Derecho a la intimidad frente a derecho a la información en el

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Derecho a la intimidad frente a derecho a ia infarmación en el
ámbito de la Estadística Oficial *
por ADORACION DE M IG UEL CASTAÑO
Instituto Nacionel de Estadístice
I.
INTRODUCCION
La creciente preocupación de todos los gobiernos, así como de los ciudadanos,
respecto a los problemas relativos al derecho a la intimidad, y a la influencia que sobre
la protección de este derecho tiene el enorme desarrollo de la tecnología informática,
plantea la necesidad de que el Instituto Nacional de Estadistica, organismo cuyas
funciones est^n muy directamente relacionadas con estos temas, analice las implicaciones que los nuevos enfoques de protección de la confidencialidad y del derecho a la
intirnidad puedan tener para el desarrollo de su labor en un próximo futuro.
E1 secreto estadfstico, que «garantiza, por parte del personal del Instituto, el absoluto secreto de los datos primarios de carácter individualN ** debe ser concretado y
reforzado, adaptándolo a los nuevos condicionantes sociológicos, tecnológicos, etc.
Sin embargo, la solucián no es fácil, porque un plantea.miento en el que el derecho a
la intimidad y la oblig,ación del secreto fuesen llevados a sus últimos extremos, restrin(*} Este artículo, procede de un informe solicitado por la Fonencia mixta Consejo de DirecciónJunta de Gestión, creada con objeto de estudiar el secreto esta,dfstico; la finalidad del informe era
servir como documento de trab^jo para elaborar los principios que, sobre el secreto estadfstico,
habrán de ser incluidos en el borrador de anteproyecto de la nueva Ley de Estadistica, que está
siendo estudiado en el Consejo de Dirección.
(**}
Preámbulo de la Ley de Estadfstica de 31-XII-45.
4fi
ESTADISTICA ESPAI^OC^A
giría gravemente el derecho a la información, que asiste tambi^n a todos los ciudadanos, e impediría que el INE cumpliera su finalidad de «asegurar que la informac^ón
correcta se ponga a disposicián de la persona adecuada en el momento opor^uno^^ .
Es preciso, por tanto, que el INE estudie en profundidad el prc^ ^blema, tomando una
postura definida y clara con respecto a los principios que han de regular el derecho de
acceso a la información estardística y a los r..ndamentos y normas de protección del
secreto estadístico, ;ernas que, por su íntima relación, na pueden por menos que ser
tratados conjuntamente.
Tambi^n es necesatio que, en las futuras disposiciones legales que habrán de regular
el derecho a la intimidad, desarrallando el artículo 18 de la Constitución *, se tornen en
consideracián las peculiaridades propias de los datos estadísticos, todo ello contand^o
con los peligros que puede representar, pero también con las ayudas que puede proporcionar, la moderna tecnológía informática en el preocupante problema de la pmtección
de los datos alma^cenados en soportes de ordenador y tratados por estos potentes
^
nnedios electrónicos.
Sin embargo, como se acaba de señalar, no es posible desligat el seereto estadístico
del derecho a la información, par lo que se ha considerado que una exp^a ^sición general^
del problema, mucho más amplia, en principio, que lo que se refiere específicamente al
secreto estadístico, es conveniente can objeto de analizar los diversos condicionantes y
de establecer el mar^co donde se insertará el tema que nos ocupa.
La finalidad del presente artículo es, por tanto, contemplar e1 secreto estadístico, la
protección de este tipo de datos, y el derecho a la información ^ estadística, en el
contexta de los nuevos plantearnientos generales relativos al derecho a la fntimidad y al
derecha a la informaeción, suscitando entre los estadistico^ una inquietud --que no
ante estos problemas que son, no sólo de
dudamos ya existe en muchas casos
indudable aetualidad, sino más aún, de una extraordinaria importancia para el futur^o
desarrollo de la Estadística y con u^na repercusión fundamental en las actividades del
Instituto; por otro lado, las ideas que contiene podrian servi^r.de base de discusión para
llegac a los principios que han de regir estos temas, principias que tendrían que quedar
plasmados con claridad en la nueva Ley de Estadística.
(*) Ya escritas estas líneas, los medios de comunicación han recogido la noticia del estudio, pnr
parte del Consejo de Ministros, de un nuevo proyecto de ley que regula el derecho a la intimidad y
a la propia imágen, así como su remisión al Congreso de los Diputados. Este proyecto de ley,
dtnominado «Protección C^vil del derecho^ al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia
imagen» , publicado en el Boletin Ofic ial de las Corte s de 19-XII-7'9, sblo atañe al párrafo 1 del
artículo 18 de 1a Canstitución, no haciéndose en ninguna parte del proyecto alusián alguna a la
Inform^it ic a.
DERECHO A LA 1NT1MiDAD FRENTE A DERECHO A LA INFORMACtON
tI.
47
,
DERECH4 A LA INTII^+IIDAD FRENTE A DERECHO A LA 1NFORMACION
El derecho de información que nos asiste, como parte integrante de un cuerpo
social, está, en cierto modo, contrapuesto a otro derecho individual, que tambi^n ha de
ser asegurado por los poderes públicos, el de la protección de nuestra intimidad contra
los ataques a que se ve sometida par un conjunto de agentes, entre los cuales destaca,
sin ser ni mucho menos el único, la Informática.
Surge, por ta.nto, una pugna entre estos dos derechos, a veces difíciles de compaginar: el derecho a la información y el derecho a la intimidad.
E1 grado de eficacia de la Informática ha hecho crecer el temor, justificado en
ocasiones, pero en otras no muy racional e incluso demagógico, de que el ordenador,
con su capacidad de almacenamiento casi ilimitado, su recuerdo prá^ticamente indefinido y su facilidad de recuperación de los datos, supone un inmineñte peligro para la
libertad del hombre, el cual se ve amenazado en su derecho inalienable de «decidir por
sí mismo en qué medida quiere compartir con otros sus pensamientos, sus sentimientos
y los hechos de su vida personal» .
Nuestra reciente, y todavia no completamente desarrollada, Constitución recoge este
derecho en su artículo 18 *, en el cual hace incluso, aunque con palabras poco afortunadas en mi opinión, una alusión a la Informática, diciendo que «la ley limitará el uso
de la Informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los
ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos^ ^ .
Es necesario, indudablemente, regulur
más bien que limitar- el uso de la Infor-
mática, evitando los peligros que se deriven de la inapropiada utilización de unos
instrumentos, como son el ordenador y los bancos de datos que, por su potencia y
capacidad, han agravado, aunque no creado, las arnenazas que se ciernen sobre el
individuo respecto a su derecho a conservar la intimidad de su vida privada.
Existen medios legales de proteger la intimidad sin caer en posiciones extremistas.
Así, en la mayoría de los países occidentales (Suecia, Alemania, Estados Unidos,
Francia, etc.) se han desarrollado leyes de protección de los datos, en las cuales se
regula la utilizac ión de los ordenadares de cara a este problema, pero sin renunc iar a
una información imprescindible en nuestro mundo actual, ni paralizar el desarrollo de la
Informática.
En España, aunque todavía no existe una ley de carácter general que desarrolle, en
su totalidad, el artículo 18 de la Constitución, sí se expresa, en ciertas disposiciones
(*) . Ver Ilamada de la página anterior.
ESTAD^1sT'ICA BSPAI^t)LA
anteriores a la Constitución, la obligatoriedad de mantener ei secreto de informaciones
consideradas como confidenciales y conocidas en el ejercicio de su cargo ---^delito
tipificado en el Código Penal, genéricamente, para cualquier clase de funcionarios,
como «violacián de secr^etos», arts. 367 y 36&-; también la Ley de Funcionarios
Civiles del Estado de 7 de febrero de 19^64 en sus arts. 8o y 88, trata del secreto
profesional; otras disposiciones regulan diversos tipos de secreto profesional, entre
ellas, la Ley de Estadística de 1945, en la que se establece el secreto estadístico.
En lo que se refiere al otro aspecto del probletna el derecho a la información, es
indudable la rea^idad que enc^erra la conocida firase de que la información es poder, y
desde luegn se ha de tender a eliminar en lo posible la concentración de esta fuente de
poder, haciendo efectivo el derecho que todos tenemos a conseguir una información que
nos sirva de ayuda en la toma de decisiones, y permita un control democrático del
Gobierno y de 1as instituciones del Estado.
En este sentido se orientan las normas legales y administrativas de varios países.
Así, Suecia dispone de un sistema original que se remonta aJ año 176ó y que
reglamenta el libre acceso de ios ciudadanos a los archivos públicos. También, en
virtud de la ley constitucional de dicho pais «todo ciudadano sueco tiene el derecho a
arcceder a todos los documentos oficiales que no sean tenidos como secretos en virtud
está
de una ley especial^. «Este derecho de acceso --o libertad de información
considerado como garantía de la protección de los ciudadanas: permite al conjunto del
público, comprendida la prensa, controlar la actividad de los poderes públicos y constituye una base para los debates de grupo que son un elemento tan importante en la
democracia^. [21]
En Estados Unidos, en el Acta de Lí^ertad de Información (Freedom of^ Information
Act) de 1914 [20] se requiere a las agencias Federales para que faciliten cualquier
registro o docurnento en su posesión a los individuos que así lo soliciten, estableciéndos+e también en la misma las excepciones a este principia general; excepciones que
permitirán denegar la entrega de los datos cuando existan las suficientes raz^ones para
ello (v.g. violación del derecho a la intimidad^.
Pero el problema es que esta libertad de acceso, debido a las facilidades que
proporciona un con^junto de medios tecnológicos, entre ellos y de forma especial la
Informática, puede ser utiliZ.a.da con otros fines --v.g, comerciales- ajenos a los
originales de control democr^tico de los poderes públicos; y de esta farma, la libertad
individual se ve amenazada por el principio mismo que estaba destinado a protegerla.
Para hacer frente a este problema, y llegar a una utilización correcta de la libertad
de a^eceso, eliminando posibles desviaciones que se pudieran producir, Suecia, al igual
[)ERECNO A r.A IN'rlMlt)^1p H'REN'rF. A t7ERF.CNO A I.A INF=t)RMAt"It)N
^y
que utrus p^títies. regul^t. ^x^r l.cy de I I de m^^yu dr.^ I y7^. I^t prt ^ tecc ión dc.^ I(^^ d^ttu^; de
tipu pers^^n^tl, c^^nti^cndu a la C,umisión dt^ In^;pec.•ción de C)^ttt^^, I^t^ medid^t, tcndt`nte^ <t
^ttitgurar lus derNChus cít I^ts pc^rs^^nati .t su pr'^^pi^t intir^^id^id. ^ I I(
E1 utrY^ derechc^ tn c^^ntlic:t^^, cl dercch^^ ^t I^t infc^rm^tcicín, ^;c^ r^^cc,nc^c^^ también c.^n I^t
mayuría de lus países. Por ejemplu, en Fr^tncia existt^n div^.^rs^^ti ducumentus y e^hras
que lu tratan; así, en el libru «L'tnfurmatique d^ms I'Administrrtti(^n Hrrtnç^ti^e» ^ K^ nus
ha parecidu de interés la parte que ^e ucupa de ^^te tem^t, y yue recubem^^s ttxtualmente:
«Los principius de una verdadera demc^cracia exigen que el derecho a un^t in#«rmación igual esté abierto para tudus: c^ida ciudadanc^ detenta este derechc^, yue el Estadc)
no puede munupolizar, y much^.^^ rnenos, una t-racción de I^r n^tción.»
«^iñéndonos particularmente al Fstadu, en d^^nde lus ^ervicic^s dispc)nen de t^icheros
y de centrus de tratamientu y los utilizan para prc^cesar infi^rmación --pc)r ejempl(J cun
fines estadísticos--, no es conveniente que tenga el m^nopolio de las intt^rmaciones que
detenta ni tampoco de los tratamientos que sobre dichas informacit^nes :^e realizan. E I
juego democrático debe llevar a los poderes públicos a autorizar el accesu {^r esta
infurmación poseída por el Estado, y a la cual Ic^s medios de trat^cmiento pc^r- c)rdenadur
vienen dando un valor mucho mayor.»
Varios organismos franceses, entre lus cuales se debe destacar el C'cansejo de Estadc^
y la Comisión de información Económica del Vt Plan, han tratado el tema, y aunyue no
existe una unanimidad de criterios, sí hay ^^cuerdo en Ic^ti principios, yue son los
siguientes:
A> En materia de infurmaciones contenidas en los hancos de datus, se
debe distinguir entre datos de «<•urcic^rt-r ^^«^r1i^^^^Yr^^^^ A^ y datc^s tie r^ t^urúctc^r
gPnerctl^^ .
La circulación de los datas numinativus debe ser limitada y c^ntrolada,
con el fin de asegurar el respeto a la vida privada y a tas libertades
individuales; mientras que por el cuntrario, es conveniente ampliar lo más
posible el acceso a los datos de carácter general, infurmaciones de orden
estadístico, económico, soc ial o cultural, lvs cuales, sin permitir identificar
a los individuos, son para los Poderes pr^blicos, las empresas y los ciudadanos, instrumentus indispensables de conocimiento y de acción.
B)
La Informática, cuyo efecto es potenciar las posibilidades de la
información, debe actuar de furma que el empleo de los ordenadores no
SO
ESTAD^STiCA ESPAPo4A
suponga en ningún caso una restricción del dominio de las informaciones
públicas.
Pbr ejemplo, las posibilidades de acceso a la informacián serian recortadas en la práctica, si determinacios datos sólo se le entregasen al usuazio
en soporte magnEtico, obligándole a utilizar unos medios informáticos que
le podrían resultar excesivamente costosos.
También es importante que, cuando ciertas decisiones se han ba.sado en
cálculos realiz,ados automáticamente, naclie intente aprovecharse del prestigio que, hasta ahora, gozan los documentos sali+dos del ordenador. Asf, se
ha de tener la posibilidad de conocer los datos que han servido de base a
una decisión -siempre que no estén proteg.idos por normas particulares de
secreto , así como de saber los cálculos y operaciones realizados con
ellos.
C) Debido a que la recogida, el almacenamienta y el tratamiento de los
datos son extremadamente costosos, la Informática puede presentar, paradójicamente, el riesgo de restringir, en la práctica, el acceso a la informacián, limitándolo a los P+a^deres públicos, a las gandes empresas, o a
organi^aciones privadas, que poseyeran los medios y las instalaciones necesarias.
Así, se restringiría de hecho la libertad de acceso, si ficheros volumisblo se
nosos que existiesen en soporte magnético -v.g. el nomenclátor
papel impreso
proporcionasen a los particulares en soporte tradicional
ya que, con ello, se obligaría al usuario, siempre que desease someterlos a
un tratamiento automático, a transcribirlos a otro tipo de soporte, con los
costes que implicaría tal operación; costes que, en la práctica,, sólo podrían
ser afrontados por ciertas empresas con la suficiente potencia econámica,
vulnerándose el principio de igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos al establecer artificiosamente venta^jas para aquellos mejor dotados
económicamente.
Este tema del coste de la informacibn, está íntimamente relacionado con la fijacián
de tarifas; problema particularmente grave, si se tiene en cuenta el riesgo que supane el
establecer unos precios de acceso a la infor^rnación, por la desigualdad que se puede
producir entre la^s distintas categorías de usuarios y porque se puede llegar a poner en
duda la noción misma de servicio público. Sin embargo, la gratuidad total implica
riesgos no menos graves, dados los presupuestos necesariamente limitados de los
diversos servicios públicos, así como por el desbordamiento de las demandas que se
t)F.RECN{) A t_A IN'rIMIDAD f-'RENTE A DERECH{) A E.A INFURMACION
Sl
prc^duciría si nu existiese un sistema que las limitase, evitando todas aquellas que no
tengan una justifícación real.
Para cc^nciliar etitas exigencias, en parte contradictc^ria^, y evitar que la fijación de
tarifas supti^nga una limitación a la promoción y desarrc^llo de la información, la Comisión de Inforrnación Económica del Vl Plan de Desarrollo francés, ha llegado a las
;^iguientes conc lusiones ( 8J :
No emplear la fijación de t^rifas más que sobre ciertos elementos del
coste de difusión (por ejemplo, coste del soporte, tado o parte de
tiempo de los ardenadores, todo o parte de los gastos de personal
afectado a la difusión, tudo o parte de los gastus generales), estando la
parte re stante a c argu del E stado;
Curregir las efectos de la desigualdad econórnica de los diferentes usuarios, bien prac tic:ando una tarific ac ión diferenc ial según categorías de
usuarios, bien aplicando una tarificación uniforme acompañada de una
política de ayuda directa a ciertas categorías, definida en el marco de
una apreciación general de sus medios;
Definir un «núc leo de informac iunes» cuya carga de difusión cornpetería
enteramente al Estada. Así, ciertas informaciones serían objeta de un
tratamiento sisternático (tat^las con los princ ipales resultados del Censo
de Población, Contabilidad Nacional, Indices de Precios de Consumo,
etcétera), y serían difundidas por medio de publicaciones disponibles a
coste reducido, no excediendo en principio del coste de publicacián o
de reproducción; por el contrario, aquellas que necesitasen un tratamiento a medida tendrían un coste para el usuario, que cubriese todo 0
parte de los gastas de acceso (tratarniento y difusión).
En las párrafos que preceden se pane de manifiesto, y no queremos dejar de Ilamar
la atención sobre ello, la diferencia que, respecto al problema que nos ocupa, existe
entre datos de carácter nominativo y datos, que denomina el autor, «de carácter
general» -informaciones estadísticas, económicas, sociales, etc.-; respecto a los primeros, se debe limitar y controlar la circulación de la información, mientras que, por el
contrario, los segundos deben estar totalmente a disposición del público, con las únicas
restricciones impuestas por un posible atentado a la confidencialidad que pudiera producirse en algunos casos.
También, queremos destacar que los principios que, sobre tarificación de acceso a la
información, han emanado de la Comisión de Información del VI Pla^n de Desarrollo
JL
E^7'I^D1S77CA F.3^AI^L)t.A
francés son ap[icados, desde hace años, en :^us lineas generales, po ^r el INE, s^un cuand^o
no estén recogidos de forma expresa en ningún documento ;.
Vem©s, por tanto, que en la normativa legal de otros paises es ^encralmentt
admitida la existencia de un derecho a la información; y aunquC nucstra Constitución
sf^lo reconoce, de forma expresa, este derecho a las Cámaras ^-^art. 104 , es indudable
que la informacibn elaborada por la Administrsción no debe ser monopolizirda po^- ^ata,
ni aun si+quiera por las Instituciones estatales, sino que ha de ser considerscla, como un
bien público, poni^ndola a disposición, no sólo de 1os ór^anos de deciaidtt del Esta^do
--Ejecutivo, Parlamento, etc. , sino tambi^n de las economías privadas -^-^tnp^neaas,
sindicatos-, investigacicín cientlfica y gran público.
Evidentemente el desarrollo de los ordenadores y los bancos de datos, al facilitar la
rápida y menas costosa circulación de la informacián, al mismo tiempo que rtsultan ser
una ayuda eficaz para conseguir hacer realidad el derecho a la informacián, ta^ttb^én
presentan un evidente peligro para nuestras liberta+des individuales, y respecto a nuestro
derecho de conservar la intimidad de nuestra vida privada.
La definición de una política general de la informa^cián que contemple t^o+c^oa ostos
aspectos, abordando el problerna con ponderación y sentido de la realiríad y buscattdo
el adecuado punto de equilibrio entre ambos derechos es imprescindible y ur^nte. En
este marco habrfan de desarrollarse las nuevas normas relativas a1 derecho a 1a información estadistica y al secreto estadístico.
Pero, al mismo tiempa, sería también deseable que en las disposiciones legs^les de
tipo general que regulen e1 dere:cho a la información y el derecho a la intimidad, se
tengan asirnismo en cuenta las peculiaridades propias de la informac^ión estadística,
estableciéndose excepciones respecto a la aplicación de cierias normas, en el caso de
los datas estadísticos, cuando se planteasen graves problemas de tipo práctico, y
siempre que se considerase que su confidencialidad estaba suficientemente protegida
por otras disposiciones legales -secreto estadfstico-.
Ili.
EL PROBLEMA DE LA PROTECCION DE LAS LIBERTADES
INDIVIDL,)ALES
DERECHO A LA INTIMIDAD Y C(3NFIDENCIALIDAD
DE LO^ S DATOS PERSi7NALES-- EN LA ERA•INFORMATICA
Aunque no se puede decir que el tema del derecha a la intimidad y a la protección
de la cunf denc•i^lidad de los datos personales haya nacido con la lle,^ada dz bs
(*) Pensamos, sin embargo, que no es suficiente con aplicar estos principios, sino que es
imprescindible yue sean formaliza^dos, de modo que las líneas generales sobrr el derec^o de acceso
a la información y la f^jación de tarifas queden establecidas en la nueva L.e_y de Estadística, y
convenienternente desarrolladas en el Reglamento, órdenes y circulares.
DERECHO A LA 1lYTIlI^1DAD FRENTE A DERECHU A LA IIVFORMACiON
S3
ordenadores, lo que sí es indudable es que los avances tecnológicos de la era infc^rmática han hecho aumentar la preocupación por el problema, el cual ha dejado de ser
privativo del mundo exclusivamente jurídico para entrar en esferas mucho más amplias
--téenicas, periodísticas, etc.---, alcanzando incluso en los últimos tiempos al hc^mbre
de la calle, que se encuentra realmente sensibilizado, aunque en muchos casos no bien
informado, frente a los peligros que, en una sociedad informatizada, acechan a su
sosiego^ y a sus libertades individuales.
Es interesante distinguir, de acuerdo con lo expuesto por algún autor, el concepto de
intirnidad * y de conJ^dencialidad, en términos que, en la prácticd, se utilizan muchas
veces indistintamente, pero cuyos diferentes matices tienen una importante significación
en relacián con el secreto estadístico.
La intimidad se ha definido de varias formas:
«El derecho a ser dejado solo, a ser preservado de cualquier inspección u observación no autorizada, y de indagac:iones acerca de sí mismo
o de sus negocios» [ 2^].
« La c apac idad (más bien f ac•ultad ) de controlar e 1 uso de la información acerca de uno mismo, bien sea permitiendo su circulacic^n libre o
limitada, bien no dejándola circular en absalutu» [ 2b) .
«EI derecho a participar, de modc^ significativo, en decisiones atinentes a qué información ha de ser recogida y cómo hahrá de ser usada»
[ 22 ) .
«Et derecho de los individuos, grupos o instituciunes para determinar por sí mismos, cuándo, cómo y con ^qué extensión, la infarmación
acerca de ellos es comunicada a otros» [26].
«EI dereci^o del individuo a decidir por sí rnismo, con sólo extraordinarias excepcianes en interés de la sociedad, cuándo y en qué términos
sus actos deberán ser revelados al público en general»** [ 26] .
(*) Se ha traducido por intimidad el término ing^és pri^^acy, ya que, aun euando a veces, en
informática se emplea 1a traducción literal pri^^acidud, este vocablo no existe en español, siendo
intimidad el corrientemente usado en el árnbito del Derecho. Sin embargo, reconocemos que, en su
acepción ^orriente, el término español intimidad es más restrictivo ---y posiblemente más intenso-que el inglés privacy; así, en este último idioma se emplean expresiones como «individual and
corpc^rate privacy^^ [ 1] mientras que su traducción «intimidad individual y cc^lectivu^ resulta
extrat^a en el idioma español.
{**) Varias de estas definicines pertenecen al mismo autor, y aunque a primera vista pudieran
parecer muy similares, tienen diferencias que se han considerado de interés, porque recogen
distintos aspectos del derecho a la intimidad.
ESTADISTICA ESPA1^3oLA
SA
Estas definicianes, implican un concepto de autonomía que, muchas veces, es
tambi^n usardo para describir este derecho, lo que significa que el suministrador de los
datos debe ser plenamente informado respecto a todos los usos que va a darsc a los
datas solicitardos, y que ha de ser reconocido el derecha a rehusar su consentimiento
para alguno a para todos estos usos. Llevados estos principios a sus últimas consecuencias, se padrla impedir que st recagiese información alguna; propuesta que, a pesar de
tada la disparatada que puede parecer, no es descartada en las planteamientos más
extremistas.
Aun cuando, en una primera aproximación, ta intimidad pudiera considerarse muy
relacionada con el secreto, con objeto de limitar el conocimiento de otras personas
acerca de uno mismo, esta noción debe ser depurada. No es cierto, por ejemplo, que
cuanto menos se sepa sobre nosotros, goza^mos de una mayor intimidad, ya que ésta no
es simplemente la ausenc^ia de informac ión sobre c ada uno en la mente de los demás,
sino más bien cl c•ontrot que podemos cjercer sobre nuestra propia información personal [ 6] .
La c^nfideneialidad, en cambio, implica condiciones de uso y revelación de datos
una veZ recogidos. El Gobierno y la sociedad necesitan, para el cumplimiento de sus
fines, tener información sobre lós individuos, empresas, instituciones, etc., por lo que
es preciso tomar estos datos con unos objetivos precisos, y evitando siempre que su
uso se desvíe de la finalidad que se pretendía cuando los datos fueron recogidos y
almacenados, ya que, en muchos casos, puede derivarse un gran perjuicio para los
particulares si se produce una publicidad indebida de informaciones confidenciales.
Aunque tas soluciones a estos problemas no son sencillas, existen medidas de
protección dc diversos tipos, entre las que nosatros vamos a destacar las de tipo
juñdico y tecnológico, así como las reglas deontológicas que, aun cuando podrían
insertarse dentro de la normativa jurídica, creernos de interés tratarlas aparte por sus
especiales caractcrísticas.
3.1.
.
PRO^TECCIÓN JURÍDiCA
La pratección jurtidica de ia intimidad y la salvaguarda de ia confidencialidad de los
datos han rnerecido la atención de los parlamentos y gobiernas de muchos paxses.
Desde el año 1970 en que el Estado de Hesse ^República Federal Alemana) publica su
célebre «Ley de Protección de Datos» hasta nuestros días, son numerosos los textos
legales que se han ocupado del tema; incluso, las Constituciones española y portuguesa
hacen una referencia a la Informática y a la protección de las libertades individuales.
DEREC HU A LA INTIMIDAD FRENTE A DEREC HO A LA INFORMAC'ION
En Francia se creó en el ánU 1974 la C'UmislOn «lnfurmat^Ca y l.lhert^ides»
55
y^lt^ st^
ocupa de estos temas, y que fue encargad^i por ef Presidente de la Repúhlica -Decretu
de ^3 de nuviembre de 1974- de propc^ne r al Gubit:rnu «med id^^s tendenteti ^^ g^^r^^nt i z^^r
que el desarrollo de la lnformática en el sectur públicu, semi-púhlicu y privadu se
realizará en el respeto a la vida privada, a las libertadas individuales y a las libertades
públ icas>^ [ 13) .
Suec ia prom ulgó el 11 de mayo de 1973 la Ley so bre prutecc iá ^ n de datos [ 11( ,
existiendo una Comisión de Inspección de Datos presidida pur un juez que ha examinado varios miles de casus litigiosos.
En Estados Unidos, además de diversas dispc.^siciones legales de v^^riu^ H;stad^^ti,
relativas al problema, se promulgó, el 3l de eneru de 1974, la Ley feder^^l citada
uficialmente como <^Privacy Aci 1974» [ 19[, en ]a cual se crea la «Privacy Yrutection
Study Commission» encargada de realizar un estudio de los bancus de datus, prc)grarnas
de tratamiento automático de datos y sistemas de información de urgdniLac: i^nes de la
Administración, entidades regionales y privadas, con miras a determinar los criterios y
métodos en vigor en materia de protecc ión de la informac ión persunal, así cumu a
recomendar al Presidente del Congreso los requisitus y principios que debieran «ser
aplieados a las prácticas informáticas de tales organizaciones, mediante legislación,
actuación administrativa o adopción voluntaria de tales requisitus y principius; y a
inforrnar sobre las demás recomendaciones legislativas que considere necetiarias para
proteger la privacidad * de los individuos satisfaciendo a la vez las necesidades de
informac ión del E stado y de la sociedad» ( l I^.
En junio de 1977, la Comisión publicó su informe «Personal Privacy in an Inforrnation Society» [ 16) .
La Ley a la que nos estamos refiriendo, hace varias veces alusión a los datus
estadístieos, considerando, entre las exenciones específicas, en relación con deterrninados requisitos impuestos por la Ley, el casu de lus registr(^s est^^dísticus.
Otros muchos países
República Federal Alemana, Canadá, Austria, Bélgica, varius
Cantones Suizos, etc.-- y diversos organismos internacionales -ONU, UNESC(^,
OIT, OCDE, Consejo de Europa y Comunidades Europeas--- han tratado el tema de la
protección de los datos registrados en soporte de ordenador en su relac ión cc)n la
defensa de la intimidad personal, adoptando soluciones que, aunque distintas, contienen
un núcleo fundamental más o menos similar que, más adelante, trataremos de resumir.
E*) La palabra «privacidad» figura en el texto españal de la referencia bibliugráfica ( 1 11 que se
ha transc rito 1 iteralmente.
E^T'AI}!sT'^CA ESPA^ÍOLA
S6
Queremos destacar, entre los documentos elaborados por los organismos internacionales, las recomendaciones que el Consejo de Europa dirige a los gobiernos de ^Is
Estados miembros --Resolucián (74) 29 (Sector Público}- [ 14^ en las que hace constar
que el Cc^rnité de Ministr©s es «consciente de que la uti.lización de los Bancos de Datos
electrónicos por las autaridades públicas ha provocado en la opinión una toma de
cunciencia acrecentada por la necesidad de proteger la vida privada de los individuos^.
De todo el conjunto de disposiciones legales, normas, necomendaciones, etc., dirigidas a la protección de la inti^nidad y de la confidencialidad de los d^tos, se pueden
extraer unos principivs que resumimos a continuación:
A)
Frincipio de transpar+encia
El público debe ser perfectamente informado, existiendo una total
transparencia, sobre la política, prá^ctica y desarrollo de proteeeión a la
intimidad.
B)
Organisno de control
Establec imiento de un organismo o instanc ia de control -v. g. Comisa-
rio de Protecci+án de Datos, en la Ley del Estadas de Hesse , que habrá
de velar para que en el tratamiento mecanizado de los datos se observen
los preceptos legales que protegen el derecho a la intimidad de las personas
y el trato confidencial de los datos que tengan dicho carácter.
C)
Autorización previa psra la creación de Bancos de Datos *
Necesidad de autarización previa para la crea,ción y explotación de
bancos de datos -en general, esta autoriza+ción sólo se refiere a bancos de
datos relativos a personas ** ,
D)
EspeciRcación de los ñnes y otras características de Bancas de Datos
Obligación de especificar los fines, contenido, usuarios autorizados,
plazos de caducidad, etc., de los bancos de datos, r^equisito sin el cual no
podrá ser autorizada su creación.
(* ) En algunos textos figura la palabra «banco de datos» y en otros se dice «archivos
informatiuados^^ u atras expresiones análogas, pero el espíritu de las disposiciones es la protección de la intimidad de forma general, por lo quc se deben tomar estos térmínos en un sentido
amplio; de cualquier archivo en soporte de ordenador que, por sus características, pueda suponer
un peligro para el derecho a la intimidad.
(**} Así, la Ley de Datos de Suecia dice en su artículo 2, «no podrá ser creado o explotado
un archivo de personas sin autorización de la Inspección de datos^ [ 1 I] .
DERECHO A LA INTIMIDAD F'RENTE A DERECHO A LA lNF'ORMACION
E)
S%
[.irnitación en la r^ecogida
Limitación de lus datos recugidos a los adecuadus para el curnplimiento
de lus finc^s yue se hayan especificadu en el momento de obtener la
auturizaci©n previa para la creación del banco de datos.
F)
Lirnitación dei uso
La utilización de los datos deberá limitarse a la que se deriva de la
finalidad para la que fueron obtenidos y registrados, y que figura en la
autorización previa.
G)
Plazos de validez
Fijac ión, desde el m ismo mamento de su c reación, de los plazos de
validez de ias informaciones cuntenidas en los bancos de datos, y obli^ación de hacer desaparecer la carrespandiente información, una vez cumplidos los plaws.
H) fJbligación de respetar la confidencialidad
Compromiso, por parte de las personas que tengan a su cargo la recogida, transcripción, o cualquier otra manipulación de datos considerados
como confldenciales, de guardar absoluto secreto sobre ellos, no cornunicándoselos a terceros y respetando escrupulosamente las disposiciones que
protegen dichos datos. Este compromiso lo adquirirán formalmente dichas
persanas antes de dar comienzo a su actividad, y subsistirá incluso después
de finalizada ésta.
I)
Establecimiento de rnedidas técnicas y organizativss que impidan la
«revelación^ de datos confidenciales
Adopción, por parte de las entidades administradoras de bancas de
datos, de las medidas técnicas y organizativas precisas para salvaguandar el
derecho a la intimidad y garantizar la adecuada protección de los datos
confidenciales, velando porque su difusión se realice de acuerdo con los
fines especificados cuando se solicitó la autorización previa a su creación,
es decir, impidiendo la «revelación» de informaciones confidenciales.
J)
Exigencias relativas a la ralidad de los datos
^bligación, por parte de la entidad administradora de los datos, de
tomar todas las medidas necesarias para asegurar la máxima veracidad y
ESTAD^LS1`I+C A E^PAI^OLA
S8
precisión de las informaciones contenidas en el banco, manteniéndolas
completas y actualizadas.
1{)
Exigencias relativas a la s+eguridsd de los datos
Establecimiento, por la entidad administradora, de medidas que aseguren
contra los riesgos de destrucción, acceso no autorizado o modificaci^in de
los datos.
L} Informac'iwn al interesado sobre la f;nalidad y uso de bs datos
Exigencia de informar al interesado, en el mamento en el que el dato le
sea solicitado, sobre la finalidad y el uso que se hará de dicho dato, así
como la obligación o no que tiene de suministrarlo, y las sanciones que le
podrán ser impuestas si rehúsa comu^nicarlo.
M) Comunicación al interesado de su inclusión en un banco de datos
Comunicación de la entidad adrninistradora, en el caso de que los datos
no hubiesen sido solicitados directamente al interesado, a todas y cada una
de las personas registradas en el banco de datos, de su inclusión en el
mismo, así como la finalidad, ámbito de difusión, etc., de las informaciones
contenidas en el banco.
N)
Derecho de a^cceso y rectificación
Derecho de cualquier persana incluida en un banco de datos a acceder a
y
las informaciones registradas sobre ella misma -^terecho de acceso
posibilidad ---poniendo a su disposición los adecuados medios legales y las
reclarnaciones pertrnentes- de obligar a rectificar a^quellos datos inexactos que le son propios -derecho de rect^fccación--.
Q)
Derecho de bloqueo
Llerecho, por parte del interesado, a bloquear los datos almacena:dos, en
tanto se determina su axactitud o inexactitud.
P)
Obligación de carrcelación
Obligación, por parte de la institución responsable de los datos, de
cancelar los datos almacenados cuando hayan transcurrido los plazos de
validez especificados en el momento de su creación, y derecho, por parte
del interesado, a exigir esta cancelación.
DERECNO A 1_A INTIMIDAD f-'RENTE A DEREC Ht) A LA INFORMACION
59
En las disposiciones legales de carácter general, suhre prutecciún de la intimid^^d y
de la cun^dencialidad de lus datus que se hahrán de est^ibleccr en F sp^iña, deherían
yuedar recogidos, en una u utra furma, estus princ ipius, regulándc^se, al m^itimc^ tiem pu,
los tipos de sanciones a imp^^ner, así como los prucedimientos legales (v.g. recursos)
para el casu de producirse una transgresicín de las n^>rmas.
Más adelante, cuando se haga referencia específica a la información estadística, se
analizarán cuáles de estos principios se adaptan a las peculiaridades de los datos
estadísticos, y cuáles podrían plantear problemas si se aplicasen a este tipo de informa^
c ión.
Es conveniente Ilamar la atención sobre el hecho de que, ^en la mayoría de los
países, estas disposic iones legales están encam inadas a a5egurar la intimidad de las
personas físicas, olvidando la protección de los datos con^deneiales de las persunas
juridicas *, proiección que, en caso de ser considerada, no suele serlo en el marco de
las disposiciones que estamus comentando, y respecto a la cual no existe, ni mucho
menos, la misma susceptibilidad que se manifiesta actualmente en relac ión con el
derecho a la intimidad personal **.
^
REGLAS DE DEONTOLlJGÍA
3.Z.
El personal que tiene a su cargo el manejo de información de tip^ confidencial es,
indudablemente, p.ieza clave en la salvaguanda y protecc i^ón de lus datos a el los con^ados.
En particular, cuando se trata de información mecanizada, 1as espec iales condic iones
tecnológicas que, en muchos casos, pueden facilitar la ubtención de infurmación -inclusa de forma masiva-- a personas no auturizadas, ubligan a prestar I^na mayor
atencián a la integridad moral del personal informático -analistas, prugramadores,
operadores, etc.-- que tiene la respunsabilid^ui del tratamient^ pur ordenador de los
datos ***.
(*) Incluso la palabra española intimidad, como ya se ha hecho notar anteriormente, sólo
pa^ece apropiada para el caso en que se aplique a las personas físicas per^^ no jurídicas.
(**} El secréto estddístico, en cambio, no se limita a los datos relativos a las personas fisicas,
sino que se aplica, indistintamente, a personas rísicas u jurídicas.
t***) No sólo el personal informático, sino también el que interviene en la recugida de los datos
primarios, tiene una gran importancia; sin embargo, el segundo tiene accesu a un número más
limitado de datos y sus violaciones de la confidencialidad serán solamente de tipo puntual,
mientras que 1os primeros pueden conseguir copia de todo un fichero, pur lo que es posible la
existencia de fines lucrativos, que muy di^cilmente se darán cuando las violaciones de la confidencialidad se produuan en la fase de recogida.
E^?'ADt3T1CA ESPAÑOLA
La relación entre una profesión y la sociedad es una cuestión de confianza. Unas
reglas deontolágicas claras y prec isas y una profesián dispuesta a velar porque dic has
reglas sean respetadas por sus miembrUS es, en la práctica, una de las mejores garantías
contra toda utiliz.acián abusiva de la información, y en especial, de la información
mecanizada.
Existen propuestas de creación de instituciones prc^fesionales para los informáticos * que, entre otros importantes cornetidos, est.arían encargadas de otorgar licencias de cjerc^cia pmfesional, y habilitadas para retirar la licencia cuando su titular
hubiera cometido actos contrarios a la.s reglas de su profesión establecidas en el código
de deontología.
EI secreto estadístico, que tan estrecha relación tiene con los prc^blemas que estamos analizando y que será el objeto de la segunda parte de este artículo, podría
encuadrarse, no sólo en las normas de protección jurídica, sino tarribién en unas reglas
de tipo deontológico para el ejercicio de la profesión estadística.
3.3.
PROTECCI^N TECN4LÓGICA
Aparte de la normativa jurídica y deontológica destinada a proteger la confidencialidad de los datos y a impedir los atentados contra la intimidad de las personas, se puede
considerar, desde un punto de vista de aplicación de tal normativa, un conjunta de
medi+das, algunas de tipo organizativo y otras más vincutadas a la tecnología informática^ orientadas específicamente a preservar la integridad y la inviolabilidad de bs
ficheros que se encuentran en soporte de ordenador y que son tratados de forma
automática.
Si bien los datos almacenados en archivos accesibles, par ordenador no presentan,
evidentemente, la exclusiva de vulnerabilidad, ya que los ficheros de tipo tradicional
también pueden ser copiados o destruidos, sin embargo, sí es cierto que la aplicación de
los ordenadores al tratamiento de ficheros de tipo confidencial aumenta estos riesgos al
facilitar la rapidez y economía de ciertas operaciones (copia, borrado, alteraciones de
los datos, etc.), operaciones que aun cuando en teoría es posible realizar también de
forma manual, los inconvenientes (coste, plazos, etc.) de la explotación manual lo
hacen i^nposible de llevar a caba en la práctica.
Sin entrar en los problemas de la protección física frente a la destrucción de la
información contenida en los ficheros de ordenador que se aleja del tema que estamos
(*) En Espa^ta podrian ser Colegios análogos a los existentes para otras profesiones --médicos, abogados, etc .-.
DERECNO A l.A 1NTIMIDAD FRENTE A DERECHO A LA INFORMACI4N
6I
considerando, sí creemos que es de interés referirnos muy brevemente a que existen
ciertos medios tecnalógicos que permiten minimizar el riesgo de revelación --bien sea
accidental o deliberada- de datos confidenciales, disminuyendo los riesgos creados por
la misma tecnologia.
Son varios los autares que se han ocupado del tema ( l0] (17), estudiando las
diferentes formas de amenazas que se ciernen s^obre el secreto de la información, así
como las medidas de protección que han de impedir que, no sólo en caso de funcionamiento normal, sino también en caso de avería, el sistema está asegurado contra
revelaciones no deseadas de los datos.
L,a proteccián tecnológica de los datos puede hacerse tanta por vía del material
(hardware) como del logical (software). En los sistemas informáticoti, los datos, expuestos a diversos tipos de problemas
accidente5, pasividad deliberada o actos delibera-
das-- que llevan a divulgaciones no auturizadas, son protegidos por medios que van
desde lus más simples a los más sofisticados, empleándose, entre otros, las palabras de
pasu que impiden el acceso a lus ficheros por personal no autorizado, la criptografia de
las informaciones más confidenciales, la restricción en la entrada al centro de proceso
de datas y a los lugares de almacenamiento de los sopartes -cintas magnéticas, fichas,
cuestionarios, etc.--, tarjetas de identificación para el uso de las terminales, sistemas de
protección de memcrria, detección automática de tado intenta de acceso no autorizado,
e tcé te ra.
Es muy difícil asegurar una protección absoluta de los datos contenidos .en fic heros
considerados como confideneiales; además, el caste de tales medidas es elevado, y
tanto más cuanto la protección sea Ilevada a mayores extremos. En algunos casos se
define un «factor-trabajo^> que es un índice del tiempo de máquina que necesitaría un
programadar medio para poder entrar en el sistema, a pesar de las normas de protección tecnoltígica; este «factor-trabajo» nunca podrá ser in^nito, ni incluso excesivamente eievado, ya que este tipo de medidas consume recursos de máquina; pero sí se
podrá conseguir una protección -distinta según el grado de confidencialidad de los
datos-- que desanime a ciertos curiosos o personas de capacidad técnica insuficiente.
Cuando se analice el secreto de las datos estadísticos, se considerarán algunas
medidas de protección tecnológica, específicas para este tipo de datos, tendentes a
asegurar su confidencialidad.
IV.
EL SECRFTC) ESTADISTIC'4
Cuando se trata el derecho de la infurmación frente al derecho a la intimidad en el
ámbita de la estadística oficial, surge de inmediato, comu cansecuencia lógica de este
planteamiento, una norma, con vigencia no sólo en España, sino en todos los países
^twtxs^rtcw ^srw^ot..^
62
accidentaies, específica de la Estadística y con gran arraigo en este campo: el secreto
estadístico,
Aunque, en ocasiones, se ha querido desprestigiar esta institucián, presentándola
como una limitación arbitrariamente impuesta por los estadísticos con objeto de no
ceder el cantrol de los datos y detentar así en exclusiva todo el poder que suministra la
información a los «propietarios^ absolutas de la misma; la realidad es bien distinta, ya
que el secreto estadistico tiene un ciaro objetivo de protección a las personas ^sicas o
^urídicas que suministran dRtos a^nes estadísticos.
Veamos, en un rápido análisis, cómo se puede concebir el secreto estadístico *,
analizando sus princ ip^ales cara^cteñstic as **:
A}
Ambito de aplicación
^
' Se trata d^e una narma de car^ter profesional, limitada y específica,
para el ca.rnpo ^de la estadística oficial ***.
B>
Sujeto
^
El secreto estadístico debe obligar a todo el personal que trab^ja en los
Centros Oficial+es de Estadística {en España, Instituto Nacional de Estadística}, sin ha,cer distinción del tipo de status profesional --funcionarial,
cantractual, etc.- que regule su prestación de ;servi^cios ****; por tanto,
respecto al sujeto de la norma, es más arnplio que el de los artículos dei
Código Penal y de la L.ey de Funcionarios sobre violación de secreto que
se refieren a los «funcionarios^* en el ejercicio de su cargo *****.
(*) La concepción del secreto estadístico, tal como se va a exponer a continuación, creo que
está clara en la mente de la mayoría de los estadísticos, aunque algunas de las características que
presentamos no se encuentran recogidas, e incluso sean desvirtuadas, como veremos posteriormente, en alguna de las disposiciones legales que en Espaí3a regulan esta institución.
(**) La definición y delimitación del secreto estadístico presenta graves dif`^cultades, refiriéndonas a este tema más adelante.
(***} Se ha incluido la expresión «estadística oiMCial^ ^ que se puede considerar ambigua --no se
sabe muy bien si con ella nos referimos a la realizada por eí I. N.E. exclusivamente, o también
por otros organismos oficiales--, porrque esta ambigiiedad nos permitirá posteriormente --epigrafe
6.2-- presentar diversas alternativas para delimitar, con una mayor o menor amplitud, el ^mbito de
aplicacián del secr^eto estadísiico.
(****) Ya, en este primer punto, puede surgir una duda sobre si el secreto estadístico ha de '
estar limitado únicamente a1 personal del I. N. E., o sería posible hacerlo extensivo a otras
personas que, aunque no trabr^jen en el I. N. E., tengan acceso, por cualquier motivo, a daxos del
I. N. E. protegidos por el secreto estadístico.
(*****} Sin embarga, a efectos penales, no ^ toma la palabra «funcionario» al pie de la letra,
sino que, en un sentido amplio, se considera c^ mo tal a todo el que presta sus servicios en un
organismo de la Administración ^blica por cualauier razón o título, aunque sea eventualmente, y
estt o no ligado por una relación administrativa Yuncionarial con el Ente público del que se trate.
DERECHO A LA INTIM[DAD FRENTE A DERECHO A LA INFORMACION
C)
63
Ubjeto
S^n objeto del secreto estadístico Ios datos recagidos a fines estadísti-
cus, los cuales n^ pudrán ser publicados ni revelados de modo que puedan
ser identificadas las unidades de carácter individual * sobre las que se ha
tomado la información primaria.
D)
Finalidad perseguida
Se suele considerar que son dos las principales finalidades del secreto
estadístico:
a) Asegurar la confianza de las declarantes, con objeto de eonseguir
una rnayor fiabilidad en los resultados estadísticos.
b) Suministrar una adecuada pr^^tec•c.•iún u la intirrirdad y a la confidencialidad de los datos recagidos con ocasión de investigaciones estadísticas.
Ambos f'ines son de fundamental interés y están estrechamente relacianados entre sí, pero el primero -conseguir la fiabilidad de las estadísticas
procurando la colaboración y la sinceridad de los respondentes- es, si no
intrínsicamente más importante, sí más específico y exclusivo del carnpo
estadístico que el segundo, ya que el derecho a la intimidad está protegido
por otras disposiciones de carácter general -aunque en el campo estadístico pueda tener connotaciones especiales-, mientras que no ocurre lo
mismo respecto a la confianza de los declarantes y su repercusión en la
fiabilidad de las estadísticas, que son considerados únicamente cuando se
trata del secreto estadístico.
4.1.
EL SECRETO ESTADÍSTICO EN LA NORMATIWA LEGAL ESPAÑOLA
El secreto estadístico aparece en las dos principales disposiciones legales que regulan la actividad estadística oficial en España: Ley de Estadística de 1945 y Reglarnento
de la Ley de Estadística de 1948.
(*) La palabra «individual^ es usada aquí en un sentido amplio, refiriéndose a las unidades
estadísticas acerca de las cuales se recoge la información --personas, familias, empresas, etc.--.
Aun cuando es muy corriente utilizar para estas unidades el nombre de microdatos, no hemos
querido emplear en esta ocasión dicho término, ya que podria inducir a confusián, pues como se
verá más adelante, la violación del secreta estadístico se puede producir, tanto por entregar
directamente microdatas identificados o identificables, como por difundir macrodatos en los que
sea posible reconocer alguna unidad elemental.
ESTAi)ISTlCA 83PAtiOLA
4.1.1.
L' ey de Estad^stica
La Ley de Estadística de 31 de diciembre de I^4S (« B. (^. E.» de 3 de enerv de
1946) alude, en dos ocasiones, al secreto estadístico. Ya, en su preámbulo dice;
«... se obliga a todos kas or,ganismos y personas individuales o colectivas a facilitar
las informaciones o estadísticas que el Instituto requiera, garantizándose, por parte de
su personal, el absoluto secreto de lr.^^ s datos primarivs de carticter individual..»
Si se analiza este párrafo con detenirniento se pueden formular las sigvientes observac iones;
A) La expresión «secreto estadístico^ no aparece textualmente,
refiriéndose a él simplemente con la palabra secreto.
B) EI secreto estadíst^o deberá ser guardado por el personal del
I. N. E., podríamos decir que se trata de una norma de carácter pr©fesional
que afecta a todo el personal que trab^ja en el I. N, E. -sea estadístico 0
au x il iar, func ionario o no fu nc ionario-.
C^ E1 secreto se mantendrá para «los datos primarios de car^cter
individual^ .
D^) EI secreto se impone como contrapartida a la obligación de suministrar datos por parte de los organismos y personas individuales y colectivas,
como se deduce del contexto del parrafo.
Yemos, por tanto, que ya en el Freámbulo de la Ley de Estadística se encuentran,
de forma má.s o rnenos explícita, las principales características del secreto estadistico
que se han señalado anteriormente, únicamente la finalidad no aparece excesivamente
c lara.
La única vez que en el articulado de la Ley se hace referencia al secreto estadístico,
aunque se utilice sólo el término «secreto^ -igual que en el preámbulo , es en el
artículo once, que dice;
KEI personal del Instituto Nacional de Estadística que intervenga en la recolección
de datos y demás operaciones del proceso estadísticu guardará sobre ellos absoluto
secreto. Los datos estadísticos no podrán publicarse ni facilitarse más que en forma
numérica, sin referencia alguna de carácter individual.^
El espíritu de este artículo es el mismo que preside la frase del preámbulo dedicada
al mismo tema, por lo que no merece más comentarios, sí únicamente hacer notar que
DERECHO A LA INTIM[DAD FRENTE A DERECHO A LA l'NFORMACéON
65
en éi se concreta más aún el objeto del seereto al especificarse que no podrán K^crhlic•urse ni fucilitarse^^ los datos estadísticos más que en «forma numérica», y remac:ha el
concepto añadiendo «sin referencia alguna de carácter individual» *.
A pesar del tiempo transcurricio desde la promulgación de la Ley, la idea fundarnental de este ar-tículo, en relación con el objeto del secreto aunque adolezca de imprecisión en su enunciado--, es la misma que rige en las disposiciones de otros países y la
que tienen «in mente>^ la mayoría de los estadísticos.
Sin embargo, el Reglamento de Estadística, que comentaremos a continuaeión,
desvía el ob^ eto y sobrepasa el alcance de lo dispuesto en la Ley; con lo que, en dicho
Reglamento, el secreto estadístico deja de ser tal, alejándose de su finalidad y perdiendo
sus carracterísticas diferenciadoras para confundirse con el secreto profesional.
4.1.2.
Re^lumento de lu Ley de Estaciística
E1 Reglamento de la Ley de Estadística de 2 de febrero de 1948 («B. O. E.» de 3 de
febrero de 1948), publicado más de dos años después de la IJey, trata, en varias
ocasiones, el problema del secreto. En su artículo 82, dentro del titulo I, capítulo IX,
dedicado a derechos y deberes de los funcionarios dice:
«Todo funcionario del Instituto respetará, incluso hacia cornpañeros que sean ajenos
al dato o hecho, el secreto estadístico, cuya extensión es la siguiente:
u)
Serán objeto de secretu los datos directos y cifras elaboradas de todo servicio
en tanto no reciban aprobaciá^n superior y orden de difusión o publicación.
h)
Lo son igualmente, hasta su publicación autorizada, las estimaciones, objecio-
nes, informes, proyectos y acuerdos que se produzcan en toda labor oficial de organiza.,
,
c ion o regimen.
c)
Y, en general, cuantos hechos, de servicia o personal, deban ser objeto de resolu-
ciones superiores, mientras éstas no se adopten.»
De la simple lectura de este artículo, inserto en el capítulo que trata de las obligaciones de los funcionarios, se deduce:
A) Es ia primera vez que, en los dos principales ordenamientos que se
refieren a la Estadística, aparece la expresión ^secreto estudistic^a.
(*) Posteriormente se verá que sería conveniente matizar mejor esta expresión de «sin r^terencia atguna de carácter individual», ya que puecie suscitar dudas; además, su significado es
distinio según como se entienda el término referencia.
ESTADIST[CA ESPAI^DLA
B) Así como en la Ley de Estadistica se establece claramente el sujeto
del secreto estadísiico que será «el persnnal del lnstituto Na^cional de
Estadística^, en este artfculo 82 del Reglamento se cambia la palabra
«personal» por « func ionario» , lo q ue no dej a de ser e xtraño, a pe sar de
que el término podría ser interpretado en sentido amplio, igual que se hace
en el Código Fenal en los artfculos que sc refiere a los delitos connetidos
por los funcionarios en el ejercicio de su cargo.
C) A pesar de ser la primera vez que se emplea la expresión «secneto
estadistico>^ , se desdibuja el objeta de esta institución, objeto que no es
como en la Ley los «datos primarios de carácter indivKiual» sino los «datos
directos», ampliándose además a«cifras elaboradas», «estimaciones>^ , «informes», «proyectos»..., e incluso, a hechos de «servicio o personal» ; y lo
que es más grave aún, en el rnismo apartado, a] establecer la abligación de
guardar secreto respecto a los «datos directos», se dice «en tanto no
reciban aprobacií5n superior y orden de su difusión y publicación», c©n lo
que, dada la forma confusa en que está redactado el párrafo, parece darse a
entender que el secreto estadístico sólo será guardado hasta en tanto no se
reciba «aprobación superior» para difundir los datos directos,
D) Tampoco respecto a la finalidad aporta nada nuevo el Reglamento
con respecto a la Ley, sino que más bien ocurre lo contrario, ya que en la
Ley, por establecerse el secreta como contrapartida del deber de los
organismos y personas ind ividuales o colectivas de suministrar datos, podría colegirse que el fin perseguido era infundir confianza a los declarantes,
no ocurriendo lo rrtismo en el Reglamento, ya que el artfculo que estamos
comentando se encuentra incluido en el capxtula dedicado a las obligacione s de los func io nario s.
Tampoco es muy afortunado el Reglamento, desde el punto de vista de establecer el
tipo de falia que se comete cuando se quebranta el secreto estadistico, ya que en el
Capitula ^I, que lleva por título «faltas y sanciones», los tínicos artfculos y apartados
que podrian tener alguna relación con el tema que nos ocupa, califican como:
-- falta leve: «indiscreciones sobre datos, proyectos y hechos de servicio» (art. 98,
apartado d};
- falta grave: «utilización maliciosa de los documentos y bienes a su cargo...» (art.
99, apartado g);
falta muy grave: #trans,gresión del secreto profesional» (art. l00 apartado e).
DERECHO A LA INTIMIDAD FRENTE A DERECHO A LA INFORMACION
f^7
En ninguno de estos artículos se emplea ta expresión «secreto estadístico^, aunque
podría entenderse que se refiere a él en cualquiera de los tres; o en ninguno de ellos,
porque en realidad el objeto del secreto estadistico no aparece en ningún casc^ claramente especificado.
Pbr último en el Titulo IV, Capitulo XVI1 que trata de la colaboración pública en
materia estadística, se podría considerar que se refiere al secreto estadístico --aun
cuando lo cite solamente con la palabra secreto-, en su artículo 139 que díce:
«Los datos facilitados par•a la formación de censos y estadísticas serán objeto de
absoluto secreto. Los datos estadísticos no podrán facilitarse ni publicarse más que en
forma numérica, sin referencia alguna de carácter individual.»
Artículo muy parecido al once de la Ley, pero que, no solamente no le añade nada
sino qu^, por el contrario, al utilizar la forma pasiva, suprime el sujeto de la oraciárn
-que en la Ley era «el personal del Instituto^
y nos deja sin saber quién tendrá la
obligacián de guardar secreto.
En conclusión, el Reglamento de Estadística, en uno de sus artículos, repite -pero
de forma incompleta, ya que olvida el sujeto de la norma- el concepto de secreto
estadístico que aparece en la Ley de Estadística, no utilizando dicha expresión sino
solamente el té.rm ino « sec reto ^^ al igual que hace la Ley . E n c uanto al ún ico artíc ulo, en
el que se utiliza la expresión «secreto estadístico», agrega, en relac ión con io e stablecido por la Ley, un Kplus^ o Kexceso de secreto» que nv es secreto esta^distico en
sentido estricto, sino secreto de servicéo, protegido ya por disposiciones genéricas y
comunes a todos los func ionarios
articulos 367 y 368 de1 Código Penal y artículo 87
de la Ley de Funcionarios , no estableciendo, ni el sujeto, ni el objeto, ni la finalidad
del secreto estadístico.
Tampoco regula el Reglamento lo relativo a faltas y sanciones para el caso específico de quebrantamiento del secreto estadístico.
4. ^ .
NECESIDAD DE UNA NUEVA CONCEPCIÓN DEL SECRETO ESTADISTICO
E1 secreto estadístico, tal como está establecido en la Ley y Reglamento de Estadística actualmente vigentes, no es capaz, por la forma incompleta y confusa -especialmente en el Reglamento
en que e stá enunc iado, así como por los camb ios que la
utiliz,ación de los ordenadores han introducido en el proceso de los datos estadísticos,
de facílitar, en el momento presente, una respuesta precisa y tranquilizadora a la enorme
inquietud y creciente sensibilización del público ante cualquier posible atentado al
fs$
ESTAC>t3TICJ^^ F.S^^11^oi.A
derecho a la intimidad pers©nal y familiar; inquietud y sensibiliza+ción que no pueden por
menvs que repercutir en la activi+dad estadística.
Por otra parte, cl constante aumento de la demanda de cifras estadisticas, tanto en
forma de rnacrodatos, como de m^crodatos, agravan el problema, especialmente, cuando
en la explotación de datos
1as necesidades estsdísticas s^e centran --caso muy habitual
para pequeíí^as áneas, informaciones necesarias para los estudios de tipo urbano, que
tanto se han extendido en ios últimos ar^os. También, la atención a las demandas de
datos muy desagregados para la planificarción, toma de decisiones e investigación de
tipo regional, realizadas por diversas institu^eiones con responsabilidades en dicho ámbito que desean crearse sus propios bancos de datos, ponen en primer plano de
actualidad la necesidad de un nuevo planteamiento del secreta estadístico, en el que se
contemple estos condicionantes.
N uevas leyes han ido surgiendo en los países occidentales para proteger el derecho a
la intimidad, y esperamos que España tenga también su propia Ley que desarrol^e el
articulo 18,4 de la Constitución; es preciso que, antes de ese momento, el Instituto de
Estadísttca haya estudiado a fondo las posibles implicaciones de una ley de protección
de la intimidad en el desarrollo del proceso estadístico, para poder haeer valer, con
pleno conocimiento de causa, su opinión respecto a la aplicabilidad o no de algunos
posibles preceptos de dicha ley, a la recugida, tratamiento y difusión de los datos
estadisticos.
No queremos decir, con el párrafo anterior, que los datos estadísticos puedan
permitirse atentar contra la intimidad de ías personas, sino que, por las características
de dichos datos, existen otros medios de protección más apropiados, y que no suponen
una barrera al desarrollo de las investigaciones estadísticas.
La necesidad indiscutible, constantemente puesta de manifiesto, de elaborar una nueva
Ley de Estadística y su correspondíente Reglamento, que faciliten la base le,gal imprescindibie para un desarrollo armónico de la estadística, acoreie con las exigencias actuales
no sólo del Gabierno y de la Adrninistración, sino de la Sociedad en general--,
permite pensar que ésta seria la oportunidad más indicada, para que, despu^s de una
reflexión en profundidad sobre el secreto estadístico y sobre el derecho a la informacián, éstos fuesen recogidos en dichas disposiciones legales, de forma clara y precisa,
sentándose en ellas los princípios de base que habrían de regir en estas Ematerias *.
{^} EI Consejo dt Dirección de! I. N. E., com© se ha ser^ala+do anteriormente, está redactando
en la actualidad un primer borra^dor, que no conocemos por estar todavia en fase dt elaboración,
de lo que habrá de scr la futura Ley de Estadistica, y en él se contempla el secreto estsdístico.
DERECHO A LA INT^MIDAD FRENTE A DERECHO A L.A (NF^C?Rl^AC10N
6r9
No tratamos de sugerir que en el Reglamenta de Estadística, ni mucho menas en la
Ley, las normas que reguien el secreto tengan tal nivel de desarrailo que pudiesen
quedar obsoletas en un corto espacio de tierr^po --el rápido cambio^ de la tecnologia
fácilmente padría llevar a esta situación-, pero sí hay que insistir en que las disposiciones deben ser muy claras y concretas en sus principios generales, aunque sin entrar
en muc ho detalle en sus aspectos técnicos y de aplica^ción, los cuales podñan ser
regulados por medio de órdenes ministeriales o circulares que, sin salirse de los
principios generales y de las directrices marcadas por la Ley y ei Reglarnento, podñan
irse adaptando, con una mayor flexibilidad, a los cambios tecnológicos u otros condicionantes que incidiesen sobre el prablema.
Acabamos de señalar la afinida:d del secreto estadístico con el derecho a la intimidad *, y la necesidad de que aquél se adapte al marco establecido por éste; sin
embargo, puesto que, en la actualidad, no existe en España una Ley que regule la
protección de la intimidad en su relación con los ficheros informáticos y la confidencialidad de la información, en la cual se recojan los princ•ipic^s que sobre protección
jurídica de la intirnidad se han resumido en el epigrafe 3.1, es posible que resultase
conveniente que aquellos principios que se consideren fundamentales para poder establecer con claridad el secreto estadístico, por tener sobre él una repercusión directa,
fuesen incluidos en la misma Ley de Fst^^dística, aun cuando no podrían ser enunciados
con carácter general, sino que tendrian que estar limitados a la información estadística.
Así, en el secreto estadístico, deberían queda^r incorporados, de una u otra forma y
con mayor o menor detalle, los princ•ipic^s siguiente s:
Trartspurertc•ia * *.
El público en general, pero especialmente los suministradores de datos
estadísticos, debe ser perfectamente informado sobre la protecc ián q ue les
brinda el secreto estadístico, existiendo una totai transparencia por parte
del I. N. E. respecto a la palítica y a la normativa aplicadas en este campo.
Espec•i,ficación de los fines de cada investi^qucirín estaciístic^u ***.
Antes de emprenderse una investigación estadistica (censo o encuesta),
se deberán definir claramente, en una disposición legal, los fines específicas
(*) Aun cuanda el fn último de ambos pueda ser distinto.
(**) Coincide con el principio A, del punto 3.1.
(***) Coincide con el principio D, del punto 3.1.
^STADtSTICA ESPAÑO^.,A
7O
de dicha investigación *, na pudiendo : xistir con pc^sterioridad, desviación alguna en rela^eión con los fines primitivamente estahlecidc^s, a no ser
que se amplíen dichc^s fines mediante otra disposición legal que sed, at
menos, del mismu rango que la que autorizaba a realizar la investigación.
Liirtituc•^^cín ^n Icx rPC•u,^tdu **.
Los datos recogidos habrán de limiturse a los adecuados para el cumplimiento de los,^ne^s que se hayan especificado en la disposición en que se
autorizó a que se emprendiese la investigación estadística.
Limitucicin del usu * * *.
La utili2ación de lcas datos recogidos con fines estadísticos deberá limitarse a la que se deriva de la finalidad para la que fueron obtenidos y que
figura en la correspondiente disposición legal.
Dbtigación de respetur lu c•c^nfidenc•iul italad ****.
Las personas que intervengan en cualquier fase del proceso estadístico
estarán obligadas a guardar riguroso secreto sobre los datos referentes a un
individuo determinado, conocidos como consecuencia de su trabajo, no
pudiéndoselos cornunicar a terceros, ni de palabra ni en ningún otro soporte -escrito, magnético, etc.-, y guardando escrupulosamente todas las
disposiciones que pra^ tegen dichos datos. Este compramiso no terminará
con la prestación de sus servicios al l. N. E., sino que se prolungará indefinidamente. También tas personas que tengan la responsabilidad de la realización de cualquier censo o encuesta deberán poner su máxima diligenc ia en
impedir que se faciliten -de forma intencionada o no-- datos en los que
pueda ser identificado un determinado individuo.
Estvhlecimiento de rnedidus or^uniZUtivus ^ técnicus qrce prvtejun lu in,f'vrrnación *****.
(*} Estos fines no podrán nunca exceder 1os puramente estadísticos de suministrar información de tipo agregado o sin identificadores, de forma que, mediante ella, sea imposible reconocer a
un determinado individuo. Cuan+do en el próximo epígrafe se defina y estudie 1a revelación, se
podrá comprender mejor lo que se quiere expresar con esta idea.
(**} Coincide con ei principio E, punto 3.1.
(***) Coineide con el principio F, de 3, l.
(****} Coincide con el principia H, de 3.1, constituye en realidad la hase del secreto estadistico.
(*****} Coincide con e1 principio I, de 3.1.
DERECNO A L.A INTiMtDAD irRENTE A DERECNC3 A LA INFURMACIUN
71
E1 lnstituto Nacional de Estadistica adoptará las medidas de tipo organizativo y técnico que garanticen la adec^sada protección de los datos
eonfidenc iales.
Infvrmuc•i^^n u! intcr^suc^^^ suhre lu frnulidud y usu de lc^s c^ut^^s *.
Se deberá comunicar a la persona que haya de suministrar los datos, en
el momento en que éstos le sean solicitados, la fnalidad y el uso que se
hará de ellos, así como la obligación que tiene de suministrarlos; advirtiéndole de las sanciones que le podrán ser impuestas si rehúsa facilitarlos.
Estos son los principios del epígrafe 3.1 que se considera han de ser
incluidos en la Ley de Estadística, puesto que no existe una ley de carácter
general que regule el derecho a la intirnidad y la protección de la confidencialidad de los datos. Por el contrario, existen otros principios, cuya aplicación en el campo estadístico planteaña graves problemas organizativos y
de procedimiento, por lo que los datos estadísticos deberían ser explícitamente exceptuados de su cumplimiento.
Así, por ejemplo, las exigencias relativas a la calidad de los datos
(principio K), la comunica^ción al interesado de su inclusión en un fichero
(principio M), los derechos de acceso y rectificación (principio N), de
bloqueo (principio 4) y de cancelación (principio P) serían muy difíciles de
aplicar en los ficheros estadísticos, dado el enorme volumen de datos que
éstos tienen en general y eI tipo de procesos a que se someten **, así
como las caracteristicas de la informa:ción estadística.
5.
LA «REVELACION» ESTADISTICA ***.
Podríamos definir la revelucivn como el quebrantamiento del secreto estadístico, en
el sentido de que datos confidenciales, protegidos por éste, y referidos a unidades
estadísticas de típo individual, se pongan al descubierto.
(*) Coinc ide con ei princ ipio L, de 3.1.
(**) La corrección automática, por ejemplo, iría contra el principio de calidad de los datos y
supondría también un gave inconveniente en relación con los derechos de rectificac ión, bbqueo y
cancelación, EI derecho de acceso produciría unos costes y unas cargas en tiempos de ordenador
que, muy difícilmente, podrían ser soportados en la práctica.
(***) Se ha empleado revelac•icín -«disclosure^ en inglés-- para denominar el concepto relativo a la entrega --«release^^ en inglés--, sea o no intencionat, de datos considerados como
confidenc iales.
72
ESTADfST}CA ESPAÑULA
La «revefación^^ se puede producir por la entrega -sea mediante publicación o
comunicación, en cualquier soparte--- a persona, o personas no autorizadas por la Ley a
conocer los datos pcar no tener que intervenir profesionalmente ni en su recogida ni en
su procesc^, de los siguientes tipos de informaciones:
A) Microdatos * con idPntific•aciones; es decir, etiquetados con el
nombre, o cualquier, otro código de identificación, como pudiera ser el
n úmero de ident ificac ión personal --N I F---, cód igo de empresa, domic itio,
número de Seguridad Social, número de re,gistro de personal para Ios
funcionarios, etc.
$) Microdatos * sin icient^fic•udores, perr^ idertti,fic•uhlPS, lo que significa que aun cuando no vayan etiquetados con un número de identificación personal, los datos pueden, en virtud del tamaño de la muestra u
otros factores, ser razonablemente interpretados como referidos a una persona
^isica o jurídica
determinada.
C) Muc•rc^datvs ** yue permiten Iu identiftc•nc•ir^n d^ los microdatos
©ri^^en de lcas mr'smc^s, es decir, en ellos, el usuario puede reconocer y
obtener informacián sobre un elemento determinado de 1a población de la
cual se ha extraicio la correspondiente cifra agregada.
La revelación a que se refiere ei apartado (A) del párrafo anterior no presenta
grandes problernas de delimitación y su concepto está claro: en el momento en que se
hace entrega, en cualquier soporte --magnético, papel impreso, verbal, etc.^-, de un
solo microdato con su correspondiente identificador -el cual permitirá asociarlo a una
concre^d unidad estadística , obteniendo así el usuario una información sobre el individuo, desconocida hasta entonces, se ha vutnerado el secreto estadístico, y se ha
producido lo que llamaremos <^revelación estadística por microdatos identificados^ ***.
La protección contra esta clase de revelaciones no difiere esencialmente de las que
hemos analizado en el epígrafe 3, no existiendo tampoco diferencias, en este caso, entre
los datos estadísticos y no estadísticos, excepción hecha respecto a que las normas
legales de protección debeñan ser distintas, como se verá posteriormente, por existir,
para los primeros, el secreto estadístico y no ser imprescindible, por tanto, que la
(*) Se suele dar el nombre de microdatos a los datos que se refieren a objetos inciividuales;
de esta información, mediante un proceso de agregación, se obtienen los macrodatos -tablas
estadísticas y series temporales---.
(**) Son las tablas estadístiicas o series temporales que resultan de la agregacián de !os
microdatos.
(***) Por regla general, este tipo de revelaciones suelen ser intencionacias, y de ahí que algunos
autores la ilamen «revelación voluntaria».
DERECFlO A LA INTtMIDAD F'RENTE A DERECNU A LA INFORMACION
^3
proteccián de su confidencialidad se realice mediante todds ias reglas derivada.s de las
disposiciones generales, las cuales sólo se aplicarían en su totalidad a los datos no
^
estadísticos *.
Par ello, en lo que sigue, nos ocuparemos únicamente de la K revelac ión e stad ística^ ^
que corresponde a los apartados B y^, es decir, «revelación en micrudatos, sin
identificadores, pera identificables» y«revelación en macrodatos» **.
Evitar la «revelación estadísiica^ no puede significar eliminar por completo el riesgo
de «revelación», sino reduc•irlc^ a unos determinados límites. Ya hemos señalado que la
utilizacián de las técnicas informát^cas,
la demanda de tablas estadísticas cada vez más
..,,
detalladas, las peticiones de microdatos sin identificadores, así como otnos varios
factores, aumentan el riesgo de que se produzcan violac iones del secreto estadístico por
revelarse, aun sin intencionalidad, la identidad de ciertas unidades individuales.
Son estas las razones que han llevado a afirmar que «una decisión de elirninar todo
riesgo de revelación restringiria drásticamente, sina totalmente, la difusión de datos
estadísticos. De ahí que, para la difusión de tabulaciones o microdatos, deba evaluarse
la aceptabilidad de un nivel de riesgo de divulgación» (231.
Aunque existen varios estudios y publicaciones en los que se ha abordado el
problema de la revelac ión estadística y sus posibles soluciones, el tema reviste una
considerable complicación y no está resuelto; ni siquiera el mismo concepto de u revelación estadística» es fácil de definir ni de de^imitar ***.
Fellegi ha definido (S] la «revelación directa por inadvertencia^ como «la revelación
de información sobre un individuo que puede ser identificado por medio de sus características», añadiendo posteriormente una expresión que consideramos de interés para
concretar más aún el concepto:
«aprend ie ndo algo sobre é 1 H.
(*) Este trato de excepc ión se aplica, aunque en distinto grado, a los datos estadísticos en
bastantes países; esperamos que, en España, cuando se regule el derecho a la intimidad de una
manera general, se tengan también en cuenta las peculiaridades de los datos estadísticos, no
sujetándolos a normas innecesarias que impidan el normal desenvolvimiento de la Estadística, al
dar lugar a problemas pr^cticos en la elaboración de los datos.
(**) Fellegi [S) llama a este tipo de revelaeión direc•ta por inad^^ertenc•ic^, ya que normalmente
no es intencionada, pero veremos después que, para otros autores, este tipo de revelación puede
ser directa o indirecta, dependiendo de otras caracteristicas.
(***) La necesidad de investigar sobre el terna del secreto estadístico y sobre las técnicas
destinadas a reducir el riesgo de revelacián, se pone de manifiesto en los programas de actividades
recornendadas por la «National Academy of Sciences^ ^ de Estados Unidos, y por otras instituciones de este país, en donde se incluye este tema.
74
EST,4DtS'TiCA E^iPAÑOLA
Como se señala en un informe sobre ^revelación estadística^ elaborado por el
Departamento de C©mercio de los Estados Llnidos [ 24^ F'ellegi e xige, para q ue se
produzca la «reve[a+ción directa por inadvertencia„, dos condiciones:
A) Que el usuario reconoZca un individuo miembro de una poblacián,
incluido en una tabulación o en un archivo de microdatos.
B) (^ue el usuario aprenda al^o sobre el individuo, información que no
conocía por ©tras fuentes.
Por tanto, la definición que estamos comentando es m^s completa que la mayoña de
las que se acostumbra a utilizar, en las que se considera solamente el primero de los
dos elementos exigidos por Fellegi; sin embargo, en ella no se distingue entre lo que
algunos autores [91 llaman «revelación exacta> ^ y«revelacián aproximada^; en el primer
caso, el usuario llega a conocer «el valor exacto» de la caracteñstica revelada, mientras
que, en el segundo, sólo se entera, bien de un intervalo en el que se encuentra dicho
vator, bien de ía distribuc;ión de probabilidad que tiene la caracteñstica para un individuo concreto, o de alguno de sus valores con las correspondientes probabilidacies *.
5.1.
DEFINICI^N FORMAL
Siguiendo a Dalenius [2) vamos a dar una definición formal, especifica de ^a revelación estadistica que puede concretar más !as ideas sobre este cancepto.
La revelaci ^m estadística que estamos considerando, se produçe con ocasión de la
entrega de información estadística (macrodatos o microdatos sin identifícación} procedentes de una investigación estadística **.
S.l.l.
Conceptc^s necesurios para la rle,^inicivn ***
Antes de entrar en la definición, es necesario formalizar, a1 igual que hace Dalenius,
un conjunto de t^rminos relacionados con ella.
(*) En este caso, dependerá del tipo de distribución el que la información facilitada sea mucha
o poca; si por ejemplo, el usuario se entera de que la probabilidad de un cierto valor para un
determinado individuo es de un 99 por 100, la «revelacíón» le ha aportado una considerable
información, si esta probabifidad fuese pequeña, la información seña muy escasa o nula.
(**) Hemos englobado con la expresión investigaei©n estud^strca los censos, encuestas o
cualquier otra operación mediante la cual se puedan obtener estadísticas.
{***) Se ha procurado respetar, a pesar de que no siempre estábamos de acue^o con ello, el
desarrollo y la terminología empleada en el informe sobre la revelación estadística del Departamento de Comercio USA 1241 -donde se recoge la definición formal de revelación estadistica dada
por Dalenius--.
DERECfiO A LA INTIMID^A^D FRENTE A DERECHO A>.^A INFORMACION
iS
E I marco
A)
Sea P una poblacián compuesta pc^r un conjunto de objetos identificables, por
ejempio, las personas jurídicas establecidas en España.
Sea M un subconjunta de esta población, cornpuesto por N objetos 4,, Oz, ... O^, al
cual se va a referir la investigación --por ejemplo, las personas jurídicas del sector
establecidas en España , y al que se accede por medio de un cierto marco *.
El subconjunto M complementario de M estará comp^uesto por los objetos de P q ue
no están en M serían, en el ejemplo al que nos estamos refiriendo, las personas
jurídicas de cuaiquier sector económico, a excepción del bancario, establecidas en
España , por tanto:
MUM=P
B)
Los datos asociados con los objetos del marco
A cada objeto Oy del marco compuesto por el subconjunto M se asociará un
conjunto de datos D que podrán tener tres tipos de funciones **.
u)
Función de identificación.
Será la que corresponde a aquellos datos -que designaremos por I-- que están
asociados biunívocamente a ca+da uno de los objetos O^, sirviendo, por tanto, para
identificarlos ***.
b)
Función de clasiflcación.
Corresponderá a los datos -que designaremos por C- que se utilizan para clasificar los objetos Q^, de acuerdo con unas ciertas clases ****.
Así, en una determinada tabla del censo de población, la función de clasificación
podía corresponder a los datos de profesión y sexo; en el ejemplo del sector bancario,
(*) No hay que confundir el subconjunto M que es la parte de la población sobre la que se realiza la investigación, con la muestra seleccionada -que podríamos llamar Ms de las encuestas por
muestreo; en este caso, si llamásemos MS los objetos no seleccionados, tendriamos: M^^ U M f= M.
(**) A un solo dato le puede corr^esponder, en una mísma investigacíón estadística, más de un
tipo de función.
(***) Estos datos I son a los que hemos Ilamado identificadores -v.g. el Número de
Identificac ión Personal, N IR-.
(****) En la terminología habitual del I. N. E., se suelen llamar criterios de clas^fcación,
?[1
ESTAD1STiCA FSPAÑ(?l..A
podría desempeñar la función de clasificación el dato correspondiente a número de
sucursales.
c- )
Func ión de inforrnac ión .
Será desempeñada por e1 conjunto de datos -que designaremos por X, Y... ,
asociados a los objetos U, que serán tatalizados con objeto de formar una tabla
estadística *. Pau-a un determinado objeto 0^^, a este conjunto de datos le correspanderá un conjunto de valores designado por X^, Y^ ...; estos valores suelen ser frecuencias o magnitudes.
Pior ejemplo, en una tabla del censo de población, podrían desempeíiar la función de
información las frecuencias, y en la tabla del sector bancario, el saldo medio de cada
cuenta-correntista en un mes.
C)
Estadísticas deducidas de la encuesta
La investigación se realiza con un objetivo que puede ser expresado en términos de
una cierta población M y de los dos tipos de datos C y X, Y... asociados a M, a los
cuales llamaremcas «datos objetivos» (D^ -0), a partir de los cuales se obtiene la «estadística^^ E** que se fadcilita a las interesados.
Se considera que la estadística E puede ser de dos tipos diferentes:
a) Estadísticas para conjuntos de abjet©s -macroestadísticas , que pueden entregarse en papel impreso
sea en forma de publicacíán o de salida de impresora--, o en
soporte magnético --en general, cinta .
h) Estadístícas para objetos individuales -microestadísticas , que se facilitan
generaimente en forma de una cinta de microdatos ***.
D)
Datos extra-objetivo.
En el apartado C señalábamos que el objetivo de una encuesta se podia expresar en
(*) En el 1. N. E, se suelen Ilamar c•risterins ri^ t^tulizuc^ión.
(**) El término «estadistica» tiene aquí un sentido amplio que no es el que se le da habitualmente en el I. N. E. (ya que incluye microdatos y macrodatos), pero hemos querído mantener[o ya
qve es así empleado por Dalenius.
(***) En España, hasta ahor-d, no se han facilitado, tal como se hace en otros países, cintas de
microdatos sin identificadares; sin embargo, hay que pensar que, con ocasión del próximo censo
de población, el 1. N. E., a pesar del peligro que puede suponer para el secreto estadístico la
enireg,a de microdatos, tendrá que plantearse el problema y encontrar soluciones. Nos volvemos a
encontrar con la dificultad del adecuado punto de equilibrio enire e1 derecho a la informarción y el
derecho a la intimidad.
'
DERECHO A LA INTIMiDAD FRENTE A i^RECHO A Í.A INFO^tMACION
términos de los datos-objetivo: C y X, Y...; al realizarse el diser^o de la encuesta, se ha
de determinar la fuente de estos datos.
Pero además de los datos-objetivo, existen otros datos adicionales que designaremos
por «datos-extraobjetivo^^ D-E, cuya caraecteristica es que no forman parte de los objetivos de la encuesta, y por tanto, el diseño de ésta no suministra explícitamente la fuente
de tales datos.
5.1.2.
Defrnición
Dentro del marco conceptuaJ establecido en el apartado anterior, se puede definir la
revelación estadistica de la siguiente forma:
Sea Ok un objeto de la población total P, que puede ser un elemento de M o de
M, al cual están asociados un conjunto de datos X, Y...; sea A una característica que
toma el valor A,^ para el objeto U,^ , y que puede coincidir o no con alguno de los datos
X, Y,...
Es conveniente considerar dos casos distintos *:
Ak = 1, si Ok tiene una c íerta propiedad, si no A^ = 0**.
-
- Ak es una rnaga^itud.
Se dice que ha habido revelación, y con más exactitud revelación de la característica
A, si la entrega de la estadistica S hace posible determinar el valor Ak con una mayor
prec•í.sión *** que la que se tendría si no se pudiese acceder a la estadística; si A es
uno de los datos X, Y..., podríamos decir que se había producido una revelación de X,
o de Y, etc.
,
La defínición de revelación estadística que se acaba de da.r es excesivamente amplia,
y la aplicación de normas estrictas para evitarla, conduciria a disminuir, en gran
medida, la entrega de datos estadísticos, lo que podría suponer que el precio a pagar
por la protección a ultranza y sin límites del secreto estadístico seria excesivamente
alto, y el coste social de tal actitud sería, probablemente, inadmisible.
Buscando la situación de equilibrio, a la que nos hemos referido en varias ocasiones,
analizaremos, en lo que sigue, algunos otros aspectos de la revelación no considerados
(*) Queremos insistir en que se ha procurado ---a excepción de la notación- respetar fielmente la de^nición de Dalenius, aun cuando a veces, como en esta distinción que hace entre
código dicotómico y magnitud, no veamos claramente la razón para ello, y consideramos, además,
que falta el caso de código no dicotómico.
(**) Es decir, A^ es un código dicotómicu.
(***) Podriamos decir ^acuracidad^^ en la terminología estadística.
ESTADtSTICA ESPAÑQLA
hasta ahora, intentando ver hasta qué punto es preciso aceptar un nivel de riesgo,
siempre que éste no sea muy elevado, y en especial cuando sus consec uencias no tiean
graves para el individuo que ha sidc^ objeto de ia revetacicin.
5.2.
EL. PROHi..EMA DE LA REVELACION EN LOS MACRODATOS
La de^nicián formal de revelación puede apticarse tanto a la difusión de microdatos
como de macrodatos; sin embargo, los problemas y las soluciones son muy distintos,
segvn la clase de datos de que se trate,
Por esta razón, se va a exponer por separado la revelación en microdatos y de
macrodatos. Pero dada la complejidad y!a extensión del tema, sólo podremos ha.cer
unas cuantas consideraciones de carácter general sobre algunas de las distintas posibilidades de revelación que se puede producir en estos dos tipos de estadisticas y sobre
ciertas técnicas que pueden aplicarse con objeto de evitarlas (*), intentando can ellc^
conseguir, mediante la sufíciente eomprensión de[ problerna, nuestro objetivo de Ilegar a
unas conclusiones que pudiesen servir de ba^e para elaborar los principios por los que
se habrá de regir el secreto estadistico.
5.2.1.
Clusific^uci^n de ^u revelucir^n en muc-rr^cfutos.
La revelación en macrodatos puede producirse por muy diferentes motivos, por lo
que es conveniente establecer una clasificación de este tipo de revelación, la cuai puede
ocurrir, tanto si la función de información es realizada por datos -criterios de totalización- cuyos vatores sean frecuenc^ias, como en el caso de que éstos sean mugnitr^r.lc^s.
En ciert©s casos, para que tenga lugar la revelación, es preciso realizar operacione^
entre elementos de rt^ás de una tabta -revelación indirecta-, o por el contrario, el dato
respecto a un individuo se obtiene de una sola tabla
revelacián directa-.
También se puede producir la revelación solamente a partir de las tablas estadisticas
o con la ayuda de una determinada información auxiliar, independiente de dichas tablas.
A veces, por el simple hecho de forFnar parte de una tabla, una persc^na puede deducir
ciertos datos sobre los otros individuos que están incluidos en ella
revelación interna-.
Cltra forma de clasificar la revelación es en probabilistic;i, exacta y aprc^ximad^t,
según se Ilegue a deducir que una caracteristica tiene un cierto valor con una determinada probabilidad, o se consiga el valor exacto, o se cleduzca el intervalc^ en que está
com prendido.
(*)
En ta referencia bibtiogr^fca 1241 se tratan más a fc^ndo e^;tc^s temas.
DERECNO A LA INTtMIDAD FREiVTE A DERECNO A LA [NFORMACIt)N
5.2.2.
Técrticas pura d rsminurr el rieskr^ c!^ r^^^^luc^ic^n ^n l^^s ^n^tcrc,duf^as.
Del an "alisis de los diferentes tipos de revelación se llega a una cunclusián yue ya
hemos apuntada anteriormente: No se puede anular el riesgo de revelación sin hacer
que desaparezca la estadística *.
Es preciso, por tanto, aceptar un cierto nivel de riesgo, siempre que éste no tenga
graves consecuencias para los suministradores de los datos, por lo que el nivel de riesgo
tendrá que ser distinto según los diferentes tipos de datos.
Cuando se trate de datos que podríarnos llamar sensibles, porque incidan sobre el
derecho a la intimidad de las personas -v.g. opinianes religiosas o políticas- o
porque de ellos puedan derivarse consecuencias indeseables --v.g. en los aspectos
fiscales-- para el sujeto de los datos, es preciso adoptar medidas mucho más restrictivas para impedir la divulgación, aun cuando el coste de tales rnedidas --^o sálo
económico, sino también social, por la limitación del derec ho a la información que
siempre estas medidas llevan consigo- sea elevado.
Para poder controlar el nivel de riesgo, es preciso saber medir el riesgo de revelación existente en un determinado conjunto de macrodatos. La evaluación del riesgo de
revelación es un problema que no está resuelto, aunque sí se han estudiado algunos de
los factores que influyen en su magnitud (diseño y tamaño de la muestra, detalle de las
tablas, calidad de los datos y disponibilidad de información auxiliar); la combinación de
éstos y otros factores ** permitirán conocer, en cada caso concreta, el riesgo de
revelación asociado a las tablas estadísticas previstas para una determinada investigac ión.
Una vez evaluado el riesgo de revelacián de una estadística, será preciso analizar si
dicho riesgo es aceptable, o si, por el contrario, el tipo de datos -sensibilidad de los
mismos y consecuencias que tendría para el sujeto de los datos su difusión le haría
inaceptable; en este segundo supuesto, tendrían que tomarse medidas destinadas a
paliar el problema, llevando el nivei de riesgo a cotas admisibles.
Las medidas que pueden emplearse para disminuir el riesgo de revelación en macrodatos son de tipo organizativo y de tipo técnico.
Las medidas organizativas destinadas a impedir la revelación suelen consistir en
limitar la difusión de los macrodatos que presentan problemas, no suministrando estas
(*) Nos referirnos a la difusión de datos estadisticos, no a la Estad4stica como ciencia.
(**} Posiblemente no son éstos los únicos factores que influyen en el riesgo de revelación, pero
son los que aparecen en la corta bibliografta que se ha encontrado respecto a este terna concreto.
ESTAD[STiCA ESPAI`^ot,.A
tabulaciones al público en general, sino únicamente a otras instituciones que vayan a
utiliZarlas a fines de investigación y que estén sometidas a análogas normas de secreto
que la institución suministradora. La entrega de macrodatos de difusit^ ^n restringida, por
presentar posibles problemas de revelación, se hará bajo ciertas condiciones (objetivos
de investigación, seguridades y compromiso de secreta por parte de la institución
receptora, devolución o destrucción de la información cuando se hayan cumplido los
objetivos, etc. ); condiciones que habrian de ser mucho más estrictas en caso de que la
informa+eión confidencial pudiese causar un petjuicio -incluso leve-- al sujeto de los
datos .
Las medidas técnicas que suelen emplearse para evitar revelaciones consideradas
inaceptables son: supresión de datos, cambio en el diseño de ias tablas y perturbación
de los datos.
Sup^-^s^vn de dut^s: Cuando el número de elementos iabulados en una casilla e s muy
pequeño *, se puede, para evitar la revelación, suprimir el ciato correspondiente a
dicha casilla. Pero, al mismo tiempo, hay que prestar atención a los totales marginales
porque de ellos seria posible deducir el (o los) dato suprimido; también es preciso
anali2ar otras tablas que, en ciertos casos, llevarán a revelaciones de tipo indirecto al
darnos c',ertos totales marginales por medio de los cuales se podria averiguar el valor de
la casilla suprírnida; es decir, es preciso suprimir no solamente las casillas sensibies,
sino también ciertas casillas no sensíbles -llamadas complementarias
que permiten,
pcar medio de operaciones aritméticas o lógicas, deducir el valor de casillas sensibles
suprimidas. La determinación de casillas sensibles y complementarias supone comprobaciones largas y trabajosas que suelen realizarse con ayuda del ordenadc^r *.
Otra forma sencilla, y poco costosa desde un punto de vista económico, de evitar la
revelación, sería no publicar las tablas en las que el número total de elementos tabulados no alcanzase un minimo; forma efectiva pero probablemente dernasiado drástica y
no rnuy e^ciente, de terminar con el problema de la revelación **.
(*) Nos referirnos al número de elementos contados realmente. Si la tabla procede de una
encuesta muestral y ha sido elevada, e! número de elementos de una casilla puede ser relativamente afto, siendo muy pocos -o uno solo- las individuos que en la muestra han aparecido con
la combinación de características correspondientes a dicha casilla, ya que este número ha sido
multiplicado por e1 factor de elevación para obtener la tabla.
(**) En ia referencia bibiiográfica [24] se describe un sistema de análisis de la revelación en
datos eeonómicos de la Oficina de Censos de los Estados Unidos que, de forma automática y con
la ayuda de una base de datos, reali2a un análisis de las tablas determinando las casillas que han
de ser suprimidas porque su difusión supondria un atenta:do contra el secreto estadístico.
(***) Hay que pensar que la revelación se puede presentar, n© solamente porque sean pocos los
elementos tabutados, sino también porque el número de casillas sea elevado en función del número
total de elementos que forman la tabla.
UERECNO A[.A INTIMIDAO FRENTE A DERECNO A LA ^ INF4RMACKJN
$^
Cumhiu cic^l ciisc•ñ^^ clc- tuhlus: Cuando al analizar el problema de la revelación en una
investigación cuncreta, el estadistico responsable de la misma ilega a la conclusión de
yue el peligro de revelación es elevado, puede realizar un nuevo diseño de las tablas,
^onsiderando otros intervalos más amplios, evitando clasificac iones por demasiados
conceptos, o buscando niveles más agregados, bien sea geográficamente, bien pasando a
códigos rnenos detallados
v.g. clasificar por grandes ramas de actividad .
Perturhucivn d^ lc^s dutvs: Otra técnica que se utiliza para impedir la divulgación de
datos estadísticos agregados que atenten contra el secreto esta+dístico, es la introducción
intencionada de perturbaciones en las cifras que constituyen la tabla estadística, es
decir, se disminuye la precisión de los datos *.
Entre las técnicas de perturbación más usadas, se encuentran el redondeo sisternático y el redondeo aleatorio, que han sido utilizadas por varias Oficinas de Estadística
-Suecia, Reino Unido, Canadá, etc.
para evitar la revelación en las tablas proceden-
tes de censos y encuestas.
A veces se introduce «ruido^ en los ficheros de microdatos, de forma que las tablas
deducidas de dichos ficheros presenten menos problemas de divulgación. Señala Dalenius [ 2^ que esta técnica, aunque es senc illa de aplicar, puede originar problemas al
usuario.
Antes de aplicar un método para evitar la revelación, es preciso estudiar no sólo el
grado de protección que dicho método suministra a los suministradores de los datos,
sino también los efectos que tendrá sobre los usuarios de las tablas **.
Tamb ién e s im portante real izar una e val uac ión de co ste s ante s de dec id irse por
ciertas técnicas cuya aplicación fuera tan costosa --^n recursos de máquina o de
análisis y programación
,
econom^co.
5.3.
que podrían no estar justificadas desde un punto de vista
EL PROBLEMA DE LA REVELACI(SN EN LOS MICRODATOS
La entrega de microdatos sin identificadores es una práctica habitual en muchos
países, ya que se considera que las Oficinas de Estadística no se pueden comprometer,
(*) Esta técnica podria 1larnarse de neblina.
(**) Siempre existen más quejas de usuarios que no han podido conseguir los datos qut
necesitaban para sus invest%gaciones, que de suministradores de datos que se consideran perjudicados por la revelación de ciertas cifras.
^?
ESTADISTICA ESPAh^fOL.A
p^^r falta de medios y pc:^r los plazcas de entrega, a realizar todas las tabula^ciones y todos
los tipos de análisis -estadísticUS, sirnulación, etc.-- solicitados por los usuarios de
datos estadísticos,
Lus microdatos, de los que previamente se ha suprimido toda identificación, suelen
facilitarse en soporte magnético -c•i^:tu de usc^ púhlic•c^ *--. La t)ficina de Censos de
los Estados Unidos facilitó, en el añu 1963, ias primeras muestrus de ust^ pú6lic•o **
obtenicfas del Censo de pbbiación y viviendas del año 19b0; la fraccián de muestreo de
iales cíntas era de un uno por ciento, y su agregación geográfica se hacía para áreas con
un minimo de 250.0+00 personas. Para los censos del año 1970 se volvieron a suministrar
c intas de uso público.
El problema de la revelaciñn presenta caracteristicas especiales para los microdatos,
ya yue, aunyue s^r= hayd hecho desaparecer cualquier dato de identificación --nombre,
dirección, códigos de identificac^ión, etc.-- de 1as unidades individuales registradas en
la cinta, siempre se pueden presentar ciertas combinaciones de caracteristicas que, por
ser únicas, permitan reconc^cer al individuo que las posee y averiguar algo sobre él, El
tamañ^} dc^ la mu^estra, las características dei individuo, la exístencia de otros ficheros
nominativc}s ---v.g, registros públicos-- que contengan datos coincidentes con algunos
de la cinta de microdatos, así como otros factores pueden llevar a identificar uno,
varios ca todos los registros de microdatos.
La ac:eptabilidad de ciertu riesgo de revelación se debe evaluar en función de
a[gunos criterios como son el p^erjuic io potencial causado al sujeto de los datos, e1
descrédito para la O^cina de Estadística causante de la revelación, la mayor o menor
dificultad del descubrimiento, el coste y plazos necesarios para revelar la información,
el posible interés económico o de cualquier otro tipo que pueda tenerse en poner el dato
al descubiertc^, etc.
Una vez evaluado el riesgo, si se Ilega a la conclusión de que éste no es aceptable,
es prec isu tomar medidas para evitar la revetación.
Son varias las medidas que se pueden aplicar para disminuir el riego de revelación
en micradatos, como eliminación de datos especialmente críticos
por su sensibilidad o
pc^r los perjuici^.^s que pueden causar-, mayor agregación de las áreas geográficas,
(*) EI lnstituto Naciunal de Estadistica no ha facilitado nunca cintas de microdatos, pero
para el próxima censo de población, viviendas y edificios debía plantearse esta posibilidad que
pienso sería muy bien acugida pc^r los usuarios.
(**)
Se 1laman cie uso públicc^ públicu pc^rque pueden ser adquiridos porcuatquier persona y no hay
resiricciones en cuantca a su us.o. En casos especiaies se facilitan también a ciertas instituciones
cintas de microdatos cuya entrega se hace bajo comrpromisos yue limitan su utilízacíón --c•intus de
^^,^^^ rc^strin^^icír^--.
DERECH() A E.A IN`rIMIDAD N^LENTE A D£REC'HU A I..A IN^RMACK)N
K3
disminución de la muestra, agnlpación de códigus muy detalladus u aumento de la
amplitud de ciertus interv^ilus, exclusión de unidades fácilmente^ recunucibles o cuyu
recun^x;imientu pueda ser de gran interés, intruducción de ruido, etc.
En utrus casos, se puede admitir el riesgo de revelación, siempre que se restrinja e!
uso de los ficheros de ^ microdatus que puedan presentar problemas. Así la Oficina de
Censos de los Estadus ^ Unidos ha facilitado muestras de uso restringido, de los censos
de población y viviendas, mediante acuerdos en los que la institución receptora de los
datos adquiria ciertos compromisos como no facilitar copias a terceros, pedir autoriaación antes de realizar publicaciones derivadas de las cintas de uso restringido, devolver
o dtstruir el fichero una vez terminada la explotación, etc.
5.4.
LA REVELACIÓN EN LAS DtST1NTAS FASES DEL PROCESO DE LOS DATOS ESTADÍSTICOS
La seguridad de los datos es un concepto global que ha de cubrir todo el cic lo de
vida de la información, par ello puede resultar de interés recordar brevemente las
distintas fases del proceso de los datos estadisticos, analizando las implicaciones que el
pr^oblema de la r^evelación puede tener en cada una de ellas.
A)
Diseño de la investig^ación
La fase de diseño de la investigación tiene una enorme importancia, desde el punto
de vista del secreto estadístico, por varios motivos:
- Ya hemos ser3alado la influencia que el diseño muestral --^lase de muestreo y
tamaño de la muestra
tiene en el problema de la revelación.
También el diseño de las tablas tiene una considerable importancia en la revela.cián por medio de los macrodatos.
-- Es en la fase de diseño cuando se determinan las variables que serán investigadas,
y si datos muy sensibles van o no a ser incluidos en la encuesta.
En el momento de concebirse la investigación es cuando se han de evaluar los
riesgos de revelación y la posibilidad de aceptación o rechazo de tales riesgos,
para, en caso de rechazo, analizar las técnicas a emplear para evitarlos, estudiando los efectos de dichas t^cnicas con objeto de elegir la que presente
menores inconvenientes.
La fase de diseño, en si misma, puede suponer un cierto riesgo de revelación, ya
que es en ella cuando se seleccionan las unidades que constituirán la muestra;
unidades que suele ser conveniente no dar a la publicidad, no sólo porque
v
£STA,DISTK h ESPAÑOLh
^i4
pueden contener inforrnación conftdeneial *, sína tambíén porque el conocimic^ntc^ de la identidaci de estas unidades puede aumentar el riesgo de revelación
en pc^steriureti fase:^ de1 procesc^ **.
-- C'uandc^ el díseñu de la muestra y la selección de unidades se hace con ayuda
del +urdenacior las ficheros utilizados en esta etapa del prc>ceso tienen que tener
los numbres y direcciones, por lo que su protección contra los riesgos de
revelac;ión ha de ser máxima.
B)
Recogida de le^s ciatos
1^s muy importante en esta fase de recogida tomar las medidas necesarias para
proteger !a cc.^nfidencialidad de ios datos, pero también es imprescindible que el público
sea infc^rm^rdc^ de que Ivs datos suministrados solamente se utilizarán a fines estadísticos
y dc^ yi^e cxistc:n unas medidas de protección para impedir otrus usos que se desvíen de
dicha fina!idad ***.
f-^r. [a f^^se de recogida puede existir, en ciertas investigaciunes estadísticas --v.g.
en e1 censo de poblacián--, un doble problema en relación con el derecho del individuo
al que están referidos los datos a exigir la confidencialidad de los mismos, no sólo
respecto r^^! encuestador que tiene la opartunidad de conocer la información de ios
cuestiondrios a su cargo, sino también respecto al cabeza de familia que cumplimenta la
hoja c^ensal y que hd de enterarse de los datc^s eorrespondientes a todos los miennbros
de la familia, así como a tos huéspedes^ o personas que han pasado en la vivienda la
noche de la fecha a que está referido el censo ****.
Para evitar la susceptibilidad respecto a los encuestadores, es conveniente que éstos
sean descc^nc^cidos para las personas entrevistadas, danda en todo caso soluciones
alternativas cuando no se desea facilitar los datos a un determínadca agente, v, g.
(*) ^specialmente cuandu se trata de encuestas de tipo económicu sobre empresas, en et que
el diseño muestral está basado, por ejemplu, en la cifra de negocios o en el númerc^ de empleadus.
(**) Mediante el conocimiento de las unidades seleccionadas en la muestra es mucho más fácil
descubrir, tantu en lus ficheros de microdatos c^mu de macrodatos, la identidad de un individuo.
^e trata dc la revelación que hemos denominadu cun infurmación auxiliar.
(***) t..a ()ticina de Estadística de Australia ^ IK^ dedicñ 5(}.()OU dólares -cantidad yue ellus
mismos con:^ideran inadecuada pc^r ser excesivamente baja-- del presupuestu del censo de 1976,
c:un vbjeto de explicar al público la finalidad estadístic^t de! censo y la confidencialidad de lus
datos en él recogidos.
(****) F1 inter^és en guardar el secreto respectc^ al cahez^^ de familia dependerá muchu del tipc^
de informacíón solícitada -tiatos rr^uy sensibies-, piénsese yue en algunus censos se pregunta,
pc^r e^ emplu, la renta cie cada per^ona censada.
DERECHO A LA INTIMIDAD F'RENTE A DERECN© A LA [NFORMACIUN
RS
oportunidad de enviar el cuestianario, por correo, directamente a la Oficina de >`^:stadistica que está realizando el censo.
También es preciso buscar soluciones para el caso de que se desee guardar las datos
secretos hacia el cabeza de familia. Así, en el censo australiano de 1976 (18} se infarm^
a cada miembro adulto del hogar de que existía un cuestionario personal * que le
podía ser solicitado al agente censal y ser cumplimentado y enviado directamente par
correo, por el propio interesado, sin intervenci$n del cabeza de familia.
Si la recagida de tos datos se hiciese por correo, sin tener que acudir a agentes
entrevistadores, se disminuirían en gran medida los riesgos de revelación en esta fase,
pero dicha solución no siempre es posible por diversos motivos, entre ellos, la falta de
respuesta que este método puede originar.
Depuración, codificación y transcripción a soporte de ordenador
C)
Esta fase, igual que la anterior, es predominantemente manual, y las revelaciones
que se puedan praducir en ella son de tipo puntual, más bien por la indiscreción del
personal -^ontratado o funcionario- que trabaje en estas aperacíones, que por un
ánimo de lucro, muy difícilmente existente en este caso.
Las precauciones a tomar para la protección de la confidencialidad de los datos san,
tanto en esta fase como en la de recogida, más de tipo organiz,ativo y legal que técnicca.
El número de personas que intervienen en estas operaciones es bastante elevado, y
se trata de personal contratado temcomo generalmente -especialmente en los censos
poralmente, es preciso que se comprometan, mediante la firma de un cantrato, a no
quebrantar el secreLo estadístico, no solamente durante el tiempo que dura su actividacf,
sino indefinidamente **.
Los cuestionarios, una vez terminada la fase siguiente a ésta, es decir, una vez que
se ha obtenido el fichero Klimpio^^
y dispuesto para las tabulaciones, han de ser a
destruidos, como se hace en algunos países, o en caso contrario, han de ser archivados
adoptando todas las medidas necesarias para evitar que terceras personas puedan tener
acceso a ellos, siendo consultados o copiados, y quebrantándose así el secreto estadíst1C0.
La destrucción de los cuestionarios plantea problemas, sobre todo en algunas investigaciones como los censos, ya que su consulta, cuando por el transcurso de los años ha
(*) Este sistema irecibió el nombne de Kpersonal slip»^.
(**) Es necesario que se haga constar, específicamente, en el contrato, esta circunstancia de
que la obligación de guardar el secreto es indefinida, y que no termina al finalizar el contrato.
$6^
ESTADlST1CA ESPAÑOLA
pasado el peligro de revelacián, puede tener un interés científico -v.g. genealá,gico^---.
Así, por ejemplo, !a Socíedad de Genealagistas de Ausiralia ha soiicitado a«The Law
Reform Comission^, organismo encargado de estudiar los problemas relativos a la
intimidad y el censo de poblaci6n, que los cuestionaríos del censo no fuesen destruidos,
sino gua.rdados para referencias históricas, con restrícciones de acceso por un plazo de
cien años ( l8].
Actualmente, las técnicas de microfilmación admiten guardar datos de forma cómoda, ef`icaz y más segura en cuanto a la proteccián de la conf"ldencialidad, sin los
graves inconvenientes que tiene ei archivo de papel. Algunas of^cinas de Esiadfstica
utilizan esta tecnalogía para conservar la información primaria de censos y encuestas.
E1 ^nstituto Nacíonal de Estadística debería analízar detenídamente las ventajas e
inconvenientes de la destrucción de cuestionaríos, en todos los aspectos --confidencialidad, coste, interés científ"!co e histórico de los datos, etc.-, y tomar, después de
haber vído la opinión de diversas instituciones ínteresadas en el tema, una decisión en
uno u otro sentido. Sería imprescindible que dicha decisión se tomase con urgencia, ya
que la medida adoptada tendría que apliearse en los próximos censos de poblarción,
vivienda, edificíos y locales, para los cuales sería preciso preparar, con tiempo suficiente, las máquinas de microfilmación y/o de destrucción de cuestionarios *.
D)
Proceso de microdatos identificados
Se ha agrupado can esta denominación todas las operaciones mecanizadas que se
han de realizar con los datos, desde su entrada al ordenador hasta el momento en que el
fichero «limpio», es decir, una vez corregido de errores, está díspuesto en las tabul:lciones.
En esta fase de tratamiento de microdatos, además de la detección de errores y la
co^rr-eción correspondiente --bien sea automática o manual , se calcutan los factores de
elevac ión, se clasific an los fic he ros, se añade inforrnac ián de otros fic heros, etc .**.
Mientras dura esta fase, es necesario que los microdatos tengan algún tipo de
identificación, ya que en caso contrario sería ímposible recon^cer las unidades en las
que se hubiese detectado algún error con objeto de corregirlas por medio de un proceso
manual, proceso que obliga a consultar el cuestionario e incluso, a veces, a realizar una
nueva entrevista o llamada telefónica a la persona que ha suministrado los c+atos.
(*} La venta de cuestionarios como pape[ usado es totalmente inadmisib[e desde el punto de
vista de la confidencialidad, si éstos no han sido previamente triturados en máquinas especiales.
(**) Si se desea conocer c©n un poco más de detalle en qué consiste esta fase se puede
consultar las referencias bib[iográñcas (271, [28) y[29].
DERECHU A LA 1NTIMIDAD FRENTE A DERECHO A LA INFURMACION
87
A1 operarse, durante todo este proceso, eon rnicrodatos que conservan los identificadores, se puede considerar ésta como una de las fases más criticas en relación con el
secreto estadístico, ya yue el peligro es rnayor que en las fases anteriares -excepto
quizás en la de diseño, cuando se utilizan ficher^s mecanizados para la selección de la
muestra-- en las yue, al no estar los dat^s en soporte de ordenador, sólo se pueden
producir revelacianes aisladas, sin una finalidad determinada y sin ánimo de lucra; y
también supera en peligro a las fases siguientes donde, ca san macroclatos en los que es
más dificil que se produzca la revelación, o si se trata de microdatos, éstos ya na
necesitan iener identifícadores, por lo que el reconocimiento del sujeto de los datos no
es tan s^encillo.
En esta etapa del pro^eso se han de arbitrar medidas organizativas, técnicas, legales
y deontológicas para evitar la revelación intencíonada. Varias de estas medidas se han
citado ya al tratar, en general, no desde el punto de vista estadístíco, el problema de la
protección de la confidencialida2i de los datos, y son entre otras muchas:
• Prohibición de acceso a las áreas donde se archivan o tratan ficheros confidenciale s.
• La existencia de un código deontolágico para los informáticos y una licencia para
ejercer la profesión.
• Palabras claves para acceder a los ficheros.
• Control de salidas para imposibilitar el que se saquen copias en cinta magnética de
los ficheros.
• Criptografiar los identificadores y la infarmación sensible.
• Prestar una especial atención a los procedimientos de conexión de terminales y a
los usua^rios de éstas.
• Disposiciones legales que establezcan penalidades adecuadas para la revelacibn
intencionada, así como para los responsables por negligencia.
• Obligación de indemnización en caso de perjuicio al usuario *.
Una vez finalizada esta etapa se pueden suprimir los identibcadores de los microdatos antes de entrar en el proceso de tabuiación **. Eí dejar las microdatos sin
identificaciones tiene inconvenientes
por ejemplo, si se presenta un problema en un
(^) Muchas de estas medidas no han de ser exclusivas a esta fase, sino que serán comunes a
todo el proceso de tos datos estadísticos.
{**) En el I. N.E., a diferencia de lo que se hace en muchas Oficinas de Estadística, los
microdatos se conservan con identificadores.
8K
£STADISTNCA ESPAIaoLA
micrcadato no se podrá nunca encontrar la unidad estadistica que lo ha producido, ni
volver al correspondiente cuestionario--, sin embargo, con ello se asegura la protección
de la confidencialidad y se evitan revelapciones intencionadas de microdatos identificadas que son las más petigrosas *.
Cuando la investigación estadistica Ileva un control de calidad por entrevista repetida, habrá que conscrvar los datas de identificación, al menos para aquellos registros
selecc ionadas en los que haya que repartir la entrevista, hasta tanto no se haya
camparado la entrevista original con la repetida.
Cuando se trata de encuestas continuas, en que ciertos datos se conservan de un
peñodo a otro, o cuando las estimaciones se realicen por métodos en los que intervienen datos de períodos anteriores
v.g. estimador del cambio
no es posible prescindir
de las identificacianes en las cintas de microdatos. Por esta ra.zón, las encuestas
continuas plantean prablemas especiaies desde el punto de vista de la revelación,
problernas que debeñan ser investígados con una especíal atencíón.
E)
Tabulacíón
En esta fase entran los ficheros de micrc^datos sin identificadores --o con identificadores cuando no es posible eliminarlos o no se tiene costumbre
y se obtienen las
tablas estadisticas. Por tanto, en la fase de tabulación, la revelación se puede producir
tanto sobre microdatos sin identificación --o con identificadores cuando éstos no se han
suprimído
como sobre rnacrodatos; y las medidas de protección que se adopten han
de afectar a estos tipos de ficheros.
Cuando se han suprimido los identiflcadores, no es ésta una etapa especialmente
conflictíva, ya que, por un lado, si se trata de una revelación intencionada, sería más
prcapio que se intentase en la fase anterior, con objeto de obtener m icrodatos identificados, y por otro lada, las revelaciones por inadvertencia, tanto en microdatos como en
macrodatos, se produce en la fase de difusión. Unicamente, en algún caso especial en
que se desease obtener tablas muy desagregadas, no suministradas por la Oficina de
Estadística, o cuando la.s med idas de seguridad hiciesen imposible copiar un fichero de
microdatos identificados, se podria intentar conseguir datos confidenciales durante esta
etapa.
(*) C)tra posíhilidad serza criptograf'iar fos datos de identificación, o también asignar a cada
registro un número al azar y quitar la identificación, guardando en un fichero separado estos
números y las c©rrespondientes identificaciones. Este último procedimiento, que parece muy
sencillo, debe presentar algún problema, ya que no conozco ni he encontrado en la bibliografia
consuliada ningún caso en que se aplique.
DERECHO A LA 1NTIMIDAD FRENTE A DERECHO A LA 1NFORMACiON
Si en la fase de tabulación los ficheros de microdatos estuviesen todavía con las
identificaciones, no existirían diferencias desde el punto de vista de la confidencialidad,
en tre e sta fase y I a ante rior.
F)
Difusión *.
La revelacián en esta fase de difusión, que suele ser inadvertida, se produce por la
entrega de microdatos sin identificadores, pero identificables, o de macrodatos en los
que sea posible reconocer a un determinado individuo. Ambos supuestos han sido ya
analizados en epígrafes anteriores y algunos autores consideran que la revelación propiamente dicha se refiere solamente a estos casos.
Unicamente queremos señalar aquí la importancia cada vez mayor que va adquiriendo este tipo de revelación, debido a que la difusión clásica por medio de publicaciones, que es la que dominaba -o aparecía casi en exclusiva- hasta ahora, va teniendo
una importancia relativamente menor al aumentar la entrega de tabulaciones especiales,
en general bastante desagregadas -,a menudo en soporte magnético , y de microdatos
-bien de uso públ ico o restringido-.
Aun cuando en el I. N. E. no ha hecho más que iniciarse, esta tendencia en la forrna
de realizarse la difusión de los datos estadísticos afectará, en un plazo relativamente
corto, a todos los datos entregados por las Oficinas de Estadística y habrá que tomar
en consideración su incidencia negativa en el problema de la revelación. A pesar de
ello, no se debe pensar que la solución pueda consistir en continuar ofreciendo a los
usuarios de datos estadísticos las clásicas publicaciones, ya que 1a demanda de otras
formas de ciifusión irá en aumento, y el I. N. E. debe intentar que se atiendan lo mejor
posible todas las demandas y que se aprovechen al máximo los datos por él elaborados,
consiguiendo así su mayor rendimiento y que se cumpla la función social que ha de
tene r la informac ión e stadística.
G)
Almacenamiento de microdatos y de macrodatos
Bancos de Datos--.
Tanto los microdatos como los macrodatos deben de ser archivados de forma que se
(*) EI término difusión se ha tomado en un sentido más amplio que su verdadera acepción en
español de «extender», «divulgar^ ^ o«propagar^^ --voces que aparecen como análogas en el
diccionario ideológico de Casares--; con él nos referimos a cualquier entrega de datos -no
necesariamente una publicación-- que realiza la Uficina de Estadística a terceras personas, es
decir, a cualquier usuario ^jeno a dicha Oficina.
ESTADISTICA ESPAÑoLA
9^l
,puedan realizar posteriores explotaciones, accediendo y recuperando la información
estadística agregada que se encuentre almacenada en bancos de datos *.
Las medidas de protección de los flcheros y/ca bancos de datos en los que están
todos los datos de una Oficina de Estadistica deben ser estudiadas de forma que su
conf^encialidad esté asegurada, dentro de unos costes asequibles, de acuerdo con [a
mayor o menor sensibilidad de ias distintas informaciones.
Si en los ficheros de microdatos se han suprimido los identificadores, el problema es
rnenos grave que si éstos se conservan, pero aun así, es preciso que los microdatos
almacenados en soporte de ordenador ^-^--sea en forma de ficfieros convencionales, sea en
estén debidamente protegidos.
bases de datos
Los bancos de macrodatos, si se desea que tengan la suficiente flexibilidad como
para que puedan responder a las demandas, deben tener un bajo nivel de agregación,
por lo que presentarán ios problemas de revelacián que se han analizado en el epígrafe
5.2. Todo sistema que permita la consulta directa a bases de macrodatos tendrá que
tener incluido un módulo que evalúe el riesgo de revelación, no autorizando la salida de
resultados cuando dicho riesgo no se considerase admisible para el tipo de usuario que
fiabía realizado la consulta.
En todo caso, la instalación de terminales conectadas a equipos informáticos en los
que existen miccodatas con identificadores, debe ser cuidadosamente analizada con
objeto de evaluar el nivel de riesgo, y que la dec;sión sobre su aceptación o rechazo
esté fundamentada can rigurosídad.
^I.
CONCLUSi©N
Dada la dific ultad que el tema del derec ho a la informac ión frente al derec ho a la
intim idad presenta en el ámbito de estadi st ica oflc ial, y su s d iversas im pl icac iones de
tipo técnico -de^nición de revelación, evaluación y prevención del riesgo, revelación
en mícrodatos y ma^crodatos, etc.-- y legal ---disposiciones generales sobre intimidad y
confidencialidad de los datos, derecho a la información, secreto estadístico, etc.--, nos
(*) El [. N. E. acaba de instalar el sistema CRUNOS, procedente de la (Jticina de Estadí^tica de las Comunidades Europeas, banco de datos destinado a!a recuperación y tratamiento de
series temporales, que aun cuando todavía no es operativo, por tener muy pocas series almacenadas, se espera pueda estar en funcionamiento en un plazo de tiempo relativamente breve. A pesnr
de que, al tratarse de series temporales agregadas loti problemas de con^denciaiidad que plantea no
son muy graves, dispone de procedimientos de seguridad para impedir el accesa a series consideradas secretas por uno u otro motivo [ 3 l ^.
DERECHO A L.A [NTIMIDAD FRENTE A DERECH(} A LA [NF(^RMACI^N
g^
ha parecido conveniente resumir los aspectos más sobresalientes de toda lo expuesto,
concretando los más importantes problemas planteados en relación con estos temas y
enunciando algunas de sus posibles soluciones; todo ella enfocado hacia las disposiciones especificarnente estadísticas --nueva Ley de Estadística y su carrespondiente Reglamento- que habrán de regir, en el futuro, la actividad estadística oficial.
6.1.
EL DERECHO A LA iNFORMAC[ÚN EN t..A NU^VA LEY DE ESTADÍSTICA
Seña imprescindible que en la nueva Ley de Estadística, que está siendo elaborada, se recogiesen, de forma clara y concisa, los fundamentos del derecho a la
información estadística y las limitaciones de dicho derecho, estableci^ndose:
A)
EI derecho a la inf^rmac•ión estudr`stic•u, el cual debe estar abierta para todos,
no sólo para los órganos de dec isión del Estada
Ejecutivo, Parlamento, etc.--, sino
tambi^n para las economías privadas -ernpresas, sindicatos, organizaciones de consumídores, etc.
para la ínvestigación científica
universidades, instituciones públicas y
privadas-, y para el público en ,general; todo ello, en los distintos ámbitos geográficos:
nacional, regional, provincial, municipal y urbana.
B) Las limitacivnes u este derecho u!u in,%vrmaci©n estudís•tica que forzosamente
tendrán que existir, y que se derivan de:
a) La protección del derecho u!a intimidad y c•on^fi'denciUlidud dP l^^s datns,
regulados por las leyes generales y, en especial, por el sec•retc^ estud^^ ticv.
b) El coste de la informacián, que impedirá suministrar gratuitamente, dada el presupuesto necesariarnente lirnitado de cualquier servicio p^ blico, toda la información estadística demandada, por lo que será necesario:
• Determinar unas priaridades en cuanto a las investigaciones estadisticas que
habrán de ser abordadas (Plan Estadístico Nacional).
• Establecer las líneas directrices de una política de tarifas sacial y justa, para las
explotaciones complementarias, sobre datos ya recogídos, que sean demandadas
por los usuarios y no correspondan a las tabulaciones de interés general, cuya
difusión fue prevista en el diseño de la investigación.
C) La func ián del Instttuto comc^ gest^r^r y d^pr^sitarit^ de los datos, pero nunca
propietario de los mismos, ya que, como hemas señalado, la infarmación estadística es
un bien público.
D) La obligación, por parte del Instituto, de mejorur la difusián de los dutos por él
elaborados, procurando su máacimo aprovechamiento, siempre dentra de las limitaciones
-confidencialidad y coste
anteriormente señaladas.
ESTADISTICA ESPAr14LA
92
6.2.
EL SFCRETO ESTAí)ÍSTICO EN LA NUEVA LEY DE ESTADtST^CA
El secreto estadístico, que ha cie ser encuadrado dentr^ de la normativa general que
regule el derecho a la intimidad y confidencialidad de los datos, tiene que ser establecido, en sus principius fundamentales, en ia Ley de Estadistica, y desarrolladca en el
correspondiente Reglamento.
Pkara poder delimitar bien qué tipo de datos estarian protegidos por el secreto
estadístico, constituyendo, en cambio, excepción en relación con algunos de los principios generales que habrán de regular el derecho a la intimidad *, sería preciso que, en
se distinguiese
las disposiciones tegales --especialmente en ia Ley de Estadística
claramente entre dut^is nominutivos y datvs estudístic•vs.
Se consideran dutc.^s nvminativr^s aquellos que, recogidos sin fines propiamente
estadisticos, estuviesen referidos a individuos **, plenamente identificados, por medio
del nombre, dirección, número de identificacicin personal --NIP-, ete., pudiendo
causar sobre cada individuo efectos administrativos o legales de cualquier tipo; la
identificación, por tanto, en los datos nominativos es fundamental para ei cumplimiento
de sus fines. L,os derechos de las personas en relacicín con estos datos, en especial en
los aspectos de intimidad, serían regulados por disposiciones de tipo general -derecho
de acceso, de rectif"tcación, de cancelación, etc. ***--.
En cambia, los dutc^s estudistic•^as serían aquellos que, recogidos con fines estadísticos y habiendu hecho constar esta finalidad al deelarante en el mamento de su recogida,
no podrían causar sobre el sujeto de los datos ning ^n efecto de tipa legal ni administrativo; por tanto, la identificac ión en este tipo de datas no es fundamental para poder
cumplir los fines para los que fueron recogidos --elab^ración de tablas estadísticas .
Los datos estadísticos, además de estar sonletidos a las disposiciones de tipo general,
con las excepcianes que en ellas se estableciesen -v.g. derecho de acceso y rectificación-, estarían sujetos al secreto estadístico regulado en la Ley de Estadistica.
La distinción, por tanto, entre estas dos clases de datos está basada en el fin para ei
que fueron recogidos, en el uso que se hará de ellos, en la indispensabilidad de la
ider^tificación y en si pueden o no surtir efectos sobre el sujeto de los datos ***.
(*) Ver epígrafe 4.2.
(**) Recuérdese la acepción dada en este artículo al término individuo, que puede ser una
persona, famitia, empresa, etc.
(***) Ver epígrafe 3.1.
(***) Simmons ( 30^, al referirse a los efecios que sobre un determinado sujeto pueden tener los
datos nominativos, habla de «microaccián»; podríamos decir, siguiendo esta terminología, que !a
finalidad de los datos estadísticos es la mucroaccián y la de los ^nominativos la microaccicín, de ello
se deriva la condición de indispensabilidad de las identificaciones en el segundo caso.
DERECNO A l.A INTIMIDAD FRENTE A DERECNO A LA tNFORMACtON
93
No todos los datos existentes en el Instituto Nacional de Estadística tendrían esta
consideración de datos estadísticos, ya que, por ejemplo, un flchero del censo elecioral
o los registros de establecimientos y empresas, o el de población
si llegara a haberlo--, n^ podrían ser considerados fichervs est^ldísticc-^s en la acepción que aquí se
está danda al término.
Las principales características del secreto estadístico, que tendrían que estar recogidas en la Ley, serían:
A)
Ambito de aplicación:
Se presentan varias alternativas:
u}
Limitarlo al campo de la estadística estatal encomendada al Instituto Nacional
de Estadística.
h) Que se aplicase a toda la estadística estatal, no sóla a la encomendada al
I.N.E.*.
c)
Que se ampliase a toda la estadística de tipo público
I. N. E., Ministerios,
Comunidades Autónomas--, creando «enclaves^ estadísticos que permitiesen, al estar
todos ellos sometidos al secreto estadístico, el intercambio de datos, paliando algunos
de los problemas que existen actualmente.
Es posible que, todavía, sin una tra,rdición estadística fuera del I. N. E., resultase
peligrosa la alternativa b) y, más aún, la c); sin embargo, puede que fuese conveniente ^
dejar la puerta abierta para, en un futuro, si las circunstancias lo hiciesen posible,
ampliar el ámbito de aplicación del secreto estadístico, llegando, poco a poco y con
cautela, a crear «enclaves» estadísticos, dentro de los cuales existiría una circulación
más fluida de la información estadística.
B)
Sujeto
Debe de quedar perfectamente claro en la Ley de Estadística que el secreto estadístico obliga a todc} el persnnal, no sólo funcionarios, que trab^ja en el I. N. E. --o en 1os
«enclaves» estadísticos, en el caso de que para el ámbito de aplicación se hubiesen
elegido las alternativas b ó c•
también podría hacerse extensivo, mediante la firma de
(*) Existen ya precedentes, puesto que en las órdenes de 17 y 21 de marzo de 1949 que regulan
la creación y reglamentación del Cuerpo de Estadísticos Sindicales se establece en ei Capítulo V,
artículo 38 relativo a los deberes de estos funcionarios, la obligatoriedad de mantener celosamente
el secreto profesional, redactándose este texto en el mismo sentido que el Reglamento de Estadfstic a.
9^4
ESTA^[ST^CA ESPAIVOi.A
un contrato, a otras personas a las que el [. N. E., por motivos excepcionales y muy
fundamentados, autorizase a acceder a datos estadísticos *.
Habría de establecerse, asimismc^, que el plaz^u durante el cual debiera ser respetado el secreto estadistico por el personal --funcionario o contratado
no termina con el cese en la prestación de los servicios.
C)
es indefinido, y
Objeto
EI secreto estadístico recae en los dr^tos estudr"stic•c^s **, I^os cuales, a diferencia de
los datos nominativos, solamente podrán ser facilitados a los usuarios de farma que no
sea posible identificar, por medio de ellos, un determinada individuo ***.
L,a forma en que se recfacte, en la Ley de Estadística, el párrafo en el que se
delimite el objeto del secreto estadistico es fundamental, y hay que prestarle una gran
atención; debiendo quedar claro que:
no son ©bjeto del secreto estadístico ni las «cifras elaboradas» ni los «informes»,
ni los «proyectos», etc., por el hecho de «no estar pubiicados» ni por «no haber
recibido aprobación superior» ****, sino porque permitan el r^c•c^noc•imiento de un
dE^ter^riinudc^ inclit^idt^c^:
-- ef sec:reto estadístico nc^ rec•ae sc^lcim^nte sobre los datc^s primari^s de carácter
indi ^ iidr^cll *****, sino que es rnás amplio en unos aspectos y más específico en
otros, ya que afecta también a los dat©s agregados, si éstos permiten identificar
los datos primarios --«revelación por inadvertencia»--, y sólo afecta a los datos
primarios en el caso de que tengan identificadores -«revelación voluntaria» , o
de que, aun sin tenerlos, posibilíten el reconocimiento del individuo origen de los
mismos. Por tanto;
• Lu ^ntrc^^^u dc^ mic•rc^dutc^s nc^ yrrc^bruntu fvrzvsamente e! serretc^: únieamente
cuando est^n idYntific•crclras c^ sc^un iclPntific•ables.
(*) Por ejemplo, en el caso que puede surgir, aunque debiera ser evitado en lo posibte, de dar,
para realizar fuera del 1. N. E., una parte del proceso de los datos estadísticos --v.g. perforac ión--.
t**) Recuérdese que no tc^dos los datos existentes en el 1. N. E. debieran ser considerados
como datos estadísticos, y que esta distinción tendría que quedar perfeciamente clara en la Ley de
Estadística.
(***) Recuérdese la acepción del término individuo.
(****} Estos términos figuran así en el actual Reglamento de la Ley de Estadística.
(*****) Esta es 1a expresión que se utiliza en !a actual Ley de Estadística.
DEREC HO A i.A [NT [ M iDAD FRE !V TE A DEREC Ho A L A CN FoRI^^IAC IoN
9S
• La entrega de macrodatas puede quebrantar e! secreta estadistic©, si por
medio de ellos se puede identificar el sujeto de los datos y averiguar algo sobre
él.
- el quebrantamiento del secreto estadístico no es s©lamente dotoso, s;no que ^
tamhién puede ser c•ut poso *.
No pretendemos decir, al ha^cer estas observaciones respecto al ob^eto del secreto
estadístico, que es preciso que todas ellas sean asi explicitadas en la Ley de Estadística,
sino que la redacción del párrafo sea tal que el Reglamento de Estadística pueda
desarrollarlo, posteriormente, en este sentido sin que se planteen problemas.
Es decir, el legislador deberá tener claro el concepto de secreto estadístico, y en la
redacción se reflejará este concepto con la máxima concisión, pero tarnbién de forma
precisa, con objeto de que no haya problemas cuando se pase a desarrollar el secreto
estadístico en el Reglamento.
D)
Finalidad perseguida
La fina.lidad del secreto estadístico debra ser explícitamente señalada en la Ley, ya
que de este modo, al conocerse el ^n último de dicha norma, será más fáucil interpre- ^
tarla en caso de duda.
Se podría recoger en la Ley de Estadística, bien en el preámbulo bien en el
articulado, un párrafo en el que se expresase la siguiente idea:
La finalidad del secreto estadístico es asegurar la confianza de las personas que
suministran las datos, y con ello estimular su sinceridad, con objeto de conseguir una
mayor fiabilidad en las estadísticas; para esto, se considera imprescindible establecer la
adecuada protección a la intimidad de dichas personas y a la confidencialidad de los
datos que han sido facilitados por ellas con fines estadísticos **.
(*) El alcance de la responsabilidad culposa -no intencionada, pero derivada de la negligencia por no haber tomado las suficientes precauciones- del estadistico que tiene a su cargo el
diseño o cualquier otra fase de una investigación estadística, debe ser claramente señalada y
delimitada en la normativa legal, así como el tipo de sanciones que se podrán imponer en estos
casos.
t**i La Oficina de Censos de los Estados Unidos afirma que «está celosa de proseguir su
política de confidencialidad, n© sólo por razones legales y morales, sino también por el simple
hecho de que el sistema de recogida de datos depende, en último término, de los buenos deseos y
cooperación de las personas y de las compañías» [24J.
^6
E)
ESTADIST^CA ESPAÑOLA
Alcance
Es imprescindible que en la Ley de Estadística se regule el alcance del secreto
estadístico, especificá.ndose si existen casos excepcionales en que pueda ser levantada,
por ejernplo, en un proceso legal de tipa penal.
Se trata de un tema delicado, ya que hay en él dos intereses contrapuestos, ambos
muy imporiantes; pero lo que n©sotras deseamas señalar es que es preeiso que e1
t. N. E. tome postura en favor de uno u otro, aunque será el legislador quien, en
últ;mo términa, tendrá que decidir sobre ella *.
La opinic5n de ios estadísticos, no sá ^)o en España sino también en el extranjero,
respecta a! tema no es unánime, pero si queremos reconocer que, personalmente,
pensamos que los datos protegidos por el secreto estadístico no deberían poder constituir prueba en un proceso legal, ni siquiera de tipo penal **; por tanto, el 1. N. E.
tendria que rehusar el entregarlos, aun a requerimiento judicial, a na ser existiese
consentimiento expreso por parte del sujeto de los datos.
En tado caso, si se desease que los datos protegidos par el secreta estadístico no
fuesen eniregados a requerimiento judic ial, se deberia hacerlo así consiar, e xplic itamente, en la Ley de Estadfstica, ya que, en caso cantrario, el juez podria exigirlos.
F)
Sanciones
También en la normativa que regule el secreto estadistico, es preciso que se establez^ca, para el caso de quebrantamiento, las correspondientes sanciones administrativas
y/o penales, o en esta última circunstancia, se haga la pertinente remisián a la Ley
penal ***.
A pesar de la extensián de este artículo, son bastantes los aspc:ctos de interés en
relacián con el tema que sólo han sido citados o apenas esbozados a lo largo de estas
páginas; en algunos casos, por la imposibilidad de extendernos más aún, y en otros, por
las lagunas que todavía existen en esta materia.
(*) Hasta ahora, la costumbre en el f. N. E. ha sidc^ no entregar datos protegidos por el
secreto estadístico a requerimiento judicial; pero la realidad es que si el ^ uez no hubiese desistido
de su pretensión, al no estar claramente recogido en la Ley de Estadística el derecho del t. N. E. a
no entregarlos, se hubiese planteado un problema.
(**) Desde luego en un p_roceso civil o administrativo, estaria aún mucho menos ^ ustificado.
(***) En el ^enso de los Estados Unidos del añu 1900 el quebrantamiento del secreto se castigaba con multas de hasta 500 ^; en el año l 920 se subió la cifra hasta 1.000 ^ o prisión hasta dos años ( 22I.
DERECHO A LA [NTIMIDAD FRENTE A DERECHO A LA INFORMACiON
Quedan muchos problernas, tanto prácticos corno teóricos, por investigar y formalizar en este campo. La utilidad práctica de estas investigaciones es indudable, ya que la
credibilidad y la efectividad de las actividades de las Oficinas de Estadística dependerán en gran medida del tratamiento y del enfoque que se dé a estos das temas, fundamentales para el futur^o desarrollo de la Estadística: El derechr^ u la inf^rmación estadística y el derechc^ a la protecc ián de la intimidad y de la confidencialidad de los datos
(secreto estadtsticc^).
ESTAD[STiCA ESPAÑOLA
9^
RF: FFRI:NCIAS BIBt..IC)C^RA1~ 1C..'AS
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Sc^ cretaríu GcnE^ru! Técnica de! Ministcriu de Justic•iu,
n.° 318, julio-septiembre, 1973.
RESUMEN
EI derecho a la intimidad y la protección de la confidencialidad de los datos se ven
afectados por rnuchas factores, entre lvs que destaca la Informática. Sin embargo, la
protección maximalista de la intimidad restringiña gravemente el derecho a la información, es preciso, por tanto, buscar el punto de equilibrio adecuado.
Este articulo contempia, desde un ángulo legal -también deontológico-, y en el
cvntexto de los nuevos planteamientas generales relativos al derecho a la intimidad y al
derecho a la información, el secreto estadfstico, la pratección de este tipo de datos, y el
derecho a la información estadística.
Por aira parte se estudian los aspectos técnicos de la «revelación» en la difusión de
datos estadísticos, definiendo este concepto, clasibcándolo y analizando algunos métodos para evitar la difusión de datos estadísticos (macrodatos y microdatos) confidenciales.
SUMMARY
The right to privacy and the protection of confidentiality of data are affected by
many factors among whic h Data Processing stands out. However, by taking this protection to its limit, the r^ght to information is gravely restricted and, therefore, a suitable
balance must be found.
This article considers, from the legal angle ---as also deontological- and in the
context of new general regulations regarding the right to privacy and the right to
freedom of information, the protection of statistical data and the right to statistical
information.
On the other hand, we study the technical aspects of statistical disclosure in the
release of statistical data, defining this concept, classifying it and analyzing some
methods to avoid this problem in the release of confidential statistical data (microdata
and macrodata).
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