sostenibilidad financiera del regimen de ahorro individual pensional

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SOSTENIBILIDAD FINANCIERA
DEL REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL PENSIONAL EN COLOMBIA PARA EL
RECONOCIMIENTO DE LA PENSIÓN DE VEJEZ
Presentado por:
CRISTINA PÉREZ GÓMEZ
LEONARDO DELGADO VALENCIA
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA CALI
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESPECIALIZACIÓN EN SEGURIDAD SOCIAL
SANTIAGO DE CALI
2015
SOSTENIBILIDAD FINANCIERA
DEL REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL PENSIONAL EN COLOMBIA PARA EL
RECONOCIMIENTO DE LA PENSIÓN DE VEJEZ
Presentado por:
CRISTINA PÉREZ GÓMEZ
LEONARDO DELGADO VALENCIA
Trabajo presentado como requisito para optar el Título de Especialista en
Seguridad Social
Directora: Xiomara Cecilia Balanta Moreno
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA CALI
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESPECIALIZACIÓN EN SEGURIDAD SOCIAL
SANTIAGO DE CALI
2015
2
SOSTENIBILIDAD FINANCIERA
DEL REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL PENSIONAL EN COLOMBIA PARA EL
RECONOCIMIENTO DE LA PENSIÓN DE VEJEZ
RESUMEN
El objetivo del Sistema General de Pensiones en Colombia es el de garantizar a la
población, el amparo contra las contingencias derivadas de la vejez, la invalidez y la
muerte, mediante el reconocimiento de las pensiones y prestaciones, este sistema se
encuentra contenido en la Ley 100 de 1993, y fue dividido en dos regímenes solidarios
y excluyentes; el Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida, que
permite a sus afiliados obtener la pensión de vejez, a cargo del Instituto de Seguros
Sociales. Por otro lado, está el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, el cual
permite que los cotizantes puedan hacer aportes a entidades administradoras del
recurso, los cuales sólo pueden ser retirados al finalizar la acumulación de aportes o
hasta que el afiliado adquieran el derecho, es precisamente este último modelo, la
situación que produce interés y en la cual se basó la idea de presentar este trabajo de
investigación, analizando la sostenibilidad financiera de este sistema, haciendo un
tránsito por la Ley 100 de 1993, para determinar la medida en que financieramente es
sostenible, tal como fue concebido y si esa sostenibilidad permite asegurar el
cubrimiento de la pensión de vejez a sus afiliados y beneficiarios.
Palabras Clave: Seguridad Social, Pensión, Vejez, Sostenibilidad, Financiamiento
SUMMARY
The aim of the General Pension System in Colombia is to guarantee the population, the
protection against the contingencies arising from old age, disability and death, by
recognizing pensions and benefits, this system is contained in the Act 100, 1993, and
was divided into two solidarity and exclusionary regimes; the Average Premium
Solidarity Regime with defined benefit that allows affiliates to get the old age pension,
by the Social Security Institute. On the other hand, is the regime of individual saving
with solidarity, which allows contributors to make contributions to administrative entities
of the resource, which can only be removed at the end of the accumulation of
contributions or until the participant become entitled, is precisely that model, the
situation that produces interest and in which the idea of presenting this research was
based, analyzing the financial sustainability of the system, making transit through Law
100 of 1993, to determine the extent to which financially It is sustainable, as was
intended and whether that sustainability ensures the coverage of old-age pension to its
participants and beneficiaries.
Keywords: Social Security , Pension, Old Age , Sustainability, Financing
3
TABLA DE CONTENIDO
Pág.
Resumen
3
0. Introducción
5
Capítulo I.
1 Regimen de Ahorro Individual con Solidaridad Ley 100 de 1993
14
1.1
Concepto Seguridad Social
14
1.2
Regímenes Pensionales en la Ley 100 de 1993
15
1.2.1 Regimen de Ahorro Individual con Solidaridad
19
1.2.2 Figura de Multifondos
23
1.2.2.1 Fondo Conservador
25
1.2.2.2 Fondo Moderado
26
1.2.2.3 Fondo de Mayor Riesgo
26
1.2.2.4 Fondo Especial de Retiro Programado
26
1.3
La Pensión de Vejez en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad 26
1.3.1 Renta Vitalicia Inmediata
28
1.3.2 Retiro Programado
29
1.3.3 Retiro Programado con Renta Vitalicia Diferida
29
1.3.4 Garantía de Pensión Mínima
30
Capítulo II.
2
Sostenibilidad Financiera del Regimen de Ahorro Individual para el
Reconocimiento de la Pensión de Vejez
31
3.
Conclusiones
38
4.
Bibliografía
39
4
0. INTRODUCCIÓN
El Sistema de Seguridad Social en Colombia surge como una necesidad ante el
mandato Constitucional de protección a los Derechos Fundamentales, especialmente la
Vida, la Salud y todos aquellos derechos relacionados con la protección de la Dignidad
Humana y de su familia. Aunque la Seguridad Social no es considerada un derecho
fundamental, goza de una conexidad especial con derechos fundamentales que
permiten a la persona efectuar las actividades normales de la vida, pues, aparece como
un derecho que afecta directamente la vida o subsistencia de la persona y también está
en conexidad con: “El derecho al mínimo vital, ya que garantiza según la perspectiva de
la Corte Constitucional los derechos a la vida, la salud, el trabajo y la asistencia o
seguridad social”. (Vásquez & Muñoz, 2010)
En el desarrollo de la vida del individuo, se presentan eventualidades que requieren
que exista por parte del Estado una protección especial; es por ello que dichas
circunstancias como lo son la invalidez, la vejez y la muerte deben estar contempladas
en este grupo de posibilidades. Además, el mandato de la Constitución Política ordena
al Estado garantizar la protección a las personas y grupos que se encuentren en estado
de indefensión o en condiciones de vulnerabilidad; el caso de los ancianos, de las
mujeres embarazadas y de los niños, por ejemplo.
El sistema garantista de la Constitución propende por una protección integral del
individuo en relación a las actividades básicas de la vida; por lo que, en busca del
cumplimiento de los fines esenciales del Estado, se han intentado modernizar las
instituciones de manera que se puedan atender eventualidades como las ya
mencionadas; cobertura a los trabajadores de distintos sectores y cotizaciones basadas
en los aportes de dicha fuerza laboral son algunas de las características generales del
régimen de seguridad social pensional.
5
En principio las disposiciones normativas y la organización estatal han estado al
servicio del logro de dichos fines esenciales para garantizar el estado de bienestar
mediante la prestación de los servicios en manos únicamente del Estado. Pero a partir
de la crisis mundial de seguridad social en materia de pensiones y las tendencias de
apertura de la economía global mediante políticas neoliberales de libre mercado, se
intentó modernizar la institución a partir de privatizaciones que facilitaran la gestión a
los distintos entes privados, por lo que se crearon las llamadas Administradoras de
Fondos de Pensiones. Lo álgido del asunto es que dicha decisión generó es
establecimiento de oligopolios que controlan el mercado pensional en lo referente a la
cotización de ahorro individual pensional en nuestro país.
La estructura financiera del sistema de pensiones de ahorro voluntario podría ser
considerada frágil a futuro, pues, el envejecimiento de la población sumado a las
difíciles condiciones económicas de un gran número de trabajadores hace de este
sistema una bola de nieve. Cada vez más trabajadores eligen el Régimen de ahorro
individual, lo que posibilita que el futuro de los colombianos se encuentre en manos de
la rentabilidad de los fondos privados y la volatilidad del mercado bursátil, además, el
problema para el Estado se acrecienta porque la gran masa de trabajadores ya no
cotiza en el Régimen de Prima Media. Por tal motivo, los costos para el Estado en
materia de seguridad pensional se han elevado paulatinamente.
Con la Ley 100 de 1993 fueron muchas las esperanzas que surgieron en torno a lograr
un sistema pensional robusto y capaz de impulsar la cobertura mayor cantidad de
sectores de la población; es necesario analizar la mentada norma a fondo para
contrastar sus alcances con los fines trazados por la Constitución Política de 1991, la
Ley 797 de 2003 y sus ajustes también intentaron someramente llegar a una solución
de raíz.
6
Conforme a la Constitución Política de 1991, la Seguridad Social es: (Art. 48) “un
servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y
control del Estado que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado,
en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos
que establezca la ley“ Por tal razón, compete al Estado garantizar que se efectúe la
prestación del servicio en los términos que manda la Carta Magna y como supremacía
otorgada por el Poder Constituyente: ¨ que es el que crea el orden bajo el cual va a vivir
el Estado, todo ejercicio ulterior del poder se realizados los órganos constituidos¨
(Herrera, 1987). Las disposiciones normativas en esta materia surgen como una
necesidad básica de la humanidad desde sus inicios; es la manera de asegurar las
condiciones mínimas y básicas del individuo. (Mallet, 1983).
En ese orden de ideas, mediante el Sistema de Seguridad Social Integral, el Estado
propende por garantizar la prestación de dichos servicios; y se encuentra definido
como: “El Sistema de Seguridad Social Integral tiene por objeto garantizar los derechos
irrenunciables de la persona y la comunidad para obtener la calidad de vida acorde con
la dignidad humana, mediante la protección de las contingencias que la afecten”. (Ley
100, 1993). En relación a la solución de los riesgos y necesidades de la población
trabajadora, en el transcurso del siglo XIX, surge la preocupación de los estados por
establecer políticas públicas de protección (Cabanellas, 1982).
El Sistema General de Seguridad Social contempla la cobertura a todos los sectores,
incluyendo grupos de difícil acceso (Ley 100 Art.8). De hecho, la concepción inicial de
asistencia pública y gratuidad del servicio a los menos favorecidos en materia de
seguridad social por parte del Estado es concebida en varios países como una
obligación (Rendón, 1992).
La norma contempla el Sistema General de Pensiones dentro de todo este
ordenamiento en materia de seguridad social; garantizando a la población mediante el
reconocimiento de la pensión en los casos en que se requiera ¨el amparo contra
7
contingencias derivadas de la vejez, la invalidez y muerte¨; además, el sistema
promueve la ampliación de la cobertura a todos los sectores de la población. (Ibíd.
Art.10); además, el derecho a la pensión es fundamental por conexidad, pues, aparece
como un derecho que afecta directamente la vida o subsistencia de la persona y
también está en conexidad con: “El derecho al mínimo vital, ya que garantiza según la
perspectiva de la Corte Constitucional los derechos a la vida, la salud, el trabajo y la
asistencia o seguridad social¨(Vásquez & Muñoz, 2010)
Dicho Sistema General de Pensiones se encuentra dividido en dos regímenes
solidarios y excluyentes; el Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida,
el cual permite a sus afiliados o beneficiarios pueden obtener la pensión de vejez, in
validez o sobrevivientes a cargo del Instituto de Seguros Sociales. Por otro lado, se
encuentra el Régimen de Ahorro Individual, el cual permite mediante el esquema de
multifondos que los cotizantes una vez informados de los beneficios de cada fondo
administrador puedan hacer aportes a dichas entidades administradoras del recurso,
para que se pueda efectuar el retiro programado al finalizar el periodo de acumulación
de aportes o hasta que el afiliado y sus beneficiarios adquieran el derecho.
Es
importante denotar que a pesar de existir ambos subsistemas antagónicos, la
sostenibilidad del sistema pensional debe determinarse al resolver la pregunta de cuál
es el nivel de gasto que el Estado debe asumir, debido a la premisa básica del nivel de
gasto que el Estado puede asumir de acuerdo con su restricción presupuestaria.
(Castillo, 2006).
El financiamiento del sistema previsional pensional se caracteriza por lo conocido como
“solidaridad de las generaciones”, debido a que el financiamiento de las jubilaciones
depende las contribuciones de los trabajadores activos. (Ayala, 1994).
La normatividad referente a la Seguridad Social no se ajusta a los lineamientos
contemplados por William Beveridge, en lo definido como Estado de Bienestar; éste
debe contar con recursos provenientes de aportes establecidos para salarios o el
8
sistema tributario. (Beveridge, 1946). La estrategia adoptada ha sido la de la
privatización en la prestación de los servicios; los fondos privados pasan a ser los
administradores del recurso obtenidos mediante el ahorro
individual y las normas
establecidas por el Estado, en concordancia con las reformas propuestas por el Banco
Mundial. De esta manera, el Régimen de Ahorro Individual Solidario queda en manos
de operadores como Administradoras de Fondos de Pensiones, Fondos Privados de
Pensiones y Compañías de Seguros. (Banco mundial, 1994).
Con las reformas al Sistema Pensional en los años noventa se puede apreciar que no
se logra estimular la cobertura y se carece de suficiente recurso para atender el pago
del enorme número de pensionados; uno de los factores que han recrudecido el
problema es el agotamiento del recurso proveniente de las reservas del ISS. (Acosta
2005). Además, la atención al gasto público con recursos provenientes de dicho ahorro
y la no previsión de reservas para atender el asunto pensional (Acosta 2005). De
hecho, para 1999 el pago de pensiones a cargo del Estado representó el 2% del PIB y
un 30% del déficit fiscal, esto sin haber llegado al agotamiento de las reservas del ISS
ni haberse requerido las garantías de pensión mínimo. Otro de los asuntos que
agudizan el problema es la estructura del mercado laboral colombiano, este es
altamente disfuncional y segmentado; altamente afectado por las condiciones
regulatorias que han provocado condiciones de pobreza y desigualdad en Colombia.
(Parra & Trujillo, 2012).
Otro aspecto interesante, es el hecho que en Colombia los indicadores de pobreza
hayan ido en decrecimiento, pero la mitad de la población siga viviendo en condiciones
de pobreza. (Parra &Trujillo, 2012).
Para llegar al fondo del asunto estructural de la sostenibilidad financiera del sistema de
ahorro individual hay que hacer un delicado tránsito por la Ley 100 de 1993, pues, de
ella emanan los principios rectores que deben guiar al sistema en concordancia con la
9
norma superior. Además, la estructura material concebida para hacer frente a los retos
en materia de universalidad, cobertura, etc.
Para desarrollar este trabajo se tuvo como objetivo general: Analizar la sostenibilidad
financiera del Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad en Colombia, tal como se
encuentra contemplado en la Ley 100 de 1993, para el cubrimiento de la pensión de
vejez.
Ahora bien, como objetivos específicos:

Describir el modelo pensional de Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad,
establecido en la Ley 100 de 1993 y como cubre la pensión de vejez.

Determinar si la forma como está contemplado el modelo pensional de Régimen
de Ahorro Individual con Solidaridad, es financieramente sostenible para el
cubrimiento de la contingencia de vejez a sus afiliados.
10
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La implementación del Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, en el régimen
pensional colombiano trajo consigo la esperanza de muchos colombianos de acceder a
su pensión en condiciones dignas, que le permitieran contar en su vejez con el sustento
necesario que le proveyera tanto al pensionado como a su núcleo familiar de la
protección necesaria ante esta contingencia, para de esta manera suplir sus
necesidades básicas.
En la medida en que se ha venido aplicando este nuevo
régimen, se han vislumbrado una serie de deficiencias que conllevan a replantear si la
forma como quedó diseñado cumple con el objetivo de la seguridad social, como lo es
garantizar a la población, el amparo contra las contingencias derivadas de la vejez, la
invalidez y la muerte, mediante el reconocimiento de las pensiones y prestaciones que
se determinan en la presente ley, así como propender por la ampliación progresiva de
cobertura a los segmentos de población no cubiertos con un sistema de pensiones.”
(Art. 10 Ley 100 de 1993);
Es por ello que esta investigación, tendrá como característica principal, el análisis de la
estructura de la Ley 100 de 1993, en cuanto a su modelo financiero; para lo cual,
inicialmente se realizara una descripción, de la forma como quedó organizado el
Sistema General de Pensiones en nuestro País y si el Régimen de ahorro Individual tal
como quedó concebido, cumple con el objeto garantizar a la población, el amparo
contra las contingencias derivadas de la vejez, mediante el reconocimiento de las
pensiones y prestaciones que determina la Ley 100 de 1993 y si su concepción,
propende con la ampliación progresiva de cobertura a los segmentos de población no
cubiertos con un sistema de pensiones.
Teniendo en cuenta que, la Carta Política establece en su artículo 2°, como fines
esenciales del Estado, entre otros, el de promover la prosperidad general y garantizar
la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución,
como el deber que tiene el Estado, de proteger a todas las personas en su vida, honra,
11
bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de
los deberes sociales del Estado y de los particulares, es por ello, que al haberse
implementado un Sistema de Seguridad Social, cuyos recursos son manejados por el
sector privado, bajo criterios netamente financieros, lo cual haría presumir que se deja
en segundo plano, la protección de los derechos a la Seguridad Social, a una vida
digna, al mínimo vital, entre otros, desdibujan el fin primordial de un Estado Social del
Derecho, pues trasladó las responsabilidades sociales del Estado, claramente
contempladas en la Constitución Política, a terceros que en primera instancia se podría
considerar tendrían más un interés particular respecto al lucro que la administración de
estos fondos le podría conllevar, que a alcanzar el objetivo de la seguridad social, el
cual como ya se dijo es garantizar a la población su cobertura ante contingencias como
la vejez, por lo cual, se constituye en un problema de investigación.
Lo anterior, por
la tendencia neoliberal de privatización del servicio en temas de seguridad social a nivel
pensional ha llevado a que el mercado pensional quede concentrado en pocas manos,
con carácter privado y administradoras del recurso proveniente del ahorro individual.
(Holzman 2005). Además, el nivel de riesgo que asumen los cotizantes en este tipo de
fondos privados corresponde a la idoneidad de las administradoras de fondos para
manejar el riesgo y las posibles contingencias del mercado; lo que representa una
incertidumbre. (Salas, 2008).
Es por ello que la pregunta de investigación a desarrollar se encuentra encaminada a
determinar la medida en que financieramente el Régimen de Ahorro Individual con
Solidaridad en Colombia, es sostenible, tal como se encuentra contemplado en la Ley
100 de 1993 y si esa sostenibilidad permite asegurar el cubrimiento de la pensión de
vejez.
METODOLOGIA
La investigación se abordara desde el método descriptivo – exploratorio, realizando un
análisis de la normatividad aplicable, desde la Ley 100 de 1993 y demás normas que
12
aclaren, modifiquen o revoquen, frente a la Constitución Política, determinando la
viabilidad y eficacia de la norma que contemplo el régimen de ahorro individual con
solidaridad en pensiones.
13
CAPÍTULO I
1. RÉGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL CON SOLIDARIDAD LEY 100 DE 1993
1.1 CONCEPTO DE SEGURIDAD SOCIAL:
La Constitución Política de 1991, define en su artículo 48 la seguridad social como: “un
servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y
control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad,
en los términos que establezca la Ley¨. Por tal razón, compete al Estado garantizar que
se efectúe la prestación del servicio en los términos que manda la Carta Magna.
La Ley 100 de 1993, en el punto 2,1 establece que el objeto del Sistema de Seguridad
Social Integral, es: “(…) garantizar los derechos irrenunciables de la persona y la
comunidad para obtener la calidad de vida acorde con la dignidad humana, mediante la
protección de las contingencias que la afecten¨.
El art. 1 de la Ley 100 de 1993, establece que el sistema comprende las obligaciones
del Estado y la sociedad, las instituciones y los recursos destinados a garantizar la
cobertura de las prestaciones de carácter económico, de salud y servicios
complementarios, materia de esta Ley, u otras que se incorporen normativamente en
el futuro”.
No sólo el Estado tiene obligaciones respecto a la seguridad social; se imponen
obligaciones también a la sociedad, las instituciones y recursos destinados
a
garantizar la cobertura de las prestaciones de carácter económico, de salud y de
servicios complementarios. Ley 100 de 1993 Art. 1.
El Sistema General de Seguridad Social contempla la cobertura a todos los sectores,
incluyendo grupos de difícil acceso. Ley 100 1993 Art. 8.
14
El art. 31 de la norma en cita, contempla el Sistema General de Pensiones dentro de
todo este ordenamiento en materia de seguridad social; garantizando a la población
mediante el reconocimiento de la pensión en los casos en que se requiera ¨el amparo
contra contingencias derivadas de la vejez, la invalidez y muerte¨; además, el sistema
promueve la ampliación de la cobertura a todos los sectores de la población.
Es así como:
“La Seguridad Social es reconocida en nuestro ordenamiento jurídico como un
derecho constitucional fundamental. De esta manera, los artículos 48 y 49 de la
Carta Política establecen la seguridad social por un lado, como un derecho
irrenunciable, y por otro lado, como un servicio público , de tal manera que, por
la estructura de este derecho, es el Estado el obligado a dirigir, coordinar y
controlar su efectiva ejecución. La protección que le otorga el ordenamiento
constitucional al derecho a la seguridad social se complementa y fortalece por lo
dispuesto en el ámbito internacional pues son varios los instrumentos
internacionales que reconocen el derecho de las personas a la seguridad social.
Conforme a la jurisprudencia constitucional, el derecho a la seguridad social es
un real derecho fundamental cuya efectividad se deriva “de (i) su carácter
irrenunciable, (ii) su reconocimiento como tal en los convenios y tratados
internacionales ratificados por el Estado colombiano en la materia y (iii) de su
prestación como servicio público en concordancia con el principio de
universalidad”1.
1.2 REGÍMENES PENSIONALES EN LA LEY 100 DE 1993
De conformidad con lo establecido en la Constitución Política de Colombia, la
Seguridad Social “es un servicio público obligatorio que se prestará bajo la dirección,
coordinación y control del Estado, con sujeción a los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la ley” (Art. 48 C.P.)
1 Corte Constitucional, sentencia T-164 del 22 de marzo de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
15
En desarrollo de este mandato constitucional se promulgó la Ley 100 de 1993, con el
propósito de unificar el sistema de seguridad social y de esta amanera alcanzar una
cobertura integral frente a las contingencias en materia de salud, pensiones y riesgos
profesionales.
El objetivo general del Sistema de Seguridad Social Integral en nuestro país, se
encuentra encaminado a garantizar los derechos irrenunciables de la persona y la
comunidad, asegurando de esta manera una calidad de vida acorde con la dignidad
humana, mediante la protección de las contingencias que la afecten. En procura de
estos objetivos, el sistema comprende obligaciones sinalagmáticas tanto para el
Estado, la sociedad y las instituciones que componen el Sistema de Seguridad Social,
con el propósito de garantizar los recursos destinados a la cobertura de las
prestaciones de carácter económico, de salud y servicios complementarios, u otras que
se incorporen normativamente en el futuro en los términos y bajo las modalidades
previstas en la ley. (Art. 4 Ley 100 de 1993).
A su vez la referida normatividad establece como objetivo del Sistema General de
Pensiones el de: “garantizar a la población, el amparo contra las contingencias
derivadas de la vejez, la invalidez y la muerte, mediante el reconocimiento de las
pensiones y prestaciones que se determinan en la presente ley, así como propender
por la ampliación progresiva de cobertura a los segmentos de población no cubiertos
con un sistema de pensiones.” (Art. 10 Ibídem); de esta manera con la expedición de la
Ley 100 de 1993, se derogaron los regímenes pensionales vigentes antes de su
promulgación, consagrando eso si un régimen de transición (Art. 36 Ibídem) para los
qué, cumpliendo determinados requisitos pudieran acceder al reconocimiento
pensional, tomando como base los regímenes a los que estuvieran afiliados antes de la
entrada en vigencia de la referida normatividad.
Las características principales del Sistema General de Pensiones establecido en la Ley
100 de 1993 son: i) la obligatoriedad de la afiliación y de los aportes correspondientes;
ii) la libertad del trabajador para seleccionar el régimen pensional al cual quiere
16
vincularse; iii) la posibilidad de traslado previo el cumplimiento de ciertos requisitos; y
iv) el derecho al reconocimiento y pago de las prestaciones y de las pensiones de
invalidez, vejez y de sobrevivientes acumulando cotizaciones en la forma dispuesta por
el Legislador2.
Este sistema se estructura en el principio de solidaridad que enmarca el desarrollo del
derecho a la seguridad social, por lo cual todos los ciudadanos deben contribuir con la
sostenibilidad, equidad y eficiencia del sistema y es el legislador el que determina los
requisitos necesarios para que los asociados accedan a prestaciones sociales tales
como la pensión.
En cuanto al ingreso base de cotización éste es igual o superior a 1 Salario mínimo
legal vigente y el aporte pensional corresponde al 16%; este aporte se distribuye en
relación a los trabajadores dependientes así: un 75% por el empleador y el otro 25%
por el trabajador; en el caso de los trabajadores independientes, éstos responden por la
totalidad del aporte.
El Sistema General de Pensiones en Colombia se encuentra dividido en dos regímenes
solidarios y excluyentes; el Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida,
el cual permite a sus afiliados o beneficiarios obtener la pensión de vejez, invalidez o
sobrevivientes a cargo del Instituto de Seguros Sociales. (Art. 31 Ley 100 de 1993).
Por otro lado, se encuentra el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, el cual
permite mediante el esquema de multifondos que los cotizantes una vez informados de
los beneficios de cada fondo administrador puedan hacer aportes a dichas entidades
administradoras del recurso,
para que se pueda efectuar el retiro programado al
finalizar el periodo de acumulación de aportes o hasta que el afiliado y sus beneficiarios
adquieran el derecho. (Art. 59 Ibídem).
Con respecto a la dualidad en sistema de pensiones tuvo la Corte Constitucional la
oportunidad de pronunciarse, concluyendo que: "La dualidad de regímenes, de otra parte,
2 Corte Constitucional, sentencia C-107 del 14 de febrero de 2002. M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
17
ejercita y estimula como lo quiso el legislador la competencia en el sector público y el privado,
lo cual redunda en beneficio de la eficacia y eficiencia de los servicios de seguridad social.
Hacer una igualación de los regímenes, mediante la reducción a uno de dichos sistemas, de lo
que concierne a los aspectos básicos de la pensión mínima, esto es, en cuanto a su estructura,
financiamiento u operatividad, puede significar la desaparición de dicha competencia y
favorecer a los fondos privados de pensiones en perjuicio del Instituto de Seguros Sociales,
aparte de que limitaría las opciones que tienen los destinatarios del servicio para escoger el
régimen que más convenga a sus intereses o particulares situaciones”3.
En la selección del Fondo de Pensiones por parte del afiliado debe tenerse en cuenta
que éste acepta las condiciones del Fondo para acceder a las pensiones de vejez,
invalidez y de sobrevivientes. (Art. 128 de la Ley 100 de 1993). En razón a esto, los
aportes de cotización que efectúan el trabajador y los empleados para el sostenimiento
del Sistema General de Pensiones, se encuentra debidamente establecido en la Ley
mediante un porcentaje sobre el ingreso base de cotización mensual. (Art. 1 Decreto
4982 de 2007). Existe también una disposición normativa frente a los afiliados que
perciban 16 salarios mínimos mensuales legales vigentes y los que perciban ingresos
superiores a 20 salarios mínimos mensuales legales vigentes; estos últimos deberán
contribuir con un aporte adicional del 1% destinado a la subcuenta de subsistencia del
Fondo de Solidaridad Pensional. (Art. 20 Ley 100 de 1993).
También existen cotizaciones especiales para ciertos afiliados con características
especiales en su labor, por ejemplo, el monto de cotización para actividades de alto
riesgo es diez puntos adicionales a cargo del empleador. (Art. 5 Decreto-Ley 2090 de
2003).
En este sistema dual, solidario y excluyente, ninguna persona puede distribuir las
cotizaciones obligatorias entre los dos Regímenes del Sistema General de Pensiones
(Art. 16 Ley 100 de 1993). Estos regímenes fueron denominados: Régimen Solidario de
Prima Media con Prestación Definida y el Régimen de Ahorro Individual con
3 Corte Constitucional, sentencia C-538 del 16 de octubre de 1996. M.P. Antonio Barrera Carbonell.
18
Solidaridad.
En el primero de ellos, los afiliados o sus beneficiarios obtienen sus
pensiones (Invalidez, Vejez o Sobreviviente) de acuerdo a los requisitos previstos en la
ley y los aportes tanto de los afiliados como de los empleadores, junto a sus
rendimiento constituyen un fondo común de naturaleza pública, con el cual se garantiza
el pago de los pensionados; los requisitos como el monto, la edad y las semanas de
cotización están previamente determinados por la ley (Art. 31 Ibídem); En este régimen
no se les permite a los afiliados realizar cotizaciones voluntarias, ni optar por pensiones
anticipadas (Art. 32 Ibídem). Teniendo en cuenta que es el Estado el que administra
los dineros de los afiliados a través de la Administradora Colombiana de Pensiones COLPENSIONES, el mismo garantiza el cumplimiento y pago efectivo de los derechos
pensionales (Art. 52 Ibídem).
En cuanto al Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, se ha considerado como el
conjunto de entidades privadas, normas y procedimientos mediante los cuales se
administran los recursos provenientes de los aportes de los afiliados y que están
destinados al reconocimiento de determinadas prestaciones sociales (Art. 59 ibídem).
Se denomina individual por que fundamentalmente se basa en el ahorro proveniente de
las cotizaciones y rendimientos que las mismas generan y que son efectuados por sus
afiliados, la solidaridad se encuentra relacionada con las garantías de pensión mínima
y aportes al Fondo de Solidaridad, el establecimiento de esta modalidad de régimen
pretendió la competencia entre las diferentes entidades administradoras del sector
privado, sector público y sector social solidario, para que existiera una libre escogencia
por parte de los afiliados y es administrado por los Fondos Privados Administradores de
cesantías (Art. 60 Ley 100 de 1993).
1.2.1 REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUALCON SOLIDARIDAD
El régimen de ahorro individual con solidaridad como se dijo anteriormente es el
conjunto de entidades, normas y procedimientos, mediante los cuales se administran
los recursos privados y públicos destinados a pagar las pensiones y prestaciones que
deban reconocerse a sus afiliados (Art. 59 Ley 100 de 1993). Este régimen está basado
19
en el ahorro proveniente de las cotizaciones y sus respectivos rendimientos financieros,
la solidaridad a través de garantías de pensión mínima y aportes al fondo de
solidaridad,
y propende por la
competencia entre
las diferentes entidades
administradoras del sector privado, sector público y sector social solidario, que
libremente escojan los afiliados. (Art. 59 Ibídem). En el mismo, los trabajadores y sus
empleadores realizan la afiliación y la cotización, mientras que las Administradoras de
Fondos de Pensión, se encargan de administrar estos fondos de pensiones creados
por el conjunto de cuentas individuales y pagan las pensiones a través de la modalidad
de retiro programado, adicional a ello contratan con las compañías de seguros los
seguros de invalidez y sobrevivencia y las pensiones bajo la modalidad de renta
vitalicia. En este régimen el Estado deja de ser administrador del mismo y pasa a ser
garante de las pensiones mínimas y asistenciales (Art. 60 Ibídem).
Como ya se expresó, la administración de éste régimen está a cargo de particulares a
través de las Sociedades Administradoras de Fondos de Pensiones y/o Sociedades
Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías (A.F.P.), debidamente
autorizadas por la Superintendencia Bancaria. (Art. 60 Literal b Ibídem). Los aportes
que realizan los afiliados serán depositados en una cuenta individual (Art. 63 Ibídem),
en las cuales se consignan las cotizaciones obligatorias y voluntarias, los bonos
pensionales y los subsidios del Estado, en aras de garantizar el acceso a una pensión
de vejez, invalidez o de sobrevivientes, esto en el evento en que el monto acumulado
de
capital
y
sus
correspondientes
rendimientos,
permitan
proceder
a
su
reconocimiento.
El artículo 60 de la Ley 100 de 1993, establece las características del régimen de
Ahorro Individual y entre ellas encontramos:

Los afiliados tienen derecho al reconocimiento y pago de las pensiones de vejez,
de invalidez y de sobrevivientes, así como de las indemnizaciones a que haya
lugar, cuya cuantía dependerá de los aportes de los afiliados y empleadores, sus
20
rendimientos financieros, y de los subsidios del Estado, cuando a ellos hubiere
lugar.

Una parte de los aportes mencionados en el literal anterior, se capitalizará en la
cuenta individual de ahorro pensional de cada afiliado. Otra parte se destinará al
pago de primas de seguros para atender las pensiones de invalidez y de
sobrevivientes y la asesoría para la contratación de la renta vitalicia, financiar el
fondo de solidaridad pensional y cubrir el costo de administración del régimen.

Los afiliados al sistema pueden escoger y trasladarse libremente entre entidades
administradoras, y seleccionar la aseguradora con la cual contraten las rentas o
pensiones.

El conjunto de las cuentas individuales de ahorro pensional de cada uno de los
afiliados, constituye un patrimonio autónomo propiedad de los afiliados,
denominado fondo de pensiones, el cual es independiente del patrimonio de la
entidad administradora.

Las entidades administradoras deben garantizar una rentabilidad mínima del
fondo de pensiones que administran.

Cuando
las entidades administradoras o
aseguradoras
incumplan
sus
obligaciones, el Estado debe garantizar los ahorros del afiliado y el pago de las
pensiones a que éste tenga derecho.

En desarrollo del principio de solidaridad, el Estado garantiza en determinadas
ocasiones la pensión mínima.
Como puede concluirse de la normatividad anteriormente transcrita, en el Régimen de
Ahorro Individual con Solidaridad, existen dos elementos fundamentales a saber: Los
afiliados que crean una cuenta de ahorro individual, en la cual se depositan sus
aportes, los rendimientos y los bonos pensionales cuando a ello haya lugar, cuentas
individuales que en conjunto crean un fondo pensional.
Por otro lado están las
entidades administradoras de fondos de pensiones, en las cuales recae la
responsabilidad tanto de administrar los aportes de los afiliados, como la de pagar una
21
vez se llegue al capital necesario, las prestaciones sociales a que haya lugar (Art. 60
Ley 100 de 1993).
Estas entidades administradoras, encargadas de manejar los fondos de pensiones,
deben crearse como sociedades anónimas o instituciones solidarias, y contar con un
patrimonio igual al cincuenta (50%) por ciento, exigido para la creación de una
corporación financiera, cuya función es respaldar exclusivamente el desarrollo del
negocio de administración de fondos de pensiones (Art. 5 Decreto 656 de 1994).
Desde el momento de su constitución y por el término de 5 años deberán ofrecer
públicamente acciones, para que las entidades del sector social solidario, puedan llegar
a suscribir mínimo el 20% de su capital social (Art. 8 Decreto 656 de 1994). Los
afiliados y pensionados del régimen de ahorro individual con solidaridad, pueden ser
socios de las sociedades administradoras (Art. 8 Ibídem).
Teniendo en cuenta que las cuentas de ahorro individual de los afiliados al Fondo de
Pensionales, no solo se constituyen por los aportes realizados por los mismos, sino por
las rentabilidades que originan las entidades administradoras de Fondos de Pensiones,
estas rentabilidades sólo se pueden originar por la compra de acciones, bonos del
Estado, fiducias, cdt’s o bonos en el exterior; lo anterior teniendo en cuenta que se
debe garantizar la seguridad, rentabilidad y liquidez de los recursos del sistema (Art.
2.6.12.1.2 del Decreto 857 de 2011). Las Administradoras de Fondos de Pensiones
tienen la libertad de invertir máximo el 40% del fondo en activos de renta variable,
máximo el 50% en títulos de deuda pública, máximo el 40% en Bonos y títulos
hipotecarios y hasta un 50% en títulos de emisores del exterior, deben garantizar una
rentabilidad mínima, y pueden cobrar un porcentaje de comisión sobre los aportes no
superior al 3% (Art. 2.6.12.1.5 del Decreto 857 de 2011).
Bajo esta orbita se calcula, que las rentabilidades generadas por la administración de
los fondos es determinante en el momento de alcanzar el ahorro necesario para
alcanzar la pensión, se ha contemplado que más de la mitad del ahorro que alcanza
acumular un trabajador en su cuenta individual corresponde más a las rentabilidades
22
que a sus propios ahorros. Por tanto, el componente principal de la pensión es la
capitalización que se obtiene dada una tasa de retorno del portafolio (Martínez y
Murcia, 2008, p. 1).
Es por lo anterior que se hace importante, que los afiliados conozcan y sean
informados respecto a las diferentes modalidades de pensión, esto para escoger la que
más se ajuste a sus necesidades y obtener mayores opciones de rentabilidad,
lastimosamente y debido a la poca información no todos los afiliados cuentan con los
criterios necesarios para escoger la mejor modalidad, lo que puede conllevar a que el
individuo asuma de forma individual el riesgo; de esta manera no se estaría cumpliendo
los principios de la seguridad social y se estaría simplemente privilegiando los capitales
de las administradoras de pensiones.
Por lo anterior, Morán y Troncoso (2003) a
analizar la entrada en vigencia de una de las grandes reformas que se le habían hecho
al sistema pensional chileno, sugirió un diseño del sistema multifondos en donde se
tenga en cuenta que los individuos deben estar altamente informados, pues las
decisiones que ellos toman depende de más factores diferentes a la edad
Para entender mejor esta situación es importante conocer las modalidades de pensión
de vejez, en el régimen de ahorro individual con solidaridad y la forma de
financiamiento o multifondos.
1.2.2 FIGURA DE MULTIFONDOS
Debido a las deficiencias que presentaba el esquema de financiamiento de la pensión
de vejez en el régimen de ahorro individual, tal y como había quedado consagrado en
la Ley 100 de 1993 Art. 68, por cuanto el afiliado con el ahorro en su cuenta individual
solo alcanzaba a cubrir aproximadamente el cuarenta por ciento (40%) de su ingreso al
momento de acceder la pensión de jubilación, lo cual conllevo a que se considerara la
inviabilidad del sistema pensional en el RAIS, originando así la aparición del esquema
de multifondos mediante el Decreto 2373 de 2010, para innovar en el mercado de
capitales y de esta manera hacer más eficiente la administración de las reservas
23
pensionales, por parte de las sociedades financieras administradoras de fondos de
pensiones encargadas de ese cometido y de esta manera en las cuentas individuales
de los afiliados se obtuvieran mayores rendimientos lo que garantizara un mayor capital
al momento de reconocer la obligación pensional.
Lo anterior teniendo en cuenta que, los recursos que administran las Administradoras
de Fondos de Pensiones, los obtienen mediante los tres servicios que ofrecen: Pensión
Obligatoria, Pensión Voluntaria y Cesantías, para luego invertirlos y generar una
rentabilidad que garantice que el mayor número de trabajadores obtenga una pensión
decente para su bienestar en los años de inactividad laboral4. Lo que venían haciendo
estas administradoras era invertir el dinero recaudado en un portafolio de inversión,
donde no existía gran riesgo y por lo tanto no se obtenía una rentabilidad significativa,
arropando el mismo tratamiento a todos sus afiliados, sin entrar en consideración a que
existen segmentos de la población que podían optar por inversiones que, aunque se
pudieran considerar riesgosas les podrían arrojar mayores dividendos a largo plazo5.
Mediante Ley 1328 de 2009 “Por la cual se dictan normas en materia financiera, de
seguros, del mercado de valores y otras disposiciones”,
se aprobó por parte del
Congreso de la República, la reforma financiera que permitió la creación de diferentes
alternativas de inversión de los recursos de las pensiones, dependiendo de las
preferencias, edad y perfil de los afiliados, el cual fue reglamentado por el Gobierno
Nacional a través del Decreto 2373 de 2010.
En el titulo VI de la ley 1328 de 2009, se efectuaron algunos cambios al régimen de
ahorro individual, la principal modificación a la ley 100 de 1993, es como ya se dijo el
cambio a un sistema multifondos que implica mayores flexibilidades y libertades tanto
para las administradoras como para el afiliado. Bajo esta nueva estructura, los afiliados
se pueden trasladar de una administradora a otra y tienen la libertad de escoger entre
4 http://sistemafinanciero.galeon.com/index_archivos/page0008.htm
5 http://www.asofondos.org.co/multifondos
24
tres fondos donde invertir su cuenta individual y trasladarse entre estos (esto con una
periodicidad de 6 meses) (Art. 48 Ley 1328 de 2009).
Estos tres tipos de fondos o modalidades para administrar sus ahorros, se basan en el
perfil de riesgo, el momento laboral y la edad, adicionalmente, existe un fondo especial
de Retiro Programado para los pensionados (Art. 47 Ley 1328 de 2009); en su etapa de
acumulación están compuestos, por tres (3) fondos (Art. 1 Decreto 2373 de 2010),
conservador, moderado y de mayor riesgo y, en su etapa de desacumulación un fondo
especial para los pensionados de retiro programado. Se convierten estos fondos
entonces en una de las ventajas que tienen los afiliados al Regimen de Ahorro
Individual con Solidaridad, puesto que al ser los rendimientos uno de los componentes
de su cuenta de ahorro individual, pueden decidir cómo quieren invertir sus ahorros y
cómo lograr una mayor rentabilidad para obtener su auxilio en la vejez. Estos fondos
han sido denominados conservador, moderado y de mayor riesgo (Art. 1 Ibidem), en los
cuales se establecen diferentes límites en las inversiones para de esta forma,
establecer los niveles de riesgo de los mismos.
1.2.2.1 Fondo Conservador:
Dirigido a aquellas personas cercanas a la edad de jubilación (10 años o menos) y
quienes sean menos dados al riesgo al momento de efectuar sus inversiones. El fin de
este fondo es preservar el capital acumulado, reduciendo la exposición ante las
fluctuaciones del corto plazo. Las rentabilidades son menores a las observadas en los
otros dos fondos que son de más largo plazo. Protege el ahorro de los afiliados
próximos a pensionarse: menor riesgo y retorno ( Art. 2.6.12.11 del Decreto 857 de
2011 en concordancia con el Art. 6 Decreto 2373 de 2010).
25
1.2.2.2 Fondo Moderado:
Se recomienda para aquellos afiliados a quienes les falten cinco o diez años para
obtener su pensión o quienes tengan una tolerancia media al riesgo. Por tanto, las
volatilidades en las inversiones son moderadas y así como la rentabilidad en el largo
plazo, el Riesgo y retorno similares a los observados en el fondo actual: estabilidad y
tranquilidad (Art. 2.6.12.11 del Decreto 857 de 2011 en concordancia con los Art. 11 y
12 Decreto 2373 de 2010).
1.2.2.3 Fondo De Mayor Riesgo:
Dirigido a cotizantes jóvenes o personas a las que les falten diez o más años para
pensionarse. Las inversiones en este fondo presentan mayores fluctuaciones en
periodos cortos pero mayores rentabilidades en el largo plazo. Quienes opten por este
fondo tienen mayor tolerancia al riesgo. Potencializa el ahorro de los afiliados jóvenes:
mayor retorno y riesgo y mayor rentabilidad (Art. 2.6.12.11 del Decreto 857 de 2011 en
concordancia con los Art. 4 Decreto 2373 de 2010)
1.2.2.4 Fondo Especial De Retiro Programado.
Diseñado para el pago de las pensiones y la administración de los recursos de los
pensionados (Art. 2.6.12.11 del Decreto 857 de 2011 en concordancia con el Art. 14
Decreto 2373 de 2010).
1.3 LA PENSIÓN DE VEJEZ EN EL REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL
Como se ha venido exponiendo, los beneficios otorgados en el Regimen de Ahorro
Individual con Solidaridad, provienen del ahorro que contenga la cuenta de cada
persona, realizando un estudio actuarial y un estudio personal de la misma (Art. 64 y 68
Ley 100 1993), por ejemplo, si una persona quiere pensionarse a temprana edad, debe
26
ahorrar el dinero necesario en su cuenta que le permita cubrir las mesadas que se
causen desde la edad de pensión y hasta los 82 años, que es el promedio estimado de
vida en el país6.
En consecuencia en el Régimen de Ahorro Individual la pensión se construye con el
ahorro pensional que acumuló el afiliado así como de las correspondientes
rentabilidades arrojadas durante los años en que efectuó sus aportes. Dichos recursos
–aportes y rentabilidades-, constituyen la pensión del afiliado; para obtenerla dicho
monto debe por lo menos financiar una pensión equivalente al 110% del salario
mínimo, sin que para ello sea exigible el requisito de edad o determinado número de
semanas de cotización (Art. 64 Ibídem).
Las cotizaciones de los afiliados y sus rendimientos constituyen una cuenta individual
de naturaleza privada, que es administrada por la entidad que designe o escoja
libremente el trabajador, en desarrollo de un mercado de libre competencia controlado
por el Estado. Teniendo en cuenta que, como ya se expresó anteriormente la
efectividad del régimen de ahorro individual depende de la cantidad de dinero
depositada en la respectiva cuenta individual, esta se integra por cuatro componentes
básicos: (i) las cotizaciones obligatorias, (ii) las cotizaciones voluntarias, (iii) los
rendimientos financieros y (iv) el bono pensional (Art. 49 Ley 1328 de 2009).
Los afiliados al régimen de ahorro individual con solidaridad, tendrán derecho a una
pensión de vejez, a la edad que escojan, siempre y cuando el capital acumulado en su
cuenta de ahorro individual les permita obtener una pensión mensual, superior al 110%
del salario mínimo legal mensual vigente a la fecha de expedición de esta ley,
reajustado anualmente según la variación porcentual del índice de precios al
consumidor certificado por el DANE. Para el cálculo de dicho monto se tendrá en
cuenta el valor del bono pensional, cuando a éste hubiere lugar. Cuando a pesar de
cumplir los requisitos para acceder a la pensión en los términos del inciso anterior, el
6 Recuperado en: https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/.../8Tablasvida1985_2020.pd
27
trabajador opte por continuar cotizando, el empleador estará obligado a efectuar las
cotizaciones a su cargo, mientras dure la relación laboral, legal o reglamentaria, y hasta
la fecha en la cual el trabajador cumpla sesenta (60) años si es mujer y sesenta y dos
(62) años de edad si es hombre. (Art. 64 Ley 100 1993)
Existe en este régimen una modalidad de pensión para las personas que no alcancen a
ahorrar una cantidad de dinero suficiente que le permita financiar una pensión, llamada
garantía de pensión mínima de vejez, la cual se da cuando, los afiliados que a los
sesenta y dos (62) años de edad si son hombres y cincuenta y siete (57) si son
mujeres, no hayan alcanzado a generar la pensión mínima de que trata el artículo 35
de la ley 100 de 1993, y hubiesen cotizado por lo menos mil ciento cincuenta semanas
(1.150), tienen derecho a que el Gobierno Nacional, en desarrollo del principio de
solidaridad, les complete la parte que haga falta para obtener dicha pensión. (Art. 65.
Ley 100 de 1993 - Modificado por el art. 14, Ley 797 de 2003)
La pensión de vejez en el régimen de ahorro individual contempla varias modalidades,
a saber: Renta vitalicia inmediata, Retiro programado, (iii) retiro programado con renta
vitalicia diferida, (iv) Garantía de Pensión Mínima y (v) las demás que autorice la
Superintendencia Financiera (Art. 79 Ley 100 de 1993).
1.3.1 Renta Vitalicia Inmediata.
La renta vitalicia inmediata, es la modalidad de pensión mediante la cual el afiliado o
beneficiario contrata directa e irrevocablemente con la aseguradora de su elección, el
pago de una renta mensual hasta su fallecimiento y el pago de pensiones de
sobrevivientes en favor de sus beneficiarios por el tiempo a que ellos tengan derecho.
Dichas pensiones deben ser uniformes en términos de poder adquisitivo constante y no
pueden ser contratadas por valores inferiores a la pensión mínima vigente. (Asociación
Internacional de Organismos Supervisores de Fondos de Pensiones - AIOS: 2003,123).
28
La administradora a la que hubiere estado cotizando el afiliado al momento de cumplir
con las condiciones para la obtención de una pensión, será la encargada de efectuar, a
nombre del pensionado, los trámites o reclamaciones que se requieran, ante la
respectiva aseguradora (Art. 80 Ley 100 de 1993).
1.3.2. Retiro Programado
El retiro programado es la modalidad de pensión en la cual el afiliado o los
beneficiarios, obtienen su pensión de la sociedad administradora, con cargo a su
cuenta individual de ahorro pensional y al bono pensional a que hubiera lugar. Para
estos efectos, se calcula cada año una anualidad en unidades de valor constante, igual
al resultado de dividir el saldo de su cuenta de ahorro y bono pensional, por el capital
necesario para financiar una unidad de renta vitalicia para el afiliado y sus beneficiarios.
La pensión mensual corresponderá a la doceava parte de dicha anualidad. A la muerte
del afiliado si no hubiese beneficiarios, el saldo de la cuenta se transfiere a la masa
sucesoral. Si no hubiese causahabientes, el saldo se destina a financiar la garantía de
pensión mínima. (Asociación Internacional de Organismos Supervisores de Fondos de
Pensiones - AIOS: 2003,123).
El saldo de la cuenta de ahorro pensional, mientras el afiliado disfruta de una pensión
por retiro programado, no podrá ser inferior al capital requerido para financiar al afiliado
y sus beneficiarios una renta vitalicia de un salario mínimo legal mensual vigente (Art.
81 Ley 100 de 1993).
1.3.3. Retiro Programado con Renta Vitalicia Diferida.
El retiro programado con renta vitalicia diferida, es la modalidad de pensión por la cual
un afiliado contrata con la aseguradora de su elección, una renta vitalicia con el fin de
recibir pagos mensuales a partir de una fecha determinada, reteniendo en su cuenta
individual de ahorro pensional, los fondos suficientes para obtener de la administradora
29
un retiro programado, durante el período que medie entre la fecha en que ejerce la
opción por esta modalidad y la fecha en que la renta vitalicia diferida comience a ser
pagada por la aseguradora. La renta vitalicia diferida contratada no podrá ser inferior a
la pensión mínima de vejez vigente. (Asociación Internacional de Organismos
Supervisores de Fondos de Pensiones - AIOS: 2003,123).
Respecto de esta
modalidad de pensión se observa que bajo el régimen de ahorro individual con
solidaridad, tenemos que la opción de obtener una buena pensión está diseñado para
gran parte de los cotizantes, pero teniendo en cuenta el porcentaje cotizado es bien
sabido que el porcentaje de cotización o Ingreso Base Liquidación, es el mismo para
ambos regímenes del 16% sobre el salario devengado, es más beneficiario para las
personas que tienen grandes ingresos y así de esta manera pueden generar grandes
utilidades para sus cuentas de ahorro individual, y en ese orden de ideas obtener una
mesada pensional muy prospera, mientras para las personas que no tengan una fuerza
laboral con un salario muy alto se les va a dificultar obtener una pensión onerosa de un
cantidad beneficiosa para ellos, la verdad es que es muy incierto para este tipo de
cotizantes, el valor de sus cuentas respecto de sus cotizaciones (Art. 82 Ley 100 de
1993).
1.3.4 Garantía de Pensión Mínima.
Esta pensión se traduce en un subsidio que da el Estado a las personas que han
satisfecho requisitos de edad y semanas para acceder a la pensión mínima. Es
financiada con el 1.5% del IBC (Ingreso base de cotización) del afiliado y,
eventualmente, con el Presupuesto Nacional.
Los requisitos para acceder a esta prestación son contar con 57 años de edad si es
mujer o 62 años en el caso de los hombres, haber cotizado mínimo 1150 semanas de
cotización, contar con un capital insuficiente en la cuenta de ahorro individual, para
financiar una pensión mínima.
30
En el caso de estas pensiones, la cuenta individual de cada afiliado se constituye no
solo de sus aportes, de los rendimientos que estos obtuvieron, de los bonos
pensionales a que haya lugar, sino también del subsidio que otorga el Estado para
alcanzar el ahorro que le permita financiar una pensión de vejez en cuantía de un
salario mínimo (Art. 65 Ley 100 de 1993).
CAPITULO II
2. SOSTENIBILIDAD FINANCIERA DEL REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL CON
SOLIDARIDAD PARA EL RECONOCIMIENTO DE PENSION DE VEJEZ
Tal como se ha visto en los capítulos precedentes, se tiene que la seguridad social se
constituye en un motor de estabilidad económica del individuo, el cual frente a su retiro
de la actividad laboral, pretende continuar percibiendo una remuneración que le permita
tanto a ellos, como a su grupo familiar contar con los recursos necesarios que le
permitan una congrua subsistencia y es en ese momento que se requiere por parte del
Estado una protección especial; es por ello que dichas circunstancias como lo son la
invalidez, la vejez y la muerte deben estar contempladas en este grupo de
posibilidades. Además, el mandato de la Constitución Política ordena al Estado
garantizar la protección a las personas y grupos que se encuentren en estado de
indefensión o en condiciones de vulnerabilidad; el caso de los ancianos, de las mujeres
embarazadas y de los niños, por ejemplo.
El sistema garantista de la Constitución propende por una protección integral del
individuo en relación a las actividades básicas de la vida; por lo que, que en busca del
cumplimiento de los fines esenciales del Estado, se han intentado modernizar las
instituciones de manera que se puedan atender eventualidades como las ya
mencionadas; cobertura a los trabajadores de distintos sectores y cotizaciones basadas
en los aportes de dicha fuerza laboral son algunas de las características generales del
régimen de seguridad social pensional.
31
En principio las disposiciones normativas y la organización estatal han estado al
servicio del logro de dichos fines esenciales para garantizar el estado de bienestar
mediante la prestación de los servicios en manos únicamente del Estado. Pero a partir
de la crisis mundial de seguridad social en materia de pensiones y las tendencias de
apertura de la economía global mediante políticas neoliberales de libre mercado, se
intentó modernizar la institución a partir de privatizaciones que facilitaran la gestión a
los distintos entes privados, por lo que se crearon las llamadas Administradoras de
Fondos de Pensiones.
El deber ser en cumplimiento de los fines esenciales del Estado y en concordancia con
los mandatos de la Constitución Política en materia de protección de la persona y su
desarrollo pleno en cumplimiento del respeto la dignidad humana, debe estar orientado
hacia el establecimiento de un Sistema de Ahorro Individual Pensional que garantice el
acceso de los colombianos, obviamente acompasado por políticas públicas de incentivo
al empleo y a contratos laborales que brinden seguridad y estabilidad al trabajador. Lo
que acumulado representara la permanencia de la gran masa laboral en sistemas de
ahorro permanentes.
En contravía de la Constitución se manifiesta el sistema dual de pensiones; en un país
en donde la desigualdad ha sido la fuente de enormes conflictos, en donde la no
equidad ha sido un de las proclamas más fuertes para impulsar reformas hasta de
índole constitucional. Para llegar al fondo del asunto estructural de la fragilidad
financiera del sistema de ahorro individual hay que hacer un delicado tránsito por la Ley
100 de 1993, pues, de ella emanan los principios rectores que deben guiar al sistema
en concordancia con la norma superior. Además, la estructura material concebida para
hacer frente a los retos en materia de universalidad, cobertura, etc.
La discusión acerca de la insostenibilidad financiera del Régimen de Ahorro Individual
seguirá en la medida que los mentados elementos de inestabilidad persistan y que las
condiciones propiciadas por malas decisiones de Estado frente a la manera en que
32
debe lograrse la protección en seguridad social en materia de pensiones sean la
constante.
El tema de los rendimientos financieros es lo que genera mayor preocupación, si
tenemos en cuenta que sólo con los aportes pensionales que realiza el afiliado no se
alcanza a completar el capital necesario para cubrir una pensión de vejez, ya que se
ha demostrado que los rendimientos alcanzan a superar más del 60% del capital
ahorrado y es lo que permite en determinados casos alcanzar una pensión de vejez, lo
que conlleva a afirmar que más de la mitad del capital pensional que alcanza a
acumular una persona se debe a la capitalización y una parte menor a sus aportes. Por
tanto, el componente principal de la pensión es la capitalización que se obtiene dada
una tasa de retorno del portafolio (Martínez y Murcia, 2008, p. 1).
Con las reformas al Sistema Pensional en los años noventa se puede apreciar que no
se logra estimular la cobertura y se carece de suficiente recurso para atender el pago
del enorme número de pensionados; uno de los factores que han recrudecido el
problema es el agotamiento del recurso proveniente de las reservas del ISS. (Acosta
2005). Además, la atención al gasto público con recursos provenientes de dicho ahorro
y la no previsión de reservas para atender el asunto pensional (Acosta 2005). De
hecho, para 1999 el pago de pensiones a cargo del Estado representó el 2% del PIB y
un 30% del déficit fiscal, esto sin haber llegado al agotamiento de las reservas del ISS
ni haberse requerido las garantías de pensión mínimo. Otro de los asuntos que
agudizan el problema es la estructura del mercado laboral colombiano, este es
altamente disfuncional y segmentado; altamente afectado por las condiciones
regulatorias que han provocado condiciones de pobreza y desigualdad en Colombia.
(Parra & Trujillo, 2012).
Para tratar de atender el problema surgido con estas fallas estructurales en el sistema
pensional establecido en la Ley 100 de 1993 y demás normas concordantes, se expide
la Ley 797 de 2003; donde se aumenta de 3 a 5 años el plazo para realizar traslados
entre subsistemas, se aumentan las cotizaciones para los más altos salarios para
33
alimentar el fondo de la pensión mínima y se redujo de manera gradual el periodo de
transición de 2008 al 2014.
En razón a lo anterior la OIT, plantea unos objetivos generales que debería tener el
sistema de pensiones para proteger el mantenimiento del ingreso familiar en caso de
vejez, invalidez, muerte y demás. (OIT 2000). En concordancia con lo anterior, en los
regímenes de pensiones resulta preocupante que las estadísticas de Colombia en
relación al mercado laboral indiquen un aumento exagerado en la informalidad
y
aumento del empleo temporal en alto porcentaje como el de la industria manufacturera
colombiana. (Parra & Trujillo, 2012)
“Deberían perseguir por lo menos la meta original de impedir la miseria en la
vejez, asegurar el otorgamiento de una pensión ligada a las ganancias a los
trabajadores cuyos ingresos se sitúen por encima de la línea de pobreza, ofrecer
a los trabajadores la posibilidad de suplementar las prestaciones que les proveen
los regímenes obligatorios y proteger los ingresos contrala inflación” (Gillion
2000),
Ante las dificultades estructurales del régimen pensional y atendiendo las disposiciones
de la OIT y la protección real de la población ante situaciones de vulnerabilidad se han
planteado modelos como el de pilares múltiples. (Gillion & Bonilla 1992).
Frente a los problemas que presentan los sistemas de pensiones se han sugerido
ciertos elementos para que sean óptimos; ¨El primero es una red seguridad o pensión
mínima para todos los ciudadanos financiado con impuestos generales; el segundo es
un sistema de
pensiones contributivo (ocupacional)
financiado con cargo a los
impuestos sobre nómina; y el tercero se basa en el ahorro voluntario individual (Banco
Mundial 1994). Estudios más recientes han redefinido el diseño óptimo para incluir
cinco pilares como fuentes deseables de ingresos durante la jubilación (Ibíd. 2005).
Estos son: el pilar "cero" o no contributivo; "uno" el cual es contributivo en función de
los ingresos; "dos" el cual es
obligatorio y se basa en la creación de cuentas
34
individuales; "tres" que consiste en acuerdos voluntarios flexibles (financiados por el
empleador, de tipo contribución definida o beneficio definido); y "cuatro" que consiste
en transferencias adicionales en especie o monetarias (inter- o intergeneracionales,
incluyendo seguro de salud, transferencias familiares, etc.)(Seguridad Social en
América 2009.)
La implementación del sistema de multifondos pretendió incrementar y alcanzar la
pensión, ofrecer más opciones de inversiones dependiendo los perfiles de riesgo,
estimular mayor participación de los afiliados e incrementar el sentido de la propiedad e
incentivar la cultura financiera de los mismos.
No obstante lo anterior, se debe tener en cuenta que, por ejemplo en la pensión de
vejez por retiro programado, cuando una persona obtiene los derechos de jubilación en
un fondo privado, la Administradora le continúa manejando los recursos, el problema es
que cuando se le acaben sus ahorros no contará con más mesadas y por tanto la
estabilidad que pretendía en su vejez, se ve truncada.
Otro de los inconvenientes a destacar en cuanto al reconocimiento pensional en el
Régimen de Ahorro Individual estriba en que no se ha logrado la cobertura que se
pretendía con su implementación, toda vez que la falta de afiliación al sistema se
genera por la inestabilidad en el empleo, la indebida distribución de la riqueza en el
país y la informalidad, lo que ha hecho que no todas las personas puedan optar por una
pensión vía capitalización. Una de las causas de la debilidad de la cobertura del
sistema pensional es la baja generación de empleo formal, de igual manera se ha
establecido que la cobertura depende del nivel de educación que es un determinante
de la afiliación, en tanto que las personas con educación superior a los 16 años tienen
tasas de afiliación cercanas al 66%, para los de menor educación la afiliación está por
debajo del 10%. (Suarez y Acosta 2007).
Lo anterior conlleva a que la tendencia de la rentabilidad vaya a la baja, obteniendo en
muchos casos resultados negativos en determinados periodos, no obstante como la
35
rentabilidad de los fondos se contabiliza en periodos de 36 meses, esto hace que se
amortigüe de cierta manera su impacto.
Referente al número de pensiones, a diciembre de 2009 el sistema ha otorgado 36.195
pensiones, de las cuales únicamente 7.314 son de vejez, 8.665 de invalidez y 20.216
de sobrevivencia. Se establece que esta tendencia en las pensiones otorgadas por el
sistema revela la disminución del disfrute directo por parte del afiliado a favor de los
sobrevivientes al estar demasiado cerca el reconocimiento con la esperanza de vida.
Hechos que alertan para no insistir en el aumento de la edad de jubilación. (Salazar
G.F.E. 2010).
Bajo esta perspectiva puede presentarse que los afiliados en un gran número, no
logren alcanzar el capital necesario para alcanzar el reconocimiento de su pensión de
vejez y deban acudir al subsidio del Estado a través de la garantía de pensión mínima
establecida en el artículo 65 de la Ley 100 de 1993, lo que repercute en la
sostenibilidad general del sistema, pues el Estado adicional a su obligación de
garantizar el reconocimiento de las pensiones en el Regimen de Prima Media con
Prestación Definida, se ve abocado a subsidiar ahora el Régimen de Ahorro Individual
con Solidaridad, trayendo con ello problemas de sostenibilidad general del sistema de
seguridad social en pensiones.
En términos generales, los estudios sobre la viabilidad y sostenibilidad del sistema
tienen como puntos de encuentro las dificultades que presenta el sistema en cuanto a
cobertura, generación de los beneficios adecuados que puedan brindar posibilidades
de una vida digna a la gran mayoría de población afiliada, que corresponde a cerca del
80%, y sobre todo, hacen evidente la necesidad de repensar el sistema y revisar el
componente solidario del mismo. (Salazar G, F. E. (2010) pág. 60).
En la investigación que realiza Salazar G, F. E., en el escrito régimen de ahorro
individual en Colombia: ¿Dónde están las ganancias en eficiencia?, se trae a colación
36
un modelo de simulación del Régimen desarrollado por Arias y Mendoza (2009) cuyo
objetivo fue proyectar la dinámica del sistema durante los siguientes 40 años. A partir
de las estimaciones realizadas, el trabajo encuentra resultados como los siguientes:
“En términos del ingreso que van a recibir los pensionados, medidos en función de la
tasa de reemplazo, se observa que en promedio, ésta presenta niveles inferiores al
50% (p. 39). Dentro de los principales resultados se encontró que alrededor del 80%
de los afiliados tienen ingresos inferiores a dos SMLV, considerando las bajas
densidades (Arias y Mendoza 2009).
Lo anterior teniendo en cuenta que los ingresos de las Administradoras de Fondos de
Pensiones, se constituyen principalmente en las comisiones cobradas por la
administración de los Fondos de Pensiones (Art. 39 Decreto 656 de 1994), en términos
absolutos se tiene que para el año 2009 el sistema obtuvo ingresos por comisiones por
valor de 981.192 millones de pesos, de este valor, los ingresos por comisiones con
mayor participación corresponden a los generados por la comisión de administración de
aportes a pensión obligatoria seguido de las comisiones cobradas por administración
de recursos de afiliados cesantes, el cual ha presentado un crecimiento promedio anual
del 61% durante el periodo 2000-2009, indicador de la significancia de los periodos en
los que los afiliados no realizan aportes. (Salazar G. F. E. (2010) pág. 68).
37
CONCLUSIONES
Con el modelo de financiamiento que se implementó bajo el sistema de multifondos en
el Regimen de Ahorro Individual con Solidaridad, no se protege el propósito esencial se
la seguridad social en pensiones, como lo es garantizar a la población, el amparo
contra las contingencias derivadas de la vejez, mediante el reconocimiento de las
pensiones y prestaciones que se determinan en la presente ley; toda vez que,
el
sistema tal y como está diseñado favorece solamente los patrimonios de las
Administradoras de Fondos de Pensiones, puesto que la mismas reciben las
comisiones de administración, independientemente si los rendimiento de los fondos fue
positivo o negativo.
Se le impone a los afiliados a soportar cargas adicionales a la de cotizar al sistema, tal
y como está contemplado en el Regimen de Prima Media con Prestación Definida,
puesto que adicional a ello, debe tomar decisiones relativas a la forma como deben ser
invertidos sus aportes en el mercado bursátil, sin que tenga la cultura para ello y sin
que sea asesorado en debida forma por las Administrados de Pensiones.
El papel del Estado frente al reconocimiento de la pensión de vejez en el régimen de
ahorro individual con solidaridad, se ve reflejado en el reconocimiento de la garantía de
pensión mínima, pues debe entrar a completar en la cuenta individual de los afiliados,
el capital que le falte para el reconocimiento de una pensión mínima, y si tenemos en
cuenta que las condiciones del mercado bursátil muchas veces no permiten alcanzar
este capital, el Estado se verá abocado cada vez más a subsidiar pensiones mínimas,
lo cual no contribuye con la sostenibilidad del sistema.
38
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43
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