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AUDIENCIA PROVINCIAL SECCION 3
Proc.: TRIBUNAL DEL JURADO
Avda Pedro San Martin S/N
Nº:
0000004/2013
Santander
NIG:
3907543220110023448
Teléfono:
942357125
Resolución:
Sentencia 000230/2013
Fax.:
942357130
Modelo:
C1920
Tribunal del Jurado 0004828/2011 - 00
JUZGADO DE INSTRUCCION Nº 5 de Santander
Intervención:
Interviniente:
Procurador:
Fiscal
MINISTERIO FISCAL MINISTERIO
FISCAL
Acusado
RUBEN HERRERA POMPOSO
MARÍA DEL MAR MACÍAS DE
BARRIO
Perjudicado
NESTOR FUENTES-PILA ORTIZ
Perjudicado
NESTOR FUENTESPILA ORTIZ
AUDIENCIA PROVINCIAL
SECCION TERCERA
CANTABRIA
Tribunal
de
Jurado
ROLLO DE SALA Nº : 4/2013.
JUZGADO INSTRUCTOR : Santander Nº 5.
CAUSA : P.L. Jurado Nº4828/2011.
SENTENCIA Nº :
230 / 2013.
======================================
Magistrada-Presidente del Tribunal :
-------------------------------------Ilmo. Sra. Dª. PAZ ALDECOA ALVAREZ SANTULLANO.
======================================
En Santander, a
veinticuatro de mayo de dos
El
Jurado,
mil trece.
Tribunal
de
presidido
por
la
Magistrada Dª. Paz Aldecoa Álvarez Santullano, ha visto
1
en
juicio
4/2013,
oral
y
tramitada
público
por
el
la
presente
causa,
procedimiento
de
número
la
Ley
de
Jurado, instruido por el Juzgado de Primera Instrucción
Nº 5 de Santander con el Nº 4828/2011, por delitos de
asesinato
Herrera
y
tenencia
Pomposo,
ilícita
mayor
de
de
armas,
edad
y
contra
con
Rubén
antecedentes
penales, nacido el día 07-08-76 en Santander y vecino de
Mompía, hijo de Antonio y de María Asunción, insolvente,
con
D.N.I.
Nº
provisional
13.795.582,
por
esta
y
en
causa,
situación
de
permaneciendo
prisión
en
esta
situación desde el día 3 de octubre de 2011.
Han
sido
partes
acusadoras
el
Ministerio
Fiscal, en la persona del Ilmo. Sr. D. Jesús Alaña Pérez
de Mendiguren y la Acusación Particular en nombre de
Santiago Fuentes Pila Perez y otros, representada por la
Procuradora
Sra.
Mirapeix
Eckert
y
dirigida
por
la
por
la
Letrada Sra. Dª Carmen Sánchez Morán.
El
acusado
ha
sido
representado
Procuradora Dª Mar Macias de Barrio y dirigido por el
Letrado D. Luis Collado Chomón.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO : La presente causa se inició por el
Juzgado de Instrucción indicado en el encabezamiento de
esta
sentencia,
correspondiente,
5/1995,
y
se
tramitándose
por
las
remitió
normas
a
este
el
de
la
procedimiento
Ley
Tribunal
de
el
Jurado
testimonio
oportuno.
SEGUNDO : Designada Magistrada-Presidente del
Tribunal
de
personadas
Jurado
las
la
partes
firmante
con
de
alegación
esta
por
resolución,
la
Acusación
particular de cuestiones previas, que fueron resueltas
2
por Auto de fecha 14 de marzo de dos mil trece, se dictó
Auto de Hechos Justiciables en fecha quince de marzo, se
admitió
la
prueba
propuesta
por
las
partes,
excepto
determinada prueba documental, y se señaló como fecha
para comenzar las sesiones del juicio oral el día seis de
mayo de dos mil trece a las 9,30 horas.
TERCERO : Previo el sorteo de los treinta y
seis candidatos a miembros del Jurado, se resolvieron en
su momento las excusas presentadas por
medio de Autos de
fecha veintinueve de abril de dos mil trece.
CUARTO
:
El
día
señalado
al
efecto
se
procedió a la selección definitiva del Jurado y tras la
prestación
del
juramento
o
promesa
por
los
Jurados,
comenzó en fecha 6 de mayo la Audiencia Pública, que
continuó
durante
los
días
7
y
8
de
Mayo.
Tras
los
informes evacuados el día 9, se formuló el objeto del
veredicto, que se entregó a los Jurados el día 10 de Mayo
de
2.013,
a
las
10
horas
de
su
mañana,
para
su
deliberación y votación, leyéndose el veredicto ese mismo
día 10 de Mayo, a las 17'10 horas de su tarde, por el
Portavoz del Jurado, en audiencia pública y en presencia
del acusado.
QUINTO
:
A)
El
Ministerio
Fiscal,
en
sus
conclusiones definitivas efectuadas oralmente en el acto
del
juicio,
constitutivos
139,1
del
calificó
de
un
Código
los
delito
Penal,
y
hechos
enjuiciados
de
asesinato
de
un
delito
como
del
artículo
de
tenencia
ilícita de armas del art. 563 del C.P. y reputando autor
al acusado, conforme a lo dispuesto en los artículos 27 y
28
del
mismo
circunstancias
texto
legal,
modificativas
sin
de
la
responsabilidad
criminal, en el delito de asesinato y
concurriendo la
agravante de reincidencia
de
concurrencia
del art. 22,8 del Código penal
3
en el delito de tenencia ilícita de armas solicitó se le
impusiera
por el asesinato la pena de diecisiete años de
prisión,
y por el delito de tenencia ilícita de armas la
pena de
tres años de prisión y privación del derecho de
sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, debiendo
indemnizar a Noelia Vega Vivar
en 145.000 euros , a cada
uno de los tres hijos menores de edad
62.000 euros , y al padre del fallecido
al
Servicio
Cántabro
correspondientes
de
Salud
del fallecido
en 6.000 euros y
en
las
cantidades
a los gastos derivados de asistencia
sanitaria del fallecido, con los intereses legales del
artículo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
B) La Acusación Particular, en igual trámite,
consideró que los hechos eran constitutivos de un delito
de asesinato
con alevosía tipificado en el artículo 139,
números 1 del Código Penal vigente, y de un delito de
tenencia ilícita de armas del art.563 del Código penal y
reputando
autor
circunstancias
al
acusado,
modificativas
de
sin
que
la
concurran
responsabilidad
criminal en el delito de asesinato y concurriendo la
agravante de reincidencia del art.22,8 del C.P. en el
delito de tenencia ilícita de armas , solicitó se le
impusiera la pena de
dieciocho años de prisión
por el
delito de asesinato y tres años por el delito de tenencia
ilícita de armas; así como la accesoria de privación del
derecho
de
sufragio
pasivo
durante
el
tiempo
de
la
condena y prohibición de aproximación a los familiares
personados, compañera sentimental, hijos padre y hermanos
del fallecido por tiempo de 25 años y a una distancia de
300 metros y el pago de las costas procesales, debiendo
indemnizar, en concepto de responsabilidad civil, las
siguientes cantidades : A) A Dª Noelia Vega Vivar en la
suma de 150.000 euros B) A cada uno de los tres hijos
menores de edad de fallecido, Anjana, y Néstor Fuentes
Pila Rivas
e Isaac Fuentes Pila Vega en la suma de
4
65.000 euros; C) A D. Santiago fuentes Pila Perez en la
suma de 10.000 euros; D) A cada uno de los hermanos
Zulema, Santiago, Jose, David, Ada e Iris
en la suma de
12.000 euros; E) A los familiares personados por los
gastos
fúnebres
Cántabro
de
en
Salud
3.500,04
en
las
euros
y;
cantidades
F)
Al
servicio
derivadas
de
la
asistencia sanitaria.
SEXTO :
En
igual
trámite,
acusado consideró que los hechos
de
delito
e
interesó
la
defensa
del
no eran constitutivos
la
libre
absolución.
Subsidiariamente interesó la absolución por concurrencia
de las siguientes circunstancias eximentes:
1. Intoxicación pela (art.20,2º)
2. Legítima
defensa
putativa
(art.20,4
del
C.P.
en
e
las
relación con el art.14,3 del C.P.)
3. Miedo Insuperable (art.20,6 del C.P.)
Subsidiariamente
se
interesa
la
aplicación
siguientes circunstancias atenuantes:
1. Atenuante analógica de confesión del art.21,4 en
relación con el art.21,7 del Código penal.
2. Reparación del daño el art.21,5 del Código penal.
3. Miedo insuperable del art.20.6 y 21,1 del Código
penal.
4. Actuar bajo los efectos del alcohol o sustancias
del art.21,2 del Código penal
5. Actuar bajo estímulos tan poderosos que le hayan
producido arrebato u obcecación del art,21,3 del
Código penal
solicitando
una pena de dos años de prisión
por el
homicidio y por el delito de tenencia un año de prisión,
debiendo indemnizar a los hijos de la víctima, en la
cantidad de 20.000 euros para los tres.
SEPTIMO
: Tras la publicación del veredicto de
culpabilidad del acusado, por el que se encontró a éste
culpable del hecho constitutivo del delito de asesinato y
5
asimismo
del
delio
de
tenencia
ilícita
de
armas,
la
Magistrada-Presidente del Tribunal, de conformidad con lo
previsto
en
el
artículo
68
de
la
Ley
Orgánica
del
Tribunal de Jurado, procedió a conceder la palabra a las
partes
para
imponibles
que
al
informaran
acusado
sobre
declarado
la
pena
culpable
o
y
medidas
sobre
la
responsabilidad civil, alegándose por éstas lo siguiente:
A)
El
Ministerio
Fiscal
consideró
que,
habiendo sido el acusado declarado culpable por el Jurado
de
un
delito
de
circunstancias
asesinato
modificativas
sin
de
concurrencia
la
de
responsabilidad
criminal y de un delito de tenencia ilícita de armas
concurriendo la circunstancia agravante prevista en el
art.22,8º
imponer
del
a
Código
aquél
por
Penal
el
(reincidencia),
primer
delito
procedía
la
pena
de
diecisiete años de prisión, manteniendo sus peticiones
contenidas en sus conclusiones definitivas.
B)
La
Acusación
Particular
consideró
que,
habiendo sido el acusado declarado culpable por el Jurado
de un delito de asesinato y de un delito de tenencia
ilícita de armas, procedía imponer a aquél las penas
contenidas en sus conclusiones definitivas y, respecto de
la responsabilidad civil, se solicitó que se fijara la
cantidad señalada en su escrito de conclusiones.
C) La Defensa consideró que, habiendo sido el
acusado
declarado
culpable
de
ambos
delitos
se
debía
estimar concurrente la atenuante de reparación del daño y
la pena debía ser
la
atenuación
de 7 años y 6 meses una vez aplicada
referenciada.
En
canto
al
delito
de
tenencia ilícita de armas debería ser una pena de 3 meses
por la armas cortas y un mes por las largas. En cuanto a
la indemnización se remite a las conclusiones elevadas a
definitivas.
6
OCTAVO
:
En
la
tramitación
de
este
procedimiento se han observado todas las prescripciones
legales.
HECHOS PROBADOS
Los
componentes
del
Jurado
han
declarado
probados o no probados los siguientes hechos:
PRIMERO : En fecha 3 de octubre de dos mil
once
sobre
las
22,45
horas,
Rubén
Herrera
Pomposo
contactó por medio de un mensaje telefónico con quien
había
sido
su
compañera
sentimental
Marta
Enríquez
Delgado, invitándola a que acudiera a su domicilio sito
en la calle Avenida de Mompía nº1 de Mompía, a lo que
ésta, quien se encontraba en compañía de Noelia Vega
Vivar y de su pareja Néstor Cristóbal Fuentes Pila Ortiz
decidió aceptar, yendo, acompañada de estas personas al
domicilio
de
Rubén,
personándose
todos
ellos
en
la
referenciada vivienda sobre las 23 horas.
SEGUNDO : Ha resultado igualmente probado que
ante la llegada a la casa junto con Marta de las otras
dos
personas,
Rubén,
quien
había
ingerido
bebidas
alcohólicas con anterioridad y consumido cocaína, al ver
frustrado su propósito inicial de permanecer a solas con
Marta y mantener relaciones sexuales con ella, reaccionó
enfureciéndose, insultando
a todos ellos con especial
virulencia a su ex pareja, originándose un altercado en
el que Néstor medió con el fin de apaciguar los ánimos.
TERCERO: Ante tal situación; Rubén invitó a
Néstor a que le acompañara a su habitación, propuesta a
la que éste accedió yendo tras él.
7
CUARTO:
contienda
Néstor
se
en
la
resolvería
creencia
de
que
amistosamente,
la
entró
confiadamente en la habitación en la que se encontraba
Rubén, quien
guardaba
previamente había cogido una pistola que
escondida
en
el
cuarto,
cargándola
de
proyectiles, y sin que aquel se lo esperara, de forma
sorpresiva y sabiendo que no podía responderle dada la
rapidez
con la que sacó el arma y su potencia lesiva le
disparó en cinco ocasiones seguidas y a una distancia
inferior al medio metro alcanzándole en el tórax en la
zona precordial afectándole a órganos vitales con tres de
los disparos efectuados, impactando un cuarto en la parte
posterior del brazo izquierdo y un quinto en la cara
dorsal del tercer dedo de la manos derecha; sufriendo una
intensa hemorragia aguda por shock hipovolémico
que le
produjo la muerte.
QUINTO
pistola,
cargador,
la
la
:
caja
Acto
en
caja
de
la
seguido,
que
Rubén
guardaba
cartuchos
y
la
tras
recogió
la
pistola,
el
salir
de
su
vivienda, cogió su vehículo y condujo con él hasta la
zona de Somocuevas, lanzándolo por el acantilado para
deshacerse de ello.
El
arma
empleada,
que
no
ha
podido
ser
hallada, había sido adquirida por Rubén en el Rastro de
Madrid sin que éste como poseedor estuviera autorizado
para su tenencia por ninguna autorización o licencia. Los
cartuchos utilizados como munición que fueron recuperados
por la Guardia Civil estaban manipulados, teniendo la
punta
taladrada
de
forma
que
se
transformaron
en
proyectiles de carga hueca.
SEXTO : A
las 9, 50 horas del día 3 de
octubre de 2011, Rubén Herrera se entregó a la Guardia
Civil que ya le estaba buscando sabiendo ya que le estaba
8
persiguiendo
hubiera
por
haberle
proporcionado
a
identificado.
la
Guardia
No
consta
Civil
datos
que
o
circunstancias relevantes para el esclarecimiento de los
hechos.
SEPTIMO: Con anterioridad al inicio del acto
del juicio Rubén Herrera Pomposo consigno en la cuenta
judicial la suma de 20.000 euros.
OCTAVO: Néstor
de 38 años de edad al momento
de su muerte deja tres hijos menores de edad, Anjana
nacida en el año 1996, Néstor nacido en el año 2000 e
Isaac nacido en el año 2005,
además de a su compañera
sentimental Noelia Vega con quien residía. Tenía padre y
seis hermanos (Zulema, Santiago, Jose, David, Ada e Iris
) con quienes no convivía.
NOVENO: No consta que Rubén Herrera Pomposo
tuviera su capacidad de decisión y su voluntad en modo
alguno disminuida por efecto del alcohol y la cocaína que
había ingerido esa noche.
DECIMO: No
creyera,
objeto
consta que Rubén Herrera Pomposo
dadas
las
un
ataque
de
circunstancias,
contra
su
que
vida,
estaba
ni
que
siendo
hubiera
actuado impulsado por un temor que le impidiera ser dueño
de sus actos ni que
ofuscación
limitar
emocional
severamente
actuara en una situación de
que
su
le
impidiera
capacidad
de
o
que
extrema
pudiera
autocontrol
o
perturbara notablemente su ánimo.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
9
PRIMERO : Que el acusado Rubén Herrera Pomposo
dio muerte el día 3 de octubre de dos mil once a Néstor
Fuetes Pila Ortiz, en el interior de
su domicilio sito
en la localidad de Mompía, es un hecho que no ha sido
cuestionado en el presente juicio, toda vez que el propio
acusado ha reconocido tal hecho a lo largo de todo el
procedimiento.
Lo que se ha cuestionado, y ello es lo que ha
sido objeto del juicio oral, es la forma en la que se
produjo
dicha
imputando
Fiscal
a
muerte
éste
como
la
y
las
la
intención
Acusaciones
Acusación
del
tanto
Particular
acusado,
el
Ministerio
un
delito
de
asesinato, mientras que el inculpado sostiene que el arma
que reconoce portaba se le disparó accidentalmente, sin
que tuviera intención de matar a Néstor.
El Jurado, a la vista de la prueba practicada,
ha
determinado,
por
unanimidad,
que
el
acusado
es
culpable de querer matar y haber matado a Néstor Fuentes
Pila Ortiz valiéndose para ello de un ataque repentino y
sorpresivo que impidió a la víctima cualquier maniobra de
defensa y
que garantizó al agresor la consecución de su
objetivo
mortal
y
sabiendo
–dolo
específico
característico de la alevosía- que su víctima no tendría
tiempo ni oportunidad de defenderse, circunstancias ambas
buscadas para garantizar al agresor la consecución de su
objetivo:
causar
a
la
víctima
una
lesión
mortal
de
necesidad.
Es
decir,
es
culpable
de
un
DELITO
DE
ASESINATO, previsto y penado en el artículo 139,1 del
Código Penal.
Como ya se ha dicho, no se cuestiona el dolo
homicida del acusado.
Es
sabido
que
el
contenido
de
conciencia
integrado por el dolo de muerte debe acreditarse por
inferencias deducidas de datos o elementos probatorios
externos,
susceptibles
de
descubrir
el
propósito
del
10
agente,
y
el
Jurado,
en
el
presente
caso,
ha
hecho
alusión expresa en la valoración de sus elementos de
convicción a tales datos o elementos. El acusado quería
matar a Néstor
la
forma
en
y esa conclusión la deduce el Jurado de
la
que
empleando un arma
se
produjo
la
acción
de
matar,
de fuego con cartucho manipulados y
por tanto potencialmente apta para incidir en el tejido
óseo
,
muscular
severísimos
y
daños,
orgánico
de
empleándola
alguien
frente
a
y
una
causar
persona
desarmada (la navaja multiusos que portaba el Sr. Fuentes
Pila estaba guardada en el bolsillo de su pantalón, donde
fue encontrada tras su muerte), de la forma subrepticia
en la que el acusado se acerca a su víctima, al entrar en
la habitación en actitud descuidada y cuando ésta no está
pendiente de lo que pudiera hacer el acusado, la zona de
elección para asestar los disparos–el pecho, zona vital
por antonomasia- y la distancia desde la que se efectuó,
que no excedió según los Médicos Forenses y los Peritos
especialistas en Criminalística y balística de la Guardia
Civil
y
elementos
matar.
Policía
que
En
Nacional
evidencian
cualquier
de
medio
una
caso,
metro,
inequívoca
no
cabría
datos
intención
aquí
alegar
o
de
la
hipotética existencia de animus laedendi –intención sólo
de
lesionar-,
concurrencia
lo
de
que
dolo
tampoco
eventual
se
en
alega,
todo
caso
pues
la
devendría
inevitable.
El
Jurado,
en
el
acta,
al
motivar
sus
elementos de convicción, ha dejado patente la valoración
de
todas
alusión.
las
Ha
circunstancias
considerado
a
que,
las
a
que
la
se
vista
ha
de
hecho
las
declaraciones de las dos mujeres que estaban en la casa ,
Noelia y Marta, ningún enfrentamiento había habido entre
Rubén y Nestor, habiendo entrado éste confiado en el
cuarto de Rubén sin esperar una acción como la llevada
cabo por el acusado, quien directamente fue a por Néstor
vaciando el cargador de la pistola sobre él a corta
11
distancia,
impactando
alcanzándole
muerte
en
en
órganos
prácticamente
el
pecho
vitales,
inmediata,
en
lo
tres
que
tal
disparos,
le
como
causó
las
la
Médicos
Forenses señalaron.
El
Jurado
no
ha
dudado
por
tanto
en
la
concurrencia del dolo homicida.
También el Jurado ha considerado probado el
delito de asesinato del artículo 139, toda vez que ha
considerado
acreditado
que
medió
la
alevosía
que
la
Acusación Particular y el Ministerio Fiscal entendieron
concurrentes en la acción.
Tal circunstancia -la alevosía- se configura
por la concurrencia de dos elementos : uno objetivo,
consistente
en
que
la
agresión
debe
hacerse
de
tal
manera, que se tienda a eliminar las posibilidades de
defensa
de
consecuencia
para
el
la
víctima,
inseparable,
ofensor,
comportamiento
que
defensivo
lo
la
que
conlleva
inexistencia
pudiera
del
de
proceder
ofendido,
y
como
riesgo
del
otro
subjetivo, consistente en la voluntad consciente del
autor, que ha de abarcar, no solo el hecho de la muerte
de otra persona, sino también las circunstancias de que
ésta se ejecuta a través de una agresión que elimina
las posibilidades de defensa de la víctima. Lo que el
asesinato requiere es que el dolo con el que se ejecuta
la acción constitutiva de la agravación específica –en
este caso la alevosía- sí que sea directo.
En el supuesto de autos se proclama el dolo
directo por los motivos y pruebas supraindicadas, pero es
que aunque el dolo de muerte pudiera haber sido eventual,
el comportamiento del acusado deja traslucir una directa
y decidida intención y voluntad de ejecutar su acción
dando cumplimiento a finalidades aseguratorias para la
ejecución y para el propio actuante tendentes a evitar
una hipotética defensa por parte de la víctima. Es decir,
de ejecutar el hecho con alevosía.
12
Tal
define
en
circunstancia
el
artículo
-la
22.1ª
alevosía-,
del
Código
que
Penal
se
(hay
alevosía “cuando el culpable comete cualquiera de los
delitos contra las personas empleando en la ejecución
medios,
modos
o
formas
que
tiendan
directa
o
especialmente a asegurarla, sin el riesgo que para su
persona pudiera proceder de la defensa por parte del
ofendido”)
elementos
se
:
configura
uno
por
objetivo,
la
concurrencia
consistente
en
de
que
dos
la
agresión debe hacerse de tal manera, que se tienda a
eliminar las posibilidades de defensa de la víctima, lo
que
conlleva
inexistencia
de
como
consecuencia
riesgo
para
el
inseparable,
ofensor,
que
la
pudiera
proceder del comportamiento defensivo del ofendido, y
otro subjetivo, consistente en la voluntad consciente
del autor, que ha de abarcar, no solo el hecho de la
muerte de otra persona, sino también las circunstancias
de que ésta se ejecuta a través de una agresión que
elimina las posibilidades de defensa de la víctima. Es
una
circunstancia
de
agravación
específica
perfectamente compatible, como se ha visto, con dolo
eventual, pero también compatible con el dolo de ímpetu
(STS de 23-4-2004).
De las tres modalidades que la Jurisprudencia
distingue en la alevosía (la proditoria, que incluye la
traición,
equiparable
a
la
acechanza,
insidia,
emboscada o lazo; la súbita o inopinada, en la que el
ataque
consiste
repentino
del
en
lo
mismo;
aprovechamiento
de
imprevisto,
y
la
especiales
fulgurante
consistente
en
situaciones
y
el
de
desvalimiento, como acontece con niños de corta edad,
ancianos etc.), la Acusación Particular y el Ministerio
Fiscal consideraban que en el caso de autos concurría
la segunda, es decir, la alevosía súbita, inopinada o
sorpresiva,
en
la
que
es
precisamente
el
carácter
sorpresivo de la agresión lo que suprime la posibilidad
13
de defensa, pues quien no espera el ataque difícilmente
puede prepararse contra él, al menos en la medida de lo
posible; y consideraba que concurría tal circunstancia
por entender que el acusado, conscientemente, decidió
agredir a la víctima de esta forma y por ello esperó a
que su víctima entrara en la habitación para dispararle
en
el
tórax
a
corta
distancia
de
forma
inopinada,
asegurándose así que no habría respuesta ni defensa por
parte de ésta. Así lo ha considerado también el Jurado.
Para llegar a esa conclusión, el Tribunal de
Jurado ha valorado las pruebas que se practicaron en el
acto del juicio oral, y en especial, tal y como se
expone en el acta del veredicto, en la que consta la
motivación
fáctica
suficientemente
razonada,
las
declaraciones del acusado y de los testigos (Marta y
Noelia), los testimonios de los peritos forenses (es
decir,
los
dictámenes
orales
de
las
dos
médicos
forenses) y las declaraciones de la Guardia Civil, y
Policía
Nacional
concretamente
las
de
los
especialistas en balística .
Ya
se
ha
expuesto
más
arriba
las
pruebas
valoradas por el Jurado para inferir el dolo homicida
del acusado. La alevosía la deduce el Jurado de varios
hechos
:
A)
objetivo
mentada,
de
es
El
primero,
la
circunstancia
decir,
la
que
sorpresa,
acredita
el
agravante
el
elemento
específica
elemento
súbito,
inopinado e inesperado, lo infieren de las actitudes
tanto de la víctima como del acusado. La víctima, no
recelaba ni desconfiaba del acusado, por ello, entró
con
toda
acreditado
confianza
que
en
prueban
la
las
habitación
de
declaraciones
éste,
de
hecho
las
dos
mujeres que se encontraban en la casa Marta y Noelia.
El acusado acometió directamente a Nestor,
sin que
éste hubiera iniciado ya no un ataque o pelea sino
cogiéndole incluso totalmente desprevenido, descargando
el cargador sobre él, efectuando los disparos a una
14
distancia
no
superior
a
los
50
cms.,
tal
como
los
Policías Nacionales y Guardias Civiles especialistas en
criminalística
afirmaron
y
alcanzándole
con
cinco
disparos, tres de los cuales en el tórax a la altura de
la
mamilla
izquierda,
produciéndole
la
lesionando
muerte
órganos
prácticamente
vitales
inmediata,
y
un
cuarto en la musculatura trasera del brazo y la última
en un dedo, tal como las Médicos Forenses describieron
en sus conclusiones. B) El acusado no sólo atacó de esa
forma, sino que lo hizo sabiendo y conociendo -y por
tanto, queriendo-, que actuando así garantizaba tanto
su
propia
indemnidad
–al
sorprender
al
agredido
y
evitar así una posible defensa por su parte- como el
éxito de su acción agresiva –la combinación sorpresa
más disparos con arma de fuego a una distancia corta y
dirigidos a una zona vital asegura la consecución del
objetivo, la lesión mortal-.
Para llegar a esa conclusión, y como ya se ha
señalado el Tribunal de Jurado ha valorado las pruebas
que se practicaron en el acto del juicio oral, y en
especial,
tal
y
como
veredicto,
en
la
que
suficientemente
se
expone
consta
razonada,
la
los
en
el
acta
motivación
testimonios
del
fáctica
de
los
peritos forenses (es decir, los dictámenes orales de
las dos médicos forenses y las dos especialistas del
Instituto Nacional de Toxicología), los de los peritos
de
balística
(es
decir,
el
dictamen
oral
de
los
expertos del Departamento de Balística de la Policia
Nacional, de los expertos del departamento de Biología
del servicio de Criminalística de la Dirección General
de la Guardia Civil) y el testimonio de los Agentes de
la Guardia Civil que participaron en la investigación,
nºTIP X-44521-Q y L-58483.
De
las
manifestaciones
evacuadas
por
todos
ellos en el acto del juicio, el Tribunal de Jurado
15
deduce
que
las
pruebas
de
aquéllas
dimanantes
contradicen la versión del acusado y avalan las de las
Acusaciones.
El Jurado ha otorgado especial prevalencia a
un dato fundamental : que el disparo se efectuó a corta
distancia.
Este
dato
se
desprende
de
los
dictámenes
médico-forenses y, sobre todo, del de las especialistas
de Criminalística de la Policía Nacional quienes tras
los
oportunos
análisis
llegaron
a
tal
conclusión
científica. Los disparos se hicieron a corta distancia,
en ningún caso superior a medio metro.
El Jurado también ha valorado como prueba de
cargo
la
trayectoria
del
disparo
que
contradice
lo
manifestado por el acusado que mantiene que la pistola se
le disparó cuando estaban forcejeando.
Sin
embargo,
según
las
Médico
Forenses
el
fallecido no tenía en su cuerpo señal ni rastro ninguno
de lucha previa o de defensa y, las balas alcanzaron el
pecho de Néstor en tres de los disparos, afectando dos a
extremidades superiores. Teniendo en cuenta que víctima
medía 1'71, ello permite afirmar que los disparos se
hicieron apuntando a la zona pectoral y con la pistola en
esa dirección. Y esa forma de disparar es de naturaleza
inequívocamente
homicida
y
buscando
el
éxito
y
aseguramiento total de su propósito.
Por
consiguiente,
todos
estos
factores,
considerados conjuntamente, permiten al Jurado
concluir
que el acusado mató a Nestor y que lo hizo con un dolo
homicida y que su acción se incardina plenamente en el
concepto
de
alevosía
sorpresiva,
pues
ello de un ataque repentino y súbito,
se
valió
para
con un arma de
fuego que impidió a la víctima cualquier maniobra de
defensa y le garantizó la consecución de su objetivo,
un
objetivo
que,
era
obtener
un
resultado
lesivo
mortal.
16
Asimismo el Jurado considera acreditado que
además el arma empleada, que no ha podido ser hallada,
había sido adquirida por Rubén en el Rastro de Madrid sin
que
éste
como
poseedor
estuviera
autorizado
para
su
tenencia por ninguna autorización o licencia y que los
cartuchos utilizados como munición que fueron recuperados
por la Guardia Civil estaban manipulados, teniendo la
punta
taladrada
de
forma
que
se
proyectiles de carga hueca. Y esta
transformaron
en
posesión de un arma
en condiciones obvias de funcionamiento
sin licencia ni
autorización ninguna constituye el tipo penal del art.563
del C.P.
Es cierto que el arma no fue encontrada. Sin
embargo,
el
hecho
de
su
posesión
en
las
condiciones
reseñadas lo estima acreditado el Jurado de los informes
de los peritos especialistas en Balística y del propio
reconocimiento
que
en
este
punto
presta
Rubén.
Efectivamente, el arma no se halló y no se localizó
porque el acusado voluntariamente y con un ánimo evidente
de ocultar su conducta y oscurecer su investigación la
arrojó por el acantilado de Somocuevas inmediatamente
después de ocurridos los hechos.
Ahora bien, el hecho de la posesión del arma
sin los permisos legales preceptivos y con las municiones
modificadas es admitido por el acusado quien no ha negado
este extremo. La
realidad
de esta circunstancia es de
todos modos indiscutida, desprendiéndose además de los
informes de los Peritos de Criminalística quienes tras
las oportunas pruebas científicas realizadas
casquillos
llegaron
a
disparados
la
y
sobre
conclusión
de
la
que
munición
se
sobre los
localizada
trataba
de
una
munición manipulada y disparada por un arma del calibre
9mm corto. Lo que no consta, es que la pistola en sí
hubiera sido de algún modo manipulada o alterada. No se
desprende esto del informe de Criminalística ni de las
aclaraciones que al mismo hicieron los Policías, lo cual
17
es lógico teniendo en cuenta que el arma no fue hallada.
Sin embargo sí estaba modificada la munición empleada que
había sido transformada en proyectiles de carga hueca lo
que vulnera la normativa administrativa al respecto.
En
tal
sentido
el
artículo
563
del
Código
Penal constituye una norma penal en blanco en cuanto el
concepto de arma prohibida que debe integrarse con las
disposiciones contenidas en el Reglamento de Armas. En
concreto, como indica nuestra jurisprudencia, desde un
punto de vista formal la remisión al concepto de armas
prohibidas
del
precisiones
el
Reglamento
artículo
que
563
contiene
del
Código
sin
mayores
Penal,
nos
conduce a la Sección 4ª del Capítulo Preliminar del
Reglamento intitulado «Armas prohibidass», en el que se
establece una relación de los que se consideran tales
en los artículos 4º y 5º , que son los integrantes de
tal Sección. De otro lado, una correcta interpretación
de la remisión normativa contenida en el artículo 563
del
Código
Penal
consideración
,
de
que
exige
la
traer
a
colación
constitucionalidad
de
la
las
normas penales parcialmente en blanco, como ocurre en
el caso que nos ocupa, requiere el cumplimiento de tres
requisitos: que el reenvío normativo sea expreso y esté
justificado en razón de la naturaleza del bien jurídico
protegido
por
la
norma
penal;
que
la
norma
penal,
además de señalar la pena, contenga el núcleo esencial
de la prohibición; y, que se satisfaga la exigencia de
certeza, es decir, que se dé la suficiente concreción
para
que
la
conducta
suficientemente
calificada
precisada
de
con
delictiva
el
quede
complemento
indispensable de la norma a la que la ley penal se
remite,
resultando
función
de
garantía
de
del
esta
tipo
forma
con
salvaguardada
la
posibilidad
la
de
conocimiento de la actuación penalmente conminada.
18
De
hecho
que
acuerdo
la
con
la
munición
doctrina
hubiera
expresada,
sido
el
transformada
convirtiéndose en proyectiles de carga hueca y dado que
esta munición se encuentra expresamente relacionada en
el apartado f del nº1 del art.5 del referido Reglamento
como “prohibida”, implica que esta posesión se integre
en el art.563 el C.P. tal como las Acusaciones han
mantenido. No es procedente la aplicación del subtipo
atenuado del art.565 del Código penal como pretende la
defensa
que
Tribunales
prevé
y
dependiendo
que
del
una
facultad
posibilita
libre
la
potestativa
rebaja
criterio
del
en
de
los
un
grado
Tribunal
-cfr.
Sentencia del TS de 22 de diciembre de 2000 y 30 abril
de 2001 - basada en la evidencia de que el acusado no
tuviera
la
intención
de
usar
el
arma
con
fines
ilícitos. En el presente caso la intención de que el
arma no fuera utilizada con fines ilícitos no puede
predicarse. Cuál era el fin de su tenencia se deriva de
su empleo para dar muerte a Nestor. De ahí que no sea
procedente la aplicación del tipo privilegiado.
SEGUNDO
probados
son,
:
Los
como
se
hechos
ha
que
dicho,
se
han
declarado
constitutivos
de
un
delito de asesinato, previsto y penado en el artículo 139
del Código Penal; ese delito lo ha sido en grado de
consumación,
inmediata;
culpable
pues
y
al
de
el
tal
acusado
agredido
delito
como
falleció
el
autor
Jurado
casi
ha
directo,
de
forma
considerado
material
e
inmediato de los artículos 27 y 28 del citado cuerpo
legal, por unanimidad.
Asimismo los hechos son constitutivos de un
delito de tenencia ilícita de armas del artículo 563 del
Código
penal,
del
que
el
acusado
es
responsable
en
19
concepto de autor directo, habiendo sido considerado como
tal por el Jurado por unanimidad.
TERCERO : En
delito
de
tenencia
la
realización
ilícita
de
del
armas
referido
concurre
la
circunstancia agravante de reincidencia del art.22,8 del
C.P. que prevé como tal “ser reincidente; entendiendo
como reincidencia cuando al delinquir el culpable hubiera
sido condenado ejecutoriamente por un delito comprendido
en el mismo Título del Código Penal siempre que sean de
la misma naturaleza”.
El
unanimidad
Jurado
que
ejecutoriamente
ha
declarado
Rubén
condenado
había
por
un
como
probado
sido
anterior
delito
de
por
y
tenencia
ilícita de armas por sentencia del Juzgado de lo penal
nº2 de Santander. Y esta circunstancia que ha entendido
acreditada de la documental obrante en los autos y más
concretamente de la copia de la sentencia condenatoria y
de la hoja histórico penal
del acusado es precisamente
el hecho integrante de la reincidencia, al constar que
previamente ha sido ya condenado por sentencia firme por
un delito del art.564,1 del C.P. homogéneo respecto del
delito del 563 del C.P. y comprendido dentro del mismo
título.
En la realización de los delitos
ha
considerado
relación
a
la
circunstancias
exoneratorias
o
atenuadoras
responsabilidad
criminal
continuación.
en
el Jurado
La
lo
Defensa
que
del
se
concurrencia
va
a
acusado
de
exponer
alegó
de
la
a
la
concurrencia de diversas eximentes o atenuantes, respecto
de las cuales el Jurado ha considerado lo que sigue.
A) Se alegaba, en primer lugar, la eximente
completa de enajenación mental e intoxicación plena del
artículo 20 –no se dice de qué ordinal- del Código Penal.
Subsidiariamente se pedía se considerara la atenuante muy
20
cualificada
de
embriaguez
e
ingesta
de
drogas
del
artículo 21-1ª del mismo cuerpo legal, y subsidiariamente
como atenuante simple a modo de panoplia circunstancial
operando de más a menos. El Jurado las ha rechazado todas
por unanimidad, pues considera que aunque se hubiera dado
tal ingesta, para nada afectó las facultades intelectivas
y volitivas del acusado, que cuando ocurrieron los hechos
era perfectamente consciente de lo que hacía, manteniendo
incólumes sus capacidades de discernimiento y decisión.
Porque, y así lo dice el Jurado al motivar la proposición
once del objeto del veredicto,
no se ha practicado
absolutamente ninguna prueba que permita acreditar que
sus facultades pudieron verse mermadas –ya no digamos
anuladas- por ingesta previa de sustancias alcohólicas o
estupefacientes. Por el contrario, de los informes de las
Médicos
Forenses
consideran
es
lo
que
que
el
los
miembros
acusado
estaba
del
en
Jurado
perfectas
condiciones. Sabido es que las eximentes y atenuantes
tienen que estar tan probadas como el hecho básico al que
pretenden
ser
aplicadas,
y
que
tal
prueba
compete
proporcionarla a la defensa de quien las alega. Cuando no
se prueban aquéllas, no cabe su apreciación.
B) Tampoco ha considerado acreditada el Jurado
la
circunstancia
atenuante
de
arrebato
u
obcecación,
prevista en el artículo 21.3º del Código Penal, postulada
por la defensa del acusado. A tal conclusión llegaron a
la vista de los testimonios evacuados en el acto del
juicio
por
las
testigos
Marta
y
Noelia
que
fueron
contestes al afirmar que no apreciaron que el acusado
estuviera especialmente ofuscado, ni que hubiera ocurrido
un
hecho
previo
de
tal
intensidad
que
le
hubiera
producido tal alteración emocional, ni mucho menos aún
que hubiera habido un previo incidente entre Nestor y
Ruben que hubiera podido causarle tal afectación.
Según la jurisprudencia del Tribunal Supremo,
el arrebato consiste en una reacción momentánea que los
21
seres humanos experimentan ante estímulos poderosos que
producen una perturbación honda del espíritu, ofusca la
inteligencia
y
determina
a
la
voluntad
a
obrar
irreflexivamente (SsTS de 8-3-2001 y 22-2-2007, entre
otras).
La
obcecación
es
aparición
mas
lenta
duración.
Los
requisitos
atenuante
son
los
una
que
el
modalidad
arrebato
para
la
siguientes:
pasional
pero
aplicación
1º)
La
de
de
mayor
de
esta
existencia
de
poderosos estímulos o causas, generalmente procedentes de
la víctima, suficientes para explicar en alguna medida la
reacción del sujeto activo; causas o estímulos que en el
caso de autos no se aprecian por el Jurado. 2º) La
acreditación de la ofuscación de la conciencia, o estado
emotivo
repentino
o
súbito,
u
otro
estado
pasional
semejante, que acompaña a la acción; que en el caso de
autos tampoco se ha acreditado. 3º) La relación causal
entre uno y otra. 4º) La conexión temporal. 5º) Que la
respuesta
al
estímulo
no
sea
repudiable
desde
la
perspectiva de un observador imparcial dentro de un marco
normal de convivencia (SsTS de 24-9-1996, 17-7-2000, 610-2000, 13-2-2002, 27-2-2002 y 26-5-2004).
Ninguno de esos requisitos concurre aquí, por
lo que bien rechazada por el Jurado está la atenuante que
se impetra.
C) En cuanto a la atenuante de “reconocimiento
de
los
hechos”
del
artículo
21-4ª
del
Código
Penal
postulada por la Defensa del acusado, tampoco concurre
tal como el Jurado ha entendido.
Es
procedido
el
circunstancia
culpable,
atenuante
antes
de
"la
conocer
de
haber
que
el
procedimiento judicial se dirige contra él, a confesar la
infracción a las autoridades".
Esta
circunstancia
es
de
carácter
netamente
objetivo. No se precisa ya que el culpable del delito se
arrepienta, es decir, que actúe movido por esos impulsos.
22
Con el Código Penal de 1.995 se eliminó el elemento
psicológico
de
la
atenuante
y
se
amplió
el
elemento
cronológico al momento del conocimiento por el culpable
de la dirección del procedimiento judicial contra él.
Como dice la STS de 27-3-2000, "se ha sustituido el
fundamento
impulso
moral
de
representaba
arrepentimiento
objetivación
justificar
que
la
criminal,
que
espontáneo
consolida
la
atenuación
sustituyendo
la
por
tendencia
por
la
exigencia
mayor
doctrinal
razones
exigencia
una
del
de
de
política
subjetiva
del
arrepentimiento por el mero acto objetivo de colaboración
con la Justicia consistente -en el caso de la actual
atenuante 4ª del artículo 21- en proceder el culpable a
confesar
la
infracción
a
las
Autoridades".
El
arrepentimiento como atenuante, ha seguido, pues, en la
jurisprudencia
una
tendencia
en
que
ha
ido
perdiendo
importancia el factor subjetivo de pesar y contrición,
para
irse
valorando
más
el
aspecto
objetivista
de
realizar actos de colaboración a los fines de la norma
jurídica, facilitando el descubrimiento de los hechos y
de sus circunstancias y autores o realizando actos de
disminución o reparación del daño causado (SsTS de 29-91998
y
6-10-1998).
O,
como
gráficamente
recuerda
la
reciente STS de 21-12-2006, cabrá la atenuante cuando la
confesión
tenga
una
comprobada
utilidad,
lo
que
normalmente sucederá cuando se aporten datos relevantes
para la investigación, y no sucederá cuando lo que hace
el imputado es simplemente reconocer lo que es obvio.
Por
otro
lado,
como
también
es
jurisprudencia
consolidada (SsTS de 30-11-2000 y 30-6-2005), cuando el
imputado
es
delictiva,
detenido
no
procedimiento,
en
una
cabe
hablar
por
lo
que
situación
de
de
confesión
tal
flagrancia
anterior
atenuante
sería
al
de
imposible aplicación.
En el caso de autos el acusado
se
entregó
a
la
Guardia
Civil
horas
ciertamente
después
de
23
ocurridos los hechos. Sin embargo, y tal como el Jurado
entendió
motivándolo
en
base
a
la
testifical
practicada, lo hizo cuando ya estaba siendo buscado por
la Fuerza Pública que naturalmente conocía quien era su
autor porque así se lo habían dicho las testigos Marta
y Noelia, presentes en el momento de ocurrencia del
delito y porque el hecho había ocurrido en su casa. Lo
que hizo por tanto Rubén fue confirmar lo que ya era
obvio dado el lugar y el modo de comisión del delito, y
los testigos presentes. Sin embargo en ese momento se
acogió
a
su
derecho
a
no
declarar
y
no
dio
ninguno. Finalmente el hecho de que a instancia
Guardia
Civil
accediera
a
y
por
indicarles
razones
el
de
seguridad
lugar
del
que
dato
de la
pública
se
había
desprendido del arma, ninguna relevancia tuvo, más aún
cuando el arma no fue hallada y el dato de que se
encontraran las municiones no tuvo eficacia ninguna ya
que
los
informes
de
Balística
Peritos de Criminalística
realizados
por
los
se efectuaron, no con los
que habían sido arrojados por el acantilado sino con
los casquillos y proyectiles hallados en el cuerpo del
fallecido y en el lugar de los hechos.
En
esa
situación
no
se
puede
hablar
de
concurrencia de la atenuante prevista en el artículo
21-4ª del Código Penal.
D) Pretende la defensa la estimación de la
eximente de legítima defensa putativa. Como señala la
sentencia
del
Tribunal
Supremo
1147/2005,
de
13
de
octubre (FJ.3), la posibilidad de apreciación de una
eximente de legítima defensa putativaa se basa en la
errónea creencia
del sujeto respecto a la existencia
de una agresión ilegítima que lo sitúe en la necesidad
de actuar en defensa propia o ajena, siendo preciso
para ello que pueda apreciarse, desde un punto de vista
objetivo, la existencia de hechos que razonablemente
puedan
permitir
esa
creencia.
Por
su
parte,
la
24
sentencia
862/2002,
de
16
de
mayo,
partiendo
de
la
excepcionalidad con que debe admitirse en general esta
eximente,
subraya
extremarse
que
esa
la
causa
cuando
excepcionalidad
de
ha
de
justificación
es
meramente putativaa, pues lo contrario sería tanto como
poner en peligro, en base a una ignorancia subjetiva,
la vigencia objetiva de la norma jurídica, llegándose a
posibles situaciones de impermisible impunidad; de modo
-prosigue la sentencia ahora citada, con cita a su vez
de las de 26 de mayo de 1987 y 22 de diciembre de 1992que para que se pueda apreciar la existencia de la
llamada legítima defensa putativa es imprescindible que
el
error
que
le
sirve
de
sustento
sea
plenamente
racional y fundado, amén de muy cuidadosamente probado
a través de indicadores objetivos.
Pues
bien,
esto
es
incompatible
con
la
alevosía. Como ya se dijo al principio, no se trata de
una situación que surgiera de manera inesperada y que
le pillara por sorpresa al acusado, sino que se trató
de
una
situación
acusado,
buscada
intencionadamente
por
el
quien actuando aprovechándose de la confianza
que Nestor le tenía le invitó a ir a su habitación y
allí y amparándose en su descuido y sabiendo que no
tenía escapatoria es donde comete la agresión, y de
forma inopinada le dispara en cinco ocasiones a corta
distancia y en el pecho sin que el fallecido presente
lesiones
indicativas
discusión
previa
posibilidad
permita
de
apuntar
y
de
que
entre
que,
de
alguna
defenderse.
una
Ante
creencia
ellos
forma,
ello
errónea
hubo
nada
en
tuvo
hay
una
una
la
que
futura
agresión, lo que es absolutamente incompatible con un
ataque alevoso.
E) Tampoco entendió probado el Jurado que el
acusado hubiera probado movido por un temor o miedo
25
insuperable,
llegando
a
tal
convencimiento
por
unanimidad.
Ciertamente, la doctrina jurisprudencial (STS
783/2006, de 29 de junio
o la de 10 de julio de 2009)
sobre la circunstancia eximente de miedo insuperable
parte de la consideración de que la naturaleza de la
exención
por
habiendo
miedo
sido
insuperable
encuadrada
no
ha
entre
sido
las
pacífica
causas
de
justificación y entre las de inculpabilidad, incluso
entre los supuestos que niegan la existencia de una
acción,
en
razón
a
la
paralización
que
sufre
quien
actúa bajo un estado de miedo.
Es en la inexigibilidad de otra conducta (STS
de 8-3-2005, núm. 340/2005) donde puede encontrar mejor
acomodo, ya que quien actúa en ese estado, subjetivo,
de temor, mantiene sus condiciones de imputabilidad,
pues el miedo no requiere una perturbación angustiosa,
sino un temor a que ocurra algo no deseado. El sujeto
que actúa típicamente se halla sometido a una situación
derivada
de
una
amenaza
de
un
mal
tenido
como
insuperable.
De
esta
exigencia
resultan
las
características que debe reunir la situación, esto es,
ha de tratarse de una amenaza real, seria e inminente,
y
que
su
valoración
ha
de
realizarse
desde
la
perspectiva del hombre medio, el común de los hombres,
que
se
utiliza
de
baremo
para
comprobar
la
superabilidad del miedo. La base esencial es el hecho
incontrovertible
de
la
personal
e
intransferible
situación psicológica de miedo que cada sujeto sufre de
una manera personalísima y que debe tener una cierta
intensidad
y
tratarse
de
un
mal
efectivo,
real
y
acreditado.
26
En consecuencia, la aplicación de la eximente
exige examinar, en cada caso concreto, si el sujeto
podía haber actuado de otra forma y se le podría exigir
otra
conducta
distinta
de
la
desarrollada
ante
la
presión del miedo. Si el miedo resultó insuperable, se
aplicaría la eximente, y si, por el contrario, existen
elementos
objetivos
que
permiten
establecer
la
posibilidad de una conducta o comportamiento distinto,
aún reconociendo la presión de las circunstancias, será
cuando pueda apreciarse la eximente incompleta (STS de
16-07-2001, núm. 1095/2001).
Nada
de ello ha entendido probado el Jurado
quien ha motivado su decisión en la consideración de
que no se ha probado que dadas las circunstancias Rubén
sufriese un miedo tal que nublara su inteligencia o
controlara sus emociones , llegando a tal conclusión a
la vista de las declaraciones de las dos testigos Marta
y Noelia de las que en modo alguno puede entenderse que
hubiera razón o fundamento serio del que pudiera surgir
en Rubén ya no una pánico sino y ni siquiera un temor
relevante. Por el contrario, de lo que dichas señoras
han
mantenido,
lo
que
se
deduce
es
que
era
Rubén
precisamente quien controlaba la situación y quien con
su
conducta
derivada
Por
había
originado
precisamente
consiguiente
no
de
su
cabe
la
tensión
comportamiento
hablar
e
la
existente
agresivo.
eximente
pretendida.
F) Finalmente se pretende la aplicación de la
atenuante de reparación del daño al amparo del art.21,5
del Código penal. En este
punto el Jurado si bien ha
entendido acreditado que el acusado había consignado
con anterioridad al acto del juicio la suma de 20000
euros, entendió y así lo consignó que era insuficiente
teniendo
en
cuenta
las
indemnizaciones
tanto
del
Ministerio Fiscal como de la Acusación particular.
27
En relación con esta atenuante existe también
una consolidada jurisprudencia
(entre otras muchas las
STS de 7 de marzo de 2007, 29 de noviembre de 2006, 24
de marzo de 2010, 17 de enero de 2013, 18 de noviembre
de 2003, 29 de abril de 2005…) que
I.
declara que:
Cabe cualquier forma de reparación, no sólo
la
económica,
admitiéndose
expresamente
una
reparación simbólica.
II.
En
todo
caso
y
en
un
análisis
individualizado, la reparación para alcanzar
los
efectos
de
la
atenuante
debe
ser
significativa y relevante, por lo tanto no
ficticia.
III.
Dato a tener en cuenta para ver la relevancia
y significación de la reparación es verificar
la capacidad y posibilidad económica de la
persona
condenada
y
consiguientemente
esfuerzo
económico
efectuado
por
este
el
para
eliminar o disminuir los efectos del delito
(SSTS de 13 de mayo 2004 y 30 de junio de
2003).
Precisamente
en
razón
a
lo
expuesto,
el
Tribunal Supremo ha excluido la atenuante de reparación
cuando
esta
es
irrisoria
en
relación
con
el
daño
producido y no se acredita ningún esfuerzo del autor
para
dar
satisfacción
a
la
víctima
sino
sólo
estratagema para beneficiarse de una atenuación
negándose
asimismo
en
aquellos
casos
en
una
penal,
los
el
condenado se limita a ofrecer una reparación que en
ningún
momento llegó a ser efectiva (STS de 9-2-04 o
de 17-01-13).
Expuesto lo anterior, la Sala entiende que la
suma consignada y aún teniendo en cuenta que como muy
bien dice el Jurado no es suficiente para cubrir las
indemnizaciones
atenuante
del
procedentes,
art.21,5
del
sí
integra
C.P.
por
sí
Ciertamente,
la
su
28
montante no es muy alto, dada lo elevado de la deuda
total, pero en ningún caso puede ser calificado como de
irrisorio cuando asciende a 20.000 euros. En efecto,
para un ciudadano medio este importe no supone en modo
alguno
aún
una cantidad nimia o irrelevante y mucho menos
para
declarado
quien
como
insolvente
en
el
por
caso
auto
presente
de
la
ha
sido
Magistrada
Instructora de fecha 14 de enero de dos mil trece, lo
que
implica
el
esfuerzo
económico
que
ha
debido
realizar para ingresar tal suma. También es cierto que
con esta cantidad no se cubre más que muy parcialmente
los importes indemnizatorios que se van a establecer;
pero, ello según consolidada jurisprudencia al efecto
no
significa
que
no
deba
acogerse
la
atenuante.
Efectivamente la Jurisprudencia es concorde en admitir
la posibilidad de que la reparación parcial sea válida
a
los
efectos
de
contemplar
la
atenuante.
Evidentemente, tal posibilidad debe admitirse, ya que
expresamente el precepto alude a la misma mediante la
locución «... o disminuir sus efectos». En conclusión,
teniendo en cuenta que el Código Penal claramente elude
la exigencia de cualquier elemento subjetivo, y que el
fundamento de la atenuación es la recuperación del bien
jurídico,
forma
en
tanto
tal
significativa
recuperación
aunque
sea
se
produzca
fragmentaria
en
la
atenuante debe estimarse, si bien con efectos limitados
desde
el
posibles
punto
de
vista
motivaciones
penológico.
o
razones
Por
último
las
de
fondo
son
intrascendentes al haber suprimido el Código penal la
exigencia
de
intencionalidad
concurrencia
subjetiva.
de
Esto
cualquier
no
elemento
obstante,
su
o
no
excesiva significación en orden al montante total del
desequilibrio
económico
producto
de
su
conducta
delictiva previa habrá de ser tenida en cuenta a los
efectos de individualización de la pena conforme a lo
29
dispuesto
en
los
arts.66
y
concordantes
del
Código
penal.
CUARTO : De conformidad con lo previsto en el
artículo 66.1ª del Código Penal, y en lo atinente a la
pena imponible por el delito de asesinato (artículo 139
del
Código
Penal),
dada
la
concurrencia
de
una
circunstancia atenuante de reparación del daño de escasa
entidad dada la escasa relevancia
de su importe en
relación con el total del perjuicio causado y dada la
gravedad del hecho y las circunstancias que en el mismo
concurrieron
(frialdad
de
ánimo
en
la
decisión,
ocultación del arma homicida frente a terceros, número de
disparos garantes del resultado mortífero planeado, móvil
absurdo o inexistente), se considera procedente imponer
al acusado la pena de DIECISIETE AÑOS DE PRISIÓN, pena
situada en el tramo superior de la mitad inferior de la
pena imponible y que es la solicitada por el Ministerio
Fiscal.
También procederá la imposición de la pena de
inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena,
conforme ordena el artículo 55 del Código Penal.
Es procedente imponer la pena de aproximación
a la pareja, hijos, padre y hermanos del fallecido a
menos de 300 metros
durante un periodo de tiempo de
VEINTE AÑOS (artículo 57 en relación con el art.40 y 48
del Código Penal).
En lo atinente al delito de tenencia ilícita
de armas del artículo 563 del Código Penal y, ante la
concurrencia
de
una
circunstancia
agravante,
la
de
reincidencia del art.22,8 del Código penal, la pena que
habrá de imponerse conforme la art.66,3º del Código penal
habrá de estar en la mitad superior de la fijada por la
norma al delito, que en este caso es de uno a tres años
de prisión. Siguiendo con este razonamiento, la pena será
30
la
de
TRES
años
de
prisión
dadas
las
circunstancias
concurrentes.
QUINTO : El acusado deberá abonar las costas
del proceso.
Además
deberá
indemnizar,
en
concepto
de
responsabilidad civil dimanante de la criminal declarada,
a la compañera sentimental e hijos de la víctima, y a sus
padres.
No procede indemnizar, como pide la defensa, a
los
"herederos
legales"
del
fallecido.
Lo
que
se
indemniza es el dolor, el daño moral de los familiares
directos, y por tanto los legitimados activamente para
percibir
indemnizaciones
por
esos
conceptos
son
los
perjudicados, no los herederos legales. En el caso de
autos esos perjudicados son la compañera sentimental del
fallecido,
los
hijos
y
el
padre
de
éste.
Aplicando
analógicamente el Baremo indemnizatorio para accidentes
de
tráfico
que
es
el
habitualmente
seguido
por
los
Juzgados y Tribunales y sin entrar a valorar el seguro
dolor que la muerte de Nestor habrá originado a sus
hermanos, no procede conceder indemnización en su favor.
Siguiendo
con
analógicamente y al alza
el
Baremo
referenciado,
este
razonamiento
y
aplicando
al tratarse de un delito doloso
el
acusado
indemnizará
a
Dª
Noelia Vega Vivar en la cantidad de CIENTO VEINTE MIL
EUROS.
A cada uno de los hijos del fallecido, Anjana,
Nestor
e Isaac, en la cantidad de CINCUENTA MIL EUROS.
Al
padre
cantidad, de DIEZ
D.
Santiago
Fuentes
Pila
en
la
MIL EUROS.
Con los intereses legales previstos en la Ley
de Enjuiciamiento Civil.
31
VISTOS
general
y
los
artículos
pertinente
citados
aplicación,
en
y
demás
ejercicio
de
de
las
facultades derivadas de la Ley Orgánica del Tribunal del
Jurado, y en nombre de Su Majestad El Rey,
FALLO :
Que en cumplimiento del veredicto emitido por
el
Jurado,
debo
condenar
y
condeno
a
RUBEN
HERRERA
POMPOSO, como autor directo y responsable de un delito de
ASESINATO, y de un delito de TENENCIA ILICITA DE ARMAS ya
definidos, concurriendo en el primero la circunstancia
atenuante de reparación del daño, igualmente definida, y
concurriendo en el segundo la circunstancia agravante de
reincidencia, a la pena por el delito de asesinato de
DICISIETE
durante
AÑOS
el
DE
tiempo
PRISION,
de
la
inhabilitación
condena,
absoluta
prohibición
de
acercamiento a la compañera sentimental, padre y hermanos
de la víctima, a una distancia inferior a 300 metros por
un período de VEINTE años desde que esta sentencia sea
firme, y por el delito de tenencia ilícita de armas a la
pena de TRES AÑOS DE PRISION, inhabilitación del derecho
de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y al
pago
de
las
indemnizar,
en
costas
procesales
concepto
de
causadas,
debiendo
responsabilidad
civil
dimanante de la criminal declarada, a Dª Noelia Vega
Vivar en la cantidad de CIENTOVEINTE MIL EUROS; a los
hijos del fallecido, Anjana y Néstor Fuentes Pila Rivas y
a Isaac Fuentes Pila Vega, en la cantidad de CINCUENTA
MIL EUROS A cada uno; Y a D.Santiago Fuetes Pila Pérez en
la
cantidad,
de
DIEZ
MIL
EUROS,
sumas
que
se
incrementarán con los intereses previstos en la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
32
Esta Sentencia no es firme. Contra la misma
puede interponerse recurso de APELACION ante la Sala de
lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de
Cantabria dentro de los DIEZ DIAS siguientes al de la
última notificación de la Sentencia, recurso que habrá de
fundamentarse en alguno de los motivos recogidos en el
artículo 846 bis C) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Así por esta mi sentencia, de la que se unirá
certificación literal al Rollo, junto con testimonio del
acta de la deliberación, lo pronuncio, mando y firmo.
E/
PUBLICACION : Leída y publicada que ha sido la presente
sentencia
en
audiencia
pública
por
el
Ilmo.
Sr.
Magistrado Presidente que la suscribe en el día de la
fecha, doy fe yo el Secretario.
33
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