Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje MÉXICO por Ricardo Améndola, Epigmenio Castillo & Pedro A. Martínez Las denominaciones empleadas en este producto informativo y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), juicio alguno sobre la condición jurídica o nivel de desarrollo de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La mención de empresas o productos de fabricantes en particular, estén o no patentados, no implica que la FAO los apruebe o recomiende de preferencia a otros de naturaleza similar que no se mencionan. Las opiniones expresadas en esta publicación son las de su(s) autor(es), y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la FAO. Todos los derechos reservados. La FAO fomenta la reproducción y difusión del material contenido en este producto informativo. 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SISTEMAS DE PRODUCCIÓN DE GANADO RUMIANTE 20 Sistemas lecheros en la meseta y norte de México 20 Sistema de doble propósito tropical 23 Vacas del sistema de doble-propósito en los trópicos secos durante la estación lluviosa. 24 Sistemas de producción de carne vacuna en los trópicos 25 Sistemas de producción ovina 26 Producción caprina 26 5. EL RECURSO PASTORIL 27 Principales zonas de vegetación 27 Pasturas mejoradas y forrajes sembrados 29 Residuos de cultivos 47 6. OPORTUNIDADES PARA EL MEJORAMIENTO DE LOS RECURSOS FORRAJEROS 48 7. ORGANIZACIONES DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO Y RECURSOS HUMANOS 49 8. REFERENCIAS 52 9. CONTACTOS 57 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 5 1. INTRODUCCIÓN México, cuyo nombre oficial es Estados Unidos Mexicanos se encuentra en la parte sur de América del Norte, entre 14º 32’ y 32º 43’ Norte y 86º 42’ y 118º 27’ Oeste. Limita con los Estados Unidos de América al norte, con el golfo de México y el mar Caribe al este, con Belice y Guatemala al sureste y con el océano Pacífico al sur y oeste (Figura 1). La superficie total es de 1 964 375 km2 de los cuales 1 959 248 km2 es continental. México es una república federal con 31 estados y un distrito federal (Ciudad de México). De acuerdo con el censo de 2000, la población de México era de 97 483 412 habitantes; la tasa de crecimiento demográfico decreció desde 3,4% en la década de 1960 a 1,8% en la de 1990 y la proporción de la población rural que era de 49,3% en 1960 cayó a 25,4% en 2000 (INEGI, 2003). Debido a la disminución en las tasas de nacimiento y fallecimiento, la proporción de gente joven (edad <15) cayó de 44% en 1960 a 33% en 2000. La densidad de población es muy alta en Ciudad de México y en el estado de México (911 habitantes/km2), en otros estados del centro de México es de 153 por km2, en el centro oeste de México alcanza a 80 por km2, es más baja en el sur de México (49 por km2) y la más baja es en el norte de México (20 por km2). La migración a los Estados Unidos de América afecta la dinámica poblacional; entre 1990 y 2000 emigró un promedio anual de 300 000 mejicanos, de los cuales cerca de un 75% eran hombres y dos tercios eran del centro de México (INEGI, 2003). Un 80% de la población es mestiza, 10% es de extracción europea -predominantemente española- y 10% es nativa perteneciente al gran número de grupos étnicos. Población indígena, colonización, independencia y organización nacional El territorio de México corresponde esencialmente a la región cultural y geográfica de Mesoamérica. En su período más próspero, las fronteras de Mesoamérica eran la península de Nicoya en América Central y el río Sinaloa en América del Norte. Culturas altamente desarrolladas florecieron en Mesoamérica, tales como los Mayas en el sudeste, los Mixtecos y Zapotecos en el sur, los Olmecas y Totonacos en el golfo de México y los Teotihuacanos, Toltecas y Mexicas en la meseta central. Estas culturas compartían varias características comunes: agricultura como base de sus economías; maíz, frijoles, zapallo, chile y tomate como alimentos básicos; religiones politeístas; sacrificios humanos para honrar a sus dioses; el juego de pelota como una ceremonia religiosa; la construcción de pirámides; escritura ideográfica y sistema numérico vigesimal. Los Mexicas (de extracción Nahua) crecieron mediante el trabajo duro, guerras y alianzas y hacia 1440 habían construido un gran imperio, regido por un gobierno teocráticomilitar, cuyo centro era Tenochtitlan (Ciudad de México). El imperio Mexica (Azteca) creció y alcanzó el control de Mesoamérica. Las naciones conquistadas eran autónomas en sus relaciones políticas y prácticas religiosas, pero sometidas al estado de Mexica por medio de tributos. Figura 1. Mapa de México con las regiones agropecuarias (Según Arroyo, 1990) Los números identifican los estados en el siguiente orden: 1= Baja California, 2= Baja California Sur, 3= Sonora, 4= Sinaloa, 5= Nayarit, 6= Chihuahua, 7= Coahuila, 8= Durango, 9= Zacatecas, 10= Nuevo León, 11= Tamaulipas, 12= San Luis Potosí, 13= Aguascalientes, 14= Guanajuato, 15= Jalisco, 16= Querétaro, 17= Michoacán, 18= Hidalgo, 19= México, 20= Morelos, 21= Tlaxcala, 22= Puebla, 23= Colima, 24= Guerrero, 25= Oaxaca, 26= Chiapas, 27= Veracruz, 28= Tabasco, 29= Campeche, 30= Yucatán, 31= Quintana Roo. 6 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje En 1519 los españoles iniciaron la conquista de México y en 1521 el Gran Tenochtitlan cayó en manos de los conquistadores y sus aliados nativos. Comenzó la colonización, dando origen al Virreinato de la Nueva España que duró tres siglos. Los españoles impusieron su religión, valores e ideas sobre las naciones conquistadas; sin embargo la cultura nativa y las raíces religiosas duraron por medio del sincretismo. La economía estaba basada en la explotación de la población nativa; se ha estimado que en menos de un siglo de control español, un tercio de la población nativa había perecido, víctima del maltrato y de las enfermedades-como la viruela- traídas por los europeos. Los españoles peninsulares y los «criollos» -de extracción española pero nacidos en México- eran la clase dominante; los nativos, los mestizos, las castas (mezclas de todos los grupos raciales) y los esclavos eran las clases subordinadas. El Virreinato de la Nueva España era el virreinato más importante del imperio español. Sus recursos naturales –como la plata- y los altos impuestos que la corona española imponía a la población, fluían a la metrópolis. Combinado con esto, la ausencia de libertades y el control político ejercido por los españoles peninsulares, generaron profundos resentimientos entre la población de la colonia. Siguiendo los principios libertarios de la Revolución Francesa, la lucha por la independencia comenzó en 1810. Luego de ganar la independencia en 1821, comenzó un largo periodo de guerras civiles entre los seguidores de dos diferentes ideas de nación: la monarquía conservadora y la república federal liberal. En este contexto de guerras internas y extrema debilidad, México fue víctima de tres intervenciones extranjeras, una de las cuales –la intervención estadounidense entre 1846 y 1848- condujo a la pérdida de casi la mitad de su territorio. Entre 1857 y 1867 los choques entre liberales y conservadores fueron muy intensos. Los conservadores solicitaron el apoyo del emperador francés Napoleón III el cual impulsó el establecimiento del imperio de Maximiliano de Habsburgo en México. La defensa de la soberanía nacional fue encabezada por el presidente liberal Benito Juárez. El triunfo de los liberales permitió reformas sociales y económicas: la separación entre la iglesia y el estado, la nacionalización de todas las propiedades de la iglesia y la libertad de culto. Sin embargo, los liberales no alcanzaron su objetivo (siguiendo el modelo de los hacendados norteamericanos) de liquidación de las grandes haciendas improductivas y de promoción de las pequeñas propiedades. Llegado al poder en 1876, Porfirio Díaz estableció una dictadura que duró hasta 1911. Su política estuvo basada en la modernización de todo el país a través de la construcción de carreteras, la promoción de la minería, el fomento de la producción de bienes agropecuarios de exportación, el brindar sostén a las plantaciones de henequén (Agave fourcroyoides) y caucho, el apoyo a la extracción de maderas preciosas, el respaldo al comercio y los bancos y el patrocinio de la inversión de capital extranjero. Su política agropecuaria estuvo dirigida al incremento de las grandes haciendas a expensas de las tierras comunales y de las pequeñas propiedades. Estas haciendas apuntaban a satisfacer la demanda de i) el mercado interno y ii) los productos de exportación. Los principales beneficiarios del proyecto de Díaz fueron la oligarquía agropecuaria, la elite militar, las compañías extranjeras y la jerarquía eclesiástica. La inequidad social, la pérdida de tierras y la explotación de campesinos y trabajadores, causaron constantes rebeliones y luchas sociales, las cuales fueron reprimidas por el dictador. Estas condiciones favorecieron el inicio de la revolución, la cual comenzó en 1910 luego del fraude electoral contra el candidato de la oposición Francisco I. Madero. Las reformas sociales y políticas buscadas por los revolucionarios fueron expresadas en la constitución de 1917, estableciendo el principio de soberanía nacional sobre todos los recursos naturales, la reforma agraria, los derechos laborales y la educación libre, obligatoria y laica. Este proyecto de desarrollo capitalista nacional fue llevado a cabo durante el gobierno de Cárdenas (1934–1940) con medidas tales como reforma agraria, expropiación de las compañías petroleras, leyes que garantizaban los derechos laborales y la ampliación del sistema educativo. Para alcanzar estas reformas, Cárdenas movilizó a los trabajadores y campesinos. Transformó el Estado en la fuerza conductora del crecimiento económico y estructuró el mercado interno. Cárdenas consolidó el sistema político mexicano basado en el presidente y en el partido de Estado; este fue el origen del PRI, el partido que gobernó México hasta el fin del siglo XX. Basado en la sustitución de importaciones, el desarrollo industrial de México comenzó durante la segunda guerra mundial; entre 1940 y 1960 la producción industrial creció a tasas anuales de 7 a 8%. Este crecimiento fue estimulado por políticas proteccionistas, subsidios e incremento de la inversión Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 7 extranjera. En el sector agropecuario el gobierno favoreció la agricultura comercial (grandes hacendados) y soslayó a los campesinos. El apoyo del Estado a la agricultura capitalista se dio a través de la expansión del crédito y las inversiones estatales, la intervención gubernamental en la comercialización y –junto a agencias internacionales como la Fundación Rockefeller- la promoción de la investigación agronómica conocida como «Revolución Verde». La «Revolución Verde» generó paquetes tecnológicos que incluían el uso de variedades mejoradas, fertilizantes, insecticidas, herbicidas, maquinaria agrícola y riego. El modelo de desarrollo económico se puso menos en boga en la década de 1970: entre 1971 y 1975, el déficit de la balanza comercial y la deuda externa se incrementaron en 400 y 275%, respectivamente; la inflación, las devaluaciones y la dependencia de los ingresos de las exportaciones de petróleo fueron los signos más importantes de la crisis. El modelo neoliberal impuesto desde 1923 y el desigual Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA, por sus siglas en inglés) con Canadá y Estados Unidos de América causó una fuerte polarización de los ingresos y afectó el desarrollo del sector agropecuario. Las soluciones a los conflictos sociales generados por esta situación, y las demandas de derechos por parte de la población nativa surgidas recientemente, son buscadas dentro del marco del desarrollo democrático alcanzado en los últimos años. Ambiente y producción agropecuaria Las mesetas del norte y del sur son las principales características de la fisiografía de México. Hacia el este y el oeste, dos cadenas montañosas, la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental, dejan planicies relativamente angostas a lo largo de las costas del golfo de México y del océano Pacífico. Esta fisiografía conduce a una variedad de climas, en los cuales la altitud ejerce un efecto dominante sobre la temperatura y la Sierra Madre Oriental impide la circulación de aire húmedo desde el golfo de México hacia el norte y centro de México. Por lo tanto, condiciones secas a muy secas prevalecen en la mayor parte del país: árido y semi-árido mayormente en el norte (47,7% del territorio), tropical seco mayormente a lo largo de las costas (16,3% del territorio) y templado sub-húmedo con 7 meses de estación seca prevaleciendo en el centro de México (23,5% del territorio), clima tropical húmedo compartiendo solo el 12,4% del territorio localizado al sur de México. En ambas cadenas montañosas se encuentran áreas relativamente pequeñas con clima templado húmedo (Figura 2). Estas condiciones establecen límites claros al uso de la tierra: solamente 20,6 millones de ha (10,5% del territorio) están cultivadas de las cuales 25% están bajo riego (SIAP, 2004). El uso pastoril de la tierra está ampliamente difundido, particularmente en el norte árido y semi-árido de México. Jiménez (1989) estima que 50% del territorio (unos 98 millones de ha) está ocupado por tipos de vegetación adaptados al pastoreo con animales, tales como la pradera natural (pastizal), diferentes tipos de matorrales, selva tropical caduca y selvas de coníferas y robles. El autor cita otras estimaciones de área, las cuales oscilan entre 75 y 130 millones de ha. De acuerdo con Arroyo (1990) unas 74,5 millones de ha (38% del territorio) están siendo usadas como tierras de pastoreo, de las cuales 76% están en el norte de México. Luego de la década de 1970, la producción agropecuaria nacional no ha sido capaz de hacer frente a las necesidades de una población en aumento y las importaciones forman una proporción importante de la oferta doméstica (Figura 3). Para productos lácteos el periodo más crítico fue entre 1985 y 1994 y en el caso de los cereales y la carne, luego del comienzo del NAFTA y de la superación de la crisis económica de 1985, la proporción de las importaciones en la oferta doméstica se ha venido incrementando a una tasa de más del 2% por año. Como Figura 2. Regiones agro-ecológicas de México consecuencia la balanza comercial (según De Alba, 1976) 8 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje negativa alcanzó la cantidad máxima de $EE.UU.3 721 millones en 2002 (FAOSTAT, 2004). El ingreso nacional bruto (INB) per capita se ha venido incrementando y en 2002 ascendió a $EE.UU. 8 970 (ajustado a valores de $EE.UU. de 1995); sin embargo la proporción de la agricultura, la forestación y la pesca en el INB decrecieron desde 8% en 1990 a 4% en 2002 (Presidencia de la República, 2004). En 1982 el sector agropecuario Figura 3. Las importaciones como proporción de la oferta en México entró en crisis y desde la segunda doméstica Según datos de FAOSTAT (2004) mitad de la década de 1990 la crisis ha empeorado. Los hacendados mejicanos reciben poco apoyo gubernamental y como la agricultura está además integrada a sistemas de comercio multilateral, los estos productores están siendo crecientemente expuestos a la competencia de sistemas agropecuarios altamente protegidos (subsidiados) de los países desarrollados. Esta competencia desigual está teniendo consecuencias adversas sobre el desarrollo del sector (Améndola, 2002; Gómez y Schwentesius, 2004), la cual se evidencia en el bajo 1,6% de crecimiento anual (en términos de GNI) para el período 1990–2002 (Presidencia de la República, 2004). El valor de los principales productos agropecuarios en dos períodos de los últimos 13 años es resumido en el Cuadro 1. A comienzos del siglo XXI la carne, frutas, hortalizas, maíz, leche, aves, cerdo y huevos formaban el 80% del valor de los productos agropecuarios. Entre los dos periodos considerados, el valor global de los productos agropecuarios decreció un 7%, pero la evolución en los últimos pocos años ha sido desigual. El valor de los productos de cultivo solamente se incrementó en el caso de las hortalizas y mostró un dramático 32% de disminución en el caso de los cultivos básicos (cereales, legumbres y oleaginosas). El valor de los productos avícolas se incrementó fuertemente (28%), los productos lácteos y los huevos mostraron un aumento modesto (7%) mientras que la suma de los otros productos disminuyó 8%. Dentro del sector de rumiantes, los productos vacunos comprenden más del 95% del valor. Ganado en pastoreo El sector de rumiantes de México ha estado tradicionalmente dominado por los vacunos. Para el período 2000–2001, SIAP (2004) informa de 28,5 de cabezas de vacunos de las cuales 30, 26 y 44% están en el norte, centro y sur de México, respectivamente. Las razas europeas (Hereford, Angus y Charollais) son dominantes en el norte de México; en el centro de México son más frecuentes las cruzas del «criollo» (de origen español) con razas europeas y en los climas tropicales, predominan las razas cebuinas y sus cruzas con razas europeas. Para el mismo periodo, SIAP (2004) informa de 2,1 millones de ganado lechero de los cuales 42, 48 y 10% están en el norte, centro y sur de México, respectivamente. En el norte y centro de México predomina la raza Holstein en fincas lecheras especializadas, y las cruzas de Holstein con «criollo» predominan en las fincas pequeñas. En el tropical sur de México las cruzas de Cebú con Holstein y Brown Swiss son las razas más comunes para la producción lechera. De acuerdo con SIAP (2004) en México hay 8,7 millones de caprinos de los cuales 20, 58 y 22% están Cuadro 1. Valor de los productos agropecuarios ($EE.UU. de 1995 por año) Producto Periodo 1990–1996 1997–2002 Maíz Frutas Hortalizas Caña de azúcar Otros cultivos industriales Frijoles Trigo Café Papa Oleaginosas Otros cereales legumbres Otros cultivos Carne Leche Aves Cerdos Huevos Carne caprina Carne ovina Leche caprina Según datos de SIAP (2004) 3 837 3 013 2347 1 102 2 618 2 830 2 622 1 112 852 802 756 542 422 273 764 627 436 527 472 124 172 466 214 435 840 892 121 137 100 48 166 302 835 599 346 870 198 107 98 43 3 2 1 1 1 2 2 2 1 1 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 9 en el norte, centro y sur de México, respectivamente. Los caprinos son mayormente «criollos»; sin embargo, se están introduciendo cruzamientos con Nubian, Alpino y Saanen. Los caprinos para leche están concentrados en el norte de México; dos estados del norte y un estado de centro-oeste (Coahuila, Durango y Guanajuato) concentran el 75% de la producción. La distribución regional de la producción de carne caprina está menos claramente definida desde que 66% está distribuido entre ocho estados del norte, centro y sur de México. Hay 6,1 millones de ovinos de los cuales 16, 60 y 24% están en el norte, centro y sur de México, respectivamente. Los ovinos son casi exclusivamente para carne, y la producción nacional es insuficiente para satisfacer la alta demanda de la Ciudad de México y los estados circundantes. «Criollo» y Rambouillet predominan en los estados del norte; en el centro de México, Suffolk y Hampshire han sido introducidas intensamente desde la década de 1970, mientras que en condiciones tropicales las razas ovinas para lana (Pelibuey, Black-belly, Kathadin) están siendo crecientemente usadas. Estructura de la producción La tenencia de la tierra agropecuaria en México es clasificada como privada o perteneciente al «sector social». Dentro del sector social la principal forma de tenencia es el Ejido; esta Figura 4. Porcentajes de las unidades de fue la forma de tenencia de la tierra elegida por la reforma producción y de las existencias vacunas agraria mejicana en la primer mitad del siglo XX; permitía a nacionales de acuerdo con el tamaño de los individuos practicar la agricultura en parcelas asignadas; finca (número de cabezas por unidad) datos del VII Censo Agropecuario de 1991 (INEGI, el derecho concernía al uso de la tierra y no era equivalente a Según 2003). la propiedad, implicando que las tierras del Ejido no podían ser vendidas. Sin embargo, el artículo vigésimo séptimo de la constitución mejicana fue modificado en 1992 y desde entonces la tierra del Ejido podría (bajo ciertas circunstancias) ser convertida en propiedad privada. La distribución de recursos entre los sectores social y privado ha sido históricamente desigual, siendo el sector social predominantemente caracterizado por falta de recursos (Arroyo, 1990). El tamaño de finca (número de cabezas) de las empresas ganaderas de acuerdo con el censo agropecuario de 1991 (INEGI, 2003) ilustra esta distribución desigual (Figura 4). Un porcentaje muy alto de las unidades de producción pertenecen al sector social en la categoría pequeña y familiar (menos de 20 cabezas); estas unidades poseen solamente una pequeña proporción de las existencias vacunas nacionales. En el otro extremo, las empresas privadas en la categoría grande y comercial (más de 100 cabezas) representan una proporción muy baja de las empresas y poseen una proporción grande de las existencias vacunas nacionales. Los pequeños hacendados confían en la mano de obra familiar no paga, la cual aparentemente reduce sus costos de producción pero tienen varias desventajas. Les falta capital, infraestructura y equipos y su productividad es baja. Su grado de organización e integración es muy bajo lo cual es una gran desventaja debido a que los hacendados organizados e integrados tienen canales regulares de comercialización de sus productos y reciben precios más altos, pagan precios más bajos por los insumos, reciben asesoramiento técnico regular y tienen acceso más fácil al crédito a tasas preferenciales (Améndola, 2002). 2. SUELOS Y TOPOGRAFÍA Esta descripción está basada en el documento «Suelos» de Irene Sommers Cervantes y Silke Cram Heydrich, técnica e investigadora, respectivamente, del Instituto de Geografía, Universidad Autónoma de Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 10 México, el cual aparece en internet en: http://www.union.org.mx/guia/ tesorosdelplaneta/Suelos.htm Es muy difícil clasificar los suelos de México debido a su extrema variabilidad; por ello han surgido varios sistemas de clasificación a través de los años. En muchos casos, una clasificación de suelos está adaptada a las expectativas y utilidad que representa para una nación en particular, haciendo difícil establecer equivalencias entre clasificaciones. Sin embargo, la FAO en colaboración con la Figura 5. Distribución de las unidades de suelo dentro de la UNESCO propusieron un sistema República de México lo suficientemente simple como para ser aplicable por cualquier nación, independientemente del grado de profundidad de los estudios a que hayan sido sometidos estos suelos en el pasado. El sistema fue adoptado por México a través del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y sirvió de base para establecer un inventario de suelos de la República de México (Figura 5 y Cuadro 2). El Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México publicó el Atlas Nacional de México (Instituto de Geografía, 1991) el cual actualiza parte de la información original del INEGI, y es usado aquí para establecer los tipos de suelos y el área cubierta por cada unidad de suelo dentro del país y sus regiones climáticas. Desde que el clima es uno de los factores que ejerce más influencia en la formación de suelos, fueron agrupados dentro de 11 regiones climáticas de México, definidas según el Instituto de Geografía. Por lo tanto, el objetivo es presentar un panorama general sobre este punto en un espacio reducido. Por esta razón, estas generalizaciones pueden no ser válidas si se aplican a algún caso en particular. Región I El noroeste ocupa la costa oeste de la península de Baja California, con un clima muy seco y temperaturas que varían desde semi-cálidas a templadas y con un pico de lluvias en invierno. Representa el 2% del territorio nacional. Los suelos dominantes son: regosoles, 49%; calcisoles (antes xeroles y yermosoles), 34% y de menor importancia leptosoles (10%) y solonchaks (7%). Los regosoles y calcisoles tienen un uso limitado para la agricultura y los últimos son usados principalmente para pastoreo extensivo. Cuadro 2. Porcentaje de la República de México ocupada por unidad de suelo y por región climática. Unidad de suelo Leptosol Regosol Calcisol Feozem Vertisol Cambisol Luvisol Acrisol Solonchak Andosol Castañozem Gleysol Planosol Nitosol %/región i ii Iii iv 0,2 1,0 0,7 0,1 2,0 3,2 5,4 3,5 0,7 0,4 0,3 0,2 0,3 14,0 1,2 2,7 0,6 1,2 0,8 1,0 * * 0,5 8,8 8,0 3,5 9,8 2,6 * 1,0 * 0,6 0,6 * 26,5 Región climática v vi vii viii ix x xi 0,4 1,6 0,4 3,6 1,4 0,4 0,7 0,7 0,2 0,3 9,7 1,6 2,4 0,1 0,5 0,3 1,0 0,6 0,4 0,5 7,4 0,2 2,4 0,2 1,2 * * * 4,2 0,6 0,9 0,2 0,3 0,5 0,2 0,1 * * 2,9 5,0 0,3 0,4 0,5 * 0,2 * 6,7 3,7 0,2 2,9 0,1 1,6 0,5 9,0 - No presente en la unidad climática. * Presente en una proporción muy baja. 1,0 0,6 0,4 2,3 1,0 1,0 1,0 0,2 0,2 1,3 0,3 9,3 %/unidad 25,1 21,0 18,0 9,3 7,4 6,2 4,0 2,0 2,0 1,6 1,3 1,3 0,5 0,3 100,0 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 11 Región II El golfo de California abarca la costa este de la península de Baja California y su parte central, el estado de Sonora (excepto el extremo sur) y el suroeste del estado de Chihuahua. El clima es en general muy seco con temperaturas desde muy cálidas a templadas. El régimen de lluvias es intermedio. Tierra adentro, el clima se torna más húmedo, del tipo árido a semiárido y en las tierras altas llega a ser subhúmedo, con regímenes de temperatura que van desde muy cálidas a semi-cálidas y a templadas. Esta región comprende un 14% del área de México. Las principales unidades de suelos son: regosoles, 39%; calcisoles, 24% y leptosoles -antes litosoles y rendzinas (Instituto de Geografía, 1990) [mapa basado en FAO, 1985]). Los leptosoles tienen poco valor agropecuario debido a que son superficiales y pedregosos y asociados con zonas montañosas, de modo que es preferible mantenerlos cubiertos de vegetación. Se usan principalmente para pastoreo extensivo. Otras unidades de suelo están presentes en pequeñas proporciones: feozems, 5%; vertisoles, 3%; cambisoles, 2%; solonchaks, 2%; y luvisoles, 2%. Región III El Pacífico central comprende los estados de Sonora (sur), Sinaloa, Chihuahua (extremo suroeste), Nayarit, y Durango (borde oeste). La planicie costera tiene un clima muy árido a semi-árido. Tierra adentro, los regímenes de temperatura son cálidos y se vuelven sub-húmedos hacia las montañas. Tiene un régimen de lluvias de verano. Esta región cubre el 8% del país. Las principales unidades de suelo son: regosoles y leptosoles que cubren 33% y 14% de esta región; feozems (14%), los cuales tienen un alto potencial agrícola, son usados principalmente para cultivar hortalizas y granos finos, principalmente bajo riego; los cambisoles cubren 12%; los vertisoles (10%) se desarrollaron bajo climas tropicales y sub-tropicales con estaciones lluviosas y secas alternadas, y en la mayoría de los casos son fértiles. Otras unidades de suelo cubren esta región en proporciones pequeñas: calcisoles, 8%; solonchaks, 6% y luvisoles y acrisoles, 3%. Región IV Norte. Predomina un clima muy seco, semi-cálido a templado en esta región. A lo largo de la frontera el régimen de lluvia es intermedio y en el resto del área presenta un régimen de lluvia estival. Hacia las montañas y hacia el sur, el clima cambia a seco y semi-seco, con temperaturas que van de semi-cálidas a templadas. Es la región climática más extendida de México con 26,5% del territorio. Esta región cubre los estados de Chihuahua, Coahuila (parte oeste), Durango, Zacatecas (parte norte), San Luis Potosí, y los extremos occidentales de Nuevo León y Tamaulipas, así como el norte de Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro. Los principales suelos de esta región son aquellos de las zonas secas como calcisoles (37%) y leptosoles (30%), con otras unidades de suelo menos importantes: regosoles, 13%; feozems, 10%; cambisoles, 4% y solonchaks, 2%. Los castañozems ocupan solo el 2% del área; debido a que soportan la vegetación de pradera, el contenido de materia orgánica es alto y, por lo tanto muestran un potencial de fertilidad alto; además, presentan un horizonte A mullido. Estos suelos también son usados para pastoreo extensivo. Los planosoles, luvisoles y vertisoles cubren conjuntamente solo un 2% de esta región. Región V Centro. Esta región se extiende a través de los estados de Zacatecas (sur), Aguascalientes, Guanajuato, Hidalgo, Nayarit (este), Jalisco (excepto la costa) y el Distrito Federal, así como Michoacán (norte), México, Tlaxcala y Puebla. El clima es sub-húmedo, con algunas variantes; las temperaturas son semicálidas o templadas y las lluvias presentan un máximo en verano. Esta región ocupa 9,7% del territorio. Los suelos que caracterizan esta región son: feozems (37%), regosoles (16%), vertisoles (14%) y luvisoles (8%). Los andosoles (8%) están formados por cenizas volcánicas, de modo que están asociados con montañas. La capa superficial es muy suelta y abundante en materia orgánica; con cierta frecuencia hay una capa endurecida con drenaje deficiente que hace al suelo susceptible a la erosión. Desde que estos suelos están distribuidos tanto en climas templados como en tropicales su uso varía significativamente; el uso forestal debe ser el preferencial debido a que tienen algunas limitaciones para la agricultura: retienen P y son relativamente ácidos desarrollando toxicidad de Al; además su cultivo no es posible debido a las pendientes empinadas. Los andosoles se presentan principalmente a lo largo del eje volcánico del país. Otros suelos presentes en menores proporciones son cambisoles (4%), calcisoles 12 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje (4%) y leptosoles (4%). Otra unidad de suelo importante son los planosoles, los cuales son raros en México y se encuentran principalmente a lo largo de ríos y estuarios; su formación requiere de estaciones alternadas seca/húmeda muy marcadas. Poseen una capa impermeable cercana a la superficie del suelo, ocasionando inundaciones durante la estación lluviosa llevando a una descomposición retardada de la materia orgánica. Estos suelos son pobres en N, K y Ca y tienen un uso agropecuario muy limitado. Los castañozems, también presentes en la región, solo ocupan 2% del área. Región VI Noreste. Esta región incluye los estados de Tamaulipas, Nuevo León y la franja oriental de Coahuila. El clima va desde semi-árido a árido y la temperatura desde semi-cálida a cálida. El régimen de lluvia es intermedio en la franja fronteriza y estival en las partes centro y sur. Cubre 9% del país. Los tipos de suelos más abundantes son: leptosoles, 42%; calcisoles, 32% y vertisoles, 17%. Otras unidades menos abundantes son: castañozems, 6%; regosoles, 2% y feozems, 1%. Región VII Golfo de México. Cubre el sur del estado de Tamaulipas y las porciones occidentales de los estados de San Luis Potosí, Querétaro y Oaxaca; norte del estado de Hidalgo; los estados de Veracruz y Tabasco así como el norte de Chiapas. El clima es predominantemente húmedo o sub-húmedo con temperaturas desde semi-cálidas a cálidas. Presenta un régimen de lluvias intermedio o estival y cubre el 9% de México. Los vertisoles cubren el 25% de esta región. Los gleysoles (13%) son suelos que están inundados por largos periodos (pantanos) y por esta razón la aireación es deficiente creando un ambiente reductor que pocos cultivos toleran. El drenaje artificial es necesario para las actividades agropecuarias. Su distribución dentro del país es limitada pero pueden ser de gran importancia a nivel regional. Los gleysoles son altamente susceptibles a la contaminación debido al estrecho contacto que guardan con agua que no tiene posibilidades de drenar. Lamentablemente, en México coinciden con zonas de extracción de petróleo que tienen un fuerte impacto sobre ellos. La unidad de suelos acrisoles cubre 11% de esta región. Son muy similares a los luvisoles en que presentan un horizonte B, pero los efectos del agua de drenaje son más drásticos. Muchas veces presentan una coloración rojiza, indicativa de buena aireación. Su alta acidez restringe el tipo de cultivos posibles. Además, su reserva de nutrientes es escasa y el horizonte B es susceptible al endurecimiento, impidiendo de este modo la penetración de raíces. Su tendencia a la erosión es moderada. Han sido sometidos a la práctica agrícola de corte-quema, lo cual debido a los aumentos en la población se ha tornado en no sustentable. Se usan para plantaciones de cacao, piña y café y para pasturas artificiales. Los luvisoles (10%) son suelos de clima húmedo con una estación seca bien definida. Bajo climas tropicales, se forman sobre materiales recientemente depositados. El suelo está dotado de un exceso de agua que fluye a través del mismo como drenaje natural, arrastrando material arcilloso y complejos organo-minerales que se acumulan a cierta profundidad (horizonte B). A pesar del alto drenaje tienen una reserva de nutrientes relativamente buena; aunque no tan alta como los fleozem, que también tienen un horizonte B. La vegetación natural es de selva; estos suelos son muy susceptibles a la erosión. Pueden ser utilizados para cultivos si se usan técnicas que eviten la erosión. Otras unidades de suelo, ya descriptas, en esta región son: cambisoles, 11%; leptosoles, 11%; regosoles, 7% y feozems, 5%. Los nitosoles (3%) son suelos que están presentes solo en esta región; son suelos de climas tropicales con una estación seca bien definida. Presentan una fuerte acumulación de arcilla en el horizonte B; el material madre presenta una fuerte reacción básica y presenta altas concentraciones de óxidos de hierro (color rojizo denotando un ambiente oxidante). Se usan para plantaciones de cacao y café sin uso de insumos. Otros suelos cubren pequeñas áreas, como los andosoles (2%) y los solonchaks (2%). Región VIII Balsas-Valle de Oaxaca. El clima varía desde semi-árido a sub-húmedo con temperaturas cálidas y un régimen de lluvias estival. Incluye el sur de los estados de Jalisco, México e Hidalgo, la franja central del estado de Michoacán y los estados de Morelos, Puebla y Guerrero (excepto la costa) así como el franja central de Oaxaca. Comprende el 7,5% del territorio nacional. Los suelos que cubren esta región han sido descriptos como: regosoles, 32%; leptosoles, 21%; cambisoles, 13% y luvisoles, 9%. Otras unidades menos extendidas son: andosoles, 7%; feozems, 7%; acrisoles, 6%; vertisoles, 4% y calcisoles, 1%. Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 13 Región IX Pacífico sur. Comprende el estado de Colima, y las costas de los estados de Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. El clima es sub-húmedo y las temperaturas pueden ser cálidas, semi-cálidas o templadas en las tierras altas. Tiene un régimen de lluvias estival. Cubre el 4,2% de México. El suelo más común es el regosol, ocupando el 57% del área. Los cambisoles cubren el 28% y exhiben un grado de desarrollo mínimo dado que una capa de acumulación de materiales finos es apenas perceptible (horizonte B incipiente); es común en zonas templadas, pero en áreas tropicales pueden estar asociados con materiales recientemente depositados o con fuertes pendientes. Tienen un buen potencial agrícola, pero sus principales limitaciones son su poca profundidad y su superficie pedregosa. En los trópicos tienen una baja reserva de nutrientes en los trópicos, pero no tan baja como la de los acrisoles. Otra unidades presentes en bajas proporciones son: feozems, 5%; leptosoles, 5% y luvisoles, andosoles y vertisoles conjuntamente un 5%. Región X Sureste. Esta región incluye el sur del estado de Chiapas y el extremo oriental del estado de Oaxaca. El clima es húmedo, decreciendo gradualmente a sub-húmedo en las tierras altas, con temperaturas que pueden ser cálidas, semi-cálidas y templadas. Tiene lluvias de verano y cubre 2,9% del país. Las principales unidades de suelo son: regosoles, 29%; leptosoles, 21% y luvisoles 18%. Otros suelos son: cambisoles, 11%; acrisoles, 7%; vertisoles, 7%; solonchaks, 4% y planosoles y andosoles, 3%. Región XI Península de Yucatán. Comprende los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. El clima es subhúmedo, con altas temperaturas. La sección occidental tiene lluvias estivales mientras que la porción restante es intermedia. Ocupa el 6,7% del territorio de México. Un 75% de la región está cubierta por leptosoles (anteriormente rendzinas), los cuales están dominados por material calcáreo, de modo que las características del suelo son muy particulares. Los suelos son superficiales y muy pedregosos, con una capa superficial muy oscura y rica en materia orgánica, rica en nutrientes. Estos suelos tienen un potencial agrícola superior a otros leptosoles. Los suelos con una distribución más limitada en esta región son: luvisoles, 8%; vertisoles, 6%; regosoles, 5%; solonchaks, 3% y gleysoles más acrisoles, 3%. Conclusiones Como se aprecia en el Cuadro 2 y en la Figura 5, los suelos con más amplia distribución en México (65%) son suelos superficiales, de poco desarrollo (leptosoles, regosoles y calcisoles), con bajo potencial agrícola. Los suelos más fértiles y explotados (feozems, vertisoles, cambisoles y luvisoles) ocupan solo el 26% del país. Estos suelos están sujetos a una explotación agrícola intensiva lo que compromete su potencial productivo y su sustentabilidad. Las regiones con la mayor diversidad de suelo están en el centro y en el golfo de México. Ambas están sujetas a altas densidades de población, lo cual genera fuertes presiones sobre el recurso suelo. Entre ellas están: demanda de terrenos para viviendas, rutas e industrias, así como para disposición de residuos (tanto humanos como de origen industrial). Otras actividades productivas que representan riesgos para los recursos de suelo son la minería que afortunadamente no coincide con las regiones productivas de cultivos, pero afecta áreas extensas con los residuos que sepultan los suelos; la producción petrolera que genera grandes cantidades de substancias tóxicas que se derraman a los suelos los cuales no tienen capacidad amortiguadora para este tipo de impacto y el riego que lleva a la salinidad del suelo (impacto secundario) lo cual está ya afectando áreas productoras de cultivos del país como las regiones del Pacífico central y del noreste. 14 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 3. CLIMA Y ZONAS AGRO-ECOLÓGICAS Clima A escala continental, las tormentas tropicales durante el verano y el otoño (Figura 6) y los frentes polares fríos en invierno y en primavera (Figura 7) son los principales factores que influyen sobre el clima de México. Sin embargo, el relieve tiene un papel mayor en la generación de la diversidad climática del país: hay dos cadenas montañosas principales, Sierra Madre Oriental y Sierra Madre Occidental que corren norte-sur a lo largo de ambas costas y se encuentran en el Nudo Mixteco en el sur del país, cerca del istmo de Tehuantepec. Hay una meseta entre ambas cadenas montañosas, divididas en una meseta norte y una central, estando la primera a menor altitud que la última; a lo largo del medio del país, de oeste a este, hay una cadena montañosa distinta llamada la Franja Volcánica. Por lo tanto, México tiene climas desde Figura 6. Una tormenta tropical por tocar tierra en la cálidos con temperaturas medias anuales península de Yucatán iguales o mayores a 26 ºC, hasta fríos, con temperaturas menores a 10 ºC. Sin embargo, las temperaturas oscilan desde 10 ºC a 26 ºC en 93% del territorio. Los climas cálidos húmedo y sub-húmedos cubren el 23%, templados húmedos a sub-húmedos cubren el 21% mientras que los secos y muy secos cubren el 49% (Figura 8). Debido a su ubicación geográfica, el clima de México es tropical, con altas temperaturas (casi siempre encima de una media anual de 18 ºC), que varían de acuerdo con la altitud. Aunque por debajo de 1 000 m las zonas al norte del país caen dentro de la isoterma anual de Figura 7. Un frente frío polar cruzando América del Norte 20 ºC, la amplitud térmica está por encima de 10 ºC alcanzando a veces 20 ºC. Por el contrario, debajo de 20º N, la amplitud térmica es menor (frecuentemente por debajo de 5 ºC) y aumenta solo hacia tierra adentro a altas altitudes, no alcanzando nunca los 10 ºC. Las lluvias varían en gran medida entre las diferentes regiones; hay una región húmeda, hacia el este y sur donde la lluvia anual puede estar por encima de 800 mm, y una región seca que se extiende hacia el oeste, centro y norte. La estación lluviosa es monzónica, en verano, y las Figura 8. Temperatura media anual en México Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 15 lluvias son convectivas. Desde que el país está localizado en la zona de vientos del este, hay una lluvia máxima regional, pero condicionada en gran medida por el relieve, desde que las cadenas montañosas aíslan a las mesetas central y norte de los vientos húmedos que provienen del mar (Figura 9). Otro elemento diferenciador es la altitud, la cual determina la división en áreas cálidas, templadas y frías. Las áreas cálidas van desde el nivel del mar hasta 800 msnm, adonde se pueden plantar caña de azúcar, cacao y arroz; las áreas Figura 9. Precipitación media anual (mm) en México templadas van desde 800 a 1 700 msnm, pudiéndose plantar café y citrus, aunque por encima de 1 500 m hay un riesgo de heladas; las tierras frías comienzan desde 1 700 msnm con tres diferentes niveles: hasta 3 250 msnm donde es posible cultivar trigo, papas y frutas templadas; hasta 4 000 msnm con una franja de coníferas y praderas y por encima de 4 000 msnm donde hay nieve permanente. La ubicación de México dentro de la zona intertropical de circulación atmosférica afecta el clima significativamente, desde que es afectado por los vientos del este y el frente intertropical, por un lado, y el Figura 10. Principales tipos climáticos anticiclón tropical del hemisferio norte, por otro. En verano, el anticiclón cambia hacia el norte y solo cubre la península de Baja California, la única región seca en esa estación. Por el contrario, el frente intertropical, cálido y con abundante lluvia convectiva, cubre la parte sur del país, mientras que los vientos del este golpean la costa del golfo de México, penetrando tierra adentro hacia el centro de la meseta, donde coliden con la masa de aire tropical del océano Pacífico, creando el así llamado «frente mejicano», el cual se alinea así mismo a lo largo de ambas cadenas montañosas. Este fenómeno resulta, la mayor de los años, en un verano cálido y húmedo en todo el país. En invierno, el anticiclón tropical invade México cubriendo la meseta central y la costa oeste, excepto el norte de California, mientras que los vientos del este afectan solo la parte media de la costa este. Entonces, el tiempo seco domina sobre todo el país, sin una gran reducción de temperatura, salvo en las mayores alturas; solo la parte más oriental del país recibe algunas lluvias, aunque de diferente origen. De acuerdo con lo anterior, en México hay cuatro climas principales (Figura 10): cálido, seco o de tipo desértico, templado y frío, con variaciones dentro de cada uno de ellos. La Figura 10 presenta las áreas cubiertas por los tres tipos principales ya que el tipo frío representa solo alrededor de 7% del área del país y es de poca importancia para la producción animal sobre praderas. Los climas cálidos muestran temperaturas medias anuales altas (18 ºC a 21 ºC para el mes más frío) y lluvias por encima de 750 mm/año, ocurriendo en tierras planas debajo de 1 000 msnm y al sur del trópico de Cáncer. Hay tres sub-tipos principales: • Húmedo con lluvia todo el año, altas temperaturas, precipitaciones bien distribuidas; ubicado en la parte inferior del golfo de México en el sur del estado de Veracruz y en los estados de Tabasco y Campeche. • Húmedo con lluvias monzónicas en verano. La temperatura es alta y uniforme, pero ligeramente inferior (20 ºC) y menos lluvia (1 500 mm a 2 000 mm). Está ubicado en la pendiente sureste de 16 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje la Sierra Madre Oriental hasta 1 000 msnm, en el istmo de Tehuantepec, y también en la costa del Pacífico del estado de Oaxaca, y en la parte sur de los estados de Campeche y Quintana Roo. • Sub-húmedo con lluvias monzónicas en verano. La temperatura anual está por debajo de los 18 ºC, pero con una mayor amplitud térmica (5 ºC–10 ºC); hay una estación seca de cuatro a seis meses en invierno, y otra, muy húmeda en verano con precipitaciones variando entre 750 mm a 1 500 mm por año. Cubre principalmente el golfo de México, al norte de los sub-tipos anteriores hasta el puerto de Tampico y en la costa del Pacífico desde los estados de Oaxaca hasta Sinaloa, en la depresión del río Balsas, y en la península de Yucatán, excepto en la punta noreste. Los tipos secos o desérticos reciben menos de 750 mm de lluvia por año. Presentan dos sub-tipos: • La estepa o desierto cálido aparece por encima de 500 msnm y al norte del paralelo 20º N. Se extiende a través de las planicies del norte, excepto en la región central donde penetra en forma de punta de lanza por la cuenca de San Luis Potosí hacia el sur hasta la meseta de Tehuacán, Puebla; también está presente en las colinas interiores del estado de Sonora y al norte del estado de Sinaloa al pie de la Sierra Madre Occidental y en la punta sur de la península de Baja California. La temperatura anual es superior a 18 ºC, pero la amplitud térmica está por encima de 10 ºC; la precipitación está por debajo de 750 mm anuales, especialmente en verano, lo que lleva a una alta evapotranspiración que frecuentemente excede la precipitación. • Desierto o Sahara. Se encuentra en las altitudes más bajas de las planicies del norte (desiertos de Mapimí y Chihuahua) donde está rodeado por el sub-tipo de estepa. También se encuentra a lo largo del golfo de California, en las altiplanicies costeras del estado de Sonora y en la parte central de la península de Baja California. Se parece al sub-tipo de estepa, pero su oscilación térmica es mayor y es más seco con precipitaciones menores a 400 mm anuales, las que caen principalmente en verano. La precipitación llega a menos de 300 mm/año en Sonora y Baja California, pero su distribución es ligeramente mejor y el pico de lluvia ocurre en invierno. Los climas templados son básicamente de tierras altas. La temperatura media anual está por encima de 10 ºC, la mínima media está por encima de cero para el mes más frío y las temperaturas en julio superan los 18 ºC. Las diferencias en cantidad y distribución de lluvia genera varios sub-tipos: • Mediterráneo. Cubre una parte muy pequeña del país. Es una mera continuación del sub-tipo californiano y está presente solo en la punta noreste de la península, la única parte de México donde la precipitación ocurre en invierno (300 a 500 mm/año). • En el estado de Tamaulipas y en algunas regiones de los estados de Nuevo León y Coahuila hay un clima cálido-templado con lluvias escasas (400 a 800 mm/año), bien distribuidas, con un pico en verano. • El clima semi-cálido o sub-tropical de tierras altas es el más importante y extendido. Aparece desde 1 000 a 2 400 msnm y cubre la cuenca del valle de la Ciudad de México, la meseta del río Lerma, la pendiente suroeste de ambas Sierra Madre y las montañas del sur de México. Muestra algunas características de un clima cálido, húmedo con precipitaciones por encima de 600, y a veces por encima de 1 000 mm anuales. • Los climas de montaña comienzan a los 2 400 m aunque es un sub-tipo que puede estar presente a menores altitudes, con temperaturas invernales bajas (algunas medias mensuales debajo de cero), una media anual de 10 ºC y abundantes precipitaciones a lo largo del año (1 500 mm). Se encuentra mayormente en las regiones altas de la Sierra Madre Occidental. El clima polar comienza a partir de 3 500 m y tiene dos sub-tipos principales: • La tundra alcanza 4 500 msnm con una temperatura media del mes más cálido siempre por debajo de 10 ºC. Se encuentra mayormente en las montañas de la franja volcánica. • El glaciar o hielo permanente siempre tiene temperaturas bajo cero y solo aparece en las montañas volcánicas más altas de México: Pico de Orizaba, Popocatépetl y Iztaccíhuatl. La variabilidad en las condiciones climáticas ha moldeado el tipo de sistema de producción ganadera desarrollado en las diferentes regiones del país. Entonces, es posible encontrar producción lechera en las tierras altas basada en vacas Holstein pastoreando especies templadas introducidas con poco uso de suplementación, y tambos intensivos basados en ganado similar en confinamiento y recibiendo raciones mezcladas totales (RMT) mayormente producidas enteramente fuera de la finca, y también tambos tropicales con vacas cruza pastoreando pastos tropicales (nativos e introducidos). Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 17 Zonas agro-ecológicas y sus principales emprendimientos agropecuarios México es una tierra de grandes contrastes en términos de clima, vegetación, culturas y desarrollo económico. Esto hace que la definición de las regiones agro-ecológicas sea una tarea engorrosa, y no exista un resumen actualizado de las regiones agro-ecológicas a nivel nacional (incluyendo los principales cambios en los últimos años). La FAO y el Ministerio de Agricultura de México (SAGARPA) en una descripción extremadamente concisa de las regiones, usaron dos diferentes criterios para la definición de las regiones (FAO-SAGARPA, 2001). Un criterio, basado principalmente en características de clima, fue usado para definir cuatro regiones ecológicas para producción animal: tropical húmedo, tropical seco, templado y árido-semiárido. El segundo criterio, basado en grupos de estados fue usado para la evaluación de un programa gubernamental y dividía a México en tres regiones: Norte, Centro y Sur. Estas definiciones reflejan los dos enfoques predominantes usados en México para la definición de regiones, los cuales son respectivamente impulsados por las publicaciones de De Alba (1976) y Arroyo (1990). A continuación, el enfoque de FAO-SAGARPA (2001) será usado para una descripción más amplia de la regiones y para una actualización de su evolución. De Alba (1976) identificó cinco regiones agro-ecológicas principales estableciendo un nexo entre climas, producción forrajera y sistemas de producción animal: i) Árida y semi-árida, ii) Templada, iii) Montañosa, iv) Tropical húmeda y v) Tropical seca, ocupando 40, 10, 25, 13 y 12% del área, respectivamente (Figura 2). Arroyo (1990) basó la identificación de ocho regiones agropecuarias (Figura 1) en las principales regiones socio-económicas identificados por Bassols (1990): 1) Noroeste (NO), 2) Norte (N), 3) Noreste (NE), 4) Centro oeste (CO), 5) Centro sur (CS), 6) Pacífico sur (PS), 7) Golfo (G) y 8) Península (P). Hay cierto grado de correspondencia entre las regiones identificadas por De Alba (1976) y Arroyo (1990) como se muestra en las Figuras 1 y 2 y en el Cuadro 2. El norte de México es predominantemente árido y semi-árido (un 20% de su área cae dentro de la región montañosa de De Alba), el centro de México es predominantemente templado y los climas tropicales prevalecen en la mayoría del sur de México. Considerando el desarrollo de la agricultura Arroyo (1990) agrupó las regiones en tres grupos, los cuales coinciden con los grupos de estados definidos por FAO-SAGARPA (2001): i) Norte de México (NO, N y NE) caracterizado por alta disponibilidad de recursos (tierra regada, infraestructura), adopción intensiva de tecnología moderna alta en insumos, alta proporción de propiedad privada de la tierra y homogéneo en el grado de desarrollo; ii) Centro de México (CO y CS), muy importante en términos de producción pero heterogéneo en el grado de desarrollo y iii) Sur de México (PS, G y P), donde la agricultura es mayormente practicada por campesinos nativos de escasos recursos con baja adopción de tecnologías altas en insumos. Considerando los datos de el Cuadro 3, la región NO aparece como la más desarrollada que el resto del país en términos de por- Cuadro 3. Datos sobre regiones agropecuarias de México REGIÓN centaje de agricultura NE N NE CO CS PS G P irrigada, valor de los Área total 103 km² 414,4 593,3 144,4 250,8 86,7 238,5 97,5 141,5 productos agropecuarTemplada (%) 12 27 12 32 52 43 9 0 ios por unidad de tier- Árida y semi-árida (%) 73 68 74 39 25 2 0 0 ra agropecuaria y altos Tropical húmeda (%) 1 0 0 3 7 26 78 62 rendimientos de maíz. Tropical seca (%) 14 5 14 26 16 29 13 38 2 472 3 200 1 827 4 540 2 832 3 360 1 690 1 014 La región P está en Agricultura (103 ha) 70 25 26 28 18 8 5 5 el otro extremo de la Agricultura irrigada (%)* Rendimiento promedio de maíz escala de desarrollo. (tonnes/ha)* 4,8 1,6 2,2 2,5 2,4 1,8 1,8 1,0 La relación entre el Valor de los productos agrícolas 3 044 1 466 688 3 059 2 057 2 143 1 439 185 valor de los productos (millones $EE.UU/año)* en valor de los de cultivo y animal en Incremento productos agrícolas (%) ** 12,4 -7,5 -8,4 4,2 -7,5 0,6 16,0 21,8 los últimos años (cal- Valor de los productos animales 1 273 1 561 445 3 736 1 688 838 1 168 477 culada a partir de los (millones $EE.UU/año)* Incremento en valor de los datos de el Cuadro 3) productos animales (%)** 15,8 35,8 35,9 24,5 24,4 17,7 7,2 21,7 describen la evolución * Promedio 1990-2002, calculado a partir de datos reportados por SIAP (2004) regional de la relación ** Cambio entre promedios de los períodos 1990-1996 y 1997-2002. 18 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje entre la producción agrícola y Cuadro 4. Producción animal en diferentes regiones agropecuarias. la producción animal. El énfa- Promedios para el período 1990-2002, calculados a partir de datos proporcionados por SIAP (2004) sis en NO y PS radica en culREGIÓN tivos, en NE, CS y G hay una NO N NE CO CS PS G P ligera predominancia de los Leche vacuna (millones de litros) 464 2 073 57 2 926 1 192 467 711 34 cultivos, mientras que en N y Carne vacuna (millones de kg)* 193 198 89 302 94 157 248 53 2 3 1 6 13 3 3 1 CO hay una ligera predominan- Carne ovina (million kg)* 3 8 2 11 6 7 0 0 cia de la producción animal y Carne caprina (millones de kg)* Leche caprina (millones de litros) 4 76 6 42 3 3 1 0 P está claramente dedicada a la Cerdo (millones de kg)* 181 25 25 359 130 70 58 72 producción animal. Sin embar- Carne de ave (millones de kg)* 75 150 67 501 277 60 155 86 go, si se mantiene la tendencia Huevos (millones de kg) 191 117 82 522 377 25 18 74 de los cambios de la década * peso de carcasa pasada durante los próximos años solamente NO, PS y G permanecerían como claramente agrícolas y en el resto de las regiones la producción animal debería ser la actividad predominante. La producción de rumiantes prevalece en N, NE, PS y G, mientras que en NO y P la producción porcina es la más importante y en CO y CS predomina la producción avícola (Cuadro 4). Dentro de los productos de rumiantes, la producción de leche y carne vacuna representó (en el promedio 1990–2002) más del 95% del valor de los productos de rumiantes. La descripción siguiente considera las regiones agro-ecológicas ilustradas en la Figura 2 y una actualización de datos estadísticos (SIAP, 2002) basada en las regiones agropecuarias descriptas en la Figura 1. La producción láctea creció más rápidamente que la producción de carne y el incremento en los productos de rumiantes estuvo relacionado al incremento en el área sembrada con forrajes distinta a las pasturas permanentes de secano (R² = 0.81). Por lo tanto, el análisis de los cambios en las diferentes regiones está basado en cambios de los productos de rumiantes predominantes (leche y carne vacuna) y cambios en el área de forrajes sembrados. Las áreas sembradas con pasturas permanentes de secano no fueron tenidas en cuenta debido a que los datos estadísticos del SIAP (2004) sobre esas áreas son algo incompletos, llevando a subestimaciones. Las descripciones de los cambios está basada en la comparación de los promedios de dos períodos: i)1990–1996 y ii)1997-2002. Norte de México Al norte de 21º 40’ N predomina la región árida y semi-árida descripta por De Alba (1976). De acuerdo con Jaramillo (1994a), los tipos de vegetación más importantes en esta región son: matorrales desérticos (65% del área), praderas nativas (26% del área) y bosques (4% del área). El área bajo pastoreo en las regiones NO, N y NE que está en una proporción 7:1 respecto a la tierra agrícola (Arroyo, 1990) indica la importancia de la vegetación natural en el norte de México. Proporciones importantes de N y en menor medida de NO y NE yacen en la región montañosa descripta por De Alba (1976), localizadas en áreas con altitud superior a 1 000 msnm. La forestación es de primordial importancia en esta región; sin embargo, se llevan a cabo sistemas de producción vacuna y ovina de bajos insumos y baja productividad (Cantú, 1990). De acuerdo con De Alba (1976) y FIRA (1994), la cría vacuna extensiva es uno de las principales sistemas de producción animal en el norte de México, la mayoría de los terneros son exportados para ser engordados en «feedlots» de EEUU y el resto permanece en la región para ser terminados en «feedlots» (a veces con una fase previa de pastoreo intensivo sobre pasturas sembradas). Entre 1993 y 2003, las regiones N y NE más el estado de Sonora en NO abarcaban en promedio el 94% de los terneros exportados a EEUU; los terneros exportados representaban un 30% de la producción de carne vacuna de esos estados (SIAP, 2004). La lechería intensiva basada en forrajes sembrados es también un sistema importante en el norte de México (Améndola, 2002). En Chihuahua, Coahuila y Durango, la lechería intensiva desplazó a la carne vacuna como el principal sistema de producción animal y el incremento en valor de los productos de rumiantes fue el más alto en este grupo de estados (39%). El área sembrada con forrajes irrigados y de secano aumentó sensiblemente asociada sobre todo con sistemas lecheros intensivos (R²=0,80 entre la producción lechera y el área sembrada). En Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nuevo León y Zacatecas el énfasis está en la carne vacuna, la cual está basada en praderas naturales y forrajes anuales de secano y pasturas; Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 19 el crecimiento de la producción fue mucho más bajo (20%). Nayarit es un estado algo diferente debido a que es mayormente tropical (67%) y también tiene una alta proporción del área (33%) de clima templado en las montañas; los sistemas de producción de rumiantes están menos desarrollados en este estado y el área sembrada con forrajes es muy baja. Tamaulipas también presenta una situación diferente dentro del norte de México: tiene un área grande de agricultura altamente desarrollada y es el mayor productor de sorgo de México (51% del total); mucha de la producción animal tiene lugar en su área tropical (26% del área total) pareciéndose sus sistemas de producción a los del sur de México con un incremento muy bajo del valor de los productos de rumiantes (5%). Sin embargo, la producción de carne vacuna sobre pasturas sembradas se está convirtiendo en un sistema importante en este estado. Centro de México La región templada descripta por De Alba (1976) prevalece en el centro de México ocupando áreas parciales de 10 estados (Figura 2). Está entre 19º y 22º N y 98º y 104º W con altitudes entre 1 500 y 2 000 msnm. El clima es templado sub-húmedo con lluvias estivales y una precipitación anual oscilando entre 400 y 900 mm. Debido a la alta densidad demográfica y a la mezcla de culturas, en esta región se encuentran varios muchos sistemas de producción. La agricultura tradicional, con maíz y frijol como cultivos principales, ha sido siempre importante. En algunas áreas la agricultura comercial también ha sido importante, con el sorgo compartiendo un área en aumento. La cercanía de la Ciudad de México fomenta la producción intensiva de hortalizas, frutas y flores. La lechería intensiva basada en alfalfa y maíz forrajero es el principal sistema; además, sistemas lecheros familiares también tienen un papel importante (Améndola, 2002). La cría vacuna extensiva es importante en CO y es practicada en zonas subdesarrolladas de CS en fincas muy pequeñas (Castelán et al., 1997). En las últimas dos décadas esta región produjo el 27% de la carne vacuna nacional; los «feedlots» donde son terminados los terneros tienen una función importante al respecto (FIRA, 1994). La producción ovina es importante en esta región, con una clara distinción entre las fases de cría y terminado (De Lucas et al., 1993). Concurrentemente con los datos del Cuadro 3, De Alba (1976) establece que los granos producidos en El Bajío son parcialmente usados en esta región como alimentos para cerdos y aves. El maíz, el cultivo tradicional del centro de México, está siendo reemplazado por cultivos orientados a la alimentación animal; comparando promedios de 1990–1996 y 1997–2002 el área sembrada con maíz granífero se redujo en 146 000 ha, mientras que aquellas sembradas con forrajes y sorgo granífero se incrementaron en 124 000 y 98 000 ha, respectivamente. La producción vacuna en el centro de México está más claramente orientada a la producción láctea que en el norte de México (10,4 y 5,4 kg de leche por kg de carne, respectivamente). Como en el norte de México, las diferencias en el desarrollo de la producción de rumiantes dentro de esta región han estado estrechamente ligadas al énfasis en la carne vacuna o en la lechería intensiva. Jalisco lidera la producción animal en México y su evolución ha sido similar a aquella de los otros tres estados de la región: Guanajuato, Querétaro y Michoacán. Comparado con el resto de la región, la producción vacuna de este grupo de estados está ligeramente más orientada hacia la carne vacuna pero la tasa de aumento de la lechería (particularmente en una región lechera muy importante de Altos de Jalisco) fue casi el doble que la de la producción cárnica. La evolución de Aguascalientes, con una región importante de lechería intensiva se parece a la del norte de Durango, Coahuila y Chihuahua. En Hidalgo, Puebla y Tlaxcala la lechería es más importante que la carne (77% mayor valor de los productos), pero la producción de carne aumentó a tasas más altas que la lechería. La reducción de la producción de rumiantes en San Luis Potosí ha sido crítica en los últimos años (21% de reducción en el valor de los productos de rumiantes). La situación de Morelos es diferente a la del resto de esta región debido a que 73% de su territorio tiene clima tropical, por lo tanto sus sistemas de producción, con poca lechería y solo un 5,6% de incremento en la producción de carne vacuna, similar a los del sur de México. En Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Michoacán, la producción láctea anual ha estado más estrechamente relacionada al área sembrada de forrajes de secano, mientras que en Hidalgo, México, Puebla y Tlaxcala ha estado más estrechamente relacionada al área sembrada con forrajes irrigados. Estas diferencias y las diferencias en los coeficientes de regresión (kg leche/ha de forrajes sembrados) sugiere que las estrategias de uso de forrajes para la producción láctea varían substancialmente entre estados de esta región. 20 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje Sur de México Más del 25% del sur de México corresponde a las regiones tropicales seca y húmeda descriptas por De Alba (1976). La región tropical húmeda (Figura 2) ocupa partes de Hidalgo, San Luis Potosí y el norte de Veracruz (la Huasteca Húmeda), el sur de Veracruz, el noreste de Chiapas, los estados de Tabasco, Campeche, y Quintana Roo y áreas relativamente pequeñas a lo largo de la costa del Océano Pacífico. Esta región se caracterizaba por la presencia de bosques perennes originalmente sobre el 80% del área. En algunas partes el bosque nativo ha sido reemplazado por praderas instaladas con especies introducidas y en algunas otras partes ha sido reemplazado por praderas cortas de especies nativas (localmente conocidas como «gramas»). La región tropical seca está compuesta por diferentes áreas en 15 estados a lo largo de las costas del golfo de México y del Océano Pacífico. Diferentes tipos de bosque caduco son la vegetación característica de esta región (originalmente en 90% del área). Los principales sistemas de producción animal en el trópico húmedo son de doble propósito dirigidos a producir leche y terneros (Améndola, 2002) y a la terminación en pasturas sembradas de los terneros provenientes de la región tropical seca (De Alba, 1976); en la década pasada los sistemas de producción ovina basados en ovinos para lana (mayormente Pellibuey) han venido ganando importancia (Olazarán y Rojas, 2001). En los trópicos secos los sistemas vacunos están basados en el pastoreo de la vegetación nativa (producción de terneros que son terminados en los trópicos húmedos), o sobre pasturas sembradas (sistema de doble propósito). Áreas de Veracruz, Puebla y Chiapas con precipitaciones anuales por encima de 1 000 mm se caracterizan por bosques caducos con Liquidambar styraciflua como la especie principal; en algunas partes de esta áreas el bosque ha sido reemplazado por pasturas de pasto Kikuyu (Pennisetum clandestinum) sobre las cuales se basan los sistemas lecheros y ovinos. Estos sistemas son más intensivos y productivos que los sistemas de rumiantes en otras partes de la región montañosa (De Alba, 1976). Contrastando con el resto del país, en el sur de México el área sembrada con maíz granífero se incrementó en 16% en el período considerado. La producción vacuna en el sur de México está más claramente dirigida hacia la carne que en el resto del país (2,6 kg de leche por kg de carne), y no han tenido lugar cambios en los últimos años. Los sistemas de producción animal en el sur de México no han sido muy dinámicos en los últimos años con solo 10 y 7% de crecimiento en la producción láctea y cárnica, respectivamente. Aunque los forrajes irrigados no son aún importantes en el sur de México, su área se incrementó 24%, revelando una tendencia hacia la intensificación en los sistemas de producción de rumiantes. Dentro de la región PS la producción vacuna en Chiapas y Guerrero ha sido más dinámica que en Oaxaca y Colima. En la región del Golfo, la producción animal en Veracruz (un productor muy importante) ha venido creciendo constantemente mientras que en Tabasco se ha estancado. En la región P, Campeche y Quintana Roo los cambios han sido más dinámicos que en Yucatán. 4. SISTEMAS DE PRODUCCIÓN DE GANADO RUMIANTE La descripción de los sistemas de producción animal en regiones templadas y áridas o semi-áridas se enfoca hacia sistemas vacunos dado que son los más importantes, representando más del 95% del valor de los productos de rumiantes. Sistemas lecheros en la meseta y norte de México La lechería en la meseta y norte de México tiene lugar bajo climas que varían entre sub-húmedo y templado húmedo a semi-árido y árido. Tres sistemas lecheros característicos predominan en estas condiciones: el sistema especializado, el sistema semi-especializado y el sistema familiar. Los principales parámetros de esos sistemas se resumen en el Cuadro 5. Los sistemas de producción lecheros en EEUU son paradigmáticos para el sistema lechero especializado; las vacas (principalmente Holstein) son de buen valor genético relativamente y la productividad es relativamente alta. Los animales no pastorean y la nutrición está basada en concentrados y en corte y acarreo de forraje. La producción de forraje y el manejo animal están altamente mecanizados. Los hacendados están bien organizados y altamente integrados. De acuerdo con CEA (2000) el sistema Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 21 Cuadro 5. Sistemas lecheros en la meseta y en el norte Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Tamaulipas Proporción de la producción nacional de leche (%) Atributo Productividad (kg/vaca/lactancia) Tamaño (vacas/finca) Integración1 Forraje propio 2 Inversión ($EE.UU/vaca) Rentabilidad ($EE.UU/litro) Rentabilidad ($EE.UU/vaca/año) Precio pagado ($/litro) Costos ($/litro) Mano de obra (días-hombre/ vaca/año) Asistencia técnica3 REGIÓN Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas 24 Cuidad de México, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz 40 27 Especializado 7 725 601 54 32 3 197 0,009 70 0,24 0,23 No informado Familiar 3 788 22 7 854 4 498 0,045 172 0,24 0,20 38,4 Semi-especializado 4 395 60 9 18 3 755 0,032 140 0,25 0,22 27,9 Especializado 6 522 246 38 66 4 009 0,036 237 0,24 0,20 17,6 Familiar 3 989 16 19 52 5 6195 0,042 165 0,23 0,18 60 Especializado 6 142 187 18 18 3 895 0,041 204 0,24 0,20 12 No informado 14 41 83 5 71 Porcentaje de las fincas pertenecientes a una organización de hacendados o empresa láctea, por ejemplo, organizados para vender productos o comprar insumos y servicios 2 Porcentaje de las fincas produciendo (la mayoría) del forraje consumido 3 Porcentaje de las fincas recibiendo algún tipo de asistencia técnica 4 Mezcla de hacendados produciendo granos y sub-productos usados en la alimentación vacuna 5 El valor de la tierra (en la vecindad de las grandes ciudades) explica una gran proporción de las inversiones Adaptado de Sánchez et al. (1997) 1 se encuentra en seis regiones («cuencas») principales: i) La Laguna (Coahuila y Durango), ii) Bajío (Guanajuato, Michoacán, Querétaro y parte de Jalisco), iii) Altos de Jalisco-Zacatecas-Aguascalientes, iv) Chihuahua, v) Puebla-Tlaxcala y vi) México-Hidalgo. Descripciones disponibles del sistema en La Laguna, Altos de Jalisco-Zacatecas-Aguascalientes y México-Hidalgo muestran algunas diferencias regionales importantes. Améndola (2002) informa que las explotaciones lecheras en La Laguna son las más grandes de México y que su tamaño aún sigue aumentando; la productividad en La Laguna es la más alta de México y tiene la tasa de aumento más alta. La producción está distribuida homogéneamente a lo largo del año, lo cual se adecúa a los requerimientos de la compañía (LALA), porque los ingresos descansan mayormente sobre las ventas de leche pasteurizada. La alimentación está basada en corte y acarreo, silo, heno y concentrados. Los principales cultivos forrajeros son alfalfa, maíz, sorgo forrajero, avena y raigrás anual (Jiménez, 1989). Sánchez et al. (1997) concluyeron que la producción de forraje era una de las principales diferencias entre fincas con la rentabilidad más alta y las fincas promedio; la producción de forraje (en lugar de la compra) representa una considerable reducción en los costos de producción. En la década de 1990 la cantidad de concentrados suministrados a los vacunos se incrementó agudamente, alcanzando 0,65 kg de concentrado por litro de leche. Como en muchas regiones de México, la lechería de La Laguna está amenazada por el agotamiento del agua subterránea usada para riego; entre 1972 y 1986, los niveles de agua del suelo cayeron en promedio un 1,76 m año (LALA, 1995). La sustentabilidad del aumento de la producción de La Laguna, aumentando el número de vacunos así como mejorando la productividad, podría además ser cuestionada dado que depende de la importación de reemplazos e ingredientes para concentrados. Los estados de México e Hidalgo han sido siempre regiones lecheras importantes debido a la alta demanda de la Ciudad de México. De acuerdo con Améndola (2002), y coincidiendo con datos del Cuadro 5, las fincas son más pequeñas en La Laguna, en promedio oscilando entre 150 a 450 vacas por finca. Las dietas promedio parecen ser más bajas en concentrado y heno de alfalfa, pero más altas en maíz para ensilar y alfalfa fresca que las dietas de La Laguna. En un estudio de establecimientos lecheros del centro de México, Cienfuegos et al. (2001) encontraron que alfalfa, maíz para ensilar y avena fueron usados por 84, 72 y 45% de los establecimientos respectivamente; menos importante fueron el sorgo forrajero y el raigrás usado por 9% de los hacendados, mientras que el uso de trigo, trébol y cebada 22 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje fue solo marginal. Los hacendados de estos estados cuentan más con forrajes comprados que los hacendados de La Laguna. Los niveles de organización e integración son claramente inferiores a los de La Laguna. La dependencia del trabajo familiar es una característica distintiva de los sistemas lecheros semi-especializados y familiares (Muñoz et al., 1995). Sin embargo, hay una transición entre las fincas muy pequeñas que cuentan exclusivamente con el trabajo familiar y las fincas grandes del sistema especializado donde toda la mano de obra es contratada. Considerando las fincas Instalaciones rudimentarias en una finca del sistema clasificadas como semi-especializadas lechero familiar en el centro de México y familiares, la proporción del trabajo familiar disminuye con el aumento en el tamaño de la finca. Coincidiendo con los datos del Cuadro 5, Améndola (2002) establece que en las fincas con más de 20 vacas por finca, el trabajo familiar empieza a perder importancia en los estados de México y Michoacán, mientras que en Altos de Jalisco esa cifra es más alta. Améndola (2002) resumió algunas de las diferencias entre los hacendados de los sistemas semi-especializado y familiar. Los pequeños establecimientos La alimentación de las vacas en el sistema lechero lecheros familiares no consideran a la especializado está principalmente basada en maíz silero, producción láctea como la principal alfalfa fresca, avena y concentrados fuente de ingresos. En muchos casos de establecimientos pequeños, la agricultura arable parece estar altamente integrada con la producción láctea, mientras que los hacendados más grandes dedican toda la tierra agrícola a producir forrajes. El auto-consumo parece ser un objetivo importante de la producción láctea de las fincas muy pequeñas, pero no es el caso en las fincas más grandes. En las fincas muy pequeñas del sistema familiar las construcciones son extremadamente rudimentarias y están generalmente en el corral, el ordeñe es a mano y las Vacas del sistema de doble-propósito en los trópicos estrategias de alimentación podrían secos durante la estación lluviosa variar aún entre comunidades de una misma región, incluyendo el pastoreo de restos de cultivos y de las banquinas de las rutas, utilización de sub-productos locales, compra de concentrados, pasturas y cultivos forrajeros. Por otro lado, en fincas más grandes del sistema lechero semi-especializado, los animales son confinados al menos parte del año, las construcciones pueden incluir corrales, establos, salas de ordeñe y depósitos y algunos hacendados Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 23 tienen un vehículo y una cosechadora de forraje; las máquinas ordeñadoras han sido ya incorporadas en este tipo de finca. La productividad en la mayoría de las fincas del sistema lechero familiar es menor a 4 000 kg/vaca/lactancia, mientras que en la mayoría de las fincas con más de 20 vacas esta es mayor. Se informa que en ambos sistemas hay una producción menor en el invierno seco de la meseta. Los costos de producción en los sistemas lecheros de la meseta y el norte son altos. Améndola (2002) revisó informes sobre costos de producción y concluyó que no había diferencias importantes entre sistemas en términos de costos de alimentación, el cual promediaba $EE.UU. 0,20 por litro representando 57% de los costos totales. Esos costos de alimentación explicaban un 92% del precio mundial teórico promedio durante la década de 1990, de modo que la competitividad de los productores lácteos mejicanos es débil. Esto ha conducido a la investigación orientada al diseño de sistemas de producción láctea bajo pastoreo para las regiones templadas y áridas o semiáridas, para reducir los costos de alimentación. En la década de 1990, FIRA promovió paquetes tecnológicos para convertir fincas de los sistemas lecheros semi-especializados basados en confinamiento permanente y alimentación a corral en sistemas basados en pastoreo. Estos paquetes estaban basados en la investigación llevada a cabo por INIA-INIFAP (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria), la Universidad de Chapingo y FIRA en estaciones bajo riego en climas sub-húmedos a templados semi-áridos. Simultáneamente, INIFAP trabajó en el mejoramiento del sistema usado por pequeños hacendados en climas templados húmedos y la Universidad del Estado de México hizo lo mismo en áreas de clima templado sub-húmedo. Una diversidad de pasturas fueron usadas, incluyendo alfalfa (Medicago sativa), trébol blanco (Trifolium repens), raigrás perenne (Lolium perenne), pasto ovillo (Dactylis glomerata), avena (Avena spp.), pasto Kikuyu (Pennisetum clandestinum) y pasturas nativas. Descriptores esenciales de los sistemas de pastoreo tales como dotación, productividad, uso de concentrados y fertilización nitrogenada muestran una variabilidad extremadamente alta. Aunque los bajos costos de producción son una característica común de todos los informes, la disimilitud de criterios resulta en grandes diferencias en la estimación de los costos. El bajo crecimiento durante el invierno -en algunas situaciones agravado por la falta de persistencia- parece ser un problema común (Améndola, 2002). Sistema de doble propósito tropical Este sistema que apunta a producir leche y terneros destetados simultáneamente, predomina en los trópicos húmedos y sub-húmedos; un estudio a comienzos de la década de 1990 reveló que era practicado por 79% de los hacendados en los trópicos de Veracruz. Améndola (2002) resumió los atributos del sistema (Cuadro 5). Los hacendados mejicanos de productores de animales de doble-propósito son frecuente y relativamente pequeños hacendados; sin embargo el tamaño promedio de las fincas de doble-propósito en México es similar al tamaño promedio de las fincas doble-propósito de otras partes del mundo. Los sistemas de doble-propósito alrededor del mundo son biológica y económicamente ineficientes y la malnutrición es probablemente la principal causa de la baja productividad y del desempeño reproductivo insatisfactorio (McDowell, 1996). Los valores promedio de los parámetros productivos y reproductivos (Cuadro 6) indican que el sistema de doble-propósito mejicano es particularmente ineficiente. El sistema está basado en el pastoreo de pasturas nativas y sembradas. El porcentaje del área con pasturas Cuadro 6. Atributos de los sistemas de sembradas decrece hacia el sur desde 94% en San Luis doble-propósito mejicanos, promedios de Potosí a 60% en Tabasco. Cynodon plectostachyus y informes citados por Améndola (2002) Atributo Promedio C. nlemfuensis son las gramíneas más frecuentemente Tamaño (vacas/finca) 33 usadas. La baja disponibilidad en la estación seca es el Dotación (UA /ha) 1,14 principal factor que limita la producción lechera pero Días en lactancia 200 866 se hacen escasos progresos al respecto; solo un 30% de Kg/vaca/lactancia 565 los hacendados suministran alimentación suplementaria Intervalo de parición (días) 56 –sobre todo melaza- en la estación seca, y solo un 1% Parición (%) Destete (%) 50 de los hacendados cultiva forraje para el ganado durante Litros/ha/año 642 la estación seca. La fertilización es usada por solo el Kg peso vivo/ha/año 78 10% de los hacendados. Otras prácticas de manejo como Edad al destete (meses) 7,2 215 el control de malezas y cierto tipo de organización del Peso vivo al destete (kg) Ganancia diaria de peso vivo (gramos) 230 pastoreo (rotativo o por tipos de animales) han sido ya Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 24 adoptadas por la mayoría de los productores. De todas las prácticas de manejo, la adopción de innovaciones tecnológicas aumenta con el tamaño de finca. La mayoría del ganado son cruzamientos de cebú con Brown Swiss, pero la productividad de los cruzamientos de cebú por Holstein es más alta. La proporción de la leche en los ingresos está por encima de 50%, pero reaccionando a la fluctuación de precios, los hacendados pueden cambiar esa proporción aumentando o disminuyendo la proporción de vacas en ordeñe. Diferentes instituciones han promovido paquetes tecnológicos supuestamente para aumentar la productividad de los sistemas de doble-propósito tropicales. El pastoreo rotativo es el principal componente de estos paquetes, pero la adopción ha sido algo baja (Améndola, 2002). Mc Dowell (1996) dudaba de la adecuación de las innovaciones tecnológicas difundidas y establecía que hay pocos, si alguno, paradigmas tecnológicos razonables para las regiones tropicales de México. La baja calidad de los productos, la producción estacional y la falta de organización e integración de los hacendados parecen ser las principales limitantes de la competitividad de los hacendados de doble-propósito mejicanos. La mayoría de la leche es comercializada en el mercado informal como queso hecho por pequeños procesadores o como leche fluida cruda; el resto es recolectada por las industrias lácteas, principalmente Nestlé. Vacas del sistema de doble-propósito en los trópicos secos durante la estación lluviosa. Basado en datos estadísticos correspondientes a 1993, FIRA (1994) clasificó los sistemas de producción de carne vacuna de México (Cuadro 7) como claramente divididos en dos fases distintas: i) producción de terneros el cual es llamado el sistema vaca-ternero y ii) terminación de novillos en pasturas o «feedlots» (con una fase de transición de pre-terminado bajo pastoreo en pasturas sembradas como una característica usual). La producción extensiva de vaca-ternero es el principal sistema en el norte de México bajo condiciones áridas y semi-áridas. Los terneros son mayormente exportados a «feedlots» en Estados Unidos de América; entre 1993 y 2003, seis estados del norte (Chihuahua, Sonora, Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) que promedian el 74% de su área bajo clima árido y semi-árido, exportaron 910 000 cabezas por año a Estados Unidos de América, participando del 94% de las exportaciones nacionales de este tipo (SIAP, 2004). El sistema está basado mayormente en el pastoreo no controlado de la vegetación nativa. Con un corto período (90 a 120 días) de aceptable disponibilidad de alimentos que permiten el crecimiento de la cría y razonables chances de que la vaca conciba durante la estación lluviosa, el sistema depende de la venta de todos los terneros machos antes del comienzo de la escasez de comida (De Alba, 1976). Villareal (1994) identifica tres períodos en este sistema: i) entre 1650 y 1990, pastoreo incontrolado de la vegetación nativa; ii) entre 1950 y 1990, mejoramiento genético del ganado vacuno mediante cruzamientos con razas europeas y cebuinas, adopción de ciertas formas de pastoreo rotativo y siembra de pasturas con especies exóticas y, iii) luego de 1990, adopción de ciertas formas de pastoreo rotativo más intensivo (corta duración-alta dotación). Para 1991 ya se habían sembrado unos 1,8 millones de ha con pasto «buffel» (Cenchrus ciliaris), incrementando la capacidad de carga del sistema en 2,8 veces en promedio (Saldívar, 1991). De acuerdo con FIRA (1986), con una capacidad de carga promedio de 18 ha UA-1, la defectuosa distribución de los lugares para abrevar conduce simultáneamente al sobre y sub-pastoreo; el valor genético de los vacunos es de mediano a bajo; los parámetros de producción y la organización de los hacendados son insatisfactorios; el porcentaje de parición oscila entre 55 y 65%, el peso vivo al destete oscila entre 160 y 170 kg y las utilidades por vaca son menores a $EE.UU. 120/año. La propensión del sistema a los accidentes climáticos como la Cuadro 7. Sistemas de producción de carne vacuna por región ecológica. Región Árida y semi-árida Templada Tropical seca Tropical húmeda Sistema de producción Vaca-ternero, pre-terminado bajo pastoreo de pasturas sembradas irrigadas, «feedlots» Exportación y mercado nacional Vaca-ternero, «feedlots» Vaca-ternero, creciendo bajo pastoreo Vaca-ternero, terminado bajo pastoreo de pasturas sembradas Mercado nacional Destino de los productos Proporción en 32,4 millones de cabezas Proporción en 1,28 millones de toneladas (FIRA, 1994) 28,1% Mercado nacional y Mercado nacional luego exportación de terminación en trópicos húmedos 21,3% 20,4% 30,2% 27,0% 17,0% 23,0% 33,0% Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 25 larga sequía entre 1991 y 1996 (Ramos et al., 2000) es una limitante importante que en la Figura 11 está claramente descripta en el 25% de reducción de las existencias del norte de México –excluyendo el parcialmente tropical Tamaulipas y Nayarit. La alimentación durante el período seco es un punto clave del sistema. El uso de alimentación suplementaria es rara entre los pequeños hacendados del centro de México (Ramos et al., 2000), pero para los grandes hacendados del norte es una práctica común que explica el 14% de los costos de producción (Ramírez et al., 2003). El uso de pequeñas áreas de pasturas irrigadas Figura 11. Existencias de vacunos en sistemas para complementar el campo natural durante de producción de carne en el norte de México el invierno seco ha probado dar resultados excluyendo los estados parcialmente tropicales de Tamaulipas y Nayarit biológicos y económicos apropiados (Sánchez (SIAP, 2004). et al., 2001; Ramírez et al., 2003). La terminación de novillos en «feedlots» ha ido ganando importancia debido a dos factores (Saucedo, 2003): i) un cambio en la preferencia del consumidor por carne de animales jóvenes terminados en «feedlots» que por aquellos terminados sobre pasturas (lo que es más usual en los trópicos húmedos) y, ii) los estrictos controles sanitarios de importación por parte de Estados Unidos de América que redujeron la exportación de terneros y ese excedente está siendo engordado en los «feedlots» mejicanos. De acuerdo con Saucedo (2003) esta actividad tiene lugar cerca de las áreas productoras de grano, ya que el grano (mayormente maíz amarillo y sorgo) es el insumo más importante. Los estados donde la terminación en «feedlots» ha crecido más rápido son Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Querétaro y Jalisco. Las empresas en el norte de México son más grandes (oscilando entre unas 300 a más de 4 000 cabezas terminadas por año) y usan tecnología más moderna que aquellas del centro de México. Las dietas están basadas en cereales, forrajes conservados, residuos de cultivos y sub-productos industriales, el uso de implantes de crecimiento es frecuente, las ganancias de peso vivo son de unos 1,2 kg/cabeza/día. El pastoreo de pasturas irrigadas (por ejemplo, Rodríguez et al., 2001) es usualmente practicado para llevar los terneros destetados a un peso cercano a los 300 kg de manera de reducir los costos del proceso de terminación; en esas condiciones las ganancias de peso vivo oscilan entre 0,65 y 0,85 kg/cabeza/día. Sistemas de producción de carne vacuna en los trópicos FIRA (1994) establece que las fincas del sistema vaca-ternero en los trópicos secos tienen un nivel tecnológico muy bajo, con vacunos de bajo potencial genético. La capacidad de carga de las pasturas sembradas está entre 0,3 y 1,0 UA/ha mientras que la de la vegetación nativa es tan baja como 0,08 UA ha-1, los novillos son vendidos entre los 12 y 18 meses pesando unos 180 kg. Un estudio citado por Ruiz (2004), revela que el tamaño promedio de las empresas es de 117 vacas, con una dotación de 0,36 vacas/ ha, un porcentaje de parición de 55% y una producción de carne de 65 kg/ha/año. Los animales son vendidos a intermediarios. Las empresas del sistema vaca-ternero en los trópicos húmedos poseen en promedio de 91 vacas con una dotación de 0,52 vacas/ha, el porcentaje de parición es de 57% y producen 157 kg/ha/año. Algunas empresas tienen áreas de pasturas sembradas y en esas empresas la capacidad de carga se incrementa ligeramente a más de 1,5 vacas/ha (FIRA, 1994). Los terneros son vendidos a empresas que los terminan dentro de la región o a intermediarios y las vacas de rechazo son usualmente vendidas para faena en los pueblos cercanos. La terminación de novillos en pasturas sembradas (Cynodon nlemfuensis, Panicum maximum, Brachiaria spp.) en los trópicos húmedos está perdiendo importancia desde que los consumidores prefieren animales terminados en «feedlots» (Ruiz, 2004). Debido al bajo valor nutritivo de los pastos tropicales y la baja ganancia de peso durante los «nortes» (entre noviembre y febrero), en algunas empresas los animales reciben alimentación suplementaria. Las ganancias diarias de peso vivo pueden 26 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje ser tan bajas como 0,4 kg por animal y el período de terminación puede durar entre 18 y 24 meses (FIRA, 1994), lo cual perjudica la calidad del producto. Los animales son vendidos a intermediarios; sin embargo, en Veracruz y Tabasco los productores están organizados para vender su producto. Sistemas de producción ovina Cuatro estados del centro de México (México, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala) contienen más del 43% de la producción nacional de ovinos. Los sistemas de producción ovina en el centro de México están estratificados en las fases de cría y terminación (Vargas et al., 2004). La cría tiene lugar bajo condiciones extensivas, por parte de pequeños hacendados y campesinos con pocos recursos. Las razas predominantes son «Criolla», Suffolk, Pellibuey (de reciente introducción) y cruzas de «Criolla» con Suffolk o Rambouillet. La alimentación está basada en el pastoreo (a veces parcialmente transhumante) de praderas nativas, banquinas de las rutas y residuos de cultivos y limitado uso de alimentación suplementaria con residuos de cultivos picados y grano de maíz durante la segunda mitad de la estación seca. El nivel nutritivo del rebaño es habitualmente muy bajo. Hay una muy baja adopción de nuevas tecnologías en aspectos de nutrición, reproducción, medidas sanitarias y genética. La reproducción está regulada por el fotoperíodo y la respuesta nutricional de las ovejas y consecuentemente las pariciones se agrupan entre enero y marzo cuando la disponibilidad de comida es baja, reduciendo las chances de sobrevivencia de los corderos (las tasas de mortalidad son tan altas como 25%). Los porcentajes de destete son bajos (por debajo de 70%), normalmente con un solo nacimiento por oveja por año. El principal producto de esa fase son los corderos de unos 20 kg de peso vivo. Algunos son llevados al peso de faena (35–40 kg) por los mismos hacendados, lo cual, debido a la mala nutrición, usualmente les lleva más de un año. Estos corderos no disponen de precios altos debido a que el mercado quiere corderos de ese peso pero de edad inferior a ocho meses y en cantidades regulares. La mayoría de los corderos producidos en la fase de cría es vendida a un peso vivo de unos 20 kg a hacendados comerciales de la fase de terminación de la cercana ciudad de México (el mercado más grande). Para la terminación, los corderos son mantenidos en «feedlots» y alimentados con dietas altas en cereales, a veces usando subproductos industriales como desperdicios de pan. Las ganancias de peso vivo son usualmente altas y los precios de venta son altos (unos $EE.UU. 2 por kg de peso vivo). La producción ovina está decreciendo en San Luis Potosí y Chiapas, dos estados que eran tradicionalmente muy importantes productores ovinos, y aumentando a tasas muy altas en Veracruz y Sinaloa. En Sinaloa el aumento fue debido a un importante programa gubernamental (importación de 80 000 ovinos de Australia). En Veracruz, como en otros estados de México tropical, la producción ovina basada en Pellibuey pastoreando pasturas sembradas se está expandiendo rápidamente. Producción caprina La mayoría de la producción caprina es llevada a cabo por la población rural de menores recursos, 73% de las unidades de producción poseyendo 84% de los caprinos son campesinos de los ejidos (Hernández, 2000). La producción de leche de cabra está concentrada (75%) en dos regiones: La Laguna en Coahuila, y Durango y Celaya en Guanajuato; la mayoría de la leche en esas regiones es adquirida por compañías para hacer queso y dulces. Hay algunas grandes empresas especializadas en leche de cabra, donde los animales de alto valor genético están estabulados y son alimentados con forrajes cortados y acarreados y con concentrados; los productos vendidos son leche y animales utilizados en otras empresas para mejoramiento genético. Sin embargo, un informe citado por IDRC (1999) revela que en La Laguna la mayoría de la producción láctea caprina tiene lugar bajo condiciones bastante rudimentarias: i) rebaños menores a 150 animales, ii) alimentación con residuos de cultivos de áreas irrigadas, iii) escasez de comida desde diciembre a mayo, iv) falta de canales de comercialización de carne para borregos y cabras de descarte y, v) baja proporción de unidades de producción que practican algunas medidas sanitarias. El resto de la producción caprina tiene lugar bajo condiciones muy extensivas. La mayoría de las cabras son mantenidas para el consumo doméstico de carne de animales adultos y ocasionalmente para el ordeñe (mayormente para uso doméstico). Los animales adultos son vendidos pero no sobre una base regular; en áreas secas el principal producto son los borregos destetados jóvenes (dos meses). De acuerdo con Hernández (2000) y UAS (2004) los principales atributos de este sistema predominante son: i) pequeños rebaños de menos de 50 animales, aunque se han observado rebaños de 1 200 cabezas; ii) Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 27 la alimentación está basada en el pastoreo y ramoneo de la vegetación nativa y de las banquinas de las rutas; iii) los animales son pastoreados durante el día (6 a 10 horas), generalmente siguiendo las rutas comunes y durante la noche son traídos de vuelta a refugios muy rudimentarios; iv) la alimentación suplementaria es rara y solo incluye residuos del cultivo de maíz y Agave spp. picado; v) los machos (3 a 10 por ciento del rebaño) están con las hembras todo el año; vi) sin destete artificial y altas tasas de mortalidad de borregos; vii) sin medidas sanitarias; viii) falta de canales específicos de comercialización, usualmente vendiendo a intermediarios a precios muy bajos; ix) casi sin asistencia técnica y acceso al crédito; x) porcentajes de destete variables entre 53 y 90 por ciento; xi) muy baja ganancia diaria de peso vivo, en promedio 0,05 kg animal-1 con pesos de adultos oscilando entre 35 y 45 kg; xii) primer encarnerada a una edad de 12 a 18 meses y, xiii) una producción de leche entre 100 y 140 kg en lactancias que oscilan entre 180 y 210 días. 5. EL RECURSO PASTORIL Principales zonas de vegetación Norte de México La vegetación de matorral prevalece en las áreas secas de norte de México. De acuerdo con Cavazos y Medina (1995), las especies características del desierto de Sonora son Cercidum floridum, Larrea tridentata, Prosopis spp., Olneya tesota, Fouqueria spp., Yucca spp., Bursera spp., con especies de tipo chaparral como Adenostoma spp., Arctostaphylos spp., Simmonddsia chinensis, Ambrosia dumosa y Encelia farinosa, grandes cactus como Cereus giganteus y el cardo, Pachycereus pringlei. Las especies características del desierto de Chihuahua son Larrea tridentata, Prosopis spp., Euphorbia antisyphillitica, Flourensia cernua, Parthenium incanum, Agave lechugilla, Dasylirion spp., Nolina spp., y Myrtillocactus spp., incluyendo especies de gramíneas de los géneros Bouteloua, Muhlenbergia, Sporobolus e Hilaria. La capacidad de carga del campo de matorral es extremadamente baja, las cifras más comunes son de cerca 40 ha por Unidad Animal (UA = una vaca adulta pesando 450 kg, en mantenimiento o gestación, con una ganancia diaria de peso vivo menor a 0,18 kg y mínimo ejercicio) variando entre 15 ha/UA en vegetación de Acacia spp. y Prosopis spp. en planicies y en condición excelente, y 70 ha/UA en sierras con suelos superficiales y en condición pobre. Las praderas nativas prevalecen en áreas de altas precipitaciones, en planicies y en serranías suaves sobre suelos relativamente profundos (Miranda y Hernández, 1985). Praderas dominadas por Bouteloua gracilis, típica de mejores condiciones de suelo y humedad, son muy importantes en Chihuahua y en menor medida en Coahuila y Durango (De Alba, 1976). En peores condiciones de suelo y humedad, las praderas están dominadas por Bouteloua hirsuta o B. curtipendula y, en condiciones de pH alto o salinidad, por Distichlis spicata, Sporobolus airoides e Hilaria mutica (Miranda y Hernández, 1985). La capacidad de carga de estas praderas oscila entre 7 ha/UA cuando están en condición excelente sobre planicies, tierras bajas y valles, y 30 ha/UA en condición pobre sobre las pendientes de las sierras (FIRA, 1986). Proporciones importantes del Norte y en menor medida de NO y NE se encuentran en la región montañosa descripta por De Alba (1976), en áreas por encima de 1 000 msnm. La vegetación natural de esta región son bosques donde predominan Pinus spp., Quercus spp. y Abies spp. El nivel subyacente es principalmente de gramíneas como Muhlenbergia spp, Festuca spp., Piptochaetium spp., Bromus spp., Poa spp., Aristida spp. y otras (Hernández, 1987). Centro de México La vegetación natural del centro de México comprende praderas naturales dominadas por Bouteloua gracilis y praderas bajo densidades variables de Quercus spp. incluyendo especies de los géneros Bouteloua, Muhlenbergia, Lycurus, Stipa, Piptochaetium, Aristida, Panicum, Setaria, Andropogon y Elyonurus; la capacidad de carga de estas praderas (entre 10 y 18 ha/ UA) es mayor que la de las praderas en el norte (De Alba, 1976; Cantú, 1990; Miranda y Hernández, 1985). Sin embargo, en áreas donde los restos de la vegetación nativa son escasos hay algunas partes con una alta densidad de población 28 Pasturas nativas en el norte di México. Foto: Dr. Ricardo D. Améndola Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje Pastura de pasto "buffel" en el norta de México. Foto: Dr. Ricardo D. Améndola que fueron sometidas a agricultura intensiva antes de la llegada de los españoles (Mesa Central) y algunas otras partes fueron sometidas a agricultura intensiva en el último siglo (El Bajío). Sur de México La región tropical húmeda se caracterizaba por la presencia de bosque perenne (originalmente 80% del área), incluyendo especies como Swietenia carophylla, Cedrela mexicana, Enterolobium cyclocarpum, Terminalia ama y Brosimum alicastrum (Jaramillo, 1994b). En algunas partes de esta región la vegetación de bosque nativo ha sido reemplazada por pasturas sembradas de gramíneas introducidas como Digitaria decumbens, Panicum maximum, Cynodon plectostachyum, Pennisetum purpureum (De Alba, 1976; Cantú, 1990) y más recientemente Brachiaria spp.; en algunas otras partes esta vegetación ha sido reemplazada por praderas cortas de especies nativas (localmente conocidas como «gramas») dominadas por Paspalum notatum, P. conjugatum y Axonopus affinis (Hernández, 1987). Diferentes tipos de bosques caducos son característicos del trópico seco (originalmente en 90% del área) con Lysiloma spp., Leucaena spp., Bursera simaruba, Pithecellobium spp., Tabebuia rosea, Enteroplobium cyclocarpum, Ipomoea intrapilosa y Prosopis juliflora como las especies principales. De acuerdo con De Alba (1976) las gramíneas son raras en esta vegetación nativa, sin embargo hay poblaciones medianas de leguminosas como Leucaena spp., Desmodium spp., Macroptilium spp. y Centrosema spp. Los sistemas de producción vacuna están basados en el pastoreo de i) vegetación nativa o pasturas sembradas de Hyparrhenia rufa en las áreas secas (producción de terneros que son terminados en la Cabras pastoreando vegetación nativa en el norte de México Foto: Dr. Ricardo D. Améndola Tierras de pastoreo nativas sobrepastoreadas en el norte de México. Foto: Dr. Ricardo D. Améndola Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 29 Pasturas nativas y tierra arable en el occidente de Ovejas Suffolk pastoreando pasturas sembradas en México Central el clima templado húmedo de México Centro-Sur Foto: Dr. Ricardo D. Améndola Foto: Dr. Ricardo D. Améndola Pasturas nativas y tierra arable en el occidente de Pasturas naturales debajo de un bosque de México Central robles en la región montañiosa Foto: Dr. Ricardo D. Améndola región tropical húmeda), o ii) pasturas sembradas con Panicum maximun o Cynodon plectostachyum y más recientemente con Andropogon gayanus (sistema de doble propósito). Áreas de Veracruz, Puebla y Chiapas con una precipitación anual superior a 1 000 mm se caracterizan por bosques caducos de Liquidambar styraciflua como el principal árbol; en algunas partes el bosque ha sido reemplazado por pasturas de pasto Kikuyu (Pennistem clandestinum) sobre las cuales se basan los sistemas de producción lechera y ovina; estos son más intensivos y productivos que los sistemas de rumiantes en otras partes de la región montañosa (De Alba, 1976). Foto: Noe Adame La región montañosa en el sudoesta de México durante la estación Illuviosa Foto: Noe Adame Pasturas mejoradas y forrajes sembrados Forrajes sembrados por regiones agropecuarias El área sembrada con diferentes forrajes en los últimos años se describe en la Figura 12, sin embargo se deben considerar con reservas las áreas sembradas con pasturas permanentes de secano en términos absolutos. Los datos estadísticos del SIAP (2004) sobre áreas sembradas son algo incompletos, llevando a subestimaciones. El área sembrada con pasturas permanentes se ha incrementado en los últimos años debido a programas gubernamentales que pusieron especial atención en este punto; entre 1996 y 2002 la Alianza para el Campo alcanzó una inversión de $EE.UU. 356 millones para el establecimiento de pasturas (SAGARPA, 2003), lo cual llevó a un incremento anual constante de 106 480 ha de área 30 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje sembrada. La relación entre esas cifras lleva a un costo promedio de $EE.UU. 478 por ha para el establecimiento de pasturas permanentes lo cual es solo un 17% más alto que el costo estimado del establecimiento de pasturas permanentes en un sistema lechero intensivo en México templado (Améndola, 2002), lo que se corresponde con el hecho de que el programa dedicó parte de la inversión a la adquisición de equipo e infraestructura. SIAP (2004) conservó buenos registros de las pasturas permanentes sembradas recientemente pero los registros de aquellas sembradas antes de 1996 parecen ser incompletos. Por ejemplo Saldívar (1991) informa que a comienzos de la década de 1990 habían en Tamaulipas 500 000 ha sembradas con pasto «buffel» (Cenchrus ciliaris) y de acuerdo con Torres (1991) había al mismo tiempo una proporción relativamente alta de pasturas sembradas en Tabasco; en ambos casos esas áreas no fueron informadas por SIAP (2004). Información adicional sobre los especies forrajeras sembradas en el NE de México se encuentra en Díaz Solis et al. (1998) disponible en http://cnrit. Pastura de pasto Kikuyu en el clima templado húmedo de la refión montañosa en México tamu.edu/cgrm/whatzhot/laredo/diaz.html. El área sembrada con forrajes se incrementó Centro-Sur Foto: Dr. Ricardo D. Améndola fuertemente durante la década de 1990 (Figura 12), una comparación entre los promedios de los períodos 1990–1996 y 1997–2002 muestra que el área total sembrada aumentó un 35%. Una alta proporción de ese aumento (56%) fue en el norte y centro de México, particularmente en el área sembrada con forrajes anuales y pasturas irrigadas (41%); a comienzos del siglo XXI esta área representa 49% del área sembrada con forrajes en México. Estos cambios parecen estar relacionados con otros citados en la descripción de regiones: el maíz, el cultivo más importante para la alimentación humana en México, está siendo desplazado de norte a sur y la producción animal está desplazando otros tipos de agricultura en muchas regiones. Aunque en la primer mitad de la década de 1990 algunas instituciones como FIRA (Torres, 1991) e investigadores (por ejemplo, Muñoz et al., 1995) tenían grandes expectativas en el potencial de la producción animal en el trópico de México, la producción animal ha estado creciendo a tasas Figura 12. Áreas sembradas con forrajes en diferentes regiones de México y producción mucho más altas en el norte y centro de México láctea en el norte de México bajo condiciones templadas y semiáridas. La pro- Según SIAP (2004).. ducción láctea ha sido mucho más dinámica que la producción de carne vacuna, lo cual es la causa de las altas tasas de crecimiento de la producción animal en el norte y centro de México donde la producción vacuna tiene un fuerte énfasis en lechería comparada con el predominantemente tropical sur de México. El crecimiento de la lechería en el norte y centro de México ha estado estrechamente relacionado con el incremento en el área sembrada con forrajes anuales Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 31 y pasturas irrigadas (Figura 13). Una ecuación de regresión de la producción láctea sobre el área sembrada con forrajes anuales y pasturas irrigadas para el período 1990–2002 (R2 = 0,88; p<5,6%) muestra que la producción láctea en el norte y centro de México aumentó en 2 488 litros por cada hectárea de aumento en el área sembrada. Forrajes sembrados en el norte y centro de México bajo condiciones templadas y áridas o semi-áridas con riego Entre 1990 y 2002 en promedio han sido Otros forrajes incluyen especies mayormente de secano y sembradas 1 280 000 ha con forrajes solamente de importancia local (excluyendo pasturas permanentes de Figura 13. Distribución de forrajes sembrados en el norte y secano) en el norte y centro de México. centro de México entre 1990 y 2002 Las áreas de secano y las irrigadas comparten iguales proporciones (Figura 13), pero la tasa de incremento ha sido más alta para forrajes de secano (48 000 ha/año) que para forrajes irrigados (14 000 ha/año). Dentro de los forrajes regados, la alfalfa (Medicago sativa) ha sido el cultivo más importante y su área aumentó a una tasa de 4 800 ha por año (1,8% por año). En términos relativos, las áreas sembradas con sorgo forrajero (Sorghum sudanense y S. sudanense x S. bicolor), maíz forrajero y pasturas permanentes crecieron a tasas más altas (8,5; 7,7 y 6,0% por año, respectivamente) que el área sembrada con alfalfa, mientras que el área sembrada con raigrás anual (Lolium multiflorum) decreció 6,5% por año. Los Figura 14. Áreas sembradas con alfalfa y con forrajes irrigados en climas templados y secos están forrajes anuales invernales o estivales en estrechamente ligados a la lechería. Algunas áreas Coahuila y Durango como el estado de Hidalgo exportan forraje a áreas lecheras y su rotación de cultivos no está claramente definida (incluyendo maíz para consumo humano en algunos casos). En regiones lecheras como La Laguna y en los estados de Coahuila y Durango, la rotación de cultivos está claramente definida con cultivos forrajeros exclusivamente: alfalfa como el cultivo de largo plazo, avena (Avena sativa) y raigrás anual en invierno, y sorgo forrajero y maíz en verano. Los resultados de un estudio (Chew y Santamaría, 2000) sugieren que los cultivos de alfalfa en La Laguna persisten durante tres años. Por lo tanto, las proporciones descriptas en el Cuadro 14 se corresponden con una rotación de cultivos predominante de tres años de alfalfa seguidos por dos años de cultivos anuales. Las siguientes descripciones sobre la serie de rendimientos y composición de estos forrajes en las condiciones de México están basadas en un estudio de los resúmenes informados en las actas de las reuniones anuales de investigación en producción animal (Reunión Nacional de Investigación Pecuaria) entre 1996 y 2003; los datos estadísticos sobre área sembrada están basados en SIAP (2004). Maíz forrajero Seis estados productores de leche (Jalisco, Chihuahua, Aguascalientes, México, Durango y Coahuila) concentran 80% del área bajo maíz forrajero, tanto regado como de secano. El área de secano ha crecido más rápidamente que la de maíz forrajero regado. La disponibilidad de agua para riego es baja en Jalisco donde un 40% del maíz forrajero es de secano. El uso del riego en maíz forrajero depende de la 32 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje cantidad y distribución de lluvia. En sub-húmedo central México con precipitaciones por encima de 450 mm en la estación de crecimiento, el maíz es regado dos veces luego de la siembra para permitir la siembra temprana de variedad tardías de alto rendimiento, mientras que el maíz de secano usa cultivares precoces sembrados tarde. En la mayoría de las localidades del norte seco con precipitaciones por debajo de 200 mm, el maíz es regado cuatro a seis veces durante la estación de crecimiento con una aplicación total de unos El riego es fundamental para la producción de 600 mm. En la mayoría de las regiones lecheras forraje en México Central y del Norte. el maíz forrajero es ensilado pero en la región Foto: Ricardo D. Améndola lechera de Altos de Jalisco una alta proporción del maíz es secado en el campo con un gran consumo de mano de obra y luego picado. Los cultivares de maíz están clasificados en precoces (107 ± 8 días desde la siembra a la cosecha en Aguascalientes, 1 920 m de altitud), intermedios (134 ± 10 días entre siembra y cosecha) y tardíos (unos 150 días). Debido a la disminución en la temperatura media, el largo de la estación de crecimiento aumenta 3,2 ± 0,8 días por cada 100 m de aumento en latitud. Las altitudes más altas están también relacionadas a rendimientos más altos y mejor composición nutritiva. El maíz forrajero se siembra normalmente entre mediados de abril y mediados de mayo usando unas 80 000 plantas/ha (en promedio 80 294 ± 57 plantas/ ha, n=18) y con moderados niveles de fertilización (187 ± 5 kg N, 85 ± 4 kg P2O5/ha y sin K). El margen de rendimientos experimentales del maíz forrajero es amplio (Cuadro 8), con una media general de 19 toneladas de MS/ha, y rendimientos de materia verde de 61 toneladas/ha oscilando entre 43 y 76 toneladas/ ha, lo cual es 30% superior a los rendimientos estimados por SIAP (2004) para cultivos comerciales. Esto significa que el uso de híbridos intermedios y tardíos, densidades de siembra de 80 000 plantas/ha y la cosecha cuando el contenido de MS supera 30% (características comunes de los experimentos que informan sobre altos rendimientos) deberían permitir substanciales incrementos de rendimiento. Los esperados rendimientos superiores en 4 toneladas de MS con cultivares intermedios sobre los cultivares precoces surgen del ciclo de crecimiento más largo, desde que las tasas de crecimiento promedio de ambos tipos de cultivares parecen ser lo mismo, oscilando entre 166 y 194 kg/ha/día. Los cultivares en evaluación se están haciendo más cortos, mientras que en 1996 V-107, una variedad alta (3,78 m) de alto rendimiento, aún se seguía usando; la altura promedio en años posteriores era de 2,38 ± 0,31 m. Bajo condiciones experimentales, el momento de cosecha ha sido definido como el estado de madurez (entre dentado temprano y 2/3 línea de leche), con un contenido de materia seca (MS) oscilando entre 28,6 y 38,4 (en promedio 33,2 ± Cuadro 8. Rendimiento y composición de maíz forrajero en 1,8; n=14; lo cual corresponde a ½ experimentos presentados en las actas de las reuniones anuales línea de leche). No se han detecta- de investigación en producción animal entre 1996 y 2003 do diferencias consistentes en Mínimo Máximo Media Desviación n típica composición nutritiva entre tipos Rendimiento bajo* de cultivares pero el contenido de (toneladas/MS/ha) 9,6 20,6 16,0 1,8 12 fibra disminuyó y consecuente- Rendimiento medio* 11,6 25,2 18,7 2,0 13 mente aumentó la digestibilidad (toneladas/MS/ha) Rendimiento alto* y el contenido energético con la (toneladas/MS/ha) 18,6 34,1 24,2 2,1 16 33,0 47,0 42,4 2.,7 6 madurez a la cosecha. La pro- Mazorca% de MS Fibra detergente neutra teína cruda promedio, la fibra y los (FDN,% de MS) 37,2 51,9 45,3 2,4 10 contenidos energéticos del maíz Fibra detergente ácida 23,0 28,0 25,4 0,5 12 forrajero experimental resumidos (FDA,% de MS) Proteína cruda en el Cuadro 8 son similares a los (PC,% de MS) 6,1 9,0 7,8 0,6 4 contenidos informados por NRC Digestibilidad in vitro 59,0 81,8 72,4 1,7 17 (1989) para maíz silero bien espi- (% de MS) neta para la lactancia gado. En el centro de México los Energía (Mcal kg/MS) 1,20 1,68 1,53 0,05 12 hacendados cosechan el maíz sile- *Clases de rendimiento asignadas por los autores dentro de los informes individuales. Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje El maiz es un importante cultivo forrajero en México Norte y Central. Foto: Ricardo D. Améndola 33 El ensilado es una forma común de utilización del maíz. Foto: Ricardo D. Améndola ro en el estado lechoso tardío, con contenidos de MS ligeramente por encima de 22% con efectos negativos sobre el valor nutritivo del silo: menos de 25% de MS y 60 y 46% de FDN y FDA respectivamente (Améndola, 2002), lo cual corresponde según informes de NRC (1989) a silo hecho de maíz con pocas mazorcas. La composición nutritiva del maíz silero en fincas comerciales puede entonces ser mejorada cosechando en estados de madurez más tardíos. Estimaciones del potencial de producción En algunas pertes de México Central-Occidental de leche por hectárea, calculadas por medio el maíz es secado en el campo con gran aporte de programas para ordenadores que tienen en de mano de obra y despanés es molido. cuenta aspectos como rendimiento y composición Foto: Ricardo D. Améndola simultáneamente, están suministrando una base adecuada para la selección de cultivares y prácticas agronómicas. Alfalfa La alfalfa se siembra en el norte y centro de México, con la excepción de una pequeña área en los valles centrales de Oaxaca en el sur de México. La alfalfa ha sido el forraje tradicional usado por los hacendados lecheros de México; por lo tanto no es sorprendente que el área sembrada haya evolucionado siguiendo las fluctuaciones del precio de la leche. Las áreas sembradas se estancaron hasta mediados de la década de 1990 y desde entonces se han venido incrementando constantemente, particularmente en las regiones lecheras de Chihuahua y La Laguna. La mayoría de la alfalfa es usada para corte y acarreo o para heno, la proporción de alfalfa manejada como heno ha permanecido en 26%, siendo importante en los dos estados norteños de Chihuahua y Sonora. El contenido promedio de MS del forraje de alfalfa en experimentos es de 21,9 ± 0,6%, mientras que Guerrero y Winans (1997) informaron de 83% de MS en heno de alfalfa. Estimaciones de SIAP (2004) para el período 1990–2002 promedian rendimientos de alfalfa de 72 y 14 toneladas/ha como forraje fresco y heno respectivamente. Considerando estos contenidos de MS, los rendimientos comerciales de alfalfa serían de 15,8 toneladas/ha/año con un 28% de pérdidas en el campo al hacer el heno. Alfalfa cosechada mecánicamente en un sistema La producción de semilla de alfalfa es lechero especializado inadecuada para satisfacer la demanda. Por lo tanto, Foto: Ricardo D. Améndola 34 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje aunque hay ecotipos locales derivados de alfalfas españolas (por ejemplo, Oaxaca, Atlixco, San Miguelito), la mayoría de la semilla es importada de Estados Unidos de América y España. Debido a los inviernos benignos y a la importancia de la producción forrajera invernal, los cultivares usados no tienen dormancia o tienen semidormancia (la dormancia otoñal clasifica de 8 a 10). Moapa 69 y CUF 101, dos cultivares de Estados Unidos de América algo antiguos, y Valenciana y Aragón, dos ecotipos españoles han sido ampliamente Alfalfa cosechada manualmente en un sistema usados en el pasado; actualmente muchos nuevos lechero familiar. cultivares están siendo introducidos, mayormente Foto: Ricardo D. Améndola de Estados Unidos de América. En los informes sobre evaluaciones de cultivares, las nuevas introducciones a menudo superan en rendimiento las variedades elegidas como testigos (CUF 101, Moapa 69 y Valenciana en la mayoría de los casos). En una revisión sobre este tópico, Martínez y Meza (2001) concluyen que los ecotipos locales (Atlixco, Oaxaca, San Miguelito) normalmente superan en rendimiento a los nuevos cultivares en el centro de México, mientras que lo opuesto ocurre en el norte de México. La frecuencia de corte de la alfalfa es alta, Pastura con alfalfa de cinco años mostrando baja normalmente se realizan de 9 a 11 cortes por densidad de plantas e invadida por gramíneas C-4. año, lo cual es probablemente la causa de dos Foto: Ricardo D. Améndola características de la alfalfa en México: i) la alta calidad del forraje y ii) la baja persistencia de la población de plantas. En promedio el contenido de PC es 24,1 ± 1,1% de la MS y la energía neta para la lactancia es 1,59 ± 0,03 Mcal/kg MS; estos valores son altos comparados con aquellos de las alfalfas cosechadas menos frecuentemente de Estados Unidos de América (NRC, 1989). La proteína cruda y los contenidos de energía son más altos durante el otoño y el invierno y más bajos durante el verano y la primavera. Los cultivos de alfalfa duran normalmente tres años; debido a las condiciones climáticas la persistencia está claramente ligada con los niveles de resistencia a enfermedades. Chew y Santamaría (2000) estudiaron la incidencia de la podredumbre de la corona (Fusarium sp., Rhizoctonia solani, Colletotrichum sp., y Phoma medicaginis). Los autores informan que las incidencias fueron de 62,0; 87,1 y 98,4% en cultivos de 1º, 2º y 3º año y que las correspondientes reducciones en rendimiento fueron 11,6; 28,0 y 33,3%. Esta estimación de las reducciones de rendimiento se corresponde con el resumen de resultados informados en las actas de las reuniones anuales de investigación en producción animal, descriptos en la Figura 15. La distribución estacional de los rendimientos es un factor capital en el manejo de los sistemas lecheros donde se usa la alfalfa; según los informes, 60% del crecimiento tiene lugar en primavera y verano y 40% durante otoño e invierno. Teniendo en cuenta la persistencia de tres años, un tercio de los cultivos deberían estar en la fase de establecimiento sin producción utilizable durante su primer invierno; por lo tanto, en términos del sistema, la disponibilidad de Figura 15. Rendimiento promedio de alfalfa forraje fresco de alfalfa en los meses de invierno es unas en experimentos tomando en cuenta uno o 2,6 veces más baja que durante el verano. Coincidiendo más años del cultivo; las barras verticales con los resultados de diferencias estacionales en tasas describen las desviaciones típicas Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 35 de crecimiento, los resultados promedio Cuadro 9. Rendimientos de alfalfa en experimentos de los experimentos sobre el efecto de la presentados en las actas de las reuniones anuales de investigación en producción animal entre 1996 y 2003 frecuencia de cosecha en el rendimiento Mínimo Máximo Media Desviación n indican que las mejores frecuencias son típica 30, 40, 50 y 35 días en verano, otoño, Rendimiento bajo* (toneladas/MS/ha) 6,0 14,5 10,8 1,7 5 invierno y primavera, respectivamente. Rendimiento medio* Los niveles de agua subterránea (toneladas/MS/ha) 20,0 29,8 24,9 0,9 12 usada para riego están decreciendo a Rendimiento alto* (toneladas/MS/ha) 33,0 35,8 33,7 2,1 4 tasas mayores de un metro por año en la * Clases de rendimiento asignadas por los autores dentro de los informes mayoría de las regiones, por lo tanto la individuales. eficiencia del uso del agua para riego es un aspecto de profunda preocupación y la alfalfa es considerada normalmente como un cultivo ineficiente. En ensayos, el agua aplicada como riego fluctuó entre unos 1 400 mm/año (con riego por goteo) y unos 2 300 mm/año (riego por inundación). La cantidad promedio aplicada fue de 1 840 ± 189 mm/año, lo cual alcanza a unos 5 mm por día en regiones donde no se usa riego durante la estación lluviosa. La eficiencia promedio en el uso del agua aplicada para riego fue 1,65 ± 0,25 kg MS/m3 (n=7), oscilando entre valores muy bajos con riego por inundación (0,6 kg MS/m3) y valores muy altos con riego por goteo (2,5 kg MS/m3); el aumento en la eficiencia con el riego por goteo se debe entre 32 y 51% a menor uso de agua y entre 16 y 23% a mayores rendimientos (Godoy et al., 2003). La calidad del agua para riego (en algunas regiones se usan aguas fecales) que afecta los niveles de salinidad de los suelos y la calidad del forraje, han sido materia de investigación en años pasados (Robledo et al., 1998; Serrano et al., 2002). Los rendimientos en los experimentos están resumidos en el Cuadro 9. Aparentemente, usando variedades, técnicas de riego y frecuencias de cosecha adecuadas, hay espacio para reducir la brecha de 58% entre el rendimiento comercial promedio y el rendimiento experimental promedio. Granos finos y raigrás anual Este grupo de forrajes es usado principalmente en dos situaciones diferentes: i) como anuales invernales en rotaciones de cultivos bajo riego, con maíz forrajero o sorgo forrajero durante el verano y pasturas de alfalfa como cultivo de largo plazo y, ii) como cultivos de verano en condiciones de secano, particularmente en regiones donde debido a la escasa cantidad de lluvia y su distribución errática, el éxito del maíz se torna incierto. En esas condiciones, cuando la siembra tiene que ser retrasada debido al comienzo tardío de las lluvias, aumenta el riesgo de sequía y de daño al cultivo por bajas temperaturas (Ochoa et al., 2002) y los granos finos tienen la ventaja de un ciclo de crecimiento más corto (por ejemplo, 64 a 100 días para diferentes cultivares de avena). La importancia de la avena de secano y bajoriego como cultivo forrajero se ha incrementado en los últimos años. Foto: Ricardo D. Améndola La avena es usado principalmente come heno. Foto: Ricardo D. Améndola 36 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje La avena es el cultivo forrajero más importante de este grupo. En la segunda mitad de la década de 1990 el área sembrada con avena forrajera aumentó marcadamente, 44 000 ha por año en condiciones de secano y 3 700 ha bajo riego. Una proporción alta es manejada como heno (83% de la avena de secano y 60% de la avena irrigada). La avena regada es importante en las regiones lecheras del norte y centro de México, mientras que 76% de la avena de secano es sembrada en tres estados del norte (Chihuahua, Zacatecas y Durango). La mayor parte de la investigación en avena ha involucrado comparaciones con otros forrajes de este grupo; un resumen de los resultados se presenta en el Cuadro 10. Las anuales invernales con riego se siembran entre fines de septiembre y mediados de diciembre, más comúnmente alrededor del 15 de octubre. El largo del ciclo de crecimiento depende de la forma de utilización en términos del número de cosechas, el cual varía El rarigrás anual es usado principalmente como entre una sola cosecha en el estado reproductivo forraje de corte y trasporte en el sistema lechero especializado. o cosechas múltiples en el estado vegetativo (por Foto: Ricardo D. Améndola lo menos en las primeras cosechas). Cuando se realizan cosechas múltiples, la estación de crecimiento usualmente dura 200 días hasta fines de abril cuando, de acuerdo con la rotación usual de cultivos, el maíz tiene que ser sembrado. Bajo este tipo de uso, los rendimientos de la mezcla de avena y raigrás anual son más altos y más estables, aprovechando la precocidad de la avena y la persistencia del raigrás anual. La primera cosecha se realiza alrededor de 70 días después de la siembra y subsecuentemente se realizan tres o cuatro cosechas a intervalos de 35 a 40 días. Cuando se realiza una sola cosecha, el retraso de la cosecha desde un estado reproductivo temprano a un estado lechoso tardío ha mejorado los rendimientos en 130 ± 17%; rendimientos inferiores de diferentes especies en el Cuadro 10 corresponden en muchos casos a una sola cosecha realizada en un estado relativamente temprano. Dentro de este grupo, el raigrás anual tiene ciertas particularidades debido a que no es cultivado en condiciones de secano; además de ser utilizado como forraje para corte y acarreo también es pastoreado por vaquillonas y novillos en crecimiento y en algunas regiones es sembrado en cobertura en otoño sobre pasturas de pasto Bermuda (Cynodon dactylon) preexistentes. Los rendimientos de cebada (Hordeum vulgare) son normalmente inferiores a los de avena, pero tiene la ventaja de ser unos 10 días más precoz; se están evaluando nuevos cultivares pelones. El área sembrada con trigo (Triticum aestivum), centeno (Secale cereale) y triticale (xTriticosecale rimpaui) ha sido Cuadro 10. Rendimientos (toneladas/MS/ha) de granos finos y raigrás anual en experimentos presentados en las actas de las muy pequeña (unas 3 000 ha). reuniones anuales de investigación en producción animal entre Los datos del Cuadro 10 no 1996 y 2003 reflejan claramente el hecho de Forraje Rendimiento Rendimiento Rendimiento Número de mínimo máximo medio informes que cuando se comparan dentro Avena 4,5 15,3 9,7 10 de experimentos individuales, el Raigrás anual 6,4 15,0 9,7 6 triticale normalmente supera a Mezcla de avena y 7,1 15,2 11,0 6 la avena. Hay pocos datos sobre raigrás anual 3,1 17,5 9,7 11 rendimientos de centeno y trigo Triticale Cebada 2,6 10,0 6,5 6 pero cuando se comparan en Trigo 9,0 13,7 10,9 4 el mismo experimento ambas Centeno 8,3 14,9 10,7 3 especies normalmente superan a Granos finos de 4,4 10,0 8,7 5 secano la avena. Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 37 Los datos sobre condiciones de secano son aún muy escasos, particularmente teniendo en cuenta que las condiciones locales pueden jugar un papel muy importante y que los problemas difieren de los cultivos de invierno con riego; por ejemplo, en condiciones estivales de secano, la resistencia a enfermedades se torna un atributo importante (Slamerón, 2002). La composición nutritiva del forraje de estos cultivos es buena con 16,5 ± 1,5% de PC (n=13) y 1,52 ± 0,05 Mcal ENL kg-1 MS Figura 16. Rendimiento y contenido de proteína cruda (PC) de avena de secano en diferentes estados (n=7), suponiendo que sean cosechados Adaptado de Tovar et al. (2000). antes del estado lechoso tardío cuando el contenido de PC puede ser más bajo que 8% (Figura 16). La inclusión de raigrás en las mezclas en las mezclas con granos finos mejor la composición nutritiva del forraje (Améndola, 2002). Sorgo forrajero El sudangras es incluido en esta categoría junto con los híbridos (S. sudanense x S. bicolor). Como en otros forrajes, el área sembrada con sorgo forrajero aumentó marcadamente luego de 1995, con 15 750 ha por año en condiciones de secano (casi 230 000 ha sembradas en 2002) y con 5 070 ha por año bajo riego (casi 145 000 ha sembradas en 2002). Cinco estados del norte de México comparten el 70% del área: en Chihuahua, Sinaloa y Nuevo León predominantemente de secano y en Coahuila y Sonora predominantemente bajo riego. A pesar del incremento del área, los informes sobre evaluación de sorgo forrajero son aún escasos. El sorgo forrajero es importante en las regiones lecheras del norte árido por: i) con una eficiencia ligeramente menor a 3 kg MS/m3 de agua, es un 30% más eficiente que el maíz y ii) es capaz de distribuir la producción de forraje en el verano más homogéneamente que el maíz. Sin embargo, el valor nutritivo del sorgo es menor que el de otros forrajes cultivados en aquellas regiones lecheras (Núñez et al., 1997). En el norte de México bajo riego, el sorgo forrajero se siembra entre fines de marzo y mediados de abril, la primer cosecha se realiza luego de 55 a 60 días y las cosechas subsecuentes se realizan cada 30 a 40 días cuando los cultivos alcanzan el estado de embuche; consecuentemente unas cuatro cosechas se realizan hasta comienzos de octubre (Núñez y Cantú, 2000). De los experimentos informados parece que bajo tales condiciones la media de rendimiento lograda alcanza 16,6 ± 0,6 toneladas/MS/ha (n=20), y los contenidos de PC y FDA promedian 9,9 ± 1,2% (n=6) y 43,8 ± 1,3% (n=4), respectivamente. Leguminosas anuales El trébol alejandrino (Trifolium alexandrinum) es una leguminosa promisoria para usar en mezclas o en cultivos puros como forraje invernal en regiones lecheras del norte y centro de México (Núñez et al., 1997). Unas 6 000 ha de vicia (Vicia sativa) se cultivan en Michoacán pero los informes de investigación sobre el cultivo son escasos. Pasturas de largo plazo bajo riego Los sistemas de producción de leche y carne bajo pastoreo están resultando opciones atractivas de forma de reducir los costos de producción y las pasturas de largo plazo bajo riego son componentes esenciales de tales sistemas. La expresión «de largo plazo» es usada en lugar de «permanente» o «perenne» debido a que la falta de persistencia es un problema común de estas pasturas (Améndola, 2002). El área sembrada con pasturas de largo plazo bajo riego ha crecido a una tasa anual de 5,65% desde 82 000 ha en 1990 a 144 000 ha en 2002. Cuatro estados del norte de México (Tamaulipas, Nuevo León, Sinaloa y Coahuila) con 56% y cinco estados del centro de México (San Luis Potosí, Jalisco, Michoacán, Hidalgo y México) con un 31% adicional concentran la mayor parte de esa área. La investigación (casi exclusivamente bajo riego) se ha focalizado sobre cultivos puros o mezclas de alfalfa, pasto ovillo (Dactylis glomerata), raigrás perenne (Lolium perenne), festuca (Festuca Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 38 Cuadro 11. Rendimiento de pasturas de largo plazo estimados a partir de informes publicados en México Pastura Gramíneas fertilizadas con N Mezcla de gramíneas y alfalfa Mezcla de gramíneas y trébol blanco Rendimiento (toneladas/MS/ha/año) Desviación típica Número de informes 15,8 23,2 15,2 2,4 1,3 1,3 7 4 6 arundinacea) y trébol blanco (Trifolium repens). La mayoría de las evaluaciones se han llevado a cabo sobre pasturas de primer y segundo año y excepcionalmente sobre las del tercero; Améndola (2002) informa que debido a la baja capacidad de carga (Figura 17), el costo de los días de pastoreo es más alto en pasturas mantenidas por un cuarto año que sobre pasturas mantenidas hasta el tercer año. La falta de persistencia es particularmente severa en pasturas de alfalfa y raigrás. Las mezclas de alfalfa y gramíneas normalmente supera a los cultivos puros de gramíneas y a las mezclas de trébol blanco con gramíneas (Cuadro 11). Dentro de las gramíneas hay una tendencia a rendimientos Figura 17. Capacidad de carga de pasturas de alfalfa y pasto ovillo de diferentes edades más altos con festuca que con raigrás perenne Adaptado de Améndola (2002). y pasto ovillo. Las gramíneas normalmente predominan en las mezclas con trébol blanco, pero la leguminosa predomina en las mezclas con alfalfa; como consecuencia, el meteorismo es un problema cuando se pastorean tales pasturas. La distribución estacional desigual de la producción herbácea es un problema común (Sosa et al., 1998; Velasco et al., 2001; Villegas et al., 2004). Una alta proporción de la acumulación herbácea tiene lugar durante la primavera y el verano (66,2 ± 1,9%, n=96). La producción herbácea invernal es más baja en mezclas con Pastura de alfalfa y pasto ovillo en un sistema pasto ovillo que en mezclas con raigrás perenne lechero intensivo en México Central y en mezclas con alfalfa que en mezclas con Foto: Ricardo D. Améndola trébol blanco; es particularmente baja con Kikuyu (Pennisetum clandestinum). La digestibilidad del forraje promedia 72,4 ± 1,9% (n=7) y el contenido de PC promedia 18,8 ± 1,4% (n=9), con los valores más altos durante el invierno y los más bajos en verano. La digestibilidad del forraje de mezclas que contienen raigrás perenne es normalmente más alta que la de mezclas que contienen pasto ovillo, mientras que el forraje de mezclas con trébol blanco muestra una digestibilidad más alta que la de aquellas con alfalfa. Son escasos los informes sobre desempeño Pequeños productores de leche, extensionistas de vacunos en pastoreo sin suplementación e investigadores en una pastura de gramíneas y en México Central. alimentaria; las ganancias diarias de peso oscilan leguminosas Foto: Dr Ricardo D. Améndola entre 0,85 kg/cabeza sobre pasturas de gramíneas y 1,20 kg sobre mezclas de gramínea-leguminosa; la producción diaria de leche por vaca oscila entre 17 kg/vaca sobre pasturas de gramínea y 19,6 kg sobre mezclas de gramínea-leguminosa. Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje Pasturas de largo plazo de secano en clima templado Hay escasa información disponible sobre evaluación de pasturas permanentes de secano. En un clima templado húmedo, los mismos forrajes han sido evaluados bajo riego, con la excepción de alfalfa, la cual debido al bajo pH del suelo y a la alta incidencia de enfermedades no se adapta a esas condiciones. En condiciones subhúmedas las evaluaciones han incluido Kikuyu, pasto «buffel» (Cenchrus ciliaris) y pasto Rhodes (Chloris gayana). 39 El sorgogranífero es cultivado en grandes área en el Norte y Centro de México y es ono de los proncipales alimentos del ganado. Pasturas sembradas en los trópicos Foto: Ricardo D. Améndola Los sistemas de producción vacuna en las regiones tropicales son extensivos y la alimentación vacuna está basada en el pastoreo de gramíneas nativas o pasturas de gramíneas introducidas/naturalizadas. Ochenta% de las fincas con sistemas de doble propósito (SDP) tienen pasto Star africano (Cynodon plectostachyus; C. nlemfuensis) en sus pasturas. Segundas en importancia, principalmente en los trópicos húmedos, están las pasturas de gramíneas nativas (44%) y en áreas más secas el pasto Jaraguá (Hyparrhenia rufa, 20–30%) y el pasto Guinea (Panicum maximum, 23–55%). En años recientes el pasto Llanero (Andropogon gayanus), una especie liberada por el CIAT, tolerante a la sequía, resistente a ataques del «bicho salivador» y a suelos de baja fertilidad, está penetrando en los SDP de los trópicos secos; Brachiaria brizantha, también liberada por el CIAT, está siendo adoptada en los trópicos húmedos. Otras gramíneas usadas por los hacendados con SDP son el pasto Pangola (Digitaria decumbens, 15–28%) sobre suelos fértiles, o el pasto Pará (Brachiaria mutica, 9-24%) y el pasto alemán (Echinochloa polystachya, 6–17%) sobre suelos temporaria o permanentemente inundados. La producción de materia seca de las pasturas es muy estacional. El forraje crece muy rápidamente durante la estación lluviosa (junio a noviembre) y muy poco durante la estación invernal, seca (diciembre a mayo). Setenta% de los hacendados con SDP consideran a la producción estacional de forraje como la principal limitante del rendimiento animal. Sin embargo, los hacendados no toman medidas para superar la escasez de alimento de la estación seca, con forrajes conservados o suplementos concentrados. La mitad de los hacendados nunca suplementa su ganado; 40% suplementa el ganado solo en la estación seca. Solo 4 a 5% usa suplementos durante todo al año. Las divisiones internas de las pasturas son escasas: cuatro potreros en promedio. Sin embargo, la división de las pasturas aumenta cuando aumenta el número de vacunos. Solo el 10% de los hacendados SDP fertilizan sus pasturas. De aquellos que fertilizan, el 90% aplica fertilizante solo a algunas pasturas o divisiones. Tres% fertiliza todas sus pasturas. El control de malezas es la práctica de manejo de pasturas más comúnmente usada por los hacendados con SDP: 70% lo hacen. La tecnología de pasturas puede proveer las leguminosas que, además de mejorar la dieta del ganado, también mejoran la fertilidad del suelo a través de la fijación biológica de nitrógeno (FBN) (‘t Mannetje, 2000). El amamantamiento del ternero y el bajo nivel nutricional del rebaño tienen un pronunciado efecto negativo sobre la eficiencia reproductiva, conduciendo a bajas tasas aparentes de parición (50–60%) y reducidos porcentajes de vacas en ordeñe (50–60%). Hasta 65% de los partos ocurren entre marzo y junio, lo cual resulta en modelos de producción de leche y terneros altamente estacionales. Estos hechos explican por qué la cría vacuna tropical tiene una baja eficiencia económica. Bajo el tipo de alimentación descripta, la producción diaria de leche por vaca en ordeñe varía desde 2,9 a 4,3 litros y la lactancia varía desde 187 a 237 días. La edad al destete de los terneros es apenas más de ocho meses y los pesos al destete están entre 120 y 150 kg. Considerando las bajas dotaciones, entre 0,5 y 1 vaca/ha, y el reducido número de vacas en ordeñe, la producción anual de leche raramente excede los 500 litros. Menocal et al.(1992 a, b, c) recogieron datos de diferentes estaciones experimentales los cuales muestran el potencial que tienen los sistemas de doble propósito «mejorados», para dar un ejemplo, Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 40 Cuadro 12. Brecha tecnológica entre el sistema de doble propósito (SDP) tradicional y SDP mejorado en los trópicos mejicanos Variable Dotación, cabezas/ha Tasa de parición aparente,% Intervalo de parición, días Rendimiento de leche, litros/vaca en ordeñe/día Rendimiento de leche, litros/vaca en el rodeo/día Rendimiento de leche, litros/vaca/lactancia Largo de lactancia, días Edad al destete de los terneros, días Rendimiento de leche, litros/ha/año Ganancia de peso de los bueyes, g/día Ganancia de peso, kg/ha/año Peso de faena, kg Edad de faena, meses SDP tradicional DPS mejorado Diferencia (%) 1,47 56 649 3,7 2,1 783 208 253 276 253 118 403 41 2,57 75 484 6,8 4,4 1 944 268 106 5 622 758 643 450 22 75 34 -25 84 110 148 29 -58 1 937 200 445 12 -46 (Fuente: Menocal et al., 1992 a, b, c). con respecto al tradicional usado por el ganadero promedio (Cuadro 12). El modelo mejorado del sistema de doble propósito es muchas veces superior al sistema actual. Es obvio que las condiciones de producción son diferentes entre los SDP comerciales y los SDP desarrollados en las estaciones experimentales. Sin embargo, esto último tiene la gran virtud de mostrar la producción de leche potencial de los SDP tropicales, y pueden resultar un modelo a seguir por parte de los hacendados con SDP innovadores. Sin embargo, sería pretencioso de parte de los hacendados con SDP tradicionales tratar de alcanzar los niveles de producción de los SDP mejorados en un tiempo corto. Este debería ser un objetivo de mediano a largo plazo, donde la tasa de adopción de prácticas tecnológicas debe estar en concordancia con las posibilidades económicas y educacionales de los hacendados. Aumentos en la dotación así como en la producción por vaca pueden llevar a considerables aumentos en la producción de leche por hectárea en el sistema mejorado comparado con la práctica tradicional (Cuadro 12). Este aumento puede ser atribuido mayormente a una mejor tecnología de Pasturas bajas dominados por Paspalum notatum y Axonopus affinis, conocidos localmente como pasturas, tales como nuevas especies de pasturas "gramas". y fertilización, aunque las vacas en ordeñe sean Foto: Ricardo D. Améndola suplementadas durante el ordeñe a lo largo de su lactancia, porque aun descontando el efecto de la suplementación, la pastura es el principal contribuyente potencial a los aumentos en la producción de leche por animal y por hectárea. A comienzos de la década de 1970, las instituciones de investigación de México condujeron estudios en pasturas para identificar gramíneas de alto rendimiento que usadas en combinación con fertilización N, pudieran producir grandes cantidades de carne y leche. El modelo pastoril desarrollado era simple y consistía en una rotación lenta (3 a 5 potreros), fertilización N de alrededor de 150 kg/ha/año y, en algunos casos, suplementación invernal con melaza y otros subproductos. Se mostró que este modelo era capaz de duplicar la dotación y que podía mantener la producción de leche en unos 6 kg/vaca/día y la ganancia diaria promedio en el orden de los 0,4 a 0,6 kg/vaquillona/día (Fernández et al., 1993b). Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 41 A pesar de sus altos niveles de producción, los hacendados con SPD no adoptaron este modelo. Algunos ensayos indicaron los beneficios que las leguminosas de pastoreo pueden tener sobre la producción de carne y leche. El pasto Pangola (Digitaria decumbens) solo o asociado con las leguminosas Neonotonia wightii, Centrosema pubescens y Leucaena lecocephala fueron comparados con respecto a ganancia de peso (3,3 vaquillonas/ha) y producción de leche vacuna en una clima cálido sub-húmedo, usando un pastoreo rotativo de tres potreros y 42 días. Las Banco de proteínas de pastura de Brachiaria pasturas fueron regadas en la estación seca. spp. y Leucanea leucocephala en el trópico Las asociaciones produjeron entre 25 y 38% subhúmido durante la época de lluvias. más de ganancia de peso y entre 6 a 14% Foto: Dr Ricardo D. Améndola más de leche, que la gramínea. Neonotonia y Centrosema produjeron más que Leucaena, pero ambas desaparecieron de la pastura al año de comenzado el ensayo (Garza et al., 1978; Portugal et al., 1979). Con una dotación de 4 vacas/ha, Leucaena fue la más persistente y aún estaba en uso luego de varios años del ensayo (Castillo, 1999). Estos ensayos muestran el nivel potencial de la productividad que puede ser alcanzado bajo riego en los trópicos secos, pero esto mismo no está dentro del alcance de los hacendados mejicanos con SDP en las actuales condiciones de Pastura de Panicum maximum en el trópico durante la época de iluvias. bajos insumos. Otros experimentos conducidos subhúmedo Foto: Dr Ricardo D. Améndola en los trópicos secos sin riego indicaron la superioridad de las asociaciones de las gramíneas introducidas con el arbusto Leucaena leucocephala sobre los monocultivos de gramíneas. Por lo tanto esta leguminosa debe ser la elegida para asociarla con gramíneas introducidas en los trópicos secos de México (Castillo, 2000).Tres puntos importantes fueron ignorados cuando fue diseñada la investigación en pasturas de gramíneas: i) los hacendados en los trópicos de México no fertilizan sus pasturas; ii) una vez que las pasturas fueron fertilizadas, el hacendado necesariamente necesita más animales para consumir el forraje extra producido y esto requiere capital, no siempre disponible; y iii) la elección de las especies de leguminosas y gramíneas. Los investigadores mejicanos estuvieron usando especies como el Bermuda Coastcross 1 (Cynodon dactylon x C. Aethiopicus) y el pasto Pangola los cuales muestran un excelente desempeño cuando se riegan y se fertilizan, pero de lo contrario desaparecen rápidamente de la pastura. Al mismo tiempo estas gramíneas inhiben el establecimiento y persistencia de las leguminosas herbáceas. Debido a que el pasto Pangola, el pasto Guinea y el Coastcross 1 son muy susceptibles al ataque del «bicho salivador» (Aeneolamia spp.) los hacendados seleccionaron al pasto Star (Cynodon plectostachyus), una gramínea que no es la más nutritiva, pero resiste al «bicho salivador», es apta para crecer en suelos marginales y capaz de soportar cierto grado de sobrepastoreo. Desde mediados de la década de 1970, los hacendados con SDP se encontraron enfrentando nuevos problemas. Pasto Guinea y pasto Pangola altamente productivos comenzaron a desaparecer. Aunque no existe en México un estudio sobre la causa probable, se considera que la declinación en el contendido de nutrientes de los suelos, como resultado de varias décadas de uso, es la principal razón. Esta hipótesis es apoyada por el alto grado de infestación con malezas así como también el cambio en las especies de la pastura desde aquellas que requieren alta fertilidad del suelo, como pasto Guinea y pasto Pangola, o pasto Star que no la requiere. La persistencia de las pasturas nativas, conocidas localmente como «gramas nativas» o gramíneas nativas también apoya la hipótesis anterior. En general, las pasturas de gramíneas nativas muestran 42 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje bajos niveles de productividad, lo que significa que los nutrientes son tomados a tasas más lentas que bajo pasturas más productivas de gramíneas introducidas. Adicionalmente, las pasturas de gramíneas nativas contienen cantidades variables de leguminosas nativas, entre 2,5 y 15,4%, las cuales contribuyen al N del suelo (Bosman et al., 1990), una característica no presente en las pasturas de gramíneas introducidas, donde el manejo está dirigido al monocultivo. Por lo tanto, las pasturas de gramíneas nativas tienden a Arachis pintoi, una leguminosa promisoria para la región del trópico húmido persistir por períodos más largos de tiempo. Foto: Ricardo D. Améndola Las instituciones de investigación de México se incorporaron alrededor de mediados de la década de 1980 al RIEPT (Red Internacional de Evaluación de Pasturas Tropicales) apoyada por el Programa de Pasturas Tropicales del CIAT y comenzaron a seguir la filosofía de mínimos insumos para la pastura junto con sus métodos de evaluación. Ensayos agronómicos regionales del esquema de evaluación forrajera del CIAT, indican que para los trópicos húmedos de México las leguminosas más prometedoras eran, en orden de rendimiento de materia seca: Centrosema acutifolium CIAT 5568, Pueraria phaseoloides CIAT 9900, Desmodium ovalifolium CIAT 350, y Arachis pintoi CIAT 17434. Sorprendentente, hacia 1994, solamente A. pintoi CIAT 17434, se había mostrado como una leguminosa prometedora para asociarse con gramíneas introducidas lo que coincide con informes de Costa Rica que mostraron su habilidad para persistir bajo pastoreo severo y también para mejorar la productividad animal. En la última década, algunas gramíneas del esquema de evaluación regional del CIAT se han puesto disponibles comercialmente. El pasto llanero (Andropogon gayanus) es la elección para los trópicos secos en suelos de fertilidad baja a media. En los trópicos húmedos, el pasto Chetumal (Brachiaria humidicola) se recomienda para suelos de muy baja fertilidad; mientras que el pasto Insurgente (Brachiaria brizantha) y varios cultivares de Panicum maximum como Tanzania, Mombasa y Tobaitao, son recomendados para suelos de fertilidad media a alta. En los últimos tres a cuatro años, otras gramíneas introducidas han estado disponibles. Una es el primer híbrido entre Brachiaria brizantha y B. ruziziensis, llamado pasto Mulato (CIAT 36601). Muestra una expectativa considerable debido a que, además de ser más productiva que otras Brachiaria spp., tiene un alto grado de palatabilidad, buen nivel de digestibilidad in vitro y resistencia al ataque del «bicho salivador». Sin embargo, no hay un informe de investigación sobre su desempeño en términos de rendimiento de leche y carne vacuna bajo pastoreo. Otra especie es Andropgon gayanus ‘Tun-Tun’ la cual es más corta que el cultivar Llanero pero es 25% más productiva en términos de producción de leche y carne. Se debe reconocer que la mayoría de esas gramíneas fueron puestas a disposición de los productores sin una evaluación completa en los trópicos de México; la decisión de ponerlas disponibles comercialmente estuvo basada en su desempeño en América del Sur, en Colombia y Brasil principalmente. Recursos forrajeros en la región árida y semi-árida de México La región árida y semi-árida de México está mayormente al norte de 20º N con una lluvia media anual entre 350 y 550 mm; hacia el este (95 a 97º W) la lluvia anual es más alta, hasta 750 mm, pero el índice de Lang (precipitación anual/temperatura media anual) es aún indicativo de baja disponibilidad de agua debido a las altas temperaturas. El área total es de 54 000 000 ha o cerca del 30% de México. Una vegetación arbustiva gruesa ocupa el 68% de la región árida y semi-árida, 28% es vegetación herbácea (mayormente pastos cortos y medianos) con arbustos dispersos y/o árboles (robles y pinos) y 4% (cerca 2 000 000 ha) de la región son actualmente tierras de cultivo abandonadas con erosión severa e infestadas por especies anuales. A nivel nacional alrededor de un 39% de la región muestra una severa pérdida de la superficie del suelo debido a la erosión hídrica y eólica (INEGI, 2000); sin embargo, para ciertos sitios específicos hasta un 43% de la tierra ha mostrado tener serias pérdidas de la superficie del suelo (Royo et al., 2004). Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 43 Al norte de 20º N hay otras 24 000 000 ha con una lluvia anual debajo de 350 mm, donde la vegetación nativa es tan pobre en especies forrajeras y rendimiento que la dotación anual estimada (COTECOCA, 1978) oscila desde 40 a 60 ha/UA (vaca madura seca de 450 kg de peso vivo). Además, muchos estudios han mostrado que la siembra de gramíneas de alto potencial forrajero no es exitosa. Se puede concluir que, bajo las condiciones mejicanas, por debajo de 350 mm de lluvia anual no hay recursos forrajeros confiables como para sostener altas producciones animales de sistemas ganaderos basados en vacunos, ovinos y caprinos. Por otro lado, hay una necesidad urgente de investigación para incrementar las especies animales que han probado ser habitantes exitosos del desierto; un ejemplo es el antílope (Antilocarpa americana) de las sub-especies de Sonora, Mejicana y Peninsular, estas últimas sub-especies que sobreviven en el desierto Vizcaíno con una lluvia media de 50 mm por año, lo cual incluye años sin lluvia. A lo largo de las dos principales cadenas montañosas, Sierra Madre Oriental y Sierra Madre Occidental, sobre las pendientes continentales o interiores, hay unas 12 000 000 ha estimadas de bosque (robles y pinos) y tierras reforestadas (eucaliptus) con potencial para cultivar forrajes (Aguirre et al., 1996). La lluvia anual oscila desde 550 a 900 mm, la altitud va desde 2 300 a 3 000 msnm, las temperaturas medias anuales van desde 11 a 8 ºC, en algunos casos con una o dos heladas ligeras en verano. En la medida en que grupos conservacionistas y profesionales forestales han promovido la aprobación de una legislación que prohíbe el pastoreo en estas tierras, sobre la base de que el pastoreo con ganado está dañando los bosques, se ha realizado una limitada investigación en forrajes. Sin embargo, los pequeños propietarios mantienen su ganado en estas tierras una vez que han desmontado los árboles. La tala de árboles se realiza para cultivar maíz en las elevaciones menores y papas en las mayores; una vez que se perdieron la superficie del suelo y la fertilidad natural del suelo, la tierra es abandonada y es introducido el ganado. Si bien la pinocha de los pinos y ciertas hojas de roble pueden ser venenosas para el ganado (por ejemplo, Denogean et al., 1974; Hatch y Pluhar, 1993; Schmutz y Hamilton, 1986; Schmutz et al., 1974; Stubbendieck et al., 1992) es principalmente el pisoteo y el ramoneo de la parte superior de los retoños y el masticado de las cortezas lo que resultará en el principal impacto de los vacunos y ovinos sobre los robles y pinos. Por lo tanto, la planificación de la plantación de árboles y el pastoreo junto con la alimentación animal apropiada serían suficientes para prevenir esos daños. La siguiente descripción de los recursos forrajeros proviene de estudios llevados a cabo en la región árida y semi-árida de México como se definió anteriormente. Primero serán discutidas las plantas nativas seguidas por las gramíneas introducidas. Plantas nativas Un tema que no ha sido extensamente establecido relacionado con las plantas nativas es: ¿el pastoreo del ganado mejora la acumulación de biomasa vegetal comparado con el no-pastoreo desde que el pastoreo promueve una tasa de renovación más alta del tejido vegetal? Este tema es ecológicamente relevante ya que ciertas plantas nativas son muy dificultosas de restaurar. El pastoreo puede reducir el rendimiento de biomasa de forraje comparado con sin pastoreo debido a que los animales pastorean más intensamente algunas especies que otras permitiendo que las últimas se hagan dominantes. Aguado (1994) encontró que luego de cuatro años de pastoreo moderado (una remoción media de 40 a 60% de la biomasa área acumulada anual) algunos sitios mostraron de 16 a 80% menos de rendimiento de forraje que sin pastoreo, mientras que en otros sitios, el área pastoreada mostró hasta 19% más rendimiento de forraje que sin pastoreo. El efecto negativo o positivo sobre el rendimiento de forraje del pastoreo comparado con sin pastoreo fue explicado por la diferente composición botánica de los sitios. En sitios con una proporción baja de especies vegetales altamente preferidas por el ganado y un porcentaje grande de especies vegetales no comidas por el ganado, el pastoreo disminuyó el rendimiento de forraje porque el ganado removió el tejido vegetal de pocas especies dejando otras escasamente afectadas o sin afectar, lo cual a su vez rindió menos forraje. Mientras que del 80 al 90% de la biomasa aérea de Bouteloua spp. (gramínea preferida) fue removida por el ganado, las gramíneas menos preferidas como Microchloa kunthii tuvieron un 12% o menos de su biomasa aérea removida. La mayor defoliación de Bouteloua spp. llevó a que su contribución a la composición botánica disminuyera desde 31 a 7% y a un abrupto incremento de la contribución promedio de los arbustos a la composición botánica desde menos de 4 hasta tanto como 34%. En sitios donde la mayoría de las especies vegetales 44 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje presentes fueron pastoreadas con similar intensidad, el pastoreo promovió un rendimiento de forraje más alto que sin pastoreo. Sequías recurrentes significan que, en tierras comerciales, si el ganado remueve 60% o más de la acumulación anual de forraje, la biomasa de forraje mostrará una declinación constante con fuertes incrementos de los arbustos en la composición botánica así como del suelo desnudo; esto, a su vez, llevará al sobrepastoreo y a la declinación de la producción animal. Las estrategias de pastoreo deberían incorporar una estimación anual de la dotación adecuada junto con el pastoreo controlado para mantener la remoción de forraje entre 40 y 60% de la acumulación anual de forraje. Gramíneas nativas El género Bouteloua tiene más de 22 especies de alta a media producción de forraje y calidad, distribuidas por toda la región árida y semi-árida de México, desde la más seca a la más húmeda, desde los suelos superficiales a los más profundos y desde los valles a las pendientes. La mayoría de las especies de Bouteloua son apetecidas por el ganado y pueden representar hasta un 80–95% de la dieta del ganado en pastoreo, suponiendo que no hay restricción en la disponibilidad de forraje. Sin embargo, esta preferencia puede llevar a un severo sobre uso de estas especies, habiéndose informado de una remoción de 80 a 92% de la biomasa aérea. Si el pastoreo no es controlado como para prevenir este alto nivel de uso, el subsecuente rendimiento de forraje y la persistencia declinan abruptamente. Entre las especies de Bouteloua descriptas como buenas forrajeras se encuentran: B.curtipendula (Michx.) Torr, B. chondrosioides (Kunth) Benth. ex S. Watson, B. dactyloides (Nutt.) Columbus, B. eriopoda (Torr.) Torr, B. gracilis (Kunth) Lag. ex Griffiths y B. hirsuta Lag. La investigación se ha concentrado en B. curtipendula y B. gracilis debido a que están ampliamente distribuidas en la región, sumado a que han mostrado más altos rendimientos de forraje y calidad que otras especies de Bouteloua. Bouteloua curtipendula tiene un gran acervo genético con más de 77 accesiones recolectadas desde Canadá a México. Los especialistas mejicanos han obtenido por lo menos tres cultivares sobresalientes, lamentablemente la semilla no está fácilmente disponible debido a que la producción de semilla comercial es escasa. Es ampliamente recomendada para lluvias anuales entre 300 y 500 mm, para ser sembrada en tierras de cultivo abandonadas; la densidad de siembra va desde 2 a 5 kg/ha, la emergencia de plántulas puede ir de 0 a 50% y las sobrevivencia de plantas un año después de la siembra es de 10 a 20%. Desde que el establecimiento mediante la siembra puede ser muy pobre y costoso en semilla, la plantación ha sido estudiada como una alternativa a la siembra; las plantas son cultivadas de semilla en un invernáculo o vivero por 70 a 90 días y luego transplantadas al comienzo de la estación lluviosa. La tasa de éxito usualmente está por encima del 60% o más alta si se hacen ciertas modificaciones al suelo para captar la lluvia junto con la plantación. Las densidades de plantación evaluadas han sido variables y en la mayoría de los estudios la tasa de sobrevivencia de plantas luego de la plantación ha sido la variable de interés más que la búsqueda de una densidad de población óptima. Bouteloua gracilis tiende a mostrar rendimiento en forraje más bajo pero de mejor calidad que B. curtipendula; sin embargo hay un estudio reciente (Bravo et al., 2004) en el cual con baja humedad disponible en el suelo B. gracilis mostró un mejor desempeño en rendimiento que B. curtipendula. Como era el caso con B. curtipendula los especialistas mejicanos han obtenido mejores cultivares pero la disponibilidad de semilla comercial es escasa y el establecimiento mediante la siembra podría ser muy pobre. Arbustos nativos La región árida y semiárida de México es muy rica en especies arbustivas con disponibilidad de forraje y calidad alta a media. Una excelente revisión sobre la biología y usos de los arbustos mejicanos fue preparada por McKell y García (1989). Los productores locales han sido concientes durante muchos años del uso de los arbustos por parte del ganado. Sin embargo, la publicación sistemática de estudios sobre su agronomía comenzó recién en la segunda mitad de la década de 1990. Antes de eso los estudios publicados trataban sobre los caminos para erradicar todas las especies de arbustos, luego de algunos años de focalizar la investigación sobre los arbustos comidos por los vacunos, ovinos y caprinos y la estación del año en que los consume el ganado. Entonces, el paradigma cambió de la erradicación indiscriminada de los arbustos hacia estrategias de control selectivo de los arbustos que incorporan el mantenimiento y/o la propagación de ciertos arbustos específicos. Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 45 Entre las Fabaceae se encuentra el género Acacia con más de 15 especies distribuidas todas a través de México, Eysenhardtia con dos especies; E. polystachya (Ortega) Sarg (=E. amorphoides Kunth) y E. orthocarpa (A. Gray) S. Watson y Dalea bicolor Humb. & Bonpl. ex Willd están entre aquellos arbustos con probado potencial forrajero para lluvias entre 400 a 500 mm. Muchos arbustos del género Acacia tienen espinas que los hacen difíciles de manipular en los viveros y esto también reduce la calidad del forraje disponible para el ganado. En las Fabaceae, a similares precipitaciones, hay otros arbustos ampliamente difundidos que son tóxicos para el ganado, entre ellos: Astragalus mollissimus Torr, Lupinus argenteus Pursh, Lupinus montanus Kunth, Oxytropis campestris (L.) DC y Oxytropis deflexa (Pall.) DC. La investigación en arbustos de Chenopodiaceae se ha concentrado en una especie: Atriplex canescens (Pursh) Nutt. Dentro del límite de lluvia anual de 250 a 500 mm (con algunas terrazas para cosechar lluvia), A. canescens ha mostrado la supervivencia más alta luego de la plantación (90 a 100%), una concentración de proteína cruda en las hojas entre 15 y 23% con una media de 18% y un rendimiento anual de forraje de 1,9 a 4 veces mas alto que otros arbustos. Se ha informado que el rendimiento anual de forraje bajo corte ha estado entre 1,9 y 5,4 toneladas/MS/ha con densidades de plantas oscilando entre 1 250 y 10 000 plantas/ha; alguna investigación estima que una población óptima debería estar alrededor de 2 500 a 3 500 plantas/ha. También ha sido señalada cierta tolerancia a suelos salinos. El rendimiento en forraje estuvo determinado por la ramificación y la altura de planta; en la medida en que estos dos atributos se incrementaron también lo hizo el rendimiento de forraje. Es una especie dioica, de modo que en las parcelas para producción de semilla alrededor de 40 a 50% de la plantas producirían semilla. El rendimiento de semilla por planta oscila desde 300 a 600 g. A. canescens es bien aceptada por los vacunos, ovinos y caprinos; sin embargo, el desempeño en el largo plazo de este arbusto bajo diferentes estrategias de pastoreo y de herbáceas subyacentes no ha sido investigado extensamente. Otros dos arbustos quenopodiáceos que recientemente recibieron la atención de los investigadores son Atriplex acanthocarpa (Torr.) S. Watson (tolerante a suelos salinos y rápidamente comido por el ganado; Sierra y Melgoza, 2004) y Atriplex polycarpa (Torr.) S. Watson que crece en suelos muy secos (superficiales y rocosos) de la península de Baja California. El género Opuntia, de la familia Cactáceae, sub-familia Opuntioideae y tribu Opuntieae incluye muchas especies de tipos arbustivos que han sido usados por productores locales como fuentes de forraje y agua para el ganado. El proceso de la fotosíntesis en estas especies es el metabolismo del ácido crasuláceo (MAC) lo que les permite sobrevivir más tiempo sin suministro de agua que otros arbustos; sin embargo, muchos especialistas cuestionan la relevancia de Opuntia como fuente de forraje, porque ganado maduro alimentándose de arbustos de Opuntia no puede mantener el peso vivo. Estos arbustos tienen bajo contenido de materia seca (8 a 10%) y proteína cruda (3 a 9%) y muchos de ellos deben ser chamuscados para eliminarle las espinas de manera que el ganado pueda consumir lo suficiente para sobrevivir. Cierta fauna silvestre usa Opuntia solo como fuente de agua. Los ganaderos locales se refieren a los arbustos de Opuntia como «nopales» o «choyas» y era una práctica común dar estos arbustos silvestres al ganado para ayudarlos a sobrevivir en los años secos. Actualmente más del 60% de los ganaderos estudiados (Luna y Chávez, 1994) ofrecen Opuntia al ganado año tras año indicando que las gramíneas nativas son constantemente sobre pastoreadas y entonces no son capaces de suministrar la cantidad de forraje requerido independientemente de la cantidad de lluvia recibida. La constante oferta de Opuntia al ganado ha disminuido la densidad de poblaciones silvestres en muchas áreas de la región. Frente a esta tendencia, se han establecido programas estaduales y federales para promover la plantación de Opuntia. La reducción de algunas poblaciones silvestres de arbustos de Opuntia tiene un impacto ecológico y podrían ser consideradas especies en peligro. Algunas especies que han sido usadas como forraje para el ganado son: Opuntia azurea Rose, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm. var. cuija Griffiths & Hare, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm. var. engelmanii, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm. var. flavispina (L. D.) Benson) B.D. Parfitt & Pinkava, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm. var. flexospina (Griffiths) B D. Parfitt & Pinkava, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm. var. lindheimeri (Engelm.) B D. Parfitt & Pinkava, Opuntia engelmanii Salm-Dyck ex Engelm. var. linguiformis (Griffiths) B. D. Parfitt & Pinkava, Opuntia leucotricha DC, Opuntia rastrera F.A. C. Weber, Opuntia ficus-indica (L.) Mill y Opuntia robustia H. L. Wendl. ex Pfeiff. 46 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje Gramíneas introducidas Luego de años de evaluación las siguientes gramíneas introducidas son las más ampliamente difundidas en la región: Cenchrus ciliaris L., Panicum coloratum L., Eragrostis curvula (Schrad.) Nees, E. curvula var. conferta (Schrad.) Nees, E. lehmanniana Nees y E. superba Peyr. Cenchrus ciliaris es la gramínea introducida con la mayor área sembrada en la región, estimada entre 1 250 000 a 2 000 000 ha en los últimos siete años. La siembra de pasto «buffel» ha sido agrupada en cuatro áreas principales: noreste (estados de Tamaulipas y Nuevo León), noroeste (estados de Sonora y Sinaloa), centro-sur (estados de Zacatecas y San Luis Potosí) y el trópico seco del sur y sureste (estados de Michoacán, Morelos, Oaxaca y Yucatán, principalmente). El pasto «buffel» fue traído desde Texas en 1954 al estado de Nuevo León, y a partir de allí la expansión del área sembrada con Cenchrus creció rápidamente. La gramínea mostró excelente establecimiento y alto rendimiento en forraje. La dotación anual de los arbustos nativos era de 12 a 27 ha/UA; cuando la tierra fue desmontada y sembrada con pasto «buffel» la dotación anual era de 3 a 8 ha/UA. En el rango de 400 a 550 mm de precipitación anual el pasto «buffel» ha mostrado mejor establecimiento y rendimientos de forraje más altos que la mayoría de las gramíneas nativas. Las bajas temperaturas invernales han sido la principal restricción de la expansión del pasto «buffel» en las regiones áridas a semiáridas dada la extensa mortalidad invernal que ocurre en áreas con promedios mensuales de temperaturas mínimas absolutas de 5 ºC o menos. Algunos cultivares comerciales como Frío, Llano y Nueces manifiestan mejor tolerancia a bajas temperaturas y cultivares más tropicales como Molopo, Viólela y Gayndah pueden mostrar baja persistencia en la mayor parte de la región árida a semiárida debido a que son altamente susceptibles a bajas temperaturas. En los últimos 10 años otra restricción a la expansión del área sembrada con pasto «buffel» y una amenaza a su persistencia en áreas ya sembradas ha venido aumentando; es el «bicho salivador» (Aeneolamia albofasciata Lall.) el cual había sido considerado un problema solamente en los trópicos. En 2000, el Ministerio de Agricultura informó que alrededor de 50 000 ha en el estado de Sonora fueron afectadas por esta peste; en esa área la lluvia anual es de alrededor de 400 mm y las heladas son comunes en invierno. El excelente desempeño del pasto «buffel» bajo condiciones de secano ha llevado a su evaluación bajo riego; el rendimiento de forraje puede ser incrementado hasta cinco veces comparado con condiciones de secano; sin embargo, el rendimiento nutritivo anual (proteína y materia seca digestible) ha de pasto «buffel» no ha sido tan alto como el informado en algunos estudios con alfalfa (Medicago sativa) (Ibarra et al., 2004; Palomo et al., 2004). Eragrotis curvula ha sido sembrado en dos áreas dentro de la región, una es en el centro-norte (estado de Chihuahua) y la otra es en el suroeste (estados de Jalisco, Zacatecas y Aguascalientes). Esta gramínea es una alternativa al pasto «buffel» en áreas con bajas temperaturas invernales. Las densidades de siembra son de 1 a 2 kg/ha. Sin embargo, la tasa de reducción en la calidad del forraje a medida que la planta alcanza la madurez y la fuerte acumulación de material muerto que limita el rebrote en la estación siguiente, han sido señaladas como las dos principales preocupaciones en el manejo de pasturas de Eragrotis curvula (Chavez et al., 1996). Panicum coloratum ha sido propuesto como una gramínea introducida para ser sembrada en tierras de cultivo abandonadas en el rango de lluvia anual de 450 a 550 mm. Es de alto rendimiento en forraje, pero de establecimiento lento por lo que los productores locales no usan extensivamente esta especie. A partir de ciertos datos no publicados, parece interesante evaluar la anual Eragrostis tef (Zuccagni) Trotter como una fuente de heno de alta calidad. La principal amenaza a la producción animal en la región árida y semi-árida de México es la pérdida de la cobertura herbácea, el incremento del suelo desnudo, la invasión de arbustos y la pérdida de suelo superficial. Las gramíneas nativas con alto potencial forrajero son preferidas por el ganado lo cual conduce al sobre uso si el pastoreo no es controlado; la siembra está limitada debido a que la disponibilidad de semilla y el éxito del establecimiento son pobres. El arbusto nativo con el mayor volumen de investigación es Atriplex canescens. Cenchrus ciliaris es la gramínea introducida más ampliamente difundida en la región; su uso ha incrementado la capacidad de carga de la tierra, pero la mortalidad invernal y las pestes de insectos restringen su expansión y presistencia. Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 47 Residuos de cultivos Las cantidades anuales de residuos de cultivos y sub-productos producidos en México se presentan en el Cuadro 13. Otros residuos y sub-productos tales como pulpa de citrus, residuos del procesamiento de ananá y desechos de banana son usados localmente como forraje en algunas regiones (Jiménez, 1989). Mientras que los sub-productos son usados comúnmente en la alimentación animal, el uso de los residuos de cultivos como forraje -a pesar de su alta disponibilidad- no está ampliamente difundido. El relativamente alto costo del transporte y el bajo valor alimenticio son las principales limitaciones. Durante las décadas de 1980 y 1990, el uso de tratamientos químicos para mejorar el valor alimenticio de los residuos de cultivos fue materia de investigación, sin embargo, la adopción de estas prácticas ha sido decepcionante probablemente debido a la baja eficacia en relación a los costos. Los residuos de cultivos son usados como forrajes principalmente en regiones donde coexisten la producción de cultivos y la animal como en el centro de México; es una práctica usual de los pequeños hacendados que producen cultivos y poseen unos pocos animales. El hecho de que la agricultura comercial intensiva y la producción animal están raramente integradas en sistemas mixtos es una restricción para un uso más amplio Alimentación de ganado suplementado con de los residuos de cultivos como forraje. Jiménez residuos de cultivo de maíz en el trópico (1989) estima que un 60% de los residuos de subhûmedo durante la estación seca Foto: Noe Adame maíz son usados –con eficacia variable- en la nutrición animal, la proporción más alta es pastoreada o cortada y suministrada en establos para alimentación rudimentarios (prácticas comunes en los pequeños hacendados), mientras que un 10% es comercializado como fardos. El autor informa que el uso de residuos de cultivos en la alimentación animal alcanza 10% en el caso de las puntas de caña de azúcar (exclusivamente en zonas donde se produce caña de azúcar) y 30% en el caso de la paja de trigo. Cuadro 13. Cantidades anuales de los principales residuos de cultivos y subproductos Residuo de cultivo o subproducto Rastrojo de maíz* Rastrojo de sorgo* Paja de trigo* Paja de frijoles* Paja de cebada* Puntas de caña de azúcar* Afrechillo y salvado de trigo* Bagazo de cervecería* Melaza* Harina de semilla de algodón** Harina de semilla de cártamo* Harina de soja* Millones de toneladas/año Residuos de cultivo de maíz comúnmente usados para la alimentación animal en México Central Foto: Dr. Ricardo D. Améndola 48,1 6,5 2,7 0,8 0,7 14,9 0,8 0,7 1,8 0,40 0,14 0,13 * Según rendimientos de grano promedio 1997-2002 (SIAP, 2004) y proporciones de los residuos y sub-productos en el rendimiento de grano (Jiménez, 1989). ** Promedio 1997-2002 según FAOSTAT (2004) El pastoreo de residuos de cultivo ed una práctica corriente entre los pequeños agricultores Foto:Dr. Ricardo D. Améndola 48 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 6. OPORTUNIDADES PARA EL MEJORAMIENTO DE LOS RECURSOS FORRAJEROS Los hacendados mejicanos tienen serias dificultades de competitividad enfrentando la creciente importación de productos subsidiados desde los países desarrollados o desde países del hemisferio sur que producen a costos muy bajos. Además del inevitable papel de los forrajes como medio de incrementar la sustentabilidad de las fincas de rumiantes mejicanas, los incrementos en la competitividad deberían provenir también del mejoramiento de la organización de los hacendados (particularmente en el campo de los canales de comercialización de carne) y poniendo atención a aspectos de la producción animal moderna que hasta ahora se habían dejado de lado como la seguridad alimentaria, los efectos sobre el ambiente y el bienestar animal (Pérez, 2004). Aunque sistemas intensivos de producción ovina basados en el pastoreo de pasturas sembradas están siendo desarrollados en todas las regiones (en los últimos años el alto precio del cordero es una opción atractiva), el mejoramiento de los recursos pastoriles en el futuro cercano estará estrechamente ligado al desarrollo de la competitividad de los sectores de ganado lechero y de carne vacuna. La evolución de los sectores de producción láctea y de ganado de carne ha sido diferente y por lo tanto el papel de los forrajes tiene que ser discutido en cada sector. Luego de la severa crisis de mediados de la década de 1990 el sector lácteo ha crecido rápidamente. La mayor parte del crecimiento ha sido dentro de los sistemas lecheros especializados y semiespecializados de la meseta y del norte de México; actualmente estos sistemas comprenden más del 70% de la producción nacional. Para estos sistemas, es urgente reducir los costos de alimentación, ya que estos representan una proporción alta del precio mundial teórico de la leche. La producción y utilización eficiente del forraje se tornaría en el punto clave para resolver los problemas de los costos altos de alimentación y de la distribución estacional desigual de la producción láctea. Los datos de la sección 5 sugieren que los hacendados lecheros están confiando crecientemente en forrajes anuales de secano. Este cambio es visto como un medio para resolver dos problemas simultáneamente: la reducción de los costos de producción y la disminución de la disponibilidad de agua para riego. Sin embargo, las prioridades de la investigación en forrajes templados no han estado estrechamente basadas en las áreas sembradas, particularmente referidas a condiciones irrigadas y de secano, desde que más del 80% de la investigación se realizó sobre forrajes irrigados. Por lo tanto las oportunidades para el mejoramiento de los forrajes de los sistemas lecheros especializados y semiespecializados necesitan del insumo de los investigadores colocando las prioridades en las variedades y en el manejo de los forrajes anuales de secano. Dentro de los forrajes irrigados de estos sistemas parecería que la atención debería cambiar desde el logro de altos rendimientos hacia tópicos como el uso eficiente del agua y el ajuste de las alternativas forrajeras a los requerimientos del sistema, por ejemplo, adecuación de las épocas de siembra y cosecha a las rotaciones de cultivos predominantes, distribución estacional del crecimiento y persistencia. En las presentes circunstancias, la evaluación de la factibilidad económica de las nuevas tecnologías forrajeras se torna una necesidad imperiosa. Los sistemas lecheros basados en el pastoreo y en el uso de cantidades moderadas de forraje conservado y de poco concentrado, son componentes esenciales de la competitividad de los nuevos líderes del mercado lácteo mundial. La lechería basada en pastoreo podría tornarse en una alternativa de bajo costo de producción en la meseta y en el norte de México. La disponibilidad de forrajes sembrados para pasturas permanentes en condiciones templadas subhúmedas y en condiciones subtropicales húmedas es muy baja; el encontrar opciones adecuadas debería conducir a un substancial incremento en la productividad y rentabilidad en esas condiciones. En contraste con los hacendados muy bien organizados del sistema lechero especializado, el grado de organización e integración de los hacendados del sistema de doble propósito tropical es muy bajo. Por lo tanto, en el caso de estos hacendados, el mejoramiento en la organización y consecuentemente en la integración se torna inevitable. La calidad del producto y la variación estacional de la producción parecen ser las principales restricciones para este mejoramiento. Los investigadores en forrajes y los programas gubernamentales deben jugar un papel esencial en la reducción de la variación estacional de la producción, donde las estrategias de alimentación para los períodos de escasez son cruciales. Aunque esto es identificado como un asunto crucial, la Alianza para el Campo (un programa gubernamental Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 49 muy extendido) se ha focalizado en la siembra de nuevas pasturas mientras que la conservación de forraje recibió muy poca atención. La evaluación de la factibilidad económica y la adecuación a los requerimientos del sistema de las diferentes alternativas de conservación de forraje, deberían tornarse en prioridades para la investigación en el futuro cercano. En el caso de los ganaderos, las experiencias de Veracruz y Tabasco muestran que la organización y la integración son caminos apropiados para incrementar la competitividad. En este caso la reducción de los costos de alimentación es también urgente. Teniendo en cuenta los cambios en las preferencias de los consumidores hacia carne de animales de «feedlots», el desarrollo de sistemas eficientes de pre-terminado mediante el pastoreo de pasturas sembradas en todas las regiones se visualiza como una alternativa atractiva. Debido a los altos objetivos de ganancia de peso vivo, las estrategias de alimentación suplementaria de animales en pastoreo deberían tornarse en un punto clave en la eficiencia de estos sistemas. El tratamiento de los problemas de los muy pequeños hacendados lecheros de los sistemas familiares requiere políticas especiales. Su característica más importante es que la producción y venta del producto no es usualmente su principal actividad. Por lo tanto, la investigación participativa aparece como el camino adecuado para desarrollar e introducir innovaciones tecnológicas, las cuales deben estar enfocadas a incrementar su seguridad alimentaria, aumentando las oportunidades para que permanezcan en sus propias comunidades mejorando la sustentabilidad ecológica de sus prácticas agropecuarias. 7. ORGANIZACIONES DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO Y RECURSOS HUMANOS La investigación en pasturas y forrajes es llevada a cabo por el INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias) y universidades públicas. La investigación en el INIFAP, está organizada en ocho centros regionales de investigación, correspondientes en términos generales a las regiones descriptas en la Figura 1. Norte de México En el norte de México hay tres centros regionales de investigación del INIFAP: i) CIRNO (noroeste) cubriendo Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora (143 investigadores de los cuales 21 tienen grado de Ph.D.), ii) CIRNOC (norte central) cubriendo Aguascalientes, Chihuahua, Durango, La Laguna y Zacatecas (193 investigadores de los cuales 38 tienen grado de Ph.D.) y iii) CIRNE (noreste) cubriendo Tamaulipas, Nuevo León, San Luis Potosí y Coahuila (122 investigadores de los cuales 12 tienen grado de Ph.D.). El ganado de carne, el ganado de leche y los caprinos son los principales sistemas considerados por la investigación. Una gran parte de la investigación está relacionada a los sistemas de producción extensiva basados en el pastoreo de praderas nativas: ecología de campo natural, manejo, conservación y rehabilitación de campos naturales degradados, Atriplex spp. como importante matorral para suelos salinos, gramíneas nativas como Bouteloua gracilis y Sporobolus airoides, establecimiento de pasturas en campos naturales de secano particularmente pasto «buffel», pánico verde (Panicum maximum var. trichoglume) y pasto «klein» (Panicum coloratum) y aspectos nutricionales del ganado pastoreando en campos naturales. La investigación relacionada con los sistemas de producción intensiva incluye producción de forraje y manejo del pastoreo de granos finos irrigados y de secano, raigrás anual y trébol alejandrino irrigados, variedades de alfalfa y riego por goteo, variedades de maíz y sorgo y tecnología para silo, leguminosas estivales de secano (Canavalia ensiformis, Mucuna pruriens y Lablab purpureus), y conversión de tierras de cultivo degradadas en pasturas sembradas. Seis universidades del norte de México tienen investigación y programas de estudio para graduados relativos a producción animal, pasturas y forrajes: Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Universidad Autónoma Antonio Narro (UAAAN) en Coahuila, Universidad Juárez del Estado de Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 50 Cuadro 14. Resumen del personal involucrado en investigación sobre tópicos relacionados con pasturas y forrajes en el norte de México. Institución Investigador Prioridades de investigación INIFAP CIRNO INIFAP CIRNO INIFAP CIRNOC Fernando Ibarra Flores [email protected] Martha Martín Rivera [email protected] Sergio Echavarría Morales [email protected] José Santos Sierra Tristán [email protected] Pedro Jurado Guerra [email protected] González Castañeda Fernando [email protected] Gregorio Núñez Hernández [email protected] Carlos A. García Díaz [email protected] Eduardo González Valenzuela [email protected] Guillermo Juan García Dessommes [email protected] Miguel Ángel González Padrón gonzalez.miguelangel@ inifap.gob.mx Alberto Lafón Terrazas [email protected] Carmelo Pinedo Álvarez [email protected] Manejo y rehabilitación de campo natural Manejo y rehabilitación de campo natural Manejo de cuencas, sustentabilidad de los sistemas de producción de carne Introducción de gramíneas en matorrales INIFAP CIRNOC INIFAP CIRNOC INIFAP CIRNOC INIFAP CIRNOC INIFAP CIRNOC INIFAP CIRNE INIFAP CIRNE INIFAP CIRNE UACH UACH UACH UACH UACH UANL UANL UANL UANL UANL UANL UANL UANL UAT UAT UAT UAT UAT UAAN UAAN UJED UJED UABCS UABCS UABCS Rehabilitación de campos naturales degradados Nutrición animal, silo de maíz Valor nutritivo de maíz, sorgo y trébol alejandrino Producción de semilla de especies forrajeras Manejo de campo natural, sistemas de producción ovina, matorrales Valor nutritivo de forrajes Producción animal tropical Manejo de recursos naturales, fauna silvestre Monitoreo de recursos naturales, sistemas de información geográfica Oscar Ruiz Barrera [email protected] Residuos de cultivos y sub-productos Manuel Sosa Cerecedo [email protected] Ecología vegetal, impacto ambiental, monitoreo de recursos naturales Guillermo Villalobos Villalobos [email protected] Nutrición de rumiantes en campo natural Humberto Ibarra Gil [email protected] Establecimiento de pasturas, transferencia de tecnología Roque Gonzalo Ramírez Lozano [email protected] Matorrales, valor nutritivo de gramíneas Erasmo Gutiérrez Ornelas [email protected] Nutrición de rumiantes Leticia Háuad Marroquín Leucaena spp. Homero Morales Treviño Sistemas de producción ovina bajo pastoreo Ciro Valdés Lozano Sorgo forrajero Rigoberto González González Hongos fibrolíticos y bacterias como aditivos para silo Javier García Canales Producción de semilla de pasto «buffel» Pedro Zárate Fortuna [email protected] Calidad de forraje, sistemas de producción ovina Abelardo Saldívar Fitzmaurice [email protected] Producción de semilla de Desmanthus spp., Cynodon spp. Florencio Briones Encinia [email protected] Pasto «buffel» Arnoldo González Reyna [email protected] Sistemas de producción ovina bajo pastoreo Elizabeth Andrade Limas Sistemas silvo-pastoriles Heriberto Díaz Solis Manejo de pasturas sembradas Jesús Fuentes Rodríguez Plantas de zonas secas en producción animal Manuel Murillo Ortiz Ganado de carne en pasturas de raigrás anual Arturo S. Juárez Reyes [email protected] Caprinos en matorrales Alejandro Palacios Espinoza Manejo de campo natural Ariel Guillén Trujillo Manejo de campo natural Rafael Ramírez Orduña Manejo de campo natural Durango (UJED) y la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Los tópicos de investigación en estas universidades corresponden en términos generales con aquellos descriptos para el INIFAP. En el Cuadro 14 se presenta un breve resumen del personal involucrado en investigación sobre tópicos relacionados con pasturas y forrajes en el norte de México. Centro de México INIFAP tiene dos centros de investigación regional en el centro de México: CIRPAC (Pacífico central) cubriendo Colima, Jalisco, Michoacán y Nayarit (174 investigadores, de los cuales 22 tienen grado de Ph.D.) y CIRCE (Central) cubriendo Guanajuato, Querétaro, México, Morelos, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y el Distrito Federal (193 investigadores, de los cuales 52 tienen grado de Ph.D.). Los sistemas de producción de rumiantes considerados por la investigación son bovinos de leche, de carne y doble Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 51 Cuadro 15. Resumen del personal involucrado en tópicos relacionados a pasturas y forrajes en el centro de México Institución Investigador Prioridades de investigación INIFAP CIRPAC Juan Eguiarte Vázquez INIFAP CIRCE Ma del Rosario Tovar Gómez [email protected] Hector Eduardo Villaseñor Mir [email protected] Juan Manuel Gutiérrez Castillo [email protected] Octavio Castelán Ortega [email protected] Carlos Arriaga Jordán [email protected] Carlos González Ezquivel [email protected] Angélica Espinoza Ortega Producción lechera pastoreando gramíneas tropicales, producción de semilla de pasto «buffel» Maíz forrajero, alfalfa, avena forrajera, valor nutritivo INIFAP CIRCE INIFAP CIRCE UAEM UAEM UAEM UAEM Tecnología de semillas, avena forrajera Pasturas de secano para sistemas de producción ovina Sustentabilidad y pasturas en sistemas lecheros familiares, investigación participativa Sustentabilidad y pasturas en sistemas lecheros familiares, investigación participativa Sustentabilidad y pasturas en sistemas lecheros familiares, investigación participativa Sustentabilidad y pasturas en sistemas lecheros familiares, investigación participativa Pastoreo de pasturas mixtas de Pueraria phaseoloides-Cynodon nlemfuensis, análisis de crecimiento de Vicia sativa irrigada y de secano Manejo de la cosecha de alfalfa, pastoreo de pasturas mixtas de alfalfa-dactylis, pasturas nativas bajo bosques de pinos, evaluación agronómica de Brachiaria spp. y Arachis pintoi, producción de semilla de Panicum maximum Mejoramiento genético de gramíneas nativas Ecología de campo natural Pastoreo de pasturas de Panicum maximum, maíz picado verde para vacas lecheras, alimentación suplementaria de novillos de pastoreo en los trópicos Pastoreo mixto (vacunos y ovinos), caracterización agronómica de Zea diploperennis (Teocintle) Alimentación suplementaria en los trópicos secos, caña de azúcar como forraje Árboles y matorrales, sustentabilidad de los sistemas campesinos Nutrición mineral de vacunos en pastoreo CP Jorge Pérez Pérez [email protected] CP Alfonso Hernández Garay [email protected] CP CP CP Adrián Quero Carrillo [email protected] Edmundo García Moya [email protected] Omar Hernández Mendo [email protected] UACh Pedro Arturo Martínez Hernández [email protected] Carlos Marcof Alvarez [email protected] Jorge Castrellón Montelongo [email protected] Maximino Huerta Bravo [email protected] Enrique Cortes Díaz Utilización de pasturas nativas tropicales José G. García Muñiz [email protected] Producción lechera orgánica Antonia González Embarcadero Análisis micro-histológico de muestras de forraje, de fístula y fecales Ricardo D. Améndola Massiotti Producción láctea intensiva basada en forrajes y [email protected] pastoreo UACh UACh UACh UACh UACh UACh UACh propósito, ovinos y caprinos. Dentro de forrajes las prioridades están en alfalfa y avena forrajera; también se lleva a cabo investigación en maíz forrajero, sorgo forrajero, triticale, raigrás anual, Clitoria ternatea, Andropogon gayanus, Zea diploperennis, pasturas irrigadas de largo plazo, pasturas de secano para sistemas de producción ovina, producción lechera bajo pastoreo de pasturas templadas y tropicales, nutrición mineral de vacunos en pastoreo, alimentación suplementaria de bovinos de carne en pastoreo durante la estación seca y conversión de tierras de cultivo degradadas en pasturas sembradas. Dos universidades, Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) y Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y el Colegio de Postgraduados (CP; una institución de ciencias agropecuarias a nivel de post-grado), las tres localizadas en el estado de México, tienen investigación y programas de estudios para graduados referentes a pasturas y forrajes dentro de los sistemas de producción de rumiantes. En el cuadro 15 se presenta un resumen del personal involucrado en investigación sobre tópicos relacionados a pasturas y forrajes en el centro de México. Sur de México En el sur de México hay tres centros de investigación regional del INIFAP: i) CIRGOC (Golfo central) cubriendo Tabasco y Veracruz (119 investigadores, de los cuales 10 tienen grado de Ph.D.); ii) CIRSE (Sudeste) cubriendo Campeche, Quintana Roo y Yucatán (76 investigadores, de los cuales 5 tienen grado Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje 52 Cuadro16. Resumen del personal involucrado en tópicos relacionados con pasturas y forrajes en el sur de México Institución Investigador Prioridades de investigación INIFAP CIRGOC Forrajes tropicales, producción de semilla, Brachiaria humidicola INIFAP CIRGOC INIFAP CIRGOC Eduardo Daniel Bolaños Aguilar [email protected] Francisco Meléndez Nava Eduardo Canudas Lara INIFAP CIRSE Luis Ortega Reyes INIFAP CIRSE Fernando Rivas Pantoja [email protected] Rosario Ivone Carmona Muñoz [email protected] Epigmenio Castillo Gallegos [email protected] Ángel R. Pulido Albores [email protected] Jesús Jarillo Rodríguez [email protected] Braulio Valles de la Mora [email protected] Juan Rivera Lorca Luis Ramírez Avilés [email protected] Heriberto Gómez Castro José Antonio Torres Rivera Hipólito Mendoza Castillo INIFAP CIRSE UNAM CEIEGT UNAM CEIEGT UNAM CEIEGT UNAM CEIEGT ITA N°2 UADY UNACH UACh UACh Forrajes tropicales Riego por goteo, producción de carne intensiva pastoreando pasturas de Pennisetum purpureum, análisis económico de alternativas económicas Ovinos bajo pastoreo, Leucaena, maíz forrajero en mezclas con leguminosas Pasturas mixtas de Brachiaria y Leucaena, pastoreo de ovinos en plantaciones de citrus Investigación participativa en el desarrollo de sistemas silvo-pastoriles Producción de leche y carne sobre pasturas tropicales, Arachis pintoi Transferencia de tecnología en fincas de doble propósito Evaluación agronómica de pasturas y forrajes Evaluación de pasturas y forrajes, fijación simbiótica de N2 por leguminosas Ovinos en sistemas silvo-pastoriles Árboles y matorrales forrajeros Secuestro de carbono por árboles forrajeros y herbáceas latifoliadas Pastoreo de ovinos en plantaciones de café Hibiscus rosa sinensis como forrajera para ovinos en pastoreo de Ph.D.) y iii) CIRPAS (Pacífico sur) cubriendo Guerrero, Oaxaca y Chiapas (75 investigadores, de los cuales 13 tienen el grado de Ph.D.). Ganado de doble propósito, ganado de carne, ovinos, forrajes y sistemas campesinos de rumiantes son los principales sistemas de producción animal considerados por la investigación. Se lleva a cabo investigación en Leucaena leucocephala, Mucuna pruriens, Clitoria ternatea, Chloris gayana, Brachiaria brizantha, Panicum maximum, Andropogon gayanus (producción de semilla), sorgo forrajero, maíz forrajero en mezclas con leguminosas, establecimiento y manejo de pasturas tropicales, sistemas silvo-pastoriles, manejo nutricional de bovinos de carne y doble propósito, producción láctea en la región montañosa, sistemas de producción de ovinos para pelo, sistemas campesinos de rumiantes. Varias universidades tienen programas de investigación en tópicos relacionados con pasturas y forrajes en sistemas de producción animal: Universidad Autónoma de México (UNAM, con el centro de investigación CEIEGT localizado en Veracruz), Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), Instituto Tecnológico Agropecuario Nº 2 en Yucatán (ITA Nº 2), Colegio de Postgraduados (CP con centros de investigación en Veracruz) y Universidad Autónoma Chapingo (UNACh, con centros de investigación en Veracruz y Yucatán). En el Cuadro 16 se presenta el personal involucrado en investigación de tópicos relacionados con pasturas y forrajes en el sur de México. 8. REFERENCIAS Aguado, S. G. A. 1994. Análisis de algunos efectos del pastoreo en agostaderos del Altiplano Central. Folleto técnico # 4. Campo Experimental ‘Vaquerías’. Centro de Investigaciones del Pacífico Centro. INIFAP. 16 pp. Aguirre C. C., Rubio A. y Quiñones M. A. 1996. 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Epigmenio Castillo Gallegos, quien tiene un BSc de la Universidad Autónoma de Nuevo León, un M.Sc. de la Universidad de Florida y en 2003 completó su grado de Ph. D. de la Universidad de Wageningen en ciencias vegetales. Desde 1975 a 1980 trabajó en el Departamento de Forrajes del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias, luego en el Centro de Ganadería del Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas desde 1983 a 1985 antes de incorporarse al Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Ganadería Tropical de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde ha enseñado el curso de Manejo de Forrajes (nivel no graduado) desde 1986 hasta la fecha. Tiene numerosas publicaciones y supervisa trabajos de tesis de estudiantes de diferentes niveles. Pedro Arturo Martínez Hernández, Profesor de producción de forrajes en el Departamento de Ciencia Animal, Universidad de Chapingo, México. Investigación y extensión sobre prácticas agronómicas para fortalecer la produción de forraje. Contactos: Ricardo Améndola Programa de Posgrado en Producción Animal Universidad Autónoma Chapingo km 38.5 Carretera México-Texcoco Chapingo Estado de México MEXICO Tel and fax: (52) 595 95 21621; Tel (52) 595 95 46729 e-mail: [email protected] Epigmenio Castillo Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Ganadería Tropical Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia Universidad Nacional Autónoma de México Apartado Postal 136 Martínez de la Torre, Ver., MEXICO CP 93600 Tel. and Fax: (52 232) 324 3941, 324 3042, 324 3043 Email: [email protected] Pedro Arturo Programa de Posgrado en Producción Animal Departamento de Zootecnia Universidad Autónoma Chapingo km 38.5 Carretera México-Texcoco Chapingo, Estado de Mexico 56230 MEXICO Tel and fax : +52 (595) 952-1621 58 Perfiles por País del Recurso Pastura/Forraje Tel : +52 (595)954-0635 and +52(595)954-8401 e-mail: [email protected] [Este perfil fue completado por los autores en enero/febrero de 2005 y fue editado por J.M. Suttie y S.G. Reynolds en febrero de 2005.] [Este perfil fue traducido por Cadmo Rosell y Francisco A. Mandl en abril de 2005.]