Tres nuevos alimentos obtienen la autorización de la Comisión Europea para su comercialización La Comisión Europea ha admitido tres nuevos alimentos bajo el Reglamento sobre nuevos alimentos y nuevos ingredientes alimentarios. Tras la evaluación por parte de la EFSA, el extracto de seta shiitake, los péptidos de pescado y la quitina-glucano de Aspergillus niger podrán comercializarse en la Unión Europea. El «extracto de seta Lentinula edodes» o «extracto de seta shiitake» podrá consumirse a unos niveles máximos de 2 mililitros por cada 100 gramos en los productos a base de pan, 0,5 mililitros por cada 100 mililitros en refrescos, un máximo de 2,5 mililitros en comidas preparadas por ración y 1,5 mililitros por cada 100 mililitros en los alimentos a base de yogur. Para los complementos alimenticios, la relación máxima se sitúa en 2,5 mililitros por dosis diaria. La responsable de la solicitud de comercialización del extracto de seta shiitake en el Reino Unido es la empresa noruega GlycaNova Norge AS. Péptido de pescado La responsable de la solicitud de comercialización de los péptidos de pescado como nuevo alimento es la empresa japonesa Senmi Ekisu Co. Los niveles óptimos de consumo del “péptidos de pescado (Sardinops sagax)”: para los alimentos y bebidas a base de yogur, productos lácteos fermentados y leche en polvo, se sitúan en 0,48 gramos por cada 100 gramos. Para aguas aromatizadas y bebidas a base de plantas, la proporción es de 0,3 gramos por cada 100 gramos. En los cereales para el desayuno es de 2 gramos por cada 100 gramos, y en las sopas, guisos y sopas en polvo, el nivel máximo autorizado es de 0,3 gramos por cada 100 gramos en el momento de la ingesta. Quitina-glucano de Aspergillus niger La empresa belga Kitozyme SA comercializará la quitina-glucano de Aspergillus niger como nuevo ingrediente alimentario, culminando así un proceso que comenzó en enero de 2008 cuando presentó a las autoridades competentes de Bélgica la solicitud correspondiente. La quitina-glucano se obtiene del micelio de Aspergillus niger y se trata de un polvo suelto inodoro de color amarillento. Se comercializará en la Unión Europea en los complementos alimenticios con una dosis máxima de 5 gramos al día. Fuente: Revista de Derecho Alimentario RDA n°65, Marzo 2011 Carne líquida para alimentarse sin tener que masticar Esta innovación, llamada MeatWater es una bebida altamente nutritiva que luce como agua pero que sabe y tiene las propiedades de la carne, básicamente porque le han incorporado los nutrientes y las proteínas de la misma. Algunos de los sabores son hamburguesa con queso, pollo teriyaki, pescado y papas fritas, strogonoff y gulash. Y el más reciente lanzamiento de la firma, es el agua con sabor a caracoles El objetivo de estas bebidas es sustituir a la comida sólida. Esta bebida podía resultar de interés para ciertos segmentos de la población como por ejemplo algunos deportistas o los consumidores senior, que presentan una elevada prevalencia de problemas de alimentación relacionados con la masticación y deglución. Para el resto…mejor el filete de carne de toda la vida! Fuente: Clubdarwin Implicaciones nutricionales y sensoriales en carnes tras el enriquecimiento de dietas con DHA y vitamina E Una buena estrategia para contribuir a la mejora de los alimentos es la de incrementar su calidad nutricional sin alterar las características sensoriales. A partir de estas premisas, un equipo de investigadores del IRTA ha estudiado la variación de la composición de la grasa en productos cárnicos integrados en nuestros hábitos alimentarios, mediante la modificación de la dieta de los animales. Una buena estrategia para contribuir a la mejora de los alimentos es la de incrementar su calidad nutricional sin alterar las características sensoriales. A partir de estas premisas, un equipo de investigadores del IRTA ha estudiado la variación de la composición de la grasa en productos cárnicos integrados en nuestros hábitos alimentarios, mediante la modificación de la dieta de los animales. El consumo de alimentos con alto contenido en grasa y la falta de actividad física ha alentado la adopción de medidas gubernamentales (como la estrategia NAOS y el código PAOS) a fin de paliar la alta incidencia de la obesidad en nuestro país. Hasta hace relativamente poco tiempo, la mayor preocupación dietética se focalizaba en la reducción de la cantidad de grasa en los alimentos. Sin embargo, se ha demostrado que el tipo de grasa puede llegar a ser tanto o más importante que su cantidad, por lo que se promueve la sustitución de las grasas saturadas y de las grasas-trans por grasas poliinsaturadas omega-3 (ω-3 o n-3), más saludables. Estas incluyen al ácido graso α-linolénico (α-LNA) y a aquellos de cadena larga, el docosahexanoico (DHA) y el eicosapentanoico (EPA). El primero se encuentra en los aceites de semillas y en músculos de rumiantes, mientras que el EPA y el DHA se encuentran principalmente en el pescado y, en pequeñas cantidades, en los aceites vegetales. A fin de disminuir los niveles elevados de colesterol, las recomendaciones médicas actuales apuntan hacia una disminución de la relación de ácidos grasos omega-6/omega-3 hasta un valor inferior a 4. A su vez, la industria alimentaria y la comunidad científica tienen un papel destacado en este contexto. La puesta en marcha de proyectos comunes para el desarrollo de alimentos más saludables representa una contribución importante para contrarrestar la difusión de ciertos trastornos entre la población. Enriquecimiento de las dietas animales con ácidos grasos Numerosos estudios han puesto de manifiesto las mejoras debidas al enriquecimiento de las dietas de los animales con ácidos grasos y sus efectos sobre distintos aspectos de la calidad de la carne. De hecho, en el mercado ya están disponibles diversos productos cárnicos cocidos con ácidos grasos n-3 añadidos durante su elaboración. No obstante, son muy escasos los trabajos sobre carnes procedentes de animales alimentados con dietas suplementadas. Por esa razón, un estudio realizado por investigadores del IRTA ha valorado las características de calidad nutricional y sensorial del jamón cocido, de la paletilla curada y del embutido de pechuga de pavo obtenidos a partir de carne de animales que recibieron dietas enriquecidas con DHA y vitamina E, necesaria para prevenir el incremento de la oxidación lipídica. Análisis de la estabilidad oxidativa Para ello, el equipo de investigación del IRTA evaluó la calidad nutricional de carne fresca y de productos cárnicos elaborados en base al análisis de su estabilidad oxidativa y del contenido en ácidos grasos, mientras la calidad sensorial se determinó solamente en los productos elaborados. Tras establecer unas dietas y unos tratamientos específicos tanto para los pavos como para los cerdos analizados, el análisis de la actividad del sistema de enzimas antioxidantes no indicó la presencia de variaciones notables entre tratamientos. La incorporación al músculo de vitamina E se vio obstaculizada por el enriquecimiento en DHA y las muestras del tratamiento que incluían este ácido graso presentaron un nivel significativamente inferior de vitamina E, tanto en carne fresca como en producto elaborado. En ninguna de las dos clases de animales estudiadas, la cantidad de vitamina E fue suficiente para mejorar la estabilidad oxidativa aunque, tanto en cerdo como en pavo, los se encontraron diferencias en la composición de ácidos grasos entre los distintos productos y tratamientos, como consecuencia de las dietas suministradas. También cabe destacar que la incorporación de DHA y EPA se mantuvo elevada en los productos cocidos y en la paletilla curada, y que la incorporación de los ácidos grasos de cadena larga resultó más elevada en la carne de ave, al mismo tiempo que se constató una disminución de la tasa de ácidos n-6. En definitiva, el cociente omega-6/omega-3 alcanzó valores inferiores a 4 en las aves, aunque en porcino se quedó alrededor de 6. Evaluación de la calidad sensorial Los análisis sensoriales de los productos estudiados se realizaron a los 10 minutos de haber sido rebanados y al cabo de una semana, como máximo, de su elaboración. Los distintos atributos evaluados se consensuaron entre los miembros del panel de catadores en varias sesiones previas de generación y discusión de descriptores. En la valoración general se detectó olor y flavor a pescado, sobre todo en las muestras de embutido de pavo, siguiendo el patrón contrario al flavor y olor a pavo. En cambio, los resultados de las muestras recogidas del jamón cocido no presentaron diferencias significativas en los atributos evaluados. Esta nota negativa se produjo al utilizar DHA procedente de aceite de pescado que, por otra parte, puede ser contrarrestado fácilmente mediante la desodorización extraído de otras fuentes. y/o la utilización de omega-3 Con todo, el estudio puso de manifiesto que el enriquecimiento de las dietas animales que incluyen DHA garantiza una mayor calidad nutricional en la carne fresca, en los productos cocidos y en el curado, mejorando el cociente omega-6/omega-3 y el contenido en vitamina E. Reglamento (UE) nº 234/2011 de la Comisión, por el que se establece un procedimiento de autorización común para los aditivos, las enzimas y los aromas alimentarios Reglamento (UE) no 234/2011 de la Comisión, de 10 de marzo de 2011, de ejecución del Reglamento (CE) no 1331/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, por el que se establece un procedimiento de autorización común para los aditivos, las enzimas y los aromas alimentarios. Fuente: DOCE, 11/03/2011 Novedosa herramienta para detectar toxinas en marisco Los consumidores que desconfían del marisco ya pueden respirar tranquilos, puesto que unos científicos de la Universidad Queen’s de Belfast (Reino Unido) han creado una prueba que permite verificar si está en buen estado. Esta novedosa herramienta es fruto del proyecto europeo BIOCOP («Nuevas tecnologías para la detección de múltiples contaminantes químicos en alimentos») que reunió a 32 socios científicos dentro y fuera de Europa. El equipo científico opina que esta herramienta no sólo permitirá eliminar las toxinas del marisco antes de su introducción en la cadena alimentaria, sino que también traerá cambios considerables a la industria pesquera mundial. Según expertos en alimentación, actualmente se necesitan hasta dos días para comprobar toxinas potencialmente dañinas en el marisco. Con la nueva técnica, en la que se emplean biosensores, el proceso de verificación se reduce a apenas treinta minutos y los resultados son además más fiables. La prueba permite detectar toxinas que pueden hallarse en el marisco y provocar parálisis a quien las consuma. Cerca del 25% de los intoxicados por estas toxinas fallecen. Ciertas toxinas secretadas por algas y que se concentran en el marisco constituyen un riesgo muy importante para los consumidores y pueden ocasionar graves daños económicos al sector de la acuicultura. Aunque hace tiempo que se sabe de la existencia de estas toxinas, sigue habiendo una gran inquietud acerca de la eficacia de las pruebas empleadas para detectarlas. Además, cada vez se hallan más indicios de que el cambio climático está multiplicando los casos de intoxicación en todo el planeta, a raíz de lo cual se imponen vedas en los caladeros de marisco afectados. La nueva técnica se basa en ciertas «proteínas detectoras» extraordinarias que permiten captar cantidades ínfimas de toxinas en vieiras, ostras, mejillones y otras clases de marisco. Esta prueba rápida además de reforzar la seguridad del marisco consumido también repercutirá considerablemente en el sector de la acuicultura a nivel mundial, que se esfuerza por solucionar el problema en aumento de las toxinas planteado por el cambio climático. El equipo científico ya ha suscrito un acuerdo con el grupo Neogen Europe (Reino Unido) para comercializar este ingenio. Fuente: Noticias Cordis Tratamiento Térmico Asistido por Altas Presiones para la obtención de alimentos esterilizados de alta calidad La creciente demanda por parte de los consumidores de productos que, además de gozar de una amplia vida útil conserven sus características nutricionales y sensoriales originales, está llevando a la industria alimentaria a la búsqueda de procesos alternativos al tratamiento térmico convencional. Este, a pesar de ser altamente eficaz como método de descontaminación y conservación, provoca la pérdida de propiedades deseables en algunos alimentos… El potencial de la aplicación de altas presiones como método de conservación se conoce desde 1899, cuando Hite observó que la vida útil de la leche tratada a 600MPa durante 1 hora a temperatura ambiente aumentaba. Sin embargo, pese a su alto potencial como tecnología de descontaminación y conservación, la alta presión por si sola (hasta los niveles de presión que hacen viable la aplicación de esta tecnología a nivel industrial) no es capaz de inactivar las esporas bacterianas responsables de producir alteraciones en los alimentos, e incluso toxiinfecciones alimentarias muy graves, como es el caso de Clostridium botulinum o Clostridium perfringens. Por esta razón, el procesado por altas presiones se considera un tratamiento equivalente a la pasteurización, no siendo posible producir alimentos estables a temperatura ambiente (productos esterilizados). Como alternativa a este tipo de tratamiento se ha propuesto la combinación de altas presiones con altas temperaturas con el objetivo de producir alimentos estables a temperatura ambiente, es decir, alimentos esterilizados libres de esporas bacterianas. La combinación de alta temperatura con alta presión recibe el nombre de Procesado Térmico Asistido por Presión (PTAP) derivado de la traducción del inglés “Pressure Assisted Thermal Processing (PATP)”. Este tratamiento se basa en la aplicación sobre el alimento envasado de presiones de hasta 600-650 MPa (en equipos cuyas dimensiones permitan el procesado PTAP de alimentos a pequeña escala industrial) durante unos pocos minutos. El proceso se inicia con el precalentamiento (hasta 60-90ºC) del producto previo a la presurización de este, y a medida que aumenta la presión se produce un aumento de la temperatura debido al calentamiento adiabático (3-4ºC/100MPa, en el caso del agua). De esta manera se conseguirían alcanzar elevadas temperaturas de proceso, necesarias para inactivar las formas esporuladas de las bacterias. En el siguiente gráfico se representa la evolución de la temperatura (en rojo) del líquido de presurización (agua) y la presión (en azul) durante un proceso PTAP a 625 MPa, obtenidos del equipo que se encuentra en las instalaciones de AZTI-Tecnalia. Una de las principales ventajas de combinar ambos tipos de tratamiento es que el tratamiento térmico necesario para matar a las esporas no sería tan severo como el requerido utilizando sólo calor. Esto es debido a que la presión se transmite de forma inmediata y homogénea en todo el producto, y por tanto, el aumento de temperatura que se produce al aumentar la presión, también se produce de forma homogénea en todo el alimento independientemente del tamaño y forma de éste. Esto sucede a diferencia del tratamiento térmico convencional, cuya cinética de calentamiento del centro del producto será más lenta que la de las partes más externas, sufriendo, por tanto, estas últimas una sobreexposición. Tratamiento Térmico Asistido por Altas Presiones como método de obtención de alimentos esterilizados Mediante el tratamiento de altas presiones se puede inactivar un amplio rango de microorganismos, tales como mohos y levaduras, y la mayoría de bacterias vegetativas, incluyendo la mayoría de los agentes patógenos transmitidos a través de los alimentos. Se considera que la inactivación microbiana se debe principalmente a la permeabilización de la membrana celular, aunque este no ha sido el único mecanismo propuesto. En el caso de las esporas bacterianas, se ha postulado que, tanto para un tratamiento de altas presiones (no combinado con temperatura) como para el procesado PTAP, la germinación de las esporas bacterianas juega un papel importante a la hora de describir la inactivación de estas formas de resistencia. La germinación inducida por alta presión daría lugar a formas microbiológicas que han perdido su alta resistencia, requiriendo en el caso que no se combine la presión con la temperatura, un tratamiento posterior (por ejemplo, un procesado térmico) que permita inactivar estas formas más sensibles o lábiles. Sin embargo, los mecanismos de inactivación de estas formas biológicas resistentes (esporas) son aún un tema de discusión y estudio. Actualmente se conoce la existencia de tres equipos operativos a nivel mundial cuyas dimensiones permitan el procesado PTAP de alimentos a pequeña escala industrial, habiendo solo uno en Europa que se encuentra en las instalaciones de AZTI-Tecnalia en Derio (Bizkaia). Dicho equipo cuenta con una capacidad de 55 litros, y permite tratar producto realizando una combinación de presión y temperatura hasta un máximo de 620MPa y 118ºC. Desde el área de Nuevas Tecnologías de AZTI-Tecnalia se está trabajando en la evaluación de esta novedosa tecnología como método de descontaminación y conservación de alimentos. Concretamente se está valorando el efecto que ejerce ésta no solo sobre la inactivación de microorganismos sino también sobre las propiedades sensoriales y nutricionales de los alimentos, con el fin de acelerar y/o facilitar la implantación de la tecnología en la industria alimentaria. La autora de este artículo es Estibaliz Bilbao, Licenciada en Biología por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) que se encuentra desarrollando su tesis doctoral en el área de Nuevas Tecnologías de la Unidad de Investigación Alimentaria de AZTITecnalia. Una de las líneas de especialización de este área está orientada hacia el estudio la eficacia de diferentes tecnologías emergentes, como las altas presiones, en la inactivación de microorganismos alterantes y patógenos presentes en alimentos, así como en evaluar la aplicabilidad de estas tecnologías como procesos de estabilización, conservación y/o descontaminación que permitan mejorar la calidad, la seguridad y las propiedades tecnológicas de diferentes productos alimenticios. Más información sobre la tecnología de altas presiones: ver infografía Ultrasonidos, una vía para mejorar la calidad de las espumas alimentarias La aplicación de la tecnología de ultrasonidos durante el mezclado de alimentos espumosos puede mejorar la calidad de los productos, de acuerdo con una nueva investigación llevada a cabo en la Universidad de Avignon, en Francia. La aplicación de la tecnología de ultrasonidos durante el mezclado de alimentos espumosos puede mejorar la calidad de los productos, de acuerdo con una nueva investigación publicada en la revista Food Science. El estudio realizado en la Universidad de Avignon, Francia, se baso en la comparación de las propiedades sensoriales y fisicoquímicas de tres “productos tipo espuma” preparados de forma convencional y con métodos ultrasónicos (sonicación ultrasónica durante el proceso de mezclado). Las preparaciones ensayadas fueron un Genoise de chocolate, un pastel esponjoso y un mousse de chocolate. Los resultados mostraron que el uso de ultrasonidos para las preparaciones de alimentos tipo espuma resulta en productos más homogéneos y que además fueron preferidos por los panelistas, ya que mejora ciertas características organolépticas. Las preparaciones tratadas con ultrasonidos fueron más ligeras, más elásticas y mejor aireadas. Según los investigadores los ultrasonidos proporcionan energía bien adaptada a la formulación de sistemas de dispersión como las emulsiones, suspensiones, aerosoles y espumas, lo que abre una nueva oportunidad para la formulación de alimentos innovadores. Uso de los ultrasonidos en la Industria Alimentaria Las aplicaciones de ultrasonidos de alta intensidad en la industria alimentaria incluyen la limpieza de distintos equipos, esterilización, transferencia de calor y masa, sistemas de emulsificación y homogenización, dispersión, formación de aerosoles, extracción (por ejemplo, de proteínas), cristalización, desgasificación, filtración, secado, ablandamiento de la carne, etc. El efecto de los ultrasonidos sobre los agentes alterantes de los alimentos es limitado y su aplicación se ha encaminado hacia la combinación, simultanea o alterna, con otras técnicas de conservación. La aplicación de ultrasonidos y tratamientos térmicos suaves ha dado lugar al procedimiento denominado termoultrasonicación. La combinación con incrementos de presión se denomina manosonicación, mientras que las tres estrategias de forma conjunta se conocen como manotermosonicación. Respecto a su empleo en la Industria Alimentaria, la manosonicación y la manotermosonicación son particularmente eficaces en la esterilización de mermeladas, huevo líquido, y en general, para prolongar la vida útil de alimentos líquidos. La ultrasonicación de forma aislada es eficaz en la descontaminación de vegetales crudos y de huevos enteros sumergidos en medios líquidos. El uso de los ultrasonidos de potencia mejora los procesos de transferencia de masa y se aplican en procesos de deshidratación, acelerando la pérdida de agua sin incrementar la temperatura y, en procesos de extracción, combinado con el uso de gases densos para acelerar y mejorar el proceso de forma eficaz. Los ultrasonidos también han sido ensayados para aumentar el nivel de antioxidantes de los alimentos. Tal y como muestran los avances realizados en algunas investigaciones, aplicando ultrasonidos, se podría conseguir aumentar en un 60% la cantidad de antioxidantes de una patata. La Universidad de Obihiro en Hokkaido, Japón, está investigando esta nueva técnica sumergiendo las patatas en agua y sometiéndolas durante un máximo de 10 minutos a un tratamiento de ultrasonidos con una intensidad de 600 vatios. Los ultrasonidos favorecen la acumulación de compuestos antioxidantes como los polifenoles y el ácido clorogénico. Aunque de momento sólo se ha investigado en patatas, en un futuro se podría aplicar a otros vegetales. Fuente: Food Navigator, Tecnoalimentalia, UCM La foto, de Flickr, es de Emilia Brandão Ultrasonidos, una vía para mejorar la calidad de las espumas alimentarias La aplicación de la tecnología de ultrasonidos durante el mezclado de alimentos espumosos puede mejorar la calidad de los productos, de acuerdo con una nueva investigación llevada a cabo en la Universidad de Avignon, en Francia. La aplicación de la tecnología de ultrasonidos durante el mezclado de alimentos espumosos puede mejorar la calidad de los productos, de acuerdo con una nueva investigación publicada en la revista Food Science. El estudio realizado en la Universidad de Avignon, Francia, se baso en la comparación de las propiedades sensoriales y fisicoquímicas de tres “productos tipo espuma” preparados de forma convencional y con métodos ultrasónicos (sonicación ultrasónica durante el proceso de mezclado). Las preparaciones ensayadas fueron un Genoise de chocolate, un pastel esponjoso y un mousse de chocolate. Los resultados mostraron que el uso de ultrasonidos para las preparaciones de alimentos tipo espuma resulta en productos más homogéneos y que además fueron preferidos por los panelistas, ya que mejora ciertas características organolépticas. Las preparaciones tratadas con ultrasonidos fueron más ligeras, más elásticas y mejor aireadas. Según los investigadores los ultrasonidos proporcionan energía bien adaptada a la formulación de sistemas de dispersión como las emulsiones, suspensiones, aerosoles y espumas, lo que abre una nueva oportunidad para la formulación de alimentos innovadores. Uso de los ultrasonidos en la Industria Alimentaria Las aplicaciones de ultrasonidos de alta intensidad en la industria alimentaria incluyen la limpieza de distintos equipos, esterilización, transferencia de calor y masa, sistemas de emulsificación y homogenización, dispersión, formación de aerosoles, extracción (por ejemplo, de proteínas), cristalización, desgasificación, filtración, secado, ablandamiento de la carne, etc. El efecto de los ultrasonidos sobre los agentes alterantes de los alimentos es limitado y su aplicación se ha encaminado hacia la combinación, simultanea o alterna, con otras técnicas de conservación. La aplicación de ultrasonidos y tratamientos térmicos suaves ha dado lugar al procedimiento denominado termoultrasonicación. La combinación con incrementos de presión se denomina manosonicación, mientras que las tres estrategias de forma conjunta se conocen como manotermosonicación. Respecto a su empleo en la Industria Alimentaria, la manosonicación y la manotermosonicación son particularmente eficaces en la esterilización de mermeladas, huevo líquido, y en general, para prolongar la vida útil de alimentos líquidos. La ultrasonicación de forma aislada es eficaz en la descontaminación de vegetales crudos y de huevos enteros sumergidos en medios líquidos. El uso de los ultrasonidos de potencia mejora los procesos de transferencia de masa y se aplican en procesos de deshidratación, acelerando la pérdida de agua sin incrementar la temperatura y, en procesos de extracción, combinado con el uso de gases densos para acelerar y mejorar el proceso de forma eficaz. Los ultrasonidos también han sido ensayados para aumentar el nivel de antioxidantes de los alimentos. Tal y como muestran los avances realizados en algunas investigaciones, aplicando ultrasonidos, se podría conseguir aumentar en un 60% la cantidad de antioxidantes de una patata. La Universidad de Obihiro en Hokkaido, Japón, está investigando esta nueva técnica sumergiendo las patatas en agua y sometiéndolas durante un máximo de 10 minutos a un tratamiento de ultrasonidos con una intensidad de 600 vatios. Los ultrasonidos favorecen la acumulación de compuestos antioxidantes como los polifenoles y el ácido clorogénico. Aunque de momento sólo se ha investigado en patatas, en un futuro se podría aplicar a otros vegetales. Fuente: Food Navigator, Tecnoalimentalia, UCM La foto, de Flickr, es de Emilia Brandão Un recubrimiento comestible logra conservar productos como la pechuga durante 13 días Idoya Fernández Pan, ingeniera agrónoma y doctora por la Universidad Pública de Navarra, ha desarrollado nuevos recubrimientos comestibles para productos cárnicos frescos como la pechuga de pollo. Estos recubrimientos, que se presentan como una segunda piel indetectable para el consumidor, aumentan la seguridad alimentaria del producto y se han mostrado efectivos durante 13 días de almacenamiento en refrigeración. La películas o recubrimientos están compuestos por una serie de agentes antimicrobianos, incorporados a la matriz estructural, que se liberan gradualmente en la superficie de la carne.Como agentes antimicrobianos naturales se seleccionaron ocho aceites esenciales diferentes, procedentes de las plantas de orégano, clavo, romero, tomillo blanco, árbol del té, cilantro, salvia y laurel. Teniendo en cuenta que por lo general la vida comercial de los productos cárnicos frescos se sitúa en torno a los 4-9 días en función del producto y del sistema de conservación empleado, los resultados de esta investigación tienen una potencial aplicación directa en la industria alimentaria, ya que gracias a la ralentización del desarrollo de microflora se podría alargar el tiempo de almacenamiento y distribución de los productos Fuente: SINC Norma de composición y características específicas para el queso “Ibérico” REAL Decreto 262/2011, de 28 de febrero, por el que se aprueba la norma de composición y características específicas para el queso “Ibérico”. Fuente: BOE, 10/03/2011