8 DE DICIEMBRE DE 1841 Don Bosco tiene que defender al joven agredido por un adulto! ¡Es amigo mío! La reacción de Don Bosco intenta fomentar la autoestima del joven que teme que todos se rían de él. ¡Sabe silbar! Aprender a leer y a escribir… incluso a rezar 1 8 DE DICIEMBRE DE 1841 En esta fecha sitúa Don Bosco el comienzo de su obra, aunque el lugar le refiere al momento de celebrar la eucaristía en la iglesia de San Francisco de Asís y a la situación de un chaval que ha sido sorprendido robando, ¡una manzana!, en la despensa de la casa. Sin embargo, la escena es similar a la de tantos de nosotros: un adulto que sospecha, por sistema, no solamente de ese chaval sino de todos sus amigos. José es el clásico chaval de don Bosco. Ha llegado a Turín en busca de una supervivencia difícilmente asegurada en el mundo rural. Uno de tantos jóvenes que buscan, en la construcción de la nueva ciudad, un puesto de trabajo que les garantice el dinero mínimo para vivir, asumiendo situaciones de explotación a cambio de una cierta seguridad para el futuro. Uno, José, por suerte o por providencia, se encuentra con Don Bosco, con alguien desconocido que le considera y le declara su amigo. De ahí la confianza de descubrir su situación real: … ayudamos a nuestro padre a pagar las deudas. ¿No te gustaría aprender a leer y escribir? Los más pequeños se reirían de mi. Soy analfabeto. Y enseguida, el recurso a la mejora de la autoestima de José: … ¿sabes quién es? Nuestro señor Jesucristo Sabes mucho más de lo que te crees. La despedida con un apretón de manos suena la amistad y, a la vez, al convencimiento de un José que acaba de descubrir nuevas posibilidades personales: ¡podrá aprender a leer y a escribir! ¡Seguro que volverá el domingo siguiente con sus amigos! 2 Imágenes El adulto, ¿fiel? al cuidado de la institución cuya experiencia, quiz´s de dice que la solución está en el palo. ¿Es posible conseguir la sonrisa del joven acusado de ser ladrón? El educador “conocedor” de la realidad: interés por su situación de familia y académica. El joven adquiere un nombre, una identidad ante Don Bosco: Buzzetti José Una mano extendida hacia el muchacho con esperanza de un futuro que llega al domingo siguiente. Recursos y sugerencias para la propuesta y el diálogo Los prejuicios: “ha venido a robar”, ¡como todos sus amigos! El sistema de correccion ¡Este chico es amigo mío! ¿Tan joven y tienes canas? Ayudamos a nuestro padre a pagar las deudas. Si no iría a la cárcel. De ir a la escuela supongo que ¡ni hablar! Yo soy analfabeto Sabes más de lo que crees Para una educación en valores Personalizar las relaciones, conocer la realidad del otro. Amigo sí, pero educador. Ayudar a quien se dice analfabeto a descubrir que “sabe”. Valor del “saber y aprender”. Competencias de referencia Aprender a aprender. Autonomía personal. Competencia “emocional” 3 EDUCACION PRIMARIA Hoy nos hacemos una pregunta. ¿Nos gusta venir a clase? ¿Sabéis cuantos niños y niñas no tienen una escuela ni un profesor para aprender a leer y a escribir? ¡En el mundo hay 120 millones de niños y niñas que, como José Buzzetti, no pueden ir la escuela. ¡No sabrán leer ni escribir! ¿Qué les va a pasar en la vida? ¿Qué nos ocurriría a nosotros si no supiésemos leer ni escribir? Vamos a imaginarlo. Habría muchas cosas que no nos servirían o que no podríamos hacer. Nos resultaría mucho más difícil hacer algunas cosas ¿Por ejemplo? Exacto. Aprender cosas en los libros, saber lo que ponen los anuncios en la calle, entender el número del autobús, nos podrían engañar porque no entenderíamos muchas cosas, no podríamos usar Internet, etc. Y al final como a José Buzzetti y tantos de esos jóvenes que no saben leer ni escribir. ¡A trabajar! Y siempre en malos trabajos… Pasando vergüenza: no sabe y lleno de miedo de que se rían de él. ¡Y, a veces nos quejamos porque tenemos que venir al cole, porque podemos aprender cosas, porque los que saben no se van a reír de nosotros que también sabemos, …! Hoy no les vamos a escribir una carta a esos niños y niñas que no tienen escuela, porque no la podrán leer. Y por esos otros que piensan que no saben y necesitan que alguien les diga: ¡Pero si sabes mucho más de lo que piensas! ¿No os ha pasado alguna vez? ¿Vamos a reírnos de ellos o a ayudarles? ¿Cómo podemos hacerlo?. Hoy vamos a dar gracias a quienes nos ayudan a aprender… A nuestros padres y madres, a los abuelos que nos enseñan cosas, a los profesores, ¡Ah! Y también a Dios por el regalo que nos ha dado: una familia, una casa y una escuela donde aprender. 4 EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA Muchas personas que tratan de dividir el mundo en dos grupos: los buenos y los malos. Unos “ladrones” malos y otros defensores del orden “que dan escobazos a los demás”. “Ha venido a robar, como todos sus amigos”. Seguro que podía venir por muchas otras cosas… pero el prejuicio lleva a una conclusión “sólo para robar”. Y, sin embargo, al que Comotti considera un ladrón que sólo sabe robar en la despensa, Don Bosco le considera su amigo. ¿Qué gestos de amistad hemos visto en la película? Romper el miedo haciendo una broma con el pelo lleno de cal. Enterarse de cuál es su vida Llamarle por su nombre No se ríe de él, como temía, aunque no sabe leer ni escribir Hacerle ver y valorar que sabe “más” de lo que se piensa Dejarle la mano tendida Fiarse de que volverá con sus amigos ¿Qué piensa mucha gente de los jóvenes? ¡De salida sois peligrosos porque… En la escuela, en el colegio, en la pandilla de amigos, en el grupo de catequesis, en el equipo, en nuestra casa, en… funcionamos con el esquema de “buenos y malos”… ¡No te juntes! ¡No vayas! Los de aquel pais… los de ese barrio… los de aquella escuela o instituto… los del otro grupo político, … ¿Podemos cambiar esa forma de ver las cosas? ¡Don Bosco procura descubrir lo mejor que hay en Buzzetti! ¡Podemos nosotros hacer ese ejercicio con el grupo de clase, con el de catequesis, con algunos chavales del barrio! Con las “gafas de ver lo bueno”, vamos a “tenderles la mano” mirando lo que tienen de bueno, de positivo, y lo que me dan día a día mi hermano o mi hermana que … El profe o la profe que… Mi padre o mi madre que no me entienden… Tal compañero o monitor que me cae mal… A lo mejor me tengo que mirar a mi mismo ¿no? 5 BACHILLERATO – FORMACIÓN PROFESIONAL Todavía hoy en el mundo, en muchos lugares del mundo, cuando hace más de 60 años que se firmó la Carta de los derechos humanos y de los derechos del niño, son muchos los niños sometidos a trabajos productivos sin tener una escuela, un pupitre o un maestro que les enseñe; otros muchos están obligados a formar parte de los ejércitos en la guerra entre los pueblos, otros y otras están metidos en el mundo de la prostitución infantil y de los servicios sexuales al turismo, para tener algunos ingresos familiares no faltan, incluso entre nosotros, quienes están sometidos a ser pequeños delincuentes o a participar de la delincuencia de la extorsión de las “maras”, de las bandas ciudadanas… … mientras muchos de nosotros entre los que nos encontramos con este texto, podemos estudiar, disponemos de “nuestro” tiempo libre, estamos comunicados a Internet y consideramos imprescindibles cosas que ellos nunca podrán alcanzar. De la cabeza de Buzzetti sale la cal de la obra donde trabaja para que su padre pueda pagar las deudas y no vaya a la cárcel. No puede salir mucho más. ¡Ni leer, ni escribir, ni ciencia, ni… ! Es más prefiere seguir así para que no se rían de él. Ni teléfono, ni internet, no wathsapps, ni deberes, ni exámenes, ¡ni escuela! Y aquí cabe la pregunta: tantos de nosotros, privilegiados que recibimos, sin elegirla la suerte de una educación “obligatoria”, el lujo de estudiar más o menos o de repetir curso, de una casa donde esperamos vivir hasta los 30 años… si “agitamos la cabeza” y, lo que es más importante, “el corazón”, ¿qué nos sale de dentro? ¿No seremos injustos cuando nos quejamos, cuando despreciamos oportunidades o jugamos con la vida y la vamos vaciando de sentido? Don Bosco no se queda en el “leer y escribir” de Buzzetti lleno de tristeza y “miedo a vivir”. En su mano extendida ofrece “ganas de vivir” y no sólo resignación ante lo inevitable. Y, cerca de nosotros ¿alguien necesita esa mano tendida de Don Bosco? ¡La tuya! 6 PADRES, MADRES, FAMILIAS Don Bosco a Comotti que golpea y echa fuera al joven Buzetti: - “¡Es mi amigo!” - ¡Ha venido a robar! Como todos sus amigos. ¿Ser amigos de los hijos? No faltan padres y madres que leen la cosa de otra manera: “nada de ser un amigo más de mis hijos”. “Padre o madre solamente tienen uno. Amigos muchos” “Si me quedo en ser otro amigo, serán huérfanos, de padre o de madre!” ¿Qué nos dice la experiencia? ¿Es mejor la experiencia de la “amistad” que la del afecto y cariño de los padres? ¡Amor! Don Bosco, con experiencia de orfandad, se declara “amigo” de un chaval cuyo padre, cargado de deudas, necesita, incluso, la ayuda laboral de sus hijos para no ir a la cárcel. Don Bosco descubre lo concreto del cariño de Buzzetti hacia su padre cuando entiende su esfuerzo generoso para ayudarle, justamente a ser padre y a asumir todas sus responsabilidades familiares. Buzetti es, ante Comotti, el chaval sin “padre” y sin “amigos” humillado en público, y acusado de ladrón, sometido al trabajo cuando sería mejor que estudiase, resignado a no saber y a no aprender: “soy analfabeto”, con una vida de horizontes muy limitados. que, justamente, por ayudar a su padre, emigrante en Turín y desorientado necesita “alguien” que le dé “vida”: ¿un “padre”? Don Bosco le tiende la mano, le lanza la manzana robada y le elogia porque sabe mucho más de lo que él mismo se piensa. Pero, a la vez, le propone esfuerzo y trabajo “extra” para aprender a leer y a escribir. Le garantiza ayuda para aprender y ganarse el respeto de sus compañeros. Es un “amigo”, un padre que le ofrece “vida”. Ser padres y madres que van más allá de “darles cosas”, de defenderles y darles seguridad, de tenerlos en casa para evitar los riesgos de la independencia y de la autonomía. Ser padres y madres que ofrecen horizontes y sentido de vida, aunque o porque “cuesta”. Aunque sea más difícil, padres y madres con la mano siempre tendida: “Si quieres, ¡puedes venir!” 7 EDUCADORES, PROFESORES, ANIMADORES Todos vemos mal los escobazos. Cuando poco, el algo antiestético. Lo que no quita el riesgo de que en nuestra tarea educativa apliquemos golpes menos violentos, aparentemente más decorosos, pero igualmente agresivos tales como el uso de estereotipos juveniles que nos autorizan a validar nuestra incapacidad de acoger a los jóvenes como son, la formulación de juicios negativos sobre quienes tienen más dificultades para integrarse en el grupo, poniendo por encima del “si quieres” de Don Bosco el orden y la disciplina que nos dan mayor seguridad, valoraciones, si no castigos, de carácter general a sabiendas de que, al menos, en algunos casos, no son justos, el convencimiento de que nuestros jóvenes no se atreverán a decirnos “váyase”, no porque no quieran hacerlo, sino porque les falta otro Don Bosco amigo que les defienda. En el fondo es posible que el problema surja o se manifieste porque desconocemos o no queremos conocer su realidad concreta juzgando o clasificando a las personas desde opiniones basadas en lo que dice la mayoría, huimos de la personalización de las relaciones, no siendo que descubran nuestras limitaciones, no nos preocupa lo que tienen los chavales en la cabeza – el pelo blanco que dice Don Bosco – y en el corazón ni reconocemos que saben “mucho más”, queremos sacudirnos de encima la responsabilidad, echando las culpas al sistema o a las instituciones sin dar el paso de “abrirles” la casa de nuestro corazón y nuestro afecto, no tenemos la osadía y el entusiasmo de ofrecerles nuestra propuesta educativa integral que supone no quedarnos sólo en lo académico o lo pedagógico, sino entrar al sentido de vida, a la capacidad de la transcendencia y de proyectar en nuestro trabajo la cercanía de ese Dios que les quiere, preferimos quedarnos en “amigos”, renunciando a ser “educadores” o “maestros” de vida con la mano tendida y la oferta de futuro del ¡Si quieres puedes venir! 8