DOMINGO XIII TIEMPO ORDINARIO Solemnidad de San Pedro y

DELEGACIÓN EPISCOPAL
PASTORAL LITÚRGICA
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DOMINGO XIII
TIEMPO ORDINARIO
Solemnidad de San Pedro
y San Pablo, Apóstoles
Junio 28 de 2015
PRESENTACIÓN
1
Pablo, judío de Tarso, fariseo, perseguidor de los cristianos,
descubrió a Jesús y todo le cambió. Fue él el principal impulsor
de la apertura del Evangelio a los paganos, y a ello dedicó su
vida, también hasta el martirio.
Por el Evangelio nosotros hemos recibido la gracia y la salvación:
por el Evangelio que intrépidamente anunciaron aquellos
primeros seguidores de Jesucristo. Celebramos hoy con alegría,
la memoria de los dos grandes apóstoles, la memoria de Pedro y
de Pablo.
Los dos son columnas de la Iglesia, los dos son testigos de fe y
de amor. Los dos fueron fieles al Espíritu de Jesús hasta entregar
la vida. Los dos son, deben ser siempre, un estímulo para
nosotros.
INDICACIONES CONTEXTUALES 1
Después de las parábolas, los milagros
En un mismo día, conmemoramos a los dos grandes apóstoles,
muertos ambos en Roma por fidelidad a Jesucristo.
Pedro, pescador de Betsaida, siguió a Jesús desde el principio y
recibió la misión de ser el punto de referencia de su comunidad
de seguidores. Enamorado del Maestro, capaz de expresar la
adhesión más absoluta a él, fue capaz también de negarlo. Pero
luego, convertido definitivamente, dedicó su vida a anunciarlo,
hasta la muerte.
Un poco de historia 2
La solemnidad de los Santos Pedro y Pablo es una de las más
antiguas y más solemnes del año litúrgico.
Fue incluida en el santoral mucho antes de la fiesta de la Navidad
y ya en el siglo IV se acostumbraba celebrar en ese día tres
santas misas: la primera en la Basílica de San Pedro en el
Vaticano, la segunda en san Pablo extramuros y la tercera en las
catacumbas de San Sebastián, en donde fueron escondidas por
algún tiempo las reliquias de los dos santos para evitar que
fueran profanadas.
Hay un eco de esta costumbre en el hecho de que a más de la
misa del día hay otra misa vespertina para el día de la vigilia.
1
Cfr. ALDAZABAL, José, “El Santoral”. Dossiers CPL 111, Centre de
Pastoral Litúrgica Barcelona. Edición Digital.
2
SGARBOSSA Mario & GIOVANNINI Luigi, “Un Santo para cada día”,
Ediciones San Pablo, Bogotá. 2005. Pág. 224-225
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Después de la Santísima Virgen María, son precisamente San
Pedro y San Pablo, con san Juan Bautista, los santos recordados
más frecuentemente y con mayor solemnidad en el año litúrgico:
a más de la fiesta del 29 de junio, hay otras: 25 de enero
(conversión de san Pablo), 22 de febrero (Cátedra de San
Pedro), y 18 de noviembre (dedicación de las basílicas de los
Santos Pedro y Pablo).
Durante mucho tiempo se creyó que el 29 de junio fue el día en el
cual, en el año 67, San Pedro fue martirizado en la colina
Vaticana, y San Pablo en el sitio que hoy se conoce con el
nombre de las Tres Fuentes. En realidad, aunque el hecho del
martirio es históricamente cierto, y también históricamente
confirmado que tuvo lugar en Roma durante la persecución de
Nerón, es incierto no solamente el día, sino también el año de la
muerte de los dos apóstoles.
Para Pablo concuerdan muchos testimonios antiguos que fijan su
muerte en el 67; los pareceres no concuerdan para Pedro, y los
estudiosos parecen preferir el año 64. En este año, en efecto,
como lo confirma el historiador pagano Tácito “una ingente
multitud” de cristianos pereció en la persecución que siguió al
incendio de Roma.
Parece que la fiesta del 29 de junio haya sido la “Cristianización”
de una celebración pagana que exaltaba la figura de Rómulo y
Remo, los dos míticos fundadores de la Ciudad Eterna.
San Pedro y san Pablo, en efecto, aunque no fueron los primeros
en llevar la fe a Roma, son realmente los “fundadores” de la
Roma cristiana: el antiguo himno litúrgico “Decora lux aeternitatis”
los definía “Romae parentes”, procreadores de Roma que, “fundata
2
tali sanguine”, “celsum verticem devotionis extulit”. La palabra y la
sangre son la semilla con la que los santos Pedro y Pablo, unidos
a Cristo, han engendrado y engendran la Roma cristiana y a toda
la Iglesia.
INDICACIONES PASTORALES
 El Papa es el primer misionero y evangelizador de la
Iglesia. Ayudarlo, darle la mano en sus urgencias de
evangelizador y benefactor de la humanidad es un
imperativo. El realiza la misión a nombre de todos los
creyentes, quienes también estamos llamados a
evangelizar y manifestar nuestra caridad con nuestros
hermanos. Diocesanamente se vio conveniente que este
domingo XIII del Tiempo Ordinario se celebre en todas las
parroquias la solemnidad de los Apóstoles y que el
próximo domingo 5 de Julio, domingo XIV del Tiempo
Ordinario, se recoja la Colecta del Óbolo de San Pedro.
 Recordemos que esta solemnidad comprende también la
celebración de las primeras vísperas con Eucología y
liturgia de la Palabra propias. Las moniciones y oración de
fiel
adjuntas
pueden
emplearse
para
ambas
celebraciones.
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DOMINGO XIII
TIEMPO ORDINARIO
Solemnidad de San Pedro
y San Pablo, Apóstoles
Junio 28 de 2015
MONICIONES
Entrada3
Celebramos hoy la solemnidad de San Pedro y San Pablo,
Apóstoles.
Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre
los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por
ello fue llamado Pedro.
Pablo, Apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a
judíos y griegos.
Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron
el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del
emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra
la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano,
cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la vía
Ostiense.
En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor
y veneración. Bienvenidos.
3
Martirologio Romano, Coeditores Litúrgicos. pág. 387.
Liturgia de la Palabra
Por el Evangelio hemos recibido la gracia y la salvación, por el
Evangelio que intrépidamente anunciaron aquellos primeros
seguidores de Jesucristo. Al celebrar hoy la memoria de los dos
grandes apóstoles, renovemos nuestra actitud de escucha.
Ofrendas
La contemplación del testimonio los Apóstoles ha de servirnos
para renovar nuestra respuesta como discípulos – misioneros.
Ofrezcamos junto con los dones nuestra labor pastoral.
Comunión
Comulgar es signo de nuestra común-unión como pueblo de
Dios, bajo la custodia del único Pastor. Ofrezcamos hoy nuestra
comunión por las intenciones del Romano Pontífice y por la
unidad de la Iglesia.
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DOMINGO XIII
TIEMPO ORDINARIO
Solemnidad de San Pedro
y San Pablo, Apóstoles
Junio 28 de 2015
ORACIÓN UNIVERSAL
Presidente: Hermanos y hermanas: Al celebrar la solemnidad de
los Apóstoles Pedro y Pablo, pilares de la Iglesia, unámonos en
ferviente plegaria diciendo:
R/. Escúchanos, Padre de bondad.
1. Padre, te pedimos por la Iglesia, una, santa, católica y
apostólica, para que siga anunciando el Evangelio a todas
las personas y en todos los ambientes, especialmente en
las periferias de nuestra sociedad.
2. Padre, te pedimos por el Romano Pontífice, el Papa
FRANCISCO, sucesor de Pedro, para que su ministerio,
que nos confirma en la fe, en la unidad y en la caridad,
anime la vida y la tarea evangelizadora de toda la Iglesia.
4
3. Padre, te pedimos por nuestro Obispo HÉCTOR
CUBILLOS PEÑA, por nuestros sacerdotes, por los
religiosos y religiosas, que todos reflejen en su vida el
amor que Tú nos tienes.
4. Padre, te pedimos por los pueblos que todavía no han
recibido el Evangelio, para que el Señor continúe
enviando a su mies, hombres según su corazón, capaces
de hacer resplandecer la luz de la verdad.
5. Padre, te pedimos por todos los que sufren a causa de las
enfermedades, las injusticias, la violencia, las catástrofes
naturales, para que puedan encontrar en Cristo alivio y
consuelo.
6. Padre, te pedimos por nuestra comunidad parroquial, que
todos los que la conformamos asumamos con alegría la
propia responsabilidad en la tarea de la Evangelización
con la misma pasión y alegría de los Apóstoles.
Oración conclusiva
Padre Santo y misericordioso,
por la intercesión de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo
acoge nuestras plegarias
y concede a tu Iglesia la unidad y la paz,
signos del cielo y la tierra nueva prometidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor
R/. Amén.