Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario C.N° 44.602 “Accolade Pool y otro (s) por defraudación por administración fraudulenta s/procesamientos y embargos” Juzgado N° 12 – Secretaría N° 23 Reg. N° 1389 //////////////////////nos Aires, 27 de diciembre de 2010. Y VISTOS Y CONSIDERANDO: I. USO OFICIAL Llegan las actuaciones a conocimiento del Tribunal en virtud de los recursos de apelación interpuestos contra los procesamientos y embargos decretados sobre Juan Cayetano Intelisano, Yolanda Mirta Eggink, Duilio Edgardo Lopez, Silvia Beatriz Macchi, Carina Andrea Azcano, Hernán Roberto Miguel Rodríguez Vagaría, Natalia Lidia Osores, Jorge Enrique Rodríguez, Dario Alejandro Morresi, Jorge Roberto Pallavicino, Walter Oscar Bonavera, Juan Holjevac y Juan del Azar, (conf. resolución que obra en fotocopias a fs. 1/86). Todos ellos fueron cautelados en orden al delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública (art. 174, inciso 5°, en función del 173, inciso 7 del C.P.); los cuatro mencionados en primer término en calidad de autores y se les fijó un embargo por la suma de de treinta millones de pesos ($ 30.000.000); al resto se los consideró partícipes necesarios y se les fijó un embargo sobre sus bienes por la suma de veinte millones de pesos ($ 20.000.000). a) El defensor de Jorge Pallavecino, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 87/89 vta. de este legajo, solicitó que se revoque lo decidido respecto del nombrado. Fundamentalmente cuestionó la valoración de la prueba efectuada por el a quo con relación a su asistido. En esa dirección señaló que Pallavicino ignoraba el proceder incorrecto que el Juez de grado endilgó a los demás consortes de causa. Criticó que no se haya tenido por cierto que el nombrado actuó respondiendo a un favor hacia Juan del Azar, lo cual se hallaría sustentado por la declaración de ambos imputados. Negó que fuera cierto lo relatado por el consultor financiero de Montevideo (Daniel Edgardo Pérez Montero) con respecto a que del Azar le había presentado a Pallavecino. Según su criterio, no bastaba para configurar siquiera un grado de sospecha, la circunstancia de que su asistido fuera quien hubiera completado los trámites a efectos de que se depositara en su cuenta las sumas de dinero transferido y luego dispusiera lo necesario para que se pudiera contar con el dinero en efectivo. Estima que tampoco logra alcanzar el grado de sospecha que requiere el auto que se examina, la referencia a la firma del Acuerdo de Conmutación por parte de su asistido, ni la integración de la documentación requerida para recibir los pagos dispuestos en el expediente administrativo. Por último cuestionó que se haya decretado el embargo sobre los bienes de su asistido, consideró que era arbitraria y que el a quo no analizó debidamente los presupuestos contemplados en el artículo 518 del CPPN y 22 bis del CP. A fs. 255/261 de este legajo obra el informe presentado por el Dr. Alejandro Morreale ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvo y se refirió a los agravios expresados en el escrito de apelación. b) Los abogados defensores de Juan del Azar, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 90/99 vta. de este legajo, solicitaron que se revoque lo decidido respecto del nombrado. Señalaron que la resolución contiene errores genéricos y específicos. Entre los primeros, se refirieron a que la deuda que tenía la ex Caja Nacional de Ahorro y Seguro no era presunta sino real y que el a quo no debió hacerse eco de las conclusiones a las que arribaron el ex Fiscal de Investigaciones Administrativas, repetidas por el primer fiscal de la causa, quienes afirmaron que se decidió pagar cuando el Estado estaba en inmejorable situación para no hacerlo, en posición para negociar, porque nada lo presionaba a desprenderse de la suma de cincuenta y cuatro millones de pesos, mientras podían plantearse objeciones de pago. Ello olvidando que los procesos judiciales tienen instancias y que éstas precluyen sin posibilidad de ser reabiertas, haciendo Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario hincapié en que las sentencias de la Alta Corte de Justicia de Inglaterra y Gales pudieron haber sido discutidas en el Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial N° 10, Secretaría N° 20, cuando fue notificada la demanda a través del exhorto que quedó allí radicado en el año 1992. Que no obstante ello, también aquí se podría haber esclarecido cuáles eran las posibilidades de discutir los reclamos a dieciséis años de la notificación de la demanda y a catorce de la declaración de rebeldía. También expresaron que las sentencias extranjeras constituían un título ejecutable contra el Estado fuera de la República y que, desconocer que la sentencia podría ser ejecutada sobre bienes o cuentas bancarias de la República Argentina en otros países es ignorar la verdad. Estimó que la USO OFICIAL calificación utilizada por el Juez con relación a que aunque se reconociera la deuda, la posibilidad de ejecución de la sentencia en el extranjero aparecía como un argumento retórico ya que la empresa había sido liquidada y el país se encontraba en cesación de pagos, resultaba un criterio impúdico utilizado por el Juez y que también nutrió a los acusadores. Indicaron que las sentencias extranjeras podían convertirse en un título ejecutable contra el Estado dentro de la República, situación que no fue advertida por el a quo quien, según la parte, sólo habría valorado las resoluciones de primera y segunda instancia de la Justicia Nacional en lo Civil y Comercial Federal y no la resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 11 de diciembre de 2007 mediante la cual declaró mal denegado el recurso ordinario interpuesto contra la sentencia de segunda instancia (recurso de hecho deducido por la actora en autos “Overseas Union Insurance Limited y otros c/Caja Nacional de Ahorro y Seguro”). Esto implicó, según la parte, que si las empresas actoras no hubiesen desistido, como lo hicieron a fs. 1015 de aquellos autos, ante el Acuerdo de Conmutación y el pago que se impugna en esa causa, hubiera sido posible que tras la apertura del recurso de hecho, aquella sentencia desestimatoria en dos instancias hubiese sido finalmente dejada sin efecto a través de un nuevo fallo y las sentencias extranjeras hubieran podido ser ejecutadas en el país. Además, indicaron que las sentencias extranjeras no podían ser discutidas por el Estado en el momento en que las empresas acreedoras formularon el reclamo administrativo. Por eso criticaron que el Juez haya considerado que, como la Caja tenía una condena en rebeldía y que en ningún momento pudo oponer sus defensas no podía admitirse que la incertidumbre sobre la causa de la obligación fuera reconocida en el ámbito administrativo. Con relación a los errores específicos indicaron que pese a la información que obra a fs. 1593/95 y 1787, brindada por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, relacionada con que el Dr. del Azar no cumplió funciones como abogado o asesor de aquél, ni del INdeR ni de la CNAS, esa inexistente condición fue invocada como prueba de cargo y repetida en la resolución apelada cuando representa la libertad con que del Azar podía colaborar informando a requerimiento de los funcionarios, tanto como actuar de árbitro en el convenio celebrado entre los apoderados de las empresas acreedoras y el gestor Holjevac. Expresaron que la información oportunamente brindada por Del Azar a la CNAS a través del memorando 215 que acompañó la nota dirigida a la Dra. Piqué era fidedigna basada en la verdad objetiva de las actuaciones relacionadas con la cuestión y que era correcto cuanto informó sobre la procedencia de la petición sobre la que se le consultó. A su vez, indicaron que el informe brindado por Del Azar en el expediente administrativo, en el que manifestó que resultaba procedente la petición de las acreedoras que allí se sustanciaba, no le impedía actuar luego como árbitro del contrato entre las acreedoras y el gestor, recibiendo en depósito las sumas destinadas a aquéllas. Ello por cuanto el informe fue anterior al convenio en que se lo nombró árbitro. Se refirieron a que la condición profesional que pudiera revestir el Dr. Gabriel Fischer o la circunstancia de que su madre fuera una de las traductoras públicas que tradujo los documentos con los que se inició el reclamo, no desvirtuaban los dichos de del Azar respecto de su quehacer en las actuaciones administrativas; y que ese quehacer se desarrolló en el marco de una conducta lícita como fue el reclamo de cumplimiento de las sentencias extranjeras y su pago. Indicó que el mismo agravio corresponde al reproche de que se hubiera interesado por los servicios de Holjevac. Los agravia que se haya considerado sospechoso de delito Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario haber solicitado a Pallavicino su cuenta bancaria para facilitar el pago discutido en la causa ya que desde tiempo atrás Del Azar trataba con el nombrado y ya había hecho otras transferencias bancarias como parte de cualquier relación comercial. Se quejan tras considerar que no se ha demostrado la existencia de un dolo unitario, el cual se requiere para configurar la participación que se le asignó a su asistido en el delito de defraudación al Fisco. Por último señalan que el embargo tampoco guarda proporción alguna con el supuesto perjuicio derivado de un pago legal efectuado por el Estado en una medida mucho menor a la debida, por lo cual solicita que sea revocado. USO OFICIAL A fs. 263/284 vta. obra el informe presentado por el Dr. Eduardo Oderigo y por la Dra. Laura Damianovich ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron a los agravios expresados en el escrito de apelación. c) El abogado defensor de Silvia Beatriz Macchi, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 100/104 vta. de este legajo, solicitó que se revoque lo decidido respecto de la nombrada. Refirió que al elaborar los dictámenes existentes en el expediente CUDAP S01:0102318/2003 no cabía dudar de la existencia, legitimidad y carácter firme de las sentencias extranjeras dictadas por el Alto Tribunal de Justicia, División Queen’s Bench, Tribunal Comercial, Londres, U.K. en un juicio seguido en esa jurisdicción a la CNAS. Ello por cuanto los reclamantes cumplieron con los recaudos legales ya que se encontraban debidamente apostilladas (convención de la Haya), traducidas y protocolizadas. Además que en el proceso sustanciado en el Reino Unido, la CNAS no había opuesto defensa alguna pese a que estuvo debidamente notificada de la demanda y que era en aquél juicio donde cabía interponer las excepciones a las que alude el Juez de grado en su resolución y no en el juicio de exequatur -juicio cuyo objeto se limitaba a resolver la validez formal para la ejecutoriedad de la sentencia en sede nacional- posteriormente iniciado por Accolade Pool ante la Justicia en lo Civil y Comercial Federal de este país. También criticó que el Juez haya expresado que la posibilidad de ejecución de la sentencia en el extranjero aparecía como un argumento retórico ya que la empresa había sido liquidada y el país se encontraba en cesación de pagos. Concluyendo que tal posición emanada de un órgano judicial se traducía en la marginación de nuestro país del mercado de capitales. La defensa indicó que existen en autos numerosas probanzas que demuestran la buena fe con que procedió su asistida en el análisis del caso Accolade, destacando en ese sentido la actuación de la Dra. Yolanda Eggink, de la Dra. Alejandra Taddei, del Contador Juan Intelisano, del Contador Duilio López y hasta del Síndico General de la Nación, Dr. Moroni. Respecto de este último indicó que, pese a haber formulado una observación con relación a que el convenio con Accolade debió ser firmado no sólo por el Contador Intelisano sino también por otra autoridad del Ministerio de Economía -cuestión que no era competencia de su asistida-, más allá de eso, no encontró obstáculo para su suscripción. También señaló a testigos que corroborarían su versión defensista. A su vez, se quejó de que el Juez a quo hubiera dejado de lado una prueba de descargo de singular relieve como es la pericia del Cuerpo de Contadores de la CSJN que obra a fs. 604/615. Cuestionó que en la resolución no se haya considerado ni investigado las especiales características del negocio internacional del reaseguro, ya que los usos y prácticas internacionales indican que el contrato de reaseguro puede ser probado por cualquier medio, aún cuando no exista prueba o principio por escrito. Por último señaló que el embargo es improcedente por los motivos antes expuestos, infundado y desproporcionado. A fs. 285/300vta. obra el informe presentado por el Dr. Oscar Vigliani ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvo y se refirió a los agravios expresados en el escrito de apelación. d) Los defensores de Juan Holjevac, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 105/107 vta. de este legajo, tildaron de arbitraria la resolución del Juez de grado estimando que carece de los fundamentos exigidos por el artículo 123 del Código de forma. En apoyo de de ello, refirieron que los elementos de cargo escogidos por el instructor no son Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario aplicables a Holjevac. Con relación a los dictámenes, consejos u opiniones del Estudio Jurídico de del Azar que se destacan en la resolución apelada, expresaron que son completamente ajenos a Holjevac y que son de una época en la cual él ni siquiera sabía de la existencia de los reclamos y de dicho estudio jurídico. Respecto de los dictámenes emitidos en el seno de la administración pública por de Eggink y Macchi estimó que contienen numerosos y lógicos argumentos que se apoyan en normas y pruebas legales. A su vez, plantean que no conocen la conducta concreta que se reprocha a su asistido como para haber provocado los dictámenes y actos USO OFICIAL jurídicos que permitieron el pago, ni cuál es la conducta disvaliosa que se le atribuye. Que Holjevac brindó asesoramiento profesional en un tema concreto y pactó honorarios por ello que nunca pudo cobrar. Con relación al embargo expresaron que era improcedente; su monto desproporcionado e infundado. A fs. 324/346 obra el informe presentado por los Dres. Ricardo Saint Jean y Edgar Schiavone ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron a los agravios expresados en el escrito de apelación. e) La defensa de Duilio Edgardo López, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 108/121 de este legajo, tildó de nula la resolución del Juez de grado estimando que carece de fundamentación. Se quejó de que con relación a la existencia del hecho, el a quo se haya referido estrictamente a dos cuestiones como fueron, por un lado, la falta de control de los funcionarios públicos respecto de la existencia de contratos de reaseguro con “La Caja” y por otro, la falta de competencia de Juan Cayetano Intelisano para la suscripción y aprobación del convenio de conmutación. Criticó que el Juez de grado haya omitido considerar que no había ningún dictamen en los expedientes administrativos que cuestionase la existencia de la obligación, incluso el de la Dra. Taddei quien se desempeñaba como Subsecretaria Legal del Ministerio de Economía, y quien, pese a ello, no se encuentra imputada en autos. También indicó que el Juez omitió señalar que fue López quien aconsejó que se remitiese el expediente a la SIGEN, que el dictamen que hizo se refería a su función específica que era el cálculo de la liquidación y que él no dictaminaba sobre la procedencia o no del reclamo, ni sobre la existencia de la obligación. Además refirieron que López nada decidía al respecto sino que estaba acatando una orden de Intelisano y que ese acuerdo estaba previamente autorizado por este último. Además indicó que Intelisano firmó el acuerdo en el carácter de liquidador del INdeR -máxima autoridad- como señaló la SIGEN y no en su carácter de Subsecretario de Administración Patrimonial. Se refirió ampliamente a distintos aspectos relacionados con el proceso de exequátur, y específicamente con el que se sustanciaba en el expediente 22.645/96 del Juzgado Civil y Comercial N° 10; expresó que allí sólo se habían cuestionado aspectos formales y estimaron que de haberse salvado los vicios se podría haber vuelto a solicitar el cobro judicial y hasta administrativo. Que quienes estuvieron en contra de que se hiciera efectivo el pago fueron los abogados del Estado en el juicio de exequátur, y que nada tuvo que ver con el trámite en sede administrativa donde intervinieron otros funcionarios, siendo que ninguno de ellos dictaminó cuestionando la existencia de la obligación, por ese motivo, indicó que no existía la contradicción entre funcionarios señalada por el Juez de grado. A fs. 313/323 la Dra. Mabel Sfair presentó el memorial en los términos del artículo 454 del C.P.P.N. donde sostuvo y se refirió a los agravios oportunamente planteados. f) Los abogados defensores de Jorge Rodríguez, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 122/125 vta. de este legajo, expresaron que el motivo fundamental de sus agravios consiste en que en la resolución del a quo no se describe cuál es la conducta reprochada a su asistido. Indicaron que no resultaba suficiente la imputación que se le efectuó relacionada con que habría suscripto el acuerdo de conmutación celebrado en el marco del trámite irregular del expediente del INdeR que dio lugar al dictado de la resolución del Ministerio de Economía por la que se aprobó, sin previo control, Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario dicho convenio y la transferencia del dinero desde la Tesorería General de la Nación a su cuenta bancaria. Además indicaron que resultaba imposible para alguien ajeno a la estructura estatal percibir la pretendida antijuricidad del acto, que Rodríguez no sospechó que el procedimiento administrativo no habría cumplido con todos los pasos establecidos por la normativa vigente. Entendieron, a su vez, que el Juez de grado, en su resolución, tampoco estableció cuál habría sido su colaboración y por ende, por qué fue considerada primaria. A fs. 347/358 obra el informe presentado por los Dres. Roberto Ribas y Maximiliano Frola ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron a los USO OFICIAL agravios expresados en el escrito de apelación. g) El abogado defensor de Natalia Lidia Osores, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 126/127 de este legajo, expresó que la resolución que impugna carece de la motivación adecuada; que las consideraciones son parciales, erróneas y no se corresponden con las probanzas reunidas. Indicó que la prueba no ha sido valorada en relación a Osores y que la existente acredita la ausencia de participación dolosa en los hechos investigados. Refirió que en el supuesto de un ignoto obrar imprudente o negligente por parte de su asistida que haya favorecido la realización dolosa ajena -extremo que, a su entender, tampoco se habría acreditado en autos-, tal participación debe ser considerada como autoría imprudente residual, punibilidad que se descarta por la teoría de la prohibición de regreso. Agregó que se le atribuye responsabilidad penal objetiva pues la imputación descansa únicamente en su condición de abogada. También se quejó tras considerar que las hipótesis fácticas que conforman el auto de procesamiento no se corresponden con los elementos propios del tipo penal por el que fue procesada. A su vez, consideró injustificado el monto del embargo y que no guardaba relación con el hecho que se le atribuyó ni con el supuesto perjuicio padecido. A fs. 464/471 obra el informe presentado por el Dr. Sebastián Le Bourgeois ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvo y se refirió a los agravios expresados en el escrito de apelación. h) i) La defensa de Juan Cayetano Intelisano, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 128/131 de este legajo, solicitó que se revoque lo decidido respecto de su asistido. Refirió que el extenso resolutorio se encuentra sustentado en meras suposiciones que carecen de relevancia como para sostener una decisión como la que aquí se impugna. Señaló que las explicaciones brindadas por el encausado al momento de prestar declaración indagatoria no fueron conmovidas por el decisorio puesto en crisis. Destacó que Intelisano hizo un pormenorizado relato de la normativa aplicable al caso en lo relativo al INdeR y a la CNAS, aclarando puntos esenciales de la imputación que se le formulara. Puso de resalto que, previo a la firma del acto administrativo en cuestión, se contó con dictámenes favorables de seis abogados integrantes de los cuerpos técnicos y que ocupaban cargos de jerarquía en la Administración Pública. También afirmó que Intelisano extremó las medidas tendientes a asegurar la legalidad del acto, poniendo como ejemplo la solicitud que le hizo a la Sindicatura General de la Nación a fin de que determinase la posibilidad de pago, desde la cual se emitió un dictamen favorable sosteniendo la legitimidad de la deuda. También refirió que la conducta del encausado devendría atípica ya que no se dan los supuestos que la norma requiere, citando diversa doctrina y jurisprudencia. Por tales argumentos indicó que el fallo contiene una motivación aparente que la convierte en arbitraria afectando el derecho de defensa en juicio. Finalmente, entendió que el embargo resultaba excesivo y debía ser rebajado, en el caso de que se confirmase el procesamiento, ya que la suma excedía las previsiones del artículo 518 del Código de rito. A fs. 408/450 vta. obra el informe presentado por la Dra. Silvia Otero Rella y el Dr. Rodolfo Catinelli ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron a los agravios expresados en el escrito de apelación. A su vez, tras el pedido efectuado por Juan Intelisano, el 28 de octubre pasado, el nombrado mantuvo una entrevista personal con los Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario suscriptos (conf. fs. 476). ii) Con relación a Darío Alejandro Morresi, los defensores oficiales antes nombrados, en el mismo escrito de apelación, también solicitaron que se revocase lo decidido a su respecto. Al igual que en el caso anterior sostuvieron que el resolutorio se encontraba sustentado en meras suposiciones que carecen de relevancia como para sostener una decisión como la que aquí se impugna. Refirieron que Morresi no negó que mantuviera una relación laboral con Holjevac y Bonavera, siendo precisamente por ese vínculo que se le encomendó la gestión de cobro, en calidad de gestor, no por una sustitución de derechos y que por la gestión recibió la suma de $ 64.756. Por ello, la defensa USO OFICIAL entendió que resultaba inconsistente y carente de sustento probatorio lo afirmado en el fallo con relación a que la participación de Morresi fue a los fines de aportar una cuenta bancaria para que luego no se pudiera identificar a los verdaderos receptores. También para el caso de Morresi indicaron que su accionar fue atípico y que con relación a él, el fallo contiene una motivación aparente que la convierte en arbitraria afectando su derecho de defensa en juicio. Del mismo modo apelaron el monto del embargo por considerarlo excesivo, en el caso que se confirmara el procesamiento, ya que la suma excedería las previsiones del artículo 518 del Código de rito. A fs. 399/407 vta. obra el informe presentado por la Dra. Silvia Otero Rella y el Dr. Rodolfo Catinelli ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron a los agravios expresados en el escrito de apelación. i) La defensa de Yolanda Eggink, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 139/141 de este legajo, solicitó que se revoque lo decidido respecto de la nombrada. A su vez, tildó de arbitraria la resolución del Juez de grado estimando que carece de los fundamentos exigidos por el artículo 123 del Código de forma. Indicó que los elementos de cargo escogidos por el instructor no son aplicables a su asistida y que no ha dado explicaciones del motivo por el cual entiende que su actuación profesional sería una conducta reprochable. Refirió que en la administración pública no se produjo ningún cambio inexplicable como se expresó en la resolución apelada, sino que, se ejercieron distintas funciones; por un lado, se trató de la contestación de una demanda en un pleito judicial, producida por el cuerpo de abogados del Estado, que se encuentran obligados procesal y funcionalmente a oponer excepciones, negar y desconocer hechos, contradecir las afirmaciones de la demandante, cuestionar los documentos aportados, etc. y por el otro, del dictamen de profesionales al frente de áreas que tenían a su cargo la liquidación de entes residuales que arrastraban pasivos, acreencias, obligaciones, conflictos, demandas y pleitos de antaño. Que los dictámenes emitidos estudiaron los antecedentes y fue porque la Caja fue declarada en rebeldía y existía sentencia firme en un tribunal extranjero que se señaló que tal pronunciamiento podía ser ejecutado en el extranjero. En cuanto al monto del embargo indicó que no se encuentra fundado y que por todo lo expuesto resulta improcedente y desproporcionado. A fs. 373/392 vta. obra el informe presentado por el Dr. Aníbal Mathis y por la Dra. Claudia A. Orgueira ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron a los agravios expresados en el escrito de apelación. j) Walter Oscar Bonavera conjuntamente con su letrado defensor, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 145/146 vta. de este legajo, indicó que la resolución apelada carece de la necesaria fundamentación. Indicó que los elementos de cargo escogidos por el instructor no le son aplicables. Señaló que el Juez de grado tergiversó sus dichos con relación al asesoramiento a del Azar, ya que nunca dijo ser o presentarse como asesor del nombrado sino que por una relación de respeto y amistad lo asesoró parcialmente y le entregó las minutas de los contratos que había realizado. Además indicó que, en cualquier caso, no implicaba un acto delictual. A su vez, refirió que la CNAS tenía una condena en rebeldía porque su servicio jurídico no se ocupó en debida forma del tema ya que se tuvo la certeza de que la CNAS recibió la demanda del tribunal inglés mediante Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario exhorto. Criticó que el Juez no haya solicitado copia del expediente que dio origen a la Resolución 232/2003 del Ministerio de Economía donde se ordenaba el pago de las acreencias de varias compañías de reaseguros, incluidas Accolade Pool y UMIC. A fs. 451/463 obra el informe presentado por el Dr. Walter Bonavera y Francisco Chiarelli ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvieron y se refirieron los agravios expresados en el escrito de apelación. k) Los abogados defensores Hernán Rodríguez Vagaría, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 148/151 de este USO OFICIAL legajo, tildaron de arbitraria la resolución del Juez de grado estimando que carece de los fundamentos exigidos por el artículo 123 del Código de forma. Indicaron que la extensa decisión -ahora apelada- tan sólo dedica un párrafo a valorar la responsabilidad de Rodríguez Vagaría. Que para el momento en que el encartado fue presentado como apoderado por primera vez en el INdeR, esto es el 21 de septiembre de 2007, ya se había reconocido la firmeza y exigibilidad de la deuda; ya se habían negociado y discutido los términos económicos de un acuerdo final de pago y habían intervenido un sinfín de organismos jurídicos y de contralor propios del Instituto, del Ministerio de Economía, de la Procuración del Tesoro y de la Sindicatura General de la Nación. Criticaron que el Juez de grado se haya limitado a considerar que como Rodríguez Vagaría era abogado debió haber sabido de la ilegalidad de la maniobra por la que se lo acusa. Afirmaron que tal conclusión es arbitraria y que no tuvo en cuenta que el nombrado actuó como apoderado y siguiendo instrucciones de del Azar –su tío y abogado de experiencia en materia de ejecución de sentencias extranjeras- quien le solicitó su intervención en la fase final de la ejecución de una sentencia, cuando la aprobación del acuerdo de pago ya había sido materializada. También se quejaron de que el Juez, al valorar la participación de Rodríguez Vagaría, haya concluido en que “la permanente actividad destinada a ocultar a quienes en definitiva se beneficiaron con el pago” -sic- debió haberle hecho sospechar que el trámite del reclamo de la acreencia era delictivo. Ello por cuanto, omitió considerar que sólo firmó un escrito de instrucciones de transferencia de pago, elaborado por Juan del Azar en una hoja con membrete de su Estudio Jurídico, fechado el 03/12/2007. En base a tales argumentos indicaron que no se encontraba probado que el encausado hubiese actuado con el dolo requerido por el tipo penal que recae en cabeza de los autores. También consideraron arbitrario el monto fijado como embargo sobre los bienes de Rodríguez Vagaría en la medida en que entendieron que el Juez de grado no tuvo en cuenta el grado de responsabilidad de cada uno de los imputados. A fs. 359/367 obra el informe presentado por el Dr. Diego Ignacio Richards ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvo y se refirió a los agravios expresados en el escrito de apelación. l) La defensa de Carina Azcano, a través del escrito de apelación que obra en fotocopias a fs. 153/154 de este legajo, descalificó como acto jurisdiccional válido lo decidido por el Juez de grado ya que entendió que carecería de fundamento. Indicó que la nombrada era una mera empleada administrativa del Estudio Jurídico de Juan Del Azar, y que fue éste quien se ocupó de todo el diligenciamiento para el cobro de las sumas que hacen al procesamiento de Azcano. Que lo único que ella hacía eran trámites bajo las órdenes de su empleador, quien disponía cómo y cuándo se hacían las cosas y que por comodidad para los trámites le había otorgado un poder a ella para realizarlos. Además, el delito se habría cometido cuando Azcano ya no trabajaba más para Del Azar y los pagos se habrían realizado cuando ella se encontraba fuera del país ya que se fue a trabajar a España. No conocía a las personas a nombre de cuales se hicieron las transferencias y no tuvo participación en el proceso de cobro y depósitos de las sumas que se manejaron en su ausencia. Señaló que la prueba no ha sido valorada totalmente, ya que los elementos existentes acreditan la ausencia de participación dolosa en los hechos investigados por parte de Azcano. Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario También solicitó que se deje de lado el embargo dispuesto sobre los bienes de la encausada y que el monto resulta desproporcionado e infundado. A fs. 368/372 obra el informe presentado por el Dr. Roberto Eugenio Sclocco ante este Tribunal en los términos previstos por el artículo 454 del Código de rito. Allí sostuvo y se refirió a los agravios expresados en el escrito de apelación. II. Respecto de los planteos de falta de fundamentación de la resolución efectuado por las partes, se advierte que los argumentos vertidos por las defensas técnicas se refieren al mérito o contenido de dicha decisión. La USO OFICIAL resolución puesta en crisis satisface los recaudos formales para el dictado del auto que se trata, ya que se encuentra realizado en observancia de las prescripciones establecidas por el artículo 123 del Código Procesal Penal de la Nación, por lo cual no se verifica que se den los extremos del artículo 166 y siguientes del mismo cuerpo legal y por ello se considera que se está frente al caso de absorción de la nulidad por la apelación. En este sentido, se ha dicho que: A...la absorción del recurso de nulidad por el de apelación es propio de los códigos modernos, porque como advertía Carnelutti se iba operando la absorción de la invalidación por la impugnación@ (Lucio, Genaert Willmar, Los recursos en el nuevo Código Procesal Penal, J.A. del 18/11/92, N° 5803, pág. 9) (confr. causa n° 13.771 AGuarda de Mennna@, Reg. 14.764 del 21/10/97 de la Sala II y sus citas). En esta ocasión se ha garantizado el pleno ejercicio del derecho de defensa de los encausados. Esto es así por cuanto, en las indagatorias se han efectuado referencias concretas de los hechos imputados señalándose los elementos de prueba que dan cimiento a cada imputación, los cuales posteriormente han sido considerados a la hora de resolver las distintas situaciones procesales. III. a) En la presente causa se investiga la posible comisión de un delito de acción pública por parte de Juan Cayetano Intelisano, Yolanda Mirta Eggink, Duilio Edgardo Lopez, Silvia Beatriz Macchi, Carina Andrea Azcano, Hernán Roberto Miguel Rodríguez Vagaría, Natalia Lidia Osores, Jorge Enrique Rodríguez, Dario Alejandro Morresi, Jorge Roberto Pallavicino, Walter Oscar Bonavera, Juan Holjevac y Juan del Azar, quienes fueron intimados -en los términos del artículo 294 del Código de rito- por la participación irregular que les cupo en el trámite del expediente CUDAP: EXP-S01:0102318/2003 (MECON) y su Anexo I - (actuación 058 - 07 INDER) y Anexo II -(actuación 059 - 07 INDER), en el que, sin que se contara con la competencia requerida, se resolvió una cuestión litigiosa de la liquidada Caja Nacional de Ahorro y Seguros. En junio de 2003 quedó radicado en la Subsecretaría Legal y Administrativa del Ministerio de Economía y Producción, en ese entonces a cargo de Osvaldo E. Siseles, el reclamo que se sustanció en el expediente referido impetrado por Gabriel Ernesto Fischer -FALLECIDO-, apoderado de Overseas Union Insurance Company Limites y otras compañías conocidas como el Accolade Pool, mediante el cual intimaron al cumplimiento de las sentencias que se habrían dictado en la Alta Corte de Justicia de Inglaterra y Gales el 25 de marzo de 1994 y el 30 de abril de 1997, mediante las cuales se habría condenado en rebeldía a la Caja Nacional de Ahorro y Seguro (CNAS) -por el supuesto incumplimiento de contratos de reaseguros- a pagar las sumas de libras 1.542.651,25, US$ 6.670.214,35 y $CAN 137.874,33 con más las costas judiciales en las jurisdicciones del Reino Unido de Gran Bretaña y de la República Argentina, por US$ 1.674.006. Luego de varias intervenciones, en el marco de dicho expediente, el 23 de octubre de 2007, se suscribió un Acuerdo de Conmutación entre los representantes de Accolade Pool -a los que se hará referencia más abajo- y el por entonces Subsecretario de Administración y Normalización Patrimonial, Juan Cayetano Intelisano, en representación de la CNAS, en el que se hizo lugar al reclamo impetrado; y el 25 de octubre de 2007 se produjo el dictado de la resolución nro. 200 dictada por el referido Subsecretario, en la que se aprobó el Convenio y se ordenó la transferencia del dinero desde la Tesorería General de la Nación a las cuentas bancarias de Jorge Roberto Pallavicino, Dario Alejandro Morresi y Jorge Enrique Rodríguez, por un total de cincuenta y tres millones novecientos sesenta y tres mil ciento doce pesos con cincuenta centavos Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario ($ 53.963.112,50), suma en la que se habría perjudicado a la administración pública nacional. Todo ello, con el conocimiento de que similar reclamo tramitaba, paralelamente, por la vía judicial y de que el Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial Federal Nro. 10, Secretaría Nro. 19, había resuelto, el 29 de diciembre de 2003 - expediente nro. 22.654/96 - desconocer la fuerza ejecutoria de la sentencia objeto de pretensión de la actora y de que dicho fallo había sido confirmado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal el 22 de noviembre de 2005. A cada imputado se le hizo saber la actuación que le cupo en la maniobra que se investiga, a lo que se sumó la circunstancia de que, las USO OFICIAL rogatorias libradas en el marco de esta investigación -para que se acompañase copia de la totalidad del proceso judicial en el que se dictaron las sentencias cuyo cumplimiento se reclamaba- fueron devueltas por la autoridad judicial inglesa informando que lo requerido no se relacionaba con un asunto civil y comercial allí tramitado. También conformó la intimación el detalle de la distribución de la suma total transferida en la que, Jorge Roberto Pallavicino recibió treinta y nueve millones trescientos noventa y tres mil setenta y dos pesos con doce centavos ($ 39.393.072,12); Jorge Enrique Rodríguez recibió nueve millones ciento setenta y tres mil setecientos veintinueve pesos con doce centavos ( $ 9.173.729,12) y Darío Alejandro Morresi recibió cinco millones trescientos noventa y seis mil trescientos once pesos con veinticinco centavos ( $ 5.396.311,25). A su vez, se dejó constancia de que, conforme surge de la causa conexa nro. 17.147/08 -donde se investiga la posible comisión del delito de lavado de dinero-, la suma girada a Pallavicino fue transferida al exterior mediante una operación de compra-venta de bonos y finalmente puesta a disposición de Juan del Azar; que Jorge Enrique Rodríguez y Darío Alejandro Morresi, una vez acreditado el dinero, libraron cheques a favor de “Compañía Donatel S.A.” y “Avincor S.A.”, respectivamente, los que fueron canjeados en operaciones de descuentos o presentados al cobro por empresas que no se encuentran en los domicilios declarados y en algunos casos son investigadas por la justicia en lo Penal Tributario. Como se dijo más arriba, Intelisano participó en el hecho investigado, por un lado, como Subsecretario de Administración y Normalización Patrimonial del Ministerio de Economía y Producción y por otro, en su función a cargo del Instituto Nacional de Reaseguro S.E. (en liquidación). Su actuación quedó plasmada, entre otros, en dos actos que resultaron trascendentales para configurar la maniobra analizada; por un lado, a través de la suscripción del Acuerdo de Conmutación del 23 de octubre de 2007 - fs. 417/424- y por el otro, en el dictado de la resolución nro. 200 del Ministerio de Economía y Producción del 25 de octubre de 2007 -fs. 434/440 foliatura Ministerio de Economía y Producción-, a través de la que se aprobó el Convenio celebrado y se ordenó la transferencia del dinero desde la Tesorería General de la Nación. También surge de dicho expediente administrativo que, Gabriel Ernesto Fischer, Carina Andrea Azcano, Hernán Roberto Miguel Rodríguez Vagaría y Natalia Lidia Osores, todos actuaron en representación de Accolade Pool, Juan del Azar como ex letrado de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, Yolanda M. Eggink como Directora General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía, Silvia Beatríz Machhi como abogada de la Coordinación de Negocios con el Exterior del INdeR (S.E. e.l.), Duilio Edgardo López de la Coordinación General del INdeR (S.E. e.l.), Jorge Roberto Pallavicino, Dario Alejandro Morresi, Jorge Enrique Rodríguez como receptores del dinero transferido, Walter Oscar Bonavera como apoderado de Dario Alejandro Morresi en la suscripción del Acuerdo de Conmutación y Juan Holjevac, en el carácter de titular de créditos de Accolade Pool. b) En primer lugar cabe referirse a la cuestión de competencia para suscribir los actos que conforman parte de la base fáctica de la imputación que se formulara a los encausados y que resultaron fundamentales para que la maniobra que se investiga pudiera llevarse a cabo. Varios de los imputados y en especial Intelisano, pusieron de manifiesto que la competencia para la firma del Acuerdo de Conmutación del 23 de octubre de 2007 había sido obtenida en agosto de 2006, por resolución de la Secretaría Legal y Administrativa nro. 237 del Ministerio de Economía, a partir de la cual se le asignaron transitoriamente las funciones de liquidador del INDER, que, en un Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario principio, iba a ser por pocos días hasta la designación de un titular -se habían calculado 30 días- pero que, finalmente, cumplió funciones desde agosto de 2006 hasta diciembre de 2007. Intelisano manifestó que, en ese período se desempeñó simultáneamente como Director General de Administración -cargo de carrera en el que se desempeñaba desde 1982-, como Subsecretario de Administración y Normalización Patrimonial y también como Liquidador del INdeR S.E. (e.l.), organismo éste que tenía a cargo la atención de los negocios de reaseguros activos y pasivos del mercado privado del exterior realizadas por la CNAS (ya liquidada), remarcó que ejercía la totalidad de las facultades que a su respecto tenía el liquidador de dicho Ente, conforme las normas vigentes que reglamentaban la liquidación del mismo. USO OFICIAL Ahora bien, más allá de las interpretaciones que se ha intentado dar a las normas relativas al INdeR y a la CNAS, lo cierto es que, el 6 de marzo de 2008 mediante la Resolución 35 emitida en el seno de la Secretaría Legal y Administrativa del Ministerio de Economía y Producción de la Nación, se resolvió iniciar acciones legales tendientes a obtener la declaración de nulidad de la Disposición N° 200 del 25 de octubre de 2007 (mediante la cual como se dijo, Intelisano -en el carácter de Subsecretario de Administración y Normalización Patrimonial- aprobó el referido Convenio de Conmutación también suscripto por él- y ordenó el pago antes referido) y a la vez, que se persiguiera el recupero de las sumas abonadas en virtud de ese acto. En los considerandos de la resolución se estableció que el acto viciado no se trataba de una mera incompetencia en razón del grado sino de una incompetencia en razón de la materia. Fundamentalmente, la decisión se apoyó en lo dictaminado por la Sindicatura General de la Nación el 5 de diciembre de 2007, la cual tras ser consultada al respecto, se remitió a su anterior intervención en el expediente S01:0102318/2003 (MECON), en el que a través de la Nota N° 4433/07 expresó que “la máxima autoridad del organismo deudor debería emitir su conformidad con los términos expuestos en el dictamen de la Coordinación de Negocios con el Exterior y de la Coordinación General, ambos del INdeR S.E (e.l.) contando asimismo con el acto aprobatorio correspondiente, emanado de funcionario competente…”. En su segunda intervención el Síndico, Dr. Claudio Moroni, destacó que claramente se había referido a la intervención de una autoridad distinta a la que ejercía el carácter de liquidador que debió haber aprobado su actuación. A su vez, expresó que la falta de dictamen previo del servicio jurídico permanente, no sólo configuró un apartamiento del artículo 7° de la ley 19.549, sino que impidió contar con una precisa atribución de competencia que respetara tanto la necesidad de contar con un control adecuado como la asignación de facultades para el dictado del acto que se trató; cuestiones compatibles con la atribución de competencias vigentes en ese Ministerio o con las que el Ministro en ejercicio de facultades propias estimase pertinentes. La resolución también se basó en la consulta que se había formulado en dicho expediente a la Procuración del Tesoro de la Nación, que con fecha 27 de diciembre de 2005 dictaminó que, de acuerdo a lo establecido en el Decreto N° 411/80 (t.o. Decreto N° 1265/87 – B.O. 2-9-87) reglamentario de la ley 17.516, correspondía al Ministro de Economía y Producción o al Secretario del área decidir sobre la propuesta formulada. A su vez, en la resolución se destacó la relevancia de lo establecido en el artículo 103 de la ley 11.672 (t.o. 2005), correlato del artículo 62 del texto ordenado 1999 de la misma ley, citado en la Resolución N° 563 del 11 de octubre de 2005 del Ministerio de Economía y Producción, que dio por concluida la liquidación de la ex CNAS (e.l.) a partir de los noventa (90) días de su publicación. Que esa medida ministerial declaró transferidos al Estado Nacional, a partir del cumplimiento de dicho plazo, los activos y pasivos determinados y contingentes y encomendó a la Tesorería General de la Nación la atención de los pagos que pudieran derivarse del proceso liquidatorio del Ente. La referida Resolución N° 35 estableció claramente que, al tiempo del dictado de la Disposición N° 200/07, la Subsecretaría de Administración y Normalización Patrimonial sólo tenía encomendada la atención y firma del despacho del INdeR (e.l.) (conf. artículo 1° de la Resolución 237/06 de la Secretaría Legal y Administrativa) y la atención de las tareas remanentes de la ex CNAS (e.l) (conf. artículo 14 de la Resolución 563/05 del Ministerio de Economía y Producción). Además, se hizo referencia a que, ante una consulta de la Subsecretaría de Administración y Normalización Patrimonial, el Servicio Jurídico Permanente de ese Ministerio hizo saber que su intervención se imponía en los casos en que el titular de dicho órgano actuara a cargo del despacho del Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario INdeR (e.l.) en virtud de los dispuesto en la Resolución N° 237/06 de la Secretaría Legal y Administrativa (conf. Dictamen DGAJ N° 176.296 del 30 de agosto de 2006). Frente a lo expuesto, cabe descartar el pretendido dilema que se trata de introducir con relación a quién resultaba competente para producir el dictado de la resolución en cuestión y corresponde abocarse a tratar la hipótesis delictiva que se investiga en este proceso penal. De cualquier forma, vale aclarar que, eventualmente, las consecuencias jurídicas que a cada rama del derecho le toca discernir –en el ámbito antes referenciado, el de la Administración Pública y en este caso, a la Justicia Penal- aún frente a hechos y circunstancias idénticas, en cada caso existen distintivos criterios de incorporación y valoración USO OFICIAL probatoria. Adviértase, en consecuencia, que cada rama del derecho ha perfilado institutos con características propias e inconfundibles, como ilegitimidad administrativa e ilicitud penal; o responsabilidad administrativa y responsabilidad penal; o vía recursiva administrativa y judicial; o suspensión de efectos del acto administrativo y medidas cautelares en el proceso penal. Va de suyo que el examen de circunstancias valoradas en sumarios administrativos, en modo alguno está orientado a constituir a la Justicia Penal como un instrumento idóneo para obstaculizar los procedimientos administrativos y procesos judiciales que se llevan adelante ante los órganos competentes, o para convertir el excepcional y restringido escrutinio del derecho penal en una suerte de proceso de amplia revisión de lo que -desde las señaladas ópticas jurídicas- se juzga en otros ámbitos especializados. Se trata de un elemento más de valoración que la Justicia tiene a su alcance y como tal será utilizado en este ámbito ( esta Sala, C.N° 43.595 “Páramo”, reg. 686, 15/07/10). A la batería de normas y resoluciones antes indicadas las cuales hubiesen permitido el efectivo ejercicio de los controles pertinentes respecto de la decisión que se estaba tomando se suman las constancias existentes en los Anexos I y II del referido expediente administrativo (actuación 058-07 y 059-07). Allí la Dra. Carla E. Herrera de la Coordinación Legal del INdeR y el Contador Marcelo Guido Gallopa, Auditor Interno, a la hora de recibir las notificaciones de las cesiones del crédito en cuestión, señalaron con fecha 23 de octubre de 2007 que en el expediente CUDAP S01:0102318/2003 no tramitaba ningún reclamo originado en la actividad reaseguradota del INdeR sino que se trataba de reclamos originados en la actividad reaseguradota de la CNAS. Que por tal motivo correspondía rechazar por parte del INdeR las cesiones notificadas, ya que el INdeR no mantenía ninguna deuda con Accolade Pool, y por lo tanto, no podía ser notificada como deudor por parte de las empresas mencionadas. Agregaron que en lo que respectaba a la CNAS, sin perjuicio de quien se encontraba a cargo de la gestión de sus negocios, era sabido que las deudas que pudiesen existir derivadas de la operatoria de tal organismo se encontraban en cabeza del Estado Nacional en razón de la normativa vigente y que, en ese contexto, correspondía hacer saber al Ministerio de Economía y Producción lo actuado en los expedientes bajo análisis a los fines de que, en virtud de las facultades conferidas tomase los recaudos que estimase corresponder y se encontrase debidamente notificado al momento de efectivizar algún pago relacionado con el objeto de las cesiones realizadas. Acto seguido puede leerse como el Dr. Edgardo López, en el carácter de Coordinador General del INDER S.E. (e.l.) se dirige a Intelisano, haciendo referencia a los informes realizados por Herrera y por Gallopa, efectuando una interpretación diametralmente opuesta a la plasmada en ellos, ya que indicó que entendía que correspondía prestar conformidad a las cesiones notificadas. El 24 de octubre de 2007 -es decir un día después de celebrado el Acuerdo de Conmutación- Intelisano, en el carácter de Subsecretario a cargo del INDER, presta conformidad a las sesiones notificadas. El quebrantamiento de las cuestiones formales a las que se ha hecho referencia conformó una parte necesaria en la maniobra investigada sin embargo no fue la única ya que, en las actuaciones administrativas labradas con relación a los reclamos efectuados por ACCOLADE POOL existían datos relevantes que hubiesen permitido, al menos, paralizar la decisión hasta obtener un pronunciamiento judicial que, de manera definitiva, resolviera la cuestión relacionada con la deuda reclamada. En un primer momento, en el año 1992, se formó el expediente CUDAP S01 0104291/2003 (ex 1902/01 del INdeR (S.E. e.l.) que contiene las actuaciones con motivo del exhorto en el marco de la causa “Overseas Union Insurance y otros c/CNAS” del expediente judicial nro. 1346, Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario Juzgado Civil y Comercial Federal Nro. 10 – Secretaría Nro. 19 de esta Ciudad. Allí se dio intervención a la Gerencia de Seguros Generales expidiéndose el Dr. Horacio Tamburrini, Gerente de Seguros Generales, quien informó que no resultaba factible anticipar montos de deuda explicando que la cuestión se complicaba aún más si se consideraba que algunos de los tomadores de negocios para La Caja, lo fueron en condición de administradores de Pool´s de suscripción. A ello agregó que la suscriptora de la mayoría de los contratos, Londinium Reinsurance Agency, habría volcado los mismos en el Pool Benelux, compuesto por La Caja y otras compañías y respecto del cual la Institución había negado su integración sobre la base de declarar como abuso de mandato al compromiso firmado en su nombre por Acir S.A.-–conf. fs. 28-. También se USO OFICIAL indicó la necesidad de expedirse sobre la aplicabilidad del instituto de la prescripción liberatoria –conf. fs. 29-. La documentación se remitió a un estudio miembro de Baker & McKenzie; se solicitó posición de la CNAS ante el reclamo y se indicó la falta de la demanda y de la consignación de los montos reclamados. Con relación a ello, el Dr. Alcides Losada, Interventor de la Gerencia de Asuntos Jurídicos, señaló que la Institución no se encontraba en condiciones de evaluar un curso de acción -conf. fs. 33-. Finalmente la CNAS habría sido condenada en el extranjero en rebeldía el 3 de diciembre de 1992. Con relación a ello el estudio Jurídico “Viale y Guerín” elaboró un informe en julio de 1994, haciendo referencia a los daños fijados en Libras 376.306,41; u$s, 2.023.165,90 y Can u$s 35.089,25, más intereses. Al respecto refirió que los contratos a través de los cuales la CNAS se hallaba involucrada en ese juicio, habrían sido suscriptos por Accolade Pool y retrocedidos por diversos brokers. En algunos casos, las participaciones habrían sido asumidas por la CNAS en forma directa y otras veces por intermedio de Acir, InterPool, Stetzel Thompson y Lindinium Reinsurance Agency, siendo esta última la suscriptora de una gran cantidad de contratos que integraban el reclamo judicial. Londinium cedió esos contratos en el Pool denominado Benelux, integrado por la CNAS y otras compañías y respecto del cual la CNAS había decidido rechazar desde su origen todos los negocios de reaseguros activos tomados en su nombre y representación por Benelux y Londinium (Resolutorio del Directorio 0080 del 13/1/83). Reiteró que era posible argumentar nulidades por la intervención de Benelux y Londinium, señalando la impugnación de contratos -conf. fs. 81/82. Respecto de este expediente realizó un informe la Dra. Silvia Macchi, el 20 de abril de 2001, desde la Coordinación Legal del INdeR - fs. 114-. Lo que surge de dicho expediente administrativo, sin duda, debió, alertar a los funcionarios que posteriormente intervinieron en el reclamo reconducido a través del expediente S01:0102318/2003 y conminarlos, en pos de velar por los intereses del Estado, al menos a postergar la decisión de pago hasta tanto se comprobara fehacientemente la viabilidad de cancelar la deuda. Aún suponiendo que ello no hubiese sido suficiente para proceder en un sentido distinto al que se les reprocha, hubiese bastado con que considerasen, nada más y nada menos, que los pronunciamientos de la Justicia Argentina en el trámite del exequátur, como se dijo, radicado ante el Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial Federal Nro. 10, Secretaría Nro. 19, en el que se había resuelto, el 29 de diciembre de 2003 -expediente nro. 22.654/96desconocer la fuerza ejecutoria de la sentencia objeto de pretensión de la actora; fallo que fue confirmado el 22 de noviembre de 2005 por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal. En la primer resolución el Juez Federal, Dr. Raúl O. Tettamanti, remitiéndose al dictamen de la Fiscal, Dra. María Josefina Uberti, desconoció la fuerza ejecutoria de la sentencia objeto de pretensión de la actora con fundamento en que no se había comprobado que emanase de un tribunal competente, requisito exigido por el artículo 517, inciso 1°, del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. A su vez, la Dra. Uberti dio abundantes razones para pronunciarse en el sentido en que lo hizo, habiendo destacado, entre otros argumentos, que según las reglas nacionales de jurisdicción internacional, la prórroga territorial de la jurisdicción sólo podía ser admitida voluntariamente en forma positiva y no ficta por parte del demandado; y eventualmente, en el caso de aceptarse la prórroga tácita de la jurisdicción internacional debía inferirse de actos procesales concluyentes, extremo que consideró no se daba en el caso. Con cita de Lino Palacio, destacó que el reconocimiento de la sentencia extranjera dependía primordialmente de la circunstancia de que el tribunal que la dictó se hallase provisto de competencia con arreglo a las disposiciones del derecho argentino, pues la falta de jurisdicción entrañaba la falta de autoridad y, Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario en definitiva, la falta de sentencia -conf. fs. 763/773 vta. de las copias de dicho expediente-. Todo ello, considerando una medida previa -que había quedado pendiente- a los fines de que mediante exhorto se intentase determinar, entre otras cuestiones, si las piezas presentadas en la demanda por la actora como emitidas por la Alta Corte de Justicia, División del Tribunal Superior, Tribunal de Comercio, de la Ciudad de Londres Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de acuerdo a las normas de ese país, se correspondían con sentencias válidas, si habían sido dictadas por ese Tribunal o si sólo constituían proyectos presentados por los demandantes a consideración de los magistrados que no gozaban del carácter de sentencia (el resaltado pertenece a este Tribunal) -conf. fs. 533/537-. USO OFICIAL A ello se sumó el fallo de la Cámara del fuero, en el que los Jueces, Dres. Ricardo Gustavo Recondo y Guillermo Alberto Antelo, confirmaron, como se dijo, lo decidido en primera instancia, agregando que no se hallaban reunidos los requisitos enunciados en los incisos 1°, 2° y 4° del artículo 517 antes referido y entre los consideraciones se expuso: “…el pedido de exequátur no cumple con las exigencias previstas en los incisos 2 y 4 del art. 517, ya que el Estado Nacional nunca tomó conocimiento del juicio (ver notificación de la demanda, fs. 54 y 55) ni por lo tanto, fue respetada su inmunidad de jurisdicción reconocida por la ley, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el derecho de gentes a fin de contribuir a las ‘bases del orden público internacional’…” -conf. fs. 816/820 vta.-. IV. a) Ahora bien, tras considerar las constancias acumuladas en la causa y las funciones inherentes a los cargos que ocupaba Intelisano, carece de sustento el argumento de defensa relacionado con que el nombrado extremó las medidas tendientes a asegurar la legalidad del acto y que se apoyó en los dictámenes previos de los abogados que intervinieron, intentando así deslindar la responsabilidad que le fue atribuida y atribuyéndose una intervención meramente formal en los actos administrativos que desencadenaron en los sucesos investigados. El comportamiento irregular al que se ha hecho referencia generó la disposición de fondos públicos a través de una maniobra que fue perpetrada con un alto grado de discrecionalidad en la que, valiéndose del carácter funcional tripartito que poseía, Intelisano impidió que su actuación fuera controlada. En efecto, de acuerdo a lo que surge del expediente administrativo S01:0102318/2003, Intelisano por un lado, el 23 de octubre de 2007 firmó el Acuerdo de Conmutación en representación de la CNAS, el 25 de ese mes y año, lo aprobó y ordenó el pago a través de la Resolución n° 200/07, en ambos casos como Subsecretario de Administración y Normalización Patrimonial y a su vez, aparece firmando las órdenes de pago como Director General de Administración. En el contexto descripto no puede válidamente suponerse que el Contador Intelisano haya actuado con desconocimiento de lo que en realidad ocurría, más allá de lo que pudiesen haber plasmado sus consortes de causa en los dictámenes a los que hizo referencia, máxime si se considera su alegada experiencia en la función pública; más bien se advierte cierta manipulación efectuada con relación a la información que se volcaba en el expediente administrativo de la cual se iban valiendo unos y otros para proseguir con el trámite irregular y, de ese modo, concretar la maniobra investigada. Tampoco puede sustentarse el argumento ensayado por la defensa de Eggink intentando justificar su accionar al referir que, dentro de la administración pública se ejercieron distintas funciones; por un lado, la actuación del cuerpo de abogados del Estado contestando una demanda en un pleito judicial, quienes se encontraban obligados procesal y funcionalmente a oponer excepciones, negar y desconocer hechos, contradecir las afirmaciones de la demandante, cuestionar los documentos aportados, etc.; y por el otro, del dictamen de profesionales al frente de áreas que tenían a su cargo la liquidación de entes residuales que arrastraban pasivos, acreencias, obligaciones, conflictos, demandas y pleitos de antaño. Es precisamente el argumento de descargo que es utilizado por la encausada el que desvanece cualquier intento de justificación de su accionar como Directora de la Dirección General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía y Producción de la Nación respecto de su intervención a fs.104, 173/176, 188, 221, 234/239, 271, 273, 278/285, (foliatura INdeR refoliado) del expediente CUDAP: EXP - 01:0102318/2003. Ello por cuanto del estudio de los antecedentes del caso invocado por la parte- surgía claramente lo resuelto con relación al tema por la Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario Justicia Argentina, es decir que, la actuación de los abogados del Estado, no se trató -según lo que alegó la defensa de Eggink- de un mero cumplimiento de disposiciones formales desvinculadas de la realidad sino que las excepciones interpuestas fueron receptadas favorablemente e incluso reforzadas con los argumentos expuestos por los Magistrados Nacionales mencionados más arriba. Tales extremos no eran desconocidos por la encausada dado que se advierte que los mecanismos de intercambio de información del Organismo funcionaron de manera eficaz. Ello surge, también, de las distintas actuaciones administrativas a las que se ha hecho referencia, en razón de lo cual, se advierte, como se dijo, una manipulación de la información destinada a que se concretaran USO OFICIAL los pagos reclamados. Cabe efectuar un paréntesis a fin de señalar que así como la Dra. Eggink propició favorablemente el pago a Accolade Pool que hoy analizamos en este ámbito judicial, oportunamente también lo había hecho con la empresa Universal Marine Insurance Company (UMIC) -hasta la elaboración su último dictamen emitido el 25 de agosto de 2006 que obra a fs. 278/285 del expediente CUDAP: EXP - 01:0102318/200). UMIC se había presentado en sede administrativa de manera simultánea con Accolade Pool -con los mismos representantes legales- reclamado una deuda por u$s 1.500.000 mas intereses por la suma de u$s 1.271.293,37 y costas por u$s 492.114. Más allá de los dictámenes favorables para la empresa por parte de Eggink, desde un inicio, obraba a fs. 103 de dicho expediente, el Memorando G.A.J. N° 2219/03 emitido el 3/10/2003 por los Dres. Daniel Sallent y Liliana Inés Spataro pertenecientes a la Gerencia de Asuntos Jurídicos, en el que, entre otras cuestiones, señalaron que con relación al reclamo UMIC, tenidas a la vista las actuaciones remitidas en seis cuerpos, la Asesoría entendía que no había una oferta de pago incumplida, ya que el contrato nunca había sido perfeccionado, toda vez que la propuesta formulada no había sido aceptada, y de las constancias obrantes sólo surgía un ofrecimiento de pago por parte de la CNAS, donde expresamente se esperaba la conformidad por parte de los liquidadores de UMIC para formalizar el acuerdo, el que a partir de los antecedentes, nunca se había efectuado. Asimismo, sostuvieron que, tampoco se estaría afrontando un juicio en Baton Rouge en el que habría sido decretada la rebeldía de la CNAS, dado que dicho juicio había sido desistido por UMIC en el año 1995, y no surgía de los actuados que el mismo hubiera sido reanudado, y sólo se desprendía que el impulso de UMIC había sido en mayo de 2003 cuando procedió a notificar el supuesto incumplimiento del convenio sin alusión alguna a juicios en trámite o resolución judicial al respecto. Finalmente, con relación al basamento de los reclamos de UMIC expresaron que tampoco surgía que no hubieran sido objeto de disputa o que se encontrasen consentidos, a la luz de lo actuado en el expediente CUDAP: EXP - S01:0122831/2003. Pese a las advertencias, el reclamo de UMIC y la opinión favorable de Eggink se mantuvo en pie hasta la emisión de la Nota SSL N° 09706 del 14 de noviembre de 2006 -conf. fs. 323- por parte de la Subsecretaria Legal del Ministerio de Economía, Dra. Alejandra Tadei, en la que, en base a los antecedentes existentes se pronunció diciendo que no surgía que UMIC fuera titular de derechos reconocidos por sentencia condenatoria con la Caja. Llamativamente, a partir de esa actuación no se efectuó una nueva alusión a ese reclamo y los representantes legales de las empresas, sin emitir opinión alguna con relación al tema, continuaron el reclamo únicamente por la empresa Accolade Pool. El plexo cargoso existente en contra de Eggink permite homologar lo decidido por el Juez de grado con relación a la responsabilidad que prima facie cabe asignarle en el hecho en los términos previstos por el artículo 306 del Código de rito. En el mismo contexto cabe valorar la actuación de quienes manejaron los últimos tramos de la maniobra en momentos previos a la firma del Acuerdo, el Dr. Duilio Edgardo López, en el carácter de Coordinador General del INdeR, a quien se le enrostraron sus actuaciones de fs. 325, 326, 352, 366/368, 382, 415 (foliatura INdeR refoliado) del expediente CUDAP: EXP S01:0102318/2003 y de fs. 34, 36, 53 y 56 de Anexo I - (actuación 058 -07 INDER) y 28, 30, 51 y 54 del Anexo II - (actuación 059 - 07 INDER); y la Dra. Silvia Beatríz Macchi, quien a la fecha de los hechos que se investigan era letrada de la Coordinación de Negocios con el Exterior del INdeR y la que en forma concreta se le enrostra haber intervenido a fs. 353, 356/365, 383, 403, Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario 405(foliatura INdeR refoliado) del expediente CUDAP: EXP - S01:0102318/2003 y de fs. 29 de Anexo II - exp. 59/07 y fs. 35 Anexo I expte. 058/07. La actuación de los nombrados no se adecuó de manera a alguna a la actitud que hubiera sido esperable tras considerar, como lo hicieron, las constancias administrativas y judiciales que enmarcaban la cuestión. En efecto, la Dra. Macchi a la hora de referirse a la sentencia extranjera cuyo cumplimiento se reclamaba, el 13 de agosto de 2007, efectuó un memorando en el que plasmó un pormenorizado detalle de los distintos antecedentes del caso, entre los que se encontraban referenciadas las sentencias dictadas por los Tribunales locales en los que se tramitaba el exequátur, a lo que USO OFICIAL sumó el desarrollo de aspectos analíticos relacionados con la cuestión, haciendo referencia, entre otras cuestiones, a que “…casi todas las leyes procesales vigentes en el mundo entre las cuales se encuentra la Argentina, reconocen, bajo ciertas condiciones, la eficacia de las sentencias pronunciadas en el extranjero, y autorizan a promover su ejecución dentro de los respectivos territorios. [ ]… en todas las categorías las autoridades del Estado requerido, conservan la potestad de calificar la jurisdicción de la autoridad requirente. [ ] Sin lugar a dudas el examen en la jurisdicción convocada denominado ‘exequátur’, convierte la decisión extranjera en un título ejecutivo entendiendo que no existe ejecución de sentencias extranjeras sin previo reconocimiento.” (el resaltado pertenece a este Tribunal); posteriormente efectuó distintas consideraciones relacionadas con la inmunidad de los Estados, la inmunidad de jurisdicción e inmunidad de ejecución, para concluir, aunque sin hacer especificaciones con el caso concreto, que interpretaba que existía la posibilidad de que la parte actora pudiera embargar para luego ejecutar bienes del Estado Argentino en otro país, indicando que, todo ello, en vistas de que no se había puesto en tela de juicio que La Caja hubiera sido condenada al pago de las sentencias por un tribunal extranjero. También, cabe poner de manifiesto algunas de las consideraciones efectuadas por Macchi a la hora de acompañar a la Coordinación General del INDER, a cargo de López, el proyecto de Acuerdo de Conmutación, que posteriormente fue firmado. Allí consignó que se modificaba la jurisdicción y la ley aplicable de los contratos originales lo cual podía dar motivo a controversia. Recuérdese que esas cuestiones habían sido las que se debatieron en sede judicial con los resultados antes señalados. Además, aún cuando tales contratos no fueron habidos, lo trascendente fue que en la cláusula octava, denominada “Jurisdicción y Ley aplicable” se estableció que el Acuerdo sería homologado ante la Alta Corte de Justicia de Inglaterra y Gales (conf. fs. 405 y 414 de dicho expediente). A su vez, en dicha actuación la Dra. Macchi consideró que era innecesario acompañar copia de las sentencias originales ya que ellas lucían agregadas en el expediente 1902/01-0 que formaba parte de la actuación en trámite. Tal como se expuso arriba, esa información no era cierta. La Dra. Macchi trabajó de manera fusionada con el Coordinador General del INDER, Dr. Duillo López, quien en todo momento se hizo eco de lo actuado por la nombrada conforme surge de las constancias en las que intervino. Más arriba también se ha hecho referencia a la actitud asumida por López en los Anexos I y II donde se sustanciaron las cesiones de créditos de Accolade, en los que constan los informes realizados por Carla Herrera y por Marcelo Gallopa, en la que asumió una posición que se contradecía con lo dictaminado por dichos profesionales. Con relación a ello, cabe aquí destacar lo expuesto a fs. 367 de la causa principal por Carla Eugenia Herrera, a cargo de la Coordinación Legal del INdeR, quien, entre otras cuestiones, aclaró que había que diferenciar los actos en los cuales Intelisano actuaba como liquidador del INDER, en cuyo caso la Coordinación Legal era el servicio jurídico a su cargo -de Herrera-, y cuando actuaba como Subsecretario, el servicio jurídico sería el del Ministerio. Asimismo, la testigo expresó que si bien no le constaba que dicha opinión hubiese sido plasmada formalmente en algún expediente o acto administrativo, su opinión se realizó como respuesta a una consulta que le fuera formulada por López o Intelisano para febrero o marzo del año 2007. A su vez, acompañó una copia de ese dictamen al expediente que había reservado en un bibliorato de la Coordinación a su cargo. Frente al panorama descripto, no puede considerarse válido el argumento de defensa ensayado por López con respecto a que nada decidía con relación al tema en cuestión sino que acataba una orden dada por Intelisano. Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario Las circunstancias que relataron Macchi y López tratando de justificar sus actuaciones, de ningún modo los autorizaban a apartase de los deberes que ambos tenían a su cargo. En efecto, la activa participación que les cupo en la sustanciación del expediente en cuestión y que era precisamente a través de los elementos allí colectados que podía efectuarse una valoración jurídica sobre la conveniencia de aceptar la propuesta realizada por Accolade Pool, trasuntada en la opinión favorable que emitieron en sus dictámenes revestían un soporte técnico de trascendencia que permitió concretar la maniobra investigada. El Tribunal entiende que existen plurales concordantes y suficientes elementos probatorios como para responsabilizarlos a priori por las USO OFICIAL irregularidades detectadas en los términos previstos por el artículo 306 del Código de rito. b) Luego de lo expuesto con relación a los funcionaos públicos cabe analizar el accionar del resto de los imputados que participaron en el suceso, sin los cuales hubiera sido imposible que se perpetrara la maniobra investigada. Cabe destacar la trascendente intervención que le cupo en los hechos a Juan Del Azar durante todo el desarrollo de los sucesos que se analizan. En efecto, a poco de iniciarse el expediente administrativo S01 0102318/2003 al que venimos haciendo referencia, el Estudio Jurídico “Azar & Freyre, Abogados” con fecha 22 de julio de 2003 aparece produciendo un informe -suscripto por Juan del Azar- relacionado con los dos reclamos que se sustanciaban allí, uno por UMIC -Memorandum N° 214/03- y otro por Accolade Pool -N° 215-. En el último de ellos -que es el aquí interesa- se analizó la situación de la CNAS con respecto a Overseas Union o Accolade Pool. En líneas generales, se concluyó que, a la CNAS se le habían acotado los márgenes de maniobra y que sólo podía negociar con rapidez para evitar mayores perjuicios y costos legales. Al entender del letrado del Azar no existían defensas posibles para oponer a la altura en la que se encontraba el proceso, y señaló que en virtud de los convenios vigentes, las sentencias dictadas en el Reino Unido de Gran Bretaña eran ejecutables en otros países, como los Estados Unidos de América. En otro orden de ideas sostuvo que la firma patrocinante de Overseas Union - Stephenson Harwood- contaba entre sus clientes a un importante fondo buitre tenedor de una significativa cantidad de bonos de la deuda soberana argentina, lo que hacía aconsejable, a su criterio, tomar con seriedad los términos de la intimación a la que se hacía referencia. Además indicó que los reclamos que motivaron dicho juicio eran contratos de reaseguros activos celebrados por la CNAS en carácter de reasegurador, los cuales nunca habían sido objeto de disputa y todos los resúmenes comunicando los débitos por reaseguros adeudados siempre habían sido consentidos. Culmina destacando que por la seriedad y prestigio profesional de Stephenson Harwood (abogado actuante en representación del Accolade Pool) era absolutamente improbable la existencia de pagos que pudieran oponerse a la intimación. Tras lo cual aclaró que las diferentes reclamaciones en el procedimiento civil inglés son precedidas de declaraciones juradas formuladas por los abogados, lo que eliminaría toda posibilidad de fraude procesal. Cabe destacar que, de acuerdo a los informes que obran a fs. 1593/95 y 1787 de la causa principal brindados por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, el Dr. Juan del Azar no habría cumplido funciones como abogado o asesor de aquél, ni del INdeR ni de la CNAS. Al respecto el encausado señaló que tal circunstancia no podía utilizarse como prueba de cargo en su contra ya que, entendía que era precisamente eso lo que le habría permitido, por un lado actuar a modo de colaboración a requerimiento de los funcionarios y por otro como árbitro en el convenio celebrado entre los apoderados de las empresas acreedoras y el gestor Holjevac. En dicho marco, no resultan sustentables los argumentos esgrimidos por Juan del Azar intentando mostrar que la referida actuación se encontró desvinculada del resto de las intervenciones que tuvo, ya sea de manera directa o través de terceros que actuaron bajo sus órdenes. Sólo de manera ingenua podría tenerse por cierto que, sus intervenciones se produjeron de manera aislada en cada caso. Que sin ninguna otra connotación que una simple recomendación sugirió a los abogados que tenían la representación judicial de Accolade Pool a Gabriel Ernesto Fischer para que representara los intereses de dicho grupo en sede administrativa y que como éste no contaba con asistencia de empleados le recomendó a Carina Andrea Azcano. Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario A ello se suma que fue también del Azar quien introdujo a Natalia Lidia Osores, Hernán Rodríguez Vagaría, a Juan Holjevac y a Walter Bonavera, encargados del trámite del expediente y a Rodríguez, Morresi y Pallavecino, que fueron quienes completaron los trámites a efectos de que se depositase en sus cuentas las sumas de dinero transferido y luego dispusieron lo necesario para que se pudiese contar con el dinero en efectivo. Tal como ha sido valorado por el Juez de grado, no puede soslayarse que todos los que actuaron por Accolade Pool lo hicieron a instancia de los poderes que les fueran promovidos por Juan del Azar. Dicha circunstancia no coloca en mejor situación a estos últimos quienes invocaron como argumento de defensa el hecho de que hubiera USO OFICIAL sido del Azar quien instruyó los poderes y controló las presentaciones efectuadas en el sumario, además de haber dispuesto en efectivo o en sus cuentas corrientes los $ 39.393.072,12 girados a Pallavicino. De acuerdo a lo examinado, se trató de una maniobra compleja que distó de materializarse en simples manifestaciones carentes de significación jurídica, sino que se configuró con la realización de presentaciones de propuestas y/o pedidos en sede administrativa que determinaron los pasos del expediente en cuestión, como así también de representación en las cesiones de crédito de Acoolade Pool, en un primer momento por parte de Azcano, y en la etapa final por parte de Osores y Rodríguez Vagaría, según el caso, y en la firma del Acuerdo de Conmutación por parte de ambos. A ello se suma que se estaban disputando sumas millonarias que, a su vez, conformaron una cadena de cesiones y de transferencias bancarias de dinero que, de manera directa o indirecta, tuvieron como denominador común a Juan del Azar. Tales circunstancias analizadas en el contexto referenciado impiden restar responsabilidad en los sucesos a los encausados. Juan del Azar, también, fue quien se interesó por los servicios de Holjevac y mantuvo las negociaciones con éste por el porcentaje del reclamo que sería cedido, ello según lo dicho por Holjevac, Bonavera y Rodríguez. En cuanto a la participación de Holjevac y Bonavera se advierte que estos habrían tramitado el sumario a partir que se realiza la propuesta de cobrar en bonos en el marco del expediente administrativo, y que también interactuaron con los funcionarios que llevaban adelante el expediente administrativo hasta que se concretó el pago. El propio Juan del Azar señaló que Holjevac fue quien en todo momento informaba sobre el avance de las gestiones de cobro, refiriendo que la gestión legal habría estado a cargo de Bonavera. Esto último se corresponde con lo informado por la abogada del INdeR, Dra. Carla Herrera y con la tarjeta personal del nombrado abrochada a la carpeta de uno de los anexos formados para las cesiones de cobro. A su vez, al igual que lo hizo el Juez de grado, cabe resaltar y concluir en la connivencia de los intervinientes, a la luz del tratamiento dado en el ámbito del INdeR a las cesiones presentadas, las cuales, como se dijo más arriba, nunca fueron notificadas al deudor que estaba siendo cedido y fueron aprobadas sin mayores explicaciones cuando el Acuerdo de Conmutación ya estaba firmado. Es decir, aquellos que firmaron el Acuerdo de Conmutación como acreedores del Estado todavía no habían sido reconocidos en tal carácter. También resultaron necesarias a la consumación de la maniobra los aportes prestados por Dario Alejandro Morresi, Jorge Enrique Rodríguez y Jorge Roberto Pallavicino, quienes intervinieron en las cesiones en el Acuerdo de Conmutación y luego de ser cedidos en los créditos, en el caso de Morresi por intermedio de Bonavera, aportaron las cuentas bancarias a las que fue transferido el dinero, completando para ello la documentación necesaria para registrarse como titulares de las sumas que de manera irregular se resolvía pagar en el marco del expediente administrativo. Se puede agregar que Rodríguez tuvo conocimiento de la actividad de Holjevac y Bonavera desde un inicio, Morresi argumenta una gestión de cobro, que a partir de la relación laboral que mantenía con los nombrados y en el contexto que se produjo, parece indicar más bien que su función en la maniobra era aportar una cuenta bancaria que permitiese diluir el destino final que se daría al grueso de los fondos. A lo expuesto cabe agregar que, de momento, no se ha logrado determinar si los fondos llegaron fehacientemente a quienes habrían, formalmente iniciado el reclamo administrativo, es decir, las empresas del Accolade Pool. Resulta paradójico, lo expresado por del Azar en su descargo a la hora de ser preguntado por el dinero que fue girado a la cuenta bancaria de Jorge Roberto Pallavicino, el que fue posteriormente depositado vía Pérez Montero Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario Bursátil, luego de ser cambiado por bonos y luego por dólares americanos, en cuentas bancarias a su nombre radicadas en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos y de Ginebra, Suiza. Al respecto, indicó que actuó como agente de percepción y pago y que esos fondos fueron remitidos a los acreedores aunque, la confidencialidad impuesta a la tarea arbitral que había desarrollado le impedía brindar cualquier información sobre los montos distribuidos a cada uno de los acreedores. El análisis de los elementos incorporados a la causa resultan suficientes para proceder al dictado del auto de procesamiento de los nombrados al inicio en virtud de lo cual, habrá de homologarse lo decido por el Juez de grado en los términos del artículo 306 del C.P.P.N.. USO OFICIAL c) En atención a lo expuesto en el último párrafo del apartado que antecede, una vez que sean devueltas las actuaciones, el Juez grado deberá arbitrar los medios necesarios a fin de determinar si las empresas que conformaron el Accolade Pool percibieron el dinero que salió del Ministerio de la Tesorería General de la Nación. V. En base a los hechos que se han descrito en los párrafos precedentes, el Juez de grado consideró que los apelantes resultaban prima facie penalmente responsables del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública (art. 174, inciso 5°, en función del 173, inciso 7 del C.P.) y, según el caso, encuadró el accionar de los encausados como autores o partícipes primarios del hecho. El Juez de primera instancia se ha referido de manera amplia a los aspectos analíticos de la figura penal indicada, citando abundante doctrina y jurisprudencia en razón de lo cual, cabe remitirse a tal exposición. En efecto, a la luz del marco fáctico que se tiene por probado, cabe concluir que las características de las actividades desarolladas por Juan Cayetano Intelisano, Yolanda Mirta Eggink, Duilio Edgardo Lopez, Silvia Beatriz Macchi satisfacen, en primer término, los elementos requeridos por la figura de adminsitarción infiel en perjucio de la administración pública (art. 174 inc. 5to. en función del art. 173 inc. 7mo. del Código Penal). El primero de los elementos típicos de la figura mencionada hace referencia al sujeto activo que llevará adelante la conducta disvaliosa. La norma prescribe que será reprimido aquel que A...por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico tuviere a su cargo el manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos ...@. Ello significa que la persona a la que se le impute el hecho debe haber arribado a la administración por algunos de estos medios taxativamente enunciados por la norma. En este sentido se ha expresado ya la doctrina al admitir que AEl sujeto activo está señalando que se trata de un tipo especial, es decir, define una esfera de autores limitada por la ley@ (Confr.Baigún - Bergel AEl Fraude en la Administración Societaria@, Ed. Depalma, Bs. As. 1991, pág. 122. Los autores citaron en este punto “Tratado de Derecho Penal” Maurach, traducción de Córdoba Roda, Ed. Ariel, Barcelona, 1962, pág. 290), por lo que la adecuación al tipo objetivo del sujeto activo estará reservada solamente a aquellos a quienes voluntariamente -y a través de los mecanismos establecidos- se otorgó facultad de administrar bienes ajenos. Implica esto que serán sujetos activos únicamente los administradores naturales, es decir los que nacen por imperio de la ley o de un acto jurídico, quedando excluidos por ello, aquellos llamados “de hecho”. Habida cuenta del carácter “especial propio” de la figura, los autores de los hechos investigados resultan los funcionarios públicos que eran quienes detentaban la administración de los bienes del Estado, mientras el resto de los encartados resultan partícipes necesarios de la maniobra. A mayor abundamiento, cabe agregar que la exigencia de perjuicio económico para tener por configurado el delito de defraudación por administración fraudulenta se ve satisfecha con la violación al deber de respetar un mecanismo legal determinado, extremo que se comprobó en el caso, dado que de haber existido, se hubiese podido obtener un resultado más favorable y ventajoso para el Estado Nacional (conf. esta Sala I, C. N° 39.066 “Onofre Lotto”, reg. 25 del 06/02/07 y sus citas). Con relación al monto de los embargos que ha sido cuestionado por los apelantes se estima que los agravios expresados no resultan suficientes para conmover el criterio adoptado por el Juez de grado, en virtud de lo cual, habrán de confirmarse la sumas establecidas a cada uno de ellos. VI. Poder Judicial de la Nación 2010 - Año del Bicentenario Por último no pueden soslayarse las manifestaciones vertidas por la defensa técnica de Juan Cayetano Intelisano en el escrito glosado a fs. 408/50, en lo concerniente a la actuación de los funcionarios de la Sindicatura General de la Nación, a través de la suscripción de la nota n° 4433/07 y su antecedente -ambos incorporados en el expediente administrativo n° S01:102318/03-, a partir de las cuales se torna necesario ahondar la presente pesquisa, encaminada a deslindar la posible responsabilidad que podría caberle a aquellos en los hechos que conforman el objeto procesal de este legajo. En razón de las consideraciones que anteceden, el Tribunal RESUELVE: I. RECHAZAR las nulidades interpuestas en autos de USO OFICIAL acuerdo con lo expresado en el considerando II. II. CONFIRMAR la resolución recurrida en todo cuanto decide y fuera materia de apelación. Regístrese, hágase saber al Ministerio Público Fiscal y devuélvase para que se practiquen el resto de las notificaciones y se prosiga la investigación en el sentido indicado en el punto VI. de los considerandos. Sirva la presente de atenta nota de envío. JORGE L. BALLESTERO - EDUARDO R. FREILER EDUARDO G. FARAH ANTE MI: SEBASTIÁN CASANELLO