Kecurso de casación V A L 1 D~ Z OR(J OBLIGACIONES s.un El. DIPERIlI UH COl1Hill nI: COJIERt'lU OTRAS CUESTroNES 1M PORTANTES Re3umen de los alegatos oriLles pronunciados de Justicia, ante la Corte SU1Jrema P')]' EDlJ ¡\Hj)O HODH.lGL EZ PISgHES \'OCf'rO dl' CU.H.l!EH" O,'TI1B1E '" Co., Ln •.. ell .·1 n'('III'>;U dI' ('asaclólti; ilJt<'l'plll'sto 1'01'L'Hllll': l. 1I1.ro<; ('ontl'a !a s"ntf'lIcia (ll'oulIlIciada "" VOl'l'l Trihunal :-'''1''''['''' d" Bogo{" ('n el jllil'iu ílli<:iado ('outra ('-:,1\, ..• i¡ilt'. ¡J.-\I.:\IEB"'" t;t"TUIUE & (o. BOGOTA l:\II' 11\': "1 ..\ IXZ." C,\RREIL\:" ". lUOS Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia l{ecurso de casación -------._----- VALIDEZ DE LAS OBLIGACIONES CO:\TliAÍ EN ORO DAS B,UO EL IMPERIO DEt r,OOlGO DE COMERCIO y OTRAS CUESTIONES IMPOR'I'ANTES Resumen de los a.legatos orales pronunciados ante la Corte Suprema de Justicia, por EDUARDO HODI{!C-iU EZ J>rÑERES vocero úe CIJAI.~a;US (;liTIl¡:¡¡'; &. 1'0" LTJ>.. 1'11(,¡ recllr,;" de c1tBación interpuesto por UUIIlE }.; ¡¡I,¡OS ""!ltra la ';"lltellcia, {Jr<Jnllllciada por f,l Tribunal Sllpl'rit",1' dI' Bllgntá <'11 (,1 juicio iniciado contra ¡·,;te),; por Cll"'L~n;R~ (3cTIlI:m &. Co. DOGOTA HIP. DE ••LA LUZ," CARlmRA 7\', N'1 ;;90 1908 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ANTECEDENTES l. Por documentos privados que se otorgaron, respectivamente, en los días 9 ck l)iciemhn: de 1897 y 26 de Abril de 1899, la sociedad de Cha/mas Glllhrie & Co., de Londres, abrió á la de Uribe é /-li¡os, de Bogotú, sendos créditos en descubierto por las cantidades de .[ 1,200 Y l J ,000, cada uno. Tale!> documentos aparecen redactados ic\énticamente en cuanto á las condiciones de P;¡go, reno\";¡ciollcs, intereses y garantías, y sÓlo dillercn entr,: sí por razÓn de los resP~Cli\'os vencimientos y cantidades ;'1 que ascienden los cré(!ttos otorgados. (1) Los saldos efccti\'o;; que resultaran definiti\';¡mente á cargo de Uribe ¿ Hijos y á favor de Chalmers Guthrie & Co., se ofrecieron garantizar ell cada lino de los referidos docu. mentas con hipotecas constituid;ls sobre dos predios, uno de propiedad de la sociedad deudora, y, otro, de la de uno de sus socios, como textualmente lo dice la (;j:w~;ula final de tales dOCll men tos: •• Un'be é Hijos garantizan el cllmplimicnlo de todas y de cada una de las obligaciones que (cJ/llraCll por raz,5tl del presente cOl/lrato, con la hipoteca constituida por medio de la escritura pública otorgada en esta misma fecha por ante el Kotario tercero del Circuito de Bogotá" (marcadas, con el nÚmero 1,963 la pri. mera, y con el bOl la scgllnda). En cumplimiento de lo pact;tdo en las cláusulas finales cuyo tenor literal queda tra-.;crito, el Sr. D. Luis M. Uribe R., en su car;'lckr de socio administrador de la -;ocicdad de Uribe é Hijos, otorgó en las fechas rc-;pectivas tales escrituras, en las cuales, entre otras cosas, se dijo lo siguiente: (1) Los c['édilO~ <¡ue constan en tales documentos privados y en las escrituras púhlicas /fue los c.omplcmenlan, fueron cedidos durante el juicio por la sociedad de Chalmers Outhrie & Ca. ¡Í la de Cllalmera Guthrie & Co. Limiteri. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ,. QlIC por medio del documento privado otorg,\do y firma, do cn t:~;ta ciudad y en esta misma fecha, dOClIlJleIlto cuya autClltlddlld reconoce la sociedad llamada Uribe é Hijos y el cual debe cOllsidcrarse illCúrporado y haciendo parte inlclfran/e de esta escritura el Sr. Juan ~1. FOllnegra en su caráder de apoderado general de la sociedacJ comercial de Challllas Glllhrie& Co., de Londres, ha alJi'~rtl);1 la socieclad d~ Cribe é Hijos, representada por el expnl1ente, un cnSdito en clescubierto sobre la Casa de Clrallllers Guthrie & Co., de Londres, cuya cuantía y cO:lclicioncs están detalladas en ellIlislIllJ d,¡cul11ento; que como consecuencia de las estioll!;¡cio:,cs ,;()w,ignadas en aquel d('Cllmcnto la sociedad de Uribe j Hijos se \.·olllie'sa deud"r.1 de la Casa de c~mercio denominada C/¡al1l1crs CI/t/lrle & Co., hasta p()r la cantidad de veinte mil pesos en 1110IH.:d,1 cmt iente, para responcler de todas y cada una d~ las obligaciones que Ú la Illencionada s,)cicdad de Uribc é Hijos ha .impuesto el contrato consignado en el documento privado de que se ha hecho menciÓn; r¡ue el! el caso de que los IIcgocios y operacíotles iÍ quc da/llf,ar el cGIl/ralo COllsilfllado en ese clOCZl11lentodcvarclt á 1I1ayor -,l/II/(! de la estipulada CI! el aparte anterior el saldo qlle la SOClcdad de Cribe é hijos callse tÍ deber á la Casll de CfUlllIZas GIl,time & Co., y con el objeto de que haya en toclo caso un título ejecutivo;\ fa"or de la Casa y á cargo de la sociedad de Uribe é Hijos, tan/o por la callsa pre¡'ista COl1l0por la dc qlle la sociedad de Uribe i ¡{¡jos lLOpllp,lIe eil opartl111idad lo que CIlllse tÍ de!>;:r.el exponente, en represcntación de esa sociedad, reconoce ¡desde ahora como exacto y corriente el saldo qne arroje contra Uribe é HIjos la {;llenta que se le pasc por la Casa de Londres ó por su rerre:icntantc, y (lllC por cOllsiguiente en todo caso strvirá e~a cuenta de n:caudo ejecutivo sin necesidad de posterior recon(¡cimiento y siempre que ella se presente firmada por la Casa de LOllclres Ó por Juan :>'1. FOIlIl_'gra, apoderado ck dicha Casa. ó por l]llien la represente. Ql/e la dec/lll'l1l01'la cclll/clZida en esla dtÍllslIla 110 pri¡'ll <Í la sociedad de Cribe é f-J¡jus ,.lel dcredlO de ubjctar eSIl Clie1lta C1lel JlIlclO 1'L':;peCln'oy eOIl la debzda opur/ulIldad .... Que para a"cgnrar el ClIlIlpli1l1ielz/0 de todas y cada una de las obli.~aáollcs que la socied,/(J de Cribe ¿ HIjos ha COlltraído '1',\:\'1'0 J>OI{ 11EDIO lJEL 1>0- Cl:'\IE:\TU I'RI\'Al>O QCE SE CO;>;!;JDERA PARTEI:-lTEGI{},;>;TE DE ESTA C01l10 par medio de esta escritura, hiPoteca, cle. ... un globo de tierLL llamado hoy Las Mcrcedes_ . - . " ESCHI1TK\ Además, d mismo Sr. D. Luis M. Uribe N ... en la propia escritura constituyó hipoteca sobre un predio de SIl propiedad, dcnominado Santa Ana, y, al decto, se expresó así: •. Hablando en Sll propio nombre y como persona natural di~dnta ele 1.1sociedad á quicn representa, con el objeto de asc,r;urarlc tÍ la Casa Clzallllers Gut/lrie & Co., de Londres, el C1IlIIplímiClzto de las obligaciolles contraídas TA:-;TO l'OI{ MEDIO DEL DOCU:lIE~TO !'I{IVADO A~TES CITADO, como por medio de esta escritura .... " Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 5 2. El plazo fijado para el pago eJd saldo proveniente del primero de lo,> contratos de que se ha hecho mención debía expirar (,1 () eJe Diciembre de 1898, ('1 cual fue \';lrias veces prorrogado. El pachc!o para el pago del saldll rcs~rltanL: de la ejecuciÓn del segundo de' tales nllltratos, Iltl debÍ;¡ ,-,xpiLlr naturalmente "ino ha,.;!a <:110 lLllInio elt: 1000, Pero d('scJ~ l11edi;¡~los ,L:¡ segullr!'¡'i('lllcqrl' eJel año de I8C)C) la ~;ocil'(bd de Crihe t' Hij,)s se cOll;.tituyÓ en mora de cumplir con las ()hli.~acíl)l)h que lUlO yotro dc tales contratos le il1!po:1ían, . De ahí cl ([11'-' Sl' ha\';lI) liquicb:]o ,':1 la,.; cuentas pn.:sen!aclas, en \111 s(¡lo C(l''rPO, lo,; ¡¡¡!cI'c'S::S V comísionl',> de elemora estipubebs COillD ci:'l:lsllla pCIl;d, siendo de ad\'C'rtir quc, aunqlle la tl11)r:l de la Sll'iC:;!.ld (h-UdO\';l oCllrrió antes, COIllO s~ ;lca:);) de adn:rtir, i;¡ SOCil"C1:td ;lcrecc!ora no le ha liquícl;ldo bi(,s int':n:"cs v c,)!uisi()!1C:s "inri desde el J." (Ié: Ellcro ele: H;OO. " 3, L:l s(¡eiccLtcl ;\~.:ree(\;):-;¡, que si IIIYO ('11 Cll~llb h situaC1Úl1 de ~unra P,ór Cj:IC ;¡(ra\'c;;,'¡ l': país durante tres ;\110S, aguard(') Instante ticlll;:'() ;'\ quc !:t dCU<!')L¡ diera CIIlHplil11iento ;'l los CO:¡(I'lltos, y, fr.1C;¡S;\(\:h Y;(lias knbtiv;¡s ele arr('gh) por la'; p:'d(:lISi(¡n~s i:UCé:pt:Iblcs (rlC ':sla J1)ostrab,¡, Il() pudo h,l(.'(:r cf.:cti\';¡s cOllc'"iol1cS '111:' '.:-;1\1\'0 clispul'st:\ ;'l otorgar, h;lsLt ql!t: h so,'ie(!:td (le l'rib, : l/l/os c,c co]ocÚ al fin cn posÍcitÍn L'tl C,) ljW: IlO :,odia ;;('1' ll1ir;ICh con clderC:ll- ci;¡ por la socic(hd ;\cn.:edora p;¡ra h c()nci~siÚn de rebaja~ con la tent;:ti\'.l qlll' hil.{) en el ;UlO de ¡C)0S ell' pagar por con:->¡.~naciÓn h cantidl¡c! cll' p.l('O m;'b Ú 100CIHh $ 70,000 en p;qwllllonr>(J:¡, qllC ('.j:¡j\'alí;l (';! ese.:l'lltonces ;'\ una c.1nlidad ;¡proximacLt de lo I..¡.:>,:I ti<:mp" que la d\'\1~b ;'( SlI cargo por p:'illcipal no IlÚS ;¡,;c','llllí:i 4- No ;'¡ .( otro ¡:-;(tlerz() por esto, á 2,200. eL! ailo de H)06 se P;lL¡ compeler;"t la dcudora al arrc~ll) d,! c!'édito \' ~l' le OhTi('), al efecto, que se le rcbaiari;l del lU;)!'Jil) de h cuenta ({Ut; ascendía cn ese entonces ;-1 m;h ck ..[ (¡,()OO la l':l:1ticbd ele 2,000 y que se le cL¡rian .f 1,000111:1", todo con un plazo de cnatro años y á lIll interés de (¡;lo ;(nl1;1I, pLTO ('(':1 !agara1Jtia de la hacienda ele Stlnta ¡j¡1t1 dad,¡ C': \'l'll(a CI):1 pacto ek retrovcnta para e\'if.;¡r posteriores litigios. La sociedad deuc!ora y SUs socios prt'kndieron que ade. m;¡s de la rebaja Se le;. dieran otras [,4,oco con el plazo, el interés y la garantí;¡ referidas, lo cual no fllC aceptado por la acreedora desde lu¡:¿~() que Lt [¡IlC;¡ referid:l no alcanza á \'aler [, 6,000. hizo o{¡s(allk p:111Cipio.; la C;\-;a ;¡creedora I: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -65. En vista de que no podía llegarse á un avcnimiento, la Casa de ChallJlcrs Guthric & Co. se vio obligada á promover dCllunela contra la sociedad de (,hil¡c ti Hijos y contra sus tres socios colectivos Sres. Luis iI1. Uribc R. y SantiaJ!0 y Luis Uribe Al1'arcz para que, previos los trámites de un juicio ordinario, se ckclarara: "Primero. Qne la socil'(lad de Urihc é Hi¡os debe á la sociedad de Chal lilas Guthrie & Co .. de pbzo vcncido, la cantidad líqnida de seis mil ciento veintillncvc libr;1s esterlin;¡s nneve chelines U; 6,I29-9-o) como s;1!e!:ldeducido el treillta y Hno de Diciembre de mil novecientos cinco. contra la sociedad dCl1l;1Il(bda en la cuenta corriente n;1cic1ade los contratos celebrados por las sociedades ckmandantc y dem;1nelada en los días lIucve de Diciembre dc mil ochocientos n()\'cnta y siete y el veintiséis de Abril de mil ochocientos nO\'Cl1t;1y nueve. Segllndo. Que. además, 1;1 sociedad de Uribc é Hijos debe á la de Cha/lllcrs (;lIfl¡¡-ie & Co., ~()hrp. ese ~a]do, inlerescs :'1 la rata del llno por cicnto ll1e:l~lI;¡1(k'ic1e la i:ldicae]a fechO! tr<:illta y uno de Dicicmbre de mil nm'ccientos cinco hasta el día en que se \'eriliqne el pago y tina comisiÓn trimestral de dos por ciento sobre el misll10 s;tldo y en el mismo lapso de tiempo, de acuer· do con los rcspectiv(ls contratos citados_ Tercero_ Que. en el caso de que en el cnr~() del jnicio se Jlcgare á comprohar que el saldo que debe 1;1sociedad cle líflbe é H¡jos en la indicada feclta fnere mCllor, dicha socicd;1d de Cribe é Hijos elcbe :'1 la de Challllérs GlIt/¡rie & Ca_ el ~aJdo líquido que resulte comprobado con SllS intereses y comisiones de ahí en adelante en los térmillos estipulados en los contrato'; respectivos. Cuarto. Que los P;¡gos deben hacerse pnr la sociedad deudora ell esta ciu~hc\ de Bogot;í en ktras de cambio á sati"f;¡cciÓn del apoderado de la Casa demandante ó en su eq\li'.-aknk cn !,:l re! moned;¡. Quinto. Que los Sres. Luis 1\1. Cribe R, S;¡¡;li,lgO uritv' .\1varez y Luis Uribe f\l\'arcz, como personas naturales di~tintas de la sociedad de Cribe é HUos. y como socios co!t:cti\"()s qnc \¡;-m sido de tal sociedad, están solie\;¡riamelltc obligados :'1 p;¡g;¡r á la socicc\;ld de elwlmers Guthric & Co. la expresada callti(J;¡d de seis mil ciento vcintinueve libras esterlinas lHle\-C chelincs Ú la quc se pruebe en estc juicio que tal s<lcicdad de Cribe é Hilos debía el treinta y lino clt; Diciembre cle mil no\-ccientos cinco, con sus interescs y comisiones de demora, al tenor de los documentos cn quc esta demanda se fU11da. Sexto. Y que las hipotecas constitllídas por la wciedacl de Uribe J Hijos, y por el Sr. Luis !vI. Uribe R., respectivamente, sobre las fincas denominadas Las Mercedes y Santa Ana, cuyos linderos y situación quedaron expresados, por medio de las escrituras públicas á que se ha hecho rcfert'ncia en el cuerpo de Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -7esta demanda. garantiz:m el pago efcdivo del saldo qne debe la sociedad de Uribe é Hijos á la de Clzalmcrs Guthric & Co., por razón de los contratos que constan en tales escrituras y en los documentos privados á que ellas hacen referencia, con SllS intereses y comisiones de demora hasta el día en que se verifique el pago." Además, en !:l misma demanda se pidiÚ que, como consecuencia ck !:ls allkri"rc-; cleclar;\cionl:s se condenara á los del11;inclaclos el} los si~~uicl1ks krminos: •. A pagar la represente i la sociccLlll de Challllcrs Glltltri" ;e:,Co,. Ú á quien legalmente. en esta cillchd de Bogo!:'!. I::tcantidad líquida de seis mil cíento veilltím¡c\'c libras esterlinas nueve chelines y sus intereses al uno por cit'lIlo meusual y comisiones trimestrales de demora al do., por ci,~!lto de,.;cle el treinta y 11110 de Diciembre de mil n'¡\'ecicntos cinc". snbre esa calltírlacl, ó, en su deh:cto, i LJl1'~ 1';¡~lIell la cantidad líqnida que resulte probada qne debía la spc'j¡;dad de l!ribc é ¡¡ijos á la de C¡"l/l/loS Gulltric {, Ca. en la indicada fecha, con 10'3 expre5ado'; intereses y comísiom:s de den¡( >1"1." Finalmente, la demanda: ':l ;IPockraclo "Al entablar esta (k:llanda, ck la C;¡"a :lctora aclvirtió ejercito co¡¡juntamente en las ac- hipotecaria y l'~r.>/ltl;d, la segunda. COIII ra todos los demandados y, la primer;l, CO:l(ra b,¡!ciedarl de Cribe (: l!ijos como poseedora de la hacicnd:\ dc rllS Mercedes. nblC:lcla cn el ?vI1Inicipio de Mariquib. y contra el Sr. Luis M. Cribe R como po- ciones seedor de la de Salli<¡ ,111<1. ubícadaen ell\ll1niL'll'J() de Engativá." 6. ::\0 se ¡:ntablÚ la demanda pOI' b \'ia ejecutiva, qlw aunquc !¡i, n cs cierto que, COIl((!rIIlC ;'1];¡ cláu~lIla portras- crit.t de ¡as l'~LTituras, tal demallc];¡ podi,¡ entablar:;c en esa forma por querer mutuo de las parte" contratantes, se estimó por la ll1isll1;\ C;lsa demandante que tal c!{,USllla era ineficaz, desde ellll()J\1t'nto en que los particulares no pueden derogar por pacto hs kycs de orden pÚhlic<\ y carácter de tál tiene la que taxati\'alllcnte determina qUl: documentos prestan mérito ejecllti\'(). Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -8PRETENSIONES DE LAS PARTES CONTENDORA8 ES tAS DOS IXSTAN'CIAS DEL JUICIO Trechos 7· La demanda dó en los siglllClJks ql1C h:\ dacio nacil1lit:llto al juicio se funhechos: "Primero. Que cl nllé:VCde Diciembre de mil ochociento~ noventa y sick la sociedad de Chal1l1ers Glltlwie & Uo. celebró con la sociedad de Cribe ¿ Hijos un contrato de cuenta cnrríente con crédito en descllhierto por la cantidad de mil doscientas libras esterlinas, de que debia de hacer I1S0 la segunda sociedad nombrada y cuyo cumplimiento por parte de ella fue garantizado con hipoteca de la hacienda de Las Mercedes de propiedad de la presunta sociedad dClIdora y COi! la de la hacienda de Santa AlIll de pr<'piecl:1d del Sr. LlIis M. l.iribe R Segllndo. Qlle el veillti,éis de Abril de mil ochocientos no. venta y nllevc se celebró entre las mismas sociedades un contrato cn las mismas condiciones enumerad:ls atr;¡s. pero en el cual el crédito en descubierto dc que debía hacer uso la sociedad de Uribe eS [{ijos no ascendía si!lO ;í millil>ras esterlinas. Terc~ro. Que la sociedad de Uribe ¿ /lljos hizO}uso del crédito en descubierto por la SllllU total de dos mil doscicntas lihras cskrlinas por medio de giros que hízo contra la sociedad de ClrtlllJlcrs G/lI/¡ric 0- Co, que ésta cubrió oportunamente, según ap;~.recc de la cucuta corriellk. Cuarto. Que la socied:ld de Uribe é !lijos dejó de cumplir con la, obligaciones imp:lcstas á ella por lO:i contraÍtlS respectivos. Quinto. Y C¡ll'~la socicrhcl de Uribe eS Hijos está en mOLI de cubrir el saldo i S:1c:lrgo cn la cuenta c()rriente de que se ha hablad(j, " 8. ~()tilicacl;¡ la denunda, tales hechos fueron contestados por la parte ckmandada en escritos separados. El Sr. Sllllli<l,l!,o C'!.:tbc se expresó así: " Al primero. Lo acepto ell todas sus partes por ser cierto. Al segundo. Ln acepto también en todas sus partes por ser igualmente cierto. Al tercero. Lo admito y consiento igualmente por ser también"cierto. Al cuarto. Lo admito tamhié:l en Clla:lto á que se han dejado de pagar parte de los intereses t1evclJgados lo mismo que el capital de que tratan las escrituras números 1,963 y 601, de fe- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia chas nne\'c de Diciembre dt; ¡SI>? Y 2{¡ de ,\h;:1 de ¡8V9. pas:\da,; ante el i\otarin tncer() dc c,te Cír':lllo. por cnl, a;; i::dcpen, dicntt:s de la \'O!IIIll;:d de lo,; sn:i"s (k J;¡ CCJI1lI,,"l¡ía cc,l11e:'cial de Crihe é HUos, como le ba pa~ado ;i la Ill:¡\,or 1';lr:e de los cilllladallos de esta I~eI1ÚlJ:ic;l, (1c,,(1c qll': "e ior111,', y ck,.:carg:) para todos el azote de I:t g:lc'rr;¡ 'l'lé nns In \"'niclo ;1l'l'Ili:;I<I,]" ;'1todos y qnc nos ha imnuÍicl" <:1 (¡';\I'k l'1l1l:plimiclllo ;, !]IH'slms C()lll prolllis( .S, 110 O!1"l;IIlIC: ::1 "ti,'; ;;1 \'(,11," :;Id (]n,· <: 1];[ k:,id" pala hacc!' cJ ¡ngo Ctll:l"lll¡,' ;t (k-l'(:cl:o \' :i lo q'IC' ;T.:l:llC::k "e d·'ln de éIC~lerc1() COI) 1(1 <-lIIC lC/;[;: :c,~ COl!1f)l"(¡llli...;¡-·s 1.."1 11:..,i,~¡::HL)s en los instrlllllcn("S cit.:d(l:'. 1l1:1S:', pcs:!r dc las diiicnl';Ic]('" I "l' qllc est;Í alr;¡\'csando lodu el i';lí~, 11.) (',..tal';'¡ ¡:or C!t-Il1;'h IL:('C' COIl;;tar qnc en \'arias ocasiollcs se ha lul'bdo C··:1 el (kl1l;¡lld,lllk Sr. Fon· negra para prop.::n:llc I':l~() lit: la S]]:'u q\1(: rl':l\;n'~llle ':aJ.!.?;:l111<JS ;i deher, rcro n,' ell c:fec;i\'Cl, ¡".ri]llC: de él el''('('·.· \;[ ,;ocicdad co' mercial de que ¡:ago ¡';Irle \' qlle e,t:i clen1:lllc!;\l!;\, "illo cl{llIdole bienes que lo ;H'II.~::ll[ ;', c::hiert,) (k ~;1.1;ICrCe¡ICia, ;\ prccio de a\';¡JÚo pcrici;d, \' liq\licl;:;],1n la cne:,!;¡ en jl1"ticia, y ;'¡ tf)cj" csto ,<e !¡;t dC:I:l.'g;I(~(o d Sr. F.¡;II:c'.~r;I, qt;(. l', Clo:} ,¡"jell 1;. s(1l'ic(\;¡cl ha 11t:~{~<.:i;l(1() V l·()llll·;l::l~1(). I.t ~n. ,c(!:td (k Cri/;( ,: lfíj().-; csliÍ ('// d,' ltI (I!(/!/d '(,l/Ticnle.: dc.' que' 1"<.::1 ,1 -:li'.I., q::': \'11 lkli"j:i\'¡ <:llg;1 :, (L;her () esté, (:i...:bit.'IHlo, \~11 ;dc!J.j():¡ ;'1 ::1-"; LV,} l\,~';Y ,',L:<l~; q!.Il~ dejo explles!;l.~, fi'ro 1,;" 11!/;;:""~lS I;'.'/,o¡;dc/1 J' fa dCl/ti'l ,.I,'1/,,1/ldo;/a hoslil fl/'f· "/ •• ···'·11·/1 "'//'/" •. • 1'-¡ 1,.. '.,-1 '¡I'Jll""Ú CI/l~ Ir'"1' "f'II'/)' e , ,\1 ljl;j;.t." d~' t'(l.~;"r se ha lia! ..I'ld.), E~ l lJl0rd (( iI L .\(~ r(,il/i/lc'::!c' ¡ lI'l,L" dL'lh' C:l'l I,n:: t ;,; _1,'\(:": (:f(!.!d El Sr. Llli,; f'rik ¡. ('11(')[Li la \'er;¡cidad (]¡-l ';'lf' ..' dl)){l ! IU l· .~: ~ - ~. ((,': ti U,..¡ L S·'f"i:'¡/,l,l. di.¡" lo ,i!¡'f/rc; c11'r::lIen) An:ptll SIl cnllknido tI r{-¡;·/¡í/:,,'if de j;,,.; hc('!;<); SIl': ¡).I!'les y ¡lO sigllic'llk: ('ll¡¡:h:i:¡I:"'; kner )Ot' q,¡(; :l;t-b scr cierto nhjctar á \:lis]],,,, De la mi~;IlI;¡1]1:1:1l'!',1 .,' l' 'r !:ti :ni;;mb r;iZ')!1e,; ac;~p'o el s';' guulh de l..,s citad, s hl'l'!i,,,, ,\1 tercero, CO;;\·l'::.~() l')) c:J por ,,:r igu;¡h1t:lltll ciert,,) su con· teilido, Al cuarto !Jccho h C')il\e.;to di,icl1c\o Til' hasta ahora, sólo hClIlos dcio'/" d,' cltlJ/f'ir 1'0)// fn ohfi:!..leiál/ de ¡'O'I/ié'or el pago de palie .1,: los il/lerc":',, dc;'clIgados y dd lulol de los «(/f;l(/les recolloci, dos por cireum;!;lllci,l'; illdl'pc:ncliclltes de Jlue;;L';¡ \'oll1ntad, porqlle la guerra, C:1I1l0 :1 lllll('ha~ pen;;)!;;¡;<, si Ili) !lOs arruinÓ por completo, sí nos hizo susp¡;uder 1l1ll'S(roS t]alni'h en las hacien, das de tierra cali~llte, donde 1:1 re\'()~lIción tll\" Sil asiento durante casi tres años, destruye,¡do y cle\'f)r:llldo 1" qlle habíamos le\'antadn {¡ fuerza de tr;¡u;lj'), pri\'aci')II<:S y COlIs;¡gración. Al sexto !J¡;cho lo aceplf) en cuallto;1 que esL[ la sociedad de Uribe é Hijos ell I11ma c\e pagar c:1 ;<aldo C]II¡; puede arrojar el capital de quc hablan las c;¡crituras de nuc\'c c\e Diciembre de Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 10 - 1897 Y 26 de Abril de 18<)9,que obran en los autos de la deman. da á qne contesto, con sus corresronc1ientes intereses, descontados los que ya tell~mos pagados." Y, finalmente, este modo: el Sr. Luis M. Uribc R. se produjo de " Ahora, en cuan!r) {¡ los hechos qne se citan como fundamento de la lllism:l demanda, los con:esto así: Los acep10 /"Jr Se'!' todos el/os cierlos y Z'crídicOfi, excepción hecha de que la 50c:iecbd demandada de q uc hago parte, sólo Iza dejado de wJllplir COI! el pl1gu de los (tIf'ita!.:.' rccihidos y de pal'le de los intereses y ¡uda m~s, y q:le esta blt:l de pag0 5.,)10 ha dependido de cirUlilstancias i.ndependientes de Sll voluntad Ó sea de la de SllS sncios .. '-." Derecho Pero si en los hechos estll\'iei'On de acucrdo Lts lurtes contcnclor:ts, no han andado conformes en cuanto al derccho que aquéllos gent:ran. Tesis de la demanda. 9, ~n decto, la tcsi..; de la sociedad demandante soste· JlicJa clcscle la iniciaciÓn del juicio, puede concretarse asi: n) Qlle la,; o')ligaciones y derechos de las partes que celebraroll lo; dc)s contratos cle cnenta corrientc con crédito cn descubierto por 1; I,:WO y .!; 1.000 qne :,e hicieron constar en do· documente)s pri\'ados qne se firmaron, respectivamente. en los días 9 de Dieiembre de 10<)7 y 26 de Abril de 181)9. deben regirse de acncrdo C(Hllas cstipldaciones en ellos contellidas. h) Qlle !:l; (hs e:;critllr;ls pÚblicas que se tirmaroll por los repre.iclltantes de J;¡s sociedades eontratantes, no nO':,lron las oblíg;¡ciones contenidas en 103 documento" privados, siilo qae. por el C<ltltrario, les dieroll mayor fuerza por el recoilocimiento expre.-:o que de tales documentos privados se hizo en ellas y por las g:lran\:;¡s hipotecarias que se constituyeron para asegurar las obligaciolle,; cOlltraídas por Uribe é HIjos en esos documentos pri \'ados. e) Que c()nsi~llicntcmente, para determinar el alcance de las relaciones imÍdicas de las partes contratantes, deben estimarse como que forman un solo Cllerpo los documentos privados y hs escrituras pÚblicas qne los complementan y á qne ellas hacen referencia. el) Que sobre esa base y habida considcración á que la sociedad demandada recibió el capital de ¡; 2,200 Y que está en mora dc cÚbrirlo, por confesión que ha hecho en la contestación Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - II - de la ciem:mda. b sociech(J dem:l!lc1ante ha podido cargarle en laclIenta á la c1ennndad~l las comisiones trilllCstr:lles y los intereses de clelllOra esti¡H¡iar\OS como Cl;'llISll\a penal, V podido tamo bién hacer las capitaliz:lciones correspondientes c'n los términos prescritos en la p;¡r~e li:¡;t! de la CJ;(IISlIla oelava, •• sohre el saldo !lO c!lbierto c1ur:l!ltC J:¡ demora en el pago," como hahría podido Incer tales capitaliz:¡cio'le.; an\(;s de la mO!,;I, si así se hnbicra estiplIlado, si,:nr!o (le: llol:¡r 'JlIC 1.1';qne ap:\!,~ccn hechas en la cne!lta lo han sid,) ,lt-s;k el prinwJ'o de Elll'J'" de- milnovecíentos !\ll'J, n') "l><.1I1\(; h;{\ ":1' t:,.;t:1<I·, ,~II ll1C¡L\d"';;~l: al!ks la socie, dad (lcu(1:>r:1. e) Qllt~ \e,s l'O!¡tl":\~'h (")lisign:¡:l,)s ell I(,s (]OClllllClltos priv:l' dos y en las eSl'ritmas t:eill:n car{I'~:('r c0111c:"("i:.1. /) Qne \:tks C1ntr,I!OS ineron \:'J!ic1amellÍL: n:kbr;llJ('" ,[!,) Qlle b !'oci:'d;\d de:nand:tlitc tienc ;(,.-ci,·,n solidaria pala cxiJ.!:ir el pago (h; lo q!l' se le eleh(' por ];¡ 'I.ciubd de Cribe ¿ Hljus COlJtra {:;l:l \' S\¡~ c()¡'i"s coln':iu)s, "Ir} Q\1é 1¡.; hi!'ot<-":I~ I:ollstit\lidas 1"'1' ¡\ledi(1 de L\'-;e,crilur;h 1,{;hlic;\S ,k 11;;' s,' ¡,'( h;·,.-ho mérito, ;ISCgUI";¡lI ¡lO <J)u el P;¡go de i:t ~!1I1l;¡ ,',1 l"',\\',I~; l1:fI''''c1;¡ (,,:L' ~e ¡i/) el] ,1!as rar:1 otros ef<:dlh. ,.¡no el "ald" cL'di·;o '1::,' ~e lc de];¡; :., b :,(cicc1:1d deman(];¡,dc. i) QI1(, ('.; :., LI 'ocil',bd dClll;¡nc1acb ;'1 b que le corresponcJe ebr b prlleb:l ,k quc 11[\ (J,\)e el :;aldo quc:-L' le e!ccluce ;'¡ ,\1 cargt¡ cn libr:i' (",-tc:l'ii,,;\..; en la ,~¡l<'IJta pres"\lI:\(I;1. j) y <]m', sl1!'lJlli"nt!", ('!) gr::c'ia de di,;cusi,')IJ, que !;¡ cstipulaci"'JI en 1il>1";¡S(·s!nli::a..; hcc}¡:1 en Jc-s d"cn;IIL'IJtOS privados hul>icra estado l'r[\]'ibid:' 1"'1' la ley \'igCIlI" CI:II1c]O ~c hizo, la \':t!ieJez de e,a esl i)IILIt'i,'in )1;1 ,;ido rccOlll)eida por leyes posteriores protectoras del (krecho. Tesis de L contestación Por e: rcspcc:ti\'", ]0, libelo de la demanda. la padc clem;¡IHbc1a, al contc,:tar ~itl¡") el debate, ell COllC1"l'tO, así: ('O¡d\';ll"io, el Ilj Que !lO ",;: exigibles la, obligacionc.; contraídas por Urihc é ¡l1j(ls en 11'~ (!ol';;l11('lOlos privac1ns, por'lue. de una parte, t;d(-'s dOClllllelllos a ;, ,1.-CCII eJe nulidad por Lt cstil'l1laciÚII ele monl'(h distinta ele Le ,1e papl:l hecha en ellos, 'y' dc otra, quc las cscrítnr;\s pÚblicas L'"ill'sponclientes novarnll 'las obligacioncs CO¡:t:·:¡ída.; 1'''1' Illcdin d,' tales docnmentos. b) Qne 1:t ,'ocied;¡d demandada no elche 1:1suma de ¡; 2,200 qnc recibió (';\ kt!':1s de cambio q\H' k fucron cuhierlas 'lportu namente, sino simplemente la ele papel moneda que aparece consignada en las escrituras púhlicas. e) Qnc la sc)(iedad demandante no puede cohrar á la demandada los intere~es de demora y las comisiol1l:s trimestrales Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 12 estip¡¡];¡el;J.s corno c1:lusnh 1'en:1I en los documentos privados, sino tíiJÍcamc¡¡tt' los interc"cs de la Sllll1a (;11 parel moneda que c()nsta \"11I::s t'sl'Iitnras públicas. d) (lIle tampoco puede la sociedad t!cl11:1nd;¡ntc capitalizar los intere-:es pOI' pr"hihici'J!J expresa de la ley, con lo cual se (kchra illlplícitalllé'nle qlle los C')I1tr;¡tos celcbLldos no ticlJcn caclctcr cOI"i1l'rci;'] sino ci\"il. e) (l11~' la sOl'ie'!:¡d d~'lnancl;¡lItc no pnede dirigir su demanda sillo COlltr,1 J¡¡ ~;ociedad <1<: L:ribc é [-hjos rcpl'l'scntada por lUlO s(;I,) (:e SIlS "oci '>, \" IJO con tra ésto,; como plTson:lS naturale.; disti:¡!;¡s de la jlllídica qne reprcscnhn, desde lnégo gl1C, ccnfortlH.; á la cl;'ills¡¡la sext;¡ de la esnitllra soci;¡] el.: Uri!Jc é Hijos, las pét-di~Lts de h sociedad debcn soportarlas por iguales partes los s:leios de es;¡ enticbd. j) Qi:e e"ll\'ienen CII que las llipotccas cO;lstituídas por las es,_;ríturas públie:¡s g ¡ralltiz:ln el capital de <]Ile ellas tr:ltan y los intereses corre~:p(lllcii':n(es liquidados de acuerdo con la ley ci\"il quc prohibe LIS ca;daJizaci:>llcS. ¡:) y qm:, P:I1':\ ¡lO ";¡,~ar 1,) qll'~ (k he la so.:i,~dad de:n:lncIada - <]'Ie se:~Út\ sns \,n'pi:1s ase\'eracio:les e" ~illlp1enll'ntc una pC:]llái:l Sil lija de i1;lpcllJ1oned;¡. g!le w) represellt:l ciecli\'amcllte lIi el cilJu) ;'"r ciento de! l':!p;tal Cil oro ql1e cOllliesa Italwr recibi(;o -In iul)idll lln C!S() forluito .• qlle ltemo3 stJirido todos por r:i/.,'JIl cId clepreci" de 1,1lIlol1cda y no plH;de cobijar ;1 UIIC1Sso!os de los C'lJJtJatalltt'S como sería en el presente ca~o Ills <¡\le somos deudores, sino que nos :¡r:'Oi)a por ¡nrej0 l:¡I1~,O ::'t deudt,res co:1I0 Ú acreer!(!I'·s. ¡",r'l"C de lo contrario las len~s no serían jllslas, i:lllto la" legales COIliO LIs n:ifur:des <¡!le las m;¡s de las veces S011 Ct'rreL:ii\'a'i," (sic!), 1 1. La t('~i-; anterior ap,¡rc'ce sostcnida por la parte de. mandada, no obstllltc b c()llfesiÓn ljll(: ha hecho de qlle son "ciertos v HTÍdic(',," CO!1lO lino de los delllillHbdo-; dice, los !lech(;s fll!lclamcllt;¡J("S de la dell1:ll1cla, lill:i!ae!:t apenas Cllll la o!>s\:I'\'ilciÓn ljtIL' hace de qtIC ella dehe "el principal de i;-¡ obligacillll (Io~ capitales recibid(ls) y parte: de los intereses," cirCllllsLlIlcia qlle me ddermina á citar aquí, á re. ser';a dc vo!vcr sobre ellos, algunos cOllceptos dc los dcmandados: "Ixecltazo igualmente la ver;-¡cic!ad de la Cl1é'nta prec;entada y ;'t que se 'rdi('I'l' ];¡ demanda, por 110 es/al' bim {¡echa la liqllidacióll lIi lolallli parcial." " yo COI~~(l SOCitl administrador de la sociedad de Uriúc é ¡¡ijos OBLlCC{;.\ TODOS LOS SOCIOS DE LA MISMA SOCIEDAD ¡;C)R I~.\dJ:;- DE Los CO:\TRATOS 1'.\HTICt:LARES QUE TA:\:BlI~:\ IJAllÍA Fm:\IADO COl\ LA DEMA~DA •••••• " y QUE IGUALMEl\TE SE PkESEl\TAN Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 13- " y en ningún caso ne~;¡ré la r~"pollsabilidad de las fincas que se pignoraron PAI~,\ EL PAGO DE LAS SUMAS RECIBIDAS, LAS (.2n~ COXFI ESO LISA Y LLAXA~IEXTE (¿rE :-;0 SE HA:-; I'AGADO " " la sociedad cOll1crcia] clcm;¡IJCbda no debe el total de la suma por qlle se le dem;¡ncla, ACX!..)U,: sí ES C¡E1nO Ql'E lH:I\Io: I'~n (;ln:\ PAI,TE DE EI.I..\." (¡Gran parte de 2,200 Y SlIS 111((:1'(':;<:';e:l llÚS dc och() al]!)s es la SUllla de $ 70,000 ell papel moneda!) •• Los acepto (los hccl:u,.; de 1;[ delllanda) por ser Iodos ellos (ial,,-, y ¡·ai(fi«(.s, excepci"Jl1 hccl¡;¡ de que I;t s()cicdad dcman(bda de que hago ¡'¡¡rte no ha hecho el pago de los ¡; CAPITALES RECIBIDOS Y I)E P,\lUE 1)E LUS IXTEI,FSES nada más." (Conkslación (kl Sr. Lui,., :\1. Cribe J.?) " •••• l:,; !1l(l11s:ruosa la c;lI!ti(bd que hoy se cobra V • !lA· BIE:\DO I,ECIBIll() E:\ LETI\AS SOLO L.\ L\:>;'rJI),\D DE DOS :l1lL DOSCIE:>:T.\S Lllm.\S ¡·:STEHU:'-\S." (COlltcSUcíl'):l del Sr. San- tiago Uril)!' A.) . " .. , . sl')lo hell10s dejado dé' cump!ír con la ohlig:lciÓn de \'eriliClr el p:lgO DE PAla:,: ¡lE LOS I:>:TE¡~ESES DEVE:\GA- nos y DEL '1'0'1'.\1, DE LOS C.\I'IT.\LES I~E':O:-';OCII>OS ...• " (COlJtestaCÍlll1 del Sr. Luis Cribc A.) Campo del debate. 12. De lo eXpulsto hasta aquí, se lkdu:e que, dl'sde el principio, ,.;(' t¡alÓ (11: l:t reso;uciÓn de 1111detnminadu nÚmero de CUf'StIU11l'S de '¡crc(!lcJ, y no de PW¡tos d", !lec!z,), y ~\ul' se descal'taron del debat<-o adell1as, I:ts siguicntes cucstioncs: a) La ;ll1kllt:cidad de los d()cun1t'IJ~()s pri\'ac!os que firmÓ el Sr. I.l/i.' ,11. Cribe N., ('n rel1rCSC¡;Llcj!)1l de b sociedad (k Cribe (: llij.'S, ell los di:¡s l) 'de DicieIl1bre de 1897 y 26 de Abril de IR!)!); h) El recibo por l:t ,;(¡ciccbe! de C!'ib,' L:liijL's de la calltidad úe 2,200 quc Ic~clio Ll (L, Clta/lI/c!'" (;/li/¡,.Ú: ¿~Co., Cll letras de call1bio que fueron oportunanH:llk cubiertas. e) La circunstancia de que la socíe(l:td deudora de Cri· be L: Hijos 110 !J;t cubicrlO;'¡ la de C!zallllC/'s GlIt/¡rie & Co., las cantidadcs qne ésta le dio, circu11stanci;¡ que, re'pito, ;lpal'CCe acreditada con el siguiente concepto del Sr. Luis M. Cribe R.: " La sociedad cOlllCl'cial dem,llfdac!a no deb~ el total de la suma por que se le demanda, o/tI/q/lc sí cs ciato q/le debe !lila ¡;ran parle de ella," lo que en buen lenguaje parece dar á entenciL:r qlle se confiesa como corricnte una dcucla que 1; Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 14- equivalga si(juiera á algo más de la mitad de la Sllma á que a:.ciendc la demanda y no que se limitt~ tal deucla á una suma en papel moneda equi\'alente apenas á mínima canti. dad de la que cn lihras esterlinas se cobra; d) La validez y eficacia dc ias hipotecas para responder del saldo que á cargo de la sociedad de Uribe é Hijos y á fa. \'01' de la de Chalmas Gltthn'c & Co. resultara probado en el juicio, de acuerdo, entre (.Iros conceptos de la~ contestacio. nes de la demanda, con el siguiente del Sr. Lltis M. Uribe R.~ rlucño del predio de Santa Alta: " .... )' eJt JlillgÚIl caso llegaré la responsabilidad de las (meas que se Pigl101'a1l para el pago de las SlWItlS I<ECIBIDAS, las quc confieso lisa y llallal11etltc que 110se hall pagado ...• '> 13· Las materias de debate en la:; dos instancias del jui. cio quedaron, de consiguiente, reducidas á las siguientes: a) i Uribe é H iios deben Ó no á Chalmers Gutlsyic & Co, la cantidad de [, 2,200 con sus intereses y comisiones liquidados de acuerdo con las estipulaciones contenidas en los documentos privados: b) ¿Las estipulaciones contenidas en las escrituras públicas que se otorgaron en las mismas fechas que los documentos privados 1IOí'ar0I1, Ó no, las oblig'lCiollcs contraídas en tales docmncntos privados? e) ¿Adolecen, ó no, de nulidad absoluta las estipulaciones contenidas en los documentos privados? el) ¿ De acuerdo lXlII los documentos privados y la na-· turaleza de las obligaciones en ellos contenidas, pudieron, ó no, Chalmas GlIthrie & Co. capitalizar los intereses y las comisiones estipulados como cláusula penal? e) ¿ Dc las obligaciones contraídas por Cribe é Hijos á favor de Cha/mas Gut/¡rie & Co., son ó no responsables solidariamente los socios colectivos de la primera de tales sociedades? Sentencia de primera instancia. 14. Como se ha visto, las cuestiones sometidas al juzgador e: an estrictamenk de derecho y no de hecho, pues los en que se fundaba la demanda fueron confesados por la parte demandada, lo que relevaba á la demandante de la obligación de dar otra prueba, aten ida i los antiguos y univer. ¡"ales principios quc nuestro Derecho positivo acepta: confessio partís es! opti1l1a probatio; confesslIs pro j1tdicato habt/lIr. (C. C., arto 1769; C. )., art. 556, Ley lOS de 1890, art. 72). Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 15 El señor J l\CZ de primera in,:;tancia, no obstante esto, d~cbró que la parte demandante no había comprobado su a~ción princip:¡1 y se limitó á condenar á la sociedad Uribe é Hlj'os en los siguicntes t0rlllinos: •. Por tanto, este Juzg:¡do. adl1linistr:\lldo jllsticia en nombre de la República y por ,lUtoric1ad de la Lev, y de conformidad con el artículo 869 del C\',dign Jl1clil'i;t1. cr'!J(!CiJ;\ {,]a sociedad de Uribe é H~ios, de c~ta cimbel, rcpn:s(,llt;uL\ I'{)r su,; socios Luis M. Uribe R, Sanli;lgo y Lllis Ulib¡; Ah'ara, :'t p:\~ar dentro del seis días Ú la ca~a (k C/:¡¡/IJICfS GIII/;rie & Co" de L(mdrcs, ó á su apouer:¡cln genel al, la can~idad de cu;¡renla llli! !,,;sos ['apel moncda, intereses ;'¡ la ral" estlp!J:acla del ULO \'('r ciento mensual desde que ~e hiciemn L"igihles, c<,lIíorme ;"t la,.; e"críturas aludi, das, l1;¡st;¡ el día en quc St' \'éliliqlle el rag", Esta deuda est:i garallliz;¡da, y por )<' rlli"lIw I'll\:dc hacerse efcctj\'a, por la hipoteca del gl'.lblJ de tenell') llamado ¡,as M <'raLlcs <le plopiedad de la sociedad dcud()!,;l, situad" cn jlll'i,dicciÓn dd ilfllLicil'io de l\1ariqllita y deslindado cn\1l0 "parecc \'n las e,crit liras mencionadas. y por la hipoteca c()ll~titllíd;l el\ l'ar,iclIlar 1'1;1' ci sl.cio Luis M. Cribe l~. como perH)J)a lI:ltmal c1is:in(a de la ~,nl'iedad, de la hacienda de Santa AHtI, silllada en j:¡ri"dicción del ivIunicípio de Engali\'Ú y deslindada ('0:110 aparece t:Jmbíéll de ¡as mencionadas escritnras, Se absuelve á la parte dem:lI1darJa de los demÚs cargos de la demanda. K o se condena cn costas," Sentencla,de segunda instancia. IS. En este grado ck jurisdicción, la parte demandante, para rdorzar más su cau"a produjo las siguientes pruebas: a) G nas posiciol1t:s q\W hizo ahso!\'c¡' al Sr. C1Iis M. Uríbe R" el1 las cuales conL:sÚ el alhsolvcnte 'lIle habían sido hechos por la -so<.:iedad de Cribe ¿ H¡jos los giros de que trata el movimiento de la cuenta, confesiÓn de la cual resulta la t'x;\ctituci' de las partidas que l'll la referida cue'1ta sirven de punto de partida para la liquidación de intereses y comisiones, y en las Lj\!l: también clJJlicsó que tales íntereses y comisiones, cuando íUl'l'on cllbicrt()s por la sociedad deudora lo fueron en oro, Cl1 lo,.; t~rmino,; pactados e!l lo,.; document os; b) Sendas decJaracioll\'S tomadag,á los Srl:s. Ernesto M i(he/seu y Fr{//¡cisco '], Pardo, Ger~. del Banco de Colombia. el príll1l'1\J, y A~cnte de Carrit'Wo, (,1 segundo, sohrc las ratas de! cambio el1 las fechas en gut: !.r ,,!cíedad de Uribe (: Hijos ¡'ellOVÓ SLI cr6dito y pagc') íl1tt:I't:,;CS, de las cuales Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - r6- se deduce Ljue, siendo tales ratas distintas y habiéndose pa. gado en cada una de esas renovaciones idéntic'a slIma C1l oro, mal podía ser la deuda de papel moneda, caso en el cual, las renovaciones habrían tenido que hacerse en distintas calltidades de oro; e) Los originales de 2 r de las 28 letras que giró la so. ciedad de Cribe é H ¡jos C()I}tra la de Chalmcrs GutJ¡yic & Co., en cumplímiento de los crllltratos que constan en los documentos privado,;, letras giradas con posteriori(j;¡d al otorga. miento de bs e,:¡crituras pÚblicas y cuyo giro acredita el modo como se int(~rrretaron desde el principio los contratos y deja por tierra la teorí;l de la JlovaciólI sustentada en esta ¡ítis por la sociedad dcmandada; el) Ulla liquidaciÓn de la cuenta de acuerclo con los datos suministrados en el expedientc, la cual fue practicada por los peritos Sres. 1:'lIriqllc Morales y ]oaqllíllSolallo Rltiz, res¡)ctable-.; y c\)mpetcntes clhalleros, liquid.lcíÓn que arroi.l á cargo de la sociccLtd d~ Uribc é Hijos y :í fayor de h de CfUl/mas Gulhric & Co. 110 un saldo en papel mOl1eda, sino el de {, 3.970-14-r en 31 de Diciembrc de 1905, el cual aparece mis bajo que el deducido por la sociedad acreedora en la cuentl que presentó CO:1la demanda, no porquc CI1 concepto dl~ los peritos tuviera tal cuenta error alguno, sino porque ellos con-.;ideraron equitativo no c;lrgar los intereses y comisiones trimestrales e~tipulados CO!l1n cl:íu::>ula penal, sin desconocer cl derecho con que la Casa hacía el car~o, y e) Una in:specciól1 ocular practicada Cl1 los librus de comercio de la sociedad de Cribe L; II ijos, con la cllal se acreditó, de un lado, quc las cantidades de 1.: 1,200 Y 1.: 1,000 fueron recibidas por el'a de la de ClilllJJ/crs Gl/t1¡ríe & Co.,· que la deuda l10 aparece convertida en tales libros en otra de papel moneda; qlle tal dctlcj;¡ debía cubrirse" (11 oro" y ljue no aparecía cubierta hasta la fl~cha de la inspección. 16. En 1116r:to de lu probado en el juicio, el Trihunal Superior dL: BogotÚ dict<') la sentencia de segullda instancia que, en su parte resoluti v'a, es del tenor siguiente: •• Bogo{<Í, ,Julio o/lce de lI1il nozoecicnlos siete, - ~.• ~ ~- .. - .. . C')1\dén;\se á la sociedad de Uribe é 11íjos y á los Sres. Luis ¡vI. Cribe R. y Santiago y Luis Uribe Alvarez, folidariamente, á pagar en Bogotá á la sociedad de Clzalll1crs Gltthrie & Co. Limitcd, de Londres, la cantidad de do", mil trescientos cincuenta y óeis libra;; e.;terlinas seis chelines cinco peniques <1; 2,356-6-5) con SllS intereses del lino por ciento (1 %) l11en1.0 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 17sual y comisión trimestral del dos por ciento (2%) á partir del primero de Enero de mil novecientos, en letras de cambio por di<:ha moneda inglesa, á satisfacción del apoderado en Bogotá de la Casa acreedora, ó en su equivalente en papel moneda. 2.° A dichos pagJs est;ín obligadas las fincas hipotecadas al efecto por las dos escrituras citadas, otorgadas en la Notaría 3.a de Bogotá: la una con el número mil novecientos sesenta y tres, de nueve de Diciembrc de mil ochocientos noventa y siete, y la otra con el número seiscientos uno, de veintitrés de Abril de mil ochocientos noventa y nueve. 3·° No está probada la excepción opuesta. 4·° NJ se hace condenación en costas. Queda así reformada la sentencia apelada. MA:-<UEL JosÍ<: BAHÓX-JOs.í<; HINESTROSA DAZA -Ignacio GNECCO LABOHDE-HICARDO SalJlpedro, Secretario en propiedad." RECURSO DE CASAClON 17· Contra la referida sentencia interpusieron separadamente el recurso de casación los tres socios de la compañía demandada y, al interponerlo, dijeron los recurrentes que lo hacían fundándose en todas las cinco cal/sales de que trata el artículo 2.° de la Ley 169 de 1896 (lo que habría sido caso único en nuestra jurisprudencia), y, además, por haberse incurrido en error de hecho y de dcrecIw en la apreciación de las prucbas por el Tribunal sentenciadllr, como si la comisión de tales crrores, caso de que existiera, no estuviera comprcndida en la primera de las referidas causales. Sea de ello lo que fuere, los Sres. Luis M. Cribe R. y Luis Uribe i1., únicos que funclaron el recurso ante la Corte, prescindieron de las acusaciones que hicieron Ú la sentencia, basaclas en las trcs Últimas causal es del citado artículo 2.° de la Ley 169 de 1896 y lo limitaron ;i las dos primcras, manteniendo 1;1 acusación contra la sentencia como violatoria de ley sustantiva, como apreciadora errónea en el hecho y en el derecho de las pruebas en que se fundó y como incongruente con las pretensiones oportunamente deducidas por los litigantes. 2 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 18- 1\1edios nuevos 1X. El recurso de que \'a á conocer la Corte en su calidall de Tribunal dc ca~ación se interpuso oportunamente y por personas hábiles, contra una sentencia re\'isable por aquélh en tal clr:í.cter; pero si bien es cierto, como lo acabo de ad\Trtir, que los reCUITelltes desistieron de acusar la scntencia por ¡as tres Últimas caus;des establccidas por el artíc~t1u 2.° de h Ley ¡Ó9 de 1890, también 10 es, como se verá en el cursu de este alegato, que han prdendido traer ¡'l este debate cuestiones exóticas á la cas;lClón queriendo convertir así un recurso de naturaleza especialisima en una tercera instancia del juicio. 19. Es ductrina generalmente admitida en materia de casación, que la demanda en quc el recurso sc funde, á más de indicar con precisión la causal ó las causalcs n:spectivas, de designar las leyes violadas ;;egún el recurrente y el concepto en que lo hayan sido, de determinar la prueba Ó las pruebas errÓneamente apn:ciadas por el Tribunal, etc., á m;'ls de esto, digo, es doctrina universal que la demanda de casaciÓn no debe fundarse en extremos que no hayan sido objeto de debate en las installcias del juiCIO, Ó, en otros términos, que !lO son admisibles en el recursu los puntos que la Curte de CasaciÓn y los publicistas franceses ¡¡amclJ1 mc- dios 1l1f¿'Z'OS. El recur~o de casación constituye así nIl dehate cerrado y preci~o sobre las cuestiont's quc,--habiendo sido objeto de la discusión en I;¡s instancias, y que conforme á la ley dan asidero :í tal recurso/-quiera el recurrente someter á la Corte detl:rminando la causal Ó c;lu~.aies respecti\·as. Señalado como debe ser pur el demandante cn el juicio el derecho, causa Ó razón de la demanda, contestada como debe ser tal demanda por el demandado, probada ó no la exactitud de los hechos que dan nacimiento al derecho invocado y dictada por el Triblll~;¡1 Superior la sentencia definiti\·a,---el debate judicial queda cerrado y no se ahre de nue\'o ante la Corte, lo repito, sino para que ella examine si se ha violadn la ky Ó si ha habido una errónea apreciación de las pruebas en casos especialtllente deterl1li nados. Ahora, como en tal recurso no hay término probatorio, si se trajeran medios Iluevos al debate, pollda rt'sultar la condenaciÓn de una parte que realmente no habría sido vencida en juicio. 20. La doctrina que ligeramente dejo bosquejada y qne Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 19- ya va teniendo el carácter de indiscutible en los países en donde se halla establecido el recurso de casación, ha sido adoptada en toda su integridad, en varias decisionc:-;, por la Corte á que me dirijo. Asi, ella ha decidido que: "No son motivo (le c:h;wi,'¡:1 1:\s omisiOlrlcS de ¡lila sentcncia, relati\'as á pretellsionc,; 110c!e:lllcidlls oporllll/afl1ellle CI/ el flfilo." (Jurisj>nlih'IIÚa de la Ú'rle SI/trcu/tl de .c-(uslicia, nÚII1Cr,¡ 187) . •. No es casahle \lila SL:ldCilCi:¡ p;>r nu contener d,:c1lración alguna sobre pretensiones l/O ¡((ducidas oporlullalli<'lIh' ni el jui. cio." (Id. id., número IHH) . •• No pncden ser ohjeto de \TCUI'SO de casación cuestiones que 110se {¡ayan deba/ido C/I las /l/sial/das ddjllicio." (le!. id., nú· mero 2(1) . de C;1~acic')n l/O puede lIJcrirse tÍ pUl/los lJue tlO hayall s/(lo maleria de disl.·1Jsi,JI/C/llre las parles, (11 ambas t1lstan· cias." (Id. id., lIúmcro 21:\). l. En este recur,:o 110 pllednl il/lrodllcil'se medios 11/1C1!OS, ósea, traer á disUlSióll CXt"ClIIO, qlle 11(1 {¡ayal! :.ido maleria del debate." (Id. id .. Apéndice, nÚmero 3()). ~ " En este recurso 110 pllcdo/ te1lcrse el/ cuenta c.r/rOHOS qllc no hayan sido propuestos COII/OJIIlllcria de discusión ell los deóa/es ano teriores del juicio." ( Id. id., nÚmcro 46) . .. Lc)s litigantes 1/0 pueden haccr valer en casación los medios que le concede la ley en ea,;os cspeciak~ y que renulíciaron Ó de que 110 hicieron liSO en tiémpo 0p0rluI10." (Id. id., número 73). .. El recurso 21. Como precisamente la mayor parte de las alegaciones contenida~ en \;¡s dos (kmanda-; de casaciÓn formuladas por los Sres. Luis M. lJribe N. y I-lIis Cribe Alz'arez constituyen mcdios l1uevos hc creído conveniente dejar e:-;tablecida de una vez la doctrina anterior, para no repetirmc y fastidiar á la Corte, á reserva de volver sobre tal doctrina de modo incidental. Validez de las cRtipulaciones en oro en 1897 y 1899 22. Desde la contestación de la demanda ha pretendido la sociedad de Uribc ti Hijos que ado\t:cen de 1It1lidad absoluta las obligaciones l'onlraíd;ls por ella de pagar {¡ la sociedad de Chalmcrs Gltl/¡rie & Co. ]¡¡s cantidades de 1; 1,200 Y 1; 1,000, que respectivamente constan en los documentos privados que otorgó en los días 9 de Diciembre de 1897 y 26 de Abril de 1899. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 20 y como la sentencia de segunda instancia declaró váli· das tales obligaciones, se la acusa por los recurrentes fundállllose en que tal sentencia ha violado el artículo 15 de la. Ley 87 de 1886, el r.0 de la Ley 142 de 1896, el inciso 5.0 del t artículo 4.° de la Ley 33 de 1903, el artículo 203 del Código de COll1ercin, el 9.° yel 33 de la Ley 59 de 1905, el 60 (quisiemn deciE 6.° los recurrentes) y el 1746 del Código Civil y 15 de la Ley 95 de 1890. La violación de tales articulas la hac"en consistir los recmrellles, porque algunos de ellos no fueron aplicados al caso del pleito debí endo serio, en su concepto, y porque, los otros, fueron indebida ó malamente aplicados por el Tribunal sentenciador. Carácter jurídico de la moneda. 23. Como es bien sabido, económicamente hablando, la mom'da es llna merca1lcía que tiene el carácter especial. de servir de medida de los demás valores. En virtud de esa calidad, la moneda sirve para indicar el precio de las demás mercancias, teniéndose en cuenta, -desde luégo, el valor intrínseco de la materia de que se ha hecho la moneda. 24· J urídicalIlmie, la moneda sirve tambi¿n de medida d¡: los valores y para señalar el precio de las cosas, pero como la emisión de ella es un atributo de la soberanía de cada país, sólo la moneda nacional tiene estrictamente tal carácter y desempeña su función no teniendo en cuenta su valor illtríllseco, sino su valor legal, que lo es generalmente su \'alor llOmillal. Además, la moneda nacional tiene curso forzoso. Ahora bien, algunos países tienen una sola moneda con poder liberatorio forzoso en .las obligaciones contraídas por dinero, y otra Ú otras que circulan facultativa, ó fiduciariamente. Los países que tienen ese régimen monetario se dice que están regidos por el monometalismo. Otros, por el contrario, tienen dos ó más clases de moneda con idéntico poder liberatorio en la proporción ó proporciones del ,'alar legal ó forzoso que á cada una de ellas se les d~. Los p;úses en que tal cosa sucede están sometidos al bil1lctal íSI11O. 25. Entre nosotros, el Código Fiscal estahleció el segundo sistema dando el mismo poder liberatorio á las moncdas de oro y á las de plata, cuya ley y ClIYO. peso fijó en estos términos: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 21 - " Será forzosa en todas las transacciones pri\'aclas la circulación y admisión, por Sil valor nominal, de las nwncdas á que se refiere este título," (l\rt. 68y), 26. En ese estado, se estableció, en mala hora, por los Decretos IlÚmeros 1°4. "2J7 Y 448 de 1886 d curso forzoso de los billetes del BallCo NaclO!1al, á Ins cuales s<:les dio también valorforzoso clev;'lIlclolos ;"l la categoría de /IlOIII·t/a nacional y de u1/idad mondaria, t'!1 los siguientes términos: " Desde el día l." de r.f:1yo próximo, la unidad monetaria y moneda de cuenta de Colombia, será, para t0dos los efectos legales, el billete del Banco Nacional de la serie ck [111 peso." (Decreto número 1°4, l\rt. 1,0) " Desde la misma fecha todos los billetes del Banco Nacional, cuyo val!)f no exceda de diez rc:;os, serán admisibles como equivalmtes tÍ moneda metálica en todas la;; transacciones oficiales y particulares, sin {'xccpeiÓn." (Art. 2.", 1'\1'1.LO) "Desde el 1.° de Mayo próximo en adelante todos los billetes dcl Banco Naciol1ill scrÚIl admitidos /,01' su \'!d.OI{ l\OJlIINAL en todas las contrillllcioncs y rentas de b HepÚblica, y ser;Ín considerados como moncda legal y corriente en todas bs tr;¡llsacciones oliciales y particulares que se celebren ck esa fecha en adelante." (Decreto número 217, Ar1. l.") ••Toclos los billetes del B;\Ilco Nacio¡];¡l circulan bajo la fe y responsabilidad de la N ilcí<Ín y eq;¡iz'al<'ll, pam lo::; tfcr:tos lef!dles, á mOlledas de plata de 0,835.1'01' las cUil]es serán cillllhiaclos cuando el Gobierno ordcne Sll retiro de la circulación." (Decreto riúmero 448, Art. único). 27· De aClIcrdo con el sistema adoptado, primero por el Código Fiscal, y, luégo, por lo,; Decretos que acahan de ci. tarse, prácticamclIte se hizo illlÍtil ó baldía la estipulación de monedas metálicas nacionales, porque, pudiéndose cancelar con monedas de plata á la ley de 0,835 las ohligaciones contraídas por monedas de oro, de acuerdo COn el citado arflculo 689 del Código Fisc;d, y estando equiparado el valor nominal de tales monedas al llomin<11 también ele los hilletes del Banco Nacional, lo mismo daha estipular oro que plata ó billetes del Banco Nacional. 28. Ahora, como las ll/onedas extralljeras no tenían con. forme al Código Fiscal (acorde en esto con lo,>principios científicos rigurosos) carácter de tales sino simplemente el 00 mercancías, la estipulación en ellos era también inlÍtil y ba'ldía, porque las obligaciones contraídas en esas moneda5 eran obligaciones de género quc, estimadas en papel l11ont:da en un momento dado, pasaban á tener lino muy distinto el día en Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 22- que se lograba judicialmente su efcctividad; y si bien es cierto"que, de acuerdo con el artículo 699 del Código Fiscal, algunas m()ncda~ extranjeras (las de la U nión latina y las libras esterlinas) se asimilaban á las nacionales, la estipulación que en ellas se hiciera caía en el otro escollo que acano de anotar: que podían cancelarse con billetes del Banco Nacional por su mismo valor nominal. 29. Lo que dejo expuesto hasta ahora hacc ver, de modo muy claro, á mi cntender, que el curso y el valor forzosos qne ~e les dio i los billetes del Banco Nacional, no introdujo principio jurídico nuevo en nuestra legislación que desde antes había sido bimetalista y que, como til, había señalado una relación forzosa entre las diferentes monedas llacionales. Lo qlle introdujo el establecimiento del papel moneda fue una pcrturbación económica, desde luego quc, no teniendo tal papcl valor intrí nseco alguno y siendo la emisiÓn de él indefinida y ad libilum, los particulares no podian defcnderse de la depreciaciÓn de él siquiera hasta los límitl:s que lo permite la de las monedas metálicas: el valor que tenga en el mercado la pasta metálica. Esto, quc en mi humilde concepto es trivial, no io vio claramcnte el país de modo tal que la simple illltlilidad Ó ineficacia práctica de la estipulaciÓn de monedas metálicas se atribuyó por sus escritores á una prohibición legal que, caso de haber existido, sí habría producido efectos jurídicos importantes_ En decto, una cosa sería tener facultad de pagar con 5 en billetes tina libra esterlina e~tiplllada y otra quc no pudieran cobrarse ni los $ S por ser lIula [;1 ohligaciÓn. El criterio se extravió luégo m;'.s fácilmente, desde el momento en que la cuestión Sí:' planteÓ en el terreno político, y que, de un lado, el régimen imperante hizo del papel mO'leda condición de su existcncia, y, del otro, la opOSiciÓn ataca ha al papel, fundada en qu~ su instituciÓn violaba la libertad jurídica. y en lugar de escribirse contra el vaior forzoso quc se le daba al billete, se clamó, en la prensa, en folldos y en libros, porque se devolviera al país la lihertad de estiPular moneda 1Ildáli..:a de que se le creía privado; todll el mundo realmente llegó á creer que tal prohibicíón existía y el mismo legislador partió en algunas ocasiones de ese error, bien para cometer otros, bien para tratar de enmendar!os. * Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 23- Articulo 15 de la Ley 87 de 1886. 30. Quienes han creído que realmente ha existido la prohibición de estipular monedas distintas del billete del Banco Nacional Sé fundan para ello en la disposiciÓn contenida en el artículo 15 de la Ley 87 ck 1886 que, en lo pcrtinente, dice así: " L')s billetes dd B,lllCO ::\acional contillu;tr,ín si~ncl() la moneda legal de la HepÚblica, de fOf/.olS() recibo én pago de todas las reutas V contriblH:iones pÚblicas. *sl como ell las transacciones particl;lares, subsis!iClldo Lt prohibiciÓn de estipular cualquiera otra especie de moneda eil los contratos al C<111tado 6 ;'1 pla/.o." 3I. Según el artículo 28 del Cl')digo Civil, las palabras dc la ley deben entenderse en su sentido natur,d y obvio, s:th-o ('11 Clla11to el legisbclor las h;lya definido expresamente, y C,)\110 la palahra slIhsístir no {'stá Cl1 este Últil110 caso, fOrl,oso t'S cbrle Sll sigllillcaclo natllra;, que cs l'1 qlle le ch el Diccionario de la lcngua: •• Permanecer, durar una cosa ó conservarse" Ahora, como scgÚn se ha visto atrás, los Ikl:retos ejecutivos que cstablccif:ron el curso y el valor forzoso..; del papel moneda, no ~stahkcieron b prohibic;"Ii! de estipular moneda;; distintas, ckbc concluírse que !lO ha podido Illégo 5/1!Jsistir. esto es, paJ/wlIcccr, durar, CJIISCn'ars,']o que antes no Ill\'O existencia. 32. ~o obstante esto, h Corte Sllprema en sentencia de 4 de Julio de 188S, tkSPUL'S de rt~C(¡Ii()cer de tlll Il1Dc\O claro quc, ;lntes de la vig('neia (kl referido artículo 15 de la Ley 87 de 1886, no existía la prohihiciÚl1 de estipular monedas distintas del billete del Ballco ;-";aciollal y que Cll e-tos casos "no bastall simples inelllcClolles, sino precepto;; claros yexpresos," no obstante esto, cli~o, esti\l1(') (PW, P;U';\ lo futuro, sí qucdaba establecida la prohibición. :13. Esta doctrina s~11Ltth por 1.1 CortL: Suprema, que fundÓ malsana jurisprudellcia, no es correcta, por muchas razones: a) Porque, como t:l mismo alto Tribunal lo reconoce, para que se establezca lIna prohibición legal que genere nada mellO"; que la nuliuad de los aclos que se ejecutcn contra ella cuando la misma ley no dispone otra c~sa, al tCllor de lo preccptuado en el artículo 6.° dd CÓdigo Civil, para que l'} Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 24- se considere establecida tal prohibiciÓn, digo, se necesita una. disposiciÓn" clara y cxpresa " y sería forzar el significado de tales vocablos decir quc la parte final del artículo 15 de la Ley 87 de 1887 que comento contiene ulJa disposiciÓp que llene los rCljuisi~()s apuntados; b) Porque no sc puede suponer que el legislador hubiera incurrido en lo que la escuela escO!;'lstica llama un absurdo mctafísico, cllal sería el de ordenar que subsisliera lo que /lO ha existido; Porque es más lógico suponer que el legislador procedió sobre un error consistente cn confundir el curso y el valor forzosos del billete.del Banco N'acional con la prohibición de estipular otra cosa, y es obvio que sobre un error no puede fundarse la interpretación de un artículo en el sentido de darle el carácter que se ha pretendido; d) Porque, aun en el ~l1pllesto de que el legislador hubiera querido realmente establecer una prohibicióll, él habría tenido que hacerla de un macla "expreso," cosa que en concepto de la misma Corte no se hizo; e) Porque las leyes pueden dero,f,farsc, pero 110 formarse tácitamcnte, ó porque, en otros términos, no hay leyes tácitas; f) Porque, como dice el Magistrado Dr. OtonieJ Na\as en salvamcnto de voto de otra .sentencia posterior de la misma Corte, al cual llamo la atención, si, conforme al aro tículo 14 de la Ley 153 de 1887, llna ley derogada no puede revivir por la sola referencia que de ella se haga en una posterior, mucho menos puede establecerse una prohibición quc 110 ha existido, porque el legislador se limite á decir que c) subsiste; g) Porque prácticamente el Gobierno mismo continuó celebrando contratos en que se estipulaba por él mismo monedas de (Iro nacionales ó extranjeras, sin que ellegi;;lador hubiera observado nada á este respecto. No terminaré este punto sin hacer notar que la misma Corte volvió atrás y admitió como válida la estipulación hecha en oro español durante la vigencia del citado artículo 15 de la Ley 87 de 1887. (Sentencia de Febrero 28 de r898). 34· En COl1,>ccllcl1ciade ]0 expuesto hasta aqui, creo haher dejado establecido que bajo la vigencia exclusiva del artículo 15 de la Ley 87 de 1887, única disposición que se ha citado para sostener la tesis contraria, imperaban los principios siguientes, con las salvedades resultantes de lo dispuesto por las legislaciones civil y comercial de los extinguidos Estados: a) Las obligaciones por moneda nacional, cualquiera. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 2Sque fuera Sll especie, oro Ú plata, contraídas antes eJel estahlecimiento del m)'so y del ,'alor for~osos del papel moneda, podía so]ucionarse ]cgalmcllk con éste por Sll valor nominal; b) Las obligaciones de la misma especie contraíebs después de la vigencia dd citado artículo 15, podían solucionarse tam bién con papel nwnecla por su valor llo1lliJlal, pero no eran l/lilas; e) Las obligaciones cOllti'aídas I)(\r /ll(¡neeJas extranjeras, antes Ú despul's de la vigencia exclllsi \'a del artículo J 5 referido, erall ohli,¡,;aciones de f.!h/(TO, desde lue,go que las monedas extranjeras no pueden consic1erarsCit sino como merca/lefa, no como l/lollcda, en el sentido legal del vocablo, y, de consiguietlte, ;'\ oblic:;\ciones de tal clase había que someterlas á las reghs gcncraies de las de su clase, y d) Las obligaciones por dinero contraídas en el Exterior forzosamente fcni;m qne reducirse al bille!c del Banco Nacional, como la Única llJolH:da de circnlaciÓn efectiva, con poder liberatorio ili¡¡¡it;¡do, p<'I'O al tipo (¡J111 crci;¡¡, salvo las libras csterlin;¡s y las Illolll:c1as de la Cl1i">Il latina, que por disposiciÓn ('speciai kllian re];¡ciÓn f()rzo~a COII la moneda nacional. (Código Fised, Art. (;()9). Artículo 2224 del Código Civil. 35· La Ley 57 de JSS7, po~kri()r ;'\ b 87 de 1886 que se ha citado, adoptÓ al llnilicar I.t Il'gíslaci(')IJ nacional, entre otros CÓdigos, el Ci\'il de la extinguida UniÓn Colombiana. El artículo 22:!.i, de csa obr:I, cuya cita es pertinente en la cuestión en que me ocupo, e,,; del tenor literal signiente: Si se ha prestado dinero, sólo se debe la suma Ilumérica enunciada en el contrato, .. Podrá (brsc ulla cbse de moneda por otra, al1n á pesar del mut\lante, ~iempre que las dos sumas se ajusten á la re/ación establecida por Ja lc)' el/!re las dos clrrs(s de moneda; pero el ffiutuante no será obligado á recibir en plata menuda ó cobre, !\ino hasta el límite qne las leyes especiales hayan lijado <Í fijaren, " Lo dicho en este a}'liwlo se cl1timde sin pC1jllicio de convención contraria," lo 36. Como se ve, este artículo se refiere al contrato de mutuo, pero siendo tal contrato el que puede considerarse como típo de las obligaciones de dinero, en ausencia de€ltras disposicIOnes kgales perti nentes, es de aplicación por analo. gía á todos los contratos que tengan el dinero como objeto, según principios de Hermenéutica Jega1 que nuestro Dere.- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia cho positivo consagra. 26 (C. C., Art. 30, Ley 153 de 1887. Art. 8.°) 37. Ahora hien, según el inciso 2.° del referido artículo, en ausencia de convención contraria, el deudor puede pagar al acreedor una clase de moneda por otra, slIjetálldose á la relación establecida por la ley mtre las dos diferelltes clases de moneda, - y como ya hemos visto que, jurídicamente, no tienen el carácter de til sino la 1l1011cda nacional y, excepcionalmente la libra esterlina \' las monedas de la llamada U niÓn latina. segÚn lo dispuc~to por el citado articulo 6<)9 del Código Fiscal, - debe concluírse que el artículo 2224 del Código Civil mantuvo el ,'alar y el Cllrso forzosos del billete del Banco Kacil1nal en relación con las reft'ridas clases de moneda de que se ha hablado. Las demás monedas extranjeras siguieron teniendo el carácter de meras mercallcías. 38. Pero d inciso 3." del prenombrado artículo 2224 eshhleci() una regla cuya importancia es muy grande: la de dar preferencia:i la c()nvención de las partes sobre la regla general consagrada en el inciso 2." De esa manera, tal inciso 3.° le quitÓ á la equivalencia forzosa entre las diferentes clases de moneda el carácter de disposición de orden PÚblico, desde que dio á las partes facultad para hacer una COI/1!C11CiJIl c01ltraria que, en virtud (kl principio de la libertad jurídica que es la base de la legislación civil universal y de la nuéstra en particular. prevalece sobre bs leyes que no son de ordm PÚblico. (C. C., Arts. 15, 16 Y r602). De consiguiente. aun en el supuesto de que el prenomb~'ado artículo r5 de la Ley 87 de 1886, realm~n.te contuviera una prohibición de estipular monedas dlSt1l1t,lS del billete cId I:bnco Nacionaldesde que entró á regir el Código Ci\'il, tal prohibición quedó le\'alltada y quedaron rigiendo en la materia estos principios: . a) Si simplemente se estipulÓ dinero sin expresar la clase de moneda en que el p"go debe verificarse, el deudor puede solucionar SlI deuda con ctlall]uiera de las monedas nacionales, por Sll valor nominal, en la relaciÓn establecida por la ley, y, como el hillete del Banco NaCIOnal es una de eS:1S monedas, puede válidamente hacer el pago con él; b) Pero si la obligación se contrae por Hila cspecie de moncda, la libra esterlina, por ejemplo, el deudor no puede pagar con ilbletl:s nacionales á la par. desde luego que el aro tículo 2224 en su inciso 3.° establece á este respecto el principio de la libertad jurídica. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 27 Artículo 203 del Código de Comercio. 39. La citada Ley 57 de 1887, por la cual se unificÓ la legislación nacioual, adoptó tllnbién entre otros CÚdigos, el de Comercio terrestre del l'xtinguido Estado Soberano de Panamá, CÓdigo que, al r(·..;pedo en que me ocupo, contiene una modili.caciÓn susbnci:ll, contenida en el artículo 203, que es del tenor siguiente: "Siempre que en Ins contratos ('llunciaelns cn la primera parte del artículo anterior (los celebrados en país extranjero), se declaren obligatorias \as 1I1<lnec1asÓ medidas legales del lugar donde fueren celebradn~. seriÍn éstas reducidas Por COIlZ'ellio de las partes ó tÍ juicio de peritos, iÍ las /IIollcd,IS Ó l11e'didas legales de la Unión colombiana, al tie/llpo del W/IIPllllllC/lto, "La /IIisl/la r(~lll será aPlicada, Cllillldo (11 los contratos cele· brados en el l~st(/d,) de !',IIW!JT,í (léase NcplÍbhm de: CololllbÚl, cn virtlld de la adO¡1Ci,"íi ,JL,1 C,'¡di).,:") SE GA C') 1',\GO 11.\)'.\ 1>E IL\LEI::->E E:\ I·:";TII'l:LAl~I': \IELJlDAS <.Jl:E LA Ó \!O:\I':IJ,\S ¡.::o.:THE· Exn{A~' JEHAS." ..¡.o. Como se \'e, el artículo gl¡(, se aca\);1 dc citar con· tiene dos incisC),.; que prc\'011 dos cebas distint:l", :'1bs cuales ks da los mismos dedo,.; imídicos. a) En virtud cid priliwl"O de ell(ls se rcsuel\T, en materi,\ comerci,d, tina cllc~ti(')n ':l' Derecho Internacional privado en sc;l1tido C(HTcc(;ln1l'11l-: cientillco qm', respetando la voluntad de las partes cOlltratantes, deja (1sal\'o el principio de orden públice, que sólo cOl1"idcra como moneda que tiene poder libcratorio i¡imitado (1 l.J 11l0lH:da nacional. Así, v. g., ulla con\'enci/lil comercial bocha CII ~e\V York dc pagar de· terminada C:llltiehel de cl(;h,c:s en BOgOL"l, se hace efectiva reduciendo e,.;a ca n t iclad ;'1\;¡ que h n'plTs,'n te en bi \letes del B:11lCll :\'acÍofl:ll, al tipo cO'llc/Tia] del cambio, E,.;to de 1.1misll1:l nJ:llll'ra que sc resol\-erÍ:1 ::1 cucstiÓn en Londres al tratarse de U:\:I ()h]I.~acir'ln contraírj;¡ por francos cn P,lrí,.;, pero que ckhic:r:ll'jcclItars'.: en la pr'illlcTa de las cil!(bdes nombradas: CO!lll) la iÍlIica III,J/lcda IC!!.ill en Inglaterra es h libra esterlin:l, Il.lhrí.l n~:ec,.;ic\;¡cl,para h:lcer efectiva la ohligaciÚn, de redUCir lo.'; (¡-;ln<.-,os:i. libras esterlinas en el ca,.;o (\.,; que el dClIClor no qui,.;ilra Ú no pudiera cOllseguirlos; pues así como entre nusotros, tienc clIrso y .'alor forzosos el papel moneda, tienen en Inglaterra Cltrso y '¡,alar forzosos las libras esterlinas. Lo que tiene es que allá no se ha clamado contra tales Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 28 - CU1'SiJ y valor (orzosos, por la sencilla razÓn que l;t lihra esterlina tiene un valor intrínseco de que carece nuestra" moneda evangélica." b) El segundo de tales incisos resuelve en idéntico sentido el caso de que, en contratos celebrados cientro del país, se estipule qlW el pago haya de hacerse en 11/0l/edas e.tiranjeras, consagrando así un principio distinto del que establecía el CÚdigo Fiscal, desde luego que no considera á tales monedas como simple mercancía sino que les da el car;'¡cter de mOl/eda en el sentido jurídico de la palabra, de modo tal que bicn pueden considerarse como precio en un contrato en que se den por un objeto cualquiera. Un contrato de tal clase tendría, de consiguiente, el carácter de compraventa y no el de pcnnllta que asumiría en el otro supuesto: en el de que se considere la moneda extranjera como mercancía. 4l. De consiguiente, es correcto concluír que el trascrito artículo 203 dd Código de Comercio consagra de 1111aOla. nera expresa la libertad de estipular monedas extranjeras en los contratos ti plazo, ó sea, la facultad de cotizar la moneda nacional, desde luego que él dispone que" la misma regla," esto es, la de reducir por com'enio de las partes ó per medio de peritos la moneda extranjera á la nacional, se observe cuando en los contratos celebrados en el país ••se estiplllare quc la clltrc,!!,a ó pajto Izaya de hacerse en medidas extra Iljeras, " ó 1/lonedas O, en otros t~rm¡nt)s, en materia comercial, desde la vigencia del Código de Comercio, el papel moneda siguió teniendo curso ftJ1:zoso, pero dejÓ de tener ~'al01-forzoso. 42• Por tanto, en el supuesto inadmisible de que el artículo J 5 de la Ley 87 de J 886 contuviera realmente una prohi. bición de estiPular cualquiera otra t'specie de mOlleda distinta del billete dd Hallco Nacional, y en el de que el artículo 2224 del Código Civil fuera letra muerta,-debe admitirse que, desde la vigencia del Código de Comercio, tal prohibición quedÓ levantad;\ en materia comercial. En efecto, la disposición del artículo 15 de la Ley 87 de 1886 es una di<;posición de carácter !IC1leral, al paso que la del artículo 203, inciso 2.° del Código de Comercio es tle carácter especial; aquélla es anterior y ésta es posterior, dohle circunstancia que, según principios universales de Derecho consagrados por nuestra legislación positiva, imponen la preferente aplicación en materia comercial del citado inciso 2.° del artículo 203 del Código de la materia, en el supuesto inadmisi. ble de la contradicción. (Ley 57 de 1887, Art. 5,°, Ley 153 de 1887, Art. 2.", Código de Comercio, Art. 1.0) Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 29- 43· De consiguicnte, pucden scntarse las siguientes con~lusiones: (l) Desde la unificaciÚn de la ]cgis!ación nacional, el billete del Banco Nacional continuÓ teniendo t'l carácter de moneda de cursu forzoso con poder liberatorio ilimitado; b) Desde entonces ese billete perdió la <.:ondición que tenía de ser rnonec!;l de .'(/lorforzosiJ cuando las partes cn uso de la libertad jurídica consagrada por el articulo 2224 del Código Civil, rompían ese valor forzoso por medio de una. "con-vención COlltraria." e) Las moncdas cxtranjeras que, <::n materia civil, siguieron teniendo el carácter de mercancías, en materia .comercial cobraron el de l1lollcdas en el sentido jurídico del vocablo; d) Por lo mismo, han podido cstipularse en tocIa clase de contratos comerciales cn que b monec!<l ctlnstituya su objeto; e) Tales monedas extranjeras han podido, por tanto, servir de precio; f) Esas monedas deben reducirse al tiempo del cumplimiento de la obligaciÓn al billete del Banco :\'acional, única moncda que tiene poder li beratorio il imitado, pero" por convenio de las partes, ó tí jIl iciv de peritos," esto. es, al tipo comercial del cambio. Artículos- 843 del Código de Comercio terrestre y 518 del mar1timo. 44· Cobra mayor fuerza la tesis que he venido sosteniendo de quc desd~ la unificaciÓn de la legislaciÓn nacional, no puede discutirse seriamente b validez de las convenciones -en que se estipulen monedas distintas del billete cIel Banco Nacional, sobre todo en materia comerciaJ, si se citan otras disposiciones legales cuya sola lectura arroja suficiente ]U~: " Las letras giradas dentro del Estado deben ser pagadas en moneda colombiana. Si cxpresaren. otra, sc rcducirá á l110Ilcda corricnte, al cambio que tenga el día del z'cllcimicllto en ellugardcl pago." (C. de C. T., Art. 843). "Las letras giradas sobre cualquier punto del territorio de Colombia, san pagaderas en moneda nacional, aun clI,lIldo exp:esen otra clase de moneda: C1J este caso, ~~·la ,-edltcció71 .s~gutl elwno del cambIO y los liSOS del come~:tt (C. de C. Manh. ma, Art. 51i~). H Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 3° 45. De consiguiente, segÚn el sistema de la legislación comercial unificada, el billete del Banco Nacional, que ha sido la única moneda que ha tenido el pais, puesto que las otras quedaron arrojadas de él á virtud de la conocida Ley de Gresham, ha podido servir desde entollces para cancelar las obli~aciones que tengan por objeto el dinero, pero no por su ,calor uOlllillal y furzoso, sino al tipo del cambio el día del pa,!!,o. Esto de un lado, que, del otro, de;;de el momento en que los artículos citados hablan de letras" giradas dentro del Estado" (Iéasc ia H:'pÚhlica en la nueva nomenclatura) ó "sobre cualquier punto del territorio de Colomhia," explícitamente reconocen la libertad de cstipular moned:ls distintas del billete del Banco r\'acional. Ley 18 de 1904 46. 1'\0 ohstante quc, como acaba de verse, no es soste· nible que hubiera estado nunca proJ¡ibid,z la estipulación de monedas distintas del billete del Banco r\'acional, y mncha menos desde la unificaciÓn de la legislaciÓn nacional, la de l/lolledas e:dranjcrasc/l materia cOJllt'rcial, es lo cierto que tales estipulaciones siguieron siendo il/Útiles, pero por razones meramcnte adjetiv3s. La J nrispruclencia de lluestros Tri bunalcs considerÓ que la" obligaciones contraídas por monedas distint;¡s del billete del Banco :!'-:acional eran obligaciones de género é iliquidas, y de ahí el que sistemáticamente negaran lihrar las ejecuciones directamente por las sumas en esas monedas estipuladas en los respectivos contratos, de donde resultaba quc, hecha una estimación en papel moncda el::1 valor de una obligación en oro, resultaba que, llegado el clía de la efectividad de la obligaciÓn dcspués de los largos trámites del juicio, esa estimaciÓn resultaba ruinosa para el acreedor por la creciente baja del papel moneda. Estas dir,Cllltades de orden adjeti\"o hicieron calar más en la mente nacional el concepto errónco de que estaba prohibida la estipulaciÓn de monedas, clIando en realidad de verdad lo que existía era la inulilidad ó illf,;ficacia práctica de t;¡1 estipulación. y si bien es cierto que la Ley 33 de 1903 quitó 1l1uchas dudas en el particular, é hizo lu posible por volver al pais á un régimen económico tál que 110 lo aislara del comercio exterior, fue J1cxesaria la expediciÓn de la Ley 18 de 1904 que en su artículo 3." clispu,;o lo siguiente: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 31 -- " Los clocnmcntos que expresen ohligacioncs d~ cantidade!; de monedas de oro Ú (le plata nacionales ó extranjeras se consi· derarán como expre:iivas de obligacinnes de c'1I1tidade.¡ líq'lidas, y, cn cO:lsecu~ei;l, si reÚnen las delll;\s condiciones dc que ha· bla el artículo 10 I:! (lel C,:,dig() J udiei,i\. prestan Iné;it,) cjecuti\'o. Si el deu(lor al i1\tim;u"de la ,'jecl1ción preslIltarc I'"ra el pago biilctes de CUIS) fn("z(lsn. se l'~t;lhh:l'l"I';'11.1equivalencia CI¡ la lI1ol:eeb Illetitlica (' 11110,,; pn:viClJé en el ;,r: Ilii!O l." ¡'ara (lue lo haga, Si el dcudor no P;¡g 1, Ir)s av;¡J¡'¡,::; de 1,)s h:cncs que se cmbargllen se har:w en 111,)1\':d-(leg;t1. V la eqtll\';lkncia cntre la ll10lleda lllet;'t1ica y el bilielt.: (1<: Est:ldn ~e (,(¡,hlce,:r;'¡ al tieml") de hact:l' el pago al acreedor, como e~\;'l indicado -:.:nel artículo LO (SC.~ÚIl el precio corric¡;/c (1/ el rc.'f(cti2'o Illn(lldv al tiOJlto dd ta,t;o) . Ley 59 de 1905 47. Quiero ;l!lOr,1 ,;lIpl:1'~r el) ,~racia eL: di,cu,.iÓn quc, no obstante lo disf.lllcsto por el C()digo Civil ('11 Sil artícu' lo 2224, por el de Comercio Tcrrestre en SIIS artículos 203 y 483 Y por el de Comercio ¡"larítilllo en su artículo 518, hubiera continuado vigenlc.: en Colombia la pretendida prohihicióu de estipular que Sl: dice cOIltenicla en cl nombrado artículo 15 de la Ley R7 de 1886; pues bien, aun en ese supucsto, bien pUl'ckl1 cobrarse hoy la,; llblig;¡ciones contraídas por mon(~cbs distintas del biilde del H;lI1CO Nacional en cualquier ticmpo. La Ley 59 de IC)o.5 e.;tablece varios principios CI1materia de libertad de estipular llloncdas y del valor iegal <id billete por Sll valor nominal para ciertos efectos, al p:'()pio tiempo que pl:rl11ite su coti:::aciJIl en relación con las llllJ:1edas metá¡iCIS. 4R. EI1 trat;'ll1dosc de obligaciones COidr;-¡íclas antes de la vigencia de b nomhrada Ley 59 de 1905, cuyas disposiciones no he in':oc;¡dll en esta litis sino como recurso subsidiario, ella establece tllla regla general que es 1,\ contenida en el artículo 33, qUl' diee así: " Las obligacinnes pendicntes q\lC tengan por nhj,:tn cantidades de dinew en monedas de or(J <Í de plata. nac "1l;.les Ó extranjeras, debcn ClllT1plir~e- cl\;¡lqllit:ra que sea b t:poca en que se hayan coutraído - pagando l'1l la 11l0Ued.1estipulada ú cntregando la cantidad equi\';¡klltc en billetes del Estado, S~gÚ11 el cllmbio corn"ente el día dd j>tl,~O; pero el deudor tiene el derecho de exigir qlll: se n;b.,jell lu~ intcre~es devellgados en el tiempo Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 32- trascurrido del diez y ocho de Octubre de mil ochocientos noventa y nueve (18 de Octubre de 1899) al treinta y uno de Diciembre de mil novecientos tres (31 de Diciembre de 19°3)." Esta disposición la ha considerado la parte demandada en esta controvcrsia inaplicable al caso del pleito, desde dos puntos de víst:l diferentcs: como dc efecto retroactivo y como que e1ebe Ser rcconocida de oficio por el juzgador la rebaja de intereses de qllc ella trata, en el supuesto de su aplicación. 49· Pur regla general las leyes no deben tener efecto retroactivo que vulnere derechos adquiridos, según principio de legislaciÓn civil; pero se admite que, excepcionalmente, por altos moti\"os de interés Ó de orden público, puede el legislador hacer uso de la facultad de expedir leyes con tal efecto. 1nspirado en tal principio el legislador colombiano de 1887 dio al matrimonio católico validez retroactiva. Ahora, si la ley á la cllal se le da efecto retroactivo, 110 vulnera derecho adquirido alguno, la facultad para dictarla en el legislador es incuestionable, desde cualquier punto de vista qu~ se considere la cuestión. En el caso que es materia de este pleito, la cuestión es de este orden, pues al disponer el legjslador de 1905 que se cubran las obligaciones pendientes contraídas en cualquier tiempo en la moneda en que se contrajeron, Ó en papel moneda cotizado al tipo del cambio el día del pago,no vulnera derecho adquirido ninguno, pues, de un lado, no puede decirse en Derecho civil que, salvo el caso de prescripción cumplida, nadie pueda tener adquirido el derecho de no pagar lo que debe, y, del otro, aun supuesta la ineficacia anterior de la obligación para hacerse cfecti\'a por la vía judicial, con esta ley no se hace otra cosa que darlc carácter civil á una obligación qlL', en tal supuesto, siempre tendría el carácter de obligac¡Ún meramente natural. De consiguiente, tenga ó no el artículo 33 de la Ley 59 de 1905 el car;icter de disposición con efecto retroactivo que vulnt:re derechos adquiridos, es de forzosa aplicación en este caso. Si lo primero, porLjlle el juzgador debe aplicar la ley escrita como está y no tlellC facultad para discutida; y si lo se<1undo, porque ni cientifica, ni c()nstitucion~d ni legalmen.· te,bse le ha negado JJllllCa al legislador la facultad de dictar leyes retroactivas que no vulneren derechos adquiridos. 50. Ahora, como de aplicación más concreta al caso del pleito, se encl1e~tra en la citada Ley 59 de 1905 una disposición¡que es copla textual de la Ley 33 de (903, y que dice así: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -- 33 ••Art. 9.° Las obligacioncs cOlllraíd,zs ó que se contraigan en los negocios CON el Exterior, se cumplirán de acuerdo con lo que dispone el artículo 203 del Código de Comercio." Como se ve, este artículo, que cs copia literal del inciso 4'° del artículo 5.° de la L:'Y 33 (k 1<)03, se refi.ere no sÓlo á las obligaciones que se hll!;ieran de contraer clesput:s de Sll vigencia, sino ;'\ la,., que hllhier;ltl n;\cido antes de <:lb, pues la disposiciÓn legal qllc COlllento J1!1cde descomponerse, á virtud de la disyuntiva J, l~n dos fras . 's: "las obligacionescolltraídas" ete. (participio pasado) y "las oh!i~;\ciont's que se contraigan" etc. (expresiÓn que c1e"igna un futuro). E~to de un lado, qu~', clel otro, la citada disposición, á mÚs de extender el ak;lnce del artículo 203 del CÓdigo de Comercio á las oper;l\:ioncs meramente ci \·i les, hace una aclaraciÓn importallk n:btiva {\ los Ilegocios celebrados dentro dd país, pero COII el Extcrior,-pllCS si el artículo hubiera qllt:riclo referirse ÚniclIl1t:n!c al c:fc-cto 4ue debían producir las obligaCiones contl"aícJa;; fuera de d, habría empleado la preposici(')I1 c1t y no la preposiciÓn 1."011, que precede al término el E:rterior. De manera que', en el supuesto de que fuera admisible la teoría sobre la prnhibiciÚn de estipular Jlloncda", extranjéras, que he combatido, este ;lrtícu"¡o sirve de asidero para demostrar que el Iq~islacl,}r <¡!liso, por lo menos, hacer una excepciÓn cn favor de bs obligaciones que, CO!1l0aquella cuya efecli\'idad se persigue en este juici,), proceden dc"negociQs celebrados en el país con el Lrtcrior. Por otra parte, dados los t(:rJllillos de que se vale el prenombrado artículo 9.", viene él así ;'\ constituÍr una disposiciÓn interprctati\';[ de las leyes anteriores, quc surte SllS efectos desde que taks kyes fueron promulgadas, de acuerdo con el principio que cons;lgra el artículo 60 del CÓdigo Político y Municipal, en los siguienks términos: •.Cuanclo una ley oe limita {l declarar el semidll de otra, se entenderá incorporada en ella para todl)s sus efectos," SI. En cuanto á la rebaja de intereses en el período de que trata el artículo 33 de la Ley 59, no ha podido decretarla de oficio el Tribull;t1, porqllc tal artículo cLt al deudor Hel derecho" de "exigirl;!," y la parte demand;tcla \lO ha hecho tal exigencia: ella }Ia llegado la validez de las ubligaciones por oro. 52. Ha pretendido la parte recurrente sostener ahora que 3 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 34 -la disposíciÚn contenida en el artkulo 33 de la Ley 59 de 1905 no es aplicable en este caso, porque ella apenas se refiere á las obligaciones que tengan pl)r objeto" cantidades dc dinero de oro ó de plata," y que las contraídas por la sociedad de Cribe é fl ijús en los documentos privadns tienen por objeto la clltl-ega de letras por libras esterlinas á satisfacci(')!I ek la Clsa acreedora. SI argllllH'nl() ¡es ingenioso y, para combatido, s(ílo mc basta oher\'ar qlIe la estipulacil)I1CI1 virtud de la cual se deba cntre¡:.:ar al deld,)r \lID letra de cambio pm' rldcr;ninMb can· tidad de di!lcro, constituye apcnas un:! modalidad ell cl cOJ)trato que no cambi;\ ia naturaleza intrínseca de (:1, que en el caso concreto de que se trata se reduce á restituír en Londres las mismas lihras esterlinas que en Londres se le suministraron ;'¡ l!ribe é Hijos cn virtud de los giro,; que lucieron. E;-.to, por un;l parte, que, por otra, el argumellto de la partt: recurrente echa por tierra los anteriores que ha hecho para sostener la nulid~\d de las obligaciones cOlltraí(\;¡,.; por ellos, en llls r!oCU1\H.:nto,.;,ell monedas distintas del billete del Ballco Xaciollal. Y, de clln;-.ig\\icnte, la acusaciÓn que se ha hecho á la senkllcia, cOIlSi_stl'llk en ~ostener b llulicl;Hl el\: \lila obligaciÓn por l/Iollcdas mctálicos, cae por su base desdc el Illomento ell que el IllISllíO recurrente sostiene que tal obligación no tenía por objeto esa clase de !l10l1cebs sino el de letras de camino, y es doctrina, general en materia de casaciÓn que Iluestra Corte ha admitido, que" no se puede caqr \lna ~entencia por infraccil'll1 de disposiciones suslantivas que el mismo recurrcnt~' cOllsid ... Ta que no pneden aplicarse al caso del 0 pleito," ()'ttri"pnulcllcicl de la Cente Suprema de Justicia, 2. Apl:ndicc, llúmclO 6H). AplicDción especial de caso del recurso. 103 princ~pios a.nteriores al ::;3, CO!1l0 aparece de auto-, los contratos de cuC'nta corriellt~ elln cr(:c1ito en descuhierto, cuya falta de cumplimiento por parte (Iv b sociedad de Uribc~: JI ¡jos han elado naci· miellto al pleito, se (~elebrarun (;11 los aClOS de 1897 y 1~99. En t;rles ~lños regían ya los Códigos Civil Y ek Comercio v, sobre la base de que el objeto de las obligaciones contraíélas lo constituycr~\ el reinte,~ro de mOlledas metálicas extral/jems, aplicando lo,; principios cuya corrección clt'jo establecida, se tiene: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 3S - a) Que, como es la verdad y está aceptado por las parte~ en el juicio que lo.; contratos materia d,.: la liti" tienen ca~ ráder COl1wrcial al knor de lo que: rezan lo" articulo.; 20 y 21 cid Código de ,Comercio, la.; Ckipo,;icionc:-i de este Código son de preJerCllte aplicación, segÚn lo dice el artíclIlo 1.detal CÓdigo; b) Que, por Llnto, el ;í1tÍculo ~c3 del CÓdigo de Comercio, ckhe ap'ic;lIs,~ dc prd'.'I'cI1cia :'J otra.; disp"sicic:Jt.'s por el S\\!o hecho (Ir. .. s~r COlll(:r,_'j:ll,',,;1, ,-; Cf)/Jtr;iÍO'; cj Que', aunque tlO tll\'ic:-an los contr;lt(h cl car.'tckr col\lerci.d qlle ks a-;i.~lIa Lt i,'\', Y Cl1 ('; cllal COll\'jc:Jt'1l las partes, sicmpre tcndría aplicacj(')n c1¡\rCIJ\l11lbr;ldo artículo 203 del Códj,~() de Comer'cio, al knor de lo quc dispollC el Mlículo <)." de b Ley 5() de ¡(.lOS, qlle til'ne Clr;lckr interpretativo, y di"ponc tal aplrelcl(')/) cllando se tr;¡tc de ,\hligacio. /lCS co/ltraídas Ú quc se cI)lltrai.~all ~n lo.; lll'gocios CO/l el Exterior, ,;il) h;tccr clisti¡tu,'J:l <':iltle ohl1g'¡ciune, civiles y comerciales, v ti) Quc, ~tl Último ;\n,\;¡~is, "Ilpollienc!o la illaplicahilidad de las disposicioncs 3ntnloIC", la lt-n;lria la disposiciÓn general contenida en d articlllu 33 de la cita(h Ley 5<) de I90S. 54. Ahora, si el ohjl:lo dI: la oh!i,~aciÚn <.:"la elaciÓn de letms de call1bio ;'l satisfacciúlI de la C¡S;¡ an\.'l dora, por Ja~ libras esterlinas que constitllven la deuda v no se cOl)sidera tal daci,-'JI1 C01110ellllodo e,;pe~ial pactado ¡;or I:ts r;lrteo; para ~oluclonar la obligaciÓn, Se lIl'ga á la conclusi¿Jll de que cn el contrato de cucl1ta corri,'nk \'a cnvuelto el de camhio quc delJne el artículo 746 ,-lc-l C'-'Jcligo de Comercio Terrestre y que cons;¡gra también (·1 :,britimo <.:nSlIS artículos 507 y siguien!e,;,:. y como el Tribun;d scntenciador condenÓ ;'¡ la parte clem;lnebda á la c-ntITg;¡ ele: bs It:tras de cambio, instrumento por medio del cual se <.:jccllta el contrato respecti\'(), al tenor ck lo que disp()I1'-~ d artículo 747 cld C'¡')(ligo de Comercio,--la parte recll1'l'l~nk debió ;'¡CUS;lrla ';('lIkncia por violaciÓn de los articulos 7-+6 y siguientes de dicho CÓdigo de Comercio Terrcstt e y 507 y siguientes del CÓdigo Marítímo. Como dI.; \il) lado, tal CliS;l no hizo, y, dcl otro, el recurso de casación no puede fundarse ('11 hipótesis, es preciso concluír que la Cmle debe dar por sl'ntado que el Tribllnal interpretó los conlr;¡tos de cucnta corriente comO qlle llevaban envueltos el de cambio, y c1e ahí que prcscilldiera de citar el1 la parte motiv,l d;:: h sentencia otras disposiciones lcg;des en qne la demancla:--e fl1l1dó.:~· Consideradas las cosas desde este puiño de vIsta en qu~ Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 36- los recurrentes se colocan,--la parte dispositiva de la sen· tencia, que es á la que puede referirse el recurso según principio,,; illconcusos en materia de casaciÓn, aun cuando hubiera viobdo lo;; artículos de los respectivos Códigos que tratan de este contrato,-no sería casablc desde luego que la parte rt:cnrrenk, como lo acabo de exponer, no fundó Sll demanda de casación en la violación de tales artículos. SS. Pue{\c,pucs, formarse el siguiente dilema: ó se trata de obllgacioncs contraídas por moncdas met:tlicas y, en caso tal, la scntcllciLl \lO es casablc porque est;í. a.instada á lo dispuesto en I\)s artículos 203 del Código de Comercio, 2224 del CÚdigo Ci\'il, 9'° y 33 de la Ley S9 de 1<)05, aplicables al caso del pleito, él sÓlo se trata de la obligación de dar letras en cumplimiento del contrato de cambio, y tampoco lo es porque el recurrente no b acusó por ese extremo. En cuanto á los articulas 15 de la Ley 87 de 1886 y 1.0 de )a Ley 142 de 1892, son inaplicables en uno y otro de los términos del dilema, como creo haberlo demostrado. (:\úmeros 30 y siguientes, slIPra). Novaoión. Se). Sostiene la parte recurrente que la sentencia acusada es \'joJatoria (le los artículos 1687, 1690, 1693 Y 1699 del Código Civil, toela vez qu~, según ella, las estipulaciulI(;s contenidas en las escrituras públicas que se otorgaron en las mismas fechas en que se firmaron los documentos privados, tlO1'arOll, dice ahora," cOllcclllmroll,"-dijo en la c()(ltestación de la demanda-las que aparecen hechas en los referidos documentos privados. 57. En el nÚmero 1 (sIIPra), quedó hecha la trascripción de tales estipulaciones, cuya simple lectura deja en el ánimo el convencimiento de qnc en escrituras y documentos privados se hicieron constar unos mismos contratos para fines distintos, como fueron los detalles de la aper\ma del crédito en descubierto, en los documentos privados, y las caucioncs hipotecarias que habían de garantizar el pago de los saldos, en las <:sclIturas públicas que, por otra parte, debían servir i la Casa acreedora de título ejecutivo. De esa manera prn'isora, las dos sociedades contratantes se pusieron recíprocamente á ~ubil'rt~ ele las contingencias de \'ariaciollcs en el tipo del cambio. Si la sociedad de Challllers Gltlltl'ie & Co. ejecutaba á la de Uribe é Hijos por las sumas en papel moneda de que tratan las escrituras,en momentos en qÚe tal suma fuera mayor al equivalente eri la Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 37especie papel moneda de la especie oro que la Última debía, Uribc é Hijos podían excepcionar con d documento privado y la comprobaciÓn del ll1m"ilniento de giros. ~i, pnr el contrario, como ha sucedido, las canti(Ltdes en, papel llloneda de que trata la escritura, lkgaban ;'1\'aler muy poca CO';;1en relaciÓn con el monto efectivo de L! deucla, b sociedad de Challllcrs Gllihric & Co. podía cobr:lr por la vía ordinaria tal monto efectivo a-;(,;~llr;!clo con Lh hipotecas cOllstituídas para garantizar no sÓlo las cantidadl.:s en papclmoneda de que tratan las cscrítllras, siJlO como, respectivament~, ellas lo di Cl.:Jl : "el cumplillliclllo de 111:; obl(~ll(i()lles cOlltraídas TA;'¡TO POI< :\IEOIO DEL DOCDIE:\TO PRIVAUO AXTES CITADO, como por /JIcdio de esta escritura." 58. Esta si\l1ple tr;¡scripcil'lll acredita, plll.:S, de modo incontrovertible qlll.:, {Lvirtnd del ()t(Jr,~amiento clc las escrituras pÚblicas, no se Ik1¡'llrLl/l las obilgaciones de que tratan los dnculllcntos; plT'> COJlI') el fenÓlIl,~no jurídico de la /tol'a. ciáll ha sicln el caballo (k }¡;¡talla de que han hecll<l liSO los demandados en t;ldo el curso del j uiciu, debo hacer algunas otras observaciones telldiellks :'t des\";tllecer d atre\'ido concepto de que hl fcllÚl11el1fl se n~ril:¡cr') con el o(or;,{amiento de las escrituras. tl) Si, como la misma parlc clcn¡;1ndada lo ha sostenido' desd,~ la conkstaci')IJ de h del11;llld:L, la;; obli;";;lciont:s con. traídas por l.iriúc (: J-i ijL'S e:;l;Ín afect;ldas de ¡litlidad absol/tia como contravcll(ora~ de una disposiciúll lq:al prohi-. bitiva de la estipuiaci(')IJ de ,'''pecil.:s distintas (1<-] papel mo- ' necia, el argumento de Ll lIu:'{/C¡rÍll qucda clCS(¡"llido por la mistlla parte l'l:clIrrentl', pues segÚn ('i artículo ¡M\() del Código Civil" para (lllC Stil ;'Úlida 1111I0¡'Il(i,íll es necesario que tallta la oblig;¡éiúll primitiY;1 como ci cnntrato de Illwación semi ,'lílidL,s á lo n\f'llOS lu(ur;t!lI1cnk," idcm dcvitllJ/l. Si, pues, la ohlig;ICl1'1I1 contraid,! en Ins dOClll11éntos de pagar oro es nula, 11(> l¡;lilo 1l'¡v,lciÚ:l, y si 6S1.l se \'erificó, la obligación pretendidallll'nk 11(1\'ada 11,) es 1111;a. v) SegÚn el artículn rÓ'J3 del Código Ci\"il: ,. Para que haya //o:'lIci,íll es llece~:lri() que J,) (!cc];¡ren las partes, Ó que apareZC';l i,)(i:Jd,h\;'IlCllte q'Je su illtc!l\.'i,J,] ha sido II()V;¡r,porque la lIue\"a o[1!ig;¡Cl!l11elJ\"lIl':\"e la exlillCi(JIl ck la <l1Jtigu;¡. Si 110 ;¡paredert.: la illlellciún de Ilovar: se mirar:ín las dos obligaciones como coc.ristm/cs, y ;'aldní Id obl(tfaci,ill primitiz.a en lodo aquello CIl que /a posterior l/u se opu"icre tÍ ella, slIlJSldielldo en e5ta parte los p,.iz'ilei!,ios y cauclOl/CS ,le la primera." y como,- segÚn se desprende del tenor literal de las Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia escrituras, las partes no declararon en el1as que 110va{¡an las obligaciones contraídas por medio de los documentos, sino que, por el contrario, se refirieron á el1l)S para el estahlecimiento de las caucioncs, de consiguiente, no aparece la illtellciÓIl de 1IOZlar, y como, por otra parte, las estipulacio· nes contenidas en las escrituras no "e/lZ'lIei7}Cn la extillcióu de las allti.!.fllas,"debe concluírse que, según el tenor literal del artículo trascrito, son "coexistelltes" las ohligaciones contraídas por documentos y escrituras. e) Ahora, si se cOllsideran las cosas desde otro punto de vista y, en grac.a de ctiscusión, se admite que hay contradicción entre lo estipulado en las mis1/zas fechas en escrituras y documento,;,como aquí no hay tercero,; interesado..;, en ese supuesto de la contradicción, el Tribunal sentenciadur debió darle m:ís crédito á lo que dicen los documentos confirmado con lo que resultó del examcn de los libros cte la socied;td deudora y de la confesión jlldicial,-debió e\;¡rle mis crédito, dig(l, que á lo que rezan hs escrituras, deslle luego que, según sana Jurisprudencia ek la Corte Suprema de Justicia y de los Trihunales y Juzgado..; nacionales, en/re I([s pmtcs. ticnen flll:rz,t probatoria contra e! tenor de las escrituras pública"" la confesiÚn judicial ck ellas mismas y los do· cumentos privados reconocidos por ellas, de acucrdo con la doctrina que sientan los artículos 176r, 1766 y 1769 de! Código Ci\'il. d) La ejecuciÓll de los contratos por las partes arroja mucha luz CI! esta materia de la pretcndida ¡¡ovación. La sociedad de Cltalmcrs GlIthric & Co., por su parte, á quien no dl:be Silponerse tan estulta q\le \'iniera á este país á entregar sus libras esterlinas para coner I~l';contingencias de alzas y bajas de nuestra monecj;¡, entendiÓ desde el prin. cipio qlll: ella abri;t sendos crl:ditos en descuhierto por [, r,200 y [, r,ooo á la de Uribe é /Jijos. en los tl:rminos pactados en los documentos privados, y, a] efecto, cuhrió lns giros que por esas sumas hizo contra ella la última de la", soCiedades nomhradas y cargó i ésta los intereses y cllllJisiones en \:l1os estipulados, de modo (;¡n correcto qne los p\:ritos rectificMlo:'cs de tales cuentas no l:ncontr;trOIl reparo legal ni nguno que hacer les. Por su lado, la socied~ld de Uribe é Hijos, duranÍl' el tiempo que estm'o haciendo LISO por repetidas vece,; de los crédito,; abiertos á ella, entendió las cosas de la misma manera y, no obstante las fluctuaciones del cambio, que aparecen probada;.; en el expediente con las declaracioncs de Ins Sres. Ernesto l\Iichclsen y Francisco J. Pardo, hizo siempre SllS Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 39 -- renovaciones por el valor total de las :f 1,200 Y :f 1,000, no por el equivalente en oro de las c;lI1tldacle~ respectivas de $ 20,000 papel moneda, que n~zan j;¡s escrituras, y cubrió hasta el año de 1¡)99 los intereses y c'nmisinllcs rc!opecti\'os, liquidados en oro, en letras dé camhio por eS,l mOllccla, sin tener en cucnLl Inr;! n:tda el precio que en el 1l!erC;lClo tuvieran los billetes del Banco :\'aclOi1;t!, La sociedad de {'riIJ( (' Hijos ha \'c:lido ;'1 caer en la cuenta ck que lo qUl~ debí;¡ \'ra papl'\ monccb v lln oro, en los moment()s en l]uz: h ck;)reciaciÓn d-: al]llél 11:¡ llegado á límite que sÓlo espíntl\:-; a!LlIncnte pl n'ísores cOllcibit:roll y <:n época en que c'sb constituida en !llora de reintegrar el monto íntegro de los créditos abiertos ;'¡ ella. i.\l:"ls adelante, cuanclo nll: ocupe en Lt apreci;tci,'JI1 de las pruebas aducidas en el jnicio, hecha por el Tribunal s(:nlenciaclor, \"okcré ,.;ohr\' c'ste t,,')!)ico que: quita h;lsta el 111;'¡S ligero pU.I1\O de :tp<lYo ;'l la kori;1 d\.' l:t IIt)c'{/ciúll, CUY~1in;lplica. bi!idad ai Ct~O del pleito l'S 1l;;lllihc:iLl. 59. El \"ocablo lIo;'(/clJJl, por o'ra parh', h;t proc!ucido una \'l'rdadera nh"\.'sit'Hl e!\ el ;'u1i\l1o elt: 1,\" recllrrelltcs, pues, como acklal1k se \".:r;'\,alegan b existel1ci:l dI' ttl fenómeno jIlrídico en hlp,;!\'sis distlllt:t de aquella cn q,IC se si~ tuÓ el debate en Ia-.¡ 111-;~;lllCi;ISdel juicio, -- So.;kl1icnc!o al efecto, como mec!i,) llllC\"O \'\1 c;¡,.;aciÓll, que la obligtciÓn de pagar canticbdes ck oro 1'\1 let!'.!S de c!1Ubio \]\1l', ell Sll concepto, fue llO\';¡C!:l por Lt eL; p;lgar ¡"U clllticbd de papel monec\d,- sufriÓ llueva 1I0¡'ilc:i-.ín po!' haher clll1\'cnido la Casa acreedora q~.ll' ¡a c!t-llc!ora \'\llviera á hacer \1S<l del crédito después de expirad") el plazo p~t!':1 el vencimil'nto del pri Illero de los co n t r:¡tos. l~e~ponsabilid;l(.1 solidaria so(~io::-,; eolectivo:";. de lo,.,; 60. SI: acusa ;l la sl'l1kncia rccun:d;¡ C0\l10 violal·}ria de ley sustanli\'a dicil:!1clo",-' qUt' e:l.t dcFl ti\; aplic:tr el artículo 1602 del CÓdigo Ci\"il, sl'gÚn \'\ cllal lo, COlltratos son una ley par;\ los contratantes. POI" c\untu CIl h \:scrit\1ra c()~I,.;titntiv:l de la sociedad de Cribe (: l/ijJ, se pacl() que Lt responsabilidad de Ins socios cckcti'"(l:-:' quc la C ll1stituyell q\.lc(bba limitada al capital qlt<~ cada 1\110 de lo~ socios aport,') ;'¡ ella, escritura que debiÓ coltoccr l.l socied;\d {lt; C{¡almas Gutllyje & Co. cuando coutratÓ CO\1 esotra. Desde otro punto de vista y como medio nuevo en casal Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 40- ción, se sostiene por los recurrentes que la sentencia es vio¡atoria de los artículos 2370, 2373,24°6 Y 2454 del CÓdigo Civil, por cuanto que, segÚn ellos. la responsabilidad solidaria de los socios de una sociedad colectiva es mer;unentc accesoria y está ¡llllparada por las leyes que regllbn i la fianza. Carácter de disposición de orden público que tiene tal solidaridad. 61. La aC'Jsación relativa á la violación de la ley porque no se tuvo en cuenta por el Tribunal sentenciador el pacto social de Cribe é II ijos, que limitaba la responsabilidad de SllS socios, no resiste el menor análisis, si se tiene en cuenta que el principio de la libertad jurídica que consagra nuestra legislación tiene como valla infranqueable el primordial de que no ~e pueden dcr().~ar por pacto las leyes de orden pÚhlico, percntoriamente consagrado en el artículo 16 del Código Civil, en estos t6rminos: " }J o podrán derogarse por convenios particulares las leyes eu cuya observancia están interes;lclos el orden y las buenas costumbres." Ahora bien, se,~Ún aparece de la escritur,l constitutiva de la sociedad de (fri{¡c é !fIJOS, tal persona jurídica es una sociedad colectiva de comercio que se rige por las disposiciones contenidas en el Código de la materia, llna de las cuales es el artículo 487, del tenor literal siguiente: " L(H snci<lS colectivos inelicados en la escritnra social v cn las c1iligenci,ls de p¡¡blicaci<Ín. S(lll respollsahles solidarial/lcll[c de toclas las obligacioncs legalmcnte contraídas hajo la razól\ S(),'la!." " EIl lIi/l¡';iÍlI caso p;dnín los socios derogar por pacto la solida- ridad dc las sociedades colectivas." 62. El primer inciso del arlículll preinserto, aun en ausencia del sq.;undo, siellta, á mi moclo de ver, un principio de orden público, puesto que tal solidaridad se estahlece en beneficio ele los terceros q'JC contraten con la sllciedac\ cok:cti\'¡¡, para los cuales debe S(T letra Illuerta lo LJue pacten los socios entre sí aCerca del modo C0ll10 deben correr las contingencias de gallancia'i y pérdidas. El pacto que derogue el principio dc la solidaridad es, respecto de tales terceros, res illtcr alios acta. Pero, harto previsivo d legislador, no se contentó con Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -- 41 - sentar claramente el principio de la solidaridad de los socios colectivos, como lo hacen otro,; CÓdigos, cntre (¡tros, el francés en su articulo 21, sino q\le lo rdorzt'> con lo dispuesto en el inciso segundo l]lle acabo de citar, que CUlltiene una prohibiciÓI/ legal, s:\llcionada con la Ilulidad de la CI:lUSUIa, conforme lo reLa él artículo 6," del C()digo Civil. De consiguielltc, C01lJO s,"'gÚn el :¡rtíc\llo l¡Sl del CÓdigo Civil, el acreedor PllCtk dirigirse contra (ot!()S los deudores ,;olldarios conjulll;1Il1C'IJk, COIJt::t cu;¡!q\li-:L¡ de ellos á su arhitrio, y eOlllO Lt solidari(bcl (:JI cste caso la establece la misma ley y no hay IJecesidad de l'robarLt," e1ebe concluirse que el Tribunal senteilciador ni) \'ioló el citado artículo 1602 del CÓdigo Civil, qlW en la materia es ('xÓtico, sino que aplicÓ correctamente los artículos 487 del Cé,digo de Comercio y 1571 del CÓdigl) Ci\'il, ,tl declaLlr proc('cknte la acciÓn ilt solidltll/ dil igida CUlltra la s()ciedad ck Cribe L' Hi .los y SI:S socios co!t:cti\'os, 1') Fianza solidaria y deuda solidaria. 63, 1)c,;p\16s de h;¡\wr sostenido la p;lrte Ch'm;¡IHh:1a en las instancias clel juicio la tL-sis qlw acabo de rebatir de que los socios de la sociecbd de l'ribe ,', ¡.¡ Uc" no SOII r('~pollsables (k las nhligaciollL's contraí(!;¡:~ por L'''la sino ha"ta el monto del capit:¡j que á ella aportar, ,n, sostielll'll a!Jor:¡ en eSl,: reCurso extr:\ordinarÍo (ié' la c:,s:¡c:,",n t]11<'("S,¡responsabilidad so· l¡daria es la ll1erCalllil 411(' d,l dLTL:cl!D,d (kutlur :Lccesorio de ojluncr ;ti acreedor el bClldiclL) (k ex,;usit'l1l. Estl korÍa, aun ,11j1o;]il'IHlo];¡ corrc:cta,-·-- qUl' nl) lo es,no puede sU" tomad;¡ ell COlhítit'r;¡ci'");l por Lt COi'te Suprcu;;¡, porque, de tUl 1.ulo, COIh[I:UYC un :llecli(¡ 11l1C\'O:naclmÍsible en cl recurso (1IÚ1IH:ro lB, S'II¡'lrll), y, del (¡Ir", aUll cuando lll) fuera un llledio IlUC\'I), como ('ih esb h,¡s:¡c!a en lo qUL: dísponc re"pectu d: I:t Ji.II!Z,l \'1 ;11~icl¡]o 956 del CÓdigo ck C01l1ercio, P;¡Ll qllt' IlIt'!";¡ ;ltcldihl.' seria pr<'l;is;) que se lll¡]lil'ra ;¡k.~:¡clo en lt ck!ll:t!lILl de cas,tciÓn en:]),) C:lll-;;¡Ide 6"ta la \'io!aciÓll de Ltl :¡rtículo, cUS:\ qUl' ¡lO sc hizl) por la parte rt'CtIITCllk. ()~, /\h'ira, en el c;lSO (k <¡lle la Cn:"!e cas;¡r;\ h scntencia por ,.t:-,) motivo y tll\'il'l":t <¡lle ent!".\r ;'¡ cl)n~id('r;¡r esta cllestiÚIl, ella kndría quc ser re"uel!:. ,'n s'~;¡lidu upuesto al que prdende la p;lrk n:cmrcflL.:. l<':lla confunde d()~ fen<")lllcnos juridicos qU(~) aun cuando tienen al,c(llflO'i caracle¡'es idl:lltico,-, tienen otro" enteramente c1istinlo~: la dmda solidaria y la .fiallza solidaria. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 42- La solidaridad, en materia civil, sea principal ó accesoria la obligaciÓn afectada con e~;¡ llIodalidad por la ley, ó el contrato, prnc!llce respecto dd acreedor dos efectos, que son: el de que el deudor demandado, sea principal ósea accesorio, !lO puede proponer el bcnellcio de dj¿'isiJJl de la deuda, y de que Pllecle ser perseguido por el acreedor sin que le sea dable oponer el beneficio de ordcn Ó CXC/lSiÓll,al tenor dc lo quc n:z;ll1 los artículos J571 y 2384 del Código Civil ... 65· Pero, si como he dicho, en materia civil, la fiallza solidaria " la dt'IIJa solidaria ticnen los car:¡cteres cOlllunes de qlle tr;'ta el número 64 (supra), e!l materia comercial no sllcede lo mismo,pues ;11res¡Oecto de la fiallza el artículo 956 del CÓdi,~f) de la materia sienta un principio tal} perentorio como anticientifico y discorde con los principios que informan al CÓdigo Civil: . .. La ti;lIlza <1euna obiigaciÓn mercantil es siempre solidaria, salva c,;tipll!ación cn contrario . .. El acreedor, sin embargo. no podr{¡ exigir ;d liador el cUl1lpiimicnto de la obligación ;liiallzada, sin acreditar que ha re· querido de pago al principal dcudor." Como se ve, e;;te artículo le quita al concepto de la solidaridw[ su alcance, pero sic'l11pre deja en pie la distinción cntre la jiaJ/:m solid(/rill y la dCl/da solidaria, desde el momento en que él !lO habla cie obligaciol/cs solidarias en general, sino simplemente de aquélla. De consiguiente, sería i1(')gico aplicar:l tina de las dos especies de obligaciones solidarias tina regla que sÓlo aparece impuesta por 1a ley á UIla de esas especies: i lafial/za solidaria. 66. Ahora, aparte de otras difcn:ncias entre la dt'1lcla solidaria y la ti(lllz{[ solidaria, resaltan las siguientes: a) La ti,:lIlza solidaria es, ante todo, tina obligaciÓn aCcesoria qll(~ implica la existencia de llna oblig3ción pri1lciPal garantizada por aquc.:lla; al paso que la dCl/da solidaria implica, respecto del acreedor, un:r sola obligación prillcipal de cuyo cutllplillliento le responden tocios lus cadcl/dores solidarios, caela tI/lO ror cl total de la dcuda; b¡ De consiguiente, Id cxtinciéll1 de la oblig;-¡ción prillcipal gcncr;¡ la de la .fiallza solidaria, según la regla accesorilllli adil prillcipali; mientras CJue puede desaparecer respecto del acreedor la obligaciÓn de uno de los codcltdores solidarios, sin que por ello quede extinguida necesariamente la del otro ú otros. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 43e) Por el contrario, la extinciÓn de la .fim/za solidaria no implica la de la oblig;¡ci('ll1 pri1lciPal; miclltras que, en tratándose de la dCllda solidaria hay caso", COlllO el COlltempbdo en el artículo 1S7() del C')cligo Ci\'il, en que la /Iovación que extingue la obligaciÓn primiti\'~l pactada entre el acreedor y uno de los ¡:odc/u{c:rcs solidllrills, liherta á aquL:ltos de los otros que uo hilbiercl1 conscntido ell ell;¡o d) La internq~cIÚ!1 (k b prc-,:ripci(')n, respecto cleI dClldor prillciPlll, perjlldicl ;¡] liador s,'!idario, C(lIl1Ctperjudica al cod(~lIdor solidario :;1 Iple illkrnno con OtlO Ú otros de los cockllllorcs; mien ~ra-; q tiC CS;¡ i1Ikrrupci,') '1, r['spedo c1e1 Jiador solidario, no pcrjudic,l al ¡(c/u!",/, prillciPal, e) El fiador solÚlrzriu qllC pag;l ;d ;Icrccdor se subroga en los dcrt:chos del acrel'dor COlltra c1 dcudur prillciPal; mientras que el cadc/ulor solidari,) qut: p;I.~a no se sllbrega cn tales d(~rt:chos sino Ilc-ntro de los lílllitcs dl' 1.\ cuota parte que tcnga cada 1lI1O (l,- sus cndcudo!',:s en b ¡\I'u(b, f) Elliador solidllr:o pucde rC'illt:rir ;d ;\l:rccdor para quc proc<~(LI contr~l ,'ldc'ud,);' /,rillci/'ol c1e~dt.:ljll(' la ohligaCiÚil ~I_~;I exigibit.:: l:liL'nti~l~' <[tll' el (t~;{L'/l({or s,,/ida/io 110 tiene :ócnll'ial1te acci,'¡/I, ,!!.) LI dl'lldn sl,liddi'Íi/ t¡('IH~ pOI títulu ];¡ ky (')la con\"t:I1CI(\n; b fiallza s"lidarill pro\' il'l1t~ siempre dt: Uli,l con\TI1CIO:1; Ir) De cOl1siguiel1k, J;¡ tltlldtl solidtll ia PUl'lll' COlltraerse por el solo mi liskrio (L \;¡ lev y ;tll:l ;'¡ res;¡r dc b,; deudores; 1I1it:l1tras quc LL ,/1</1/:'11 s,)!idaJi¡¡ 110 tiellc el clr;\cter de inslilllcj"J/l de ol'(kn pt'1hllt'O; i¡ Fill;tllIlcnk, aparll' de otra'i (]¡icrencia..; que ('n obsequio (le: la bre'.'(~(kd (Illllto, ('xisk lllU que es de estricta arliC:lciÚII á UllO de I()~,do..; UJI!tL:t,)S cuya efectl\'idad se persigue en este juicio: 1.1IllCL! ;l\lJi)liaci"'11 de pi;t/,(J ljUt:, conforme al artiCUlO 17°::-1del C,')[lIgu Ci\'il, no CO:btltll\'C llo\';¡cióll, ponc fin ;'1 la rl's!,o:bahdilbd cid jj¡/dor solidilrl:' que llO acc,>clj(') ;'¡ la prÓITo:~;1 de b llh]ig~ll'i¡'¡:l trillcitili; ptrO \;tI alllpliacilHI otorg;u\;¡ ;'1 uno rk I,;s cod<'lldorcs 5('//(lo/los 110 extingue LLohl:g,!ci('JJ1 (le- lll'; ¡,tros qllL~ no accc'dieron a ella. ;\lwra, como COlht'CUellcia dt: l..;tC principiu, e1ebe concluírse 'lile si U/1/Úzd,'rs,,/idario bip<ltecÓ un (LTI'c!J(J inmuchle de !'il propied,ld, \;¡ alllpl:,lcilln d~~plazo consentida entre el acrL:cc!or y el dl'ldor ,"¡-illcipi/l, y ;'¡ la cual !]o acccdi() el primero, extingue !;¡ hipoteCol; lIIienlr;ls que!;¡ hlpckca constituida por un cadcudor solidario qucda vigente, a,111cuando el acreedor haya pactado una ampliación de plazo con otro ú otros de los codeudores solidario,.;. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Los socios colectivos no son fiadores de la sociedad. 67 La solidaridad que la ley (~stahlece entre los socio~ colectivos y la persona jmídica distinta que ionstitllye la _ sociedad formada por ellos, aparece establecida en la díspo~iciÓn que contiene el articulo 4~7 del Código de Comercio (nÚmcro 61, s1IImz), di~posiciÓn 'lile aparece confirmada conla del articulo 511 del mismo Código, que dice así: 0 "Cuando el contrato social no designa la persona del ade rninistrador. se entiende que los socios se confieren recÍpro'camente h facultad de administrar y obligar svlidariarncntc la responsabilidad de todos sin su noticia y consentimiento." l\J;'ts aÚn, el artículo 472 de la misma obra, después de establecer la nulidad absoluta entre los socios que al constituir la socied:ld colecti\Oa pretermiten las formalidades sustanciales prescritas por la ley, dice que: "Estos (los sf)cio~). sin embargo, re~ponderán solidariamente á los terceros con quienes huhieren contratado á nombre y en interés de la sociedad de hecho," 68. Como se ve, exista ó no legalmente la sociedad, la solidaridad de que se trata la establece la ley entre los socios; ella no depende del pacto social, y no puede derogarse por aqul:l1os, circunstancias que permiten afirmar; quc tal solidaridad existe entre codelldorcs y no entre un deudor prÚzciPal, la sociedad, y dos ó más fiadores solidarios, los socios, pues C0l110 atr:'IS se dejÓ establecido, la fiallza solidaria es sicmpre fruto de una con\'enci('lIl, al paso que la dellda solidaria il11[1l1c<:bpor la ley aleja de Lr menk la idea de la coexiskncia dc un pacto principal y otro accesorio. 690 1\llOra, si se aplican á este tÓpico las reglas gcnerales del 1ll:111dato, en virtud de las cuales el m;ludatario, sin perjuicio de ot-,ligarse directamellk á bvor de aquel con quien contraí:I,;¡ quien obliga directa y personalmente es al mancIantc, cuando ha obrado dentro de los limites del mandato, Sl'.l;Úll la doctrina que ell forma positiva cOJlsagra el artículo :n86 del C<'ldigo Civil,-- si se aplican e;,tas reglas, digo, se llega á Lt conclusiÓn de que los socios no son fiadores de la sociedad sino codclldorcs con ella. En efecto, el artículo 472 del Código de Comercio citado (nÚmero 67, suprtl) establece que los administradores de la sociedad colectiva, que lo son todos los socio~, cuando la Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Jt' - 45escritura social no dice otra cosa, ticnen un mandato legal en virtud del cual los socios" se confieren recíprocamente la facultad de administrar y obligar SOLlDARIA:\IE:\TE LA RESPON· SABILlDAD DE T:)DOS, sin Sil Jloticj¡r y (onoci11liento." y como un lllanclat,lrío, cu~tIldo obliga ;tI mandante no lo nace cn e1 conccpto de que l:,;tL: \"a ;'\ ser jiad,))' de la misp1á obligación que <:n "u lIombre cOlltrae, iorzos() eS conc1uÍr que \0 obliga ¡'llll1ll SI¡ (,'¡{el/d,'r salidori,) m;mCOlllUl1a, di> 'cn ];¡. lllisn,a ob\¡gaciÚn quc pUl' SlI partc' COlltrac también. En consecllencia, los acreedores titllCI¡ accioll, S('gÚIl lo expresan Lyon Caen &. l~cllault: " Contra cada 1/1/0 de los socios illdi1'idllaI1l1clli,' La ohligación de ést,'s se desprendc del hecho de lJuc ellos h;lII ¡bdn al gc;n'lIte malldato de (lblig;crlos persollalm\:nte. Elios quedall comer· cialmente obligados al pag() de Lis (k'ndas SOCiales, tienen la calidad (le comerciantes y pl1l:dell, de; l'ollsiguienk. sn dedarados en estado de quid)r;l por L\Z<'JIl de 1:1sclelld;¡s :ilJci;dcs." (f1dci5 de Droit colllJl/acial, t. 1,~, p;'¡g. 163L 70. Si los socios colt:ctivos fueran meros Jiadorcs solidarios de la sociedad, al pagar HilO de ellos ;') U:l tercero un crt:dito á cargo de \a ,ocicdad, S'~ subrogaria Cl! todos los derechos del acreedor satisfecho p,)r él, COS:l qltl~ no sllcecle, pues tal accióll necesariamente tiene que limitarse respecto de c~da socio 'al intert:s i)rOporciollal qu(: tenga el! la sociedad. " La solidaridad se aplica á todos los socÍC)S,ya figuren ó no sus nombres en la 1';17.<111 socia] (Alt. 22 del Código francés, me1I0S eXj1lícito en el particnlar <¡tle el 487 de Iluest:'o Código de Comercio); peru 110 cs rclll/¡'¡'II sinu á ¡liS relaciunc; de los socios con los ¡erceros y no ;i las que existen en tre e1lus. Eu c()n~ecuencia, cu<t:1do un socio raga la totalidad dc una dClld;¡ social, no puede demandar por el tocln ;'l uno de sus consocios, sino que debe dividir su dcción entre ellos, conformc á los prillcipios generales admitidos en materia de solidaridad. (Art. 12 q del Código Ci· vil francés, que equivalc al 1579 del ll11éstro).· ., Esto 1<0 es cierto siuo en tanto que se tr.'\tc (le las relaciones de los socios cn su calidad de taks. Cuanr.\<>\In socio contrata con la sociedad como 1,) haría un lcrccro, lime colltra sus C01lsocios una accióII soliriarza. El socio dem;¡udado por otro socio que de tal modo hubicse contratad" con la sociedad, no podría obligado á hacer cleducción dc SlI parte." (Lyon Caen & Renau]t. Obra citada, t. 1.0, pág. 1(3). Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 46- 71• De consiguiente, en el caso concrdo de que se trata en este recurso, y suponiendo qlle no constituyera un medio 1111(;,'0 inadmisible en él, -la alegaciÚn que se ha hecho de que la prÓrroga de uno de los dos contratos cuya dectividad se persi,~llc ha liberLldo á los otros socios. no tiene raz<>n ele ser, --- pues el socio que cn liSO de la rad)1J sociai la pactÓ, obligó sl>licIarial11clJte ;'t SIl'- cOI]~oci()s elJ virtud del mandato legal 'lile tenía ('OIllO adnlini"trador de la sociedad. (Cúdigo de COlJlcrcio, Arh. 482. 4X7. :;1 I Y 512). Y si la llJCla all1piiaciÓn de plazo n() con"tituye /l07'acióll y s(¡!o I'0ne fin á la rcspolls;¡biliclacl de los lIacI¡;res y ;i la de quienes han dadn callciones rcales para garantizar la ohligaciÓn principal, cllando unos ú otros no han accedi. do expresanH:nte á la ampliaciÓn; si tal ampliaciÓn de plazo no pone fill ;'1 la responsahilidad de los codelldores solidarios; si sÓlo la l/o"(lcióll {l que éstos no accede:1 los liberta,fol'. zoso es concluir que al condenar la sentencia n:currida á los tres socios colcctl\'oS (It la socied;ld de Cribe é /lijos al pago de las obligaciones contraíd;is por ésta en el pi-imer contrato que ¡ue prorrogado, no \'ioló si no q ne, por el con trario, aplicÓ dehicLul1l:nte los ,trtículos 17°4,17°8,237°,2373. 2406 Y 2454 del CÓdigo Civil. 72. LLtI1,a en verdad la atenciÓn la irresistible fascina. ciÓn que CI] ('1 Únimo de la parte recurrente ejerce el WJcablo 1l¡JLlaCÚíll, ienÓmcl10 jurídico qnc;'¡ cada paso alega, sin fijarse en qu,~ cae en lamentables inconsecuencias. Si las ob¡i,~aciones de Unbc é Hijos, que constan en los contratos de qne tratan los documentos privado", quedaron extinguidas por la 1I0l-'aciÓIl que, segúlJ la parte recurJ'elltc, se verilicc'J con el otorgamiento de las escrituras pública,.;, en virtud de I:ts cuales sólo quedÓ ell.l dehiendo una suma en papel moneda, ¿cómo pu(\¡eron extinguirse después esas mismas oblig;¡ciones en oro en virtud de una prórroga, que no es 1l0V(/CiÓIl, otorgada aquélla á la sociedad deudora para el clIl1lplimiellto de sus obligaciones? ¿CÓmo podí;l consentir la socicdad de Cribe é fhjos que se prorrogara UIl contrato que, ell su concepto, no exis. tía yá? 73. Otra consecuencia, en materia mercantil. del principio de ljue los socios son codc1tdores solidarios y no fiadores solidarios de las obligaciones de la sociedad cle que forman parte es la de poclcr ser dvmandados por el todo de la deuda, separada Ó coiectivamentc. Esta regla que, en materia civil, se aplica también ;Í. los fiadorcs solidarios, quienes no pueden invocar ninguno de Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 47los dos beneficios, el de di,'isi,;'l ni el de excftsi,;II, en materia comercial, l'S((l ¡imitada al primero de tales her¡dlcios, pues el artículo 9S{¡ del CÚdi,l~o de Comercio cÍ!.Ido (nÚmero 6:;, ,SlIPra) , clJl1ticl1e el principio clll'gÓricll111'ntc [orml1-, lacio de 110 permitir al ;,cll'~dol' p('rs(',~\1;r al .fi{{d,'¡- s,'/ie/ario Sil} haher requerido 1'!'('\'i;lll1t'111e ;11 dl',ld,)r pril1cipa', Limitado este l':'incil~;o ;'( !;¡ .fiau,<l s,,/idtlrii/ 111) pl1l'de aplicarse por l'xte¡:sÍ¡'lI) ;'l Ll d<'lldll ",'I¡t!(/IÚ¡. ~¡Il VÍ,J:<l1 elementales pri Ilcipios de Ii"1111"1¡éut iCI, y, s;elldo como ya se cstahleci('), un;t ()hli,~aci('I:l d,' t.d clas,' la t¡t1(~ ('!lr!T ;1 c;:rgo de )\)S SOCIOS CO!ectl\'OS, dch,~ l'ollcll1í! se que el >l11ra 1':)OS se puede pn1cecler sil! l1eCcsiebd ck prc\'!',J rn¡ucrÍIl)il':Jto de la sóciecbd, 7-1.. ;',)r tanto, cn el S\1pll('~tO in;lClmisibll' cle qllc ¡ucra permitida en el rCC\1r,;o de ClS;ICÍÓI1 h introc!ucciÓII de me· dios Il1!L',',)S, llll sería procl'c1l'l1k la a1to,~aci('Jn qu:' ,"e In hecho ck quc el Tribullal ";Cl1lcIH'i::c!nr ckhÚ c1cch:;¡¡ proh;ld;¡ la excc:pciÚn de petlci(')!1 ill(Lbld;¡ 1) ;¡;I!t:S ck tit'l1lpo por Inber cOIlc!cilado [ll, \s ~or:ios colecti\",h de la :'llciuLtcl dl' Uribe é Hijos, junto Clln elb, sin que [t ('-;(;1 se Lllll¡\)i~'l'a requerido previ;lll1ente. Va.lidez y vi~encia :Ictual hipoteca-.:, de l[l~ 7S' Se sostiene por :;1 l)arle r¡'ClIITcnÍl' l!llt' ';( se/ltencia elel Tribullal d¡; BllgoL ~'-; \'jolat{l¡i;¡ de los;u t¡clIlos 2433, 2-1-3-1-,24'=;4 y 2+57 del ClJcli~() Civil, ~('Iwr;¡cla I:t vi,)bci("!1 de los dos Úllimos articu:os por la en '[Ile tamhil':l IncurriÓ el Tribllll;¡] st:nll:nciadOl' el.:: los artic1!lllS 7,)<) 742 dcl CÓdigo de COlTlcrcio, :t Indivisibilidad y modo de constitución de la hipoteca. 76. En cuanto ;'[ la vio!;tciÓIl cl\~ !C1S artícllillS 2433 y 243+ dcl CÚcligo CIt'il. no SC' c1ice pOI' los n,TlIITCl1ks en qué concepto existe elLl, y, por lo tanto, 110 plll:c1c tomarse en cucnta por la C()\k pios incontrovertibles tal p:'L'Íelldid,1 violaci(')ll, segÚn princiell In:l1L:ri;\ (k Gls;lci('lIl. Esto de un laclD (111(', ek\ otro, no sé yo desde q1l6 punto (h~vista ckb;l col()c:lrll1l~ para tr;l!;¡r la clIcstil>lJ que parece traída al debate con el 1l1i--mo critcrio q\1C ~\IiÚ á los recurrentes al aCllsar la Sl'nkllCia por lodas las e¡l/co ca1lsa/es establecidas por Lr lt:y, dd propio modo que habrían podido Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia acusarla como vi\)latoria de toda la legislación nacional, como vlIlgarmente se dice, ti la sí pe,f!.a. a) El artículo 2-+33 consagra el principio universal de la indivi~ibilidad de la hipoteca, qu~ es de! todo extraño en esta controversia, pues la parte adora precisamente estableciÓ conjl1ntamcllte]a" acciones real y personal, la última contra la sociedad Uribe é H i¡os y sus socios colectivos, y la primera contr;l la socicdad nombrada, como poseedora de uno de los p:-edíos ,~r;I\';ldos, y contra el Sr. Luis 1\.1. Uribe R., lino de los coc!elldore..;, como poseedor dd otro predio. Se ha pedido, de consiguiente, que cada una de las cosas hipokcadas responda por la totalidad de las deudas y no se ha limit;¡do la acciÓn á parte alguna de esas cosas ni se ha extendido ;'1 lo que no aparece hipotecado, asi como tampoco se ha clelllancJ;¡do ;'¡ terceros poseedores que tengan una de las lincas hipo1ec;lClas ó parte Ú partes' de ella, ni se ha cobrado p~rt~ de la cleucla con acciÓn real sobre parte Ó partes de los predios. ~n suma, se trata de una acción hipotecaria yue el Tribunal sentenciador encontró probacJa y que se dirigió por el totot de la deuda, sobre la totalidad de las fincas hipotecadas, contr;l los deudores principales que al propio tiempo lo son proPlcr 1'em. b) El artículo 243-+ del Código Civil expresa que la hi· poteca e1ebe constituirse por escritura pública y que " PUlId ser una misma la escritura pÚblica de la hipoteca y FJ del contrato á que accede." Luego, según este texto, puede decirse, a contrario, que el contr;\to;'1 que accedt: la hipoteca puede constar en documento distinto de la escritura por medio de la cual se constituve aquella caución . • En el presente caso, como se ha repetido ya lo bastante en este resumen, se pactó por las partes contratantes la apertura de dos cr-::clitos en descubierto, en condicioncs que se hicieron constar en documentos privados, en los cuale~ preCisamente aparece ]a obligación impuesta á la parte deudora de garantizar el saleJo eJe la cuenta con hipotecas que se constituyeron en bs mismas fechas eJel otorgamiento eJe los respectivos documentos privados. Además, en las escrituras se hizo referencia, al constituirse las cauciones, ti. tales documentos pri\'ados y se constituyeron esas cauciones para garantizar, no sólo la cantidad líquida de que ellas tratan, sino el saldo resultante en las cuentas corrientes á cargo de Uribe ¿ Hijos. Luego no se ve, como la misma parte recurrente no lo Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 49- ha visto, puesto que no dice en qué concepto lo considera así, que la sentencia recurrida haya \'iolado el artículo 2434 del CÓdigo Civil al declarar como cleclar'Ó l{ue el qldo ;'¡ cargo de Cribe t! Hijos estaba garantiz~lclo con bs hipotecas constituidas en las escrituras pÚblicas que han servido de base á este proceso. Ahora, en materia de C;ls;lciÚn, como se ha rqwtido, 110 es exequible la aCll~.ICi(')I) qlle se ¡L¡ga de leyes LJlIL: <:! 'l1ismo recurrente cOl1sidcr:¡ il¡;¡p:ic;lbie~, n¡;¡yormcnk si t;d acusaCil'lll cOl!stituye Ull lIit'di,) ;;1/(,'0, cles(k Im:go qllc en esta ¡itis la parte hoy reClllTt'Iltc se produjo, el1 la conks\;lcióu de la demanda, al respecto de h hipoteca, en estos términos: " .,. y á b acción n:al tIc las 1incas ¡'ignoradas poseedores tic aCller<!r¡ c<'11 los respectivos títulos de propiedad, liada teJí,f.o qltt: objdar." IConte~tación del Sr. Luis Crihe ,\.) " .... pero las hip()kc~ls respondc1l de la deuda demandada ha~ta donde s<.:a Ill'ce,arit!, segÚn h '-lue se prnehe en el pre. sente jnicio que re;¡Jmente debe la ciLlda sociedad. (Contesta. ci<.n del Sr. Santiago l;ri!l<.:). 1, , • " y en ningÚn caso ncg;-¡ré la responsabilidad de las lincas qne se pignor:ll'Ou para el pagil de /as Sil/l/l/S n:u'hidas, las <fue wl~/iL'SO lisa y llanamente {¡/te IiO se hil/l fll!fado." (Cunte"tación del Sr. Lnis ~L Uribe R) para el pago, en cuanto de que :'OIll!)S Fianza hipotecar:a. 77· Partiendo del mismo sllpue,;to erróneo, que ha quedadu combatido (nÚmero (;7, SlIpnl), Supllestu erróneo de que el socio de una sociccLtd culectiva no e,.;codclldor solidario sino fiador solidario, fUlltbn lo,; recurrentes Lt aClls;lción que hacen á b sentená¡ como viobtoria del artículo 2454 del CÓdigo Civil, que dic!.: ;¡,,¡: " El qne hipoteca un inmueble por una deucla ajena, no se entenderá obligado per~()nallllcnte si no Se hubiere estipulado. Sea que se ha) a obligado personalmente, Ó !lO, se le aplicará la regla del artículo precedente, La Jiallz;¡ se llama iJipotecaria cuando el fiador se obliga con hipoteca. lo 1, " La {jauza hipotecaria est;í sujeta, en cuanto á la acciÓn personal, {¡ las reglas de la simple Jianza." 78. Si la sociedad de Cribe ¡: Jl ijos es la deudora de 4 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 5°Chalmers Guthrie & Co., C05a que no se discute, y ella hipotecÓ para garantizar su deuda el predio de Las Al crcedes que es de su popiedacl, no se puede decir que haya hipotecado un predi(l ajeno para garantizar ulla deuda propia. Si el Sr. Luis M. Uribe R, socio de la compañía expresada, y codcltllor solidario con ella, hipotecó el predio de Santa Al/a de su propiedad para .~arantizar esa misma deuda, tampoco puede decirse que haya hipotecado un bien propio para garantiz:¡r ulla deuda ajena. Si el Sr. Luis l\1. Cribe R. es codeltllor solidario, al hacer el pago, !lO se subroga en tOc!0S los derechos del acreedor contra SllS codeudores á la manera de un fiador, como se ha dejado en otra parte establecido (nÚmero 70, supra) y, de consiguiente, no puec!e acogerse á lo que dispone el inciso 2.0 del artículo 24.54 del CÓdigo Civil en relación con el 2453 de la misma obra. Si el Sr. Luis ~1. Uribe R no es fiado,- de la sociedad, sino codcndor con ella, por el hecho de haber constituido la hipoteca sobre su finca de Saula Alta, no ha adquirido la condiciÓn de ll(Ulor hiPotecario y no puede acogerse, por tanto, á las reglas dadas para la simple fianza. En resumell, aquí no hay fiallza hipotecaria sino hiPotecas collstilltÍlltls por dos de los codelulorcs solidarios. 79. El objeto pr:lctico que se propone la parte recurrente con "ostcncr que el Sr. Uribe R es mero fiador hiPotecario de la sociedad es el de q lle se declare caducada la hipoteca á virtud de la ampliación de plazo concedida á la sociedad de Uribc ¿ Hijos para la extinciÓn de las obligaciones resultantes del primero de los contratos de cuenta corriente. Este fin prÚctico 110puede obtcnerse por la parte recurrente por I1l1lchas razones: a) P(lrque, aun cuando tuviera razón en sus pretensiones, eso constituye un lIledio 111lei'0inexcquiblc en el recurso de casaciÓn. con t;ll1to mayor f<IZl)!1cuanto que, desde la contcsbción de la demanda (nÚmero 76, supra) la parte demandada no ha puesto en tela de juicio la validez y eficacia de las hipotecas; 1» Porquc la mera ampliaciÚn de plazo no constituye novaciÓi, y si pOlle fin á la responsabilidad de los .fiadores que no hayan accedido ;'t ella, no liberta á los codeudorcs solidarios; e) Porquc precisamente las ampliaciones de plazo del primer contrato, concedidas á la sociedad de Uribe ti Hijos, fueron consentidas por el Sr. Luió: M. Uribe R., como consta Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 51 - en las notas firmadas de su puño y letra que esbn agregadas al documento respecti\'o, y el) Porque el segundo de los contratos !lO sufrió ninguna ampliación de plazo. C':uenta corriente 80. Se acusa ;'1 la scntencia recurrida de ,;CI violatoria de los artículos 7'YJ :1 7-t2 del CÓcJ¡go de COlll..TCio que tratan de la flnalizacHJI1 de Lt cuenta corriente, de la dcfiniciÓn de los s;t1dos de 6sl:t, (le lu,; efl:ctos de la lic¡uiclaci('ll1 y de la posibilidad de garantizar t:tlcs salcllls COll hipiltL:cIs constituídas en el acto de la cclehracic'lll del contratu. Se hace consistir la \'iu!ación de tales arlíCll]llS en que no fueron aplicados al C;lS\) cId plc:¡to. ti!. Esta acusaci('J1l es tan improcedente como las dem;¡s. ti) Como ap:1rect' de autos, el primero el,- los contratos fue prorrogado y c:I s('gunelo dejÓ (It~ser cump' ido por la sociedad de Criúe ¿ l/Ijus al p:'opio tiempo que dejÓ de cumplir esotro. La falta de cumplimiento de los contra:os. implicaba segÚn las reglas generales de derecho y segÚn la convención, la facultad para la Caq acreeclora de ciar por terminados tales contratos y liquidar, de (,'ons.iguicnte, el saldo definitivo. y como ese saldo deliuiUva es el que se ha cobrado en este juicio, como sobre 01 l:S que se han liquidado los inte. reses y como para el pago total de l:l es que se h;\ l:jercitado también la acción hipotecaria, es claro que el Tribunal sentenciador no dejó de aplicar los prenombrados artículos al caso del pleito. b) Además, la naturaleza misma del contrato de crédito giratorio en cuenta corr¡ente implica que los giros que se hacen para reemplazar ;i los anteriores, rlO l:xtingan las obligaciones que el contrato impone, sino que, por c.:l contrario, sin'en precisamente para dar l11ovil!liento á la cuenta, para cumplir el contrato y para qt:e sobre la aceptación de ellos se paguen las comisiones. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Interpretación 52do los eontratoR ¡)2. Alei~a la parte recurrentc quc la scntcncia acusada es villl;doria ae los artículos 1622 y 1624 uel CÓdigo Civil, po: cllanto qU(', en concepto de esa parte, el Tribunal sentenciador, 110 aplicÓ ;'1 lo,,; contratos las reglas de interpretación qlle t:des artículos consagran. 83. Ante toelo, cabe ohservar que por lo mismo quc tales ••rtículos cOl11prc:HlL'n <¡penas simples reglas de interpretación de las conn:nciol1es, la violaciÓn de ellas, caso de que existiera, IlCl e!aria asidero para fundar en ella el reCurso de casaciÚn, desde luego que es doctrina corriente en la materia que los juccc's cle fondo son soberanos en la apreciación de las pruebas, salvo en cuanto en tal apreciaciÓn se haya incurrido cn error de derecho ó en error de hecho, en cuanto este Último ;;parezca de un modo e7JidclItc en los autos y se acuse por la comisión de tales errores á la sentencia recurriel;t. 8+ Entre otr ••s muchas decisiones que, á este respecto, ha pronunciado la Suprema Corte que \'a i conocer de este reCLlrso, me pcrmito citar las siguientes: Es princi pio dc derecho que cuando la ley deja al buen juicio del jnzgador un radio de acción para obrar en él, según sus conocimientos jurídicos, su conciencia y lo que resulte de autos, á nadie le es dado pene.trar en el arbitrio de ese juzgador, ni mucho menos infirmar el juicio que él ha formado en virtud de 10d ••tos y de la cicuci;l, LJue posee; y, de consiguiente, en cllcstiones de hecho, debe respetarse el juicio del Tribunal, porquc b ley sobre casación no le da á la Corte autoridad para inmiscuirse en la p••rte discrccio!l ••1 del Tribuna!." (Jurisprudencia de la Corte Suprellla de .1usticia, númcro 254)· ., X o es pn)ccdente este ¡"<,cursowalldo lo quc se impllj¿nil es la I"TELIGE:\CIA !lADA POR EL TR1H¡;:OUL A LAS CL,\.USULAS DE ¡;X COSTRATO." (Obra citada. Apéndice 1.0, número 47)· •. La Corto.::!lO tiene facultad de variar la apreciación que haga el Tribunal de la c1<iusula de una escritura cuando !la se demuestre de alguna manera qne ella envuelve error de derecho ó error de hecho que aparezca de un modo evidente en los autos." (Obra citada, Apéndice 2.••• número 52) . ••El desconocimiento de uno de los elementos constitutivos de !ln p ••cto, cualquiera qne éste sea. envuelve una cuestión de h<:cho, que escapa, por regla general, á la Corte de Casación." (Obra citada, Apéndice 2.°, número 62). ¡¡ 85. Ahora, suponiendo facultad que la Corte de CasaciÓn tuviera para variar la: interpretación quc de las cláusulas de Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 53los contrato,; se hizo por el Tribun:11 sentenciador, es de toda claridad que, precisamente, l:ste St' conformÓ con las reglas de interpretacir'lll consignadas en los artículos citados por la parte recurrente. a) En efecto, segÚn el inciso primero del artículo 1622 del Código Civil: " Las cláusulas de en cn!)trat!) se interpretarán tIllas por otras, dánc.losele á C;lC!:tlIlla el sentielo que mejor convenga al contrato el! su totalidad." 1>e c\)I1siguicllk, si, como ap;lrece al fin de cada uno de los documentos pri\'adlls, s,~ c.lijo L'l1ellos que las obligaciones contraidas por Criíit' ,: lf¡j'us ~('~;lrantizahall COl! hipotecas que se constituÍall por medio de escritura,.; pÚblicas que en las mismas fechas se otorgaron y q¡}(~se citaron por sus númcros respectivos e:1 1,)s c10CU:llentos pri\',ldcs (nÚmero 1, sJJfra), y si en la;; rcicrida,; escritmas se dl.in exprcs:tmente que elbs se otorgaba;1 precisamente par;l g;¡rantizar con callcioncs reaks "d C/!//I/,Iil/lielll,' de lodas \. cada lllla de las o!Jliga<"iolles (lile la stlei('¡{{((! de I'ribe ,: ¡¡11,ls /¡a cOlltraído 'L\:\TO 1'01< ),rEIJrO !lE!. !)()lT).!¡';:\TO PH!\·.\IJ\) ~)!'E SE CO:\,· como put 1I/cdi() de esla ('seril/frit, ... "-och" concluih\' que el Tribun;d sentenciador, C;\SO de que hubiera \'lllolllrac!o alguna dílicultad en la intcrprd;lciÓn de las CbUSllh,; c()nkl1idas en las escritur;i.s pÚblicas, ;lp!i,'Ó debioanwnk el citado inciso primero del artículo ¡ ()22, d;"tndolc á ellas ('} mejor sentido con\'cniente á los c0I11r;¡to,.; en Stl totalidad. b) SegÚn el inciso tercero dd prenollllH;¡do articulo 1622 del CÓdigo Civil, pueden tambil'n interprdarsl: las cláusulas de un contrato, así: SlDI·:¡n 1'.\KfE ¡:'\TH;¡~.\:\TE IJE LSTA ESCl<ITl'In, " Por la interpretaci'JtI práctica ambas partes, ó una ck las parks parte." que hayan hecho de ellas con aprobación de la otra En el presente caso esa interpretación prÚctica de las cláusulas, acorde en un todo con la que hizo el TribunaJ sentenciador, aparece claramente establecida: con la confe· siÓn de la parte demandada hecha en la contestación de la demanda; con la que hizo el Sr. D. Luis M. Uribe R., uno de SlIS socios, cn las posiciones quc absolvió en la segunda instancia; con las 28 letras dc cambio que durante dos años giró la sociedad de Uribe é Hijos contra la de C1¡almers CIt- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 54 tltrie lit Co.; con el pago de los intereses y comIsIones que durante ese mismo tiempo estuvo cubriendo la primera de tales sociedades á la segunda; con los asientos de los libros de comercio de la primera de las sociedades nombradas, y, finalmente, con el indicio resultante de quc, habiendo sido distintos los tipos de cambio cuando la sociedad de Cribc é Hijos hizo los rcemplazos, siempre se hicieron con letras de cambio giracbs por idéntica cantidad en oro, no por cantidades distintas en esa especie, equi\'alentes á una idéntica en papel Jlwllccla. e) En cuanto á las reglas conlenicbs cn el :trtículo 1624 del Cúdi,t;o Civil,---coll1o cllas se rcfiercn ;'t diusulas ambi. gu;:¡s que existan en un contrato, y la parte recurrente no ha señalado ClÚles de las contenidas e11 documentos privados ú escritllfas ~on ambiguas, y como, de otro lado, tal parte recurrente ha sostenido en sus alegatos que las ciáusulas de las cscrituras pÚhlicas son claras, conceptc) que se opone á la tll/lbigiít'dad de ellas, - elebe e~ti marse como corn~cta la interpretación que de taks cláusula- se hizo por el Tribunal de segunda ins[;¡l1cia, con tantó mayor razón cuanto que aparecen extendidas ú dictadas por la parte deudora las cláusulas de las escritura" públicas y que la parte acreedora se limitó apcnas ,'1 aceptar tales escrituras. Cláusula penal 86. Para el caso de fal!.l de clll11pl1miento de las obli. gaciones que por medio de los documcntos pri\'ados contrajo la sociedad de Cribe (; lJijos, se pactó en ellos que tal sociedad pagaría sobre el saldo no cuhierto un interé" anual de 12 % Y una comisión trimestritl de 2 % sobre el mismo saldo. Sin decir qué artículo de ley sustantiva alguna ha sido violado, sostiellen los señores recurrentes que ).¡ sentencia que los condenó á pagar tales intereses y comisiones es violatoria de ley sllstantiva, porque los condena al P;\gl) de dos penas á la vez: la comisiÓn trimestral pactada en los documentos privadl)s, y el interés estipulado cn las escrituras públicas. 87. Ante todo, cabe observar que tales intereses y comisiones aparecen pactados en los documentos privados, pues aun cuando en la escritura pública se habla también de intereses, el cobro se ha hecho por la sociedad demandante por lo que rezan los documentos cn que constan los contratos cuya ejecución, primero, y cuya falta de cumpli- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 55miento, después, por 1:1 sociedad de Uribe ti Hijos, han generado un saldo ;'Lsu cargo que está ,~arantizac\() con las hipotecas constituídas en tales escritur;ls, como se ha demostrado ya de modo satisfactorio, 88. La cláusula pellal se agrega á la ohligaciÓn principal á que accede con dos objetos distintos: Cll1l1ll UlI;L esti· mación anticipada que hacl:!1 las partes dc la imkmnización de perjuicios que (kba cuhrir á b otra partL: la que dejl: de cumplir con SllS oblig;lciol1cs, Ó cjmplelllellk como una estipulaciÓn adicional y :\ccesoria, ¡,or la simple mora en el cumplimiento de la ohli,~;lci\'lI1 prilH:ipal por parkdel deudor. a) En el primer c;l~(), segllll lo qUl' cli,.;pone cl artículo 1594 del Código Ci\'¡\, el :lcrcednr no pucdt: lH'dir antes de quc el deudor esté constituido e:1 mora sillo el cumplimie!1' to de la ohligaci(¡n ¡,rincipal, ni constituido ,:ste en ella, puede el acreedor pedir :¡ lln tie¡::p') el cUI11¡llil11icnto de la ohli,~aciÓn prillcip:tl y 1:\ pena, ,,:110 cllalqlliera de las dos COS;IS ;\ su arbitrio, ,.;ah'<l qll~ se l1:¡ya estipllhde quc por el pago de la }WJ1:l IW "l" <.:Iltiemb extingu:da la obligaciÓn principal. Acklll;"";, k esb prohiLido a\ aCllcdor, ptlr el al'· tículo 1600 del C,')(iigo Civil, pedir conjunt:llllentc la pena y la indel11niz:1Ci\'Jíl de lo,.;perjuicios. l b) l' En el segtll:do Cl:;{) se elice que la ¡cn:) :);1 sido estipuIaela rato ¡¡wllcnlc' todo: ella no e~ ,'ntouCl:s j;¡ L'Olllpen~;lCióJl del daño qtlC principal; el acreedlll- sllfrl: por la illejectlci,~:, eS simpkl11l:nlC il/oratOI"l,1 de la obligación y reprc:"(;lIt:¡ el pe:juicio re- sult~lIte de la l/10m, y ;-';0 I't'EDE SI':1~:lIOIlIF1C\D,' I'OI{ EL JUEZ," (I-Iuc, COl11l11clltllir( IlzéOi'ii.¡HC el prllliquc lÍu CUltC CiZ'll, Tomo 7'°, pág. 495), e) :\ingullo de l()s artículo" del CÓdi,~o Civil comprendidos bajo ell110te f)¡; llls cIUI(i.!.(ILivIICS CL'II cI,ílt~;lIl{! peHal contiene la prollihici¡'J1l de que h;dd;lll los ~tl-lOn::~ recurrentes de que no ~c puedell estipular ,los pena" ;'¡ la v('z, y es, por tanto, improccdente la ;IC\lSaCI")!1 qUl: l'or c-;(: extremo se hace á la sentencia rccllrrieb, con tanto 11i:'\"O!-razón cuanto no se cita ¡'Or él!(;,; \;¡ ky iníringida, C01110-atr{¡s lu observé. RoduceiÓn y eapitn li~aci6n Lle inteI'~ses 89. Se akga por la parte recurrcnte qu~ la sentcncia acusada por ella L:S \'iolatoria de los a¡tículos 2231 y 2235 del Código Civil, que dicen a,.;í: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 56"Art. 2231. El interés convencional qne exceda de una mi. tad al que se probllrc haba sido inler/s corriente al ticmpo de /,¡ COIlz'cllciti¡¡, será reducido por el Juez á dicho interés corriente, si lo salici/are el deudor." " Art. 2235. Se prohibe esti¡mbr intereses (le intereses." 90. La improcedcncia de la cita de los referidos artículos en esta litis P;¡L¡ fundar en su pretendida violaciÓn el recurso de casaci('lI1, es manifiesta. Tales artículos regulan la estipuacj('JI1 de intereses en el contrato cin'l de 1Il1/11/0 y en el presente caso 110 se persigue la cfectiviebd de obligaciones de esa naturaleza silJo de otras de distinta naturaleza contraídas por una sociedad comcrcial que se regulan preferentemente por las disposiciones del CÓdigo de Comercio, según lo dispuesto en el artículo LO de esa obra. Ya r1esde los tiempos del Derecho romano el Emperador Justiniano !lizo una distinción importante, al respecto de los intereses. entre los que deben cobrarse en makria civil, ó comercial y, rindiendo culto ;'¡ la reglamentaciÓn en que: Sé inspiraba en ese entonces el Derecho, fiJÓ en un 6% anual el interés legal en materia civil y cn un t\lG en materia comercial. (L. 26, C., /)C 115111', Lib. ¡V, Tit. XXXII). Y esto es estrictamente científico, pues en los actos mercantiles preside la idea de csjJcCIIlacÚíl/ ó de lucro, cosa que no siempre sucede en los actos civil(·s. 9 r. Con aplicación de estc principio, el Código de Comercio en Sll artículo 219 se produce asi: l' Cnando en los negocios de comercio hayan de pagarse ré. ditos de un capital, sin haberse ecpecificaclo por convenio, sc entenderá que es el 1IIayor interés corricnte en la plaza, si el rédito procediere de demora cn el pa¡!,o del caPital, y el término medio en todos los dem;"1s casos, salvas las disposiciones especiales que conteng,l este Código." De consiguiente, si conforme á este artículo, el acreedor tiene derecho de cobrar á su deudor el mayor interés eorríe1ltc en la plaza cllando éste incllrre en mora, con mayor razón puede estipular que pueda cargar :i ese deudor, en caso de demora, el interés que exceda en una mitad á lo que se pruebe haber sido interés corriente al tiempo de la convención. 92• Esto de un lado, que, del otro, en el presente caso concreto, el interés de demora estipulado es más bajo del que para el caso de demora se estipulaba cuando se hizo la convención en los mismos negocios civiles, y, caso de que Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 57realmcnte hubiera sido excesi\';1 la estipllbci('lI1 de eSos interCSl'S y que íllé'!';! de pl'elerclltc a;)Jícaci('Jll el citado artículo 2231 del C<\dig() Ci\"l: ,.,obre b,,, disposiciil!1l'''; de] CÓtligo de COlllercio, \.¡ InrI\: (kllc!'ll"a 11" hizo IhO del derecho de pedir tal reducci('lIJ de i!ltncses en las in,.;t:111Ciasdc! jllicio y !al rlctici"l1l t'S incxeqlliidc en el recurso ek casacil·JJl. 03. Est() cn Cllal1!o ~l la 1'(.{1/c(i,;1I el,· illlIT(;;!'.) que, en Cll:lIIto :'11:1cl1¡'Jilali.,/ci,;;¡ 1L: ,:1!os, aUll CIl:lI1Jll 1.1parte dem:lIJdallte h akg/¡ Cll Sll fa\',):, el Trihllll:d 110 1.1encol1trÓ claramente e,.,t:lhil:C:c!l (:11la COl1veJlCil'¡II, qll'.' si la huhiera encontrado, 1¡;lbrí;1 tenido 1llotivo legal p;(I';¡ H'Colloc<.:rle Sll elic:¡cia en "IlC1Ll de: jo quc disilone el ;II'ti<.:II)Oí43 del CÓdigu de Cotl1erci() qm', en lo p,-rtinenlt', e¡¡l~";¡;;Í: ., Las partes (l.'ll 1.1 clIellta corriente) todrlí/l capilahzar en pcrÍo,d. 's 'Ti'; 11') h:lj ..", ,L: seiS li1eSl~", , , ." los iuteres,"s ¡.l,/¡();':l.,.;i el Tr'illtl:,;t! ";l'nlt':JC!;)t!pr rl'l'olwci('} b cxi,.;knci;¡ ti;- l~,.;(a lli"\1lhicl')!\ k:c.(al, ;llTil JIU Lt :lp:ic:) al caso del p;cilo porqnt: C()ll",id,,'r") qlll~ 1,-; tl:rmilHh di' 1.1 l'()Il\'C'llciÓII !lO se prestab.1I1 P;l!:1 ello, ¿qué: agr;l\,;\) i:lliri,'¡ con dio a la parte dcm;:nd:¡da': :\0 ('.",ell c-[;¡ partl', Í;t\',\!',lhle P:II,1 ella h scnkncia~ 'Er'!'OI'0:'-' de hecho y de den'ocho en la apre- cia("ÍÓn do l~u3pI'uub:\:4 9+ Por este C:d:TI1W cDnsideran t:lIllbit:11 los señore..; rccurn:ntes que dz:lJt.: l';h;lrse la senkncÍ;¡ ¡::ronllnci;)(b por el Tribunal Superior d,~ Bogot:\. L¡ ;¡CllSaciÓn ba;;ad:1 en tal extremo es tan iníundada como las precedentes y fácil de rebatir, por cOl1siguiente, Escrituras públicas y documentos privados. 95, Dicen los scílores recurrentes que el Tribunal sentenciildor incurriÓ en error de derecho al apreciar las escrituras pÚhlicas, desde luego que prescindió de las estipulaciones de flapel moneda que en ellas se hicieron para condel''Ir]os á pagar las sumas ell oro que rezan los documentos privados, así como incurrió en error de hecho, que aparece de un modo ('\'idl:1l1e (:n los autos al dar!\: cflcacia i documentos pri\'acl·¡s quc, en caso de haber tenido algÚn valor, fueron reemplazados por las escrituras públicas. 96. De las trascripciones que se hall hecho de las res- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - S8pectivas estipulaciones de e~crituras públicas y documentos privados (número 1, supm), se deduce, por el contrario, que quienes incurren en manil1estos errores de hecho y de derecho en la apreciaciÓn de ellos son los ~eñores recurrentes. En efecto, (;1 hecho de que se huhieran otorgado en las mismas fechas lo:; respectivos docurnento~ pri \lados y las correspondientes escrituras que se refieren ;'t ellos, habla muy claro de que \as partes entendieron que sus contratos debían regirse tanto por las estipulaciones de los documentos privados como por las de bs escrituras pÚblicas, pues no se concihe que ellas se hubieran puesto á reGadar dos documentos privados para tkstruír incontincnti, por medio de las escrituras, lo qne en ellos se pactaba. 97. };o pudiéndose estinur ni escrituras ni documentos aisladamente, sino debiéndose, por el contrario, considerar como que ellos furman un todo armónico, es forzoso clarles ;Í un!)s y otras su verdadero alcance, cosa que con gran correcciÓn hizo el Tribullal sentenciador, como en otra pal te ya 10 hice ver (número 85, SUfra). Los documcntos privado~ sirvieron para dejar constancia cn ellos, pri\'ac1.ul1cnte, de los términos en que la Casa de Clzall/lCl's Gltlltrie:; Co. le abría á la de Cribc é Hijos sendos créditos en ckscubierto. Las escrituras pÚblicas proveyeron á la creación de un título ejecutiwl contra la sociedad deudora, en el caso de falta de cLlmplimientu por ella de sus obligaciones, y Ú la constituci{')!1 de las hipotecas con las cuales ella aseguraba el cumplimiento de tales obligaciones. Si el cambio bajaba y la sociedad de [¡'-¡-ibe é l/Uos no pagaba, la de Clzall/lcrs GullIric & Co. poc;ía ejecutada con las escrituras por ia cantidad líquida en papelmoncda que ellas rezan, sin perjuicio de que la socied;¡d tjl'cutada pudiera oponer las excepciones nacidas de lo pactado en los documentos pri\'ac!os y del llSO que hubieran hecho del crL:dito, como claramente se dijo en tales escritmas. Si, por el con(rari(l, el c,llnbio subía, cosa que ha sucedido, hasta el pun(u de que la cantidad líquid;¡ en papel moneda de que tr.¡tan las escrituras no represente ni míni. ma parte del \'a\or rcal de los créditos usados por la sociedad de Cribe J I-l¡jos, la Casa acreedora podía cobrar el monoíntegro de la cuenta por la yi;l ordinaria, como In ha hecho, ejerciendo al propio tiempo las acciulles reales correspondientes sobre los predios hipotecados que lo fueron, como lo dicen las escrituras: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 59" para ascf!urar el clImplimiento de todas y cada Ulla de las obligaciones que la soeidad de Uri{¡e é fJ¡Jos l/il cOIrtraído TANTO POR ~IEDIO DEL DOCU~IE);TO PIH\";\OO oeE SE CO:';SIl)EHA PARTEl:siTEGHANTE DE ESTA ESClUTUH,\, C011I~ por medio de esta escri- tura .... " 98. En cuanto ;'l la te~i~ tan incidental como tími(larnente expucsta por los rcculTL'nks de éJlIC \;¡..; hipotecas no pueden regirse sino por Iu <¡¡IC rCZ;lll las escritm, •., y que ellas no garantizan ~ino h~ ";ll1na" en p;¡pcl moneda de quc éstas hablan, se enCuclltra rc[J;ltida por ellos lllis1ll\J~ clIando citan como artícllIo aplicahk ;11 C¡SO eL-! pleito el 24:;4 del Código Civil, cuyo inci~o final dice así: " PodrJ ser llna 1Jli~m:l la escritura la del contrato á qne accede." pÚblicl de la bipoteca y 99. "No debe I)l'nkr<.;(~ek \'i~t;l :'t esk reo,pedo, <¡ne el artículo 2455 del mismo C:l(:i~o Civil expr,"~:\lll~l1te dice que J;¡ hipoteca" tllJrÚ li¡¡)il.lr~c ;"1\111a dder¡nill:lcLL ~Illll;¡," lo que íl1lplicit;lI11~'ntl: diu: qllC, en ;,;eneraJ, l'""; lí.:ito hipotecar \111 i¡lmLleble p;lra ,~,¡:";l!ltiZ:!i" !JIU dcmb CUY:I cU;llItÍa sea indc:krminada, con (krn:ll(), ('so si, para el dl!ciJU de la finca llL- pl'uir cuawlu \jUicr:1 la reducciÓn lk h hipoteca:l una SLlllla cletennin;¡lb, al knor de Iu que dhpOi1t: el sl:glmdo inciso del artículo ÚltÍlll:lllll.'nk ,"¡tado. 100. AdCI1l:'IS, C;1~1) l:n qlll', en general, fuera admisible la hipÓtesis dl: ql1e lle) pudina:l cOl1stitui¡";;<.: ¡Jipotecas por sumas indcknnili:lc!:l'), CO:110 aquí se trat:L de i;l garantia de un saldo en cuentlL corriente, e.; de prdereiik aplicaciÓn el <1r"tícu!o 7.P lk\ C\'¡digo de Cot\ll'rcio qu<.: la misma parte recurrente ha c:t:td, , el! :¡¡lO)'O d .. SlIS prekihio:ll::;: Fl saldo (:le Lt Cllc;lIta cmrientc) j>1:<,dc' SI'r ;.;aralltido con hiPotecas constituidas 01 d ocio de la cc!cúnlá"iJl dd contrato." l' y como c,~<,:saldo \lO pu,:de COllocerse en el momento en qll<': el con:rato ~(' celehra, ,1 fortiori, dehe admitirse que es \";"t1ich ulla hiplltl:t"ll cOllstitllÍe!a po!" 111l:clo de llna escritura pública par;l g:l1;lntizar <:1qldo C\"elltll;¡] de una cuenta corriente pactada {~n ot:":1 parte distinta de 1.1 escritura pública cOl1stitllti,"a de LL c;u\ciÓn. Cuentas. lar. Con la demanda presenta & Co. U)la copia de la cuenta la sociedad de Uribc (: IJ ¡lOS. Gufhrie la Casa de Chalmers llevada en sus libros á Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 60- Lno de los recurrentes sostien:: LjUC,siendo dos contratos, han debido l!e\'arse dos Cl1l'llt;¡S, desde luego que aquéllos son ley p;¡ra los contratante,; y quc, como el Tribullal ,;cnknciaclor condenÓ á 1;: parte delll;lIldada á pagar lIn solo salde), incurriil ell error de hecho \' cn error de derecho ell la apreciaciÓn de las cuentas, que 1(_, llevÓ ;'¡ viobr el artículo I()02 del Ct')digo Civil que sienb d indicado principio de derecho. El argumento es m;'¡,; especioso que sÓlido, si se ticne en cuenta que el hecho de llevarse las cucntas en un solo cuerpo en n;lcLt afecta al mudo como ellas se debían llevar, pues los giros, rL'l)(lvacioncs é intereses de cada lino de los dos contr;lÍos se han sentado en las fechas correspondiente::> que, por otra par!t:, concuerdan con IDs libros de la sociedad deudor;;. Esto por lIna parte, que, por otra, corno la sociedad de Criúe ¡: J-lij¡lS dcjh de cumplir á la vez lo,; dos contratos, lo mi,;mo da carg;¡rl~s en hoja de papel distinta los intereses y las cOllJisi(Jlles (L~ f 1,200 Y ¡; 1,000 quc en una misma hoja los ck L 2,200, s~gÚn reglas elemenbles de Aritmdica. Prueba periCia!. 102. El atlquc hecho :'1 la sentencia acusada, fUl1d<ldo cn que elb incurrir') en error de hecho y de derecho en la apreciaciÓn de esta prueba, no resiste el menor análisis, pues tal prueba se pidic! Únicamente para mostrar lo infundado que era el concepto que se formuló cn las contestaciones de la c1emanc!;¡ de que estaba ma! hecha la liquidación de la cuenta, y los sci'inrcs peritos, ambos muy competentes. como lo son los Sres. D. Enrique ~lorales 1':. y D. Joaquín Solano Ruiz, encontraron tal liquidación cnteramente correcta, y, al presentar su trabajo sÓlo hicieron constar, extralimitando en esto sus atribuciones, pues tal cosa no se les preguntó, que consideraban equitath'o que no se cargaran las comisiones de demora durante la guerra. Si el concepto pericia! hubiera adolecido de errores sustanciales, tiempo tuvo la sociedad de Uribe é fI ¡jos para ha· cerlos notar, cosa que no hizo, pues cuando se le confirió el traslado de tal concepto, apenas se limitó á decir que los peritos 110 habían tomado en cuenta las escrituras, cuando ellos dijeron que habían tomado en consideración todos los datos que el expediente arrojaba. De otro lado, á este concepto, no hay que darle más alcance que el que tiene: el de mostrar que la liquidación de Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -- 61 intereses y comisiones hecha por la C:lsa demandante csti de acuerdo con los contrato,; y con ei movimiento de lo,; giros, que en cumplimicnto de t;t-!t:s contratos se hicier':lll, Por 10 cle11l;'IS,aun adll\íticml,) que St' hllbil'r;¡ il1currido en error en Lt apreC¡:II:l,')ll de::l':,:¡l 1'1'\1("':1, S"gl'lfl lo ha decidido la Cmtc: "El} error (le la lIel:hn l'stil\l:1Ci"d} de \r:l f-:TIa,' 1 ' lo,; Ille.T; y :\h:-';;,l!,l(l"" za prob:ttoria, i:i!I.l.U!'h :i <.::1 'IIe:1 i )i - ) hti,,,¡ dClII'¡-, ","¡ pcnci.:! ::1 !'¡¡IC'';l 1111 n;CI1I cl,~1":1'1,']:"1, 11;[r:l c:,hl~ ;l1l'gar ]JiU ,L;;":',ni,,ar 1::Cillt::l:ll-; vez lJue Sil iuer- ;l1',):11tOi'ih ljue sl1lllinistra ele:::'\¡l\;diellte, y e:1 las r:';~"!l;;S C,>:I ';'1(' 'illStCllbll los pelito;, el c1icta111e!l (]llrii/,r/r,Ic'¡¡clil ,i,: la Cor!,. Si/tr,¡¡:/! de' Justicia, nÚmero (10), Forma de pago de los interese s. 1°3. COll"idna la 1':11k r'.'curll'llk que L sl'nkncia acusada incurriÓ en e::rror d-.: hecho \' de cle::re·:\¡') e!l b apreciación de:: los docu11lcnltjS \,ri\'ad(h, porquc ur;lcl1a pagar en forma de ktr:LS los illkrl'ses y l'<Jmisiolw:i, cu:-;a que::, en concepto de los lTCIU'ITllks, no :ll',lre::cc P'lCL1(!a l'n tales documentos, Este:: argull1<'lllo l'" por ex(remo pUl.'I'iJ, c1l':;c:e luego qll<:, debiéndo:-;e p:lg;rr ell)¡'Jncipal dc la o!1Jíg:IC()n en letra:; de camhio, nece::S;¡rí:llllcllk de::helJ l'llbrirse 1"" inkreses cn la nlisma forma, ¡UlIl cllando así (JO se haya pactado, expresamente. Si C',-¡Ix, (: lIiirs lillhicLlll tOIll;ulo Ú inlt-rl's un;) cantidad en papellIHlllceby 1l<Jla hubier:ll1 pag;ldo, ¡UJ qué clase de mone::da c1clwrí:111cubrir lo:; ink;'('s~'s de:: I:t suma que toma· ron en préstalllo: Otras pruebas. 1°4' Ahora, suponiendo en ;,:racia de discusión que realmente hubiera incurrido el TrilFlnal scnkllciac10r en el cúmulo de errores de hecho y de derecho en J;¡ ;Ipreciación de las pruebas rcferiel:ts, t',S lo cierto <¡lle él tll\'O en cuenta para fallar el pleito 110 sÚlo tales prud)as sino (liras \'arias, y que la parte recurrente no ha jormllLtclll acu:-;.1ci(')IJ motivada cn que tales ptr:ls prtwbas haY:1I1 ,,¡elo illC1chid'llllente apre::ciadas el} el hecho ni ell el eLreclw, Tajes prueba:-; SO;l: Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia a) La c(J/Z(csÚíll dc la dell/anda. 62- de la deuda E~ta confesión esti formulada hecha en las contestacioncs asi: o " Son ciertos y verídicos' los hechos fundamentales de la de· manda .. La socie(bd def)e "el pril/cip'll de la obliJ!.<lciún (los capitales recihid,,'i) y parte de los i¡¡tereses." "l~l:(:hazo igualmente la veracidad de la cnenta presentada y á que se rdierc h demanda, por l/O ntar bien hecha la liquida. ción ni total ni parcial." Lo que tanto quiere decir en romance que lo rechazado Únicamente es la liquidación de la cuenta, pero no la especie de moneda en que aparece f9rmulada. 11 •• _ .yo CO/1/0socio administrador de la sociedad de Uribe é Hijos obl1j;ué tÍ todos los socios de la misma sociedad por razón de contratos partiwlares que también habían firmado y que igualmente se presentall COIIla demanda .... " 11 .••• y en nill,!!tÍII caso llegaré la rt'sponsabilidad de las finca que se pignoraro/1 para el PaifO de las SV~IAS HECIBIDAS, las que COI/fieso lisa y !tallall/ellte que /10 se han pagado .... " •• la sociedad comercial demandada 110debe el fatal de la suma por que se le dt'IJlallda, aunque sí es cierto que debe U;'A GHAN PARTE DE El.l.A." ¡Cómo pucde ser GR¡\~ $ 40,000 en papel moneda rata aproximada de {, 2,200 la suma de como esti el cambio á la PARTE e'itando de ro,ooo % ! " Los acepto (los hechos de la demanda) por ser todos el/os excepción hecha de que la sociedad demanda. da de que h;lgO parte no ha hecho el pago de los capitales recibidos y tic parte de los intereses y nada más." " Es mO!1struosa la cantidad que hoy se cobra Ilabiendo recio bido m letras sólo la cantidad dc dos mil doscientas libras esterlinas." " .... sólo hemos dejad" de cumplir con la obligación de verilicar el pago de parte de los intereses cle\'cngados y del total de los capitales recibidos." ciertos y t'eridicos, En vista de los conceptos que acabo de transcribir, tomados como atrás ]0 expresé, de las conkstacioncs de la demanda, la collfesión contenida en ellos constituye plena prue. ba de los hcchos á que se refiere, de acuerdo con lo que disponen los artículos 1769 del Código Civil, 556 575 del Códi- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia go Judici;-¡l que elevaron ;'\ principio de legislación positiva la regla (k Derecho coIIlessio l)(jrtis est opU¡;¡a trt){¡lltil1• De las q\W l"\'l,li(') l'! S:', Luis:\I. Cribe I~, <:11la segunda ilbtanci;\ eL1 :;; ....;, ),C: ,kcJuce d(~ UI1;( Illancra clara que de los créditos C'i ,;',,"\I{;;''1'[<) se hizo liSO por b snci<.:dad de Cribe l' [-fijos <':11ll\Ul:Íl;¡, oC;lsiollCS y quc, (~n cada una de ellas, se hicieron l"s \':16(;"; d,· la..; ClJlllisi¡111l''';é illkreses en los términos pactadus CIl lo.; ¡)C¡¡':IIIlJc'lltospri\'aclos, La confesión contenida en tales PO,;iClU1H':-,''i plena prlleb,\. (CÓdigo Judicial, Art. 556). ~o t:-ascribo el te')!)r de csas i,osiciones p;-¡ra no abrgar más ('sk trab;¡jll ya h;¡rt(~ prolijo. De l;-¡s 28 lctr:ts que, en ejecuciÓIl d<:], IS contratos privados, se girawll p¡Jr Cribe é H i¡os contra ClwlJllers CU t/¡ric & Co., se prescntaron las últimas 21, las marcadas con los números 7 á 28, con Lt <,(lnstancia de haber sido pagadas por éstos. Como esas letras hit'il'lo/l parte de los auÍC's ~il1 haher sido reclargÚid;\s ck hb;¡.; pUl' la ¡.arte demandada, t:l Tribunal sentenciador las tU\'O por recul\ocidas, de cunformidad con lo que dispone t:l artículo 69-~ del Código Judicial. o d) Dcc!art/.-i,'lles de testigos. Par;-¡ acreditar qm' no era exacto que la primiti\'(\ deuda en oro contraíd~l POI- la suciedad de Uribc (: Ili¡os á favor,de la de Challllas (;II//¡ric (~ COo se hubiera convertido por convenio de las partes en ckud;¡ (;\1 papel moneda, ;¡dl,jC las declaraciones de los Src'. ~rncst() Michelscn, (ilTCllk del Banco de Colomhia, y Francisco J, P¡lrdo, Agente de cambio, en virtud de la>.; cualcsse cOI~robó que el tipo de cambio en h¡>.; f('chas en que se hicieroll los gir()~ por la sociedad de Crih, {lijos y los respcctl\"l,-; reemplazos fue siempre distintl>, \' de consiguiente, si Lt ckucla. hubiera sido en papel 111011t:C];¡, <.:11tales fechas se ekhinon haber hecho los pagos, girns y rcemplazos en di,-;tintas Clll1tidades en oro y no en la ul1ifoJ'll1e que ~,.,hicicron, talt:,-; gIros y reemplazos, por las s!I:lns de Jlfil,200 y ¡;, 1,000, Y los intereses liquidados sobre esas Sllm~I';, Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 64- '- e) Los libro.> de eOll/ereío de la sociedad deudora. FilIalmente, de la inspecciÓn ocular practicada por el sel10r ;\lagi,;trado sustanciador en los libros de la sociedad demandad;l que, entre paréntesis, no parecen llevados de acuerdo con la ley, resulta que 110 ;Iparecl~ recibida por tal socicc};¡d de la ék (ha/lllcr" GlItltrie Í:.~ (,J" cantidad alguna cn papel 11101l(;d,l, C}l1C los ,é~;roSy rn'll1plazo,; se hicieron sIempre por oro, que I:t, c():J1i..;iolles se pagaron en esa misma clase de lllol1t:cb y que l,j/;¡ dl'j('J estullf,aclo en sus propios libros el concept;) (le que lo que debia (lla Casa de C,'wllllers, Glltltrie & (,)" por haberio recibido de ella. era, de lIn laelo, la slIma de :3 b,ooo 01,), eq¡ti,'o/cllle.á ;[ 1,200, Y el (¡tro, $ 5,000 oro, cljuivalente tÍ [, 1,000. lO'=;. El] presencia de que existen en el expediente las prueba,; de qlle trata el número precedente, cuya apreciación por el Tribunal sl'ntenciador, lo repito, no fue objetacLt por la parte re~urreIlk, y <:n presenci;~ de la naturaleza de taks prctenelIdos erroi't~s, dehe adnlltJrse qu(' la scntcnCl:t 110 es casable por el extrcmo expresado, siguiendo cn esto la J misprudencia sc:dada por !a ~orte de Casación en varias decisiones, entre otras, las slgllleJlks: "La simple divergencia de opilli'JlJes entre el Tribunal y la Corte acerca de la apreCi;lci(JIl de lIna prueba, !lO basta para que pueda c;¡sarse una sentencia por error de hecho; es necesario que la equi \'oc;¡ci.'m cid Tribunal 5<:aevidente, y que esta eviclen cia re~;nlte eL: documentos ó actos au ténticos." (J lIrispru· dCllcia de la Corte S;¡prCl/!ll de ]lIslzcia, nÚmero 185). " Es doctrina ,'orricntc- en esta materia b de que Luan :10 un Tribunal prdiere unas pruebas á otras, siendo tod;IS admisibles, no infiere agravio á las partes, y mucho mCllOSsi resulta que no se desecba ningun~1 sino que las aprecia á todas cn g~ne. ral sin dar la preferenCia a alguna de las producidas cleternlllladamentc." ([bídelll, número 252). " El error de hecho qne se imputa á una sentencia del Tribunal, consistente en lIO haber teIlido en consideración las cláusulas ele un contrato, no es motivo suficiente para casarla, si esta omisión no ha inf1nido de una m:lncra directa cn la d<:cisión, Ó más bien, si á pe~ar de ella, las conclusioncs de la sentencia son leGales. (1bídem, '\I',:ndic<: J .0, número 20). 1:> •• Xo impr1rta que el Tribunal sentenciador no haga mérito, en su fallo, del contenido de todos los documentos q!le obraron en el juicio, sil~o Únicamente de algunos que por lSÍ,solossean concluyentes; pues debe suponerse que los tuvo presentes al dictar la sentcncia." (lbídem, número 37)· •. No se puede casar una senkncia por error en la aprecia- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 65ClOn de las pruebas, cnanc11')el Tribunal sólo erró en la apreciación de determinada prucba, y cl fallo 110 se fumla Únicamcnte en ésta sino también en otms q/lc hall sino jllrídiclZ1l1cll!c aceptadas." (lbidem, número 43). " El error de derecho en que incurra el Trihun~1 0:11 apreciación de alguna prueba. no da derecho {..interpuner el recurso de casación, cuando ese error no hace distinta la parte resolutiva de la sentencia. (lbídclIl, número 154)· No consonancia con las pretensiones opol.'tunamente dedllcida;;; por 108 litigantes 106. Esta causal la fundan los rCCl!rl"entcs cn dos mo- tivos: a) En que no lny con-.;onancia con la'; pretensiones de las partes cuando se otorgMon las e;;crituras. De tal consonancia no trata el artículo 2." de la Ley 169 de 1896: es de la que l,-·sulta de las prdensiones deducidas en la demanda y en la contestaciÓn de ella, y apenas habrá sentencia que esté lllá'i de acuerdo con tales pretensiones, pues toda la discusiÓn vcrsÚ en la<;do;; ill'itancias del juicio sobre si la deuda de los Sres. Uribe é Hijos era de libras esterlinas ó de papel moneda, y la sentencia declaró lo primero. Ahora, la sentencia no condenó á los demancLtdos á más de lo pedido, pues la demanda se entabló por b cantidad de k 6,129-9-0 como saldo deducido en 31 de Diciembre de 1905 y b sentencia condcnr'J á p:lgar la cantidad de ¡; 2,356-6-5 como saldo deducido (;n 1.0 de Enero de 1900 é interc.:;es y comisiones sobre es;).suma que junto con ella no alcanzan á formar la cantidad demandada. Que la sociedad de Clllllmcrs Guthrie &- Ca. no hubiera hecho objeción al dicbmen pericial que fijó una cantidad menor y que el Tribunal no se hubiera ceñido á esa -.:stima· ción, no arguye en contra, pues los [-eritos declararon que la cuenta presenbda por aquélla no contenía ningún error y sólo se permitieron opinar que cO!1sidl>raban equitativo, dada la miseri;¡ del país y la situaciÓn de ~uerra por que ésta había atrav~s;ldo, que debía haccrsl; una rebaja de intereses •• Obvio es que este concepto - extraño al debate jurídico - no tL:nía por qué ser tOl11:tcl() en cucnta por el Tribunal. b) En cuanto,~ que éste no hubiera resuelto sllbre las excepciones perentorias que los rccllfrentes encuentran pro- S Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 66ba(~as. me basta observar que, sobre las que ~e alegaron nulidad y nO\-aciÓn - blk) el Tribunal y que, sobre las que no se alegaron, aun t'n el supuesto de que hubiL'ran sido probad;ls, llll tiene jurisdicciÓn la Corte como Trihunal de casaciÚn, <::1 cu;d lío puede ocuparse en "medios nuc\'os" ni en cxcepciones perentorias que no hayan sido alegadas, COIll(¡ lo reza el ordinal 2:' del articulo 2.° de la Ley 169 de 1896. e) Y, es¡WCia!lllcnte, CI1 cuanto á que á la dcnunda se le hubiera dad,) UI1 curso distintu cld que le correspondí:l, porque s'; tratL ('1) esta litis de un juicio de cuentas, me limito á obs.:r\'ar qllt' el jllicio especial de cuentas se promucve por qui~'11 tenga (krecJlo de pedirlas á quien tenga obligación de J'l'¡,dlrla", y quc ;¡ljuí semejante ohligación no estaba á cargo de la sociedad (11; Cribe é Hijos . .Ejecutoria de la Henteneia recurrida Las alegaciones anteriores contenidas en este Rese J¡an hecho sohre la base de que la p;¡rte recurrente hubiera fUI\(lado el recurso dentro del termino legal, pero es el caso que, como aparece (Ir: autos, uno de los recurrentes, el Sr. SI/1Jti{/¡.fo Cribe no Ílll1dó el recurso ni dc\"olvió el expediente dentro del tl:rmino que debi(', b;dJCrlo hecho, por lo c\lal hubo necesidad de n:querir](l, y f\le preciso que el tercer recurrente, Sr. Luis Uribe A., se diera por recibido del expediente para que al primero no se le hubiera aplicado la sanciÓn gener;tI est;\blccida por el artículo 521 del Código Judicial. 109. Pero si esa sanciÓn no es aplicable en t'ste caso, sí lo es la especial relativa al rccmso de casación consistente en que, IlO habí6nclose fundado L'sle por el Sr. Santiago Uribe clentm del perentorio t6rmino seíialado por el artículo 151 de la Ley 40 de 19°7, debe declararse desierto el recurso y, cOllsiguientcmclIte, ejecutoriada la sentencia de segunda imtancia. 1I0. Semejante sanción, cuando son "arios los recurrentes y lino solo de ellos se ha hecho acreedor á ella, por analogía con lo que dispone el ar~íc\llo 525, no debe perjudicar sino á quien fue omiso ó ncgligente, por regla general; pero en el pre;;ente caso, trat;uldose como se trata de codeudores solidarios, es de estricta aplicación el artículo 850 del Código Judicial, que dice así: 108. 5U1IICII Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - 67"Cuando dos ó más personas se constituyen deudoras de otras por el todo Ó de l/IanCOll1ttlll el il1Solidu1Il, Ó cuando fuere prometida á varios alguna cosa, de manera que cada uno de ellos pueda demandar por CI todo, cn estos casos la scntcncia que fttere dada COI/Ira al{::lIna de tales personas por razón de las cosas á que eslah;lll "bligadas, ó á que tCIIgan derecho, ~'EHJUDlC.AHÁ Á TODOS LOS \L\:-'CC>:-Il"XADOS, llADO ¡>,\HTE ¡.;:-> ESE AUNQGE JUICIO." ALGeXo DE ELLOS KO HCBlEHE Ta- II 1. De cCJlhlglliente, si una sentencia contra un eadeudor solidario perjudica ;í todos los mancomunados en la misma obligal'jÓIl, aunquc 110 ha)'aJl sitIo parte o/ el juicio, con mayor raÚJll (Il:be perjudicados L"d sénkncia cuando sí han sido parte CII él. y como, en él presente caso, el Sr. Santiago Vrihe, uno de los manCO¡::lllLldos, ticne que ser condenado indefectiblemente por su omisil'¡n, Ll sentencia cbd;1 cOl1tra d necesariamente perj udi car;'[ :i J¡,;; otros mannlJn 111 lados, que lo son la sociedad de Cribe 1: Hijos y sus soci;)s colectivos, Sres. Luis l\T. ['ribe R y Luis Cribe A. 111. La alegación contenida en los tres nÚmeros precedentes la h;li.;O en cumplimiento del deber que tengo de defender los intncses que se me Il,"! confiado; pero aspiro á que la Corte, que tiene para cCl!lri"nar ;Í la socic(bd de Uribe é Hijos y á su" socios, todo ti Pl"SO de las leyes de fondo en que el Trihunal sentenciador se apoyó para-dictar su fallo, no vaya ;'[ decidir este ruidoso pleito apoyándose para ello en razones de mero P: '.lcedimicnto que empequeñecen los debates judiciales, que fomentan el rahulisrno y que van contra los altos fines de la J IIrisprudencia, lj tle no son otros, como ],¡ dicc artículo 837 dd Código J udicia 1, q uc los de que " la sentencia sea conforme con la venhcl de los hechos y conforme á la lev sustantiva en el "derecho," Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia