TLC aprobado, pero ojo con los transgénicos Lescano

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TLC aprobado, pero ojo con los transgénicos
16 de enero - Perú 21
Eduardo Zegarra, investigador principal de GRADE
La promulgación del Tratado de Libre Comercio (TLC) nos coloca ya en la fase de implementación
de las normas e instituciones necesarias para aprovechar mejor las oportunidades y evitar los
potenciales costos en la economía peruana.
Uno de los riesgos importantes, por ejemplo, es la posible difusión de material transgénico en
nuestra agricultura. Esto puede ocurrir por el previsible aumento del comercio agrícola con Estados
Unidos, país que produce y exporta alimentos transgénicos a escala masiva y que busca también
exportar tecnologías patentadas detrás de esos productos (esta tecnología consiste en transferir
material genético -generalmente de otra especie- a un cultivo para obtener una mayor resistencia a
plagas o a ciertos herbicidas, por ejemplo).
Uno de los mayores peligros se refiere a las agroexportaciones dirigidas a mercados clave como
Japón y la Unión Europea (donde el Perú vende actualmente un 70% de productos agrarios). Estos
países no toleran la entrada de alimentos transgénicos o de animales (por ejemplo, aves)
engordados con granos transgénicos. No por casualidad Chile -que tiene TLC con Estados Unidos,
pero cuyo comercio agrícola más importante es con Europa y con Japón- prohíbe y controla
férreamente el uso de material transgénico en sus procesos productivos internos, precisamente
para proteger sus exportaciones de frutas, hortalizas o salmón hacia esos mercados.
Existe un enorme debate internacional sobre si los productos transgénicos son beneficiosos para el
desarrollo del sector agrario, o si afectan a la enorme biodiversidad de países como el nuestro, o si
ponen en riesgo la salud de la población que los consume. En el caso peruano, además, esta
tecnología debe mirarse con cuidado pues somos un país que puede ganar más exportando
productos libres de transgénicos que de otra manera. Al respecto, un reciente estudio ha
demostrado que la presencia de material transgénico en los cultivos de maíz en la costa central
peruana ya viene ocurriendo (*). Si se valida este importante descubrimiento, y si se profundiza el
proceso con un tratado de comercio sin mayor regulación interna, podríamos estar aumentando el
riesgo para las agroexportaciones peruanas a mercados importantes y dinámicos como los
señalados. Se afectaría nuestra imagen de nación productora y exportadora de productos libres de
transgénicos. Esto también limitaría nuestras posibilidades de exportar artículos orgánicos a nichos
exclusivos y altamente disputados.
El tema de fondo es, entonces, la falta de control y la ausencia de una adecuada regulación de
estos productos y tecnologías, más aún con un acuerdo comercial ad portas. Tenemos ya pactos
internacionales y normas internas que nos permiten regular la entrada de estos productos y de la
tecnología correspondiente. Sin embargo, hasta la fecha, el Gobierno no ha aprobado los
reglamentos cruciales para otorgar la capacidad sancionadora necesaria en el tema a entidades
sectoriales como el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) o la Dirección General De
Salud Ambiental (Digesa). Estos reglamentos deben ser aprobados inmediatamente y se les debe
asignar recursos a las autoridades para una adecuada regulación.
Nuestro país debe prepararse seriamente para aprovechar el TLC y no lamentarnos luego por
haber aceptado alegremente la libre entrada de productos controversiales debido a que no se
contó con una capacidad real de control de un proceso que, difícilmente, podrá revertirse una vez
iniciado.
(*) Antonieta Gutiérrez Rosati (2007). 'Organismos vivos modificados (OVM): Retos y acciones pendientes'.
Informe de Investigación presentado ante las autoridades peruanas.
Lescano pide se apruebe norma que regula la venta de alimentos transgénicos
Diario El Comercio - 13 de enero 2008
El congresista Yonhy Lescano solicitó a la Comisión de Defensa de Consumidor del
Congreso acelerar la aprobación del proyecto de ley que exige que todos los alimentos
transgénicos lleven una etiqueta que advierta que son productos genéticamente
modificados.
"El TLC va a aumentar la posibilidad de que los peruanos vayamos a consumir productos
transgénicos. En algunos casos debería prohibirse su venta y en otros debería advertirse al
consumidor, porque pueden resultar altamente peligrosos para la salud", señaló Lescano a
elcomercio.com.pe.
Como se recuerda, Aspec denuncióque, por ejemplo, muchas de las empresas que
producen leche de soya en el Perú se niegan a revelar si su producto posee elementos
modificados genéticamente. Por ello, solicitó que sea un deber indicarlo en una etiqueta, tal
como lo plantea el proyecto de ley presentado hace algunos meses por Lescano.
Según el congresista, a pesar de las presiones que puedan ejercer las empresas de
alimentos para evitar regular la venta de transgénicos, dijo que es necesario velar primero
por el interés de los consumidores.
Sin embargo, lamentó que actualmente la Comisión de Defensa del Consumidor no haya
mostrado mayor voluntad política para sacar adelante el proyecto de ley sobre alimentos
genéticamente modificados, así como otras propuestas importantes que siguen esperando
su aprobación. "Tal vez los lobbys convencen más que la necesidad de la gente", señaló.
Empresas de alimentos no revelan si usan transgénicos
Diario Perú 21 - 12 de enero 2008
- Al negarle información al consumidor, compañías estarían actuando ilegalmente.
- Sociedad Nacional de Industrias dice que tienen libertad de contestar o no.
Las personas tienen derecho a saber qué es lo que consumen. Bajo esta premisa, la
Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) solicitó a un grupo de compañías
que informaran sobre los alimentos con ingredientes transgénicos que comercializan en
Lima. Según Aspec, en una actitud que podría ser considerada ilegal, las empresas se
negaron a responder alegando confidencialidad.
"El año pasado se pidió a varias firmas de alimentos que nos dijeran cuáles eran los
productos con ingredientes transgénicos que se vendían en la capital, particularmente
aquellos que usan o tienen derivados de la soya. Las compañías no quisieron contestarnos
pues dijeron que esa información era confidencial", aseguró Jaime Delgado, presidente de
Aspec.
"La postura de esas empresas es ilegal porque tenemos una ley y una Constitución que
establecen que los consumidores deben ser informados sobre aquello que compran",
sostuvo Delgado.
Según la versión de Aspec, fueron siete las firmas que se negaron a dar la información: San
Fernando, Asa Alimentos, Snacks América Latina, Alicorp, Agro Corporación SAC, Sociedad
Suizo Peruana de Embutidos y Gloria S.A.
EMPRESAS RESPONDEN. Álex Daly, miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad Nacional
de Industrias, declaró a Perú.21 que las corporaciones "estaban en la libertad de contestar o
no los requerimientos de Aspec".
Daly recordó que, en más de una oportunidad, la sociedad invitó a Delgado a discutir el
tema de la biotecnología, pero que nunca obtuvieron una respuesta.
El vocero de la Sociedad Nacional de Industrias dijo que no sabe cuántas empresas
comercializan en el país alimentos con ingredientes manipulados genéticamente.
"Los transgénicos son comercializados en el Perú como en otras partes del mundo",
expresó.
"Consignar en el etiquetado que un alimento usa ingredientes transgénicos encarecería el
producto porque se requiere de análisis costosos", añadió Daly, quien indicó, además, que
el rotulado no era obligatorio en otros países.
DE INTERÉS PÚBLICO. El congresista Edgard Reymundo, de la Comisión de Defensa del
Consumidor, manifestó que las compañías estaban obligadas a brindar la información
requerida, "porque los transgénicos son un tema de interés público, y no privado".
"Si las empresas insisten en tener esta posición, se podría pedir la formación de una
comisión investigadora para que revise este problema", sentenció Reymundo.
Algunas empresas en el Perú no revelan si sus productos son transgénicos
Diario El Comercio - 11 de enero 2008
El presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios(Aspec), Jaime
Delgado, señaló que es un derecho de la población conocer si los alimentos que compra
son transgénicos, y aseguró que las empresas que no cumplen con dar información sobre
esto violan las normas de defensa del consumidor.
"Los consumidores tenemos derecho a que se nos informe en la etiqueta de cada producto
si han sido alterados genéticamente, porque si es así el público merece tomar sus
precauciones. (...) No advertirlo es una violación a las normas de defensa del consumidor.
Tenemos derechos a conocer cada uno de los ingredientes que ponemos en nuestra boca",
manifestó a el comercio.
Según Delgado, cuando su institución ha solicitado a algunas empresas de alimentos, por
ejemplo productoras de leche de soya, que les indiquen si sus productos poseen elementos
transgénicos, le han indicado que esa es información confidencial.
"Yo les diría a los consumidores que dejen de consumir leche de soya hasta que las
empresas nos informen si contiene o no transgénicos, porque la soya que se importa al
Perú proviene generalmente de Argentina, y esta es modificada genéticamente", señaló.
Con relación a los cultivos transgénicos, dijo que Aspec está en contra de que los cultivos
peruanos se llenen de esta clase de semillas debido a que ello puede generar contaminación
genética de especies nativas.
En opinión de Delgado, el camino que debe seguir el Perú es el de la promoción de
productos orgánicos, que actualmente tiene una gran acogida entre el público de Europa,
donde se paga mucho por ellos.
EL TLCAN EN EL CAMPO MEXICANO
Ana de Ita RED POR UNA AMERICA LATINA LIBRE DE TRANSGENICOS BOLETIN 272
14 d eenero de 2008
El TLCAN, firmado entre Estados Unidos, Canadá y México, inició su operación el 1 de enero
de 1994. El acuerdo agrícola Capítulo VII promueve la liberalización total del comercio del
sector agropecuario y forestal en la región. Entre todos los acuerdos comerciales
internacionales, los compromisos para la agricultura, establecidos en el TLCAN entre
México y Estados Unidos son los más radicales, pues incluyen la liberalización de todo el
comercio agrícola y agroalimentario en un plazo máximo de 14 años.
El TLCAN es el primer Tratado que asocia como iguales a dos países desarrollados y a uno
subdesarrollado. El sector agrícola de México presenta grandes asimetrías económicas,
tecnológicas, de factores de producción y de políticas agrícolas y recursos de apoyo a la
agricultura, frente a sus homólogos de Estados Unidos y Canadá.
Los compromisos del capítulo agrícola en el TLCAN son determinantes para México pues
aún antes de su firma se destinaban el 75.4% de las exportaciones sectoriales a Estados
Unidos y provenían de este país el 69% de las importaciones [2]. Estados Unidos importó
casi todos los productos que México destinó a la exportación y aportó más de tres cuartos
de las importaciones mexicanas. El comercio exterior de México ha estado fuertemente
orientado hacia Estados Unidos. En contraparte México proveía sólo el 12% de las
importaciones agrícolas de Estados Unidos y compraba el equivalente al 7% de sus
exportaciones. Las exportaciones agrícolas de Canadá a México representan el 28% de sus
exportaciones totales y las exportaciones de México a Canadá representan el 8% de las
importaciones canadienses.
En México la negociación del TLCAN se dio sin considerar a la sociedad civil. La
incorporación del sector agropecuario y forestal fue uno de los temas más polémicos
debido a las profundas asimetrías entre la agricultura mexicana y la de Estados Unidos y
Canadá.
Desde 1989, México había iniciado un proceso de modernización de la agricultura "a golpes
de mercado". La apertura comercial, el retiro del Estado de la mayoría de las actividades
económicas, la reducción de los subsidios, la privatización o eliminación de la mayoría de
las empresas estatales, fueron los objetivos que orientaron la política agrícola. Todas las
reformas neoliberales impulsadas desembocaron en el TLCAN, puesto en operación a partir
de 1994. El Tratado se convirtió en "el candado que cierra la puerta e impide dar marcha
atrás a las reformas" [3]. Separar los efectos de las reformas de los efectos del Tratado es
prácticamente imposible.
Estados Unidos promovió el TLCAN como una medida de seguridad en sus relaciones con
México y Canadá para reforzar la estabilidad económica en ambos países y garantizar la
permanencia de las reformas de políticas y comercio logradas desde mediados de los
ochenta [4]. Según la primera evaluación del USDA (Departamento de agricultura de Estados
Unidos según sus siglos en inglés), uno de los principales logros del Tratado fue impedir a
México la tentación de recurrir a políticas proteccionistas durante la crisis de 1995 [5].
El Tratado garantizó que las drásticas reformas estructurales impulsadas en la agricultura
se mantuvieran durante los catorce años de su vigencia y se consolidarán como políticas
agrícolas institucionales, a pesar de sus efectos devastadores para los productores,
principalmente para los campesinos.
México es un ejemplo histórico de los efectos que causa la liberalización agrícola a ultranza,
en un mercado agrícola internacional organizado a partir de la protección estatal y los
subsidios, en donde los precios se igualan sin importar las diferencias en costos de
producción, rendimientos o subsidios a la agricultura y dan rentas extraordinarias a quienes
pueden producir al menor costo.
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