Javier Echenike se tomó un año para remodelar su casa en Fort

Javier Echenike se tomó un año
para remodelar su casa en Fort
Lauderdale. Su propia producción
artística, mobiliario de vanguardia
y espacios amplios son los ejes
del proyecto. En el comedor se
destacan la mesa en cristal y
acero de Domicile, la lámpara de
Decades, los cuadros originales
de Antonio Berni y una Santa
Teresa de su autoría. Los
candelabros en plata llegaron a
Miami desde San Telmo.
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THE
AUR RERA
HOUSE
TEXTO : D É B O R A C A M P O S F OTO S : T O N Y A G I U S
P R O D U CC I Ó N : E C H E N I K E / E C H E N I K E . C O M
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Un único espacio integra el acceso, la cocina, el comedor y el living. Sobre una
alfombra de Restoration Hardware y en torno a una mesa en vidrio de Domicile se
localizaron un sofá en cuero gris azulado y otros asientos en tela y madera de
Churba. Completan la ambientación almohadones de Crate & Barrel y Domicile, y
un retrato del padre del dueño de casa, Angel Echenike.
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E
n el Norte de Miami, más concretamente en
Fort Lauderdale, se encuentra la Venecia de
América, una ciudad repleta de canales que
desembocan en el mar”, retrata el diseñador
madrileño Javier Echenike. Cuenta que visitó
esta región de ensueño por primera vez invitado al Boat Show -uno de los eventos náuticos
más importantes del mundo- y que la belleza de la
ciudad lo fascinó: “Vi la proximidad a Miami y a West
Palm Beach, también la tranquilidad, y por eso decidí
invertir en esa zona, cerca de la playa”.
En aquel momento Javier llevaba siete años de
residencia y trabajo en Buenos Aires, pero no dudó
en hacer las valijas. “Esta casa se cruzó en mi vida
en el año 2011. Se trataba de una vivienda de 200
metros cuadrados en estado original de los años
´50 en esquina, con unos 2.000 metros de terreno,
completamente abierta a la calle”, recuerda.
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E
l proyecto de remodelación demandó un año
de trabajo: “Se modificó la casa entera: sistema
eléctrico, cañerías, instalación de aire acondicionado, pisos y baños. Además construí una pileta, un
segundo baño para la suite principal y también amplié
el living”, detalla el diseñador. Para el exterior tampoco
faltó entusiasmo: “Tener un terreno bastante grande
me llevó a diseñar cuatro diferentes zonas de disfrute
con variada vegetación y paisajismo”.
“Es curioso que cada casa que habito me transmita una inspiración diferente. En esta en particular la
mayoría de los cuadros son obras mías; desde que
vivo en Florida he realizado unas cuantas exposiciones de pintura, la última en Miami durante Art Basel”,
comparte. Y se despide desde The Aurrera House,
el nombre que eligió para su residencia, haciendo
honor a sus orígenes vascos y al significado de La
Casa del Progreso en euskera. !
Un antiguo trastero mutó en un singular
estudio que se proyecta en un jardín onírico.
“Estando en Florida, increíblemente el terreno
apenas tenía vegetación, por lo que diseñé el
paisajismo de los 2000 m . Lo dividí con la
galería de la casa principal a través de un seto
de árboles y, rodeado de buganvillas, rosas
chinas, jazmín, kentias y bambú, diseñé un
jardín en forma de damero con césped real”.
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La pared se pintó en azul marino
y las aberturas en blanco como
toque mediterráneo. Baldosas de
cemento de Home Depot que
absorben rápidamente el agua
para las lluvias intensas de Florida.
En la suite principal, techo gris que
busca ampliar las dimensiones y
captar el fuerte sol de la zona;
mobiliario de Crate & Barrell y,
en el baño, de Restoration.
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