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La osteopatía de pubis puede llegar a afectar a la vida diaria, impidiendo movimientos
como andar, permanecer de pie, cruzar las piernas o sentarse.
Se puede decir que hay cuatro grados en la evolución de la pubalgia: En un primer
momento el dolor aparece tras el entrenamiento o tras realizar ejercicio físico intenso.
Después el dolor se manifiesta en el entrenamiento o durante un partido. En el tercer
grado el dolor aparece al realizar una actividad deportiva, nada más comenzarla. Por
último en el último grado el dolor se muestra en reposo.
¿Cómo tratarla?
Lo más recomendable después de saber su diagnóstico es acudir a un fisioterapeuta.
En primer lugar se realiza una anamnesis para asegurarnos de que nos encontramos
frente a una osteopatía de pubis. Posteriormente tenemos que hacer una valoración
de la postura de la persona, ver que líneas dominan y ver cómo alteran estas la postura
del individuo. a nivel pélvico para saber lo que ocurre: puede tratarse de un pubis
anteroinferior, con una ilíaca que tiende a interiorizarse; o puede ser un pubis
posterosuperior, que es una ilíaca que va para atrás. Puede haber músculos en
posición concéntrica (trabajando constantemente acortados) y excéntrica ( trabajando
constantemente estirados) los cuales hagan que el hueso ilíaco cambie de posición
respecto al otro, y afecte al pubis. Se debe identificar si hay algún tipo de
tendinopatías que se deban tratar que generen dolor en la zona inguinal.
Con lo cual lo primero a realizar es la corrección de los huesos ilíacos, colocándolos de
forma simétrica y a su vez corregir la posición del pubis. Se debe tratar la tendinopatía
de pubis, ya sea con ciriax, ganchos etc.Se deben estirar los músculos acortados y
realizar control motor en los estirados. Además hay tratamientos complementarios
como la masoterapia en los músculos afectados, electroterapia, aplicar factores de
crecimiento… que pueden ayudar a la mejora de los síntomas. El tratamiento se centra
en trabajo activo, tratamiento de la línea frontal profunda y línea anterior.
Pero lo más importante, y clave para esta patología es el trabajo activo, ejercicios
genéricos y específicos para este tipo de patología. Se debe realizar trabajo aeróbico
con percepción de dolor entre 0-4 sobre 10, lo que se considera molestia pero sin
dolor. Se deben realizar para curar la pubalgía y para prevenirla ejercicios de
estabilización lumbopélvica (CORE), trabajando la parte abdominal, trabajar
transverso, músculos oblicuos, zona lumbar y glútea.
Se deben realizar ejercicios de glúteo mayor, ejercicios de control motor a nivel lumbar
y pélvico. Se debe tener cuidado con los músculos abdominales y no hacerlos trabajar
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más de lo conveniente ya que altera la posición ilíaca y puede ser una de las causas de
pubalgía. Luego se realiza el reentrenamiento y la vuelta al deporte.
Es cierto que las pubalgias se operan, pero actualmente no se operan ni el 2 % de las
pubalgias de años atrás. Se operan muy poco. Al deportista amateur le recomendamos
que tenga paciencia y siga el protocolo de ocho semanas que nosotros marcamos. Si la
lesión es muy incipiente y se coge a tiempo quizás se solventa en cuatro o seis
semanas. Si es de muy larga evolución, a lo mejor se necesitan ocho o diez. Sin
embargo, normalmente conseguimos encarrilar una pubalgia en ocho semanas.
Bibliografía:
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