LA REFORMA DE LA FLAGRANCIA, REINCIDENCIA Y HABITUALIDAD EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO PENAL Y PROCESAL PENAL Dr. Edhín Campos Barranzuela 1 SUMARIO: I.- Marco Legal II.- Presentación. III.- Respecto a la habitualidad y la reincidencia.IV.- La Flagrancia V.- la presunta ampliación de la detención de 24 a 48 horas. VI.- A modo de conclusión.- VII.- Bibliografía. I.- MARCO LEGAL: - Constitución Política del Estado. Art. 2.inc. 24. parágrafo f. - Ley Nro. 29569 que modifica el Art. 259 del NCPP. - Ley Nro. 29570 que amplía la inaplicabilidad de los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional. II.- PRESENTACIÓN: El pasado 24 de agosto del 2010, se ha publicado en el Diario Oficial El Peruano, la Ley 29569, que modifica el artículo 259 del Nuevo Código Procesal Penal del 2004, aprobado mediante Decreto Legislativo 957 y además se publicó la Ley Nro. 29570 que amplía la inaplicabilidad de beneficios penitenciarios de semilibertad y de liberación condicional, modificando de esta manera los artículos 46 – B y 46 - C del Código Penal Vigente - Decreto Legislativo 635. Desde luego, esta reforma del Código Penal y Procesal Penal, se incorpora a las más de trescientas modificaciones para incrementar penas del Código Penal de 1991 y una decena de veces al novísimo Código Adjetivo, que se encuentra vigente en 16 distritos judiciales del país y además estas normas jurídicas, desde luego introducen 1 Juez Penal Titular Unipersonal de Juzgamiento de Talara, Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Piura, Magíster por la UNP, Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social y Profesor Universitario. 1 cambios parciales en la parte general del Código Punitivo, Código Procesal Penal y de Ejecución Penal respectivamente. Indudablemente creo entender que tirios y troyanos, coinciden en indicar que el Poder Ejecutivo ha puesto especial énfasis en un problema de innegable actualidad, esto es, el incesante incremento del crimen organizado, pues nunca como antes, la población se ha sentido tan insegura y temerosa, ante el avance de la delincuencia, los marcas y el crimen organizado en nuestra sociedad, que aunque parezca mentira se viene institucionalizando, ante la vista y paciencia de las autoridades de turno. Por tal razón y preocupados por esta lamentable situación, la mayoría de candidatos a los gobiernos locales y regionales del país, vienen manteniendo como plataforma electoral, el tema de la seguridad ciudadana y el crimen organizado, por ello cuando sean electos, cualquiera sea su agrupación política que les dé la victoria, tienen que cumplir su promesa electoral, de combatir la delincuencia común y la delincuencia organizada que ha invadido a nuestras ciudades. Sin embargo, nos preguntamos ¿estamos preparados para prevenir, combatir y sancionar en forma ejemplar a las personas, llamadas “marcas” que delinquen y que forman parte de bandas organizadas y han hecho de su modus vivendi, su estilo de vida? Consideramos que no, pues la mayoría de Gobiernos Locales y Regionales, así como las instituciones que tienen que ver con el sistema nacional de justicia, como Policía Nacional, Ministerio Público y el propio Poder Judicial, no han hecho público el Plan de Acción de Prevención contra la delincuencia y del crimen organizado y además no existe una Política de Estado Pro Seguridad Ciudadana, por ello las bandas pululan por doquier y a cada momento se cometen delitos de asesinatos, secuestros, hurtos y robos agravados, convirtiendo a nuestras ciudades, en altamente peligrosas. Por tal razón y frente a este sensible tema, el año 2002, las principales organizaciones políticas, sociales y religiosas del país, suscribieron el Acuerdo Nacional, documento que contiene 29 políticas de Estado con el fin de fortalecer nuestra Democracia y el Estado de Derecho y justamente una de estas políticas de Estado, la séptima para ser más preciso, indica como necesidad prioritaria la erradicación de la violencia y el fortalecimiento del civismo y la seguridad ciudadana, pues se concluyó que el problema de la Inseguridad Ciudadana, no es un problema exclusivamente policial, ni judicial, sino sobretodo de la sociedad civil en su conjunto. 2 En ese sentido es importante recordar que la Ley Nro. 27933 Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, establece como objetivo, la articulación de esfuerzos intersectoriales entre los Poderes del Estado, Policía Nacional, Gobierno Regionales, Gobiernos Locales y la sociedad civil organizada, para mejorar la calidad de vida del ciudadano, previniendo situaciones de riesgo y amenazas a su integridad física y psicológica. En los últimos años se ha incrementado la sensación de inseguridad de la población, que siente el temor de que en cualquier momento puede ser secuestrado, asaltado o su vivienda objeto de sustracción por parte de los “amigos de lo ajeno”, por lo que esta misma población siente una percepción negativa de esta realidad y es importante que se impulse sectorialmente las condiciones jurídicas, sociales y culturales necesarias para conseguir el ansiado bienestar social a favor de la sociedad, pues queremos que nunca más se repita ese infausto hecho criminioso, de la niña símbolo contra la delincuencia “Romina”. Ojalá que en los próximos días el Gobierno Central, Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pongan en marcha la Seguridad Ciudadana, que es la acción integrada que desarrolla el Estado, con la colaboración de la ciudadanía, destinada a asegurar su convivencia pacífica, así como la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y de espacios públicos y contribuir del mismo modo a la prevención de los delitos, que se constituye en el gran tema de agenda del Estado Peruano. Por tal razón y preocupados por este incesante incremento de la delincuencia, los marcas y el crimen organizado, el Ejecutivo a promulgado estas dos leyes la 29569 y 29570, que con el afán de proteger a la sociedad, pues se ha determinado una sobrecriminalización de estas conductas y se ha consumado una vez, lo que muchos estudiosos coinciden en indicar, el establecimiento de un Derecho Penal de Coyuntura 2 , cuya característica es la modificación de las normas penales en atención a los casos que se van presentando. De la misma forma, se ha escuchado a un sector de la comunidad jurídica, al indicar que el Poder Ejecutivo no ha reparado que estos nuevos hechos criminosos, ya se encontraban legislados penalmente en nuestro ordenamiento jurídico penal positivo. Es por ello que las modificación realizada hace apenas pocas semanas, va contra la corriente moderna del derecho penal de acto y además contradice los avances de la doctrina penal moderna, sin embargo esta legislación se encuentra corroborada por 2 Revista Jurídica del Perú. Nro. 107. “La reforma de los delitos contra el patrimonio “. Dr. Edhín Campos Barranzuela. Noviembre 2010. Gaceta Jurídica. Normas Legales. 3 las resoluciones del Tribunal Constitucional, como supremo intérprete de la Constitución ya ha abordado estos tema de la flagrancia, reincidencia y habitualidad respectivamente. III.- RESPECTO A LA HABITUALIDAD Y LA REINCIDENCIA Hace poco el Ex - Decano del Colegio de Abogados del Cono Norte de Lima, manifestó que en circunstancias que se presentó la acción de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional contra la Ley 28726 que incorporaba y modificaba los artículos 46, 48, 55, 440 y 444 del Código Penal y artículo 135 del Código Procesal Penal decía: 3 “Que al haberse modificado el artículo 46 que refiere al momento de la determinación de la pena, se ha puesto en cuestionamiento la dimensión material del principio ne bis in idem, para verificar si existe una doble sanción en el supuesto en que el Juez tenga en consideración la “habitualidad del agente del delito “y” la reincidencia”, que en consecuencia solo podrá hablarse de la reincidencia o habitualidad partiendo de la comisión de un “nuevo delito doloso”, lo que quiere decir que la pena a imponerse no está dirigida a sancionar a alguien por un delito que ya a sido sancionado o absuelto y que el estado está ejerciendo su función punitiva sobre ese nuevo delito doloso que a cometido el agente”. A propósito, de los expuesto, parte de la dogmática penal moderna, indica que estas dos figuras procesales, vulneran el derecho constitucional de presunción de inocencia y se incide en la determinación judicial de la pena, es decir, al momento en que ya se ha probado la culpabilidad al procesado, con lo que queda desvirtuada la presunción de inocencia, al haberse producido la prueba en contrario y que solo se puede hablar de reincidencia y habitualidad partiendo del supuesto que se ha cometido un “nuevo delito doloso”, lo cual implica que anteriormente se ha cometido por lo menos un delito doloso. En tal sentido, la política de persecución criminal de un Estado Constitucional de Derecho, no puede distinguir entre un derecho penal de los ciudadanos y un derecho penal del enemigo; es decir un derecho penal que distinga a las garantías penales y los fines de las penas aplicables, entre ciudadanos que delinquen incidentalmente y desde su status en tanto tales, de aquellos otros que delinquen en tanto se ubican extramuros del derecho en general y son por ello, considerados ya no ciudadanos, sino más bien enemigos de la sociedad, para los primeros son 3 Sentencia del Pleno Jurisdiccional del Tribunal Constitucional, del proceso de inconstitucionalidad de fecha 19 de enero del 2007. 4 aplicables los fines constitucionales de las penas antes aludidas, mientras que para los segundos no cabe alternativa más que su total eliminación. A propósito contra la corriente moderna del derecho penal de acto, el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado por la reincidencia y habitualidad, dándole la legalidad a ambas instituciones y dentro de la ratio decidendi ha establecido que: “Si se consideran los alcances del texto de la norma 4 , se comprende que la reincidencia consiste en una calificación de la conducta delictiva, adicional a la calificación y prevista por el tipo penal. Esto quiere decir que ante la presunta realización de un delito, el Juzgador evalúa, en un primer momento, si la conducta puede subsumirse en los elementos que conforman el tipo penal, si se produce dicha subsunción, la conducta es calificada con el nomen juris que corresponde al delito (primera calificación). En un segundo momento, el Juzgado evalúa nuevamente la conducta para establecer si califica o no como reincidencia, en función a la existencia de antecedentes del imputado por cometer anteriormente el mismo delito (segunda calificación). Una vez que se constata la comisión del delito y su carácter reincidente, se produce la atribución de las sanciones, una sanción por la comisión per se del delito y la agravación de dicha sanción, como consecuencia de haberse identificado el carácter reincidente de la persona”. Es por ello que el articulo 46 B sobre la reincidencia de la Ley 29407, subrayaba que el que después de haber cumplido en todo o en parte una condena privativa de libertad, incurre en nuevo delito doloso en un lapso que no exceda de cinco años, tiene la condición de reincidente, igual condición tiene quien haya sido condenado por la comisión de faltas dolosas. Agregaba que si al agente se le indultó o se le conmutó la pena e incurre en la comisión de nuevo delito, el Juez puede aumentar de nuevo la pena hasta en una mitad por encima del máximo legal fijado para el tipo penal, en esa circunstancia no se computaran los antecedentes penales cancelados. Por su parte, la habitualidad, fue modificada, mediante el articulo 46 - C, que establecía que si el agente comete un nuevo delito doloso, es considerado delincuente habitual, siempre que se trate por lo menos de tres hechos punibles que se hayan perpetrado en un lapso que no exceda de cinco años, la habitualidad en el delito constituye circunstancia agravante, el Juez puede aumentar la pena hasta en una mitad por encima del máximo legal fijado para el tipo penal, en esa circunstancia no se computaran los antecedentes penales cancelados. 4 Sentencia del Pleno Jurisdiccional del Tribunal Constitucional, recaída en el expediente Nro. 00142006-PI/TC de fecha 19 de enero del 2007. 5 Luego el artículo 57 establecía como requisito para que el Juez pueda suspender la ejecución de la pena, siempre que el agente no tenga la condición de reincidente y habitual, esta última figura procesal, es importante precisar que en el Anteproyecto de Ley de Reforma del Código Penal no se encuentra legislada. El Dr. Mario Amoretti en un artículo publicado en el Diario El Comercio5 , nos hace recordar que: “Hoy no resulta válido conservar en nuestro ordenamiento jurídico la reincidencia y habitualidad, porque son formas aberrantes de castigar que sustentan su severidad en el modo de vida de un individuo y porque además no se ha tenido en cuenta lo previsto en la exposición de motivos del Código Penal”. Pese a ello, el Poder Ejecutivo, mediante Ley 29570, amplía la inaplicabilidad de la reincidencia y habitualidad para determinados y específicos delitos y además los amplía para los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional. Los textos dicen los siguientes: Art. 46 – B: El que, después de haber cumplido en todo o en parte una condena privativa de libertad, incurre en nuevo delito doloso, en un lapso que no excede de cinco años, tiene la condición de reincidente. Igual condición tiene quién haya sido condenado por la comisión de faltas dolosas. Constituye circunstancia agravante la reincidencia. El Juez aumenta hasta en una mitad por encima del máximo legal fijado para el tipo penal. Si la reincidencia, se produce por las modalidades agravantes de los delitos previstos en los artículos 108, 121, 121 – A, 121 - B, 128 , 152, 153 173, 173 A, 186, 189, 200, 297, 320, 321, 325 al 332 y 346 del Código Penal, el Juez aumenta la pena en no menos de dos tercios por encima del máximo legal, fijado para el tipo penal hasta cadena perpetua, sin que sena aplicables los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional. Si el agente se le indultó o conmutó la pena e incurre en la comisión de nuevo delito doloso, el Juez aumenta la pena hasta en una mitad por encima del máximo legal fijado para el tipo penal, en esta circunstancia, no se computarán los antecedentes penales cancelados”. Art. 46 - C: “Si el agente comete un nuevo delito doloso, es considerado delincuente habitual, siempre que se trate por l menos de tres hechos punibles, que se hayan perpetrado en un lapso que no exceda de cinco años. El plazo fijado no es aplicable para las modalidades agravadas de los delitos previstos, en los artículos 108, 121, 121 – A, 121 - B, 128, 152, 153 173, 173 - A, 186, 189, 200, 297, 320, 321, 325 al 332 y 346 del Código Penal, el cual se computa sin límite de tiempo. 5 Publicado el 15 de septiembre. 6 La habitualidad en el delito constituye circunstancia agravante, el Juez aumenta la pena hasta en un tercio por encima del máximo legal fijado para el tipo penal, salvo en las modalidades agravadas de los delitos previstos en el párrafo anterior, en cuyo caso se aumenta la pena en una mitad por encima del máximo legal fijado para el tipo penal hasta la cadena perpetua, sin que sea aplicables los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional. En esta circunstancia, no se computan los antecedentes penales cancelados, salvo en las modalidades agravadas de los delitos antes señalados”. Evidentemente el propósito de la reforma legislativa obedece a un Derecho Penal de Coyuntura y a los signos de los tiempos de inseguridad ciudadana que padece todo el país, pues de lo que se pretende es aplicar con severidad el delito y procesar a las personas que se encuentran al margen de la ley. Lamentablemente con la dación de estos dispositivos, se legaliza lo que la doctrina reconoce el “Derecho Penal de Autor”, es decir se está procesando y sentenciando a una persona por su antecedentes y no por la propia comisión del mismo hecho punible – Derecho Penal de Autor. La doctrina se inclina por esta última posición, pues en pleno siglo XXI y con todos los principios jurisdiccionales y los derechos fundamentales que informan la garantía constitucional del debido proceso, no es posible procesar y condenar a un imputado por sus antecedentes, por lo que queda el camino expedido, para que los jueces de la República apliquen el control difuso, pues, en ese sentido, no hay que perder de vista que el Dr. Wilfredo Hugo Vizcardo sostiene que 6 . “Para la teoría del dominio del hecho del autor, es aquel que tiene el poder sobre la realización de un hecho descrito en el tipo penal, detenta el dominio subjetivo y objetivo del acto cometido por sí mismo, con la posibilidad también de poder evitarlo. Es autor aquel que idealiza, dirige, controla, materializa y efectúa el hecho punible con pleno dominio del mismo, para lo cual se exige los presupuestos básicos, cuales son la consciencia y voluntad, el sujeto es considerado autor, siempre y cuando haya realizado el acto de manera consciente, dejando de lado la fuerza física irresistible, los movimientos reflejos y el estado de inconsciencia”. Es importante precisar que la norma, indica respecto a la reincidencia que el Juez aumenta la pena en no menos de dos tercios por encima del máximo legal para el tipo penal, hasta la cada perpetua, sin que sean aplicables los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional y los tipos penales son de: homicidio calificado, lesiones graves, lesiones graves en su forma agravada: el menor como víctima, lesiones graves por violencia familiar, formas agravadas por 6 HUGO VIZCARDO, Wilfredo. “Fundamentos de la teoría del delito”. Biblioteca de Textos Universitarios – Pro Derecho. Instituto de Investigaciones Jurídicas. Lima 2006. 7 exposición a peligro o abandono de personas en peligro, secuestro, trata de personas, violación sexual de menor de edad, violación sexual de menor de edad seguida de muerte o grave lesión, hurto agravado, robo agravado, extorsión, tráfico ilícito de drogas – forma agravada, genocidio, desaparición forzada cometida por funcionario público, tortura simple y cualificada, delitos contra el Estado y la defensa nacional y rebelión respectivamente. En lo que respecta a la habitualidad, es preciso indicar, que si el agente comete un nuevo delito doloso, es considerado delincuente habitual, siempre que se trate por lo menos de tres hechos punibles que se hayan perpetrado en un lapso que no exceda los cinco años; sin embargo el plazo fijado no es aplicable para las modalidades agravadas de los delitos homicidio calificado, lesiones graves, lesiones graves en su forma agravada, el menor como víctima, lesione graves por violencia familiar, formas agravadas por exposición a peligro o abandono de personas en peligro, secuestro, trata de personas, violación sexual de menor de edad, violación sexual de menor de edad seguida de muerte o grave lesión, hurto agravado, robo agravado, extorsión, tráfico ilícito de drogas – forma agravada, genocidio, desaparición forzada cometida por funcionario público, tortura simple y cualificada, delitos contra el Estado y la defensa nacional y rebelión respectivamente. En lo que respecta a la inaplicabilidad de los beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional, debemos indicar que el artículo 48 del Código de Ejecución Penal – Decreto Legislativo Nro.654, precisa que la semilibertad permite al sentenciado egresar del Establecimiento Penitenciario, para efectos de trabajo o educación, cuando ha cumplido la tercera parte de la pena y sino tiene proceso pendiente con mandato de detención y puede concederse cuando se ha cumplido con las dos terceras partes de la pena y previo pago del íntegro de la cantidad fijada en la sentencia como reparación civil y de la multa o en el caso del interno insolvente, la correspondiente fianza. Este beneficio penitenciario, que ya estaba prohibido para los delitos tipificados en los artículos 296, 297, 301, 302, y 319 del Código Penal, ha sido ampliado para otros delitos consideraos por su forma agravada y que el Juez al momento de su solicitud por el interno, debe rechazarlos de plano. En lo que respecta al otro beneficio penitenciario de liberación condicional el artículo 53 del Código de Ejecución Penal establece, que se concede al interno sentenciado que ha cumplido la mitad de la condena impuesta, siempre que no tenga proceso pendiente con mandato de detención y en los casos de los delitos a que se refiere el artículo 46 del Código de Ejecución Penal, la liberación condicional, podrá concederse cuando se ha cumplido las tres cuartas partes de la pena y previo pago 8 del íntegro de la cantidad fijada en la sentencia como reparación civil y de multa…Al igual que la semilibertad no es aplicable a los agentes del delitos, los artículos tipificados en el 296, 297, 301, 302 y 319 y 323 del Código Penal, a ello habría que agregarle la inaplicación de los artículos 108, 121, 121 – A , 121 – B, 129, 152, 153, 173, 173 – A, 186, 189, 200, 319, 3120, 321, 325 al 332 y 346 respectivamente, en donde el Juez está prohibido de aplicar estos beneficios penitenciarios, demostrándose de esta manera, que es política del gobierno, mantener al interno hasta el cumplimiento de la pena, por la comisión del hecho punible y en consecuencia adiós a la despenalización de las cárceles. IV.- LA FLAGRANCIA: Mediante ley 29569, se modifica el artículo 259 del Nuevo Código Procesal Penal – Decreto Legislativo 957, referido a la flagrancia y la detención policial, la nueva norma jurídica precisa lo siguiente: Art. 59 NCPP: “La Policía Nacional del Perú, detiene sin mandato judicial, a quién sorprende en flagrante delito, existe flagrancia cuando: 1.- El agente es descubierto en la realización del hecho punible. 2.- El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto. 3,.- El agente ha huído y ha sido identificado o inmediatamente después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o por otra persona que haya presenciado el hecho o por medio audiovisual, dispositivos o equipos, con cuya tecnología se haya registrado su imagen y es encontrado dentro de las veinticuatro horas de producido el hecho pueble. 4.- El agente es encontrado dentro de las veinticuatro horas, después de la perpetración del delito, con efectos o instrumentos procedentes de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales a sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o participación en el hecho delictuoso”. Esta modificatoria a la flagrancia por un término de 24 horas, constituye la legalización de la norma, a los pronunciamientos que ha venido teniendo el Tribunal Constitucional, como guardián de la Constitución, pues a menudo en sus diferentes resoluciones se ha expresado sobre la flagrancia delictiva y la flagrancia en la legislación procesal penal peruana. 9 Por ejemplo en el expediente Nro. 01871 -2009 – PHC – Callao del 27 de abril del 2009 7 , el Tribunal Constitucional expresa lo siguiente: Es importante señalar que: “Como todo derecho fundamental, la libertad personal no es un derecho absoluto, pues su ejercicio se encuentra regulado y puede ser restringido mediante ley. Enunciado constitucional del cual se infiere que no existen derechos absolutos, e irrestrictos, pues la norma suprema no ampara el abuso del derecho”. En relación a la detención personal, la Constitución precia la existencia de dos situaciones en la que es legítima la detención, esto es el mandadamente escrito y motivado del Juez y el flagrante delito. La flagrancia en la comisión del delito presenta dos requisitos insustituibles: A.- La inmediatez temporal: es decir que el delito se esté cometiendo o que se haya cometido instantes antes, y B.- La inmediatez personal: esto es que el presunto delincuente, se encuentre ahí, en ese momento y situación, y con relación al objeto o a los instrumentos del delito del delito, que ello ofrezca una prueba evidente de su participación en el hecho punible. La doctrina es unánime en señalar que la flagrancia se divide en tres: la flagrancia propiamente dicha, la cuasi flagrancia y la presunta flagrancia. Las mismas que tienen que ver con la inmediatez sobre la persona y sobre la cosa, al momento de la realización del hecho punible, cuyo término es de 24 horas. En tal sentido es oportuno subrayar que la flagrancia debe entenderse como una evidencia del hecho delictuoso, por lo que solo se constituirá cuando exista un conocimiento fundado, directo e inmediato del hecho punible que se viene realizando o que se acaba de realizar. A propósito el Tribunal Constitucional ha expresado 8 que lo que justifica la excepción al principio constitucional de la reserva judicial para privar la libertad en los supuestos de flagrancia, es la inmediatez temporal y personal del hecho delictuoso, lo que supone la imposibilidad de obtener una orden judicial previa. 7 8 www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01871 - 2009-hc.html www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03325 -2008-HC.html 10 V.- LA PRESUNTA AMPLIACION DEL PERIODO DE DETENCION DE 24 A 48 HORAS: A propósito de la promulgación de la ley 29569 que modifica el artículo 259 del Nuevo Código Procesal Penal, mediante el cual se subraya que la Policía Nacional, detiene sin mandato judicial, a quién sorprenda en flagrante delito, dentro de las 24 horas de producido el hecho punible, diferentes estudiosos de la materia, han deslizado la posibilidad, que con la dación de esta norma jurídica, de lo que se busca realmente es la ampliación de la detención de 24 a 48 horas. Lo que se busca es un plazo razonable y suficiente de persecución policial, desde que se comete el hecho punible, hasta la conclusión de las investigaciones preliminares y así evitar las arbitrariedades, pues 24 horas son insuficientes para investigar preliminarmente un hecho delictuoso. Evidentemente esta posibilidad de ampliar el plazo de investigación de 24 a 48 horas, debe pasar por el tamiz de la reforma constitucional, pues la carta política establece que ninguna persona puede ser detenida más allá de las 24 horas, a excepción del mandato judicial o de flagrancia manifiesta. En España por ejemplo el artículo 17 de su Constitución señala que: “La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos y en todo caso en el plazo máximo de 72 horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de las autoridades judiciales”. El abogado Telmo Michel Morales en Alerta Informativa del 25 de agosto del presente año 9 , a propósito de la Constitución Española, refiere, que en el Perú, no tenemos suficiente logística y medios técnicos para hallar a los responsables de un delito, como videovigilancia, sistema de registro de huellas, sistema de registro de identificación de personas, laboratorios equipados o de criminalística y no es extraño que las causas penales se archiven por falta de elementos de convicción”. Es peligroso pensar en la reforma constitucional y darle a la Policía Nacional, más allá de las 24 horas para que investigue el delito, pues ello acarrearía abuso del derecho y encarcelamiento injusto de personas, por ello con el Nuevo Código Procesal Penal y con todas las novísimas instituciones procesales que tiene, es posible luchar contra los marcas, la delincuencia y el crimen organizado y no dar cheques en blanco a una Policía nacional que aun no se encuentra preparada para la reforma procesal penal y que se resiste testarudamente al cambio. 9 En Boletín Informativo “Alerta Informativa”: http://www.lozavalos.com.pe/alertainformativa/index.php?mod=contenido&com=contenido&id=4296 11 VI.- A MODO DE CONCLUSION: Por lo expuesto y a decir del Dr. Alonso Peña Cabrera, la dogmática penal y procesal penal 10 ocupa una misión central en las tareas de interpretación y aplicación del derecho penal positivo vigente, según las reglas de orientación teleológicas y axiológicas a la vez, la dogmática penal y procesal penal constituye la actividad encaminada a desentrañar el significado de las normas jurídicas, integrantes del derecho penal, procurando la interpretación coordinada y crítica de las disposiciones penales. Es por ello que consideramos que diferentes estudiosos y un interesante sector de la doctrina, coinciden en indicar que el Poder Ejecutivo ha puesto especial énfasis en un problema de innegable actualidad, esto es el aumento del crimen organizado, pues nunca como antes, la población se ha sentido tan insegura y temerosa, ante el incesante incremento de la delincuencia, los marcas y el crimen organizado en nuestra sociedad, que aunque parezca mentira se viene institucionalizando, ante la vista y paciencia de las autoridades de turno, es por ello que con la dación de las leyes 29569 y 29570, se pretender luchar frontalmente contra la criminalidad organizada y ojalá tenga el éxito esperado. VII.- BIBLIOGRAFIA 1. Calderón Sumarriva, Ana. “El ABC el Derecho Penal” Segunda Edición 2005. Escuela de Graduandos Aguila y Calderon. Lima Perú. 2. Peña Cabrera, Alonso Raul. “Derecho Penal Parte Especial Tomo I”, Ideosa. Editorial Moreno S.A. Lima Perú. 3. Sentencia del Pleno Jurisdiccional del Tribunal Constitucional, del proceso de inconstitucionalidad de fecha 19 de enero del 2007. 4. Artículo publicado en el Diario El Comercio, el 15 de septiembre y reproducido en Alerta Informativa de Loza Avalos Abogados. 5. Anteproyecto de Ley de Reforma del Código Penal. “Congreso de la República”. Impreso en los Talleres J y O Editores. Lima Perú. 6. HUGO VIZCARDO, Wilfredo. “Fundamentos de la Teoría del Delito”, Pro Derecho. Instituto de Investigaciones Jurídicas. Lima – Perú - 2006. 7. Tribunal Constitucional: sentencias Nro. 03325-2008-HC-LIMA del 07 de julio del 2009 y 01871 -2009 –PHC –CALLAO del 27 de abril del 2009. 8. Alerta Informativa. Portal web de: www.lozavalos.com.pe/alertainfromativa 10 Peña Cabrera, Alonso Raul. “Derecho Penal Parte Especial Tomo I”, Ideosa. Editorial Moreno S.A. Lima Perú. 12