En estos autos rol Nº 14.652-2002 del Primer Juzgado Civil de El Loa

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Santiago, veintiocho de junio de dos mil seis.
Vistos:
En estos autos rol Nº 14.652-2002 del Primer Juzgado Civil de El LoaCalama, CARATULADOS MINERA RICARDO RESOURCES INC. S.A.
con CODELCO CHILE, sobre juicio sumarísimo de constitución de
servidumbres mineras, se ha dictado sentencia definitiva de primera
instancia a fojas 324, por la cual se rechazó la demanda de autos, con
costas.
En contra de esta decisión la demandante a fojas 348 dedujo, en lo
principal, recurso de casación en la forma, basado en la causal del Nº
9 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con lo
dispuesto en el Nº 5 del artículo 795 del mismo cuerpo de leyes. En
subsidio interpuso recurso de apelación, a fin de que se revocara el
fallo aludido y se acoja la demanda de servidumbre minera, fijándose
prudencialmente la indemnización por los perjuicios que se puedan
causar al predio sirviente.
La Corte de Apelaciones de Antofagasta, por resolución de fojas 390,
desestimó el recurso de casación en la forma y confirmó, con costas la
sentencia de primer grado, con declaración que se rechazan las tachas
opuestas en contra de los testigos Paula Antonia Miranda Toro,
Gerardo Araya García, Enrique Giadach Contreras y Germán Dunner
Pessoa y se rechazan las objeciones documentarias planteadas a
fojas 78 y 124.
En contra de este 'faltimo fallo la demandante dedujo recurso de
casación en el fondo, sosteniendo que dicha resolución se ha dictado
cometiendo infracción de los artículos 19 Nº 24 de la Constitución
Política de la República, 8 de la Ley Orgánica Constitucional sobre
Concesiones Mineras y 120 del Código de Minería.
Se trajeron los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurso en estudio afirma que el derecho de
propiedad que el titular de una concesión minera tiene, coexiste con el
derecho de dominio que tiene el dueño del predio superficial en donde
se encuentren ubicadas las sustancias mineras, relación que se regula
por la vía de las servidumbres mineras que le permiten al
concesionario minero ejercer el derecho real inmueble que posee,
previo el pago de las indemnizaciones que le corresponden al dueño
del predio sirviente, con lo cual se impide cualquiera prohibición que
perturbe dicha concesión. Se expresa, en seguida, que la sentencia
recurrida rechazó la constitución de la servidumbre minera de
ocupación y tránsito a que tendría derecho la sociedad recurrente, con
abierta infracción a la legislación minera y haciendo imposible el
ejercicio de sus derechos como titular de una concesión minera. Hace
presente el recurso, que el fallo impugnado señala que las
autorizaciones exigidas en el artículo 17 del Código de Minería son
previas a la solicitud de las servidumbres mineras, puesto que el o los
permisos escritos constituyen un requisito indispensable para la
autorización, lo cual constituye una infracción al artículo 19 Nº24 de la
Constitución Política de la República, ya que esta norma en la parte
final del inciso sexto indica que ?los predios superficiales estarán
sujetos a las obligaciones y limitaciones que la ley señale para facilitar
la exploración, la explotación y el beneficio de dichas minas?. Se
infringe además, se dice, el artículo 8º de la Ley Orgánica aludida en
cuanto expresa que ?Los titulares de las concesiones mineras tienen
derecho a que se constituyan las servidumbres convenientes a la
exploración y explotación mineras?. En seguida se sostiene, que las
servidumbres mineras son ?legales? y por lo tanto perentorias para el
dueño del predio sirviente y éste está obligado a tolerarlas;
SEGUNDO: Que prosiguiendo con su
argumento, el libelo señala que la sentencia recurrida impide a su
representada ejercer sus derechos y constituir una servidumbre legal
de ocupación y tránsito para la exploración y explotación de las
concesiones mineras ?Ricardo 92 1-30?, ?Ricardo XVII 1-30? y
?Ricardo 110?, las que en su opinión cumplen con todos los
requisitos señalados en los artículos 120 y siguientes del Código de
Minería, los cuales se reducen a la verificación de concesionario del
solicitante y a la posterior aceptación y pago por parte de éste de la
indemnización que se determine y, en tal situación, la servidumbre
deberá ser concedida. Se aduce, la infracción del artículo 8 de la
citada Ley Orgánica Constitucional y al párrafo 1º del Título IX del
Código de Minería, vulneración que se ha configurado, por cuanto el
sentenciador supone que para la constitución de una servidumbre
minera la ley exige requisitos adicionales a los establecidos en la
legislación vigente, como son los permisos del artículo 17 del código
citado, norma que no exige, al igual que la Constitución y la misma Ley
Orgánica Constitucional que el concesionario minero cuente con los
permisos aludidos, con anterioridad a la solicitud de la constitución de
una servidumbre minera, de tal modo, que cualquiera condición
adicional acarrea la infracción a la garantía constitucional señalada y
de las otras normas citadas;
TERCERO: Que en seguida, se explica que la infracciones citadas se
producen al analizar el texto del artículo 17 del Código de Minería
cuando expresamente señala que: ?...para ejecutar labores mineras en
los lugares que a continuación se señalan, se necesitará el permiso o
permisos escritos de las autoridades que respectivamente se
indican...?. Siguiendo al profesor Juan Luis Ossa indica que el vocablo
?labores mineras? se refiere exclusivamente a ?labores de
excavación?, clasificación dentro de la cual no cabe la solicitud de una
servidumbre minera, ya que ésta no implica en si misma la realización
de trabajos para la instalación de infraestructura y, por lo tanto, las
autorizaciones aludidas solo se requieren en la medida que el
concesionario requiera iniciar labores mine ras dentro de los terrenos a
que se refiere el artículo 17 y no al momento de solicitar la constitución
de servidumbre como se infiere de la lectura del artículo 116 del
Código de Minería, con lo cual se concluye que estas limitaciones
están dadas exclusivamente al derecho del concesionario de explorar
y de explotar su pertenencia, de tal manera, se señala, que hacer
aplicable tales limitaciones para obtener servidumbre, resulta, además
de impropio, un flagrante error de derecho, ya que hace sinónimas,
aquellas garantías con la facultad de solicitar y obtener servidumbres,
lo que el legislador no señaló expresamente. Se sostiene que esta
confusión del sentenciador le impone a la sociedad recurrente un
requisito adicional no exigido por la ley, con lo cual la recurrente siendo
titular de concesiones mineras y cumpliendo con los requisitos para
solicitar servidumbre en los términos del artículo 120 del Código de
Minería, no puede iniciar labores ya que no es dueña de los terrenos
superficiales y sólo podrá iniciar los trámites para obtener los permisos
respectivos una vez que se le otorgue una servidumbre y sin esta se
verá en la imposibilidad de ejecutar las labores para la cómoda y
conveniente exploración y explotación de sus pertenencias, con lo cual
conducirá a la total desprotección del derecho real e inmueble que
tiene respecto de sus pertenencias mineras;
CUARTO: Que se señala a continuación en el recurso, que los errores
de derecho antes referidos producen como consecuencia, la
vulneración de las disposiciones contenidas en el párrafo 1º del Título
IX del Código de Minería, puesto que la sentencia recurrida no se
pronuncia respecto de la aseveración contenida en el fallo de primera
instancia, en el sentido que para requerir la constitución de una
servidumbre el concesionario debe justificar la existencia de un
proyecto minero, afirmación que, según el recurso, va en contra de
toda la lógica y principios que forman el Derecho Minero, en cuanto
establece que el Estado tiene un dominio público especial sobre todas
las minas y entregó a los particulares, que cumplan con los requisitos
legales, un derecho sobre las
sustancias minerales que ellas contienen, que se denomina concesión
y que permite a sus titulares el uso y goce de éstas sin sujeción a
plazos. Así, se explica, desde la constitu ción de la respectiva
concesión y con el fin de facilitar la conveniente y cómoda exploración
y explotación minera, los predios superficiales están sujetos a los
gravámenes señalados en el artículo 120 del Código de Minería, entre
los que destaca la servidumbre de ocupación y de tránsito;
QUINTO: Que al explicar el recurso la influencia que los errores de
derecho han producido en lo decisorio de la sentencia impugnada, se
dice que se falló en contravención a norma expresa, impidiendo a la
recurrente la constitución de una servidumbre legal minera respecto de
la cual al propietario del predio superficial no cabe sino aceptarla,
radicando el perjuicio en esta decisión y que solo es reparable con la
invalidación del fallo;
SEXTO: Que la cuestión controvertida que fluye de esta litis, se ha
producido frente a la pretensión de la recurrente de obtener la
constitución de una servidumbre legal minera para los fines de
ocupación y tránsito, en su carácter de dueña de diversas concesiones
mineras. Aduce en su demanda, que en dichas concesiones se
encuentra desarrollando faenas de explotación de recursos mineros no
metálicos desde hace tiempo y que ahora contempla continuar con las
actividades propias de una prospección geológica e iniciar, entre tanto,
la explotación de los recursos minerales no metálicos identificados en
las propiedades mineras de su dominio. Agrega que para poder llevar
a cabo el proyecto minero, se requiere de la ocupación y tránsito de los
terrenos de propiedad de la demandada para permitir el acceso a las
concesiones y la ocupación para la construcción de las instalaciones
necesarias para la conveniente y cómoda exploración minera y para la
explotación inmediata de los minerales. Esta pretensión es resistida
por la dueña del predio sirviente, por cuanto en los terrenos en que se
solicita la servidumbre realiza un proyecto inmobiliario, aduciendo que
la actora no tiene a su vez un proyecto minero que justifique el aludido
gravamen y no cuenta además, con los permisos previstos en el
artículo 17 Nº 1 y 4 del Código de Minería, dada la ubicación actual del
inmueble en donde se encuentran ubicadas las concesiones mineras y
en la que se pretende se constituyan las servidumbres solicitadas;
SEPTIMO: Que los jueces del fondo han establecido los siguientes
hech os de la causa, inamovibles para este tribunal, toda vez, que no
se ha basado el recurso en infracción de leyes reguladoras de la
prueba:
1.-que la empresa minera Ricardo Resources Inc. S.A. es dueña de las
pertenencias mineras denominadas Ricardo XVII 1 al 30, ubicadas al
sur este de Calama y es además titular de la concesión minera de
exploración ?Ricardo 110? de una superficie total de 300 hectáreas, y
también detenta dominio de las pertenencias mineras denominadas
?Ricardo 92, 1 al 30?, ubicadas en la provincia de El Loa, comuna de
Calama;
2.-que Codelco Chile, se encuentra desarrollando en el sector
denominado ?El Peuco?, un proyecto inmobiliario que tiene por objeto
la construcción de varios conjuntos habitacionales para un grupo de
familias que deben trasladarse de Chuquicamata a Calama y que
cuenta con calificación favorable de la Corema Segunda Región,
además de autorización de cambio de uso de suelo y permisos de
edificación y urbanización;
3.-que el lugar en que se pretende constituir las servidumbres legales
mineras a favor de la actora, ubicación del predio sirviente para estos
fines, se halla a lo menos dentro de los 50 metros medidos
horizontalmente de caminos públicos y además a menos de 500
metros de lugares destinados a depósitos de materiales explosivos o
inflamables o en terrenos adyacentes hasta una distancia de 3000
metros medidos horizontalmente de aeródromos y que han sido
declarados necesarios para la defensa nacional;
4.-que la demandante no ha podido just
ificar que se encuentra ejerciendo alguna de las finalidades que le
otorga el hecho de ser titular de concesiones mineras de exploración y
explotación, ni ha presentado un proyecto concreto en tal sentido,
dentro del lugar en donde se encuentran ubicados el pedimento y
pertenencia;
5.-que la demandante no ha obtenido las autorizaciones del
Gobernador respectivo ni del Ministerio de Defensa Nacional, exigidos
por la ley, por encontrarse las concesiones mineras, en las cercanías
con la zona urbana y el aeropuerto de Calama.
Estos hechos aparecen claramente consignados en los fundamentos
vigésimo tercero, vigésimo octavo y trigésimo del fallo de primer grado
y noveno de la sentencia de segunda instancia;
OCTAVO: Que como ya se ha expresado, el recurso den uncia como
primer agravio y constitutivo de error de derecho, el desconocimiento
que han hecho los jueces del fondo de la facultad constitucional que le
asiste a la demandante para constituir servidumbres mineras en
terrenos superficiales ajenos, quebrantando los artículos 19 Nº 24 de la
Constitución Política, 8 de la Ley Orgánica Constitucional sobre
concesiones mineras y 120 del Código de Minería, normas que
establecen estos gravámenes en el carácter de obligatorios, por el solo
hecho de ser legales. Se señala que el fallo impugnado establece
requisitos adicionales no previstos en la ley, como lo serían los
permisos que para otros fines exige el artículo 17 del código antes
referido, limitaciones que en su concepto se establecen para explorar o
explotar una pertenencia o para el caso especifico de la autorización
para catar y cavar y, por consiguiente, no están señaladas como tales
para obtener las servidumbres a que se refiere el artículo 120 del
mismo texto legal;
NOVENO: Que el artículo 19 de la Constitución Política de la
República, asegura en el Nº24 el derecho de propiedad en sus
diversas especies sobre toda clase de bienes corporales o
incorporales. Trata también este precepto el derecho que tiene el
Estado de ser titular del dominio absoluto, exclusivo, inalienable e
imprescriptible de todas las minas, no obstante la propiedad de las
personas naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas
estuvieren situadas. En la parte final del inciso sexto de dicha norma
se impone que los predios superficiales estarán sujetos a las
obligaciones y limitaciones que la ley señale para facilitar la
exploración, la explotación y el beneficio de dichas minas. Se
especifica además, en el inciso noveno, que el dominio del titular sobre
su concesión está protegido por la garantía constitucional de que trata
este número. Por su parte el artículo 8 de la Ley Orgánica
Constitucional sobre Concesiones Mineras previene que los titulares
de concesiones mineras tienen derecho a que se constituyan las
servidumbres convenientes a la exploración y explotación mineras,
regulando a continuación el gravamen que debe soportar el dueño del
predio superficial para los distintos trabajos mineros que el
concesionario debe realizar para los fines precisos de la concesión
obtenida, indicando el procedimiento para su constituci 'f3n y las
características que presentan estas limitaciones al dominio del predio
sirviente. A su vez, el artículo 120 del Código de Minería, explicita que
desde la constitución de la respectiva concesión y con el fin de facilitar
la conveniente y cómoda exploración y explotación mineras, los
predios superficiales están sujetos a los gravámenes que se indican a
continuación en dicha disposición legal. En resumen, las normas
aludidas, establecen el derecho de los titulares de concesiones
mineras a obtener las servidumbres que fueren necesarias para la
adecuada exploración y explotación de tales concesiones. Del mismo
modo que se consagra el derecho aludido y la limitación del dominio
que debe soportar el propietario del predio superficial, se especifica en
los dos últimos textos, que la constitución de las servidumbres, su
ejercicio e indemnizaciones correspondientes se d
eterminarán por acuerdo de los interesados o por resolución judicial en
el procedimiento breve especial que la ley contemple. En este caso, el
sumarísimo a que se refiere el artículo 234 del Código de Minería;
DECIMO: Que en el presente caso, no habiéndose convenido entre las
partes un acuerdo, con relación a la constitución de las servidumbres
solicitadas por la sociedad demandante, el conflicto llevado a la
jurisdicción derivó en una sentencia que negó la demanda. Sostiene el
fallo impugnado que no es posible constituir dichos gravámenes
porque no existiría de la actora un proyecto minero que justificara
limitar el dominio del predio superficial y porque además, no se habrían
obtenido los permisos a que se refiere el artículo 17 del Código de
Minería, condiciones que el recurso no acepta que sean necesarias
para que se constituyan las servidumbres solicitadas, infringiendo de
esta manera las normas jurídicas antes indicadas. En esta discusión
se debe considerar que la sentencia no le ha desconocido el derecho
constitucional de que goza el recurrente para obtener servidumbres en
el predio sirviente, beneficio que evidentemente, por tener la calidad de
concesionaria de exploración y explotación, le asiste perfectamente, la
cuestión es discernir si el ejercicio de este derecho es tan absoluto que
debe ser siempre declarado por el juez y que es la tesis que propone
el recurso, frente una posición contraria que considera que será
necesario previamente ponderar ciertas condiciones que permitan
concederlo. En esta disyuntiva, aparece evidente que no puede existir
un quebrantamiento al precepto constitucional invocado, puesto que
aparte de ser esta una norma que entrega a la ley la forma de
reglamentar las limitaciones y obligaciones de los predios sirvientes
para facilitar la exploración, la explotación y el beneficio de dichas
minas, esa sola circunstancia revela que la disposición sólo señala una
garantía, que deberá ser acotada por la ley y, por lo mismo, le quita el
carácter absoluto que el recurso le confiere al otorgamiento de las
servidumbres mineras;
UNDECIMO: Que el artículo 8º de la Ley Orgánica antes referida,
luego de otorgarle el derecho de los titulares de concesiones mineras
para obtener servidumbres, precisa que éstas deberán ser las
convenientes a la exploración y explotación mineras, esto es, que sean
útiles, oportunas, provechosas, como lo dice el diccionario. Esta norma
además, explica las clases de servidumbres que se pueden pedir,
considerando las actividades de ocupación y de tránsito, que son las
que interesan para este recurso. La primera de ellas concreta que el
gravamen se extiende a que el predio sirviente pueda ser ocupado en
toda la extensión necesaria para trabajos mineros y para los propósitos
que la norma indica, sin embargo, es útil indicar que el sentido de este
precepto atiende al trabajo minero, con lo cual la norma está indicando
un propósito y un fin de la limitación legal aludida, cual es el que se
haga una obra como resultado de la actividad humana o que
corresponda, como también señala el léxico, a una operación de la
máquina, pieza, herramienta o utensilio que se emplea para algún fin o
que represente un esfuerzo humano aplicado a la producción de la
riqueza. La misma idea de objetivos y finalidades fluye con respecto a
la servidumbre de tránsito, en relación a las innumerables variantes
que al efecto se contiene en la parte final del inciso segundo del
artículo 8º antes aludido. De esta forma, no se advierte, frente a las
condiciones que se señalan en esta norma para la obtención del
gravamen indicado, que esta garantía tenga el carácter de absoluta
que le asigna la recurrente y por ello deba ser concedida la
servidumbre por la sola circunstancia de la titularidad de una
concesión minera. Al contrario, si bien las servidumbres, conformes a
los preceptos antes indicados, corresponden a un derecho de los
titulares de concesiones mineras, su establecimiento solo es posible si,
aparte de
esa titularidad, se satisfacen otras condiciones que el legislador pueda
establecer, lo cual deberá reglamentarse en el Código de Minería,
requisitos que deberán ser analizadas en ese contexto reglado, para
determinar en esa órbita si la sentencia ha cometido o no error de
derecho, cuando no dio lugar a las servidumbres impetradas por la
demandante. En este sentido y por estas circunstancias el recurso no
puede prosperar en lo que se refiere al quebrantamiento inexistente
del artículo 19 Nº 24 de la Constitución Política de la República y 8º de
la Ley Orgánica aludida;
DUODECIMO: Que siguiendo el desarrollo del recurso, corresponde
determinar si el fallo ha incurrido en error de derecho en la aplicación
de los artículos 17 y 120 del Código de Minería. La primera norma
preceptúa, que sin perjuicio de los permisos de que trata el artículo 15,
para ejecutar labores mineras en los lugares que se indican, se
necesitará el permiso o permisos escritos de ciertas autoridades. En el
Nº 1º de la primera disposición, la del gobernador respectivo, para
ejecutar labores a menor distancia de cincuenta metros, medidos
horizontalmente, de edificios, caminos públicos, ferrocarriles, líneas
eléctricas de alta tensión, andariveles, conductos, defensas fluviales,
cursos de agua y lagos de uso público, y a menor distancia de
doscientos metros, medidos horizontalmente, de obras de embalse,
estaciones de radiocomunicaciones, antenas e instalaciones de
telecomunicaciones. En el número 4º, se exige del Ministerio de
Defensa Nacional igual autorización, para ejecutar labores mineras a
menos de quinientos metros de lugares destinados a depósitos de
materiales explosivos o inflamables. El artículo 120 del expresado
cuerpo de leyes señala: ?Desde la constitución de la respectiva
concesión y con el fin de facilitar la conveniente y cómoda exploración
y explotación minera, los predios superficiales están sujetos a los
siguientes gravámenes:
1.- El de ser ocupados, en toda la extensión necesaria, por canchas y
depósitos de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de
extracción y de beneficio de mine rales; por sistemas de comunicación,
y por canales, tranques, cañerías, habitaciones, construcciones y
demás obras complementarias;
2.- Los...;
3.- El de tránsito y el de ser ocupados por caminos, ferrocarriles,
aeródromos, cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas
transportadoras y todo otro sistema que sirva para unir la concesión
con caminos públicos, establecimientos de beneficio, estaciones de
ferrocarril, puertos, aeródromos y centros de consumo?;
DECIMO TERCERO: Que como ya se indicó, son hechos establecidos
por los jueces de la instancia, que las concesiones mineras de las
cuales es titular la demandante, se encuentran ubicadas en sectores
correspondientes a las situaciones de los Nº 1 y 4 del artículo 17 del
Código de Minería y que no se han obtenido los permisos que dicha
norma contempla. Esta autorización es necesaria para el
concesionario, puesto que el artículo 116 del Código de Minería, junto
con entregarle a éste los derechos exclusivos de explorar y de explotar
libremente su pertenencia, considera sin embargo, que dicha facultad
lo es con las limitaciones que dicho precepto contempla, entre ellas las
autorizaciones que indica el referido artículo 17. De lo anterior resulta
que este amplio derecho que concede la ley minera, solo se puede
ejercitar, en el caso de la actora, en la medida que cumpla con las
referidas autorizaciones. Requisito que también es exigible para
constituir servidumbres a favor de este concesionario, puesto que este
gravamen, aun en el caso de ser legal, necesitan ser declaradas
judicialmente, conforme se expresa en el párrafo 1º del Título IX del
Código aludido y para ello es menester que se acredite que las
servidumbres sean necesarias para la conveniente y cómoda
exploración y explotación y requieren en consecuencia de obras,
trabajos y labores de carácter mineros y si esta es la expresió
n que emplea el legislador, hay que entenderla como trabajar o
laborear algo, en el caso concreto, según lo indica el diccionario, hacer
excavaciones en una mina, o en otro sentido como el arte de explotar
las minas, haciendo las labores o excavaciones necesarias,
fortificándolas, disponiendo el tránsito por ellas y extrayendo las mas
aprovechables;
DECIMO CUARTO: Que el artículo 17 del Código de Minería, si bien
se encuentra ub icado en el párrafo 2º del Título I, que trata de la
facultad de catar y cavar, constituye una norma de aplicación general
en el derecho minero y no puede entenderse circunscrita a esa sola
actividad la cual, en sus artículos anteriores la regula de manera
específica. En efecto el aludido artículo 17, haciendo presente la
expresión: ?sin perjuicio de los permisos de que trata el artículo 15?
exige otros para ejecutar labores mineras, comprendiendo con esta
frase, las faenas necesarias para catar y cavar y todas las demás que
sean propias del derecho minero, como deben ser las de exploración y
explotación y no se ve porqué debieran excluirse los trabajos u obras
para constituir servidumbres mineras que necesariamente implican un
trabajo o laboreo de naturaleza minera y propios dentro de los
derechos de las concesiones de exploración y explotación. Por
consiguiente, es de evidente necesidad, que si el concesionario desea
la constitución de servidumbres necesarias para una conveniente y
cómoda exploración y explotación y éstas puedan afectar terrenos
superficiales que están en algunas de las situaciones contempladas en
el artículo 17 del Código de Minería, los permisos que exige esta
norma deben ser obtenidos con anterioridad a la solicitud de las
servidumbres. De esta manera, al decidir los jueces del fondo de la
forma dicha, lejos de contravenir los artículos 17 y 120 del Código de
Minería le han dado a dichas normas una correcta interpretación y
aplicación, por lo que en esta parte no existe el error de derecho que
se imputa a la sentencia impugnada;
DECIMO QUINTO: Que en cuanto al segundo capítulo de errores de
derecho que denuncia el recurso, esto es, al considerar el fallo
reclamado como requisito para la obtención de las servidumbres que el
constituyente demuestre la existencia de un proyecto minero que
justifique el gravamen solicitado, la verdad es que este reproche, en el
presente caso, carece de influencia en lo dispositivo de la sentencia
recurrida, si se considera que las servidumbres fueron negadas,
además, porque no se había previamente obtenido por parte de la
demandante, de los permisos que señala el artículo 17 del Código de
Minería, lo que es bastante para desestimar la pretensión, de tal forma,
que en esta parte el recurso tampoco puede prosperar.
Por estas consideracion es y visto, además, lo dispuesto en los
artículos 764, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, SE
RECHAZA el recurso de casación en el fondo deducido en lo principal
de fs. 397, por la parte de Minera Ricardo Resources S.A., en contra
de la sentencia de veintitrés de abril de dos mil cuatro, escrita a fs.
390.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Redactó el Ministro Sr. Juica.
Nº2095-2.004. Pronunciado por la Tercera Sala, integrada por los
Ministros Sr. Ricardo Gálvez, Sr. Milton Juica, Srta. María Antonia
Morales y Sr. Adalis Oyarzún; y el Abogado Integrante Sr. Arnaldo
Gorziglia.
Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.
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