Despertar de la Sarna?

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AGONÍA Y...
¿Despertar de la Sarna?
Cierto es que la enfermedad conocida como Sarna no
es precisamente nueva. Las primeras referencias se
remontan al 1200 A.C. en época de Moisés, y se cita
en la Biblia, prohibiéndose expresamente la ofrenda
de animales “roñosos” en alusión a sarnosos. También
es cierto que, en nuestro país, desde 1969-70 la
cantidad de brotes fueron haciéndose más numerosos
y frecuentes alcanzando durante la década del 80 su
máxima intensidad. Aunque que en los últimos años se
ha observado una notable disminución, de la
presentación atribuible al uso de mosquicidas en
verano, y de la gravedad por cuestiones climáticas
(inviernos secos y benignos).
También es cierto que la situación en el presente año
es diferente, y el aumento de casos invernales podría
explicarse por la combinación de los dos factores
citados anteriormente
Para poder intentar alguna explicación a esta “casi
desaparición de la sarna”, al menos de la sarna
bovina, debemos dejar claras algunas características
sobresalientes del ácaro causal (Psoroptes bovis).
En primer lugar se trata de un parásito obligado, lo
que indica que pasa toda su vida sobre el animal lo
convierte en un blanco fácil (si las cosas se hacen
como es debido)
al momento de la aplicación del antisárnico,
careciendo de importancia la sobrevivencia fuera del
huesped , y que no supera los 10-12 días, tiempo
bastante inferior al tiempo de protección brindado por
cualquier antisárnico. Por lo tanto las “fallas” de los
antisárnicos son producidas en una abrumadora
mayoría por deficiente manejo (animales que no
reciben tratamiento, problemas de aplicación,
desentendimiento de las características técnicas de los
productos, tiempo transcurrido desde la aplicación
hasta la eficacia total, etc.)
En segundo lugar, se podrían considerar dos tipos de
sarna. Una sarna clínica que se presenta en otoñoinvierno y principios de primavera, con el cuadro por
todos conocido que comienza con “picaduras” en la
cruz y base de la cola y termina con caída de pelo que
dejan en evidencia “lesiones húmedas” que eliminan
un líquido ámbar que luego constituirá las costras.
Pero también se produce otro tipo de sarna que no se ve, y que con frecuencia induce a pensar en una curación
espontánea de la enfermedad. Se trata de la sarna de verano o “sarna latente”, donde se produce una
disminución del número de parásitos, PERO NO LA ELIMINACIÓN. En verano los ácaros se ubican en zonas
corporales protegidas de la radiación solar como son la parte interna de las orejas, los pliegues inguinales, o el
espacio interdigital (entre las pezuñas), pero siempre sobre el animal.
EN UNA SITUACIÓN INTERMEDIA A LAS DOS PLANTEADAS ANTERIORMENTE, SE HA OBSERVADO
recientemente lo que se podría definir como “un nuevo cuadro clínico de la sarna”, que se presenta con cierta
frecuencia en animales de encierre a corral. Lo destacable del cuadro clínico es que la intensidad y gravedad
de las lesiones es llamativamente menor al cuadro de campo. En éste caso, se observan depilaciones de alguna
forma similares a las de las piojeras, en el sentido que se observa prurito con depilaciones y enrojecimiento de la
piel sin llegar a constituir una lesión “húmeda” típica de la sarna a campo. Donde la presencia de gruesas costras
se reemplaza por una descamación blanquecina que en muchos casos se asocia a algún desbalance en la
dieta. En definitiva, un cuadro complicado de diagnosticar/diferenciar desde la observación clínica de las
lesiones, en el que es necesario proceder al raspaje de piel y la observación microscópica del agente causal. La
condición casi subclínica de ésta presentación se vería favorecida por el escaso tiempo que los animales
permanecen en corrales de engorde y por la utilización sistemática de Ivermectina en ellos.
Esta particular forma de presentación se ve favorecida por el hacinamiento, que predispone al contagio de los
ectoparásitos obligados (sarna y piojeras). Sin embargo, todos los animales que ingresan a corral son
desparasitados de rutina con lactonas macrocíclicas, especialmente Ivermectina, (en distintas
concentraciones, 1% Bagomectina 1%, vehículos, Bovifort 1% con modificador de absorción y combinadas,
Bagomectina AD3E Forte y Bagomectina 3,15 AD3E), como preventivo de la sarna (y piojos chupadores).
Pero también es cierto que “el movimiento de animales” en los corrales es constante, con incorporación
permanente de animales, y allí estaría la clave de la supuesta falla de los tratamientos. Cierto es, que la eficacia
total sobre Psoroptes bovis se alcanza alrededor de los 14 días postratamiento, lo que obligaría a mantener los
animales desparasitados con Ivermectina al ingreso al establecimiento aislados durante 2 semanas antes de
mezclarlos con los ingresados anteriormente. De manera que, el no respetar esta condición significará la
infestación de los animales que entraron anteriormente y ya no tengan droga activa en su organismo como para
evitar el contagio de aquellos. También hay otras alternativas en el control de la sarna en lo que se refiere a
tratamientos a través de los baños por aspersión (Aspersin). La ventaja es lo económico que resulta en cuanto
a la dosis. El inconveniente de este método son las instalaciones que se deben tener para realizar un buen
tratamiento y que requiere de un 2º tratamiento a los 10días del 1º para realizar un buen control del ciclo del
parásito.
DE TAL MANERA QUE MANTENIENDO LA ANTERIOR PREMISA:
 Solo un tratamiento con Ivermectina, ajustando la dosis al animal más pesado, es suficiente para controlar la
sarna bovina.
 Los ácaros fuera del animal (rascaderos) sobreviven por un tiempo (10-12 días) menor al del principio activo,
no representando un riesgo de reinfección.
 Ineludiblemente, se debe desparasitar la totalidad del rodeo. Un solo animal que no reciba el tratamiento o sea
insuficientemente dosificado mantendrá la infección y contagiará al resto luego de un mes.
 Hoy más que nunca mantiene vigencia la frase: “La casi totalidad de las fallas de tratamientos antisárnicos son
debidas a problemas de manejo” (Dr. Jorge Nuñez,1987)
Departamento Técnico de Biogénesis Bagó
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