EL MINISTERIO PUBLICO, LA JURISDICCION CONSTITUCIONAL

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República de Venezuela
Expositor:
D. José Antonio Zerpa
Director General de Apoyo Jurídico
PONENCIA
SEMINARIO INTERNACIONAL
MINISTERIO PUBLICO IBEROAMERICANO.
EL MINISTERIO PUBLICO VENEZOLANO.
1.- Orígenes en el derecho venezolano.
Lograda
la
independencia
del
colonialismo
español, el Poder Legislativo dicta las primeras leyes de
organización de los Tribunales y Juzgados (11 de mayo de
1825), en las cuales, se consagra la figura de Fiscales que
conjuntamente con los Ministros, integran la Alta Corte de
Justicia. Estos Fiscales, despachaban en asuntos civiles y
criminales, tenía participación en las deliberaciones para
dictar sentencias en los juicios en que no eran partes,
cuando no habían jueces suficientes, debían ser oídos en
las causas penales y en las civiles cuando interesaban a la
causa, a la hacienda pública o en defensa de la jurisdicción
civil. Debían ser oídos en las consultas que hacían las
Cortes Superiores a la Alta Corte y en las que pudiere
hacer al Congreso sobre la inteligencia de alguna ley.
Posteriormente son suprimidos, hasta 1850, en
los cuales son nuevamente consagrados con las mismas
funciones. En esta primera etapa, se advierte una especie
de amasijo de funciones jurisdiccionales y fiscales, que en
definitiva es totalmente resuelta, a partir del Código
Orgánico de Tribunales de fecha 4 de julio de 1860, que
suprime el Ministro Fiscal de la Corte Suprema de Justicia
y asigna al Poder Ejecutivo la potestad para nombrar
agente fiscales que representen el interés público en
algunas causas criminales de gravedad, en todas las
civiles que interesen a la Hacienda Pública, en las de
responsabilidad, en todo lo jurisdiccional y en las de
consulta que se hacen a la Corte Suprema. (artículo 12).
Sin embargo, a pesar de la situación del Fiscal
ante la Alta Corte de Justicia, no puede dejar de
mencionarse que en las causas penales que se ventilaban
en los juicios de instancia, los Tribunales estaban
encargados de designar a un Fiscal para cada juicio,
nombramiento
que
podía
recaer
en
abogados
o
particulares.
La evolución federal de los Estados, a partir de
1863,
permitió a éstos, siempre que sus rentas se lo
permitían, la institución de un Fiscal General para todo el
Estado.
Pero es a partir del Código de Enjuiciamiento
Criminal de 1897, que se consagra al Fiscal del Ministerio
Público,
como
una
función
permanente
en
la
Administración de Justicia, con rasgos muy similares al
Ministerio Fiscal en España.
Las funciones esenciales eran políticas; de
inspección y vigilancia y de ejercicio de la acción pública
en los procesos penales.
En 1901, surge la institución del Ministerio
Público federal, pero a cargo, no del Fiscal General sino
del Procurador General de la Nación. Dentro de este
sistema, el Ministerio Público era un órgano del Poder
Ejecutivo ante el Poder Judicial Federal y de los Estados.
Debe señalarse que el Poder Judicial de esta época, no
era de naturaleza nacional sino que cada entidad federal,
dictaba sus propias leyes de tribunales, consagrando la
figura del Ministerio Público en cada uno de los Estados.
A partir de la Constitución de 1947, se produce
la separación de las figuras del Fiscal General de la Nación
y Procurador General de la Nación y se consagra, por
primera vez en su historia, el Ministerio Público como
órgano autónomo del Poder Ejecutivo y Poder Judicial. La
Ley Orgánica del Ministerio Público promulgada el 3 de
noviembre de 1948, se construye sobre la base de dos
pilares esenciales, a saber, Que el Ministerio Público es
una institución democrática que representa y defiende
los intereses del conjunto social, lo que significa que
no representa al Gobierno ni a sus agentes, lo que le
impone
la
independencia
como
norte
de
sus
actuaciones; Que el Ministerio Público es único e
indivisible, lo que le imprime una de sus principales
características como institución, como lo es la
jerarquización y sometimiento de sus funcionarios al
Fiscal General de la República. Este intento de
modernización del Ministerio Público, chocó con la ruptura
del orden democrático durante el período 1949 a 1959, y
se regresó al viejo esquema de una institución regida
nuevamente por el Procurador General de la República.
Es a partir de la Constitución de 1961, que el
Ministerio Público adquiere su perfil propio de órgano de
rango constitucional, con autonomía e independencia de
los demás órganos del Poder Público; es por excelencia el
garante de la constitucionalidad y la legalidad de todas las
actuaciones desarrolladas por el Aparato Estatal y, en el
marco de la Constitución derogada, tenía atribuido amplios
poderes de control de los Tribunales, órganos del Poder
Ejecutivo, lo que le confiere legitimación para intentar
todas aquellas acciones tendentes a hacer efectiva las
responsabilidades que pudieran generarse por los actos
contrarios a derecho de los agentes del Estado. Este
mandato constitucional fue desarrollado en la Ley Orgánica
del Ministerio Público sancionada en 1970, y cuya vigencia
fue hasta el año 1998, en que se sancionó una reforma
legal, con motivo de la entrada en vigencia del nuevo
sistema procesal penal acusatorio.
El insigne constitucionalista venezolano Dr.
ESTEBAN
AGUDO
FREYTES,
al
comentar
esta
concepción del Ministerio Público señala que:
“...El Poder Judicial, o sea, la potestad
jurisdiccional, y el Ministerio Público, son, en
el mismo rango, órganos del Poder Público
que tienen a un mismo objetivo: El
mantenimiento y la actuación del orden
jurídico venezolano. La Judicatura establece
y decide la voluntad de la Ley en caso
concreto, mientras que el Ministerio Público
ejerce una función requiriente en el proceso
penal y de vigilancia permanente de la
incolumidad de ese orden jurídico.
2-
Características
del
Ministerio
Público
actual y su estructura de funcionamiento.
Con la Constitución de 1999, se abre una nueva
faceta para el Ministerio Público, por cuanto, de manera
expresa se le atribuye, en el artículo 285 constitucional, la
función de garante de los derechos y garantías previstos
en la Constitución, tanto en procedimientos judiciales como
administrativos (numeral 1), lo que implica un radio de
acción mas amplio que le permite desplegar actuaciones
ante los órganos administrativos, cuando éstos violen
derechos fundamentales en procedimientos administrativos
bien sancionatorios, autorizatorios o de cualquier otra
naturaleza; igualmente, se le atribuye la función de
contralor del correcto funcionamiento de la Administración
de Justicia, la de velar por el juicio previo y el debido
proceso (numeral 2); la dirección funcional de las
investigaciones tendentes a la determinación de la
comisión de los hechos punibles y sus posibles autores
(numeral 3) así como el ejercicio de la acción penal pública
(numeral 4); el ejercicio de las acciones tendentes a hacer
efectiva la responsabilidad civil, penal, militar, laboral y
disciplinaria de los funcionarios públicos en sus funciones
(numeral 5), y por último todas aquellas que le atribuyan
las leyes. (numeral 6)
Con el nuevo marco constitucional, la misión del
Ministerio Público es:
“Actuar en procura del interés general de
manera autónoma e inspirado en los
principios de imparcialidad, objetividad,
independencia, idoneidad, transparencia y
excelencia, ejerciendo las acciones que en
el marco del sistema de administración de
justicia, permitan establecer, de ser
procedente, la responsabilidad civil, laboral,
militar, penal, administrativa y disciplinaria
de los funcionarios públicos así como la
penal y/o civil de los particulares en los
casos que determine la Ley; defendiendo y
haciendo cumplir el ordenamiento jurídico
en los procesos judiciales y administrativos;
ejerciendo las demás atribuciones previstas
en la Constitución y las Leyes, con el
propósito de contribuir al logro de la justicia,
la paz social y la preservación del Estado
de Derecho.”
Pero
además,
resulta
de
importancia
y
trascendencia la incorporación del Ministerio Público como
órgano integrante del Poder Ciudadano, nueva rama del
Poder Público creada por la Constitución de 1999,
encargado de velar por la moralidad y la ética pública y la
vigilancia de la aplicación del principio de la legalidad en
todos los ámbitos de la actividad administrativa del Estado,
así
como
por
el
correcto
uso
del
patrimonio
público.(artículo 273 constitucional).
Con la nueva Constitución se reafirma el carácter
de la independencia y autonomía del Ministerio Público, y
se realza su función de control y vigilancia, tanto de la
correcta y sana administración de justicia, como de la
actividad de todos los órganos del poder público.
Desde el punto de vista estructural, el Ministerio
Público está a cargo, bajo la dirección y responsabilidad
del Fiscal General de la República y los demás
funcionarios que determine la ley. El Fiscal General de la
República, cuya duración está pautada para siete años,
con posibilidad de una reelección, es escogido a través de
un procedimiento establecido por la Constitución y que
debe ser desarrollado por la ley respectiva, cuyo
mecanismo de selección incluye la participación de los
ciudadanos y ciudadanas, en el Comité de Postulaciones.
El proceso de selección es público y se obtiene una terna
la cual es sometida a la consideración de la Asamblea
Nacional, que por el voto favorable de las 2/3 partes de los
integrantes de ésta, debe escoger en un lapso no mayor de
treinta (30) días al Fiscal General de la República. En caso
de desacuerdo, será el Poder Electoral quien convoque a
consulta popular. El Fiscal General puede ser removido por
la propia Asamblea Nacional, lo que constituye un
contrasentido a la independencia y autonomía..
3. Ley Orgánica del Ministerio Público.
Desde el punto de vista legal, el Ministerio
Público se rige por la Ley Orgánica del Ministerio Público,
sancionada el 11 de septiembre de 1998, publicada en la
Gaceta Oficial N° 5.262 Extraordinario de esa misma
fecha.
De acuerdo con este instrumento legal,
el
Ministerio Público está conformado por el Fiscal General
de la República, los Fiscales Superiores y los Fiscales del
Ministerio Público.
El Fiscal General de la República, para el mejor
cumplimiento de sus funciones, organiza su Despacho en
Direcciones Generales (Administrativa, Ambiente, Apoyo
Jurídico y Actuación procesal); en Direcciones de Líneas
(Salvaguarda,
Drogas,
Derechos
Fundamentales,
Constitucional y Contencioso Administrativo, Consultoría
Jurídica, Revisión y Doctrina, Delitos Comunes, Ambiente,
Inspección y Disciplina, Protección Integral de la Familia y
el área administrativa) y a partir de éstas Coordinaciones,
Divisiones, Departamentos, etc, todo ello en atención a lo
dispuesto en el Reglamento Interno que define las
competencias del Despacho del Fiscal General de la
República.
En cuanto a los Fiscales del Ministerio Público,
éstos según la Ley Orgánica del Ministerio Público, están
clasificados en:
• Fiscales Superiores de los Estados. Representan al
Ministerio Público en cada Estado que forma la
Federación venezolana. (actualmente son 24)
• Fiscales ante el Tribunal Supremo de Justicia, en
cada una de las Salas que lo integran (6). Son un total
de 8. Intervienen en los procedimientos de casación
penal, casación civil, casación social, recursos de
nulidad bien por inconstitucionalidad o por motivos de
ilegalidad.
• Fiscales de Proceso. Se encargan del ejercicio de la
acción penal. Controlan la fase investigativa previa y
presentan los actos conclusivos del proceso. Se han
clasificado según el área en que intervienen en
Fiscales con competencia en materia de salvaguarda,
Drogas, Delitos Comunes, Violencia Doméstica,
Derechos Fundamentales, Derechos de Autor, Banca
Seguros y Mercado de Capitales, Hacienda y
Tributarios.
• Fiscales de Ejecución de Sentencias. Se encargan de
verificar el cumplimiento de las penas, la concesión
de beneficios, el respeto de los derechos y garantías
constitucionales de los sentenciados, etc.
• Fiscales de Protección del Niño y del Adolescente.
Tienen como atribución el garantizar en los procesos
judiciales y administrativos el respeto de los derechos
y garantías de los niños y adolescentes.
• Fiscales con competencia en el sistema penal de
responsabilidad del adolescente. Se les atribuye el
ejercicio de las acciones tendentes a la determinación
de la responsabilidad de adolescentes en la comisión
de hechos punibles
• Fiscales
de
los
Derechos
y
Garantías
Constitucionales. Les corresponde garantizar en
procesos judiciales y procedimientos administrativos
la vigencia de los derechos y garantías establecidos
en la Constitución.
• Fiscales
ante
la
jurisdicción
contencioso
administrativa. Intervienen en los recursos de nulidad
interpuestos
ante
la
jurisdicción
contencioso
administrativa. Por instrucciones del Fiscal General de
la República pueden ejercer acciones de nulidad
contra actos que afecten el interés general.
• Fiscales con competencia en defensa ambiental.
Ejercen
la
acción
penal
en
caso
de
delitos
ambientales. Participan conjuntamente con otros
órganos del Estado en funciones de resguardo
ambiental.
Todos estos fiscales tienen actuación a nivel
regional, pero alguno de ellos tienen competencia nacional.
El ámbito de actuación de los Fiscales del
Ministerio Público debe desarrollarse en todos los ámbitos
del país, e incluso por mandato constitucional, debe
organizarse a nivel nacional, estadal y municipal.
4.- La carrera fiscal y el ingreso de los
Fiscales.
La
carrera del Fiscal del Ministerio Público
venezolano es de rango constitucional, de acuerdo con lo
pautado, en el artículo 286 de la Constitución.
Al respecto, la Ley Orgánica del Ministerio
Público establece la carrera de los Fiscales del Ministerio
Público, la cual se rige por las normas internas
establecidas por el Fiscal General de la República.
Sin embargo, la propia Ley que rige al Ministerio
Público establece los parámetros para ingresar a ésta, al
establecer como requisitos para acceder al cargo de Fiscal
Superior del Ministerio Público, entre otros, ser mayor de
30 años, post grado en derecho penal o ejercicio de la
profesión por mas de 10 años o ser profesor universitario
titular; la celebración de un concurso público de oposición,
con un jurado integrado por un Representante del propio
Ministerio Público (Fiscal Superior o Fiscal ante el Tribunal
Supremo de Justicia), un Magistrado del Tribunal Supremo
de Justicia y un Profesor titular de la Facultad de Derecho
de una Universidad nacional. Dicho concurso abarca
revisión de credenciales y conocimientos jurídicos, así
como experiencia profesional. La puntuación mínima para
ser considerado para aspirar a uno de los cargos de
Fiscales es del 75 % como mínimo.
En este mismo orden de ideas, el Estatuto de
Personal del Ministerio Público establece los concursos de
selección para los Fiscales del Ministerio Público, bajo los
anteriores parámetros, con algunas diferencias tales como
la edad (25 años), la composición del jurado,
Una vez aprobado el concurso el fiscal ha
ingresado al Ministerio Público pero aún no se considera
funcionario de carrera, ya que tiene un período de prueba
de dos años, y sujeto a evaluaciones periódicas (4). En la
actualidad no se han podido implementar los concursos por
los cambios del país y la necesidad de revisar los
instrumentos de evaluación para el concurso.
5.- De la formación de los Fiscales del
Ministerio Público.
Para la capacitación y formación permanente de
los Fiscales del Ministerio Público, así como de los obreros
y personal paralegal, el Despacho del Fiscal General de la
República cuenta con una Dirección denominada Instituto
de Estudios Superiores del Ministerio Público, creada en
fecha 16 de julio de 1980, dependiente jerárquicamente de
la Dirección General de Apoyo Jurídico, de acuerdo al
organigrama actual, cuya resolución de creación le asigna
como funciones,
seminarios
y
organizar y proveer los cursos,
demás
trabajos
entrenamiento tendente
de
investigación
y
a la capacitación y formación
permanente de los Fiscales,
funcionarios y personal
paralegal del Ministerio Público. Su creación obedece a
que de acuerdo con la ley derogada una de las condiciones
para acceder al cargo de Fiscal del Ministerio Público, era
la de haber aprobado cursos vinculados con las materias
propias de la competencia del Ministerio Público.
El
Instituto
de
Estudios
Superiores,
tiene
programas de capacitación diseñados por la plantilla de
planificadores y abogados que tiene adscritos, el cual es
diseñado
previo
requerimiento
de
necesidades
presentadas a través de las Direcciones del Despacho, que
ejercen funciones de apoyo y control de gestión de los
Fiscales del Ministerio Público. También cuenta el Instituto
con un personal de apoyo audiovisual, y con un personal
administrativo así como obrero. Tiene una sede dentro de
la propia Institución con aulas de clase (3). No cuenta con
una plantilla docente propia, por lo cual, debe contratar
según los cursos a dictar. También vale señalar que si
cuenta con un equipo de fiscales que han sido entrenados
como facilitadores que suministran parte de la formación
que imparte el Instituto.
Los cursos son organizados bien por el propio
Instituto, o bien mediante la figura de convenios con
Universidades
Nacionales,
Institutos
de
Formación
Profesional Técnico Científica. Por tanto, el Instituto de
Estudios Superiores, funge como administrador y ejecutor
de programas de capacitación y formación.
Actualmente, se está en proceso de celebración
de convenios con el Banco Interamericano de Desarrollo,
para la implementación de un programa de formación
permanente de Fiscales, previsto para un lapso de cinco
(5) años. Adicionalmente se encuentran en ejecución
programas
de
formación
suscritos
con
Agencias
Gubernamentales vinculadas con la Administración de
Justicia, vr gr la Oficina del Departamento de Justicia de
los Estados Unidos para el entrenamiento de Fiscales en el
sistema acusatorio, etc.
En proceso se encuentra el proyecto de
restructuración del instituto, mediante la restructuración del
personal y el diseño de una estructura interna que
incorpore profesionales de la docencia y la educación; la
revisión del diseño curricular de la estructura de los planes
de formación para adaptarlos a la nueva Constitución y a la
nueva legislación, la puesta en marcha de la Revista del
Ministerio Público y por último, se está implementando un
nuevo programa de formación de facilitadores para ampliar
la plantilla de formadores del Instituto.
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