Ebitemp La Seguridad de los Trabajadores Temporales Información sobre prevención y protección de la salud y seguridad en los centros de trabajo para trabajadores temporales Con nota informativa sobre las obligaciones previstas por la ley en materia de higiene y seguridad en el trabajo ÍNDICE PREMISA TRABAJO TEMPORAL: NORMAS Y CONVENIO COLECTIVO NACIONAL DEL SECTOR NUEVAS NORMAS PARA LA PREVENCIÓN Decreto legislativo nº 81 de 9 de abril de 2008 MENORES MATERNIDAD EVALUACIÓN DE RIESGOS COMPORTAMIENTO Conducta Atención Reglas SEÑALIZACIÓN EL PUESTO DE TRABAJO LOS MEDIOS DE TRABAJO Herramientas manuales Escaleras de mano Maquinaria e instalaciones LA PROTECCIÓN DE LA PERSONA Vestuario de trabajo Dispositivos de protección individual (DPI) LEVANTAMIENTO Y TRANSPORTE Manual Con medios motorizados CIRCULACIÓN INTERNA De personas LA ELECTRICIDAD INCENDIO SUSTANCIAS Y COMPUESTOS PELIGROSOS GASES, HUMOS, POLVOS, VAPORES NOCIVOS ASERRÍN RIESGO QUÍMICO RUIDO HIGIENE PERSONAL ALIMENTACIÓN Alimentos Bebidas SITUACIONES DE EMERGENCIA Comportamiento EVALUACIÓN DEL RIESGO DE ESTRÉS RELACIONADO CON EL TRABAJO PREMISA Ebitemp es un organismo bilateral de trabajo temporal fundado según establece el CCN del sector por las centrales sindicales del sector (NIdiL, CGIL, FELSA CISL y UIL-CPO) y por la Asociación de Empresas de Trabajo Temporal (ASSOLAVORO). En el ámbito de Ebitemp se mueve la Comisión Paritaria Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo que cuenta entre sus cometidos el de formular propuestas de modelos de formación en materia de salud y seguridad, y el de elaborar material informativo y formativo para los trabajadores temporales. Para ello, la Comisión ha elaborado el presente folleto informativo teniendo en cuenta las novedades que introdujo el Convenio Colectivo Nacional del Trabajo firmado el 24 de julio de 2008, que dedica amplio espacio a la seguridad en el trabajo e introduce elementos de mayor protección y prevención para los trabajadores temporales, habida cuenta de la peculiaridad y especificidad del sector, en el contexto del nuevo Texto Único en materia de protección de la salud y seguridad en los centros de trabajo (D.L. nº 81/2008). Uno de los aspectos más relevantes en la prevención de accidentes y enfermedades profesionales es el vinculado a una información y formación adecuadas de los trabajadores en materia de salud y seguridad en los centros de trabajo. Para ello, este folleto se presenta como un instrumento de carácter informativo que puede suponer una ayuda para todos aquéllos que lleven a cabo un trabajo temporal en empresas usuarias de mano de obra temporal, con arreglo a lo que establecen las normativas vigentes. La Comisión Paritaria Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo. EL TRABAJO TEMPORAL: NORMAS Y CONVENIO COLECTIVO NACIONAL DEL SECTOR La información e indicaciones que contiene este folleto de fácil consulta están orientadas a proporcionarle al trabajador la convicción de que la seguridad en los centros de trabajo se construye a través del conocimiento de los factores de riesgo presentes en la empresa, la elaboración de medidas de prevención y protección específicas y el respeto de las reglas. El suministro de mano de obra temporal es una tipología de empleo flexible en la que hay tres protagonistas: • La empresa usuaria: el sujeto que se sirve de la actividad de los trabajadores temporales; • La empresa de trabajo temporal: una empresa debidamente autorizada y acreditada que suministra la mano de obra • El trabajador temporal: el trabajador que, contratado por una empresa (empresa de trabajo temporal), desempeña su trabajo para una o varias empresas usuarias distintas de la que le ha contratado. Precisamente debido a estas características, la cesión de mano de obra es una tipología de empleo que se distingue por la existencia de dos contratos diferentes: • el contrato de cesión: estipulado por la empresa de trabajo temporal y la empresa usuaria, es el contrato mediante el cual la empresa de trabajo temporal se compromete con la empresa usuaria a mandarle uno o varios trabajadores contratados por la primera para que desempeñen su actividad bajo la dirección y el control de la empresa usuaria. • El contrato de trabajo temporal: es el contrato de trabajo estipulado por la empresa de trabajo temporal y el trabajador. Independientemente del tipo de contrato (temporales, de duración determinada o indefinidos), la empresa de trabajo temporal y la empresa usuaria deben cumplir unas obligaciones específicas, tanto de carácter administrativo como de prevención y protección contra riesgos laborales, previstas por el CCN del sector del 24-07-08, que la empresa de trabajo temporal y la empresa usuaria deben cumplir para con el trabajador. La empresa de trabajo temporal tiene la obligación (art. 21, 2º coma del CCN), de: • Informar a los trabajadores cedidos acerca de los riesgos para la seguridad y la salud ligados a la actividad productiva en general; • Formar y capacitar a los trabajadores cedidos en el uso del instrumental de trabajo necesario para llevar a cabo la actividad laboral. En el contrato de trabajo temporal (firmado por la empresa de trabajo temporal y la empresa usuaria), y por lo tanto en el contrato de trabajo o en la carta de encargo, puede preverse que las actividades mencionadas las efectúe la empresa usuaria (art. 21, coma 3bis del CCN). Esta facultad, con especial referencia a la formación y capacitación, se justifica por el hecho de que, normalmente, es la empresa usuaria la que posee los conocimientos adecuados de la maquinaria y equipos que se van a poner a disposición del trabajador. La empresa usuaria tiene la obligación de: • Informar a los trabajadores cedidos acerca de las funciones que requieren vigilancia médica especial o para las que se prevean riesgos específicos, como por ejemplo la presencia de sustancias químicas, sustancias biológicas, sustancias cancerígenas, ruido, amianto, terminales de vídeo, etc. (art. 21 4º coma del CCN). Quienes desempeñen funciones de riesgo deberán ser sometidos a vigilancia sanitaria por parte del médico competente en los casos previstos en la normativa vigente o en base a las indicaciones proporcionadas por la Comisión Consultora, o siempre que el trabajador así lo solicite y el médico competente considere que la vigilancia sanitaria está relacionada con los riesgos laborales. • Cumplir con los trabajadores las obligaciones de protección previstas para los trabajadores asalariados de la empresa. Entre ellas, la de suministrar en caso necesario los Dispositivos de Protección Individual adecuados (D.P.I.); • Proporcionarle al trabajador una copia de su historia clínica, que debe acompañar al trabajador temporal en las misiones siguientes, efectuadas incluso para varias empresas usuarias (art. 21, 7º coma CCN); • Prever que al trabajador cedido se le considere como miembro de la plantilla de al empresa a efectos de la seguridad en el trabajo (art. 22, 5º coma, D.L. 276/03). En el momento de estipular el contrato de trabajo o la carta de encargo, se informa a los trabajadores (art. 21 coma 3 del CCN) acerca de: • el referente de la empresa usuaria encargado de proporcionarles toda la información sobre los riesgos para la salud y seguridad en el trabajo ligados a la actividad de la empresa en general; • el nombre del responsable de los trabajadores en materia de seguridad (RTS); • los procedimientos relacionados con los primeros auxilios, la lucha antiincendios, la evacuación de los centros de trabajo; • las posibles funciones que puedan conllevar una vigilancia médica especial; • los nombres de los trabajadores encargados de aplicar las medidas contempladas en los artículos 45 y 46 del D.L. nº 81 de 9 de abril de 2008; • los nombres del responsable y los encargados del servicio de prevención y protección (RSPP) y del médico competente si lo hay. El hecho de no llevar a cabo las actividades de información, formación y capacitación profesional, así como de dotación de los dispositivos de protección y seguridad, puede constituir una justa causa de dimisión por parte del trabajador (art. 21 9º coma del CCN para las agencias de empleo), teniendo el mismo derecho a cobrar por entero la remuneración prevista para todo el período de duración del contrato. LAS NUEVAS NORMAS DE PREVENCIÓN EL DECRETO LEGISLATIVO Nº 81 DE 9 DE ABRIL DE 2008 El Decreto Legislativo nº 81 de 9 de abril de 2008 es la nueva normativa en materia de protección de la salud y seguridad en los centros de trabajo. Dicho decreto, además de trasponer los decretos legislativos derivados de la adopción de las directivas de la Unión Europea, entre ellos el D.L. 626/94, incluye otras normativas, dentro de la lógica de agrupar en un solo texto las principales normas en materia de higienes y seguridad en los centros de trabajo. Por tanto, las novedades del Decreto están relacionadas, en primer lugar, con algunos aspectos relativos a riesgos específicos: ambiente de trabajo, terminales de vídeo, manipulación de cargas pesadas y repetitivas, riesgo biológico, riesgo cancerígeno. A éstos hay que añadir riesgos de tipo físico, como ruido y vibraciones, además de las normas específicas en materia de prevención de accidentes en la construcción, prescripciones para la señalización de seguridad y disposiciones a cumplir en las obras temporales o móviles. Pero la parte más interesante de la ley es la que perfila una nueva manera de relacionarse con la prevención de los riesgos laborales, mediante la definición de figuras y procedimientos específicos. En todos los centros de trabajo debe organizarse la función de seguridad, debe efectuarse una evaluación de los riesgos, deben identificarse y ponerse en práctica las medidas de prevención y protección necesarias para eliminar o reducir los riesgos existentes en el ambiente de trabajo. La prevención debe convertirse en un valor de orientación y guía en la empresa, y para prevenir no podemos limitarnos a cumplir las normas técnicas de seguridad, sino que es preciso valorizar los aspectos relacionados con la gestión y la organización del trabajo capaces de modificar las conductas y costumbres de la empresa que influyen en la seguridad. El gobierno de la prevención en la empresa debe efectuarse mediante la institución de unas figuras específicas, para las que la ley prevé unos cometidos claramente identificados: • Servicio de Prevención y Protección y un responsable del mismo; • Representante de los trabajadores para la seguridad; • Médico competente; • Personal encargado de las emergencias (primeros auxilios, evacuación, prevención de incendios). SERVICIO DE PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN El Servicio de Prevención y Protección es una especie de órgano técnico del que se sirve el titular de la empresa, que sigue siendo el principal responsable de la higiene y seguridad en el trabajo. Tiene los siguientes cometidos: • Identifica y evalúa los riesgos; • Identifica las medidas y sistemas de control a adoptar para la seguridad y salubridad del ambiente laboral; • Elabora los procedimientos de seguridad; • Propone los programas de información y formación de los trabajadores; • Les proporciona a los trabajadores toda la información relacionada con los riesgos existentes en la empresa y las medidas necesarias para su prevención. Salvo en los casos indicados en el texto de la ley, como por ejemplo en las empresas industriales con más de 200 trabajadoras, en las industrias extractivas con más de 50 trabajadores, o en los centros hospitalarios públicos y privados con más de 50 trabajadores, el empresario puede desempeñar directamente las tareas propias del servicio de prevención y protección frente a riesgos, de primeros auxilios y de prevención de incendios y evacuación, informando previamente al representante de los trabajadores para temas de seguridad. REPRESENTANTE DE LOS TRABAJADORES PARA TEMAS DE SEGURIDAD La nueva normativa instituye, además de la figura del Representante de los Trabajadores para la Seguridad en la Empresa (RTS), la del Representante de los Trabajadores para la Seguridad en el Territorio (RTST), siempre que no hayan sido elegidos el RTS de la empresa y el RTS del centro de producción para tipos especiales de empresas. Se trata de una figura dotada de unas atribuciones y derechos específicos, y uno de los puntos cardinales de la normativa, que prevé la participación activa de los trabajadores en el proceso de prevención, de forma directa y a través de sus representantes. • Puede llevar a cabo inspecciones en los ambientes de trabajo; • El empresario debe consultarle previamente y puntualmente acerca de la evaluación de los riesgos, la identificación, programación, realización y control de la prevención en al empresa o unidad de producción y puede formular sus propias propuestas en la materia; • El empresario debe consultarle a la hora de designar al responsable y al personal del Servicio de Prevención y Protección, al personal de prevención de incendios, primeros auxilios y evacuación en caso de emergencia; • Se le debe consultar a la hora de designar al médico competente; • El empresario debe consultarle sobre la organización de la formación de los trabajadores en lo tocante a la seguridad y la salud; • El empresario debe proporcionarle toda la información y documentación empresarial relacionada con la evaluación de riesgos, las medidas de prevención correspondientes, la sustancias y compuestos peligrosos, la maquinaria y equipos, la organización y los ambientes laborales, los accidentes y las enfermedades profesionales; • Debe recibir formación en materia de higiene y seguridad en el trabajo; • Toma parte en las posibles inspecciones de los órganos de vigilancia (áreas de salud, Inspección del Trabajo, Bomberos, etc.), con la posibilidad de formular sus propias observaciones; • Participa en la reunión periódica de los sujetos implicados en materia de salud y seguridad en la empresa; • Formula propuestas acerca de la actividad de prevención; • Advierte al responsable de la empresa acerca de los riesgos identificados en el transcurso de su actividad; • Si lo solicita, recibe copia del documento de evaluación de riesgos (DER) y del documento de evaluación de riesgos de interferencias (DUERI) y puede consultar el registro de accidentes; • Si considera que las medidas de prevención y protección de riesgos adoptadas no son adecuadas para garantizar la seguridad y salud durante el trabajo, puede solicitar la intervención de las autoridades competentes. MÉDICO COMPETENTE Y VIGILANCIA SANITARIA Otra figura relevante a la hora de poner en práctica la prevención es al del Médico Competente. Se trata de un médico que posee competencias específicas en medicina del trabajo. Efectúa la vigilancia sanitaria en los trabajadores expuestos a riesgos, mediante la realización de visitas médicas y otras pruebas (pruebas de laboratorio, pruebas instrumentales, visitas de especialistas), al término de las cuales emite su opinión acerca de la aptitud para las funciones específicas. Las pruebas efectuadas por el médico comprenden: • visita médica preventiva, incluso antes de la contratación; • visita médica a efectuar con posterioridad, de forma periódica, con arreglo a un programa establecido; • visita médica destinada a comprobar la ausencia de condiciones de dependencia del alcohol y de sustancias psicotrópicas y estupefacientes, en los casos y en las condiciones previstos en la legislación vigente; • visita médica a petición del trabajador, en caso de considerarse relacionada con la actividad laboral que desempeña; • visita médica en ocasión de un cambio de funciones, con el fin de comprobar la aptitud para la función específica; • visita médica tras concluir la relación laboral, en los casos previstos en la normativa vigente; • visita médica antes de reanudar el trabajo, tras una ausencia por motivos de salud de duración superior a sesenta días ininterrumpidos, con el fin de comprobar la aptitud para las funciones. Las visitas indicadas no pueden efectuarse con el fin de comprobar la existencia de embarazo ni en los demás casos prohibidos por la normativa vigente. El trabajador puede recurrir el juicio de aptitud, incluido el formulado antes de su contratación, dirigiéndose al Área de Salud en un plazo de 30 días. Además de la vigilancia sanitaria, al médico se le asignan otros cometidos relacionados de una forma más general con la actividad de prevención: • Colaborar con el empresario y el Servicio de Prevención y Protección en la aplicación de medidas para la protección de la salud e integridad de los trabajadores; • Visitar los lugares de trabajo al menos una vez al año o con frecuencia distinta, que establece en base a la evaluación de los riesgos; • Cumplimentar la historia clínica del trabajador; • Informar por escrito al empresario y a los trabajadores sobre el significado de las pruebas a las que se someten y sobre el resultado de las mismas; • Colaborar en la actividad de información y formación de los trabajadores; • Colaborar en la organización de los primeros auxilios en la empresa. PERSONAL DE EMERGENCIAS (PREVENCIÓN DE INCENDIOS, EVACUACIÓN, PRIMEROS AUXILIOS) Otra importante novedad de la normativa es la que prevé que las empresas tienen que dotarse de una organización específica para hacer frente a situaciones de emergencia, es decir, al socorro en casos de accidente o enfermedad, la prevención de incendios o la necesidad de evacuar rápidamente los centros de trabajo. La finalidad consiste en prever las posibles emergencias que pueden verificarse y tener a disposición personal especialmente formado, que esté en condiciones de actuar a tiempo y efectuar las primeras actuaciones a la espera de la llegada de los Bomberos o del servicio de Urgencias o, en caso de que haya que abandonar el puesto de trabajo, dirigir y organizar correctamente la evacuación. MENORES La edad mínima para poder trabajar está fijada en el momento en que el menor termine el ciclo de educación obligatoria, y en cualquier caso no puede ser inferior a los 16 años cumplidos. La Dirección Provincial del Trabajo, previo consentimiento por escrito de quienes ostenten la patria potestad del menor, puede autorizar el empleo de menores en actividades laborales de carácter cultural, artístico, deportivo o publicitario y en el sector del espectáculo, siempre que se trate de actividades que no perjudiquen a la seguridad, la integridad psicofísica y el desarrollo del menor, su asistencia a clases o su participación en programas de orientación o formación profesional. Está prohibido destinar a los menores a trabajos, procesos o procedimientos que les expongan a agentes físicos, químicos o biológicos peligrosos. Asimismo, está prohibido destinar a los menores, por ejemplo: • A la fabricación y mecanizado de fibras minerales y artificiales; • A trabajos que prevean el empleo de martillos neumáticos, molas de eje flexible y demás instrumentos vibratorios y uso de pistolas de clavos de alta potencia; • A la fabricación de polvos metálicos; • A la soldadura y corte de metales con arco eléctrico o con llama oxídrica u oxiacetilénica; • A conducir vehículos de transporte, con excepción de ciclomotores y vehículos a motor de hasta 125 cc y máquinas operadoras automóviles con propulsión mecánica, así como trabajos de limpieza y servicio de los motores y órganos de transmisión que estén en movimiento; • Al trabajo nocturno; • A transportar pesos durante más de 4 horas al día. La duración máxima del horario de trabajo es de 8 horas al día y 40 a la semana. De garantizarse un período de descanso semanal de dos días por lo menos, a poder ser consecutivos, y que incluya el domingo. Por probadas razones de orden técnico y organizativo, el período mínimo de descanso puede reducirse, pero en cualquier caso no puede ser inferior a 36 horas consecutivas. Se han previsto derogaciones específicas en caso de motivos didácticos indispensables o de formación profesional, y únicamente durante el tiempo estrictamente necesario para la formación propiamente dicha, impartida en aula o en laboratorios destinados a actividades formativas, o bien realizada en ambientes laborales que dependan directamente de la empresa, siempre que todo ello se realice bajo la supervisión de formadores que además sean competentes en materia de prevención y protección y en el respeto de todas las condiciones de seguridad y salud previstas por la ley. Con excepción de los centros de educación y formación profesional, la actividad antes mencionada debe contar con la autorización previa de la dirección provincial del trabajo, previa opinión de la unidad sanitaria local competente por territorio, en lo relacionado con el cumplimiento por parte del empresario solicitante de la normativa en materia de higiene y seguridad en el trabajo. El empresario, antes de destinar a los menores al trabajo, efectúa una evaluación de riesgos, con especial referencia a: • desarrollo incompleto todavía, falta de experiencia y de consciencia de los riesgos laborales, posibles o existentes, en relación a la edad; • situación de la formación e información de los menores. En el caso de los menores, también se transmite la información a las personas que ostentan la patria potestad del menor. Los menores pueden trabajar siempre que se les reconozca como aptos para la actividad laboral tras someterse a la visita médica preventiva. La aptitud de los menores debe comprobarse también más adelante, con visitas periódicas una vez al año por lo menos, efectuadas a cargo del empresario, que correrá con los gastos de las mismas. Dichas visitas deberán efectuarse en la consulta del médico competente, encargado de la vigilancia sanitaria de los trabajadores de la empresa o en la consulta de un médico de la Seguridad Social en las actividades que no la prevean. MATERNIDAD Las trabajadoras que se encuentren embarazadas no pueden destinarse a efectuar trabajos peligrosos, pesados o insalubres. El empresario debe evaluar todos los riesgos que pueden incidir en la salud de las trabajadoras embarazadas o durante la lactancia hasta siete meses después del parto, presentes en la empresa. Con el fin de adoptar las medidas de protección adecuadas a los niveles de exposición deben evaluarse los riesgos debidos a agentes físicos, químicos y biológicos, los procesos y las condiciones de trabajo que pueden resultar peligrosos. Ejemplos de trabajos peligrosos y por lo tanto prohibidos: • trabajos manuales pesados; • transportar y levantar pesos; • trabajar encaramadas a escaleras o andamios, tanto móviles como fijos; • trabajos que impliquen permanecer de pie durante más de la mitad del horario • trabajos que obliguen a permanecer en una postura especialmente fatigosa • trabajar con máquinas que transmitan sacudidas o herramientas que transmitan vibraciones intensas; • los trabajos realizados en vehículos en movimiento; • trabajos que expongan a riesgos biológicos o a radiaciones ionizantes; • trabajos que expongan a agentes químicos peligrosos (tóxicos, nocivos o irritantes) para la salud; • los trabajos que se desempeñan en condiciones microclimáticas especialmente desfavorables o en ambientes con elevados niveles de humos o ruidos; • el trabajo nocturno (de las 24.00 a las 6.00 horas) hasta que el niño haya cumplido un año Asimismo, está prohibido hacer trabajar a las mujeres: • durante los dos meses anteriores a la fecha presunta del parto; • durante los tres meses sucesivos al parto. La prohibición se adelanta a los tres meses antes de la fecha presunta del parto cuando las trabajadoras se dediquen a trabajos que, en relación al avanzado estado de gestación, puedan considerarse pesados o perjudiciales. La Dirección Provincial del Trabajo puede disponer, en base al examen médico de los órganos competentes del Sistema Nacional de Salud (Seguridad Social), que se impida trabajar a las trabajadoras embarazadas por los siguientes motivos: • en caso de graves complicaciones del embarazo o de formas patológicas preexistentes que se presume podrían verse agravadas por el estado de gestación; • cuando las condiciones laborales o ambientales se consideren perjudiciales para la salud de la mujer y del niño; • cuando la trabajadora no pueda ser trasladada para dedicarse a otras funciones. EVALUACIÓN DE RIESGOS En este contexto cobra una importancia fundamental el proceso de evaluación de riesgos, ya que de dicha evaluación emanan todas las medidas destinadas a proteger la salud. Cabe distinguir en general: • Riesgos ligados a la seguridad de las máquinas, dispositivos, el ambiente y los locales de trabajo; • Riesgos de naturaleza higiénico-ambiental, ligados a la presencia de factores químicos (polvos, humos, gases, etc.), físicos (ruidos, vibraciones, etc.), biológicos (virus, bacterias); • Riesgos de carácter organizativo (ritmos que provoquen desgaste, posturas de trabajo incómodas, etc.). La evaluación de los riesgos debe tenerlos en cuenta, comprobar si se dan en la empresa, calcular su difusión (cuántos son los trabajadores afectados), la gravedad (qué tipo de daños pueden provocar) y predisponer las actuaciones necesarias para eliminarlos o reducirlos al mínimo, mediante actuaciones de tipo técnico, organizativo (por ejemplo, mediante procedimientos para realizar de forma segura operaciones potencialmente peligrosas), con el suministro de dispositivos de protección individual, con la formación, información y capacitación de los trabajadores. La evaluación de los riesgos debe seguir la evolución de la empresa, y debe volver a efectuarse cada vez que en la empresa se introduzcan cambios en la producción que resulten significativos a efectos de la seguridad y la salud de los trabajadores. COMPORTAMIENTO CONDUCTA El Decreto recuerda lo siguiente: “Cada trabajador debe cuidar de su propia salud y seguridad y de las de las demás personas presentes en el centro de trabajo, en las que recaen los efectos de sus actos u omisiones, con arreglo a su formación, a las instrucciones y medios proporcionados por la empresa”. Por esta razón, es preciso mantener un comportamiento correcto y una conducta prudente. El comportamiento correcto y la conducta prudente de cada trabajador constituyen una defensa importantísima contra accidentes. Mantener un comportamiento correcto es fundamental, no sólo para nuestra incolumidad, sino también para la de quienes trabajan con nosotros, del mismo modo que nuestra seguridad depende también del comportamiento de los demás. Por lo tanto, en el trabajo es buena norma evitar, por ejemplo, bromas peligrosas y actos que puedan distraer o provocar daños a los compañeros de trabajo. LA ATENCIÓN El segundo elemento que ayuda a prevenir los accidentes es la atención. La capacidad de mantener vivos la vigilancia y el control de los propios actos, así como de los de las personas que nos rodean , puede garantizar nuestra incolumidad en situaciones muy variadas, tanto en el trabajo como en casa o en la calle. La atención también puede adquirirse como hábito mental o costumbre. Por ejemplo, antes de empezar un trabajo, es de crucial importancia cerciorarse de que nadie pueda correr peligro debido a los actos que vayan a tener que realizarse. REGLAS Un comportamiento correcto y la atención podrían no ser suficientes para salvaguardar nuestra incolumidad y la de los demás. Hay muchas situaciones de riesgo que podemos desconocer, y muchos accidentes pueden producirse sin señales que permitan preverlos; baste pensar, por ejemplo, en la rotura y proyección de una herramienta, en una explosión o en la corriente eléctrica. Por este motivo, es preciso cumplir una serie de normas y reglas que son fruto de la experiencia y los conocimientos acumulados por todos, y que constituyen el contenido de este folleto. Entre las de carácter más general, que afectan de forma más directa al comportamiento de los trabajadores, cabe citar: • atenerse a las disposiciones impartidas por los superiores; • no utilizar maquinaria y equipos sin autorización ni realizar operaciones o maniobras que no sean de competencia o que no se conozcan perfectamente; • utilizar con cuidado los dispositivos de seguridad y demás medios de protección previstos; • indicar a los superiores les fallos de los dispositivos y medios de seguridad y protección, así como las condiciones de peligro de las que se tenga conocimiento; • no quitar ni modificar los dispositivos y demás medios de seguridad y protección sin la debida autorización; • actuar de forma coordinada y de acuerdo cuando el trabajo requiera la intervención de varias personas; • indicarles y explicarles cuanto antes y con la mayor exactitud a los propios superiores los accidentes que se hayan sufrido o de los que se haya tenido conocimiento; • someterse a los controles sanitarios previstos. SEÑALIZACIÓN En los lugares de trabajo, la señalización juega un papel importante a efectos de la seguridad. Mediante las señales apropiadas se logra transmitir de forma inmediata un mensaje que, dependiendo de los casos, puede recordar una prohibición o un comportamiento obligatorio, avisar de un peligro, indicar vías de seguridad y puestos de socorro o proporcionar información. La unificación, prevista por las normas de prevención, de la forma geométrica, el color y el símbolo, facilita la identificación e interpretación de las señales, completadas a menudo con palabras o frases complementarias. Color rojo, forma circular: señales de prohibición Actitudes peligrosas El color rojo se utiliza también para identificar y ubicar los dispositivos antiincendios. Color amarillo, forma de triángulo equilátero: señales de peligro. Actitudes de advertencia/Atención Barras de colores alternados amarillo y negro indican umbrales, pasos peligrosos y obstáculos. Color azul: señales de obligación, prescripción e información. Obligación de llevar un dispositivo de protección individual (DPI). Color verde: Señales de seguridad y primeros auxilios EL PUESTO DE TRABAJO • • • • El puesto de trabajo debe estar limpio y ordenado. En el pavimento no tiene que haber material u objetos que no estén directamente relacionados con el trabajo a realizar, ni tampoco residuos de transformación. El material y equipos necesarios deben guardarse de forma estable y racional. Es preciso evitar el esparcimiento de sustancias grasas u oleosas. En caso de que ello sucediera, es preciso limpiar el pavimento de inmediato utilizando, por ejemplo, sustancias absorbentes. MEDIOS DE TRABAJO HERRAMIENTAS MANUALES • • • • Las herramientas deben utilizarse únicamente para el uso al que están destinadas y de la forma más adecuada. Por tanto, es preciso evitar el uso de tenazas o llaves en lugar de martillos, destornilladores en lugar de escoplos, etc. Además, no hay que introducir tubos en los mangos de las llaves para aumentar el brazo de palanca de las mismas y ejercer más fuerza, ni utilizar llaves con apertura mayor que la tuerca que haya que apretar, etc. Las herramienta deterioradas o en malas condiciones deben cambiarse. Los martillos, limas y demás herramientas parecidas no deben utilizarse si los mangos están deteriorados, rotos o mal fijados. Y lo mismo podría decirse de los escoplos, punzones y similares que presentan daños en la punta. Al trabajar encaramados a escaleras o en lugares elevados, las herramientas, mientras no se estén utilizando, deberán guardarse en contenedores apropiados o deberán asegurarse con el fin de impedir la caída de las mismas. Al finalizar el trabajo es conveniente guardar las herramientas y utensilios ordenadamente en los contenedores o lugares establecidos para ello. LAS ESCALERAS DE MANO • • • • • Antes de empezar a trabajar, es buena norma comprobar si las escaleras que se van a utilizar están en buen estado, y si tienen los dispositivos especiales antideslizantes en los extremos inferiores de los montantes. Al utilizarlas, deben apoyarse ambos montantes a elementos sólidos y fijos, y deben colocarse a una distancia horizontal entre el plano vertical de apoyo y su base igual a un cuarto de la altura del plano servido aproximadamente. La longitud de la escalera debe permitir que los montantes sobresalgan al menos un metro pro encima del plano de acceso. Está prohibido efectuar desplazamiento, ni siquiera mínimos, de las escaleras cuando haya personas subidas a las mismas. En los trabajos realizados en instalaciones eléctricas o en las proximidades de las mismas está prohibido emplear escaleras metálicas. Antes de subirse a una escalera doble es preciso comprobar que los tirante o cadenitas estén bien tensados. Estas escaleras no deben utilizarse como escaleras sencillas. MAQUINARIA E INSTALACIONES • • • • • La maquinaria y equipos no deben utilizarse sin autorización. Antes de empezar el trabajo es bueno comprobar que las protecciones y pantallas previstas se hallen en su lugar y estén en perfecto estado, y que los dispositivos de seguridad funcionen. En caso de predisponerse instalaciones de extracción o ventilación, es preciso comprobar el funcionamiento de las mismas. Las protecciones y dispositivos de seguridad de las máquinas e instalaciones únicamente puede quitarlas personal especializado. En caso de que, para llevar a cabo el trabajo, sea necesario quitar dichas protecciones, habrá que solicitar previamente la autorización de los jefes, que deberán indicar en dichos casos las medidas que habrá que adoptar en sustitución de las mismas. Las protecciones y dispositivos de seguridad deberán volver a ponerse en su lugar y reactivarse en cuanto desaparezcan los motivos por los que había sido necesario quitarlas provisionalmente. Está prohibido limpiar, engrasar o dar aceite a mano en los órganos y elementos en movimiento de las máquinas y equipos, a menos que así se requiera por motivos técnicos particulares. En ese caso, deberán utilizarse los medios apropiados para evitar todo peligro. Está prohibido efectuar cualquier operación de reparación o registro en los órganos en movimiento. En caso de que sea preciso efectuar dichas operaciones durante el movimiento, deberán adoptarse las medidas prudenciales adecuadas. Las virutas no deben eliminarse con las manos, sino mediante herramientas apropiadas. Es importante destacar que el mantenimiento regular de la maquinaria e instalaciones, con especial referencia a los dispositivos de seguridad, deberá ser efectuado por personal competente y siguiendo las indicaciones del fabricante. PROTECCIÓN DE LA PERSONA VESTUARIO DE TRABAJO • • • • • No utilizar en el puesto de trabajo prendas personales o ropa que, en relación al tipo de operaciones o a las características de la máquina o de la instalación, supongan un peligro para la incolumidad personal. Evitar prendas con vuelo o con partes que puedan engancharse fácilmente en los órganos en movimiento, o cuyas mangas no tengan los puños estrechos. Llevar el pelo largo atado y recogido. Cuando pueda resultar peligroso, no llevar anillos, pulseras, collares ni similares. No limpiar las prendas empleando sustancias inflamables o nocivas, o mediante aire comprimido. • No utilizar sandalias, chanclas, zuecos ni zapatos de tacón. DISPOSITIVOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL (DPI) • • Utilizar constantemente dispositivos de protección individual, que la empresa debe poner a disposición de sus trabajadores, de un tipo y características adecuados al riesgo (cascos, cinturones de seguridad, guantes, gafas, viseras, zapatos, delantales, gorros para el pelo, auriculares contra el ruido, tapones para los oídos, mascarillas, etc.). Utilizar correctamente dichos dispositivos, indicar los fallos de los mismos a los superiores y cuidar de su buena conservación. LEVANTAMIENTO Y TRANSPORTE MANUAL • • • • • • • • Evitar levantar pesos flexionando el tronco. Al transportar pesos en los brazos, utilizar cuando sea posible medios auxiliares apropiados según el tipo y el peso de la carga. Mantener el peso bien equilibrado de forma segura en los puntos más fáciles de agarrar. No transportar pesos con las manos sucias de aceite o grasa. No tirar de las carretillas manuales que no lleven timón de arrastre, sino empujarlas. No deben dejarse en el suelo. Señalizar las cargas de longitud importante y mantener el extremo inferior en posición elevada. Aparcar los vehículos vacíos en las áreas reservadas para ello. No depositar cargas en las proximidades de escaleras, instalaciones antiincendios, medios de primeros auxilios, lugares de paso, de levantamiento de pesos y transporte. CON MEDIOS MOTORIZADOS • • • • • No emplear mecanismos elevadores y de transporte sin previa autorización. Respetar los límites de capacidad. Cuidar el embragado y el enganchado de las cargas utilizando los medios adecuados para evitar su caída y desplazamiento. Evitar el paso de cargas suspendidas por encima de los lugares en los que la posible caída de la carga pueda representar un peligro; en caso de que no sea posible evitarlo, es preciso anunciar de antemano la maniobra con la señalización correspondiente, con el fin de permitir, dentro de lo posible, que las personas se alejen de la zona. Regular la velocidad según las características del recorrido, la naturaleza de la carga transportada y las posibilidades de parar el medio. LA CIRCULACIÓN INTERNA DE LAS PERSONAS Al circular por el interior de los centros de trabajo: • atenerse a las indicaciones de la señalización, respetando las obligaciones, prohibiciones y prescripciones y comportándose con prudencia ante señales de peligro; • utilizar los recorridos permitidos y servirse para cruzar de los correspondientes pasos de peatones, pasarelas y similares; • no correr, en particular a la entrada y a la salida de locales, a la hora de timbrar el tarjeta horaria, al subir y bajar las escaleras, en los pasillos, en als proximidades de las salidas o de cruces; • • • • no pasar ni detenerse debajo de cargas suspendidas o en zonas que podrían verse afectadas por posibles caídas de cargas; no subir ni bajar de vehículos en movimiento ni hacerse transportar fuera de la cabina del conductor; no emplear vehículos de ningún tipo, cuyo uso esté reservado para personal autorizado; no hacerse transportar en medios elevadores ni de transporte previstos para manejar exclusivamente materiales. DE LOS VEHÍCULOS Al emplear vehículos de cualquier tipo, conducir a velocidad moderada y con la prudencia que requiere la peculiaridad del recorrido, respetando las disposiciones de la empresa y las indicaciones de la señalización. LA ELECTRICIDAD La electricidad, aunque sea de baja tensión, representa un riesgo muy elevado de todos conocido. Es necesaria, por tanto, la máxima prudencia para prevenir toda posibilidad de contacto accidental con los elementos bajo tensión. Para ello es preciso seguir las siguientes advertencias: • no efectuar conexiones eléctricas con medios improvisados, y en particular insertando los extremos de conductores desnudos en los orificios de las tomas de corriente; • quitar las clavijas de los enchufes empuñando el envoltorio exterior, sin tirar del cable eléctrico; • evitar que los cables se enrollen; • cuidar al máximo el revestimiento aislante de los conductores y aparatos eléctricos, comprobando a menudo que se encuentren en perfecto estado; • avisar de cualquier posible daño en los aparatos e instalaciones eléctricas, con especial referencial a la integridad de los conductores de conexión a tierra; • no abrir los armarios y contenedores de los dispositivos ni efectuar intervenciones sin estar debidamente capacitado y autorizado; • prestar atención a la presencia de tendidos eléctricos aéreos, tanto en caso de aproximación como de trabajos en las proximidades de los mismos. INCENDIO En las secciones y departamentos en que existe peligro de incendio debido a la presencia y empleo de sustancias inflamables, como líquidos, polvos, gases y vapores, está prohibido: • fumar; • utilizar aparatos que emitan llamas (como por ejemplo sopletes para soldadura) y manipular materiales incandescentes, a menos que se adopten las medidas apropiadas establecidas por los superiores; • efectuar conexiones eléctricas improvisadas que podrían dar lugar a recalentamientos y chispas. En general, es preciso: • respetar en todo momento la prohibición de fumar indicada en los rótulos, aunque las condiciones de riesgo no resulten evidentes; • antes de acceder a los lugares de trabajo, dejar en los contenedores apropiados las colillas de cigarrillos, cerillas, etc.; • no acercar materiales inflamables a las fuentes de calor; • cuando se efectúen trabajos que puedan desencadenar incendios (como por ejemplo soldaduras), proveerse de los medios necesarios: extintor, arena, mantas ignífugas, etc.; • evitar depositar materiales delante de los extintores portátiles y de las bocas antiincendios; • no utilizar agua para apagar incendios cuando las materias con las que pueda entrar en contacto puedan reaccionar aumentando considerablemente la temperatura o emitiendo gases inflamables o nocivos. • Además, el agua, a menos que se trate de agua nebulizada, así como als demás sustancias conductoras, tampoco debe utilizarse en las proximidades de conductores, máquinas y aparatos eléctricos bajo tensión. En caso de manifestarse un principio de incendio, es preciso atenerse a la siguientes reglas fundamentales: • mantener la calma; • actuar de inmediato accionando los sistemas de alarma y señalización eventualmente existentes y, si se posee la capacitación necesaria, utilizando los medios antiincendios a disposición (extintores portátiles, etc.); • solicitar la intervención de los superiores y/o del personal de la empresa encargado de gestionar las emergencias. SUSTANCIAS Y COMPUESTOS PELIGROSOS Los productos químicos pueden presentar riesgos de distintas clases: incendio, explosión, irritaciones, quemaduras, quemaduras por productos cáusticos e intoxicaciones. Al emplearlos es preciso adoptar algunas precauciones básicas: • mantener abiertos los recipientes que contienen productos peligrosos, sólo durante el tiempo estrictamente necesario para su uso; • no utilizar ni trasvasar productos peligrosos en contenedores no previstos para ello o que carezcan de indicaciones acerca del contenido y de los timbres correspondientes; • al utilizar productos químicos peligrosos, seguir las indicaciones contenidas en las etiquetas correspondientes. GASES, HUMOS, POLVOS Y VAPORES NOCIVOS • • En presencia de gases, humos, polvos y vapores nocivos es preciso comprobar que las instalaciones de extracción o ventilación eventualmente previstas estén funcionando, y utilizar los medios de protección personal. Las boquillas móviles de captación eventualmente predispuestas en las máquinas, instalaciones y equipos deben colocarse lo más cerca posible de las fuentes de emisión. Durante la ejecución del trabajo, es preciso evitar colocarse coincidiendo con la dirección del flujo de gas, humos, polvos o vapores originado por los equipos de extracción. Además, hay que evitar también cualquier difusión inútil de contaminantes, utilizando, por ejemplo, contenedores apropiados para las operaciones de trasvase de productos químicos, volviendo a cerrarlos en cuanto sea posible, etc. ASERRÍN La presencia de aserrín puede dar lugar a los siguientes riesgos: • riesgo de alergias (sobre todo alergias de tipo respiratorio) • irritaciones (irritaciones de las vías respiratorias) • cancerígeno. Finalmente, no hay que olvidar el riesgo de explosiones, típico de los ambientes polvorientos. Desde el punto de vista de los productos, los diferentes tipos de madera se distinguen como sigue: • maderas duras o fuertes, obtenidas de árboles del tipo de las angiospermas, de hoja ancha • maderas blandas o tiernas, de coníferas o gimnospermas. En 1995, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó como cancerígeno para las personas el aserrín de maderas duras, y por lo tanto el empresario debe adoptar las medidas de protección frente a la existencia de exposición profesional al polvo o aserrín de maderas duras, fijada en un máximo de 5 mg/m3 de aire. Las medidas preventivas que habrá que adoptar son las siguientes: • • limitar el número de personas expuestas al polvo; aspirar el polvo allí donde se genera, sin reciclar el aire en el lugar de trabajo, con arreglo a las normas de la buena técnica; • una limpieza regular y sistemática de los locales, equipos e instalaciones, mediante los sistemas de extracción apropiados; • identificar los procedimientos de actuación adecuados para reducir el riesgo de exposición durante las fases de equipación y mantenimiento; • gestión correcta de los residuos de transformación; • valoración de la exposición residual. • Además, el empresario debe adoptar medidas higiénicas y técnicas, en particular: • poner a disposición de los trabajadores el vestuario protector apropiado que deberá guardarse en los armarios correspondientes de dos compartimentos; • prohibir el uso de aire comprimido para quitarse el polvo; • proporcionarles a los trabajadores los dispositivos de protección individual apropiados, que deberán guardarse en lugares adecuados y limpios. La limpieza de las prendas de trabajo deberá efectuarse a cargo de la empresa. La empresa debe comprobar la eficacia de las medidas adoptadas, midiendo la cantidad de polvo de madera (aserrín) presente en el aire de los ambientes de trabajo (dicha medición debe efectuarse con arreglo a lo dispuesto en las Normas UNI 689/97). RIESGO QUÍMICO El empresario debe: Determinar de antemano la posible presencia de agentes químicos peligrosos en el lugar de trabajo y evaluar los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores debidos a la presencia de dichos agentes, teniendo en cuenta: • las propiedades peligrosas del agente (identificables gracias a las frases de riesgo R que aparecen en la etiqueta); • la información contenida en la ficha de seguridad del producto; • el nivel, tipo y duración de la exposición; • las circunstancias en que se desarrolla el trabajo y las cantidades de sustancia o compuesto que se utilizan; • los valores límite profesionales y/o biológicos del agente, si los hay; • los efectos de las medidas preventivas y de protección adoptadas; • los resultados de las pruebas sanitarias efectuadas por el Médico Competente. • En caso de que, a partir de las primeras valoraciones, pueda definirse que estamos por debajo del umbral de riesgo bajo para la seguridad e irrelevante para la salud, el proceso de evaluación se acaba aquí. En caso contrario, la evaluación de riesgos deberá ir más a fondo, efectuando mediciones en el ambiente de trabajo, comprobando la exposición de los trabajadores, etc. Tras la evaluación, la empresa deberá definir de todos modos las actuaciones preventivas necesarias: • en lo que se refiere a la prevención en el ambiente de trabajo; • en lo que se refiere a la protección de los trabajadores (vestuario de trabajo, dispositivos personales de protección, etc.); • los controles sanitarios oportunos a cargo del Médico Competente. Deberán establecerse unas disposiciones precisas en lo tocante al riesgo químico para las situaciones de emergencia (incendio, etc.). EL RUIDO El ruido es uno de los factores de riesgo laboral más corriente. La exposición prolongada al ruido puede provocar daños importantes a la salud. La pérdida de oído (hipoacusia debida al ruido) es el efecto más conocido y mejor estudiado de la exposición del organismo al ruido. La hipoacusia debida al ruido es un daño permanente que se agrava con el tiempo si se prolonga la exposición al riesgo. En los casos más graves, puede instaurarse una auténtica sordera, con efectos importantes en la vida diaria. También se han demostrado efectos a nivel de otros aparatos (efectos extra auditivos a nivel del aparato digestivo, respiratorio, cardiovascular y sistema nervioso). El ruido actúa además como factor de estrés, aumentando el cansancio y disminuyendo la concentración y la atención, pudiendo de esta forma ocasionar también un aumento de las probabilidades de que se produzcan accidentes laborales. La evaluación del riesgo debido al ruido está prevista en el Título VIII, Capítulo II del D.L. 81/08. Según el nivel de ruido al que están expuestos los trabajadores (Nivel de Exposición, Lex), deben adoptarse medidas especiales. En particular, cabe recordar que para valores superiores de acción Lex por encima de 85 decibelios A es obligatorio suministrar dispositivos adecuados de protección del oído (tapones o auriculares), y los trabajadores deben ser sometidos a controles específicos por el médico competente. HIGIENE PERSONAL Los trabajadores que desempeñan actividades sucias deben cuidar con especial esmero su higiene personal, empleando los productos y sistemas de limpieza adecuados. Para la higiene personal está prohibido utilizar productos o sustancias como aceites, disolventes, bencinas, etc. Los trapos sucios no deben guardarse en los bolsillos de la ropa de trabajo. Las prendas personales tienen que guardarse en lugares apropiados. LA ALIMENTACIÓN LOS ALIMENTOS La alimentación debe ser: • Adecuada en proporción al gasto energético que supone la actividad laboral; • Correctamente repartida a lo largo del día; • Equilibrada entre los distintos alimentos. Los alimentos deberán guardarse en los lugares previstos para tal fin y las comidas deberán consumirse en lugares adecuados o en los locales expresamente destinados a ello. ALCOHOL Y SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Como ya hemos recordado, el Médico competente debe comprobar que los trabajadores que desempeñan determinadas actividades laborales no sufran alcoholismo ni consuman sustancias psicotrópicas ni estupefacientes. BEBIDAS ALCOHÓLICAS Debe evitarse el consumo de vino, cerveza y demás bebidas alcohólicas en el puesto de trabajo. La legislación vigente identifica las actividades laborales que conllevan un elevado riesgo de accidentes laborales, riesgos para la seguridad, la incolumidad o la salud de terceros, a efectos de la prohibición de consumir y suministrar bebidas alcohólicas, en particular: • mantenimiento de ascensores; • conductores de vehículos a motor para los que se requiera el permiso de conducción de categoría B, C, D y E; • conductores de máquinas de movimiento de tierras y mercancías; • trabajadores empleados en el sector de la construcción y todas las funciones que prevén actividades a más de dos metros de altura del suelo. SUSTANCIAS PSICOTRÓPICAS Y ESTUPEFACIENTES Antes de destinar a un trabajador a desempeñar unas funciones concretas, la empresa, sea cual sea el tipo de relación laboral existente, proporciona y solicita al médico competente las pruebas sanitarias adecuadas al caso, comunicándole el nombre del trabajador en cuestión. Las principales funciones que conllevan un alto riesgo de accidentes laborales, para la seguridad, la incolumidad o la salud de terceros, son las siguientes: • empleo de gases tóxicos; • funciones relacionadas con las actividades de transporte: - conductores de vehículos a motor para los que se requiera el permiso de conducción de la categoría C, D o E; - el personal directamente destinado a la circulación de trenes y a la seguridad del ejercicio ferroviario; - los conductores de máquinas de movimiento de tierras y mercancías; SITUACIONES DE EMERGENCIA Como ya hemos recordado con anterioridad, en todas las empresas debe estar presente personal especialmente formado para actuar en situaciones extraordinarias, que por lo general están relacionadas con: 1) la necesidad de socorrer a trabajadores accidentados o que se hayan sentido mal; 2) un incendio; 3) la necesidad de abandonar rápidamente el centro de trabajo (terremoto, incendio, riesgo de explosión). COMPORTAMIENTO En caso de producirse una emergencia, el trabajador debe advertir a tiempo a sus superiores y, en caso necesario, llamar directamente por teléfono, lo antes posible, al Servicio de Urgencias (118) o a los Bomberos (115) y alertar al personal de la empresa encargado de Primeros Auxilios y al antiincendios. Cabe subrayar que, en caso de accidente o enfermedad, la intervención de personas no expertas puede agravar las condiciones de la persona accidentada. Si se ordena abandonar el puesto de trabajo debido a una emergencia, es preciso seguir las siguientes normas de comportamiento: • dejar el puesto de trabajo tras asegurar todas las herramientas; • parar las máquinas, cortar el suministro de corriente, cortar el suministro de posibles combustibles; • abandonar la zona rápidamente y de forma ordenada, sin crear confusión ni inútiles alarmas; • no llevar consigo objetos pesados, voluminosos o engorrosos (paquetes, bolsos, paraguas, etc.) que podrían obstaculizar una salida rápida; • una vez fuera del lugar de trabajo, no volver atrás por ninguna razón; • no permanecer cerca de las puertas de salida, dejarlas libres para favorecer la salida de otros posibles trabajadores; • si hay humo o llamas es necesario filtrar el aire que se respira, tapándose la nariz y la boca con pañuelos, si puede ser mojados; puede limitarse la inhalación de humo manteniendo la cabeza lo más baja posible; • si hay que atravesar locales en los que se han desarrollado temperaturas muy elevadas, es bueno protegerse la cabeza con prendas pesadas, a poder ser mojadas (cuidado: no utilizar tejidos sintéticos para este fin). EVALUACIÓN DEL RIESGO DE ESTRÉS RELACIONADO CON EL TRABAJO El estrés laboral está considerado a nivel internacional, europeo y nacional como un problema, tanto por las empresas como por los trabajadores. Potencialmente, el estrés puede afectar a cualquier trabajador en cualquier puesto de trabajo, independientemente de las dimensiones de la empresa, de sector de actividad, del tipo de contrato o de relación laboral. Afrontar el problema del estrés en el trabajo puede conducir a mejorar netamente las condiciones de salud y seguridad en el trabajo y a aumentar la eficiencia, con los consiguientes beneficios económicos y sociales para los trabajadores, las empresas y la sociedad en su conjunto. En el ámbito de la evaluación de riesgos, la empresa usuaria tiene la obligación de evaluar también los riesgos especiales, como los que atañen al estrés relacionado con el trabajo (art. 28, incisos 1 y 1bis D.L. nº 81/2008), con arreglo a lo previsto en el Acuerdo Europeo del 8 de octubre de 2004, que en Italia se traspuso con el Acuerdo Interconfederal del 9 de junio de 2008. La evaluación del estrés relacionado con el trabajo debe efectuarse siguiendo las indicaciones elaboradas por la Comisión consultiva permanente de salud y seguridad en el trabajo (art. 6 inciso 8, apdo. m-quater, D.L. nº 81/2008). Qué es el estrés relacionado con el trabajo El estrés no es ninguna enfermedad de por sí; sin embargo, una exposición prolongada e intensa a dicha condición puede reducir la eficiencia en el trabajo y dar lugar a un mal estado de salud. El estrés relacionado con el trabajo se define en el Acuerdo Europeo de 2004 como “una condición acompañada de sufrimientos o disfunciones físicas, psíquicas, psicológicas o sociales, que emana de la sensación individual de no ser capaz de responder a las exigencias o de no estar a la altura de las expectativas”. Los factores que podrían determinar el estrés relacionado con el trabajo son muchos, y pueden surgir en relación a varias situaciones que tienen como objeto el contenido del trabajo, una gestión inadecuada de la organización del trabajo y del entorno laboral, carencias a nivel de comunicación, etc. Sin embargo, no todas las manifestaciones de estrés laboral dan lugar a formas de estrés relacionado con el trabajo. Las condiciones objeto de análisis con el fin de identificar las situaciones que pueden ser causa potencial de estrés: aspectos temporales de la jornada laboral y de la actividad laboral; contenido de la actividad laboral; relaciones interpersonales en el seno del grupo de trabajo; relaciones interpersonales con los superiores; características de la organización. Situaciones organizativas “críticas” en cuanto al riesgo de estrés relacionado con el trabajo: demasiadas tareas o demasiado pocas; extremada rigidez y/o ambigüedad de las tareas; ausencia o exasperación de los conflictos de roles; responsabilidad nula o excesiva, especialmente para con terceros; repetitividad y monotonía de las actividades; necesidad de un elevado nivel de atención; alto peso psicofisiológico (turnos, ruido, esfuerzo físico, peligro...) La presencia de una o varias de estas situaciones debe considerarse como la manifestación de una condición de riesgo. Síndrome de estrés: Es un conjunto de síntomas que conlleva reacciones: - emocionales: tensión, ansia, molestia, irritabilidad, reactividad/apatía, impaciencia, trastornos de la atención, somnolencia/insomnio, astenia. - fisiológicas: hipertensión o hipotensión, taquicardia, jaquecas, contracciones musculares, reacciones dermatológicas, trastornos gastrointestinales, trastornos sexuales. - del comportamiento: anorexia/bulimia, tabaquismo, alcoholismo, adicción a agentes psicoactivos, aislamiento. Dichas reacciones emocionales, fisiológicas y de comportamiento son de carácter temporal. Sin embargo, la intensidad y duración de los estímulos que generan estrés pueden desembocar en el desarrollo de síntomas como fobias, obsesiones, ataques de pánico, hipertensión y cardiopatías. Quién debe evaluar el riesgo La evaluación del riesgo de estrés relacionado con el trabajo es parte integral de la evaluación de los riesgos, y la efectúa la empresa a través del responsable de la Sección de Protección y Prevención (RSPP) con la participación del médico competente, en caso de estar previsto, y tras consultar con el representante de los trabajadores para la seguridad (RTS/RTST). Fases de la evaluación A la hora de hacer la evaluación se toma en consideración no ya a los individuos, sino a grupos homogéneos de trabajadores por ejemplo, en base a funciones o distribución organizativa, que estén expuestos a riesgos del mismo tipo, como por ejemplo los que trabajan por turnos, o quienes desempeñan funciones repetitivas, etc. La evaluación del riesgo de estrés relacionado con el trabajo consta de dos fases: Fase preliminar – Es una fase indispensable, y consiste en recoger unos indicadores objetivos y comprobables relacionados con los siguientes factores: 1. Eventos centinela, como por ejemplo: índices de accidentes; ausencias debidas a enfermedad; alternancia; expedientes y sanciones; indicaciones del médico competente; quejas específicas y frecuentes que plantean formalmente los trabajadores. 2. Factores relacionados con el contenido del trabajo, como por ejemplo: entorno laboral y equipos; cargas y ritmos de trabajo; horario de trabajo y turnos; correspondencia de las competencias de los trabajadores con los requisitos profesionales que se exigen. 3. Factores relacionados con el contexto laboral, como por ejemplo: papel desempeñado en el ámbito de la organización; autonomía decisional y control; conflictos interpersonales en el trabajo; evolución y desarrollo de la carrera; comunicación (por ej., incertidumbre en cuanto a las prestaciones exigidas). Para los puntos 2 y 3 es preciso hablar con los trabajadores o con el RTS/RTST. Si en esta fase no se ponen de manifiesto elementos de riesgo de estrés relacionado con el trabajo, la empresa tiene la obligación de rendir cuenta de ello únicamente en el Documento de Evaluación de Riesgos (DER), además de prever un plan de monitoreo. Fase eventual – Es una fase que se activa en caso de que durante la fase preliminar surjan elementos de riesgo de estrés relacionado con el trabajo y las medidas adoptadas por la empresa tras evaluarlos resulten ineficaces. En este último caso de activa la denominada evaluación a fondo, que consiste en evaluar la percepción subjetiva que tienen los trabajadores de los indicadores de los tres grupos identificados en la fase preliminar. Dicha evaluación puede llevarse a cabo mediante cuestionarios, focus groups, entrevistas y otros posibles instrumentos. Vigencia de la obligación de evaluar los riesgos A efectos de la obligación de evaluar los riesgos de estrés relacionado con el trabajo, a partir del 31 de diciembre de 2010, todas las empresas deben poner en marcha actividades de evaluación con arreglo a als indicaciones impartidas por la Comisión consultiva permanente de salud y seguridad en el trabajo. Las empresas que a la fecha en que la Comisión consultiva aprobó las indicaciones mencionadas (17 de noviembre de 2010) ya hubieran efectuado la evaluación del riesgo de estrés relacionado con el trabajo con arreglo a lo previsto en el Acuerdo europeo de 2004, traspuesto por el Acuerdo interconfederal de 2008, únicamente estarán obligadas a poner al día las evaluaciones efectuadas a la luz de las indicaciones de la Comisión consultiva. Este proyecto ha sido realizado por EBITEMP con la colaboración de la Comisión Bilateral Nacional de Higiene y Seguridad EBITEMP agradece a EBER (Ente Bilateral Emilia Romagna) que le haya concedido la autorización par reproducir algunos de los textos contenidos en el presente manual, extraídos de la colección “Empresa Segura” Diseño gráfico y paginación: www.tunabites.it Ilustraciones: Rodolfo Viganò