documento - Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico

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COMENTARIOS Y PROPUESTAS
REFORMAS LEGALES Y
SITUACION DE LAS VICTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO
Estamos viviendo una de las épocas con más actividad legislativa de los últimos años
que afecta a la seguridad vial y los derechos de las víctimas. Se concentran en estos
momentos reformas del Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la Ley de
Asistencia Jurídica Gratuita, la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la
Circulación de Vehiculos a Motor, el Reglamento de Circulación y nuevas regulaciones
como la Ley de Tasas, ya en vigor, o el futuro Estatuto de la Víctima.
Todas son normas de gran trascendencia y que afectan de uno u otro modo a los
derechos de las víctimas de accidentes de tráfico e inciden en las politicas de
seguridad vial y prevención de accidentes de tráfico que se estan llevando a cabo en
nuestro pais desde hace años. Esto nos preocupa ya que, aunque la evolución en la
reducción del número de víctimas de los últimos años ha sido positiva, sigue habiendo
un gran número de personas fallecidas o heridas y familias afectadas.
Los siniestros de trafico provocaron el año 2012 en España el fallecimiento de 1.845
personas, 10.850 heridos graves y 96.275 heridos leves, según datos provisonales.
Todas ellas han pasado a formar parte del colectivo de las victimas de tráfico que cada
día suma más personas y que alcanza enormes proporciones. Por ejemplo,
actualmente en España 78.691 personas sufren discapacidad por causa de un
accidente de tráfico, según una estimación de la DGT.
Estas son sólo las cifras de las victimas primarias, pero no debemos olvidar que junto a
ellas están las víctimas secundarias, ocultas por las estadísticas que son los familiares
que sufren el impacto del siniestro en sus vidas con la pérdida de la salud e integridad
física de un ser querido o con el vacio que deja su ausencia.
Por otro lado, los siniestros de tráfico están entre las primeras cinco causas de muerte
entre la población española hasta los 64 años, siendo la primera causa entre los 15 y
los 34 años de edad y la segunda causa en las franjas de edad de 1 a 14 años y de 35
a 44 años.
Y si nos referimos al impacto en términos económicos, el coste de los heridos en
accidentes de tráfico representa el 1% del PIB
Por último mencionar que el Gobierno de España ha establecido un claro objetivo de
reducción de las victimas de tráfico, en consonancia con el objetivo marcado por
Naciones Unidas de reducir un 50% las personas fallecidas durante la decada 20112020 y que nuestro horizonte de trabajo es llegar a CERO VICTIMAS en el tráfico.
Para conseguirlo debe responder todo el sistema y desplegar las posibilidades de
prevención y represión que democraticamente tenemos a nuestro alcance.
Como sociedad tenemos la obligación de reparar lo que hemos tolerado (hasta 9.000
muertos/año en las peores épocas) y la administración debe tener como prioridad la
protección de las víctimas y familiares, antes que la protección de quien ha causado las
heridas y la muerte a otros. A nuestro entender, es necesario un cambio en el equilibrio
entre los derechos de víctimas y afectados y los derechos de defensa del causante
ante los Tribunales de Justicia.
A continuación resumimos algunas de nuestras propuestas y reflexiones sobre
diferentes temas que nos preocupan y que inciden directamente en los derechos de las
victimas, pero también afectan a toda la sociedad y a las politicas de seguridad vial y el
objetivo de reducción de victimas.
A. EN RELACION A LA REFORMA DEL CÓDIGO PENAL
Consideramos que el Anteproyecto de Reforma del Código Penal, en su redacción
actual, puede poner en grave riesgo las actuales políticas en materia de Seguridad
Vial, que desde hace unos años se vienen siguiendo y que han conseguido una
reducción continuada de la siniestralidad grave y estamos convencidos de que
algunas de las modificaciones que se plantean, no podrían ser compartidas por la
Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso de los Diputados.
Consideramos inadecuada la propuesta de despenalización de las “imprudencias
leves”, especialmente cuando provocan como resultado homicidios imprudentes y
graves lesiones a muchos ciudadanos, ya que producirá un grave perjuicio para las
víctimas de los accidentes de tráfico y dejará en el ámbito privado y puramente
económico las agresiones en la circulación.
Defendemos la necesidad de mantener tipificadas las conductas de imprudencia en
la conducción de vehiculos con resultado de daños para las personas.
I. Sobre el homicidio imprudente del artículo 142 proponemos la siguiente
redacción:
1. El que por imprudencia causare la muerte de otro será castigado como reo de
homicidio imprudente con la pena de prision de seis meses a tres años.
2. Si la imprudencia fuera grave la pena será de tres a seis años de prisión.
3. Cuando el homicidio imprudente sea cometido utilizando un vehículo a motor o
un ciclomotor se impondrá asimismo la pena de privación del derecho a conducir
vehículos a motor y ciclomotores de uno a ocho años y la participación en
programas formativos o de reeducación sobre seguridad vial. A estos efectos, se
reputará imprudencia grave cuando concurra alguno o algunos de los delitos
regulados en el Título XVII Capitulo IV De los delitos contra la seguridad, siendo
de aplicación el artículo 385 bis, o concurra alguna o algunas de las infracciones
tipificadas como grave o muy grave en Ley sobre tráfico, circulación de vehículos
a motor y seguridad vial.
II. Sobre las lesiones imprudentes del artículo 152 proponemos la siguiente
redacción:
1. El que por imprudencia causare alguna de las lesiones previstas en los
artículos anteriores será castigado:
1. Con la pena de prisión de tres meses a dos años, si se tratare de las
lesiones del artíclo 147.1.
2. Con la pena de prisión de uno a cuatro años, si se tratare de las lesiones
del artículo 149.
3. Con la pena de prisión de seis meses a tres años, si se tratare de las
lesiones del artículo 150.
1bis. El que por imprudencia causare alguna lesión no prevista en los apartados
anteriores será castigado con la pena de prisión de uno a seis meses.
2. Si la imprudencia fuera grave la pena será de uno a cinco años de prisión.
3. Cuando los hechos referidos en este artículo se hayan cometido utilizando un
vehículo a motor o ciclomotor se impondrá asimismo la pena de privación del
derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de uno a seis años y la
participación en programas formativos o de reeducación sobre seguridad vial. A
estos efectos, se reputará imprudencia grave cuando concurra alguno o algunos
de los delitos regulados en el Título XVII Capitulo IV De los delitos contra la
seguridad, siendo de aplicación el artículo 385 bis, o concurra alguna o algunas
de las infracciones tipificadas como grave o muy grave en Ley sobre tráfico,
circulación de vehículos a motor y seguridad vial.
Proponemos que la conducción de vehículos a motor habiendo cometido una
infracción administrativa grave o muy grave tipificada en la Ley de Tráfico,
Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, y que haya ocasionado victimas
se considere siempre una imprudencia grave
III. Sobre la reincidencia en los delitos contra la seguridad vial
Proponemos una nueva regulación para casos de REINCIDENTES y
MULTIREINCIDENTES ya que se esta viendo la falta de eficacia práctica del efecto
preventivo de las penas impuestas por la comisión de los delitos de riesgo contra la
seguridad vial, especialmente en casos de dependencias y adicciones a alcohol y
drogas, produciéndose la repetición de las conductas delictivas y por ello,
entendemos conveniente regular, en estos casos, de forma más precisa:
1.
la realización de programas de desintoxicación como condición para la
suspensión de la pena impuesta y para la recuperación del permiso de conducir.
2.
establecer como condición para poder conducir de nuevo un vehículo (tras el
periodo de privación del derecho a conducir) la obligatoriedad de instalar en el
vehículo y utilizar un dispositivo alcolock o similar (para medir el grado de
alcoholemia del conductor y bloquear el arranque en caso de superar una
determinada tasa) o de dispositivos de limitación de velocidad (control
adaptativo de velocidad o adaptador inteligente de velocidad ISA, ..), o de una
caja negra, según cada caso y circunstancias. (Otra posible redacción es:
decretar la limitación de la conducción unicamente a vehículos que tengan
instalado y en funcionamiento un dispositivo alcolock o similar (para medir el
grado de alcoholemia del conductor y bloquear el arranque en caso de superar
una determinada tasa) o de dispositivos de limitación de velocidad (control
adaptativo de velocidad o adaptador inteligente de velocidad ISA, ..), o de una
caja negra, según cada caso y circunstancias.)
3.
En determinados supuestos de multireincidencia por la comisión de delitos
contra la seguridad vial, debería realizarse el comiso definitivo del vehículo.
IV. Protección de colectivos vulnerables
Acorde con nuestra petición en la reforma del “Baremo” sobre la inimputabilidad
civil en el caso de victimas menores de 16 años, mayores de 70 años y personas
con discapacidad y otros colectivos vulnerables (peatones, ciclistas ...), con el
objeto de protección de colectivos más vulnerables y en consonacia con normas
similares de paises de nuestro entorno, proponemos:
1. Introducir en el artículo 114 actual la inimputabilidad civil de menores de
edad, personas de la tercera edad, personas con discapacidad y colectivos
vulnerables a efectos de “moderar” el importe de la indemnización. El actual
artículo 114 dice así: Si la víctima hubiere contribuido con su conducta a la
producción del daño o perjuicio sufrido, los Jueces o Tribunales podrán
moderar el importe de su reparación o indemnización. Y proponemos añadir:
En estos supuestos, cuando los perjuicios se hayan ocasionado en un
siniestro de tráfico, corresponderá el total importe de la reparación o
indemnización si la victima fuere menor de 16(14) años, mayor de 70 (75)
años, se trate de una persona con discapacidad o no fuera ocupante o
conductor de un vehículo a motor.
2. En consonancia con lo anterior añadir en el art 116.1 excepto supuestos
del artículo 114.
V. Otras modificaciones
- En consonancia con las políticas de Seguridad Vial modificar el artículo 80 en
su apartado 2, epígrafe 1º, donde se recoge que para dejar en suspenso la
ejecución de la pena “no se tendrá en cuenta las anteriores condenas por delitos
imprudentes o por delitos leves”, introduciendo que en caso de condenas por
homicidio o lesiones imprudentes con ocasión de la conducción de vehículos, si
que serán consideradas anteriores condenas por tales delitos.
- Antes de conceder los beneficios de suspensión de la pena impuesta en
delitos imprudentes con ocasión de la conducción de vehiculos a motor en que
haya resultado muerta o sufrido lesiones que ocasionen secuelas permanentes
alguna persona, los jueces y tribunales deberán oir a los perjudicados (Añadir
un apartado 7 al artículo 80 del anteproyecto de reforma Código Penal)
- El trato respetuoso a las victimas también incluye establecer como condición
para la suspensión de la pena que el condenado haya mostrado su
arrepentimiento a los perjudicados (víctima y familiares).
- Aplicación de medidas provisionales como retirada permiso de conducir,
inmovilizacón vehículo, prisión, etc.. inmediatamente después de producirse la
conducción imprudente con resultado de muerte o lesiones a terceros.
- Establecer el comiso del vehículo para la investigación de los hechos hasta la
suficiente instrucción del procedimiento, para evitar la destrucción de pruebas,
garantizar el ejercicio de derechos y no vulnerar el derecho de defensa (posible
reconstrucción accidente, investigaciones ampliatorias, etc.. que quedan
imposibilitadas o dificultadas si se repara o desaparece el vehículo).
B. EN RELACIÓN A LA REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO
CRIMINAL
- Consideramos que los plazos actuales de tres o cinco días para recurrir
distintas resoluciones, son plazos totalmente insuficientes y se deberán ampliar,
para que las victimas puedan ejercer sus derechos con todas las garantias,
teniendo la oportunidad de contar con asesoramiento profesional y tomar sus
decisiones con toda la información.
- El auto de Sobreseimiento libre si se aplica sin una mínima instrucción del
procedimiento y participación de las víctimas y perjudicados como viene siendo
habitual, supone una total vulneración de los derechos de los ciudadanos y no
tiene vuelta atrás. Existiendo el auto de sobreseimiento provisional, éste debería
ser suficiente, por lo que consideramos que el auto de sobreseimiento libre
debería desaparecer o tener una aplicación absolutamente restrictiva, para
supuestos en que no existan terceros perjudicados.
- Una mejor definición del procedimiento para la realización obligatoria de
pruebas de alcoholemia y drogas en caso de conductores trasladados a centros
hospitalarios por haber sufrido lesiones en el accidente, pues actualmente tiene
lagunas y supone problemas en su aplicación que dan lugar a defectos formales y
nulidad en los procesos judiciales. Se está haciendo un gran esfuerzo por parte de
los cuerpos policiales para la detección de estas sustancias y el proceso judicial
debería ir en consonancia.
- Mayor intervención de los fiscales de seguridad vial, con una mayor dotación
de medios humanos y materiales para garantizar la posibilidad de dedicación a los
procesos por delitos contra la seguridad vial y por homicidios y lesiones
imprudentes al volante, así como para la atención y defensa de los derechos de
las victimas ante los tribunales de justicia.
- Apoyamos la elaboración del Estatuto de la Victima y para establecer un
catalogo de derechos de las victimas y perjudicados acorde con la
Resolución legislativa del Parlamento Europeo, de 12 de septiembre de 2012,
por la que se establecen las normas mínimas sobre derechos, apoyo y protección
de las victimas de delitos.
- Mejor definición de los derechos de las victimas y perjudicados en el
procedimiento penal, garantizando su derecho a ser oidas y a conocer el estado
del procedimiento y el contenido de las decisiones de trascendencia procesal,
garantizar un mayor equilibrio entre los derechos y protección de las víctimas y los
derechos de los encausados y procesados.
- En especial garantizar que un trato respetuoso a las víctimas y permitirles tomar
decisiones con conocimiento de causa, pudiendo elegir su participación en los
procesos. Por ello se debe dar la información que permita a la víctima y
perjudicado conocer la situación en que se encuentra el procedimiento, así como
información para que pueda decidir si solicitará la revisión de decisiones de no
formular acusación o de archivo, posibilidad de recurrir la puesta en libertad, etc..
C. EN RELACIÓN A LEY DE TASAS Y LEY ASISTENCIA JURIDICA GRATUITA
-
Estamos en desacuerdo con la actual regulación contenida en la vigente Ley de
Tasas y solicitamos su modificación al objeto de introducir la exención de las
tasas judiciales para garantizar a futuras víctimas su derecho a la tutela
judicial efectiva en el ejercicio de sus derechos y reclamación de
indemnizaciones y establecer bien una exención objetiva para los
“procedimientos por los que se reclamen indemnizaciones por los daños
y perjuicios sufridos con ocasión de accidentes de circulación”, o bien una
exención subjetiva quedando exentas del pago de la tasa “las víctimas de
los accidentes de circulación y familiares que reclaman derechos
indemnizatorios derivados del siniestro. Esta exención podría incluirse en
la reforma de la Ley sobre asistencia jurídica gratuita.
-
Así mismo, estamos en desacuerdo con la modificación introducida por el
RD-Ley 3/2013 en el artículo 2 letra h) de la Ley 1/1996 de Asistencia
Juridica Gratuita por incompleto, discriminatorio y confuso y que dará serios
problemas en su aplicación práctica, ya que dice así:
h) Con independencia de la existencia de recursos para litigar, se reconoce el derecho
de asistencia jurídica gratuita a quienes a causa de un accidente acrediten secuelas
permanentes que les impidan totalmente la realización de las tareas de su ocupación
laboral o profesional habitual y requieran la ayuda de otras personas para realizar las
actividades más esenciales de la vida diaria, cuando el objeto del litigio sea la
reclamación de indemnización por los daños personales y morales sufridos.
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Y en concordancia con la exención solicitada en la Ley de Tasas, proponemos
la siguiente redacción:
h) Con independencia de la existencia de recursos para litigar, se
reconoce el derecho de asistencia jurídica gratuita a quienes a causa de
un accidente acrediten secuelas permanentes y a los familiares y
herederos de aquellas personas que hayan fallecido como consecuencia
de un accidente, cuando el objeto del litigio sea la reclamación de
indemnización por los daños personales y morales sufridos.
D. EN RELACION A LA REFORMA DEL BAREMO: LEY SOBRE
RESPONSABILIDAD CIVIL Y SEGURO EN LA CIRCULACION DE
VEHICULOS A MOTOR:
Partimos de la premisa de que el “sistema de valoración de daños y perjuicios
causados a las personas en accidentes de circulación” cuya reforma se está
realizando actualmente debe asentarse en los principios de reparación integra y
vertebración del daño.
Esto supone que las personas que sufren perjuicios debidos a un accidente de
circulación deben ser devueltas a una situación lo más cercana posible a aquella en
la que presumiblemente se hallarían si el daño no se hubiese producido y por tanto
deben fijarse indemnizaciones que aseguren la total indemnidad de los daños y
perjuicios causados, teniendo en cuenta su diferente naturaleza y tipología y por
tanto, separando y definiendo los diferentes conceptos indemnizatorios.
A continuación enumeramos algunos de los principios
fundamentales y que deben inspirar la nueva normativa.
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que
entendemos
Toda persona que sufre un daño o perjuicio con ocasión de un siniestro de
tráfico debe ser indemnizada, en aplicación del principio de indemnización
o reparación íntegra.
Especial interés en los supuestos de fallecimiento y secuelas permanentes
graves tanto por tratarse de casos en que se producen gravisimos perjuicios
que afectan a todos los ámbitos de la vida personal, familiar, profesional,
etc…, como por la necesidad de mejorar las actuales indemnizaciones que
son insuficientes, incompletas e injustas.
Las familias son también victimas de los siniestros y puesto que sufren sus
consecuencias, especialmente cuando el resultado es el fallecimiento o grandes
lesionados, deben tener derecho a tratamientos psicológicos y
indemnizaciones por los daños psiquicos, gastos y otros perjuicios.
Los menores de 14 años, los incapaces y grandes discapacitados y los
mayores de 75 años peatones deben ser ininputables y tener derecho a ser
indemnizados en cualquier circunstancia.
Valorar la ininputabilidad total o parcial (coparticipación máxima del 50%) de
otros colectivos vulnerables como peatones o ciclistas. En caso de
coparticipación de la víctima los gastos de entierro, funeral y asistencia sanitaria
no deberían reducirse nunca.
Principio de transparencia en las relaciones entre aseguradoras y lesionados y
por tanto deber de colaborar. Los lesionades tiene el derecho a recibir una
copia del Informe Médico, en su caso Pericial, que realicen los servicios
médicos para las compañias. Así mismo, se debe reconocer el derecho a la
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elección de profesionales, a la realización de las pruebas diagnosticas
necesarias para la determinación de las lesiones y secuelas y a recibir
tratamientos médicos y rehabilitados para su máxima recuperación en centros de
su elección.
Desaparición de la aplicación del concepto de “estabilización lesional” a
efectos de determinar las prestaciones de asistencia sanitaria y
rehabilitadora durante la IT. La estabilización lesional no debe ser incompatible
con la continuación de tratamientos asistenciales que precise el lesionado.
Para la valoración de secuelas por lesiones neurológicas y similares debe
transcurrir desde la fecha del accidente un mínimo de 18 meses.
La valoración de las secuelas, especialmente en lesiones neurológicas y
medulares, debe realizarse por un médico especialista en el tipo de lesión y
secuelas de que se trate y no por médicos o forenses valoradores de daño
corporal “generalistas”.
La indemnización debe contemplar todos los perjuicios sufridos de victimas
y, en su caso, familiares, por los diferentes conceptos de daños morales o
perjuicios personales y daños patrimoniales, como lucro cesante, pérdida de
ingresos o días de trabajo por asistencia a lesionados, desplazamientos, gastos
futuros como ayuda de tercera persona, asistencia sanitaria en su acepción más
amplia, tratamientos psicológicos, etc...
Incluir en gastos periódicos y/o futuros aquellos que sean necesarios o
predecibles según las secuelas sufridas (prótesis y ortesis, ayudas técnicas,
vivienda y vehículo adaptado y mayores costes de movilidad, ayuda de tercera
persona, asistencia sanitaria futura y tratamientos necesarios, operaciones
futuras, agravación secuelas, etc…).
A elección de la víctima se establecerá una Renta vitalicia o pago directo de
gastos por conceptos como ayuda de tercera persona, logopedas,
fisioterapeutas, ayudas técnicas, etc…., y especialmente en el caso de menores
de edad e incapacitados.
Actualización de todas las cuantías básicas para compensar el daño moral
que sufren las victimas como consecuencia de unas conductas toleradas por la
sociedad y la administración. Tanto las Indemnizaciones por fallecimiento, como
por lesiones y secuelas actuales son insuficientes y deben aumentarse y
establecerse cuantías socialmente aceptables y que respeten la dignidad de
las personas.
Las indemnizaciones por daños patrimoniales deben contemplar las
necesidades y costes reales de las víctimas, siendo muy importante en los
casos de secuelas más graves los gastos futuros, especialmente los sanitarios y
ayuda de tercera persona, y la pérdida de la capacidad de generar ingresos o
lucro cesante.
E. EN RELACION A LA CONCESION DE INDULTOS:
La norma que regula la concesión de indultos es de hace casi 150 años. Estamos
hablando de una Ley de 1870. El hecho de que pueda ser usada, no significa que se
deba de hacer con el libre albedrío y sin la consiguiente consideración que se hace
en la actualidad.
Todos estamos luchando para conseguir que España tenga unos niveles de
seguridad vial equiparables al resto de los países de la Comunidad Europea, con la
concesión de indultos a delincuentes viales, se comete un fraude e incluso se podría
decir que es una burla a la independencia judicial y a las víctimas de los accidentes
de tráfico.
Consideramos que los indultos desprotegen los derechos de los ciudadanos
honrados y de las víctimas, son un mensaje negativo para la sociedad.
La concesión de indultos a delincuentes viales, para nosotros representa una
invitación a comportamientos criminales que deberían ser evitados y que merecen el
reproche penal aplicado por unos Jueces y Fiscales democráticos, y que con la
concesión de determinados indultos anulan la labor de los Tribunales y el esfuerzo
anímico y económico que han realizado las victimas a lo largo de todo el proceso
para obtener justicia.
Creemos sinceramente que la concesión de indultos a los delincuentes viales, son
una actuación desviada e inadecuada de la normativa sobre indulto, la cual debería
de ser revisada, y no dejar la potestad absoluta para su concesión o no a un Ministro
de Justicia, sea el que sea.
Por ello proponemos que no se concedan indultos a condenados que hayan
ocasionado la muerte o heridas graves y en todo caso, que sea obligatorio y
vinculante el informe favorable del tribunal sentenciador, instituciones penitenciarias,
fiscalía (en estos casos, el fiscal de seguridad vial) y de las víctimas, como
actualmente establecen los artículos 15.2 y 24, pero pasando a ser necesaria la
unanimidad para la concesión de indultos y debiendo estar motivada su concesión.
F. EN RELACION A LA ATENCION A LAS VICTIMAS:
Tanto las víctimas primarias como las secundarias deben contar desde el primer
momento del siniestro con la información necesaria para poder decidir sobre la forma
de resolver, con los mejores datos, los problemas derivados del mismo.
Se debe disponer de asistencia especializada no solo en temas jurídicos. Es
necesario articular servicios sociales, sanitarios, psicológicos... especializados dentro
de la red ya existente. La administración debe facilitar estos especialistas a través de
los ayuntamientos o la sanidad pública debiendo establecerse un protocolo que
promueva que estos servicios entren en contacto con las víctimas para explicarles su
labor y la posibilidad de recibir asistencia.
La existencia de oficinas de atención a víctimas es un paso adelante pero es
necesario avanzar hacia una atención de calidad especializada que informe y
acompañe a los afectados hacia la solución de los nuevos problemas que aparecen
con el siniestro de tráfico (sociales, psicológicos, familiares, laborales, económicos,
judiciales...).
También es imprescindible un trato respetuoso, humano y cercano por parte de todas
las personas que intervienen en alguna de las etapas del proceso de recuperación.
Para conseguir eso deben ponerse al frente de estos servicios personas que
conozcan a fondo la problemática en la que van a intervenir pues la falta de
formación hace que se minimicen los problemas de quienes solicitan asistencia.
La atención psicológica es una asignatura pendiente, pues ni el sistema público ni los
recursos privados actuales dan cobertura a estas necesidades. Las víctimas y los
familiares necesitan atención psicológica para recuperar un estado anímico que
mínimamente les permita continuar adelante y recuperar una “nueva vida”.
Especial mención debe recibir la absoluta lejanía de la administración de justicia con
las víctimas y familias. Esta falta de sensibilidad por parte de todos los intervinientes
en el proceso judicial; abogados, jueces, fiscales, forenses... acarrea un
agravamiento en la ya de por sí difícil situación por la que están pasando todos los
afectados.
No se escucha a las víctimas, no se conocen los problemas reales, ni existen cauces
para trasmitirlos en aras de una mejor aplicación de la justicia. Es generalizada la
queja entre las víctimas y familias de que se recibe poca o nula información del
proceso en el que se ven inmersos.
Se tiende a automatizar la justicia, especialmente en temas de tráfico, baremando e
intentando encasillar todas las circunstancias posibles. El juez debe tener capacidad
para decidir entre unos límites que permitan tener en cuenta las circunstancias
sociales, familiares, laborales, económicas, afectivas, etc de cada caso.
Es importante insistir en que la mayoría de las víctimas tienen poca o nula
responsabilidad en los daños sufridos por lo que es incomprensible que, siendo como
son inocentes, deban estar justificándose continuamente cuando solo pretenden que
se les repare el daño sufrido y ser tratados dignamente. No es lícito permitir que se
trate a las víctimas como aprovechadas cuando su única "responsabilidad" es haber
tenido la mala fortuna de estar en un lugar en el que alguien no ha cumplido con el
deber de ser cauto y responsable.
Nuestra propuesta pasa por solicitar la elaboración de un estatuto de las víctimas de
la violencia vial como fórmula para abordar el problema poniendo por delante los
derechos del más débil. Este estatuto debe recoger los derechos de las víctimas y
familias, las buenas prácticas hacia ellas y servir de base para la orientar servicios ya
existentes hacia las víctimas del tráfico con unas actuaciones especializadas.
Por último mencionar que en el año 2.005, el entonces Defensor del Pueblo
D.Enrique Múgica realizó en colaboración con FEDACE, un estudio sobre el daño
cerebral que fue presentado en el Congreso de los Diputados y que recoge la
situación de las personas que sufren daño cerebral adquirido y hace una serie de
recomendaciones sobre la atención al DCA, que continuan siendo de actualidad.
Como representantes de las distintas asociaciones firmantes, suscribimos este documento
que contiene reflexiones y propuestas para mejorar la protección de los derechos de las
victimas de accidentes de tráfico y conseguir una respuesta más equilibrada de las
administraciones y la sociedad en su conjunto ante unos hechos tolerados, los
accidentes de tráfico, que tan graves consecuencias individuales y sociales sigue
causando en nuestro país.
Madrid, 12 de marzo de 2013
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