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LECCIÓN
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JUSTICIA Y ESPERANZA
¿Qué es la justicia, desde el punto de vista bíblico?, ¿Es portarse bien y cumplir todas las enseñanzas
bíblicas, o vivir una experiencia maravillosa de comunión diaria con Jesús?, ¿Qué hacer cuando deseas ser
bueno y no puedes?, ¿Qué esperanza te da Jesús? Veamos.
En este mundo reina la injusticia porque la humanidad es injusta. Y la injusticia, con sus injustos, produce
leyes, gobiernos y prácticas injustas. Esto nos motiva la siguiente pregunta: ¿Cuántos seres humanos son
justos? De acuerdo con Eclesiastés 7:20, no hay ninguno, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra,
que haga el bien y nunca peque”. Así que cuando tú buscas justicia o trato justo de los demás, pues
esa justicia es relativa.
Ahora, ¿cuál es la dramática situación de la persona injusta? “Desde la planta del pie hasta la cabeza no
hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suaviza-
das con aceite” (Isaías 1:6). Entonces, la injusticia enferma al hombre y le causa trastornos, puesto que
esta se relaciona con el pecado.
Una de las cosas impresionantes es la justicia de Dios, y su carácter justo está revelado en su Palabra.
Según la Biblia, ¿qué merece el ser humano por ser injusto o pecador? “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Entonces,
la injusticia humana conduce a la muerte. Aun cuando Dios es testigo de la conducta del hombre injusto,
no le desea su mal. Según Ezequiel 18:32 , ¿cuál es la actitud de Dios hacia el injusto pecador? “Porque
no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”. Este es un llamado
impresionante. Dios mismo dice que no quiere que el injusto muera; quiere que viva. En este punto es
donde nace la esperanza para el injusto.
Solo puedes “vivir” si te conviertes. ¿Cómo puedes ser convertido y volverte justo? “Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él ” (2 Corintios 5:21). La justicia nuestra es injusticia. Para que el hombre pueda llegar a ser justo, necesita aceptar
a Cristo como su Salvador. Si no lo hace, continuará siendo injusto.
En Jesús eres hecho “justicia de Dios” por dos motivos. Primero, él te perdona. Pero eso no es todo.
¿Qué más promete el Señor que hará en tu vida? “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad ” (1 Juan 1:9). Date cuenta que para ser justo
no es suficiente ser perdonado. También debes ser purificado. Entonces, ¿qué es necesario hacer además
de confesar tus pecados? “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se
aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13). ¿Puedes apartarte del pecado por tus propias fuerzas?: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien,
estando habituados a hacer mal? ” (Jeremías 13:23).
Nuestra injusticia está en nuestro ser, y aunque buscáramos liberarnos por nosotros mismos de ese
mal, jamás podríamos lograrlo, a no ser por el auxilio de un Poder superior. Entonces, ¿cuál es la única
solución para ti? Según 1 Juan 3:9, la única solución es nacer de Dios “Todo aquel que es nacido de Dios,
no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de
Dios”. Este nacimiento es posible cuando nos entregamos a Cristo y lo aceptamos como nuestro Salvador
personal.
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