Exposición «La Praga española». Marzo

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La Praga Española
Praha španělská
Pavel Štěpánek
Texto del catálogo de la exposición
La Praga española,
celebrada en la sala de las Caballerizas Imperiales, del Castillo de Praga,
entre los días 18 de marzo y 28 de junio del 2009
Índice
La Edad Media
Advenimiento de los Habsburgo: 1526 y la “era de Rodolfo”
Reforma Católica, sus rasgos españoles y su infiltración a Bohemia a partir del siglo XVI
Los españoles en la Montaña Blanca y después
Aportaciones religiosas e intelectuales después de la Batalla de la Montaña Blanca
Carlos VI
1
La exposición La Praga Española reúne obras artísticas (cuadros, esculturas, hojas gráficas,
libros, etc.) que proceden tanto de museos y galerías de Praga, como de colecciones
eclesiásticas. La exposición en su conjunto representa los acontecimientos y las corrientes
(militares, políticas, religiosas y culturales) más importantes de su época, que manifiestan que
España participó, de manera directa o indirecta, en la formación de muchos aspectos de
historia, cultura e ideas religiosas checas, desde la Edad Media hasta la época de la
Ilustración.
El breve título de la exposición no insinúa que Praga pertenezca a la zona hispanohablante,
sino que acentúa uno de los elementos constituyentes de la formación de la historia nacional
checa, que se ha omitido hasta ahora; en otras palabras, la exposición pretende buscar ecos
de España en Bohemia. Aunque aparecen importantes voces checas que hablan de la
hispanización de Bohemia1, no puede sostenerse que este país forme parte del mundo
hispano. Sin embargo, son evidentes los vínculos dinásticos entre las Cortes española y
vienesa, la cual se dirigió por el protocolo español durante la mayor parte de la existencia del
Imperio austriaco, tratándose, sobre todo, de una influencia conceptual.
En Europa Central, las ideas políticas procedentes de España (transmitidas, entre otros, por los
escritos del diplomático Diego Saavedra Fajardo, las cuales marcaban el curso de toda Europa)
y la influencia de la religión católica tuvieron mayor peso de lo que puede parecer, gracias a los
acontecimientos culturales. Eso coincidió con la posición de España, que se encontraba a la
vanguardia, tanto en los asuntos del poder como en los espirituales. España conservó esta
posición hasta la época de la Ilustración y la segunda fase de los descubrimientos ultramarinos,
manteniendo su influencia cultural mucho después de terminar su posición como líder mundial.
(A propósito, la Edad Moderna se data desde el Descubrimiento de América en 1492).
En los siglos XVI y XVII España fue la primera potencia mundial, que influyó en Bohemia, por
su peso propio en cuestiones culturales, religiosas y del poder, aunque las ideas religiosas
sobre todo llegaban a través de Roma. La exposición rastrea el impacto de la influencia
española sobre Bohemia, a través de obras de arte, iconografía de acontecimientos españoles
(o relacionados con España), personas y santos. Asimismo, deberíamos mencionar el hecho
de que el lugar donde se celebra la exposición, el Castillo de Praga, también manifiesta
muchos puntos de contacto con la realidad española; basta sólo con mencionar el nombre de la
famosa Sala Española muy cerca de las Caballerizas Imperiales (según algunos, la Sala debe
su nombre a que los establos de caballos españoles se encontrasen justo debajo) o las
alusiones al mundo hispano en la Catedral de San Vito o en el Palacio de Verano de la reina
Ana.
La Edad Media
Las relaciones entre Chequia y España se remontan a la AltaEdad Media, cuando aparecen los
primeros contactos entre las dos regiones. La primera descripción de Praga (965–966) procede
de un testigo llegado desde la Península Ibérica, el comerciante judío y diplomático al servicio
del Califato de Córdoba Ibrahim ibn-Jakúb. En consideración global se sabe que la sabiduría
árabe se introdujo en Chequia a través de España 2, pero es menos conocido el papel del
sucesor de la cultura antigua, San Isidoro de Sevilla, y de los demás eruditos y soberanos,
especialmente, del rey Alfonso X el Sabio, primo del rey checo Premysl Otakar II.
Hasta 1492, España ocupó una posición privilegiada, disfrutando del contacto con el Oriente a
través de su población musulmana. Los musulmanes se mantuvieron en la Península Ibérica
casi durante ocho cientos años y sus huellas permanecen presentes en algunas zonas hasta
hoy. Las muestras del arte musulmán llegaban desde España a nuestro país en raras
ocasiones, pero cuando sucedía, lo hacía al más alto nivel, cómo lo demuestran, por ejemplo,
los restos de telas españolas en las tumbas reales 3.
Asimismo, hay que mencionar el Camino de Santiago, que funcionaba como elemento de
cohesión, conectando desde el siglo XI los países europeos con España. Algunos peregrinos
de Bohemia caminaron a Santiago de Compostela por entusiasmo religioso y para ver la tumba
del Santo. Según la tradición fue el segundo apóstol al que sepultaron en tierras europeas (el
primero fue San Pedro en Roma). Otros peregrinos iban a Santiago en penitencia, como lo
demuestra Frantisek Palacky 4. Incluso en la época de las Guerras Husitas hubo contacto entre
los habitantes de ambas regiones.
2
Desde el colegio los checos tienen noticia sobre la delegación, enviada por Jorge de
Podebrady a Europa del Oeste. Rey checo que pretendía acabar con el aislamiento posterior a
las Guerras Husitas entre 1465 y 1467. La delegación se conoce asimismo bajo el nombre El
viaje hasta el fin del mundo 5, o sea, a España. Poco antes de ocupar los Jagellón el trono
checo, la delegación de diplomáticos checos pasó por toda Europa y llegó a España en un
momento de luchas internas por el poder y, además, en plena expansión marítima. (Entre 1441
y 1481 reinó el joven Alfonso V, denominado El Africano, por sus expansiones marítimas).
Después, la delegación se dirigió a Santiago de Compostela y el cabo cercano (Finisterre),
considerado el fin del mundo conocido. Este viaje se mantuvo en la memoria colectiva durante
mucho tiempo6; como lo demuestra el hecho de que las memorias de Vaclav Sasek de Birkov7,
uno de los participantes de la delegación, volvieran a editarse cien años más tarde.
Desde el punto de vista histórico hay que subrayar que Luis Jagellón inició los matrimonios que
enlazan con la monarquía española. En 1521 se casó con María, infanta española, hija de
Juana la Loca y Felipe el Hermoso (1478–1506) y nieta del emperador Maximiliano, hermana
del rey español Carlos I (emperador Carlos V). Gracias a María se creó un vínculo entre los
Jagellón y los descendientes de los Reyes Católicos8.
Contamos con un testimonio importante que procede de aquel entonces y que revela la
influencia de la realidad española de principios del siglo XVI en el ideario y comportamientos de
la nobleza checa. Se trata de una carta, escrita en checo y guardada en el archivo de los
Schwarzenberg en la ciudad de Trebon9. La carta data del 20 de abril de 1519 y el monarca
ruega a Pedro de Rozmberk que los nobles checos voten a favor del rey español Carlos I (el
futuro emperador Carlos V) en las elecciones del rey de Alemania. Dice claramente cuál es su
motivo, en plural mayestatico: “Pues sabéis que nuestra hermana no está casada y a nos
gustaría que se convirtiese en la esposa del rey Carlos”.
Asimismo, los versos (en latín) del importante humanista checo Bohuslav Hasistejnsky de
Lobkowicz demuestran clara y directamente que hubo contacto con españoles al más alto nivel.
“Bohuslao, en nombre del Rey Wladislao, a Pedro, poeta español:
Poeta erudito, oye, tus versos que nos habías mandado hace poco
Me han causado una gran alegría, con amor los recibió mi espíritu.”10
La historia medieval de la Península Ibérica es muy complicada. Nosotros nos limitaremos a
mencionar la unión del Reino de Castilla-León y el de Aragón, que representa un
acontecimiento de la mayor importancia. La unión se realizó en 1479 a través del matrimonio
entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Tomando el último bastión árabe en la
Península Ibérica (Granada, el 2 de enero de 1492), los Reyes Católicos finalizaron la
Reconquista y el proceso de unificación de los reinos cristianos que hoy en día integran
España y que duró muchos años. Iniciaron una nueva era con la expedición de Cristóbal Colón,
la cual desembocó en el descubrimiento de un nuevo continente, América, y culminó cuando
los españoles dominaron prácticamente todo el continente. El proceso de Conquista transcurrió
a una velocidad impresionante: entre 1519 y 1521 los españoles conquistan México, entre 1531
y 1533 Perú y más tarde, entre 1565 y 1571, las islas Filipinas en Asia (a propósito, este
archipiélago lleva el nombre del rey Felipe II). Y así, debido a que las tropas militares
españolas se habían entrenado en las largas guerras con los musulmanes, España se convirtió
en la primera potencia mundial. No ha de extrañar que la religión católica llegase a ser la seña
de identidad del país. Sin embargo, los costes relacionados con el mantenimiento de una
armada omnipresente causaron el declive económico de España 11. A pesar de ello, el país
siguió prosperando, sobre todo, en el campo de las artes.
3
Advenimiento de los Habsburgo: 1526 y la “era de Rodolfo”
Las relaciones checo-españolas recibieron un fuerte impulso en 1526, cuando los estados
checos eligieron rey a Fernando I de Habsburgo, nieto de Isabel la Católica y Fernando de
Aragón. Fue consecuencia de su justificado temor al mutuo enemigo: los musulmanes. El
nuevo soberano llegó de España pasando por los Países Bajos. Nació en la ciudad castellana
de Alcalá de Henares (en su sepulcro en la Catedral de San Vito se indica erróneamente que
su lugar de nacimiento es Medina) y creció en su patria como el futuro rey de España; tan sólo
tras el cambio de la situación política, el emperador Carlos V le envió a Viena. A Praga le
acompañaron consejeros y secretarios españoles, como el banquero Gabriel de Salamanca,
pero también artistas, por ejemplo, el poeta Cristóbal de Castillejo.
La nobleza católica checa se orientó hacia España; algunas casas predeterminaron el
desarrollo a través de bodas, uniéndose a familias españolas. Como ejemplos se pueden citar
dos bodas celebradas en el año 1555: la de Vratislav de Pernstejn con María Manrique de Lara
y la de Adam de Dietrichstejn con Margarita de Cardona. Estas familias luego formaron la base
de la llamada facción española.
Naturalmente, la exposición acentúa los acontecimientos y personajes que proceden de la
época de la mayor influencia española: Rodolfo II y sus hermanos se criaron en España. Está
claro que en el pasado (a partir de 1967) los expertos checos (iberoamericanistas,
encabezados por el profesor Polisensky) enfocaron precisamente este período tras 1526.
Durante los años del régimen comunista resultaba difícil que uno se dedicase a las influencias
religiosas de aquella época y del siglo siguiente.
En la presente exposición se encuentran también muestras de lo que determinaba el modo de
pensar de aquel entonces y de lo que ilustra el espíritu de la época: de la religión en sus
distintas formas de ser. Aunque por límites presupuestarios y de espacio nos es imposible
exhibir esculturas emblemáticas como el Niño Jesús de Praga, Santa Librada (en checo
Starosta) en la Iglesia de Loreto o grandes cuadros de altares. También obras como “La
ejecución de Santiago” del pintor Reiner, que se encuentra en la Iglesia de Santiago en la
Ciudad Vieja de Praga, o “La Batalla de Lepanto” del pintor Skreta, que está en la Iglesia de
Nuestra Señora bajo la Cadena en el Barrio Pequeño de Praga y que son demasidado grandes
para la sala.
La cantidad de cuadros, esculturas y objetos del uso cotidiano que utilizan iconografía o
inspiración española es enorme. Ésa es una idea que inspira nuestro trabajo.
El culto, sus conceptos y signos, procedentes de España, marcaron el tono artístico durante
mucho tiempo: prácticamente, desde la convocatoria del Concilio de Trento, impulsado por
Carlos V, hasta bien entrado el siglo XX, concretamente, hasta el Concilio Vaticano II.
Solamente refiriéndonos al Puente de Carlos, habría que trasladar (teóricamente) a las salas
de exposición varios grupos de estatuas de santos procedentes de la Península Ibérica (Santo
Domingo, San Ignacio, San Francisco de Borja, San Francisco Javier, San Vicente Ferrer, San
Antonio de Padua). Habría que quitar decenas de figuras y cuadros que representan a santos
españoles de las fachadas o en los interiores de las iglesias y conventos praguenses. La
exposición “La Praga Española” no incluye piezas de arte españolas que llegaron a nuestro
país poco después de su creación, por lo que forman parte de nuestra escena artística. En este
sentido, me gustaría mencionar las exposiciones celebradas en Praga en las últimas décadas12
y la necesidad de una exposición u otro proyecto de carácter sintetizador13 que recogiera
exclusivamente las influencias españolas y pudiera considerarse como conceptual. Nuestra
exposición se concentra en la capital de la República Checa. A pesar de ello (o debido a ello)
demuestra cómo fue el impacto del elemento español en su totalidad en la formación de la
historia checa.
Durante el tiempo comprendido entre el día del nacimiento y de la muerte de Felipe II (1527–
1598) o, más exactamente, a lo largo de los años de su gobierno (1555–1598), España era la
primera potencia europea, el primer imperio moderno a escala mundial. Sin embargo, a partir
de 1588 empezó un lento declive que terminó a la hora de firmarse la Paz de Westfalia (1648).
4
Este acto puso el punto final no sólo de la Guerra de los Treinta Años, sino también de la era
de España como primera potencia mundial. Desde entonces, España perdió terreno no sólo
ante Inglaterra y Francia, sino en muchos ámbitos también ante Holanda, que ocupó algunos
de los dominios españoles en América (las actuales Antillas holandesas y Guayana). A pesar
de haber sido vencida, España siguió desempeñando un importante papel, como “el imperio en
el que nunca se ponía el sol”. En Asia y América permaneció presente hasta 1898 y en África
hasta los años sesenta del siglo XX. En nuestro país, gracias a sus lazos con la casa real, su
influencia perduró hasta la Ilustración.
En la primera mitad del siglo XVI el gobernador más potente de Europa, el Habsburgo Carlos
V, hermano de Fernando I, reformuló el concepto antiguo de “universitatis humanae” o
“comunidad humana unida en Cristo” – emperador místico del Imperio Romano y una de las
inspiraciones más grandes de nuestra civilización14. En Chequia se consideraba a Carlos V
como el bienhechor de los cristianos, vencedor de los moros norteafricanos, jefe militar
coronado de gloria, continuador de la fama del Imperio Romano e incluso como el mismísimo
dios de la guerra Marte. Así es cómo se ve en las decoraciones que adornan el Palacio de
Verano de la Reina Ana, llamado Belvedere 15.
El florecimiento y el auge triunfal que vivió España en la segunda mitad del siglo XVI, a pesar
de todos los problemas externos e internos, estaba ligado al gobierno del rey Felipe II. Entre
otras cosas se debía a su triunfo en la Batalla de Lepanto, que tuvo lugar en 1571, cuando la
flota de la coalición formada por España, Venecia y la papal libró el Mar Mediterráneo del cerco
turco. Los aliados demostraron que era posible vencer a los turcos y, además, pusieron fin a la
expansión turca en el Mediterráneo, a pesar de que éstos siguieron entrando en Europa a
través de la Península Balcánica 16. Esta batalla está representada en una de las iglesias de
Praga: en la Iglesia de Nuestra Señora bajo la Cadena que pertenece a la Orden de San Juan
de Jerusalén o, en otros términos, a la Orden de Malta. Asimismo, la columna de la Plaza de
Malta acuerda esta batalla victoriosa, encabezada por los españoles y con Juan de Austria al
frente. La política exterior de Felipe II, que se concentró en la creación de una “frontera del
cristianismo” contra los turcos y de una “frontera del catolicismo” contra los protestantes, tuvo
éxito en el campo político, pero no tanto el campo económico.
Como hemos señalado, uno de los acontecimientos de mayor importancia de la época fue la
convocatoria del Concilio de Trento (1542–1564), que se celebró bajo el patronazgo del Rey y
de la Iglesia española. El Concilio determinó los efectos de la Contrarreforma (o Reforma
Católica) en la religión e influyó mucho en el desarrollo futuro de la Europa católica y barroca.
El objetivo del Concilio fue renovar la vida cristiana, tal como lo deseaba también la Reforma,
sin embargo, a diferencia de ella, en el marco de la pureza de la Iglesia Católica Romana. A
consecuencia de ello, en el mundo del arte, “incluso los clérigos españoles concedieron a los
cuadros y esculturas en sí el carácter único de objetos sagrados que se deben venerar y
adorar; lo hicieron en un primer momento, debido a lo que estos representaban y, después,
concedieron este carácter a objetos concretos que se habían venerado antes por ser
milagrosos o agraciados; de esta manera, estos objetos se diferenciaron de los demás y tenían
un halo de espiritualidad 17.” En este sentido, España se convirtió en el instrumento de
renovación religiosa, porque no abandonó la fe medieval, por la que tanto había luchado. En
España se crearon nuevas órdenes o se reformaron las existentes, desarrollándose la actividad
de algunas en Roma (Jesuitas, Escolapios, Hermanos Hospitalarios, Carmelitas, etc.).
La unificación de España con Portugal y sus colonias en 1580 significó otro paso hacia la
creación de un imperio a nivel mundial. Sucedió después de que Sebastián, el rey de Portugal,
falleciera luchando en África contra los moros. España reivindicó sus derechos a ocupar el
trono libre, basados en el parentesco entre las dos familias reales. Cuando Felipe II se sentó
sobre el trono, se convirtió prácticamente en el rey más poderoso de la Tierra. Asimismo, la
etapa hispano-portuguesa (Portugal volvió a independizarse en 1640) halló eco en Praga,
sobre todo por la importación de piezas de arte desde las colonias portuguesas en Asia 18.
En Bohemia, junto con el protestantismo, predominó la leyenda negra dirigida contra todo lo
español. La leyenda contó con muchísima popularidad y se mantuvo durante mucho tiempo;
incluso hoy en día sigue presente en los escenarios checos y mundiales, en forma de
conocidas óperas de la época del romanticismo 19.
5
Felipe II tuvo que enfrentarse a una crisis dinástica. En un primer momento contó con su
sobrino Rodolfo II como su sucesor para el trono español, pero la verdadera solución llegó más
tarde, con la hermana de Rodolfo, Ana. En 1570 Ana se casó con Felipe y dio a luz a cuatro
hijos, de los que sólo el último sobrevivió: el futuro rey Felipe III 20. Ana vino a la Corte española
acompañada por sus dos hermanos, Alberto y Wenceslao, que se unieron a Rodolfo y Ernesto,
que llevaban allí ya mucho tiempo; Rodolfo estaba preparándose para su viaje a Viena. De esta
manera se intensificaron las relaciones de la Corte española, primero, con Viena, y luego, con
Praga.
Las relaciones entre el reino de Bohemia y España alcanzan su punto culminante bajo el
reinado de Felipe II. Fue natural, debido a los contactos existentes entre la familia de los
Habsburgo en Viena y en Madrid y, sobre todo, debido a que España era gran potencia
mundial.
Felipe II era una persona increíblemente polifacética, que contó con educación humanística y
de muy buena calidad, de carácter cristiano. Conoció algunos de los escritos de Erasmo de
Rótterdam, cuya obra era muy popular en España en el siglo XVI. Era coleccionista, sobre todo
de reliquias (en este sentido se parecía al rey checo Carlos IV, quien de esta manera pretendía
“cristianizar la historia”), y admirador de ciencias; fundó la primera Academia de Matemáticas;
concibió El Escorial, entre otras cosas, como centro científico con una estupenda biblioteca;
creó el Archivo General de Simancas; subvencionaba las expediciones a América; dominaba la
música y era conocedor de Bellas Artes. Con este entusiasmo coleccionista e interés por la
Alquimia “contagió” a su sobrino Rodolfo.
Disponemos de informes escritos sobre los diálogos mantenidos por Felipe II y Rodolfo, así que
conocemos los detalles de su estancia en la Corte madrileña. Sabemos, por ejemplo, que se
reunieron el día de la partida de Rodolfo en 1571, estando presente el embajador Dietrichstein.
Asimismo la correspondencia de Rodolfo con la Corte madrileña representa otra muestra de las
mutuas relaciones 22. Estudiando el papel de Rodolfo II como uno de los coleccionistas,
mecenas y protectores de Alquimia más grandes en la historia de los Habsburgo, nos surge
una pregunta básica: ¿Cuándo empezó a interesarse por las Artes y dónde conoció los
principios de la Alquimia, que luego apoyaba con tanta insistencia? La respuesta, aunque no
suele darse de forma directa, es bastante evidente: Fue en España, en la Corte de Felipe II.
Según ciertas fuentes, los dos archiduques (Alberto y, sobre todo, Rodolfo, predestinado para
gobernar) fueron enseñados por su tío en persona dos veces a la semana durante varias horas
sobre los principios de la regencia, política y esoterismo 23. Los alquimistas se dedicaban al
estudio del oro y plata y estas investigaciones se cubrían con el interés intelectual concebido
por el místico y mártir español (mallorquín) Raimundo Llull, puesto que España pudo importar
metales preciosos a gran escala desde América.
Los lazos entre las dos ramas de los Habsburgo eran muy complicados 24. La madre de
Rodolfo, la emperatriz María, era hija de Carlos V y nuera de Fernando I, rey checo y húngaro.
El esposo de María (a partir de 1548) Maximiliano II era primo y, al mismo tiempo, cuñado de
Felipe II 25, por lo que el Rey de España era tío de Rodolfo II, que había pasado en la Corte de
su reino casi ocho años. La boda de Felipe y Ana, hermana de Rodolfo, se celebró por
representación en la catedral de San Vito en Praga en 1570. Cuando Rodolfo tenía veintisiete
años, en 1579, le ofrecieron que se casase con su prima, hija de Felipe II, Isabel Clara
Eugenia, que tenía trece años. Sin embargo, Rodolfo no deseaba casarse y de hecho no lo
hizo nunca. Uno de los objetivos de la Embajada de España en Praga era acordar un
matrimonio entre el emperador y la infanta; es evidente que en este punto fracasó.
La existencia de la Embajada de España reflejaba las vivas relaciones diplomáticas entre el
Reino de Bohemia (que formaba parte del conjunto de países en Europa Central) y el gran
imperio en la Península Ibérica. La existencia de la Embajada dió un fuerte toque español al
ambiente de Praga de los siglos XVI y XVII. Representaba uno de los supremos niveles hasta
dónde podían llegar los diplomáticos españoles; en primer lugar, debido a su amplio ámbito
geopolítico y, segundo, debido a la importancia de las responsabilidades que se le concedían.
La Embajada de España contaba con hasta 70 empleados. El Embajador en Praga
representaba España no sólo en Bohemia, sino también en la Corte imperial, imperio alemán,
países polacos y en los países que se encontraban detrás del Danubio.
6
Rodolfo sufrió una de sus depresiones profundas, que solía padecer en aquel entonces,
cuando la infanta se casó con su hermano Alberto. También, fracasaron los planes de
matrimonio con la hija de Felipe. Como consecuencia, se enfriaron las relaciones entre las dos
líneas principales de la casa de los Habsburgo, lo que tuvo impacto en el tradicional
intercambio de obras del arte.
En 1583 Rodolfo II preparó con un gran séquito el viaje a la patria de su madre española.
Durante su estancia en Praga, la emperatriz María fue muy venerada, puesto que representaba
la garantía de la influencia española en Bohemia, como lo pone de manifiesto el libro de Pedro
Cornejo Historia de las civiles guerras y rebelión de Flandes publicada en español en Praga 26.
Durante su estancia en Praga, María envió a Madrid muchas reliquias y otros objetos de gran
valor; y al revés, a Praga, trajo muchos objetos para la Catedral de San Vito, por ejemplo, la
capa pluvial negra con adornos de color púrpura. Asimismo, cuando estaba en España
organizó envíos de caballos españoles, recibiendo a cambio gran cantidad de objetos de
carácter cultual o artístico, relojes y escritorios. Las dos partes intercambiaban granates de
Bohemia, retratos y reliquias. Los envíos de Madrid iban dirigidos directamente a manos del
emperador, a veces, a través de los embajadores 27.
Merece la pena mencionar que entre los cinco libros que se publicaron en español en la
editorial de Jorge Nigrín en Praga apareció también la obra del Embajador Juan de Borja,
titulada Empresas morales, tratándose de la primera publicación de este tipo que apareció en
español28. Borja desempeñaba las funciones de Embajador, enseñando, al mismo tiempo, la
Poética en el Colegio de los Jesuitas como uno de los primeros profesores. En 1580 impulsó la
publicación de un diccionario latino-checo-español, inicialmente para que lo utilizasen los
empleados de la Embajada de España en Praga29. Hay que mencionar que el padre de Borja,
tras fallecer su esposa, se hizo miembro de los jesuitas, convirtiéndose, al final, en su general.
Asimismo, el músico Mateo Flecha el Joven, que actuaba en la Corte de Viena y Praga, publicó
en la casa editorial de Jorge Nigrín dos libros de composiciones: el primero, Las ensaladas se
ha conservado hasta hoy en día, el segundo, Libro de la música de punta y Divinarum
Completarum Psalmi, Lectio brevis et Salve Regina cum Aliquibus motettis no se conoce30.
En el libro de Cornejo que acabamos de mencionar se acentúa que Bohemia tiene para los
Habsburgo la misma importancia que Flandes (los Países Bajos), porque la emperatriz María,
el Embajador Borja y los Jesuitas del Colegio de Klementinum representan el corazón de la
“facción española“ de la Corte de Praga31. La facción española estaba integrada por la nobleza
católica de familias importantes, influyentes y ricas, como los Pernstejn, Rozmberk, Lobkowicz
y Dietrichstein de Moravia, que dominaban la mayor parte del país, o también Jan Krystof
Pruskovsky, Karel de Zerotin, etc.
La facción española “era un grupo pequeño, pero muy coherente y conscientes de su
propósito”32, que imponía una orientación claramente católica al país bajo el patronazgo de los
Embajadores españoles. Estos jugaban un importante papel, sirviendo de interlocutor entre la
Corte imperial de Praga y España e institución cultural. Los miembros de la facción proespañola y católica se referían al rey español como a “nuestro rey”33 y recurrían a España como
al garante del orden internacional. A diferencia de ellos, la fracción protestante veía en su
persona peligro permanente e interpretaba la soberanía de los Habsburgo en los dos países
como amenaza geopolítica. Los miembros de la facción española se inspiraron en el caso de la
emperatriz María y contraían matrimonios con las nobles españolas. Así llegaron a establecer
buenos contactos con la Corte española; sus hijos siguieron con la misma tendencia, lo que les
convirtió en portadores de cultura y costumbres españolas. Incluso, se les concedían las
condecoraciones más altas (la Orden de Toisón de Oro)34 y llegaban a ser miembros de las
órdenes españolas (Calatrava). Todo eso se manifestó en la moda española, que dominó el
ambiente checo durante muchos años. Rodolfo II se aferraba mucho en el protocolo y
vestimenta española, incluso, cuando estos ya estaban en declive37.
La facción española fue respaldada tanto por la emperatriz María, como por María Manrique de
Lara, esposa de Vratislav de Pernstejn, que era Embajador y canciller del Reino de Bohemia.
María Manrique se dejaba enviar copas, estatuas de cera y piedra, telas, colchas, perfumes,
etc. Esta curiosidad reflejaba el interés por todo lo que provenía de la Corte española,
7
considerada como símbolo de lujo y exclusividad. Paulatinamente se generalizó la tendencia de
identificar “lo español” con “lo exclusivo, lujoso”, e incluso “exótico”. Asimismo se confundían
los conceptos de lo católico y de lo español, por lo que la fracción no-católica denominaba a los
católicos checos “Spanihele” (españoles). La posición de los católicos checos en la sociedad
era importante por su naturaleza. Se debía a la tradición y el emperador solía otorgar a los
católicos checos los cargos más altos en la política. En otros términos, “todo lo que procedía de
España se aceptaba en la Corte imperial sin reserva y proliferaba entre los nobles.” 36
Hace poco, se descubrió que varios españoles en la Corte estaban dedicados a actividades
artísticas. Sin embargo, su actividad no se puede comparar en tamaño e importancia con otros
grupos nacionales, por ejemplo, el grupo italiano, cuya presencia en Praga era más importante
en términos de poder y fuerza. Los artistas españoles en Praga trabajaron no sólo para el
emperador, sino también para doña María Manrique. Lo demuestran cuentas por trabajos de
orfebrería, extendidas por Juan de Mazuelos en Praga en 1570 (trabajó en Praga hasta 1589) o
la actividad del arquitecto Juan Español tanto en Praga, como en Olomouc 37. Los miembros de
la familia Miseroni vinieron de Milán a través de la Corte madrileña, donde los había conocido
Rodolfo, y lo mismo podemos decir sobre los hermanos Castruccio, quienes son autores de los
mosaicos florentinos “pietra dura”.
Rodolfo II nunca interrumpió sus relaciones con España, aprovechándolas, entre otras cosas,
para sus intereses de coleccionista. Más que nada le fascinaba la posibilidad de obtener
productos americanos, africanos y asiáticos. Encomendó a su embajador Khevenhüller que le
trajera piedras preciosas y todo tipo de objetos curiosos desde las colonias españolas38.
Incluso disponemos del testimonio de un visitante alemán, el comerciante Hans Ullrich Kraft,
quien pudo ver las colecciones de Rodolfo en 1584 gracias al pintor de la Corte Bartolomeo
Spranger: “… y allí estaban obras preciosas, realizadas en España …” “Objetos indígenas” o
“rarezas indígenas” formaban parte de esta colección, apareciendo también en otras
colecciones, por ejemplo, en la de los Nostic. En los archivos de los Lobkowicz de Zitenice
encontramos “un inventario de cosas y ropa diversa, iniciado por su Merced el duque de Sagan
en Praga el día 25 del mes junio del año 1647”, que contiene estas piezas: “Incluso un cajón
indígena de color rojo y pintado de oro”, “…ad 4/ mantón indígena, rojo por dentro y negro y
adornado con oro por fuera”. Además, en el inventario vienen mencionadas cuatro cucharillas
de Montserrat 39.
Rodolfo II regaló a Augusto I del Palatinado varias esmeraldas, colocadas aún en el fragmento
de roca madre, que provenían de Colombia. Baltasar Permoser y Johann Melchior Dinglinger
las incorporaron en la estatua del Negro que se ha conservado hasta hoy. Según el inventario
escrito en francés de 1652, cuando los suecos robaron las colecciones del Castillo de Praga,
se llevaron, entre otras cosas, las llamadas rarezas indígenas 40. La colección de Rodolfo
representa una prueba contundente de que durante todo el siglo XVI los europeos proyectaban
sus ansias de lo exótico en “las Indias”, o sea, en América española, o, en su caso, Asia
portuguesa. Según los documentos que proceden de Viena, Rodolfo II estaba interesado ante
todo por los diamantes 41. La moda china iba acompañada por el interés por las flores
“indígenas”, como lo demuestra, por ejemplo, la porcelana que se producía en Sajonia entre los
años 1725 y 1735 o la azucarera de porcelana austriaca, que se fabricó alrededor de 1740 y
que forma parte de las colecciones del Museo de Artes Decorativas42. Incluso, podemos
encontrarnos con la iconografía del dios azteca Huitzilopochtli en la porcelana checa del siglo
XVIII 43, que pone de manifiesto el eco de la América española en Bohemia. Los personajes
alegóricos procedentes de esta parte del mundo nos observan desde cornisas de palacios y de
cúpulas y bóvedas de iglesias.
Es muy acertado decir que cuando los jóvenes Rodolfo y Ernesto volvieron a casa,
probablemente los dominó “la impresión de mudar del gran teatro del mundo al campo” 44.
Parece que “en su esfuerzo de rivalizar con su tío Felipe II, Rodolfo pretendía crear una Corte
ideal renacentista. Tanto sus colecciones enormes y su cámara de arte, como sus jardines,
incluyendo el zoológico, representan las huellas físicas de este empeño” 45. Ambos compartían
la ideología cristiana neoplatónica. Viviendo en Praga, Rodolfo II se rodeó de cortesanos
españoles 46.
No deberíamos olvidarnos de otro embajador, Guillermo de San Clemente y Centellas,
caballero de la Orden de Santiago. Era un intelectual importante de la época de Rodolfo, que
8
vivió en Praga desde 1581 hasta su fallecimiento en 1608. Durante 27 años fue mecenas,
cliente de artistas y donante de piezas de arte, incluyendo algunos manuscritos 47. Era un
importantísimo personaje, no sólo debido a su calidad de representante del Rey más poderoso
de Europa, sino también por ser líder espiritual, protector y defensor de la facción española
católica, dirigida en aquella época por Polixena de Pernstejn (Pernestán) por parte checa. San
Clemente era no sólo estadista, sino también intelectual; por esta razón, Giordano Bruno, que
durante su estancia en Praga incluso vivió en la residencia del Embajador, le regaló un escrito
del filósofo catalán medieval Raimundo Llull, dedicado a la teoría combinatoria. San Clemente
volvió a publicar la obra en la editorial de Jorge Nigrín 48. Cuando San Clemente moría, llegó a
Praga su pariente Baltasar de Marradas, cuyo nombre mencionaremos más tarde.
Al empezar a gobernar, Rodolfo trasladó su sede de Viena a Praga, reconstruyendo el Castillo
de Praga. Hay quienes comparan esta decisión suya con la de su tío Felipe, quien se había
mudado de Toledo a Madrid y, más tarde, a El Escorial 49. Últimamente, los expertos señalan
que en la reforma imperial del Castillo de Praga aparecen elementos inspirados en España. El
motivo es obvio: El emperador pidió a su Embajador Khevenhüller, gran conocedor del arte
gracias a las continuas peticiones de Rodolfo, que le proporcionara los planos de las sedes
reales españolas y las gráficas de El Escorial y Aranjuez, autorizadas por el constructor
Herrera. La mejor muestra de esta teoría es la Puerta de Matías, cuya construcción, concebida
como arco de triunfo, fue iniciada por el arquitecto Filippi de Trento, aún bajo el reinado de
Rodolfo, y que presenta cierta similitud con Aranjuez; asimismo la segunda fase de la
construcción del complejo de edificios en el pueblo Bubenec (cerca de Praga) empezó
inmediatamente después de llegar la documentación de España.
Hace poco, se descubrió que Rodolfo tuvo la intención de crear un nuevo Escorial en el Castillo
de Praga. No nos referimos al aspecto del edificio, sino a su importancia intelectual. La
Catedral de San Vito era el punto clave de la estructura urbanístico-religiosa y palacioresidencial del Castillo de Praga y en el caso de El Escorial lo era la Catedral de San Lorenzo
50
. Alguna semejanza puede observarse asimismo en la presencia del monasterio dentro de la
residencia real (el Convento de San Jorge en su versión más antigua). La construcción
realizada por Felipe, El Escorial, que Rodolfo había visto sólo en su fase inicial, se convirtió en
un ejemplo que tuvo influencia sobre las ideas de toda Europa durante siglos. En Bohemia
influyó, por ejemplo, en la construcción de los conventos de Plasy, Hradisko (cerca de
Olomouc) y era también fuente ideológica del complejo de Kuks. El Escorial representa la
perfecta expresión del platonismo renacentista y la aplicación radical de las teorías romanas en
una forma tan limpia que no se puede encontrar ni siquiera en la Basílica de San Pedro en
Roma, puesto que allí se ve deformada por la idea arquitectónica de Miguel Ángel. Puede
decirse que el carácter español de El Escorial consiste en su concepto grandioso. El Escorial
se convirtió en un ejemplo de la disposición de los interiores de catedrales y, prácticamente,
inició la tradición de construir torres en las esquinas de los edificios, que les proporcionan
carácter de fortificaciones.
Es seguro que Rodolfo II conocía el estudio, escrito por Herrera, sobre la figura cúbica que se
basaba en los principios y opiniones de Raimundo Llull. En principio, se trata de una obra
cabalista, que trata el tema de la “piedra filosofal” o perfección. No toca directamente el tema
de cómo practicar la Alquimia, sino que expresa unos principios teóricos según los cuales se
dirigían la ciencia y el arte alquimista, incluidos en el concepto de Ars magna, en el sentido de
pansofía o transmutación del alma 51.
En la Corte de El Escorial se creó una escuela retratista, que tenía impacto a escala europea,
según lo testimonian los retratos de la colección de los Lobkowiz en Roudnice. La pintura
retratista española acentúa los valores de grandeza, majestad, alteza, suntuosidad y prudencia.
El rigor y austeridad, muy destacada, no constituyen sino la visualización del protocolo de la
Corte de los Habsburgo, basado en las tradiciones de Borgoña. El artista no pretende crear un
retrato realista de su modelo, sino una imagen convencional que refleje rasgos de una
sociedad jerárquica y cerrada. El arte estatal y el cortesano se entrelazan para formar una sola
unidad inseparable del retrato, contribuyendo así a la consolidación de la nueva imagen del
soberano. La impresión de la majestuosidad del modelo se consigue a través de rasgos
inmóviles (equivalentes a una máscara, misteriosos), cuerpo en postura estática, recta, hasta
urgente, e importancia de la minuciosa elaboración de ropas y joyas representativas. En otros
9
términos, se consigue a través de carácter teatral y valor “material” del contexto (ropa, telas,
sedas) en el que está situado el modelo.
Siguiendo algunas teorías, el retrato tenía como objetivo plasmar de manera realista no sólo los
rasgos de una persona, sino también el conjunto de cualidades que integraban su personalidad
y belleza humanas. En aquel entonces, observar un retrato, o incluso crearlo, significó suscitar
el milagro de la creación divina e interpretar el retrato como la imagen de Dios en el modelo.
Sobre todo en el caso del retrato cortesano, la obligación del artista no consistía en pintar de
manera realista a su modelo, sino en crear una figuración convencional. Este concepto tiende a
la creación de retratos formales y despersonalizados. Según las últimas teorías de entonces,
dado que el arte simula la naturaleza, el artista debe simular a Dios-artista. A partir de allí
podemos entender la evolución que va hacia el llamado retrato a lo divino, en cuyo caso el
observador no revela el exacto aspecto físico del modelo, sino su aspecto moral. En cierta
medida, podríamos hablar de divinización de la persona retratada. En los términos de
Gombrich 53, el retrato “no representa interpretación de la experiencia visual, sino construcción
fiel del modelo de relaciones.” A la hora de estudiar los retratos de Roudnice, se plantea otra
pregunta: ¿En qué medida influyeron los retratos españoles, importados a Bohemia, sobre la
evolución de la pintura retratista checa? Esta cuestión merecería un estudio independiente, si
bien puede destacarse que el historiador de arte checho Max Dvorak ya estudió estas
influencias sobre la obra del Maestro de Isabel (Elisabeth, Isabel) de Tesin 54.
A Bohemia no sólo llegó el retrato cortesano profano, sino también la obra profundamente
divina, estilizada hasta lo patético, del pintor Luis Morales “el Divino”, quien combina los
principios del manierismo europeo con elegancia, exquisitez y melancolía, como lo testimonian
varias copias de su obra. En la Catedral de San Vito estaba ubicada una de las versiones del
famoso cuadro de la Piedad 55 que expresa el dramatismo de manera discreta, contrastando el
cuerpo blanquecino de Cristo con la cara de la Virgen, enrojecida por las lágrimas. A pesar de
la forma, con algunos rasgos italianos, y la modelación en claroscuro, Morales partía de la
pintura flamenca, convirtiendo la riqueza de colores y el sensualismo de carácter naturalista en
un ascetismo prudente. Creó así un tipo dramático de Virgen Dolorosa con Cristo, que
expresaba el sufrimiento y la vida espiritual y que le aportó el éxito general y una repercusión
popular.
Desde la época románica, en la escultura española podemos observar un continuo desarrollo
de medios técnicos y de expresión originarios de España y que consisten en la combinación de
oro y color en la policromía del estofado en la talla realista y que se enriquecen en artistas
europeos de diverso origen. Más tarde, se le añade a esta técnica el uso de ojos de vidrio y
ropas de tela. Las estatuas que se podían vestir contaban con materiales como es la cera;
podemos observarlo por ejemplo en el famoso Niño Jesús de Praga (procedente de España),
Santa Librada, Santos Felicísimo y Marcia de la Iglesia de Loreto en Praga u otras figuras
populares procedentes, en su mayoría, del siglo XVII.
En época más tardía, el emperador prácticamente rehuyó la ejecución de sus derechos y
responsabilidades de soberano, dejando campo libre a sus criados y mozos de cámara, según
dice la leyenda. Se dedicó casi exclusivamente a la contemplación de sus grandiosas
colecciones, que se convirtieron en su manera de defender el ideal imperial, el poder real y el
respeto que iba perdiendo de manera irrefutable en el campo de la política. Su prestigio era
prácticamente nulo en algunas partes del Imperio, por ejemplo, en Italia del Norte. Según
algunos autores, por ejemplo Parker57, se parecía en este sentido, pero sólo en la superficie, a
Felipe II, quien se consideraba maestro en el arte de gobernar. En la persona de Rodolfo se
sintetizaron los rasgos de la ideología familiar con el internacionalismo artístico, puesto que se
enfocó en el mercado artístico internacional, existente entre Italia, España, Países Bajos y las
colonias. Excede el objetivo y el tamaño de este texto analizar otras analogías que hay entre el
gobierno de Rodolfo y el entorno español presente en la Corte de Praga.
10
Reforma Católica, sus rasgos españoles y su infiltración en Bohemia a partir del siglo
XVI
La línea dinástica y aristocrática no era el único canal de expansión de la influencia española;
se puede detectar otro más, aunque muchas veces fuera indirecto: la línea religioso-filosófica.
Tanto la curia vaticana del Papa, en cuyos servicios estaban muchos españoles, como las
órdenes religiosas sirvieron de intermediarios. Este rol fue desempeñado sobre todo por los
Jesuitas, llegados a Praga en la misma época en que Felipe II ocupó el trono. Sus primeros
pasos fueron dirigidos por el propio Ignacio de Loyola y después, por otros generales
españoles. Otras órdenes religiosas, fundadas o reformadas por los españoles, funcionaban de
la misma manera.
Fueron los Jesuitas quienes reformaron y mejoraron el nivel de las universidades checas, no
sólo en la capital, sino también, por ejemplo, en Olomouc, donde los primeros tres rectores
fueron españoles 58. Como explica Stanislav Sousedik 59, ya en los años sesenta y setenta del
siglo XVI estaba imponiéndose una nueva tendencia de Neoescolástica, llamada asimismo
Segunda Escolástica o Escolástica de la Edad Moderna. Sus representantes fueron los jesuitas
españoles y portugueses, filósofos y teólogos como Domingo Báñez (1528–1604), Francisco
de Toledo (1532–1596), Pedro Fonseca (1528–1599), Benito Pereira (fallecido en 1610), el
agustino Francisco Suárez (1548–1617) o Luis de Molina (1535–1600), cuyas obras se leyeron
mucho en Bohemia. Gracias a su actividad, el centro de esta filosofía se trasladó de Italia a
España, manteniéndose allí hasta finales del siglo XVII, y a pesar de que muchos de estos
filósofos enseñaban en Italia. Entre sus alumnos se encontraban incluso varios checos. Ante
todo, “la recepción de la doctrina metafísica de Fonseca en los años ochenta del siglo XVI tiene
carácter del hito histórico en la historia cultural de nuestros países 60”, más aún cuando se
compara con la educación de tipo filológico-retórico, ofrecido por la universidad utraquista.
Parece ser que los iniciales miembros del Colegio de los Jesuitas trajeron las primeras
colecciones manuscritas de sermones. Sus autores eran los famosos predicadores jesuitas y
primeros miembros de la Orden, cercanos a San Ignacio: Alfonso Salmerón, Diego Laínez y el
segundo general de la Orden, al que ya hemos mencionado, Francisco de Toledo 61. Sus
manuscritos tuvieron influencia decisiva; en las bibliotecas checas se han conservado en
decenas de ediciones latinas, españolas y en otros idiomas.
Se ha constatado muchas veces que antes de celebrarse la Batalla de la Montaña Blanca, la
cultura española influyó prácticamente sobre todas las clases de la sociedad checa de distinta
manera e intensidad. El español era bastante frecuente en las clases altas y en el clero y aún
mayor era la influencia española sobre la moda 62 y algunas costumbres. No es ninguna
casualidad que la primera traducción directa del español al checo esté dedicada al protocolo y
que otros escritos tengan carácter geográfico, especializado (p. ej. médico) o filosófico 63. En
aquella época, España tenía una importancia extraordinaria también para el arte europeo. En
realidad, puede hablarse de una “Edad de Oro de la cultura española”. El concepto “Siglo de
Oro” es demasiado restrictivo en plan temporal, tratándose, en realidad, de casi dos siglos
tanto en las Bellas Artes (sobre todo, en las artes plásticas), como en teatro, literatura y poesía.
En este trabajo no podemos analizar el desarrollo intelectual del país, ni siquiera a grandes
rasgos; baste decir que incluyó un auge impresionante de la literatura, el arte y ciencias, sobre
todo de las discursivas. En principio, la Edad de Oro comprende la larga época desde el
humanismo de los Reyes Católicos hasta finales del siglo XVII. “Su denominador común fue el
universalismo católico que expresaba la opinión predominante en el país 64.” Fue Miguel de
Cervantes (1547–1616), el autor del inmortal “Don Quijote”, de “la mayor novela de todos los
tiempos, monumento al pensamiento renacentista 65”, quien tuvo el mayor eco en la prosa. Las
reacciones de los artistas plásticos checos, quienes siempre vuelven a recurrir a él como a una
fuente de inspiración a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, confirman su actualidad
persistente. Las bases más importantes de la Edad de Oro fueron sentadas ya bajo el reinado
de Felipe II, aunque la culminación llegó en el siglo siguiente.
11
El movimiento del misticismo y ascetismo español tuvo un papel especial; en este marco se
crearon excelentes obras, que influyeron mucho sobre el pensamiento de la época. Los
místicos cristianos “pulieron la manera de expresar diversas relaciones y anhelos del espíritu,
hasta llegar a los detalles más finos, contribuyendo así al enriquecimiento de la literatura y
facilitando que ésta penetrase a otras zonas del espíritu humano, hasta entonces desconocidas
66
.” Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, datados en 1541 (traducidos al checo en 1921),
tuvieron gran importancia en la formación del pensamiento figurativo realista y la figuración
plástica de ideas. Asimismo, la Orden Jesuita, fundada en 1534 por San Ignacio (aquel
“conquistador, sin embargo, del Reino Divino 67) en colaboración con San Francisco Javier, San
Francisco de Borja y otros miembros de la Compañía de Jesús, contribuyó a la difusión del
pensamiento español. Lo mismo puede decirse sobre la reformada Orden de los Carmelitas
Descalzos (fundada en 1568 por el escritor místico San Juan de la Cruz), Trinitarios,
Benedictinos de Montserrat (activos durante más de 200 años en el Monasterio de Emaús de
Praga), Escolapios y otras Órdenes fundadas por los españoles 68. Los Místicos más
importantes fueron Santa Teresa de Ávila, Luis de Granada y el Franciscano Pedro de
Alcántara. Estos místicos iniciaron así un retorno a la vida espiritual en España y otras partes
de Europa en el siglo XVII, y que representó “una respuesta a la soberanía exagerada del
intelecto del Renacimiento. 69”
Asimismo, muchos artistas se fueron a vivir a España. El genial pintor griego Domenicos
Theotokópulos, El Greco, es el que mejor personifica el ambiente espiritual del país: la mística.
Ésta fue verbalizada por los santos Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, el eco de cuyas
trayectorias vitales y artísticas se proyecta hasta hoy. Asimismo, deberíamos mencionar que
los Jesuitas españoles y portugueses (y a través de ellos también los checos) mantuvieron
contacto con Japón y China.
Los españoles en la Montaña Blanca y después
Según el profesor Kucera, la Montaña Blanca se convirtió en “el sinónimo de una catástrofe
nacional, en el sinónimo de la ruina de nuestra nación y de sufrimiento bajo el dominio de unos
advenedizos; hecho divertido, considerando que no hubo nada que pudiera ser arruinado y
sufrir, puesto que entonces no existía una nación en el sentido moderno de la palabra. No está
claro por qué los checos razonables del siglo XXI deberían preferir inestabilidad a estabilidad o,
en otros términos, un par de rebeldes al rey debidamente elegido, quien además les había
confirmado todas sus libertades.” Parece que Kucera es el único autor que constata de manera
abierta que la defenestración, y en general toda la “rebeldía asquerosa”, “simplemente, fue un
intento de asesinato, y es muy ilustrativo y triste que los miembros de la Comunidad de
Hermanos Moravos también participasen en ello.70”
Los que fueron arrojados por la ventana eran católicos, partidarios de la facción española. Iban
vestidos según la moda cortesana española y, como recuerda uno de los defenestrados,
Slavata, la ropa ayudó a salvar sus vidas. Sin embargo, su supervivencia fue interpretada como
un milagro por intervención de la Virgen María, a la que rezaron cayendo de la ventana 71. La
figuración pictórica y gráfica de este acontecimiento es frecuente en los materiales tanto
contemporáneos como posteriores 72, convirtiéndose en un tema popular de interpretaciones
románticas e historicistas. El Cuadro votivo de Vilem Slavata del Palacio de Telc representa
una de las primeras figuraciones de la defenestración. Fue pintado poco después de 1620 y, en
un primer momento, estuvo destinado para el Castillo de Jindrichuv Hradec. El cuadro es
enorme; a la derecha, dentro de las nubes, aparece una dama noble con un turbante elegante,
moderno en aquel entonces. Se trata de Polixena de Lobkowicz, hija del matrimonio checoespañol, que salva a los defenestrados por la voluntad de Dios, mientras que la Muerte huye,
toda asustada, por encima de su cabeza. El cuadro representa una mezcla y síntesis extraña
de motivos renacentistas alegóricos y del “lenguaje de folletos propagandistas de la
Contrarreforma73”. El cuadro interpreta la defenestración praguense como un acontecimiento
milagroso; mientras Cristo, sufriendo en la Cruz, salvó a la humanidad de sus pecados,
Jaroslav Borita de Martinice y Vilem Slavata, tras la intervención de la Virgen María y ayudados
por los ángeles, salvan el Reino de Bohemia y vuelven a abrirle camino al seno de la salvadora
Iglesia Católica.
12
Influidos por el esquematismo de la enseñanza comunista, muchos checos siguen pensando
que el catolicismo en Bohemia se impuso a la fuerza después de la Batalla de la Montaña
Blanca; sin embargo, no fue así. Según las últimas estadísticas, aunque ni esta ni otras
religiones representan un tema importante para la mayoría de los ciudadanos de la República
Checa, no obstante, la católica sigue siendo la religión con mayor numero de practicantes. Por
eso, merece la pena fijarse en su historia: No cabe duda que el movimiento husita, cuyo deseo
de reformas religiosas iba ligado al de la igualdad social y nacional, le dio el primer golpe. De
los husitas nació la Iglesia de Hermanos Moravos (hoy religión minoritaria), que coincidía en
muchos aspectos con el importado protestantismo de carácter luterano o calvinista, preferido,
sobre todo, por los alemanes.
Ya cien años antes de la Batalla de la Montaña Blanca era palpable que el renacimiento
católico (recurro a este término, reconocido por el gran luchador comunista contra el
catolicismo, Ministro de Cultura Zdenek Nejedly 74) iba en alza. Según su opinión, “el
catolicismo del siglo XVI respondió a la Reforma alemana de una manera extraordinariamente
contundente, realizando una reorganización tan profunda que es casi admirable, sobre todo,
considerando la abnegación con la que el catolicismo alemán reconoció su “pecado” ante los
ojos de la fracción reformista y con la que arreglaba lo podrido que llevaba dentro. Y en esto se
nota un progreso: Ellos respondieron de sus “pecados”. Gracias a ello fue posible que se
fueran formando dos mundos, el reformista y el católico, uno contra el otro, que se enfrentaron
al final en el combate decisivo por la primacía. Bohemia se encontraba en el desgraciado foco
de este conflicto, desarrollándose esta lucha mundial asimismo en su territorio. Si queremos
entender bien los acontecimientos en el mundo y en Bohemia en la segunda mitad del siglo
XVI, en primer lugar tenemos que conocer las dos fuerzas. Debido a nuestro enfado moral por
la “asquerosa Montaña Blanca” cerrábamos los ojos frente a la causa real de nuestra caída.
Tan sólo la escuela del prof. Goll llamó la atención sobre esta cuestión. Hoy en día ya se da por
supuesto que el declive de la nación checa en los siglos XVII y XVIII no fue causado por la
Batalla de la Montaña Blanca. Ninguna nación murió en una sola batalla, ni mucho menos en
una batalla de este tipo. Su importancia y el estilo de la estrategia fue mucho menor de lo que
nos esperaríamos en una batalla con consecuencias tan decisivas. A pesar de ello, la idea
sobre el declive de la nación checa, inmediatamente posterior a la Batalla de la Montaña
Blanca, se convirtió en patrimonio nacional. Estrictas investigaciones históricas erradican esta
idea de manera cada vez más tajante, retrasando la época de decadencia a tiempos anteriores.
… La resistencia nacional puede observarse en el arte del siglo XVII. … No sobrestimo la
originalidad (de la cultura de las Bellas Artes) ni su nivel artístico, pero en aquel entonces,
nuestras Bellas Artes formaban parte de la vida checa, lo que no debería subestimarse.
Debemos agradecer la belleza de la “Praga Vieja” a esta época de la Contrarreforma. … Por
tanto, tenemos que posponer el declive de la nación checa de la época posterior a la Batalla de
la Montaña Blanca a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. La importancia de esta
valoración no es meramente cronológica. Al mismo tiempo supone retrasar el principio del
movimiento del Renacimiento Nacional a una época más tardía, por lo que aquella “temporada
del dormir” (sorprendentemente, aquí Nejedly no dice época de tinieblas), que, según se había
pensado antes, duró dos siglos (XVII a XVIII), prácticamente desaparece de nuestra historia”.
El primer Ministro de Cultura comunista (perdóneseme una cita tan larga) prácticamente adoptó
las conclusiones del gran historiador protestante francés Ernest Denis, quien dijo que, en
realidad, lo sucedido en la Montaña Blanca fue algo positivo para la nación checa 75.
Al terminar la Guerra de los Treinta años, los protestantes suecos robaron todas las
colecciones y patrimonio cultural acumulado en el Castillo de Praga por Rodolfo II, salvo
algunos restos, redescubiertos en el siglo XX 76. A pesar de ello y sin disponer de cualquier
prueba, en Chequia se sigue insistiendo que los culpables fueron “los crueles españoles”. Se
trata de una desinformación deliberada, lo mismo que el caso de un folleto publicado en 1618
(o sea, antes de celebrarse la Batalla de la Montaña Blanca) en el cual el mismísimo San
Wenceslao responde a los Jesuitas que le piden que se convierta en su protector contra los
protestantes checos.
Me llamáis en vano
Y si no sabéis
Que yo no soy el Padre del cielo
Tengo fama de santo heredero checo?
13
Y como estuve en contra de vuestra
herencia, muy querida.
Debía decorosamente interceder
Y por vosotros suplicar
Por vosotros, que gustariais
Como diablitos jovencitos
A los fieles checos exterminar
En el País Checo implantar
crueles espaňoles.77
Es hecho demostrado y reconocido (incluso en la era comunista) que los sajones protestantes
que invadieron Bohemia en 1631 cometieron atrocidades con los civiles checos y que en 1648
tropas suecas saquearon el Barrio Pequeño y el barrio de Hradcany en Praga78. Nunca
sabremos con toda seguridad lo que ocurrió; sin embargo lo interesante es comprobar como
las leyendas, a veces, se imponen a la realidad, reflejando el estado del espíritu en vez del
mundo real.
En realidad, en el campo de la Montaña Blanca hubo sólo unos cuantos comandantes
españoles. Destaca el hecho de que se utilizó con éxito el sistema militar español de tercios,
como lo ponen de manifiesto los grabados de Sadeler79. Además, en las tropas imperiales las
órdenes se impartían en español. A pesar de su reducido número, los comandantes españoles
influyeron mucho en el desarrollo de la batalla, como lo prueban los versos de Simon Lomnicky
de Budec80:
Entonces comprendieron los checos
Qué es lo que sabían los hispanos
Pues les acorraralon hasta los muros.
Como hemos visto, la Batalla (o, mejor dicho, la escaramuza) de la Montaña Blanca y los
acontecimientos que la siguieron, se consideran el momento más polémico de la historia checa
81
. Los checos relacionan a los españoles con la batalla con todo derecho, pero la evaluación
de su intervención no es siempre objetiva 82. A la hora de describir la batalla, se acentúa la
importancia de cuatro elementos españoles. Primero, se subraya la presencia de las tropas
españolas, que no incluían un alto numero de soldados españoles, pero sí se formaron según
la tradicional estrategia española, organizadas por tercios, siguiendo el ejemplo de los Países
Bajos. Segundo, se señala la presencia de los comandantes españoles (Areyzaga, Huerta,
Marradas, Verdugo). Tercero, la importancia del dinero español que el Embajador español
había regalado a las fuerzas armadas católicas. Y cuarto, la intervención del prior de los
Carmelitas cuyo nombre civil era Domingo Ruzola (se le conoce más por su nombre latino
Dominic a Jesu Maria) y al que se encomendó el liderazgo espiritual de las tropas católicas83.
De acuerdo con la leyenda, intervino en la batalla de manera decisiva.
La vida de Domingo Ruzola se conoce gracias a numerosas versiones de su biografía escritas
en italiano y español. Procedía de Calatayud (Aragón), que entonces formaba parte de la
Provincia de Tarragona 84. Asimismo, sabemos cómo era su aspecto; incluso disponemos de
varios retratos, uno de ellos atribuido a Rubens85. Ruzola solía predicar en italiano, francés, y
para sus compatriotas en español, a pesar de dominar también, posiblemente, el idioma
alemán. Eso se debía a que alemanes y checos formaban sólo la cuarta parte de las tropas
imperiales, mientras que el resto fue integrado por italianos, franceses de Bélgica y Lorena y
flamencos. Los españoles eran casi exclusivamente comandantes. España, representada por
el carmelita Domingo, interviene de manera decisiva y esencial en la historia checa, no tanto en
la misma batalla, sino en la reunión de los comandantes de las tropas imperiales durante la
noche del 7 al 8 de noviembre de 1620.
Según dice la leyenda, Ruzola encontró un cuadro, en mal estado y mutilado, en la sede de la
Orden de San Juan en Strakonice (Bohemia del Sur), representando la Adoración de los
pastores, que se llevó a Praga. El 8 de noviembre de 1620 se lo colocó en el pecho y recorrió
el campo de la Montaña Blanca. Se dice que incluso se lanzaba en los combates, levantando el
ardor beligerante de las fuerzas católicas con sus inflamadas palabras. Según la opinión de los
expertos, la posición del ejército de los estados checos era muy ventajosa desde el punto de
14
vista estratégico, pero no fue aprovechada debido a la indisciplina de las tropas e
inconsecuencia por parte de los comandantes. Antes de celebrarse la batalla, en los dos
bandos aparecieron voces que aconsejaban evitar un conflicto armado, cuyo resultado era
inseguro incluso para la fracción católica. Al final, la parte católica atribuyó la victoria en la
Montaña Blanca a la intervención milagrosa de la Virgen María, llamada a partir de entonces de
la Victoria. Pronto se le consagró una iglesia en Roma, donde fue ubicado el grupo de estatuas
más bello de la época barroca: Éxtasis de Santa Teresa de Gian Lorenzo Bernini.
Dusan Uhlir rechaza lo que dice la leyenda: “Más tarde, los biógrafos de Domingo le
atribuyeron un papel clave en la reunión de los comandantes que precedió al combate, sin
embargo, la realidad no fue así. Ningún informe extendido en aquel entonces menciona que
Domingo hubiera participado en esta reunión. Incluso, el desarrollo de la propia batalla insinúa
que al principio, los comandantes católicos más altos no habían pensado dar la batalla decisiva
ante Praga. Sólo querían realizar una escaramuza que verificase la verdadera fuerza
combatiente de su rival. Les cogería por sorpresa el curso rápido de sucesos… ” 86 En la
versión de F. Ruth 87 los acontecimientos fueron así: “El carmelita Domingo contribuyó al
estallido de la Batalla de la Montaña Blanca en gran medida. Trajo la imagen milagrosa de la
Virgen María desde Strakonice explicando que la había encontrado en una capilla arruinada.
Después de haber llorado sobre la imagen, a la que le habían sacado los ojos, apareció la
Virgen María, diciendo: “Que esta imagen sea la bandera y capitán del ejército; cuando en esta
batalla sangrienta ganéis al enemigo, mi imagen se recuperará por sí y volverá a poseer su
belleza de antes.”88
Es seguro que todos los participantes se percataron de la importancia de la intervención de
Domingo. Muchas imágenes testimonian su valor, por ejemplo su retrato en el cuadro del altar
mayor de la Iglesia carmelitana de la Virgen María de la Victoria, donde se sitúa frente al
emperador, numerosas obras gráficas, realizadas según los originales de los mejores artistas89,
su imagen que aparece en el relieve estucado en la fachada de la iglesia de pereginación en la
Montaña Blanca y otra, en un fresco dentro de la misma iglesia. Ruzola también fue escritor
activo, escribió Sententiario spirituale y más tarde le beatificaron.90
Según sostiene Kalista91, la historia de la intervención de Ruzola, ante todo, forma parte de la
historia religiosa de Bohemia. “Antes de venir a Bohemia, Ruzola contribuyó considerablemente
a la proliferación de la nueva fe española también en Italia.” En 1612 se fundó en la ciudad de
Terni un convento de Carmelitas Descalzas, de dónde, en 1656, vino la priora María Electa.
Desde entonces, Praga tuvo su Teresa de Ávila. A través de ella, la nueva fe de Santa Teresa
de Ávila entró “sin hacer ruido, pero con un paso firme e inalterable en nuestra tierra”.
Dejemos que Zdenek Kalista realice la reconstrucción, más emocional que histórica, y la
descripción de este momento decisivo:
“Los generales imperiales tienen dudas y se inclinan a posponer la batalla, porque las tropas
están cansadas por haber marchado mucho durante los últimos días. Además, no se sabe cuál
es la posición del ejército checo-palatino en la Montaña Blanca y si éste había recibido
refuerzos de la Villa de Praga, etc. Y en este momento, con modesta disculpa, asume la
palabra el carmelita español. Su voz se hace cada vez más fuerte y ordena a los reunidos que
inicien la lucha al día siguiente. Los ejércitos imperiales luchan por una causa divina. Dios
luchará con ellos, les conducirá mediante su voluntad y hará que venzan. Cómo cuenta un
testigo, el P. Domingo habló con tanto ardor y con tanta fuerza del espíritu que venció las
dudas de los experimentados comandantes militares, que decidieron iniciar la batalla decisiva
por la mañana del día siguiente.”92
El desarrollo de la batalla se ha descrito muchas veces; basta con recordar que los restos de
los rivales moravos (en realidad, no eran checos, sino alemanes de Moravia del Norte)
retrocedieron hacia el Palacio de Verano Hvezda (Estrella), donde fueron derrotados por
completo. Divergen mucho las informaciones sobre el número de fallecidos. Gracias a las obras
gráficas de aquel entonces, muy fidedignas, y sobre todo gracias a las hojas de J. Sadeler, es
seguro que el ejército católico aplicó el sistema de tercios españoles. Dichos tercios estaban
integrados por unidades cerradas de piqueros en forma de cuadro, a los que seguían
arcabuceros. Tras perfeccionarse las armas de fuego, la caballería era casi impotente a la hora
15
de enfrentarse a ellos93. Resulta curioso que los españoles nunca mencionasen su derecho de
sucesión a Bohemia y Moravia, pese a que desde noviembre de 1620 contaron con un número
elevado de soldados allí y que Felipe III disponía de este derecho94.
Incluso mucho después de terminar la batalla, fue posible encontrar restos mortales de los
fallecidos. Por eso, se tomó la decisión de construir una capilla en el lugar de la batalla, donde
iban almacenándose los huesos y se honraba la memoria de los fallecidos. Fue el arzobispo
praguense Jan Lohel quien dio el primer impulso para la construcción de la iglesia de
peregrinage de Santa María en la Montaña Blanca en 1622, exhortando a los creyentes que
realizasen una colecta para poder construir una capilla. En vez de eso, el propio emperador
Fernando II, acompañado por Albrecht von Wallenstein, visitaron el lugar y sólo un año
después, el día del aniversario de la batalla, peregrinaron procesiones desde la Catedral de
San Vito a la capilla provisional en la Montaña Blanca. En el acto de la colocación de la primera
piedra en 1628 participaron tanto Fernando II con su esposa e hijo, como el nuevo arzobispo
de Praga Ernesto Harrach. La fachada de la iglesia introduce al visitante-peregrino en estos
acontecimientos históricos. Aparece en ella un relieve estucado, realizado por un autor
desconocido entre 1705 y 1710. El relieve representa la intervención psicológica del español
durante y antes de la batalla, acompañando las imágenes con inscripciones que describen la
situación95. El carmelita Domingo aparece en el primer plano de la escena del combate. La
figuración se repite dentro de la iglesia, en un fresco en la Capilla de San Feliciano (antes
Capilla de Santa Rosalía) de Václav Vavřinec (Wenceslao Lorenzo) Reiner. Representa a
Ruzola antes de la Batalla de la Montaña Blanca: Lleva una cruz en la mano, extiende los
brazos hacia el cielo, a modo de profeta, y arrodillado frente a la Virgen de Strakonice le
suplica, mientras detrás de él aparece un grupo de jinetes. Este fresco no es muy grande, pero
es importante. Se dice que fue pintado en 1718. Ocupa un lugar importante en la obra creativa
de Reiner y en general, en la pintura mural de la época barroca en Bohemia. Se trata de una
improvisación digna de un virtuoso. El fresco expresa el espíritu gélido de la mañana en
noviembre que enfría todos los colores cubriéndolos con un velo de niebla y las sensaciones
causadas por la espera de la batalla. Ruzola simplemente aprovechó el hecho de que los
soldados protestantes habían dañado y profanado el cuadro con deliberación y lo utilizó como
instrumento para suscitar el espíritu combativo del ejército imperial. Para acentuarlo, el autor
del fresco altera el balance de la composición de la pintura, contrastando los soldados con sus
armaduras brillantes amontonadas, con la llanura vacía del campo de combate y pequeñas
figuras que aparecen en el horizonte96.
Muchos artistas destacados, entre ellos Petr Brandl, Kryštof Dientzenhofer, los Soldatti,
Alliprandi, Aichbauer, Hafenecker, Scotti y el pintor Steifels, contribuyeron con cantidades nada
despreciables a que se construyera el santuario en la Montaña Blanca. Asimismo, Brandl es
autor del retrato de Domingo (Dominic a Jesu María) denominado “Vera ex hispanico originali”
que sirvió de original a la obra gráfica realizada por Birckhart (Birchart) 97.
El lugar llegó a ser un destino frecuente de los peregrinos checos, similar en muchos aspectos
a los santuarios que estaban en la Montaña Santa, en la Iglesia Loreta de Praga y otros. En el
centro del santuario está situado un templo de peregrinación rodeado por columnatas con
capillas en los rincones; en el este o en el oeste puede encontrarse una casa para clérigos y
peregrinos. La protectora de esta iglesia fue la propia viuda del emperador, Eleonora
Magdalena Tereza.
Se realizó una copia del cuadro de Strakonice, que se colocó en el altar mayor, y Domingo
Ruzola llevó el original a la Iglesia de la Virgen María de la Victoria en Roma. El cuadro
desapareció más tarde en las llamas de un incendio; la ventana que actualmente se encuentra
por encima del coro se inspira en él.
La mayor copia del cuadro fue realizada por el pintor italiano Roberto de Longin en 1622 para
la Iglesia de la Virgen María de la Victoria del Barrio Pequeño (Malá Strana) en Praga. Durante
el siglo XVII se publicaba literatura que es dirigida a los peregrinos, proporcionándoles
información acerca del cuadro de la Virgen y del lugar de peregrinaje98. Asimismo se realizaron
numerosas pequeñas obras gráficas con motivos devotos, las llamadas imágenes santas99.
16
La Batalla de la Montaña Blanca halló mucha resonancia también en España, como lo
testimonian algunas publicaciones de aquel entonces, por ejemplo, las memorias de
Olivares100.
Volviendo al pariente de San Clemente, Baltasar de Marradas (1560, Valencia–1638, Praga;
sus restos mortales se encuentran en la Iglesia dominicana de San Gil en Praga). Las
investigaciones realizadas recientemente por Josef Forbelsky101 muestran que fue uno de los
personajes clave de la época después de la Batalla en la Montaña Blanca. Era comandante del
cuartel de Praga, mariscal de campo del ejército imperial y gran prior de los Caballeros de
Malta. En 1630 fue nombrado supremo comandante militar y civil (gobernador) de Bohemia. Ya
en 1633 aparece como cliente de artistas o, en su caso, donador y comitente. Financió la
reconstrucción de la actual Iglesia de la Virgen María de la Victoria, que pertenece a la Orden
de los Carmelitas. El objetivo de la obra era reformar la iglesia para que su frente lindase con la
calle como lo dictaban las leyes de la nueva arquitectura barroca y más tarde, se realizó una
nueva fachada con su escudo. Marradas introdujo la arquitectura barroca en Praga ya en la
época de la Guerra de los Treinta Años: La fachada representa una versión vertical de la iglesia
jesuita Il Gesú de Roma. Gracias a la reconstrucción de Marradas nació un bastidor
arquitectónico impresionante e integral que posee mucha alma barroca.
El nombre de Marradas se menciona también en relación con la inauguración de dos cuadros
de Rubens en la Iglesia de Santo Tomás en el Barrio Pequeño de Praga el 25 de abril de 1637,
encargados por el prior de la Orden, Jan Svitavsky. Marradas encargó la creación del mayor
altar para el Monasterio de Emaús (Na Slovanech), que no se ha conservado debido al
bombardeo en la Segunda Guerra Mundial. El altar llenaba todo el fondo del presbiterio según
las costumbres españolas y tenía “la forma que era popular en aquel entonces: un bastidor de
columnas con estatuas, cuadros y soporte” y se parecía al altar que se ha conservado en la
Iglesia de la Virgen María de las Nieves, o sea a un retablo de tipo español. Además, gracias a
Marradas, España cuenta con una muestra de labor artístico-artesanal que procede de
Bohemia de la época de la Guerra de los Treinta Años, un relicario realizado a petición del
general. Resulta que Baltasar Marradas participó en la vida cultural checa mucho más de lo
que se había supuesto.
Aportaciones religiosas e intelectuales después de la Batalla de la Montaña Blanca
En la Praga posterior a la Batalla de la Montaña Blanca, en las muchas veces entrelazadas
escenas religiosa e intelectual, destacaban dos personajes de importancia internacional: Juan
Caramuel de Lobkowicz y Rodrigo de Arriaga. El primero de ellos, Juan Caramuel de
Lobkowicz (1606–1682), era un intelectual español en el mejor sentido de la palabra y prior de
la abadía benedictina de Emaús. Este monasterio praguense fue regalado a los Benedictinos
españoles por el emperador Fernando III en 1635, quien de esta manera quería agradecer la
victoria sobre los suecos en la Batalla de Nordlingen. A partir de este momento la recatolización
e hispanización en Bohemia tuvo una nueva base. El convento fue dirigido por el abad español
Peñalosa; desde 1647 Caramuel fue su sucesor, a pesar de ser Cisterciense. Caramuel nació
en 1606 en Madrid como hijo de Lorenzo Caramuel, un noble que pertenecía a la Corte
española y puede que incluso a la de Rodolfo, y de la hija de Regina de Lobkowicz. Este
polígrafo erudito, teólogo, lingüista y filósofo era autor de 53 escritos; algunos de ellos
comprenden varios tomos, ocho están escritos en español, el resto en latín. Incluso en el siglo
XVII caracterizado por el universalismo de los doctos, la obra de Caramuel destaca por su
abundancia y tamaño. Se dedicó a las disciplinas de las Matemáticas, Física, Astronomía,
Gramática, Lógica, Metafísica, Teología, Política, Música, Derecho, Historia y Artes Militares.
Incluso Leibniz estimó mucho los estudios matemáticos de Caramuel. Asimismo, se le
consideró gran conocedor de balística, técnicas militares y cifras, lo que se desprendía de la
tradición familiar. A esta universalidad sorprendente hay que sumarle también los campos de
música y poesía y, asimismo, política. Cuando Caramuel vivía en Praga, surgió un debate
acerca de la cuestión si es posible y moral acordar un compromiso y hacer las paces con los
enemigos de la Iglesia Católica. En su escrito “Demostración que está permitido hacer las
paces en el Imperio desde el punto de vista moral” se expresa en contra de los radicales
católicos. Su obra contribuyó a que se concluyera la Paz de Westfalia y terminara la Guerra de
los Treinta Años.
17
En Filosofía, Caramuel, “el maestro en el campo de la lógica formal”, tendió a oponerse al
predominante tomismo. Puede que éste fuera el motivo porqué a veces tuviera problemas con
teólogos de pensamiento tradicionalista y en 1656 fuera invitado a Roma donde se defendió
contra presunta herejía102.
Caramuel aplicó sus conocimientos técnicos en la práctica; era intendente e inspector general
de las fortificaciones en Bohemia. Estas capacidades, incluyendo su experiencia práctica (p. ej.
en 1644 fue ingeniero del ejército católico en Palatinado/Pfalz), lo predestinaron a convertirse
en uno de los líderes de la defensa de Praga contra los suecos. Constituyó y lideró tres
compañías de defensores, integradas por monjes de los conventos de Praga. Entre los días 26
de junio y 29 de noviembre de 1648 apuntó sus experiencias con la defensa de Praga en su
diario, que no se conoce en la República Checa, pero que se ha conservado en el Archivo de
Vigevano. Además, durante este servicio militar escribió la obra Arte Militar, redactada en
español y publicada en 1648 en Praga.
Sin embargo, lo que más atrae nuestra atención son sus ideas en el campo de la Arquitectura,
donde hizo de predecesor y apóstol de algunas opiniones modernas. Su teoría tuvo mucha
importancia; en primer lugar destacaba su escrito con un largo título español: Architectura civil,
recta y oblicua considerada y dibuxada en el templo de Jerusalén promovida a suma perfección
en el templo y palacio de S. Lorenzo cerca del Escorial, publicado en 1678 en Vigevano 103.
En este tratado Caramuel describe los rasgos generales de la creación arquitectónica y nos da
valiosos impulsos para la interpretación de los cambios en el desarrollo y estilo de la
arquitectura. Recientemente, esta obra ha vuelto a convertirse en objeto de investigación por
parte de los expertos. Caramuel parte de los tratados del siglo XVI, sobre todo de los de Serlio,
pero a diferencia de éste analiza la deformación de las formas vistas desde lejos. Architectura
oblicua representa una consecuencia metodológica de la distinción estricta entre las formas
reales “en sí mismas” y las formas percibidas. Algunos de sus principios teóricos tuvieron éxito,
en otros casos el desarrollo iba en otra dirección. Debido a su cargo de inspector, que
acabamos de mencionar, es posible que diera instrucciones directas a los arquitectos en
Bohemia.
Fue probablemente en 1654 cuando Caramuel inició la construcción de la Iglesia de los Santos
Cosme y Damian. Mandó derribar los restos de una pequeña iglesia románica, destruida por
los husitas, respetando su original consagración. Sin embargo, en 1657 Caramuel fue
trasladado a Italia, y en consecuencia, la construcción se dilató hasta 1659, cuando la consagró
el Obispo Auxiliar de Praga Josef Corti (Corte), probablemente también del origen español.
El rector del Arzobispado de Praga, Hammerschmid, copió la inscripción checa que se
encontraba en la iglesia y que nos ofrece información detallada, pero muy confusa, sobre el
autor del concepto de la construcción: Dice que había contribuido mucho el cura Isidro de la
Cruz, autorizado por el Abad del convento, Juan Caramuel. No está claro si la autorización por
parte de Caramuel sólo fue formal o si incluyó su participación activa, lo que habría que esperar
en un autor del tracto tan especializado dedicado a la Arquitectura104.
El compañero de Caramuel, Isidro de la Cruz, sigue siendo algo misterioso, a pesar de haberse
destacado mucho en su época. Era prior del Convento de Emaús; en Chequia algunos piensan
que era italiano y otros que español (su nombre se ha conservado sobre todo en su versión
latina: Isidor ā Cruce), pero en realidad procedía de Portugal. Participó no sólo en la
reconstrucción de la Iglesia de los Santos Cosme y Damián, sino también realizó reformas
importantes de la actual Iglesia de San Carlos el Grande en el barrio de Karlov en Praga,
donde era más tarde abad y que, por desgracia, no se han conservado hasta hoy; en los dos
casos disponemos de pruebas de su actividad constructora. Su libro de poesía Confessionales
de 1651 en sus versiones latina y portuguesa (Latine et Lusitanice, como se dice en el prólogo
de libro, cuyo autor es el propio Caramuel), desconocido y no publicado hasta ahora, nos
aporta testimonios de gran valor. Un ejemplar se ha conservado en Praga y otro en Olomouc;
las bibliotecas portuguesas no cuentan con ninguno. La obra no sólo revela sus cualidades
literarias, sino también su nacionalidad verdadera105.
18
No podemos omitir el nombre de Rodrigo de Arriaga (1592–1667), aunque sería demasiado
atrevido que intentaramos explicar una cuestión que ha sido objeto de investigaciones de
decenas de expertos en una conferencia internacional en varias líneas106. Este personaje pone
de manifiesto un aspecto más de la penetración del pensamiento español: la línea universitaria.
Arriaga llegó a Praga de España en 1625; primero fue profesor, luego decano de la Facultad
Teológica y, al final, prefecto de estudios generales. Creció en el entorno checo hasta
convertirse en el filósofo jesuita más importante de su época. Su fama era tan grande que
nació el dicho “Videre Pragam et audire Arriagam” (Ver Praga y escuchar a Arriaga), que
demuestra que fue un intelectual destacado durante mucho tiempo. Arriaga desarrolló su propio
estilo de pensamiento escolástico, que era independiente y original, redactando en Praga sus
obras principales, los llamados cursos (Cursus). Son manuales sistemáticos de Filosofía y
Teología, de los que se deriva el significado de la palabra “curso”. En la obra de Arriaga
aparecen elementos de empirismo, sensualismo y mecanismo moderno. Su obra principal fue
estudiada con mucho ahínco desde Lituania en Europa del Este hasta en las universidades
jesuitas en América Latina. La estudiaron y citaron con mucha frecuencia incluso Leibniz y
René Descartes.
Arriaga no se dedicaba exclusivamente a cuestiones de filosofía especulativa, sino que
demostró ser un verdadero intelectual: Se atrevió a romper el silencio que rodaba el nombre del
gran astrónomo italiano Galileo Galilei tras el fallo de la inquisición de Roma, pareciéndose en
este sentido al embajador San Clemente, que simpatizó con Giordano Bruno. Según el
historiador checo Zdenek Kalista, Arriaga constata que unos sostienen que el centro del
Universo es la Tierra y otros, que es el Sol, permitiendo que el lector formule su opinión propia.
Incluso añade que le parece que Galileo lleva razón, sobre todo, porque el sistema
heliocéntrico permite penetrar mucho más en el espacio, acercándose más a la Infinitud, lo que
es un anhelo muy barroco107.
Carlos VI
Para concluir mencionaremos que las influencias españolas se renuevan a principios del siglo
XVIII cuando estalla la Guerra de Sucesión. Austria se opuso al testamento de Carlos II de
España, que pasó el trono a los Borbón, en concreto, a Felipe de Anjou, el nieto del rey francés
Luis XIV. Cuando quedó claro que Carlos II no tendría herederos, el padre del Archiduque
Carlos empezó a educar a su hijo en la Corte de Viena para que Carlos pudiera ser rey de
España. Al final, en 1704, le envió a luchar por la sucesión. Carlos pactó la coalición anti
francesa con Inglaterra y Países Bajos y la guerra estalló en varios frentes en toda Europa,
trasladándose asimismo a las colonias en América. Cuando el Príncipe Carlos entró en la
Península Ibérica, fue declarado Rey de España (Carlos III). Sin embargo, el fallecimiento de
su hermano, el emperador José I, en 1711 dio el último y decisivo vuelco a la situación: Carlos
tuvo que volver, asumir el gobierno de la monarquía de los Habsburgo y convertirse en el
emperador del Sacro Imperio Romano. Durante varios años persistió cierta esperanza de que
fuera posible ganar el trono español, pero en 1714 se rindió; se le concedieron varias partes del
antiguo territorio español, por ejemplo, Bélgica, Nápoles, Milán y Cerdeña, como compensación
por haber renunciado al trono español. Gracias a su estancia en España, Carlos habló tanto
castellano como catalán, puesto que esta región le ofreció ayuda con mayor frecuencia. A
Viena le acompañaban numerosos cortesanos españoles, que mantuvieron sus costumbres
durante mucho tiempo, pero que poco a poco fueron desapareciendo. Le gustó utilizar el título
de Rey de España, como lo testimonia no sólo el pilar en la Plaza del Barrio Pequeño de
Praga, sino también numerosas imágenes en las que aparece la abreviatura de su cargo real:
HIS(P). – español108.
Notas
[1] Petr Vopěnka, Podivuhodný květ českého baroka, Praga: Karolinum 1998, véase el capítulo
Españolizar Bohemia!, pp. 86–111. – El análisis de los templos en Praga de Augustin Vojtěch,
Praha. Kamenný sen. Praha v záři baroka, Praga: Toužimský a Moravec 1940, cap. 1, p. 7.
19
[2] Pavel Štěpánek, La astrología de Alfonso X el Sabio en Bohemia. Astrólogos españoles en
Praga. La introducción del libro Ali Aben Rangel. El libro conplido en los iudizios de las
estrellas. Traducción realizada en Toledo en la corte de Alfonso X el Sabio. Año 1254.
Zaragoza 1997, ss. 9–10.
[3] Milena Bravermanová y otros, Pohřební výbava českého krále Rudolfa. Nejstarší
Habsburkové na Pražském hradě. El antiguo Palacio Real. Castillo de Praga. 16 de enero – 12
de mayo 1996, pp. 13–17. – Michal Lutovský, Milena Bravermanová, Hroby a hrobky našich
knížat, králů a prezidentů. Praga: Libri, 2007. Allí el resto de la bibliografia.
[4] Trato el tema más detalladamente en mi libro Čechy a Španělsko ve středověku. Dějiny a
umění. Olomouc: Univerzita Palackého 2009.
[5] Alois Jirásek, Z Čech až na konec světa, Praga 1930.
[6] Ilona Kubinová, Památky výtvarného umění ve středověkém cestopise. Tesina no publicada,
FF UP Olomouc 1978 dice que aparecen ciertas huellas en nuestra pintura mural (en la ciudad
de Blatna).
[7] La efectuó Stanislav Pavlovský de Pavlovice (fallecido en 1598), el futuro obispo de
Olomouc, donde se imprimió el libro en 1577. Véase Jiří Hrubeš, El Itinerario más antiguo de
España y Portugal, Ibero-Americana Pragensia V, 1971, pp. 69–82.
[8] La exposición celebrada en la ocasión del 500 aniversario de María de Hungría: Mária
Uhorská (1505–1558), en el Palacio de Esterházy, Bratislava, 2 de febrero hasta 30 de abril de
2006 puso de manifiesto que María de Hungría (de Habsburgo) y Luis II Jagellón (el matrimonio
real) convivieron durante poco tiempo, pero lo llenaron del lujo elegante del arte cortesano.
Disfrutando de su juventud se dedicaron a las abundantes diversiones de la Corte, a música,
baile, comida y cacería. La creación artística de la época tardía de los Jagellón, o más
concretamente bajo el Gobierno de Luis II y María de Hungría, no puede separarse de las dos
décadas siguientes.
[9] Lo reproduce Josef Šusta, Dějiny lidstva, 5. V branách nového věku (1450–1650). Praha:
Melantrich, 1938, cap.: Otakar Odložilík, “Los estados de Bohemia y Hungría en el entretiempo
del gobierno doble de los Habsburgo. 1457–1526”, pp. 201–302, p. 221.
[10] Bohuslav Hasištejnský de Lobkovice, Carmina selecta, Praga: Aula 1996, pp. 46–47. En el
original latín: “Bohuslaus ex persona Wladislai Regis ad Petrum poetam Hispanium:
Quae mihi misisti, vates doctissime, nuper
Carmina, mire animo grata fuere meo...
[11] Paul Kennedy, Vzestup a pád velmoci. Praga 1996, p. 53.
[12] Pavel Štěpánek, Španělské umění 14.–16. století z československých sbírek. Galería de
Bohemia Central, Praga, diciembre 1984 – febrero 1985; Španělské umění 17.–18. století z
československých sbírek. Galería de Bohemia Central, Praga, noviembre 1989 – febrero 1990;
Španelské umělecké řemeslo 1550–1650. Selección de colecciones checas. Museo de Artes
Decorativas, Praga. 25 de junio – 4 de octubre de 1997, 64 pp., sobre todo la exposición Filip II.
(1527–1598) a jeho doba”. Muestras seleccionadas de Artes y documentos de las colecciones
de Praga. La Embajada de España en Praga y el Museo Nacional de Praga, el Palacio
Lobkovic, 19 de enero – 28 de febrero 1999 se puede considerar como el primer paso: Puso de
manifiesto el impacto del gobierno de Felipe II en el entorno checo, limitándose a las muestras
que aparecen en las colecciones checas y moravas.
[13] P. Štěpánek (nota 4); seguirán publicaciones que repasarán los correspondientes siglos.
[14] Václav Černý, “Don Quijote a quijotismus”, in: Tvorba a osobnost. Praha 1993, p. 438
(redactado en 1966).
20
[15] En este caso, domina el motivo de la Orden del Toisón (Tusón) del Oro que penetra en
todos los componentes arquitectónicos, incluyendo la forma de la barandilla, como demostró
Jan Bažant, Pražský Belveder a severská renesance. Praha: Academia 2007. – Antes ibid.,
“Pražský Belvedér, Ferdinand I a Jupiter”, Umění/Art LI, 2003, No. 4, pp. 261–277. El artículo
trata el tema de los aspectos políticos de la construcción del palacio de verano de Praga
Belveder, que se realizó entre los años 1537 y 1563, según el proyecto de Paolo Della Stella y
Bonifacio Wolmut. Carlos V aparece como Marte en una imagen en el castillo de Bučovice.
Véase Jarmila Krčálová, Centrální stavby české renesance. Praga 1974, p. 44.
[16] Los ecos de este acontecimiento pueden observarse en la pintura de Karel Škréta y las
tesis universitarias mucho más tarde. Véase Anna Fechtnerová, Katalog IV. Biblioteca
Nacional, Praga 1984.
[17] Victor Lucien Tapié, Barok. Bratislava 1971, pp. 31, 36–37.
[18] Véase Josef Kandert, “Exotické slonovinové řezby 16. a 17. století”. Časopis Národního
muzea, serie Historia, 1985, No. 154, pp. 82–91. – Libuše Boháčková, První Evropané v
Japonsku. Výstavka měsíce. Marzo 1980.
[19] Por ejemplo, el drama de Schiller Don Carlos y ante todo, la ópera de Giuseppe Verdi que
lleva el mismo nombre. En los dos casos, el rey español Felipe II, a pesar de la realidad,
aparece como personaje malévolo. En el papel que se le adjudica asesina a su hijo enamorado
en su madrastra. Paradójicamente, casi podría decirse que este punto de vista artístico
sobrevive en el campo de la Historia hasta hoy. A pesar de que varios autores razonables, por
ejemplo Eduardo Ibarra, España bajo los Austrias. Madrid 1927, p. 173, criticaron el punto de
vista romántico aplicado a la evaluación de Felipe II, sus aportaciones no tuvieron mucha
difusión. La enciclopedia checa Ottův slovník naučný, ad vocem, pp. 210–212 le evalúa como
“fanático, despótico y centralista”. Últimamente, los historiadores estadounidenses (incluso los
protestantes, que nunca han tendido a favorecer a España), que no llevan el peso de los
nacionalismos europeos, rehabilitaron a España y explicaron mitos, leyendas y prejuicios. Las
nuevas y estrictas investigaciones de archivos revelan que el gobierno de Felipe fue mucho
más favorable para el país y sus ciudadanos: Jan P. Kučera, “Tragická historie španělského
infanta dona Carlose”, Dějiny a současnost, 1996, No. 3, pp. 12–17; Geoffrey Parker, Filip II.
Španělský král z rodu Habsburků. “Nejmocnější křesťanský vládce”. Praga 1998 (reseña véase
Vít Urban, “Filip II. – Legendy a skutečnost”. Lidové noviny, 12 de septiembre de 1998). Otro
autor que hizo posible que la imagen negativa de Felipe II cambiara es Henry Kamen, autor del
libro Felipe de España. Madrid 1997. Por otro lado, V. Urban, “Iberoamerický zápisník”. Babylon
VIII, 1998, No. 2 (13/12/1998) advierte que en el libro recién publicado La gran estrategia de
Felipe II “como si (Parker) rechazase todo lo que se había escrito antes y vuelve a introducir en
el sistema de ideas … los antiguos esquemas.”
[20] Su hija Catarina (1567–1597) se casó con el duque Carlos Manuel de Saboya en 1585 –
véase Giovanna Altadonna, Cartas de Felipe II y Carlos Manuel II, Duque de Saboya (1583–
1596). Cuadernos de Investigación histórica, Fundación Universitaria española, 1986, No. 9,
pp. 137–190. – Ana María Jiménez Garnica, Ana de Austria en la Corte española. Historia
XXIV, 2000, No. 296, pp. 30–43.
[21] Pablo Jiménez Días, Vztahy Španělska a Čech a jejich doklady v rudolfinské kultuře a
umění. Tesis manuscrita. Praga 1996, p. 61. El texto de la edición española: El coleccionismo
de los Austrias. Entre Felipe II y Rodolfo II, Madrid 2001, es algo diferente, dado que cuenta
con otro público.
[22] Pavel Štěpánek, “Španelský dvůr. Učednická léta Rudolfa II.” I. Antique, 1997, No. 2, pp.
42–43; II. Antique, 1997, No. 3, pp. 42–43.
[23] Felipe II en persona dirigió el trabajo de varios alquimistas; un año después de ocupar el
trono, llamó al italiano Tiberio de la Roca para que le sirviera; éste no trabajó en España, sino
en Malinas en los Flandes. Más tarde Felipe aprovechó los servicios del alemán Peter
Sternberg. Ya Carlos V, el padre de Felipe II, se rodeó de magos, astrólogos y alquimistas.
Felipe se encontró con John Deem; véase su libro Monas Hieroglyphica, 1564, Biblioteca
21
Nacional de la República Checa, 14 H 352, 14 H J 97. – James Bradburne, “Nositelé světla –
věda a obraz světa”, in: Eliška Fučíková. Rudolf II. a Praha. Císařský dvůr a rezidenční město
jako kulturní a duchovní centrum střední Evropy. Katalog vystavených exponátů. Administración
del Castillo de Praga. Praga 1997, pp. 290–294.
[24] G. Parker (nota 19), epílogo Josef Polišenský, Filip Španelský a jeho imperium (p. 209).
Estas relaciones continúan en el siglo XVII e incluso a principios del siglo XVIII. Véase Michal
Šroněk y Jaroslava Hausenblasová, Gloria et Miseria. 1618–1648. Praha v době třicetileté
války. Praga 1998.
[25] La correspondencia de 1549 que se ha conservado revela que tanto Carlos V como el
Infante Felipe otorgaron permiso a Maximiliano II que se casara y usara el título Rey Checo
bajo la condición de que no interviniera en los asuntos del Ducado de Brabante que formaba
parte de la esfera de influencia de Felipe; véase Antonín Haas, Archiv Koruny české, VII,
Katalog listin z let 1526–1576. Praga 1968, p. 81, No. 196 a 197, SÚA AČK, No. 20.148.
Muchas gracias a dr. D. Čumlivský por haberme informado.
[26] Pedro Cornejo, Historia de las civiles guerras y rebelión de Flandes, Praga: Gorge Nigrin
1581.
[27] P. Jiménez (nota 21), pp. 61–71, argumenta con la correspondencia de entonces que
había sido publicada.
[28] Juan de Borja, Empresas morales… Praga: Gorge Nigrin 1581, SK 52 B 39. Existen
publicaciones en alemán y latín, por ejemplo, en Olomouc de 1697 (Biblioteca Científica de
Olomouc, No. 26529). Gracias a estos emblemas podemos entender mejor cuadros tan
misteriosos como es el retrato del ”Caballero de la mano en el pecho” de El Greco. Parece que
sintetiza las ideas contenidas en las devisas Vita brevis, Semper Aedem. – Rafael García
Mahíquez preparó una nueva edición con comentarios: Juan de Borja, Empresas Morales.
Edición al cuidado de Rafael García Mahíques. Valencia 1998. II: Rafael García Mahíques:
Empresas Morales de Juan de Borja. Imagen y palabra para la iconografía. Valencia 1998.
[29] Pavel Štěpánek, “Španělští intelektuálové v Praze”. Conferencia ”Město a intelektuálové”.
10/10/2006, organizado por el Archivo de la Capital de Praga, Palacio Clam-Gallas. El texto en
imprenta, en las Actas.
[30] Martin Mádl, “Triumf, karneval, sv. Jakub. K interpretaci kruhového štítu ze 16. století”.
Umění XLVI, 1998, pp. 83–99 relaciona sus composiciones con uno de los objetos expuestos;
al mismo tiempo lo relaciona, muy correctamente, con el contexto de los cortesanos de Carlos
V o Felipe II. En concreto, señala la posibilidad de que se trate del escudo relacionado con la
triunfal entrada de Felipe II en Amberes. Expresa su convicción de que Rodolfo II obtuvo el
escudo de Felipe II a cambio de las inalcanzables pinturas de el Bosco. – Sin embargo, los
libros españoles se imprimían en toda Europa tanto en original, como en forma de
traducciones. Por ejemplo, en Italia se publicaron 795 libros de autores españoles (de 1551 a
1600), 71 de ellos en español; se trataba sobre todo de libros especializados, del campo de
teología moral o libros religiosos o místicos que proliferaban la espiritualidad antirreformista.
Véase Franco Meregalli, Presenza della letteratura spagnola in Italia. Firenze 1974, pp. 17 y 26.
[31] J. Polišenský (nota 24), pp. 209–210.
[32] Zdeněk Vašica, České intelektuální baroko. Praga 1938, p. 152.
[33] J. Polišenský (nota 24), p. 207.
[34] En aquel entonces era Felipe II el que decidía quiénes serían condecorados con la Orden.
En 1585 la otorgó a Rodolfo II y otros personajes relacionados con la casa de los Habsburgo y
la Corte de Praga, entre otros, a Vilém de Rožmberg.
22
[35] Milena Bravermanová, “Pohřební výbava Rudolfa II.”, in: E. Fučíková y otros (nota 23), p.
284, No. III/302, 303; incluso el traje fúnebre de la hija de Maximiliano, Eleonora, tenía corte
español, No. III/299, p. 283.
[36] En España los asuntos se arreglaban a través de los enviados españoles, por ejemplo
Gaspar de Santiago, educador y representante de la familia de los Pernštejn en la Corte
imperial. Esto fue descubierto por P. Jiménez (nota 21), pp. 73–75. Existen pruebas de que
este enviado transportaba, por ejemplo, pequeñas estatuas, (incluyendo algunas de cera).
[37] Acerca de Mazuelos véase P. Jiménez (nota 21), pp. 75 y 214: “Digo yo, platero de su
alteza imperial mi señor, que había recibido de parte del señor Presidio Bosco cuatrocientos
sesenta y dos florines por el valor de 60 carzos por cada florín, y con ellos he logrado un
aprecio que tenía con mi señor Pernstein y mi Sra. Da. María.” Acerca de Juan Español véase
P. Štěpánek, El arquitecto Juan Español. Archivo Español de Arte (Madrid) 1977, No. 277, pp.
96–97.
[38] Acerca del embajador Khevenhuller véase Margarita Estella, La herencia artística del
Embajador Austríaco Hans Kevenhüller (sic) (14/5/1606), Archivo Español de Arte (Madrid)
1977, LI 1978, No. 201, pp. 84–93. Una de las sedes de la familia Khevenhuller se encontraba
en la ciudad de Lanškroun; véase P. Jiménez (nota 21), p. 169.
[39] No. 134, sign. 9 16; muchas gracias a dr. M. Vlk por haberme informado sobre la existencia
del documento. Kraft no se concentró en pinturas y objetos españoles demasiado
detalladamente, véase Sběratelství. (Edición H. Brožková). Praga 1983, p. 51.
[40] Sběratelství (nota 39), pp. 50, 59.
[41] Véase Miguel Morán y Fernando Checa, El coleccionismo en España. De la cámara de
maravillas a la galería de pinturas. Madrid 1985, pp. 48 y 76.
[42] Museo de Artes Decorativas de Praga, No. Z 105/28.
[43] Pavel Štěpánek, “Fictlipuctli aneb jak nadával Ludwig van Beethoven”, in: Historická
Olomouc XII. Almanaque de aportaciones del simposio Historická Olomouc XII, enfocado en la
cuestión de mitos fundadores y “mitos del inicio” vistos a través de evaluación crítica de las
fuentes. Museo de Arte de Olomouc. De 6 a 7 de octubre de 1998. Olomouc 2001, pp. 191–
207.
[44] Eliška Fučíková, Beket Bukovinská e Ivan Muchka, Umění na dvoře Rudolfa II. Praga 1991,
p. 9 constatan que la estancia en España les marcó a los dos de por vida.
[45] J. Bradburne, Nositelé… (nota 23), p. 291.
[46] Jaroslava Hausenblasová, Der Hof Kaiser Rudolfs II, Praga 2002.
[47] Pavel Štěpánek y Jiří T. Novák, “Rodrigo de Oviedo, iluminador ignorado”. Archivo Español
de Arte, 46, 1973, p. 192. Regaló el manuscrito, iluminado por Oviedo, a los Agustinos del
Barrio Pequeño y los escritos de Alfonso Tostada a los Jesuitas en 1598. Véase también
Oldřich Kašpar, České překlady španělské literatury v 16.–18. století. Praga: Sdružení českých
překladatelů 1987, p. 10.
[48] Miroslav Hroch y Anna Skýbková, “Hranice svobodného ducha. Giordano Bruno (2)”, Kmen
XII, 1987, No. 32, explican que este regalo fue una manera de embotar los filos de los
españoles que sospechaban que en Praga se encontraban herejes procedentes del extranjero;
pero lo que dicen no corresponde a la realidad.
[49] Pavel Kneidl, Počátky sběratelství a strahovský kabinet kuriozit. Praga 1989, p. 15; también
pp. 17, 27 y 51.
[50] P. Jiménez (nota 21), pp. 131–136.
23
[51] La nueva versión véase Herrera, Juan de: Sobre la figura cúbica. Servicio de Publicaciones
de la Universidad de Cantabria: Ayuntamiento de Camargo, Santander 1998, 106 pp.
[52] Eva Bukolská y Pavel Štěpánek: Španělské podobizny. Odeon, Praga 1980.
[53] Ernst Hans Gombrich, Umění a iluze. Studie o psychologii obrazového znázorňování.
Praga 1985. Traducción al checo. Destaca la importancia del estudio “Experimento de la
caricatura”, pp. 373–409.
[54] Max Dvořák y Bohuslav Matějka, Roudnice II. Zámek. Soupis památek historických a
uměleckých, okres roudnický, XXVII, Praga 1907. Cuando en 1907 los autores estaban
preparando el inventario de la galería de la ciudad de Roudnice, descubrieron algo que hoy en
día se entiende por sí mismo: Los retratistas de la generación de Sánchez y Pantoja influyeron
mucho sobre la obra de Velázquez, que aceptó la majestuosidad de su concepción y la
soberbia de posturas y movimientos. Asimismo le influyó el arte frío de tonos grises, objetivos y
aristocráticos.
[55] Pavel Štěpánek, La difusión de Luis de Morales en Bohemia, Archivo Español de Arte
LCCVIII, 2005, No. 310, pp. 123–131.
[56] Josef Forbelský, Jan Royt y Mojmír Horyna, Pražské Jezulátko, Praga 1992.
[57] P. Jiménez (nota 21), pp. 111.
[58] Pavel Štěpánek, “Španělské základy olomoucké univerzity”. Střední Evropa, 1997, No. 68,
marzo, pp. 89–101, y II., la parte final. Střední Evropa, 1997, No. 69, abril, pp. 87–97.
[59] Stanislav Sousedík, Filozofie v českých zemích mezi středověkem a osvícentstvím. Praga
1997, p. 63.
[60] S. Sousedík (nota 59), p. 67.
[61] O. Kašpar (nota 47), p. 9.
[62] Entre otros Ludmila Kýbalová, Dějiny odívání. Renesance (15. a 16. stoleti), Praga 1996.
[63] O. Kašpar (nota 47), pp. 13, 23–24, 26, 49–51. Hasta ahora, el trabajo sintético de Bohdan
Chudoba, Španělé na Bílé hoře. Praga 1945 no ha sido superado por nadie. Los recientes
estudios complementan su obra con resultados parciales.
[64] Antonio Ubierto Artera y otros, Dějiny Španělska, Praga 1995, p. 259.
[65] Václav Černý, “Cervantes a jeho Don Quijote”, in: (nota 14), pp. 20 y 25. En el mencionado
estudio de 1966 “Don Guijote a quijotismus” y en la página 436 dice: “es, posiblemente, hasta
ahora, la novela más grande y profunda de la civilización nuestra.”
[66] Slovník spisovatelů. Španělsko, Portugalsko. Praga 1968 (editor E. Hodoušek), p. 20.
[67] Václav Černý, Až do předsíně nebes. Praga 1996, p. 31.
[68] Acerca de las iglesias praguenses de estas órdenes véase Emmanuel Škoda, Pražské
svatyně, Praga: Libri 2002.
[69] René Huyghe (editor), Encyklopedie Umění renesance a baroku. Praga 1970, p. 196 (J.
Camón Aznar), asimismo pp. 196 y 229.
[70] Jan P. Kučera, 8. 11. 1620. Bílá Hora – O potracení starobylé slávy české, Praga 2003, pp.
7–9, 62. Los valientes soldados aparecen en la leyenda como “moravos gallardos” (en realidad,
eran alemanes procedentes de la región de Moravia). Asimismo dice la leyenda que la batalla
24
acabó con la vida de todos, pero eso tampoco es cierto. Volvieron a Olomouc e ingresaron en
el servicio imperial. La leyenda repite con terquedad su teoría de una masacre sin piedad, pero
la realidad es la contraria. Se rindieron y el vencedor fue generoso con ellos.
[71] Milena Hajná, Moda al servicio del poder. La vestimenta en la sociedad noble de la Europa
Central en la edad moderna y las influencias de España, in: Arte, Poder y Sociedad en la
España de los siglos XV a XX. Actas de las XIII Jornadas de Historia del Arte, Madrid de 20 a
24 de noviembre de 2006, edición 2008, pp. 71–82. Pavel Štěpánek, La importancia del traje
español en la caída milagrosa de los lugartenientes católicos en la defenestración de Praga,
inicio de la Guerra de los Treinta años. Conferencia el 19/11/2008 en el congreso internacional
Imagen y apariencia (Siglos XV–XXI) en Murcia.
[72] Václav Vojtíšek, Výstava Staroměstská radnice a jeji památky 1338–1938. Praga 1938, p.
103, No. 371. Figuración de la defenestración de los lugartenientes reales Slavata y Martinice y
su escribano Fabricio en el Castillo de Praga el 23 de mayo de 1618. Grabado en cobre, 373 x
310 con la inscripción Wahre Contrefactur, wie die keyserl. Raethe zum Fenster hinaus
geworffen worden seind 1618. Tab. 55 v díle Fr. Chr. Khevenhuller, Annales Fedinandei, oder
wahrhffte Beschreibung K. Ferdinand II. Geburth, Anferziehungu. Zu. Kriegs- u. Friedenzeiten
vollbrachten Traten (1578–1637), IX. 2 edición Leipzig 1724.
[73] Jarmila Vacková, “O umění nastupující protireformace”. Dějiny a současnost, 1957, No. 2,
pp. I–II. – Jiři Dvorský y Rudolf Chadraba, “Votivní obraz Viléma Slavaty v Telči”, Umění, 1990,
No. 2, pp. 128–140.
[74] Zdeněk Nejedlý, Výbor statí. Praga 1978, pp. 118–119.
[75] Zdeněk Nejedlý (nota 74), ibid. constata: “la concepción romántica de ha historia checa a la
luz de la Montana Blanca ha condicionado y coloreado todo lo que recordaba, aún de lejos, el
catolicismo, se teñía de rojo o negro. De los jesuitas, principales portadores de ese
renacimiento, se han hecho seres diabólicos, que se bañaban en la sangre envueltos en la
oscuridad de la noche. – Conocéis esos “jesuitas” no sólo en las novellas históricas, sino
también de la obra histórica de un tal Tomáš Bílek. Con tales fantasías no vamos a proceder ni
un paso en el conocimiento de la verdad histórica.” – Véase también Jan P. Kučera y J. Rak,
Bohuslav Balbín a jeho místo v české kultuře. Praga: Vyšehrad 1983, p. 12.
[76] Jaromír Neumann, Obrazárna Pražského hradu. Soubor vybraných děl. Praga 1964.
[77] Kučera y Rak (nota 75), p. 187, quienes citan a J. Kolář, “Satirické volání jezuitů z roku
1618 v Křivoklátském rukopise”. Strahovská knihovna II, 1967, pp. 89–106.
[78] Ivo Kořán, “Praha barokní”. Věda a život. 1987, No. 10, pp. 701–704.
[79] Václav Vojtíšek, Výstava Staroměstská radnice a její památky 1338–1938. Praga 1938, No.
381–382.
[80] Simon Lomnický de Budeč, en Píseň žalostivá o zkáze země České; acerca de él véase
Petr Voit, Šimon Lomnický z Budče a exempla v kontextu jeho mravněvýchovné prózy. Praga
1991.
[81] Pavel Štěpánek, “Odčerněná Bílá hora?” Svět literatury. Časopis pro novodobé literatury,
2007, No. 35, pp. 226–228.
[82] Bohdan Chudoba, Španělé na Bílé hoře. Tři kapitoly z evropských politických dějin. Praga
1945, es uno de pocos autores checos que se ponen de parte de los españoles.
[83] Jan Royt, Poutní místo Panny Marie Vítězné na Bílé hoře. Praga 1996, p. 6 se equivoca y
piensa que la expresión Scalza era su nombre; en realidad, el término significa Carmelito
Descalzo.
25
[84] Entre los más antiguos se encuentra Elogio del venerable P. F. Domingo de Iesus Maria y
Ruzola, General que fue de los Carmelitas Descalzos en la Congregación de Italia…, por … Fr.
Geronimo Domin … de la Orden de nuestra Señora del Carmen de la Obseruancia. In Genoua:
per Giuseppe Pauoni …, Biblioteca Nacional de Madrid, No. 3/4579; otro estudio importante,
que incluso contiene su retrato, se publicó en Zaragoza: Epitome de la vida, virtudes, trabajos,
prodigios, ecstasis y revelaciones del venerable padre Fr. Domingo de Iesus Maria (en el siglo
Ruzola) general, dispuesto por … Fr. Antonio Agustin, Obispo de Santa Maria de Albarrazim.
En Zaragoça: por Iuan de Ybar, 1669. Biblioteca Nacional de Madrid, No. 2/35306.
[85] Vojtíšek (nota 79), p. 105, No. 380, Retrato del P. Domingo de Jesús María, monje
carmelita, quien en la batalla de la Montana Blanca estimulaba al ejército imperial. Grabado en
cobre, recortado 127 x 182 cm con la inscripción R. Pater Fr. Dominicus de Jesu Maria
Tarraconensis ord. B. Virg. De Monte Carmelo, que pugnae Pragensi interfruit y con versos y
figuración de la Batalla de la Montaña Blanca en la parte inferior. – Leben des … Dominici von
Jesu Maria. Wien 1678. – Bild von Strakonitz. Lexikon fuer Theologie und Kirche, II edición
Freiburg 1931, parte III, p. 396. – Ildephonsus a Transverberatione Cortis S. Theresiae, Die
Gnadenbilder des ehrw. Dominicus a Jesus Maria, in: Dominicus a Jesu Maria Ord. Carm. Disc.
Seine Persönlichkeit und sein Werk. Wien 1930, pp. 57–64. – August M. Knoll, Ernst Karl
Winter y H. K. Zessner-Spitzenberg, Dominicus a Jesu Maria Ord. Carm. Disc. Seine
Persönlichkeit und sein Werk. Wien 1930; María Gabriela del Santísimo Sacramento, Leben
des ehrwürdigen, durch den wunderbaren Sieg auf dem Weissen Berge bei Prag 1620,
berühmten Dieners Gottes Dominikus a Jesu Maria, Gewesenen General des Ordens der
Unbeschuhten Karmeliten, Innsbruck 1902; Bonifacius Mueller, Leben und Wirken des Dieners
Gottes Dominikus a Jesu Maria aus dem Orden der reformierten Karmeliter, Wien 1878. –
Sigmund Riezler, Der Karmeliter P. Dominikus a Jesu Maria und der Kriegsrat vor der Schlacht
am Weissen Berge, in: Sitzung-Berichte der phil. und hist. Klasse der Bayrischen Akademie der
Wissenschaften, München 1897, pp. 423–444. Véase también Bibliografía sobre Calatayud y
sus Gentes. Bibliografía sobre Bilbilitanos y Comarcanos.
[86] Dušan Uhlíř, Černý den na Bílé hoře. 8. listopad 1620, Brno 1998, p. 137.
[87] František Ruth, Kronika královské Prahy, Praha 1995.
[88] Este cuadro se veneró mucho y durante mucho tiempo. Lo demuestra el hecho de que se
realizó su copia y asimismo, de que aparece en los signos de casas, por ejemplo, en la del
pintor Cristián Luna en Praga, en la calle Na Úvoze, en el barrio de Malá Strana. Este pintor es
autor de frescos y una hoja gráfica que representa la Montaña Blanca. También destaca la
veneración de este cuadro en Roma, donde lo colocaron en la Iglesia de la Virgen María de la
Victoria, que lleva su nombre; es inspirativo que en la capilla de los Cornaro de esta iglesia está
ubicada la obra más característica del genio de la escultura barroca, Gian Lorenzo Bernini.
[89] Véase Petr Brandl y A. Birckhardt, Podobizna Dominika a Jesu, grabado en cobre, 150 x
100 mm, abajo a la derecha inscripción Prandl pinx: Birckhart sc., Canonia Real de
Premostratentes, Fondo gráfico del convento, SC 24 977. Véase Jaromír Neumann, Petr
Brandl, 1668–1735. Praga 1968, No. 132, ilustración 161: P. Brandl – A. Birckhart, Retrato de
Domingo a Jesu. Existen numerosos retratos de Domingo Ruzola. El famosísimo cuadro de la
Virgen María sobrevivió la Batalla de la Montaña Blanca para ser transportado a la Iglesia de la
Virgen María de la Victoria en Roma que pertenecía a la Orden de Carmelitos Descalzos.
Durante los años que siguieron la iglesia ganó cuatro cuadros más que representaban el
desarrollo la Batalla de la Montaña Blanca. Sin embargo, el incendio de 1833 destrozó el
cuadro y sólo se han conservado sus copias. Una de ellas adorna el altar mayor de la iglesia
peregrina barroca que se construyó directamente en la Montaña Blanca para celebrar la
victoria. Personalmente vi otra copia en la colección privada del P. Karel Horký, hace unos 30
años.
[90] Véase Epitome de la vida … (nota 84).
[91] Zdeněk Kalista, Ctihodná Marie Elekta Ježíšova, Kostelní Vydří 1992. p. 94 y siguientes.
Por parte repite lo que dice su libro mencionado en la nota 92.
26
[92] Zdeněk Kalista, Tvář baroka. Poznámky, které zabloudily na okraj života, skicář problémů a
odpovědí. München 1982, p. 144.
[93] Juan Francisco Jiménez Martín, Tercios de Flandes. Madrid 2000. II edición.
[94] Chudoba (nota 82), p. 262.
[95] Václav Hlavsa, Průvodce Prahou. Praga 1948, p. 244. – Inscripciones que rodean el
relieve: a/ REDDITES QUAE SUNT CEASARIS CEASARI ET QUA SUNT DEI, DEO. b/ DA
MIHI VIRTUTEM CONTRA HOSTES TUOS MONSTRA DE ESSE MATREM.
[96] Pavel Preiss, V. V. Reiner. Praha 1970, pp. 21–22, 88, No. 12. – Quizás lo mejor para
entender el ambiente y el espíritu del ejército católico en general y de la actitud de Domingo
Ruzola en particular es recurrir a las páginas del investigador francés Olivier Chaline, 8
Novembre 1620. La bataille de la Montagne Blanche. Un mystique chez les guerriers. Noissyle-Grand: Noesis 1999
[97] Véase el grabado de la colección de Roudnice, No. G 24977, con la identificación Prandl
pinx., Birckart sc. (Birchart). “Vera ex hispanico originali”. – Véase asimismo J. Neumann (nota
89), p. 155, No. 132.
[98] Por ejemplo, Dominik a Jesus Carmel, Summarischer Bericht v. dem wundererthaetigen
Bildnis Maria de Victoria. Prag 1671, en checo František Šorm, Historický původ náboženské
uctivosti k Panně Marii na Bílé hoře, Praga 1813.
[99] Véase Jiří Mikulec, Pobělohorská rekatolizace v českých zemích. Praga 1992, p. 18, “el
carmelita P. Dominik con la imagen milagrosa mariana, que, según la intepretación católica
contribuyó a la victoria de las armas imperiales en la Montaña Blanca.” En las bóvedas y
paredes de los claustros podemos encontrar pinturas murales con motivos marianos y
cristológicos. En la bóveda del Sur podemos encontrar una figuración de la Virgen María de
Montserrar, otro elemento español, probablemente influído por los Benedictinos de Montserrat
del Monasterio de Emaús de Praga.
[100] Según Chudoba (nota 82), p. 175, cuando en 1629 el viejo duque Olivares redactó sus
memorias, donde explicaba por qué había decaído el poder español, consideraba la Batalla de
la Montaña Blanca, junto con el asesinato de Enrique IV, como acontecimientos “milagrosos”.
Si no hubiera sido por ellos, España habría decaído mucho antes. – Véase asimismo Relacion
de la liga que el Emperador de Alemania, y los Príncipes, Potentados, y Republicas Católicas
han instituydo contra los Rebeldes, y demás enemigos de nuestra Santa Fe Católica. Refiérese
el numero de los Príncipes que entran en esta Santa Liga, y el copioso exercito de infantes, y
Cavalleria que cada uno ofrece. Va inserta en este papel una carta que la católica majestad del
Rey Nuestro señor remitió a nuestro Santissimo Padre Urbano Papa Octauo, a cerca de otra
Liga que tienen instituyda los contrarios desta Real Corona. Sevilla, Simón Fajardo, 1626. [2]
h.; fol. – Biblioteca Universitaria de Sevilla A 109/085(177). Ex:
http://bib.us.es/relacionesdesucesos/catalogo.htm. – Acabo de encontrar un testimonio de la
difusión de la fama de Domingo de Ruzola en España en Antonio Manuel Peña Méndez,
Acción–Contemplación: Sermón crmelitano en torno al doble espíritu del profesta Elías. Lactura
iconográfica de la iglesia de las Carmelitas Descalzas de Vélez-Málaga sus pinturas murales. I.
Boletín de arte, Depto de Ha. Del Arte, Universidad de Málaga, 2008, nr. 29, pp. 173–196,
especialmente pp. 194–195.
[101] Josef Forbelský, Španělé, Říše a Čechy v 16. a 17. století. Osudy generála Baltasara
Marradase, Praga: Vyšehrad 2006. Josef Forbelský pasó del campo de la historia de la
literatura a la historia general. Resumió los resultados de sus investigaciones, realizadas en
archivos checos y españoles, explicando aquella época, que hasta entonces había tenido una
valoración negativa, debido en parte a la influencia de las opiniones comunistas. Con mucha
gracia, Jan Linka hace comentarios a la obra de Forbelský; en su reseña publicada en la revista
A2 (2006, No. 34), en la cual señala que éste realizó “un ataque objetivo y sobrio” contra el
27
viejo mito que interpretaba las intervenciones españolas relacionadas con “la Montaña Blanca”
y, ante todo, con la posterior época como claramente negativas. Parece que el autor observó
los acontecimientos desde una perspectiva más amplia dirigiendo su atención al marco
histórico de toda Europa. Al mismo tiempo, Forbelský no deja de tener en cuenta la región de
Bohemia, donde se fija, con mucho detalle, en el desarrollo de los acontecimientos dramáticos.
Combina la macrohistoria de la época con la microhistoria personal, cuyo pilar es el español en
servicios imperiales, Baltasar Marradas (1560–1638), más tarde gobernador militar del Reino
de Bohemia. El personaje de Marradas suele pasar al segundo plano, ante todo, cuando se
compara con el de Waldstein. Forbelský ofrece un punto de vista sintético que traspasa los
puntos de vista nacionales y confesionales. Se apoya en la investigación de archivos, que
complementa con el método de traducción de documentos autocaracterísticos, que no suele
usarse con mucha frecuencia. El lenguaje profesional de entonces carece de interpretaciones
del historiador y gracias a eso nos permite que, observando los hechos reales y disfrutando de
la lectura, nuestra mirada sea despejada y penetrante. Representa una nueva tendencia
historiográfica que combina la visión sintética con las microimágenes. Oscila entre un boceto
de esquemas imperiales de carácter general con lo individual y único de los destinos humanos,
que suelen omitir y hundirse en estos esquemas. A uno casi se le corta el aliento debido a su
alcance: desde Madrid hacia el Mar Báltico, desde Praga hasta Nápoles, todo basado en los
archivos y esquivando cualquier tipo de prefabricación historiográfica. – Véase asimismo Pavel
Štěpánek, Un gobernador militar español de Bohemia y su mecenazgo artístico. Baltasar
Marradas y Vich (Vique) Pallas, mecenas en Praga en el siglo XVII, in: Miguel Cabañas Bravo,
Amelia López-Yarto Elizalde y Wifredo Rincón García (eds.), Arte, poder y sociedad en la
España de los siglos XV a XX. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2008,
pp. 202–210.
[102] Véase Pavel Štěpánek, Juan Caramuel de Lobkowitz as Theoretician and Practioner of
Architecture: Caramuel in Prague – Between Theory and Practice, in: Juan Caramuel
Lobkowitz: The Last Scholastic Polymat. Praha: Filosofia 2008, editor Petr Dvořák, Jacob
Schmutz), pp. 273–284. Esta conferencia esclareció su obra desde muchos puntos de vista.
[103] El completo título original es: Architectura civil, recta y obliqua considerada y dibuxada en
el templo de Ierusalen […] promovida a suma perfeccion en el templo y palacio de S. Lorenço
cerca del Escurial que invento con su divino ingenio, delineo con su real mano y con
excessivos gastos empleando los mejores architectos de Europa erigio el Rey d. Phelipe II por
don Iuan Caramuel Monje Cisterciense, Dotor y Professor de Santa Thologia en la Universidad
de Lovayna y ahora Arçobispo-Obispo de Vegeven, Conde de Zem,del Consejo de su
Magestad. En Vegeven: en la Emprenta Obispal, por Camillo Corrado, año de 1678.
[104] Pavel Štěpánek, “Španělská estapa Emauzského kláštera“. In: Emauzy. Benediktinský
klášter Na Slovanech v srdci Prahy. Praga: Academia 2007 (ed. Klára Benešovská), pp. 125–
151.
[105] CONFESSIONALES D. ISIDORUS A CRUCE. Pragae apud S. Caroli Magni locum
Abbas, et Latine et Luisitaniae evulgabat. Pragae, Apud Goergim Schypartz Anno MDCLI
(1651). Biblioteca de la Canongía Real de los Premonstratenses de Praga, BZ VII 64.
[106] Conferencia internacional Rodrigo de Arriaga, filósofo y teólogo celebrada de 25 a 28 de
junio en Praga.
[107] S. Sousedík (nota 60); – Cursus philosophicus, Antverpiae, 1632, Parisii 1646, Lugduni
1669, Cursus theologicus, Tom. I–VIII, Antverpiae, 1643–1655, Lugduni 1669. – Véase Ivana
Čornejová, Anna Fechtnerová, Životopisný slovník pražské university. Filozofická a teologická
fakulta, 1654–1713. Universidad Carolina 1986, pp. 4–6.
[108] Virginia León, Carlos VI. Emperador que no pudo ser rey de España. Madrid: Aguilar
2003. – Xavier Sellés-Ferrando, Spanisches Österreich, Wien – Koeln – Weimar: Bohlau 2004.
28
Autor
Pavel Stepanek es profesor de Historia del Arte en la Universidad Palacky de Olomouc y
asimismo, ofrece cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de Praga; es miembro
correspondiente de varias academias españolas y portuguesas. El Rey de España le otorgó el
título de Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica en 2006. Se dedica en primer
lugar a las artes de los países donde se habla español y portugués, después de haber pasado
allí aproximadamente siete años, investigando y enseñando en varias universidades. Es autor
de más de 1200 artículos publicados en 10 idiomas, y de más de 30 libros y catálogos. Sus
últimas obras (2008) fueron Afinidades históricas e culturais entre Brasil e a República Tcheca,
Brno 2008; Čechy a Španělsko ve středověku. Dějiny a umění. (Bohemia y España en la Edad
media. Historia y arte.), Olomouc 2008; “Československý malíř” Salvador Dalí a jeho vliv na
české umění (“El pintor checoeslovaco” Salvador Dalí y su influencia sobre el arte checo.),
Praga 2009 (en imprenta).
Lista de ilustraciones que aparecen en el catálogo
[p. 4]
[p. 6–7]
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Sala Española en el Castillo de Praga, detalle
Petr Parler / Tumba del rey Premysl Otakar II / Catedral de San Vito
Iluminador checo / Santiago como peregrino / Ilustración del Brevarium
Benedicti de Waldstein / 18,5 x 14 cm / Biblioteca Nacional de la República
Checa / No. VI G 6
La llamada Casulla de San Wenceslao / 2ª mitad del siglo XIII – 1ª mitad del
siglo XIV / Oriente Próximo, Egipto o España, seda, hilo de oro 120 x 80 cm /
Cabildo Metropolitano de San Vito en Praga
La llamada Casulla de San Wenceslao / 2ª mitad del siglo XIII – 1ª mitad del
siglo XIV / Oriente Próximo, Egipto o España, seda, hilo de oro 120 x 80 cm /
Cabildo Metropolitano de San Vito en Praga
Aegidius Sadeler, grabador / Gulielmus a Santo Clemente / (Guillermo de San
Clemente, embajador español en Praga) / papel 27,2 x 18,9 cm / No. R 78000 /
Galería Nacional de Praga / Detalle
Pintor praguense de la época bajo Rodolfo / Juan de Borja y Castro, Embajador
español / Óleo sobre tela, 60 x 40 cm / No. SG O–2296 / Colección de los
Lobkowicz, Castillo de Nelahozeves
Pintor desconocido de Praga, alrededor del 1600 / Embajador español
Guillermo de San Clemente con Santa Catarina debajo de la Cruz / Óleo sobre
tela, 170 x 120 cm / Provincia Checa de la Orden de San Agustín
Rey checo Fernando I en caza / Relieve / Arenisca, 70 x 135 x 10 cm / Palacio
de Verano, fachada del oeste / Castillo de Praga
Parte de la barandilla en forma de la Cadena del Toisón (Tusón) de Oro /
Arenisca / Palacio de Verano, Castillo de Praga
Juan de Borja / Empresas morales 20 x 15,5 cm / Praga, Jorge Nigrín, 1581 /
Biblioteca Nacional de la República Checa / No. 52 B 39
Orden del Toisón de Oro del capitel de una columna / Palacio de Verano,
Castillo de Praga
Aegidius Sadeler, grabador / Gulielmus a Santo Clemente / (Guillermo de San
Clemente, Embajador español en Praga) / papel 27,2 x 18,9 cm / No. R 78000 /
Galería Nacional de Praga
Puerta de Matías con el Toisón de Oro / Castillo de Praga
Alexander Colin / Fernando I con la Orden del Toisón de Oro, detalle /
Mausoleo Real, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral
de San Vito
Alexander Colin / Fernando I, detalle de la figura del emperador / Mausoleo
Real, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San
Vito
Alexander Colin (?) / Monumento a Bernardino Menesio de Toledo / Catedral de
San Vito
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Mausoleo Real, Tumba de los Emperadores Fernando y Maximiliano / Detalle
con la inscripción: Natus Medinae / Catedral de San Vito
Alexander Colin / Mausoleo Real visto desde arriba, Tumba de los
Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San Vito / Detalle
Alexander Colin / Mausoleo Real visto desde arriba, Tumba de los
Emperadores Fernando y Maximiliano / Catedral de San Vito
Bartholomaus Sarburg / Retrato de Jaroslav Bořita de Martinice / Óleo, madera
de haya, 68 x 53,5 cm / No. O 2957 / Galería Nacional de Praga
Pintor desconocido checo de la 1a mitad del siglo XVII / General Baltasar
Marradas i Vich, Gobernador Militar de Praga y Países Checos / Óleo sobre
tela, 208 x 138 cm / Instituto Histórico Militar, Praga
Jan Jiri Heinsch (1647–1712) / San Francisco Javier y el rico comerciante
Vellio, tras 1680 / Óleo sobre tela, 152 x 195 cm / No. VO 181 / Préstamo a
largo plazo a la Galería Nacional de Praga / Prestado por la Parroquia de la
Iglesia de San Felipe y Santiago de Praga-Hlubocepy / Detalle
Pintor checo del siglo XVIII / San Pedro de Alcántara venera a la Cruz / Óleo
sobre tela, 150 x 100 cm / Provincia de los Hermanos Franciscanos, Praga
Niño Jesús, siglo XVIII / Austria o Bohemia / marfil, madera, telas, 28,7 x 24,2 x
6 cm / No. HAO H2–36026 / Museo Nacional de Praga
Jan Jiri Heinsch (1647–1712) / San Ignacio con la Santa Trinidad, 1673 / Óleo
sobre tela, 375 x 260 cm / Administración Espiritual de la iglesia de San
Ignacio, Praga / Propiedad de la Alcaldía de la Capital de Praga / Detalle
Jan Rudolf Bys (1660–1738) / San Juan de Dios cuida al enfermo (y Virgen con
el Niño Jesús), 1691 / Óleo sobre tela, 200 x 300 cm / Iglesia de San Simón y
San Judas, Praga / Provincia Checo-Morava de la Orden de Hermanos
Hospitalarios (Orden de San Juan de Dios)
Tallador checo del siglo XVIII / Santiago como peregrino / Madera policromada,
107 cm / Iglesia de Santo Tomás / Provincia checa de la Orden de San Agustín
Karel Skreta (1610–1674) / Santo Tomás de Villanueva regala limosna a los
pobres, 1671 / Óleo sobre tela, 360 x 238 cm / Provincia checa de la Orden de
San Agustín
Tallador checo del siglo XVIII / Santa Casilda de Toledo (mora) / Madera,
policromada, 150 cm / Provincia checa de la Orden de San Agustín / Detalle
Jan Jiří Heinsch (1647–1712) / Apoteosis de San Francisco Javier / Alrededor
del 1710 / Óleo sobre tela, 320 x 176 cm / Parroquia Académica Católica de
Praga / Iglesia de San Salvator
Sala Española en el Castillo de Praga
Pintor desconocido de Praga, alrededor del 1600 / Embajador español
Guillermo de San Clemente con Santa Catarina debajo de la Cruz, alrededor
del 1600 / Óleo sobre tela, 170 x 120 cm / Provincia checa de la Orden de San
Agustín / Detalle
La Praga Española / Caballerizas Imperiales del Castillo de Praga – del 17 de marzo al 28
de junio de 2009.
Exposición bajo los auspicios del Excmo. Sr. D. Arturo Laclaustra Beltrán, Embajador del Reino
de España en la República Checa.
Exposición organizada por la Administración del Castillo de Praga (SPH) 2009.
Autor del concepto de la exposición: Prof. PhDr. Pavel Štěpánek, Ph.D.
Diseňo arquitectónico: Jan Polášek, arquitecto y escenógrafo
Producción del catálogo: Mgr. Martin Majer, Jan Svatoš
Producción de la exposición: Ing. Zdeňka Fabíková
Traducción: Vendula Procházková (Embajada de España)
Esta separata es una traducción del catálogo editado por la Administración del Castillo de
Praga en colaboración con la Embajada de España en la República Checa, y ha sido sido
financiada por la Embajada de España en la República Checa.
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