una desicion que puede cambiar la vida

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Una decisión que puede cambiar una vida
Párrafo de inicio
El 21 de junio del presente año sucedió algo que cambiaría de manera definitiva la visión
del director de la Secundaria Federal #18, Rafael Buendía. Ese día, se dio a conocer que un
grupo de cinco jóvenes de esta secundaria, al mando de un adulto, realizaron robos a mano
armada de al menos tres vehículos. Luego de una persecución, la policía atrapa a los
adolescentes pero el líder, logra huir, dejándolos con la responsabilidad. Después de
cumplir su condena de tres meses, los cuatro jovencitos deciden que quieren reintegrarse a
sus labores académicas en la escuela que pertenecían. Existen posturas a favor y en contra
de que sean aceptados. El director, deberá asumir una postura definitiva, tajante, dolorosa, y
valiente.
Los hechos
El pasado 21 de junio, en el municipio de Guerrero, Chihuahua, se registraron dos asaltos a
mano armada, un grupo de cinco jovencitos de entre 13 y 15 años de edad, (dos mujeres y
tres hombres), al mando de un adulto, con violencia despojaron de sus vehículos a dos
personas que transitaban por la carretera que conduce de esta ciudad al municipio de
Cuauhtémoc, de donde son originarios estos jóvenes.
Casi al anochecer, ya en posesión de los dos vehículos robados y una camioneta en la que
iba el líder de la banda, le hicieron el alto a otra camioneta más, la cual era conducida por
una mujer, quien de inmediato se bajó de su vehículo y lo entregó a los jóvenes sin poner
resistencia.
Este caso fue escrito por LILIANA CHAVEZ LOPEZ para el curso de Demandas Educativas en la Sociedad del Conocimiento, bajo la
supervisión de la Dra. María Soledad Ramírez Montoya, profesora titular de la Escuela de Graduados en Educación del Tecnológico de
Monterrey. El caso está basado en la información proporcionada por la institución donde se investigó el caso. Todos los nombres de
personas y de instituciones, así como algunos datos adicionales, han sido alterados para mantener la confidencialidad de la instancia.
Versión: 21 de octubre de 2010
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Los jóvenes conducían por la carretera a toda velocidad, felices, pues creyeron que la
misión había sido todo un éxito. Sin embargo, nunca se dieron cuenta que la última mujer a
quien habían asaltado, era una diputada federal, que en ese momento regresaba a su lugar
de origen. Ésta inmediatamente dio aviso a las autoridades y se puso en marcha el operativo
de búsqueda del vehículo. La policía municipal de ambos municipios involucrados, la
policía estatal y la federal, se dieron a la tarea de dar persecución a los jóvenes, que
viajaban en caravana por la carretera. Al verse sorprendidos, aceleraron aún más, perdiendo
uno de ellos el control del vehículo, volcándose.
Inmediatamente un grupo de policías se acercó al lugar del accidente, y se percataron que
viajaban dos jovencitas, una de ellas con lesiones leves, pero la conductora, a raíz del
golpe, perdió la vida instantáneamente.
El líder de banda que viajaba en una camioneta aparte, entró en una vereda, logrando evadir
la persecución de la policía, los otros jóvenes, fueron sometidos casi al instante.
Los cuatro jóvenes involucrados, fueron juzgados y sentenciados a pasar tres meses en
prisión por su delito, esto por ser menores de edad.
Los medios de comunicación hicieron la cobertura del suceso, y se descubrió en este
momento que los jóvenes involucrados en el delito, eran alumnos de la Escuela Secundaria
Federal #18, de la ciudad de Cuauhtémoc, Chihuahua. Inmediatamente fueron en busca del
director de la escuela, para conocer su opinión sobre el caso, pero él decidió mantenerse al
margen, y no emitir ninguna declaración al respecto, total, los hechos sucedieron fuera del
horario de clases y la escuela se deslindaba por completo de la situación.
El ciclo escolar finalizó, y parecía que la situación estaba controlada, vendrían las
vacaciones de verano y al volver, en agosto, ya nadie recordaría lo ocurrido. Y así fue, al
iniciar el ciclo escolar ya nadie comentaba el suceso, más aún, nadie preguntaba por los
compañeros involucrados, todo parecía estar en orden.
A finales del mes de septiembre, se dio a conocer que los jóvenes involucrados en aquel
terrible asalto, finalmente habían quedado libres. Los padres de estos jóvenes, se reunieron
y solicitaron al director el reingreso de sus hijos al plantel educativo, situación que causó un
gran revuelo tanto entre los profesores como con los padres de familia del resto de los
alumnos, en ambos casos, con posturas a favor y en contra.
El director Buendía, debía tomar una decisión rápido, pues el ciclo escolar avanzaba y estos
jóvenes estaban perdiendo tiempo de clases, más debía conciliar a todas las partes
involucradas, pues no quería una problemática mayor después. Su primer impulso fue
tomar la opinión tanto de los profesores como de los padres de familia, así como de sus
superiores, para tomar una decisión que fuera la mejor, la correcta, la socialmente
aceptable, la conveniente para los alumnos rechazados. Un gran reto, indudablemente,
estaba en juego su credibilidad como autoridad educativa. Propuso un plazo de una semana
para tomar una decisión.
Los profesores
Luego de tener una reunión de consejo con los profesores de la institución, los resultados
fueron aún más confusos para el director, quien seguía sin tener clara la decisión que
tomaría. El 60% de los profesores coincidieron en que era factible darles la oportunidad a
los alumnos de reintegrarse a sus labores académicas, pues no tenían el derecho de negarles
la educación, la única condición sería que se les debía dar seguimiento, atención
psicológica, y mantenerlos en constante observación.
El otro 40% de los profesores, dijeron que no se debía aceptar a estos alumnos, pues traían
ya otra mentalidad, habían vivido situaciones demasiado extremas, no propias de su edad, y
que de alguna manera podría influir en el resto de los alumnos, además, nadie había
considerado que el líder de la banda seguía libre, y que el riesgo era latente, ya no
solamente para estos cuatro alumnos, sino para el resto de los estudiantes. Coincidieron en
que lo mejor era buscarles el traslado a otra escuela, donde no se conociera su situación y
pudieran comenzar de nuevo, de alguna manera, dejándoles la responsabilidad a otros.
Los padres de familia
En el caso de los padres de familia, la situación era muy similar, prácticamente las
opiniones estaban divididas en 50 – 50. Quienes opinaron que se les debía dar otra
oportunidad, afirmaron que eran muy jóvenes y que tenían la posibilidad de tener nuevas
opciones, de cambiar su vida, que seguramente estuvieron influenciados por una persona
externa, que tal vez nunca más volverían a ver, solamente había que mantenerlos vigilados
y en observación permanente, de tal manera que al más mínimo cambio, inmediatamente se
les trasladase a otra escuela.
En cambio, los padres de familia que estaban en desacuerdo con el reingreso de estos
jóvenes, argumentaban que no permitirían que sus hijos convivieran con muchachos que
habían pasado por la cárcel, que manipulaban armas de fuego, y que además podrían ser un
peligro no sólo para sus hijos, sino para el personal en general, ya que nadie les garantizaba
que dejaran los vínculos que tenían ya con la delincuencia organizada. Definitivamente no
permitirían que se les reintegrara, y de ser así, preferían buscar otras escuelas, pues ésta no
sería ya una garantía para la educación de sus hijos.
Derechos humanos
Los padres de familia de los alumnos involucrados, argumentaron que sus hijos tenían
derecho a asistir a la escuela como cualquier joven, que estaban dispuestos a vigilarlos y
ponerles la atención necesaria para garantizar una rehabilitación definitiva.
Sugirieron también, que de ser tratados de manera diferente a los demás alumnos o negarles
su reingreso, estarían dispuestos a ir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quienes
les habían ofrecido ya su ayuda y apoyo, que podría conllevar incluso a una demanda de
tipo penal.
Definitivamente esto no era lo que el director hubiera querido para su escuela, pues
consideraba que con 20 años de servicio tenía un buen prestigio y que se había mantenido
siempre fuera de los escándalos, y no podía arriesgarse a algo así, sin embargo, debía
considerar también la postura de su personal docente y sobre todo, la de los padres de
familia inconformes, pues existía el riesgo de que cambiaran a prácticamente la mitad de
los alumnos a otra escuela.
La situación se tornaba cada vez más complicada, el director Buendía no podía dar un paso
en falso, tenía que tomar una decisión pronta y certera, y tratar de que hubiera la menor
cantidad de personas afectadas, pero sobre todo él mismo, pues no quería perder la buena
imagen que con tanto esfuerzo había logrado en todos esos años de servicio.
El reglamento
Luego de analizar las diferentes opiniones, el director Buendía optó por revisar los
reglamentos escolares, para ver si alguno de ellos le podría dar luz sobre aquella situación
que se estaba tornando cada vez más compleja, existían muchos factores en contra para que
estos alumnos permanecieran en la escuela, debido a que la comunidad es pequeña, todos se
conocen y hacen señalamientos muy crueles.
Sin embargo, en el reglamento no había nada escrito para que no se diera la reinscripción,
el acuerdo 98 no habla de estos casos, lo único que dice es que no se les puede suspender de
la escuela o expulsar. Asimismo, el artículo tercero dice: “Todo individuo tiene derecho a
recibir educación. El Estado – Federación, Estados, Distrito Federal y Municipios –
impartirá educación preescolar, primaria y secundaria, que conforman la educación básica
obligatoria”.
Estaba claro, no tenía ningún sustento legal para negarles el acceso a la escuela a estos
alumnos, por lo tanto debía buscar un punto medio entre las partes involucradas, y tal vez,
entre todos, llegar a la solución más conveniente.
Antes de decidir, buscó una instancia más, el reglamento de secundarias generales era muy
claro al respecto: “Cualquier alumno a quien se le compruebe que ha cometido cualquier
acto ilícito, dentro o fuera de la institución, deberá ser dado de baja automáticamente de la
institución, en pro de la seguridad y de cuidar las garantías del resto de los estudiantes”.
Tal vez era un argumento tajante y contundente, más no sería del todo convincente para los
padres de los jóvenes involucrados, quienes consideraban esta acción como un acto de
discriminación, y estaban dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias por reintegrar
a sus hijos a la escuela a la que pertenecían.
Decisión final
El director Buendía convocó a una reunión de Consejo Técnico, donde estarían presentes
profesores, padres de familia y alumnos, se plantearía el caso de manera abierta, todos
tendrían derecho a emitir su opinión. Sin embargo, desde un inicio no había tomado en
cuenta la opinión de los alumnos, quienes serían los compañeros de los jóvenes
involucrados, ahí se percibía un ambiente muy diferente. Y ahora, ¿qué hacer?
El director tenía los argumentos, tenía claras las posturas de todas las partes involucradas,
tenía personalmente una opinión al respecto, más no podía dejarse llevar por una visión
subjetiva del asunto, estaba entre la espada y la pared. El plazo que propuso al inicio del
conflicto se había cumplido, y los cuestionamientos seguían latentes:
Sí los acepto, pero, ¿qué pasará con los padres de familia que están en descuerdo? ¿Serán
capaces de llevarse a sus hijos a otras escuelas? Gran parte de los alumnos los rechaza,
¿cómo manejar el trato diario entre compañeros para evitar fricciones?
Y los profesores, ¿cómo manejarán la situación al interior de sus grupos? ¿Estarán
realmente preparados para cargar con el peso de esta decisión? ¿Existe temor entre los
docentes? ¿Perderé su confianza? ¿Dónde está el líder de la banda que sigue siendo un
riesgo latente?
No los acepto, pero, ¿y qué va a pasar con estos jóvenes que tienen ganas de comenzar de
nuevo y reintegrarse a la sociedad? ¿Y si los padres demandan a la escuela por
discriminación contra sus hijos? ¿Y si al rechazarlos, los alumnos generan rencor y luego
toman represalias? ¿Y si los jóvenes recaen en la delincuencia? ¿Y si arrastran a más
alumnos por ese camino? Y si…
NOTA DE ENSEÑANZA
Nombre del caso: Una decisión que puede cambiar una vida
Autor del caso: Liliana Chávez López
Fecha de elaboración: 21 de octubre de 2010
Resumen del caso
Luego de verse involucrados en un asalto a mano armada de varios vehículos, un grupo de
cinco alumnos de secundaria, después de haber su cumplido su condena de tres meses en
prisión, por ser menores de edad, deciden que quieren reintegrarse a sus actividades
académicas. Sin embargo, se enfrentarán no sólo con la aprobación tanto de profesores
como padres de familia, sino también con la posibilidad de la negativa rotunda a su
reingreso. El director de la escuela deberá tomar la mejor decisión, considerando todas las
posturas.
Objetivos de enseñanza que persigue el caso
Los objetivos de enseñanza para este caso están basados en los siguientes cuestionamientos:
El alumno desarrollará la competencia del manejo de la información a través del análisis de
casos, así como la capacidad de tomar decisiones para llegar a una conclusión específica y
fundamentada sobre la decisión que se asumirá.
Asimismo, se consideran dentro los objetivos tres dimensiones específicas:
Dimensión analítica: Que el alumno tenga la capacidad de desarrollar habilidades
que le permitan visualizar las diferentes posturas a fin de lograr una conclusión
personal, a través del análisis de casos.
Dimensión de contenido: Que el alumno desarrolle la competencia de manejo de la
información a partir de una situación conflictiva, y que sea capaz de llegar a una
solución congruente y fundamentada.
Dimensión de presentación: Que el alumno analice el caso a través de un mapa
conceptual, donde indique claramente las diferentes posturas de los personajes
implicados, incluyendo preguntas de análisis que le ayuden a la resolución del
mismo.
Temas relacionados con el caso
Para este caso se pueden abordar diversos temas de interés que ayudarán a reforzar los
conocimientos, tales como:
1.- Uso, manejo, diseño e interpretación de reglamentos.
2.- Análisis de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
3.- Teoría del comportamiento humano.
4.- Psicología del adolescente.
Planeación de actividades, antes y durante la sesión en la que usará el caso
Actividades previas:
a) Leer el caso
b) Investigar lecturas referentes a reglamentos escolares, psicología del adolescente, y toma
de decisiones.
Actividades durante la sesión de discusión:
Análisis en pequeños grupos
a) Se organiza al grupo en equipos de cuatro personas.
b) Los equipos discuten sobre lo siguiente: ¿Cuál es el problema central? ¿Qué personaje
debe tomar la decisión final? ¿Qué soluciones tiene esta problemática?
c) El equipo elabora una tabla de doble entrada donde identifiquen los pros y los contras de
las soluciones planteadas para el caso.
Uso del pizarrón
Cada equipo, haciendo uso de hojas de rotafolio, elaborará un mapa conceptual donde
indiquen el tema central, las posturas de los diferentes personajes involucrados, los
cuestionamientos para cada uno de ellos y algunas posibles soluciones. Posteriormente las
pegarán todas en el pizarrón.
Cada equipo se dará a la tarea de explicar de manera breve sus conclusiones.
Preguntas para la sesión plenaria
¿Cuál es la problemática central? ¿Quiénes son los personajes principales? ¿Qué posturas
asume cada uno? ¿Qué postura asumirías tú?
Preguntas para el análisis de la información
Para este análisis se rescatan las preguntas que el director se hace al final del texto, las
cuáles son:
Sí los acepto, pero, ¿qué pasará con los padres de familia que están en descuerdo? ¿Serán
capaces de llevarse a sus hijos a otras escuelas? Gran parte de los alumnos los rechaza,
¿cómo manejar el trato diario entre compañeros para evitar fricciones? Y los profesores,
¿cómo manejarán la situación al interior de sus grupos? ¿Estarán realmente preparados para
cargar con el peso de esta decisión? ¿Existe temor entre los docentes? ¿Perderé su
confianza? ¿Dónde está el líder de la banda que sigue siendo un riesgo latente?
No los acepto, pero, ¿y qué va a pasar con estos jóvenes que tienen ganas de comenzar de
nuevo y reintegrarse a la sociedad? ¿Y los padres demandan a la escuela por discriminación
contra sus hijos? ¿Y si al rechazarlos, los alumnos generan rencor y luego toman
represalias? ¿Y si los jóvenes recaen en la delincuencia? ¿Y si arrastran a más alumnos por
ese camino?
El planteamiento de estas preguntas es con la intención de que los participantes en la sesión
se involucren más a fondo con la toma de dediciones, y de esta manera obligarlos a asumir
una postura, que desarrollen su capacidad de argumentación, de expresión oral y auditiva.
Tiempos
Con anterioridad, los alumnos han tenido un acercamiento con el caso y las lecturas
recomendadas, esto con el fin de optimizar el tiempo.
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Primera sesión:
5 minutos para la conformación de equipos de cuatro personas.
15 minutos para el análisis del caso
20 minutos para la elaboración del mapa conceptual.
10 minutos para la explicación breve de sus conclusiones.
TOTAL POR SESIÓN: 50 MINUTOS
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

Segunda sesión:
15 minutos para la presentación y aportaciones sobre las preguntas detonadoras.
30 minutos para el análisis de la información.
5 minutos para las conclusiones finales.
TOTAL POR SESIÓN: 50 MINUTOS
Análisis del caso donde se espera que el autor proporcione una o varias soluciones al
mismo
Escenario 1:
El director Buendía deberá considerar todos los factores que intervendrán en su decisión
final, sin olvidar que ésta puede cambiar para siempre la vida de cuatro jovencitos, que pese
a un error cometido, tal vez aún estén en posibilidad de reintegrarse positivamente a la
sociedad. Su labor mayor estará en trabajar con los grupos que están en desacuerdo con su
decisión de aceptar a los alumnos, hacerles ver la importancia que la educación tiene en
problemáticas de este tipo, que los alumnos estarán condicionados, en observación
permanente, y lo más importante, en tratamiento psicológico para realmente brindarles la
ayuda que necesitan.
Escenario 2:
El director Buendía decide que no es su problema, que los padres de familia no tienen
argumentos para entablar una demanda de tipo penal, pues el reglamento de secundarias
generales es muy claro. Los alumnos rechazados deberán buscar otras alternativas que no
involucre a la institución. Tal vez algunos consideren cruel la decisión, pero finalmente,
¿quién puede culparlo por buscar la seguridad y tranquilidad de sus alumnos y maestros?
Epílogo del caso en el que se diga qué fue lo que pasó
Luego de muchas dudas y consideraciones, el director Buendía habló con los padres de los
jóvenes que solicitaban su acceso a la secundaria, y les explicó que por normativa, cuando
se comprueba un delito de robo, es imposible aceptarlos. Les explicó además que la
comunidad es muy chica, y que sus hijos estarían sujetos de manera permanente a
señalamientos, lo que tal vez impediría su rehabilitación. Sin embargo, les propuso
reincorporarlos a diferentes escuelas, todos por separado, a fin de que comenzaran de
nuevo, se sugirió el tratamiento psicológico para apoyarlos de manera permanente,
comprometiéndose él mismo a buscarles ayuda y darles seguimiento en las diferentes
escuelas en las que estuvieran.
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