NOTAS DE LA LECTURA DEL CAPÍTULO 5 (LA

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GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN ESTILOS DE APRENDIZAJE
NOTAS DE LA LECTURA DEL CAPÍTULO 5 (LA
HERRAMIENTA DE HERRMANN: UNA TIPOLOGÍA
COMPORTAMENTAL) DEL LIBRO “LOS DOS
CEREBROS EN EL AULA: CONOCER LA
DOMINANCIA CEREBRAL PARA MEJORAR LA
EDUCACIÓN” de la Educadora francesa Marie
Joseph Chalvin, TEA Ediciones, Madrid, 2003.
(SEGUNDA ENTREGA)
1. ¿HAY UN PERFIL TIPO DE EDUCADOR? Educadores y
educadoras: Las diferencias. Un estudio con educadores
franceses que respondieron al inventario de Herrmann permitió
elaborar un estudio estadístico y diseñar un perfil del educador
francés. En primer lugar, muestran diferencias significativas entre
varones y mujeres. Los educadores de sexo masculino, en su
mayoría cerebro izquierdo, tienen con frecuencia una o dos
preferencias, mientras que las mujeres, la
mayoría cerebro
derecho,
presentan
tres
preferencias.
De
este
modo,
las
educadoras, en general, se comunican más fácilmente con los otros
educadores. Los tres perfiles encontrados con mayor frecuencia en
educadores y educadoras francesas son: Educadores varones:
1122= 19%, 2111= 12.5% y 1221=11%, Educadores mujeres:
2211=
20%,
2112=
15%
y
2111=
12.5%,
Educadores
Varones+Mujeres= 2211= 19%, 2112= 13.5% y 2111= 11%. Los
perfiles más frecuentes en los trabajos de Herrmann son: Herrmann
Varones+Mujeres = 2111= 16%, 1122=15% y 2211= 24% En estos
datos hay una comprobación inquietante: el cuadrante menos
utilizado por los educadores es el cortical izquierdo (CI), el del
proceso lógico, analítico, de razonamiento riguroso, en una palabra
del cartesianismo. Estas operaciones intelectuales representan lo
que se exalta en la institución educativa ¿Cómo explicarse este
desfase?
También se observa una confirmación: Los hombres
funcionan con mayor frecuencia con el modelo cortical y las
mujeres con el límbico. Es evidente que en el seno de un grupo
mixto de educadores, los varones mantienen más fácilmente las
distancias frente a las personas, en tanto que sus colegas del sexo
femenino introducen en la comunicación una implicación afectiva.
De los datos de la investigación con educadores franceses se llega
a otras conclusiones: La mayoría de los profesores de matemáticas
son corticales izquierdos (CI) y presentan un déficit límbico derecho
(LD), es decir tienen menos facilidad para establecer contacto y una
comunicación expresiva. Por el contrario, los profesores de letras
presentan un importante déficit cortical izquierdo (CI) y la mayoría
prefiere los procesos y comportamientos del límbico derecho. Los
profesores de matemáticas se distinguen de manera espectacular
de los profesores de otras disciplinas ya que son los únicos que
aparecen como más corticales que límbicos y más cerebro
izquierdo que derecho. En cuanto a los profesores de inglés, se
distinguen
por
unas
mínimas
preferencias
corticales.
Esta
investigación permite concluir que hay caracteres comunes en la
profesión de educador. Una gran mayoría son predominantemente
cerebro derecho y límbico, y estas características se vuelven a
encontrar en la población norteamericana estudiada por Herrmann.
Por último, aparecen diferencias notables entre ciertas disciplinas y
muy particularmente entre profesores de matemáticas y los demás.
La observación de estos resultados permitirá a los educadores
comprender mejor las relaciones que se establecen entre ellos y
sus alumnos y elaborar una estrategia para mejorar sus procesos
de comunicación y por tanto su pedagogía.
2. DÍME QUÉ PREFIERES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES: El decorado
está listo, las características de cada cuadrante conocidas y
definidas, los perfiles de una muestra de educadores analizados;
vamos a los comportamientos concretos que les corresponden:
¿Cómo reaccionan educadores y alumnos que dan preferencias a
uno u otro cuadrante? ¿Dónde se sitúan las posibilidades de buena
comunicación y las zonas de conflicto o de incomprensión? El
estilo preferido de cada cuadrante: Es importante para el
educador conocer sus propias necesidades y las de sus alumnos:
Para el CI: Hechos. El educador o el alumno que dan prioridad al
estilo del CI tienen necesidad de hechos. Tanto el uno como el otro,
darán prioridad al contenido. El educador CI profundiza en su
asignatura, acumula los conocimientos, demuestra las hipótesis,
insistiendo en las pruebas. La imprecisión y el “poco más o menos”
le hacen sentirse mal, le da importancia capital a la palabra
correcta. Al alumno CI le gustan las clases sólidas, argumentadas,
apoyadas en hechos, las pruebas y las demostraciones. Viene a
clase para aprender, para tomar apuntes, para avanzar en el
programa a fin de conocerlo bien cuando termine el curso. Es buen
alumno a condición de que se le dé “materia”. Para el LI: Una
buena organización. El educador o el alumno que dan prioridad a
la forma de avanzar LI se atienen a la forma y a la organización. El
educador LI prepara una clase muy estructurada, un plan sin
fisuras, donde el II va detrás del I y la B detrás de la A. Presenta el
programa previsto sin digresiones y lo termina en el tiempo previsto.
Sabe acelerar en un punto preciso para evitar lo que considera lo
peor: ser cogido por sorpresa y no terminar el programa. Le da más
importancia a la forma que al fondo. El alumno LI es muy metódico
y organizado, frecuentemente es meticuloso; le desborda la toma
de apuntes, porque intenta ser claro y limpio. Llega a copiar de
nuevo un cuaderno o una lección porque lo encuentra confuso o
sucio. Le gusta que la clase se desarrolle en una especie de liturgia
conocida y rutinaria. Para el LD: La comunicación. El educador o
el alumno que dan prioridad a la forma de avanzar LD se atienen a
la comunicación, a la relación. Funcionan por sentimiento, por
instinto. Aprecian las pequeñas astucias de la pedagogía. El
educador LD se inquieta por los conocimientos que tiene que
impartir y por la forma en que van a ser recibidos. Cuando piensa
que la clase no está preparada para asimilar una lección dura, pone
en marcha un juego, un trabajo en equipo o un debate que
permitirán a los alumnos adquirir los conocimientos esenciales con
buen humor. Pregunta de vez en cuando a sus alumnos para saber
si las cosas van o no van. “Huele” su clase, se ingenia para
establecer en ella un buen ambiente. El alumno LD trabaja si el
profesor es de su gusto; se bloquea y se despista rápidamente si no
se tienen en cuenta sus progresos o sus dificultades. No soporta las
críticas severas. Le gustan algunas materias, detesta algunas otras
y lo demuestra. Aprecia las salidas, las proyecciones, los juegos,
todas las actividades que no se parezcan a una clase. Para el CD:
La apertura. El profesor o el alumno que dan prioridad a la forma
de avanzar CD tiene necesidad de apertura y visión de futuro.
Están deliberadamente orientados hacia el futuro y hacia los
objetivos lejanos, a largo plazo. El profesor CD presenta su clase
avanzando de una forma global; se sale a menudo del ámbito de
ésta para anticipar alguna noción. Tiene inspiración, le gusta
filosofar y levanta el vuelo a veces lejos de la institución educativa.
Con él parece que las paredes de la clase se derrumban. Se siente
con frecuencia oprimido y encerrado si tiene que volver a repetir la
misma lección. El alumno CD es intuitivo y animoso. Toma pocas
notas porque sabe seleccionar lo esencial. A veces da la impresión
de ser un cuentista, de soñar, de desconectar, pero otras veces
sorprende con sus observaciones inesperadas y con proyectos de
futuro originales.
LA SIGUIENTE NOTA SE REFERIRÁ LOS CUATRO TIPOS DE
APRENDIZAJE DEL ALUMNO, A LOS CUATRO MODOS DE
EVALUACIÓN DEL PROFESOR Y A LAS INCOMPRENSIONES
MUTUAS EN LOS ENCUENTROS DE PERSONALIDADES
OPUESTAS EN LAS DIAGONALES CI-LD Y LI-CD.
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