JUAN GOYTISOLO Y EL COMPROMISO

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JUAN GOYTISOLO Y EL COMPROMISO
deja constancia al menos de este tiempo no olvides cuanto ocurrió en él no te calles
(Señas de identidad, p. 435)
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INTRODUCCIÓN
En este trabajo investigaré el papel que tiene el ‘compromiso’ en tres novelas de Juan Goytisolo, a saber: La resaca (1958) Campos de Níjar (1959) y Señas de identidad (1966)1. Un
gran problema puede ser indicar exactamente cómo se deben interpretar los fenómenos ‘compromiso’, ‘literatura comprometida’ y ‘compromiso literario’. En la segunda mitad del siglo
pasado hubo muchas discusiones políticas y artísticas sobre estos temas que han llevado a
diversas interpretaciones y teorías, pero casi nunca a definiciones.
En la introducción a su tesis doctoral, De Brabander (2003) dice que generalmente se
usan indistintamente los términos ‘literatura comprometida’ y ‘compromiso literario’ para indicar las relaciones entre la ética y política por una parte y por otra, la literatura. En la
‘literatura comprometida’ se trata la relación entre compromiso y literatura, o sea, ¿cuáles son
los criterios según los cuales la literatura puede ser considerada como comprometida? Aquí
tienen vigencia los criterios ético-políticos. Cuando hablamos del compromiso literario,
debemos preguntarnos: ¿cuáles son los criterios que están en la base del compromiso
literario? Por lo tanto los criterios aquí son de carácter estético-literario (De Brabander, 2003:
7).
Seguiré esta distinción, investigando si en las tres novelas de Goytisolo se trata de
‘literatura comprometida’, de ‘compromiso literario’ o de combinaciones de estas dos formas.
Primero, parece ser necesario investigar más detalladamente el fenómeno ‘compromiso’ aunque no es fácil definir este fenómeno sobre todo cuando se considera con respecto al
arte, por tanto, la literatura. Además de los problemas que generalmente son inherentes a la
hora de determinar un género literario, otros factores como ideas políticas, sociales, culturales
y filosóficas tienen una gran relevancia en este contexto.
1
Gonzalo Navajas (1979) divide la obra de Goytisolo en tres períodos: ‘Primer Crítica de España’ (1949–1958)
en el que se halla La resaca, ‘Testimonio de España’ (1958-1962) en el que se halla Campos de Níjar y ‘Demitificación de España (1962-1975) en el que se halla Señas de identidad.
El propio Goytisolo divide su obra literaria en dos fases: la primera testimonial; la segunda problemática (Doblada, 1988: 66).
1
A causa de la complejidad del concepto ‘compromiso’, ahondaré ampliamente en algunas ideas sobre este concepto provenientes de la filosofía, el arte y la literatura. Luego formularé mis definiciones de ‘literatura comprometida’ y ‘compromiso literario’ y describiré los
correspondientes criterios tanto ético-políticos, como literario-estéticos que aplicaré a las tres
novelas.
Durante las últimas décadas los críticos de literatura y otras artes mantuvieron muchas
discusiones sobre la pregunta de hasta qué punto los datos personales del autor serían
relevantes con respecto a la interpretación de su obra. Hay partidarios del punto de vista de
que la obra tiene valor sólo en sí misma y que los elementos biográficos y la información
sobre los motivos del autor no deben influir en el mensaje implícito de la obra. Este principio
del ‘arte por el arte’ acentúa sobre todo el carácter especial de la manera en que se presenta, y
menos el hecho de que la obra es una forma también de la concienciación de la realidad, un
comprender esta realidad de manera personal y activa, o sea, una expresión existencial
(Oversteegen, 1970: 494).
Cuando está en juego el fenómeno ‘compromiso’, me parece inevitable implicar ciertos datos personales del autor para formar la imagen más completa posible del compromiso en
su obra. Factores como la juventud, los estudios, el ambiente social, el contexto político y
artístico pueden jugar un importante papel con respecto a la realización de una obra comprometida. Por eso aludiré a elementos biográficos de Goytisolo por cuanto son relevantes
para mi investigación.
Después de las reseñas y los análisis de las novelas de Goytisolo comprobaré si se
trata de novelas compromitidas o si tenemos que ver con un escritor que da prueba de su compromiso a través de sus obras literarias.
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2
LITERATURA Y COMPROMISO
Literatura y compromiso son dos fenómenos para los que es muy defícil formular definiciones. Cuando hablamos de ‘compromiso’ no siempre está claro qué queremos decir. Es muy
notable que incluso en enciclopedias y diccionarios2 entre las descripciones del concepto
‘compromiso’ no se encuentra una que remita a la significación de tener una actitud en cuanto
a un situación social.
Generalmente, el término se relacionaba con la toma de posición en general de los
intelectuales y particularmente de los artistas y los escritores (Van Oudvorst 1991: 269). El
fenómeno ya existía sobre todo en el campo político-social, tanto en sentido positivo como en
sentido negativo, pero desde que Sartre (1948) aplicó el ‘compromiso’ a la literatura, el término se extendió muy rápidamente. A causa de su carácter de moda, el fenómeno se popularizó
como una característica de una actitud contemporánea y solamente en sentido positivo. Se
recomendaron libros y películas siendo comprometidos, lo cual podía ser aplicable tanto al
producto como al creador. Hoy día compromiso, en el significado más amplia de la palabra,
es un término para una actitud de preocupación por la actualidad social y/o política. Como
término filosófico, político y literario sobre todo se relaciona con la toma de posición de un
filósofo, escritor o artista en cuanto a los grandes problemas de su tiempo (Van Oudvorst
1991: 269).
Al lado de ‘compromiso’ también se escribe muchísimo sobre los fenómenos ‘arte’ y
por eso ‘literatura’3, con lo que casi siempre se deja de describir qué se entiende exactamente
por esto. Es posible que tenga que ver con la imposiblidad de dar una definición válida para
todos los interesados y para todos los períodos, y parece que, cuando se habla de ‘arte’ o literatura’, se parte del punto de vista de que el lector sabe qué quiere decir ‘arte’o ‘literatura’.
Sin embargo, siempre cuando el concepto de ‘compromiso’ se vincula con el arte, y
por eso también con la literatura, se encuentran muchas interpretaciones de este término. Sin
duda alguna, una de las causas es el hecho de que la visión con respecto al ‘compromiso’ está
estrechamente unida con la manera en la que el interesado piensa por ejemplo como filósofo,
hombre de ciencia, filólogo, crítico de arte o como lector medio. También es de importancia
la manera en la que el individuo se siente comprometido con el mundo que le rodea y qué
punto de vista tiene en cuanto a los problemas políticos y sociales.
2
3
He consultado el Diccionario de la Lengua Española (2001)
Se presta más atención al concepto de la literatura en ‘2.6 Aspectos literarios y compromiso’ (p. 10).
3
Para llegar a una delimitación del concepto, aclararé diferentes puntos de vista que
existen con respecto al fenómeno ‘compromiso’ en relación con el arte.
Al final de este capítulo formularé una definición tanto para la literatura comprometida, como para el compromiso literario. Al lado de eso, describiré un número de criterios
ético-políticos, y literario-estéticos según los cuales analizaré las novelas La resaca, Campos
de Níjar y Señas de identidad.
2.1
Compromiso
Es evidente que no es facil definir el fenómeno ‘compromiso’. Hablando filosóficamente,
compromiso tiene el carácter de un acto que ocurre voluntariamente y sirve para algo. Supone
un actitud de preocupación por, y un sentido de respondabilidad del mundo en el que se vive
(Van Oudvorst 1991: 273). En el sentido lexical la palabra ‘compromiso’ paulatinamente ha
obtenido la signifación de una elección consciente, un acto. Generalmente, compromiso
implica tomar posición o tomar partido4 (Van Oudvorst 1991: 271). Parece que solamente es
relevante un comportamiento activo.
Pensar en el arte (y por tanto también en la literatura) y en relación con lo social,
creaba muchas interpretaciones tanto negativas como positivas. En el siglo XIX, el filósofo
Nietzsche (1844-1890) ya tuvo una imagen bastante negativa del fenómeno ‘compromiso’. En
cuanto a la relación entre el arte y la revolución social hay dos peligros: adaptarse a la utilidad
social con lo que pierde su dignidad o ser devorado por lo cual el arte degenera a compromiso
(Safranski, 2005: 67).
Pero Sartre (1905-1980)5, que introdujo el concepto de ‘literatura comprometida’
(1948), reunió ambos elementos: lo activo y lo pasivo, formulado como: un escritor es comprometido cuando se da cuenta que está preocupado, o sea, “está en el barco” (Sartre 1948:
124).
Sartre es muy claro y unívoco con respecto al fenómeno ‘compromiso’. Piensa que
primero el autor debe preguntarse por qué escribe. Sartre tipifica al autor como alguien que
“ha abandonado el imposible sueño de describir una imagen imparcial de la sociedad y del
género humano” (Sartre 1948: 24, traducción mía). Por eso, solamente se puede escribir lite-
4
cf. Zeeman con respecto a tomar partido y tomar posición (en 2.3 Preocupación y compromiso, p. 7)
Anque Sartre popularizó la idea de ’compromiso’ , Paul Nizan fue el primero que usó el termino en el sentido
político (Van Oudvorst 1991: 271).
5
4
ratura que es comprometida porque “se les debe recomendar a los autores transmitir un mensaje.” (Sartre 1948: 31, traducción HM). La literatura comprometida quiere hacer tomar conciencia a los lectores de su situación existencial e intenta enseñarles su respondablidad. En
cuanto a la significión literaria, Sartre fue de gran importancia. Hizo una campaña contra las
anteriores generaciones de autores que hacían causa común con la burguesía y le quiso devolver a la literatura su función social (Van Oudvorst, 1991: 277). Por lo tanto, en el fondo, la
teoría de Sartre no parece ser una teoría que describe, sino que prescribe.
Entre las diversas acepciones de la palabra ‘compromiso’ figura una que está fuertemente vinculada al arte. La pregunta que sigue es ¿comprometida con qué o con quién? La
respuesta no es clara ni fácil, pero a grandes rasgos podemos decir, que se trata de una vinculación comprometida con lo social. Sin embargo los dilemas no terminan allí: ¿comprometida
con la política, con los grupos económicos, con grupos de poder, con una clase social, con determinados sectores de la sociedad?
El neomarxista Georg Lukács (1885-1971)6 considera el arte como un reflejo de la
realidad socio-económica y la obra de arte va a llevar una vida aislada y objetiva, cada día
más alejada de la individualidad original y de las intenciones del artista. Esta obra estaría relacionada fuertamente con la totalidad social. Por lo tanto, la obra de arte sirve como instrumento del socialismo y debe ser considerado como un fin en sí mismo. Por eso, Lukács
solamente acepta la forma realista. (Van den Braembussche 2000: 208, 209). Según esta visión deberían evaluarse las novelas de Goystisolo solamente según criterios ético-políticos,
sin prestar atención a la posible actitud de compromiso literario del autor. La fuerza de la obra
literaria se hallará en la implicación social que muestra el libro. Por lo tanto, según estas
ideas, una obra como Señas de identidad, escrita de manera experimental, no podría considerarse como una novela comprometida. Adorno opina que Lukács juzga mal la importancia de
la forma, porque es exactamente la forma que expresa la realidad objectiva.
Según Adorno (1903-1969) nunca puede ser que toda la literatura sea compromitida,
porque según él, la literatura comprometida siempre da una imagen negativa de la realidad,
porque si no, no se puede hablar de una actitud crítica. Sí, la literatura puede remitir a lo
harmónico, pero solamente se puede alcanzarlo de forma negativa. La disonancia en el diseño
del arte es la llave de la liberación (Van den Braembussche, 2000: 225).
Una gran diferencia entre Adorno y Lukács es que Adorno opina que la forma estética
es la base del vínculo entre el arte y la sociedad. No es una cuestión de relación en cuanto al
6
Para una elaboración amplia de esta teoría y la reacción de Adorno a esta teoría, véase Van den Braembussche
(2000), capítulo 8, pp. 203-237
5
contenido, sino en cuanto a la forma. (Van den Braembussche 2000: 225). Por lo tanto, en la
teoría de Adorno se enfatiza en gran medida la importancia del ‘compromiso literario’ por lo
cual la mayoría de las veces los criterios literario-estéticos prevalecerán.
Aunque tratan las características de ambos fenómenos, ni Sartre ni Adorno distinguen
explícitamente entre ‘literatura comprometida’ y ‘compromiso literario’. Los dos conceptos se
mezclan en sus contemplaciones. En el centro de sus teorías se encuentra el artista que debe
ser comprometido de modo que sus obras se clasifiquen como obras comprometidas. Para
Sartre toda la literatura es comprometida, para Adorno solamente aquellas novelas que
muestran una imagen negativa de la realidad, para Lukács sólo la obra de arte realista, es relevante.
2.2
Objetivo y compromiso
En cuanto a las diferencias entre la literatura comprometida y el compromiso literario es
necesario contestar la pregunta: ¿con qué fin escribe el autor su libro? Sartre es muy claro
cuando dice: “No es verdad que uno escribe para sí mismo” (Sartre,1948: 37, traducción mía).
La literatura es comprometida y por lo tanto tiene un objeto implícito. Aquí Sartre se limita a
la propia literatura y no habla de las posibles acciones sociales que podrían ser causadas por
esta literatura. El lector debe preocuparse por el texto y no se le incita a tomar partido de
forma activa.
Mientras que Zeeman (2006) afirma que el compromiso se realiza a través de la calidad de la descripción de una realidad, el crítico de arte Rutger Pontzen piensa que el efecto
del compromiso más bien se realiza a través de la acción sin rodeos y con intención. Opina
que el compromiso y el arte tienen una relación problemática y paradójica. “Un artista comprometido desea algo y el arte es un medio para alcanzarlo” y “compromiso social en el arte
debe considerarse como preocupación con una intención clara, con el objeto de cambiar algo”
(Pontzen, 2003: 127, traducción HM).
Según Pontzen los artistas siempre se sienten comprometidos con el mundo; es inherente al arte. Pero el arte comprometido es sólo esto, es decir, este arte pretende retratar
abusos con vistas a un posible cambio. Sin embargo, este cambio puede realizarse de distintas
maneras: tanto a pequeña escala, como también a nivel social, un cambio de mentalidad o
una acción con intención de producir resultados (Pontzen, 2003:126).
6
Sin ahondarme en la cuestión también imposible de definir los fenómenos ‘arte’ y
‘artista’ no me parece realista afirmar que todos los artistas están comprometidos. ¿Debe
llamarse comprometido a un pintor que pinta un paisaje para un cliente, solamente para ganar
dinero? Además parece bastante ambicioso afirmar que un artista debe causar cambios, como
dice Pontzen. Es más realista considerar en primer lugar este cambio como un cambio de
mentalidad o de visión del consumidor en cuanto a algo. Tampoco me parece realista
considerar a todos los escritores como comprometidos; implicaría un empobrecimiento de este
término, porque hay diversos objetivos al escribir y para todas las distantas formas deben
existir distintos términos
Un autor, preocupado por el mundo que le rodea, que escribe una novela con la
intención de llamar la atención sobre un abuso político o social, por tanto con el acento en el
contenido de la obra, quiere escribir literatura comprometida. Siempre se dará cuenta de sus
motivos éticos-políticos. Van Oudvorst (1919: 278) llama esto ‘compromiso de la forma’
una forma que encontramos sobre todo en las novelas de tesis. En este caso se presenta la
pregunta por qué el autor no opta por un ensayo, un artículo en un periódico o un panfleto
para transmitir sus ideas.
Un autor, preocupado por su ambiente político-social, podría escribir una novela en la
cual daría voz a sus ideas político-sociales, pero con el objetivo de escribir en primer lugar un
producto literario. Para este autor el acento estaría en el aspecto literario y su objetivo sería
escribir una novela de alta calidad literaria.
Determinar la línea divisoria entre estos dos puntos de partida no será siempre fácil.
No cabe duda que en ambos casos el autor debe ser preocupado por algo, pero ¿hasta qué punto?
2.3
Preocupación y compromiso
Es evidente que el autor de una novela comprometida está preocupado en gran medida por el
asunto que trata en su obra. Pero también un autor que quiere escribir en primer lugar un
producto de alto nivel literario, puede mostrar su compromiso en relación con los temas que
se tratan en su novela.
En un artículo sobre el autor turco Orhan Pamuk, el ganador del Premio Nobel de Literatura 2006, Michael Zeeman afirma que Pamuk no toma partido. No obstante, el punto
fuerte de este autor es que toma una posición decidida. Por lo tanto, paradójicamente el compromiso se muestra tomando posición, y no tomando partido. A continuación, Zeeman afirma
7
que en la literatura, en cuanto se trata de cosas importantes, “el estilo es más importante que el
resultado neto del compromiso” (Zeeman, 2006). Según este modo de ver, describir y
acentuar abusos sociales no tiene por qué ser necesariamente la característica de la literatura
comprometida. Más bien es importante presentar la realidad de tal modo, que el autor consiga
llamar la atención del lector sobre esta realidad. Por lo tanto Zeeman acentúa la importancia
del compromiso literario del autor y aquí pueden tener importancia criterios estético-literarios.
Van Oudvorst (1991: 278) se refiere a Schalk que dice que en la literatura comprometida el autor aboga por un convencimiento o una ideología de carácter político, religioso o social. No se mencionan criterios estético-literarios; solamente parece necesario que el autor
tome partido.
Describir la realidad de tal manera que se llama la atención del lector, es según Zeeman lo más importante. Pero ¿es suficiente solamente llamar la atención? Cuando uno tiene
un convencimiento o una ideología parece ser relevante también la manera en que se describe
y propaga esto.
2.4
Llamamiento al lector y compromiso
Cuando uno escribe un texto con el objetivo de comunicar algo, quiere que alguien lea este
texto, por tanto, hace un llamamiento a un lector. La consecuencia de un llamamiento es
según el filósofo Levinas (1906-1995) ser movido, lo que llevará a actuar. Cada texto es un
estímulo, un motor para hacer algo (Keij, 2006: 188). Se puede considerar la comunicación
como acertada cuando el emisor y el destinatorio interpretan el mensaje de la misma manera.
En este trabajo me ocupo con un género específico de textos escritos, a saber, la literatura. De acuerdo con las ideas de Levinas, Sartre afirmó que todas las obras literarias hacen
un llamamiento al lector. El autor escribe una obra y apela a la voluntad del lector para
generar su ‘propia obra’. El lector debe revelar la obra para a continuación transformarla en
una existencia objetiva (Sartre, 1948: 40). Por tanto, el ‘llamamiento’ se considera como un
estímulo para reaccionar al mensaje. Cuando está en juego el compromiso, el llamamiento
contendrá una intención preconcebida: el autor quiere incitar al lector a tomar una posición o
a entrar en acción en cuanto a un abuso político-social.
En el caso de la literatura comprometida, el autor quiere transmitir un mensaje concreto. Cuando un autor escribe una novela con el fin de hacer tomar conciencia al lector sobre un
abuso social, es lógico que se pueda hablar de un llamamiento de carácter especial al lector.
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Lo esencial es que el llamamiento que hace el autor sea el mismo que el llamamiento que
interpretará el lector. Cuando un autor describe algo que piensa es un abuso con el objetivo de
llamar la atención sobre esto, es posible que el lector tenga una idea del tema completamente
diferente. También es posible que el lector extraiga otro abuso que el que el autor quiere
decir, pues, un lector tendrá su propias ideas sobre temas socio-políticos.
Cuando un autor solamente quiere transmitir un mensaje sobre un abuso políticosocial, será importante prestar mucha atención al contenido. Quiere escribir en primer lugar
una obra comprometida que incite al lector a tomar una posición. Por tanto, el mensaje debe
ser claro e inequívoco: el lector debe quedar convencido de que el abuso descrito es criticable.
Por eso, es plausible que el autor de una novela comprometida tome partido con respecto al
abuso y que en su novela se hallarán soluciones y alternativas. Son recursos literarios que
pueden fortalecer el llamamiento al lector.
Un autor que solamente quiere mostrar su compromiso literario se preocupará más por
la forma de su obra que por el contenido. Su compromiso, que se deduce de la novela, podría
ser fuerte, pero es posible e incluso probable, que el autor no tome partido sino que tome una
posición objetiva y equilibrada en cuanto a lo que describe, sugiere, declara sin dar soluciones
claras y concretas. Quiere escribir en primer lugar una obra literaria y su llamamiento al lector
será más bien de carácter estético.
2.5
Emoción y compromiso
Bas Heijne describe en De werkelijkheid (Heijne, 2004: 151) la ‘carga social’ del autor y lo
formula como sigue: “No describe el mundo como se presenta, o como debe ser. Lo describe
como lo padece” (Heijne, 2004: 152, traducción HM). Heijne afirma que para un hombre
occidental de hoy, ya no es posible mantener una visión del mundo sin complicaciones. “Para
la mayoría de nosotros el mundo ha perdido su forma. Tampoco ayuda un bombardeo de
información” (Heijne, 2004: 160, traducción mía). Segun él, existe el riesgo de que el mundo
exterior desfile en forma de procesión de imágenes sin gran significado. Pero el arte puede
jugar un importante papel para contrarrestar esto, ya que “lo que tiene la gente en común son
casi solamente sus recuerdos y con esto hemos llegado en el dominio del artista” (Heijne,
2004:160, traducción mía).
9
El artista podría reparar el vínculo perdido entre nuestra conciencia y el mundo
exterior mostrando la manera en que los hechos y las imágenes que registramos día y noche
influyen en nuestra conciencia, y qué tipo de hombre surge de esto.
Es una tarea que no es fácil para el artista que tampoco puede abarcar con la vista todo el mundo, “pero sí puede describir lo que hace el mundo con él” (Heijne, 2004: 161, traducción mía).
2.6
Aspectos literarios y compromiso
Ronald Barthes (1915-1980) distingue entre ‘écrivants’ y ‘écrivains’. Con ‘écrivants’ quiere
decir los escritores de panfletos o artículos de opinión, los columnistas y los periodistas, que
consideran la lengua solamente como un ‘medio transitivo’ que sirve para poner en escena sus
puntos de vista de la manera más clara posible. Para ellos son importantes los criterios éticopolíticos. Los ‘écrivains’, los autores, constantemente se ocupan con el problema de cómo
escribir. Un autor inserta el ‘por qué del mundo’ en el ‘cómo escribir’ su creación literaria (De
Brabander, 2003: 24). Por tanto, para él los criterios estético-literarios son normativos.
En el término ‘literatura compremitido’ se halla la palabra ‘literatura’ y este fenómeno
remite a cierta calidad literaria y por eso parto de la idea de que también las novelas comprometidas deben cumplir las normas de cierta calidad, por más que sean arbitrarias.
Se ha escrito mucho sobre los criterios según los que una novela perteneciera a la literatura. Criterios parecidos son muy arbitrarios y sujetos al espíritu de la época. De manera
muy general se puede afirmar que una obra literaria supera en mucho lo común y por tanto
tiene un nivel artístico con gran medida de originalidad. Toda la literatura tiene un carácter
ambivalente. Por un lado es una fuerza social, vinculada con todas sus fibras con la situación
social, por otro lado es un permanente intento de liberarse de la actualidad (Oversteegen,
1970: 281). Será imposible indicar exactamente la frontera entre la ‘lectura’ que implica textos ‘comunes’ que se escribieron sin aspiraciones artísticas o que según los críticos no tienen
características artísticas y la ‘literatura’ que implica obras con cierto valor artístico según las
ideas vigentes.
La pregunta es hasta qué punto una obra comprometida debe tener cierta calidad
literaria. También uno puede preguntarse si el mensaje es más importante que la forma. En
otras palabras: ¿es importante que una novela comprometida tenga una alta calidad literaria
aunque que el autor pueda lograr sus aspiraciones a través de un texto malo?
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En su reseña de la nueva edición del Max Havelaar7 Rob van Erkelens dice: “Una obra
maestra es, entre otras cosas, una obra maestra porque se puede leer como una obra literaria
de alto nivel, independientemente del tiempo y el entorno en los que se originó y se publicó
esta obra” (Van Erkelens, 1995).
Por lo tanto, una obra maestra es significativa, accesible y fascinante también hoy día,
aunque se desarrolle en un pasado lejano o se haya escrito hace mucho, porque trata temas humanos y universales que solamente perderían su relevancia o se harían incomprensibles si el
propio hombre cambiara sustencialmente.
Sin embargo, es imaginable que una novela mal escrita tenga éxito a causa de su
contenido actual, de modo que logra la meta. ¿Por qué no se la consideraría como una novela
comprometida? Van Erkelens se pronuncia acerca de esto de forma denigrante: “Lo que
debería ser una simbiosis entre fuerza expresiva política y artística degenera (…) en una
relación parasitaria en la que el arte está subordinado al panfletismo” (Van Erkelens, 1995).
En los manuales de literatura se buscará en vano la novela comprometida clasificándose como un género literario. Como género de vez en cuando sí se encuentra en los manuales
‘la novela de tesis’ con la que se quiere decir una novela en la que “se trata de defender una
causa o posición determinada, exponiendo sus argumentos con la acción de los personajes”8.
Este género se presentaba entre 1875 y 1886, el primer periódo de la Restauración, y servía
sobre todo como medio para propagar las propias ideas de los autores o atacar las doctrinas de
sus oponentes (Alonso Hernández et al, 1988: 283). Este género carece de la preocupación
social que se encuentra en la posterior literatura comprometida y la novela de tesis solamente
se preocupaba por el contenido (Van Oudvorst, 1991: 278).
Es evidente que el concepto de ‘compromiso’ se usa más bien en sentido político-social más que en sentido literario y por tanto es más lógico considerar el carácter
‘comprometido’ como una ‘segunda capa’ de una novela de cualquier género que trata sobre
un abuso social.
7
La novela Max Havelaar (1859), escrita por Eduard Douwes Dekker (1820-1887), es la novela de tesis
holandesa más conocida.
8
fuente: Diccionario de literatura española (Madrid, 1972)
11
3
DEFINICIONES Y CRITERIOS
3.1
Definiciones
De las consideraciones anteriores he inferido las siguientes definiciones:
Literatura comprometida es aquella que irradia en gran medida la preocupación del
autor, que aplica sobre todo criterios ético-políticos en cuanto a una censurable situación
social que es no ficticia, y la cual se describe críticamente, incluyendo posibles soluciones a
este abuso, de tal manera que el lector se sienta implicado en el asunto e invitado a adoptar
posiciones, después de lo cual puede eventualmente entrar en acción.
El compromiso literario es la actitud de un escritor que muestra una preocupación
fuerte por una o más situaciones politíco-sociales, que pueden considerarse como abusos, una
actitud que penetra en su obra que sin embargo se escribió con un objetivo más importante:
crear una obra literaria, para lo cual los criterios estético-literarios prevalen..
Me doy cuenta de que conceptos como ‘abuso’, ‘mala’, ‘críticamente’ son conceptos
subjetivos, de modo que estas definiciones siempre dejan sitio para discusiones.
3.2
Criterios
Con respecto a la literatura comprometida se podría partir de los siguientes criterios o características, que tambíen pueden hallarse en una obra escrita con compromiso literario:
3.2.1 El planteamiento de un abuso social
El autor de una novela comprometida describe de manera clara por lo menos una situación
político-social que se puede considerar como abusiva. Las causas y los antecedentes de este
abuso se muestran claramente y la crítica del autor será evidente. Posiblemente, el autor
describa altenativas.
Un autor comprometido que escribe con la intención de escribir en primer lugar una
obra literaria, prestará atención al plantamiento de un abuso (a causa de su compromiso) pero
esto estará subordinado a sus afanes literarios.
12
3.2.2
La importancia actual de los aspectos comprometidos descritos.
Para llamar la atención al público lector, el abuso descrito en una novela comprometida
deberá tener significado de actualidad. Es lógico, que haya una relación fuerte entre la situación criticada en la obra y la situación real en los tiempos de la escritura y de la lectura a veces.
Como el presente de hoy es el pasado de mañana, una novela comprometida perderá su
actualidad. Sin embargo, no tiene que perder su relevancia y su fuerza expresiva a causa de
una posible significación universal. Una novela, tratando un abuso como la violencia contra
niños en 1920 en una región de cualquier país, puede considerarse como relevante en el
sentido de que algo parecido también puede ocurrir hoy día. Por tanto, hay suficientes motivos relevantes para que el lector identifique este abuso.
3.2.3
Apelar a la conciencia del lector
La literatura comprometida quiere hacer tomar conciencia al lector de su situación y le hace
observar las responsabilidades de su propia existencia y aquella del prójimo (Van Oudvorst,
1991: 277). En el caso de una novela comprometida se trata de transmitir un mensaje y
cuando un autor tiene una intención especial con su novela, debe preguntarse cuál es su grupo
meta de lectores, a los que adaptará su lenguaje. El escritor formulará sus ideas ético-políticas
en un lenguaje que tiene que ser claro, no complicado, y de atractiva lectura para su grupo
meta, cuanto más grande mejor. El autor desea que, a través de su libro, también el lector se
sienta comprometido de modo que el abuso obtenga mucha atención pública por lo cual,
ojalá, se realicen cambios. Por lo tanto, el llamamiento al lector para sentirse comprometido
es de carácter explícito.
Auque comprometido, el autor que se propone escribir una obra literaria, no se
preocupará sólo por las maneras de mostrar su compromiso. Quiere crear una obra de alto
nivel literario y para él solamente funcionan criterios estético-literarios. Su compromiso es un
aspecto de su personalidad que se muestra en su vida, por tanto en su obra, pero su objetivo
más importante no es llamar la atención al lector sobre un abuso, su lector debe disfrutar lo
literario, el lenguaje, el estilo. A esto se debe que el grupo meta pueda ser pequeño, a causa
del posible carácter intelectual e inaccesible de la novela. Por supuesto, el lector puede sentirse llamado a preocuparse por algo, elaborado en la novela. En el texto el posible llamamiento
al lector para sentirse comprometido es implícito.
13
3.2.4
La verosimilitud
Una novela comprometida trata un abuso actual. El autor quiere hacer público este abuso
esperando que se mejore esta situación. Por eso, es de gran importancia que el núcleo du su
mensaje se presente de manera fidedigna y convincente a un gran público. Los hechos
principales, que dan testimonio del abuso, deben verificables, los lugares mencionados en
relación con este abuso, deben ser identificables, los fenómenos y las consecuencias del abuso
deben ser verosímiles.
Sin embargo, se trata de una novela y es evidente que el contexto, el ‘embalaje’ del
mensaje, puede ser ficticio. Es inherente a esta forma literaria que haya datos ficticios en la
obra. Personajes y acontecemientos pueden estar inventados, pero el hilo rojo, los elementos
esenciales siempre deben ser homólogos a la realidad.
Cuando el acento está más en la calidad literaria de una novela, la verosimilitud estará
subordinada a la fuerza literaria de la novela. Para el autor no será importante si acontecimientos, hechos y personajes guardan semejanza con la realidad. Para él solamente hay una
realidad estética y literaria. Para el lector puede ocurrir que los elementos que están basados
en la realidad y por tanto son comprobables, le hagan sentirse preocupado por situaciones
descritas. Para el autor será un fenómeno adicional.
3.2.5
El papel de las cualidades literarias del libro
El primer objetivo de una novela comprometida es pasar un mensaje en cuanto a un abuso político-social. Todos los aspectos de la novela deben servir este fin. El lenguaje es uno de los
recursos para lograr la más amplia publicación del abuso. La ventaja sobre un panfleto o un
artículo en un periódico es que una novela tiene una duración de vida más larga; una
desventaja podría ser que solamente los lectores de libros tomen nota de este mensaje. El
languaje debe ser tal que un gran público lector pueda apreciarlo: no demasiado difícil, cautivador, claro e incitando a tomar posicón.
Un autor que en primer lugar pone altas exigencias para el nivel literario de su novela,
prestará mucha atención a su lenguaje. A través de su lenguaje se puede reforzar el efecto del
compromiso. El alto nivel literario puede dar un carácter elitista a la novela por lo cual el
mensaje que incita al compromiso, solamente alcanza un pequeño grupo selecto de lectores.
El autor comprometido no adaptará su estilo a la situación que revela con el fin de cambiar
esta situación, sino al lector al que quiere hacer sensible a la situación revelada (De Brabander, 2003: 22).
14
Finalmente, la censura puede jugar un papel importante en cuanto al planteamiento de
la novela: un autor puede eligir someterse a la autocensura para evitar que se prohiba su obra.
Este enfoque puede tener como consecuencias por ejemplo: usar lenguaje adaptado, evitar
hacer observaciones demasiado claras y directas, utilizar situaciones ficticias que se refieren
más o menos crípticamente a situaciones reales y descripciones sutiles.
15
4
JUAN GOYTISOLO
4.1
El autor y su ambiente literario e intelectual
Juan Goytisolo, cuya obra fue prohibida por la censura franquista desde 1963 hasta la muerte
del dictador, nació en Barcelona en 1931 en el seno de una familia de la burguesía de origen
vasco-catalán. En 1938 su madre murió en un bombardeo en la Guerra Civil y el padre se
posicionó a favor del franquismo. Al terminar la guerra, vuelve a la vida anterior y a su privilegiada posición de integrante de una familia burguesa acomoda. Su madre tenía una
biblioteca que incluía a numerosos autores extranjeros como: Dostoievski, Tolstoi, Flaubert,
Proust, Gide. Goytisolo sacó de ellos inspiración para sus primeros intentos literarios (Navajas, 1979: 16).
Le criaron de manera muy religiosa y le enviaron a un Colegio de Jesuitas. In 1947
leyó a Unamuno y a partir de eso, empezó a tener dudas religiosas. El año siguiente se
matriculó en la universidad de Barcelona para estudiar Derecho, pero tuvo más interés en la
literatura francesa contemporánea que circulaba entre los estudiantes. Con la lectura de
Camus, Gide y Sartre perdió los últimos restos de su creencia católica (Bush en Campos de
Níjar: 8,9).
En 1957 se autoexilió a París, donde trabajó como asesor literario en la editorial Gallimard. Goytisolo se casó con Monique Lange, a la que había conocido en la editorial, de la que
era asesor literario. Monique era un gran amiga de Jean Genet, quien influyó notablemente en
Juan Goytisolo.
A finales de los años cincuenta la teoria marxista de la literatura de Lukács influyó
durante breve tiempo el grupo de Goytisolo: ‘la Generación del cincuenta’9 cuyos miembros
solían escribir de forma realista y crítica.
A causa de su preocupación, las novelas de Goytisolo muchas veces se sitúan en los
barrios de chabolas, como por ejemplo La resaca, que el autor considera como la última obra
del período en el que era obsesionado por este problema (Sanz, 1977: 26). Después, el propio
autor clasificó este período como bastante superficial y paulatinamente sus novelas empeza-
9
También llamado ‘la Generación del medio Siglo o ‘Grupo Formentor’ (Doblado, 1988: 66)
16
ron a desarrollarse en el medio burgués (Ceelen en Goytisolo, 1985: 409). Campos de Níjar
muestra también muchas carácteristicas de la emoción social del autor.
A partir de su exilio su obra cambió significativamente en cuanto a su contenido, su forma
y a su difusión fuera de España. El tono de las novelas se tornó más agresivo y la intención
política más directa, (Navajas, 1970:17). Sin embargo, huellas de la influencia de esta época
de fuerte compromiso social ciertamente se encuentran en Señas de identidad.10
4.2
El autor como exiliado
El interés de Goytisolo por la política empieza a despertarse en 1954 y se consolida a partir de
1956, a raíz de los primeros movimientos estudiantiles de la Universidad de Barcelona. Va a
París alentado con la idea de liberarse del ambiente español y con el propósito de encontrar
perspectivas vitales e intelectuales más amplias (Navajas, 1979: 16). Por tanto, esta búsqueda
voluntaria llegó a liberarle de sus orígines nacionales y de los modos lingüisiticos y literarios
de un determinado lugar y tiempo vinculado estrechamente a las influencias que experimentó
en su patria .
El olvido no es siempre pasivo y la voluntad de olvidar resulta en un proceso lingüístico de creación. Para Goytisolo el exilio ha sido una experiencia liberadora. Este destierro le
ha llevado a lugares apartados de España y también a una nueva forma de escribir y de
observar, como encontramos en Señas de identidad (Ugarte, 1999: 194).
En Señas de identidad muchas veces da prueba de sus dudas de si esta partida fue una
decisión justa. Un amigo de Álvaro le pregunta a Dolores por qué no vuelven a España. Ella
calla. En la crítica del autor por las “Voces” en las primeras páginas de la novela, parece que
se trata también de autocrítica. Las palabras con las que sus críticos refieran a su posición acomodada se parecen a las palabras de Álvaro, el narrador, que quizás se pueda considerar como
el alter ego del propio autor:
Lanzados tus amigos por el disparadero de la política, ¿qué hacías tú? La carta de
presentación de un conocido mecenas suramericano te había abierto las puertas
de la inteligentzia parisiense de izquierda y la acogida dispensada por aquel
grupo de hombres y mujeres generosos habían halagado sutilmente tu vanidad
(SI: 219).
10
Cuando en este trabajo se remite a una de las tres novelas investigadas, se usan las abreviaturas LR, CN y SI.
17
De manera cínica se defiende señalando que se trata de “la posibilidad exaltante de apoyar
desde fuera la lucha noble de tus amigos, de contribuir eficazmente a la cabal solución de
todos los males de España…” (SI: 224).
Álvaro es consciente de la inutilidad del exilio y, de modo simultáneo, la imposibilidad del retorno (SI: 269). En Señas de identidad se muestra claramente que una de las
cuestiones más importantes de la literatura del exilio es la destrucción de la identidad anterior
(Ugarte, 1999: 195). Esta destrucción parece tener estrecha relación con la superación de las
dificultades que tiene con sus sentimientos de compromiso. Da prueba del hecho que
el conflicto y la aversión constituyen la fuerza catalizadora de su obra: una lucha
que tiene raíces políticas pero que se torna en un alejamiento, existencial, moral
e incluso sexual, de la corriente principal de la opinión pública: de la España de
Franco, de la España democrática, o incluso del asilo prototípico del exiliado
español, París (Ugarte, 1999: 195).
Goytisolo dice en una entrevista: “El exiliado cultural tiene todas las ventajas y ningún
inconveniente”(Kohut, 1983: 88). En cuanto a su compromiso dice el autor en la misma
entrevista: “Los exiliados siempre quedan al margen de la vida nacional o ven la vida nacional
desde la perifería (…) un gran sector de la literatura ha sido obra de gente situada en la
perifería o en la marginalidad ”(Kohut, 1983: 88). Por tanto, el autor opina que no podrían
crear cierta literatura los que estaban en el centro y esto se refiere claramenta a literatura
crítica, a saber, literatura con características comprometidas.
El exilio también tuvo ventajas para el nivel literario de Goytisolo: la experiencia le
desconectó de las ideas tradicionales de una manera radical. Por ejemplo, La resaca muestra
aún personajes y un contexto que corresponden totalmente con la realidad de la posguerra,
mientras que Señas de identidad tiene una localización física y humana más amplia y universal. El exilio universalizó su obra, la liberó de las circunstancias limitadoras (Navajas, 1979:
241, 242).
4.3
El autor y la censura
Bastantes libros de Goytisolo habían sido prohibidos por la censura. Los críticos y los medios
de difusión, fieles a la ideología oficial, silenciaron durante muchos años sus novelas, incluso
las ignoraron por completo (Navajas, 1979: 18). En primera instancia Goytisolo no tuvo
18
problemas con la censura cuando se publicó Campo de Níjar a causa de la autocensura a la
que se sometió.
Con mótivo de la publicación de la edición italiana de Campos de Níjar en 1962 en
Milán, se estrenó una documental sobre sur de España. Unos falangistas robaron la película
después de haber echado una bomba de humo. En seguida, en la televisión española se
transmitió una versión manipulada para señalar que Goytisolo mostraba a España a través de
una distorsión de la realidad (Bush en CN: 10).
4.4
El autor y el compromiso
En los años cincuenta Goytisolo muestra en sus obras su adscripción a la estética del realismo
crítico con que se dio a la novela una función testimonial. Por medio de sus obras quiso combatir las estructuras sociales y políticas (Doblado 1988: 66). El propio autor escribe en su
Problemas de la novela (1959: 89) que es una obligación para cada escritor luchar contra la
tiranía e intentar revelar la verdad. (Schwartz, 1970: 81). Esta actitud de compromiso literario
es el punto de partida por exelencia para escribir novelas comprometidas.
Goytisolo rechaza etiquetas políticas, preferiendo una autonomia artística en su
descripción de la sociedad y sus problemas (Schwartz, 1970: 28). En su entrevista con Kurt
Kohut, Goytisolo contesta la pregunta de si se considera a sí mismo como escritor comprometido: “El compromiso del escritor es consigo mismo y con la escritura. Si no es así, no creo
que pueda llamarse comprometido” (Kohut 1983: 100).
Esta pregunta ya indica que el fenómeno ‘compromiso’ no es un concepto bien definido. Si no, no se hubiera hecho una pregunta parecida. La repuesta es bastante confusa. El
autor no explica qué implica un actitud comprometida, no pone en claro cuándo una novela se
considera como novela comprometida. Es en primer lugar el autor el que define la medida de
compromiso tanto para sí mismo como para sus obras y luego los lectores y los críticos están
de acuerdo o no.
Pero Goytisolo parece poner énfasis unilateralmente sobre el autor. Cuando, por ejemplo, un autor de novelas rosas se considera comprometido consigo y con sus novelas ¿podemas hablar de novelas rosas comprometidas? ¿Es el escritor la única persona que puede formarse un juicio sobre el hecho de si una obra se clasifica no como una obra comprometida?
¿No es posible tratar una novela sin conocer los antecedentes del autor?
19
A causa de la falta de una definición clara del ‘compromiso’ sigue existiendo la diferencia de opiniones en cuanto a considerar novelas como comprometidas o no. El lector tiene
la última palabra.
4.5 Elementos autobiográficos
A menudo el lector quiere saber hasta qué punto una novela es autobiográfica, sobre todo
cuando se trata de una novela como Señas de identidad en la que el personaje principal
muestra muchas de las características de la vida personal del autor. En diversas entrevistas se
le pregunta a un autor en cuanto a estos elementos posiblemente autobiográficos. Generalmente un autor de novelas de este tipo contesta de manera dudosa o evasiva. Quizás incluso el
propio escritor no sabe exactamente en qué medida su novela es autobiográfica.
Martin Walser, autor alemán, tipifica este problema de manera notable cuando dice en
una entrevista: “Claro que yo no soy lo mismo que uno de los personajes de mi novela. En mi
libros siempre estoy presente en todos los personajes. Soy todo el sistema moral en la novela.
No juzgo, sino que cuento” (Fogteloo, 2007: 12, traducción mía).
También a Goytisolo a menudo le preguntaron en qué medida su obra era autobiográfica. En cuanto a este tema le contestó a Karl Kohut en una entrevista:
Lo lógico es ciertamente que un escritor describa más bien cosas que ha vivido, cosas
que conoce de cerca. No me propuse hacer una autobografía en la medida en que
Señas de identidad es una novela y no una autobiografía, y sí (sic) hay elementos
autobiográficos se integran dentro la concepción novelesca (Kohut, 1983: 80).
Las tres novelas que he investigado irradian un carácter muy personal, a saber, parece que
escribe una persona que a partir de su fuerte preocupación y de sus propias experiencias
quiere transmitir un mensaje, con respecto a la deplorable situación de los emigrantes del sur
en Barcelona, con respecto a las condiciones de la gente que vive en Almería, con respecto a
la actitud del pueblo español durante la dictadura franquista. Pero Goytisolo quiso escribir
novelas solamente según criterios estético-literario. Su meta principal era hacer un producto
artístico y literario y porque es un hombre muy crítico, muy involucrado con la situación
española, este producto tiene un alto grado de compromiso. Es evidente que este compromiso
literario juega un papel importante en sus libros. El propio autor dice en la misma entrevista
con Kohut (1983: 82) en cuanto a Señas de identidad: “Lo que me propuse más bien fue
20
generalizar un poco mis experiencias y tratar de hacer el retrato moral de un español de mi
generación.”
Por lo tanto, para comprobar si las tres novelas son comprometidas, no es de importancia saber en qué medida las novelas son autobiográficas. Los motivos inmanentes para emocionar al lector y estimularlo a tomar posición, deben hablar por sí mismos.
21
5
LA RESACA (1958)
En la segunda mitad de los años cincuenta ciertos escritores emitían públicamente más que
antes sus ideas políticas en sus novelas, de modo que se originó la novela sociocrítica. En este
tipo de novela la crítica a España se manifiesta más que en la novela neorrealista. Se concentra más en las circunstancias miserables de ciertos grupos de población, como mineros,
campesinos y vecinos de los barrios de chabolas. La resaca es un ejemplo muy claro de esta
categoría (Steenmeijer 1996: 91). Como epígrafe Goytisolo cita del Diario de Barcelona del
Martes 26 de febrero de 1957: “Pueden mezclarse en la resaca el trúhan, el pordiosero de oficio y el maleante, pero en general…” La elección de esta cita parece dar la nota: criticar el
tachar de antemano a los emigrantes como malos.
Goytisolo dijo que había descubierto una parte de la vida de Barcelona que nunca
había conocido a causa de su juventud protegida (Schwartz 1970: 78). La resaca se considera
como su obra más comprometida, como retrato de una clase social marginada cuya tristeza
oscura es un ataque tanto al sentimentalismo utópico de unos oponentes a Franco, como al
propio Régimen (Bush en CN: 16). Al escribir esta novela el autor quiso quitar sus propias
emociones y le dejó las manos libres al lector. Pero su conciencia social da sentido a su
objectividad (Schwartz, 1970: 79).
Esta novela, que es la última de una serie sobre la España de posguerrra, se anunció al
principio bajo el título Los Murcianos y la prohibió el Régimen. Abandonó tanto lo autobiográfico que se hallaba en sus anteriores obras como la fantasía y elementos poéticos, para lo-
grar una realidad fotográfica de las víctimas frustradas de una parte de la sociedad que el
autor hasta aquel momento no conocía y estas víctimas intentan olvidar su desesperación bebiendo (Schwartz, 1970: 78).
No está claro cuando y porque Goytisolo cambio el título. Es interesante analizar el
nuevo título. Tiene diversas significados11, por ejemplo: “movimiento en retroceso de las olas
después que han llegado a la orilla; limo o residuos que el mar o los ríos dejan en la orilla
después de la crecida; malestar que padece al despertar quien ha bebido alcohol en exeso;
efecto o serie de consecuencias que produce algún acontecimiento o situación; persona de
baja condición o moralmente despreciable.”
Todas estas descripciones podrián remitir a la novela. Las personas del sur pueden
considerarse como ‘residuos’ de la población total de España y como personas inferiores12. La
11
12
Fuente: Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (2001)
cf. la cita de Ortega y Gasset en Campos de Níjar (CN: 77)
22
situación de malestar después del uso exesivo de alcohol es comparable con la desilusión de ir
a parar en una situación también sin perspectivas después de los numerosos sueños de un
futuro prometedor. A través de este título Goytisolo da de antemano una visión muy pesimista
y negativa en cuanto a la situación y a las perspectivas de este grupo de población.
La resaca fue la primera novela de Goytisolo cuya publicación prohibió la censura
(Navajas, 1979: 71).
5.1
Resumen
La resaca, que es más un reportaje que una novela muy trabajada, tiene como tema la vida en
un barrio de chabolas en Barcelona. Aqui viven andaluces y murcianos que han emigrados
para escapar de las circunstancias muy pobres del sur.
Los capítulos son pequeñas historias, aparentamente no vinculadas. Los protagonistas
son diversos miembros de esta comunidad y cada uno da testimonio del ambiente muy duro.
Las personas pobres y los parias son víctimas del ambiente en que han crecido. Hay escenas
en la taberna del Maño, que es el lugar de encuentro para los parados, los viejos, mendigos y
clientes ‘normales’. Maño es un tabernero muy humano y deja a sus clientes quedarse sin
obligarlos a tomar bebidas y incluso “Aquí, el que no puede pagar, no paga”(LR: 104). Hay
escenas en unos hogares y hay las aventuras de la banda de Metralla, especialmente de
Antonio cuya desarollo es un hilo rojo en el libro.
La Iglesia tiene un papel dominante, pero en el segundo plano como autoridad que se
glorifica de darles unos regalos a los niños, pero luego falla en cumplir con sus respondabilidades. Los clérigos le cuentan a la gente que no se vive sólo para el pan y que no sólo se
piensa en cosas materiales.
5.2
Personajes
Antonio, el personaje central, es un chico de alrededor de dieciseis años. Se relaciona con una
banda juvenil y entabla amistad con líder Metralla. Antonio simboliza las imposibilidades de
obtener un lugar normal en la sociedad. A través de su conducta criminal gana en unos días
más dinero que su padre en unas semanas. Un ladrón de mala fama, Sabater, es su ídolo y
siempre lleva su foto consigo. La esposa de un imaginero adopta a Antonio después de pagar
23
un importe a sus padres. Antonio le roba una gran suma para emigrar clandestinamente a
America junto con Metralla. Pero éste le engaña a Antonio y parte solo con todo el dinero en
un barco hacia el mundo con posibilidades sin limites. Antonio está condenado a seguir
viviendo en la miseria.
Saturio, uno de los vecinos, pierde a su pequeña hija que se envenena y a consecuencia
de ello se da a la bebida. Su hijo Carlitos está elegido para pronunciar el discurso cuando
viene el Delegado de la Iglesia con motivo de las fiestas religiosas. Pero en el momento
culminante, cuando pasan las autoridades, solamente puede balbucear: “… somos pobres…mi
padre” (LR: 274).
Giner es la personificación del bando de los republicanos que tuvieron que sufrir por
sus ideales. Ni su esposa, que es muy religiosa, ni sus hijos le quieren o le respetan. Idealiza a
su amigo Emilio que vive y trabaja en Francia. Giner intenta movilizar a sus compañeros de
taverna para entrar en acción, pero da contra un muro de desinterés.
Evaristo es un veterano de cinco guerras y lleva sus medallas, lleno de orgullo. Gana
su dinero para vivir coleccionando colillas. Personifica la vinculación con el pasado y es
miembro de la Asociación de los antiguos combatientes de Cuba y Filipinas. A pesar del
eslogan del Régimen: “ni un hogar sin lumbre ni un español sin pan”, se le echa de su casita,
después de lo cual se suicida.
Un personaje curioso es la mujer del imaginero que odia a su marido y no tiene nombre. Por todo el libro esta mujer aparece de vez en cuando. Perdió a su hijo y consigue adoptar
a Antonio contra dinero. Sabe que Antonio le roba, pero no da pasos. Parece enamorada del
joven.
5.3
Técnica narrativa
En esta obra, que se tipifica también como reportaje o ‘documentary novel’ (Schwartz 1970:
78) el autor usa a sus personajes para presentar los hechos que quiere criticar. No juzga,
solamente describe. El autor construye un conjunto de capítulos que cuentan algo sobre el
personaje central y no hay desenlace. Hay unos hilos de narración (las aventuras de Antonio
que quiere huir a América, Giner como activista, las fiestas religiosas) pero apenas hay
24
complicaciones o trama, los personajes ni se desarrollan ni son elaborados muy detalladamente por lo tanto apenas se puede hablar de una ‘novela’ de verdad13.
La obra se escribió con, por así decirlo, la técnica de cámara, por lo que La resaca parece más bien un guión cinematográfico. Al escribir en tercera persona singular e insertar
abundantes diálogos, Goytisolo intenta lograr la objetividad y omnisciencia de un narrador
que no está involucrado en la acción. Solamente cuenta y muestra lo que sucede en la vida trivial de los vecinos (Schwartz, 1970: 85).
Una escena muy fílmica ocurre en la taberna del Maño, cuando Giner intenta convencer a sus amigos para que entren en acción. Sus argumentos alternan con fragmentos de
discurso radiofónico del Delegado de la Igelesia; habla una Voz (sic) de la radio. El autor crea
aquí un fascinante juego de conjunto de las fuerzas contrapuestas: los pobres obreros impotentes frente a la Iglesia, fiel respaldo del Régimen opresor, representada por la ‘Voz’ de la
radio.
Goytisolo usa un vocubulario especial para caracterizar el ambiente de prostitutas, ladrones, encubridores, mendigos y por eso, al final de la novela, añade un glosario para el lector.
Para indicar la importancia de ciertos fenómenos, Goytisolo usa mayúsculas. ‘La Voz’
de la radio significa más que sólo una voz: representa la voz del Régimen. Giner habla de los
hombres del Centro y de los de las Afueras. Dos fenómenos frente en frente: el poder y la
pobreza, los fuertes y los debiles. El nombre de Franco solamente una vez se halla en la
novela. Las otras referencias a Franco son: el Nombre, el Caudillo y incluso el Pastor ( en el
discurso del Delegado).
13
Aunque las obras La resaca y Campos de Níjar carecen de diversas características principales de una novela,
sin embargo sigo tipificándolas como ‘novela’ en favor de la legibilidad de este tesina y seguiendo la tradicional
historia literaria.
25
6
CAMPOS DE NÍJAR (1959)
Campos de Níjar, que se publicó en 1960, es la primera de las tres novelas de viaje. Las otras
son La Chanca (1962) y Pueblo en marcha (1960).
Generalmente esta obra se considera como perteneciente a la literatura de viaje. Como
es el caso con cada género: no es posible dar una definición clara de la literatura de viaje. Por
lo tanto, hay diversas opiniones en cuanto a la clasificación de esta obra, sobre todo a causa de
la mezcla con otras expresiones literarias (Lee Six 1996: 12). También la actitud del propio
autor tiene un gran papel.
En este caso la crítica consciente de Goytisolo provoca que esta obra traspase los
limites normales de la literatura de viaje (Bush en CN: 7). Paul Fussel tipifica la diferencia
entre guía y novela de viaje como: un guía de viaje se dirige a los que quieren seguir al
viajero, mientras una novela de viaje se diriga a lectores que no tienen del todo esta intención
(Lee Six 1966: 15). Está claro que Campos de Níjar sobrepasa ampliamente los limites de una
guía de viaje. Hay demasiada protesta socio-política en esta novela par llamarla una novela de
viaje (Lee Six 1966: 98).
En Barcelona Goytisolo tuvo contactos con emigrantes de Almería y quiso descubrir
de qué escaparon (Bush en CN: 7). En una entrevista con Rodríguez Monegal, Goytisolo dijo:
“Si hago un anális de este mundo, ya sea de una región pobre del sur o de Barcelona, estoy
obligado a hacerlo desde mi propio enfoque, desde mi propio punto de vista. (…) A partir de
La resaca me di cuenta que si me proponía reflejar una serie de fenómenos propios de la
sociedad española, tenía que (…) aceptar el subjetivismo”(Lee Six 1996: 9,10). Por lo tanto
esta novela no solamente quiere describir cierta regíon, sino que el autor tiene una idea de lo
que quiere mostrar con sus descripciones. En contraste con otros escritores-viajeros Goytisolo
habló con los habitantes y oyó su historias. Pinta al hombre y el paisaje en el que el hombre
nace, trabaja, pena y muere. Su empatía indignada es un ataque a quienes creen en características nacionales o regionales fijadas (Bush en CN: 19). Por lo tanto, aquí, el propio Goytisolo
señala que se trata de literatura comprometida.
El autor aprovecha al máximo las características tradicionales de la literatura de viaje y
al mismo tiempo explota las ambigüedades del género, a saber, la ficción y los hechos a través
de formas narrativas tanto personales como impersonales (Lee Six 1996: 15). Goytisolo, cuyo
objetivo era mostrar las contradicciones en la realidad, evita dar imágenes estereotípicas del
sur que suelen hallarse en muchas guías de viajes y logra combinar la belleza y la pobreza del
sur (Bush en CN: 18).
26
Por lo tanto, no podemos considerar esta obra como literatura de viaje, pero en cuanto
a la forma literaria faltan características importantes de la novela: un desarrollo psicológico,
una trama y un desenlace. Sanz tipifica esta novela como “documento sociológico”, porque
“el autor no profundiza en detalles socioeconómicos, sino que los sustituye por una atenta
mirada que se detiene en los seres y las tierras” (Sanz, 1977: 64).
6.1
Resumen
El viajero (quizás el propio autor, pero en todo caso el narrador) recorre una parte de Almería
durante tres días y visita diversos pueblos. En el camino y en las posadas habla con mucha
gente. A través de los diálogos. las descripciones de cosas características de la región y las observaciones se informa al lector de las condiciones de vida, los problemas de pobreza y el
clima. Considerando las reacciones de la gente y sobre tode de los niños, es evidente que en
esta región raras veces vienen forasteros.
Los vecinos apenas creen que un español, y un español de Cataluña (la región rica y
próspera), venga voluntariamente y por placer a esta región que a su parecer no es interesante
sino muy aburrida. La gente muestra un complejo de inferiodidad persistente. No hay crítica,
sólo resignación. Con respecto al forastero los vecinos se muestran amables, serviciales,
hospitalarios y de vez en cuando prudentes. El viajero escucha, no entra en discusión.
6.2
Personajes
Figura en Campos de Níjar un personaje principal: el viajero, el narrador que informa acerca
de su viaje por una parte de Almería. La primera pregunta será: el narrador ¿es lo mísmo que
el autor? El narrador debe ser Goytisolo cuando consideramos el texto como una reportaje noficcional, porque el narrador se llama ‘yo’ y en la portada está imprimido Juan Goytisolo
como autor. Cuando consideramos el texto como producto literario, o sea un texto con aspectos ficcionales, el narrador es una invención literaria. Pero hay suficientes indicaciones que
justifican la suposición de que el narrador, aunque no siendo Goytisolo, representa de manera
convincente el retrato del autor (Lee Six 1996: 54).
El narrador del texto es, como el autor, nativo del norte de España y vive ahora en
Francia. En la opinón de los oprimidos andaluces es muy superior. Originario de Cataluña, la
27
región con prosperidad y posibilidades y muchos derechos para los obreros en comparación
con Andalucía, el viajero se acerca a la encarnación del sueño de automejora de los Nijareños.
Por lo tanto el lector no tiene que subestimar la peculiaridad del narrador ante los vecinos
(Lee Six 1996: 16).
El narrador no se dedica a ahondar en los sentimientos y pensamientos de los pobres
habitantes y se limita a lo que le cuentan y a las opiniones que expresan ante el narrador testigo.
6.3
Técnica narrativa
Goytisolo usa para sus diálogos una forma dialectal, escrita de manera casi fonética. Hay
críticos que dicen que se trata de una creación literaria porque este dialecto no se podría oír en
ningún lugar en el sur.14 Quizás sea para lograr un efecto ‘exótico’, pero esta ‘deficiencia’ no
tiene influencia negativa en el objetivo de ser literatura comprometida.
Notable es que Goytisolo de vez en cuando cambia de la primera a la tercera persona
singular cuando se trata del narrador. Por ejemplo en el primer párrafo del capítulo V se habla
del “autor de estas líneas…” (CN: 78)
En la entrevista con Rodríguez Monegal Goytisolo dijo: “Escrito con un cuidado
extremo, a fin de sortear los escollos de la censura… (…) Para eludir las redes y trampas de la
censura, me había convertido yo mismo en censor.” (Lee Six, 1996: 10). Surge la pregunta
hasta qué punto esta actitud reticente influyó el carácter de compromiso. Los abusos no se
describieron abiertamente y el lector tiene que estar alerta para descubrir la crítica más o menos escondida.
14
Para estas críticas véase Lee Six (1996) pp 71-75
28
7
SEÑAS DE IDENTIDAD (1966)
En 1966 se publicó esta novela que significó el primer paso que daría Goytisolo en el camino
experimental. (Lee Six,1966: 23). La novela Señas de identidad constituye una trilogía junto
con Reinvindicación del conde don Julián (1970) y Juan sin tierra (1975). En estas tres
novelas el autor intenta liberarse de la identidad española, que según él, se caracteriza por la
intolerancia, el egocentrismo, los celos, la malignidad y el miedo a lo físico (Steenmeijer,
1996: 105).
En contraste con muchas obras anteriores de Goytisolo, Señas de identidad no es una
obra realista, sino una proyección del sentirse ‘español a disgusto’ a través del personaje
principal Álvaro Mendiola. Por lo tanto no se trata de una novela social crítica, sino más bien
un collage de muchos tipos de textos como: monólogos interiores, diálogos, memorias, crónicas de viaje e informes de la policía. Con la ayuda de estos fragmentos Álvaro levanta un
mapa de su pasado para superar su crisis de identidad (Steenmeijer, 1996: 106).
Esta novela da prueba de una vida bajo la dictadura en la que hay una interrelación
entre los dos aspectos opuestos: ser un biznieto de un propietario de esclavos y convertirse en
un intelectual subversivo (Bush en CN: 11). El énfasis que pone la novela en el contexto
socio-político da un papel importante a la rebelión del autor (Ribeiro de Menezes, 2005: 67).
No es fácil clasificar Señas de identidad como género, sin embargo, porque el tema se
puede describir como el autoanálisis de Álvaro podríamos tipificar Señas de identidad como
una novela psicológica.
7.1
Resumen
Pocos años antes de la Guerra Civil, Álvaro Mendiola nació en el seno de una familia católica
perteneciente a la burguesía de origen catalán. Recuerda muchas experiencias de su juventud
mirando fotos del pasado. Los retratos evocan recuerdos de una familia formada por personas
ricas que simpatizaban con el bando de los nacionales. Algunos de ellos se han vuelto ricos en
Cuba, pero lo perdieron todo después de la revolución socialista de Fidel Castro.
Además, Álvaro viaja por España, entre otras cosas para reconstruir la muerte de su
padre, a quien ejecutaron los republicanos. Pero ni a través de las fotos, ni a través de sus
investigaciones, encuentra Álvaro su identidad. Tampoco lo logra en su vida de estudiante en
29
Barcelona ni como un ilustre miembro de los exiliados en París. Finalmente se da cuenta de
que España tiene mala voluntad hacia él.
Después de su juventud en la que se le crió de manera muy religiosa, estudió economía
política y era amigo de Sergio, un compañero de estudios, que era adinerado, pero al mismo
tiempo un ‘ablandabrevas’, o sea, un inútil, que, animado por su extravagante madre, mostró
a Álvaro la hez de la sociedad.
Desde París, donde vive como exiliado voluntario, Álvaro vuelve a Barcelona para
asistir al entierro del catedrático Ayuso, un intelectual crítico de la izquierda.
Álvaro tiene una relación amorosa con Dolores que toma forma durante todo el libro a
través de diálogos y escenas retrospectivas. Ella es hija de exiliados, de los que salieron desterrados hacia México. Al principio los dos se sienten vinculados a causa de su exilio, pero
finalmente se alejan el uno del otro “asombrado cada uno con su ignorancia de la vida del
otro, algo desamparados también por el derrumbe de todos los proyectos, quimeras e ilusiones…” (SI: 372)
Álvaro investiga el pasado como un individuo que está situado en un contexto sociopolítico particular. Esta búsqueda del pasado es una búsqueda existencial de su identidad (Ribero de Menezes, 2005: 63).
7.2
Personajes
Álvaro es el personaje principal. Se ha escrito mucho sobre el hecho de que Álvaro es el alter
ego de Goytisolo, como por ejemplo Gloria Doblado (1988, 86): “Álvaro, quien por momentos se nos aparece como un desdoblamiento de su propio creador, el ‘alter ego’ del novelista”.
Sin alguna duda en la vida de Álvaro se puede reconocer muchos elementos de la vida del
propio autor, aunque dice el propio autor en una entrevista con Rodríguez Monegal:
“He volcado en él una serie de vivencias personales (…) y es que yo creo que el
escritor debe escribir siempre sobre lo que conoce y evitar lo demás. La mejor
forma para mí era situar a Álvaro en ambientes y lugares que yo conozco
personalmente. Dicho esto no existe ninguna identificación de mi persona con el
personaje Álvaro; creo que somos muy distintos. Si en cualquier caso ha habido
una relación, ésta es, digamos, paterno-filial” (Elsener, 1994: 62).
Es notable que en esta novela falte un acontecimiento de gran importancia en la vida de
Goytisolo, a saber, el hecho de que su madre murió durante un bombardeo en Barcelona. En
su novela deja ejecutar al padre de Álvaro por los republicanos.
30
Álvaro se distancia de su ambiente familiar que tipifica como una ‘casta’ de “comerciantes, banqueros e industriales enriquecidos en Cuba y Filipinas, autonomistas y defensores
del proteccionismo económico, recia casta burguesa (ennoblecida luego) pilar y fundamento
de la bolsa. la industria textil y el tráfico ultramarino…” (SI: 70). Goytisolo esboza con estas
pocas palabras el bando social al que se opone.
Álvaro es un hombre joven, un intelectual, que elige el autoexilio. Goytisolo lo
describe como involucrado en el proceso creativo de la mirada retrospectiva al pasado con el
objetivo de inventar otro futuro (Ribero de Menezes, 2005: 64). Es un escéptico, lleno de
dudas ontológicas y no se siente en su casa en ningún lugar. No en España, donde el clima
espiritual es sofocante, ni en París donde la subcultura del mundo de los exiliados le da asco.
Busca de manera desesperada y persistente su identidad. Da prueba de la falta de
sentido de la realidad cuando vuelve tras un voluntario destierro de diez años y constata que
“el país seguía igual que a tu marcha, reacio al cambio de rumbo que tus amigos y tú habíais
intentado imponerle” (SI: 98). Vuelve a España para hacer un documental que según dice un
informe es “un film anti-español sobre la emigración obrera intervenido por la guardia civil de
Yeste…” (SI: 237).
Antonio, buen amigo, es un oponente activo al Régimen y por eso se le condena. Parece ser un castigo bastante ligero: vivir en un pueblo en el sur, comparable con un arresto domicilario: “encierro de límites vagos pero reales, mecanismo sabiamente dispuesto para impedir la doble fuga corporal y anímica” (SI: 240). Por tanto, tiene bastante libertad de movimiento y en ningún lugar se da prueba de tratamiento inhumano. Incluso el médico local le
invita de cenar y en un restaurante el cacique don Gonzalo quiere conocerle. Pero Antonio lo
rechaza: “Dígale a este señor que (…) sé escoger por mí mismo la compañia y la suya no me
gusta” (SI: 232). Este incidente causa un escándalo después de lo cual se hace más pesada su
pena.
Enrique, que antes era un apasionado del bando de derecha, en el presente de la
novela, es un activista contra el Régimen. A causa de las instrucciones para organizar huelgas
y disturbios estudiantiles que traía y que la policía encontró, se le detiene y la manera en la
que se le tortura cruelmente, está detalladamente descrita.
Dolores, educada en “el universo gregal y anacrónico de los republicanos exiliados en
México” (SI: 328), es la amante de Álvaro y como todos los otros personajes, a exepción de
Álvaro, no se elabora de manera amplia. Las personas con las que Álvaro tiene contactos, se
quedan ‘flat caracters’, a saber, personajes elaborados de manera superficial y no muy detallada, y figuran sobre todo en el segundo plano y apenas encontramos sus ideas políticas elabo31
radas, sus pensamientos y sus motivos verdaderos. El autor podría haber eligido este enfoque
para acentuar optimalmente el desarrollo de Álvaro o para ilustrar la soledad del personaje
principal y su impotencia para relacionarse con algo o alguien.
7.3
Técnica narrativa
En una entrevista con Emir Rodríguez Monegal (Lee Six, 1996: 10) Goytisolo describió esta
novela como un experimento para reconsiderar su actitud con respecto a la novela. Además la
obra funcionaría como trampolín hacia una nueva estética. Señas de identidad se escribió,
según el autor, como un ‘examen de conciencia’, de modo que en muchos aspectos se debe
considerar a Álvaro y a él como iguales imprescindibles (Kohut,1983: 98). Debido a esto
podemos decir que esta novela es parcialmente autobiográfica.
Por lo tanto, la novela se escribió de forma experimental con claras características
posmodernas. Se escribió desde dos perspectivas: el ‘yo’ que desde sus memorias de vez en
cuando se dirige a si mismo, como si hablase con otra persona, llamándole ‘tú’, y un narrador
externo que describe los acontecimientos y las peripecias de Álvaro en forma de comentarios.
“El uso del tú reflexivo enfatiza aún más la agonía anímica del rebelde Álvaro perdido en el
remolino de su conciencia y alienado de su patria y de su gente” (Doblada, 1988: 85).
De vez en cuando la narración (por cuanto se trata aquí de una narración) se interrumpe a través de fragmentos en cursiva. Al principio estos fragmentos parecen enigmáticos, pero
paulatinamente se desprende que se trata de un informe de la policía que sigue a ciertas personas en su vida habitual para espiarlos.
La novela es una mezcla de fragmentos breves, crónicas de viaje, monólogos, diálogos, informes, conversaciones y fragmentos en francés y junto con la gama completa de
personas gramáticas y tiempos verbales se pone de manifiesto la intención del autor de
describir la complejidad de su mundo ficticio con un lenguaje nuevo (Elsener, 1994: 158).
Al omitir el punto detrás de la última oración, el autor ilustra la imposibilidad y la
infinidad de la búsqueda de su identidad de una manera totalmente convincente.
32
8
ABUSO Y CRÍTICA
8.1
La pobreza y la gente del sur
La resaca
La situación en la que viven los emigrantes del sur, sobre todo se muestra en las contemplaciones de Giner: “Miles de hombres, venidos del sur como él, vivían a las puertas de la
ciudad, en condiciones miserables. Carentes de unión, de defensa, de portavoz, trabajaban,
penaban y morían, sin otro horizonte que las cuatro paredes de sus chabolas y barracas.” (LR:
71). La pobreza de esta gente de Andalucía, se describe de muchas maneras. De manera
directa, por ejemplo en cuanto a los niños: “Muertos de hambre, los pobrecillos, mientras su
padre se bebe el sueldo en la tasca…”(LR: 13) y de manera más sutil e indirecta por ejemplo a
través de la descripción de sus alojamientos como “miserables chabolas y barracas” (LR: 61),
“vestido de harapos, mostraba orgullosamente al desnudo el blanco acordeón de sus costillas”
(LR: 90). Un ejemplo fuerte es el deseo de la mujer del imaginero de adoptar a Antonio por
dinero. Pero sucedieron muchas veces hechos parecidos porque “muchas familias pobres,
cargadas de hijos, se desprendían de alguno a cambio de unas pesetas” (LR: 118).
Las condiciones en las que viven los vecinos son humillantes. Pero cuando el
Excelentísimo Señor Delegado va a venir con motivo de la inauguración de un nuevo bloque,
brigadas de carpinteros y peones trabajan para remozarlo. Se distribuyen emblemas y gallardetes de puerta en puerta para adornar las chabolas. Se “ocultaban la mugre y suciedad de las
chabolas y, a lo largo de los quinientos metros de explanada, no había un solo gramo de
basura” (LR: 269). Esto se puede comparar con la descripción del Paseo en Campos de Níjar
(CN: 72) que sirve como un exterior pulido para esconder la pobreza y la suciedad que dominan la vida de verdad de la población.
‘NI UN HOGAR SIN LUMBRE, NI UN ESPAÑOL SIN PAN’. Con este eslogan del Régimen
comienza el primer capítulo. Un comienzo cínico porque el resto de la obra principalmente da
testimonio de las circunstancias miserables en las que vive la gente en los barrios de chabolas.
Este eslogan lo encontramos otra vez casi al final de la novela en una escena muy emocionante, después de que echaran de su casa al viejo Evaristo. Para él “expulsarle equivalía a condenarle a morir de hambre o de verguënza, en la calle o en el asilo” (LR: 264):
33
… y su mirada se detuvo en la leyenda escrita en el muro. ‘NI UN HOGAR SIN LUMBRE,
decía. Evaristo se acomodó bien entre las hierbas y la
observó durante largo rato, fijamente. Luego se sacó la navaja de afeitar del bosillo y,
con las manos en los potes para no manchar el suelo, se abrió las venas de los brazos.
(LR: 266)
NI UN ESPAÑOL SIN PAN’,
Evaristo se suicida. Para él no hay hogar, ni lumbre. Sin embargo, el viejo es tan decente
como para no ensuciar el suelo con su sangre. El suelo que Evaristo ha servido como militar
en cinco guerras; su sangre que siempre quiso honesta como para devolver al Jefe de Policía
las medallas, que le dieron como veterano de guerra.
Los jóvenes apenas tienen la idea de que hay posibilidades para el futuro. Juntarse en
una banda es más lucrativo y el lugar donde se saben seguros se llama ‘el Refugio’, un nombre simbólico de su situación social. El modo de obrar parece derivado del ideal socialista o
comunista: cada uno hace lo que puede y tiene su propia especialidad y lo comparten todo:
“Entre nosotros, ninguno se va al río. O si se va, nos la paga…” (LR: 60).
Hay grandes contrastes entre la visión ‘oficial’ de los jóvenes criminales y la opinión
de la gente en el barrio. Un noticia de prensa clasifica a los chicos como:
Los agresores (que) formaban una cuadrilla de desaprensivos ‘guirlocheros’, esa
escoria social, nutrida casi en su mayoría por adolescentes que, como una plaga, cae
en cualquier momento sobre los industriales de la ciudad, haciéndoles víctimas de sus
robos y de sus caprichosos tributos (LR: 61).
Los propios chicos se identifican con los grandes ladrones mientras los vecinos del barrio, sus
educadores, “hablaban con gran respecto de ellos y comentaban elogiosamente sus audaces
golpes de mano” (LR: 62). Por lo tanto, los jóvenes solamente tienen cosas negativas que les
sirven de ejemplo. Su lema es: “La honradez no renta en este país (…) Aquí, el que no bribonea, se muerde los puños de hambre” (LR: 129). Sus padres no son buenos ejemplos y Antonio no quiere acabar como su padre “abrumado de hijos y de deudas, arrastrando miserablemente su fracaso por las bodegas y las tascas. Si el mundo era una gigantesca empresa de
explotación no sería él quien iría a sacar las castañas del fuego a un puñado de vividores y
mangantes” (LR:129).
La historia de Coral es conmovedora. Es una joven prostituta que pertenece a la banda
de Metralla. Su padre biológico había abusado de ella y para vengarse de su vida anterior, una
infancia perdida, colecciona muñecas. Cada semana compra otra. Un día, cuanda Coral juega
con sus muñecas que están vestidas ricamente, entra un cliente, un cabo y la niña debe ser otra
vez adulta. Es significante que un representante de la autoridad abuse de una niña menor. Al
final Coral desaparece en un Reformatorio en el que puede tener que quedarse muchos años,
34
incluso toda la vida. En la historia de Coral se muestra una terrible falta de atención del
gobierno con respecto a los niños.
Antonio no consigue huir a América. En los brazos de la mujer del imaginero se da
cuenta de “que su niñez había muerto y que, en adelante, jamás podría escaparse” (LR: 250).
Finalmente se puede concluir que el autor describe una sociedad en la cual no hay lugar para
un tratamiento adecuado de los jóvenes, ni por parte del gobierno, ni de la Iglesia.
Campos de Níjar
Después de haber escrito La resaca Goytisolo quiso informarse de las circunstancias de la
vida previa de los emigrantes y de la región de dónde vinieron.
Uno de los efectos más fuertes de Campos de Níjar es que crea una imagen verosímil
y emocionada de una región que es tratada de manera injusta por las autoridades madrileñas.
En una entrevista Goytisolo habla de “la necesidad que sentíamos los autores de suplir la
prensa y los medios de información españoles sobre situaciones reales del país” (Lee Six,
1966: 19).
En ningún lugar hay crítica de manera directa. El autor escribió la obra con cuidado
con respecto a la censura como si fuera una película, y mediante imágenes y diálogos el lector
se forma una idea de las circunstancias en el sur. De vez en cuando las historias son
conmovedoras y las descripciones provocan muchas veces compasión con los vecinos de esta
región e indignación en cuanto a la actitud indiferente del gobierno. La pobreza se muestra a
través de las descripciones de las casas, las observaciones de los habitantes y las descripciones
de la ropa. “…sucios, mal afeitados, con las camisas raídas y los pantalones llenos de
remiendos. Uno asoma los dedos de los pies por la punta de las alpargatas, otro se ciñe el
pantalon con una cuerda” (CN: 63).
No siempre es fácil juzgar las situaciones que se describen. Por ejemplo en una posada
se hallan tres maestras de la escuela primaria del pueblo. Los huéspedes le cuentan al viajero
que a causa del gobierno estas mujeres deben trabajar en el campo durante cierta época. En
primera instancia esto se puede apreciar como una medida muy razonable: de esta manera en
el campo también puede darse buena educación. Sería útil y educativo para las profesoras jóvenes conocer una región completamente diferente. Pero al mismo tiempo se muestra el otro
lado: “Las que son ricas se amañan pagando a una sustituta” y tambíen un período tan largo es
desfavorable: “Cuando se dan cuentas son solteronas y ya no encuentran a nadie que las
salga” (CN: 59).
35
La deplorable situación económica es causada por la falta de árboles lo que provoca
una intensa erosión del suelo. Esto explica que “el nivel de precipitaciones de la región es de
los más bajos de España” (CN: 68). La arenilla origina tolvaneras que son responsables del
elevado percentaje de tracoma y enfermedades de los ojos. El viajero visita una familia en la
cual un niño está ciego. Tendría que ser operado, pero no hay dinero. “Como no encontramos
naide que nos fíe el viaje…” (CN: 71). Como en casi todas las pobres regiones las mujeres
siempre están embarazadas. “Cuanto más pobres, cuanto más hijos” (CN: 71).
Señas de identidad
También en Señas de identidad la denuncia de la situación de la gente del sur tiene un papel
importante. De paso se encuentran observaciones sobre la situación en el sur, como “…en Andalucia hay un diecisiete por cien de niños tuberculosos” (SI: 85). Hablando de los emigrantes de las chabolas el autor los describe como: “La sempiterna miseria andaluza había econtrado allí un campo familiar donde explayarse…” Incluso les llama “muertos despiertos” (SI:
68).
Álvaro viaja por el sur de España. Se describen ampliamente las fiestas locales en
Yeste y se le enseña al lector la historia de la región en los años treinta con los problemas en
la construcción del embalse. En la costa se encuentran los pescadores luchando por su
existencia, hay historias de los que intentaron ir al extranjero, pero fueron víctimas de engaño.
Álvaro se asocia con los trabajadores emigrados en París y toma apuntes de sus peripecias
vitales. Elsener describe esta acción como prueba de una actitud que está condicionada por el
sentimiento de culpabilidad de haber nacido en el seno de la clase social responsable de esta
deplorable situación y de la convicción de que su deber es hacer algo por ellos (Elsener, 1994:
91).
En estas tres novelas la gente del sur se presenta como dentro de un círculo vicioso y
triste (Lee Six, 1996: 24). En Campos de Níjar se muestra en su suelo natal, soñando de un
futuro próspero en Cataluña, el paraíso supuesto. En La resaca estas personas del sur viven en
‘el paraíso’, que parece solamente una continuación de sus circunstancias miserables y ahora
sueñan con emigrar a Francia, la meca económica. Como Ciento Gramos dice: “En Francia
podrás vivir como un señor, mientras que aquí serás toa tu vía un manflis” (LR:11). El felíz
Emilio escribe en su carta a Giner: “En Francia, el obrero no vive aislado, como aquí. En
Francia tiene el sindicato.” (LR: 32). Cuando, en Señas de identidad, hablan los emigrantes
españoles en Paris, encontramos una nostalgia llena de ideas y sueños de una España liberada
del Régimen, una España que ahora ensalzan: “tras evocar nostálgicamente el queso de Ron36
cales, el lacón con grelos y el chorizo de Cantimpalo, decretar, con unanimidad insólita entre
españoles, que agua pura y fresca y restauradora como la de Guadarrama no había, pero que
no señores, ninguna otra en el mundo” (SI: 261).
Es evidente que Goytisolo siente compasión por la gente del sur y da testimonio de su
sentimientos en estas tres novelas. La situación de los almerienses y murcianos se describe
claramente en Campos de Níjar donde se comprueba que los vecinos piensan que la vida en
Cataluña es mucho mejor. Sin embargo, en La resaca se pone de manifiesto que las
condiciones de vida en ‘el paraíso del norte’ no son mejores. El problema de la pobreza no ha
desaparecido, incluso se suman otros problemas como el problema del alojamiento y el de la
criminalidad.
Por lo tanto, en cuanto a la gente del sur en las tres novelas se trata de un círculo vicioso: pobreza aplastante y necesidad para las personas que se quedan en su suelo natal, desilusión y añoranza para los que se marchan (Lee Six, 1996: 25).
8.2
La Iglesia y resignación
La Iglesia, que ha sido uno de los pilares básicos del Régimen y una fuente esencial de su
legitimación, seguía rechazando cualquier forma de renovación. La presión conservadora se
muestra en casi todas las novelas de Goytisolo como protagonista y también antagonista,
como una organización que no cumple sus responsabilidades (Schwartz, 1970: 16).
La resaca
Uno de los hilos de narración son las preparativos de una fiesta religiosa. El sacerdote del
barrio se llama ‘Padre Bueno’, un apodo que parece irónico a la luz del papel que jugaba la
Iglesia. La gente descrita no da la sensación de ser muy religiosa, aunque la conciencia
religiosa parece tener cierta importancia. En la taberna Cien Gramos da a su hijo HombreGato un duro cuando el chico demuestra que le han enseñado la Doctrina. Recibe el dinero
cuando murmura unos términos como “Gloriam eterna…Cristum…. Anima” (LR: 99).
Pero generalmente, las ideas de los vecinos sobre la moral y forma de vivir cristianas
no ocupan el primer lugar y los contactos con la Iglesia muchas veces están relacionados con
el interés propio. En el barrio existían varias catequesis, organizadas por Órdenes distintas.
Como señuelo les ofrecían un traje nuevo a los chicos si hicieran la Primera Comunión. Uno
de los vecinos, Cien Gramos, obligaba a sus hijos a apuntarse todos los años y unos chicos ya
37
hicieron tres veces la Primera Comunión. El siguiente fragmento sobre la matriculación de los
chicos para la Comunión, muestra perfectamente la distancia que existía entre los sacerdotes y
el mundo real de los ‘creyentes’:
Los chiquillos se reunieron en un aula amueblada con una tarima, una pizarra, un
escritorio y cuarenta sillas. A medida que entraban un catequista les alargaba un
impreso, lleno de preguntas.
-Guárdenselo ahora. Ya lo leerán cuando lleguen a sus casas.
-Yo no sé leer- dijo Hombre-Gato, al cogerlo, con voz plañidera.
-Los que no sepan leer, se lo darán a sus padres.
-Mi padre tampoco sabe- manifiesto el niño.
-Bien. En este caso….- El joven se interumpió, cortado. –En este caso…- La inspiración
le falló de nuevo y concluyó, apresuradamente. –Circulen… Hala…. Circulen… (LR:
92, 93).
Inmediatamente depués, se ilustra la hipocresía de la Iglesia, compañera fiel del Régimen, en
un texto escrito bajo una cruz de madera y el retrato de Franco y José Antonio: EL HOMBRE
NO SÓLO VIVE DE PAN. NUESTRO RÉGIMEN NO ES MATERIALISTA’ (LR:
93).
El autor se burla de la avaricia de la Iglesia y del esnobismo de la gente rica cuando
describe la ‘Cruzada Cordimariana’. La idea es hacer un álbum llamado ‘Libro de oro de la
Consagración’ que será ofrecido al papa Pío XII. Este álbum contendrá los nombres de las familias “consagradas al Corazón de María”. En una carta la Iglesia espera que “lo mejor de España (…) querrá colaborar (…) y entregarnos un pequeño donativo…” (LR: 97, 98). Es una
prueba de una acción completamente inútil con la que la Iglesia solamente se dirige a la pompa externa dejando de lado la pobreza de aquella parte de la población que es pobre y por eso
obviamente indigna. La banda de Metralla se ha apoderado de un paquete de estas cartas y la
usa de engañar a personas ricas.
Es evidente que la Iglesia se sirve del Régimen. Las evocaciones de los sentimientos
religiosos se mezclan con mensajes políticos. Durante ‘la Semana del Suburbio’ los altavoces
transmitieron el discurso de un hombre “que aconsejó la devoción al Sagrado Corazón y el
rezo del Rosario en familia para atajar los progresos del bolchevismo” (LR: 150). Se cita una
afirmación de un obispo en una noticia de prensa: “Se habla mucho del derroche de los ricos
pero dudamos seriamente que este derroche iguale siquiera al dispendio en tabaco y alcohol excluímos el vino corriente- a que se entregan las llamadas clases menos favorecidas” (LR:
115). El adjetivo ‘llamadas’ expone públicamente la duda de si la gente es ‘menos foverecida’
38
de verdad. Este representante de la Iglesia ni busca las causas de estos excesos, ni habla a
favor de investigar las circunstancias que pudieran causar el alcoholismo.15
Cuando muere la pequeña niña de Saturio lo primero que el sacerdote dice es: “Resignación. Hay que aceptar la Voluntad de Dios.” (LR: 208). No hay palabras de consuelo, ni
apoyo moral, solamente murmura tópicos intranscendentes como “el Señor enviaba las desgracias para poner al hombre a prueba” y “la vidad es un eterno Valle de Lágrimas” (LR:
209).
La esposa de Giner es la personificación de la manía religiosa. Trata a su marido con
odio y con acusaciones injustificadas instiga a sus hijos contra su padre mientras se muestra
muy religiosa al comprar muchas imágenes de santos. Cuando uno de sus hijos resulta herido
ligeramente en una becerrada, le echa la culpa a Giner y sufre otros ataques religiosos. “Una
estatua luminosa de Nuestra Señora de Fátima se instaló junto a la Sagrada Cena de escayola
del comedor y, a la complicada bendición de la mesa, se añadió una plegaria para la pronta
conversión de Rusia al Inmaculado Corazón de María” (LR: 259). Por tanto, al mismo tiempo
se trata de una observación maliciosa del comunismo por parte de la Iglesia.
Campos de Níjar
Es notable que en esta novela apenas se encuentren descripciones de tipo religioso. Parece
probable que en una región pobre y aislada en la que la vida transcurre de manera tradicional,
la Iglesia pueda ejercer un gran poder. No se encuentran afirmaciones de la gente de las que
se desprende que existiera odio, crítica, o miedo con respecto a la Iglesia, ni se describen
acontecimientos en los que los clérigos jueguen un papel posiblemente inquietante. Mientras
que Goytisolo en La resaca crítica a la Iglesia de manera sutil e indirecta describiendo actos
religiosos y por ejemplo a través del carácter de la esposa de Giner, en Campos de Níjar
pierde la oportunidad de escribir algo por el estilo. El viajero asiste a un entierro donde el
sacerdote queda en segundo plano. En La resaca el sacerdote, que visita a la familia de la niña
fallecida, causa una mala impresión por beber Coca-Cola en vez de ofrecer palabras de consuelo. Por tanto el autor, que es un declarado enemigo de la Iglesia, evita hacer observaciones
críticas. La única razón podría ser que Goytisolo, a causa de la autocensura, solamente quiso
escribir de la manera más objetiva posible, partiendo de la idea de que el lector a través de las
descripciones y de los diálogos, puede formarse su propia opinión.
15
cf. la cita de Ortega y Gasset en Campos de Níjar (CN: 77) y mis observaciónes sobre esto en el párrafo
‘Crítica y autocrítica’ (56)
39
Una referencia breve al poder de la Iglesia y a la creencia en el ejercicio de acciones
religiosas, podría ser el fragmento en que se habla de una larga sequía. Se dice: “El alcalde
dijo el otro día que si continaba asín, tendríamos que sacar el santo”(CN: 98). Una pequeña
burla de las costumbres supersticiosas.
Señas de identidad
En la primera parte se describe la educación muy religiosa de Álvaro. Al comienzo de la
Guerra Civil, después de la ejecución de su padre, una niñera cría a Álvaro de forma muy
religiosa. Un día, muy impresionado por un libro sobre niños mártires, Álvaro quiere entrar en
una iglesia incendiada por los republicanos, como mártir voluntario. ¡Tenía cinco años! Es
una referencia crítica al poder enorme del fanatismo religioso que incluso puede inducir a los
niños a sacrificar su vida por un ideal abstracto. Después de este incidente Álvaro conoce la
religión solamente como medio opresor por parte de sus parientes y educadores (Elsener,
1994: 79).
En un monólogo interior Álvaro describe en unas palabras su vida religiosa: “Cuando
ganaron los nacionales y la sociedad te recuperó, tus educadores te impusieron por el temor
un culto supersticioso y masoquista del que -enfrentado a las realidades de la vida- te liberaste
pronto. Desde entonces el Cristo te había desalojado y sin él vivías en paz…” (SI: 34).
Es evidente que Álvaro (como Goytisolo) es un oponente encarnizado de la Iglesia.
Aunque recibió una educación religiosa, más tarde se opone a este ‘culto supersticioso y masoquista’ (SI: 34). De forma sutil e ingeniosa critica la Iglesia, aliada fiel del Régimen franquista, como un bastión satisfecho de sí mismo que rechaza ayudar a la gente pobre, aprueba
tácitamente los desmanes del Gobierno y se dirige hipócritamente sólo a los valores cristianos
de puertas hacia fuera.
En La resaca se manifiesta más claramente la crítica indirecta, mostrando el aire de
importancia de los representantes de la Iglesia. En Campos de Níjar apenas hay referencias a
la iglesia y en Señas de identidad, generalmente la crítica con respecto a temas religiosos se
limita más bien a sentimientos personales de Álvaro que a la actitud de la Iglesia como
compañera y cómplice del Régimen falangista (Schwartz, 1970: 82).
El epílogo a la inutilidad de la educación religiosa de Álvaro es su ateísmo en el
presente (Navajas, 1979: 180). El personaje principal muestra una repulsa total del Dios
cristiano cuyo papel de redentor de la humanidad es visto por él como una ‘rocambolesca
fábula’ (SI: 83).
40
8.3
La opresion franquista
Los años de la posguerra representaron, desde todos los puntos de vista, una época sombría
para la sociedad española. A las dificultades económicas se sumó una represión desmedida,
con la que los vencedores buscaron eliminar hasta sus últimos vestigios cualquier afán de
resistencia de la España derrotada y la influencia social o cultural que aún pudieran ejercer sus
representantes (Lemm, 2003: 202). Los vencedores establecieron un férreo control sobre la
cultura. La censura cinematográfica y literaria, en manos de sacerdotes, falangistas y
militares, impedía la publicación de cuantas obras discreparan en lo más mínimo de los
criterios morales, políticos o religiosos (Lemm, 2003: 202).
Goytisolo era un duro oponente del Régimen, aunque en ningún lugar de sus novelas
se exprese de manera directamente negativa o agresiva. Es notable que en cada una de las tres
novelas el nombre del generalísimo Franco se halla solamente una o dos veces. En ningún
lugar se encuentran actos, desmanes o afirmaciones del caudillo. Pero a través de su estilo y
de la
técnica narrativa Goytisolo logra presentar casi permanentemente la presencia
amenazadora del gobierno franquista. En las tres novelas no se encuentran en ningún lugar
formas de crítica directa. Las descripciones y los diálogos le dan al lector la suficiente
información como para formarse una opinión.
La resaca
En La resaca Goytisolo protesta mediante la descripción. Por ejemplo ilustra a través de una
noticia de prensa la voz de las autoridades cuando se habla por boca de un “eminente sociólogo” sobre “el bajo índice de moralidad de las clases menos favorecidas” (LR: 254). Sólo
Giner da testimonio de los ideales republicanos e intenta en vano persuadir a sus amigos de
que entren en acción en contra del gobierno. Sobre todo acentúa la libertad de palabra, pero
sus compañeros se muestran indiferentes.
En esta novela apenas se hallan referencias directas al Régimen pero en el segundo
plano encontramos muchos elementos que dan prueba de la opresión franquista, la cual junto
con la Iglesia, constituye el collar de fuerza que domina a la gente. En las circunstancias
concretas y miserables de los vecinos, el Estado y la Iglesia parecen ser fuerzas abstractas que
desde muy lejos influyen en sus vidas y que al mismo tiempo son intangibles. Por eso el autor
habla de “la Voz” (LR: 211), “el Nombre” (LR: 214), “los hombres del Centro” (LR: 217). La
posible resistencia solamente podría ocurrir de manera pasiva, pero la crítica implícita era
para la censura tan evidente que se prohibió la novela.
41
Campos de Níjar
Como he escrito, en esta novela el autor ha elegido sus palabras con cuidado ya que él era el
censor de sí mismo. El nombre de Franco solamente se menciona cuando el viajero y un
vecino pasan delante de un muro con inscripciones con el nombre del caudillo. De forma
indirecta el autor deja al vecino contar que “Su Exelencia el Jefe del Estado visitó la mina de
oro de Rodalquilar durante su triunfal recorrido por la provincia.” (CN: 54). El uso de la
terminología oficial para tipificar a Franco y la palabra ‘triunfal’ se hacen bastante cínicamente porque ni en el texto ni en el contexto da prueba de que se trate de un jefe del estado que
merezca respeto y que tenga motivos para sentirse triunfal.
Un ejemplo de posible crítica muy sutil, y por eso más fuerte, es la manera en que el
autor critica la falta de libertad de prensa. En la última página de la narración el viajero está
sentado en un autobus y ve el periódico de su vecino.
Mientras nos alejábamos del suburbio almeriense me entretenía hojeando las noticias: ‘La selección española de baloncesto logra su séptima victoria consecutiva
sobre la de Portugal’, ‘Primera Feria Regional de Actividades Leonesas’, ‘Desplazamiento de la alpargata’… (CN:125).
En comparación con la existencia amarga de los Níjareños estas trivialidades al final del texto
destacan extraordinariamente.
Pero aparte de esta posible referencia a la falta de la libertad de palabra, en esta obra
no hay afirmaciones políticas o evidentes pruebas de la crítica al gobierno falangista. Parece
que el mundo de la gente del sur solamente se compone de su casa, su pueblo y una parte de
su región. Las autoridades responsables del subdesarrollo y de la pobreza pertenecen a otro
mundo y se encuentran muy lejos e inaccesibles. No hay posibilidades de oponerse. Más bien
utilizan su energía para sobrevivir. Quizás la autocensura de Goytisolo pueda jugar un papel.
Pero también es posible que los diálogos den testimonio del miedo a hablar de y a criticar
abiertamente al Régimen.
Por lo tanto, el lector tiene que permanecer atento para descrubir posibles elementos
críticos. Unos vecinos comentan: “-España es el mejó país del mundo. –No tendrá el adelanto
de otra naciones, pero pá vivir… -Caray, que no lo cambiaba yo por ninguno” (CN: 47). Suena como propaganda y parecen palabras bastantes improbables en boca de personas pobres.
Este ensalzamiento contradice la realidad amarga, una realidad que implica que las víctimas
del hambre que aceptan la visión oficial como consuelo (Bush en CN: 21).
42
Una forma de crítica evidente es cuando se describe el ‘Paseo’ de un pueblo, una avenida monumental, alquitranada y con jardines, con una hilera de faroles con tubos de neón.
“El conjunto parece directamente trasplantado desde Sitges16 o alguna otra playa de moda.”
(CN: 72). Esta forma de lujo innecesario constituye un contraste marcado con la pobreza de
los otros lugares. Los caminos que se usan a diario están mal cuidados, polvorientos y son
poco transitables.
En Campos de Níjar Goytisolo describe claramente una parte de la población española
que vive en condiciones malas debidas a la mala política del Gobernio. Tampoco en esta
novela se hallan referencias directas al Régimen; el propio lector debe estar atento a descubrir
pistas que revelen el compromiso del autor.
Señas de identidad
Esta novela se considera como el ataque más marcado al Régimen franquista (Schwartz,
1970: 98). Las ‘Voces’ cuentan el comienzo de ‘todo’: “nosotros no tenemos la culpa en realidad no sabíamos nada cierto que en el 39 adherimos masivamente a la Falange…” (SI: 34).
Había ignorancia: “…ajenos por completo a los abusos de una represión cuya existencia desconocíamos confiando ingenuamente en la probidad y el civismo de los hombres que regían
los destinos del país...” (SI: 35). Hablan las ‘Voces’ del orden establecido que se excusa por el
pasado. Pero al mismo tiempo mantiene en el presente el statu quo de los abusos.
En esta novela en muchos lugares se ilustra la falta de libertad para ir a donde se
quiere, hacer y decir lo que se quiere. Álvaro vuelve a España para filmar y los policías de la
Guardia Civil le espían constantamente cuando quiere investigar los acontecimientos cerca de
Yeste. Un vecino le advierte: “Si les interesa hablar de toros y encierros, todo lo que ustedes
quieran… Pero de lo otro, no… Unos porque no saben y otros porque tienen miedo. Nadie les
dirá una palabra” (SI: 122).
De paso se señala la posición de la mujer, cuando la madre de un estudiante dice: “Las
mujeres, en España, vivimos oprimidas. Si fuese un hombre iría al prostíbulo con vosotros…”
(SI: 94). Sólo esta frase podría haber justificado la prohibición del libro o la supresión de esta
frase en el contexto del catolicismo de la época.
Se describen las aventuras de dos amigos de Álvaro: Antonio y Enrique. Los nombres
de estos hombres de vez en cuando aparecen en distintos fragmentos. En cuanto a sus experiencias con el Régimen las descripciones son más amplias. A consecuencia de sus activida-
16
Un balneario de moda en Cataluña
43
des políticas se trata a Antonio de manera aparentemente tolerante. Se le somete al régimen de
arresto domiciliario y le dejan mucha libertad de movimiento. Pero a Enrique se le tortura de
manera muy cruel. Se habla de los métodos de interrogación a través de violencia y corrientes
eléctricas (SI:178).
Sin incurrir en descripciones plásticas, sin embargo, el autor indica los repugnantes
métodos de interrogatorio cuando se tiene preso a Antonio, un amigo del personaje principal.
Durante su libertad restringida, este Antonio rechaza la amable aproximación de un cacique
por lo cual se le castigan a Antonio. Su libertad de movimiento está reducido. Pero al mismo
tiempo la situación de ser prisonero es más claro:
La ambigüedad desapareció. De nuevo podía pasear por el pueblo como un
proscrito, adivinando en la condena muda de los otros la señal indeleble que le
marcaba. La ilusión de libertad se había desvanecido al fin y la prisión atenuada
era simplemente prisión: encierro de límites vagos pero reales, mecanismo
sabiamente dispuesto para impedir la doble fuga corporal y anímica (SI: 240).
Aquí también Goytisolo matiza. No lo presenta todo de manera solamente blanca o
negra. Un teniente de la Guardia Civil le dice a Antonio: “Una cosa es el uniforme que uno
viste y otra muy distinta las convicciones personales. (…) Usté sabe tan bien como yo que en
este dichoso país no se puede hablar libremente” (SI: 210). Los guardias civiles eran soldados
y no pertenecían a una agrupación política, sin embargo, es notable oír estas palabras de la
boca de un ‘representante del orden’.
La represión falangista se muestra claramente en las tres novelas, pero en ningún lugar
se hallan descripciones llenas de violencia, no hay formas de crítica intensa. Al lado de los fenómenos franquistas Goytisolo muestra las debilidades de los republicanos. Aunque esta matización pueda desvirtuar la manifestación de un fuerte compromiso, precisamente la presentación de distintos aspectos del problema podrían incitar al lector a formarse su propia opinión.
8.4
Guerra Civil, republicanos y acciones
Goytisolo escribió las tres novelas investigadas durante la dictadura franquista. Es la época de
posguerra y de la opresión de la libertad de expresión. En estas obras el autor se muestra
preocupado por los vencidos, aunque relativiza de muchas maneras y critica los dos bandos
mencionando y describiendo las faltas y el comportamiento censurable tanto de los falangistas
44
como de los republicanos. Es notable la apatía, la pasividad de muchas personas que solían ser
combativas, pero ahora se presentan como pasivas, fatalistas e incluso indiferentes.
La resaca
Giner es la personificación de la problemática de los republicanos. Su esposa y sus hijos le
desprecian por sus ideales y le reprochan la miseria en la cual se encuentran. “No… el señor
quería meterse a redentor del género humano. había que verle, entonces, orgulloso, como si
fuera a comerse el mundo… Todo para terminar picando piedra, mientras su mujer y sus hijos
reventaban de hambre en la calle…” (LR: 78).
Emilio, su única esperanza y amigo suyo, emigró a Francia y para Giner funciona como símbolo de la realización de los ideales de los obreros. Cuando recibe una carta de Emilio,
se la lee a todos su amigos hasta el cansancio. “…Desde hace más de seis años trabajo en una
empresa de construcción… Casi la mitad de los obreros somos españoles… El Sindicato nos
defiende bien… La semana pasada hicimos tres días de huelga…” (LR: 10). En resumen presenta los ideales de la izquierda: el empleo fijo, un Sindicato libre y el derecho a huelga. El
comentario de un compañero de trabajo: “En Francia podrás vivir como un señor mientras
aquí serás toa tu vía un manflis”17 (LR: 11).
Emilio es veinte años menor que Giner y no tiene padre. Giner le solía enseñar a
Emilio, que era para él como un hijo. Se aplicó a despertar su conciencia política. “Nos lo han
robado todo, hasta las palabras. (…) Somos más pobres que los esclavos” (LR: 30). Por lo
tanto la libertad mental es lo más importante.
Giner está muy aislado. Sus viejos ideales y deseos de entrar en acción no despiertan
eco en el ánimo de sus compañeros. Su esposa le prohibide escuchar programas clandestinos
de la radio. “¿No comprendes que cualquiera puede oir? ¿Quieres que vuelven a denunciarte?” (LR: 75).
La visión pesimista y fatalista de Goytisolo, que se muestra también claramente en
Señas de identidad, se manifiesta de forma óptima en la escena en la tasca de Maño donde
Giner intenta estimular a sus compañeros a entrar en acción. Impresionado por las historias de
Emilio sobre las circunstancias en Francia, Giner abriga de nuevo esperanzas. Es una parte
que muestra claramanente la impotencia de los republicanos que perdieron sus ideales.
En el segundo plano la radio transmite un discurso del Delegado. Los presentes dedican más atención a este discurso que a las ideas de Giner, que no consigue encontrar las pala-
17
un cualquiera
45
bras adecuadas. Aquí Goytisolo enfatiza la importancia de la palabra y por tanto de la propaganda. Pone frente a frente el gobierno y los pobres, los obreros. “Los hombres del Centro se
habían apropiado el lenguaje de los hombres de las Afueras” (LR: 216). El núcleo de la
preocupación del autor por la situación, el fundamento de su crítica a los republicanos que
desisten sus ideales y su combatividad, se formula en este fragmento:
Antes las palabras eran como las monedas: había monedas verdaderas y monedas falsas.
Ahora, sólo circulaban monedas falsas. Pan, Justicia, Hombre, habían perdido su
significación. Eran nombres huecos, instrumentos al servicio de la mentira. Daba igual
decir SÍ que NO. Los hombres de las afueras podían decir NO, que su NO siempre sería
un SÍ. O decir SÍ, que su SÍ siempre sería un NO. Los hombres del Centro habían
absorbido su vocabulario para esterilizarlo, trasplantándolo a un terreno yermo. La
verdad no podía salir de su boca, como la hierba no crecía en el asfalto de sus aceras.
Anchos de conciencia, estrechos de manga, su Pan no era Pan, su Hombre no era
Hombre. Cada fórmula encerraba una ratonera; cada frase, una trampa… Y los hombres
de las Afueras debían callar. No podían servirse del habla… (LR: 216, 217).
Pero sus compañeros no muestran interés, no quieren entrar en acción. “A mí me han
cascao y abastante. (…) Lo que es ahora, mi menda no sacará las castañas del fuego a nadie”
(LR: 218). Lo cínico es que los fragmentos del discurso del Delegado que se describen en el
texto, hablan de “…vuestros antiguos sufrimientos y de vuestra lucha victoriosa por el orden y
la justicia social” (LR: 219), pero solamente remiten a la lucha y al sufrimiento de los nacionales.
Giner opina que “para reclamar la libertad no hemos de esperar el momento en que
nuestra reclamación sea factible, para que sea factible un día, hay que pedirla ahora, cuando
todavía es utópica.” (LR: 220). Pero Giner es demasiado teórico y filosófico; los hombres no
comprenden. Sólo Emilio entiende lo que quiere sugerir Giner: “lo que nos propones es actuar
aceptando de antemano el fracaso.” “-Sí- dice Giner, -El sacrificio.” La atronadora salva de
aplausos que sigue no es de los campañeros, sino de la radio. “El Delegado pronunció las
invocaciones rituales18 y, como al comienzo, la multitud repitió el Nombre a gritos” (LR:
222). Giner se da cuenta de que nunca constituyeron una unidad porque fueron “gotas de
agua, (que) no creaban un mar. Abejas obreras no constituían siquiera un enjambre” (LR:
262).
Goytisolo tipifica a Giner, en boca de la esposa de Saturio que dice: “Usté que tiene
letras y educación….” (LR: 261). Después, en Señas de identidad, encontraremos otro
hombre de letras y educación, Álvaro, que puede considerarse como el propio escritor, que
18
¡Viva Franco! ¡Arriba España!
46
también es solitario en cuanto a sus ideas. Por lo tanto, es posible que el autor exprese los
sentimientos de su impotencia y sus ideales perdidos mediante del personaje de Giner.
Hay unas referencias a la Guerra Civil que vemos por los ojos de Maño que piensa en
“…la lucha en el Ebro. La retirada hasta la frontera. Argelés. Las playas llenas de gente. Las
bayonetas de los senegaleses” (LR:110) y el tabernero caracteriza la situación de los combatientes: “Había millares, centenares de miles, esparcidos por todo el país, faltos de aire como
bajo una campana de vidrio, solitarios sin norte y sin guía, ignorantes de su fuerza secreta…”
(LR: 110).
Apenas hay motivo para la idea de que los jóvenes tengan los mismos ideales que antes tuvieron los republicanos. A través de Antonio se muestra este pesimismo:
Cada vez que oía hablar de la Revolución y de la Guerra, se sentía como estafado.
Haciéndole nacer en una época carente de heroísmo, el destino le había jugado una
mala pasada. La gente de antes luchaba con el fusil en la mano y ventilaba sus
contiendas a tiros. Al cabo de veinte años, la prensa hablaba con horror de violencias,
muertes, robos y asesinatos. Y la monotonía y mediocridad de la vida presente le
inspiraban aún mayor desprecio y lástima.
-Ojalá hubiera vivido entonces- murmuró (LR: 147).
Goytisolo no describe ninguna idea política que pudieran tener los jóvenes. Lo que
queda de los ideales socialistas, de los ‘rojos’, es el ensalzamienteo de la violencia y la
sensación de la aventura. Los chicos no tienen ojos más que para el heroísmo supuesto de sus
padres. Metralla dice que si hubiera nacido antes, hubiera sido pistolero, como su padre y otro
chico califica a su padre como un ‘sirlero’19 también, que trajaba con los de FAI”20 ( LR:
147).
Tampoco los hijos de Giner muestran interés: “La política no nos interesa”, y “-Mamá
nos ha prohibido oirte hablar de política” y “La república fue una porquería. Por culpa de ella,
mamá tuvo que mendigar de puerta en puerta, mientra estabas tú en la carcél” (LR: 155, 156).
Campos de Níjar
En Campos de Níjar apenas se refiere a la Guerra Civil. Solamente Don Ambrosio cuenta
“las atrocidades de los rojos y las persecuciones que sufrió durante la guerra. (….) Propietarios, sacerdotes, personalidades, las cárceles estaban llenas” (CN: 103). Está claro que se
habla aquí desde el punto de vista falangista. El autor no da un complemento republicano.
19
20
atracador
Federación Anarquista Ibérica, fundada en 1927
47
Señas de identidad
La Guerra Civil muchas veces juega un papel en esta novela. En 1936 ejecutaron al padre de
Álvaro. El texto en un monumento dice: “por la canalla roja de Yeste” (SI: 111), por tanto por
los republicanos. Pero Álvaro se da cuenta de que
los ejecutores de tu padre se pudrían igualmente en la fosa común (…) y ninguna
lápida solicitaba para ellos un recuerdo ni una oración (…) Evocados unos y
olvidados otros, fusilados del verano del 36 y de la primavera del 39 eran todos
juntamente, verdugos y víctimas, eslabón de la cadena represiva iniciada meses
antes de la guerra a raíz de la matanza acaecida en Yeste en pleno gobierno del
Frente popular (SI: 114, 115).
En unas palabras Goytisolo describe lo trágico de una guerra civil, que al mismo tiempo
tipifica como “la lucha demente y fratricida” (SI: 162) en que compatriotas se pelean. No
toma partido como si tuviera razón solamente uno de los bandos. Como homenaje a las víctimas republicanas del tiroteo del 29 de mayo de 1939 se publicó una lista21 con sus nombres y
apellidos (SI:117). De manera sarcástica habla del “cancer rojo” y “…muertos no, inexistentes. Negados por Dios y por los hombres” (SI: 128).
En un amplio fragmento en el tiempo de las acciones estudiantiles se describe la
actidud de un abogado y ex-lider de Estat Catalàn22. Es 1951, el período del ‘despertar cívico’
y parece que hay mayor diposición a entrar en acción. Pero en los largos monólogos ante Álvaro y sus amigos, el abogado hace solamente observaciones prudentes como “no se precipiten, no malogren sus posibilidades (…) la verdad se halla siempre en un justo término medio”
(SI, 108). Los estudiantes no encuentran apoyo ni estímulo. Es característico de la distancia
entre los ideales frustrados de las personas mayores y los de la nueva generación.
Las referencias a la Guerra Civil se hallan sobre todo en Señas de identidad. Aunque
la imagen de esta guerra es fragmentaria por la falta de suficientes datos históricos, el lector
medio puede encontrar suficientes argumentos sobre ambos bandos para formarse una opinón.
Es evidente que la dictadura franquista siempre se presenta como una amenaza terrible, un
mal contra el que se debe luchar, pero al mismo tiempo el autor muestra suficientes elementos
como para darse cuenta de que ambos bandos cometieron crímenes. Junto a la opresión
21
Esta lista se publicó en la primera plana de Solidaridad Obrera (un periódico anarcosindicalista) del 3 de junio de 1936 (Blas López-Angulo (2006).
22
‘Estat Català’ es un partido independentista catalán fundado por el coronel Francesco Macià como organización política y de combate nacionalista en 1922. Durante la dictadura las acciones militares fueron las principales
actividades de Estat Català. Durante la dictadura franquista ‘Estat Català’ se reorganizó en el exilio francés y
mantuvo cierta estructura en el interior de Cataluña (Lemm, 2003: 224).
48
franquista Goytisolo describe y critica la actitud de los republicanos. Es notable que el autor
sugiera que la combatividad anterior desapareció casi completamente y que el pueblo español
se hundió en una enorme letargia.
8.5
Turismo y adelanto
El gobierno franquista apenas había sufrido una evolución muy limitada desde su fundación, y
al mismo tiempo sentaba las bases sociales que, en cierto modo, condicionaban la salida a un
régimen democrático (Reder San Roman, 1993: 21). El período entre 1960 y 1975 se llama
‘El gran salto adelante’ en el que España se abre. En un período de tiempo reducido el número
de las empresas extranjeras aumentó considerablemente. Entre 1959 y 1962 ocho millones de
turistas visitaron España. El país se convirtío en una sociedad de consumo (Lemm, 2003:
249).
El aumento del turismo no sólo fue una ventaja económica, sino también promovió la
introducción de nuevas ideas y la aceptación de una ideología neocapitalista industrial en la
sociedad (Schwartz, 1970: 18). Pero es evidente que Goytisolo trata de manera negativa las
tranformaciones con respecto al adelanto de España que llevarían a la apertura. Sobre todo se
muestra sarcástico en cuanto al turismo. Con una mirada previsora al autor se refiere al
desarollo del país dirigiéndose a sus compatriotas: “….ahora que sois como quien dice
europeos y el turismo os obliga a remozar la fachada, o por la vía expedetiva y un tanto brutal,
preciso es reconocerlo, del moderno y pujante neo-capitalismo de organización…” (SI: 65).
La resaca
A la luz de la evidente aversión de Goytisolo hacia el comercialismo es notable que en La
resaca Goytisolo mencione en diversos lugares de esta obra el fenómeno Coca-Cola, el
símbolo por excelencia de la expansión comercial mundial de los Estados Unidos. Manolo, el
cuñado de Saturio, es chófer de un camión de Coca-Cola. y lleva un uniforme imponente. Es
un buen empleo e incluso el fenómeno de la esponsorización ya se introduce. Manolo es un
boxeador y cuenta: “La empresa se porta bien conmigo. Tanto el gerente como los otros me
dejan hacer lo que quiero… El gachó dice que les sirvo de propaganda. Ayer, sin ir más lejos,
me regalaron un albornoz de seda con COCA-COLA escrito en letras grandes, a la espalda”
(LR: 51). En diversos lugares se encuentra la marca de Coca-Cola, incluso se le ofrece una
Coca-Cola al sacerdote que viene al velatorio de la hija de Saturio. Se muestra claramente la
49
influencia de los Estados Unidos que se desarrolló por ejemplo con las bases militares. Sobre
todo en Señas de Identidad Goytisolo se muestra opuesto a la imitación servil de las tendencias comerciales, pero en esta obra menciona muchas veces esta marca, sin contexto crítico o
cínico, como si aquí se tratase de una esponsorizacíon de verdad.
Sin embargo es significantivo el momento en que Giner, después de haber hablado del
‘utopismo’, mire unos instantes el anuncio en colores de Coca-Cola, diciendo la Voz (sic) por
la radio: “Camaradas, la empresa es dura, pero es propia de hombres bien glandulados, bien
bregados en luchas viriles, como las que vosotros y vuestros padres, librasteis en las trincheras…”(LR: 221). Es un mensaje de dos caras. Por supuesto el Delegado habla del asunto
nacionalista. pero literalmente se podía también referir al asunto de los republicanos. Dos
mundos tropiezan aquí: los viejos ideales deben ser inferiores al mundo nuevo de la dictadura
y también a las influencias comerciales, representadas por Coca-Cola.
Campos de Níjar
En esta novela Goytisolo describe burlándose a un turista francés: “…va vestido como un
explorador de película, con pantalones cortos de color caqui y camisa blanca. Sólo le falta el
casco” (CN: 80).
La causa de esta actitud cínica podría ser una protesta contra la imagen del sur que
tienen los turistas. A través de la opera de Carmen (1875) de Bizet, la imagen estereotípica de
Andalucía se hizo aplicable a toda España. Costumbristas como Estebánez Calderón estimulaban la formación de esta imagen y la mayoría de las guías de viajes confirmaban la imagen
romántica, evitando la miseria de los habitantes, los cuales se consideraban como elementos
del paisaje (Bush en CN: 17). Quizás por eso Goytisolo no se burla de una pareja sueca (CN:
95), a los que nunca llama ‘turistas’ ya que los dos solamente disfrutan el paisaje y no se
comportan de manera estereotípicamente turística.
Tampoco unos marineros americanos que vienen a una posada en la que también el
personaje principal se encuentra, se describen de manera favorable. Son personas que beben
demasiado, no pagan y pelean. Como los turistas, quedan reducidos a caricaturas de gente que
se comporta ridícula e inadaptadamente, y cuyo sitio no está en esta región, aunque la influían
tanto politíca como económicamente.
Esta actitud crítica en cuanto al turismo también se encuentra cuando describe el faro
de Testa del Cabo: “Uno piensa con tristeza que un sitio así debería ser baza turística
importante y contempla melancólicamente la carretera estrecha, polvorienta y sinuosa, por la
que apenas cabe un automóvil, y cuyo acceso, para colmo de la ironía está prohibo a los
50
coches particulares que – según leo en un cartel – no dispongan previamente de permiso.”
(CN: 94).
El autor no está claro con respecto al dilema de traer la prosperidad para la población
estimulando el desarrollo del sur, o sea industrialización y turismo, con lo que al mismo
tiempo el atractivo de la región desaparecería. Se describe la vida dura de los alfareros, pero
no se contesta la pregunta ¿por qúe los ceramistas no piensan y negocian más comercialmente?
Tampoco los vecinos se muestran entusiastas en cuanto a los turistas, aunque podrían
ganar mucho dinero a través del turismo. Sólo Don Ambrosio ve las ventajas: “El día en que
hagan la dichosa carretera, las casas cuadruplicarán de valor. En verano podré alquilarlas a los
turistas (CN:107).
Señas de identidad
Aquí se encuentra la otra cara de la imagen positiva que se desarrolló poco a poco en cuanto a
las ventajas económicas. La prosperidad en aumento formaba un factor de gran importancia
en el proceso de democratización, apertura y asociación de España con el resto del mundo.
Pero un factor de gran importancia, el emigrante económico que provoca un flujo de
dinero hacia España, es ridiculizado por Goytisolo que describe al Emigrante (sic) como una
persona que vestido en “unos estrechos y descoloridos tejanos cortados aposta como para
realizar sus nalgas de toreros y bailadores” (SI: 249) le cuenta a los extranjeros el tópico de
que “se vive en España mejor que en ningún lado, que él ha salido como quien dice a pasear y
ver mundo y que como el sol, las gachís y el vino de Andalucía ni hablar…” (SI: 249) y como
una persona que “desde el país de inmigración, mantenía el contacto espiritual y humano con
la madre patria gracias a la atenta lectura de los resultados de campeonato nacional de fútbol…” y que “regresaba a la tribu refiriendo extraordinarias proezas sexuales (…) con una
máquina de fotografiar alemana o un soberbio reló chapado de oro, símbolo de su nueva riqueza” (SI: 250).
El emigrante solamente está vinculado con la mentira, la superficialidad, la avaricia y
no hay aprecio por su situación económica, su voluntad de buscar empleo y su papel de
eslabón entre la España cerrada y aislada y el mundo libre. Pero, ¿en qué se diferencia el
propio autor en su exilio voluntario?
Goytisolo se muestra bastante negativo en cuanto a los beneficios, a la hora de apreciar
la creciente prosperidad, aunque este progreso económico fue un factor importante en el
proceso de la ‘apertura’ de España. A fomentar la crisis del régimen franquista contribuían
51
también los problemas que planteaba la relación del Estado con las clases dominantes, a
saber, la oligarquía terrateniente, la burguesía financiera e industrial y ciertos sectores de las
clases medias. Muchos miembros de estas clases “apostaban por conseguir algunas reformas
internas, y en algunos casos por una amplia democratización, lo que permitiría una mejor
integración de la economía española en el capitalismo internacional” (Reder San Roman,
1993: 28, 29)
El capítulo VII empieza con un texto en el que se habla largo y tendido de las ventajas
de la prosperidad material, como si estuviera expresado por fuentes oficiales. Se habla de:
un país que secularmente pobre lanzado hoy gracias a veinticinco años de paz y
orden social por la esplendorosa y ancha vía de la industria y el progreso desde hace
casi cinco lustros tenemos el privelegio de un orden bienhechor como no lo
saborearon nuestros padres ni nuestros abuelos ni nuestros bisabuelos… (SI: 382)
Pero Goytisolo se opone a esto hablando de una “inesperada plaga salvadora de un solar condenado y baldío” y constata que “la modernización había llegado, ajena a la moral y la justicia
y el despegue económico amenazaba anestesiar para siempre a un pueblo no repuesto todavía,
al cabo de cinco lustros, del largo y denso sueño en que permaneciera aletargado desde su
derrota militar durante la guerra” (SI, 1966: 386). El autor da pruebas de su pesimismo y
visión negativa con respecto a diversas consecuencias del progreso, por ejemplo la arquitectura: “… el concepto utilitario de la moderna civilización urbana cristalizaba acá en una fórmula
arquitectónica común… (…), casas fabricadas en serie para burócratas y oficinistas,
igualmente deshumanizados y asépticos… (…) aquella (¿involuntaria?) parodia del mundo
industrial. Cemento y piedra. Ni una flor ni un pájaro” (SI, 76: 77).
La implicación de Álvaro en la situación de su patria es frustrada por la posición final
a la que España ha ido a parar, una situación en la que Álvaro, como español, no se reconoce
más y que provocó su crisis de identidad.
Desde toda la descripción de la degeneración de su pueblo se desprende amargura.
Opino que en esta parte está el núcleo de esta novela. Aquí se encuentra la enorme desesperación de un español. Aquí habla un hombre que vuelve la vista sobre la historia de su patria y
ve sus ideales violados por el pragmatismo superficial del desarrollo avanzado.
Poco a poco, gracias a la doble corriente de forasteros y emigrantes, expatriados y
turistas en España y fuera de ella, el español aprendía, por primera vez en la
Historia, a trabajar, comer, viajar, explotar comercialmente sus virtudes y defectos,
asimilar los valores cremastísticos de las sociedades industriales, mercantilizarse,
prostituirse y todo ello –paradoja extrema de una tierra singularmente fértil en burlas
sangrientas y feroces contrastes- bajo un sistema primitiva y originariamente creado
para impedirlo: bandera enarbolada un día para justificar la horrible matanza,
52
abandonado luego como un traje usado o un zapato viejo; causa sagrada (…) por la
que falanges de jóvenes de pecho generoso y mente estrecha habían ofrendado la
vida. Unos y otros muertos se pudrían ahora exactamente inútiles y absurdos,
devorados hasta en el recuerdo, por obra de Historia caprichiosa, no sólo indiferente,
sino alérgica, a las virtudes de la inmolación y el sacrificio (SI: 386, 387).
Generalmente se opina que el crecimiento del turismo ha significado un enorme impulso
económico para España y también ha contribuido al fortalecimiento de los contactos entre la
España aislada y el resto de Europa. Sin embargo, en Señas de identidad la imagen del
turismo no es muy positiva.
El autor no presta ninguna atención a las ventajas del turismo y casi solamente lo
describe de manera negativa. Habla de “la ruidosa ola turística” (SI: 162), de “un siniestro
grupo de alemanes despechugados e hirsutos” (SI: 92), “el rebaño de turistas” (SI: 418) y se
caracteriza al turista de forma cínica como “Monsieur Dupont, Mister Brown, y Herr
Schmidt”, con la que ilustra el carácter estereotípico de su comportamiento. El turista se
presenta como una persona que solamente viene a ver corridas de toros; beber manzanilla;
tenderse al sol “como saurios…” y cínicamente el autor habla del “ejercicio indispensable de
los valores industriales y cremastíticos” para que el pueblo español se convertiera en un
“fértil y lozano semillero de trepadores y chorizos” (SI:162). El autor cuenta “la escalofriante
noticia de un estudiante de Filosofia madrileño que se costeaba sus estudios universitarios
retratándose con los turistas vestido de torero…” (SI: 422). Pero, el autor se da cuenta de que
su resistencia se parece a una lucha contra los molinos de viento cuando se dice a sí mismo:
Imaginaste al caballero Don Quijote (…) en medio de las bárbaras caravanes
de Hunos Godos Suevos Vándalos Alanos que con gafas oscuras shorts
sombreros de paja botijos porrones máquinas de fotografiar castañuelas
sandalias alpargates de payés bandarillas…. (SI: 414).
¿Usa el autor la imagen de Don Quijote para sugerir que oponerse al turismo es negar la realidad o para decir que la realidad derrota las illusiones?
Al lado del monumento consagrado a la memoria de los “Caídos por Dios y por
España”, el guía les cuenta a los turistas que ahí está el lugar donde fueron fusilados “par les
Rouges pendant notre guerre de Libération un grand nombre de hauts officiers de l’Armée de
prêtres de personnalités relevantes de la vie sociale de notre ville” (SI: 430).
La novela termina de manera cínica con las instrucciones en cuatro lenguas que
muchas veces se hallan en los máquinas expendedoras: “introduzca la moneda, introduisez la
53
monnaie, introduce the coin, geldstück einwerfen” (SI: 435). El mensaje cínico parece ser: el
país es como un autómato: introduzca el dinero y todo irá bien.
También los oportunistas y los aprovechados salen malparados: “…republicanos y se
volvieron la chaqueta después de la guerra. Luego se hicieron falangistas y (…) ahora se
dedican a vender playas a los alemanes.” (SI: 183)
Pero como en Campos de Níjar Goytisolo llama la atención hacia un cacique. Antonio
se encuentra exiliado en un pueblo en el sur y el médico local habla con estima de don
Gonzalo, un cacique: “Lo que cuenta es el extraordinario hombre de negocios de hoy; él, y
nadie más que él, ha sabido crear una industria en el pueblo, ha revalorizado la tierra, ha
atraído el turismo. Si la gente vive mejor que antes se lo debe a don Gonzalo. Las palabras no
alimentan a nadie…” (SI: 214). Aquí también se puede notar la ambigüedad: un representante
del latifundismo, un explotador odiado por la población pobre es de hecho una persona que
puede realizar posibilidades para mejorar las circunstancias de vida para los vecinos. Al lado
de eso es filántropo: “…todos los meses envía un cheque a la escuela de niños huérfanos de
Murcia” (SI: 215). Es notable que Goytisolo aquí solamente le conceda la palabra a un
representante del bando de la derecha. Aunque es evidente que estas personas eran las únicas
que podían hablar y actuar, Goytisolo tal vez pudiera dejar oír de manera sutil un ruido en
contra.
Las transformaciones en la economía y en la sociedad española, desde los finales de
los años cincuenta, dificultaban a largo plazo la perviviencia del Régimen franquista (Reder
San Roman, 1993: 21). Por tanto, un oponente y crítico del Régimen como Goytisolo, debería
haber estado de acuerdo con estas tranformaciones, que implican un turismo en progreso. Pero
sobre todo en Señas de identidad el autor muestra una visión muy cínica y pesimista en
cuanto a los turistas y las motivaciones económicas de los españoles. Es verdad, la España de
después de 1975 apenas se distingue del resto de Europa occidental y esto no es necesariamente una cosa buena. La uniformidad a dónde el mundo actual parece dirigirse, reduce el
carácter de cada pueblo en particular (Lemm, 2003: 258). Pero parece discutible rechazar
integramente el adelanto, sobre todo cuando uno es partidario de la democracia.
Quizás encontremos aquí lo que queda de un representante de la alta burguesía anterior
con sentimientos conservadores a causa de la desaparición de los viejos valores del pasado.
54
8.6
La letargia del pueblo español
La resaca
Cuando Giner intenta estimular a sus compañeros a entrar en acción, parece que éstos se
interesan más por el discurso del Delegado que oyen por la radio. Su exposición fervorosa
tropieza con una actidud benévola pero indiferente de los habituales de la tasca. Aunque Giner
se expresa de manera quizás demasiado teórica, los hombres no dan la impresion de
esforzarse por comprenderlo. De vez en cuando sus amigos “le observaban con una mezcla de
decepción y estupor” (LR: 219) “-To esto es muy complicao – dijo el de los mostachos,
rascándose la cabeza” (LR: 221). El mensaje de Giner no alcanza su meta.
De manera muy amable pero al mismo tiempo indiferente, el público en la tasca
tipifica la actitud de la gente: “-Pero, a estas alturas, nadie está pa ideales ni santisidades. –La
gente sólo va a lo suyo- dijo el tercer estibador. –El café, un buen carajillo… -El cine, el
fútbol, los toros… - Un polvete por ahí de vez en cuando…”(LR: 223). Los compañeros se
limitan a gritar: “Por la Libetá, y por la Anarquia.” pero acto seguido: “Queremos que to sea
gratis” (LR: 227). La disposición a la acción es nula. No había nadie exepto Giner que diera
prueba de cualquier ideal republicano. Parecen vivir al día aceptando con fatalismo su
situación sin perspectiva. Giner incluso es el único que sale públicamente en defensa de
Evaristo cuando se le echa de su casa, lo que muestra que incluso la solidaridad se perdió.
Campos de Níjar
Muchas veces se muestra la resignación de la población. En los diálogos la gente habla de sí
misma en terminos negativos, como “Aquí la gente nace, vive y muere sin refelxionar” (CN:
83). Su complejo de inferioridad se describe en palabras como: “Cataluña es el paraíso soñado
por todos los hombres y mujeres de Almería, una especie de legendario y remoto Eldorado”
(CN: 50) o “Si viviera en Cataluña es que no me asomaría yo por Almería, vamos, ni que me
mataran” (CN: 63). De vez en cuando se muestra al hombre del sur como un ingenuo que da
prueba de no tener ninguna idea de lo grande que es Barcelona cuando está sorprendido porque el viajero no conoce a cierto “Paco González, uno con una cicatriz” (CN: 53). Uno puede
preguntarse porqué los alfareros venden sus mercancías por tales precios bajos. Sus productos
famosos tienen gran demanda y ¿por qué no pudieran preguntar otros precios? Solamente se
quejan de que es “un oficio muy cansay, en realidad, rinde poco” (CN: 75).
La cerámica de Níjar es famosa en todo el sur y es una de las más importantes de
España. “Se venden en Madrid, Barcelona y Valencia a precios que sorprenderían sin duda a
55
sus humildes autores. En Níjar puede llenar un automóvil de cacharros por unas pocas
pesetas” (CN: 75). No se pone en claro porqué los ceramistas aceptan esta situación desigual.
Cuando la demanda es grande ¿por qué no suben los precios? Aunque la gente sea ignorante,
sí sabe que en otro sitio sus productos se venden a precios más altos.
También significativa es la reacción del amo de una fonda en cuanto a unos turistas
que son apasionados por la pesca submarina: “-Locos, sí…” (CN: 95). Hoy día es inconcebible que un hombre trabajando en una fonda en la costa, no tenga una actidud más abierta y
comercial ante los turistas.
Señas de identidad
En muchos lugares Goytisolo da prueba de su pesimismo en cuanto a la actitud de sus
compatriotas. Casi veinticinco años después del fin de la Guerra Civil vuelve a su patria para
constatar que “el pueblo español aprendía a aplicar por sí mismo los designios catárticos y en
aquel espurio verano de 1963 tu patria se había convertido en un torvo y somnoliento país de
treinta y pico millones de policías no uniformados…”(SI: 238). Piensa que “dentro de poco
los funcionarios ya no serían precisos puesto que en mayor o menor medida, el vigilante, el
censor, el espía se habían infiltrado veladamente en el alma de sus paisanos” (SI: 238). “Triste
pueblo, patria triste, ¿qué psicoanálisis puede recobrarte?” (SI: 239).
Goytisolo muestra en las tres novelas su desaprobación de la actitud pasiva y letárgica
de sus compatriotas, tanto en España, donde los republicanos perdieron su combatividad como en París, donde los exiliados viven de manera pasiva.
8.7
Crítica y autocrítica
La resaca
La resaca es el testimonio de una realidad injusta y trista. En esta novela la manera de criticar
ciertas situaciones consiste en describirlas. Con estilo cinematográfico Goytisolo lleva al
lector por los barrios de chabolas en Barcelona. No hay crítica directa, no hay acusaciones
literales contra el Régimen. La crítica es sutil. Por ejemplo, a través de una oración como “En
medio del astrado corro de mirones, sus sotanes relucían al sol, negras y limpias” (LR: 5) el
autor señala las diferencias entre la Iglesia y la gente pobre.
Una breve referencia al abuso por un militar de una niña muy joven que se prostituye,
acusa la mala situación de los jóvenes. Cuando muere una niña, el cura dice: “Hay que aceptar
56
la Volutad de Dios” (LR: 208) y “que el Señor enviaba las desgracias para poner al hombre a
prueba y (…) que la vida era (…) un eterno Valle de Lágrimas” (LR: 209) lo que ilustra la
actidud de la Iglesia: no tener ojos para los problemas reales de la
gente pobre, sino
solamenta para los asuntos bíblicos.
La crítica más fuerte se halla en la escena en la taberna de Maño. La crítica se presenta
de dos maneras: como pensamientos de Giner y como palabras dirigadas a sus compañeros.
Alternando los pensamientos con el lenguaje coloquial el autor muestra claramente la
diferencia entre la teoría - a saber, los ideales republicanos- y la manera en que los obreros de
posguerra experimentan estos ideales. Giner habla de:
“Pan, Justicia, Hombre, habían perdido su significación. Eran nombres huecos,
instrumentos al servicio de la mentira. Daba igual decir SÍ que NO. Los hombres
de las afueras podían decir NO, que su No siempre sería un SÍ., o decir SÍ, que su
SÍ siempre sería un NO. Los hombres del Centro habían absorbido su vocabulario
para esterilizarlo, trasplantándolo a un terreno yermo. La verdad no podía salir de
su boca, como la hierba no crecía en el asfalto de sus aceras. Anchos de conciencia, estrechos de manga, su pan no era Pan, su Hombre no era Hombre. Cada fórmula encerraba una ratonera; cada frase una trampa… Y los hombres de las
Afueras debían callar. No podían servirse del habla…” (LR:217).
La crítica de los oyentes de las palabras de Giner se halla en las descripciones de su pasividad,
su falta de disposición para entrar en acción y un de los compañeros expresa la duda, la
impotencia y la imposibilidad de posibles acciones cuando dice a Giner: “lo que nos propones
es actuar aceptando de antemano el fracaso” (LR: 221).
Campos de Níjar
Como ya he comentado, en Campos de Níjar la mayoría da la crítica está elaborada a través
de las descripciones de la pobreza y la situación económica en Almería. En esta obra el autor
describe a los turistas de una manera bastante negativa, pero al mismo tiempo Goytisolo evita
un tono de superioridad y remite a su propia culpa de turista privilegiado que va a abandonar
a sus nuevos amigos al volver a su existencia comfortable en Barcelona (Bush en CN: 19).
Al final del capítulo IV, el autor contempla las experiencias de su primer día y cita a
Ortega y Gasset23 que en La rebelión de las masas (1937) hizo referencias a la borrachera de
muchos vecinos níjareños con motivo de la coronación del rey Carlos III. Indirectamente
Goytisolo se muestra como su antítesis al condenar a la élite: “Son las minorías selectas, no
23
José Ortega y Gasset (1883-1955) era un filósofo del ala derecha que volvió a España después de la Gurerra
Civil. No se mostró públicamente pro-Franco, pero sí dio prueba de su amor por el militarismo alemán y el
centralismo castellano. En España invertebrada (1921) afirmó que solamente los castellanos serían capaces de
solucionar los problemas de España (Bush en CN: 24).
57
el pueblo, quienes suelen echar el dinero por la ventana…” (CN: 77). La crítica no se hace
abiertamente, sino envuelta en una cita, las contemplaciones del viajero y sus referencias
sutiles al “hombre de fé que sabe distinguir, más alla de la anécdota (la de la borrachera),
quienes son las víctimas y quiénes los culpables”(CN: 77). Pero seguidamente, también
Goytisolo se declara satisfecho de sí mismo. De manera despreocupada habla de las bebidas y
tapas de la posada y al final, a pesar de su preocupación, constata que su vida es completamente diferente de la vida de la gente del sur. Lo ilustra acentuando las cosas básicas de la
vida:
…la comida con un olvido tan completo de los (sic) que en el mundo ocurre que
luego le hace avergonzarse.
La cama es buena para quien tiene el estómago lleno y sabe que al día siguiente no
habrá de faltarle lo necesario, pudiendo ir de un sitio a otro sin ser esclavo en
ninguno, y mirar las cosas desde fuera, como un espectador al drama. Uno sabe
también eso y, cuando apaga la luz, piensa en los otros. Las horas se suceden en el
cuadrante del reloj y el sueño se le escapa (CN: 77).
Aquí encontramos la desesperación del autor que se manifestará después tan claramente en
Señas de identidad: por un lado su precocupación fuertísima por sus compratriotas y por otro
lado su impotencia para hacer algo y por eso muestra ora indiferencia y ora la tendencia a huir
de los problemas. Esta impotencia incluso se muestra a través de la mentira. Un vecino le suplica al viajero sacarle de su pueblo. El viajero usa un pretexto: “-Vendré otro día”. El propio
autor lo clasifica como “una mentira piadosa, horrible” (CN: 120).
Parto de la idea de que Goytisolo quiere describir en Campos de Níjar una parte del
país con el fin de llamar la atención sobre la pobreza y el subdesarrollo. Ciertos problemas
destacan, por ejemplo, la situación económica. Es lógico que se pueda reprochar al gobierno
que abandone a su suerte a la población almariense. Faltan árboles, hay una infraestructura
muy mala e insuficiente y es evidente que se presta poca atención a esta región. Pero, al
mismo tiempo se da prueba de la pasividad y de la resignación de la población. Su complejo
de inferioridad respecto a Castilla y Cataluña parece ser el lema y la disculpa por la falta de
acciones para mejorar las condiciones de vida. El ejemplo de los ceramistas es el más evidente: aceptan sin rechistar que se vendan sus productos a precios muy bajos para que después
se vendan en las grandes ciudades a precios mucho más altos. Esto no es una cuestión de
opresión del Régimen, sino un asunto de oferta y demanda. En ninguna parte del libro se
habla de cualquier oposición o de tomar la iniciativa con el fin de cambiar su situación económica.
58
Una parte de la crítica se puede encontrar en las palabras de Don Ambrosio. Es un cacique, de origen castellano y oponente de la población ‘normal’, representante de la clase
opresora muy odiada por los republicanos. Da cuenta de las posibilidades de desarrollo de la
región cuando dice: “-Si hubiese una buena carretera los turistas vendrían como moscas” (CN:
102). Critica a sus compañeros de la región: “Cuando tienen dinero lo gastan en seguida”… y
“En Andalucía dicen que los catalanes son agarrados, pero es envidia. Lo que ocurre es que
trabajan y conocen el valor del dinero. Todo lo contrario de aquí” (CN: 103). Habla un hombre de negocios, un hombre realista a quien le gustaría desarrollar la región, sin duda alguna
en primer lugar para mejorar su situación, pero toda la población podría aprovecharse del adelanto.
En esta novela la actitud ante la vida de la gente del sur se muestra de boca de un
partidario del bando de la derecha. ¿Podemos tomar en serio esta crítica? ¿Por qué el autor
deja decir a un latifundista estas palabras que echan otra luz sobre los vecinos? Entre las
mismas expresiones se hallan observaciones de gran ambigüedad: “Cuanto más pobres, más
generosos son” (CN: 103). Don Ambrosio lo dice como una crítica negativa pero lo mismo se
puede interpretar como un cumplido: no son materialistas. Por lo tanto, el lector debe liberarse
tanto de sus opiones como de sus posibles prejuicios ante los ricos para formarse una opinión
basada en todos los elementos con respecto a la mentalidad del habitante del sur.
En el capítulo IX Don Ambrosio le cuenta al viajero el trasfondo del carácter de los
almerienses y la historia de esta parte de España. La imagen del almeriense no se plantea de
manera positiva. Almería no se integró verdederamente en España a causa de muchas ocupaciones por fenicios, cartagineses, romanos, visigodos y muselmanes. “Una leyenda de incomprensión y olvido debía mantenerla alejada de todos los movimientos renovadores que en
España se produjeron.” (CN: 112) Ambrosio llama la región la ‘cenicienta’ de las otras provincias y cuenta de manera poética:
Nunca habían sido grandes conquistadores como los castellanos o extremeños,
navegantes intrépidos como los gallegos o vascos, ni comerciantes de fortuna como
los sevillanos o catalanes. Su aportación fue casi siempre anónima. Formaron la
callada tripulación de los galeones, la sufrida tropa de los ejércitos, la mano de obra
oscura y abnegada (CN: 113).
Parece que Goytisolo da aquí una explicación del hecho de que los almerienses son como son.
Pero se trata de una defensa expresada por un hombre que, como castellano, se siente mucho
mejor que los almerienses y que como hombre de negocios durísimo rechaza alquilar una
casita a una familia con problemas de alojamiento: “Somos cinco y no hay más que una
59
habitación” (CN, 108). Un hombre que se las da de gran bienhechor al repartir caramelos a los
chiquillos. ¿Se debe creer a tal hombre? ¿Puede alguien, que clasifica a los castellanos como
‘nobles y leales’, dar una idea matizada de los almerienses?
Parece que el autor confirma la opinión de Ortega y Gasset. El viajero no hace ninguna
pregunta, ni realiza ningúna observación. Tampoco en otras partes del libro se encuentran matizaciones de esta forma de etnografía. La amplia exposición parece ser una disculpa por la
actitud de resignación, pero al mismo tiempo esta excusa basada en el determinismo es irritante o hipócrita, aunque debida a la situación política de la época de la escritura.
Señas de identidad
Cuando hablan ‘las Voces’ (voces de los falangistas y sus conocidos y parientes
pertenecientes al bando de la derecha) se describen las causas y con esto, las justificaciones de
la situación de España. La mayoría de las veces esta justificación transcurre a modo de crítica
hacia el personaje principal (en gran parte el propio autor) en cuanto a su ‘fuga’ a Francia y su
visión sesgada. Por eso se puede interpretar parcialmente esta crítica como una autocrítica.
Las largas oraciones sin puntuación en las que se describe la crítica y la justificación de la
situación política en España, ilustran la complejidad y la confusión de las ideas sobre las
circunstancias españolas.
En la introducción en que el autor remite a la crítica falangista al personaje principal,
se halla una referencia a la actitud de esta persona (¿Goytisolo?) ante el sur.
claro que hay hambre y sequedad y desamparo en el tuétano de todo este escenario
de Murcia y Andalucía mas hay también algo que el amanerado personajillo
parisiense olvida y este algo es la esperanza más que en ningún otra parte es preciso
mirar estas regiones secularmente pobres con los ojos limpios y el corazón abierto
sin abrigar la insensata pretensión de trasponer su secreto mediante una visión fugaz
y trashumante (SI: 13).
¿Se trata aquí solamente de palabras de reproche de los falangistas ante Álvaro? En vista de la
conciencia de su posición privilegiada de la que distintas veces da prueba en Campos de
Níjar, es posible que el autor a través de estas palabras también se refiera a sus propias dudas.
La parte de la introducción es una oración muy larga en la que hablan ‘ellos’ al divulgarse el incidente del documental hecho por Álvaro. Los que hablan, ‘las ‘Voces’, son los
críticos falangistas, pero tambíen “los hombres y mujeres satisfechos que un decreto irrisorio
del destinote había otorgado, al nacer, como paisanos, borrosos amigos de infancia, inocuos
compañeros de estudio, parientes de mirada frígida y torva, familiares virtuosos y tristes…”
60
(SI, 14). Es evidente: al comienzo de la novela el autor da prueba de su sentimiento de
distancia respecto a sus compatriotas y España.
De manera cínica ‘las Voces’ clasifican a Álvaro como alguien que “está instalado en
París cómodamente con más años en Francia que en España con más costumbres francesas
que españolas (…), evadido de las realidades del momento en un fácil confortable y
provechoso inconformismo….” (SI: 11). Hablan con desdén, pero en este fragmento se hallan
muchos puntos que, pensándolo mejor, les dan la razón. El autor deja a la ‘Voces’ decir esta
crítica, pero también pueden relacionarse con sus propias dudas. Las últimas oraciones de esta
introducción presentan el carácter de la búsqueda imposible de Álvaro de su identidad:
al fin y al cabo no serás el primer español que ha desamado a su patria pero entonces
para qué volver mejor te quedas fuera y renuncias de modo definitïvo a nosotros
reflexionando aún estás a tiempo nuestra firmeza es inconmovible y ningún esfuerzo
de los tuyos logrará socavarla piedra somos y piedra permaneceremos por qué buscas
ciegamente el desastre olvídate de nosostros y te olvidaremos tu nacimiento fue error
repararlo (SI: 15).
Parece ser crítica de las ‘Voces’, pero también se puede interpretar como una forma de autocrítica: a pesar de una situación irreversible el autor sigue preocupándose por los problemas
de su patria. Su compromiso no vale la pena, pero al mismo tiempo, este ‘vano’ compromiso
es la base de su búsqueda de su identidad.
Luego, además de la crítica al Régimen, se halla mucha autocrítica que se expresa
describiendo la actitud apática y pasiva de los españoles: “…ajenos por completo a los abusos
de una represión cuya existencia desconocíamos confiando ingenuamente en la probidad y el
civismo de los hombres que regían los destinos del país…” (SI: 35). Se describen a los
republicanos como “los que, habiendo hecho la revolución y perdido la guerra, vivían desde
entonces condenados al recuerdo estéril de su juventud...”, y muchos “se volvieron la chaqueta después de la guerra. Luego se hicieron falangistas (…) y ahora se dedican a vender playas
a los alemanes” (SI: 181). Parece que no se hace un llamamiento a la resistencia activa ni a la
desobediencia civil. “Meterse a redentor no arregla las cosas. Ellos son más fuertes que usté y
que yo, y ganarán siempre. A menos que uno tenga vocación de martirio…” (SI: 214).
El autor no tiene muy buena opinión de los españoles ‘mejores’. Lo auténtico se halla
en el Barrio Chino: “La única gente interesante de Barcelona se encuentra acá” (SI, 78).
También el propio Álvaro (¿Goytisolo refiere a sí mismo?) se presenta como una persona
pasiva. Durante sus estudios de economía política asiste sin interés a las clases “persuadido de
que la política era cosa de imbéciles…” (SI: 85).
61
En busca de las huellas de su pasado Álvaro pide información, pero se le contesta
cínicamente: “Si les interesa hablar de toros y encierros, todo lo que ustedes quieran… Pero
de lo otro, no… Unos porque no saben y otros porque tienen miedo. Nadie les dirá una palabra.”(SI: 122). Entonces, no se dice nada de la actualidad y la política es un tabú.
Pero tampoco se perdona a sí mismo. Fue un joven que abandonó su patria, abandonó
a sus amigos envueltos en la lucha política, para realizar en París la obra que se sentía llamado
a efectuar. Habla de sus amigos “que persistían en el noble empeño de transformarla pagando
con sus cuerpos el precio que por indiferencia o cobardía habías rehusado pagar tú…” (SI:
166). Al fin y al cabo, Álvaro debe constatar: “Desertaste de la acción para ser un artista y, a
fin de cuentas, ¿qué eres?: un desterrado voluntario que duerme (…), fuma (…) , come (…),
bebe (…) va al cine “(SI: 388). Cuando vuelve a España se siente desilusionado y crítica de
manera amarga a los españoles. Pero también se da cuenta de su propio comportamiento: “Y
cuantas veces tú, el propio Álvaro, no habías pactado con el conformismo ambiente, censurándote en público y en privado, ocultando a los demás tu verdad irreductible…” (SI: 238).
El personaje principal busca desesperadamente su identidad. El desgarramiento de sí
mismo es provocado por el desgarramiento de su patria con su historia tan triste. Vinculando
la búsqueda de sí mismo con la búsqueda de su patria, logra presentar una gran preocupación
por la deplorable situación de España. Pero, parece condenado al fracaso en cuanto a la
búsqueda de su identidad española. En un largo diálogo con Dolores, dice Alvaro: “España se
acabó para mí” y a continuación: “He perdido mi tierra y he perdido mi gente (…) No puedo
hacer nada. Ni siquiera sé quién soy” (SI, 348: 349).
Por lo tanto siente desaparecer la añoranza de lo que piensa que es la verdadera
España. Ve fracasar la síntesis entre lo viejo y lo nuevo, entre lo propio y lo extraño cuando
constata que “aquella España errante, la España peregrina, sustituía en tu corazón a la España
oficial aprendida de señores y siervos, al pueblo cerril de las fallas y los sanfermines, los
cosos taurinos y las procesiones de Semana Santa” (SI: 1966: 354).
Álvaro se da cuenta de que ha fallado y es inútil completamente. “Tu rebeldía tampoco
cabía allá y era una mera prolongación (…) de vuestro mundo español precapitalista y feudal,
hoy en vías de liquidación y derribo sin necesidad de tu intervención (…) por la escueta
simple dinámica del proceso económico” (SI, 392: 355).
Los exiliados parisienses no dan la sensación de que formen un bloque fuerte en
cuanto a sus aspiraciones para entrar en acción con respecto a los abusos en España. Goytisolo les describe muchas veces de manera irónica por ejemplo como los contertulios con “un
único e inagotable tema de conversación común: España, cuyas enfermedades y eventuales
62
remedios creían conocer los contertulios en proporción directa al número de años de su
exilio” (SI, 258). Se describe una subcultura con sútiles reglamentos y leyes que se regían por
el riguroso escalafón de la antigüedad. Los exiliados se reunían en el café de madame Berger
para:
discutir, criticar, desmenuzar, debatir, pronunciar anatemas feroces y redactar
cartas de injuria, aquejados de una megalomanía incurable y una violenta
indigestión de lecturas que se traducían, de ordinario, en el ejemplo de fórmulas
marxistas desvalorizadas por sus múltiples y contradictorios usos o de frases
invariablemente comenzadas por la primera persona del singular (SI: 266).
Muchas veces se usaban palabras como “acciones”, “luchas”, “masas”, “desarrollo”, “oligarquía”, “monopolios”, “recrudecimiento”, “avance” (SI: 267) y Álvaro había formado parte del
consejo de “las revistas tituladas Cuadernos de Cultura, Hojas libres, Futuro de España,
Cuadernos Españoles, La Piel de Toro y otras de nombre ya olvidado, y cuya característica
esencial consistía en no haber sido publicadas nunca” (SI: 269).
La unidad está muy lejos aún: hay un gran número de representantes de partidos de izquierdas (véase ‘Verosimiltitud y compromiso’, p. 74) y un mitín para “la elaboración de una
política de concordia y acción común que termine de inmediato y para siempre con las
funestas divisiones entestinas creadas por el exilio” (SI: 274) y fracasa a causa de un
desarrollo caótico y tumultuoso en el que nadie escucha a nadie.
En una entrevista (Doblado, 1988: 82) Goytisolo dice: “El escritor más patriota es el
que más crítica su país”. España y su entorno político, social y cultural se han convertido para
el escritor en el tema capital de su obra, y acomete este tema de manera muy crítica.
Generalmente la crítica de Goytisolo se muestra de manera sutil. En las novelas apenas hay
formas de crítica directas, ni se hallan acusaciones fuertes.
La resaca es la obra que contiene más elementos ético-políticos de modo que es la
única novela de las tres, que se puede considerar como novela comprometida.
En Campos de Níjar el lector encuentra descripciones de la región con sus habitantes
con las cuales se puede formar una imagen de esta región pobre que ha sido abandonada por
el Gobierno. Al mismo tiempo es evidente que los vecinos se muestran pasivos, sobre todo en
cuanto a sus posibilidades económicas en el terreno del turismo y de la cerámica.
En Señas de identidad el compromiso del autor está proyectado en el personaje
principal Álvaro. Este compromiso forma parte de su carácter y es la base de su búsqueda de
su identidad. Álvaro muestra una crítica que está entrelazada con mucha duda ontológica, por
63
lo cual la crítica a menudo se convierte en autocrítica. Es evidente que para la escritura de esta
novela los criterios estético-literarios fueran los más importantes.
64
9
EL LECTOR Y COMPROMISO
9.1
Apelar al lector
La resaca
Giner es un veterano del bando de los republicanos. Su esposa se lo toma a mal y rechaza a su
marido quien a través de su elección política sumerge en la miseria a su familia: “la política
no nos da más que disgustos” (LR: 77). La mujer se hunde en una religiosidad fanática y
mete sin ton ni son muchas imágenes de santos en su casa. El lector crítico y políticamente
correcto tiende a sentir simpatía solamente por Giner. Pero a causa de la oposición bastante
inesperada de su mujer se hace un llamamiento al lector para considerar más de cerca por qué
estas dos personas se han vuelto pareja. ¿Por qué han permanecido juntos? La inclinación
política de Giner ¿no estaba presente cuando eran novios? La mujer en aquel tiempo ¿no tenía
cualquier tipo de preferencia política? Ella da la sensación de no dejarse pisar y tiene una
opinión clara, por tanto ¿por qué esto no apareció antes? Giner es un hombre que parece vivir
solamente por sus ideales políticos. ¿Por qué se casó con una mujer que odiaba el bando de la
izquierda? Quizás en otros tiempos ella fuera prorrepública. Pero en ningún lugar de la novela
se muestra que Giner le eche en cara a su mujer un eventual cambio de opinión. Por tanto no
es un matrimonio muy lógico.
Pero al mismo tiempo se puede mostrar comprensión por la posición de esta mujer. El
período en que Giner estuvo prisionero ha sido muy duro y era muy difícil alimentar a sus
hijos. Para un hombre en una familia tradicional, esto causaría inquietud. No obstante,
Goytisolo invalida cualquier compasión hacia la esposa de Giner describiéndola como una
arpía antipática que instiga a sus hijos contra su padre. Aquí parece como si se mostrara
conscientemente el dilema: ¿hasta qué punto se mantienen los ideales cuando uno tiene
hambre? La mujer guarda muchos resentimientos y reprocha a su marido la miseria en la cual
se halla la familia. “Mira cómo vivimos: peor que los cerdos” (LR: 77). Pero esto no se corresponde con la realidad: a pesar de todo sí tiene dinero para comprar imágenes de santos de
todo tipo.
Todos los demás habitantes del barrio de chabolas también viven en circunstancias lamentables. Engañosos motivos económicos les atrajeron a los andaluces y murcianos hacia
Barcelona. Sería injusto echarle la culpa a los antecedentes políticos de Giner.
Goytisolo pone dos pasiones frente a frente: devoción por un ideal político relacionado
con el bando de izquierdas y devoción por un fanatismo religioso, relacionado con el bando
65
de la derecha. Se invita al lector a identificarse con la problemática de aferrarse a principios
políticos, a pesar de todo.
Campos de Níjar
Esta obra se lee como un informe de viaje. Es interesante tomar nota de las muchas características del paisaje, de la naturaleza, de la agricultura. Las conversaciones con los vecinos son
animadas y muestran muchas de sus costumbres, sus problemas, su estilo de vida y sus
esperanzas del futuro. Escribir es eligir. El autor seleciona lo que quiere mostrar. A pesar de la
apariencia de objectividad, se trata de un reportaje muy personal. El lector se percata de las
circunstancias miserables de la gente en una parte de España y, como si se tratase de lo mismo
que las noticias de prensa, las fotos diarias de la miseria en todo el mundo, puede encogerse
de hombros y pasar al orden del día. La pregunta es: las descripciones ¿son suficientemente
fuertes para causar preocupación por el sur?
El llamamiento al lector también pierde fuerza por observaciones positivas de los vecinos en cuanto a su situación. “El país es pobre, pero hermoso…. (…) En España no hay el
adelanto d’otras naciones, pero se vive mejó que en ningún sitio… (…) Por esto me gusta
Almería. Porque no tiene Giralda ni Alhambra. Porque no intenta cubrirse con ropajes ni
adornos. Porque es una tierra desnuda, verdadera…” (CN: 123). Cuando los habitantes piensan así, ¿debemos sentir lástima por ellos?
Aparte de la gravedad de varios ejemplos de pobreza que se describen, las enfermedades, y los problemas económicos, el libro carece de imágenes tan chocantes como para
provocar una indignación fuerte en la mayoría de los lectores. Ojalá, el lector sin embargo se
deje influir por las muchas referencias a la injusticia en Almería y comparta la cólera que
siente el autor con respecto a la desesperanza de la población del sur (CN: 121).
También es posible que el lector se de cuenta de que el gobierno debe hacer algo en
está región, por ejemplo estimular el turismo. Para los lectores de fuera de España esta novela
puede parecer comprometida: se trata de una denuncia implícita de la miseria, del analfabetismo, del caciquismo y de la explotación por las empresas mineras.
Señas de identidad
En cuanto a esta novela, uno puede preguntarse si un autor puede escribir literatura ‘comprometida’ sin pretenderlo. Como motivos para escribir Señas de identidad, Goytisolo mencionó
argumentos estético-literarios y argumentos en cuanto a la técnica narrativa, pero nunca dijo
que quisiera escribir una obra comprometida.
66
La novela no se escribió de manera provocadora o en estilo panfletario. En ningún
lugar se hace al lector un llamamiento para movilizarlo e ir a las barricadas. Un español en el
extranjero, como Goytisolo, pudo haber alborotado fácilmente a la gente de su patria al
escribir un libro que instigase contra las autoridades. Pero parece que el autor no pretendió
criticar duramente al régimen franquista y escribir antipropaganda.
La búsqueda inquieta de sus propios motivos, la relación dificultosa entre él mismo y
su patria llevan a la formación de esta novela. Sin embargo es un libro en el cual muchos
españoles pueden reconocerse, así como la situación en la que vivían o todavía viven. La
crítica con respecto a la apatía y a la pasividad y la autocítica del narrador podrían estimular a
la gente a pensar independientemente y podrían también llevar a una actitud más activa y
crítica.
Los hechos están sobradamente claros. Pero por supuesto, estos hechos son descritos
por un autor de modo que se presentan de manera subjetiva y tendenciosa, aunque en ningún
lugar se encuentran términos condenatorios y en ningún lugar se acusa de manera áspera.
Ciertos acontecimientos, que pueden ser hechos históricos, se describen de manera
impasible e indiferente. Los reportajes, por ejemplo en forma de informes policiacos, muestran una imagen nítida de la represión de los españoles y el miedo a las ingerencias extranjeras. Se describe irónicamente la escena en la que se le limita al periodista italiano Gasparini su
libertad de una manera extremamente civilizada y amable. “Yo creo que no ha captado usted
bien la realidad de nuestro país… ¿Por qué se empeña usted en retratar niños tristes y chozas
en ruina? ¿Cree usted de verdad que eso es España? No; a usted le han guiado mal” (SI: 315).
El propio lector puede formar su propio juicio.
Muy fuerte y apasionado es al contrario el fragmento, expresado en forma casi poética,
después de describir la ventaja dudosa del adelanto y del turismo, sobre todo por las primeras
dos palabras ‘sin embargo’:
Sin embargo
en este mismo ámbito de calcinada tierra cielo remoto imposibles pájaros luz obsesiva
durante el reino de los Veinticinco Años de Paz reconocidos y celebrados ya hoy por los
bienpensantes del mundo
hombres armados habían golpeado a compatriotas indefensos con látigos fustas bastones
se habían cebado en ellos con sus culatas correas botas, fusiles
hombres cuyo único delito fuera defender con las armas el gobierno legal cumplir su
juramento de fidelidad a la República proclamar el derecho a una existencia justa y noble creer en el libre albedrío de la persona humana escribir la palabra LIBERTAD en
tapias cercados aceras muros (SI: 423).
67
Es el núcleo de la duda y de la crítica de Goytisolo al pueblo español. El propio narrador no la
resuelve.
Por lo tanto, aparte de lo que el propio autor haya querido pretender escribiendo esta
novela, cuando se encuentran en una novela tantos elementos que incitan al lector a tomar
posición, y a formarse un juicio con respecto a un abuso social, se puede clasificar esta novela
como perteneciente a la literatura comprometida. Esta literatura es escrita por un autor que
muestra en alta medida una forma de compromiso literario.
Goytisolo dice en la entrevista con Kohut: “El lector ideal es siempre el contemporáneo y paisano del escritor y si es posible, el que haya tenido experiencias semejantes”
(Kohut, 1983: 94). En cuanto a los acontecimientos históricos en España el número de lectores que tienen experiencias semejantes, descritas en estas tres novelas, disminuirá. No creo
que esto sea un problema para identificarse con temas tales como: la actitud mental hacia la
pobreza, la conciencia política, la oposición contra un gobierno opresor, o el progreso ecónomico desenfrenado. Son temas universales que en todos los tiempos pueden hacer un
llamamiento a cualquier lector y pueden incitarlo a formar su propia opinión.
9.2
Importancia relevante
La fuerza de una novela comprometida podrá consistir en que su mensaje tenga un valor universal y siga siendo relevante para el lector de cada período. Por ejemplo, la novela
comprometida mundialmente famosa, La cabaña del Tío Tom (1851) de Harriet BeecherStowe tuvo gran influencía en cuanto a la formación de opiniones sobre la esclavitud. Aún
hoy día se lee a menudo esta novela, ya sea por su curiosidad, ya sea por sus méritos
literarios. Pero la pregunta es ¿también se sigue leyendo por la relevancia del tema, aún
cuando la esclavitud tal como se describe no sigue existiendo (o se ha pasado a otro tipo de
esclavitud)?
La resaca
El tema central es la deplorable situación de los imigrantes del sur en Barcelona. Viven en
chabolas en circunstancias muy tristes. Aunque la dictadura franquista se ha terminado y ya
no existe aquella situación de las chabolas en Barcelona, sin embargo este tema sigue siendo
muy relevante, porque en muchos lugares de casi todos los países modernos existe el
problema de la imigración. Problemas semejantes empeoran muchas veces por la formación
68
de ghettos en que los habitantes se encuentran con problemas comparables con los que se
indican en La resaca.
También el problema de Giner: una lucha inútil para mantener los ideales en una
situación caracterizada por la letargia y la impotencia, es relevante, desgraciadamente, en
cualquier época.
Por lo tanto, aparte de sus cualidades literarias, La resaca tiene un gran valor para
incitar al lector a pensar en los problemas de cualquier inmigración y sobre la pregunta de
hasta qué punto los ideales políticos pueden conservar su fuerza en circunstancias difíciles.
Campos de Níjar
Un turista de hoy, viajando por el sur de España, se asombraría si leyera Campos de Níjar. En
medio del fenómeno del turismo de masas, con el espectáculo de una costa casi completamente al servicio de los turistas, parece inconcebible que se tratase de una región en la que raras
veces hubo turistas, una región cuyos habitantes incluso sentían aversión al turismo.
La región descrita en Campos de Níjar forma definitivamente parte de un país
moderno y adaptado al desarrollo de Europa. Por lo tanto, esta obra puede considerarse como
un documento histórico, muy interesante e informativo sobre la situación anterior en Almería.
Un posible efecto de compromiso, que podría provocar Campos de Níjar, es que un
turista, después de haber leído un libro semejante, vaya a leer las guías de viaje de otra
manera, a saber, más criticamente. Sería útil que uno se diera cuenta de que detrás de lo
pintoresco de las regiones pobres generalmente hay un mundo lleno de miseria y de tristeza.
Señas de identidad
En Señas de identidad, cuando Álvaro se halla en España para hacer su documental, se da
cuenta de que “soñabas despierto en una España real, en unos compatriotas elevados a la dignidad de personas, en una existencia humana impuesta frente a los voraces enemigos de la
vida” (SI: 144). En términos generales Goytisolo describe su ideal: una España pura, sin ‘enemigos de la vida’. Podemos deducir de sus obras quiénes son estos enemigos: el poder
político dictatorial, el poder comercial inconsiderado, la pasividad y la indiferencia con
respecto a la patria. En las tres obras estos ‘enemigos’ se relacionan con situaciones
anteriores. Sin embargo, el valor universal de esta concienciación consiste en que también hoy
día estas fuerzas siempre podrían jugar un papel negativo.
Goytisolo es pesimista y da prueba de su miedo al nacimiento de un mundo en el que no se
integrará (quizás por esto vive gran parte del tiempo en Marruecos), hablando de:
69
…la nueva y helada religión industrial de los europeos” que te había hecho comprender
que “estabas luchando por un mundo que sería inhabitable para ti. Bajo una apariencia
engañosa de confort las condiciones de vida eran duras, los sentimientos tendían a
desaparecer, las relaciones humanas se mercantilizaban. Tu rebeldía tampoco valía allá y
era una mera prolongación de vuestro mundo español precapitalista y feudal, hoy en vías
de liquidación y derribo, sin necesidad de tu intervención (…) por la escueta y simple
dinámica del proceso económico (SI: 355).
La relevancia de esta novela es que un lector, y sobre todo un lector español, se puede
preguntar hasta qué punto los valores españoles del pasado se pierden en la creciente
prosperidad del presente. Esta novela podría ser un punto de partida perfecto para considerar y
apreciar con otros ojos la unidad europea.
9.3
¿Tomar partido o tomar posición?
La resaca
Goytisolo solamente describe lo que ocurre sin dar comentario, de modo que el propio lector
puede decidir (Schwartz, 1970: 85). Pero la elección de los acontecimientos, el lenguaje de las
descripciones y de los diálogos, la composición de todos los elementos narrativos crean una
imagen de las ideas del autor. El lector podría concluir que existe cierto optimismo en los
ideales de Giner, pero al mismo tiempo no se encuentra una sola prueba de la solaridad de sus
compañeros. Goytisolo no toma partido, describe. Describe lo que le parece ser importante.
Podría haber optado por otro desenlace en la tentativa de fuga de Antonio, pero en vez
de hacerle ‘merecer’ a Antonio un futuro favorable en los Estados Unidos, le abandona a su
suerte en los brazos de una mujer más vieja. Da una visión muy pesimista. En La resaca no se
hallan indicaciones de que el futuro de los emigrantes mejorará.
Campos de Níjar
En cuanto al problema de subjetividad y objectividad que se manifiesta en esta obra que se
presentó como una ‘novela de viaje’, se ha escrito mucho24. El propio autor da una pista muy
clara en la primera oración de la novela: “Recuerdo muy bien la profunda impresión de
violencia y pobreza que me produjo Almería” (CN: 45). Sugiere que se trata de una impresión
de caracter muy personal. Además en el curso de la narración hay muchas expresiones como
24
Vease el capítulo 3 ‘Subjectivity and objectivity’ en Lee Six (1966) en el que se encuentran diveras opiniones
ampliamente elaboradas sobre este tema.
70
‘me parece’ y el uso de adjetivos como ‘pobre, ‘fea’ etcétera, de modo que se puede constatar
que en Campos de Níjar se expresan las ideas y los sentimientos del escritor-narrador ante la
población y los lugares que visita.
Tenemos que tener en cuenta que Goytisolo no tuvo problemas con la censura. Dijo en
una carta el editor: “Lo escribí de manera que no tuviera nada a que agarrarse – un ejercicio
de gimnasia mental que me dejó el gusto amargo en la boca de ser el censor de mí mismo”
(CN:11). Por lo tanto al escribir de esta manera tuvo que evitar exabruptos cuyas
implicaciones no hubieran resultado gratas a la censura franquista. Por esto es autocensura
clara.
Goytisolo no toma partido claramente. A través de un narrador interno describe de
manera muy personal. Describir es eligir; describe lo que quiere describir. Al eligir los asuntos, los temas y las situaciones muestra su implicación. Un ejemplo claro es la descripción de
‘El Paseo’ (CN: 72), el único símbolo local de modernidad. Pero al mismo tiempo es una
acusación contra el desperdicio de dinero en una región en la que la población necesita urgentemente cosas más utiles.
En esta novela la preocupación evidente es de carácter doble: se encuentra entre líneas
una protesta contra la injusticia con que se trata esta población y por otro lado el autor da
prueba de su amor hacia el país y los habitantes. Uno podría preguntarse si el autor hubiera
sentido las mismas simpatías si hubiera sido gente rica. La mayoría de las veces la pobreza es
pintoresca y atractiva para viajeros y turistas. Cuando viajamos por un país en desarrollo sería
más interesante visitar los barrios de chabolas que las construcciones nuevas y modernas en
los barrios periféricos.
Goytisolo ha sido educado con la idea de que los Andaluces eran perezosos e
inferiores biológicamente; nacidos para trabajar. Según Ortega y Gasset los andaluces
disfrutan un “sentido vegetal de la existencia” (CN: 19n). En Campos de Níjar Goytisolo
ataca este tópico a través de las descripciones y tipificaciones de los vecinos. El autor presenta
una combinación de descripciones de la belleza de la naturaleza, la hospitalidad de los vecinos
y su indignación en cuanto a los problemas existenciales, el analfabetismo, las enfermedades
por subdesarrollo económico e indica problemas del desarrollo de la región (Bush en CN: 19).
Como en Señas de identidad Goytisolo aquí también lucha con dos fuerzas claramente
opuestas: el statu quo en que se mantiene la situación tradicional de la vieja España a pesar de
la pobreza y el subdesarrollo al lado del adelanto industrial en aumento. Pero quizas la tensión
entre indignación y afecto le da a Campos de Níjar su dinamismo y vitalidad (Lee Six, 1966:
32).
71
El narrador (el autor) es el personaje principal que se halla en la situación que Goytisolo caracteriza en una entrevista como sigue:
He vivido atrapado en un dilema insoluble: el que opone la visión estética y hedonista
del mundo a un enfoque exclusivamente moral. Mi indignación ante las condiciones
de pobreza y desamparo en que viven los hombres a quienes más cercano me siento
chocan de frente con la seducción de una serie de virtudes primitivas inexorablemente
barridas por el progreso e industrialización (Lee Six, 1966: 27).
A través de una forma literaria que sugiere grandemente un tratamiento objetivo, Goytisolo
describe de una manera, al final extremadamente subjetiva, la situación miserable de una
población marginada y de una región muy pobre y al mismo tiempo muy atractiva.
Señas de Identidad
Esta novela se mueve en torno a la realidad de la patria del autor. En la presentación de esta
realidad, Goytisolo no toma partido con respecto a la Guerra Civil o la dictadura de Franco,
sino que más bien funciona como investigador de los acontecimientos históricos. Está claro
que el autor es un oponente al régimen franquista de modo que en esta obra se hallan muchos
ejemplos de la represión y de distintos abusos. Pero al mismo tiempo se describen defectos y
delitos de los republicanos. Además de las referencias a la ejecutación del padre de Álvaro
por los rojos, descrita de manera distante, se encuentra el relato extendido de la instalación del
embalse cerca de Yeste en la que las autoridades republicanas no jugaron un papel honesto
con respecto a la población local e incluso favorecieron al cacique de la zona cerca Yeste. Se
le vendieron al cacique la casi totalidad de los bosques comunales. Las crueldades
consiguientes por parte de ambos bandos se describen como si fuera un reportaje (SI: 130).
La preocupación del autor se muestra a través de la manera en que se presentan estos
acontecimientos desde diversas perspectivas. Las palabras con las cuales Zeeman tipifica a
Pamuk, tienen vigencia integramente para Goytisolo: “Y como es autor, un autor genial e inteligente, no resuelve la lucha interior, la contradicción, no toma partido, sino deja sonar la
complejidad en lo que escribe” (Zeeman, 2006, traducción mía).
Goytisolo no es un hombre que toma partido sin más, sin embargo el llamamiento que
hace al lector es muy fuerte a causa de los elementos de sus novelas que pueden estimular al
lector a pensar en los temas tratados y a formar sus propias ideas sobre los problemas sociopolíticos que se hallan en las novelas y con la relación con situaciones actuales.
72
El hecho de no tomar partido por parte del autor puede evocar en el lector una gran
preocupación. Cuando un autor toma partido sin matizar, el simpatizante de la parte contraria
podría retirarse e incluso no leer el libro.
En estas tres novelas Goytisolo ofrece muchos matices y dudas con respecto a distintos
abusos en su patria, como la dictadura franquista, la pobreza de la gente del sur, pero al
mismo tiempo a la actitud de las víctimas de la dictadura que a menudo se muestran pasivas y
letárgicas. El lector no encuentra soluciones claras, ni opiniones inquebrantables y debe
juzgar él mismo.
73
10
ASPECTOS LITERARIOS
10.1
Verosimilitud y compromiso
En la parte introductoria de Señas de identidad se hallan distintas críticas que se publicaron en
la prensa falangista25. El tono es cínico pero sin alguna duda una observación como: “no es
lícito ni honesto mirar con un solo ojo no es posible negarse a ver el conjunto entender únicamente de la parte…” (SI: 13) es irrefutable. De hecho, podría ser uno de los más importantes
puntos de partida para describir la literatura comprometida. La crítica de los falangistas es el
hecho de que Goytisolo llama la atención solamente hacia unos aspectos de la situación de
España. En efecto, Goytisolo describe situaciones en las que opina que existen abusos. La
pregunta es ¿hasta qué punto se debe describir la ‘totalidad’ para criticar un elemento?
Describir es eligir y eligir es seguir la propia voluntad y el entendimiento personal. Por
supuesto, es posible desfigurar la realidad reflejando sólo un aspecto de esta realidad. Es engañoso sacar una foto de una manzana podrida para comprobar que todas las manzanas en la
caja están podridas. Sacar una foto de una manzana podrida con el fin de llamar la atención
para que esta manzana no contagie al resto de las manzanas, es honesto y lícito. Por lo tanto,
es una cuestión de integridad eligir las diferentes maneras para mostrar los puntos de crítica.
Este problema se muestra en la descripción del enfrentamiento de los policías con el
periodista italiano (véase la página 67). Los argumentos de los policías muestran solamente su
parte de la razón, vinculada a conclusiones sin matizar, por eso se trata de mentiras.
Una novela comprometida siempre es una mezcla de realidad y ficción. Tanto los
elementos verdaderos como los aspectos ficticios deben ser utilizados para crear la imagen
más honesta y pura posible. No es necesario que todos los elementos que parecen ser reales,
lo sean realmente pero finalmente, el mensaje que se puede deducir de la novela, debe
referirse a una situación social o política que existe (o ha existido) realmente.
La resaca
En esta obra se crea una ilusión de objetividad. Los nombres de los lugares, las calles y los
barrios de Barcelona mencionados en la novela, están conforme con la realidad topográfica.
El origen de la gente del sur y sus motivos para trasladarse hacia Barcelona, tal como se
muestra en la novela, son verosímiles.
25
Para las fuentes de esta parte véase Riberio de Menez, 2005: 70
74
Aunque en la novela no se trata necesariamente de personajes reales, sus decripciones
y sus vicisitudes parecen muy reales. Además el problema de Giner, el mantenimiento de los
ideales republicanos era muy real. Todos estos aspectos pueden crear una gran preocupación
en el lector.
Campos de Níjar
En esta novela no todo es verosímil. Por supuesto el autor aporta un matiz de subjetividad. Al
mismo tiempo el autor se esfuerza por sugerir una gran verosimilitud. En el libro se halla un
mapa en que el lector puede seguir al narrador durante su viaje y se incluyen fotografías de los
lugares recorridos, lo que contribuye a aumentar el carácter de documento objectivo de la obra
(Navajas, 1979: 120). Todos los lugares, todas las indicaciones geográficas existen verificablemente, aunque Goytisolo nunca hizo el viaje descrito en esta obra. Por otro lado ha estado
en distintos momentos en todos los lugares descritos (Lee Six 1996: 56). Tal vez este hecho
sea interesante para clasificar la obra en cuanto a su género, pero aquí tenemos que
preguntarnos hasta qué punto un planteamiento semejante afecta la veracidad para evocar el
compromiso.
Goytisolo proporciona datos precisos que ayudan al lector a entender de manera más
exacta la vida infrahumana de los habitantes de la región (Navajas, 1979: 123). El autor cede
la palabra a los habitantes muchas veces y estos monólogos y diálogos parecen muy realistas.
En cuanto a un encuentro dice el autor: “Sólo recuerdo su apellido…” (CN: 92). Es un
recurso literario clásico para lograr mayor verosimilitud.
Don Ambrosio es una invención literaria (Lee Six 1996: 59) pero es el prototipo del
conservador en España, el de los latifundistas, los caciques. Sus reacciones y su comportamiento son muy verosímiles.
Los diálogos, por más que parezcan auténticos, puedan ser mezclas de hechos y
ficción. Las impresiones del narrador, su uso de ciertos adjetivos, su elección de los asuntos
descritos, todo eso podría tener un matiz de ficción, pero el hilo de narración: la situación de
la miseria almeriense existía realmente. Todos los sentimientos de compasión y preocupación
de las personas de la novela se podrían relacionar con personas de verdad. Por eso el impacto
de la crítica socio-política aquí no depende del hecho de si se trata de ficción o no, sino de la
medida de credibilidad de las descripciones.
75
Señas de identidad
En Señas de identidad se muestra la historia de España del período de la Guerra Civil hasta el
momento de la escritura de la novela: 1966. Los datos históricos de la Guerra Civil y del
período franquista hasta 1966 forman el ambiente en el cual transcurre el desarrollo de
Álvaro.
Se describen importantes acontecimientos históricos como la huelga de los pasajeros
en Barcelona. Cuando, en enero de 1951, el Gobierno autorizó el aumento del billete de
referencia de 50 a 70 céntimos en Barcelona, mientras que en Madrid, en cambio, se congelaba en 40 céntimos, la indignación popular se echó a la calle. Durante los seis primeros días de
marzo de 1951 una espontánea y masiva huelga de usuarios de tranvías puso, por primera vez,
a la dictadura contra las cuerdas (Marc: 2003). Incluso, se habla en la novela de un “despertar
cívico” (SI: 103).
El monumento a los Caídos, que se menciona al comienzo del capítulo tres es un monumento verdadero. También la frase encima del monumento es la del monumento real. En
1984 se cinceló parcialmente la palabra ‘canalla’ y el resto del texto se encaló dejándolo parcialmente invisible.
Se encuentran innumerables referencias a la Guerra Civil y al tiempo posterior, como
“la ruptura del frente del Ebro, la toma de Belchite, la derrota de los italianos en Guadalajara”
(SI: 260).
La desunión del bando de la izquierda, que jugó un gran papel en la derrota de la
República en la Guerra Civil, sigue teniendo repercusiones para los exiliados en París. Se
describe un mitín, para poner fin a la desunión del bando de la izquierda que se ilustra a través
de una enumeración de agrupaciones: “Izquierda Republicana, Partido Republicana Federal,
Unión Republicana, Esquerra Catalana, Partido Republicano Gallego, (…) Alianza Democrática Valenciana Sección Exterior”(SI: 274)26. La participación era mínima. De vez en cuando
se mencionan nombres de periódicos que existían en 1966 y que hoy día todavía se publican,
como La Vanguardia, El Diario de Barcelona y El Correo Catalán (SI: 38).
La historia de tres tristes decenios de historia española se presenta como un hilo rojo a
lo largo del libro. Esta historia es el decorado en el cual transcurre la búsqueda de Álvaro de
su identidad. Este decorado es verosímil aunque el autor trata la historia desde varias perspectivas. Sin embargo, en ningún lugar se impone una opinión al lector. Debido a la falta de
26
“La mayoría de estos partidos estaban activos al comienzo de la Segunda República en 1931. Había una
multitud de partidos izquierdistas por lo cual la oposición contra los clérigos y los capitalistas estaba muy
dividida” (Smeets, 1997, 34, traducción mía).
76
puntos de vista claros y por los muchos matices, más bien se invita al lector a pensar por sí
mismo sobre la historia y la situación de la España de aquel momento. En esta novela el lector
puede encontrar suficientes datos para formar su propia opinión.
10.2
Cualidades literarias y compromiso
La resaca
El estilo de esta obra es bastante sencillo. El lenguaje se hace entretenido por los muchos
diálogos y las descripciones verosímiles de la gente y las situaciones en que viven los habitantes de las chabolas. A causa de las muchas escenas casi cinematográficas, el lector se siente
involucrado en los acontecimientos y podría llegar a sentir gran preocupación por los problemas de los vecinos. Por tanto, el lenguaje contribuye en gran medida al carácter comprometido de esta novela.
Campos de Níjar
También en esta obra el lenguaje es muy accesible. El narrador habla mucho con los vecinos y
sus impresiones del paisaje y los problemas de la región se describen de manera muy cautivadora.
A causa de la prudencia con la que el autor escribió esta novela, tal vez los problemas
y la crítica al Gobierno se muestren bastante opacos, lo cual puede disminuir el carácter comprometido de esta obra. Es un reportaje de un viaje que da una imagen verosímil, clara e impresionante de una región abandonada y, en el lector que sabe leer atentamente, Campos de
Níjar podría causar una gran preocupación por la población y sus problemas.
Señas de identitad
Es una novela que no es de muy fácil lectura y por eso no parece accesible a un amplio
público, tal vez solamente a una capa superior de intelectuales. Por ello se produce la desventaja de que quizás bastantes pocas personas puedan sentirse motivadas a leer esta novela.
El lenguaje de Goytisolo varía desde el estilo ‘staccato’ hasta el elevado, ora poético y
sensible, ora duro y, de vez en cuando, bastante inasequible. Inicialmente, el estilo en que se
escribió la novela se hace desorientador. Lo fragmentario de la narración y los muchos
cambios de perspectiva dificultan encontrar una clara estructura en la narración. Pero al final,
esto parece ser la gran fortaleza de esta novela: la vida del personaje principal y la estructura
77
de la novela son paralelas; pues la vida de Álvaro también es ‘desordenada’, y bastante
complicada. Su vida y sus recuerdos se componen de fragmentos, o sea, retazos de historias,
mezclados con fragmentos actuales. El personaje principal no consigue lograr una síntesis
aceptable entre el pasado y el presente y el planteamiento del libro es un reflejo sorprendente
de esto.
La novela trata asuntos universales como el patriotismo (¿hasta qué punto?), el
materialismo, la prosperidad a expensas de ideales y se escribió a un nivel literario muy alto.
Es muy probable que el libro se mantenga vigente tanto por su valor artístico como por su
relevancia. Por lo tanto, se puede calificar Señas de identidad como una novela que pertenece
a la literatura comprometida
10.3
Características comunes de las tres novelas
La primera parte de la introducción de Señas de identidad es una larga oración en la que
‘ellos’ hablan en términos altivos y despectivos de Goytisolo. Es un resumen de las críticas de
los falangistas. El autor no usa los términos usuales para los representantes del bando de la derecha y tipifica a estos críticos falangistas como ‘las Voces’. En La resaca Goytisolo tampoco
menciona de manera directa a las personas del bando de la derecha por ejemplo al llamar al
orador de un discurso por radio: ‘la Voz’.
En la introducción de Señas de identidad también se halla un reproche con respecto a
la actitud de Álvaro (Goytisolo) ante la situación del sur. Es curioso que Goytisolo describa a
las personas del sur como: “tu sabías que eran más pobres que los otros y pensabas, asimismo,
menos inteligentes. Como realizaban los trabajos más duros dabas por descontado que habían
nacido para bregar” (SI: 393). Un pensamiento del tipo de Ortega y Gasset27.
El autor se refiere al origen de La resaca y Campos de Níjar al escribir: “las familias
hacinadas en los suburbios huían de algo. La pobreza de las chabolas barcelonesas era una
evasión de otra pobreza aún más dura, cruel e inhumana. Este descubrimiento te inspiró el
deseo de viajar por el sur” (SI: 393). Aquí se muestran otra vez las dos caras del sur, Álvaro
dice: “Es el país más hermoso del mundo.” El dueño de un ventorro contesta: “Para nosotros,
señor es un país maldito…” (SI: 394).
27
cf. la cita de Ortega y Gasset en Campos de Níjar (CN: 77) y mis observaciones sobre esto en el párrafo
‘Crítica y autocrítica’ (p. 56).
78
Álvaro describe cómo, durante sus viajes por el sur, “hábilmente trababa amistad” con
los habitantes. El siguiente fragmento no hacen simpáticos sus motivos:
A salvo tú de la necesidad, gracias al destino aleatorio que te brindara nacer en una
cuna rica, les oías hablar por espacio de unas horas de su vida, familia, trabajo, privaciones, esperanzas con un interés apasionado que tus interlocutores tomaban cándidamente por hermandad pura y que tú sólo sabías en tu trasfondo, aunque al momento no
lo reconocieras, dictado por el mezquino propósito de llevar a cabo tu ansiado documental sobre la emigración (SI: 405).
Las tres novelas investigadas dan una buena imagen del desarrollo de la expresión de
los sentimientos de compromiso de Goytisolo, por lo que opino que la novela está el servicio
del compromiso social (Schwartz, 1979: 26). La resaca da una imagen impresionante de las
condiciones de vida de los inmigrantes del sur en Barcelona, Campos de Níjar, al estilo de
una novela de viaje, muestra de manera profunda, ya sea prudentamente, la vida de esta gente
y Señas de identidad deja a Álvaro experimentar los sentimientos de un intelectual de
posguerra que vive como exiliado en París.
Las tres novelas están basadas en partes de la historia española que tienen gran impacto. La resaca y Campos de Níjar tratan situaciones de posguerra, mientras que Señas de
identidad también se refiere a la Guerra Civil. La medida de verosimilitud, y con esto, la
medida de credibilidad, es grande y a causa de la preocupación de Goytisolo por la verdad, las
novelas muestran muchos matices de las fuerzas opuestas debidas a la situación de la Guerra
Civil y al período de la dictadura franquista (Schwartz, 1979: 26). Por eso, el lector está en
una situación ideal para pensar por sí mismo y formar su propia opinión.
Goytisolo muestra su pasión tanto por su patria como por la literatura de modo que su
obra es de alto nivel literario y vinculada estrechamente con temas españoles. El lenguaje en
La resaca y Campos de Níjar es más facil que en Señas de identidad, que por su carácter
experimental y complicado puede ser accesible solamente a un público lector bastante elitista.
En la entrevista con Kohut, Goytisolo dice que hay una relación estrecha en Señas de
identidad con mucha obra anterior. “La novedad es que todos estos elementos son integrados
en una dinámica artística que ya no tiene que ver con lo anterior” (Kohut, 1983: 80).
79
11
CONCLUSIÓN
Definir el fenómeno ‘compromiso’ no es fácil. A menudo una actitud comprometida está vinculada estrechamente con las ideas político-económicas del artista y durante el último siglo se
escribieron muchos tratados sobre el tema, tanto por filósofos y escritores como por críticos
del arte. Las discusiones, la mayoría de veces, se concentraron más bien en la actitud mental
del artista y en sus opiniones sobre la sociedad que en el objeto artístico concreto: el cuadro,
la novela, la película… Por eso carecemos de criterios claros con los que podríamos definir si
una obra es comprometida o no.
Incluso el propio autor apenas puede afirmar si sus novelas son comprometidas:
Goytisolo se limita a declarar que el compromiso es consigo mismo y con la literatura. Una
afirmación bastante confusa que no nos ayuda a analizar sus novelas en cuanto al compromiso.
Para un análisis sí es útil la distinción que hizo De Brabander (2003) entre una novela
comprometida en la que prevalecen los criterios ético-políticos y una novela escrita por un
autor comprometido para el que los criterios estético-literarios son lo más importante. El
objetivo de una novela comprometida no es más que transmitir un mensaje, en cuanto a un
abuso social, al mayor público posible. Un autor comprometido que quiere escribir una obra
artística al máximo nivel literario, no se esforzará por mostrar en primer plano su compromiso. Sin embargo este compromiso podrá jugar un papel que dependerá de la preocupación
del autor en cuanto al tema de su novela. Además de eso, el compromiso también puede tener
una función en el planteamiento de la novela.
Sin duda alguna, Juan Goytisolo es un escritor muy preocupado por la situación de
España. Se preocupó por la situación de su patria bajo el Régimen de Franco y su exilio voluntario a París habla por sí mismo. Pero además de por la situación política, también se preocupó por la situación cultural de su patria. Tuvo problemas con la aparente actitud carente de
espíritu crítico de los españoles con respecto a la situación política, al turismo y al progreso
económico.
En La resaca se muestra la gran preocupación social de Goytisolo. Esta obra, más un
reportaje que una novela en el sentido literario, muestra de manera profunda la vida de los
emigrantes almerienses. El objetivo del autor parece ser mostrar una realidad caracterizada
por circunstancias deplorables. La letargia de posguerra, la impotencia de los pobres y la
pasividad del Régimen y la Iglesia podrían causar una gran preocupación en el lector.
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La obra carece de un hilo narrativo claro y de elementos novelescos que enfaticen el
carácter de una novela ‘normal’. Los criterios ético-políticos parecen prevalecer, de modo que
se puede clasificar La resaca como una obra comprometida.
Tampoco Campos de Níjar es una novela pura. Tiene características de una guía de
viaje e introduce al lector en la vida de los almerienses que viven en el sur en circunstancias
miserables. Se puede comprobar que el autor escribió esta obra con prudencia a causa de la
censura. Apenas hay críticas claras: el lector debe estar atento para descubrir posibles
elementos de crítica. Cuando encontramos opiniones sobre la situación almeriense, se trata de
opiniones conservadoras en boca de un cacique. Los propios vecinos callan sobre la situación
política y económica y permanecen pasivos frente a las oportunidades para mejorar sus
circunstancias, por ejemplo, vendiendo sus productos cerámicos a precios más altos. Tampoco muestran interés en investigar las posibilidades del turismo para atraer a los turistas..
Es una obra informativa e interesante a causa de las descripciones cautivadoras de la
gente y de la región pero opino que no se trata de una novela comprometida. Para escribir esta
obra podrían haber estado vigentes tanto criterios ético-políticos como criterios estéticoliterarios. Es evidente que este libro fue escrito por un autor preocupado por la situación de la
gente de Almería, aunque su compromiso no se muestra claramente, y también está claro que
el resultado literario recibió la atención del autor. Finalmente, es una obra con bastantes
cualidades literarias escrita por un autor que muestra su compromiso literario pero, a pesar de
los elementos comprometidos, esta novela carece de suficiente fuerza como para convencer de
que se trata de un abuso escandaloso.
Señas de identidad es la novela más complicada de las tres obras investigadas. Es
evidente que para Goytisolo solamente los criterios estético-literarios fueron el hilo conductor
de la novela. Es una obra en la que el autor prestó mucha atención a la estructura y al
lenguaje. El tema: la búsqueda de la identidad del personaje principal, está vinculado
estrechamente a la situación española. Esta situación se caracteriza por los abusos de la
política franquista, las condiciones de vida de la gente del sur, la letargia del pueblo español y
el desarrollo económico. El personaje principal, muy similar al propio autor, toma posición de
tal manera que la novela muestra un fuerte compromiso.
Juan Goytisolo es un hombre muy comprometido. De las tres novelas se desprende
que está muy preocupado por tanto lo bueno como por lo malo de su patria. Es evidente que
era un duro oponente del Régimen franquista pero su crítica es matizada y sutil. No utiliza
descripciones dramáticas o llenas de violencia. Sus novelas muestran precisamente la astucia
del Gobierno que justifica su sistema de opresión subrayando la importancia de la patria y el
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bienestar de los españoles. Al mismo tiempo critica el comportamiento de los oponentes del
Régimen: rechaza la actitud pasiva y letárgica de las víctimas de la dictadura. Tampoco se
perdona a sí mismo: en Señas de identidad se halla mucha autocrítica, por parte del personaje
principal.
El autor también se opone con fuerza a la Iglesia, que describe como una organización
que no cumple con sus responsabilidades hacia las personas oprimidas. Sobre todo en España,
la Iglesia católica seguía siendo un bastión conservador que respaldaba a la dictadura, aprobaba tácitamente los desmanes del Gobierno y se dirigía hipócritamente sólo a los valores
cristianos de puertas hacia fuera. En La resaca se describe irónicamente la aversión y la
crítica del autor por medio de las descripciones de los preparativos de las fiestas religiosas
mientras que faltaba la ayuda adecuada para la gente pobre y en Señas de identidad el
personaje principal acaba para sí mismo con este “culto supersticioso y masoquista”. Es
notable que en Campos de Níjar no se hallen referencias a acciones de la Iglesia.
En su obra Goytisolo mostró sus dudas en cuanto al progreso económico, un fenómeno
que contribuyó en tan gran medida a la apertura de España y la adhesión al resto de Europa.
Rechaza las apariencias con las que no puede reconciliarse y su aversión hacia el turismo es
evidente. Es notable que un autor, que generalmente se expresa de manera sutil, se burle casi
sin matizar de los turistas que se describen de manera estereotípica y parece que no tiene ojos
para las ventajas tanto económicas como culturales que surgen de los contactos internacionales.
La situación de muchos españoles, seguramente la propia situación del autor, está
caracterizada por muchas contradicciones y a menudo se trata del círculo vicioso: miseria –
fuga – desilusión – añoranza. Precisamente este círculo vicioso dificulta tomar una posición
objetiva y causa la ambiguëdad que muestra Goytisolo a menudo. Para el lector la presencia
de muchos matices y la existencia de las contradicciones impiden tomar partido unilateralmente. La ventaja es que el lector no encuentra opiniones preconcebidas y se ve incitado
a formar su propia visión.
En primera instancia Goytisolo es un autor con el objetivo de escribir novelas de alta
calidad literaria, de modo que para él los criterios estético-literarios prevalecerán, seguramente en sus novelas después de su autoexilio. El compromiso de Goytisolo en sí es muy fuerte y
este compromiso es perceptible en las tres obras investigadas. Siendo un hombre que no toma
partido sin más a favor de un sólo bando, el autor revela diversos aspectos de los problemas
descritos. A causa de estos matices el compromiso podría perder su fuerza en el sentido de no
ser un mensaje claro y unívoco.
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Juan Goytisolo ama su patria, ama los viejos valores del país con su rica cultura y
muestra gran temor ante la pérdida de la identidad española por dejarse absorber completamente en una gran Europea occidental que aparentemente se dirige solamente a la prosperidad
económica, sin atención por la identidad cultural.
Pero al mismo tiempo la obra de Goytisolo, cuando trata de manera tan matizada
abusos político-sociales, podría ganar en fuerza porque el lector está incitado a tomar una
posición por sí mismo, basándose en la información equilibrada que ofrece Goytisolo.
Juan Goytisolo escribió en Senas de identidad: “no te olvides … no te calles” (SI: 435)
y dijo muy reciente en una entrevista28: “Y si no tengo nada que decir, me callo.” Ojalá, tenga
que decir aún mucho para que nunca calle.
.
28
Entrevista con J. Rodríguez Marcos en El País (Babelia) de 28 de abríl de 2007
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