DELITOS RELATIVOS A LA VIDA E INTEGRIDAD PERSONAL ENFOCADO EN EL PROCESO PENAL SALVADOREÑO 1 CAPITULO I NOCIONES GENERALES SOBRE LA VIDA A A.. A Assppeeccttoo R Reeffeerreenncciiaall ee H Hiissttóórriiccoo aa ttrraavvééss ddeell TTiieem mppoo Muchas son las concepciones que se tienen acerca de la VIDA como valor básico del ser humano. GUILLERMO CABANELLAS en su Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, nos da entre otras acepciones las siguientes: La Vida “Es la manifestación y la actividad del ser”; “Es el tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta la muerte”; “Manera de vivir o costumbres y prácticas de una persona, familia o grupo social”; “Origen del ser o que contribuye a su conservación o desarrollo”. 1 a) EN LA FILOSOFIA Dentro de esta ciencia de las ciencias, y desde Aristóteles a la Escolástica, las definiciones de la vida giran en torno al concepto de la misma como “movimiento inmanente”; ya que cuanto Cabanellas, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo Activo. Editorial Heliasta. Pags. 368-370. 1 2 se mueve por si mismo es viviente, y no hay vida en lo que no se mueve por sí. b) EL PENSAMIENTO TOMISTICO En la suma teológica, Santo Tomás, ahondando en su exposición afirma que: “Hay dos clases de actividades: En efecto, una es la acción que del agente pasa a algo exterior a él inmutándolo de alguna manera; como, por ejemplo, la acción de quemar o de cortar; y otra es la acción que no pasa a algo exterior, sino que permanece en lo mismo agente; como la acción de sentir, la de entender y la de querer. En otro pasaje agrega: “El nombre de VIDA se toma de algo que en ella se muestra a la experiencia, esto es, el moverse así mismo; si bien este nombre no se ha impuesto precisamente para significar esto, sino para significar la substancia a la cual compete, según su naturaleza, moverse así misma, manera”. o ponerse a sí misma en operación de cualquiera 3 c) INICIACION JURIDICA La vida posee varias bases de computación: para todo lo favorable se entiende desde el instante de la concepción, porque a la vida intrauterina – la existente o supuesta en el seno materno; ya que la ley se rige en definitiva por los plazos normales de gestación y cabe una retroacción hasta los diez meses anteriores al parto cuando se trate en realidad de un sietemesino – se extiende la protección jurídica; normalmente se considera el nacimiento con vida desde el corte del cordón umbilical, lo cual determina la personalidad jurídica en los más de los códigos; mientras en otros la vida jurídica en combinación viabilidad, no se inicia sino a las veinticuatro horas de nacido. Al respecto consideramos que en nuestra legislación ya está superada la idea con respecto al inicio de la vida jurídica contenida en la teoría de la viabilidad ya que al tenor del artículo 25 de la Ley Transitoria del Registro del Estado Familiar y de los Regímenes Patrimoniales del Matrimonio. El cual reza así: Art. 25. En este registro se inscribirá todo nacimiento vivo, es decir, la expulsión o extracción completa del cuerpo de la madre, prescindiendo de la duración del embarazo, del producto de la concepción que, después de tal expulsión o 4 extracción respire o manifieste cualquier otro tipo de vida, tal como el latido del corazón, pulsaciones del cordón umbilical o movimiento efectivo de músculos voluntarios, si hubiere o no sido cortado el cordón umbilical y este o no unida la placenta. La disposición antes citada contiene la Teoría de los Signos de Vida, y como puede verse, la Vida Jurídica se inicia desde el momento de expulsión o extracción completa del cuerpo de la madre independientemente de que ya hubiere sido o no cortado el cordón umbilical. Es de hacer notar que nuestro comentario, es con respecto a la Vida Jurídica, en relación a la Teoría de la Viabilidad, que exige como requisito el corte del cordón umbilical y, la Teoría de los Signos de Vida, contenida en la disposición antes citada, la cual ya no exige dichos requisitos; Esta aclaración se hace para evitar confusiones por la Protección Jurídica que los Estados deben dar la vida, ya que dicha protección es obligatoria desde la concepción y de lo cual hablaremos más adelante en el presente trabajo. d) PERDURACION Y FINAL 5 Como término, la vida humana, para el Derecho, concluye en la muerte, combinada debidamente a la falta comprobada, de noticias y o la con la suposición, ausencia con las circunstancias de la desaparición y con la edad, que lleva desde la hipótesis de una extinción fulminante de la vida, como en el caso de naufragio en alta mar, hasta la de una prolongación exagerada para asegurar la conjetura que se acerca en algunos casos al siglo en la existencia humana. e) TRASCENDENCIA La vida origina, para el derecho, la adscripción a una familia, con la consiguiente legitimidad o el carácter del hijo, impone un nombre o lleva a suplirlo; requiere en todo caso la inscripción en los registros de los pueblos organizados lleva con ella el derecho de observarla; manifiesto en el anhelo natural de los progenitores y en el deber especial que la naturaleza impone a la madre; que lo cumple con amor, salvo en los casos de la generación extrema o desesperada deshonra. La conservación individual de la vida origina en los primeros años el derecho a los alimentos; y luego empuja inexorable al trabajo o a la fácil reproducción genérica ya sea a través de la explotación de las rentas propias o heredadas 6 como impulso de la especie, la vida conduce a la unión natural o a la organizada; el Matrimonio. f) EPILOGO. Hasta en su conclusión, la vida, que ha sido prenda incluso del comportamiento social, ahí donde se ve amenazada por la sanción mortal por ciertas infracciones, abre un capítulo de extraordinaria vitalidad para el derecho: El de las sucesiones mortis causa: pues sí, en cuanto al espíritu, el silencio y la invisibilidad del alma del que muere plantean dudas para los vacilantes y negaciones para los ateos, la real transmigración del poder jurídico del titular del patrimonio no ofrece la real transmigración del poder jurídico del titular del patrimonio no ofrece discusión alguna a través de la sucesión que origina el final de cada vida; Ya sea al menos cual piadoso recuerdo que la familia del más misérrimo recoge de sus despojos, ya el despiadado botín, que los mismos compañeros de armas arrancan de las prendas y de las armas del caído a su lado, y antes de sepultarlo o abandonarlo. Sin un individuo con vida, no cabe relación jurídica alguna; ya que esta exige necesariamente un sujeto, titular del derecho o de la obligación. 7 B B.. E Ell H Hoom miicciiddiioo eenn llaa H Hiissttoorriiaa ddeell D Deerreecchhoo “EL DERECHO ES COMO SATURNO, QUE DEVORA A SUS PROPIOS HIJOS. Y NO DE OTRA MANERA PUEDE RENOVARSE SINO ROMPIENDO Y RENEGANDO DE SU PASADO. L A I D E A D E L D E R E C H O E S U N C O N T I N U O D E V E N I R ”. El derecho es un producto de la vida social del hombre y comienza a existir cuando este se organiza en sociedad, crece con ella, evoluciona con la sociedad, y, como hijo póstumo de las interrelaciones sociales, refleja en su contenido la esencial cultural, moral, económica y política de la sociedad que lo engendra; influye sobredetermina, y en la así vida social y la vida social paradójicamente el derecho lo como producto de la vida social, coadyuva a producir manifestaciones de la vida social; con razón ha dicho IHERING, que “el nacimiento del derecho es análogo al nacimiento del hombre, pues uno y otro son un doloroso y difícil alumbramiento” 2 Al principio de los tiempos de nuestra época no había derecho y estado, sólo el hombre en vida nómada, y por ello en la época del comunismo primitivo no existían ni derecho, ni Orlando Gómez López, El Homicidio. Tomo 1, Segunda Edición, Editorial Temis S. A. Pag. 29. 2 8 delito, y menos, comportamientos simples por que ello, el ocasionan actuaciones concepto daño individuales a de otros homicidio. Los hombres son desprovistas de todo calificativo moral o jurídico, valores estos que aún no existían. Es la época de la horda primitiva, durante la cual está determinado apenas la formación biológica del hombre. La vida, como bien fundamental que hoy es, no siempre tuvo la misma valoración en las comunidades primitivas, y en casi todos los pueblos, como lo anota Luis Carlos Pérez, la vida no se respetaba ni tenía idéntico valor; dependía en su valoración de la clase social a que se perteneciera, se podía matar al esclavo o al siervo, y fue necesario y largo proceso de evolución gradual, para que se entrara a proteger la vida por los gobernantes, y llegara este interés a tener la importancia que hoy en día tiene para la sociedad como bien supremo y fundamento de la actividad social. En los primeros tiempos de la historia del hombre no se castigaba la acción de dar muerte a otro, cada cual protegía su vida, y ni la comunidad ni el incipiente gobierno se preocupaban para castigar al responsable, tarea que era dejada venganza moral de su familia, como una reacción privada. a la 9 Las primeras formas de reacción fueron el castigo al que mataba al consanguíneo concepto del que luego se pasó, en lenta evolución, a tener también por homicidio la muerte del igual; la prohibición de matar está referida solo al igual, al inmediato, al de la misma raza o pueblo, al de la misma ley, y no al extranjero, al apartado, al lejano y al que no pertenecía a la misma comunidad. En Roma, sólo con una ley atribuida a NUMA POMPILIO – 714 a 671 a.C.-, se sanciona como “parricida” al que da muerte al hombre libre, excluyéndose de la protección al extranjero y al esclavo. Al surgir actividades del la división hombre en del trabajo sociedad – que diversifica guerrero, las agricultor, pastor, artesano, etc.- da origen a la división de la sociedad, en clases, las cuales, al ocupar distinta posición en el grupo social, se aproximan por su propia actividad, unas más que otras, al poder real, y con ello entran a dominar en el contexto social. Dice Jesús Orlando Gómez en el Tomo I de su obra “El Homicidio” 3 que la primera calificación que al hecho dañino se le da en este momento la vida social, es el de una ofensa a la 3 Orlando Gómez López, el Homicidio, Tomo Segunda Edición Editorial Temis, S. A. Pag. 31 10 divinidad –origen divino del poder -, y así aparecen los conceptos de “mal”, y de “pecado”, que ya son impulsados por conceptos sociales. Alrededor del año 2000 antes de nuestra época irrumpe el imperio babilónico –baja Mesopotamia-, que tuvo su máximo esplendor jurídico en el gobierno del sexto rey de la dinastía, HAMMURABI. El código de Hammurabi se refiere a la justicia, describe algunas acciones delictivas y sus penas, las lesiones personales y el homicidio, pero con un manifiesto criterio de clase social, de suerte que el delito solo se puede cometer entre iguales o de parte del esclavo contra el amo, es decir, el delito debe recaer sobre el hombre libre o liberto, sancionándose como de menor gravedad el homicidio sobre el esclavo. En este código se diferencia el dolo de la culpa en el delito. Aunque el homicidio solo está claramente prohibido en casos especiales en que medían relaciones. Son los adivinos y sacerdotes primitivos los primeros “jueces”, que juzgan en nombre de la divinidad. En la medida que transcurre la complejización social, la consolidación en un territorio, surge la ciudad Estado, y el delito tomo el carácter de ofensa a la comunidad y al poder político, en tanto la pena se concibe como una venganza pública contra el 11 infractor. A los dos períodos anteriores corresponden el Código de Manú y los preceptos bíblicos, en los cuales el delito y el homicidio se tenían más como ofensa a la divinidad que como ofensa pública. En la sociedad esclavista la dominación y explotación del hombre por el hombre es una forma de producción que origina un determinado tipo de valores jurídico. El derecho se concibe en función de la clase dominante a cuyos intereses sirve; y, así, se entiende que siendo el derecho dominación, solo se considere delito en una herramienta de -un principio- la muerte del amo, y no la muerte del esclavo, por ser este un objeto de apropiación. El delito tiene ya en este período más sentido jurídico, y se considera como una conducta que pone en peligro a la clase dominante. C C.. C Coonnssoolliiddaacciióónn ddeell E Essttaaddoo Consolidado el estado –ciudad Estado- y con él una clase dominante, aparece ya el delito como una ofensa del Estado. Y la pena como una retribución por el mal causado; el Estado es quien tiene derecho a legislar y a reprimir el delito; moral y derecho 12 toman diferencias claras, y en el contexto social aparece la figura del juez, independientemente de los sacerdotes y del poder político central. El Estado es el titular de la justicia, la responsabilidad por el delito es cada vez más individual. Son ejemplos de esta época las legislaciones de LICURGO para Esparta –siglo IX a.C.-; DRACON –siglo VIII a.C.; SOLON –siglo VI a.C.- como puede verse, la historia los lleva a comprender que el poder punitivo del Estado viene desde hace muchos años, pues a partir de que el Estado se consolida como tal, ya no es el particular quien se encarga de castigar a través de la venganza, sino que el Estado es el encargado de castigar a todo aquel autor de un delito. En nuestro medio y en la actualidad la inevitable intervención oficiosa del ministerio público al momento de perseguir al culpable para que un tribunal lo sentencie en nombre del Estado. Entre los siglos VI y V antes de Cristo, según las crónicas de HERODOTO, se comienzan a distinguir los diversos grados de homicidio dentro del concepto ya definido del homicidio como la muerte del libre, y así, se habla del homicidio voluntario; del homicidio del liberado y del homicidio como resultado de la exacerbación y conturbación del ánimo; e incluso narra Herodoto un claro caso de error sustancial que eliminó la responsabilidad del 13 matador; es el caso de Adrasto, huésped del rey Creso, quien en una faena de cacería, al disparar “un dardo contra un jabalí, en vez de dar en la fierra, da en el hijo del mismo bienhechor, en el príncipe infeliz que, traspasado con aquella punta, cumple, muriendo, la producción del sueño de su padre”; y añade Herodoto que Creso, considerando, en medio de su dolor, que era la “fatalidad del destino” la responsable de esta muerte, no castigó al homicida. 11.. P N ON ATTO PLLA El pensamiento antiguo alcanza con Platón su máximo esplendor. En su obra de madurez, las leyes, proyecta el filósofo toda una legislación sobre el derecho y el delito. Concreta claramente diversos tipos de homicidios, así: Piensa que en el Estado debe considerarse el homicidio voluntario como un crimen grave, mientras que el homicidio cometido sin intención en los juegos públicos, en la guerra en los ejercicios militares, o en una intervención médica, no da lugar a responsabilidad y su autor debe ser declarado inocente. “Ya que hemos comenzado por los homicidios, comencemos por los violentos e involuntarios; si alguno en los combates y en los juegos públicos al matar a su amigo sin intención, ya muera este 14 inmediatamente, a consecuencia de los golpes recibidos, ya poco después; lo mismo que tiene la desgracia de que le suceda esto en guerra o en los ejercicios militares que se hagan por orden de los magistrados, sin armas o con ellas, para representar mejor lo que pasa en la guerra verdadera, en todos estos casos será declarado inocente. La ley declarará igualmente inocente a todo médico en cuyas manos muera el enfermo, cuando no ha habido culpa de su parte”. Asimismo distinguió el homicidio en ímpetu de ira o de dolor, el homicidio agravado, por precio. El summum de su pensamiento jurídico fue tan rico, que podemos afirmar que casi todas las formas especiales del homicidio que él proyectó hoy subsisten, y no solamente abordó la punibilidad excluyentes de de los hechos, responsabilidad sino el también las desconocimiento causas de la prohibición elimina la responsabilidad. La principal agravante del homicidio o la muerte del hijo por el padre; para Platón merecieron especial tratamiento el homicidio sobre la mujer, el hermano, y en especial el homicidio por cólera o temor, el homicidio con dolo deliberado, homicidio por precio – al cual denominó “por asesinos”-. el 15 Propuso en su legislación la defensa presuntiva: “Si alguno sorprende de noche en su casa a un ladrón, que va en busca de dinero, y lo mata, será declarado inocente. “Lo será igualmente, si en pleno día mata defendiéndose del que intenta despojarlo. Todo marido que sorprenda a alguno haciendo violencia a su mujer, está autorizado por la ley a darle muerte”. 22.. A AR RIIS STTO OTTE ELLE ES S Igualmente, aunque Aristóteles no propuso una legislación, si se refirió en extenso en su moral Nicómaco al delito y a su estructura subjetiva; Distinguió cual consumado maestro el dolo de la culpa, la ausencia de acción y la acción por coacción, el caso fortuito, el error en el golpe, el dolo de ímpetu y su diferencia del dolo deliberado, enseñando que es esencial para el delito intencional la existencia de un conocimiento y una voluntad al momento de obrar, la intención es la base del delito, y n hay conducta voluntaria cuando el delito es consecuencia de la ignorancia invencible o de una fuerza a la cual no se puede resistir”. 33.. LLO S MA AN NO OS OM OS SR RO 16 Los romanos aunque menos especulativos en filosofía y concepciones abstractas del delito, fueron más aventajados en la concreción de las leyes penales, distinguieron el dolo de la culpa pero no castigaban la muerte involuntaria, aunque podía tener sanción disciplinaria. Merece destacarse la ley de las doce tablas que reglamentaba el ejercicio de la venganza privada, estableciendo jueces para aplicación de la pena capital. Conforme a esta ley era lícito matar a los hijos deformes en la roca Tarpeya así como el ladrón nocturno. Aunque en la época de la república no existía propiamente un derecho diferenciando, si existían diversas leyes penales y reglamentos sobre aspectos procesales, la lucha encarnizada entre el patriarcado y la plebe romana se obtuvo la conquista de la ley escrita –asintiendo el senado a mediados del siglo V para que las leyes fueran escritas y publicadas- y así, una comisión conformada por patricios y plebeyos redactó un código grabado en doce tablas de bronce –año 450 a. C.- que recogía el derecho consuetudinario. 44.. D DE ER RE EC CH HO OG GE ER RM MA AN NIIC CO O 17 El derecho germánico tenía como fundamentos de su sistema punitivo la venganza privada y la composición, pudiendo los familiares del muerto vengar el delito, salvo que hubiese contraprestación económica; admitía la justificante de la defensa justa en el homicidio, distinguía el homicidio y el infanticidio. 5. D DE ER RE EC CH HO OC CA AN NÓ ÓN NIIC CO O El derecho canónico por su parte distinguía el homicidio con dolo y el homicidio pretentencional, las calificaciones cuando la víctima era pariente y en forma especialmente grave el homicidio por veneno, el homicidio doloso distinguido del culposo, y siguiendo la tradición bíblica no se sancionaba el homicidio en defensa, ni el cometido sobre el ladrón nocturno, pero sí el cometido sobre el ladrón diurno. 66.. D PA AÑ ÑO OLL ES SP ALL E EN NA HO OP PE CH DE ER RE EC El derecho penal español es hijo de la tradición romana. El digesto contemplaba los primeros antecedentes del homicidio bajo el nombre de Lete Pompela desparricidiis, teniendo en cuenta para la punibilidad, más el desconocimiento de los vínculos de afecto que los de sangre. El Fuero Juzgo distinguía el homicidio voluntario del involuntario, la muerte a 18 consecuencia de la herida se castigaba como homicidio, lo mismo como la muerte ejecutada como resultado de juego o riña. Leyes posteriores fueron el fuero viejo de castilla del siglo XIII; el fuero real, de 1255, que regulaba el homicidio cometido en legítima defensa, el homicidio cometido cuando la víctima era encontrada yaciendo con la mujer, la hija o hermana del homicida, y la muerte legítima sobre el ladrón nocturno o cuando “se matare por ocasión o socorriendo a su señor”. La ley de las partidas de Alfonso El Sabio, de 1256. Consagra un capítulo al homicidio, previendo el hecho en defensa legítima del honor, el homicidio en contra del ladrón nocturno que es justificado; no se sanciona al loco, al desmemoriado o menor de diez años y medio de edad; se condena al médico imprudente, o al boticarios que vendían a sabiendas remedios mortíferos, la mujer embarazada que ingería algo para abortar, el juez que dictaba sentencia injusta y el testigo falso en proceso con pena capital. Otras leyes que se citan son: el ordenamiento de Alcalá. 1349, la suma de las leyes penales, 1639, leyes que inicialmente se aplicaron en América, y que sirvieron de punto de partida para las primeras legislaciones nacionales. 19 D D.. E Ell H Hoom miicciiddiioo,, eell C Crriim meenn m mááss G Grraavvee Dice Orlando Gómez López en su obra “El Homicidio”, “El homicidio para que el hombre como ser natural y ser social es la conducta más repudiable, porque al atacar la vida de una persona, se pone en peligro la seguridad de la vida social”. 4 Su castigo eficaz responde a la necesidad urgente de dar seguridad a la vida social, única forma de existencia del hombre. Al atacar a un hombre se ataca a la sociedad, al atacar a la comunidad se ataca el hombre, porque el humano es y será siempre un ser gregario, que apareció en sociedad en incipiente, y vive en una sociedad hoy desarrollada, la vida social es la vida humana, y requiere por ende un mínimo de seguridad que posibilite el despliegue de sus propias fuerzas. A pesar de ser el homicidio la acción más repudiable, el hombre atenta contra el mismo hombre no por una excepción general, sino porque ha sucumbido ante los estímulos que orientaron su comportamiento. 4 GOMEZ LOPEZ, JESUS ORLANDO, EL HOMICIDIO, Tomo I, Editorial Temis. S.A. Pag. 11 20 El fundamento de la responsabilidad penal está, no en la consideración del delito como un acto libre sino en la base de que el hombre, si se hubiese esforzado habría podido liberarse y actuar con autodeterminación, es decir, el hombre es responsable porque niega su libertad, por “no ser libre”, cuando pudo serlo. ¿Es hoy el hombre el peor peligro para el hombre? Paradójicamente, no son ya ni la peste, ni el hombre, ni los fenómenos naturales, ni las enfermedades ni los impulsos del genotipo, el mayor peligro para la especie humana la terrible verdad es que hoy el hombre político es quien representa, con todas sus contradicciones económicas y políticas, el peor riesgo para la existencia de la especie humana. Es claro para nosotros que el homicidio es el crimen más grave que se pueda concebir, y el que merece, en sus modalidades más repudiables, mayor sanción penal. Con el homicidio no sólo se afecta al individuo en particular sino que ataca a la especie, y por ello produce una reacción psicológica de terror y desconfianza en la sociedad. 21 Pero no hay homicidio como quería FERRI, sino homicidios (salvo que nos encontremos ante el hecho de un demente), es decir acciones que atentan contra la vida de otros hombres y que en ciertas circunstancias, merecen el repudio general. Sólo las circunstancias hacen de una muerte un homicidio, pues existiendo justa causa, el hecho no es un homicidio; ello demuestra que el homicidio radica más en el desvalor de la acción, que sólo en ciertas circunstancias recibió el hombre. Las leyes que regulan el homicidio deben establecerse atendiendo a las condiciones materiales, culturales y morales de la población del Estado, sin seguir la costumbre extrangerizante de imponer novedades jurídicas para prohibir con más o menos sanción una forma de crimen que otra. El Homicidio como Crimen más Grave es impulsado por la misma sociedad (hombre social), con sus privaciones y privilegios, con sus hartasgos y sus penurias cuando despoja al hombre de la tierra, no ofrece trabajo con sus condicionamiento racista o religiosos, con el abuso del poder, con la ignorancia, etc. El Estado y los sistemas políticos en pugna crean en el hombre un clima de violencia y temor, con las continuas 22 matanzas patrocinadas por los regímenes de turno, sobre todo en nuestra América. En relación a la vida e integridad personal, el panorama de aumento de criminalidad e inseguridad es aterrador, porque aspectos como la violencia y también la delincuencia común están desbordadas. En todo caso, la vida ha de protegerse sin que importe la condición social la armonía de formas, la utilidad social; ni el credo, ni el sexo ni la religión o edad influyen en la necesidad de protección penal, aunque sí sirvan para determinar tipos especiales, o particulares formas de comisión, es homicidio matar tanto a un recién nacido como matar a un anciano, aunque la muerte del infame pueda ser un tipo especial –infanticidio- en determinados casos; tampoco influye el grado de vitalidad que tenga el sujeto, pues tan homicidio es dar muerte al moribundo como al fuerte: aunque en determinadas condiciones pueda darse un tipo especial, como el homicidio eutanásico, lo importante es que haya un ser de la especie humana con vida. La vida no es un “bien jurídico como creación del derecho, es, más bien, en un sentido más fundamental, la razón de ser de todos los derechos; la vida como valor precede al derecho, el 23 cual no lo crea ni reconoce, solo regula su disfrute y trata de protegerla, aunque la vida sea así un “objeto de protección jurídica” y por ello se denomina, en el argor técnico un “bien jurídico”; no es, repetimos una creación que se origina en el derecho, más bien el derecho es una creación de la vida social del hombre. E Viiddaa Peennaall FFrreennttee aa llaa V Deerreecchhoo P Paappeell ddeell D Ell P E.. E El papel del Derecho Penal es muy secundario, pues él no evita que el asesino mate; por ello la verdadera protección a la vida no radica en penar el homicidio, sino en eliminar las circunstancias que favorecen su producción. El derecho es una creación de la vida social del hombre, y por ello es una herramienta para realizar su convivencia social. Todo derecho tiene como objetivo final el favorecer la vida en sociedad y con ello mejores condiciones de existencia; el Derecho Penal busca a través de la sanción proteger la VIDA. Amenazando con sanciones a quien atente contra el hombre y aplicando las sanciones a los sujetos responsables. 24 Pero el verdadero objetivo del derecho penal no es tanto sancionar el delito sino prevenirlo y previene el homicidio no solo castigando la acción homicida misma, sino también una serie de comportamientos de los cuales pueda derivar el homicidio. El Derecho sancionadora; a Penal través cumple de la una función intimidación preventiva general pretende evitar, desmotivar el homicidio, y con la imposición de la pena busca resocializar al delincuente para que no delinca. El Derecho Penal cumple una función eminentemente sansonatoria, es decir, castiga el daño ocasionado pero por su finalidad es no solo sancionatorio sino también preventivo, por cuanto busca evitar la futura comisión de nuevos hechos punibles. La vida es el supremo bien del hombre. Fuera de ella este nada posee innatamente. Ni siquiera su razón, la que solo adquiere en el desarrollo de la vida social. El Español Francisco Muñoz Conde en la Parte Especial de su obra Derecho Penal, dice que “En los delitos contra la 25 vida humana independiente se tutela la vida desde el nacimiento hasta la muerte” 5. El momento en que comienza la vida humana independiente es discutido. Para unos, la vida humana comienza ya en el momento del parto. Otros exigen la respiración autónoma del recién nacido y, finalmente, otros requieren la total separación del claustro materno. Para Gimbernat en Quitano pag. 504-505 citado aún por Muñoz Conde, lo decisivo es que la criatura haya salido totalmente al exterior, independientemente de que haya sido cortado el cordón umbilical o de que el niño haya respirado, pues la conducta aparece como más reprobable, si el autor mata a un ser que percibe directamente, caso del homicidio o del infanticidio, que si causa la muerte de quien se sabe en el claustro materno, pero sin que haya establecido una relación visual inmediata –aborto -; en el primer caso se precisa una mayor energía criminal que en el segundo. Este criterio que podríamos llamar de la percepción visual parece, de cara a la práctica, bastante fácil de constatar y MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal Parte Especial, Tirant 1º Blanch, 11ª. Edición. Pag. 28 5 26 puede utilizarse como criterio diferenciador entre la vida humana independiente y la dependiente, y, al mismo tiempo, se puede combinar con la tesis tradicional de que la vida humana independiente comienza desde el momento del corte del cordón umbilical. Una vez comprobado que el ser humano ha nacido en el sentido antes señalado, es necesario constatar también que el nacido ha vivido separado de la madre. No es, en cambio, necesario que sea viable, es decir, que tenga aptitud para seguir viviendo. Y, desde luego, tampoco es necesario para la protección jurídico penal que haya vivido las veinticuatro horas que el Código Civil exige para otros efectos completamente ajenos a los penales. La protección de la vida humana termina con la muerte real de la persona. En la actualidad, a causa de los trasplantes de órganos, es muy discutida la cuestión del momento exacto de terminación de la vida humana. No basta con el cese de la respiración o de los latidos del corazón ya que no son datos definitivos. Hay casos en los que tras constatar estos hechos el sujeto ha seguido viviendo después de una respiración hecha boca a boca o de un mensaje cardíaco. Actualmente se