¿un delito común?

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PATRImOnIO En PELIgRO tRáFICO ILíCItO
¿un delito común?
Por qué el tráfico ilícito de bienes culturales es una
amenaza para el patrimonio cultural del mundo
© InStItUtO COLOMbIAnO DE AntROPOLOGIA E HIStORIA
por France Desmarais
3.000 objetos precolombinos recuperados en el 2004
L
as horribles imágenes de los
budas de bamiyan deteriorados, el
desmesurado saqueo del Museo de
bagdad y los omnipresentes titulares sobre
las controvertidas ventas de arte públicas
han atraído la atención hacia el problema del
tráfico ilícito de bienes culturales. Y por una
buena razón. Durante los últimos 30 años, los
robos de obras de arte y de arqueología han
aumentado de forma significativa.
El tráfico ilícito de bienes culturales se
organiza de manera similar a otras formas
de delitos transnacionales. En este tipo de
acti-vidad delictiva se establecen tres clases
distintas de robo: robo de obras de arte en sus
lugares de conservación, como los museos;
robos de colecciones privadas; y excavaciones
clandestinas.
Actualmente, un tercio de los objetos
de arte más buscados proceden de robos
en museos. Europa, y más concretamente
Francia e Italia, es la región más afectada por
este tipo de robos, mientras que los países en
desarrollo están generalmente más expuestos
al saqueo de lugares arqueológicos, culturales
y submarinos.
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ningún país es ajeno a este fenómeno
y el riego es aplicable a todo tipo de objetos.
Actualmente, además de pinturas y antigüedades arqueológicas, también las obras de
carácter religioso o documental se encuentran
entre los objetos considerados en peligro, y
son robados frecuentemente.
Un fenómeno que va en aumento
Los expertos reconocen que el alcance del
tráfico ilícito de bienes culturales se está
extendiendo a un nivel internacional. Sin
embargo, es muy difícil aportar cifras exactas
para ilustrar esta fuerte escalada. A pesar de
la falta de estadísticas mundiales, hay algunas
cifras que destacan. Un estudio dirigido por
David Murphy para Newsweek, en el año 1900,
identificó 40.000 antiguas tumbas chinas que
habían sido saqueadas durante un período
de 10 años. Esta cifra se ha multiplicado por
cinco desde entonces, lo que revela una
situación que se ha ido deteriorando por culpa
de mecanismos de control que no son eficaces
Desde 1947, el año en que se publicó la
denuncia del primer robo internacional de
obras de arte, el comercio de arte y artículos
culturales ha crecido tanto que el tráfico ilícito
ha florecido a la misma velocidad que las
transacciones legales. La destrucción tras
la Segunda Guerra Mundial, la explosión
del mercado del arte y el aumento del valor
de las obras de arte hizo que el público se
sensibilizara más con la propiedad cultural
y su conservación, y como consecuencia
se estimuló una mayor demanda de dichos
bienes.
Las excavaciones clandestinas y las
falsificaciones han crecido de manera
continuada desde 1970 para cubrir la demanda
del mercado internacional de antigüedades.
Esta demanda se intensificó tras el enorme
aumento de los precios, que se han disparado
aún más vertiginosamente en los últimos
tiempos. La inestabilidad política o económica
de ciertos estados, la apertura de fronteras, el
turismo de masas, las ventas por internet y la
ausencia de legislación nacional han facilitado
la venta ilegal de estas obras.
La lucha contra el tráfico ilícito es, por
supuesto, un asunto legal, pero también es
fundamental proteger la memoria y la historia
de la humanidad. Las excavaciones
clandestinas de lugares arqueológicos
complican, e incluso obstruyen, el trabajo
de expertos, que se ven incapaces de ubicar
un objeto en su contexto histórico. Roland
besenval, antiguo jefe de la misión arqueológica
francesa en Afganistán, señaló que “el drama
no solo es ver desaparecer estatuillas, jarrones,
y capiteles de columnas. Es el hecho de que
son arrebatadas de su contexto. La forma en
que se encuentran dispuestos en el suelo,
los objetos que los rodean, la profundidad,…
todos estos factores están relacionados con la
vida diaria de civilizaciones de las que ya nunca
sabremos más.”
base de datos de obras robadas de manera
más eficiente.
Para ayudar a la lucha contra el tráfico ilícito
de bienes culturales, se pide a los estados que
implementen la Convención de la UNESCO de
1970, sobre las Medidas que Deben Adoptarse
para Prohibir e Impedir la Importación, la
Exportación y la Transferencia de Propiedad
Ilícita de Bienes Culturales, que desarrollen
acuerdos bilaterales y multilaterales con
otros estados, que ratifiquen el Convenio de
UNIDROIT de 1995 sobre los Bienes Culturales
Robados o Exportados Ilícitamente y que
refuercen la colaboración con organizaciones
como el ICOM, la IntERPOL, UnESCO,
UnIDROIt, la Organización Mundial de
Aduanas (OMA) y la Oficina de las naciones
Unidas contra la Droga y el Delito (OnUDD).
Las publicaciones de las Listas Rojas del ICOM
también pueden ayudar a los países a proteger
su patrimonio de una manera más concreta
(ver cuadro).
Aunque el Museo de bagdad afortunadamente ha recuperado muchas de sus obras
y se prepara para una esperada reapertura,
diariamente se roban otros objetos preciosos
que luego se exportan y venden ilegalmente
en el extranjero. Cuando estos objetos
desaparecen, la ciencia y la posteridad pierden
capítulos enteros de historia.n
Diez años de la Lista Roja
El próximo mes de marzo se lanzará
oficialmente la Lista Roja de Bienes Culturales Colombianos en Peligro. La publicación de esta nueva Lista Roja, la décima
de la serie, marca también el X Aniversario
de las Listas Rojas del ICOM, la primera
de las cuales, la Lista Roja de Objetos
Arqueológicos Africanos en Peligro, fue
publicada en el año 2000.
Desde entonces, las Listas Rojas han
recogido con detalle los bienes culturales susceptibles de ser objeto de tráfico
ilícito en todo el mundo: Latinoamérica,
Irak, Afganistán, Camboya, Haití y China.
Han ayudado a recuperar muchos bienes
culturales de países como Nigeria e Irak
cuando estaban a punto de ser objeto del
tráfico ilegal.
Las Listas Rojas van dirigidas a la
policía y a los servicios aduaneros, así
como a museos y profesionales del arte
de todas las partes del mundo. Estas listas
pueden ayudar a identificar las categorías
de bienes culturales que con más frecuencia son objeto de robo o adquisición ilegal,
y así contribuir a prevenir su reventa o su
exportación.
La publicación de las Listas Rojas
creció en 2010, reflejando el compromiso
del ICOM con la prevención del tráfico
ilícito de bienes culturales, y para frenar
la expansión de esta red de delincuencia.
Diez años después de que el ICOM
lanzara la primera Lista Roja, estas
publicaciones se han convertido en una
referencia reconocida internacionalmente, y son una herramienta utilizada por la INTERPOL, la Organización
Mundial de Aduanas y muchos otros
organismos internacionales y nacionales
implicados en la prevención del tráfico
ilícito de bienes culturales.
Lucha contra el tráfico ilícito
todos aquellos implicados en la lucha contra
el tráfico ilícito de bienes culturales son
conscientes de que es fundamental actuar
cuanto antes. Según Paolo Ferri, un antiguo
fiscal italiano, “la tasa de objetos devueltos
es básicamente simbólica, posiblemente
sólo represente alrededor de un 3% de
los objetos obtenidos en excavaciones
clandestinas que se encuentran en el mercado
de las antigüedades.” Entre las soluciones
defendidas por los expertos, la elaboración
sistemática de inventarios es un prerrequisito
fundamental para proteger las colecciones.
Se anima activamente a los coleccionistas
a establecer un inventario y un listado de
los objetos de su colección, siguiendo un
protocolo claramente definido. Este protocolo,
mejor conocido como Object ID, ayuda a la
IntERPOL, entre otras cosas, a desarrollar su
LAS NOTICIAS DEL ICOM | N°1 2011
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