Coordinación general: Difusión y Fomento Cultural, A.C. Primera edición: Enero de 2013. © FEMSA. © Difusión y Fomento Cultural, A.C. © Los autores de sus obras o textos. El contenido de esta publicación está protegido por la Ley Federal de Derechos de Autor. Los textos aquí publicados son en su totalidad responsabilidad de sus autores. Prohibida la reproducción parcial o total de esta publicación, a menos que se cuente con la autorización por escrito de Difusión y Fomento Cultural, A.C. 1992-2012 edición conmemorativa 4 Contenido P r e s e n ta c i o n e s 9 J o s é A n t o n i o F e r n á n d e z C a r b aja l Presidente del Consejo de Administración y Director General Ejecutivo de FEMSA 10 P r o g r a m a C u l t u r a l F EMS A 11 L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA , una bienal exitosa Carlos-Blas Galindo 17 B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA : V e i n t e a ñ os co n s o l i da n d o p r o p u e s ta s e s t é t i c a s e n e l arte contemporáneo de México Luis-Martín Lozano 21 L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA y el coleccionismo y promoción del arte contemporáneo Karen Cordero Reiman 27 B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA 1 9 9 2 - 2 0 1 2 29 135 Memoria Obras ganadoras Semblanzas Jurado y artistas seleccionados Lista de obra 139 Agradecimientos 141 Créditos 63 115 125 6 Presentación J o s é A n t o n i o F e r n á n d e z C a r b aja l Presidente del Consejo de Administración y Director General Ejecutivo de FEMSA integral de las personas a través de la generación simultánea de valor económico y social en las comunidades en donde está presente ha sido parte de la filosofía de FEMSA desde su creación hace 122 años. Para nosotros, la educación y el apoyo al arte son una prioridad dentro de las múltiples iniciativas con las que cuenta nuestra empresa. El arte siempre ha sido una vía para impulsar los valores, contextos y acontecimientos que se generan en los diferentes ámbitos de la sociedad. El apreciar las manifestaciones artísticas expande nuestro conocimiento y perspectiva acerca de las cosas que a veces por su cotidianidad, perdemos de vista. En un país como el nuestro, caracterizado por la creatividad de su gente y que ha atraído a ilustres personajes del medio cultural de todo el mundo, nos pareció oportuno iniciar hace 20 años el reto que hoy continúa de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México a través de la Bienal Monterrey FEMSA. Desde su creación en 1992, la Bienal Monterrey FEMSA ha superado sus expectativas rompiendo en cada edición su propio récord de participación, adecuándose a los tiempos y necesidades de los artistas y manteniendo su vigencia, consolidándose como el certamen de artes visuales más importante de nuestro país. Una de las contribuciones más destacables de la Bienal es haber creado una comunidad artística a la que se han sumando una gran cantidad de F o m e n t a r e l d e s a r r o ll o 8 personas e instituciones, haciendo posible la continuad de este proyecto. Es importante reconocer a quienes tuvieron la visión de crear este incentivo para el arte en México y a quienes con su esfuerzo, trabajo y dedicación, han logrado que continúe hasta el día de hoy. Casi un centenar de obras participantes en la Bienal se han incorporado a la Colección FEMSA, reconocida como una de las colecciones privadas más representativas del arte moderno y contemporáneo latinoamericano. Quiero agradecer especialmente a los 8642 artistas que han registrado más de 21 mil obras en la Bienal durante sus diez ediciones, a quienes han sido seleccionados, premiados e invitados, por su confianza y compromiso con nosotros; a los más de 40 especialistas que han fungido como jurado y curadores por su invaluable aportación a este proyecto. Así mismo, agradezco al Centro de las Artes y al Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, sedes de este certamen, así como a las instituciones culturales, educativas y gubernamentales con quienes hemos realizado alianzas y que han albergado las exposiciones de la Bienal Monterrey FEMSA en distintas ciudades del país. Finalmente, doy gracias al público por su asistencia y su valiosa retroalimentación. Nos sentimos satisfechos y orgullosos por los resultados que hemos logrado en estos 20 años de impulsar la Bienal Monterrey FEMSA. Esperamos que este catálogo conmemorativo sea de su agrado. 9 Presentación La Bienal Monterrey FEMSA, una bienal exitosa P r o g r a m a C u l t u r a l F EMS A Carlos-Blas Galindo Monterrey FEMSA es referirse a una gran red de colaboraciones que han hecho posible que el objetivo planteado desde su fundación hace veinte años no solamente continúe, sino que además, haya dado tantos frutos en diversos ámbitos más allá del número de sus ediciones. Lo que hay detrás de una iniciativa de esta magnitud son voluntades y esfuerzos que se unen desde distintas perspectivas y sin los cuales no hubiera sido posible llevar a cabo esta gran tarea. Por un lado, FEMSA, que busca la generación de valor en todas sus actividades, ha encontrado en la Bienal y en las instituciones con las que ha colaborado una forma de acercarse a públicos y comunidades con los que comparte la visión de las manifestaciones artísticas como herramienta fundamental para una educación integral; los artistas, que a lo largo de estos años nos han brindado su confianza, han sido, con su participación y su apoyo, nuestro motor principal para encontrar las vías de incentivar y difundir su trabajo; los críticos de arte, académicos y artistas que han fungido como jurado han aportado sus propias reflexiones en torno a la Bienal y sus miles de obras participantes, perfilando cada una de sus ediciones; finalmente, el público se convierte en el receptor y colaborador activo de este certamen en cada una de sus etapas y actividades. H a bl a r d e l a B i e n a l 10 Así mismo, por medio de los Premios de Adquisición, del Fondo de Adquisición de Obras Seleccionadas y gracias a generosas donaciones por parte de los artistas, la Colección FEMSA se ha enriquecido notablemente en una de sus secciones más dinámicas, como es la del arte contemporáneo producido en México. Casi cien piezas se han integrado al activo Programa de Exposiciones Itinerantes de la Colección, acercándolas a una gran cantidad de personas tanto en México como en el extranjero. Durante este tiempo, la Bienal Monterrey FEMSA ha logrado proyectarse como el certamen de artes visuales más importante de su tipo en México; es un foro cultural en constante evolución y se ha extendido a lo largo y ancho del país, dialogando a su vez con la producción artística de América Latina. Nos sentimos muy orgullosos de ver hecho realidad el propósito con el que fue planteada la Bienal desde 1992 y satisfechos por las experiencias obtenidas durante este trayecto, que sin duda nos han preparado para los retos por venir. Para el Programa Cultural FEMSA es un honor haber contado con la participación y respaldo de todas las personas e instituciones que se han sumando a esta iniciativa durante veinte años consecutivos y que han hecho posible que este proyecto continúe vigente hasta el día de hoy. A todos, nuestro sincero y profundo agradecimiento. año de 1955 y, dado el amplio prestigio que no pocos artistas mexicanos habían logrado tanto dentro como fuera de nuestro país, era muy escaso el número de personas que podía o tenía por qué imaginar siquiera que podría llegar a contar con razones de peso para poner en duda que nuestras artes –y no únicamente las artes plásticas– gozaban de una inmejorable salud y, en consecuencia, de un futuro más que promisorio. En las artes de nuestro país se vivía la fase postrera de las vanguardias históricas; esto es, la etapa final de la vida útil de aquellas vertientes estilísticas contra las que se rebelaron y a las que sustituyeron como lenguajes predominantes dentro de la tradición occidental. En efecto, los planteamientos vanguardistas contrarrestaron y acallaron aquellos léxicos de la cadena del derrotero artístico en Occidente que, en el contexto de Europa (que por aquel entonces era el espacio hegemónico), fueron los de los salones academicistas oficiales y los de su contraparte: el Impresionismo, el cual fue el estilo artístico más avanzado de su momento y el último estilo –en rigor y hasta ahora– en la historia de las artes plásticas de Occidente (los demás han sido, y son, movimientos, corrientes o tendencias, pero ya no estilos). En México –y en muchos otros lugares, desde luego–, el Impresionismo estuvo lejos de constituir la fase inmediata anterior al advenimiento de las vanguardias históricas y nunca fue generosamente cultivado en nuestras tierras, ya que sólo tuvo a un practicante destacado: Joaquín Clausell, quien realizó obras impresionistas con casi cincuenta años de desfase con respecto al Impresionismo histórico, y en el mismo lapso en el que aquí se pasó de la severa y persistente preceptiva academicista, por una parte, así como de cierto afán por tomar como ejemplos las obras ganadoras de los salones, por otra, al vehemente comienzo de la era de las vanguardias. En nuestro medio cultural, la práctica de las vanguardias europeas fue trocada por la de las vanguardias Corría el buen endógenas, o bien fue inhibida por la preeminencia de estas vanguardias propias. Así, por ejemplo, Diego Rivera fue un reconocido cubista –heterodoxo, eso sí, sobre todo en el uso del color– mientras vivió en Europa y fue uno de los iniciadores de nuestras vanguardias una vez que regresó a México; los estridentistas cultivaron un fugaz cubo-futurismo con galanteos dadaístas; a David Alfaro Siqueiros durante su estancia europea le interesaron la ilustración art nouveau y el Impresionismo, sobre todo el de Paul Cézanne, en tanto que el expresionismo de José Clemente Orozco fue coincidente, en lo temporal y con mucho en lo técnico y lo formal, con el expresionismo histórico europeo. Sin duda, la única vanguardia traída a México que consiguió un cierto número de adeptos, aunque tardíos y no pocos de ellos asimismo importados, fue el surrealismo… pero eso acontecería mucho tiempo después. Las vanguardias mexicanas, por tanto, fueron los nacionalismos. Y, como todas las vanguardias históricas, tuvieron como conceptos paradigmáticos sobresalientes el culto al racionalismo, la actitud provocativa, la convicción de apuntalar el arte occidental mediante la imposición de su normatividad interna; la certeza en la existencia del progreso, la originalidad y la utopía, así como la seguridad en la utilidad del arte para divulgar compromisos políticos y para irradiar causas libertarias extra-artísticas. Debido a las circunstancias de aquel momento, los nacionalismos devinieron las artes oficiales mexicanas, en las acepciones de arte oficial como mainstream, a la vez que como arte favorecido por el sector gubernamental en turno y elaborado por autores proclives, por gratitud o por convicción, a ese mismo sector temporalmente en el poder. Pero algo les sucedió a los vanguardistas mexicanos –y también a no pocos de los latinoamericanos– que les impidió considerar que, aun cuando con base en sus concepciones, el afán de progreso y la construcción de una 11 utopía eran tareas que no tendrían un final histórico (al menos no uno inmediato), como tampoco lo tendrían las luchas políticas ni las batallas en pro de la democracia, sí concluiría la fase de predominio de los nacionalismos, toda vez que la totalidad de las vanguardias, incluidas las nuestras, alguna vez devendrían lenguajes artísticos obsoletos. Para 1955, algunos artistas plásticos mexicanos que por aquel entonces eran jóvenes ya se interesaban por los léxicos neovanguardistas, otros más practicaban algún figurativismo ajeno a la canónica de los nacionalismos y por ende predecesor de alguna neovanguardia, en tanto que más de uno exponía obras proto-neovanguardistas en espacios controlados por el sector gubernamental o afines al arte oficial mexicano (pues no los había de otra índole, incluida la Galería de Arte Mexicano en la capital del país). Y, ya para entonces, dentro de la esfera de la promoción cultural, al menos a uno de sus integrantes con mayor influencia le parecía de lo más normal que en México comenzaran a practicarse las neovanguardias; ese promotor congruente lo fue Miguel Salas Anzures. Sin embargo, a ojos de muchos de los involucrados con el arte oficial, inexplicablemente la continuidad de la paz nacionalista no tenía por qué estar en riesgo. Tanto era así que desde el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que por mandato de ley era –y es– la sede de la toma de las decisiones en cuanto a las políticas públicas en materia de cultura artística, se establecían institutos regionales de bellas artes con la finalidad expresa de formar artistas noveles en las prácticas nacionalistas, así como con el propósito adjunto de formar públicos adeptos a los nacionalismos. Tal fue el caso del Instituto Potosino de Bellas Artes que fue fundado en aquel mismo buen año de 1955. Mucho se ha especulado en cuanto a las causas del fin de los nacionalismos y del inicio de la era neovanguardista en la historia de las artes plásticas mexicanas. Pero pese a que entre los primeros neovanguardistas hay quienes se adjudican inmerecidamente actos de heroicidad y pese a que unos cuantos expertos locales en arte han querido denominar a esos neovanguardistas inaugurales como integrantes de una inventada «generación de La Ruptura», lo cierto es que las únicas vertientes que tenían la oportunidad –la posibilidad histórica real, pues– de satisfacer los requerimientos artísticos específicos de la cultura de la inmediata postguerra en Occidente eran las neovanguardias. Contra lo que han sostenido y reiterado algunos de los practicantes de nuestras vanguardias históricas endógenas (al momento de escribir estas líneas por fortuna viven, y se encuentran activos como artistas, autores nacionalistas como Fernando Castro 12 Pacheco, Andrea Gómez, Arturo García Bustos, Rina Lazo y Adolfo Mexiac; Elizabeth Cattlet falleció cuando me ocupaba de redactar este texto), las neovanguardias difieren muy poco de sus antecesoras las vanguardias, toda vez que entre los paradigmas neovanguardistas se comparte el culto al racionalismo y se cuentan la actitud desestabilizadora más que provocativa, la convicción de apuntalar el arte occidental mediante la imposición de una nueva normatividad, la tradición de lo nuevo en sustitución del afán de progreso, la novedad en lugar de la originalidad (una especie de originalidad exacerbada) y una utopía circunscrita al campo artístico. Entre aquello que diferencia a las neovanguardias de las vanguardias se tiene el carácter autorreferencial del arte y por ende su utilidad parcial para transmitir posturas políticas combativas por parte de sus autores, así como una función libertaria circunscrita al interior de los linderos del arte mismo. Sin lugar a dudas, aquello que ha hecho que dentro del devenir de la historia de las artes plásticas en México se considere a las neovanguardias como diferentes, fue el hecho que hayan contado con un reconocimiento muy tardío por parte del sector gubernamental del país, que en aquel entonces lo controlaba todo, incluso a las artes; y también que este reconocimiento, institucionalización o legitimación haya sido, amén de no inmediato, un tanto traumático. Hubieron de transcurrir once años desde que el primer autor entonces joven mostró su producción neovanguardista en un espacio destinado a exposiciones artísticas (Héctor Xavier lo hizo en las galerías Chapultepec, dependientes del INBA, en el multicitado 1955) para que dentro del INBA se atendiera la ya para entonces impostergable necesidad de admitir la artisticidad de obras informalistas, neofigurativas y de híbridos abstrayentes, y que con ello se allanara el camino para los geometrismos, los happenings, los minimalismos y las artes tecnológicas que estaban por comenzar a ser practicados en el ámbito artístico mexicano. En efecto, ni siquiera el certamen denominado Nuevos Valores al que convocaba –y aún lo hace– el Salón de la Plástica Mexicana (SPM, fundado en 1949) pudo garantizar un ingreso ordenado y paulatino de los neovanguardistas y de los demás disidentes de los nacionalismos (disidentes internos, no pocos de ellos) al sistema artístico nacional, toda vez que este concurso ha tenido la función de servir para el ingreso de miembros al SPM que, en aquella época y pese a su contribución a la pluralidad estilística, era un enclave nacionalista. Cuando la presión de los no nacionalistas por gozar de la legitimación del régimen gubernamental era ya incontro- lable, desde el propio INBA se convocó al Salón Confrontación 66 de las Nuevas Generaciones, concurso que resultó sumamente polémico y que suscitó un escándalo en los medios periodísticos –inusual para aquellas fechas– que tuvo una duración de varios meses. Los neovanguardistas, que inicialmente aspiraban al reconocimiento oficial de la artisticidad de sus obras y a gozar, en consecuencia, de las mismas prebendas y canonjías de las que disfrutaban los nacionalistas, fueron más lejos y consiguieron arrogarse el poder cultural del país, poder que detentan hasta el presente. En 1966 no era posible anticipar si las neovanguardias permanecerían vigentes hasta el fin de los tiempos artísticos o si serían sustituidas por vertientes ulteriores. Sin embargo, a algunos promotores culturales (ya no a Miguel Salas Anzures, quien falleció en 1966 antes de ver triunfar su postura incluyente) les pareció que era irresponsable arriesgarse a que en el futuro llegase a existir otra toma del poder cultural como la que habían protagonizado los neovanguardistas, de modo que decidieron instituir el primer certamen artístico de nuevo cuño, tendiente a incorporar a nuevos autores al interior de la cultura oficial mexicana, a excluir a los que, habiendo sido considerados con anterioridad, cultivaban léxicos menguantes en cuanto a vigencia, concurso que a la vez estaba orientado a legitimar vertientes estilísticas que fuesen culturalmente incipientes o que lo fuesen al menos al interior del contexto mexicano. Los promotores culturales visionarios que fundaron ese certamen bienhechor, tendiente a evitarle al país otra Confrontación como la de aquel 1966, fueron Víctor Sandoval (entonces director de la Casa de la Cultura de Aguascalientes) y Sergio Galindo (a la sazón director general del INBA). Y ese certamen fue el Concurso Nacional para Estudiantes de Artes Plásticas, con sede en la ciudad de Aguascalientes y patrocinado por una empresa regiomontana: la compañía Cigarrera La Moderna. Sus convocantes retomaron, de los concursos de la antigua Academia de San Carlos en el siglo XIX, la idea de conformar un acervo con las obras premiadas (en los concursos de la Academia la institución organizadora retenía todas las obras participantes, no sólo las premiadas) y desde luego que reforzaron la idea de legitimar autores y lenguajes emergentes. Hasta antes de las neovanguardias los procesos de legitimación no requirieron de convocatorias ni de concursos. Sin embargo, a partir de la fase neovanguardista de la historia del arte los certámenes resultaron indispensables para el reconocimiento de la artisticidad de los nuevos planteamientos propuestos al interior del medio artístico mexicano. En 1977, a veintidós años del reconocimiento oficial de la existencia de una práctica neovanguardista en México (beneplácito datado con la exposición de Héctor Xavier en las galerías Chapultepec en 1955) y a once de Confrontación 66, el INBA instituyó el Salón Nacional de Artes Plásticas que constó de secciones anuales de pintura, bienales de gráfica, trienales de escultura (desde 1979), bienales de fotografía (a partir de 1980, pues anteriormente los fotógrafos concursaban en las secciones de gráfica) y una, fugaz, de experimentación (destinada a los «nuevos» géneros, como el arte correo, la instalación o la neográfica, entre otros), que con posterioridad fue convocada con el nombre de sección de espacios alternativos. Precisamente, once años después de instituido este sistema coherente de certámenes, y a treinta y tres de aquel buen 1955 (año en el que yo nací), con la última sección del rubro de espacios alternativos* que correspondió a su convocatoria 1988 (aunque estuvo expuesta hasta comienzos de 1989), concluyó la corta vida del Salón Nacional mexicano, el cual había sido establecido con el propósito expreso de atender a los integrantes de la segunda generación de neovanguardistas: aquellos nacidos en los años cincuenta del siglo pasado y que comenzaron sus trayectorias profesionales en la década de los setenta de la misma centuria. Tal fue el éxito del Salón Nacional de Artes Plásticas que quienes resultaban ganadores de sus secciones tenían garantizado el ingreso a alguna galería privada –o, a veces, el cambio de galería, aunque en ninguno de los dos casos su permanencia–, como parte del proceso de legitimación oficial. El setentero Salón Nacional de Artes Plásticas pudo haber sido la vía ideal y de largo aliento para la legitimación institucional del arte mexicano. Su existencia facilitó el impulso a la escultura, la fotografía y las instalaciones. Pero toda vez que respondió, y con creces, a las necesidades culturales de la segunda oleada de neovanguardistas –me refiero a la generación de Miguel Ángel Alamilla, Ilse Gradwhol, Magali Lara, los hermanos Castro Leñero, Gabriel Macotela, Manuel Marín, Alfonso Mena Pacheco, Irma Palacios y Eloy Tarcisio, entre otros–, no pudo sobrevivir al encumbramiento, en la década de los ochenta, de las postvanguardias. En concordancia con el comienzo de la época postvanguardista, *La de «espacios alternativos» era y es una denominación imprecisa que se utilizó para aludir a ambientaciones, ensamblajes, instalaciones, performances y otras vertientes de los conceptualismos. La acepción precisa, utilizada en aquella época, se refería a los espacios para exhibición de obras artísticas que no eran dependientes de gobiernos, ni de instituciones de educación superior, ni tampoco de empresas privadas. Se trataba regularmente de galerías de autores o galerías de artistas. 13 y con la aquiescencia de Víctor Sandoval, en 1981 el Concurso Nacional para Estudiantes de Artes Plásticas fue reestructurado y a partir de aquel año se le denomina Encuentro Nacional de Arte Joven. Se trata del certamen decano en el país que subsiste debido a que sus reglas –que fueron modificadas en 1980 por Raquel Tibol con la intervención de la promotora cultural Hilda Campillo y del autor de estas líneas– no han perdido vigencia. Otros concursos veteranos son los del Salón de la Plástica Mexicana, iniciados en 1953 y planteados para conformar el acervo del todavía hoy inexistente Museo de Arte Moderno Mexicano con las obras premiadas en sus salones de invierno, grabado (posteriormente, estampa), escultura, pintura y dibujo. Sin embargo, su trascendencia ha sido y es interna, en tanto que el alcance de su legitimación es escaso y mengua día con día, pues no le compete el reconocimiento de artisticidad alguna. De manera sorprendente, en el decenio de los ochenta se vivió una gran proliferación de concursos de arte –oficiales y paraoficiales–, algunos de los cuales, como la Bienal de Pintura Rufino Tamayo, todavía existen. Pero además del Encuentro de Arte Joven y de unos cuantos certámenes originados en los años ochenta del siglo XX, los demás que provenían de la época neovanguardista parecieron haber tenido una obsolescencia planeada. Aunado a lo anterior, el ascenso de las postvanguardias a nivel mundial como las nuevas vertientes hegemónicas fue algo que cambió de manera integral la escena artística, que ya para aquel entonces era global. La fase postvanguardista de la historia del arte comenzó en aquella década de los ochenta y subsiste al día de hoy. En esta etapa, del racionalismo se ha pasado a lo intelectivo, ya no interesa provocar ni desestabilizar, los criterios occidentales son impuestos a nivel planetario, impera el relativismo, las prácticas artísticas y sus lenguajes específicos han sido homogeneizados, se vive en la originalidad de la no originalidad y en cierta apatía generacional, amén de que priva un auge del pragmatismo que es inducido por el mercado internacional del arte. Las postvanguardias son vertientes artísticas que son coincidentes o convergentes con el llamado neoliberalismo, que ha sido importado y adoptado como directriz económica por los regímenes gubernamentales mexicanos desde aquel multicitado decenio y que implica, entre otras cosas, la eliminación casi por completo de la participación gubernamental en la toma de las decisiones de lo económico y de lo social, a fin de propiciar el amplio desarrollo del libre mercado capitalista. Los gobiernos mexicanos controlados por funcionarios tecnócratas interesados básicamente en aspectos macroeco- 14 nómicos se propusieron y consiguieron sobradamente, a pesar a sus convicciones más inconfesadas, congraciarse por conveniencia con los artistas e intelectuales locales, toda vez que en el pasado este sector había simpatizado con ideas de izquierda. Para lograr este acercamiento estratégico, en 1988 se fundó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a partir de un proyecto elaborado por Laura Ramírez Rasgado y presentado para su autorización por Víctor Flores Olea, primer titular del Consejo. Y al inicio de 1989, con una encomiable visión táctica, se instituyó el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) a fin de consumar otra insincera alianza más entre gobierno y artistas. Sin embargo, ni el advenimiento de las postvanguardias ni tampoco la imposición del CONACULTA y del FONCA por encima del mandato de ley que hace del INBA la institución responsable de la toma de las decisiones en cuanto a las políticas públicas en materia de cultura artística, ha causado reacciones adversas de consideración entre la mayoría de los integrantes del medio artístico mexicano y ni siquiera ha originado respuestas contrarias la paulatina falta de cumplimiento, por parte de los gobiernos federales, sobre todo, pero también de los estatales y municipales, de su responsabilidad de destinar presupuestos suficientes para las instituciones y actividades culturales. La amplia y tersa receptividad de las postvanguardias en el ámbito cultural mexicano puede explicarse, parcialmente, porque numerosos postvanguardistas pioneros formaron –o forman– parte de la misma generación de la cual son integrantes los autores de la segunda oleada de neovanguardistas. Tal fue el caso de Estrella Carmona, Rafael Cauduro, Julio Galán, Manuela Generali, Enrique Guzmán, Jazzamoart, Antonio Luquín, Gustavo Monroy, Helio Montiel, Yolanda Mora, Roberto Parodi, Adolfo Riestra, Arturo Rivera, Luciano Spanó, Roberto Turnbull, Germán Venegas, Boris Viskin y Nahum B. Zenil, por ejemplo. Al no haber existido un abierto rechazo a los nuevos paradigmas ni a los nuevos léxicos, las necesidades de legitimación pudieron ser satisfechas por parte del sistema artístico nacional de manera pausada. Y, además, en forma selectiva. Los certámenes con pocos premios, y de montos o beneficios considerables, permiten esta índole de legitimación. En los años ochenta y noventa del siglo XX fueron impulsados, por la vía de los concursos –y reforzados por otras más–, el neoexpresionismo figurativo, los lenguajes neoacadémicos, la mala pintura (en la acepción de este término como traducción de bad painting), alguno que otro ejemplo de cutting edge, postconceptualismos varios y todo posmodernismo, entre otras vertientes, pero de manera muy especial y enfática fueron apadrinados los neonacionalismos. Me cuento entre quienes apoyamos con ahínco el apuntalamiento de esta vía estilística, que fue la única postvanguardia endógena de nuestro medio cultural. También me cuento entre quienes un día anunciamos el inicio de la obsolescencia de los neonacionalismos mexicanos. La conformación de acervos con obras premiadas y los procesos de legitimación de autores y lenguajes emergentes, en la década de los noventa de la anterior centuria, requería de una reactivación. No de concursos convocados «a modo» para privilegiar a determinados participantes, ciertas temáticas o léxicos particulares; concursos sin continuidad como lo fue en los ochentas alguno organizado por el Fondo Nacional para las Actividades Sociales –efímera oficina creada expresamente y dotada de mucho presupuesto para rivalizar con el INBA–, ¡u otro lanzado por Ciudad Sahagún! antes, desde luego, del estrepitoso fracaso de la industria maquiladora automotriz y ferrocarrilera en territorio hidalguense; o incluso, tiempo después, aquella fugaz convocatoria de la Fundación Cultural Televisa para el concurso llamado Pinturerías. Cuando con algo se consigue el éxito es porque se han atendido la mayoría o la totalidad de los requerimientos que estaban a la vista de todos pero que nadie antes se había propuesto satisfacer o, aun proponiéndoselo, nadie había conseguido hacerlo. Los artistas exitosos lo son porque han sido capaces de detectar las necesidades culturales, específicamente artísticas, de mercado, de género y tantas otras, que en una época y lugar específicos requieren de soluciones inmediatas y de largo plazo, y porque, habiéndolas detectado, han tenido la capacidad de responder a esos requerimientos hasta satisfacerlos. A veces, en un solo intento; en ocasiones, luego de varios ensayos. Si la Bienal Monterrey FEMSA ha conseguido éxito y lo ha mantenido, es porque con su existencia se han dado respuestas a necesidades de varias índoles. En primer lugar, por supuesto, a la paulatina integración de un acervo que recibe atención constante en cuanto a conservación y que, además, es expuesto con frecuencia. El tener obra en la bodega de la colección de algún museo, por afamado que éste sea, resulta parcialmente atractivo para los artistas, pues es prestigioso mencionarlo en los datos curriculares; pero saber que la obra propiedad de FEMSA se exhibe con regularidad es algo que resulta sumamente atractivo para todo artista. En segundo lugar, porque la exposición resultante del proceso de selección se muestra tanto en la ciudad de Monterrey, que es su sede, como en otras ciudades mexicanas. En tercero, porque la inclusión de integrantes no mexicanos en el jurado, así como una cuidada pluralidad en cuanto a género, son factores que aseguran la absoluta imparcialidad en la toma de las decisiones. En cuarto, porque la manera como trabajamos los jurados en las fases de selección y premiación, mediante la votación directa y pública, y por medio de la exteriorización de un parecer razonado cuando así se precisa, conduce a que el reconocimiento, institucionalización o legitimación que implica la selección, la mención honorífica o el premio conferidos en la Bienal Monterrey FEMSA sea resultante de una labor esmerada y pausada; de un debate abierto e informado entre pares; de una toma absolutamente honesta de la totalidad de las decisiones. He sido jurado de certámenes artísticos en México y en otros países en numerosas ocasiones, desde que en 1986 lo fui por vez primera en la III Bienal de Pintura Rufino Tamayo (¡con el propio maestro Tamayo como presidente del jurado!), y jamás he recibido presión o «sugerencia» alguna, ni tampoco algún intento de censura por parte de los organizadores de los concursos en los que he intervenido como juez, ni de ninguna otra persona. Pero resalto las bondades de la manera como se trabaja en la Bienal Monterrey FEMSA porque el cuidado, la calma, la polémica especializada y la honestidad que he encontrado como integrante del jurado de la X Edición son sobresalientes. Sin duda este clima de trabajo procede de los nexos que el Comité Organizador ha conseguido y mantiene con individuos e instituciones relevantes en cuanto a la cultura artística. Pero, a la vez, en un sentido por demás dialéctico, deriva del hecho que este mismo Comité ha sabido garantizar la necesaria independencia con relación a las personas y entidades que en México y en el resto del mundo imponen criterios sobre este asunto en particular: el de la cultura artística contemporánea. El inicio del certamen, en 1992, incrementó la confianza de los participantes –confianza que crece, pues el número de concursantes aumenta para cada convocatoria– y de todos los involucrados en la Bienal, ya que ocurrió en una época en la que se había desenmascarado el verdadero sentido falaz de tantos ejemplos de aquella ochentera descentralización desde el centro que, empero, tuvo algunos logros notables, como el de preludiar la realización de la Muestra Nacional de Teatro en tantas ocasiones en la ciudad de Monterrey, o como el de haber hecho posible la existencia de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, a la que tantas veces acudí acompañando al compositor Blas Galindo Dimas, mi padre. La Bienal Monterrey FEMSA ha conseguido un amplio éxito, lo ha mantenido y lo ha incrementado. Y aun cuan- 15 do su subsistencia no depende de manera directa de la de la etapa postvanguardista de la historia del arte, es innegable que aun cuando, a juzgar por los premios conferidos en ella, ha impulsado la pluralidad estilística en el medio cultural mexicano, la Bienal sí está ligada a las postvanguardias. Al momento de escribir estas líneas no me es posible anticipar si la mencionada fase de la historia del arte contará con una larga duración, o si no será así. Para algunos autores, como el politólogo y economista Yoshihiro Francis Fukuyama, la humanidad ha llegado al culmen de su desarrollo con el libre mercado capitalista de espíritu neoliberal, con el que las postvanguardias están vinculadas. De ser así –que espero que no, pues este capitalismo es sólo posible merced a la miseria que genera y de la cual depende–, la Bienal contaría con condiciones favorables para su supervivencia. En cualquier caso, el devenir del arte podría orientarse en una directriz hasta ahora insospechada, que continuara implicando la conformación de colecciones de obras artísticas –lo que espero que sí acontezca–, con lo que la Bienal también tendría asegurado su futuro. Y, en caso de que el arte por venir siguiera requiriendo procesos de reconocimiento, institucionalización o legitimación de autores y lenguajes incipientes y dominantes, la Bienal Monterrey FEMSA podría continuar cubriendo esta función. Ya lo sabremos. Baste por ahora con saludar esta X Edición. La X Bienal Monterrey FEMSA. Veinte años de organizar un certamen artístico exitoso sí es mucho. Bienal Monterrey FEMSA: Veinte años consolidando propuestas estéticas en el arte contemporáneo de México Luis-Martín Lozano de una innegable tradición pictórica, la cual deviene desde la época precolombina. Si la valoración histórica es justa, lo cierto es que los orígenes de la pintura antigua también conviven con el surgimiento de lo que hoy llamaríamos otras disciplinas, como la escultura, la danza, la música e incluso la arquitectura, pero que en aquellos tiempos no eran artísticas propiamente, sino que obedecían a una cosmovisión distinta, acaso ritual, por no llamarlas mágicas y cargadas de significados sociales y políticos. El parangón me parece correcto cuando hemos de analizar el desarrollo de las artes visuales en el México contemporáneo, en tanto que la pintura, si bien primordial, ha convivido con otras propuestas estéticas que difieren de la noción convencional del arte; y aquí sí, ni siquiera de las bellas artes, sino de las artes plásticas en un sentido más amplio. Ahora, como entonces, lo artístico resulta ser un parámetro insuficiente para comprender el desarrollo de las distintas estrategias que pertenecen a la esfera de lo que prefiero llamar intención estética y como éstas, también forman parte de un contexto sociopolítico que es necesario analizar para comprender mejor sus alcances y su representatividad cultural. Para ello se requiere una visión interdisciplinaria, en donde la propia historia del arte se nutra de otros campos, como por ejemplo la sociología, la psicología o la semiótica, pero incluso de la tecnología, la ciencia y la economía, para reconocer que la intención estética de los creadores no surge sólo de condicionamientos culturales relativos al arte per se, sino en ocasiones de formas de pensamiento y estructuras conceptuales más complejas y de mayor alcance social. La celebración de los veinte años de la Bienal Monterrey FEMSA parece ofrecer un excelente contexto para analizar estos fenómenos relacionados con el campo de la estética, en tanto que su continuidad a lo largo de dos décadas y su independencia de los mecanismos oficiales de promoción de las artes, han creado un M é x i c o e s u n pa í s 16 marco referencial de entre mediano y largo alcance que nos permite estudiar cómo se han combinado factores y circunstancias que desde el mecenazgo corporativo han propiciado y favorecido la circulación de algunas estrategias en el devenir del arte contemporáneo en México entre 1992 y el 2012. Desde su I Edición –con un jurado conformado por Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique, Oliver Debroise, Manuel Felguérez, Fernando González Gortázar, Luis Carlos Emerich y Jorge García Murillo–, hasta la actual del año 2012, está claro que ha habido un sinnúmero de perspectivas en la más de una treintena de curadores, críticos y artistas que han ejercido como jueces de selección y premiación; y lejos de ser un conjunto de opiniones desarticuladas y heterodoxas, por las obvias diferencias generacionales, de oficio e incluso de nacionalidad, han resultado opiniones concatenantes de un solo contexto del desarrollo del arte contemporáneo en México en dos décadas. Lo que equivale a señalar que durante veinte años distintos jueces han seleccionado a diferentes artistas y premiado múltiples propuestas, empero con el condicionamiento de que todos los creadores y todas las obras forman parte de un conjunto mayor que los engloba y los explica en el contexto de cada edición de la Bienal, y de éstas en su conjunto. Este universo particular, de uno de mayor envergadura, constituye un bloque analítico que arroja interesantes observaciones sobre la producción, difusión y consumo de las estrategias estéticas en el México contemporáneo; y en donde, metodológicamente, la visión inmediata de la crítica del arte se articula con la visión a más largo plazo que puede ofrecer la historia del arte. En lo que se refiere a la producción de los discursos creativos de los artistas que participaron en las diez bienales, me gustaría reflexionar tan sólo sobre uno de los supuestos, que se refiere al antagonismo entre la pintura y los medios alternativos, que han sido preocupación y caballito de batalla entre los 17 pintores y curadores en los últimos años, y que a la postre alcanzaron los criterios de la convocatoria, selección y premiación de las bienales de FEMSA a comienzos del siglo XXI. Es indiscutible que en la segunda mitad del siglo XX la pintura de caballete en México gozó de una sólida plataforma de proyección, no sólo nacional sino internacional; esta práctica artística cimentó de hecho la aparición de los discursos pictóricos, algunos ajenos al muralismo, que habían surgido en México durante la posrevolución. Pero no menos cierto es el hecho de que sobre todo en los años sesenta los artistas también exploraron con discursos visuales interdisciplinarios y alternos a la pintura de caballete, como la escultura pública, el muralismo efímero, el performance, el arte colectivo; campos sobre los que la historiografía del arte apenas comienza a analizar en su conjunto. Estos universos, los pictóricos y extra-pictóricos, surgieron, convivieron e interactuaron en forma paralela desde la postguerra y durante todo el siglo XX. De tal suerte que a principios de los años noventa, cuando surge la I Bienal Monterrey FEMSA, se seleccionó y premió sólo de entre pintores y escultores, sin que esto quiera decir que no hubiesen otros medios alternativos en el contexto. Lo cierto es que la pintura y la no pintura eran discursos conceptuales y estrategias de expresión que los artistas bien estaban trabajando en paralelo, en México, en el último cuarto del siglo XX; y estas exploraciones forman parte de un largo proceso de maduración intelectual, no antagónico, sino convergente. No olvidemos que la semilla de la multiplicidad creativa está en la génesis de las vanguardias. De manera que los discursos antagónicos entre pintura y no pintura no pertenecen tanto a la esfera de la producción, como a las ideologías que sustentan los medios de difusión y los intereses que han favorecido ciertas formas de consumo del arte. Por ello, es sintomático que en los actuales procesos formales de enseñanza del arte en México, las nuevas generaciones de artistas ni siquiera se plantean estas estrategias en oposición. Hoy por hoy, la pintura, como se ha visto en las ediciones recientes de las bienales de FEMSA, también se nutre de lo visual y conceptual de lo no pictórico; tanto como el hecho de que la fotografía, el video y las instalaciones a menudo abordan problemas de recepción y percepción tradicionalmente asociados a la pintura. En todo caso, la Bienal Monterrey FEMSA pronto empezó a dar cabida en su convocatoria a las expresiones no plásticas (es decir no sólo pintura y escultura) a partir de su II Edición y reconociendo que ya circulaban las estrategias que han sido llamadas alternativas; las cuales en su origen nunca se plantearon como opuestas, sino como complementarias. 18 La aparición de la Bienal Monterrey FEMSA en 1992 no fue un hecho aislado. La decisión de otorgar un mecenazgo corporativo al ámbito de las artes plásticas en México obedeció, sin duda, a una estrategia empresarial más amplia; una que, creo yo, con sentido humanista valora el talento creativo de los mexicanos no sólo en el mundo de las tecnologías y empresarial, sino también en las ideas y el talento de sus artistas. No es éste el espacio para detallarlo, pero FEMSA ha desarrollado muchos otros programas de alcance social y la Bienal es tan sólo uno de ellos, que nos atañe de manera particular, porque han sabido y han podido darle una continuidad inusual en el mecenazgo privado de las artes en México; lo cual celebro y me congratulo enormemente, porque es lo que el país necesita: alternativas viables. En México, históricamente, las bienales y los concursos de arte han sido vocación institucional y formaban parte de una política cultural de Estado; como tal, los discursos de algunas bienales y concursos no estaban exentos de un paternalismo oficial, con todos los vicios que conlleva. Con sentido crítico, tendría que aceptar que en años recientes se carece de una verdadera política cultural de Estado, sin embargo, perviven prácticas igualmente cuestionables, en ocasiones sectarias y excluyentes. La Bienal Monterrey FEMSA supuso, desde su inicio, una sana alterativa. A través de la convocatoria de jurados interdisciplinarios –aunque la mayoría han sido críticos de arte, seguidos de artistas, algunos promotores y pocos historiadores del arte como tal–, los organizadores se han asegurado de no ser juez y parte en la premiación de la Bienal Monterrey FEMSA. Convocan a los jueces y les otorgan, me consta, absoluta libertad de criterio y no intervienen en el proceso de selección o premiación, como debe de ser. El proceso de selección de los jurados ha variado en dos décadas, pero siempre han procurado invitar a «expertos» en el tema de las artes plásticas, ya sea como creadores o promotores. De manera que han sido los criterios de los jurados en su conjunto los que nos dan una óptica de lo que ha sido el arte contemporáneo en México durante veinte años, en el contexto específico de una bienal de patrocinio privado. En su visión múltiple, los jurados han venido presentando un consenso que en veinte años ha arrojado ciertas constantes a la vez que han permeado flexibilidad de posturas. Empero el mayor avance de la Bienal, a mi juicio, ha sido de pasar de premiar al status quo del arte que se sancionaba de manera oficial en otros contextos, a ser una plataforma autónoma que conforma sus propios criterios, si bien a través de un cuerpo de jurado invitado. En sus primeras ediciones, el jurado estaba conformado mayormente por miembros que a su vez sancionaban los concursos y bienales oficiales, y en sus últimos cinco años, los jurados han mostrado mayor apertura hacia lo que no se sanciona de manera institucional. Hay que decirlo, existe también un relevo generacional. Pero sobretodo, los jurados en años recientes han sido mas proclives a los medios alternativos porque éstos a su vez se han evidenciado enfáticamente en su participación a la convocatoria de la Bienal. En inicio, la Bienal estaba más ceñida a las artes plásticas y a cambio de siglo modificó su espectro, en consecuencia de la aparición cuantitativa de creadores con propuestas no pictóricas. Los jurados comenzaron a tener un universo alterno que fueron perfilando en la selección de obras participantes, comenzando por la categoría de instalaciones que daba pie a la exploración; pasando de ser una primera bienal de pintura con esculturas a convertirse en una selección más representativa de los diversos medios de expresión e intereses de los artistas. Los jurados fueron llamados para dar respuesta a esta realidad de la producción de las estrategias estéticas en México, empero, es un círculo en donde la producción se beneficia de las cláusulas de difusión a las que se abrió FEMSA. De tal suerte que nuevos factores de difusión de medios alternativos no pictóricos favorecidos por un programa de mecenazgo privado respondieron a circunstancias específicas de otras intenciones estéticas, en este caso no sólo de los creadores, sino de los jurados como tal y del nuevo mercado para el arte emergente. El último cuarto del siglo XX planteó nuevas disyuntivas en lo que se refiere a la difusión del arte contemporáneo en México. En forma sintética diría, sobre un proceso que requiere mayor espacio de análisis, que se pasó de un esquema de exclusividad estatal a la aparición de otros mecanismos, algunos privados, otros alternos e incluso algunos en el contexto mismo de las instituciones. Las afluentes creativas ya no respondían en forma exclusiva a las plataformas del Estado, las cuales dejaron de sancionar, en la medida que se volvieron inoperantes y dogmáticas para dar cabida a nuevos discursos, cuya naturaleza, en muchas ocasiones, era ciertamente contestataria y antigubernamental. La polarización social que supuso la condición del individuo frente al Estado a partir del movimiento estudiantil de 1968 fue mermando la legitimidad del gobierno y de sus instituciones que estaban orientadas a la consolidación de un régimen; de manera sutil se podrá argumentar, pero claro está que sí se dio. De tal suerte que la naturaleza subversiva del arte contemporáneo encontró tiempo propicio para ir madurando conceptos y medios de expresión, que corrían en paralelo al contexto de los cambios políticos y culturales de México, sobre todo al cerrar el siglo XX. Podría decirse que el sistema oficial de mecenazgo estatal del arte contemporáneo en realidad hizo eclosión con la caída del antiguo régimen y de hecho me parece que la problemática se ha evidenciado aún más con la aparición de las supuestas democracias institucionales que, en cuanto a la promoción del arte contemporáneo se refiere, han sido más bien erráticas e inconsistentes. Sin embargo, uno de los agentes de cambio más decisivos provino del mercado del arte, el cual se hizo receptor de algunos de los discursos estéticos alternativos y los promovió en una esfera internacional, con magníficos resultados. Las galerías en México habían estado promoviendo, desde los años cincuenta, el consumo de fórmulas artísticas formalistas –sin duda muchas ellas de calidad, pero otras no en tanto reiterativas a arquetipos de lo mexicano–, basadas sobre todo en un esquema convencional del arte como elemento decorativo de la sociedad burguesa mexicana. Paulatinamente la mercancía artística fue saturando los mercados locales, sobre todo en un momento de auge para la producción y compraventa de la pintura en los años ochenta; algunos pintores alcanzaron valores de mercado excepcionales que no han vuelto a verse desde entonces. Empero, en su exploración de mercados internacionales, los discursos estéticos de la pintura no siempre funcionaron en concordancia con lo que se difundía como arte contemporáneo en el resto del mundo. Es en este sentido que las galerías fueron grandes promotoras de los medios alternativos, en tanto que éstos emergían en mayor concordancia con la esfera internacional y se planteaban como un producto nuevo que se apartaba del esquema convencional de comprar pinturas solamente para decorar muros. El arte contemporáneo no pictórico disfrutaba de una nueva legitimidad internacional sustentada en discursos mayormente conceptuales, no necesariamente formalistas, lo que abrió la puerta a la fotografía, la instalación y el videoarte. El coleccionista de la no pintura también adquiría un estatus distinto, podía asimismo aspirar a la condición de mecenas, de facilitador de proyectos artísticos y de impulsor de plataformas no oficiales, basado en otros intereses culturales y también de la búsqueda de un prestigio social. En el contexto de las bienales de FEMSA, desde la VI Edición era plausible que el esquema de la convocatoria para pintura, escultura e instalación estaba dejando al margen un notorio conjunto de lenguajes estéticos y que se corría el peligro de dejar fuera lo que estaba surgiendo con un ímpetu creativo, favorecido por la difusión del mercado del arte internacional y un nuevo tipo de coleccionismo en México. Para el año 2004, la convocatoria de la Bienal liberó la parti- 19 cipación de los artistas a criterios basados no en las técnicas tradicionales, sino tan sólo en la bidimensionalidad o no de sus propuestas. De manera que FEMSA volvió a participar de un círculo que incluía ya no sólo la dinámica de los procesos creativos, sino también una sinergia con otros medios de difusión del arte contemporáneo en México. A mi juicio, es esta capacidad de articularse con los cambios artísticos por un lado, con los discursos conceptuales sobre el mercado y el coleccionismo en el otro, aunado al hecho de que la Bienal se había constituido en una plataforma alterna a la validación institucional del arte, lo que ha permitido a la Bienal proyectarse exitosamente durante dos décadas. Ha sabido erigirse en un espacio de convocatoria plural, propiciando un marco de debate y mediación entre lo que los artistas proyectan como propuestas estéticas y lo que la crítica destaca, considerando parámetros no institucionales, insertos dentro de dinámicas más amplias de mecenazgo y consumo, entre lo que acontece en México en el marco del devenir histórico y cultural. Sobretodo ahora en la antesala de nuevas elecciones presidenciales, y el desenvolvimiento internacional del arte contemporáneo en el que, de nueva cuenta, la pintura pareciera gozar de una merecida revaloración, será interesante observar los resultados de las próximas dos bienales de FEMSA para detectar las dinámicas operantes sobre la producción, difusión y eventual consumo del arte contemporáneo en México. La Bienal Monterrey FEMSA y el coleccionismo y promoción del arte contemporáneo Karen Cordero Reiman de la X Bienal Monterrey FEMSA es oportuno reflexionar sobre los cambios que se han llevado a cabo desde la fundación de este evento en 1992, y la manera en que ha contribuido a la difusión y promoción del arte contemporáneo mexicano. Un mayor conocimiento de la diversidad y riqueza de las configuraciones de la producción actual de creadores nacionales ha sido uno de los resultados de las propias exposiciones de las ediciones del certamen, pero a la vez la Bienal ha contribuido a un proceso de continuada actualización de la Colección FEMSA, por medio de adquisiciones a partir de la Bienal. Asimismo, este incremento y transformación del balance de la Colección ha sido uno de los dispositivos en un proceso de revisión y planeación razonada del desarrollo de este acervo empresarial, que ha formado parte de su consolidación en este periodo como una de las colecciones más importantes y distintivas de arte mexicano y latinoamericano en el mundo. La constante circulación de diversas selecciones de esta Colección –cada vez renovada y ampliada en su contenido y rango estético– en exposiciones temporales nacionales e internacionales, como parte de la política de la Colección a partir del año 2000, ha sido un factor fundamental para la difusión del arte mexicano y latinoamericano en el mundo. La cada vez más fuerte presencia del arte contemporáneo en esta oferta cultural ha estimulado a su vez, a través de la curaduría y la crítica, tanto el mayor conocimiento de esta producción, así como el desarrollo de nuevas narraciones interpretativas e historiográficas. Sin duda las propias publicaciones de FEMSA, tanto por medio de las ediciones de la Bienal, así como por medio de los catálogos y folletos de las muestras itinerantes y los libros sobre el acervo en su conjunto, también han contribuido de manera contundente a la disponibilidad de imágenes y escritos sobre el arte contemporáneo mexicano que han facilitado su incorporación a la historia del arte nacional e E n e s ta o c a s i ó n 20 internacional, enriqueciendo no sólo la gama de las representaciones sino también la narrativa en sí. De esta manera, la Bienal Monterrey FEMSA ha sido –a lo largo de los últimos veinte años– una pieza clave, cada vez más protagónica, en una estrategia multifacética e integral de difusión y renovación de la cultura mexicana, que ha tenido una resonancia definitiva en el campo artístico. La Colección como contexto La Colección FEMSA se funda en 1977, conjuntamente con el Museo de Monterrey, con el objetivo de mostrar la evolución del arte latinoamericano creado a lo largo del siglo XX, con representatividad de escuelas, tendencias y movimientos, y con énfasis en el arte mexicano. Tanto en su inicio, en un momento cuando los rumbos estilísticos se habían desligado de un compromiso con una construcción de identidad homogénea, como el carácter privado de la entidad que la alberga, permiten que tenga una independencia de las líneas marcadas por la historiografía nacionalista, y una configuración propia que se traduce en una colección selectiva. Ofrece una visión excéntrica y más diversa, correspondiente a la mirada oblicua desde Monterrey –su sede– con respecto al centro nacional y los focos de poder internacionales. El límite inicial de la Colección, a principios del siglo XX, y su proyección hacia el siglo XXI, sugiere tanto a nivel empresarial como a nivel social una ideología de modernidad, que más que reforzar herencias jerárquicas y culturas del pasado, remite a una visión de progreso histórico cuyo punto de partida apenas se encuentra en el pasado inmediato. Asimismo, su orientación al coleccionismo del arte mexicano y latinoamericano confirma un compromiso de fincar esta representación de la modernidad en la realidad del sur del continente americano y en la constelación cultural iberoamericana. 21 Uno de los primeros impulsos a partir de la fundación de la Colección fue que contara con por lo menos un ejemplo de los principales artistas mexicanos cuya obra se consagra en el periodo posrevolucionario, y con obra de las grandes figuras del arte latinoamericano del mismo periodo. Por otro lado, en 1991 se enriquece el acervo con la adquisición de la importante colección Window South enfocada en el arte abstracto de los años setenta en México y América Latina. Las obras contemporáneas incluidas en la Colección hasta ese momento respondieron ante todo a donaciones relacionadas con las exposiciones presentadas en el museo. Sin embargo, a partir de 1992, con la fundación de la Bienal Monterrey FEMSA, se inicia un proceso de consolidación en el rubro del arte contemporáneo, tanto por los Premios de Adquisición, así como por la compra de algunas obras que recibieron Mención Honorífica y otras provenientes de la selección del jurado. Asimismo, al basarse en el criterio colectivo de un grupo que incluye críticos y artistas nacionales e internacionales, la suma de sus subjetividades deriva en un proceso de coleccionismo más razonado y a la vez en constante renovación. La realización de conferencias, mesas redondas con artistas y otras actividades paralelas a las bienales contribuye a la educación y formación de públicos para las nuevas manifestaciones artísticas, subrayando la vocación de difusión, más que atesoramiento, que ha marcado la Colección FEMSA desde su inicio, a la par con la cultivación de un alto criterio de calidad en la selección y presentación de la obra. Con el cierre del Museo de Monterrey en el año 2000, la Colección FEMSA ha fortalecido y expandido cada vez más su programa de exposiciones itinerantes que permiten la difusión de su acervo –en diversas combinaciones y discursos curatoriales– en distintas sedes en la República Mexicana y en otros países, paralelamente con una continuada política de adquisiciones razonadas que buscan consolidar la representatividad del acervo en cada uno de sus rubros. Es así que, después del brinco en tamaño que implicó el ingreso de la colección Window South, el acervo de FEMSA ha seguido un proceso de crecimiento paulatino pero consistente que ha llegado a duplicar el número de obras que tenía en 1992, para un total de más de 800, aún sin tomar en cuenta las 442 obras del acervo de gráfica AGPA recibido a finales de los años ochenta. En el caso del arte contemporáneo, este crecimiento ha implicado una apertura a nuevas modalidades artísticas que han transformado y fortalecido la Colección, permitiendo la actualización de la lectura no sólo del arte reciente sino de la producción de todo el siglo XX. Sin duda, la dinámica instaurada por la Bienal Monterrey FEMSA, que 22 permite una constante confrontación con y reflexión sobre el campo artístico del país, ha sido un factor decisivo en este proceso. La Bienal como radiografía del ámbito artístico Los cambios en el contenido y estructura de la Bienal, su convocatoria y su difusión, así como en las características de los premios, reflejan el panorama vital e innovador del arte mexicano a lo largo de los últimos veinte años, así como la apertura del medio artístico regiomontano y el contexto del país en general a nuevos medios y manifestaciones, distintos contenidos y diversos estilos. Con frecuencia las bienales se consideran «termómetros» de la salud del arte, midiendo su «pulso»; también se habla de ellas como «radiografía» del estado del arte nacional. El manejo de metáforas médicas sugiere sin embargo un procedimiento científico, cuando en realidad se trata de una suma de criterios subjetivos, si bien informados no sólo por un conocimiento de la historia y práctica del arte, sino por el ejercicio de discernimiento que se realiza constantemente en el ámbito de la crítica y la curaduría. Asimismo, la participación de artistas en el jurado de la Bienal garantiza una visión no sólo teórica sino que toma en cuenta la perspectiva de los creadores involucrados en la producción del arte contemporáneo a nivel nacional e internacional. Un indicador decisivo de las transformaciones desde la misma concepción de los géneros y procesos artísticos se presenta en el cuestionamiento y redefinición de las categorías de recepción y premiación de obra para la Bienal. A partir de la II Edición, en 1994, se ampliaron las categorías iniciales de pintura y escultura para incluir la instalación, en reconocimiento de la importancia que había adquirido este género híbrido en el campo del arte mexicano. Y para la VII Edición se abandonaron los tradicionales rubros de los géneros artísticos a favor de los términos generales bidimensional y tridimensional, tomando en cuenta la cada vez mayor diversificación y mixtura de medios en todos los formatos, así como el protagonismo adquirido por la fotografía y el video (de hecho en esta X Bienal, la fotografía ocupa el segundo lugar en número de obras registradas y los dos premios –tanto bidimensional como tridimensional– tienen como elemento fundamental a la fotografía). Estos cambios son un reflejo del fluir de la formación y ejercicio del arte en la actualidad, ya que hoy en día los artistas definen su práctica más por el manejo de conceptos, que se desarrollan con frecuencia en una variedad de medios, técnicas y soportes, incluyendo aspectos procesuales y sociales –aunado a lo objetual– sin un apego estricto al manejo magistral de una técnica. Es así que, en la presente Bienal, hay artistas que presentaron obras en las dos categorías, incluso tratándose en algunos casos de la documentación, en diversos medios y soportes, de una misma pieza procesual. La definición de los géneros artísticos fue desafiada desde la década de los setenta en México por los grupos artísticos que llevaban sus manifestaciones conceptuales a la calle, en un acto de resistencia del individualismo, elitismo y consumismo del ámbito artístico. Aun en las producciones individuales de las décadas posteriores persiste una preocupación por la integración de la obra con la cotidianidad y el entorno que enriquece la dimensión social del acto estético. Así, la disolución de las fronteras fijas entre géneros artísticos y entre la identidad del artista y el espectador, cuestiona y pone en constante movilidad las categorías temáticas y formales tradicionales del arte, así como su interrelación. La Bienal Monterrey FEMSA surge justo en un momento de efervescencia e internacionalización del arte mexicano contemporáneo, que coincide con el auge del proceso de globalización marcada por el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, así como con eventos como el conjunto de exposiciones denominado México: Obra de Arte realizado en la ciudad de Nueva York en 1990, con la exposición Treinta siglos de esplendor como su centro. A estos indicadores políticos subyace un proceso de más largo aliento, iniciado desde la década de los ochenta, de cuestionamiento y reconfiguración del concepto del «arte mexicano», caracterizado por el surgimiento de espacios alternativos y un giro conceptual en la producción plástica. Es así que las obras adquiridas por medio de premios y el fondo disponible para compra de obras adicionales de la Bienal representan ante todo las corrientes del neomexicanismo y el arte neoconceptual, que han dominado la escena artística mexicana de las últimas décadas. En éstas se retoman tanto íconos y objetos provenientes de la cultura popular mexicana, así como modelos del arte conceptual internacional, y se reutilizan en función de un discurso más personal –ya sea crítico, irónico o poético– que, lejos de asumir pretensiones universalizantes, regionalistas o nacionalistas, teje una relación entre los objetos, su representación y la subjetividad e identidad personal del autor. Frente a la importante presencia del arte abstracto en el acervo en el momento del inicio de la Bienal, la obra adquirida a partir de este certamen revela la presencia de búsquedas predominantemente figurativas, pero que enfocan la figuración desde una óptica conceptual, sugiriendo nuevas lecturas de su contexto y del arte de las épocas precedentes, y destacando diversas maneras de significar tópicos y objetos de representación más tradicionales. Así, el corpus de obra que conforma el acervo de FEMSA sigue privilegiando una línea estética objetual, que lo vincula con la lógica del resto de la Colección, pero muestra una clara apertura hacia la producción de generaciones más jóvenes que están experimentando con otros registros estilísticos y conceptuales. Esta obra fluctúa entre el terreno del internacionalismo y cierto desarrollo de escuelas regionales, entre los que destacan la nutrida presencia de artistas de la zona regiomontana, y algunos de la zona de Oaxaca, donde se ha gestado un movimiento artístico vigoroso. Evidencia una mayor heterogeneidad, en comparación con otras colecciones nacionales de arte contemporáneo, seguramente debido a la variedad de obra presentada en respuesta a la convocatoria de la Bienal, aunado a los diversos criterios y perspectivas representados en los jurados de las bienales y una mirada distinta a la que predomina en el centro del país. La inclusión en el acervo de obras que se mueven en estéticas y discursos claramente posmodernos en forma y contenido presta un carácter dinámico a la colección contemporánea, que invita a una lectura más abierta, y menos lineal, de todo el acervo. Asimismo, parecería que la Bienal refleja un acogido positivo de esta postura, ya que el número de obras presentadas ha ido en constante aumento, alcanzando en la ocasión de la X Bienal una cifra cercana a las cuatro mil, lo que acrecienta –a la vez– el reto de la selectividad. Visibilidad e interpretación: las exposiciones y sus ramificaciones Cada vez más se afirma la vocación de difusión y educación de la Colección FEMSA, a la par con su consolidado prestigio, al exhibir la Bienal Monterrey FEMSA en una diversidad de sedes en Monterrey; si bien las primeras ediciones se presentaron en el Museo de Monterrey, de allí ha migrado al Centro de las Artes en las ediciones V al IX, y la X Bienal se realiza en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO). También, a partir de 2003, las exposiciones conformadas con la selección de la Bienal Monterrey FEMSA han viajado a otras ciudades del país, incluyendo Hermosillo, Chihuahua, Puebla, Guadalajara, Ciudad de México, Tijuana y León. En las primeras ocasiones circularon exposiciones de los ganadores de las bienales, y en las últimas ediciones han viajado las exposiciones de los artistas seleccionadas en su forma completa. Asimismo, desde el año 2000, han circulado 78 exposiciones itinerantes curadas a partir de visiones selectas del acervo de la Colección FEMSA, que en muchos 23 casos han incluido obra contemporánea proveniente de las bienales. En las ediciones IX y X se complementó la selección expuesta, además, con exposiciones de artistas invitados, nacionales y latinoamericanos, a partir de curadurías realizadas por destacados profesionales en ese campo. Estas actividades no sólo extienden la labor cultural de la Colección más allá del contexto regiomontano, permiten poner las obras provenientes de la Bienal, y otras obras contemporáneas del acervo, en diálogo entre sí y con obras de otros periodos, para dar a conocer y estimular nuevas lecturas y narrativas historiográficas con respecto al arte mexicano y latinoamericano de los siglos XX y XXI, que han quedado plasmados en los diálogos visuales, espaciales y conceptuales establecidos por los curadores, así como en los textos que los acompañan. Mientras en algunos casos las exposiciones han quedado circunscritas a determinados periodos históricos, en otros se han establecido temáticas trasversales que permiten resaltar resonancias y distinciones entre las visiones de los autores, así como comparar y contrastar la obra de diferentes países, regiones y generaciones por medio de tópicos temáticos como el paisaje, el retrato y el manejo de objeto, o estilísticos como la figuración y la abstracción. Asimismo, mientras la coordinación y manejo de la Colección permanece en manos de un equipo profesional que garantiza su cuidado a la par con su movilidad física, la involucración de diversos interlocutores no sólo en el proceso de la Bienal (que ha contado con hasta la fecha con 38 jurados, provenientes de ocho países) sino en la curaduría de exposiciones temporales y la escritura de textos sobre los mismos, ha permitido que la Colección FEMSA, a la par con su crecimiento y consolidación, adquiera diversas «caras» y se resignifique a través de distintas voces y miradas, y para variados públicos, contextos sociales y entornos. Entran en juego en este proceso no sólo las distintas características de los espacios de exposición, que permiten en diverso grado la presentación de obras de alto valor patrimonial y condiciones de preservación delicadas, sino el reto que presentan algunas piezas contemporáneas tanto en términos tecnológicas como interpretativas. Así, las obras adquiridas por medio de la Bienal Monterrey FEMSA han sido incluidas en las exposiciones temporales organizadas por Difusión y Fomento Cultural A.C., la rama de la empresa que se encarga de su acervo artístico, como colofón en muestras que trazan hitos del arte mexicano y latinoamericano a partir de una 24 visión cronológica, y a la vez como elemento constitutivo de exposiciones enfocadas específicamente a los discursos del arte de los años ochenta hasta nuestros días, como es el caso de Objeto y Narración: Colección FEMSA (Museo Arocena, Torreón, Coahuila, 2009) o en visiones que privilegian las manifestaciones de la primera década del siglo XXI, como InterConexiones: 2000-2009 (Pinacoteca Diego Rivera, Xalapa, Veracruz, 2011) o Figura/Espacio/Objeto. Arte contemporáneo (ITESM, Monterrey, 2011). También han estado presentes estas obras en muestras claves organizadas por otras instituciones, como por ejemplo La era de la discrepancia: arte y cultura visual en México 1968-1967 (MUCA-UNAM, 2006) que planteaba una genealogía del arte contemporáneo mexicano, o Historia de mujeres. Artistas en México en el Siglo XX (MARCO, Monterrey, Nuevo León, 2008) que presentaba una visión del arte nacional desde una mirada de género, para mencionar sólo algunos. Las herramientas de lectura de la obra de los distintos autores y curadores también han transitado desde la periodización y contextualización histórico-estilística, hasta la construcción de diálogos fenomenológicos y hermenéuticos entre piezas de distintas épocas, o la recuperación de sus resonancias poéticas y sígnicas, ofreciendo así una amplia gama de posibilidades críticas que han enriquecido la literatura artística y la historiografía del arte mexicano y latinoamericano de los siglos XX y XXI. Asimismo, se han realizado esfuerzos concentrados de documentación y difusión de una muestra amplia de la Colección FEMSA en su conjunto, como son los volúmenes Mirar desde Monterrey y Latinoamericano, arte moderno y contemporáneo, Colección FEMSA, editados por Difusión y Fomento Cultural A.C. en 2003 y 2008, respectivamente, con la participación de diversos autores. En suma, entonces, a lo largo de los últimos veinte años, la Bienal Monterrey FEMSA se ha configurado en el panorama artístico nacional e internacional, con un fuerte acento latinoamericano, como un dispositivo fundamental en la conformación, renovación y socialización de la cultura artística mexicana a través del coleccionismo, y su impacto directo e indirecto en exposiciones y publicaciones, así como su articulación con procesos dialógicos de construcción de experiencias estéticas y significaciones afectivas e históricoartísticas. Sin duda, su continuada presencia y dinamismo en este campo aportará a futuro nuevos retos y riquezas para este medio. Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012 MEMORIA 26 27 LA BIENAL MONTERREY FEMSA L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA , conocida en sus inicios como la Bienal Monterrey, surge con el objetivo de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México. Convocada por el entonces Museo de Monterrey y auspiciada por FEMSA, se convirtió en la primera bienal de artes visuales de convocatoria nacional organizada en el norte del país. Con la celebración de su X Edición, el recuento de sus logros resulta altamente satisfactorio, constituyéndose como uno de los certámenes más prestigiados del país con una constante y creciente participación de los artistas. A partir del lanzamiento de su I Edición en 1992, la Bienal Monterrey FEMSA ha pasado por diversas etapas de desarrollo que responden a las características del momento dentro del panorama de las producciones artísticas contemporáneas, manteniendo siempre su carácter vigente e innovador, necesario para seguir representando una oferta cultural importante dentro de la promoción y difusión del arte en nuestro país. De esta forma, y actualmente bajo los formatos bidimensional y tridimensional, se contempla la participación de diversas disciplinas como pintura, dibujo, escultura, instalación, fotografía, video, gráfica y arte objeto, entre otras. Sus Premios de Adquisición resultan un importante aliciente para los artistas, otor- Inauguración de la exposición de ganadores de la I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992. I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992. VIII Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2007. 28 29 Maye R. Milmo, Presidenta del Consejo de Administración del Museo de Monterrey, y Jorge García Murillo, Director del Museo, en rueda de prensa. El Norte, Sierra Madre. El 26 de agosto de 1991, Maye R. Milmo, Presidenta del Consejo de Administración del Museo de Monterrey, y su Director Jorge García Murillo, daban a conocer con motivo de la celebración del décimo quinto aniversario de la institución la iniciativa de organizar un concurso a nivel nacional, inédito en la historia de las artes plásticas en el país, a fin de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México, dando así inicio a una historia de veinte años en la que la Bienal Monterrey FEMSA ha logrado consolidarse como el evento, en su categoría y género, más importante del país. Hace dos décadas así se concebía este concurso en voz de Jorge García Murillo: «La Bienal es una propuesta abierta, sabemos que los jóvenes también exponen», indicó, «lo que se busca es garantizarle al público un estándar de calidad, y una de las maneras es demostrando trayectoria y profesionalismo.» «Para nosotros es motivo de júbilo en el Museo», añadió García Murillo, «[la Bienal] se tiene contemplada a nivel nacional, pero a medida que se vaya forjando su tradición, podría llegar su alcance a Latinoamérica.» Lunes 26 de agosto de 1991/El Norte, Sierra Madre (Nota de periódico) I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992. 30 X Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012. gados durante las primeras siete ediciones por la Fundación Cultural Bancomer y en lo sucesivo por FEMSA. Asimismo, la Bienal Monterrey FEMSA otorga una Mención Honorífica a las obras más relevantes de cada formato, así como Menciones por Estado al artista más destacado de cada entidad federativa representada con tres o más participantes en la selección. Con el apoyo de la Alianza Francesa de Monterrey, los acreedores a los Premios de Adquisición hasta la IX Edición recibieron además una residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de SaintÉtienne, Francia, que a partir de la X Edición se otorga a las Menciones Honoríficas por formato. Cada una de las obras que han sido distinguidas con el Premio de Adquisición se integra a la Colección FEMSA, reconocida internacionalmente como una de las colecciones más importantes de arte moderno y contemporáneo latinoamericano. La Bienal Monterrey FEMSA cuenta además con un Fondo de Adquisición de Obras Seleccionadas a través del cual las obras adquiridas forman parte de la Colección FEMSA, así como de un fondo para la publicación de los catálogos de cada edición, contribuyendo a preservar su memoria. Así, y aunada a un programa de artistas invitados, exposiciones itinerantes, conferencias y actividades educativas, la Bienal Monterrey FEMSA transita el camino de la promoción y difusión del arte en nuestro país desarrollando esfuerzos que permitan una mayor participación tanto de la comunidad artística como del público en general. Inauguración de la VIII Bienal Monterrey FEMSA. Antiguo Colegio de San Ildefonso, Ciudad de México, 2007. 31 LAS SEDES fue inaugurada el 10 de diciembre de 1992 en las instalaciones del Museo de Monterrey, sede de la Bienal hasta su IV Edición. Al cierre de la institución en el año 2000, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE), la Bienal se trasladó al Centro de las Artes en el Parque Fundidora, espacio en el cual se presentó hasta su IX Edición. El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) fue sede de la X Edición celebrada el 14 de junio del 2012, presentando asimismo una exposición retrospectiva de todas las obras que han sido merecedoras del Premio de Adquisición en cada una de sus ediciones. L a I B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA Celebrar lo vivo Aprender a mirar cuando el color se muestra en las superficies del lienzo, ahí donde cobran vida los trazos amarillos y azules que el ojo revela, figuras abstractas desocultando la naturaleza, un mundo de pensamientos y emociones que los artistas proyectan mientras las exposiciones ayudan a abrir caminos, universos pictóricos que durante veinte años han sido celebrados por la Bienal Monterrey FEMSA, una Bienal a manera de canto a la imaginación de los hombres, de reconocimiento al espíritu creador de México. Damos constancia de ello porque hemos sido testigos del esfuerzo y dedicación de sus organizadores, con quienes compartimos la creencia en el arte como energía renovadora. Reciban una efusiva felicitación de aniversario y el deseo por la permanencia de la Bienal a través de los tiempos. Alejandra Rangel Ex Presidenta del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE) Centro de las Artes, Monterrey, sede de la V a IX Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, sede de las primeras cuatro ediciones de la Bienal Monterrey FEMSA. 32 33 Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), sede de la X Bienal Monterrey FEMSA. La Bienal Monterrey FEMSA es hoy por hoy uno de los certámenes más prestigiosos de México, con amplia proyección internacional. Innovadora desde sus inicios, ha mantenido ese espíritu, sin concesiones, al rigor de sus requisitos de participación y con el aval de la cuidadosa selección de sus jurados calificadores; por ello, cada edición de la Bienal Monterrey FEMSA es una confiable puesta al día del estado de la producción artística en México. 34 Por lo anterior y conforme a la vocación del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, ha sido muy pertinente y placentero presentar en MARCO las muestras relativas a la X Bienal Monterrey FEMSA, que con esta edición celebra veinte años de compromiso sostenido por reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México. Al valor intrínseco de la muestra de obras seleccionadas en esta edición, se une Inauguración de la IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2009. la revisión de las obras ganadoras de ediciones anteriores y se enriquece con la mirada al arte latinoamericano que ofrece Sextanisqatsi: desorden habitable, y juntas dan testimonio de la ardua y fructífera labor de la Bienal Monterrey FEMSA. Nina Zambrano Presidenta del Consejo de Directores del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) A nombre del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León expreso mi reconocimiento a FEMSA por los veinte años de la Bienal Monterrey, certamen de arte contemporáneo que ha logrado consolidarse como el más importante a nivel nacional. Celebro el esfuerzo y la convicción que han puesto en la promoción y difusión de nuestros artistas a través de un proyecto de gran calidad que confirma que la colaboración entre organizaciones, públicas y privadas, deriva siempre y con seguridad en un beneficio directo y tangible para nuestra comunidad. ¡Enhorabuena por este vigésimo aniversario! Carmen Junco Presidenta del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE) 35 LAS CATEGORÍAS Monterrey FEMSA contempló las categorías de pintura y escultura, las cuales en ese momento ocupaban mayoritariamente la producción de los artistas, con un Premio de Adquisición de 75 mil pesos para cada categoría. En total participaron 1089 pinturas correspondientes a 485 artistas y 224 esculturas de 139 artistas. Un suceso muy importante de mencionar es que asimismo se registraron 26 instalaciones de 21 artistas, lo que fue signo inequívoco de que los tiempos estaban cambiando. Considerando la destacada presencia de la modalidad de instalación, el jurado decidió otorgar dos Menciones Honoríficas en este género y, a partir de la II Edición en 1994, se decidió incorporar la categoría de instalación con un Premio de Adquisición de 30 mil pesos, convirtiéndose así en el primer certamen de artes plásticas en el país en incluir dicha categoría. En esta II Edición participaron 88 instalaciones de 63 artistas, cifra que fue incrementándose La I Edición de la Bienal Adolfo Patiño, Escuelas del arte (detalle), 1992. Colección FEMSA. 36 Antonio Ortiz «El Gritón», El paisaje actual, 1992. I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992. 37 X Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012. en posteriores ediciones y cuyo Premio de Adquisición logró unificarse a partir de la IV Edición con un monto de 150 mil pesos para cada una de las modalidades. Comenzando en la VII Edición se decidió agrupar todas las obras en dos grandes categorías lo suficientemente flexibles como para convertir el evento en un concurso cada vez más incluyente. De esta forma, las obras propuestas por los creadores pueden concursar bajo los formatos bidimensional y tridimensional, lo cual ha permitido una mayor presencia de las diversas manifestaciones artísticas en la actualidad. Cabe mencionar que desde la X Bienal Monterrey FEMSA se incrementó el Premio de Adquisición a 200 mil pesos para cada uno de los formatos. VIII Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2007. 38 39 EL JURADO Desde un inicio, Inauguración de la II Bienal Monterrey FEMSA. Raquel Tibol, al micrófono. Detrás, de izquierda a derecha: Rebeca Fascovich, Alicia y Guillermo Pérez Maldonado y Olivier Debroise. Museo de Monterrey, 1994. Miembros del jurado, artistas premiados y organizadores de la VII Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Gabriel de la Mora, Karen Cordero, Gabriela Velázquez Robinson, Julián Zugazagoitia, Carolina Esparragoza, Elisa Lipkau, Philippe Louisgrand, Sylvia Navarrete, Bárbara Garza Lagüera, Jaime Toussaint, Mauricio Gattás, Oswaldo Ruiz Chapa y Damián Ontiveros. Centro de las Artes, Monterrey, 2005. 40 el Comité Organizador de la Bienal Monterrey FEMSA consideró que la solidez de un evento de esta naturaleza dependía tanto de la tradición que fuera capaz de ir creando, como de la legitimación de sus acciones: convocatoria, difusión, selección, exposición y premios. Un factor muy importante para su legitimación proviene de quién selecciona y quién es el responsable de otorgar los premios, es decir, las credenciales, los reconocimientos y la trayectoria de quienes funjan como jurado en cada una de las ediciones del evento. En sus primeras dos ediciones, el jurado estuvo conformado por siete personalidades del medio nacional y a partir de la III Bienal se instituyó un jurado de cinco especialistas provenientes tanto de México como del extranjero. De esta forma, la Bienal Monterrey FEMSA ha contado con la participación de reconocidos promotores, críticos de arte y artistas a nivel nacional e internacional, quienes han colaborado como miembros del jurado aportando su experiencia y conocimiento, contribuyendo significativamente a la solidez y prestigio que distinguen a este certamen. Así, personalidades dentro del campo de la promotoría y crítica del arte como Agustín Arteaga (México), Jacques Beauffet (Francia), Ery Camara (Senegal), Karen Cordero (México), Olivier Debroise (México), Teresa del Conde (México), Juan Coronel Rivera (México), Rita Eder (México), Luis Carlos Emerich Una de las mayores dificultades de Sin duda los certámenes [como cualquier evento, y más aún en el Tercer Mundo, es la continuidad, pues a menudo en las instituciones la iniciativa de una administración es desconocida por la siguiente, con lo cual son pocos los eventos que logran pasar de las primeras ediciones. Es realmente un logro muy importante que una bienal haya durado ya dos décadas, y que se siga haciendo con entusiasmo, especial cuidado en la selección de los jurados, y una alta calidad en la organización y el montaje. la Bienal Monterrey FEMSA] han ayudado a la promoción artística en México, incluso a nivel galerías de arte, becas ofertadas por CONACULTA y, sobre todo, puntos relevantes en los currícula de los artistas, no sólo premiados o mencionados, sino incluso seleccionados. La Bienal Monterrey FEMSA desde sus inicios se impuso como uno de los foros más importantes para el impulso de la cultura visual del país. Desde las primeras ediciones de la Bienal, ésta se caracterizó por sus altos estándares competitivos. Haber sido jurado fue una gran distinción a título personal ya que tuve oportunidad de intercambiar opiniones con un grupo de críticos e historiadores a los que admiro y respeto. Un gran número de artistas ganadores de la Bienal, al paso de los años, ha logrado carreras distinguidas a nivel internacional. El modelo de la Bienal Monterrey FEMSA, una competencia por convocatoria con el programa de artistas invitados de otros países, es único en Latinoamérica. Las contribuciones al arte emergente de México y América Latina han sido muchas. Virgilio Garza Teresa del Conde José Roca 41 Miembros del jurado y artistas premiados de la IV Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha, arriba: Grupo SEMEFO (Carlos López, Teresa Margolles y Arturo Angulo), Miriam Medrez, Trini, Jamex de la Torre, Xavier Moyssén L. y Juan Carlos Merla. Abajo: Blanca Nelly Garza, Menene Gras Balaguer, Rita Eder, Teresa del Conde, Ivo Mesquita y Einar de la Torre. Museo de Monterrey, 1999. En cuanto a la promoción de las artes visuales en México, soy una persona que está totalmente de acuerdo en este tipo de certámenes, tanto de carácter nacional como internacional, por varias razones, entre las principales, la posibilidad de percatarse cuáles son las tendencias, los estilos que imperan. En mayor cantidad, son los jóvenes quienes acceden a este tipo de certámenes, pues a mi manera de ver éstos son un auténtico «trampolín», una forma automática para integrarse al mundo de las artes. Es una confrontación a final de cuentas y, como tal, en estos concursos existe la factibilidad de saber en qué andan los creadores –y muchas veces, por qué no- cuáles son las intenciones o las líneas que pretenden indicar los miembros del jurado. La Bienal Monterrey FEMSA es hoy por hoy un evidente termómetro del movimiento artístico de México. Se ha convertido en una necesidad. No me puedo imaginar el mundo artístico sin ella. Nos ha dado a conocer a muchos creadores que no fácilmente acceden a galerías; no tienen por lo tanto la oportunidad de ser valorados. La Bienal –ésta y algunas más-, es la que concede al artista seleccionado la oportunidad de ser buscado por las galerías, por los coleccionistas, por los curadores. Le deseo a la Bienal Monterrey FEMSA una larga vida; que siga ofreciendo la oportunidad a los creadores de ser presentados en sociedad, de ser exhibidos, de que sus obras sean vistas por innumerables ojos nacionales e internacionales. Miriam Kaiser Sesión de jurado, X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Pierre-Olivier Arnaud, Leda Catunda, Carlos-Blas Galindo, Karen Cordero, Itala Schmelz, Rosa María Rodríguez, Luis Quirós y Marcela Torres. 2012. (México), Carlos-Blas Galindo (México), Jorge García Murillo (México), Virgilio Garza (México), Andrea Giunta (Argentina), Menene Gras Balaguer (España), Miriam Kaiser (México), Luis-Martín Lozano (México), Jorge Alberto Manrique (México), Ramiro Martínez (México), Ivo Mesquita (Brasil), Xavier Moyseén L. (México), Sylvia Navarrete (México), Nelly Perazzo (Argentina), José Roca (Colombia), Osvaldo Sánchez (Cuba), Guillermo Santamarina (México), Itala Schmelz (México), Raquel Tibol (México) y Julián Zugazagoitia (México); así como los destacados artistas plásticos Pierre-Olivier Arnaud (Francia), José Bedia (Cuba), Leda Catunda (Brasil), Manuel Felguérez (México), Fernando González Gortázar (México), Philippe Louisgrand (Francia), Liliana Porter (Argentina), Ernesto Pujol (Cuba), Betsabeé Romero (México) e Ignacio Salazar (México), han formado parte del comité de selección de obras y artistas premiados. Hasta el momento, la Bienal Monterrey FEMSA ha contado con la participación estricta de 54 miembros del jurado considerando que algunos de ellos han colaborado en más de una de sus ediciones. Pienso que la pluralidad fue realmente lo más importante en esta Bienal. Se vio gran diversidad de objetos de toda índole, había incluso desde nacionalismos hasta cuestiones completamente internacionales. Aunque no había un estilo en específico dominante, sí había, por ejemplo, un grupo muy grandes de autores hiperrealistas, había otro bastante bueno de psicodélicos muy interesante… Lo que vimos sobre todo fue que había gran número de obras muy relacionadas entre sí, se puede hablar ya de que el arte contemporáneo está manejando ciertos géneros; les interesa mucho, por ejemplo, el vanitas, el sentido del retrato muy introspectivo y es, por eso, que se seleccionó tanta fotografía, porque realmente no es un fenómeno que esté sucediendo sólo en el arte contemporáneo mexicano sino también en el internacional. Juan Coronel Rivera 42 43 Ery Camara y Agustín Arteaga, miembros del jurado de la VI Bienal Monterrey FEMSA. 2003. Sesión de jurado, V Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Carlos Julsrud, José Bedia, Miriam Kaiser, Luis Quirós, Andrea Giunta, Xavier Moyssén L. y Jacques Beauffet. 2001. En los últimos veinte años, el lo fuerte de la Bienal es que se Creo que el principal aspecto ha sido quehacer artístico, así como las búsquedas formales, temáticas y curatoriales han cambiado de manera significativa en todo el mundo. México no es la excepción. En este sentido, la Bienal ha sabido crecer al lado de estos cambios, flexibilizándose a ideas conceptuales diferentes, así como a los formatos más variables, para dar cabida a los nuevos medios y modos de expresión. Esto la ha hecho una de las bienales más longevas de nuestro país. Me parece además que este gran evento, de escala nacional, se ha convertido en un interesante termómetro de las búsquedas creativas que brotan a lo largo y ancho de la República y que no necesariamente se expresan en la escena mainstream, aportando un valor cultural propio. Tras acudir al emocionante y exitoso momento de la entrega de los premios de la X Edición de la Bienal Monterrey FEMSA, en la que tuve el honor de fungir como jurado, y tras gozar la celebración de la inauguración multitudinaria de la muestra en el museo MARCO de Monterrey, me pareció que FEMSA tiene una participación importante en la promoción cultural a través de este evento; la aceptación del público nos da las pruebas para reconocer su merecida consolidación. basa en un sistema de selección, que como todo sistema de selección a través de un jurado, por mayoría, no es perfecto; pero esta Bienal la fuerza que tiene es una fuerza de convocatoria que no la tiene ningún otro sistema. [En relación al proceso de selección de la IX Edición] nuestras votaciones iban más allá del gusto individual de cada quien, respetamos la obra por su propio propósito, que eso también es importante… Así fuimos consensuando los resultados y en ese sentido fue siempre por mayoría; hay calidad en lo que quedó, ya que de 3605 obras, elegir al final 95, ¡no fue fácil! Lo interesante es el nivel de convocatoria y apertura que da acceso a muchísima obra. De otra manera, por ejemplo, si no hubiera estado ahí, me habría costado ocho meses del año tener acceso a esa cantidad de autores. Es un sistema que permite aprender, tener el seguimiento de qué se está produciendo en el país, cuáles son los temas, cuáles son las técnicas. Si el ánimo ha sido de participar por parte de un artista que está produciendo en México hoy, es un indicio muy importante, porque quiere decir que hay una voluntad de comunicar lo que se está haciendo. la continuidad que ha tenido la Bienal, lo cual es muy importante. Ya está establecida como un evento recurrente y los artistas lo esperan y planean de acuerdo. Lo que pasa muchas veces en México con este tipo de proyectos es que nacen y a los cuatro o seis años ya no existen. Para mí éste es el principal aspecto destacable y se refleja en el constante aumento en el número de personas que se inscriben. Considero también que es interesante la mezcla de participantes que se da, entre artistas que tienen ya una trayectoria establecida y artistas que tienen poco tiempo trabajando o incluso que no tienen un currículo; esto posiciona a la Bienal como un evento de carácter único. [Los certámenes, concursos o bienales] han funcionado como un foro para dar presencia a artistas que muchas veces no tienen otra manera de darse a conocer, sea por cuestiones relativas a las ciudades en donde habitan y que no cuentan con una estructura de difusión importante o que incluso no existe, o simplemente porque no conocen el funcionamiento de estos medios. Son un espacio para que los artistas muestren su trabajo. Desde el punto de vista académico y comercial, cada vez se pone más atención a los participantes ganadores o que obtienen alguna mención. Itala Schmelz Osvaldo Sánchez Ramiro Martínez 44 Pierre-Olivier Arnaud y Leda Catunda, miembros del jurado de la X Bienal Monterrey FEMSA. 2012. 45 LOS ARTISTAS fue concebida como un evento de reconocimiento y apoyo a la creación y talento de los productores mexicanos y artistas extranjeros radicados en el país. Bajo esta perspectiva, ha representado una plataforma de impulso en su trayectoria y un invaluable respaldo tanto por el jurado que se convoca, los premios que otorga, su promoción y difusión, su itinerancia, así como por la incorporación de un grupo de obras seleccionadas y todas las obras ganadoras a la Colección FEMSA. Hasta su X Edición, un acumulado de 21 085 obras de 8642 artistas entre pintura, escultura, instalación, video, fotografía, dibujo, obra gráfica y arte objeto, han respondido a la convocatoria que se difunde a nivel nacional. Se ha presentado en los salones de exhibición de cada una de las ediciones un total de 1135 obras seleccionadas, de las cuales 25 obras de 26 artistas han sido reconocidas con el Premio de Adquisición. Asimismo, se han otorgado 35 Menciones Honoríficas a las obras más destacadas en cada modalidad y 52 Menciones por Estado a los artistas más sobresalientes de cada entidad federativa representada con tres o más participantes. Hasta el momento, 95 obras se han integrado a la Colección FEMSA a través del Premio de Adquisición, donaciones de artistas o bien a partir del Fondo de Adquisición de Obras Seleccionadas. A lo largo de sus ediciones, la favorable respuesta de los artistas y su participación ha sido destacable, tanto en la pluralidad de propuestas artísticas como en la diversidad de técnicas y disciplinas. Los artistas que han sido seleccionados, de los cuales un 33 por ciento son mujeres y un 67 por ciento hombres, con un promedio de edad de 36 años, representan un grupo de productores ya formados que han decidido consolidar su carrera a través de un reconocimiento como el que brinda la Bienal Monterrey FEMSA. L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA Miembros del jurado y artistas premiados de la II Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Raquel Tibol, Gerardo Azcúnaga, Betsabeé Romero, Estrella Carmona, Rebeca Fascovich, Mentor Tijerina y Jorge García Murillo. Museo de Monterrey, 1994. Sra. Eva Gonda de Garza Lagüera y Laura Quintanilla en la I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992. La Bienal me ha servido de trampolín. Mucha gente me ha contactado por haber visto mi trabajo en alguno de los numerosos lugares en donde se ha presentado. Mi círculo de conocidos y amistades se ha ampliado muchísimo. Formar parte de la Colección FEMSA es una referencia muy sólida y de gran honor. En México la producción de arte es muy plural y multifacética, y según mis experiencias, «producir» se ha convertido en un desafío constante, Premiación de la IX Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Ramsés Ruiz, Virgilio Garza, Genaro Borrego Estrada, José Antonio Fernández Carbajal y Javier Treviño Cantú. Centro de las Artes, Monterrey, 2009. 46 Premio de Adquisición Laura Quintanilla, Rosa María Robles, Estrella Carmona, Gerardo Azcúnaga, Betsabeé Romero, Francisco Larios, María José de la Macorra, Claudia Fernández, Katrien M. Vangheluwe «Trini», Miriam Medrez, Grupo SEMEFO –integrado por Teresa Margolles, Arturo Angulo y Carlos López–, Yolanda Mora, Sandra Cabriada, Fernanda Brunet, Diego Toledo, Rubén Gutiérrez, Gabriel de la Mora, Mauricio Gattás, Adela Goldbard, Alejandro López Saldaña, Oscar Farfán, José Lazcarro, Miguel Fernández y Marianna Dellekamp. que si no es económico es conceptual, social, etcétera. México es una verdadera meca de corrientes, opiniones y posiciones, una jungla de gente creativa con gran potencial. Jens Kull 47 Premiación de la VI Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Rosario Guajardo, Ery Camara, Virgilio Garza, Dominica Martínez Aujuria, Alfonso Rangel Guerra, José Natividad González Parás, José Antonio Fernández Carbajal y Jorge Contreras Santiago. Centro de las Artes, Monterrey, 2003. Las bienales son una obligada referencia para la identificación y valoración de obras de arte ya que destacan la talla, trayectoria y figura de los artistas (su pensamiento, expresión y referentes), por lo que considero de suma importancia la oportunidad de confrontar mis propuestas con tantas otras procedentes de diversas disciplinas. Éstas representan un registro del arte que se está haciendo, los discursos que imperan, lo que nos conmueve como sociedad, como individuos. Son el registro de una época, y estar dentro de una bienal es estar dentro del devenir histórico. [Los certámenes de artes visuales] son muy importantes ya que nos brindan un sinnúmero de posibilidades. Impulsan la proyección de los artistas otorgando una plataforma de visibilidad y promoción de la cultura al exterior permitiendo nuevos lazos no sólo con instituciones públicas y privadas, mecenas y coleccionistas que quieren vivir de verdad la vida del artista (como una forma distinta de mirar el mundo), sino con todo aquel que quiera vivir el arte de cerca y conocer nuevos discursos. Además, como productor, participar es un aliciente; ser reconocido una motivación. Cada participación obliga a un balance de logros, plantear metas y refrendar compromisos. Finalmente, reitero la relevancia cultural de las bienales y la forma en que son un espacio que alberga -o acoge- el arte que se ve, que se puede tocar, que convive con el espectador. Rosario Guajardo 48 Premiación de la II Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Ramiro Martínez Plasencia, Maye Garza Rangel, Ercilia Gómez Maqueo, Maye Rangel de Milmo y Agustín Arteaga. Museo de Monterrey, 1994. Menciones Honoríficas Eloy Tarcisio, Boris Viskin, Antonio Nava Tirado, Jorge Yázpik, Antonio Ortiz «El Gritón», Adolfo Patiño, Manuela Generali, Teresa Serrano, Dionisio Cortés, Ramiro Martínez Plasencia, Víctor Rodríguez, Roberto de la Torre, Artemio Morales, Stefan Brüggemann, María Vanesa García, Melanie Smith, Blanca Nelly Garza, Eugenia Benabib, Francisco Larios, Laura Leal, Gerardo Enrique Monsiváis, Manuel Rocha, Guillermo Roel, Alberto Ibáñez, Carla Díaz-Francés, Erika Harrsch, Gabriela Aceves, Luis Enrique Oroz Perales, Carolina Esparragoza, Patrick Pettersson, Geysell Capetillo, Pablo Rasgado, Ramsés Ruíz, Alejandro Palomino y Ulises Figueroa. Menciones por Estado Alfredo Martín Gómez (Jalisco), Alberto Calzada (Distrito Federal), Rosario Guajardo (Nuevo León), Alberto Ramírez (Oaxaca), Aníbal Hernández (Tamaulipas), Estrella Carmona (Veracruz), Diego Medina (Jalisco), Kiyoto Ota Okuzawa (Distrito Federal), Gerardo Azcúnaga (Nuevo León), Mauricio Sandoval (Aguascalientes), Francisco Larios (Nuevo León), Katrien M. Vangheluwe «Trini» (Distrito Federal), Noé Armando García (Veracruz), Alicia Ceballos (Jalisco), Jorge Yázpik (Distrito Federal), Sergio Galán (Nuevo León), Grupo 19 Concreto –integrado por Fernando de Alba, Roberto de la Torre, Ulises Mora y Alejandro Sánchez– (Distrito Federal), Diego Medina (Jalisco), Juan Caballero (Nuevo León), Ana Cecilia de la Cueva (Jalisco), Mario Eduardo García (Coahuila), Lucio Muniain (Distrito Federal), María Romero (Sinaloa), Patricia Torres (Michoacán), Sandra Cabriada [Participé en la Bienal Monterrey FEMSA] porque desde su inicio me pareció que era uno de los certámenes más serios y mejor organizados del país. A través del tiempo creo que se ha convertido en la bienal de mayor relevancia a nivel nacional debido a la claridad y facilidades que brinda su convocatoria, a la apertura que ha mostrado al incluir más disciplinas que el resto de las bienales y a su capacidad de irse reinventando para no perder vigencia, esto sin hacer a un lado la calidad de su catálogo y el monto de los premios. [Mi participación fue] una experiencia muy estimulante que te permite conocer la producción de los creadores plásticos más importantes del país y al mismo tiempo contextualizar tu trabajo dentro del panorama general de las artes visuales en México. Premiación de la III Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Francisco Larios, Claudia Fernández y Sylvia Vega. Museo de Monterrey, 1997. Ramiro Martínez Plasencia 49 Premiación de la V Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Francisco Larios, Virgilio Garza (de espaldas), Luis-Martín Lozano, José Bedia y Andrea Giunta. Centro de las Artes, Monterrey, 2001. El momento actual en México Premiación de la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Leda Catunda, Itala Schmelz, Jaime Rosales de la Garza, Miguel Fernández, Alfonzo Garza Garza, César Montemayor Zambrano, Álvaro Hegewisch, Carmen Junco, Bárbara Garza Lagüera y Alfonso González Migoya. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012. Creo que la importancia de la Puedo decir que mi experiencia Para los asiduos espectadores Bienal está justo en la capacidad de poner en perspectiva lo que como artista haces desde un espacio usualmente limitado, ya sea el estudio o cualquier otro contexto que delimite tu práctica. La Bienal se convierte en foro no sólo para mostrar, sino para someter a juicio público lo que piensas e investigas, a derivar de ahí un análisis sobre qué tanto puede uno contribuir a generar nuevas experiencias para los espectadores, quienes se confrontan con la selección completa de la muestra, sin ese sentido «narrativo» que una exhibición colectiva usualmente articula. Esto le plantea al propio artista el reto de ser más claro, si acaso no en su discurso interno, sí en sus intenciones al proponer la pieza al concurso. con esta bienal ha sido muy buena. En varias ocasiones he tenido la oportunidad de haber sido seleccionado y en lo personal los resultados han sido satisfactorios. En un par de veces recibí una Mención, en otro momento la Colección adquirió una de mis obras que al parecer ha circulado en diferentes exhibiciones y de la cual se ha impreso un libro, y también he sido invitado al museo para participar en una conferencia sobre mi trabajo. Por otro lado, años atrás, recuerdo que la primera vez que viajé a Monterrey para montar una instalación en la Bienal fue para mí una agradable experiencia. El trato que recibí por parte de sus organizadores así como del personal de producción fue muy atento y había un gran respeto hacia mi labor como artista, algo que en algunas ocasiones no es fácil de ver en otros lados. son importantes las opciones de esta índole [los certámenes de artes visuales]. En mi particular caso, me resulta en extremo curioso ver una muestra que según el criterio de personas especializadas es lo que está sucediendo en nuestro país; asimismo, se me hace singular y por demás entretenido consolidar la exposición brindándole un toque internacional, cuando el propósito de la Bienal es reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México, y nos topamos con que ciertos expositores están participando (concursando) y otros (algunos extranjeros) que entran por invitación no lo están, derivando entonces en un interesante planteamiento: dos exposiciones en una. Hugo Lugo Roberto de la Torre Fernando Villalvazo 50 (Distrito Federal), Einar y Jamex de la Torre (Jalisco), Juan Carlos Merla (Nuevo León), Francisco Manterola (Distrito Federal), Víctor Hugo Pérez (Jalisco), Daniel Lara Ballesteros (Nuevo León), Ornella Ridone (Michoacán), Antonio Ortiz «El Gritón» (Distrito Federal), Tomás López (Jalisco), Rosario Guajardo (Nuevo León), Sergio de la Torre (Baja California), Elisa Lipkau (Distrito Federal), Damián Ontiveros (Nuevo León), Oswaldo Ruíz (Nuevo León), Luis Enrique Ramírez Hampshire (Oaxaca), Rafael Rodríguez (Querétaro), Ximena Labra (Distrito Federal), Alejandro Cartagena (Nuevo León), Yolanda Mora (Distrito Federal), Jacqueline Lozano (Guanajuato), Jesús Jiménez López (Michoacán), Raúl Quintanilla (Nuevo León), César López (Puebla), Livia Corona (Baja California), Idaid Rodríguez (Distrito Federal), Norma Suárez (Guanajuato), Marcela Quiroga (Nuevo León) y Dulce Pinzón (Puebla). Los certámenes de artes visuales son importantes por diversas razones. Para el espectador es una oportunidad de ver en un mismo lugar la obra de varios artistas contemporáneos. La selección de las obras está propuesta por cada uno de los artistas quienes mandamos lo que consideramos lo mejor para la muestra. La selección de las obras y artistas queda en manos del jurado. Por otra parte, visto desde la perspectiva de la artista, es una oportunidad de crear currículum con un enfoque cultural; al mismo tiempo se tiene la posibilidad de recibir apoyo si la obra es premiada y también formar parte de la Colección FEMSA. Haber sido seleccionada es importante para mí pues en los últimos diez años mi trabajo se ha centrado más en la realización y producción de proyectos de arte social y no en galerías y museos. Era importante llevar los proyectos sociales al espacio del museo para que estuviesen en diálogo con la obra de otros artistas. es muy efervescente, existe un número creciente de artistas trabajando y haciendo cosas interesantes. El simple hecho de habitar este país puede ser muy productivo y enriquecedor para un artista. En países de la periferia, como México, en donde el circuito de galerías y de museos es muy reducido o en algunos casos incluso nulo, los certámenes de artes visuales vienen a llenar algunas de las carencias del sistema cultural. La principal de ellas (que claro, no sólo se refleja en el mundo del arte) es la falta de una plataforma de desarrollo adecuada para el artista emergente, quien encuentra un panorama desolador al intentar mostrar públicamente su trabajo o tener diálogo con el medio artístico. Los certámenes de artes visuales, si cuentan con una difusión y un jurado adecuado y competente, pueden convertirse en una plataforma primaria para cualquier artista, quien así tiene la oportunidad de enseñar públicamente su trabajo y, en algunos casos, incluso recibir una remuneración por él. Jorge Méndez Blake Laura Anderson Barbata 51 LAS ITINERANCIAS de alcance y repercusión nacional, la Bienal Monterrey FEMSA ha implementado un programa de exposiciones itinerantes a diversas instituciones culturales del país. De esta forma, se han presentado las obras ganadoras de las primeras cinco ediciones en el Museo Amparo de Puebla y en el Museo de Arte de Zapopan, Jalisco. Asimismo, las obras premiadas de la VI Edición fueron presentadas en Casa Redonda, Museo Chihuahuense de Arte Contemporáneo, así como en el Museo Regional de Sonora. Los galardonados de la VII Edición estuvieron presentes en el Palacio de la Autonomía Universitaria de la UNAM en la Ciudad de México. En el 2008 y por primera ocasión fue posible presentar todas las obras seleccionadas de la VIII Bienal Monterrey FEMSA en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México, así como en la Galería Jesús Gallardo en León, Guanajuato; y en el 2010 las obras correspondientes a la IX Edición fueron presentadas en la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias, San Pedro Museo de Arte y la Casa de la Cultura en Puebla, así como en el Centro Cultural Tijuana (CECUT); y en la X Edición, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México. A través de este programa de exposiciones itinerantes, alrededor de 80 mil personas hasta el momento han podido conocer y disfrutar las obras que han formado parte de la Bienal Monterrey FEMSA, sumándose a los más de 400 mil visitantes que ha recibido este certamen. Siendo un evento Inauguración de la exposición Artistas Premiados de la VII Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Gabriel de la Mora, Mauricio Gattás, Jaime Toussaint, Lilia Weber, Gerardo Estrada, Bárbara Garza Lagüera y Gustavo Lara Alcántara. Palacio de la Autonomía Universitaria, Ciudad de México, 2006. Foto página anterior, arriba. IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro Cultural Tijuana, 2010. Foto página anterior, abajo. Inauguración de la VIII Bienal Monterrey FEMSA. Antiguo Colegio de San Ildefonso, Ciudad de México, 2007. 52 53 Desde el momento en que el Inauguración de la IX Bienal Monterrey FEMSA. Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias, Puebla, 2010. VIII Bienal Monterrey FEMSA. Galería Jesús Gallardo, León, 2008. Desde su I Edición, la Bienal de México ha forjado desde los años veinte del siglo pasado un sólido prestigio más allá de nuestras fronteras por la creatividad, talento y elevada calidad de sus artistas plásticos, quienes a partir de sus propuestas se ubican en el nivel de los exponentes más reconocidos del mundo entero. En esa perspectiva, un mérito destacado de la Bienal Monterrey FEMSA ha sido que desde hace veinte años alienta el trabajo, destreza y capacidad inventiva de nuestros artistas, al igual que la Colección FEMSA, la cual constituye uno de los acervos en artes visuales más valiosos que exista en México, de acuerdo con voces autorizadas del ámbito internacional. Cobra especial significado la iniciativa de itinerar la Bienal Monterrey FEMSA, que en su IX Edición se presentó en el Centro Cultural Tijuana, lo que ha representado una Monterrey comenzó a destacarse entre los más importantes certámenes de artes visuales del país al coincidir su atractiva convocatoria con la emergencia de una nueva generación de artistas mexicanos que abordaban la creación a partir de estrategias, técnicas y formatos distintos a los de sus antecesores. Este ejercicio cultural ofrecía alternativas de descentralización cultural y apertura hacia nuevas manifestaciones, señalando su perfil distintivo incluso en los criterios de selección de jurados –combinación de decanos en la teoría y crítica del arte junto con jóvenes talentos– así como por su perfil abierto de convocatoria internacional. Tanto el auspicio de FEMSA a la Bienal, como la Colección FEMSA que se ha nutrido significativamente de ella, representan proyectos modélicos en su excelencia cualitativa y en la trascendencia de sus alcances culturales, consolidándose en el tiempo la virtud tanto de su cuidada planeación, como en sus reflexionados 54 criterios de selección. El valor estético y patrimonial de la Bienal y la Colección son un par de las numerosas iniciativas producto de la orientación cultural de una empresa que entiende al apoyo y fomento artístico y cultural como factores decisivos para el desarrollo social, un proceso en el que se han comprometido de manera pionera y activa desde hace décadas, proyectando siempre hacia el futuro. El amplio alcance de miras, al mismo tiempo meditado y sostenido –más atento a los resultados perdurables que a las coyunturas efímeras– es precisamente la perspectiva que permite que este tipo de iniciativas de promoción artística consoliden sus valores históricos, estéticos y sociales. En el legado de dos décadas de la Bienal, no sólo destacan los nombres de los creadores –todos ellos referenciales para la historiografía moderna y contemporánea del arte latinoamericano– sino también obras representativas de gran calidad, conservadas y catalogadas con el esmero que beneficia tanto a los investigadores especializados como a los visitantes de las exposiciones dedicadas a la Bienal o en las que las obras premiadas e inscritas en la Colección FEMSA participan. Sin duda, la comunidad de museos, y sus beneficiarios, le deben un particular reconocimiento al legado patrimonial de dos décadas: su constante presencia en foros museográficos públicos nacionales e internacionales lo convierten en un valor compartido, distante del mero ejercicio de la ostentación inaccesible. La manera de conservar y circular el patrimonio, colaborando con él en proyectos con bases educativas y culturales, representan una expresión efectiva y elocuente de la responsabilidad social de FEMSA. ¡Enhorabuena a la Bienal Monterrey FEMSA por dos décadas! y muchos años por venir. alta distinción y una oportunidad invaluable para que el arte mexicano contemporáneo se diera a conocer a un público binacional. En esta dimensión de zona fronteriza caracterizada por su dinamismo y empuje, donde el arte contemporáneo tiene una presencia trascendente, el Centro Cultural Tijuana representa un escaparate para el arte y la cultura de México generosamente representados en la IX Bienal Antiguo Colegio de San Ildefonso se comprometió a recibir en su sede la exposición de la Bienal Monterrey FEMSA, nos sumamos a la firme voluntad que caracteriza a sus organizadores de promover y difundir las obras de los seleccionados de este certamen con el objeto de dar a conocer en la capital de nuestro país las diversas tendencias del arte contemporáneo mexicano. La Bienal cuenta en cada edición con un jurado diverso y renovado que ha logrado darle mayor credibilidad y resonancia a este acontecimiento que ya ha trascendido nuestras fronteras. Además del descubrimiento de jóvenes artistas emergentes, la Bienal también nos sorprende con la maestría de artistas ya consagrados que dan continuidad a su quehacer artístico. Como institución cultural, presentar esta exposición es una oportunidad que nos permite afianzar alianzas no únicamente entre el mundo artístico sino entre artistas y visitantes de museos siempre abiertos a las nuevas expresiones. Reitero nuevamente nuestro entusiasmo y compromiso de continuar apoyando la divulgación de la Bienal Monterrey FEMSA. Paloma Porraz Directora del Antiguo Colegio de San Ildefonso Monterrey FEMSA, cuya exposición aquí en 2010 marcó un hito en la historia cultural de los años recientes. Por lo anterior saludamos con optimismo la seguridad de una colaboración institucional creciente y promisoria. Virgilio Muñoz Director General del Centro Cultural Tijuana Graciela de la Torre / Jorge Reynoso Dirección General de Artes Visuales/ MUAC, UNAM 55 LAS ACTIVIDADES PARALELAS fue instituida con el objetivo de lograr un impacto positivo en la comunidad, en niños, jóvenes y adultos, al alentar la creatividad de mujeres y hombres, reconociendo el talento de quienes se encuentran en este país. Con este propósito y consciente de la responsabilidad de fomentar el desarrollo cultural en la sociedad, la Bienal ha seguido creciendo y animando cada una de sus actividades, implementando un programa de eventos paralelos con el fin de lograr una mayor participación del público. Es así como conferencias con críticos de arte y curadores invitados, diálogos con artistas seleccionados y ganadores, talleres para estudiantes y la comunidad infantil, visitas guiadas y recorridos especiales programados con escuelas y universidades, son actividades que se llevan a cabo en los espacios donde se presenta. Asimismo, en la IX Bienal Monterrey FEMSA se implementó un programa de vinculación con universidades de las carreras de arte con la participación directa de los alumnos en sesiones de organización, producción, montaje, apoyo, colaboración y convivencia con los artistas, compartiendo así, la experiencia de la Bienal. De esta forma, a lo largo de sus ediciones, se han llevado a cabo un sinnúmero de actividades paralelas que han promovido el acercamiento de los diferentes públicos a las expresiones artísticas en la actualidad. L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA Mesa redonda sobre la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Rosa María Rodríguez, Luis Quirós, Karen Cordero, Juan Brenner y Beatriz de la Torre. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012. Charla con Iñaki Bonillas. Taller de Experimentación Plástica, Monterrey, 2010. Charla con los artistas invitados de la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Ángela Bonadies (Venezuela), Luis Roldán (Colombia), Juan Brenner (Guatemala), Nicolás Robbio (Argentina), André Komatsu (Brasil), Juan José Olavarría (Venezuela), Oscar Rivas (Nicaragua) y Cinthya Soto (Costa Rica). Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012. Actividades educativas de la VIII Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2007. Conferencia Panorama portátil del arte contemporáneo brasileño por Agnaldo Farias. Facultad de Artes Visuales de la UANL, Monterrey, 2009. Conferencia Plataforma 13. Organización y selección de la IX Bienal Monterrey FEMSA. Taller de Experimentación Plástica, Monterrey, 2010. 56 57 LAS RESIDENCIAS su V Edición y con el objetivo de brindar a los artistas ganadores una experiencia de conocimiento y aprendizaje que contribuya a enriquecer su trayectoria, la Bienal Monterrey FEMSA, con el invaluable apoyo de la Alianza Francesa de Monterrey, otorga una residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia, donde los ganadores conviven con artistas de muy diversos lugares y tienen la oportunidad de producir y exhibir su trabajo. Entre los artistas que han sido beneficiados con la concesión de estas residencias se encuentran Gerardo Azcúnaga, Sandra Cabriada, Gabriel de la Mora, Carolina Esparragoza, Mauricio Gattás, Rubén Gutiérrez, Alberto Ibañez, José Lazcarro, Yolanda Mora, Luis Enrique Oroz Perales, Pablo Rasgado, Ramsés Ruiz y Diego Toledo. A pa r t i r d e Proyecto realizado por Alberto Ibáñez durante su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2004. Una bienal de arte contemporáneo no es cosa sencilla: la obra de los artistas participantes está, a menudo, en pleno desarrollo; museos y exposiciones se multiplican, al igual que los catálogos; el mercado del arte, fuente indispensable de información, complica la situación ya que repite dicha información hasta el exceso; la moda, finalmente, amplifica los efectos de ilusión pero también permite revelar y rehabilitar. ¿Cómo entonces dar cuenta de una realidad incompleta, fluctuante y múltiple por medio de un instrumento de conocimiento que necesita cierto rigor y mucha serenidad si pretende ser duradero y convertirse en referente? Además de que requiere asociar la pertinencia de un criterio con la calidad de la obra. Le pertenece a los profesionales del medio –artistas, curadores, docentes, críticos, estudiantes o galeristas– prolongar esta reflexión. La Bienal Monterrey FEMSA no pretende evidentemente tener un carácter exhaustivo (aunque a lo largo de sus diez ediciones, la Bienal Monterrey FEMSA ha contado con la participación de 8642 artistas con más de 21 085 obras…) pero sí trata de llegar a una síntesis. Se trabaja con «materia viva», siempre en movimiento, para obtener una visión de conjunto que se inscribe en lo relativo del presente y que intenta edición tras edición revisitar la historia del arte. Finalmente, por sus condiciones de participación muy abiertas, la Bienal Monterrey FEMSA se acerca, en cierta forma, al ejercicio de la democracia en el campo artístico. ¿Y si el arte contemporáneo no fuese de y para una élite, para una minoría rectora? ¿Y si la Bienal contribuyera a rehabilitar una cierta concepción del artista y del público? Ir al encuentro del artista y del público acaso no sería un logro notable de la Bienal. La Alianza Francesa de Monterrey y la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne expresan su gratitud a FEMSA y a su equipo ejemplar por haberle permitido acompañar a la Bienal Monterrey FEMSA durante sus cinco últimas ediciones. Proyecto realizado por Rubén Gutiérrez durante su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2004. Proyecto realizado por Gabriel de la Mora durante su residencia en Saint-Étienne, Francia. 2006. José Manuel Blanco Alianza Francesa de Monterrey Proyecto realizado por Diego Toledo durante su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2004. 58 Proyecto realizado por Gerardo Azcúnaga durante su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2002. 59 LOS ARTISTAS INVITADOS [Los certámenes de artes visuales son importantes] mientras las cosas se hagan bien y tengan la carne y sustento que un evento de arte debe tener. Es difícil hacer eventos grandes, los presupuestos siempre van a jugar un papel crítico, el entendimiento de los organizadores del por qué es imperativo, el asesoramiento en cuestiones curatoriales y de producción son también esenciales. Es una gran responsabilidad montar un evento, el público es cada vez más conocedor y necesita mejores propuestas. El participante también necesita el respaldo de un proyecto serio para poder avanzar en su producción. Si todos los elementos están ahí y encajando, frecuentemente las cosas caminan. Creo fervientemente en que la competencia, la comparación y la crítica que se origina en los certámenes puede moldear a cualquier emergente, afirmar la carrera de artistas establecidos y despertar la curiosidad de ajenos. momentos de desarrollo de la Bienal Monterrey FEMSA se encuentra el de la participación de destacados curadores quienes seleccionan a artistas con reconocimiento internacional cuyo trabajo se presenta paralelamente al certamen, promoviendo el diálogo entre las diversas manifestaciones artísticas y sus creadores. Es así como en la IX Edición de la Bienal, bajo la selección del curador y crítico de arte Osvaldo Sánchez, se presentó a los artistas mexicanos Carlos Amorales, Iñaki Bonillas, Yishai Jusidman, Magali Lara y Pablo Vargas Lugo; así como a los artistas brasileños Fabio Cardoso, Kboco, Dora Longo Bahia, Henrique Oliveira y Luiz Zerbini, quienes fueron seleccionados por el curador y crítico de arte Agnaldo Farias. Durante la X Edición, bajo la curaduría de José Roca para la exposición Sextanisqatsi: desorden habitable, que exploró la relación entre orden y caos en la ciudad latinoamericana contemporánea, fueron invitados los artistas Ángela Bonadies y Juan José Olavarría (Venezuela), Juan Brenner y Byron Mármol (Guatemala), Donna Conlon (Panamá), André Komatsu (Brasil), Pedro Reyes (México), Nicolás Robbio (Argentina), Luis Roldán (Colombia), Oscar Rivas (Nicaragua) y Cinthya Soto (Costa Rica). La exposición de las obras de destacados artistas tanto de México como de diversos países de Latinoamérica le otorga al certamen una dimensión cada vez más amplia y enriquecedora. Dentro de los diversos Artistas invitados de la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Luis Roldán (Colombia), Oscar Rivas (Nicaragua), André Komatsu (Brasil), Ángela Bonadies y Juan José Olavarría (Venezuela) y Nicolás Robbio (Argentina). Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012. Juan Brenner Como un evento abierto al envío de propuestas por parte de los artistas mexicanos, destacaría la selección plural, respetuosa de los diferentes enfoques, sin limitarse a un acercamiento temático, lo que podría generar exclusiones. [Los certámenes de arte] son importantes, especialmente estos eventos que tratan de la producción reciente, ya que junto con el trabajo de las galerías de arte contemporáneo son los que, a pesar de las selecciones que a veces se imponen sobre el público, dan visibilidad a la producción actual. [Los certámenes de arte] son un gran estímulo para la creación artística. El intercambio con el resto de los artistas invitados fue muy enriquecedor. La selección de obras fue extraordinaria y el montaje impecable. Creo que es un evento muy importante para la comunidad artística. Henrique Oliveira A mi juicio son más importantes las becas y ayudas para formación que logran que los artistas se vinculen con otros contextos y otras formas de trabajar. También me parece importante que se promueva el cruce de disciplinas y no se aísle la producción artística en el museo, sino se generen discusiones. Está bien crear certámenes y contrastar trabajos, pero pienso que siempre ofrecen una visión fragmentada y mínima de la producción. Hay que ir más allá. El gran beneficio de los certámenes es que permiten descubrir trabajos y los ponen a circular. Ángela Bonadies Como en toda muestra tan grande, la diversidad de los artistas la hacía bastante heterogénea. Creo que podrían hacerse ajustes curatoriales en ese aspecto para que quede con menos artistas y más obras de cada uno. Son muy importantes estos certámenes para la intercomunicación con diferentes pensamientos, y el conocimiento de otros artistas es fundamental para motivar y comparar diferentes aspectos en las artes visuales. Luis Roldán Iñaki Bonillas Kboco, artista brasileño invitado en la IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2009. 60 Henrique Oliveira, artista brasileño invitado en la IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2009. 61 Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012 OBRAS GANADORAS 62 63 Laura Quintanilla Moradores es un mosaico de planos a través de los cuales despliego imágenes referidas a circunstancias cotidianas e íntimas del ser, en lo afectivo, material y psicológico. La fragmentación del plano pictórico nos empuja en diferentes direcciones. No es una historia única la que se cuenta, sino fragmentos de diversas historias, que poseen autonomía y significado propio dentro del contexto que los sustenta. Centrada en la figura humana, exploro situaciones reconocibles pero descompuestas, creando una ilusión de extrañamiento al tornar insólito lo perfectamente ordinario. Uso técnicas mixtas basadas en chapopote y encausto para alterar las calidades formales y visuales del color, dando densidad a las atmósferas e intensificando sus cualidades expresivas mediante fuertes contrastes lumínicos. El discurso del cuadro Moradores ha sido una constante en mi obra hasta la actualidad, lo he ampliado combinando lo cotidiano e intimista con una meditación filosófica sobre el ser individual y el pensamiento místico, tanto en lo espiritual como en la desesperanza y la angustia, discusión conceptual de las naturalezas opuestas de la condición humana. Mi preocupación por la tridimensión, o por las cualidades del espacio, presente no sólo en los personajes modelados, sino también en la manera de explorar distintas perspectivas, sobre todo en algunas zonas de los cuadros modulares, seccionados y dispuestos en torno a un motivo central, o estructuras compositivas en espiral; los asfixiantes espacios cerrados que se contienen unos a otros como muñecas rusas, La pieza ganadora en escenarios o laberintos infinitos, son también una constante en mi trabajo. La estética de mis pinturas busca no la unidad sino la sintaxis de los contrastes, es un paseo por un mundo que en momentos se convierte en surrealista y, al mismo tiempo, me muevo dentro de una abstracción y figuración difícil de calificar, en la que caben figuras de pequeños volúmenes, geometrías aparentes o insinuaciones figurativas, contraponiendo lo real y lo ilusorio, en la experiencia del espacio y el tiempo. Moradores, 1992 Premio de Adquisición I Bienal Monterrey FEMSA 64 65 Rosa María Robles de mi obra se define como minimalista. Con sólo dos elementos –madera y basalto– Álamo santo logra una gran fuerza simbólica y expresiva. Mi producción actual se caracteriza por alcanzar una fuerte carga simbólica y expresiva. Los conceptos que desde entonces rigen mi trabajo son la síntesis simbólica, la libertad creativa y la fuerza expresiva. L a p r o p u e s ta a r t í s t i c a Álamo santo, 1992 Premio de Adquisición I Bienal Monterrey FEMSA 66 Estrella Carmona óleo [Byron en Grecia] gira alrededor del pensamiento. De Byron como héroe romántico que ha sido una influencia determinante para mi trabajo. Su poesía y visión del mundo me ha envuelto. Las formas representadas en el cuadro son una estructura mecánica que puede ser una síntesis de una fábrica o de una industria, en cuyo alrededor gira una especie de ave que puede ser una metáfora del pensamiento, de la filosofía... Ahí hay también unos personajes, como circunstanciales, que representan la Historia, el transcurso de la Historia. Bayron en Grecia significa un poco esa cuestión de la noción de la realidad en Byron, gran admirador de la cultura griega, luchador por la libertad de Grecia en el siglo pasado. Yo traté, entonces, de hacer una especie de referencia al momento en que Byron asistió en Grecia. [...] Para mí la pintura es un camino para acceder al conocimiento. En ese sentido siento que es una vía para llegar a ciertas conclusiones en torno a la realidad, es una prueba de la existencia del ser. Básicamente este [Extractos tomados de una entrevista realizada por José Garza para el periódico El Norte aparecida el día 17 de diciembre de 1994]. Byron en Grecia, 1994 Premio de Adquisición II Bienal Monterey FEMSA 68 69 Gerardo Azcúnaga intentan una expresión particular por medio de formas abstractas. La bestia forma parte de una serie de piezas integradas por varios volúmenes fundidos en uno solo en formas medio caóticas, que intentan hablar del espíritu animal. Fue la primera pieza en la que hice uso del pelo, el cual hoy uso esporádicamente y en la mejor manera en que me lo pida la pieza en curso. Creo en la libertad de la creación. No desprecio las presiones externas sobre el productor, pero uno toma sus decisiones. Sin embargo, al final todo lleva una línea, un estilo, porque no puedo hacer algo diferente a lo que soy. Mis obras La bestia, 1994 Premio de Adquisición II Bienal Monterrey FEMSA 70 Betsabeé Romero un lecho de rosas es una pieza muy importante en mi vida profesional pues es la pieza que me lanzó a la instalación, a la utilización de materiales y técnicas no tradicionales. Es una pieza que también me ligó con formatos de gran escala que me obligaron cada vez más a aprender a calcular cantidades de material, escala de las piezas y todo lo que tiene que ver con la negociación con el espacio arquitectónico donde se va a exponer. R e f u g i o pa r a 72 Refugio para un lecho de rosas es una pieza que ya tiene en su título y en el planteamiento el modo en que funciona mi producción hasta ahora. Desde ahí me ha importado el reciclaje no sólo de los materiales pero también de los significados de las frases hechas como es el título de la obra. ¿A qué le da refugio la camita? A la frase relacionada con el lecho de rosas o a la imagen visual de un lecho de rosas. La recuperación es simbólica, hace referencia a lo lingüístico, y lo hace funcionar de otra manera. De la misma manera en que las llantas que grabo no sólo le dan refugio a iconografías en extinción, a fragmentos atropellados por la modernidad, sino que dan refugio a un instrumento ancestral que es el rodillo cilíndrico, sólo con el fin de poner a funcionar las llantas en tanto que un dispositivo para recordar, para imprimir memoria y no como una llanta para acelerar y dejar atrás lo que hemos atropellado. Los conceptos fundamentales con los que intento trabajar son: En primer lugar mi obra cuestiona a la velocidad como una categoría sobrevaluada por la modernidad. En oposición mi trabajo exalta el trabajo manual, artesanal, lento. De una u otra manera creo que el arte es un ejercicio de resistencia a la velocidad. También me importa mucho explorar materiales, objetos y temáticas relacionadas con el hombre en tanto que ser en movimiento, como un ser de trayectos, viajes y sobre todo migraciones. Pensar y reflexionar en las fronteras como un concepto transgeográfico, que va más allá de los límites legales entre países. Me interesa dignificar y recordar cómo la cultura que vivimos parte de mestizajes y globalizaciones de varios siglos. Somos una cultura que ha cambiado de piel en varias ocasiones y, sin embargo, su impronta sigue no sólo sobreviviendo sino resistiendo y reinventándose en forma ejemplar. Refugio para un lecho de rosas, 1994 Premio de Adquisición II Bienal Monterey FEMSA 73 Francisco Larios la defino como una imagen que representa los límites de la comprensión en la cual la lectura inmediata linda en los límites de un tiempo y espacio absolutos. Creo que toda la producción artística va ligada, no podemos sustraernos y empezar a generar algo distinto. A quince años de distancia, mi trabajo actual es una consecuencia de lo que en ese momento exploré; si bien en ese entonces el trabajo era más explosivo o estridente, no deja de ser un referente a mi trabajo actual. Si buscara una palabra que definiera un concepto en mi trabajo sería la palabra «imposible». La imposibilidad que los seres humanos tenemos de comunicarnos, el espacio donde esa imposibilidad se desarrolla y manifiesta, ya sea físico, temporal, espacial, lingüístico, estético, etcétera. Todo esto dentro de un acto íntimo que es la pintura y en el que a la vez la pintura misma es el objeto de esa imposibilidad, ya que las posibilidades de diálogo que ofrece la pintura son totalmente impredecibles pues la pintura requiere de otro lenguaje cuya narrativa sólo se da en el acto mismo de pintar. E s ta o b r a El ancho de un círculo, 1996 Premio Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA 74 75 María José De la Macorra es una pieza que realicé en 1997 en medio de un proceso determinado por mi interés en los procesos genésicos y de transformación en la naturaleza. Algunos de esos procesos son la germinación de las semillas y la reproducción celular. Hexágona es ante todo una escultura, un ente que es sí mismo en el espacio. Pero también alude a una semilla, un cuenco, un útero, y al mismo tiempo está constituido por una proliferación de módulos hexagonales cual acumulación de átomos o de células. Es una esculturamadre, como Coatlicue. Han pasado ya casi quince años. En ese lapso obviamente transcurren muchas cosas y ha habido muchos cambios en el enfoque de mi trabajo. Sin embargo, en el fondo, me sigo planteando el mismo tipo de cuestiones. Sería complejo desentrañar todos los vasos comunicantes entre Hexágona y lo que hago ahora. Pero por mencionar los más evidentes, sigo construyendo buena parte de mis obras como una acumulación de partículas y sigo tratando de sintetizar en la rotundidad de una forma relaciones complejas entre la naturaleza y mi percepción de la misma. No considero que haya conceptos propiamente dichos que «rijan» mi trabajo. En realidad mi obra gira en torno a empatías, curiosidades y obsesiones relacionadas con la naturaleza. Me ha interesado siempre nuestra comprensión H e x ág o n a s e n s i b i l i a de la naturaleza, tanto en su faceta contemplativa y visual, como en la mental y modélica. Por otro lado, existe una inquietud, que creo definitiva en mi trabajo, por la utilización de los materiales y medios más diversos, por un movimiento constante entre la bidimensión y la tridimensión, entre la representación de lo visible y de lo invisible, de lo macro y lo micro, una voluntad por abarcar lo más delicado y lo más monstruoso como parte de mi percepción de la naturaleza pero también como parte de mi lenguaje. Hexágona sensibilia, 1996 Premio de Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA 76 77 Claudia Fernández El alimento remite a un universo femenino que evoca al mismo Cosmos visto en la superficie punteada de una cuchara de peltre. Es una instalación donde los objetos se hacen miméticos unos con otros, en la relación que provocan las superficies punteadas sobre un fondo azul. La pieza consta de un grupo numeroso de diferentes objetos que incluyen una foto autorretrato de la artista donde su imagen se mimetiza en este contexto cósmico doméstico. Mi obra ha tomado muchas líneas de producción diferentes incluso en la manera de aproximarse al arte, pero bajo la idea de que el Cosmos lo contiene todo, esta obra es en sí infinita y puede presentarse de mil formas en muchos contextos diferentes. Creo que a través del arte se pueden modificar conductas e incluso las realidades más difíciles. La obra El alimento, 1996 Premio de Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA 78 79 Katrien M. Vangheluwe «Trini» de hacer una pintura intento analizar por qué me fascina una situación que observé en algún lado. Intento «poner nombre» a las primeras impresiones que percibí y de hacer conscientes las emociones que me despertó el primer golpe de vista. Muchas veces no llego a una conclusión, sin embargo, descubro nuevas preguntas. Mi tema general de siempre, que trato de una u otra forma en toda mi obra y que considero mi leitmotiv, es «el tiempo». En la obra Formas hablo en particular de una faceta de este tema, hablo de cómo el paso del tiempo afecta la parte de nuestro ser que toca ser expuesto a la mirada de los demás. La transformación de nuestra forma exterior a través de los años. Toda la obra que creo es parte de una búsqueda. Un proceso que está influenciado entre otras cosas por los sucesos de la vida diaria personal. Mis temas de pintura nacen de inquietudes que tengo desde hace mucho y que súbitamente salen a la superficie. De repente regreso a los temas de antes, una serie completa de obra no es suficiente para abarcar todo lo que se puede decir de cierto suceso en cierta ubicación. Formas es parte de este proceso y el tema de la obra es completamente actual para mí. De hecho no hay temas obsoletos, lo que sí va cambiando a través de los años es la técnica y quizá la forma de percibir los hechos. El estilo desde siempre está en función de lo que intento decir. Mi leitmotiv es «el tiempo» en todas sus facetas. Hablar del tiempo es también hablar de movimiento. Hablar de movimiento implica hablar de espacio, de luz. Me intriga la vida cotidiana, las relaciones entre personas. Intento presentar las situaciones que me intrigan sin En el proceso juzgar, como las percibí en su complejidad. Pero procuro hacer una jerarquía de los componentes que me parecen más importantes y de los que menos quiero destacar. Les doy, para decirlo de alguna manera, distintos volúmenes de voz. Sí no, esta «composición» se vuelve una cacofonía, todos los elementos clamando atención con el mismo volumen de voz. Formas, 1998 Premio de Adquisición IV Bienal Monterrey FEMSA 80 81 Miriam Medrez emoción la invitación a participar en la Bienal Monterrey, que cambiaría de nombre a Bienal Monterrey FEMSA. El anuncio creó una gran expectativa y a través de los años este concurso de artes visuales se ha desarrollado y convertido en una institución de gran relevancia, no sólo para la ciudad sino para México en general. Todos nos hemos enriquecido: productores, organizadores, espectadores. Gracias a la Bienal hemos podido conocer el trabajo de otros productores en México. Mi obra ganadora se llama Trayectos y se inspira en los viajes, las mudanzas, los cambios y desplazamientos físicos que nos modifican y se convierten en parte de nuestro nuevo yo. Trayectos coincide con el nuevo mapa que se arma al andar de un espacio a otro, y para mí de experimentar la tridimensionalidad con nuevos recursos. Las convocatorias a participar en la Bienal Monterrey FEMSA me han estimulado a atreverme en mi lenguaje escultórico. Me llevaron a construir esculturas en gran formato, con materiales y procesos diversos. Recuerdo con Haber sido seleccionada y premiada en las Bienales FEMSA en las que participé fue un gran aliciente para mi trayectoria. Trayectos, 1998 Premio de Adquisición IV Bienal Monterey FEMSA 82 83 Grupo SEMEFO (Arturo Angulo, Carlos López y Teresa Margolles) El G r u p o SEME F O , compuesto por Teresa Margolles, Carlos López y Arturo Angulo, logró con Memoria fosilizada (1998) la mejor instalación del concurso. Los ganadores del primer Salón del Performance 1990, apoyados con becas y seleccionados en dos encuentros de Arte Joven reunieron 2 mil 423 objetos que portaban 246 personas al momento de morir en forma violenta, mismos que «empacaron» en una placa de cemento de 20 x 241 x 241 cm. «Recopilamos los objetos en diferentes morgues del país, fueron donados por los familiares de víctimas de suicidios y asesinatos», describe Angulo. [Extracto tomado de una nota realizada por Mario Núñez para el periódico La Jornada aparecida el 2 de mayo de 1999] D e s d e e l inicio de mi carrera a principios de los noventa, he estado trabajando en una aproximación estética no tanto al tema de la muerte como al de los cadáveres en sus distintas fases, incluyendo sus implicaciones socioculturales. Trabajo sobre cuerpos sin vida, con lo que está en decadencia, y siempre lo hago empezando con la misma pregunta: ¿Cuánto es capaz de experimentar un cadáver? [Declaración de Teresa Margolles tomada de Artivismo. Teresa Margolles: Entre cadáveres. http://artivismo.es/2007/11/01/teresa-margolles-entre-cadaveres/]. Memoria fosilizada, 1999 Premio de Adquisición IV Bienal Monterey FEMSA 84 85 Yolanda Mora ganadora se llama Paisaje en penumbra y forma parte de una serie de paisajes monocromáticos que denotan el tránsito entre mi obra con características dibujísticas a un territorio pictórico. Esta pintura o pintura-dibujo, sin pretender mostrar una «propuesta artística», sí es un testimonio afortunado de mi deseo de encontrar con la pintura y a través de ella una visión personal del mundo. Aunque el resultado estético sea diferente dado que las disciplinas lo son, creo que en cualquier expresión artística siempre se está hablando de un universo único y personal. El productor o artista siempre será la materia prima a descubrir-descubrirse valiéndose de diversos recursos o disciplinas. Digamos que si sustituyo concepto por premisa o idea, la premisa más importante y de las que se derivan otras es la creatividad; ¿puedo inventar?, ¿qué mundos o pinturas puedo –yo– inventar? Busco afanosamente esta idea y me valgo La obra de este instrumento extraordinariamente sensible que es la pintura. Paisaje en penumbra, 2001 Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA 86 87 Gerardo Azcúnaga es una pieza monovolumétrica, simétrica, de una curva continua estudiada y desarrollada con cuidado, es un monumento a la tristeza; una lágrima. [En esta etapa de producción, mi obra ya estaba] completamente cubierta de pelo; que la altura de su punta llega exactamente a la altura de mi lagrimal. Por dentro, tiene un espacio interno con sus paredes recubiertas de picos; algo que no se puede ver. Veo una línea continua entre aquéllas [La bestia y Gotaclaustro] y lo que ahora hago. Hay un desarrollo que no se ha detenido, es lento, pero permanente. G ota - c l au s t r o Gota-claustro, 2001 Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA 88 89 Sandra Cabriada resistencia es una pieza «inocente» hablando formalmente de «propuesta artística»… Es decir, si bien cumple con los requisitos de una instalación que corresponde a cierto tiempo y espacio, también se puede decir que es «inmediata» al espectador y por lo mismo incita de manera natural a la identificación y la reflexión. Poner la atención en los zapatos tirados en las calles, dentro de la Ciudad de México tan caótica, es un hecho que por sí solo es de extrañarse, sumando el hecho real de recolectarlos para encapsularlos y lograr su conservación, deja abiertas muchas incógnitas; de dónde vienen, a quién pertenecieron, cómo llegaron hasta ahí, qué rastro dejan, qué historias tienen, etcétera. El vínculo principal entre Calzado de alta resistencia y la obra actual es el registro de la memoria, el paso del tiempo y la reflexión de lo materia-vivencial; sin embargo, el montaje y la solución tridimensional ha cambiado debido a mi desarrollo profesional, el cual me ha llevado a encontrar soluciones y propuestas un tanto más «escenográficas», planteando de diferente manera el espacio físico como espacio de expresión. En términos generales, mi obra se basa en la experiencia de situaciones extrañas, absurdas, efímeras, comunes y estrictamente vivenciales. De ahí mis primeros trabajos como Pelota roja, Baños en museos (Mención Honorifica por el Distrito Federal en la IV Bienal Monterrey FEMSA) y Calzado de alta resistencia. C a l z a d o d e a lt a Creo en el juego - la reflexión - la situación - el tiempo - la herencia - la experiencia - la memoria como términos y como conceptos. Calzado de alta resistencia, 2001 Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA 90 91 Fernanda Brunet época fue cuando empecé a trabajar en formatos grandes, eso me dio mucha más libertad. El cuadro pertenece a una serie catártica en la que el trabajo era más espontáneo, eso me permitió descubrir maneras que no había utilizado antes: trabajar colores planos, yuxtaposición de imágenes, y a través de esto dar profundidad y lograr la composición, así como colectar imágenes de medios muy distintos. Hoy trabajo con materiales que han sido utilizados por mujeres, tales como las artesanías, chaquiras, flores de migajón, piedras... me apropio de ellos a fin de investigar límites, placeres, sensaciones. En esa Flop, 2003 Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA 92 93 Diego Toledo de esta pieza es que el observador descubra la conexión entre una forma tridimensional que aparenta ser abstracta y una imagen figurativa muy común, que en este caso es el de un espacio arquitectónico. Jugar con la contradicción entre lo observado y la imagen de lo representado. A partir de esta serie de piezas, me he enfocado conceptualmente con el tema de los «límites» que tenemos, hacemos, marcamos y defendemos dentro del espacio físico como una metáfora primordial en la vida, creando valores culturales y personales como la idea de la «propiedad». Creo que los conceptos temáticos se van transformando conforme a los distintos momentos e intereses que uno va viviendo, pero una constante es lograr de una forma creativa y original que el espectador transite y entienda lo que está observando. Las técnicas, los materiales y las formas a utilizar deben de estar en función de las ideas, pero todo dirigido a lograr una buena comunicación. El efecto fenomenológico que puede llegar a tener el arte es una meta a lograr en cada trabajo. La idea Rojo disponible, 2003 Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA 94 95 Rubén Gutiérrez es una representación de un concepto central de la filosofía: el absurdo. Considerando el absurdo como una característica que define nuestra existencia, busco cuestionar nuestro conocimiento a través de ficciones que toman la forma de dibujos, instalaciones, fotografías y videos. Por medio de la reconfiguración constante de la parodia y el análisis de las consecuencias fatales de la industria de la distracción, busco tácticas que establezcan momentos simbólicos de resistencia en el territorio del espectáculo. Los resultados hablan sobre la soledad del ser humano, la maldad, el malestar social, la distorsión de la historia y el cinismo. Mi obra Timeline of critical paradigms, 2003 Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA 96 97 Gabriel De la Mora ganado la VII Bienal Monterrey FEMSA en 2005 es una gran satisfacción a nivel personal y profesional. En este caso, la pieza titulada Emiliano Morales de la Mora jugando… pasó al acervo de la Colección FEMSA y recibí un premio económico que me sirvió para poder producir otras series en las que estaba trabajando en ese entonces. Además, pude irme a realizar mi primera residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, en Francia. La experiencia de trabajar en Francia fue muy interesante; a partir del trabajo que realicé, varias de las piezas adquirieron una gran importancia en el desarrollo de la serie de pelo. Para mí una bienal es un buen momento para participar con todo, experimentar y arriesgar al máximo e ir con la idea de mostrar lo mejor y ganar. En la Bienal Monterrey FEMSA, cada edición es mejor y puedo decir que al día de hoy es el premio más importante de su tipo en México. Este tipo de concursos es un foro que ayuda a promover, apoyar y descubrir nuevos talentos del arte contemporáneo El h a b e r ya que muchos de ellos no tienen la oportunidad de mostrar su producción artística y esto les abre una nueva puerta en su carrera. Emiliano Morales de la Mora jugando…, 2005 Premio de Adquisición VII Bienal Monterrey FEMSA 98 99 Mauricio Gattás generales Mil novecientos cincuenta y cuatro es un flashback. Mi intención en esta obra fue provocar en el espectador un pequeño viaje en el tiempo dejándole posiblemente un sentimiento de nostalgia, situando la pieza en un contexto de vivencia familiar en el pasado. Reproducir de la manera más exacta posible una determinada atmósfera, es una de las obsesiones permanentes de mi trabajo. Mi obra actual al igual que la obra ganadora, recurren a la misma esencia, evocando casi siempre momentos y situaciones de la vida cotidiana, a veces situadas en un espacio/ tiempo determinado, u otras veces en espacios más ambiguos, asociaciones mentales que combinan elementos de distintas épocas. Lo que me inspira en casi toda mi obra es la recreación de momentos, recuerdos e instantes que me despiertan algún tipo de emoción o sentimiento. Y muchas veces pudieran ser escenas vividas de esas que pasan desapercibidas, donde aparentemente «no sucede nada», pero a la vez portan un significado. En términos Mil novecientos cincuenta y cuatro, 2005 Premio de Adquisición VII Bienal Monterrey FEMSA 100 101 Adela Goldbard es una pieza que busca la creación de una ficción a partir de la intervención directa en el mundo físico. Se crea una realidad extraña a partir de la introducción de elementos externos –tunas– que transforman el contexto en el que se ubican –el árbol y el paisaje–. A través de la documentación fotográfica de la intervención se cuestiona la veracidad u objetividad del medio, así como nuestra manera de relacionarnos o creer en el mismo. La utilización de la fotografía como medio para presentar y preservar las intervenciones que realizo sigue siendo esencial dentro de mi trabajo. Actualmente –y ya desde hace varios años– uso una cámara análoga de gran formato para transformar mis construcciones efímeras en sets temporales; he integrado también el video y el registro sonoro como herramientas de documentación y de mediación de la realidad. La extrañeza y la ambigüedad como estrategias de confusión –o fusión– entre realidad y ficción siguen interesándome, por lo que continuamente se integran a mi trabajo. Mi producción gira en torno a la deconstrucción y la reinterpretación de objetos, edificaciones y textos que se relacionan con la necesidad de permanencia de la memoria y con la mediación de la realidad; así como con la transfiguÁr b o l d e t u n a s ración de unos en otros. Utilizo fotografías y notas de prensa, textos literarios, monumentos, mapas antiguos, etcétera, como punto de partida para la producción de esculturas de carácter efímero, intervenciones, acciones y otras fotografías que hablan lo mismo de la catástrofe, lo accidental y la violencia, que de la ilusión, el viaje y la ficción. Mi trabajo oscila constantemente dentro de la dicotomía realidad y ficción, enfatizándola a partir de la ambigüedad y de la extrañeza de las piezas. Árbol de tunas, 2006 Premio de Adquisición VIII Bienal Monterrey FEMSA 102 103 Alejandro López Saldaña y negro es una pieza hecha en placa de hierro y madera. El método industrial en la unión de la placa de hierro y la aplicación de la pintura hacen casi imperceptible la factura manual. Y aunque parece ser abstracta, no pierde su carácter de objeto. Este aspecto objetual está enfatizado con tres elementos clave. El primero es la pintura llevada al plano tridimensional. El segundo es la paleta de carga de madera usada como base, la cual rompe con el límite entre lo escultórico y lo objetual. El tercero y último elemento es el nombre mismo de la pieza al emplear la palabra «señal». Su superficie está pintada con franjas alternadas que aluden a las señalizaciones de precaución colocadas en las construcciones. Precisamente es un objeto señalando una obra en proceso y que forma parte de un todo aún inconcluso. La obra corresponde a la época de la alternancia de los partidos políticos en el gobierno de México. Este trasfondo subyace en la obra aunque no de forma evidente. En Señal en amarillo y negro intento capturar el espíritu del proceso de S e ñ a l e n a m a r i l lo cambio y transformación continua, donde a veces se avanza y a veces se retrocede. Donde cada elemento puede modificar el contexto. Señal en amarillo y negro, 2005 Premio de Adquisición VIII Bienal Monterrey FEMSA 104 105 Oscar Farfán que comprenden el proyecto Tierra Arrasada son cuadros fotográficos. El cuadro fotográfico, a diferencia de una fotografía, ubica también su problemática elemental en su condición objetual, se relaciona con la pintura una vez que ésta, habiendo roto con el grillete del modernismo vía Warhol y Rauschenberg, se emparenta con la fotografía. La pintura, Gerhard Richter mediante, ahora puede ser fotografía. San Francisco Javier es un cuadro, es una fotografía ubicada en la genealogía de la pintura: es una fotografía destinada al gran formato y a colgar de las paredes, antes que al tiraje editorial y el soporte perecedero. Y en tanto fotografía también invoca la historia de la referencialidad fotográfica; mi trabajo también se adscribe a la tradición del documentalismo. Pero las fotografías de Tierra Arrasada no son una ventana a la realidad, operan como lienzos académicos decimonónicos que escogen hablar de batallas del pasado. No opta por los grandes relatos nacionales, sino por las historias de colectividades atomizadas en aparente extinción; no elije hablar de la gloria del vencedor sino del ultraje acometido en contra de los vencidos. Tierra Arrasada es el nombre que a inicios de los años ochenta en Guatemala el gobierno dio al ejercicio de limpieza étnica perpetrado por el ejército en contra de la población indígena, encaminado a mermar la base social rural de la guerrilla. Mataron, quemaron, violaron, barrieron con todo. Hoy día, donde antes se localizaron poblados, en apariencia no queda nada. San Francisco Javier opera como documento sobre un sitio desierto –es un paisaje– y lo acontecido en Las fotografías él –es un documento–. Su fundamento último se ubica en la impronta que opone a la amnesia y a la omisión históricas a propósito de un pasado común a todos, humano en su noción más elemental: doscientas mil personas murieron en el conflicto armado guatemalteco, más que en las guerras y dictaduras de El Salvador, Nicaragua, Chile y Argentina juntas. Cerca del ochenta y cinco por ciento de los que murieron eran indígenas. Los ejes de mi trabajo en su conjunto siempre giran en torno a la construcción de los discursos que sostienen la realidad, la realidad vista como un sitio ideológicamente constituido en el que conviven dialécticamente discursos dominantes y dominados, y donde es posible intervenir a través del arte. San Francisco Javier. De la serie Tierra Arrasada, 2009 Premio de Adquisición IX Bienal Monterrey FEMSA 106 107 José Lazcarro con las raíces abandonadas de los eucaliptos talados para abrir una carretera en el camino a Huejotzingo, en mi ruta diaria al taller en Cholula, surge la pieza Naturaleza muerta IV. A partir de este encuentro con la naturaleza en estado de abandono, el interés por crear una pieza con un contenido de crítica social se hace necesario. Se ponen en discusión problemas de los que no se habla, pero que están ahí en silencio. Producir piezas que nos inviten a reflexionar del pasado y del presente, que cobran vida, fuerza y sentido en el momento actual. Trasladar la raíz encontrada a la orilla del camino fue la primera acción motivadora para intervenirla y resolverla en forma escultórica. Realizando cortes y tallas adecuados, y ser tratada posteriormente con pasta y laca automotriz, logrando un acabado perfecto, para conseguir la sinergia entre elementos naturales e industriales. Mi producción actual guarda la simbiosis naturaleza/tecnología como un medio para hacer conciencia del cuidado de nuestro planeta, mostrando a través del arte que naturaleza y tecnología pueden convivir armónicamente si aprendemos a respetar sus leyes. Al e n c o n t r a r m e La obra planea enfrentarnos a una verdad inminente; la destrucción paulatina del planeta por el hombre. Mi preocupación es mostrar a través del arte la necesidad de tomar acciones que nos ayuden a recuperar el terreno perdido. Actualmente trabajo en la búsqueda de elementos alternativos fusionados para articular un discurso en el que dialogan naturaleza y ciencia con un fuerte contenido conceptual. Naturaleza muerta IV, 2009 Premio de Adquisición IX Bienal Monterrey FEMSA 108 109 Miguel Fernández presentadas en la Bienal exploran, principalmente, dos nociones: territorio y extravío. Son imágenes resultantes de caminatas por el desierto que funcionan a través de la repetición y la diferencia. Están estrechamente ligadas al resto de mi producción en tanto que trabajo a partir de pequeñas multiplicidades sin clasificación fija. Busco que se liguen entre sí a través de un cuestionamiento relativo que atraviesa la mayor parte de mi obra: cómo lo desertizado puede funcionar como alegoría de lo político y cómo lo poético puede cuestionar lo ideológico. Las piezas Fin del camino I, 2011 Premio de Adquisición X Bienal Monterrey FEMSA 110 111 Marianna Dellekamp retrato la descripción de la figura o carácter, utilicé mis libros para conformar un librero que describiera al artista detrás de la obra. Todos aquellos libros que se encuentran en la fotografía forman en mayor o menor parte los antecedentes que me permiten formular mi trabajo. En Artist utilizo como referencia la técnica cut up de William Burroughs. En este caso, a través de fotocopias se recortaron imágenes en la búsqueda aleatoria de generar nuevos gráficos que a su vez simulen el funcionamiento de «la memoria». Trabajo las imágenes encontradas dentro de mi cabeza y en mis libros, buscando la forma de representar «mi memoria». Los cimientos de todas las piezas que he venido realizando son los personajes involucrados, la información utilizada para la teorización, los medios de producción, las instalaciones y las instituciones involucradas en el desarrollo del objeto de arte. Varias de las piezas han sido realizadas a través de colaboraciones, algo característico en mi trabajo más reciente. Entendiendo por La documentación de cada acción está conformada por fotografías o videos que registran y enfatizan la evolución de cada proyecto. Finalmente, la relación con los libros ha sido fundamental ya que fungen como bitácora de dichos procesos y como un objeto estético en sí mismo. Artist, 2011 Premio de Adquisición X Bienal Monterrey FEMSA 112 113 Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012 SEMBLANZAS 114 115 Gerardo Azcúnaga Fernanda Brunet (Monterrey, Nuevo León, México, 1958) Se inició desde adolescente en la escultura de forma autodidacta. Se graduó como Licenciado en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, dedicándose por completo a la escultura a partir de 1985. También se ha dedicado a la educación de la escultura y la cerámica impartiendo cursos, conferencias y talleres. Ha participado en más de 140 exposiciones, entre colectivas e individuales, en galerías y museos de México y otros trece países. Sus exposiciones individuales incluyen Cincuenta esculturas en el Centro de las Artes de Nuevo León y Esferas, instalación en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), Nuevo León. En forma colectiva ha participado en la exposición Interconexiones en la Pinacoteca Diego Rivera de Xalapa, Veracruz; El juguete mexicano, en el Centro de las Artes de Nuevo León, Los nuevos leones y Manos que ven en el Fórum Monterrey 2007, Los artistas por los artistas en la Pinacoteca de Nuevo León y Arte nuestro en el Museo Metropolitano de Monterrey, Nuevo León. Formó parte también de la exhibición Una mirada continental de la Colección FEMSA en el museo MARCO de Monterrey, Nuevo León; y fue seleccionado en el III Bienal Internacional de Arte de Beijing en el Museo Nacional de Arte de Beijing, China. Los premios y reconocimientos recibidos incluyen el Premio de Adquisición de Escultura en la II y V Bienal Monterrey FEMSA y Mención Honorífica en la I Bienal Monterrey FEMSA; Gran Premio de Escultura Omnilife 2000 en Guadalajara, Jalisco, y en la I Bienal de Cerámica de Arte del Instituto Nacional de Bellas Artes; Premio Estatal de Cerámica Nuevo León y primer lugar en escultura del Centro de Arte Vitro en 1983 y 1984, entre otros. Su obra forma parte de diversas colecciones públicas y privadas. (Ciudad de México, México, 1963) Estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Entre sus exposiciones individuales se encuentran Flower Power y Bang!, ambas en la Galería Ramis Barquet en Monterrey, México; y en el extranjero Animal, The Power of Nature en Hong Kong; Recent Work Fernanda Brunet en Diaz Contemporary en Toronto, Canadá; Happymania y Fight like a girl, ambas en la Galería Ramis Barquet en Nueva York; y Splorsh en la GDS Gallery en Costa Rica. Sus exposiciones colectivas incluyen Interconexiones en la Pinacoteca Diego Rivera en Xalapa, Veracruz; Bella y Terca, nueve argumentos sobre la pintura en el Museo de Arte Moderno y la exposición Sucio, vacio y sin identidad en el Museo Universitario del Chopo de la UNAM, ambas en la Ciudad de México, así como en otros espacios de México, y en el extranjero ha participado en las exhibiciones Pintura Latinoamericana Contemporánea en el Ecuador; la feria ARCO Madrid 2005, en España; así como en Art Basel Miami 2004 y Alarma!! Raid Projects en Estados Unidos. Obtuvo el Premio de Adquisición en Pintura en la VI Bienal Monterrey FEMSA. 116 Sandra Cabriada (Ciudad de México, México, 1970) Ha participado en las exposiciones de la Colección FEMSA Interconexiones en la Pinacoteca Diego Rivera en Xalapa, Veracruz, Trayectos en el Centro Cultural Chiapas y Una mirada continental en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en Nuevo León; así como en las exposiciones Creación en movimiento en el Museo de Arte Carrillo Gil y Pelota roja en el Salón México, ambas en la Ciudad de México; y en el extranjero en la exhibición Arte en la ciudad en Saint-Étienne, Francia. Desde 1995 ha colaborado como decoradora, directora de arte y en el diseño de arte en una larga lista de corto y largometrajes de México entre los que se encuentran El evangelio de las maravillas de Arturo Ripstein, El atentado de Jorge Fons, Paradas continuas de Gustavo Loza y Nicotina de Hugo Rodríguez, así como las cintas norteamericanas The Mexican y Before Night Falls, entre otras. Algunos de los reconocimientos recibidos son el Premio de Adquisición en Instalación y Mención Honorífica en la V y IV Bienal Monterrey FEMSA respectivamente, la beca del Programa de Fomento y Coinversiones a Proyectos del FONCA, la beca de Jóvenes Creadores para medios alternativos del FONCA y una residencia de trabajo en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia. Ha recibido cuatro nominaciones al Premio Ariel por su trabajo cinematográfico. Estrella Carmona (Veracruz, Veracruz, México, 1962-Ciudad de México, México, 2011) Pintora, dibujante y muralista. Estudió en la Escuela de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en Veracruz y posteriormente en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Complementó esta formación con estudios de etnología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y de filosofía en el Claustro de Sor Juana. En Monclova, Coahuila, realizó varios murales en la Siderúrgica Altos Hornos de México. Expuso su obra de manera individual y colectiva tanto en el país como en el extranjero. Su primera exposición individual fue Imágenes de insomnio en 1988 en la Galería José María Velasco del INBA. Entre sus exposiciones destacan las presentadas en la Ciudad de México en el Museo Universitario del Chopo y el Museo de Ciencias y Artes, ambas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Salón Nacional de Artes Plásticas del INBA, el Museo de Arte Carrillo Gil y en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet, así como en la Galería Ramón Alva de la Canal de Xalapa y el Centro Cultural Casa Principal del Instituto Veracruzano de Cultura en el estado de Veracruz. En el extranjero participó en la exhibición Colectiva de 16 artistas jóvenes mexicanos en Madrid y La pintura herida en Barcelona, España. También expuso en Estados Unidos, Cuba, Chile, Ecuador, Francia, Italia, República Dominicana, Sudáfrica y Yugoslavia. A un año de su fallecimiento se organizó la exposición homenaje Tempestades de acero en la Galería Eje de la Ciudad de México. Obtuvo numerosos premios y menciones, incluyendo el Premio de Adquisición del XIV Encuentro de Arte Joven de Aguascalientes, la Bienal Rufino Tamayo y la II Bienal Monterrey FEMSA. Fue acreedora de varias becas, incluyendo de la Fundación Edward Albee de Nueva York, Estados Unidos, así como del FONCA y CONACULTA. María José De la Macorra (Ciudad de México, México, 1964) Cuenta con una Licenciatura en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con diploma a la excelencia académica. Estudió con el maestro Nils-Udo en el Centro de la Imagen en la Ciudad de México, así como en la Escuela de Cerámica y Porcelana de Toluca, Estado de México, y fue artista invitada al taller del ceramista Ryoji Koie, Gifu, Japón. De manera individual ha expuesto en la Galería de Arte Mexicano en la Ciudad de México y en el Museo de Monterrey, en Nuevo León, así como en otras entidades. En el extranjero, su exposición De las geografías al norte interior itineró por Japón, China, Nueva Zelandia y Australia. De manera colectiva ha expuesto en museos y galerías de la Ciudad de México, incluyendo el Museo de Arte Moderno, así como en otras entidades del país, e itineró con la Colección FEMSA por Veracruz, Chiapas, Tabasco, Coahuila, Puebla y la Ciudad de México. En el extranjero, ha participado en exposiciones tanto individuales como colectivas en Estados Unidos y Canadá. Fue seleccionada para la II Bienal de Cerámica de Monterrey, Nuevo León; la Bienal de Escultura Maison Hamel-Bruneau en Quebec, Canadá; y el Primer Salón Nacional de Artes Visuales, Sección Bienal Tridimensional, en el Centro Nacional de las Artes en la Ciudad de México. Recibió Mención Honorífica en el Gran Premio Omnilife en Guadalajara, Jalisco, y Premio de Adquisición en Escultura en la III Bienal Monterrey FEMSA en 1997. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA y cuenta con varias residencias artísticas y becas tanto nacionales como del extranjero. Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas de México y Estados Unidos. Gabriel De la Mora (Colima, Colima, México, 1968) Se graduó de arquitecto con honores en la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México y posteriormente recibió una beca Fulbright-García Robles para cursar una Maestría en Artes en el Pratt Institute de Nueva York. Su obra consiste en una investigación y experimentación del dibujo, la escultura y la pintura, llevándolas a un sistema poco tradicional 117 en donde coexiste un balance entre lo formal y lo conceptual. Su trabajo ha sido presentado de forma individual en la Galería OMR en la Ciudad de México, Sicardi Gallery en Houston, Texas, el Museum of Latin American Art en Long Beach California y en el Centro Cultural Bastero Kulturgunea, Andoain (Gipuzkoa), en España. Ha participado en varias exposiciones colectivas entre las que destacan el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, el Museo de Arte Moderno y la Fundación/Colección Jumex en la Ciudad de México, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo en España y el Museum of Fine Arts en Houston, Texas, entre otros. Editó su primer libro titulado Pulsión y método, que abarca una selección de siete años de trabajo, así como la publicación de Alegorías capilares, pelo humano sobre papel en la obra de Gabriel de la Mora, libro de Sergio Rodríguez Blanco que recibió el Premio Bellas Artes Luis Cardoza y Aragón para Crítica de Artes Plásticas. Marianna Dellekamp (Ciudad de México, México, 1968) Realizó estudios en la Ciudad de México y Nueva York. Ha expuesto de forma individual en diversos espacios de México como la Galería Nina Menocal, el Museo de Arte Moderno, el Museo Universitario de Ciencias y Artes de la UNAM, y el Centro de la Imagen en la Ciudad de México; el Centro de las Artes de Guanajuato en Salamanca, Guanajuato; y el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce en Morelia, Michoacán; y en el extranjero, en España y Colombia. De forma colectiva ha participado en exposiciones dentro de Europa, Estados Unidos y México. En 1996 obtuvo el Primer Premio en el XVI Encuentro de Arte Joven convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y el Instituto Cultural de Aguascalientes; ha obtenido las distinciones de Primer Premio, Segundo Premio y Mención Honorífica en tres ediciones del Salón Internacional de Guadalajara, Jalisco; Mención Honorífica en la I Bienal Internacional de Fotografía de Puerto Rico y Premio de Adquisición en la X Bienal Monterrey FEMSA. Recibió en dos ocasiones la Beca Jóvenes Creadores del FONCA de CONACULTA y de 2009 a 2011 perteneció al Sistema Nacional de Creadores de esta misma institución. Su obra forma parte de colecciones privadas y públicas nacionales y del extranjero, entre las que destacan en México el Museo de Arte Moderno, la Colección Isabel y Agustín Coppel, la Colección FEMSA, el Centro de la Imagen, el Consejo Mexicano de Fotografía y en el Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO) - Fototeca Nacional del INAH en Pachuca, Hidalgo, México. 118 Oscar Farfán (Ciudad de Guatemala, Guatemala, 1973) Nacionalizado mexicano, es fotógrafo y artista visual. Estudió la Licenciatura en Economía en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y se especializó en fotografía en esta misma institución donde cursó un Diplomado en Teoría y Producción Fotográfica Digital, así como en el Centro de la Imagen donde tomó un Seminario de Fotografía Contemporánea e Imagen en Movimiento. Estudió la Maestría en Artes Visuales especializado en Fotografía en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con mención honorífica. Su trabajo ha sido expuesto en México, Estados Unidos y Colombia. Entre los premios y reconocimientos obtenidos se encuentran el Premio de Adquisición en la IX Bienal Monterrey FEMSA en el 2009 y la beca del Programa de Fomento y Coinversiones a Proyectos del FONCA en el 2008-2009. Ha formado parte también de la Selección de Artistas Emergentes para Coleccionistas mART en el 2007-2008 y de la VII Bienal de Puebla de los Ángeles en el 2007. En el 2006-2007 fue acreedor de la Beca DGEP-UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA. Claudia Fernández (Ciudad de México, México, 1965) Recibió su formación artística en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, San Carlos, en la Ciudad de México y en el Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara, Jalisco. Ha expuesto de manera individual en México, Suiza, España y Estados Unidos, entre las que destacan las exposiciones Abstract Possible con la curaduría de Maria Lind en el Museo Tamayo en el 2011 y Diferencias reunidas en Palacio de Bellas Artes, ambas en la Ciudad de México. De manera colectiva ha expuesto en varios sitios de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, incluyendo el Museo de Arte Carrillo Gil en la Ciudad de México, el Centro de Arte Moderno de Guadalajara, Jalisco, y el Museo de Monterrey en Nuevo León. En el extranjero ha participado en exposiciones colectivas en Alemania, Francia, Estados Unidos, España, Canadá y Colombia. Fue artista invitada en el programa Aprendiendo a través del arte en escuelas públicas de la Ciudad de México del Guggenheim Museum en Nueva York y formó parte de la exhibición The Right to Hope que itineró en África, América y Asia. Ha participado en Art Basel Miami en el 2010 y la feria ARCO Madrid, España, en el 2003, así como en las subastas anuales del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en México. Fue seleccionada en la II y III Bienal Monterrey FEMSA, recibiendo el Premio de Adquisición en Instalación en la III Edición. También participó en la Bienal de Pintura de Sao Paulo, Brasil, en 1990. Otras distinciones obtenidas son el Premio Cuitzmala del Instituto Cultural Cabañas de Guadalajara, Jalisco, y la beca de Jóvenes Creadores del FONCA. Su obra pertenece a diversas colecciones de arte en México y Estados Unidos. Miguel Fernández (Hermosillo, Sonora, México, 1986) Estudió artes plásticas en la Universidad de Sonora y filosofía en la Universidad Autónoma de Baja California. Cuenta con las exposiciones individuales Imposturas y Fin del camino, en Hermosillo, Sonora; y Algo que habiendo empezado bien se ha estropeado, en la Ciudad de México. De manera colectiva su trabajo se ha exhibido en diferentes ciudades del país como Hermosillo, Tijuana, Mexicali, Culiacán y la Ciudad de México; y en el extranjero en Los Ángeles y Nueva York en Estados Unidos. Entre las distinciones recibidas cuenta con el Premio de Adquisición del Concurso Estatal de Fotografía Creativa de Sonora en el 2008 y en la X Bienal Monterrey FEMSA en el 2012; y Mención Honorífica en la II Bienal Nacional de Pintura Miradas de Tijuana y en la XII Bienal de Artes Visuales del Noroeste. Ha sido seleccionado para participar en Descubrimientos PHotoEspaña del 2011 en Madrid, España, y obtuvo The Tierney Fellowship de Nueva York en el 2010. Fue becario del FECAS, el Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico del Instituto Sonorense de Cultura, en el 2009, y actualmente es beneficiario de la beca que ofrece el FONCA del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Su obra forma parte de la colección permanente del Museum of Latin American Art (MOLAA) de Long Beach, California, y de la Colección FEMSA en México. Actualmente vive y trabaja en el desierto de Sonora. Mauricio Gattás (Monterrey, Nuevo León, México, 1970) Empezó a experimentar con diferentes técnicas como lápiz, carboncillo, acuarela y óleo en 1990, posteriormente ingresó al taller de Ximena Subercaseaux en Monterrey, Nuevo León, y estudio técnicas de óleo en el taller de los maestros Alejandro Decinti y Óscar Villalón en Madrid, España. Ha participado en las exposiciones colectivas Entre siglos, arte nuestro Monterrey 2006 en el Museo Metropolitano de Monterrey, y el Juguete mexicano en el Centro de las Artes de Nuevo León; en el proyecto Marcomóvil del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO); así como en espacios de Oaxaca y la Ciudad de México; y en el extranjero en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia. Fue seleccionado en la Reseña Anual de la Plástica Nuevoleonesa de la Casa de la Cultura de Nuevo León en el 2005 y obtuvo una residencia de trabajo en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia. Entre los reconocimientos recibidos se encuentran Premio de Adquisición en el Formato Tridimensional en la VII Bienal Monterrey FEMSA y el primer lugar en el Salón de Noviembre de Arte AC en Monterrey, Nuevo León. Adela Goldbard (Ciudad de México, México, 1979) Estudió la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó estudios de fotografía en la Escuela Activa de Fotografía y en el Centro de la Imagen en México. Actualmente imparte el Taller de Producción de Fotografía en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Su obra ha sido exhibida en México, tanto de forma individual en el Museo de Arte de Sinaloa, Museo Arocena en Coahuila, Museo de Arte Contemporáneo de San Luis Potosí y Museo de la Ciudad de Querétaro; como colectiva en el Museo de San Ildefonso, Centro de la Imagen, Biblioteca Vasconcelos, Polyforum Siqueiros y en el Centro Cultural Estación Indianilla en la Ciudad de México. En el extranjero ha participado en exposiciones en Alemania, Rusia, Hungría, Holanda, Filipinas, Argentina, Washington y Nueva York. Obtuvo el Premio de Adquisición en la VIII Bienal Monterrey FEMSA, fue seleccionada en la XII Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen y obtuvo Mención Honorífica en el Encuentro Nacional de Arte Joven 2007. Ha recibido el apoyo del Programa de Fomento y Coinversiones a Proyectos del FONCA en el 2009-2010, fue becaria de The Tierney Fellowship 2008-2009 y del programa Jóvenes Creadores del FONCA en el 2005-2006. Grupo SEMEFO Fundado en 1990 por los artistas Teresa Margolles, Carlos López, Arturo Angulo y Juan Luis García, al que posteriormente ingresaron y egresaron diversos artistas. Su producción presenta la violencia social por medio de una variedad de soportes como la fotografía, la instalación, el video y el performance. El Grupo SEMEFO, abreviatura para Servicio Médico Forense, en un principio se dedicó a hacer performance utilizando cadáveres de animales; posteriormente fueron ingresando en el campo de las intervenciones y la insta- 119 lación. Su primer performance realizado fue Viento Negro presentado en La Quiñonera en 1990, también de este mismo año son Imus carcer y Cabezas en La Última Carcajada de la Cumbancha. En 1993 presentaron Máquinas célibes en el museo Ex Teresa Arte Actual y posteriormente en 1994, Lavatio Corporis, instalación presentada en el Museo de Arte Carrillo Gil en la Ciudad de México y con la que dan el cambio del performance a la instalación. Algunas de sus piezas son Carrusel, de 1994; Gusanos devorando restos de caballo, 1995; Dermis, 1996; Mineralización estéril, 1997; Sillón tapizado y Entierro, 1998; y Lienzo, 1999-2000. El Grupo SEMEFO obtuvo el Premio de Adquisición en Instalación en la IV Bienal Monterrey FEMSA. El colectivo se encuentra actualmente disuelto. Rubén Gutiérrez (Monterrey, Nuevo León, México, 1972) Es Maestro en Artes por la Academia de San Carlos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fundador y director de ObjectNotFound.org, una organización independiente y no lucrativa con la misión de promover el conocimiento de la cultura contemporánea: artes visuales, música electrónica, performance, moda urbana y diseño industrial en Monterrey, México. Desde 1993 su obra y proyectos curatoriales se han expuesto en países como México, Estados Unidos, España, Cuba, Argentina, Ecuador, Perú, Puerto Rico, Holanda, Francia, República Checa, China, Japón, Rusia, India e Irán. Como curador ha organizado exhibiciones y programas de video arte en México, Estados Unidos, Suiza, Perú y la India. Ha participado en diversas bienales tanto en México como en el extranjero. Entre los reconocimientos recibidos se encuentran el Primer Premio en Pintura y Premio de Adquisición en la I y II Bienal Regional de la Plástica Joven de Monterrey, Nuevo León, respectivamente; Premio de Adquisición en la VI Bienal Monterrey FEMSA y en el XXI Encuentro Nacional de Arte Joven de Aguascalientes; y Mención Honorífica en la XIV Bienal Rufino Tamayo de la Ciudad de México. Ha participado en programas de artista en residencia en Cuba, Estados Unidos, Francia, Suiza, México y Sudáfrica. Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes dentro del programa Jóvenes Creadores y actualmente es parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte de CONACULTA. Francisco Larios (Guaymas, Sonora, México, 1960) Estudió la Licenciatura en Diseño Gráfico en el Instituto de 120 Estudios Superiores de Ciencia y Tecnología en Gómez Palacio, Durango. Cuenta con una larga lista de exposiciones tanto individuales como colectivas. De manera individual ha expuesto en México en el Centro de las Artes de Nuevo León y el Museo de Monterrey, Nuevo León, así como en espacios de Guanajuato, Sonora, Oaxaca y la Ciudad de México; y en el extranjero en Alemania, Australia, Estados Unidos e Italia. De manera colectiva ha participado en exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en Nuevo León, en el Museo de Arte Carrillo Gil y en otros espacios de la Ciudad de México, así como en Oaxaca, Morelia, Jalisco, Tamaulipas y Coahuila. En el extranjero ha participado en Art Basel Miami 2004 y Art Chicago en 1997 en Estados Unidos, así como en exposiciones en Alemania, Suiza, España, Francia, Costa Rica, Panamá, Argentina, Ecuador, Brasil y Venezuela. Su trabajo ha sido acreedor a numerosos premios y distinciones nacionales e internacionales como el Premio de Adquisición de la III Bienal Monterrey FEMSA en 1997, Gran Premio Omnilife en 1999, el primer lugar en la VII Bienal de Cuenca, Ecuador, así como en la XII Bienal Rufino Tamayo, el Salón de la Fotografía de la Cineteca de Nuevo León y la Bienal Regional de Pintura del Norte, en México; y Mención Honorífica en Pintura en la Bienal de Arte Alfredo Zalce de Morelia, Michoacán. Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas de Estados Unidos, Francia y México, incluyendo las del Museum of Contemporary Art San Diego, Museum of Fine Arts de Houston, Museé de Arte Modesta de Montpellier, Francia, y del Centro de las Artes de Nuevo León, Pinacoteca de Nuevo León y la Colección FEMSA en México. José Lazcarro (Puebla, Puebla, México, 1941) Artista plástico visual, académico e investigador. Egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es maestro emérito de la Universidad de las Américas de Puebla. Ha participado activamente en el movimiento de formación de diferentes escuelas de arte y grupos de creación artística en México desde la década de los setenta hasta la actualidad. Cuenta con exposiciones individuales en Puebla, Querétaro y la Ciudad de México; y en el extranjero destacan las exposiciones Muestra José Lazcarro y Muestra de gráfica en Italia, y en el Museo de Arte Moderno de Setagaya, Japón. De manera colectiva ha participado en diversas exposiciones tanto en la Ciudad de México como en otras entidades del país entre las que destacan 50 años de La Esmeralda y Exposición del Bicente- nario de la Independencia, ambas en el Museo Nacional de la Estampa en la Ciudad de México; y Corazoles en Puebla, una exhibición de arte y responsabilidad social realizada en Puebla, México. En el extranjero ha expuesto en el Museo Nacional de China en Beijing, así como en Estados Unidos, Canadá y Japón. Desde 1961 ha realizado murales para diversas instituciones y edificios de la Ciudad de México, Puebla y en Estados Unidos. Fue seleccionado para participar en la Muestra México-Japón de Arte Washi Zokei en Japón; y en diversas bienales tanto en México como en el extranjero. Ha obtenido residencias y estancias de estudios en Francia, Estados Unidos, Japón y España. Obtuvo el Premio de Adquisición en la IX Bienal Monterrey FEMSA. Entre otras distinciones recibidas fue seleccionado como el artista creador más importante de la ciudad de Puebla, su pieza El último de los justos fue denominada Pieza Icónica del Bicentenario Mexicano en el Museo Nacional de la Estampa en la Ciudad de México y obtuvo el Premio Quetzal por su trayectoria artística en Puebla, Puebla. Alejandro López Saldaña (Ciudad de México, México, 1971) Actualmente vive y trabaja en Mendoza, Argentina. Estudió la Licenciatura en Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como una Maestría en Escultura con David Evison en la Universität der Künste en Berlín, Alemania. Colaboró con Helen Escobedo y fue asistente de Federico Silva. Ha sido profesor en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, profesor invitado por la Kunsthochschule Kassel, Alemania, y profesor de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza, Argentina. Sus obras se han expuesto tanto individual como colectivamente en diversos recintos culturales y galerías de México, así como en Argentina y Alemania. Entre los premios y distinciones obtenidos destacan en el 2010 la Beca del Laboratorio de Investigación en Prácticas Artísticas Contemporáneas (LIPAC) en Buenos Aires, Argentina; Beca del Seminario Entrecampos Regional en Mendoza y Buenos Aires, Argentina; Beca del Fondo Nacional de las Artes para el Taller de Análisis y Seguimiento de Obra en San Juan y Mendoza, Argentina; así como una residencia artística en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia, en el 2008; el Premio de Adquisición en la VIII Bienal Monterrey FEMSA, México, en el 2007; y una Beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) para una estancia corta de investigación en la Embajada de México en Berlín, Alemania, en el 2003. Miriam Medrez (Ciudad de México, México, 1958) Obtuvo la Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó estudios en la Universidad de Concordia, en Montreal, Canadá, y en el Taller de Instalación de Helen Escobedo en Monterrey, México. Fue asistente de profesor en la Escuela de Artes Betzalel en Israel. Ha expuesto de manera individual en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), la Casa de la Cultura de Nuevo León y la galería Arte Actual Mexicano en Monterrey, Nuevo León; en el Centro de las Artes San Luis Potosí; el Museo de Arte Zapopan en Jalisco; y en la Casa del Lago en la Ciudad de México. De manera colectiva ha participado en gran número de exposiciones incluyendo Historia de mujeres: artistas en México del siglo XX en el museo MARCO, Manos que ven ojos que sienten en el Fórum Universal de las Culturas y 100 años a través de 100 artistas del Museo de Monterrey, en Nuevo León, así como las exhibiciones Un panorama del arte mexicano y Una mirada continental de la Colección FEMSA. En la Ciudad de México ha expuesto en el Museo Universitario del Chopo de la UNAM, el Museo de Arte Moderno y el Museo del Palacio de Bellas Artes, así como en galerías y museos de Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Yucatán, Oaxaca y Aguascalientes; y en el extranjero, en Estados Unidos, Venezuela, El Salvador, China, Dinamarca, Francia, Puerto Rico, Irlanda, Portugal, Austria y Canadá. Algunos de los reconocimientos recibidos son el Premio de Adquisición de Escultura en la III Bienal Monterrey FEMSA, premio I Bienal de Cerámica en Arte del INBA y Premio de Adquisición en la Bienal de Arte en Cerámica de Nuevo León. Sus esculturas se encuentran en diversas colecciones de México, Puerto Rico, Dinamarca y China. Yolanda Mora (Berkeley, California, Estados Unidos, 1960) De nacionalidad mexicana, estudió artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha expuesto de manera individual en galerías y espacios de Nuevo León, Oaxaca, Yucatán y la Ciudad de México, así como en Merano, Italia. Fue seleccionada para participar en exposiciones colectivas en el Museo Universitario del Chopo de la UNAM y en otros espacios de la Ciudad de México, así como en los estados de Sonora, Yucatán y Guanajuato; en el extranjero participó en la exposición Arte en la ciudad en Saint-Étienne, Francia, así como en exhibiciones en Uruguay, Bolivia y China. Cuenta con una larga lista de reconocimientos y premios entre 121 los que se encuentran el Premio de Adquisición en Pintura y Mención Honorífica como representante del Distrito Federal en la V y IX Bienal Monterrey FEMSA respectivamente, Premio de Adquisición en la Categoría de Dibujo y Mención Honorífica en la II y I Bienal de Artes Plásticas de Yucatán respectivamente, Mención Honorífica en la I Bienal Olga Costa de Guanajuato y los premios de adquisición en la Bienal Internacional Juguete Arte-Objeto del Museo José Luis Cuevas en la Ciudad de México, en el Primer Salón Anual de MiniEstampa en el Museo Nacional de la Estampa en la Ciudad de México y en la exposición colectiva 50 años de la lucha por la alimentación CONASUPO-INBA. Fue también acreedora de una residencia de trabajo en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia, y la Beca de Creadores del Sistema Nacional de Creadores de Arte de CONACULTA. Su obra se encuentra en colecciones de México, como el Museo José Luis Cuevas y la Colección FEMSA, y del Museo de Arte de Saint-Étienne, Francia. Laura Quintanilla (Ciudad de México, México, 1960) Cursó la Licenciatura en Diseño Gráfico en la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y Maestría en Artes Visuales en Pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha participado en varias exposiciones individuales y colectivas. Entre las individuales, ha expuesto en el Museo de Monterrey, Nuevo León; en el Museo de Arte Contemporáneo de Aguascalientes y en la Galería de la Ciudad de Aguascalientes; así como en Querétaro, Estado de México, Jalisco, Zacatecas, Baja California Sur y en la Ciudad de México. En el extranjero, cuenta con exposiciones individuales en Estados Unidos y Madrid. De manera colectiva participó en la exhibición Texturas, tonalidades y resonancias latinoamericanas de la Colección FEMSA en el Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México; así como en exposiciones en el Museo de Arte Moderno y Museo de Arte Carrillo Gil en la Ciudad de México, y en diversas entidades del país. En el extranjero, fue seleccionada para la exhibición 34 Artistas Mexicanos en el Centro Cultural de México en París, Francia; participó en la feria ARCO Madrid 98 en España y Art Chicago 2000 en Estados Unidos; y ha expuesto en el Museo de Arte Moderno en Setagaya, Japón, y en Los Angeles, Estados Unidos. Fue seleccionada para la II Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica en Santo Domingo en 1994, y en la VI, VIII y IX Bienal Rufino Tamayo en la Ciudad de México. En 1992 obtuvo el Premio de Adqui- 122 sición de Pintura en la I Bienal Monterrey FEMSA y en 1995, el Primer Premio en el Certamen Nacional de Pintura Los Ferrocarriles y la Pintura del Museo Nacional de los Ferrocarriles. Ha sido acreedora de la beca del FONCA para jóvenes creadores en México. Rosa María Robles (Culiacán, Sinaloa, México, 1963) Estudió la carrera de pintura en la Escuela de Artes y Oficios de la Universidad Autónoma de Sinaloa y continuó su formación en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Ha expuesto de manera individual en museo Ex Teresa Arte Actual y en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México; en el Museo de Monterrey, Nuevo León; y en espacios de Baja California, Culiacán, Jalisco y Guanajuato. En el extranjero ha expuesto en Barcelona, España, y su exposición Navajas, presentada en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam de La Habana, Cuba, fue considerada por la televisión cubana como la mejor muestra internacional de artes visuales del 2010. De manera colectiva ha participado en exposiciones itinerantes de artes plásticas y visuales de Sinaloa, en la exhibición Una mirada continental en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) de Nuevo León, y Texturas, tonalidades y resonancias latinoamericanas en el Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México, ambas de la Colección FEMSA. Entre sus exposiciones colectivas más relevantes en el extranjero se encuentra Broken Borders en Vancouver, Canadá. Ha sido seleccionada en diversas bienales tanto en México como en el extranjero. Entre los premios recibidos se encuentran el Premio de Adquisición de Escultura en la I Bienal Monterrey FEMSA en 1992; Gran Premio y Mención Honorífica en el Gran Premio Omnilife 2000 y 2001, respectivamente; Premio MARCO 94, donde fue la única escultura finalista, en el museo MARCO de Monterrey, Nuevo León; y el Gran Premio Nacional Cuizmala 88 del Hospicio Cabañas en Guadalajara, Jalisco. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de CONACULTA. Su obra pertenece a colecciones de México y Cuba, incluyendo la Colección FEMSA, museo MARCO y Museo de Arte Moderno de México. Betsabeé Romero la Escuela de Bellas Artes en París, así como con estudios de doctorado en Historia del Arte en la UNAM. Ha participado en un gran número de exposiciones tanto individuales como colectivas en México y el extranjero, incluyendo una exposición itinerante por Colombia, Venezuela, Perú, Brasil y Argentina. En el 2005 tuvo una exposición de honor en la Bienal de Arte Contemporáneo La Paz en Bolivia, así como la exhibición Mezquita Urbana. Project Room en la feria ARCO Madrid, en el 2007. Ha participado en bienales y trienales de México y del extranjero en Canadá, Estados Unidos, España, Eslovenia, Cuba, Brasil, Egipto, Honduras y Puerto Rico, recibiendo el Premio de Adquisición en la II Bienal Monterrey FEMSA, México, en 1994, así como en certámenes de Egipto y Francia. Participó en el Art Fair of Chicago y FIAC de París en 1999. Ha sido becaria del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Sistema Nacional de Creadores. Sus obras pertenecen a colecciones públicas y privadas incluyendo la Colección Daros de Suiza, la Colección FEMSA de México, así como Jacques and Natasha Gelman Collection del Metropolitan Museum of Art y del Museo de Arte Contemporáneo de Houston, además de otras colecciones en México, Estados Unidos, Australia y España. Diego Toledo (Ciudad de México, México, 1964) Actualmente reside en Berlín, Alemania. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cursó un taller de gráfica en el Centro de Investigación y Experimentación Plástica del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en México. Entre sus exposiciones se encuentran Te tenemos rodeado, que se presentó en una exhibición de arte público y en el Centro de la Imagen, ambos en la Ciudad de México, y en el Centro Morelense de las Artes en Cuernavaca, Morelos. De manera individual también ha expuesto en la Sala de Arte Público Siqueiros y en otros espacios de la Ciudad de México; y en el extranjero en Nueva York, Estados Unidos. Ha participado en exposiciones colectivas en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, el Museo de Arte Carrillo Gil y en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, y en otras entidades del país incluyendo Nuevo León, Guanajuato y Yucatán. En el extranjero cuenta con exposiciones colectivas en Estados Unidos, Alemania, Holanda, Dinamarca, España, Francia, Chile, Canadá y Corea del Sur. Fue seleccionado en la exhibición Una mirada continental de la Colección FEMSA en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en Nuevo León. Entre los premios y distinciones recibidos se encuentran el Premio a Escultura en la III Bienal Nacional de Artes en Yucatán en el 2006 y el Premio de Adquisición de Escultura en la VI Bienal Monterrey FEMSA en el 2003, así como una residencia en Saint-Étienne, Francia. Katrien M. Vangheluwe «Trini» (Flandes, Bélgica, 1962) Su introducción a las artes fue en clases de dibujo de animales en el zoológico de Amberes. Estudió arte en la Academie de Brugge y después en la Koninklijke Academie voor Schone Kunsten en Amberes. En 1986 el Gobierno de Bélgica y la Secretaría de Relaciones Exteriores de México le otorgaron una beca para estudiar en la Academia de San Carlos en la Ciudad de México, donde vive a partir de ese año. Entre sus exposiciones más recientes se encuentran Transeúntes, del 2012, y Anónimos, del 2011, en la Galería Arte Actual Mexicano en Monterrey, Nuevo León, y la Ciudad de México, respectivamente. Ha expuesto individualmente en la Ciudad de México y en los estados de Nuevo León, Puebla e Hidalgo; y en el extranjero, en Holanda, Estados Unidos y España. Entre sus exposiciones colectivas se encuentran Buscar lo real, exposición de dibujo en el Museo Nacional de San Carlos y Caligrafías urbanas 10 x 10, arte urbano peatonal en la Ciudad de México; Cruce de caminos, en Guanajuato; así como exposiciones en la Ciudad de México y en Nuevo León. Formó parte de la exhibición Una mirada continental y Texturas, tonalidades y resonancias latinoamericanas de la Colección FEMSA en el 2005 y 2001, respectivamente. En el extranjero, ha participado en exposiciones colectivas en Estados Unidos, Holanda, Francia, Brasil y Bélgica. Algunos de los reconocimientos recibidos son Mención Honorífica en la XV Bienal de Pintura Rufino Tamayo y en el II Concurso de Pintura Johnnie Walker; el Premio de Adquisición en Pintura en la IV Bienal Monterrey FEMSA y Mención Honorífica como representante del Distrito Federal en la II Bienal Monterrey FEMSA; y el premio de Philippe Guimiot Art Gallery, en Bélgica. Su obra pertenece a colecciones públicas y privadas en México, incluyendo la Colección FEMSA. (Ciudad de México, México, 1963) Cuenta con una Maestría en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y títulos del Museo del Louvre y 123 Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012 JURADO Y ARTISTAS SELECCIONADOS 124 125 I Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Olivier Debroise Luis Carlos Emerich Manuel Felguérez Jorge García Murillo Fernando González Gortázar Jorge Alberto Manrique Raquel Tibol Artistas seleccionados: Manuel Ahumada Lucas Alemany Rita Amaya Laura Anderson Barbata Luis Argudin Francisco Javier Astorga Gerardo Azcúnaga Helen Bickham Walther Boelsterly Jordi Boldó Alberto Calzada Enrique Canales Alberto Carlos Estrella Carmona Juan Castañeda Mónica Castillo Francisco Castro Leñero José Castro Leñero Miguel Castro Leñero Alicia Ceballos Rosalina Cervantes Roberto Cordero 126 José Costales Javier de la Garza Yvonne Domenge Arturo Elizondo Renato Esquivel Claudio Fernández José Francisco Sergio Galán Fernando Gallo Gil Garea Rodolfo Garza «Rogar» Yolanda Garza Manuela Generali Masaru Goji Alfredo Martín Gómez Diamantina González Antonio G. Luquín Helena González Irma Griza Grupo Exámetro (Virginia Ayala, Rosa María Murillo y José Luis Venegas) Javier Guadarrama Rosario Guajardo Rosario Guerrero Rosario Guillermo Tony Hambleton Aníbal Hernández José Antonio Hernández Estela Hussong Brian Hutchinson Humberto Jiménez Perla Krauze Francisco Larios Marina Lascaris Isabel Leñero Rosa Lima Ramos Sara Lowry Adriana Margáin Javier Marín Jorge Marín Manuel Marín Ramón Marín José Martínez Marco Antonio Martínez Jesús Mayagoitia Arturo Mecalco Diego Medina Miriam Medrez Jesús Mendez Juan Carlos Merla Fannie Morell Antonio Nava Tirado Paul Nevin Hiroyuki Okumura Eduardo Olbe’s Antonio Ortiz «El Gritón» Kiyoto Ota Okuzawa Irma Palacios Uriel Parker Adolfo Patiño Yolanda Paulsen Alicia Paz Agustín Portillo Georgina Quintana Laura Quintanilla Alberto Ramírez Noemí Ramírez Oscar Ratto Oris Robertson Rosa María Robles Betsabeé Romero Matti Romo Pablo Rulfo Alejandro Santiago Maru Santos María Serrano Eloy Tarcisio Jaime Tejeda Paloma Torres Marco Antonio Trovamala Katrien M. Vangheluwe «Trini» Marco Vargas Javier Vázquez «Jazzamoart» Saúl Villa Boris Viskin Alejandro Von Waberer Lucille Wong Marysole Wörner Jorge Yázpik Ozcar Zamarripa Rafael Zamarripa Rodolfo Zanabria II Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Olivier Debroise Rita Eder Ignacio Salazar Osvaldo Sánchez Guillermo Santamarina Raquel Tibol Jorge García Murillo Artistas seleccionados: Pawel Anaszkiewicz Laura Anderson Barbata Javier Anzures Luis Argudin Gerardo Azcúnaga Oscar Bächtold Jordi Boldó Arturo Buitrón Bernardo Calderón Alberto Calzada Enrique Canales Dámaso Canales Enrique Cantú Estrella Carmona José Castro Leñero Jesús Agustín Castro Alicia Ceballos Rafael Charco Kathleen Clement Gloria Collado Dionisio Cortés María Elena Cueva Héctor Manuel de Anda Roberto de la Torre Alexandrine de Premio Real Yvonne Domenge Renato Esquivel Mariuca Etienne Claudia Fernández Claudio Fernández Francisco Fernández «Taca» Alfredo Flores Ana María Fuentes Guillermo Aurelio Gadda Sergio Galán Noé Armando García Elva Garma Yolanda Garza Manuela Generali Alfredo Martín Gómez Melquiades González Diamantina González Sergio González Grupo 19 Concreto (Fernando de Alba, Roberto de la Torre, Ulises Mora y Alejandro Sánchez) Rosario Guajardo Ismael Guardado Diego Gutiérrez Aníbal Hernández Arturo Hernández Gilberto Hernández José Antonio Hernández Olga Hubard Yasmín Kashfi Perla Krauze Margarita Rosa Lara Francisco Larios Marina Lascaris Juan Alberto Mancilla Adriana Margáin Jacobo Margolis Jorge Marín Manuel Marín Ramón Marín Carlos Márquez Ramiro Martínez Plasencia Diego Medina Miriam Medrez Alfonso Mena Francisco Mendoza Juan Carlos Merla Ulises Mora Timothy Nash Antonio Nava Tirado Fernando Palomar Knut Pani Alejandro Pérez Muñoz Mario Rangel Faz Oscar Ratto Jesús Reyes Cordero Oris Robertson Víctor Rodríguez Betsabeé Romero Mauricio Sandoval Paula Santiago Teresa Serrano Guadalupe Sierra David Silva Pablo Szmulewicz Mariano Torres Katrien M. Vangheluwe «Trini» Fernando Varela Javier Vázquez «Jazzamoart» María Teresa Velázquez José Luis Venegas Fernando Villalvazo Barry Wolfryd Marysole Wörner Jorge Yázpik Moisés Zabludovsky Beatriz Zepeda 127 III Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Agustín Arteaga Nelly Perazzo Liliana Porter Osvaldo Sánchez Raquel Tibol Artistas seleccionados: Fernando Aceves Franco Aceves Lourdes Álvarez Ernesto Álvarez Laura Anderson Barbata Gabriela Arévalo Gustavo Artigas Maribel Avilés Rodrigo Ayala Oscar Bächtold Jordi Boldó Kenneth Bostock Stefan Brüggemann Juan Caballero Enrique Cantú Tomás Capistrán José Castro Leñero Antonio Castro José Ignacio Cervantes José Jesús Chan Aldo Chaparro Rafael Charco Teresa Cito Miguel Contreras Fernando de Alba Ana Cecilia de la Cueva María José de la Macorra Roberto de la Torre Alejandro Díaz Sánchez Liliana Duering Teolinca Escobedo Mónica Escutia Renato Esquivel Pablo Estévez Claudia Fernández Claudio Fernández Francisco Javier Fernández 128 Mercedes Fernández Gabriela Flores Lupina Flores Sergio Galán Claudia Gallegos Alma Beatriz Gámez Rafael Alberto García Hernán García Noé Armando García Ulises García Mario Eduardo García Gil Garea Román Garza Rodolfo Garza «Rogar» Rosa Ana Garza Yolanda Garza Manuela Generali Mauro Gómez Diamantina González Antonio G. Luquín Sergio González Javier Guadarrama Rosario Guajardo Rosario Guerra Rosario Guillermo Wayne Hazen Oswaldo Hernández Aníbal Hernández Guadalupe Hernández Hugo Hiriart Francisco Icaza Edgar Jaime Enrique Jesik Yasmín Kashfi Hugo Kiehnle Perla Krauze Magali Lara Francisco Larios Patricia León Carolina Levy Ilán Lieberman Juan Alberto Mancilla Mirna Manrique ManuelMarín Carlos Márquez Raúl Oscar Martínez Magdalena Martínez Ramiro Martínez Plasencia Arturo Mecalco Juan Carlos Merla Octavio Moctezuma Ulises Mora y Juan José Zamarrón Ulises Mora y Oswaldo Hernández Artemio Morales Rafael Moreno Xavier Muniain Lucio Muniain Timothy Nash Antonio Nava Tirado Alessandra Parachini Roberto Parodí Victor Hugo Pérez Alejandro Pérez Muñoz Segundo Planes Maribel Portela Agustín Portillo Alejandra Quintanilla Aurora Ramírez María del Carmen Ramírez Alejandro Ramírez Marcos Ramírez «Erre» Ricardo Ramírez Mauricio AdriánRamírez Lorenzo Reyes Ángel Ricardo Ríos Ornella Ridone Miguel Rincón Víctor Rodríguez Claudia Rodríguez Plasencia Armando Romero Betsabeé Romero María Romero Eduardo Romo Enrique Ruiz Jorge Salort Juan Sandoval Álvaro Santiago Patricia Soriano Soledad Tafolla Paloma Torres Patricia Torres Luciano Trigos Katrien M. Vangheluwe «Trini» Marco Vargas Manuel de Jesús Velázquez Baruch Vergara Fernando Villalvazo Barry Wolfryd Jorge Yázpik Uli Zwar IV Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Teresa del Conde Rita Eder Menene Gras Balaguer Ivo Mesquita Xavier Moyssén L. Artistas seleccionados: Fernando Aceves Oscar Bächtold Eusebio Bañuelos Carlos Barragán Armando Belmontes Helen Bickham Ilana Boltvinik Sandra Cabriada Alberto Calzada Tania Candiani Susana Carlson Estrella Carmona Alberto Castro Leñero José Castro Leñero Alicia Ceballos José Ignacio Cervantes Aldo Chaparro Sandra Contreras Dionisio Cortés María Elena Cueva Fernando de Alba Pilar de la Fuente Alejandra de la Puente Einar y Jamex de la Torre Roberto de la Torre Teolinca Escobedo Renato Esquivel Pablo Estévez Héctor Falcón María Vanesa García Cristina Garza Blanca Nelly Garza Manuela Generali Graciela González Paula Verónica González Antonio G. Luquín Ignacio Granados Verena Grimm Grupo SEMEFO (Arturo Angulo, Carlos López y Teresa Margolles) Rosario Guajardo Elena Guerra Rubén Gutiérrez María Teresa Gutiérrez Verónica Huacuja Alberto Ibáñez Perla Krauze Gerardo Lara Francisco Larios Israel León Carolina Levy Jesús Lugo Juan Alberto Mancilla Mirna Manrique Francisco Marcial Adriana Margáin Manuel Marín Carmen Mariscal Raúl Oscar Martínez Joel Isaac Martínez Alonso Mateo Miriam Medrez Paloma Menéndez Juan Carlos Merla Carmen Mikel Gustavo Monroy Rafael Moreno Heike Müller Lucio Muniain Ferenc Sandor Paczka Edna Pallares Yolanda Paulsen Alejandro Pérez Muñoz Jimena Piedra Rodrigo Pimentel Alejandro Pintado Mónica Prieto Marcela Quiroga Miguel Rincón Jorge Rocha Annie Rodrigues Víctor Rodríguez Guillermo Roel Armando Romero Davis Rusell Emilio Said Melanie Smith Patricia Soriano Pablo Szmulewicz Soledad Tafolla Taller Buxu (Luis Enrique Gutiérrez, Ezequiel Haro y Miguel Antonio Vargas) Fabricio Vanden Katrien M. Vangheluwe «Trini» Alberto Vargas Javier Vázquez «Jazzamoart» Jerónimo Vázquez Melo Héctor Velázquez Lorenzo Ventura Fernando Villalvazo Rafael Villar Juan José Zamarrón Beatriz Zamora Beatriz Zepeda V Bienal Monterrey FEMSA Jurado: José Bedia Jacques Beauffet Andrea Giunta Miriam Kaiser Xavier Moyssén L. Artistas seleccionados: Inmaculada Abarca Fernando Aceves Dana Aerenlund Guillermo Álvarez Charvel Armando Amaya Jesús Araujo Roberto Arcaute 129 Georgina Arizpe y Marcela Quiroga Carlos Arriola Rodrigo Ayala Gerardo Azcúnaga Mario Barrón Lorena Becerra Eugenia Benabib Jeannette Betancourt Jordi Boldó Sandra Cabriada Beatriz Canfield Román Antonio Carvajal Arnulfo Castañeda Reyna Castaño Alicia Ceballos José Luis Cendejas Fernando Cervantes Katia Chapa Rafael Charco Marisol Cocho Saúl Cortés Amitla Cuacuas Oscar Fabián Cueto María José de la Macorra Gabriel de la Mora Salvador Díaz Alejandro Díaz Sánchez Reynaldo Díaz Zesati Yvonne Domenge Ediciones El Chino (José Dávila, Javier Dueñas, Álvaro González, Rodrigo Lazo, Gonzalo Llebrija, Jorge Eduardo Méndez Blake, Fernando Palomar, Juan Carlos Pérez, José Antonio Ramírez «Foit», Agustín Solórzano y Francisco Ugarte) Natalia Eguiluz Pedro Escapa Teolinca Escobedo José Enrique Estrada María Ezcurra José Antonio Farrera Claudio Fernández Hugo Rey Fortis Graciela Fuentes Sergio Galán Fausto Igor Gálvez 130 Fernando García María Vanesa García Claudia Garro Cristina Garza Blanca Nelly Garza Yolanda Garza Elena Gómez Ulises González Antonio G. Luquín Sergio González Rosario Guajardo Mariana Gutiérrez Becky Guttin Patricia María Henríquez Aníbal Hernández David Kumetz Angeline Vera Kyba Daniel Lara Ballesteros Francisco Larios Laura Leal Israel León Tomás López Jesús Lugo José Salvador Luna Luis Octavio Macías Juan Alberto Mancilla Francisco Manterola Adriana Margáin Eugenia Martínez Ramiro Martínez Plasencia Alonso Mateo Luciano Matus Octavio Moctezuma Gustavo Monroy Gerardo Enrique Monsiváis Yolanda Mora Francisco Javier Morales Josafat Mario Muñoz Eliud Nava Aurora Noreña Hiroyuki Okumura Damián Ontiveros Antonio Ortiz «El Gritón» Sandra Pani Yolanda Paulsen Francisco Paz Victor Hugo Pérez Luis Enrique Ramírez Hampshire Alejandro Ramírez Francisco Constantino Ramírez Jorge Alberto Ramírez Mauricio Adrián Ramírez María del Pilar Ramos Roberto Rébora Ángel Ricardo Ríos Ornella Ridone Rosa María Robles Manuel Rocha Carlos Rodal Guillermo Roel Enrique Ruiz y Jesica López Antonio Sáiz Julieta Sánchez José Luis Sánchez José Alejandro Sánchez María del Carmen Sanromán Benjamín Sierra Marion Sulkin Sofía Táboas Alberto Vargas Carlos Vargas Manuel de Jesús Velázquez Lorenzo Ventura Jorge Villa del Ángel Fernando Villalvazo Carlos Villanueva Noel Iván Villaseñor Francisco Zamora VI Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Agustín Arteaga Jacques Beauffet Ery Camara Luis-Martín Lozano Ernesto Pujol Artistas seleccionados: Gabriela Aceves Patricia Álvarez Roberto Arcaute Armando Belmontes Jordi Boldó Santiago Borja Jorge Brozon Fernanda Brunet Carla Díaz-Francés Judith Elizondo Pablo Estévez Fernando García Renato Iván Garza Manuela Generali Ulises González Rosario Guajardo Rubén Gutiérrez Erika Harrsch Francisco Hernández Alfredo Herrera Alberto Ibáñez María Eugenia Ituarte Perla Krauze Daniel Lara Ballesteros Francisco Larios Israel León Tomás López Hugo Lugo José Luis Maldonado Ramiro Martínez Plasencia Miguel Juan Martino Alfredo Matus Rubén Maya Ricardo Humberto Milla Yukitzugu Minohara Ulises Moyao Antonio Ortiz «El Gritón» Mario José Manuel Palacios Edna Pallares Eduardo Paulin Yolanda Paulsen Maribel Portela Jorge Alberto Ramírez Fernando Rascón Ángel Ricardo Ríos Miguel Rodríguez Sepúlveda Alejandro Sabido Marion Sulkin Diego Toledo Paloma Torres María Teresa Velázquez Fernando Villalvazo VII Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Karen Cordero Reiman Philippe Louisgrand Sylvia Navarrete José Roca Julián Zugazagoitia Artistas seleccionados: Fernando Aceves Mabel Elvira Barrera Andrés Fernando Basurto José Castro Leñero Laura Elizabeth Castro Hugo Andrés Crosthwaite Gabriel de la Mora Sergio de la Torre Roberto de la Torre Reynaldo Díaz Zesati Arián Dylan Carolina Esparragoza Elisenda Estrems Fernando Flores Graciela Fuentes Omar Gámez Onésimo Valerio Gámez Mauricio Gattás Erika Harrsch Tomás Hernández Jesús Jiménez López Daniel Lara Ballesteros Elisa Lipkau Blas Yuri Manrique Ernesto Marenco César Martínez Lucía Maya Luis Rodrigo Medina Mario Núñez Damián Ontiveros Luis Enrique Oroz Perales Alejandro Pintado Ernesto Ramírez Luis Enrique Ramírez Hampshire Rosa María Robles Rafael Rodríguez Gerardo Romero Oswaldo Ruiz Jeanne Saade César Sánchez Omar Sánchez Fabián Ugalde Noel Iván Villaseñor Jessica Wozny Francisco Zamora VIII Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Virgilio Garza Andrea Giunta Philippe Louisgrand Xavier Moyssén L. Betsabeé Romero Artistas seleccionados: Silvia Beatriz Andrade Marco Arce Héctor Ávila Gabriel Guillermo Boils Georgina Bringas Geysell Capetillo Alejandro Cartagena Aníbal Catalán José Ignacio Cervantes Mayra Isabel Céspedes Ignacio Chincoya Yvonne Coindreau Colectivo La Lucha Libre (Miguel Herrera y Lourdes Nava) Aidee de León Reynaldo Díaz Zesati Carla Díaz-Francés Alejandro Fournier María Vanesa García Ana Cecilia Garza Adela Goldbard Ulises González Mabel Gisela Gutiérrez Adrián Gutiérrez Marcela Herbert Javier Hinojosa Tanya Huntington Alberto Ibáñez 131 Jens Kull Ximena Labra Alberto Lenz Carolina Levy Pablo López Luz Alejandro López Saldaña José Martín López Juan Alberto Mancilla Rubén Marcos Ramiro Martínez Plasencia Jaime Martínez Víctor Mendiola Gerardo Montiel Klint Bradley Narduzzi Roberto Ortiz Giacomán Diego Pérez García Patrick Pettersson Edith Pons Mariel Quevedo Miguel Ángel Ramos Marisol Rangel Ricardo Rendón José Luis Rojas Emilio Said Omar Sánchez Christian Thornton Diego Toledo Leonardo Torres Javier Toscano Fabián Ugalde María del Consuelo Velázquez Fernando Villalvazo IX Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Juan Coronel Rivera Philippe Louisgrand Ramiro Martínez Xavier Moyssén L. Osvaldo Sánchez Artistas seleccionados: Franco Aceves Guillermo Álvarez Charvel Carlos Angrigiani Oscar Bächtold 132 Marcelino Barsi Juan Sebastián Beltrán Cannon Nancy Bernáldez Alberto Calzada Lucía Castañeda José Luis Cendejas Colectivo Doble A (Adriana Bravo y Andrea Robles) Colectivo La Lucha Libre (Miguel Herrera y Lourdes Nava) Miguel Ángel Cordera David Corona José Luis Cuevas Armando de la Garza Edgar Durán Oscar Farfán Carlos María Flores Liliana Gálvez Claudia Elizabeth García Ana Lucía Gómez Verónica Gómez Juan Manuel González Brenda Anel Guido Rubén Gutiérrez Mabel Gisela Gutiérrez Gabriela Gutiérrez Martha Lilia Guzmán Daniel Habif Jesús Jiménez López Araceli Juárez José Carlos Jurado José Lazcarro Miguel Ángel Ledezma Carolina Levy Pablo López Luz César López Jacqueline Lozano Oscar Lozano Christian Maciá Miguel Ángel Madrigal Juan Alberto Mancilla Rubén Marcos Andrea Martínez Ulises Matamoros Luis Rodrigo Medina Miriam Medrez Nuria MargaritaMenchaca Jorge Eduardo Méndez Blake Guillermina Mendoza Ulises Mendoza Juan Carlos Merla David Eduardo Miranda Yolanda Mora Hugo Leonello Núñez Juan José Ochoa Roberto Ortiz Giacomán Alejandro Osorio Alejandro Palomino Alan Pfeiffer Raúl Quintanilla Mario Rangel Faz Pablo Rasgado Ricardo Rendón Elisa Rodríguez Malo José Luis Rojas Marco Vinicio Rosales Ramsés Ruiz Enrique Alejandro Saavedra Emilio Said Damián Siqueiros Oscar Rafael Soto Billy Jason Soto Zoé Treviño Mariana Vargas Jerónimo Vázquez Melo Fernando Villalvazo Ryuichi Yahagi Honma X Bienal Monterrey FEMSA Jurado: Pierre-Olivier Arnaud Leda Catunda Karen Cordero Reiman Carlos-Blas Galindo Itala Schmelz Artistas seleccionados: Iván Abreu Laura Anderson Barbata Javier Areán Gustavo Artigas Gerardo Faustino Barba María Fernanda Barrero Ricardo Bermúdez Pablo Castañeda Livia Corona Marianna Dellekamp Beatriz Díaz Alex Dorfsman Edith Sofía Enríquez Larisa Escobedo Mónica Espinosa Miguel Fernández Ulises Figueroa Joel Flores Quiroz Alejandro García Contreras Masafumi Hosumi Perla Krauze Miguel Ángel Ledezma Morelos León Celis Jacqueline Lozano Oscar Lozano Hugo Lugo Jorge Juan Moyano Francisco Muñoz Bradley Narduzzi Alejandro Osorio Alejandro Palomino Dulce Pinzón Raúl Quintanilla Marcela Quiroga Leonardo Ramírez Coral Revueltas Christian Reyes Idaid Rodríguez Gustavo Rodríguez Nava Roberto Rugerio Jaime Ruiz Otis Rocío Sáenz Emilio Said Ricardo Salcido Joaquín Segura Oscar Rafael Soto Norma Suárez Víctor Sulser Cristóbal Trejo Fabián Ugalde Ignacio Vera Ponce Barry Wolfryd Jessica Wozny 133 Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012 Lista DE OBRA 134 135 y cuatro, 2005 Reconstrucción de una cocina regiomontana de la década de los 50 300 x 300 x 300 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición VII Bienal Monterrey FEMSA Pasta plástica y pintura automotriz sobre madera tallada 78 x 150 x 110 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición IX Bienal Monterrey FEMSA Alejandro López Saldaña Adela Goldbard Gerardo Azcúnaga Estrella Carmona Gota-claustro, 2001 Cabello humano y acero sobre poli-estireno expandido 165 x 161 x 120 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA Byron en Grecia, 1994 Óleo sobre tela 186 x 186 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición II Bienal Monterey FEMSA Gerardo Azcúnaga La bestia, 1994 Mixta en concreto 190 x 150 x 115 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición II Bienal Monterrey FEMSA María José De la Macorra Hexágona sensibilia, 1996 Metal punteado y soldado 185 x 190 x 180 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA Gabriel De la Mora Flop, 2003 Acrílico sobre lino 171 x 180.7 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA Emiliano Morales de la Mora jugando…, 2005 Pelo humano y pelo sintético sobre papel fabriano 163 x 108 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición VII Bienal Monterrey FEMSA Sandra Cabriada Marianna Dellekamp Calzado de alta resistencia, 2001 Cajas de acrílico con zapatos 167 x 141 x 141 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA Artist, 2011 Impresión cromógena, libro de artista (fotocopias y papel de algodón) y portarretratos digital 126 x 300 x 30 cm y 6:20 min. Colección FEMSA. Fernanda Brunet 136 Premio de Adquisición X Bienal Monterrey FEMSA Árbol de tunas, 2006 Impresión cromógena 80 x 180 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición VIII Bienal Monterrey FEMSA Oscar Farfán Grupo SEMEFO San Francisco Javier. De la serie Tierra arrasada, 2009 Impresión digital con pigmentos permanentes. Edición 1/5 118.5 x 148 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición IX Bienal Monterrey FEMSA (Arturo Angulo, Señal en amarillo y negro, 2005 Placa de hierro y madera 266.5 x 142 x 100 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición VIII Bienal Monterrey FEMSA Claudia Fernández El alimento, 1996 Acrílico sobre objetos y vestido confeccionado. Fotomural. Plata sobre gelatina 195 x 300 x 282 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA y Teresa Margolles) Memoria fosilizada, 1999 Objetos diversos inmersos en cemento 20 x 241 x 241 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición IV Bienal Monterey FEMSA Rubén Gutiérrez Timeline of critical paradigms, 2003 Video digital 10 min. Colección FEMSA. Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA Miguel Fernández Francisco Larios Fin del camino I, 2011 Impresión cromógena 80 x 128 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición X Bienal Monterrey FEMSA El ancho de un círculo, 1996 Mixta sobre tela 180 x 135 cm Colección FEMSA. Premio Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA Mauricio Gattás José Lazcarro Mil novecientos cincuenta Naturaleza muerta IV, 2009 Bestabeé Romero Refugio para un lecho de rosas, 1994 Cama de madera, estructura de tela de alambre y metal, rosas secas blancas y rojas 42 x 182 x 132 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición II Bienal Monterey FEMSA Diego Toledo Miriam Medrez Carlos López Premio de Adquisición I Bienal Monterrey FEMSA Trayectos, 1998 Madera, cerámica y arena 185 x 210 x 80 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición IV Bienal Monterey FEMSA Rojo disponible, 2003 Laca automotriz sobre MDF 138 x 193.3 x 15.5 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA Katrien M. Vangheluwe «Trini» Yolanda Mora Paisaje en penumbra, 2001 Óleo sobre tela 140 x 180 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA Formas, 1998 Acrílico sobre tela 180.4 x 180.4 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición IV Bienal Monterrey FEMSA Laura Quintanilla Moradores, 1992 Encausto, óleo y chapopote sobre tela 170 x 140 cm Colección FEMSA. Premio de Adquisición I Bienal Monterrey FEMSA Rosa María Robles Álamo santo, 1992 Madera de álamo y basalto 292 x 130 x 205 cm Colección FEMSA. 137 AGRADECIMIENTOS La labor de llevar a cabo la Bienal Monterrey FEMSA durante 20 años ininterrumpidos no hubiera sido posible sin el invaluable apoyo de todos aquellos que con su dedicación han contribuido al desarrollo y consolidación de este certamen. Agradecemos a todas las personas e instituciones que se han sumado a este proyecto, a los artistas participantes, seleccionados, premiados e invitados así como a quienes han fungido como miembros del jurado y curadores en las diez ediciones. Agradecemos además al público, que con su interés y asistencia en cada edición nos motivan a seguir adelante con nuestro propósito de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la creación artística en México. Juan Carlos Almaguer Meléndez María Teresa Arenas Prósperi Claudia Ávila Carlos Beltrán Alejandro Betanzo Zúñiga José Manuel Blanco Cynthia L. Cámara Gallardo Bertha Cantú Alejandro Casar Solares Christophe Chavagneaux Jorge Contreras Santiago Alban Corbier Labasse Eva Gonda de Garza Lagüera Beatriz de la Torre Arizpe Gilda Domínguez Karla Janeth Egloff Ángeles Espinosa Yglesias Melissa Espronceda Garza Carolina Farías 138 Vanessa Fernández Romeo Flores Caballero Josyane Franc Minerva Berenice Franco Limas Stéphane Gaillard Jorge García Murillo Eliseo Garza Salinas Loretto Garza Zambrano Jesús Garza Almaguer Virgilio Garza González Hernando S. Garza Lozano Maye Garza Rangel Virgilio Garza Rodríguez Virgilio Garza Zambrano José Pedro Gaytán Ercilia Gómez Maqueo Ricardo González Sada Armando González Beltrán Enrique González Reyes René González Ruiz Marco Granados Reynold Guerra Gloria Guzmán Carmen Junco Gustavo Lara Alcántara Roberto Lara Durán Rubén López Barrera Javier López de Arriaga Yann Lorvo Alberto Luna Federico A. Márquez Pérez Luis Alberto Martínez Dominica Martínez Ajuria Ana Patricia Martínez Rodríguez Juan Meliá Huerta Katzir Meza Fátima Montes Villegas Virgilio Muñoz Paloma Porraz Fraser Ramón Ramirez Alejandra Rangel Hinojosa Maye Rangel de Milmo Alfonso Rangel Guerra Irma N. Richards Cynthia Rodríguez Carlos Rodríguez Muñiz Jaime Rosales de la Garza Saraí Ruiz Indira Sánchez Janet Swartz Guillermina Suárez Claudia Tapia Elisa Téllez Ana Gabriela Torres Jaime Toussaint Elosúa Fernando Treviño Lozano Rosalba Valdés Bazaldúa Sandra Lizeth Vargas Ramírez Sylvia Vega Balderas Gabriela Velázquez Robinson Carlos A. Velásquez Moreno Elisa Villarreal Sañudo Carlos Villegas Lilia Weber Eder Zamacona Castellanos Nina Zambrano Ivonne Zavala Maya Zepeda Regina Zorrilla Garza Alianza Francesa de Monterrey Antiguo Colegio de San Ildefonso Arte A.C. Escuela de Diseño, Tecnológico de Monterrey Casa de la Cultura de Puebla Casa Redonda. Museo Chihuahuense de Arte Contemporáneo Centro Cultural Tijuana (CECUT) Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterey (CEDIM) Centro de las Artes de Nuevo León Centro INAH Sonora Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE) Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne Espacio Cultural. Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA) Facultad de Artes Visuales, Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) Fototeca Juan Crisóstomo Méndez Fundación BBVA Bancomer Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias Galería Jesús Gallardo Instituto Cultural de León Instituto Chihuahuense de la Cultura Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Museo Amparo Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) Museo de Arte de Zapopan (MAZ) Museo de Monterrey Museo Regional de Sonora Palacio de la Autonomía Universitaria San Pedro Museo de Arte Secretaría de Cultura del Distrito Federal Taller de Experimentación Plástica (TEP) Universidad de Monterrey (UDEM) Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) CRÉDITOS FEMSA Difusión y Fomento Cultural A.C. José Antonio Fernández Carbajal Presidente del Consejo de Administración y Director General Ejecutivo Consejo de Administración Alfonso Garza Garza Director de Negocios Estratégicos Genaro Borrego Estrada Director de Asuntos Corporativos Colección FEMSA Bárbara Garza Lagüera Presidenta del Comité para el Desarrollo y Consolidación de la Colección FEMSA José Antonio Fernández Carbajal Presidente Gerardo Estrada Attolini Vicepresidente Alfonso Garza Garza Tesorero Carlos Eduardo Aldrete Ancira Secretario Genaro Borrego Estrada Eduardo Padilla Silva Carlos Vicente Salazar Lomelín Vocales BIENAL MONTERREY FEMSA 1992-2012 EDICIÓN CONMEMORATIVA Programa Cultural FEMSA Rosa María Rodríguez Garza Gerente de Programa Cultural Herminia Alejandra Fernández Muñoz Coordinadora de Administración y Registro Marcela Torres Ibarra Coordinadora de Exposiciones y Comunicación María del Carmen Garza González Analista de Comunicación Rubén Rincón Soto Analista de Conservación y Mantenimiento Armando Valdez Basaldúa Analista de Registro y Conservación Graciela Ivonne García Silva Asistente Joaquín García Vargas Francisco Rosales Peña Auxiliares Comunicación Corporativa Carolina Alvear Sevilla Directora de Comunicación Corporativa Liz Paola Castellanos Bernabé Jefe MIRC Erika de la Peña Ibarra Jefe de Mercadotecnia y Comunicación Coordinación General Difusión y Fomento Cultural, A.C. Luis F. Quirós Sada Jefe de Relaciones Públicas Coordinación Editorial Xavier Moyssén L. Sylvia Vega B. Karla Torres Elizondo Jefe de Gestión de Comunicación Corporativa Carlos Alberto Velázquez Alvarado Jefe de Relación con Medios Textos Karen Cordero Reiman Carlos-Blas Galindo Luis-Martín Lozano Mirta Gallegos Vega Coordinadora MIRC Diseño Gráfico Óscar Estrada Mauricio Gómez Cárdenas Coordinador de Gestión de Comunicación María Guadalupe González González Coordinadora de Relación con Medios Rocío Hernández Santacruz Verazas Coordinadora de Mercadotecnia y Comunicación Carlos Julsrud López Coordinador de Infraestructura de Conocimiento Joel Morales Auces Coordinador de Relaciones Públicas Martha Lilia García Guajardo Analista de Relaciones Públicas Karla Treviño Ovalle Asistente Fotografía y Edición Fotográfica Roberto Ortiz Giacomán Investigación Curricular y Corrección de Estilo Cristina Elenes Créditos de Fotografía Daniel Abad Lourdes Almeida Fernando Brito Dante Busquets Rogelio Cuéllar Dr. Fanatik Flavia Giménez Luiz Eduardo Laufer Cuidado de la Edición Juan Carlos Almaguer Meléndez Marcela Torres Ibarra Regina Zorrilla Garza FEMSA es una empresa líder que participa en la industria de bebidas, a través de Coca-Cola FEMSA, el embotellador más grande de productos Coca-Cola en el mundo; en comercio al detalle, operando OXXO, la cadena de tiendas más grande y de mayor crecimiento en América Latina; y en cerveza, siendo el segundo accionista más importante de Heineken, una de las cerveceras líderes en el mundo con presencia en más de 70 países. 1992-2012 edición conmemorativa Se terminó de imprimir en Enero de 2013. Para su formación se utilizaron las familias tipográficas Sabon y Gotham.