La Praga Española Praha španělská Pavel Štěpánek Texto del catálogo de la exposición La Praga española, celebrada en la sala de las Caballerizas Imperiales, del Castillo de Praga, entre los días 18 de marzo y 28 de junio del 2009 Índice La Edad Media Advenimiento de los Habsburgo: 1526 y la “era de Rodolfo” Reforma Católica, sus rasgos españoles y su infiltración a Bohemia a partir del siglo XVI Los españoles en la Montaña Blanca y después Aportaciones religiosas e intelectuales después de la Batalla de la Montaña Blanca Carlos VI 1 La exposición La Praga Española reúne obras artísticas (cuadros, esculturas, hojas gráficas, libros, etc.) que proceden tanto de museos y galerías de Praga, como de colecciones eclesiásticas. La exposición en su conjunto representa los acontecimientos y las corrientes (militares, políticas, religiosas y culturales) más importantes de su época, que manifiestan que España participó, de manera directa o indirecta, en la formación de muchos aspectos de historia, cultura e ideas religiosas checas, desde la Edad Media hasta la época de la Ilustración. El breve título de la exposición no insinúa que Praga pertenezca a la zona hispanohablante, sino que acentúa uno de los elementos constituyentes de la formación de la historia nacional checa, que se ha omitido hasta ahora; en otras palabras, la exposición pretende buscar ecos de España en Bohemia. Aunque aparecen importantes voces checas que hablan de la hispanización de Bohemia1, no puede sostenerse que este país forme parte del mundo hispano. Sin embargo, son evidentes los vínculos dinásticos entre las Cortes española y vienesa, la cual se dirigió por el protocolo español durante la mayor parte de la existencia del Imperio austriaco, tratándose, sobre todo, de una influencia conceptual. En Europa Central, las ideas políticas procedentes de España (transmitidas, entre otros, por los escritos del diplomático Diego Saavedra Fajardo, las cuales marcaban el curso de toda Europa) y la influencia de la religión católica tuvieron mayor peso de lo que puede parecer, gracias a los acontecimientos culturales. Eso coincidió con la posición de España, que se encontraba a la vanguardia, tanto en los asuntos del poder como en los espirituales. España conservó esta posición hasta la época de la Ilustración y la segunda fase de los descubrimientos ultramarinos, manteniendo su influencia cultural mucho después de terminar su posición como líder mundial. (A propósito, la Edad Moderna se data desde el Descubrimiento de América en 1492). En los siglos XVI y XVII España fue la primera potencia mundial, que influyó en Bohemia, por su peso propio en cuestiones culturales, religiosas y del poder, aunque las ideas religiosas sobre todo llegaban a través de Roma. La exposición rastrea el impacto de la influencia española sobre Bohemia, a través de obras de arte, iconografía de acontecimientos españoles (o relacionados con España), personas y santos. Asimismo, deberíamos mencionar el hecho de que el lugar donde se celebra la exposición, el Castillo de Praga, también manifiesta muchos puntos de contacto con la realidad española; basta sólo con mencionar el nombre de la famosa Sala Española muy cerca de las Caballerizas Imperiales (según algunos, la Sala debe su nombre a que los establos de caballos españoles se encontrasen justo debajo) o las alusiones al mundo hispano en la Catedral de San Vito o en el Palacio de Verano de la reina Ana. La Edad Media Las relaciones entre Chequia y España se remontan a la AltaEdad Media, cuando aparecen los primeros contactos entre las dos regiones. La primera descripción de Praga (965–966) procede de un testigo llegado desde la Península Ibérica, el comerciante judío y diplomático al servicio del Califato de Córdoba Ibrahim ibn-Jakúb. En consideración global se sabe que la sabiduría árabe se introdujo en Chequia a través de España 2, pero es menos conocido el papel del sucesor de la cultura antigua, San Isidoro de Sevilla, y de los demás eruditos y soberanos, especialmente, del rey Alfonso X el Sabio, primo del rey checo Premysl Otakar II. Hasta 1492, España ocupó una posición privilegiada, disfrutando del contacto con el Oriente a través de su población musulmana. Los musulmanes se mantuvieron en la Península Ibérica casi durante ocho cientos años y sus huellas permanecen presentes en algunas zonas hasta hoy. Las muestras del arte musulmán llegaban desde España a nuestro país en raras ocasiones, pero cuando sucedía, lo hacía al más alto nivel, cómo lo demuestran, por ejemplo, los restos de telas españolas en las tumbas reales 3. Asimismo, hay que mencionar el Camino de Santiago, que funcionaba como elemento de cohesión, conectando desde el siglo XI los países europeos con España. Algunos peregrinos de Bohemia caminaron a Santiago de Compostela por entusiasmo religioso y para ver la tumba del Santo. Según la tradición fue el segundo apóstol al que sepultaron en tierras europeas (el primero fue San Pedro en Roma). Otros peregrinos iban a Santiago en penitencia, como lo demuestra Frantisek Palacky 4. Incluso en la época de las Guerras Husitas hubo contacto entre los habitantes de ambas regiones. 2 Desde el colegio los checos tienen noticia sobre la delegación, enviada por Jorge de Podebrady a Europa del Oeste. Rey checo que pretendía acabar con el aislamiento posterior a las Guerras Husitas entre 1465 y 1467. La delegación se conoce asimismo bajo el nombre El viaje hasta el fin del mundo 5, o sea, a España. Poco antes de ocupar los Jagellón el trono checo, la delegación de diplomáticos checos pasó por toda Europa y llegó a España en un momento de luchas internas por el poder y, además, en plena expansión marítima. (Entre 1441 y 1481 reinó el joven Alfonso V, denominado El Africano, por sus expansiones marítimas). Después, la delegación se dirigió a Santiago de Compostela y el cabo cercano (Finisterre), considerado el fin del mundo conocido. Este viaje se mantuvo en la memoria colectiva durante mucho tiempo6; como lo demuestra el hecho de que las memorias de Vaclav Sasek de Birkov7, uno de los participantes de la delegación, volvieran a editarse cien años más tarde. Desde el punto de vista histórico hay que subrayar que Luis Jagellón inició los matrimonios que enlazan con la monarquía española. En 1521 se casó con María, infanta española, hija de Juana la Loca y Felipe el Hermoso (1478–1506) y nieta del emperador Maximiliano, hermana del rey español Carlos I (emperador Carlos V). Gracias a María se creó un vínculo entre los Jagellón y los descendientes de los Reyes Católicos8. Contamos con un testimonio importante que procede de aquel entonces y que revela la influencia de la realidad española de principios del siglo XVI en el ideario y comportamientos de la nobleza checa. Se trata de una carta, escrita en checo y guardada en el archivo de los Schwarzenberg en la ciudad de Trebon9. La carta data del 20 de abril de 1519 y el monarca ruega a Pedro de Rozmberk que los nobles checos voten a favor del rey español Carlos I (el futuro emperador Carlos V) en las elecciones del rey de Alemania. Dice claramente cuál es su motivo, en plural mayestatico: “Pues sabéis que nuestra hermana no está casada y a nos gustaría que se convirtiese en la esposa del rey Carlos”. Asimismo, los versos (en latín) del importante humanista checo Bohuslav Hasistejnsky de Lobkowicz demuestran clara y directamente que hubo contacto con españoles al más alto nivel. “Bohuslao, en nombre del Rey Wladislao, a Pedro, poeta español: Poeta erudito, oye, tus versos que nos habías mandado hace poco Me han causado una gran alegría, con amor los recibió mi espíritu.”10 La historia medieval de la Península Ibérica es muy complicada. Nosotros nos limitaremos a mencionar la unión del Reino de Castilla-León y el de Aragón, que representa un acontecimiento de la mayor importancia. La unión se realizó en 1479 a través del matrimonio entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Tomando el último bastión árabe en la Península Ibérica (Granada, el 2 de enero de 1492), los Reyes Católicos finalizaron la Reconquista y el proceso de unificación de los reinos cristianos que hoy en día integran España y que duró muchos años. Iniciaron una nueva era con la expedición de Cristóbal Colón, la cual desembocó en el descubrimiento de un nuevo continente, América, y culminó cuando los españoles dominaron prácticamente todo el continente. El proceso de Conquista transcurrió a una velocidad impresionante: entre 1519 y 1521 los españoles conquistan México, entre 1531 y 1533 Perú y más tarde, entre 1565 y 1571, las islas Filipinas en Asia (a propósito, este archipiélago lleva el nombre del rey Felipe II). Y así, debido a que las tropas militares españolas se habían entrenado en las largas guerras con los musulmanes, España se convirtió en la primera potencia mundial. No ha de extrañar que la religión católica llegase a ser la seña de identidad del país. Sin embargo, los costes relacionados con el mantenimiento de una armada omnipresente causaron el declive económico de España 11. A pesar de ello, el país siguió prosperando, sobre todo, en el campo de las artes. 3 Advenimiento de los Habsburgo: 1526 y la “era de Rodolfo” Las relaciones checo-españolas recibieron un fuerte impulso en 1526, cuando los estados checos eligieron rey a Fernando I de Habsburgo, nieto de Isabel la Católica y Fernando de Aragón. Fue consecuencia de su justificado temor al mutuo enemigo: los musulmanes. El nuevo soberano llegó de España pasando por los Países Bajos. Nació en la ciudad castellana de Alcalá de Henares (en su sepulcro en la Catedral de San Vito se indica erróneamente que su lugar de nacimiento es Medina) y creció en su patria como el futuro rey de España; tan sólo tras el cambio de la situación política, el emperador Carlos V le envió a Viena. A Praga le acompañaron consejeros y secretarios españoles, como el banquero Gabriel de Salamanca, pero también artistas, por ejemplo, el poeta Cristóbal de Castillejo. La nobleza católica checa se orientó hacia España; algunas casas predeterminaron el desarrollo a través de bodas, uniéndose a familias españolas. Como ejemplos se pueden citar dos bodas celebradas en el año 1555: la de Vratislav de Pernstejn con María Manrique de Lara y la de Adam de Dietrichstejn con Margarita de Cardona. Estas familias luego formaron la base de la llamada facción española. Naturalmente, la exposición acentúa los acontecimientos y personajes que proceden de la época de la mayor influencia española: Rodolfo II y sus hermanos se criaron en España. Está claro que en el pasado (a partir de 1967) los expertos checos (iberoamericanistas, encabezados por el profesor Polisensky) enfocaron precisamente este período tras 1526. Durante los años del régimen comunista resultaba difícil que uno se dedicase a las influencias religiosas de aquella época y del siglo siguiente. En la presente exposición se encuentran también muestras de lo que determinaba el modo de pensar de aquel entonces y de lo que ilustra el espíritu de la época: de la religión en sus distintas formas de ser. Aunque por límites presupuestarios y de espacio nos es imposible exhibir esculturas emblemáticas como el Niño Jesús de Praga, Santa Librada (en checo Starosta) en la Iglesia de Loreto o grandes cuadros de altares. También obras como “La ejecución de Santiago” del pintor Reiner, que se encuentra en la Iglesia de Santiago en la Ciudad Vieja de Praga, o “La Batalla de Lepanto” del pintor Skreta, que está en la Iglesia de Nuestra Señora bajo la Cadena en el Barrio Pequeño de Praga y que son demasidado grandes para la sala. La cantidad de cuadros, esculturas y objetos del uso cotidiano que utilizan iconografía o inspiración española es enorme. Ésa es una idea que inspira nuestro trabajo. El culto, sus conceptos y signos, procedentes de España, marcaron el tono artístico durante mucho tiempo: prácticamente, desde la convocatoria del Concilio de Trento, impulsado por Carlos V, hasta bien entrado el siglo XX, concretamente, hasta el Concilio Vaticano II. Solamente refiriéndonos al Puente de Carlos, habría que trasladar (teóricamente) a las salas de exposición varios grupos de estatuas de santos procedentes de la Península Ibérica (Santo Domingo, San Ignacio, San Francisco de Borja, San Francisco Javier, San Vicente Ferrer, San Antonio de Padua). Habría que quitar decenas de figuras y cuadros que representan a santos españoles de las fachadas o en los interiores de las iglesias y conventos praguenses. La exposición “La Praga Española” no incluye piezas de arte españolas que llegaron a nuestro país poco después de su creación, por lo que forman parte de nuestra escena artística. En este sentido, me gustaría mencionar las exposiciones celebradas en Praga en las últimas décadas12 y la necesidad de una exposición u otro proyecto de carácter sintetizador13 que recogiera exclusivamente las influencias españolas y pudiera considerarse como conceptual. Nuestra exposición se concentra en la capital de la República Checa. A pesar de ello (o debido a ello) demuestra cómo fue el impacto del elemento español en su totalidad en la formación de la historia checa. Durante el tiempo comprendido entre el día del nacimiento y de la muerte de Felipe II (1527– 1598) o, más exactamente, a lo largo de los años de su gobierno (1555–1598), España era la primera potencia europea, el primer imperio moderno a escala mundial. Sin embargo, a partir de 1588 empezó un lento declive que terminó a la hora de firmarse la Paz de Westfalia (1648). 4 Este acto puso el punto final no sólo de la Guerra de los Treinta Años, sino también de la era de España como primera potencia mundial. Desde entonces, España perdió terreno no sólo ante Inglaterra y Francia, sino en muchos ámbitos también ante Holanda, que ocupó algunos de los dominios españoles en América (las actuales Antillas holandesas y Guayana). A pesar de haber sido vencida, España siguió desempeñando un importante papel, como “el imperio en el que nunca se ponía el sol”. En Asia y América permaneció presente hasta 1898 y en África hasta los años sesenta del siglo XX. En nuestro país, gracias a sus lazos con la casa real, su influencia perduró hasta la Ilustración. En la primera mitad del siglo XVI el gobernador más potente de Europa, el Habsburgo Carlos V, hermano de Fernando I, reformuló el concepto antiguo de “universitatis humanae” o “comunidad humana unida en Cristo” – emperador místico del Imperio Romano y una de las inspiraciones más grandes de nuestra civilización14. En Chequia se consideraba a Carlos V como el bienhechor de los cristianos, vencedor de los moros norteafricanos, jefe militar coronado de gloria, continuador de la fama del Imperio Romano e incluso como el mismísimo dios de la guerra Marte. Así es cómo se ve en las decoraciones que adornan el Palacio de Verano de la Reina Ana, llamado Belvedere 15. El florecimiento y el auge triunfal que vivió España en la segunda mitad del siglo XVI, a pesar de todos los problemas externos e internos, estaba ligado al gobierno del rey Felipe II. Entre otras cosas se debía a su triunfo en la Batalla de Lepanto, que tuvo lugar en 1571, cuando la flota de la coalición formada por España, Venecia y la papal libró el Mar Mediterráneo del cerco turco. Los aliados demostraron que era posible vencer a los turcos y, además, pusieron fin a la expansión turca en el Mediterráneo, a pesar de que éstos siguieron entrando en Europa a través de la Península Balcánica 16. Esta batalla está representada en una de las iglesias de Praga: en la Iglesia de Nuestra Señora bajo la Cadena que pertenece a la Orden de San Juan de Jerusalén o, en otros términos, a la Orden de Malta. Asimismo, la columna de la Plaza de Malta acuerda esta batalla victoriosa, encabezada por los españoles y con Juan de Austria al frente. La política exterior de Felipe II, que se concentró en la creación de una “frontera del cristianismo” contra los turcos y de una “frontera del catolicismo” contra los protestantes, tuvo éxito en el campo político, pero no tanto el campo económico. Como hemos señalado, uno de los acontecimientos de mayor importancia de la época fue la convocatoria del Concilio de Trento (1542–1564), que se celebró bajo el patronazgo del Rey y de la Iglesia española. El Concilio determinó los efectos de la Contrarreforma (o Reforma Católica) en la religión e influyó mucho en el desarrollo futuro de la Europa católica y barroca. El objetivo del Concilio fue renovar la vida cristiana, tal como lo deseaba también la Reforma, sin embargo, a diferencia de ella, en el marco de la pureza de la Iglesia Católica Romana. A consecuencia de ello, en el mundo del arte, “incluso los clérigos españoles concedieron a los cuadros y esculturas en sí el carácter único de objetos sagrados que se deben venerar y adorar; lo hicieron en un primer momento, debido a lo que estos representaban y, después, concedieron este carácter a objetos concretos que se habían venerado antes por ser milagrosos o agraciados; de esta manera, estos objetos se diferenciaron de los demás y tenían un halo de espiritualidad 17.” En este sentido, España se convirtió en el instrumento de renovación religiosa, porque no abandonó la fe medieval, por la que tanto había luchado. En España se crearon nuevas órdenes o se reformaron las existentes, desarrollándose la actividad de algunas en Roma (Jesuitas, Escolapios, Hermanos Hospitalarios, Carmelitas, etc.). La unificación de España con Portugal y sus colonias en 1580 significó otro paso hacia la creación de un imperio a nivel mundial. Sucedió después de que Sebastián, el rey de Portugal, falleciera luchando en África contra los moros. España reivindicó sus derechos a ocupar el trono libre, basados en el parentesco entre las dos familias reales. Cuando Felipe II se sentó sobre el trono, se convirtió prácticamente en el rey más poderoso de la Tierra. Asimismo, la etapa hispano-portuguesa (Portugal volvió a independizarse en 1640) halló eco en Praga, sobre todo por la importación de piezas de arte desde las colonias portuguesas en Asia 18. En Bohemia, junto con el protestantismo, predominó la leyenda negra dirigida contra todo lo español. La leyenda contó con muchísima popularidad y se mantuvo durante mucho tiempo; incluso hoy en día sigue presente en los escenarios checos y mundiales, en forma de conocidas óperas de la época del romanticismo 19. 5 Felipe II tuvo que enfrentarse a una crisis dinástica. En un primer momento contó con su sobrino Rodolfo II como su sucesor para el trono español, pero la verdadera solución llegó más tarde, con la hermana de Rodolfo, Ana. En 1570 Ana se casó con Felipe y dio a luz a cuatro hijos, de los que sólo el último sobrevivió: el futuro rey Felipe III 20. Ana vino a la Corte española acompañada por sus dos hermanos, Alberto y Wenceslao, que se unieron a Rodolfo y Ernesto, que llevaban allí ya mucho tiempo; Rodolfo estaba preparándose para su viaje a Viena. De esta manera se intensificaron las relaciones de la Corte española, primero, con Viena, y luego, con Praga. Las relaciones entre el reino de Bohemia y España alcanzan su punto culminante bajo el reinado de Felipe II. Fue natural, debido a los contactos existentes entre la familia de los Habsburgo en Viena y en Madrid y, sobre todo, debido a que España era gran potencia mundial. Felipe II era una persona increíblemente polifacética, que contó con educación humanística y de muy buena calidad, de carácter cristiano. Conoció algunos de los escritos de Erasmo de Rótterdam, cuya obra era muy popular en España en el siglo XVI. Era coleccionista, sobre todo de reliquias (en este sentido se parecía al rey checo Carlos IV, quien de esta manera pretendía “cristianizar la historia”), y admirador de ciencias; fundó la primera Academia de Matemáticas; concibió El Escorial, entre otras cosas, como centro científico con una estupenda biblioteca; creó el Archivo General de Simancas; subvencionaba las expediciones a América; dominaba la música y era conocedor de Bellas Artes. Con este entusiasmo coleccionista e interés por la Alquimia “contagió” a su sobrino Rodolfo. Disponemos de informes escritos sobre los diálogos mantenidos por Felipe II y Rodolfo, así que conocemos los detalles de su estancia en la Corte madrileña. Sabemos, por ejemplo, que se reunieron el día de la partida de Rodolfo en 1571, estando presente el embajador Dietrichstein. Asimismo la correspondencia de Rodolfo con la Corte madrileña representa otra muestra de las mutuas relaciones 22. Estudiando el papel de Rodolfo II como uno de los coleccionistas, mecenas y protectores de Alquimia más grandes en la historia de los Habsburgo, nos surge una pregunta básica: ¿Cuándo empezó a interesarse por las Artes y dónde conoció los principios de la Alquimia, que luego apoyaba con tanta insistencia? La respuesta, aunque no suele darse de forma directa, es bastante evidente: Fue en España, en la Corte de Felipe II. Según ciertas fuentes, los dos archiduques (Alberto y, sobre todo, Rodolfo, predestinado para gobernar) fueron enseñados por su tío en persona dos veces a la semana durante varias horas sobre los principios de la regencia, política y esoterismo 23. Los alquimistas se dedicaban al estudio del oro y plata y estas investigaciones se cubrían con el interés intelectual concebido por el místico y mártir español (mallorquín) Raimundo Llull, puesto que España pudo importar metales preciosos a gran escala desde América. Los lazos entre las dos ramas de los Habsburgo eran muy complicados 24. La madre de Rodolfo, la emperatriz María, era hija de Carlos V y nuera de Fernando I, rey checo y húngaro. El esposo de María (a partir de 1548) Maximiliano II era primo y, al mismo tiempo, cuñado de Felipe II 25, por lo que el Rey de España era tío de Rodolfo II, que había pasado en la Corte de su reino casi ocho años. La boda de Felipe y Ana, hermana de Rodolfo, se celebró por representación en la catedral de San Vito en Praga en 1570. Cuando Rodolfo tenía veintisiete años, en 1579, le ofrecieron que se casase con su prima, hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia, que tenía trece años. Sin embargo, Rodolfo no deseaba casarse y de hecho no lo hizo nunca. Uno de los objetivos de la Embajada de España en Praga era acordar un matrimonio entre el emperador y la infanta; es evidente que en este punto fracasó. La existencia de la Embajada de España reflejaba las vivas relaciones diplomáticas entre el Reino de Bohemia (que formaba parte del conjunto de países en Europa Central) y el gran imperio en la Península Ibérica. La existencia de la Embajada dió un fuerte toque español al ambiente de Praga de los siglos XVI y XVII. Representaba uno de los supremos niveles hasta dónde podían llegar los diplomáticos españoles; en primer lugar, debido a su amplio ámbito geopolítico y, segundo, debido a la importancia de las responsabilidades que se le concedían. La Embajada de España contaba con hasta 70 empleados. El Embajador en Praga representaba España no sólo en Bohemia, sino también en la Corte imperial, imperio alemán, países polacos y en los países que se encontraban detrás del Danubio. 6 Rodolfo sufrió una de sus depresiones profundas, que solía padecer en aquel entonces, cuando la infanta se casó con su hermano Alberto. También, fracasaron los planes de matrimonio con la hija de Felipe. Como consecuencia, se enfriaron las relaciones entre las dos líneas principales de la casa de los Habsburgo, lo que tuvo impacto en el tradicional intercambio de obras del arte. En 1583 Rodolfo II preparó con un gran séquito el viaje a la patria de su madre española. Durante su estancia en Praga, la emperatriz María fue muy venerada, puesto que representaba la garantía de la influencia española en Bohemia, como lo pone de manifiesto el libro de Pedro Cornejo Historia de las civiles guerras y rebelión de Flandes publicada en español en Praga 26. Durante su estancia en Praga, María envió a Madrid muchas reliquias y otros objetos de gran valor; y al revés, a Praga, trajo muchos objetos para la Catedral de San Vito, por ejemplo, la capa pluvial negra con adornos de color púrpura. Asimismo, cuando estaba en España organizó envíos de caballos españoles, recibiendo a cambio gran cantidad de objetos de carácter cultual o artístico, relojes y escritorios. Las dos partes intercambiaban granates de Bohemia, retratos y reliquias. Los envíos de Madrid iban dirigidos directamente a manos del emperador, a veces, a través de los embajadores 27. Merece la pena mencionar que entre los cinco libros que se publicaron en español en la editorial de Jorge Nigrín en Praga apareció también la obra del Embajador Juan de Borja, titulada Empresas morales, tratándose de la primera publicación de este tipo que apareció en español28. Borja desempeñaba las funciones de Embajador, enseñando, al mismo tiempo, la Poética en el Colegio de los Jesuitas como uno de los primeros profesores. En 1580 impulsó la publicación de un diccionario latino-checo-español, inicialmente para que lo utilizasen los empleados de la Embajada de España en Praga29. Hay que mencionar que el padre de Borja, tras fallecer su esposa, se hizo miembro de los jesuitas, convirtiéndose, al final, en su general. Asimismo, el músico Mateo Flecha el Joven, que actuaba en la Corte de Viena y Praga, publicó en la casa editorial de Jorge Nigrín dos libros de composiciones: el primero, Las ensaladas se ha conservado hasta hoy en día, el segundo, Libro de la música de punta y Divinarum Completarum Psalmi, Lectio brevis et Salve Regina cum Aliquibus motettis no se conoce30. En el libro de Cornejo que acabamos de mencionar se acentúa que Bohemia tiene para los Habsburgo la misma importancia que Flandes (los Países Bajos), porque la emperatriz María, el Embajador Borja y los Jesuitas del Colegio de Klementinum representan el corazón de la “facción española“ de la Corte de Praga31. La facción española estaba integrada por la nobleza católica de familias importantes, influyentes y ricas, como los Pernstejn, Rozmberk, Lobkowicz y Dietrichstein de Moravia, que dominaban la mayor parte del país, o también Jan Krystof Pruskovsky, Karel de Zerotin, etc. La facción española “era un grupo pequeño, pero muy coherente y conscientes de su propósito”32, que imponía una orientación claramente católica al país bajo el patronazgo de los Embajadores españoles. Estos jugaban un importante papel, sirviendo de interlocutor entre la Corte imperial de Praga y España e institución cultural. Los miembros de la facción proespañola y católica se referían al rey español como a “nuestro rey”33 y recurrían a España como al garante del orden internacional. A diferencia de ellos, la fracción protestante veía en su persona peligro permanente e interpretaba la soberanía de los Habsburgo en los dos países como amenaza geopolítica. Los miembros de la facción española se inspiraron en el caso de la emperatriz María y contraían matrimonios con las nobles españolas. Así llegaron a establecer buenos contactos con la Corte española; sus hijos siguieron con la misma tendencia, lo que les convirtió en portadores de cultura y costumbres españolas. Incluso, se les concedían las condecoraciones más altas (la Orden de Toisón de Oro)34 y llegaban a ser miembros de las órdenes españolas (Calatrava). Todo eso se manifestó en la moda española, que dominó el ambiente checo durante muchos años. Rodolfo II se aferraba mucho en el protocolo y vestimenta española, incluso, cuando estos ya estaban en declive37. La facción española fue respaldada tanto por la emperatriz María, como por María Manrique de Lara, esposa de Vratislav de Pernstejn, que era Embajador y canciller del Reino de Bohemia. María Manrique se dejaba enviar copas, estatuas de cera y piedra, telas, colchas, perfumes, etc. Esta curiosidad reflejaba el interés por todo lo que provenía de la Corte española, 7 considerada como símbolo de lujo y exclusividad. Paulatinamente se generalizó la tendencia de identificar “lo español” con “lo exclusivo, lujoso”, e incluso “exótico”. Asimismo se confundían los conceptos de lo católico y de lo español, por lo que la fracción no-católica denominaba a los católicos checos “Spanihele” (españoles). La posición de los católicos checos en la sociedad era importante por su naturaleza. Se debía a la tradición y el emperador solía otorgar a los católicos checos los cargos más altos en la política. En otros términos, “todo lo que procedía de España se aceptaba en la Corte imperial sin reserva y proliferaba entre los nobles.” 36 Hace poco, se descubrió que varios españoles en la Corte estaban dedicados a actividades artísticas. Sin embargo, su actividad no se puede comparar en tamaño e importancia con otros grupos nacionales, por ejemplo, el grupo italiano, cuya presencia en Praga era más importante en términos de poder y fuerza. Los artistas españoles en Praga trabajaron no sólo para el emperador, sino también para doña María Manrique. Lo demuestran cuentas por trabajos de orfebrería, extendidas por Juan de Mazuelos en Praga en 1570 (trabajó en Praga hasta 1589) o la actividad del arquitecto Juan Español tanto en Praga, como en Olomouc 37. Los miembros de la familia Miseroni vinieron de Milán a través de la Corte madrileña, donde los había conocido Rodolfo, y lo mismo podemos decir sobre los hermanos Castruccio, quienes son autores de los mosaicos florentinos “pietra dura”. Rodolfo II nunca interrumpió sus relaciones con España, aprovechándolas, entre otras cosas, para sus intereses de coleccionista. Más que nada le fascinaba la posibilidad de obtener productos americanos, africanos y asiáticos. Encomendó a su embajador Khevenhüller que le trajera piedras preciosas y todo tipo de objetos curiosos desde las colonias españolas38. Incluso disponemos del testimonio de un visitante alemán, el comerciante Hans Ullrich Kraft, quien pudo ver las colecciones de Rodolfo en 1584 gracias al pintor de la Corte Bartolomeo Spranger: “… y allí estaban obras preciosas, realizadas en España …” “Objetos indígenas” o “rarezas indígenas” formaban parte de esta colección, apareciendo también en otras colecciones, por ejemplo, en la de los Nostic. En los archivos de los Lobkowicz de Zitenice encontramos “un inventario de cosas y ropa diversa, iniciado por su Merced el duque de Sagan en Praga el día 25 del mes junio del año 1647”, que contiene estas piezas: “Incluso un cajón indígena de color rojo y pintado de oro”, “…ad 4/ mantón indígena, rojo por dentro y negro y adornado con oro por fuera”. Además, en el inventario vienen mencionadas cuatro cucharillas de Montserrat 39. Rodolfo II regaló a Augusto I del Palatinado varias esmeraldas, colocadas aún en el fragmento de roca madre, que provenían de Colombia. Baltasar Permoser y Johann Melchior Dinglinger las incorporaron en la estatua del Negro que se ha conservado hasta hoy. Según el inventario escrito en francés de 1652, cuando los suecos robaron las colecciones del Castillo de Praga, se llevaron, entre otras cosas, las llamadas rarezas indígenas 40. La colección de Rodolfo representa una prueba contundente de que durante todo el siglo XVI los europeos proyectaban sus ansias de lo exótico en “las Indias”, o sea, en América española, o, en su caso, Asia portuguesa. Según los documentos que proceden de Viena, Rodolfo II estaba interesado ante todo por los diamantes 41. La moda china iba acompañada por el interés por las flores “indígenas”, como lo demuestra, por ejemplo, la porcelana que se producía en Sajonia entre los años 1725 y 1735 o la azucarera de porcelana austriaca, que se fabricó alrededor de 1740 y que forma parte de las colecciones del Museo de Artes Decorativas42. Incluso, podemos encontrarnos con la iconografía del dios azteca Huitzilopochtli en la porcelana checa del siglo XVIII 43, que pone de manifiesto el eco de la América española en Bohemia. Los personajes alegóricos procedentes de esta parte del mundo nos observan desde cornisas de palacios y de cúpulas y bóvedas de iglesias. Es muy acertado decir que cuando los jóvenes Rodolfo y Ernesto volvieron a casa, probablemente los dominó “la impresión de mudar del gran teatro del mundo al campo” 44. Parece que “en su esfuerzo de rivalizar con su tío Felipe II, Rodolfo pretendía crear una Corte ideal renacentista. Tanto sus colecciones enormes y su cámara de arte, como sus jardines, incluyendo el zoológico, representan las huellas físicas de este empeño” 45. Ambos compartían la ideología cristiana neoplatónica. Viviendo en Praga, Rodolfo II se rodeó de cortesanos españoles 46. No deberíamos olvidarnos de otro embajador, Guillermo de San Clemente y Centellas, caballero de la Orden de Santiago. Era un intelectual importante de la época de Rodolfo, que 8 vivió en Praga desde 1581 hasta su fallecimiento en 1608. Durante 27 años fue mecenas, cliente de artistas y donante de piezas de arte, incluyendo algunos manuscritos 47. Era un importantísimo personaje, no sólo debido a su calidad de representante del Rey más poderoso de Europa, sino también por ser líder espiritual, protector y defensor de la facción española católica, dirigida en aquella época por Polixena de Pernstejn (Pernestán) por parte checa. San Clemente era no sólo estadista, sino también intelectual; por esta razón, Giordano Bruno, que durante su estancia en Praga incluso vivió en la residencia del Embajador, le regaló un escrito del filósofo catalán medieval Raimundo Llull, dedicado a la teoría combinatoria. San Clemente volvió a publicar la obra en la editorial de Jorge Nigrín 48. Cuando San Clemente moría, llegó a Praga su pariente Baltasar de Marradas, cuyo nombre mencionaremos más tarde. Al empezar a gobernar, Rodolfo trasladó su sede de Viena a Praga, reconstruyendo el Castillo de Praga. Hay quienes comparan esta decisión suya con la de su tío Felipe, quien se había mudado de Toledo a Madrid y, más tarde, a El Escorial 49. Últimamente, los expertos señalan que en la reforma imperial del Castillo de Praga aparecen elementos inspirados en España. El motivo es obvio: El emperador pidió a su Embajador Khevenhüller, gran conocedor del arte gracias a las continuas peticiones de Rodolfo, que le proporcionara los planos de las sedes reales españolas y las gráficas de El Escorial y Aranjuez, autorizadas por el constructor Herrera. La mejor muestra de esta teoría es la Puerta de Matías, cuya construcción, concebida como arco de triunfo, fue iniciada por el arquitecto Filippi de Trento, aún bajo el reinado de Rodolfo, y que presenta cierta similitud con Aranjuez; asimismo la segunda fase de la construcción del complejo de edificios en el pueblo Bubenec (cerca de Praga) empezó inmediatamente después de llegar la documentación de España. Hace poco, se descubrió que Rodolfo tuvo la intención de crear un nuevo Escorial en el Castillo de Praga. No nos referimos al aspecto del edificio, sino a su importancia intelectual. La Catedral de San Vito era el punto clave de la estructura urbanístico-religiosa y palacioresidencial del Castillo de Praga y en el caso de El Escorial lo era la Catedral de San Lorenzo 50 . Alguna semejanza puede observarse asimismo en la presencia del monasterio dentro de la residencia real (el Convento de San Jorge en su versión más antigua). La construcción realizada por Felipe, El Escorial, que Rodolfo había visto sólo en su fase inicial, se convirtió en un ejemplo que tuvo influencia sobre las ideas de toda Europa durante siglos. En Bohemia influyó, por ejemplo, en la construcción de los conventos de Plasy, Hradisko (cerca de Olomouc) y era también fuente ideológica del complejo de Kuks. El Escorial representa la perfecta expresión del platonismo renacentista y la aplicación radical de las teorías romanas en una forma tan limpia que no se puede encontrar ni siquiera en la Basílica de San Pedro en Roma, puesto que allí se ve deformada por la idea arquitectónica de Miguel Ángel. Puede decirse que el carácter español de El Escorial consiste en su concepto grandioso. El Escorial se convirtió en un ejemplo de la disposición de los interiores de catedrales y, prácticamente, inició la tradición de construir torres en las esquinas de los edificios, que les proporcionan carácter de fortificaciones. Es seguro que Rodolfo II conocía el estudio, escrito por Herrera, sobre la figura cúbica que se basaba en los principios y opiniones de Raimundo Llull. En principio, se trata de una obra cabalista, que trata el tema de la “piedra filosofal” o perfección. No toca directamente el tema de cómo practicar la Alquimia, sino que expresa unos principios teóricos según los cuales se dirigían la ciencia y el arte alquimista, incluidos en el concepto de Ars magna, en el sentido de pansofía o transmutación del alma 51. En la Corte de El Escorial se creó una escuela retratista, que tenía impacto a escala europea, según lo testimonian los retratos de la colección de los Lobkowiz en Roudnice. La pintura retratista española acentúa los valores de grandeza, majestad, alteza, suntuosidad y prudencia. El rigor y austeridad, muy destacada, no constituyen sino la visualización del protocolo de la Corte de los Habsburgo, basado en las tradiciones de Borgoña. El artista no pretende crear un retrato realista de su modelo, sino una imagen convencional que refleje rasgos de una sociedad jerárquica y cerrada. El arte estatal y el cortesano se entrelazan para formar una sola unidad inseparable del retrato, contribuyendo así a la consolidación de la nueva imagen del soberano. La impresión de la majestuosidad del modelo se consigue a través de rasgos inmóviles (equivalentes a una máscara, misteriosos), cuerpo en postura estática, recta, hasta urgente, e importancia de la minuciosa elaboración de ropas y joyas representativas. En otros 9 términos, se consigue a través de carácter teatral y valor “material” del contexto (ropa, telas, sedas) en el que está situado el modelo. Siguiendo algunas teorías, el retrato tenía como objetivo plasmar de manera realista no sólo los rasgos de una persona, sino también el conjunto de cualidades que integraban su personalidad y belleza humanas. En aquel entonces, observar un retrato, o incluso crearlo, significó suscitar el milagro de la creación divina e interpretar el retrato como la imagen de Dios en el modelo. Sobre todo en el caso del retrato cortesano, la obligación del artista no consistía en pintar de manera realista a su modelo, sino en crear una figuración convencional. Este concepto tiende a la creación de retratos formales y despersonalizados. Según las últimas teorías de entonces, dado que el arte simula la naturaleza, el artista debe simular a Dios-artista. A partir de allí podemos entender la evolución que va hacia el llamado retrato a lo divino, en cuyo caso el observador no revela el exacto aspecto físico del modelo, sino su aspecto moral. En cierta medida, podríamos hablar de divinización de la persona retratada. En los términos de Gombrich 53, el retrato “no representa interpretación de la experiencia visual, sino construcción fiel del modelo de relaciones.” A la hora de estudiar los retratos de Roudnice, se plantea otra pregunta: ¿En qué medida influyeron los retratos españoles, importados a Bohemia, sobre la evolución de la pintura retratista checa? Esta cuestión merecería un estudio independiente, si bien puede destacarse que el historiador de arte checho Max Dvorak ya estudió estas influencias sobre la obra del Maestro de Isabel (Elisabeth, Isabel) de Tesin 54. A Bohemia no sólo llegó el retrato cortesano profano, sino también la obra profundamente divina, estilizada hasta lo patético, del pintor Luis Morales “el Divino”, quien combina los principios del manierismo europeo con elegancia, exquisitez y melancolía, como lo testimonian varias copias de su obra. En la Catedral de San Vito estaba ubicada una de las versiones del famoso cuadro de la Piedad 55 que expresa el dramatismo de manera discreta, contrastando el cuerpo blanquecino de Cristo con la cara de la Virgen, enrojecida por las lágrimas. A pesar de la forma, con algunos rasgos italianos, y la modelación en claroscuro, Morales partía de la pintura flamenca, convirtiendo la riqueza de colores y el sensualismo de carácter naturalista en un ascetismo prudente. Creó así un tipo dramático de Virgen Dolorosa con Cristo, que expresaba el sufrimiento y la vida espiritual y que le aportó el éxito general y una repercusión popular. Desde la época románica, en la escultura española podemos observar un continuo desarrollo de medios técnicos y de expresión originarios de España y que consisten en la combinación de oro y color en la policromía del estofado en la talla realista y que se enriquecen en artistas europeos de diverso origen. Más tarde, se le añade a esta técnica el uso de ojos de vidrio y ropas de tela. Las estatuas que se podían vestir contaban con materiales como es la cera; podemos observarlo por ejemplo en el famoso Niño Jesús de Praga (procedente de España), Santa Librada, Santos Felicísimo y Marcia de la Iglesia de Loreto en Praga u otras figuras populares procedentes, en su mayoría, del siglo XVII. En época más tardía, el emperador prácticamente rehuyó la ejecución de sus derechos y responsabilidades de soberano, dejando campo libre a sus criados y mozos de cámara, según dice la leyenda. Se dedicó casi exclusivamente a la contemplación de sus grandiosas colecciones, que se convirtieron en su manera de defender el ideal imperial, el poder real y el respeto que iba perdiendo de manera irrefutable en el campo de la política. Su prestigio era prácticamente nulo en algunas partes del Imperio, por ejemplo, en Italia del Norte. Según algunos autores, por ejemplo Parker57, se parecía en este sentido, pero sólo en la superficie, a Felipe II, quien se consideraba maestro en el arte de gobernar. En la persona de Rodolfo se sintetizaron los rasgos de la ideología familiar con el internacionalismo artístico, puesto que se enfocó en el mercado artístico internacional, existente entre Italia, España, Países Bajos y las colonias. Excede el objetivo y el tamaño de este texto analizar otras analogías que hay entre el gobierno de Rodolfo y el entorno español presente en la Corte de Praga. 10 Reforma Católica, sus rasgos españoles y su infiltración en Bohemia a partir del siglo XVI La línea dinástica y aristocrática no era el único canal de expansión de la influencia española; se puede detectar otro más, aunque muchas veces fuera indirecto: la línea religioso-filosófica. Tanto la curia vaticana del Papa, en cuyos servicios estaban muchos españoles, como las órdenes religiosas sirvieron de intermediarios. Este rol fue desempeñado sobre todo por los Jesuitas, llegados a Praga en la misma época en que Felipe II ocupó el trono. Sus primeros pasos fueron dirigidos por el propio Ignacio de Loyola y después, por otros generales españoles. Otras órdenes religiosas, fundadas o reformadas por los españoles, funcionaban de la misma manera. Fueron los Jesuitas quienes reformaron y mejoraron el nivel de las universidades checas, no sólo en la capital, sino también, por ejemplo, en Olomouc, donde los primeros tres rectores fueron españoles 58. Como explica Stanislav Sousedik 59, ya en los años sesenta y setenta del siglo XVI estaba imponiéndose una nueva tendencia de Neoescolástica, llamada asimismo Segunda Escolástica o Escolástica de la Edad Moderna. Sus representantes fueron los jesuitas españoles y portugueses, filósofos y teólogos como Domingo Báñez (1528–1604), Francisco de Toledo (1532–1596), Pedro Fonseca (1528–1599), Benito Pereira (fallecido en 1610), el agustino Francisco Suárez (1548–1617) o Luis de Molina (1535–1600), cuyas obras se leyeron mucho en Bohemia. Gracias a su actividad, el centro de esta filosofía se trasladó de Italia a España, manteniéndose allí hasta finales del siglo XVII, y a pesar de que muchos de estos filósofos enseñaban en Italia. Entre sus alumnos se encontraban incluso varios checos. Ante todo, “la recepción de la doctrina metafísica de Fonseca en los años ochenta del siglo XVI tiene carácter del hito histórico en la historia cultural de nuestros países 60”, más aún cuando se compara con la educación de tipo filológico-retórico, ofrecido por la universidad utraquista. Parece ser que los iniciales miembros del Colegio de los Jesuitas trajeron las primeras colecciones manuscritas de sermones. Sus autores eran los famosos predicadores jesuitas y primeros miembros de la Orden, cercanos a San Ignacio: Alfonso Salmerón, Diego Laínez y el segundo general de la Orden, al que ya hemos mencionado, Francisco de Toledo 61. Sus manuscritos tuvieron influencia decisiva; en las bibliotecas checas se han conservado en decenas de ediciones latinas, españolas y en otros idiomas. Se ha constatado muchas veces que antes de celebrarse la Batalla de la Montaña Blanca, la cultura española influyó prácticamente sobre todas las clases de la sociedad checa de distinta manera e intensidad. El español era bastante frecuente en las clases altas y en el clero y aún mayor era la influencia española sobre la moda 62 y algunas costumbres. No es ninguna casualidad que la primera traducción directa del español al checo esté dedicada al protocolo y que otros escritos tengan carácter geográfico, especializado (p. ej. médico) o filosófico 63. En aquella época, España tenía una importancia extraordinaria también para el arte europeo. En realidad, puede hablarse de una “Edad de Oro de la cultura española”. El concepto “Siglo de Oro” es demasiado restrictivo en plan temporal, tratándose, en realidad, de casi dos siglos tanto en las Bellas Artes (sobre todo, en las artes plásticas), como en teatro, literatura y poesía. En este trabajo no podemos analizar el desarrollo intelectual del país, ni siquiera a grandes rasgos; baste decir que incluyó un auge impresionante de la literatura, el arte y ciencias, sobre todo de las discursivas. En principio, la Edad de Oro comprende la larga época desde el humanismo de los Reyes Católicos hasta finales del siglo XVII. “Su denominador común fue el universalismo católico que expresaba la opinión predominante en el país 64.” Fue Miguel de Cervantes (1547–1616), el autor del inmortal “Don Quijote”, de “la mayor novela de todos los tiempos, monumento al pensamiento renacentista 65”, quien tuvo el mayor eco en la prosa. Las reacciones de los artistas plásticos checos, quienes siempre vuelven a recurrir a él como a una fuente de inspiración a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, confirman su actualidad persistente. Las bases más importantes de la Edad de Oro fueron sentadas ya bajo el reinado de Felipe II, aunque la culminación llegó en el siglo siguiente. 11 El movimiento del misticismo y ascetismo español tuvo un papel especial; en este marco se crearon excelentes obras, que influyeron mucho sobre el pensamiento de la época. Los místicos cristianos “pulieron la manera de expresar diversas relaciones y anhelos del espíritu, hasta llegar a los detalles más finos, contribuyendo así al enriquecimiento de la literatura y facilitando que ésta penetrase a otras zonas del espíritu humano, hasta entonces desconocidas 66 .” Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, datados en 1541 (traducidos al checo en 1921), tuvieron gran importancia en la formación del pensamiento figurativo realista y la figuración plástica de ideas. Asimismo, la Orden Jesuita, fundada en 1534 por San Ignacio (aquel “conquistador, sin embargo, del Reino Divino 67) en colaboración con San Francisco Javier, San Francisco de Borja y otros miembros de la Compañía de Jesús, contribuyó a la difusión del pensamiento español. Lo mismo puede decirse sobre la reformada Orden de los Carmelitas Descalzos (fundada en 1568 por el escritor místico San Juan de la Cruz), Trinitarios, Benedictinos de Montserrat (activos durante más de 200 años en el Monasterio de Emaús de Praga), Escolapios y otras Órdenes fundadas por los españoles 68. Los Místicos más importantes fueron Santa Teresa de Ávila, Luis de Granada y el Franciscano Pedro de Alcántara. Estos místicos iniciaron así un retorno a la vida espiritual en España y otras partes de Europa en el siglo XVII, y que representó “una respuesta a la soberanía exagerada del intelecto del Renacimiento. 69” Asimismo, muchos artistas se fueron a vivir a España. El genial pintor griego Domenicos Theotokópulos, El Greco, es el que mejor personifica el ambiente espiritual del país: la mística. Ésta fue verbalizada por los santos Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, el eco de cuyas trayectorias vitales y artísticas se proyecta hasta hoy. Asimismo, deberíamos mencionar que los Jesuitas españoles y portugueses (y a través de ellos también los checos) mantuvieron contacto con Japón y China. Los españoles en la Montaña Blanca y después Según el profesor Kucera, la Montaña Blanca se convirtió en “el sinónimo de una catástrofe nacional, en el sinónimo de la ruina de nuestra nación y de sufrimiento bajo el dominio de unos advenedizos; hecho divertido, considerando que no hubo nada que pudiera ser arruinado y sufrir, puesto que entonces no existía una nación en el sentido moderno de la palabra. No está claro por qué los checos razonables del siglo XXI deberían preferir inestabilidad a estabilidad o, en otros términos, un par de rebeldes al rey debidamente elegido, quien además les había confirmado todas sus libertades.” Parece que Kucera es el único autor que constata de manera abierta que la defenestración, y en general toda la “rebeldía asquerosa”, “simplemente, fue un intento de asesinato, y es muy ilustrativo y triste que los miembros de la Comunidad de Hermanos Moravos también participasen en ello.70” Los que fueron arrojados por la ventana eran católicos, partidarios de la facción española. Iban vestidos según la moda cortesana española y, como recuerda uno de los defenestrados, Slavata, la ropa ayudó a salvar sus vidas. Sin embargo, su supervivencia fue interpretada como un milagro por intervención de la Virgen María, a la que rezaron cayendo de la ventana 71. La figuración pictórica y gráfica de este acontecimiento es frecuente en los materiales tanto contemporáneos como posteriores 72, convirtiéndose en un tema popular de interpretaciones románticas e historicistas. El Cuadro votivo de Vilem Slavata del Palacio de Telc representa una de las primeras figuraciones de la defenestración. Fue pintado poco después de 1620 y, en un primer momento, estuvo destinado para el Castillo de Jindrichuv Hradec. El cuadro es enorme; a la derecha, dentro de las nubes, aparece una dama noble con un turbante elegante, moderno en aquel entonces. Se trata de Polixena de Lobkowicz, hija del matrimonio checoespañol, que salva a los defenestrados por la voluntad de Dios, mientras que la Muerte huye, toda asustada, por encima de su cabeza. El cuadro representa una mezcla y síntesis extraña de motivos renacentistas alegóricos y del “lenguaje de folletos propagandistas de la Contrarreforma73”. El cuadro interpreta la defenestración praguense como un acontecimiento milagroso; mientras Cristo, sufriendo en la Cruz, salvó a la humanidad de sus pecados, Jaroslav Borita de Martinice y Vilem Slavata, tras la intervención de la Virgen María y ayudados por los ángeles, salvan el Reino de Bohemia y vuelven a abrirle camino al seno de la salvadora Iglesia Católica. 12 Influidos por el esquematismo de la enseñanza comunista, muchos checos siguen pensando que el catolicismo en Bohemia se impuso a la fuerza después de la Batalla de la Montaña Blanca; sin embargo, no fue así. Según las últimas estadísticas, aunque ni esta ni otras religiones representan un tema importante para la mayoría de los ciudadanos de la República Checa, no obstante, la católica sigue siendo la religión con mayor numero de practicantes. Por eso, merece la pena fijarse en su historia: No cabe duda que el movimiento husita, cuyo deseo de reformas religiosas iba ligado al de la igualdad social y nacional, le dio el primer golpe. De los husitas nació la Iglesia de Hermanos Moravos (hoy religión minoritaria), que coincidía en muchos aspectos con el importado protestantismo de carácter luterano o calvinista, preferido, sobre todo, por los alemanes. Ya cien años antes de la Batalla de la Montaña Blanca era palpable que el renacimiento católico (recurro a este término, reconocido por el gran luchador comunista contra el catolicismo, Ministro de Cultura Zdenek Nejedly 74) iba en alza. Según su opinión, “el catolicismo del siglo XVI respondió a la Reforma alemana de una manera extraordinariamente contundente, realizando una reorganización tan profunda que es casi admirable, sobre todo, considerando la abnegación con la que el catolicismo alemán reconoció su “pecado” ante los ojos de la fracción reformista y con la que arreglaba lo podrido que llevaba dentro. Y en esto se nota un progreso: Ellos respondieron de sus “pecados”. Gracias a ello fue posible que se fueran formando dos mundos, el reformista y el católico, uno contra el otro, que se enfrentaron al final en el combate decisivo por la primacía. Bohemia se encontraba en el desgraciado foco de este conflicto, desarrollándose esta lucha mundial asimismo en su territorio. Si queremos entender bien los acontecimientos en el mundo y en Bohemia en la segunda mitad del siglo XVI, en primer lugar tenemos que conocer las dos fuerzas. Debido a nuestro enfado moral por la “asquerosa Montaña Blanca” cerrábamos los ojos frente a la causa real de nuestra caída. Tan sólo la escuela del prof. Goll llamó la atención sobre esta cuestión. Hoy en día ya se da por supuesto que el declive de la nación checa en los siglos XVII y XVIII no fue causado por la Batalla de la Montaña Blanca. Ninguna nación murió en una sola batalla, ni mucho menos en una batalla de este tipo. Su importancia y el estilo de la estrategia fue mucho menor de lo que nos esperaríamos en una batalla con consecuencias tan decisivas. A pesar de ello, la idea sobre el declive de la nación checa, inmediatamente posterior a la Batalla de la Montaña Blanca, se convirtió en patrimonio nacional. Estrictas investigaciones históricas erradican esta idea de manera cada vez más tajante, retrasando la época de decadencia a tiempos anteriores. … La resistencia nacional puede observarse en el arte del siglo XVII. … No sobrestimo la originalidad (de la cultura de las Bellas Artes) ni su nivel artístico, pero en aquel entonces, nuestras Bellas Artes formaban parte de la vida checa, lo que no debería subestimarse. Debemos agradecer la belleza de la “Praga Vieja” a esta época de la Contrarreforma. … Por tanto, tenemos que posponer el declive de la nación checa de la época posterior a la Batalla de la Montaña Blanca a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. La importancia de esta valoración no es meramente cronológica. Al mismo tiempo supone retrasar el principio del movimiento del Renacimiento Nacional a una época más tardía, por lo que aquella “temporada del dormir” (sorprendentemente, aquí Nejedly no dice época de tinieblas), que, según se había pensado antes, duró dos siglos (XVII a XVIII), prácticamente desaparece de nuestra historia”. El primer Ministro de Cultura comunista (perdóneseme una cita tan larga) prácticamente adoptó las conclusiones del gran historiador protestante francés Ernest Denis, quien dijo que, en realidad, lo sucedido en la Montaña Blanca fue algo positivo para la nación checa 75. Al terminar la Guerra de los Treinta años, los protestantes suecos robaron todas las colecciones y patrimonio cultural acumulado en el Castillo de Praga por Rodolfo II, salvo algunos restos, redescubiertos en el siglo XX 76. A pesar de ello y sin disponer de cualquier prueba, en Chequia se sigue insistiendo que los culpables fueron “los crueles españoles”. Se trata de una desinformación deliberada, lo mismo que el caso de un folleto publicado en 1618 (o sea, antes de celebrarse la Batalla de la Montaña Blanca) en el cual el mismísimo San Wenceslao responde a los Jesuitas que le piden que se convierta en su protector contra los protestantes checos. Me llamáis en vano Y si no sabéis Que yo no soy el Padre del cielo Tengo fama de santo heredero checo? 13 Y como estuve en contra de vuestra herencia, muy querida. Debía decorosamente interceder Y por vosotros suplicar Por vosotros, que gustariais Como diablitos jovencitos A los fieles checos exterminar En el País Checo implantar crueles espaňoles.77 Es hecho demostrado y reconocido (incluso en la era comunista) que los sajones protestantes que invadieron Bohemia en 1631 cometieron atrocidades con los civiles checos y que en 1648 tropas suecas saquearon el Barrio Pequeño y el barrio de Hradcany en Praga78. Nunca sabremos con toda seguridad lo que ocurrió; sin embargo lo interesante es comprobar como las leyendas, a veces, se imponen a la realidad, reflejando el estado del espíritu en vez del mundo real. En realidad, en el campo de la Montaña Blanca hubo sólo unos cuantos comandantes españoles. Destaca el hecho de que se utilizó con éxito el sistema militar español de tercios, como lo ponen de manifiesto los grabados de Sadeler79. Además, en las tropas imperiales las órdenes se impartían en español. A pesar de su reducido número, los comandantes españoles influyeron mucho en el desarrollo de la batalla, como lo prueban los versos de Simon Lomnicky de Budec80: Entonces comprendieron los checos Qué es lo que sabían los hispanos Pues les acorraralon hasta los muros. Como hemos visto, la Batalla (o, mejor dicho, la escaramuza) de la Montaña Blanca y los acontecimientos que la siguieron, se consideran el momento más polémico de la historia checa 81 . Los checos relacionan a los españoles con la batalla con todo derecho, pero la evaluación de su intervención no es siempre objetiva 82. A la hora de describir la batalla, se acentúa la importancia de cuatro elementos españoles. Primero, se subraya la presencia de las tropas españolas, que no incluían un alto numero de soldados españoles, pero sí se formaron según la tradicional estrategia española, organizadas por tercios, siguiendo el ejemplo de los Países Bajos. Segundo, se señala la presencia de los comandantes españoles (Areyzaga, Huerta, Marradas, Verdugo). Tercero, la importancia del dinero español que el Embajador español había regalado a las fuerzas armadas católicas. Y cuarto, la intervención del prior de los Carmelitas cuyo nombre civil era Domingo Ruzola (se le conoce más por su nombre latino Dominic a Jesu Maria) y al que se encomendó el liderazgo espiritual de las tropas católicas83. De acuerdo con la leyenda, intervino en la batalla de manera decisiva. La vida de Domingo Ruzola se conoce gracias a numerosas versiones de su biografía escritas en italiano y español. Procedía de Calatayud (Aragón), que entonces formaba parte de la Provincia de Tarragona 84. Asimismo, sabemos cómo era su aspecto; incluso disponemos de varios retratos, uno de ellos atribuido a Rubens85. Ruzola solía predicar en italiano, francés, y para sus compatriotas en español, a pesar de dominar también, posiblemente, el idioma alemán. Eso se debía a que alemanes y checos formaban sólo la cuarta parte de las tropas imperiales, mientras que el resto fue integrado por italianos, franceses de Bélgica y Lorena y flamencos. Los españoles eran casi exclusivamente comandantes. España, representada por el carmelita Domingo, interviene de manera decisiva y esencial en la historia checa, no tanto en la misma batalla, sino en la reunión de los comandantes de las tropas imperiales durante la noche del 7 al 8 de noviembre de 1620. Según dice la leyenda, Ruzola encontró un cuadro, en mal estado y mutilado, en la sede de la Orden de San Juan en Strakonice (Bohemia del Sur), representando la Adoración de los pastores, que se llevó a Praga. El 8 de noviembre de 1620 se lo colocó en el pecho y recorrió el campo de la Montaña Blanca. Se dice que incluso se lanzaba en los combates, levantando el ardor beligerante de las fuerzas católicas con sus inflamadas palabras. Según la opinión de los expertos, la posición del ejército de los estados checos era muy ventajosa desde el punto de 14 vista estratégico, pero no fue aprovechada debido a la indisciplina de las tropas e inconsecuencia por parte de los comandantes. Antes de celebrarse la batalla, en los dos bandos aparecieron voces que aconsejaban evitar un conflicto armado, cuyo resultado era inseguro incluso para la fracción católica. Al final, la parte católica atribuyó la victoria en la Montaña Blanca a la intervención milagrosa de la Virgen María, llamada a partir de entonces de la Victoria. Pronto se le consagró una iglesia en Roma, donde fue ubicado el grupo de estatuas más bello de la época barroca: Éxtasis de Santa Teresa de Gian Lorenzo Bernini. Dusan Uhlir rechaza lo que dice la leyenda: “Más tarde, los biógrafos de Domingo le atribuyeron un papel clave en la reunión de los comandantes que precedió al combate, sin embargo, la realidad no fue así. Ningún informe extendido en aquel entonces menciona que Domingo hubiera participado en esta reunión. Incluso, el desarrollo de la propia batalla insinúa que al principio, los comandantes católicos más altos no habían pensado dar la batalla decisiva ante Praga. Sólo querían realizar una escaramuza que verificase la verdadera fuerza combatiente de su rival. Les cogería por sorpresa el curso rápido de sucesos… ” 86 En la versión de F. Ruth 87 los acontecimientos fueron así: “El carmelita Domingo contribuyó al estallido de la Batalla de la Montaña Blanca en gran medida. Trajo la imagen milagrosa de la Virgen María desde Strakonice explicando que la había encontrado en una capilla arruinada. Después de haber llorado sobre la imagen, a la que le habían sacado los ojos, apareció la Virgen María, diciendo: “Que esta imagen sea la bandera y capitán del ejército; cuando en esta batalla sangrienta ganéis al enemigo, mi imagen se recuperará por sí y volverá a poseer su belleza de antes.”88 Es seguro que todos los participantes se percataron de la importancia de la intervención de Domingo. Muchas imágenes testimonian su valor, por ejemplo su retrato en el cuadro del altar mayor de la Iglesia carmelitana de la Virgen María de la Victoria, donde se sitúa frente al emperador, numerosas obras gráficas, realizadas según los originales de los mejores artistas89, su imagen que aparece en el relieve estucado en la fachada de la iglesia de pereginación en la Montaña Blanca y otra, en un fresco dentro de la misma iglesia. Ruzola también fue escritor activo, escribió Sententiario spirituale y más tarde le beatificaron.90 Según sostiene Kalista91, la historia de la intervención de Ruzola, ante todo, forma parte de la historia religiosa de Bohemia. “Antes de venir a Bohemia, Ruzola contribuyó considerablemente a la proliferación de la nueva fe española también en Italia.” En 1612 se fundó en la ciudad de Terni un convento de Carmelitas Descalzas, de dónde, en 1656, vino la priora María Electa. Desde entonces, Praga tuvo su Teresa de Ávila. A través de ella, la nueva fe de Santa Teresa de Ávila entró “sin hacer ruido, pero con un paso firme e inalterable en nuestra tierra”. Dejemos que Zdenek Kalista realice la reconstrucción, más emocional que histórica, y la descripción de este momento decisivo: “Los generales imperiales tienen dudas y se inclinan a posponer la batalla, porque las tropas están cansadas por haber marchado mucho durante los últimos días. Además, no se sabe cuál es la posición del ejército checo-palatino en la Montaña Blanca y si éste había recibido refuerzos de la Villa de Praga, etc. Y en este momento, con modesta disculpa, asume la palabra el carmelita español. Su voz se hace cada vez más fuerte y ordena a los reunidos que inicien la lucha al día siguiente. Los ejércitos imperiales luchan por una causa divina. Dios luchará con ellos, les conducirá mediante su voluntad y hará que venzan. Cómo cuenta un testigo, el P. Domingo habló con tanto ardor y con tanta fuerza del espíritu que venció las dudas de los experimentados comandantes militares, que decidieron iniciar la batalla decisiva por la mañana del día siguiente.”92 El desarrollo de la batalla se ha descrito muchas veces; basta con recordar que los restos de los rivales moravos (en realidad, no eran checos, sino alemanes de Moravia del Norte) retrocedieron hacia el Palacio de Verano Hvezda (Estrella), donde fueron derrotados por completo. Divergen mucho las informaciones sobre el número de fallecidos. Gracias a las obras gráficas de aquel entonces, muy fidedignas, y sobre todo gracias a las hojas de J. Sadeler, es seguro que el ejército católico aplicó el sistema de tercios españoles. Dichos tercios estaban integrados por unidades cerradas de piqueros en forma de cuadro, a los que seguían arcabuceros. Tras perfeccionarse las armas de fuego, la caballería era casi impotente a la hora 15 de enfrentarse a ellos93. Resulta curioso que los españoles nunca mencionasen su derecho de sucesión a Bohemia y Moravia, pese a que desde noviembre de 1620 contaron con un número elevado de soldados allí y que Felipe III disponía de este derecho94. Incluso mucho después de terminar la batalla, fue posible encontrar restos mortales de los fallecidos. Por eso, se tomó la decisión de construir una capilla en el lugar de la batalla, donde iban almacenándose los huesos y se honraba la memoria de los fallecidos. Fue el arzobispo praguense Jan Lohel quien dio el primer impulso para la construcción de la iglesia de peregrinage de Santa María en la Montaña Blanca en 1622, exhortando a los creyentes que realizasen una colecta para poder construir una capilla. En vez de eso, el propio emperador Fernando II, acompañado por Albrecht von Wallenstein, visitaron el lugar y sólo un año después, el día del aniversario de la batalla, peregrinaron procesiones desde la Catedral de San Vito a la capilla provisional en la Montaña Blanca. En el acto de la colocación de la primera piedra en 1628 participaron tanto Fernando II con su esposa e hijo, como el nuevo arzobispo de Praga Ernesto Harrach. La fachada de la iglesia introduce al visitante-peregrino en estos acontecimientos históricos. Aparece en ella un relieve estucado, realizado por un autor desconocido entre 1705 y 1710. El relieve representa la intervención psicológica del español durante y antes de la batalla, acompañando las imágenes con inscripciones que describen la situación95. El carmelita Domingo aparece en el primer plano de la escena del combate. La figuración se repite dentro de la iglesia, en un fresco en la Capilla de San Feliciano (antes Capilla de Santa Rosalía) de Václav Vavřinec (Wenceslao Lorenzo) Reiner. Representa a Ruzola antes de la Batalla de la Montaña Blanca: Lleva una cruz en la mano, extiende los brazos hacia el cielo, a modo de profeta, y arrodillado frente a la Virgen de Strakonice le suplica, mientras detrás de él aparece un grupo de jinetes. Este fresco no es muy grande, pero es importante. Se dice que fue pintado en 1718. Ocupa un lugar importante en la obra creativa de Reiner y en general, en la pintura mural de la época barroca en Bohemia. Se trata de una improvisación digna de un virtuoso. El fresco expresa el espíritu gélido de la mañana en noviembre que enfría todos los colores cubriéndolos con un velo de niebla y las sensaciones causadas por la espera de la batalla. Ruzola simplemente aprovechó el hecho de que los soldados protestantes habían dañado y profanado el cuadro con deliberación y lo utilizó como instrumento para suscitar el espíritu combativo del ejército imperial. Para acentuarlo, el autor del fresco altera el balance de la composición de la pintura, contrastando los soldados con sus armaduras brillantes amontonadas, con la llanura vacía del campo de combate y pequeñas figuras que aparecen en el horizonte96. Muchos artistas destacados, entre ellos Petr Brandl, Kryštof Dientzenhofer, los Soldatti, Alliprandi, Aichbauer, Hafenecker, Scotti y el pintor Steifels, contribuyeron con cantidades nada despreciables a que se construyera el santuario en la Montaña Blanca. Asimismo, Brandl es autor del retrato de Domingo (Dominic a Jesu María) denominado “Vera ex hispanico originali” que sirvió de original a la obra gráfica realizada por Birckhart (Birchart) 97. El lugar llegó a ser un destino frecuente de los peregrinos checos, similar en muchos aspectos a los santuarios que estaban en la Montaña Santa, en la Iglesia Loreta de Praga y otros. En el centro del santuario está situado un templo de peregrinación rodeado por columnatas con capillas en los rincones; en el este o en el oeste puede encontrarse una casa para clérigos y peregrinos. La protectora de esta iglesia fue la propia viuda del emperador, Eleonora Magdalena Tereza. Se realizó una copia del cuadro de Strakonice, que se colocó en el altar mayor, y Domingo Ruzola llevó el original a la Iglesia de la Virgen María de la Victoria en Roma. El cuadro desapareció más tarde en las llamas de un incendio; la ventana que actualmente se encuentra por encima del coro se inspira en él. La mayor copia del cuadro fue realizada por el pintor italiano Roberto de Longin en 1622 para la Iglesia de la Virgen María de la Victoria del Barrio Pequeño (Malá Strana) en Praga. Durante el siglo XVII se publicaba literatura que es dirigida a los peregrinos, proporcionándoles información acerca del cuadro de la Virgen y del lugar de peregrinaje98. Asimismo se realizaron numerosas pequeñas obras gráficas con motivos devotos, las llamadas imágenes santas99. 16 La Batalla de la Montaña Blanca halló mucha resonancia también en España, como lo testimonian algunas publicaciones de aquel entonces, por ejemplo, las memorias de Olivares100. Volviendo al pariente de San Clemente, Baltasar de Marradas (1560, Valencia–1638, Praga; sus restos mortales se encuentran en la Iglesia dominicana de San Gil en Praga). Las investigaciones realizadas recientemente por Josef Forbelsky101 muestran que fue uno de los personajes clave de la época después de la Batalla en la Montaña Blanca. Era comandante del cuartel de Praga, mariscal de campo del ejército imperial y gran prior de los Caballeros de Malta. En 1630 fue nombrado supremo comandante militar y civil (gobernador) de Bohemia. Ya en 1633 aparece como cliente de artistas o, en su caso, donador y comitente. Financió la reconstrucción de la actual Iglesia de la Virgen María de la Victoria, que pertenece a la Orden de los Carmelitas. El objetivo de la obra era reformar la iglesia para que su frente lindase con la calle como lo dictaban las leyes de la nueva arquitectura barroca y más tarde, se realizó una nueva fachada con su escudo. Marradas introdujo la arquitectura barroca en Praga ya en la época de la Guerra de los Treinta Años: La fachada representa una versión vertical de la iglesia jesuita Il Gesú de Roma. Gracias a la reconstrucción de Marradas nació un bastidor arquitectónico impresionante e integral que posee mucha alma barroca. El nombre de Marradas se menciona también en relación con la inauguración de dos cuadros de Rubens en la Iglesia de Santo Tomás en el Barrio Pequeño de Praga el 25 de abril de 1637, encargados por el prior de la Orden, Jan Svitavsky. Marradas encargó la creación del mayor altar para el Monasterio de Emaús (Na Slovanech), que no se ha conservado debido al bombardeo en la Segunda Guerra Mundial. El altar llenaba todo el fondo del presbiterio según las costumbres españolas y tenía “la forma que era popular en aquel entonces: un bastidor de columnas con estatuas, cuadros y soporte” y se parecía al altar que se ha conservado en la Iglesia de la Virgen María de las Nieves, o sea a un retablo de tipo español. Además, gracias a Marradas, España cuenta con una muestra de labor artístico-artesanal que procede de Bohemia de la época de la Guerra de los Treinta Años, un relicario realizado a petición del general. Resulta que Baltasar Marradas participó en la vida cultural checa mucho más de lo que se había supuesto. Aportaciones religiosas e intelectuales después de la Batalla de la Montaña Blanca En la Praga posterior a la Batalla de la Montaña Blanca, en las muchas veces entrelazadas escenas religiosa e intelectual, destacaban dos personajes de importancia internacional: Juan Caramuel de Lobkowicz y Rodrigo de Arriaga. El primero de ellos, Juan Caramuel de Lobkowicz (1606–1682), era un intelectual español en el mejor sentido de la palabra y prior de la abadía benedictina de Emaús. Este monasterio praguense fue regalado a los Benedictinos españoles por el emperador Fernando III en 1635, quien de esta manera quería agradecer la victoria sobre los suecos en la Batalla de Nordlingen. A partir de este momento la recatolización e hispanización en Bohemia tuvo una nueva base. El convento fue dirigido por el abad español Peñalosa; desde 1647 Caramuel fue su sucesor, a pesar de ser Cisterciense. Caramuel nació en 1606 en Madrid como hijo de Lorenzo Caramuel, un noble que pertenecía a la Corte española y puede que incluso a la de Rodolfo, y de la hija de Regina de Lobkowicz. Este polígrafo erudito, teólogo, lingüista y filósofo era autor de 53 escritos; algunos de ellos comprenden varios tomos, ocho están escritos en español, el resto en latín. Incluso en el siglo XVII caracterizado por el universalismo de los doctos, la obra de Caramuel destaca por su abundancia y tamaño. Se dedicó a las disciplinas de las Matemáticas, Física, Astronomía, Gramática, Lógica, Metafísica, Teología, Política, Música, Derecho, Historia y Artes Militares. Incluso Leibniz estimó mucho los estudios matemáticos de Caramuel. Asimismo, se le consideró gran conocedor de balística, técnicas militares y cifras, lo que se desprendía de la tradición familiar. A esta universalidad sorprendente hay que sumarle también los campos de música y poesía y, asimismo, política. Cuando Caramuel vivía en Praga, surgió un debate acerca de la cuestión si es posible y moral acordar un compromiso y hacer las paces con los enemigos de la Iglesia Católica. En su escrito “Demostración que está permitido hacer las paces en el Imperio desde el punto de vista moral” se expresa en contra de los radicales católicos. Su obra contribuyó a que se concluyera la Paz de Westfalia y terminara la Guerra de los Treinta Años. 17 En Filosofía, Caramuel, “el maestro en el campo de la lógica formal”, tendió a oponerse al predominante tomismo. Puede que éste fuera el motivo porqué a veces tuviera problemas con teólogos de pensamiento tradicionalista y en 1656 fuera invitado a Roma donde se defendió contra presunta herejía102. Caramuel aplicó sus conocimientos técnicos en la práctica; era intendente e inspector general de las fortificaciones en Bohemia. Estas capacidades, incluyendo su experiencia práctica (p. ej. en 1644 fue ingeniero del ejército católico en Palatinado/Pfalz), lo predestinaron a convertirse en uno de los líderes de la defensa de Praga contra los suecos. Constituyó y lideró tres compañías de defensores, integradas por monjes de los conventos de Praga. Entre los días 26 de junio y 29 de noviembre de 1648 apuntó sus experiencias con la defensa de Praga en su diario, que no se conoce en la República Checa, pero que se ha conservado en el Archivo de Vigevano. Además, durante este servicio militar escribió la obra Arte Militar, redactada en español y publicada en 1648 en Praga. Sin embargo, lo que más atrae nuestra atención son sus ideas en el campo de la Arquitectura, donde hizo de predecesor y apóstol de algunas opiniones modernas. Su teoría tuvo mucha importancia; en primer lugar destacaba su escrito con un largo título español: Architectura civil, recta y oblicua considerada y dibuxada en el templo de Jerusalén promovida a suma perfección en el templo y palacio de S. Lorenzo cerca del Escorial, publicado en 1678 en Vigevano 103. En este tratado Caramuel describe los rasgos generales de la creación arquitectónica y nos da valiosos impulsos para la interpretación de los cambios en el desarrollo y estilo de la arquitectura. Recientemente, esta obra ha vuelto a convertirse en objeto de investigación por parte de los expertos. Caramuel parte de los tratados del siglo XVI, sobre todo de los de Serlio, pero a diferencia de éste analiza la deformación de las formas vistas desde lejos. Architectura oblicua representa una consecuencia metodológica de la distinción estricta entre las formas reales “en sí mismas” y las formas percibidas. Algunos de sus principios teóricos tuvieron éxito, en otros casos el desarrollo iba en otra dirección. Debido a su cargo de inspector, que acabamos de mencionar, es posible que diera instrucciones directas a los arquitectos en Bohemia. Fue probablemente en 1654 cuando Caramuel inició la construcción de la Iglesia de los Santos Cosme y Damian. Mandó derribar los restos de una pequeña iglesia románica, destruida por los husitas, respetando su original consagración. Sin embargo, en 1657 Caramuel fue trasladado a Italia, y en consecuencia, la construcción se dilató hasta 1659, cuando la consagró el Obispo Auxiliar de Praga Josef Corti (Corte), probablemente también del origen español. El rector del Arzobispado de Praga, Hammerschmid, copió la inscripción checa que se encontraba en la iglesia y que nos ofrece información detallada, pero muy confusa, sobre el autor del concepto de la construcción: Dice que había contribuido mucho el cura Isidro de la Cruz, autorizado por el Abad del convento, Juan Caramuel. No está claro si la autorización por parte de Caramuel sólo fue formal o si incluyó su participación activa, lo que habría que esperar en un autor del tracto tan especializado dedicado a la Arquitectura104. El compañero de Caramuel, Isidro de la Cruz, sigue siendo algo misterioso, a pesar de haberse destacado mucho en su época. Era prior del Convento de Emaús; en Chequia algunos piensan que era italiano y otros que español (su nombre se ha conservado sobre todo en su versión latina: Isidor ā Cruce), pero en realidad procedía de Portugal. Participó no sólo en la reconstrucción de la Iglesia de los Santos Cosme y Damián, sino también realizó reformas importantes de la actual Iglesia de San Carlos el Grande en el barrio de Karlov en Praga, donde era más tarde abad y que, por desgracia, no se han conservado hasta hoy; en los dos casos disponemos de pruebas de su actividad constructora. Su libro de poesía Confessionales de 1651 en sus versiones latina y portuguesa (Latine et Lusitanice, como se dice en el prólogo de libro, cuyo autor es el propio Caramuel), desconocido y no publicado hasta ahora, nos aporta testimonios de gran valor. Un ejemplar se ha conservado en Praga y otro en Olomouc; las bibliotecas portuguesas no cuentan con ninguno. La obra no sólo revela sus cualidades literarias, sino también su nacionalidad verdadera105. 18 No podemos omitir el nombre de Rodrigo de Arriaga (1592–1667), aunque sería demasiado atrevido que intentaramos explicar una cuestión que ha sido objeto de investigaciones de decenas de expertos en una conferencia internacional en varias líneas106. Este personaje pone de manifiesto un aspecto más de la penetración del pensamiento español: la línea universitaria. Arriaga llegó a Praga de España en 1625; primero fue profesor, luego decano de la Facultad Teológica y, al final, prefecto de estudios generales. Creció en el entorno checo hasta convertirse en el filósofo jesuita más importante de su época. Su fama era tan grande que nació el dicho “Videre Pragam et audire Arriagam” (Ver Praga y escuchar a Arriaga), que demuestra que fue un intelectual destacado durante mucho tiempo. Arriaga desarrolló su propio estilo de pensamiento escolástico, que era independiente y original, redactando en Praga sus obras principales, los llamados cursos (Cursus). Son manuales sistemáticos de Filosofía y Teología, de los que se deriva el significado de la palabra “curso”. En la obra de Arriaga aparecen elementos de empirismo, sensualismo y mecanismo moderno. Su obra principal fue estudiada con mucho ahínco desde Lituania en Europa del Este hasta en las universidades jesuitas en América Latina. La estudiaron y citaron con mucha frecuencia incluso Leibniz y René Descartes. Arriaga no se dedicaba exclusivamente a cuestiones de filosofía especulativa, sino que demostró ser un verdadero intelectual: Se atrevió a romper el silencio que rodaba el nombre del gran astrónomo italiano Galileo Galilei tras el fallo de la inquisición de Roma, pareciéndose en este sentido al embajador San Clemente, que simpatizó con Giordano Bruno. Según el historiador checo Zdenek Kalista, Arriaga constata que unos sostienen que el centro del Universo es la Tierra y otros, que es el Sol, permitiendo que el lector formule su opinión propia. Incluso añade que le parece que Galileo lleva razón, sobre todo, porque el sistema heliocéntrico permite penetrar mucho más en el espacio, acercándose más a la Infinitud, lo que es un anhelo muy barroco107. Carlos VI Para concluir mencionaremos que las influencias españolas se renuevan a principios del siglo XVIII cuando estalla la Guerra de Sucesión. Austria se opuso al testamento de Carlos II de España, que pasó el trono a los Borbón, en concreto, a Felipe de Anjou, el nieto del rey francés Luis XIV. Cuando quedó claro que Carlos II no tendría herederos, el padre del Archiduque Carlos empezó a educar a su hijo en la Corte de Viena para que Carlos pudiera ser rey de España. Al final, en 1704, le envió a luchar por la sucesión. Carlos pactó la coalición anti francesa con Inglaterra y Países Bajos y la guerra estalló en varios frentes en toda Europa, trasladándose asimismo a las colonias en América. Cuando el Príncipe Carlos entró en la Península Ibérica, fue declarado Rey de España (Carlos III). Sin embargo, el fallecimiento de su hermano, el emperador José I, en 1711 dio el último y decisivo vuelco a la situación: Carlos tuvo que volver, asumir el gobierno de la monarquía de los Habsburgo y convertirse en el emperador del Sacro Imperio Romano. Durante varios años persistió cierta esperanza de que fuera posible ganar el trono español, pero en 1714 se rindió; se le concedieron varias partes del antiguo territorio español, por ejemplo, Bélgica, Nápoles, Milán y Cerdeña, como compensación por haber renunciado al trono español. Gracias a su estancia en España, Carlos habló tanto castellano como catalán, puesto que esta región le ofreció ayuda con mayor frecuencia. A Viena le acompañaban numerosos cortesanos españoles, que mantuvieron sus costumbres durante mucho tiempo, pero que poco a poco fueron desapareciendo. Le gustó utilizar el título de Rey de España, como lo testimonia no sólo el pilar en la Plaza del Barrio Pequeño de Praga, sino también numerosas imágenes en las que aparece la abreviatura de su cargo real: HIS(P). – español108. Notas [1] Petr Vopěnka, Podivuhodný květ českého baroka, Praga: Karolinum 1998, véase el capítulo Españolizar Bohemia!, pp. 86–111. – El análisis de los templos en Praga de Augustin Vojtěch, Praha. Kamenný sen. Praha v záři baroka, Praga: Toužimský a Moravec 1940, cap. 1, p. 7. 19 [2] Pavel Štěpánek, La astrología de Alfonso X el Sabio en Bohemia. Astrólogos españoles en Praga. La introducción del libro Ali Aben Rangel. El libro conplido en los iudizios de las estrellas. Traducción realizada en Toledo en la corte de Alfonso X el Sabio. Año 1254. Zaragoza 1997, ss. 9–10. [3] Milena Bravermanová y otros, Pohřební výbava českého krále Rudolfa. Nejstarší Habsburkové na Pražském hradě. El antiguo Palacio Real. Castillo de Praga. 16 de enero – 12 de mayo 1996, pp. 13–17. – Michal Lutovský, Milena Bravermanová, Hroby a hrobky našich knížat, králů a prezidentů. Praga: Libri, 2007. Allí el resto de la bibliografia. [4] Trato el tema más detalladamente en mi libro Čechy a Španělsko ve středověku. Dějiny a umění. Olomouc: Univerzita Palackého 2009. [5] Alois Jirásek, Z Čech až na konec světa, Praga 1930. [6] Ilona Kubinová, Památky výtvarného umění ve středověkém cestopise. Tesina no publicada, FF UP Olomouc 1978 dice que aparecen ciertas huellas en nuestra pintura mural (en la ciudad de Blatna). [7] La efectuó Stanislav Pavlovský de Pavlovice (fallecido en 1598), el futuro obispo de Olomouc, donde se imprimió el libro en 1577. Véase Jiří Hrubeš, El Itinerario más antiguo de España y Portugal, Ibero-Americana Pragensia V, 1971, pp. 69–82. [8] La exposición celebrada en la ocasión del 500 aniversario de María de Hungría: Mária Uhorská (1505–1558), en el Palacio de Esterházy, Bratislava, 2 de febrero hasta 30 de abril de 2006 puso de manifiesto que María de Hungría (de Habsburgo) y Luis II Jagellón (el matrimonio real) convivieron durante poco tiempo, pero lo llenaron del lujo elegante del arte cortesano. Disfrutando de su juventud se dedicaron a las abundantes diversiones de la Corte, a música, baile, comida y cacería. La creación artística de la época tardía de los Jagellón, o más concretamente bajo el Gobierno de Luis II y María de Hungría, no puede separarse de las dos décadas siguientes. [9] Lo reproduce Josef Šusta, Dějiny lidstva, 5. V branách nového věku (1450–1650). Praha: Melantrich, 1938, cap.: Otakar Odložilík, “Los estados de Bohemia y Hungría en el entretiempo del gobierno doble de los Habsburgo. 1457–1526”, pp. 201–302, p. 221. [10] Bohuslav Hasištejnský de Lobkovice, Carmina selecta, Praga: Aula 1996, pp. 46–47. En el original latín: “Bohuslaus ex persona Wladislai Regis ad Petrum poetam Hispanium: Quae mihi misisti, vates doctissime, nuper Carmina, mire animo grata fuere meo... [11] Paul Kennedy, Vzestup a pád velmoci. Praga 1996, p. 53. [12] Pavel Štěpánek, Španělské umění 14.–16. století z československých sbírek. Galería de Bohemia Central, Praga, diciembre 1984 – febrero 1985; Španělské umění 17.–18. století z československých sbírek. Galería de Bohemia Central, Praga, noviembre 1989 – febrero 1990; Španelské umělecké řemeslo 1550–1650. Selección de colecciones checas. Museo de Artes Decorativas, Praga. 25 de junio – 4 de octubre de 1997, 64 pp., sobre todo la exposición Filip II. (1527–1598) a jeho doba”. Muestras seleccionadas de Artes y documentos de las colecciones de Praga. La Embajada de España en Praga y el Museo Nacional de Praga, el Palacio Lobkovic, 19 de enero – 28 de febrero 1999 se puede considerar como el primer paso: Puso de manifiesto el impacto del gobierno de Felipe II en el entorno checo, limitándose a las muestras que aparecen en las colecciones checas y moravas. [13] P. Štěpánek (nota 4); seguirán publicaciones que repasarán los correspondientes siglos. [14] Václav Černý, “Don Quijote a quijotismus”, in: Tvorba a osobnost. Praha 1993, p. 438 (redactado en 1966). 20 [15] En este caso, domina el motivo de la Orden del Toisón (Tusón) del Oro que penetra en todos los componentes arquitectónicos, incluyendo la forma de la barandilla, como demostró Jan Bažant, Pražský Belveder a severská renesance. Praha: Academia 2007. – Antes ibid., “Pražský Belvedér, Ferdinand I a Jupiter”, Umění/Art LI, 2003, No. 4, pp. 261–277. El artículo trata el tema de los aspectos políticos de la construcción del palacio de verano de Praga Belveder, que se realizó entre los años 1537 y 1563, según el proyecto de Paolo Della Stella y Bonifacio Wolmut. Carlos V aparece como Marte en una imagen en el castillo de Bučovice. Véase Jarmila Krčálová, Centrální stavby české renesance. Praga 1974, p. 44. [16] Los ecos de este acontecimiento pueden observarse en la pintura de Karel Škréta y las tesis universitarias mucho más tarde. Véase Anna Fechtnerová, Katalog IV. Biblioteca Nacional, Praga 1984. [17] Victor Lucien Tapié, Barok. Bratislava 1971, pp. 31, 36–37. [18] Véase Josef Kandert, “Exotické slonovinové řezby 16. a 17. století”. Časopis Národního muzea, serie Historia, 1985, No. 154, pp. 82–91. – Libuše Boháčková, První Evropané v Japonsku. Výstavka měsíce. Marzo 1980. [19] Por ejemplo, el drama de Schiller Don Carlos y ante todo, la ópera de Giuseppe Verdi que lleva el mismo nombre. En los dos casos, el rey español Felipe II, a pesar de la realidad, aparece como personaje malévolo. En el papel que se le adjudica asesina a su hijo enamorado en su madrastra. Paradójicamente, casi podría decirse que este punto de vista artístico sobrevive en el campo de la Historia hasta hoy. A pesar de que varios autores razonables, por ejemplo Eduardo Ibarra, España bajo los Austrias. Madrid 1927, p. 173, criticaron el punto de vista romántico aplicado a la evaluación de Felipe II, sus aportaciones no tuvieron mucha difusión. La enciclopedia checa Ottův slovník naučný, ad vocem, pp. 210–212 le evalúa como “fanático, despótico y centralista”. Últimamente, los historiadores estadounidenses (incluso los protestantes, que nunca han tendido a favorecer a España), que no llevan el peso de los nacionalismos europeos, rehabilitaron a España y explicaron mitos, leyendas y prejuicios. Las nuevas y estrictas investigaciones de archivos revelan que el gobierno de Felipe fue mucho más favorable para el país y sus ciudadanos: Jan P. Kučera, “Tragická historie španělského infanta dona Carlose”, Dějiny a současnost, 1996, No. 3, pp. 12–17; Geoffrey Parker, Filip II. Španělský král z rodu Habsburků. “Nejmocnější křesťanský vládce”. Praga 1998 (reseña véase Vít Urban, “Filip II. – Legendy a skutečnost”. Lidové noviny, 12 de septiembre de 1998). Otro autor que hizo posible que la imagen negativa de Felipe II cambiara es Henry Kamen, autor del libro Felipe de España. Madrid 1997. Por otro lado, V. Urban, “Iberoamerický zápisník”. Babylon VIII, 1998, No. 2 (13/12/1998) advierte que en el libro recién publicado La gran estrategia de Felipe II “como si (Parker) rechazase todo lo que se había escrito antes y vuelve a introducir en el sistema de ideas … los antiguos esquemas.” [20] Su hija Catarina (1567–1597) se casó con el duque Carlos Manuel de Saboya en 1585 – véase Giovanna Altadonna, Cartas de Felipe II y Carlos Manuel II, Duque de Saboya (1583– 1596). Cuadernos de Investigación histórica, Fundación Universitaria española, 1986, No. 9, pp. 137–190. – Ana María Jiménez Garnica, Ana de Austria en la Corte española. Historia XXIV, 2000, No. 296, pp. 30–43. [21] Pablo Jiménez Días, Vztahy Španělska a Čech a jejich doklady v rudolfinské kultuře a umění. Tesis manuscrita. Praga 1996, p. 61. El texto de la edición española: El coleccionismo de los Austrias. Entre Felipe II y Rodolfo II, Madrid 2001, es algo diferente, dado que cuenta con otro público. [22] Pavel Štěpánek, “Španelský dvůr. Učednická léta Rudolfa II.” I. Antique, 1997, No. 2, pp. 42–43; II. Antique, 1997, No. 3, pp. 42–43. [23] Felipe II en persona dirigió el trabajo de varios alquimistas; un año después de ocupar el trono, llamó al italiano Tiberio de la Roca para que le sirviera; éste no trabajó en España, sino en Malinas en los Flandes. Más tarde Felipe aprovechó los servicios del alemán Peter Sternberg. Ya Carlos V, el padre de Felipe II, se rodeó de magos, astrólogos y alquimistas. Felipe se encontró con John Deem; véase su libro Monas Hieroglyphica, 1564, Biblioteca 21 Nacional de la República Checa, 14 H 352, 14 H J 97. – James Bradburne, “Nositelé světla – věda a obraz světa”, in: Eliška Fučíková. Rudolf II. a Praha. Císařský dvůr a rezidenční město jako kulturní a duchovní centrum střední Evropy. Katalog vystavených exponátů. Administración del Castillo de Praga. Praga 1997, pp. 290–294. [24] G. Parker (nota 19), epílogo Josef Polišenský, Filip Španelský a jeho imperium (p. 209). Estas relaciones continúan en el siglo XVII e incluso a principios del siglo XVIII. Véase Michal Šroněk y Jaroslava Hausenblasová, Gloria et Miseria. 1618–1648. Praha v době třicetileté války. Praga 1998. [25] La correspondencia de 1549 que se ha conservado revela que tanto Carlos V como el Infante Felipe otorgaron permiso a Maximiliano II que se casara y usara el título Rey Checo bajo la condición de que no interviniera en los asuntos del Ducado de Brabante que formaba parte de la esfera de influencia de Felipe; véase Antonín Haas, Archiv Koruny české, VII, Katalog listin z let 1526–1576. Praga 1968, p. 81, No. 196 a 197, SÚA AČK, No. 20.148. Muchas gracias a dr. D. Čumlivský por haberme informado. [26] Pedro Cornejo, Historia de las civiles guerras y rebelión de Flandes, Praga: Gorge Nigrin 1581. [27] P. Jiménez (nota 21), pp. 61–71, argumenta con la correspondencia de entonces que había sido publicada. [28] Juan de Borja, Empresas morales… Praga: Gorge Nigrin 1581, SK 52 B 39. Existen publicaciones en alemán y latín, por ejemplo, en Olomouc de 1697 (Biblioteca Científica de Olomouc, No. 26529). Gracias a estos emblemas podemos entender mejor cuadros tan misteriosos como es el retrato del ”Caballero de la mano en el pecho” de El Greco. Parece que sintetiza las ideas contenidas en las devisas Vita brevis, Semper Aedem. – Rafael García Mahíquez preparó una nueva edición con comentarios: Juan de Borja, Empresas Morales. Edición al cuidado de Rafael García Mahíques. Valencia 1998. II: Rafael García Mahíques: Empresas Morales de Juan de Borja. Imagen y palabra para la iconografía. Valencia 1998. [29] Pavel Štěpánek, “Španělští intelektuálové v Praze”. Conferencia ”Město a intelektuálové”. 10/10/2006, organizado por el Archivo de la Capital de Praga, Palacio Clam-Gallas. El texto en imprenta, en las Actas. [30] Martin Mádl, “Triumf, karneval, sv. Jakub. K interpretaci kruhového štítu ze 16. století”. Umění XLVI, 1998, pp. 83–99 relaciona sus composiciones con uno de los objetos expuestos; al mismo tiempo lo relaciona, muy correctamente, con el contexto de los cortesanos de Carlos V o Felipe II. En concreto, señala la posibilidad de que se trate del escudo relacionado con la triunfal entrada de Felipe II en Amberes. Expresa su convicción de que Rodolfo II obtuvo el escudo de Felipe II a cambio de las inalcanzables pinturas de el Bosco. – Sin embargo, los libros españoles se imprimían en toda Europa tanto en original, como en forma de traducciones. Por ejemplo, en Italia se publicaron 795 libros de autores españoles (de 1551 a 1600), 71 de ellos en español; se trataba sobre todo de libros especializados, del campo de teología moral o libros religiosos o místicos que proliferaban la espiritualidad antirreformista. Véase Franco Meregalli, Presenza della letteratura spagnola in Italia. Firenze 1974, pp. 17 y 26. [31] J. Polišenský (nota 24), pp. 209–210. [32] Zdeněk Vašica, České intelektuální baroko. Praga 1938, p. 152. [33] J. Polišenský (nota 24), p. 207. [34] En aquel entonces era Felipe II el que decidía quiénes serían condecorados con la Orden. En 1585 la otorgó a Rodolfo II y otros personajes relacionados con la casa de los Habsburgo y la Corte de Praga, entre otros, a Vilém de Rožmberg. 22 [35] Milena Bravermanová, “Pohřební výbava Rudolfa II.”, in: E. Fučíková y otros (nota 23), p. 284, No. III/302, 303; incluso el traje fúnebre de la hija de Maximiliano, Eleonora, tenía corte español, No. III/299, p. 283. [36] En España los asuntos se arreglaban a través de los enviados españoles, por ejemplo Gaspar de Santiago, educador y representante de la familia de los Pernštejn en la Corte imperial. Esto fue descubierto por P. Jiménez (nota 21), pp. 73–75. Existen pruebas de que este enviado transportaba, por ejemplo, pequeñas estatuas, (incluyendo algunas de cera). [37] Acerca de Mazuelos véase P. Jiménez (nota 21), pp. 75 y 214: “Digo yo, platero de su alteza imperial mi señor, que había recibido de parte del señor Presidio Bosco cuatrocientos sesenta y dos florines por el valor de 60 carzos por cada florín, y con ellos he logrado un aprecio que tenía con mi señor Pernstein y mi Sra. Da. María.” Acerca de Juan Español véase P. Štěpánek, El arquitecto Juan Español. Archivo Español de Arte (Madrid) 1977, No. 277, pp. 96–97. [38] Acerca del embajador Khevenhuller véase Margarita Estella, La herencia artística del Embajador Austríaco Hans Kevenhüller (sic) (14/5/1606), Archivo Español de Arte (Madrid) 1977, LI 1978, No. 201, pp. 84–93. Una de las sedes de la familia Khevenhuller se encontraba en la ciudad de Lanškroun; véase P. Jiménez (nota 21), p. 169. [39] No. 134, sign. 9 16; muchas gracias a dr. M. Vlk por haberme informado sobre la existencia del documento. Kraft no se concentró en pinturas y objetos españoles demasiado detalladamente, véase Sběratelství. (Edición H. Brožková). Praga 1983, p. 51. [40] Sběratelství (nota 39), pp. 50, 59. [41] Véase Miguel Morán y Fernando Checa, El coleccionismo en España. De la cámara de maravillas a la galería de pinturas. Madrid 1985, pp. 48 y 76. [42] Museo de Artes Decorativas de Praga, No. Z 105/28. [43] Pavel Štěpánek, “Fictlipuctli aneb jak nadával Ludwig van Beethoven”, in: Historická Olomouc XII. Almanaque de aportaciones del simposio Historická Olomouc XII, enfocado en la cuestión de mitos fundadores y “mitos del inicio” vistos a través de evaluación crítica de las fuentes. Museo de Arte de Olomouc. De 6 a 7 de octubre de 1998. Olomouc 2001, pp. 191– 207. [44] Eliška Fučíková, Beket Bukovinská e Ivan Muchka, Umění na dvoře Rudolfa II. Praga 1991, p. 9 constatan que la estancia en España les marcó a los dos de por vida. [45] J. Bradburne, Nositelé… (nota 23), p. 291. [46] Jaroslava Hausenblasová, Der Hof Kaiser Rudolfs II, Praga 2002. [47] Pavel Štěpánek y Jiří T. Novák, “Rodrigo de Oviedo, iluminador ignorado”. Archivo Español de Arte, 46, 1973, p. 192. Regaló el manuscrito, iluminado por Oviedo, a los Agustinos del Barrio Pequeño y los escritos de Alfonso Tostada a los Jesuitas en 1598. Véase también Oldřich Kašpar, České překlady španělské literatury v 16.–18. století. Praga: Sdružení českých překladatelů 1987, p. 10. [48] Miroslav Hroch y Anna Skýbková, “Hranice svobodného ducha. Giordano Bruno (2)”, Kmen XII, 1987, No. 32, explican que este regalo fue una manera de embotar los filos de los españoles que sospechaban que en Praga se encontraban herejes procedentes del extranjero; pero lo que dicen no corresponde a la realidad. [49] Pavel Kneidl, Počátky sběratelství a strahovský kabinet kuriozit. Praga 1989, p. 15; también pp. 17, 27 y 51. [50] P. Jiménez (nota 21), pp. 131–136. 23 [51] La nueva versión véase Herrera, Juan de: Sobre la figura cúbica. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria: Ayuntamiento de Camargo, Santander 1998, 106 pp. [52] Eva Bukolská y Pavel Štěpánek: Španělské podobizny. Odeon, Praga 1980. [53] Ernst Hans Gombrich, Umění a iluze. Studie o psychologii obrazového znázorňování. Praga 1985. Traducción al checo. Destaca la importancia del estudio “Experimento de la caricatura”, pp. 373–409. [54] Max Dvořák y Bohuslav Matějka, Roudnice II. Zámek. Soupis památek historických a uměleckých, okres roudnický, XXVII, Praga 1907. Cuando en 1907 los autores estaban preparando el inventario de la galería de la ciudad de Roudnice, descubrieron algo que hoy en día se entiende por sí mismo: Los retratistas de la generación de Sánchez y Pantoja influyeron mucho sobre la obra de Velázquez, que aceptó la majestuosidad de su concepción y la soberbia de posturas y movimientos. Asimismo le influyó el arte frío de tonos grises, objetivos y aristocráticos. [55] Pavel Štěpánek, La difusión de Luis de Morales en Bohemia, Archivo Español de Arte LCCVIII, 2005, No. 310, pp. 123–131. [56] Josef Forbelský, Jan Royt y Mojmír Horyna, Pražské Jezulátko, Praga 1992. [57] P. Jiménez (nota 21), pp. 111. [58] Pavel Štěpánek, “Španělské základy olomoucké univerzity”. Střední Evropa, 1997, No. 68, marzo, pp. 89–101, y II., la parte final. Střední Evropa, 1997, No. 69, abril, pp. 87–97. [59] Stanislav Sousedík, Filozofie v českých zemích mezi středověkem a osvícentstvím. Praga 1997, p. 63. [60] S. Sousedík (nota 59), p. 67. [61] O. Kašpar (nota 47), p. 9. [62] Entre otros Ludmila Kýbalová, Dějiny odívání. Renesance (15. a 16. stoleti), Praga 1996. [63] O. Kašpar (nota 47), pp. 13, 23–24, 26, 49–51. Hasta ahora, el trabajo sintético de Bohdan Chudoba, Španělé na Bílé hoře. Praga 1945 no ha sido superado por nadie. Los recientes estudios complementan su obra con resultados parciales. [64] Antonio Ubierto Artera y otros, Dějiny Španělska, Praga 1995, p. 259. [65] Václav Černý, “Cervantes a jeho Don Quijote”, in: (nota 14), pp. 20 y 25. En el mencionado estudio de 1966 “Don Guijote a quijotismus” y en la página 436 dice: “es, posiblemente, hasta ahora, la novela más grande y profunda de la civilización nuestra.” [66] Slovník spisovatelů. Španělsko, Portugalsko. Praga 1968 (editor E. Hodoušek), p. 20. [67] Václav Černý, Až do předsíně nebes. Praga 1996, p. 31. [68] Acerca de las iglesias praguenses de estas órdenes véase Emmanuel Škoda, Pražské svatyně, Praga: Libri 2002. [69] René Huyghe (editor), Encyklopedie Umění renesance a baroku. Praga 1970, p. 196 (J. Camón Aznar), asimismo pp. 196 y 229. [70] Jan P. Kučera, 8. 11. 1620. Bílá Hora – O potracení starobylé slávy české, Praga 2003, pp. 7–9, 62. Los valientes soldados aparecen en la leyenda como “moravos gallardos” (en realidad, eran alemanes procedentes de la región de Moravia). Asimismo dice la leyenda que la batalla 24 acabó con la vida de todos, pero eso tampoco es cierto. Volvieron a Olomouc e ingresaron en el servicio imperial. La leyenda repite con terquedad su teoría de una masacre sin piedad, pero la realidad es la contraria. Se rindieron y el vencedor fue generoso con ellos. [71] Milena Hajná, Moda al servicio del poder. La vestimenta en la sociedad noble de la Europa Central en la edad moderna y las influencias de España, in: Arte, Poder y Sociedad en la España de los siglos XV a XX. Actas de las XIII Jornadas de Historia del Arte, Madrid de 20 a 24 de noviembre de 2006, edición 2008, pp. 71–82. Pavel Štěpánek, La importancia del traje español en la caída milagrosa de los lugartenientes católicos en la defenestración de Praga, inicio de la Guerra de los Treinta años. Conferencia el 19/11/2008 en el congreso internacional Imagen y apariencia (Siglos XV–XXI) en Murcia. [72] Václav Vojtíšek, Výstava Staroměstská radnice a jeji památky 1338–1938. Praga 1938, p. 103, No. 371. Figuración de la defenestración de los lugartenientes reales Slavata y Martinice y su escribano Fabricio en el Castillo de Praga el 23 de mayo de 1618. Grabado en cobre, 373 x 310 con la inscripción Wahre Contrefactur, wie die keyserl. Raethe zum Fenster hinaus geworffen worden seind 1618. Tab. 55 v díle Fr. Chr. Khevenhuller, Annales Fedinandei, oder wahrhffte Beschreibung K. Ferdinand II. Geburth, Anferziehungu. Zu. Kriegs- u. Friedenzeiten vollbrachten Traten (1578–1637), IX. 2 edición Leipzig 1724. [73] Jarmila Vacková, “O umění nastupující protireformace”. Dějiny a současnost, 1957, No. 2, pp. I–II. – Jiři Dvorský y Rudolf Chadraba, “Votivní obraz Viléma Slavaty v Telči”, Umění, 1990, No. 2, pp. 128–140. [74] Zdeněk Nejedlý, Výbor statí. Praga 1978, pp. 118–119. [75] Zdeněk Nejedlý (nota 74), ibid. constata: “la concepción romántica de ha historia checa a la luz de la Montana Blanca ha condicionado y coloreado todo lo que recordaba, aún de lejos, el catolicismo, se teñía de rojo o negro. De los jesuitas, principales portadores de ese renacimiento, se han hecho seres diabólicos, que se bañaban en la sangre envueltos en la oscuridad de la noche. – Conocéis esos “jesuitas” no sólo en las novellas históricas, sino también de la obra histórica de un tal Tomáš Bílek. Con tales fantasías no vamos a proceder ni un paso en el conocimiento de la verdad histórica.” – Véase también Jan P. Kučera y J. Rak, Bohuslav Balbín a jeho místo v české kultuře. Praga: Vyšehrad 1983, p. 12. [76] Jaromír Neumann, Obrazárna Pražského hradu. Soubor vybraných děl. Praga 1964. [77] Kučera y Rak (nota 75), p. 187, quienes citan a J. Kolář, “Satirické volání jezuitů z roku 1618 v Křivoklátském rukopise”. Strahovská knihovna II, 1967, pp. 89–106. [78] Ivo Kořán, “Praha barokní”. Věda a život. 1987, No. 10, pp. 701–704. [79] Václav Vojtíšek, Výstava Staroměstská radnice a její památky 1338–1938. Praga 1938, No. 381–382. [80] Simon Lomnický de Budeč, en Píseň žalostivá o zkáze země České; acerca de él véase Petr Voit, Šimon Lomnický z Budče a exempla v kontextu jeho mravněvýchovné prózy. Praga 1991. [81] Pavel Štěpánek, “Odčerněná Bílá hora?” Svět literatury. Časopis pro novodobé literatury, 2007, No. 35, pp. 226–228. [82] Bohdan Chudoba, Španělé na Bílé hoře. Tři kapitoly z evropských politických dějin. Praga 1945, es uno de pocos autores checos que se ponen de parte de los españoles. [83] Jan Royt, Poutní místo Panny Marie Vítězné na Bílé hoře. Praga 1996, p. 6 se equivoca y piensa que la expresión Scalza era su nombre; en realidad, el término significa Carmelito Descalzo. 25 [84] Entre los más antiguos se encuentra Elogio del venerable P. F. Domingo de Iesus Maria y Ruzola, General que fue de los Carmelitas Descalzos en la Congregación de Italia…, por … Fr. Geronimo Domin … de la Orden de nuestra Señora del Carmen de la Obseruancia. In Genoua: per Giuseppe Pauoni …, Biblioteca Nacional de Madrid, No. 3/4579; otro estudio importante, que incluso contiene su retrato, se publicó en Zaragoza: Epitome de la vida, virtudes, trabajos, prodigios, ecstasis y revelaciones del venerable padre Fr. Domingo de Iesus Maria (en el siglo Ruzola) general, dispuesto por … Fr. Antonio Agustin, Obispo de Santa Maria de Albarrazim. En Zaragoça: por Iuan de Ybar, 1669. Biblioteca Nacional de Madrid, No. 2/35306. [85] Vojtíšek (nota 79), p. 105, No. 380, Retrato del P. Domingo de Jesús María, monje carmelita, quien en la batalla de la Montana Blanca estimulaba al ejército imperial. Grabado en cobre, recortado 127 x 182 cm con la inscripción R. Pater Fr. Dominicus de Jesu Maria Tarraconensis ord. B. Virg. De Monte Carmelo, que pugnae Pragensi interfruit y con versos y figuración de la Batalla de la Montaña Blanca en la parte inferior. – Leben des … Dominici von Jesu Maria. Wien 1678. – Bild von Strakonitz. Lexikon fuer Theologie und Kirche, II edición Freiburg 1931, parte III, p. 396. – Ildephonsus a Transverberatione Cortis S. Theresiae, Die Gnadenbilder des ehrw. Dominicus a Jesus Maria, in: Dominicus a Jesu Maria Ord. Carm. Disc. Seine Persönlichkeit und sein Werk. Wien 1930, pp. 57–64. – August M. Knoll, Ernst Karl Winter y H. K. Zessner-Spitzenberg, Dominicus a Jesu Maria Ord. Carm. Disc. Seine Persönlichkeit und sein Werk. Wien 1930; María Gabriela del Santísimo Sacramento, Leben des ehrwürdigen, durch den wunderbaren Sieg auf dem Weissen Berge bei Prag 1620, berühmten Dieners Gottes Dominikus a Jesu Maria, Gewesenen General des Ordens der Unbeschuhten Karmeliten, Innsbruck 1902; Bonifacius Mueller, Leben und Wirken des Dieners Gottes Dominikus a Jesu Maria aus dem Orden der reformierten Karmeliter, Wien 1878. – Sigmund Riezler, Der Karmeliter P. Dominikus a Jesu Maria und der Kriegsrat vor der Schlacht am Weissen Berge, in: Sitzung-Berichte der phil. und hist. Klasse der Bayrischen Akademie der Wissenschaften, München 1897, pp. 423–444. Véase también Bibliografía sobre Calatayud y sus Gentes. Bibliografía sobre Bilbilitanos y Comarcanos. [86] Dušan Uhlíř, Černý den na Bílé hoře. 8. listopad 1620, Brno 1998, p. 137. [87] František Ruth, Kronika královské Prahy, Praha 1995. [88] Este cuadro se veneró mucho y durante mucho tiempo. Lo demuestra el hecho de que se realizó su copia y asimismo, de que aparece en los signos de casas, por ejemplo, en la del pintor Cristián Luna en Praga, en la calle Na Úvoze, en el barrio de Malá Strana. Este pintor es autor de frescos y una hoja gráfica que representa la Montaña Blanca. También destaca la veneración de este cuadro en Roma, donde lo colocaron en la Iglesia de la Virgen María de la Victoria, que lleva su nombre; es inspirativo que en la capilla de los Cornaro de esta iglesia está ubicada la obra más característica del genio de la escultura barroca, Gian Lorenzo Bernini. [89] Véase Petr Brandl y A. Birckhardt, Podobizna Dominika a Jesu, grabado en cobre, 150 x 100 mm, abajo a la derecha inscripción Prandl pinx: Birckhart sc., Canonia Real de Premostratentes, Fondo gráfico del convento, SC 24 977. Véase Jaromír Neumann, Petr Brandl, 1668–1735. Praga 1968, No. 132, ilustración 161: P. Brandl – A. Birckhart, Retrato de Domingo a Jesu. Existen numerosos retratos de Domingo Ruzola. El famosísimo cuadro de la Virgen María sobrevivió la Batalla de la Montaña Blanca para ser transportado a la Iglesia de la Virgen María de la Victoria en Roma que pertenecía a la Orden de Carmelitos Descalzos. Durante los años que siguieron la iglesia ganó cuatro cuadros más que representaban el desarrollo la Batalla de la Montaña Blanca. Sin embargo, el incendio de 1833 destrozó el cuadro y sólo se han conservado sus copias. Una de ellas adorna el altar mayor de la iglesia peregrina barroca que se construyó directamente en la Montaña Blanca para celebrar la victoria. Personalmente vi otra copia en la colección privada del P. Karel Horký, hace unos 30 años. [90] Véase Epitome de la vida … (nota 84). [91] Zdeněk Kalista, Ctihodná Marie Elekta Ježíšova, Kostelní Vydří 1992. p. 94 y siguientes. Por parte repite lo que dice su libro mencionado en la nota 92. 26 [92] Zdeněk Kalista, Tvář baroka. Poznámky, které zabloudily na okraj života, skicář problémů a odpovědí. München 1982, p. 144. [93] Juan Francisco Jiménez Martín, Tercios de Flandes. Madrid 2000. II edición. [94] Chudoba (nota 82), p. 262. [95] Václav Hlavsa, Průvodce Prahou. Praga 1948, p. 244. – Inscripciones que rodean el relieve: a/ REDDITES QUAE SUNT CEASARIS CEASARI ET QUA SUNT DEI, DEO. b/ DA MIHI VIRTUTEM CONTRA HOSTES TUOS MONSTRA DE ESSE MATREM. [96] Pavel Preiss, V. V. Reiner. Praha 1970, pp. 21–22, 88, No. 12. – Quizás lo mejor para entender el ambiente y el espíritu del ejército católico en general y de la actitud de Domingo Ruzola en particular es recurrir a las páginas del investigador francés Olivier Chaline, 8 Novembre 1620. La bataille de la Montagne Blanche. Un mystique chez les guerriers. Noissyle-Grand: Noesis 1999 [97] Véase el grabado de la colección de Roudnice, No. G 24977, con la identificación Prandl pinx., Birckart sc. (Birchart). “Vera ex hispanico originali”. – Véase asimismo J. Neumann (nota 89), p. 155, No. 132. [98] Por ejemplo, Dominik a Jesus Carmel, Summarischer Bericht v. dem wundererthaetigen Bildnis Maria de Victoria. Prag 1671, en checo František Šorm, Historický původ náboženské uctivosti k Panně Marii na Bílé hoře, Praga 1813. [99] Véase Jiří Mikulec, Pobělohorská rekatolizace v českých zemích. Praga 1992, p. 18, “el carmelita P. Dominik con la imagen milagrosa mariana, que, según la intepretación católica contribuyó a la victoria de las armas imperiales en la Montaña Blanca.” En las bóvedas y paredes de los claustros podemos encontrar pinturas murales con motivos marianos y cristológicos. En la bóveda del Sur podemos encontrar una figuración de la Virgen María de Montserrar, otro elemento español, probablemente influído por los Benedictinos de Montserrat del Monasterio de Emaús de Praga. [100] Según Chudoba (nota 82), p. 175, cuando en 1629 el viejo duque Olivares redactó sus memorias, donde explicaba por qué había decaído el poder español, consideraba la Batalla de la Montaña Blanca, junto con el asesinato de Enrique IV, como acontecimientos “milagrosos”. Si no hubiera sido por ellos, España habría decaído mucho antes. – Véase asimismo Relacion de la liga que el Emperador de Alemania, y los Príncipes, Potentados, y Republicas Católicas han instituydo contra los Rebeldes, y demás enemigos de nuestra Santa Fe Católica. Refiérese el numero de los Príncipes que entran en esta Santa Liga, y el copioso exercito de infantes, y Cavalleria que cada uno ofrece. Va inserta en este papel una carta que la católica majestad del Rey Nuestro señor remitió a nuestro Santissimo Padre Urbano Papa Octauo, a cerca de otra Liga que tienen instituyda los contrarios desta Real Corona. Sevilla, Simón Fajardo, 1626. [2] h.; fol. – Biblioteca Universitaria de Sevilla A 109/085(177). Ex: http://bib.us.es/relacionesdesucesos/catalogo.htm. – Acabo de encontrar un testimonio de la difusión de la fama de Domingo de Ruzola en España en Antonio Manuel Peña Méndez, Acción–Contemplación: Sermón crmelitano en torno al doble espíritu del profesta Elías. Lactura iconográfica de la iglesia de las Carmelitas Descalzas de Vélez-Málaga sus pinturas murales. I. Boletín de arte, Depto de Ha. Del Arte, Universidad de Málaga, 2008, nr. 29, pp. 173–196, especialmente pp. 194–195. [101] Josef Forbelský, Španělé, Říše a Čechy v 16. a 17. století. Osudy generála Baltasara Marradase, Praga: Vyšehrad 2006. Josef Forbelský pasó del campo de la historia de la literatura a la historia general. Resumió los resultados de sus investigaciones, realizadas en archivos checos y españoles, explicando aquella época, que hasta entonces había tenido una valoración negativa, debido en parte a la influencia de las opiniones comunistas. Con mucha gracia, Jan Linka hace comentarios a la obra de Forbelský; en su reseña publicada en la revista A2 (2006, No. 34), en la cual señala que éste realizó “un ataque objetivo y sobrio” contra el 27 viejo mito que interpretaba las intervenciones españolas relacionadas con “la Montaña Blanca” y, ante todo, con la posterior época como claramente negativas. Parece que el autor observó los acontecimientos desde una perspectiva más amplia dirigiendo su atención al marco histórico de toda Europa. Al mismo tiempo, Forbelský no deja de tener en cuenta la región de Bohemia, donde se fija, con mucho detalle, en el desarrollo de los acontecimientos dramáticos. Combina la macrohistoria de la época con la microhistoria personal, cuyo pilar es el español en servicios imperiales, Baltasar Marradas (1560–1638), más tarde gobernador militar del Reino de Bohemia. El personaje de Marradas suele pasar al segundo plano, ante todo, cuando se compara con el de Waldstein. Forbelský ofrece un punto de vista sintético que traspasa los puntos de vista nacionales y confesionales. Se apoya en la investigación de archivos, que complementa con el método de traducción de documentos autocaracterísticos, que no suele usarse con mucha frecuencia. El lenguaje profesional de entonces carece de interpretaciones del historiador y gracias a eso nos permite que, observando los hechos reales y disfrutando de la lectura, nuestra mirada sea despejada y penetrante. Representa una nueva tendencia historiográfica que combina la visión sintética con las microimágenes. Oscila entre un boceto de esquemas imperiales de carácter general con lo individual y único de los destinos humanos, que suelen omitir y hundirse en estos esquemas. A uno casi se le corta el aliento debido a su alcance: desde Madrid hacia el Mar Báltico, desde Praga hasta Nápoles, todo basado en los archivos y esquivando cualquier tipo de prefabricación historiográfica. – Véase asimismo Pavel Štěpánek, Un gobernador militar español de Bohemia y su mecenazgo artístico. Baltasar Marradas y Vich (Vique) Pallas, mecenas en Praga en el siglo XVII, in: Miguel Cabañas Bravo, Amelia López-Yarto Elizalde y Wifredo Rincón García (eds.), Arte, poder y sociedad en la España de los siglos XV a XX. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2008, pp. 202–210. [102] Véase Pavel Štěpánek, Juan Caramuel de Lobkowitz as Theoretician and Practioner of Architecture: Caramuel in Prague – Between Theory and Practice, in: Juan Caramuel Lobkowitz: The Last Scholastic Polymat. Praha: Filosofia 2008, editor Petr Dvořák, Jacob Schmutz), pp. 273–284. Esta conferencia esclareció su obra desde muchos puntos de vista. [103] El completo título original es: Architectura civil, recta y obliqua considerada y dibuxada en el templo de Ierusalen […] promovida a suma perfeccion en el templo y palacio de S. Lorenço cerca del Escurial que invento con su divino ingenio, delineo con su real mano y con excessivos gastos empleando los mejores architectos de Europa erigio el Rey d. Phelipe II por don Iuan Caramuel Monje Cisterciense, Dotor y Professor de Santa Thologia en la Universidad de Lovayna y ahora Arçobispo-Obispo de Vegeven, Conde de Zem,del Consejo de su Magestad. En Vegeven: en la Emprenta Obispal, por Camillo Corrado, año de 1678. [104] Pavel Štěpánek, “Španělská estapa Emauzského kláštera“. In: Emauzy. Benediktinský klášter Na Slovanech v srdci Prahy. Praga: Academia 2007 (ed. Klára Benešovská), pp. 125– 151. [105] CONFESSIONALES D. ISIDORUS A CRUCE. Pragae apud S. Caroli Magni locum Abbas, et Latine et Luisitaniae evulgabat. Pragae, Apud Goergim Schypartz Anno MDCLI (1651). Biblioteca de la Canongía Real de los Premonstratenses de Praga, BZ VII 64. [106] Conferencia internacional Rodrigo de Arriaga, filósofo y teólogo celebrada de 25 a 28 de junio en Praga. [107] S. Sousedík (nota 60); – Cursus philosophicus, Antverpiae, 1632, Parisii 1646, Lugduni 1669, Cursus theologicus, Tom. I–VIII, Antverpiae, 1643–1655, Lugduni 1669. – Véase Ivana Čornejová, Anna Fechtnerová, Životopisný slovník pražské university. Filozofická a teologická fakulta, 1654–1713. Universidad Carolina 1986, pp. 4–6. [108] Virginia León, Carlos VI. Emperador que no pudo ser rey de España. Madrid: Aguilar 2003. – Xavier Sellés-Ferrando, Spanisches Österreich, Wien – Koeln – Weimar: Bohlau 2004. 28 Autor Pavel Stepanek es profesor de Historia del Arte en la Universidad Palacky de Olomouc y asimismo, ofrece cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de Praga; es miembro correspondiente de varias academias españolas y portuguesas. El Rey de España le otorgó el título de Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica en 2006. Se dedica en primer lugar a las artes de los países donde se habla español y portugués, después de haber pasado allí aproximadamente siete años, investigando y enseñando en varias universidades. Es autor de más de 1200 artículos publicados en 10 idiomas, y de más de 30 libros y catálogos. Sus últimas obras (2008) fueron Afinidades históricas e culturais entre Brasil e a República Tcheca, Brno 2008; Čechy a Španělsko ve středověku. Dějiny a umění. (Bohemia y España en la Edad media. Historia y arte.), Olomouc 2008; “Československý malíř” Salvador Dalí a jeho vliv na české umění (“El pintor checoeslovaco” Salvador Dalí y su influencia sobre el arte checo.), Praga 2009 (en imprenta). Lista de ilustraciones que aparecen en el catálogo [p. 4] [p. 6–7] [p. 9] [p. 10] [p. 11] [p. 13] [p. 14] [p. 17] [p. 18] [p. 19] [p. 20] [p. 20] [p. 21] [p. 22] [p. 23] [p. 23] [p. 25] Sala Española en el Castillo de Praga, detalle Petr Parler / Tumba del rey Premysl Otakar II / Catedral de San Vito Iluminador checo / Santiago como peregrino / Ilustración del Brevarium Benedicti de Waldstein / 18,5 x 14 cm / Biblioteca Nacional de la República Checa / No. VI G 6 La llamada Casulla de San Wenceslao / 2ª mitad del siglo XIII – 1ª mitad del siglo XIV / Oriente Próximo, Egipto o España, seda, hilo de oro 120 x 80 cm / Cabildo Metropolitano de San Vito en Praga La llamada Casulla de San Wenceslao / 2ª mitad del siglo XIII – 1ª mitad del siglo XIV / Oriente Próximo, Egipto o España, seda, hilo de oro 120 x 80 cm / Cabildo Metropolitano de San Vito en Praga Aegidius Sadeler, grabador / Gulielmus a Santo Clemente / (Guillermo de San Clemente, embajador español en Praga) / papel 27,2 x 18,9 cm / No. R 78000 / Galería Nacional de Praga / Detalle Pintor praguense de la época bajo Rodolfo / Juan de Borja y Castro, Embajador español / Óleo sobre tela, 60 x 40 cm / No. SG O–2296 / Colección de los Lobkowicz, Castillo de Nelahozeves Pintor desconocido de Praga, alrededor del 1600 / Embajador español Guillermo de San Clemente con Santa Catarina debajo de la Cruz / Óleo sobre tela, 170 x 120 cm / Provincia Checa de la Orden de San Agustín Rey checo Fernando I en caza / Relieve / Arenisca, 70 x 135 x 10 cm / Palacio de Verano, fachada del oeste / Castillo de Praga Parte de la barandilla en forma de la Cadena del Toisón (Tusón) de Oro / Arenisca / Palacio de Verano, Castillo de Praga Juan de Borja / Empresas morales 20 x 15,5 cm / Praga, Jorge Nigrín, 1581 / Biblioteca Nacional de la República Checa / No. 52 B 39 Orden del Toisón de Oro del capitel de una columna / Palacio de Verano, Castillo de Praga Aegidius Sadeler, grabador / Gulielmus a Santo Clemente / (Guillermo de San Clemente, Embajador español en Praga) / papel 27,2 x 18,9 cm / No. R 78000 / Galería Nacional de Praga Puerta de Matías con el Toisón de Oro / Castillo de Praga Alexander Colin / Fernando I con la Orden del Toisón de Oro, detalle / Mausoleo Real, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San Vito Alexander Colin / Fernando I, detalle de la figura del emperador / Mausoleo Real, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San Vito Alexander Colin (?) / Monumento a Bernardino Menesio de Toledo / Catedral de San Vito 29 [p. 26] [p. 28] [p. 29] [p. 32] [p. 35] [p. 39] [p. 40] [p. 42] [p. 43] [p. 44] [p. 45] [p. 45] [p. 46] [p. 47] [p. 47] [p. 61] Mausoleo Real, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Detalle con la inscripción: Natus Medinae / Catedral de San Vito Alexander Colin / Mausoleo Real visto desde arriba, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San Vito / Detalle Alexander Colin / Mausoleo Real visto desde arriba, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San Vito Bartholomaus Sarburg / Retrato de Jaroslav Bořita de Martinice / Óleo, madera de haya, 68 x 53,5 cm / No. O 2957 / Galería Nacional de Praga Pintor desconocido checo de la 1a mitad del siglo XVII / General Baltasar Marradas i Vich, Gobernador Militar de Praga y Países Checos / Óleo sobre tela, 208 x 138 cm / Instituto Histórico Militar, Praga Jan Jiri Heinsch (1647–1712) / San Francisco Javier y el rico comerciante Vellio, tras 1680 / Óleo sobre tela, 152 x 195 cm / No. VO 181 / Préstamo a largo plazo a la Galería Nacional de Praga / Prestado por la Parroquia de la Iglesia de San Felipe y Santiago de Praga-Hlubocepy / Detalle Pintor checo del siglo XVIII / San Pedro de Alcántara venera a la Cruz / Óleo sobre tela, 150 x 100 cm / Provincia de los Hermanos Franciscanos, Praga Niño Jesús, siglo XVIII / Austria o Bohemia / marfil, madera, telas, 28,7 x 24,2 x 6 cm / No. HAO H2–36026 / Museo Nacional de Praga Jan Jiri Heinsch (1647–1712) / San Ignacio con la Santa Trinidad, 1673 / Óleo sobre tela, 375 x 260 cm / Administración Espiritual de la iglesia de San Ignacio, Praga / Propiedad de la Alcaldía de la Capital de Praga / Detalle Jan Rudolf Bys (1660–1738) / San Juan de Dios cuida al enfermo (y Virgen con el Niño Jesús), 1691 / Óleo sobre tela, 200 x 300 cm / Iglesia de San Simón y San Judas, Praga / Provincia Checo-Morava de la Orden de Hermanos Hospitalarios (Orden de San Juan de Dios) Tallador checo del siglo XVIII / Santiago como peregrino / Madera policromada, 107 cm / Iglesia de Santo Tomás / Provincia checa de la Orden de San Agustín Karel Skreta (1610–1674) / Santo Tomás de Villanueva regala limosna a los pobres, 1671 / Óleo sobre tela, 360 x 238 cm / Provincia checa de la Orden de San Agustín Tallador checo del siglo XVIII / Santa Casilda de Toledo (mora) / Madera, policromada, 150 cm / Provincia checa de la Orden de San Agustín / Detalle Jan Jiří Heinsch (1647–1712) / Apoteosis de San Francisco Javier / Alrededor del 1710 / Óleo sobre tela, 320 x 176 cm / Parroquia Académica Católica de Praga / Iglesia de San Salvator Sala Española en el Castillo de Praga Pintor desconocido de Praga, alrededor del 1600 / Embajador español Guillermo de San Clemente con Santa Catarina debajo de la Cruz, alrededor del 1600 / Óleo sobre tela, 170 x 120 cm / Provincia checa de la Orden de San Agustín / Detalle La Praga Española / Caballerizas Imperiales del Castillo de Praga – del 17 de marzo al 28 de junio de 2009. Exposición bajo los auspicios del Excmo. Sr. D. Arturo Laclaustra Beltrán, Embajador del Reino de España en la República Checa. Exposición organizada por la Administración del Castillo de Praga (SPH) 2009. Autor del concepto de la exposición: Prof. PhDr. Pavel Štěpánek, Ph.D. Diseňo arquitectónico: Jan Polášek, arquitecto y escenógrafo Producción del catálogo: Mgr. Martin Majer, Jan Svatoš Producción de la exposición: Ing. Zdeňka Fabíková Traducción: Vendula Procházková (Embajada de España) Esta separata es una traducción del catálogo editado por la Administración del Castillo de Praga en colaboración con la Embajada de España en la República Checa, y ha sido sido financiada por la Embajada de España en la República Checa. 30