AGUAS NACIONALES. El artículo 27 constitucional, en su fracción

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324557. . Segunda Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXVII, Pág. 3808.
AGUAS NACIONALES. El artículo 27 constitucional, en su fracción IV, y el artículo 1o. de
la Ley de Aguas de Propiedad Nacional, establecen: "son propiedad de la nación, las aguas de
los ríos principales o arroyos afluentes desde el punto en que brota la primera agua
permanente, hasta su desembocadura, ya sea que corran al mar o crucen dos o más Estados,
así como las aguas de los ríos principales y sus afluentes directos o indirectos, desde el punto
en que brote la primera agua permanente hasta su desembocadura en el mar o lagos, lagunas
o esteros; y si un río ha sido declarado de propiedad nacional, consiguientemente también lo
son los arroyos o manantiales afluentes, con su cauce o zona federal correspondientes; porque
sus aguas son permanentes y afluyen al río mencionado, esto es, forman parte de un sistema
hidrográfico nacionalizado, y aunque el remanente de las aguas de uno de esos afluentes sea
lo único que se vierte en el río nacionalizado, esto carece de importancia, si se debe a las
obras construidas para aprovechar las aguas, sin las cuales obras afluirían las aguas
naturalmente del río, y como la propiedad nacional de determinadas aguas depende de su
naturaleza misma y no de las obras artificiales que se construyan para captarlas o desviarlas
de su curso natural, es obvio que el aprovechamiento de las aguas de un afluente no desvirtúa
su carácter de aguas nacionales. La Suprema Corte ha interpretado la fracción IV, del artículo
1o. de la Ley de Aguas de Propiedad Nacional y el artículo 27 constitucional, en el sentido de
que la intención del constituyente, fue la de nacionalizar las aguas por cuencas hidrográficas,
con todo lo que les pertenece o debe pertenecerles, desde su origen hasta su desembocadura,
y por consiguiente, con todos los afluentes del trayecto, máxime, cuando la constitución no se
refiere expresamente a los afluentes directos. Además, la Ley de Nacionalización de Aguas se
refiere también a las de los manantiales, porque el hablar de las aguas de los ríos principales
y sus afluentes directos o indirectos, desde el punto en que brota la primera agua permanente
hasta su desembocadura, en el mar, lagos, lagunas o esteros, se refiere a todo el sistema
hidrográfico de corrientes de aguas constantes, por lo que no hay razón para que queden
excluidos los manantiales. Tampoco puede objetarse que el artículo 27 constitucional no se
refiere a las aguas de los barrancos, salvo que sirvan de límite a entidades federativas, puesto
que quedan comprendidos en la disposición general de que son nacionales las aguas de
arroyos afluentes, en los casos ya dichos.
Amparo administrativo en revisión 6489/40. Ontiveros García Rodolfo. 11 de agosto de
1943. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Manuel Bartlett Bautista. Relator: Gabino
Fraga.
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