N° 481 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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1
Acuerdo N° 481
29
En la ciudad de Rosario, a los
días del mes de
Noviembre
de dos mil diez,
se reunieron en Acuerdo los señores miembros de la Sala
Primera,
Integrada,
Civil
Comercial
y
de
de
la
la
Cámara
ciudad
de
de
Apelación
Rosario,
en
lo
doctores
Ariel Carlos Ariza, Ricardo A. Silvestri, y la doctora
María
del
Carmen
Álvarez
con
quien
se
integra
el
tribunal, para dictar sentencia en los autos caratulados
“FAJARDO,
Juan
Carlos
Rodolfo
y/u
otra
contra
RÍOS,
Cristina Noemí y/u otro sobre Resolución de Contrato,
Restitución de Precio, Daños y perjuicios” (Expte. Nº
21/2010), venidos para resolver los recursos de nulidad
y de apelación interpuestos por ambas partes contra el
fallo
número
1.335
de
fecha
4
de
agosto
de
2009,
proveniente del Juzgado de Primera Instancia de Distrito
en lo Civil, Comercial y Laboral Nº 2 de San Lorenzo.
Realizado
el
estudio
de
la
causa,
se
resolvió
plantear las siguientes cuestiones:
Primera: ¿Es nula la sentencia recurrida?
Segunda: En su caso, ¿es ella justa?
Tercera: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Correspondiendo
votar
en
primer
término
al
señor
vocal doctor Ariza, sobre la primera cuestión dijo:
Los recursos de nulidad interpuestos a fojas 301 y
303 no han sido sustentados de modo autónomo en esta
2
instancia. A todo evento, las críticas que ambas partes
recurrentes
enuncian
refieren
vicios
a
procedendo
tratarse
y
no
y
en
in
procedimentales
obtener
recursos
advirtiéndose
respectivos
iudicando
pueden
sendos
sus
la
que
y
no
a
adecuada
de
vicios
in
respuesta
al
apelación.
existencia
de
justifiquen
memoriales
Por
ello,
irregularidades
un
pronunciamiento
oficioso, corresponde su desestimación.
Voto, pues, por la negativa.
Sobre
la
Silvestri,
misma
a
quien
cuestión,
le
el
señor
correspondió
vocal
votar
en
doctor
segundo
lugar dijo: Que adhiere a los fundamentos expuestos por
el señor vocal doctor Ariza, y vota por la negativa.
Concedida
Álvarez,
a
la
palabra
quien
le
a
la
señora
correspondió
vocal
votar
en
doctora
tercer
término, y a esta cuestión dijo: Que coincide con lo
manifestado
por
el
señor
vocal
doctor
Ariza
y
vota
negativamente a esta cuestión.
Sobre la segunda cuestión, el señor vocal doctor
Ariza, dijo:
1.
jueza
Mediante la sentencia recurrida (fs.205/207), la
de
demanda
Nicolina
primera
promovida
Sestito
instancia
por
Juan
-cónyuges
acogió
Carlos
entre
parcialmente
Rodolfo
sí-
Fajardo
contra
la
y
Cristina
Noemí Ríos y Hugo Ismael Alba -también cónyuges entre
3
sí-. Por un lado, hizo lugar a la acción redhibitoria y
declaró resuelto el contrato de compraventa de automotor
celebrado
entre
las
partes
mediante
boleto
de
fecha
28.09.2006, ordenándoles restituirse recíprocamente lo
que hubieran recibido en virtud del mismo en el término
de
diez
días,
percibida
por
indicando
los
la
que
a
demandados
intereses
a
tasa
pasiva
publicada
mensualmente
República
Argentina
por
hasta
la
debían
promedio
el
el
suma
Banco
de
dinero
adicionársele
mensual
sumada
Central
de
vencimiento
del
la
plazo
otorgado, aplicándose de allí en adelante la misma tasa
pero capitalizada. Para así decidir, señaló la jueza que
estaba fuera de discusión que los demandados vendieron a
los actores un camión marca Ford F-7000 modelo 1980,
chasis
con
compraventa
cabina,
dominio
suscripto
en
RMZ
fecha
294,
según
28.09.2006,
boleto
de
habiéndose
hecho la entrega del rodado a los compradores y habiendo
éstos pagado totalmente el precio convenido, girando la
controversia
en
torno
a
la
existencia
del
vicio
invocado. Indicó la magistrada que esta compraventa se
hallaba
sometida
a
las
reglas
generales
en
cuanto
contrato y a las normas especiales en lo relativo a la
transmisión dominial. En lo atinente a la existencia del
vicio, juzgó indudable que el grabado de la numeración
del motor del camión tenía un problema, pues en una
4
primera verificación física del mismo, ordenada por la
autoridad registral, se concluyó que dicha numeración
era
apócrifa
estampado,
por
no
mientras
guardar
que
simetría
una
ni
plano
verificación
de
posterior
dictaminó que si bien la numeración poseía una variante
en
el
estampado,
provendría
actitud
de
un
el
mismo
era
el
error
de
fábrica,
en
tanto
que,
delictiva,
original
no
pues
presumiéndose
según
bibliografía
específica, el número del motor habría sido estampado en
el año 1968 en forma manual, conservando en este caso su
estado primitivo de origen. Tuvo en consideración las
declaraciones testimoniales de los agentes verificadores
como asimismo del Jefe de la Sección de Verificación
Automotores de la Unidad Regional XVII San Lorenzo de la
Policía de la Provincia y de la titular del Registro
Público
del
Automotor
de
San
Lorenzo,
en
cuanto
manifestaron que, en tales condiciones y mientras el
problema no fuese solucionado, el vehículo no podía ser
transferido. Concluyó que se trataba de un vicio grave
pues,
de
conformidad
con
la
normativa
específica
aplicable (decreto-ley 6582/58, t.o. Decr. 1114/97, y
decreto 335/88), aun cuando se lograra la transferencia,
la
inscripción
“numeración
prácticamente
respectiva
dudosa”,
fuera
llevaría
estigma
del
que
comercio,
la
constancia
pondría
al
deduciendo
de
camión
de
ello
5
que, de haber conocido el problema, los accionantes se
habrían abstenido de comprarlo. Entendió que se trataba
de un vicio oculto dado que la irregularidad únicamente
pudo
ser
advertida
por
especialistas
en
el
tema,
resultando indiferente que los compradores se dedicaran
al
transporte
no
los
por
más
transformaba
de
en
veinte
expertos
años
o
ya
que ello
profesionales
en
materia de numeración de motores. Por otro lado, rechazó
la
pretensión
resarcitoria
de
daños
y
perjuicios,
remarcando que la indemnización prevista en el artículo
2176
del
Código
Civil
como
accesoria
a
la
acción
redhibitoria sólo resulta procedente cuando el vendedor
conocía
o
profesión,
debía
la
conocer,
existencia
por
de
razón
los
de
su
vicios
que
oficio
o
estaban
ocultos para el comprador y no se los comunicó, extremo
que en el caso consideró no demostrado. En lo tocante a
los cuestionamientos a la legitimación activa y pasiva
introducidos
por
los
demandados
en
su
alegato,
la
sentenciante señaló, además de su carácter tardío, que
el planteo se contraponía con lo expuesto al contestar
la demanda, cuando ambos demandados reconocieron haber
vendido a ambos accionantes el automotor de marras, más
allá de que el boleto no estuviera firmado por todos. En
cuanto a las costas, las distribuyó en un 80% a cargo de
los
demandados
y
un
20%
a
cargo
de
los
actores
en
6
función de lo normado en el artículo 252 del Código
Procesal.
Contra el fallo interpusieron recurso de apelación
los accionantes (a fs.301, concedido a fs.302) y los
demandados (a fs.303, concedido a fs.304).
Radicada
la
causa
en
esta
Sala
y
consentida
la
integración del tribunal, expresó sus agravios la parte
actora (fs.328/331). Se queja, en primer lugar, por el
rechazo de la pretensión resarcitoria sobre la base de
no hallarse probado que el vendedor conociera el vicio
de la cosa vendida o debiera conocerlo al momento de la
enajenación. Recuerda que en el régimen jurídico de los
automotores
la
inscripción
registral
reviste
carácter
constitutivo en lo que hace a la transmisión dominial.
Menciona que el supuesto de imposibilidad de concretar
la
transferencia
trae
aparejada
la
resolución
del
contrato. Señala que en autos la sentenciante consideró
perfeccionado
el
contrato
con
la
emisión
del
consentimiento y que sólo desde esa perspectiva podría
suponerse que los vendedores no conocían el vicio al
momento de la enajenación. Pero aduce que el contrato de
compraventa de automotor recién se perfecciona con la
inscripción
registral,
momento
partes
encuentran
obligadas
se
finiquitación
del
acuerdo
hasta
a
celebrado,
el
cual
concurrir
con
ambas
a
probidad
la
y
7
buena fe. Desde tal punto de vista, remarca que los
vendedores conocieron el vicio con anterioridad a la
producción
de
efectos
constitutivos
del
contrato
celebrado, en virtud de la comunicación extrajudicial
emitida
por
los
compradores
respecto
de
los
vicios
hallados y de su opción por la resolución del contrato.
Agrega que a la fecha de celebración del contrato se
encontraba vigente el artículo 34 de la Ley Nacional de
Tránsito (ley 24.449, con adhesión provincial mediante
ley
11.583)
periódica
en
de
cuanto
impone
vehículos.
la
Señala
revisión
también
técnica
que
los
demandados, al responder al requerimiento extrajudicial
de
los
compradores
y
al
contestar
la
demanda,
nunca
manifestaron que el vehículo de marras se hallara exento
de verificación en virtud de la fecha de su fabricación,
sino que por el contrario acompañaron un informe técnico
con el que pretendieron excusarse de responsabilidad,
sometiéndose así voluntariamente a un régimen jurídico
del
que
no
podrían
ahora
renegar.
Mencionan
que
del
legajo del automotor glosado en autos de ningún modo se
desprende una exención o dispensa a la revisión técnica
vehicular.
dado
Entienden
cumplimiento
habrían
advertido
a
que
la
si
los
revisión
claramente
la
enajenantes
técnica
hubiesen
obligatoria
irregularidad
de
la
numeración del motor. Concluye que los vendedores no
8
debieron
ser
exonerados
de
reparar
los
daños
y
perjuicios porque el vicio fue puesto en su conocimiento
antes de que quedara perfeccionado el contrato con la
inscripción registral, y porque además debían conocerlo
en
virtud
de
la
normativa
que
ya
a
la
fecha
de
celebración del contrato exigía la revisión técnica del
vehículo,
señalando
que
la
cuantía
de
los
daños
ha
quedado ampliamente demostrada con la prueba rendida en
autos
y
valorada
en
su
alegato,
sin
perjuicio
del
criterio del tribunal. En segundo lugar, se agravia por
el modo en que procedió la acción redhibitoria, en lo
relativo a la condena a reintegrar el precio pagado (que
indica en $ 25.000,-) con los intereses fijados en el
fallo. Expresa que el importe resultante (al que calcula
en $ 31.075,-) no refleja siquiera mínimamente el valor
actual
de
afirmando
mercado
que
a
de
la
una
unidad
fecha
el
automotor
mismo
similar,
podría
superar
los $ 60.000,-. Postula, en consecuencia, que se condene
a los demandados a devolver un importe suficiente para
adquirir en el mercado una unidad automotor de similares
características a la que fuera objeto del contrato. Por
último,
le
relativos
el
derecho
achaca
al
nulidad
modo
vigente,
en
a
la
sentencia
por
vicios
que fue interpretado y aplicado
con
referencia
al
momento
del
perfeccionamiento del contrato en función del régimen
9
jurídico del automotor y a la conclusión de rechazar la
pretensión resarcitoria, aunque admite que ello pueda
ser reparado por vía de la apelación, como asimismo lo
tocante al método de valoración del capital a restituir.
A su turno, los demandados contestaron los agravios
de los demandantes y expresaron los propios (fs.333).
Cuestionan el fallo en cuanto hizo lugar a la acción
redhibitoria, afirmando que no existían razones fácticas
ni jurídicas para sustentar la resolución del contrato.
En tal sentido, remarcan que los actores, al absolver
posiciones, admitieron haber revisado el camión comprado
antes de entregar el dinero. Agregan que del texto del
boleto de compraventa también surge que los compradores
reconocieron haber revisado previamente el camión objeto
del contrato y que el mismo fue entregado en el estado
en que se encontraba, declarando los compradores conocer
todo lo concerniente al modelo, marca, número de motor y
chasis del vehículo. Arguyen que no se probó en autos
que el supuesto vicio hubiese existido al momento de la
adquisición,
mismo
no
y
añaden
existía
acompañaron
a
los
que
puesto
todo
que
compradores
haría
los
suponer
propios
hasta
el
que
el
vendedores
Registro
del
Automotor para realizar la transferencia como asimismo
hasta la repartición policial respectiva para lograr la
verificación previa del rodado, hechos que señala como
10
reconocidos expresamente por los actores. Y finalmente
mencionan
que
los
demandantes
son
personas
que
reconocieron dedicarse al transporte por más de veinte
años como asimismo que el camión comprado se vincula con
dicha profesión, circunstancia en virtud de la cual,
dicen,
nunca
pudieron
desconocer
el
supuesto
vicio
oculto en que se sustentó la pretensión redhibitoria.
Como
segundo
agravio,
cuestionan
lo
resuelto
por
la
jueza en el sentido de que la alusión a la legitimación
activa
y
alegato
pasiva
expuesta
resultaba
tardía
por
y
los
se
demandados
oponía
además
en
su
a
lo
expresado al contestar la demanda. Afirma que la parte
actora
ha
proceso
confundido
a
los
durante
verdaderos
todo
el
titulares
desarrollo
de
la
del
relación
jurídica material en que se fundan las pretensiones,
siendo deber del tribunal corregir esa falla. En tal
sentido,
afirma
controvertido
señora
ellos
Ríos
que
son
como
quienes
el
los
titulares
señor
Fajardo
demandada
suscribieron
del
como
en
atención
el
boleto
interés
actor
a
de
que
y
la
fueron
compraventa,
resultando ajenos al asunto la señora Sestito y el señor
Alba.
de
En
las
expuesto,
a
los
tercer
lugar,
costas,
deberían
accionantes
se quejan por la distribución
alegando
haber
o,
en
que,
sido
su
en
mérito
impuestas
defecto,
a
lo
totalmente
distribuidas
en
11
porcentajes
diferentes
-proponiendo
que
lo
sean
según el orden causado- en atención a que se admitió la
acción
redhibitoria
pero
se
rechazó
la
pretensión
indemnizatoria de daños.
Contestados los agravios de los demandados (fs.336)
y
consentida
la
providencia
de
autos
(fs.339/340),
quedaron los presentes en condiciones de resolver.
2.
El relato de los antecedentes de la causa ha
sido adecuadamente desarrollado por la sentenciante de
primera
instancia,
hechos,
que
no
por
ha
lo
sido
cual
a
objeto
dicha
de
relación
de
reproche
alguno,
de
los
agravios
comenzar,
por
razones
corresponde remitir en esta instancia.
Ingresando
apelatorios,
en
el
examen
corresponde
metodológicas, con el tratamiento de la queja de los
demandados referida a lo resuelto sobre la legitimación
de las partes.
Si bien se trata de una cuestión no introducida por
los demandados en el responde sino recién en su alegato,
ello
no
presupuesto
condiciona
procesal.
el
Es
análisis
que
de
la
tan
falta
esencial
de
acción
(como expresión de la falta de legitimación para obrar)
es
controlable
y
declarable
de
oficio,
haya
o
no
consentimiento de las partes, tácito o expreso, porque
la legitimación la crea únicamente la ley sustancial y
12
no
depende
ECHANDÍA,
de
la
voluntad
Hernando,
Universidad,
T.1,
de
Teoría
los
litigantes
General
p.297;
del
CHIOVENDA,
(DEVIS
Proceso,
Giusseppe,
Instituciones de Derecho Procesal Civil, T.1, p.189 y
341, entre otros). La calidad de titular de derecho del
actor
o
la
calidad
de
obligado
del
demandado
es
necesaria para la validez del pronunciamiento, estando
obligado los jueces a examinar la concurrencia de los
requisitos
deducida,
ALVARADO
intrínsecos
al
dictar
VELLOSO,
Comercial
de
de
pretensión
sentencia
Adolfo,
la
la
Nación,
(PALACIO,
Código
sustancial
Lino
Procesal
explicado
y
E.
y
Civil
y
anotado
jurisprudencial y bibliográficamente, 1993, T.7, p.356;
MORELLO, Augusto M., Códigos Procesales en lo Civil y
Comercial,
1991,
T.IV-B,
p.346/347;
CARLI,
Carlo,
La
demanda civil, 1983, p.231; ALVARADO VELLOSO, Adolfo,
Estudio
jurisprudencial
del
Código
Procesal
Civil
y
Comercial de la Provincia de Santa Fe, Rubinzal Culzoni,
1986, T.II, p. 564; CCCSF, Sala I, Juris 33-140; CCCSF,
Sala
II,
Juris
15-108;
CNCom,
Sala
D,
08.03.2007,
“Mohamed c. Vidal”; CCCRos, Sala II, auto N° 391 del
01.09.2010, causa “Sahlmann c. Chisani”; esta Sala I,
Ac. N° 117 del 07.04.2010, autos “Dapas c. La Trozadera
S.A.”, y Ac. N° 165 del 22.05.2008, autos “Calvagna c.
Transporte General Manuel Belgrano”).
13
Sentado lo anterior, hay que decir, con respecto a
la legitimación pasiva, que en el boleto de compraventa
de
foja
1
aparece
individualizada
como
vendedora
la
codemandada Cristina Noemí Ríos, quien en el responde
reconoció haber firmado el documento. Luce estampada,
además, la firma de Hugo Alba sin estar aclarado el
carácter de su intervención, habiendo admitido también
este codemandado la suscripción del documento. Si bien
ambos codemandados reconocieron, al contestar la demanda
(fs.39/40)
y
al
absolver
posiciones
(audiencia
de
fs.255, según pliegos de fs.251 y 254), haber vendido
ambos el camión, no deben perderse de vista las demás
constancias documentales obrantes en autos, ya que la
eficacia probatoria de la confesión no emerge en todos
los casos con idéntica contundencia (arg. arts.166 y
168, C.P.C.C.), y su apreciación debe llevarse a cabo en
función
del
conjunto
de
los
elementos
de
juicio
que
obren en el proceso y de las demás circunstancias de la
causa
que
-incontrastablemente-
sean
idóneas
para
desmerecerla como plena prueba (cfr. CSJSF, 04.06.1997,
“Trossero”, A y S 137-268). Así tenemos que, del informe
de dominio emitido por el Registro de la Propiedad del
Automotor surge como única titular registral del rodado
de marras, por el 100%, la codemandada Noemí Cristina
Ríos (fs.115/116). Asimismo, consta en el legajo del
14
rodado (remitido en copia por el mismo Registro, obrante
a fs.120/250) el “formulario 08” con el que se intentó
inscribir
la
compraventa
del
bien,
suscripto
por
la
codemandada Cristina Noemí Ríos en carácter de vendedora
por el 100% del bien, y por el codemandado Hugo Ismael
Alba
en
carácter
de
cónyuge
y
a
fin
de
prestar
su
asentimiento en los términos del artículo 1277 Código
Civil, estando las firmas certificadas por la autoridad
registral
(fs.121).
En
ese
contexto,
buscando
desentrañar lo que las partes entendieron o pudieron
entender,
teniendo
en
cuenta
el
principio
rector
contenido en el artículo 1198 del Código Civil y también
las
pautas
contratos,
contiene
el
usuales
sobre
la
boleto
de
hermenéutica
base
de
de
las
en
materia
de
declaraciones
compraventa
de
foja
1
que
y
la
conducta observada por los otorgantes con posterioridad
a la celebración, no cabe inferir que el codemandado
Alba, con la sola firma del boleto y sin haber sido
individualizado como vendedor en el texto del mismo, y
pese a lo afirmado al contestar la demanda y absolver
posiciones,
hubiese
prometido
la
venta
de
una
cosa
ajena, apareciendo como más razonable y verosímil que
simplemente haya actuado en el entendimiento de estar
expresando
su
asentimiento
conforme
lo
requerido
por el artículo 1277 del Código Civil. En consecuencia,
15
corresponde
hacer
lugar
legitimación
pasiva
con
al
planteo
respecto
al
de
falta
mismo,
de
debiendo
rechazarse la demanda contra él.
Por otro lado, en lo que respecta a la legitimación
pasiva, el agravio de los apelantes debe ser rechazado.
Ello así porque, si bien es cierto que el boleto de
compraventa
sólo
aparece
firmado
por
el
codemandante
Juan Carlos Rodolfo Fajardo como comprador, también lo
es que el “formulario 08” antes referido sólo aparece
suscripto,
en
coaccionante
constancias
carácter
Nicolina
de
parte
Sestito
documentales,
y
compradora,
por
el
insuficientes
por
100%.
por
la
Tales
sí
solas
para elucidar la cuestión, deben complementarse con los
demás
elementos
de
la
causa.
En
tal
sentido
cabe
destacar que surge del relato expuesto por los actores
en
su
demanda
(fs.13/15),
como
asimismo
de
la
contestación de la demanda (fs.39/40) que la relación
contractual
de
compraventa
de
automotor
se
entabló
frente a ambos actores como compradores. Como se ve, el
planteo de falta de legitimación activa, además de no
contar con respaldo documental decisivo, se contradice
con la postura jurídicamente relevante asumida por los
propios demandados al contestar la demanda. La doctrina
especializada ha señalado que el venire contra factum,
ocurrido tanto en el momento de demandar como en el de
16
contestar la demanda e incluso al deducir reconvención,
puede
funcionar
idóneo
para
virtud
de
conformar
“como
la
entre
dos
sí,
necesariamente
argumento
convicción
concurrir
contradictorias
consista
también
el
una
prueba”
tribunal
conductas
aunque
en
del
de
en
procesales
de
ellas
no
de
una
ejercicio
pretensión (cfr. PEYRANO, Jorge W., La doctrina de los
propios actos en el ámbito del procedimiento civil, en
Valoración judicial de la conducta procesal, del Ateneo
de Estudios del Proceso Civil, dir. Jorge W. Peyrano,
coord. Daniel Fernando Acosta, Rubinzal Culzoni, 2005,
p.221 y ss.).
de
las
Es
así
que, en atención a la ambigüedad
constancias
reconocimiento
documentales
formulado
por
la
y
en
propia
virtud
apelante
del
al
contestar la demanda, sumado ello a la contradicción
observada en su ulterior conducta procesal que revela un
indicio en contra de la postura que ahora sostiene, debe
tenerse por suficientemente acreditada la legitimación
de ambos demandantes.
3.
La
decisorio
acción
de
demandada
grado
redhibitoria.
en
también
cuanto
Cabe
pone
en
declaró
acotar
que,
cuestión
el
procedente
la
aún
cuando
la
apelante hablen de “supuestos vicios”, lo cierto es que
no ha objetado las conclusiones de la jueza de grado
relativas
a
la
existencia
de
irregularidades
en
el
17
grabado de la numeración del motor, ni su calificación
como
vicio
Código
grave
Civil,
conforme
calificación
al
artículo
sustentada
en
2164
del
abundantes
consideraciones tampoco rebatidas en esta sede. Dichos
aspectos
del
fallo
deben
considerarse
firmes
por
ausencia de agravio concreto. Lo que sí parece poner en
tela de juicio la apelante es el carácter oculto del
vicio como asimismo el momento en que el mismo habría
comenzado
a
existir,
sugiriendo
que
se
trataría
de
vicios que debieron ser advertidos por los compradores o
bien que nacieron con posterioridad a la celebración del
contrato,
indicando
en
tal
sentido
que
los
actores
revisaron el camión antes de comprarlo y que, dada su
profesión de transportistas, deberían haber detectado la
eventual irregularidad.
El agravio no habrá de prosperar. Ello así porque
el breve lapso transcurrido entre la celebración del
contrato con entrega de la cosa -ocurrido ello en fecha
28.09.2006, según el documento de foja 1 y el relato de
ambas partes- y la inmediata iniciación, a los pocos
días,
del
trámite
de
transferencia
dominial
ante
el
Registro de Propiedad del Automotor que culminó en el
descubrimiento de las irregularidades en el estampado
del
número
del
motor
(el
trámite
fue
iniciado
por
Sestito en fecha 06.10.2006 y, a raíz del requerimiento
18
expedido por la autoridad registral en fecha 12.10.2006,
el
verificador
Matías
González
emitió
su
informe
el
26.10.2006 poniendo de manifiesto las irregularidades,
según surge de las constancias del legajo respectivo,
agregado
en
copia
a
fs.120/250),
las
que
fueron
prontamente comunicadas a los vendedores (mediante carta
documento
remitida
el
27.11.2006,
acompañada
por
los
accionantes a fs.9 y reconocida por los demandados en su
responde), sumado ello a la inexistencia de elementos de
juicio que induzcan a pensar que el grabado del número
del motor pudiera haber sido alterado con posterioridad
a
la
celebración
rodado,
reglas
son
de
extremos
la
posibilidad
del
sana
sugerida
contrato
que,
a
la
valorados
crítica,
por
y
la
recepción
conforme
permiten
apelante
del
a
las
descartar
tal
(arg.
art.226,
C.P.C.C.).
El razonamiento anterior no resulta desvirtuado por
la argumentación de la recurrente en el sentido de que,
de tratarse de vicios anteriores a la celebración del
contrato,
las
irregularidades
deberían
haber
sido
puestas en evidencia durante la revisación previa del
camión teniendo en cuenta la profesión de transportistas
de los compradores. Es que tal postulación no rebate el
criterio
de
la
jueza
de
grado,
que
se
comparte,
en
cuanto a que la aceptación de la cosa en las condiciones
19
vistas no excluye la responsabilidad de los vendedores
puesto que el problema en el estampado de los números
del motor constituye en el caso una anomalía oculta y no
aparente
o
a
la
vista
(con
igual
tesitura:
CCCSan
Isidro, Sala I, 15.06.1999, “Castro c. Galante”, LLBA
2000-800 y JA 1999-IV-103), resultando indiferente que
los
compradores
tuvieran
amplia
experiencia
en
la
actividad del transporte ya que tal circunstancia no los
transformaba en expertos o profesionales en numeración
de motores ni les imponía el deber de conocer el vicio
en los términos del artículo 2170 del Código Civil. Es
que, fuera de los casos especiales en los cuales el
contratante tiene conocimientos personales en razón de
su profesión, oficio o arte, la ley contempla al hombre
común que pone en el negocio la diligencia normal de
quien trata con cuidado y seriedad sus propios intereses
(WAYAR,
Ernesto
C.,
Astrea,
1992,
vol.
Evicción
2,
y
vicios
p.140/142;
redhibitorios,
CNCiv,
Sala
E,
16.03.1977, E.D. 74-184), de suerte que el vicio se debe
reputar oculto si, como en el caso, la irregularidad en
el grabado de los números sólo pudo ser advertida por
especialistas en verificación de automotores que, por lo
demás, exhibieron criterios discordantes a la hora de
dictaminar si se trataba del estampado original o si el
mismo había sido alterado.
20
4.
Pasando
ahora
al
tratamiento
de
los
agravios de los demandantes, no resulta atendible la
queja por el modo en que procedió la acción redhibitoria
en
lo
relativo
a
la
condena
a
reintegrar
el
precio
pagado, pretendiendo los apelantes la devolución de un
importe
suficiente
para
adquirir
en
el
mercado
una
unidad automotor de similares características a la que
fuera objeto del contrato.
En
primer
lugar,
la
postulación
recursiva
es
inadmisible por resultar contradictoria con la postura,
jurídicamente relevante, asumida en la demanda. En dicha
oportunidad, y en lo concerniente a este tramo de la
pretensión, la parte actora reclamó la resolución del
contrato
y
la
restitución del precio, precisándolo en
$ 25.000,-, aduciendo la existencia de un vicio oculto
en la cosa comprada y postulando la aplicación al caso
de
la
normativa
aplicación
de
la
corresponde
repeler
sobre
vicios
doctrina
el
de
cambio
de
redhibitorios.
los
actos
posición
en
Por
propios,
que
ha
incurrido la apelante en el curso del debate, en tanto
se agravia de que la A-quo acogiera una pretensión tal
como él mismo la esbozó (cfr. PEYRANO, Jorge W., La
doctrina
de
procedimiento
los
propios
civil,
en
actos
en
Valoración
el
ámbito
judicial
de
del
la
conducta procesal, del Ateneo de Estudios del Proceso
21
Civil, dir. Jorge W. Peyrano, coord. Daniel Fernando
Acosta,
Rubinzal
Culzoni,
2005,
p.221
y
ss.;
v.
tb.
MORELLO, Augusto M., STIGLITZ, Rubén, La doctrina del
acto propio, LL 1984-A-865).
Y
en
segundo
lugar,
la
condena
a
restituir
el
precio pagado es ajustada a derecho. En supuestos de
vicios
ocultos,
comprador
la
redhibitoria
la
normativa
facultad
para
de
dejar
invocada
optar
sin
otorga
por
efecto
la
el
al
acción
contrato,
devolviendo la cosa al vendedor y restituyéndole éste el
precio pagado -y no el valor de la cosa- (art.2174,
C.C.), además del eventual derecho a reclamar también la
indemnización
de
los
daños
en
caso
de
mala
fe
del
vendedor (art.2176, C.C.). Respecto de la obligación de
restituir el precio pagado (de $ 25.000, según el relato
coincidente de las partes y demás constancias de autos),
cabe acotar que se trata de una deuda de dinero y, como
tal, se halla comprendida dentro del régimen nominalista
consagrado
en
el
artículo
919
del
Código
Civil,
no
encontrándose exceptuada de la prohibición establecida
en el artículo 7 de la ley 23.928 (cfr. criterio de la
Sala, con integración parcialmente diferente, in re “Oil
Ten S.R.L. c. Inalpa S.A.”, Ac. N° 332 del 28.07.2005).
En consecuencia, habiendo optado el comprador por dejar
sin
efecto
el
contrato
a
través
de
la
acción
22
redhibitoria, no puede aspirar a obtener, por vía de
restitución de precio, el incremento del valor de la
cosa prometida por el vendedor que, en virtud de la
extinción del contrato fuente, deja de ser debida. Por
lo
demás,
intereses
no
a
se
la
ha
demostrado
tasa
aplicada
en
por
el
caso
la
que
jueza
los
resulten
insuficientes para compensar adecuadamente el tiempo que
perduró
la
privación
del
capital.
La
diferencia
en
cuestión podría eventualmente dar lugar a un reclamo
resarcitorio,
en
la
medida
en
que
concurriesen
los
presupuestos de procedencia. Sin embargo, en autos no
hubo pretensión alguna esgrimida en tal sentido, ya que
la indemnización reclamada en la demanda -y precisada
luego en el ofrecimiento probatorio y en el alegatoestuvo orientada a los daños que en concepto de pérdida
de chances de obtener ganancias dijo haber sufrido la
actora como consecuencia de la imposibilidad de emplear
el
vehículo
comprado
transportistas,
capítulos
no
no
en
su
pudiendo
propuestos
al
actividad
en
la
comercial
alzada
conocimiento
de
proponerse
del
juez
precedente por resultar ajenos a la litiscontestación
(arts.243 y 246, C.P.C.C.).
5.
Tampoco
accionantes
resarcitoria.
por
En
habrá
el
de
prosperar
rechazo
resumidas
la
de
cuentas,
queja
la
los
de
los
pretensión
apelantes
23
sostienen la procedencia de la indemnización prevista en
el artículo 2176 del Código Civil, aduciendo que la mala
fe
de
la
demandada
quedó
configurada
por
haber
sido
puesta en conocimiento del vicio, mediante comunicación
fehaciente, antes de que se perfeccionara la enajenación
a través de la inscripción registral de la compraventa.
Agrega que igualmente debía conocer el vicio por haber
adherido voluntariamente al régimen jurídico que exige
la verificación técnica del automotor.
Ante
todo
debe
descartarse
la
descalificación
postulada por los apelantes, en cuanto afirman que el
fallo no resulta una derivación razonada del derecho
vigente por soslayar la incidencia del régimen jurídico
del
automotor
marras,
en
en
la
lo
interpretación
que
hace
del
al
contrato
momento
de
de
su
perfeccionamiento y su proyección sobre la solución del
caso.
Sobre
el
particular
indicó
la
magistrada,
con
ajuste a derecho, que la compraventa del caso se hallaba
sometida a las reglas generales en cuanto contrato y a
las normas especiales en lo relativo a la transmisión
dominial. En ese orden de ideas ha puntualizado la Corte
Suprema
de
Justicia
de
la
Nación
que
si
bien
el
instrumento público o privado que sirve de título a la
transmisión
transferir
de
el
la
propiedad
dominio
del
es
insuficiente
automotor,
el
mismo
para
es
24
plenamente
contrato
válido
que
-aunque
no
nacer
entre
hace
esté
inscripto-
las
partes
como
derechos
personales (CSJN, “Clama S.A. c. Provincia de Buenos
Aires”, Fallos: 324:4185). Así, el boleto de compraventa
de marras tuvo, como efecto natural, el de obligar a la
parte vendedora a transferir el dominio del rodado a la
parte compradora (art. 1323, C.C.) -más allá del modo
especialmente previsto por el derecho vigente para el
cumplimiento de tal obligación respecto de esta clase de
bienes
(arts.1
y
ss.,
Decr.-Ley
6582/58)-,
debiendo
eventualmente responder por los vicios redhibitorios de
la cosa vendida (art. 1414, C.C.).
Ahora bien, corresponde adelantar que la distinción
entre
título
y
modo
en
materia
de
transmisión
de
derechos reales no tiene en el caso la significación que
pretenden otorgarle los apelantes. Cabe poner de relieve
-a los solos fines de precisar la cuestión, pues no es
objeto litigioso- que el reclamo de autos, tendente a
obtener la resolución del contrato, la restitución del
precio y la indemnización de los daños y perjuicios,
estuvo
fundado
redhibitorios.
haber
comprado
en
En
a
la
responsabilidad
efecto,
l
os
los
por
accionantes
demandados
un
vicios
afirmaron
automotor
que
portaba un vicio oculto, imputándole a los vendedores
incumplimiento del deber de garantía y del artículo 11
25
de la ley 24.240. A continuación, luego de transcribir
el artículo 2176 del Código Civil, expresaron: “en base
a
esta
daños
norma
y
es
que
perjuicios
nuestros
que
han
mandantes
sufrido
reclaman
y
los
demostrarán
acabadamente en el período probatorio de esta causa, en
razón que el matrimonio constituye una sociedad de hecho
familiar dedicada al transporte. A mayor abundamiento,
el art.2173 del C. Civil establece que 'el vendedor debe
sanear al comprador los vicios o defectos ocultos de la
cosa aunque los ignore' y art.2174, 'el comprador tiene
la
acción
redhibitoria
para
dejar
sin
efecto
el
contrato, volviendo la cosa al vendedor, restituyéndole
éste el precio pagado'”. La jueza enmarcó el caso en la
responsabilidad
por
vicios
redhibitorios
normada
en
los artículos 2164 y subsiguientes del Código Civil,
desechando
tácitamente
los
demás
planteos,
encuadramiento que no ha merecido cuestionamientos en
esta
sede.
relevante
En
en
ese
la
marco
acción
normativo,
lo
resarcitoria
que
anexa
resulta
a
la
redhibitoria es, además de la existencia del vicio en la
cosa
enajenada,
la
subjetividad
del
vendedor:
la
posibilidad de obtener el resarcimiento de los daños que
se puedan haber sufrido como consecuencia de los vicios
redhibitorios sólo procede si el vendedor ha obrado con
mala fe, es decir, si conocía o debía conocer, por razón
26
de su oficio o arte, los vicios o defectos ocultos de la
cosa (art.2176, C.C.). Cabe preguntarse entonces en qué
momento debe haber existido la mala fe.
Relacionado con ello, vale recordar que la ley exige
que el defecto de la cosa sea originado en una causa
anterior o concomitante al momento de la adquisición
(arg. art.2164, C.C.), extremo que en el sub iudice ya
se juzgó demostrado. Sobre este punto, se ha destacado
que
la
norma
elude
mencionar
a
la
celebración
del
contrato, pero que tampoco se hace referencia al momento
de la transmisión de la propiedad ya que en su ámbito
también se incluyen supuestos de trasmisión de uso o
goce
de
una
cosa,
inclinándose
la
doctrina
y
la
jurisprudencia por interpretar que el vicio o defecto
debe existir al tiempo de la adquisición en el sentido
de tradición de la cosa, es decir, cuando el adquirente
toma posesión de ella, cuando se concreta su traspaso
material (BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civl.
Contratos,
7ma.
ed.,
Perrot,
1997,
T.I,
p.150/151;
ANDORNO, Luis O., Requisitos y efectos de los vicios
redhibitorios, Zeus 24-D-33; CAMBRA, Clemente F., Vicios
Redhibitorios en el Código Civil Argentino, 1935, p.48;
LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando J., Teoría de los contratos,
4ta.
ed.,
Zavalía,
1997,
T.1,
p.788
y
ss.;
PICASSO,
Sebastián, y SÁENZ, Luis R. J., La evicción y los vicios
27
redhibitorios
en
la
compraventa
de
automotores,
en
R.D.P. Y C. 2009-3: Automotores - II, Rubinzal Culzoni,
2010, p.205; CNCiv, Sala A, 05.06.1984, LL 1985-A-541,
voto del Dr. Zannoni; CNCiv, Sala C, 19.04.1999, E.D.
183-385; CNCiv, Sala E, 17.12.1987, LL 1998-D-214). Por
ello se ha entendido, en el ámbito de la compraventa
inmobiliaria y con criterio trasladable mutatis mutandi
a
la
compraventa
de
automotores,
que
el
régimen
de
vicios redhibitorios no sólo se pone en funcionamiento a
partir del llenado de las formalidades necesarias para
transmitir
el
traslativa
registral
dominio
en
en
el
(confección
materia
caso
de
la
inmobiliaria;
de
automotores),
escritura
inscripción
sino
también
cuando únicamente pueda invocarse como título un boleto
privado
(WAYAR,
ob.
cit.,
p.
155;
CNCiv,
Sala
C,
16.02.1970, E.D. 35-376; id., 09.06.1960, JA 1960-IV417; criterio de CCCSan Isidro, Sala I, en la causa
“Castro c. Galante” antes citada), toda vez que si con
el boleto de compraventa, y antes de la transmisión de
la propiedad, se ha dado la posesión de la cosa, el
adquirente
(v.
puede
CIFUENTES,
desde
Santos,
entonces
en
examinar
Código
Civil
su calidad
y
leyes
complementarias. Comentado, anotado y concordado, dir.
Augusto C. Belluscio, coord. Eduardo A. Zannoni, Astrea,
2004, T.9, p.774) y, como contrapartida, ser víctima de
28
algún ocultamiento.
Es entonces en ese mismo emplazamiento temporal de
la entrega de la cosa que debe juzgarse la subjetividad
del vendedor, entendiéndose que obra de mala fe cuando
enajena la cosa teniendo conocimiento de los vicios que
la afectan y no los comunica al comprador (arg. art.
2176, C.C.; WAYAR, ob. cit., p.177), o bien cuando falla
en su aptitud, de la que la ley lo supone dotado, de
conocer los vicios ocultos que la cosa tenía al instante
de ser vendida (CAMBRA, ob. cit., p.83), correspondiendo
rechazar la pretensión indemnizatoria si el demandante
no prueba que los vicios le fueron ocultados al tiempo
en que la cosa fue adquirida (CNCiv, Sala F, 26.02.2010,
“Conti c. D’arc Libertador”, Lexis Nº 70059470).
Por
ello resulta insuficiente, para tener por probada la
mala
fe
imputada
a
la
demandada,
la
comunicación
fehaciente acerca de la existencia del vicio, remitida
por los accionantes cuando aún no estaba perfeccionada
la transmisión de la propiedad del camión mediante la
inscripción de la compraventa pero tiempo después de su
traspaso
material
a
mano
de
los
compradores.
Cabe
agregar que el conocimiento del vicio, adquirido por la
vendedora
con
posterioridad
a
la
tradición,
no
la
convierte en enajenante de mala fe.
Por otra parte, tampoco se ha invocado ni probado
29
una
cualidad
personal
o
profesional
especial
de
la
demandada en virtud de la cual no hubiese podido dejar
de
conocer
la
existencia
del
vicio
al
tiempo
de
la
tradición. En este aspecto, carece de asidero la crítica
de los apelantes fundada en el invocado incumplimiento
por parte de la demandada respecto del deber de revisión
técnica
periódica
a
la
que
se
hallan
sometidos
los
vehículos automotores destinados a circular por la vía
pública (art.34, ley 24.449), alegando que, de haberse
cumplido dicho deber, se habría puesto de manifiesto la
irregularidad
de
la
numeración
del
motor.
Es
que
el
conocimiento presumido por el artículo 2176 es el que
resulta del arte u oficio del vendedor (WAYAR, ob. cit.,
p.177/178; CIFUENTES, ob. cit., p.800; CAMBRA, ob. cit.,
p.84; MACHADO, José O., Código Civil Argentino, 1899,
T.V,
p.596),
alcance
y
no
general
de
deberes
legales
independientemente
de
impuestos
las
con
cualidades
personales o profesionales de los obligados. A ello cabe
agregar que la revisión técnica periódica exigida por la
norma mencionada es a los fines de determinar el estado
de
funcionamiento
de
las
piezas
y
sistemas
que
hacen a su seguridad activa y pasiva y a la emisión de
contaminantes,
y
no
identificación
del
para
verificar
automotor.
En
los
datos
cuanto
a
de
esta
verificación física que ordena practicar la autoridad
30
registral, no se trata de un deber periódico exigible al
titular del rodado sino que consiste en un paso previo a
la
inscripción
de
la
transferencia
(art.6,
decr.
335/88), y la misma no es obligatoria en el supuesto de
rodados inscriptos inicialmente antes del 1º de enero de
1985 (v. Digesto de Normas Técnico-Registrales, Título
I,
Capítulo
VII:
Verificación
de
los
automotores,
Sección 1ra., art. 1°, inc. c; ello sin perjuicio de la
solicitud voluntaria del trámite, art. 2), habiendo sido
inscripto el camión de marras por primera vez en fecha
02.05.1980 (v. fs.115). A todo ello cabe agregar que el
informe técnico acompañado por la demandada a foja 37,
con el que los apelantes pretenden tener por probado el
sometimiento
voluntario
de
la
vendedora
al
régimen
jurídico registral de verificación, data del 10.01.2007,
es
decir,
es
posterior
al
momento
del
traspaso
material material del camión, cuando debía existir el
conocimiento
presunto
del
vicio
(CAMBRA,
ob.
cit.,
p.83).
A todo evento, no puede soslayarse que los daños
reclamados por los accionantes no fueron precisados en
la demanda -en el escrito inicial, los actores ciñeron
su alegación a la afirmación de haber sufrido daños y
perjuicios en razón de constituir una sociedad de hecho
familiar
dedicada
al
transporte-.
Tal
extremo
fue
31
concretado
recién
en
el
escrito
de
ofrecimiento
probatorio y reiterado en el alegato, bajo el título
“estimación de la cuantía de daños y pérdida de chance”,
expresándose allí que como consecuencia del vicio del
rodado habrían perdido la oportunidad de obtener mayores
ganancias en su actividad profesional, por haberse visto
privados utilizar el camión comprado para ampliar su
explotación comercial de transporte general de cargas.
Sobre
el
particular
ha
señalado
esta
Sala
que
el
pretendiente tiene “la carga procesal de afirmar en la
demanda el daño cuya indemnización reclama. Desde luego,
en determinadas situaciones puede quedar indeterminado
en la demanda el monto indemnizatorio y postergarse su
definición para un estadio posterior, pero no cabe la
misma
solución
en
cuanto
al
daño,
considerado
en
sí
mismo” (CCCRos, Sala I, Acuerdo N° 598 del 27.12.2007,
causa “Ojeda c. Banco Credicoop C.L.”). En tal sentido,
Zavala
de
describirse
González
el
explica
perjuicio
a
que:
“En
resarcir,
la
demanda
que
debe
integra
la
causa petendi de la acción. Y la descripción debe ser
precisa
el
e
inequívoca, a fin de permitir al adversario
ejercicio
de
contradicción”
(ZAVALA
DE
GONZALEZ,
Matilde, “Resarcimiento de daños. El proceso de daños”,
vol. 3, Hammurabi, 1997, p.47). La notable importancia
de dicha carga radica en que lo que escapa a ella no
32
habrá de ser materia de contradictorio ni de prueba o de
la sentencia (art.243, C.P.C.C.).
Más
allá
de
tal
deficiencia
formal,
corresponde
señalar que en autos tampoco se ha invocado ni probado
que la causa fin que dicen haber tenido en miras los
compradores -de destinar el camión a la ampliación de su
explotación comercial- hubiese sido expresada o conocida
por
la
vendedora,
y
ella
no
se
presenta
como
una
finalidad evidente o presumible del contrato, no estando
obligada la vendedora a responder por la frustración de
una causa no conocida (cfr. CCCSan Isidro, Sala I, causa
“Castro c. Galante” antes citada; v. tb. NICOLAU, Noemí
L.,
La
frustración
cooperación
debida
del
en
fin.
el
Un
modo
contrato,
de
realizar
1993-A-882),
la
pues
ello excedería las consecuencias por las que normalmente
se responde en el ámbito contractual, donde el deber de
reparar se limita a los daños que fuesen consecuencia
inmediata y necesaria (art.520, C.C.), es decir, las
previsibles,
normales,
que
acostumbran
a
suceder
(art.901, C.C.).
Sin
perjuicio
de
lo
anterior,
lo
cierto
es
que los daños invocados no han sido probados. En efecto,
las
declaraciones
juradas
y
documentos
relativos
a
obligaciones fiscales, y demás documentación comercial
de los accionantes acompañadas a fojas 42/75, si bien
33
pueden resultar útiles como primera aproximación para
conocer
algo
acerca
del
movimiento
comercial
de
los
actores, son notoriamente insuficientes para tener por
cierta la existencia de una chance de obtener mayores
ingresos. Es criterio reiterado de esta Sala que en la
reparación
deben
por
coexistir
pérdida
un
o
frustración
elemento
de
de
la
certeza
y
chance
otro
de
incertidumbre. Certeza de que, de no mediar el evento
dañoso, el damnificado habría mantenido la esperanza de
obtener una ganancia o evitar una pérdida patrimonial. Y
la incertidumbre de que manteniéndose la situación de
hecho o de derecho que era el presupuesto de la chance,
la ganancia se habría en realidad obtenido o la pérdida
se habría evitado. Pero para evitar confusiones con el
daño eventual o hipotético debe quedar en claro que si
bien la pérdida de posibilidades, constitutiva de las
chances, se indemniza en razón de las mayores o menores
posibilidades
frustradas
que
tenía
el
damnificado
de
obtener una ganancia o evitar una pérdida, debe exigirse
que
la
jurídica
víctima
idónea
se
encuentre
para
aspirar
en
a
situación
la
fáctica
obtención
de
o
esas
ventajas al momento del hecho dañoso (CCCRos, Sala I,
Ac. n° 28, 24.04.2003, “Martínez c. Banco de Crédito
Argentino”,
en
Zeus,
17.05.2006,
“Bernal
c.
T.92,
J-536;
Columbia
Cía.
Ac.
N°
276
Financiera”,
del
en
34
Zeus, T.102, fallo n° 16070; Ac. n° 500 del 01.09.2006,
“Leoni
c.
Banco
Francés
S.
A.”;
Ac.
N°
227
del
01.06.2007, “Grassi c. Banco Francés”, en Zeus, T.104,
fallo n° 16.544). En autos, los demandantes se limitaron
a
afirmar
que
el
vehículo
iba
a
ser
utilizado
para
continuar el desarrollo de sus actividades comerciales y
para realizar transportes de cereales, y que ello habría
duplicado
la
facturación
que
lograron
con
un
solo
camión. Pero al no haberse consignado cuáles fueron las
operaciones frustradas, resulta imposible derivar per se
la existencia del daño: la chance debe estar fundada y
aparecer con un grado de probabilidad suficiente, pues
no se trata de un daño presunto sino de un daño cierto,
aunque
demostrable
expresión
de
los
por
vía
indiciaria.
accionantes
impide
La
lacónica
establecer
la
pérdida de una chance concreta, pues no fue invocado en
la demanda negocio alguno que hubiese sido impedido,
frustrado
que
o
demorado,
permitan
ni
inferirlo.
existen
Siendo
en
ello
autos indicios
así,
mal
puede
concluirse que haya existido una chance, que ella haya
sido frustrada, y menos aún que deba ser resarcida, no
correspondiendo ordenar reparación alguna cuando, como
sucede en el sub examine, se desconocen las operaciones
pretendidamente
expresiones
frustradas,
generales
y
vagas,
contándose
toda
vez
sólo
que
en
con
ese
35
supuesto se estaría en presencia de un daño puramente
eventual
o
hipotético
resarcible,
Depalma,
(cfr.
ORGAZ,
1967,
p.70;
Alfredo,
MOSSET
El
daño
ITURRASPE,
Jorge, Responsabilidad por daños. Parte general, T.1,
Ediar, 1979, p.155; ALTERINI, Atilio A., Responsabilidad
Civil,
Abeledo
Perrot,
1969,
p.269;
CNCom,
Sala
E,
“Yakira c. Citibank”, 24.08.2007, LL Online).
Corresponde, pues, el rechazo del agravio.
6.
Tocante
teniendo
en
legitimación
corresponde
a
las
costas
de
cuenta
que
se
declarado
pasiva
de
escindir
ha
uno
primera
de
idealmente
los
el
la
instancia,
falta
de
codemandados,
proceso
desde
el
punto de vista de su composición subjetiva a los fines
de la imposición de los gastos causídicos.
Así, por un lado, en la litis entablada frente al
codemandado Alba, contra quien se rechazó la demanda,
corresponde
imponer
las
costas
a
la
parte
actora
en
razón de haber resultado vencida (art.251, C.P.C.C.).
Por otro lado, en lo que atañe a la litis trabada
contra
queja
la
codemandada
expuesta
en
Ríos,
el
no
memorial
resulta
atendible
recursivo,
en
la
cuanto
sostiene la apelante que, de acuerdo con el resultado
del
pleito,
las
costas
deberían
haber
sido
impuestas a los accionantes o, en su defecto, según el
orden
causado.
Es
que,
habiendo
mediado
vencimientos
36
recíprocos
favorable
-los
en
lo
actores
obtuvieron
relativo
a
la
pronunciamiento
acción
redhibitoria
principal, y la demandada resultó vencedora respecto de
la
pretensión
aplicación
prevé
la
siendo
resarcitoria
el
artículo
distribución
oportuno
252
accesoria-,
la
ley
proporcional
de
recordar
de
que
tal
resulta
ritual,
las
de
que
costas,
proporcionalidad
debe ponderarse con criterio jurídico y no meramente
aritmético
Adolfo,
y
de
Estudio
modo
prudencial
Jurisprudencial
(ALVARADO
del
Código
VELLOSO,
Procesal
Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe, T.II,
Rubinzal
Culzoni,
1986,
p.942;
PAGNACCO,
Eduardo,
en
Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de
Santa
Fe.
Análisis
doctrinario
y
jurisprudencial,
Peyrano, Jorge W., director, Vázquez Ferreyra, Roberto
coordinador, T.1, Juris, 1997, p.781/782; RIVERA RÚA,
ob. cit., p.593). Desde tales coordenadas, no merece
objeciones la imposición de costas establecida por la
jueza de primera instancia, en un 80% a cargo de la
demandada y un 20% a cargo de la parte actora.
Así voto.
Sobre
la
misma
cuestión,
el
señor
vocal
doctor
Silvestri, dijo: Que coincide con lo propuesto por el
señor vocal doctor Ariza, y vota de la misma manera.
Sobre
esta
segunda
cuestión,
la
señora
vocal
37
doctora
Álvarez,
expuestas
por
el
dijo:
Que
hace
señor
vocal
suyas
las
preopinante
y
razones
vota
en
idéntica forma.
Sobre la tercera cuestión, el señor vocal doctor
Ariza, dijo:
En atención al resultado obtenido al tratar las
cuestiones
anteriores,
corresponde
desestimar
ambos
recursos de nulidad, rechazar la apelación de la parte
actora, y acoger parcialmente la apelación de la parte
demandada, revocando la sentencia de primera instancia
en cuanto incluyó al codemandado Hugo Ismael Alba en la
condena a restituir el precio más intereses y le impuso
parte de las costas y, en su lugar, rechazar la demanda
a su respecto con costas a la parte actora, desechando
el resto de los agravios.
Las costas de esta segunda instancia se impondrán
en función de los respectivos vencimientos y de acuerdo
con el criterio jurídico de distribución ya mencionado,
teniendo
proceso
orden
presente
por
de
las
ideas,
también
la
razones
escisión
antes
teniendo
en
subjetiva
apuntadas.
cuenta
En
que
del
ese
en
la
Alzada el codemandado Alba logró su completa absolución,
corresponde
accionantes
trabada
con
reputarlo
la
él
vencedor
totalidad
(art.251,
de
las
e
imponerle
costas
C.P.C.C.).
En
de
el
a
la
los
litis
litigio
38
entablado
traídas
con
a
la
la
rechazadas,
codemandada
Alzada
por
juzgándose
Ríos,
las
ambas
aquí
postulaciones
partes
que
los
han
sido
recíprocos
vencimientos son de pareja entidad jurídica, por lo que
a su respecto corresponde distribuir las costas de esta
segunda instancia en un 50% a cargo de cada una de las
partes.
Los honorarios profesionales por la intervención en
segunda instancia serán regulados en el 50% de los que
en definitiva resulten regulados en primera instancia
(art.19, ley 6.767).
Sobre
la
Silvestri,
misma
dijo:
cuestión,
Que
el
coincide
señor
con
vocal
la
doctor
resolución
propuesta por el señor vocal preopinante, y vota en la
misma forma.
Concedida
Álvarez,
expresado
a
la
esta
por
palabra
cuestión
el
señor
a
la
señora
dijo: Que
vocal
vocal
doctora
concuerda
preopinante
y
con
lo
vota
en
consecuencia.
En
antecede,
mérito
la
a
Sala
los
fundamentos
Primera
integrada
del
de
acuerdo
la
que
Cámara
de
Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario RESUELVE:
1) Desestimar los recursos de nulidad interpuestos por
ambas
partes.
2)
Rechazar
la
apelación
de
la
parte
actora. 3) Acoger parcialmente la apelación de la parte
39
demandada, revocando la sentencia de primera instancia
en cuanto incluyó al codemandado Hugo Ismael Alba en la
condena a restituir el precio más intereses y le impuso
parte de las costas y, en su lugar, rechazar la demanda
a su respecto con costas de ambas instancias a la parte
actora, desechando el resto de los agravios. 4) Imponer
las
costas
de
alzada
en
un
50%
a
cargo
de
cada
una de las partes en la litis trabada entre los actores
y
la
codemandada
profesionales
definitiva
de
Ríos.
alzada
resulten
5)
en
Regular
el
regulados
50%
en
los
de
honorarios
los
primera
que
en
instancia.
Insértese, hágase saber, y bajen. (Expte. Nro. 21/2010).
mm.
ARIZA
SILVESTRI
ÁLVAREZ
40
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