N° 8. Abril de 2008 - Universidad Externado de Colombia

Anuncio
B
OLETÍN VIRTUAL DE
DERECHO PROCESAL
NO. 8, ABRIL DE 2008
ISSN 2011-2750
ADVERTENCIA
Aunque la escogencia de los casos es obra de una decisión colectiva de los profesores del Departamento de Derecho
Procesal de la Universidad Externado de Colombia, los comentarios, citas y observaciones tratados en el Boletín
Virtual de Derecho Procesal en ningún momento reflejan la posición jurídica ni la opinión del Departamento, pues,
por lo general, aquí se reproducen providencias judiciales. Cuando el Departamento exprese un criterio suyo o el de
algunos de sus profesores, así lo hará saber en cada caso.
1. ¿Puede interponerse el recurso extraordinario de anulación contra un laudo
arbitral, dentro de los cinco (5) días siguientes a la notificación de la providencia que
no acceda a aclararlo, complementarlo o corregirlo?
La Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia de tutela del 23 de enero de
20081, consideró que la interpretación del artículo 161 del Decreto 1818 de 19982 que más se ajusta
a los principios y valores inmersos en la Constitución Política y que resulta ser la más adecuada con
el espíritu de las normas procesales que regulan la ejecutoria de las providencias judiciales y los
mecanismos de impugnación, es aquella que permite que el recurso extraordinario de anulación se
interponga dentro de los cinco (5) días siguientes a la notificación del laudo arbitral o dentro de los
cinco (5) días siguientes a la notificación de la providencia mediante la cual el Tribunal de
Arbitramento resuelva las solicitudes de aclaración, complementación o corrección del laudo, sin
importar si dichas solicitudes se resuelven favorable o desfavorablemente; es decir, el recurso de
anulación puede interponerse dentro de los cinco (5) días siguientes a la providencia que niega
dichas solicitudes o accede a ellas.
En este caso la Corte amparó el derecho fundamental al debido proceso de una parte que solicitó
oportunamente aclaración y adición del laudo arbitral, solicitudes que fueron denegadas por el
Tribunal de Arbitramento. Dentro de los cinco (5) días siguientes a la notificación de dicha
providencia, la parte interpuso recurso de anulación, el cual fue rechazado de plano por el Tribunal
Superior competente por considerarlo extemporáneo, porque en su criterio, como las solicitudes de
aclaración y adición del laudo fueron denegadas, la oportunidad para interponer el recurso venció
al haber transcurrido los cinco (5) días siguientes a la notificación del laudo. En otras palabras, el
Tribunal Superior consideraba que cuando se solicita corrección, aclaración o adición de un laudo,
Expediente No. 11001-02-03-000-2007-02095-00, M.P. Dr. William Namén Vargas. En similar sentido, Sentencia T-653 del
23 de junio de 2005 de la Corte Constitucional.
2 Art. 161. Contra el laudo arbitral procede el recurso de anulación. Este deberá interponerse por escrito presentado ante el
presidente del tribunal de arbitramento dentro de los cinco (5) días siguientes a la notificación del laudo o de la providencia que lo
corrija, aclare o complemente (…).
1
[1/4]
sólo puede interponerse el recurso dentro de los cinco días siguientes a la providencia que corrija,
aclare o adicione el laudo, porque si no se accede a corregir, aclarar o adicionar el laudo, éste debió
ser impugnado antes, dentro del término de los cinco días siguientes a su notificación.
Se destaca que con esta decisión La Sala de Casación Civil de la Corte pone fin a una de las
interpretaciones que venían restringiendo la operancia del recurso extraordinario de anulación en
cuanto toca con la oportunidad para interponerlo.
2. ¿Es posible impugnar mediante la causal segunda de anulación del laudo la
competencia de los árbitros para conocer de las diferencias técnicas (no jurídicas) en
un contrato cuando a éstas se les ha destinado un procedimiento especial por las
partes para su solución en el mismo, a pesar de nunca haberse interpuesto recurso
de reposición contra el auto que fija competencia?
La Sala de Decisión Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá en sentencia de 26 de
febrero de 2008 (Rad. No. 110011220300020060088700), magistrado ponente el doctor Germán
Valenzuela Valbuena, en la que se resuelve el recurso de anulación contra el laudo del día 30 de
marzo de 2006, por decisión mayoritaria concluyó que “ninguna de las causales de anulación se
refiere de modo exclusivo y especifico a la falta de competencia, sin que pueda considerarse
legalmente constituido un tribunal de arbitramento que carezca de ella, en el estricto sentido que
comportan los presupuestos procesales y que deriva del principio constitucional del debido
proceso.” Y al reglón seguido menciona que “la nulidad de un laudo arbitral sobreviene por
incurrirse en alguna de las circunstancias relacionadas en la respectiva norma, pero cada una de
esas circunstancias corresponde a todo lo que el concepto de anulación encierra en el marco de
cada causal. Así las cosas, tanto las formas esenciales del proceso, en que se basa el recurso, como
las formalidades a que hace referencia el Banco en su réplica, se encuentran plenamente
comprendidas en la causal 2 del artículo 163 del decreto 1818 de 1998.”
Además de lo anterior, también concluyó que “el hecho de que no sea recurrido en reposición el
auto en el cual el tribunal arbitral fije su competencia, no es óbice para discutirla en el recurso
extraordinario de anulación, menos en este caso en el que el laudo hubo de pronunciarse al
respecto al resolver la excepción de merito que le cuestionó su competencia –lo que inclusive
previeron los árbitros en las primeras audiencias-, y porque la misma es uno de los componentes de
la legalidad en la cual debe constituirse el tribunal de arbitramento.” Por lo antes mencionado, el
Tribunal encontró viable la causal de anulación consistente en que el tribunal de arbitramento no
se constituyó en forma legal.
Por otro lado, vale la pena anotar la manifestación en el salvamento de voto del doctor Oscar
Fernando Yaya Peña sobre el asunto, al decir que “lo que se invocó en el cargo inicial fue un
pretendido desbordamiento, por parte de los árbitros, pues según el impugnante, aquellos
extendieron su competencia a ámbitos que les estaban vedados, circunstancia ésta que en verdad
poca relación puede guardar con la causal en comento, circunscrita, como ya se dijo, a vicios o
irregularidades predicables de la tramitación que involucra la designación de los árbitros. Sobre el
tema, la doctrina nacional se ha ocupado para precisar que “la indebida integración del tribunal es
un asunto completamente ajeno a la competencia arbitral, respecto a la materia o asunto sujeto a
decisión”.”
La providencia que se comenta ha sido demandada en vía de tutela ante la Sala Civil de la Corte
Suprema de Justicia, la cual está pendiente de decisión.
[2/4]
3. ¿La exposición de los fundamentos de las pretensiones deben aparecer
necesariamente señalados en el acápite de los hechos de la demanda?
La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 13 de julio de 2007 (Exp. No. 0800131-03-002-2000-00381-01) con ponencia del Doctor Jaime Arrubla Paucar, consideró como
irrelevante que los fundamentos de las pretensiones se encuentren señalados en el capítulo de los
hechos o en el de las pretensiones, lo importante para esa corporación es que en el texto de la
demanda el accionante “exponga el elemento causal de la pretensión”, teniendo en cuenta que en
el sistema procesal no existe “...un sistema rígido o sacramental que obligue al demandante a
señalar en determinada parte de la demanda o con fórmulas especiales su intención, sino que
basta que aquella aparezca claramente del líbelo, ya de manera directa o expresa, ya por una
interpretación lógica basada en conjunto con la demanda...”.
4. ¿Es procedente objetar la liquidación del crédito en un proceso ejecutivo
hipotecario por la inconformidad de las sumas adeudadas y de los intereses
causados?
En providencia de 2 de marzo de 2007 (Rad. No. 0494) proferida por la Sala Civil del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, con ponencia del doctor Ricardo Zopó Méndez, se dijo que
según el numeral 1 del artículo 521 del Código de Procedimiento Civil se entiende que “la
liquidación del crédito ha de ajustarse a lo dispuesto en el mandamiento de pago y en la
sentencia, de donde dicha liquidación es sólo un desarrollo aritmético de lo dispuesto en la
sentencia, pues es allí donde se concretan de forma numérica las obligaciones a cargo de la
demandada.” Por ello, las objeciones solamente pueden tener fundamento en inconsistencias entre
la liquidación del crédito y lo establecido en el mandamiento de pago y la sentencia, las demás
inconformidades tuvieron que haber sido presentadas como excepciones de merito en su debía
oportunidad, de no haberlo hecho ya no es posible discutirlas en una etapa posterior del proceso
ejecutivo.
5. ¿Es procedente demandar en un proceso ejecutivo a una persona que no fue
condenada por una sentencia o acto administrativo alegando que la ley le atribuye a
ésta responsabilidad solidaria junto con quien sí fue condenado?
La Sección Cuarta del Consejo de Estado, en sentencia del 30 de julio de 2007 (Ref. No. 25000 23
27 000 2002 00424 02) con ponencia del Doctor Juan Ángel Palacio Hincapié dentro de la acción
de nulidad y restablecimiento de derecho promovida por el municipio de Facatativa contra la
Resolución No. 000051 de 29 de febrero de 2000 expedida por la DIAN, determinó que debe existir
un título ejecutivo que anteceda al mandamiento de pago donde estén previamente señalados
quienes integran la parte deudora, y, por tanto, en dicho documento “…se haga referencia a los
elementos descritos en la norma, para que el obligado al pago pueda ejercer de manera efectiva
su derecho de defensa…”, razón por la cual, no es admisible que la orden de pago sea “…al mismo
tiempo de título ejecutivo y documento de cobro…”, toda vez que dicha circunstancia le impide al
demandado discutir su calidad de deudor solidario. Por tal razón, “…no es válida la vinculación
del deudor solidario hecha directamente en el mandamiento de pago, sino que ésta debe
realizarse mediante un acto administrativo previo que deberá ser notificado en debida forma a
los socios vinculados, donde se establezca su calidad de deudor solidario, la proporción de su
[3/4]
participación, los períodos gravables a que corresponden las deudas objeto del cobro y la cuantía
de las mismas…”.
El profesor Pablo Felipe Robledo Del Castillo, al analizar esta sentencia y sus implicaciones,
sostiene que la providencia reviste vital importancia frente a la supuesta estructuración del
litisconsorcio cuasinecesario con fuente en la responsabilidad solidaria; es decir, según la
providencia, no pueden extenderse los efectos jurídicos de una sentencia o de un acto
administrativo a los litisconsortes cuasinecesarios que no hayan sido expresamente demandados o
que no hayan concurrido al proceso en tal condición y por ende que no hayan sido expresamente
cobijados por la sentencia o acto administrativo, porque el hacerlo –extenderle los efectos jurídicos
del fallo a ellos-, violaría su derecho de defensa, pues además de las circunstancias propias del caso
y su responsabilidad, debe permitírseles defenderse de la supuesta solidaridad que de ellos se
predica. El fallo bajo análisis constituye una luz importante para el debido desarrollo doctrinal del
conocido litisconsorcio cuasinecesario (intervención litisconsorcial), regulado de manera ligera y
precaria por el inciso 3 del artículo 52 del C. de P. C. e invita a reflexionar sobre la supuesta
extensión de los efectos jurídicos de una sentencia en casos de litisconsorcio cuasinecesario con
fuente en la solidaridad legal o negocial.
DEPARTAMENTO DE DERECHO PROCESAL
[4/4]
Descargar