Ser humano y palabras

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Mis palabras y luego Yo
Introducción:
En el siguiente ensayo haré hincapié al hombre y su relación con las palabras, con el lenguaje y cual es la
importancia que este tiene para él.
El lenguaje, en su simple sentido se refiere específicamente a una denotación de la lengua materna que todos
los seres humanos aprenden en los primeros años de la vida. Es por medio de el que las personas comunican
sus pensamientos e influyen entre si, y la relación por la cual este se lleva a cabo es mediante el idioma. El
idioma es el medio de comunicación verbal de las personas.
Para el hombre, el intercambio de pensamientos es una necesidad vital constante en su vida social. Las
palabras son un estímulo de carácter especial, se perciben cuando otras personas las pronuncian, al mismo
tiempo que actúan sobre nosotros los objetos a los que ellas se refieren.
La significación de la palabra se hace más exacta cuando está combinada con otras. Las palabras aisladas son
solamente el material de construcción del lenguaje. El pensamiento aparece al hablar únicamente cuando las
palabras se combinan entre ellas de una manera gramatical. La interacción lenguaje − pensamiento se plantea
desde la antigüedad griega, desde el momento en que interesa estudiar pensamiento y lenguaje.
Desarrollo:
Nuestro padre Dios crea en nosotros una intención y, por lo mismo, un alma distinta a otra; la vegetal, la
animal y la racional. Nosotros pertenecemos al alma racional, la que se diferencia de las otras por poseer,
además de las facultades vegetativa y sensitiva, inteligencia y voluntad. El alma humana, es una forma
sustancial en la materia, y un espíritu que lo hace ser persona, único e irrepetible, característico que nos hace
ser superiores en la tierra, una característica símil a la de Dios, a lo sobrenatural. La esencia de la persona
humano no es perfecta, pero sí perfeccionable, que intenta superarse cada vez más, dentro de su propia
naturaleza. Dios nos da todos los instrumentos para desarrollarnos como personas, haciéndonos dueños de
nuestros fines y nuestros medios, para llegar a cumplir el fin de toda persona humana, ser feliz. Dios nos
regala todo lo que tenemos; porque nos otorga cosas diferentes a cada uno. Vivir significa asumir la
responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ella plantea y cumplir las tareas que
la vida asigna continuamente.
La persona humana espiritual, posee en su interior una conciencia, una autoconciencia absoluta, que le
permite conocer y reconocer lo que es, es decir, la persona humana tiene un sí mismo, una intimidad, que le
otorga la capacidad de reconocerse como un YO, principio de identidad, primer principio concreto que le da el
fundamento existencial al principio abstracto, conocer la realidad que le rodea, para luego decidir lo que es
bueno o malo, dominando por completo su conducta en la tierra.
Por su realidad espiritual, el hombre, tiene conocimiento y dominio de sí, de lo cual deriva de tener una
conducta cuya causa determinante está en el interior de cada sujeto. Es persona en razón de su naturaleza, lo
cual no es definida por la sociedad ni está sometida, en lo que son sus rasgos esenciales, al cambio ni a las
contingencias del existir temporal, pero no es una persona perfecta, y el dominio que puede ejercer sobre sí no
es completo.
En el hombre se rompe el estímulo − respuesta o causa − efecto automático, situación que no ocurre en la
especie animal. El animal conoce las cosas a través de los sentidos, es por eso que actúa por instinto,
estimulo−respuesta, a diferencia del hombre que las conoce a través del entendimiento, quién piensa antes de
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actuar, dominando así sus emociones. El hombre al poder controlar sus actos basados en emociones, se
convierte en un ser libre, palabra que por supuesto las otras especies de seres vivos no conocen, porque no
poseen la facultad de razonar, o sea la capacidad de absorción.
Gracias a la capacidad que tiene el hombre de abstraer, de encontrar el concepto y esencia de las cosas, lo
hace automáticamente capaz de elegir lo que le gusta, y así tomar decisiones que lo comprometen y que a la
vez lo liberan. Decisiones como el trabajo, que nos ayuda a afirmarnos, a elevarnos, a satisfacer por medio del
esfuerzo nuestras necesidades esenciales, y poder así conquistar la libertad o también la esclavitud, tanto
espiritual como material.
Los elementos fundamentales que conforman esta identidad son: la religión, la lengua y la cultura, y en este
caso lo que nos importa es la lengua.
Una característica esencial del ser humano es el ser un ser social, uno como hombre puede elegir por su
futuro, pero no pude elegir por cosas que son parte de su alma, como lo es la sociabilidad, una condición del
ser humano al igual que la razón, es por eso que hay que hacerla consiente como esencia del ser humano para
que al reflexionar, nos adueñemos de ella para desarrollarla como potencia del ser. Una evidencia de que
realmente somos sociables por esencia y no accidentalmente es, por ejemplo, cuando somos guaguas, seres tan
desvalidos que necesitan de la sociabilidad para sobrevivir, tanto física como espiritualmente, dependemos
completamente de otra persona para alimentarnos y así también para desarrollarnos como personas humanas.
También lo vemos en nuestra vida diaria, en el trabajo, en la casa, en el supermercado, en la iglesia, etc. Y así
podría nombrar un millón de actividades más que cualquier persona humana realiza. Cada uno, al cumplir con
sus obligaciones naturales, necesariamente ha de servir a otros, tomando en común o particularmente.
El ser humano necesita del otro para satisfacer sus necesidades, el hombre se vale de las habilidades del otro y
el otro de las mías, un hombre busca su felicidad, y si otro individuo no es feliz, no puede ser feliz el otro
también. Nosotros vinimos al mundo por un acto de sociedad entre nuestros padres, ellos provocaron nuestra
existencia como persona y Dios el alma de ella. Otra evidencia clara, es el que podamos hablar, un acto en
potencia que desarrollamos gracia a la ayuda de otra persona, sin lenguaje no se pueden manejar lógicamente
a las razones, es pues el lenguaje una condición relacional, dialógica, de nuestro ser. Cada uno de nosotros
vivimos como personas y nos desarrollamos como tales creando relaciones de encuentro con lo que nos rodea.
Pero el encuentro auténtico nos plantea, para darse, diversas exigencias: generosidad, veracidad, fidelidad,
cordialidad, voluntad de compartir valores elevados...
El lenguaje es un medio para comunicar algo a los demás, pero, en un nivel más profundo, es el medio en el
cual creamos unidad entre nosotros. A menudo hablamos con personas a las que apenas tenemos nada que
comunicar; lo hacemos para incrementar los lazos de amistad. En condiciones normales, los seres humanos
procedemos del encuentro amoroso que nuestros padres iniciaron con una palabra de afecto. Venimos, por
tanto, de un tipo de lenguaje tan poderoso que creó una familia y nos llamó a la existencia. Al mirar al otro, al
hablar con otro, es decir al relacionarse con nuestro alrededor encontramos nuestra propia identidad interior.
Como mencione anteriormente, la esencia del hombre no está terminada, y reafirmo mi argumento
apoyándome en apuntes de clases, sobre la teoria de Max Sheller que dice que: El hombre es un ser que está
puesto en la naturaleza de manera incompleta, es decir es un ser inacabado, y que le compete completarse, de
esta manera el hombre se encuentra a si mismo como una tarea a completar, porque necesita comprender el
mundo y por que tiende a la perfección, y se siente llamado a ser superior. La mejor manera en que el hombre
puede irse perfeccionando, es decir mantenerse en la naturaleza que en la que es puesto, es a través de las
palabras, con ellas el hombre puede perfeccionarse y mantenerse en la vida, incluso, a través de la literatura,
eternizan su vida plasmando sus pensamientos en textos, quiero reafirmar aquello con el poema 15 de Pablo
Neruda.
(en los últimos versos):
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Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Con esto, Neruda deja en claro la importancia de la palabra para sentir la presencia de una persona, el sentir
que no a muerto su amada, sólo por escuchar una palabra, pues todo lo que sustenta a la realidad es el
lenguaje.
El hombre debe estar interesado en enriquecer su lenguaje, para poder mejorarse, y esto lo hace a través de la
lectura, es decir de la literatura. Detrás de la literatura está el hombre y hay una visión muy especial de este
hombre en cuanto su actitud frente a la literatura y frente a la vida y el ser.
Un hombre que lee y que escribe posee los elementos esenciales del pensar, del expresar su pensamiento que
es tan propio de él, de otra manera se encontraría con muchas dificultades para resolver problemas y por lo
tanto poder desarrollarse y perfeccionarse. Muchas veces las personas se quedan mudas porque no tienen las
palabras para decir lo que piensan... lo se, pero no se como explicarlo, una frase bastante utilizada por los
hombres cuando no encuentra las palabras para expresarse.
El que no haya experimentado el don de la palabra, y peor aun sea un ignorante, temerá a la cultura y verá en
las letras a un agente portador de peligros.
Como dije antes el lenguaje es característico del hombre y de los pueblos, por ende la palabra constituye parte
de la historia de aquel pueblo, y no solo eso, sino que además con su capacidad la fundamenta.
El lenguaje aporta los aspectos y dimensiones permanentes de la condición humana, refleja el alma de un ser,
del hombre, su concepción de mundo y su ordenamiento del universo, nos envuelve, ordenamos con el nuestra
integra percepción del mundo.
Con el uso de las palabras hay que tener cuidado, por que ellas iluminan la realidad, pero a la vez constituyen
una lámpara que abarca demasiado y a veces se puede traducir en algo confuso y complicado, pues el lenguaje
dicho con odio se destruye a sí mismo, se auto−disuelve. Nada hay más grande en la vida humana que el
lenguaje, pero nada más temible debido a su condición bifronte. Así como el lenguaje puede construir una
vida, también puede destruirla, y así también puede influir en el hombre de manera positiva proclamando
verdades o mentiras. El lenguaje ofrece posibilidades para descubrir en común la verdad y facilita recursos
para tergiversar las cosas y sembrar la confusión.
Con sólo conocer tales recursos y manejarlos hábilmente, una persona poco preparada, pero astuta, puede
dominar fácilmente a personas y pueblos enteros si éstos no están sobre aviso. El manejo estratégico del
lenguaje opera de modo automático sobre la mente, la voluntad y el sentimiento de las personas antes de que
entre en juego su poder de reflexión crítica.
Conclusión:
En este ensayo pude ver que el hombre no es un ser completo, que fue puesto en este mundo para completarse
y que una de las maneras más apropiadas para hacerlo, y que además constituye una característico propia del
ser humano, del ser persona, es el lenguaje, es decir las palabras. Con las palabras él expresa sus
pensamientos, y logra comunicarse con su entornos, cosa que otras especies no poseen, pues el hombre es un
ser racional y por lo tanto de nada le sirve serlo si no puede compartirlo.
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De esta manera el hombre descubre el escribir y el leer, es decir, la literastura juega un papel sumamente
importante para su desarrollo, pues con ella aprende mas de su lengua y aquellos que tiene mucho que decir
logran plasmarlo en unas hojas que tendrán vigencia aun después de sus muertes.
Lamentablemente, como todo, es un arma de doble filo, pues hay quienes hacen mal uso de ellas y pueden
crear grandes confusiones y disputas, es por eso que hay que tener cuidado con su manejo, pues el lenguaje
puede enriquecernos y darnos privilegios como puede también perjudicarnos.
Porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado
(Mt 12, 34)
Ensayo:
El hombre como ser y su relación con las palabras
1º Humanidades
Literatura
Prof.:
Octubre 2003
Frankl, Viktor; El Hombre en busca de Sentido, Editorial Herder S.A., decimosexta edición, España, año
1994, pág. 79.
Juan Antonio Widow. Hombre, animal político.Edit.Universitaria.Edic. 2ª.1988.Chile, pág 22.
Juan Antonio Widow. Hombre, animal político.Edit.Universitaria.Edic. 2ª.1988.Chile, pág 23
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