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Coordinación general: Difusión y Fomento Cultural, A.C.
Primera edición: Enero de 2013.
© FEMSA.
© Difusión y Fomento Cultural, A.C.
© Los autores de sus obras o textos.
El contenido de esta publicación está protegido por la Ley Federal de Derechos
de Autor. Los textos aquí publicados son en su totalidad responsabilidad de sus
autores. Prohibida la reproducción parcial o total de esta publicación, a menos
que se cuente con la autorización por escrito de Difusión y Fomento Cultural, A.C.
1992-2012
edición conmemorativa
4
Contenido
P r e s e n ta c i o n e s
9
J o s é A n t o n i o F e r n á n d e z C a r b aja l
Presidente del Consejo de Administración
y Director General Ejecutivo de FEMSA
10
P r o g r a m a C u l t u r a l F EMS A
11
L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA ,
una bienal exitosa
Carlos-Blas Galindo
17
B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA :
V e i n t e a ñ os co n s o l i da n d o
p r o p u e s ta s e s t é t i c a s e n e l
arte contemporáneo de México
Luis-Martín Lozano
21
L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA
y el coleccionismo y promoción
del arte contemporáneo
Karen Cordero Reiman
27
B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA 1 9 9 2 - 2 0 1 2
29
135
Memoria
Obras ganadoras
Semblanzas
Jurado y artistas seleccionados
Lista de obra
139
Agradecimientos
141
Créditos
63
115
125
6
Presentación
J o s é A n t o n i o F e r n á n d e z C a r b aja l
Presidente del Consejo de Administración y Director General Ejecutivo de FEMSA
integral de las personas
a través de la generación simultánea de valor económico y
social en las comunidades en donde está presente ha sido
parte de la filosofía de FEMSA desde su creación hace 122
años. Para nosotros, la educación y el apoyo al arte son una
prioridad dentro de las múltiples iniciativas con las que cuenta nuestra empresa.
El arte siempre ha sido una vía para impulsar los valores,
contextos y acontecimientos que se generan en los diferentes
ámbitos de la sociedad. El apreciar las manifestaciones artísticas expande nuestro conocimiento y perspectiva acerca de
las cosas que a veces por su cotidianidad, perdemos de vista.
En un país como el nuestro, caracterizado por la creatividad
de su gente y que ha atraído a ilustres personajes del medio
cultural de todo el mundo, nos pareció oportuno iniciar hace
20 años el reto que hoy continúa de reconocer, fortalecer,
estimular y difundir la creación artística en México a través
de la Bienal Monterrey FEMSA.
Desde su creación en 1992, la Bienal Monterrey FEMSA
ha superado sus expectativas rompiendo en cada edición
su propio récord de participación, adecuándose a los tiempos y necesidades de los artistas y manteniendo su vigencia, consolidándose como el certamen de artes visuales más
importante de nuestro país. Una de las contribuciones más
destacables de la Bienal es haber creado una comunidad
artística a la que se han sumando una gran cantidad de
F o m e n t a r e l d e s a r r o ll o
8
personas e instituciones, haciendo posible la continuad de
este proyecto.
Es importante reconocer a quienes tuvieron la visión de
crear este incentivo para el arte en México y a quienes con
su esfuerzo, trabajo y dedicación, han logrado que continúe
hasta el día de hoy. Casi un centenar de obras participantes
en la Bienal se han incorporado a la Colección FEMSA, reconocida como una de las colecciones privadas más representativas del arte moderno y contemporáneo latinoamericano.
Quiero agradecer especialmente a los 8642 artistas que
han registrado más de 21 mil obras en la Bienal durante sus
diez ediciones, a quienes han sido seleccionados, premiados
e invitados, por su confianza y compromiso con nosotros;
a los más de 40 especialistas que han fungido como jurado
y curadores por su invaluable aportación a este proyecto.
Así mismo, agradezco al Centro de las Artes y al Museo de
Arte Contemporáneo de Monterrey, sedes de este certamen,
así como a las instituciones culturales, educativas y gubernamentales con quienes hemos realizado alianzas y que han
albergado las exposiciones de la Bienal Monterrey FEMSA en
distintas ciudades del país. Finalmente, doy gracias al público por su asistencia y su valiosa retroalimentación.
Nos sentimos satisfechos y orgullosos por los resultados
que hemos logrado en estos 20 años de impulsar la Bienal
Monterrey FEMSA. Esperamos que este catálogo conmemorativo sea de su agrado.
9
Presentación
La Bienal Monterrey FEMSA, una bienal exitosa
P r o g r a m a C u l t u r a l F EMS A
Carlos-Blas Galindo
Monterrey FEMSA es referirse
a una gran red de colaboraciones que han hecho posible
que el objetivo planteado desde su fundación hace veinte
años no solamente continúe, sino que además, haya dado
tantos frutos en diversos ámbitos más allá del número de
sus ediciones.
Lo que hay detrás de una iniciativa de esta magnitud
son voluntades y esfuerzos que se unen desde distintas perspectivas y sin los cuales no hubiera sido posible llevar a cabo
esta gran tarea. Por un lado, FEMSA, que busca la generación
de valor en todas sus actividades, ha encontrado en la Bienal
y en las instituciones con las que ha colaborado una forma
de acercarse a públicos y comunidades con los que comparte
la visión de las manifestaciones artísticas como herramienta
fundamental para una educación integral; los artistas, que
a lo largo de estos años nos han brindado su confianza,
han sido, con su participación y su apoyo, nuestro motor
principal para encontrar las vías de incentivar y difundir su
trabajo; los críticos de arte, académicos y artistas que han
fungido como jurado han aportado sus propias reflexiones
en torno a la Bienal y sus miles de obras participantes, perfilando cada una de sus ediciones; finalmente, el público se
convierte en el receptor y colaborador activo de este certamen en cada una de sus etapas y actividades.
H a bl a r d e l a B i e n a l
10
Así mismo, por medio de los Premios de Adquisición,
del Fondo de Adquisición de Obras Seleccionadas y gracias
a generosas donaciones por parte de los artistas, la Colección FEMSA se ha enriquecido notablemente en una de sus
secciones más dinámicas, como es la del arte contemporáneo
producido en México. Casi cien piezas se han integrado al
activo Programa de Exposiciones Itinerantes de la Colección,
acercándolas a una gran cantidad de personas tanto en México como en el extranjero.
Durante este tiempo, la Bienal Monterrey FEMSA ha logrado proyectarse como el certamen de artes visuales más
importante de su tipo en México; es un foro cultural en constante evolución y se ha extendido a lo largo y ancho del país,
dialogando a su vez con la producción artística de América
Latina. Nos sentimos muy orgullosos de ver hecho realidad
el propósito con el que fue planteada la Bienal desde 1992 y
satisfechos por las experiencias obtenidas durante este trayecto, que sin duda nos han preparado para los retos por venir.
Para el Programa Cultural FEMSA es un honor haber contado con la participación y respaldo de todas las personas e
instituciones que se han sumando a esta iniciativa durante
veinte años consecutivos y que han hecho posible que este
proyecto continúe vigente hasta el día de hoy. A todos, nuestro sincero y profundo agradecimiento.
año de 1955 y, dado el amplio prestigio que no pocos artistas mexicanos habían logrado tanto
dentro como fuera de nuestro país, era muy escaso el número
de personas que podía o tenía por qué imaginar siquiera que
podría llegar a contar con razones de peso para poner en
duda que nuestras artes –y no únicamente las artes plásticas–
gozaban de una inmejorable salud y, en consecuencia, de un
futuro más que promisorio. En las artes de nuestro país se
vivía la fase postrera de las vanguardias históricas; esto es,
la etapa final de la vida útil de aquellas vertientes estilísticas
contra las que se rebelaron y a las que sustituyeron como
lenguajes predominantes dentro de la tradición occidental.
En efecto, los planteamientos vanguardistas contrarrestaron
y acallaron aquellos léxicos de la cadena del derrotero artístico en Occidente que, en el contexto de Europa (que por aquel
entonces era el espacio hegemónico), fueron los de los salones
academicistas oficiales y los de su contraparte: el Impresionismo, el cual fue el estilo artístico más avanzado de su momento y el último estilo –en rigor y hasta ahora– en la historia de
las artes plásticas de Occidente (los demás han sido, y son,
movimientos, corrientes o tendencias, pero ya no estilos).
En México –y en muchos otros lugares, desde luego–,
el Impresionismo estuvo lejos de constituir la fase inmediata anterior al advenimiento de las vanguardias históricas y
nunca fue generosamente cultivado en nuestras tierras, ya
que sólo tuvo a un practicante destacado: Joaquín Clausell,
quien realizó obras impresionistas con casi cincuenta años
de desfase con respecto al Impresionismo histórico, y en el
mismo lapso en el que aquí se pasó de la severa y persistente
preceptiva academicista, por una parte, así como de cierto
afán por tomar como ejemplos las obras ganadoras de los
salones, por otra, al vehemente comienzo de la era de las
vanguardias. En nuestro medio cultural, la práctica de las
vanguardias europeas fue trocada por la de las vanguardias
Corría el buen
endógenas, o bien fue inhibida por la preeminencia de estas
vanguardias propias. Así, por ejemplo, Diego Rivera fue un
reconocido cubista –heterodoxo, eso sí, sobre todo en el uso
del color– mientras vivió en Europa y fue uno de los iniciadores de nuestras vanguardias una vez que regresó a México; los estridentistas cultivaron un fugaz cubo-futurismo
con galanteos dadaístas; a David Alfaro Siqueiros durante
su estancia europea le interesaron la ilustración art nouveau
y el Impresionismo, sobre todo el de Paul Cézanne, en tanto
que el expresionismo de José Clemente Orozco fue coincidente, en lo temporal y con mucho en lo técnico y lo formal,
con el expresionismo histórico europeo. Sin duda, la única
vanguardia traída a México que consiguió un cierto número
de adeptos, aunque tardíos y no pocos de ellos asimismo importados, fue el surrealismo… pero eso acontecería mucho
tiempo después.
Las vanguardias mexicanas, por tanto, fueron los nacionalismos. Y, como todas las vanguardias históricas, tuvieron
como conceptos paradigmáticos sobresalientes el culto al
racionalismo, la actitud provocativa, la convicción de apuntalar el arte occidental mediante la imposición de su normatividad interna; la certeza en la existencia del progreso, la
originalidad y la utopía, así como la seguridad en la utilidad
del arte para divulgar compromisos políticos y para irradiar
causas libertarias extra-artísticas. Debido a las circunstancias de aquel momento, los nacionalismos devinieron las artes oficiales mexicanas, en las acepciones de arte oficial como
mainstream, a la vez que como arte favorecido por el sector
gubernamental en turno y elaborado por autores proclives,
por gratitud o por convicción, a ese mismo sector temporalmente en el poder. Pero algo les sucedió a los vanguardistas
mexicanos –y también a no pocos de los latinoamericanos–
que les impidió considerar que, aun cuando con base en sus
concepciones, el afán de progreso y la construcción de una
11
utopía eran tareas que no tendrían un final histórico (al menos no uno inmediato), como tampoco lo tendrían las luchas
políticas ni las batallas en pro de la democracia, sí concluiría
la fase de predominio de los nacionalismos, toda vez que la
totalidad de las vanguardias, incluidas las nuestras, alguna
vez devendrían lenguajes artísticos obsoletos.
Para 1955, algunos artistas plásticos mexicanos que por
aquel entonces eran jóvenes ya se interesaban por los léxicos
neovanguardistas, otros más practicaban algún figurativismo
ajeno a la canónica de los nacionalismos y por ende predecesor de alguna neovanguardia, en tanto que más de uno exponía obras proto-neovanguardistas en espacios controlados
por el sector gubernamental o afines al arte oficial mexicano
(pues no los había de otra índole, incluida la Galería de Arte
Mexicano en la capital del país). Y, ya para entonces, dentro
de la esfera de la promoción cultural, al menos a uno de sus
integrantes con mayor influencia le parecía de lo más normal
que en México comenzaran a practicarse las neovanguardias; ese promotor congruente lo fue Miguel Salas Anzures.
Sin embargo, a ojos de muchos de los involucrados con el
arte oficial, inexplicablemente la continuidad de la paz nacionalista no tenía por qué estar en riesgo. Tanto era así que
desde el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que por
mandato de ley era –y es– la sede de la toma de las decisiones
en cuanto a las políticas públicas en materia de cultura artística, se establecían institutos regionales de bellas artes con la
finalidad expresa de formar artistas noveles en las prácticas
nacionalistas, así como con el propósito adjunto de formar
públicos adeptos a los nacionalismos. Tal fue el caso del Instituto Potosino de Bellas Artes que fue fundado en aquel mismo buen año de 1955.
Mucho se ha especulado en cuanto a las causas del fin
de los nacionalismos y del inicio de la era neovanguardista
en la historia de las artes plásticas mexicanas. Pero pese a
que entre los primeros neovanguardistas hay quienes se adjudican inmerecidamente actos de heroicidad y pese a que
unos cuantos expertos locales en arte han querido denominar a esos neovanguardistas inaugurales como integrantes de
una inventada «generación de La Ruptura», lo cierto es que
las únicas vertientes que tenían la oportunidad –la posibilidad histórica real, pues– de satisfacer los requerimientos
artísticos específicos de la cultura de la inmediata postguerra
en Occidente eran las neovanguardias. Contra lo que han
sostenido y reiterado algunos de los practicantes de nuestras vanguardias históricas endógenas (al momento de escribir estas líneas por fortuna viven, y se encuentran activos
como artistas, autores nacionalistas como Fernando Castro
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Pacheco, Andrea Gómez, Arturo García Bustos, Rina Lazo y
Adolfo Mexiac; Elizabeth Cattlet falleció cuando me ocupaba de redactar este texto), las neovanguardias difieren muy
poco de sus antecesoras las vanguardias, toda vez que entre los paradigmas neovanguardistas se comparte el culto al
racionalismo y se cuentan la actitud desestabilizadora más
que provocativa, la convicción de apuntalar el arte occidental mediante la imposición de una nueva normatividad, la
tradición de lo nuevo en sustitución del afán de progreso,
la novedad en lugar de la originalidad (una especie de originalidad exacerbada) y una utopía circunscrita al campo
artístico. Entre aquello que diferencia a las neovanguardias
de las vanguardias se tiene el carácter autorreferencial del
arte y por ende su utilidad parcial para transmitir posturas
políticas combativas por parte de sus autores, así como una
función libertaria circunscrita al interior de los linderos del
arte mismo.
Sin lugar a dudas, aquello que ha hecho que dentro del
devenir de la historia de las artes plásticas en México se considere a las neovanguardias como diferentes, fue el hecho que
hayan contado con un reconocimiento muy tardío por parte
del sector gubernamental del país, que en aquel entonces lo
controlaba todo, incluso a las artes; y también que este reconocimiento, institucionalización o legitimación haya sido,
amén de no inmediato, un tanto traumático. Hubieron de
transcurrir once años desde que el primer autor entonces
joven mostró su producción neovanguardista en un espacio
destinado a exposiciones artísticas (Héctor Xavier lo hizo en
las galerías Chapultepec, dependientes del INBA, en el multicitado 1955) para que dentro del INBA se atendiera la ya
para entonces impostergable necesidad de admitir la artisticidad de obras informalistas, neofigurativas y de híbridos
abstrayentes, y que con ello se allanara el camino para los
geometrismos, los happenings, los minimalismos y las artes
tecnológicas que estaban por comenzar a ser practicados en
el ámbito artístico mexicano. En efecto, ni siquiera el certamen denominado Nuevos Valores al que convocaba –y aún
lo hace– el Salón de la Plástica Mexicana (SPM, fundado en
1949) pudo garantizar un ingreso ordenado y paulatino de
los neovanguardistas y de los demás disidentes de los nacionalismos (disidentes internos, no pocos de ellos) al sistema
artístico nacional, toda vez que este concurso ha tenido la
función de servir para el ingreso de miembros al SPM que, en
aquella época y pese a su contribución a la pluralidad estilística, era un enclave nacionalista.
Cuando la presión de los no nacionalistas por gozar de
la legitimación del régimen gubernamental era ya incontro-
lable, desde el propio INBA se convocó al Salón Confrontación 66 de las Nuevas Generaciones, concurso que resultó
sumamente polémico y que suscitó un escándalo en los medios periodísticos –inusual para aquellas fechas– que tuvo
una duración de varios meses. Los neovanguardistas, que
inicialmente aspiraban al reconocimiento oficial de la artisticidad de sus obras y a gozar, en consecuencia, de las
mismas prebendas y canonjías de las que disfrutaban los
nacionalistas, fueron más lejos y consiguieron arrogarse el
poder cultural del país, poder que detentan hasta el presente. En 1966 no era posible anticipar si las neovanguardias
permanecerían vigentes hasta el fin de los tiempos artísticos
o si serían sustituidas por vertientes ulteriores. Sin embargo,
a algunos promotores culturales (ya no a Miguel Salas Anzures, quien falleció en 1966 antes de ver triunfar su postura
incluyente) les pareció que era irresponsable arriesgarse a
que en el futuro llegase a existir otra toma del poder cultural
como la que habían protagonizado los neovanguardistas, de
modo que decidieron instituir el primer certamen artístico
de nuevo cuño, tendiente a incorporar a nuevos autores al
interior de la cultura oficial mexicana, a excluir a los que,
habiendo sido considerados con anterioridad, cultivaban
léxicos menguantes en cuanto a vigencia, concurso que a
la vez estaba orientado a legitimar vertientes estilísticas que
fuesen culturalmente incipientes o que lo fuesen al menos al
interior del contexto mexicano.
Los promotores culturales visionarios que fundaron ese
certamen bienhechor, tendiente a evitarle al país otra Confrontación como la de aquel 1966, fueron Víctor Sandoval
(entonces director de la Casa de la Cultura de Aguascalientes) y Sergio Galindo (a la sazón director general del INBA).
Y ese certamen fue el Concurso Nacional para Estudiantes
de Artes Plásticas, con sede en la ciudad de Aguascalientes
y patrocinado por una empresa regiomontana: la compañía
Cigarrera La Moderna. Sus convocantes retomaron, de los
concursos de la antigua Academia de San Carlos en el siglo
XIX, la idea de conformar un acervo con las obras premiadas
(en los concursos de la Academia la institución organizadora
retenía todas las obras participantes, no sólo las premiadas)
y desde luego que reforzaron la idea de legitimar autores y
lenguajes emergentes. Hasta antes de las neovanguardias los
procesos de legitimación no requirieron de convocatorias
ni de concursos. Sin embargo, a partir de la fase neovanguardista de la historia del arte los certámenes resultaron
indispensables para el reconocimiento de la artisticidad de
los nuevos planteamientos propuestos al interior del medio
artístico mexicano.
En 1977, a veintidós años del reconocimiento oficial de
la existencia de una práctica neovanguardista en México (beneplácito datado con la exposición de Héctor Xavier en las
galerías Chapultepec en 1955) y a once de Confrontación
66, el INBA instituyó el Salón Nacional de Artes Plásticas que
constó de secciones anuales de pintura, bienales de gráfica,
trienales de escultura (desde 1979), bienales de fotografía (a
partir de 1980, pues anteriormente los fotógrafos concursaban en las secciones de gráfica) y una, fugaz, de experimentación (destinada a los «nuevos» géneros, como el arte
correo, la instalación o la neográfica, entre otros), que con
posterioridad fue convocada con el nombre de sección de
espacios alternativos. Precisamente, once años después de
instituido este sistema coherente de certámenes, y a treinta y
tres de aquel buen 1955 (año en el que yo nací), con la última
sección del rubro de espacios alternativos* que correspondió
a su convocatoria 1988 (aunque estuvo expuesta hasta comienzos de 1989), concluyó la corta vida del Salón Nacional
mexicano, el cual había sido establecido con el propósito expreso de atender a los integrantes de la segunda generación
de neovanguardistas: aquellos nacidos en los años cincuenta
del siglo pasado y que comenzaron sus trayectorias profesionales en la década de los setenta de la misma centuria. Tal
fue el éxito del Salón Nacional de Artes Plásticas que quienes
resultaban ganadores de sus secciones tenían garantizado el
ingreso a alguna galería privada –o, a veces, el cambio de galería, aunque en ninguno de los dos casos su permanencia–,
como parte del proceso de legitimación oficial.
El setentero Salón Nacional de Artes Plásticas pudo haber sido la vía ideal y de largo aliento para la legitimación
institucional del arte mexicano. Su existencia facilitó el impulso a la escultura, la fotografía y las instalaciones. Pero
toda vez que respondió, y con creces, a las necesidades culturales de la segunda oleada de neovanguardistas –me refiero a
la generación de Miguel Ángel Alamilla, Ilse Gradwhol, Magali Lara, los hermanos Castro Leñero, Gabriel Macotela,
Manuel Marín, Alfonso Mena Pacheco, Irma Palacios y Eloy
Tarcisio, entre otros–, no pudo sobrevivir al encumbramiento, en la década de los ochenta, de las postvanguardias. En
concordancia con el comienzo de la época postvanguardista,
*La de «espacios alternativos» era y es una denominación imprecisa que se
utilizó para aludir a ambientaciones, ensamblajes, instalaciones, performances y otras vertientes de los conceptualismos. La acepción precisa, utilizada
en aquella época, se refería a los espacios para exhibición de obras artísticas
que no eran dependientes de gobiernos, ni de instituciones de educación superior, ni tampoco de empresas privadas. Se trataba regularmente de galerías
de autores o galerías de artistas.
13
y con la aquiescencia de Víctor Sandoval, en 1981 el Concurso Nacional para Estudiantes de Artes Plásticas fue reestructurado y a partir de aquel año se le denomina Encuentro Nacional de Arte Joven. Se trata del certamen decano en el país
que subsiste debido a que sus reglas –que fueron modificadas
en 1980 por Raquel Tibol con la intervención de la promotora cultural Hilda Campillo y del autor de estas líneas– no han
perdido vigencia. Otros concursos veteranos son los del Salón de la Plástica Mexicana, iniciados en 1953 y planteados
para conformar el acervo del todavía hoy inexistente Museo
de Arte Moderno Mexicano con las obras premiadas en sus
salones de invierno, grabado (posteriormente, estampa), escultura, pintura y dibujo. Sin embargo, su trascendencia ha
sido y es interna, en tanto que el alcance de su legitimación
es escaso y mengua día con día, pues no le compete el reconocimiento de artisticidad alguna.
De manera sorprendente, en el decenio de los ochenta
se vivió una gran proliferación de concursos de arte –oficiales y paraoficiales–, algunos de los cuales, como la Bienal
de Pintura Rufino Tamayo, todavía existen. Pero además del
Encuentro de Arte Joven y de unos cuantos certámenes originados en los años ochenta del siglo XX, los demás que provenían de la época neovanguardista parecieron haber tenido
una obsolescencia planeada. Aunado a lo anterior, el ascenso
de las postvanguardias a nivel mundial como las nuevas vertientes hegemónicas fue algo que cambió de manera integral
la escena artística, que ya para aquel entonces era global.
La fase postvanguardista de la historia del arte comenzó en
aquella década de los ochenta y subsiste al día de hoy. En esta
etapa, del racionalismo se ha pasado a lo intelectivo, ya no
interesa provocar ni desestabilizar, los criterios occidentales
son impuestos a nivel planetario, impera el relativismo, las
prácticas artísticas y sus lenguajes específicos han sido homogeneizados, se vive en la originalidad de la no originalidad
y en cierta apatía generacional, amén de que priva un auge
del pragmatismo que es inducido por el mercado internacional del arte. Las postvanguardias son vertientes artísticas
que son coincidentes o convergentes con el llamado neoliberalismo, que ha sido importado y adoptado como directriz
económica por los regímenes gubernamentales mexicanos
desde aquel multicitado decenio y que implica, entre otras
cosas, la eliminación casi por completo de la participación
gubernamental en la toma de las decisiones de lo económico
y de lo social, a fin de propiciar el amplio desarrollo del libre
mercado capitalista.
Los gobiernos mexicanos controlados por funcionarios
tecnócratas interesados básicamente en aspectos macroeco-
14
nómicos se propusieron y consiguieron sobradamente, a pesar a sus convicciones más inconfesadas, congraciarse por
conveniencia con los artistas e intelectuales locales, toda vez
que en el pasado este sector había simpatizado con ideas de
izquierda. Para lograr este acercamiento estratégico, en 1988
se fundó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a partir de un proyecto elaborado por Laura Ramírez Rasgado y presentado para su autorización por Víctor
Flores Olea, primer titular del Consejo. Y al inicio de 1989,
con una encomiable visión táctica, se instituyó el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) a fin de consumar
otra insincera alianza más entre gobierno y artistas. Sin embargo, ni el advenimiento de las postvanguardias ni tampoco
la imposición del CONACULTA y del FONCA por encima del
mandato de ley que hace del INBA la institución responsable
de la toma de las decisiones en cuanto a las políticas públicas
en materia de cultura artística, ha causado reacciones adversas de consideración entre la mayoría de los integrantes
del medio artístico mexicano y ni siquiera ha originado respuestas contrarias la paulatina falta de cumplimiento, por
parte de los gobiernos federales, sobre todo, pero también de
los estatales y municipales, de su responsabilidad de destinar
presupuestos suficientes para las instituciones y actividades
culturales.
La amplia y tersa receptividad de las postvanguardias en
el ámbito cultural mexicano puede explicarse, parcialmente,
porque numerosos postvanguardistas pioneros formaron –o
forman– parte de la misma generación de la cual son integrantes los autores de la segunda oleada de neovanguardistas. Tal fue el caso de Estrella Carmona, Rafael Cauduro, Julio Galán, Manuela Generali, Enrique Guzmán, Jazzamoart,
Antonio Luquín, Gustavo Monroy, Helio Montiel, Yolanda
Mora, Roberto Parodi, Adolfo Riestra, Arturo Rivera, Luciano Spanó, Roberto Turnbull, Germán Venegas, Boris Viskin y Nahum B. Zenil, por ejemplo. Al no haber existido un
abierto rechazo a los nuevos paradigmas ni a los nuevos léxicos, las necesidades de legitimación pudieron ser satisfechas
por parte del sistema artístico nacional de manera pausada.
Y, además, en forma selectiva. Los certámenes con pocos
premios, y de montos o beneficios considerables, permiten
esta índole de legitimación. En los años ochenta y noventa
del siglo XX fueron impulsados, por la vía de los concursos
–y reforzados por otras más–, el neoexpresionismo figurativo, los lenguajes neoacadémicos, la mala pintura (en la acepción de este término como traducción de bad painting), alguno que otro ejemplo de cutting edge, postconceptualismos
varios y todo posmodernismo, entre otras vertientes, pero
de manera muy especial y enfática fueron apadrinados los
neonacionalismos. Me cuento entre quienes apoyamos con
ahínco el apuntalamiento de esta vía estilística, que fue la
única postvanguardia endógena de nuestro medio cultural.
También me cuento entre quienes un día anunciamos el inicio de la obsolescencia de los neonacionalismos mexicanos.
La conformación de acervos con obras premiadas y los
procesos de legitimación de autores y lenguajes emergentes,
en la década de los noventa de la anterior centuria, requería
de una reactivación. No de concursos convocados «a modo»
para privilegiar a determinados participantes, ciertas temáticas o léxicos particulares; concursos sin continuidad como
lo fue en los ochentas alguno organizado por el Fondo Nacional para las Actividades Sociales –efímera oficina creada
expresamente y dotada de mucho presupuesto para rivalizar
con el INBA–, ¡u otro lanzado por Ciudad Sahagún! antes,
desde luego, del estrepitoso fracaso de la industria maquiladora automotriz y ferrocarrilera en territorio hidalguense;
o incluso, tiempo después, aquella fugaz convocatoria de la
Fundación Cultural Televisa para el concurso llamado Pinturerías. Cuando con algo se consigue el éxito es porque se
han atendido la mayoría o la totalidad de los requerimientos
que estaban a la vista de todos pero que nadie antes se había propuesto satisfacer o, aun proponiéndoselo, nadie había
conseguido hacerlo. Los artistas exitosos lo son porque han
sido capaces de detectar las necesidades culturales, específicamente artísticas, de mercado, de género y tantas otras, que
en una época y lugar específicos requieren de soluciones inmediatas y de largo plazo, y porque, habiéndolas detectado,
han tenido la capacidad de responder a esos requerimientos
hasta satisfacerlos. A veces, en un solo intento; en ocasiones,
luego de varios ensayos.
Si la Bienal Monterrey FEMSA ha conseguido éxito y lo
ha mantenido, es porque con su existencia se han dado respuestas a necesidades de varias índoles. En primer lugar, por
supuesto, a la paulatina integración de un acervo que recibe
atención constante en cuanto a conservación y que, además,
es expuesto con frecuencia. El tener obra en la bodega de la
colección de algún museo, por afamado que éste sea, resulta
parcialmente atractivo para los artistas, pues es prestigioso
mencionarlo en los datos curriculares; pero saber que la obra
propiedad de FEMSA se exhibe con regularidad es algo que
resulta sumamente atractivo para todo artista. En segundo
lugar, porque la exposición resultante del proceso de selección se muestra tanto en la ciudad de Monterrey, que es su
sede, como en otras ciudades mexicanas. En tercero, porque
la inclusión de integrantes no mexicanos en el jurado, así
como una cuidada pluralidad en cuanto a género, son factores que aseguran la absoluta imparcialidad en la toma de las
decisiones. En cuarto, porque la manera como trabajamos
los jurados en las fases de selección y premiación, mediante
la votación directa y pública, y por medio de la exteriorización de un parecer razonado cuando así se precisa, conduce
a que el reconocimiento, institucionalización o legitimación
que implica la selección, la mención honorífica o el premio
conferidos en la Bienal Monterrey FEMSA sea resultante de
una labor esmerada y pausada; de un debate abierto e informado entre pares; de una toma absolutamente honesta de la
totalidad de las decisiones.
He sido jurado de certámenes artísticos en México y en
otros países en numerosas ocasiones, desde que en 1986 lo
fui por vez primera en la III Bienal de Pintura Rufino Tamayo (¡con el propio maestro Tamayo como presidente del
jurado!), y jamás he recibido presión o «sugerencia» alguna,
ni tampoco algún intento de censura por parte de los organizadores de los concursos en los que he intervenido como
juez, ni de ninguna otra persona. Pero resalto las bondades
de la manera como se trabaja en la Bienal Monterrey FEMSA
porque el cuidado, la calma, la polémica especializada y la
honestidad que he encontrado como integrante del jurado
de la X Edición son sobresalientes. Sin duda este clima de
trabajo procede de los nexos que el Comité Organizador ha
conseguido y mantiene con individuos e instituciones relevantes en cuanto a la cultura artística. Pero, a la vez, en un
sentido por demás dialéctico, deriva del hecho que este mismo Comité ha sabido garantizar la necesaria independencia
con relación a las personas y entidades que en México y
en el resto del mundo imponen criterios sobre este asunto
en particular: el de la cultura artística contemporánea. El
inicio del certamen, en 1992, incrementó la confianza de los
participantes –confianza que crece, pues el número de concursantes aumenta para cada convocatoria– y de todos los
involucrados en la Bienal, ya que ocurrió en una época en
la que se había desenmascarado el verdadero sentido falaz
de tantos ejemplos de aquella ochentera descentralización
desde el centro que, empero, tuvo algunos logros notables,
como el de preludiar la realización de la Muestra Nacional
de Teatro en tantas ocasiones en la ciudad de Monterrey, o
como el de haber hecho posible la existencia de la Escuela
Superior de Música y Danza de Monterrey, a la que tantas
veces acudí acompañando al compositor Blas Galindo Dimas, mi padre.
La Bienal Monterrey FEMSA ha conseguido un amplio
éxito, lo ha mantenido y lo ha incrementado. Y aun cuan-
15
do su subsistencia no depende de manera directa de la de la
etapa postvanguardista de la historia del arte, es innegable
que aun cuando, a juzgar por los premios conferidos en ella,
ha impulsado la pluralidad estilística en el medio cultural
mexicano, la Bienal sí está ligada a las postvanguardias. Al
momento de escribir estas líneas no me es posible anticipar
si la mencionada fase de la historia del arte contará con una
larga duración, o si no será así. Para algunos autores, como
el politólogo y economista Yoshihiro Francis Fukuyama, la
humanidad ha llegado al culmen de su desarrollo con el libre mercado capitalista de espíritu neoliberal, con el que las
postvanguardias están vinculadas. De ser así –que espero que
no, pues este capitalismo es sólo posible merced a la miseria
que genera y de la cual depende–, la Bienal contaría con condiciones favorables para su supervivencia. En cualquier caso,
el devenir del arte podría orientarse en una directriz hasta
ahora insospechada, que continuara implicando la conformación de colecciones de obras artísticas –lo que espero que
sí acontezca–, con lo que la Bienal también tendría asegurado su futuro. Y, en caso de que el arte por venir siguiera requiriendo procesos de reconocimiento, institucionalización o
legitimación de autores y lenguajes incipientes y dominantes,
la Bienal Monterrey FEMSA podría continuar cubriendo esta
función. Ya lo sabremos. Baste por ahora con saludar esta X
Edición. La X Bienal Monterrey FEMSA. Veinte años de organizar un certamen artístico exitoso sí es mucho.
Bienal Monterrey FEMSA: Veinte años consolidando
propuestas estéticas en el arte contemporáneo de México
Luis-Martín Lozano
de una innegable tradición pictórica, la cual deviene desde la época precolombina. Si la valoración histórica es justa, lo cierto es que los orígenes de la
pintura antigua también conviven con el surgimiento de lo
que hoy llamaríamos otras disciplinas, como la escultura, la
danza, la música e incluso la arquitectura, pero que en aquellos tiempos no eran artísticas propiamente, sino que obedecían a una cosmovisión distinta, acaso ritual, por no llamarlas mágicas y cargadas de significados sociales y políticos. El
parangón me parece correcto cuando hemos de analizar el
desarrollo de las artes visuales en el México contemporáneo,
en tanto que la pintura, si bien primordial, ha convivido con
otras propuestas estéticas que difieren de la noción convencional del arte; y aquí sí, ni siquiera de las bellas artes, sino
de las artes plásticas en un sentido más amplio. Ahora, como
entonces, lo artístico resulta ser un parámetro insuficiente
para comprender el desarrollo de las distintas estrategias
que pertenecen a la esfera de lo que prefiero llamar intención
estética y como éstas, también forman parte de un contexto sociopolítico que es necesario analizar para comprender
mejor sus alcances y su representatividad cultural. Para ello
se requiere una visión interdisciplinaria, en donde la propia
historia del arte se nutra de otros campos, como por ejemplo
la sociología, la psicología o la semiótica, pero incluso de la
tecnología, la ciencia y la economía, para reconocer que la
intención estética de los creadores no surge sólo de condicionamientos culturales relativos al arte per se, sino en ocasiones de formas de pensamiento y estructuras conceptuales
más complejas y de mayor alcance social. La celebración de
los veinte años de la Bienal Monterrey FEMSA parece ofrecer
un excelente contexto para analizar estos fenómenos relacionados con el campo de la estética, en tanto que su continuidad a lo largo de dos décadas y su independencia de los mecanismos oficiales de promoción de las artes, han creado un
M é x i c o e s u n pa í s
16
marco referencial de entre mediano y largo alcance que nos
permite estudiar cómo se han combinado factores y circunstancias que desde el mecenazgo corporativo han propiciado
y favorecido la circulación de algunas estrategias en el devenir del arte contemporáneo en México entre 1992 y el 2012.
Desde su I Edición –con un jurado conformado por Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique, Oliver Debroise, Manuel Felguérez, Fernando González Gortázar, Luis Carlos
Emerich y Jorge García Murillo–, hasta la actual del año
2012, está claro que ha habido un sinnúmero de perspectivas
en la más de una treintena de curadores, críticos y artistas
que han ejercido como jueces de selección y premiación; y
lejos de ser un conjunto de opiniones desarticuladas y heterodoxas, por las obvias diferencias generacionales, de oficio
e incluso de nacionalidad, han resultado opiniones concatenantes de un solo contexto del desarrollo del arte contemporáneo en México en dos décadas. Lo que equivale a señalar
que durante veinte años distintos jueces han seleccionado a
diferentes artistas y premiado múltiples propuestas, empero
con el condicionamiento de que todos los creadores y todas las obras forman parte de un conjunto mayor que los
engloba y los explica en el contexto de cada edición de la
Bienal, y de éstas en su conjunto. Este universo particular, de
uno de mayor envergadura, constituye un bloque analítico
que arroja interesantes observaciones sobre la producción,
difusión y consumo de las estrategias estéticas en el México
contemporáneo; y en donde, metodológicamente, la visión
inmediata de la crítica del arte se articula con la visión a
más largo plazo que puede ofrecer la historia del arte. En lo
que se refiere a la producción de los discursos creativos de
los artistas que participaron en las diez bienales, me gustaría
reflexionar tan sólo sobre uno de los supuestos, que se refiere
al antagonismo entre la pintura y los medios alternativos,
que han sido preocupación y caballito de batalla entre los
17
pintores y curadores en los últimos años, y que a la postre
alcanzaron los criterios de la convocatoria, selección y premiación de las bienales de FEMSA a comienzos del siglo XXI.
Es indiscutible que en la segunda mitad del siglo XX la pintura de caballete en México gozó de una sólida plataforma de
proyección, no sólo nacional sino internacional; esta práctica
artística cimentó de hecho la aparición de los discursos pictóricos, algunos ajenos al muralismo, que habían surgido en
México durante la posrevolución. Pero no menos cierto es el
hecho de que sobre todo en los años sesenta los artistas también exploraron con discursos visuales interdisciplinarios y
alternos a la pintura de caballete, como la escultura pública,
el muralismo efímero, el performance, el arte colectivo; campos sobre los que la historiografía del arte apenas comienza
a analizar en su conjunto. Estos universos, los pictóricos y
extra-pictóricos, surgieron, convivieron e interactuaron en
forma paralela desde la postguerra y durante todo el siglo
XX. De tal suerte que a principios de los años noventa, cuando surge la I Bienal Monterrey FEMSA, se seleccionó y premió
sólo de entre pintores y escultores, sin que esto quiera decir
que no hubiesen otros medios alternativos en el contexto. Lo
cierto es que la pintura y la no pintura eran discursos conceptuales y estrategias de expresión que los artistas bien estaban trabajando en paralelo, en México, en el último cuarto
del siglo XX; y estas exploraciones forman parte de un largo
proceso de maduración intelectual, no antagónico, sino convergente. No olvidemos que la semilla de la multiplicidad
creativa está en la génesis de las vanguardias. De manera que
los discursos antagónicos entre pintura y no pintura no pertenecen tanto a la esfera de la producción, como a las ideologías que sustentan los medios de difusión y los intereses
que han favorecido ciertas formas de consumo del arte. Por
ello, es sintomático que en los actuales procesos formales de
enseñanza del arte en México, las nuevas generaciones de
artistas ni siquiera se plantean estas estrategias en oposición.
Hoy por hoy, la pintura, como se ha visto en las ediciones
recientes de las bienales de FEMSA, también se nutre de lo visual y conceptual de lo no pictórico; tanto como el hecho de
que la fotografía, el video y las instalaciones a menudo abordan problemas de recepción y percepción tradicionalmente
asociados a la pintura. En todo caso, la Bienal Monterrey
FEMSA pronto empezó a dar cabida en su convocatoria a las
expresiones no plásticas (es decir no sólo pintura y escultura)
a partir de su II Edición y reconociendo que ya circulaban
las estrategias que han sido llamadas alternativas; las cuales
en su origen nunca se plantearon como opuestas, sino como
complementarias.
18
La aparición de la Bienal Monterrey FEMSA en 1992 no
fue un hecho aislado. La decisión de otorgar un mecenazgo corporativo al ámbito de las artes plásticas en México
obedeció, sin duda, a una estrategia empresarial más amplia;
una que, creo yo, con sentido humanista valora el talento
creativo de los mexicanos no sólo en el mundo de las tecnologías y empresarial, sino también en las ideas y el talento
de sus artistas. No es éste el espacio para detallarlo, pero
FEMSA ha desarrollado muchos otros programas de alcance
social y la Bienal es tan sólo uno de ellos, que nos atañe de
manera particular, porque han sabido y han podido darle
una continuidad inusual en el mecenazgo privado de las artes en México; lo cual celebro y me congratulo enormemente, porque es lo que el país necesita: alternativas viables. En
México, históricamente, las bienales y los concursos de arte
han sido vocación institucional y formaban parte de una política cultural de Estado; como tal, los discursos de algunas
bienales y concursos no estaban exentos de un paternalismo
oficial, con todos los vicios que conlleva. Con sentido crítico,
tendría que aceptar que en años recientes se carece de una
verdadera política cultural de Estado, sin embargo, perviven
prácticas igualmente cuestionables, en ocasiones sectarias y
excluyentes. La Bienal Monterrey FEMSA supuso, desde su
inicio, una sana alterativa. A través de la convocatoria de
jurados interdisciplinarios –aunque la mayoría han sido críticos de arte, seguidos de artistas, algunos promotores y pocos
historiadores del arte como tal–, los organizadores se han
asegurado de no ser juez y parte en la premiación de la Bienal
Monterrey FEMSA. Convocan a los jueces y les otorgan, me
consta, absoluta libertad de criterio y no intervienen en el
proceso de selección o premiación, como debe de ser. El proceso de selección de los jurados ha variado en dos décadas,
pero siempre han procurado invitar a «expertos» en el tema
de las artes plásticas, ya sea como creadores o promotores.
De manera que han sido los criterios de los jurados en su
conjunto los que nos dan una óptica de lo que ha sido el
arte contemporáneo en México durante veinte años, en el
contexto específico de una bienal de patrocinio privado. En
su visión múltiple, los jurados han venido presentando un
consenso que en veinte años ha arrojado ciertas constantes a
la vez que han permeado flexibilidad de posturas. Empero el
mayor avance de la Bienal, a mi juicio, ha sido de pasar de
premiar al status quo del arte que se sancionaba de manera
oficial en otros contextos, a ser una plataforma autónoma
que conforma sus propios criterios, si bien a través de un
cuerpo de jurado invitado. En sus primeras ediciones, el jurado estaba conformado mayormente por miembros que a su
vez sancionaban los concursos y bienales oficiales, y en sus
últimos cinco años, los jurados han mostrado mayor apertura hacia lo que no se sanciona de manera institucional.
Hay que decirlo, existe también un relevo generacional. Pero
sobretodo, los jurados en años recientes han sido mas proclives a los medios alternativos porque éstos a su vez se han
evidenciado enfáticamente en su participación a la convocatoria de la Bienal. En inicio, la Bienal estaba más ceñida a las
artes plásticas y a cambio de siglo modificó su espectro, en
consecuencia de la aparición cuantitativa de creadores con
propuestas no pictóricas. Los jurados comenzaron a tener
un universo alterno que fueron perfilando en la selección de
obras participantes, comenzando por la categoría de instalaciones que daba pie a la exploración; pasando de ser una
primera bienal de pintura con esculturas a convertirse en
una selección más representativa de los diversos medios de
expresión e intereses de los artistas. Los jurados fueron llamados para dar respuesta a esta realidad de la producción de
las estrategias estéticas en México, empero, es un círculo en
donde la producción se beneficia de las cláusulas de difusión
a las que se abrió FEMSA. De tal suerte que nuevos factores
de difusión de medios alternativos no pictóricos favorecidos
por un programa de mecenazgo privado respondieron a circunstancias específicas de otras intenciones estéticas, en este
caso no sólo de los creadores, sino de los jurados como tal y
del nuevo mercado para el arte emergente.
El último cuarto del siglo XX planteó nuevas disyuntivas
en lo que se refiere a la difusión del arte contemporáneo en
México. En forma sintética diría, sobre un proceso que requiere mayor espacio de análisis, que se pasó de un esquema
de exclusividad estatal a la aparición de otros mecanismos,
algunos privados, otros alternos e incluso algunos en el contexto mismo de las instituciones. Las afluentes creativas ya
no respondían en forma exclusiva a las plataformas del Estado, las cuales dejaron de sancionar, en la medida que se
volvieron inoperantes y dogmáticas para dar cabida a nuevos
discursos, cuya naturaleza, en muchas ocasiones, era ciertamente contestataria y antigubernamental. La polarización
social que supuso la condición del individuo frente al Estado
a partir del movimiento estudiantil de 1968 fue mermando
la legitimidad del gobierno y de sus instituciones que estaban orientadas a la consolidación de un régimen; de manera
sutil se podrá argumentar, pero claro está que sí se dio. De
tal suerte que la naturaleza subversiva del arte contemporáneo encontró tiempo propicio para ir madurando conceptos
y medios de expresión, que corrían en paralelo al contexto
de los cambios políticos y culturales de México, sobre todo
al cerrar el siglo XX. Podría decirse que el sistema oficial de
mecenazgo estatal del arte contemporáneo en realidad hizo
eclosión con la caída del antiguo régimen y de hecho me parece que la problemática se ha evidenciado aún más con la
aparición de las supuestas democracias institucionales que,
en cuanto a la promoción del arte contemporáneo se refiere, han sido más bien erráticas e inconsistentes. Sin embargo, uno de los agentes de cambio más decisivos provino del
mercado del arte, el cual se hizo receptor de algunos de los
discursos estéticos alternativos y los promovió en una esfera internacional, con magníficos resultados. Las galerías en
México habían estado promoviendo, desde los años cincuenta, el consumo de fórmulas artísticas formalistas –sin duda
muchas ellas de calidad, pero otras no en tanto reiterativas
a arquetipos de lo mexicano–, basadas sobre todo en un esquema convencional del arte como elemento decorativo de
la sociedad burguesa mexicana. Paulatinamente la mercancía
artística fue saturando los mercados locales, sobre todo en
un momento de auge para la producción y compraventa de
la pintura en los años ochenta; algunos pintores alcanzaron
valores de mercado excepcionales que no han vuelto a verse
desde entonces. Empero, en su exploración de mercados internacionales, los discursos estéticos de la pintura no siempre
funcionaron en concordancia con lo que se difundía como
arte contemporáneo en el resto del mundo. Es en este sentido
que las galerías fueron grandes promotoras de los medios
alternativos, en tanto que éstos emergían en mayor concordancia con la esfera internacional y se planteaban como un
producto nuevo que se apartaba del esquema convencional
de comprar pinturas solamente para decorar muros. El arte
contemporáneo no pictórico disfrutaba de una nueva legitimidad internacional sustentada en discursos mayormente
conceptuales, no necesariamente formalistas, lo que abrió la
puerta a la fotografía, la instalación y el videoarte. El coleccionista de la no pintura también adquiría un estatus distinto, podía asimismo aspirar a la condición de mecenas, de facilitador de proyectos artísticos y de impulsor de plataformas
no oficiales, basado en otros intereses culturales y también de
la búsqueda de un prestigio social.
En el contexto de las bienales de FEMSA, desde la VI Edición era plausible que el esquema de la convocatoria para
pintura, escultura e instalación estaba dejando al margen
un notorio conjunto de lenguajes estéticos y que se corría el
peligro de dejar fuera lo que estaba surgiendo con un ímpetu creativo, favorecido por la difusión del mercado del arte
internacional y un nuevo tipo de coleccionismo en México.
Para el año 2004, la convocatoria de la Bienal liberó la parti-
19
cipación de los artistas a criterios basados no en las técnicas
tradicionales, sino tan sólo en la bidimensionalidad o no de
sus propuestas. De manera que FEMSA volvió a participar de
un círculo que incluía ya no sólo la dinámica de los procesos
creativos, sino también una sinergia con otros medios de
difusión del arte contemporáneo en México. A mi juicio, es
esta capacidad de articularse con los cambios artísticos por
un lado, con los discursos conceptuales sobre el mercado y
el coleccionismo en el otro, aunado al hecho de que la Bienal
se había constituido en una plataforma alterna a la validación institucional del arte, lo que ha permitido a la Bienal
proyectarse exitosamente durante dos décadas. Ha sabido
erigirse en un espacio de convocatoria plural, propiciando
un marco de debate y mediación entre lo que los artistas
proyectan como propuestas estéticas y lo que la crítica destaca, considerando parámetros no institucionales, insertos
dentro de dinámicas más amplias de mecenazgo y consumo,
entre lo que acontece en México en el marco del devenir histórico y cultural. Sobretodo ahora en la antesala de nuevas
elecciones presidenciales, y el desenvolvimiento internacional del arte contemporáneo en el que, de nueva cuenta, la
pintura pareciera gozar de una merecida revaloración, será
interesante observar los resultados de las próximas dos bienales de FEMSA para detectar las dinámicas operantes sobre
la producción, difusión y eventual consumo del arte contemporáneo en México.
La Bienal Monterrey FEMSA y el coleccionismo
y promoción del arte contemporáneo
Karen Cordero Reiman
de la X Bienal Monterrey FEMSA es
oportuno reflexionar sobre los cambios que se han llevado a
cabo desde la fundación de este evento en 1992, y la manera
en que ha contribuido a la difusión y promoción del arte
contemporáneo mexicano. Un mayor conocimiento de la diversidad y riqueza de las configuraciones de la producción
actual de creadores nacionales ha sido uno de los resultados
de las propias exposiciones de las ediciones del certamen,
pero a la vez la Bienal ha contribuido a un proceso de continuada actualización de la Colección FEMSA, por medio de
adquisiciones a partir de la Bienal. Asimismo, este incremento y transformación del balance de la Colección ha sido uno
de los dispositivos en un proceso de revisión y planeación
razonada del desarrollo de este acervo empresarial, que ha
formado parte de su consolidación en este periodo como
una de las colecciones más importantes y distintivas de arte
mexicano y latinoamericano en el mundo. La constante circulación de diversas selecciones de esta Colección –cada vez
renovada y ampliada en su contenido y rango estético– en
exposiciones temporales nacionales e internacionales, como
parte de la política de la Colección a partir del año 2000, ha
sido un factor fundamental para la difusión del arte mexicano y latinoamericano en el mundo. La cada vez más fuerte
presencia del arte contemporáneo en esta oferta cultural ha
estimulado a su vez, a través de la curaduría y la crítica, tanto el mayor conocimiento de esta producción, así como el
desarrollo de nuevas narraciones interpretativas e historiográficas. Sin duda las propias publicaciones de FEMSA, tanto
por medio de las ediciones de la Bienal, así como por medio
de los catálogos y folletos de las muestras itinerantes y los
libros sobre el acervo en su conjunto, también han contribuido de manera contundente a la disponibilidad de imágenes
y escritos sobre el arte contemporáneo mexicano que han
facilitado su incorporación a la historia del arte nacional e
E n e s ta o c a s i ó n
20
internacional, enriqueciendo no sólo la gama de las representaciones sino también la narrativa en sí. De esta manera,
la Bienal Monterrey FEMSA ha sido –a lo largo de los últimos
veinte años– una pieza clave, cada vez más protagónica, en
una estrategia multifacética e integral de difusión y renovación de la cultura mexicana, que ha tenido una resonancia
definitiva en el campo artístico.
La Colección como contexto
La Colección FEMSA se funda en 1977, conjuntamente con
el Museo de Monterrey, con el objetivo de mostrar la evolución del arte latinoamericano creado a lo largo del siglo XX,
con representatividad de escuelas, tendencias y movimientos, y con énfasis en el arte mexicano. Tanto en su inicio,
en un momento cuando los rumbos estilísticos se habían
desligado de un compromiso con una construcción de identidad homogénea, como el carácter privado de la entidad
que la alberga, permiten que tenga una independencia de
las líneas marcadas por la historiografía nacionalista, y una
configuración propia que se traduce en una colección selectiva. Ofrece una visión excéntrica y más diversa, correspondiente a la mirada oblicua desde Monterrey –su sede– con
respecto al centro nacional y los focos de poder internacionales. El límite inicial de la Colección, a principios del siglo
XX, y su proyección hacia el siglo XXI, sugiere tanto a nivel
empresarial como a nivel social una ideología de modernidad, que más que reforzar herencias jerárquicas y culturas
del pasado, remite a una visión de progreso histórico cuyo
punto de partida apenas se encuentra en el pasado inmediato. Asimismo, su orientación al coleccionismo del arte
mexicano y latinoamericano confirma un compromiso de
fincar esta representación de la modernidad en la realidad
del sur del continente americano y en la constelación cultural iberoamericana.
21
Uno de los primeros impulsos a partir de la fundación de
la Colección fue que contara con por lo menos un ejemplo
de los principales artistas mexicanos cuya obra se consagra
en el periodo posrevolucionario, y con obra de las grandes
figuras del arte latinoamericano del mismo periodo. Por otro
lado, en 1991 se enriquece el acervo con la adquisición de la
importante colección Window South enfocada en el arte abstracto de los años setenta en México y América Latina. Las
obras contemporáneas incluidas en la Colección hasta ese
momento respondieron ante todo a donaciones relacionadas
con las exposiciones presentadas en el museo. Sin embargo,
a partir de 1992, con la fundación de la Bienal Monterrey
FEMSA, se inicia un proceso de consolidación en el rubro del
arte contemporáneo, tanto por los Premios de Adquisición,
así como por la compra de algunas obras que recibieron
Mención Honorífica y otras provenientes de la selección del
jurado. Asimismo, al basarse en el criterio colectivo de un
grupo que incluye críticos y artistas nacionales e internacionales, la suma de sus subjetividades deriva en un proceso de
coleccionismo más razonado y a la vez en constante renovación. La realización de conferencias, mesas redondas con
artistas y otras actividades paralelas a las bienales contribuye
a la educación y formación de públicos para las nuevas manifestaciones artísticas, subrayando la vocación de difusión,
más que atesoramiento, que ha marcado la Colección FEMSA
desde su inicio, a la par con la cultivación de un alto criterio
de calidad en la selección y presentación de la obra.
Con el cierre del Museo de Monterrey en el año 2000,
la Colección FEMSA ha fortalecido y expandido cada vez más
su programa de exposiciones itinerantes que permiten la difusión de su acervo –en diversas combinaciones y discursos
curatoriales– en distintas sedes en la República Mexicana y
en otros países, paralelamente con una continuada política
de adquisiciones razonadas que buscan consolidar la representatividad del acervo en cada uno de sus rubros. Es así
que, después del brinco en tamaño que implicó el ingreso de
la colección Window South, el acervo de FEMSA ha seguido
un proceso de crecimiento paulatino pero consistente que ha
llegado a duplicar el número de obras que tenía en 1992,
para un total de más de 800, aún sin tomar en cuenta las
442 obras del acervo de gráfica AGPA recibido a finales de los
años ochenta. En el caso del arte contemporáneo, este crecimiento ha implicado una apertura a nuevas modalidades
artísticas que han transformado y fortalecido la Colección,
permitiendo la actualización de la lectura no sólo del arte
reciente sino de la producción de todo el siglo XX. Sin duda,
la dinámica instaurada por la Bienal Monterrey FEMSA, que
22
permite una constante confrontación con y reflexión sobre
el campo artístico del país, ha sido un factor decisivo en este
proceso.
La Bienal como radiografía del ámbito artístico
Los cambios en el contenido y estructura de la Bienal, su
convocatoria y su difusión, así como en las características de
los premios, reflejan el panorama vital e innovador del arte
mexicano a lo largo de los últimos veinte años, así como la
apertura del medio artístico regiomontano y el contexto del
país en general a nuevos medios y manifestaciones, distintos
contenidos y diversos estilos.
Con frecuencia las bienales se consideran «termómetros» de la salud del arte, midiendo su «pulso»; también se
habla de ellas como «radiografía» del estado del arte nacional. El manejo de metáforas médicas sugiere sin embargo un
procedimiento científico, cuando en realidad se trata de una
suma de criterios subjetivos, si bien informados no sólo por
un conocimiento de la historia y práctica del arte, sino por el
ejercicio de discernimiento que se realiza constantemente en
el ámbito de la crítica y la curaduría. Asimismo, la participación de artistas en el jurado de la Bienal garantiza una visión
no sólo teórica sino que toma en cuenta la perspectiva de los
creadores involucrados en la producción del arte contemporáneo a nivel nacional e internacional.
Un indicador decisivo de las transformaciones desde la
misma concepción de los géneros y procesos artísticos se presenta en el cuestionamiento y redefinición de las categorías
de recepción y premiación de obra para la Bienal. A partir
de la II Edición, en 1994, se ampliaron las categorías iniciales
de pintura y escultura para incluir la instalación, en reconocimiento de la importancia que había adquirido este género
híbrido en el campo del arte mexicano. Y para la VII Edición se abandonaron los tradicionales rubros de los géneros
artísticos a favor de los términos generales bidimensional y
tridimensional, tomando en cuenta la cada vez mayor diversificación y mixtura de medios en todos los formatos, así
como el protagonismo adquirido por la fotografía y el video
(de hecho en esta X Bienal, la fotografía ocupa el segundo lugar en número de obras registradas y los dos premios –tanto
bidimensional como tridimensional– tienen como elemento
fundamental a la fotografía). Estos cambios son un reflejo
del fluir de la formación y ejercicio del arte en la actualidad,
ya que hoy en día los artistas definen su práctica más por
el manejo de conceptos, que se desarrollan con frecuencia
en una variedad de medios, técnicas y soportes, incluyendo
aspectos procesuales y sociales –aunado a lo objetual– sin un
apego estricto al manejo magistral de una técnica. Es así que,
en la presente Bienal, hay artistas que presentaron obras en
las dos categorías, incluso tratándose en algunos casos de la
documentación, en diversos medios y soportes, de una misma pieza procesual.
La definición de los géneros artísticos fue desafiada desde la década de los setenta en México por los grupos artísticos que llevaban sus manifestaciones conceptuales a la
calle, en un acto de resistencia del individualismo, elitismo
y consumismo del ámbito artístico. Aun en las producciones
individuales de las décadas posteriores persiste una preocupación por la integración de la obra con la cotidianidad y el
entorno que enriquece la dimensión social del acto estético.
Así, la disolución de las fronteras fijas entre géneros artísticos y entre la identidad del artista y el espectador, cuestiona
y pone en constante movilidad las categorías temáticas y formales tradicionales del arte, así como su interrelación.
La Bienal Monterrey FEMSA surge justo en un momento de efervescencia e internacionalización del arte mexicano
contemporáneo, que coincide con el auge del proceso de globalización marcada por el Tratado de Libre Comercio con
Canadá y Estados Unidos, así como con eventos como el
conjunto de exposiciones denominado México: Obra de Arte
realizado en la ciudad de Nueva York en 1990, con la exposición Treinta siglos de esplendor como su centro. A estos indicadores políticos subyace un proceso de más largo aliento,
iniciado desde la década de los ochenta, de cuestionamiento
y reconfiguración del concepto del «arte mexicano», caracterizado por el surgimiento de espacios alternativos y un giro
conceptual en la producción plástica. Es así que las obras
adquiridas por medio de premios y el fondo disponible para
compra de obras adicionales de la Bienal representan ante
todo las corrientes del neomexicanismo y el arte neoconceptual, que han dominado la escena artística mexicana de las
últimas décadas. En éstas se retoman tanto íconos y objetos provenientes de la cultura popular mexicana, así como
modelos del arte conceptual internacional, y se reutilizan en
función de un discurso más personal –ya sea crítico, irónico
o poético– que, lejos de asumir pretensiones universalizantes,
regionalistas o nacionalistas, teje una relación entre los objetos, su representación y la subjetividad e identidad personal
del autor. Frente a la importante presencia del arte abstracto
en el acervo en el momento del inicio de la Bienal, la obra
adquirida a partir de este certamen revela la presencia de
búsquedas predominantemente figurativas, pero que enfocan
la figuración desde una óptica conceptual, sugiriendo nuevas
lecturas de su contexto y del arte de las épocas precedentes,
y destacando diversas maneras de significar tópicos y objetos
de representación más tradicionales.
Así, el corpus de obra que conforma el acervo de FEMSA
sigue privilegiando una línea estética objetual, que lo vincula
con la lógica del resto de la Colección, pero muestra una clara apertura hacia la producción de generaciones más jóvenes
que están experimentando con otros registros estilísticos y
conceptuales. Esta obra fluctúa entre el terreno del internacionalismo y cierto desarrollo de escuelas regionales, entre
los que destacan la nutrida presencia de artistas de la zona
regiomontana, y algunos de la zona de Oaxaca, donde se
ha gestado un movimiento artístico vigoroso. Evidencia una
mayor heterogeneidad, en comparación con otras colecciones nacionales de arte contemporáneo, seguramente debido
a la variedad de obra presentada en respuesta a la convocatoria de la Bienal, aunado a los diversos criterios y perspectivas
representados en los jurados de las bienales y una mirada
distinta a la que predomina en el centro del país. La inclusión
en el acervo de obras que se mueven en estéticas y discursos
claramente posmodernos en forma y contenido presta un carácter dinámico a la colección contemporánea, que invita a
una lectura más abierta, y menos lineal, de todo el acervo.
Asimismo, parecería que la Bienal refleja un acogido positivo
de esta postura, ya que el número de obras presentadas ha
ido en constante aumento, alcanzando en la ocasión de la X
Bienal una cifra cercana a las cuatro mil, lo que acrecienta –a
la vez– el reto de la selectividad.
Visibilidad e interpretación:
las exposiciones y sus ramificaciones
Cada vez más se afirma la vocación de difusión y educación
de la Colección FEMSA, a la par con su consolidado prestigio,
al exhibir la Bienal Monterrey FEMSA en una diversidad de
sedes en Monterrey; si bien las primeras ediciones se presentaron en el Museo de Monterrey, de allí ha migrado al
Centro de las Artes en las ediciones V al IX, y la X Bienal se
realiza en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey
(MARCO). También, a partir de 2003, las exposiciones conformadas con la selección de la Bienal Monterrey FEMSA han
viajado a otras ciudades del país, incluyendo Hermosillo,
Chihuahua, Puebla, Guadalajara, Ciudad de México, Tijuana y León. En las primeras ocasiones circularon exposiciones
de los ganadores de las bienales, y en las últimas ediciones
han viajado las exposiciones de los artistas seleccionadas en
su forma completa. Asimismo, desde el año 2000, han circulado 78 exposiciones itinerantes curadas a partir de visiones
selectas del acervo de la Colección FEMSA, que en muchos
23
casos han incluido obra contemporánea proveniente de las
bienales. En las ediciones IX y X se complementó la selección
expuesta, además, con exposiciones de artistas invitados, nacionales y latinoamericanos, a partir de curadurías realizadas
por destacados profesionales en ese campo.
Estas actividades no sólo extienden la labor cultural de la
Colección más allá del contexto regiomontano, permiten poner las obras provenientes de la Bienal, y otras obras contemporáneas del acervo, en diálogo entre sí y con obras de otros
periodos, para dar a conocer y estimular nuevas lecturas y
narrativas historiográficas con respecto al arte mexicano y
latinoamericano de los siglos XX y XXI, que han quedado
plasmados en los diálogos visuales, espaciales y conceptuales
establecidos por los curadores, así como en los textos que los
acompañan. Mientras en algunos casos las exposiciones han
quedado circunscritas a determinados periodos históricos, en
otros se han establecido temáticas trasversales que permiten
resaltar resonancias y distinciones entre las visiones de los
autores, así como comparar y contrastar la obra de diferentes países, regiones y generaciones por medio de tópicos temáticos como el paisaje, el retrato y el manejo de objeto, o
estilísticos como la figuración y la abstracción.
Asimismo, mientras la coordinación y manejo de la Colección permanece en manos de un equipo profesional que
garantiza su cuidado a la par con su movilidad física, la involucración de diversos interlocutores no sólo en el proceso de la Bienal (que ha contado con hasta la fecha con 38
jurados, provenientes de ocho países) sino en la curaduría
de exposiciones temporales y la escritura de textos sobre los
mismos, ha permitido que la Colección FEMSA, a la par con
su crecimiento y consolidación, adquiera diversas «caras» y
se resignifique a través de distintas voces y miradas, y para
variados públicos, contextos sociales y entornos.
Entran en juego en este proceso no sólo las distintas características de los espacios de exposición, que permiten en
diverso grado la presentación de obras de alto valor patrimonial y condiciones de preservación delicadas, sino el reto que
presentan algunas piezas contemporáneas tanto en términos
tecnológicas como interpretativas. Así, las obras adquiridas
por medio de la Bienal Monterrey FEMSA han sido incluidas
en las exposiciones temporales organizadas por Difusión y
Fomento Cultural A.C., la rama de la empresa que se encarga
de su acervo artístico, como colofón en muestras que trazan
hitos del arte mexicano y latinoamericano a partir de una
24
visión cronológica, y a la vez como elemento constitutivo
de exposiciones enfocadas específicamente a los discursos
del arte de los años ochenta hasta nuestros días, como es
el caso de Objeto y Narración: Colección FEMSA (Museo
Arocena, Torreón, Coahuila, 2009) o en visiones que privilegian las manifestaciones de la primera década del siglo
XXI, como InterConexiones: 2000-2009 (Pinacoteca Diego
Rivera, Xalapa, Veracruz, 2011) o Figura/Espacio/Objeto.
Arte contemporáneo (ITESM, Monterrey, 2011). También
han estado presentes estas obras en muestras claves organizadas por otras instituciones, como por ejemplo La era de
la discrepancia: arte y cultura visual en México 1968-1967
(MUCA-UNAM, 2006) que planteaba una genealogía del arte
contemporáneo mexicano, o Historia de mujeres. Artistas
en México en el Siglo XX (MARCO, Monterrey, Nuevo León,
2008) que presentaba una visión del arte nacional desde una
mirada de género, para mencionar sólo algunos.
Las herramientas de lectura de la obra de los distintos
autores y curadores también han transitado desde la periodización y contextualización histórico-estilística, hasta la construcción de diálogos fenomenológicos y hermenéuticos entre
piezas de distintas épocas, o la recuperación de sus resonancias poéticas y sígnicas, ofreciendo así una amplia gama de
posibilidades críticas que han enriquecido la literatura artística y la historiografía del arte mexicano y latinoamericano
de los siglos XX y XXI. Asimismo, se han realizado esfuerzos
concentrados de documentación y difusión de una muestra
amplia de la Colección FEMSA en su conjunto, como son los
volúmenes Mirar desde Monterrey y Latinoamericano, arte
moderno y contemporáneo, Colección FEMSA, editados por
Difusión y Fomento Cultural A.C. en 2003 y 2008, respectivamente, con la participación de diversos autores.
En suma, entonces, a lo largo de los últimos veinte años,
la Bienal Monterrey FEMSA se ha configurado en el panorama artístico nacional e internacional, con un fuerte acento latinoamericano, como un dispositivo fundamental en
la conformación, renovación y socialización de la cultura
artística mexicana a través del coleccionismo, y su impacto
directo e indirecto en exposiciones y publicaciones, así como
su articulación con procesos dialógicos de construcción de
experiencias estéticas y significaciones afectivas e históricoartísticas. Sin duda, su continuada presencia y dinamismo en
este campo aportará a futuro nuevos retos y riquezas para
este medio.
Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012
MEMORIA
26
27
LA BIENAL MONTERREY FEMSA
L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA ,
conocida en sus inicios como la Bienal
Monterrey, surge con el objetivo de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la
creación artística en México. Convocada por el entonces Museo de Monterrey y
auspiciada por FEMSA, se convirtió en la primera bienal de artes visuales de convocatoria nacional organizada en el norte del país. Con la celebración de su X
Edición, el recuento de sus logros resulta altamente satisfactorio, constituyéndose
como uno de los certámenes más prestigiados del país con una constante y creciente participación de los artistas.
A partir del lanzamiento de su I Edición en 1992, la Bienal Monterrey FEMSA
ha pasado por diversas etapas de desarrollo que responden a las características del
momento dentro del panorama de las producciones artísticas contemporáneas,
manteniendo siempre su carácter vigente e innovador, necesario para seguir representando una oferta cultural importante dentro de la promoción y difusión del arte
en nuestro país. De esta forma, y actualmente bajo los formatos bidimensional y
tridimensional, se contempla la participación de diversas disciplinas como pintura,
dibujo, escultura, instalación, fotografía, video, gráfica y arte objeto, entre otras.
Sus Premios de Adquisición resultan un importante aliciente para los artistas, otor-
Inauguración de la exposición de ganadores
de la I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de
Monterrey, 1992.
I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992.
VIII Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2007.
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29
Maye R. Milmo, Presidenta del Consejo de
Administración del Museo de Monterrey, y Jorge
García Murillo, Director del Museo, en rueda de
prensa. El Norte, Sierra Madre.
El 26 de agosto de 1991, Maye R.
Milmo, Presidenta del Consejo de
Administración del Museo de Monterrey,
y su Director Jorge García Murillo, daban
a conocer con motivo de la celebración
del décimo quinto aniversario de la
institución la iniciativa de organizar un
concurso a nivel nacional, inédito en la
historia de las artes plásticas en el país,
a fin de reconocer, fortalecer, estimular y
difundir la creación artística en México,
dando así inicio a una historia de veinte
años en la que la Bienal Monterrey
FEMSA ha logrado consolidarse como
el evento, en su categoría y género, más
importante del país. Hace dos décadas
así se concebía este concurso en voz de
Jorge García Murillo:
«La Bienal es una propuesta
abierta, sabemos que los jóvenes
también exponen», indicó, «lo que
se busca es garantizarle al público
un estándar de calidad, y una de las
maneras es demostrando trayectoria y
profesionalismo.»
«Para nosotros es motivo de júbilo
en el Museo», añadió García Murillo, «[la
Bienal] se tiene contemplada a nivel
nacional, pero a medida que se vaya
forjando su tradición, podría llegar su
alcance a Latinoamérica.»
Lunes 26 de agosto de 1991/El Norte, Sierra Madre
(Nota de periódico)
I Bienal Monterrey FEMSA.
Museo de Monterrey, 1992.
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X Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012.
gados durante las primeras siete ediciones por la Fundación Cultural Bancomer y
en lo sucesivo por FEMSA. Asimismo, la Bienal Monterrey FEMSA otorga una Mención Honorífica a las obras más relevantes de cada formato, así como Menciones
por Estado al artista más destacado de cada entidad federativa representada con
tres o más participantes en la selección. Con el apoyo de la Alianza Francesa de
Monterrey, los acreedores a los Premios de Adquisición hasta la IX Edición recibieron además una residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de SaintÉtienne, Francia, que a partir de la X Edición se otorga a las Menciones Honoríficas por formato. Cada una de las obras que han sido distinguidas con el Premio de
Adquisición se integra a la Colección FEMSA, reconocida internacionalmente como
una de las colecciones más importantes de arte moderno y contemporáneo latinoamericano. La Bienal Monterrey FEMSA cuenta además con un Fondo de Adquisición de Obras Seleccionadas a través del cual las obras adquiridas forman parte de
la Colección FEMSA, así como de un fondo para la publicación de los catálogos de
cada edición, contribuyendo a preservar su memoria.
Así, y aunada a un programa de artistas invitados, exposiciones itinerantes,
conferencias y actividades educativas, la Bienal Monterrey FEMSA transita el camino de la promoción y difusión del arte en nuestro país desarrollando esfuerzos
que permitan una mayor participación tanto de la comunidad artística como del
público en general.
Inauguración de la VIII Bienal Monterrey FEMSA. Antiguo Colegio de San Ildefonso, Ciudad de México, 2007.
31
LAS SEDES
fue inaugurada el 10 de diciembre de
1992 en las instalaciones del Museo de Monterrey, sede de la Bienal hasta su IV
Edición. Al cierre de la institución en el año 2000, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE), la Bienal se trasladó
al Centro de las Artes en el Parque Fundidora, espacio en el cual se presentó hasta
su IX Edición. El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) fue sede
de la X Edición celebrada el 14 de junio del 2012, presentando asimismo una exposición retrospectiva de todas las obras que han sido merecedoras del Premio de
Adquisición en cada una de sus ediciones.
L a I B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA
Celebrar lo vivo
Aprender a mirar cuando el color
se muestra en las superficies del
lienzo, ahí donde cobran vida los
trazos amarillos y azules que el
ojo revela, figuras abstractas desocultando la naturaleza, un mundo
de pensamientos y emociones que
los artistas proyectan mientras las
exposiciones ayudan a abrir caminos,
universos pictóricos que durante
veinte años han sido celebrados por
la Bienal Monterrey FEMSA, una Bienal
a manera de canto a la imaginación
de los hombres, de reconocimiento
al espíritu creador de México. Damos
constancia de ello porque hemos sido
testigos del esfuerzo y dedicación
de sus organizadores, con quienes
compartimos la creencia en el arte
como energía renovadora. Reciban una
efusiva felicitación de aniversario y el
deseo por la permanencia de la Bienal a
través de los tiempos.
Alejandra Rangel
Ex Presidenta del Consejo para la
Cultura y las Artes de Nuevo León
(CONARTE)
Centro de las Artes, Monterrey, sede de la V a IX Bienal Monterrey FEMSA.
Museo de Monterrey, sede de las primeras cuatro ediciones de la Bienal Monterrey FEMSA.
32
33
Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), sede de la X Bienal Monterrey FEMSA.
La Bienal Monterrey
FEMSA es hoy
por hoy uno de los certámenes más
prestigiosos de México, con amplia
proyección internacional. Innovadora
desde sus inicios, ha mantenido ese
espíritu, sin concesiones, al rigor de
sus requisitos de participación y con
el aval de la cuidadosa selección de
sus jurados calificadores; por ello, cada
edición de la Bienal Monterrey FEMSA es
una confiable puesta al día del estado
de la producción artística en México.
34
Por lo anterior y conforme
a la vocación del Museo de Arte
Contemporáneo de Monterrey, ha sido
muy pertinente y placentero presentar
en MARCO las muestras relativas a la
X Bienal Monterrey FEMSA, que con
esta edición celebra veinte años de
compromiso sostenido por reconocer,
fortalecer, estimular y difundir la
creación artística en México. Al valor
intrínseco de la muestra de obras
seleccionadas en esta edición, se une
Inauguración de la IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2009.
la revisión de las obras ganadoras de
ediciones anteriores y se enriquece
con la mirada al arte latinoamericano
que ofrece Sextanisqatsi: desorden
habitable, y juntas dan testimonio de
la ardua y fructífera labor de la Bienal
Monterrey FEMSA.
Nina Zambrano
Presidenta del Consejo de Directores
del Museo de Arte Contemporáneo de
Monterrey (MARCO)
A nombre del Consejo para la Cultura
y las Artes de Nuevo León expreso mi
reconocimiento a FEMSA por los veinte
años de la Bienal Monterrey, certamen
de arte contemporáneo que ha logrado
consolidarse como el más importante
a nivel nacional. Celebro el esfuerzo
y la convicción que han puesto en
la promoción y difusión de nuestros
artistas a través de un proyecto de
gran calidad que confirma que la
colaboración entre organizaciones,
públicas y privadas, deriva siempre
y con seguridad en un beneficio
directo y tangible para nuestra
comunidad. ¡Enhorabuena por este
vigésimo aniversario!
Carmen Junco
Presidenta del Consejo para la
Cultura y las Artes de Nuevo León
(CONARTE)
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LAS CATEGORÍAS
Monterrey FEMSA contempló las categorías de
pintura y escultura, las cuales en ese momento ocupaban mayoritariamente la producción de los artistas, con un Premio de Adquisición de 75 mil pesos para cada
categoría. En total participaron 1089 pinturas correspondientes a 485 artistas y
224 esculturas de 139 artistas. Un suceso muy importante de mencionar es que
asimismo se registraron 26 instalaciones de 21 artistas, lo que fue signo inequívoco
de que los tiempos estaban cambiando. Considerando la destacada presencia de la
modalidad de instalación, el jurado decidió otorgar dos Menciones Honoríficas en
este género y, a partir de la II Edición en 1994, se decidió incorporar la categoría
de instalación con un Premio de Adquisición de 30 mil pesos, convirtiéndose así en
el primer certamen de artes plásticas en el país en incluir dicha categoría. En esta II
Edición participaron 88 instalaciones de 63 artistas, cifra que fue incrementándose
La I Edición de la Bienal
Adolfo Patiño, Escuelas del arte (detalle), 1992. Colección FEMSA.
36
Antonio Ortiz «El Gritón»,
El paisaje actual, 1992.
I Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Monterrey, 1992.
37
X Bienal Monterrey FEMSA. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012.
en posteriores ediciones y cuyo Premio de Adquisición logró unificarse a partir de
la IV Edición con un monto de 150 mil pesos para cada una de las modalidades.
Comenzando en la VII Edición se decidió agrupar todas las obras en dos grandes
categorías lo suficientemente flexibles como para convertir el evento en un concurso cada vez más incluyente. De esta forma, las obras propuestas por los creadores
pueden concursar bajo los formatos bidimensional y tridimensional, lo cual ha
permitido una mayor presencia de las diversas manifestaciones artísticas en la actualidad. Cabe mencionar que desde la X Bienal Monterrey FEMSA se incrementó el
Premio de Adquisición a 200 mil pesos para cada uno de los formatos.
VIII Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2007.
38
39
EL JURADO
Desde un inicio,
Inauguración de la II Bienal Monterrey FEMSA. Raquel Tibol, al micrófono.
Detrás, de izquierda a derecha: Rebeca Fascovich, Alicia y Guillermo Pérez Maldonado y Olivier Debroise. Museo de Monterrey, 1994.
Miembros del jurado, artistas premiados y organizadores de la VII Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Gabriel de la Mora, Karen Cordero,
Gabriela Velázquez Robinson, Julián Zugazagoitia, Carolina Esparragoza, Elisa Lipkau, Philippe Louisgrand, Sylvia Navarrete, Bárbara Garza Lagüera,
Jaime Toussaint, Mauricio Gattás, Oswaldo Ruiz Chapa y Damián Ontiveros. Centro de las Artes, Monterrey, 2005.
40
el Comité Organizador de la Bienal Monterrey FEMSA consideró que la solidez de un evento de esta naturaleza dependía tanto de la tradición
que fuera capaz de ir creando, como de la legitimación de sus acciones: convocatoria, difusión, selección, exposición y premios. Un factor muy importante para su
legitimación proviene de quién selecciona y quién es el responsable de otorgar los
premios, es decir, las credenciales, los reconocimientos y la trayectoria de quienes
funjan como jurado en cada una de las ediciones del evento.
En sus primeras dos ediciones, el jurado estuvo conformado por siete personalidades del medio nacional y a partir de la III Bienal se instituyó un jurado de
cinco especialistas provenientes tanto de México como del extranjero. De esta
forma, la Bienal Monterrey FEMSA ha contado con la participación de reconocidos
promotores, críticos de arte y artistas a nivel nacional e internacional, quienes han
colaborado como miembros del jurado aportando su experiencia y conocimiento,
contribuyendo significativamente a la solidez y prestigio que distinguen a este certamen. Así, personalidades dentro del campo de la promotoría y crítica del arte
como Agustín Arteaga (México), Jacques Beauffet (Francia), Ery Camara (Senegal), Karen Cordero (México), Olivier Debroise (México), Teresa del Conde (México), Juan Coronel Rivera (México), Rita Eder (México), Luis Carlos Emerich
Una de las mayores dificultades de
Sin duda los certámenes [como
cualquier evento, y más aún en el
Tercer Mundo, es la continuidad, pues a
menudo en las instituciones la iniciativa
de una administración es desconocida
por la siguiente, con lo cual son pocos
los eventos que logran pasar de las
primeras ediciones. Es realmente un
logro muy importante que una bienal
haya durado ya dos décadas, y que se
siga haciendo con entusiasmo, especial
cuidado en la selección de los jurados,
y una alta calidad en la organización y
el montaje.
la Bienal Monterrey FEMSA] han
ayudado a la promoción artística en
México, incluso a nivel galerías de
arte, becas ofertadas por CONACULTA
y, sobre todo, puntos relevantes en
los currícula de los artistas, no sólo
premiados o mencionados, sino incluso
seleccionados.
La Bienal Monterrey FEMSA
desde sus inicios se impuso
como uno de los foros más
importantes para el impulso de la
cultura visual del país. Desde las
primeras ediciones de la Bienal,
ésta se caracterizó por sus altos
estándares competitivos. Haber
sido jurado fue una gran distinción
a título personal ya que tuve
oportunidad de intercambiar
opiniones con un grupo de críticos
e historiadores a los que admiro y
respeto.
Un gran número de artistas
ganadores de la Bienal, al
paso de los años, ha logrado
carreras distinguidas a nivel
internacional. El modelo de la
Bienal Monterrey FEMSA, una
competencia por convocatoria con
el programa de artistas invitados
de otros países, es único en
Latinoamérica. Las contribuciones
al arte emergente de México y
América Latina han sido muchas. Virgilio Garza
Teresa del Conde
José Roca
41
Miembros del jurado y artistas premiados de
la IV Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a
derecha, arriba: Grupo SEMEFO (Carlos López,
Teresa Margolles y Arturo Angulo), Miriam
Medrez, Trini, Jamex de la Torre, Xavier
Moyssén L. y Juan Carlos Merla. Abajo: Blanca
Nelly Garza, Menene Gras Balaguer, Rita Eder,
Teresa del Conde, Ivo Mesquita y Einar de la
Torre. Museo de Monterrey, 1999.
En cuanto a la promoción de las
artes visuales en México, soy una
persona que está totalmente de
acuerdo en este tipo de certámenes,
tanto de carácter nacional como
internacional, por varias razones,
entre las principales, la posibilidad de
percatarse cuáles son las tendencias,
los estilos que imperan. En mayor
cantidad, son los jóvenes quienes
acceden a este tipo de certámenes,
pues a mi manera de ver éstos son
un auténtico «trampolín», una forma
automática para integrarse al mundo
de las artes. Es una confrontación a
final de cuentas y, como tal, en estos
concursos existe la factibilidad de
saber en qué andan los creadores –y
muchas veces, por qué no- cuáles
son las intenciones o las líneas que
pretenden indicar los miembros del
jurado.
La Bienal Monterrey FEMSA es hoy
por hoy un evidente termómetro del
movimiento artístico de México. Se ha
convertido en una necesidad. No me
puedo imaginar el mundo artístico sin
ella. Nos ha dado a conocer a muchos
creadores que no fácilmente acceden
a galerías; no tienen por lo tanto la
oportunidad de ser valorados. La Bienal
–ésta y algunas más-, es la que concede
al artista seleccionado la oportunidad
de ser buscado por las galerías, por los
coleccionistas, por los curadores.
Le deseo a la Bienal Monterrey
FEMSA una larga vida; que siga
ofreciendo la oportunidad a los
creadores de ser presentados en
sociedad, de ser exhibidos, de que sus
obras sean vistas por innumerables ojos
nacionales e internacionales.
Miriam Kaiser
Sesión de jurado, X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Pierre-Olivier
Arnaud, Leda Catunda, Carlos-Blas Galindo, Karen Cordero, Itala Schmelz, Rosa
María Rodríguez, Luis Quirós y Marcela Torres. 2012.
(México), Carlos-Blas Galindo (México), Jorge García Murillo (México), Virgilio
Garza (México), Andrea Giunta (Argentina), Menene Gras Balaguer (España),
Miriam Kaiser (México), Luis-Martín Lozano (México), Jorge Alberto Manrique
(México), Ramiro Martínez (México), Ivo Mesquita (Brasil), Xavier Moyseén L.
(México), Sylvia Navarrete (México), Nelly Perazzo (Argentina), José Roca (Colombia), Osvaldo Sánchez (Cuba), Guillermo Santamarina (México), Itala Schmelz (México), Raquel Tibol (México) y Julián Zugazagoitia (México); así como los
destacados artistas plásticos Pierre-Olivier Arnaud (Francia), José Bedia (Cuba),
Leda Catunda (Brasil), Manuel Felguérez (México), Fernando González Gortázar
(México), Philippe Louisgrand (Francia), Liliana Porter (Argentina), Ernesto Pujol (Cuba), Betsabeé Romero (México) e Ignacio Salazar (México), han formado
parte del comité de selección de obras y artistas premiados. Hasta el momento, la
Bienal Monterrey FEMSA ha contado con la participación estricta de 54 miembros
del jurado considerando que algunos de ellos han colaborado en más de una de
sus ediciones.
Pienso que la pluralidad fue realmente
lo más importante en esta Bienal.
Se vio gran diversidad de objetos
de toda índole, había incluso desde
nacionalismos hasta cuestiones
completamente internacionales.
Aunque no había un estilo en
específico dominante, sí había, por
ejemplo, un grupo muy grandes de
autores hiperrealistas, había otro
bastante bueno de psicodélicos muy
interesante… Lo que vimos sobre todo
fue que había gran número de obras
muy relacionadas entre sí, se puede
hablar ya de que el arte contemporáneo
está manejando ciertos géneros; les
interesa mucho, por ejemplo, el vanitas,
el sentido del retrato muy introspectivo
y es, por eso, que se seleccionó tanta
fotografía, porque realmente no es un
fenómeno que esté sucediendo sólo en
el arte contemporáneo mexicano sino
también en el internacional.
Juan Coronel Rivera
42
43
Ery Camara y Agustín Arteaga, miembros del jurado de la VI Bienal Monterrey FEMSA. 2003.
Sesión de jurado, V Bienal Monterrey FEMSA.
De izquierda a derecha: Carlos Julsrud, José Bedia, Miriam Kaiser, Luis Quirós, Andrea Giunta, Xavier Moyssén L. y Jacques Beauffet. 2001.
En los últimos veinte años, el
lo fuerte de la Bienal es que se
Creo que el principal aspecto ha sido
quehacer artístico, así como las
búsquedas formales, temáticas
y curatoriales han cambiado de
manera significativa en todo el
mundo. México no es la excepción.
En este sentido, la Bienal ha sabido
crecer al lado de estos cambios,
flexibilizándose a ideas conceptuales
diferentes, así como a los formatos
más variables, para dar cabida a los
nuevos medios y modos de expresión.
Esto la ha hecho una de las bienales
más longevas de nuestro país. Me
parece además que este gran evento,
de escala nacional, se ha convertido
en un interesante termómetro de
las búsquedas creativas que brotan
a lo largo y ancho de la República y
que no necesariamente se expresan
en la escena mainstream, aportando
un valor cultural propio. Tras acudir
al emocionante y exitoso momento
de la entrega de los premios de la
X Edición de la Bienal Monterrey
FEMSA, en la que tuve el honor de
fungir como jurado, y tras gozar
la celebración de la inauguración
multitudinaria de la muestra en
el museo MARCO de Monterrey,
me pareció que FEMSA tiene una
participación importante en la
promoción cultural a través de este
evento; la aceptación del público nos
da las pruebas para reconocer su
merecida consolidación.
basa en un sistema de selección,
que como todo sistema de selección
a través de un jurado, por mayoría,
no es perfecto; pero esta Bienal la
fuerza que tiene es una fuerza de
convocatoria que no la tiene ningún
otro sistema.
[En relación al proceso de
selección de la IX Edición] nuestras
votaciones iban más allá del gusto
individual de cada quien, respetamos
la obra por su propio propósito, que
eso también es importante… Así
fuimos consensuando los resultados
y en ese sentido fue siempre por
mayoría; hay calidad en lo que quedó,
ya que de 3605 obras, elegir al final
95, ¡no fue fácil!
Lo interesante es el nivel de
convocatoria y apertura que da
acceso a muchísima obra. De otra
manera, por ejemplo, si no hubiera
estado ahí, me habría costado
ocho meses del año tener acceso
a esa cantidad de autores. Es un
sistema que permite aprender,
tener el seguimiento de qué se está
produciendo en el país, cuáles son los
temas, cuáles son las técnicas.
Si el ánimo ha sido de participar
por parte de un artista que está
produciendo en México hoy, es un
indicio muy importante, porque
quiere decir que hay una voluntad de
comunicar lo que se está haciendo.
la continuidad que ha tenido la Bienal,
lo cual es muy importante. Ya está
establecida como un evento recurrente
y los artistas lo esperan y planean de
acuerdo. Lo que pasa muchas veces en
México con este tipo de proyectos es
que nacen y a los cuatro o seis años ya
no existen. Para mí éste es el principal
aspecto destacable y se refleja en el
constante aumento en el número de
personas que se inscriben. Considero
también que es interesante la mezcla
de participantes que se da, entre
artistas que tienen ya una trayectoria
establecida y artistas que tienen poco
tiempo trabajando o incluso que no
tienen un currículo; esto posiciona a
la Bienal como un evento de carácter
único.
[Los certámenes, concursos o
bienales] han funcionado como un
foro para dar presencia a artistas que
muchas veces no tienen otra manera
de darse a conocer, sea por cuestiones
relativas a las ciudades en donde
habitan y que no cuentan con una
estructura de difusión importante o
que incluso no existe, o simplemente
porque no conocen el funcionamiento
de estos medios. Son un espacio para
que los artistas muestren su trabajo.
Desde el punto de vista académico
y comercial, cada vez se pone más
atención a los participantes ganadores
o que obtienen alguna mención.
Itala Schmelz
Osvaldo Sánchez
Ramiro Martínez
44
Pierre-Olivier Arnaud y Leda Catunda, miembros del jurado de la X Bienal Monterrey FEMSA. 2012.
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LOS ARTISTAS
fue concebida como un evento de reconocimiento y apoyo a la creación y talento de los productores mexicanos y artistas
extranjeros radicados en el país. Bajo esta perspectiva, ha representado una plataforma de impulso en su trayectoria y un invaluable respaldo tanto por el jurado
que se convoca, los premios que otorga, su promoción y difusión, su itinerancia,
así como por la incorporación de un grupo de obras seleccionadas y todas las
obras ganadoras a la Colección FEMSA.
Hasta su X Edición, un acumulado de 21 085 obras de 8642 artistas entre
pintura, escultura, instalación, video, fotografía, dibujo, obra gráfica y arte objeto,
han respondido a la convocatoria que se difunde a nivel nacional. Se ha presentado
en los salones de exhibición de cada una de las ediciones un total de 1135 obras
seleccionadas, de las cuales 25 obras de 26 artistas han sido reconocidas con el
Premio de Adquisición. Asimismo, se han otorgado 35 Menciones Honoríficas
a las obras más destacadas en cada modalidad y 52 Menciones por Estado a los
artistas más sobresalientes de cada entidad federativa representada con tres o más
participantes. Hasta el momento, 95 obras se han integrado a la Colección FEMSA a
través del Premio de Adquisición, donaciones de artistas o bien a partir del Fondo
de Adquisición de Obras Seleccionadas.
A lo largo de sus ediciones, la favorable respuesta de los artistas y su participación ha sido destacable, tanto en la pluralidad de propuestas artísticas como en la
diversidad de técnicas y disciplinas. Los artistas que han sido seleccionados, de los
cuales un 33 por ciento son mujeres y un 67 por ciento hombres, con un promedio
de edad de 36 años, representan un grupo de productores ya formados que han
decidido consolidar su carrera a través de un reconocimiento como el que brinda
la Bienal Monterrey FEMSA.
L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA
Miembros del jurado y artistas premiados de la II Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Raquel Tibol, Gerardo Azcúnaga,
Betsabeé Romero, Estrella Carmona, Rebeca Fascovich, Mentor Tijerina y Jorge García Murillo. Museo de Monterrey, 1994.
Sra. Eva Gonda de Garza Lagüera y Laura
Quintanilla en la I Bienal Monterrey FEMSA.
Museo de Monterrey, 1992.
La Bienal me ha servido de trampolín.
Mucha gente me ha contactado por
haber visto mi trabajo en alguno de
los numerosos lugares en donde se ha
presentado. Mi círculo de conocidos y
amistades se ha ampliado muchísimo.
Formar parte de la Colección FEMSA es
una referencia muy sólida y de gran
honor.
En México la producción de arte
es muy plural y multifacética, y según
mis experiencias, «producir» se ha
convertido en un desafío constante,
Premiación de la IX Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Ramsés Ruiz, Virgilio Garza, Genaro Borrego Estrada,
José Antonio Fernández Carbajal y Javier Treviño Cantú. Centro de las Artes, Monterrey, 2009.
46
Premio de Adquisición
Laura Quintanilla, Rosa María Robles, Estrella Carmona, Gerardo Azcúnaga,
Betsabeé Romero, Francisco Larios, María José de la Macorra, Claudia Fernández, Katrien M. Vangheluwe «Trini», Miriam Medrez, Grupo SEMEFO –integrado
por Teresa Margolles, Arturo Angulo y Carlos López–, Yolanda Mora, Sandra
Cabriada, Fernanda Brunet, Diego Toledo, Rubén Gutiérrez, Gabriel de la Mora,
Mauricio Gattás, Adela Goldbard, Alejandro López Saldaña, Oscar Farfán, José
Lazcarro, Miguel Fernández y Marianna Dellekamp.
que si no es económico es conceptual,
social, etcétera.
México es una verdadera meca
de corrientes, opiniones y posiciones,
una jungla de gente creativa con gran
potencial. Jens Kull
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Premiación de la VI Bienal Monterrey FEMSA.
De izquierda a derecha: Rosario Guajardo,
Ery Camara, Virgilio Garza, Dominica
Martínez Aujuria, Alfonso Rangel Guerra,
José Natividad González Parás, José Antonio
Fernández Carbajal y Jorge Contreras Santiago.
Centro de las Artes, Monterrey, 2003.
Las bienales son una obligada
referencia para la identificación y
valoración de obras de arte ya que
destacan la talla, trayectoria y figura de
los artistas (su pensamiento, expresión
y referentes), por lo que considero
de suma importancia la oportunidad
de confrontar mis propuestas con
tantas otras procedentes de diversas
disciplinas. Éstas representan un
registro del arte que se está haciendo,
los discursos que imperan, lo que
nos conmueve como sociedad, como
individuos. Son el registro de una
época, y estar dentro de una bienal es
estar dentro del devenir histórico.
[Los certámenes de artes visuales] son
muy importantes ya que nos brindan un
sinnúmero de posibilidades. Impulsan
la proyección de los artistas otorgando
una plataforma de visibilidad y
promoción de la cultura al exterior
permitiendo nuevos lazos no sólo
con instituciones públicas y privadas,
mecenas y coleccionistas que quieren
vivir de verdad la vida del artista
(como una forma distinta de mirar
el mundo), sino con todo aquel que
quiera vivir el arte de cerca y conocer
nuevos discursos. Además, como
productor, participar es un aliciente;
ser reconocido una motivación. Cada
participación obliga a un balance de
logros, plantear metas y refrendar
compromisos. Finalmente, reitero la
relevancia cultural de las bienales y
la forma en que son un espacio que
alberga -o acoge- el arte que se ve,
que se puede tocar, que convive con el
espectador.
Rosario Guajardo
48
Premiación de la II Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Ramiro Martínez Plasencia, Maye Garza Rangel, Ercilia Gómez Maqueo,
Maye Rangel de Milmo y Agustín Arteaga. Museo de Monterrey, 1994.
Menciones Honoríficas
Eloy Tarcisio, Boris Viskin, Antonio Nava Tirado, Jorge Yázpik, Antonio Ortiz «El
Gritón», Adolfo Patiño, Manuela Generali, Teresa Serrano, Dionisio Cortés, Ramiro Martínez Plasencia, Víctor Rodríguez, Roberto de la Torre, Artemio Morales,
Stefan Brüggemann, María Vanesa García, Melanie Smith, Blanca Nelly Garza,
Eugenia Benabib, Francisco Larios, Laura Leal, Gerardo Enrique Monsiváis, Manuel Rocha, Guillermo Roel, Alberto Ibáñez, Carla Díaz-Francés, Erika Harrsch,
Gabriela Aceves, Luis Enrique Oroz Perales, Carolina Esparragoza, Patrick Pettersson, Geysell Capetillo, Pablo Rasgado, Ramsés Ruíz, Alejandro Palomino y
Ulises Figueroa.
Menciones por Estado
Alfredo Martín Gómez (Jalisco), Alberto Calzada (Distrito Federal), Rosario Guajardo (Nuevo León), Alberto Ramírez (Oaxaca), Aníbal Hernández (Tamaulipas),
Estrella Carmona (Veracruz), Diego Medina (Jalisco), Kiyoto Ota Okuzawa (Distrito Federal), Gerardo Azcúnaga (Nuevo León), Mauricio Sandoval (Aguascalientes), Francisco Larios (Nuevo León), Katrien M. Vangheluwe «Trini» (Distrito
Federal), Noé Armando García (Veracruz), Alicia Ceballos (Jalisco), Jorge Yázpik
(Distrito Federal), Sergio Galán (Nuevo León), Grupo 19 Concreto –integrado por
Fernando de Alba, Roberto de la Torre, Ulises Mora y Alejandro Sánchez– (Distrito Federal), Diego Medina (Jalisco), Juan Caballero (Nuevo León), Ana Cecilia
de la Cueva (Jalisco), Mario Eduardo García (Coahuila), Lucio Muniain (Distrito
Federal), María Romero (Sinaloa), Patricia Torres (Michoacán), Sandra Cabriada
[Participé en la Bienal Monterrey
FEMSA] porque desde su inicio
me pareció que era uno de los
certámenes más serios y mejor
organizados del país. A través del
tiempo creo que se ha convertido
en la bienal de mayor relevancia a
nivel nacional debido a la claridad
y facilidades que brinda su
convocatoria, a la apertura que ha
mostrado al incluir más disciplinas
que el resto de las bienales y a su
capacidad de irse reinventando para
no perder vigencia, esto sin hacer a
un lado la calidad de su catálogo y el
monto de los premios.
[Mi participación fue] una
experiencia muy estimulante que te
permite conocer la producción de los
creadores plásticos más importantes
del país y al mismo tiempo
contextualizar tu trabajo dentro del
panorama general de las artes visuales
en México.
Premiación de la III Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Francisco Larios,
Claudia Fernández y Sylvia Vega. Museo de Monterrey, 1997.
Ramiro Martínez Plasencia
49
Premiación de la V Bienal Monterrey
FEMSA. De izquierda a derecha:
Francisco Larios, Virgilio Garza
(de espaldas), Luis-Martín Lozano,
José Bedia y Andrea Giunta.
Centro de las Artes, Monterrey, 2001.
El momento actual en México
Premiación de la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Leda Catunda, Itala Schmelz, Jaime Rosales de la Garza, Miguel Fernández,
Alfonzo Garza Garza, César Montemayor Zambrano, Álvaro Hegewisch, Carmen Junco, Bárbara Garza Lagüera y Alfonso González Migoya.
Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012.
Creo que la importancia de la
Puedo decir que mi experiencia
Para los asiduos espectadores
Bienal está justo en la capacidad
de poner en perspectiva lo que
como artista haces desde un
espacio usualmente limitado,
ya sea el estudio o cualquier
otro contexto que delimite tu
práctica. La Bienal se convierte
en foro no sólo para mostrar, sino
para someter a juicio público
lo que piensas e investigas, a
derivar de ahí un análisis sobre
qué tanto puede uno contribuir
a generar nuevas experiencias
para los espectadores, quienes
se confrontan con la selección
completa de la muestra, sin ese
sentido «narrativo» que una
exhibición colectiva usualmente
articula. Esto le plantea al propio
artista el reto de ser más claro, si
acaso no en su discurso interno, sí
en sus intenciones al proponer la
pieza al concurso.
con esta bienal ha sido muy buena.
En varias ocasiones he tenido
la oportunidad de haber sido
seleccionado y en lo personal los
resultados han sido satisfactorios. En
un par de veces recibí una Mención, en
otro momento la Colección adquirió
una de mis obras que al parecer ha
circulado en diferentes exhibiciones
y de la cual se ha impreso un libro, y
también he sido invitado al museo para
participar en una conferencia sobre
mi trabajo. Por otro lado, años atrás,
recuerdo que la primera vez que viajé a
Monterrey para montar una instalación
en la Bienal fue para mí una agradable
experiencia. El trato que recibí por
parte de sus organizadores así como
del personal de producción fue muy
atento y había un gran respeto hacia
mi labor como artista, algo que en
algunas ocasiones no es fácil de ver en
otros lados.
son importantes las opciones de
esta índole [los certámenes de
artes visuales]. En mi particular
caso, me resulta en extremo
curioso ver una muestra que
según el criterio de personas
especializadas es lo que está
sucediendo en nuestro país;
asimismo, se me hace singular y
por demás entretenido consolidar
la exposición brindándole un
toque internacional, cuando
el propósito de la Bienal es
reconocer, fortalecer, estimular
y difundir la creación artística
en México, y nos topamos con
que ciertos expositores están
participando (concursando)
y otros (algunos extranjeros)
que entran por invitación no lo
están, derivando entonces en un
interesante planteamiento: dos
exposiciones en una.
Hugo Lugo
Roberto de la Torre
Fernando Villalvazo
50
(Distrito Federal), Einar y Jamex de la Torre (Jalisco), Juan Carlos Merla (Nuevo
León), Francisco Manterola (Distrito Federal), Víctor Hugo Pérez (Jalisco), Daniel Lara Ballesteros (Nuevo León), Ornella Ridone (Michoacán), Antonio Ortiz
«El Gritón» (Distrito Federal), Tomás López (Jalisco), Rosario Guajardo (Nuevo
León), Sergio de la Torre (Baja California), Elisa Lipkau (Distrito Federal), Damián Ontiveros (Nuevo León), Oswaldo Ruíz (Nuevo León), Luis Enrique Ramírez Hampshire (Oaxaca), Rafael Rodríguez (Querétaro), Ximena Labra (Distrito
Federal), Alejandro Cartagena (Nuevo León), Yolanda Mora (Distrito Federal),
Jacqueline Lozano (Guanajuato), Jesús Jiménez López (Michoacán), Raúl Quintanilla (Nuevo León), César López (Puebla), Livia Corona (Baja California), Idaid
Rodríguez (Distrito Federal), Norma Suárez (Guanajuato), Marcela Quiroga
(Nuevo León) y Dulce Pinzón (Puebla).
Los certámenes de artes visuales son
importantes por diversas razones. Para
el espectador es una oportunidad de
ver en un mismo lugar la obra de varios
artistas contemporáneos. La selección
de las obras está propuesta por cada
uno de los artistas quienes mandamos
lo que consideramos lo mejor para la
muestra. La selección de las obras y
artistas queda en manos del jurado. Por
otra parte, visto desde la perspectiva
de la artista, es una oportunidad de
crear currículum con un enfoque
cultural; al mismo tiempo se tiene la
posibilidad de recibir apoyo si la obra
es premiada y también formar parte de
la Colección FEMSA.
Haber sido seleccionada es
importante para mí pues en los últimos
diez años mi trabajo se ha centrado
más en la realización y producción
de proyectos de arte social y no en
galerías y museos. Era importante llevar
los proyectos sociales al espacio del
museo para que estuviesen en diálogo
con la obra de otros artistas. es muy efervescente, existe un
número creciente de artistas
trabajando y haciendo cosas
interesantes. El simple hecho de
habitar este país puede ser muy
productivo y enriquecedor para
un artista.
En países de la periferia,
como México, en donde el circuito
de galerías y de museos es muy
reducido o en algunos casos
incluso nulo, los certámenes de
artes visuales vienen a llenar
algunas de las carencias del
sistema cultural. La principal de
ellas (que claro, no sólo se refleja
en el mundo del arte) es la falta
de una plataforma de desarrollo
adecuada para el artista
emergente, quien encuentra un
panorama desolador al intentar
mostrar públicamente su trabajo
o tener diálogo con el medio
artístico. Los certámenes de
artes visuales, si cuentan con una
difusión y un jurado adecuado y
competente, pueden convertirse
en una plataforma primaria
para cualquier artista, quien así
tiene la oportunidad de enseñar
públicamente su trabajo y, en
algunos casos, incluso recibir una
remuneración por él.
Jorge Méndez Blake
Laura Anderson Barbata
51
LAS ITINERANCIAS
de alcance y repercusión nacional, la Bienal Monterrey
FEMSA ha implementado un programa de exposiciones itinerantes a diversas instituciones culturales del país. De esta forma, se han presentado las obras ganadoras
de las primeras cinco ediciones en el Museo Amparo de Puebla y en el Museo de
Arte de Zapopan, Jalisco. Asimismo, las obras premiadas de la VI Edición fueron
presentadas en Casa Redonda, Museo Chihuahuense de Arte Contemporáneo, así
como en el Museo Regional de Sonora. Los galardonados de la VII Edición estuvieron presentes en el Palacio de la Autonomía Universitaria de la UNAM en la
Ciudad de México. En el 2008 y por primera ocasión fue posible presentar todas
las obras seleccionadas de la VIII Bienal Monterrey FEMSA en el Antiguo Colegio de
San Ildefonso en la Ciudad de México, así como en la Galería Jesús Gallardo en
León, Guanajuato; y en el 2010 las obras correspondientes a la IX Edición fueron
presentadas en la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa
Yglesias, San Pedro Museo de Arte y la Casa de la Cultura en Puebla, así como en
el Centro Cultural Tijuana (CECUT); y en la X Edición, en el Antiguo Colegio de
San Ildefonso en la Ciudad de México. A través de este programa de exposiciones
itinerantes, alrededor de 80 mil personas hasta el momento han podido conocer y
disfrutar las obras que han formado parte de la Bienal Monterrey FEMSA, sumándose a los más de 400 mil visitantes que ha recibido este certamen.
Siendo un evento
Inauguración de la exposición Artistas Premiados
de la VII Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda
a derecha: Gabriel de la Mora, Mauricio
Gattás, Jaime Toussaint, Lilia Weber, Gerardo
Estrada, Bárbara Garza Lagüera y Gustavo
Lara Alcántara. Palacio de la Autonomía
Universitaria, Ciudad de México, 2006.
Foto página anterior, arriba. IX Bienal Monterrey
FEMSA. Centro Cultural Tijuana, 2010.
Foto página anterior, abajo. Inauguración de la
VIII Bienal Monterrey FEMSA. Antiguo Colegio
de San Ildefonso, Ciudad de México, 2007.
52
53
Desde el momento en que el
Inauguración de la IX Bienal Monterrey FEMSA. Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias, Puebla, 2010.
VIII Bienal Monterrey FEMSA. Galería Jesús Gallardo, León, 2008.
Desde su I Edición, la Bienal de
México ha forjado desde los años
veinte del siglo pasado un sólido
prestigio más allá de nuestras
fronteras por la creatividad, talento
y elevada calidad de sus artistas
plásticos, quienes a partir de sus
propuestas se ubican en el nivel de
los exponentes más reconocidos del
mundo entero.
En esa perspectiva, un mérito
destacado de la Bienal Monterrey
FEMSA ha sido que desde hace veinte
años alienta el trabajo, destreza y
capacidad inventiva de nuestros
artistas, al igual que la Colección
FEMSA, la cual constituye uno de los
acervos en artes visuales más valiosos
que exista en México, de acuerdo
con voces autorizadas del ámbito
internacional.
Cobra especial significado
la iniciativa de itinerar la Bienal
Monterrey FEMSA, que en su IX Edición
se presentó en el Centro Cultural
Tijuana, lo que ha representado una
Monterrey comenzó a destacarse
entre los más importantes certámenes
de artes visuales del país al coincidir
su atractiva convocatoria con la
emergencia de una nueva generación
de artistas mexicanos que abordaban
la creación a partir de estrategias,
técnicas y formatos distintos a los
de sus antecesores. Este ejercicio
cultural ofrecía alternativas de
descentralización cultural y apertura
hacia nuevas manifestaciones,
señalando su perfil distintivo incluso
en los criterios de selección de
jurados –combinación de decanos
en la teoría y crítica del arte junto
con jóvenes talentos– así como por
su perfil abierto de convocatoria
internacional.
Tanto el auspicio de FEMSA a la
Bienal, como la Colección FEMSA que
se ha nutrido significativamente de
ella, representan proyectos modélicos
en su excelencia cualitativa y en
la trascendencia de sus alcances
culturales, consolidándose en el
tiempo la virtud tanto de su cuidada
planeación, como en sus reflexionados
54
criterios de selección. El valor
estético y patrimonial de la Bienal
y la Colección son un par de las
numerosas iniciativas producto
de la orientación cultural de una
empresa que entiende al apoyo y
fomento artístico y cultural como
factores decisivos para el desarrollo
social, un proceso en el que se han
comprometido de manera pionera
y activa desde hace décadas,
proyectando siempre hacia el futuro.
El amplio alcance de miras, al
mismo tiempo meditado y sostenido
–más atento a los resultados
perdurables que a las coyunturas
efímeras– es precisamente la
perspectiva que permite que este
tipo de iniciativas de promoción
artística consoliden sus valores
históricos, estéticos y sociales. En el
legado de dos décadas de la Bienal,
no sólo destacan los nombres
de los creadores –todos ellos
referenciales para la historiografía
moderna y contemporánea del arte
latinoamericano– sino también obras
representativas de gran calidad,
conservadas y catalogadas con el
esmero que beneficia tanto a los
investigadores especializados como
a los visitantes de las exposiciones
dedicadas a la Bienal o en las que
las obras premiadas e inscritas en la
Colección FEMSA participan.
Sin duda, la comunidad de
museos, y sus beneficiarios, le deben
un particular reconocimiento al
legado patrimonial de dos décadas:
su constante presencia en foros
museográficos públicos nacionales
e internacionales lo convierten en
un valor compartido, distante del
mero ejercicio de la ostentación
inaccesible. La manera de conservar
y circular el patrimonio, colaborando
con él en proyectos con bases
educativas y culturales, representan
una expresión efectiva y elocuente
de la responsabilidad social de FEMSA.
¡Enhorabuena a la Bienal
Monterrey FEMSA por dos décadas! y
muchos años por venir.
alta distinción y una oportunidad
invaluable para que el arte
mexicano contemporáneo se diera
a conocer a un público binacional.
En esta dimensión de zona
fronteriza caracterizada por su
dinamismo y empuje, donde el
arte contemporáneo tiene una
presencia trascendente, el Centro
Cultural Tijuana representa un
escaparate para el arte y la
cultura de México generosamente
representados en la IX Bienal
Antiguo Colegio de San Ildefonso se
comprometió a recibir en su sede la
exposición de la Bienal Monterrey
FEMSA, nos sumamos a la firme voluntad
que caracteriza a sus organizadores de
promover y difundir las obras de los
seleccionados de este certamen con el
objeto de dar a conocer en la capital de
nuestro país las diversas tendencias del
arte contemporáneo mexicano.
La Bienal cuenta en cada edición
con un jurado diverso y renovado que
ha logrado darle mayor credibilidad y
resonancia a este acontecimiento que
ya ha trascendido nuestras fronteras.
Además del descubrimiento de
jóvenes artistas emergentes, la Bienal
también nos sorprende con la maestría
de artistas ya consagrados que dan
continuidad a su quehacer artístico.
Como institución cultural, presentar
esta exposición es una oportunidad
que nos permite afianzar alianzas no
únicamente entre el mundo artístico
sino entre artistas y visitantes de
museos siempre abiertos a las nuevas
expresiones.
Reitero nuevamente nuestro
entusiasmo y compromiso de continuar
apoyando la divulgación de la Bienal
Monterrey FEMSA.
Paloma Porraz
Directora del Antiguo Colegio
de San Ildefonso
Monterrey FEMSA, cuya exposición
aquí en 2010 marcó un hito en
la historia cultural de los años
recientes.
Por lo anterior saludamos con
optimismo la seguridad de una
colaboración institucional creciente
y promisoria.
Virgilio Muñoz
Director General del Centro
Cultural Tijuana
Graciela de la Torre / Jorge
Reynoso
Dirección General de Artes Visuales/
MUAC, UNAM
55
LAS ACTIVIDADES PARALELAS
fue instituida con el objetivo de lograr un
impacto positivo en la comunidad, en niños, jóvenes y adultos, al alentar la creatividad de mujeres y hombres, reconociendo el talento de quienes se encuentran
en este país. Con este propósito y consciente de la responsabilidad de fomentar el
desarrollo cultural en la sociedad, la Bienal ha seguido creciendo y animando cada
una de sus actividades, implementando un programa de eventos paralelos con el
fin de lograr una mayor participación del público. Es así como conferencias con
críticos de arte y curadores invitados, diálogos con artistas seleccionados y ganadores, talleres para estudiantes y la comunidad infantil, visitas guiadas y recorridos
especiales programados con escuelas y universidades, son actividades que se llevan
a cabo en los espacios donde se presenta. Asimismo, en la IX Bienal Monterrey
FEMSA se implementó un programa de vinculación con universidades de las carreras de arte con la participación directa de los alumnos en sesiones de organización,
producción, montaje, apoyo, colaboración y convivencia con los artistas, compartiendo así, la experiencia de la Bienal.
De esta forma, a lo largo de sus ediciones, se han llevado a cabo un sinnúmero
de actividades paralelas que han promovido el acercamiento de los diferentes públicos a las expresiones artísticas en la actualidad.
L a B i e n a l M o n t e r r e y F EMSA
Mesa redonda sobre la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Rosa María Rodríguez, Luis Quirós, Karen Cordero, Juan Brenner
y Beatriz de la Torre. Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012.
Charla con Iñaki Bonillas. Taller de
Experimentación Plástica, Monterrey, 2010.
Charla con los artistas invitados de la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Ángela Bonadies (Venezuela), Luis Roldán
(Colombia), Juan Brenner (Guatemala), Nicolás Robbio (Argentina), André Komatsu (Brasil), Juan José Olavarría (Venezuela), Oscar Rivas
(Nicaragua) y Cinthya Soto (Costa Rica). Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012.
Actividades educativas de la VIII Bienal
Monterrey FEMSA. Centro de las Artes,
Monterrey, 2007.
Conferencia Panorama portátil del arte
contemporáneo brasileño por Agnaldo
Farias. Facultad de Artes Visuales de la
UANL, Monterrey, 2009.
Conferencia Plataforma 13. Organización y selección de la IX Bienal Monterrey FEMSA. Taller de Experimentación Plástica, Monterrey, 2010.
56
57
LAS RESIDENCIAS
su V Edición y con el objetivo de brindar a los artistas ganadores
una experiencia de conocimiento y aprendizaje que contribuya a enriquecer su trayectoria, la Bienal Monterrey FEMSA, con el invaluable apoyo de la Alianza Francesa de Monterrey, otorga una residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de
Saint-Étienne, Francia, donde los ganadores conviven con artistas de muy diversos
lugares y tienen la oportunidad de producir y exhibir su trabajo. Entre los artistas que han sido beneficiados con la concesión de estas residencias se encuentran
Gerardo Azcúnaga, Sandra Cabriada, Gabriel de la Mora, Carolina Esparragoza,
Mauricio Gattás, Rubén Gutiérrez, Alberto Ibañez, José Lazcarro, Yolanda Mora,
Luis Enrique Oroz Perales, Pablo Rasgado, Ramsés Ruiz y Diego Toledo.
A pa r t i r d e
Proyecto realizado por Alberto Ibáñez durante su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2004.
Una bienal de arte contemporáneo
no es cosa sencilla: la obra de los
artistas participantes está, a menudo,
en pleno desarrollo; museos y
exposiciones se multiplican, al igual
que los catálogos; el mercado del arte,
fuente indispensable de información,
complica la situación ya que repite
dicha información hasta el exceso; la
moda, finalmente, amplifica los efectos
de ilusión pero también permite revelar
y rehabilitar.
¿Cómo entonces dar cuenta de
una realidad incompleta, fluctuante y
múltiple por medio de un instrumento
de conocimiento que necesita cierto
rigor y mucha serenidad si pretende ser
duradero y convertirse en referente?
Además de que requiere asociar
la pertinencia de un criterio con la
calidad de la obra. Le pertenece a
los profesionales del medio –artistas,
curadores, docentes, críticos,
estudiantes o galeristas– prolongar esta
reflexión.
La Bienal Monterrey FEMSA no
pretende evidentemente tener un
carácter exhaustivo (aunque a lo
largo de sus diez ediciones, la Bienal
Monterrey FEMSA ha contado con la
participación de 8642 artistas con más
de 21 085 obras…) pero sí trata de llegar
a una síntesis. Se trabaja con «materia
viva», siempre en movimiento, para
obtener una visión de conjunto que se
inscribe en lo relativo del presente y
que intenta edición tras edición revisitar
la historia del arte.
Finalmente, por sus condiciones
de participación muy abiertas, la Bienal
Monterrey FEMSA se acerca, en cierta
forma, al ejercicio de la democracia
en el campo artístico. ¿Y si el arte
contemporáneo no fuese de y para
una élite, para una minoría rectora? ¿Y
si la Bienal contribuyera a rehabilitar
una cierta concepción del artista y del
público? Ir al encuentro del artista y del
público acaso no sería un logro notable
de la Bienal.
La Alianza Francesa de Monterrey
y la Escuela Superior de Arte y Diseño
de Saint-Étienne expresan su gratitud
a FEMSA y a su equipo ejemplar por
haberle permitido acompañar a la
Bienal Monterrey FEMSA durante sus
cinco últimas ediciones.
Proyecto realizado por Rubén Gutiérrez durante
su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2004.
Proyecto realizado por Gabriel de la Mora
durante su residencia en Saint-Étienne,
Francia. 2006.
José Manuel Blanco
Alianza Francesa de Monterrey
Proyecto realizado por Diego Toledo durante su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2004.
58
Proyecto realizado por Gerardo Azcúnaga durante
su residencia en Saint-Étienne, Francia, 2002.
59
LOS ARTISTAS INVITADOS
[Los certámenes de artes visuales
son importantes] mientras las cosas
se hagan bien y tengan la carne y
sustento que un evento de arte debe
tener. Es difícil hacer eventos grandes,
los presupuestos siempre van a jugar
un papel crítico, el entendimiento de los
organizadores del por qué es imperativo,
el asesoramiento en cuestiones
curatoriales y de producción son
también esenciales.
Es una gran responsabilidad
montar un evento, el público es cada
vez más conocedor y necesita mejores
propuestas. El participante también
necesita el respaldo de un proyecto serio
para poder avanzar en su producción.
Si todos los elementos están ahí y
encajando, frecuentemente las cosas
caminan. Creo fervientemente en que la
competencia, la comparación y la crítica
que se origina en los certámenes puede
moldear a cualquier emergente, afirmar
la carrera de artistas establecidos y
despertar la curiosidad de ajenos.
momentos de desarrollo de la Bienal Monterrey FEMSA se encuentra el de la participación de destacados curadores quienes
seleccionan a artistas con reconocimiento internacional cuyo trabajo se presenta
paralelamente al certamen, promoviendo el diálogo entre las diversas manifestaciones artísticas y sus creadores. Es así como en la IX Edición de la Bienal, bajo la
selección del curador y crítico de arte Osvaldo Sánchez, se presentó a los artistas
mexicanos Carlos Amorales, Iñaki Bonillas, Yishai Jusidman, Magali Lara y Pablo
Vargas Lugo; así como a los artistas brasileños Fabio Cardoso, Kboco, Dora Longo Bahia, Henrique Oliveira y Luiz Zerbini, quienes fueron seleccionados por el
curador y crítico de arte Agnaldo Farias.
Durante la X Edición, bajo la curaduría de José Roca para la exposición Sextanisqatsi: desorden habitable, que exploró la relación entre orden y caos en la
ciudad latinoamericana contemporánea, fueron invitados los artistas Ángela Bonadies y Juan José Olavarría (Venezuela), Juan Brenner y Byron Mármol (Guatemala), Donna Conlon (Panamá), André Komatsu (Brasil), Pedro Reyes (México),
Nicolás Robbio (Argentina), Luis Roldán (Colombia), Oscar Rivas (Nicaragua) y
Cinthya Soto (Costa Rica).
La exposición de las obras de destacados artistas tanto de México como de
diversos países de Latinoamérica le otorga al certamen una dimensión cada vez
más amplia y enriquecedora.
Dentro de los diversos
Artistas invitados de la X Bienal Monterrey FEMSA. De izquierda a derecha: Luis Roldán (Colombia),
Oscar Rivas (Nicaragua), André Komatsu (Brasil), Ángela Bonadies y Juan José Olavarría (Venezuela)
y Nicolás Robbio (Argentina). Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), 2012.
Juan Brenner
Como un evento abierto al envío
de propuestas por parte de los
artistas mexicanos, destacaría la
selección plural, respetuosa de los
diferentes enfoques, sin limitarse a un
acercamiento temático, lo que podría
generar exclusiones.
[Los certámenes de arte]
son importantes, especialmente
estos eventos que tratan de la
producción reciente, ya que junto
con el trabajo de las galerías de
arte contemporáneo son los que, a
pesar de las selecciones que a veces
se imponen sobre el público, dan
visibilidad a la producción actual.
[Los certámenes de arte]
son un gran estímulo para la
creación artística.
El intercambio con el resto
de los artistas invitados fue muy
enriquecedor. La selección de
obras fue extraordinaria y el
montaje impecable. Creo que es
un evento muy importante para
la comunidad artística.
Henrique Oliveira
A mi juicio son más importantes las
becas y ayudas para formación que
logran que los artistas se vinculen
con otros contextos y otras formas de
trabajar. También me parece importante
que se promueva el cruce de disciplinas
y no se aísle la producción artística en
el museo, sino se generen discusiones.
Está bien crear certámenes y contrastar
trabajos, pero pienso que siempre
ofrecen una visión fragmentada y
mínima de la producción. Hay que
ir más allá. El gran beneficio de los
certámenes es que permiten descubrir
trabajos y los ponen a circular.
Ángela Bonadies
Como en toda muestra tan grande,
la diversidad de los artistas la hacía
bastante heterogénea. Creo que
podrían hacerse ajustes curatoriales
en ese aspecto para que quede con
menos artistas y más obras de cada
uno. Son muy importantes estos
certámenes para la intercomunicación
con diferentes pensamientos, y el
conocimiento de otros artistas es
fundamental para motivar y comparar
diferentes aspectos en las artes
visuales.
Luis Roldán
Iñaki Bonillas
Kboco, artista brasileño invitado en la IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro de las Artes, Monterrey, 2009.
60
Henrique Oliveira, artista brasileño invitado
en la IX Bienal Monterrey FEMSA. Centro de
las Artes, Monterrey, 2009.
61
Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012
OBRAS GANADORAS
62
63
Laura Quintanilla
Moradores es un mosaico de
planos a través de los cuales despliego imágenes referidas a
circunstancias cotidianas e íntimas del ser, en lo afectivo, material y psicológico.
La fragmentación del plano pictórico nos empuja en
diferentes direcciones. No es una historia única la que se
cuenta, sino fragmentos de diversas historias, que poseen
autonomía y significado propio dentro del contexto que los
sustenta. Centrada en la figura humana, exploro situaciones
reconocibles pero descompuestas, creando una ilusión de
extrañamiento al tornar insólito lo perfectamente ordinario.
Uso técnicas mixtas basadas en chapopote y encausto
para alterar las calidades formales y visuales del color, dando densidad a las atmósferas e intensificando sus cualidades
expresivas mediante fuertes contrastes lumínicos.
El discurso del cuadro Moradores ha sido una constante en mi obra hasta la actualidad, lo he ampliado combinando lo cotidiano e intimista con una meditación filosófica
sobre el ser individual y el pensamiento místico, tanto en lo
espiritual como en la desesperanza y la angustia, discusión
conceptual de las naturalezas opuestas de la condición humana.
Mi preocupación por la tridimensión, o por las cualidades del espacio, presente no sólo en los personajes modelados, sino también en la manera de explorar distintas perspectivas, sobre todo en algunas zonas de los cuadros modulares,
seccionados y dispuestos en torno a un motivo central, o
estructuras compositivas en espiral; los asfixiantes espacios
cerrados que se contienen unos a otros como muñecas rusas,
La pieza ganadora
en escenarios o laberintos infinitos, son también una constante en mi trabajo.
La estética de mis pinturas busca no la unidad sino la
sintaxis de los contrastes, es un paseo por un mundo que en
momentos se convierte en surrealista y, al mismo tiempo, me
muevo dentro de una abstracción y figuración difícil de calificar, en la que caben figuras de pequeños volúmenes, geometrías aparentes o insinuaciones figurativas, contraponiendo
lo real y lo ilusorio, en la experiencia del espacio y el tiempo.
Moradores, 1992
Premio de Adquisición I Bienal Monterrey FEMSA
64
65
Rosa María Robles
de mi obra se define como
minimalista. Con sólo dos elementos –madera y basalto–
Álamo santo logra una gran fuerza simbólica y expresiva.
Mi producción actual se caracteriza por alcanzar una
fuerte carga simbólica y expresiva.
Los conceptos que desde entonces rigen mi trabajo son la
síntesis simbólica, la libertad creativa y la fuerza expresiva.
L a p r o p u e s ta a r t í s t i c a
Álamo santo, 1992
Premio de Adquisición I Bienal Monterrey FEMSA
66
Estrella Carmona
óleo [Byron en Grecia] gira alrededor del pensamiento. De Byron como héroe romántico que
ha sido una influencia determinante para mi trabajo. Su poesía y visión del mundo me ha envuelto. Las formas representadas en el cuadro son una estructura mecánica que puede
ser una síntesis de una fábrica o de una industria, en cuyo
alrededor gira una especie de ave que puede ser una metáfora
del pensamiento, de la filosofía... Ahí hay también unos personajes, como circunstanciales, que representan la Historia,
el transcurso de la Historia.
Bayron en Grecia significa un poco esa cuestión de la
noción de la realidad en Byron, gran admirador de la cultura
griega, luchador por la libertad de Grecia en el siglo pasado.
Yo traté, entonces, de hacer una especie de referencia al momento en que Byron asistió en Grecia.
[...] Para mí la pintura es un camino para acceder al conocimiento. En ese sentido siento que es una vía para llegar
a ciertas conclusiones en torno a la realidad, es una prueba
de la existencia del ser.
Básicamente este
[Extractos tomados de una entrevista realizada por José Garza para el periódico El Norte aparecida el día 17 de diciembre de 1994].
Byron en Grecia, 1994
Premio de Adquisición II Bienal Monterey FEMSA
68
69
Gerardo Azcúnaga
intentan una expresión particular por medio
de formas abstractas.
La bestia forma parte de una serie de piezas integradas
por varios volúmenes fundidos en uno solo en formas medio caóticas, que intentan hablar del espíritu animal. Fue la
primera pieza en la que hice uso del pelo, el cual hoy uso
esporádicamente y en la mejor manera en que me lo pida la
pieza en curso.
Creo en la libertad de la creación. No desprecio las presiones externas sobre el productor, pero uno toma sus decisiones. Sin embargo, al final todo lleva una línea, un estilo,
porque no puedo hacer algo diferente a lo que soy.
Mis obras
La bestia, 1994
Premio de Adquisición II Bienal Monterrey FEMSA
70
Betsabeé Romero
un lecho de rosas es una pieza muy importante en mi vida profesional pues es la pieza que me lanzó
a la instalación, a la utilización de materiales y técnicas no
tradicionales.
Es una pieza que también me ligó con formatos de gran
escala que me obligaron cada vez más a aprender a calcular
cantidades de material, escala de las piezas y todo lo que tiene que ver con la negociación con el espacio arquitectónico
donde se va a exponer.
R e f u g i o pa r a
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Refugio para un lecho de rosas es una pieza que ya tiene
en su título y en el planteamiento el modo en que funciona
mi producción hasta ahora.
Desde ahí me ha importado el reciclaje no sólo de los materiales pero también de los significados de las frases hechas
como es el título de la obra. ¿A qué le da refugio la camita? A
la frase relacionada con el lecho de rosas o a la imagen visual
de un lecho de rosas. La recuperación es simbólica, hace referencia a lo lingüístico, y lo hace funcionar de otra manera.
De la misma manera en que las llantas que grabo no
sólo le dan refugio a iconografías en extinción, a fragmentos
atropellados por la modernidad, sino que dan refugio a un
instrumento ancestral que es el rodillo cilíndrico, sólo con el
fin de poner a funcionar las llantas en tanto que un dispositivo para recordar, para imprimir memoria y no como una
llanta para acelerar y dejar atrás lo que hemos atropellado.
Los conceptos fundamentales con los que intento trabajar son:
En primer lugar mi obra cuestiona a la velocidad como
una categoría sobrevaluada por la modernidad. En oposición
mi trabajo exalta el trabajo manual, artesanal, lento. De una
u otra manera creo que el arte es un ejercicio de resistencia a
la velocidad.
También me importa mucho explorar materiales, objetos y temáticas relacionadas con el hombre en tanto que ser
en movimiento, como un ser de trayectos, viajes y sobre todo
migraciones. Pensar y reflexionar en las fronteras como un
concepto transgeográfico, que va más allá de los límites legales entre países.
Me interesa dignificar y recordar cómo la cultura que vivimos parte de mestizajes y globalizaciones de varios siglos.
Somos una cultura que ha cambiado de piel en varias ocasiones y, sin embargo, su impronta sigue no sólo sobreviviendo
sino resistiendo y reinventándose en forma ejemplar.
Refugio para un lecho de rosas, 1994
Premio de Adquisición II Bienal Monterey FEMSA
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Francisco Larios
la defino como una imagen que representa
los límites de la comprensión en la cual la lectura inmediata
linda en los límites de un tiempo y espacio absolutos.
Creo que toda la producción artística va ligada, no podemos sustraernos y empezar a generar algo distinto. A quince años de distancia, mi trabajo actual es una consecuencia
de lo que en ese momento exploré; si bien en ese entonces
el trabajo era más explosivo o estridente, no deja de ser un
referente a mi trabajo actual.
Si buscara una palabra que definiera un concepto en mi
trabajo sería la palabra «imposible». La imposibilidad que
los seres humanos tenemos de comunicarnos, el espacio donde esa imposibilidad se desarrolla y manifiesta, ya sea físico,
temporal, espacial, lingüístico, estético, etcétera. Todo esto
dentro de un acto íntimo que es la pintura y en el que a la vez
la pintura misma es el objeto de esa imposibilidad, ya que las
posibilidades de diálogo que ofrece la pintura son totalmente
impredecibles pues la pintura requiere de otro lenguaje cuya
narrativa sólo se da en el acto mismo de pintar.
E s ta o b r a
El ancho de un círculo, 1996
Premio Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA
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María José De la Macorra
es una pieza que realicé en
1997 en medio de un proceso determinado por mi interés en
los procesos genésicos y de transformación en la naturaleza.
Algunos de esos procesos son la germinación de las semillas y
la reproducción celular. Hexágona es ante todo una escultura, un ente que es sí mismo en el espacio. Pero también alude
a una semilla, un cuenco, un útero, y al mismo tiempo está
constituido por una proliferación de módulos hexagonales
cual acumulación de átomos o de células. Es una esculturamadre, como Coatlicue.
Han pasado ya casi quince años. En ese lapso obviamente transcurren muchas cosas y ha habido muchos cambios en
el enfoque de mi trabajo. Sin embargo, en el fondo, me sigo
planteando el mismo tipo de cuestiones. Sería complejo desentrañar todos los vasos comunicantes entre Hexágona y lo
que hago ahora. Pero por mencionar los más evidentes, sigo
construyendo buena parte de mis obras como una acumulación de partículas y sigo tratando de sintetizar en la rotundidad de una forma relaciones complejas entre la naturaleza y
mi percepción de la misma.
No considero que haya conceptos propiamente dichos
que «rijan» mi trabajo. En realidad mi obra gira en torno
a empatías, curiosidades y obsesiones relacionadas con la
naturaleza. Me ha interesado siempre nuestra comprensión
H e x ág o n a s e n s i b i l i a
de la naturaleza, tanto en su faceta contemplativa y visual,
como en la mental y modélica. Por otro lado, existe una inquietud, que creo definitiva en mi trabajo, por la utilización
de los materiales y medios más diversos, por un movimiento
constante entre la bidimensión y la tridimensión, entre la representación de lo visible y de lo invisible, de lo macro y lo
micro, una voluntad por abarcar lo más delicado y lo más
monstruoso como parte de mi percepción de la naturaleza
pero también como parte de mi lenguaje.
Hexágona sensibilia, 1996
Premio de Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA
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Claudia Fernández
El alimento remite a un universo femenino que
evoca al mismo Cosmos visto en la superficie punteada de
una cuchara de peltre. Es una instalación donde los objetos se hacen miméticos unos con otros, en la relación que
provocan las superficies punteadas sobre un fondo azul. La
pieza consta de un grupo numeroso de diferentes objetos que
incluyen una foto autorretrato de la artista donde su imagen
se mimetiza en este contexto cósmico doméstico.
Mi obra ha tomado muchas líneas de producción diferentes incluso en la manera de aproximarse al arte, pero bajo
la idea de que el Cosmos lo contiene todo, esta obra es en sí
infinita y puede presentarse de mil formas en muchos contextos diferentes. Creo que a través del arte se pueden modificar
conductas e incluso las realidades más difíciles.
La obra
El alimento, 1996
Premio de Adquisición III Bienal Monterrey FEMSA
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Katrien M. Vangheluwe «Trini»
de hacer una pintura intento analizar por qué me fascina una situación que observé en algún
lado. Intento «poner nombre» a las primeras impresiones
que percibí y de hacer conscientes las emociones que me despertó el primer golpe de vista. Muchas veces no llego a una
conclusión, sin embargo, descubro nuevas preguntas.
Mi tema general de siempre, que trato de una u otra
forma en toda mi obra y que considero mi leitmotiv, es «el
tiempo». En la obra Formas hablo en particular de una faceta de este tema, hablo de cómo el paso del tiempo afecta la
parte de nuestro ser que toca ser expuesto a la mirada de los
demás. La transformación de nuestra forma exterior a través
de los años.
Toda la obra que creo es parte de una búsqueda. Un proceso que está influenciado entre otras cosas por los sucesos
de la vida diaria personal. Mis temas de pintura nacen de inquietudes que tengo desde hace mucho y que súbitamente salen a la superficie. De repente regreso a los temas de antes,
una serie completa de obra no es suficiente para abarcar todo
lo que se puede decir de cierto suceso en cierta ubicación.
Formas es parte de este proceso y el tema de la obra es
completamente actual para mí.
De hecho no hay temas obsoletos, lo que sí va cambiando a través de los años es la técnica y quizá la forma de percibir los hechos. El estilo desde siempre está en función de lo
que intento decir.
Mi leitmotiv es «el tiempo» en todas sus facetas. Hablar
del tiempo es también hablar de movimiento. Hablar de movimiento implica hablar de espacio, de luz.
Me intriga la vida cotidiana, las relaciones entre personas. Intento presentar las situaciones que me intrigan sin
En el proceso
juzgar, como las percibí en su complejidad. Pero procuro hacer una jerarquía de los componentes que me parecen más
importantes y de los que menos quiero destacar. Les doy,
para decirlo de alguna manera, distintos volúmenes de voz.
Sí no, esta «composición» se vuelve una cacofonía, todos los
elementos clamando atención con el mismo volumen de voz.
Formas, 1998
Premio de Adquisición IV Bienal Monterrey FEMSA
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Miriam Medrez
emoción la invitación a participar en la
Bienal Monterrey, que cambiaría de nombre a Bienal Monterrey FEMSA. El anuncio creó una gran expectativa y a través
de los años este concurso de artes visuales se ha desarrollado
y convertido en una institución de gran relevancia, no sólo
para la ciudad sino para México en general. Todos nos hemos enriquecido: productores, organizadores, espectadores.
Gracias a la Bienal hemos podido conocer el trabajo de otros
productores en México.
Mi obra ganadora se llama Trayectos y se inspira en los
viajes, las mudanzas, los cambios y desplazamientos físicos
que nos modifican y se convierten en parte de nuestro nuevo
yo. Trayectos coincide con el nuevo mapa que se arma al
andar de un espacio a otro, y para mí de experimentar la
tridimensionalidad con nuevos recursos.
Las convocatorias a participar en la Bienal Monterrey
FEMSA me han estimulado a atreverme en mi lenguaje escultórico. Me llevaron a construir esculturas en gran formato,
con materiales y procesos diversos.
Recuerdo con
Haber sido seleccionada y premiada en las Bienales FEMSA
en las que participé fue un gran aliciente para mi trayectoria.
Trayectos, 1998
Premio de Adquisición IV Bienal Monterey FEMSA
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Grupo SEMEFO (Arturo Angulo, Carlos López y Teresa Margolles)
El G r u p o SEME F O ,
compuesto por Teresa Margolles,
Carlos López y Arturo Angulo, logró con Memoria fosilizada
(1998) la mejor instalación del concurso. Los ganadores del
primer Salón del Performance 1990, apoyados con becas y seleccionados en dos encuentros de Arte Joven reunieron 2 mil
423 objetos que portaban 246 personas al momento de morir
en forma violenta, mismos que «empacaron» en una placa de
cemento de 20 x 241 x 241 cm. «Recopilamos los objetos en
diferentes morgues del país, fueron donados por los familiares de víctimas de suicidios y asesinatos», describe Angulo.
[Extracto tomado de una nota realizada por Mario Núñez para el periódico
La Jornada aparecida el 2 de mayo de 1999]
D e s d e e l inicio de mi carrera a principios de los noventa,
he estado trabajando en una aproximación estética no tanto
al tema de la muerte como al de los cadáveres en sus distintas
fases, incluyendo sus implicaciones socioculturales. Trabajo
sobre cuerpos sin vida, con lo que está en decadencia, y siempre lo hago empezando con la misma pregunta: ¿Cuánto es
capaz de experimentar un cadáver?
[Declaración de Teresa Margolles tomada de Artivismo. Teresa Margolles:
Entre cadáveres. http://artivismo.es/2007/11/01/teresa-margolles-entre-cadaveres/].
Memoria fosilizada, 1999
Premio de Adquisición IV Bienal Monterey FEMSA
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Yolanda Mora
ganadora se llama Paisaje en penumbra y forma
parte de una serie de paisajes monocromáticos que denotan
el tránsito entre mi obra con características dibujísticas a un
territorio pictórico. Esta pintura o pintura-dibujo, sin pretender mostrar una «propuesta artística», sí es un testimonio
afortunado de mi deseo de encontrar con la pintura y a través de ella una visión personal del mundo.
Aunque el resultado estético sea diferente dado que las
disciplinas lo son, creo que en cualquier expresión artística
siempre se está hablando de un universo único y personal. El
productor o artista siempre será la materia prima a descubrir-descubrirse valiéndose de diversos recursos o disciplinas.
Digamos que si sustituyo concepto por premisa o idea,
la premisa más importante y de las que se derivan otras es la
creatividad; ¿puedo inventar?, ¿qué mundos o pinturas puedo –yo– inventar? Busco afanosamente esta idea y me valgo
La obra
de este instrumento extraordinariamente sensible que es la
pintura.
Paisaje en penumbra, 2001
Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA
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Gerardo Azcúnaga
es una pieza monovolumétrica, simétrica, de una curva continua estudiada y desarrollada con
cuidado, es un monumento a la tristeza; una lágrima.
[En esta etapa de producción, mi obra ya estaba] completamente cubierta de pelo; que la altura de su punta llega
exactamente a la altura de mi lagrimal. Por dentro, tiene un
espacio interno con sus paredes recubiertas de picos; algo
que no se puede ver.
Veo una línea continua entre aquéllas [La bestia y Gotaclaustro] y lo que ahora hago. Hay un desarrollo que no se
ha detenido, es lento, pero permanente.
G ota - c l au s t r o
Gota-claustro, 2001
Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA
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Sandra Cabriada
resistencia es una pieza «inocente»
hablando formalmente de «propuesta artística»… Es decir,
si bien cumple con los requisitos de una instalación que corresponde a cierto tiempo y espacio, también se puede decir
que es «inmediata» al espectador y por lo mismo incita de
manera natural a la identificación y la reflexión. Poner la
atención en los zapatos tirados en las calles, dentro de la
Ciudad de México tan caótica, es un hecho que por sí solo
es de extrañarse, sumando el hecho real de recolectarlos para
encapsularlos y lograr su conservación, deja abiertas muchas
incógnitas; de dónde vienen, a quién pertenecieron, cómo
llegaron hasta ahí, qué rastro dejan, qué historias tienen, etcétera.
El vínculo principal entre Calzado de alta resistencia y
la obra actual es el registro de la memoria, el paso del tiempo y la reflexión de lo materia-vivencial; sin embargo, el
montaje y la solución tridimensional ha cambiado debido
a mi desarrollo profesional, el cual me ha llevado a encontrar soluciones y propuestas un tanto más «escenográficas»,
planteando de diferente manera el espacio físico como espacio de expresión.
En términos generales, mi obra se basa en la experiencia
de situaciones extrañas, absurdas, efímeras, comunes y estrictamente vivenciales. De ahí mis primeros trabajos como
Pelota roja, Baños en museos (Mención Honorifica por el
Distrito Federal en la IV Bienal Monterrey FEMSA) y Calzado
de alta resistencia.
C a l z a d o d e a lt a
Creo en el juego - la reflexión - la situación - el tiempo
- la herencia - la experiencia - la memoria como términos y
como conceptos.
Calzado de alta resistencia, 2001
Premio de Adquisición V Bienal Monterey FEMSA
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Fernanda Brunet
época fue cuando empecé a trabajar en formatos
grandes, eso me dio mucha más libertad. El cuadro pertenece
a una serie catártica en la que el trabajo era más espontáneo,
eso me permitió descubrir maneras que no había utilizado
antes: trabajar colores planos, yuxtaposición de imágenes, y
a través de esto dar profundidad y lograr la composición, así
como colectar imágenes de medios muy distintos.
Hoy trabajo con materiales que han sido utilizados por
mujeres, tales como las artesanías, chaquiras, flores de migajón, piedras... me apropio de ellos a fin de investigar límites,
placeres, sensaciones.
En esa
Flop, 2003
Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA
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Diego Toledo
de esta pieza es que el observador descubra la
conexión entre una forma tridimensional que aparenta ser
abstracta y una imagen figurativa muy común, que en este
caso es el de un espacio arquitectónico. Jugar con la contradicción entre lo observado y la imagen de lo representado.
A partir de esta serie de piezas, me he enfocado conceptualmente con el tema de los «límites» que tenemos, hacemos, marcamos y defendemos dentro del espacio físico como
una metáfora primordial en la vida, creando valores culturales y personales como la idea de la «propiedad».
Creo que los conceptos temáticos se van transformando
conforme a los distintos momentos e intereses que uno va
viviendo, pero una constante es lograr de una forma creativa
y original que el espectador transite y entienda lo que está
observando.
Las técnicas, los materiales y las formas a utilizar deben
de estar en función de las ideas, pero todo dirigido a lograr
una buena comunicación.
El efecto fenomenológico que puede llegar a tener el arte
es una meta a lograr en cada trabajo.
La idea
Rojo disponible, 2003
Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA
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Rubén Gutiérrez
es una representación de un concepto central de
la filosofía: el absurdo. Considerando el absurdo como una
característica que define nuestra existencia, busco cuestionar
nuestro conocimiento a través de ficciones que toman la forma de dibujos, instalaciones, fotografías y videos. Por medio
de la reconfiguración constante de la parodia y el análisis
de las consecuencias fatales de la industria de la distracción,
busco tácticas que establezcan momentos simbólicos de resistencia en el territorio del espectáculo. Los resultados hablan sobre la soledad del ser humano, la maldad, el malestar
social, la distorsión de la historia y el cinismo.
Mi obra
Timeline of critical paradigms, 2003
Premio de Adquisición VI Bienal Monterrey FEMSA
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Gabriel De la Mora
ganado la VII Bienal Monterrey FEMSA en 2005
es una gran satisfacción a nivel personal y profesional.
En este caso, la pieza titulada Emiliano Morales de la
Mora jugando… pasó al acervo de la Colección FEMSA y recibí un premio económico que me sirvió para poder producir otras series en las que estaba trabajando en ese entonces.
Además, pude irme a realizar mi primera residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, en Francia.
La experiencia de trabajar en Francia fue muy interesante; a
partir del trabajo que realicé, varias de las piezas adquirieron
una gran importancia en el desarrollo de la serie de pelo.
Para mí una bienal es un buen momento para participar
con todo, experimentar y arriesgar al máximo e ir con la idea
de mostrar lo mejor y ganar.
En la Bienal Monterrey FEMSA, cada edición es mejor y
puedo decir que al día de hoy es el premio más importante
de su tipo en México.
Este tipo de concursos es un foro que ayuda a promover,
apoyar y descubrir nuevos talentos del arte contemporáneo
El h a b e r
ya que muchos de ellos no tienen la oportunidad de mostrar
su producción artística y esto les abre una nueva puerta en
su carrera.
Emiliano Morales de la Mora jugando…, 2005
Premio de Adquisición VII Bienal Monterrey FEMSA
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Mauricio Gattás
generales Mil novecientos cincuenta y cuatro es un flashback. Mi intención en esta obra fue provocar
en el espectador un pequeño viaje en el tiempo dejándole
posiblemente un sentimiento de nostalgia, situando la pieza
en un contexto de vivencia familiar en el pasado. Reproducir
de la manera más exacta posible una determinada atmósfera,
es una de las obsesiones permanentes de mi trabajo.
Mi obra actual al igual que la obra ganadora, recurren a
la misma esencia, evocando casi siempre momentos y situaciones de la vida cotidiana, a veces situadas en un espacio/
tiempo determinado, u otras veces en espacios más ambiguos, asociaciones mentales que combinan elementos de distintas épocas.
Lo que me inspira en casi toda mi obra es la recreación
de momentos, recuerdos e instantes que me despiertan algún tipo de emoción o sentimiento. Y muchas veces pudieran
ser escenas vividas de esas que pasan desapercibidas, donde
aparentemente «no sucede nada», pero a la vez portan un
significado.
En términos
Mil novecientos cincuenta y cuatro, 2005
Premio de Adquisición VII Bienal Monterrey FEMSA
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Adela Goldbard
es una pieza que busca la creación de
una ficción a partir de la intervención directa en el mundo físico. Se crea una realidad extraña a partir de la introducción
de elementos externos –tunas– que transforman el contexto
en el que se ubican –el árbol y el paisaje–. A través de la
documentación fotográfica de la intervención se cuestiona la
veracidad u objetividad del medio, así como nuestra manera
de relacionarnos o creer en el mismo.
La utilización de la fotografía como medio para presentar y preservar las intervenciones que realizo sigue siendo
esencial dentro de mi trabajo. Actualmente –y ya desde hace
varios años– uso una cámara análoga de gran formato para
transformar mis construcciones efímeras en sets temporales;
he integrado también el video y el registro sonoro como herramientas de documentación y de mediación de la realidad.
La extrañeza y la ambigüedad como estrategias de confusión
–o fusión– entre realidad y ficción siguen interesándome, por
lo que continuamente se integran a mi trabajo.
Mi producción gira en torno a la deconstrucción y la
reinterpretación de objetos, edificaciones y textos que se relacionan con la necesidad de permanencia de la memoria y
con la mediación de la realidad; así como con la transfiguÁr b o l d e t u n a s
ración de unos en otros. Utilizo fotografías y notas de prensa, textos literarios, monumentos, mapas antiguos, etcétera,
como punto de partida para la producción de esculturas de
carácter efímero, intervenciones, acciones y otras fotografías
que hablan lo mismo de la catástrofe, lo accidental y la violencia, que de la ilusión, el viaje y la ficción. Mi trabajo oscila constantemente dentro de la dicotomía realidad y ficción,
enfatizándola a partir de la ambigüedad y de la extrañeza de
las piezas.
Árbol de tunas, 2006
Premio de Adquisición VIII Bienal Monterrey FEMSA
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Alejandro López Saldaña
y negro es una pieza hecha en
placa de hierro y madera. El método industrial en la unión
de la placa de hierro y la aplicación de la pintura hacen casi
imperceptible la factura manual. Y aunque parece ser abstracta, no pierde su carácter de objeto. Este aspecto objetual
está enfatizado con tres elementos clave. El primero es la pintura llevada al plano tridimensional. El segundo es la paleta
de carga de madera usada como base, la cual rompe con el
límite entre lo escultórico y lo objetual. El tercero y último
elemento es el nombre mismo de la pieza al emplear la palabra «señal». Su superficie está pintada con franjas alternadas
que aluden a las señalizaciones de precaución colocadas en
las construcciones. Precisamente es un objeto señalando una
obra en proceso y que forma parte de un todo aún inconcluso. La obra corresponde a la época de la alternancia de los
partidos políticos en el gobierno de México. Este trasfondo
subyace en la obra aunque no de forma evidente. En Señal en
amarillo y negro intento capturar el espíritu del proceso de
S e ñ a l e n a m a r i l lo
cambio y transformación continua, donde a veces se avanza
y a veces se retrocede. Donde cada elemento puede modificar
el contexto.
Señal en amarillo y negro, 2005
Premio de Adquisición VIII Bienal Monterrey FEMSA
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Oscar Farfán
que comprenden el proyecto Tierra
Arrasada son cuadros fotográficos. El cuadro fotográfico, a
diferencia de una fotografía, ubica también su problemática elemental en su condición objetual, se relaciona con la
pintura una vez que ésta, habiendo roto con el grillete del
modernismo vía Warhol y Rauschenberg, se emparenta con
la fotografía. La pintura, Gerhard Richter mediante, ahora
puede ser fotografía.
San Francisco Javier es un cuadro, es una fotografía ubicada en la genealogía de la pintura: es una fotografía destinada al gran formato y a colgar de las paredes, antes que al
tiraje editorial y el soporte perecedero. Y en tanto fotografía
también invoca la historia de la referencialidad fotográfica;
mi trabajo también se adscribe a la tradición del documentalismo.
Pero las fotografías de Tierra Arrasada no son una ventana a la realidad, operan como lienzos académicos decimonónicos que escogen hablar de batallas del pasado. No opta
por los grandes relatos nacionales, sino por las historias de
colectividades atomizadas en aparente extinción; no elije hablar de la gloria del vencedor sino del ultraje acometido en
contra de los vencidos.
Tierra Arrasada es el nombre que a inicios de los años
ochenta en Guatemala el gobierno dio al ejercicio de limpieza étnica perpetrado por el ejército en contra de la población
indígena, encaminado a mermar la base social rural de la
guerrilla. Mataron, quemaron, violaron, barrieron con todo.
Hoy día, donde antes se localizaron poblados, en apariencia
no queda nada. San Francisco Javier opera como documento
sobre un sitio desierto –es un paisaje– y lo acontecido en
Las fotografías
él –es un documento–. Su fundamento último se ubica en
la impronta que opone a la amnesia y a la omisión históricas a propósito de un pasado común a todos, humano en su
noción más elemental: doscientas mil personas murieron en
el conflicto armado guatemalteco, más que en las guerras y
dictaduras de El Salvador, Nicaragua, Chile y Argentina juntas. Cerca del ochenta y cinco por ciento de los que murieron
eran indígenas.
Los ejes de mi trabajo en su conjunto siempre giran en
torno a la construcción de los discursos que sostienen la realidad, la realidad vista como un sitio ideológicamente constituido en el que conviven dialécticamente discursos dominantes y dominados, y donde es posible intervenir a través
del arte.
San Francisco Javier. De la serie Tierra Arrasada, 2009
Premio de Adquisición IX Bienal Monterrey FEMSA
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José Lazcarro
con las raíces abandonadas de los
eucaliptos talados para abrir una carretera en el camino a
Huejotzingo, en mi ruta diaria al taller en Cholula, surge la
pieza Naturaleza muerta IV.
A partir de este encuentro con la naturaleza en estado de
abandono, el interés por crear una pieza con un contenido de
crítica social se hace necesario. Se ponen en discusión problemas de los que no se habla, pero que están ahí en silencio.
Producir piezas que nos inviten a reflexionar del pasado y del
presente, que cobran vida, fuerza y sentido en el momento
actual.
Trasladar la raíz encontrada a la orilla del camino fue
la primera acción motivadora para intervenirla y resolverla
en forma escultórica. Realizando cortes y tallas adecuados,
y ser tratada posteriormente con pasta y laca automotriz, logrando un acabado perfecto, para conseguir la sinergia entre
elementos naturales e industriales.
Mi producción actual guarda la simbiosis naturaleza/tecnología como un medio para hacer conciencia del cuidado de
nuestro planeta, mostrando a través del arte que naturaleza
y tecnología pueden convivir armónicamente si aprendemos
a respetar sus leyes.
Al e n c o n t r a r m e
La obra planea enfrentarnos a una verdad inminente; la
destrucción paulatina del planeta por el hombre.
Mi preocupación es mostrar a través del arte la necesidad de tomar acciones que nos ayuden a recuperar el terreno
perdido.
Actualmente trabajo en la búsqueda de elementos alternativos fusionados para articular un discurso en el que dialogan naturaleza y ciencia con un fuerte contenido conceptual.
Naturaleza muerta IV, 2009
Premio de Adquisición IX Bienal Monterrey FEMSA
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Miguel Fernández
presentadas en la Bienal exploran, principalmente, dos nociones: territorio y extravío. Son imágenes resultantes de caminatas por el desierto que funcionan a través
de la repetición y la diferencia. Están estrechamente ligadas
al resto de mi producción en tanto que trabajo a partir de
pequeñas multiplicidades sin clasificación fija. Busco que se
liguen entre sí a través de un cuestionamiento relativo que
atraviesa la mayor parte de mi obra: cómo lo desertizado
puede funcionar como alegoría de lo político y cómo lo poético puede cuestionar lo ideológico.
Las piezas
Fin del camino I, 2011
Premio de Adquisición X Bienal Monterrey FEMSA
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Marianna Dellekamp
retrato la descripción de la figura
o carácter, utilicé mis libros para conformar un librero que
describiera al artista detrás de la obra. Todos aquellos libros
que se encuentran en la fotografía forman en mayor o menor
parte los antecedentes que me permiten formular mi trabajo.
En Artist utilizo como referencia la técnica cut up de
William Burroughs. En este caso, a través de fotocopias se
recortaron imágenes en la búsqueda aleatoria de generar
nuevos gráficos que a su vez simulen el funcionamiento de
«la memoria». Trabajo las imágenes encontradas dentro de
mi cabeza y en mis libros, buscando la forma de representar
«mi memoria».
Los cimientos de todas las piezas que he venido realizando son los personajes involucrados, la información utilizada
para la teorización, los medios de producción, las instalaciones y las instituciones involucradas en el desarrollo del
objeto de arte.
Varias de las piezas han sido realizadas a través de colaboraciones, algo característico en mi trabajo más reciente.
Entendiendo por
La documentación de cada acción está conformada por fotografías o videos que registran y enfatizan la evolución de
cada proyecto. Finalmente, la relación con los libros ha sido
fundamental ya que fungen como bitácora de dichos procesos y como un objeto estético en sí mismo.
Artist, 2011
Premio de Adquisición X Bienal Monterrey FEMSA
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Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012
SEMBLANZAS
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Gerardo Azcúnaga
Fernanda Brunet
(Monterrey, Nuevo León, México, 1958)
Se inició desde adolescente en la escultura de forma autodidacta. Se graduó como Licenciado en Administración de
Empresas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, dedicándose por completo a la escultura
a partir de 1985. También se ha dedicado a la educación de
la escultura y la cerámica impartiendo cursos, conferencias
y talleres. Ha participado en más de 140 exposiciones, entre
colectivas e individuales, en galerías y museos de México
y otros trece países. Sus exposiciones individuales incluyen
Cincuenta esculturas en el Centro de las Artes de Nuevo
León y Esferas, instalación en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), Nuevo León. En forma
colectiva ha participado en la exposición Interconexiones
en la Pinacoteca Diego Rivera de Xalapa, Veracruz; El juguete mexicano, en el Centro de las Artes de Nuevo León,
Los nuevos leones y Manos que ven en el Fórum Monterrey
2007, Los artistas por los artistas en la Pinacoteca de Nuevo
León y Arte nuestro en el Museo Metropolitano de Monterrey, Nuevo León. Formó parte también de la exhibición
Una mirada continental de la Colección FEMSA en el museo
MARCO de Monterrey, Nuevo León; y fue seleccionado en
el III Bienal Internacional de Arte de Beijing en el Museo
Nacional de Arte de Beijing, China. Los premios y reconocimientos recibidos incluyen el Premio de Adquisición de
Escultura en la II y V Bienal Monterrey FEMSA y Mención
Honorífica en la I Bienal Monterrey FEMSA; Gran Premio de
Escultura Omnilife 2000 en Guadalajara, Jalisco, y en la I
Bienal de Cerámica de Arte del Instituto Nacional de Bellas
Artes; Premio Estatal de Cerámica Nuevo León y primer lugar en escultura del Centro de Arte Vitro en 1983 y 1984,
entre otros. Su obra forma parte de diversas colecciones públicas y privadas.
(Ciudad de México, México, 1963)
Estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Entre sus exposiciones individuales se encuentran Flower Power y Bang!,
ambas en la Galería Ramis Barquet en Monterrey, México;
y en el extranjero Animal, The Power of Nature en Hong
Kong; Recent Work Fernanda Brunet en Diaz Contemporary
en Toronto, Canadá; Happymania y Fight like a girl, ambas
en la Galería Ramis Barquet en Nueva York; y Splorsh en
la GDS Gallery en Costa Rica. Sus exposiciones colectivas
incluyen Interconexiones en la Pinacoteca Diego Rivera en
Xalapa, Veracruz; Bella y Terca, nueve argumentos sobre la
pintura en el Museo de Arte Moderno y la exposición Sucio,
vacio y sin identidad en el Museo Universitario del Chopo de
la UNAM, ambas en la Ciudad de México, así como en otros
espacios de México, y en el extranjero ha participado en las
exhibiciones Pintura Latinoamericana Contemporánea en el
Ecuador; la feria ARCO Madrid 2005, en España; así como en
Art Basel Miami 2004 y Alarma!! Raid Projects en Estados
Unidos. Obtuvo el Premio de Adquisición en Pintura en la VI
Bienal Monterrey FEMSA.
116
Sandra Cabriada
(Ciudad de México, México, 1970)
Ha participado en las exposiciones de la Colección FEMSA
Interconexiones en la Pinacoteca Diego Rivera en Xalapa,
Veracruz, Trayectos en el Centro Cultural Chiapas y Una
mirada continental en el Museo de Arte Contemporáneo de
Monterrey (MARCO) en Nuevo León; así como en las exposiciones Creación en movimiento en el Museo de Arte Carrillo
Gil y Pelota roja en el Salón México, ambas en la Ciudad
de México; y en el extranjero en la exhibición Arte en la
ciudad en Saint-Étienne, Francia. Desde 1995 ha colaborado
como decoradora, directora de arte y en el diseño de arte en
una larga lista de corto y largometrajes de México entre los
que se encuentran El evangelio de las maravillas de Arturo
Ripstein, El atentado de Jorge Fons, Paradas continuas de
Gustavo Loza y Nicotina de Hugo Rodríguez, así como las
cintas norteamericanas The Mexican y Before Night Falls,
entre otras. Algunos de los reconocimientos recibidos son el
Premio de Adquisición en Instalación y Mención Honorífica
en la V y IV Bienal Monterrey FEMSA respectivamente, la beca
del Programa de Fomento y Coinversiones a Proyectos del
FONCA, la beca de Jóvenes Creadores para medios alternativos del FONCA y una residencia de trabajo en la Escuela
Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia. Ha recibido cuatro nominaciones al Premio Ariel por su trabajo
cinematográfico.
Estrella Carmona
(Veracruz, Veracruz, México, 1962-Ciudad de México,
México, 2011)
Pintora, dibujante y muralista. Estudió en la Escuela de Artes
Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en Veracruz y posteriormente en la Escuela Nacional de Pintura,
Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Complementó esta formación con estudios de etnología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y de
filosofía en el Claustro de Sor Juana. En Monclova, Coahuila, realizó varios murales en la Siderúrgica Altos Hornos de
México. Expuso su obra de manera individual y colectiva
tanto en el país como en el extranjero. Su primera exposición
individual fue Imágenes de insomnio en 1988 en la Galería
José María Velasco del INBA. Entre sus exposiciones destacan
las presentadas en la Ciudad de México en el Museo Universitario del Chopo y el Museo de Ciencias y Artes, ambas
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
el Salón Nacional de Artes Plásticas del INBA, el Museo de
Arte Carrillo Gil y en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet,
así como en la Galería Ramón Alva de la Canal de Xalapa y
el Centro Cultural Casa Principal del Instituto Veracruzano
de Cultura en el estado de Veracruz. En el extranjero participó en la exhibición Colectiva de 16 artistas jóvenes mexicanos en Madrid y La pintura herida en Barcelona, España.
También expuso en Estados Unidos, Cuba, Chile, Ecuador,
Francia, Italia, República Dominicana, Sudáfrica y Yugoslavia. A un año de su fallecimiento se organizó la exposición
homenaje Tempestades de acero en la Galería Eje de la Ciudad de México. Obtuvo numerosos premios y menciones,
incluyendo el Premio de Adquisición del XIV Encuentro de
Arte Joven de Aguascalientes, la Bienal Rufino Tamayo y la
II Bienal Monterrey FEMSA. Fue acreedora de varias becas,
incluyendo de la Fundación Edward Albee de Nueva York,
Estados Unidos, así como del FONCA y CONACULTA.
María José De la Macorra
(Ciudad de México, México, 1964)
Cuenta con una Licenciatura en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) con diploma a la excelencia
académica. Estudió con el maestro Nils-Udo en el Centro de
la Imagen en la Ciudad de México, así como en la Escuela
de Cerámica y Porcelana de Toluca, Estado de México, y
fue artista invitada al taller del ceramista Ryoji Koie, Gifu,
Japón. De manera individual ha expuesto en la Galería de
Arte Mexicano en la Ciudad de México y en el Museo de
Monterrey, en Nuevo León, así como en otras entidades. En
el extranjero, su exposición De las geografías al norte interior itineró por Japón, China, Nueva Zelandia y Australia.
De manera colectiva ha expuesto en museos y galerías de la
Ciudad de México, incluyendo el Museo de Arte Moderno,
así como en otras entidades del país, e itineró con la Colección FEMSA por Veracruz, Chiapas, Tabasco, Coahuila,
Puebla y la Ciudad de México. En el extranjero, ha participado en exposiciones tanto individuales como colectivas en
Estados Unidos y Canadá. Fue seleccionada para la II Bienal de Cerámica de Monterrey, Nuevo León; la Bienal de
Escultura Maison Hamel-Bruneau en Quebec, Canadá; y el
Primer Salón Nacional de Artes Visuales, Sección Bienal Tridimensional, en el Centro Nacional de las Artes en la Ciudad
de México. Recibió Mención Honorífica en el Gran Premio
Omnilife en Guadalajara, Jalisco, y Premio de Adquisición
en Escultura en la III Bienal Monterrey FEMSA en 1997. Ha
sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte
del FONCA y cuenta con varias residencias artísticas y becas
tanto nacionales como del extranjero. Su obra se encuentra
en colecciones públicas y privadas de México y Estados Unidos.
Gabriel De la Mora
(Colima, Colima, México, 1968)
Se graduó de arquitecto con honores en la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México y posteriormente recibió una
beca Fulbright-García Robles para cursar una Maestría en
Artes en el Pratt Institute de Nueva York. Su obra consiste
en una investigación y experimentación del dibujo, la escultura y la pintura, llevándolas a un sistema poco tradicional
117
en donde coexiste un balance entre lo formal y lo conceptual. Su trabajo ha sido presentado de forma individual en
la Galería OMR en la Ciudad de México, Sicardi Gallery en
Houston, Texas, el Museum of Latin American Art en Long
Beach California y en el Centro Cultural Bastero Kulturgunea, Andoain (Gipuzkoa), en España. Ha participado en varias exposiciones colectivas entre las que destacan el Museo
Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, el Museo
de Arte Moderno y la Fundación/Colección Jumex en la Ciudad de México, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo
en España y el Museum of Fine Arts en Houston, Texas, entre otros. Editó su primer libro titulado Pulsión y método,
que abarca una selección de siete años de trabajo, así como la
publicación de Alegorías capilares, pelo humano sobre papel
en la obra de Gabriel de la Mora, libro de Sergio Rodríguez
Blanco que recibió el Premio Bellas Artes Luis Cardoza y
Aragón para Crítica de Artes Plásticas.
Marianna Dellekamp
(Ciudad de México, México, 1968)
Realizó estudios en la Ciudad de México y Nueva York. Ha
expuesto de forma individual en diversos espacios de México
como la Galería Nina Menocal, el Museo de Arte Moderno,
el Museo Universitario de Ciencias y Artes de la UNAM, y
el Centro de la Imagen en la Ciudad de México; el Centro
de las Artes de Guanajuato en Salamanca, Guanajuato; y el
Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce en Morelia,
Michoacán; y en el extranjero, en España y Colombia. De
forma colectiva ha participado en exposiciones dentro de Europa, Estados Unidos y México. En 1996 obtuvo el Primer
Premio en el XVI Encuentro de Arte Joven convocado por
el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y el Instituto Cultural de Aguascalientes; ha obtenido las
distinciones de Primer Premio, Segundo Premio y Mención
Honorífica en tres ediciones del Salón Internacional de Guadalajara, Jalisco; Mención Honorífica en la I Bienal Internacional de Fotografía de Puerto Rico y Premio de Adquisición
en la X Bienal Monterrey FEMSA. Recibió en dos ocasiones
la Beca Jóvenes Creadores del FONCA de CONACULTA y de
2009 a 2011 perteneció al Sistema Nacional de Creadores de
esta misma institución. Su obra forma parte de colecciones
privadas y públicas nacionales y del extranjero, entre las que
destacan en México el Museo de Arte Moderno, la Colección
Isabel y Agustín Coppel, la Colección FEMSA, el Centro de la
Imagen, el Consejo Mexicano de Fotografía y en el Sistema
Nacional de Fototecas (SINAFO) - Fototeca Nacional del INAH
en Pachuca, Hidalgo, México.
118
Oscar Farfán
(Ciudad de Guatemala, Guatemala, 1973)
Nacionalizado mexicano, es fotógrafo y artista visual. Estudió la Licenciatura en Economía en el Instituto Tecnológico
y de Estudios Superiores de Monterrey y se especializó en
fotografía en esta misma institución donde cursó un Diplomado en Teoría y Producción Fotográfica Digital, así como
en el Centro de la Imagen donde tomó un Seminario de Fotografía Contemporánea e Imagen en Movimiento. Estudió la
Maestría en Artes Visuales especializado en Fotografía en la
Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con mención honorífica.
Su trabajo ha sido expuesto en México, Estados Unidos y
Colombia. Entre los premios y reconocimientos obtenidos se
encuentran el Premio de Adquisición en la IX Bienal Monterrey FEMSA en el 2009 y la beca del Programa de Fomento y
Coinversiones a Proyectos del FONCA en el 2008-2009. Ha
formado parte también de la Selección de Artistas Emergentes para Coleccionistas mART en el 2007-2008 y de la VII
Bienal de Puebla de los Ángeles en el 2007. En el 2006-2007
fue acreedor de la Beca DGEP-UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA.
Claudia Fernández
(Ciudad de México, México, 1965)
Recibió su formación artística en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, San Carlos, en la Ciudad de México y en el Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara, Jalisco. Ha expuesto de manera individual en México, Suiza, España y Estados
Unidos, entre las que destacan las exposiciones Abstract Possible con la curaduría de Maria Lind en el Museo Tamayo
en el 2011 y Diferencias reunidas en Palacio de Bellas Artes,
ambas en la Ciudad de México. De manera colectiva ha expuesto en varios sitios de la Ciudad de México, Guadalajara
y Monterrey, incluyendo el Museo de Arte Carrillo Gil en
la Ciudad de México, el Centro de Arte Moderno de Guadalajara, Jalisco, y el Museo de Monterrey en Nuevo León.
En el extranjero ha participado en exposiciones colectivas
en Alemania, Francia, Estados Unidos, España, Canadá y
Colombia. Fue artista invitada en el programa Aprendiendo
a través del arte en escuelas públicas de la Ciudad de México del Guggenheim Museum en Nueva York y formó parte
de la exhibición The Right to Hope que itineró en África,
América y Asia. Ha participado en Art Basel Miami en el
2010 y la feria ARCO Madrid, España, en el 2003, así como
en las subastas anuales del Museo de Arte Contemporáneo
de Monterrey (MARCO) en México. Fue seleccionada en la II
y III Bienal Monterrey FEMSA, recibiendo el Premio de Adquisición en Instalación en la III Edición. También participó
en la Bienal de Pintura de Sao Paulo, Brasil, en 1990. Otras
distinciones obtenidas son el Premio Cuitzmala del Instituto Cultural Cabañas de Guadalajara, Jalisco, y la beca de
Jóvenes Creadores del FONCA. Su obra pertenece a diversas
colecciones de arte en México y Estados Unidos.
Miguel Fernández
(Hermosillo, Sonora, México, 1986)
Estudió artes plásticas en la Universidad de Sonora y filosofía
en la Universidad Autónoma de Baja California. Cuenta con
las exposiciones individuales Imposturas y Fin del camino,
en Hermosillo, Sonora; y Algo que habiendo empezado bien
se ha estropeado, en la Ciudad de México. De manera colectiva su trabajo se ha exhibido en diferentes ciudades del país
como Hermosillo, Tijuana, Mexicali, Culiacán y la Ciudad
de México; y en el extranjero en Los Ángeles y Nueva York
en Estados Unidos. Entre las distinciones recibidas cuenta
con el Premio de Adquisición del Concurso Estatal de Fotografía Creativa de Sonora en el 2008 y en la X Bienal Monterrey FEMSA en el 2012; y Mención Honorífica en la II Bienal
Nacional de Pintura Miradas de Tijuana y en la XII Bienal de
Artes Visuales del Noroeste. Ha sido seleccionado para participar en Descubrimientos PHotoEspaña del 2011 en Madrid,
España, y obtuvo The Tierney Fellowship de Nueva York en
el 2010. Fue becario del FECAS, el Programa de Estímulo a la
Creación y al Desarrollo Artístico del Instituto Sonorense de
Cultura, en el 2009, y actualmente es beneficiario de la beca
que ofrece el FONCA del Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes (CONACULTA). Su obra forma parte de la colección
permanente del Museum of Latin American Art (MOLAA) de
Long Beach, California, y de la Colección FEMSA en México.
Actualmente vive y trabaja en el desierto de Sonora.
Mauricio Gattás
(Monterrey, Nuevo León, México, 1970)
Empezó a experimentar con diferentes técnicas como lápiz,
carboncillo, acuarela y óleo en 1990, posteriormente ingresó al taller de Ximena Subercaseaux en Monterrey, Nuevo
León, y estudio técnicas de óleo en el taller de los maestros
Alejandro Decinti y Óscar Villalón en Madrid, España. Ha
participado en las exposiciones colectivas Entre siglos, arte
nuestro Monterrey 2006 en el Museo Metropolitano de
Monterrey, y el Juguete mexicano en el Centro de las Artes
de Nuevo León; en el proyecto Marcomóvil del Museo de
Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO); así como en
espacios de Oaxaca y la Ciudad de México; y en el extranjero en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne,
Francia. Fue seleccionado en la Reseña Anual de la Plástica
Nuevoleonesa de la Casa de la Cultura de Nuevo León en el
2005 y obtuvo una residencia de trabajo en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia. Entre los
reconocimientos recibidos se encuentran Premio de Adquisición en el Formato Tridimensional en la VII Bienal Monterrey FEMSA y el primer lugar en el Salón de Noviembre de
Arte AC en Monterrey, Nuevo León.
Adela Goldbard
(Ciudad de México, México, 1979)
Estudió la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó estudios de fotografía en la Escuela Activa de Fotografía y en
el Centro de la Imagen en México. Actualmente imparte el
Taller de Producción de Fotografía en la Escuela Nacional
de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Su obra ha sido exhibida en México, tanto
de forma individual en el Museo de Arte de Sinaloa, Museo
Arocena en Coahuila, Museo de Arte Contemporáneo de
San Luis Potosí y Museo de la Ciudad de Querétaro; como
colectiva en el Museo de San Ildefonso, Centro de la Imagen,
Biblioteca Vasconcelos, Polyforum Siqueiros y en el Centro
Cultural Estación Indianilla en la Ciudad de México. En
el extranjero ha participado en exposiciones en Alemania,
Rusia, Hungría, Holanda, Filipinas, Argentina, Washington
y Nueva York. Obtuvo el Premio de Adquisición en la VIII
Bienal Monterrey FEMSA, fue seleccionada en la XII Bienal
de Fotografía del Centro de la Imagen y obtuvo Mención
Honorífica en el Encuentro Nacional de Arte Joven 2007. Ha
recibido el apoyo del Programa de Fomento y Coinversiones
a Proyectos del FONCA en el 2009-2010, fue becaria de The
Tierney Fellowship 2008-2009 y del programa Jóvenes Creadores del FONCA en el 2005-2006.
Grupo SEMEFO
Fundado en 1990 por los artistas Teresa Margolles, Carlos
López, Arturo Angulo y Juan Luis García, al que posteriormente ingresaron y egresaron diversos artistas. Su producción presenta la violencia social por medio de una variedad
de soportes como la fotografía, la instalación, el video y el
performance. El Grupo SEMEFO, abreviatura para Servicio
Médico Forense, en un principio se dedicó a hacer performance utilizando cadáveres de animales; posteriormente fueron ingresando en el campo de las intervenciones y la insta-
119
lación. Su primer performance realizado fue Viento Negro
presentado en La Quiñonera en 1990, también de este mismo año son Imus carcer y Cabezas en La Última Carcajada
de la Cumbancha. En 1993 presentaron Máquinas célibes en
el museo Ex Teresa Arte Actual y posteriormente en 1994,
Lavatio Corporis, instalación presentada en el Museo de
Arte Carrillo Gil en la Ciudad de México y con la que dan
el cambio del performance a la instalación. Algunas de sus
piezas son Carrusel, de 1994; Gusanos devorando restos de
caballo, 1995; Dermis, 1996; Mineralización estéril, 1997;
Sillón tapizado y Entierro, 1998; y Lienzo, 1999-2000. El
Grupo SEMEFO obtuvo el Premio de Adquisición en Instalación en la IV Bienal Monterrey FEMSA. El colectivo se encuentra actualmente disuelto.
Rubén Gutiérrez
(Monterrey, Nuevo León, México, 1972)
Es Maestro en Artes por la Academia de San Carlos de la
Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fundador y director
de ObjectNotFound.org, una organización independiente y
no lucrativa con la misión de promover el conocimiento de
la cultura contemporánea: artes visuales, música electrónica,
performance, moda urbana y diseño industrial en Monterrey, México. Desde 1993 su obra y proyectos curatoriales se
han expuesto en países como México, Estados Unidos, España, Cuba, Argentina, Ecuador, Perú, Puerto Rico, Holanda,
Francia, República Checa, China, Japón, Rusia, India e Irán.
Como curador ha organizado exhibiciones y programas de
video arte en México, Estados Unidos, Suiza, Perú y la India.
Ha participado en diversas bienales tanto en México como en
el extranjero. Entre los reconocimientos recibidos se encuentran el Primer Premio en Pintura y Premio de Adquisición en
la I y II Bienal Regional de la Plástica Joven de Monterrey,
Nuevo León, respectivamente; Premio de Adquisición en la
VI Bienal Monterrey FEMSA y en el XXI Encuentro Nacional
de Arte Joven de Aguascalientes; y Mención Honorífica en
la XIV Bienal Rufino Tamayo de la Ciudad de México. Ha
participado en programas de artista en residencia en Cuba,
Estados Unidos, Francia, Suiza, México y Sudáfrica. Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes dentro
del programa Jóvenes Creadores y actualmente es parte del
Sistema Nacional de Creadores de Arte de CONACULTA.
Francisco Larios
(Guaymas, Sonora, México, 1960)
Estudió la Licenciatura en Diseño Gráfico en el Instituto de
120
Estudios Superiores de Ciencia y Tecnología en Gómez Palacio, Durango. Cuenta con una larga lista de exposiciones
tanto individuales como colectivas. De manera individual
ha expuesto en México en el Centro de las Artes de Nuevo León y el Museo de Monterrey, Nuevo León, así como
en espacios de Guanajuato, Sonora, Oaxaca y la Ciudad de
México; y en el extranjero en Alemania, Australia, Estados
Unidos e Italia. De manera colectiva ha participado en exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey
(MARCO) en Nuevo León, en el Museo de Arte Carrillo Gil
y en otros espacios de la Ciudad de México, así como en
Oaxaca, Morelia, Jalisco, Tamaulipas y Coahuila. En el extranjero ha participado en Art Basel Miami 2004 y Art Chicago en 1997 en Estados Unidos, así como en exposiciones
en Alemania, Suiza, España, Francia, Costa Rica, Panamá,
Argentina, Ecuador, Brasil y Venezuela. Su trabajo ha sido
acreedor a numerosos premios y distinciones nacionales e internacionales como el Premio de Adquisición de la III Bienal
Monterrey FEMSA en 1997, Gran Premio Omnilife en 1999,
el primer lugar en la VII Bienal de Cuenca, Ecuador, así como
en la XII Bienal Rufino Tamayo, el Salón de la Fotografía de
la Cineteca de Nuevo León y la Bienal Regional de Pintura
del Norte, en México; y Mención Honorífica en Pintura en
la Bienal de Arte Alfredo Zalce de Morelia, Michoacán. Su
obra se encuentra en colecciones públicas y privadas de Estados Unidos, Francia y México, incluyendo las del Museum
of Contemporary Art San Diego, Museum of Fine Arts de
Houston, Museé de Arte Modesta de Montpellier, Francia, y
del Centro de las Artes de Nuevo León, Pinacoteca de Nuevo
León y la Colección FEMSA en México.
José Lazcarro
(Puebla, Puebla, México, 1941)
Artista plástico visual, académico e investigador. Egresado
de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). Es maestro emérito
de la Universidad de las Américas de Puebla. Ha participado
activamente en el movimiento de formación de diferentes escuelas de arte y grupos de creación artística en México desde
la década de los setenta hasta la actualidad. Cuenta con exposiciones individuales en Puebla, Querétaro y la Ciudad de
México; y en el extranjero destacan las exposiciones Muestra
José Lazcarro y Muestra de gráfica en Italia, y en el Museo
de Arte Moderno de Setagaya, Japón. De manera colectiva
ha participado en diversas exposiciones tanto en la Ciudad
de México como en otras entidades del país entre las que
destacan 50 años de La Esmeralda y Exposición del Bicente-
nario de la Independencia, ambas en el Museo Nacional de
la Estampa en la Ciudad de México; y Corazoles en Puebla,
una exhibición de arte y responsabilidad social realizada en
Puebla, México. En el extranjero ha expuesto en el Museo
Nacional de China en Beijing, así como en Estados Unidos,
Canadá y Japón. Desde 1961 ha realizado murales para diversas instituciones y edificios de la Ciudad de México, Puebla y en Estados Unidos. Fue seleccionado para participar en
la Muestra México-Japón de Arte Washi Zokei en Japón; y
en diversas bienales tanto en México como en el extranjero.
Ha obtenido residencias y estancias de estudios en Francia,
Estados Unidos, Japón y España. Obtuvo el Premio de Adquisición en la IX Bienal Monterrey FEMSA. Entre otras distinciones recibidas fue seleccionado como el artista creador
más importante de la ciudad de Puebla, su pieza El último
de los justos fue denominada Pieza Icónica del Bicentenario
Mexicano en el Museo Nacional de la Estampa en la Ciudad
de México y obtuvo el Premio Quetzal por su trayectoria
artística en Puebla, Puebla.
Alejandro López Saldaña
(Ciudad de México, México, 1971)
Actualmente vive y trabaja en Mendoza, Argentina. Estudió
la Licenciatura en Artes Visuales en la Escuela Nacional de
Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como una Maestría en Escultura con David
Evison en la Universität der Künste en Berlín, Alemania. Colaboró con Helen Escobedo y fue asistente de Federico Silva.
Ha sido profesor en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de
la UNAM, profesor invitado por la Kunsthochschule Kassel,
Alemania, y profesor de la Facultad de Artes y Diseño de la
Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza, Argentina. Sus
obras se han expuesto tanto individual como colectivamente
en diversos recintos culturales y galerías de México, así como
en Argentina y Alemania. Entre los premios y distinciones
obtenidos destacan en el 2010 la Beca del Laboratorio de
Investigación en Prácticas Artísticas Contemporáneas (LIPAC)
en Buenos Aires, Argentina; Beca del Seminario Entrecampos Regional en Mendoza y Buenos Aires, Argentina; Beca
del Fondo Nacional de las Artes para el Taller de Análisis y
Seguimiento de Obra en San Juan y Mendoza, Argentina; así
como una residencia artística en la Escuela Superior de Arte
y Diseño de Saint-Étienne, Francia, en el 2008; el Premio
de Adquisición en la VIII Bienal Monterrey FEMSA, México,
en el 2007; y una Beca del Servicio Alemán de Intercambio
Académico (DAAD) para una estancia corta de investigación
en la Embajada de México en Berlín, Alemania, en el 2003.
Miriam Medrez
(Ciudad de México, México, 1958)
Obtuvo la Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó estudios en
la Universidad de Concordia, en Montreal, Canadá, y en el
Taller de Instalación de Helen Escobedo en Monterrey, México. Fue asistente de profesor en la Escuela de Artes Betzalel
en Israel. Ha expuesto de manera individual en el Museo de
Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), la Casa de la
Cultura de Nuevo León y la galería Arte Actual Mexicano en
Monterrey, Nuevo León; en el Centro de las Artes San Luis
Potosí; el Museo de Arte Zapopan en Jalisco; y en la Casa del
Lago en la Ciudad de México. De manera colectiva ha participado en gran número de exposiciones incluyendo Historia
de mujeres: artistas en México del siglo XX en el museo MARCO, Manos que ven ojos que sienten en el Fórum Universal
de las Culturas y 100 años a través de 100 artistas del Museo
de Monterrey, en Nuevo León, así como las exhibiciones Un
panorama del arte mexicano y Una mirada continental de
la Colección FEMSA. En la Ciudad de México ha expuesto
en el Museo Universitario del Chopo de la UNAM, el Museo
de Arte Moderno y el Museo del Palacio de Bellas Artes, así
como en galerías y museos de Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Yucatán, Oaxaca y Aguascalientes; y
en el extranjero, en Estados Unidos, Venezuela, El Salvador,
China, Dinamarca, Francia, Puerto Rico, Irlanda, Portugal,
Austria y Canadá. Algunos de los reconocimientos recibidos
son el Premio de Adquisición de Escultura en la III Bienal
Monterrey FEMSA, premio I Bienal de Cerámica en Arte del
INBA y Premio de Adquisición en la Bienal de Arte en Cerámica de Nuevo León. Sus esculturas se encuentran en diversas
colecciones de México, Puerto Rico, Dinamarca y China.
Yolanda Mora
(Berkeley, California, Estados Unidos, 1960)
De nacionalidad mexicana, estudió artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha expuesto de manera
individual en galerías y espacios de Nuevo León, Oaxaca,
Yucatán y la Ciudad de México, así como en Merano, Italia.
Fue seleccionada para participar en exposiciones colectivas
en el Museo Universitario del Chopo de la UNAM y en otros
espacios de la Ciudad de México, así como en los estados de
Sonora, Yucatán y Guanajuato; en el extranjero participó en
la exposición Arte en la ciudad en Saint-Étienne, Francia, así
como en exhibiciones en Uruguay, Bolivia y China. Cuenta con una larga lista de reconocimientos y premios entre
121
los que se encuentran el Premio de Adquisición en Pintura y
Mención Honorífica como representante del Distrito Federal
en la V y IX Bienal Monterrey FEMSA respectivamente, Premio
de Adquisición en la Categoría de Dibujo y Mención Honorífica en la II y I Bienal de Artes Plásticas de Yucatán respectivamente, Mención Honorífica en la I Bienal Olga Costa de
Guanajuato y los premios de adquisición en la Bienal Internacional Juguete Arte-Objeto del Museo José Luis Cuevas
en la Ciudad de México, en el Primer Salón Anual de MiniEstampa en el Museo Nacional de la Estampa en la Ciudad
de México y en la exposición colectiva 50 años de la lucha
por la alimentación CONASUPO-INBA. Fue también acreedora
de una residencia de trabajo en la Escuela Superior de Arte y
Diseño de Saint-Étienne, Francia, y la Beca de Creadores del
Sistema Nacional de Creadores de Arte de CONACULTA. Su
obra se encuentra en colecciones de México, como el Museo
José Luis Cuevas y la Colección FEMSA, y del Museo de Arte
de Saint-Étienne, Francia.
Laura Quintanilla
(Ciudad de México, México, 1960)
Cursó la Licenciatura en Diseño Gráfico en la Escuela de
Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA) y Maestría en Artes Visuales en Pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). Ha participado en varias exposiciones individuales y colectivas. Entre las individuales,
ha expuesto en el Museo de Monterrey, Nuevo León; en el
Museo de Arte Contemporáneo de Aguascalientes y en la
Galería de la Ciudad de Aguascalientes; así como en Querétaro, Estado de México, Jalisco, Zacatecas, Baja California
Sur y en la Ciudad de México. En el extranjero, cuenta con
exposiciones individuales en Estados Unidos y Madrid. De
manera colectiva participó en la exhibición Texturas, tonalidades y resonancias latinoamericanas de la Colección FEMSA
en el Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México; así
como en exposiciones en el Museo de Arte Moderno y Museo de Arte Carrillo Gil en la Ciudad de México, y en diversas entidades del país. En el extranjero, fue seleccionada para
la exhibición 34 Artistas Mexicanos en el Centro Cultural de
México en París, Francia; participó en la feria ARCO Madrid
98 en España y Art Chicago 2000 en Estados Unidos; y ha
expuesto en el Museo de Arte Moderno en Setagaya, Japón,
y en Los Angeles, Estados Unidos. Fue seleccionada para la
II Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica en Santo Domingo en 1994, y en la VI, VIII y IX Bienal Rufino Tamayo en
la Ciudad de México. En 1992 obtuvo el Premio de Adqui-
122
sición de Pintura en la I Bienal Monterrey FEMSA y en 1995,
el Primer Premio en el Certamen Nacional de Pintura Los
Ferrocarriles y la Pintura del Museo Nacional de los Ferrocarriles. Ha sido acreedora de la beca del FONCA para jóvenes
creadores en México.
Rosa María Robles
(Culiacán, Sinaloa, México, 1963)
Estudió la carrera de pintura en la Escuela de Artes y Oficios
de la Universidad Autónoma de Sinaloa y continuó su formación en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda» en la Ciudad de México. Ha expuesto
de manera individual en museo Ex Teresa Arte Actual y en
el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México; en el
Museo de Monterrey, Nuevo León; y en espacios de Baja
California, Culiacán, Jalisco y Guanajuato. En el extranjero
ha expuesto en Barcelona, España, y su exposición Navajas,
presentada en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo
Lam de La Habana, Cuba, fue considerada por la televisión
cubana como la mejor muestra internacional de artes visuales del 2010. De manera colectiva ha participado en exposiciones itinerantes de artes plásticas y visuales de Sinaloa, en
la exhibición Una mirada continental en el Museo de Arte
Contemporáneo de Monterrey (MARCO) de Nuevo León, y
Texturas, tonalidades y resonancias latinoamericanas en el
Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México, ambas de
la Colección FEMSA. Entre sus exposiciones colectivas más
relevantes en el extranjero se encuentra Broken Borders en
Vancouver, Canadá. Ha sido seleccionada en diversas bienales tanto en México como en el extranjero. Entre los premios
recibidos se encuentran el Premio de Adquisición de Escultura en la I Bienal Monterrey FEMSA en 1992; Gran Premio
y Mención Honorífica en el Gran Premio Omnilife 2000
y 2001, respectivamente; Premio MARCO 94, donde fue la
única escultura finalista, en el museo MARCO de Monterrey,
Nuevo León; y el Gran Premio Nacional Cuizmala 88 del
Hospicio Cabañas en Guadalajara, Jalisco. Ha sido miembro
del Sistema Nacional de Creadores de Arte de CONACULTA.
Su obra pertenece a colecciones de México y Cuba, incluyendo la Colección FEMSA, museo MARCO y Museo de Arte
Moderno de México.
Betsabeé Romero
la Escuela de Bellas Artes en París, así como con estudios de
doctorado en Historia del Arte en la UNAM. Ha participado
en un gran número de exposiciones tanto individuales como
colectivas en México y el extranjero, incluyendo una exposición itinerante por Colombia, Venezuela, Perú, Brasil y Argentina. En el 2005 tuvo una exposición de honor en la Bienal de Arte Contemporáneo La Paz en Bolivia, así como la
exhibición Mezquita Urbana. Project Room en la feria ARCO
Madrid, en el 2007. Ha participado en bienales y trienales de
México y del extranjero en Canadá, Estados Unidos, España,
Eslovenia, Cuba, Brasil, Egipto, Honduras y Puerto Rico, recibiendo el Premio de Adquisición en la II Bienal Monterrey
FEMSA, México, en 1994, así como en certámenes de Egipto y
Francia. Participó en el Art Fair of Chicago y FIAC de París en
1999. Ha sido becaria del Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes y del Sistema Nacional de Creadores. Sus obras
pertenecen a colecciones públicas y privadas incluyendo la
Colección Daros de Suiza, la Colección FEMSA de México, así
como Jacques and Natasha Gelman Collection del Metropolitan Museum of Art y del Museo de Arte Contemporáneo de
Houston, además de otras colecciones en México, Estados
Unidos, Australia y España.
Diego Toledo
(Ciudad de México, México, 1964)
Actualmente reside en Berlín, Alemania. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y cursó un taller de gráfica
en el Centro de Investigación y Experimentación Plástica del
Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en México. Entre
sus exposiciones se encuentran Te tenemos rodeado, que se
presentó en una exhibición de arte público y en el Centro de
la Imagen, ambos en la Ciudad de México, y en el Centro
Morelense de las Artes en Cuernavaca, Morelos. De manera
individual también ha expuesto en la Sala de Arte Público
Siqueiros y en otros espacios de la Ciudad de México; y en
el extranjero en Nueva York, Estados Unidos. Ha participado en exposiciones colectivas en el Museo Universitario de
Arte Contemporáneo de la UNAM, el Museo de Arte Carrillo
Gil y en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, y en otras entidades del país incluyendo Nuevo León,
Guanajuato y Yucatán. En el extranjero cuenta con exposiciones colectivas en Estados Unidos, Alemania, Holanda,
Dinamarca, España, Francia, Chile, Canadá y Corea del Sur.
Fue seleccionado en la exhibición Una mirada continental
de la Colección FEMSA en el Museo de Arte Contemporáneo
de Monterrey (MARCO) en Nuevo León. Entre los premios y
distinciones recibidos se encuentran el Premio a Escultura en
la III Bienal Nacional de Artes en Yucatán en el 2006 y el Premio de Adquisición de Escultura en la VI Bienal Monterrey
FEMSA en el 2003, así como una residencia en Saint-Étienne,
Francia.
Katrien M. Vangheluwe «Trini»
(Flandes, Bélgica, 1962)
Su introducción a las artes fue en clases de dibujo de animales en el zoológico de Amberes. Estudió arte en la Academie
de Brugge y después en la Koninklijke Academie voor Schone Kunsten en Amberes. En 1986 el Gobierno de Bélgica y la
Secretaría de Relaciones Exteriores de México le otorgaron
una beca para estudiar en la Academia de San Carlos en la
Ciudad de México, donde vive a partir de ese año. Entre
sus exposiciones más recientes se encuentran Transeúntes,
del 2012, y Anónimos, del 2011, en la Galería Arte Actual
Mexicano en Monterrey, Nuevo León, y la Ciudad de México, respectivamente. Ha expuesto individualmente en la
Ciudad de México y en los estados de Nuevo León, Puebla
e Hidalgo; y en el extranjero, en Holanda, Estados Unidos y
España. Entre sus exposiciones colectivas se encuentran Buscar lo real, exposición de dibujo en el Museo Nacional de San
Carlos y Caligrafías urbanas 10 x 10, arte urbano peatonal
en la Ciudad de México; Cruce de caminos, en Guanajuato;
así como exposiciones en la Ciudad de México y en Nuevo
León. Formó parte de la exhibición Una mirada continental
y Texturas, tonalidades y resonancias latinoamericanas de
la Colección FEMSA en el 2005 y 2001, respectivamente. En
el extranjero, ha participado en exposiciones colectivas en
Estados Unidos, Holanda, Francia, Brasil y Bélgica. Algunos
de los reconocimientos recibidos son Mención Honorífica en
la XV Bienal de Pintura Rufino Tamayo y en el II Concurso de
Pintura Johnnie Walker; el Premio de Adquisición en Pintura
en la IV Bienal Monterrey FEMSA y Mención Honorífica como
representante del Distrito Federal en la II Bienal Monterrey
FEMSA; y el premio de Philippe Guimiot Art Gallery, en Bélgica. Su obra pertenece a colecciones públicas y privadas en
México, incluyendo la Colección FEMSA.
(Ciudad de México, México, 1963)
Cuenta con una Maestría en Artes Visuales de la Escuela
Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y títulos del Museo del Louvre y
123
Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012
JURADO Y ARTISTAS SELECCIONADOS
124
125
I Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Olivier Debroise
Luis Carlos Emerich
Manuel Felguérez
Jorge García Murillo
Fernando González Gortázar
Jorge Alberto Manrique
Raquel Tibol
Artistas seleccionados:
Manuel Ahumada
Lucas Alemany
Rita Amaya
Laura Anderson Barbata
Luis Argudin
Francisco Javier Astorga
Gerardo Azcúnaga
Helen Bickham
Walther Boelsterly
Jordi Boldó
Alberto Calzada
Enrique Canales
Alberto Carlos
Estrella Carmona
Juan Castañeda
Mónica Castillo
Francisco Castro Leñero
José Castro Leñero
Miguel Castro Leñero
Alicia Ceballos
Rosalina Cervantes
Roberto Cordero
126
José Costales
Javier de la Garza
Yvonne Domenge
Arturo Elizondo
Renato Esquivel
Claudio Fernández
José Francisco
Sergio Galán
Fernando Gallo
Gil Garea
Rodolfo Garza «Rogar»
Yolanda Garza
Manuela Generali
Masaru Goji
Alfredo Martín Gómez
Diamantina González
Antonio G. Luquín
Helena González
Irma Griza
Grupo Exámetro
(Virginia Ayala, Rosa María Murillo
y José Luis Venegas)
Javier Guadarrama
Rosario Guajardo
Rosario Guerrero
Rosario Guillermo
Tony Hambleton
Aníbal Hernández
José Antonio Hernández
Estela Hussong
Brian Hutchinson
Humberto Jiménez
Perla Krauze
Francisco Larios
Marina Lascaris
Isabel Leñero
Rosa Lima Ramos
Sara Lowry
Adriana Margáin
Javier Marín
Jorge Marín
Manuel Marín
Ramón Marín
José Martínez
Marco Antonio Martínez
Jesús Mayagoitia
Arturo Mecalco
Diego Medina
Miriam Medrez
Jesús Mendez
Juan Carlos Merla
Fannie Morell
Antonio Nava Tirado
Paul Nevin
Hiroyuki Okumura
Eduardo Olbe’s
Antonio Ortiz «El Gritón»
Kiyoto Ota Okuzawa
Irma Palacios
Uriel Parker
Adolfo Patiño
Yolanda Paulsen
Alicia Paz
Agustín Portillo
Georgina Quintana
Laura Quintanilla
Alberto Ramírez
Noemí Ramírez
Oscar Ratto
Oris Robertson
Rosa María Robles
Betsabeé Romero
Matti Romo
Pablo Rulfo
Alejandro Santiago
Maru Santos
María Serrano
Eloy Tarcisio
Jaime Tejeda
Paloma Torres
Marco Antonio Trovamala
Katrien M. Vangheluwe «Trini»
Marco Vargas
Javier Vázquez «Jazzamoart»
Saúl Villa
Boris Viskin
Alejandro Von Waberer
Lucille Wong
Marysole Wörner
Jorge Yázpik
Ozcar Zamarripa
Rafael Zamarripa
Rodolfo Zanabria
II Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Olivier Debroise
Rita Eder
Ignacio Salazar
Osvaldo Sánchez
Guillermo Santamarina
Raquel Tibol
Jorge García Murillo
Artistas seleccionados:
Pawel Anaszkiewicz
Laura Anderson Barbata
Javier Anzures
Luis Argudin
Gerardo Azcúnaga
Oscar Bächtold
Jordi Boldó
Arturo Buitrón
Bernardo Calderón
Alberto Calzada
Enrique Canales
Dámaso Canales
Enrique Cantú
Estrella Carmona
José Castro Leñero
Jesús Agustín Castro
Alicia Ceballos
Rafael Charco
Kathleen Clement
Gloria Collado
Dionisio Cortés
María Elena Cueva
Héctor Manuel de Anda
Roberto de la Torre
Alexandrine de Premio Real
Yvonne Domenge
Renato Esquivel
Mariuca Etienne
Claudia Fernández
Claudio Fernández
Francisco Fernández «Taca»
Alfredo Flores
Ana María Fuentes
Guillermo Aurelio Gadda
Sergio Galán
Noé Armando García
Elva Garma
Yolanda Garza
Manuela Generali
Alfredo Martín Gómez
Melquiades González
Diamantina González
Sergio González
Grupo 19 Concreto
(Fernando de Alba,
Roberto de la Torre,
Ulises Mora y Alejandro Sánchez)
Rosario Guajardo
Ismael Guardado
Diego Gutiérrez
Aníbal Hernández
Arturo Hernández
Gilberto Hernández
José Antonio Hernández
Olga Hubard
Yasmín Kashfi
Perla Krauze
Margarita Rosa Lara
Francisco Larios
Marina Lascaris
Juan Alberto Mancilla
Adriana Margáin
Jacobo Margolis
Jorge Marín
Manuel Marín
Ramón Marín
Carlos Márquez
Ramiro Martínez Plasencia
Diego Medina
Miriam Medrez
Alfonso Mena
Francisco Mendoza
Juan Carlos Merla
Ulises Mora
Timothy Nash
Antonio Nava Tirado
Fernando Palomar
Knut Pani
Alejandro Pérez Muñoz
Mario Rangel Faz
Oscar Ratto
Jesús Reyes Cordero
Oris Robertson
Víctor Rodríguez
Betsabeé Romero
Mauricio Sandoval
Paula Santiago
Teresa Serrano
Guadalupe Sierra
David Silva
Pablo Szmulewicz
Mariano Torres
Katrien M. Vangheluwe «Trini»
Fernando Varela
Javier Vázquez «Jazzamoart»
María Teresa Velázquez
José Luis Venegas
Fernando Villalvazo
Barry Wolfryd
Marysole Wörner
Jorge Yázpik
Moisés Zabludovsky
Beatriz Zepeda
127
III Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Agustín Arteaga
Nelly Perazzo
Liliana Porter
Osvaldo Sánchez
Raquel Tibol
Artistas seleccionados:
Fernando Aceves
Franco Aceves
Lourdes Álvarez
Ernesto Álvarez
Laura Anderson Barbata
Gabriela Arévalo
Gustavo Artigas
Maribel Avilés
Rodrigo Ayala
Oscar Bächtold
Jordi Boldó
Kenneth Bostock
Stefan Brüggemann
Juan Caballero
Enrique Cantú
Tomás Capistrán
José Castro Leñero
Antonio Castro
José Ignacio Cervantes
José Jesús Chan
Aldo Chaparro
Rafael Charco
Teresa Cito
Miguel Contreras
Fernando de Alba
Ana Cecilia de la Cueva
María José de la Macorra
Roberto de la Torre
Alejandro Díaz Sánchez
Liliana Duering
Teolinca Escobedo
Mónica Escutia
Renato Esquivel
Pablo Estévez
Claudia Fernández
Claudio Fernández
Francisco Javier Fernández
128
Mercedes Fernández
Gabriela Flores
Lupina Flores
Sergio Galán
Claudia Gallegos
Alma Beatriz Gámez
Rafael Alberto García
Hernán García
Noé Armando García
Ulises García
Mario Eduardo García
Gil Garea
Román Garza
Rodolfo Garza «Rogar»
Rosa Ana Garza
Yolanda Garza
Manuela Generali
Mauro Gómez
Diamantina González
Antonio G. Luquín
Sergio González
Javier Guadarrama
Rosario Guajardo
Rosario Guerra
Rosario Guillermo
Wayne Hazen
Oswaldo Hernández
Aníbal Hernández
Guadalupe Hernández
Hugo Hiriart
Francisco Icaza
Edgar Jaime
Enrique Jesik
Yasmín Kashfi
Hugo Kiehnle
Perla Krauze
Magali Lara
Francisco Larios
Patricia León
Carolina Levy
Ilán Lieberman
Juan Alberto Mancilla
Mirna Manrique
ManuelMarín
Carlos Márquez
Raúl Oscar Martínez
Magdalena Martínez
Ramiro Martínez Plasencia
Arturo Mecalco
Juan Carlos Merla
Octavio Moctezuma
Ulises Mora y Juan José Zamarrón
Ulises Mora y Oswaldo Hernández
Artemio Morales
Rafael Moreno
Xavier Muniain
Lucio Muniain
Timothy Nash
Antonio Nava Tirado
Alessandra Parachini
Roberto Parodí
Victor Hugo Pérez
Alejandro Pérez Muñoz
Segundo Planes
Maribel Portela
Agustín Portillo
Alejandra Quintanilla
Aurora Ramírez
María del Carmen Ramírez
Alejandro Ramírez
Marcos Ramírez «Erre»
Ricardo Ramírez
Mauricio AdriánRamírez
Lorenzo Reyes
Ángel Ricardo Ríos
Ornella Ridone
Miguel Rincón
Víctor Rodríguez
Claudia Rodríguez Plasencia
Armando Romero
Betsabeé Romero
María Romero
Eduardo Romo
Enrique Ruiz
Jorge Salort
Juan Sandoval
Álvaro Santiago
Patricia Soriano
Soledad Tafolla
Paloma Torres
Patricia Torres
Luciano Trigos
Katrien M. Vangheluwe «Trini»
Marco Vargas
Manuel de Jesús Velázquez
Baruch Vergara
Fernando Villalvazo
Barry Wolfryd
Jorge Yázpik
Uli Zwar
IV Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Teresa del Conde
Rita Eder
Menene Gras Balaguer
Ivo Mesquita
Xavier Moyssén L.
Artistas seleccionados:
Fernando Aceves
Oscar Bächtold
Eusebio Bañuelos
Carlos Barragán
Armando Belmontes
Helen Bickham
Ilana Boltvinik
Sandra Cabriada
Alberto Calzada
Tania Candiani
Susana Carlson
Estrella Carmona
Alberto Castro Leñero
José Castro Leñero
Alicia Ceballos
José Ignacio Cervantes
Aldo Chaparro
Sandra Contreras
Dionisio Cortés
María Elena Cueva
Fernando de Alba
Pilar de la Fuente
Alejandra de la Puente
Einar y Jamex de la Torre
Roberto de la Torre
Teolinca Escobedo
Renato Esquivel
Pablo Estévez
Héctor Falcón
María Vanesa García
Cristina Garza
Blanca Nelly Garza
Manuela Generali
Graciela González
Paula Verónica González
Antonio G. Luquín
Ignacio Granados
Verena Grimm
Grupo SEMEFO
(Arturo Angulo, Carlos López y
Teresa Margolles)
Rosario Guajardo
Elena Guerra
Rubén Gutiérrez
María Teresa Gutiérrez
Verónica Huacuja
Alberto Ibáñez
Perla Krauze
Gerardo Lara
Francisco Larios
Israel León
Carolina Levy
Jesús Lugo
Juan Alberto Mancilla
Mirna Manrique
Francisco Marcial
Adriana Margáin
Manuel Marín
Carmen Mariscal
Raúl Oscar Martínez
Joel Isaac Martínez
Alonso Mateo
Miriam Medrez
Paloma Menéndez
Juan Carlos Merla
Carmen Mikel
Gustavo Monroy
Rafael Moreno
Heike Müller
Lucio Muniain
Ferenc Sandor Paczka
Edna Pallares
Yolanda Paulsen
Alejandro Pérez Muñoz
Jimena Piedra
Rodrigo Pimentel
Alejandro Pintado
Mónica Prieto
Marcela Quiroga
Miguel Rincón
Jorge Rocha
Annie Rodrigues
Víctor Rodríguez
Guillermo Roel
Armando Romero
Davis Rusell
Emilio Said
Melanie Smith
Patricia Soriano
Pablo Szmulewicz
Soledad Tafolla
Taller Buxu
(Luis Enrique Gutiérrez, Ezequiel
Haro y Miguel Antonio Vargas)
Fabricio Vanden
Katrien M. Vangheluwe «Trini»
Alberto Vargas
Javier Vázquez «Jazzamoart»
Jerónimo Vázquez Melo
Héctor Velázquez
Lorenzo Ventura
Fernando Villalvazo
Rafael Villar
Juan José Zamarrón
Beatriz Zamora
Beatriz Zepeda
V Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
José Bedia
Jacques Beauffet
Andrea Giunta
Miriam Kaiser
Xavier Moyssén L.
Artistas seleccionados:
Inmaculada Abarca
Fernando Aceves
Dana Aerenlund
Guillermo Álvarez Charvel
Armando Amaya
Jesús Araujo
Roberto Arcaute
129
Georgina Arizpe y Marcela Quiroga
Carlos Arriola
Rodrigo Ayala
Gerardo Azcúnaga
Mario Barrón
Lorena Becerra
Eugenia Benabib
Jeannette Betancourt
Jordi Boldó
Sandra Cabriada
Beatriz Canfield
Román Antonio Carvajal
Arnulfo Castañeda
Reyna Castaño
Alicia Ceballos
José Luis Cendejas
Fernando Cervantes
Katia Chapa
Rafael Charco
Marisol Cocho
Saúl Cortés
Amitla Cuacuas
Oscar Fabián Cueto
María José de la Macorra
Gabriel de la Mora
Salvador Díaz
Alejandro Díaz Sánchez
Reynaldo Díaz Zesati
Yvonne Domenge
Ediciones El Chino
(José Dávila, Javier Dueñas, Álvaro
González, Rodrigo Lazo, Gonzalo
Llebrija, Jorge Eduardo Méndez
Blake, Fernando Palomar, Juan Carlos
Pérez, José Antonio Ramírez «Foit»,
Agustín Solórzano y Francisco Ugarte)
Natalia Eguiluz
Pedro Escapa
Teolinca Escobedo
José Enrique Estrada
María Ezcurra
José Antonio Farrera
Claudio Fernández
Hugo Rey Fortis
Graciela Fuentes
Sergio Galán
Fausto Igor Gálvez
130
Fernando García
María Vanesa García
Claudia Garro
Cristina Garza
Blanca Nelly Garza
Yolanda Garza
Elena Gómez
Ulises González
Antonio G. Luquín
Sergio González
Rosario Guajardo
Mariana Gutiérrez
Becky Guttin
Patricia María Henríquez
Aníbal Hernández
David Kumetz
Angeline Vera Kyba
Daniel Lara Ballesteros
Francisco Larios
Laura Leal
Israel León
Tomás López
Jesús Lugo
José Salvador Luna
Luis Octavio Macías
Juan Alberto Mancilla
Francisco Manterola
Adriana Margáin
Eugenia Martínez
Ramiro Martínez Plasencia
Alonso Mateo
Luciano Matus
Octavio Moctezuma
Gustavo Monroy
Gerardo Enrique Monsiváis
Yolanda Mora
Francisco Javier Morales
Josafat Mario Muñoz
Eliud Nava
Aurora Noreña
Hiroyuki Okumura
Damián Ontiveros
Antonio Ortiz «El Gritón»
Sandra Pani
Yolanda Paulsen
Francisco Paz
Victor Hugo Pérez
Luis Enrique Ramírez Hampshire
Alejandro Ramírez
Francisco Constantino Ramírez
Jorge Alberto Ramírez
Mauricio Adrián Ramírez
María del Pilar Ramos
Roberto Rébora
Ángel Ricardo Ríos
Ornella Ridone
Rosa María Robles
Manuel Rocha
Carlos Rodal
Guillermo Roel
Enrique Ruiz y Jesica López
Antonio Sáiz
Julieta Sánchez
José Luis Sánchez
José Alejandro Sánchez
María del Carmen Sanromán
Benjamín Sierra
Marion Sulkin
Sofía Táboas
Alberto Vargas
Carlos Vargas
Manuel de Jesús Velázquez
Lorenzo Ventura
Jorge Villa del Ángel
Fernando Villalvazo
Carlos Villanueva
Noel Iván Villaseñor
Francisco Zamora
VI Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Agustín Arteaga
Jacques Beauffet
Ery Camara
Luis-Martín Lozano
Ernesto Pujol
Artistas seleccionados:
Gabriela Aceves
Patricia Álvarez
Roberto Arcaute
Armando Belmontes
Jordi Boldó
Santiago Borja
Jorge Brozon
Fernanda Brunet
Carla Díaz-Francés
Judith Elizondo
Pablo Estévez
Fernando García
Renato Iván Garza
Manuela Generali
Ulises González
Rosario Guajardo
Rubén Gutiérrez
Erika Harrsch
Francisco Hernández
Alfredo Herrera
Alberto Ibáñez
María Eugenia Ituarte
Perla Krauze
Daniel Lara Ballesteros
Francisco Larios
Israel León
Tomás López
Hugo Lugo
José Luis Maldonado
Ramiro Martínez Plasencia
Miguel Juan Martino
Alfredo Matus
Rubén Maya
Ricardo Humberto Milla
Yukitzugu Minohara
Ulises Moyao
Antonio Ortiz «El Gritón»
Mario José Manuel Palacios
Edna Pallares
Eduardo Paulin
Yolanda Paulsen
Maribel Portela
Jorge Alberto Ramírez
Fernando Rascón
Ángel Ricardo Ríos
Miguel Rodríguez Sepúlveda
Alejandro Sabido
Marion Sulkin
Diego Toledo
Paloma Torres
María Teresa Velázquez
Fernando Villalvazo
VII Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Karen Cordero Reiman
Philippe Louisgrand
Sylvia Navarrete
José Roca
Julián Zugazagoitia
Artistas seleccionados:
Fernando Aceves
Mabel Elvira Barrera
Andrés Fernando Basurto
José Castro Leñero
Laura Elizabeth Castro
Hugo Andrés Crosthwaite
Gabriel de la Mora
Sergio de la Torre
Roberto de la Torre
Reynaldo Díaz Zesati
Arián Dylan
Carolina Esparragoza
Elisenda Estrems
Fernando Flores
Graciela Fuentes
Omar Gámez
Onésimo Valerio Gámez
Mauricio Gattás
Erika Harrsch
Tomás Hernández
Jesús Jiménez López
Daniel Lara Ballesteros
Elisa Lipkau
Blas Yuri Manrique
Ernesto Marenco
César Martínez
Lucía Maya
Luis Rodrigo Medina
Mario Núñez
Damián Ontiveros
Luis Enrique Oroz Perales
Alejandro Pintado
Ernesto Ramírez
Luis Enrique Ramírez Hampshire
Rosa María Robles
Rafael Rodríguez
Gerardo Romero
Oswaldo Ruiz
Jeanne Saade
César Sánchez
Omar Sánchez
Fabián Ugalde
Noel Iván Villaseñor
Jessica Wozny
Francisco Zamora
VIII Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Virgilio Garza
Andrea Giunta
Philippe Louisgrand
Xavier Moyssén L.
Betsabeé Romero
Artistas seleccionados:
Silvia Beatriz Andrade
Marco Arce
Héctor Ávila
Gabriel Guillermo Boils
Georgina Bringas
Geysell Capetillo
Alejandro Cartagena
Aníbal Catalán
José Ignacio Cervantes
Mayra Isabel Céspedes
Ignacio Chincoya
Yvonne Coindreau
Colectivo La Lucha Libre
(Miguel Herrera y Lourdes Nava)
Aidee de León
Reynaldo Díaz Zesati
Carla Díaz-Francés
Alejandro Fournier
María Vanesa García
Ana Cecilia Garza
Adela Goldbard
Ulises González
Mabel Gisela Gutiérrez
Adrián Gutiérrez
Marcela Herbert
Javier Hinojosa
Tanya Huntington
Alberto Ibáñez
131
Jens Kull
Ximena Labra
Alberto Lenz
Carolina Levy
Pablo López Luz
Alejandro López Saldaña
José Martín López
Juan Alberto Mancilla
Rubén Marcos
Ramiro Martínez Plasencia
Jaime Martínez
Víctor Mendiola
Gerardo Montiel Klint
Bradley Narduzzi
Roberto Ortiz Giacomán
Diego Pérez García
Patrick Pettersson
Edith Pons
Mariel Quevedo
Miguel Ángel Ramos
Marisol Rangel
Ricardo Rendón
José Luis Rojas
Emilio Said
Omar Sánchez
Christian Thornton
Diego Toledo
Leonardo Torres
Javier Toscano
Fabián Ugalde
María del Consuelo Velázquez
Fernando Villalvazo
IX Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Juan Coronel Rivera
Philippe Louisgrand
Ramiro Martínez
Xavier Moyssén L.
Osvaldo Sánchez
Artistas seleccionados:
Franco Aceves
Guillermo Álvarez Charvel
Carlos Angrigiani
Oscar Bächtold
132
Marcelino Barsi
Juan Sebastián Beltrán
Cannon Nancy Bernáldez
Alberto Calzada
Lucía Castañeda
José Luis Cendejas
Colectivo Doble A
(Adriana Bravo y Andrea Robles)
Colectivo La Lucha Libre
(Miguel Herrera y Lourdes Nava)
Miguel Ángel Cordera
David Corona
José Luis Cuevas
Armando de la Garza
Edgar Durán
Oscar Farfán
Carlos María Flores
Liliana Gálvez
Claudia Elizabeth García
Ana Lucía Gómez
Verónica Gómez
Juan Manuel González
Brenda Anel Guido
Rubén Gutiérrez
Mabel Gisela Gutiérrez
Gabriela Gutiérrez
Martha Lilia Guzmán
Daniel Habif
Jesús Jiménez López
Araceli Juárez
José Carlos Jurado
José Lazcarro
Miguel Ángel Ledezma
Carolina Levy
Pablo López Luz
César López
Jacqueline Lozano
Oscar Lozano
Christian Maciá
Miguel Ángel Madrigal
Juan Alberto Mancilla
Rubén Marcos
Andrea Martínez
Ulises Matamoros
Luis Rodrigo Medina
Miriam Medrez
Nuria MargaritaMenchaca
Jorge Eduardo Méndez Blake
Guillermina Mendoza
Ulises Mendoza
Juan Carlos Merla
David Eduardo Miranda
Yolanda Mora
Hugo Leonello Núñez
Juan José Ochoa
Roberto Ortiz Giacomán
Alejandro Osorio
Alejandro Palomino
Alan Pfeiffer
Raúl Quintanilla
Mario Rangel Faz
Pablo Rasgado
Ricardo Rendón
Elisa Rodríguez Malo
José Luis Rojas
Marco Vinicio Rosales
Ramsés Ruiz
Enrique Alejandro Saavedra
Emilio Said
Damián Siqueiros
Oscar Rafael Soto
Billy Jason Soto
Zoé Treviño
Mariana Vargas
Jerónimo Vázquez Melo
Fernando Villalvazo
Ryuichi Yahagi Honma
X Bienal Monterrey FEMSA
Jurado:
Pierre-Olivier Arnaud
Leda Catunda
Karen Cordero Reiman
Carlos-Blas Galindo
Itala Schmelz
Artistas seleccionados:
Iván Abreu
Laura Anderson Barbata
Javier Areán
Gustavo Artigas
Gerardo Faustino Barba
María Fernanda Barrero
Ricardo Bermúdez
Pablo Castañeda
Livia Corona
Marianna Dellekamp
Beatriz Díaz
Alex Dorfsman
Edith Sofía Enríquez
Larisa Escobedo
Mónica Espinosa
Miguel Fernández
Ulises Figueroa
Joel Flores Quiroz
Alejandro García Contreras
Masafumi Hosumi
Perla Krauze
Miguel Ángel Ledezma
Morelos León Celis
Jacqueline Lozano
Oscar Lozano
Hugo Lugo
Jorge Juan Moyano
Francisco Muñoz
Bradley Narduzzi
Alejandro Osorio
Alejandro Palomino
Dulce Pinzón
Raúl Quintanilla
Marcela Quiroga
Leonardo Ramírez
Coral Revueltas
Christian Reyes
Idaid Rodríguez
Gustavo Rodríguez Nava
Roberto Rugerio
Jaime Ruiz Otis
Rocío Sáenz
Emilio Said
Ricardo Salcido
Joaquín Segura
Oscar Rafael Soto
Norma Suárez
Víctor Sulser
Cristóbal Trejo
Fabián Ugalde
Ignacio Vera Ponce
Barry Wolfryd
Jessica Wozny
133
Bienal Monterrey FEMSA 1992-2012
Lista DE OBRA
134
135
y cuatro, 2005
Reconstrucción de una cocina
regiomontana de la década de los 50
300 x 300 x 300 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición VII Bienal
Monterrey FEMSA
Pasta plástica y pintura automotriz
sobre madera tallada
78 x 150 x 110 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición IX Bienal
Monterrey FEMSA
Alejandro López Saldaña
Adela Goldbard
Gerardo Azcúnaga
Estrella Carmona
Gota-claustro, 2001
Cabello humano
y acero sobre
poli-estireno expandido
165 x 161 x 120 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición V Bienal
Monterey FEMSA
Byron en Grecia, 1994
Óleo sobre tela
186 x 186 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición II Bienal
Monterey FEMSA
Gerardo Azcúnaga
La bestia, 1994
Mixta en concreto
190 x 150 x 115 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición II Bienal
Monterrey FEMSA
María José De la Macorra
Hexágona sensibilia, 1996
Metal punteado y soldado
185 x 190 x 180 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición III Bienal
Monterrey FEMSA
Gabriel De la Mora
Flop, 2003
Acrílico sobre lino
171 x 180.7 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición VI Bienal
Monterrey FEMSA
Emiliano Morales de la Mora
jugando…, 2005
Pelo humano y pelo sintético
sobre papel fabriano
163 x 108 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición VII Bienal
Monterrey FEMSA
Sandra Cabriada
Marianna Dellekamp
Calzado de alta resistencia, 2001
Cajas de acrílico con zapatos
167 x 141 x 141 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición V Bienal
Monterey FEMSA
Artist, 2011
Impresión cromógena, libro de artista
(fotocopias y papel de algodón) y
portarretratos digital
126 x 300 x 30 cm y 6:20 min.
Colección FEMSA.
Fernanda Brunet
136
Premio de Adquisición X Bienal
Monterrey FEMSA
Árbol de tunas, 2006
Impresión cromógena
80 x 180 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición VIII Bienal
Monterrey FEMSA
Oscar Farfán
Grupo SEMEFO
San Francisco Javier.
De la serie Tierra arrasada, 2009
Impresión digital con pigmentos
permanentes. Edición 1/5
118.5 x 148 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición IX Bienal
Monterrey FEMSA
(Arturo Angulo,
Señal en amarillo y negro, 2005
Placa de hierro y madera
266.5 x 142 x 100 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición VIII Bienal
Monterrey FEMSA
Claudia Fernández
El alimento, 1996
Acrílico sobre objetos y vestido
confeccionado. Fotomural.
Plata sobre gelatina
195 x 300 x 282 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición III Bienal
Monterrey FEMSA
y Teresa Margolles)
Memoria fosilizada, 1999
Objetos diversos inmersos
en cemento
20 x 241 x 241 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición IV Bienal
Monterey FEMSA
Rubén Gutiérrez
Timeline of critical paradigms, 2003
Video digital
10 min.
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición VI Bienal
Monterrey FEMSA
Miguel Fernández
Francisco Larios
Fin del camino I, 2011
Impresión cromógena
80 x 128 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición X Bienal
Monterrey FEMSA
El ancho de un círculo, 1996
Mixta sobre tela
180 x 135 cm
Colección FEMSA.
Premio Adquisición III Bienal
Monterrey FEMSA
Mauricio Gattás
José Lazcarro
Mil novecientos cincuenta
Naturaleza muerta IV, 2009
Bestabeé Romero
Refugio para un lecho
de rosas, 1994
Cama de madera,
estructura de tela de
alambre y metal, rosas secas blancas
y rojas
42 x 182 x 132 cm
Colección FEMSA. Premio de
Adquisición II Bienal Monterey FEMSA
Diego Toledo
Miriam Medrez
Carlos López
Premio de Adquisición I Bienal
Monterrey FEMSA
Trayectos, 1998
Madera, cerámica y arena
185 x 210 x 80 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición IV Bienal
Monterey FEMSA
Rojo disponible, 2003
Laca automotriz sobre MDF
138 x 193.3 x 15.5 cm
Colección FEMSA. Premio de
Adquisición VI Bienal Monterrey
FEMSA
Katrien M. Vangheluwe «Trini»
Yolanda Mora
Paisaje en penumbra, 2001
Óleo sobre tela
140 x 180 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición V Bienal
Monterey FEMSA
Formas, 1998
Acrílico sobre tela
180.4 x 180.4 cm
Colección FEMSA. Premio de
Adquisición IV Bienal Monterrey
FEMSA
Laura Quintanilla
Moradores, 1992
Encausto, óleo
y chapopote sobre tela
170 x 140 cm
Colección FEMSA.
Premio de Adquisición I Bienal
Monterrey FEMSA
Rosa María Robles
Álamo santo, 1992
Madera de álamo
y basalto
292 x 130 x 205 cm
Colección FEMSA.
137
AGRADECIMIENTOS
La labor de llevar a cabo la Bienal Monterrey FEMSA durante
20 años ininterrumpidos no hubiera sido posible sin el invaluable apoyo de todos aquellos que con su dedicación han
contribuido al desarrollo y consolidación de este certamen.
Agradecemos a todas las personas e instituciones que se han
sumado a este proyecto, a los artistas participantes, seleccionados, premiados e invitados así como a quienes han fungido
como miembros del jurado y curadores en las diez ediciones.
Agradecemos además al público, que con su interés y asistencia en cada edición nos motivan a seguir adelante con nuestro propósito de reconocer, fortalecer, estimular y difundir la
creación artística en México.
Juan Carlos Almaguer Meléndez
María Teresa Arenas Prósperi
Claudia Ávila
Carlos Beltrán
Alejandro Betanzo Zúñiga
José Manuel Blanco
Cynthia L. Cámara Gallardo
Bertha Cantú
Alejandro Casar Solares
Christophe Chavagneaux
Jorge Contreras Santiago
Alban Corbier Labasse
Eva Gonda de Garza Lagüera
Beatriz de la Torre Arizpe
Gilda Domínguez
Karla Janeth Egloff
Ángeles Espinosa Yglesias
Melissa Espronceda Garza
Carolina Farías
138
Vanessa Fernández
Romeo Flores Caballero
Josyane Franc
Minerva Berenice Franco Limas
Stéphane Gaillard
Jorge García Murillo
Eliseo Garza Salinas
Loretto Garza Zambrano
Jesús Garza Almaguer
Virgilio Garza González
Hernando S. Garza Lozano
Maye Garza Rangel
Virgilio Garza Rodríguez
Virgilio Garza Zambrano
José Pedro Gaytán
Ercilia Gómez Maqueo
Ricardo González Sada
Armando González Beltrán
Enrique González Reyes
René González Ruiz
Marco Granados
Reynold Guerra
Gloria Guzmán
Carmen Junco
Gustavo Lara Alcántara
Roberto Lara Durán
Rubén López Barrera
Javier López de Arriaga
Yann Lorvo
Alberto Luna
Federico A. Márquez Pérez
Luis Alberto Martínez
Dominica Martínez Ajuria
Ana Patricia Martínez Rodríguez
Juan Meliá Huerta
Katzir Meza
Fátima Montes Villegas
Virgilio Muñoz
Paloma Porraz Fraser
Ramón Ramirez
Alejandra Rangel Hinojosa
Maye Rangel de Milmo
Alfonso Rangel Guerra
Irma N. Richards
Cynthia Rodríguez
Carlos Rodríguez Muñiz
Jaime Rosales de la Garza
Saraí Ruiz
Indira Sánchez
Janet Swartz
Guillermina Suárez
Claudia Tapia
Elisa Téllez
Ana Gabriela Torres
Jaime Toussaint Elosúa
Fernando Treviño Lozano
Rosalba Valdés Bazaldúa
Sandra Lizeth Vargas Ramírez
Sylvia Vega Balderas
Gabriela Velázquez Robinson
Carlos A. Velásquez Moreno
Elisa Villarreal Sañudo
Carlos Villegas
Lilia Weber
Eder Zamacona Castellanos
Nina Zambrano
Ivonne Zavala
Maya Zepeda
Regina Zorrilla Garza
Alianza Francesa de Monterrey
Antiguo Colegio de San Ildefonso
Arte A.C. Escuela de Diseño, Tecnológico de Monterrey
Casa de la Cultura de Puebla
Casa Redonda. Museo Chihuahuense de Arte
Contemporáneo
Centro Cultural Tijuana (CECUT)
Centro de Estudios Superiores de
Diseño de Monterey (CEDIM)
Centro de las Artes de Nuevo León
Centro INAH Sonora
Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes (CONACULTA)
Consejo para la Cultura y las Artes
de Nuevo León (CONARTE)
Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne
Espacio Cultural. Grupo Aeroportuario
Centro Norte (OMA)
Facultad de Artes Visuales,
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
Fototeca Juan Crisóstomo Méndez
Fundación BBVA Bancomer
Galería de Arte Moderno
y Contemporáneo Ángeles Espinosa Yglesias
Galería Jesús Gallardo
Instituto Cultural de León
Instituto Chihuahuense de la Cultura
Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey (ITESM)
Museo Amparo
Museo de Arte Contemporáneo
de Monterrey (MARCO)
Museo de Arte de Zapopan (MAZ)
Museo de Monterrey
Museo Regional de Sonora
Palacio de la Autonomía Universitaria
San Pedro Museo de Arte
Secretaría de Cultura del Distrito Federal
Taller de Experimentación Plástica (TEP)
Universidad de Monterrey (UDEM)
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
CRÉDITOS
FEMSA
Difusión y Fomento Cultural A.C.
José Antonio Fernández Carbajal
Presidente del Consejo de Administración
y Director General Ejecutivo
Consejo de Administración
Alfonso Garza Garza
Director de Negocios Estratégicos
Genaro Borrego Estrada
Director de Asuntos Corporativos
Colección FEMSA
Bárbara Garza Lagüera
Presidenta del Comité para el Desarrollo
y Consolidación de la Colección FEMSA
José Antonio Fernández Carbajal
Presidente
Gerardo Estrada Attolini
Vicepresidente
Alfonso Garza Garza
Tesorero
Carlos Eduardo Aldrete Ancira
Secretario
Genaro Borrego Estrada
Eduardo Padilla Silva
Carlos Vicente Salazar Lomelín
Vocales
BIENAL MONTERREY FEMSA 1992-2012
EDICIÓN CONMEMORATIVA
Programa Cultural FEMSA
Rosa María Rodríguez Garza
Gerente de Programa Cultural
Herminia Alejandra Fernández Muñoz
Coordinadora de Administración y Registro
Marcela Torres Ibarra
Coordinadora de Exposiciones y Comunicación
María del Carmen Garza González
Analista de Comunicación
Rubén Rincón Soto
Analista de Conservación y Mantenimiento
Armando Valdez Basaldúa
Analista de Registro y Conservación
Graciela Ivonne García Silva
Asistente
Joaquín García Vargas
Francisco Rosales Peña
Auxiliares
Comunicación Corporativa
Carolina Alvear Sevilla
Directora de Comunicación Corporativa
Liz Paola Castellanos Bernabé
Jefe MIRC
Erika de la Peña Ibarra
Jefe de Mercadotecnia y Comunicación
Coordinación General
Difusión y Fomento Cultural, A.C.
Luis F. Quirós Sada
Jefe de Relaciones Públicas
Coordinación Editorial
Xavier Moyssén L.
Sylvia Vega B.
Karla Torres Elizondo
Jefe de Gestión de Comunicación Corporativa
Carlos Alberto Velázquez Alvarado
Jefe de Relación con Medios
Textos
Karen Cordero Reiman
Carlos-Blas Galindo
Luis-Martín Lozano
Mirta Gallegos Vega
Coordinadora MIRC
Diseño Gráfico
Óscar Estrada
Mauricio Gómez Cárdenas
Coordinador de Gestión de Comunicación
María Guadalupe González González
Coordinadora de Relación con Medios
Rocío Hernández Santacruz Verazas
Coordinadora de Mercadotecnia y Comunicación
Carlos Julsrud López
Coordinador de Infraestructura de Conocimiento
Joel Morales Auces
Coordinador de Relaciones Públicas
Martha Lilia García Guajardo
Analista de Relaciones Públicas
Karla Treviño Ovalle
Asistente
Fotografía y Edición Fotográfica
Roberto Ortiz Giacomán
Investigación Curricular
y Corrección de Estilo
Cristina Elenes
Créditos de Fotografía
Daniel Abad
Lourdes Almeida
Fernando Brito
Dante Busquets
Rogelio Cuéllar
Dr. Fanatik
Flavia Giménez
Luiz Eduardo Laufer
Cuidado de la Edición
Juan Carlos Almaguer Meléndez
Marcela Torres Ibarra
Regina Zorrilla Garza
FEMSA es una empresa líder que participa en la industria de bebidas, a través de Coca-Cola FEMSA, el embotellador más grande de
productos Coca-Cola en el mundo; en comercio al detalle, operando
OXXO, la cadena de tiendas más grande y de mayor crecimiento
en América Latina; y en cerveza, siendo el segundo accionista más
importante de Heineken, una de las cerveceras líderes en el mundo
con presencia en más de 70 países.
1992-2012
edición conmemorativa
Se terminó de imprimir en Enero de 2013.
Para su formación se utilizaron las familias
tipográficas Sabon y Gotham.
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