Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ABSCESOS PULMONA RES 'J.'oMO XL NúMERO 1 la trementina, ajenjo, uvas verdes, y en la orina y sangre de ganado vacuno. Se presenta cristalizado, y su sabor y reacción son fuertemente ácidas. Es soluble en agua (1 :20) y alcohol (1 :10). No lo es en éter, sulfuro de carbono y benzol. Los citados autores de la comunicación nombran la inyección intravenosa e intramuscular como vías de administración, siendo la segunda la preferida por ellos. La dosis que recomiendan va de 50 mgr. a 150 mgr. Aconsejan la vía intramuscular, porque procura una más continua impregnación medicamentosa del organismo, sin ninguna clase de accidentes. A. F. C. Se trata de un enfermo de cincuenta años de edad, profesión chofer, que hace dos años, un día por la noche, presentó una crisis asmática que cedió con adrenalina; los accesos se repitieron a los tres días, y se han ido agravando hasta llegar al estado de mal que actualmente aqueja. Su inspección informa de una profunda caquexia. Además de que sus ademanes son traducción de una acentuada excitabilidad nerviosa. Como todo enfermo crónico, ha sido visto por muchos médicos, eminentes o discretos; digo esto para hacer resaltar que ha agotado lo normal en farmacología, referido a su dolencia, no quedándole otra esperanza que la de que un nuevo medicamento- en este caso no nu evo, sino redivivo-sane o alivie sus molestias. Ha probado la vacunoterapia, los antihistamínicos, los aerosoles, la calciopcptoncautohemoterapia, la tuberculinoterapia, y no puede decirse que ninguna de ellas haya ejercido un acción tan sólo lenitiva, por lo menos, remarcable. 43 De ácido succinico se le ha.n dado tres inyecciones diarias de 100-150 mgr. cada una de ellas, e intramuscularmente durante dos meses. En tal intervalo de tiempo no ha presentado ninguna de las frecuentes y espectaculares crisis que le eran características, dado su estado de mal. En cambio, su bronquitis en nada se ha beneficiado; expectora y tose. Pero lo más favorable de la medicación succinica, además de evitar las crisis, ha sido la desaparición de la ウゥュー。エ」ッセ■L@ que no le dejaba dormir, a más de dar una tómca terriblemente agria a su carácter, sin duda todo ello producido por la intoxicación adrenallnica, ya que se tomaba 10-12, y a veces más, c. c. de clorhidrato de adrenalina al dia. Sufría sudores, dolores erráticos, sofocaciones, etc., que han cedido; sin a cambio aparecer ningún síntoma de intolerancia, incluso dando las dosis máximas prescritas tres veces al día. Respecto al estado general, le ha desaparecido la pertinaz anorexia, que las horas de comida era desencadenante de accesos. Ha engordado; su cara ha dejado la palidez terrosa que daba paso a la rojez avinada. Su psiquismo es, en todo, más normal e incluso es tan esperanzador su estado general, que abusa un poco de su encontrarse bien, andando largos trechos y a buen paso. Ultimamente, se le ha ensayado el ácido al 2 por 100 vía endovenosa-ya en el mercado español-, y ha tenido que suspenderse por intolerancia, a la par de que no se notaban beneficios terapéuticos. Por lo poco que se puede aportar a la estadística del tratamiento antiasmático a base de ácido succínico , quizá sea, como antes me quejaba, una plusvaloración de los resultados experimentados en este caso aislado. Pero sirva esta referata mía de acicate para otros intentos combativos de la enfermedad. RE SU MEN TERAPEUTICO DE ACTUALIDAD SOBRE EL TRATAMIENTO MEDICO DE LOS ABSCESOS PULMONARES JOSÉ ALIX Y ALIX y BALTASAR COVAS. Cllnica Médica Universitaria del Prof. Ja.d:¡.a:z DIAZ y Centro Colapsolerápi co de Madrid. Director: Dr. J. ALIX. 1-l'os proponemos en la presente rev1s10n representar, a modo de esquema, las tendencias actuales en el tratamiento del absceso pulmonar, ya que con la introducción en la terapéutica de estos procesos de las medicaciones antibióticas generales y locales ha variado bastante el concepto que hasta hace poco tiempo teníamos sobre el porvenir de tales procesos. Nuestra experiencia (que hoy no vamos a r eferir en conjunto) y las tendencias más modernas nos han hecho modificar nuestros criterios anteriores de una manera fundamental, y aun cuando no abarca aún más que algunos de los modernos procedimientos empleados, nos ha permitido resolver, a veces de manera muy brillante, problemas que hace pocos años hubiéramos considerado insolubles por procedimientos médicos únicamente. Es preciso tener presente que no se puede asegurar que hay un procedimiento exclusivo de tratamiento, ya que tampoco es igual la etiología y la anatomopatología de los distintos procesos supurados pulmonares, cosa que desempeña un papel bastante importante en los resultados. Por esta razón hoy deseamos referirnos solamente a lo que se puede considerar como absceso primitivo del pulmón cuando está determinado por un mecanismo aspirativo, cosa que de la revisión de la literatura r esulta abrumadoramente lo más frecuente. Las supuraciones en su más amplio sentido, abarcando todos los restantes mecanismos, serán soslayadas. ya que su análisis rebasaría los límites impuestos. Lo que se advierte como muy importante en los momentos actuales, tanto en la literatura como en nuestra experiencia, es que ya no se puede sostener el criterio de NEUHOF y TOUROFF, señalando un período de cuatro a diez semanas de evolución del absceso para considerarlo como crónico y por tanto fuera del alcance del tratamiento no quirúrgico. La combinación con técnicas antiguas, tales como la aspiración broncoscópica, los aerosoles, la inyección broncoscópica de penicilina o la transparieta1, por ejemplo, han modificado notablemente este concep- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 44 REVISTA OLINIOA ESPAiVOLA - 15 enero lO:t to, como muy recientemente señalan WEISEL, RAINE Entre los 33 restantes, 26 f ueron tratados médica. mente, y en todos ellos se logró una limpieza r adio. y OwEx, S:-.UTH, STIVELl\IAN y KAVEE, etc., etc. La fundamental importancia que tiene la correcta gráfica, aun cuando algunos presentaron ulterior. aplicación del tratamiento médico se pone bien de m ente síntomas residu ·1l<'c; romo tos y expectoración nas. En dos enfermOs manifiesto, ya que la mortalidad que anteriormente no pútrida sin otro que murieron por iniano coronario, ulteriormentf a 1936, para los abscesos operados, era de 34,2 por 100, según las estadísticas de ALLEN y BLACI<MAN, se pudo demostrar que hl zona pulmonar afecta an. continuaba siendo después de esta fecha, hasta 1946, teriormente estaba completamente curada. Los tra. de 32,7 por 100, siendo ligeramente más elevada tados quirúrgicamente se encuentran igualmentr para el tratamiento médico con la cifra de 34,7 por bien, sin mortalidad. Es decir, que lo que se adviert, 100. Es preciso hacer aquí la salvedad de que los claramente es que las cifras van siendo cada vez casos que llegan a la cirugía son los r esultantes más halagadoras, depC'ndiendo ello no solamente de del fracaso médico, por lo que a éste corresponde los perfecionamientos de la téc nica de tratamiento situar las cosas de tal forma que el acceso a las sino de modo fundamental también de la precocidad salas de operaciones sea el menor posible, para de la acción médica o quirúrgica. Sin embargo, como por dC'sgracia no siempre es r ebajar la cifra de mortalidad médica y quirúrgica del 33,7 que resulta del análisis de las cifras su- posible tratar a los enfermos en la fase precoz, y madas de 13 publicaciones americanas. Se advierte como, por otra parte, no siempre se dispone de los en ellas una notable disminución de la mortalidad elementos fundamentales que revisaremos, es premédica, superior a la experimentada por la quirúr- ciso reconocer que nos hemos de enfrentar con nu. gica, no obstante el enorme progreso realizado por merosos casos que planteen problemas terapéuticos. Como nos llevaría muy lejos un análisis detenido de la cirugía torácica en los últimos años, y así una de las más recientes, por ejemplo la de S:'IIITH, da todos los problemas que se pueden plantear, lo que unas cifras quirúrgicas de mortalidad de 35,3 por reservamos para otra publicación, dt:'seamos ahora 100, mientras que las médicas se han rebajado no- referirnos únicamente a los progresos que actual· tablemente hasta alcanzar 13,1 por 100, lo que está mente se han experimentado en el tratamiento mépor debajo de las de aleセ@ y blackZGiセ@ para los dico, y al analizarlos veremos que con ulgu niU períodos anteriores. Pero del análisis de trabajos \'ariantes, todos ellos, excepto el uso de los antibiómás recientes se obtiene aún una conclusión más ticos, han sido empleados desde hnce muchos aiios. alentadora para los resultados del tratamiento mé- Es la asociación de varios de l'llos, adaptúndosc a dico, llegando algunos autores, como por t:'jemplo las modificaciones del caso, la que dt>tcrmínn los St.."THERLA.'\D y graセtN@ a sostener que el. drenaje mejores r esultados. Resultn, sin embargo, imposible quirúrgico es una técnica anticuada que no debe proporcionar un esquema que rcsuel\'n lns múltipla emplearse ya. Indiscutiblemente estos autores tie- variantes que se pueden obsen·nr en In clinícn. El エイBセNュャ@ ntJ PH.Cill.O dt , 1 o 1 dt r nen razón en parte, si bien tal exclusivismo es conm1r ru:.1: Cura !JO<> LUZ al, aspu·acwnes broncoscopicas, trario a las normas que Ja c1ínica nos dicta diariamente, puesto que, como decíamos más arriba, la antibióticos, punciones transparietales, tratamiento etiología y anatomopatología son las que en defini- tónico general. Excluímos naturalmente de esta retiva determina n el fracaso de determinadas técnicas lación otro s tratamientos empleados con anteriori· de tratamiento. Por ejemplo, los abscesos no colec- d ad, tales como las aplicaciones diatérmicas, que no cionados, procedentes de focos de bronconeumopatía han r esuelto satisfactoriamente la inmensa mayoría supurada, que no forman una cavidad coleccionada, de los casos en que se emplearon. Asimismo tampoco puede que en algunas ocasiones sean r efractarios tenemos noticias de r esultados satisfactorios de las a la terapéutica médica, aun empleando, como des- ondas supersónicas, que sin embargo gozan, tal vez pués veremos, la técnica preconizada por CASTEX por la novedad, de una cierta boga. El absceso pul· y CAPDEHOURAT. monar es una enfermedad suficientemente grave, como para limitarse al empleo de los procedimientos SUTHERLAND y GRANT llegan en SU optimismo a sostener que nos encontramos actualmente en la que han demostrado categóricamente su eficacia. SUTHERLAND y GRANT sostienen que no han po· transición al período que se puede calificar de tratamiento exclusivamente médico, y aun cuando, por dido encontrar refer encias de casos en los que la el momento, nos encontramos nosotros un poco apar- cura postura] se haya empleado como único trata· tados de este criterio exclusivista, no ·dudamos en miento. Sin embargo, nosotros disponemos de un admitir que los progresos alcanzados permitirán en caso, cuya documentación gráfica y clínica presen· taremos en otra ocasión, en el que se empleó la un próximo futuro rebajar aún la cifra de fracasos de SMITH, que ya es bastante halagüeña con su cura postura! únicamente con el fin de pre parar al 13,1 por 100. Sin embargo, las más recientes esta- enfermo para una lobectomía inferior izquierda. dísticas que por ahora conocemos son las de NEUHOF Se trataba de un sujeto portador desde hacía y TOUR OFF y de NEERKEN y GROW. En la serie de tres semanas de un a bsceso pútrido del segmento estos últimos autores se encuentra una cifra de sexto del pulmón izquierdo (vértice del lóbulo in· mortalidad solamente de un 8 por 100 practicando f erior). Su comienzo fué puesto en relación con una la resección, que encuentran indicada especialmente extracción de una pieza dentaria, con absceso de para los casos complicados y para los residentes maxilar inferior. El drenaje postura! perfectamen· en lóbulos superiores. La estadística de NEUHOF y te r eglado determinó la curación en dos semanas TOUROFF, referente a casos de abscesos sobreagu- sin otra terapéutica (año 1944) . dos tratados únicamente con el drenaje en un tiemPara una eficacia absoluta de la cura postural po, da la sorprendente cifra de curaciones de 86,9 se r equier e que el drenaje sea fácil, es decir, que por 100, con una mortalidad operatoria de 2,43 por baste esta técnica para mantener vacía constan· 100. Estas cifras y las del tratamiento médico pue- temente de secreciones la cavidad. Se requiere, den aún ser mejoradas, como lo demuestran los además, que esté perfectamente coleccionado y uni· casos de WESEL, RAINE y OWEN. De 35 casos tratados !ocular y se r equiere la precocidad y rigurosidad se excluyen dos, que padecían cáncer broncogénico. de la técnica. Es decir, ha de ser estudiada la vía Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO XL NÚMRRO 1 ABSCESOS PULMONARES de drenaje por broncoscopia o broncografía o ambas utilizando los datos que se obtengan para siエオ。セ@ rigurosamente en declive la porción correspondiente al bronquio de drenaje, y de tal modo, que no solamente se encuentre este punto en declive, sino que la vía de salida de las secreciones a la tráquea esté también en declive respecto de aquél. No siempre se pueden cumplir estas condiciones, ya que a ello se opone la comunicación bronquial cuando no es suficientemente amplia (abscesos muy periféricos) o la densidad de las secreciones. Pero nuestro caso demuestra que cuando la suerte del enfermo determina que el drenaje sea perfecto, no hay diferencia entre éste y el que se pueda instituir quirúrgicamentc, que tan buenos resultados proporcionó a NEuHOF y TouROFF, según hemos indicado más arriba. Sin embargo, hay que añadir que la cura postura! ha de ser permanente a ser posible, sin limitarse a realizarla a intervalos de tiempo más o menos frecuentes. Este procedimiento, que puede ser muy valioso en abscesos agudos o subagudos, no lo es en los crónicos. DONALDSON señala que es preciso evitar el vaciamiento súbito por un drenaje postura! poco juicioso, ya que ello puede evitar la entrada súbita del pus en amplias zonas del árbol bronquial. A estC' respecto señala este autor una revisión de Rrv¡,;s y MAJOR, que entre 100 casos de muerte por abscesos, pudieron imputar ésta a una súbita irrupción a causa de una técnica incorrecta. SUTHERLAND y graセt@ concC'den una importancia primordial a este procedimiento, hasta el punto que fijan unas normas rigurosas vigiladas por un especialista en la materia, al que denominan "fisioterapeuta", cuidando, como indicamos más arriba, de que permanezca muchas horas, e incluso duerma, en la posición más correcta. Añaden como conveniente el golpeteo de la pared del tórax para facilitar la evacuación, disminuyendo gradualmente a medida de la mejoría, el número de horas de cura. Pero que esto solamente no es suficiente lo demuestra la serie de casos de estos autores, ya que si bien no han empleado esta técnica como tratamiento exclusivo, en cambio equivale a un experimento el hecho de que en una serie de 19 casos, empleando al mismo tiempo grandes dosis de penicilina (hasta dos millones de unidades diariamente) obtuvieron 15 curaciones, dos pasaron al estado crónico, uno quedó con bronquiectasias asintomáticas y uno murió. En cambio, de seis casos en los que las dosis de penicilina fueron bajas, curaron solamente tres, I]Uedando uno con bronquiectasias asintomáticas y dos 」セョ@ bronquiectasias sintomáticas. De lo que ウセ@ .o?hene la enorme importancia que jugó la pemcllma cuando las dosis fueron suficientes. Como síntesis de estas consideraciones, debemos concluir que la cura postura! es una condición que debe cumplirse, y cuyos resultados pueden ser muy brillantes, aun cuando en los momentos actuales no podamos pretender, en modo alguno, resolver el problema por su exclusiva aplicación. Broncoscopia.- Es obvio que la broncoscopia debe practicarse sistemáticamente como elemento informativo, no solamente para determinar en lo posible el mecanismo de formación (cuerpos extraños tumores, etc.), sino con objeto de precisar cuál ・セ@ el segmento afecto. Pero independientemente de esto, セ・ーウョ。@ .un papel fundamental en el drenaje Y apllcacwn topiCa de la medicación antibiótica. En 193? aleセ@ y BLACKIVIAN refieren que la broncoscopla por Sl sola no puede ser considerada como un 45 tratamiento de elección, pero que en casos aislados puede ser útil. En una revisión de la literatura realizada por estos autores se demostró que entre 650 casos tratados con este método curaron 61 por 100, mejoraron 20 por 100, permanecieron igual 12 por 100 y 6 por 100 murieron. MATTEI, trisaセGy@ y BARBER practicaron la aspiración broncoscópica mediante un cateter blando dirigido radioscópicamente, pero añadiendo además la inyección local de penicilina ocho a diez veces al día, obteniendo la curación en 22 casos entre 34 tratados, lo que supone un 64,6 por 100, que como se ve es poco superior al resultado de la simple aspiración de aleセ@ y black[|QセL@ y desde luego muy inferior a los resultados de FLrcK, quienes en 1926 consiguieron un porcentaje muy superior con la simple aspiración broncoscópica, ya que llegó al 70 por 100 de curaciones cuando el tiempo de enfermedad era inferior a los tres meses. Para comprender estas diferencias no solamente habría que conocer personalmente la calidad de los casos, ya que el criterio de precocidad no basta, sino que hay múltiples factores, como son la localización, que sean uní o multiloculares, bacteriología, etc. Pero indudablemente, y consideradas las cosas de una manera global, hay que pensar que la técnica de la aspiración desempeña un papel fundamental. A este respecto hay que conceder que la técnica de MATTEI, TRISTANY y BARBER no parece muy COrrecta, por las siguientes consideraciones: 1) La colocación de la sonda con el control radioscópico no puede compararse en precisión a la que se logra mediante la broncoscopia. 2) La repetición del drenaje ocho a diez veces al día supone tener prácticamente anestesiadas las vías bronquiales casi las veinticuatro horas, lo que indudablemente condicionará posibles metástasis. Para poder obtener un resultado valorable en las supuraciones con la aspiración broncoscópica hay que ten..er presente, como muy bien señala S:\IITH, que el momento óptimo de la misma es, o bien cuando se trata de una atelectasia postoperatoria, y rápidamente puede liberarse el posible tapón bronquial, haciendo abortar la enfermedad, o bien cuando ya el absceso está coleccionado y comunicante, en cuyo caso sus resultados, según este autor, pueden ser superiores a los proporcionados por el drenaje postura!. Pero si la enfermedad ha progresado más de tres meses, hay pocas probabilidades de que proporcionemos beneficio al enfermo con este solo método. Cuando se habla de aspiraciones broncoscópicas se suele entender en general que la colocación de la sonda en el bronquio de drenaje, y conectada a la bomba de aspiración, determina la succión directa del pus del absceso, obteniendo así su Yacbn:iento. Sin embargo. cuando se adquiere experienCia y se ha practicado la técnica muchas veces. se llega al convencimiento de que las cosas no ocurren de esta manera. La parte más eficaz de la aspiració? hemos podido comprobar personalmente qth.' esta representada por la colaboración inYoluntaria del enfermo, con la tos que corrientemente se determina al aplicar la extremidad de la sonda al b;o.nquio segmentario correspondiente. Por razones fac1lmente comprensibles. la anestesia generalmente no es ー・セヲ」エ。@ en este lugar casi en ningún caso. Y el refleJo de la. tos determina la. expresión actiYa del. absceso, con lo que el pus irrumpt' hacia la sahda para ser aspirado nueYamente al interior del absceso en la inspiración subsiguiente. cosa Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 46 REVISTA CLINICA ESPA"&OLA 15 enero 195¡ res, y especialmente DROUET, FAIVRE, DE REN y SADOUL. Esta técnica de inyección directa ha sido recientemente ensayada por numerosos clínicos; pero no es nueva, si bien lo es en cuanto a la apli. cación de la penicilina se refiere. En 1924 FoNTAINE. citado por DROUET y colaboradores, la utilizó in. yectando violeta de genciana en la cavidad del abs. ceso, y ulteriormente por otros autores para la aplicación de sustancias arsenicales, principalmentf CASTEX. CAPUANI la empl eó hace más de quince años, aplicando la tripa flavi na en un trabajo aparecido en "Minerva Médica"; pero obtuvo fracaso en más de 50 por 100. Pero tanto t>stos ensayos, como los de otros autores que aplicaron el lipiodol, no propor. cionaron mejores resultados que la evolución ・セ ᆳ Antibióticos.-No pararemos la atención en la pontánea, por lo que C'l método no entró en la prác. aplicación de sulfamidas, ya que parece demostrado tica habitual. La primt>ra vez que parece ser qu, que después de una mejoría más o menos clara se empleó la penicilina en inyección directa trans· aparece una marcada tendencia a pasar al estado parietal fué en 1945 por pikerセyN@ GRA!\VILL ) crónico La experiencia de Sl\IITH y la de D'L'\'GIANNI Mt.THERS, citados por DROUET y colaboradores er. son, a este respecto, concluyentes, aun cuando en un caso muy grave con resultados satisfactorios en aplicaciones transparietales beliセ@ comunica seis cuanto que permitió mC'jorar la situación con vistas resultados favorables entre ocho tratados. a la intervención quirúrgica, e n la que el enfermo P or lo que se refiere a la penicilina, las opinio- murió. Casi en la misma época fué empleado por nes son diversas, ya que los gérmenes determinan- CASTEX, al parecer con buenos n'sultados, y ultetes son distin tos, aparte de otras condiciones. A riormente ha sido aplicado t'ste método por varios este r especto, son muy importantes las contribu- auto res, entre los qut> se pueden destacar BELLI:\1 ciones de STIVELl\IA.'\' y KAVEE RUBIN, BLADES, con su lfamidas. como mencionamos más arriba, SUTHERLAND y graセGtN@ KOURLISKY, WEISEL, RAINE PAOLANTI!\0, con penicilina; CUHTILLET y colabora· y OwEN. Pa ra KOURLISKY es conveniente determinar dores, que aconsejan el método para los abscesos la flora microbiana, ya que, como es sabido. los superficiales con dosis de 200.000 a 500.000 unida· gérmenes grampositivos son los más sensibles a la des en 10 c. c. de vehículo snlino: AH:\'OVLJt.\'IC y droga; pero tanto para éste como para los otros colaboradon·s, con mww éx1tos fav01 1bl(s t ntrc 12 autores, las cantidades de este producto deben ser casos, y por último , y muy cS};>l;Clalml:nll;, por muy elevadas, considerándose en general que el óp- DROUET y sus colaboradores. Ni éstos ni los a nte· timo son los dos millones de unidades diarias, y riores autores señalan accidentes graves con la eje· bien claramente lo demuestran los casos de SUTHER- cución de esta técnica, aunque se comprende que LAND y GRANT anteriormente menciona dos. La uti- la mayoría de las veces el pulmón se encuentra ad· lidad está en razón directa de la precocidad y de herido a la par ed a causa de las reacciones infla· la intensidad, y así por ejemplo, SELLORS, que esti- matorias pleurales. Es de r esaltar, por otra parte, maba en 1946 que era poco útil, en cambio -en 1950 que las estadísticas de la m ayoría de los autores sostiene que no ha tenido que practicar el drenaje son exiguas y, por tanto, no se puede juzgar del quirúrgico en los últimos años en ninguna ocasión mismo modo que con una más voluminosa. por absceso agudo, desde que las dosis ha n llegado Según los autor es últ imamente citados, deben a los dos millones de unidades por día. considerarse fundamentalmen te dos casos: 1 ) El La aplicación de la penicilina se ha de hacer, de absceso está bien coleccionado. 2) El absceso esta acuerdo con la mayoría de los autores, por la vía mal col eccionado. En el primer caso, la técnica es general, y por aplicación directa, ya sea por medio sencilla, empleando una aguja de calibre suficiente. de inhalaciones o en instilaciones intrabronquiales. ya que las secrecciones suelen ser muy densas al Por ejemplo, WEISEL y colaboradores emplean principio, cambiándola por una más fina a medida 1.000.000 parentalmente, más aerosol de 20 a 80.000 que el pus va siendo más flúido. Pa ra la r ealización unidades cada cuatro horas. KouRLISKY, en cambio, deberán practicarse r adiografías f rontales y late· cree suficiente la dosis de 200.000 unidades por vía raJes, con objeto de una exacta localización, y es parental con instilación endobronquial de 100.00 uni- recomendable utilizar, además, el control r adios· dades, combinadas con 5 c. c. de sulfamidas dos o cópico. R ecomiendan los autores el empleo previo tres veces por semana, utilizando la sonda de ME- de tonicardíacos y sedantes. Debe evacuarse el abs· TRAS. En raros casos llega a la dosis pa r enteral de ceso al máximo e inyectar a continuación 500.000 600.000 unidades, y si los gérmenes causales son unidades de penicilina. Se recomienda, asimismo, gramnegativos o flora mixta utiliza o añade la conectar la aguja a la j eringa mediante un t ubo de estreptomicina. En esta forma ha conseguido la cu- goma para evita r que el golpe de tos produzca des· ración de 90 por 100 d e sus casos, cifra superior garros si acontece. Se insiste en la conveniencia セ・@ a la lograda por SUTHERLAND y GRANT, que sólo em- dejar fluir por la aguja, al r etirarla, una pequena plean la vía parenteral y drenaje postural, de donde cantidad de penicilina para evitar infecciones del s e infiere la mayor utilidad de la terapéutica com- trayecto. La penicilina puede ser sustituida por binada. otras sustancias en r elación con la sensibilidad del germen fundamental. Punciones transparietales.- Fundándose en que El número y ritmo de las punciones son variables, el ideal es hacer llegar al absceso la penicilina u otros antibióticos, según la sensibilidad a ellos de según la evolución del absceso. la flora del absceso, ha sido criticada la instilación Cuando el absceso está mal coleccionado, la pun· intrabronquial y las inhalaciones, por varios autores, ción ha de ser múltiple para hacer llegar la sustan· como son principalmente CASTEX y sus colaborado- cia antibiótica al seno de la mayor cantidad posible que impide en parte la succión de la sonda, así repetidos una y otra vez los golpes de tos, se van obteniendo por la sonda sucesivas cant idades de pus. A esto le dió mucha importancia CHEVALIER JACKSON, quien empleó el término de "aspiración broncoscópica sinergística". P ero la sonda ha de permanecer en la embocadura, y de ahí que deba ser controlada su posición constantemente por la observación directa. P ero ya se comprende fácilmen te que la aspiración broncoscópica por sí sola no baste, puesto que solamente se debe realizar a lo sumo cada veinticuatro horas, por lo que, como veíamos en el drenaje postura!, deberán asociarse otros métodos o sustituirla en caso preciso. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 47 ABSCESOS PULMONARES TOMO XL nャゥセieho@ 1 de recesos, utilizando para ello, según CASTEX, una aguja fina para reducir al mínimo el traumatismo. Este autor señala como muy conveniente el empleo previo de la atropina, para evitar reflejos vagales, quince minutos antes de la intervención, asociada a la papaverina, practicando las inyecciones intrapulmonares lentamente y con el líquido templado. Se señala, asimismo, la conveniencia de adaptar la cantidad de líquido al número de inyecciones a realizar. Este ha alcanzado hasta 100 inyecciones en una sesión. Entre los accidentes se señalan: 1 ) El neumotórax. Entre 75 punciones apareció una vez en los casos de drouj セtL@ cediendo rápidamente, sin conse- Figura l. cuencias. CASTJ::l{ señala asimismo algunos casos de tal complicación. Pero según DROUET, es innecesario tomar precauciones para asegurarse de si hay o no adhesión pleural, y lo justifica diciendo que el peligro del neumotórax es nulo, ya que DELAFONTAINE y DAMIENS, en 29 punciones, obtienen 29 neumotórax sin consecuencias. 2) La infección pleural no es una amenaza, según los autores mencionados, ya que si el absceso es yuxtaparietal hay adherencias. Pero independientemente de que en los centrales puede considerarse teóricamente que existe el peligro de infección, lo que motivó anteriormente a la penicilina el abandono de la técnica, el empleo de esta sustancia ha venido a simplificar el problema. 3) Lipotimias y síncopes. No son más frecuentes que en cualquier toracentesis. 4) La punción de un vaso no representa peligros, según DROUET, pero conviene recordar que se han señalado abscesos cerebrales consecutivamente, especialmente por ll\1:BERT. 5) Embolias gaseosas. 6) Reacciones térmicas. Carecemos de experiencia sobre este método y, por tanto, lo que pudiéramos objetar sería puramente teórico, por lo que nos limitamos a señalar, sin comentarios, una técnica que empleada de una manera sistemática nos parece bastante atrevida; pero estamos acostumbrados a las cosas más extraordinarias, que antes de realizarlas nos parecían peligrosas o incluso inaplicables, y su práctica ha demostrado su inocuidad. Repetimos, que el total de los casos que hemos podido hallar en la literatura es suficientemente bajo para poder trazar un porcentaje de fracasos o de accidentes graves. Los resultados de unos y otros autores vienen a ser aproximadamente parecidos y oscilan alrededor de un 90 por 100 de curaciones, llegando al 100 por 100 en los de DROUET y colaboradores. Esperemos a adquirir una experiencia personal para dar a conocer los resultados de este nuevo y al parecer magnífico tratamiento. Naturalmente, deberá aplicarse a todo absceso pulmonar un régimen alimenticio y vitamínico adecuado a la gravedad de la enfermedad, y especialmente las transfusiones sanguíneas, que se señalan por la mayoría de los autores como muy útiles. Es necesario considerar, aun cuando aquí no vamos セ@ ocuparnos del tratamiento quirúrgico que general- Figut·a 2. mente se acostumbra a señalar como de tres meses el plazo correcto para considerar como fracasado el tratamiento médico, y ello conduce a plantear inmediatamente la indicación quirúrgica. Debemos repetir que no puede hablarse de un tratamiento unívoco del absceso de pulmón, sino que deberán complementarse unos y otros o sucederse a medida de las exigencias del caso, sobre lo que no puede darse una norma rigurosa. La única norma general es. que el tratamiento parenteral no debe olvidarse, sea cualquiera la modalidad terapéutica empleada. Presentamos a continuación una serie de casos tipo de los distintos tratamientos empleados por nosotros, sin que ello suponga una estadística ni mucho menos, cosa que, como indicábamos al principio, será objeto de estudio más detallado, que tenemos en preparación. El caso primero (fi.gs. 1 y 2) corresponde a una enferma en la que ocurrió un absceso por aspiración de gérmenes de la boca. La enferma padecía una esquizofrenia, por la que fué sometida a Electroschok, siendo portadora de una piorrea. A las veinticuatro horas. escalofrío y rápida elevación térmica. Tres días más tarde aparece expectoración de olor pútrido, seguida de vómica de unos 200 c. c. extremadamente fétida. Se pudo localizar el absceso en el territorio correspondiente al segュ・ョセッ@ tres del pulmón izquierdo. Se instituye inmediatamente cura postura! bien reglada y 800.000 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 48 REVISTA OLINIOA 15 enero 1951 espaセol@ unidades de penicilina diarias. La expectoración es inodora a las veinticuatro horas, y cede rápidamente en cantidad, quedando apirética a 1as cuarenta y ocho. Una semana más tarde, está asintomática, y así continúa seis meses después, hasta la fecha. sucesivos, con escasa oscilación, opresión torácica y dolor de hemitórax derecho. A los tres días, la expectoración comienza a ser fétida, y aparece una vómica de unos 400 c. c. Disminuye la temperatura, sin llegar a la apirexia, y comienza a tratarse con Figura 3. Figura 5. Figura 4. Figura 6. El caso segundo (radiografías 3 y 4) era un enfermo de cuarenta y ocho años, que un mes antes de nuestro examen comienza a sufrir tos con abundante expectoración, muy densa, no fétida. Cuatro días más tarde se presenta intenso escalofrío seguido de fiebre de 40 grados, que persiste en días 200.000 unidades de penicilina, lo que no modifica sino muy escasamente el cuadro. La exploración revela un cuadro húmedo de condensación en la región del campo superior derecho y en la radio· grafía se aprecia (fig. 3) una imagen que nos r eleva de comentarios. La flora está constituida en el Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 49 ABSCESOS PULMONARES TOMO XL NÚMERO 1 esputo por gérmenes variados, ーイ・、ッュゥセ。ョ@ los セᆳ treptococos y fusiformes. 11.000 leucocitos por milimetro cúbico, de los cuales 64 en 」。ケ、セL@ Y 90 mm. de v. de S. a la hora. En la faringe se セ、カゥ・イエョN@ placas de color amarillo sucio, parade':ltosis y canes. La broncoscopia no revela alteraciOnes groseras del radiografía demuestra una gran cavidad c?n halo pericavitario y nivel líquido. 18.000 leucocitos, de los que 86 son neutrófilos. y. de S., 114.. a la hora. Indicios de albúmina en orma, con densidad 1.025. En los esputos se advierte una flora abundantísima, en la que predominan estreptococos de cadenas cortas y bacilos fusiformes. Se instituye cura post?ral y prontosil por vía oral y ・ョ、ッカウセ@ en cantidad de 12 gramos diarios, lo que no modifica en absoluto el cuadro general ni local. En 10 de enero de 1942 se practica una amplia neumotomía por vía posterior en dos tiempos. Se セ「エ・ョ@ un pus verdoso, extremadamente denso y _putndo, con masas necróticas. Su cultivo proporciOna un estreptococo anaerobio del tipo viridians. Continúan las curas locales; pero por espacio de dos meses, hasta su fallecimiento, se asiste a una 」ッョセエ。・@ tendencia a formar .nuevos abscesos penleswnales, invadiéndose progresivamente todo el lóbulo superior y parte del inferior, apareciendo últimal":lente localizaciones contralaterales, no obstante contmuar además intenso tratamiento con Prontosil. El caso cuarto con figuras 7 y 8, corresponde a un sujeto de 」オセイ・ョエ。@ y un años, que en relación con una extracción dentaria muy séptica comienza Figura 7. árbol tráqueollronquial, pero demuestra emisión abundante de pus por el orificio del bronquio lobar superior derecho. Se comienza un tratamiento dos veces por semana con aspiración broncoscópica e inyección local de 400.000 unidades de penicilina cada vez, continuando el tratamiento general en la forma indicada con penicilina, aumentando la dosis a 400.000 unidades por veinticuatro horas. El tratamiento en esta forma dura dos meses, con un total de 18 aspiraciones broncoscópicas e instilaciones de penicilina. La última radiografía muestra la resolución del proceso con pequeños campos duros residuales. El caso 3 (radiografías 5 y 6) corresponde a una época muy anterior, ya que fué explorado por primera vez en 30 de diciembre de 1941. Dos meses antes de nuestro reconocimiento (el enfermo tiene una edad de veintiocho años) nos refiere que comenzó con molestias faríngeas, que persistieron hasta veinte días antes de presentarse a nuestro examen. En ese momento aparecieron escalofríos intensos y elevación hasta 39 grados de la temperatura. Durante cinco días persiste con este cuadro y tos seca. Al cabo de ellos, aparece una vómica de unos 250 c. c. de un pus de olor pútrido y escasa sangre. La temperatura desciende a 37,5-38 grados, continuando con expectoración abundante y muy fétida. Anorexia, astenia y gran afectación general. En los antecedentes existen frecuentes flemones dentarios y molestias faríngeas, sin amigdalitis propiamente dichas. A la exploración se revela una situación grave, con gran afectación general, palidez intensa y estado febril (38 grados). El cuadro físico corresponde a una condensación con signos húmedos en la región interescápulovertebral derecha. La Figura 8. seis meses antes de nuestro examen con un cuadro agudo febril y dolor en el hemitórax izquierdo, plano anterior. A los pocos días del comienzo aparece una vómica fétida de unos 400 c. c. de pus mezclado con sangre y masas necróticas. La temperatura desciende y se instituye cura postura! y tratamiento con penicilina, mejorando notablemente, hasta el punto que el enfermo estima que está curado en un plazo de un mes. Dos meses más tarde hay una reci- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 50 15 enero 1951 REV I STA CLIN ICA ESPA1VOLA diva de características similares al comienzo, por lo que se instituye un nuevo tratamiento semejante al anterior. Sin embargo, por las referencias del enfermo, la cura postura! no fué correcta. La imagen radiográfica revela un absceso con nivel líquido y la expectoración, muy fétida, demuestra estreptococos y bacilos fusiformes y espirilos. 18.000 leucocitos con 82 neutrófilos, y V. de S., de 95 a la hora. En vista de que el proceso ha mejorado muy poco desde la fecha del comienzo del segundo brote, se plantea la indicación quirúrgica; pero para esta fecha el proceso había progresado hasta invadir dos tercios del lóbulo superior y la porción apical del inferior, con gran componente cirrótico (no disponemos de radiografía de esta fecha). Se plantea la indicación de exéresis, que el enfermo difiere durante seis meses más. Por fin, en octubre de 1949. se practica la neumonectomía (Dr. Escudero), cuya pieza corresponde a la figura 8. El curso postoperatorio es normal, y el enfermo se encuentra en la actualidad libre de molestias, desarrollando perfectamente sus actividades profesionales. Intencionadamente hemos puesto ejemplos que. como decíamos antes, no corresponden a estadística. pero que todos ellos tienen un interés. El primero fué tratado con la cura postura! y unas dosis de penicilina elevadas, lo que demuestra la eficaci a cuando el tratamiento se aplica en forma correcta. v sobre todo precocísimamente, como aconteció aquí. El caso segundo era más antiguo y, por otra parte , no se había practicado anteriormente la cura postura! y, además, las dosis de penicilina eran francamente bajas, ocurriendo con él. por lo tanto, lo que con las primer as series de SELLORS. La aspir ación bron coscópica determinó con una rapi,Iez t eatral la mejoría, que hast a entonces no se acusaba, y aun cuando se a umentar on las dosis de penicilina par ent eral, no alcanzar on las dosis de dos millones, que se pr econizan como las más eficaces. E stimamos, por t anto, que la combinación de drenaj e aspirativo con aplicación directa de penicilina en dos is a lta y acompaña da de una cura postura! sist ematizada correctamente determinó la curación brillante de este caso. El caso t er cer o es anterio!' a la penicilina, y demuestra que la inter vención de las sulfamidas fué inútil en absoluto. La flora microbia na anaerobia, t al vez insensible a las s ulfamidas empleadas, continuó s u proliferación y marcha invas ora incoer cible, pese a la amplia neumotomía que se r ealizó, y es una demost ración más de la importancia de la flora, según hemos significado más arriba r epetidamente. El último caso es un ej emplo de la s it uación de estado crónico de los abs· cesos, en el que fué preciso llegar a la neumonectomía a causa de la invas ión ulterior del lóbulo inferior homolat er al. E st as consider aciones y las que anteceden de· muestran hasta qué punto hay que acomodarse a las características del caso: El tratamiento médic\J no deberá ser más largo del tiempo prudencial, que a nuestro juicio no deberá superar más de los tres meses. Sin embargo, creemos que tal vez es preciso hacer aquí algunas aclaraciones. Este plazo es correcto, a nuestro juicio, cuando la prolongació·t de la enfermedad acontece, si es que acontece durante un tratamiento bien dirigido. Mientras que cuando el caso llega a nosotros tras un intervalo superior a ese tiempo, crN'mos que lo más correct0 ha de ser ensayar un tratamiento combinado con una técnica rigurosa, ya que a veces ocurren sorpresas, como varios casos que esperamos podet comunicar de nuestra propia experiencia en un plazo de tiempo no muy lejano. Del mismo modo que otros clínicos, nosotros hemos variado de modo de pensar en la terapéutica de estos procesos gracias a la variedad de técnicas de tratamientos médicos combinadas con la aplicación, según r eglas bien planteadas, de la medicación antibiótica. SuTIIERLA!\D y GRA. ·T insisten en Qtte ya no deben !'eguirse diferer{ciando abscesos agudos y crónicos. Por nuestra parte, estamos convencidos de que muchos que "a priori" y por el tiempo de evolución podrían calificarst• como tales, sin embargo, pueden ser susceptiblt'S de curación, como tendremos ocasión dt> probar pn otro artículo. Estamos, ciertnmcntP. l10gando a la fase, que comentábamos líneas más arriba. del tránsito al tratamiento médico de los abscesos. y aun cuando ciertamente continuarún presentándose ensos. en los que la cirugía ウセ。@ la única solución del problema, espera m J. qu e 1 \ ·z r n n t t, r los porcentajes en que haya que reahzar intervenciones quirúrgicas. BIBLIOGRAFIA Al.LE.'\' y BLACK:\IAN.- J. Th. Surg., 6, 156, 1936. ARXOVL.JEVIC, DJORDJEVIC, DJORDJE:VIC-JOKSIC y ATAX.ICKOI'IC.Arch. Serb. d. Med. Belgrado, 47/5, 421. 1949. BE:LLINL-L'Ospedale Maggiore. Milano, 3Y 9, 434, 1947. CASTEX, CAPDE:HOURAT y RECI!XIEROSKY . Pr. Med. Argent. , 34, 1885, 1947. CHEVALIER JACKSON.-Ther·ap. Gaz., 15 septiembre 1920. CURTILI..ET, HUGUEN!N y MORERE. 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