Defensor’a de Casaci—n Prov. de Bs. As ART. 434 Y 435 DEL C.P.P . APLICACION EN RECURSO DE CASACION SALA PRIMERA: IMPROCEDENCIA DE NUEVOS MOTIVOS La doctrina invariable de este Tribunal impone una contestaci—n negativa (Sala , VHQW GHO HQ FDXVD 1 0pQGH] tGHP GHO HQ FDXVD 1 0ROLQDtGHPGHOHQFDXVD10LxRtGHPGHOHQ FDXVD15RGUtJXH]tGHPGHOHQFDXVD1&KiYH]6DOD, VHQWGHOHQFDXVD1&DEUHUDtGHPGHOHQFDXVD1 $ORQVRtGHPGHOHQFDXVD1,JtDH[FHSWRFXDQGRVHWUDWHGH argumentos colindantes, subsecuentes o l—gicamente relacionados con los PRWLYRV RULJLQDULDPHQWH WUDtGRV 6DOD , VHQW GHO HQ FDXVD 1 "L—pez") o que resultan presupuesto o derivaci—n necesaria de los expuestos en el recurso que oper— la apertura de la instancia (Sala I, sent. del 27/9/00 en FDXVD1*XWLpUUH] Co n fo rm e Sala Prim era, m ayo r’a, s en ten c ia d el en c au s a 2462: M EYER, Dan iel Arn ald o s / rec u rs o d e Cas ac i— n El principio impeditivo a la "reformatio in peius" impuesto en el art. 435 de nuestro C—digo ritual no tiene limitaci—n a etapa procesal alguna, sino que por el contrario opera en todos los estadios procesales... Co n fo rm e Sala Prim era, s en ten c ia d el 10/03/99 en c au s a 36: Das c — n , Ped ro Nazaren o To m ‡s s / Rec u rs o d e Cas ac i— n SALA SEGUNDA: Trat‡ndose entonces de nuevos motivos de agravio los tra’dos por la Sra. Defensora Adjunta de Casaci—n, corresponde que sean rechazados por extempor‡neos segœn lo dispuesto por el art. 451 tercer p‡rrafo del CPP. Debo aclarar, apart‡ndome con esto de anteriores pronunciamientos, que no considero posible soslayar aquella extemporaneidad por v’a del art. 435 del CPP cuya aplicaci—n solicit— subsidiariamente la Dra Biasotti, pues este dispositivo solo autoriza a ir mas all‡ de los motivos de agravios originariamente planteados pero en modo alguno habilita el tratamiento de ³QXHYRVPRWLYRV´ En nuestro nuevo c—digo de procedimientos la instancia recursiva constituye un tramo eventual del juicio que depende en forma exclusiva de la voluntad de las partes; y as’ como aparece inaceptable que un Tribunal de Alzada se avoque al conocimiento de decisiones que fueron consentidas por los propios interesados, ser’a igualmente inadmisible la revisi—n oficiosa de aquellos puntos del fallo que, expresa o impl’citamente, merecieron la aceptaci—n del interesado al no haber sido incluidos como motivos del recurso. En materia de impugnaciones debe prevalecer el principio dispositivo y eso hace que las facultades del Tribunal de alzada en principio queden restringidas a la medida del agravio, sin el cual no hay recurso ni competencia GHOyUJDQRUHYLVRU'HDKtTXHQXHVWURULWXDOKDEOHGH³SUHWHQVLyQ´DUW\ DGPLWD HO ³GHVLVWLPLHQWR´ DUW VHJ 3DUU \ \ OD ³GHVHUFLyQ´ DUW 445). Defensor’a de Casaci—n Prov. de Bs. As Por otro lado, la regla segœn la cual el conocimiento del Tribunal de alzada debe limitarse a los puntos que fueron motivo de agravio garantiza el contradictorio que resulta esencial en la etapa recursiva, segœn puede DGYHUWLUVH GH OD VROD OHFWXUD GH ORV DUWV ±YLVWD DQWHV GH UHVROYHU OD UHSRVLFLyQ±DXGLHQFLDGHDSHODFLyQDXGLHQFLDRUDOHQFDVDFLyQ±\ ±HYHQWXDOGLFWDPHQGHO3URFXUDGRU\PHPRULDGHODVSDUWHV Y as’ como en ‡mbito del recurso extraordinario de casaci—n el ritual impone diversas formalidades sin las cuales el recurso ser’a inadmisible o insuficiente, porque el progreso o la consideraci—n de planteos con esas falencia importar’a introducir un serio desequilibrio entre las partes (ver causa Q$YDORVFRQPXFKDPDVUD]yQGHEHUHFKD]DUVHODLGHDGHTXHVLQ que haya siquiera algœn esbozo de queja por parte del agraviado el Tribunal pueda de oficio modificar el decisorio, siempre sobre puntos sobre los que no hubo debida sustanciaci—n, lo cual dejar’a abierta la puerta para la reposici—n contra la sentencia definitiva de casaci—n que resuelve sobre el fondo del asunto. Debe notarse que en nuestro actual c—digo de formas se cambi— la redacci—n que ten’a el antiguo art. 342 del CPP ley 3589 y no se habla ya de ³SXQWRV QR LQPFOXLGRV´ HQ HO UHFXUVR VLQR GHO FRQRFLPLHQWR ³PDV DOOD GH XQ motivo implica transponer sus l’mites, pero no conocer sobre cualquier otro aspecto del fallo no vinculado al mismo. Sostener que el tribunal puede por via del art. 435 conocer de puntos no cuestionados, implicar’a adem‡s aceptar que el sistema de los arts. 434 y 435 se reduce a una sola regla referida a la prohibici—n de reformatio in peius, puesto que di el Tribunal puede por v’a del art. 435 conocer de puntos no contenidos en el recurso siempre que ello beneficie al imputado, lo œnico que no podr’a hacer es conocer respecto de aquellos motivos que perjudiquen al imputado y no vengan como agravio fiscal, con lo cual la limitaci—n que intenta establecer el art. 434 del CPP resultar’a carente de sentido y bastar’a con el œltimo p‡rrafo del art. 435 del CPP. Tampoco hay raz—n para suponer que aquello que se le proh’be a la defensa y al propio interesado durante el tr‡mite del recurso una vez vencido el plazo de interposici—n puede despuŽs hacerlo de oficio el Tribunal sin que las partes hayan siquiera podido pedir o alegar nada al respecto. Si bien son propias del recurso casatorio las funciones normofil‡cticas, uniformadora y dikel—gica, en nuestro nuevo ritual ellas se encuentran subordinadas al principio dispositivo y a los de igualdad y contradicci—n y solo resultan operativas en el marco que la ley fija para la competencia del tribunal. Co n fo rm e Sala II, s en ten c ia d el 4/04/2002 en c au s a 5691: M aid an a, Hu m b erto Fab ian y Cas tro Cris tian Alb erto s / Rec u rs o d e Cas ac i— n . (Reg is tro 142/2002) El actual c—digo de formas cambi— la redacci—n del antiguo art,. 342 del C.P.P. que preve’a la posibilidad de conocer sobre puntos no incluidos en los agravios de la defensa, cuando fuera a favor del imputado, estableciendo ahora entre las disposiciones generales sobre los recursos en el art. 435 que el yUJDQRUHYLVRUSRGUiFRQRFHU³PDVDOOiGHORVPRWLYRVGHDJUDYLR´ORFXDOGHEH interpretarse como poder extender los l’mites del agravio a cuestiones que no hayan sido planteadas por la parte pero que guarden estrecha relaci—n con el concreto motivo de la queja. Defensor’a de Casaci—n Prov. de Bs. As Co n f. Sala II, s en ten c ia d el 18/07/2002 en c au s a 5710: L u n a, Clau d io Fab ian s / Rec u rs o d e Cas ac i— n (reg . 445/02), en el m is m o s en tid o d el 20/05/2003 en c au s a 8694: rac ed o , Ro b erto Raœ l s / Rec u rs o d e Cas ac i— n . (reg . 306/03) (O DUWtFXOR VyOR DXWRUL]D D FRQRFHU ³PDV DOOi´ GH ORV DJUDYLRV primitivos pero no introducirse en otros distintos extempor‡neamente planteados. (conf. art. 451 tercer p‡rrafo del C.P.). Co n f. Sala Seg u n d a, s en ten c ia d el18/06/2002 en c au s a 7284: Gim en ez, p as c u al s / Rec u rs o d e Cas ac i— n (reg . 359/02) ANTECEDENTES DE LA SALA: Nada impide que este tribunal aplique la norma contenida en el art. 435 del C.P.P. En efecto, este tribunal debe limitarse al an‡lisis de los motivos propuestos al interponerse el recurso, pero no obstante ello, no existe obst‡culo para que esta alzada conozca mas alla de los motivos de agravio, siempre que lo haga para mejorar la situaci—n del encartado, conforme lo establece el art. 435, primer p‡rrafo del ritual. Esta facultad que establece el primer p‡rrafo del art. 435 del C.P.P no encuentra —bice en lo dispuesto por la norma del art. 451 del mismo cuerpo legal, pues mientras la primera se dirige al tribunal estableciendo una excepci—n al principio tantum devolutum quantum apelatum (los recursos atribuyen al Tribunal de alzada el conocimiento del proceso solo en cuanto fuere materia de agravio), la segunda consagra una limitaci—n temporal para los recurrentes, determinando el tŽrmino dentro del cual pueden invocar los motivos de impugnaci—n. ObsŽrvese que el principio previamente aludido (tantum devolutum quantum apelatum), regulado por el art. 434 del CPP posee en nuestro ordenamiento procesal excepciones. Una de ellas se configura frente a la hip—tesis de que el tribunal de alzada verifique la existencia de una nulidad absoluta que, como tal, puede declararse de oficio en cualquier estado y grado del proceso (arts. 202, 203 y 434 in fine del CPP). Otra excepci—n se verifica en el supuesto contemplado en el primer p‡rrafo del art. 435 del C.P.P, cuando la alzada conoce mas alla de los motivos de agravio, pero solo en beneficio del imputado, N—tese que estas excepciones tienen como finalidad la posibilidad de corregir los vicios o errores que pudieran perjudicar al imputado. Muy distinto es lo atinente a la regulaci—n de los lapsos dados para la realizaci—n de los actos procesales, pues tal actividad no puede dejarse librada al arbitrio de los sujetos del proceso, sino que deben responder a un orden que se configura a partir de los tiempos del proceso que acotan los momentos en que se puede cumplir un acto, una obligaci—n o ejercitar un derecho. Adem‡s, tanto la limitaci—n del conocimiento del Tribunal Ad Quem a los puntos de decisi—n que son alcanzados por los agravios propuestos en la impugnaci—n /art. 434 del C.P.P) como los supuestos de excepci—n a este principio, previstos por los arts. 434 in fine y 435 primer p‡rrafo, del CPP se encuentran legislados dentro del titulo del CPP que establece las disposiciones generales en materia de impugnaciones (Libro IV, Titulo I, del CPP) ilustrando tal circunstancia la aplicabilidad de las norma en trato para cualquier tipo de recurso, sea ordinario o extraordinario. Defensor’a de Casaci—n Prov. de Bs. As Este criterio ha sido sostenido en reiteradas ocasiones por este Tribunal de Casaci—n, pudiŽndose citar, entre otros, los siguientes antecedentes: c au s a 1491 (Sala II): arro yo , M arc elo J av ier s / Rec . Cas ac i— n , s en ten c ia d el 7/11/2000: Reg is tro 947; Cau s a 1870: Pap alard o , An to n io M ig u el s / Rec . Cas ac i— n , s en ten c ia d el 14/09/2000: Reg . 826/00; Cau s a 1699: M o is Žs , Grac iela M ab el s / Rec . Cas ac i— n , s en ten c ia d el 6/04/2001: Reg . 826/01 Sala Seg u n d a c au s a 5415: Im as , Cris tian J av ier s / Rec u rs o d e Cas ac i— n , s en ten c ia d el 18/10/2001, reg is tro 835/01 Defensor’a de Casaci—n Prov. de Bs. As