BULLYING: EL INFIERNO ESCOLAR José Ignacio Castillo Rodríguez Sección 003 INTRODUCCIÓN. Parece que no pero realmente son muy acostumbrados los casos de acoso entre los niños, en carne propia muchos de nosotros hemos vivido esa experiencia entre conocidos y compañeros de la escuela, sin saber que decir y cómo actuar. El acoso escolar, también llamado bullying, es un patrón de conducta donde quien lo pone en práctica quiere ejercer cierta autoridad y a la vez miedo, una tendencia psicológica dañina que atemoriza verbal, física y psicológicamente a sus víctimas. Es evidente que quien es el abusador, reprime lo que vive a diario con sus padres o hermanos, posiblemente es víctima del bullying por parte de algún familiar y al encontrar una posible víctima no duda en ser el acechador y no la presa. Cuando observamos que alguien es abusado es preciso actuar inmediatamente y apoyarlo psicológicamente pues crea un miedo y una inseguridad en la persona tan grave que crece siendo con la imagen de débil y abusado por el resto de su vida, ahora bien para el caso del abusador, es bien sabido que con el tiempo siempre llegan personas más fuertes e inteligentes donde él ahora se convierte en víctima nuevamente es importante prevenir esto para que no crezca con la mentalidad que el todo lo puede, porque se topara pronto con lo contrario BULLYING: EL INFIERNO ESCOLAR. Creo que es muy importante definir el termino anglosajón” bullying”, que se refiere a acoso escolar cualquier forma de abuso o maltrato, tanto físico o verbal, entre compañeros de escuela y de forma reiterada. Desgraciadamente el lugar más frecuente para este abuso es el patio escolar y el aula de clases. Niños haciendo victimas a otros niños. Muchos de nosotros conocemos personas que han pasado por estas situaciones, lamentablemente otras tantas veces hemos sido parte de ello, a lo mejor no atacando o victimizando, pero si callando y no haciendo algo al respecto para ayudar a la víctima. Por lo tanto, podemos identificar a los participantes del bullying: el acosador, el acosado y el que contempla la situación de daño y no interviene. El objetivo de este abuso es intimidar mediante un abuso de poder, ejercido por un agresor más fuerte que la víctima más débil. Esta “fortaleza” y “debilidad” puede ser real, físicamente sobre todo, o percibida de forma subjetiva. El bullying, según el investigador holandés Dan Olweus (quien empleó el término " bullying " en el sentido de acoso escolar en sus investigaciones en la década de los '70 en Suecia) se manifiesta cuando una persona “es expuesta constantemente a acciones negativas de parte de una o más personas. Las acciones negativas aparecen cuando una persona ocasiona intencionalmente lesiones o molestias a una persona, por medio de contacto físico, palabras u otras formas” Según el sitio peques.com , esta práctica que se vuelve frecuente en los niveles de secundarias y preparatorias públicas o privadas de México, en otras partes del mundo se está adaptando a la tecnología dando como resultado el cyber bullying, es decir, el acoso a través de Internet específicamente en páginas web, blogs o correos electrónicos. Se puede identificar algunos tipos de acoso escolar, los cuales se detallaran brevemente a continuación: Físico. Uno de los más usuales dentro de los centros educativos y que consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos. Con esto se trata de denotar la debilidad de la víctima, exponiéndola a la crítica social. Verbal. Podemos considerarla como la más difícil de detectar, ya que no deja huellas visibles en la victima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, apodos, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente. Psicológico. Este tipo de violencia puede llegar a ser la que más consecuencias a largo plazo puede generar en la victima. Se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer. Estudios en México revelan que este tipo de bullying, cuenta con más cifras de víctimas. Social: Consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase. Algunas personas pueden no considerarla como violencia, ya que de igual forma no deja una huella visible en el afectado, pero si logra un impacto psicológico muy importante. Siempre quedará en la memoria de la víctima este pasado, logrando así demasiada inseguridad de sí mismo (baja autoestima) Sexual: Aunque puede ser un poco difícil de imaginar este tipo de violencia dentro de los espacios educativos, son demasiados los casos que se presentan hoy en día. Hablamos de bullying sexual cuando se presenta un asedio, inducción o abuso sexual. Este abuso, como cualquier otro, tiene secuelas e implicaciones psicológicas, a tal punto que se han reportado casos donde, bien los niños o jovencitos que han sido víctimas de este abuso se han suicidado, o en otros casos han recurrido a casos drásticos de desquite para desahogar su frustración y coraje. Las secuelas que este abuso deja se pueden evidenciar por el cambio de comportamiento en el niño que es víctima, sobre todo un temor (casi terror) de asistir a la escuela. Es muy común que los chicos que son acosados o victimizados, presenten frecuentemente síntomas psicosomáticos, por ejemplo: que vomiten cuando saben que irán a la escuela, que les duela la cabeza o el estómago, etc. Se ha visto que cuando un niño esté presentando estos síntomas psicosomáticos, se debe sospechar de bullying, entre otras cosas. Cuando un niño sufre de rechazo, exclusión, menosprecio, maltrato, etc., es muy posible que desahogue esas sensaciones negativas ejerciendo violencia contra su entorno más inmediato: sus compañeros de escuela. Su objetivo es intimidar, someter, amedrentar, dominar, imponer. Y cuando se inicia el ejercicio de abuso, quien lo ejerce fácil y rápidamente se puede rodear por otros compañeros que le den sustento a su comportamiento, y que precisamente le dan la sensación de reconocimiento y aceptación que necesita. Es ahí cuando un niño puede pasar a ser un acosador. Un abusador escolar. El bullying encuentra su origen casi siempre en el hogar, con la familia. Cuando un niño acumula ira, frustración, y además no tiene una adecuada capacidad de empatía, se pone en el papel de acosador. Esto no implica por fuerza un problema de enfermedad mental. Es simplemente una forma de autodefensa y de desahogo de sensaciones negativas, como la frustración y la ira. Adicionalmente, un niño que cae en el perfil de acosador escolar puede no haber recibido una educación que lo lleve a responsabilizarse de sus actos. Esto se confirma con la responsabilización, por parte del abusador, a la víctima por su forma de actuar al sentir que le agredió o desafío previamente. Se cree que otro factor de considerable importancia en la formación de un perfil abusador en los niños está en la televisión la cual con frecuencia transmite un modelo de vida irreal y en consecuencia inalcanzable. Este modelo de vida irreal fomenta el sentimiento de frustración y alienta a buscar a aspirar a lograrlo todo con el mínimo esfuerzo y sin la consideración a los demás. Eso, sin profundizar en los frecuentes e intensos mensajes de violencia que transmiten cotidianamente la mayoría de los programas. Los acosadores saben escoger bien a sus víctimas. Buscan jóvenes que pasan desapercibidos, no son populares. Esta es una de las conclusiones de las últimas investigaciones del Investigador René Veenstra profesor de Sociología en la Universidad de Groningam. Al respecto, Mónica González Contró, especialista en justicia para adolescentes del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló más allá de buscar sancionar a quienes acosan en la escuela, se deben alcanzar mecanismos de prevención, pues advirtió que no podemos caer en una criminalización del agresor, sin conocer cuáles son los factores que influyeron. Debemos estar alerta para reconocer a los jóvenes que padecen esta problemática social, problema que debe tomar solución de inmediato:· · Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor. · Tristeza, llantos o irritabilidad. · Pesadillas, cambios en el sueño y /o en el apetito. · Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos. · Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales, gafas, mochila, pantalones rotos, pérdida del estuche, etc. de forma frecuente. · Aparece con golpes, hematomas o rasguños, dice que tiene frecuentes caídas o accidentes. · No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros · No acude a excursiones, visitas, etc, del colegio. · Quiere ir acompañado a la entrada y salida · Se niega o protesta para ir al colegio. Además del reconocimiento y aceptación que busca, logra que aquel a quien acosa quede en situaciones en las que cree que él primeramente ha sido víctima. Así, al ejercer su abuso y acoso logran aislar a aquel a quien victimizan. Esto lo logran evitando que juegue con otros grupos o equipos, evitan que otros le hablen, lo tachan de flojo, débil, tonto, etc. El hostigamiento es otra forma de acoso que implica terminar con el respeto y dignidad del niño a quien victimizan. La burla sustentada en alguna diferencia o defecto es uno de los recursos más frecuentes en esta forma de abuso. El uso de lentes, la obesidad, aparatos de ortodoncia, malformaciones, y en general cualquier elemento que sea de “utilidad” para humillar y burlarse es aprovechado. Y al encontrar la victima que es “verdad” esa diferencia o defecto, el efecto que se logra puede ser devastador para la autoestima. José Luis Vázquez Ramírez, experto en siquiatría infantil del Instituto Mexicano del Seguro Social, afirmó que en casos extremos el acoso escolar puede llevar al suicidio. En nuestro país, explicó, desde hace una década se investiga este fenómeno, que se caracteriza por una práctica sistemática de violencia física o sicológica entre pares que incluso puede generar lesiones graves, abuso sexual y un deterioro de la salud mental que lleva a la víctima a sufrir depresión, baja autoestima y una mala calidad de vida El factor social es de gran importancia en el ejercicio del bullying. Al ser esta la etapa donde el niño aprende los modelos de relación e interacción, las secuelas que esto puede dejar son graves. Es precisamente el factor social otro de los elementos que un acosador puede aprovechar al ejercer una forma de abuso que pretenda distorsionar la imagen del niño a quien victimizan. En estos casos es frecuente que involuntariamente otros niños se sumen al abuso al causar la sensación de que la víctima merece el trato que está recibiendo. La familia y su entorno, es un factor muy importante ya que se presentan casos como: Castigos físicos y/o emocionales exagerados y/o injustos; este tipo de acciones generan en los niños actitudes de rebeldía, odio y agresividad (reprimida). Razón por la cual es preferible pensar bien las cosas y no actuar de manera visceral antes de imponer la sanción, dialogar con el o los implicados y tratar de tomar la mejor decisión para ambas partes a través de un dialogo que nos permita llegar a acuerdos. Alcoholismo y Drogadicción; un ambiente de drogas y/o alcohol en casa, sólo hace posible que el niño viva situaciones violentas, ya sea como simple espectador o en su persona; las cuales en un futuro no muy lejano, manifestará de alguna forma (violencia genera violencia).Por lo tanto, es importante evitar en los hogares el consumo de éstas sustancias, pues el clima que generan impide en los niños una correcta y saludable madurez. Violencia Intrafamiliar; puede darse entre los padres o hacia los hijos, en cualquiera de sus modalidades, física, psicológica, verbal, sexual, etc.; cuando impera un clima de violencia en la familia, el resultado será niños con altas posibilidades de repetir los patrones de conducta aprendidos en casa, ya sea de víctimas o victimarios, además de acumular frustración, rencor y odio. Y como siempre sucede, la consecuencia inevitable es la caída en un círculo vicioso de autodestrucción. Entre más violencia ejerce, el alivio a su frustración es momentáneo pero va necesitando de más La familia, como las instituciones educativas juegan un papel preponderante, en la formación de los ciudadanos del futuro y que en sus manos está el continuar acrecentando la violencia a la cual nos enfrentamos día a día o erradicarla por completo, cambiando así el mudo en que vivimos. Es de vital importancia que la educación en nuestro país retome el grave problema de la violencia en las aulas, para abordarlo desde la perspectiva de la prevención, generando espacios en las escuelas donde se haga una reflexión grupal (por lo menos semanal), sobre las conductas que presentan los alumnos y resaltar también la importancia que tiene el respeto a los demás en la convivencia diaria; involucrando a padres de familia y docentes también. En el hogar: Los padres de familia no deben perder de vista que ellos son la figura de autoridad ante sus hijos, la cual les transmitirá enseñanza y disciplina desde el momento mismo de su nacimiento. Dialogar con sus hijos sobre cualquier problema o conflicto que pueda presentarse, recordando siempre que la violencia no se combate con violencia”. Hacerlos reflexionar sobre lo ocurrido, su actitud ante ello, sus propuestas de solución, así como las consecuencias que tendrá que enfrentar si vuelve a reincidir en lo ocurrido. Inculcar en los hijos las valores de respeto y tolerancia hacia las demás personas y sus ideas, a través de una convivencia pacífica, enseñándoles a negociar justa y equitativamente, cualquier situación que pueda ser causa de conflicto; así también deberán aprender a resolver los problemas según su importancia. Reconocer los logros de nuestros hijos (no necesariamente de forma material), recordando que la forma emocional (una caricia, un beso, un abrazo, unas palabras de reconocimiento, etc.) permanece más en su mente y corazón. Enseñarlos a compartir los juegos, a expresar sus sentimientos, a situarse en el lugar de los demás, para que puedan comprender mejor sus sentimientos. Evitar que los hijos presencien situaciones violentas. No olvidar nunca que nuestras acciones, siempre serán retomadas por nuestros hijos, como el ejemplo a seguir. Por lo tanto debemos actuar de manera congruente con lo que pensamos, decimos y hacemos. En la escuela: Fortalecer las relaciones interpersonales, así como el diálogo entre el personal escolar. Establecer acuerdos en relación a las formas de disciplina en el plantel y ser congruentes con ellos. Elaborar un reglamento que conste de normas y sanciones, en esta elaboración lo más conveniente es que participen tanto personal escolar, como padres de familia y alumnos, para que todas las partes involucradas estén conscientes de su contenido. María Isabel Aguilera, experta en victimología y conflictos escolares de la Universidad del País Vasco, alertó que es preocupante la elevada tasa de impunidad en los casos de bullying, así como la ausencia de una política pública que garantice una atención y prevención integral del fenómeno que incluya a padres de familia, docentes y alumnos. Algunas cifras interesantes son: La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) informó que el 40% de la población escolar de primaria y secundaria, tanto en instituciones públicas como privadas del país, es víctima de bullying. El 90% son testigos de una conducta de este tipo en su entorno, ·El 30% han participado en alguna ocasión ya sea como víctima o como agresor ·Entre el 25 y el 30% de los estudiantes de primer ciclo de educación media afirma haber sido víctima alguna vez de agresiones · El 5,6% es actor o paciente de una intimidación sistemática · El 34.6% de los alumnos reconoce que no pediría consejo a su profesor en caso de encontrarse en una situación de violencia · Sólo 1 de cada 3 de los que lo sufren son capaces de denunciarlo (33%) · El 37% cree que no devolver los golpes les convierte en cobardes. CONCLUSIONES: El bullying está en aumento. Se está volviendo un fenómeno social aceptado como una forma de encontrar posiciones de poder y de identificación en grupos. Para prevenir y atajar posibles brotes, es muy conveniente centrar el tema y aclarar entre todos de qué estamos hablando y dejar de pensar "que todo esto es normal entre escolares", ni "que se trata sólo de bromas de niños". Lo que diferencia lo normal del fenómeno del acoso, es que en el caso del bullying la conducta es continua y el agresor es más grande, más fuerte y más poderoso que la víctima. Es muy importante distinguir lo episódico de lo habitual. La persistencia es un poderoso indicador del riesgo que pueden estar corriendo, tanto víctima como agresor, de verse muy afectados. Mi postura ante esta problemática social es en contra, ya que he conocido casos, no tan extremos, pero que si han dejado una mala experiencia al ver como un grupo de personas pueden cambiar la vida de un individuo. En mi opinión nadie tiene el derecho de juzgar a otra persona por alguna diferencia de creencias, religión, sexo o raza. Debemos aprender a ser tolerantes y tener una mente abierta a las cosas nuevas y diferentes, todo esto debe inculcarse en casa desde pequeños para crecer con esa mentalidad. También considero que los medios de comunicación son un factor muy influyente en esta problemática, ya que se crean estereotipos de cómo deben ser y comportarse las personas. Como comunicólogo debería aprender a transmitir mis ideas respetando y teniendo una apertura a toda clase de grupos sociales, fomentando la igualdad y el respeto a todos los individuos que me rodean. Me gustaría poder poner mi granito de arena, y en un futuro hacer una campaña contra el bullying, especialmente con niños entre 4-8 años, donde habría un mejor resultado, ya que apenas están empezando a formar sus criterios de lo que según ellos es bueno y lo que es malo. Por ello es determinante conocer las causas que lo determinan, para poder contrarrestar los efectos tan fuertes, que pueden llegar a causar tanto a nivel físico como a nivel emocional. Un buen lugar para comenzar esta búsqueda es la familia y el clima escolar, por ser los primeros ambientes donde aprende a socializar el niño. El fenómeno de " bullying " escolar, puede ser visto de diversas formas, como personas y pueblos. Las sociedades, poseen un sistema educativo en donde la razón de ser son los estudiantes. El laborar a favor de la deconstrucción del bullying permitirá que las sociedades trabajen su problemática desde el punto de vista de sus propias necesidades y no de las necesidades que reflejan otras sociedades. Es por ello que, realizo un llamado a unir esfuerzos para prevenir este fenómeno y tratar de minimizar sus daños. http://www.terapia-infantil.com.mx/bullying_acoso_escolar.php http://www.terapia-infantil.com.mx/bullying_el_acosador.php http://depsicologia.com/bullying-o-acoso-escolar/ http://www.jornada.unam.mx/2010/05/10/politica/002n1pol http://www.acosomoral.org/pdf/cive06.pdf