MEMORI A DEL DECANO de la Facultad de Ciencias Jurídicas y

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MEMORI A
DEL
DECANO
de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales
de la Universidad de Chile
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DE LOS ANALES
DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS J U R I D I C A S Y SOCIALES
TERCERA EPOCA
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YOL. I
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N.°» 1-3
MEMO R I A
I) E L
D E C ANO
de la Facultad de Ciencias
Jurídicas v Sociales
de la Universidad de Chile
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Separata
DE LOS
ANA II-S DE
LA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
TERCERA EPOCA
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VOL. I
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N.«S 1-3
M E M O R I A DEL DECANO DE LA FACULTAD DE C I E N C I A S
J U R I D I C A S Y SOCIALES DE LA U N I V E R S I D A D DE C H I L E
1946-1954
SUMARIO: I.—Servicios.—II. Labor general.—III. Funcionarios.—IV.
Miembros Académicos.—V. Miembros Honorarios.—VI. Profesores Ordinarios.—VII. Profesores Extraordinarios.—VIII. Escuelas de Servicio Social.—IX. Instituto y Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas.—
X. Alumnos de las Escuelas de Derecho.—XI. Reglamentos—XII. Planes
y Programas de Estudios.— : XIII. Memorias de Licenciados.—XIV. Donaciones.—XV.
Premios.—XVI.
Bibliotecas.—XVII.
Anales.—XVIII.
Construcción de la Escuela de Derecho de Valparaíso.—XIX. Construcción
de bodegas en la Escuela de Derecho de Santiago.—XX. Editorial Jurídica
de Chile.—XXI. Instituto Histórico y Bibliográfico de Ciencias Jurídicas
y Sociales.—XXII. Presupuestos.—XXIII. Consejo Universitario.—XXIV.
Establecimientos Particulares de Enseñanza Superior.—XXV. Conclusión.
Honorable Facultad:
En vísperas de terminar nuestro tercer período de Decano el 16
de abril de 1955, tenemos el honor de presentar a la H. Facultad esta
Memoria que comprende prácticamente los tres períodos de tres años
cada uno que hemos desempeñado dicho cargo.
El objeto de la presente exposición no es destacar méritos, si los
hubo, ni justificar errores, sino que simplemente hacer una síntesis de
hechos, cifras y observaciones personales de carácter objetivo que pueda servir a nuestro sucesor y a la H. Facultad en su desempeño futuro.
1.—Servicios
Durante el tiempo considerado, la Facultad ha seguido rigiendo
las Escuelas de Derecho de Santiago y Valparaíso y las Escuelas de
Servicio Social de Santiago, Valparaíso, Concepción y Temuco. Esta
última fué suprimida el año 1953 por escasez de matrícula.
Hasta 1953, y desde la apertura de los respectivos establecimientos, controló los Programas de Estudios y las pruebas de los alumnos
de Derecho de las Universidades Católicas de Santiago y Valparaíso
y de la Universidad de Concepción y otorgó el grado de Licenciado a
sus egresados.
Desde 1952 ha otorgado, por medio de su Decano, los títulos de
Asistente Social a las alumnas de la Escuela del Consejo Nacional de
Salud.
Ha colaborado con los Institutos de Ciencias Penales y Chileno
de Estudios Legislativos, a cuya fundación concurrió en los años 1934
y 1940, respectivamente.
Ha sido parte integrante y asesora técnica de la Editorial jurídica
de Chile, desde su iniciación en 1947, y del Instituto Histórico y Bibliográfico de Ciencias Jurídicas y Sociales, fundado por el Cuerpo
de Profesores de la Facultad, desde 1949.
En septiembre de 1954 inició el estudio del Instituto de Pericia
Documental, que dependerá de la Escuela de Derecho de Valparaíso.
Por fin, al término de 1954, se hizo cargo de las dos nuevas
dependencias suyas: el Instituto de Ciencias Políticas y Administrativas y la Escuela del mismo nombre.
II.—Labor
General
Entre 1946 y 1954, la Facultad ha celebrado 123 sesiones con
2.984 asistencias de profesores, cifras que dan una asistencia media de
24,26 profesores por sesión. En las 20 sesiones destinadas a las elecciones de Decano, Secretario y Profesores Ordinarios, el promedio de
asistencia ha sido de 51,80 profesores por sesión.
Contrastan los reducidos porcentajes apuntados con la asistencia
de los profesores a clases y exámenes, que puede estimarse en la excelente proporción de un 95%. El suscrito atribuye la menor asistencia
a las sesiones de la Facultad al cansancio producido en sus miembros
por las continuas presentaciones hechas por los representantes de los
alumnos para modificar disposiciones reglamentarias recientemente
dictadas, en cumplimiento de acuerdos tomados anualmente por cacla
nuevo Centro de Estudiantes de Derecho. De las 123 sesiones celebra-
das por la Facultad, 48 fueron destinadas en parte importante a considerar reformas reglamentarias propiciadas por los representantes estudiantiles.
III.—Funcionarios
El Decano que suscribe fué nombrado tal por primera vez (salvo
un interinato en enero de 1944), el 11 de abril de 1946, siendo reelegido en 7 de abril de 1949 y en 17 de abril de 1952.
Han desempeñado el cargo de Secretario de la Facultad hasta
el 16 de diciembre de 1948, don Francisco Walker Linares, y desde
esta fecha hasta el 16 de diciembre de 1954, don Manuel Somarriva
Undurraga. Desde el 1 • de enero de 1955 servirá el cargo don Luis
Cousiño Mac-Iver.
Han actuado como Director de la Escuela de Derecho de Santiago, don Darío Benavente Gorroño, y de la de Valparaíso, don Victorio Pescio Vargas.
Desde 1951, año de la anexión de las Escuelas de Servicio Social
a la Facultad, ha desempeñado el cargo de Directora General del
Servicio, la señorita Anna Mac-Auliffe González.
Presidente de la Editorial Jurídica de Chile y del Instituto de
Estudios Históricos y Bibliográficos de Ciencias Jurídicas y Sociales,
desde su fundación, ha sido, en razón de su cargo, el Decano de la Facultad, y Director Gerente de la Editorial, también desde su establecimiento, el señor Jorge Ugarte Vial.
Director del Instituto de Ciencias Políticas y Administrativas fué
designado el señor Aníbal Bascuñán Valdés, y de la Escuela de dicho
nombre, con el carácter de ad-honorem, el señor Enrique Silva Cimma.
IV. —Miemb ros Acá dé m icos
Durante el período considerado, fueron nombrados Miembros
Académicos los señores Juan Antonio Iribarren Cabezas y J. Gabriel
Palma Rogers, en 1951, y Arturo Alessandri Rodríguez y Gustavo Fernández Godoy, en 1952. Los señores Iribarren y Palma aun no se han
incorporado a la Facultad.
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En ei mismo período, la Corporación debió lamentar el fallecimiento de los señores Tomás Ramírez Frías, en 1946; Alcibíades Roldán Alvarez, en 1947; Miguel Cruchaga Tocornal, en 1949; Artuio Alessandri Palma, en 1950; y Gustavo Fernández Godoy, en 1952.
Actualmente desempeñan el cargo de Miembros Académicos los
señores Arturo Alessandri Rodríguez, Alejandro Alvarez Jofré, Oscar
Dávila Izquierdo. Carlos Estévez Gazmuri y Guillermo Subercaseaux
Pérez. De los quince cargos establecidos por la ley se encuentran ocho
vacantes.
La designación de Miembros Académicos continúa haciéndose
en conformidad al Estatuto Universitario y al acuerdo del H. Consejo
de 5 de septiembre de 1935, complementado respecto de la Facultad
por acuerdo suyo de 9 de agosto de 1951, que dice: "Para designar
Miembros Académicos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
se procederá en la siguiente forma: 1" La Facultad pedirá al Rector la
fijación del Edicto a que se refiere el artículo 46 del Estatuto Universitario con indicación del número de vacantes que deban proveerse;
T Fijado ei Edicto se abrirán una o más listas con el nombre o nombres de los candidatos, que se entenderán presentados por los profesores que las firmen; y 3" Reunida la Facultad, una vez terminados los
treinta días de fijación del Edicto, procederá a elegir en votación secreta de entre los nombres que figuren en las respectivas listas de presentación".
La Facultad ha mantenido su tradición en ei sentido de designar
como Miembros Académicos únicamente a personas destacadas en el
campo de las Ciencias Jurídicas y Sociales que se hayan distinguido
por valiosos servicios prestados a la Corporación.
I' . — .M iení bros H o n o rarios
Desde 1946 a la fecha han sido designados Miembros Honorarios
los señores Francisco Camelutti, profesor de Derecho Procesal en la
Universidad de Bologna, en 1948; Claudio Sánchez Albornoz. Director
del Instituto de Historia de España en la Universidad de Buenos Aires,
en 1951; Ricardo Lev ene, profesor de Introducción al Derecho y Director del Instituto de Historia del Derecho en la Universidad de
Buenos Aires, en 1951; Felipe Vasalli, profesor de Derecho Civil y
Decano de la Facultad de Derecho de ia Universidad de Roma, en
1951; y Eduardo J. Couture, profesor de Derecho Procesal y Decano
de la Facultad de Derecho de la Universidad de Montevideo, en 1953.
O sea, cinco destacados maestros.
El total de Miembros Honorarios de la Facultad es actualmente
de treinta y tres.
Aunque todas las personas agraciadas exhiben relevantes méritos,
sería de desear que se tomara un acuerdo en el sentido de limitar la designación de Miembros Honorarios, en el futuro, a las personas propuestas por un número apreciable de profesores, con una anticipación
adecuada al respectivo nombramiento, y hacer éste por determinada
mayoría, en votación secreta.
17.—Profesores
Ordinarios
Durante los nueve años que comprende la presente Memoria han
sido propuestos y nombrados 58 profesores ordinarios, a saber:
Para la Escuela de Derecho de Santiago:
En 1946, los señores Armando Uribe Herrera, para Derecho de
Minería; Raúl Varela Varela, para Derecho Comercial; y Carlos Hamilton Depassier, para Introducción al Estudio de las Ciencias Jurídicas y Sociales.
En 1948, !os señores Alfredo Gaete Rerríos, para Derecho del Trabajo; Julio Olavarría Avila, para Derecho Comercial; Miguel Schweit¿er Speisky, para Derecho Penal; Eugenio Velasco Letelier, para Derecho Civil; y David Stichkin Branover, para Derecho Civil.
En 1949, los señores Enrique Escala Barros, para Derecho Comercial; Felipe Herrera Lañe, para Política Económica; Jorge Marshail Silva, para Economía Política; Rubén Oyarzun Gallegos, para
Economía Política; Aníbal Bascuñán Valdés, para Introducción al
Estudio de las Ciencias Jurídicas y Sociales; Benjamín Cid Quiroz, para Introducción al Estudio de las Ciencias Jurídicas y Sociales; Marcelo Ruiz Solar, para Derecho Internacional Público; Alamiro de Avila Martel, para Historia del Derecho; Enrique Silva Cimma, para
Derecho Administrativo; v Raúl Oyanedel Oreve, para Derecho Civil.
En 1950, los señores Enrique Rossel Saavedra, para Derecho Civil; Mario Bernaschina González, para Derecho Constitucional; Julio
Heisse González, para Historia Constitucional de Chile; Enrique Escala Barros, para Director del Seminario de Práctica Profesional; Belisario Prats González, para Historia Constitucional de Chile, y para
Derecho Industrial y Agrícola.
En 1951, los señores Víctor Gazitúa Navarretc, para Economía
Política; Francisco Pinto Santa Cruz, para Economía Política; y Manuel Matus Benavente, para Derecho Financiero.
En 1952, los señores Ramiro Méndez Braña, para Derecho Procesal; Hugo Pereira Anabalón, para Derecho Procesal; Ana Hederra
Donoso, para Derecho Industrial y Agrícola; Alamiro de Avila Martel,
para Director del Seminario de Derecho Público; Aníbal Bascuñán
Valdés, para Historia del Derecho; Carlos Balmaceda Lazcano, para
Derecho Civil; y Máximo Pacheco Gómez, para Introducción al Estudio de las Ciencias Jurídicas y Sociales.
En 1953, los señores Alvaro Bunster Briccño, para Derecho Penal; Leopoldo Ortega Noricga, para Derecho Civil; Patricio Aylwin
Azocar, para Derecho Administrativo; Julio Ruiz Bourgeois, para Filosofía del Derecho; y Jorge Millas Jiménez, para Filosofía del Derecho; y
En 1954, los señores Antonio Zuloaga Villalón, para Derecho Civil; Daniel Ramírez Cabella, para Derecho Romano; Carlos Ruiz
Bourgeois, para Derecho de Minería; Enrique Silva Cimma, para Director del Seminario de Derecho Público; y Francisco Pinto Santa
Cruz, para Política Económica; y
En la Escuela de Derecho de Valparaíso:
En 1948, el señor Heraclio Mendoza Lumbreras, para Derecho
Comercial.
En 1949, el señor Gustavo Lorca Rojas, para Historia Constitucional de Chile.
En 1950, los señores Enrique Olsen Previst, para Medicina Legal;
Sergio Fuenzalida Puelma, para Derecho Civil; y Juan Guillermo Matus Valencia, para Derecho Civil.
En 1951, los señores Pablo de Tezanos Pinto Schonbrunn, para
Derecho del Trabajo; Benjamín Meló Freeman, para Derecho Penal;
y Carlos Roberto Camus Mardones, para Derecho Financiero.
En 1952, los señores Oscar Henríquez Escobar, para Historia del
Derecho; y Gustavo Lorca Rojas, para Derecho Romano.
En 1953, el señor Carlos León Alvarado, para Filosofía del Derecho; y
En 1954, los señores Guillermo Schiesslcr Ouezada, para Historia
Constitucional de Chile; Enrique Correa Labra, para Derecho Procesal; y Eimar Frigolet Zamora, para Política Económica.
Basta leer la lista que antecede para comprender que durante los
últimos nueve años la Facultad ha permanecido rigurosamente fiel a
su tradición de designar su profesorado con absoluta prescindencia de
toda consideración política o ideológica.
El total de los profesores ordinarios de la Facultad asciende actualmente, según el presupuesto de 1954, a noventa y ocho profesores:
sesenta y nueve en Santiago y veintinueve en Valparaíso.
Los profesores de las Escuelas de Servicio Social y de la nueva
Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas, no obstante ser éstas
Escuelas Universitarias, no son miembros de la Facultad, porque dichos
establecimientos tienen el carácter de Anexos. Sus profesores no reciben nombramiento del Presidente de la República. Los respectivos
títulos profesionales son otorgados por el Decano, de acuerdo con el
Estatuto Universitario.
La Facultad ha debido lamentar el fallecimiento de los profesores ordinarios señores Alfredo Santa María Sánchez, en 1946; Ezequicl
Camus Valdés y Juan Bardina Casterat, en 1950; Gustavo Fernández
Godoy, en 1952; Carlos Balmaceda Lazcano y Manuel Jara Cristi, en
1953; y Carlos Atienza Pedraza y Darío Risopatrón Barros, en 1954.
Han dejado el servicio docente como profesores ordinarios por
motivos particulares o de jubilación, los señores Juan Andueza Larrázabal, Alfredo Balmaceda Fontccilla, Benjamín Claro Vclasco, Gustavo Eliz Madrid, Raúl Figueroa Róbinson, Alberto Garnhan Barros, Juvenal Hernández Jaque, Francisco Jorquera Fiirhman, Enrique Marshaíl Henríquez, Ernesto Merino Segura, Eugenio Puga Fischer, Bollicio Troncoso Meló y Salvador Yillablanca llosas.
VII.—Profesores
Extraordinarios
En el período considerado han sido propuestos y nombrados treinta y tres profesores extraordinarios, a saber:
En 1946, el señor Benicio Troncoso Meló, para Economía Política.
En 1947, los señores Mario Bernaschina González, para Derecho
Constitucional; y Fernando Albónico Valenzuela, para Derecho Internacional Privado.
En 1948, los señores Francisco Pinto Santa Cruz, para Política
Económica; Marcelo Ruiz Solar, para Derecho Internacional Público;
Gabriel Amunátegui Jordán, para Derecho Constitucional; Alberto
Garnhan Barros, para Derecho Financiero; Juan Andueza Larrázabal,
para Medicina Legal; Gustavo Fernández Godoy, para Economía Política; Jorge Marshall Silva, para Economía Política; Gustavo Lagos
Matus, para Derecho del Trabajo; Felipe Flerrera Lañe, para Política
Económica; y Jorge I. Hübner Gallo, para Introducción al Estudio
de las Ciencias Jurídicas y Sociales.
En 1949, los señores Máximo Pacheco Gómez, para Introducción
al Estudio de las Ciencias Jurídicas y Sociales; y Víctor Gazitúa Navarrete, para Economía Política.
En 1950, el señor Jaime Eyzaguirre Gutiérrez, para Historia Constitucional de Chile.
En 1951, los señores Enrique Marshall Henríquez, para Economía
Política; Patricio Aylwin Azocar, para Derecho Administrativo; Fernando Campos Harriet, para Historia Constitucional de Chile; y Gustavo Eliz Madrid, para Política Económica.
En 1952, los señores Eduardo Novoa Monreal, para Derecho Penal; Julio Zenteno Barros, para Derecho Penal; Víctor Gazitúa Navarrete, para Medicina Legal; Jaime Eyzaguirre Gutiérrez, para Historia del Derecho; y Manuel Salvat Mongillot, para Historia del Derecho.
En 1953, los señores Manuel Jara Cristi, para Derecho Administrativo; José Rafael Echeverría Yáñez, para Filosofía del Derecho;
Juvenal Hernández Jaque, para Derecho Romano; y Fernando Fueyo
Laneri, para Derecho Civil; y
En 1954, los señores Alberto Baltra Cortés, para Economía Política; Luis Cousiño Mac-Iver, para Derecho Penal; Francisco Jorquera Fürhman, para Derecho Romano; y León Grimberg Snitcoffsk
para Filosofía del Derecho.
La Facultad ha debido lamentar el fallecimiento de los profesores extraordinarios señores Gustavo Fernández Godoy y Manuel Jara
Cristi.
En esta fecha, la Facultad cuenta con un total de cincuenta y
cuatro profesores extraordinarios de los cuales:
Dictan clase como ordinarios, 25, los señores: Aylwin, Baltra, Bascuñán, Benavente, Bernaschina, Correa Guillermo, Correa Rafael,
Cousiño, Duncker, Gajardo Samuel, Galté, Gazitúa, Guzmán, Herrera,
Matus, Olavarría, Ortega, Pacheco, Pinto, Río del, Ruiz Julio, Ruiz
Marcelo, Schweitzer, Somarriva y Walker.
Dictan clase como extraordinarios, 13, los señores Albónico, Amunátegui, Campos, Eyzaguirre, Fueyo, Grimberg, Hernández, Hübner,
Jorquera, Lagos, Salvat, Troncoso y Zenteno; y
No dictan clase, 16, los señores Aldunate Luis, Alessandri Arturo,
Andueza, Eliz, Escríbar, Echeverría, Garnhan, Hamilton, Iribarren,
Marshall Enrique, Novoa, Osuna, Pinedo, Puga, Santa Cruz Víctor, y
Silva Jorge.
A falta de la dictación de un nuevo Reglamento General de Profesores Extraordinarios por el Honorable Consejo Universitario, estimamos que la Facultad debería dictar el suyo consultando, entre otras,
las siguientes ideas: entrega a la Facultad del proceso total de la calificación del oponente, la apreciación de sus pruebas y su proposición
final, reservando el Rector de la Universidad el otorgamiento del título; mayores exigencias en las pruebas escrita y oral; y complementación de las mismas con una prueba docente mínima de un año. Las
situaciones de ayudante, jefes de trabajos, profesores auxiliares, encargados de curso, profesores agregados, profesores contratados y profesores interinos, no deben valer por sí solas como antecedentes para
ser elegido profesor extraordinario u ordinario por no existir al respecto un régimen de categorías debidamente reglamentado y porque
dichas personas pueden tener condiciones para los cargos que se Ies
asigna pero no para el ejercicio de la docencia regular.
R
A I M V N I) O
VIII.—Escuelas
IJ E L
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de Servicio
Social
En febrero de 1945, un grupo de profesionales de Valparaíso fundó la Escuela de Servicio Social de dicho Puerto; y por decreto de la
Rectoría N" 999, de 28 de septiembre del mismo año, fué declarada
Anexa de la Facultad.
Entre los años 1940 y 1942, se fundaron en Santiago, Concepción
y Temuco, tres Escuelas de Servicio Social dependientes del Ministerio de Educación Pública. Posteriormente dichas Escuelas pasaron a
depender de la Rectoría de la Universidad; pero, como en estas condiciones no podían ser consideradas Escuelas Anexas, y, en consecuencia, sus egresadas se veían privadas del título profesional universitario,
el Honorable Consejo de la Universidad, en sesión de 25 de octubre
de 1950, acordó colocarlas también bajo la dependencia de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, a contar desde el 1" de enero de
1951, resolución que fué ratificada por la Facultad en sesión de 9 de
agosto del mismo año.
Como se ha dicho, la Escuela de Temuco fué suprimida el año
1953.
La Facultad controla, además, los Planes de Estudio y las pruebas
de la Escuela del Consejo Nacional de Salud y otorga los títulos a sus
egresadas, desde 1952.
La Escuela de Santiago funciona en un local propio adquirido
para ella por la Universidad de Chile en 1952, en la suma de
$ 3.800.000. La tasación del inmueble hecha por el arquitecto de la
Universidad fué de $ 5.200.000. El edificio requiere urgentemente
una inversión importante para adecuarlo a las necesidades de la Escuela. La Escuela de Valparaíso ha ocupado una parte del viejo edificio de la Escuela de Derecho y se provecta trasladarla con la misma
a su nuevo local. La Escuela de Concepción trabaja en un local arrendado. Sería deseable la adquisición de un inmueble adecuado para su
funcionamiento futuro.
El Reglamento y Plan de Estudios que regían las Escuelas de
Servicio Social a la época de su dependencia del Ministerio de Educación y del Rector de la Universidad, han sido objeto de una reforma de importancia que no se quiso poner en práctica antes de que
una experiencia de tres años corrijiera sus defectos y los adecuara a
las necesidades presentes. Los textos respectivos, aprobados por la Facultad en sesión de 16 de septiembre de 1954, fueron sancionados por
decreto universitario N" 3560 de 6 de noviembre del mismo año.
La matrícula de alumnas en el año 1954, fué de 111 para la Escuela de Santiago; 63 para la Escuela de Valparaíso; y 49 para la
Escuela de Concepción. En total, 223 alumnas.
Las alumnas tituladas en las Escuelas de Servicio Social de Santiago, Valparaíso, Concepción y Temuco, entre los años 1942 y 1950,
o sea, durante los nueve años que dependieron del Ministerio y de la
Rectoría, alcanzaron a 384, o sea, un promedio de 42,64 alumnas
por año. Entre los años 1951 y 1954, o sea, durante los cuatro años que
han dependido de la Facultad, su número ha alcanzado 177, o sea,
44,25 alumnas por año. Considerando que las alumnas tituladas entre
1942 y 1950 obtuvieron la validación de su título del Consejo Universitaria, tenemos que el total de Asistentes Sociales tituladas por el
Estado alcanza a 561. Si se agregan a esta cifra las 585 tituladas en la
Escuela del Consejo Nacional de Salud (anteriormente, Junta de Beneficencia), cuyos certificados fueron validados por la Universidad
de Chile; y las 30 que han obtenido el título en la misma Escuela de
acuerdo con el Estatuto Universitario, entre 1952 y el 31 de diciembre
de 1954, llegamos a un total de 1.176 Asistentes Sociales con título
universitario efectivo.
La llamada Escuela de Servicio Social "Elvira Matte de Cruchaga" y los demás centros catequistas existentes en el país no son Escuelas de Servicio Social.
IX.—Instituto
y Escuela de Ciencias Políticas y
Administrativas
La Facultad inició el estudio de estas materias en sesión de 18 de
diciembre de 1952, y concluyó por aceptarlas, en principio, en sesión
de b de diciembre de 1953 designando una comisión para que la informara al respecto. Continuado el debate en 22 de abril de 1954, se
acordó, por fin, en 20 de mayo siguiente, pedir al Consejo Universitario la creación del Instituto de Ciencias Políticas y Administrativas; y
que recabara del Ministerio de Educación Pública la fundación de
una Escuda del mismo nombre. Al propio tiempo se designó una nueva comisión para que estudiara 3a organización definitiva de dichos
organismos.
Por decreto universitario N* 2178, de 14 de julio de 1954, el Ho
norabíe Consejo creó el Instituto; y por decreto supremo N* 6388, de
12 de agosto de 1954. el Gobierno creó la Escuela.
La Facultad se avocó a la consideración detallada de los respectivos Reglamentos y del Pían de Estudios de la Escuela en sesiones d.
3 de noviembre, 8 de noviembre, 2 de diciembre y 6 de diciembre de
1954, elevando los respectivos proyectos al Honorable Consejo Universitario, el cual, por decretos N9 3600 de 6 de diciembre de 1954,
aprobó el Reglamento del Instituto; N" 1799 de la misma fecha, aprobó el Reglamento de la Escuela; y N- 4033 de 19 de diciembre, también de 1954, sancionó el Plan de Estudios de la última.
Todo hace esperar que los nuevos organismos entren en funciones
en 1955, lo cual significará dar una oportunidad a muchos bachilleres
que actualmente quedan sin cabida en las Escuelas de Derecho; y
proporcionar a la administración pública un personal especialmente
preparado.
X.—Alumnos
de las Escuelas de
Derecho
Durante el período cíe la presente Memoria, el promedio de alumnos matriculados en los cinco años de estudios de las Escuelas de Derecho alcanzó a 1.480 por año en Santiago; y a 198,5 en Valparaíso.
En 1954, dichas cifras se elevaron a 1.594 alumnos en Santiago; y 303
en Valparaíso.
El promedio de alumnos ingresados a primer año ha sido de 324
para Santiago y de 74 para Valparaíso.
El promedio de alumnos graduados anualmente ha sido de 116
para ambas Escuelas.
Respecto del sexo, puede calcularse un 75% para los hombres,
v un 25% para las mujeres. V, considerando la nacionalidad, un 97%
para los chilenos y un 3 % para los extranjeros.
El comportamiento ele los alumnos ha sido, en general, correcto.
Durante los nueve años considerados, la Dirección ha debido lamentar
dos movimientos estudiantiles con inasistencia a clases: uno, por un
día, como ahesión a la Universidad de Concepción, totalmente ajena
a nuestra Facultad; y otro, por dos días, en septiembre de 1953, preparado con cuatro meses de anticipación por elementos extraños, que:
debía estallar en diversas escuelas: en las de Derecho, con el pretexto
del rechazo por parte de la Facultad de determinadas peticiones de
los alumnos.
Los alumnos han recibido una atención esmerada del Servicio
Social el cual ha atendido un promedio de 600 casos al año aproximadamente, o sea, 5.400 casos durante los nueve años considerados.
Los casos más frecuentes han sido los correspondientes a situaciones
de orden moral, enfermedad, falta de recursos, liberación de derechos
de matrícula, informes solicitados por las autoridades, postergación
de exámenes, supervigilancia de alumnos de provincia, a petición expresa de sus padres, y otros.
Es grato dejar testimonio de no haberse presentado dificultades
de importancia entre los alumnos ni entre éstos y el profesorado. Los
dos motivos de diferencias pueden sintetizarse así: rechazo por parte
de la autoridad de solicitudes de matrícula o para la rendición o postergación de exámenes, a las cuales no ha sido posible acceder; y peticiones de reformas reglamentarias, que la Facultad no siempre puede aceptar o cuyo estudio no alcanza a realizarse con la premura que
los interesados desearan.
Han actuado como Presidentes del Centro de Estudiantes de
Derecho de Santiago, los señores Gustavo Lagos Matus, en 1946;
Pedro Daza Valenzuela, en 1947; Sergio Miranda Garrington, en
1948; Angel Fernández Villamayor, en 1949; Gilberto Villablanca Collado, en 1950; Germán Urzúa Valenzuela, en 1951; Fernando Mellado Diez, en 1952; Juan Enrique Serra Heise. en 1953; y Orlando
Cantuarias Zepeda, en 1954.
El suscrito agradece a los señores Lagos, Daza, Fernández, Villablanca, Mellado y Cantuarias la buena intención puesta en el desempeño de su cargo ante la autoridad.
El Centro de Estudiantes de Derecho de Valparaíso no ha tenido
conexiones con la Facultad, salvo respecto de ias peticiones de reformas
reglamentarias de 1953. en que colaboró con el Centro de Santiago.
Los alumnos se inician en la Escuela en las actividades políticas
futuras. El porcentaje, según los encasillamientos nacionales más conocidos, fué, en la elección de Centro de 1954, aproximadamente el siguiente: radicales, 451; conservadores y falangistas, 350; liberales y
conservadores unidos, 301; socialistas y agrarios, 60; y comunistas, 90.
El sector comunista, no obstante ser reducido, ejerce influencia
sobre el resto, no por la calidad de sus componentes, sino que por su
dedicación a la propaganda antes que al estudio. Representan la causa,
casi siempre escondida, de las dificultades con la autoridad y son los
promotores permanentes del descontento y el desorden. Apelan de
preferencia, de acuerdo con los principios de su secta, a la tergiversación y la inexactitud.
XI.—Reglamentos
El Reglamento de las Escuelas de Derecho vigente desde 1934,
fué modificado por decreto universitario N 9 22, de 8 de enero de
1947; y éste, a su vez, por decreto N 9 442, de 8 de marzo de 1954.
Además, por decreto universitario N ' 3414, de 1" de diciembre de 1953
se creó, dependiente del Rector de la Universidad, un servicio especial
de publicación de Memorias; y por decreto del Decano N* 226, de 23
de diciembre de 1953 se redistribuyeron las asignaturas en los respectivos Seminarios.
Rigen, además, para las Escuelas de Derecho: el Reglamento de
Seminarios aprobado por decreto del Decano N* 23, de 11 de marzo
de 1936, debidamente concordado con el Reglamento actual de 8 de
marzo de 1954; y el Reglamento General de Matrícula aprobado por
decretos universitarios N° 668, de 29 de diciembre de 1939, y N* 161,
de 17 de marzo de 1943.
El afán de reformar los Reglamentos de las Escuelas de Derecho
no es reciente, data de veinte años; y generalmente no es propio de
los profesores o de la Facultad sino que de los alumnos. El Reglamento
de 7 de Diciembre de 1934, fué modificado en 31 de agosto de 1937,
1° de diciembre de 1939 y 21 de diciembre del mismo año. El Reglamento de 8 de enero de 1947 fué objeto de reformas o complementadones en 10, 11 y 14 de junio de 1949, 26 de mayo de 1950, 6 de no-
viembre de 1951, y 17 y 18 de diciembre de 1953. Y, por fin, el
Reglamento de 8 de marzo de 1954 ya ha sido objeto de nuevas sugerencias de reforma.
Analizadas dichas reformas, en general, desde 1934 hasta la fecha, ellas representan, en síntesis: la aclaración o modificación de algunas disposiciones respecto de matrículas, promociones de un curso a
otro y control de los estudios,' el establecimiento de los Consejos de
Profesores de diversas asignaturas de un mismo período escolar y de
asignaturas afines de distintos años; la creación de una Comisión de
Docencia, integrada por profesores y alumnos; la creación de los certificados de competencia con mención en diversas ciencias para los
alumnos libres que quieran especializarse en determinadas materias y
que no aspiren a la Licenciatura; el otorgamiento de certificados especiales para el desempeño de la magistratura destinados a las personas que se encuentren en posesión del título de abogado y deseen seguir la carrera judicial; y la incorporación de tres representantes de
los alumnos a las sesiones de la Facultad con derecho a voz en los
asuntos que les conciernen.
Si se considera que las modificaciones respecto de matrícula, promociones y control de estudios han tendido principalmente a dar mayores facilidades a los alumnos con merma de la estrictez aconsejable
en los estudios; que los Consejos de Profesores no han funcionado sino
que raramente; que la Comisión de Docencia no ha dado los frutos
que de ella se esperaban, principalmente por el ausentismo de los alumnos a sus sesiones; que los certificados creados no han tenido interesados; y que la incorporación de los alumnos a las sesiones de la Facultad
no ha representado ningún provecho positivo para ellos ni para la
Corporación, estimamos que el considerable tiempo gastado en el estudio de las reformas reglamentarias ha sido prácticamente perdido, y
que la Facultad y las Escuelas de su dependencia se encontrarían sin
ellas en análogas condiciones de eficiencia.
La consideración de las notas parciales y las de la Memoria en el
examen de Licenciatura han sido apreciadas siempre por las respectivas Comisiones, y su reducción a disposición reglamentaria no ha modificado la situación en favor de los postulantes.
Creemos de! caso recordar a este respecto, las palabras que pro-
nunciamos en la sesión de la Facultad de 25 de abril de 1946, al hacernos cargo por primera vez del Decanato y señalar algunas de
nuestras aspiraciones futuras. Respecto de reformas, "solamente dos
" cosas no me parecen convenientes: mantener la idea más o menos
" permanente de una reforma general e imprecisa, porque las labo" res universitarias exigen una tranquilidad espiritual que no se aviene
" con la incertidumbre que significa, sobre todo para los alumnos, no
" saber con claridad qué es lo que debe modificarse, cuándo y en qué
" medida; y la otra, el afán de reformar sin una política previa debi" damente meditada, o sea, sin otro propósito que el de exhibir el di" namismo que toda actividad lleva consigo, o el de mostrar un anhelo
" de mudanzas que. no correspondan a necesidades efectivas cuidado" sámente apreciadas".
Seguramente la Facultad y los alumnos ganarían si la promoción
de nuevas reformas se sometiera a trámites más rigurosos en cuanto a
tiempo de su planteamiento, petición de informes previos para su estudio, y quorum especiales para su sanción.
XII.—Planes
y Programas de Estudios
El Plan y los Programas de Estudios de las Escuelas de Derecho,
prácticamente en vigor desde 1934, fueron objeto de una revisión directa por la Facultad, la cual les dedicó 25 sesiones entre 1946 y 1952.
En este campo, la Corporación fué más afortunada que en el de
los Reglamentos. Puede decirse que el nuevo Plan y sus respectivos
Programas señalan un progreso útil para los estudios de Derecho.
Entre los adelantos pueden señalarse: la consideración del Derecho Financiero en reemplazo de la cátedra clásica de Hacienda Pública; la creación de la cátedra de Filosofía del Derecho en quinto año,
sin perjuicio de la de Introducción al Estudio de las Ciencias Jurídicas
y Sociales que continúa realizándose en el primer año; la ubicación de
algunos ramos en diversos años de estudios en forma de producir ciclos
de materias afines, por ejemplo: Economía Política, Política Económica y Derecho Financiero; Derecho Penal (aumentado a dos años) y
Medicina Legal; Código Orgánico de Tribunales, Derecho Procesal
Civil y Práctica Forense.
Además, se han extendido los cursos profundizados en el quinto
año, en algunos casos con ventaja; se creó la cátedra de Práctica Forense en quinto año (sin examen) suspendiéndose su funcionamiento
desde 1953; se creó el Seminario de Práctica Profesional; y se dividió
en dos el Seminario de Derecho Público; uno, que conserva dicho nombre y comprende las asignaturas de Derecho Constitucional, Derecho
Internacional Público, Derecho Administrativo y Derecho Procesal
(Ley Orgánica de Tribunales); y el otro, denominado Seminario de
Historia y Filosofía, que comprende las asignaturas de Introducción al
Estudio de las Ciencias Jurídicas y Sociales, Historia del Derecho, Historia Constitucional de Chile, Filosofía del Derecho y Derecho Romano (Historia).
Los Programas aprobados por la Facultad quedaron editados en
forma cuidadosa por la Editorial Jurídica de Chile, en 1950; y el Plan
de Estudios fué definitivamente sancionado por decreto universitario
N ' 631, de 22 de marzo de 1954.
La idea de dar a los estudios de Derecho una forma esencialmente
práctica, como suelen insinuarlo algunas personas desconocedoras de
las realidades y detalles de los mismos, ha sido considerada por la Facultad en varias ocasiones, estableciendo en sus disposiciones reglamentarias las interrogaciones, trabajos de investigación, ensayos de
práctica forense, disertaciones, composiciones escritas y solución de casos concretos de las respectivas asignaturas con los texto legales u otras
fuentes a la vista. Los Seminarios realizan, además, una labor práctica
•de verdadera importancia; y la mayor parte de los profesores complementa su enseñanza teórica con ejercicios prácticos de valor. La experiencia demuestra que no es posible ir más allá, o tan allá como desearan algunos que señalan el ejemplo de la medicina, la ingeniería y
otras profesiones, primero porque las ciencias jurídicas y sociales son
de naturaleza distinta; y, en seguida, porque la mayor parte de los
estudiantes de derecho trabaja durante sus estudios y no pueden disponer de las horas de la tarde que la Facultad dedicaría con interés a
realizar trabajos prácticos que ayudaran los estudios teóricos, exigiendo
de los estudiantes una asistencia regular a las Escuelas con horario
completo.
Por fin, dentro de este capítulo debemos decir que se impone la
modificación total del cedulario para el examen de Licenciatura, que
resulta verdaderamente anticuado e inconsulto.
XIII.—Memorias
de
Licenciados
Dados los puntos de vista de la Facultad, interesada en mantener
la impresión de las Memorias de Licenciados, y del Centro de Estudiantes de Derecho que aspiraba a su supresión o limitación por razones de orden económico, el Decano, de acuerdo con la Editorial Jurídica de Chile, elaboró un proyecto de impresión de Memorias que
fué presentado a la sesión de la Facultad de 2 de junio de 1949. La
Facultad aprobó dicho proyecto creando así la Colección de Memorias.
El 11 de mayo de 1950 se introdujeron en el Reglamento respectivo
algunas mejoras aconsejadas por la experiencia recogida en la edición
de los tres primeros tomos de la Colección y, el 11 de junio de 1951,
se perfeccionó aun el sistema.
Dicho orden de cosas, que rigió durante cuatro años permitió la
edición de treinta y tres tomos de la Colección de Memorias comprensivos de ciento ochenta y cuatro Memorias. La Editorial Jurídica de
Chile prestó a la Facultad y a los alumnos la ayuda de imprimir gratuitamente las Memorias de los alumnos sobresalientes y las de los que
carecían de recursos económicos; mediante préstamos, sin intereses, las
Memorias no sobresalientes, cuyos autores podían contraer el respectivo
compromiso; y con cargo a su autor y a precio de costo, las de todos los
demás interesados. En consecuencia, solamente quedaron privados def
beneficio de la impresión las Memorias menos que regulares y las correspondientes a los alumnos que no deseaban acogerse a él. Los ciento
ochenta y cuatro alumnos beneficiados con la impresión de sus Memorias tuvieron un desembolso personal por los doscientos ejemplares
que les correspondía, de $ 1.488.457.30, lo que dió un promedio de
ocho mil pesos por alumno, aproximadamente.
A mediados de 1953, los Centros de Estudiantes de Derecho de
Santiago y Valparaíso formularon críticas al sistema en vigor y solicitaron la no impresión de las Memorias, a lo menos de las regulares; y,
en su defecto, la impresión por la Facultad sin costo alguno para el
alumno. La Facultad rechazó la no impresión por estimar que ésta
MEMORIA
1 9 4 6 - 1 9 5 4
representaba el mínimum que podía exigirse a un alumno que, durante
cinco años, recibía una instrucción gratuita; y no aceptó la impresión
a su costo por no disponer de fondos para ello, y por no serle posible
pedir a la Editorial Jurídica mayores sacrificios económicos que los
que estaba realizando con la Colección de Memorias.
Afortunadamente el Honorable Consejo Universitario se avocó
al estudio de la publicación de Memorias en todas las Facultades de la
Universidad y creó el Servicio de Publicación de Memorias en noviembre de 1953.
Dados los antecedentes relacionados, la Facultad en sesión de 3 de
diciembre de 1953 acordó: acogerse al nuevo reglamento del Servicio
de Publicación de Memorias de la Universidad; dar por terminada la
Colección de Memorias de la Facultad en el tomo X X X I I I ; y devolver
a los alumnos que se hubieran acogido a sus beneficios y cuyas Memorias no alcanzaron a imprimirse, los dineros erogados por ellos o las
letras aceptadas con este objeto, lo cual ha quedado hecho.
El Consejo Universitario y la Editorial Jurídica ratificaron
cuanto les correspondía lo acordado por la Facultad.
Así quedó destruida una de las iniciativas más promisoras para
Facultad y los alumnos. Las Memorias que alcanzaron a publicarse
la Colección representaron honra y prestigio para una y otros por
selección y ordenamiento de los trabajos y el cuidado y belleza de
edición.
en
la
en
la
su
XIV.—Donaciones
Durante el período considerado en la presente Memoria, la Facultad ha recibido las siguientes donaciones: en 1947, la suma de
$ 8.801.75 para la obra social universitaria que el Decano estime conveniente, del señor Rodolfo Castro Castro. La Facultad acordó destinar dicha suma a las dos mejores Memorias sobre Derecho de Minería
que se presentasen en 1948 y 1949. Fueron agraciados los señores Juan
Pablo Raymond Aldunate y Juan Flamilton Depassier; en 1947, una
Biblioteca y Colección de Ficheros Bibliográficos Americanos, del señor
Moisés Poblete Troncoso; en 1948, una colección de obras de Derecho
Constitucional, de la sucesión del señor Alcibíades Roldán Alvarez; en
R Al M U N D O »El,
RÍO
1949, 117 volúmenes empastados de las sesiones del Congreso Nacional,
una colección de Anales de la Universidad de Chile y otra de leyes y
decretos del Gobierno, pertenecientes al jurisconsulto señor Luis A.
Vergara, y 43 volúmenes empastados de la colección "Foreign Relations
of the United States", del señor Ernesto Barros Jarpa y señora; en 1953,
cien mil pesos para adquirir en Italia una obra de arte destinada a la
Escuela de Derecho de Valparaíso, del señor José Cánepa S.; y en 1954,
un artístico mármol antiguo, representativo de una cabeza de mujer,
del Gobierno de la República italiana, para la Escuela de Derecho de
Valparaíso. En 1954, el señor Alejandro Alvarez Jofré anunció su generoso propósito de donar a la Escuela su valiosa Biblioteca de Derecho Internacional. En varias oportunidades los señores Francisco Walker Linares y Moisés Pobletc Troncoso han enviado a la Biblioteca de
la Escuela de Derecho de Santiago importantes libros y publicaciones.
Además, por decreto del Decano, de abril de 1935 se dispuso que con el dinero donado por el señor Arturo Alessandri Rodríguez y con los demás bienes que se destinaran a este objeto, se constituyera un patrimonio destinado a costear las Memorias de Licenciatura de los estudiantes que carezcan de recursos. Dicho patrimonio integrado por la donación de sus asignaciones de Decano del señor Alessandri, varias donaciones de diversos profesores y $ 40.000 señalados
como honorarios a los profesores que intervinieron en la primera edición de los Códigos hecha por la Facultad, ascendía en 1946, fecha en
que lo recibimos, a $ 191.026, invertidos en los siguientes valores: 122
acciones Vestex, 66 acciones Cerverías Unidas, 300 acciones Renta
Urbana y 1.300 acciones Papel y Cartón. La ayuda prestada a los egresados por la Editorial Jurídica de Chile desde 1949 a 1953 y por la
Universidad de Chile después, han hecho innecesaria la disposición del
patrimonio aludido desde 1950. Su monto actual es de $ 1.569.665 invertidos en 370 acciones Vestex, 85 acciones Cervecerías Unidas, 2.339
acciones Renta Urbana, 4.566 acciones Papel y Cartón y 82 acciones
Divesa. La Facultad ha conservado las inversiones elegidas por el fundador, y su aumento se ha debido a las "crías" producidas por las acciones y a la inversión de los dividendos de las mismas.
El patrimonio fué mermado en la suma de $ 38.270 prestados a
diversos alumno.'; con anterioridad a la acción de la Editorial Jurídica.
XV.—Premios
En la actualidad, la Facultad otorga o interviene en el otorgamiento de los siguientes premios, de los cuales se dan algunos antecedentes y se señalan las personas agraciadas durante el período que
abarca esta Memoria:
Premio Eliodoro Gormaz, fundado en 1908, otorgado por el Consejo Universitario con intervención del Decano, al Licenciado más distinguido de los graduados en los últimos años. Censo $ 43.254.36. Monto del premio, $ 1.730. Este premio fué discernido al señor Felipe Herrera Lañe, en 1949.
Premio Marcial Martínez Cuadros, fundado en 1913, otorgado
por la Facultad a la mejor obra científica, literaria o artística ejecutada por chileno. Original de S 30.000 convertidos en 38 bonos de $ 1.000,
de la Caja Hipotecaria 6 3/4. Recibidos en 1947: 51 bonos. Existencia
actual: 68 bonos. Este premio fué discernido a los señores Israel Roa
Villagra, Moisés Poblete Troncoso y Luis Cousiño Mac-Iver, en 1946;
Francisco Javier Espejo Amstrong, en 1947; María Luisa Sepúlveda
Maira, en 1949; Julio Ruiz Bourgeois, en 1951; Lautaro García Vergara y Enrique Lafourcade Valdenegro, en 1952; y María Fuentealba
Oliveros y Sergio Montesinos Montalva, en 1953. El concurso para
1954 está abierto.
Premio José Gabriel Ocampo, fundado en 1915, otorgado por el
Consejo Universitario previo informe de la Facultad a las dos mejores
composiciones originales sobre materias que regla el Código de Comercio. Censo sobre $ 105.000 redimido con $ 60.000 dejados por el fundador. Monto del premio $ 4.200 al año. Este premio fué discernido
a los señores Raúl Barros Donoso, Francisco Hoyos Hemrechson y Luis
Hevvstone Burotto, en 1947; Manuel Vargas Vargas y Walter Siebel
Jenssen, en 1948; y Enrique Testa Arneste y Amalia Vergara Flores,
en 1949.
Premio al mejor alumno, fundado en 1925, otorgado por la Facultad al mejor alumno que termine sus estudios en el año escolar anterior al concurso. Premio: $ 500 al año erogados por la Universidad.
Este premio fué discernido a los señores Carlos Balmaceda Lazcano y
Raúl Espinoza Fuentes, en 1946; Felipe Herrera Lañe, en 1947;
Augusto Elgueta Ortiz y Arturo Alessandri Besa, en 1949; Humberto
Arce Reyes, en 1950; Fernando Mujica Bezanilla, en 1951; Jorge Muñoz de Closets, en 1952; y Hernán Espinoza Quiroga, en 1953.
Premio Manuel Egidio Ballesteros, fundado en 1942, otorgado polla Facultad, cada dos años, a la mejor obra original de carácter jurídico sobre legislación chilena publicada por abogados chilenos. Este
premio ascendente originariamente a $ 100.000, fué recibido en 1946
invertido en los siguientes valores: 200 acciones Banco de Chile, 366
acciones Tejidos y Vestuarios, 120 acciones Renta Urbana, 242 acciones Cerverías Unidas y 150 acciones Cía. Chilena de Tabacos, los cuales significaban $ 208.906. Su monto actual es de S 961.485 invertidos
en la siguiente forma: 400 acciones Banco de Chile, 1.228 acciones
Tejidos y Vestuarios, 943 acciones Renta Urbana, 413 acciones Cervecerías Unidas, 240 acciones Cía. Chilena de Tabacos y 248 acciones
Divesa. La Facultad ha conservado las inversiones iniciales y su aumento se ha debido a las "crías" producidas por las acciones y a la inversión
de algunos dividendos de las mismas. Este premio fué otorgado a los
señores Pedro Lira Urquieta y Manuel Somarriva Undurraga, en
1946; señora Elena Cafarenna de Jiles, en 1949; Manuel Somarriva
Undurraga, en 1951; y Gabriel Amunátegui Jordán, en 1953.
Premio Claudio Planet Lavín, otorgado anualmente por la Facultad a la mejor obra original, Memoria o monografía sobre Ciencias Económicas. Premio original: $ 87.589.65. Rédito aproximado:
$ 7.500. Recibido en 1947 en 102 bonos de la Deuda Interna de 7-1%.
Su patrimonio actual es de 114 bonos de la misma clase. Este premio
fué discernido a los señores Santiago Chicharro Valdosera y Joaquín
Prieto Matte, en 1946; Felipe Herrera Lañe, en 1947; Eugenio Guzmán Frontaura, Aurelio Montenegro Gutiérrez, Rodolfo Borzutky
Fritman y Pablo Casas Auger, en 1949; Mario Mosquera Ruiz y César
Serani Martelli, en 1950; Carlos Sánchez Hurtado, en 1951; y Gonzalo Martner García, en 1953.
Premio Manuel Montt, fundado en 1944 y reglamentado en 1952,
otorgado bienalmente por la Universidad de Chile a la mejor obra literaria o científica publicada en Chile o por chilenos en el extranjero
en los últimos cinco años. Corresponderá por primera vez a las obras
científicas jurídicas o sociales, en 1955, por el bienio 1952-1953.
MEMORIA
1946- 1 954
Premio Pedro N. Montenegro, fundado en 1954, otorgado por la
Facultad al mejor alumno egresado de la Escuela de Derecho de la
Universidad de Chile. El premio consiste en los dividendos producidos
anualmente por determinado número de acciones del Banco de Chile
que éste administra. El primer ingreso ascendente a $ 73.000 fué puesto por el Banco a disposición del Decano. Previa consulta suya a la
Facultad, ésta acordó en sesión de 16 de diciembre de 1954, abrir una
cuenta especial en el mismo Banco en la cual quedó depositado el dinero aludido, y designar una comisión integrada por los señores Darío
Benavente Gorroño, Luis Barriga Errázuriz, Aníbal Bascuñán Valdés,
Leopoldo Ortega Noriega y Enrique Munita Becerra para que redacten
el reglamento del premio, que deberá aprobar la Facultad.
XVI.—Bibliotecas
Las bibliotecas de las Escuelas de Derecho de Santiago y Valparaíso fueron recibidas en 1946, con 30.000 volúmenes la primera y
3.905 volúmenes la segunda. La biblioteca de la Escuela de Servicio
Social de Valpraíso contaba con 266 volúmenes; y las de las Escuelas
de Servicio Social de Santiago y Concepción fueron anexadas a la
Facultad, en 1951, con 1.515 volúmenes y 635 volúmenes, respectivamente. En total, los organismos dependientes directamente de la Facultad contaban con 36.321 volúmenes.
En esta fecha, la distribución de los volúmenes es la siguiente:
Escuela de Derecho de Santiago, 32.749 volúmenes; Escuela de Derecho de Valparaíso, 4.752 volúmenes; Escuelas de Servicio Social.
3.798 volúmenes. Total: 41.299 volúmenes.
El número de lectores, durante el año 1954, ha sido de 11.713
para la biblioteca de la Escuela de Derecho de Santiago; 1.490 para
la Escuela de Derecho de Valparaíso; y 3.318 para las Escuelas de
Servicio Social.
No se incluyen en las cifras citadas las correspondientes a la biblioteca del Instituto de Estudios Históricos y Bibliográficos de Ciencias
Jurídicas y Sociales.
Las bibliotecas dependientes de la Facultad representan uno de
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sus más valiosos elementos de servicio y necesitan mayor incremento en
obras modernas y publicaciones periódicas de actualidad.
XV11.—Anales
Los Anales de la Facultad han tenido dos períodos: durante el
primero, comprendido entre 1843 y 1935, se insertaron en los Anales
de la Universidad; durante el segundo, comprendido entre 1935 y
1951, se editaron independientemente, en 67 números.
La deficiencia de los últimos números hizo que en 30 de noviembre de 1950, la Facultad designara una comisión integrada por tres
profesores y el Secretario de la Facultad para estudiar el problema de
los Anales y sugerir soluciones. El 13 de noviembre de 1952, según
dice el acta correspondiente de la Facultad: "El Decano manifiesta
" que no obstante el esfuerzo desplegado por el secretario, señor So" marriva, y su antecesor en el cargo, señor Walker, los Anales de
" la Facultad no corresponden a lo que deben ser y propone que,
" a partir del año próximo, se encomienden a la Comisión de Pu" blicaciones de la Facultad. El señor Bascuñán manifiesta su des" acuerdo con la proposición; cree que los Anales deben seguir de" pendiendo directamente de la Facultad para respetar la tradición.
" Además, recuerda que hay una comisión designada que ha estudiado
" el problema, que está de acuerdo con los puntos fundamentales y
" que esta comisión podría continuar funcionando y presentar ideas
" concretas. El señor Decano retira su indicación. Y se acordó que la
" comisión aludida evacuara su informe a la brevedad posible".
La Comisión de Publicaciones de la Facultad cuyos servicios ofreció el suscrito es la que representa a la Corporación en la Editorial
Jurídica.
En la sesión de 11 de junio de 1953 fué aprobado con algunas advertencias el informe de la comisión designada en noviembre de 1950,
acordándose integrarla con el señor Luis Barriga Errázuriz, y con la
señorita Ana Hedería Donoso como secretaria de redacción. En 10
de septiembre de 1953, la Facultad tomó conocimiento de la imposibilidad de la señorita Hederra para desempeñar dicho cargo en razón
de sus ocupaciones, y acordó designar en su lugar al señor Máximo
Pacheco Gómez.
En la sesión de 16 de septiembre de 1954, los señores Somarriva
y Pacheco dieron cuenta de sus ideas acerca de la nueva publicación
de los Anales, las cuales fueron aprobadas. El Decano designó una comisión de redacción de los números 1, 2 y 3, correspondientes a los años
1952, 1953 y 1954, integrada por el Director de la Escuela de Derecho
de Santiago, el Secretario de la Facultad, el señor Pacheco y el propio
Decano. Esta comisión espera obtener la ayuda de la Editorial Jurídica de Chile para la edición de los Anales y realizar la primera publicación de su tercer período a principios de 1955.
XVIII.—Construcción
de la Escuela de Derecho de
Valparaíso
En el acta de la sesión de la Facultad ele 2 de mayo de 1946 consta
que el Decano visitó el terreno en que se alzarían las Escuelas de Derecho y de Servicio Social de Valparaíso; y de haber dado cuenta a la
Corporación de existir $ 2.000.000 para este proyecto. Dicha suma
correspondía a la asignación de $ 500.000 anuales destinada a las Escuelas Universitarias de Valparaíso, por ley N" 7235 de 15 de septiembre de 1942.
Por ley N9 8609, de 29 de octubre de 1946, se autorizó al Presidente de la República para transferir gratuitamente a la Universidad
el terreno ubicado en Valparaíso entre las calles Errázuriz, Blanco,
Freire y General Cruz; y a ésta para contratar un empréstito hasta por
$ 6.000.000 cuyo servicio se haría con la asignación fijada por la ley
N9 7235 de 1942.
La construcción de las nuevas Escuelas se inició en octubre de
1948, nombrando la Universidad de Chile una comisión integrada por
los señores Victorio Pescio Vargas, Director de la Escuela de Derecho
de Valparaíso; Carlos Mori Ganna, Ingeniero de la Universidad y
Enrique Márchetti Roger, arquitecto designado para la construcción,
a fin de que dicha comisión llevara a cabo la obra bajo su control.
Por las leyes N9 94-08 de 21 de octubre de 1949 y N9 11308 de
4 de noviembre de 1953 se elevó la asignación anual para las Escuelas
de Valparaíso a $ 1.000.000 y $ 2.000.000, respectivamente. Además
se autorizó a la Universidad de Chile para la contratación de nuevos
empréstitos por las sumas de $ 6.000.000 y $ 12.000.000, también respectivamente.
Por las leyes N9 9637 de 24 de agosto de 1950 y N9 10310 de 31
de marzo de 1952, se entregaron a la Universidad de Chile determinados terrenos en Las Salinas de Viña del Mar, cuya venta, en parte,
ha permitido disponer de algunos ingresos de importancia. También
se autorizó al Consejo Nacional de Comercio Exterior para autorizar
importaciones para la construcción y alhajamiento de las Escuelas de
Valparaíso hasta por la suma de US$ 500.000. Se declaró que los
bonos emitidos por la Universidad en garantía de sus empréstitos no
tendrían traba alguna, estarían libres de impuesto a la renta y servirían para pagar dicho impuesto y el complementario a los contribuyentes de Valparaíso, lo cual permitió su colocación al 96% de su
valor nominal. Y, por fin, se cedió gratuitamente a la Universidad otra
manzana de terreno en Val paraíso, situada en la Avenida Errázuriz
entre Rodríguez y Las Heras.
Según cálculos prolijos hechos por el Director de la Escuela de
Derecho de Valparaíso, señor Victorio Pescio Vargas, las leyes anteriormente citadas han producido a la Universidad un ingreso de
$ 72.288.005.78 en dinero efectivo, invertido en la construcción de las
Escuelas de Derecho y Servicio Social. Además han enriquecido el patrimonio universitario en las sumas de $ 20.000.000 en que se avalúa
el terreno que ocupan dichas Escuelas; $ 12.000.000 correspondientes
al terreno de la Avenida Errázuriz entre Rodríguez y Las Heras; y
S 14.000.000 asignables a los terrenos disponibles todavía en Las Salinas, o sea, en $ 46.000.000.
Las Escuelas de Derecho y Servicio Social tendrán un costo de
edificación aproximado de $ 12.000 por metro cuadrado, según apreciación del señor Mori, cifra que dada la calidad del edificio, está
plenamente dentro de lo normal.
Justo nos parece dejar testimonio de que el valioso aporte total,
hasta la fecha de $ 118.288.005.78 para las Escuelas Universitarias de
Valparaíso, se debe a la comprensión de los parlamentarios de todos
los sectores, principalmente los representantes de Valparaíso, que han
querido facilitar al primer puerto de la República el importante factor
de progreso que representan las actividades universitarias; y, dentro
del campo universitario, a la labor inteligente, abnegada y continua
del señor Victorio Pescio Vargas que ha ligado su nombre en forma
permanente a nuestras Escuelas del Puerto.
XIX.—Construcción
de bodegas en la Escuela de Derecho de Santiago
El edificio de la Escuela de Derecho de Santiago fué construido
sobre altos cimientos debido a su vecindad al río. En las escavaciones
correspondientes fueron depositados el sobrante de tierra y piedras y
los escombros de la construcción. Dicho espacio ha sido aprovechado
tras una paciente limpieza de más de un año de duración para habilitar siete bodegas comunicadas entre sí, pavimentadas en concreto y
convenientemente adecuadas mediante la inteligente y generosa intervención del arquitecto del edificio don Juan Martínez Gutiérrez. Las
nuevas bodegas cubren una superficie aproximadamente de 600 metros cuadrados y están arrendadas a la Editorial Jurídica de Chile para
depósito de libros y materiales de edición mediante el pago de
$ 400.000 al año, fijado como su renta comercial por el señor Martínez, canon que la Universidad de Chile, dueña del inmueble, ha destinado al Instituto de Estudios Históricos y Bibliográficos de Ciencias
Jurídicas y Sociales.
El costo de la obra fué, en 1950, de $ 418.000, incluidas las dos
terceras partes de la estantería, suma que pagó la Editorial y le reembolsó la Universidad.
La tercera parte restante de la estantería pertenece a la Editorial
Jurídica de Chile.
XX.—Editorial
Jurídica
de Chile
La Editorial Jurídica de Chile formada por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile y por la Biblioteca
del Congreso Nacional con el objeto de contribuir al progreso de las
Ciencias Jurídicas y Sociales y de la Legislación Nacional, tuvo existencia legal con la dictación de la ley N" 8737 de 6 de febrero de 1947,
modificada por la ley N ' 8828 de 4 de septiembre del mismo año, y
complementada por los artículos 28, 22 y 37 de las leyes N.os 11.183,
11.474 y 11.575, respectivamente. Su Reglamento interno fué reducido
a escritura pública el 5 de septiembre de 1947, ante el notario de Santiago, don Javier Echeverría Vial.
La dirección y administración de la Editorial corresponden a un
Consejo de nueve miembros, integrado por el Decano de la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, que lo
preside; dos profesores designados por la misma Facultad; dos representes del H. Senado; dos de la H. Cámara de Diputados; el Presidente del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile; y el Director de la Biblioteca del Congreso Nacional que, a la vez,
es su secretario.
El primer Consejo quedó formado por los señores J. Raimundo
del Río Castillo, Fernando Alessandri Rodríguez, Luis Barriga Errázuriz, Humberto Alvarez Suárcz, Luis Undurraga Correa, Manuel
Montalva Vega, Raúl Le Roy Le Roy, Pedro Daza Valenzuela y Jorge
Ugarte Vial. Los Consejeros de elección, que duran cuatro años en el
ejercicio de su cargo, han sido reelegidos, a excepción del representante de la H. Cámara de Diputados, señor Raúl Le Roy Le Roy, que
fué reemplazado por el señor Patricio Aylwin Azocar, y del Presidente
del Centro de Estudiantes de Derecho que ha cambiado anualmente.
El Presidente y Directores sirven sus cargos ad-honorem.
El personal administrativo se compone de doce personas, diez de
las cuales están afectas al régimen de previsión de la Caja de Empleados Particulares y dos al del Servicio Nacional de Salud.
La Comisión de Publicaciones de la Facultad, designada en sesión de 18 de marzo de 1948, quedó integrada por el Decano, el Director de la Escuela de Derecho de Santiago, señor Darío Benaventc
Gorroño y el profesor de la misma, señor Fernando Alessandri Rodríguez, y se encuentra en funciones hasta la fecha.
Los recursos concedidos por las leyes a la Editorial son en la
tualidad los siguientes: un recargo sobre las multas, cualquiera que
su origen, ascendente al 10% de su monto; y la mitad del recargo
10% sobre el monto de los intereses penales con que deben pagarse
contribuciones morosas fiscales v municipales.
acsea
del
las
El Consejo ha celebrado hasta la fecha 59 sesiones, en las cuales
se han tomado 522 acuerdos.
La labor editorial de la Empresa puede dividirse en la siguiente
forma:
1® Colecciones de la Facultad (a cargo de su Comisión Especial
de Publicaciones), comprensiva de las Colecciones de Manuales Jurídicos, Apuntes de Clases, Estudios Jurídicos y Sociales, Memorias de
Licenciados (hasta el tomo X X X I I I ) ; y últimamente, la Colección de
Seminarios e Institutos (en reemplazo de ia Colección de Memorias de
Licenciados).
2' Publicaciones de la Editorial propiamente dicha (a cargo ele
su Consejo) comprensiva de obras de interés jurídico o social no ubicadas dentro de las Colecciones de la Facultad.
3* Ediciones de Códigos (a cargo de la Facultad).
4* Reediciones (a cargo del Consejo de la Editorial).
5® Repertorio de Legislación y Jurisprudencia (a cargo de la
Facultad y del Director-Gerente, señor Jorge Ugarte Vial).
6* Enciclopedia Chilena (a cargo del Director-Gerente, señor
Jorge Ugarte Vial y de los colaboradores designados por el Consejo).
El número de libros editados desde 1947 hasta la fecha, ha sido
el siguiente:
Colecciones de la Facultad
Manuales Jurídicos
. .
Apuntes de Clases
. .
Estudios Jurídicos y Sociales . . . . .
Memorias de Licenciados
. . . . . .
Colección de Institutos y Seminados . . .
Publicaciones de la Editorial
Obras varias
. .
Cartillas
Códigos
Colecciones de Códigos de Aguas; del Trabajo; de la República en general en 3, 2
y 12 tomos; Civil; del Trabajo; de Aguas;
V olúmenes
Ejemplares
55
9
42
33
1
65.000
9.000
42.000
33.000
1.000
15
22.000
35.000
-
R
A I NI U N H O
I) V. L
RÍO
de la República en general en 3, 4 y 12
tomos y Códigos de Comercio y Penal
Reediciones
8 Manuales, 3 Apuntes y 1 Estudio . .
Repertorio
Enciclopedia (en preparación)
Totales
. . .
72
20.Ü80
12
5
22.000
15.000
251
264.040
El ritmo de publicaciones de la editorial ha sido de 2,85 volúmenes por mes (prácticamente, 3 volúmenes por mes) cifra que se deduce
de dividir los 251 volúmenes editados por los 88 meses que median
entre el 1" de septiembre de 1947 y el 31 de diciembre de 1954.
Las cuentas de detalle, libros y balances anuales de la Editorial
están a disposición de los señores profesores en sus oficinas, donde podrán consultarlos cuando lo estimen conveniente. En el deseo de proporcionarles, en resumen, algunas cifras que pudieran interesarles, nos
permitimos someterles las siguientes:
Valores percibidos por la Editorial desde el 19 de
septiembre de 1947 hasta el 31 de diciembre
de 1954:
Producto de multas
Venta de libros
Arrendamientos
Varios (garantías)
$ 92.010.000.00
29.941.142.83
1.959.620.81
399.300.00
Total
.
.
.
$ 124.310.063.64
Algunos de los desembolsos hechos por la Editorial
en el mismo período:
Derechos de autor
Materiales (papel, cartulinas y metal)
Impresiones
Sueldos
$
4.485.267.95
18.178.078.97
30.313.926.35
9,218.299.47
Leyes Sociales
Arrendamientos
Varios (propaganda, avisos, contribuciones, gastos
de su inmueble, asignaciones)
Inversiones en el Repertorio (gastos directos y cargos)
Inversiones en la Enciclopedia (gastos directos y
cargos)
Muebles, útiles e instalaciones
Adquisición de bienes raíces (un piso con 23 oficinas en la calle Ahumada N" 131)
Total
.
.
.
3.577.120.58
2.562.500.00
6.648.644.01
7.610.132.23
16.823.984.83
1.226.753.91
10.032.458.24
$ 110.677.166.54
E1 precio de venta de los libros para los profesores, parlamentarios,
magistrados y estudiantes es el de costo físico más un 25% correspondiente a gastos generales redondeado al numeral, generalmente 10, superior. El precio de lista corresponde al precio anterior más un 35%
que cobran los libreros por vender los libros al público.
En sesión de 28 de junio de 1951, el Consejo de la Editorial estudió el punto de si ésta debía considerarse como una entidad de inversiones, obligada a capitalizar todos los dineros recibidos por multas, o
como una entidad desinteresada destinada a invertir dichos dineros
simplemente en el progreso de las Ciencias Jurídicas y Sociales, cumpliendo su misión de este modo sin obligación de capitalizaciones ulteriores. El Consejo adoptó un criterio prudente y considerando que
podía hacer progresar las Ciencias aludidas sin perjuicio de una capitalización importante, se obligó, aunque la ley no se lo exija, a capitalizar un 85% de los dineros recibidos, dejándose un margen de un
15% para labores no remuneradas o de puro interés científico. Dicho
15% pudo haber representado la suma de $ 13.801.500 considerando
los $ 92.010.000 recibidos por multas. Sin embargo, la Editorial solamente ha invertido por este capítulo la suma de $ 4.036.278.41, que
representa un 4,35% en lugar del 15%, cautelando así las capitalizaciones futuras de la Empresa, sin descuidar su labor puramente desinteresada.
Por otra parte, si se considera que los bienes físicos, tales como
libros, materiales y propiedad raíz se encuentran inventariados al precio de costo, sin revalorización alguna, podemos considerar que si la
Editorial Jurídica de Chile se liquidara en esta fecha, sus bienes acusarían, a lo menos, $ 20.000.000 en exceso sobre los dineros recibidos
por multas, sin perjuicio de haber dado cumplimiento al progreso de
las Ciencias Jurídicas y Sociales, como le ordena la ley, con la edición
de 251 volúmenes en 264.040 ejemplares.
Al establecer dichas cifras el Decano que suscribe no puede menos
de exteriorizar sus sentimientos de admiración y respeto a los señores
Directores de la Editorial y, muy especialmente, al Gerente de la misma,
señor Jorge ligarte Vial, a cuya inteligencia, actividad y preparación
se debe en gran parte el éxito de la Empresa, así como al personal de su
dependencia cuya labor ha sido plenamente correcta y eficaz.
XXL—Instituto
Histórico y Bibliográfico de Ciencias
y Sociales
Jurídicas
Con fecha 15 de diciembre de 1949, la Facultad, a pedido de 54
de sus miembros, acordó fundar el Instituto Histórico y Bibliográfico
de Ciencias Jurídicas y Sociales destinado a reunir toda clase de libros,
documentos y objetos que puedan interesar a la investigación, estudio, enseñanza, vulgarización y memoria de las Ciencias Jurídicas y
Sociales, como así mismo ayudar a su progreso y cooperar con los organismos de la Facultad. Los Estatutos del nuevo Instituto fueron aprobados en la misma sesión y reducidos a escritura pública ante el notario
de Santiago, don Antonio Cabieses Serrano, suplente del titular, don
Carlos Figueroa Unzueta, con fecha 26 de diciembre de 1949. Por
decreto del Ministerio de Justicia N ' 2243, de 25 de abril de 1950, se
le concedió personalidad jurídica.
El Instituto es dirigido por un Consejo compuesto de cuatro miembros por derecho propio: El Presidente de la Excma. Corte Suprema,
el del Colegio de Abogados, el Decano de la Facultad y un representante de la Editorial Jurídica; y cinco miembros de elección designados por la asamblea del Instituto, cuatro entre los profesores de la
Facultad y uno particular.
El primer Consejo directivo quedó integrado por ios señores
J. Raimundo del Río Castillo, Humberto Trueco Franzani, Femando
Alessandri Rodríguez, Humberto Alvarez Suárez, Oscar Dávida Izquierdo, Marcial Martínez Prieto, Manuel Montalva Vega, Darío
Benavente Gorroño y Alamiro de Avila y Martel. El señor Trueco, que
actuaba en su calidad de Presidente de la Excma. Corte Suprema, fué
reemplazado sucesivamente por los señores Gregorio Schepeller Pino
chet y Humberto Bianchi Valenzuela, en el mismo carácter; y el señor
Dávila, que actuaba como Presidente del Colegio de Abogados, fué
reemplazado por el señor Arturo Alessandri Rodríguez, quien se hizo
representar por el señor Enrique Rossel Saavedra. Terminado su período de tres años, los Consejeros de elección señores Alessandri, Alvarez, Benavente, de Avila y Martínez fueron reelegidos por un nuevo
período en 2 de julio de 1953.
La Asamblea ha celebrado cuatro sesiones y el Consejo, seis. Además, ha presentado a los socios cuatro Memorias.
El Instituto ha realizado hasta la fecha dos labores: una editorial,
traducida en la publicación de cinco Cartillas sobre temas jurídicos;
y la otra, de consolidación financiera dentro de la cual ha llevado a
cabo la adquisición de dos propiedades: un edificio de diez departamentos en la calle Agustinas N* 1560, que arrienda a diversos particulares. y un local para librería en la calle Catedral N" 1023 a 1049,
cuyo arrendamiento tiene comprometido con la Editorial citada desde
la fecha de su terminación y entrega que se calcula el 1' de julio de
1955. El edificio de la calle Agustinas fué adquirido en junio de 1951,
en $ 5.362.000; y el local de la calle Catedral, en junio de 1954, en
$ 5.588.000. Total: $ 10.950.000 como valor de adquisición, totalmente cancelado.
Justo nos parece decir que dichas operaciones resultaron posibles
gracias a la comprensión de la Editorial Jurídica de Chile, que vió en
la labor futura del Instituto una contribución a sus fines; y de la Universidad de Chile que quiso prestar su ayuda a un organismo de nuestra
Facultad.
Los dineros para estos efectos se generaron en la siguiente forma:
Destinación por la Facultad al Instituto de la
suma que la Editorial reconoció a la primera como
precio de la edición de los Códigos en 1937 y 1945,
según escritura pública de 5 de septiembre de 1947,
ante Echeverría Vial y acuerdos de la Facultad y de
la Editorial de 15 y 30 de diciembre de 1949, respectivamente
Valor de seis Cartillas editadas por el Instituto
para la Editorial en virtud del contrato de edición
inserto con sus antecedentes en la escritura de 6 de
noviembre de 1952, ante Hiriart Corvalán y de los
documentos insertos en las escrituras de 24 y 31 de
diciembre de 1953, ante A m a g a d a y Echeverría
Vial, respectivamente
Venta de los derechos de edición de la Colección de Cartillas con sus características propias pQr
el Instituto a la Editorial, a fin de que ésta continúe
su edición, según los antecedentes insertos en las dos
últimas escrituras citadas
Venta a la Editorial del saldo de papel para
Cartillas existente en las bodegas del Instituto, al
precio de costo para éste, según acuerdo inserto en
la escritura de 31 de diciembre de 1953, ante Echeverría
Cánones de arrendamiento pagados por la Editorial a la Universidad de Chile por las bodegas de
la Escuela de Derecho desde el 1" de noviembre de
1950 hasta el 31 de diciembre de 1953, cedidos por
la Universidad al Instituto según acuerdo del Consejo
de 11 de abril de 1951, en razón de haber sido éste el
ejecutor de dichas bodegas por medio de la comisión de Publicaciones de la Editorial
Cánones de arrendamiento de las mismas bodegas, en la misma forma y por análogo motivo, desde el 1° de enero de 1954 hasta el 31 de diciembre
de 1958, pagados anticipadamente por la Editorial
a razón de $ 400.000 al año, según avalúo del arquitecto don Juan Martínez, y acuerdo del Con-
$
1.000.000.-
1.800.000.-
1.000.000.-
763.200.-
228.000-
sejo Universitario de 23 de diciembre de 1953 y
acta inserta en la escritura de 31 de los mismos mes
vj año,7 ante Echeverría
Cánones de arrendamiento del local para librería de la calle Catedral por cinco años a contar desde su entrega, pagados anticipadamente por la Editorial al Instituto a razón de $ 70.000 mensuales,
según contrato privado de 6 de julio de 1954 . .
Cánones de arrendamiento del edificio del Instituto de la calle Agustinas, desde julio de 1951 hasta diciembre de 1954
Pagos hechos por los alumnos para la impresión de sus Memorias a la Editorial Jurídica de
acuerdo con las resoluciones de la Comisión de Publicaciones de la Facultad, cedidos al Instituto, menos los pagos correspondientes a las Memorias que
ao se publicaron, dineros que el Instituto devolvió a
los alumnos, según acuerdo de la Facultad de 11 de
mayo de 1950 y otros insertos en escritura de 24 de
diciembre de 1953, ante Arriagada
Total
. . .
2.000.000.-—
4.200.000.—
1.156.676.13
684.476.10
$
12.832.352.23
Las demás entradas y gastos del Instituto, así como sus saldos a
favor, constan de sus Memorias y libros y quedan a disposición de los
señores miembros de la H. Facultad.
Además de sus inmuebles, el Instituto es dueño:
Por donación: de la importante biblioteca que fué de don Marcial Martínez Cuadros, que comprende 6.500 volúmenes empastados
fuera de publicaciones periódicas y folletos, generosamente donada por
don Marcial Martínez de Ferrari, su hijo, y don Marcial Martínez
Prieto, su nieto; de una rara edición de las "Ouaestiones medico-legales", de Paulo Zacchias, tomo II, 1751, donada por don Luis Cousiño
Mac-Iver; y de un ejemplar de la primera edición del Código Penal,
firmada, obsequio de don Dragomir Mimioa; y
Por compra: cíe un conjunto de manuscritos y publicaciones de
interés seleccionados por el secretario del Instituto don Alamiro de
Avila y Martel, en varias oportunidades, con un costo total para el
Instituto de $ 40.880.75, autorizado por el Consejo.
Los bienes actuales del Instituto pueden, a nuestro juicio, avaluarse en $ 15.000.000 aproximadamente.
XXII.—Presupuestos
Los presupuestos universitarios son, esencialmente, dos: el llamado
Fiscal, reglamentado originariamente por decreto de la Rectoría
Nw 397, de 26 de agosto de 1940, que comprende la suma que anualmente se destina a la Universidad de Chile en el Presupuesto General
de Gastos de la Nación ; y el de Rentas y Entradas Propias de la Universidad de Chile, reglamentado, también originariamente, por decreto de la Rectoría N" 409, de 9 de noviembre de 1953, que comprende
los dineros ingresados por derechos de matrícula, estampillas universitarias, derechos de exámenes, frutos del patrimonio universitario y
estipendios por los servicios prestados por las dependencias de la Universidad.
En 1954, el presupuesto Fiscal fué de $ 997.200.000; y el presupuesto de entradas propias, llamado Interno, de $ 252.666.921, o sea.
en total: $ 1.249.866.921.
La Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales ha dispuesto para
sí y todos los servicios de su dependencia, a medida de su incorporación, de las siguientes sumas del presupuesto Fiscal:
Año
1946
1947
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
Presupuesto
.
.
$
Fiscal
3.640.580.—
3.682.460.—
3.697.400.—
4.197.180.—
10.124.740.15.098.160.—
20.960.360.33.246.790.—
S 34.730.858.—
El presupuesto Interno de la Facultad, ascendió en el año 1954,
a $ 600.000.
O sea, el presupuesto total de nuestros servicios, en 1954, alcanzó
a $ 35.330.858.
Estimamos de interés dar ciertos datos generales destinados a ilustrar a los señores profesores, algunos rigurosamente exactos y otros
aproximados:
El presupuesto total de nuestra Facultad y de sus Escuelas y servicios anexos solamente consume el 2,8% del total del presupuesto de
la Universidad.
Estimado el número total de alumnos universitarios matriculados
en 1954, en 11.000 alumnos, nuestros servicios han atendido 2.120
alumnos, o sea. al 19,27% del total de alumnos universitarios matriculados.
FJ costo para el erario nacional por alumno de Derecho resulta d«:
$ 16.665 por año, tomando como base el presupuesto de 1954; v el mismo costo durante los cinco años regulares de estudio, hacen la suma
de $ 83.325 por alumno en gastos directos que demanda su preparación.
La cifra es considerablemente más alta en otras profesiones. En
un estudio aproximado que nos permitimos someter al H. Consejo
Universitario por oficio N9 84, de 22 de noviembre de 1950, el costo
por profesional resultaba: para un médico, $ 376.000; un economista,
S 156.000; un médico veterinario, $ 114.000; un ingeniero, $ 110.000;
un ingeniero agrónomo, $ 99.000; un odontólogo, $ 95.000; un químico
farmacéutico, $ 88.000; un pedagogo, $ 55.000; un arquitecto,
$ 53.000; un artista, $ 48.000; y un abogado, $ 19.000. Sería interesante corregir las cifras anteriores de acuerdo con los datos del último
año, cifras que aunque resultarían considerablemente más altas, posiblemente guardarían una proporción aproximada.
XXIII.—Consejo
Universitario
Nos complacemos en dejar testimonio de que cada una de
sonas que ha desempeñado la Rectoría de la Universidad
nuestro Decanato, así como los miembros del H. Consejo han
sado siempre a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
las perdurante
dispensu más
especial deferencia y buena voluntad resolviendo sus peticiones en forma rápida y satisfactoria.
Las diferencias de apreciación que puedan haber ocurrido entre
el Decano que suscribe y el H. Consejo se han referido a problemas
universitarios de carácter general o relativos a otras Facultades; y
se han suscitado en nuestro convencimiento, fundado, por lo demás,
en el artículo 4" del Estatuto Universitario, de que "la administración
superior de la Universidad será ejercida por el Rector y por el Consejo Universitario", y de que, en consecuencia, los Decanos tienen una
responsabilidad que excede el campo de los intereses de sus respectivas
Facultades.
Entre dichos problemas han figurado, por ejemplo:
1) El proyecto de creación de una Facultad de Ciencias capaz
de impartir a través de sus Escuelas la enseñanza de conocimientos que
se suponían comunes a diversas Facultades. El suscrito combatió dicho
proyecto porque en realidad iba en desmedro de la armonía de los
planes de estudio de las Escuelas Universitarias, y porque en el hecho,
despojaba a nuestras Escuelas de sus ramos históricos, económicos y
culturales para dejarlas convertidas en Colegios de Códigos. El proyecto no prosperó.
2) La solución de las dificultades ocurridas entre los alumnos
y un profesor de determinada Facultad, mediante el nombramiento
de un profesor paralelo al afectado. El suscrito ha estimado siempre
que si un profesor falta a sus obligaciones debe ser juzgado y sancionado en la forma que establece la ley; pero que nunca debe recurrirse
al cómodo recurso de solucionar una dificultad dejándolo al margen
de la actividad universitaria sin juzgamiento debido.
3) El reconocimiento indiscriminado de la calidad de cátedras
universitarias a todos los cursos que se realizan en una Escuela; y, en
consecuencia, del carácter de profesores ordinarios a quienes los sirven.
El problema, surgido alrededor de la creación de un considerable
número de cátedras de esta especie en una de las Escuelas Universitarias, fué observado por el suscrito por cuanto lá solución que pretendía dársele y que, en parte, sé le dió, afectaba el espíritu que" presidió
en la lev la creación de las cátedras universitarias, perturbaba el ré-
gimen de las más importantes elecciones del Claustro Pleno y establecía
una lamentable confusión entre la ciencia y las técnicas; y
4) La entrega por la Facultad de Biología y Ciencias Médicas
a las Universidades Católica y de Concepción de la facultad de dictarse sus planes y programas- de estudio y de controlar sus pruebas,
con evidente olvido de las disposiciones terminantes de la ley y del
principio del Estado Docente, que el Estatuto Univ ersitario y la Constitución Política obligan a la Universidad a resguardar, criterio que,
naturalmente, no pudo contar con el voto del suscrito.
Hemos sostenido, además, con insistencia no siempre compartida,
la necesidad de determinar con precisión el verdadero campo de las
actividades que corresponden a la Universidad, no solamente como
un medio de circunscribir a ellas los presupuestos universitarios, sino
que de evitar a la Corporación su responsabilidad en materias, algunas
de interés, pero evidentemente ajenas a lo propiamente universitario.
Por fin, hemos creído y continuamos creyendo con mayor vehemencia
que otros, en la necesidad de dictar un Reglamento general de profesores; realizar un escalafón justo y prolijo del personal administrativo; reglamentar cuidadosamente los presupuestos; aplicar una severa
economía en los gastos; y conservar con ponderación lo mucho bueno
que tiene la Universidad antes que ir en busca de creaciones o novedades que, aunque promisoras, no siempre son realizables.
XXIV.—Establecimientos
particulares
de Enseñanza
Superior
Lamentamos tener que dar cuenta en esta Memoria de dos inesperados ataques de la Universidad Católica de Santiago contra la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile,
durante nuestro Decanato. Me refiero al otorgamiento del grado de
Licenciado y del título de Asistente Social.
Respecto del primero, no obstante las antiguas y continuas manifestaciones ele aprecio, la última hecha en sesión de la Facultad de 23
de octubre de 1952, por parte de destacados personcros de la Universidad Católica, acerca de nuestro control sobre sus enseñanzas y
pruebas, habríamos comprendido que, en un momento dado, sino por
razones morales, legales o científicas, sino que simplemente humanas,
dicha Universidad hubiese planteado lealmente sus aspiraciones de
una independencia total encomendando la defensa de su causa a
alguno de los parlamentarios prestigiosos y versados con que indiscutiblemente cuenta. Lo que no comprendemos es que destacara para
tamaña empresa, prueba evidente de su falta de fe en los resultados, al
menos calificado para llevarla a cabo, el diputado don Mario Tagle
Valdés, abogado de banco, de una impresionante falta de conocimientos en materia de enseñanza.
Llevado sorpresivamente el asunto a la Comisión respectiva de
la H. Cámara de Diputados, a propósito de una ley sobre reformas
procesales civiles y penales, c informado favorablemente por ella, la
Facultad, en sesión de 31 de julio de 1952, acordó representar al Congreso Nacional "la gravedad de una moción que, de prosperar, im" portaría la negación de una historia dos veces centenaria y la altera" ción sustancial del Estatuto Orgánico de la Enseñanza Superior que,
" en esta materia y durante más de veinte años de aplicación, ha
" permitido concertar armónicamente el ejercicio de la Libertad de
" Enseñanza por parte de las corporaciones privadas, con el cumplimiento del deber constitucional de Inspección y Dirección que
" compete al Estado y que éste cumple en lo relativo a la Enseñanza
" Profesional Superior, por intermedio de la Universidad de Chile".
El Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad Católica, señor Pedro Lira Urquieta, manifestó que "en
" la Universidad Católica nada se ha sabido sobre el particular, sino
" que han tomado conocimiento de la materia por los diarios".
Lo propio aseguraron al Decano que suscribe el Secretario General de la Universidad de Concepción, señor Avelino León Hurtado
y el Decano de su Facultad de Derecho, señor Rolando Merino Reyes,
agregándole que la innovación propuesta perjudicaba a su Corporación. Al mismo tiempo, y según fué de pública notoriedad, los parlamentarios de la Provincia hacían e! más denodado esfuerzo por
obtener su sanción legal.
Aprobado el proyecto en general en la H. Cámara de Diputados,
éste pasó al H. Senado, cuya Comisión de Legislación y Justicia rechazó la moción; pero, posteriormente la Alta Cámara le prestó su
aprobación haciendo del proyecto respectivo, prácticamente, una ley
de la República.
Reunida especialmente nuestra Facultad, en sesión de 23 dr
octubre de 1952, acordó, entre otras cosas: deplorar que .su fundada
representación de 31 de julio, hecha suya y elevada al Congreso por
el Consejo Universitario, "no haya recibido una atención condigna a
" l a Institución que la formulaba y al interés general en juego"; y
designar una comisión integrada por el Rector de la Universidad de
Chile, el Decano de la Facultad, el Presidente del Colegio de Abogados, dos profesores de Derecho y el Presidente del Centro de Estudiantes respectivo, para que "en nombre de la Facultad acudan a S. E.
" el Presidente de la República, le representen el pensamiento de la
" Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile
" y le soliciten el ejercicio de sus atributos constitucionales para evitar
" que la Corporación se vea privada de las funciones de dirección y
" supervigilancia de la enseñanza del Derecho que en nombre del
" Estado cumple por mandato constitucional y sin que persona o cnti" dad algunas hayan dudado siquiera de su inalterable ecuanimidad
" y de su ponderado rigor".
S. E. el Presidente de la República, señor Gabriel González Videla
prometió a la Comisión su veto. La circunstancia del término de su
período presidencial dos días después, y antes de que llegara a sus manos el respectivo oficio de la H. Cámara de Diputados, le impidió
hacerlo.
Y, fué así, como, de una parte, la indiferencia de numerosos parlamentarios, cuyas ideologías proclamadas en lo.s comicios, sus honrosas tradiciones, y el mandato recibido expresamente de sus respectivos programas de partido, permitían esperar de ellos otra actitud;
y de la otra, la complacencia del Gobierno ante la acción extraña,
impusieron, con la promulgación de la ley N° 11.183, de 10 de junio
de 1953, a la Facultad, el más incalificable atropello de sus derechos;
a la Universidad, la violación de su Estatuto; y a la Constitución, el
desconocimiento de sus preceptos.
Respecto del segundo de los ataques aludidos, cabe recordar que
la Universidad Católica inició indirectamente sus gestiones para obtener el reconocimiento del título de Asistente Social otorgado por la
fundación privada.'"Elvira Matte.de Cruchaga", mediante una consulta formulada por una de sus egresadas a la Contraloría General
acerca de la calidad de dicho titulo para los efectos del encasillamiento
de la interesada. La Contraloría, previa petición de antecedentes a
las Universidades de Chile y Católica, consideró en su dictamen número 30.919 de 2 de julio de 1953, que "el título de Visitadora Social
" expedido por la fundación privada antes aludida, carece de la cali" dad formal de título profesional universitario para todos los fines
" legales, por no tratarse de un plantel de enseñanza superior".
Independientemente, algunos parlamentarios vieron la oportunidad de tratar el punto al discutirse el proyecto de ley de que da testimonio el Boletín de la H. Cámara de Diputados N" 7457 de 21 de
julio de 1953, por el cual se crea el Colegio de Asistentes Sociales, y
en cuya exposición de motivos se menciona expresamente a la "Escuela Elvira Matte de Cruchaga", no obstante hablar después (arts. 4" y
27) de "título profesional otorgado por una Escuela de Servicio Social
" d e l Estado o por una reconocida por él".
Estas dos gestiones de la Universidad Católica rechazadas por la
Universidad de Chile en razón de afectar el principio del "estado docente" y las disposiciones de su Estatuto Orgánico, se mantuvieron por
ambas partes durante un año aproximadamente dentro de los únicos
campos en que debieron desarrollarse, a saber, el administrativo, respecto del caso sometido a la Contraloría, y el legislativo, respecto del
proyecto de ley presentado al Congreso. Desgraciadamente, en marzo
de 1954, la Universidad Católica resolvió completar su acción jurídica
con una campaña de prensa iniciada con un artículo en página editorial de "El Diario Ilustrado" de 11 de marzo de 1954, y con una
violenta información de su Rector, publicada en el mismo diario el
21 de dicho mes. Siguieron a dicha información varias publicaciones
en diversos periódicos, cuya insolencia lindó, más de una vez, con lo
procaz, hasta que el 31 de marzo, o sea, quince días después, nos obligaron, muy a nuestro pesar, a entrar en la odiosa polémica, cuidando
siempre de que nuestras expresiones y argumentos se mantuvieran a
la altura del cargo de Decano que desempeñamos, situación no siempre
ventajosa frente a la naturaleza de los ataques que personalmente
recibíamos. En 9 de mayo de 1954. día de la colecta de la Universidad
Católica, llegó a estimularse la generosidad de los fieles desde los
pulpitos de Santiago y los más caracterizados de provincias con el
comentario de la actitud sectaria de un Decano, que, en el hecho, no
hacía otra cosa que cumplir con el deber de defender el prestigio de
un título universitario que él otorga de acuerdo con la ley y realizar
el mandato que. a este efecto, le habían conferido expresamente su
Facultad y el FI. Consejo Universitario.
El 24 de mayo de 1954, el señor Contralor General, en dictamen
N9 24.887 modificó su criterio anterior y reconoció validez al título
católico.
El proyecto de ley que crea el Colegio de Asistentes Sociales pende
aun de la consideración del Congreso.
Nuestros legisladores determinarán en último término si en este
trascendental asunto de principios prima o no el texto claro de las
leyes chilenas.
XXI\—Con
el u si ó n
No podríamos terminar esta Memoria sin expresar nuestra gratitud muy especial a dos personas cuyos consejos nos ayudaron en gran
parte a la realización de la jornada. Sin la inteligencia, discreción,
conocimientos y lealtad nunca desmentida de los señores Darío Benavente Gorroño, Director de la Escuela de Derecho de Santiago, y Carlos Humeres Magnan, Inspector General de la misma, nuestra labor
habría sido extraordinariamente difícil.
La extensa exposición hecha podrá merecer la generosa aprobación de algunos y la crítica de otros. Por nuestra parte, solamente podemos decir que es absolutamente sincera y verídica.
Las apreciaciones que contiene son personales nuestras. La Corporación es ajena a ellas.
Nuestros deseos habrían sido hacer de la Facultad, durante nuestro Decanato, algo mejor. Debemos conformarnos con entregarla en la
posición de dignidad, prestigio y eficiencia en que la recibimos.
Santiago, 31 de diciembre de 1954.
./. Raimundo
del Río C.
Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas
y Sociales de la Universidad de Chile.
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