historia, trilla y turismo termal

VIAJEROS
Texto y Fotos: Eduardo Cooke
SALIDA DEL INFORMOTO CLUB A VILLA ELISA
HISTORIA, TRILLA
Y TURISMO TERMAL
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009 fue la cuarta edición
de la salida del Informoto Club a Villa Elisa, y la
tercera consecutiva en
que esta salida tiene una orientación Asfáltica-Rural.
Procurando que el viaje no
sea un mero “paseo en moto”
siempre buscamos adicionarle
aspectos destacados de la zona,
en este caso dejamos la costa
del Río Uruguay para poner rumbo “cuchillas adentro”.
VIERNES 4
Como siempre, los participantes fueron llegando agrupados o en solitario, acompañados
por el clima, que se presentaba
muy agradable para viajar. El
grupo principal salió bien temprano, acompañado en el tramo
inicial por Jorge, quien por cuestiones laborales (organización
de la edición gráfica de Informoto de Diciembre) no pudo estar
presente.
Muchos utilizaron el camping de las termas. El buen clima, la ubicación privilegiada en
el complejo y la excelente infraestructura seguramente ayudaron a esa elección.
Los reencuentros y tertulias
se desarrollaban dentro de las
piscinas y alrededor de varias
ruedas de mate. Por la noche se
completó el numeroso grupo con
la llegada de Andrea y Claudio al
mismo momento que se servían
los primeros platos en el local
céntrico de “Garage”.
El Área de Tránsito de la Municipalidad (cuya colaboración
agradecemos) nos había destinado toda la cuadra para estacionar ordenadamente, lo que
contribuyó a dar una prolija imagen y constituyó un atractivo para
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quienes transitaban por el centro
de la ciudad en ese momento, en
tanto los propietarios (muchos
acostumbrados a la inseguridad
de otros lugares) podían cenar
tranquilamente viendo sus motos.
Luego de la cena se coordinaron
las dos expediciones sabatinas,
que tendrían como punto de confluencia el Palacio San José, una
obra de 1857 de estilo Neorrenacentista concebida por el Arquitecto Pedro Fossati.
SÁBADO 5
Frente al complejo termal se
fue reuniendo el ansioso grupo
“rural”, con un número muy interesante de participantes (más
de una veintena), el mayor en lo
que va del historial de la salida, e
incluso superando a la rama asfáltica, cosa también sin precedentes en las estadísticas de la
salida, que fue evolucionando de
un tranquilo viaje turístico (en la
de 2006) hasta transformarse en
una vertiente típicamente “aventurera” aprovechando los infinitos trayectos de ripio y tierra con
que cuenta la zona.
Partimos con puntualidad
hacia el primer objetivo: Santa
Anita. Se anticiparon a la partida Celina y su hijo Juan Pablo (a
bordo de la pequeña Bros), unos
20 km más adelante nos reagrupamos para bajarnos del asfalto
y tener una frustrada expedición
a Colonia “La Suiza”, ya que el
mal estado de un tramo nos impidió el paso a través del interesante “puente de tablas” que
se encuentra sobre el curso del
arroyo San Miguel.
Desechado ese tramo proseguimos más adelante por la ruta
para pasar por Colonia “Las Pepas”. Este trayecto de ripio con
un desvío de tierra se encontraEnero 2010
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ba en buenas condiciones, permitiendo avanzar rápidamente
al grupo.
Seguidamente nos reagrupamos antes del arroyo Santa
Rosa (límite de los departamentos Colón y Uruguay), pasando
por una zona de interés histórico
(allí se desarrolló una batalla en
el siglo XIX).
La larga caravana serpenteaba por las cuchillas entrerrianas, pintadas del suave dorado
propio de los trigales a punto de
ser cosechados, acompañados
de una variada gama de verdes,
siendo el más intenso de ellos
el que ofrecían los lotes sembrados de arroz, con sus características curvas de nivel llamadas “taipas”, que aterrazan el
sembrado para la contención del
agua que los inunda. Ésta viene
desde las entrañas de la tierra
gracias a potentes bombas accionadas por grandes motores
eléctricos o diesel.
Fueron varios kilómetros de
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ripio muy suelto, que nos exigía
una conducción “fina” y máxima
concentración, aunque finalmente el ripio dio lugar a un entretenido camino de tierra. Éste, con
muchas curvas y retomes, interrumpido cada tanto por huellones y socavones producidos por
las intensas lluvias de días anteriores, nos fue llevando hacia
la hermosa aldea de Santa Anita, que lucía como siempre muy
limpia y ordenada (difícilmente
se encuentre un papel tirado en
sus calles), por todas partes se
observaban preparativos para su
máximo festejo anual, la “Fiesta
De La Trilla tradicional”.
La larga caravana se internó
por las tranquilas calles, produciendo expresiones de asombro
en los rostros de los lugareños,
no acostumbrados a este tipo
de visitas motociclísticas y grupales, dirigiéndonos luego de un
breve descanso en la plaza hacia el predio de la fiesta. Allí,
después de “desensillar”, fuimos atendidos por el propietario
del lugar, el señor Andrés Buet,
quien nos contó su sueño de organizar un gigantesco “Museo
de la Trilla” para inmortalizar la
gesta de esos anónimos forjadores del país profundo.
Estacionadas, podíamos ver
mezcladas en un encantador
caos nuestras motocicletas, algunas dotadas de la más avanzada tecnología electrónica y
satelital, junto a esos primitivos
monstruos de acero, que cobraban vida lanzando resoplidos y
humaredas por sus grifos y escapes, todo ello con un maduro
trigal de fondo. Éste esperaba
ser procesado al día siguiente por esas antiguas máquinas,
para terminar envasado en bolsas de arpillera por las manos
habilidosas de los felices lugareños, simples hombres inmunizados de las ofensas y descalificaciones tan habituales en estos
tiempos.
Por doquier lucían esparcidas las antiguas máquinas agrícolas, cual dinosaurios acerados, con muy diferentes (y en
algunos casos insólitos) conceptos de diseño (es que habían
sido fabricadas en una época
donde la creatividad mecánica
era absolutamente ilimitada).
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Luego de ver esas rudimentarias máquinas, uno no puede
más que quedar asombrado de
la evolución tecnológica de la
humanidad en estos últimos 100
años, todo aquello ya forma parte de la historia, y mientras emprendíamos camino a Villa Mantero, a escasos metros de allí podíamos ver con nuestros propios ojos lo más avanzado de la
“Agricultura de Precisión”, enormes cosechadoras procesando
velozmente hectárea tras hectárea del trigo maduro, en tanto atrás de éstas, la maquinaria de
“siembra directa” ya dejaba enterrada la semilla de la “soja de
segunda”.
Este camino estaba siendo
removido por una motoniveladora, por lo que la conducción
exigía mucha concentración,
sorteamos el vado del Arroyo
Gená, siempre precedidos por
el “vehículo de apoyo”, ocupado
por Andrea y Claudio.
Villa Mantero es un pequeño
pueblo, que creció y se aletargó
con los vaivenes de la historia
ferroviaria nacional. Los antiguos edificios (en muchos casos
en ruinas) reflejan el esplendor
de las épocas pasadas, cuando
el tren era el principal medio de
transporte y acercaba el progreso al interior del país.
Llegar desde Villa Mantero al
Palacio San José (pasando por
estación Herrera) fue un rápido
trámite gracias al buen estado
de la ruta provincial 39. Fuimos
estacionando las motos aprovechando la compacta sombra de
unos perfumados tilos, mientras
los compañeros “asfálticos” hacían su arribo al lugar.
Nos instalamos en una larga
mesa prevista con anterioridad,
allí las fuentes con asado se sucedían a un ritmo vertiginoso. La
larga mañana nos había abierto
el apetito y llevó un buen tiempo saciarlo.
Gruesas nubes amenazaban brindarnos una mojadura,
por lo que algunos participantes
suspendieron la visita al museo
y recorrido del atractivo parque.
Prontamente fuimos abandonando el lugar, desandando el
camino los asfálticos, mientras
el grupo aventurero (al que se
habían incorporado “Valentino”
y Elena a bordo de la NX 650)
partía para Villa Elisa, pasando
por Pronunciamiento y Primero
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de Mayo, dos pequeñas localidades fundadas con la aparición
del ferrocarril en la primera década del siglo XX (tramo Caseros San Salvador).
A poco de iniciar la marcha
un pequeño aguacero se interpuso en nuestro camino, sin mayores consecuencias. Ni bien
pudimos nos desviamos del camino principal (ruta 23) para tomar por unos caminos secundarios de tierra en buen estado.
Allí pudimos circular rodeados
de una abundante vegetación,
con el premio adicional de sortear vados, uno de los cuales tenía una interesante profundidad,
con piso firme y liso.
Fuimos acercándonos a Villa Elisa (cuya presencia se evidenciaba desde lejos gracias a
la torre de la iglesia) en medio
de una intensa tormenta eléctrica, dispersándonos para reunirnos nuevamente en las termas
(tanto en las piletas como en el
camping) al atardecer, disfrutan-
do de la charla y acompañados
por el infaltable mate.
Por segundo año consecutivo, “Mr. Blem” se ofreció gentilmente para realizar un asado
informal en el quincho del Complejo Termal, pero la cantidad de
potenciales comensales, sumado al cansancio general nos hizo
desechar esa propuesta, adoptando la opción más cómoda
de reunirnos improvisadamente
en el restaurant. Allí fuimos arrimándonos para pasar otros muy
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mo, Santa Fe (más de 500 km)
a bordo de una impecable Transalp 600 blanca.
Omar Pozzi y Alejandro De
Los Heros, no conformes con
la “previa” quisieron asistir a la
“Fiesta de Trilla”, por lo que partieron sendas XT 600 recorriendo el trayecto sabatino, para
luego del mediodía seguir por ripio hasta Basavilbaso, separándose allí para enfilar hacia sus
respectivos hogares.
A media tarde solo quedaba
Marcos Nadal, quien tenía interés en hacer una prueba más
severa de su TDM 900, por lo
que hicimos un rápido paseo por
unos caminos muy difíciles que
nos llevaron hasta el Balneario
Municipal “Rocha”, tramo con
importantes cambios de pisos,
(ripio muy suelto que pasa a tiePARTICIPANTES GRUPO “RURAL”
HOLZMANN Juan Pablo
Honda NXR 125 Bros
BASSÓ Federico
Honda XR 250 Tornado
GOMEZ Celina
Honda XR 250 Tornado/KawaER6 n
PERRIG Mariano
Honda XR 250 Tornado
PINGET Luis/PINGET Francisco
Honda XR 250 Tornado
GARCIA Juan/WEBER Beatriz
Honda NX 400 Falcon
LOPEZ PRESA Sergio
Honda NX 400 Falcon
WERBRAUCK Ramón
Honda NX 400 Falcon
ETCHEGARAY Horacio /
Campos Elena
Honda NX 650
BEVILACQUA Pablo/
PIRO Cristina
Honda XL 600 V Transalp
FILLIPI Jorge/ MARTINOTTI Stella
Honda XL 600 V Transalp
ESPOSITO Alejandro/
MARTINEZ Mónica
Honda XL 600 V Transalp
COOKE Eduardo
Honda XL 700 V Transalp MAGNANI Ariel
Honda XL 700 V Transalp
GUAGLIANO Alfredo
BMW F 650 GS
JUAREZ Ricardo
BMW G 650 Xch
DE LAS HERAS Juan/SOLARI Carina BMW F 800 GS
DE LOS HEROS Alejandro
Yamaha XT 600
POZZI Omar
Yamaha XT 600
NADAL Marcos/NADAL Geraldine
Yamaha TDM 900
SCOTTI Carlos
Kawasaki KLR 600 S
BELTRAMINO Andrea/SAYAGO ClaudioMóvil de Apoyo
GRUPO “ASFÁLTICO”
lindos momentos en largas mesas armadas prontamente. Importante es destacar el oficio de
los mozos, que pudieron atender al numeroso grupo “a la carta” sin ningún tipo de demoras.
DOMINGO 6
Había llegado la hora de
INFORMOTO Enero 2010
partir. Luego de un fin de semana muy intenso las carpas comenzaron a desmontarse, las
motos se cargaron de valijas y
bultos para agruparse hacia distintos rumbos. Así, el Matrimonio Fillipi, que asistía por primera vez a una salida del Informoto
Club, partió hacia San Guiller-
BUSSO Marcela
Honda CBX 250 Twister
AVILA José/AVILA María
Honda ST 1100
ALEMAN Christian/URIBE Yana
Yamaha Fazer 600
GOMEZ Roberto
Yamaha Fazer 600
SANDIN Ariel
Yamaha Fazer 600
VISCONTINI Horacio/QUINTANA Judith Yamaha Fazer 600
MORELLO Carlos
Yamaha Fazer 1000
MIGLIORE Mario
Yamaha TDM 900
PASCUALINI Eduardo/
MARTINEZ Graciela
Kawasaki KLR 650
CAMPODONICO Claudio y Florencia
Kawasaki Vulcan 800
CARNERO José/GRECO Graciela
Kawasaki Vulcan 900
NARDACCHIONE Néstor
BMW R 1150 GS
BASSINI Juan/GATTER Teresa
BMW R 1200 GS www.informoto.com
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Villa Elisa 2009 (parte rural)
Por Ricardo E. Juárez - Socio 5136
Desde un punto de vista totalmente personal, Villa Elisa (Entre Ríos) 2009
fue nuevamente un éxito. Tengo la impresión de que esta opinión es compartida
por la mayoría de los participantes. Mi relativamente reciente incorporación (Azul
2008) a estas salidas rurales del Informoto Club, hicieron de Villa Elisa 2008 una
novedad, y pensaba que las emociones no serían tan intensas esta vez. Sin embargo, esta versión reiteró la magia e inclusive la superó. Detrás de este éxito
está Eduardo Cooke, con su don de gentes y probada habilidad para el diseño
de recorridos. Eduardo y Celina se encargaron además de los detalles de alojamiento, comidas, etc., para más de 50 personas, lo cual no es poca tarea.
El “trecho rural” comenzó para mí ya en el viaje de ida. Con datos de Eduardo
y consultas de algunos mapas, tres de nosotros nos separamos del pelotón principal en el peaje cercano a Colonia Elía para encarar una ruta de tierra y ripio que
nos llevó por los pueblos de San Julián, Procedimiento y 1º de Mayo, entrando a
Villa Elisa por el lado opuesto al de la ruta 14. Así fue que López Presa, Scotti y yo
tripulando una Falcon, un KLR 600S (‘91) y una G650 XChallege respectivamente, precalentamos músculos y mentes por los caminos rurales y además evitamos
el fortísimo viento que nos acompañó durante el viaje por el pavimento.
Al día siguiente (sábado 5), a temprana hora, aproximadamente una veintena
de motos enfilamos hacia el “off-road”. La homogeneidad del grupo sólo se daba
en el decidido entusiasmo por el manejo en este tipo de pisos, ya que las motos
eran de diverso tipo, las cilindradas variaban desde una 125 hasta una 900 y el
espectro de edades de los pilotos abarcaba casi cinco décadas, lo que indica que
es una actividad al alcance de casi todo el mundo... Los temas principales son el
conocimiento de la propia moto y el “trabajo interno” que cada uno debe realizar
para llevarla por terrenos diversos. Circulamos por caminos amplios y estrechos
de ripio y tierra negra, finalmente desembocando en la colonia Santa Anita.
En esta prolija comunidad, los descendientes de los alemanes del Volga
que la fundaron estaban preparando un gran festejo para el día siguiente (domingo 6), donde entre otros actos, se recreaban las tareas rurales a la usanza
de principios del siglo XX con maquinaria original de la época, gran parte de la
cual había sido coleccionada a lo largo de los años por Don Andrés Buet. Viejos
tractores nafteros de cuatro cilindros de arranque a manija y algunos diesel de
motores horizontales de uno o dos cilindros con cabeza incandescente estaban presentes, y el plato fuerte era un enorme tractor a vapor proveniente del
Uruguay. Todos ellos, además de remolcar las máquinas trilladoras y cosechadoras (también de época), les proveían fuerza motriz mediante cintas y poleas.
Para los amantes de los fierros antiguos esto constituyó sin duda una visita a
un pequeño paraíso. Como apretaba el sol y sobre todo el hambre, partimos
rumbo al palacio San José, donde nos encontraríamos con los “hermanos asfalteros”, confluyendo así en un muy concurrido almuerzo. Mientras almorzábamos el cielo se fue cubriendo, y al salir, gruesas gotas cayeron sobre nuestros
cascos aunque rápidamente el clima mejoró, ahuyentando el nerviosismo que
se había instalado.
La vuelta seguía la ruta que habíamos tomado el viernes con Sergio y Scotti, pasando por el tranquilo pueblito de Procedimiento, para el asombro de los
pocos pobladores que habían evitado la siesta. Aquí apareció el “toque Cooke”,
que en dos oportunidades nos llevó por desvíos hacia caminitos angostos de
tierra negra que le agregaron un poco más de emoción al asunto, como el cruce
de un badén con agua pero de piso firme y el de un inesperado charco grande
que cruzaba el camino de lado a lado, el cual exigió un poco más de cuidado
pero que fue superado por todos con éxito. Finalmente, otro desvío por uno de
los cientos de caminitos que existen entre campos evitó la entrada a 1º de Mayo
y desembocamos directamente en la tranquila y bella Villa Elisa, cuya iglesia
con su fina y alta aguja se nota desde bastante distancia. Muchos se volcaron a
las termas para relajarse, preparándose para la cena que se realizó en el comedor del complejo termal, con lo cual concluyó esta edición de Villa Elisa 2009.
Personalmente lo disfruté muchísimo, el tiempo inusualmente fresco seguramente ayudó a que no nos cansáramos tanto, a pesar del viento atroz que nos
acompañó a la ida y a la vuelta por la ruta (¡cuánta energía desperdiciada!). Los
caminos rurales entrerrianos estaban en buen estado, lo que permitió avanzar a
buen ritmo. El clima ayudó, todas las motos anduvieron, todos los pilotos demostraron sus habilidades y responsabilidad, ¿qué más se puede esperar?
Chiche, bombón... y que se repita.
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rra y que luego termina con arena muy profunda y seca, además
de varias curvas y tramos con
pendientes complicadas).
Todo había terminado.
Luego de tantos días de preparativos y dudas (principalmente
por el factor climático) la salida había resultado como la habíamos soñado. Quedaban las
imágenes grabadas en nuestras retinas, en tanto el sonido
de las máquinas se había perdido por los ondulantes campos entrerrianos. Ya comenzábamos a distendernos, y con la
mente puesta en futuras travesías…
Como siempre vimos nuevas monturas: El “Comandante” Bassini estrenó una inmaculada R 1200 GS; otro que
estrenó moto Bávara fue Alfredo
Guagliano (F 650 GS), Marcos
Nadal lo hizo con una TDM 900
gris, en tanto Néstor Nardacchione siguió con su ritual de
Salida Villa Elisa = Nueva moto
(esta vez dejó la marca del ala
dorada para presentarnos una
impecable R 1150 GS amarilla
de la marca de la hélice).
Hablando de aviación, la
expedición rural contó con una
“escuadrilla” de XR 250 Tornado, dejando bien en claro lo adecuadas que son esas máquinas
para tales ocasiones.
Es para destacar la presencia de Andrea y Claudio, que
se sobrepusieron rápidamente
al pequeño incidente (deseándoles una rápida recuperación)
para estar compartiendo el fin
de semana con los amigos.
Luego de su “bautismo” trail
por Misiones, Juanma De Las
Heras se transformó en un “tierrero” empedernido, llegó eufórico y completamente cubierto
de polvareda de la expedición
rural.
El científico y catedrático
hispano-alemán Richard Von
Physiker no pudo con su genio: durante el viaje del viernes
abandonó el asfalto ni bien pudo
(en el peaje de Colonia Elía) y
seguido por otros incorregibles
aventureros encaró 100 km de
caminos de ripio para llegar a
destino.
Alfredo, “El Boticario” de
Colón (Bs. As.) y Juan Pablo (el
gurrumín de Celina) tuvieron su
bautismo “off”, abordaron eficientemente todo el recorrido,
encarando resueltamente todos
los obstáculos que se les presentaron, incluidos los tres vados.
Dos integrantes del grupo
descansaron muy poco la noche
del viernes, ya que hasta altas
horas de la madrugada se los
vio pasear en sus motos a una
conocidas chicas de la noche
elisense.
Para destacar la presencia
de Marcela Busso, quien a bordo de su reluciente Twister estaba haciendo su primera experiencia de “media distancia” (en
Septiembre había participado
de la salida-almuerzo en Gualeguay) y, junto a Celina, fueron
las conductoras femeninas de la
salida. l
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