Sr. Embajador Dr. Santiago CANTÓN Secretario Ejecutivo

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PRESENTAN PETICIÓN
Sr. Embajador
Dr. Santiago CANTÓN
Secretario Ejecutivo
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
1889 F Street, NW
20006, Washington D.C.
Estimado Dr. CANTÓN:
001. Ana María CAREAGA, Adriana GALLO y Silvia MALUF DE CHRISTIN, con el
patrocinio letrado de Víctor ABRAMOVICH y Alberto BOVINO, en representación
del CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES (CELS); Andrea POCHAK, en
representación del CENTRO POR LA JUSTICIA Y EL DERECHO INTERNACIONAL
(CEJIL); y Alicia ISOLA y Ariel GARRIDO, en representación del estudio jurídico
“WORTMAN JOFRÉ – ISOLA ABOGADOS”, presentamos ante la Ilustre Comisión
Interamericana de Derechos Humanos —en adelante, la Comisión
Interamericana, la Comisión, o la CIDH— una petición contra el Estado
argentino por la violación de diversos derechos garantizados en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos
—en adelante, la
Convención Americana, la Convención, o la CADH— en nuestro perjuicio, y
remitimos copia al Sr. Relator para la Libertad de Expresión.
I. PRESENTACIÓN
I. 1. Datos de las víctimas
002. Adriana Beatriz GALLO, ciudadana argentina, con domicilio en la ciudad
de Villa Mercedes, provincia de San Luis, abogada y ex jueza a cargo del
Juzgado Civil, Comercial y Minas N° 3 de la Segunda Circunscripción Judicial
con asiento en la ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luis, República
Argentina.
003. Ana María CAREAGA, ciudadana argentina, con domicilio en la ciudad de
Villa Mercedes, provincia de San Luis, abogada y ex jueza a cargo del
Juzgado del Crimen Nº 1 de la Segunda Circunscripción Judicial de San Luis,
con asiento en la ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luis, República
Argentina.
004. Silvia CHRISTIN DE MALUF, ciudadana argentina, con domicilio en la
ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luis, abogada y ex jueza a cargo
del Juzgado Civil, Comercial y Minas Nº 2 de la Segunda Circunscripción
Judicial con asiento en la ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luis,
República Argentina.
I. 2. Domicilio de notificación
005. A efectos de esta petición, constituimos domicilio en:
Libertad 1213 - Piso 3º
(C1012AAJ) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfono: (54-11) 4815-2707
Facsímil: (54-11) 4815-7218
Dirección electrónica: [email protected]
cc: [email protected]
II. SÍNTESIS DE LOS HECHOS QUE SE DENUNCIAN
006. En esta petición denunciamos la violación de los derechos de tres
personas distintas. Las razones para presentar los tres casos en una sola
petición son varias: a) motivos de economía procesal justificados tanto para
la Honorable Comisión como para las partes; b) antecedentes relevantes y
violaciones comunes en los tres casos; y c) si bien se trata de una petición a
favor de estas tres personas, la percepción del contexto general en el cual se
produjeron las violaciones individuales facilita la comprensión de cada uno de
los casos en sí mismo.
007. Los casos de las Dras. GALLO, CAREAGA y CHRISTIN DE MALUF deben
analizarse a la luz de la profunda crisis que atraviesa el poder judicial
de la provincia de San Luis desde hace ya varios años. Los
antecedentes normativos y fácticos que expondremos en el próximo apartado
(III. ANTECEDENTES) demostrarán que desde el gobierno de la provincia de
San Luis —esto es, desde el poder ejecutivo provincial—, a partir de 1995, se
diseñó un proyecto, y se adoptó la decisión política de someter el sistema
judicial de la provincia en términos absolutos, eliminando todo vestigio de
independencia de los órganos del poder judicial 1 .
008. Es por este motivo que en el punto siguiente deberemos extendernos
en la descripción de la situación general de la crisis de la justicia en la
provincia del Estado denunciado en la cual ocurrieron los hechos. Sólo así se
comprenderá el sentido y alcance de la violaciones denunciadas.
009. Sintéticamente, denunciamos a la Comisión que en el proceso de
destitución de la Dra. Adriana GALLO, el Estado argentino ha violado su
derecho a contar con un tribunal competente, independiente e imparcial (art.
8.1, CADH); su derecho de defensa (art. 8.2, CADH); el principio de
legalidad (art. 9, CADH); y el derecho a la protección judicial (art. 25,
CADH).
1
En el camino, se violaron principios constitucionales y convencionales considerados pilares
estructurales de la administración de justicia de todo Estado democrático de derecho. El
exitoso plan instrumentado desde el poder ejecutivo culminó con la eliminación de principios
de jerarquía tales como el de la división de los poderes del Estado y, además y
especialmente, el de independencia del poder judicial.
2
010. Por su parte, en el proceso de destitución de la Dra. Ana María CAREAGA,
el Estado argentino ha violado su derecho a la libertad de expresión (art.
13.1 y 13.2, CADH); el derecho a contar con un tribunal competente,
independiente e imparcial (art. 8.1, CADH); el derecho de defensa (art. 8.2,
CADH); el principio de legalidad (art. 9, CADH); y el derecho a la protección
judicial (art. 25, CADH).
011. Por último, en el proceso de destitución de la Dra. Silvia MALUF DE
CHRISTIN, el Estado argentino violó el derecho a la libertad de expresión (art.
13.1 y 13.2, CADH); el derecho a contar con un tribunal competente,
independiente e imparcial (art. 8.1, CADH); el derecho a ser oída en un plazo
razonable por un tribunal (art. 8.1, CADH); el derecho de defensa (art. 8.2,
CADH); el principio de legalidad (art. 9, CADH); y el derecho a la protección
judicial (art. 25, CADH) de la magistrada.
III. ANTECEDENTES
III. 1. Introducción
012. El comienzo del sometimiento del poder judicial de la provincia de San
Luis al arbitrio del poder ejecutivo provincial comenzó con la afectación
severa, ilegítima e infundada del principio de intangibilidad de las
remuneraciones judiciales. En este proceso, el ejecutivo contó con la
obediente complicidad del poder legislativo —de mayoría oficialista—, órgano
que aprobó sin discusión alguna todos los proyectos de leyes emanados
directamente del despacho del titular del poder ejecutivo. Estos proyectos
fueron remitidos al congreso local con el exclusivo objeto de someter a todo
órgano judicial que se atreviera a aplicar las normas constitucionales y
legales vigentes en perjuicio de la arbitraria voluntad del poder ejecutivo 2 .
014. Así, fueron dictándose un conjunto de leyes —en su mayoría entre los
años 1996 y 1997— que prácticamente eliminaron la independencia judicial,
limitaron la posibilidad del control judicial de los actos de los demás poderes,
impusieron un férreo verticalismo funcional en el interior del poder judicial,
expulsaron del sistema a quienes no se resignaban a cumplir con el perfil de
juez obediente al poder ejecutivo, e incorporaron a la judicatura a quienes sí
garantizaban docilidad y obediencia ante los caprichos del poder ejecutivo 3 .
2
Las innumerables notas periodísticas que se adjuntan como Anexo 7, “Notas periodísticas”,
dan cuenta de las circunstancias que describimos en este capítulo y describen de manera
manifiesta el enjuiciamiento de las tres peticionarias como elementos centrales del
sometimiento del poder judicial llevado a cabo como política pública por el Poder Ejecutivo
provincial. Ver especialmente Nota 6-01 a 6-06, del Anexo 6, “Notas periodísticas”. En estas
seis notas se sintetiza particularmente bien una exacta descripción del contexto señalado en
este apartado.
3
Como veremos, mediante una serie de leyes se modificó el sistema de ingreso y egreso del
poder judicial. El Consejo de la Magistratura, el Jurado de Enjuiciamiento y la Ley Orgánica
del Poder Judicial fueron los puntos clave de desarticulación del principio de inamovilidad en
los cargos de los magistrados. Estas leyes echaron por tierra los fundamentos de la
3
015. La sanción de las leyes fue acompañada de una feroz campaña de
desprestigio hacia los integrantes del poder judicial de la provincia, generada
desde el partido gobernante —utilizando para ello la prensa escrita, radial y
televisiva 4 —, generándose así un serio conflicto de poderes. A raíz de esta
campaña de desprestigio, en el mes de diciembre de 1996 se produjo la
renuncia masiva de los miembros del Superior Tribunal de Justicia —a
excepción de uno—, lo que posibilitó al poder ejecutivo —que contó por
supuesto, con el apoyo del Senado provincial— el nombramiento de
profesionales sin antecedentes académicos ni trayectoria judicial pero,
especialmente, de comprometida vinculación con el gobierno, ya que sólo
habían cumplido funciones o puestos claves dentro del poder ejecutivo o
legislativo.
III. 2. Las reformas legislativas
016. A continuación describiremos las normas legales dictadas en aquel
momento, muchas de las cuales siguen vigentes hoy en día.
III. 2. A. Intangibilidad de la remuneración de los jueces y denegación de
justicia (leyes 5.062, 5.067, 5.070, 5.071, 5.103, 5.074 y 5.093)
017. El 29 de diciembre de 1995 la Legislatura de la Provincia de San Luis
sancionó la ley 5.062 5 . En su artículo 1, dicho texto legal dispuso:
“Reducir las retribuciones brutas, totales, mensuales, normales, habituales,
regulares y permanentes, y el sueldo anual complementario, excluyendo las
asignaciones familiares de los Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial.
Los conceptos no remunerativos y/o no bonificables deberán computarse
dentro de la retribución bruta, exclusivamente a los fines de la reducción
dispuesta, quedando excluidos los conceptos antigüedad y permanencia”
(destacado agregado).
018. Esta ley fue dictada a propuesta del poder ejecutivo, a pesar de que
claramente violaba el artículo 192 de la Constitución provincial 6 , que
establece:
independencia del poder judicial de la provincia, que ha quedado completamente sometido a
la voluntad del poder ejecutivo local.
4
Es preciso aclarar a la Ilustre Comisión que la familia del entonces gobernador era
propietaria de los medios de comunicación más importantes de la provincia. Los jueces que
se resistían al avasallamiento de la independencia judicial y la vigencia constitucional,
comenzaron a ser llamados “opositores”.
5
Versión digital de todas las leyes provinciales citadas en la presente petición en la pagina
web de la Legislatura de la Pcia. de San Luis:
www25.brinkster.com/legislatsanluis/index3.html.
6
Una disposición similar había sido establecida por el artículo 1 de la ley 5.032, promulgada
el 2 de mayo de 1995. Esta norma, sin embargo, había sido vetada con relación a los
magistrados y funcionarios del poder judicial, por el decreto 808 GJC-SECyC-95 del poder
ejecutivo de la provincia. El veto se produjo como consecuencia de la gran cantidad de
reclamos públicos fundamentados en la garantía de intangibilidad de las remuneraciones de
los magistrados, prevista en el artículo 192 de la Constitución provincia citado.
4
“Artículo 192: Intangibilidad de las remuneraciones
Los magistrados judiciales gozan de una retribución mensual y, no puede ser
disminuida salvo los descuentos previsionales y de carácter general,
mientras permanecen en sus funciones. La retribución es establecida por ley
y, en ningún caso, un miembro del Superior Tribunal de Justicia, cobra una
retribución inferior a la que perciba el funcionario mejor remunerado del
Estado Provincial, salvo el titular del Poder Ejecutivo” (destacado agregado).
019. Frente a lo establecido por la ley 5.062, una gran cantidad de jueces y
funcionarios del poder judicial interpusieron acciones de amparo, y
solicitaron medidas cautelares a fin de que no se aplicara la reducción
salarial dispuesta por la ley 7 .
020. En todos los casos, las medidas cautelares solicitadas por los litigantes
tuvieron una recepción favorable por parte de los tribunales de la provincia.
Como consecuencia de ello, y con el propósito de “reforzar” la
constitucionalidad de la ley 5.062, la legislatura sancionó la ley 5.067,
conocida como “Ley de emergencia provincial”. Esta ley declaró “la
emergencia económica y social del Estado provincial con el fin de prevenir y
superar las graves circunstancias económicas, financieras y sociales que
derivan de la misma”. Además, estableció que las disposiciones de la ley
5.062 “son de emergencia económica y social y regirán por el término de un
año a partir de la vigencia de la citada ley”. Finalmente, dispuso que la ley
5.067 “regirá con efecto retroactivo a la fecha de vigencia de la ley 5.062”
(destacado agregado).
021. La emergencia económica descripta por la ley 5.067 era absolutamente
falsa. De hecho, la ley 5.061 de Presupuesto de la provincia para el año 1996
estimaba un superávit superior a los 58 millones de pesos ($ 58.000.000),
algo así como el 11 % de los 506 millones de pesos disponibles para ese
ejercicio financiero.
022. Es preciso tener en cuenta que el 5 de diciembre de 1995, pocos días
antes de la publicación de la ley 5.062, el poder legislativo sancionó una
nueva ley de amparo (ley 5.054) que fue vetada parcialmente por el poder
ejecutivo a través del decreto Nº 2290 GJC-SEGyC-95. Los vetos se refirieron
al efecto de la interposición de los recursos de apelación de sentencias de
primera instancia en materia de acciones de amparo por violación de
derechos constitucionales y por mora de la administración pública.
023. Hasta entonces, los recursos de apelación eran concedidos con efecto
no suspensivo; esto es, la interposición del recurso no impedía la ejecución
de la sentencia dictada en primera instancia. Ello implicaba que la persona
favorecida por la sentencia en una acción de amparo ejercía plenamente su
7
Las acciones se fundaron en la violación a la garantía de intangibilidad de las
remuneraciones judiciales, reconocida por el artículo 192 de la Constitución provincial, y en
la inexistencia de causal alguna que la justifique, en particular, en la más absoluta
inexistencia de emergencia económica de cualquier índole.
5
derecho hasta que, eventualmente, un tribunal superior revocara la decisión.
A partir del veto del poder ejecutivo, solicitado por la Fiscalía de Estado, los
recursos de apelación fueron concedidos con efecto suspensivo.
024. Como consecuencia de ello, la mera interposición de recursos de
apelación por parte de la Fiscalía de Estado, dejaba en suspenso la aplicación
de la sentencia en los juicios de amparo promovidos por jueces y
funcionarios judiciales frente a lo dispuesto por la ley 5.062. El derecho
reconocido en las sentencias judiciales a la no aplicación de la reducción
salarial no se podía hacer efectivo, en la práctica, y los salarios
correspondientes a enero y febrero de 1996 no fueron abonados según lo
ordenado por los órganos del poder judicial.
025. Así, luego de que los jueces habían obtenido sentencias judiciales
favorables a sus derechos que, según la ley vigente, debían ser ejecutadas,
el poder legislativo —al modificar el efecto de la mera interposición del
recurso de apelación—, impidió de manera ilegítima que se cumpliera con
resoluciones judiciales.
026. Más allá de ello, habiendo transcurrido más de siete años desde el plan
de eliminación de la independencia judicial de los tribunales de la Provincia
orquestado por el Ejecutivo con la obsecuente complicidad del Poder
Legislativo, ninguno de los juicios de amparo promovidos entre fines de 1995
y principios de 1996 por miembros del poder judicial cuyas retribuciones
fueron afectadas por la ley 5.062 ha llegado a sentencia firme.
027. La manera de neutralizar la acción de amparo como recurso sencillo y
rápido de protección de derechos fundamentales consistió —además de
modificar el efecto del recurso de apelación— en dos tipos de medidas. En
primer lugar, la intervención constante de la Fiscalía de Estado, que
desarrolló “toda clase de maniobras obstruccionistas y dilatorias de todo
nivel” 8 . Así, a través de la recusación —solicitud de apartamiento del juez
fundada en razones de imparcialidad objetiva o subjetiva— sistemática de los
jueces que intervinieron en los juicios de amparo, la Fiscalía de Estado
impidió que estos funcionarios se pronunciaran sobre la constitucionalidad de
la ley 5.062.
028. Más allá de las recusaciones, los juicios de amparo promovidos por los
magistrados provocaron una gran cantidad de excusaciones de todos los
jueces que se consideraban, también, interesados en la solución del pleito.
8
Ello fue reconocido por el Superior Tribunal de Justicia de San Luis, con su composición de
conjueces, en el mes de febrero de 1997, en el caso “Superior Tribunal de Justicia de la
Provincia de San Luis, Fiscalía de Estado s/ Acción de nulidad” (Expte. Nro. 15-F-96) sobre
las acordadas Nº 609 y 616 (de diciembre de 1996, fallo del 5 de febrero de 1997,
considerando 23). Estas acordadas se relacionaban con la declaración de
inconstitucionalidad de las leyes 5.061 y 5.062 que establecían el presupuesto para el poder
judicial y de reducción salarial. Se acompaña como Anexo 1.
6
Frente a esta situación, el papel de los conjueces 9 resultaba fundamental.
Ello pues si las acciones de amparo tenían por objeto discutir la
constitucionalidad de una ley que afectaba la retribución de todos los
miembros del poder judicial, el caso debía ser resuelto por un conjuez, esto
es, por un abogado de la matrícula —de la barra profesional— que no
perteneciera al poder judicial.
029. Por este motivo, en febrero de 1996 la legislatura sancionó la ley 5.070
mediante la cual se modificó el procedimiento de nombramiento de los
conjueces, que eran quienes debían intervenir en todas las acciones de
amparo presentadas por los jueces que impugnaban la disminución de su
retribución salarial. Hasta la sanción de la ley 5.070, los conjueces eran
designados a través de un sorteo que efectuaba el Superior Tribunal de
Justicia de la provincia entre todos los abogados matriculados —colegiados—
de la provincia que reunieran los requisitos constitucionales y/o legales para
sustituir a los jueces en los casos de recusación o excusación.
030. A partir de la entrada en vigencia de la ley 5.070, los conjueces serían
propuestos por el Consejo de la Magistratura, y designados por el Poder
Ejecutivo con acuerdo de la Cámara de Senadores 10 .
031. Nuevamente, a través de la recusación sistemática de quienes
integraban los tribunales competentes, la Fiscalía de Estado buscó evitar que
los conjueces designados para el año 1996, de conformidad con el
procedimiento anterior, pudiesen dictar sentencia en los amparos
interpuestos por jueces y funcionarios judiciales.
032. El golpe final a los jueces amparistas se produjo el 13 de febrero de
1996 con la publicación de la ley 5.071 que “suspendió la ejecución de todas
las sentencias y los recursos en los que el Estado Provincial fuera condenado
al pago de una suma de dinero” y “declaró la inembargabilidad de todos los
bienes del Estado” (destacado agregado). Además, “estableció una caducidad
de pleno derecho para iniciar juicios contra el Estado o, en caso de estar
iniciados, para los casos en los que no se haya dictado sentencia dentro de
los cinco años desde la interposición de la demanda”. Esto implicaba que,
ante la negligencia o intención del Estado de denegar el servicio de justicia,
el justiciable perdía el derecho a recurrir a la justicia.
9
En el sistema legal argentino, cuando se debe reemplazar a un miembro de un tribunal por
causales de imparcialidad objetivas que impiden que sea reemplazado por otro miembro del
poder judicial —debido a que la sospecha objetiva de parcialidad deriva del mismo hecho de
pertenecer al poder judicial—, el juez es reemplazado por un abogado de la matrícula, que
no pertenece al poder judicial, y que se denomina “conjuez”.
10
La ley estableció que el procedimiento anterior caducaría a medida que se fuesen
efectuando las designaciones conforme al nuevo procedimiento, y que los conjueces y
funcionarios ad hoc para el reemplazo de magistrados judiciales e integrantes del Ministerio
Público designados a través del viejo procedimiento subsistirían en sus cargos como máximo
hasta el 31 de diciembre de 1996.
7
033. Como complemento a lo establecido por la ley 5.071, a principios de
marzo de 1996, el poder legislativo de la provincia sancionó la ley 5.103 11 .
Mediante esta ley se dispuso que no procedería el dictado de medidas
cautelares durante la vigencia de la emergencia económica y social del
Estado
provincial 12
en
los
juicios
y/o
recursos
de
amparo,
inconstitucionalidad, contencioso administrativo o cualquier otro tipo de
proceso judicial promovido o que se promueva contra el Estado provincial,
sus organismos centralizados, descentralizados o autárquicos. Asimismo, la
ley 5.103 suspendió, con efecto retroactivo, la aplicación de todas las
medidas cautelares ordenadas con anterioridad a su entrada en vigencia 13 .
Estas disposiciones se completaban con la aclaración de que cualquier
conflicto normativo referido a la aplicación de la ley 5.103 debería resolverse
en su beneficio 14 .
034. El propósito de las leyes 5.067, 5.071 y 5.103 es evidente. Todas estas
normas buscaron y lograron impedir que se hicieran efectivos los reclamos
promovidos por los jueces y funcionarios judiciales que sufrieron la ilegítima
reducción salarial impuesta por la ley 5.062. Ante la gran cantidad de
obstáculos legales, muchos de los jueces y funcionarios que habían iniciado
acciones desistieron de seguir adelante con sus reclamos.
035. El 29 de marzo de 1996 se publicó la ley Nº 5.074, que trasladó al
Superior Tribunal de la Provincia la tarea de liquidar y pagar las
remuneraciones a los miembros del poder judicial. El poder ejecutivo, que
hasta entonces era el encargado de esta tarea, conservó las facultades de
imputación presupuestaria.
036. A la vez, la ley 5.093, del 5 de diciembre de 1996, otorgó al poder
judicial plena autonomía económica, financiera y funcional. Según el artículo
3 de la ley 5.093: “Las remuneraciones de los magistrados, funcionarios y
empleados del Poder Judicial serán fijados por ley específica que se dictará a
propuesta del Superior Tribunal de Justicia siguiendo los lineamientos de la
política salarial de los Poderes Ejecutivo y Legislativo...”. Esta disposición,
contraria a la autonomía financiera declarada por la propia ley 5.093,
terminó por subordinar el poder judicial a los “lineamientos” de los otros
poderes del Estado provincial.
037. Como consecuencia de la política llevada a cabo por el poder ejecutivo y
legislativo en contra de la independencia judicial, se generó una profunda
crisis institucional, que se agravó entre diciembre de 1996 y marzo de 1997.
11
Esta ley fue sancionada sobre la base de un proyecto remitido por el poder ejecutivo
provincial.
12
“Emergencia” declarada por la ley 5.067 y prorrogada por la ley 5.068.
13
Ver artículos 7 y 8 de la ley 5.103.
14
Además de las disposiciones a las que se ha hecho referencia en el párrafo anterior, la ley
5.103 disolvió algunos organismos de control y modificó, entre otras cosas, la forma de
representación judicial del Estado provincial. A partir de la ley 5.103 el Poder Ejecutivo
designaría por decreto al abogado que representaría a la provincia en cada caso judicial.
8
Ello pues, más allá de las leyes dictadas, el Superior Tribunal había pagado
los sueldos de los jueces y funcionarios judiciales según lo dispuesto en las
medidas cautelares que habían ordenado no aplicar la reducción de salarios
dispuesta por la ley 5.062. Sin embargo, las partidas presupuestarias
enviadas por el poder ejecutivo no preveían este pago y, como consecuencia,
el dinero no alcanzaba para pagar los sueldos correspondientes al mes de
diciembre de 1996, y a los meses de enero y febrero de 1997. En síntesis, el
poder ejecutivo administró las partidas presupuestarias de modo tal de
asegurarse de que no se cumpliría lo ordenado por las resoluciones judiciales
de manera expresa.
038. Paralelamente, el “Diario de la República” 15 inició una fuerte campaña
de desprestigio contra los miembros del poder judicial en general, contra los
jueces y funcionarios que se resistían a la reducción de sus remuneraciones,
y, en particular, contra los integrantes del Superior Tribunal de Justicia de la
Provincia 16 .
039. El Procurador General de la Provincia, a través de la prensa escrita y de
otros medios, denunció la existencia de irregularidades en el desempeño del
Superior Tribunal de Justicia, y recomendó la renuncia de sus integrantes.
Esta bandera fue tomada por el partido gobernante —Partido Justicialista— a
través de sus estructuras orgánicas, que convocaron a una marcha y a un
acto por la renuncia de los miembros del Superior Tribunal. El acto tuvo lugar
en la puerta del Palacio de Tribunales en la ciudad de San Luis el 11 de
diciembre de 1996. A este acto concurrieron numerosos funcionarios del
poder ejecutivo, tales como el vicegobernador de la provincia, y funcionarios
del ejecutivo con rango de ministros, subsecretarios y directores. Por lo
demás, se presentaron gran cantidad de legisladores provinciales y hasta el
propio jefe de policía 17 .
040. Ante la grave situación institucional que vivía la provincia de San Luis, y
frente a las intensas presiones de los otros poderes del Estado provincial, se
produjo la renuncia de cuatro de los cinco integrantes del Superior Tribunal
de Justicia.
III. 2. B. Inamovilidad de los jueces (ley 5.106)
15
Diario de mayor circulación en la provincia de San Luis, de la familia del ex gobernador
Adolfo RODRÍGUEZ SAA.
16
Las agresiones también alcanzaron a los jueces que cumplían funciones como
subrogantes, y al gremio de los judiciales. La campaña incluyó pedidos expresos de
renuncia, adhesiones del Partido Justicialista, y continuas ridiculizaciones de los miembros
del poder judicial.
17
Como veremos, el Partido Justicialista recurrió nuevamente a organizar una movilización
en contra de los jueces independientes. La segunda vez, el 10 de junio de 1997, se convocó
a una movilización en repudio a una sentencia de la Dra. Adriana GALLO bajo la consigna de
que coartaba fuentes de trabajo, y para “decirle no a la desocupación y a los privilegios”. Se
trataba de una sentencia dictada en el trámite de un amparo colectivo en el que se había
probado la violación al derecho de gozar de un ambiente sano.
9
041. De manera absolutamente consistente con la política de ataque a la
independencia judicial mediante la disminución de las retribuciones de jueces
y funcionarios, en mayo de 1997 la legislatura sancionó la ley Nº 5.106, que
modificó la “Ley Orgánica del Poder Judicial”. Los cambios más importantes
introducidos, a los efectos de esta presentación, fueron los siguientes:
• Se estableció que el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia,
compuesto por cinco miembros designados por el poder ejecutivo con
acuerdo del Senado, “podrá funcionar válidamente con tres (3) de sus
integrantes” (art. 3, ley 5.106).
• Se estableció que el Presidente del Superior Tribunal de Justicia sería
electo por sus pares, con posibilidad de reelección indefinida, vulnerando
una prohibición expresa contenida en la Constitucional local 18 . La
importancia de esta modificación radica en el hecho de que el Presidente
del Superior Tribunal es quien preside, también, el Jurado de
Enjuiciamiento de Funcionarios y Magistrados del Poder Judicial 19 .
• Se estableció que el Superior Tribunal gozaría de la facultad de nombrar
y remover funcionarios con cargo de secretario o inferiores.
• Fueron modificadas las atribuciones de varios funcionarios y personal
administrativo, a quienes se les asignaron funciones de control sobre la
actividad de los magistrados 20 .
III. 2. C. Persecución a los defensores de la independencia judicial (ley
5.123)
042. En febrero de 1997, el Colegio de Abogados de la ciudad de Villa
Mercedes emitió un pronunciamiento crítico sobre la situación institucional
del poder judicial 21 , solicitando la intervención federal de la provincia 22 . En
18
Esta modificación es contraria al art. 206 de la Constitución Provincial, que expresamente
establece que: “El cargo de Presidente del Superior Tribunal se turna anualmente entre sus
miembros, comenzando por el de mayor edad”.
19
Como se podrá apreciar más adelante en esta presentación, el lastimoso papel
desempeñado por los dos presidentes del Superior Tribunal en los tres procesos de
destitución objetos de esta petición, resultó un elemento esencial para implementar la
política de sumisión contra los jueces independientes.
20
Es preciso aclarar que dos meses después, en julio de 1997, la legislatura sancionó la ley
5.119, también modificatoria de la ley orgánica del poder judicial. Esta vez, el objeto de
cambio fue el sistema de subrogaciones. El nuevo sistema le otorgó a la Primera
Circunscripción —la Ciudad de San Luis, donde es de conocimiento público la adhesión de la
mayoría de sus miembros al partido oficialista— una prioridad a todas luces ilegítima,
centralizando de esta manera en los jueces de dicha circunscripción, la decisión de la
mayoría de las causas pendientes relacionadas con los intereses del poder ejecutivo, lo cual
violaba a todas luces el principio de juez natural.
21
Se acompaña como Anexo 2.
22
Según la Constitución Nacional Argentina:
“Artículo 5. Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional, y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación
10
los considerandos del documento, se realizó un análisis sumamente crítico de
la situación del poder judicial y de los embates del poder ejecutivo para
cercenar su independencia.
043. Cuatro juezas —tres de ellas las peticionarias que ya han sido
destituidas; y la cuarta que está a punto de serlo—, una funcionaria judicial y
dos secretarias adhirieron, en su carácter de integrantes del poder judicial, a
la descripción de la coyuntura política que afectaba al poder judicial. Este
pronunciamiento del Colegio de Abogados trajo aparejada la persecución
ideológica de los funcionarios judiciales que habían adherido a ese
documento. El Superior Tribunal de Justicia, en su nueva conformación —
abiertamente adicta al poder ejecutivo—, mediante una resolución, calificó
dicha adhesión como un “acto de subversión” 23 .
044. Como respuesta a ésta y a otras manifestaciones de los colegios de
abogados de la provincia de San Luis en contra de la política del gobierno
dirigida a controlar el poder judicial, el 15 de octubre de 1997 se publicó la
ley 5.123 de ejercicio profesional de la abogacía. En su capítulo V —cláusulas
transitorias— la ley dispuso que a partir de su entrada en vigencia quedaban
“... disueltos automáticamente como entidades de orden público los Colegios
de Abogados y Procuradores existentes” (destacado agregado).
045. Esta disposición constituyó un ataque directo a los letrados de la
provincia. Además, tuvo como finalidad asegurar el control del poder
ejecutivo sobre el poder judicial. En este sentido, la Federación Argentina de
Colegios de Abogados (FACA) afirmó que “Al disolver los Colegios de
Abogados desaparecen las facultades constitucionales que autorizaban a
éstos a integrar los Consejos de la Magistratura, los Jurados de
Enjuiciamiento y la designación de conjueces”.
046. Controlada la organización, instituciones y funcionamiento del poder
judicial, algunos magistrados que se habían opuesto a las medidas
inconstitucionales fueron sometidos a un Jurado de Enjuiciamiento
conformado ilegítimamente, manifiestamente parcial y dependiente, que
arbitró un procedimiento plagado de irregularidades, vulnerando las normas
más esenciales del debido proceso. Simultáneamente, en casos de denuncias
contra funcionarios o jueces manifiestamente apegados al gobierno, las
acusaciones fueron desestimadas, evidenciando un trato discriminatorio
entre quienes se conocían como amigos o críticos al nuevo sistema judicial.
primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno federal garante a cada provincia el goce y
ejercicio de sus instituciones”.
“Artículo 6. El Gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la
forma republicana de gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisito de sus
autoridades constituidas para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la
sedición, o por invasión de otra provincia”.
23
En oportunidad de resolver las recusaciones realizadas por la Fiscalía de Estado contra
estas juezas en los casos relacionados con la provincia de San Luis.
11
047. El 10 de febrero de 1998, el Superior Tribunal de Justicia dejó cesante a
doce secretarias judiciales sin sumario previo, sin causal alguna que
justificara su decisión, y sin derecho a recibir indemnización por despido sin
causa. Estas funcionarias —casualmente— habían iniciado acciones de
amparo contra las leyes de reducción de las remuneraciones y, además, dos
de ellas, habían adherido al pronunciamiento del Colegio de Abogados que
posteriormente motivó la destitución de dos de las ahora peticionarias. Ese
mismo día se designó en su reemplazo a doce profesionales sin antecedentes
académicos ni trayectoria judicial. Sus únicos antecedentes relevantes
consistían en su cercanía al poder político.
III. 2. D. Leyes que modificaron el sistema de destitución de jueces y
magistrados (leyes 5.102 y 5.124)
048. La Constitución de la Provincia de San Luis establece que el Jurado de
Enjuiciamiento se compone de nueve miembros:
a) tres abogados de la matrícula;
b) tres diputados; y
c) tres magistrados, entre los cuales se incluye el Presidente del Superior
Tribunal, que también preside al Jurado de Enjuiciamiento. Su artículo
224 dispone claramente:
“Artículo 224: Integración
Los magistrados judiciales y los integrantes del Ministerio Público, pueden
ser acusados ante el Jurado de Enjuiciamiento por mal desempeño de sus
funciones, incapacidad física o mental sobreviniente, faltas graves o la
comisión de delitos comunes. La acción es pública y puede ser ejercida por
cualquier persona; por el Superior Tribunal de Justicia, el Ministerio Público y
Colegios de Abogados de la Provincia. El Jurado está presidido por el
Presidente del Superior Tribunal de Justicia y constituido por nueve
miembros: tres diputados, abogados si los hubiere, tres abogados de la
matrícula que reúnan los requisitos para ser miembros del Superior Tribunal
de Justicia, y tres magistrados judiciales incluido el Presidente del Superior
Tribunal. Los miembros del Jurado y sus respectivos suplentes son
designados anualmente, por sorteo en acto público, de la siguiente manera:
los diputados por la Cámara respectiva; los magistrados de entre los
integrantes del Superior Tribunal de Justicia y de las Cámaras, y los
abogados, de entre una lista de veinte letrados que confeccione el Colegio
Forense de la Provincia en diciembre de cada año” (destacado agregado).
049. Como vimos, la consecuencia directa de la disolución de los colegios de
abogados consistió en impedir que se pudiera designar a los tres abogados
de la matrícula que integran el Jurado de Enjuiciamiento como lo ordena la
Constitución. Según lo dispuesto por los artículos 224 y 225 de la
Constitución, por otra parte, los mandatos son honorarios y duran un año 24 .
24
“Artículo 225.- El cargo de miembro del Jurado es honorario e irrenunciable. El que sin
causa justificada no se incorpore, falte a las sesiones, no intervenga en el veredicto, o por
12
A la vez, al violarse la Constitución provincial, permitiendo la reelección
indefinida del presidente del Superior Tribunal, también se garantizaba la
presidencia indefinida del Jurado de Enjuiciamiento, por un juez “amigo” del
poder político 25 . Por último, en el caso de los diputados, si bien por
resolución de la Legislatura se había dispuesto que se designarían a dos
diputados por la mayoría y uno por la minoría, en función de la violación
constitucional, la minoría decidió no intervenir en el Jurado, razón por la cual
se designaban a los tres diputados por el oficialismo.
050. Es preciso tener en cuenta que el art. 15 de la ley 4.832, reglamentaria
del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios Judiciales,
establecía expresamente que cuando el Jurado hubiera dictado resolución
admitiendo la formación de causa contra la persona acusada, entendería
hasta la terminación del proceso, aun cuando hubiera vencido el término
anual de la designación de los miembros 26 .
051. Sin embargo, el sistema establecido por la Constitución y la ley 4.832
fue radicalmente modificado por la ley 5.102, sancionada por la legislatura el
10 de marzo de 1997. Claramente, se procuraba de esta manera incidir en la
composición del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios del
Poder Judicial.
052. En primer lugar, el artículo 1 de la ley 5.102 dispuso que:
“... los tres abogados de la matrícula, son designados de entre una lista de
veinte letrados que confecciona el Colegio Forense de la Provincia... de la
lista de conjueces designados conforme a lo establecido por la ley 5.070...
por sorteo que practicará el Superior Tribunal de Justicia. En el supuesto de
que dicha lista no sea presentada por el Colegio Forense de la Provincia, por
ante el Superior Tribunal de justicia antes del 10 de marzo, este último
designará los (3) abogados... de la lista de conjueces...”.
053. Este nuevo sistema de designación de los tres abogados que integran el
Jurado de Enjuiciamiento es contrario a lo estipulado por el artículo 224 de la
Constitución, dado que debe ser el colegio forense de la provincia el que
sortee a sus tres representantes, de los veinte que integran la lista de
abogados que dicho colegio debe confeccionar en diciembre de cada año. Sin
embargo, el colegio forense no puede funcionar porque los colegios de
su inasistencia impida el dictado del mismo, incurre en una multa igual al total de la
retribución mensual de un diputado y su monto es destinado a la biblioteca del poder
judicial”.
25
En el caso de las Dras. GALLO y CAREAGA, se extendió ilegítimamente el mandato del juez
SERGNESE, quien antes de presidir el Superior Tribunal fue apoderado personal del Partido
Justicialista y del propio gobernador. Más allá de ello, en la efímera presidencia de
RODRÍGUEZ SAA en diciembre de 2001, éste designó a SERGNESE —aparentemente un
colaborador apto para “todo terreno”— como director del Servicio de Inteligencia del Estado
Nacional. Todos estos antecedentes demuestran los estrechos vínculos entre ambos.
26
En correlación con la renovación anual que prevé el artículo 224 de la Constitución de la
Provincia, el segundo párrafo del artículo 2 de la ley 4.832 establecía que el Jurado de
Enjuiciamiento se renovaba el 19 de agosto de cada año.
13
abogados fueron disueltos por la voluntad del ejecutivo. Este sorteo no
puede realizarse entre los integrantes de una lista condicionada por una
primera selección no realizada por el Colegio Forense 27 . La modificación
introducida por la ley 5.102 significó otorgar participación directa al poder
ejecutivo en la designación de uno de los tres estamentos que integran el
Jurado de Enjuiciamiento que, además, es el único que no representa a
ningún órgano estatal.
054. En segundo lugar, la ley 5.102 determinó, a la fecha de su entrada en
vigencia, la caducidad de pleno derecho de las designaciones de los
integrantes del Jurado de Enjuiciamiento designados conforme a lo prescripto
por el artículo 224 de la Constitución, y por la ley 4.832. Esto es, alteró las
reglas de competencia con posterioridad a los hechos que debían ser
tratados por el Jurado de Enjuiciamiento.
055. La misma norma derogó en todas sus partes el artículo 15 de la ley
4.832, y determinó que todas las causas y denuncias existentes debían pasar
a los nuevos integrantes del Jurado de Enjuiciamiento. Además, la norma,
entre otras cosas, amplió las causales de remoción de jueces. De este modo,
no sólo se agregaron causales de destitución no contenidas ni mencionadas
en la Constitución local sino que, además, se redefinieron algunas causales
que sí estaban previstas, disminuyendo sus requisitos típicos.
056. Es preciso tener en cuenta que el 26 de marzo de 1997, el Superior
Tribunal de Justicia dictó el Acuerdo Nº 114, a través del cual declaró la
inconstitucionalidad de los artículos 1 y 2 de la ley 5.102. De los cinco
miembros del Superior Tribunal de Justicia, cuatro eran camaristas que
tuvieron que integrar el cuerpo luego de la renuncia del resto de los
integrantes, y antes que se designara a los nuevos miembros.
057. Asimismo, el 7 de mayo de 1997, el Jurado de Enjuiciamiento en su
integración anterior, dictó una resolución en la que declaró la
inconstitucionalidad de la ley 5.102, y ordenó mandar a que se agregara
copia de dicha decisión a todos los expedientes en trámite, y poner en
conocimiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación la gravedad
constitucional de lo dispuesto por la ley 5.102. También cursó
comunicaciones al Superior Tribunal de Justicia, a los presidentes de las dos
cámaras de la legislatura, al poder ejecutivo provincial, y al jefe de Gabinete
del Poder Ejecutivo Nacional. En su resolución, el Jurado expresó que:
“... esta medida
constituyente de
inconstitucionales
conformación del
implica que el legislador se
hecho, en razón de haber
que acabamos de reseñar [se
jurado de enjuiciamiento y
27
ha convertido no sólo en
producido todas las leyes
refiere al nuevo sistema de
a la caducidad de pleno
Mucho menos cuando en esta “primera selección” interviene el poder ejecutivo. Como
vimos, de acuerdo con la ley 5.070, los conjueces eran designados por el Poder Ejecutivo
con acuerdo de la Cámara de Senadores sobre la base de una terna propuesta por el
Consejo de la Magistratura.
14
derecho de sus miembros] sino también en juez de las causas en trámite, al
disponer medidas innovativas de resoluciones jurisdiccionales que se
encuentran firmes. Se viola el principio constitucional de cosa juzgada, pero
también el principio cardinal que hace a la esencia de la forma republicana
de gobierno, cual es la división de los poderes del Estado” (párr. III. e).
058. Sin embargo, ninguno de estos pronunciamientos puso freno a la
prepotencia política del gobierno. El 27 de octubre de 1997 se publicó la ley
5.124, que modificó la ley 5.102. Increíblemente, la nueva ley no es más que
una copia fiel de la ley 5.102. De forma insólita, en el espacio de siete meses
fueron dictadas dos leyes idénticas sobre la misma materia. La segunda ley
derogó a la primera con el único propósito de evadir el obstáculo formal que
implicaba la declaración de inconstitucionalidad de la primera. La única
diferencia entre ambas leyes consiste en que en el transcurso de esos siete
meses, el poder ejecutivo logró modificar la integración del Superior Tribunal
de Justicia y, por ende, del Jurado de Enjuiciamiento.
059. Al igual que la anterior, la nueva ley amplió las causales de remoción de
jueces y magistrados definidas constitucionalmente, lo cual resulta, en sí
mismo, absolutamente ilegítimo. Como veremos, la nueva ley fue mucho
más allá de la reglamentación de las causales constitucionales de destitución.
Pero como también veremos, lo que es más grave aún, es que fue aplicada
retroactivamente —porque no estaba vigente al momento de la supuesta
comisión de los hechos que se les atribuyeron a las peticionarias en sus
procesos de destitución 28 —, en los casos de las tres juezas destituidas.
060. Así, por ejemplo, la Constitución de la Provincia de San Luis es clara al
establecer:
“Artículo 231: Causales de remoción
Además de los delitos y faltas de los funcionarios sujetos a la jurisdicción del
Jurado de Enjuiciamiento que determine la ley respectiva, son causales de
remoción para los magistrados y miembros del Ministerio Público del Poder
Judicial: la mala conducta, la negligencia, el desconocimiento reiterado y
notorio del derecho y la morosidad injustificada en el ejercicio de sus
funciones”.
061. De modo inequívoco, podemos discutir muchas cuestiones
interpretativas del art. 231 de la Constitución de San Luis, pero no podemos
poner en duda que la causal referida al “desconocimiento del derecho” exige,
al
menos,
dos
hechos
independientes
que
manifiesten
tal
desconocimiento. Sin embargo, el obsecuente legislador provincial, al dictar
la ley 5.124, redefinió la causal constitucional, transformándola en
“desconocimiento inexcusable —sólo faltó que se aclarara que debía ser
28
Así, por ej., la causal de “graves irregularidades del procedimiento que hayan motivado el
desprestigio del Poder Judicial”, por la cual se condenó a la Dra. Ana María CAREAGA, no
estaba prevista en la ley 4.832, vigente al momento de la supuesta comisión de los hechos
por los que fue “juzgada”, destituida y sancionada con pena de inhabilitación por quince
años.
15
‘inexcusable’ de acuerdo con la particular opinión del poder ejecutivo— y
grave del derecho”. De modo claro, el legislador obsecuente fue más allá de
sus límites, y se transformó, a pedido del poder ejecutivo, en poder
constituyente.
062. El dictado de esta última ley, en sí mismo, pone en evidencia la
desvergüenza y la impunidad con que los poderes ejecutivo y legislativo de la
provincia de San Luis actuaron para avasallar todo vestigio de independencia
del poder judicial. En este contexto se dieron los hechos que denunciamos en
esta petición, y sólo a partir de ellos se puede comprender la irracionalidad y
el alcance de la vulneración de los derechos de tres ciudadanas, mujeres,
profesionales e íntegras, que sólo pretendieron defender sus derechos y
expresar su opinión sobre la necesidad de respetar las reglas básicas del
Estado de derecho.
063. Ya avanzado el jurado de enjuiciamiento contra la Dra. GALLO, se
sancionó una nueva ley que buscó “cerrar” los agujeros dejados por las leyes
anteriores. Mediante la ley 5.135 se estableció que los integrantes del Jurado
que admitían la formación de causa serían los que seguirían entendiendo en
el juzgamiento a pesar de la caducidad de sus mandatos.
III. 3. Conclusiones
064. Por las razones expuestas, resulta posible afirmar las siguientes
conclusiones:
• En la Provincia de San Luis, entre los años 1995 y 1997 se dictaron
diecisiete (17) leyes remitidas por el poder ejecutivo al legislativo
provincial referidas a la organización judicial.
• Estas leyes, violando disposiciones de la Constitución local, de la
Constitución Nacional y de la Convención Americana, afectaron los
principios estructurales sobre los que se funda la independencia judicial.
• Respecto de los jueces, no sólo se disminuyó sus remuneraciones, sino
que a través de diversas leyes se impidió la ejecución de las sentencias de
manera retroactiva.
• Se modificaron diversas reglas vinculadas con el régimen constitucional
de destitución de los juicios. Se abreviaron los plazos. Se modificó la
manera de designar a los conjueces.
• Se alteraron las reglas de competencia
redistribuyeron los casos en consecuencia.
retroactivamente
y
se
IV. HECHOS QUE SE DENUNCIAN
IV. 1. El caso de la Dra. Adriana GALLO 29
29
Se acompañan como Anexo 3 las partes relevantes del expediente ante el Jurado de
Enjuiciamiento y la justicia de la Dra. GALLO.
16
065. La Dra. Adriana GALLO era la jueza a cargo del Juzgado Civil, Comercial
y Minas N° 3 de la Segunda Circunscripción Judicial con asiento en la ciudad
de Villa Mercedes, provincia de San Luis, República Argentina.
066. Frente a la reducción salarial impuesta por la ley 5.062 a todos los
jueces y magistrados de la provincia, la Dra. Adriana GALLO, el 5 de enero de
1996, interpuso una acción de amparo con el fin de proteger la intangibilidad
de su remuneración protegida constitucionalmente. En dicha acción, solicitó
que no se aplique a su remuneración la reducción dispuesta por la ley.
067. La acción fue interpuesta ante el Juzgado en lo Civil, Comercial y Minas
Nº 4 de la Primera Circunscripción Judicial de San Luis, en el caso “Bianchi
Oscar Alberto y otros s/ Recurso de Amparo”. En estas actuaciones, el 26 de
febrero de 1996 la ley 5.062 fue declarada inconstitucional, y se ordenó que
no se aplique la reducción salarial respecto de la Dra. Adriana GALLO. El 15
de marzo de 1996 la Cámara Primera de Apelaciones ad hoc de San Luis
confirmó la decisión de primera instancia.
068. Contra esa resolución, la Fiscalía de Estado interpuso recurso
extraordinario provincial. Las actuaciones quedaron radicadas ante el
Superior Tribunal de Justicia de la Provincia el 8 de mayo de 1996.
Transcurridos casi siete años desde que el caso llegó al Superior Tribunal,
el recurso de amparo todavía no tiene resolución definitiva. Hasta principios
del año 1997, es decir, hasta la modificación de la ley de amparo, la decisión
judicial fue respetada. Sin embargo, a partir de la modificación del efecto del
recurso de apelación para las medidas cautelares, debió presentar un nuevo
amparo, que hasta la fecha no sólo no fue resuelto, sino que ni siquiera
contó con un magistrado competente.
069. Paralelamente a la tramitación de dicho amparo, dos abogados que —
supuestamente— estuvieron en desacuerdo con resoluciones dictadas por la
Dra. Adriana GALLO en su carácter de jueza, presentaron sendas denuncias
en su contra ante el Jurado de Enjuiciamiento.
070. La primera denuncia fue presentada el 23 de abril de 1996 por el
abogado Edgar Segundo DEL CORRO, casualmente funcionario del poder
ejecutivo provincial. En la denuncia alegó que la Dra. Adriana GALLO no había
dado cumplimiento, en los autos “Incidente de Ejecución de Sentencia Rossi
Grosso Emilio c/FOETRA - Cobro de Pesos”, a lo establecido en el artículo 40
de la ley provincial 3.528, al haber homologado —aprobado— un convenio
sin la conformidad del denunciante. El 8 de mayo de 1996, el abogado DEL
CORRO compareció a ratificar su denuncia, y agregó que en los autos “Diaz y
Nogarol s/Quiebra”, “Aba de Villarroel Amanda c/Pedro Roberto Suárez –
Cumplimiento de Contrato”, y “Perlo de Civalero – Sucesorio”, la Dra.
Adriana GALLO había actuado irregularmente. En esa denuncia el abogado DEL
CORRO jamás explicó en qué consistían dichas irregularidades.
071. La segunda denuncia fue presentada el 3 de diciembre de 1996 por el
también abogado Carlos Alberto AGUILERA. En esta denuncia se imputó a la
17
Dra. Adriana GALLO la demora en la entrega de un cheque, demora producida
por la reproducción de un traslado ordenado por otro magistrado —un
magistrado subrogante, esto es, que reemplazaba ocasionalmente a la Dra.
GALLO—. Esta denuncia, absolutamente irracional, fue ratificada el 9 de
diciembre de 1996.
072. Frente a la absoluta falta de seriedad de ambas denuncias, el Jurado de
Enjuiciamiento había decidido, conforme a derecho, rechazarlas in limine, por
entender que ninguno de los hechos denunciados configuraba una de las
causales de remoción previstas por la Constitución de San Luis.
073. Sin embargo —y aquí comenzará a comprenderse el contenido de las
diversas leyes que describiéramos en el punto III. ANTECEDENTES—, al
sancionarse el 14 de marzo de 1997 la ley 5.102 —y poco después la
5.124—, la situación cambió radicalmente. Como vimos, mediante estas
leyes se modificó la composición del Jurado de Enjuiciamiento, se dispuso la
caducidad de pleno derecho de las designaciones de sus integrantes, se
ampliaron las causales de remoción previstas en la Constitución vigente,
y se determinó que todas las causas y denuncias existentes debían pasar al
Jurado de Enjuiciamiento con su nueva integración, esto es, con la
integración hecha a medida de los deseos del poder ejecutivo y presidida por
quien fuera apoderado personal del gobernador y del partido oficialista.
074. Dado que lo establecido por la ley 5.102 implicaba una seria alteración
del sistema establecido en la Constitución provincial para integrar el Jurado
de Enjuiciamiento 30 , la Dra. GALLO interpuso acción de amparo ante el
Juzgado Civil Nº 4 de la Ciudad de San Luis, en la cual solicitó una medida de
no innovar respecto de la ley 5.102, y pidió que se declare la
inconstitucionalidad de la ley 5.103, que dispusiera la prohibición de dictar
medidas cautelares en contra del Estado provincial. La acción de amparo se
fundó en la violación a la garantía de juez natural —que implicaba la manera
de integrar el Jurado de Enjuiciamiento establecido por la ley 5.102—. El 25
de marzo de 1997, en los autos “Gallo de Ellard, Adriana B. c/ Estado
Provincial – Acción de Amparo”, se declaró la inconstitucionalidad de la ley
5.103 y, como medida cautelar, se dispuso la inaplicabilidad de la ley 5.102.
Sin embargo, con posterioridad a su destitución, el amparo se declaró
abstracto.
075. Como informamos a la Ilustre Comisión, a pesar de que el Superior
Tribunal de Justicia —mediante el Acuerdo Nº 114— declaró la
inconstitucionalidad de los artículos 1 y 2 de la ley 5.102; y de que también
el Jurado de Enjuiciamiento el 7 de mayo de 1997 declaró inconstitucional la
ley 5.102, la situación no se modificó pues la legislatura derogó la ley
5.102 pero dictó una idéntica, la ley 5.124.
30
Hacemos referencia a la manera en la cual el art. 224 de la Constitución ordena que se
incorporen los tres abogados al Jurado.
18
076. En función de ello, el Superior Tribunal de Justicia, ya integrado por
nuevos miembros 31 , fijó fecha de sorteo para elegir de la lista de conjueces a
los representantes de los abogados, y conformar el nuevo Jurado de
Enjuiciamiento de acuerdo con la ley 5.124. Una vez elegidos, los nuevos
integrantes del Jurado de Enjuiciamiento no pudieron tomar posesión
inmediata del cargo. Ello pues los anteriores miembros habían presentado un
amparo, que les fue concedido. Sin embargo, como era esperable, una nueva
maniobra de apariencia “legal” logró ponerlos en su puesto 32 .
077. El 25 de noviembre de 1997, la Dra. Adriana GALLO impugnó el sorteo,
por violar el artículo 224 de la Constitución provincial, y por desconocer la
medida cautelar dictada en la acción de amparo. Insólitamente, con el
argumento de que había sido derogada por la ley 5.124, el Superior Tribunal
de Justicia declaró abstracta la medida cautelar que impedía aplicar la ley
5.102, y consumó la integración del Jurado de Enjuiciamiento.
078. Una vez notificada de la nueva integración, la Dra. Adriana GALLO
presentó, con fecha 4 de marzo de 1998, un escrito en el que planteó la
inoponibilidad a la integración del Jurado de Enjuiciamiento 33 y,
subsidiariamente, recusó a los miembros que estuvieron afiliados al Partido
Justicialista al momento en que se realizó la movilización del 1º de diciembre
de 1996, organizada por esa agrupación política, para reclamar la renuncia
de los miembros del Superior Tribunal de Justicia. Asimismo, recusó a los
integrantes del Jurado que estuvieron afiliados al Partido Justicialista al
momento en que se realizó la segunda marcha convocada por esa
agrupación el 10 de junio de 1997, para reclamar en contra de una sentencia
de la Dra. Adriana GALLO.
079. El 12 de mayo de 1998, el Jurado de Enjuiciamiento rechazó sin
fundamento alguno todos los planteos efectuados. El 7 de julio de 1998,
declaró la admisibilidad —la apertura— de las dos causas y ordenó su
acumulación por conexidad. El Jurado no proporcionó fundamentos sobre la
admisibilidad de las causas, ya que la ley no lo exigía.
080. El 3 de agosto de 1998, la Dra. Adriana GALLO solicitó a un escribano
público que labre actas notariales en la Secretaría del Jurado de
Enjuiciamiento, con el objeto de constatar cuál había sido el trabajo realizado
por los miembros del Jurado de Enjuiciamiento cuyos mandatos habían sido
declarados caducos por las leyes 5.102 y 5.124. De esta manera, se constató
31
Los anteriores renunciaron en diciembre de 1996.
Los nuevos integrantes se trasladaron a la localidad de Concarán, a más de 100 km. de la
ciudad de San Luis, y presentaron una acción de amparo en un juzgado que, sabían,
resolvería a favor suyo.
33
En este escrito se invocó la resolución del Jurado de Enjuiciamiento, en su anterior
integración, que declaró la inconstitucionalidad de la ley 5.102 para los juicios en trámite, y
ordenó aplicar la ley 4.832. Asimismo, se argumentó que el Jurado de Enjuiciamiento no
podía desconocer la medida cautelar dispuesta en la acción de amparo que no fue revocada,
en ningún momento, por juez competente.
32
19
la existencia de proyectos de votos que disponían, con fundamentos y por
unanimidad, el archivo de las dos denuncias contra la Dra. Adriana GALLO.
Con estas constancias, se denunció el hecho y se pidió la nulidad de la
formación de causa por parte del nuevo Jurado de Enjuiciamiento. Esta
nueva presentación fue desestimada el 11 de agosto de 1998.
081. Posteriormente, el Procurador General formuló la acusación. En ella
fueron agregados hechos diferentes a los denunciados, en franca violación
al derecho de defensa. El 16 de agosto de 1998, la Dra. Adriana GALLO
contestó el traslado de la acusación, y solicitó un pronunciamiento expreso
respecto del Jurado de Enjuiciamiento y de la ley bajo la cual sería juzgada.
Este pedido se formuló ante el dictado de la ley 5.135 que, como vimos,
estableció que los integrantes del Jurado que admitían la formación de causa
serían los que seguirían entendiendo en el juzgamiento a pesar de la
caducidad de sus mandatos.
082. Esa ley entró en vigencia un día después de que prestaran juramento
los integrantes del Jurado de Enjuiciamiento que reemplazaron a aquellos
destituidos ilegítimamente por las leyes 5.102 y 5.124. La ley 5.135 fue
aplicada retroactivamente para que la Dra. Adriana GALLO fuera juzgada por
el nuevo Jurado de Enjuiciamiento. Lo más insólito es que la ley 5.102
derogó una disposición idéntica a la reestablecida posteriormente por la
5.135. Al derogarse esa disposición por la ley 5.102, se consiguió destituir al
Jurado de Enjuiciamiento ante el cual se había denunciado a la Dra. Adriana
GALLO y que proyectaba desestimar in limine las denuncias presentadas en
su contra. Una vez conseguida la integración del Jurado mediante miembros
“dóciles”, se dictó la ley 5.135, que fue aplicada retroactivamente, y se
aseguró el juzgamiento de la denunciada por el nuevo Jurado de
Enjuiciamiento conformado.
083. Posteriormente, el Procurador General y la defensa de la Dra. Adriana
GALLO ofrecieron prueba. El 70 % de la prueba ofrecida por la defensa
fue rechazada “por impertinente”, sin ningún tipo de fundamentos.
084. El comienzo de las audiencias orales fue fijado para el 28 de octubre de
1998. Durante el trámite de la audiencia oral, presidida por el presidente del
Superior Tribunal de Justicia, el abogado SERGNESE, se produjeron
innumerables violaciones al debido proceso.
085. Durante las audiencias, los miembros del Jurado prejuzgaron en varias
ocasiones, y rechazaron las acusaciones promovidas por esos hechos.
Dirigieron los interrogatorios a los testigos personalmente, ocupando el papel
que la ley asignaba a la acusación, denegaron la mayoría de las preguntas
realizadas por la defensa, y rechazaron todos y cada uno de los planteos
procesales formulados.
086. El 6 de noviembre de 1998, el Jurado de Enjuiciamiento, de manera
absolutamente predecible, destituyó a la Dra. Adriana GALLO y le impuso
20
una pena de inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos por el
término de ocho años 34 .
087. En noviembre de 1998 la defensa presentó el primer recurso (recurso
extraordinario provincial), que fue denegado por el Jurado de Enjuiciamiento.
El 11 de septiembre de 2000 se interpuso un recurso de queja ante el
Superior Tribunal de Justicia, que también fue rechazado. En septiembre de
2001 se interpuso recurso extraordinario federal, el que fue rechazado por el
Superior Tribunal de Justicia con fecha Ante ello, en septiembre de 2001 se
interpuso el recurso de queja por recurso extraordinario federal denegado
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Hasta la fecha, el recurso no
ha sido resuelto. A más de cuatro años de dictada la sentencia, todavía no se
ha conseguido que un tribunal analice las groseras irregularidades
denunciadas en el proceso de destitución de la Dra. GALLO.
IV. 2. El caso de la Dra. Ana María CAREAGA 35
088. La Dra. Ana María CAREAGA era la titular del Juzgado del Crimen Nº 1 de
la Segunda Circunscripción Judicial de San Luis, en la ciudad de Villa
Mercedes.
089. Al igual que la Dra. GALLO, frente a la reducción salarial impuesta por la
ley 5.062 a todos los jueces y magistrados de la provincia, la Dra. CAREAGA,
interpuso una acción de amparo con el fin de proteger la intangibilidad de su
remuneración. La acción quedó radicada ante el Juzgado en lo Civil,
Comercial y Minas Nº 4 de la Primera Circunscripción Judicial de San Luis, y
también se acumuló en el caso “Bianchi Oscar Alberto y otros s/ Recurso de
Amparo”. El juicio de amparo de Ana María CAREAGA, corrió la misma suerte
que el caso de GALLO.
090. Con fecha 7 de febrero de 1997, adhirió a los considerandos de un
comunicado del Colegio Público de Abogados de Villa Mercedes, en la que se
llamaba la atención sobre la crisis institucional de la provincia de San Luis.
091. El 26 de noviembre de 1997 el intendente de la ciudad de Villa
Mercedes, de la provincia de San Luis, Jorge Alberto CANGIANO, presentó una
denuncia contra la Dra. Ana María CAREAGA ante el Jurado de Enjuiciamiento.
El hecho invocado por el denunciante consistía en que ésta lo había citado a
prestar declaración indagatoria, por su supuesta participación en hechos
objeto de investigación en un proceso penal, realizados en su calidad de
intendente de Villa Mercedes. Según el Sr. CANGIANO, el llamado a prestar
declaración indagatoria de la jueza representaba “desconocimiento grave e
inexcusable del derecho, con incumplimiento de los deberes a su cargo y
parcialidad manifiesta”.
34
Le imputaron haber incurrido en varias irregularidades, en la tramitación de diversas
causas; irregularidades que, de ser ciertas, deberían haber sido cuestionadas por la vía
recursiva normal prevista en las normas del procedimiento vigentes.
35
Se acompañan como Anexo 4 las partes relevantes del expediente ante el Jurado de
Enjuiciamiento y la justicia de la Dra. CAREAGA.
21
092. Independientemente de lo que opinara el intendente CANGIANO —y de si
le asistía razón legal o no—, él, como cualquier otro ciudadano, debía
presentarse ante el tribunal que lo había citado y, en todo caso, discutir ante
ese tribunal la improcedencia de su citación a prestar declaración
indagatoria. Sin embargo, el imputado CANGIANO sabía que sería mejor
“atendido” ante el Jurado de Enjuiciamiento.
093. El proceso de destitución de Ana María CAREAGA derivó de dos actos
“políticos”: a) adherir a los fundamentos de la nota del Colegio de Abogados
de Villa Mercedes; y b) en ejercicio de su deber legal, tener la
“desafortunada” idea de investigar un hecho de posible corrupción
relacionado con el entonces intendente de la ciudad de Villa Mercedes, Jorge
Alberto CANGIANO, que de imputado se transformó en denunciante de la Sra.
Jueza CAREAGA, estrategia que le sirvió para paralizar la investigación penal
abierta en su contra.
094. El 27 de febrero de 1998 la Dra. Ana María CAREAGA fue notificada de la
integración del Jurado de Enjuiciamiento. El 4 de marzo de 1998 dedujo
planteo de inconstitucionalidad respecto de la integración del Jurado 36 y,
subsidiariamente, recusó con causa a sus integrantes 37 .
095. Como vimos, el artículo 224 de la Constitución provincial establece que
el Jurado de Enjuiciamiento debe ser integrado, entre otros miembros, por
“tres abogados que reúnan los requisitos para ser miembros del Superior
Tribunal de Justicia”, y que estos abogados “serán elegidos de entre una lista
de veinte letrados que confeccione el Colegio Forense de la Provincia en
diciembre de cada año”. Sin embargo, los representantes de los abogados
del Jurado de Enjuiciamiento formado para decidir la destitución de la Dra.
Ana María CAREAGA no fueron designados de acuerdo con el procedimiento
establecido por el artículo 224, sino que fueron seleccionados de una lista de
conjueces confeccionada por el Poder Ejecutivo provincial.
096. El 12 de mayo de 1998, el Jurado de Enjuiciamiento rechazó el planteo
de inconstitucionalidad 38 y las recusaciones por sospecha de parcialidad
planteadas por la Dra. Ana María CAREAGA.
36
El planteo de inconstitucionalidad se fundaba en la violación al principio de juez natural, y
en la prohibición de ser juzgado por comisiones especiales (art. 224, Constitución de la
Provincia de San Luis; art. 18, Constitución Nacional; art. 8.1, CADH).
37
La Dra. CAREAGA recusó con causa a los miembros del Jurado de Enjuiciamiento afiliados
al Partido Justicialista que participaron de la marcha y acto convocado por esa agrupación
política el 11 de diciembre de 1996 frente al Palacio de Tribunales de la ciudad de San Luis
con el propósito de reclamar la renuncia de los miembros del Superior Tribunal de Justicia.
38
El rechazo se fundamentó en el argumento de que no correspondía al Jurado de
Enjuiciamiento expedirse sobre cuestiones de constitucionalidad. Esto es, el Jurado afirmó
que carecía de jurisdicción para pronunciarse sobre la constitucionalidad de las leyes. Este
precedente es importante porque, como veremos en el caso de la Dra. MALUF DE CHRISTIN,
allí se opinó de modo contrario, según convenía a la situación.
22
097. El 2 de junio de 1998, se designó instructora en la causa a la Dra. Olga
SOSA LAGO DE TARAZI. Increíblemente, y sin haber efectuado ninguna
diligencia de investigación respecto de los hechos objeto de denuncia, la
instructora consideró, el 16 de junio de 1998, “que se ha reunido toda la
prueba necesaria, por lo que se solicitó se dé por concluida la información
sumaria y se dé el trámite de ley”.
098. El 17 de junio de 1998 se corrió vista al Procurador Fiscal a fin de que
ofreciera los elementos probatorios conducentes. La prueba fue ofrecida el
22 de junio. El 23 de junio se corrió vista al denunciante, que ratificó la
prueba ofrecida por el Procurador Fiscal, y agregó nueva prueba. El 30 de
junio de 1998 se corrió vista a la Dra. Ana María CAREAGA, quien presentó un
escrito en el cual planteó varias irregularidades en la tramitación de su caso
por el Jurado de Enjuiciamiento 39 .
099. El 24 de agosto de 1998, el Procurador Fiscal formuló la acusación. Sin
fundamento normativo alguno, no circunscribió la base fáctica de la
acusación al único hecho objeto de la denuncia presentada por el intendente
de Villa Mercedes. Insólitamente, invocando la ampliación de prueba
formulada por el denunciante-imputado, se agregaron nuevos hechos al
contenido de la acusación. El Procurador subsumió legalmente los hechos
imputados en las causales de “desconocimiento inexcusable y grave del
derecho”, “incumplimiento de los deberes a su cargo”, e “intervención
pública o encubierta en política”, o “realización de actos de ese carácter”. El
Procurador acusó por cuatro “hechos” distintos e independientes a la Dra.
Ana María CAREAGA 40 .
39
La Dra. CAREAGA denunció: a) El incumplimiento absoluto de la obligación legal de realizar
una investigación sumaria sobre los hechos objeto de la denuncia; b) Impugnación de la
solicitud de ampliación de prueba por la manifiesta irrelevancia de dicha ampliación, dado
que las nuevas pruebas ofrecidas eran absolutamente ajenas a la base fáctica objeto de la
denuncia presentada por el imputado-denunciante; c) Recusación por prejuzgamiento de los
miembros integrantes del Superior Tribunal de Justicia que decidieron en la causa “Dirección
Provincial de Ecología, Forestación c/ Ibar Ariel López – Ejecución Fiscal – Inc. De recusación
– recurso de inconstitucionalidad”; d) Irregular presentación efectuada por el Sr. CANGIANO,
quien accedió al expediente sin habérsele concedido vista alguna y, además, cuando éste
entraba “a consideración del Jurado de Enjuiciamiento”.
40
Primer hecho: se acusó a la Dra. Ana María CAREAGA de haber cometido supuestas
irregularidades en el llamado a prestar declaración indagatoria dirigido al imputadodenunciante. Entre ellas, no haber tenido en cuenta el dictamen fiscal; haber considerado
que el contrato administrativo objeto de la investigación se trataba de la concesión de un
servicio público; y no haber citado las normas del Código Penal por las cuales se citaba al Sr.
CANGIANO a prestar declaración indagatoria.
Segundo hecho: se acusó a la Dra. Ana María CAREAGA de haber desconocido las
supuestas “inmunidades del intendente”.
Tercer hecho: se acusó a la Dra. Ana María CAREAGA de haber adherido a la “Resolución
con carácter de denuncia” del Colegio de Abogados de Villa Mercedes. Este hecho, según la
acusación, constituyó un “acto de neto contenido e intencionalidad política”, vedado por el
artículo 193 de la Constitución de San Luis.
23
100. En su acusación el Procurador General solicitó la destitución de la jueza
y la imposición de la pena de inhabilitación por el término de un año. La Dra.
Ana María CAREAGA contestó en tiempo y forma la acusación, rechazando la
totalidad de los cargos imputados.
101. Posteriormente, las partes ofrecieron prueba. El Jurado de
Enjuiciamiento aceptó sin mayores fundamentos la prueba ofrecida por el
Procurador General y rechazó por “impertinente” gran parte de las
pruebas ofrecidas por la defensa de la Dra. Ana María CAREAGA. Los
planteos de reposición contra estas decisiones fueron todos rechazados.
102. El juicio comenzó el 9 de diciembre de 1998 y se extendió hasta el 11
de ese mes. En esta audiencia, fue la Procuradora General Subrogante quien
se hizo cargo de representar a la acusación 41 .
103. En el debate oral, la defensa de la Dra. Ana María CAREAGA planteó
nuevamente las cuestiones preliminares que permanecían pendientes. Se
insistió con la violación del principio de juez natural; se reiteró el planteo de
nulidad de la acusación debido a la ampliación ilegal que incluyó dos
imputaciones referidas a hechos agregados con posterioridad a la
información sumaria que exige la ley 5.124; se planteó la
inconstitucionalidad de la reformulación legislativa de las causales de
remoción establecidas de manera expresa en la Constitución Provincial; y se
impugnó la declaración de inadmisibilidad de diversas pruebas ofrecidas por
la defensa, y la admisibilidad de ciertas pruebas ofrecidas por la acusación.
La resolución del planteo de inconstitucionalidad de la ampliación legislativa
de las causales de remoción fue diferido para el momento de la sentencia. El
Jurado de Enjuiciamiento rechazó sumariamente los demás planteos.
104. Luego de la etapa probatoria, se produjeron los alegatos finales. La
Procuradora General Subrogante alegó que todos los hechos denunciados
habían sido probados. La defensa de la Dra. Ana María CAREAGA reiteró los
planteos acerca de las graves irregularidades del proceso.
105. El 17 de diciembre de 1998, el Jurado de Enjuiciamiento dio lectura a la
sentencia. En primer lugar, rechazó el planteo de inconstitucionalidad
respecto de la ampliación legislativa de las causales constitucionales de
remoción de los jueces. Luego consideró probados todos los hechos
denunciados y resolvió la destitución de la Dra. Ana María CAREAGA con
inhabilitación de 15 años para el ejercicio de cargos públicos. Además, la
decisión del Jurado imputó a la Dra. CAREAGA la eventual comisión de una
Cuarto hecho: se acusó a la Dra. Ana María CAREAGA de haber llamado a indagatoria a otro
imputado, sin hacer referencia a las normas del Código Penal que fundaban la citación, y de
haberle tomado declaración indagatoria por el delito de “falsificación de instrumento
privado” y, posteriormente, haberlo procesado por “falsificación de instrumento público”.
41
Al iniciarse el juicio, el CELS envió una nota firmada por prestigiosos juristas que
expresaban su preocupación por el enjuiciamiento de la Dra. Ana María CAREAGA (ver
Documento 8-01). Una nota del mismo tenor se remitió al comenzar el juicio contra la Dra.
Silvia MALUF DE CHRISTIN (ver Documentos 8-02 y 8-03).
24
serie absurda de graves delitos de acción pública, razón por la cual ordenó
remitir copia de las actuaciones a la justicia penal para que se abrieran
diversas causas en su contra 42 .
106. En el mismo mes de diciembre de 1998 la defensa presentó el primer
recurso contra la sentencia del Jurado de Enjuiciamiento que fue denegado
por el Jurado de Enjuiciamiento con fecha 12 de mayo de 1998. Ante dicho
rechazo, se interpuso el recurso de queja por el recurso extraordinario
provincial rechazado. El Superior Tribunal de San Luis también rechazó la
queja. Por ello, se interpuso recurso extraordinario federal ante el Superior
Tribunal, que fue rechazado. En abril de 2002 se interpuso el recurso de
queja por recurso extraordinario federal denegado ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Hasta la fecha, esto es, a más de cuatro años de la
sentencia, el recurso no ha sido resuelto.
IV. 3. El caso de la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN 43
107. El caso de la Dra. MALUF DE CHRISTIN es el que confirma lo que ya
resulta evidente: se trataba de remover, por cualquier medio —legítimo o
no—, a quienes se consideraba “opositores”.
108. Al igual que en los anteriores casos, la Dra. MALUF fue una de las que
interpuso acción de amparo en contra de la reducción salarial, dispuesta por
la ley 5.062. La acción quedó radicada ante el Juzgado en lo Civil, Comercial
y Minas Nº 4 de la Primera Circunscripción Judicial de San Luis, y también se
acumuló en el caso “Bianchi Oscar Alberto y otros s/ Recurso de Amparo”. El
juicio de amparo de Silvia MALUF DE CHRISTIN, corrió la misma suerte que en
el caso de GALLO.
109. En el mes de febrero de 1997, la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN también
adhirió a los considerandos de la solicitada del Colegio Público de
Abogados de Villa Mercedes en el que se denunciaba la violación de la
independencia judicial de la provincia de San Luis.
110. El 2 de marzo de 1999 la Procuradora General Subrogante de San Luis,
Dra. Diana María BERNAL, presentó una denuncia ante el Jurado de
Enjuiciamiento de la Provincia de San Luis contra la Dra. Silvia MALUF DE
CHRISTIN, por haber adherido a la “Resolución con carácter de denuncia” del
Colegio de Abogados de Villa Mercedes del 7 de febrero de 1997. Si bien se
trataba de una opinión sobre temas de interés institucional, según la
denuncia, constituyó un “acto de neto contenido e intencionalidad política”,
vedado por el art. 193 de la Constitución de San Luis. El 10 de marzo de
1999, la Procuradora ratificó ante el Jurado de Enjuiciamiento la denuncia
42
Ver notas 6-07 a 6-09, donde se da cuenta del temor de la Dra. Careaga a ser detenida.
Por este motivo se presentó el habeas corpus cuya copia se adjunta ante la justicia federal,
que fue rechazado y aún se encuentra en trámite ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Ver copia del escrito original de habeas corpus en el Anexo 3.
43
Se acompañan como Anexo 5 las partes relevantes del expediente ante el Jurado de
Enjuiciamiento y la justicia de la Dra. MALUF DE CHRISTIN.
25
“en todas sus partes”. Como se advierte, el único hecho imputado a la Dra.
MALUF fue haber adherido a la nota del Colegio Público.
111. Recién el 6 de noviembre de 2001 se designó como instructora a
Patricia GATICA. El 5 de marzo de 2002, esto es, cuatro meses más tarde, la
instructora se limitó a solicitar, en tres renglones, la prueba ofrecida por la
Procuradora General Subrogante tres años atrás. El 1º de julio de 2002
GATICA consideró que se encontraba reunida toda la prueba necesaria, y
solicitó que se dé por concluida la información sumaria, y se continúe con el
trámite del procedimiento de remoción. El 7 de julio de 2002 la Procuradora
Subrogante aceptó la prueba incorporada y solicitó se complete la prueba
faltante. El 29 de julio de 2002 el Jurado de Enjuiciamiento resolvió admitir
la formación de causa contra la Sra. Jueza MALUF DE CHRISTIN, suspenderla en
sus funciones y correr vista a la acusadora por el término de siete días.
112. El 5 de agosto de 2002 la Procuradora Subrogante contestó la vista,
acusando a la Sra. Jueza MALUF DE CHRISTIN del siguiente hecho:
“El día 7 de Febrero de 1997, un grupo de Magistrados y Funcionarios
Judiciales de la Segunda Circunscripción Judicial de la Provincia, se
dirige por nota al Sr. Presidente del Colegio de Abogados de Villa
Mercedes (San Luis), Dr. Julio Vicente Esnaola, que reza: ‘Tenemos el
agrado de dirigirnos a Ud. y por su intermedio a sus asociados, a fin de
expresarle que compartimos la interpretación de la problemática
provincia (sic) vertida en los Considerandos de la Resolución de ese
Colegio de Abogados de fecha cuatro de febrero del corriente año.
Teniendo en cuenta las circunstancias político institucionales por las
que atraviesa la provincia de San Luis, y que han sido analizadas con
acierto en el referido documento, es nuestro deber adherir como
integrantes del Poder Judicial de la Provincia. Sin otro particular saluda
a Ud. atte.-’ Siguen a continuación distintas firmas y sellos aclaratorios,
entre los que figura ‘SILVIA S. MALUF DE CHRISTIN. JUEZ’”.
113. La Procuradora General Subrogante, en el mismo acto, calificó la
conducta imputada del siguiente modo:
“La conducta que se reprocha a la Dra. SILVIA SUSANA MALUF DE
CHRISTIN, encuadra en las causales de destitución previstas en el art.
24º, Apartado I.-e) Violación de los deberes de funcionario público;
Apartado II.- inc. d) Desconocimiento inexcusable y grave del derecho;
inc. e) Incumplimiento de los deberes inherentes a su cargo; inc. j)
Intervención pública o encubierta en política, o realización de actos de
ese carácter, prohibidos en el art. 193º de la Constitución Provincial,
todos de la Ley 5124 y en los arts. 193º, 224º y 231º de la
Constitución Provincial”.
114. Finalmente, la Procuradora solicitó que “se la destituya del cargo...
inhabilitándola por el término de SIETE (7) años para el ejercicio de cargos
públicos”. Cabe señalar que la misma funcionaria —la misma persona física—
había solicitado, en el caso de la Dra. Ana María CAREAGA, acusada por el
26
mismo hecho que la Dra. MALUF pero, además, por tres hechos adicionales,
que se aplicaran seis años de inhabilitación 44 .
115. El 15 de agosto de 2002, la defensa de MALUF contestó la acusación y
planteó las diversas cuestiones constitucionales, con las reservas
correspondientes (ver fs. 149 y 149 vta. del expediente). El 23 de
septiembre de 2002 se fijó fecha de audiencia para el 28 de octubre de
2002.
116. El 7 de octubre de 2002, la defensa planteó la prescripción de la acción
y reiteró al respecto la introducción constitucional local y nacional,
formulándose las reservas correspondientes. El 22 de octubre de 2002 se
solicitó que se resolviera la cuestión de la prescripción en forma anticipada,
como lo dispone la legislación procesal aplicable. El Jurado de Enjuiciamiento
rechazó lo solicitado por la defensa, y difirió su tratamiento para la etapa
procesal de discusión de las cuestiones preliminares del debate oral.
117. El 28 y 29 de octubre de 2002 se celebró el juicio oral. Durante el juicio,
de manera previsible, se rechazaron todos los planteos defensistas, se
impidió a la defensa el uso de la palabra de manera arbitraria, se adelantó
opinión, uno de los jurados votó en perjuicio de la Dra. MALUF DE CHRISTIN
sobre cuestiones que no había presenciado por haber estado ausente de
las audiencias sin que se conozca justificación alguna.
118. El 1º de noviembre de 2002 se dictó la previsible sentencia
condenatoria, que destituyó de su cargo a la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN. El
11 de noviembre de 2002 se interpuso ante el mismo Jurado de
Enjuiciamiento, el recurso extraordinario provincial, que fue rechazado el 18
de noviembre del mismo año. En tiempo y forma se presentó el recurso de
queja por recurso extraordinario provincial denegado que aún no ha sido
resuelto. De todas maneras, en tanto el presidente del Tribunal de
Enjuiciamiento —que es también el presidente del Superior Tribunal de la
provincia— ya adelantó su opinión sobre la “irrecurribilidad” de la sentencia
del Jurado, lo cierto es que la presentación del recurso de ninguna manera
fue considerando a éste un recurso interno idóneo y efectivo.
V. LOS DERECHOS VIOLADOS
V. 1. Violaciones comunes a los casos de la Dra. Adriana GALLO, la
Dra. Ana María CAREAGA y la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN
V. 1. A. Principio de legalidad (artículos 9 y 1.1 de la Convención
Americana)
119. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 9 en
correlación con el artículo 1.1 de la Convención Americana, en perjuicio de la
44
Como surge de la Nota 6-10 (Anexo 6), la misma acusadora reconoció al periodismo las
bases arbitrarias de su pedido de pena.
27
Dra. Adriana GALLO, de la Dra. Ana María CAREAGA y de la Dra. Silvia MALUF
DE CHRISTIN pues la acusación y la sentencia en los procesos de destitución
seguidos en su contra se sustentaron legalmente en la ley 5.124 que no era
la ley vigente al momento de la comisión de los hechos por los cuales fueron
destituidas de sus cargos 45 . Dado que la ley aplicada no puede ser
considerada “ley penal más benigna”, resulta manifiesto que se aplicó una
sanción establecida por una ley posterior al hecho objeto de cada uno de los
tres procesos.
V. 1. B. Derecho a un tribunal independiente e imparcial (artículos
8.1 y 1.1 de la Convención Americana)
120. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 8.1 en
correlación con el artículo 1.1 de la Convención Americana, en tanto la Dra.
Adriana GALLO, la Dra. Ana María CAREAGA Y la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN
fueron destituidas por un Jurado de Enjuiciamiento cuya independencia e
imparcialidad objetiva no se encontraban garantizadas. Esto es así por tres
razones.
121. En primer lugar, debe advertirse que con el propósito de garantizar la
independencia e imparcialidad del Jurado de Enjuiciamiento que interviene
en los procesos de destitución de los jueces, el artículo 224 de la
Constitución de la provincia establece que los miembros titulares y sus
respectivos suplentes deben ser designados anualmente, por sorteo en acto
público. En el caso del estamento de los abogados, el sorteo debe realizarse
de entre una lista de 20 letrados que debe confeccionar el Colegio Forense de
la provincia en diciembre de cada año.
122. Sin embargo, esta norma fue modificada por la ley 5.102 al disponer
que los abogados fueran seleccionados de una lista de conjueces
confeccionada por el gobernador con acuerdo del Senado 46 . De esta manera,
se estableció el basamento legal que permitió garantizar la intervención del
Poder Ejecutivo Provincial en la selección de tres de los nueve miembros del
Jurado de Enjuiciamiento.
123. En segundo lugar, debe observarse que el artículo 206 de la
Constitución Provincial establece expresamente que la presidencia del
Superior Tribunal es un cargo de carácter rotativo. Sin embargo, a través de
la ley 5.106, desapareció la obligación de rotar en el cargo, y éste pasó a ser
electivo. En tanto los miembros del Superior Tribunal “responden” al Poder
Ejecutivo, se garantiza la reelección indefinida de la misma persona. Como el
presidente del Superior Tribunal es el presidente del Jurado de
Enjuiciamiento, la modificación introducida por la ley 5.106 significó asegurar
que este último cargo sería ocupado siempre por la misma persona. Esta
45
Todos los hechos por los cuales fueron destituidas son anteriores a la fecha de publicación
de la ley 5.124; esto es, el 27 de octubre de 1997, fecha partir de la cual comenzó su
vigencia.
46
Este absurdo modelo de integración fue ratificado posteriormente por la ley 5.124.
28
modificación permitió al Poder Ejecutivo Provincial determinar la persona que
presidiría al Jurado de Enjuiciamiento. El propósito de la modificación
introducida por la ley 5.106 cobra sentido tras la renuncia de cuatro de los
cinco integrantes del Superior Tribunal y la designación de los nuevos
miembros por el gobernador con acuerdo del Senado.
124. Finalmente, debe considerarse que varios de los integrantes del Jurado
de Enjuiciamiento, integrado a partir de la ley 5.102, eran afiliados al partido
gobernante, y, además, habían participado de las campañas y movilizaciones
que se habían efectuado en contra del poder judicial, y que habían sido
organizadas desde el propio partido.
V. 1. C. Derecho de defensa (artículos 8.2.b, 8.2.c, 8.2.f y 1.1 de la
Convención Americana)
125. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 8.2,
literales c y f, en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana,
pues a la defensa de la Dra. Adriana GALLO, de la Dra. Ana María CAREAGA y
de la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN no se les concedió los medios adecuados
para la preparación de su defensa y, en particular, no se les permitió obtener
la comparecencia, como testigos o peritos, de personas que podían arrojar
luz sobre los hechos. En el caso de la Dra. GALLO y la Dra. CAREAGA, el Estado
argentino, además, es responsable de haber violado el art. 8.2 literal b, por
cuanto se violó claramente el principio de congruencia. Esto es así por las
siguientes razones.
126. En el caso de la Dra. Adriana GALLO fue rechazado, sin fundamento
alguno, el 70 % de la prueba ofrecida, incluyendo prueba documental,
instrumental y parte de los testigos propuestos. Luego, el Jurado de
Enjuiciamiento valoró arbitrariamente la prueba producida en la audiencia y,
asimismo, subsumió de forma arbitraria los hechos denunciados en las
causales de remoción previstas por la ley.
127. En el caso de la Dra. Ana María CAREAGA, gran parte de los medios de
prueba indispensables para la defensa fueron rechazados, sin mayores
argumentos, por parte del Jurado. Durante el proceso, se rechazó
arbitrariamente el pedido de agregar numerosa prueba documental, la
solicitud de llamar a testigos y el ofrecimiento de prueba pericial.
128. En el caso de la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN, durante la audiencia no
se le permitió a la defensa replicar a la enumeración de las cuestiones
preliminares que fueron planteadas, y posteriormente reformuladas
confusamente por la acusadora del gobierno. Asimismo, el presidente del
Jurado de Enjuiciamiento ordenó hacer callar a la defensa cuando se
pretendió formular las reservas pertinentes para poder recurrir y adelantó su
opinión respecto de la recurribilidad de las sentencias del Jurado de
Enjuiciamiento. En efecto, cuando la defensa intentó introducir las reservas
de las cuestiones constitucionales comprendidas en la resolución del Jurado,
el Presidente expresó que las resoluciones del Jurado son inapelables. Por
29
último, uno de los integrantes del Jurado estuvo ausente durante parte de
las audiencias, incluyendo los alegatos de las partes, y luego votó las tres
cuestiones sometidas a la decisión del Jurado.
129. Además, el Estado argentino es responsable de haber violado el artículo
8.2, literal b, en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana,
pues a la defensa de la Dra. Adriana GALLO y de la Dra. Ana María CAREAGA
no se les comunicó previa y detalladamente la acusación en su contra. De
este derecho se deriva el principio de correlación entre la acusación y la
sentencia o principio de congruencia 47 .
130. La sentencia del Jurado de Enjuiciamiento que destituyó a la Dra.
Adriana GALLO contiene numerosos hechos que no le fueron comunicados de
forma previa y detallada en la acusación formulada en su contra. En
particular, los hechos calificados como “segundo”, “tercero” y “cuarto”. Los
hechos “segundo” y “tercero” no formaban parte de la denuncia, de su
ratificación ni del auto de apertura de causa. El hecho “cuarto” surgió de la
mención de un expediente por quien denunció a la Dra. Adriana GALLO al
ratificar la denuncia —expediente que ni siquiera tuvieron a la vista cuando
aceptaron la formación de causa por esta causal—.
131. Por su parte, la Dra. Ana María CAREAGA fue destituida por dos hechos
que no ingresaron al proceso de conformidad con las normas previstas por la
ley 5.124, dado que fueron incorporados por la acusación sin haber sido
objeto de investigación sumaria anterior, tal como lo requiere la ley 5.124.
Lo que es más grave, el órgano acusador transformó en hechos nuevos de
acusación dos medidas de prueba propuestas por el denunciante que, por
supuesto, resultaban absolutamente inconducentes para demostrar los
extremos probatorios que pretendían demostrarse.
132. En el caso de la Dra. Ana María CAREAGA no sólo es la Procuración la que
amplió ilícitamente la base fáctica para acusar, sino que el propio Jurado de
Enjuiciamiento, al emitir su sentencia, valoró hechos que jamás habían
constituido materia de acusación y —por ende— tampoco de defensa. Así, el
Jurado unificó los distintos hechos que formaron la base de la acusación (y
las respectivas variaciones introducidas por el tribunal sin consideración del
derecho de defensa) y creó un nuevo “hecho”, constituido por el análisis de
47
De acuerdo con el llamado principio de congruencia, “la sentencia sólo se debe expedir
sobre el hecho y las circunstancias que contiene la acusación, que han sido intimadas al
acusado y, por consiguiente, sobre aquellos elementos de la imputación acerca de los cuales
él ha tenido oportunidad de ser oído; ello implica vedar que el fallo se extienda a hechos o
circunstancias no contenidos en el proceso que garantiza el derecho de audiencia… La base
de la interpretación está constituida por la relación del principio con la máxima de la
inviolabilidad de la defensa. Todo aquello que en la sentencia signifique una sorpresa para
quien se defiende, en el sentido de un dato con trascendencia en ella, sobre el cual el
imputado y su defensor no se pudieron expedir (esto es cuestionarlo y enfrentarlo
probatoriamente) lesiona el principio” (cf. MAIER, Julio B. J., Derecho procesal penal, Ed. Del
Puerto, Buenos Aires, 1996, 2ª ed., t. I, p. 568).
30
la conducta global de la jueza, hecho sobre el cual la acusación no había
versado y sobre el cual la denunciada no tuvo oportunidad de defenderse 48 .
V. 1. D. Derecho a recurrir la sentencia condenatoria (artículo 8.2.h y
1.1 de la Convención Americana)
133. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 8.2,
literal h, en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana, en
perjuicio de las Dras. GALLO, CAREAGA y MALUF DE CHRISTIN, en tanto en el
ordenamiento jurídico de la Provincia de San Luis se prevé la irrecurribilidad
de las sentencias del Jurado de Enjuiciamiento.
V. 1. E. Derecho a la protección judicial (artículos 25.1.a, 25.2.c y 1.1
de la Convención Americana)
134. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 25.1,
literal a, en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana, en
perjuicio de las Dras. GALLO, CAREAGA y MALUF DE CHRISTIN, en tanto las
acciones de amparo interpuestas por ellas frente a la reducción salarial
dispuesta por la ley 5.062 no tienen resolución definitiva del Superior
Tribunal de la Provincia de San Luis, aún cuando han transcurrido más de
seis años desde que fueran presentadas ante la justicia provincial.
135. Respecto de la Dra. Adriana GALLO, tampoco logró resolución definitiva
la acción de amparo interpuesta el 24 de marzo de 1997 a fin de que se
mantuviera la composición del Jurado de Enjuiciamiento que tramitaba las
denuncias en su contra y no caducara el mandato de sus integrantes según
lo dispuesto por la ley 5.102 49 . Ello pues luego de su destitución, el amparo
fue declarado abstracto.
48
La creación de este inusitado hecho —se juzga la conducta general de la jueza a partir de
una interpretación caprichosa y subjetiva, sin sustento alguno en la prueba producida
durante el debate— permite al tribunal “extraer” supuestas motivaciones de un hecho —la
supuesta adhesión a la proclama del Colegio de Abogados— y “trasladar” dicha “motivación”
a los otros, “explicando” así el llamado a indagatoria del Intendente y el procesamiento del
Sr. BRAVO. De idéntico modo, y sin que ello constituyera materia de acusación, el Jurado
pasa a analizar la actividad procesal de los particulares damnificados actuantes en el juicio,
imputando a la jueza el haber permitido “que la dirección del proceso en esta causa, fuera
compartida por los abogados que se presentaron en calidad de particular damnificado”.
Como este hecho no formó parte de la acusación, la jueza ni siquiera tuvo oportunidad de
defenderse al respecto. El Jurado concluyó inopinadamente que este hecho “configura un
ejemplo patente de mal desempeño”.
49
La petición, cuyo fundamento fue la protección de la garantía del juez natural, fue acogida
por el Juzgado Civil, Comercial y Minas Nº 4 de la Primera Circunscripción Judicial de la
Provincia de San Luis que declaró la inconstitucionalidad de la ley impugnada y dispuso su
inaplicabilidad como medida cautelar. La medida fue oportunamente comunicada al Jurado
de Enjuiciamiento. Sin embargo, como consecuencia de las sucesivas recusaciones
promovidas por la Fiscalía de Estado, la causa continúa sin juez hasta la fecha y,
evidentemente, sin resolución definitiva sobre los derechos vulnerados de la Dra. Adriana
GALLO.
31
136. Además, respecto de la Dra. Adriana GALLO, el Estado argentino es
responsable de haber violado el artículo 25.2, literal c, en relación con el
artículo 1.1 de la Convención Americana, pues no ha garantizado a la Dra.
Adriana GALLO el cumplimiento de la decisión en la que se estimó procedente
la acción de amparo presentada el 24 de marzo de 1997, y se dispuso que no
se aplique la ley 5.102 que estableció la caducidad de pleno derecho de los
integrantes del Jurado de Enjuiciamiento ante el cual tramitaban las
denuncias presentadas en su contra 50 .
V. 2. Violaciones comunes a los casos de la Dra. Adriana GALLO y la
Dra. Ana María CAREAGA
V. 2. A. Derecho a un tribunal establecido con anterioridad por la ley
- Principio de juez natural (artículos 8.1 y 1.1 de la Convención
Americana)
137. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 8.1 en
relación al artículo 1.1 de la Convención Americana, en tanto la Dra. Adriana
GALLO y la Dra. Ana María CAREAGA fueron destituidas por un Jurado de
Enjuiciamiento que no era el “juez natural”; esto es, el tribunal designado
previamente por la ley, en la causa en su contra.
138. Ello por cuanto, respecto de la Dra. GALLO, los miembros del Jurado de
Enjuiciamiento que la juzgó y destituyó debían ser los designados de acuerdo
con la ley vigente en 1996, año en que fueron presentadas las dos denuncias
en su contra. Sin embargo, el 10 de marzo de 1997 se dictó la ley 5.102 que
dispuso la caducidad de pleno derecho de las designaciones de los
integrantes del Jurado de Enjuiciamiento realizadas de conformidad con la
Constitución de la Provincia de San Luis, y por la ley 4.832, ambas vigentes
al momento de la presentación de las denuncias contra la Dra. Adriana
GALLO. Asimismo, la ley 5.102 dispuso el pase de todas las causas y
denuncias existentes a los nuevos integrantes del Jurado de Enjuiciamiento
que luego juzgaría y destituiría a la Dra. Adriana GALLO.
139. Como consecuencia de la aplicación de la ley 5.102, la Dra. Adriana
GALLO fue “sacada” de sus jueces naturales, y competentes legalmente, y
50
Aun cuando el Juzgado Civil, Comercial y Minas Nº 4 dispuso la inconstitucionalidad e
inaplicabilidad de la ley 5.102 al igual que el Jurado de Enjuiciamiento en su anterior
composición y el Superior Tribunal de la Provincia a través del Acuerdo Nº 114, la legislatura
de la provincia sancionó el 27 de octubre de 1997 la ley 5.124 que constituye una
reproducción idéntica de la ley 5.102. Tras esta maniobra cínica e insólita del Poder
Legislativo, el Superior Tribunal de la Provincia fijó fecha de sorteo para elegir de la lista de
conjueces a los representantes del estamento de los abogados e integrar el nuevo Jurado de
Enjuiciamiento. Este acto fue impugnado por la Dra. GALLO DE ELLARD por desconocer la
medida cautelar dictada por el Juzgado Civil, Comercial y Minas Nº 4 que dispuso la
inaplicabilidad de la ley 5.102. Increíblemente, a través de la resolución 60-SA-97 el
Superior Tribunal de la Provincia declaró abstracta la medida cautelar al considerar que la
ley 5.102 había sido derogada por la ley 5.124.
32
juzgada por una “comisión especial” creada
presentación de las denuncias en su contra.
con
posterioridad
a
la
140. Por su parte, respecto de la Dra. CAREAGA, después de haber caducado
el mandato de los miembros del Jurado de Enjuiciamiento que admitieron la
formación de la causa, la ley 5.135, estableció que:
“... cuando el Jurado hubiera dictado resolución admitiendo la
formación de causa contra el imputado, entenderá en el juicio
respectivo, aunque hubiera fenecido el término anual de designación de
los miembros, a cuyo sólo efecto se considerarán prorrogadas sus
funciones”.
141. Como consecuencia de la aplicación de la ley 5.135, la Dra. Ana María
CAREAGA también fue destituida por una “comisión especial” que no era el
juez natural de la causa; en este caso, a través de una ley que prorrogó el
mandato fenecido de los integrantes del Jurado 51 .
V. 3. Violaciones comunes a los casos de las Dras. CAREAGA y MALUF DE
CHRISTIN
V. 3. A. Derecho a la libertad de expresión (artículos 13.1, 13.2 y 1.1
de la Convención Americana)
142. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 13 con
relación al artículo 1.1 de la Convención Americana, en tanto la Dra. Ana
María CAREAGA y la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN fueron acusadas y
destituidas por haber expresado su opinión sobre la situación del poder
judicial de la provincia de San Luis al adherir, exclusivamente, a los
considerandos de la “resolución con carácter de denuncia” del Colegio de
Abogados y Procuradores de Villa Mercedes, y no a su parte resolutiva 52 .
143. Aun cuando el artículo 193 de la Constitución Provincial prohíbe a los
magistrados intervenir en política 53 , una interpretación que armonice con la
libertad de expresión y, en particular, con el régimen de restricciones
permisibles a ese derecho —según lo que establece el artículo 13.2 de la
51
Lo absolutamente increíble es que una norma idéntica a la impuesta por la ley 5.135 fue
derogada anteriormente por la ley 5.102 pero con el fin de conformar la “comisión especial”
que luego destituiría a la Dra. Adriana GALLO. En efecto, según la ley 4.832 la Dra. Adriana
GALLO debía ser juzgada por el Jurado de Enjuiciamiento que había dictado resolución
admitiendo la formación de causa en su contra. Sin embargo esta disposición fue derogada
por la ley 5.102 con el propósito de “sacar” a la Dra. Adriana GALLO de sus jueces naturales.
Con el mismo objetivo, pero en el caso de la Dra. Ana María CAREAGA, la norma derogada
por la ley 5.102 fue reintroducida en el ordenamiento jurídico provincial a través de la ley
5.135. Esto es tan solo una muestra de la manipulación legal a la que se ha recurrido en la
provincia de San Luis con el propósito de someter al poder judicial y destituir a aquellos
jueces considerados como “opositores”, por su independencia.
52
En los considerandos se describía la crisis de la justicia provincial, en la parte resolutiva se
adoptaban medidas y se solicitaba la intervención federal de la provincia.
53
“Prohíbese a los jueces y demás miembros del Poder Judicial intervenir en política de
cualquier modo salvo la emisión del voto...”.
33
Convención—, debe limitarse el alcance de la prohibición del art. 193 sólo a
la participación en actividades de política partidaria, es decir, a la actuación
institucional en el marco de un partido político 54 .
144. La interpretación que el Jurado de Enjuiciamiento ha realizado del
artículo 193 de la Constitución de la Provincia de San Luis tiene como
resultado la prohibición absoluta para los jueces de expresarse acerca de
cuestiones de relevancia institucional. Esta interpretación, que ha sustentado
la destitución de la Dra. Ana María CAREAGA y de la Dra. Silvia MALUF DE
CHRISTIN, constituye una restricción ilegítima a la libertad de expresión
protegida por el artículo 13 de la Convención Americana.
145. Es por ello que en los “Principios Básicos Relativos a la Independencia
de la Judicatura” de Naciones Unidas se ha dispuesto:
Libertad de expresión y asociación
8. En consonancia con la Declaración Universal de Derechos Humanos y al
igual que los demás ciudadanos, los miembros de la judicatura gozarán de
las libertades de expresión, creencias, asociación y reunión, con la salvedad
de que, en el ejercicio de esos derechos, los jueces se conducirán en todo
momento de manera que preserve la dignidad de sus funciones y la
imparcialidad e independencia de la judicatura.
V. 4. El plazo razonable del proceso contra la Dra. MALUF DE CHRISTIN
(artículos 8.1 y 1.1 de la Convención Americana)
146. El Estado argentino es responsable de haber violado el artículo 8.1 en
relación al artículo 1.1 de la Convención Americana como consecuencia de
que se excedió ampliamente la exigencia del plazo razonable requerido por la
Convención Americana para la sustanciación del proceso de destitución de la
Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN.
147. El hecho por el cual se acusó y destituyó a la Dra. Silvia MALUF DE
CHRISTIN ocurrió el 7 de febrero de 1997. La condena de destitución del
Jurado fue dictada el 1 de noviembre de 2002. Ello significa que
transcurrieron cinco años y ocho meses entre el hecho y el juicio.
148. Se debe tener en cuenta que, en este proceso, el único objeto de
discusión consistió en la adhesión de la Dra. Silvia MALUF DE CHRISTIN a una
solicitada, que ella reconoció expresamente mucho tiempo antes del juicio.
Teniendo en cuenta que “la complejidad del caso” es uno de los elementos
centrales a la hora de evaluar la razonabilidad del plazo de un proceso,
resulta claro que el proceso de destitución de la Dra. MALUF excedió con
creces el “plazo razonable” garantizado en el artículo 8.1 de la Convención
Americana.
54
Evidentemente, tratándose de un poder del Estado, el poder judicial posee también una
envergadura política, y los magistrados no pueden verse privados de verter sus expresiones
acerca de cuestiones de relevancia institucional que los atañen.
34
VI. REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD
VI. 1. Agotamiento de los recursos internos
149. El art. 46.1 de la Convención establece la obligación del peticionario de
agotar los recursos de la jurisdicción interna antes de acceder a esta
Comisión. Sin embargo, el art. 46.2 establece:
“2. Las disposiciones de los incisos 1.a. y 1.b. del presente artículo no se
aplicarán cuando:
a. no exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido
proceso legal para la protección del derecho o derechos que se alega han
sido violados;
b. no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a
los recursos de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos, y
c. haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos”.
150. El artículo 46 de la Convención Americana establece que la
admisibilidad de un caso está supeditada a que “que se hayan interpuesto y
agotado los recursos de jurisdicción interna, conforme a los principios de
Derecho Internacional generalmente reconocidos”. Este requisito se ha
establecido para garantizar, al Estado de que se trata, la oportunidad de
resolver las disputas dentro de su propio marco jurídico. No obstante, la
Convención prevé que estas disposiciones no se aplican cuando los recursos
internos no están disponibles por razones de hecho o de derecho 55 . Más
concretamente, el artículo 46.2 establece que esta excepción se aplica si la
legislación interna del Estado de que se trata no concede las garantías del
debido proceso para la protección de los derechos que se alega han sido
violados; si se ha obstaculizado el acceso del presunto lesionado en sus
derechos a los recursos de jurisdicción interna, o si ha habido retardo
injustificado en la adopción de una sentencia definitiva.
151. Como ya hemos explicado, en el presente caso, la misma legislación
argentina dispone la imposibilidad legal de recurrir la sentencia del Jurado de
Enjuiciamiento. A pesar de ello, tanto en los casos de las Dras. Adriana
GALLO como de la Dra. Ana María CAREAGA, hemos presentado todos los
recursos posibles en el ámbito interno, sin éxito alguno. La Dra. GALLO fue
destituida en noviembre de 1998; la Dra. CAREAGA fue destituida en
diciembre de 1998. Sin embargo, habiendo transcurrido más de cuatro años
desde la destitución, no hemos logrado que ningún tribunal revise la
sentencia.
152. En los casos de las Dras. GALLO y CAREAGA se han interpuesto recurso
extraordinario provincial ante el Jurado de Enjuiciamiento, ambos
denegados; queja por recurso extraordinario provincial denegado ante el
Superior Tribunal de Justicia, ambos denegados; recurso extraordinario
55
Véase Corte IDH, Excepciones al Agotamiento de los Recursos Internos (artículo 46.1,
46.2.a y 46.2.b de la Convención Americana sobre Derechos Humanos), Opinión Consultiva
OC-11/90 del 10 de agosto de 1990, Ser. A Nº 11, párrafo 17.
35
federal ante el Superior Tribunal de Justicia, ambos denegados; queja por
recurso extraordinario federal denegado ante la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, ambos pendientes de resolución. No puede dejarse de informar
que en el caso de la Dra. GALLO la queja fue interpuesta en septiembre de
2001. En el caso de la Dra. MALUF DE CHRISTIN, se ha interpuesto el recurso
extraordinario provincial, que ya fue rechazado por el Jurado de
Enjuiciamiento, y se ha presentado la queja ante el Superior Tribunal de la
provincia, que aún no ha sido resuelta .
153. Es preciso que la Ilustre Comisión advierta que a pesar de que la Ley de
Enjuiciamiento declara de manera expresa la irrecurribilidad de las decisiones
del Jurado, hemos interpuesto el recurso extraordinario provincial contra
estas sentencias en los tres casos. Es más, aún cuando en el caso de la Dra.
MALUF se ha adelantado opinión en el sentido de la improcedencia de
cualquier eventual recurso 56 , como ya lo hemos señalado, se han intentado
los recursos internos existentes. En efecto, durante el debate el Presidente
del Jurado de Enjuiciamiento, que a su vez es el Presidente del Superior
Tribunal de Justicia de la Provincia de San Luis, dijo con todas las letras a la
defensa técnica que la sentencia que se dictaría contra la Dra. Silvia MALUF
DE CHRISTIN sería irrecurrible.
154. En el presente caso, se advierte, en primer lugar, que la ley no
contempla recurso alguno para las sentencias del Jury de Enjuiciamiento; en
segundo lugar, en el caso de la Dra. MALUF DE CHRISTIN, se ha adelantado
opinión en el sentido de la improcedencia de cualquier eventual recurso; y en
tercer lugar, en el caso de las Dras. GALLO y CAREAGA, los recursos
interpuestos, han demostrado ser ineficaces, puesto que habiendo
transcurrido más de cuatro años desde la sentencia, aún ningún tribunal ha
procedido a revisar el caso. Por lo expuesto, es evidente que el presente
caso, se adecua a las excepciones del art. 46.2 de la Convención Americana.
155. Como ha expresado la Ilustre Comisión Interamericana "Si bien el
denunciante está obligado, en determinadas circunstancias, a hacer lo
necesario para que el Estado sea adecuadamente notificado de una supuesta
violación de la Convención, para que el Estado tenga adecuadas posibilidades
de resolver el asunto dentro de su propio sistema jurídico, es el Estado el
que está obligado a impulsar la investigación en todo delito que pueda ser
perseguido de oficio 57 . En esos casos sólo puede exigirse al peticionario que
agote los recursos internos cuando el Estado de que se trata investiga los
hechos aducidos con debida diligencia y adopta los procedimientos
necesarios para castigar a toda persona hallada responsable conforme a sus
56
Como ya hemos destacado, tanto los miembros del Jurado de Enjuiciamiento como la
defensa conocíamos la cláusula legal que torna irrecurrible la sentencia del Jurado. Lo que
no sabíamos es que, en ese caso concreto, ya se había resuelto acudir a ese argumento
para rechazar cualquier futuro recurso.
57
Véase, por ejemplo, ídem, párrafos 96, 97.
36
obligaciones en el marco del derecho interno y de la Convención 58 . A la luz
de la totalidad del análisis que antecede, la Comisión concluye que en el caso
de autos cabe excusar a los interesados del cumplimiento del requisito del
agotamiento de los recursos internos, en razón de las excepciones
estipuladas en el artículo 46(2)(a) y (b)".
VI. 2. Plazo
156. Conforme al artículo 46.1.b de la Convención, toda petición debe ser
presentada en tiempo para que pueda ser admitida; específicamente, dentro
de seis meses contados a partir del momento en que el denunciante haya
sido notificado de la sentencia definitiva a nivel interno. La regla de los seis
meses garantiza certidumbre y estabilidad jurídica una vez adoptada una
decisión.
157. Ahora bien, esta regla no se aplica cuando ha sido imposible agotar los
recursos internos por falta del debido proceso, denegación de acceso a los
recursos o demoras injustificadas en el dictado de una sentencia definitiva,
como ocurre en el presente caso. En estos casos, el artículo 32 del
Reglamento de la Comisión establece que la presentación debe realizarse
“dentro de un plazo razonable, a criterio de la Comisión. A tal efecto, la
Comisión considerará la fecha en que haya ocurrido la presunta violación de
los derechos y las circunstancias de cada caso”.
VI. 3. Ausencia de litispendencia
158. El artículo 46.1.c establece que la admisibilidad de una petición está
sujeta al requisito de que el asunto "no esté pendiente de otro procedimiento
de arreglo internacional” y el artículo 47.d de la Convención estipula que la
Comisión no podrá admitir una petición que “sea sustancialmente la
reproducción de petición o comunicación anterior ya examinada por" la
Comisión "u otro organismo internacional". Si bien ciertos aspectos del caso
fueron puestos en conocimiento del Relator Especial para la Independencia
Judicial y de Abogados, de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones
Unidas, en el caso no existe ninguna de esas dos circunstancias de
inadmisibilidad.
VI. 4. Caracterización de los hechos alegados
159. En el caso, se alega la violación de varios derechos consagrados en la
Convención Americana, por ello se deben dar por cumplidos los requisitos del
artículo 47 literales b y c.
58
Véase, por ejemplo, Informe Nº 62/00, Caso 11.727, Hernando Osorio Correa, Colombia
(admisibilidad), publicado en el Informe Anual de la CIDH 2000, OEA/Ser.L/V/II.111, Doc.
20 rev., 16 abril 2001, párrafo 24.
37
VII. PRUEBA QUE SE OFRECE
160. Adjuntamos como prueba documental los siguientes Anexos:
-
Anexo 1: Caso “Fiscalía de Estado s/Acción de nulidad”.
-
Anexo 2: Resolución con carácter de denuncia del Colegio de Abogados
de Villa Mercedes.
-
Anexo 3: Antecedentes caso Adriana GALLO.
-
Anexo 4: Antecedentes caso Ana María CAREAGA.
-
Anexo 5: Antecedentes caso Silvia MALUF DE CHRISTIN.
-
Anexo 6: Notas periodísticas. Notas 6-01 a 6-10.
-
Anexo 7: Notas periodísticas.
-
Anexo 8. Documentos 8-01 a 8-03.
VIII. PETITORIO
161. Por las razones expuestas, solicitamos a la Honorable Comisión de
Derechos Humanos:
1. Le dé trámite a esta petición;
2. Tenga por ofrecida la prueba documental que se adjunta;
3. Oportunamente, se pronuncie sobre los méritos del caso, declarando la
violación de los derechos aquí detallados.
Por Ana María CAREAGA
Alicia ISOLA
Por Adriana GALLO
Ariel GARRIDO
Andrea POCHAK
Por Silvia MALUF DE CHRISTIN
Víctor ABRAMOVICH
Alberto BOVINO
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