la realidad económica de la energía eólica

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LA REALIDAD ECONÓMICA DE LA ENERGÍA EÓLICA
Jorge Calvet, Presidente de Gamesa
Foro de la Nueva Energía
20 de abril de 2012
Agradecimientos.
Antes de empezar mi exposición sobre lo que ha supuesto para Gamesa el proceso de globalizarse,
me van a permitir que haga una brevísima reflexión sobre el entorno que nos toca vivir hoy.
Creo que nadie en esta sala estará en desacuerdo conmigo en que estamos viviendo, y somos
protagonistas, de la crisis económica más profunda, más dura y más cruel que Europa haya
conocido desde los tiempos de la República de Weimar.
Y probablemente esta semana sea el momento más delicado en el que se encuentre la economía
europea y en particular el sistema financiero europeo desde septiembre de 2008.
Estamos viendo como los mercados son los que están marcando las medidas que están tomando
los gobiernos e instituciones supranacionales europeas y no al revés. Y a todas luces parece
evidente que las medidas tomadas hasta hoy son insuficientes para que vuelva la confianza a los
mercados. Me temo que las próximas semanas van a ser críticas en este sentido.
Las decisiones acordadas por el Gobierno están cambiando la situación en 180 grados y están bien
tomadas, aunque queda mucho camino por recorrer.
Y es en este escenario en el que el mundo empresarial tiene que desenvolverse. Si ya vivimos en
mercados extremadamente competitivos, las circunstancias del entorno macroeconómico, nuestra
vida como empresarios, como gestores, como depositarios de los ahorros de personas e
instituciones se ha tomado, aún si cabe, más compleja, más difícil.
No existe hoy una solución única para salir de este embrollo y lo único que podemos hacer hoy es
mantener la cabeza fría en nuestro proceso de toma de decisiones, tener un plan de negocio de
nuestras empresas coherente y sobre todo ejecutar ese plan de negocio con mayor enfoque, si
cabe, del que se podía tener hace unos meses.
Y en estas circunstancias, lo fácil es lamentarse, decir que todo es un desastre y que tardaremos
años en salir de esta situación. Pero hoy no voy a lamentarme. De hecho no lo hago nunca. Y no lo
hago, saben Vds. por qué?
Porque creo firmemente en la responsabilidad que tenemos como empresarios ante nuestros
accionistas, empleados, nuestros proveedores y la sociedad de buscar oportunidades para darles a
todos ellos la oportunidad de tener un empleo estable, formar familias, aprovechar sus
conocimientos y, en definitiva, de que sean ciudadanos modélicos para que entre todos consigamos
crear una sociedad justa y productiva. No hay mayor injusticia social, que no dar la oportunidad de
tener empleo a todos aquellos que componen nuestra sociedad.
1. Introducción
La salida de la crisis tiene uno de sus agujeros negros en el déficit energético que padece nuestro
país. Es un problema de muy difícil solución a corto plazo. Sin embargo, las crisis, como la que
actualmente soportamos, nos pueden llevar a pensar con calendarios de urgencia que solo sirvan
para ahorrar hoy, hipotecando el futuro en un túnel sin salida.
Foro de la Nueva Energía _ Jorge Calvet, Presidente de Gamesa _ 20042012
Desacelerar -e incluso paralizar- la industria eólica que nuestro país ha sido capaz de levantar en
pocos años para solucionar los desajustes de la política energética puede equivaler a sacrificar un
sector industrial, con tecnología española, que despunta en el mundo por sus aportaciones a la
sostenibilidad medioambiental, mediante la generación eléctrica, a través de fuentes no
contaminantes e inagotables como el viento.
Quiero, por ello, invitarles a reflexionar en el conjunto de factores que conforman nuestra actividad
económica y la calidad de vida, desde el punto de vista de sus necesidades de energía.
Los dos conjuntos de factores básicos de los que depende la respuesta a la demanda energética
son, de un lado, el acceso a los recursos básicos y, del otro, la competencia tecnológica para
gestionarlos.
Por lo que se refiere a los recursos básicos nuestra situación es altamente precaria, mientras que la
ciencia no avance en campos como la fusión fría o el almacenamiento de energía disponible para
su uso. Pero hay un recurso que a nuestro país le ofrece oportunidades de largo alcance: el eólico,
ya sea en su versión terrestre o marina.
Precisamente estamos en la etapa incipiente de la explotación de dicho recurso, habiendo adquirido
ventajas competitivas que nos sitúan en la primera línea mundial. Y es en el desarrollo de la
ingeniería y de la industria de este sector emergente donde podemos disponer del segundo
conjunto de factores que nos van a permitir, como país, alcanzar la autonomía competitiva
necesaria para gestionar acertadamente nuestras respuestas a los diferentes escenarios del
mercado de la energía en el mundo.
El petróleo y el gas, que debemos importar, no pueden ser sustituidos totalmente por los recursos
eólicos a nuestro alcance. Nunca me oirán decir que la energía eólica es sustitutiva, pero sí que
debería tener un mayor peso en nuestro mix de energía. Y por ello, es en la explotación cada vez
más eficiente de este recurso eólico donde podemos hallar una mayor autonomía razonable. La
historia de las últimas tres décadas debiera hacernos despertar del sueño de las soluciones fáciles y
cortoplacistas que nos han conducido a escenarios cada vez más caros y angostos, convirtiendo a
la Península Ibérica en un mercado cada vez más cautivo a la voluntad ajena.
2. El sector eólico español, algunas cifras de interés
En 2011, en España, el sector eólico instaló 1.050 MW. Un 5,1% de la potencia eólica acumulada
que se situó en 21.673 MW. Se trata del crecimiento más débil de la historia del sector en España
en términos porcentuales.
Merece la pena destacar que los 1.050 MW instalados responden a pedidos realizados en años
anteriores. Este año 2012 es el último de vigencia del Registro de Preasignación, en el que se
encuentran inscritos y pendientes de puesta en servicio un total de 1.903 MW. Ventas nuevas
realizadas en nuestro país el año pasado fueron exactamente cero.
Hoy, en España, un sector con un impacto cero en el déficit de tarifa -que representa el 0,28% del
PIB español, que exporta por más de 2.000 millones de euros anuales y evita, además, la
importación de combustibles fósiles por un valor aproximado de 2.000 millones de euros- más allá
del 31 de diciembre de 2012 y de los MW anteriormente mencionados, sólo tiene por delante el
vacío y la incertidumbre.
Un sector que en su vertiente industrial, además de exportar 2.000 millones de euros, como les
acabo de citar, invierte en I+D unos 150 millones de euros anuales, situando a España como el
cuarto país del mundo en patentes eólicas. Una industria que empleaba en 2010 a unas 30.000
personas, a pesar de que ya había perdido más de 10.000 puestos de trabajo en los últimos años
por la incertidumbre regulatoria, se encuentra hoy sin posibilidad de pedidos para el mercado
español.
Foro de la Nueva Energía _ Jorge Calvet, Presidente de Gamesa _ 20042012
Sin embargo, en el mundo, la generación convencional de electricidad se enfrenta a algunos
cambios estructurales en los que el agotamiento progresivo de las reservas petrolíferas, la
seguridad e independencia del suministro energético o el impacto medioambiental, impulsarán la
búsqueda de soluciones en las energías de origen renovable. Entre dichas energías hay una serie
de factores que impulsan la solución eólica: la autosuficiencia de un recurso local que favorece la
seguridad del suministro diversificando el mismo con una menor exposición a situaciones
geopolíticas adversas; la competitividad a través de la eficiencia, por la previsibilidad del precio y la
evolución de los costes a la baja; los beneficios económicos y sociales; o la protección
medioambiental, al tratarse una fuente limpia, abundante e inagotable.
No obstante, a pesar de los beneficios mencionados, se sigue hablando de las desventajas de la
energía eólica, pero las mismas ¿son un mito o una realidad?.
Hoy seguimos escuchando que la energía eólica está muy subvencionada y, sin embargo, las
subvenciones estatales recibidas por los consumidores de combustibles fósiles, 409.000 millones de
dólares en 2010, fueron casi seis veces superiores a las otorgadas al sector de las energías
renovables, 66.000 millones de dólares en el mismo periodo de tiempo, según la Agencia
Internacional de la Energía.
Igualmente escuchamos que se necesitan grandes cantidades de energía de reserva si se utiliza la
eólica, pero de acuerdo con la AIE, realmente sólo se necesita un 20% de reserva para mantener la
fiabilidad de la red o, lo que es lo mismo, 1 MW de reserva flexible por cada 5 MW de energía
renovable.
También se achaca a la energía eólica un uso ineficiente, entre el 15% y el 20% del total, debido a
la intermitencia, la limitación en las previsiones y la calidad de la energía eólica, pero esto sólo es
cierto para los modelos antiguos de aerogeneradores. En España, el operador del sistema ha
integrado el 60% de la energía eólica y los nuevos modelos resuelven la mayor parte de los
problemas técnicos.
A menudo también se escucha que la energía eólica implica una inversión en red por encima de la
media, pero todas las instalaciones energéticas nuevas necesitan líneas nuevas para transportar la
energía que generan.
Y finalmente, con frecuencia, se nos acusa de producir un gran impacto medioambiental (visual,
acústico o en las aves) y, sin embargo, la eólica es más respetuosa con el medio ambiente que
otras energías convencionales, como la energía térmica o la nuclear.
3. La competitividad económica de la energía eólica terrestre
Llegados a este punto, permítanme que les hable de algunos aspectos relevantes de la
competitividad, como son: la definición del CoE, el coste normalizado de la energía; los factores
que influyen en el coste de la energía eólica; la comparación con otras energías, incluyendo los
costes de emisión; los costes externos de la tecnología; o la competitividad frente a otras
tecnologías.
Pero antes quisiera hacer una breve reflexión histórica de la evolución industrial de otro sector,
para entender la perspectiva de los avances tecnológicos de nuestra industria.
La industria del automóvil: hasta llegar a los niveles de eficiencia que conocemos hoy han pasado
algo más de 100 años.
Más de la mitad de ese período, esta industria contaba con un aliado importante en términos del
precio del petróleo que le permitía innovar a un ritmo digamos razonable. De alguna forma, podría
argumentarse que casi sin querer el precio del crudo era una subvención indirecta al automóvil.
Foro de la Nueva Energía _ Jorge Calvet, Presidente de Gamesa _ 20042012
Una vez que aparecen los shocks petrolíferos, la dinámica de la innovación cambia y se acelera, sin
bien es cierto que al principio esa aceleración no se ve influenciada por otros factores como la
aparición instantánea de competidores de todo el mundo.
En cambio, en la industria eólica no hemos podido tener esa suerte en el tiempo. En un espacio de
no más de siete años, hemos tenido (y esto ciertamente es el caso de Gamesa) que hacer frente a:
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•
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Innovación tecnológica para ser competitivos con otras formas de producción de electricidad
Desaparición de las subvenciones prácticamente en cualquier país del mundo
Afrontar prácticamente, de la noche a la mañana, una globalización del sector
Competir con grandes conglomerados industriales
Competir con empresas de otras partes del mundo, que tienen una visión de la contabilidad un
tanto liberal y que en consecuencia compiten con precios irreales.
Y esto sólo en 7 años. Pero aún así, hemos conseguido ser competitivos en el mundo, a pesar de
no tener desde hace ya 3 años un mercado doméstico que nos sirva de apoyo a nuestras
actividades y desarrollo. ¿Y por qué digo que somos competitivos? Pues gracias a la innovación, a
nuestra tecnología, nuestra flexibilidad y por qué no decirlo, a nuestro ingenio hemos conseguido
rebajar en este período el coste de un aerogenerador tipo de 2 MW en un 42%. Hemos conseguido
rebajar los costes medios de operación y mantenimiento de un parque, también en este período,
en un 47%.
La consecuencia de todo ello es que hoy la energía eólica está en el umbral de ser competitiva, con
otras formas de producción eléctrica, por no decir que ya lo es en función del recurso eólico, es
decir, del viento que existe en un determinado parque. Esto no es una ficción. Esto es una realidad
hoy ya en Brasil, EEUU (Texas, Maine, NY), México (Oaxaca) y Chile.
Si me permiten ser un poco atrevido, lo será muy, muy pronto en Europa. Les doy un dato
adicional: el coste de la eólica terrestre en emplazamientos de mucho viento ha caído en términos
reales en el período 2005-2011 de €96/MWh a €52/MWh, es decir, un 45%. Pero hay más: según
Bloomberg, el coste de la energía eólica terrestre caerá un 12% en los próximos cinco años.
En mi opinión, y a pesar de todos estos avances competitivos que les acabo de mencionar, la
energía eólica está en su infancia. Creo, estoy seguro y en ello estamos trabajando, que la energía
eólica evolucionará hacía nuevas aplicaciones: ciertamente la eólica marina (que ya es una
realidad), energía eólica con almacenamiento, sistema híbridos, sistemas sin conexión a la red,
autoconsumo y repowering, por mencionar solo unos pocos.
A modo de ejemplos. En relación a la energía eólica marina quiero resaltarles que las políticas
estatales están redoblando esfuerzos para convertirla en una fuente muy importante de producción
a medio plazo. Así, Reino Unido espera alcanzar los 18 GW en los próximos años; Alemania aspira
llegar a 25 GW en 2030; Francia tendrá 6 GW en 2020; y China dispondrá de 5 GW en 2015 para
alcanzar 30 GW en 2030.
Sobre repotenciación, entendiendo como tal la sustitución de turbinas antiguas de pequeño tamaño
por otras más nuevas y eficientes comentarles, como ventajas más significativas, el uso óptimo y
eficiente de los mejores emplazamientos; y un menor impacto medioambiental.
En relación al autoconsumo e instalaciones sin conexión a red, aparecerán nuevas oportunidades
para la energía eólica a medida que evolucionen los sistemas eléctricos que se apoyarán, cada vez
más, en generación distribuida y autoconsumo, facilitando, entre otros beneficios, bajas pérdidas
en la red, una mejor gestión de la demanda, y actuando sobre los consumidores con mejores
costes, más bajos y controlados.
Foro de la Nueva Energía _ Jorge Calvet, Presidente de Gamesa _ 20042012
El negocio principal seguirá siendo la construcción y explotación de los parques eólicos, pero los
nichos de mercado ayudarán a diversificar las operaciones y proporcionar respuestas adecuadas a
multitud de situaciones nuevas: mercados saturados, redes congestionadas, zonas rurales y
aisladas, entornos urbanos y zona ecológicamente sensible.
Pero también nos ha cambiado y nos va a cambiar aún más el lado de la demanda. Hace solo tres
años nuestros clientes eran compañías eléctricas y algún promotor independiente, que fueron un
factor importante en el desarrollo de Gamesa.
Hoy vendemos parques a empresas, compañías de seguros, fondos de pensiones, family offices y
fondos soberanos. En definitiva, nuestra industria ha cambiado y va a cambiar aún más si cabe la
visión que tenemos hoy de los medios de producción de energía eléctrica y sus implicaciones
industriales, sociales, laborales e incluso de seguridad nacional.
No dudo del futuro del sector eólico. Hay un consenso sobre el papel predominante que jugará la
energía eólica en la producción de electricidad en todas las zonas del mundo. El Grupo
Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha recopilado 164 escenarios
sobre el desarrollo futuro de las energías renovables y la mayoría de ellos indican un aumento
significativo en si implantación para 2030, 2050 y más allá. Los escenarios con cuota de
participación más alta alcanzan el 43% en 2030 y el 77% en 2050. En otras palabras, es más que
probable que las energías renovables jueguen un papel bastante más importante en el sistema
energético global del futuro que el que tienen hoy.
Conscientes de la necesidad de un mix energético razonablemente diversificado para España,
debemos dar prioridad, en las circunstancias actuales, a la explotación avanzada de las fuentes de
energía renovables y autóctonas, porque en su desarrollo podemos hallar soluciones que reduzcan
nuestra dependencia. Ello exige un marco regulatorio coherente, garantizando seguridad jurídica
con marcos normativos estables, de modo que se logre implicar a los inversores en condiciones que
resulten compatibles el beneficio razonable y el bien común que a todos nos interesa. Es el camino
que puede conducirnos a disponer de un sistema global de generación de energía más sostenible,
más barata y menos dependiente. Y además, si de verdad queremos cambiar el modelo productivo
de nuestro país, el apoyo al ámbito industrial del sector eólico no es una opción. Es una necesidad
imperante.
Muchas gracias.
Foro de la Nueva Energía _ Jorge Calvet, Presidente de Gamesa _ 20042012
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