Introducción: - Construyendo México Verde

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Introducción:
Aunque el medio ambiente ha sido siempre esencial para la vida, sólo a principios de
la década de 1950 comenzó la preocupación internacional respecto a la relación entre el
medio ambiente y la vida humana. Hasta entonces, no se había tenido conciencia del
futuro incierto que podía esperarle al planeta.
Una serie de trabajos y de catástrofes medioambientales hicieron crecer esta
preocupación. A la vez que La primavera silenciosa (Carson, 1962) y La tragedia de los
espacios colectivos (Hardin, 1968) alertaron a los gobiernos sobre la importancia del
medio ambiente, una serie de dramáticas catástrofes, entre las que caben destacar las
deformidades congénitas de los bebés cuyas madres habían ingerido talidomida durante
la gestación; el vertido de petróleo del Torrey Canyon en la costa norte francesa, y la
declaración de científicos suecos sobre la muerte de peces y otros organismos en los
lagos de su país como consecuencia de la contaminación atmosférica de Europa
Occidental, vinieron a corroborar la necesidad de preocuparse seriamente de los temas
medioambientales y tomar cartas en el asunto.
Sin embargo, esta preocupación medioambiental sólo existía en Occidente. En el
bloque comunista, la destrucción del medio ambiente en beneficio de la industrialización
era imparable y en los países del tercer mundo, la preocupación por el medio ambiente se
consideraba un lujo de los países industrializados, algo lógico si tenemos en cuenta que,
para muchos de ellos la economía de subsistencia era su única preocupación.
A principios de los años setenta, el interés por el medio ambiente se centró en el medio
biofísico, el manejo de la flora y la fauna, de los suelos, la contaminación de las aguas y la
desertización, considerando a los seres humanos como responsables de todos los
problemas.
En este contexto, surgieron en occidente dos escuelas de pensamiento con opiniones
divergentes sobre las causas de la degradación medioambiental. Una responsabilizaba de
los problemas a la ambición sin medida y al crecimiento económico imparable de los
países industrializados, mientras que la otra señalaba como responsable al crecimiento
demográfico.
Estas opiniones convergieron en un informe computarizado sobre el futuro mundial,
elaborado por el Club de Roma. El informe del Club de Roma se publicó en 1972 con el
título de “Los límites del crecimiento” y analizó cinco variables: tecnología, población,
nutrición, recursos naturales y medio ambiente. Su principal conclusión fue que si
continuaban las tendencias de ese momento, el sistema se sobrecargaría y se colapsaría
para el año 2000. Para evitarlo, indicaba, habría que detener el crecimiento demográfico y
económico. A pesar de que este informe recibió numerosas críticas, puso de manifiesto
un concepto que hasta entonces no se había tenido en cuenta: el concepto de límites
externos, que destacaba el hecho de que el desarrollo podría estar condicionado por la
limitación de los recursos de la Tierra.
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A partir de este momento, la preocupación por el medio ambiente fue evolucionando
en las siguientes décadas del siglo XX: los años setenta se caracterizaron por la
introducción de la idea de ambientalismo moderno, los ochenta por la definición de
desarrollo sostenible que, en la década de los noventa, se implementó.
El Club de Roma es un grupo de estudio multinacional, fundado en 1968, para
examinar el comportamiento e influencia humana dentro del contexto de los recursos
finitos y para evaluar el impacto de las políticas sobre una amplia gama de temas
(desempleo, contaminación, planificación urbana, etc.) y para sugerir políticas
alternativas.
El panorama sociopolítico a principios de los años setenta era muy diferente al actual:
la Guerra Fría y la política de bloques dividía a los países más industrializados, no había
terminado el periodo de colonización y todavía faltaban dos décadas para que el correo
electrónico, recién inventado, se difundiese. No existían los ordenadores personales, y el
concepto de calentamiento global acaba aparecer. En ese momento, se consideraba que
el principal problema de la capa de ozono sería la flota enorme de aviones supersónicos
que la agujerearían.
Por otra parte, en 1976 se produjo la rotura de una válvula en la fábrica de cosméticos
de la multinacional Hoffmann-La Roche situada en Seveso (Italia). Debido a esta rotura
hubo una fuga de dioxina, muy tóxica. Las consecuencias inmediatas fueron daños
permanentes a cientos de personas, el sacrificio de más de 75.000 animales afectados,
18 hectáreas de terrenos contaminados. Más tarde se evidenciaron otros efectos, como
un aumento alarmante de malformaciones en los recién nacidos.
Aunque existían ya poderosas empresas internacionales, faltaban veinte años para
que surgiese en concepto de globalización.
Todavía existía el muro de Berlín y la población sudafricana aún sufría el apartheid. En
este mundo tan polarizado surgió, sorprendentemente, la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Humano.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en
Estocolmo en junio de 1972, fue el hecho que situó al Medio Ambiente como tema de vital
importancia a nivel mundial. Esta conferencia reunió tanto a países desarrollados como a
países en vías en de desarrollo, aunque el bloque soviético no asistió.
De esta conferencia surgió una Declaración de 25 principios (ver tabla A) y un plan de
acción con 109 recomendaciones, que formaron el primer cuerpo legislativo internacional
relativo al Medio Ambiente. Además, se fijaron algunas metas específicas, tales como la
moratoria de diez años para la caza de ballenas o la prohibición de descargas deliberadas
de petróleo en el mar a partir de 1975.
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Uno de los hitos más importantes en esta Conferencia fue la creación del Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
TABLA A. PRINCIPIOS DE LA DECLARACIÓN DE ESTOCOLMO
1.
Se deben afirmar los Derechos Humanos y condenar el apartheid y la opresión
colonial.
2.
Los recursos naturales deben ser preservados.
3.
Debe mantenerse la capacidad de la Tierra para producir recursos vitales
renovables.
4.
Se deben proteger la fauna y la flora silvestres.
5.
Los recursos no renovables deben ser compartidos y se debe evitar el peligro de
su agotamiento.
6.
La contaminación no debe exceder la capacidad propia del medio ambiente para
neutralizarla.
7.
Se debe prevenir la contaminación dañina del océano.
8.
El desarrollo es indispensable para mejorar las condiciones del medio ambiente.
9.
Los países en desarrollo requieren asistencia.
10.
Los países en desarrollo necesitan precios razonables para sus exportaciones,
como elemento esencial para la ordenación del medio ambiente.
11.
Las políticas ambientales no deben afectar al proceso de desarrollo.
12.
Los países en desarrollo necesitan dinero para implementar medidas de cuidado al
medioambiente.
13.
Es necesaria una planificación integrada del medio ambiente.
14.
Una planificación racional debe resolver los conflictos entre el desarrollo y el medio
ambiente.
15.
Debe aplicarse la planificación a los asentamientos humanos con miras a eliminar
problemas ambientales.
16.
Los gobiernos deben establecer sus propias políticas demográficas.
17.
Las instituciones nacionales competentes deben planificar la utilización de los
recursos naturales de los Estados.
18.
La ciencia y la tecnología deben utilizarse para mejorar el medio ambiente.
19.
Es esencial ofrecer educación en materias medioambientales.
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20.
Se debe fomentar la investigación referente a los problemas ambientales, en
especial en los países en desarrollo.
21.
Los Estados pueden explotar sus propios recursos como deseen, sin poner en
riesgo los de otros.
22.
Si se ponen en riesgo los recursos de otra nación, se debe pagar una
compensación.
23.
Cada nación debe establecer sus propias normas.
24.
Los organismos internacionales deben contribuir a proteger el medio ambiente.
25.
Se deben eliminar las armas de destrucción masiva.
La Conferencia de Estocolmo constituyó el punto de partida para una serie de cambios
importantes que siguieron a la conferencia, debido a que articuló el derecho de las
personas a vivir en un "medio ambiente de una calidad tal que les permita vivir de manera
digna y con bienestar", desde ese momento, muchas organizaciones (como la
Organización de Unidad Africana) y más de 50 países reconocieron en sus constituciones
nacionales el Medio Ambiente como un derecho fundamental.
Patrimonio Mundial Cultural y Natural
Esta Convención se negoció en 1972 y es administrada por la UNESCO. A mediados
de 2001 contaba con 161 países firmantes. Al firmar la Convención, los países reconocen
que los bienes situados en su territorio e inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial,
constituyen un patrimonio universal que, independientemente de su ubicación, pertenece
desde ese momento a todos los pueblos del mundo y que su protección incumbe a la
colectividad internacional. La Lista del Patrimonio Mundial destaca la riqueza y la
diversidad del patrimonio cultural y natural de nuestro planeta, conteniendo los bienes con
valor universal excepcional. El beneficio que conlleva ser declarado Patrimonio de la
Humanidad está en el reconocimiento internacional del sitio, perteneciendo desde ese
momento al cuadro de honor de los más importantes lugares del mundo.
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El Convenio CITES
A principios de los años 70, se habían extinguido ya 150 especies de aves y otros
animales, y alrededor de mil más estaban en peligro de extinción. Por esta razón la ONU
recomendó la identificación inmediata de las especies en peligro, la firma de acuerdos al
respecto y la regulación del comercio de especies amenazadas. De esta recomendación
nació en Convenio CITES, en vigor desde el 1 de enero de 1975.
El Convenio Sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres (CITES) regula la exportación, re exportación e importación de ejemplares vivos
o muertos de animales y plantas silvestres amenazados, así como de sus partes y
derivados. Se basa en un sistema de permisos y certificados comerciales que sólo
pueden obtenerse si se cumple una serie de condiciones, y que tienen que ser
presentados para obtener la autorización antes de que un envío de ejemplares entre o
salga de un país.
El Convenio CITES asigna a los países productores y consumidores su parte de
responsabilidad común, crea los mecanismos necesarios para impulsar la cooperación
internacional, prevé la vigilancia del comercio internacional y determina las especies de
fauna y de flora silvestres que deben protegerse.
Los ochenta: desarrollo sostenible
Los ochenta se caracterizaron por el crecimiento económico y un enorme gasto militar,
aunque lo que realmente marcó la década fue la caída del muro de Berlín y el fin del
mundo dividido en dos bloques, lo que había generado un equilibrio de poder entre los
países occidentales y el bloque comunista.
Sin embargo, la situación era muy distinta en los países en desarrollo de África, Asia,
América Latina y el Caribe, donde la mayoría de los países tuvieron un crecimiento
económico escaso, incluso nulo en algunas regiones, como el África Subsahariana. El
número de refugiados se duplicó de cerca de 9 millones en 1980 a 18 millones a
principios de los 90.
Así, solucionar esta pobreza fue el gran reto, condicionado por el crecimiento
demográfico no sólo de los países en vías de desarrollo, sino también de la población más
pobre y marginal de las ciudades. Con el crecimiento de la población urbana, también
afectada por ser el principal destino de los desplazados, tanto por razones políticas como
económicas, ya que la gran ciudad ofrece más oportunidades, la infraestructura de las
ciudades se iba quedando cada vez más pequeña y resultaba insuficiente para satisfacer
la demanda creciente e imparable de la población.
En la década de los ochenta hicieron su aparición una serie de problemas medio
ambientales que antes no habían sido detectados.
Las primeras mediciones del agujero de la capa de ozono se realizaron en 1985, y
sorprendieron a los gobiernos y a la comunidad científica mundial. Además, se reconoció
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por primera vez que la extinción de especies amenazaba la diversidad biológica,
componente esencial de los ecosistemas.
En vista de que la relación entre medio ambiente y desarrollo era patente, la Asamblea
General de las Naciones Unidas promovió la Carta Mundial de la Naturaleza, que
reconocía el valor intrínseco de las especies y los ecosistemas.
También en esta década hubo varias catástrofes que marcaron el medio ambiente y
pusieron aún más de manifiesto la relación entre el medio ambiente y la salud humana.
En 1984, unas 40 toneladas de metilisocianato se escaparon de un tanque de
almacenamiento subterráneo en una planta de producción de plaguicidas de la compañía
Union Carbide en Bhopal, India. Cerca de 3.0000 personas que se vieron envueltas por la
nube tóxica murieron, alrededor de 500.000 sufrieron lesiones severas y otras muchas
más tuvieron que recibir atención médica. Ese mismo año murieron de inanición casi un
millón de personas en Etiopía.
En abril de 1986 tuvo lugar el mayor accidente nuclear de la historia, cuando explotó
un reactor en la planta nuclear de Chernóbil, en la antigua Unión Soviética, hoy República
de Ucrania. La catástrofe de Chernóbil afectó gravemente a Bielorrusia, Ucrania y Rusia,
causando pérdidas incalculables y daños terribles a las personas, a la flora y a la fauna.
Más de 160.000 km2 están contaminados. Los efectos de la radiactividad han superado
todas las previsiones, y la verdadera magnitud de los daños se va conociendo años
después. Hasta la fecha, han muerto más de 30.000 personas, y al menos 10 millones
han sido contaminados por la radiactividad.
En la actualidad, miles de niños y adultos en Ucrania y Bielorrusia padecen cáncer de
páncreas, una enfermedad que antes del accidente apenas existía en la región.
El 24 de marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez encallaba en el estrecho del
Príncipe William, en Alaska. Las consecuencias ecológicas en los primeros días del
vertido fueron catastróficas y supusieron la muerte de miles de aves, mamíferos y otros
muchos organismos marinos. Este accidente demostró que ninguna zona del planeta, por
muy salvaje que sea y muy alejada que se encuentre, se halla a salvo de los efectos
negativos de cualquier actividad humana contra el medio ambiente.
La Estrategia Mundial para la Conservación
Todos estos desastres medioambientales llevaron a la conclusión de que para
solucionar las cuestiones ambientales es necesario actuar de un modo sistémico y a largo
plazo, con acciones integradas y contando con la participación de todos los países y todos
los miembros de la sociedad.
El resultado fue la Estrategia Mundial para la Conservación, documento redactado en
1980, que reconoció esas premisas. La estrategia consiguió que gobiernos de diferentes
partes del mundo crearan sus propias reglas para la conservación del Medio Ambiente, lo
que incluía uno de los puntos de la Conferencia de Estocolmo de 1972, la incorporación
del Medio Ambiente a la estrategia de desarrollo.
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A partir de 1980, más de 75 países han incluido esta estrategia multisectorial en sus
políticas, que se dirige preferentemente a hacer frente a problemas como la deforestación,
la degradación de la tierra, la contaminación del agua y la pobreza.
La Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. El Informe
Brundtland.
El conseguir que la sociedad tomara conciencia de que desarrollo y medio ambiente
son conceptos íntimamente relacionados, requería un proceso con suficiente autoridad y
credibilidad a nivel mundial, para que fuera capaz de implicar a gobiernos, empresarios,
ONG's y sociedad civil de todos los países.
Con este fin, en 1983 se estableció la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo o Comisión Brundtland (llamada así por estar dirigida por la ex-primera ministra
noruega Gro Harlem Brundtland). Esta Comisión emitió un informe después de tres años
de reuniones con líderes y ciudadanos de todo el mundo. Las reuniones tuvieron lugar en
países desarrollados y en países en vías de desarrollo, y se escucharon opiniones sobre
diversos temas, tales como agricultura, bosques, agua, energía, transferencia tecnológica,
y desarrollo sostenible en general.
Finalmente, esta Comisión emitió el documento Nuestro Futuro Común o Informe
Brundtland en el que por primera vez se definió el concepto de Desarrollo Sostenible
como:
"El desarrollo que satisface las necesidades actuales de las personas sin
comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas"
Así, el desarrollo sostenible ha de ser un proceso continuo en el que la utilización de
los recursos, la orientación de la revolución tecnológica y la evolución de las instituciones
deben estar acordes con el potencial actual y futuro para cubrir las necesidades humanas.
Además, la comisión puso de manifiesto la existencia de problemas ambientales
novedosos en esa época, como el calentamiento global y el agujero de la capa de ozono,
y manifestó una clara preocupación porque la velocidad con que se estaban produciendo
estos fenómenos superaba la capacidad de la comunidad científica para su resolución,
evaluación y asesoramiento.
La Comisión Brundtland llegó a la conclusión de que, con la situación del momento, y
la estructura de acuerdos los nacionales e internacionales, no se podía hacer frente a las
demandas de desarrollo sostenible de la humanidad. Ello dio origen a un compromiso
más amplio con el medio ambiente. Nacieron numerosas organizaciones no
gubernamentales y en Europa, los partidos políticos conocidos como "verdes".
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La implicación de otros sectores en la problemática del Medio Ambiente.
Se hacía lógico involucrar a las empresas en la protección al medio ambiente, teniendo
en cuenta la enorme presión social ejercida como consecuencia de los graves accidentes
medioambientales sucedidos durante la década de los ochenta.
En 1984 se organizó la Conferencia Industrial Mundial sobre la Protección al Medio
Ambiente, y en el mismo año la industria química canadiense estableció el programa de
Cuidado Responsable, uno de los primeros intentos de código de buenas prácticas para el
respeto al medio ambiente en el sector industrial. A finales de la década, el concepto de
eficacia ecológica se desarrollaba en la industria, como un medio para reducir el impacto
ambiental sin reducir la rentabilidad.
Estas preocupaciones eran patrimonio de los países en desarrollo, pero ya empezaba
a debatirse el hecho de que las empresas emigraban a los "santuarios de contaminación
del sur", es decir, a los países en vías de desarrollo.
Al ir aumentando la conciencia de que el Medio Ambiente era un asunto de todos y de
todas las actividades de la humanidad, se incrementó el estudio sobre el Medio Ambiente,
y así nacieron disciplinas como la Economía Ambiental y la Ingeniería Ambiental.
Acuerdos Multilaterales sobre Medio Ambiente
En la década de los ochenta se establecieron varios acuerdos sobre medio ambiente,
entre los que cabe destacar:
•
La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), en
1982.
•
El Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono
(1987), que implementó el Convenio de Viena para la protección de la capa de
ozono de 1985.
•
El Convenio de Basilea (1992) sobre el control de los movimientos transfronterizos
de los desechos peligrosos y su eliminación.
Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) es el
instrumento multilateral más importante desde la aprobación de la Carta de la ONU y
representa el equilibrio de los intereses marítimos de más de 150 Estados. Consta de 17
Partes y 9 Anexos, además de un Preámbulo. Cada una de las Partes se refiere a una
materia distinta del Derecho del Mar.
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El Protocolo de Montreal
En 1985 fue suscrito el Convenio de Viena, que reunía acciones para la preservación
del ozono. Unos años después este Convenio fue mejorado e implementado por el
Protocolo de Montreal.
El Protocolo de Montreal fue suscrito en 1987 y en la actualidad unas 180 naciones se
han comprometido a cumplir con sus metas de reducir la producción de gases CFC,
halones y bromuro de metilo, cuya presencia en la atmósfera es considerada como la
principal causa de la disminución de la capa de ozono.
Los firmantes del Protocolo de Montreal se comprometen a entregar al secretariado del
mismo, informes nacionales de datos sobre la producción, importación y exportación de
las sustancias destructoras de la capa de ozono que controla el Protocolo. El índice de
presentación de informes es alto, más del 85% de los firmantes entrega sus datos.
Conforme ha ido evolucionando la industria y los conocimientos científicos, este
Protocolo se ha ido mejorando con diferentes Enmiendas en los años 1990, 1992, 1997 y
1999.
Este convenio nació como consecuencia del fenómeno de transporte de desechos, para
su almacenamiento, desde el mundo industrializado hacia los países en vías de
desarrollo. El Convenio de Basilea entró en vigor en 1992, y en 2001 lo componían 149
firmantes.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo,
Cumbre para la Tierra o Cumbre de Río
La Cumbre de la Tierra logró reunir en Río de Janeiro a representantes de una gran
cantidad de estamentos y grupos sociales de todo el planeta: participaron más de 100
jefes de estado, 10.000 delegados, más de 1.400 ONG's y unos 9.000 periodistas, sin
contar los miles de personas que participaron en comisiones y eventos preparatorios de la
Cumbre.
Esta Cumbre ratificó los principios establecidos en la Cumbre de Estocolmo de junio
del 72, a la vez que proporcionó un foro de discusión para debatir los problemas del
medio ambiente y del desarrollo, y para hacer notar las diferentes perspectivas entre el
Norte y el Sur. A partir de la Cumbre, en numerosos países se crearon instituciones
dedicadas a la aplicación integral del desarrollo sostenible, aunque más bien desde un
punto de vista político que medioambiental.
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Durante la Conferencia de Río, fueron aprobados cuatro documentos:
•
La Declaración de Río que contiene 27 principios, algunos de los cuales
comprenden el compromiso de los países de introducir ciertos instrumentos de
política en su derecho ambiental interno.
•
La Agenda 21, un plan de acción para conjugar el desarrollo y el medio ambiente
de cara al siglo XXI.
•
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
•
El Convenio Sobre Diversidad Biológica.
La Declaración de Río
La Declaración de Río está formada por un conjunto de 27 principios, algunos de los
cuales comprenden el compromiso de los países firmantes de introducir ciertos
instrumentos de política en su derecho ambiental interno.
La Agenda 21
Es el Plan que fija los cimientos para la promoción del Desarrollo Sostenible en todas
las áreas de desarrollo, tanto social como económico y medioambiental. Más que una
guía, es un programa de acción. Es el instrumento no vinculante más importante y más
influyente en todo el mundo y es marco de referencia para la mayoría de las políticas
ambientales de existentes.
Contiene 40 recomendaciones que pueden dividirse en cuatro áreas principales:
a) Aspectos económicos y sociales: la cooperación internacional para acelerar el
desarrollo sostenible; combatir la pobreza; modificar los modos de consumo, las
dinámicas demográficas y su sostenibilidad, y promover y proteger la salud humana.
b) La gestión de los recursos: la protección de la atmósfera; la lucha contra la
deforestación, la desertificación y la sequía, fomentando una agricultura sostenible y
el desarrollo rural; la conservación de la biodiversidad; la protección de los recursos
de agua dulce y de los océanos, y, el manejo seguro de los productos químicos
tóxicos y de los desechos peligrosos.
c) La implicación de la sociedad: los hombres, las mujeres y los niños; los ancianos y los
jóvenes, los pueblos indígenas y sus comunidades, las ONG, las autoridades, los
trabajadores y sus sindicatos, los empresarios e industriales, las comunidades
científica y tecnológica y los agricultores.
d) Medios para llevar a cabo la Agenda 21: recursos y mecanismos financieros,
transferencia de tecnología segura para el medio ambiente, fomento de la educación,
de la concienciación pública y la capacitación, acuerdos institucionales
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internacionales, instrumentos y mecanismos jurídicos nacionales e internacionales e
información para la toma de decisiones.
Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
En 1989 se había creado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambios
Climáticos (IPCC) con grupos de trabajo dedicados a la evaluación científica del cambio
climático, sus efectos ambientales y socioeconómicos, y estrategias de respuesta,
prediciendo la amplia gama de retos a los que la humanidad se enfrentaría en la última
década del milenio.
Los datos aportados por la IPCC dieron lugar a que los gobiernos firmaran el Convenio
Marco Sobre Los Cambios Climáticos (UNFCCC), que entró en vigor en 1994, y que
contaba con 186 firmantes en 2001.
El objetivo de este Convenio es estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero
a niveles que eviten la alteración del clima por causa de la actividad humana.
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