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SENTENCIA NÚMERO:
En la ciudad de Córdoba, a los
once, siendo las
días del mes de
de dos mil
hs , se reúnen en audiencia pública,
los Sres. Vocales integrantes de la Sala Civil y Comercial del Tribunal Superior
de Justicia, Doctores Armando Segundo Andruet (h), Carlos Francisco García
Allocco y Domingo Juan Sesin, bajo la presidencia del primero, a fin de dictar
sentencia en los autos caratulados: "ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA
SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte.
"A" 06/10)", procediendo en primer lugar a fijar las siguientes cuestiones a
resolver:--------------------------------------------------------------------------------------PRIMERA CUESTIÓN: ¿Es procedente el recurso directo deducido por
la parte demandada?.-----------------------------------------------------------------------SEGUNDA CUESTIÓN: En su caso, ¿Es procedente el recurso de
casación por el motivo del inc. 1°, art. 383 del CPCC?.-------------------------------TERCERA CUESTIÓN: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?.---Conforme al sorteo que en este acto se realiza, los Sres. Vocales votan en
el siguiente orden: Dres. Armando Segundo Andruet (h), Carlos Francisco García
Allocco y Domingo Juan Sesin.-----------------------------------------------------------A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL,
DOCTOR ARMANDO SEGUNDO ANDRUET (h), DIJO:---------------------I. El demandado -Dr. José Manuel De La Sota-, a través de apoderados,
interpone recurso directo en autos: "ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO-" (Expte.
"A" 06/10)", en razón de que la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial
de Séptima Nominación de esta ciudad le denegó el recurso de casación
motivado en el inc. 1° del art. 383 del CPCC (Auto Interlocutorio N° 3 del 02 de
febrero de 2010), oportunamente interpuesto en contra de la Sentencia número
ciento cuarenta y nueve de fecha veintinueve de septiembre de dos mil nueve y
su Auto aclaratorio número seiscientos uno de fecha veintisiete de octubre de dos
mil nueve.------------------------------------------------------------------------------------Radicadas las actuaciones ante esta Sede extraordinaria, dictado y firme el
decreto de autos (fs. 58), queda la causa en estado de dictar resolución.------------II. Los agravios vertidos contra el auto denegatorio, en lo que interesa al
presente decisorio, admiten el siguiente compendio:----------------------------------Afirma el recurrente que la Cámara A-quo denegó de modo simplista,
infundado, arbitrario y con notoria ligereza el recurso de casación por él
articulado. En tal sentido, expresa que el Mérito ha utilizado un cliché, alegando
que el recurso trasunta una mera discrepancia de parte interesada con lo decidido
por el tribunal.-------------------------------------------------------------------------------Manifiesta que en la repulsa no se explicita porqué hay una mera
discrepancia sustancial con lo resuelto y no -como se proclama en el recurso
extraordinario- causales concretas de arbitrariedad, como así tampoco se trata la
impugnación por violación al principio de congruencia que fue expresamente
introducida en casación. Respecto de esto último -ausencia de consideración del
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
vicio de incongruencia alegado-, expresa que no puede válidamente afirmarse
que implique una mera discrepancia con lo decidido.---------------------------------Con referencia a la causal de arbitrariedad normativa alegada en el recurso
extraordinario, manifiesta que el Tribunal de Grado denegó el recurso en cuestión
esgrimiendo, sin fundamento alguno, que se pretendía revertir un error in
iudicando en sede casatoria.---------------------------------------------------------------Afirma a este respecto que el déficit apuntado no refiere a la configuración
de vicios in iudicando sino por arbitrariedad normativa, ya que la sentencia
carece totalmente de respaldo normativo.-----------------------------------------------Manifiesta además que el cliché utilizado por el Grado para denegar el
recurso de casación no tiene motivación suficiente y se asienta en la sola
voluntad del juzgador disociada de la realidad fáctica y normativa, con insalvable
detrimento de su derecho de defensa y garantía del debido proceso.----------------III. Considero que prima facie concurren las condiciones formales, en
cuya virtud la ley habilita esta etapa extraordinaria.-----------------------------------En efecto, al margen de la configuración o no de los vicios denunciados,
lo cierto es que las cuestiones argumentadas por el quejoso (quebrantamiento del
principio de razón suficiente, violación del principio de congruencia, falta de
fundamentación legal y violación del principio de no contradicción) son de
naturaleza formal y atañen directamente a la estructura racional del fallo en
crisis, lo que abre la instancia casatoria articulada.------------------------------------Por ello corresponde conocer en el fondo la impugnación deducida (art.
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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407, primera parte, del CPCC).-----------------------------------------------------------Voto por la afirmativa a la primera cuestión planteada.-----------------------A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR CARLOS FRANCISCO GARCÍA ALLOCCO, DIJO:-------------Adhiero a los fundamentos brindados por el Señor Vocal Dr. Armando
Segundo Andruet (h). Por ello, compartiéndolos, voto en igual sentido a la
primera cuestión planteada.----------------------------------------------------------------A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR DOMINGO JUAN SESIN, DIJO:----------------------------------------Comparto los fundamentos expuestos por el Señor Vocal del primer voto.Así voto.------------------------------------------------------------------------------A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR ARMANDO SEGUNDO ANDRUET (h), DIJO:----------------------I. En mérito de la respuesta dada al primer interrogante debe declararse
mal denegado el recurso de casación y concederlo por esta vía.---------------------II. El acogimiento de la queja impone la restitución del depósito efectuado
en cumplimiento de lo dispuesto por el art. 89 de la ley 9704, que fuera condición
de su admisibilidad formal.----------------------------------------------------------------III. Interpuesto el recurso de casación en tiempo y forma, la impugnación
fue debidamente sustanciada, conforme al trámite que prevé el art. 386 del
CPCC, corriéndose traslado, el que fue evacuado por la parte actora (fs. 26/30
vta.).-------------------------------------------------------------------------------------------4
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
IV. El temperamento de los agravios que informan el recurso de casación
impetrado, admite la siguiente síntesis:--------------------------------------------------IV.1- Arbitraria condena a indemnizar dispuesta por el tribunal.
Fundamentación aparente. Violación de las reglas de la razón suficiente y de
la sana crítica racional. Fundamentación defectuosa:-----------------------------Afirma el recurrente que el Mérito proclama que ha incurrido en un
ejercicio abusivo del derecho a expresarse (art. 1071 del Cód. Civil), pero que no
explicita cuál era el pretendido límite interno en el caso concreto de dicho
derecho, ni menciona, si quiera, cómo y de qué manera ese límite fue
transgredido.---------------------------------------------------------------------------------Aduce que no hay una sola consideración del tribunal que permita inferir
cómo operó el abuso del derecho ni de qué manera fueron contradichos los fines
tenidos en cuenta por el legislador a la hora de reconocer el derecho objeto de
dicho abuso.----------------------------------------------------------------------------------Expresa que lo destacado tiene aún más relevancia si se tiene en cuenta
que el A-quo se ha enrolado en la doctrina que considera al abuso del derecho
como un factor de responsabilidad objetiva.--------------------------------------------Manifiesta que el Mérito ha calificado al acto -expresiones vertidas a la
prensa- de antifuncional de una manera dogmática, sin indicar en qué consistió
tal antifuncionalidad, y sin precisar cuál era el objeto y contenido del derecho en
cuestión y de qué manera el mismo fue transgredido.---------------------------------Sigue diciendo que lo dicho asume mayor relieve si se tiene en cuenta que
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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no se encuentra controvertido que lo declarado por el recurrente era verdad y que
ninguna falsedad ha existido en la información vertida a los medios, a lo que se
le debe agregar el hecho de que, como regla, una información verdadera no
transgrede en modo alguno los límites del derecho de informar.---------------------En suma, afirma que no se advierte en el decisorio ninguna
fundamentación del porqué del carácter pretendidamente abusivo de una
información que se ha reconocido como verdadera, ni se explica de modo
igualmente fundado las razones por las cuales se considera que ese proceder
incurre en el terreno del abuso del derecho.---------------------------------------------Destaca además que el fallo en crisis insinúa una supuesta falta de
actualidad de los hechos vertidos en el marco de su libertad de expresión y
opinión; pero que si esto fuese así cabrían dos objeciones mucho más graves que
formularle al decisorio: a) que se sustenta en un aspecto fáctico extraño a los
términos de la litis, ajeno a la demanda y a su contestación, y naturalmente a lo
que resultó objeto de controversia y de prueba, con lo que se violaría el principio
de congruencia; y b) que no precisa, porqué la información supuestamente
inactual sería injuriante o abusiva, quedando en la más absoluta orfandad
argumental el fundamento de la sentencia.----------------------------------------------Afirma que sostener que la protección constitucional de la libertad de
expresión baja cuando se trata de crítica del particular al gobernante y no al
revés, es absolutamente arbitrario y sólo encuentra sustento en la subjetividad del
A-quo. En este aspecto, refiere que lo público tiene ese carácter para todos, no
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
para una parte solamente y que en el caso, el conflicto se suscitó entre el
gobernador de la Provincia y un médico activista gremial, en el marco de
reivindicaciones públicas de carácter sectorial, lo que trasunta el interés de toda
la comunidad y torna viable que decrezcan los niveles de tutela del honor.--------Expresa que el Mérito ha violado el principio de no contradicción, por
cuanto no se puede afirmar que el debate es público para una parte del conflicto y
no lo es para la otra. Enfatiza que ambos protagonistas quedan atrapados, desde
el punto de vista de la libertad de expresión y de sus límites, por idénticos
principios.------------------------------------------------------------------------------------Insiste en que no hay que perder de vista que todo lo que dijo era cierto,
esto es, que el Dr. Altamirano había sido efectivamente sancionado por el
Colegio Médico.-----------------------------------------------------------------------------Respecto del argumento del A-quo en el sentido de que sus dichos fueron
expresados a destiempo, expresa que advierte una incongruencia con la
plataforma fáctica que ha conformado la litis. En tal sentido sostiene que en
ninguna parte de la demanda el pretensor asigna a las expresiones del demandado
el propósito de debilitar la propuesta colectiva desacreditándolo públicamente
como referente de otros profesionales de la salud.-------------------------------------Refiere que de la lectura de la sentencia en crisis resulta imposible inferir
en qué ha consistido la injuria, menos aún cómo y de qué manera operó la
pretendida transgresión de los límites reconocidos por el ordenamiento jurídico
(ejercicio antifuncional del derecho que se endilga a la parte demandada).---------
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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Denuncia el impugnante, además, que la Cámara ha incurrido en una
petición de principios, por cuanto termina tomando como premisa del
razonamiento la misma conclusión a la que quiere arribar. Así, aduce que el
decisorio comienza diciendo que su parte -Dr. De la Sota- ejerció
antifuncionalmente el derecho de expresarse y termina condenándola por ello, sin
indicar mínimamente cuál era el objeto, contenido y límites de ese derecho y de
qué manera operó su transgresión.--------------------------------------------------------IV.2- Falta de fundamentación legal. Arbitrariedad normativa:--------Destaca el impugnante que la sentencia en crisis incurre en el vicio de
arbitrariedad normativa en un doble aspecto, a saber: a) por haber aplicado a un
supuesto de responsabilidad por expresión de ideas y opiniones un estándar de
responsabilidad objetiva basada en la doctrina del abuso del derecho, con total
abdicación de su deber de juzgar la existencia de dolo o culpa en la conducta de
la parte demandada; y b) por haber rechazado arbitrariamente la exceptio
veritatis, considerándola inaplicable al caso de marras. Afirma que el Mérito ha
desechado esta defensa en base a argumentos puramente dogmáticos, teñidos de
subjetivismo y de valor aparente. Refiere que los hechos se produjeron en el
marco de un debate público, entre funcionarios públicos y sobre hechos
concernientes al ejercicio del cargo, y que el Código Penal (art. 111) permite la
defensa de la verdad cuando la imputación hubiere tenido por objeto defender o
garantizar un interés público actual, como sucedió en el caso de marras.-----------V. Así ensayada la crítica, corresponde ingresar al análisis de la misma.---8
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
Sin perjuicio de ello, adelanto criterio coincidente al propugnado por el
recurrente toda vez que -por los argumentos que a continuación se explayan- a mi
juicio se configuran los yerros formales denunciados.---------------------------------VI.
LA
CONCLUSIÓN
FINALMENTE
ASUMIDA
EN
LA
SENTENCIA EN CRISIS.---------------------------------------------------------------El órgano jurisdiccional de alzada decidió rechazar el recurso de apelación
deducido por la parte demandada y como consecuencia de ello, confirmar la
resolución de primer grado que hacía lugar a la demanda de daño moral por el
delito de injurias.----------------------------------------------------------------------------En sustento de tal imperium se desarrollaron diversos argumentos que
pueden compendiarse así: 1) En primer lugar, hizo suyo el argumento del primer
juez según el cual la causa de justificación invocada por la parte demandada en
su responde (libertad de expresión) no debe revelar una conducta abusiva ni
excesiva, como límite de su operatividad (art. 1071 del Cód. Civil), lo que a su
juicio ocurrió en la especie dado que -luego de haber llegado el gobierno y los
médicos en conflicto a un ciento por ciento de coincidencias- las manifestaciones
del entonces Gobernador de la Provincia –Dr. De la Sota-, aludiendo
directamente a una situación particular del Accionante -no al grupo de médicos-,
fueron totalmente innecesarias y excedidas en el ejercicio regular de un derecho.
Agregó que el desconcepto de uno de los médicos, como vehículo para la
aceptación pública de la idea en debate, luce inapropiado, parcial e innecesario y
que las expresiones del demandado fueron a destiempo y, derechamente,
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dirigidas a una cuestión personal del actor; 2) Advirtió que el actor –Dr.
Altamirano- no actuaba en el conflicto generado entre el Gobierno de la
Provincia y los médicos contratados en nombre propio sino representando a todos
los médicos, por lo cual no hacía falta un gran esfuerzo para concluir en el
sentido de que las declaraciones del gobernante tuvieron el propósito de debilitar
la propuesta colectiva desacreditando públicamente al “referente de los
profesionales de la salud” (quien planteaba el disenso en el ejercicio de esa
representación sectorial). También hizo propio el argumento explicitado por el
juez de primera instancia en cuanto a que el ataque personal no se subsume en el
interés superior de los ciudadanos a estar informados sobre los actos de gobierno.
Concluyó, en fin, que las manifestaciones del Dr. José Manuel de la Sota fueron
objetivamente injuriantes; 3) En relación al decrecimiento del umbral de
protección del derecho al honor en situaciones en que se debaten cuestiones de
gobierno e interés público, afirmó que el derecho de un gobernante para expresar
sus opiniones y argumentos (igual derecho que el ciudadano común), no le otorga
–a su vez- derecho para decir lo que se le antoja u ofender a otros. Que en
materia de libertad de expresión por su importancia pública y debido a las
consecuencias que sus pronunciamientos pueden acarrear, un gobernante tiene
más restricciones y responsabilidades que una persona corriente (arg. art. 902 del
Cód. Civil). En función de ello, juzgó correcto sostener que el umbral de
protección baja cuando se trata de la crítica del particular hacia el gobernante, no
al revés como lo pretende el demandado; 4) Expresó que -en su opinión- el acto
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
reputado lesivo debía ser subsumido en el abuso del derecho. A este respecto
destacó que el acto abusivo acarrea la responsabilidad civil de su autor por los
daños y perjuicios causados, siendo innecesaria la intención maléfica y aún la
negligencia o culpa del agente, para la calificación del acto antifuncional; que no
era imprescindible la atribución del acto a título de culpa o dolo para imponer
responsabilidad en este caso, como parecía sugerirlo la apelación; 5) En lo
atinente a la falta de examen de la “exceptio veritatis” o prueba de la verdad,
consideró que tanto el derecho penal como el civil tutelan, en principio, el honor
desde un punto de vista abstracto, sin condicionamiento a las particulares
circunstancias individuales; es decir, con abstracción de la realidad moral, social
o profesional del ofendido. Que lo afirmado resultaba del sistema legal sobre
admisibilidad de la exceptio veritatis (art. 111 del Cód. Penal vigente también en
la órbita civil), según el cual ella, por regla, se encuentra excluida en el delito de
injurias (citando doctrina y jurisprudencia) (vide fs. 5 vta./7 vta.).------------------VII. LA FALTA DE FUNDAMENTACIÓN LÓGICA Y LA
MOTIVACIÓN APARENTE AL ANALIZAR LA PRETENDIDA BAJA
DEL NIVEL DE PROTECCIÓN DEL DERECHO AL HONOR FUNDADA
EN QUE LOS DICHOS FUERON VERTIDOS EN EL ÁMBITO DE UN
DEBATE PÚBLICO. OMISIÓN DE
VALORAR
UNA
DEFENSA
DIRIMENTE.------------------------------------------------------------------------------VII.1.- El primer fundamento dado para confirmar el acogimiento de la
demanda de daño moral se endereza a poner de resalto que en el ejercicio de la
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libertad de expresión, el sujeto no puede revelar una conducta abusiva ni
excesiva (arg. art. 1071 del Cód. Civil), destacando que el hecho de que en el sub
judice la disputa entre los protagonistas había tomado estado público por referirse
a cuestiones de interés público no habilitaba al Gobernador a desacreditar a la
persona del actor, desde que el umbral de protección del derecho al honor baja
cuando se trata de la crítica de un particular hacia el gobernante y no a la
inversa.---------------------------------------------------------------------------------------VII.2.- Adelanto opinión en el sentido de que lo decidido a este respecto
por el A-quo viola el principio de razón suficiente.------------------------------------En efecto, lo decidido por el Mérito no constituye derivación razonada del
derecho vigente con aplicación a los hechos comprobados en la causa, pues los
argumentos desarrollados para estimar que la conducta del demandado puso de
manifiesto un obrar antifuncional, resultan objetables en razón de que omitió
valorar adecuadamente dos cuestiones trascendentales para la solución del
litigio.-----------------------------------------------------------------------------------------VII.3.- En primer lugar, me refiero a la defensa introducida por la parte
demandada en cuanto a que las expresiones fueron vertidas en el marco de un
"conflicto público" suscitado entre el Gobierno y los médicos contratados por el
estado provincial, quienes pretendían que no se llamara a concurso y fueran
designados de modo directo en planta permanente, entre otros reclamos
sectoriales.-----------------------------------------------------------------------------------A más de constituir un hecho notorio, es dable precisar que a lo largo del
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
iter procesal las partes fueron contestes en afirmar que en el primer semestre del
año 2006 se suscitó un debate público a partir de la decisión del Gobierno de la
Provincia de llamar a concursos para la incorporación de los médicos en el
estamento estatal del equipo de salud. Ello denota -a toda luces- que la cuestión
debatida en el ámbito político resultaba de interés público.---------------------------En relación a ello, cabe precisar que el Grado no analizó adecuadamente la
defensa introducida al momento de contestar la demanda y mantenida en grado
de apelación.---------------------------------------------------------------------------------En efecto, si bien el Mérito expresó que se trataba de un debate de interés
público como lo es la política de concursos adoptada para la elección de los
profesionales integrantes del equipo de salud (vide fs. 6 vta.), no dio una
razonada respuesta a la defensa (decrecimiento del umbral de protección del
derecho al honor) planteada por el recurrente de carácter dirimente, por su
vinculación al marco fáctico que involucra a los protagonistas, totalmente ajeno a
una disputa de tinte personal.--------------------------------------------------------------VII.4.- Por otro lado, la Alzada soslayó totalmente el argumento
esgrimido por la parte demandada referido a que se trataba de un debate público
entre dos personajes públicos: el Gobernador de la provincia –Dr. De la Sota- y
un médico que representaba los intereses sectoriales de un grupo de médicos
contratados del estado -Dr. Altamirano-.------------------------------------------------Más aún, en el temperamento de lo decidido se vislumbra que el Mérito ha
tratado al actor como un simple particular; esto es, pese a destacar en un primer
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momento que el Dr. Altamirano era un "referente de los profesionales de la salud
(quien planteaba el disenso en ejercicio de esa representación sectorial)" (sic. fs.
6) y "representante de los médicos" (sic. fs. 7 vta.), al momento de analizar la
pretendida baja del umbral de protección del derecho al honor -invocado
expresamente como agravio de apelación-, el órgano de Alzada se contradice
sosteniendo: "el ´umbral´ de protección baja cuando se trata de la crítica del
particular hacia el gobernante, no al revés como lo pretende el demandado" (sic.
fs. 7).------------------------------------------------------------------------------------------Como se aprecia claramente, pese a que en la decisión cuestionada se
afirma que el Dr. Altamirano era una persona pública, pues lideraba el sector
conocido como "Médicos autoconvocados" representando así los intereses
sectoriales de un grupo de profesionales de la salud contratados por el Estado,
luego en ocasión de tratar la cuestión referida al decrecimiento del límite de
protección del derecho al honor, lo asimila a una persona desconocida, esto es, le
resta el carácter de persona pública.------------------------------------------------------VII.5.- Sabido es que con relación a la libertad de expresión, las críticas al
ejercicio de la función pública no pueden ser sancionadas aun cuando estén
concebidas en términos causídicos, vehementes, hirientes, excesivamente duros o
irritantes (Conf. CSJN; Fallos: 308:789). Así, dicho razonamiento responde al
prioritario valor constitucional que busca resguardar el más amplio debate
respecto de las cuestiones que involucran a personalidades públicas o materias
de interés público, como garantía esencial del sistema republicano.---------------14
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
Es que la libertad de expresión sobre la conducta de personas públicas,
que aunque no pertenezcan al estamento estatal, manejan asuntos de relevancia
comunitaria, interesa no sólo para dar a conocer lo que se sabe sino también para
criticar, inclusive mediante comentarios eventualmente peyorativos (Conf.
ZAVALA DE GONZALEZ, Matilde, Resarcimiento de daños, 2c, Daños a las
personas [Integridad espiritual y social], edit. Hammurabi, pág. 460).--------------La crítica dentro de un debate público constituye un eficaz instrumento de
valoración de los asuntos de interés general, especialmente cuando ella se
canaliza a través de los órganos masivos de comunicación.--------------------------Por ello, se ha afirmado con tino que la protección del honor de los
funcionarios públicos tropieza con la necesidad de preservar ese derecho a la
crítica, inherente a toda sociedad democrática (ZAVALA DE GONZALEZ,
Matilde, ob. cit., pág. 461).----------------------------------------------------------------El Dr. Bidart Campos ha destacado: "El hombre público (no sólo el
´funcionario´ público estatalmente oficializado) no resigna su derecho al honor, a
la dignidad personal, a la privacidad; pero su misma exposición pública obliga a
usar parámetros parcialmente distintos a los comunes cuando aparece un posible
conflicto entre esos derechos suyos (nunca desprotegidos) y las libertades que
parecen rozarlos y herirlos (BIDART CAMPOS, Germán, "Esta vez tuvo razón
la libertad de expresión periodística", E.D. t. 138, pág. 694).------------------------La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha elaborado una doctrina
judicial según la cual el honor de los funcionarios públicos o de otras figuras de
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notabilidad pública, merece una protección "débil", menos intensa o rigurosa
que la que debe concederse a los simples particulares. Ello así, desde que la
aceptación de una función pública entraña un tácito sometimiento a la crítica de
los demás. El sujeto se coloca voluntariamente en una "vidriera", por tanto queda
sujeto a la inspección y contralor de los interesados en el manejo de los asuntos
de la comunidad (Cfr. ZAVALA DE GONZALEZ, Matilde, ob. cit., pág. 454).--En palabras del más alto tribunal de la Nación: "La protección del honor
de personas públicas debe ser atenuada cuando se discuten temas de interés
público, en comparación con la que se brinda a los simples particulares. Ello
así, por cuanto las personalidades públicas tienen un mayor acceso a los medios
periodísticos para replicar las falsas imputaciones y porque aquéllas se han
expuesto voluntariamente a su mayor riesgo [...] debe resguardarse el más
amplio debate respecto de cuestiones que involucran a tales personas, como
garantía esencial del sistema republicano democrático" (CSJN, 26/10/93, L.L.
1994-B-pág. 246).---------------------------------------------------------------------------Más recientemente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sentó un
importantísimo precedente en materia de libertad de prensa ("Patitó c Diario la
Nación"): "Cuando las opiniones versan sobre materias de interés público o
sobre la gestión de quienes desempeñan funciones públicas, y tal categoría
comprende la labor desempeñada (por el funcionario público), la tensión entre
los distintos derechos en juego -el de buscar, dar, recibir y difundir
informaciones u opiniones y el derecho al honor, a la dignidad y a la intimidad
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
de las personas- debe resolverse en el sentido de asignar un mayor sacrificio a
quienes tienen en sus manos el manejo de la cosa pública. Dicha doctrina se
funda en que las personalidades públicas tienen un mayor acceso a los medios
periodísticos para replicar las falsas imputaciones y en que aquéllas se han
expuesto voluntariamente a un mayor riesgo de sufrir perjuicio por noticias
difamatorias. Por otra parte, atiende de manera prioritaria al valor
constitucional de resguardar el más amplio debate respecto de las cuestiones
que involucran a personalidades públicas o materias de interés público, como
garantía esencial del sistema republicano. Ello obliga a un criterio estricto en la
ponderación de los presupuestos de la responsabilidad civil, pues lo contrario
conspiraría contra la formación de una opinión pública vigorosa, en razón de la
fuerza paralizadora y disuasiva de la obligación de resarcir" (Corte Suprema de
Justicia de la Nación, Caso "Patitó", publicado en Investigaciones 2008 - 1/2,
Buenos Aires, Secretaría de Investigación de Derecho Comparado de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, pág. 114/117).--------------------------------------Tal como ha sucedido en las jurisdicciones nacionales, el derecho a la
libertad de expresión ha sido considerado también como un derecho
particularmente relevante en los foros internacionales.--------------------------------La Corte Europea de Derechos Humanos ha sostenido que la libertad de
expresión constituye uno de los fundamentos esenciales de la sociedad
democrática, una de las condiciones primordiales para su progreso y para el
desarrollo de los hombres, destacando además que ello es así "...no sólo para las
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informaciones o ideas que son favorablemente recibidas o consideradas como
inofensivas o indiferentes, sino también para aquellas que chocan, inquietan u
ofenden al Estado o a una fracción cualquiera de la población" (Conf. Corte
Europea de Derechos Humanos, Caso "Handyside", Sentencia del 7 de diciembre
de 1976, Tribunal Europeo de Derechos Humanos, consid. 49; cit. Felgueras,
Santiago, "El derecho a la libertad de expresión e información en la
jurisprudencia internacional", 1° ed., Bs. As., Del puerto, 1998, nota 5; el
destacado es de mi autoría).---------------------------------------------------------------De esta manera, la libertad de expresión significa una condición necesaria
para la existencia de un debate público sobre asuntos políticos o de interés
general. Es por ello que aquellas expresiones que reseñen temas esencialmente
políticos, reciben un nivel de protección muy importante.----------------------------En el caso "Ligens", la Corte Europea ha señalado que los límites de la
crítica permitida son más amplios en relación a una persona pública [en el caso se
trataba de un político considerado como tal] que cuando se trata de un mero
particular: el primero, a diferencia del segundo, se expone, inevitable y
deliberadamente, a una fiscalización atenta de sus actos y gestos, tanto por los
periodistas como por la multitud de ciudadanos, y por ello tiene que mostrarse
más tolerante" (Conf.: Corte Europea de Derechos Humanos, Caso "Lingens vs.
Austria", Sentencia del 8 de julio de 1986, Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, consid. 42). En otro precedente, la Corte Europea destacó que la
libertad de expresión, preciosa para cualquier persona, lo es muy particularmente
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
para un elegido del pueblo: representa a sus electores, expone sus preocupaciones
y defiende sus intereses [en el caso se trataba de un parlamentario de la
oposición]; consiguientemente se impone al Tribunal aplicar el control más
estricto. En tal caso, la Corte descalificó la práctica de no permitir la prueba
de la verdad de las afirmaciones de hecho sobre asuntos de interés público
(Conf. Corte Europea de Derechos Humanos, Caso "Castells vs. España,
Sentencia del 23 de abril de 1992, consid. 42 y 48; cit. Felgueras, Santiago, ob.
cit., nota 9 y 11).----------------------------------------------------------------------------En similar inteligencia, la Corte Europea, analizando -como en los
anteriores precedentes- la cuestión a la luz del art. 10 del Convenio Europeo de
Derechos Humanos (llamado Pacto de Roma), destacó que cuando se debaten
públicamente temas de interés general, las restricciones a la libertad de expresión
son llamadas a una interpretación restringida (Corte Europea de Derechos
Humanos, Caso Muslum Gunduz vs. Turquía, Sentencia del 14 de junio de 2004,
consid. 43 y 51).-----------------------------------------------------------------------------A su turno, el Tribunal Constitucional de España tiene dicho que la
posibilidad del libre ejercicio de los derechos fundamentales a las libertades de
expresión e información garantiza la formación y existencia de una opinión
pública libre, ya que, al ser una condición previa y necesaria para el ejercicio de
otros derechos inherentes al funcionamiento de un sistema democrático, se
convierte, a su vez, en uno de los pilares de una sociedad libre y democrática
(Tribunal Constitucional de España, Sala II, sentencia del 25/2/2002, n° 52/2002,
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
19
en Investigaciones, 2001 - 3, Buenos Aires, Secretaría de Investigación de
Derecho Comparado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, 2002, pág.
410). Asimismo, y en lo que atañe al political speech (asuntos de relieve
público), el Tribunal constitucional español ha señalado que los titulares de
funciones públicas o implicados en asuntos de relevancia pública "están
obligados, por ello, a soportar un cierto riesgo de que sus derechos subjetivos de
la personalidad resulten afectados por opiniones o informaciones de interés
general, pues así lo requieren el pluralismo político, la tolerancia y la
exposición de apertura, sin los cuales no existe sociedad democrática" (STC,
sentencia 107/1988; fallo cit. por Solozabal Echevarría, Juan José, "Acerca de la
doctrina del tribunal constitucional en materia de libertad de expresión", Revista
de Estudios Políticos (Nueva Época), num. 77, julio-sep. 1992).--------------------En el ámbito interamericano, en relación a los dichos vertidos en el terreno
de los debates políticos o sobre cuestiones de interés público, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en el conocido fallo "Herrera Ulloa vs.
Costa Rica", ha sostenido: "El control democrático, por parte de la sociedad a
través de la opinión pública, fomenta la transparencia de las actividades
estatales y promueve la responsabilidad de los funcionarios públicos sobre la
gestión pública, razón por la que debe exigir un mayor margen de tolerancia
frente a afirmaciones y apreciaciones vertidas en el curso de los debates
políticos o sobre cuestiones de interés público" (C.I., 02/07/04, "Herrera Ulloa
Mauricio c. Costa Rica", LA LEY, 2005-B 497, Considerando nro. 127. En
20
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
idéntico sentido se puede consultar el caso "Ricardo Canese vs. Paraguay",
Sentencia del 31 de agosto de 2004, consid. Nro. 97; citado por García Ramírez Gonza, La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, 2007, Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal, México, pág. 20).-----------------------------------------------------------------Expresó además el organismo supranacional que el acento de este
umbral diferente de protección no se asienta en la calidad del sujeto, sino en
el carácter de interés público que conllevan las actividades o actuación de
una persona determinada. Señaló que aquellas personas que influyen en
cuestiones de interés público, se han expuesto voluntariamente a un escrutinio
público más exigente y, consecuentemente, se ven expuestos a un mayor riesgo
de sufrir afrentas, ya que sus actividades salen del dominio de la esfera privada
para insertarse en la esfera del debate público (Conf. Considerando nro. 129,
fallo cit.; en esta misma tónica, puede consultarse: CIDH, Caso "Palamara
Iribarne vs. Chile", Sentencia del 22 de noviembre de 2005, Serie C., N° 111,
consid. 83).-----------------------------------------------------------------------------------En idéntica línea, la Comisión Interamericana afirmó: "...en una sociedad
democrática, las personalidades políticas y públicas deben estar más expuestas y no menos expuestas- al escrutiño y la crítica del público [...] Dado que estas
personas están en el centro del debate público y se exponen a sabiendas al
escrutiño de la ciudadanía, deben demostrar mayor tolerancia a la critica"
(Comisión
Interamericana
de
Derecho
Humanos,
"Informe
sobre
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
la
21
compatibilidad entre las leyes de desacato y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos"; el destacado es mío).---------------------------------------------De esta manera, el adecuado ejercicio de la libertad implica una tolerancia
mayor hacia las expresiones que se emiten en circunstancias o sobre asuntos
que poseen gran relevancia social.--------------------------------------------------------Por ello, es diferente el umbral de protección del derecho al honor, esto es,
la crítica legítima y admisible que rige en el caso de los funcionarios públicos o,
en general, de las personas que ejercen o aspiran a ejercer funciones de interés
público en relación a la generalidad de los ciudadanos, que no se hallan en esa
situación. Es que -como ya vimos- en el marco del debate público, el margen de
aceptación y tolerancia a las críticas por parte del propio Estado, de los
funcionarios públicos, de los políticos e inclusive de los particulares que
desarrollan actividades sometidas a la consideración de la comunidad en
general, debe ser mucho mayor que el de los particulares y se debe aplicar un
umbral diferente de protección (Conf. Corte Interamericana de Derechos
Humanos, Caso "Ricardo Canese vs. Paraguay", Sentencia del 31 de agosto de
2004, consid. Nro. 98 y 103; citado por García Ramírez - Gonza, "La libertad de
expresión...", ob. cit., pág. 52).------------------------------------------------------------VII.6.- Con estos antecedentes, estimo que el Mérito no debió soslayar
que las manifestaciones pretendidamente injuriosas se produjeron en el marco de
una contienda política donde se debatía, entre otras cuestiones atinentes a los
trabajadores de la salud pública, el llamado a concurso de cargos para ingresar a
22
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
la planta permanente de los médicos del estado provincial.---------------------------Es que, en aras a la pacificación y concordia que en última instancia debe
inspirar la solución adecuada de los conflictos sometidos a la decisión de los
jueces, se debió ponderar adecuadamente el escenario en el que transcurrieron los
hechos y las calidades que revestían los dos protagonistas del conflicto.-----------Digo esto, desde que el marco del enfrentamiento gremial fue sólo
tangencialmente rozado por el Mérito y debido a la índole del hecho generador
de la responsabilidad que se endilga al recurrente en la sentencia en crisis, no
podía ser sesgado para fallar la causa.---------------------------------------------------Como se aprecia claramente, la cuestión de la política a seguir en lo
atinente a los concursos públicos se trataba de un tema urticante sometido a
debate, con tomas de posición en las que no se descarta que campeen ríspidos
enfrentamientos y disputas de orden político y gremial entre los protagonistas de
la contienda.---------------------------------------------------------------------------------Como consecuencia de ello, los fundamentos empleados por la Alzada
para llegar a la conclusión de que hubo abuso del derecho y desechar la
pretensión de reducir los niveles de protección del derecho al honor, son
objetables desde el punto de vista lógico.-----------------------------------------------VII.7.- Nótese al respecto que los dos fundamentos brindados por la
Cámara, resultan inválidos.----------------------------------------------------------------A) El primero al que hago referencia es el que destaca que "el ataque
personal no se subsume en el interés superior de los ciudadanos a estar
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
23
informado sobre los actos de gobierno" (vide fs. 6).----------------------------------Pero es del caso, que se debió valorar -más allá de si las expresiones
hacían o no al interés público- que los dichos informados por la prensa habían
sido vertidos en el marco de una contienda de carácter político-gremial en la cual
sí estaba interesada la comunidad toda y por tanto, el pretendido decrecimiento
de los niveles de la protección del derecho al honor debía por lo menos ser
valorado en todas sus dimensiones.------------------------------------------------------B) El segundo argumento, es el referido a que no bajó el umbral de
protección del derecho amparado, debido a que se trataba de una crítica de un
gobernante dirigida en contra de un particular y no al revés (vide fs. 7).-----------A dicho fundamento cabe objetar que el Dr. Altamirano no es un simple
particular, sino que a partir de haber asumido la representación de los médicos
contratados, se había convertido en una persona pública a la cual -contrariamente
a lo sostenido por la Cámara- sí le era aplicable la doctrina sobre la protección
"débil" de funcionario público que -tal como lo he evidenciado más arriba- es
aplicable a todo aquél sujeto que cobra notoriedad pública al inmiscuirse en
cuestiones atinentes a la marcha de la sociedad. En función de ello, el Mérito
debió explicar fundadamente porqué la defensa esgrimida por la parte demandada
no era de recibo, cosa que no hizo.-------------------------------------------------------En efecto, el parámetro con que el Mérito juzgó la posibilidad de invocar
el debilitamiento de la protección del derecho al honor patentiza que se ha
incurrido en violación a las máximas de la experiencia.-------------------------------24
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
Nótese sobre el punto que se ha tratado al actor como un ciudadano
común, marcando un desnivel en la confrontación con el entonces Gobernador de
la Provincia que no se condice con la realidad de los hechos.------------------------Así, y toda vez que el Dr. Altamirano también revestía la condición de
persona pública con una revelada influencia entre los profesionales de la salud
(según el Mérito el actor representaba los intereses de un sector cual es el de los
médicos contratados del estado), no puede válidamente afirmarse -como lo hace
la sentencia en crisis- que el mismo -actor- era un simple particular sin ningún
otro tipo de connotación.-------------------------------------------------------------------En este aspecto, el decisorio se encuentra sólo aparentemente fundado, al
no haberse fallado conforme las pautas de la sana crítica racional (arg. art. 327,
segundo párr. del C.P.C.C.).---------------------------------------------------------------VII.8.- Resultando violatorios del principio de razón suficiente los
argumentos bajo la lupa, los mismos devienen inhábiles para dar fundamento
suficiente a lo resuelto.---------------------------------------------------------------------VIII. LA CONTRADICCIÓN EXISTENTE EN EL ARGUMENTO
DIRIGIDO A FUNDAMENTAR EL EXCESIVO EJERCICIO DEL
DERECHO DE EXPRESAR LAS IDEAS.------------------------------------------VIII.1.- El Tribunal A-quo afirma en la sentencia cuestionada que las
manifestaciones vertidas por el demandado fueron objetivamente injuriantes por
cuanto tuvieron como finalidad debilitar la propuesta colectiva de los médicos
autoconvocados (vide fs. 6).----------------------------------------------------------------
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
25
Adelantando opinión, vislumbro en este aspecto del resolutorio falta de
fundamentación lógica, por haberse violado el principio de "no contradicción".--VIII.2.- Sabido es que para ser eficaz, la motivación de la sentencia debe
ser lógica y legal. Para cumplir con tal imperativo motivacional y para que consecuentemente- la resolución judicial alcance el grado de acto jurisdiccional
válido, es menester -entre otras cosas- que el razonamiento sentencial plasmado
en el pronunciamiento respete las reglas y las leyes que rigen los pensamientos.-Se advierte entonces que si la fundamentación que justifica la conclusión
judicial violenta los principios lógicos clásicos, es inválida.-------------------------Uno de los principios esenciales que rigen el pensamiento, y que -por
tanto- ha de ser observado por la Magistratura al sentenciar, es el de no
contradicción. Este principio lógico clásico se enuncia como nada "puede ser y
no ser al mismo tiempo", y en el ámbito de los conceptos se lo caracteriza
sosteniendo que "no se puede afirmar y negar juntamente una misma cosa de un
mismo objeto".-------------------------------------------------------------------------------VIII.3.- Ahora bien, como se verá a seguir, la serena lectura de la
resolución bajo anatema y -particularmente- el argumento tendiente a poner de
resalto que hubo una conducta injuriosa conjugado con el enderezado a explicitar
un exceso en el ejercicio del derecho de opinión, patentiza que se ha incurrido en
violación al principio de no contradicción.----------------------------------------------A los fines de justificar acabadamente tal conclusión basta con
desmenuzar el pronunciamiento impugnado:-------------------------------------------26
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
VIII.4.- El órgano jurisdiccional de alzada afirma que ha existido un
abuso del ejercicio regular de un derecho vinculado con la obligación del
Gobernador de defender el cumplimiento de la ley, desde que luego de haber
llegado el gobierno y los médicos en conflicto a un ciento por ciento de
coincidencias, las manifestaciones del Dr. De la Sota fueron totalmente
innecesarias e inapropiadas (vide fs. 5 vta. y 7 vta.).----------------------------------VIII.5.- Como se anticipara, en los argumentos dados por el a quo para
justificar la configuración de la injuria, se puso especial énfasis en que "... las
declaraciones del gobernante tuvieron el propósito de debilitar la propuesta
colectiva desacreditando públicamente al ´referente de los profesionales de la
salud´ (quien planteaba el disenso en ejercicio de esa representación sectorial).
Da la impresión de que el demandado usó como arma la cuestión personal del
Dr. Altamirano para atacar y degradar la prédica de los profesionales
contratados..." (sic. fs. 6, el destacado me pertenece).--------------------------------VIII.6.- El simple cotejo del tenor de lo resuelto en las oportunidades
antes indicadas, patentiza el quiebre lógico en el razonamiento judicial, ya que no
puede -sin lesionarse el principio de no contradicción- sostenerse que las
manifestaciones vertidas por el entonces Gobernador de la Provincia fueron a
destiempo debido a que, en el momento de expresarse, el asunto estaba ciento por
ciento superado y -juntamente, y sin explicación de la diversidad de trato- que las
mismas declaraciones han tenido el propósito de debilitar la propuesta colectiva
de los médicos contratados.-----------------------------------------------------------------
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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En otras palabras, existe una contradicción en el resolutorio por cuanto
primero el Grado hace suyo el argumento del primer juez según el cual la
intención de desacreditar al actor ha quedado demostrada desde que al momento
en que expresó sus dichos, el gobierno y los médicos en conflicto ya habían
llegado a un acuerdo y luego -sin explicación de ninguna índole- afirma que los
dichos del Gobernador fueron objetivamente injuriantes porque no tuvieron como
finalidad dar a publicidad una cuestión en la que se encuentra involucrado el
interés público sino debilitar la propuesta colectiva y desalentar el debate
suscitado en el conflicto.-------------------------------------------------------------------Como se aprecia, no se explica porqué si antes de la publicación del
comentario practicado por el demandado a la prensa las partes en conflicto ya
habían llegado a un acuerdo, como es que al mismo tiempo los dichos del
Gobernador pudieron tener como objetivo desalentar el debate y debilitar la
propuesta, cuando la contienda ya habría sido superada íntegramente.-------------VIII.7.- Siendo contradictorios los argumentos por los cuales se juzga las
dos caras de la misma moneda; esto es, la configuración de la injuria y el exceso
del ejercicio del derecho de expresión, los mismos resultan inhábiles para dar
fundamento suficiente a lo resuelto.------------------------------------------------------IX.-
EL
DOGMATISMO
PUESTO
DE
MANIFIESTO
AL
MOMENTO DE APLICAR LA TEORÍA DEL ABUSO DEL DERECHO.--En la opinión del Mérito, el caso debía subsumirse en la teoría del abuso
del derecho, la cual -afirma- conducía a igual conclusión de responsabilidad que
28
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
la establecida por el juez de primera instancia. Así destacó: "Es sabido que el
acto abusivo acarrea la responsabilidad civil de su autor por los daños y
perjuicios causados, incluido no sólo el daño material sino también el moral
[...], siendo innecesaria la intención maléfica y aun la negligencia o culpa del
agente, para la calificación del acto antifuncional [...]. En síntesis, no es
imprescindible la atribución del acto a título de culpa o dolo para imponer
responsabilidad en este caso, como parece sugerirlo la apelación. Por lo cual,
resulta innecesaria cualquier otra consideración al respecto" (sic., fs. 7).--------Como se ve, el Mérito funda la responsabilidad de la parte demandada en
el factor de atribución "abuso del derecho", inclinándose por la doctrina que
entiende que este factor de atribución de responsabilidad es objetivo.--------------Sin embargo, a este argumento caben practicarle las siguientes
objeciones.-----------------------------------------------------------------------------------IX.1.- En primer lugar, resulta necesario poner de resalto que es unánime
la doctrina en afirmar que el instituto en cuestión es un remedio sumamente
excepcional, que las partes y el juzgador deben interpretar restrictivamente,
porque el principio sigue siendo que el daño inferido en el ejercicio de un
derecho se encuentra justificado (ver por todos: KEMELMAJER DE
CARLUCCI, Aída, "Comentario al art. 1071", en BELLUSCIO, Augusto (dir.),
"Código Civil y leyes complementarias", Edit. Astrea, Bs. As., 1984, pág. 54;
BORDA, Guillermo, Tratado de Derecho Civil -Parte General-, t. I, edit. La Ley,
2008, pág. 53; TRIGO REPRESAS, Felix A.-LOPEZ MEZA, Marcelo J.,
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
29
Tratado de la Responsabilidad Civil, edit. La Ley, Tomo I, pág. 299/301 ; y
LÓPEZ HERRERA, Edgardo, Teoría de la Responsabilidad Civil -Abuso del
Derecho-Daños y Perjuicios-, 2006, Cit.: Lexis N° 7004/004573).------------------En efecto -y atendiendo especialmente al carácter excepcional del instituto
bajo análisis-, se vislumbra inmotivación en el decisorio en cuestión por cuanto
no se ha explicado razonadamente el iter lógico que conduce al Mérito para
arribar a la conclusión de que en el subcase corresponde aplicar el factor de
atribución de la responsabilidad indicado; el Mérito guarda absoluto silencio al
respecto.--------------------------------------------------------------------------------------IX.2.- Por otro lado, sabido es que la noción de derecho subjetivo es un
presupuesto lógico necesario para la construcción de la teoría del abuso del
derecho. El denominado "abuso del derecho", según la doctrina imperante, opera
como límite impuesto al ejercicio del derecho subjetivo (Conf. FERNÁNDEZ
SESSAREGO, Carlos, "Abuso del derecho", edit. Astrea, pág. 22).----------------En efecto, una persona obra abusivamente cuando ejerce indebida o
irregularmente los derechos subjetivos que el ordenamiento jurídico le otorga.---Siguiendo estas pautas rectoras, se puede predicar que en el caso, el
decisorio criticado no explica adecuadamente porqué una información referida a
una sanción impuesta por el Tribunal de Ética del Consejo de Médicos que debe
ser publicada por imposición legal -como desarrollaremos in extenso más abajo
(vide X.4 del considerando)-, configuraba un ejercicio abusivo del derecho
subjetivo de expresar las ideas y opiniones del entonces Gobernador de la
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
Provincia -Dr. De la Sota-; máxime cuando sus dichos fueron -como hemos
visto- vertidos en el ámbito de un debate público-político.---------------------------IX.3.- Más aún, ni siquiera se explicita en la decisión opugnada cuáles
fueron los límites que se sobrepasaron y porqué la conducta asumida por el
recurrente -Dr. De la Sota- debía ser calificada de antifuncional, particularmente
por cuanto el nombrado repite parcialmente un hecho reproducido en una
resolución del Consejo Médico que según la ley debe ser publicado (ver punto
X.4 y X.5 del considerando).--------------------------------------------------------------En este sentido, en mi opinión el decisorio en crisis carece de fundamento
para imputar responsabilidad civil al recurrente, a la vez que se funda en
consideraciones meramente dogmáticas, ya que no explica adecuadamente
porqué se habría configurado uno de los presupuestos de la responsabilidad civil
cual es el factor de atribución.-------------------------------------------------------------IX.4.- Sin perjuicio de ello, cabe precisar -siguiendo a calificada doctrinaque este instituto (abuso del derecho) constituye una formidable y eficaz
herramienta para dar solución a aquellas situaciones derivadas de un anormal
ejercicio de un derecho propio, permitiendo a la magistratura resolver
situaciones especiales, no resueltas por normas expresas. Es que este tipo de
dispositivos dentro del Código, permitió siempre a la jurisprudencia dar
respuestas a situaciones no previstas. Así, lo susceptible de lesión o agravio en el
caso del uso abusivo de un derecho no son aquellos intereses humanos que la ley
reconoce expresamente y protege directamente a través de derechos subjetivos.
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
31
Tratándose del abuso del derecho, por el contrario, lo que es objeto de lesión son
intereses que no están tutelados por norma jurídica específica (Conf.
FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos, "Abuso del derecho", edit. Astrea, pág. 22;
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída (dir.)-BUERES, Alberto J. (dir.),
Responsabilidad por daños en el tercer milenio (homenaje a Atilio A. Alterini) Abuso del Derecho-; 1997; Cit. Lexis N° 1010/011612; BORDA, Guillermo,
Tratado de Derecho Civil -Parte General-, edit. La Ley, 2008, t I, pág. 53).-------En función de ello, a mi juicio el Mérito debió demostrar discursivamente
porqué entendía aplicable el art. 1071 Cód. Civil que -como hemos visto- se
aplica ante la falta de norma expresa y no el art. 1089 del mismo plexo normativo
que prevé la figura de las injurias y las calumnias -en sede civil-, con otros
requisitos y otro factor de atribución de responsabilidad.-----------------------------Es que una sentencia, para ser válida, debe expresar el derecho que rige el
caso, razonablemente derivado del ordenamiento jurídico. A su vez, se debe
descalificar como acto jurisdiccional a la sentencia que carece de motivación,
vale decir, la que excluye la consideración de las disposiciones esenciales para la
solución de la causa (o de la doctrina y jurisprudencia), como la que se limita a
citar dispositivos legales sin expresar los fundamentos de su adecuación al caso
concreto (Cfr.: CSJN; Fallos: 291:378; 292:623; cit. por SAGÜES, Néstor Pedro,
"El recaudo de la fundamentación como condición de la sentencia constitucional;
E.D. t. 97, pág. 947).------------------------------------------------------------------------En la misma línea, y tal como lo hemos sostenido antes que ahora, para la
32
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
validez de la fundamentación de una sentencia, resulta menester que la misma
pueda ser sometida -y supere exitosamente- lo que hemos dado en denominar el
“test de multicoherencia”, mediante el cual se verifique que el Tribunal ha
comprendido razonablemente “la realidad normalmente vivida y apreciada
conforme a los criterios colectivos vigentes en una sociedad históricamente
determinada” (ANDRUET, Armando S., Teoría General de la Argumentación
forense, Alveroni, Cba., 2003, p. 160). Conforme tal criterio de coherencia, no
basta con que el decisorio cuente con la mera indicación de los argumentos
jurídicos que entiende aplicables, sino que -además- debe procurar que el
imperium al que arriba resulte coherente con los contornos sociales en los cuales
él se introduce, con particular ponderación de sus efectos mediatos e incluso
remotos.--------------------------------------------------------------------------------------IX.5.- Por lo expuesto, resulta patente que este argumento tampoco reviste
andamiento necesario para fundar la sentencia en crisis.------------------------------X. INMOTIVACIÓN AL DESECHAR EL AGRAVIO REFERIDO A
LA FALTA DE EXAMEN DE LA EXCEPTIO VERITATIS.------------------X.1.- En lo concerniente al agravio referido a la falta de examen de la
"exceptio veritatis", el Mérito destacó que la misma se encontraba excluida, por
regla, en el delito de injurias y como único fundamento la cita de doctrina y
jurisprudencia, pero sin otra explicación y sin siquiera transcribirla en el fallo ni
explicar -de modo alguno- porqué es aplicable al sub judice.------------------------Autores de la talla de Rafael Bielsa, Alberto G. Spota, Clemente Díaz y
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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Miguel A. Passi Lanza, entre otros, explican que la mera remisión a otros fallos
judiciales, para motivar una sentencia, es una fundamentación incompleta, ya que
la sentencia judicial debe ser un acto autosuficiente (cit. SAGÜES, Néstor Pedro,
"El recaudo de la fundamentación...", ob. cit., pág. 949).-----------------------------X.2.- Por otro lado, es dable precisar que este Alto Cuerpo tiene dicho que
entre las diversas normas que regulan la actividad del juzgador, las de mayor
trascendencia –por su vinculación inmediata con los intereses en litigio- son
aquéllas que imponen el deber de fundamentar lógica y legalmente las decisiones
jurisdiccionales.-----------------------------------------------------------------------------Esta exigencia legal de fundamentar el acto sentencial consiste en
manifestar el por qué de una decisión, en otorgar las razones que –de un modo
suficiente- justifican la conclusión a la que el juzgador arriba en última
instancia.-------------------------------------------------------------------------------------Así, el principio de verificabilidad es aquel que prescribe la necesidad de
que la motivación judicial sea expresada de un modo tal que pueda ser
“verificada”. Es decir, los fundamentos deben ser manifestados de manera clara,
precisa y coherente a fin de que las partes puedan comprender -fácilmente- las
razones que sustentan lo resuelto, lo que veda toda formulación oscura, vaga,
ambigua o contradictoria.------------------------------------------------------------------Por su parte, el principio de racionalidad importa que el acto sentencial sea
fruto o producto de un acto de razón, y por lo tanto veda toda posibilidad de
decisión arbitraria, aún en lo formal. Ello así, conforme a este principio, la
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
fundamentación judicial debe observar y acatar los criterios de forma y de
contenido establecidos por la lógica y la experiencia cotidiana, procurando que el
iter del razonamiento efectuado para alcanzar la conclusión resolutiva sea
“transparente”, es decir refleje o patentice los pasos seguidos en el razonamiento
realizado (Cfr.: TSJ, Sala C.C., in re "Fisco de la Provincia de Córdoba c/ Renzo
Toschi -Apremio-Recurso de Casación-", A.I. N° 191 del 29/07/03).---------------X.3.- La aplicación de estas pautas rectoras al segmento sentencial que
atañe a la exceptio veritatis, me lleva a responder afirmativamente a los agravios
casatorios, por ser defectuosa e insuficiente la motivación de este acápite del
pronunciamiento recurrido.----------------------------------------------------------------Para comprender tal afirmación basta con la sola lectura del último párrafo
del fallo en crisis (fs. 7/7 vta., en donde el a-quo trata la defensa en cuestión), del
cual surge evidente que las citas -que ni siquiera están compendiadas- no resultan
ser una derivación lógica de la cuestión debatida siendo imposible seguir el
itinerario de su razonamiento, ni dan respuesta que justifique la conclusión
jurídica a la que se arriba sobre el punto.------------------------------------------------Es que el Grado estima que la prueba de la verdad se encuentra excluida por regla- en el delito de injurias (art. 111 del Código Penal). Pero es del caso,
que la directriz citada establece tres excepciones, supuestos en los cuales si se
probare la verdad de la imputación, el acusado (rectius: demandado) quedará
exento de pena (rectius: responsabilidad). En lo que al presente caso interesa, la
prueba de la verdad es posible si "la imputación hubiere tenido por objeto
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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defender o garantizar un interés público actual" (art. 111, inc. 1° del Cód. Penal
vigente a la fecha de los hechos -nótese a este respecto que por ley 26.551 del
2009 la mentada directriz fue reformada-).----------------------------------------------A ello cabe agregar que el art. 1089 del Código Civil (que regula
específicamente en materia de responsabilidad civil al delito de injurias),
establece que el derecho indemnizatorio por injuria o calumnia sólo existe
cuando "...el delincuente no probare la verdad de la imputación", lo que
evidencia que la ley civil no hace distinción alguna entre injurias y calumnias.---En función de ello, a mi juicio se debió explicitar en el resolutorio en
crisis por lo menos porqué la postura asumida se evidenciaba como la más
correcta. Máxime cuando existe incluso doctrina que pregona una mayor
amplitud para la exceptio veritatis en sede civil (Conf.: CAMMAROTA,
Antonio, Responsabilidad Extracontractual -Hechos y actos ilícitos-, edit.
Depalma, tomo 1, pág. 214; y GHERSI, Carlos A. - TURJANSKI, Jorge –
ROMERA TANEDA, Diana – CARCAMO, Estela, “La no frustración de la
indemnizabilidad”, en Ilicitud e indemnización, ed. Jorge Alvarez, Bs. As., 1988,
Boffi Boggero, Luis M., voz Injuria, en "Enciclopedia Jurídica Omeba", t. XV, p.
878, Salvat-Acuña Anzorena, IV, n°2768, texto y nota 10 j, citados por
Belluscio-Zannoni, Código Civil y leyes complementarias, comentado, anotado y
concordado, edit. Astrea, pág. 248, nota nro. 43).--------------------------------------Con estos antecedentes, entiendo que lo decidido por la Cámara se trata de
una aserción dogmática que no desarrolla con arreglo al caso concreto, las
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
razones que la fundamentan.--------------------------------------------------------------No suple esa falta de fundamentos la enunciación de citas doctrinarias y
jurisprudenciales que avalarían el dispositivo adoptado.------------------------------Nótese que tales opiniones no han sido siquiera desarrolladas, a lo que
cabe adunar que no se ha indicado en ningún momento que las pautas teóricas
citadas se adecuen o no al caso concreto sometido a juzgamiento.------------------Finalmente, y como conclusión carente de todo antecedente concreto que
la sustente, se rechaza la posibilidad de probar la veracidad de los dichos para
eliminar la antijuridicidad al acto.--------------------------------------------------------Esto evidencia que, más allá de la corrección sustancial o no de la
solución a la que se arribó, lo cierto es que el rechazo de la defensa opuesta por la
parte demandada en su responde y mantenida en grado de apelación carece de
una fundamentación sentencial suficiente que de razones que justifiquen su
rechazo.---------------------------------------------------------------------------------------X.4.- De otro costado, cabe precisar también que la Alzada se sustentó en
apreciaciones puramente dogmáticas para excluir la prueba de la verdad, en tanto
omitió considerar puntualmente que las expresiones vertidas a la prensa fueron
un recordatorio parcial de una sanción publicada por expresa disposición legal
(arts. 22 inc. b) y 22 inc. e), Lp. 4853), lo que -por otro lado- contradice lo
sostenido por la Cámara en el sentido de que la parte demandada habría revelado
un secreto. En consecuencia, el a-quo debió brindar argumentos acabados de
porqué, aún siendo ello así, la conducta del demandado debía calificarse como
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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adversa al ordenamiento jurídico.---------------------------------------------------------Asimismo, se prescindió -sin brindar fundamento alguno- de que el hecho
imputado configura un antecedente profesional y que si el trabajador de la salud
aspira a ingresar a la Administración Pública, no cabe otra solución que
presentarlo en el concurso público, porque es uno de los requisitos de la ley que
rige la materia (arts. 14, 15, 44, 49, Lp. 7625 y Anexo I del decreto reglamentario
5640/88, reglamentación de los arts. 15 inc. 2° y 5° y 49 inc. b).--------------------X.5.- Por último, es dable destacar que -tal como lo sostiene el
casacionista- el decisorio en crisis no ha brindado razones acabadas para rechazar
el agravio exhibido en grado de apelación, referido a que la tutela jurídica del
honor debe ser enmarcada dentro del contexto del interés social que determina
que aquél no resulte indistinto, indiferenciado e igual en todos los casos. Al
respecto, el recurrente había expresado que sostener que toda persona tiene
derecho al honor no importa admitir que todos los hombres lo tengan
cuantitativamente en igual medida o proporción.---------------------------------------A) La sola lectura de la sentencia cuestionada me lleva a la conclusión de
que este argumento introducido en grado de apelación no ha sido debidamente
contestado.-----------------------------------------------------------------------------------Sabido es que se violenta el principio de razón suficiente ante la falta de
respuesta a algún argumento dirimente contenido en la expresión de agravios
(Cfr.: TSJ, Sala C.C., A.I. N° 8 del 03/02/05).------------------------------------------En esa dirección, cabe predicar que la falta de tratamiento explícito del
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
agravio esgrimido por el quejoso, autoriza a tener por configurado el vicio formal
que se enrostra al pronunciamiento en crisis, toda vez que la resolución no otorga
respuesta a tal cuestión, privando al casacionista del conocimiento de las razones
que enervaron su pretensión.--------------------------------------------------------------B) Cabe destacar, además, que el planteo del apelante, cuyo tratamiento ha
soslayado el Mérito, resultaba dirimente para la solución de la causa desde que,
apelándose al método de inclusión mental hipotético, el cual consiste en insertar
sólo intelectivamente la tendencia convictiva de los argumentos omitidos dentro
del temperamento del fallo en crisis, se evidencia que la conclusión jurisdiccional
cuestionada podría -eventualmente- haber sido diversa.-------------------------------C) En el caso de marras, no se ha meritado el argumento según el cual no
todos los individuos ni en todas las ocasiones tienen la misma intensidad de
protección del derecho al honor que fuera esgrimido por el recurrente en la
Alzada (o al menos no se han expresado las razones que justifiquen su exclusión)
lo que prueba la falta de completitud del razonamiento revisado.--------------------Asimismo tal insuficiencia en la fundamentación, reitero, ha privado al
impugnante del conocimiento de las razones jurídicas que eventualmente
enervarían su pretensión no dándose respuesta concreta a los agravios por él
planteados y violándose el precepto constitucional contenido en el art. 155 de la
Constitución provincial y su correlato en la ley de forma (art. 326, C.P.C.C.), lo
que justifica el acogimiento de la censura ensayada en este aspecto.----------------XI. Los vicios denunciados engastan en la previsión del inc. 1° del art.
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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383 del C.P.C.C. y determinan la nulidad del decisorio cuestionado en esta Sede;
lo que así propongo decidir.---------------------------------------------------------------XII. Habiéndose recibido favorablemente el recurso extraordinario,
entiendo que corresponde casar la sentencia cuestionada, anulándola en todo
cuanto decide. El acogimiento de la impugnación articulada impone también
dejar sin efecto la imposición de costas dispuesta por la Alzada (art. 76 in fine del
C.P.C.C.).------------------------------------------------------------------------------------XIII. Haciendo mérito de las particulares circunstancias de la causa, las
costas de la sede extraordinaria deben ser impuestas por el orden causado.--------Ello así, dada la complejidad de las cuestiones suscitadas en marras -que
he puesto de resalto a lo largo de la presente decisión- y al hecho de que el
demandante pudo creerse con derecho a litigar.----------------------------------------En efecto, la hermenéutica efectuada sobre el punto encuentra sustento en
autorizada doctrina la cual en sentido análogo ha sostenido: "Al respecto se ha
indicado que resulta equitativo eximir del pago de las costas al vencido, cuando
existe divergencia doctrinaria y jurisprudencial respecto de la cuestión debatida
[...] si el asunto a dilucidar es complejo, las cuestiones analizadas son dudosas y
existen opiniones divergentes en doctrina y jurisprudencia, se justifica que el
juzgador posea razonables pautas para eximir de las costas por estos motivos"
(GOZAÍNI, Osvaldo A., Costas Procesales, tercera edición, Ediar 2007,
Volumen 1, pág. 220/221).----------------------------------------------------------------En función de las consideraciones vertidas, entiendo que corresponde
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
aplicar la norma contenida en la última parte del art. 130 de nuestra compilación
adjetiva (aplicable por remisión del art. 133 del mismo plexo normativo) y por
ende apartarme del principio objetivo de la derrota a mérito de lo novedoso de la
materia tratada.------------------------------------------------------------------------------Asimismo, y atento la forma en que son impuestas las costas, no
corresponde regular honorarios en esta oportunidad (arg. art. 26 de la ley 9459).XIV. Para evitar el dispendio de una nueva etapa procesal corresponde,
sin reenvío (art. 390 del C.P.C.C.), resolver sobre el fondo de la cuestión
planteada para lo cual se compendian los agravios de apelación.--------------------XIV.1.- El demandado -vencido en primera instancia- explicita, conforme
surge de fs. 742/745 de los autos principales que se tienen ad effectum videndi,
dos agravios de apelación:-----------------------------------------------------------------a) Primer agravio: expresa el recurrente que el Juez debió reducir los
umbrales de protección al honor en tutela de la libertad de expresión, pluralismo
y democracia. En tal sentido afirma que si así se hubiese procedido, no se le
hubiera atribuido responsabilidad alguna a su conducta por faltar el requisito de
la antijuridicidad. Agrega que tampoco hay imputabilidad porque la culpa y el
dolo están ausentes. Aduce que las opiniones calificadas de injuriantes fueron
vertidas en el marco de un debate público que giró en torno a una cuestión de
interés público donde el actor se tornó un claro referente de los profesionales de
la salud, y que las opiniones vertidas por su parte plasmaron una valoración de la
realidad que no tenía por finalidad menoscabar sino demostrar y poner
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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públicamente de relieve las bondades de la política de concurso con la única
finalidad de intentar influir en la opinión pública respecto de un asunto de interés
para la colectividad. Por último, impetra que las razones esgrimidas por el Juez a
los fines de fundamentar el ejercicio abusivo del derecho de expresión no
resultan acordes ni a la lógica ni al derecho.--------------------------------------------b) Segundo agravio: cuestiona el quejoso que la sentencia de primera
instancia no haya hecho mérito de la veracidad de las manifestaciones respecto
de la sanción ética aplicada al actor, impidiéndole de este modo la prueba de la
verdad de sus dichos (exceptio veritatis).------------------------------------------------La contraria contesta los agravios solicitando el rechazo de la apelación
(vide fs. 747/751 de los autos principales, que fueron elevados ante esta Sala).---Las censuras esgrimidas merecen el siguiente compendio:-------------------a) En primer lugar, peticiona que se declare desierto el recurso, al menos
en el denominado primer agravio relativo al umbral de protección del derecho al
honor.-----------------------------------------------------------------------------------------b) Enfatiza, además, que el Juez de la baja instancia ha edificado el pilar
fundamental de su decisorio alrededor del hecho de que el Gobernador trajo a un
debate público una cuestión personal del actor (sanción purgada) con la sola
finalidad de desacreditarlo, lo cual no solo resultaba extraño al debate, sino
también inconducente, porque no se explica que incidencia favorable a la
solución de aquel entuerto podía traer aparejada la recurrencia a una situación
personal, tanto más cuando las manifestaciones fueron vertidas a destiempo.-----42
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
c) Enfatiza que la condena no se ha fundado en el dolo o la culpa en el
actuar, sino en el abuso del derecho cometido por el Dr. De La Sota en el
ejercicio de una facultad legal de disentir y criticar.-----------------------------------d) Por último, destaca en relación a la veracidad de la información
publicada, no se trata de un derecho al olvido, pero tampoco se trata de dar a
cualquiera, en cualquier tiempo y por cualquier motivo la posibilidad de
estigmatizar recurrentemente a quién ya ha cumplido la suspensión y purgado su
deuda, ha sido rehabilitado por las instituciones y se ha reinsertado con éxito en
el ámbito donde precisamente fue juzgado.---------------------------------------------Sigue diciendo que la demanda fue deducida por injurias, que no obstante
admitir la prueba de la verdad como eximente, sólo es procedente en
determinadas condiciones contenidas en el art. 111, Código Penal, y que no se
dan en la especie.----------------------------------------------------------------------------XIV.2.- De manera preliminar cabe señalar que la expresión de agravios
expuesta por el apelante satisface, en mi opinión, los recaudos de admisibilidad
formal exigibles para su configuración como tal. Ello es así, desde que de una
lectura integral de dicha pieza procesal alcanza a comprenderse claramente cuál
es el yerro atribuido a la resolución en crisis, con el consecuente agravio que ello
le produce a la parte apelante.-------------------------------------------------------------Nótese que la apelación es un recurso ordinario de modo que la
consideración de los recaudos para su mantenimiento debe ser efectuada con
laxitud, para no perjudicar el ejercicio del derecho de defensa del interesado.------
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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En función de ello, considero que el escrito obrante a fs. 742/745 de los
autos principales debe ser considerado como “expresión de agravios”, por lo que
corresponde entrar al análisis sobre la procedencia de la impugnación articulada,
desestimándose el pedido de deserción efectuado por la parte actora (vide fs. 749
de los autos principales, que fueron elevados ad effectum videndi).-----------------XIV.3.- En actitud de decidir la cuestión de derecho traída a
consideración, adelanto opinión en el sentido de que la apelación debe prosperar;
ello, en función de los siguientes argumentos:------------------------------------------XIV.4.- La libertad de expresión y el honor de las personas públicas.-A) La libertad de expresión constituye uno de los fundamentos esenciales
de la sociedad democrática, una de las condiciones primordiales para su progreso
y para el desarrollo de los hombres. Ello es así no sólo para las informaciones o
ideas que son favorablemente recibidas o consideradas como inofensivas o
indiferentes, sino también para aquellas que chocan, inquietan u ofenden al
Estado o a una fracción cualquiera de la población.-----------------------------------De esta manera, la libertad de expresión significa una condición necesaria
para la existencia de un debate público sobre asuntos políticos o de interés
general. Es por ello que aquellas expresiones que reseñen temas esencialmente
políticos, reciben un nivel de protección muy importante.----------------------------B) La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha elaborado una doctrina
judicial según la cual el honor de los funcionarios públicos o de otras figuras de
notabilidad pública, merece una protección "débil", menos intensa o rigurosa
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
que la que debe concederse a los simples particulares. Es que en el marco del
debate público, el margen de aceptación y tolerancia a las críticas debe ser
mucho mayor que el de los particulares y se debe aplicar un umbral diferente de
protección. De esta manera, cuando las opiniones versan sobre materias de
interés público o sobre la gestión de quienes desempeñan funciones públicas, la
tensión entre los distintos derechos en juego -la libertad de expresión (buscar,
dar, recibir y difundir informaciones u opiniones) y el derecho al honor- debe
resolverse en el sentido de asignar un mayor sacrificio a quienes tienen en sus
manos el manejo de la cosa pública. Ello obliga a un criterio estricto en la
ponderación de los presupuestos de la responsabilidad civil, pues lo contrario
conspiraría contra la formación de una opinión pública vigorosa, en razón de la
fuerza paralizadora y disuasiva de las obligaciones de resarcir (Conf.: CSJN,
26/10/93, L.L. 1994-B-pág. 246; más recientemente, CSJN, Caso: “Patitó c/
Diario la Nación”, de fecha 24 de junio de 2008).-------------------------------------En esta misma línea se enrolan los foros internacionales (Corte Europea de
Derechos Humanos, Tribunal Constitucional de España, Corte Interamericana de
Derechos Humanos, entre otros), tal como lo he destacado más arriba.-------------Es por ello que, cuando se debaten públicamente temas de interés general,
las restricciones a la libertad de expresión son llamadas a una interpretación
restringida, lo que conduce a un criterio estricto a la hora de ponderar los
presupuestos de la responsabilidad civil.------------------------------------------------C) Se ha dicho que la principal importancia de la libertad de prensa, desde
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un punto de vista constitucional, "está en que permite al ciudadano llamar a toda
persona que inviste autoridad, a toda corporación o repartición pública, y al
gobierno mismo en todos sus departamentos, al tribunal de la opinión pública, y
compelerlos a un análisis y crítica de su conducta, procedimientos y propósitos,
a la faz del mundo, con el fin de corregir o evitar errores o desastres; y también
para someter a los que pretenden posiciones públicas a la misma crítica con los
mismos fines..." (GONZÁLEZ, Joaquín V., "Manual de la Constitución
Argentina", Bs. As., año 1897, N° 158, pág. 167; el destacado me pertenece).----XIV.5.- Siguiendo estas pautas directrices se colige que le asiste razón al
impugnante cuando afirma que a los fines de resolver el presente caso, se debe
tener especialmente en cuenta que las manifestaciones -presuntamente injuriosasse produjeron en el marco de una contienda política donde se debatía, entre otras
cuestiones atinentes a los trabajadores de la salud pública, el llamado a concurso
de cargos para ingresar a la planta permanente de los médicos del estado
provincial.------------------------------------------------------------------------------------Así, no puede soslayarse el escenario en el que transcurrieron los hechos y
las calidades que revestían los dos protagonistas del conflicto. La cuestión de la
política a seguir en lo atinente a los concursos públicos se trataba de un tema
urticante sometido a debate, con tomas de posición en las que no se descarta que
campeen ríspidos enfrentamientos y disputas de orden político y gremial entre los
protagonistas de la contienda.-------------------------------------------------------------Ya precisé que, a más de constituir un hecho notorio, a lo largo de todo el
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
proceso las partes fueron contestes en afirmar que en el primer semestre del año
2006 se suscitó un debate público a partir de la decisión del Gobierno de la
Provincia de llamar a concursos para la incorporación de los médicos en el
estamento estatal del equipo de salud. Ello denota -a toda luces- que la cuestión
debatida en el ámbito político resultaba de interés público.---------------------------En efecto, se trataba de un debate público entre dos personajes públicos: el
Gobernador de la provincia por ese entonces -Dr. De la Sota- y un profesional
médico que representaba los intereses sectoriales de un grupo de médicos
contratados del estado -Dr. Altamirano-.------------------------------------------------El actor en los presentes no revestía la calidad de un simple particular, en
otras palabras, era un referente de los profesionales de la salud, y asumiendo
dicha representación sectorial, planteaba el disenso en el campo político.---------Como se aprecia claramente, el Dr. Altamirano era una persona pública,
pues lideraba el sector conocido como "Médicos autoconvocados" representando
así los intereses sectoriales de un grupo de profesionales de la salud contratados
por el Estado.--------------------------------------------------------------------------------XIV.6.- Cabe iterar que los debates ardorosos y las críticas penetrantes no
deben causar temor, ya que son el principal instrumento para fortalecer una
democracia deliberativa, que es el principal reaseguro contra las decisiones
arbitrarias y poco transparentes.----------------------------------------------------------El actor en los presentes se ha sentido injuriado por las manifestaciones
vertidas por el Gobernador de la provincia en el marco de la discusión de la
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política de los concursos públicos para incorporarse a la planta permanente de los
médicos del estado provincial. Más como se ha indicado, el umbral de protección
de los hombres con actuación pública por la lesión a su derecho al honor es
menor que el del ciudadano común; y es por ello que siendo esa métrica la que
resulta impuesta por el propio mandato de la Corte Suprema que he desarrollado
más arriba; es que no puede el actor sentir aflicción por la crítica recibida y de
allí, que su pretensión no sea jurídicamente admisible. El actor no ha sufrido
entonces, un menoscabo indemnizable. Las críticas de la índole de las recibidas
son o eran previsibles en el formato del debate discursivo -a veces sin duda
desagradable- que en la actuación pública se cumple. Pretender recibir la
protección más robusta que el derecho ofrece al ciudadano común frente a
críticas comparables, es violar un rango de igualdad que no podría hacerse sin
lesionar el orden jurídico constitucional y consolidado jurisprudencialmente por
el Máximo Tribunal Federal.--------------------------------------------------------------XIV.7.- Ello es así, máxime cuando -en el caso de marras- se advierte
claramente que por disposición legal lo aludido parcialmente por el Gobernador
de la provincia a los medios de comunicación -al tiempo del suceso en cuestión- ,
esto es, la sanción impuesta por el organismo de ética profesional al Dr.
Altamirano debía publicarse tal como de hecho fue lo que sucedió (arts. 22 inc. b
y e de la Lp. N° 4853).---------------------------------------------------------------------En efecto, lo informado por el recurrente a la prensa, esto es, que el Dr.
Altamirano fue sancionado por el Tribunal de Ética del Consejo de Médicos, se
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
presenta en el sub lite como una verdad incontestable, a mérito de cómo quedó
trabada la litis, a lo que cabe agregar que el propio actor reconoció en su
responde que dicha sanción lo hubiera desfavorecido si se presentaba a concurso.
Aceptación que deviene del curso natural de las cosas, porque es de suponer que
en el proceso de evaluación el Tribunal de Concurso no podría desatender el
desempeño profesional que fue objeto de reproche ético por las duras razones allí
indicadas: "negligencia, impericia e imprudencia en el ejercicio de la profesión".
Lo anteriormente expuesto concilia con lo prescripto por la ley que rige la
materia, la cual exige como requisito para el ingreso, reingreso y reincorporación
al Régimen, la presentación de certificados de antecedentes, los cuales serán
estudiados y analizados por el Tribunal de Concurso (conf. arts. 14, 15. 44, 49,
ley prov. 7625 y Anexo I del decreto reglamentario 5640/88, reglamentación de
los arts. 15 inc. 2° y 5° y 49 inc. b°).-----------------------------------------------------En este orden de ideas, es dable destacar que la Ley Provincial N° 4853,
prevé, dentro de las sanciones que el Tribunal de Ética puede aplicar, la
"publicación cuando se dicte resolución definitiva" (art. 22 inc. b) y que tanto la
suspensión como la cancelación de la matrícula, tendrán efecto en todo el
territorio provincial y se darán a publicación (art. 22 inc. e).-------------------------De esta manera, se advierte claramente que por disposición legal la
sanción impuesta por el organismo deontológico al Dr. Altamirano -suspensión
de la matrícula profesional- debía publicarse (lo que de hecho sucedió); ello,
desde que al consagrarse la previsión normativa, el legislador cordobés tuvo en la
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mira lograr un efecto expansivo del conocimiento de las sanciones que el
Tribunal de Ética -compuesto por sus propios pares- en su ámbito de actuación
impone, dándolas a conocer a la totalidad de la sociedad civil acorde a la
trascendencia que el cuidado de la salud importa para todos los ciudadanos.------En otras palabras, la télesis de la norma es difundir las sanciones que se
apliquen a los profesionales de la salud en ejercicio de sus funciones, atento el
interés público que trasuntan dichas cuestiones, en las que se encuentra
involucrado el derecho a la salud de la población, como derecho fundamental que
es.---------------------------------------------------------------------------------------------El carácter público del ejercicio de la medicina explica la potestad estatal
para prever como medida sancionatoria la publicación de las sanciones
dispuestas por resolución del Tribunal de Ética en cuestión.-------------------------Así las cosas, la expresión supuestamente injuriosa que relata el actor
como causa del daño moral consiste en un hecho juzgado por un tribunal
deontológico, en el cual sus propios pares decidieron imponerle una sanción, que
por ley debe ser publicada para lograr la mayor difusión posible. Se evidencia,
entonces, que la parte demandada "no ha revelado ningún secreto", desde que la
sanción ya era pública al momento de la entrevista en la cual se vertieron las
pretendidas expresiones indecorosas y que fueron cumplidas tales, en el contexto
de una pragmática pública política que como tal, minimiza los umbrales de
custodia y reserva de quienes participan de tal realización de praxis biográfica.--Por otro lado, surge abundante que lo informado tampoco se trata de puras
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
"miserias afligentes" desde que resulta lo enunciado, de un dato objetivo que en
modo alguno se conecta con una calificación personal del supuesto agraviado,
por ello es que tampoco puede concretarse una realización de sofisma ad
hominem. Antes bien, se refiere a una sanción que le fuera impuesta por el
Tribunal de Ética del Consejo de Médicos por haberse incurrido en negligencia
profesional, lo que estimo no puede válidamente caracterizarse como una
cuestión que se encuentra en el fuero íntimo de un individuo. Máxime, reitero,
cuando la ley provincial antes mencionada persigue la difusión de la sanción para
que sea conocida por todos (arts. 22 inc. b) y e), Ley Provincial N° 4853).--------Por fin, el hecho configura un antecedente profesional y que si el
trabajador de la salud aspira a ingresar a la Administración Pública, en las
condiciones legales se registra en el concurso público, porque es uno de los
requisitos de la ley, conforme lo he desarrollado más arriba. Como se aprecia
claramente, no son, pues, antecedentes que deban cultivarse secretamente.--------XIV.8.- En síntesis, en razón de: a) que las manifestaciones
pretendidamente injuriosas se produjeron en el marco de una contienda política
gubernamental sometida a la consideración de la comunidad en general y por
ello, naturalmente en el espacio público y mediático; b) que el Dr. Altamirano actor- no revestía la calidad de un simple particular sino que a partir de haber
asumido la representación de los médicos contratados se había convertido -por
su nota- en una persona con actuación pública, a la cual -conforme la doctrina
elaborada por el más Alto Tribunal de la Nación- le resultaba aplicable la
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doctrina sobre la protección débil de funcionario público que resulta ajustable a
todo aquél sujeto que cobra notoriedad pública al inmiscuirse en cuestiones
atinentes a la marcha de la sociedad y c) que lo informado por el Dr. De la Sota a
la prensa, fue un recordatorio parcial de una sanción impuesta al actor que fuera
publicada por expresa disposición legal; es que entiendo que no hubo
antijuridicidad en el accionar del demandado, presupuesto éste necesario para
que surja el deber de resarcir.-------------------------------------------------------------XIV.9.- De otro costado y en relación a la cuestión atinente a que cuando
se vertieron las manifestaciones pretendidamente agraviantes ya se había llegado
a un acuerdo con el gobierno provincial, caben practicar una serie de
consideraciones.-----------------------------------------------------------------------------En primer lugar, es dable destacar que -contrariamente a lo afirmado por
la parte actora a fs. 749 de los autos principales, en ocasión de contestar los
agravios de apelación- el recurrente sí cuestionó expresamente lo explicitado en
la sentencia de primera instancia respecto de que, al haber llegado el gobierno y
los médicos contratados a un cien por ciento de coincidencias (acuerdo),
convertía a las manifestaciones del Gobernador de la provincia en totalmente
innecesarias y excedidas en el ejercicio regular de un derecho (vide expresión de
agravios a fs. 744 de los autos principales).---------------------------------------------En segundo lugar, es dable señalar que le asiste razón al Dr. De la Sota
cuando afirma que "es evidente y casi una obviedad que la existencia de un
acercamiento entre dos facciones antagónicas respecto de una determinada
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
cuestión (en este caso médicos y gobierno), no importa que desaparezca ´in
totum´ del temario sometido al debate público" (vide fs. 744, autos principales
que fueron elevados ante este Sala y se tienen a la vista). Al respecto cabe
predicar que resulta obvio que un acercamiento entre las partes en conflicto no
pone fin a la controversia, ni agota el debate público y ello no es una regla de la
política sino de la experiencia corriente de cualquiera.--------------------------------En tercer lugar, cabe señalar que de la publicación obrante a fs. 10 de los
autos principales (copia del recorte de diario que contiene la noticia) no puede
inferirse en modo alguno que el gobierno provincial y los médicos contratados
habían llegado a un acuerdo definitivo, erradicándose la disputa. Ello desde que
lo que según da cuenta la nota periodística, se habría informado que existía un
avance de las negociaciones. En función de ello, no puede sostenerse
válidamente que el conflicto suscitado se encontraba absolutamente superado,
menos aún, que por dicho motivo las manifestaciones del demandado habían sido
practicadas a destiempo.-------------------------------------------------------------------Pero lo relevante es que aun no existiendo disputa o agotada la misma, no
hay norma que mute el carácter de público de la sanción a la condición de
secreta.----------------------------------------------------------------------------------------Sin perjuicio de lo expuesto, resulta imperioso enfatizar que la cuestión
referida a la tempestividad de las manifestaciones vertidas por el entonces
gobernador de la Provincia, no ha formado parte de la litis. Para arribar a tal
conclusión basta con leer detenidamente la demanda impetrada por el Dr. Carlos
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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Alberto Altamirano (fs. 1/3 de los autos principales) de cuyo contenido no surge
que el pretensor haya invocado ese hecho como fundamento de la acción
deducida en sede judicial.------------------------------------------------------------------XIV.10.- Por último, y en relación a la difusión del contenido de una carta
documento (ver demanda a fs. 1/3 de los autos principales) cuya autoría por parte
del demandado no se encuentra acreditada, en realidad no tiene relevancia por las
mismas razones que he expuesto ut supra. Pues lo dirimente es si la sanción -que
existió- debía ser guardada en secreto y no podía hacerse recuerdo público de
ella, en los términos objetivos y literales de lo que parcialmente tomó
conocimiento la prensa.--------------------------------------------------------------------XIV.11.- Por consiguiente, cabe hacer lugar a la apelación y revocar la
sentencia impugnada. En su mérito y por las razones explicitadas en el presente
decisorio, debe rechazarse la demanda de daño moral incoada por el Dr. Carlos
Alberto Altamirano.------------------------------------------------------------------------XV.- Las costas de ambas instancias se imponen por el orden causado,
dada la complejidad de la causa y atendiendo especialmente a que el Dr. Carlos
Altamirano pudo tener alguna razón plausible para litigar, en razón de las
características propias de la materia tratada (arg. art. 130, última parte del
C.P.C.C.). A los fines de justificar tal solución y para evitar repeticiones inanes,
nos remitimos a lo expresado ut supra respecto de la imposición de costas en esta
sede extraordinaria.-------------------------------------------------------------------------No corresponde regular honorarios en esta oportunidad (arg. art. 26 de la
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Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
ley 9459).-------------------------------------------------------------------------------------Así voto.------------------------------------------------------------------------------A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR CARLOS FRANCISCO GARCÍA ALLOCCO, DIJO:-------------Adhiero a los fundamentos y solución a que arriba el Señor Vocal del
primer voto.----------------------------------------------------------------------------------Así voto.------------------------------------------------------------------------------A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR DOMINGO JUAN SESIN, DIJO:----------------------------------------Coincido con las conclusiones y respuesta proporcionada por el Sr. Vocal
Dr. Armando Segundo Andruet (h), ya que el mismo expresa la solución correcta
a la presente cuestión.----------------------------------------------------------------------Por ello, voto en idéntico sentido.------------------------------------------------A LA TERCERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR ARMANDO SEGUNDO ANDRUET, DIJO:--------------------------A mérito de la respuesta dada al segundo interrogante, propongo: 1)
Admitir el recurso de casación interpuesto por el motivo del inc. 1° del art. 383
del C.P.C.C. y, por consiguiente, anular la Sentencia número ciento cuarenta y
nueve de fecha veintinueve de septiembre de dos mil nueve y su Auto aclaratorio
número seiscientos uno de fecha veintisiete de octubre de dos mil nueve, dictados
por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Séptima Nominación
de esta ciudad, debiéndose imponer las costas por el orden causado (arg. art. 130
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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in fine del C.P.C.C.). 2) Resolver sin reenvío (art. 390, C.P.C.C.), por lo que
corresponde hacer lugar al recurso de apelación articulado por el Dr. José Manuel
De la Sota y en consecuencia, revocar la sentencia de primera instancia. En su
mérito, corresponde rechazar la demanda de daño moral impetrada por el Dr.
Carlos Alberto Altamirano. Imponer las costas de ambas instancias por el orden
causado. 3) No regular honorarios a los letrados intervinientes (art. 26, ley
9459).-----------------------------------------------------------------------------------------Así voto.------------------------------------------------------------------------------A LA TERCERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR CARLOS FRANCISCO GARCÍA ALLOCCO, DIJO:-------------Coincido con el criterio de solución que propicia mi colega de primer
voto, adhiriendo en consecuencia a la conclusión a la que arriba.-------------------Así voto.------------------------------------------------------------------------------A LA TERCERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL
DOCTOR DOMINGO JUAN SESIN, DIJO:----------------------------------------Adhiero a la solución propuesta por el Sr. Vocal de primer voto.-----------Por ello, voto en idéntico sentido.------------------------------------------------Por el resultado de los votos emitidos, previo acuerdo, el Tribunal
Superior de Justicia, por intermedio de su Sala en lo Civil y Comercial,-----------RESUELVE:--------------------------------------------------------------------------------I. Declarar mal denegado el recurso de casación deducido al amparo del
inc. 1° del art. 383 del C.P.C.C..----------------------------------------------------------56
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
II. Devolver el depósito efectuado en cumplimiento de lo dispuesto por el
art. 89 de la ley 9704, que fuera condición de admisibilidad formal del recurso
directo impetrado.---------------------------------------------------------------------------III. Acoger el recurso de casación interpuesto por la parte demandada y,
en consecuencia, anular la Sentencia número ciento cuarenta y nueve de fecha
veintinueve de septiembre de dos mil nueve y su Auto aclaratorio número
seiscientos uno de fecha veintisiete de octubre de dos mil nueve, dictados por la
Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Séptima Nominación de esta
Ciudad, imponiendo las costas en esta sede extraordinaria por el orden causado
(arg. art. 130 in fine del C.P.C.C.).-------------------------------------------------------IV. Resolver sin reenvío (art. 390 C.P.C.), por lo que corresponde hacer
lugar al recurso de apelación articulado por el Dr. José Manuel De la Sota, y en
consecuencia revocar la sentencia de primera instancia. En su mérito,
corresponde rechazar la demanda de daño moral impetrada por el Dr. Carlos
Alberto Altamirano. Imponer las costas de ambas instancias por el orden
causado. No corresponde regular honorarios en esta oportunidad.-------------------Protocolícese e incorpórese copia.
Dr. Armando Segundo Andruet (h)
Presidente de la Sala Civil y Comercial T.S.J.
"ALTAMIRANO CARLOS A. C/ DE LA SOTA JOSE MANUEL -ORD-109852/36-RECURSO DIRECTO - (Expte. "A" 06/10)"
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Dr. Carlos Francisco García Allocco
Dr. Domingo Juan Sesin
Vocal del Tribunal Superior de Justicia
Vocal del Tribunal Superior de Justicia
Violación del principio de razón suficiente. Exceptio veritatis. Violación del principio de no contradicción.
Procedencia. Libertad de expresión y Derecho al honor de las personas públicas. Expresiones supuestamente injuriosas
en contienda política gubernamental. Falta de antijuridicidad
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