DELITOS RELATIVOS A LA VIDA E INTEGRIDAD PERSONAL

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DELITOS RELATIVOS
A LA VIDA E
INTEGRIDAD
PERSONAL
ENFOCADO EN EL
PROCESO PENAL
SALVADOREÑO
1
CAPITULO I
NOCIONES GENERALES SOBRE LA VIDA
A
A.. A
Assppeeccttoo R
Reeffeerreenncciiaall ee H
Hiissttóórriiccoo aa ttrraavvééss ddeell TTiieem
mppoo
Muchas son las concepciones que se tienen acerca de la
VIDA como valor básico del ser humano.
GUILLERMO
CABANELLAS
en
su
Diccionario
Enciclopédico de Derecho Usual, nos da entre otras acepciones
las siguientes: La Vida “Es la manifestación y la actividad del
ser”; “Es el tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta la
muerte”; “Manera de vivir o costumbres y prácticas de una
persona,
familia
o
grupo
social”;
“Origen
del
ser
o
que
contribuye a su conservación o desarrollo”. 1
a)
EN LA FILOSOFIA
Dentro de esta ciencia de las ciencias, y desde Aristóteles a
la Escolástica, las definiciones de la vida giran en torno al
concepto de la misma como “movimiento inmanente”; ya que cuanto
Cabanellas, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo Activo.
Editorial Heliasta. Pags. 368-370.
1
2
se mueve por si mismo es viviente, y no hay vida en lo que no se
mueve por sí.
b)
EL PENSAMIENTO TOMISTICO
En la suma teológica, Santo Tomás, ahondando en su
exposición afirma que: “Hay dos clases de actividades: En
efecto, una es la acción que del agente pasa a algo exterior a él
inmutándolo de alguna manera; como, por ejemplo, la acción de
quemar o de cortar; y otra es la acción que no pasa a algo
exterior, sino que permanece en lo mismo agente; como la
acción de sentir, la de entender y la de querer.
En otro
pasaje agrega: “El nombre de VIDA se toma de
algo que en ella se muestra a la experiencia, esto es, el
moverse así mismo; si bien este nombre no se ha impuesto
precisamente
para
significar
esto,
sino
para
significar
la
substancia a la cual compete, según su naturaleza, moverse así
misma,
manera”.
o
ponerse
a
sí
misma en operación de cualquiera
3
c)
INICIACION JURIDICA
La vida posee varias bases de computación: para todo lo
favorable se entiende desde el instante de la concepción, porque a
la vida intrauterina – la existente o supuesta en el seno materno;
ya que la ley se rige en definitiva por los plazos normales de
gestación y cabe una retroacción hasta los diez meses anteriores
al parto cuando se trate en realidad de un sietemesino – se
extiende
la
protección
jurídica;
normalmente
se
considera
el
nacimiento con vida desde el corte del cordón umbilical, lo cual
determina la personalidad jurídica en los más de los códigos;
mientras en otros la vida jurídica en combinación viabilidad, no se
inicia sino a las veinticuatro horas de nacido.
Al respecto consideramos que en nuestra legislación ya está
superada la idea con respecto al inicio de la vida jurídica contenida
en la teoría de la viabilidad ya que al tenor del artículo 25 de la
Ley Transitoria del Registro del Estado Familiar y de los
Regímenes Patrimoniales del Matrimonio.
El cual reza así: Art. 25. En este registro se inscribirá todo
nacimiento vivo, es decir, la expulsión o extracción completa del
cuerpo de la madre, prescindiendo de la duración del embarazo,
del producto de la concepción que, después de tal expulsión o
4
extracción respire o manifieste cualquier otro tipo de vida, tal como
el
latido
del
corazón,
pulsaciones
del
cordón
umbilical
o
movimiento efectivo de músculos voluntarios, si hubiere o no sido
cortado el cordón umbilical y este o no unida la placenta.
La disposición antes citada contiene la Teoría de los Signos
de Vida, y como puede verse, la Vida Jurídica se inicia desde el
momento de expulsión o extracción completa del cuerpo de la
madre independientemente de que ya hubiere sido o no cortado el
cordón umbilical.
Es de hacer notar que nuestro comentario, es con respecto a
la Vida Jurídica, en relación a la Teoría de la Viabilidad, que
exige como requisito el corte del cordón umbilical y, la Teoría de
los Signos de Vida, contenida en la disposición antes citada, la
cual ya no exige dichos requisitos; Esta aclaración se hace para
evitar confusiones por la Protección Jurídica que los Estados
deben dar la vida, ya que dicha protección es obligatoria desde la
concepción y de lo cual hablaremos más adelante en el presente
trabajo.
d)
PERDURACION Y FINAL
5
Como término, la vida humana, para el Derecho, concluye en
la
muerte,
combinada
debidamente
a
la
falta
comprobada,
de
noticias
y
o
la
con
la
suposición,
ausencia
con
las
circunstancias de la desaparición y con la edad, que lleva desde la
hipótesis de una extinción fulminante de la vida, como en el caso
de naufragio en alta mar, hasta la de una prolongación exagerada
para asegurar la conjetura que se acerca en algunos casos al siglo
en la existencia humana.
e)
TRASCENDENCIA
La vida origina, para el derecho, la adscripción a una familia,
con la consiguiente legitimidad o el carácter del hijo, impone un
nombre o lleva a suplirlo; requiere en todo caso la inscripción en
los registros de los pueblos organizados lleva con ella el derecho
de observarla; manifiesto en el anhelo natural de los progenitores y
en el deber especial que la naturaleza impone a la madre; que lo
cumple con amor, salvo en los casos de la generación extrema o
desesperada
deshonra. La conservación individual de la vida
origina en los primeros años el derecho a los alimentos; y luego
empuja inexorable al trabajo o a la fácil reproducción genérica ya
sea a través de la explotación de las rentas propias o heredadas
6
como impulso de la especie, la vida conduce a la unión natural o a
la organizada; el Matrimonio.
f)
EPILOGO.
Hasta en su conclusión, la vida, que ha sido prenda incluso
del comportamiento social, ahí donde se ve amenazada por la
sanción mortal por ciertas infracciones, abre un capítulo de
extraordinaria vitalidad para el derecho: El de las sucesiones
mortis causa: pues sí, en cuanto al espíritu, el silencio y la
invisibilidad del alma del que muere plantean dudas para los
vacilantes y negaciones para los ateos, la real transmigración
del poder jurídico del titular del patrimonio no ofrece la real
transmigración del poder jurídico del titular del patrimonio no
ofrece discusión alguna a través de la sucesión que origina el
final de cada vida; Ya sea al menos cual piadoso recuerdo que
la familia del más misérrimo recoge de sus despojos, ya el
despiadado
botín,
que
los
mismos
compañeros
de
armas
arrancan de las prendas y de las armas del caído a su lado, y
antes de sepultarlo o abandonarlo.
Sin un individuo con vida, no cabe relación jurídica alguna;
ya que esta exige necesariamente un sujeto, titular del derecho
o de la obligación.
7
B
B.. E
Ell H
Hoom
miicciiddiioo eenn llaa H
Hiissttoorriiaa ddeell D
Deerreecchhoo
“EL DERECHO ES COMO SATURNO, QUE DEVORA A SUS PROPIOS HIJOS. Y NO DE
OTRA MANERA PUEDE RENOVARSE SINO ROMPIENDO Y RENEGANDO DE SU PASADO.
L A I D E A D E L D E R E C H O E S U N C O N T I N U O D E V E N I R ”.
El derecho es un producto de la vida social del hombre y
comienza a existir cuando este se organiza en sociedad, crece
con ella, evoluciona con la sociedad, y, como hijo póstumo de
las interrelaciones sociales, refleja en su contenido la esencial
cultural, moral, económica y política de la sociedad que lo
engendra;
influye
sobredetermina,
y
en
la
así
vida
social
y
la
vida
social
paradójicamente
el
derecho
lo
como
producto de la vida social, coadyuva a producir manifestaciones
de
la
vida
social;
con
razón
ha
dicho
IHERING,
que
“el
nacimiento del derecho es análogo al nacimiento del hombre,
pues uno y otro son un doloroso y difícil alumbramiento” 2
Al principio de los tiempos de nuestra época no había
derecho y estado, sólo el hombre en vida nómada, y por ello en
la época del comunismo primitivo no existían ni derecho, ni
Orlando Gómez López, El Homicidio. Tomo 1, Segunda Edición, Editorial Temis S. A.
Pag. 29.
2
8
delito,
y
menos,
comportamientos
simples
por
que
ello,
el
ocasionan
actuaciones
concepto
daño
individuales
a
de
otros
homicidio.
Los
hombres
son
desprovistas
de
todo
calificativo moral o jurídico, valores estos que aún no existían.
Es
la
época
de
la
horda
primitiva,
durante
la
cual
está
determinado apenas la formación biológica del hombre.
La vida, como bien fundamental que hoy es, no siempre
tuvo la misma valoración en las comunidades primitivas, y en
casi todos los pueblos, como lo anota Luis Carlos Pérez, la vida
no
se
respetaba
ni
tenía
idéntico
valor;
dependía
en
su
valoración de la clase social a que se perteneciera, se podía
matar al esclavo o al siervo, y fue necesario y largo proceso de
evolución gradual, para que se entrara a proteger la vida por los
gobernantes, y llegara este interés a tener la importancia que
hoy
en
día
tiene
para
la
sociedad
como
bien
supremo
y
fundamento de la actividad social.
En los primeros tiempos de la historia del hombre no se
castigaba la acción de dar muerte a otro, cada cual protegía su
vida, y ni la comunidad ni el incipiente gobierno se preocupaban
para
castigar
al
responsable,
tarea
que
era
dejada
venganza moral de su familia, como una reacción privada.
a
la
9
Las primeras formas de reacción fueron el castigo al que
mataba al consanguíneo concepto del que luego se pasó, en
lenta evolución, a tener también por homicidio la muerte del
igual; la prohibición de matar está referida solo al igual, al
inmediato, al de la misma raza o pueblo, al de la misma ley, y no
al extranjero, al apartado, al lejano y al que no pertenecía a la
misma comunidad.
En Roma, sólo con una ley atribuida a NUMA POMPILIO –
714 a 671 a.C.-, se sanciona como “parricida” al que da muerte
al hombre libre, excluyéndose de la protección al extranjero y al
esclavo.
Al
surgir
actividades
del
la
división
hombre
en
del
trabajo
sociedad
–
que
diversifica
guerrero,
las
agricultor,
pastor, artesano, etc.- da origen a la división de la sociedad, en
clases, las cuales, al ocupar distinta posición en el grupo social,
se aproximan por su propia actividad, unas más que otras, al
poder real, y con ello entran a dominar en el contexto social.
Dice Jesús Orlando Gómez en el Tomo I de su obra “El
Homicidio” 3 que la primera calificación que al hecho dañino se
le da en este momento la vida social, es el de una ofensa a la
3
Orlando Gómez López, el Homicidio, Tomo Segunda Edición Editorial Temis, S. A. Pag. 31
10
divinidad
–origen
divino
del
poder
-,
y
así
aparecen
los
conceptos de “mal”, y de “pecado”, que ya son impulsados por
conceptos sociales. Alrededor del año 2000 antes de nuestra
época irrumpe el imperio babilónico –baja Mesopotamia-, que
tuvo su máximo esplendor jurídico en el gobierno del sexto rey
de la dinastía, HAMMURABI.
El código de Hammurabi se refiere a la justicia, describe
algunas acciones delictivas y sus penas, las lesiones personales
y el homicidio, pero con un manifiesto criterio de clase social, de
suerte que el delito solo se puede cometer entre iguales o de
parte del esclavo contra el amo, es decir, el delito debe recaer
sobre el hombre libre o liberto, sancionándose como de menor
gravedad el homicidio sobre el esclavo.
En este código se diferencia el dolo de la culpa en el
delito. Aunque el homicidio solo está claramente prohibido en
casos especiales en que medían relaciones. Son los adivinos y
sacerdotes
primitivos
los
primeros
“jueces”,
que
juzgan
en
nombre de la divinidad.
En la medida que transcurre la complejización social, la
consolidación en un territorio, surge la ciudad Estado, y el delito
tomo el carácter de ofensa a la comunidad y al poder político, en
tanto la pena se concibe como una venganza pública contra el
11
infractor. A los dos períodos anteriores corresponden el Código
de Manú y los preceptos bíblicos, en los cuales el delito y el
homicidio se tenían más como ofensa a la divinidad que como
ofensa pública.
En la sociedad esclavista la dominación y explotación del
hombre por el hombre es una forma de producción que origina
un determinado tipo de valores jurídico. El derecho se concibe
en función de la clase dominante a cuyos intereses sirve; y, así,
se
entiende
que
siendo
el
derecho
dominación, solo se considere delito en
una
herramienta
de
-un principio- la muerte
del amo, y no la muerte del esclavo, por ser este un objeto de
apropiación. El delito tiene ya en este período más sentido
jurídico, y se considera como una conducta que pone en peligro
a la clase dominante.
C
C.. C
Coonnssoolliiddaacciióónn ddeell E
Essttaaddoo
Consolidado el estado –ciudad Estado- y con él una clase
dominante, aparece ya el delito como una ofensa del Estado. Y la
pena como una retribución por el mal causado; el Estado es quien
tiene derecho a legislar y a reprimir el delito; moral y derecho
12
toman diferencias claras, y en el contexto social aparece la figura
del juez, independientemente de los sacerdotes y del poder político
central. El Estado es el titular de la justicia, la responsabilidad por
el delito es cada vez más individual. Son ejemplos de esta época
las
legislaciones
de
LICURGO
para
Esparta
–siglo
IX
a.C.-;
DRACON –siglo VIII a.C.; SOLON –siglo VI a.C.- como puede
verse, la historia los lleva a comprender que el poder punitivo del
Estado viene desde hace muchos años, pues a partir de que el
Estado se consolida como tal, ya no es el particular quien se
encarga de castigar a través de la venganza, sino que el Estado es
el encargado de castigar a todo aquel autor de un delito.
En nuestro medio y en la actualidad la inevitable intervención
oficiosa del ministerio público al momento de perseguir al culpable
para que un tribunal lo sentencie en nombre del Estado.
Entre los siglos VI y V antes de Cristo, según las crónicas de
HERODOTO, se comienzan a distinguir los diversos grados de
homicidio dentro del concepto ya definido del homicidio como la
muerte del libre, y así, se habla del homicidio voluntario; del
homicidio del liberado y del homicidio como resultado de la
exacerbación y conturbación del ánimo; e incluso narra Herodoto
un claro caso de error sustancial que eliminó la responsabilidad del
13
matador; es el caso de Adrasto, huésped del rey Creso, quien en
una faena de cacería, al disparar “un dardo contra un jabalí, en vez
de dar en la fierra, da en el hijo del mismo bienhechor, en el
príncipe
infeliz
que,
traspasado
con
aquella
punta,
cumple,
muriendo, la producción del sueño de su padre”; y añade Herodoto
que
Creso, considerando, en medio de su dolor, que era la
“fatalidad del destino” la responsable de esta muerte, no castigó al
homicida.
11..
P
N
ON
ATTO
PLLA
El pensamiento antiguo alcanza con Platón su máximo
esplendor. En su obra de madurez, las leyes, proyecta el filósofo
toda una legislación sobre el derecho y el delito. Concreta
claramente diversos tipos de homicidios, así: Piensa que en el
Estado
debe
considerarse
el
homicidio
voluntario
como
un
crimen grave, mientras que el homicidio cometido sin intención
en los juegos públicos, en la guerra en los ejercicios militares, o
en una intervención médica, no da lugar a responsabilidad y su
autor debe ser declarado inocente. “Ya que hemos comenzado
por
los
homicidios,
comencemos
por
los
violentos
e
involuntarios; si alguno en los combates y en los juegos públicos
al
matar
a
su
amigo
sin
intención,
ya
muera
este
14
inmediatamente, a consecuencia de los golpes recibidos, ya
poco después; lo mismo que tiene la desgracia de que le suceda
esto en guerra o en los ejercicios militares que se hagan por
orden
de
los
magistrados,
sin
armas
o
con
ellas,
para
representar mejor lo que pasa en la guerra verdadera, en todos
estos
casos
será
declarado
inocente.
La
ley
declarará
igualmente inocente a todo médico en cuyas manos muera el
enfermo, cuando no ha habido culpa de su parte”.
Asimismo distinguió el homicidio en ímpetu de ira o de
dolor, el homicidio agravado, por precio.
El summum de su pensamiento jurídico fue tan rico, que
podemos
afirmar
que
casi
todas
las
formas
especiales del
homicidio que él proyectó hoy subsisten, y no solamente abordó
la
punibilidad
excluyentes
de
de
los
hechos,
responsabilidad
sino
el
también
las
desconocimiento
causas
de
la
prohibición elimina la responsabilidad.
La principal agravante del homicidio o la muerte del hijo
por el padre; para Platón merecieron especial tratamiento el
homicidio sobre la mujer, el hermano, y en especial el homicidio
por
cólera
o
temor,
el
homicidio
con
dolo
deliberado,
homicidio por precio – al cual denominó “por asesinos”-.
el
15
Propuso en su legislación la defensa presuntiva: “Si alguno
sorprende de noche en su casa a un ladrón, que va en busca de
dinero, y lo mata, será declarado inocente.
“Lo será igualmente, si en pleno día mata defendiéndose
del que intenta despojarlo. Todo marido que sorprenda a alguno
haciendo violencia a su mujer, está autorizado por la ley a darle
muerte”.
22..
A
AR
RIIS
STTO
OTTE
ELLE
ES
S
Igualmente, aunque Aristóteles no propuso una legislación,
si se refirió en extenso en su moral Nicómaco al delito y a su
estructura subjetiva; Distinguió cual consumado maestro el dolo de
la culpa, la ausencia de acción y la acción por coacción, el caso
fortuito, el error en el golpe, el dolo de ímpetu y su diferencia del
dolo
deliberado,
enseñando
que
es
esencial
para
el
delito
intencional la existencia de un conocimiento y una voluntad al
momento de obrar, la intención es la base del delito, y n hay
conducta
voluntaria
cuando
el
delito
es
consecuencia
de
la
ignorancia invencible o de una fuerza a la cual no se puede
resistir”.
33..
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OS
OM
OS
SR
RO
16
Los romanos aunque menos especulativos en filosofía y
concepciones abstractas del delito, fueron más aventajados en
la concreción de las leyes penales, distinguieron el dolo de la
culpa pero no castigaban la muerte involuntaria, aunque podía
tener sanción disciplinaria. Merece destacarse la ley de las doce
tablas que reglamentaba el ejercicio de la venganza privada,
estableciendo jueces para aplicación de la pena capital.
Conforme a esta ley era lícito matar a los hijos deformes
en la roca Tarpeya así como el ladrón nocturno.
Aunque en la época de la república no existía propiamente
un derecho diferenciando, si existían diversas leyes penales y
reglamentos sobre aspectos procesales, la lucha encarnizada
entre el patriarcado y la plebe romana se obtuvo la conquista de
la ley escrita –asintiendo el senado a mediados del siglo V para
que las leyes fueran escritas y publicadas- y así, una comisión
conformada por patricios y plebeyos redactó un código grabado
en doce tablas de bronce –año 450 a. C.- que recogía el derecho
consuetudinario.
44..
D
DE
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NIIC
CO
O
17
El
derecho
germánico
tenía
como
fundamentos
de
su
sistema punitivo la venganza privada y la composición, pudiendo
los familiares del muerto vengar el delito, salvo que hubiese
contraprestación económica; admitía la justificante de la defensa
justa en el homicidio, distinguía el homicidio y el infanticidio.
5.
D
DE
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ÓN
NIIC
CO
O
El derecho canónico por su parte distinguía el homicidio con
dolo y el homicidio pretentencional, las calificaciones cuando la
víctima era pariente y en forma especialmente grave el homicidio
por
veneno,
el
homicidio
doloso
distinguido
del
culposo,
y
siguiendo la tradición bíblica no se sancionaba el homicidio en
defensa, ni el cometido sobre el ladrón nocturno, pero sí el
cometido sobre el ladrón diurno.
66..
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El derecho penal español es hijo de la tradición romana. El
digesto contemplaba los primeros antecedentes del homicidio
bajo el nombre de Lete Pompela desparricidiis, teniendo en
cuenta
para
la
punibilidad,
más
el
desconocimiento
de
los
vínculos de afecto que los de sangre. El Fuero Juzgo distinguía
el
homicidio
voluntario
del
involuntario,
la
muerte
a
18
consecuencia de la herida se castigaba como homicidio, lo
mismo como la muerte ejecutada como resultado de juego o
riña. Leyes posteriores fueron el fuero viejo de castilla del siglo
XIII; el fuero real, de 1255, que regulaba el homicidio cometido
en legítima defensa, el homicidio cometido cuando la víctima era
encontrada
yaciendo
con
la
mujer,
la
hija
o
hermana
del
homicida, y la muerte legítima sobre el ladrón nocturno o cuando
“se matare por ocasión o socorriendo a su señor”.
La ley de las partidas de Alfonso El Sabio, de 1256.
Consagra
un
capítulo
al
homicidio,
previendo
el
hecho
en
defensa legítima del honor, el homicidio en contra del ladrón
nocturno
que
es
justificado;
no
se
sanciona
al
loco,
al
desmemoriado o menor de diez años y medio de edad; se
condena al médico imprudente, o al boticarios que vendían a
sabiendas remedios mortíferos, la mujer embarazada que ingería
algo para abortar, el juez que dictaba sentencia injusta y el
testigo falso en proceso con pena capital.
Otras leyes que se citan son: el ordenamiento de Alcalá.
1349, la suma de las leyes penales, 1639, leyes que inicialmente
se aplicaron en América, y que sirvieron de punto de partida
para las primeras legislaciones nacionales.
19
D
D.. E
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Grraavvee
Dice Orlando Gómez López en su obra “El Homicidio”,
“El homicidio para que el hombre como ser natural y ser social
es la conducta más repudiable, porque al atacar la vida de una
persona, se pone en peligro la seguridad de la vida social”. 4
Su castigo eficaz responde a la necesidad urgente de dar
seguridad a la vida social, única forma de existencia del hombre.
Al atacar a un hombre se ataca a la sociedad, al atacar a la
comunidad se ataca el hombre, porque el humano es y será
siempre un ser gregario, que apareció en sociedad en incipiente,
y vive en una sociedad hoy desarrollada, la vida social es la vida
humana, y requiere por ende un mínimo de seguridad que
posibilite el despliegue de sus propias fuerzas.
A pesar de ser el homicidio la acción más repudiable, el
hombre atenta contra el mismo hombre no por una excepción
general, sino porque ha sucumbido ante los estímulos que
orientaron su comportamiento.
4 GOMEZ LOPEZ, JESUS ORLANDO, EL HOMICIDIO, Tomo I, Editorial Temis. S.A. Pag.
11
20
El fundamento de la responsabilidad penal está, no en la
consideración del delito como un acto libre sino en la base de
que el hombre, si se hubiese esforzado habría podido liberarse y
actuar
con
autodeterminación,
es
decir,
el
hombre
es
responsable porque niega su libertad, por “no ser libre”, cuando
pudo serlo.
¿Es hoy el hombre el peor peligro para el hombre?
Paradójicamente, no son ya ni la peste, ni el hombre, ni los
fenómenos naturales, ni las enfermedades ni los impulsos del
genotipo, el mayor peligro para la especie humana la terrible
verdad es que hoy el hombre político es quien representa, con
todas sus contradicciones económicas y políticas, el peor riesgo
para la existencia de la especie humana.
Es claro para nosotros que el homicidio es el crimen más
grave
que
se
pueda
concebir,
y
el
que
merece,
en
sus
modalidades más repudiables, mayor sanción penal. Con el
homicidio no sólo se afecta al individuo en particular sino que
ataca a la especie, y por ello produce una reacción psicológica
de terror y desconfianza en la sociedad.
21
Pero no hay homicidio como quería FERRI, sino homicidios
(salvo que nos encontremos ante el hecho de un demente), es
decir acciones que atentan contra la vida de otros hombres y
que en ciertas circunstancias, merecen el repudio general.
Sólo las circunstancias hacen de una muerte un homicidio,
pues existiendo justa causa, el hecho no es un homicidio; ello
demuestra que el homicidio radica más en el desvalor de la
acción, que sólo en ciertas circunstancias recibió el hombre.
Las leyes que regulan el homicidio deben establecerse
atendiendo a las condiciones materiales, culturales y morales de
la población del Estado, sin seguir la costumbre extrangerizante
de imponer novedades jurídicas para prohibir con más o menos
sanción una forma de crimen que otra.
El Homicidio como Crimen más Grave es impulsado por
la
misma
sociedad
(hombre
social),
con
sus
privaciones
y
privilegios, con sus hartasgos y sus penurias cuando despoja al
hombre de la tierra, no ofrece trabajo con sus condicionamiento
racista o religiosos, con el abuso del poder, con la ignorancia,
etc. El Estado y los sistemas políticos en pugna crean en el
hombre
un
clima
de
violencia
y
temor,
con
las
continuas
22
matanzas patrocinadas por los regímenes de turno, sobre todo
en nuestra América.
En relación a la vida e integridad personal, el panorama de
aumento de criminalidad e inseguridad es aterrador, porque
aspectos como la violencia y también la delincuencia común
están desbordadas.
En todo caso, la vida ha de protegerse sin que importe la
condición social la armonía de formas, la utilidad social; ni el
credo, ni el sexo ni la religión o edad influyen en la necesidad
de protección penal, aunque sí sirvan para determinar tipos
especiales, o particulares formas de comisión, es homicidio
matar tanto a un recién nacido como matar a un anciano, aunque
la muerte del infame pueda ser un tipo especial –infanticidio- en
determinados casos; tampoco influye el grado de vitalidad que
tenga el sujeto, pues tan homicidio es dar muerte al moribundo
como al fuerte: aunque en determinadas condiciones pueda
darse
un
tipo
especial,
como
el
homicidio
eutanásico,
lo
importante es que haya un ser de la especie humana con vida.
La vida no es un “bien jurídico como creación del derecho,
es, más bien, en un sentido más fundamental, la razón de ser de
todos los derechos; la vida como valor precede al derecho, el
23
cual no lo crea ni reconoce, solo regula su disfrute y trata de
protegerla, aunque la vida sea así un “objeto de protección
jurídica” y por ello se denomina, en el argor técnico un “bien
jurídico”; no es, repetimos una creación que se origina en el
derecho, más bien el derecho es una creación de la vida social
del hombre.
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E.. E
El papel del Derecho Penal es muy secundario, pues él no
evita que el asesino mate; por ello la verdadera protección a la
vida no radica en penar el homicidio, sino en eliminar las
circunstancias que favorecen su producción.
El derecho es una creación de la vida social del hombre, y
por ello es una herramienta para realizar su convivencia social.
Todo derecho tiene como objetivo final el favorecer la vida en
sociedad
y
con
ello
mejores
condiciones
de
existencia;
el
Derecho Penal busca a través de la sanción proteger la
VIDA.
Amenazando
con
sanciones
a
quien
atente
contra
el
hombre y aplicando las sanciones a los sujetos responsables.
24
Pero
el
verdadero
objetivo
del
derecho
penal
no
es
tanto
sancionar el delito sino prevenirlo y previene el homicidio no
solo castigando la acción homicida misma, sino también una
serie
de
comportamientos
de
los
cuales
pueda
derivar
el
homicidio.
El
Derecho
sancionadora;
a
Penal
través
cumple
de
la
una
función
intimidación
preventiva
general
pretende
evitar, desmotivar el homicidio, y con la imposición de la pena
busca resocializar al delincuente para que no delinca.
El
Derecho
Penal
cumple
una
función
eminentemente
sansonatoria, es decir, castiga el daño ocasionado pero por su
finalidad es no solo sancionatorio sino también preventivo, por
cuanto
busca
evitar
la
futura
comisión
de
nuevos
hechos
punibles.
La vida es el supremo bien del hombre. Fuera de ella este
nada posee innatamente. Ni siquiera su razón, la que solo
adquiere en el desarrollo de la vida social.
El Español Francisco Muñoz Conde en la Parte Especial
de su obra Derecho Penal, dice que “En los delitos contra la
25
vida humana independiente se tutela la vida desde el nacimiento
hasta la muerte” 5.
El
momento
en
que
comienza
la
vida
humana
independiente es discutido. Para unos, la vida humana comienza
ya
en
el
momento
del
parto.
Otros
exigen
la
respiración
autónoma del recién nacido y, finalmente, otros requieren la
total separación del claustro materno.
Para Gimbernat en Quitano pag. 504-505 citado aún por
Muñoz
Conde,
lo
decisivo
es
que
la
criatura
haya
salido
totalmente al exterior, independientemente de que haya sido
cortado el cordón umbilical o de que el niño haya respirado,
pues la conducta aparece como más reprobable, si el autor mata
a un ser que percibe directamente, caso del homicidio o del
infanticidio, que si causa la muerte de quien se sabe en el
claustro materno, pero sin que haya establecido una relación
visual inmediata –aborto -; en el primer caso se precisa una
mayor energía criminal que en el segundo.
Este criterio que podríamos llamar de la percepción visual
parece, de cara a la práctica, bastante fácil de constatar y
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal Parte Especial, Tirant 1º Blanch, 11ª.
Edición. Pag. 28
5
26
puede utilizarse como criterio diferenciador entre la vida humana
independiente y la dependiente, y, al mismo tiempo, se puede
combinar
con
la
tesis
tradicional
de
que
la
vida
humana
independiente comienza desde el momento del corte del cordón
umbilical.
Una vez comprobado que el ser humano ha nacido en el
sentido antes señalado, es necesario constatar también que el
nacido ha vivido separado de la madre. No es, en cambio,
necesario que sea viable, es decir, que tenga aptitud para seguir
viviendo.
Y,
desde
luego,
tampoco
es
necesario
para
la
protección jurídico penal que haya vivido las veinticuatro horas
que el Código Civil exige para otros efectos completamente
ajenos a los penales.
La protección de la vida humana termina con la muerte real
de la persona. En la actualidad, a causa de los trasplantes de
órganos, es muy discutida la cuestión del momento exacto de
terminación de la vida humana. No basta con el cese de la
respiración o de los latidos del corazón ya que no son datos
definitivos. Hay casos en los que tras constatar estos hechos el
sujeto ha seguido viviendo después de una respiración hecha
boca
a
boca
o
de
un
mensaje
cardíaco.
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