Marian Library Studies Volume 5 Article 3 1973 La Homiletica Mariana Griega en el Siglo V: III: Conclusiones Generales Roberto Caro Follow this and additional works at: http://ecommons.udayton.edu/ml_studies Recommended Citation Caro, Roberto (1973) "La Homiletica Mariana Griega en el Siglo V: III: Conclusiones Generales," Marian Library Studies: Vol. 5, Article 3, Pages 623-728. Available at: http://ecommons.udayton.edu/ml_studies/vol5/iss1/3 This Article is brought to you for free and open access by the Marian Library Publications at eCommons. It has been accepted for inclusion in Marian Library Studies by an authorized administrator of eCommons. For more information, please contact [email protected]. LA HOMILETICA MARIANA GRIEGA EN EL SIGLO V CONCLUSIONES GENERALES AI termino del largo camino recorrido a traves del texto de las cincuenta y ocho homilias que de una manera directa o indirecta delinean la figura de Maria, conviene reunir en una vista de conjunto los principales datos analizados y las multiples conclusiones parciales diseminadas aca y alia en paginas anteriores. Para mayor claridad dividiremos nuestra sintesis en tres secciones: en la primera atenderemos a las conclusiones crtticas que, si bien marginales a nuestro interes mariol6gico, son fundamentales para la validez de las conclusiones teol6gicas; en la segunda propondremos brevemente aquellos datos estructurales y liturgicos que son de interes para Ia historiografia de nuestro siglo y para una mas exacta inteligencia de los datos mariol6gicos; finalmente, en la tercera secci6n nos detendremos mas a espacio en la mariologla griega de esta epoca, tal como aparece ~n las homilias estudiadas. En toda esta parte de nuestro estudio nos referiremos a las homilias no por el numero de orden que tienen en sus fuentes sino por el que le hemos asignado en nuestro analisis; una mirada al indice o a Ia tabla sintetica del final resolveran cualquier duda que se pueda presentar 1 • 1 Vease: MARIAN LIBRARY STUDIES. New Series, Mariana Griega en el Siglo V, 1-11. VOl. 3-4, 1971-1972: La Homiletica 623 CAPITULO I CONCLUSIONES CRITICAS PARAGRAFO 1°: AUTENTICIDAD DE LOS TEXTOS. Una primera serie de conclusiones versani sobre los autores de las homilias estudiadas. En ella debemos 'diferenciar cuidadosamente las dos partes de nuestro estudio, ya que los criterios tanto externos como internos son de muy diverso valor: en la primera parte son abundantes y claros en general, concluyendo en resultados muy seguros; en la segunda parte son apenas aproximativos. Homilias consideradas como autenticas. 1. Autenticidad comprobada. La primera segura conclusion es que la homilia in sanctam Dei Genilricem atribuida a Attico de Constantinopla por el manuscrito siriaco del siglo xi y publicada por J. Lebon y M. Briere, no es otra cosa que la compilacion de dos homilias, una de elias pronunciada por Proclo de Constantinopla en la festividad mariana primitiva y la otra pronunciada por Attico en la festividad del nacimiento. A esta afirmacion nos ha conducido la diferencia tematica y literal entre las dos partes, las explicitas citaciones de Juan Damasceno y del manuscrito siriaco, el estudio atento del argumento basado en la doble referenda de Cirilo de Alejandria. Asi la opinion avanzada cautamente por I. Ortiz de Urbina y recogida posteriormente por D. Del Fabbro recibe a nuestro juicio, una confirmacion poco menos que definitiva. Una segunda importante conclusion ha sido la demostracion de que la famosa homilia leida en Efeso cuando los siete baJaron a la Iglesia de Santa Maria, pertenece a Cirilo de Alejandria. La critica, guiada por la autorizada voz de E. Schwartz, habia creido oportuno juzgarla inautentica; 624 Conclusiones crlticas contra esta corriente se habia levantado A. D'Ales, seguido recientemente por D. Del Fabbro. Un atento estudio de los probables acontecimientos historicos del concilio de Efeso encuadra perfectamente los datos del exordio y peroracion en la fecha 28-30 de junio del 431. No hay, pues, ninguna razon va.lida para rechazar la autenticidad sufragada por la abundante y autorizada tradicion manuscrita. Una tercera homilia parece se puede restituir a su verdadero autor. Se trata de la homilia in annuntiationem Deiparae, editada a nombre de Basilio de Seleucia y atribuida por la critica moderna a Proclo de Constantinopla en base al parecer de B. Marx. Compulsando sobre el texto mismo la argumentacion propuesta por el critico, concluimos que las circunstancias en que fue pronunciado el sermon dificilmente cuadran dentro del marco historico procliano, en tanto que se pueden explicar suficientemente en el aiio 449, epoca de la actividad conocida de Basilio de Seleucia. El pensamiento cristologico se presenta incompatible con el autentico procliano y mas en consonancia con la mentalidad un tanto versatil e insegura de Basilio. El mismo estilo literario se aproxima en su conjunto mas a las peculiaridades literarias y poeticas de Basilio, aunque advertimos con Marx que es un argumento debil, dada la singular afinidad de los dos oradores. Nuestra opinion es que tampoco en este caso existe razon alguna valida para rechazar el testimonio del manuscrito y la homilia se debe considerar como autentica de Basilio de Seleucia hasta cuando aparezcan argumentos de critica externa que obliguen a otra conclusion. La atribucion a Teodoto de Ancira de la homilia in Domini nostri Iesu Christi natalem defendida por su reciente editor, M. Aubineau, recibe una valida confirmacion del estudio comparativo de sus homilias efesinas-seguramente autenticas-, coincidiendo plenamente con sus peculiaridades de estilo, argumentacion, aproximacion biblica, asi como con su pensamiento doctrinal. La critica interna, tal como se precisa del analisis comparativo del abundante material procliano, respalda sin duda alguna Ia tradicion manuscrita de Ia homilia in natalem diem Domini nostri I esu Christi-cuarta en el cuerpo procliano-, esclareciendo con toda seguridad las dudas que planteaba el exordio, identico al de Ia segunda homilia de Teodoto de Ancira para Ia Navidad. El analisis de criterios internos al texto de la primera homilia atri:. buida a Antipatro de Bostra nos llevo a situar con gran probabilidad esta pieza en la segunda mitad del siglo v, en coincidencia perfecta con Ia tra- 625 Conclusiones generales dici6n manuscrita y con las citaciones explicitas de la cadena de Nicetas, desvaneciendo toda duda razonable sobre su autenticidad. 2. Autenticidad rechazada. Ante todo consideramos la controvertida homil' a Laudatio sanctae Dei Genitricis Mariae, sexta en la serie procliana de la Patrologia Griega de Migne. En contra de su autenticidad habia concluido la investigaci6n de G. LaPiana sobre el drama sacro byzantino; en su favor tenemos dos explicitas defensas: la de B. Marx y la de 1 F. Leroy en sendas investigaciones sobre el patrimonio literario del orador constantinopolitano. El aml.lisis del texto nos demostr6 claramente la falta de unidad literaria de la pieza. Un estudio atento de sus partes sufraga en general la opini6n de La Piana, concediendo la posibilidad de que dos de ellas-el elogio de la virginidad y la peroraci6n mariana-pertenezcan a Proclo. Sin embargo, un posterior estudio comparativo con la tercera homilia del Ps. Taumaturgo ha demostrado poco probable la autenticidad procliana de la peroraci6n. Hemos examinado cuidadosamente las argumentaciones de Marx y Leroy y las hemos encontrado muy pobres en el detalle y extremadamente debiles en conjunto, llegando a la firme convicci6n de que, en el estado actual de la investigaci6n, el texto actual no se puede atribuir razonablemente a Proclo. La segunda homilia es aquella in annuntiationem sanctissimae Dei Genitricis publicada por Migne como autentica de Antipatro de Bostra en fe a un manuscrito del siglo xx. El estudio atento del texto ha demostrado que, si bien hay una continuidad tematica aparente con. la homilia primera-indudablemente autentica de Antipatro-, en realidad presenta diferencias de estructura, estilo y pensamiento suficientemente marcadas como para negar la identidad de autores. Los argumentos de critica externa, unanimes e indubitables en afirmar la autenticidad de la primera, son adversos a la segunda, a la que presentan como una adaptaci6n de las exegesis de Origenes y Tito de Bostra principalmente. La cerrada argumentaci6n propuesta por D. Del Fabbro prueba que no es segura una atribuci6n a Tito de Bostra, pero se muestra tendenciosa y claramente insuficiente para probar la autenticidad de Antipatro. En el estado actual de la investigaci6n, los argumentos de critica externa e interna son decididamente desfavorables a dicha autenticidad. 626 Conclusiones criticas Una tercera homilia se rechaza con bastante seguridad: aquella in sanetam Deiparam et in Simeonem, atribuida a Teodoto de Ancira en base al manuscrito griego 1171 de Paris y a la citaci6n textual de Niceforo en sus Antirreticos. Sin embargo, la evidente falta de homogeneidad literaria del texto actual y la sorprendente diferencia estructural, estilistica y doctrinal que ofrece el estudio comparativo del cuerpo teodotiano, plantean una duda muy seria, que se acentua al considerar que los argumentos de critica externa no son en manera alguna decisivos. En el estado actual de la investigaci6n, creemos muy improbable la autenticidad de esta homilia, al menos en su texto actual. 3. Autenticidad dudosa. Tenemos en primer Iugar la homilia in sanctam Dei Genitricem et in sanctam Christi nativitatem, atribuida igualmente a Teodoto de Ancira en base al mismo manuscrito parisino, unico que hasta el momento la contiene. El caracter de reelaboraci6n que presenta el texto actual hace dificil la ponderaci6n de los criterios internos que presentan dificultades similares a las consideradas en la pieza anterior. En este caso faltan los testimonios externos, dato significativo si se tiene en cuenta la fuerte polemica antiorigenista que encontramos en ella. Creemos que la critica tiene abierto aqui un interesante campo de investigaci6n. La peculiar estructura del texto, su falta de homogeneidad, los rastros de interpolaciones posteriores, algunas incongruencias internas y algunas observaciones estilisticas levantan serias dudas sobre la autenticidad de la homilia de incarnatione Domini nostri Iesu Christi et de infusoriis, atribuida a Proclo, y ponen de relieve ciertos interrogantes a la tradici6n manuscrita y a la critica externa. Opinamos que la critica no puede dar por zanjado el problema de autenticidad de esta pieza. Respecto a la homilia sobre la asunci6n publicada recientemente, y atribuida a Antipatro de Bostra por parte de la tradici6n manuscrita, el problema es muy complejo: la necesidad de aproximarse a un orador griego a traves de una doble versi6n y en un texto que presenta claros indicios de reelaboraci6n posterior, hace poco menos que imposible dar un juicio siquiera aproximado. El analisis del texto nos ofreci6 una serie de datos liturgicos y literarios que contrastan con el unico texto seguramente autentico que tenemos de Antipatro e indican la necesidad de una investigaci6n ulterior. 627 Conclusiones generales Homilias pseudo-epigraficas. Como advertimos ya, en este campo las conclusiones no pasan de meras hip6tesis de trabajo, punto de arranque de nuevas futuras investigaciones favorecidas, sin duda, por la cuidadosa investigaci6n que se adelanta en el riquisimo acervo de los manuscritos conservados en las grandes bibliotecas. La critica reciente se ha mostrado favorable a la atribuci6n procliana de numerosas homilias pseudo-epigraficas. El amplio estudio comparativo que hemos hecho nos ha llevado a mostrarnos muy reservados en este punto: la generalizaci6n del estilo literario de la segunda sofistica y la creciente dependencia literaria y doctrinal entre los oradores de la epoca, hacen muy incierto el criterio interno de afinidad. Sin embargo, creemos que dos homilias se pueden atribuir a Proclo con s6lida probabilidad: la famosa homilia para la Navidad de tan amplia influencia en el siglo v-Ps. Cris6stomo II-, y la hermosa pieza poetica para la festividad mariana primitiva-Ps. Cris6stomo IV-. Consideramos s6lidamente fundada la identificaci6n propuesta por B. Capelle del redactor del texto actual de dos homilias atribuidas a Atanasio-Ps. Atanasio II y III-con el hipotetico Timoteto de Antioquia (o de Jerusalen), autor de otras dos homilias, una in occursum Domini y otra in crucem et in transfigurationem. Creemos que no carece de probabilidad nuestra hip6tesis de que en las dos piezas pseudo-atanasianas Timoteo reelabora pobremente homilias originales de Anfiloquio de Iconio. Ofrecemos a la critica una interesante linea de investigaci6n. Con menos seguridad presentamos a los estudiosos tres interrogantes suficientemente fundados: es Cris6stomo el autor de la exposici6n exegetica sobre el evangelio lucano que servira de base para la adaptaci6n de la homilia liturgica sobre el Hypapante estudiada como Ps. Cris6stomo XI? Podremos ver en Severiano de Gabala el autor del interesante comentario exegetico, analizado como Ps. Cris6stomo VII, y que se utilizara en los homiliarios para la festividad de la Paranome de la Navidad? Sera Crisipo de Jerusalen el autor del dramatico panegirico sobre la anunciaci6n, testimonio primitivo de la naciente festividad jerosolimitana y que estudiamos como Ps. Taumaturgo IV? Creemos que en algunos otros casos hemos logrado fijar con s6lida probabilidad la regi6n en donde se compuso la homilia, pista util para ulteriores estudios. La Iglesia de J erusalen parece haber dado origen a varias piezas homiIeticas alrededor de dos festividades liturgicas caracteristicas; el Hypapante, 628 Conclusiones crfticas para la cual fueron redactados el Ps. Cirilo de J erusalen y el Ps. Nisseno II y quizas reelaborado el texto del Ps. Metodio; y la naciente festividad mariana de la anunciaci6n que origina las curiosas compilaciones literarias conocidas como Ps. Taumaturgo II y III y el texto an6nimo reelaborado por el ierom6naco Nif6n. La Iglesia de Capadocia nos presenta una pieza de incalculable valor hist6rico para la determinaci6n de la festividad de la anunciaci6n: el Ps. Cris6stomo IX, homilia inexplicablemente ignorada por la critica; y otra de peculiares caracteristicas redaccionales: compilaci6n de indole poetica e inspiraci6n procliana, muy semejante en la forma alPs. Epifanio, testimonio de la incierta festividad de la Paranome de Navidad. La Iglesia de Alejandria cuenta con la compilaci6n del Ps. Atanasio V en cuyo nucleo original es muy probable encontrar algo de la autentica obra de Atanasio; y con un panegirico para la primitiva festividad de la Epifania de extraordinario interes liturgico, el Ps. Cris6stomo V. Quizas alii podriamos situar el interesante texto poiemico en favor de la 8soi6;~to~ que forma parte de la homilia atribuida falsamente a Teodoto de Ancira. Finalmente, en Ia Iglesia de Antioquia podemos situar dos homilias de gran importancia: el Ps. Atanasio I, vigorosa poiemica mariana, pronunciada en los momentos algidos de la controversia nestoriana, a nuestro juicio Ia mas exacta y ponderada exposici6n teol6gica de Ia maternidad divina; y el Ps. Atanasio VI, interesante testimonio de Ia existencia de la festividad del Hypapante en esta regi6n y con sus caracteristicas propias. Cabria mencionar aqui al autor de Ia homilia para el Hypapante que forma la segunda parte del texto atribuido falsamente a Teodoto de Ancira y que seiialamos en forma un tanto vaga con el calificativo de oriental en contraposici6n a las Iglesias de Alejandria y Jerusalen. Las demas homilias siguen siendo un reto completo para Ia critica. Esperamos, sin embargo, que el analisis comparativo proporcione a los investigadores elementos validos para nuevos y mas completos estudios. PARAGRAFO 20: ESTADO ACTUAL DEL TEXTO Un segundo aporte que creemos poder ofrecer a Ia critica es el establecer que muchos de los textos editados no representan Ia redacci6n original sino una adaptaci6n posterior, generalmente con fines liturgicos, y que suele hacerse en dos formas diversas: o bien reelaborando el texto original con un exordio de circunstancias y diversos retoques con fines panegiricos, o bien compilando diversas fuentes literarias en una sola pieza oratoria mas o menos unifi- 629 Conclusiones generales cada por el tema general de la festividad. En el primer caso existe alguna posibilidad de precisar tematicamente y situar cronol6gicamente el nucleo original, con lo cual se logran deducir validos elementos criticos, liturgicos y doctrinales. En el segundo caso la identificaci6n de sus fuentes es muy hipotetica y casi imposible su determinaci6n cronol6gica, lo cual obliga a relativizar enormemente los datos que nos ofrecen estas piezas. Asi tenemos, en primer termino, la homilia autentica de Antipatro de Bostra'que nos presenta dos apartes exegeticos sobre Lucas 1, 6-43 encuadrados artificialmente en la festividad del nacimiento del Bautista para la cual el homiletista posterior redacta un exordio no muy feliz y realiza algunas modificaciones necesarias en el texto original. ldenticas caracteristicas y fin similar encontramos en la primera homilia de Cirilo de Alejandria. La critica estaba de acuerdo en afirmar que la homilia editada por Migne correspondia a las tercera y cuarta de la serie exegetica de 156 homilias sobre Lucas predicadas probablemente en el periodo 429-430. Un analisis detenido del texto sefiala la adici6n del exordio adaptado a la festividad liturgica del Hypapante y pequefias modificaciones e interpolaciories en el texto original sugeridas por la ocasi6n. Algo semejante encontramos en la tercera homilia de Hesiquio que parece ser la adaptaci6n a la festividad liturgica del Hypapante de un comentario exegetico del pasaje respectivo lucano, adaptaci6n realizada a traves de un exordio propio y una doxologia que corta bruscamente el comentario seguido. La sorprendente diferencia tematica de la cuarta homilia atribuida a Teodoto de Ancira, reflejada en el titulo mismo de la homilia-in sanetam Deiparam et in Simeonem-y realzada por una marcada y coherente diferencia estilistica, nos llevan a la segura conclusi6n de que estamos ante dos homilias diferentes: una pronunciada en la navidad sobre el misterio de la encarnaci6n, exacto paralelo de la segunda homilia de Cirilo y del Ps. Atanasio I; otra escrita para la festividad liturgica del Hypapante. El estudio critico de la tradici6n manuscrita podra quizas ilustrarnos sobre el motivo de la uni6n de estas dos piezas, caso unico en nuestro recorrido homiletico. Algo semejante encontramos en el caso ya mencionado de la homilia atribuida a Attico de Constantinopla. D. Del Fabbro ha dado una explicaci6n satisfactoria de la fusi6n de estas dos piezas y su atribuci6n a Attico. Un caso bien interesante lo ofrece el florilegio cristol6gico del c6dice griego 1491 de Paris, en el que Ch. Martin ha podido distinguir el texto original, correspondiente ala predicaci6n de cuaresma del431, y una reelaboraci6n posterior para la Navidad. En esta linea podriamos recordar la edici6n 630 Conclusiones crtticas que hace Combefis de un texto unico con las homilias del Ps. Taumaturgo IV y Ps. Crisostomo VIII, problema critico que llega basta nuestros dias. Cabria tambien mencionar las versiones armenas de cuatro homilias pseudogregorianas que presentan siempre un texto bastante modificado del original griego. Sin alcanzar la seguridad de las conclusiones precedentes, se podria plantear el interrogante de la unidad literaria de la quinta homilia atribuida a Teodoto de Ancira que presenta no pocos indicios de interpolaciones posteriores; de la segunda homilia de Proclo, de caracter exegetico, y cuyo analisis interno es extremadamente confuso; del texto de la tercera homilia atribuida a Antipatro que en su compleja modalidad de doble version presenta una serie de elementos dificilmente reconciliables en una unidad organica. El balance, sin embargo, es altamente positivo en estas homilias autenticas: de veintisiete textos solo seis presentan seguramente estas anomalias redaccionales y tres mas con alguna probabilidad; en todos los casos ha sido posible precisar suficientemente las fuentes, de manera que todas las piezas constituyen elementos criticos validos. ' En las homilias pseudo-epigraficas la situacion es totalmente diversa: solo nueve homilias son seguramente originales; las demas son adaptaciones posteriores. El problema critico se hace extremadamente complejo y las conclusiones liturgicas y doctrinales se relativizan. Algunas de elias son sencillas reelaboraciones de piezas originales para adaptarlas a una festividad liturgica determinada y permiten reconstruir con alguna seguridad el nucleo primitivo: asi el Ps. Atanasio I redacta un exordio cristologico, inspirado en el Ps. Crisostomo II, para predicar en la festividad del nacimiento la homilia nestoriana del 428-429; el hipotetico Timoteo de Antioquia reelabora un comentario exegetico posiblemente de Anfiloquio de Iconio, sin que sea posible precisar el por que de esta reelaboracion-Ps. Atanasio III-; el Ps. Atanasio IV nos presenta una homilia cristologica clasica adaptada pobremente a la celebracion de la naciente festividad de la anunciacion y retocada doctrinalmente en epocas sucesivas de acuerdo a las formulaciones cristologicas conciliares. Es interesante anotar la cuidadosa reelaboracion que hace Nifon para actualizar un panegirico mariano clasico en las angustiosas circunstancias historicas que vivieron los monasterios del monte Athos ante el asedio de los sarracenos. Extraiia la adaptacion que hace el Ps. Crisostomo VIII de una pieza dramatica sobre la escena de la anunciacion a la festividad del nacimiento; 631 Conclusiones generales y la confusa y contradictoria utilizacion que hace el Ps. Crisostomo V de un comentario exegetico para su panegirico de la Epifania. Finalmente, dos textos reelaboran en forma muy semejante piezas exegeticas de la epoca chl.sica para utilizarlas en la predicacion liturgica del Hypapante: el Ps. Crisostomo X y XI. Con todo, un numeroso grupo de homilias son verdaderas compilaciones de varias fuentes primitivas y se presentan en estadios redaccionales cada vez mas complicados: Uno primero y mas sencillo viene determinado por la costumbre creciente de aiiadir caprichosamente letanias encomiasticas marianas al texto original. El caso mas claro es el Ps. Taumaturgo I, aunque se encuentran ejemplos similares en el Ps. Crisostomo IV, Ps. Taumaturgo IV, Anonimo, Ps. Epifanio y Ps. Proclo. Algunos emplean dos o tres fuentes, pero lo hacen en forma tan metodica y consciente que no es dificil determinarlas y, en algunos casos, aun identificarlas. Asi tenemos el Ps. Teodoto en el que encontramos simplemente yuxtapuestas la homilia polemica sobre la maternidad divina y la Iiturgica para la festividad del Hypapante. El Ps. Taumaturgo II que se redacta sobre dos fuentes bien identificadas, Crisipo de J erusalen y el anonimo jerosolimitano, aunque esta ultima nos sea desconocida. El Ps. Nisseno I que es una metodica transcripcion del Ps. Taumaturgo II y del Ps. Proclo. El Ps. Atanasio V que yuxtapone, dentro de un ambiente polemico antiarriano, una seccion polemica, una exegetica sobre los textos de Lucas y Mateo referentes a la concepcion y nacimiento de Cristo y una larga seccion parenetica en que se fustigan los vicios de la epoca. Finalmente, el Ps. Crisostomo VI parece incorporar en su panegirico doctrinal un exordio poetico para la navidad y un comentario dramatico-exegetico sobre el texto de Mateo 1, 18-20 en sorprendente mezcla tematica que solo se explica por la festividad de la Paranome para la cual se elabora. Otros, por ultimo, presentan un complicado artificio Iiterario en que toda reconstruccion redaccional es bastante hipotetica y su empleo doctrinal es muy incierto. En este recuento, quizas el menos confuso sea el Ps. Proclo quien yuxtapone en forma mas o menos clara una homilia poetica sobre la virginidad, una pieza dramatica sobre la anunciacion-probablemente compuesta de dos estratos Iiterarios diversos: los discursos poeticos y los acrosticos rimados-y una peroracion oratoria mariana. Seiialariamos a continuacion el Ps. Epifanio, quien en forma ordenada y metodica va introduciendo las cuatro fuentes encomiasticas con las que construye su panegirico mariano. Timoteo de Antioquia-Ps. Atanasio II-va introduciendo y 632 Conclusiones crlticas comentando las diversas secciones que conforman el texto actual: Ia poetica, Ia dramatica y Ia exegetica-podrian quizas constituir el nucleo primitivo de Anfiloquio-para finalizar con Ia polemica. El Ps. Taumaturgo III representa un problema mas dificil pues parece Ia reelaboracion posterior de una compilacion previa que utiliza tres fuentes diversas, una de elias identificada como el Ps. Proclo y otra inspirada directamente en Crisipo. El caso mas dificil es el Ps. Antipatro debido a las numerosas y diversas citaciones de las cadenas exegeticas que dejarian Ia impresion de un caprichoso mosaico de comentarios exegeticos clasicos. PARAGRAFO 30: CRONOLOGIA DE COMPOSICION J uzgamos de especial utilidad el haber determinado con alguna probabilidad Ia epoca en que las homilias fueron redactadas segun los datos ofrecidos por el mismo texto. Ante todo sefi.alemos las piezas que no parecen pertenecer a nuestro siglo v. Conviene recordar que Ia consideracion de cada texto proporciono un diverso grado de certeza y por tanto no se debe descuidar Ia referencia concreta a las conclusiones a que liegamos en cada caso. Asi tenemos diez homilias que debemos situar en el siglo IV y que tienen una gran importancia para Ia historiografia mariana: Ps. Crisostomo V, quizas Ia mas antigua en sus fuentes originales, testimonio liturgico de extraordinaria importancia; Ps. Atanasio V, valioso testimonio del fervor mariano alejandrino quizas de Ia epoca del autentico Atanasio; Ps. Crisostomo IX, documento de primera importancia para Ia festividad liturgica de Ia anunciacion. Encontramos luego cuatro textos que nos dejan gustar algo de Ia sencillez de los comentarios biblicos de Ia epoca clasica: Ps. Antipatro, Ps. Crisostomo XI, Ps. Atanasio III y Ps. Crisostomo X. Finalmente podriamos resefiar tres homilias redactadas para Ia primitiva festividad natalicia y en donde a Ia luz del misterio de Ia encarnacion redentora comienza a resaltar Ia figura de Maria, madre: Ps. Atanasio II, Ps. Crisostomo I y Ps. Taumaturgo I. En una aproximacion diversa tenemos siete homilias que ciertamente son posteriores al siglo v en su texto actual, quedando abierto el interrogante de si sus fuentes redaccionales, o algunas de elias, pudieran situarse en el siglo v. Dos de elias han sido redactadas para Ia festividad Iiturgica del Hypapante en Ia iglesia de Jerusalen: el Ps. Nisseno II yelPs. Metodio; las cinco restantes se construyen en torno a Ia escena o a Ia festividad de Ia anunciacion y constituyen documentos historiograficos de gran importancia: Ps. Atanasio IV, testigo del comienzo de un proceso historico; Ps. 633 Conclusiones generales Taumaturgo III y Ps. Cris6stomo VIII, Ps. Proclo y Ps. Nisseno I, documentos tardios de una epoca carente de la inspiraci6n oratoria y poetica en la que nacieron las fuentes literarias que emplean abundantemente. Completamos esta primera enumeraci6n ·con dos homilias muy complejas, cuya ubicaci6n reconocemos muy hipotetica. En primer Iugar, la enigmatica homilia atribuida a Basilio de Cesarea y que consideramos el mayor reto a la investigaci6n critica; bien podria pertenecer a la epoca efesina, como pretende D. Amand, o a una epoca posterior. En segundo Iugar, el extralio Ps. Cris6stomo VI, compilaci6n determinada por una festividad liturgica dificil de precisar cronol6gicamente y cuyas fuentes literarias ha sido imposible identificar; podria corresponder a nuestro siglo v o a un periodo posterior. Conservamos asi treinta y nueve piezas como pertenecientes a nuestro siglo v, algunas con certeza absoluta y otras con s6lida probabilidad. Para organizar en forma razonable este abundante material, selialariamos tres momentos hist6ricos suficientemente diversificados: los tres primeros decenios previos a la controversia nestoriana, testigos de un Iento proceso de maduraci6n del pensamiento doctrinal; la epoca efesina en la que estalla la polemica con Nestorio, se desarrolla el controvertido concilio de Efeso y se aseguran las posiciones doctrinales a partir de sus formulaciones dogmaticas; los ultimos cincuenta alios del siglo, periodo opaco y silencioso debido en gran parte a la creciente dispersi6n de las Iglesias de Oriente. Periodo pre-efesino. En estos primeros alios del siglo v podemos reseliar tres homilias de tipo exegetico que nos aproximan ala edad de oro de la Patristica: el comentario original quizas de Severiano y que conocemos como el Ps. Cris6stomo VII; el comentario a Lucas de Hesiquio que servira para la adaptaci6n de la homilia liturgica posterior-Hesiquio III-; y los fragmentos biblicos que yuxtapuestos pobremente corren como la segunda homilia de Proclo. Encontramos luego cinco textos relacionados entre si por la festividad liturgica de la navidad, pero mas aun por la tematica cristol6gica que exponen de una manera extraordinariamente afin, como respuesta a una problematica doctrinal herencia de las controversias del siglo IV, pero abierta a nuevos y precisos planteamientos: Attico, Teodoto III, Ps. Cris6stomo II, Ps. Cris6stomo III y Proclo III, este ultimo pronunciado muy probablemente el 26 de diciembre del 426. 634 Conclusiones criticas A este periodo corresponde la primera homilia de Hesiquio para la festividad mariana primitiva, como se desprende del estu'dio comparativo con su segunda homilia paralela. Unico testimonio que poseemos, es dificil situarlo con mayor exactitud dentro de esta serie de homilias. Quizas el avance de la investigaci6n sobre la tradici6n manuscrita pueda aportarnos alguna nueva luz. Periodo efesino. En el comienzo de este turbulento periodo podemos situar cinco homilias que reflejan fielmente la controversia doctrinal que enfrenta a las escuelas de Alejandria y Antioquia sobre la persona de Cristo y consiguientemente sabre la manera correcta de denominar a Maria, su madre: la segunda homilia mariana de Hesiquio, que se puede fijar con gran probabilidad en diciembre del428; tres homilias que posiblemente se pronuncian en diciembre del429 y estan unidas estrechamente en una tematica de tinte polemico, respuesta quizas a los sermones novena y decimo de Nestorio-segun la edici6n de Loofs-: Ps. Atanasio I, Teodoto I y Ps. Teodoto "A"; finalmente, la segunda homilia navideiia de Teodoto, probablemente de diciembre del 430, en visperas de estallar la contienda con Nestorio y en la que da respuesta a los planteamientos de este en los sermones anteriormente mencionados. A esta lista podriamos aiiadir dos homilias exegeti<:as de Cirilo sobre el texto lucano y que serviran mas tarde para el panegirico liturgico del Hypapant&-'-Cirilo 1-. Aunque no presenta trazas de la controversia cristol6gica, pertenecen a la serie de explicaciones que hace Cirilo en los aiios 429430. La polemica personal con Nestorio a lo largo del 430-431 nos ha legado seis homilias ortodoxas, de dataci6n muy precisa gracias al estudio comparativo con los sermones VIII, IX, X, XIV, XVIII, XIX y XXVII del cuerpo nestoriano editado por F. Loofs. Podriamos proponer esquematicamente: - Proclo VII, en la navidad del 430. - Proclo I, en la festividad mariana natalicia del mismo aiio. - Cirilo II, en la festividad navideiia de ese aiio. Estas tres homilias son respuestas concretas a los sermones de Nestorio del13 y 14 de diciembre-XVIII y XIX-y determinan a su vez un nuevo sermon de Nestorio-el XXVII-que tiene ante sus ojos principalmente el texto de Proclo I. 635 Conclusiones generales - El serm6n de cuaresma de Proclo-Proclo VI-, pronunciado en marzo del431 y que es 'una respuesta a este serm6n XXVII de Nestorio. - Dos homilias, finalmente, pertenecen a los agitados dias de la iniciaci6n del concilio de Efeso: Cirilo III, vibrante pieza oratoria pronunciada entre el 28 y el30 de junio del 431, en la que ratifica su pensamiento mariol6gico y ataca violentamente la posici6n de Nestorio; y la fervorosa aclamaci6n de Acacio de Melitene en los dolorosos momentos en que se hace patente el cisma de los orientales, periodo comprendido entre el 28 de junio y el 10 de julio del 431. La declaraci6n doctrinal de Efeso crea un periodo de paz en el aspecto doctrinal de la mariologia y de fervor en la expresi6n de la piedad que se manifiestan en cinco homilias que cubren esta ultima parte de la primera mitad del siglo: los dos panegiricos navidefios de Pablo de Emesa en presencia de Cirilo en el afio 432; y tres probables textos oratorios de Proclo para la festividad mariana natalicia: las homilias cuarta y quinta de la edici6n de Migne y la composici6n poetica estudiada como el Ps. Cris6stomo IV. Sabemos por la historia, sin embargo, que las determinaciones de Efeso son causa tambien de inquietud e incertidumbre en las iglesias nestoriana y jacobita. Producto de esta confusa situaci6n aparecen la defensa polemica de Erectheio y la exaltaci6n mariana de Basilio de Seleucia. Periodo post efesino. Unicamente dos homilias autenticas encontramos en la segunda mitad del siglo v pertenecientes a autores cuya actividad se desarrolla en los alios 450-480: el panegirico de Crisipo de Jerusalen para la festividad mariana primitiva y el comentario exegetico de Antipatro de Bostra que servira de base para la reelaboraci6n liturgica en honor de Juan el Bautista. Por su posible relaci6n con estos autores cabria citar a continuaci6n las siguientes homilias: Ps. Taumaturgo IV, relacionado estrechamente con Crisipo, panegirico de extraordinaria importancia en el proceso de fijaci6n de la festividad liturgica de la anunciaci6n; la tercera homilia atribuida a Antipatro y cuyo nucleo original corresponde muy exactamente a la festividad mariana propia del siglo v, antes de que la ampliaci6n posterior sobre la escena de la visitaci6n transformara su fisonomia original; el panegirico navidefio atribuido a Teodoto de Ancira-Teodoto V-, purificado de las probables interpolaciones posteriores, que nos ofrece un cuadro tradicional que bien podria corresponder a esta epoca. 636 Conclusiones crlticas Por su caracteristica tematica central podriamos tambien situar en este tardo siglo v dos homilias mas: el Ps. Epifanio, quien en dependencia literaria de Crisipo y del Ps. Crisostomo IV aclama el misterio de la maternidad divina considerada a la luz de la encarnacion; y el Ps. Taumaturgo II, quien siguiendo literalmente la homilia mariana de Crisipo e influyendo en la compilacion posterior del Ps. Nisseno II, pondera el misterio de la concepcion virginal que tiene lugar en el momento de la anunciacion. Tres homilias estan intimamente relacionadas entre si por su tematica y por la ocasion liturgica que ha determinado su redaccion, la festividad del Hypapante. Procedentes de diversas regiones, coinciden en una orientacion cristologica del tema y en una ambientacion doctrinal que hace eco a las controversias cristologicas del siglo v. Creemos que su ubicacion en este periodo es bastante segura. Son elias el Ps. Cirilo de J erusalen, el Ps. Atanasio IVy la reelaboracion del comentario biblico lucano que ocupa la segunda parte de la homilia atribuida equivocadamente a Teodoto de Ancira. El anonimo jerosolimitano, reelaborado mas tarde por Nifon, constituye una interesante homilia lirica para la festividad naciente de la anunciacion en el tardo siglo v o a comienzos del siglo VI. Procuraremos sintetizar todos estos datos criticos en el cuadro esquematico, I (p. 684) 637 CAPITULO II CONCLUSIONES LITURGICAS El analisis realizado sobre el material homiletico nos ha ofrecido la oportunidad de reunir una serie de indicios de tipo liturgico que, si bien marginales al interes principal teol6gico de nuestro estudio, pueden contribuir a esclarecer la historia del culto mariana en este periodo. Es digno de anotar el hecho de que la gran mayoria de las piezas-cuarenta y ocho entre las cincuenta y ocho analizadas-han sido redactadas originalmente o reelaboradas posteriormente con motivo de una festividad liturgica concreta, confirmando la apreciaci6n fundamental de que el pensamiento teol6gico de la iglesia primitiva nace y se desarrolla al calor de la vida de piedad del pueblo fiel. PARAGRAFO 1°: FESTIVIDAD LITURGICA NATALICIA. La primera conclusi6n de gran interes es comprobar que la festividad cristo16gica de la Navidad (Epifania en algunas regiones) presenta un car~cter original en la iglesia primitiva, reflejo de la vivencia mas espontanea del hecho cristiano. En efecto, es la festividad que ha dado lugar a mayor numero de panegiricos-Ps. Cris6stomo V, Ps. Cris6stomo I, Ps. Taumaturgo I, Attico, Teodoto III, Ps. Cris6stomo II, Proclo III, Teodoto I, Ps. Atanasio I, Ps. Atanasio II, Ps. Teodoto "A", Teodoto II, Cirilo II, Proclo VII y Proclo VI, Pablo I y II, Teodoto V y Ps. Cris6stomo VIII-diecinueve piezas que representan mas de la tercera parte del material homiletico liturgico. Homilias situadas en epoca temprana y cuya autenticidad literaria esta esclarecida en gran parte: fuera de las cuatro pseudo-epigraficas pertenecientes al siglo IV y del tardio Ps. Cris6stomo VIII, las demas piezas estan suficientemente determinadas. En una mirada comparativa podemos seiialar un segundo dato complementario de interes: solamente siete piezas presentan rastros de reelabo638 Conclusiones liturgicas raci6n posterior y de ellas unicamente en tres-el Ps. Cris6stomo V, Ps. Atanasio II y Ps. Cris6stomo VIII-se afecta realmente Ia exposici6n tematica; las demas homilias ofrecen un texto original, claro, preciso, ordenado. Es evidente que nos encontramos con una festividad de caracteristicas precisas, con modalidad bien definida y una amplia tradici6n en Ia Iglesia. Esta aproximaci6n se confirma en una analisis comparativo del esquema ideol6gico seglin el cual se desarrolla el tema de Ia festividad: ponderaci6n del misterio de Ia maternidad virginal + ponderaci6n del misterio de la encarnaci6n + ponderaci6n del misterio redentor. Si exceptuamos el Ps. Atanasio II y el Ps. Cris6stomo VIII que solo accidentalmente se enumeran en este grupo, todas las demas homilias siguen en sus lineas generales este esquema, o acentuando los aspectos cristol6gicos-Attico, Teodoto I y V, y por razones circunstanciales Proclo VI-o bien dando un relieve notable al aspecto mariol6gico en las restantes, hasta el punto de que siete de elias darian la impresi6n de verdaderos panegiricos en honor a Maria y, mas concretamente, de su maternidad virginal: asi dos piezas muy antiguas, el Ps. Cris6stomo V y el Ps. Cris6stomo I; el Ps. Taumaturgo I que le da una fisonomia tan marcada a su exposici6n que la reelaboraci6n posterior podra aiiadir sin mayor dificultad una extensa letania encomiastica mariana; Teodoto III, quien no vacila en estructurar su homilia sobre dos textos biblicos bien significativos: la profecia isaiana de la almah y el mensaje angelica a Jose segun el texto de Mateo; finalmente tres homilias centran su atenci6n en Ia defensa de la maternidad divina y el modo adecuado de expresarla con el titulo de $eo-r:6uo~. Este es un dato primitivo de extraordinario significado y que reasumiremos en el pr6ximo paragrafo. En coherencia con esta ultima conclusi6n, observamos que no existe un esquema propiamente liturgico que oriente los panegiricos. La gran mayoria de las piezas no presentan referencia alguna biblico-liturgica: el recur~ a Ia Escritura se hace desde una perspectiva netamente doctrinal. Los pocos textos que se construyen biblicamente no presentan ninguna linea comun: el Ps. Cris6stomo V emplea los textos de Mateo y Lucas que refieren las escenas natalicias del censo, los pastores y los magos; Proclo VII y Pablo de Emesa se valen del pr6logo de Juan y complementan con Isaias 45, 8 y Lucas 2, 14, el primero, y Mateo 16, 15ss., el segundo; el Ps. Atanasio I es el unico que se refiere ampliamente a Ia escena de Ia anunciaci6n, pero de hecho el desarrollo tematico prescinde del texto sagrado. Quizas la unica excepci6n podria ser el esquema capadocio formado por Mateo 1, 18-25 + Isaias 7, 14 que aparece en la homilia de Basilio-PG 639 Conclusiones generales XXXI, 1457ss.-y se repite exactamente en Teodoto III, Ps. Atanasio II y Ps. Crisostomo VI. Una mirada sintetica de estos datos deja ver el gran interes que tendria un estudio comparativo con los panegiricos natalicios de la epoca chisica de la patristica. Intuimos que una investigacion de este tipo proporcionaria datos de gran importancia en el terreno especifico de la liturgia y de la historiografia mariana. PARAGRAFO 2°: FESTIVIDAD MARIANA PRIMITIVA. En este paragrafo agrupamos el estudio comparativo de diez homilias redactadas, sin Iugar a dudas, para una festividad liturgica perfectamente definida: la memoria de la Deipara, o festividad mariana primitiva. Son elias: Hesiquio I y II, Proclo I, IV y V, Ps. Crisostomo IV, Basilio de Seleucia, Crisipo, Antipatro III y Ps. Epifanio. Los exordios de todas estas piezas son enfaticos en este sentido; el unico texto que podria suscitar alguna inquietud-e! Ps. Crisostomo IV-concluye con una letania encomiastica mariana que resuelve suficientemente la dificultad. Ocho de las diez piezas homileticas nos presentan un texto original, claramente estructurado, cuidadosamente escrito, cuya autenticidad esta solidamente establecida y las situa muy precisamente en nuestro siglo v y en dos de las principales iglesias de la epoca, Constantinopla y Jerusalen. Tres de elias-las dos de Hesiquio y la primera de Proclo-son testimonios claros de la existencia de esta festividad antes del concilio de Efeso. Es, pues, evidente que nos encontramos con una festividad liturgica tradicional, al menos en estas dos iglesias de Oriente, lo que nos obliga a apartarnos de las conclusiones de D. Montagna y J. A. de Aldama quienes consideran esta festividad como un efecto de la exaltacion mariana efesina. Un analisis comparativo del esquema ideologico nos lleva a importantes conclusiones: Ante todo, el desarrollo es esencialmente doctrinal y se centra en el misterio de la maternidad divina. Fuera de la homilia de Crisipo, que se cine a un comentario de los textos liturgicos del dia, y del Ps. Crisostomo IV, que se estructura sobre los textos biblicos de Lucas y Mateo, las ocho piezas restantes se desarrollan independientemente y siempre en la linea de la consideraci6n y ponderacion del hecho de la encarnacion, acentuando el aspecto virginal algunas de ellas-Hesiquio, Proclo, Crisipo, Antipatro 640 Conclusiones liturgicas III-, dando mayor enfasis al aspecto mas profundo de la maternidad divina las restantes. Este tema central viene encuadrado en dos grandes acontecimientos: el nacimiento del nifio y el anuncio angelico a Maria. Por lo que hace al primero, la referenda es constante: con la excepcion del panegirico de Proclo V y de la dificil compilacion atribuida a Antipatro, las ocho piezas restantes concluyen siempre con este tema; mas aun, la referenda es concreta al nifio reclinado en el pesebre, adorado por los angeles, pastores y magos, inspiraci6n frecuente de sentidos coloquios del orador. En concordancia con las explicitas alusiones liturgicas del exordio, concluimos con certeza que la festividad se celebra en el ambiente navidefio, por lo cual rechazamos-para nuestro siglo-la fecha del 15 de agosto propuesta por elleccionario armeno, sin poder llegar a precisar si esta festividad precedia o seguia cronologicamente a la Navidad celebrada ya generalmente el 25 de diciembre. A esta luz, la homilia del Ps. Crisostomo IV es un documento de gran interes. Es la unica pieza cuyo exordio es netamente natalicio, en perfecto paralelo con las homilias consideradas comparativamente en el paragrafo anterior; y, sin embargo, su tematica y letania encomiastica mariana la incluyen necesariamente dentro del presente recuento. Esta incoherencia interna nos hace recordar ese grupo de siete homilias navidefias que ponian en primer plano la figura de Maria, dentro de las cuales se podria incluir sin dificultad el texto que comentamos. Estariamos tentados de preguntarnos si no estaremos ante el proceso de aparici6n del culto liturgico a Maria en una explicitacion viva y dinamica de la festividad de la Navidad. Por lo que hace a la escena de la anunciaci6n, el analisis no es menos interesante. La mayoria de los textos comienzan la consideraci6n del tema con una referenda a ella: el saludo angelico inspira la letania encomiastica de Hesiquio II y la escena de la anunciaci6n expuesta con amplitud introduce el tema central en Hesiquio I; el hecho biblico de la anunciaci6n es el ambiente dentro del cual se desarrolla el tema doctrinal de Proclo I y las palabras del angel inspiran la peroraci6n de Proclo IV; sobre el pasaje evangelico lucano, presentado en forma dramatica, construyen el Ps. Crisostomo IV y Basilio de Seleucia una parte importante de sus panegiricos. Por otra parte, prescindiendo del hipotetico Antipatro III cuyo caracter fragmentario le excluye de Ia presente consideraci6n, encontramos tres homilias que no presentan esta referenda anunciacionista: Proclo V, Crisipo y Ps. Epifanio. El caracter de compilaci6n tardia que ofrece este 641 Conclusiones generales ultimo texto podria explicar su ausencia si se tienen en cuenta las conclusiones sobre la festividad de la anunciaci6n que analizaremos en el pr6ximo panl.grafo; Crisipo sigue el esquema liturgico de la festividad jerosolimitana, seglin el testimonio del antiquisimo leccionario para uso de la comunidad armena, el cual no contiene el texto lucano, hecho significativo al considerar que en J erusalen las homilias de Hesiquio atestiguaban unos decenios antes la practica contraria; a esta luz, c6mo explicar que la ultima homilia de Proclo modifique la ambientaci6n que encontramos en sus dos homilias anteriores? Esta inquietud la tomaremos de nuevo en el pr6ximo paragrafo. Un ultimo dato estructural de tipo liturgico comun a estas piezas es la alabanza mariana. Recurso literario que encontramos en forma mesurada en el siglo IV, como analizaremos mas adelante, aparece en nuestras homi-. lias como elemento ret6rico esencial que va cobrando importancia e independencia a lo largo de nuestro siglo. Quizas con la unica excepci6n del fragmentario Antipatro III, las demas piezas alaban a Maria por medio de imagenes biblicas que resaltan su misi6n o su santidad y vienen expresadas sea en forma de epitetos ocasionales o en estructuradas y extensas letanias encomiasticas, especie de glosa del saludo angelico, por lo cual se las conoce tecnicainente con el nombre de zateer:u:tp.ol. PARAGRAFO 3o: FESTIVIDAD DE LA ANUNCIACION. Debemos hacer una primera observaci6n importante: el epigrafe de las homilias no es criterio seguro para clasificar en este apartado una pieza determinada; es preciso descender al analisis del mismo texto. Nuestro estudio nos invita a reunir diez textos de gran importancia para Ia reflexi6n liturgica: Ps. Cris6stomo IX, Ps. Taumaturgo IV, Ps. Antipatro, Ps. Taumaturgo II, Ps. Atanasio IV, An6nimo jerosolimitano, Ps. Atanasio II, Ps. Taumaturgo III, Ps. Cris6stomo VIII, Ps. Proclo y Ps. Nisseno II. Para el estudio comparativo tendremos que considerar ademas cuatro piezas que nb tienen relaci6n con esta festividad liturgica, pero cuyo tema central se aproxima notablemente: Ps. Atanasio IV, Ps. Atanasio III, Ps. Atanasio I y Antipatro. En fuerte contraste con las homilias anteriormente consideradas, este grupo se caracteriza por su indole pseudo-epigrafica y reelaborada. No hay una sola pieza de orador conocido: dos de elias nos ofrecen alguna aproximaci6n-Ps. Cris6stomo IX y Ps. Taumaturgo IV-y otras per642 Conclusiones liturgicas miten conjeturar la region de la que proceden-Ps. Taumaturgo II y III-; las seis restantes permanecen en el completo anonimato. Ademas, solamente las dos primeras nos ofrecen con probabilidad un texto original; las demas representan adaptaciones liturgicas posteriores: tres textos han sido retocados en forma bastante clara y definida-Ps. Atanasio IV, Ps. Crisostomo VIII y el texto primitivo del Ps. Antipatro-; los otros cinco son compilaciones de diversas fuentes primitivas, compleja labor de redaccion cuya reconstruccion no pasa de hipotesis de trabajo. Anotemos, finalmente, que todas estas adaptaciones presentan fuertes indicios de una epoca tardia: Ps. Taumaturgo .IV y el Anonimo jerosolimitano podrian situarse en la segunda mitad del siglo v; Ps. Antipatro y Ps. Taumaturgo II se aproximan con probabilidad al periodo siglo v-v1; los cinco restantes corresponden a las ultimas piezas de nuestro recorrido homiletico, siglos VI-vn. Tenemos una conclusion evidente: estamos ante testimonios de una festividad liturgica mas bien tardia. El analisis comparativo de los exordios nos ofrece elementos de gran interes. En primer lugar, todos hacen referenda a la festividad liturgica que se celebra y, por consiguiente, podemos estar seguros del caracter panegirico de las piezas; todas elias se centran en la escena de la anunciacion, haciendo presumible que se trate de esta festividad liturgica; y, sin embargo, las precisiones textuales son desconcertantes: el Ps. Crisostomo IX expresa la inten cion doctrinal de la homilia dentro de un contexto polemico reafirmado por el epilogo; Ps. Crisostomo VIII y Ps. Nisseno II adaptan sus fuentes originates anunciacionistas a la festividad cristologica de la Navidad( I); la compilacion de Nif6n y el Ps. Proclo se expresan en forma perfectamente paralela a los clasicos exordios de la festividad mariana primitiva; el Ps. Antipatro y Ps. Taumaturgo II ponen de relieve el caracter cristologico de la festividad, cuyo centro es la encarnacion redentora realizada si en el momento de la anunciaci6n; Ps. Taumaturgo IV avanza en esta linea haciendo enfasis en el anuncio angelico. Solamente en los tardios Ps. Atanasio IV y Ps. Taumaturgo III encontramos la referenda clara y precisa a la festividad del evayyeA.tap.6~; y, con todo, el primero la considera una festividad cristologica I No podemos menos de reconocer que se trata de una festividad liturgica naciente, que no logra su ubicacion liturgica adecuada. La forma en que se expone la escena de la anunciacion nos ofrece nuevos datos de interpretacion: Los textos mas antiguos-Ps. Antipatro y Ps. Crisostomo IX-presentan un claro tinte de comentarios biblicos; diriamos que se trata de comen- 643 Conclusiones generales tarios a la escena evangelica en los que el tenor mismo del texto lucano determina una acentuaci6n del caracter dialogal y explica por que sorpresivamente encontramos en el Ps. Antipatro la escena de la visitaci6n que desbordaria los limites de la festividad liturgica. Algo semejante encontramos en el Ps. Taumaturgo III y en las homilias de caracter exegetico de Antipatro, Ps. Atanasio V y III. En el Ps. Atanasio IV la escena de la anunciaci6n se refiere en forma breve, totalmente marginal, como hecho que determina el misterio de la encarnaci6n redentora, tema central del panegirico. En el texto reelaborado por Nif6n la presentaci6n es semejante: la primera fuente da termino a la consideraci6n de la encarnaci6n redentora con una parafrasis encomiastica del saludo angelica; el compilador posterior concluye en forma narrativa el relato evangelico, interrumpiendo de manera brusca la alabanza mariana que se continua en los numeros siguientes. Es claro que para estos dos textos Ia escena de Ia anunciaci6n es secundaria en si misma. El Ps. Taumaturgo IV, partiendo de una consideraci6n exegetica del versiculo 26 del capitulo lucano, se explaya en una amplia presentaci6n ret6rica del envio del angel que concluye un tanto bruscamente con el epilogo mariano, sin que se haya llegado a tratar la escena misma de Ia anunciaci6n. En Ia primera secci6n original del Ps. Taumaturgo II encontramos una,brevisima presentaci6n ret6rica de la escena que inspira Ia extensa exaltaci6n mariana, objetivo principal del orador. Esta presentaci6n Ia transcribe literalmente el Ps. Nisseno I. El Ps. Taumaturgo III, en su compilaci6n para esta festividad liturgica, emplea como primera fuente una redacci6n muy semejante a las anteriores. Se observa en este grupo que la anunciaci6n es el punto de arranque, pero el interes homiletico va en otro sentido. El Ps. Crisostomo VIII y el Ps. Proclo se refieren a la anunciaci6n en forma notablemente diferente. En sus tardias reelaboraciones han tornado piezas dramaticas que incluyen dos momentos bien caracteristicos: el dialogo de Maria con el angel, referido basicamente al texto lucano, y el subsiguiente dialogo de Maria y Jose insinuado en el texto paralelo de Mateo 1, 18-20. Son cuadros bien definidos que desbordan ampliamente los limites de una festividad liturgica. Esta indefinida variedad de aproximaciones al tema son un indicio claro de que se delinea una festividad liturgica que no acaba de encontrar su fisonomia y caracteristicas propias. Hay, sin embargo, un nucleo preciso: se trata de una festividad mariana I Todas las piezas, sin excepci6n, resaltan de manera especial la figura 644 Conclusiones liturgicas de Maria. La gran mayoria termina con un amplio epilogo encomiastico a Maria, que en la adaptaci6n de Nif6n llega a una ins6lita doxologia mariana. Muchas incluyen vibrantes elogios o exaltadas alabanzas a lo largo de la homilia. Podemos seiialar, tambien, una caracteristica definida: esta festividad mariana no presenta ninguna conexi6n con la festividad del nacimiento. Unica excepci6n, la redacci6n interpolada del Ps. Taumaturgo III, quien despues de haber recargado el tema de la anunciaci6n con un trozo exegetico sobre la visitaci6n, se cree obligado a completar con el relata del capitulo segundo de Lucas. El conjunto de observaciones permite algunas conclusiones mas generales que pueden ser un estimulo' a nuevas investigaciones sobre esta festividad liturgica: La primera podria ser que el tema de la anunciaci6n despert6 el interes de las comunidades cristianas desde epocas tempranas. La predicaci6n en Capadocia hacia los aiios 370-376 es el testimonio mas firme en este sentido; los comentarios biblicos al texto lucano, de temprana dataci6n y especial relieve ret6rico, son indicia de una conciencia cristiana que se va formando; la recurrencia, mas o menos amplia, que encuentra el tema en la homiletica del siglo v permite ver la importancia creciente que este hecho adquiere en la vida de la Iglesia; las mismas fuentes que utilizan los compiladores tienen un matiz de originalidad y frescura digno de atenci6n. En segundo lugar, los textos analizados pueden quizas ayudarnos a replantear el origen y evoluci6n de esta festividad liturgica que adquiere su carta de ciudadania con el decreta imperial del tardo siglo vr: A partir del texto del Ps. Crisostomo IX, como testigo para Capadocia de la lectura dominical de Lucas 1, 26-38, y del curiosa desarrollo tematico del Ps. Atanasio I estrictamente paralelo, llaman la atenci6n tres homilias que consideran el mismo tema con una perspectiva similar. La primera es I el Ps. Taumaturgo IV, probablemente orador del Asia Menor en el siglo v, que es un comentario circunstancial de Lucas 1, 26-27, conectado ideol6gicamente con la figura del Bautista, concentrado en la embajada del angel a Maria, sin nexo con la festividad liturgica del nacimiento, cuyo estado al parecer fragmentario puede explicar que la escena de la anunciaci6n no se des~rrolle completamente; homilia estrictamente liturgica, vimos que no correspondia a ninguna de las festividades tradicionales. La segunda es el Ps. Atanasio III, probable reelaboraci6n de origen capadocio, que comentando el esquema lucano de 1, 11-14. 26-34, considera la anunciaci6n a Zacarias como introducci6n al tema central de la anunciaci6n a Maria. La tercera 645 Conclusiones generales es la adaptaci6n posterior a la festividad del nacimiento del Bautista del comentario homiletico de Antipatro de Bostra a Lucas 1, 6-23. 28-43, adaptaci6n que considera la escena de la anunciaci6n como la plenitud de las alabanzas del Precursor. Se debe advertir que tam poco en estas dos ultimas homilias se encuentra referencia a la festividad liturgica del nacimiento. Quizas convendria afiadir en esta linea el testimonio de dos homilias, tambien de origen capadocio, compiladas mas tarde para la festividad de la Paranome de la Navidad: el Ps. Cris6stomo VI, quien utiliza como una de sus fuentes una vibrante aclamaci6n mariana a partir del misterio de la encarnaci6n virginal, complementada con la escena de las dudas de Jose sobre el texto de Mateo 1, 18-20 de caracteristicas muy peculiares; y el Ps. Atanasio II que retoca un comentario al texto de Lucas 2, 1-7 acentuando la figura de Maria en dicha exposici6n y dramatizando ampliamente la actitud de Jose sobre la linea de la homilia anterior yen paralelo estricto con el Ps. Cris6stomo VIII y el Ps. Proclo. Tendremos en este grupo de homilias un testimonio de la evoluci6n de la liturgia mariana primitiva en la regi6n de Capadocia, liturgia centrada en la escena de la anunciaci6n? Por otra parte, encontramos dos piezas probablemente jerosolimitanas que merecen especial atenci6n: el Ps. Atanasio IV, quien dentro de un desarrollo tematico clasico celebra el hecho de la anunciaci6n que se conmemora ese aia como la primera festividad cristol6gica; y el Ps. Taumaturgo II, quien reelabora piezas clasicas de la festividad mariana primitivaentre elias la conocida de Crisipo-para adaptarlas a la festividad de la anunciaci6n. Estaremos ante el testimonio del desdoblamiento de Ia festividad mariana de Jerusalen, determinada quizas por el influjo de la liturgia capadocia y el traslado oficial de Ia festividad mariana primitiva al 15 de agosto? PARAGRAFO 40: FESTIVIDAD DEL HYPAPANTE. Consideramos en este apartado nueve homilias conservadas en los homiliarios para la festividad liturgica de Ia presentaci6n del Senor en el templo, conocida tipicamente en Oriente con el nombre de Hypapante: Ps. Cris6stomo X, Ps. Cris6stomo XI, Hesiquio III, Cirilo I, Ps. Cirilo de Jerusalen, Ps. Atanasio VI, Ps. Teodoto "B", Ps. Nisseno II y Ps. Metodio. Con Ia unica excepci6n del Ps. Cris6stomo X-que es un comentario biblico sin 646 Conclusiones liturgicas referencia liturgica alguna-los demas textos han sido redactados o adaptados conscientemente para esta festividad liturgica. La primera sorprendente conclusi6n que nos ofrece su estudio comparativo es el caracter tardio de la celebraci6n liturgica de esta festividad. El testimonio de la peregrina Eteria en el siglo IV nos hablaba de la existencia en J erusalen de una festividad de la presentaci6n del Seiior a los cuarenta dias de la Navidad. Pues bien, no existe dato homiletico que corresponda a este temprano testimonio, ya que las piezas que se suelen aducir al respecto no constituyen argumento s6lido. Las homilias atribuidas al Cris6stomo no son validas: el Ps. Cris6stomo X, aunque de temprana redacci6n, es un comentario biblico al texto lucano sin referencia liturgica alguna, ni siquiera en su reelaboraci6n posterior; el epigrafe no hace ·otra cosa que referir su contenido: de occursu Domini nostri lesu Christi, deque Deipara et Simeone. El Ps. Cris6stomo XI es una adaptaci6n de un comentario biblico similar al anterior, quizas autentico del Cris6stomo, .adaptaci6n que podemos localizar con certeza en el siglo vi-VII. Indicamos oportunamente c6mo la homilia de Anfiloquio de Iconio-PG XXXIX, 44ss.-era igualmente un comentario exegetico sin ninguna referencia a la supuesta festividad liturgica. Encontramos luego tres panegiricos redactados originalmente para esta festividad, dos de ellos de origen jerosolimitano, atribuidos a grandes personalidades del siglo IV: Cirilo de Jerusaien, Atanasio, Gregorio de Nissa. Su analisis cuidadoso nos condujo a conclusiones decepcionantes: los tres son ciertamente pseudo-epigraficos y su redacci6n se situa ciertamente despues del concilio de Calcedonia. Finalmente, el texto jerosolimitano atribuido falsamente a Metodio de Olimpo es una reelaboraci6n de epoca muy tardia, contemporanea del Ps. Cris6stomo XI. No existe, pues, ningun testimonio homiletico que sufrague la existencia de esta festividad, ni en J erusalen ni en Capadocia, en el siglo Iv. En nuestro siglo v se seii.alan tres piezas: Hesiquio III, Cirilo I y Teodoto de Ancira en la segunda parte de su homilia pseudo-epigrafica. Y, sin embargo, las tres son reelaboraciones posteriores: esta criticamente establecido que el texto de Cirilo reune bajo un vibrante exordio de circunstancias las homilias tercera y cuarta de la serie exegetica que sobre el evangelio lucano predic6 el alejandrino por los aii.os 429-430; el analisis interno del texto de Hesiquio nos llev6 a conclusiones enteramente similares: es la adaptaci6n de un comentario exegetico para la festividad de Jerusalen; es indudable que el texto del Ps. Teodoto yuxtapone malamente dos piezas, 647 Conclusiones generales una de ellas un autentico panegirico para esta festividad, reelaborado ciertamente en fecha posterior al concilio de Efeso. No podemos menos de subrayar esta conclusion que replantea en forma exigente la historiografia de esta festividad liturgica y cuestiona seriamente los documentos primitivos. Una segunda conclusion de gran interes: la festividad se localiza en la region de J erusalen, en armonia con los datos primitivos. Dos de las piezas originales-Ps. Cirilo y Ps. Nisseno II-han sido redactadas seguramente alli y expresan los detalles propios de su celebraci6n en Jerusalen, asi comG el Ps. Crisostomo XI hace una defensa de su celebracion el dia 2 de febrero, a los cuarenta dias de la Navidad. Las reelaboraciones del Ps. Teodoto y Ps. Metodio proceden con gran probabilidad de esa region. La exegesis jerosolimitana de Hesiquio esta a la base de otra adaptacion posterior. La unica pieza que realmente esta fuera de este cuadro es el Ps. Atanasio VI y en ella estructuracion del exordio y la presentacion tematica difieren notablemente del marco comun que encontramos en toda la serie de homilias. Hay algo mas. La estructuraci6n de las homilias es netamente biblica. Se tiene la impresi6n de que nace de los comentarios exegeticos que le sirven de base, de manera que el nucleo tematico es un poco fluctuante: en algunos casos incluye Ia escena de Ia circuncisi6n-Ps. Crisostomo X y Cirilo-, en otros se extiende basta Ia escena de Ana Ia profetisa-Ps. Atanasio VI, Ps. Nisseno II, Ps. Metodio-y alguno Ilega a insinuar el ambiente natalicio-Ps. Teodoto-. En algunas se considera con detenci6n Ia espada de dolor predicha a Maria-Hesiquio, Cirilo, Ps. Crisostomo X, Ps. Crisostomo XI, Ps. Atanasio VI-, en otras se ignora este aspecto-Ps. Cirilo, Ps. Nisseno-y dos piezas Io eluden cuidadosamente -Ps. Teodoto y Ps. Metodio-. Finalmente, nuestro recorrido homiletico es testigo de un proceso evoIutivo: los comentarios exegeticos, fieles a Ia orientacion peculiar del texto lucano que modifica conscientemente el sentido original de Ia ley mosaica de la purificaci6n, centran su atencion en Ia persona de Cristo que inicia su mision redentora; los panegiricos mas estructurados acentuan este aspecto doctrinal, de manera que la figura de Maria apenas aparece en el trasfondo, de una manera completamente secundaria; las dos ultimas homilias representan un cambio notable: el Ps. Crisostomo XI reelabora el comentario biblico clasico precisando Ia fecha jerosolimitana de su predicacion liturgica y concluyendo con un sorprendente epilogo encomiastico mariano I El Ps. Metodio es aun mas radical: exordio y epilogo son marcadamente maria648 Conclusiones liturgicas nos, la figura de la madre esta en el centro de la consideraci6n doctrinal y sus alabanzas son el objeto del impulso ret6rico del orador. *** Concluyendo esta serie de consideraciones liturgicas debemos confesar que los datos homileticos de nuestro periodo no se prestan a una facil sistematizaci6n y no favorecen las hip6tesis unitarias propias de nuestra mentalidad actual. A partir del hecho significativo de que las festividades marianas primitivas nacen de la gran festividad natalicia, en una consideraci6n cada vez mas rica y profunda del misterio insondable de la encarnaci6n, nos atreveriamos a seiialar en dos direcciones diferentes: en la regi6n de Capadocia una liturgia mariana de tipo exegetico sobre el evangelio de la anunciaci6n, independiente del ciclo navideiio y que abre la posibilidad de la conmemoraci6n del dia del e.vayye.J..tap,6c; a que hace alusi6n Abraham de Efeso-de hecho el 25 de marzo cay6 en domingo en los aiios 372 y 378, epoca de la segura predicaci6n del Ps. Cris6stomo IX-; en las Iglesias de Jerusalen y Constantinopla una festividad fiturgica de la maternidad divina, estrictamente vinculada al ciclo navidefio y anterior al concilio de Efeso, que parece se desdobla hacia una festividad de la anunciaci6n, paralela a la capadocia, quizas en virtud de la fijaci6n de la festividad prirnitiva ell5 de agosto. La evoluci6n de la festividad del Hypapante de un clasico significado cristol6gico a uno tardio mariol6gico abre un campo muy interesante a la investigaci6n critica. Un analisis comparativo de las citaciones biblicas revela una tematica comun a Ia homiletica del siglo, mas que una dependencia de un esquema liturgico determinado. Pretender Ia fijaci6n de una Iiturgia con base en estos elementos, como lo ha intentado D. Montagna, resulta expuesto a errores definitivos. Esto no excluye el que dado un esquema por fuentes litlirgicas diversas se pueda rastrear su influencia en Ia homiletica, como sucedi6 en el caso de Crisipo gracias al testimonio del leccionario armeno. Aun en estos casos se ha de proceder con prudencia, ya que los oradores no se cifien necesariamente a ese esquema. PARAGRAFO 5°: ALABANZAS LITURGICA MARIANAS. E~te punto ha sido tratado detenidamente por D. Montagna en su estudio "La lode alla Theotokos nei testi greci dei secoli Iv-vm", enriquecido con 649 Conclusiones generales la transcripci6n de cuarenta y dos textos que hacen al prop6sito, entre los cuales veinticuatro homileticos de nuestro periodo. Nuestro analisis puede aportar nuevos elementos a este interesante estudio: en primer Iugar, presenta trece textos mas, algunos de gran importancia: Antipatro III, Ps. Cris6stomo XI, Ps. Taumaturgo I, Ps. Cris6stomo II, Ps. Cris6stomo IV, Ps. Cris6stomo V, Ps. Atanasio III, Ps. Atanasio V, Ps. Atanasio VI, Ps. Proclo, Ps. Epifanio, Ps:Metodio y An6nimo jerosolimitano; en segundo Iugar, modifica las perspectivas generales del autor, debido a las precisiones criticas sobre las homilias de Cirilo, Ps. Nisseno I, Ps. Taumaturgo II, Ps. Taumaturgo III y Ps. Taumaturgo IV; finalmente, establece un estudio comparativo de los diversos textos, revalorando el orden de dependencia de algunos de ellos sin tener en cuenta teorias previas. La importancia de estas peculiares alabanzas marianas viene sintetizada muy bien por el autor aludido: esse costituiscono anzi il vertice espressivo della pieta mariana byzantina . .. la lode alla Theotokos vi trova la manifestazione tipica ed ideale {MARIANUM, 24, 1962, pp. 484-5). Su origen parece encontrarse en una especie de glosa de la pericopa lucana de la anunciaci6n. En efecto, el mas antiguo testimonio seguro, el Ps. Cris6stomo IX, comentando directamente el evangelio del dia, Lc. 1, 26-38, parafrasea el termino xaiee, 6 Kvewr; p,e-r:a aov, evJ..oynp,evn; igualmente el comentario lucano del Ps. Atanasio III enriquece el 6 Kvewr; p,e-r:a aov con cinco exclamaciones encomiasticas; el Ps. Taumaturgo III, en una de sus fuentes originales exalta la imagen de Maria sobre el xa'iee uexaet-r:wp,l'llrJ del anuncio angelico; Teodoto V adorna la frase p,"' cpo{Jov Maela con nueve epitetos laudatorios a Maria y pondera las consecuencias redentoras de la maternidad divina; Basilio de Seleucia desarrolla la misma idea sobre el xaiee uexaet-r:wp,evn. Todos estos testimonios coinciden en Ia estructura y en Ia tematica. Si tenemos en cuenta que todos ellos-si se exceptua quizas el Ps. Taumaturgo III-proceden de la zona de influencia de la Capadocia, se puede pensar con probabilidad en una cierta dependencia literaria. Hacia la primera mitad del siglo v encontramos dos piezas que hacen explicitamente el comentario de Lucas: el Ps. Cris6stomo IV, quien en diecinueve figuras glosa el xaiee uexaet-r:wp,l'llrJ, y el Ps. Taumaturgo IV, quien en seis miembros parafrasea el xaiee; estos textos de inspiraci6n procliana presentan una caracteristica que los diferencia radicalmente de la serie precedente: mientras aquella consideraba directamente la misi6n de Maria y formaba sus alabanzas con expresiones preferentemente dogmaticas, 650 Conclusiones liturgicas los dos textos presentes exaltan directamente a la madre-virgen por medio de imagenes biblicas preiiadas de poesia y con tendencia a la simetria. Es mas: en el Ps. Taumaturgo IV este artificio viene en un segundo aparte desligado de la pericopa lucana y estructurado sobre la repetici6n anaf6rica del mandato del Senor: aneA.Oe neoc; . .. Llama la atenci6n el paralelismo estrecho entre las imagenes empleadas por estas dos homilias. Si el doble grupo anterior glosaba expresamente la pericopa lucana de la anunciaci6n, nos encontramos ahora con otro grupo que toma de ella solamente la forma inicial del saludo xaiee 0 xateotc; para estructurar una alabanza de tipo poetico procliano, independiente del texto de Lucas que no entra en el desarrollo de la homilia. En este grupo podemos enumerar a Hesiquio II y Cirilo I del periodo pre-efesino; Ps. Teodoto, Crisipo y Antipatro III en el periodo post-efesino; Ps. Epifanio, Ps. Metodio y Ps. Cris6stomo XI en el tardo siglo v-v1. La interdependencia entre los diversos textos recibe una valida confirmaci6n en el estudio de las imagenes biblicas empleadas que forman un grupo caracteristico del cual s6lo se aparta Cirilo. Ahora bien: bajo este punto de vista existe una estrecha relaci6n entre este grupo y el conjunto Ps. Cris6stomo IV-Ps. Taumaturgo IV que sugiere una influencia. En que sentido ? Ps. Cris6stomo IV inspira a Hesiquio II o viceversa? Estariamos tentados a optar por la primera hip6tesis y coincidir en lineas generales con la apreciaci6n de D. Montagna de que Capadocia influye en J erusalen a traves de Constantinopla. Esta teoria que contradice la probable dataci6n de los textos homileticos y de por si no puede explicar la diferencia seiialada entre los grupos Capadocia-Constantinopla, encuentra una dificultad aun mayor en un tercer grupo de homilias en las que la alabanza mariana se presenta independiente por completo de Ia pericopa lucana, bien en forma de encomio acumulativo-Ps. Atanasio V, Ps. Cris6stomo V, Proclo I, IVy V, Ps. Cris6stomo III, Ps. Atanasio VI-, bien estructuradas sobre formas anaf6ricas-Ps. Cris6stomo VI y VIII, Ps. Proclo, Ps. Taumaturgo 1-, a los que se pueden aiiadir apartes del Ps. Epifanio y Ps. Metodio. Observamos que los dos primeros pertenecen al siglo IV y provienen de Ia zona de influencia de Alejandria. Dentro de la sobriedad propia de Ia epoca son los primeros en acudir a las imagenes biblicas para formar Ia alabanza mariana y justamente con las tres figuras mas empleadas por Ia homiletica posterior: area de la alianza, zarza que arde sin consumirse y monte del que se desprende la piedra que acabara con la estatua del coloso. El Ps. Atanasio V presenta ademas la primera procesi6n de Profelas, artificio 651 Conclusiones generales que empleara generosamente Proclo y sus discipulos, Ps. Basilio, Ps. Proclo y Ps. Atanasio VI. Es, pues, muy probable que esta corriente literaria este a la fuente de Hesiquio-Proclo, punto de arranque de las alabanzas poeticas a Maria. Las conclusiones reseiiadas brevemente nos hacen ver que la teoria de D. Montagna que considera un proceso de evolucion homogenea de la piedad liturgica mariana con foco unico en Capadocia no se prueba con los textos homileticos. Estos nos hacian pensar en una doble festividad mariana primitiva con centros en Capadocia y Jerusalen-Constantinopla, conclusion que se corrobora con el presente analisis de las alabanzas marianas, que-dicho sea de paso-adquieren su evolucion poetica antes del concilio de Efeso. Un punto queda por resolver: Constantinopla y Jerusalen representan dos tradiciones simultaneas e independientes? La influencia alejandrina pasa a Constantinopla a traves de Jerusalen? Creemos que con los datos homileticos que poseemos actualmente es imposible dar una respuesta siquiera sea aproximada. Es un campo abierto a la investigacion critica. Una fusion de estas tradiciones parece hacerse evidente en los textos tardios del Ps. Epifanio, Ps. Metodio, Ps. Proclo y Ps. Taumaturgo I. Ps. Epifanio no tiene una sola imagen que no pertenezca a la tradicion Hesiquio-Proclo; sus alabanzas estructuradas anaforicamente presentan algunas expresiones peculiares que pasan al conjunto Ps. Atanasio VI-Ps. Proclo-Ps. Taumaturgo I. Ps. Metodio parece inspirarse en Proclo-Crisipo para sus imagenes biblicas y en Crisipo para las aclamaciones encomiasticas. Ps. Proclo y Ps. Taumaturgo I forman una unidad literaria que representa un estadio byzantino tardio de esta forma homiletica y con su marcado caracter de pieza independiente proporciona una pista de soluci6n al curioso problema planteado por la alabanza del Ps. Cris6stomo IV en su doble recensi6n, la armena y Ia griega, y por las diversas versiones testimoniadas por los diferentes manuscritos del An6nimo jerosolimitano. Para concluir nos ha parecido util presentar un cuadro esquematico II (p. 685) del empleo de los terminos que forman estas alabanzas marianas y que puede ayudar a valorar nuestras conclusiones precedentes, asi como abrir caminos de nuevas investigaciones. Advertimos que el orden cronel6gico de los textos enumerados no corresponde exactamente con el del primer c:uadro comparativo por el hecho de que los textos encomiasticos pertenecen, a veces, a una fuente de dataci6n diferente a la que se determin6 para la homilia en su conjunto. 652 CAPITULO III CONCLUSIONES DOCTRINALES Creemos de importancia capital determinar exactamente el prop6sito de esta secci6n. No pretendemos proponer un estudio completo del pensamiento mariol6gico de la epoca, ya que solamente consideramos el campo homiIetico, prescindiendo por el momento del material ofrecido en los tratados directamente cristol6gicos y en la correspondencia epistolar. Tampoco es nuestra intenci6n precisar su evoluci6n en la historia de la primitiva iglesia, ya que deberiamos ampliar el campo de nuestra investigaci6n a los siglos precedentes. Se trata, simplemente, de reunir en una perspectiva de conjunto los datos analizados minuciosamente en el estudio de cada pieza, con el fin de ofrecer un s6lido y objetivo material a estudios teol6gicos mas generales. Aunque en la vital realidad de la homiletica de la epoca los diversos aspectos de la fisonomia teol6gica de Maria van intimamente ligados unos con otros, hemos creido oportuno considerarlos separadamente a fin de apreciar mejor el proceso de evoluci6n que se opera dentro de nuestro siglo. PARAGRAFO 1°: LA MATERNIDAD DIVINA. 1. Un termino de comparaci6n en la explicitaci6n de este dogma se encuentra en las doce piezas que cronol6gicamente preceden a Hesiquio I y que perteneciendo con gran probabilidad al periodo 370-420, se deben considerar en el marco doctrinal del final del siglo IV, junto a los sermones liturgicos y dogmaticos de los Capadocios y Antioquenos. Se trata de Ps. Cris6stomo V, Ps. Atanasio V, Ps. Antipatro, Ps. Cris6stomo IX, Ps. Cris6stomo XI, Ps. Cris6stomo X, Ps. Atanasio III, Ps. Atanasio II, Ps. Cris6stomo I, Ps. Taumaturgo I, Ps. Cris6stomo VII y Hesiquio III. Teniendo en cuenta la tematica central y su desarrollo a partir del evangelio lucano de la infancia, es normal encontrar una afirmaci6n clara de 653 Conclusiones generales la maternidad de Maria, sea en forma impJicita en la constante afirmaci6n de la divinidad de su Hijo-como encontramos en los textos emparentados del Ps. Atanasio III y II-, sea de ordinaria en forma categ6rica y sencilla: El Senor, el Hijo de Dios, lorna carne de una virgen, nace de una virgen, ncs dice el Ps. Atanasio V, Ps. Cris6stomo V. Una afirmaci6n mas enfatica en el Ps. Taumaturgo I: Dei Verbum . .. natum est de Maria remanens quod erat, Filius Dei, sicut est Deus in saecula ... ; y en el Ps. Antipatro: Maria es verdadera madre, madre del Verbo, del Salvador. En una formulaci6n verdaderamente ins6lita del Ps. Atanasio V, la conciencia de este misterio de la maternidad divina es la causa de los temores de Maria expresados en el texto de Lucas (algo semejante reaparecera mas tarde en el Ps. Taumaturgo IV). Esta doctrina lleva consigo la afirmaci6n de una segunda generaci6n del Verba, afirmada sencillamente por el Ps. Cris6stomo IX, explicitada detenidamente por el Ps. Cris6stomo V, quien va contraponiendo a~tite­ ticamente la doble serie de atributos divinos y humanos del hijo de Maria para concluir que el caracter inexplicable de la generaci6n temporal justifica el caracter inefable de la generaci6n eterna. Ps. Atanasio II comenta ret6ricamente en el final de su homilia c6mo Cristo es primogenito del Padre y de la virgen, unigenito del Padre y de la madre segim la Economfa. Observamos. c6mo la linea es ascendente: de la generaci6n humana a la generaci6n divina contra los arrianos. Esta afirmaci6n teol6gica viene expresa<;la por primera vez a traves de las imagenes biblicas del area del testamento, de la ciudad real y del domicilio del Verba, para dar Iugar a una expresi6n concisa y rica de significado que se hara comun en la homiletica del siglo v-~exwen~a~ -rov axwen-rov-y explicara la aparici6n de la primera invocaci6n mariana simbolo de la ortodoxia efesino-calcedonense, el termino eeo-r6~o~, que se encuentra en esta su forma griega en el Ps. Cris6stomo XI, Ps. Antipatro, Ps. Cris6stomo X y Hesiquio III; y en las versiones copta del Ps. Atanasio V y siriaca del Ps. Taumaturgo I. Sin embargo, hay indicios de que en la epoca esta afirmaci6n suscitaba ciertos reparos y no era comprendida en todo su rigor teol6gico. El mismo texto del Ps. Antipatro que se refiere a Maria con el preciso termino de @eo-r6~o~ no tiene·inconveniente de emplear a rengl6n seguido la ambigua expresi6n@eotp6(!o~. El comentario exegetico del Ps. Cris6stomo X emplea dentro del mismo contexto expresiones teol6gicamente contradictorias: (JV fJe fJo~Bt~ elvat p:fj't''fj(! . . . efJoga~ av't'q} ~BX(!fi'V (JOV 't'~'V f.t~'t'(!a'V elvat p,~'t''fJ(! ... yeyova~ eeo1:6~o~. El texto del Ps. + wp,oJ..6ynaa~ 654 Conclusiones doclrinales Cris6stomo VII es aun mas desconcertante: comentando el hecho de que, segun el evangelio, los pastores encuentran a Maria y no al padre, concluye en una afirmaci6n clara de la maternidad de Maria, pero inmediatamente se corrige: pliJ,J.ov be ovbe avr:-Yj p,~7:'YJ(J. enetb-Yj oMe l-r:euev cpvatuw~, a.A.A.a avve.A.a{Jev V'J'&B(!ffJVW~ y explica: ov yae rjbet 7:0 ytv6p,evov, &A.A.' eeyaA8tOV i]v r:ov r:exPhov. Es claro que, como los homiletistas anteriores, el autor no duda de dicha maternip.ad: lo afirma implicitamente al hablar de la concepci6n virginal, lo afirma explicitamente en la primera linea del aparte que comentamos, lo confirma contra la opini6n de los docetistas; pero se siente inseguro de posici6n. Mas aun, se corrige en una forma peculiar que encontraremos mas tarde en la celebre homilia del Ps. Cris6stomo II. Quizas esta situaci6n confusa que se insinua dentro del gran marco doctrinal de la epoca explique el despunte polemico que a prop6sito de la maternidad divina encontramos en el Ps. Cris6stomo I. 2. Un segundo grupo de homilias viene conformado por ocho piezas que se han podido fijarhacia el aiio 426, en visperas de la controversia nestoriana: Proclo II, Attica, Teodoto III, Ps. Cris6stomo II, Ps. Cris6stomo III, ' Proclo III, Hesiquio I y Hesiquio II. Un cambia de escenario nos augura una evoluci6n tematica: ya no se trata de explicaciones de tipo exegetico sino de verdaderas homilias liturgicas de nucleo doctrinal. La confrontaci6n de los esquemas ideol6gicos nos da como denominador comun el misterio de la encarnaci6n y consecuentemente el de la maternidad divina. Hesiquio I representa un paso intermedio en esta evoluci6n. Predicando en la festividad mariana, comenta Lucas 1, 28ss. que contiene implicitamente la maternidad divina; su formulaci6n es sencilla y no emplea el termino 8eor:6uo~, pero hace mayor enfasis que el Ps. Cris6stomo V en la contraposici6n de la doble serie de atributos que se realizan en Cristo y, lo que es mas peculiar, exhorta insistentemente a no investigar con curiosidad el misterio del nacimiento del Senor sino a reverenciarlo religiosamente a semejanza de los magos. Ps. Cris6stomo II es la primera homilia estructurada sobre un esquema estrictamente doctrinal, en el que la escena misma del nacimiento viene hacia el final a manera de peroraci6n liturgica. Su exposici6n se puede considerar como la primera presentaci6n explicita de la maternidad divina. Aunque no emplea el titulo de 8eor:6uo~, su pensamiento es claro en la equivalencia de la doble generaci6n del Verbo, en su cuidado en precisar que Cristo es verdadero Dios de Dios y verdadero hombre de la virgen, pero sobre 655 ) Conclusiones generales todo en su enfatica afirmaci6n: creo que la virgen ha engendrado y dado a luz al Verba. El velado tono polemico de las piezas anteriores se manifiesta en el Ps. Cris6stomo III que es una cerrada invectiva contra los herejes, en especial Eunomio y sus partidarios, pero cuya tematica, inspirada sin duda en el Ps. Cris6stomo II, les desborda en una vibrante defensa de la doble generaci6n de Cristo, que no supone mutaci6n alguna en la divinidad, obra admirable de la omnipotencia divina. En esta misma linea la homilia de Attico es una calida apologia del misterio de la encarnaci6n y consiguientemente de la maternidad divina: la virgen concibi6, engendr6 y di6 a luz; el termino de dicha maternidad es Aquel a quien competen los atributos divinos, Dios encarnado; por eso anatematiza indignado a los miserables inventores de sectas que dicen que Cristo es un simple hombre deificado y afirma que el Unigenito se encarn6 realmente. De peculiar interes la explicita defensa: no hay ignominia alguna en el encarnarse en el seno materno, como no la hubo en la acci6n creadora del paraiso. Estas homilias son un testimonio evidente de una controversia sobre la encarnaci6n del Verbo y, por consiguiente, sobre la m'aternidad divina. Dentro de esta ambientaci6n polemica se comprenden mejor cuatro homilias todavia anteriores a Efeso: la curiosa segunda homilia de Proclo, donde encontramos por primera vez la explicita defensa de la inmutabilidad del Verbo en su encarnaci6n y la significativa aclaraci6n: "a lo cual respondo que yo nunca he dicho on ?]CJvva-ro yvvn 8edv yevvijaat, aAA' on ?]CJvva-ro Bed~ aaeuwOei~ and yvvatud~ yevvnOifvat. Proclo III precisa todavia mas: union de dos naturalezas y parto de un solo Hijo, union sin confusion del V erbo y de la carne. Hesiquio II, predicando en la festividad mariana, no s6lo afirma enfaticamente la maternidad verdadera y la divinidad del Hijo, sino explica c6mo ella es el instrumento de la encarnaci6n: p,e-ra aaeu6~ eu aov 0 p,ovoyevi]~ -rluu-rat por lo cual emplea generosamente el titulo de 8eo-r6uo~ ausente en su primera homilia. Finalmente Teodoto III, quien afirma explicitamente la doble generaci6n del Verbo y encuentra en la maternidad virginal de Maria el argumento definitivo para probar que Cristo es Dios y hombre. Podriamos, quizas, ver en este grupo un testimonio del proceso de explicitaci6n de una controversia cristol6gica que, nacida en la epoca precedente, va a reventar en tiempos de Nestorio. 3. Con esto entramos en el periodo definitivo para la historia del dogma que comentamos, aiios 429-432, particularmente rico en testimonios seguros. 656 Conclusiones doclrinales En el umbral podriamos resenar las dos homilias paralelas de Teodoto de Ancira para la Navidad, en las que se centra en el misterio de la encarnacion del Verbo y refiriendose explicitamente a Fotino desarrolla la tema.tica de la doble generacion del Verbo, esta vez en sentido descendente: de la generacion eterna del Verbo a la generacion temporal para pro bar la divinidad del recien nacido, quizas contra la opinion de la escuela antioquena y especificamente de su amigo Nestorio; justifica asi mismp la encarnaci6n contra la objecion del "non decet". Encontramos luego tres homilias que van dirigidas directamente contra el rechazo de Nestorio al titulo de 8eo-r6uo~. Las d:>s primeras, Ps. Atanasio I y Cirilo II, son completamente paralelas: la concepcion, gestacion y parto de la virgen tienen como termino unico la persona del Verbo de Dios encarnado, Dios y hombre simultaneamente, en la union de las dos naturalezas y por tanto Maria se puede Hamar 8eo-r6uo~. No que Maria haya engendrado la divinidad, anticipan ambos, sino al Verbo de Dios encarnado precisa Cirilo, pues el Verbo de Dios es eterno, aclara Ps. Atanasio, quien concluye rechazando la formula 8eoc'36xo~, en tanto que Cirilo lo hace con la formula antioquena a:v()ewno-r6uo~ como algo superfluo e inutil. Ps. Atanasio, por su parte, acepta los titulos equivalentes de Xetcno-r6uo~, Kvew-r6uo~, Ew-r'YJeto-r6uo~, revelando asi su procedencia antioquena o, al menos, su simpatia por esa escuela. La tercera homilia, el Ps. Teodoto "A", en respuesta a los sermones ultimos de Nestorio justifica teologicamente el usa del termino 8eo-r6uo~ defendiendo la generacion temporal del Verbo de la nota de ignominia, el clasico argumento nestoriano del non decet. Senalemos a continuacion el grupo procliano. Tres sermones que forman una unidad doctrinal y constituyen la replica mas directa a los planteamientos nestorianos. Proclo VII, texto paralelo a los tres anteriormente considerados, procura aclarar la base teologica de la maternidad divina en la misma linea de argumentacion doctrinal, evitando cuidadosamente la polemica directa e insistiendo en un tema que le es peculiar: la union de las dos naturalezas divina y humana en la unica filiacion, la del Hijo, que existe ab aeterno y hoy se hace hombre, magn·fica anticipacion ala formula que se abrira paso alios mas tarde en Calcedonia. Proclo I vuelve sobre el mismo tema; su formula cion teologica es particularmente precisa: Maria es 8eo-r6uo~ porque en su seno se efectua la union de las dos naturalezas y el que nace de ella es eeo~ ov yvp:v6~ ua£ a:veewno~ ov 7ptA6~ 0 en su forma positiva: 6 -rex()e"[~ eeo~ ua£ a:veewno~; su justificacion en el panorama soteriologico es insuperable y su defensa de las objeciones completa: impasibilidad de Dios, eternidad del Verbo, dignidad incontaminada del que se encarna ... 657 Conclusiones generales asi queda aclarado-termina Proclo-el significado de la 8so-r:6uo~ y se dirime toda conlienda. Proclo VI, ya en visperas del concilio de Efeso, hace una estupenda sintesis cristol6gica: Dios se hace hombre sin mutaci6n, sin perder su eternidad, consubstancial con el Padre e igual al hombre en su naturaleza humana, verdadero Dios y hombre sin divisi6n de la naturaleza divina, un solo Hijo cuyas dos naturalezas se juntan en una sola vn6a-r:aat~; explica c6mo el Hijo esta en todas partes, c6mo puede sufrir, c6mo a El se aplican los atributos de la divinidad y humanidad, en que sentido sea pontifice, segun la expresi6n de Hebreos, y c6mo se deba entender la palabra del Ap6stol sin padre, sin madre; el Verbo asumi6 una naturaleza humana completa, alma e inteligencia, para asemejarse plenamente a nosotros. Estas firrnes lineas doctrinales marcan la homiletica posterior. Acacio de Melitene, inspirado sin duda por las circunstancias, explicita la verdad de la maternidad divina considerando un absurdo tributar veneraci6n a la cruz, por haber muerto en ella Cristo, y negarla a la 8so-r:6uo~ de quien naci6 Dios. Pablo de Emesa en su legaci6n de paz en Alejandria presenta una buena sintesis: la Deipara ha dado a luz aDios hecho hombre, Verbo engendrado ab aeterno por el Padre, nacido en el tiemjJO de una mujer, Dios perfecto y hombre perfecto por la uni6n de las dos naturalezas en un solo Hijo, en un solo Cristo. 4. En el periodo post-efesino debemos sefialar tres homilias paralelas que son un eco de las controversias cristol6gicas y contribuyen a afianzar las precisiones teol6gicas conciliares: Proclo IV, Erectheio y Basilio de Seleucia. De acuerdo con la festividad mariana que celebran, su tema central es Ia maternidad divina, autentica maternidad cuyo termino es Dios, el Verbo que se hace carne-Erectheio-, por Ia cualla divinidad asumi6 la humanidadProclo-, que pone en primer plano la doble generaci6n del Verbo y da relieve a la contraposici6n entre lo humano y lo divino de Cristo-Basilio-. Misterio que lleva a la consideraci6n de Ia unidad de Cristo abierta a una doble explicaci6n: de cariz monofisita en Erectheio, quien no solamente Ia defiende energicamente contra toda opini6n de caracter dualista sino que advierte que ni los libros santos ni los bienaventurados padres han transmitido Ia doctrina de las dos naturalezas y concluye enfaticamente: nous anathemalisons quiconque dit deux natures au Fils de Dieu; de indole antioquena en Basilio, quien no duda en afirrnar la existencia de las dos naturalezas unidas misteriosament'e en Cristo. Exposiciones de tipo polemico sobre las lineas clasicas de la defensa del hecho de la encarnaci6n, rubrican su ortodoxia con Ia proclamaci6n de la 8so-r:6uo~. 658 Conclusiones doctrinales En este mismo contexto son dignas de menci6n dos homilias mas: Ps. Atanasio VI y Ps. Metodio. Redactadas para la festividad del Hypatante, coinciden en forma sorprendente en una tematica central muy distante de Ia usual en este tipo de panegiricos. Toda Ia atenci6n se centra en Ia persona de Cristo, Dios y hombre perfecto, fruto de una doble inexplicable generaci6n que da Iugar a una doble personalidad divina ·y humana, afirmando empero su unidad antes y despues de Ia encarnaci6n y concluyendo en el Ps. Atanasio con una refutaci6n explicita de los herejes del siglo IVv. De alii una peculiar y enfatica afirmaci6n de Ia maternidad divina en Ia linea de las formulaciones efesina y calcedonense. El testimonio homiletico restante no ofrece mayor valor desde este punto de vista teol6gico. Hay un primer grupo de seis homilias originales, de muy diversa procedencia y variada finalidad, que afirman sencillamente el dato doctrinal, sin explicaci6n o defensa alguna polemica, sin enfasis especial, aunque varias de elias han sido redactadas para la festividad primitiva de Ia maternidad divina: Ps. Crisostomo IV, Ps. Crisipo, Antipatro I, Teodoto V, Ps. Basilio, Ps. Teodoto "B". Otras nos ofrecen un pequeiio dato complementario: testigos del emplea generalizado del clasico termino eeo7:6xo~. utilizan paralelamente otras expresiones equivalentes: Ia versi6n latina de Antipatro III presenta Deipara, Dei Genitrix, Dei susceptrix, Dei habitaculum; tres textos jerosolimitanos se caracterizan por una f6rmula doble, eeo-,;6xo~ - eeop,frrwePs. Cirilo, Ps. Metodio, Ps. Nisseno-, expresi6n que reaparece en el complejo tejido de alabanzas marianas del Ps. Epifanio. Proclo V hace popular el recurso literario de los xat(!B7:tap,ol para expresar encomiasticamente esta verdad fundamental de Ia mariologia, cuya formulaci6n dogmatica explicita comienza a desaparecer del panorama homiletico. Asi lo podemos comprobar en Ps. Taumaturgo IV, Ps. Epifanio, Ps. Taumaturgo II, Ps. Cris6stomo VI, An6nimo jerosolimitano, Ps. Taumaturgo III, Ps. Cris6stomo VIII, Ps. Proclo. Una ultima observaci6n: a pesar de que el pensamiento ortodoxo ha encontrado f6rmulas precisas para expresar su conciencia de fe, todavia se notan ciertas vacilaciones: la formulaci6n calcedonense del Ps. Atanasio IV incluye las expresiones alejandrina y antioquena opuestas teol6gicamente entre si-ev CJvo ••• ex CJvo f[JVU8W'V-; el compilador del Ps. Taumaturgo II elude la afirmaci6n explicita del nacimiento de Dios o de la encarnaci6n del Verbo: el termino es siempre Cristo, su procedencia se expresa con la particula ex, evitando la usual forma yevvij-,;at, en coherencia ideol6gica 659 Conclusiones generales con la f6rmula semi-arriana de Sirmio que transcribe casi a la letra y con la f6rmula antioquena l-x c5Vo q;vuewv; el Ps. Nisseno I trata de corregir estas desviaciones de su fuente sin lograr una formulaci6n suficientemente clara. *** Resumiendo esquematicamente, a riesgo de perder algo de la precisi6n objetiva, podriamos decir que nuestra homiietica refleja la historia de la explicitaci6n del dogma de la maternidad divina, a partir de un primer mom ento de formulaci6n implicita y aceptaci6n sencilla como punto de apoyo para explicar la generaci6n eterna del Verbo contra los arrianos. El temprano siglo v es testigo de un cambio de orientaci6n en el que la generaci6n temporal pasa a primer plano y con marcado caracter poiemico se afirma la verdad de tal generaci6n y paralelamente la realidad de la maternidad divina, haciendo especial enfasis en su caracter de misterio inexplicable. A medida que nos acercamos al 428 se van ponderando las dificultades que presenta la encarnaci6n del Verbo, entre las cuales ocupan lugar principal la inmutabilidad y eternidad divinas, asi como su dignidad, y se busca una explicaci6n del misterio que viene a proponerse claramente al estallar la controversia con Nestorio y se precisa en las homilias que preceden el concilio de Efeso. A juzgar por el testimonio homiietico, coherente con los datos hist6ricos, el concilio de Efeso representa unicamente la sanci6n oficial-no muy clara y eficiente por lo demas-de una doctrina que se habia ido depurando previamente. Asi observamos que las f6rmulas de Cirilo aprobadas en medio de las vicisitudes del 431-432 no dejan huella positiva en la homiietica posterior. En el periodo post-efesino la maternidad divina entra en segura posesi6n, como objeto primordial de la festividad Iiturgica de la @eo-,;6-xo~. Con el avanzar del siglo, deja de ser el centro tematico de las homilias marianas, conservando empero su importancia de fuente y raiz 6ntica de las alabanzas a Maria, observandose aqui y alia algunas vacilaciones en la expresi6n teol6gica, coherentes con las vicisitudes hist6ricas del alejamiento progresivo de las iglesias nestoriana y jacobita que se consolida en el cisma del siglo vi. PARAGRAFO 2o: LA MATERNIDAD VIRGINAL La maternidad divina ha fijado la perspectiva mariol6gica de nuestro siglo v y determina la forma en que la homiletica se aproxima al dato tradicional de la virginidad de Maria: la madre-virgen. 660 Conclusiones doctrinales Como se ha observado en el trabajo analitico, este es un dato constante y unanime en todas las piezas estudiadas que nos exime de un recuento exhaustivo y minucioso. Nos concretaremos a organizar e ilustrar convenientemente aquellos puntos particulares que pueden ser de mayor interes para la historia del dogma y la reflexi6n teol6gica. 1. La intuici6n fundamental de nuestros oradores es la de una maternidad virginal, antinomia que afirman sin vacilaciones, paradoja que enfrentan con decisi6n. Todos los tempranos textos del siglo IV concuerdan en presentar a Maria, la virgen, que recibe el anuncio angelico y dara a luz a Cristo, el redentor del genero humano. Su peculiar orientaci6n tematica no favorece una consideraci6n directa de este misterio que expresa, sin embargo, en forma sugestiva el Ps. Cris6stomo IX: ni la virginidad repugn6 al pario, ni el parto a la virginidad. La tematica cristol6gica propia del siglo v propicia su explicitaci6n. Attico se expresa ret6ricamente: Oh milagro no visto por los siglos preteritos: una virgen concibe, una virgen gesta, una virgen da a luz y permanece virgen. Por eso Hesiquio II pone en labios de Maria la pregunta: como sere madre yo que no he sido esposa? Y con raz6n Proclo forja una expresi6n que se repetira continuamente en la homiletica de este siglo: p,frr:r/(2 naeeevo~;. Las dos primeras homilias de Teodoto, sin emplear esta expresi6n, son particularmente enfaticas: la gracia muestra a la madre y conserva a la virgen, hizo a la madre y no perjudic6 su virginidad ... la virgen, salva su integridad virginal, ha sido hecha madre. En la misma linea procede Teodoto v: la virgen permaneci6 virgen y obtuvo realmente el nombre de madre. Pablo de Emesa es preciso en su brevedad: una virgen da a luz y permanece virgen, es hecha madre y no experimenta todo aquello que sucede a las madres. Ps. Basilio, en forma ret6rica, pone en labios de Maria la afirmaci6n mas intuitiva: J'ai mis au monde la Lumiere etj'ignore le comment. J'ai un enfant eije ne connais pas le mariage. J'ai porte en moi une source de lait etje conserve intacte la possession de ma virginite. Je liens dans mes bras un enfantelet, mais je ne puis pas dire comment je suis devenue mere". Maternidad virginal que practicamente en todas las homilias se presenta como un misterio insondable, inaccesible a la pobre inteligencia humana, superior a la misma . comprensi6n angelica y que viene expresado a menu do en la peculiar forma w~; olr5e aih:6~; ( @e6~;), misterio que se presenta a los ojos de los judios como objeto de burla, como escandalo a las miradas de los gentiles; misterio que ofrece aspectos ~a't'a cpvaw, la maternidad de una mujer, y naea cpvaw, la maternidad de una Virgen. Son especialmente 661 Conclusiones generales enfaticos en estas afirmaciones los oradores de la primera mitad del siglo v, Hesiquio, Proclo, Teodoto, Ps. Cris6stomo II y III, Crisipo. Basilio de Seleucia propone una triple correspondencia entre el misterio de la uni6n del alma y del cuerpo, el misterio de las dos naturalezas en Cristo y el misterio de la uni6n de la maternidad y la virginidad. Esta aproximaci6n misterica no constituye una evasi6n del problema planteado. A nuestro juicio, es una base firme desde la cual nuestra homiletica trata de explicar el por que de este hecho hist6rico, su significado teol6gico. Ya en el siglo IV la penetraci6n teol6gica del Ps. Cris6stomo IX relaciona intimamente la generaci6n virginal terrena y la inmutable generaci6n eterna del Verbo: es una realidad cuyo sentido se tiene en funci6n de Cristo. Hesiquio II, comentando el anuncio angelica, expone con mayor claridad y enfasis el nexo indisoluble: el eylvwCiuer; av~ea, ovu av e-r:euer; 8e6v •.• ovu a'P oeyavov eylvov 1:fjr; n&na naeayay6v.,;or; ClaeuwCiewr;. La virginidad de la Deipara no es una atribuci6n mas o menos accidental; es algo realmente esencial a la encarnaci6n. Por que? Teodoto III exponia concisamente: la uirgen demuestra que el recien nacido es hombre yes el Verba; que es hombre lo comprueba el ser madre, pero que el mismo es Dios lo atestigua permaneciendo uirgen como lo era antes; y continua, penetrando asi en el nucleo mas intimo del misterio virginal: permanecio, pues, uirgen como lo era y fue hecha madre que no era, ya que habla de dar a luz a quien hecho hombre permanecio siendo Dios. Ps. Cris6stomo II, Ps. Atanasio I y IV avanzan una via de soluci6n: si el Verbo al hacerse hombre hubiera nacido como uno cualquiera de nosotros, muchos creerian que es pura invenci6n; pero no, nace como Dios, conservando la virginidad de la madre y se convierte asi en firme argumento de nuestra fe contra el judio y contra el gentil. Hesiquio II y Proclo I precisan el argumento: la maternidad virginal es la prueba evidente de la divinidad del Hijo: el p,-Yj yae naeOevor; ep,evev fJ p,fJ7:'YJf2, 1pl/..or; avOewnor; 6 uxOeir; ..• el ~e ual p,e1:a 1:6uov ep,etve naeOevor;, nwr; ovxl ual 8e6r;. En ultima instancia el nexo entre el misterio virginal y el misterio del Verbo encarnado reside en una bellisima tipologia querida por Dios: asi como el Padre engendra eternamente al Verbo sin mutaci6n alguna de su substancia divina, asi la madre engendra en el tiempo al Hijo sin corrupci6n alguna de su virginidad primera. 2. Maternidad virginal que supone ante todo la concepci6n sin el concurso de var6n, verdad afirmada de un modo explicito en la Escritura e incorporada desde epoca temprana en la catequesis de la Iglesia. Todos nues- 662 Conclusiones doctrinales tros oradores son testigos de esta uminime tradicion incluida principalmente en las figuras biblicas de Daniel y de los Cantares, en la vara que florece y en la fuente que brota de la roca; en las imagenes poeticas del campo no arado, de la espiga no sembrada, de la uva no vendimiada, de los rios sin fuente; en la formulacion paulina sin padre, sin madre; en la analogia con la figura de Melquisedec. Encontramos unicamente cuatro piezas en donde no se trata el tema: la segunda homilia de Cirilo y la segunda de Pablo de Emesa, aunque si tenemos en cuenta que ambos oradores son explicitos en otras homilias, podemos atribuir su silencio a las circunstancias especificas de estas predicaciones; la brevisima referencia a Maria en la homilia cristologica de Acacio de Melitene no ofrecia oportunidad para explicitar el tema; el caracter cristologico y . fragmentario del Ps. Taumaturgo I podria explicar su ausencia. Creemos, pues, que no existe la menor vacilacion que empafie la universalidad y firmeza de esta tradicion. A continuacion trataremos algunas peculiaridades de interes doctrinal u homiletico en base preferentemente a las homilias que consideran con alguna detencion la escena de la anunciacion. Ante todo se nos presenta la tradicional figura de Maria, doncella pura y virgen, pero desposada con Jose, lo cual obliga a explicitar la diferencia entre esposo y marido en las costumbres judias: Jose es p:P~l17:'YJ(! no avee nos dice el Ps. Crisostomo IX y explica: pexel yae -cwv aeea{Jwvo:w neel -coif yapov avvOij~at neoefJ'YJaav y Ps. Taumaturgo IV aclara: quien era desposada ua-c'YJyva-co t1otn6v. De acuerdo con la severa ley mosaica, Ps. Crisostomo V afirma explicitamente que la virgen no habia tenido relaciones matrimoniales con su esposo al momento de la anunciaci6n, situacion que expresara Proclo IV en forma concisa: yapwv apv'YJ-co~ ~al yapwv af36'YJ-co~. Parece que en este sentido se deban entender las curiosas expresiones de Hesiquio: p-Yj pepv'YJa-cevpev'YJ en su primera homilia y p-Y} vvwp'YJ en su segunda homilia. Sin embargo, en el sentir de algunos oradores aquellos desposorios eran del todo peculiares. Ps. Antipatro explica: ciertamente Jose, su esposo, le estaba unido por derecho de matrimonio, pero conserv6 virgen a quien recibi6 virgen, opinion que encuentra eco en el Ps. Atanasio III "Q pvija-cea at1t1q> pv'YJauvOev-ca ~al at1t1q> ~a-reyyv'YJOev-ca y reaparecera mas tarde en el Ps. Taumaturgo IV: pepv'YJa-cevpb'YJ, a.U' ov lYV'li'YJfl-fi-B'li'YJ· Para el Ps. Taumaturgo III Jose es el custodio de la virginidad de Maria. Que sentido tienen entonces los esponsales con Jose? Teodoto III responde enfaticamente: siendo Jose el custodio fiel de la virginidad de 663 Conclusiones generales Maria, se evita toda sospecha contra ella al realizarse el misterio de la maternidad; las mismas dudas de Jose sirvieron de testimonio a la virginidad de la madre y a la divinidad del nino; ademas-dice el orador-asi se podria engaflar al demonio, quien ilustrado por el oraculo de Isaias acechaba perfidamente toda virginidad. Las mismas consideraciones encontramos en el Ps. Taumaturgo IV. Hay en el trasfondo una convicci6n de la actitud de pureza y virginidad que explica la pudorosa turbaci6n de Maria ante la presencia del joven mensajero, delicada escena que se repite en muchas homilias: a partir de los sencillos comentarios tempranos del Ps. Antipatro y Ps. Atanasio III, en algunos textos de la epoca nestoriana-Hesiquio I, Ps. Cris6stomo II y III-basta las composiciones mas tardias de Antipatro, Ps. Taumaturgo II y III, Ps. Basilio y Ps. Nisseno I. En esta ambientaci6n cobra un significado muy preciso la dificultad de Maria ante el anuncio de su maternidad, como serd esto posible si no conozco varon?. La respuesta general, calcada sobre las palabras del texto evangelico, es clara: se trata de una concepci6n virginal, obra divina sin intervenci6n del hombre. Sin enbargo, queda en el fondo un interrogante: por que la dificultad en Maria, la desposada con Jose? Ps. Antipatro y Ps. Crisostomo IX en el siglo rv y Antipatro I en el v parecen resolver el problema considerando que la encarnacion se ha efectuado en el seno de Maria antes de la venida del angel, cuyo anuncio tiene por unico objeto informarla de lo sucedido; logicamente se asombra la doncella que basta el momento no ha tenido relaciones conyugales con su esposo. En epoca posterior aparece una explicacion diferente: la concepcion se tiene por inminente, incompatible con su estado de simple desposada; en el Ps. Atanasio IV habla asi Maria: Oh dngel, no conozco varon y tu dices "ecce concipies", como si el momenta estuviera inminente. Sobre la misma linea se pronuncia el Ps. Crisostomo VIII: ov:rcw o[ rat-tot, OV1&W 0 VVf-trpWV • 1eal if~'YJ o -r:oue-r:6~? y ana de: si he de concebir serd ciertamente de Jose. Sin embargo estas voces quedan sin eco en el resto de la homiletica que continua considerando la concepcion como algo que sucedera despues del anuncio del angel. A nuestro interrogante no ofrecen otra respuesta que una tacita afirmaci6n de la virginidad de la doncella o de la desposada. Solamente tres testimonios, mas bien tardios, tratan de explicitar este dato. En el Ps. Taumaturgo II pregunta la virgen: como serd esto? acaso no permanecere virgen ? acaso perdere la dignidad de la virginidad ? Basilio de Seleucia es mas claro: 8t-tol ~e -r:fj~ -r:otav-r:'YJ~ 1eafJaeevoiJ0''1]~ netea~ 664 Conclusiones doctrinales :nw~ ea-rat TOVTO ~vva-rov? Con to do debemos esperar basta el Ps. Nisseno I, en un tardo siglo vx-vn, para encontrar una formulaci6n categ6rica: como podrd suceder esto si no quiero conocer var6n terreno puesto que me he consagrado al esposo celestial? Quiero permanecer virgen; no quiero entregar la gloria de la virginidad. C6mo se realizara esta concepci6n virginal? El angel se excusa: soy mensajero del hecho, no interprete del modo, f6rmula que aparece en el Ps. Atanasio III, Hesiquio I, Antipatro I, Ps. Taumaturgo II, Ps. Atanasio IV y Ps. Cris6stomo VIII. Otros homiletistas basandose, quizas, en el simbolismo del verbo mental, responden que la encarnaci6n se realiza ~t' auoij~ como dice el primero Ps. Atanasio V, tematica que reaparece en el Ps. Atanasio I y Ps. Taumaturgo IV y se hace familiar en Proclo y Teodoto que pueden influir las tardias compilaciones del Ps. Atanasio IV y Ps. Cris6stomo VIII. Algunos oradores procuran explicar la acci6n del Espiritu Santo en la concepci6n virginal, en base al versiculo 35 lucano y en la linea clasica de la teologia oriental. Hesiquio II representa el primer timido ensayo: Spiritus Sanctus adveniebat atque hospitabatur, Pater obumbravit, Filius utero gestatus inhabitavit (recordemos que en una segunda formulaci6n del mismo Hesiquio la actividad del Padre y del Espiritu Santo se intercambian). Proclo III dice: 6 A6yo~ ~~· auoij~ elae:nr;~a. 6 IIagauJ...ho~ TO'V vaov 8geo:nJ...aa-ret. Ps. Antipatro, Ps. Atanasio IV y Ps. Taumaturgo III aclaran detallando la obra de santificaci6n plena que realiza el Espiritu Santo en Maria, en el momenta de la anunciaci6n, para hacerla digna madre del Verbo. Ps. Atanasio IV es particularmente enfatico en rechazar la idea-que tilda de heretica-de que el Espiritu Santo realiza la encarnaci6n supliendo la fecundaci6n humana. Ps. Cris6stomo III propane una idea por demas interesante, comparando la acci6n del Espiritu Santo a la de los pintores, a la creadora divina en el comienzo de los tiempos, al efecto obtenido por la reflexi6n de la luz en un espejo: quemadmodum ergo pictores colorum ope hominem, fontem, fluvium depingunt, cum nihil a fonte, fluvio vel homine acceperint; sic et Spiritus Sanctus in virgine non coloribus sed voluntate animatum efformavit hominem ... Deus accepto pulvere de terra non humanis manibus Adamum ut voluit efformavit; Spiritus vero sanctus non pulverem accepit, non humana lege semen iniici concessit, sed solum illuxit, ossa compegit, nervos tetendit, nares, aures, oculos, linguam, etc ... ut enim ii, qui in speculo respiciunt, imaginem sui oppositam oculis vident, ex informi materia paratam, imaginem semper ridentem, flentem, etc .... sic et Spiritus Sanctus in puro specula, imma- 665 Conclusiones generales culato nempe virginis corpore illuxit, perfectumque creavit hominem, non lege naturae, non tempore, non humano semine usus, sed solo aspectu ac spirituali sanctaque virtute virginem ad parium movit ineffabilique modo infantem in illa contexuit ut vestimentum ad salutem hominum. La escena evangelica se cierra con el fiat de Maria. Es realmente sorprendente la poca importancia que otorgan nuestros homiletistas a este momento del pasaje lucano. Hesiquio I se limita a trascribir el versiculo correspondiente. Unos pocos aluden indirectamente a el al afirmar la fe y obediencia de Maria: Attico dice, cum illa per fidem uterum dilatasset, postea in habitaculo excepit regem mundi; Cirilo III, bendice entonces Simeon a la santa virgen w~ vneeea-r:iwaaav Oelg. {Jov).fj; Proclo IV, acudan las hijas, porque la obediencia de la hija reparo la injuria originada por la desobediencia de la madre, idea que encontramos tambien en el Ps. Atanasio V. Ps. Basilio se refiere a la madre que cree sin curiosidades a las palabras que se le dirigen. Basilio nos presenta la respuesta de Maria, despues de las explicaciones del angel, a la que sigue inmediatamente la realizaci6n del misterio. Explicitamente tratan el tema cuatro homilias, pero con orientaciones diversas: unicamente el temprano Ps. Antipatro es testigo de una exegesis en coherencia con la linea insinuada hasta el momento: soy esclava del Seii.or; tabla en que se escriba; grabe en ella el escritor lo que quiera; pronta estd la materia, haga el artifice lo que desea ... el dngel recibio las palabras del consentimiento y se march6. Ps. Cris6stomo IX y Ps. Atanasio V son testigos de otra interpretaci6n igualmente primitiva que reaparecera en la elaboraci6n del Ps. Atanasio IV, segun la cual el fiat se lee como un deseo de la virgen de que las cosas sucedan como las ha predicho el angel. Quisieramos llamar la atenci6n sobre este dato homiletico, aparentemente contradictorio, que puede tener una gran importancia en la historia de la exegesis. 3. Si la maternidad virginal recibe su significado fundamental en la concepci6n sin obra de var6n, por la virtud del Espiritu Santo, el nexo indisoluble entre la maternidad divina y la maternidad virginal, con la peculiar tipologia recordada precedentemente, parece exigir que esta virginidad se extienda al momento mismo del parto. Cual es el pensamiento de nuestros homiletistas ? Las contradicciones que suscita este aspecto de la virginidad de Maria tanto en epocas anteriores como en la actualidad, sugiere la conveniencia de analizar comparativamente todos los elementos que nos proporcionan los textos estudiados. 666 Conclusiones doctrinales La peculiar tematica de las homilias sobre la escena de la anunciaci6n prenunciaria un silencio sobre el aspecto que ahora consideramos; y en efecto diez piezas no la mencionan explicitamente: cuatro de elias en el umbra! de nuestro siglo v-Ps. Cris6stomo IX y XI, Ps. Taumaturgo I, Ps. Cris6stomo VII-; tres que probablemente nos pertenecen-Antipatro III, Ps. Taumaturgo IVy Ps. Teodoto "B"-; dos tardias compilaciones-Ps. Atanasio IV y Ps. Taumaturgo III-. Identico silencio encontramos en la homilia de circunstancias de Acacio de Melitene pronunciada en Efeso. Una cierta reserva notamos en otros textos: el Ps. Atanasio V quizas se refiere implicitamente a el al establecer el nexo entre la maternidad virginal y la divinidad del Hijo. El testimonio del Ps. Cris6stomo I es ambiguo, no pudiendo precisarse con certeza si el orador extiende Iamater nidad virginal al momento del parto o lo refiere simplemente a la concepci6n. En el siglo v es particularmente significativa la actitud de Cirilo quien ignora este aspecto en sus importantes homilias segunda y tercera, mientras en la primera se refiere concretamente a la concepci6n virginal. El tardio Ps. Nisseno I ofrece una expresi6n dificil de interpretar fuera del contexto de la epoca: 0 eu -,;ij~ naefJeyov IJ.yfJewno~ -r:exfJe{~. El Ps. Cris6stomo X propone la formulaci6n clasica en el Oriente del siglo IV, seguidor de Origenes, de que solamente quien nace de una virgen abre realmente el seno materno y realiza la previsi6n de la ley, sin la explicitaci6n propia del siglo v de que esto no obsta a la virginidad de la madre. Quizas aqui se podria ver el unico texto en clara oposici6n al tema que consideramos. Las cuarenta y una piezas restantes ofrecen un categ6rico y firme testimonio del parto virginal de Maria. Algunos se limitan a afirmar el hecho con la clasica f6rmula p:IJ7:'YJe yeyoya~ ual naefJeyo~ lp,ewa~ 0 con aquella otra naefJi'Vo~ p,e-,;a 7:0'11 -,;6uo'V. Asi tenemos a Attico, Basilio de Seleucia, Ps. Cris6stomo VI y Ps. Epifanio. El an6nimo jerosolimitano expresa esta convicci6n a traves de las imagenes biblico-poeticas clasicas de los xateenap,ol. Proclo VII puntualiza precisamente en este momento la fuerza probativa de la maternidad virginal para la divinidad del Hijo. Sin embargo la gran mayoria precisa que se trata de la virginidad fisica de la madre, de la conservaci6n intacta del himen virginal, aspecto que expresan muy exactamente con la palabra acpeayl~ o con el verbo acpearlCw que a menudo especifican aiiadiendo fjY r] cpvat~ enefJrJuey o alguna f6rmula similar. Asi tenemos Hesiquio I, II y III; Proclo I, II, III, IV y V; Pablo de Emesa, Teodoto I y II, Ps. Teodoto "A"; Erectheio, 667 Conclusiones generales Ps. Cris6stomo II, III, IV y V; Ps. Basilio, Ps. Atanasio I y VI; Ps. Cris6stomo VIII y X ; Ps. Metodio, Ps. Proclo. Es un misterio insondable, una nacimiento maravilloso, vnse -ro cpwr; yae ean o -rov -r6uov aov -re6nor; dira Basilio. Por que? Hesiquio sefiala una pista: comentando en su tercera homilia el texto del adaperiens vulvam afirma categ6ricamente, en contra de la exegesis comun en Oriente, que Cristo no abri6 el seno materno, antes bien conserv6 cerrada la puerta de la virgen, idea que confirma con la imagen de Ezequiel de la puerta situado al oriente y cerrada en vista del Senor. Mas tarde en su segunda homilia, comentando el mismo texto de Ezequiel, dice: como en la puerta situada al oriente del pro{eta, asi en esta el Rey de la gloria ni en la concepcion ni en el parto, ni en la entrada ni en la salida dr; Ovear; -rijr; aijr; p,fJ-rear; ijvecp~ev ov-re -rijr; naeOevlar; -rovr; avvUap,ovr; exavvwae y afiade a titulo de explicaci6n que Dios no tiene necesidad de puertas para entrar o salir. La tercera homilia de Teodoto se inspira en este mismo tipo de expresi6n, contraponiendo el misterio del nacimiento virginal al abrirse de las lozas de los sepulcros a la resurrecci6n de Cristo. Mas tarde el Ps. Basilio vuelve sobre esta linea de pensamiento: mon Seigneur et mon Dieu, toi qui apres l'enfantement conservas intactes les serrures de la virginite de ta mere, toi qui, selon ton bon plaisir, sortis vivant du monument scelle, toi qui, les portes fermees, te presentas a tes disciples comme lu l'avais voulu. La idea de estos textos es clara: el nacimiento virginal se realiza en si mismo de un modo maravilloso, milagroso. Sin embargo, las explicaciones se orientan en general en un sentido diverso. Pablo de Emesa, Crisipo y su paralelo el Ps. Taumaturgo II hacen enfasis en la antinomia de una autentica y plena maternidad-8-reuev p,sv yae wr; v6p,or; yvval~w-y una verdadera virginidad-ep,ewe de naeOevor; wr; ov v6p,or; yvval~w-. Crisipo especificara: peperisti tanquam mulier ... peperit enim ut matribus mos est ... secundum maturam propter tempus graviditatis, insuper et propter leges nativitatis ... ideo et ea quae ad parium pertinent humanae legi subiectae sunt. Ps. Cris6stomo V y posteriormente Ps. Atanasio I y Ps. Cris6stomo IV se fijan expresamente en que el Verbo dta -rijr; f-l'YJ'Cf!£Ufjr; cpvaewr; e-rlu.,;e.,;o, e~fjJ..Oe. Ps. Cris6stomo III considera que el parto virginal con ser estupendo, es en cierto sentido comprensible, en cuanto se tienen los elementos naturales: yaa-rrJe, p,fJ-rea, oMr;. Consiguientemente pondera el nacimiento virginal de Cristo en estos terminos: neoeJ..06v-ror; -rov fJeecpovr; -rfjr; naeOevlar; v{Jeta01J fJ acpeaylr; y mas adelante afiade que asi como en la con- 668 Conclusiones doctrinales cepcion no se perdio la virginidad, asi tampoco <5ta .,;fj~ p,~.,;e.a~ :n:e.oeA.Owv .,;T]v p,~.,;e.av <5dcp0ete.ev. En esta forma se comprende la comparacion que toma del Ps. Crisostomo II entre la formacion de Eva y el nacimiento de Cristo: el Seiior tomo una costilla de Adan y este permanecio crroo~ y aiiade paralelamente: acpOoe.o~ ep,ewe ual fJ :n:ae.Oevo~ p,e.,;a .,;T)v :n:e.6o<5ov .,;ov fJe.ecpov~. Esta linea de pensamiento se hace mas clara y explicita en Proclo, quien comentando el texto de Ezequiel, aducido por Hesiquio, hace una interpretacion diversa: por aquella puerta solamente pasara el Seiior Dios de Israel ual uA.elcret .,;a~ Ove.a~ omOev afnov. Consecuentemente en su homilia prim era dira 0 'Ep,p,avovT]A. tpVCTBOJ~ p,ev :n:vA.a~ avecp~ev w~ avOe.w:n:o~ y solo en un segundo momento completara: pero como Dios no rasga los sellos de la virginidad, sino que sale del seno materno como entr6 por el oido, nace como fue concebido, a saber, a:n:aOw~ - acpe.acr.,;w~. A esta luz parece se deba entender la expresion de su homilia cuarta e~fjA.Oe yae. .,;o fJe.ecpo~ ual auee.alov~ .,;ov~ Xt7:wva~ 7:fj~ yacr.,;e.o~ cl:n:eA.t:n:e, .,;owv.,;ov atpek ev :n:e.ocrOnufi 7:fj~ xae.t7:0~ ol~ eve.e 7:0 tpVCTBOJ~ ee.yaCT't~(!toV. Asi mismo la audaz comparacion del Proclo VI en que el parto virginal evoca el milagro paralelo del mar rojo que se abre y se cierra en favor del pueblo de Israel. Paralela a esta imagen procliana, el Ps. Crisostomo III nos propone una grafica comparacion: utique in terrae motibus ita scinduntur muri ut mortis periculum inferant et ita denuo coniunguntur ut ne vestigium quidem scissionis maneat; et in partu illo incorrupto nolles vulvam illam solvi in honorem infantis et denuo iungi et copulari ac virginitatis formam recipere per virtutem operantis? Utique in terrae motibus muri scinduntur et coniunguntur et Christo nascente non aperitur vulva et rursus claudetur? Esta linea de pensamiento complementa la exegesis origenista del adaperiens vulvam que se perpetua en Ps. Cirilo de Jerusalen, Ps. Atanasio VI, Ps. Nisseno II y Ps. Metodio, quienes consideran que este texto de la ley solo tiene exacta aplicacion en Cristo, l unico que en su nacimiento 7:a 7:fj~ ft~'t(!a~ <5t~vot~e :n:vA.a~, aA.A.a .,;a uA.eiOe.a 7:fj~ :n:ae.Oevla~ p,T] <5trJ(!f!.~~av7:a. Una manera diferente de expresar este nacimiento virginal viene sugerido por la tipologia Eva-Maria, segun la cualla maldicion primera vendria superada por un parto exento de los dolores y angustias propios de este momento de la maternidad humana. El temprano Ps. Atanasio III ve en este privilegio el caracter :n:ae.a<5o~o~ del parto de Maria, expresion que repetiran mas tarde el Ps. Atanasio IV y el Ps. Epifanio. Proclo V nos dice que Maria es la unica en concebir sin placer y dar a luz sin dolor. Antipatro 7:* 669 Conclusiones generales contrapone f) wt5i:va~ avap,evovaa, rMlva~ ov~ exovaa. En Teodoto V el angel anuncia a Maria una concepci6n virginal y un parto exento del dolor y de la tristeza. El Ps. Cris6stomo VIII lo llega a proponer como un criterio para conocer la divinidad del Hijo de Maria. Terminemos con una pregunta: este particularisimo enfasis en el parto virginal se debe a una influencia del Protoevangelio de Santiago, como se afirma a veces? Los datos homileticos hablan por si mismos: de las cincuenta y ocho piezas analizadas solamente siete acusan una influencia de este ap6crifo, de las cuales seis son reelaboraciones de epoca tardia: Teodoto V, Ps. Cris6stomo VI y VIII, Ps. Epifanio, Ps. Proclo, Ps. Atanasio II. Respecto a este ultimo, cabe anotar que en su nucleo original rechaza enfaticamente el testimonio de Ia comadrona, dato que incluye contradictoriamente el compilador posterior poco mas adelante. Solamente tenemos un texto primitivo que admite este dato, el Ps. Cris6stomo V, Ia compleja reelaboraci6n alejandrina de tan incierta valoraci6n. No podemos menos de concluir que no hay fundamento para dicha teoria: el dato doctrinal se nos presenta como un elemento espontaneo de Ia tradici6n primitiva. 4. Que nos dice la homiletica estudiada sobre el arduo problema de los hermanos de Jesus, hijos de Josey Maria, cuesti6n acremente agitada en Ia iglesia de Occidente al finalizar el siglo IV? El nucleo original del Ps. Atanasio II trata dire~tamente el punto considerando los dos capitulos de argumentaci6n-la expresi6n primogenito de Lc. 2, 7 y la formulaci6n de Mateo: no la conocio hasla que dio a luz ... -y rechazando enfaticamente lo que considera error de algunos osados. Emparentado literariamente, como tuvimos ocasi6n de demostrar, encontramos el texto del Ps. Proclo que trata el mismo problema y coincide polemicamente en el mismo rechazo. En armonia con estos dos unicos datos explicitos y con el testimonio indirecto del Teodoto III que alude a los o£ vop,taOene~ av·r:ov at5eJ..rpol podriamos seiialar tres textos interesantes: Ps. Teodoto "B" considerando c6mo la duda en Cristo alcanz6 a los mismos ap6stoles, enumera a Pablo, a Tomas y luego a Santia~o y Judas, los hijos de Jose, siguiendo en esto una opini6n bastante extendida en Oriente. La versi6n del Ps. Taumaturgo IV que encontramos en el tomo L del Migne griego aclara cual es el sentido de esta expresi6n: hie est ille Joseph qui honestis ante nuptiis coniunctus erat liberosque susceperat, uxorem amiserat et ex illo tempore cum magna castitatis laude vixerat ... ideoque pergens apostolus Paulus ut Evangelium praedicaret et cum unum ex his liberis offendisset, scripsit dicens 'alium autem apostolorum vidi neminem nisi Iacobum fratrem Domini' non ut ex virgine 670 Conclusiones doctrinales Maria sed ex Joseph genitum. Quizas en esta linea se explique Ia extrafia afirmaci6n del Ps. Taumaturgo III de que Maria espos6 a Jose segun Ia ley de Ia consanguineidad. Una linea opuesta parecen seguir dos textos muy diversos: el temprano Ps. Antipatro pondera Ia perplejidad de Maria ante Ia encarnaci6n realizada sin intermedio de las relaciones matrimoniales normales con Jose; Ia tardia compilaci6n del Ps. Cris6stomo VIII, en su pieza dramatica, nos presenta a Maria incredula ante el mensaje, pues aun no ha llegado a las nupcias y en caso de tener un hijo lo tendria de su celoso y anciano esposo Jose I Es claro, pues, que este problema no tiene repercusi6n apreciable en las iglesias de Oriente y que en elias hay una conciencia definida sobre la perpetua virginidad de Maria. *** Resumiendo brevemente, Ia homiletica estudiada integra el privilegio de la virginidad de Maria dentro del marco grandioso de su maternidad divina, realidad que se complace en exponer como un misterio insondable. Un numero considerable de testimonios, criticamente inobjetables, ve un nexo intimo entre el misterio virginal y el misterio del Verbo encarnado, una prueba irrefutable de la divinidad del hijo. Unos pocos penetran en la tipologia fundamental que expresa este vinculo, cuya formulaci6n m i.s profunda se encuentra en Teodoto III. Concepci6n virginal afirmada unanimente, sin sombra de duda o vacilaci6n alguna. La escena de la anunciaci6n da pie a diversas interpretaciones de Ia duda de Maria, en armonia con Ia historia exegetica de este versiculo lucano, pero en cuyo fondo se puede leer la conciencia general de que la virginidad de la doncella desposada con Jose presentaba una caracteristica de perpetuidad que pasaba sobre su condici6n juridica y sobre el anuncio del angel, cuya explicitaci6n encontramos timidamente en Basilio de Seleucia y claramente en el tardio Ps. Nisseno I: Maria tenia el prop6sito de conservar su virginidad, se habia consagrado al celestial esposo. Sin llegar a Ia firmeza de la convicci6n anterior y a pesar del silencio y , reserva de algunos testimonios, podemos sefialar una autentica tradici6n en el hecho del parto virginal, que no proviene del influjo de los ap6crifos sino de una intuici6n espontanea de Ia iglesia primitiva. Su interpretacion en el sentido de una virginidad fisica, con sus intimas implicaciones en el misterio del Verbo encarnado, es comun ciertamente en las iglesias de Jerusalen, Constantinopla y Asia Menor ya desde los primeros afios del siglo v. 671 Conclusiones generales Una explicaci6n del mismo abre el camino a dos perspectivas diferentes: aquella que considera que Cristo no tuvo necesidad de puertas para entrar o salir, para emplear la expresion misma de sus autores, y aquella mayoritaria que tiende a considerar un parto normal con la peculiaridad milagrosa de conservar intacto el signo fisico de la virginidad y que se expresa en algunos por la exclusion de las angustias del parto. Solamente dos testimonios ocasionales, muy circunstanciales en su presentacion, aluden directamente a la virginidad despues del parto, en el sentido tecnico actual. Nuestro siglo v representa un momento de gran importancia en la evolucion de la doctrina de Ia virginidad de Maria: tomando el hecho de esa virginidad, transmitido por Ia conciencia de fe de los primeros siglos, explicita su dimension cristologica esencial, Ia centra en el misterio del nacimiento virginal, generaliza Ia conviccion de que tanto el momento de Ia concepcion como el del parto integran Ia autentica realidad de este misterio y en Ia ponderacion admirativa de esta pureza virginal abre el camino a una profundizacion y explicitacion de su peculiar y extraordinaria santidad. Testigo de una interpretacion mayoritaria acerca del parto virginal como un alumbramiento del todo normal que milagrosamente conserva intacto el himen virginal, plantea un serio interrogante a Ia tradicion occidental amante de representarse un misterioso salir del seno materno, plasmada en Ia presentacion catequistica del rayo de sol que pasa a traves de un crista} sin romperlo ni mancharlo. PARAGRAFO 3°: LA MATERNIDAD SALVIFICA. 1. El encuadre de Ia figura virginal de Maria dentro del misterio del nacimiento del redentor explicita, en nuestra epoca, su dimension salvifica en un Iento y vacilante proceso. El tema esta totalmente ausente de un numero considerable de homilias por razones plausibles: los comentarios exegeticos del Ps. Crisostomo V y VII dificilmente darian Iugar a su consideracion; los panegiricos para el Hypapante-si exceptuamos el peculiar Ps. Metodio-presentan una tematica y orientacion completamente ajenas al tema: Ps. Crisostomo X y XI, Cirilo I, Ps. Cirilo, Ps. Atanasio VI, Ps. Teodoto "B", Ps. Nisseno II; nueve homilias de Ia epoca nestoriana manifiestan una orientacion polemica tan decidida que condiciona necesariamente su tematica: Ps. Crisostomo III, Proclo III, Teodoto I, Ps. Atanasio I, Cirilo II, Acacio, Pablo, Erectheio; 672 Conclusiones doclrinales encontramos, finalmente, dos homilias cristologicas de epoca tempranaPs. Crisostomo I y Teodoto III-en las que el acento mariologico es muy secundario, y los dos desconcertantes panegiricos de finales del siglo, Ps. Basilio y Ps. Crisostomo VI. Siguiendo una linea ya tradicional en la teologia griega, gran parte de Ia homiletica estudiada nos presenta la figura de Maria como nueva Eva, en conexion intima con el misterio de Ia redencion: cuatro textos del siglo IV, Ps. Atanasio V, Ps. Antipatro, Ps. Crisostomo IX, Ps. Atanasio II; muchas de las seguramente autenticas del periodo efesino-calcedonense, Hesiquio I, II y III, Proclo I, II, IV, VI y VII, Ps. Crisostomo II y IV, Ps. Teodoto A, Teodoto V, Antipatro I y Crisipo; unas pocas del tardo siglo v-vi, Ps. Taumaturgo II y Ill, Ps. Crisostomo VIII, Ps. Atanasio IV, Ps. Proclo y Ps. Nisseno I. Es una tipologia familiar sugerida por el paralelismo de las escenas del paraiso y de la anunciacion en Ps. Atanasio V, Proclo IV, Teodoto V, los Ps. Taumaturgos, Ps. Crisostomo VIII; o con un mayor rigor teologico a partir de la maternidad de Maria, madre del nuevo Adan, Cristo, en Hesiquio II, Proclo I, II y VI, Antipatro I, Crisipo y Ps. Atanasio IV. Algunos ven en el Xa'iee del angel como una antitesis de la sentencia pronunciada contra la primera mujer, Ps. Crisostomo IX, Ps. Antipatro, Ps. Atanasio II, Hesiquio I, Proclo VII y Ps. Nisseno I; en tanto que el Ps. Teodoto ''A" y Ps. Crisostomo II se inspiran en el factor comun de la virginidad. Hesiquio III considera la debilidad de la mujer y Ps. Crisostomo IV la utiliza como tematica independiente. Concluimos que no hay una estricta dependencia literaria en la aproximacion al tema. Su real implicacion teologica se encuentra en las especificaciones de este paralelismo. Si la complejidad del analisis de cada texto permitiera algunas conclusiones generales, diriamos que, fuera de Hesiquio I y Proclo VII que se limitan a la contraposicion del gozo y tristeza que rodea las figuras contrapuestas de Maria y Eva, los demas homiletistas expresan su estrecha relaci6n con la obra de la redenci6n bien sea fijandose en la reparaci6n de la primera mujer, Ps. Atanasio II, Proclo I, Ps. Taumaturgo IV, Teodoto V, Ps. Taumaturgo Ill, Ps. Nisseno I; bien considerando la destrucci6n del pecado y sus consecuencias, Proclo IV y VI, Teodoto V, Antipatro I, Ps. Taumaturgo II y la sugestiva serie de contraposiciones del Ps. Taumaturgo III; bien llegando hasta la victoria especifica sobre el demonio y su tirania, Hesiquio II, Crisipo, Ps. Proclo. En esta perspectiva la nueva Eva, Maria, realiza una acci6n singular y exclusiva al lado del redentor, siendo para el nuevo Adan-para seguir la 673 Conclusiones generales expresi6n particularmente vigorosa de Proclo VI-lo que Eva deberia haber sido segtin los designios divinos: {3orj(Jor; f.U>-c' av-cov. Ahora bien, en que sentido, con que precisas modalidades se realiza dicha cooperaci6n de Maria ala obra del unico salvador, Cristo? Si exceptuamos la idea del Ps. Taumaturgo II de que la virtuosa prudencia de la doncella, o su santidad como dice Teodoto V, fueron su causa y explicaci6n, todos los demas oradores apelan enfaticos y unanimes al gran privilegio de la maternidad divina. En ultimo termino Maria es nueva Eva, madre de los vivientes-segun Ps. Atanasio IV y Ps. Cris6stomo VIII-, causa y raiz de salvaci6n, alegria y bendiciones para la humanidad porque engendr6 y di6 a luz al nuevo Adan, Cristo, salvador y redentor, de acuerdo con Ia precisa formulaci6n de Crisipo: na:V"COJ'JI oi5v -cov-cwv p.ot -clr; al-cla; -clr; aJ..J..'YJ ei p-Yj 1] -cov Oavpa-coveyov -cwv -cotov-cwv yev?]aaaa; o con la imagen ret6rica de Proclo II: wanee 1] J..vxvla ov~ av-c-Yj cpw-cor; al-cla, aJ..J..a cpw-cor; ox'YJpa, o{J-cwr; ~al 1] nae(Jevor;, ov~ av-c-Yj €Je6r;, aJ..J..a eeov vaor;. Hay otro grupo de homilias que se aproximan al tema independientemente de la tipologia de Ia nueva Eva, a partir del hecho fundamental del nacimiento de Cristo. Ps. Antipatro comentando el Magnificat dice que Maria ha sido digna de ser madre de Aquel que es el unico salvador -cfi uJ..eto-ca-cfi oi'x.ovopla ~ta~ovovplv'YJ o como lo expresa Ps. Teodoto "A", p'l]"C'YJf! -cfjr; oi~ovoplar;. Attico afirma vigorosamente: portabat sarcinam redemptionem mundi ... semel peperit et totam simul infirmitatem abstulit. Teodoto II, al que seguira Crisipo, afirma que Ia virgen es mas gloriosa que el paraiso porque germin6 no arboles frutales sino la vara de Jesse colmada de frutos salutiferos para Ia humanidad. Ps. Teodoto "A", despues de considerar las maravillas del nacimiento de Cristo, no duda en aplicarle las palabras . del salmo 35: nae' av-c-Yj yae :r&'YJY'YJ Cwfjr;. Para Proclo V Maria es madre, pero madre del redentor; por ella, pues, seran bienaventuradas todas las mujeres. Basilio de Seleucia pondera: "Q yaa-ceor; aylar; Mt OeoMxov ev fi -co -cfjr; apaedar; ~teeeay'YJ xeteoyeacpov, tematica que habia desarrollado con predilecci6n Proclo I. Las alabanzas marianas del Ps. Metodio y Ps. Proclo expresan esta misma idea a traves de numerosas imagenes biblico-poeticas. Estas dos aproximaciones diversas constituyen Ia doble vertiente de un unico misterio salvifico: la encarnaci6n redentora. En la mentalidad de nuestros homiletistas, fiel a la mas pura tradici6n oriental, la encarnaci6n del V erbo realiza ya radicalmente la obra de redenci6n que llegara a su plenitud en el misterio de Ia muerte y resurrecci6n de Cristo, dos momentos que se 674 Conclusiones doctrinales incluyen mutuamente de modo indisoluble. Es, pues, apenas l6gico que Maria, en quien se realiza este misterio, se vea constituida por el en fuente de redenci6n, en raiz de la nueva y autentica vida que es la persona misma de Cristo. Hasta que punto este nexo entre la maternidad divina y la redenci6n entra en el campo de conciencia de Maria y la incorpora formalmente en la obra salvifica de su Hijo? Recordemos la afirmaci6n del Ps. Taumaturgo II que justifica nuestra pregunta: "al -r:lwcs-r:at (o Movoysv~;) :rmefUvov ayvooVCfrJ; 7:0 'J'&(!ayp,a • OV7:8 yae ctvvneYrJC18'11 'J'&(!O; 7:0 yw&p,svov, OV7:8 CfVV8{JaJ..J..s-,;o 'J'&(!O; 7:0 'J'&ean&p,svov, aJ..J..' '1v '1/'tAOV lJeyavov -r:fj; tl'J'&O(!e'J]-,;ov a-lnov ~vviip,sw;. Po demos decir que esta voz permanece aislada en el conjunto uminime de testimonios que presenta a Maria conocedora tanto de la divinidad de su Hijo-Ps. Atanasio VI la presenta como dudosa-como de la perspectiva soteriol6gica de la ol"ovop,la. Observamos en el paragrafo precedente que esta idea no viene de ordinaria en la consideraci6n del fiat sino en la afirmaci6n mas generica de la obediencia de la virgen a los planes divinos contrapuesta, a veces, a la desobediencia de Eva; asi tenemos, entre otros, a Proclo I y IV, Cirilo III, Ps. Basilio y Ps. Proclo. Esta firme con~cci6n viene expresada por las frecuentes imagenes del paraiso, nube de lluvias bienhechoras o columna de nubes que guia en el desierto, vaso que contiene el mana, fuente de aguas, de vida, de luz indeficiente, aurora de un sol vivificante. 2. De esta posici6n fundamental parece que se desprenden dos consecuencias paralelas que se conjugaran en un nuevo valioso aporte a la figura mariana. La primera de elias, sobre la linea considerada precedentemente, viene expresada timidademente por el Ps. Taumaturgo I cuando llama a Maria radix omnium bonorum, causa omnium bonorum y por el Ps. Teodoto "A" que la denomina 'J'&'fJY-Y! Cwij;. Cirilo. III consagra esta linea cuando en su famosa homilia de Efeso entona una magnifica alabanza mariana de dieciocho miembros estructurados sobre la forma ~t' '1; en la que se pone especial enfasis en la actividad de Maria, actividad propia que no se encuadra dentro de los estrechos limites de una causalidad puramente material sino que abarca las regiones afines de motivo, tema, inspiraci6n, en la obra de santificaci6n y redenci6n. Identica tematica, ~ta genitivo, reaparece en Teodoto V, Ps. Taumaturgo II y III, An6nimo jerosolimitano, Ps. Epifanio y Ps. Proclo. Esta misma tematica parece inspirar la parafrasis del xaies "sxaet-,;wp,evn en el Ps. Cris6stomo IV. e" + 675 Conclusiones generales Si esta primera consideracion se entiende siempre en intima relacion con Ia maternidad divina, su fundamento ontologico, Ia segunda fija su atencion en el objeto correlativo de esta accion salvifica, el sexo femenino y el genero humano todo, cuyo ejemplo y modelo es Maria; asi Proclo I ve en Ia festividad de Ia vir'gen Ia gloria y exaltacion de las mujeres y consiguientemente del genero humano; Proclo IV congrega a los pies de Maria a las virgenes y a las madres; Proclo V Ia contrapone gloriosamente a una serie de figuras femeninas del antiguo testamento. Identica tematica en el Ps. Criscstomo II, Teodoto V y Ps. Proclo. En igual sentido se entienden las aclamaciones que en las alabanzas marianas celebran esta ejemplaridad, aclamaciones que aparecen por primera vez en Ps. Atanasio II y III para generalizarse en Cirilo, Teodoto y Ps. Crisostomo IV, como se puede ver en el cuadro esquematico sobre el tema de los xateenat-tol y que presenta su aspecto mas inspirado en el Ps. Metodio. 3. Este doble as:pecto, ejemplaridad y actividad eficiente en Ia obra de restauracion, evoluciona dinamicamente en nuestro siglo hacia Ia idea de una verdadera mediacion salvifica por parte de Maria. Ya el Ps. Teodoto "A" al considerar a Maria "fuente de Ia vida" exhortaba a sus oyentes a acudir a Maria con el deseo de nuevos y futuros beneficios. Proclo I propone una imagen plastica de rico significado: 1] t-t6vn €hov neoc; avOedmovc; ybpvea. Teodoto V pondera que el Creador en su providencia nos ha concedido a Maria como ne6~evoc; ayaOwv. Estas aproximaciones permitiran Ia aparicion de Ia expresion tecnica de 'medianera". Basilio de Seleucia Ia saluda con entusiasmo: xaiee [t8(Jt7:8VOV(Ja eeij> ual avOewnotc;. El anonimo jerosolimitano hara eco aiios mas tarde: 1] t-t6V'fJ f-t87:a 7:0'11 [teCJh'fJV [t8C1l7:'f/t; 7:0V u6CJ[tOV nav.,;oc;. Antipatro I repite su saludo de gozo: xaiee 1] an6voc; f-t8C1t7:8VOV(Ja 7:fi Ovn7:67:'f/7:t y el Ps. Epifanio fundamenta su exaltacion mariana: av.,;iJ yae oveavov ual yrjc; t-teahnc; necpvuev ev67:'fJ7:a notf1aaaa. Ps. Metodio lo expresara graficamente al considerar a Maria como el area viva y animada que, evocando los favores realizados por Dios a causa del area de Ia alianza depositada en Ia casa de Abedaras, es causa de justificacion para el pecador, de salud para el enfermo, area que a nadie rechaza porque en ella reposa el Senor lleno de bondad y misericordia para con todos. Quien comprende y acepta esta funcion mariana de mediacion no puede menos de dar el paso siguiente de Ia intercesion. Tal vez el primer testimonio claro y explicito lo encontramos en Basilio quien acude a Ia ayuda de Maria para tratar dignamente el misterio y, lo que es mas significativo aim, pondera su gran poder superior al de los apostoles y martires debido a Ia 676 Conclusiones doctrinales I dignidad de madre del salvador, por lo cualla pone como intercesora en las dificiles circunstancias de las iglesias de Oriente y la implora sentidamente avwOev fjp.ii~ lA.ew~ e:nmn:evovaa. Ps. Epifanio desarrolla con amplitud: l5ta aoiJ . •. "all5ogoA.oyla and -r:fj~ el~ OV(!a'JIOV~ avanep.ne-r:at . l5ta aoiJ nae(!'YjCT{av avOewnot ev oveavij> ned~ -r:ov "Yvna-r:ov exovat. Su formulacion mas piadosa, quizas, se encuentra en el tardio Ps. Atanasio IV: et iam audi, {ilia David et Abraham, et inclina aurem tuam ad supplicationem nostram, ne obliviscaris populi lui, neque nostrum qui domus Patris lui sumus ... te decet ... nostrum recordari adstantium illi cui terribilis est nobis, tibi iucundus est omnesque tibi largitur gratias; quamobrem vultum tuum deprecamur ... ad te clamamus recordare nostri sanctissima virgo, quae post parium virgo permansisti et tribue nobis ... magna dona ex divitiis gratiarum tuarum. La alabanza mariana interpolada en Antipatro III fundamenta la confianza en su proteccion poderosa en cuatro aclamaciones clasicas: ianua salutis noslrae, refugium lribulantium, spes desperanlium, salus desperanlium. Ps. Metodio extiende la accion salvifica de Maria a su poderosa intercesion como madre del redentor. Cerrariamos este recuento con la sentida impetracion de Nifon con la que terminara siglos mas tarde la reelaboracion del anonimo jerosolimitano. *** Resumiendo en pocas palabras, el pensamiento de nuestro siglo nos presenta a Maria preferentemente como la nueva Eva, cuya actividad salvifica esencial es dar a luz al redentor, pero a traves de lo cual, gracias principalmente a su acto de fe inicial, ejerce una verdadera y real causalidad en el orden de la redencion. A partir de esta unanime orientacion doctrinal comienza a cobrar relieve la idea de una actividad propia en virtud de su maternidad salvifica, que se expresa en una doble perspectiva, fontal y modelica, que orienta a los fieles bacia la persona misma de Maria. En este Iento movimiento se percibe la realidad de una autentica mediacion salvifica que esclarece la valiosa intercesion de la madre ante el Hijo y estimula el culto de invocacion. Este proceso de explicitacion, apenas entrevisto a comienzos del siglo, se enfatiza a partir del fervor mariano post-efesino y se acentua en la segunda mitad del siglo v. Dato aislado y exotico en nuestro recorrido, Hesiquio III avanza la idea de una propiciacion mariana: considerando como Maria cumple con 677 Conclusiones generales la ley de la purificaci6n a la que no estaba sujeta, afirma claramente: &So"re OVX {J'TCB(l av-cij~ 1} 'TCflOUCflOflU, aA.A.a {mee 8A.ov -cov yevov~ eyeve-co. PARAGRAFO 4o: SANTIDAD. 1. Si en las secciones precedentes pudimos descubrir un s6lido nucleo de tradici6n doctrinal que paulatinamente procuraba comprenderse mejor y explicitarse mas perfectamente, al tratar de la santidad de Maria s6lo una nota se puede decir comun en la herencia de los primeros siglos: la denominaci6n de Maria como 1] ayla 'TCaeObo~ y una gran admiraci6n por su persona. Cuando se procura precisar este dato se comprueba que el adjetivo aylo~ se aplica corrientemente a los varones virtuosos de la iglesia primitiva y, por consiguiente, de por si no alude a ninguna caracteristica peculiar de la virgen; por lo que hace a la admiraci6n a Maria, esta se refiere fundamentalmente a su misi6n de madre de Dios connotando apenas su pureza virginal. Una consideraci6n de sus virtudes, de su santidad, que centre su atenci6n en la persona misma de Maria, con cierta prescindencia de su 6ntica relaci6n con el misterio del nacimiento de Cristo, escapa al interes de los grandes homiletistas de nuestro siglo: Attico, Cirilo, Acacio de Melitene, Pablo de Emesa-entre los seguramente autenticos-Ps. Cris6stomo V, VII, X, Ps. Basilio, Ps. Atanasio II, III y V-entre los pseudo-epigraficos-no ofrecen ni la mas minima alusi6n explicita a este tema. En relaci6n con el misterio de la concepci6n virginal aparecen las primeras brevisimas consideraciones sobre la virtudes de Maria. En algunas de las figuras principales se alude a la pureza y castidad de la madre, condici6n necesaria para el nacimiento del Santo. Ps. Cris6stomo XI ve en la honestidad y pobreza de la doncella las virtudes que atraen la elecci6n divina sobre ella, consideraci6n que reaparece mas tarde en el Ps. Taumaturgo II-Ps. Nisseno I y Teodoto V. El Ps. Crisostomo III observa que el Espiritu Santo brill6 como en un espejo sv -cq> aumA.q> uwp,an -cij~ 'TCaeOe-. vov. Teodoto I considera 1} p,~-cea 'TCaeOevt-;e~ -;eaOaea .-wv ap,aedwv 'TCaOwv. Basilio la llama templo digno de Dios por los aromas de castidad de la virgen pura; en este sentido entiende el Ps. Atanasio VI la gracia singular con que fue enriquecida la madre: en esta linea interpretan Ps. Antipatro y Ps. Atanasio IV la santificaci6n que obr6 en ella el Espiritu Santo, vistiendola como reina vestitu deaurato incorruptionis ... non quidem secundum sim- 678 Conclusiones doctrinales plicitatem spiritualem ... sed circumamicta, secundum suam sanctissimam carnem, incorruptione. El gran cantor mariano, Proclo de Constantinopla, nos ofrece solamente dos brevisimas y discutidas expresiones, al parecer contradictorias: en la homilia primera compara, ~e6~n de, -rfj~ nae(Jevov (la edici6n critica: l~ -rfj~ naefUvov) a,u6.A.vv-ro~ a&.eg; en el serm6n tercero-Proclo VIse expresa asi: np Ila-rel ~aO' 8v -i}v o,uoovaw~, ~al ,un-rel 8,uow~ ~a-ra n&.v-ra xwel~ a,uae-rla~. Fuera de esto, silencio absoluto. 2. Si los textos precedentes nos ofrecen una afirmaci6n mas bien pobre de la santidad personal de Maria, algunos de nuestros homiletistas dan un paso adelante. El Ps. Cris6stomo IX, seguro testigo para el siglo IV, considera si el aspecto virginal de la santidad de Maria, pero insinua una nueva via de pensamiento al alabar a Maria por haber agradado al Creador, quien se complace -rot~ ~&..A..A.eat -rwv 7pvxwv y por tanto en ella que es n&.eOevo~ n 'tqJ GW,Ua'tt ~at 7:fj 'ljJVX'lJ· Santidad en el cuerpo y en alma, tematica que reaparece brevemente en el Ps. Cris6stomo II y en Ps. Proclo. El Ps. Taumaturgo II continua en esta linea y precisa: de todas las generaciones esta sola virgen ayla aw,uan ~al nvev,uan yeyovev-expresi6n que repetira su compilador posterior el Ps. Nisseno 1-; la admiraci6n por ella no se basa unicamente en la hermosura corporal. La dificultad de precisar el nucleo primitivo, hace dudoso el testimonio del Ps. Taumaturgo III, quien poniendo especialmente de relieve la pureza de la virgen no deja de aludir claramente a la santidad interior, n n&.an~ avOewnlvn~ cpvaew~ ~al GV ayla, B'VCJ0~6-reea ••• .A.a,uneodeav ,uev vnee xlova exovaav dj'll CJtavolav y a la santificaci6n obrada por el Espiritu Santo el~ -rov a,ulav-rov v&.ov -rfj~ naeOevov, ~al 'l]yt&.ctOrJ evvota avv -rot~ ,ue.A.eat. Sera necesario llegar a Ps. Teodoto "A" para encontrar un pensamiento categ6rico: contraponiendo las dos virgenes, Eva y Maria, designa a esta con el significativo titulo de nav&.xeav-ro~ ,u~-rne ayto-r~-ro~ y explica: o yae CJrJ,UtoV(!y~aa~ -r-Yjv na.A.alav nae0evov avv{Jela-rw~, a-D-ro~ ~al -r-Yjv el~ CJBV'te(!O'V B7:8~7:~'Jia7:o ava,uw,uw~ . ual 0 not?]aa~ 7:0 e~wOev wealw~. a-D-ro~ ~al eawOev ~au~6a,unaev el~ ~a-rot~'t~(!to'V ?pVXfi~ e.Oayw~; acci6n santificadora divina que aclara con las imagenes del hierro al fuego o del cuerpo penetrado de agua. Santidad, pues, excepcional que supera los linderos de la pureza legal y exterior para penetrar hasta lo interior del alma y hermosearla plenamente, realizando asi un duplicado perfecto de la inocencia y santidad de la primera mujer, santidad radical en el momento 679 Conclusiones generales mismo de la formacion, mas profunda y plena en el momento de la encarnacion por obra del Espiritu Santo. Posteriormente Teodoto V y el Ps. Crisostomo VI se inspiran en el Protoevangelio de Santiago para ponderar la consagracion de Maria al Senor antes de su nacimiento y su peculiar santidad desde los primeros anos, santidad que la diferencia completamente de todas las demas mujeres, a ella virgen inocente, sin mancha, totalmente irreprensible, incontaminada, santa en cuerpo y alma como lirio entre espinas. Un nuevo testimonio sobre la santidad de Maria podriamos encontrar en las figuras poeticas de las alabanzas marianas de Hesiquio II y Crisipo, Ps. Teodoto "A", Ps. Taumaturgo I y II, Ps. Crisostomo VIII y Ps. Proclo. Sin embargo, la peculiar estructura de dichos elogios no garantiza ni su autenticidad ni la exactitud teolOgica de los terminos empleados y sugiere prudencia y reserva en tomarlos como base de argumentacion doctrinal. 3. Entre estas dos tendencias paralelas, mas superficial la una, mas profunda la otra, encontramos tres testimonios cuyo exacto significado no nos fue posible determinar: el Ps. Atanasio I, quien contempla al Verbo be r:fj~ acp(]UC17:0V OVG{a~ %(]08A0ovr:a, 7:0V be r:fj~ tXX(]cl'P'tOV lpVC180J~ yeVVrJ(Jev-ra. El Ps. Taumaturgo IV, quien compara el angel incorporeo y la virgen inmaculada-a,uoA.IJvr:o~-. ellibre de pecado y la que estaba libre de corrupcion. Finalmente, Hesiquio II, quien habla de una planta de incorrupcion y de un paraiso de inmortalidad, a quien no llega el humo de la concupiscencia, ni el gusano del placer la corroe, templo incorrupto, tabernaculo exento de toda mancha-navr:o~ evnov-. Completan el cuadro dos oradores contemporaneos que ponderan ciertamente la santidad de Maria, pero parecen afirmar-implicitamente el uno y explicitamente el otro-la sujecion de Maria a la comun miseria original del genero humano. Antipatro I reconoce que Maria 1] nednrJ ual p,6vrJ r:lur:ovcta f3eecpo~ uar:aea~ eA.evOeeov. Crisipo concede paladinamente: 8-r:av yae ctv eueiOev e~avactr:a~ r:~v r:ov ctov &ytactp,ar:o~ ut{3wr:ov ctcpeaylctn~. r:6r:e ual 1] ut{3wr:o~ p,er:a navr:wv e~avactr:'l]cter:at eu r:ov nr:wp,ar:o~ ev qJ M7:BC17:r](J8 ual avr:~v fJ r:fj~ Eva~ ctvyyeveta, afirmacion que repite posteriormente: novrJeo~ yae r:o A.ao~ evvf3elCet r:fj ayxtctr:elq. r:fj n_ae' avr:ov. 4. Dentro de este marco tematico se han de considerar las interpretaciones que a la profecia que hace a Maria el anciano Simeon dar{m las piezas que tratan la escena de la presentacion del nino en el templo: Ps. Crisostomo X, Hesiquio III, Cirilo I, Ps. Cirilo de Jerusalen, Ps. Atanasio VI, Ps. Teodoto "B", Ps. Nisseno II, Ps. Metodio y Ps. Crisostomo XL 680 Conclusiones doctrinales Ps. Cris6stomo X, el primero cronol6gicamente, es fiel a la linea exegetica griega iniciada por Origenes y seguida con entusiasmo por la escuela Capadocia: et tu, inquit, esse mater videris; an tu igitur tentationis expers eris, quandoquidem esse te matrem confessa es, quandoquidem illum peperisli, quandoquidem uterum tuum visa es comodasse? ... num igitur tu tentationis expers eris? Ne tu quidem tentationis expers eris, sed et tuam ipsius animam pertransivit gladius. Quare vero domine? quid ego enim peccavi? Nihil peccasiti, sed cum illum in cruce videris, cum illum pro mundo videris patientem, cum expansas videris eius manus in cruce clavisque ligno affixas, tunc dubitare incipies ac dicere: 'hiccine est ille de quo mihi narravit angelus? hiccine est ille in quo mihi miraculum conceptionis est editum? ... pertransivit igitur et tuam ipsius animam gladius -ro neteaa-r?]etov ual ap.cpt{:JoA.ta. El nucleo original del Ps. Cris6stomo XI presenta una versi6n suavizada de esta misma exegesis: no se habla propiamente de dudas en la fe y en la situaci6n augustiosa prevista se pone de relieve su caracter totalmente transitorio. El alto concepto que Hesiquio tiene de Ia santidad de Maria parece que atempera aun mas las aristas hirientes de esta exegesis: concede si que en Ia pasi6n de Ia cruz todos fueron probados y agitados, no solamente los simples discipulos sino los escogidos y aun su misma madre, pero no especifica en que consisti6 dicha prueba o por que la espada predicha sea la diversidad de opiniones. El Ps. Teodoto "B", redacci6n mas bien tardia, explica claramente el signo de contradicci6n por las especiales circunstancias que origina Ia obra salvifica, en las que incluye la duda y negaci6n de los ap6stoles, pero soslaya el espinoso problema de Ia espada de dolor profetizada a Maria: ual -rfj~ naeOevtufj~ {)8 'lfJVXfj~ la-rat nod {:Jaaavo~ vno notull..wv elalov-rwv ual e~lov-rwv A.oytap.wv. En esta linea Ps. Cirilo de Jerusalen y el tardio Ps. Metodio omiten en sus panegiricos el tratar este dificil problema. El pensamiento de Cirilo ha sido estudiado detenidamente, comparandolo en las tres exegesis paralelas de Zacarias, Juan y Lucas, y hemos llegado a Ia conclusi6n de que Cirilo modifica su exegesis tradicional sobre Ia via del pensamiento occidental: Ia espada de dolor es la aflicci6n a causa de los sufrimientos de Cristo que laceran el coraz6n de la madre, a quien le falta aquello que podria consolarla, a saber, el conocimiento de Ia pr6xima resurrecci6n de Cristo, circunstancia olvidada por los mismos testigos directos de su revelaci6n, los ap6stoles. 681 Conclusiones generales Esta posici6n de Cirilo parece que influye decididamente en la exegesis posterior: Ps. Nisseno II identifica la espada con los sufrimientos al pie de la cruz que desgarran el coraz6n de la madre, el cual cicatriz6 luego con el milagro de la resurrecci6n; Ps. Atanasio VI pone de relieve su compasi6n maternal: ea de causa lugebis et congemiscens, et utpote mater, pro Filio lacrimaberis. *** Resumiendo brevemente, vemos c6mo la vaga intuici6n de la peculiar virtud de Maria que hereda nuestro siglo se va enriqueciendo con la contemplaci6n de la escena de la anunciaci6n y en una reflexi6n sobre el significado de la acci6n del Espiritu Santo, hasta crear una conciencia firme de la santidad de Maria, santidad que para la mayor parte es singular, pero que se interpreta diversamente: para unos se refiere a su pureza virginal, para otros significa una santidad interior que en unos pocos testimonios tiende a una santificaci6n total y radical-prehistoria en la evoluci6n de la doctrina de la concepci6n immaculada de Maria-, perspectiva excluida positivamente en los dos homiletistas seiialados. En una creciente apreciaci6n de su completa santidad, nuestro siglo V supera definitivamente la tradici6n exegetica de Origenes: la figura de Maria al pie de la cruz pasa de las dudas y vacilaciones en la fe a la compasi6n del coraz6n materno, sin llegar a insinuar en forma alguna el caracter soteriol6gico de dicha compasi6n. El final del siglo es testigo de una nueva actitud admirativa hacia la persona de Maria que encuentra en los datos ap6crifos una fuente de inspiraci6n yen los amplios y redundantes xateer:taf-wl una forma concreta de expresarla, linea que marcara muy hondamente la espiritualidad mariana byzantina. 682 CONCLUSION GENERAL Con esto hemos llegado al final de un recorrido que nos ha mostrado c6mo la maternidad divina es el punta focal del pensamiento mariol6gico de la epoca. Maternidad divina que se explicita y se precisa dogmaticamente, que integra y da su plena significado al privilegio mariana mas primitivo y mejor conocido, la virginidad perpetua. Maternidad divina que explica el lugar singular que ocupa Maria en la obra de la redenci6n del genera humano e ilumina con luz propia la figura de la segunda Eva, trazada siglos atras por Justina e Ireneo. Maternidad divina, en fin, raz6n de la excelencia de Maria sabre todo lo creado y que insinua una nueva corriente de pensamiento sabre la persona misma de la madre, sabre su peculiar santidad. A esta luz se comprende c6mo hay aspectos de nuestra mariologia actual que no penetran en la tematica de la epoca. Asi la doctrina de la exen. ci6n de pecado original apenas se delinea vagamente en algunos textos pseudo-epigraficos del tardo siglo v; la cooperaci6n de Maria a la obra redentora de Cristo se reduce a su oficio de madre del Salvador. Sabre la asunci6n de Maria a los cielos encontramos una vaga y discutida alusi6n en Cirilo III, Ps. Taumaturgo I y Ps. Antipatro; y una clara formulaci6n en las tardias compilaciones del Ps. Taumaturgo III y Ps. Atanasio IV. Sabre la perspectiva actual que relaciona intimanente a Maria con la Iglesia, debemos decir que nuestra homiletica la ignora casi por completo: una aproximaci6n en las consideraciones de Maria como ejemplo y modelo y corona de los fieles, como intercesora y medianera entre el cielo y la tierra; un lejano prenuncio en Hesiquio I y Proclo II, quienes unen oratoriamente dos tipologias paralelas, Maria-Eva y Eva-Iglesia; una sugestiva formulaci6n en el tardio Ps. Proclo, quien en la alabanza mariana establece una especie de relaci6n entre Maria y la fundaci6n de la Iglesia de la gentilidad con dos interesante comparaciones: la nave que lleva de Jerusalen la conversi6n a los gentiles y la madre que alimenta en sus brazos virginales a los nuevas convertidos; en el elogio de la virginidad del mismo Ps. Proclo, presenta a Isabel como tipo de la sinagoga y a Maria como tipo de la Iglesia. Para facilitar un estudio comparativo de los datos doctrinales y permitir una rapida vista de conjunto de cualquiera de ellos, presentamos a continuaci6n un cuadro esquematico (III p. 686) con todos los datos que nos proporcion6 el analisis de las cincuenta y ocho piezas homileticas. 683 INCIPIT (en orden alfabetico) Griego 433-422 'A~t?]yrrrov :n:eA.ayo~ fn' alw- LeMus. 77 (1964) 155-73; BHG 'VO~ 1982d; REPERTORIUM 7. 468-480 'Aellh:av p,vnaOw Rivista storico-critica delle Scienze Teologiche 5 (1909) 548-563; Marianum 24 (1962) 536-539. 148-152 {JaOv p,ev ual p,eya PG 77, 1089-1096. 523-531 {JaatA.tuwv p,va-rnelwv eoe- PG 60, 755-760; BHG 1085c; RE-r-Yjv PERTORIUM 54. 421-433 El~ (J&.Oo~ olunep,wv RBn 58 (1948) 233-249; 62 (1952), 189-200; BHG 1895. 229-240 'Ev yevvn-roi~ yvvatuwv PG 85, 1764-1776. 493-511 'Eoe-ra~ p,ev a:n:aaa~ PG 10, 1156-1169; AS IV, 150-153 & 154-156 & 400-402 & 402-404; BHG 1092w. 122-128 Evuateov el:n:eiv a?]p,eeov LeMus 54 (1941) 40-44; version latina PG 65, 843-846. 200-203 Evuateov a?]p,eeov -r-Yjv iJp,e- PG 77, 1433A-1437B; ACO I, 1, 4, -reeav pp. 9-11. 53-58 'H p,ev eoe-r-YJ Mye-rat PG 93, 1468-1477. OCP 32 (1966) 56-76; BHG, app. 617-622 tPat~eov fJp,iv -r?]p,eeov VII, 222. 94-100 KaA.-Yj p,ev fJ -rwv lJiaA.p,wv PG 65, 692-704. A.vea 308-344 KU:n:-ret -rov~ :n:6vov~ PG 65, 721-757; LEROY ST 247, pp. 298-324. 103-110 Aap,:n:ea ual :n:aea~oeo~ PG 65, 708-716. 164-170 Aap,:n:ea ual :n:aea~oeo~ -rfj~ PG 77, 1349-1369; ACO I, 1, 2, :n:aeovan~ eoe-rfj~ fJ {J:n;60eat~ pp. 80-90. 158-163 Aap,:n:ea -rfj~ :n:aeovan~ eoe- PG 77, 1369-1385; ACO I, 1, 2, -rfj~ fJ iJ:n:60eat~ pp. 73-80. PG 85, 425-452. 285-308 Mey&.A.a~ -rwv eyuwp,lwv 442-452 MeA.A.ov-ro~, aya:n:n-rol, -rov PG 50, 795-800; BHG 1903; REuowov .Ew-rfjeo~ PERTORIUM 249. 380-388 Mva-r?Jewv Uvov {JM:n:w PG 28, 960-972; BHG 1904. 359-380 Mva-r?Jewv Uvov ual :n:aea- PG 56, 385-394; BHG 1905. ~6eov {JU:n:w REPERTORIUM 260. 687 Incipit 600-603 398-410 o -rfi q;eov~aet ~txatoavvrJ~ PG 46, 1152-1181; BHG 1959. PG 61, 737-738; Text. armeno AS IV, 156-159; Version latina AS IV, 404-406; BHG 1908, 1908h, 1908p, 1118m. REPERTORIUM 282. 410-421 ono?:a'JI be xetpiiJvo~ ueveeov PG 61, 763-768; BHG 1911; REPERTORIUM 319. PG 77, 1468-1472; ACO I, 1, 2, pp. 153-156 ·oewvn p,ot ayann-rot 90-92. PG 50, 807-812; BHG 1925; REPER592-596 Ov p,6vov q;oeei aaeua TORIUM 447. PG 18, 348-381. 610-617 naitat Euavw, PG 59, 709-714; BHG 1128; REPER388-398 naittv -rfi naeenala TORIUM 387. PG 10, 1172-1177 = PG 50, 791-796; 511-522 naittv xaea., evayyiitta BHG 1128f; REPERTORIUM 389. IlaeOevtuf} nav~yvet{; a~p,e- PG65, 680-692; ACO I, 1, 1, pp. 10379-94 eov 107. nii.aa p,ev evyvwp,wv yitw-r-ra PG 93, 1460-1468. 46-53 nii.aa p,ev p,v~f.trJP PG 93, 1453-1460. 40-46 110-114 nii.aat p,ev aL p,ae-rvetual PG 65, 716-721. o -rfj~ avi-retite navnyveet{; OCP 26 (1960) 224-232; version la- 170-176 naO'r]{; eoe-rfj{; f.t~?:rJ(! tina PG 77, 1411-1418. 114-121 Ilitovata yae -rfj{; Oeta{; xa- LeMus 54 (1941) 44-48; version laet-ro{; tina PG 65, 841-844. 100-102 Iloitital ual ~taq;oeo, navn- PG 65, 704-708. yveet' 130-148 Iloititf} p,ev Alav 1] avvo~o, PG 77, 1040-1049. 241-255 IIeoi~eap,ev ev -rfj neodeq. PG 85, 1776-1792. uvetaufi 176-187 Ileoq;nnno{; 'ljp,ii{; ual (!O'JI 203-205 Ilewnv ned, -r~p,e- PG 77, 1389-1412. -rf}v vp,e-rieav PG 77, 1437B-1444C; ACO I, 1, 4, pp. 11-14. 481-493 E~p,eeov ~et ayyeittufj naea-ra- PG 10, 1145-1156; texto sirlaco: AS IV, 122-127 (377-381); texto arme- no: AS IV, 145-150 (396-400); BHG 1139n; REPERTORIUM 454. PG 28, 973-1000; BHG 1967-1968; 604-610 Ta -rfj, naeovan, REPERTORIUM 477. 578-591 Ta~ euitap,novaa, p,aep,a- PG 43, 485-501; Epiphani Opera evy&., IV, 3, 100-105; RHE 31 (1935) 355359; BHG 1143. PO 19, 318-335 (200-217); version 187-197 Tienet p,ev -rol, lhpet{; latina PG 77, 1418-1432. 688 Incipit 568-577 -r:fj 538-545 211-226 545-554 269-283 347-353 596-599 ~eu11:olvn p.ov Commentationes Humanarum Litterarilm 28, II, pp. 3-9; Marianum 33 (1971) 396-409; Auctarium, 47. -r:fj 1t(!Od(!q. uvetaufi PG 62, 763-768; BHG 1144h, 1076u, 1139m. REPERTORIUM 479. -r:-Yjv aedJaJ.ij eafl~ov ,lectctal PO 19, 336-343 (218-225). -r:ov~ Oelov~ leeou~evua~ PG 28, 917-940; BHG 1147t. @at~eov oew -co m)ct-r:rJp.a PG 77, 992-996; ACO I, 1, 2, pp. -r:wv aylwv 102ss. @o{Jov yep.et ual elu'YJ~ Biblica 1 (1920) 84-90; BHG 1920; REPERTORIUM 544. Xaiee, ctq;&~ea, Ovya-r:ee PG 33, 1187-1204. l:ufw 532-538 Xweav p.ev a11:oxeeowOeictav PG 28, 905-914; BHG 866. 452-467 "Dct7&e(! o[ -r:-Yjv Xevcti-r:w yijv PG 28, 944-957; BHG 1161k. Latin 255-265 Iterum nos saneta et super- POr 1 (1970) 102-117. laudabilis 353-359 Quod ab omnibus nee in- version armena: AS IV, 159-162; spici nee enarrari potest version latina: AS IV, 406-408. Frances 554-566 II eonvient que nous-aussi aujourd'hui nous tenions le langage du prophete et hieropsalmiste David ... 60-75 Toutes les fetes imitent done la splendeur 206-211 Vierge pleine de gr~ee, je ne eesserai jamais de te nommer Mere de Dieu LeMus 71 (1958) 15-50 (209-238). LeMus 46 (1933) 186-195; ROC 29 (1933-4) 177-186. PO 13, 171-180. AUTOR Y TITULO 1. AcACIO DE MELITENE Homilia Ephesi habita. 2. 152-156 ANONIMO Encomio para la Anunciacion de la Santlsima Sefi.ora nuestra Defpara. 568-577 689 Autor y Titulo 3. ANTIPATRO DE BOSTRA I. II. 4. Homilia I: In sanctum Ioannem Baptistam et in silentium Zachariae et in salutationem Deiparae. Homilia III: Sermo sancti Antipatris patris nostri ad matutinum in adsuption sanctae Mariae. Homilia XII: In occursum Domini nostri Iesu Christi. Homilia XV: De incarnatione Dei Verbi. Homilia IV: Ephesi in Nestorium habita, quando septem ad sanctum Mariam descenderunt. 11. 690 210-226 205-210 HESIQUIO DE JERUSALEN I. II. III. 10. 269-283 ERECTHEIO DE ANTIOQUIA DE PISIDIA Homilia recitata in sancta Epiphania in ecclesia Constantinopolitana sedente beato episcopo Proclo. 9. 130-148 148-152 CRISIPO DE JERUSALEN Oralio in sanctum Mariam Deiparam. 8. 283-308 CIRILO DE ALEJANDRJA I. II. III. 7. 60-75 BASILIO DE SELEUCIA In sanctissimae Deiparae annuntiationem. 6. 255-265 ATTtco DE CoNSTANTINOPLA Oralio in sanctum Dei genitricem. 5. 226-240 Homilia I: De sancta Maria Deipara. Homilia II: De eadem. Homilia III: In praesentationem Domini et Salvatoris nostri Iesu Christi. 40-45 46-53 53-58 PABLO DE EMESA I. Homilia I: II. Homilia II: ... habita vicesimo nono die mensis Choeac (25 decembris) in magna Alexandriae ecclesia, praesente beato Cyrillo, de nativitate Domini et Salvatoris nostri Iesu Christi, et quod beata Virgo Maria sit Dei genitrix, et quod non duos sed unum Filium et Dominum Chris tum dicamus; et laus archiepiscopi Cyrilli. In magna Alexandria ecclesia ... Tibi sexta die (1 enero), in Christi Domini et Salvatoris nostri nativitatem et in Cyrilli archiepiscopi laudem dicta. 199-203 203-205 PnocLo DE CoNSTANTINOPLA I. Homilia I: II. Homilia II: Laudatio in sanctissimam Dei genitricem Mariam. De incarnatione Domini nostri Iesu Christi et de infusoriis. 76-94 94-100 Autor y Titulo Hom ilia Ill: De incarnatione Domini nostri Iesu Christi. IV. Homilia IV: In natalem diem Domini nostri Iesu Christi. v. Hom ilia V: Laudatio in S. Virginem ac Dei genitricem Mariam. VI. Sermo Ill: De dogmate incarnationis, dictus in die sabbato ante quadragesimam. VII. Sermo IV: De Nativitate Domini. III. 12. 100-103 103-110 110-114 114-121 122-128 TEODOTO DE ANCIRA I. Homilia II: II. Homilia 1: III. Homilia V: IV. Hom ilia VI: Homilia admodum pulchra, lecta in synodo, Cyrillo episcopo praesente, in natalem Salvatoris. Babita in die nativitatis salvatoris nostri Iesu Christi, quae et ipsa lecta est in eadem synodo. In Domini nostri lesu Christi diem natalem. In sanctam Dei genitricem et in sanctam Christi nativitatem. 13. Ps. ANTIPATRO In sanctissimae Deiparae annuntiationem. 14. Ps. ATANASIO I. In nativitatem Christi. II. Sermo de descriptione Deiparae. III. In nativitatem Praecursoris, in Elizabeth et in Deiparam. IV. In annuntiationem sanctissimae Dominae nostrae et Deiparae. v. L'homelie de S. Athanase des Papyrus de ·Turin. VI. In occursum Domini Dei et Salvatoris nostri Iesu Christi. 15. Ps. BASILIO DE CESAREA Sur l' Incarnation du Seigneur. 16. Ps. I. II. III. IV. V. VI. 156-163 164-170 170-176 187-197 241-255 380-388 452-467 532-538 545-554 554-567 604-610 421-433 CRISOSTOMO In Christi Nativitatem. In salvatoris nostri Iesu Christi nativitatem. Contra haereticos et in sanctam Deiparam. In Christi diem natalem. In natale Domini nostri lesu Christi. In diem natalem Domini et in sanctam Mariam Deigenitricem. VII. Homilia in illud « exiit edictum a Caesare Augusto~ et in descriptionem Deiparae. VIII. In annuntiationem sanctissimae Deiparae. IX. In annuntiationem Deiparae et contra Arium impium. 347-353 359-380 388-398 398-410 410-421 433-442 442-452 523-531 538~545 691 Tltulos Iatinos X. De occursu D.N. Iesu Christi, deque Deipara et Simeone. Homily on the Presentation of our Lord Jesus Ghrist. Ps. EPIFANIO Homilia V in laudes sanctae Mariae Deiparae. Ps. METomo De Simeone et Anna in die quo Templo occurrerunt ac de sancta Deipara. Ps. NrssENO I. Discorso encomiastico all' Annunciazione della SS. Madre di Dio. II. De occursu Domini, de Deipara virgine et de iusto Simeone. Ps. PRocLo Laudatio sanctae Dei Genitricis Mariae. • Ps. TAUMATURGO I. In sanctam Dei genitricem et semper virginem Mariam. II. Homilia I in Annuntiationem sanctae virginis. III. Homilia II in Annuntiationem sanctae virginis. IV. Homilia III in Annuntiationem sanctae virginis. Ps. TEonoTo In sanctam Deiparam et in Simeonem. XI. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 592-596 617-622 578-591 610-617 468-480 600-603 308-344 353-359 481-493 493-511 511-522 176-187 TITULOS LATINOS (en orden alfabetico) De descriptione Deiparae 452-67 De dogmate incarnationis 114-21 De incarnatione Dei Verbi 148-52 De incarnatione Domini 100-3 De incarnatione Domini ... et de infusoriis 94-100, 627 De Nativitate Domini 122-8 De Nativitate Domini 199-203 De occursu Domini, de Deipara virgine et de iusto Simeone 600-3 De occursu D.N. Iesu Christi 592-6, 647 40-5 De sancta Maria Deipara De sancta Maria Deipara 46-53 De Simeone et Anna 610-7 255-65 In Adsuption sanctae Mariae In annuntiationem Deiparae 538-45, 625 In annuntiationem sanctae virginis 481-93 493-511 In Annuntiationem sanctae virginis In Annuntiationem sanctae virginis 511-22 692 Titulos latinos In In In In In In In In Annuntiationem sanctissimae Deiparae (Dei Genetricis) Annuntiationem sanctissimae Domini Christi diem natalem Christi Domini et Salvatoris nostri nativitatem Christi Nativitatem crucem et in transfigurationem die nativitatis Salvatoris diem natalem Domini et in sanctam Mariam Deigenitricem In Domini nostri Iesu Christi diem natalem In illud « exiit edictum a Caesare Augusto ~ In laudes sanctae Mariae Deiparae In occursum Domini In occursum Domini In occursum Domini In natale Domini nostri Iesu Christi In natalem diem Domini In natalem Salvatoris In nativitatem Christi In nativitatem Praecursoris, in Elizabeth et in Deiparam In praesentationem Domini In salvatoris nostri Iesu Christi nativitatem In sancta Epiphania In sanctam Mariam Deiparam In sanctam Dei genitricem In sanctam Dei genitricem In sanctam Dei genitricem et in sanctam Christi nativitatem In sanctissimae Deiparae annuntiationem In sanctissimae Deiparae annuntiationem In sanctam Deiparam In sanctam Deiparam et in Simeonem In sanctissimam Dei genitricem In sanctum Ioannem Baptistam et in silentium Zachariae et in salutationem Deiparae Laudatio in S. Virginem Laudatio sanctae Dei Genitricis Mariae Quando septem ad sanctam Mariam descenderunt 523-31, 626 545-54 398-410 203-205 347-53 629 164-70 433-42 170-6, 625 442-52 578-91 130-48 604-10 461, 628 410-21 103-10, 625 156-63 380-8 532-8 53-8 359-80 205-10 210-26 60-75, 624 353-9 187-97, 627 241-55 283-308 388-98 176-87, 627, 630 76-94 226-40 110-4 308-44, 626 269-83 LOS MANUSCRITOS A THENAS Bibl. Nac. gr. 19 568 571 572 575 282 111 433 327 111 433 363 514 1072 539 Bibl. Spyros Loberdos 617 ATHOS Xeropota. 134 103 693 Manuscritos Kausokal. 157 103 Stawronikita 38 539 C45 309 338 gr. 421 MoNTE CASSINO 109 BRESCIA Moscu gr. 215 Bibl. comm. A I 3 250 A III 3 360 cod. 393 Trinity College Cod. Thomae Gale 31 Cod. Met. del S. Sepulcro 244 360 LESBOS Bodl. Miscell. 34 103 Rawl. auct. G156 Selden. 9 103 103 398 122 452 433 Bibl. Nac. Mss. gr. I E 10 468 PARIS Bibl. Nac. Armenios 120 y 121 armeno 44 Colbert 1711 Fonds gr. 211 497 771 1171 Cod. S. Joannis 27 421 422 1173 LONDRES Brit. Mus. Orient. 5001 115 6782 558 6784 557 7027 558 8606 122 539 Siriacos 12154 206 14531 206 14551 131 14552 131 14725 206 MILAN Ambrosiana 213 128 452 694 309 338 PALERNO ESCORIAL Cod. Sabas gr. 161 359 1 309 338 Cod. Pair. gr. 133 338 241 243 OXFORD 227 CoNSTANTINOPLA JERUSALEN 103 452 MUNICH CAMBRIDGE gr. 236 261 (Y, II, 9) 311 f/J III 20 255 1491 1500 3100 Fonds lat 4403 4403b 273 353 360 452 466 421 421 309 338 103 111 176 177 285 288 111 211 338 115 122 399 617 433 40 578 588 532 157 187 452 308 398 PATIIIOS 28 212 421 216 PROVIDENCE (R. I.) Brown University 568 571 574 575 ROMA Bibl. Vat. Vat. gr. 562 654 617 617 Manuscritos 532 103 111 250 617 228 230 532 148 249 249 249 250 94 97 98 100 115 308 338 347 452 481 511 1641 452 1642 249 250 1646 309 338 1673 176 1928 421 1933 246 247 249 250 1990 309 338 452 2048 308 338 452 2056 421 Barber. gr. 396 80 488 228 230 497 94 98 100 547 309 338 583 433 617 Vat. Lat. 3836 255 6076 255 Vat. Marc. 28 (gr. 757) 250 655 679 757 800 820 1167 1431 1437 1610 1611 1633 gr. 55 421 57 421 gr. VII 29 617 Vat. Otcob. gr. 1 128 85 308 338 264 617 1262 148 Vat. Reg. cod. 15 359 183 365 2343 442 Vat. Syr. 368 114 115 123 369 115 120 Vat. Vindebon. gr. 47 617 71 250 SALONICA Vlatees 103 SINAI gr. 491 433 437 TURIN Fonds gr. 166 285 288 80 452 UTRECHT Bib. Univ. cod. 13 103 VENECIA cod. 215 98 VIENA cod. 808 98 695 INDICE BIBLICO Genesis 1:26 2:11 3s 3:15 3:20 19:24 555, 563 313 172 50 560, 566 384 Exodo 3:2 12:2 13:2 13:11 15:2 32 33:3 51 501 608, 603, 605s 56 119 Vease Lc. 2:23 329 Ntuneros 17:23 24:17 110 416 Deuteronomio 6:4-5 384 36:8 534 Judit 13:23-4 Salmos 2 2:1 2:7 2:9 24:16 33:16 35 44 44:11 44:12 47:3 79:1 83:9 696 314, 562 45 384 572 572, 598 94, 95, 96, 351 214 72, 448 443 384 47, 222 211, 214, 482 72 568 Proverbios 4:27 534 Canticos 2:2 3:6 4:11 6:12 9 194 257 194 257 568 ~ - 9:6 11:1 19:24-5 29:11 40:3 42:1-2 45:8 52:7 65:8 66:7 Baruc 3:36-8 154, 384, 392, 367 363, 533 556, 123, 132 327 560 363, 384 Ezequiel 44:1 44:1-2 44:2 81 90 99 Daniel 2:7 2:31 2:34 2:45 110, 444, 524 525 437 548, 552, 572 214, 482 Isaias 1:3 6:1-9 6:6 7:10-4 7:10-5 7:11 7:13 7:14 7:15 8:3 166, 167, 557, 564 612 533, 534 171, 439 214 389, 392 434, 435 50, 66, 113, 173, 174, 201, 206, 208, 212, 366, 438, 443, 556 329 183, 560 206, 383, 444 579, 580 512, 517 563 125, 126 384 5:28 7:3ss 10:9 441 443s 110, 226 226, 310, 411, 420, 434, 58990 272 444 392 Miqueas 5:2-4 581 Habacuc 3:2 256, 456 Zacarias 4:1-6 4:2 7:13 13:7 95, 97 581 147 135, 139, 140 Eclesiastico 24 434, 442 257 104, 448, 434, 434, 443 132 136 186 223, 553, 212, 226 560 258 384 84 86:5 89:9 95 97 103:24 109:1 117 117:22 117:27 131 131:8 143 150 San Mateo 384 1 lndice Blblico 1:18 1:18-20 1:18-25 1:18 y 25 1:19 1:20-5 1:23 1:25 2:1-28 2:1 2:1-2 2:1-3 2:1-3.11 2:3 2:9-12 2:11 3:4 8:23 11:11 14:1-12 14:13-16 16:15ss 17:5 17:54 21:43 28:18 171, 175, 310, 330, 437 434, 439 174 321, 332, 336 171 454 113, 174, 201, 208, 564 333, 334, 335, 336, 339, 458, 465 182s, 362, 390, 399, 417, 557, 565, 579, 584, 606 165, 412, 563 45, 402 412 413 412 399, 402 412 313 95 178 234 384 200 557 384 550 134 San Marcos 1:1 384 5:2-13 301 San Lucas 1 1:6-23 1:6-43 1:11-14 1:26 1:26-7 495 235 236 533 105, 495, 569s 500, 512, 382, 385, 501, 520, 502, 510, 513 1:26-34 1:26-35 1:26-38 1:28 533 381 539, 543 110, 113, 121, 178, 243, 257, 258, 287, 513, 548, 552, 554, 569s 1:28.31 556 1:28-35 482, 487 1:28-38 241 1:28-43 235, 237 1:28-45 556 1:28-58 288 244, 402 1:30 1:30.31-34 535 1:31 563, 564 1:33 563 249, 548, 552, 1:34 554 1:34-5 366 1:35 312, 325, 363, 392, 536, 563, 570 1:36-7 518 1:38 308 1:28-40 259 1:39-55 241 1:40-5 559 1:40-55 501 1:41 563 63, 240, 257, 1:42 573 1:42-3 559 1:43 257, 258 1:44 257, 258, 567 1:45 257 245, 246, 249, 1:46 252, 495, 499, 502, 556, 557, 559, 566 1:46-7 560 1:49 250 1:51-55 252 1:52 573 234 1:68 2 2:1-5 2:1-7 2:1-14 2:1-16 2:2 2:4-7 2:4-8 2:5-7 2:6-7 2:7 2:8 2:8-11 2:8-14 2:10-11 2:11 2:13 2:14 2:21 2:21-35 2:22 2:22-3 2:22-4 2:22-35 2:22-36 2:23 2:24 2:25 2:25-32 2:26 2:27 2:29 2:32-34 2:33-4 2:33-5 2:34-5 2:35 2:42 2:51 384, 411, 450 412, 413, 453, 455 214, 466, 560 444 557 444 482, 503 212 458 454 334, 335, 372, 451, 454 165, 381 384 412, 413 384 525 563 123, 372 593 147 53, 55, 56, 597s, 601, 619 618 593, 604 54 621 595, 598, 603, 608 53, 618 53, 605 593, 618 605, 608 53, 605 131-135, 605, 607, 611 141s 135, 605 618 593 5, 53, 57, 138, 186s, 594, 595, 603, 605, 60810 244 504, 511 697 Indice Biblico San Juan 1:1 1:1-14 1:12 1:14 12:25 14:10 19:25 22 541, 543, 544 384 178 123, 124 147 418 140, 145 505 Hechos 2:27 7:3 392 555 698 Romanos 9:3-5 11:33 384 92, 351, 389 I Corintios 174 1:18 87, 167 1:23 Galatas 3:29-4:7 4:3-4 4:4 4:6 214 136 171, 212, 225, 598 178 Efesios 2:14 5:5 514 384 Filipenses 2:10 134 Colosenses 2:14 Tito 2:11-13 Hebreos 7:3 307, 496 384 86, 87, 109,124, 287, 294, 566 NOMBRES BIBLICOS 104, 108, 110, 178, 208, 309, 340, 389, 394, 396, 577. ABRAHAM 423, 513, 521, 533. ABEDARAS 615 ABEL 309 ACAZ 171 ADAN 50, 62, 92, 95, 97, 99-100, 123, 130,171,186,188-9,239,281,286, 349, 361, 373, 376, 378-80, 390-2, 396-7, 401, 406, 482, 512, 519, 533, 536, 556, 566, 569, 579, 605 ANA 106, 179, 183, 191, 463, 557, 597, 601, 602, 606, 608, 611 APOSTOLES 139, 142, 207-8, 354, 356, 423, 495, 606 AARON 189, 192, 208, 412, 416-8 106, 165, 167, 179, 183, 190, 214, 219, 221, 335, 360, 365, 367, 370, 377, 414, 437, 440, 451, 454, 457,460,465-7,496,509,525,557, 561, 564, 574, 579, 584, 587, 596, 612 . BALAAN BELEN CAIN 606 111, 114 256, 287, 309,420,434, 4445, 447-50, 547 DAVID 46, 211-2, 220, 222-3, 256, 287, 434, 443-4, 524,531, 550, 556, 579, 593, 597' 616 DEBORA 61, 111, 114 DALILA DANIEL EDEN 244 61, 111 301, 309, 423, 432 (figura de Marla), 616 ELISEO 208, 616 ELIZABETH 236, 554-vease : IsABEL EsAu 605 EGIPcfAcA (mujer) ELIAS 40, 46, 52, 80, 93, 104, 106, 232,235,287, 297, 310-1, 315,319, 321-2, 331, 379-80, 402, 487, 495, 507, 509, 513, 515, 518, 523, 527, 530, 534, 540, 544, 547-8, 554, 569 GABRIEL 256, 597 233, 312, 360, 363, 523, 527, 557 HERODIAS 61, 111, 114 HABACUC HERODES 178, 309, 340, 423, 597 61, 106, 111, 114, 229, 2323, 235, 237, 240-1, 244-5, 256, 259, 261, 311, 343, 495, 510, 532, 5368, 540, 548, 556 ISABEL-EVA 537 IsAIAS 46, 104, 110, 114, 171-2, 202, 211, 216, 220, 256, 270, 286-7, 362,381,387,392,444-5,448,454, 512, 523, 533, 540, 556, 597, 614, 616 ISMAEL 605 ISRAEL 61, 113, 141, 208, 242, 496, 524, 538, 557 ISAAC ISABEL 92, 605 CENTURION (al Calvario) 49, 56, 61, 92, 95, 97, 100, 104, 109-11, 114, 127, 177-8, 186, 188189, 196, 197, 223-4, 226,229,244, 281, 317, 361, 362, 373, 376, 37980, 390-2, 394, 396-7, 401, 402, 406-9,467,469,470,479,482,492, 508, 510, 521-3, 533, 536-7, 556, 566, 569, 579 EzEQUIAS 51 EZEQUIEL 500, 510, 556, 560 EvA JACOB 423, 597, 609 JEREMIAS 133, 178, 287, 309, 384, 523, 597 JERICO 208 699 Nombres Blblicos JERUSALEN 45, 106, 133, 242, 557, 579, 597, 611, 613 JESE 170, 214, 215, 423 JEZABEL 61, 111, 114 JOAQUIN 434, 579, 585, 586 JoB 161 JONAS 423 JORDAN 106, 422 JosE (A. T.) 61, 309, 597 JOSE 53, 108, 110, 134, 171, 174, 176, 212, 220, 240-1, 10, 314, 321-2, 334,336,343,362,367,434-5,43742, 449, 456, 460, 465, 467' 495, 506,508,512,517,522,524-5,527528,533-5,538,540,557,564,597, 605 JosE-dudas 454, 457-8, 460s, 527 JosE-hijos 180 JOSE DE ARIMATEA 453, 456 JUAN (Evang.) 126, 141, 143-5, 147, 203, 217, 231, 321, 327, 340, 382, 479 JUAN BAUTISTA 106, 199, 210, 229, 231-9, 241, 243, 251-3, 261, 300, 309, 311, 316, 319, 416, 423, 453, 456, 461, 464-6, 520-1, 533, 537, 544, 547, 554, 556, 557, 559, 563, 605 JUDAS 180, 606 MELQUISEDEC 287, 309, 340 MIGUEL (arcangel) 210 MIQUEAS 46, 256, 287' 361, 367 MoiSEs 178, 188, 285, 302, 309-10, 340, 390, 397, 420, 423, 556, 597, 616 NABUCODONOSOR 443 NAZARETH 496-7, 606, 609 NICODEMO 606 NoE 211 PATRIARCAS, los 111-3, 262, 482, 495-6, 563 PEDRO (apost.) 142, 307, 595 PILATOS 453, 456, 606 PROFETAS, los 112, 131, 133, 242, 340, 354, 356, 434, 482, 489, 495, 563, 605-6 REBECA 61, 111, 114, 311, 469, 476, 477, 513 SALOMON 616 SAMUEL 597 SANSON 208 SANTIAGO 180 SARA 6t, 111, 114, 311, 469, 476, 477, 513 SIMEON 5, 53, 57, 106, 131-2, 135, 138-9, 141, 143, 146, 172, 177-9, 183,186,310,464,557,592-3,595, 597, 599, 601, 603, 605, 608-11, 613-4, 618-22 SION 45 SOFANIAS 54, 287 LAZARO 145, 423, 463, 464 LIA 61, 111 LUCAS 39, 55, 131, 134-5, 141, 143-4, 211, 216, 228, 233, 236, 246, 252, 382, 404, 416, 450, 453, 457-8, 513, 519, 543, 558, 561, 604, 606, 620-1 TOMAS (apost.) 140, 218, 390, 423 MANASES 554 MARCOS (Evang.) 382 MARIA MAGDALENA 58 MARTA 106, 145, 464 MATEO 106, 172, 175, 234, 320, 382, 404, 413, 416-8, 458, 465, 526, 558, 561 ZACARIAS (profeta) 95, 97-9, 133, 143-4, 287, 523 ZACARIAS 229-30, 232, 234-6, 238, 241-2, 244-5, 261, 311, 321, 459, 498, 513, 519-20, 533-4, 586, 621 ZAQUEO 106 ZEBEDEO 309 700 INDICE GRIEGO avc'Jewno7:0"'0~ 84, 88, &neteoy&.po~ 202, 352, 149-50, 152 396 acpfJaeala 52, 108, 326-7, 554 t1cpfJoeo~ 33, 45, 119, 480 t1xeav1:o~ 33 paatA.t"'-Y} naefJivo~. BaalA.taaa 398, 553 yeveOA.tov 123 yevvnat~ (yevv&.w) 58, 67, (90), (96), (99), (101), (114), (123), (125), (139), (156), 161, 162, 175, (180), 194; (195), (202), 222, (225), (231), 298, (306), (326), (327), (328), (350), (351), (352), (370), (374), (380), (388), (393), (402), (451), (452), (484), 487, (491), (509), 572 yecpvea 92 yvv?] 51, 57, 59, 96, 109, 142, 147, 152 c'Jeanoi:va 553, 568, 577 c'Jt' a"'ofj~ 90, 103, 509, 530, 522,530, 553 epcp&.veta 173, 190, 355 evaVfJ(!W:ltrJGl~ lvwat~ 292 151, 298, 547, 551 eoe.,;?J 53, 56, 101, 105, (619) emcpavela vease epifania, fJeocpavla E(!yaa7:1}(!toV 108 evayyeA.tap6~19,288,380,487,496, 519, 529, 552 evayyeU(;ew 182-3, 496, 619 evA.oyrJpBVrJ 240 fJeoyevv1]7:wf! 615 fJeoc'J6xo~ 196, 293, 298, 381, 384, 388, 613 fJeop1}7:wf! 599, 603, 615 fJeo1:6"'o~ 63, 67-71, 81, 84-8, 100-1, 106-7, 109, 112, 117, 121, 126, 129, 137, 147-9, 152, 154, 156, 176, 178, 181, 148, 194, 202, 205, 213-6, 221, 243, 254-5, 269, 272, 278, 281, 286, 288-91, 305, 307, . 328, 344, 381-4, 386, 388, 393-4, 398, 440, 452, 466-7, 480, 485, 491, 506, 508-9, 519, 525, 529, 531, 545, 553, 565, 576, 588, 595, 599, 603, 606, 615, 622 fJeo7:6"'o~ naefJevo~ 107, 126, 3056, 328 fJeocpavla 173, 190 fJeocpoeo~ 47, 255, 551 "'afJaeala 54~. 58 "'exaf!t7:wpevn 196, 328, 402, 409, 484, 493, 500, 508-9, 518, 569 "'Of!rJ 348, 352, 440, 582 "'vela 553 xveta"'n 82, 241-2, 538 "'Vf!l07:0"'0~ 382-4 peat7:evovaa, peahn~. 240, 255, 307, 577, 591 p1}7:rJf! fJeov 553, 565, 588, 615 p1}7:rJf! naefJevo~ 107, 351, 397, 406, 467, 516, (603), 609, 615, (622) prJ7:eonaefJivo~ 178 pv?JprJ 40, 42, 65, 67, 85, 485, 529, 612 vvpcprJ naefJivo~ 352 vvpcpo1:6"'o~ 521 ol"'ovopla (vease economia) 91, 103, 113, 125-6, 185, 254, 298 opoovalo~ 120s, 292, 305, 488 nav?]yvet~ 67, 79, 100, 110, 193, 214, 288, 619 naefJevla, naefJevo~ 45, 50-1, 57, 68s, 89-90, 93, 99s, 107s, 119-20, 124-6, 138-9, 142, 145, 147, 152, 701 Indice Griego 162-3, 175s, 180, 196, 202, 271s, 279s, 282, 308, 325-7, 343-4, 348, 370, 376, 378, 396-8, 437, 441, 451, 455, 491, 507, 509, 522, 530, 553, 572s, 577, 583, 590-1, 599, 609, 612, 619 naeOevop:frcwe 615 neoOfj1:u;, neotp~7:t~ 129 238, 340, 393, 480, 570, 603, aaexwtpo(!o~ 549-50 aaexwat~ 298, 305, 432, 547, 551 atpeayl~ (atpeaylCw) 45, (51-2), (108), 222, 224, 343, (397), (408), (522), (609) (1W7:'f}(!t07:0'XO~ 382, 384 702 / 7:{ e'tnw if d A.a.A.~aw 365-7, 371, 380, 402, 407, 581, 583, 612 vn6a7:aat~ 83, 116, 118, 124, 546, 549, 551, 605 xa'iee 44, 46, 121, 190, 196, 220, 226, 232, 237, 239~. 243, 258, 328, 402, 493, 500, 508-9, 514, 521, 569, 581, 583, 596, 622 xaleot~ 184, 617 X(!t(17:07:0'XO~ 88, 149, 382, 384 xwe~aaaa 'T:O'V axw(!'f}'T:OY, XW(!8t'V 1:ov axwen1:ov 184, 294, 406, 441, 521, 616, 622 INDICE DE PERSONAS 13, 405, 407, 490, 497-8, 515, 518, 544, 649 AcAcio DE BEREA 68 ACACIO DE MELITENE 10, 27, 29, 152-6, 199, 636, 658, 663, 667, 672, 678 ADONTZ 214 AGil\IOND 255 AGUSTIN 4, 13, 27, 146-7, 256, 415, 417-8, 445, 610 ALDAMA, J. A. 4, 15, 25, 28, 33, 42, 79, 98, 103, 219, 321, 334, 347, 360, 389, 399, 411, 442-3, 450, 481, 511, 523, 539, 542, 593, 604, 640. ALES (D'), A. 17, 273-4, 625 ALONSO, J. M. 15, 57, 138-9, 144-5 ALTANER 334-5 ALTANER-CHIRAT 15, 284 ALTENDORF, H. D. 16, 369, 411 AMAND, D. 16, 79, 98, 421-2, 424-32, 517, 527, 634 AMANN, A. 16 AMANN, E. 16, 49, 70, 73, 87, 584, 586, 611 AMBROSIO 27, 585 ABRAHAM DE EFESO AMMON NIO) DE ADRIANOPOLIS (AMMO- 504, 509, 538, 621, 625-7, 630-1, 636, 640-2, 644, 646, 650-1, 655, 659, 664-5, 667, 673, 676-7, 680 vease Ps. Antlpatro ANTONIO, eremita 562-3 APOLINAR DE LAODICEA 73, 88, 366, 481, 494 AQUILA 189 ARCADIO, Emperador 199 ARRIO 62, 73, 81, 88, 94, 96, 189, 192, 270-1, 298, 539-42, 554-5, 557-61, 563, 605 ATANASIO DE ALEJANDRIA 13, 25, 29, 55, 68-9, 71-2, 233, 247-8, 250, 285, 288, 293, 331, 335, 362, 385, 415, 453, 532, 546, 554-5, 561-5, 617, 629, 633, 647 vease Ps. Atanasio ATTICO DE CONSTANTINOPLA 11, 6076, 86, 101, 111-2, 192, 350, 355, 377, 393, 396, 424, 624, 630, 634, 638-9, 655-6, 661, 666-7, 678 AUBERT, J. 130, 147-8 AUBINEAU, M. 4, 16, 28, 30, 157, 171-7, 180, 190, 625 AucHER, J. 369 AUER, J. B. 131 69 546 234, 303 ANDRES DE CRETA 568, 586 ANFILOQUIO DE lCONIO 13, 27, 55-6, 69, 143, 146, 176-7, 232, 333, 335, 462-6, 516, 536-7, 539, 542, 593, 595, 628, 631, 633, 647 ANONIMO 568-77, 632, 642-3, 650, 652, 659, 675-7 ANTIOCO DE PTOLEMAIDA 69, 205 ANTIPATRO DE BOSTRA 4, 10, 213, 226-40, 243, 249, 251-65, 496, ANASTASIO DE ANTIOQUIA ANATOLIO DE TESALONIA F. J. 77 0. 15-6, 38, 64, 68-9, 77-9, 82, 130-1, 153, 156-7, 171, 177, 190, 227-8, 234, 272, 278, 284-5, 335, 399, 446, 469, 481, 49~ 578, 584-6, 596, 600, 610-1 BARDY, G. 156-7, 228 BARONIO 546 BARRE, H. 3, 16, 25-6 BACCHUS, BARDENHEWER, 50, 137, 199, 300, 513, BASILIO EL GRANDE (MAGNO) 173, 411, 419, 539-40 703 Indice de Personas BASILIO DE CESAREA 13, 398, 421, 542, 633 11, 29, 57, 71, 144, 149, 231, 260, 283-308, ' 332, 351, 376, 407, 422, 427, 443 496, 504, 537, 576, 591, 625, 636, 639-41, 650, 658, 662, 664, 667-8, 674, 676, 678 BATIFFOL, P. 16, 284, 300 BAUER, F. X. 16, 76-8, 80, 82, 95, 512 BAUMSTARK, A. 16, 297 BAUR, CHR. 16, 369, 371, 373, 481 BENOiT, P. 16 BESUTTI, G. M. 15, 34 BICKERSTETH, E. 617, 621 BIGOT, L. 445 BIRDSALL, J. M. 16, 217, 234 BOTTE, B. 16, 219, 355, 414-5 BouHoT, J. P. 16, 25 BREHIER, L. 16, 330 BRIERE, M. 16, 59, 60, 63, 74, 624 BucHHEIT, V. 16 BUDGE, E. A. w. 16, 29, 79, 114-6, 120, 217, 219, 557, 562, 564 BuRGHARDT, W. J. 16, 33 BASILIO DE SELEUCIA 16, 414, 497-8 17, 39, 69, 88, 277, CAMELOT, TH. 302, 488 94, 97 15 CAPELLE, B. 47-8, 64, 211-9, 452-7, 461-6, 532, 535-6, 628 CAPPELLI, A. 15, 83-4, 96, 101, 118 CARO, R. 3-6, 568 CARTER, R. E. 4 CASSIANO 150, 415 CAVE 227 CECHETTI, P. I. 405 CEILLIER, R. 584 CELESTINO, Papa 84, 88, 149, 270-1 CESAR AUGUSTO 443-4, 449, 496 CESAR TIBERIO 444 CHABOT, J. B. 115 CHARLIER, N. 147 CANART, MGR. CANART-PERI, 704 199 4, 11, 13, 24. 27, 29, 59, 67-71, 83-4, 86, 88, 103, 118, 121, 128-55, 157-8, 161, 183,'1 191, 196, 199-201, 203, 231, 233, 252, 269-83, 291, 304, 343, 362-8, 370, 377, 381, 386-7, 396, 433, 466, 572, 575-6, 582-3, 588, 590-2, 596, 599, 624, 635-6, 638, 646-8, 650-1, 657, 660-1, 666-7, 672, 675-6, 680-3 CIRILO DE EscrTOPOLIS 13, 39, 48, 210, 227 CIRILlO DE JERUSALEN 29, 48, 55, 231, 233, 445, 557, 596-9, 630, 646-7 CLEMENTE, mdrtir 295 CLEMENTE DE ALEJANDRIA 414 COLOMBO, C. 32 CoMBEFis 96, 158, 164, 170-1, 1767, 186-7, 215, 285, 288, 308, 341, 511, 523, 526, 596, 604, 610, 631 CONYBEARE, F. 17, 48, 214, 234, 468 COTTAS, V. 331 COUROYER, B. 501 CRAMER, J. A. 15, 246-50 CRISIPO DE JERUSALEN 11, 43, 47-8, 210-26, 232-3, 337, 433, 481, 4836, 488-91, 493-4, 498-500, 503-4, 506, 516-8, 590, 628, 632-3, 636-7, 640-1, 649, 651-2, 662, 668, 673, 680 CRISOLOGO, Pedro 27 CRISOSTOMO, J. 3-4, 13, 25, 27-9, 55, .59, 65, 69-70, 97, 103, 111, 122, 127-8, 144-5, 166, 173, 181, 192, 199, 201, 230-1, 233-5, 260, 285, 293, 309, 331-335, 337, 347, 359-80, 385-6, 388-421, 433-52, 481, 511-2, 517, 523, 539, 568, 593, 595, 617, 620-1, 628, 647 CIRILO DE ALEJANDRIA uease Ps. Basilio de Cesarea CABROL, D. CIRIACO DE EMESA uease .Ps. Cris6stomo 76-7, 277 13, 59, 66-7, 87, 227, 599, 624 DALMACIO DAMASCENO, JUAN Indice de Personas DAMAso, Papa 13, 72 DEClO 276 DEL FABRO, D. 17, 26, 28, 31, 39, 71, 78, 153, 157, 177, 199, 211, 243, 246, 251, 273, 285, 331, 481, 512, 624-6, 630 DELIUS, W. 17, 28, 33 DEMETRIO DE ANTIOQUIA 562 DEVREESSE, R. 339, 578, 587 DIAZ DE SANTILLANA, G. 77 DIDIMO EL CIEGO 565 DIEKAMP, F. 121, 285 DIERAND, G. M. DE 147 DILLMAN, A. 157 DINDORF, G. 578 DIODORO DE T ARSO 88, 128 DIOGENES DE CIZICO 303 DIOSCORO DE ALEJANDRIA 205, 283 290, 302-4 DoLGER, A. J. 290 DosiTEO DE JERUSALEN 596 DRASECKE, J. 481, 494 DucHESNE, L. 204, 414 Du MANOIR, H. 17, 144 DuPIN, E. 78, 593, 596 EBERLE, A. 17, 144 EFREM 24, 49, 173, 331-2, 347, 34951, 445, 568 EHRHARD, A. 17, 26, 129, 177, 230, 280, 481, 511, 596, 604, 610, 617 ELEAZAR mdrtir 218 ELLERO, G. M. 17, 219, 253 ELVIDIO 336, 465 EMEREU, C. 332, 349-50 EPIFANIO DE CHlPRE 24, 28, 157, 233, 334-5, 337, 418-9, 458, 464-5, 578, 584-6, 588 vease Ps. Epifanio ERECTHEIO DE ANTIOQUIA DE PISIDIA 11, 205-10, 424, 426, 432-3, 636, 658, 667, 672 EscoLASTico 150 EsQUERDA, J. 17, 130 ESTEBAN, S. 300 ETERIA 55, 414, 598 EUDOXIA 69 EunoxiO 248 EUNOMIO 88, 94, 96, 390-1, 397, 656 EURINGER S. 17, 157, 181 EusEBIO DE CESAREA 183, 227, 247, 387, 445, 585 EusEBIO DE DoRILEA 303, 387 EUTIMIO 210, 227 FABRICIUS 227-8, 288, 584, 617 FELIPE, presbltero 275 FELIX, papa 67 FENNER, F. 17, 285, 301 FESSLER, J. 78, 199, 578, 584 FILON 585 FIRMO DE CESAREA 13, 181 FLAVIANO 77, 283, 302-4 FLETCHER, R. A. 17, 28, 43, 48, 60, 218, 228, 235, 243, 285, 333, 350, 544, 558 FociO 562 FoTINo 62, 73, 158-9, 161-3, 173, 657 FRITZ, G. 76-9, 82 . FRONTON-LE-Duc 211, 215, 224-5, 370, 442, 446 GALLARD 481 GALLUS, T. 50 GAMBER, K. 17 GARNIER 83 GEENENS, G. 17, 27, 33 GENADIO 284 GERMAN DE CONSTANTINOPLA 399, 404, 579 GERONCIO DE SELEUCIA 284 GIAMBERARDINI, G. 17, 33, 48, 150, 415 GIANNELLI, C. 523 GILA, A. M.17, 27, 44,369,419,450 GonET, P. 150, 284-285 GRAEF, H. 17, 25, 33 GREGOIRE, DoM. R. 4, 18, 2278, 255 GREGORIO EL TAUII!ATURGO 29, 3234, 332, 338, 353, 360, 369-70, 398-9, 468, 81, 494, 511, 512, 593, 595 vease Ps. Taumaturgo 705 Indice de Personas GREGORIO DE CESAREA GREGORIO NAZIANCENO 593 71,428, 433, 543, 596 604 29, 71, 247, 281, 323,419,468,539,542,600,647 uease Ps. Nisseno GRILLMEIER, A. 18, 183 GREGORIO DE NICOMEDIA GREGORIO DE NISSA F. 15, 26, 617 283 HARLES 617 HEFELE-LECLERCQ 15, 70 HEPAESION astr6logo 436 HERACLIDAS 77 HALKIN, 483, 494, 497-8, 511-2, 515, 520, 523, 526 JuLIANO, emperador 42 JuLIO, ·Papa 67 JussEN, K. 18, 39 JusT, CHR. 18 JUSTINIANO 191, 234, 415 JUSTINO 564, 683 JUVENAL DE JERUSALEN 13, 39, 48, 214, 218 HARDOUIN 4, 11, 3959, 82, 85, 107, 166, 173, 182, 210, 216, 218, 231-2, 238, 433, 487, 489-91, 498, 507, 520, 530, 592, 634-5, 640-2, 646-8, 651-5, 661-9, 673, 677, 680-1, 683 HICKEY, D. F. 218 HILARIO DE PoiTIERS 334-5, 337 HIPOLITO DE ROMA 13, 445-7 HOLL, K. 18, 177, 542, 600 HOLSTEIN, L. 380, 452, 455 HOLSTEN 100 HoNIGMANN, E. 18, 276, 284 HESIQUIO DE JERUSALEN 283 98 24, 183, 334, 417, 445, 683 EL PELUSIOTA 248, 445 !BAS DE EDESSA !NGLISIAN, P. lRENEO lSIDORO F. M. 18, 33, 48, 218-9, 253 13, 27, 173, 335-6, 417-8, 445-8, 465, 585 JOUASSARD, G. 18, 24, 33, 129, 137, 139-44, 147, 173, 271 J OVINIANO 465 JUAN DE ANTIOQUIA 88, 149, 151, 153-4, 199, 210, 277-8 JUAN DE EUBEA 13, 586 JUGIE, M. 18, 26, 48, 64, 82, 157, 171, 173, 177, 187, 189, 192-3, 210-1, 213-5, 218-9, 224-5, 227-8, 232, 243, 252-3, 255, 261, 264, 273-5, 288, 369, 399, 404-5, 481 JELLY, JERONIMO 706 KEKELIDZE 214 445 A. 18, 78 KLUGE, T. 18, 414 KoEHLER, T. 4, 34 KREUZ, A. 285 KUHN, K. H. 19, 253 KENNEDY, J. H. KIRPITZCHNIKOW, LAGARDE, P. DE LAGRANGE, M. LAMBECIUS 617 LAMPE, G. w. LAMY J. 585 416-7 15 331 33, 49, 195 19, 39-41, 77-9, 228, 232, 236, 308-9, 312-20, 323-4, 330-1, 336, 340-1, 400, 455, 4689, 471, 476, 478-81, 486-8, 491, 494, 506, 512, 515, 519, 523, 525-8, 530, 626 LAURENTIN, R. 6, 15, 19, 32, 34, 49, 59, 71, 78-9, 131, 157, 181, 195, 228, 243, 254, 285, 288, 369, 389, 443, 450, 453, 481, 512, 523, 532, 539-42, 546, 578-9, 582, 586-7, 591, 593, 596, 600, 604, 610-1 LAURES, B. 227-8 LEBON, J. 19, 59-60, 63, 66-8, 71, 74, 147 LECLERCQ, J. 15, 19, 70, 341 LEFORT, L. Th. 19, 554-5, 558, 562 LEON, Papa 27, 302-3 LEoN I, Emperador 227, 284 LEONCIO DE BYZANCIO 121 LE QUIEN, M. 15, 69, 199-200, 205 LEROY, F. 19, 34, 59, 71, 77-9, 82, LANGEVIN, B. E. LA PlANA, G. Indice de Personas 85, 94, 97-8, 100-1, 103, 106, 111, 114-5, 122, 127-8, 295, 309 31224 328, 330, 332-3, 335-9, 347, 350, 353-4, 360, 389, 398-9, 403-4, 422, 428, 433-4, 436-8, 440, 461, 469, 481, 483, 486, 494-7, 506, 512-3, 515, 523, 539, 542, 604, 626 LIEBAERT, J. 19 LIPOMANO 454 LLORCA, B. 42, 489 LOOFS, F. 19, 81, 83, 284, 285, 399, 635 Low, G. 414-5 MAAS, P. 19, 78, 288, 279, 301, 341, 436 511-2 62, 73, 94, 96-7 MAHE, J. 19, 128-30 MAl, A. 148, 228 MAKARIOS CHRYSOKEPHALOS 249 MANSI, J. D. 15 MARCELO DE GALACIA (ANCIRA) 62, 73 MARCIANO, general 283 MARCION 605 MARINIANO DE SIANDE 303 MARTIN Ch. 3, 19, 40, 46-7, 52, 115-7, 121-3, 125, 153, 359-60, 364, 366, 368-70, 381, 578, 582, 588, 630 MARTIN, J. P. 353 MARX, B. 19, 28, 76-9, 101, 285, 288-95, 297-300, 320, 330-1, 336, 339-40, 360, 369, 373-4, 377, 381, 385-6, 389, 393-6, 399, 405, 411, 429, 439, 443, 453, 455, 457, 45962, 494, 512, 515, 517' 523, 528-9, 532, 535-7, 539, 542-3, 593, 604, 625-6 MATEOS 42, 550 MAURICio, Emperador 218 MAXIMIANO 76, 153, 199, 273 MENDIETA, A. 399 MERCATI, s. G. 20, 347-51, 410, 436 METODIO DE 0LIIIIPO 29, 55, 341, 610, 614, 64 7 MACARIO DE FILADELFIA MACEDONIO vease Ps. Metodio 137 J. 380 MILTNER, F. 276 MoNSEGU, B. 33 MoNTAGNA, D. 3, 20, 26, 31, 130, 399, 468-9, 471, 476, 481, 494, 511-2, 523, 529, 532, 539, 546, 593, 640, 649, 651-2 MoNTFAUCON 239-40, 359, 370, 389, 410, 512, 538, 592, 596, 598-9, 604, 617 MoRELL 398 MoRIN, D. G. 20, 25, 35, 418 MORONI 69 Moss, C. 20, 114, 122-3 MouBARAc, Y. 20, 276 MULLER, A. 24, 280, 282 MUYLDERMANS, J. 273 MIGUEL EL SIRIO MILL, J. 228 F. 20, 205-6, 208 NESTORIO (nestorianismo) 13, 24, 52, 70, 73, 76-7, 80-9, 94, 96, 101, 116-8, 124-5, 128, 149, 151-8, 162, 166-8, 179, 181, 189, 192-4, 199, 202, 204, 270-2, 274-7, 284, 291, 293, 298, 303, 384-7, 426-7, 431, 448,515,599,605,629,631,634-6, 655-7, 669, 664 NEWMAN, J. 144, 373 NEYRON, G. 20 NASRALLAH, NAU, NICEFORO l DE CONSTANTINOPLA 14, 177, 627 76, 121 14, 131, 135, 228-30, 237-8, 243, 245-6, 248-51, 626 NIFON 568, 570, 575, 629, 631, 637, 643-5, 677 . NILO, Abad 183 NILO DE ANCIRA 206, 208, 334-5 NICEFORO CALIXTO NICETAS DE HERACLEA NINFO (cf. NIFON) 20 20, 568, 570, 572 NoRDEN, E. 20, 332, 348-50, 400 OBERG, E. 333 NocENT, A. NoRDBERG, H. 707 Indice de Personas F. 20, 399-401, 404-5, 579 303 0PTAT0 DE MILETO 418 0RIGENES 5, 14, 57, 147, 170, 188-9, 191-2, 233, 246-8, 251, 281, 416-9, 445,585,595-6,603,622,626,667, 681-2 ORTIZ DE URBINA, I. 20, 30, 32-3, 71-3, 77, 125, 153, 217, 257, 356, 387, 579, 624 0UDIN, C. 227, 579, 584 OGARA, 0NESIFORO DE ICONIO 11, 29, 101, 150-1, 199-205, 636, 639, 658, 661, 663, 667-8, 672, 678 PABLO DE SAMOSATA 62, 73 PACOMIO 562-3 PANAYIR DAGH 276 PARAMELLE, p. 98 PAULINO DE ANTIOQUIA 72 PAULINO DE NOLA 14, 146 PAYNE SMITH, R. 20, 130-2, 134, 136-7, 139 PEDRO DE ALEJANDRIA 419, 423 PEDRO DE LAODICEA 131, 249-50 PELTAN, T. 285 PEREIA, E. 80 PETAU 578, 584 PHILIPPS, G. 32 PHILOGONIO 166 PITRA, J. B. 177, 360, 398, 399 PoDECHARD E. (Melanges) 129 PoMPEIANO DE EMESA 199 PREUSCHEN, E. 371 PROCLO DE CIZICO 71, 80, 116 PROCLO DE CONSTANTINOPLA 4, 11, 29, 34, 48, 59-60, 64, 66-7, 71-2, 76-128, 137-8, 155, 161, 163, 168, 170, 173-4, 182, 196, 203, 205, 216, 220, 233-4, 256, 260, 262-4, 271-3, 278, 285, 288-99, 305-6, 308-44, 349-51, 356, 360, 362-4, 366, 369-70, 373-7, 379, 381, 3857, 389, 393-6, 398-9, 405-8, 410, 422,426-31,433,438-43,453,45861, 469, 481, 487, 490, 494, 499, 504, 511-2, 515-6, 521, 525, 528-9, PABLO DE EMESA 708 532, 537, 543, 572,575,594,625-8, 631,634-6,638,640-2,651-2,655-9, 661-2, 665-7, 669, 672-6, 679, 683 vease Ps. Proclo Ps. AGUSTIN 3 Ps. ANASTASIO EL SINAITA 98 Ps. ANTIPATRO 241-55, 633, 642-4, 653-4, 663-6, 671, 673-4, 678, 683 Ps. ATANASIO 27, 331, 334-6 - - I 183, 363-5, 368, 377, 380-8, 392, 426, 629-31, 635, 638-9, 642, 645, 657, 662, 665, 668, 672, 680 - - I I 263, 452-67, 535-6, 564, 628, 632-3, 638-40, 642, 646, 6534, 670, 673, 676, 678 - - III 233, 263, 528-9, 532-8, 628, 631, 633, 644-5, 650, 653-4 663-5, 669, 676, 678 - - I V 545-54, 602, 631, 633, 637, 642-4, 646, 659, 662, 664-7, 669, 673-4, 677' 683 - - v 263, 554-67, 629, 632-3, 644, 650-1, 653-5, 666-7, 673, 678 - - V I 604-10, 617, 629, 646, 648, 650-2, 659, 668-9, 672, 675, 678, 680, 682 Ps. BASILIO DE CESAREA 4, 112, 421-33, 652, 659, 661, 664, 666, 668, 673, 675, 678 Ps. CIRILO DE ALEJANDRIA 13 Ps. CIRILo DE JERUSALEN 12, 14, 608, 629, 637, 646-8, 659, 669, 672, 680-1 Ps. CRISIPO 659 Ps. CRISOSTOMO 12, 14, 234-5, 238, 290, 363-5, 385, 391-2, 394-5, 4101, 426, 433, 459-61, 465-6, 528-9, 582-3 Ps. CRISOSTOMO I 347-53, 355, 633, 638-9, 653, 655; 667, 673 - - I I 350, 359-80, 382, 385, 391, 394, 407, 426, 433, 452, 628, 631, 634, 638, 650, 655-6, 662, 664, 668-9, 673, 676, 679 - - III 350, 363-4, 388-98, 426, 634, 651, 655-6, 662, 664-5, 668-9, 672, 678 Indice de Personas - - IV 351, 398-410, 433, 580, 582, 588, 628, 632, 636-7, 640 650-2, 659, 668, 673, 675-6, 678 - - v 28, 331, 410-21, 433, 629, 632-3, 638-9, 650-1, 653-5, 663, 668, 670, 672, 678 - - VI 433-42, 466, 632, 634, 640, 646, 651, 659, 667, 670, 673, 680 - - VII 4, 442-52, 628, 634, 653, 655, 667, 672, 678 - - V I I I 4, 523-31, 537, 564, 631, 633, 638-9, 642-4, 646, 651, 659, 664-5, 668, 670-1, 673-4, 680 - - IX 4, 252-3, 383, 385, 53845, 629, 633, 642-3, 645, 650, 653-4, 661-4, 666-7, 673, 679 - - X 592-6, 608, 632-3, 646-9, 653-4, 667-8, 672, 678, 680-1 - - XI 617-22, 628, 632-3, 646-8, 650-1, 653-4, 667, 672, 678, 680-1 Ps. DEMETRIO DE ANTIOQUIA 14 Ps. EPIFANIO 12, 14, 356, 433, 43940, 578-91, 629, 632, 637, 640-1, 650-2, 659, 667, 669-70, 675, 677 Ps. GREGORIO EL TAUMATURGO uease Ps. Taumaturgo Ps. METomo 4, 12, 433, 602, 610-7, 629, 633, 646, 648, 650-2, 659, 668-9, 672, 674, 676-7, 680-1 Ps. NISSENO 12, 323-4, 329-337, 468-90, 483, 486-8, 490, 496, 498, 503, 600-3, 608, 613, 629, 632-3, 637' 642-44 646, 648, 650, 65960, 664-5, 667, 669, 671-3, 67880, 682 Ps. PROCLO 72, 263, 308-44, 356, 424, 428, 433, 436, 465, 470-1, 475-9, 486, 490, 496, 502-3, 505, 511,515,528,564,586,626,632-3, 639, 642-4, 646, 650-2, 668, 670, 673-6, 679-80 Ps. TAUMATURGO 4, 12, 324-30, 337, 470-1, 496, 506, 544, 673 - - I 263, 353-9, 520, 632-3, 638-9, 650-4, 663, 667, 675, 680, 683 - - I I 469, 476-80, 481-493, 498, 515,520,530,629,632,637,642-3, 646, 650, 659, 664-5, 668, 673-5, 678-9, 680 - - III 263, 493-511, 626, 629, 633, 642-5, 650, 659, 663-5, 667 671, 673, 675, 679, 683 - - IV 439, 460, 511-22, 526-7, 530, 543-4, 628, 631-2, 636, 642-5, 650-1, 654, 659, 663-5, 667, 670, 680 Ps. TEODOTO 176-87, 632, 635, 638, 646-8, 651, 657, 659, 667, 670, 672-6, 679-81 Ps. TITO DE BosTRA 131 PuEcH, A. 399 PULQUERIA 69, 341 PusEY 147 QUASTEN, J. 15, 39, 50, 60, 69, 77-9, 128, 130-1, 201, 233, 284-5, 290, 370, 418, 448, 450, 462, 561-2, 565, 578, 600, 621 RABATH, A. 360 RADO, P. 20, 398, 405 RAES, A. 457 RAUER, M. 20, 246. RENOUX, A. 20, 598 RICCARDO, V. (o RICCARDUS, RICHARD) 20, 80, 94, 100, 103, 111, 494 RICHARD, M. 20, 30, 83-4, 118, 124, 432 RocHETTI, M. 497 RoMANos EL MELODO 297, 301, 333, 445, 497, 601 RoscHINI, G. 49, 195 Rossi, F. 20, 554, 564 RossiNI, R. 33, 48 RoUILLARD, P. 218 ROWLEY, H. H. 445 RucKER, A. 20, 131, 139 !;tUCKER, J. 21, 278 RuDBERG, S. Y. 20, 421, 430, 431 RUFINO DE AQUILEIA 335 RuFo, J. 284 SABELIO 62, 73, 605 SAUGET, J. M. 21, 115, 217, 234, 273, 338 709 Indice de Personas 370, 388, 398, 442, 452, 523, 538, 592, 617 SCHWARTZ, E. 15, 21, 76, 79, 82-4, 86, 106, 129-30, 153, 156, 158, 164, 168, 200, 203, 272-4, 281-2, 370, 624 SEVERIANO DE GABALA 14, 27, 44, 69, 234, 350, 360, 369, 410, 419, 421, 443, 450-1, 593-4, 628, 634 SEVERO DE ANTIOQUIA 59, 83, 118, 181, 216-7, 362, 411, 419 SEVERO DE SINODON 181 SICKENBERGER,J. 21,228,233,246, 249-50 SIGALAS, A. 21, 47, 210-1, 213, 215, 220, 222, 224, 232-3, 246 SIMONS, J. 21 SISSINIO 76 SMITH, LEWIS 217, 219 SocRATEs 14, 59, 76 SoJDAK, J. 469 StiLL, G. 33, 49, 195 SozoMENO 14 SPEDALIERI, Fr. 21, 33 STRUVE-HARKER, R. 21, 25 STRYCKER, E. 21, 49,. 191, 418-9 517' 527' 564, 586 SumAs 621 Sumo 454 SAVILE TEGELS, A. 48 14, 181, 283, 290,302,387,410,419,445-8,450 TEODORO DE MOPSUESTIA 14, 88, 128, 153, 210, 213, 339 TEoDosio II, Emperador 69, 273, 276,283 TEODOSIO DE ALEJANDRIA 253 TEODOTO DE ANCIRA 11, 14, 27, 29, 55, 78, 104, 106-7, 156-97, 203, 208, 231-2, 264, 291, 384, 394, 424, 433, 439, 441, 487, 504, 517, 530, 592, 598, 608, 625, 627, 62931, 634-6, 637-40, 650, 655-, 657, 659, 661-2, 665, 667-8, 670-6, 678, 680 vease Ps. Teodoto TEODORETO DE CIRO 710 TEOFANES EL CONFESOR TEOFILO DE ALEJANDRIA 39, 82, 85 69-71, 128, 201, 233, 565 281, 334 TILLEMONT, M. 78, 274, 278, 284, 288, 320, 330, 368, 370, 442, 584 TIMOTEO DE ANTIOQUIA 461, 465-6, 537, 628, 631-2 TIMOTEO ELURO 59, 284, 362 TIMOTEO DE JERUSALEN 453, 461, 464-6, 532, 535 TITO DE BOSTRA 233, 246-7, 249-51, 626 ToMAS AQUINAS, Catena Aurea 230, 246, 248, 250 TONIOLO, E. 4, 26, 421-2, 514, 526, 538, 568, 570-1, 574-5 TONNEAU, R. 21, 131, 137, 139 TRICALET 584 TRoMBELLI, J. Chr. 227, 255 TRYPANIS, c. A. 21, 216, 285, 333, 350 TERTULIANO 21, 247-9 21, 42, 150, 201, 210, 213, 227-8, 243, 497 VAN ESBROECK, M. 21 VAN RoEY 21, 86 VASSALLI, G. 21, 129-30, 136-7, 147, 184, 200-1 VERSCHAFFEL, C. 59 VicTOR, Presbitero 247, 250 VILLIEU' A. 497 VIRGILIO 189-90 VITAL DE ANTIOQUIA 69 VoGT, A. 331 VONA, C. 22, 32, 228, 230-1, 234, 241, 243, 246-51, 253 VoN LEMON 564 VAGAGGINI; C. VAILHE, s. 3, 22, 39, 58, 85, 369, 411, 481, 540, 610, 614 WEYER, J. 22 WILMART, D. A. 3, 22, 418 WRIGHT, W. 217 WENGER, A. ZARBHANALEAN ZELLINGER, J. 98 22, 369, 411, 593 INDICE DE MA TERIAS ACADEMIA MARIANA lNTERNACIONAL EN ROMA 32 vease NoMBRES BIBLICOS 49-50, 97, 191, 281, 361, 373, 376, 391-2, '401, 533, 536, 556 ADOPCION (divina) 123, 360, 364 ADAPERIENS VULVAM Vease Lc. 2, 23; 597, 603, 605, 609, 668-9 ADVIENTO 243, 253, 261, 264, 497, 520 AGOSTO 15 41-3, 47-8, 213-6, 218-9, 520, 641, 646, 649 AKATHISTOS 301, 333 ALABANZAS (a Marfa) 33, 47, 53, 61, 105, 109, 111, 183, 211, 221, 226, 238-9, 256-9, 261-2, 265, 286, 307, 324, 328, 354, 399, 401-3, 431, 434, 475, 482, 495, 502, 508, 514, 523, 525, 531, 548, 556, 560, 566, 569-73, 575, 579, 609, 616, 642, 644-5, 649s, 660, 674-7, 680, 683 ; Vease CHAIRETISMOI ADAN ADAN-EVA ALEJANDRIA - escue~ 2~ 43, 97, 14~ 191, 56~ 635, 651-2 iglesia 25, 128, 137, 147, 199, 200, 273, 284, 415, 556, 561, 629 liturgia 150 sfnodo 72 alejandrinofa 55, 69, 126, 183, 191, 201, 205, 20~ 209, 251, 290, 292, 297, 303, 377, 418-9, 426-7, 431, 562, 565, 633, 647, 658-9, 670 ANTIOQUfA - escuela 24, 43, 73, 85, 105, 167, 204, 209, 264, 292, 297, 299s, 372, ' 418, 450, 608, 635, 653, 657 - iglesia 617, 621, 629 - liturgia 201 - sfnodo 199 - antioquenofa 62, 72 (antioquenismo), 277, 366, 376, 384, 386-7, 394-5, 419, 427, 450, 479, 505, 620, 658-9, 660 ANUNCIACION - festividad liturgica 4, 29, 42, 213, 253, 261, 284-5, 301, 323, 405-7, 436-7, 466, 475, 478, 486, 490, 493, 507, 511-5, 519, 523-30, 538~ 543s, 545s, 550s, 553, 568s, 574s, 584, 587, 599, 619, 628-9, 631-3, 636-7, 639, 641-2, 642s, 649-51, 663, 665, 667, 671, 673, 682 - escena evangelica (vease Lc. 1, 2638) - dialogo de Dios con el angel 319, 513s, 526s, 539 - dialogo del angel con Marla 229s, 235s, 241, 243, 287, 294, 306, 311, 320-1, 323, 336, 380, 407, 469, 482, 486-7, 494-5, 508s, 512-4, 518-20, 523-5, 533s, 539s, 547s, 552s, 556, 559, 563s 569s, 644 - temor de Marla (vease MARIA turbacion) 241, 469, 494, 535, 53~ 54~ 556, 565 - concepcion por el ofdo (vease &' a~ofjr;;) 90, 184, 388, 395, 515, 528, 556, 566, 665, 669 - fiat 244, 287, 308, 545, 553, 567, 666, 675 - dialogo del angel con Jose 320-1, 524s APOLINAR, APOLINARISMO 62, 72-4, 88, 366, 369, 391, 4 79, 481, 494, 541, 599 APOSTOLES 139, 142, 207-8, 354, 356, 423, 495, 606 APOCRIFOS 27, 49, 191, 217, 219, 711 Indice de Materias 262, 418, 437, 439, 441, 467, 518, 564, 567, 670-1, 682 ARRIO, ARRIANO/A, ARRIANISMO 43, 62, 73, 81, 88, 94, 128, 160, 189, 192, 270-1, 298, 368-9, 416, 426, 539-43, 554-5, 557-61, 562s, 594, 605, 660 AsuNCION (de Marta) 255, 357, 496, 554, 683 ATHOS (monte) 39, 570, 575, 631 AVE MARIA 552, 554 BENEDICTUS vease Lc 1 :68 (Concilio 451) 77, 124, 213, 273, 283, 290, 303-4, 488, 505, 549, 551, 607-8, 647, 657 calcedonense 290, 588, 607, 654, 659, 673 CANDIDIANO ( leyenda) 277 CALCEDONIA CAPADOCIA - iglesia 191, 210, 465, 629, 645, 650-1 - escuela retOrica 24-5, 27, 220, 233, 440, 653 - liturgia 173, 435, 639, 646-7, 649, 652 CAPTATIO BENEVOLENTIAE 313, 371, 429, 580-1 CARTAGO 147, 418-9 CHAIRETISMOI (vease ALABANZAS) 217, 239, 258-9, 403-4, 476-7, 486, 489, 491, 503, 514, 531, 567, 571, 573, 576, 613 CIRCUNCISION 130, 135, 295, 594, 605, 648 COMADRONA (0 PARTERA) 418, 420, 448, 457-8, 467, 670 CONCEPCION INMACULADA 50, 52, 94, 239, 492, 682 CONCEPCION POR EL OIDO (vease ANUNCIACION) 45, 56, 61, 63, 80 90s, 189, 201, 208-9, 212, 222, 244,257,286,306,308,310-2,321, 336,348,354,365,390-1,408,422, 430s,434,451s,458,467,470,513, 522, 524, 527, 530-1, 538, 540, CONCEPCION VIRGINAL 712 556, 559, 576, 586, 590, 593-4, 599, 603, 60~ 611, 62~ 63~ 655, 664-5, 667, 671, 678 CoNSTANTINOPLA - iglesia 59, 69, 76s, 82, 128, 201, 206, 274-5, 277-8, 290, 303, 377, 385, 387, 626, 640, 671 - liturgia 65, 80, 102, 205-6, 289, 291, 649, 652 - Concilio I (381) 72-3 - Concilio II (553) 565, 588 - constantinopolitanofa 217, 293, 304, 339, 427 150, 302, 651, I 216, 283, CRISTO - bautismo 233, 331, 422-3, 593 - cordero de Dios 361 - Dios y hombre 5, 24, 40, 46, 60-1, 63, 73-4, 80-1, 86-7, 89, 92, 94-5, 101-2, 111-2, 116-7, 120, 123-4, 133, 148, 154, 159-60, 162, 164-5, 169-71, 174-5, 177-9, 184, 187-9, 194, 200, 202-3, 205-7, 211-2, 229, 241, 286-7, 292, 305-6, 311-2, 354,360-2,364,368,370,373,381, 383, 385, 389, 402, 409, 422, 426, 432, 434, 437, 455, 470, 476, 479, 482,495,501, 505, 510, 540-1, 5468 551, 557, 563, 566, 569, 572-3, 580, 584, 593, 605-7, 612-4, 616 - divinidad 23, 42-3, 105, 117, 126, 140, 163, 175-6, 201, 207, 222, 350,353,355,368,375,378,383-4, 388-9, 397, 399, 406-7, 423, 425-6, 431, 434, 464, 488, 493, 516, 541, 543-4, 555, 558-9, 563-6, 610, 618, 654, 657-7, 662, 667, 675 - esposo de la Iglesia 236, 242, 261 - generacion eternal107, 110, 374-5, 377-8, 397, 411-2, 416, 426, 431, 454, 530, 541, 544, 564, 654, 657' 660, 662 - generacion temporal y eternal (doble generacion) 107, 110, 117-8, 123-5, 129, 155-6, 159-61, 169, 171, 175, 201-2, 243, 260, 350, 361, 365-6, 369-70, 374, 378, 389, 391, 393, Indice de Materias 397, 408, 421, 425, 431, 524, 531, 541, 544, 613, 655-9 - gracia 172, 179, 191, 564 - hermanos de Jesus 180, 670 ; vease JOSE (NOMBRES BI13LICOS) - Hijo de Dios 53, 101-2, 104, 131, 133, 154, 159, 192, 207, 212, 270, 312, 391, 434, 470, 482, 524, 531, 540, 546-7, 557, 565, 654 - hijo unigenito 49, 154, 278, 361, 374-5, 379, 397, 454, 563, 579, 583, 587' 654, 656 - hijo y esposo de Marla 270, 540 - humanidad 80, 88, 105, 353, 389, 406, 425, 460, 464, 488, 493, 541, 658 - meslas 134, 179, 533, 601, 605 - milagros 41, 63, 116, 206, 208, 425 - misterio 411, 413, 495, 601-2 - naturalezas - diversidad 88, 118, 123-5, 162, 166-7, 203-5, 207, 210, 270, 292, 304-6, 320, 381, 391, 425, 472, 540s, 546, 569, 605, 613-4, 656-8, 662 - unidad 124, 165, 167, 350, 386, 658 - Nino 44, 46, 49, 105, 111, 158, 171, 179, 182, 287' 297' 301, 360, 374, 382, 449-51, 500, 597-9, 601, 604-6, 618 - obras(las) 41, 75, 119, 166, 188, 223-4, 295, 492, 495 - pasibilidad 367, 417 - persona 24, 62, 119, 125, 144, 204, 220, 416, 607, 635, 648, 657, 659, 675 - pontlfice 117, 287 - pobreza 53, 61, 165-6, 362, 618 ; Dease PESEBRE - Redentor 23, 58, 62, 65, 74, 90-1, 102, 119 (muerte del), 133-4, 148, 176, 189, 192, 196, 218, 226, 229, 238, 270, 279, 287, 308, 342, 495, 509, 597, 639, 674 - reinado 178 - Rey 212, 226, 360, 417, 470, 472, 550, 553, 557, 572 - salvador 40, 106, 133, 196, 242, 287, 311, 381, 384, 494, 509, 547, 569, 616, 618, 674 - santidad 4 70 - soberanla 206 - sujeci6n 130, 134 - templo 156, 292, 368-9, 376, 378-9, 427 - triunfador del demonio 226 CuARESMA 116, 119, 137, 232, 565, 598, 636 62, 72, 171, 176, 212, 225-6, 269, 279, 311, 317, 321, 339, 342, 349, 351, 354, 380, 382, 454, 467, 496, 504, 512, 518, 569, 576, 673 Dxos - bondad 178, 212 - compasi6n 283 - conservador y Rector del Universo 211 - Creador 40, 56, 93-4, 104, 187-8, 195, 211, 221, 229, 270, 287, 305, 348, 351-2, 354, 361, 381, 390, 415, 434, 441, 482, 508, 521, 545, 569, 572, 676, 679 - immutabilidad 362, 365 - impasibilidad 160-1 - increado, infinito 240, 572, 589 - omnipotencia 43-4, 108, 112-3, 171, 189, 206, 212, 287 - Padre 41, 53, 77, 81, 92-3, 107, 111, 116-8, 120, 130-1, 133-4, 148, 152-3, 159, 162, 164, 175, 191-2, 200, 203, 205-6, 222-3, 226, 308, 354, 357, 361, 374, 378, 381, 391, 397, 408, 416, 423, 426, 432, 434, 454, 464, 482, 502, 530, 540, 5434, 546-7, 557, 563, 575, 587, 604, 609, 615, 618 - paternidad eterna 126 - providencia 118, 196 - sabidurla 94-5, 164, 423 - santidad 165 - saniificador 470 DEMONIO 713 Indice de Materias - vision de 96, 434 DIVINIZACION 360, 364 DOCETISMO 62, 73, 74, 449, 452, 464, 594, 655 DONES (de los magos) 310, 384, 417-8, 557, 563, 565 vease Mt. 2,1s y Mt. 2,11 DOXOLOGIA MARIANA 569, 577 43, 49, 60, 89, 91-2, 103, 113, 125-6, 186, 254, 280,286,298,308,342,382-3,453, 495, 605, 618-9, 654 ECONOMIA SALVIFICA EFESO - iglesia 144, 179, 303-4, 452 - basilica 274 - concilio 6, 29, 48, 59, 76, 77, 106-7, 112, 128-30, 147, 150-3, 156-8, 161, 164, 167-8, 173, 181, 191-2, 199, 209, 255, 273-4, 277, 290-1, 293,364,377,386,425-6,441,448, 549,551,584,624-5,634,636,640, 648-9, 652, 656, 658, 660, 667' 675 - sfnodo (449) 161, 283, 289-90, 302-4 - efesinofa 129-30, 153, 172, 200, 201-2,207,217,274,276,284,350, 362, 368, 376, 498, 541, 588, 634, 640, 654, 659, 673 EGIPTO - escuela 57, 556, 560-1 (virginidad en Egipto) - iglesia 418, 498, 556 - liturgia 48, 150, 201, 218, 415 - coptajo 115, 120, 218, 347, 554, 562, 557, 558-9, 561-2, 564-5 EMMANUEL 61-2, 65-6, 74, 90, 110-1, 114,123,125,184,200-3,205,212, 220, 381 ENCARNACION 29, 52-3, 60-2, 73-4, 80, 82, 86, 89, 91, 93, 95-7, 101-2, 109, 111, 121-3, 125-6, 129, 148-9, 151, 155, 159-60, 162, 165, 170-2, 174, 182, 185-6, 193, 196, 199, 206, 208-9, 212, 223-4, 229, 239, 243,252-3,256,258,260,265,286, 289, 305, 310, 322, 351, 354-5, 357, 714 361,422,424-6,470,475,478,494, 502,504-6,512,515,518,521,5278, 531, 539-40, 545-9, 551-4, 563, 569-73, 575, 612, 614, 618, 620, 633, 637, 639-40, 644, 646, 649, 655-60, 662, 664-5, 671, 674, 680 EPIFANIA 163,173,177,355, 415,4189, 629, 632, 638 ; vease Mt. 2, 1-11 EsPADA DE DOLOR vease Lc. 2,35 ; vease PASION ; 603, 610, 618, 648, 681-2 EsPIRITu SANTO 23, 53, 94, 97, 101, 103, 113, 134, 138, 177-8, 185-6, 191-2, 195, 212, 217, 223, 241-2, 244, 255, 306, 311, 322, 358, 374, 379, 390, 392, 396, 398, 408, 460, 470, 495, 501, 509, 540, 546-7, 550-1, 553, 579, 587, 605-6, 617, 665-6, 678-80, 682 EsTRELLA 411-2, 416, 418, 557, 579 EUCARISTICO/A 165, 166, 277, 371, 557, 565, 581, 589, 591 EVA vease ADAN-EVA e INDICE BIBLICO 100 40, 44, 49, 56, 100, 109, 121, 123, 127, 185-6, 191, 195-6, 212, 217' 222, 225, 229, 231, 237' 239-41, 244, 254, 265, 312, 317, 343, 376, 379, 403, 409, 470, 479, 492, 508, 522, 537' 544, 548, 553, 576, 590, 669, 673-4, 679 EVA-IGLESIA EvA-MARIA MARIANA 33, 43, 45 (supera la de los santos) 48, 64s, 71, 79-80, 82, 84s, 88, 102, 112, 125, 168, 213-9, 253, 260-1, 264, 274, 284, 303, 337, 386, 405, 483, 486, 490, 520, 525, 551, 574, 584, 587-8, 612, 619, 624, 628-9, 640, 643, 645-6, 649, 655-6, 658 ; vease FESTIVIDAD ANUNCIACION, ASUNCION - Diciembre 26 64, 85, 101-2, 216 FIGURAS BIBLICAS 575-6, 589-90, 609, 611, 616, 663, 674 FLORILEGIO DE EDESSA 368, 377 FLORILEGIUM CASINIENSE 227, 255 lndice de Materias GESTACION Dease GROTTAFERRATA MATERNIDAD 330, 381 24, 214, 221, 332, 349, 356, 359, 506-7 HOMILETICA BYZANTINA 24, 336, 455, 487, 499, 514, 564, 587, 608, 613, 617 HOl\HLETICA LIRICA 400s, 455, 574, 637 HOMILETICA MARIANA 26, 253, 269, 339, 352-3, 357, 588, 635, 637 HUlDA A EGIPTO (fiesta) 414 HYPAPANTE 27, 39, 55, 136, 184, 189, 301, 587, 592s, 596-9, 602, 612, 617-8, 620, 621 (Antioquia), 628-30, 632, 635, 637, 646, 649, 659, 672 HIMNOS, HIMNOLOGIA IMAGEN DIVINA (hombre) 39, 55, 61, 286, 489-90 Dease INDICE BIBLICO ; - tipo de la sinagoga 311, 683 ISABEL JERUSALEN Dease INDICE BIBLICO - escuela 57, 418 - Iglesia 39, 47, 210, 343, 498-9, 597, 628-9, 633, 640, 651, 671 - liturgia 42-3, 48, 55-6, 214-5, 219, 415, 486, 489-90, 520, 596, 598-9, 606, 614, 621, 628, 642, 646-9, 652 - jerosolimitanofa 54, 213, 337, 465, 507, 596, 602, 607, 613, 632, 637, 646-7, 683 JoAQUIN-ANA vease MARIA (padres) JOSE Dease INDICE BIBLICO JUAN EL BAUTISTA - persona vease INDICE BIBLICO - festividad litri.rgica 210, 229, 231-9, 251-3, 261, 300, 414, 461, 464-6, 520-1, 532-8, 544 KONTAKION (prehistoria) 332, 349 LETANIAS MARIANAS vease CHAIRE- TISl\fOI 40-1, 42s, 47-8, 54, 63-5, 79s, 82, 85, 88, 100, 110s, 116, 130, 134, 156 (cruz y Theotokos), LITURGIA 16~ 170, 173, 184, 193, 201, 204, 213, 217-9, 231, 233, 255, 260s, 264-5,274,289,297,349,355,368, 383, 385, 404-5, 412, 414s, 433, 435-6, 490, 496, 499, 501, 506-7, 520, 529, 532s, 537s, 543s, 550s, 565, 570, 574, 584, 592s, 596, 598, 606, 611s, 619, 628-36, 640-1, 6438, 660 - (calendarios) 217, 234, 253 LoGOS 46, 49, 430, 479/ vease VERBO Dease Lc. 1,46 vease Mi. 2,1s MANIFESTACION (de Dios) 158, 160, 162, 170, 172, 187, 190, 193, 208; vease EPIFANIA MAGNIFICAT MAGOS, LOS MARIA - acci6n salvlfica 109, 226, 343, 358, 379, 442, 469, 492, 508, 510, 573, 576, 611, 615 - calvaria 57, 140 - castidad 506, 678 - causalidad 93, 127, 279 - compasi6n 681-2 - coraz6n 144-6, 186, 287, 470, 609 618, 682 - culto 616 - descendencia davldica 212, 482, 501 - didlogo con el angel vease ANuCIACION; vease Lc. 1, 26s; vease GABRIEL - dignidad 46, 61-5, 111, 170, 195, 287, 354, 579, 590, 664 - docilidad 242 - dolor 609s - doncella 44, 110, 126, 222, 348, 408,434,492,512,522,531,533-5, 545, 565, 609, 663-4, 671, 674, 678 - duda 53, 140, 241, 406 (anunciaci6n, cruz), 501, 671, 682 - educaci6n 263 - ejemplaridad 343 - en la gloria celeste 511 - y Eucaristla 589 - exaltaci6n 87, 187, 229, 237, 240, 287, 469, 496, 500, 513, 556 715 Indice de Materias - excelencia 540, 556, 566, 590, 616, 683 (sobre los angeles) 240, 556, 566, 589 (sobre las creaturas) 307, 545, 609 (humanas), 618 (sobre las vlrgenes) 545, 569, 576 - fe 61, 257, 260, 264-5, 437 - fiat vease ANUNCIACION - figuras blblicas. Vease MARIAFmuRAS BIBLICAS - funcion singulartsima 92, 126, 152, 279, 281 - hija de David 220 - y la Iglesia 45, 280-2, 311, 343 · - ignorancia 141, 146 - impetracion 553, 570 - incredulidad 524 - infancia 440 - inmorlalidad 279, 554 - inlercesion 287, 307-8, 553, 591, 622 - invocacion 217, 307, 553, 569 - Isabel241, 311, 315, 556, 567, 683 - y Jerusalen 45 - y Jose 310, 314, 319, 331, 335-6, 451, 454-5, 457-9, 462, 466, 510, 517-8, 524, 526, 528, 530, 552, 561, 564, 605, 610, 644, 663-4, 671 - justificacion 223-4 - madre (de Dios) vease THEOToKos; 52, 59-62, 107, 111, 123, 148, 206, 209, 221, 264, 285-7, 308, 342, 354, 357, 376, 441, 494-5, 556, 565-6, 588, 595, 615-6, 665 - - (de Jesus) 24, 49, 114, 13, 169, 179, 291, 339, 344, 358, 444, 467, 553, 556, 604-6, 609, 614, 618, 622 - - (del Juez) 513 - - (de la luz) 589 - - (del Redenlor) 111, 114, 185, 256, 308, 342-3, 492, 513, 579, 615 - - (del Rey) 212, 223 - - (del Salvador) 235, 240-1, 243, 254, 309 - - (del Verbo de Dios) 52, 163, 176, 195, 212, 254, 376, 379, 423 - - (de vida) 548 716 - - (de los vivientes) 556, 566 ·- - (y esposa) 579 - - (y virgen) 79-80,105, 169, 174-5, 185-6, 203, 229, 241, 271, 282, 291, 306, 344, 351-2, 362, 378, 391, 402, 438, 569, 651, 660 - matrimonio 176, 378, 396, 510, 517s, 535, 538, 663 - mediacion 240, 255, 307, 570, 577, 591, 676; vease intercesion - navidad 79 - nombre 356, 584-5, 589 - obediencia 93, 109, 344, 666 - padres 434, 513, 536, 579, 585-6; vease JOAQUIN Y ANA - patrocinio 611 - y Pedro 142 - perfil moral 146-8 - personalidad 24, 107, 168, 296, 320,560,580,623,633,641,644-6, 648, 663, 673, 675, 682, - pobreza 618, 678 - preii.ez 557, 565 - presentaci6n 79, 142, 220, 467, 579-80 - prudencia 477, 492 - pureza 434, 4 70, 492, 494, 507, 556, 615, 664, 672, 678-9, 682 - purificacion 185, 600s - realeza 226, 354 - salvacion 113, 358, 407-9, 442, 615 - santidad vease SANTIDAD - y Simeon Vease INDICE BIBLICO - singularidad 492 - sobre todo lo creado 111 - sobre los Patriarcas 113 - tentacion 595 - tttulos. Vease MARIA-TITULos - y Trinidad 53, 226, 269, 280, 312, 326, 496, 579, 587' 609 - tristeza 140, 144 - turbacion 195, 229, 241, 245, 311, 402, 470, 477, 494, 507, 535, 540, 654, 664, 671 - vacilaciones 315, 477, 492, 502, 595; 610, 682 Indice de Materias - vida en el templo 195, 441, 454 - virtudes 265, 609, 682 MARIA (FIGURAS BIBLICAS) - area 46, 113-4, 211, 220, 222, 328, 339, 342, 402, 434, 556, 589, 609, 611, 615-6, 651, 676 - candelabro (de oro) 99, 328, 339, 342, 589 - ephod 328 - escala de Jacob 609 - huerto 46, 222, 226, 531, 589 - libro sellado 576 - monte 226, 256, 265, 310, 411 - nube 225-6, 339, 342, 521, 575, 589, 622 - vara de Aaron 389, 394, 396, 577, 616 - vellus 329, 339 - zarz.a ardiente 51, 90, 163, 210, 226, 310, 343, 358, 411, 420, 423, 432-4, 513, 521, 576, 589, 609, 651 MARIA (TITULOS) - adiutorium 265 advocata 358 ager 329 alabastrum 328, 531 albergue del Verbo 556, 566 altar 189, 328, 342, 533, 591 amphora manna plena 359 ancilla 255 antitipo en la obra de la redenci6n 92 antrum pietatis 265 applicatorium tranquillitatis 265 ara 616 aurora 226, 434, 616, 675 ayuda 127 bosque umbroso del Espiritu Santo 616 campo 342, 493, 531, 589-90, 663 causa omnium bonorum 675 cedro 434 cetro de la ortodoxia 279 cielo 342, 434, 521, 589, 622 cisterna de agua viva 225 ciudad 434, 521 coelum regale 265 - - - columna 675 corona Ecclesiae 359 corona (de Elias) 616 corona real 589 corona de la virginidad 279 cruz 591 defensa de la justicia 508 Dei Genitrix 264, 659 De{para 111, 155, 200, 203, 210, 222, 255, 264, 285, 291, 296, 301, 307, 390, 431, 469-70, 500, 546, 548,563-4, 603, 618, 622, 640, 6589, 662 diadema de la iglesia 312, 326, 329, 343 diversorium justitiae 265 domicilio 521 domicilium Trinitatis 329 ergasterium 264-5 esclava del Senor 271, 579, 590, · 618, 622 espejo 398 espiga no sembrada 663 esposa 191, 195 - mistica del Padre 212, 223, 226 - de la Trinidad 580, 587 - del Verbo 590 exultaci6n de Israel 538 firmamentum 265 flor inmaculada 493 flor de todo santidad 577 fuente 46, 358, 396, 508, 553, 576, 589, 616, 663, 675-6 fuente de luz 225-6, 493 globus coelestis 329 gloria y jubilo de la Iglesia 622 gloria de las madres 312, 329, 343, 508 gloria de las mujeres 538 gloria mundi 359 gloria de las virgenes 312, 329, 343, 508 gloria unica 354 harina sin levadura 616 hermosa entre las mujeres 222 hidria de sal 616 honor hominum 358 717 Indice de Materias - horreum incombustum 402 incensum 358, 434 indumento de la luz 508 indumentum temperantiae 329, 343 initium fidei 265 instrumento (instrumentum) 226, 359 - imperialis purpura incarnationis 265 - inmaculada 186, 306, 343, 480, 509, 531, 569, 590, 615, 616 - intercesora 553 - janua 265, 677 - jardin 222, 226, 329, 473, 576 - lampas 358, 577, 589, 609 -!echo 609 - levante del sol 493 - Uber Dei 358 - lirio 194, 434, 590 - luna 434 - magarita 616 - maitresse 567 - mar espiritual 589 - mater entis 356 - mater salutaris Dei nostri 264 - mater inupta 420 - mirra 434 - modelo de bondad 343 - modelo perfecto de los piadosos 508 - modelo de las virgenes 576 - munitio justitiae 329, 343, 508 - murus inexpugnabilis 359 - mysterium crucis 358 - nardus 359 - navis 329, 358 - norma veritatis 329, 343 - novilla no uncida 590 - nube 675 - nuntia sanctitatis 359 - oleum 328, 359 - oliva 329, 342, 434, 442, 508 - origen de la Restauraci6n 513 - ornamento de los gentiles 538 - ornatus sacerdotii 539 - oveja 590 - ovile 358 718 - pacis initium 358 palma 434, 531 paloma limpida 52 paloma pura 590 paraiso 265, 307, 326, 339, 342, 50~ 521, 577, 609, 675, 680 - petra aquam fundens 359 - piedra (preciosa) 226, 616 - platano 434, 442 - porta 328, 358 - pozo 226, 329, 616 - prado 226, 493 - predilecci6n del Padre 609 - primicia de vida 548, 553 - propiciatorio 616 - prototipo de las madres 339 - - de las virgenes 108, 339 - puerta 226, 339, 342, 521, 589 - purpura regia 589 - pyxis odoramentorum 359 - radix omnium bonorum 675 - raiz 226, 354, 358, 538, 616 -ramo 609 - reconciliatio 403 - reina (celeste) 354, 357-8, 548, 553, 569 - refugium 265, 677 - reposo del Senor 222 - rios sin fuente 663 - rosa entre espinas 223 - rosa fresca 434 - sacerdote 591 - sacrarium 328 - salus 265, 677 - scala 359 - segundo cielo 521 - siempre virgen 222, 279, 480 - signaculum pietatis 329, 343 - signo de la ortodoxia 312, 343 - signum renovationis 359 - simiente de bendiciones 538 - socia lucis 402 - sosten de los fieles 312, 329, 343, 508 - spes 265, 677 - Spiritu inundata 358 - sponsa 329, 358 lndice de Materias - sponsa et mater 402 summa prophetiae 358 susceptorium gaudii 265 susceptrix (Dei) 264, 659 tabernaculum (habitaculum, acceptaculum) 264-5, 272, 329, 354, 358, 359, 402, 496, 508, 513, 521, 659, 680 - Uuamo 114, 260-1, 265, 339, 521, 575, 589 - templo 100, 195, 254, 265, 280, 287, 328, 339, 342, 358, 402, 434, 442, 473, 509, 521, 575, 589, 611, 680 - terebinto 434, 442 - terra a Deo habita 358 - tesoro colmado 52 - tesoro de la dilecci6n divina 616 - thesaurus vitae 265 - tierra no sembrada 108 - tipo de la Iglesia 311 - tomus novi testamenti 328 - t6rtola sin mancha 52 - trono (throne, thronus) 265, 358, 467, 575, 589, 591, 609, 616, 622 - trono real 612 - urna (del mana) 575, 616 - uva no vendimiada 663 - valle de lirios 609 - vara 665 - vastago irreprensible de David 222 - vaso 434, 531, 675 - vestis virtutis 329 - vid 226, 434, 442, 493, 589 - viiiedo 590 - virga 358 - Virgo Immaculata 139-40 - virtus entis 358 - virtus mundi 358 - vitula primogenita 328 - vox nuntiorum 358 MARIAN LIBRARY 3-4 MATERNIDAD - verdadera maternidad 45, 66, 74, 88, 104, 120, 123, 126, 161, 254, 280, 306, 342, 352, 357-8, 362, 377-8, 397, 409-10, 431, 441, 480, 507, 531, 54~ 565, 569, 63~ 65~ 669 - divina 42-3, 45-7, 52, 57, 63, 70, 73, 76, 82, 86-9, 91-2, 103-4, 1067,113,125,151,156,174,178,184, 193, 196, 202, 205, 209-10, 216, 221, 225, 255, 264-5, 279-80, 2868, 305, 307, 330, 334, 343-4, 355, 369, 375, 383-4, 387-8, 407, 424, 431-3, 441, 466-7, 470, 482, 491-2, 495,506,508-9,513,516,519,521, 529, 531, 533, 538, 540, 544-5, 548, 553, 565, 575, 579-80, 584, 587-8, 590,599,603,607,609,614-6,622, 629, 632, 637, 639-41, 649-50, 653s, 659-60, 666, 671, 674-6, 683 - virginal 44-6, 48-9, 64, 66, 86, 91, 105-7, 111, 119, 131, 133, 163, 174-5, 178, 209-10, 217, 242, 244, 265, 270-1, 283, 287, 306, 311, 334, 343, 352, 362, 375, 378, 390, 394, 396, 399, 411, 416, 430, 434, 441, 452, 464, 480, 495, 521, 530s, 533, 540s, 544s, 575, 581, 603, 615, 622, 639, 656, 660s - salvifica 80-1, 225, 244, 254, 265, 269, 279s, 306-7, 342, 565 (purificacion de los fieles), 672s, 677 1\ULAGROS 116, 206, 312, 610 1\ULAGROS (A. T.) 164, 206, 208, 364 MILAGROS (N. T.) 411; vease CRISTO MISERICORDIA 133, 193, 206, 242, 286, 569, 576, 606, 616, 676 MONOFISITA, MONOTELETA 153, 207, 284, 290, 548, 588, 607, 614, 658 MUJER (dignidad) 373, 512 61, 65-6, 75, 80-2, 87, 102, 116, 118-9, 121, 126-7, 160, 165, 167, 175, 177, 182, 186, 193, 201, 216-7, 227, 231, 243, 252, 257, 276, 279, 310, 334, 342, 352, 367, 370, 391, 394, 411-4, 416, 418, 420, 434, 443-4, 449, 453-4, 458, 469-70, 476, 482, 486, 491, 497-8, 500-1, 503-4, 509, 521, 525, NACIMIENTO 719 Indice de Materias 528-9, 533, 557-8, 563, 597-8, 606, 610, 612, 614, 624, 631-2, 641, 646, 654-5, 657, 669, 672, 674, 678, 680 NA VIDAD 48, 56, 61-2, 64-5, 85, 95, 97, 100-1, 104, 106, 111, 115, 116, 119, 121-2, 125, 149, 150 (en Alejandrla), 151, 168, 173, 183, 192-3, 199, 201 (en Egipto), 204, 213, 217-9, 228, 233, 261, 297' 303, 333, 349, 361-2, 368, 373, 380s, 387, 405, 407, 414-5, 418, 433, 435-8, 450, 466, 487, 519, 525, 544, 565, 574, 576, 581, 584, 587, 604, 612, 619-21, 625, 628, 630, 632-4, 638, 641, 643, 647-8, 657 NESTORIO, NESTORIANISMO 13, 24, 52, 70, 73, 76-7, 80-9, 94, 96, 101, 116-9, 124-5, 128, 149, 151-8, 162, 166-8, 179, 181, 189, 192-4, 199, 202, 204, 270-2, 274-7, 284, 291, 293, 298, 303, 384-7, 426-7, 431, 448, 515, 599, 605 NICEA (1 concilio 325) 207-8 NICEA (II concilio 787) 157, 173, 177, 227 NoN DECET 159, 361, 657 NUEVO ADAN 49, 86, 91-2, 94, 96, 99-100, 171, 174, 191, 286, 379, 544, 569 NUNC DIMITTIS vease Lc. 2, 29 ORIENTE-OCCIDENTE (influjo) 25, 256, 419 25, 42, 277, 303 (vease Gen. 2, 8) 169-70, 178, 188, 195, 244, 307, 309, 321, 340, 361, 379, 494, 504, 509, 569, 576, 590, 656, 673 PARANOME (festividad liturgica) 438, 466, 628-9, 632, 646 PARTERA Vease COMADRONA PALESTINA PARAISO 171s, 175s, 185, 189, 202, 209s, 212s, 221s, 286, 298, (306), 336, (344), (352), 361, 367, 375, 381, 388, 389s, 393, 395s, (401), 407, 408, 411, 418, 42'0, 423, 430s, 439, 441, 443, (448), 454, 457s, 467, 493, 509, 524, 530, 540, 544s, 576, 590, 593, 595, 597, 599, 600s, 603, 604s, 609s, 611, 615, 661, 666-8 - sin dolores 197, 239 (479), (510), 531, 538, 669, 672 PASCUA 128-9, 151, 295, 414, 500 PAsiON (cruz, muerte) 53, 81, 86, 117, 119, 133, 138-43, 146, 154, 160, 164-5, 168, 204-6, 210, 224, 295, 354, 384, 453, 474, 494, 595, 603, 605-6, 610, 618, 620, 674, 681 PASTORES vease Lc. 2, 8 pecado original 58, 120, 127, 170, 185, 223, 286, 432, 512-3, 683 PENTECOSTES 295, 547 PESEBRE (vease Lc. 2, 7) 49, 61, 106, 111, 165-7, 179, 220-1, 287, 297, 305, 362, 374, 434, 451, 454-5, 557, 641 ' PIEDRA DESPRENDIDA vease Dan. 2,45 PRECURSOR vease DEL JUAN EL MONTE BAU- TISTA (del Sefior) 39, 55, 56, 130, 134, 143, 178, 211, 486, 504, 511, 592s, 597, 605-7, 611-2, 618, 646-7, 680 PRIMOGENITO DE MARIA 399, 454, 6Q9 (santificaci6n) PRIMOGENITO HIJO DE DIOS 310, 379, 454, 654, 670 PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO 4950, 191, 195, 262-3, 418, 43940, 517' 527' 530, 564, 586, 670, 680 . PURIFICACION 53, 135, 185, 595, 600 PRESENTACION PARTO - vease nacimiento - virginal 40, 45-6, 51-2, 61s, 73, 90s, 94, 99, 103, 104s, 108, 119s, 123, 126, 138, 163, 164s, 169s, 720 58, 175, 206, 224, 454, 494, 593, 595, 603, 668, 674 681-2 RoMA (slnodo) 72 RESURRECCION Indice de Materias SALOME 434, 439-40 SANTIDAD (de Marfa) 26, 194, 195, 222, 255, 306, 379, 398, 410, 441, 480, 482, 486, 491-3, 495, 507, 510, 609, 618, 642, 672, 674, 678s 681~ , SANTIFICACION (de Marfa) 49, 52, 93, 144, 163, 185, 195, 222, 224, 258, 264, 306, 379, 398, 440-1, 577, 590, 682 SELEUCIA DE SIRIA 489 - (sfnodo) 334 SEXO FEMENINO Y SALVACION 40, 56, 114, 172 SIETE SANTOS DURMIENTES 273, 276 (Efeso) (de justicia) - Belen 377 - Cristo 310, 342, 360, 381, 414, 473, soL 522 -Marfa 377 (vease Oeo1:o1e6~) 3, 5, 27, 39, 43, 46-8, 52, 57, 63, 67-71, 74, 80, 81-2, 84-5, 88-9, 93, 100-1, 107, 109, 112-3, 117, 121, 125, 129, 137, 146-9, 152, 154, 156, 176, 178, 180-1, 184, 194, 202, 205, 213-6, 218-9, 221, 243, 254-5, 260-1, 269, 272, 278, 281, 286, 288-91, 298, 302, 304-6, 308, 344, 352, 378, 381-4, 386, 388, 393-4, 398, 423, 430-1, 452, 466-7, 480, 491, 506, 508-9, 519, 525, 531, 545, 553-4, 557, 565, 576, 588, 595, 599, 603, 606, 615, 622, 629, 639, 649-50, 654-60 TOMO A LOS ARMENOS 77, 118, 516 THEOTOKos TOMO DE ATANASIO (a los de Antio- qufa) 72 TRANSFIGURACION TRANSITUS TRINIDAD 300 (apocrifo) 217 46, 53, 90, 94, 174, 179, 188, 200, 226, 241, 269-70, 280-3, 286, 308, 312, 409, 473, 496, 505-6, 540s, 546, 548-9, 551, 579-80, 586-7, 609 TRINIDAD - quaternitas 81, 201, 263 40, 46, 61, 65, 81, 86, 88-9, 93, 101, 114, 124-5, 134, 148, 150, 152, 154, 159-60, 162, 165, 168, 170, 174-5, 189, 200, 204, 220-1, 223, 240, 243, 287, 292, 298, 305, 311, 349, 354-7, 360, 365, 375, 377-8, 380-3, 388, 398, 413, 431, 470, 479, 480, 482, 491, 493, 405, 505, 509-10, 532, 543, 546-7, 551, 556, 563, 566, 572, 587, 590, 601, 606, 614, 654s - causalidad santificadora 134 - coeterno con el Padre 164, 204, 421, 539, 657-8, 660 VERBO DE Dros - doble generacion vease Cristo generacion eternal del vease Cristo inmutabilidad 165, 660 obediencia 93 - y verbo mental, prolatitium 159, 165 VIRGINIDAD EN EGIPTO 556, 560-1 VIRGINIDAD - virtud y estado 26, 33, 39, 52, 74, 80, 93, 99, 104, 113, 158, 238, 264, 279, 313s, 319s, 323, 330, 340s, 408, 454, 466s, 469s, 474, 477 (proposito), 479s, 492s, 494s, 501, 506s, 522, 533s, 538, 545, 56~, 569, 576, 589s, 622 - Vease CONCEPCION VIRGINAL - vease PARTO VIRGINAL - carencia de otros hijos 40, 76, 163, 279, 314, 333, 336, 344, 420, 467, 677 VISITACION 241, 253, 256, 261, 264, 494, 504, 509, 559, 563, 636, 64-65 ZACARIAS-MARIA 229s, 241s 721 ERRATA p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. 2, 16, 20, 34, 35, 48, 76, 76, 77, 78, 86, p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. p. 144, 162, 183, 253, 275, 280, 298, 326, 340, 341, 352, 371, 375, 387, 410, 421, 433, 452, 502, 566, 567, 571, 587, 589, 591, 601, 606, 722 I. 3: tease lJ.a{Jear:o~ I. 27: tease BAUR CHR. I. 38: lease RENoux A. I. 30: lease nitido que nota 2 (I. 2): lease Hildenheim nota 7 (I. 4): lease Rossini I. 9: lease Maximiano nota 5 (1. 2): IDEM nota 1 (I. 4): lease Padres nota 11 (I. 2): lease Maas Las referencias a las notas de pie de pdgina deben corregirse asi: I. 2: Verbo1 ; I. 3: virgine2 ; I. 4: humana3 ; I. 5f6: Nestorio 4 ; I. 8: muere6 ; I. 9: nosotros 6 ; I. 10: opositores7 ; I. 12: niiaa8 ; I. 14/15: quaternitas 9 ; I. 18: aleen"e10 ; I. 19: Schwartzn; I. 23: siglo 1v12• I. 29: tease soteriol6gicas I. 26: lease precisa I. 7/8: tease evayyeA.lCetv nota 4: tease K. H. Kuhn ... 551ss I. 7: lease ruta a Calcedonia nota 6 (ultima linea): lease puesto que el orador I. 18/19: tease eeoooxo~ l. 1: lease lJ.cpOagr:o~ I. 4: tease naeaoetao~ nota 6 (penultima linea): tease-segun el parecer de MaasI. 27: lease maternidad divina I. 12: lease desaparece I. 10j11: lease es ley de la naturaleza cuando una mujer unida I. 14: tease E. Pensamiento ... Incipit: tease ·onor:av nota 3 (I. 4): lease Basilio nota 5 (l. 6): lease (Ps.) Crisostomo 5, pp. 410ss nota 4 (l. 1): lease manuscrito nota 13 (l. 2): lease palabra l. 10: lease Maria I. 12: lease pero no se convence y no cree nota 9 (I. 2): lease aurea l. 5: lease Devreesse I. 7: tease espiritual l. 7: lease p,ealr:'YJ~ I. 30: lease el templo I. 27: tease '!5nanavr:1] INDICE GENERAL PREFACE 3 SUMMARY 6 INHALT 7 CATALOGO DE SIGLAS EMPLEADAS 9 FUENTES Y BIBLIOGRAFIA Fuentes principales Fuentes secundarias Subsidios de Trabajo Estudios Particulares 10 12 15 15 INTRODUCCION 23 Parte Primera: 0RADORES DEL SIGLO v Capitulo I: PRIMEROS ORADORES DEL SIGLO V 1. Hesiquio de J erusalen Homilia I: Hesychii presbyteri Hierosolimitani de sancta Maria Deipara Homilia II: Eiusdem de eadem Homilia III: Hesychii presbyteri Hiersolomitani in praesentationem Domini et Salvatoris nostri Iesu Christi 2. Attico de Constantinopla Oralio sancti Attici, episcopi Constantinopolitani, in sanctam Dei genitricem 39 39 40 46 53 59 60 Capitulo II: 0RADORES EFESINOS 1. Proclo de Constantinopla Homilia I: Laudatio in sanctissimam Dei genitricem Mariam Homilia II: De incarnatione Domini nostri Iesu Christi et de infusoriis 76 79 94 723 Indice General Homilia III: De incarnatione Domini nostri Iesu Christi Homilia IV: In natalem diem Domini nostri Iesu Christi Homilia V: Laudatio in s. Virginem ac Dei genitricem Mariam Sermo III: Eiusdem Procli archiepiscopi Constantinopolitani sermo de dogmate incarnationis, dictus in die sabbato ante quadragesimam Sermo IV: Eiusdem Procli de Nativitate Domini 100 103 110 114 122 2. Cirilo de Alejandria Homilia XII: In occursum Domini nostri Iesu Christi Homilia XV: De incarnatione Dei Verbi 128 130 148 3. Acacio de Melitene Acacii episcopi Melitenes homilia Ephesi habita 152 153 4. Teodoto de Ancira 156 Homilia II: Homilia admodum pulchra, lecta in synodo, 158 Cyrillo episcopo praesente, in natalem Salvatoris Homilia I: Babita in die nativitatis salvatoris nostri Iesu 164 Christi, quae et ipsa lecta est in eadem synodo 170 Homilia V: In Domini nostri Iesu Christi diem natalem 176 Homilia IV: In sanctam Deiparam et in Simeonem Homilia VI: In sanctam Dei genitricem et in sanctam Christi 187 nativitatem Capitulo III: 0RADORES POST-EFESINOS 1. Pablo de Emesa Homilia Pauli episcopi Emeseni . .1 • de nativitate Domini Eiusdem Pauli homilia in magna Alexandriae ecclesiae 199 200 203 2. Erectheio de Antioquia de Pisidia ' 205 Beati Erechthii episcopi Antiochiae in Pisidia ex homilia 206 recitata in sancta Epiphania 3. Crisipo de Jerusalen 210 Chrysippi Hierosolymorum Presbyteri oralio in sanctam 211 Mariam Deiparam 4. Antipatro de Bostra 226 Homilia I: In sanctum Ioannem Baptistam et in silentium 229 Zachariae et in salutationem Deiparae 241 Homilia II: In sanctissimae Deiparae annuntiationem 724 Indice General Homilia III: Sermo sancti Antipatris patris nostri ad matu- tutinum in adsuption sanctae Mariae 255 Capitulo IV: HoMILIAS DE nunosA AUTENTICIDAD 1. Cirilo de Alej andria Homilia IV: Cyrilli Alexandrini Ephesi in Nestorium ha- bita, quando septem ad sanctam Mariam descenderunt 1 2. Basilio de Seleucia In sanctissimae Deipara annuntiationem 269 269 283 285 3. Proclo de Constantinopla 308 Homilia VI: Sancti Procli Constantinopolitani: "Laudatio Sanctae Dei Genitricis Mariae" 308 Parte Segunda : HoMILIAS PSEUDO-EPIGRAFICAS Capitulo I: HOMILIAS SOBRE LA ENCARNACION 1. Ps. Cris6stomo I: in Christi natiuitatem 347 2. Ps. Gregorio Taumaturgo I: in sanctam Dei genitricem et semper uirginem Mariam 353 3. Ps. Cris6stomo II: in Saluatoris nostri Iesu Christi natiuitatem 359 4. Ps Atanasio I: in natiuitatem Christi 380 5. Ps. Crisostomo III: contra haereticos et in sanctam Deiparam 388 6. Ps. Crisostomo IV: in Christi diem natalem 398 7. Ps. Crisostomo V: in natale Domini nostri Iesu Christi 410 8. Ps. Basilio: sur ['incarnation du Seigneur 421 9. Ps. Crisostomo VI: in diem natalem Domini et in sanctam Ma433 riam Dei genitricem 10. Ps. Crisostomo VII: in illud "exiit edictum a Caesare Augusto" et in descriptionem Deiparae 442 11. Ps. Atanasio II: sermo de descriptione Deiparae 452 Capitulo II: HoMILIAS SOBRE LA ANUNCIACION 1. Ps. Gregorio de Nissa I: discorso encomiastico all'Annuncia- zione della SS. Madre di Dio 468 2. Ps. Gregorio Taumaturgo II: homilia I in annuntiationem sanctae uirginis 481 725 Indice General 3. Ps. Gregorio Taumaturgo III: homilia II in annuntiationem sanctae virginis 493 4. Ps. Gregorio Taumaturgo IV: homilia III in annuntiatio- nem sanctae virginis 5. Ps. Cris6stomo VIII: in annuntiationem sanctissimae Deiparae 511 523 6. Ps. Atanasio III: in nativitatem Praecursoris, in Elizabeth et in Deiparam 532 7. Ps. Cris6stomo IX: in annuntiationem Deiparae et contra Arium impium 538 8. Ps. Atanasio IV: in annuntiationem sanctissimae Dominae nostrae et Deiparae 9. Ps. Atanasio V: l'homelie des Papyrus de Turin 545 554 10. An6nimo: Encomia para la anunciaci6n de la Santisima Senora nuestra Deipara 568 Capitulo III: PANEGIRICO DE LA MATERNIDADi DIVINA 1. Ps. Epifanio: homilia V in laudes sanctae Mariae Deiparae 578 Capitulo IV: HOMILIAS SOBRE EL HYPAPANTE 1. Ps. Cris6stomo X: de occursu Domini nostri Iesu Christi deque Deipara et Simeone 592 2. Ps. Cirilo de J erusalen: in occursum' Domini nostri et sal- vatoris Iesu Christi et in Simeonem qui Deum suscepit 596 3. Ps. Gregorio de Nissa II: de occursu Domini, de Deipara Vir- gine et de iusto Simeone 600 4. Ps. Atanasio VI: in occursum Domini Dei et Salvatoris nostri I esu Christi 604 5. Ps. Metodio: de Simeone et Anna in die quo templo ocurre- runt ac de sancta Deipara 610 6. Ps. Cris6stomo XI: Homily on the Presentation of Our Lord 617 Jesus Christ CoNcLuSIONEs GENERALES Conclusiones criticas Conclusiones liturgicas Conclusiones doctrinales 726 620 624 638 653 Indice General CUADROS ESQUEMATICOS 684 INCIPIT 687 AuToR Y TiTuLo 689 TiTULOS LATINOS 692 Los MANUSCRITOS 693 INDICE BIBLICO 696 NoMBRES BIBLicos 699 INDICE GRIEGO 701 INDICE DE PERSONAS 703 INDICE DE MATERIAS 711 ERRATA 722 INDICE GENERAL 723 727