La Homiletica Mariana Griega en el Siglo V: III

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Marian Library Studies
Volume 5
Article 3
1973
La Homiletica Mariana Griega en el Siglo V: III:
Conclusiones Generales
Roberto Caro
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Recommended Citation
Caro, Roberto (1973) "La Homiletica Mariana Griega en el Siglo V: III: Conclusiones Generales," Marian Library Studies: Vol. 5,
Article 3, Pages 623-728.
Available at: http://ecommons.udayton.edu/ml_studies/vol5/iss1/3
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LA HOMILETICA MARIANA GRIEGA
EN EL SIGLO V
CONCLUSIONES GENERALES
AI termino del largo camino recorrido a traves del texto de las cincuenta y
ocho homilias que de una manera directa o indirecta delinean la figura de
Maria, conviene reunir en una vista de conjunto los principales datos analizados y las multiples conclusiones parciales diseminadas aca y alia en paginas
anteriores.
Para mayor claridad dividiremos nuestra sintesis en tres secciones:
en la primera atenderemos a las conclusiones crtticas que, si bien marginales a
nuestro interes mariol6gico, son fundamentales para la validez de las conclusiones teol6gicas; en la segunda propondremos brevemente aquellos
datos estructurales y liturgicos que son de interes para Ia historiografia de
nuestro siglo y para una mas exacta inteligencia de los datos mariol6gicos;
finalmente, en la tercera secci6n nos detendremos mas a espacio en la
mariologla griega de esta epoca, tal como aparece ~n las homilias estudiadas.
En toda esta parte de nuestro estudio nos referiremos a las homilias no
por el numero de orden que tienen en sus fuentes sino por el que le hemos
asignado en nuestro analisis; una mirada al indice o a Ia tabla sintetica del
final resolveran cualquier duda que se pueda presentar 1 •
1 Vease: MARIAN LIBRARY STUDIES. New Series,
Mariana Griega en el Siglo V, 1-11.
VOl.
3-4, 1971-1972: La Homiletica
623
CAPITULO I
CONCLUSIONES CRITICAS
PARAGRAFO
1°:
AUTENTICIDAD DE LOS TEXTOS.
Una primera serie de conclusiones versani sobre los autores de las homilias
estudiadas. En ella debemos 'diferenciar cuidadosamente las dos partes de
nuestro estudio, ya que los criterios tanto externos como internos son de
muy diverso valor: en la primera parte son abundantes y claros en general,
concluyendo en resultados muy seguros; en la segunda parte son apenas
aproximativos.
Homilias consideradas como autenticas.
1. Autenticidad comprobada.
La primera segura conclusion es que la homilia in sanctam Dei Genilricem atribuida a Attico de Constantinopla por el manuscrito siriaco del
siglo xi y publicada por J. Lebon y M. Briere, no es otra cosa que la compilacion de dos homilias, una de elias pronunciada por Proclo de Constantinopla en la festividad mariana primitiva y la otra pronunciada por Attico en la
festividad del nacimiento. A esta afirmacion nos ha conducido la diferencia
tematica y literal entre las dos partes, las explicitas citaciones de Juan
Damasceno y del manuscrito siriaco, el estudio atento del argumento basado
en la doble referenda de Cirilo de Alejandria. Asi la opinion avanzada
cautamente por I. Ortiz de Urbina y recogida posteriormente por D. Del
Fabbro recibe a nuestro juicio, una confirmacion poco menos que definitiva.
Una segunda importante conclusion ha sido la demostracion de que
la famosa homilia leida en Efeso cuando los siete baJaron a la Iglesia de
Santa Maria, pertenece a Cirilo de Alejandria. La critica, guiada por la
autorizada voz de E. Schwartz, habia creido oportuno juzgarla inautentica;
624
Conclusiones crlticas
contra esta corriente se habia levantado A. D'Ales, seguido recientemente
por D. Del Fabbro. Un atento estudio de los probables acontecimientos
historicos del concilio de Efeso encuadra perfectamente los datos del exordio
y peroracion en la fecha 28-30 de junio del 431. No hay, pues, ninguna
razon va.lida para rechazar la autenticidad sufragada por la abundante y
autorizada tradicion manuscrita.
Una tercera homilia parece se puede restituir a su verdadero autor.
Se trata de la homilia in annuntiationem Deiparae, editada a nombre de
Basilio de Seleucia y atribuida por la critica moderna a Proclo de Constantinopla en base al parecer de B. Marx. Compulsando sobre el texto mismo
la argumentacion propuesta por el critico, concluimos que las circunstancias
en que fue pronunciado el sermon dificilmente cuadran dentro del marco
historico procliano, en tanto que se pueden explicar suficientemente en el
aiio 449, epoca de la actividad conocida de Basilio de Seleucia. El pensamiento cristologico se presenta incompatible con el autentico procliano y
mas en consonancia con la mentalidad un tanto versatil e insegura de Basilio. El mismo estilo literario se aproxima en su conjunto mas a las peculiaridades literarias y poeticas de Basilio, aunque advertimos con Marx que es un
argumento debil, dada la singular afinidad de los dos oradores. Nuestra
opinion es que tampoco en este caso existe razon alguna valida para rechazar
el testimonio del manuscrito y la homilia se debe considerar como autentica
de Basilio de Seleucia hasta cuando aparezcan argumentos de critica externa
que obliguen a otra conclusion.
La atribucion a Teodoto de Ancira de la homilia in Domini nostri Iesu
Christi natalem defendida por su reciente editor, M. Aubineau, recibe una
valida confirmacion del estudio comparativo de sus homilias efesinas-seguramente autenticas-, coincidiendo plenamente con sus peculiaridades de
estilo, argumentacion, aproximacion biblica, asi como con su pensamiento
doctrinal.
La critica interna, tal como se precisa del analisis comparativo del
abundante material procliano, respalda sin duda alguna Ia tradicion manuscrita de Ia homilia in natalem diem Domini nostri I esu Christi-cuarta en el
cuerpo procliano-, esclareciendo con toda seguridad las dudas que planteaba el exordio, identico al de Ia segunda homilia de Teodoto de Ancira para
Ia Navidad.
El analisis de criterios internos al texto de la primera homilia atri:.
buida a Antipatro de Bostra nos llevo a situar con gran probabilidad esta
pieza en la segunda mitad del siglo v, en coincidencia perfecta con Ia tra-
625
Conclusiones generales
dici6n manuscrita y con las citaciones explicitas de la cadena de Nicetas,
desvaneciendo toda duda razonable sobre su autenticidad.
2. Autenticidad rechazada.
Ante todo consideramos la controvertida homil' a Laudatio sanctae Dei
Genitricis Mariae, sexta en la serie procliana de la Patrologia Griega de
Migne. En contra de su autenticidad habia concluido la investigaci6n de
G. LaPiana sobre el drama sacro byzantino; en su favor tenemos dos explicitas defensas: la de B. Marx y la de 1 F. Leroy en sendas investigaciones
sobre el patrimonio literario del orador constantinopolitano. El aml.lisis del
texto nos demostr6 claramente la falta de unidad literaria de la pieza. Un
estudio atento de sus partes sufraga en general la opini6n de La Piana,
concediendo la posibilidad de que dos de ellas-el elogio de la virginidad y
la peroraci6n mariana-pertenezcan a Proclo. Sin embargo, un posterior
estudio comparativo con la tercera homilia del Ps. Taumaturgo ha demostrado poco probable la autenticidad procliana de la peroraci6n. Hemos
examinado cuidadosamente las argumentaciones de Marx y Leroy y las
hemos encontrado muy pobres en el detalle y extremadamente debiles en
conjunto, llegando a la firme convicci6n de que, en el estado actual de la
investigaci6n, el texto actual no se puede atribuir razonablemente a Proclo.
La segunda homilia es aquella in annuntiationem sanctissimae Dei
Genitricis publicada por Migne como autentica de Antipatro de Bostra en
fe a un manuscrito del siglo xx. El estudio atento del texto ha demostrado
que, si bien hay una continuidad tematica aparente con. la homilia primera-indudablemente autentica de Antipatro-, en realidad presenta diferencias de estructura, estilo y pensamiento suficientemente marcadas
como para negar la identidad de autores. Los argumentos de critica
externa, unanimes e indubitables en afirmar la autenticidad de la primera,
son adversos a la segunda, a la que presentan como una adaptaci6n de las
exegesis de Origenes y Tito de Bostra principalmente. La cerrada argumentaci6n propuesta por D. Del Fabbro prueba que no es segura una atribuci6n a Tito de Bostra, pero se muestra tendenciosa y claramente insuficiente
para probar la autenticidad de Antipatro. En el estado actual de la investigaci6n, los argumentos de critica externa e interna son decididamente
desfavorables a dicha autenticidad.
626
Conclusiones criticas
Una tercera homilia se rechaza con bastante seguridad: aquella in sanetam Deiparam et in Simeonem, atribuida a Teodoto de Ancira en base al
manuscrito griego 1171 de Paris y a la citaci6n textual de Niceforo en sus
Antirreticos. Sin embargo, la evidente falta de homogeneidad literaria
del texto actual y la sorprendente diferencia estructural, estilistica y doctrinal que ofrece el estudio comparativo del cuerpo teodotiano, plantean
una duda muy seria, que se acentua al considerar que los argumentos de
critica externa no son en manera alguna decisivos. En el estado actual de la
investigaci6n, creemos muy improbable la autenticidad de esta homilia,
al menos en su texto actual.
3. Autenticidad dudosa.
Tenemos en primer Iugar la homilia in sanctam Dei Genitricem et
in sanctam Christi nativitatem, atribuida igualmente a Teodoto de Ancira
en base al mismo manuscrito parisino, unico que hasta el momento la
contiene. El caracter de reelaboraci6n que presenta el texto actual hace
dificil la ponderaci6n de los criterios internos que presentan dificultades
similares a las consideradas en la pieza anterior. En este caso faltan los
testimonios externos, dato significativo si se tiene en cuenta la fuerte polemica antiorigenista que encontramos en ella. Creemos que la critica tiene
abierto aqui un interesante campo de investigaci6n.
La peculiar estructura del texto, su falta de homogeneidad, los rastros
de interpolaciones posteriores, algunas incongruencias internas y algunas
observaciones estilisticas levantan serias dudas sobre la autenticidad de la
homilia de incarnatione Domini nostri Iesu Christi et de infusoriis, atribuida a Proclo, y ponen de relieve ciertos interrogantes a la tradici6n manuscrita y a la critica externa. Opinamos que la critica no puede dar por zanjado el problema de autenticidad de esta pieza.
Respecto a la homilia sobre la asunci6n publicada recientemente, y
atribuida a Antipatro de Bostra por parte de la tradici6n manuscrita, el
problema es muy complejo: la necesidad de aproximarse a un orador griego
a traves de una doble versi6n y en un texto que presenta claros indicios de
reelaboraci6n posterior, hace poco menos que imposible dar un juicio siquiera aproximado. El analisis del texto nos ofreci6 una serie de datos
liturgicos y literarios que contrastan con el unico texto seguramente autentico que tenemos de Antipatro e indican la necesidad de una investigaci6n
ulterior.
627
Conclusiones generales
Homilias pseudo-epigraficas.
Como advertimos ya, en este campo las conclusiones no pasan de meras
hip6tesis de trabajo, punto de arranque de nuevas futuras investigaciones
favorecidas, sin duda, por la cuidadosa investigaci6n que se adelanta en el
riquisimo acervo de los manuscritos conservados en las grandes bibliotecas.
La critica reciente se ha mostrado favorable a la atribuci6n procliana
de numerosas homilias pseudo-epigraficas. El amplio estudio comparativo
que hemos hecho nos ha llevado a mostrarnos muy reservados en este punto:
la generalizaci6n del estilo literario de la segunda sofistica y la creciente
dependencia literaria y doctrinal entre los oradores de la epoca, hacen muy
incierto el criterio interno de afinidad. Sin embargo, creemos que dos
homilias se pueden atribuir a Proclo con s6lida probabilidad: la famosa
homilia para la Navidad de tan amplia influencia en el siglo v-Ps. Cris6stomo II-, y la hermosa pieza poetica para la festividad mariana primitiva-Ps. Cris6stomo IV-.
Consideramos s6lidamente fundada la identificaci6n propuesta por
B. Capelle del redactor del texto actual de dos homilias atribuidas a Atanasio-Ps. Atanasio II y III-con el hipotetico Timoteto de Antioquia (o de
Jerusalen), autor de otras dos homilias, una in occursum Domini y otra in
crucem et in transfigurationem. Creemos que no carece de probabilidad
nuestra hip6tesis de que en las dos piezas pseudo-atanasianas Timoteo
reelabora pobremente homilias originales de Anfiloquio de Iconio. Ofrecemos a la critica una interesante linea de investigaci6n.
Con menos seguridad presentamos a los estudiosos tres interrogantes
suficientemente fundados: es Cris6stomo el autor de la exposici6n exegetica sobre el evangelio lucano que servira de base para la adaptaci6n de la
homilia liturgica sobre el Hypapante estudiada como Ps. Cris6stomo XI?
Podremos ver en Severiano de Gabala el autor del interesante comentario
exegetico, analizado como Ps. Cris6stomo VII, y que se utilizara en los
homiliarios para la festividad de la Paranome de la Navidad? Sera Crisipo
de Jerusalen el autor del dramatico panegirico sobre la anunciaci6n, testimonio primitivo de la naciente festividad jerosolimitana y que estudiamos
como Ps. Taumaturgo IV?
Creemos que en algunos otros casos hemos logrado fijar con s6lida
probabilidad la regi6n en donde se compuso la homilia, pista util para ulteriores estudios.
La Iglesia de J erusalen parece haber dado origen a varias piezas homiIeticas alrededor de dos festividades liturgicas caracteristicas; el Hypapante,
628
Conclusiones crfticas
para la cual fueron redactados el Ps. Cirilo de J erusalen y el Ps. Nisseno II
y quizas reelaborado el texto del Ps. Metodio; y la naciente festividad
mariana de la anunciaci6n que origina las curiosas compilaciones literarias
conocidas como Ps. Taumaturgo II y III y el texto an6nimo reelaborado
por el ierom6naco Nif6n.
La Iglesia de Capadocia nos presenta una pieza de incalculable valor
hist6rico para la determinaci6n de la festividad de la anunciaci6n: el Ps.
Cris6stomo IX, homilia inexplicablemente ignorada por la critica; y otra
de peculiares caracteristicas redaccionales: compilaci6n de indole poetica e
inspiraci6n procliana, muy semejante en la forma alPs. Epifanio, testimonio
de la incierta festividad de la Paranome de Navidad.
La Iglesia de Alejandria cuenta con la compilaci6n del Ps. Atanasio V
en cuyo nucleo original es muy probable encontrar algo de la autentica
obra de Atanasio; y con un panegirico para la primitiva festividad de la
Epifania de extraordinario interes liturgico, el Ps. Cris6stomo V. Quizas
alii podriamos situar el interesante texto poiemico en favor de la 8soi6;~to~
que forma parte de la homilia atribuida falsamente a Teodoto de Ancira.
Finalmente, en Ia Iglesia de Antioquia podemos situar dos homilias
de gran importancia: el Ps. Atanasio I, vigorosa poiemica mariana, pronunciada en los momentos algidos de la controversia nestoriana, a nuestro
juicio Ia mas exacta y ponderada exposici6n teol6gica de Ia maternidad
divina; y el Ps. Atanasio VI, interesante testimonio de Ia existencia de la
festividad del Hypapante en esta regi6n y con sus caracteristicas propias.
Cabria mencionar aqui al autor de Ia homilia para el Hypapante que forma
la segunda parte del texto atribuido falsamente a Teodoto de Ancira y que
seiialamos en forma un tanto vaga con el calificativo de oriental en contraposici6n a las Iglesias de Alejandria y Jerusalen.
Las demas homilias siguen siendo un reto completo para Ia critica.
Esperamos, sin embargo, que el analisis comparativo proporcione a los
investigadores elementos validos para nuevos y mas completos estudios.
PARAGRAFO 20: ESTADO ACTUAL DEL TEXTO
Un segundo aporte que creemos poder ofrecer a Ia critica es el establecer que
muchos de los textos editados no representan Ia redacci6n original sino una
adaptaci6n posterior, generalmente con fines liturgicos, y que suele hacerse
en dos formas diversas: o bien reelaborando el texto original con un exordio
de circunstancias y diversos retoques con fines panegiricos, o bien compilando diversas fuentes literarias en una sola pieza oratoria mas o menos unifi-
629
Conclusiones generales
cada por el tema general de la festividad. En el primer caso existe alguna
posibilidad de precisar tematicamente y situar cronol6gicamente el nucleo
original, con lo cual se logran deducir validos elementos criticos, liturgicos y
doctrinales. En el segundo caso la identificaci6n de sus fuentes es muy
hipotetica y casi imposible su determinaci6n cronol6gica, lo cual obliga
a relativizar enormemente los datos que nos ofrecen estas piezas.
Asi tenemos, en primer termino, la homilia autentica de Antipatro de
Bostra'que nos presenta dos apartes exegeticos sobre Lucas 1, 6-43 encuadrados artificialmente en la festividad del nacimiento del Bautista para la
cual el homiletista posterior redacta un exordio no muy feliz y realiza algunas modificaciones necesarias en el texto original.
ldenticas caracteristicas y fin similar encontramos en la primera homilia
de Cirilo de Alejandria. La critica estaba de acuerdo en afirmar que la
homilia editada por Migne correspondia a las tercera y cuarta de la serie
exegetica de 156 homilias sobre Lucas predicadas probablemente en el
periodo 429-430. Un analisis detenido del texto sefiala la adici6n del exordio
adaptado a la festividad liturgica del Hypapante y pequefias modificaciones
e interpolaciories en el texto original sugeridas por la ocasi6n.
Algo semejante encontramos en la tercera homilia de Hesiquio que
parece ser la adaptaci6n a la festividad liturgica del Hypapante de un comentario exegetico del pasaje respectivo lucano, adaptaci6n realizada a
traves de un exordio propio y una doxologia que corta bruscamente el
comentario seguido.
La sorprendente diferencia tematica de la cuarta homilia atribuida a
Teodoto de Ancira, reflejada en el titulo mismo de la homilia-in sanetam Deiparam et in Simeonem-y realzada por una marcada y coherente
diferencia estilistica, nos llevan a la segura conclusi6n de que estamos ante
dos homilias diferentes: una pronunciada en la navidad sobre el misterio de
la encarnaci6n, exacto paralelo de la segunda homilia de Cirilo y del Ps. Atanasio I; otra escrita para la festividad liturgica del Hypapante. El estudio
critico de la tradici6n manuscrita podra quizas ilustrarnos sobre el motivo
de la uni6n de estas dos piezas, caso unico en nuestro recorrido homiletico.
Algo semejante encontramos en el caso ya mencionado de la homilia
atribuida a Attico de Constantinopla. D. Del Fabbro ha dado una explicaci6n satisfactoria de la fusi6n de estas dos piezas y su atribuci6n a Attico.
Un caso bien interesante lo ofrece el florilegio cristol6gico del c6dice
griego 1491 de Paris, en el que Ch. Martin ha podido distinguir el texto original, correspondiente ala predicaci6n de cuaresma del431, y una reelaboraci6n posterior para la Navidad. En esta linea podriamos recordar la edici6n
630
Conclusiones crtticas
que hace Combefis de un texto unico con las homilias del Ps. Taumaturgo IV
y Ps. Crisostomo VIII, problema critico que llega basta nuestros dias. Cabria tambien mencionar las versiones armenas de cuatro homilias pseudogregorianas que presentan siempre un texto bastante modificado del original
griego.
Sin alcanzar la seguridad de las conclusiones precedentes, se podria
plantear el interrogante de la unidad literaria de la quinta homilia atribuida
a Teodoto de Ancira que presenta no pocos indicios de interpolaciones posteriores; de la segunda homilia de Proclo, de caracter exegetico, y cuyo
analisis interno es extremadamente confuso; del texto de la tercera homilia
atribuida a Antipatro que en su compleja modalidad de doble version
presenta una serie de elementos dificilmente reconciliables en una unidad
organica.
El balance, sin embargo, es altamente positivo en estas homilias autenticas: de veintisiete textos solo seis presentan seguramente estas anomalias redaccionales y tres mas con alguna probabilidad; en todos los casos ha
sido posible precisar suficientemente las fuentes, de manera que todas las
piezas constituyen elementos criticos validos. '
En las homilias pseudo-epigraficas la situacion es totalmente diversa:
solo nueve homilias son seguramente originales; las demas son adaptaciones
posteriores. El problema critico se hace extremadamente complejo y las
conclusiones liturgicas y doctrinales se relativizan.
Algunas de elias son sencillas reelaboraciones de piezas originales para
adaptarlas a una festividad liturgica determinada y permiten reconstruir
con alguna seguridad el nucleo primitivo: asi el Ps. Atanasio I redacta un
exordio cristologico, inspirado en el Ps. Crisostomo II, para predicar en la
festividad del nacimiento la homilia nestoriana del 428-429; el hipotetico
Timoteo de Antioquia reelabora un comentario exegetico posiblemente de
Anfiloquio de Iconio, sin que sea posible precisar el por que de esta reelaboracion-Ps. Atanasio III-; el Ps. Atanasio IV nos presenta una homilia
cristologica clasica adaptada pobremente a la celebracion de la naciente
festividad de la anunciacion y retocada doctrinalmente en epocas sucesivas
de acuerdo a las formulaciones cristologicas conciliares.
Es interesante anotar la cuidadosa reelaboracion que hace Nifon para
actualizar un panegirico mariano clasico en las angustiosas circunstancias
historicas que vivieron los monasterios del monte Athos ante el asedio de los
sarracenos.
Extraiia la adaptacion que hace el Ps. Crisostomo VIII de una pieza
dramatica sobre la escena de la anunciacion a la festividad del nacimiento;
631
Conclusiones generales
y la confusa y contradictoria utilizacion que hace el Ps. Crisostomo V de
un comentario exegetico para su panegirico de la Epifania.
Finalmente, dos textos reelaboran en forma muy semejante piezas
exegeticas de la epoca chl.sica para utilizarlas en la predicacion liturgica del
Hypapante: el Ps. Crisostomo X y XI.
Con todo, un numeroso grupo de homilias son verdaderas compilaciones
de varias fuentes primitivas y se presentan en estadios redaccionales cada vez
mas complicados:
Uno primero y mas sencillo viene determinado por la costumbre creciente de aiiadir caprichosamente letanias encomiasticas marianas al texto
original. El caso mas claro es el Ps. Taumaturgo I, aunque se encuentran
ejemplos similares en el Ps. Crisostomo IV, Ps. Taumaturgo IV, Anonimo,
Ps. Epifanio y Ps. Proclo.
Algunos emplean dos o tres fuentes, pero lo hacen en forma tan metodica y consciente que no es dificil determinarlas y, en algunos casos, aun
identificarlas. Asi tenemos el Ps. Teodoto en el que encontramos simplemente yuxtapuestas la homilia polemica sobre la maternidad divina y la
Iiturgica para la festividad del Hypapante. El Ps. Taumaturgo II que se
redacta sobre dos fuentes bien identificadas, Crisipo de J erusalen y el anonimo jerosolimitano, aunque esta ultima nos sea desconocida. El Ps. Nisseno
I que es una metodica transcripcion del Ps. Taumaturgo II y del Ps. Proclo.
El Ps. Atanasio V que yuxtapone, dentro de un ambiente polemico antiarriano, una seccion polemica, una exegetica sobre los textos de Lucas y Mateo
referentes a la concepcion y nacimiento de Cristo y una larga seccion parenetica en que se fustigan los vicios de la epoca. Finalmente, el Ps. Crisostomo VI parece incorporar en su panegirico doctrinal un exordio poetico
para la navidad y un comentario dramatico-exegetico sobre el texto de
Mateo 1, 18-20 en sorprendente mezcla tematica que solo se explica por la
festividad de la Paranome para la cual se elabora.
Otros, por ultimo, presentan un complicado artificio Iiterario en que toda reconstruccion redaccional es bastante hipotetica y su empleo doctrinal
es muy incierto. En este recuento, quizas el menos confuso sea el Ps. Proclo
quien yuxtapone en forma mas o menos clara una homilia poetica sobre la
virginidad, una pieza dramatica sobre la anunciacion-probablemente compuesta de dos estratos Iiterarios diversos: los discursos poeticos y los acrosticos rimados-y una peroracion oratoria mariana. Seiialariamos a continuacion el Ps. Epifanio, quien en forma ordenada y metodica va introduciendo las cuatro fuentes encomiasticas con las que construye su panegirico
mariano. Timoteo de Antioquia-Ps. Atanasio II-va introduciendo y
632
Conclusiones crlticas
comentando las diversas secciones que conforman el texto actual: Ia poetica, Ia dramatica y Ia exegetica-podrian quizas constituir el nucleo primitivo de Anfiloquio-para finalizar con Ia polemica. El Ps. Taumaturgo III
representa un problema mas dificil pues parece Ia reelaboracion posterior
de una compilacion previa que utiliza tres fuentes diversas, una de elias
identificada como el Ps. Proclo y otra inspirada directamente en Crisipo.
El caso mas dificil es el Ps. Antipatro debido a las numerosas y diversas
citaciones de las cadenas exegeticas que dejarian Ia impresion de un caprichoso mosaico de comentarios exegeticos clasicos.
PARAGRAFO
30:
CRONOLOGIA DE COMPOSICION
J uzgamos de especial utilidad el haber determinado con alguna probabilidad
Ia epoca en que las homilias fueron redactadas segun los datos ofrecidos por
el mismo texto.
Ante todo sefi.alemos las piezas que no parecen pertenecer a nuestro
siglo v. Conviene recordar que Ia consideracion de cada texto proporciono
un diverso grado de certeza y por tanto no se debe descuidar Ia referencia
concreta a las conclusiones a que liegamos en cada caso.
Asi tenemos diez homilias que debemos situar en el siglo IV y que
tienen una gran importancia para Ia historiografia mariana: Ps. Crisostomo
V, quizas Ia mas antigua en sus fuentes originales, testimonio liturgico de
extraordinaria importancia; Ps. Atanasio V, valioso testimonio del fervor
mariano alejandrino quizas de Ia epoca del autentico Atanasio; Ps. Crisostomo IX, documento de primera importancia para Ia festividad liturgica de Ia
anunciacion. Encontramos luego cuatro textos que nos dejan gustar algo
de Ia sencillez de los comentarios biblicos de Ia epoca clasica: Ps. Antipatro,
Ps. Crisostomo XI, Ps. Atanasio III y Ps. Crisostomo X. Finalmente
podriamos resefiar tres homilias redactadas para Ia primitiva festividad natalicia y en donde a Ia luz del misterio de Ia encarnacion redentora comienza
a resaltar Ia figura de Maria, madre: Ps. Atanasio II, Ps. Crisostomo I y
Ps. Taumaturgo I.
En una aproximacion diversa tenemos siete homilias que ciertamente
son posteriores al siglo v en su texto actual, quedando abierto el interrogante de si sus fuentes redaccionales, o algunas de elias, pudieran situarse en
el siglo v. Dos de elias han sido redactadas para Ia festividad Iiturgica del
Hypapante en Ia iglesia de Jerusalen: el Ps. Nisseno II yelPs. Metodio; las
cinco restantes se construyen en torno a Ia escena o a Ia festividad de Ia
anunciacion y constituyen documentos historiograficos de gran importancia: Ps. Atanasio IV, testigo del comienzo de un proceso historico; Ps.
633
Conclusiones generales
Taumaturgo III y Ps. Cris6stomo VIII, Ps. Proclo y Ps. Nisseno I, documentos tardios de una epoca carente de la inspiraci6n oratoria y poetica en la
que nacieron las fuentes literarias que emplean abundantemente.
Completamos esta primera enumeraci6n ·con dos homilias muy complejas, cuya ubicaci6n reconocemos muy hipotetica. En primer Iugar, la enigmatica homilia atribuida a Basilio de Cesarea y que consideramos el mayor
reto a la investigaci6n critica; bien podria pertenecer a la epoca efesina,
como pretende D. Amand, o a una epoca posterior. En segundo Iugar, el
extralio Ps. Cris6stomo VI, compilaci6n determinada por una festividad
liturgica dificil de precisar cronol6gicamente y cuyas fuentes literarias ha
sido imposible identificar; podria corresponder a nuestro siglo v o a un
periodo posterior.
Conservamos asi treinta y nueve piezas como pertenecientes a nuestro
siglo v, algunas con certeza absoluta y otras con s6lida probabilidad. Para
organizar en forma razonable este abundante material, selialariamos tres
momentos hist6ricos suficientemente diversificados: los tres primeros
decenios previos a la controversia nestoriana, testigos de un Iento proceso de
maduraci6n del pensamiento doctrinal; la epoca efesina en la que estalla la
polemica con Nestorio, se desarrolla el controvertido concilio de Efeso y se
aseguran las posiciones doctrinales a partir de sus formulaciones dogmaticas;
los ultimos cincuenta alios del siglo, periodo opaco y silencioso debido en
gran parte a la creciente dispersi6n de las Iglesias de Oriente.
Periodo pre-efesino.
En estos primeros alios del siglo v podemos reseliar tres homilias de tipo
exegetico que nos aproximan ala edad de oro de la Patristica: el comentario
original quizas de Severiano y que conocemos como el Ps. Cris6stomo VII;
el comentario a Lucas de Hesiquio que servira para la adaptaci6n de la
homilia liturgica posterior-Hesiquio III-; y los fragmentos biblicos que
yuxtapuestos pobremente corren como la segunda homilia de Proclo.
Encontramos luego cinco textos relacionados entre si por la festividad
liturgica de la navidad, pero mas aun por la tematica cristol6gica que exponen de una manera extraordinariamente afin, como respuesta a una
problematica doctrinal herencia de las controversias del siglo IV, pero abierta
a nuevos y precisos planteamientos: Attico, Teodoto III, Ps. Cris6stomo II,
Ps. Cris6stomo III y Proclo III, este ultimo pronunciado muy probablemente
el 26 de diciembre del 426.
634
Conclusiones criticas
A este periodo corresponde la primera homilia de Hesiquio para la
festividad mariana primitiva, como se desprende del estu'dio comparativo
con su segunda homilia paralela. Unico testimonio que poseemos, es dificil situarlo con mayor exactitud dentro de esta serie de homilias. Quizas el
avance de la investigaci6n sobre la tradici6n manuscrita pueda aportarnos
alguna nueva luz.
Periodo efesino.
En el comienzo de este turbulento periodo podemos situar cinco homilias
que reflejan fielmente la controversia doctrinal que enfrenta a las escuelas de
Alejandria y Antioquia sobre la persona de Cristo y consiguientemente sabre la manera correcta de denominar a Maria, su madre: la segunda homilia
mariana de Hesiquio, que se puede fijar con gran probabilidad en diciembre
del428; tres homilias que posiblemente se pronuncian en diciembre del429
y estan unidas estrechamente en una tematica de tinte polemico, respuesta
quizas a los sermones novena y decimo de Nestorio-segun la edici6n de
Loofs-: Ps. Atanasio I, Teodoto I y Ps. Teodoto "A"; finalmente, la segunda
homilia navideiia de Teodoto, probablemente de diciembre del 430, en
visperas de estallar la contienda con Nestorio y en la que da respuesta a los
planteamientos de este en los sermones anteriormente mencionados.
A esta lista podriamos aiiadir dos homilias exegeti<:as de Cirilo sobre el
texto lucano y que serviran mas tarde para el panegirico liturgico del Hypapant&-'-Cirilo 1-. Aunque no presenta trazas de la controversia cristol6gica, pertenecen a la serie de explicaciones que hace Cirilo en los aiios 429430.
La polemica personal con Nestorio a lo largo del 430-431 nos ha legado
seis homilias ortodoxas, de dataci6n muy precisa gracias al estudio comparativo con los sermones VIII, IX, X, XIV, XVIII, XIX y XXVII del
cuerpo nestoriano editado por F. Loofs. Podriamos proponer esquematicamente:
- Proclo VII, en la navidad del 430.
- Proclo I, en la festividad mariana natalicia del mismo aiio.
- Cirilo II, en la festividad navideiia de ese aiio.
Estas tres homilias son respuestas concretas a los sermones de Nestorio
del13 y 14 de diciembre-XVIII y XIX-y determinan a su vez un nuevo
sermon de Nestorio-el XXVII-que tiene ante sus ojos principalmente
el texto de Proclo I.
635
Conclusiones generales
- El serm6n de cuaresma de Proclo-Proclo VI-, pronunciado en marzo
del431 y que es 'una respuesta a este serm6n XXVII de Nestorio.
- Dos homilias, finalmente, pertenecen a los agitados dias de la iniciaci6n
del concilio de Efeso: Cirilo III, vibrante pieza oratoria pronunciada entre el
28 y el30 de junio del 431, en la que ratifica su pensamiento mariol6gico y
ataca violentamente la posici6n de Nestorio; y la fervorosa aclamaci6n de
Acacio de Melitene en los dolorosos momentos en que se hace patente el
cisma de los orientales, periodo comprendido entre el 28 de junio y el 10
de julio del 431.
La declaraci6n doctrinal de Efeso crea un periodo de paz en el aspecto
doctrinal de la mariologia y de fervor en la expresi6n de la piedad que se
manifiestan en cinco homilias que cubren esta ultima parte de la primera
mitad del siglo: los dos panegiricos navidefios de Pablo de Emesa en presencia de Cirilo en el afio 432; y tres probables textos oratorios de Proclo para
la festividad mariana natalicia: las homilias cuarta y quinta de la edici6n
de Migne y la composici6n poetica estudiada como el Ps. Cris6stomo IV.
Sabemos por la historia, sin embargo, que las determinaciones de Efeso
son causa tambien de inquietud e incertidumbre en las iglesias nestoriana y
jacobita. Producto de esta confusa situaci6n aparecen la defensa polemica
de Erectheio y la exaltaci6n mariana de Basilio de Seleucia.
Periodo post efesino.
Unicamente dos homilias autenticas encontramos en la segunda mitad del
siglo v pertenecientes a autores cuya actividad se desarrolla en los alios
450-480: el panegirico de Crisipo de Jerusalen para la festividad mariana
primitiva y el comentario exegetico de Antipatro de Bostra que servira
de base para la reelaboraci6n liturgica en honor de Juan el Bautista.
Por su posible relaci6n con estos autores cabria citar a continuaci6n
las siguientes homilias: Ps. Taumaturgo IV, relacionado estrechamente con
Crisipo, panegirico de extraordinaria importancia en el proceso de fijaci6n
de la festividad liturgica de la anunciaci6n; la tercera homilia atribuida a
Antipatro y cuyo nucleo original corresponde muy exactamente a la festividad mariana propia del siglo v, antes de que la ampliaci6n posterior sobre
la escena de la visitaci6n transformara su fisonomia original; el panegirico
navidefio atribuido a Teodoto de Ancira-Teodoto V-, purificado de las
probables interpolaciones posteriores, que nos ofrece un cuadro tradicional
que bien podria corresponder a esta epoca.
636
Conclusiones crlticas
Por su caracteristica tematica central podriamos tambien situar en este
tardo siglo v dos homilias mas: el Ps. Epifanio, quien en dependencia literaria de Crisipo y del Ps. Crisostomo IV aclama el misterio de la maternidad
divina considerada a la luz de la encarnacion; y el Ps. Taumaturgo II, quien
siguiendo literalmente la homilia mariana de Crisipo e influyendo en la
compilacion posterior del Ps. Nisseno II, pondera el misterio de la concepcion virginal que tiene lugar en el momento de la anunciacion.
Tres homilias estan intimamente relacionadas entre si por su tematica
y por la ocasion liturgica que ha determinado su redaccion, la festividad del
Hypapante. Procedentes de diversas regiones, coinciden en una orientacion
cristologica del tema y en una ambientacion doctrinal que hace eco a las
controversias cristologicas del siglo v. Creemos que su ubicacion en este
periodo es bastante segura. Son elias el Ps. Cirilo de J erusalen, el Ps. Atanasio IVy la reelaboracion del comentario biblico lucano que ocupa la segunda
parte de la homilia atribuida equivocadamente a Teodoto de Ancira.
El anonimo jerosolimitano, reelaborado mas tarde por Nifon, constituye
una interesante homilia lirica para la festividad naciente de la anunciacion
en el tardo siglo v o a comienzos del siglo VI.
Procuraremos sintetizar todos estos datos criticos en el cuadro esquematico, I (p. 684)
637
CAPITULO II
CONCLUSIONES LITURGICAS
El analisis realizado sobre el material homiletico nos ha ofrecido la oportunidad de reunir una serie de indicios de tipo liturgico que, si bien marginales al
interes principal teol6gico de nuestro estudio, pueden contribuir a esclarecer
la historia del culto mariana en este periodo.
Es digno de anotar el hecho de que la gran mayoria de las piezas-cuarenta y ocho entre las cincuenta y ocho analizadas-han sido redactadas
originalmente o reelaboradas posteriormente con motivo de una festividad
liturgica concreta, confirmando la apreciaci6n fundamental de que el pensamiento teol6gico de la iglesia primitiva nace y se desarrolla al calor de la
vida de piedad del pueblo fiel.
PARAGRAFO
1°:
FESTIVIDAD LITURGICA NATALICIA.
La primera conclusi6n de gran interes es comprobar que la festividad cristo16gica de la Navidad (Epifania en algunas regiones) presenta un car~cter
original en la iglesia primitiva, reflejo de la vivencia mas espontanea del
hecho cristiano. En efecto, es la festividad que ha dado lugar a mayor numero de panegiricos-Ps. Cris6stomo V, Ps. Cris6stomo I, Ps. Taumaturgo I,
Attico, Teodoto III, Ps. Cris6stomo II, Proclo III, Teodoto I, Ps. Atanasio
I, Ps. Atanasio II, Ps. Teodoto "A", Teodoto II, Cirilo II, Proclo VII y
Proclo VI, Pablo I y II, Teodoto V y Ps. Cris6stomo VIII-diecinueve piezas que representan mas de la tercera parte del material homiletico liturgico. Homilias situadas en epoca temprana y cuya autenticidad literaria esta
esclarecida en gran parte: fuera de las cuatro pseudo-epigraficas pertenecientes al siglo IV y del tardio Ps. Cris6stomo VIII, las demas piezas estan suficientemente determinadas.
En una mirada comparativa podemos seiialar un segundo dato complementario de interes: solamente siete piezas presentan rastros de reelabo638
Conclusiones liturgicas
raci6n posterior y de ellas unicamente en tres-el Ps. Cris6stomo V, Ps.
Atanasio II y Ps. Cris6stomo VIII-se afecta realmente Ia exposici6n tematica; las demas homilias ofrecen un texto original, claro, preciso, ordenado. Es evidente que nos encontramos con una festividad de caracteristicas precisas, con modalidad bien definida y una amplia tradici6n en Ia
Iglesia.
Esta aproximaci6n se confirma en una analisis comparativo del esquema
ideol6gico seglin el cual se desarrolla el tema de Ia festividad: ponderaci6n
del misterio de Ia maternidad virginal + ponderaci6n del misterio de la
encarnaci6n + ponderaci6n del misterio redentor. Si exceptuamos el Ps.
Atanasio II y el Ps. Cris6stomo VIII que solo accidentalmente se enumeran
en este grupo, todas las demas homilias siguen en sus lineas generales este
esquema, o acentuando los aspectos cristol6gicos-Attico, Teodoto I y V,
y por razones circunstanciales Proclo VI-o bien dando un relieve notable
al aspecto mariol6gico en las restantes, hasta el punto de que siete de elias
darian la impresi6n de verdaderos panegiricos en honor a Maria y, mas
concretamente, de su maternidad virginal: asi dos piezas muy antiguas, el
Ps. Cris6stomo V y el Ps. Cris6stomo I; el Ps. Taumaturgo I que le da una
fisonomia tan marcada a su exposici6n que la reelaboraci6n posterior podra
aiiadir sin mayor dificultad una extensa letania encomiastica mariana;
Teodoto III, quien no vacila en estructurar su homilia sobre dos textos biblicos bien significativos: la profecia isaiana de la almah y el mensaje angelica a
Jose segun el texto de Mateo; finalmente tres homilias centran su atenci6n
en Ia defensa de la maternidad divina y el modo adecuado de expresarla con
el titulo de $eo-r:6uo~. Este es un dato primitivo de extraordinario significado
y que reasumiremos en el pr6ximo paragrafo.
En coherencia con esta ultima conclusi6n, observamos que no existe un
esquema propiamente liturgico que oriente los panegiricos. La gran mayoria de las piezas no presentan referencia alguna biblico-liturgica: el recur~ a
Ia Escritura se hace desde una perspectiva netamente doctrinal.
Los pocos textos que se construyen biblicamente no presentan ninguna
linea comun: el Ps. Cris6stomo V emplea los textos de Mateo y Lucas que
refieren las escenas natalicias del censo, los pastores y los magos; Proclo VII
y Pablo de Emesa se valen del pr6logo de Juan y complementan con Isaias
45, 8 y Lucas 2, 14, el primero, y Mateo 16, 15ss., el segundo; el Ps. Atanasio
I es el unico que se refiere ampliamente a Ia escena de Ia anunciaci6n, pero
de hecho el desarrollo tematico prescinde del texto sagrado.
Quizas la unica excepci6n podria ser el esquema capadocio formado por
Mateo 1, 18-25 + Isaias 7, 14 que aparece en la homilia de Basilio-PG
639
Conclusiones generales
XXXI, 1457ss.-y se repite exactamente en Teodoto III, Ps. Atanasio II
y Ps. Crisostomo VI.
Una mirada sintetica de estos datos deja ver el gran interes que tendria un estudio comparativo con los panegiricos natalicios de la epoca chisica de la patristica. Intuimos que una investigacion de este tipo proporcionaria datos de gran importancia en el terreno especifico de la liturgia y
de la historiografia mariana.
PARAGRAFO
2°:
FESTIVIDAD MARIANA PRIMITIVA.
En este paragrafo agrupamos el estudio comparativo de diez homilias redactadas, sin Iugar a dudas, para una festividad liturgica perfectamente
definida: la memoria de la Deipara, o festividad mariana primitiva.
Son elias: Hesiquio I y II, Proclo I, IV y V, Ps. Crisostomo IV, Basilio
de Seleucia, Crisipo, Antipatro III y Ps. Epifanio. Los exordios de todas
estas piezas son enfaticos en este sentido; el unico texto que podria suscitar
alguna inquietud-e! Ps. Crisostomo IV-concluye con una letania encomiastica mariana que resuelve suficientemente la dificultad.
Ocho de las diez piezas homileticas nos presentan un texto original,
claramente estructurado, cuidadosamente escrito, cuya autenticidad esta
solidamente establecida y las situa muy precisamente en nuestro siglo v
y en dos de las principales iglesias de la epoca, Constantinopla y Jerusalen.
Tres de elias-las dos de Hesiquio y la primera de Proclo-son testimonios
claros de la existencia de esta festividad antes del concilio de Efeso. Es, pues,
evidente que nos encontramos con una festividad liturgica tradicional, al
menos en estas dos iglesias de Oriente, lo que nos obliga a apartarnos de las
conclusiones de D. Montagna y J. A. de Aldama quienes consideran esta
festividad como un efecto de la exaltacion mariana efesina.
Un analisis comparativo del esquema ideologico nos lleva a importantes
conclusiones:
Ante todo, el desarrollo es esencialmente doctrinal y se centra en el
misterio de la maternidad divina. Fuera de la homilia de Crisipo, que se
cine a un comentario de los textos liturgicos del dia, y del Ps. Crisostomo IV,
que se estructura sobre los textos biblicos de Lucas y Mateo, las ocho piezas
restantes se desarrollan independientemente y siempre en la linea de la
consideraci6n y ponderacion del hecho de la encarnacion, acentuando el
aspecto virginal algunas de ellas-Hesiquio, Proclo, Crisipo, Antipatro
640
Conclusiones liturgicas
III-, dando mayor enfasis al aspecto mas profundo de la maternidad divina
las restantes.
Este tema central viene encuadrado en dos grandes acontecimientos:
el nacimiento del nifio y el anuncio angelico a Maria.
Por lo que hace al primero, la referenda es constante: con la excepcion
del panegirico de Proclo V y de la dificil compilacion atribuida a Antipatro,
las ocho piezas restantes concluyen siempre con este tema; mas aun, la referenda es concreta al nifio reclinado en el pesebre, adorado por los angeles,
pastores y magos, inspiraci6n frecuente de sentidos coloquios del orador. En
concordancia con las explicitas alusiones liturgicas del exordio, concluimos
con certeza que la festividad se celebra en el ambiente navidefio, por lo
cual rechazamos-para nuestro siglo-la fecha del 15 de agosto propuesta
por elleccionario armeno, sin poder llegar a precisar si esta festividad precedia o seguia cronologicamente a la Navidad celebrada ya generalmente el
25 de diciembre.
A esta luz, la homilia del Ps. Crisostomo IV es un documento de gran
interes. Es la unica pieza cuyo exordio es netamente natalicio, en perfecto
paralelo con las homilias consideradas comparativamente en el paragrafo
anterior; y, sin embargo, su tematica y letania encomiastica mariana la incluyen necesariamente dentro del presente recuento. Esta incoherencia
interna nos hace recordar ese grupo de siete homilias navidefias que ponian
en primer plano la figura de Maria, dentro de las cuales se podria incluir sin
dificultad el texto que comentamos.
Estariamos tentados de preguntarnos si no estaremos ante el proceso
de aparici6n del culto liturgico a Maria en una explicitacion viva y dinamica
de la festividad de la Navidad.
Por lo que hace a la escena de la anunciaci6n, el analisis no es menos
interesante. La mayoria de los textos comienzan la consideraci6n del tema
con una referenda a ella: el saludo angelico inspira la letania encomiastica
de Hesiquio II y la escena de la anunciaci6n expuesta con amplitud introduce el tema central en Hesiquio I; el hecho biblico de la anunciaci6n es el
ambiente dentro del cual se desarrolla el tema doctrinal de Proclo I y las
palabras del angel inspiran la peroraci6n de Proclo IV; sobre el pasaje evangelico lucano, presentado en forma dramatica, construyen el Ps. Crisostomo
IV y Basilio de Seleucia una parte importante de sus panegiricos.
Por otra parte, prescindiendo del hipotetico Antipatro III cuyo
caracter fragmentario le excluye de Ia presente consideraci6n, encontramos tres homilias que no presentan esta referenda anunciacionista: Proclo
V, Crisipo y Ps. Epifanio. El caracter de compilaci6n tardia que ofrece este
641
Conclusiones generales
ultimo texto podria explicar su ausencia si se tienen en cuenta las conclusiones sobre la festividad de la anunciaci6n que analizaremos en el pr6ximo
panl.grafo; Crisipo sigue el esquema liturgico de la festividad jerosolimitana, seglin el testimonio del antiquisimo leccionario para uso de la comunidad
armena, el cual no contiene el texto lucano, hecho significativo al considerar
que en J erusalen las homilias de Hesiquio atestiguaban unos decenios antes
la practica contraria; a esta luz, c6mo explicar que la ultima homilia de
Proclo modifique la ambientaci6n que encontramos en sus dos homilias
anteriores? Esta inquietud la tomaremos de nuevo en el pr6ximo paragrafo.
Un ultimo dato estructural de tipo liturgico comun a estas piezas es la
alabanza mariana. Recurso literario que encontramos en forma mesurada
en el siglo IV, como analizaremos mas adelante, aparece en nuestras homi-.
lias como elemento ret6rico esencial que va cobrando importancia e independencia a lo largo de nuestro siglo. Quizas con la unica excepci6n del
fragmentario Antipatro III, las demas piezas alaban a Maria por medio de
imagenes biblicas que resaltan su misi6n o su santidad y vienen expresadas
sea en forma de epitetos ocasionales o en estructuradas y extensas letanias
encomiasticas, especie de glosa del saludo angelico, por lo cual se las conoce
tecnicainente con el nombre de zateer:u:tp.ol.
PARAGRAFO
3o:
FESTIVIDAD DE LA ANUNCIACION.
Debemos hacer una primera observaci6n importante: el epigrafe de las
homilias no es criterio seguro para clasificar en este apartado una pieza
determinada; es preciso descender al analisis del mismo texto.
Nuestro estudio nos invita a reunir diez textos de gran importancia
para Ia reflexi6n liturgica: Ps. Cris6stomo IX, Ps. Taumaturgo IV, Ps. Antipatro, Ps. Taumaturgo II, Ps. Atanasio IV, An6nimo jerosolimitano, Ps.
Atanasio II, Ps. Taumaturgo III, Ps. Cris6stomo VIII, Ps. Proclo y Ps.
Nisseno II. Para el estudio comparativo tendremos que considerar ademas
cuatro piezas que nb tienen relaci6n con esta festividad liturgica, pero cuyo
tema central se aproxima notablemente: Ps. Atanasio IV, Ps. Atanasio III,
Ps. Atanasio I y Antipatro.
En fuerte contraste con las homilias anteriormente consideradas, este
grupo se caracteriza por su indole pseudo-epigrafica y reelaborada. No
hay una sola pieza de orador conocido: dos de elias nos ofrecen alguna
aproximaci6n-Ps. Cris6stomo IX y Ps. Taumaturgo IV-y otras per642
Conclusiones liturgicas
miten conjeturar la region de la que proceden-Ps. Taumaturgo II y III-;
las seis restantes permanecen en el completo anonimato. Ademas, solamente
las dos primeras nos ofrecen con probabilidad un texto original; las demas
representan adaptaciones liturgicas posteriores: tres textos han sido retocados en forma bastante clara y definida-Ps. Atanasio IV, Ps. Crisostomo
VIII y el texto primitivo del Ps. Antipatro-; los otros cinco son compilaciones de diversas fuentes primitivas, compleja labor de redaccion cuya
reconstruccion no pasa de hipotesis de trabajo. Anotemos, finalmente, que
todas estas adaptaciones presentan fuertes indicios de una epoca tardia:
Ps. Taumaturgo .IV y el Anonimo jerosolimitano podrian situarse en la
segunda mitad del siglo v; Ps. Antipatro y Ps. Taumaturgo II se aproximan
con probabilidad al periodo siglo v-v1; los cinco restantes corresponden a
las ultimas piezas de nuestro recorrido homiletico, siglos VI-vn. Tenemos
una conclusion evidente: estamos ante testimonios de una festividad liturgica mas bien tardia.
El analisis comparativo de los exordios nos ofrece elementos de gran
interes. En primer lugar, todos hacen referenda a la festividad liturgica que
se celebra y, por consiguiente, podemos estar seguros del caracter panegirico de las piezas; todas elias se centran en la escena de la anunciacion,
haciendo presumible que se trate de esta festividad liturgica; y, sin embargo, las precisiones textuales son desconcertantes: el Ps. Crisostomo IX
expresa la inten cion doctrinal de la homilia dentro de un contexto polemico
reafirmado por el epilogo; Ps. Crisostomo VIII y Ps. Nisseno II adaptan sus
fuentes originates anunciacionistas a la festividad cristologica de la Navidad( I); la compilacion de Nif6n y el Ps. Proclo se expresan en forma perfectamente paralela a los clasicos exordios de la festividad mariana primitiva;
el Ps. Antipatro y Ps. Taumaturgo II ponen de relieve el caracter cristologico de la festividad, cuyo centro es la encarnacion redentora realizada si
en el momento de la anunciaci6n; Ps. Taumaturgo IV avanza en esta linea
haciendo enfasis en el anuncio angelico. Solamente en los tardios Ps. Atanasio IV y Ps. Taumaturgo III encontramos la referenda clara y precisa a
la festividad del evayyeA.tap.6~; y, con todo, el primero la considera una
festividad cristologica I No podemos menos de reconocer que se trata de
una festividad liturgica naciente, que no logra su ubicacion liturgica adecuada.
La forma en que se expone la escena de la anunciacion nos ofrece
nuevos datos de interpretacion:
Los textos mas antiguos-Ps. Antipatro y Ps. Crisostomo IX-presentan un claro tinte de comentarios biblicos; diriamos que se trata de comen-
643
Conclusiones generales
tarios a la escena evangelica en los que el tenor mismo del texto lucano
determina una acentuaci6n del caracter dialogal y explica por que sorpresivamente encontramos en el Ps. Antipatro la escena de la visitaci6n que
desbordaria los limites de la festividad liturgica. Algo semejante encontramos en el Ps. Taumaturgo III y en las homilias de caracter exegetico de
Antipatro, Ps. Atanasio V y III.
En el Ps. Atanasio IV la escena de la anunciaci6n se refiere en forma
breve, totalmente marginal, como hecho que determina el misterio de la
encarnaci6n redentora, tema central del panegirico. En el texto reelaborado
por Nif6n la presentaci6n es semejante: la primera fuente da termino a la
consideraci6n de la encarnaci6n redentora con una parafrasis encomiastica
del saludo angelica; el compilador posterior concluye en forma narrativa el
relato evangelico, interrumpiendo de manera brusca la alabanza mariana
que se continua en los numeros siguientes. Es claro que para estos dos
textos Ia escena de Ia anunciaci6n es secundaria en si misma.
El Ps. Taumaturgo IV, partiendo de una consideraci6n exegetica del
versiculo 26 del capitulo lucano, se explaya en una amplia presentaci6n
ret6rica del envio del angel que concluye un tanto bruscamente con el
epilogo mariano, sin que se haya llegado a tratar la escena misma de Ia
anunciaci6n. En Ia primera secci6n original del Ps. Taumaturgo II encontramos una,brevisima presentaci6n ret6rica de la escena que inspira Ia
extensa exaltaci6n mariana, objetivo principal del orador. Esta presentaci6n Ia transcribe literalmente el Ps. Nisseno I. El Ps. Taumaturgo III,
en su compilaci6n para esta festividad liturgica, emplea como primera fuente
una redacci6n muy semejante a las anteriores. Se observa en este grupo que
la anunciaci6n es el punto de arranque, pero el interes homiletico va en
otro sentido.
El Ps. Crisostomo VIII y el Ps. Proclo se refieren a la anunciaci6n en
forma notablemente diferente. En sus tardias reelaboraciones han tornado
piezas dramaticas que incluyen dos momentos bien caracteristicos: el dialogo de Maria con el angel, referido basicamente al texto lucano, y el subsiguiente dialogo de Maria y Jose insinuado en el texto paralelo de Mateo
1, 18-20. Son cuadros bien definidos que desbordan ampliamente los limites
de una festividad liturgica.
Esta indefinida variedad de aproximaciones al tema son un indicio
claro de que se delinea una festividad liturgica que no acaba de encontrar
su fisonomia y caracteristicas propias.
Hay, sin embargo, un nucleo preciso: se trata de una festividad mariana I Todas las piezas, sin excepci6n, resaltan de manera especial la figura
644
Conclusiones liturgicas
de Maria. La gran mayoria termina con un amplio epilogo encomiastico
a Maria, que en la adaptaci6n de Nif6n llega a una ins6lita doxologia mariana. Muchas incluyen vibrantes elogios o exaltadas alabanzas a lo largo de la
homilia.
Podemos seiialar, tambien, una caracteristica definida: esta festividad
mariana no presenta ninguna conexi6n con la festividad del nacimiento.
Unica excepci6n, la redacci6n interpolada del Ps. Taumaturgo III, quien
despues de haber recargado el tema de la anunciaci6n con un trozo exegetico sobre la visitaci6n, se cree obligado a completar con el relata del capitulo segundo de Lucas.
El conjunto de observaciones permite algunas conclusiones mas generales que pueden ser un estimulo' a nuevas investigaciones sobre esta
festividad liturgica:
La primera podria ser que el tema de la anunciaci6n despert6 el interes
de las comunidades cristianas desde epocas tempranas. La predicaci6n en
Capadocia hacia los aiios 370-376 es el testimonio mas firme en este sentido;
los comentarios biblicos al texto lucano, de temprana dataci6n y especial
relieve ret6rico, son indicia de una conciencia cristiana que se va formando;
la recurrencia, mas o menos amplia, que encuentra el tema en la homiletica
del siglo v permite ver la importancia creciente que este hecho adquiere en
la vida de la Iglesia; las mismas fuentes que utilizan los compiladores tienen
un matiz de originalidad y frescura digno de atenci6n.
En segundo lugar, los textos analizados pueden quizas ayudarnos a
replantear el origen y evoluci6n de esta festividad liturgica que adquiere su
carta de ciudadania con el decreta imperial del tardo siglo vr:
A partir del texto del Ps. Crisostomo IX, como testigo para Capadocia
de la lectura dominical de Lucas 1, 26-38, y del curiosa desarrollo tematico
del Ps. Atanasio I estrictamente paralelo, llaman la atenci6n tres homilias
que consideran el mismo tema con
una perspectiva similar. La primera es
I
el Ps. Taumaturgo IV, probablemente orador del Asia Menor en el siglo v,
que es un comentario circunstancial de Lucas 1, 26-27, conectado ideol6gicamente con la figura del Bautista, concentrado en la embajada del angel
a Maria, sin nexo con la festividad liturgica del nacimiento, cuyo estado al
parecer fragmentario puede explicar que la escena de la anunciaci6n no se
des~rrolle completamente; homilia estrictamente liturgica, vimos que no
correspondia a ninguna de las festividades tradicionales. La segunda es el
Ps. Atanasio III, probable reelaboraci6n de origen capadocio, que comentando el esquema lucano de 1, 11-14. 26-34, considera la anunciaci6n a Zacarias
como introducci6n al tema central de la anunciaci6n a Maria. La tercera
645
Conclusiones generales
es la adaptaci6n posterior a la festividad del nacimiento del Bautista del
comentario homiletico de Antipatro de Bostra a Lucas 1, 6-23. 28-43, adaptaci6n que considera la escena de la anunciaci6n como la plenitud de las
alabanzas del Precursor. Se debe advertir que tam poco en estas dos ultimas
homilias se encuentra referencia a la festividad liturgica del nacimiento.
Quizas convendria afiadir en esta linea el testimonio de dos homilias,
tambien de origen capadocio, compiladas mas tarde para la festividad de la
Paranome de la Navidad: el Ps. Cris6stomo VI, quien utiliza como una de
sus fuentes una vibrante aclamaci6n mariana a partir del misterio de la
encarnaci6n virginal, complementada con la escena de las dudas de Jose
sobre el texto de Mateo 1, 18-20 de caracteristicas muy peculiares; y el Ps.
Atanasio II que retoca un comentario al texto de Lucas 2, 1-7 acentuando
la figura de Maria en dicha exposici6n y dramatizando ampliamente la
actitud de Jose sobre la linea de la homilia anterior yen paralelo estricto con
el Ps. Cris6stomo VIII y el Ps. Proclo.
Tendremos en este grupo de homilias un testimonio de la evoluci6n
de la liturgia mariana primitiva en la regi6n de Capadocia, liturgia centrada
en la escena de la anunciaci6n?
Por otra parte, encontramos dos piezas probablemente jerosolimitanas
que merecen especial atenci6n: el Ps. Atanasio IV, quien dentro de un
desarrollo tematico clasico celebra el hecho de la anunciaci6n que se conmemora ese aia como la primera festividad cristol6gica; y el Ps. Taumaturgo II, quien reelabora piezas clasicas de la festividad mariana primitivaentre elias la conocida de Crisipo-para adaptarlas a la festividad de la
anunciaci6n. Estaremos ante el testimonio del desdoblamiento de Ia festividad mariana de Jerusalen, determinada quizas por el influjo de la liturgia
capadocia y el traslado oficial de Ia festividad mariana primitiva al 15 de
agosto?
PARAGRAFO 40: FESTIVIDAD DEL HYPAPANTE.
Consideramos en este apartado nueve homilias conservadas en los homiliarios para la festividad liturgica de Ia presentaci6n del Senor en el templo,
conocida tipicamente en Oriente con el nombre de Hypapante: Ps. Cris6stomo X, Ps. Cris6stomo XI, Hesiquio III, Cirilo I, Ps. Cirilo de Jerusalen,
Ps. Atanasio VI, Ps. Teodoto "B", Ps. Nisseno II y Ps. Metodio. Con Ia
unica excepci6n del Ps. Cris6stomo X-que es un comentario biblico sin
646
Conclusiones liturgicas
referencia liturgica alguna-los demas textos han sido redactados o adaptados conscientemente para esta festividad liturgica.
La primera sorprendente conclusi6n que nos ofrece su estudio comparativo es el caracter tardio de la celebraci6n liturgica de esta festividad. El
testimonio de la peregrina Eteria en el siglo IV nos hablaba de la existencia
en J erusalen de una festividad de la presentaci6n del Seiior a los cuarenta
dias de la Navidad. Pues bien, no existe dato homiletico que corresponda
a este temprano testimonio, ya que las piezas que se suelen aducir al respecto
no constituyen argumento s6lido. Las homilias atribuidas al Cris6stomo
no son validas: el Ps. Cris6stomo X, aunque de temprana redacci6n, es un
comentario biblico al texto lucano sin referencia liturgica alguna, ni siquiera
en su reelaboraci6n posterior; el epigrafe no hace ·otra cosa que referir su
contenido: de occursu Domini nostri lesu Christi, deque Deipara et Simeone.
El Ps. Cris6stomo XI es una adaptaci6n de un comentario biblico similar
al anterior, quizas autentico del Cris6stomo, .adaptaci6n que podemos localizar con certeza en el siglo vi-VII. Indicamos oportunamente c6mo la
homilia de Anfiloquio de Iconio-PG XXXIX, 44ss.-era igualmente un
comentario exegetico sin ninguna referencia a la supuesta festividad liturgica.
Encontramos luego tres panegiricos redactados originalmente para
esta festividad, dos de ellos de origen jerosolimitano, atribuidos a grandes
personalidades del siglo IV: Cirilo de Jerusaien, Atanasio, Gregorio de Nissa.
Su analisis cuidadoso nos condujo a conclusiones decepcionantes: los tres
son ciertamente pseudo-epigraficos y su redacci6n se situa ciertamente
despues del concilio de Calcedonia.
Finalmente, el texto jerosolimitano atribuido falsamente a Metodio de
Olimpo es una reelaboraci6n de epoca muy tardia, contemporanea del
Ps. Cris6stomo XI.
No existe, pues, ningun testimonio homiletico que sufrague la existencia de esta festividad, ni en J erusalen ni en Capadocia, en el siglo Iv.
En nuestro siglo v se seii.alan tres piezas: Hesiquio III, Cirilo I y Teodoto de Ancira en la segunda parte de su homilia pseudo-epigrafica. Y, sin
embargo, las tres son reelaboraciones posteriores: esta criticamente establecido que el texto de Cirilo reune bajo un vibrante exordio de circunstancias
las homilias tercera y cuarta de la serie exegetica que sobre el evangelio
lucano predic6 el alejandrino por los aii.os 429-430; el analisis interno del
texto de Hesiquio nos llev6 a conclusiones enteramente similares: es la
adaptaci6n de un comentario exegetico para la festividad de Jerusalen;
es indudable que el texto del Ps. Teodoto yuxtapone malamente dos piezas,
647
Conclusiones generales
una de ellas un autentico panegirico para esta festividad, reelaborado ciertamente en fecha posterior al concilio de Efeso.
No podemos menos de subrayar esta conclusion que replantea en forma exigente la historiografia de esta festividad liturgica y cuestiona seriamente los documentos primitivos.
Una segunda conclusion de gran interes: la festividad se localiza en la
region de J erusalen, en armonia con los datos primitivos. Dos de las piezas
originales-Ps. Cirilo y Ps. Nisseno II-han sido redactadas seguramente
alli y expresan los detalles propios de su celebraci6n en Jerusalen, asi comG
el Ps. Crisostomo XI hace una defensa de su celebracion el dia 2 de febrero,
a los cuarenta dias de la Navidad. Las reelaboraciones del Ps. Teodoto y
Ps. Metodio proceden con gran probabilidad de esa region. La exegesis
jerosolimitana de Hesiquio esta a la base de otra adaptacion posterior.
La unica pieza que realmente esta fuera de este cuadro es el Ps. Atanasio
VI y en ella estructuracion del exordio y la presentacion tematica difieren
notablemente del marco comun que encontramos en toda la serie de homilias.
Hay algo mas. La estructuraci6n de las homilias es netamente biblica.
Se tiene la impresi6n de que nace de los comentarios exegeticos que le sirven
de base, de manera que el nucleo tematico es un poco fluctuante: en algunos
casos incluye Ia escena de Ia circuncisi6n-Ps. Crisostomo X y Cirilo-, en
otros se extiende basta Ia escena de Ana Ia profetisa-Ps. Atanasio VI,
Ps. Nisseno II, Ps. Metodio-y alguno Ilega a insinuar el ambiente natalicio-Ps. Teodoto-. En algunas se considera con detenci6n Ia espada de
dolor predicha a Maria-Hesiquio, Cirilo, Ps. Crisostomo X, Ps. Crisostomo
XI, Ps. Atanasio VI-, en otras se ignora este aspecto-Ps. Cirilo, Ps.
Nisseno-y dos piezas Io eluden cuidadosamente -Ps. Teodoto y Ps.
Metodio-.
Finalmente, nuestro recorrido homiletico es testigo de un proceso evoIutivo: los comentarios exegeticos, fieles a Ia orientacion peculiar del texto
lucano que modifica conscientemente el sentido original de Ia ley mosaica de
la purificaci6n, centran su atencion en Ia persona de Cristo que inicia su
mision redentora; los panegiricos mas estructurados acentuan este aspecto
doctrinal, de manera que la figura de Maria apenas aparece en el trasfondo,
de una manera completamente secundaria; las dos ultimas homilias representan un cambio notable: el Ps. Crisostomo XI reelabora el comentario
biblico clasico precisando Ia fecha jerosolimitana de su predicacion liturgica y concluyendo con un sorprendente epilogo encomiastico mariano I El
Ps. Metodio es aun mas radical: exordio y epilogo son marcadamente maria648
Conclusiones liturgicas
nos, la figura de la madre esta en el centro de la consideraci6n doctrinal y sus
alabanzas son el objeto del impulso ret6rico del orador.
***
Concluyendo esta serie de consideraciones liturgicas debemos confesar que
los datos homileticos de nuestro periodo no se prestan a una facil sistematizaci6n y no favorecen las hip6tesis unitarias propias de nuestra mentalidad
actual.
A partir del hecho significativo de que las festividades marianas primitivas nacen de la gran festividad natalicia, en una consideraci6n cada vez
mas rica y profunda del misterio insondable de la encarnaci6n, nos atreveriamos a seiialar en dos direcciones diferentes: en la regi6n de Capadocia una
liturgia mariana de tipo exegetico sobre el evangelio de la anunciaci6n,
independiente del ciclo navideiio y que abre la posibilidad de la conmemoraci6n del dia del e.vayye.J..tap,6c; a que hace alusi6n Abraham de Efeso-de
hecho el 25 de marzo cay6 en domingo en los aiios 372 y 378, epoca de la
segura predicaci6n del Ps. Cris6stomo IX-; en las Iglesias de Jerusalen y
Constantinopla una festividad fiturgica de la maternidad divina, estrictamente vinculada al ciclo navidefio y anterior al concilio de Efeso, que parece
se desdobla hacia una festividad de la anunciaci6n, paralela a la capadocia, quizas en virtud de la fijaci6n de la festividad prirnitiva ell5 de agosto.
La evoluci6n de la festividad del Hypapante de un clasico significado
cristol6gico a uno tardio mariol6gico abre un campo muy interesante a la
investigaci6n critica.
Un analisis comparativo de las citaciones biblicas revela una tematica comun a Ia homiletica del siglo, mas que una dependencia de un esquema liturgico determinado. Pretender Ia fijaci6n de una Iiturgia con base
en estos elementos, como lo ha intentado D. Montagna, resulta expuesto a
errores definitivos. Esto no excluye el que dado un esquema por fuentes
litlirgicas diversas se pueda rastrear su influencia en Ia homiletica, como
sucedi6 en el caso de Crisipo gracias al testimonio del leccionario armeno.
Aun en estos casos se ha de proceder con prudencia, ya que los oradores no
se cifien necesariamente a ese esquema.
PARAGRAFO
5°:
ALABANZAS LITURGICA MARIANAS.
E~te
punto ha sido tratado detenidamente por D. Montagna en su estudio
"La lode alla Theotokos nei testi greci dei secoli Iv-vm", enriquecido con
649
Conclusiones generales
la transcripci6n de cuarenta y dos textos que hacen al prop6sito, entre los
cuales veinticuatro homileticos de nuestro periodo.
Nuestro analisis puede aportar nuevos elementos a este interesante
estudio: en primer Iugar, presenta trece textos mas, algunos de gran importancia: Antipatro III, Ps. Cris6stomo XI, Ps. Taumaturgo I, Ps. Cris6stomo II, Ps. Cris6stomo IV, Ps. Cris6stomo V, Ps. Atanasio III, Ps. Atanasio V, Ps. Atanasio VI, Ps. Proclo, Ps. Epifanio, Ps:Metodio y An6nimo
jerosolimitano; en segundo Iugar, modifica las perspectivas generales del
autor, debido a las precisiones criticas sobre las homilias de Cirilo, Ps.
Nisseno I, Ps. Taumaturgo II, Ps. Taumaturgo III y Ps. Taumaturgo IV;
finalmente, establece un estudio comparativo de los diversos textos, revalorando el orden de dependencia de algunos de ellos sin tener en cuenta teorias previas.
La importancia de estas peculiares alabanzas marianas viene sintetizada muy bien por el autor aludido: esse costituiscono anzi il vertice espressivo della pieta mariana byzantina . .. la lode alla Theotokos vi trova
la manifestazione tipica ed ideale {MARIANUM, 24, 1962, pp. 484-5).
Su origen parece encontrarse en una especie de glosa de la pericopa lucana de la anunciaci6n. En efecto, el mas antiguo testimonio seguro, el
Ps. Cris6stomo IX, comentando directamente el evangelio del dia, Lc.
1, 26-38, parafrasea el termino xaiee, 6 Kvewr; p,e-r:a aov, evJ..oynp,evn;
igualmente el comentario lucano del Ps. Atanasio III enriquece el 6 Kvewr;
p,e-r:a aov con cinco exclamaciones encomiasticas; el Ps. Taumaturgo III, en
una de sus fuentes originales exalta la imagen de Maria sobre el xa'iee uexaet-r:wp,l'llrJ del anuncio angelico; Teodoto V adorna la frase p,"' cpo{Jov Maela
con nueve epitetos laudatorios a Maria y pondera las consecuencias redentoras de la maternidad divina; Basilio de Seleucia desarrolla la misma idea
sobre el xaiee uexaet-r:wp,evn. Todos estos testimonios coinciden en Ia
estructura y en Ia tematica. Si tenemos en cuenta que todos ellos-si se
exceptua quizas el Ps. Taumaturgo III-proceden de la zona de influencia
de la Capadocia, se puede pensar con probabilidad en una cierta dependencia literaria.
Hacia la primera mitad del siglo v encontramos dos piezas que hacen
explicitamente el comentario de Lucas: el Ps. Cris6stomo IV, quien en diecinueve figuras glosa el xaiee uexaet-r:wp,l'llrJ, y el Ps. Taumaturgo IV,
quien en seis miembros parafrasea el xaiee; estos textos de inspiraci6n
procliana presentan una caracteristica que los diferencia radicalmente de la
serie precedente: mientras aquella consideraba directamente la misi6n de
Maria y formaba sus alabanzas con expresiones preferentemente dogmaticas,
650
Conclusiones liturgicas
los dos textos presentes exaltan directamente a la madre-virgen por medio
de imagenes biblicas preiiadas de poesia y con tendencia a la simetria.
Es mas: en el Ps. Taumaturgo IV este artificio viene en un segundo aparte
desligado de la pericopa lucana y estructurado sobre la repetici6n anaf6rica
del mandato del Senor: aneA.Oe neoc; . .. Llama la atenci6n el paralelismo
estrecho entre las imagenes empleadas por estas dos homilias.
Si el doble grupo anterior glosaba expresamente la pericopa lucana de
la anunciaci6n, nos encontramos ahora con otro grupo que toma de ella
solamente la forma inicial del saludo xaiee 0 xateotc; para estructurar una
alabanza de tipo poetico procliano, independiente del texto de Lucas que no
entra en el desarrollo de la homilia. En este grupo podemos enumerar a
Hesiquio II y Cirilo I del periodo pre-efesino; Ps. Teodoto, Crisipo y Antipatro III en el periodo post-efesino; Ps. Epifanio, Ps. Metodio y Ps. Cris6stomo XI en el tardo siglo v-v1. La interdependencia entre los diversos
textos recibe una valida confirmaci6n en el estudio de las imagenes biblicas
empleadas que forman un grupo caracteristico del cual s6lo se aparta Cirilo.
Ahora bien: bajo este punto de vista existe una estrecha relaci6n entre
este grupo y el conjunto Ps. Cris6stomo IV-Ps. Taumaturgo IV que sugiere una influencia. En que sentido ? Ps. Cris6stomo IV inspira a Hesiquio
II o viceversa? Estariamos tentados a optar por la primera hip6tesis y
coincidir en lineas generales con la apreciaci6n de D. Montagna de que
Capadocia influye en J erusalen a traves de Constantinopla.
Esta teoria que contradice la probable dataci6n de los textos homileticos y de por si no puede explicar la diferencia seiialada entre los grupos
Capadocia-Constantinopla, encuentra una dificultad aun mayor en un tercer
grupo de homilias en las que la alabanza mariana se presenta independiente
por completo de Ia pericopa lucana, bien en forma de encomio acumulativo-Ps. Atanasio V, Ps. Cris6stomo V, Proclo I, IVy V, Ps. Cris6stomo III,
Ps. Atanasio VI-, bien estructuradas sobre formas anaf6ricas-Ps. Cris6stomo VI y VIII, Ps. Proclo, Ps. Taumaturgo 1-, a los que se pueden aiiadir apartes del Ps. Epifanio y Ps. Metodio.
Observamos que los dos primeros pertenecen al siglo IV y provienen de
Ia zona de influencia de Alejandria. Dentro de la sobriedad propia de Ia
epoca son los primeros en acudir a las imagenes biblicas para formar Ia
alabanza mariana y justamente con las tres figuras mas empleadas por Ia
homiletica posterior: area de la alianza, zarza que arde sin consumirse y
monte del que se desprende la piedra que acabara con la estatua del coloso.
El Ps. Atanasio V presenta ademas la primera procesi6n de Profelas, artificio
651
Conclusiones generales
que empleara generosamente Proclo y sus discipulos, Ps. Basilio, Ps. Proclo
y Ps. Atanasio VI.
Es, pues, muy probable que esta corriente literaria este a la fuente de
Hesiquio-Proclo, punto de arranque de las alabanzas poeticas a Maria.
Las conclusiones reseiiadas brevemente nos hacen ver que la teoria
de D. Montagna que considera un proceso de evolucion homogenea de la
piedad liturgica mariana con foco unico en Capadocia no se prueba con los
textos homileticos. Estos nos hacian pensar en una doble festividad mariana
primitiva con centros en Capadocia y Jerusalen-Constantinopla, conclusion que se corrobora con el presente analisis de las alabanzas marianas,
que-dicho sea de paso-adquieren su evolucion poetica antes del concilio
de Efeso.
Un punto queda por resolver: Constantinopla y Jerusalen representan
dos tradiciones simultaneas e independientes? La influencia alejandrina
pasa a Constantinopla a traves de Jerusalen? Creemos que con los datos
homileticos que poseemos actualmente es imposible dar una respuesta siquiera sea aproximada. Es un campo abierto a la investigacion critica.
Una fusion de estas tradiciones parece hacerse evidente en los textos
tardios del Ps. Epifanio, Ps. Metodio, Ps. Proclo y Ps. Taumaturgo I.
Ps. Epifanio no tiene una sola imagen que no pertenezca a la tradicion
Hesiquio-Proclo; sus alabanzas estructuradas anaforicamente presentan
algunas expresiones peculiares que pasan al conjunto Ps. Atanasio VI-Ps.
Proclo-Ps. Taumaturgo I. Ps. Metodio parece inspirarse en Proclo-Crisipo
para sus imagenes biblicas y en Crisipo para las aclamaciones encomiasticas.
Ps. Proclo y Ps. Taumaturgo I forman una unidad literaria que representa un estadio byzantino tardio de esta forma homiletica y con su
marcado caracter de pieza independiente proporciona una pista de soluci6n
al curioso problema planteado por la alabanza del Ps. Cris6stomo IV en
su doble recensi6n, la armena y Ia griega, y por las diversas versiones testimoniadas por los diferentes manuscritos del An6nimo jerosolimitano.
Para concluir nos ha parecido util presentar un cuadro esquematico
II (p. 685) del empleo de los terminos que forman estas alabanzas marianas
y que puede ayudar a valorar nuestras conclusiones precedentes, asi como
abrir caminos de nuevas investigaciones. Advertimos que el orden cronel6gico de los textos enumerados no corresponde exactamente con el del
primer c:uadro comparativo por el hecho de que los textos encomiasticos
pertenecen, a veces, a una fuente de dataci6n diferente a la que se determin6 para la homilia en su conjunto.
652
CAPITULO III
CONCLUSIONES DOCTRINALES
Creemos de importancia capital determinar exactamente el prop6sito de
esta secci6n. No pretendemos proponer un estudio completo del pensamiento mariol6gico de la epoca, ya que solamente consideramos el campo homiIetico, prescindiendo por el momento del material ofrecido en los tratados
directamente cristol6gicos y en la correspondencia epistolar. Tampoco es
nuestra intenci6n precisar su evoluci6n en la historia de la primitiva iglesia, ya que deberiamos ampliar el campo de nuestra investigaci6n a los siglos
precedentes.
Se trata, simplemente, de reunir en una perspectiva de conjunto los
datos analizados minuciosamente en el estudio de cada pieza, con el fin
de ofrecer un s6lido y objetivo material a estudios teol6gicos mas generales.
Aunque en la vital realidad de la homiletica de la epoca los diversos
aspectos de la fisonomia teol6gica de Maria van intimamente ligados unos con
otros, hemos creido oportuno considerarlos separadamente a fin de apreciar
mejor el proceso de evoluci6n que se opera dentro de nuestro siglo.
PARAGRAFO
1°:
LA MATERNIDAD DIVINA.
1. Un termino de comparaci6n en la explicitaci6n de este dogma se
encuentra en las doce piezas que cronol6gicamente preceden a Hesiquio I
y que perteneciendo con gran probabilidad al periodo 370-420, se deben
considerar en el marco doctrinal del final del siglo IV, junto a los sermones
liturgicos y dogmaticos de los Capadocios y Antioquenos. Se trata de Ps.
Cris6stomo V, Ps. Atanasio V, Ps. Antipatro, Ps. Cris6stomo IX, Ps. Cris6stomo XI, Ps. Cris6stomo X, Ps. Atanasio III, Ps. Atanasio II, Ps. Cris6stomo I, Ps. Taumaturgo I, Ps. Cris6stomo VII y Hesiquio III.
Teniendo en cuenta la tematica central y su desarrollo a partir del
evangelio lucano de la infancia, es normal encontrar una afirmaci6n clara de
653
Conclusiones generales
la maternidad de Maria, sea en forma impJicita en la constante afirmaci6n de
la divinidad de su Hijo-como encontramos en los textos emparentados del
Ps. Atanasio III y II-, sea de ordinaria en forma categ6rica y sencilla:
El Senor, el Hijo de Dios, lorna carne de una virgen, nace de una virgen,
ncs dice el Ps. Atanasio V, Ps. Cris6stomo V. Una afirmaci6n mas enfatica
en el Ps. Taumaturgo I: Dei Verbum . .. natum est de Maria remanens
quod erat, Filius Dei, sicut est Deus in saecula ... ; y en el Ps. Antipatro:
Maria es verdadera madre, madre del Verbo, del Salvador. En una formulaci6n verdaderamente ins6lita del Ps. Atanasio V, la conciencia de este
misterio de la maternidad divina es la causa de los temores de Maria expresados en el texto de Lucas (algo semejante reaparecera mas tarde en el
Ps. Taumaturgo IV).
Esta doctrina lleva consigo la afirmaci6n de una segunda generaci6n
del Verba, afirmada sencillamente por el Ps. Cris6stomo IX, explicitada
detenidamente por el Ps. Cris6stomo V, quien va contraponiendo a~tite­
ticamente la doble serie de atributos divinos y humanos del hijo de Maria
para concluir que el caracter inexplicable de la generaci6n temporal justifica el caracter inefable de la generaci6n eterna. Ps. Atanasio II comenta
ret6ricamente en el final de su homilia c6mo Cristo es primogenito del Padre y
de la virgen, unigenito del Padre y de la madre segim la Economfa. Observamos. c6mo la linea es ascendente: de la generaci6n humana a la generaci6n
divina contra los arrianos.
Esta afirmaci6n teol6gica viene expresa<;la por primera vez a traves
de las imagenes biblicas del area del testamento, de la ciudad real y del
domicilio del Verba, para dar Iugar a una expresi6n concisa y rica de significado que se hara comun en la homiletica del siglo v-~exwen~a~ -rov
axwen-rov-y explicara la aparici6n de la primera invocaci6n mariana
simbolo de la ortodoxia efesino-calcedonense, el termino eeo-r6~o~, que
se encuentra en esta su forma griega en el Ps. Cris6stomo XI, Ps. Antipatro,
Ps. Cris6stomo X y Hesiquio III; y en las versiones copta del Ps. Atanasio
V y siriaca del Ps. Taumaturgo I.
Sin embargo, hay indicios de que en la epoca esta afirmaci6n suscitaba
ciertos reparos y no era comprendida en todo su rigor teol6gico. El mismo
texto del Ps. Antipatro que se refiere a Maria con el preciso termino de
@eo-r6~o~ no tiene·inconveniente de emplear a rengl6n seguido la ambigua
expresi6n@eotp6(!o~. El comentario exegetico del Ps. Cris6stomo X emplea
dentro del mismo contexto expresiones teol6gicamente contradictorias:
(JV
fJe fJo~Bt~ elvat p:fj't''fj(! . . . efJoga~ av't'q} ~BX(!fi'V (JOV 't'~'V f.t~'t'(!a'V
elvat p,~'t''fJ(! ... yeyova~ eeo1:6~o~. El texto del Ps.
+ wp,oJ..6ynaa~
654
Conclusiones doclrinales
Cris6stomo VII es aun mas desconcertante: comentando el hecho de que,
segun el evangelio, los pastores encuentran a Maria y no al padre, concluye
en una afirmaci6n clara de la maternidad de Maria, pero inmediatamente
se corrige: pliJ,J.ov be ovbe avr:-Yj p,~7:'YJ(J. enetb-Yj oMe l-r:euev cpvatuw~, a.A.A.a
avve.A.a{Jev V'J'&B(!ffJVW~ y explica: ov yae rjbet 7:0 ytv6p,evov, &A.A.' eeyaA8tOV i]v r:ov r:exPhov. Es claro que, como los homiletistas anteriores, el
autor no duda de dicha maternip.ad: lo afirma implicitamente al hablar de la
concepci6n virginal, lo afirma explicitamente en la primera linea del aparte
que comentamos, lo confirma contra la opini6n de los docetistas; pero se
siente inseguro de posici6n. Mas aun, se corrige en una forma peculiar que
encontraremos mas tarde en la celebre homilia del Ps. Cris6stomo II.
Quizas esta situaci6n confusa que se insinua dentro del gran marco
doctrinal de la epoca explique el despunte polemico que a prop6sito de
la maternidad divina encontramos en el Ps. Cris6stomo I.
2. Un segundo grupo de homilias viene conformado por ocho piezas que
se han podido fijarhacia el aiio 426, en visperas de la controversia nestoriana: Proclo II, Attica, Teodoto III, Ps. Cris6stomo II, Ps. Cris6stomo III,
' Proclo III, Hesiquio I y Hesiquio II.
Un cambia de escenario nos augura una evoluci6n tematica: ya no se
trata de explicaciones de tipo exegetico sino de verdaderas homilias liturgicas de nucleo doctrinal. La confrontaci6n de los esquemas ideol6gicos nos
da como denominador comun el misterio de la encarnaci6n y consecuentemente el de la maternidad divina.
Hesiquio I representa un paso intermedio en esta evoluci6n. Predicando en la festividad mariana, comenta Lucas 1, 28ss. que contiene implicitamente la maternidad divina; su formulaci6n es sencilla y no emplea el
termino 8eor:6uo~, pero hace mayor enfasis que el Ps. Cris6stomo V en la
contraposici6n de la doble serie de atributos que se realizan en Cristo y, lo
que es mas peculiar, exhorta insistentemente a no investigar con curiosidad
el misterio del nacimiento del Senor sino a reverenciarlo religiosamente a
semejanza de los magos.
Ps. Cris6stomo II es la primera homilia estructurada sobre un esquema
estrictamente doctrinal, en el que la escena misma del nacimiento viene
hacia el final a manera de peroraci6n liturgica. Su exposici6n se puede
considerar como la primera presentaci6n explicita de la maternidad divina.
Aunque no emplea el titulo de 8eor:6uo~, su pensamiento es claro en la
equivalencia de la doble generaci6n del Verbo, en su cuidado en precisar que
Cristo es verdadero Dios de Dios y verdadero hombre de la virgen, pero sobre
655
)
Conclusiones generales
todo en su enfatica afirmaci6n: creo que la virgen ha engendrado y dado a luz
al Verba.
El velado tono polemico de las piezas anteriores se manifiesta en el
Ps. Cris6stomo III que es una cerrada invectiva contra los herejes, en especial
Eunomio y sus partidarios, pero cuya tematica, inspirada sin duda en el
Ps. Cris6stomo II, les desborda en una vibrante defensa de la doble generaci6n de Cristo, que no supone mutaci6n alguna en la divinidad, obra admirable de la omnipotencia divina. En esta misma linea la homilia de
Attico es una calida apologia del misterio de la encarnaci6n y consiguientemente de la maternidad divina: la virgen concibi6, engendr6 y di6 a luz;
el termino de dicha maternidad es Aquel a quien competen los atributos
divinos, Dios encarnado; por eso anatematiza indignado a los miserables
inventores de sectas que dicen que Cristo es un simple hombre deificado y
afirma que el Unigenito se encarn6 realmente. De peculiar interes la explicita defensa: no hay ignominia alguna en el encarnarse en el seno materno,
como no la hubo en la acci6n creadora del paraiso.
Estas homilias son un testimonio evidente de una controversia sobre
la encarnaci6n del Verbo y, por consiguiente, sobre la m'aternidad divina.
Dentro de esta ambientaci6n polemica se comprenden mejor cuatro homilias todavia anteriores a Efeso: la curiosa segunda homilia de Proclo, donde
encontramos por primera vez la explicita defensa de la inmutabilidad del
Verbo en su encarnaci6n y la significativa aclaraci6n: "a lo cual respondo
que yo nunca he dicho on ?]CJvva-ro yvvn 8edv yevvijaat, aAA' on ?]CJvva-ro
Bed~ aaeuwOei~ and yvvatud~ yevvnOifvat.
Proclo III precisa todavia
mas: union de dos naturalezas y parto de un solo Hijo, union sin confusion del
V erbo y de la carne. Hesiquio II, predicando en la festividad mariana, no
s6lo afirma enfaticamente la maternidad verdadera y la divinidad del Hijo,
sino explica c6mo ella es el instrumento de la encarnaci6n: p,e-ra aaeu6~ eu aov 0 p,ovoyevi]~ -rluu-rat por lo cual emplea generosamente el
titulo de 8eo-r6uo~ ausente en su primera homilia. Finalmente Teodoto III,
quien afirma explicitamente la doble generaci6n del Verbo y encuentra en la
maternidad virginal de Maria el argumento definitivo para probar que
Cristo es Dios y hombre.
Podriamos, quizas, ver en este grupo un testimonio del proceso de
explicitaci6n de una controversia cristol6gica que, nacida en la epoca precedente, va a reventar en tiempos de Nestorio.
3. Con esto entramos en el periodo definitivo para la historia del dogma
que comentamos, aiios 429-432, particularmente rico en testimonios seguros.
656
Conclusiones doclrinales
En el umbral podriamos resenar las dos homilias paralelas de Teodoto de
Ancira para la Navidad, en las que se centra en el misterio de la encarnacion
del Verbo y refiriendose explicitamente a Fotino desarrolla la tema.tica de la
doble generacion del Verbo, esta vez en sentido descendente: de la generacion eterna del Verbo a la generacion temporal para pro bar la divinidad
del recien nacido, quizas contra la opinion de la escuela antioquena y especificamente de su amigo Nestorio; justifica asi mismp la encarnaci6n contra la
objecion del "non decet".
Encontramos luego tres homilias que van dirigidas directamente contra
el rechazo de Nestorio al titulo de 8eo-r6uo~. Las d:>s primeras, Ps. Atanasio I y Cirilo II, son completamente paralelas: la concepcion, gestacion y
parto de la virgen tienen como termino unico la persona del Verbo de Dios
encarnado, Dios y hombre simultaneamente, en la union de las dos naturalezas y por tanto Maria se puede Hamar 8eo-r6uo~. No que Maria haya engendrado la divinidad, anticipan ambos, sino al Verbo de Dios encarnado precisa
Cirilo, pues el Verbo de Dios es eterno, aclara Ps. Atanasio, quien concluye
rechazando la formula 8eoc'36xo~, en tanto que Cirilo lo hace con la formula
antioquena a:v()ewno-r6uo~ como algo superfluo e inutil. Ps. Atanasio, por
su parte, acepta los titulos equivalentes de Xetcno-r6uo~, Kvew-r6uo~, Ew-r'YJeto-r6uo~, revelando asi su procedencia antioquena o, al menos, su simpatia
por esa escuela. La tercera homilia, el Ps. Teodoto "A", en respuesta a los
sermones ultimos de Nestorio justifica teologicamente el usa del termino
8eo-r6uo~ defendiendo la generacion temporal del Verbo de la nota de
ignominia, el clasico argumento nestoriano del non decet.
Senalemos a continuacion el grupo procliano. Tres sermones que forman una unidad doctrinal y constituyen la replica mas directa a los planteamientos nestorianos. Proclo VII, texto paralelo a los tres anteriormente
considerados, procura aclarar la base teologica de la maternidad divina en la
misma linea de argumentacion doctrinal, evitando cuidadosamente la polemica directa e insistiendo en un tema que le es peculiar: la union de las dos
naturalezas divina y humana en la unica filiacion, la del Hijo, que existe ab
aeterno y hoy se hace hombre, magn·fica anticipacion ala formula que se
abrira paso alios mas tarde en Calcedonia. Proclo I vuelve sobre el mismo
tema; su formula cion teologica es particularmente precisa: Maria es 8eo-r6uo~
porque en su seno se efectua la union de las dos naturalezas y el que nace de
ella es eeo~ ov yvp:v6~ ua£ a:veewno~ ov 7ptA6~ 0 en su forma positiva:
6 -rex()e"[~ eeo~ ua£ a:veewno~; su justificacion en el panorama soteriologico
es insuperable y su defensa de las objeciones completa: impasibilidad de
Dios, eternidad del Verbo, dignidad incontaminada del que se encarna ...
657
Conclusiones generales
asi queda aclarado-termina Proclo-el significado de la 8so-r:6uo~ y se
dirime toda conlienda. Proclo VI, ya en visperas del concilio de Efeso,
hace una estupenda sintesis cristol6gica: Dios se hace hombre sin mutaci6n,
sin perder su eternidad, consubstancial con el Padre e igual al hombre en su
naturaleza humana, verdadero Dios y hombre sin divisi6n de la naturaleza
divina, un solo Hijo cuyas dos naturalezas se juntan en una sola vn6a-r:aat~;
explica c6mo el Hijo esta en todas partes, c6mo puede sufrir, c6mo a El se
aplican los atributos de la divinidad y humanidad, en que sentido sea pontifice, segun la expresi6n de Hebreos, y c6mo se deba entender la palabra del
Ap6stol sin padre, sin madre; el Verbo asumi6 una naturaleza humana
completa, alma e inteligencia, para asemejarse plenamente a nosotros.
Estas firrnes lineas doctrinales marcan la homiletica posterior. Acacio
de Melitene, inspirado sin duda por las circunstancias, explicita la verdad de
la maternidad divina considerando un absurdo tributar veneraci6n a la cruz,
por haber muerto en ella Cristo, y negarla a la 8so-r:6uo~ de quien naci6 Dios.
Pablo de Emesa en su legaci6n de paz en Alejandria presenta una buena
sintesis: la Deipara ha dado a luz aDios hecho hombre, Verbo engendrado ab
aeterno por el Padre, nacido en el tiemjJO de una mujer, Dios perfecto y
hombre perfecto por la uni6n de las dos naturalezas en un solo Hijo, en un
solo Cristo.
4. En el periodo post-efesino debemos sefialar tres homilias paralelas
que son un eco de las controversias cristol6gicas y contribuyen a afianzar las
precisiones teol6gicas conciliares: Proclo IV, Erectheio y Basilio de Seleucia.
De acuerdo con la festividad mariana que celebran, su tema central es Ia
maternidad divina, autentica maternidad cuyo termino es Dios, el Verbo que
se hace carne-Erectheio-, por Ia cualla divinidad asumi6 la humanidadProclo-, que pone en primer plano la doble generaci6n del Verbo y da relieve a la contraposici6n entre lo humano y lo divino de Cristo-Basilio-.
Misterio que lleva a la consideraci6n de Ia unidad de Cristo abierta a una
doble explicaci6n: de cariz monofisita en Erectheio, quien no solamente Ia
defiende energicamente contra toda opini6n de caracter dualista sino que
advierte que ni los libros santos ni los bienaventurados padres han transmitido Ia doctrina de las dos naturalezas y concluye enfaticamente: nous
anathemalisons quiconque dit deux natures au Fils de Dieu; de indole antioquena en Basilio, quien no duda en afirrnar la existencia de las dos naturalezas unidas misteriosament'e en Cristo. Exposiciones de tipo polemico sobre
las lineas clasicas de la defensa del hecho de la encarnaci6n, rubrican su ortodoxia con Ia proclamaci6n de la 8so-r:6uo~.
658
Conclusiones doctrinales
En este mismo contexto son dignas de menci6n dos homilias mas:
Ps. Atanasio VI y Ps. Metodio. Redactadas para la festividad del Hypatante, coinciden en forma sorprendente en una tematica central muy distante de Ia usual en este tipo de panegiricos. Toda Ia atenci6n se centra en
Ia persona de Cristo, Dios y hombre perfecto, fruto de una doble inexplicable generaci6n que da Iugar a una doble personalidad divina ·y humana,
afirmando empero su unidad antes y despues de Ia encarnaci6n y concluyendo en el Ps. Atanasio con una refutaci6n explicita de los herejes del siglo IVv. De alii una peculiar y enfatica afirmaci6n de Ia maternidad divina en Ia
linea de las formulaciones efesina y calcedonense.
El testimonio homiletico restante no ofrece mayor valor desde este
punto de vista teol6gico.
Hay un primer grupo de seis homilias originales, de muy diversa procedencia y variada finalidad, que afirman sencillamente el dato doctrinal,
sin explicaci6n o defensa alguna polemica, sin enfasis especial, aunque varias
de elias han sido redactadas para la festividad primitiva de Ia maternidad
divina: Ps. Crisostomo IV, Ps. Crisipo, Antipatro I, Teodoto V, Ps. Basilio,
Ps. Teodoto "B".
Otras nos ofrecen un pequeiio dato complementario: testigos del emplea generalizado del clasico termino eeo7:6xo~. utilizan paralelamente
otras expresiones equivalentes: Ia versi6n latina de Antipatro III presenta
Deipara, Dei Genitrix, Dei susceptrix, Dei habitaculum; tres textos jerosolimitanos se caracterizan por una f6rmula doble, eeo-,;6xo~ - eeop,frrwePs. Cirilo, Ps. Metodio, Ps. Nisseno-, expresi6n que reaparece en el complejo tejido de alabanzas marianas del Ps. Epifanio.
Proclo V hace popular el recurso literario de los xat(!B7:tap,ol para expresar encomiasticamente esta verdad fundamental de Ia mariologia, cuya
formulaci6n dogmatica explicita comienza a desaparecer del panorama
homiletico. Asi lo podemos comprobar en Ps. Taumaturgo IV, Ps. Epifanio,
Ps. Taumaturgo II, Ps. Cris6stomo VI, An6nimo jerosolimitano, Ps. Taumaturgo III, Ps. Cris6stomo VIII, Ps. Proclo.
Una ultima observaci6n: a pesar de que el pensamiento ortodoxo ha
encontrado f6rmulas precisas para expresar su conciencia de fe, todavia se
notan ciertas vacilaciones: la formulaci6n calcedonense del Ps. Atanasio IV
incluye las expresiones alejandrina y antioquena opuestas teol6gicamente
entre si-ev CJvo ••• ex CJvo f[JVU8W'V-; el compilador del Ps. Taumaturgo
II elude la afirmaci6n explicita del nacimiento de Dios o de la encarnaci6n
del Verbo: el termino es siempre Cristo, su procedencia se expresa con la
particula ex, evitando la usual forma yevvij-,;at, en coherencia ideol6gica
659
Conclusiones generales
con la f6rmula semi-arriana de Sirmio que transcribe casi a la letra y con la
f6rmula antioquena l-x c5Vo q;vuewv; el Ps. Nisseno I trata de corregir estas
desviaciones de su fuente sin lograr una formulaci6n suficientemente clara.
***
Resumiendo esquematicamente, a riesgo de perder algo de la precisi6n
objetiva, podriamos decir que nuestra homiietica refleja la historia de la
explicitaci6n del dogma de la maternidad divina, a partir de un primer
mom ento de formulaci6n implicita y aceptaci6n sencilla como punto de apoyo
para explicar la generaci6n eterna del Verbo contra los arrianos.
El temprano siglo v es testigo de un cambio de orientaci6n en el que la generaci6n temporal pasa a primer plano y con marcado caracter poiemico se
afirma la verdad de tal generaci6n y paralelamente la realidad de la maternidad divina, haciendo especial enfasis en su caracter de misterio inexplicable.
A medida que nos acercamos al 428 se van ponderando las dificultades
que presenta la encarnaci6n del Verbo, entre las cuales ocupan lugar principal la inmutabilidad y eternidad divinas, asi como su dignidad, y se busca
una explicaci6n del misterio que viene a proponerse claramente al estallar
la controversia con Nestorio y se precisa en las homilias que preceden el
concilio de Efeso.
A juzgar por el testimonio homiietico, coherente con los datos hist6ricos,
el concilio de Efeso representa unicamente la sanci6n oficial-no muy clara y
eficiente por lo demas-de una doctrina que se habia ido depurando previamente. Asi observamos que las f6rmulas de Cirilo aprobadas en medio de las
vicisitudes del 431-432 no dejan huella positiva en la homiietica posterior.
En el periodo post-efesino la maternidad divina entra en segura posesi6n, como objeto primordial de la festividad Iiturgica de la @eo-,;6-xo~. Con
el avanzar del siglo, deja de ser el centro tematico de las homilias marianas,
conservando empero su importancia de fuente y raiz 6ntica de las alabanzas a Maria, observandose aqui y alia algunas vacilaciones en la expresi6n
teol6gica, coherentes con las vicisitudes hist6ricas del alejamiento progresivo de las iglesias nestoriana y jacobita que se consolida en el cisma del
siglo vi.
PARAGRAFO
2o:
LA MATERNIDAD VIRGINAL
La maternidad divina ha fijado la perspectiva mariol6gica de nuestro siglo v
y determina la forma en que la homiletica se aproxima al dato tradicional
de la virginidad de Maria: la madre-virgen.
660
Conclusiones doctrinales
Como se ha observado en el trabajo analitico, este es un dato constante
y unanime en todas las piezas estudiadas que nos exime de un recuento exhaustivo y minucioso. Nos concretaremos a organizar e ilustrar convenientemente aquellos puntos particulares que pueden ser de mayor interes para la
historia del dogma y la reflexi6n teol6gica.
1. La intuici6n fundamental de nuestros oradores es la de una maternidad virginal, antinomia que afirman sin vacilaciones, paradoja que enfrentan con decisi6n.
Todos los tempranos textos del siglo IV concuerdan en presentar a
Maria, la virgen, que recibe el anuncio angelico y dara a luz a Cristo, el redentor del genero humano. Su peculiar orientaci6n tematica no favorece una
consideraci6n directa de este misterio que expresa, sin embargo, en forma
sugestiva el Ps. Cris6stomo IX: ni la virginidad repugn6 al pario, ni el parto
a la virginidad.
La tematica cristol6gica propia del siglo v propicia su explicitaci6n.
Attico se expresa ret6ricamente: Oh milagro no visto por los siglos preteritos: una virgen concibe, una virgen gesta, una virgen da a luz y permanece
virgen. Por eso Hesiquio II pone en labios de Maria la pregunta: como sere
madre yo que no he sido esposa? Y con raz6n Proclo forja una expresi6n que
se repetira continuamente en la homiletica de este siglo: p,frr:r/(2 naeeevo~;.
Las dos primeras homilias de Teodoto, sin emplear esta expresi6n, son
particularmente enfaticas: la gracia muestra a la madre y conserva a la
virgen, hizo a la madre y no perjudic6 su virginidad ... la virgen, salva su
integridad virginal, ha sido hecha madre. En la misma linea procede Teodoto v: la virgen permaneci6 virgen y obtuvo realmente el nombre de madre.
Pablo de Emesa es preciso en su brevedad: una virgen da a luz y permanece
virgen, es hecha madre y no experimenta todo aquello que sucede a las madres.
Ps. Basilio, en forma ret6rica, pone en labios de Maria la afirmaci6n mas intuitiva: J'ai mis au monde la Lumiere etj'ignore le comment. J'ai un enfant
eije ne connais pas le mariage. J'ai porte en moi une source de lait etje conserve intacte la possession de ma virginite. Je liens dans mes bras un enfantelet, mais je ne puis pas dire comment je suis devenue mere".
Maternidad virginal que practicamente en todas las homilias se presenta como un misterio insondable, inaccesible a la pobre inteligencia humana, superior a la misma . comprensi6n angelica y que viene expresado a
menu do en la peculiar forma w~; olr5e aih:6~; ( @e6~;), misterio que se presenta
a los ojos de los judios como objeto de burla, como escandalo a las miradas
de los gentiles; misterio que ofrece aspectos ~a't'a cpvaw, la maternidad de
una mujer, y naea cpvaw, la maternidad de una Virgen. Son especialmente
661
Conclusiones generales
enfaticos en estas afirmaciones los oradores de la primera mitad del siglo v,
Hesiquio, Proclo, Teodoto, Ps. Cris6stomo II y III, Crisipo. Basilio de
Seleucia propone una triple correspondencia entre el misterio de la uni6n del
alma y del cuerpo, el misterio de las dos naturalezas en Cristo y el misterio de
la uni6n de la maternidad y la virginidad.
Esta aproximaci6n misterica no constituye una evasi6n del problema
planteado. A nuestro juicio, es una base firme desde la cual nuestra homiletica trata de explicar el por que de este hecho hist6rico, su significado
teol6gico. Ya en el siglo IV la penetraci6n teol6gica del Ps. Cris6stomo IX
relaciona intimamente la generaci6n virginal terrena y la inmutable generaci6n eterna del Verbo: es una realidad cuyo sentido se tiene en funci6n de
Cristo.
Hesiquio II, comentando el anuncio angelica, expone con mayor claridad y enfasis el nexo indisoluble: el eylvwCiuer; av~ea, ovu av e-r:euer; 8e6v
•.• ovu a'P oeyavov eylvov 1:fjr; n&na naeayay6v.,;or; ClaeuwCiewr;. La virginidad de la Deipara no es una atribuci6n mas o menos accidental; es algo
realmente esencial a la encarnaci6n. Por que?
Teodoto III exponia concisamente: la uirgen demuestra que el recien
nacido es hombre yes el Verba; que es hombre lo comprueba el ser madre, pero
que el mismo es Dios lo atestigua permaneciendo uirgen como lo era antes;
y continua, penetrando asi en el nucleo mas intimo del misterio virginal:
permanecio, pues, uirgen como lo era y fue hecha madre que no era, ya que
habla de dar a luz a quien hecho hombre permanecio siendo Dios.
Ps. Cris6stomo II, Ps. Atanasio I y IV avanzan una via de soluci6n:
si el Verbo al hacerse hombre hubiera nacido como uno cualquiera de nosotros, muchos creerian que es pura invenci6n; pero no, nace como Dios,
conservando la virginidad de la madre y se convierte asi en firme argumento de nuestra fe contra el judio y contra el gentil. Hesiquio II y Proclo
I precisan el argumento: la maternidad virginal es la prueba evidente de
la divinidad del Hijo: el p,-Yj yae naeOevor; ep,evev fJ p,fJ7:'YJf2, 1pl/..or; avOewnor;
6 uxOeir; ..• el ~e ual p,e1:a 1:6uov ep,etve naeOevor;, nwr; ovxl ual 8e6r;.
En ultima instancia el nexo entre el misterio virginal y el misterio del
Verbo encarnado reside en una bellisima tipologia querida por Dios: asi
como el Padre engendra eternamente al Verbo sin mutaci6n alguna de su
substancia divina, asi la madre engendra en el tiempo al Hijo sin corrupci6n
alguna de su virginidad primera.
2. Maternidad virginal que supone ante todo la concepci6n sin el concurso de var6n, verdad afirmada de un modo explicito en la Escritura e
incorporada desde epoca temprana en la catequesis de la Iglesia. Todos nues-
662
Conclusiones doctrinales
tros oradores son testigos de esta uminime tradicion incluida principalmente
en las figuras biblicas de Daniel y de los Cantares, en la vara que florece y en
la fuente que brota de la roca; en las imagenes poeticas del campo no arado,
de la espiga no sembrada, de la uva no vendimiada, de los rios sin fuente;
en la formulacion paulina sin padre, sin madre; en la analogia con la figura de
Melquisedec.
Encontramos unicamente cuatro piezas en donde no se trata el tema: la
segunda homilia de Cirilo y la segunda de Pablo de Emesa, aunque si tenemos
en cuenta que ambos oradores son explicitos en otras homilias, podemos
atribuir su silencio a las circunstancias especificas de estas predicaciones; la
brevisima referencia a Maria en la homilia cristologica de Acacio de Melitene
no ofrecia oportunidad para explicitar el tema; el caracter cristologico y
. fragmentario del Ps. Taumaturgo I podria explicar su ausencia. Creemos,
pues, que no existe la menor vacilacion que empafie la universalidad y firmeza de esta tradicion.
A continuacion trataremos algunas peculiaridades de interes doctrinal
u homiletico en base preferentemente a las homilias que consideran con
alguna detencion la escena de la anunciacion.
Ante todo se nos presenta la tradicional figura de Maria, doncella
pura y virgen, pero desposada con Jose, lo cual obliga a explicitar la diferencia entre esposo y marido en las costumbres judias: Jose es p:P~l17:'YJ(! no
avee nos dice el Ps. Crisostomo IX y explica: pexel yae -cwv aeea{Jwvo:w
neel -coif yapov avvOij~at neoefJ'YJaav y Ps. Taumaturgo IV aclara: quien
era desposada ua-c'YJyva-co t1otn6v.
De acuerdo con la severa ley mosaica, Ps. Crisostomo V afirma explicitamente que la virgen no habia tenido relaciones matrimoniales con su
esposo al momento de la anunciaci6n, situacion que expresara Proclo IV
en forma concisa: yapwv apv'YJ-co~ ~al yapwv af36'YJ-co~. Parece que en este
sentido se deban entender las curiosas expresiones de Hesiquio: p-Yj pepv'YJa-cevpev'YJ en su primera homilia y p-Y} vvwp'YJ en su segunda homilia.
Sin embargo, en el sentir de algunos oradores aquellos desposorios eran
del todo peculiares. Ps. Antipatro explica: ciertamente Jose, su esposo, le
estaba unido por derecho de matrimonio, pero conserv6 virgen a quien recibi6
virgen, opinion que encuentra eco en el Ps. Atanasio III "Q pvija-cea at1t1q>
pv'YJauvOev-ca ~al at1t1q> ~a-reyyv'YJOev-ca y reaparecera mas tarde en el
Ps. Taumaturgo IV: pepv'YJa-cevpb'YJ, a.U' ov lYV'li'YJfl-fi-B'li'YJ· Para el Ps.
Taumaturgo III Jose es el custodio de la virginidad de Maria.
Que sentido tienen entonces los esponsales con Jose? Teodoto III
responde enfaticamente: siendo Jose el custodio fiel de la virginidad de
663
Conclusiones generales
Maria, se evita toda sospecha contra ella al realizarse el misterio de la maternidad; las mismas dudas de Jose sirvieron de testimonio a la virginidad de
la madre y a la divinidad del nino; ademas-dice el orador-asi se podria
engaflar al demonio, quien ilustrado por el oraculo de Isaias acechaba
perfidamente toda virginidad. Las mismas consideraciones encontramos en
el Ps. Taumaturgo IV.
Hay en el trasfondo una convicci6n de la actitud de pureza y virginidad
que explica la pudorosa turbaci6n de Maria ante la presencia del joven mensajero, delicada escena que se repite en muchas homilias: a partir de los
sencillos comentarios tempranos del Ps. Antipatro y Ps. Atanasio III, en
algunos textos de la epoca nestoriana-Hesiquio I, Ps. Cris6stomo II y
III-basta las composiciones mas tardias de Antipatro, Ps. Taumaturgo
II y III, Ps. Basilio y Ps. Nisseno I.
En esta ambientaci6n cobra un significado muy preciso la dificultad de
Maria ante el anuncio de su maternidad, como serd esto posible si no conozco
varon?. La respuesta general, calcada sobre las palabras del texto evangelico, es clara: se trata de una concepci6n virginal, obra divina sin intervenci6n del hombre. Sin enbargo, queda en el fondo un interrogante: por
que la dificultad en Maria, la desposada con Jose?
Ps. Antipatro y Ps. Crisostomo IX en el siglo rv y Antipatro I en el
v parecen resolver el problema considerando que la encarnacion se ha efectuado en el seno de Maria antes de la venida del angel, cuyo anuncio tiene
por unico objeto informarla de lo sucedido; logicamente se asombra la doncella que basta el momento no ha tenido relaciones conyugales con su esposo.
En epoca posterior aparece una explicacion diferente: la concepcion se
tiene por inminente, incompatible con su estado de simple desposada; en el
Ps. Atanasio IV habla asi Maria: Oh dngel, no conozco varon y tu dices "ecce
concipies", como si el momenta estuviera inminente. Sobre la misma linea se
pronuncia el Ps. Crisostomo VIII: ov:rcw o[ rat-tot, OV1&W 0 VVf-trpWV • 1eal
if~'YJ o -r:oue-r:6~? y ana de: si he de concebir serd ciertamente de Jose.
Sin embargo estas voces quedan sin eco en el resto de la homiletica que
continua considerando la concepcion como algo que sucedera despues del
anuncio del angel. A nuestro interrogante no ofrecen otra respuesta que una
tacita afirmaci6n de la virginidad de la doncella o de la desposada.
Solamente tres testimonios, mas bien tardios, tratan de explicitar este
dato. En el Ps. Taumaturgo II pregunta la virgen: como serd esto? acaso
no permanecere virgen ? acaso perdere la dignidad de la virginidad ? Basilio
de Seleucia es mas claro: 8t-tol ~e -r:fj~ -r:otav-r:'YJ~ 1eafJaeevoiJ0''1]~ netea~
664
Conclusiones doctrinales
:nw~
ea-rat TOVTO ~vva-rov? Con to do debemos esperar basta el Ps. Nisseno
I, en un tardo siglo vx-vn, para encontrar una formulaci6n categ6rica:
como podrd suceder esto si no quiero conocer var6n terreno puesto que me he
consagrado al esposo celestial? Quiero permanecer virgen; no quiero entregar
la gloria de la virginidad.
C6mo se realizara esta concepci6n virginal? El angel se excusa: soy
mensajero del hecho, no interprete del modo, f6rmula que aparece en el Ps.
Atanasio III, Hesiquio I, Antipatro I, Ps. Taumaturgo II, Ps. Atanasio IV y
Ps. Cris6stomo VIII.
Otros homiletistas basandose, quizas, en el simbolismo del verbo mental, responden que la encarnaci6n se realiza ~t' auoij~ como dice el primero
Ps. Atanasio V, tematica que reaparece en el Ps. Atanasio I y Ps. Taumaturgo
IV y se hace familiar en Proclo y Teodoto que pueden influir las tardias
compilaciones del Ps. Atanasio IV y Ps. Cris6stomo VIII.
Algunos oradores procuran explicar la acci6n del Espiritu Santo en la
concepci6n virginal, en base al versiculo 35 lucano y en la linea clasica de la
teologia oriental. Hesiquio II representa el primer timido ensayo: Spiritus
Sanctus adveniebat atque hospitabatur, Pater obumbravit, Filius utero gestatus
inhabitavit (recordemos que en una segunda formulaci6n del mismo Hesiquio
la actividad del Padre y del Espiritu Santo se intercambian). Proclo III
dice: 6 A6yo~ ~~· auoij~ elae:nr;~a. 6 IIagauJ...ho~ TO'V vaov 8geo:nJ...aa-ret.
Ps. Antipatro, Ps. Atanasio IV y Ps. Taumaturgo III aclaran detallando la
obra de santificaci6n plena que realiza el Espiritu Santo en Maria, en el
momenta de la anunciaci6n, para hacerla digna madre del Verbo. Ps. Atanasio IV es particularmente enfatico en rechazar la idea-que tilda de heretica-de que el Espiritu Santo realiza la encarnaci6n supliendo la fecundaci6n humana.
Ps. Cris6stomo III propane una idea por demas interesante, comparando
la acci6n del Espiritu Santo a la de los pintores, a la creadora divina en el
comienzo de los tiempos, al efecto obtenido por la reflexi6n de la luz en un
espejo: quemadmodum ergo pictores colorum ope hominem, fontem, fluvium
depingunt, cum nihil a fonte, fluvio vel homine acceperint; sic et Spiritus
Sanctus in virgine non coloribus sed voluntate animatum efformavit hominem ... Deus accepto pulvere de terra non humanis manibus Adamum ut
voluit efformavit; Spiritus vero sanctus non pulverem accepit, non humana lege
semen iniici concessit, sed solum illuxit, ossa compegit, nervos tetendit, nares,
aures, oculos, linguam, etc ... ut enim ii, qui in speculo respiciunt, imaginem
sui oppositam oculis vident, ex informi materia paratam, imaginem semper
ridentem, flentem, etc .... sic et Spiritus Sanctus in puro specula, imma-
665
Conclusiones generales
culato nempe virginis corpore illuxit, perfectumque creavit hominem, non
lege naturae, non tempore, non humano semine usus, sed solo aspectu ac
spirituali sanctaque virtute virginem ad parium movit ineffabilique modo
infantem in illa contexuit ut vestimentum ad salutem hominum.
La escena evangelica se cierra con el fiat de Maria. Es realmente
sorprendente la poca importancia que otorgan nuestros homiletistas a este
momento del pasaje lucano. Hesiquio I se limita a trascribir el versiculo
correspondiente. Unos pocos aluden indirectamente a el al afirmar la fe y
obediencia de Maria: Attico dice, cum illa per fidem uterum dilatasset,
postea in habitaculo excepit regem mundi; Cirilo III, bendice entonces Simeon
a la santa virgen w~ vneeea-r:iwaaav Oelg. {Jov).fj; Proclo IV, acudan las
hijas, porque la obediencia de la hija reparo la injuria originada por la desobediencia de la madre, idea que encontramos tambien en el Ps. Atanasio V.
Ps. Basilio se refiere a la madre que cree sin curiosidades a las palabras que
se le dirigen. Basilio nos presenta la respuesta de Maria, despues de las
explicaciones del angel, a la que sigue inmediatamente la realizaci6n del
misterio.
Explicitamente tratan el tema cuatro homilias, pero con orientaciones
diversas: unicamente el temprano Ps. Antipatro es testigo de una exegesis
en coherencia con la linea insinuada hasta el momento: soy esclava del
Seii.or; tabla en que se escriba; grabe en ella el escritor lo que quiera; pronta estd
la materia, haga el artifice lo que desea ... el dngel recibio las palabras del
consentimiento y se march6. Ps. Cris6stomo IX y Ps. Atanasio V son testigos
de otra interpretaci6n igualmente primitiva que reaparecera en la elaboraci6n del Ps. Atanasio IV, segun la cual el fiat se lee como un deseo de la virgen
de que las cosas sucedan como las ha predicho el angel.
Quisieramos llamar la atenci6n sobre este dato homiletico, aparentemente contradictorio, que puede tener una gran importancia en la historia de
la exegesis.
3. Si la maternidad virginal recibe su significado fundamental en la
concepci6n sin obra de var6n, por la virtud del Espiritu Santo, el nexo indisoluble entre la maternidad divina y la maternidad virginal, con la peculiar
tipologia recordada precedentemente, parece exigir que esta virginidad se
extienda al momento mismo del parto. Cual es el pensamiento de nuestros
homiletistas ?
Las contradicciones que suscita este aspecto de la virginidad de Maria
tanto en epocas anteriores como en la actualidad, sugiere la conveniencia de
analizar comparativamente todos los elementos que nos proporcionan los
textos estudiados.
666
Conclusiones doctrinales
La peculiar tematica de las homilias sobre la escena de la anunciaci6n
prenunciaria un silencio sobre el aspecto que ahora consideramos; y en efecto
diez piezas no la mencionan explicitamente: cuatro de elias en el umbra! de
nuestro siglo v-Ps. Cris6stomo IX y XI, Ps. Taumaturgo I, Ps. Cris6stomo
VII-; tres que probablemente nos pertenecen-Antipatro III, Ps. Taumaturgo IVy Ps. Teodoto "B"-; dos tardias compilaciones-Ps. Atanasio IV
y Ps. Taumaturgo III-. Identico silencio encontramos en la homilia de circunstancias de Acacio de Melitene pronunciada en Efeso.
Una cierta reserva notamos en otros textos: el Ps. Atanasio V quizas se
refiere implicitamente a el al establecer el nexo entre la maternidad virginal
y la divinidad del Hijo. El testimonio del Ps. Cris6stomo I es ambiguo, no
pudiendo precisarse con certeza si el orador extiende Iamater nidad virginal
al momento del parto o lo refiere simplemente a la concepci6n. En el siglo v
es particularmente significativa la actitud de Cirilo quien ignora este aspecto
en sus importantes homilias segunda y tercera, mientras en la primera se
refiere concretamente a la concepci6n virginal. El tardio Ps. Nisseno I
ofrece una expresi6n dificil de interpretar fuera del contexto de la epoca:
0 eu -,;ij~ naefJeyov IJ.yfJewno~ -r:exfJe{~.
El Ps. Cris6stomo X propone la formulaci6n clasica en el Oriente del
siglo IV, seguidor de Origenes, de que solamente quien nace de una virgen
abre realmente el seno materno y realiza la previsi6n de la ley, sin la explicitaci6n propia del siglo v de que esto no obsta a la virginidad de la madre.
Quizas aqui se podria ver el unico texto en clara oposici6n al tema que
consideramos.
Las cuarenta y una piezas restantes ofrecen un categ6rico y firme
testimonio del parto virginal de Maria.
Algunos se limitan a afirmar el hecho con la clasica f6rmula p:IJ7:'YJe
yeyoya~ ual naefJeyo~ lp,ewa~ 0 con aquella otra naefJi'Vo~ p,e-,;a 7:0'11 -,;6uo'V.
Asi tenemos a Attico, Basilio de Seleucia, Ps. Cris6stomo VI y Ps. Epifanio.
El an6nimo jerosolimitano expresa esta convicci6n a traves de las imagenes biblico-poeticas clasicas de los xateenap,ol. Proclo VII puntualiza
precisamente en este momento la fuerza probativa de la maternidad virginal
para la divinidad del Hijo.
Sin embargo la gran mayoria precisa que se trata de la virginidad
fisica de la madre, de la conservaci6n intacta del himen virginal, aspecto
que expresan muy exactamente con la palabra acpeayl~ o con el verbo
acpearlCw que a menudo especifican aiiadiendo fjY r] cpvat~ enefJrJuey o
alguna f6rmula similar. Asi tenemos Hesiquio I, II y III; Proclo I, II,
III, IV y V; Pablo de Emesa, Teodoto I y II, Ps. Teodoto "A"; Erectheio,
667
Conclusiones generales
Ps. Cris6stomo II, III, IV y V; Ps. Basilio, Ps. Atanasio I y VI; Ps. Cris6stomo VIII y X ; Ps. Metodio, Ps. Proclo.
Es un misterio insondable, una nacimiento maravilloso, vnse -ro cpwr;
yae ean o -rov -r6uov aov -re6nor; dira Basilio. Por que?
Hesiquio sefiala una pista: comentando en su tercera homilia el texto
del adaperiens vulvam afirma categ6ricamente, en contra de la exegesis
comun en Oriente, que Cristo no abri6 el seno materno, antes bien conserv6
cerrada la puerta de la virgen, idea que confirma con la imagen de Ezequiel
de la puerta situado al oriente y cerrada en vista del Senor. Mas tarde en su
segunda homilia, comentando el mismo texto de Ezequiel, dice: como en la
puerta situada al oriente del pro{eta, asi en esta el Rey de la gloria ni en la
concepcion ni en el parto, ni en la entrada ni en la salida dr; Ovear; -rijr; aijr;
p,fJ-rear; ijvecp~ev ov-re -rijr; naeOevlar; -rovr; avvUap,ovr; exavvwae y afiade
a titulo de explicaci6n que Dios no tiene necesidad de puertas para entrar o
salir. La tercera homilia de Teodoto se inspira en este mismo tipo de expresi6n, contraponiendo el misterio del nacimiento virginal al abrirse de las
lozas de los sepulcros a la resurrecci6n de Cristo. Mas tarde el Ps. Basilio
vuelve sobre esta linea de pensamiento: mon Seigneur et mon Dieu, toi qui
apres l'enfantement conservas intactes les serrures de la virginite de ta mere,
toi qui, selon ton bon plaisir, sortis vivant du monument scelle, toi qui, les
portes fermees, te presentas a tes disciples comme lu l'avais voulu. La idea
de estos textos es clara: el nacimiento virginal se realiza en si mismo de un
modo maravilloso, milagroso.
Sin embargo, las explicaciones se orientan en general en un sentido
diverso. Pablo de Emesa, Crisipo y su paralelo el Ps. Taumaturgo II hacen
enfasis en la antinomia de una autentica y plena maternidad-8-reuev
p,sv yae wr; v6p,or; yvval~w-y una verdadera virginidad-ep,ewe de
naeOevor; wr; ov v6p,or; yvval~w-. Crisipo especificara: peperisti tanquam
mulier ... peperit enim ut matribus mos est ... secundum maturam propter
tempus graviditatis, insuper et propter leges nativitatis ... ideo et ea quae ad
parium pertinent humanae legi subiectae sunt.
Ps. Cris6stomo V y posteriormente Ps. Atanasio I y Ps. Cris6stomo
IV se fijan expresamente en que el Verbo dta -rijr; f-l'YJ'Cf!£Ufjr; cpvaewr; e-rlu.,;e.,;o,
e~fjJ..Oe. Ps. Cris6stomo III considera que el parto virginal con ser estupendo, es en cierto sentido comprensible, en cuanto se tienen los elementos
naturales: yaa-rrJe, p,fJ-rea, oMr;. Consiguientemente pondera el nacimiento
virginal de Cristo en estos terminos: neoeJ..06v-ror; -rov fJeecpovr; -rfjr; naeOevlar; v{Jeta01J fJ acpeaylr; y mas adelante afiade que asi como en la con-
668
Conclusiones doctrinales
cepcion no se perdio la virginidad, asi tampoco <5ta .,;fj~ p,~.,;e.a~ :n:e.oeA.Owv
.,;T]v p,~.,;e.av <5dcp0ete.ev.
En esta forma se comprende la comparacion que toma del Ps. Crisostomo II entre la formacion de Eva y el nacimiento de Cristo: el Seiior
tomo una costilla de Adan y este permanecio crroo~ y aiiade paralelamente:
acpOoe.o~ ep,ewe ual fJ :n:ae.Oevo~ p,e.,;a .,;T)v :n:e.6o<5ov .,;ov fJe.ecpov~.
Esta linea de pensamiento se hace mas clara y explicita en Proclo,
quien comentando el texto de Ezequiel, aducido por Hesiquio, hace una
interpretacion diversa: por aquella puerta solamente pasara el Seiior Dios
de Israel ual uA.elcret .,;a~ Ove.a~ omOev afnov. Consecuentemente en su
homilia prim era dira 0 'Ep,p,avovT]A. tpVCTBOJ~ p,ev :n:vA.a~ avecp~ev w~ avOe.w:n:o~
y solo en un segundo momento completara: pero como Dios no rasga los
sellos de la virginidad, sino que sale del seno materno como entr6 por el oido,
nace como fue concebido, a saber, a:n:aOw~ - acpe.acr.,;w~. A esta luz parece
se deba entender la expresion de su homilia cuarta e~fjA.Oe yae. .,;o fJe.ecpo~
ual auee.alov~ .,;ov~ Xt7:wva~ 7:fj~ yacr.,;e.o~ cl:n:eA.t:n:e, .,;owv.,;ov atpek ev
:n:e.ocrOnufi 7:fj~ xae.t7:0~ ol~ eve.e 7:0
tpVCTBOJ~ ee.yaCT't~(!toV. Asi mismo
la audaz comparacion del Proclo VI en que el parto virginal evoca el milagro
paralelo del mar rojo que se abre y se cierra en favor del pueblo de Israel.
Paralela a esta imagen procliana, el Ps. Crisostomo III nos propone
una grafica comparacion: utique in terrae motibus ita scinduntur muri ut
mortis periculum inferant et ita denuo coniunguntur ut ne vestigium quidem
scissionis maneat; et in partu illo incorrupto nolles vulvam illam solvi in
honorem infantis et denuo iungi et copulari ac virginitatis formam recipere
per virtutem operantis? Utique in terrae motibus muri scinduntur et coniunguntur et Christo nascente non aperitur vulva et rursus claudetur?
Esta linea de pensamiento complementa la exegesis origenista del
adaperiens vulvam que se perpetua en Ps. Cirilo de Jerusalen, Ps. Atanasio VI, Ps. Nisseno II y Ps. Metodio, quienes consideran que este texto
de la ley solo tiene exacta aplicacion en Cristo, l unico que en su nacimiento 7:a 7:fj~ ft~'t(!a~ <5t~vot~e :n:vA.a~, aA.A.a .,;a uA.eiOe.a 7:fj~ :n:ae.Oevla~
p,T] <5trJ(!f!.~~av7:a.
Una manera diferente de expresar este nacimiento virginal viene sugerido por la tipologia Eva-Maria, segun la cualla maldicion primera vendria
superada por un parto exento de los dolores y angustias propios de este
momento de la maternidad humana. El temprano Ps. Atanasio III ve en
este privilegio el caracter :n:ae.a<5o~o~ del parto de Maria, expresion que
repetiran mas tarde el Ps. Atanasio IV y el Ps. Epifanio. Proclo V nos dice
que Maria es la unica en concebir sin placer y dar a luz sin dolor. Antipatro
7:*
669
Conclusiones generales
contrapone f) wt5i:va~ avap,evovaa, rMlva~ ov~ exovaa. En Teodoto V el
angel anuncia a Maria una concepci6n virginal y un parto exento del dolor
y de la tristeza. El Ps. Cris6stomo VIII lo llega a proponer como un criterio
para conocer la divinidad del Hijo de Maria.
Terminemos con una pregunta: este particularisimo enfasis en el parto
virginal se debe a una influencia del Protoevangelio de Santiago, como se
afirma a veces? Los datos homileticos hablan por si mismos: de las cincuenta y ocho piezas analizadas solamente siete acusan una influencia de este
ap6crifo, de las cuales seis son reelaboraciones de epoca tardia: Teodoto V,
Ps. Cris6stomo VI y VIII, Ps. Epifanio, Ps. Proclo, Ps. Atanasio II. Respecto a este ultimo, cabe anotar que en su nucleo original rechaza enfaticamente el testimonio de Ia comadrona, dato que incluye contradictoriamente el compilador posterior poco mas adelante. Solamente tenemos un
texto primitivo que admite este dato, el Ps. Cris6stomo V, Ia compleja
reelaboraci6n alejandrina de tan incierta valoraci6n. No podemos menos
de concluir que no hay fundamento para dicha teoria: el dato doctrinal se
nos presenta como un elemento espontaneo de Ia tradici6n primitiva.
4. Que nos dice la homiletica estudiada sobre el arduo problema de los
hermanos de Jesus, hijos de Josey Maria, cuesti6n acremente agitada en Ia
iglesia de Occidente al finalizar el siglo IV?
El nucleo original del Ps. Atanasio II trata dire~tamente el punto
considerando los dos capitulos de argumentaci6n-la expresi6n primogenito de Lc. 2, 7 y la formulaci6n de Mateo: no la conocio hasla que dio a luz ...
-y rechazando enfaticamente lo que considera error de algunos osados.
Emparentado literariamente, como tuvimos ocasi6n de demostrar, encontramos el texto del Ps. Proclo que trata el mismo problema y coincide
polemicamente en el mismo rechazo.
En armonia con estos dos unicos datos explicitos y con el testimonio
indirecto del Teodoto III que alude a los o£ vop,taOene~ av·r:ov at5eJ..rpol
podriamos seiialar tres textos interesantes: Ps. Teodoto "B" considerando
c6mo la duda en Cristo alcanz6 a los mismos ap6stoles, enumera a Pablo,
a Tomas y luego a Santia~o y Judas, los hijos de Jose, siguiendo en esto una
opini6n bastante extendida en Oriente. La versi6n del Ps. Taumaturgo IV
que encontramos en el tomo L del Migne griego aclara cual es el sentido de
esta expresi6n: hie est ille Joseph qui honestis ante nuptiis coniunctus erat
liberosque susceperat, uxorem amiserat et ex illo tempore cum magna castitatis
laude vixerat ... ideoque pergens apostolus Paulus ut Evangelium praedicaret et cum unum ex his liberis offendisset, scripsit dicens 'alium autem
apostolorum vidi neminem nisi Iacobum fratrem Domini' non ut ex virgine
670
Conclusiones doctrinales
Maria sed ex Joseph genitum. Quizas en esta linea se explique Ia extrafia
afirmaci6n del Ps. Taumaturgo III de que Maria espos6 a Jose segun Ia ley
de Ia consanguineidad.
Una linea opuesta parecen seguir dos textos muy diversos: el temprano
Ps. Antipatro pondera Ia perplejidad de Maria ante Ia encarnaci6n realizada
sin intermedio de las relaciones matrimoniales normales con Jose; Ia tardia
compilaci6n del Ps. Cris6stomo VIII, en su pieza dramatica, nos presenta a
Maria incredula ante el mensaje, pues aun no ha llegado a las nupcias y en
caso de tener un hijo lo tendria de su celoso y anciano esposo Jose I
Es claro, pues, que este problema no tiene repercusi6n apreciable en las
iglesias de Oriente y que en elias hay una conciencia definida sobre la perpetua virginidad de Maria.
***
Resumiendo brevemente, Ia homiletica estudiada integra el privilegio de
la virginidad de Maria dentro del marco grandioso de su maternidad divina,
realidad que se complace en exponer como un misterio insondable. Un
numero considerable de testimonios, criticamente inobjetables, ve un nexo
intimo entre el misterio virginal y el misterio del Verbo encarnado, una
prueba irrefutable de la divinidad del hijo. Unos pocos penetran en la
tipologia fundamental que expresa este vinculo, cuya formulaci6n m i.s profunda se encuentra en Teodoto III.
Concepci6n virginal afirmada unanimente, sin sombra de duda o vacilaci6n alguna. La escena de la anunciaci6n da pie a diversas interpretaciones de Ia duda de Maria, en armonia con Ia historia exegetica de este
versiculo lucano, pero en cuyo fondo se puede leer la conciencia general de que
la virginidad de la doncella desposada con Jose presentaba una caracteristica de perpetuidad que pasaba sobre su condici6n juridica y sobre el anuncio del angel, cuya explicitaci6n encontramos timidamente en Basilio de
Seleucia y claramente en el tardio Ps. Nisseno I: Maria tenia el prop6sito de
conservar su virginidad, se habia consagrado al celestial esposo.
Sin llegar a Ia firmeza de la convicci6n anterior y a pesar del silencio y
, reserva de algunos testimonios, podemos sefialar una autentica tradici6n
en el hecho del parto virginal, que no proviene del influjo de los ap6crifos
sino de una intuici6n espontanea de Ia iglesia primitiva. Su interpretacion
en el sentido de una virginidad fisica, con sus intimas implicaciones en el
misterio del Verbo encarnado, es comun ciertamente en las iglesias de Jerusalen, Constantinopla y Asia Menor ya desde los primeros afios del siglo v.
671
Conclusiones generales
Una explicaci6n del mismo abre el camino a dos perspectivas diferentes:
aquella que considera que Cristo no tuvo necesidad de puertas para entrar o
salir, para emplear la expresion misma de sus autores, y aquella mayoritaria
que tiende a considerar un parto normal con la peculiaridad milagrosa de
conservar intacto el signo fisico de la virginidad y que se expresa en algunos
por la exclusion de las angustias del parto.
Solamente dos testimonios ocasionales, muy circunstanciales en su
presentacion, aluden directamente a la virginidad despues del parto, en el
sentido tecnico actual.
Nuestro siglo v representa un momento de gran importancia en la evolucion de la doctrina de Ia virginidad de Maria: tomando el hecho de esa
virginidad, transmitido por Ia conciencia de fe de los primeros siglos, explicita su dimension cristologica esencial, Ia centra en el misterio del nacimiento virginal, generaliza Ia conviccion de que tanto el momento de Ia
concepcion como el del parto integran Ia autentica realidad de este misterio
y en Ia ponderacion admirativa de esta pureza virginal abre el camino a una
profundizacion y explicitacion de su peculiar y extraordinaria santidad.
Testigo de una interpretacion mayoritaria acerca del parto virginal
como un alumbramiento del todo normal que milagrosamente conserva intacto el himen virginal, plantea un serio interrogante a Ia tradicion occidental amante de representarse un misterioso salir del seno materno, plasmada
en Ia presentacion catequistica del rayo de sol que pasa a traves de un crista} sin romperlo ni mancharlo.
PARAGRAFO
3°:
LA MATERNIDAD SALVIFICA.
1. El encuadre de Ia figura virginal de Maria dentro del misterio del
nacimiento del redentor explicita, en nuestra epoca, su dimension salvifica
en un Iento y vacilante proceso.
El tema esta totalmente ausente de un numero considerable de homilias por razones plausibles: los comentarios exegeticos del Ps. Crisostomo V
y VII dificilmente darian Iugar a su consideracion; los panegiricos para el
Hypapante-si exceptuamos el peculiar Ps. Metodio-presentan una tematica y orientacion completamente ajenas al tema: Ps. Crisostomo X y XI,
Cirilo I, Ps. Cirilo, Ps. Atanasio VI, Ps. Teodoto "B", Ps. Nisseno II; nueve
homilias de Ia epoca nestoriana manifiestan una orientacion polemica tan
decidida que condiciona necesariamente su tematica: Ps. Crisostomo III,
Proclo III, Teodoto I, Ps. Atanasio I, Cirilo II, Acacio, Pablo, Erectheio;
672
Conclusiones doclrinales
encontramos, finalmente, dos homilias cristologicas de epoca tempranaPs. Crisostomo I y Teodoto III-en las que el acento mariologico es muy
secundario, y los dos desconcertantes panegiricos de finales del siglo, Ps.
Basilio y Ps. Crisostomo VI.
Siguiendo una linea ya tradicional en la teologia griega, gran parte de Ia
homiletica estudiada nos presenta la figura de Maria como nueva Eva, en
conexion intima con el misterio de Ia redencion: cuatro textos del siglo IV,
Ps. Atanasio V, Ps. Antipatro, Ps. Crisostomo IX, Ps. Atanasio II; muchas
de las seguramente autenticas del periodo efesino-calcedonense, Hesiquio I,
II y III, Proclo I, II, IV, VI y VII, Ps. Crisostomo II y IV, Ps. Teodoto A,
Teodoto V, Antipatro I y Crisipo; unas pocas del tardo siglo v-vi, Ps.
Taumaturgo II y Ill, Ps. Crisostomo VIII, Ps. Atanasio IV, Ps. Proclo y
Ps. Nisseno I.
Es una tipologia familiar sugerida por el paralelismo de las escenas del
paraiso y de la anunciacion en Ps. Atanasio V, Proclo IV, Teodoto V, los
Ps. Taumaturgos, Ps. Crisostomo VIII; o con un mayor rigor teologico a
partir de la maternidad de Maria, madre del nuevo Adan, Cristo, en Hesiquio II, Proclo I, II y VI, Antipatro I, Crisipo y Ps. Atanasio IV. Algunos
ven en el Xa'iee del angel como una antitesis de la sentencia pronunciada
contra la primera mujer, Ps. Crisostomo IX, Ps. Antipatro, Ps. Atanasio II,
Hesiquio I, Proclo VII y Ps. Nisseno I; en tanto que el Ps. Teodoto ''A" y
Ps. Crisostomo II se inspiran en el factor comun de la virginidad. Hesiquio
III considera la debilidad de la mujer y Ps. Crisostomo IV la utiliza como tematica independiente. Concluimos que no hay una estricta dependencia
literaria en la aproximacion al tema.
Su real implicacion teologica se encuentra en las especificaciones de este
paralelismo. Si la complejidad del analisis de cada texto permitiera algunas
conclusiones generales, diriamos que, fuera de Hesiquio I y Proclo VII que se
limitan a la contraposicion del gozo y tristeza que rodea las figuras contrapuestas de Maria y Eva, los demas homiletistas expresan su estrecha relaci6n con la obra de la redenci6n bien sea fijandose en la reparaci6n de la
primera mujer, Ps. Atanasio II, Proclo I, Ps. Taumaturgo IV, Teodoto V,
Ps. Taumaturgo Ill, Ps. Nisseno I; bien considerando la destrucci6n del
pecado y sus consecuencias, Proclo IV y VI, Teodoto V, Antipatro I, Ps.
Taumaturgo II y la sugestiva serie de contraposiciones del Ps. Taumaturgo
III; bien llegando hasta la victoria especifica sobre el demonio y su tirania,
Hesiquio II, Crisipo, Ps. Proclo.
En esta perspectiva la nueva Eva, Maria, realiza una acci6n singular y
exclusiva al lado del redentor, siendo para el nuevo Adan-para seguir la
673
Conclusiones generales
expresi6n particularmente vigorosa de Proclo VI-lo que Eva deberia haber
sido segtin los designios divinos: {3orj(Jor; f.U>-c' av-cov. Ahora bien, en
que sentido, con que precisas modalidades se realiza dicha cooperaci6n de
Maria ala obra del unico salvador, Cristo?
Si exceptuamos la idea del Ps. Taumaturgo II de que la virtuosa prudencia de la doncella, o su santidad como dice Teodoto V, fueron su causa y explicaci6n, todos los demas oradores apelan enfaticos y unanimes
al gran privilegio de la maternidad divina. En ultimo termino Maria es
nueva Eva, madre de los vivientes-segun Ps. Atanasio IV y Ps. Cris6stomo VIII-, causa y raiz de salvaci6n, alegria y bendiciones para la
humanidad porque engendr6 y di6 a luz al nuevo Adan, Cristo, salvador
y redentor, de acuerdo con Ia precisa formulaci6n de Crisipo: na:V"COJ'JI oi5v
-cov-cwv p.ot -clr; al-cla; -clr; aJ..J..'YJ ei p-Yj 1] -cov Oavpa-coveyov -cwv -cotov-cwv
yev?]aaaa; o con la imagen ret6rica de Proclo II: wanee 1] J..vxvla ov~ av-c-Yj
cpw-cor; al-cla, aJ..J..a cpw-cor; ox'YJpa, o{J-cwr; ~al 1] nae(Jevor;, ov~ av-c-Yj €Je6r;,
aJ..J..a eeov vaor;.
Hay otro grupo de homilias que se aproximan al tema independientemente de la tipologia de Ia nueva Eva, a partir del hecho fundamental del
nacimiento de Cristo. Ps. Antipatro comentando el Magnificat dice que
Maria ha sido digna de ser madre de Aquel que es el unico salvador -cfi uJ..eto-ca-cfi oi'x.ovopla ~ta~ovovplv'YJ o como lo expresa Ps. Teodoto "A", p'l]"C'YJf!
-cfjr; oi~ovoplar;. Attico afirma vigorosamente: portabat sarcinam redemptionem mundi ... semel peperit et totam simul infirmitatem abstulit. Teodoto
II, al que seguira Crisipo, afirma que Ia virgen es mas gloriosa que el paraiso porque germin6 no arboles frutales sino la vara de Jesse colmada de
frutos salutiferos para Ia humanidad. Ps. Teodoto "A", despues de considerar las maravillas del nacimiento de Cristo, no duda en aplicarle las palabras .
del salmo 35: nae' av-c-Yj yae :r&'YJY'YJ Cwfjr;. Para Proclo V Maria es madre,
pero madre del redentor; por ella, pues, seran bienaventuradas todas las
mujeres. Basilio de Seleucia pondera: "Q yaa-ceor; aylar; Mt OeoMxov
ev fi -co -cfjr; apaedar; ~teeeay'YJ xeteoyeacpov, tematica que habia desarrollado con predilecci6n Proclo I. Las alabanzas marianas del Ps. Metodio
y Ps. Proclo expresan esta misma idea a traves de numerosas imagenes
biblico-poeticas.
Estas dos aproximaciones diversas constituyen Ia doble vertiente de
un unico misterio salvifico: la encarnaci6n redentora. En la mentalidad de
nuestros homiletistas, fiel a la mas pura tradici6n oriental, la encarnaci6n del
V erbo realiza ya radicalmente la obra de redenci6n que llegara a su plenitud
en el misterio de Ia muerte y resurrecci6n de Cristo, dos momentos que se
674
Conclusiones doctrinales
incluyen mutuamente de modo indisoluble. Es, pues, apenas l6gico que
Maria, en quien se realiza este misterio, se vea constituida por el en fuente
de redenci6n, en raiz de la nueva y autentica vida que es la persona misma
de Cristo.
Hasta que punto este nexo entre la maternidad divina y la redenci6n
entra en el campo de conciencia de Maria y la incorpora formalmente en
la obra salvifica de su Hijo? Recordemos la afirmaci6n del Ps. Taumaturgo II que justifica nuestra pregunta: "al -r:lwcs-r:at (o Movoysv~;)
:rmefUvov ayvooVCfrJ; 7:0 'J'&(!ayp,a • OV7:8 yae ctvvneYrJC18'11 'J'&(!O; 7:0 yw&p,svov,
OV7:8 CfVV8{JaJ..J..s-,;o 'J'&(!O; 7:0 'J'&ean&p,svov, aJ..J..' '1v '1/'tAOV lJeyavov -r:fj; tl'J'&O(!e'J]-,;ov a-lnov ~vviip,sw;.
Po demos decir que esta voz permanece aislada en el conjunto uminime
de testimonios que presenta a Maria conocedora tanto de la divinidad de su
Hijo-Ps. Atanasio VI la presenta como dudosa-como de la perspectiva
soteriol6gica de la ol"ovop,la. Observamos en el paragrafo precedente que
esta idea no viene de ordinaria en la consideraci6n del fiat sino en la
afirmaci6n mas generica de la obediencia de la virgen a los planes divinos
contrapuesta, a veces, a la desobediencia de Eva; asi tenemos, entre otros,
a Proclo I y IV, Cirilo III, Ps. Basilio y Ps. Proclo.
Esta firme con~cci6n viene expresada por las frecuentes imagenes del
paraiso, nube de lluvias bienhechoras o columna de nubes que guia en el
desierto, vaso que contiene el mana, fuente de aguas, de vida, de luz indeficiente, aurora de un sol vivificante.
2. De esta posici6n fundamental parece que se desprenden dos consecuencias paralelas que se conjugaran en un nuevo valioso aporte a la figura
mariana.
La primera de elias, sobre la linea considerada precedentemente, viene
expresada timidademente por el Ps. Taumaturgo I cuando llama a Maria
radix omnium bonorum, causa omnium bonorum y por el Ps. Teodoto "A"
que la denomina 'J'&'fJY-Y! Cwij;. Cirilo. III consagra esta linea cuando en su
famosa homilia de Efeso entona una magnifica alabanza mariana de dieciocho miembros estructurados sobre la forma ~t' '1; en la que se pone especial enfasis en la actividad de Maria, actividad propia que no se encuadra
dentro de los estrechos limites de una causalidad puramente material sino
que abarca las regiones afines de motivo, tema, inspiraci6n, en la obra de
santificaci6n y redenci6n. Identica tematica, ~ta
genitivo, reaparece en
Teodoto V, Ps. Taumaturgo II y III, An6nimo jerosolimitano, Ps. Epifanio
y Ps. Proclo. Esta misma tematica parece inspirar la parafrasis del xaies
"sxaet-,;wp,evn en el Ps. Cris6stomo IV.
e"
+
675
Conclusiones generales
Si esta primera consideracion se entiende siempre en intima relacion
con Ia maternidad divina, su fundamento ontologico, Ia segunda fija su atencion en el objeto correlativo de esta accion salvifica, el sexo femenino
y el genero humano todo, cuyo ejemplo y modelo es Maria; asi Proclo I ve
en Ia festividad de Ia vir'gen Ia gloria y exaltacion de las mujeres y consiguientemente del genero humano; Proclo IV congrega a los pies de Maria a
las virgenes y a las madres; Proclo V Ia contrapone gloriosamente a una
serie de figuras femeninas del antiguo testamento. Identica tematica en el
Ps. Criscstomo II, Teodoto V y Ps. Proclo. En igual sentido se entienden las
aclamaciones que en las alabanzas marianas celebran esta ejemplaridad,
aclamaciones que aparecen por primera vez en Ps. Atanasio II y III para
generalizarse en Cirilo, Teodoto y Ps. Crisostomo IV, como se puede ver en el
cuadro esquematico sobre el tema de los xateenat-tol y que presenta su
aspecto mas inspirado en el Ps. Metodio.
3. Este doble as:pecto, ejemplaridad y actividad eficiente en Ia obra de
restauracion, evoluciona dinamicamente en nuestro siglo hacia Ia idea de
una verdadera mediacion salvifica por parte de Maria.
Ya el Ps. Teodoto "A" al considerar a Maria "fuente de Ia vida" exhortaba a sus oyentes a acudir a Maria con el deseo de nuevos y futuros
beneficios. Proclo I propone una imagen plastica de rico significado: 1]
t-t6vn €hov neoc; avOedmovc; ybpvea. Teodoto V pondera que el Creador
en su providencia nos ha concedido a Maria como ne6~evoc; ayaOwv.
Estas aproximaciones permitiran Ia aparicion de Ia expresion tecnica de 'medianera". Basilio de Seleucia Ia saluda con entusiasmo: xaiee
[t8(Jt7:8VOV(Ja eeij> ual avOewnotc;. El anonimo jerosolimitano hara eco
aiios mas tarde: 1] t-t6V'fJ f-t87:a 7:0'11 [teCJh'fJV [t8C1l7:'f/t; 7:0V u6CJ[tOV nav.,;oc;.
Antipatro I repite su saludo de gozo: xaiee 1] an6voc; f-t8C1t7:8VOV(Ja 7:fi Ovn7:67:'f/7:t y el Ps. Epifanio fundamenta su exaltacion mariana: av.,;iJ yae
oveavov ual yrjc; t-teahnc; necpvuev ev67:'fJ7:a notf1aaaa. Ps. Metodio lo
expresara graficamente al considerar a Maria como el area viva y animada
que, evocando los favores realizados por Dios a causa del area de Ia alianza
depositada en Ia casa de Abedaras, es causa de justificacion para el pecador,
de salud para el enfermo, area que a nadie rechaza porque en ella reposa el
Senor lleno de bondad y misericordia para con todos.
Quien comprende y acepta esta funcion mariana de mediacion no puede
menos de dar el paso siguiente de Ia intercesion. Tal vez el primer testimonio claro y explicito lo encontramos en Basilio quien acude a Ia ayuda de
Maria para tratar dignamente el misterio y, lo que es mas significativo aim,
pondera su gran poder superior al de los apostoles y martires debido a Ia
676
Conclusiones doctrinales
I
dignidad de madre del salvador, por lo cualla pone como intercesora en las
dificiles circunstancias de las iglesias de Oriente y la implora sentidamente
avwOev fjp.ii~ lA.ew~ e:nmn:evovaa. Ps. Epifanio desarrolla con amplitud:
l5ta aoiJ . •. "all5ogoA.oyla and -r:fj~ el~ OV(!a'JIOV~ avanep.ne-r:at . l5ta aoiJ nae(!'YjCT{av avOewnot ev oveavij> ned~ -r:ov "Yvna-r:ov exovat. Su formulacion
mas piadosa, quizas, se encuentra en el tardio Ps. Atanasio IV: et iam audi,
{ilia David et Abraham, et inclina aurem tuam ad supplicationem nostram,
ne obliviscaris populi lui, neque nostrum qui domus Patris lui sumus ... te
decet ... nostrum recordari adstantium illi cui terribilis est nobis, tibi iucundus est omnesque tibi largitur gratias; quamobrem vultum tuum deprecamur ... ad te clamamus recordare nostri sanctissima virgo, quae post parium
virgo permansisti et tribue nobis ... magna dona ex divitiis gratiarum tuarum.
La alabanza mariana interpolada en Antipatro III fundamenta la confianza en su proteccion poderosa en cuatro aclamaciones clasicas: ianua
salutis noslrae, refugium lribulantium, spes desperanlium, salus desperanlium.
Ps. Metodio extiende la accion salvifica de Maria a su poderosa intercesion
como madre del redentor. Cerrariamos este recuento con la sentida impetracion de Nifon con la que terminara siglos mas tarde la reelaboracion del
anonimo jerosolimitano.
***
Resumiendo en pocas palabras, el pensamiento de nuestro siglo nos presenta
a Maria preferentemente como la nueva Eva, cuya actividad salvifica
esencial es dar a luz al redentor, pero a traves de lo cual, gracias principalmente a su acto de fe inicial, ejerce una verdadera y real causalidad en el
orden de la redencion.
A partir de esta unanime orientacion doctrinal comienza a cobrar relieve la idea de una actividad propia en virtud de su maternidad salvifica,
que se expresa en una doble perspectiva, fontal y modelica, que orienta
a los fieles bacia la persona misma de Maria.
En este Iento movimiento se percibe la realidad de una autentica mediacion salvifica que esclarece la valiosa intercesion de la madre ante el Hijo y
estimula el culto de invocacion.
Este proceso de explicitacion, apenas entrevisto a comienzos del siglo, se enfatiza a partir del fervor mariano post-efesino y se acentua en la
segunda mitad del siglo v.
Dato aislado y exotico en nuestro recorrido, Hesiquio III avanza la
idea de una propiciacion mariana: considerando como Maria cumple con
677
Conclusiones generales
la ley de la purificaci6n a la que no estaba sujeta, afirma claramente: &So"re
OVX {J'TCB(l av-cij~ 1} 'TCflOUCflOflU, aA.A.a {mee 8A.ov -cov yevov~ eyeve-co.
PARAGRAFO
4o:
SANTIDAD.
1. Si en las secciones precedentes pudimos descubrir un s6lido nucleo
de tradici6n doctrinal que paulatinamente procuraba comprenderse mejor
y explicitarse mas perfectamente, al tratar de la santidad de Maria s6lo una
nota se puede decir comun en la herencia de los primeros siglos: la denominaci6n de Maria como 1] ayla 'TCaeObo~ y una gran admiraci6n por su
persona.
Cuando se procura precisar este dato se comprueba que el adjetivo
aylo~ se aplica corrientemente a los varones virtuosos de la iglesia primitiva
y, por consiguiente, de por si no alude a ninguna caracteristica peculiar de
la virgen; por lo que hace a la admiraci6n a Maria, esta se refiere fundamentalmente a su misi6n de madre de Dios connotando apenas su pureza virginal.
Una consideraci6n de sus virtudes, de su santidad, que centre su atenci6n en la persona misma de Maria, con cierta prescindencia de su 6ntica
relaci6n con el misterio del nacimiento de Cristo, escapa al interes de los
grandes homiletistas de nuestro siglo: Attico, Cirilo, Acacio de Melitene,
Pablo de Emesa-entre los seguramente autenticos-Ps. Cris6stomo V, VII,
X, Ps. Basilio, Ps. Atanasio II, III y V-entre los pseudo-epigraficos-no
ofrecen ni la mas minima alusi6n explicita a este tema.
En relaci6n con el misterio de la concepci6n virginal aparecen las primeras brevisimas consideraciones sobre la virtudes de Maria. En algunas
de las figuras principales se alude a la pureza y castidad de la madre, condici6n necesaria para el nacimiento del Santo. Ps. Cris6stomo XI ve en la
honestidad y pobreza de la doncella las virtudes que atraen la elecci6n divina sobre ella, consideraci6n que reaparece mas tarde en el Ps. Taumaturgo
II-Ps. Nisseno I y Teodoto V. El Ps. Crisostomo III observa que el Espiritu Santo brill6 como en un espejo sv -cq> aumA.q> uwp,an -cij~ 'TCaeOe-.
vov. Teodoto I considera 1} p,~-cea 'TCaeOevt-;e~ -;eaOaea .-wv ap,aedwv 'TCaOwv.
Basilio la llama templo digno de Dios por los aromas de castidad de la virgen
pura; en este sentido entiende el Ps. Atanasio VI la gracia singular con que
fue enriquecida la madre: en esta linea interpretan Ps. Antipatro y Ps.
Atanasio IV la santificaci6n que obr6 en ella el Espiritu Santo, vistiendola
como reina vestitu deaurato incorruptionis ... non quidem secundum sim-
678
Conclusiones doctrinales
plicitatem spiritualem ... sed circumamicta, secundum suam sanctissimam
carnem, incorruptione.
El gran cantor mariano, Proclo de Constantinopla, nos ofrece solamente dos brevisimas y discutidas expresiones, al parecer contradictorias:
en la homilia primera compara, ~e6~n de,
-rfj~ nae(Jevov (la edici6n critica: l~ -rfj~ naefUvov) a,u6.A.vv-ro~ a&.eg; en el serm6n tercero-Proclo VIse expresa asi: np Ila-rel ~aO' 8v -i}v o,uoovaw~, ~al ,un-rel 8,uow~ ~a-ra
n&.v-ra xwel~ a,uae-rla~. Fuera de esto, silencio absoluto.
2. Si los textos precedentes nos ofrecen una afirmaci6n mas bien pobre
de la santidad personal de Maria, algunos de nuestros homiletistas dan un
paso adelante. El Ps. Cris6stomo IX, seguro testigo para el siglo IV, considera si el aspecto virginal de la santidad de Maria, pero insinua una nueva
via de pensamiento al alabar a Maria por haber agradado al Creador, quien
se complace -rot~ ~&..A..A.eat -rwv 7pvxwv y por tanto en ella que es n&.eOevo~
n
'tqJ GW,Ua'tt
~at
7:fj 'ljJVX'lJ·
Santidad en el cuerpo y en alma, tematica que reaparece brevemente en
el Ps. Cris6stomo II y en Ps. Proclo. El Ps. Taumaturgo II continua en
esta linea y precisa: de todas las generaciones esta sola virgen ayla aw,uan
~al nvev,uan yeyovev-expresi6n que repetira su compilador posterior
el Ps. Nisseno 1-; la admiraci6n por ella no se basa unicamente en la hermosura corporal.
La dificultad de precisar el nucleo primitivo, hace dudoso el testimonio del Ps. Taumaturgo III, quien poniendo especialmente de relieve la
pureza de la virgen no deja de aludir claramente a la santidad interior,
n
n&.an~ avOewnlvn~ cpvaew~ ~al GV
ayla, B'VCJ0~6-reea ••• .A.a,uneodeav
,uev vnee xlova exovaav dj'll CJtavolav y a la santificaci6n obrada por el
Espiritu Santo el~ -rov a,ulav-rov v&.ov -rfj~ naeOevov, ~al 'l]yt&.ctOrJ evvota
avv -rot~ ,ue.A.eat.
Sera necesario llegar a Ps. Teodoto "A" para encontrar un pensamiento
categ6rico: contraponiendo las dos virgenes, Eva y Maria, designa a esta
con el significativo titulo de nav&.xeav-ro~ ,u~-rne ayto-r~-ro~ y explica:
o yae CJrJ,UtoV(!y~aa~ -r-Yjv na.A.alav nae0evov avv{Jela-rw~, a-D-ro~ ~al -r-Yjv
el~ CJBV'te(!O'V B7:8~7:~'Jia7:o ava,uw,uw~ . ual 0 not?]aa~ 7:0 e~wOev wealw~.
a-D-ro~ ~al eawOev ~au~6a,unaev el~ ~a-rot~'t~(!to'V ?pVXfi~ e.Oayw~; acci6n
santificadora divina que aclara con las imagenes del hierro al fuego o del
cuerpo penetrado de agua. Santidad, pues, excepcional que supera los
linderos de la pureza legal y exterior para penetrar hasta lo interior del alma
y hermosearla plenamente, realizando asi un duplicado perfecto de la
inocencia y santidad de la primera mujer, santidad radical en el momento
679
Conclusiones generales
mismo de la formacion, mas profunda y plena en el momento de la encarnacion por obra del Espiritu Santo.
Posteriormente Teodoto V y el Ps. Crisostomo VI se inspiran en el Protoevangelio de Santiago para ponderar la consagracion de Maria al Senor
antes de su nacimiento y su peculiar santidad desde los primeros anos, santidad que la diferencia completamente de todas las demas mujeres, a ella
virgen inocente, sin mancha, totalmente irreprensible, incontaminada, santa
en cuerpo y alma como lirio entre espinas.
Un nuevo testimonio sobre la santidad de Maria podriamos encontrar
en las figuras poeticas de las alabanzas marianas de Hesiquio II y Crisipo,
Ps. Teodoto "A", Ps. Taumaturgo I y II, Ps. Crisostomo VIII y Ps. Proclo.
Sin embargo, la peculiar estructura de dichos elogios no garantiza ni su
autenticidad ni la exactitud teolOgica de los terminos empleados y sugiere
prudencia y reserva en tomarlos como base de argumentacion doctrinal.
3. Entre estas dos tendencias paralelas, mas superficial la una, mas
profunda la otra, encontramos tres testimonios cuyo exacto significado
no nos fue posible determinar: el Ps. Atanasio I, quien contempla al Verbo
be r:fj~ acp(]UC17:0V OVG{a~ %(]08A0ovr:a, 7:0V be r:fj~ tXX(]cl'P'tOV lpVC180J~ yeVVrJ(Jev-ra. El Ps. Taumaturgo IV, quien compara el angel incorporeo y la
virgen inmaculada-a,uoA.IJvr:o~-. ellibre de pecado y la que estaba libre
de corrupcion. Finalmente, Hesiquio II, quien habla de una planta de incorrupcion y de un paraiso de inmortalidad, a quien no llega el humo de la
concupiscencia, ni el gusano del placer la corroe, templo incorrupto, tabernaculo exento de toda mancha-navr:o~ evnov-.
Completan el cuadro dos oradores contemporaneos que ponderan ciertamente la santidad de Maria, pero parecen afirmar-implicitamente el
uno y explicitamente el otro-la sujecion de Maria a la comun miseria
original del genero humano. Antipatro I reconoce que Maria 1] nednrJ
ual p,6vrJ r:lur:ovcta f3eecpo~ uar:aea~ eA.evOeeov. Crisipo concede paladinamente: 8-r:av yae ctv eueiOev e~avactr:a~ r:~v r:ov ctov &ytactp,ar:o~ ut{3wr:ov
ctcpeaylctn~. r:6r:e ual 1] ut{3wr:o~ p,er:a navr:wv e~avactr:'l]cter:at eu r:ov nr:wp,ar:o~ ev qJ M7:BC17:r](J8 ual avr:~v fJ r:fj~ Eva~ ctvyyeveta, afirmacion que
repite posteriormente: novrJeo~ yae r:o A.ao~ evvf3elCet r:fj ayxtctr:elq. r:fj
n_ae' avr:ov.
4. Dentro de este marco tematico se han de considerar las interpretaciones que a la profecia que hace a Maria el anciano Simeon dar{m las piezas
que tratan la escena de la presentacion del nino en el templo: Ps. Crisostomo
X, Hesiquio III, Cirilo I, Ps. Cirilo de Jerusalen, Ps. Atanasio VI, Ps. Teodoto "B", Ps. Nisseno II, Ps. Metodio y Ps. Crisostomo XL
680
Conclusiones doctrinales
Ps. Cris6stomo X, el primero cronol6gicamente, es fiel a la linea exegetica griega iniciada por Origenes y seguida con entusiasmo por la escuela
Capadocia: et tu, inquit, esse mater videris; an tu igitur tentationis expers
eris, quandoquidem esse te matrem confessa es, quandoquidem illum peperisli,
quandoquidem uterum tuum visa es comodasse? ... num igitur tu tentationis expers eris? Ne tu quidem tentationis expers eris, sed et tuam ipsius
animam pertransivit gladius. Quare vero domine? quid ego enim peccavi?
Nihil peccasiti, sed cum illum in cruce videris, cum illum pro mundo videris
patientem, cum expansas videris eius manus in cruce clavisque ligno affixas,
tunc dubitare incipies ac dicere: 'hiccine est ille de quo mihi narravit angelus? hiccine est ille in quo mihi miraculum conceptionis est editum? ...
pertransivit igitur et tuam ipsius animam gladius -ro neteaa-r?]etov ual
ap.cpt{:JoA.ta.
El nucleo original del Ps. Cris6stomo XI presenta una versi6n suavizada de esta misma exegesis: no se habla propiamente de dudas en la fe y en
la situaci6n augustiosa prevista se pone de relieve su caracter totalmente
transitorio.
El alto concepto que Hesiquio tiene de Ia santidad de Maria parece que
atempera aun mas las aristas hirientes de esta exegesis: concede si que en
Ia pasi6n de Ia cruz todos fueron probados y agitados, no solamente los
simples discipulos sino los escogidos y aun su misma madre, pero no especifica en que consisti6 dicha prueba o por que la espada predicha sea la diversidad de opiniones.
El Ps. Teodoto "B", redacci6n mas bien tardia, explica claramente el
signo de contradicci6n por las especiales circunstancias que origina Ia obra
salvifica, en las que incluye la duda y negaci6n de los ap6stoles, pero soslaya
el espinoso problema de Ia espada de dolor profetizada a Maria: ual -rfj~
naeOevtufj~ {)8 'lfJVXfj~ la-rat nod {:Jaaavo~ vno notull..wv elalov-rwv ual
e~lov-rwv A.oytap.wv. En esta linea Ps. Cirilo de Jerusalen y el tardio Ps.
Metodio omiten en sus panegiricos el tratar este dificil problema.
El pensamiento de Cirilo ha sido estudiado detenidamente, comparandolo en las tres exegesis paralelas de Zacarias, Juan y Lucas, y hemos llegado
a Ia conclusi6n de que Cirilo modifica su exegesis tradicional sobre Ia via
del pensamiento occidental: Ia espada de dolor es la aflicci6n a causa de los
sufrimientos de Cristo que laceran el coraz6n de la madre, a quien le falta
aquello que podria consolarla, a saber, el conocimiento de Ia pr6xima resurrecci6n de Cristo, circunstancia olvidada por los mismos testigos directos de su revelaci6n, los ap6stoles.
681
Conclusiones generales
Esta posici6n de Cirilo parece que influye decididamente en la exegesis
posterior: Ps. Nisseno II identifica la espada con los sufrimientos al pie de
la cruz que desgarran el coraz6n de la madre, el cual cicatriz6 luego con el
milagro de la resurrecci6n; Ps. Atanasio VI pone de relieve su compasi6n
maternal: ea de causa lugebis et congemiscens, et utpote mater, pro Filio lacrimaberis.
***
Resumiendo brevemente, vemos c6mo la vaga intuici6n de la peculiar virtud de Maria que hereda nuestro siglo se va enriqueciendo con la contemplaci6n de la escena de la anunciaci6n y en una reflexi6n sobre el significado
de la acci6n del Espiritu Santo, hasta crear una conciencia firme de la santidad de Maria, santidad que para la mayor parte es singular, pero que se
interpreta diversamente: para unos se refiere a su pureza virginal, para
otros significa una santidad interior que en unos pocos testimonios tiende a
una santificaci6n total y radical-prehistoria en la evoluci6n de la doctrina
de la concepci6n immaculada de Maria-, perspectiva excluida positivamente en los dos homiletistas seiialados.
En una creciente apreciaci6n de su completa santidad, nuestro siglo
V supera definitivamente la tradici6n exegetica de Origenes: la figura de
Maria al pie de la cruz pasa de las dudas y vacilaciones en la fe a la compasi6n del coraz6n materno, sin llegar a insinuar en forma alguna el caracter
soteriol6gico de dicha compasi6n.
El final del siglo es testigo de una nueva actitud admirativa hacia la
persona de Maria que encuentra en los datos ap6crifos una fuente de inspiraci6n yen los amplios y redundantes xateer:taf-wl una forma concreta de
expresarla, linea que marcara muy hondamente la espiritualidad mariana
byzantina.
682
CONCLUSION GENERAL
Con esto hemos llegado al final de un recorrido que nos ha mostrado
c6mo la maternidad divina es el punta focal del pensamiento mariol6gico de
la epoca.
Maternidad divina que se explicita y se precisa dogmaticamente, que
integra y da su plena significado al privilegio mariana mas primitivo y
mejor conocido, la virginidad perpetua.
Maternidad divina que explica el lugar singular que ocupa Maria en
la obra de la redenci6n del genera humano e ilumina con luz propia la figura
de la segunda Eva, trazada siglos atras por Justina e Ireneo.
Maternidad divina, en fin, raz6n de la excelencia de Maria sabre todo lo
creado y que insinua una nueva corriente de pensamiento sabre la persona
misma de la madre, sabre su peculiar santidad.
A esta luz se comprende c6mo hay aspectos de nuestra mariologia actual que no penetran en la tematica de la epoca. Asi la doctrina de la exen. ci6n de pecado original apenas se delinea vagamente en algunos textos
pseudo-epigraficos del tardo siglo v; la cooperaci6n de Maria a la obra redentora de Cristo se reduce a su oficio de madre del Salvador. Sabre la asunci6n de Maria a los cielos encontramos una vaga y discutida alusi6n en Cirilo
III, Ps. Taumaturgo I y Ps. Antipatro; y una clara formulaci6n en las
tardias compilaciones del Ps. Taumaturgo III y Ps. Atanasio IV.
Sabre la perspectiva actual que relaciona intimanente a Maria con la
Iglesia, debemos decir que nuestra homiletica la ignora casi por completo:
una aproximaci6n en las consideraciones de Maria como ejemplo y modelo y
corona de los fieles, como intercesora y medianera entre el cielo y la tierra;
un lejano prenuncio en Hesiquio I y Proclo II, quienes unen oratoriamente
dos tipologias paralelas, Maria-Eva y Eva-Iglesia; una sugestiva formulaci6n en el tardio Ps. Proclo, quien en la alabanza mariana establece una
especie de relaci6n entre Maria y la fundaci6n de la Iglesia de la gentilidad
con dos interesante comparaciones: la nave que lleva de Jerusalen la conversi6n a los gentiles y la madre que alimenta en sus brazos virginales a los
nuevas convertidos; en el elogio de la virginidad del mismo Ps. Proclo, presenta a Isabel como tipo de la sinagoga y a Maria como tipo de la Iglesia.
Para facilitar un estudio comparativo de los datos doctrinales y permitir una rapida vista de conjunto de cualquiera de ellos, presentamos a
continuaci6n un cuadro esquematico (III p. 686) con todos los datos que nos
proporcion6 el analisis de las cincuenta y ocho piezas homileticas.
683
INCIPIT
(en orden alfabetico)
Griego
433-422 'A~t?]yrrrov :n:eA.ayo~ fn' alw- LeMus. 77 (1964) 155-73; BHG
'VO~
1982d; REPERTORIUM 7.
468-480 'Aellh:av p,vnaOw
Rivista storico-critica delle Scienze
Teologiche 5 (1909) 548-563; Marianum 24 (1962) 536-539.
148-152 {JaOv p,ev ual p,eya
PG 77, 1089-1096.
523-531 {JaatA.tuwv p,va-rnelwv eoe- PG 60, 755-760; BHG 1085c; RE-r-Yjv
PERTORIUM 54.
421-433 El~ (J&.Oo~ olunep,wv
RBn 58 (1948) 233-249; 62 (1952),
189-200; BHG 1895.
229-240 'Ev yevvn-roi~ yvvatuwv
PG 85, 1764-1776.
493-511 'Eoe-ra~ p,ev a:n:aaa~
PG 10, 1156-1169; AS IV, 150-153
& 154-156 & 400-402 & 402-404;
BHG 1092w.
122-128 Evuateov el:n:eiv a?]p,eeov
LeMus 54 (1941) 40-44; version latina PG 65, 843-846.
200-203 Evuateov a?]p,eeov -r-Yjv iJp,e- PG 77, 1433A-1437B; ACO I, 1, 4,
-reeav
pp. 9-11.
53-58
'H p,ev eoe-r-YJ Mye-rat
PG 93, 1468-1477.
OCP 32 (1966) 56-76; BHG, app.
617-622 tPat~eov fJp,iv -r?]p,eeov
VII, 222.
94-100 KaA.-Yj p,ev fJ -rwv lJiaA.p,wv PG 65, 692-704.
A.vea
308-344 KU:n:-ret -rov~ :n:6vov~
PG 65, 721-757; LEROY ST 247,
pp. 298-324.
103-110 Aap,:n:ea ual :n:aea~oeo~
PG 65, 708-716.
164-170 Aap,:n:ea ual :n:aea~oeo~ -rfj~ PG 77, 1349-1369; ACO I, 1, 2,
:n:aeovan~ eoe-rfj~ fJ {J:n;60eat~ pp. 80-90.
158-163 Aap,:n:ea -rfj~ :n:aeovan~ eoe- PG 77, 1369-1385; ACO I, 1, 2,
-rfj~ fJ iJ:n:60eat~
pp. 73-80.
PG 85, 425-452.
285-308 Mey&.A.a~ -rwv eyuwp,lwv
442-452 MeA.A.ov-ro~, aya:n:n-rol, -rov PG 50, 795-800; BHG 1903; REuowov .Ew-rfjeo~
PERTORIUM 249.
380-388 Mva-r?Jewv Uvov {JM:n:w
PG 28, 960-972; BHG 1904.
359-380 Mva-r?Jewv Uvov ual :n:aea- PG 56, 385-394; BHG 1905.
~6eov {JU:n:w
REPERTORIUM 260.
687
Incipit
600-603
398-410
o -rfi
q;eov~aet
~txatoavvrJ~
PG 46, 1152-1181; BHG 1959.
PG 61, 737-738; Text. armeno AS
IV, 156-159; Version latina AS IV,
404-406; BHG 1908, 1908h, 1908p,
1118m. REPERTORIUM 282.
410-421 ono?:a'JI be xetpiiJvo~ ueveeov PG 61, 763-768; BHG 1911; REPERTORIUM 319.
PG 77, 1468-1472; ACO I, 1, 2, pp.
153-156 ·oewvn p,ot ayann-rot
90-92.
PG 50, 807-812; BHG 1925; REPER592-596 Ov p,6vov q;oeei aaeua
TORIUM 447.
PG 18, 348-381.
610-617 naitat Euavw,
PG 59, 709-714; BHG 1128; REPER388-398 naittv -rfi naeenala
TORIUM 387.
PG 10, 1172-1177 = PG 50, 791-796;
511-522 naittv xaea., evayyiitta
BHG 1128f; REPERTORIUM 389.
IlaeOevtuf} nav~yvet{; a~p,e- PG65, 680-692; ACO I, 1, 1, pp. 10379-94
eov
107.
nii.aa p,ev evyvwp,wv yitw-r-ra PG 93, 1460-1468.
46-53
nii.aa p,ev p,v~f.trJP
PG 93, 1453-1460.
40-46
110-114 nii.aat p,ev aL p,ae-rvetual PG 65, 716-721.
o -rfj~
avi-retite
navnyveet{;
OCP 26 (1960) 224-232; version la-
170-176 naO'r]{; eoe-rfj{; f.t~?:rJ(!
tina PG 77, 1411-1418.
114-121 Ilitovata yae -rfj{; Oeta{; xa- LeMus 54 (1941) 44-48; version laet-ro{;
tina PG 65, 841-844.
100-102 Iloitital ual ~taq;oeo, navn- PG 65, 704-708.
yveet'
130-148 Iloititf} p,ev Alav 1] avvo~o, PG 77, 1040-1049.
241-255 IIeoi~eap,ev ev -rfj neodeq. PG 85, 1776-1792.
uvetaufi
176-187 Ileoq;nnno{; 'ljp,ii{; ual
(!O'JI
203-205 Ilewnv
ned,
-r~p,e-
PG 77, 1389-1412.
-rf}v vp,e-rieav PG 77, 1437B-1444C; ACO I, 1, 4,
pp. 11-14.
481-493
E~p,eeov
~et
ayyeittufj naea-ra- PG 10, 1145-1156; texto sirlaco: AS
IV, 122-127 (377-381); texto arme-
no: AS IV, 145-150 (396-400); BHG
1139n; REPERTORIUM 454.
PG 28, 973-1000; BHG 1967-1968;
604-610 Ta -rfj, naeovan,
REPERTORIUM 477.
578-591 Ta~ euitap,novaa, p,aep,a- PG 43, 485-501; Epiphani Opera
evy&.,
IV, 3, 100-105; RHE 31 (1935) 355359; BHG 1143.
PO 19, 318-335 (200-217); version
187-197 Tienet p,ev -rol, lhpet{;
latina PG 77, 1418-1432.
688
Incipit
568-577 -r:fj
538-545
211-226
545-554
269-283
347-353
596-599
~eu11:olvn
p.ov
Commentationes Humanarum Litterarilm 28, II, pp. 3-9; Marianum
33 (1971) 396-409; Auctarium, 47.
-r:fj 1t(!Od(!q. uvetaufi
PG 62, 763-768; BHG 1144h, 1076u,
1139m. REPERTORIUM 479.
-r:-Yjv aedJaJ.ij eafl~ov ,lectctal PO 19, 336-343 (218-225).
-r:ov~ Oelov~ leeou~evua~
PG 28, 917-940; BHG 1147t.
@at~eov oew -co m)ct-r:rJp.a PG 77, 992-996; ACO I, 1, 2, pp.
-r:wv aylwv
102ss.
@o{Jov yep.et ual elu'YJ~
Biblica 1 (1920) 84-90; BHG 1920;
REPERTORIUM 544.
Xaiee, ctq;&~ea, Ovya-r:ee PG 33, 1187-1204.
l:ufw
532-538 Xweav p.ev a11:oxeeowOeictav PG 28, 905-914; BHG 866.
452-467 "Dct7&e(! o[ -r:-Yjv Xevcti-r:w yijv PG 28, 944-957; BHG 1161k.
Latin
255-265 Iterum nos saneta et super- POr 1 (1970) 102-117.
laudabilis
353-359 Quod ab omnibus nee in- version armena: AS IV, 159-162;
spici nee enarrari potest
version latina: AS IV, 406-408.
Frances
554-566 II eonvient que nous-aussi
aujourd'hui nous tenions le
langage du prophete et hieropsalmiste David ...
60-75
Toutes les fetes imitent
done la splendeur
206-211 Vierge pleine de gr~ee, je
ne eesserai jamais de te
nommer Mere de Dieu
LeMus 71 (1958) 15-50 (209-238).
LeMus 46 (1933) 186-195; ROC 29
(1933-4) 177-186.
PO 13, 171-180.
AUTOR Y TITULO
1.
AcACIO DE MELITENE
Homilia Ephesi habita.
2.
152-156
ANONIMO
Encomio para la Anunciacion de la Santlsima Sefi.ora nuestra
Defpara.
568-577
689
Autor y Titulo
3.
ANTIPATRO DE BOSTRA
I.
II.
4.
Homilia I:
In sanctum Ioannem Baptistam et in silentium Zachariae et in salutationem Deiparae.
Homilia III: Sermo sancti Antipatris patris nostri ad
matutinum in adsuption sanctae Mariae.
Homilia XII: In occursum Domini nostri Iesu Christi.
Homilia XV: De incarnatione Dei Verbi.
Homilia IV: Ephesi in Nestorium habita, quando septem ad sanctum Mariam descenderunt.
11.
690
210-226
205-210
HESIQUIO DE JERUSALEN
I.
II.
III.
10.
269-283
ERECTHEIO DE ANTIOQUIA DE PISIDIA
Homilia recitata in sancta Epiphania in ecclesia Constantinopolitana sedente beato episcopo Proclo.
9.
130-148
148-152
CRISIPO DE JERUSALEN
Oralio in sanctum Mariam Deiparam.
8.
283-308
CIRILO DE ALEJANDRJA
I.
II.
III.
7.
60-75
BASILIO DE SELEUCIA
In sanctissimae Deiparae annuntiationem.
6.
255-265
ATTtco DE CoNSTANTINOPLA
Oralio in sanctum Dei genitricem.
5.
226-240
Homilia I:
De sancta Maria Deipara.
Homilia II: De eadem.
Homilia III: In praesentationem Domini et Salvatoris
nostri Iesu Christi.
40-45
46-53
53-58
PABLO DE EMESA
I.
Homilia I:
II.
Homilia II:
... habita vicesimo nono die mensis Choeac
(25 decembris) in magna Alexandriae
ecclesia, praesente beato Cyrillo, de nativitate Domini et Salvatoris nostri Iesu
Christi, et quod beata Virgo Maria sit Dei
genitrix, et quod non duos sed unum Filium et Dominum Chris tum dicamus; et laus
archiepiscopi Cyrilli.
In magna Alexandria ecclesia ... Tibi sexta
die (1 enero), in Christi Domini et Salvatoris nostri nativitatem et in Cyrilli archiepiscopi laudem dicta.
199-203
203-205
PnocLo DE CoNSTANTINOPLA
I.
Homilia I:
II.
Homilia II:
Laudatio in sanctissimam Dei genitricem
Mariam.
De incarnatione Domini nostri Iesu Christi
et de infusoriis.
76-94
94-100
Autor y Titulo
Hom ilia Ill: De incarnatione Domini nostri Iesu Christi.
IV.
Homilia IV: In natalem diem Domini nostri Iesu Christi.
v. Hom ilia V: Laudatio in S. Virginem ac Dei genitricem Mariam.
VI.
Sermo Ill:
De dogmate incarnationis, dictus in die
sabbato ante quadragesimam.
VII. Sermo IV:
De Nativitate Domini.
III.
12.
100-103
103-110
110-114
114-121
122-128
TEODOTO DE ANCIRA
I.
Homilia II:
II.
Homilia 1:
III.
Homilia V:
IV.
Hom ilia VI:
Homilia admodum pulchra, lecta in synodo, Cyrillo episcopo praesente, in natalem Salvatoris.
Babita in die nativitatis salvatoris nostri
Iesu Christi, quae et ipsa lecta est in eadem
synodo.
In Domini nostri lesu Christi diem natalem.
In sanctam Dei genitricem et in sanctam
Christi nativitatem.
13. Ps. ANTIPATRO
In sanctissimae Deiparae annuntiationem.
14. Ps. ATANASIO
I.
In nativitatem Christi.
II.
Sermo de descriptione Deiparae.
III. In nativitatem Praecursoris, in Elizabeth et in Deiparam.
IV.
In annuntiationem sanctissimae Dominae nostrae et Deiparae.
v. L'homelie de S. Athanase des Papyrus de ·Turin.
VI.
In occursum Domini Dei et Salvatoris nostri Iesu Christi.
15. Ps. BASILIO DE CESAREA
Sur l' Incarnation du Seigneur.
16. Ps.
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
156-163
164-170
170-176
187-197
241-255
380-388
452-467
532-538
545-554
554-567
604-610
421-433
CRISOSTOMO
In Christi Nativitatem.
In salvatoris nostri Iesu Christi nativitatem.
Contra haereticos et in sanctam Deiparam.
In Christi diem natalem.
In natale Domini nostri lesu Christi.
In diem natalem Domini et in sanctam Mariam Deigenitricem.
VII. Homilia in illud « exiit edictum a Caesare Augusto~ et
in descriptionem Deiparae.
VIII. In annuntiationem sanctissimae Deiparae.
IX. In annuntiationem Deiparae et contra Arium impium.
347-353
359-380
388-398
398-410
410-421
433-442
442-452
523-531
538~545
691
Tltulos Iatinos
X.
De occursu D.N. Iesu Christi, deque Deipara et Simeone.
Homily on the Presentation of our Lord Jesus Ghrist.
Ps. EPIFANIO
Homilia V in laudes sanctae Mariae Deiparae.
Ps. METomo
De Simeone et Anna in die quo Templo occurrerunt ac de sancta
Deipara.
Ps. NrssENO
I.
Discorso encomiastico all' Annunciazione della SS. Madre
di Dio.
II.
De occursu Domini, de Deipara virgine et de iusto Simeone.
Ps. PRocLo
Laudatio sanctae Dei Genitricis Mariae.
•
Ps. TAUMATURGO
I.
In sanctam Dei genitricem et semper virginem Mariam.
II.
Homilia I in Annuntiationem sanctae virginis.
III. Homilia II in Annuntiationem sanctae virginis.
IV. Homilia III in Annuntiationem sanctae virginis.
Ps. TEonoTo
In sanctam Deiparam et in Simeonem.
XI.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
592-596
617-622
578-591
610-617
468-480
600-603
308-344
353-359
481-493
493-511
511-522
176-187
TITULOS LATINOS
(en orden alfabetico)
De descriptione Deiparae
452-67
De dogmate incarnationis
114-21
De incarnatione Dei Verbi
148-52
De incarnatione Domini
100-3
De incarnatione Domini ... et de infusoriis
94-100, 627
De Nativitate Domini
122-8
De Nativitate Domini
199-203
De occursu Domini, de Deipara virgine et de iusto Simeone 600-3
De occursu D.N. Iesu Christi
592-6, 647
40-5
De sancta Maria Deipara
De sancta Maria Deipara
46-53
De Simeone et Anna
610-7
255-65
In Adsuption sanctae Mariae
In annuntiationem Deiparae
538-45, 625
In annuntiationem sanctae virginis
481-93
493-511
In Annuntiationem sanctae virginis
In Annuntiationem sanctae virginis
511-22
692
Titulos latinos
In
In
In
In
In
In
In
In
Annuntiationem sanctissimae Deiparae (Dei Genetricis)
Annuntiationem sanctissimae Domini
Christi diem natalem
Christi Domini et Salvatoris nostri nativitatem
Christi Nativitatem
crucem et in transfigurationem
die nativitatis Salvatoris
diem natalem Domini et in sanctam Mariam Deigenitricem
In Domini nostri Iesu Christi diem natalem
In illud « exiit edictum a Caesare Augusto ~
In laudes sanctae Mariae Deiparae
In occursum Domini
In occursum Domini
In occursum Domini
In natale Domini nostri Iesu Christi
In natalem diem Domini
In natalem Salvatoris
In nativitatem Christi
In nativitatem Praecursoris, in Elizabeth et in Deiparam
In praesentationem Domini
In salvatoris nostri Iesu Christi nativitatem
In sancta Epiphania
In sanctam Mariam Deiparam
In sanctam Dei genitricem
In sanctam Dei genitricem
In sanctam Dei genitricem et in sanctam Christi nativitatem
In sanctissimae Deiparae annuntiationem
In sanctissimae Deiparae annuntiationem
In sanctam Deiparam
In sanctam Deiparam et in Simeonem
In sanctissimam Dei genitricem
In sanctum Ioannem Baptistam et in silentium Zachariae
et in salutationem Deiparae
Laudatio in S. Virginem
Laudatio sanctae Dei Genitricis Mariae
Quando septem ad sanctam Mariam descenderunt
523-31, 626
545-54
398-410
203-205
347-53
629
164-70
433-42
170-6, 625
442-52
578-91
130-48
604-10
461, 628
410-21
103-10, 625
156-63
380-8
532-8
53-8
359-80
205-10
210-26
60-75, 624
353-9
187-97, 627
241-55
283-308
388-98
176-87, 627, 630
76-94
226-40
110-4
308-44, 626
269-83
LOS MANUSCRITOS
A THENAS
Bibl. Nac.
gr. 19
568 571 572 575
282 111 433
327 111 433
363
514
1072 539
Bibl. Spyros Loberdos
617
ATHOS
Xeropota.
134 103
693
Manuscritos
Kausokal.
157 103
Stawronikita
38
539
C45 309 338
gr. 421
MoNTE CASSINO
109
BRESCIA
Moscu
gr. 215
Bibl. comm.
A I 3
250
A III 3 360
cod. 393
Trinity College
Cod. Thomae Gale 31
Cod. Met. del S. Sepulcro
244 360
LESBOS
Bodl.
Miscell. 34 103
Rawl. auct. G156
Selden. 9 103
103 398
122
452
433
Bibl. Nac. Mss.
gr. I E 10 468
PARIS
Bibl. Nac.
Armenios 120 y 121
armeno 44
Colbert 1711
Fonds gr. 211
497
771
1171
Cod. S. Joannis
27
421 422
1173
LONDRES
Brit. Mus.
Orient.
5001
115
6782
558
6784
557
7027
558
8606
122 539
Siriacos
12154 206
14531 206
14551 131
14552 131
14725 206
MILAN
Ambrosiana
213 128 452
694
309 338
PALERNO
ESCORIAL
Cod. Sabas
gr. 161 359
1
309 338
Cod. Pair.
gr. 133 338
241 243
OXFORD
227
CoNSTANTINOPLA
JERUSALEN
103 452
MUNICH
CAMBRIDGE
gr. 236
261 (Y, II, 9)
311
f/J III 20
255
1491
1500
3100
Fonds lat 4403
4403b
273
353 360
452 466
421
421
309 338
103 111
176 177
285 288
111 211
338
115 122
399
617
433
40 578
588
532
157
187
452
308
398
PATIIIOS
28
212
421
216
PROVIDENCE (R.
I.)
Brown University 568 571 574 575
ROMA
Bibl. Vat.
Vat. gr. 562
654
617
617
Manuscritos
532
103 111
250
617
228 230
532
148
249
249
249 250
94 97 98 100
115 308 338
347 452 481
511
1641 452
1642 249 250
1646 309 338
1673 176
1928 421
1933 246 247 249
250
1990 309 338 452
2048 308 338 452
2056 421
Barber. gr. 396
80
488
228 230
497 94 98 100
547 309 338
583
433 617
Vat. Lat. 3836 255
6076 255
Vat. Marc. 28 (gr. 757) 250
655
679
757
800
820
1167
1431
1437
1610
1611
1633
gr. 55
421
57
421
gr. VII 29
617
Vat. Otcob. gr. 1
128
85
308 338
264
617
1262 148
Vat. Reg. cod. 15
359
183 365
2343 442
Vat. Syr. 368 114 115 123
369 115 120
Vat. Vindebon. gr. 47 617
71 250
SALONICA
Vlatees
103
SINAI
gr. 491
433 437
TURIN
Fonds gr. 166 285 288
80 452
UTRECHT
Bib. Univ.
cod. 13
103
VENECIA
cod. 215
98
VIENA
cod. 808
98
695
INDICE BIBLICO
Genesis
1:26
2:11
3s
3:15
3:20
19:24
555, 563
313
172
50
560, 566
384
Exodo
3:2
12:2
13:2
13:11
15:2
32
33:3
51
501
608, 603, 605s
56
119
Vease Lc. 2:23
329
Ntuneros
17:23
24:17
110
416
Deuteronomio
6:4-5
384
36:8
534
Judit
13:23-4
Salmos
2
2:1
2:7
2:9
24:16
33:16
35
44
44:11
44:12
47:3
79:1
83:9
696
314, 562
45
384
572
572, 598
94, 95, 96, 351
214
72, 448
443
384
47, 222
211, 214, 482
72
568
Proverbios
4:27
534
Canticos
2:2
3:6
4:11
6:12
9
194
257
194
257
568
~
-
9:6
11:1
19:24-5
29:11
40:3
42:1-2
45:8
52:7
65:8
66:7
Baruc
3:36-8
154,
384,
392,
367
363,
533
556,
123,
132
327
560
363,
384
Ezequiel
44:1
44:1-2
44:2
81
90
99
Daniel
2:7
2:31
2:34
2:45
110, 444,
524
525
437
548, 552,
572
214, 482
Isaias
1:3
6:1-9
6:6
7:10-4
7:10-5
7:11
7:13
7:14
7:15
8:3
166, 167, 557,
564
612
533, 534
171, 439
214
389, 392
434, 435
50, 66, 113, 173,
174, 201, 206,
208, 212, 366,
438, 443, 556
329
183, 560
206, 383,
444
579, 580
512, 517
563
125, 126
384
5:28
7:3ss
10:9
441
443s
110, 226
226, 310, 411,
420, 434, 58990
272
444
392
Miqueas
5:2-4
581
Habacuc
3:2
256, 456
Zacarias
4:1-6
4:2
7:13
13:7
95, 97
581
147
135, 139, 140
Eclesiastico
24
434, 442
257
104,
448,
434,
434,
443
132
136
186
223,
553,
212,
226
560
258
384
84
86:5
89:9
95
97
103:24
109:1
117
117:22
117:27
131
131:8
143
150
San Mateo
384
1
lndice Blblico
1:18
1:18-20
1:18-25
1:18 y 25
1:19
1:20-5
1:23
1:25
2:1-28
2:1
2:1-2
2:1-3
2:1-3.11
2:3
2:9-12
2:11
3:4
8:23
11:11
14:1-12
14:13-16
16:15ss
17:5
17:54
21:43
28:18
171, 175, 310,
330, 437
434, 439
174
321, 332, 336
171
454
113, 174, 201,
208, 564
333, 334, 335,
336, 339, 458,
465
182s, 362, 390,
399, 417, 557,
565, 579, 584,
606
165, 412, 563
45, 402
412
413
412
399, 402
412
313
95
178
234
384
200
557
384
550
134
San Marcos
1:1
384
5:2-13
301
San Lucas
1
1:6-23
1:6-43
1:11-14
1:26
1:26-7
495
235
236
533
105,
495,
569s
500,
512,
382, 385,
501, 520,
502, 510,
513
1:26-34
1:26-35
1:26-38
1:28
533
381
539, 543
110, 113, 121,
178, 243, 257,
258, 287, 513,
548, 552, 554,
569s
1:28.31
556
1:28-35
482, 487
1:28-38
241
1:28-43
235, 237
1:28-45
556
1:28-58
288
244, 402
1:30
1:30.31-34 535
1:31
563, 564
1:33
563
249, 548, 552,
1:34
554
1:34-5
366
1:35
312, 325, 363,
392, 536, 563,
570
1:36-7
518
1:38
308
1:28-40
259
1:39-55
241
1:40-5
559
1:40-55
501
1:41
563
63, 240, 257,
1:42
573
1:42-3
559
1:43
257, 258
1:44
257, 258, 567
1:45
257
245, 246, 249,
1:46
252, 495, 499,
502, 556, 557,
559, 566
1:46-7
560
1:49
250
1:51-55
252
1:52
573
234
1:68
2
2:1-5
2:1-7
2:1-14
2:1-16
2:2
2:4-7
2:4-8
2:5-7
2:6-7
2:7
2:8
2:8-11
2:8-14
2:10-11
2:11
2:13
2:14
2:21
2:21-35
2:22
2:22-3
2:22-4
2:22-35
2:22-36
2:23
2:24
2:25
2:25-32
2:26
2:27
2:29
2:32-34
2:33-4
2:33-5
2:34-5
2:35
2:42
2:51
384, 411, 450
412, 413, 453,
455
214, 466, 560
444
557
444
482, 503
212
458
454
334, 335, 372,
451, 454
165, 381
384
412, 413
384
525
563
123, 372
593
147
53, 55, 56,
597s, 601, 619
618
593, 604
54
621
595, 598, 603,
608
53, 618
53, 605
593, 618
605, 608
53, 605
131-135, 605,
607, 611
141s
135, 605
618
593
5, 53, 57, 138,
186s, 594, 595,
603, 605, 60810
244
504, 511
697
Indice Biblico
San Juan
1:1
1:1-14
1:12
1:14
12:25
14:10
19:25
22
541, 543, 544
384
178
123, 124
147
418
140, 145
505
Hechos
2:27
7:3
392
555
698
Romanos
9:3-5
11:33
384
92, 351, 389
I Corintios
174
1:18
87, 167
1:23
Galatas
3:29-4:7
4:3-4
4:4
4:6
214
136
171, 212, 225,
598
178
Efesios
2:14
5:5
514
384
Filipenses
2:10
134
Colosenses
2:14
Tito
2:11-13
Hebreos
7:3
307, 496
384
86, 87, 109,124,
287, 294, 566
NOMBRES BIBLICOS
104, 108, 110, 178, 208, 309,
340, 389, 394, 396, 577.
ABRAHAM 423, 513, 521, 533.
ABEDARAS 615
ABEL 309
ACAZ 171
ADAN 50, 62, 92, 95, 97, 99-100, 123,
130,171,186,188-9,239,281,286,
349, 361, 373, 376, 378-80, 390-2,
396-7, 401, 406, 482, 512, 519, 533,
536, 556, 566, 569, 579, 605
ANA 106, 179, 183, 191, 463, 557,
597, 601, 602, 606, 608, 611
APOSTOLES 139, 142, 207-8, 354, 356,
423, 495, 606
AARON
189, 192, 208, 412, 416-8
106, 165, 167, 179, 183, 190,
214, 219, 221, 335, 360, 365, 367,
370, 377, 414, 437, 440, 451, 454,
457,460,465-7,496,509,525,557,
561, 564, 574, 579, 584, 587, 596,
612
.
BALAAN
BELEN
CAIN
606
111, 114
256, 287, 309,420,434, 4445, 447-50, 547
DAVID 46, 211-2, 220, 222-3, 256,
287, 434, 443-4, 524,531, 550, 556,
579, 593, 597' 616
DEBORA 61, 111, 114
DALILA
DANIEL
EDEN
244
61, 111
301, 309, 423, 432 (figura de
Marla), 616
ELISEO 208, 616
ELIZABETH 236, 554-vease : IsABEL
EsAu 605
EGIPcfAcA (mujer)
ELIAS
40, 46, 52, 80, 93, 104, 106,
232,235,287, 297, 310-1, 315,319,
321-2, 331, 379-80, 402, 487, 495,
507, 509, 513, 515, 518, 523, 527,
530, 534, 540, 544, 547-8, 554,
569
GABRIEL
256, 597
233, 312, 360, 363, 523,
527, 557
HERODIAS 61, 111, 114
HABACUC
HERODES
178, 309, 340, 423, 597
61, 106, 111, 114, 229, 2323, 235, 237, 240-1, 244-5, 256, 259,
261, 311, 343, 495, 510, 532, 5368, 540, 548, 556
ISABEL-EVA 537
IsAIAS 46, 104, 110, 114, 171-2, 202,
211, 216, 220, 256, 270, 286-7,
362,381,387,392,444-5,448,454,
512, 523, 533, 540, 556, 597, 614,
616
ISMAEL 605
ISRAEL 61, 113, 141, 208, 242, 496,
524, 538, 557
ISAAC
ISABEL
92, 605
CENTURION (al Calvario)
49, 56, 61, 92, 95, 97, 100, 104,
109-11, 114, 127, 177-8, 186, 188189, 196, 197, 223-4, 226,229,244,
281, 317, 361, 362, 373, 376, 37980, 390-2, 394, 396-7, 401, 402,
406-9,467,469,470,479,482,492,
508, 510, 521-3, 533, 536-7, 556,
566, 569, 579
EzEQUIAS 51
EZEQUIEL 500, 510, 556, 560
EvA
JACOB 423, 597, 609
JEREMIAS 133, 178, 287,
309, 384,
523, 597
JERICO 208
699
Nombres Blblicos
JERUSALEN 45, 106, 133, 242, 557,
579, 597, 611, 613
JESE 170, 214, 215, 423
JEZABEL 61, 111, 114
JOAQUIN 434, 579, 585, 586
JoB 161
JONAS 423
JORDAN 106, 422
JosE (A. T.) 61, 309, 597
JOSE 53, 108, 110, 134, 171, 174, 176,
212, 220, 240-1, 10, 314, 321-2,
334,336,343,362,367,434-5,43742, 449, 456, 460, 465, 467' 495,
506,508,512,517,522,524-5,527528,533-5,538,540,557,564,597,
605
JosE-dudas 454, 457-8, 460s, 527
JosE-hijos 180
JOSE DE ARIMATEA 453, 456
JUAN (Evang.) 126, 141, 143-5, 147,
203, 217, 231, 321, 327, 340, 382,
479
JUAN BAUTISTA 106, 199, 210, 229,
231-9, 241, 243, 251-3, 261, 300,
309, 311, 316, 319, 416, 423, 453,
456, 461, 464-6, 520-1, 533, 537,
544, 547, 554, 556, 557, 559, 563,
605
JUDAS 180, 606
MELQUISEDEC 287, 309, 340
MIGUEL (arcangel) 210
MIQUEAS 46, 256, 287' 361, 367
MoiSEs 178, 188, 285, 302, 309-10,
340, 390, 397, 420, 423, 556, 597,
616
NABUCODONOSOR 443
NAZARETH 496-7, 606, 609
NICODEMO 606
NoE 211
PATRIARCAS, los 111-3, 262, 482,
495-6, 563
PEDRO (apost.) 142, 307, 595
PILATOS 453, 456, 606
PROFETAS, los 112, 131, 133, 242,
340, 354, 356, 434, 482, 489, 495,
563, 605-6
REBECA 61, 111, 114, 311, 469, 476,
477, 513
SALOMON 616
SAMUEL 597
SANSON 208
SANTIAGO 180
SARA 6t, 111, 114, 311, 469, 476,
477, 513
SIMEON 5, 53, 57, 106, 131-2, 135,
138-9, 141, 143, 146, 172, 177-9,
183,186,310,464,557,592-3,595,
597, 599, 601, 603, 605, 608-11,
613-4, 618-22
SION 45
SOFANIAS 54, 287
LAZARO 145, 423, 463, 464
LIA 61, 111
LUCAS 39, 55, 131, 134-5, 141, 143-4,
211, 216, 228, 233, 236, 246, 252,
382, 404, 416, 450, 453, 457-8, 513,
519, 543, 558, 561, 604, 606, 620-1
TOMAS (apost.) 140, 218, 390, 423
MANASES 554
MARCOS (Evang.) 382
MARIA MAGDALENA 58
MARTA 106, 145, 464
MATEO 106, 172, 175, 234, 320, 382,
404, 413, 416-8, 458, 465, 526, 558,
561
ZACARIAS (profeta) 95, 97-9, 133,
143-4, 287, 523
ZACARIAS 229-30, 232, 234-6, 238,
241-2, 244-5, 261, 311, 321, 459,
498, 513, 519-20, 533-4, 586, 621
ZAQUEO 106
ZEBEDEO 309
700
INDICE GRIEGO
avc'Jewno7:0"'0~ 84, 88,
&neteoy&.po~ 202, 352,
149-50, 152
396
acpfJaeala 52, 108, 326-7, 554
t1cpfJoeo~ 33, 45, 119, 480
t1xeav1:o~ 33
paatA.t"'-Y} naefJivo~. BaalA.taaa 398,
553
yeveOA.tov 123
yevvnat~ (yevv&.w) 58, 67, (90), (96),
(99), (101), (114), (123), (125),
(139), (156), 161, 162, 175, (180),
194; (195), (202), 222, (225), (231),
298, (306), (326), (327), (328),
(350), (351), (352), (370), (374),
(380), (388), (393), (402), (451),
(452), (484), 487, (491), (509), 572
yecpvea 92
yvv?] 51, 57, 59, 96, 109, 142, 147,
152
c'Jeanoi:va 553, 568, 577
c'Jt' a"'ofj~ 90, 103, 509, 530, 522,530,
553
epcp&.veta 173, 190, 355
evaVfJ(!W:ltrJGl~
lvwat~ 292
151, 298, 547, 551
eoe.,;?J 53, 56, 101, 105, (619)
emcpavela vease epifania, fJeocpavla
E(!yaa7:1}(!toV 108
evayyeA.tap6~19,288,380,487,496,
519, 529, 552
evayyeU(;ew 182-3, 496, 619
evA.oyrJpBVrJ 240
fJeoyevv1]7:wf! 615
fJeoc'J6xo~
196, 293, 298, 381, 384,
388, 613
fJeop1}7:wf! 599, 603, 615
fJeo1:6"'o~ 63, 67-71, 81, 84-8, 100-1,
106-7, 109, 112, 117, 121, 126,
129, 137, 147-9, 152, 154, 156,
176, 178, 181, 148, 194, 202, 205,
213-6, 221, 243, 254-5, 269, 272,
278, 281, 286, 288-91, 305, 307,
. 328, 344, 381-4, 386, 388, 393-4,
398, 440, 452, 466-7, 480, 485,
491, 506, 508-9, 519, 525, 529,
531, 545, 553, 565, 576, 588, 595,
599, 603, 606, 615, 622
fJeo7:6"'o~ naefJevo~ 107, 126, 3056, 328
fJeocpavla 173, 190
fJeocpoeo~ 47, 255, 551
"'afJaeala 54~. 58
"'exaf!t7:wpevn 196, 328, 402, 409,
484, 493, 500, 508-9, 518, 569
"'Of!rJ 348, 352, 440, 582
"'vela 553
xveta"'n 82, 241-2, 538
"'Vf!l07:0"'0~ 382-4
peat7:evovaa, peahn~. 240, 255, 307,
577, 591
p1}7:rJf! fJeov 553, 565, 588, 615
p1}7:rJf! naefJevo~ 107, 351, 397, 406,
467, 516, (603), 609, 615, (622)
prJ7:eonaefJivo~ 178
pv?JprJ 40, 42, 65, 67, 85, 485, 529,
612
vvpcprJ naefJivo~ 352
vvpcpo1:6"'o~ 521
ol"'ovopla (vease economia) 91, 103,
113, 125-6, 185, 254, 298
opoovalo~ 120s, 292, 305, 488
nav?]yvet~
67, 79, 100, 110, 193,
214, 288, 619
naefJevla, naefJevo~ 45, 50-1, 57,
68s, 89-90, 93, 99s, 107s, 119-20,
124-6, 138-9, 142, 145, 147, 152,
701
Indice Griego
162-3, 175s, 180, 196, 202,
271s, 279s, 282, 308, 325-7,
343-4, 348, 370, 376, 378,
396-8, 437, 441, 451, 455,
491, 507, 509, 522, 530, 553,
572s, 577, 583, 590-1, 599,
609, 612, 619
naeOevop:frcwe 615
neoOfj1:u;, neotp~7:t~ 129
238,
340,
393,
480,
570,
603,
aaexwtpo(!o~ 549-50
aaexwat~ 298, 305, 432, 547, 551
atpeayl~ (atpeaylCw) 45, (51-2),
(108), 222, 224, 343, (397), (408),
(522), (609)
(1W7:'f}(!t07:0'XO~ 382, 384
702
/
7:{ e'tnw if d A.a.A.~aw 365-7, 371,
380, 402, 407, 581, 583, 612
vn6a7:aat~
83, 116, 118, 124, 546,
549, 551, 605
xa'iee 44, 46, 121, 190, 196, 220, 226,
232, 237, 239~. 243, 258, 328, 402,
493, 500, 508-9, 514, 521, 569,
581, 583, 596, 622
xaleot~ 184, 617
X(!t(17:07:0'XO~ 88, 149, 382, 384
xwe~aaaa 'T:O'V axw(!'f}'T:OY, XW(!8t'V
1:ov axwen1:ov 184, 294, 406, 441,
521, 616, 622
INDICE DE PERSONAS
13, 405, 407,
490, 497-8, 515, 518, 544, 649
AcAcio DE BEREA 68
ACACIO DE MELITENE 10, 27, 29,
152-6, 199, 636, 658, 663, 667,
672, 678
ADONTZ 214
AGil\IOND 255
AGUSTIN 4, 13, 27, 146-7, 256, 415,
417-8, 445, 610
ALDAMA, J. A. 4, 15, 25, 28, 33, 42,
79, 98, 103, 219, 321, 334, 347,
360, 389, 399, 411, 442-3, 450,
481, 511, 523, 539, 542, 593, 604,
640.
ALES (D'), A. 17, 273-4, 625
ALONSO, J. M. 15, 57, 138-9, 144-5
ALTANER 334-5
ALTANER-CHIRAT 15, 284
ALTENDORF, H. D. 16, 369, 411
AMAND, D. 16, 79, 98, 421-2, 424-32,
517, 527, 634
AMANN, A. 16
AMANN, E. 16, 49, 70, 73, 87, 584,
586, 611
AMBROSIO 27, 585
ABRAHAM DE EFESO
AMMON
NIO)
DE
ADRIANOPOLIS (AMMO-
504, 509, 538, 621, 625-7, 630-1,
636, 640-2, 644, 646, 650-1, 655,
659, 664-5, 667, 673, 676-7, 680
vease Ps. Antlpatro
ANTONIO, eremita 562-3
APOLINAR DE LAODICEA 73, 88, 366,
481, 494
AQUILA 189
ARCADIO, Emperador 199
ARRIO 62, 73, 81, 88, 94, 96, 189,
192, 270-1, 298, 539-42, 554-5,
557-61, 563, 605
ATANASIO DE ALEJANDRIA 13, 25,
29, 55, 68-9, 71-2, 233, 247-8,
250, 285, 288, 293, 331, 335, 362,
385, 415, 453, 532, 546, 554-5,
561-5, 617, 629, 633, 647
vease Ps. Atanasio
ATTICO DE CONSTANTINOPLA 11, 6076, 86, 101, 111-2, 192, 350, 355,
377, 393, 396, 424, 624, 630, 634,
638-9, 655-6, 661, 666-7, 678
AUBERT, J. 130, 147-8
AUBINEAU, M. 4, 16, 28, 30, 157,
171-7, 180, 190, 625
AucHER, J. 369
AUER, J. B. 131
69
546
234, 303
ANDRES DE CRETA 568, 586
ANFILOQUIO DE lCONIO 13, 27, 55-6,
69, 143, 146, 176-7, 232, 333, 335,
462-6, 516, 536-7, 539, 542, 593,
595, 628, 631, 633, 647
ANONIMO 568-77, 632, 642-3, 650,
652, 659, 675-7
ANTIOCO DE PTOLEMAIDA 69, 205
ANTIPATRO DE BOSTRA 4, 10, 213,
226-40, 243, 249, 251-65, 496,
ANASTASIO DE ANTIOQUIA
ANATOLIO DE TESALONIA
F. J. 77
0. 15-6, 38,
64, 68-9, 77-9, 82, 130-1,
153, 156-7, 171, 177, 190,
227-8, 234, 272, 278, 284-5,
335, 399, 446, 469, 481, 49~
578, 584-6, 596, 600, 610-1
BARDY, G. 156-7, 228
BARONIO 546
BARRE, H. 3, 16, 25-6
BACCHUS,
BARDENHEWER,
50,
137,
199,
300,
513,
BASILIO EL GRANDE (MAGNO)
173,
411, 419, 539-40
703
Indice de Personas
BASILIO DE CESAREA
13, 398, 421,
542, 633
11, 29, 57,
71, 144, 149, 231, 260, 283-308,
' 332, 351, 376, 407, 422, 427, 443
496, 504, 537, 576, 591, 625, 636,
639-41, 650, 658, 662, 664, 667-8,
674, 676, 678
BATIFFOL, P. 16, 284, 300
BAUER, F. X. 16, 76-8, 80, 82, 95,
512
BAUMSTARK, A. 16, 297
BAUR, CHR. 16, 369, 371, 373, 481
BENOiT, P. 16
BESUTTI, G. M. 15, 34
BICKERSTETH, E. 617, 621
BIGOT, L. 445
BIRDSALL, J. M. 16, 217, 234
BOTTE, B. 16, 219, 355, 414-5
BouHoT, J. P. 16, 25
BREHIER, L. 16, 330
BRIERE, M. 16, 59, 60, 63, 74, 624
BucHHEIT, V. 16
BUDGE, E. A. w. 16, 29, 79, 114-6,
120, 217, 219, 557, 562, 564
BuRGHARDT, W. J. 16, 33
BASILIO DE SELEUCIA
16, 414, 497-8
17, 39, 69, 88, 277,
CAMELOT, TH.
302, 488
94, 97
15
CAPELLE, B. 47-8, 64, 211-9, 452-7,
461-6, 532, 535-6, 628
CAPPELLI, A. 15, 83-4, 96, 101, 118
CARO, R. 3-6, 568
CARTER, R. E. 4
CASSIANO 150, 415
CAVE 227
CECHETTI, P. I. 405
CEILLIER, R. 584
CELESTINO, Papa 84, 88, 149, 270-1
CESAR AUGUSTO 443-4, 449, 496
CESAR TIBERIO 444
CHABOT, J. B. 115
CHARLIER, N. 147
CANART, MGR.
CANART-PERI,
704
199
4, 11, 13, 24.
27, 29, 59, 67-71, 83-4, 86, 88,
103, 118, 121, 128-55, 157-8, 161,
183,'1 191, 196, 199-201, 203, 231,
233, 252, 269-83, 291, 304, 343,
362-8, 370, 377, 381, 386-7, 396,
433, 466, 572, 575-6, 582-3, 588,
590-2, 596, 599, 624, 635-6, 638,
646-8, 650-1, 657, 660-1, 666-7,
672, 675-6, 680-3
CIRILO DE EscrTOPOLIS 13, 39, 48,
210, 227
CIRILlO DE JERUSALEN 29, 48, 55,
231, 233, 445, 557, 596-9, 630,
646-7
CLEMENTE, mdrtir 295
CLEMENTE DE ALEJANDRIA 414
COLOMBO, C. 32
CoMBEFis 96, 158, 164, 170-1, 1767, 186-7, 215, 285, 288, 308, 341,
511, 523, 526, 596, 604, 610, 631
CONYBEARE, F. 17, 48, 214, 234, 468
COTTAS, V. 331
COUROYER, B. 501
CRAMER, J. A. 15, 246-50
CRISIPO DE JERUSALEN 11, 43, 47-8,
210-26, 232-3, 337, 433, 481, 4836, 488-91, 493-4, 498-500, 503-4,
506, 516-8, 590, 628, 632-3, 636-7,
640-1, 649, 651-2, 662, 668, 673,
680
CRISOLOGO, Pedro 27
CRISOSTOMO, J. 3-4, 13, 25, 27-9,
55, .59, 65, 69-70, 97, 103, 111,
122, 127-8, 144-5, 166, 173, 181,
192, 199, 201, 230-1, 233-5, 260,
285, 293, 309, 331-335, 337, 347,
359-80, 385-6, 388-421, 433-52,
481, 511-2, 517, 523, 539, 568,
593, 595, 617, 620-1, 628, 647
CIRILO DE ALEJANDRIA
uease Ps. Basilio de Cesarea
CABROL, D.
CIRIACO DE EMESA
uease .Ps. Cris6stomo
76-7, 277
13, 59, 66-7, 87,
227, 599, 624
DALMACIO
DAMASCENO, JUAN
Indice de Personas
DAMAso, Papa 13, 72
DEClO 276
DEL FABRO, D. 17, 26, 28, 31, 39,
71, 78, 153, 157, 177, 199, 211,
243, 246, 251, 273, 285, 331, 481,
512, 624-6, 630
DELIUS, W. 17, 28, 33
DEMETRIO DE ANTIOQUIA 562
DEVREESSE, R. 339, 578, 587
DIAZ DE SANTILLANA, G. 77
DIDIMO EL CIEGO 565
DIEKAMP, F. 121, 285
DIERAND, G. M. DE 147
DILLMAN, A. 157
DINDORF, G. 578
DIODORO DE T ARSO 88, 128
DIOGENES DE CIZICO 303
DIOSCORO DE ALEJANDRIA 205, 283
290, 302-4
DoLGER, A. J. 290
DosiTEO DE JERUSALEN 596
DRASECKE, J. 481, 494
DucHESNE, L. 204, 414
Du MANOIR, H. 17, 144
DuPIN, E. 78, 593, 596
EBERLE, A. 17, 144
EFREM 24, 49, 173, 331-2, 347, 34951, 445, 568
EHRHARD, A. 17, 26, 129, 177, 230,
280, 481, 511, 596, 604, 610, 617
ELEAZAR mdrtir 218
ELLERO, G. M. 17, 219, 253
ELVIDIO 336, 465
EMEREU, C. 332, 349-50
EPIFANIO DE CHlPRE 24, 28, 157,
233, 334-5, 337, 418-9, 458, 464-5,
578, 584-6, 588
vease Ps. Epifanio
ERECTHEIO DE ANTIOQUIA DE PISIDIA 11, 205-10, 424, 426, 432-3,
636, 658, 667, 672
EscoLASTico 150
EsQUERDA, J. 17, 130
ESTEBAN, S. 300
ETERIA 55, 414, 598
EUDOXIA 69
EunoxiO 248
EUNOMIO 88, 94, 96, 390-1, 397, 656
EURINGER S. 17, 157, 181
EusEBIO DE CESAREA 183, 227, 247,
387, 445, 585
EusEBIO DE DoRILEA 303, 387
EUTIMIO 210, 227
FABRICIUS 227-8, 288, 584, 617
FELIPE, presbltero 275
FELIX, papa 67
FENNER, F. 17, 285, 301
FESSLER, J. 78, 199, 578, 584
FILON 585
FIRMO DE CESAREA 13, 181
FLAVIANO 77, 283, 302-4
FLETCHER, R. A. 17, 28, 43, 48,
60, 218, 228, 235, 243, 285, 333,
350, 544, 558
FociO 562
FoTINo 62, 73, 158-9, 161-3, 173,
657
FRITZ, G. 76-9, 82 .
FRONTON-LE-Duc 211, 215, 224-5,
370, 442, 446
GALLARD 481
GALLUS, T. 50
GAMBER, K. 17
GARNIER 83
GEENENS, G. 17, 27, 33
GENADIO 284
GERMAN DE CONSTANTINOPLA 399,
404, 579
GERONCIO DE SELEUCIA 284
GIAMBERARDINI, G. 17, 33, 48, 150,
415
GIANNELLI, C. 523
GILA, A. M.17, 27, 44,369,419,450
GonET, P. 150, 284-285
GRAEF, H. 17, 25, 33
GREGOIRE, DoM. R. 4, 18, 2278, 255
GREGORIO EL TAUII!ATURGO 29, 3234, 332, 338, 353, 360, 369-70,
398-9, 468, 81, 494, 511, 512,
593, 595
vease Ps. Taumaturgo
705
Indice de Personas
GREGORIO DE CESAREA
GREGORIO NAZIANCENO
593
71,428, 433,
543, 596
604
29, 71, 247, 281,
323,419,468,539,542,600,647
uease Ps. Nisseno
GRILLMEIER, A. 18, 183
GREGORIO DE NICOMEDIA
GREGORIO DE NISSA
F. 15, 26, 617
283
HARLES 617
HEFELE-LECLERCQ 15, 70
HEPAESION astr6logo 436
HERACLIDAS 77
HALKIN,
483, 494, 497-8, 511-2, 515, 520,
523, 526
JuLIANO, emperador 42
JuLIO, ·Papa 67
JussEN, K. 18, 39
JusT, CHR. 18
JUSTINIANO 191, 234, 415
JUSTINO 564, 683
JUVENAL DE JERUSALEN 13, 39, 48,
214, 218
HARDOUIN
4, 11, 3959, 82, 85, 107, 166, 173, 182,
210, 216, 218, 231-2, 238, 433,
487, 489-91, 498, 507, 520, 530,
592, 634-5, 640-2, 646-8, 651-5,
661-9, 673, 677, 680-1, 683
HICKEY, D. F. 218
HILARIO DE PoiTIERS 334-5, 337
HIPOLITO DE ROMA 13, 445-7
HOLL, K. 18, 177, 542, 600
HOLSTEIN, L. 380, 452, 455
HOLSTEN 100
HoNIGMANN, E. 18, 276, 284
HESIQUIO DE JERUSALEN
283
98
24, 183, 334, 417, 445, 683
EL PELUSIOTA 248, 445
!BAS DE EDESSA
!NGLISIAN, P.
lRENEO
lSIDORO
F. M. 18, 33, 48, 218-9, 253
13, 27, 173, 335-6, 417-8,
445-8, 465, 585
JOUASSARD, G. 18, 24, 33, 129, 137,
139-44, 147, 173, 271
J OVINIANO 465
JUAN DE ANTIOQUIA 88, 149, 151,
153-4, 199, 210, 277-8
JUAN DE EUBEA 13, 586
JUGIE, M. 18, 26, 48, 64, 82, 157,
171, 173, 177, 187, 189, 192-3,
210-1, 213-5, 218-9, 224-5, 227-8,
232, 243, 252-3, 255, 261, 264,
273-5, 288, 369, 399, 404-5, 481
JELLY,
JERONIMO
706
KEKELIDZE
214
445
A. 18, 78
KLUGE, T. 18, 414
KoEHLER, T. 4, 34
KREUZ, A. 285
KUHN, K. H. 19, 253
KENNEDY, J. H.
KIRPITZCHNIKOW,
LAGARDE, P. DE
LAGRANGE,
M.
LAMBECIUS
617
LAMPE, G.
w.
LAMY
J.
585
416-7
15
331
33, 49, 195
19, 39-41, 77-9, 228,
232, 236, 308-9, 312-20, 323-4,
330-1, 336, 340-1, 400, 455, 4689, 471, 476, 478-81, 486-8, 491,
494, 506, 512, 515, 519, 523,
525-8, 530, 626
LAURENTIN, R. 6, 15, 19, 32, 34,
49, 59, 71, 78-9, 131, 157, 181,
195, 228, 243, 254, 285, 288,
369, 389, 443, 450, 453, 481, 512,
523, 532, 539-42, 546, 578-9, 582,
586-7, 591, 593, 596, 600, 604,
610-1
LAURES, B. 227-8
LEBON, J. 19, 59-60, 63, 66-8, 71,
74, 147
LECLERCQ, J. 15, 19, 70, 341
LEFORT, L. Th. 19, 554-5, 558, 562
LEON, Papa 27, 302-3
LEoN I, Emperador 227, 284
LEONCIO DE BYZANCIO 121
LE QUIEN, M. 15, 69, 199-200, 205
LEROY, F. 19, 34, 59, 71, 77-9, 82,
LANGEVIN, B. E.
LA PlANA, G.
Indice de Personas
85, 94, 97-8, 100-1, 103, 106, 111,
114-5, 122, 127-8, 295, 309 31224 328, 330, 332-3, 335-9, 347,
350, 353-4, 360, 389, 398-9, 403-4,
422, 428, 433-4, 436-8, 440, 461,
469, 481, 483, 486, 494-7, 506,
512-3, 515, 523, 539, 542, 604, 626
LIEBAERT, J. 19
LIPOMANO 454
LLORCA, B. 42, 489
LOOFS, F. 19, 81, 83, 284, 285,
399, 635
Low, G. 414-5
MAAS,
P. 19, 78, 288, 279, 301, 341,
436
511-2
62, 73, 94, 96-7
MAHE, J. 19, 128-30
MAl, A. 148, 228
MAKARIOS CHRYSOKEPHALOS 249
MANSI, J. D. 15
MARCELO DE GALACIA (ANCIRA) 62,
73
MARCIANO, general 283
MARCION 605
MARINIANO DE SIANDE 303
MARTIN Ch. 3, 19, 40, 46-7, 52,
115-7, 121-3, 125, 153, 359-60,
364, 366, 368-70, 381, 578, 582,
588, 630
MARTIN, J. P. 353
MARX, B. 19, 28, 76-9, 101, 285,
288-95, 297-300, 320, 330-1, 336,
339-40, 360, 369, 373-4, 377, 381,
385-6, 389, 393-6, 399, 405, 411,
429, 439, 443, 453, 455, 457, 45962, 494, 512, 515, 517' 523, 528-9,
532, 535-7, 539, 542-3, 593, 604,
625-6
MATEOS 42, 550
MAURICio, Emperador 218
MAXIMIANO 76, 153, 199, 273
MENDIETA, A. 399
MERCATI, s. G. 20, 347-51, 410, 436
METODIO DE 0LIIIIPO 29, 55, 341,
610, 614, 64 7
MACARIO DE FILADELFIA
MACEDONIO
vease Ps. Metodio
137
J. 380
MILTNER, F. 276
MoNSEGU, B. 33
MoNTAGNA, D. 3, 20, 26, 31, 130,
399, 468-9, 471, 476, 481, 494,
511-2, 523, 529, 532, 539, 546,
593, 640, 649, 651-2
MoNTFAUCON 239-40, 359, 370, 389,
410, 512, 538, 592, 596, 598-9,
604, 617
MoRELL 398
MoRIN, D. G. 20, 25, 35, 418
MORONI 69
Moss, C. 20, 114, 122-3
MouBARAc, Y. 20, 276
MULLER, A. 24, 280, 282
MUYLDERMANS, J. 273
MIGUEL EL SIRIO
MILL,
J. 228
F. 20, 205-6, 208
NESTORIO (nestorianismo) 13, 24,
52, 70, 73, 76-7, 80-9, 94, 96, 101,
116-8, 124-5, 128, 149, 151-8, 162,
166-8, 179, 181, 189, 192-4, 199,
202, 204, 270-2, 274-7, 284, 291,
293, 298, 303, 384-7, 426-7, 431,
448,515,599,605,629,631,634-6,
655-7, 669, 664
NEWMAN, J. 144, 373
NEYRON, G. 20
NASRALLAH,
NAU,
NICEFORO
l
DE
CONSTANTINOPLA
14, 177, 627
76, 121
14, 131, 135,
228-30, 237-8, 243, 245-6, 248-51,
626
NIFON 568, 570, 575, 629, 631, 637,
643-5, 677
.
NILO, Abad 183
NILO DE ANCIRA 206, 208, 334-5
NICEFORO CALIXTO
NICETAS DE HERACLEA
NINFO (cf. NIFON)
20
20, 568, 570, 572
NoRDEN, E. 20, 332, 348-50, 400
OBERG, E. 333
NocENT,
A.
NoRDBERG, H.
707
Indice de Personas
F. 20, 399-401, 404-5, 579
303
0PTAT0 DE MILETO 418
0RIGENES 5, 14, 57, 147, 170, 188-9,
191-2, 233, 246-8, 251, 281, 416-9,
445,585,595-6,603,622,626,667,
681-2
ORTIZ DE URBINA, I. 20, 30, 32-3,
71-3, 77, 125, 153, 217, 257, 356,
387, 579, 624
0UDIN, C. 227, 579, 584
OGARA,
0NESIFORO DE ICONIO
11, 29, 101, 150-1,
199-205, 636, 639, 658, 661, 663,
667-8, 672, 678
PABLO DE SAMOSATA 62, 73
PACOMIO 562-3
PANAYIR DAGH 276
PARAMELLE, p. 98
PAULINO DE ANTIOQUIA 72
PAULINO DE NOLA 14, 146
PAYNE SMITH, R. 20, 130-2, 134,
136-7, 139
PEDRO DE ALEJANDRIA 419, 423
PEDRO DE LAODICEA 131, 249-50
PELTAN, T. 285
PEREIA, E. 80
PETAU 578, 584
PHILIPPS, G. 32
PHILOGONIO 166
PITRA, J. B. 177, 360, 398, 399
PoDECHARD E. (Melanges) 129
PoMPEIANO DE EMESA 199
PREUSCHEN, E. 371
PROCLO DE CIZICO 71, 80, 116
PROCLO DE CONSTANTINOPLA 4, 11,
29, 34, 48, 59-60, 64, 66-7, 71-2,
76-128, 137-8, 155, 161, 163, 168,
170, 173-4, 182, 196, 203, 205,
216, 220, 233-4, 256, 260, 262-4,
271-3, 278, 285, 288-99, 305-6,
308-44, 349-51, 356, 360, 362-4,
366, 369-70, 373-7, 379, 381, 3857, 389, 393-6, 398-9, 405-8, 410,
422,426-31,433,438-43,453,45861, 469, 481, 487, 490, 494, 499,
504, 511-2, 515-6, 521, 525, 528-9,
PABLO DE EMESA
708
532, 537, 543, 572,575,594,625-8,
631,634-6,638,640-2,651-2,655-9,
661-2, 665-7, 669, 672-6, 679, 683
vease Ps. Proclo
Ps. AGUSTIN 3
Ps. ANASTASIO EL SINAITA 98
Ps. ANTIPATRO 241-55, 633, 642-4,
653-4, 663-6, 671, 673-4, 678, 683
Ps. ATANASIO 27, 331, 334-6
- - I 183, 363-5, 368, 377, 380-8,
392, 426, 629-31, 635, 638-9, 642,
645, 657, 662, 665, 668, 672, 680
- - I I 263, 452-67, 535-6, 564,
628, 632-3, 638-40, 642, 646, 6534, 670, 673, 676, 678
- - III 233, 263, 528-9, 532-8,
628, 631, 633, 644-5, 650, 653-4
663-5, 669, 676, 678
- - I V 545-54, 602, 631, 633, 637,
642-4, 646, 659, 662, 664-7, 669,
673-4, 677' 683
- - v 263, 554-67, 629, 632-3,
644, 650-1, 653-5, 666-7, 673, 678
- - V I 604-10, 617, 629, 646, 648,
650-2, 659, 668-9, 672, 675, 678,
680, 682
Ps. BASILIO DE CESAREA 4, 112,
421-33, 652, 659, 661, 664, 666,
668, 673, 675, 678
Ps. CIRILO DE ALEJANDRIA 13
Ps. CIRILo DE JERUSALEN 12, 14,
608, 629, 637, 646-8, 659, 669, 672,
680-1
Ps. CRISIPO 659
Ps. CRISOSTOMO 12, 14, 234-5, 238,
290, 363-5, 385, 391-2, 394-5, 4101, 426, 433, 459-61, 465-6, 528-9,
582-3
Ps. CRISOSTOMO I 347-53, 355, 633,
638-9, 653, 655; 667, 673
- - I I 350, 359-80, 382, 385, 391,
394, 407, 426, 433, 452, 628, 631,
634, 638, 650, 655-6, 662, 664,
668-9, 673, 676, 679
- - III 350, 363-4, 388-98, 426,
634, 651, 655-6, 662, 664-5, 668-9,
672, 678
Indice de Personas
-
- IV 351, 398-410, 433, 580,
582, 588, 628, 632, 636-7, 640
650-2, 659, 668, 673, 675-6, 678
- - v 28, 331, 410-21, 433, 629,
632-3, 638-9, 650-1, 653-5, 663,
668, 670, 672, 678
- - VI 433-42, 466, 632, 634, 640,
646, 651, 659, 667, 670, 673, 680
- - VII 4, 442-52, 628, 634, 653,
655, 667, 672, 678
- - V I I I 4, 523-31, 537, 564, 631,
633, 638-9, 642-4, 646, 651, 659,
664-5, 668, 670-1, 673-4, 680
- - IX 4, 252-3, 383, 385, 53845, 629, 633, 642-3, 645, 650,
653-4, 661-4, 666-7, 673, 679
- - X 592-6, 608, 632-3, 646-9,
653-4, 667-8, 672, 678, 680-1
- - XI 617-22, 628, 632-3, 646-8,
650-1, 653-4, 667, 672, 678, 680-1
Ps. DEMETRIO DE ANTIOQUIA 14
Ps. EPIFANIO 12, 14, 356, 433, 43940, 578-91, 629, 632, 637, 640-1,
650-2, 659, 667, 669-70, 675, 677
Ps. GREGORIO EL TAUMATURGO uease
Ps. Taumaturgo
Ps. METomo 4, 12, 433, 602, 610-7,
629, 633, 646, 648, 650-2, 659,
668-9, 672, 674, 676-7, 680-1
Ps. NISSENO 12, 323-4, 329-337,
468-90, 483, 486-8, 490, 496, 498,
503, 600-3, 608, 613, 629, 632-3,
637' 642-44 646, 648, 650, 65960, 664-5, 667, 669, 671-3, 67880, 682
Ps. PROCLO 72, 263, 308-44, 356,
424, 428, 433, 436, 465, 470-1,
475-9, 486, 490, 496, 502-3, 505,
511,515,528,564,586,626,632-3,
639, 642-4, 646, 650-2, 668, 670,
673-6, 679-80
Ps. TAUMATURGO 4, 12, 324-30, 337,
470-1, 496, 506, 544, 673
- - I 263, 353-9, 520, 632-3, 638-9,
650-4, 663, 667, 675, 680, 683
- - I I 469, 476-80, 481-493, 498,
515,520,530,629,632,637,642-3,
646, 650, 659, 664-5, 668, 673-5,
678-9, 680
- - III 263, 493-511, 626, 629,
633, 642-5, 650, 659, 663-5, 667
671, 673, 675, 679, 683
- - IV 439, 460, 511-22, 526-7,
530, 543-4, 628, 631-2, 636, 642-5,
650-1, 654, 659, 663-5, 667, 670,
680
Ps. TEODOTO 176-87, 632, 635, 638,
646-8, 651, 657, 659, 667, 670,
672-6, 679-81
Ps. TITO DE BosTRA 131
PuEcH, A. 399
PULQUERIA 69, 341
PusEY 147
QUASTEN, J. 15, 39, 50, 60, 69, 77-9,
128, 130-1, 201, 233, 284-5, 290,
370, 418, 448, 450, 462, 561-2,
565, 578, 600, 621
RABATH, A. 360
RADO, P. 20, 398, 405
RAES, A. 457
RAUER, M. 20, 246.
RENOUX, A. 20, 598
RICCARDO, V. (o RICCARDUS, RICHARD) 20, 80, 94, 100, 103, 111,
494
RICHARD, M. 20, 30, 83-4, 118, 124,
432
RocHETTI, M. 497
RoMANos EL MELODO 297, 301,
333, 445, 497, 601
RoscHINI, G. 49, 195
Rossi, F. 20, 554, 564
RossiNI, R. 33, 48
RoUILLARD, P. 218
ROWLEY, H. H. 445
RucKER, A. 20, 131, 139
!;tUCKER, J. 21, 278
RuDBERG, S. Y. 20, 421, 430, 431
RUFINO DE AQUILEIA 335
RuFo, J. 284
SABELIO 62, 73, 605
SAUGET, J. M. 21, 115, 217, 234,
273, 338
709
Indice de Personas
370, 388, 398, 442, 452, 523,
538, 592, 617
SCHWARTZ, E. 15, 21, 76, 79, 82-4,
86, 106, 129-30, 153, 156, 158,
164, 168, 200, 203, 272-4, 281-2,
370, 624
SEVERIANO DE GABALA 14, 27, 44,
69, 234, 350, 360, 369, 410, 419,
421, 443, 450-1, 593-4, 628, 634
SEVERO DE ANTIOQUIA 59, 83, 118,
181, 216-7, 362, 411, 419
SEVERO DE SINODON 181
SICKENBERGER,J. 21,228,233,246,
249-50
SIGALAS, A. 21, 47, 210-1, 213, 215,
220, 222, 224, 232-3, 246
SIMONS, J. 21
SISSINIO 76
SMITH, LEWIS 217, 219
SocRATEs 14, 59, 76
SoJDAK, J. 469
StiLL, G. 33, 49, 195
SozoMENO 14
SPEDALIERI, Fr. 21, 33
STRUVE-HARKER, R. 21, 25
STRYCKER, E. 21, 49,. 191, 418-9
517' 527' 564, 586
SumAs 621
Sumo 454
SAVILE
TEGELS, A.
48
14, 181, 283,
290,302,387,410,419,445-8,450
TEODORO DE MOPSUESTIA 14, 88,
128, 153, 210, 213, 339
TEoDosio II, Emperador 69, 273,
276,283
TEODOSIO DE ALEJANDRIA 253
TEODOTO DE ANCIRA 11, 14, 27, 29,
55, 78, 104, 106-7, 156-97, 203,
208, 231-2, 264, 291, 384, 394,
424, 433, 439, 441, 487, 504, 517,
530, 592, 598, 608, 625, 627, 62931, 634-6, 637-40, 650, 655-, 657,
659, 661-2, 665, 667-8, 670-6,
678, 680
vease Ps. Teodoto
TEODORETO DE CIRO
710
TEOFANES EL CONFESOR
TEOFILO DE ALEJANDRIA
39, 82, 85
69-71, 128,
201, 233, 565
281, 334
TILLEMONT, M. 78, 274, 278, 284,
288, 320, 330, 368, 370, 442, 584
TIMOTEO DE ANTIOQUIA 461, 465-6,
537, 628, 631-2
TIMOTEO ELURO 59, 284, 362
TIMOTEO DE JERUSALEN 453, 461,
464-6, 532, 535
TITO DE BOSTRA 233, 246-7, 249-51,
626
ToMAS AQUINAS, Catena Aurea 230,
246, 248, 250
TONIOLO, E. 4, 26, 421-2, 514, 526,
538, 568, 570-1, 574-5
TONNEAU, R. 21, 131, 137, 139
TRICALET 584
TRoMBELLI, J. Chr. 227, 255
TRYPANIS, c. A. 21, 216, 285, 333,
350
TERTULIANO
21, 247-9
21, 42, 150, 201, 210,
213, 227-8, 243, 497
VAN ESBROECK, M. 21
VAN RoEY 21, 86
VASSALLI, G. 21, 129-30, 136-7, 147,
184, 200-1
VERSCHAFFEL, C. 59
VicTOR, Presbitero 247, 250
VILLIEU' A. 497
VIRGILIO 189-90
VITAL DE ANTIOQUIA 69
VoGT, A. 331
VONA, C. 22, 32, 228, 230-1, 234,
241, 243, 246-51, 253
VoN LEMON 564
VAGAGGINI; C.
VAILHE,
s.
3, 22, 39, 58, 85, 369,
411, 481, 540, 610, 614
WEYER, J. 22
WILMART, D. A. 3, 22, 418
WRIGHT, W. 217
WENGER, A.
ZARBHANALEAN
ZELLINGER, J.
98
22, 369, 411, 593
INDICE DE MA TERIAS
ACADEMIA MARIANA lNTERNACIONAL
EN ROMA
32
vease NoMBRES BIBLICOS
49-50, 97, 191, 281, 361,
373, 376, 391-2, '401, 533, 536, 556
ADOPCION (divina) 123, 360, 364
ADAPERIENS VULVAM Vease Lc. 2,
23; 597, 603, 605, 609, 668-9
ADVIENTO 243, 253, 261, 264, 497,
520
AGOSTO 15 41-3, 47-8, 213-6, 218-9,
520, 641, 646, 649
AKATHISTOS 301, 333
ALABANZAS (a Marfa) 33, 47, 53,
61, 105, 109, 111, 183, 211, 221,
226, 238-9, 256-9, 261-2, 265, 286,
307, 324, 328, 354, 399, 401-3,
431, 434, 475, 482, 495, 502, 508,
514, 523, 525, 531, 548, 556, 560,
566, 569-73, 575, 579, 609, 616,
642, 644-5, 649s, 660, 674-7, 680,
683 ; Vease CHAIRETISMOI
ADAN
ADAN-EVA
ALEJANDRIA
-
escue~ 2~
43, 97, 14~ 191, 56~
635, 651-2
iglesia 25, 128, 137, 147, 199, 200,
273, 284, 415, 556, 561, 629
liturgia 150
sfnodo 72
alejandrinofa 55, 69, 126, 183,
191, 201, 205, 20~ 209, 251, 290,
292, 297, 303, 377, 418-9, 426-7,
431, 562, 565, 633, 647, 658-9, 670
ANTIOQUfA
- escuela 24, 43, 73, 85, 105, 167,
204, 209, 264, 292, 297, 299s, 372,
' 418, 450, 608, 635, 653, 657
- iglesia 617, 621, 629
- liturgia 201
- sfnodo 199
- antioquenofa 62, 72 (antioquenismo), 277, 366, 376, 384, 386-7,
394-5, 419, 427, 450, 479, 505,
620, 658-9, 660
ANUNCIACION
- festividad liturgica 4, 29, 42, 213,
253, 261, 284-5, 301, 323, 405-7,
436-7, 466, 475, 478, 486, 490,
493, 507, 511-5, 519, 523-30, 538~
543s, 545s, 550s, 553, 568s, 574s,
584, 587, 599, 619, 628-9, 631-3,
636-7, 639, 641-2, 642s, 649-51,
663, 665, 667, 671, 673, 682
- escena evangelica (vease Lc. 1, 2638)
- dialogo de Dios con el angel 319,
513s, 526s, 539
- dialogo del angel con Marla
229s, 235s, 241, 243, 287, 294,
306, 311, 320-1, 323, 336, 380,
407, 469, 482, 486-7, 494-5,
508s, 512-4, 518-20, 523-5, 533s,
539s, 547s, 552s, 556, 559, 563s
569s, 644
- temor de Marla (vease MARIA turbacion) 241, 469, 494,
535, 53~ 54~ 556, 565
- concepcion por el ofdo (vease
&' a~ofjr;;) 90, 184, 388, 395,
515, 528, 556, 566, 665, 669
- fiat 244, 287, 308, 545, 553,
567, 666, 675
- dialogo del angel con Jose 320-1,
524s
APOLINAR, APOLINARISMO 62, 72-4,
88, 366, 369, 391, 4 79, 481, 494,
541, 599
APOSTOLES 139, 142, 207-8, 354,
356, 423, 495, 606
APOCRIFOS 27, 49, 191, 217, 219,
711
Indice de Materias
262, 418, 437, 439, 441, 467, 518,
564, 567, 670-1, 682
ARRIO, ARRIANO/A, ARRIANISMO 43,
62, 73, 81, 88, 94, 128, 160, 189,
192, 270-1, 298, 368-9, 416, 426,
539-43, 554-5, 557-61, 562s, 594,
605, 660
AsuNCION (de Marta) 255, 357, 496,
554, 683
ATHOS (monte) 39, 570, 575, 631
AVE MARIA 552, 554
BENEDICTUS
vease Lc 1 :68
(Concilio 451) 77, 124,
213, 273, 283, 290, 303-4, 488,
505, 549, 551, 607-8, 647, 657
calcedonense 290, 588, 607, 654, 659,
673
CANDIDIANO ( leyenda) 277
CALCEDONIA
CAPADOCIA
- iglesia 191, 210, 465, 629, 645,
650-1
- escuela retOrica 24-5, 27, 220, 233,
440, 653
- liturgia 173, 435, 639, 646-7, 649,
652
CAPTATIO BENEVOLENTIAE 313, 371,
429, 580-1
CARTAGO 147, 418-9
CHAIRETISMOI
(vease ALABANZAS)
217, 239, 258-9, 403-4, 476-7, 486,
489, 491, 503, 514, 531, 567, 571,
573, 576, 613
CIRCUNCISION 130, 135, 295, 594,
605, 648
COMADRONA (0 PARTERA) 418, 420,
448, 457-8, 467, 670
CONCEPCION INMACULADA 50, 52, 94,
239, 492, 682
CONCEPCION POR EL OIDO (vease
ANUNCIACION)
45, 56, 61, 63,
80 90s, 189, 201, 208-9, 212, 222,
244,257,286,306,308,310-2,321,
336,348,354,365,390-1,408,422,
430s,434,451s,458,467,470,513,
522, 524, 527, 530-1, 538, 540,
CONCEPCION VIRGINAL
712
556, 559, 576, 586, 590, 593-4,
599, 603, 60~ 611, 62~ 63~ 655,
664-5, 667, 671, 678
CoNSTANTINOPLA
- iglesia 59, 69, 76s, 82, 128,
201, 206, 274-5, 277-8, 290,
303, 377, 385, 387, 626, 640,
671
- liturgia 65, 80, 102, 205-6,
289, 291, 649, 652
- Concilio I (381) 72-3
- Concilio II (553) 565, 588
- constantinopolitanofa 217,
293, 304, 339, 427
150,
302,
651,
I
216,
283,
CRISTO
- bautismo 233, 331, 422-3, 593
- cordero de Dios 361
- Dios y hombre 5, 24, 40, 46, 60-1,
63, 73-4, 80-1, 86-7, 89, 92, 94-5,
101-2, 111-2, 116-7, 120, 123-4,
133, 148, 154, 159-60, 162, 164-5,
169-71, 174-5, 177-9, 184, 187-9,
194, 200, 202-3, 205-7, 211-2,
229, 241, 286-7, 292, 305-6, 311-2,
354,360-2,364,368,370,373,381,
383, 385, 389, 402, 409, 422, 426,
432, 434, 437, 455, 470, 476, 479,
482,495,501, 505, 510, 540-1, 5468 551, 557, 563, 566, 569, 572-3,
580, 584, 593, 605-7, 612-4, 616
- divinidad 23, 42-3, 105, 117, 126,
140, 163, 175-6, 201, 207, 222,
350,353,355,368,375,378,383-4,
388-9, 397, 399, 406-7, 423, 425-6,
431, 434, 464, 488, 493, 516, 541,
543-4, 555, 558-9, 563-6, 610, 618,
654, 657-7, 662, 667, 675
- esposo de la Iglesia 236, 242, 261
- generacion eternal107, 110, 374-5,
377-8, 397, 411-2, 416, 426, 431,
454, 530, 541, 544, 564, 654, 657'
660, 662
- generacion temporal y eternal (doble
generacion) 107, 110, 117-8, 123-5,
129, 155-6, 159-61, 169, 171, 175,
201-2, 243, 260, 350, 361, 365-6,
369-70, 374, 378, 389, 391, 393,
Indice de Materias
397, 408, 421, 425, 431, 524, 531,
541, 544, 613, 655-9
- gracia 172, 179, 191, 564
- hermanos de Jesus 180, 670 ; vease
JOSE (NOMBRES BI13LICOS)
- Hijo de Dios 53, 101-2, 104, 131,
133, 154, 159, 192, 207, 212, 270,
312, 391, 434, 470, 482, 524, 531,
540, 546-7, 557, 565, 654
- hijo unigenito 49, 154, 278, 361,
374-5, 379, 397, 454, 563, 579,
583, 587' 654, 656
- hijo y esposo de Marla 270, 540
- humanidad 80, 88, 105, 353, 389,
406, 425, 460, 464, 488, 493, 541,
658
- meslas 134, 179, 533, 601, 605
- milagros 41, 63, 116, 206, 208,
425
- misterio 411, 413, 495, 601-2
- naturalezas
- diversidad 88, 118, 123-5, 162,
166-7, 203-5, 207, 210, 270,
292, 304-6, 320, 381, 391, 425,
472, 540s, 546, 569, 605, 613-4,
656-8, 662
- unidad 124, 165, 167, 350, 386,
658
- Nino 44, 46, 49, 105, 111, 158,
171, 179, 182, 287' 297' 301, 360,
374, 382, 449-51, 500, 597-9, 601,
604-6, 618
- obras(las) 41, 75, 119, 166, 188,
223-4, 295, 492, 495
- pasibilidad 367, 417
- persona 24, 62, 119, 125, 144, 204,
220, 416, 607, 635, 648, 657, 659,
675
- pontlfice 117, 287
- pobreza 53, 61, 165-6, 362, 618 ;
Dease PESEBRE
- Redentor 23, 58, 62, 65, 74, 90-1,
102, 119 (muerte del), 133-4, 148,
176, 189, 192, 196, 218, 226, 229,
238, 270, 279, 287, 308, 342, 495,
509, 597, 639, 674
- reinado 178
- Rey 212, 226, 360, 417, 470, 472,
550, 553, 557, 572
- salvador 40, 106, 133, 196, 242,
287, 311, 381, 384, 494, 509, 547,
569, 616, 618, 674
- santidad 4 70
- soberanla 206
- sujeci6n 130, 134
- templo 156, 292, 368-9, 376, 378-9,
427
- triunfador del demonio 226
CuARESMA 116, 119, 137, 232, 565,
598, 636
62, 72, 171, 176, 212, 225-6,
269, 279, 311, 317, 321, 339, 342,
349, 351, 354, 380, 382, 454, 467,
496, 504, 512, 518, 569, 576, 673
Dxos
- bondad 178, 212
- compasi6n 283
- conservador y Rector del Universo 211
- Creador 40, 56, 93-4, 104, 187-8,
195, 211, 221, 229, 270, 287, 305,
348, 351-2, 354, 361, 381, 390,
415, 434, 441, 482, 508, 521, 545,
569, 572, 676, 679
- immutabilidad 362, 365
- impasibilidad 160-1
- increado, infinito 240, 572, 589
- omnipotencia 43-4, 108, 112-3, 171,
189, 206, 212, 287
- Padre 41, 53, 77, 81, 92-3, 107,
111, 116-8, 120, 130-1, 133-4, 148,
152-3, 159, 162, 164, 175, 191-2,
200, 203, 205-6, 222-3, 226, 308,
354, 357, 361, 374, 378, 381, 391,
397, 408, 416, 423, 426, 432, 434,
454, 464, 482, 502, 530, 540, 5434, 546-7, 557, 563, 575, 587, 604,
609, 615, 618
- paternidad eterna 126
- providencia 118, 196
- sabidurla 94-5, 164, 423
- santidad 165
- saniificador 470
DEMONIO
713
Indice de Materias
- vision de 96, 434
DIVINIZACION 360, 364
DOCETISMO 62, 73, 74, 449, 452, 464,
594, 655
DONES (de los magos) 310, 384, 417-8,
557, 563, 565 vease Mt. 2,1s y
Mt. 2,11
DOXOLOGIA MARIANA 569, 577
43, 49, 60, 89,
91-2, 103, 113, 125-6, 186, 254,
280,286,298,308,342,382-3,453,
495, 605, 618-9, 654
ECONOMIA SALVIFICA
EFESO
- iglesia 144, 179, 303-4, 452
- basilica 274
- concilio 6, 29, 48, 59, 76, 77, 106-7,
112, 128-30, 147, 150-3, 156-8,
161, 164, 167-8, 173, 181, 191-2,
199, 209, 255, 273-4, 277, 290-1,
293,364,377,386,425-6,441,448,
549,551,584,624-5,634,636,640,
648-9, 652, 656, 658, 660, 667' 675
- sfnodo (449) 161, 283, 289-90,
302-4
- efesinofa 129-30, 153, 172, 200,
201-2,207,217,274,276,284,350,
362, 368, 376, 498, 541, 588, 634,
640, 654, 659, 673
EGIPTO
- escuela 57, 556, 560-1 (virginidad
en Egipto)
- iglesia 418, 498, 556
- liturgia 48, 150, 201, 218, 415
- coptajo 115, 120, 218, 347, 554,
562, 557, 558-9, 561-2, 564-5
EMMANUEL 61-2, 65-6, 74, 90, 110-1,
114,123,125,184,200-3,205,212,
220, 381
ENCARNACION 29, 52-3, 60-2, 73-4,
80, 82, 86, 89, 91, 93, 95-7, 101-2,
109, 111, 121-3, 125-6, 129, 148-9,
151, 155, 159-60, 162, 165, 170-2,
174, 182, 185-6, 193, 196, 199,
206, 208-9, 212, 223-4, 229, 239,
243,252-3,256,258,260,265,286,
289, 305, 310, 322, 351, 354-5, 357,
714
361,422,424-6,470,475,478,494,
502,504-6,512,515,518,521,5278, 531, 539-40, 545-9, 551-4, 563,
569-73, 575, 612, 614, 618, 620,
633, 637, 639-40, 644, 646, 649,
655-60, 662, 664-5, 671, 674, 680
EPIFANIA 163,173,177,355, 415,4189, 629, 632, 638 ; vease Mt. 2, 1-11
EsPADA DE DOLOR vease Lc. 2,35 ;
vease PASION ; 603, 610, 618, 648,
681-2
EsPIRITu SANTO 23, 53, 94, 97, 101,
103, 113, 134, 138, 177-8, 185-6,
191-2, 195, 212, 217, 223, 241-2,
244, 255, 306, 311, 322, 358, 374,
379, 390, 392, 396, 398, 408, 460,
470, 495, 501, 509, 540, 546-7,
550-1, 553, 579, 587, 605-6, 617,
665-6, 678-80, 682
EsTRELLA 411-2, 416, 418, 557, 579
EUCARISTICO/A 165, 166, 277, 371,
557, 565, 581, 589, 591
EVA vease ADAN-EVA e INDICE BIBLICO
100
40, 44, 49, 56, 100, 109,
121, 123, 127, 185-6, 191, 195-6,
212, 217' 222, 225, 229, 231, 237'
239-41, 244, 254, 265, 312, 317,
343, 376, 379, 403, 409, 470, 479,
492, 508, 522, 537' 544, 548, 553,
576, 590, 669, 673-4, 679
EVA-IGLESIA
EvA-MARIA
MARIANA
33, 43, 45
(supera la de los santos) 48, 64s,
71, 79-80, 82, 84s, 88, 102, 112,
125, 168, 213-9, 253, 260-1, 264,
274, 284, 303, 337, 386, 405, 483,
486, 490, 520, 525, 551, 574, 584,
587-8, 612, 619, 624, 628-9, 640,
643, 645-6, 649, 655-6, 658 ; vease
FESTIVIDAD
ANUNCIACION, ASUNCION
- Diciembre 26 64, 85, 101-2, 216
FIGURAS BIBLICAS 575-6, 589-90, 609,
611, 616, 663, 674
FLORILEGIO DE EDESSA 368, 377
FLORILEGIUM CASINIENSE 227, 255
lndice de Materias
GESTACION
Dease
GROTTAFERRATA
MATERNIDAD
330, 381
24, 214, 221,
332, 349, 356, 359, 506-7
HOMILETICA BYZANTINA 24, 336, 455,
487, 499, 514, 564, 587, 608, 613,
617
HOl\HLETICA LIRICA 400s, 455, 574,
637
HOMILETICA MARIANA 26, 253, 269,
339, 352-3, 357, 588, 635, 637
HUlDA A EGIPTO (fiesta) 414
HYPAPANTE 27, 39, 55, 136, 184,
189, 301, 587, 592s, 596-9, 602,
612, 617-8, 620, 621 (Antioquia),
628-30, 632, 635, 637, 646, 649,
659, 672
HIMNOS, HIMNOLOGIA
IMAGEN DIVINA
(hombre) 39, 55, 61,
286, 489-90
Dease INDICE BIBLICO ;
- tipo de la sinagoga 311, 683
ISABEL
JERUSALEN Dease INDICE BIBLICO
- escuela 57, 418
- Iglesia 39, 47, 210, 343, 498-9,
597, 628-9, 633, 640, 651, 671
- liturgia 42-3, 48, 55-6, 214-5, 219,
415, 486, 489-90, 520, 596, 598-9,
606, 614, 621, 628, 642, 646-9, 652
- jerosolimitanofa 54, 213, 337, 465,
507, 596, 602, 607, 613, 632, 637,
646-7, 683
JoAQUIN-ANA vease MARIA (padres)
JOSE Dease INDICE BIBLICO
JUAN EL BAUTISTA
- persona vease INDICE BIBLICO
- festividad litri.rgica 210, 229, 231-9,
251-3, 261, 300, 414, 461, 464-6,
520-1, 532-8, 544
KONTAKION
(prehistoria) 332, 349
LETANIAS MARIANAS
vease
CHAIRE-
TISl\fOI
40-1, 42s, 47-8, 54, 63-5,
79s, 82, 85, 88, 100, 110s, 116,
130, 134, 156 (cruz y Theotokos),
LITURGIA
16~ 170, 173, 184, 193, 201, 204,
213, 217-9, 231, 233, 255, 260s,
264-5,274,289,297,349,355,368,
383, 385, 404-5, 412, 414s, 433,
435-6, 490, 496, 499, 501, 506-7,
520, 529, 532s, 537s, 543s, 550s,
565, 570, 574, 584, 592s, 596, 598,
606, 611s, 619, 628-36, 640-1, 6438, 660
- (calendarios) 217, 234, 253
LoGOS 46, 49, 430, 479/ vease VERBO
Dease Lc. 1,46
vease Mi. 2,1s
MANIFESTACION (de Dios) 158, 160,
162, 170, 172, 187, 190, 193, 208;
vease EPIFANIA
MAGNIFICAT
MAGOS, LOS
MARIA
- acci6n salvlfica 109, 226, 343, 358,
379, 442, 469, 492, 508, 510, 573,
576, 611, 615
- calvaria 57, 140
- castidad 506, 678
- causalidad 93, 127, 279
- compasi6n 681-2
- coraz6n 144-6, 186, 287, 470, 609
618, 682
- culto 616
- descendencia davldica 212, 482, 501
- didlogo con el angel vease ANuCIACION; vease Lc. 1, 26s; vease
GABRIEL
- dignidad 46, 61-5, 111, 170, 195,
287, 354, 579, 590, 664
- docilidad 242
- dolor 609s
- doncella 44, 110, 126, 222, 348,
408,434,492,512,522,531,533-5,
545, 565, 609, 663-4, 671, 674, 678
- duda 53, 140, 241, 406 (anunciaci6n, cruz), 501, 671, 682
- educaci6n 263
- ejemplaridad 343
- en la gloria celeste 511
- y Eucaristla 589
- exaltaci6n 87, 187, 229, 237, 240,
287, 469, 496, 500, 513, 556
715
Indice de Materias
- excelencia 540, 556, 566, 590, 616,
683 (sobre los angeles) 240, 556, 566,
589 (sobre las creaturas) 307, 545,
609 (humanas), 618 (sobre las
vlrgenes) 545, 569, 576
- fe 61, 257, 260, 264-5, 437
- fiat vease ANUNCIACION
- figuras blblicas. Vease MARIAFmuRAS BIBLICAS
- funcion singulartsima 92, 126,
152, 279, 281
- hija de David 220
- y la Iglesia 45, 280-2, 311, 343
· - ignorancia 141, 146
- impetracion 553, 570
- incredulidad 524
- infancia 440
- inmorlalidad 279, 554
- inlercesion 287, 307-8, 553, 591, 622
- invocacion 217, 307, 553, 569
- Isabel241, 311, 315, 556, 567, 683
- y Jerusalen 45
- y Jose 310, 314, 319, 331, 335-6,
451, 454-5, 457-9, 462, 466, 510,
517-8, 524, 526, 528, 530, 552,
561, 564, 605, 610, 644, 663-4, 671
- justificacion 223-4
- madre (de Dios) vease THEOToKos; 52, 59-62, 107, 111, 123, 148,
206, 209, 221, 264, 285-7, 308,
342, 354, 357, 376, 441, 494-5,
556, 565-6, 588, 595, 615-6, 665
- - (de Jesus) 24, 49, 114, 13, 169,
179, 291, 339, 344, 358, 444,
467, 553, 556, 604-6, 609, 614,
618, 622
- - (del Juez) 513
- - (de la luz) 589
- - (del Redenlor) 111, 114, 185,
256, 308, 342-3, 492, 513, 579,
615
- - (del Rey) 212, 223
- - (del Salvador) 235, 240-1, 243,
254, 309
- - (del Verbo de Dios) 52, 163, 176,
195, 212, 254, 376, 379, 423
- - (de vida) 548
716
- - (de los vivientes) 556, 566
·- - (y esposa) 579
- - (y virgen) 79-80,105, 169, 174-5,
185-6, 203, 229, 241, 271, 282,
291, 306, 344, 351-2, 362, 378,
391, 402, 438, 569, 651, 660
- matrimonio 176, 378, 396, 510,
517s, 535, 538, 663
- mediacion 240, 255, 307, 570, 577,
591, 676; vease intercesion
- navidad 79
- nombre 356, 584-5, 589
- obediencia 93, 109, 344, 666
- padres 434, 513, 536, 579, 585-6;
vease JOAQUIN Y ANA
- patrocinio 611
- y Pedro 142
- perfil moral 146-8
- personalidad 24, 107, 168, 296,
320,560,580,623,633,641,644-6,
648, 663, 673, 675, 682,
- pobreza 618, 678
- preii.ez 557, 565
- presentaci6n 79, 142, 220, 467,
579-80
- prudencia 477, 492
- pureza 434, 4 70, 492, 494, 507,
556, 615, 664, 672, 678-9, 682
- purificacion 185, 600s
- realeza 226, 354
- salvacion 113, 358, 407-9, 442,
615
- santidad vease SANTIDAD
- y Simeon Vease INDICE BIBLICO
- singularidad 492
- sobre todo lo creado 111
- sobre los Patriarcas 113
- tentacion 595
- tttulos. Vease MARIA-TITULos
- y Trinidad 53, 226, 269, 280, 312,
326, 496, 579, 587' 609
- tristeza 140, 144
- turbacion 195, 229, 241, 245, 311,
402, 470, 477, 494, 507, 535, 540,
654, 664, 671
- vacilaciones 315, 477, 492, 502,
595; 610, 682
Indice de Materias
- vida en el templo 195, 441, 454
- virtudes 265, 609, 682
MARIA (FIGURAS BIBLICAS)
- area 46, 113-4, 211, 220, 222, 328,
339, 342, 402, 434, 556, 589, 609,
611, 615-6, 651, 676
- candelabro (de oro) 99, 328, 339,
342, 589
- ephod 328
- escala de Jacob 609
- huerto 46, 222, 226, 531, 589
- libro sellado 576
- monte 226, 256, 265, 310, 411
- nube 225-6, 339, 342, 521, 575,
589, 622
- vara de Aaron 389, 394, 396, 577,
616
- vellus 329, 339
- zarz.a ardiente 51, 90, 163, 210,
226, 310, 343, 358, 411, 420, 423,
432-4, 513, 521, 576, 589, 609, 651
MARIA (TITULOS)
-
adiutorium 265
advocata 358
ager 329
alabastrum 328, 531
albergue del Verbo 556, 566
altar 189, 328, 342, 533, 591
amphora manna plena 359
ancilla 255
antitipo en la obra de la redenci6n 92
antrum pietatis 265
applicatorium tranquillitatis 265
ara 616
aurora 226, 434, 616, 675
ayuda 127
bosque umbroso del Espiritu
Santo 616
campo 342, 493, 531, 589-90, 663
causa omnium bonorum 675
cedro 434
cetro de la ortodoxia 279
cielo 342, 434, 521, 589, 622
cisterna de agua viva 225
ciudad 434, 521
coelum regale 265
-
-
-
columna 675
corona Ecclesiae 359
corona (de Elias) 616
corona real 589
corona de la virginidad 279
cruz 591
defensa de la justicia 508
Dei Genitrix 264, 659
De{para 111, 155, 200, 203, 210,
222, 255, 264, 285, 291, 296, 301,
307, 390, 431, 469-70, 500, 546,
548,563-4, 603, 618, 622, 640, 6589, 662
diadema de la iglesia 312, 326,
329, 343
diversorium justitiae 265
domicilio 521 domicilium Trinitatis 329
ergasterium 264-5
esclava del Senor 271, 579, 590, ·
618, 622
espejo 398
espiga no sembrada 663
esposa 191, 195
- mistica del Padre 212, 223, 226
- de la Trinidad 580, 587
- del Verbo 590
exultaci6n de Israel 538
firmamentum 265
flor inmaculada 493
flor de todo santidad 577
fuente 46, 358, 396, 508, 553, 576,
589, 616, 663, 675-6
fuente de luz 225-6, 493
globus coelestis 329
gloria y jubilo de la Iglesia 622
gloria de las madres 312, 329,
343, 508
gloria de las mujeres 538
gloria mundi 359
gloria de las virgenes 312, 329,
343, 508
gloria unica 354
harina sin levadura 616
hermosa entre las mujeres 222
hidria de sal 616
honor hominum 358
717
Indice de Materias
-
horreum incombustum 402
incensum 358, 434
indumento de la luz 508
indumentum temperantiae 329, 343
initium fidei 265
instrumento (instrumentum) 226,
359
- imperialis purpura incarnationis
265
- inmaculada 186, 306, 343, 480,
509, 531, 569, 590, 615, 616
- intercesora 553
- janua 265, 677
- jardin 222, 226, 329, 473, 576
- lampas 358, 577, 589, 609
-!echo 609
- levante del sol 493
- Uber Dei 358
- lirio 194, 434, 590
- luna 434
- magarita 616
- maitresse 567
- mar espiritual 589
- mater entis 356
- mater salutaris Dei nostri 264
- mater inupta 420
- mirra 434
- modelo de bondad 343
- modelo perfecto de los piadosos
508
- modelo de las virgenes 576
- munitio justitiae 329, 343, 508
- murus inexpugnabilis 359
- mysterium crucis 358
- nardus 359
- navis 329, 358
- norma veritatis 329, 343
- novilla no uncida 590
- nube 675
- nuntia sanctitatis 359
- oleum 328, 359
- oliva 329, 342, 434, 442, 508
- origen de la Restauraci6n 513
- ornamento de los gentiles 538
- ornatus sacerdotii 539
- oveja 590
- ovile 358
718
-
pacis initium 358
palma 434, 531
paloma limpida 52
paloma pura 590
paraiso 265, 307, 326, 339, 342,
50~ 521, 577, 609, 675, 680
- petra aquam fundens 359
- piedra (preciosa) 226, 616
- platano 434, 442
- porta 328, 358
- pozo 226, 329, 616
- prado 226, 493
- predilecci6n del Padre 609
- primicia de vida 548, 553
- propiciatorio 616
- prototipo de las madres 339
- - de las virgenes 108, 339
- puerta 226, 339, 342, 521, 589
- purpura regia 589
- pyxis odoramentorum 359
- radix omnium bonorum 675
- raiz 226, 354, 358, 538, 616
-ramo 609
- reconciliatio 403
- reina (celeste) 354, 357-8, 548,
553, 569
- refugium 265, 677
- reposo del Senor 222
- rios sin fuente 663
- rosa entre espinas 223
- rosa fresca 434
- sacerdote 591
- sacrarium 328
- salus 265, 677
- scala 359
- segundo cielo 521
- siempre virgen 222, 279, 480
- signaculum pietatis 329, 343
- signo de la ortodoxia 312, 343
- signum renovationis 359
- simiente de bendiciones 538
- socia lucis 402
- sosten de los fieles 312, 329, 343,
508
- spes 265, 677
- Spiritu inundata 358
- sponsa 329, 358
lndice de Materias
-
sponsa et mater 402
summa prophetiae 358
susceptorium gaudii 265
susceptrix (Dei) 264, 659
tabernaculum (habitaculum, acceptaculum) 264-5, 272, 329, 354, 358,
359, 402, 496, 508, 513, 521, 659,
680
- Uuamo 114, 260-1, 265, 339, 521,
575, 589
- templo 100, 195, 254, 265, 280,
287, 328, 339, 342, 358, 402, 434,
442, 473, 509, 521, 575, 589, 611,
680
- terebinto 434, 442
- terra a Deo habita 358
- tesoro colmado 52
- tesoro de la dilecci6n divina 616
- thesaurus vitae 265
- tierra no sembrada 108
- tipo de la Iglesia 311
- tomus novi testamenti 328
- t6rtola sin mancha 52
- trono (throne, thronus) 265, 358,
467, 575, 589, 591, 609, 616, 622
- trono real 612
- urna (del mana) 575, 616
- uva no vendimiada 663
- valle de lirios 609
- vara 665
- vastago irreprensible de David
222
- vaso 434, 531, 675
- vestis virtutis 329
- vid 226, 434, 442, 493, 589
- viiiedo 590
- virga 358
- Virgo Immaculata 139-40
- virtus entis 358
- virtus mundi 358
- vitula primogenita 328
- vox nuntiorum 358
MARIAN LIBRARY 3-4
MATERNIDAD
- verdadera maternidad 45, 66, 74,
88, 104, 120, 123, 126, 161, 254,
280, 306, 342, 352, 357-8, 362,
377-8, 397, 409-10, 431, 441, 480,
507, 531, 54~ 565, 569, 63~ 65~
669
- divina 42-3, 45-7, 52, 57, 63, 70,
73, 76, 82, 86-9, 91-2, 103-4, 1067,113,125,151,156,174,178,184,
193, 196, 202, 205, 209-10, 216,
221, 225, 255, 264-5, 279-80, 2868, 305, 307, 330, 334, 343-4, 355,
369, 375, 383-4, 387-8, 407, 424,
431-3, 441, 466-7, 470, 482, 491-2,
495,506,508-9,513,516,519,521,
529, 531, 533, 538, 540, 544-5, 548,
553, 565, 575, 579-80, 584, 587-8,
590,599,603,607,609,614-6,622,
629, 632, 637, 639-41, 649-50,
653s, 659-60, 666, 671, 674-6, 683
- virginal 44-6, 48-9, 64, 66, 86,
91, 105-7, 111, 119, 131, 133, 163,
174-5, 178, 209-10, 217, 242, 244,
265, 270-1, 283, 287, 306, 311,
334, 343, 352, 362, 375, 378, 390,
394, 396, 399, 411, 416, 430, 434,
441, 452, 464, 480, 495, 521, 530s,
533, 540s, 544s, 575, 581, 603,
615, 622, 639, 656, 660s
- salvifica 80-1, 225, 244, 254, 265,
269, 279s, 306-7, 342, 565 (purificacion de los fieles), 672s, 677
1\ULAGROS 116, 206, 312, 610
1\ULAGROS (A. T.) 164, 206, 208, 364
MILAGROS (N. T.) 411; vease CRISTO
MISERICORDIA 133, 193, 206, 242,
286, 569, 576, 606, 616, 676
MONOFISITA, MONOTELETA 153, 207,
284, 290, 548, 588, 607, 614, 658
MUJER (dignidad) 373, 512
61, 65-6, 75, 80-2, 87,
102, 116, 118-9, 121, 126-7, 160,
165, 167, 175, 177, 182, 186, 193,
201, 216-7, 227, 231, 243, 252,
257, 276, 279, 310, 334, 342, 352,
367, 370, 391, 394, 411-4, 416,
418, 420, 434, 443-4, 449, 453-4,
458, 469-70, 476, 482, 486, 491,
497-8, 500-1, 503-4, 509, 521, 525,
NACIMIENTO
719
Indice de Materias
528-9, 533, 557-8, 563, 597-8,
606, 610, 612, 614, 624, 631-2,
641, 646, 654-5, 657, 669, 672,
674, 678, 680
NA VIDAD 48, 56, 61-2, 64-5, 85, 95,
97, 100-1, 104, 106, 111, 115, 116,
119, 121-2, 125, 149, 150 (en
Alejandrla), 151, 168, 173, 183,
192-3, 199, 201 (en Egipto), 204,
213, 217-9, 228, 233, 261, 297' 303,
333, 349, 361-2, 368, 373, 380s,
387, 405, 407, 414-5, 418, 433,
435-8, 450, 466, 487, 519, 525,
544, 565, 574, 576, 581, 584, 587,
604, 612, 619-21, 625, 628, 630,
632-4, 638, 641, 643, 647-8, 657
NESTORIO, NESTORIANISMO 13, 24,
52, 70, 73, 76-7, 80-9, 94, 96, 101,
116-9, 124-5, 128, 149, 151-8, 162,
166-8, 179, 181, 189, 192-4, 199,
202, 204, 270-2, 274-7, 284, 291,
293, 298, 303, 384-7, 426-7, 431,
448, 515, 599, 605
NICEA (1 concilio 325) 207-8
NICEA (II concilio 787) 157, 173,
177, 227
NoN DECET 159, 361, 657
NUEVO ADAN 49, 86, 91-2, 94, 96,
99-100, 171, 174, 191, 286, 379,
544, 569
NUNC DIMITTIS vease Lc. 2, 29
ORIENTE-OCCIDENTE
(influjo) 25,
256, 419
25, 42, 277, 303
(vease Gen. 2, 8) 169-70, 178,
188, 195, 244, 307, 309, 321, 340,
361, 379, 494, 504, 509, 569, 576,
590, 656, 673
PARANOME (festividad liturgica) 438,
466, 628-9, 632, 646
PARTERA Vease COMADRONA
PALESTINA
PARAISO
171s, 175s, 185, 189, 202, 209s,
212s, 221s, 286, 298, (306), 336,
(344), (352), 361, 367, 375, 381,
388, 389s, 393, 395s, (401), 407,
408, 411, 418, 42'0, 423, 430s, 439,
441, 443, (448), 454, 457s, 467,
493, 509, 524, 530, 540, 544s, 576,
590, 593, 595, 597, 599, 600s, 603,
604s, 609s, 611, 615, 661, 666-8
- sin dolores 197, 239 (479), (510),
531, 538, 669, 672
PASCUA 128-9, 151, 295, 414, 500
PAsiON (cruz, muerte) 53, 81, 86, 117,
119, 133, 138-43, 146, 154, 160,
164-5, 168, 204-6, 210, 224, 295,
354, 384, 453, 474, 494, 595, 603,
605-6, 610, 618, 620, 674, 681
PASTORES vease Lc. 2, 8
pecado original 58, 120, 127, 170,
185, 223, 286, 432, 512-3, 683
PENTECOSTES 295, 547
PESEBRE (vease Lc. 2, 7) 49, 61, 106,
111, 165-7, 179, 220-1, 287, 297,
305, 362, 374, 434, 451, 454-5, 557,
641 '
PIEDRA
DESPRENDIDA
vease Dan. 2,45
PRECURSOR vease
DEL
JUAN
EL
MONTE
BAU-
TISTA
(del Sefior) 39, 55, 56,
130, 134, 143, 178, 211, 486, 504,
511, 592s, 597, 605-7, 611-2, 618,
646-7, 680
PRIMOGENITO DE MARIA 399, 454,
6Q9 (santificaci6n)
PRIMOGENITO HIJO DE DIOS 310, 379,
454, 654, 670
PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO 4950, 191, 195, 262-3, 418, 43940, 517' 527' 530, 564, 586, 670,
680
.
PURIFICACION 53, 135, 185, 595, 600
PRESENTACION
PARTO
- vease nacimiento
- virginal 40, 45-6, 51-2, 61s, 73,
90s, 94, 99, 103, 104s, 108, 119s,
123, 126, 138, 163, 164s, 169s,
720
58, 175, 206, 224,
454, 494, 593, 595, 603, 668, 674
681-2
RoMA (slnodo) 72
RESURRECCION
Indice de Materias
SALOME
434, 439-40
SANTIDAD
(de Marfa) 26, 194, 195,
222, 255, 306, 379, 398, 410, 441,
480, 482, 486, 491-3, 495, 507,
510, 609, 618, 642, 672, 674, 678s
681~
,
SANTIFICACION (de Marfa) 49, 52,
93, 144, 163, 185, 195, 222, 224,
258, 264, 306, 379, 398, 440-1, 577,
590, 682
SELEUCIA DE SIRIA 489
- (sfnodo) 334
SEXO FEMENINO Y SALVACION 40,
56, 114, 172
SIETE SANTOS DURMIENTES 273, 276
(Efeso)
(de justicia)
- Belen 377
- Cristo 310, 342, 360, 381, 414, 473,
soL
522
-Marfa 377
(vease Oeo1:o1e6~) 3, 5,
27, 39, 43, 46-8, 52, 57, 63, 67-71,
74, 80, 81-2, 84-5, 88-9, 93, 100-1,
107, 109, 112-3, 117, 121, 125,
129, 137, 146-9, 152, 154, 156,
176, 178, 180-1, 184, 194, 202,
205, 213-6, 218-9, 221, 243, 254-5,
260-1, 269, 272, 278, 281, 286,
288-91, 298, 302, 304-6, 308, 344,
352, 378, 381-4, 386, 388, 393-4,
398, 423, 430-1, 452, 466-7, 480,
491, 506, 508-9, 519, 525, 531,
545, 553-4, 557, 565, 576, 588,
595, 599, 603, 606, 615, 622, 629,
639, 649-50, 654-60
TOMO A LOS ARMENOS 77, 118, 516
THEOTOKos
TOMO DE ATANASIO (a
los de Antio-
qufa) 72
TRANSFIGURACION
TRANSITUS
TRINIDAD
300
(apocrifo) 217
46, 53, 90, 94, 174, 179,
188, 200, 226, 241, 269-70, 280-3,
286, 308, 312, 409, 473, 496, 505-6,
540s, 546, 548-9, 551, 579-80,
586-7, 609
TRINIDAD - quaternitas 81, 201, 263
40, 46, 61, 65, 81,
86, 88-9, 93, 101, 114, 124-5, 134,
148, 150, 152, 154, 159-60, 162,
165, 168, 170, 174-5, 189, 200,
204, 220-1, 223, 240, 243, 287,
292, 298, 305, 311, 349, 354-7,
360, 365, 375, 377-8, 380-3, 388,
398, 413, 431, 470, 479, 480, 482,
491, 493, 405, 505, 509-10, 532,
543, 546-7, 551, 556, 563, 566,
572, 587, 590, 601, 606, 614, 654s
- causalidad santificadora 134
- coeterno con el Padre 164, 204,
421, 539, 657-8, 660
VERBO DE Dros
-
doble generacion vease Cristo
generacion eternal del vease Cristo
inmutabilidad 165, 660
obediencia 93
- y verbo mental, prolatitium 159,
165
VIRGINIDAD EN EGIPTO
556, 560-1
VIRGINIDAD
- virtud y estado 26, 33, 39, 52, 74,
80, 93, 99, 104, 113, 158, 238,
264, 279, 313s, 319s, 323, 330,
340s, 408, 454, 466s, 469s, 474,
477 (proposito), 479s, 492s, 494s,
501, 506s, 522, 533s, 538, 545,
56~, 569, 576, 589s, 622
- Vease CONCEPCION VIRGINAL
- vease PARTO VIRGINAL
- carencia de otros hijos 40, 76, 163,
279, 314, 333, 336, 344, 420, 467,
677
VISITACION 241, 253, 256, 261, 264,
494, 504, 509, 559, 563, 636, 64-65
ZACARIAS-MARIA
229s, 241s
721
ERRATA
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
2,
16,
20,
34,
35,
48,
76,
76,
77,
78,
86,
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
p.
144,
162,
183,
253,
275,
280,
298,
326,
340,
341,
352,
371,
375,
387,
410,
421,
433,
452,
502,
566,
567,
571,
587,
589,
591,
601,
606,
722
I. 3: tease lJ.a{Jear:o~
I. 27: tease
BAUR CHR.
I. 38: lease RENoux A.
I. 30: lease nitido que
nota 2 (I. 2): lease Hildenheim
nota 7 (I. 4): lease Rossini
I. 9: lease Maximiano
nota 5 (1. 2): IDEM
nota 1 (I. 4): lease Padres
nota 11 (I. 2): lease Maas
Las referencias a las notas de pie de pdgina deben corregirse asi: I. 2:
Verbo1 ; I. 3: virgine2 ; I. 4: humana3 ; I. 5f6: Nestorio 4 ; I. 8: muere6 ;
I. 9: nosotros 6 ; I. 10: opositores7 ; I. 12: niiaa8 ; I. 14/15: quaternitas 9 ;
I. 18: aleen"e10 ; I. 19: Schwartzn; I. 23: siglo 1v12•
I. 29: tease soteriol6gicas
I. 26: lease precisa
I. 7/8: tease evayyeA.lCetv
nota 4: tease K. H. Kuhn ... 551ss
I. 7: lease ruta a Calcedonia
nota 6 (ultima linea): lease puesto que el orador
I. 18/19: tease eeoooxo~
l. 1: lease lJ.cpOagr:o~
I. 4: tease naeaoetao~
nota 6 (penultima linea): tease-segun el parecer de MaasI. 27: lease maternidad divina
I. 12: lease desaparece
I. 10j11: lease es ley de la naturaleza cuando una mujer unida
I. 14: tease E. Pensamiento ...
Incipit: tease ·onor:av
nota 3 (I. 4): lease Basilio
nota 5 (l. 6): lease (Ps.) Crisostomo 5, pp. 410ss
nota 4 (l. 1): lease manuscrito
nota 13 (l. 2): lease palabra
l. 10: lease Maria
I. 12: lease pero no se convence y no cree
nota 9 (I. 2): lease aurea
l. 5: lease Devreesse
I. 7: tease espiritual
l. 7: lease p,ealr:'YJ~
I. 30: lease el templo
I. 27: tease '!5nanavr:1]
INDICE GENERAL
PREFACE
3
SUMMARY
6
INHALT
7
CATALOGO DE SIGLAS EMPLEADAS
9
FUENTES Y BIBLIOGRAFIA
Fuentes principales
Fuentes secundarias
Subsidios de Trabajo
Estudios Particulares
10
12
15
15
INTRODUCCION
23
Parte Primera: 0RADORES DEL SIGLO v
Capitulo I: PRIMEROS ORADORES DEL SIGLO V
1. Hesiquio de J erusalen
Homilia I: Hesychii presbyteri Hierosolimitani de sancta Maria Deipara
Homilia II: Eiusdem de eadem
Homilia III: Hesychii presbyteri Hiersolomitani in praesentationem Domini et Salvatoris nostri Iesu Christi
2. Attico de Constantinopla
Oralio sancti Attici, episcopi Constantinopolitani, in
sanctam Dei genitricem
39
39
40
46
53
59
60
Capitulo II: 0RADORES EFESINOS
1. Proclo de Constantinopla
Homilia I: Laudatio in sanctissimam Dei genitricem
Mariam
Homilia II: De incarnatione Domini nostri Iesu Christi
et de infusoriis
76
79
94
723
Indice General
Homilia III: De incarnatione Domini nostri Iesu Christi
Homilia IV: In natalem diem Domini nostri Iesu Christi
Homilia V: Laudatio in s. Virginem ac Dei genitricem
Mariam
Sermo III: Eiusdem Procli archiepiscopi Constantinopolitani sermo de dogmate incarnationis, dictus in die sabbato
ante quadragesimam
Sermo IV: Eiusdem Procli de Nativitate Domini
100
103
110
114
122
2. Cirilo de Alejandria
Homilia XII: In occursum Domini nostri Iesu Christi
Homilia XV: De incarnatione Dei Verbi
128
130
148
3. Acacio de Melitene
Acacii episcopi Melitenes homilia Ephesi habita
152
153
4. Teodoto de Ancira
156
Homilia II: Homilia admodum pulchra, lecta in synodo,
158
Cyrillo episcopo praesente, in natalem Salvatoris
Homilia I: Babita in die nativitatis salvatoris nostri Iesu
164
Christi, quae et ipsa lecta est in eadem synodo
170
Homilia V: In Domini nostri Iesu Christi diem natalem
176
Homilia IV: In sanctam Deiparam et in Simeonem
Homilia VI: In sanctam Dei genitricem et in sanctam Christi
187
nativitatem
Capitulo III:
0RADORES POST-EFESINOS
1. Pablo de Emesa
Homilia Pauli episcopi Emeseni . .1 • de nativitate Domini
Eiusdem Pauli homilia in magna Alexandriae ecclesiae
199
200
203
2. Erectheio de Antioquia de Pisidia '
205
Beati Erechthii episcopi Antiochiae in Pisidia ex homilia
206
recitata in sancta Epiphania
3. Crisipo de Jerusalen
210
Chrysippi Hierosolymorum Presbyteri oralio in sanctam
211
Mariam Deiparam
4. Antipatro de Bostra
226
Homilia I: In sanctum Ioannem Baptistam et in silentium
229
Zachariae et in salutationem Deiparae
241
Homilia II: In sanctissimae Deiparae annuntiationem
724
Indice General
Homilia III: Sermo sancti Antipatris patris nostri ad matu-
tutinum in adsuption sanctae Mariae
255
Capitulo IV: HoMILIAS DE nunosA AUTENTICIDAD
1. Cirilo de Alej andria
Homilia IV: Cyrilli Alexandrini Ephesi in Nestorium ha-
bita, quando septem ad sanctam Mariam descenderunt
1
2. Basilio de Seleucia
In sanctissimae Deipara annuntiationem
269
269
283
285
3. Proclo de Constantinopla
308
Homilia VI: Sancti Procli Constantinopolitani: "Laudatio
Sanctae Dei Genitricis Mariae"
308
Parte Segunda : HoMILIAS PSEUDO-EPIGRAFICAS
Capitulo I: HOMILIAS SOBRE LA ENCARNACION
1. Ps. Cris6stomo I: in Christi natiuitatem
347
2. Ps. Gregorio Taumaturgo I: in sanctam Dei genitricem et semper uirginem Mariam
353
3. Ps. Cris6stomo II: in Saluatoris nostri Iesu Christi natiuitatem 359
4. Ps Atanasio I: in natiuitatem Christi
380
5. Ps. Crisostomo III: contra haereticos et in sanctam Deiparam 388
6. Ps. Crisostomo IV: in Christi diem natalem
398
7. Ps. Crisostomo V: in natale Domini nostri Iesu Christi
410
8. Ps. Basilio: sur ['incarnation du Seigneur
421
9. Ps. Crisostomo VI: in diem natalem Domini et in sanctam Ma433
riam Dei genitricem
10. Ps. Crisostomo VII: in illud "exiit edictum a Caesare Augusto" et in descriptionem Deiparae
442
11. Ps. Atanasio II: sermo de descriptione Deiparae
452
Capitulo II: HoMILIAS SOBRE LA ANUNCIACION
1. Ps. Gregorio de Nissa I: discorso encomiastico all'Annuncia-
zione della SS. Madre di Dio
468
2. Ps. Gregorio Taumaturgo II: homilia I in annuntiationem
sanctae uirginis
481
725
Indice General
3. Ps. Gregorio Taumaturgo III: homilia II in annuntiationem
sanctae virginis
493
4. Ps. Gregorio Taumaturgo IV: homilia III in annuntiatio-
nem sanctae virginis
5. Ps. Cris6stomo VIII: in annuntiationem sanctissimae Deiparae
511
523
6. Ps. Atanasio III: in nativitatem Praecursoris, in Elizabeth et
in Deiparam
532
7. Ps. Cris6stomo IX: in annuntiationem Deiparae et contra
Arium impium
538
8. Ps. Atanasio IV: in annuntiationem sanctissimae Dominae
nostrae et Deiparae
9. Ps. Atanasio V: l'homelie des Papyrus de Turin
545
554
10. An6nimo: Encomia para la anunciaci6n de la Santisima Senora
nuestra Deipara
568
Capitulo III: PANEGIRICO DE LA MATERNIDADi DIVINA
1. Ps. Epifanio: homilia V in laudes sanctae Mariae Deiparae 578
Capitulo IV: HOMILIAS SOBRE EL HYPAPANTE
1. Ps. Cris6stomo X: de occursu Domini nostri Iesu Christi deque
Deipara et Simeone
592
2. Ps. Cirilo de J erusalen: in occursum' Domini nostri et sal-
vatoris Iesu Christi et in Simeonem qui Deum suscepit
596
3. Ps. Gregorio de Nissa II: de occursu Domini, de Deipara Vir-
gine et de iusto Simeone
600
4. Ps. Atanasio VI: in occursum Domini Dei et Salvatoris nostri
I esu Christi
604
5. Ps. Metodio: de Simeone et Anna in die quo templo ocurre-
runt ac de sancta Deipara
610
6. Ps. Cris6stomo XI: Homily on the Presentation of Our Lord
617
Jesus Christ
CoNcLuSIONEs GENERALES
Conclusiones criticas
Conclusiones liturgicas
Conclusiones doctrinales
726
620
624
638
653
Indice General
CUADROS ESQUEMATICOS
684
INCIPIT
687
AuToR Y TiTuLo
689
TiTULOS LATINOS
692
Los MANUSCRITOS
693
INDICE BIBLICO
696
NoMBRES BIBLicos
699
INDICE GRIEGO
701
INDICE DE PERSONAS
703
INDICE DE MATERIAS
711
ERRATA
722
INDICE GENERAL
723
727
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