El desempleo de larga duración en Navarra en el marco de la crisis

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GABINETE DE ESTUDIOS CC.OO. NAVARRA-INAFRE
RESPONSABLE PROYECTO: Txerra García de Eulate
Observatorio Navarro de Empleo del SNE (OBNE)
ÍNDICE
1.INTRODUCCIÓN. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN................................................ 3
2.OBJETIVOS....................................................................................................................... 7
3.METODOLOGÍA ................................................................................................................. 8
4.ANÁLISIS DESCRIPTIVO DEL COLECTIVO DE PERSONAS DESEMPLEADAS DE LARGA
DURACIÓN ........................................................................................................................ 17
4.1. Evolución del desempleo de larga duración...........................................................17
4.2. Características y perfiles. Comparativa con el conjunto del desempleo y entre diversos
colectivos de desempleados/as de larga duración .........................................................25
4.3. Análisis de las transiciones laborales en el periodo analizado ..................................51
4.4. Incidencia de variables en la probabilidad de desempleo de larga duración. Análisis de
regresión logística ....................................................................................................72
5.ANÁLISIS CUALITATIVO SEGÚN PERFILES A TRAVÉS DE DINÁMICAS GRUPALES .......... 79
5.1. La diagnosis inicial desde los orientadores.............................................................79
5.2. La emigración en el largo túnel ............................................................................89
5.3. Los nuevos procesos migratorios..........................................................................96
5.4. Espacios fronterizos.......................................................................................... 101
5.5. La experiencia como demérito. .......................................................................... 108
6.SÍNTESIS, PRINCIPALES CONCLUSIONES Y LÍNEAS DE ACTUACIÓN............................ 116
7.BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 149
8.ANEXO: ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICOS ..................................................................... 151
8.1. Índice de tablas .............................................................................................. 151
8.2. Índice de gráficos............................................................................................ 153
2
1. INTRODUCCIÓN.
JUSTIFICACIÓN
DE
LA
INVESTIGACIÓN
La evolución de la crisis y sus impactos sociolaborales están teniendo graves
consecuencias para una gran parte de la población. La situación es cada vez más complicada
ya que los mecanismos de contención o amortiguación se han ido debilitando con el transcurso
del tiempo, también la propia crisis ha evidenciado los déficits de esos instrumentos. La
realidad es que la prolongación de la crisis ha hecho que la situación de un importante número
de personas y hogares sea cada vez más complicada, llegando a ser dramática en muchos
casos.
En este contexto tan desfavorable uno de los problemas más graves es sin duda el
desempleo de larga duración (personas que llevan en desempleo más de un año). Esta
tipología de desempleo ha ido aumentando considerablemente a lo largo de la crisis. Tras una
primera aproximación podemos estimar que, dependiendo de la fuente de referencia, entre un
35% y un 50% de la población desempleada de la Comunidad Foral lleva más de un año en
esta situación.
Entre otras cuestiones el actual contexto se caracteriza por un histórico déficit de
creación de empleo, el mercado de trabajo no sólo demanda escasos puestos de trabajo sino
que persiste la dinámica de destrucción de los existentes. En ese sentido el aumento del
desempleo en ciclos recesivos es un elemento estructural con mayor incidencia en países como
España debido a la escasa potenciación de mecanismos de flexibilidad interna que
acompañados de elementos de seguridad laboral pudiesen mitigar la destrucción de empleo
como principal vía de escape (flexibilidad externa). En este escenario la competitividad entre la
mano de obra es cada vez mayor y determinados colectivos tienen mayores dificultades si
cabe para incorporarse al mercado laboral.
La población desempleada de larga duración se enfrenta a mayores obstáculos debido a
diversos factores relacionados entre sí, la frustración y el desánimo que repercuten en la
motivación, la baja autoestima, la devaluación de su cualificación y experiencia, unido al hecho
de los estereotipos que influyen en que las empresas sean reticentes a su contratación.
Entre otras cuestiones clave se va a corroborar a lo largo del documento la decisiva
relación entre el tiempo de permanencia en el paro y el empleo. Se ha evidenciado que a más
tiempo en paro más complicado resulta encontrar un empleo, por lo tanto, las probabilidades
de encontrar trabajo se reducen considerablemente en los casos del desempleo de más larga
duración y sobre todo para determinados perfiles como las personas desempleadas mayores
3
de 45 años. Se ha demostrado también que el paro de larga duración aumenta las
problemáticas adicionales, supone pérdidas acumuladas de capital humano (conocimientos,
habilidades, etc.), puede ocasionar problemas de salud lo que incrementa la dificultad de la
inserción laboral (hace descender el grado de empleabilidad) y en definitiva hace aumentar de
manera importante la vulnerabilidad y la exclusión.
De manera introductoria podemos avanzar que resulta especialmente preocupante
precisamente el incremento de las personas desempleadas mayores de 45 años, ya que son
las que tienen mayores dificultades para volver a integrarse en el mundo del trabajo
circunstancia que además repercute en sus futuras pensiones y en la propia estabilidad del
sistema. Pero tampoco hay que obviar el grave incremento del desempleo de larga duración en
otros colectivos como el de jóvenes o inmigrantes.
El hecho es que el importante peso del PLD (paro de larga duración) representa en sí
mismo un pesado lastre que es preciso contrarrestar de manera decidida para evitar fracturas
sociales todavía mayores y para impulsar de la mejor forma posible una recuperación
socioeconómica sostenible de la Comunidad Foral.
Conviene insistir en la gravedad de las cifras ya que los indicadores referentes al paro
de larga duración son medidas básicas que junto con los niveles de pobreza y desigualdad de
ingresos sirven para estimar cuantitativamente los problemas de cohesión social.
La proporción que representa el paro de larga duración está incluida en los indicadores
estructurales de la UE para la evaluación de la Estrategia de Lisboa en el apartado de cohesión
social formando parte de los Indicadores de Desarrollo Sostenible del capítulo de inclusión
social (acceso al mercado de trabajo).
Como se ha señalado, resulta evidente que la crisis está suponiendo una clara amenaza
a nuestro modelo social. El paso del tiempo tiene un efecto perverso en el caso de las personas
desempleadas y más aún en el caso de las personas en situaciones de vulnerabilidad y
exclusión. En ese sentido, el paro de larga duración es una situación que tiende a cronificarse
afectando a un número creciente de personas en riesgo de exclusión. Así, más allá de la
dimensión personal o individual sería irresponsable no tener en cuenta esa dimensión social del
impacto del paro de larga duración. Sus efectos estructurales pueden ser devastadores para el
modelo de cohesión social que hasta el momento, dentro de sus límites, parecía ser en
Navarra uno de los más equilibrados del Estado. No conviene olvidar, más aún en etapas como
la actual, que la cohesión social es un componente básico para el desarrollo socioeconómico de
cualquier territorio.
4
Por otra parte, como queda reflejado a lo largo del documento, conocemos o se ha
avanzado en el conocimiento de los impactos del desempleo ya no sólo desde una perspectiva
material o económica sino también física y emocional. El desempleo no es sólo una situación
de falta de trabajo que puede ser en parte mitigada por una compensación económica a través
de prestaciones, subsidios o ayudas, todas limitadas dicho sea de paso; se trata de una etapa
que dependiendo de la propia persona, de las circunstancias que le rodean puede implicar una
sucesión de conflictos y problemas añadidos que a su vez hacen aumentar la probabilidad del
alargamiento de la situación del desempleo lo que alimenta de manera nefasta ese círculo
vicioso. Por tanto, en ese sentido sería necesario abordar el problema reconociendo en primer
lugar y dadas las circunstancias, la enorme dificultad para generar de manera rápida el empleo
que se necesita en correspondencia a esa demanda tan urgente. Siendo conscientes de esa
realidad se debería gestionar eficazmente el problema de las miles de personas que no van a
contar con un empleo en el corto plazo a través de una serie de estrategias y medidas para
disminuir los efectos tan dañinos que el desempleo de larga duración provoca. Aspectos a
tratar como los motivacionales, el mantenimiento de la actividad a través de la formación, el
reciclaje, la gestión de los sentimientos de frustración, pesimismo, las relaciones personales
con el entorno, etc. No se debería dejar de lado esa estrategia preventiva y paliativa.
Por todo lo explicado no es casual que este proyecto de investigación no sólo se
fundamente en un análisis cuantitativo a partir del cual conozcamos la evolución de este
problema, caractericemos a los diferentes grupos de personas paradas de larga duración y
sepamos la influencia de determinadas variables en el hecho de ser o seguir siendo
desempleadas. También se ha creído fundamental “poner rostro” a este grave desajuste
socioeconómico, conocer de primera mano las repercusiones de la situación de paro
prolongado en las personas y su entorno, las estrategias de las personas afectadas y sus
familias para hacerle frente e incluso despejar dudas acerca de su disponibilidad laboral,
intentando contrastar los diversos clichés del imaginario social al respecto como la falta de
interés, la insuficiente motivación, el refugio en las ayudas, etc.
Con todo ello se ha construido este documento de investigación que aporta una extensa
información sobre el problema del desempleo de larga duración en la Comunidad Foral de
Navarra. Creemos que es necesario más que nunca desarrollar investigaciones centradas en
las personas que más están sufriendo el impacto de la crisis. Resulta ineludible aprovechar
nuestra experiencia para continuar investigando sobre el impacto sociolaboral de la crisis y de
esta forma aportar más datos e indicadores que sirvan de soporte para la configuración de
estrategias y medidas. En relación con este aspecto hay que recordar que desde distintos
ámbitos se demanda explícitamente un incremento de esfuerzos en materia de conocimiento
para ajustar las políticas de inserción. La necesidad de información siempre ha sido importante
5
pero
dadas
las
circunstancias
esa
demanda
todavía
cobra
mayor
importancia.
Esta
investigación responde de nuevo a esas demandas de información y pretende ser un soporte
empírico para esas políticas.
6
2. OBJETIVOS
Con la intención de no repetir lo planteado en el apartado introductorio y para que los
objetivos queden claros y concisos, estos se describen a continuación de manera breve y
esquemática.
Objetivo general
Análisis específico del desempleo de larga duración en Navarra desde una perspectiva
tanto cuantitativa como cualitativa. Aportar información relativa al desempleo y la contratación
del colectivo de parados/as de larga duración con el fin de configurar una herramienta de
consulta y soporte para el desarrollo de estrategias y medidas.
Objetivos específicos
•
Análisis de conjunto del desempleo de larga duración en Navarra. Principales
características, evolución, etc.
•
Definición de perfiles específicos de desempleados de larga duración. Características
personales y laborales. Comparativa entre diversos subgrupos para reflejar las
diferencias entre los mismos en relación con las variables analizadas.
•
Análisis cualitativo a través de dinámicas grupales teniendo en cuenta las diversas
tipologías o perfiles de las personas desempleadas de larga duración resultantes del
análisis
cuantitativo.
Conocer
sus
problemáticas,
su
impacto
emocional,
las
consecuencias derivadas en su entorno, su evolución socioeconómica con respecto a
la crisis, sus estrategias para hacer frente al prolongado desempleo, su disponibilidad
laboral. En relación con este último aspecto diremos que se pretende estudiar tanto
la disponibilidad entendida como actitud, disposición anímica ante el trabajo, junto
con las causas o circunstancias que condicionan esa actitud y por supuesto, su
interacción con la empleabilidad, las características, aptitudes o condiciones que
hacen al desempleado/a más o menos apto para desempeñar diferentes trabajos.
•
Con toda la información resultante elaborar una serie de recomendaciones y
propuestas al respecto.
7
3. METODOLOGÍA
Esta investigación se sustenta en una metodología de evaluación basada en una doble
dimensión. En términos sociológicos se ha utilizado lo que se denominada como triangulación,
es decir, la combinación de diversas metodologías para el estudio del mismo fenómeno
(Norman Denzin, 1978); compartiendo la idea de que los métodos cualitativos y cuantitativos
deben ser considerados no como campos rivales sino como complementarios.
De esta forma, en una primera parte se realiza un extenso análisis descriptivo, un
diagnóstico en profundidad a través de las características de las personas objeto de estudio, la
población desempleada de larga duración, así como de los principales grupos o perfiles que la
componen. Esa descripción se complementa desde la perspectiva de la contratación,
obteniendo información tanto del desempleo como de la posible contratación de esas personas.
Así, además de analizar la caracterización del colectivo a través de sus características en el
desempleo también se analiza su posible paso por el empleo. Se reconstruyen los diversos
itinerarios laborales de los parados/as de larga duración teniendo en cuenta como se ha
señalado su posible paso por la contratación. El periodo analizado ha sido el comprendido
entre enero de 2008 y marzo de 2013, es decir, cinco años y tres meses.
La reproducción de los itinerarios laborales nos permite añadir nuevas comparativas
entre grupos de personas desempleadas según dichas evoluciones. Este aspecto tiene una
especial relevancia ya que hasta el momento no se había desarrollado ningún análisis en
Navarra que hubiese fusionado ambas fuentes de datos (desempleo y contratos) teniendo
como objeto de estudio específico a las personas paradas de larga duración.
Como conclusión del “apartado” cuantitativo se han obtenido datos empíricos sobre la relación
de diversas variables como la edad, el sexo, el nivel de estudios, etc. tanto respecto a la
probabilidad de caer en el desempleo de larga duración una vez en paro como respecto a la
posible contratación posterior al último registro como parado/a de larga duración.
Para el desarrollo de este primer análisis cuantitativo se han utilizado varias fuentes de datos,
de manera mucho más extensa y detallada las bases de desempleo y contratación del Servicio
Navarro de Empleo y como complemento otras como la Encuesta de Población Activa del INE.
La segunda parte de la investigación se fundamenta en la técnica cualitativa
denominada dinámica grupal. La utilización de este tipo de técnica que recoge de manera
directa la percepción de las personas implicadas en la materia sobre el fenómeno a observar,
aporta información sobre el mismo, pero sobre todo y fundamentalmente permite analizar los
8
discursos de los participantes en los grupos y el transfondo social y cultural sobre el que se
sustentan los argumentos que se elaboran sobre esta realidad.
Antes de entrar en explicaciones técnicas más detalladas se ha creído oportuno
describir de manera esquemática el proceso metodológico llevado a cabo.
•
Recopilación de información secundaria para establecer el marco teórico del
proyecto. Etapa de búsqueda de otras investigaciones y análisis relacionados con el desempleo
de larga duración.
•
Recopilación de las variables necesarias procedentes de las bases de datos de
desempleo y contratación del SNE para construir las bases de datos para la explotación.
Selección de variables, periodos temporales, etc.
•
Tratamiento de dichas variables para configurar las bases de explotación.
Depuración de datos, conversión de las unidades de medida a través de la agregación de
datos, creación y recodificación de variables, elaboración de hipótesis y transformación de
variables para llevar a cabo los análisis de regresión estadística oportunos. Se trata de un
proceso complejo ya que se fusiona toda la información tomando como referencia fundamental
a las personas que aparecen registradas en alguna de las bases de datos suministradas.
•
Explotación y análisis de las bases creadas según los objetivos planteados. Hay
que señalar que en el transcurso del propio proceso de explotación han aparecido nuevas
necesidades de análisis, hipótesis, etc. por lo que el periodo de explotación se ha solapado con
el propio análisis hasta bien avanzada la investigación. Se ha tratado de un proceso analítico
dinámico, interactivo.
•
Explotación de bases de datos de otras fuentes secundarias como la Encuesta de
Población Activa o el registro mensual del paro que sirven de complemento del análisis.
•
Agrupación de la población desempleada de larga duración según diversas
características. Establecimiento de los parámetros a partir de los cuales se crean los diferentes
grupos para las dinámicas grupales.
•
Captación de las personas que participan en los grupos y desarrollo de dichas
dinámicas. Transcripción y análisis de los resultados.
•
Redacción del informe final y de los documentos complementarios.
Una vez resumido el proceso y dada la complejidad del desarrollo de algunas fases es
necesario explicar más detalladamente algunos elementos para, por un lado, dejar constancia
de dicha complejidad, aspecto que tal y como se ha señalado confiere a la investigación de un
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valor añadido destacado y por otra, desde un punto de vista técnico, aclarar los pasos
metodológicos más relevantes por si pudiera ser de interés.
Como se ha señalado, la investigación cuantitativa se ha fundamentado en las bases de
registro de contratación y desempleo. Es decir, se ha recopilado la información sobre el
desempleo registrado y los contratos reglamentados que se han formalizado en la Comunidad
Foral desde enero de 2008 a marzo de 2013.
Se ha utilizado de nuevo una vía de estudio iniciada en el proyecto “Temporalidad en
Navarra”1 desarrollado en el mismo marco del OBNE y en el que poníamos de manifiesto la
gran utilidad de las bases de registro para el estudio y seguimiento de algunas realidades
sociolaborales reduciendo de esta forma los costes derivados de las investigaciones basadas en
encuestas, aspecto por otra parte a tener en cuenta dada la actual situación presupuestaria.
En este sentido, hay que destacar que se ha trabajado con la información del total de personas
registradas como desempleadas y con la información del total de contratos realizados. Por lo
tanto, no se trata de una investigación basada en una encuesta al uso sino de un análisis del
conjunto de las personas que han pasado por el desempleo de manera oficial durante los
últimos años fusionando esa información con la de su posible paso por la contratación. Sin
entrar en más detalles podemos adelantar que el número de personas analizadas para esta
investigación ha sido aproximadamente de 182.000.
A partir de la construcción de las bases de datos de personas desempleadas se ha
podido extraer la información específica del colectivo de PLD para de esta forma poder realizar
diferentes comparativas grupales.
Por otro lado es preciso apuntar también que el hecho de contar con este tipo de
información, especialmente en el caso del desempleo, supone que estamos compartiendo los
mismos parámetros utilizados por el Servicio Público de Empleo para medir y definir el
desempleo. Como ya es sabido las diferencias con la otra fuente oficial que mide el paro, la
EPA, son evidentes. En este sentido cabe señalar brevemente algunos aspectos fundamentales
a tener en cuenta en nuestro caso.
A pesar de que la EPA es una fuente oficial del INE y de Eurostat conviene tener
presente que es una encuesta que ofrece una valiosa información sobre las características
demográficas y socioeconómicas de la población pero está diseñada para proporcionar dicha
información a nivel nacional de manera más extensa y a nivel autonómico de manera más
agregada. Por tanto para determinados territorios como en el caso de Navarra no deja
demasiado margen de profundización y desagregación ya que el número de encuestas
1 “Análisis de la temporalidad en Navarra” realizado por el Gabinete de estudios de CC.OO. Navarra en el marco del Observatorio
Navarro de Empleo, Servicio Navarro de Empleo.
10
realizadas resulta demasiado ajustado (son aproximadamente 3.900 las personas encuestadas
en el caso de Navarra). De hecho, por ejemplo, si comprobamos la evolución de las diferentes
tasas de paro desagregadas por colectivos podemos comprobar como las fluctuaciones entre
trimestres son mucho más acusadas que las producidas en el conjunto del país.
Por ello, sin renunciar a su utilización en la investigación se ha creído conveniente
utilizar en mayor medida las bases de registro ya que éstas ofrecen una información no sólo
más detallada sino también integral del desempleo registrado.
Siguiendo con la descripción del proceso metodológico llevado a cabo y dada su
complejidad parece más apropiado dividir la explicación en dos partes diferenciadas, tal y
como se ha desarrollado el propio proceso. La primera parte hace referencia a la adecuación y
tratamiento de las bases de contratación y la segunda a las bases de desempleo.
En cuanto a las bases de contratación originales, cada registro contiene información
relativa a los contratos en sí mismos, como por ejemplo, su fecha de inicio y finalización, el
tipo de contrato, la ocupación, etc. Pero además recoge información acerca de las personas
contratadas (sexo, nacionalidad, edad, nivel formativo, etc.) así como de las empresas
contratantes (sector de actividad, localidad del centro de trabajo, etc.).
Tal y como se ha hecho en anteriores estudios nos parecía fundamental pasar del
análisis de los contratos como unidad de medida, concepción por otra parte puramente
administrativa y un tanto sesgada, al análisis de las personas contratadas, sin duda de mayor
relevancia sociológica. A su vez, la elaboración de una base acumulativa (varios años), como
es el caso, ha permitido realizar un análisis longitudinal para estudiar las transiciones laborales
registradas, es decir, regulares.
De esta forma, nuestro interés por el análisis de las transiciones nos ha llevado a
transformar las bases de datos de registro iniciales en bases de datos ajustadas a nuestro
objeto de estudio. A esas bases se les ha acoplado, como se describe a continuación, la
información relativa al desempleo.
En las bases de datos de contrataciones de las que se ha partido, la unidad de análisis
es el contrato llevado a cabo entre una persona y una empresa. En términos prácticos este
hecho implica que debido a que cada persona puede llegar a tener varios contratos a lo largo
del periodo, circunstancia por otra parte habitual dada la mayoritaria y persistente
temporalidad, cada persona puede aparecer en dicha base de contrataciones varias veces. Es
decir, que cada persona se halla registrada tantas veces como contratos ha tenido a lo largo
de cada uno de los años del periodo analizado.
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El primer paso llevado a cabo ha sido la transformación de esas bases originales con el
objetivo de construir una nueva base de datos donde la unidad de análisis pase a ser las
personas contratadas. Esta transformación se ha podido realizar agregando los registros de
contratos a través de la variable de identificación de las personas2. De este modo, en la nueva
“base de personas” se registran tantos casos como personas han sido contratadas en Navarra
a lo largo del periodo analizado (enero 2008-marzo 2013).
En relación con este proceso de agregación (transformación a personas como unidad de
medida) se debe explicar que a cada registro de personas le acompañan diferentes tipos de
variables: sociodemográficas (edad, sexo, nacionalidad, etc.), contractuales (fecha de inicio del
contrato, tipo de contrato, ocupación, etc.), así como las relativas a los centros de trabajo con
los que se ha mantenido alguna relación contractual (localización, actividad, etc.).
Este proceso de agregación-transformación condiciona la manera de construir o
seleccionar las variables que constituyen la base final. Así por ejemplo, una persona que ha
tenido varios contratos en un año aparece tantas veces como contratos ha tenido
registrándose cada vez con sus respectivas variables como, por ejemplo, la del sector de
contratación, el tipo de contrato, etc. Por lo tanto, si el objetivo es que esta persona sólo
aparezca una vez en la nueva base es necesaria una selección o tratamiento de la información
a recopilar.
Con la intención de reducir al máximo las carencias que el proceso de agregación puede
suponer se ha procedido a elaborar tres tipos de variables diferentes:
En primer lugar, se han seleccionado los valores recogidos en el primer contrato que
esa persona haya tenido. De manera que si una persona ha tenido dos contratos diferentes,
los primeros datos que se recogen son los datos acerca del sector, la ocupación, la duración
del contrato, etc. relativos a su primer contrato.
En segundo lugar, se han seleccionado las características del último contrato registrado
y de esta forma también se ha dispuesto de la última información recogida. Estos dos tipos de
variables (primeras y últimas características registradas) resultan fundamentales para poder
explotar y analizar las transiciones laborales finales de las personas.
En tercer lugar, se han elaborado también variables que podríamos denominar como
sumatorias o acumulativas ya que contabilizan el número de veces que una persona ha pasado
por una serie de eventos tanto en los distintos años de manera independiente como en el
conjunto del periodo. Por ejemplo, el número total de contratos en un año y lógicamente en el
2 En cumplimiento de la normativa vigente relativa a la protección de datos (Ley Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter
Personal) se procedió a anonimizar las bases de datos. Por lo tanto, esa variable de identificación es simplemente una correlación
numérica. Además, previamente se firmó un contrato de confidencialidad conforme dicta dicha ley.
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conjunto del periodo, el número de contratos indefinidos, temporales, las veces cuya
ocupación es la denominada elemental, las veces que ha estado inscrito como desempleado,
como desempleado de larga duración, etc.
En definitiva, esta construcción nos ha permitido ya no solo extraer características de la
contratación a nivel “stock” sino también desarrollar un análisis de flujos para conocer como
han sido las transiciones laborales de las personas objeto de estudio. Repetimos, la población
que alguna vez ha sido desempleada entre enero 2008 y marzo de 2013 y específicamente
aquella que ha sido parada de larga duración.
En cuanto a las bases de registro del desempleo, su tratamiento no ha resultado tan
complejo debido a que la unidad de medida son ya las propias personas. Aún así ha sido
necesaria una unificación de información para poder realizar también un análisis longitudinal y
no caer en el error de sumar a las mismas personas desempleadas. Es decir, se ha necesitado
construir una nueva base de datos que recoja la trayectoria de una persona a lo largo del
periodo pero esta vez desde la perspectiva del desempleo. En definitiva, se ha vuelto a utilizar
un proceso similar de agregación. Posteriormente se ha fusionado la información a la base de
personas contratadas ya creada. Como en el caso anterior también se han construido
diferentes tipos de variables (primeras características, últimas características, sumatorias).
Como hemos explicado, ambas bases se han vinculado posteriormente para de esta
forma conocer las características de una misma persona desde la perspectiva de la
contratación y el desempleo. Una vez confeccionada esa base de referencia se han creado
nuevas variables necesarias para el propio análisis. Variables que han permitido comparar
diferentes subgrupos de personas desempleadas dependiendo de sus trayectorias. Nos
interesaba conocer las diferentes características dependiendo por ejemplo del tiempo
transcurrido en desempleo, la posible contratación y su tipología, etc.
Hay que añadir que también ha sido necesario un extenso proceso previo de adecuación
de la información original para poder agilizar el proceso de adecuación y posterior explotación.
En ese proceso se han unificado criterios y se han depurado algunos desajustes de las
variables originales para posteriormente crear las variables necesarias para la investigación.
Por último, la metodología cualitativa empleada atiende a la idea de conocer en
profundidad los discursos existentes, en el entorno del desempleo de larga duración (PLD), a
partir de los relatos más intimistas de los propios actores sociales. A tal fin, se ha dotado de
voz a los diferentes grupos sociales que viven de cerca esta situación. Dos han sido los
ámbitos donde se ha detenido el presente estudio: el de los profesionales de la orientación
laboral que trabajan con las personas en paro, y los propios desempleados y desempleadas de
largo recorrido. El objeto de este diseño ha sido contemplar la realidad desde dos vertientes
13
prospectivas diferenciadas, que se complementan y ayudan al observador a reconstruir, desde
la comprensión objetiva, la trama escénica y la vivencia cotidiana de las personas en
desempleo.
Al servicio de los objetivos de la investigación, se han diseñado dos intervenciones
prospectivas. La primera y para escuchar a los orientadores, se ha considerado de mayor
pertinencia el empleo de la práctica del grupo focal. En dicha dinámica de grupo han
participado profesionales de la orientación laboral provenientes del sector público, de entidades
sociales y sindicales, así como de agencias de colocación privadas (Grupo 1). Esta primera
sesión tenía como objeto principal el realizar un diagnóstico contextual de la situación del
desempleo en Navarra, a la par, que conocer las diferentes realidades y demandas del
colectivo de PLD para, finalmente, poder definir líneas de reflexión que ayuden a encarar
políticas de intervención en el marco del desempleo de larga duración.
En segundo lugar, para recoger y analizar las vivencias de los propios desempleados y
desempleadas, se ha recurrido a realizar seis sesiones de grupos de discusión. Se ha utilizado
esta práctica por ser la que mejor opera en el ámbito de la reproducción del discurso; en este
caso, el de los diferentes grupos que operan en el escenario del desempleo. El diseño de las
tipologías grupales de mayor presencia en el tema objeto de investigación, se ha realizado a
partir de los registros que la fase cuantitativa del presente trabajo había mostrado. Tras definir
los atributos de cada dinámica grupal y en colaboración con el Servicio Navarro de Empleo, se
elaboró una amplia base de datos que contenía una relación de personas desempleadas que
presentaban las diferentes tipologías requeridas para conformar los diferentes grupos de
discusión. Las personas de cada perfil grupal recibieron una carta del SNE donde se les
informaba e invitaba a participar en el estudio, pudiendo rechazar la invitación si así lo
consideraban oportuno. Mediante un sistema aleatorio se conformaron los diversos grupos con
una media de participación de ocho desempleados/as de larga duración por sesión.
Los grupos se atienen a las siguientes características en su diseño:
Grupo 2 (GD.2). Personas inmigrantes, con la edad modal del colectivo y con presencia
de los diferentes continentes de origen. Hombres y mujeres en proporción paritaria. Diferentes
tramos temporales de desempleo y con formación en diversos sectores de actividad.
Grupo 3 (GD.3). Jóvenes menores de treinta años. Hombres y mujeres en la misma
proporción. Con y sin cargas familiares. Diferentes niveles de formación y de experiencia
laboral.
14
Grupo 4 (GD.4). Hombres de edades situadas entre los treinta y los cuarenta y cinco
años. Provenientes de diferentes sectores de actividad. Con y sin cargas familiares. Personas
con diversos tramos temporales de desempleo.
Grupo 5 (GD.5). Mujeres de edades comprendidas entre los treinta y los cuarenta y
cinco años. Que han estado ocupados en diferentes sectores de actividad. Con y sin cargas
familiares. Presencia de personas con diversos tramos temporales de desempleo.
Grupo 6 (GD.6). Hombres mayores de cuarenta y cinco años. Que han trabajado en
diversos sectores profesionales. Con y sin cargas familiares. Diferentes tramos temporales de
desempleo.
Grupo 7 (GD.7). Mujeres mayores de cuarenta y cinco. Que hayan trabajado en
sectores de actividad diferenciados. Con y sin cargas familiares. Diferentes tramos temporales
de desempleo.
Las siete sesiones grupales fueron conducidas a partir de guiones específicos de
entrevista que habían sido previamente estructurados; no obstante, se incorporaron nuevos
temas de interés que surgieron en las dinámicas a partir de la propia subjetividad de los
hablantes. Todas las sesiones fueron grabadas en formato digital, y posteriormente fueron
transcritas en su literalidad. A partir de estos textos ha operado el análisis del discurso que se
presenta en el capítulo específico del presente documento.
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Esquema del proceso metodológico:
El desempleo de larga duración en Navarra en el marco de la crisis
Objetivo principal
Análisis específico del desempleo de larga duración en Navarra. Aportar información relativa al
desempleo y la contratación del colectivo de parados/as de larga duración con el fin de configurar una
herramienta de consulta tanto cuantitativa como cualitativa para la adecuación de las políticas activas
de empleo.
Objetivos secundarios
•
Análisis de conjunto del desempleo de larga duración en Navarra. Principales características, evolución, etc.
Definición de perfiles específicos de desempleados de larga duración. Características personales y laborales.
•
Análisis cualitativo teniendo en cuenta las diversas tipologías o perfiles de las personas desempleadas de larga
duración resultantes del análisis cuantitativo. Conocer sus problemáticas, su evolución socioeconómica con respecto
a la crisis, sus estrategias para hacer frente a l a prolongación del desempleo, su disponibilidad laboral.
•
Con toda la información resultante elaborar una serie de recomendaciones y propuestas al respecto.
A.
1.
2.
3.
4.
5.
Proceso de información y recopilación (bases de contratos y demandantes de empleo del
SNE).
Periodo de referencia temporal: Desempleo y contratos (ene08-mar013).
Reuniónes con el SNE para explicación del proyecto de investigación.
Firma del Convenio de confidencialidad conforme a la ley de protección de datos.
Análisis previo de la información registrada. Significación, variables, etiquetas, etc.
Petición de la información necesaria para la investigación.
Recopilación de información para marco teórico. Investigaciones y análisis similares, etc.
B. Proceso metodológico cuantitativo (bases de datos)
1.
Una vez recogidos los archivos de datos se realiza una primera transformación (programa estadístico
SPSS)
2.
Primer tratamiento de las bases de datos resultantes. Significación de las variables iniciales. Elaboración
de sintaxis, etiquetas, valores, unificación de criterios (homogeneización de las variables).
3.
Transformación y adecuación de las variables para agregación en personas (unidad de medida del
análisis).
4.
Proceso de creación, recodificación y ajuste de las bases de datos ya agregadas. Unificación de las
bases de datos.
5.
Proceso dinámico de explotación y análisis. El propio análisis determina la necesidad de ampliar o
redireccionar la explotación.
6.
Actualización de datos (fuentes secundarias).
7.
Redacción del informe final.
16
4. ANÁLISIS DESCRIPTIVO DEL COLECTIVO
DE
PERSONAS
DESEMPLEADAS
DE
LARGA
DURACIÓN
El presente capítulo refleja los resultados obtenidos del análisis cuantitativo, el capítulo
se divide en cuatro apartados.
En un primer apartado se analiza la evolución del desempleo de larga duración así como
su peso respecto al total del desempleo. Para ello se han utilizado tanto los datos de la EPA
como del paro registrado (Servicio Navarro de Empleo).
En un segundo apartado se caracteriza al desempleo de larga duración comparándolo
tanto con el conjunto del desempleo como con las personas paradas que en el periodo
analizado nunca han sido registradas como desempleadas de larga duración. Por otro lado,
dado la importante incidencia que tiene el tiempo transcurrido en desempleo, también se
desarrolla un análisis comparativo dentro del propio colectivo de personas paradas de larga
duración dependiendo del tiempo en desempleo.
El tercer apartado introduce la perspectiva de los itinerarios laborales. Es decir, se
analizan diferentes subgrupos de desempleados/as dependiendo de las trayectorias laborales,
de su paso por el paro y la contratación. Se caracterizan y se analizan las transiciones
contractuales de esos grupos teniendo en cuenta diferentes variables como el tipo de
ocupación, la actividad o el tipo de contrato.
El análisis cuantitativo concluye con los resultados obtenidos de dos modelos
estadísticos de regresión logística. Estos modelos han permitido valorar la incidencia de
determinadas variables en la probabilidad, primero, de que una vez en paro se llegue al
desempleo de larga duración y segundo, que tras el último registro como parado/a de larga
duración se consiga un contrato laboral. Se trata de un análisis complementario de lo ya
explicado que pretende validar las hipótesis planteadas en cuanto a la incidencia de variables
significativas como por ejemplo, el tiempo en desempleo, la edad o el nivel de estudios.
4.1. Evolución del desempleo de larga duración
Se demuestra que el peso del desempleo de larga duración respecto al total del paro ha
ido aumentando de manera significativa a lo largo de la crisis. Según los datos de la Encuesta
de Población Activa (EPA), el número de parados de larga duración se sitúa en Navarra en
17
torno a las 28.000 personas. Respecto al total del país la cifra alcanza los 3,5 millones, siendo
el país de la Unión Europea donde más aumenta el paro de larga duración. Las cifras reflejan
la magnitud del problema, si no se toman medidas urgentes al respecto los efectos pueden
ser, tal y como señala la propia OIT, devastadores y persistentes pudiendo afectar de manera
importante, de hecho lo están haciendo, a la cohesión social. No en vano una de las
conclusiones a las que se llegó en las jornadas de la AMSEP (Asociación Mundial de los
Servicios Públicos de Empleo3) fue que el desempleo de larga duración es un síntoma de la
creciente desigualdad que va minando la situación económica y social de cualquier territorio.
La evolución de la crisis financiera a la crisis de la cohesión social es ya un hecho
contrastado dado el carácter esencial del trabajo como elemento de estabilidad, cohesión e
integración. La prolongación de la situación de paro deriva en un aumento de la vulnerabilidad
y exclusión ya que la extensión de la crisis está suponiendo un desgaste notable de los
diversos elementos de amortiguación como son las prestaciones, los subsidios y otro tipo de
ayudas como las rentas de inclusión, todos limitados y dadas las circunstancias en muchos
casos insuficientes. También la familia como refugio tradicional ante las situaciones de falta de
recursos se ha visto enormemente comprometida. El aumento de los hogares con todos los
miembros parados es uno de los indicadores que más interés suscita en los últimos tiempos.
De todas formas Navarra, a pesar del importante aumento de esta tipología de hogar, es una
de las Comunidades con menor proporción. Los hogares con todos sus miembros activos en
paro suponen el 12% respecto al total de hogares con al menos un activo. En España el
porcentaje se eleva hasta el 15% (IT013).
A su vez, en sintonía con el impacto de la crisis, no es de extrañar el aumento del
tamaño de los hogares bien por la escasa emancipación de los jóvenes, la vuelta de muchos
otros o por la necesaria convivencia con los pensionistas de la familia. La estimación en el caso
de Navarra de los hogares en los que conviven personas jubiladas donde todos los activos/as
están desempleados ha aumentado en cinco años un 260%, situándose aproximadamente en
los 3.600 hogares. En definitiva se ha producido un aumento significativo de la dependencia de
las pensiones por parte de cada vez un mayor número de personas y hogares. Así, la
repercusión de la disminución del poder adquisitivo de los pensionistas todavía es mayor en
términos socioeconómicos.
3 Jornadas celebradas el 21 y 22 de febrero de 2013 en Washington.
18
Gráfico 1. Evolución del desempleo de larga duración en Navarra (EPA).
30.000
28.000
26.000
22.000
18.000
14.000
10.000
6.000
2.400
2.000
IT
IIT
IIIT
IVT
IT
IIT
2008
IIIT
IVT
IT
IIT
2009
IIIT
IV T
IT
2010
IIT
IIIT
IVT
IT
IIT
2011
IIIT
IVT
2012
IT
2013
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de la EPA (INE).
Según los resultados de la EPA podemos estimar que ya casi la mitad de la población
desempleada de la Comunidad Foral lleva más de un año en desempleo. Pero esta
circunstancia resulta todavía más grave en el conjunto del estado donde el 56% lleva un año o
más en paro. Si comparamos estos porcentajes con los del principio de la crisis (17% en
Navarra y 22% en España, IT08) resulta de nuevo evidente el insostenible aumento del
protagonismo de las situaciones de paro prolongado, partiendo del hecho de que ya entonces
eran unos porcentajes preocupantes.
Gráfico 2. Evolución del peso del desempleo de larga duración.
60%
56,3%
48,3%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
IT
IIT
IIIT
2008
IVT
IT
IIT
IIIT
2009
IVT
IT
IIT
IIIT
IVT
2010
Navarra
IT
IIT
IIIT
IVT
IT
2011
IIT
IIIT
2012
IVT
IT
2013
España
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de la EPA (INE).
Otro de los indicadores relacionados es la denominada tasa de desempleo de larga
duración, es decir, el número total de desempleados/as de larga duración (llevan un año o más
en situación de desempleo) respecto a la población activa. Podemos comprobar como se ha
19
producido un importante incremento. Los datos reflejan como esa tasa es para Navarra del
9,2% mientas que para el conjunto del estado es del 15,3%. Conviene insistir en la gravedad
de las cifras ya que estas proporciones son medidas básicas que junto con los niveles de
pobreza y desigualdad de ingresos sirven para estimar cuantitativamente los problemas de
cohesión social. Forman parte de los indicadores de Laeken, acordados en 2001 en el seno del
Comité de Protección Social para medir el fenómeno de la exclusión social.
Gráfico 3. Evolución de la tasa de paro de larga duración (Pobl. parada con un año o más
en situación de desempleo en relación con la pobl. activa).
15,3%
16%
14%
12%
9,2%
10%
8%
6%
4%
2%
0%
IT
IIT
IIIT
2009
IVT
IT
IIT
IIIT
IVT
IT
2010
IIT
IIIT
IVT
IT
2011
Navarra
IIT
IIIT
IVT
2012
I
2013
España
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de la EPA (INE).
Por otra parte uno de los aspectos que resulta ineludible a la hora de analizar tanto el
desempleo de larga duración como el conjunto del paro en relación con los mencionados
mecanismos de amortiguación es la cobertura por desempleo.
Pero antes de entrar en detalles conviene introducir un aspecto metodológico de gran
importancia. El porcentaje de cobertura se calcula habitualmente en función del paro
registrado y se denomina oficialmente como “tasa de cobertura”. Sin embargo, a través de la
propia EPA se puede estimar otro indicador relativo a la cobertura tomando como referencia a
la población parada estimada en dicha encuesta y no al paro registrado. A dicho indicador y
para evitar confusiones se le denomina “tasa de protección de parados”4. Lo cierto es que los
resultados de ambas tasas son totalmente diferentes.
4 Tasa de protección por paro según Comunidad Autónoma, sexo y edad. Informe nº 59, mayo 2013, Fundación 1 de mayo.
20
Las fórmulas de ambos indicadores son las siguientes:
Tasa de cobertura= Total de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo
Paro registrado con experiencia laboral + Benef. Subsidios de eventuales agrarios
Tasa de protección de parados= Población desempleada EPA que percibe prestaciones
Total pobl. parada EPA
Entre otras cuestiones hay que tener en cuenta que en el caso de la tasa de cobertura
no aparecen en el denominador aquellas personas que no han trabajado nunca, por entender
que no pueden percibir una prestación.
En el caso de la tasa de protección, además de las personas consideradas paradas por
la EPA, existen también otras, ocupadas e inactivas que también perciben prestaciones. Entre
otros
cabe
mencionar
a
diversos
colectivos
como
ocupados/as
a
tiempo
parcial,
prejubilados/as, expedientes de regulación de empleo, etc.
Aclaradas dichas diferencias metodológicas es momento de mostrar el llamativo
contraste de resultados al que nos hemos referidos.
Mientras que la tasa de cobertura era en Navarra a principios de 2013 del 66%, el nivel
de protección de parados en el primer trimestre de 2013 fue del 42,2%. Es decir, en el primer
caso casi siete de cada diez desempleados contaban con cobertura mientras que en el segundo
la proporción era de cuatro de cada diez. En el conjunto del Estado las cifras fueron del 65,9%
y del 35,1% respectivamente. Por tanto, respecto a la tasa de cobertura los valores
comparados entre el Estado y la Comunidad Foral son similares mientras que el indicador
estimado de la EPA confiere una mayor cobertura en Navarra que en el conjunto del país (7,1
puntos de diferencia). Por otra parte, la objetividad de los datos refleja un elevado nivel de
desprotección, nivel que sigue en aumento.
Partiendo de esta metodología y aprovechando la posibilidad de conocer el porcentaje
de personas desempleadas inscritas en los Servicios Públicos de Empleo, el ingreso de
prestaciones y la condición de ser paradas de larga duración, se ha desarrollado un análisis en
el que confluye esa información.
En primer lugar, podemos destacar como en el caso de la Comunidad Foral, nueve de
cada diez personas desempleadas (90,5%) estaba inscrita como demandante de empleo.
Navarra es una de las Comunidades Autónomas donde la proporción es mayor, la media
estatal es del 85,6%.
En segundo lugar, tal y como se ha señalado únicamente el 42,2% de la población
desempleada recibía alguna prestación por desempleo, un 48,3% estaba inscrita como
21
demandante pero no contaba con ninguna prestación y el restante 9,5% no estaba inscrita y
tampoco recibía ninguna prestación.
En tercer lugar, si tenemos en cuenta a la población desempleada de larga duración los
resultados relativos a la tasa de protección son lógicamente inferiores. Tal y como se ha
explicado la propia prolongación en el tiempo de las situaciones de paro hace que las
prestaciones y subsidios dado su carácter temporal se vayan agotando. De esta forma,
únicamente tres de cada diez desempleados de larga duración en Navarra recibía algún tipo de
prestación (31,4%). En el conjunto del país la proporción era todavía menor, un 27,9%.
Gráfico 4. Distribución de la población desempleada (total y larga duración) según
inscripción en el servicio público de empleo y prestaciones por desempleo.
70%
59,53%
60%
48,27%
50%
42,21%
40%
31,39%
30%
20%
9,52%
9,08%
10%
0%
Estaba inscrito como demandante y recibía algún tipo de
prestación
Estaba inscrito como demandante sin recibir subsidio o
prestación por desempleo
Total pob. parada
No estaba inscrito como demandante
Pob. parada larga duración
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de la EPA IT013 (INE).
Por último, en relación con el periodo de tiempo en desempleo y concluyendo el análisis
de la EPA es posible estimar la distribución de la población desempleada de larga duración en
Navarra según el tiempo en desempleo. Los datos reflejan como casi cuatro de cada diez
personas llevan en paro de dos a cuatro años circunstancia que unida al 13% de personas con
periodos superiores a los cuatro años reafirma la necesidad urgente ya no sólo de impulsar el
empleo sino de establecer medidas de carácter paliativo y preventivo ante el continua perdida
de
capital
humano,
de
capacidades,
empleabilidad
y
en
definitiva
ante
las
graves
consecuencias socioeconómicas derivadas del paro de muy larga duración tanto a corto como a
medio y largo plazo.
22
Gráfico 5. Distribución de la población desempleada de larga duración según tiempo en
desempleo.
45%
39,8%
40%
35%
30%
25,4%
25%
21,6%
20%
13,3%
15%
10%
5%
0%
De 1 año a < 1 año y medio
De 1 año y medio a < 2 años
De 2 a < 4 años
4 años o más
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de la EPA (INE).
Desde la perspectiva del paro registrado en el Servicio Público de Empleo y en cuanto a
la evolución del paro de larga duración queda patente con el siguiente gráfico su desmesurado
incremento a lo largo de los últimos años. En marzo de 2008 el número de desempleados/as
de larga duración era de 6.280 personas, cinco años después la cifra alcanza las 19.679. Es
cierto que las cifras estimadas a través de la EPA indican que la situación todavía es más grave
pero recordemos que la medición del desempleo se realiza bajo parámetros diferentes, se trata
de fuentes diferentes con metodologías distintas. Sea como fuere el hecho objetivo es que en
ambos casos se trata de una evolución especialmente negativa por todo lo que ello implica.
Gráfico 6. Evolución del desempleo de larga duración en Navarra (paro registrado SNE).
21.000
19.679
19.000
17.000
15.000
13.000
11.000
9.000
7.000
Ene
F eb
Mar
Abr
May
J un
J ul
Ago
Sep
Oct
N ov
D ic
Ene
F eb
Mar
Abr
May
J un
J ul
Ago
Sep
Oct
N ov
D ic
Ene
F eb
Mar
Abr
May
J un
J ul
Ago
Sep
Oct
N ov
D ic
Ene
F eb
Mar
Abr
May
J un
J ul
Ago
Sep
Oct
N ov
D ic
Ene
F eb
Mar
Abr
May
J un
J ul
Ago
Sep
Oct
N ov
D ic
Ene
F eb
Mar
5.000
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
23
Siguiendo con los datos de registro, esas casi 20.000 personas representan un 35% del
total del paro en nuestra comunidad. A comienzos de la crisis el desempleo de larga duración
suponía en torno al 26%. Esta cifra que ya entonces era preocupante ha quedado relativizada
con el transcurso de la crisis. Lo cierto es que también en la anterior etapa de bonanza existía
un alto porcentaje de paro de larga duración, hecho que fue eclipsado por el entonces
venerado modelo de crecimiento económico. Con el cambio de ciclo ese problema fue en
aumento entre otras cuestiones porque en realidad se trataba de un desajuste estructural del
mercado de trabajo.
Gráfico 7. Evolución del peso del desempleo de larga duración sobre el total del paro
registrado.
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
0%
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
10%
2008
2009
2010
PLD
2011
2012
2013
No PLD
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
Por último, podemos comprobar como el incremento del desempleo de larga duración
ha sido mayor en comparación con el aumento del paro total. Si tomamos como referencia
inicial las cifras de desempleo (total y larga duración) de marzo de 2008 y analizamos su
variación de los últimos cinco años, el incremento del desempleo de larga duración es del
68,1% mientras que el paro total ha aumentado en Navarra en un 58,2%.
24
Gráfico 8. Evolución del desempleo total y del paro de larga duración Variación
porcentual.
Var iación
68,1%
Var iación
58,24%
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
V a lo r í ndic e de
re f e re nc ia
2008
2009
2010
2011
Paro de larga duración
2012
2013
Total paro
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
4.2. Características y perfiles. Comparativa con el conjunto
del
desempleo
y
entre
diversos
colectivos
de
desempleados/as de larga duración
El paro de larga duración se ha extendido en el conjunto de la población, así no se trata
de un grupo homogéneo, sin embargo, determinados colectivos están teniendo todavía
mayores dificultades.
Podemos
relacionar
esas
dificultades
con
variables,
circunstancias
o
factores
determinantes como la reincorporación al mercado de trabajo tras un periodo fuera del mismo
por razones que van más allá de la perdida de un empleo, el caso por ejemplo de la población
femenina que quiere volver a la actividad tras un periodo de “inactividad”, la búsqueda del
primer empleo (población joven), la pérdida del puesto de trabajo a edades adultas más
avanzadas (trabajadores/as mayores de 45
años) o la baja cualificación y carencia de
especialización profesional aunque este aspecto es una de las características transversales más
comunes entre los diversos grupos.
A continuación se caracteriza a la población desempleada de larga duración a través de
las principales variables sociolaborales comparándola con la población desempleada con menos
de un año en paro, teniendo en cuenta que dadas las circunstancias un importante porcentaje
de esas personas pasarán a ser también paradas de larga duración.
25
En primer lugar, la variable sexo parece ser una variable influyente. En el caso
concreto de Navarra, la proporción de mujeres en el conjunto del paro de larga duración es
mayor. Del total de personas paradas con más de un año en desempleo el 56,5% son mujeres
frente al 43,5% de hombres. Podemos comprobar como en el total del desempleo se produce
un cierto equilibrio entre sexos.
En relación con estos datos y teniendo en cuenta la evolución de los últimos años se
puede establecer que la población femenina sigue sufriendo una mayor incidencia del
desempleo prolongado. Sin embargo con la crisis y la destrucción de empleo en sectores más
masculinizados como la construcción y la industria la proporción de hombres parados de larga
duración ha aumentado considerablemente reduciéndose por tanto la diferencia con la
población femenina. Varios datos al respecto, en el primer trimestre de 2008 la proporción que
representaban las mujeres desempleadas en el paro de larga duración era del 73%, es decir,
siete de cada diez personas paradas con más de un año en paro eran mujeres. Así a principios
de 2008 el número de desempleadas de larga duración rondaba las 4.500, trascurridos cinco
años la cifra se eleva hasta las 11.000. En el caso de los hombres las cifras son 1.700 en 2008
y 8.500 en 2013.
Tabla 1. Distribución porcentual de la población desempleada según la variable
sexo (Pobl. desempleada de larga duración, Pobl. desempleada NO de larga
duración y Pobl. desempleada total).
Pobl. desempleada de larga duración
Pobl. desempleada no de larga duración
Pobl. desempleada total
Hombre
43,47
53,52
50,02
Mujer
56,53
46,48
49,98
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
La edad es uno de los factores más relevantes a la hora de analizar esta problemática.
En primer lugar, los datos reflejan como más del 50% de las personas desempleadas de larga
duración tienen más de 45 años mientras que en el caso de los jóvenes su representación es
del 9%. Sin embargo, si consideramos el peso o proporción en cada intervalo de manera
independiente (porcentaje horizontal) la presencia del paro prolongado durante más de un año
supone ya un 26,3% en el caso de los jóvenes mientras que en el colectivo de mayores de 45
años representa de nuevo el 50%. Estas cifras muestran que la mitad de las personas
desempleadas en Navarra de más de 45 años lo son de larga duración.
Respecto a estos datos conviene añadir dos cuestiones a tener muy en cuenta.
26
La primera, el alarmante aumento del paro de larga duración entre los jóvenes, a
comienzos de la crisis la proporción de jóvenes con más de un año en desempleo era del
10,3% respecto al total del desempleo juvenil. Otras estimaciones basadas en la EPA todavía
son más alarmantes ya que indican que esa proporción es incluso superior al 42% en Navarra
llegando hasta el 46% en el conjunto del estado.
La segunda, el grave problema del desempleo entre la población mayor de 45 años. La
situación de un gran número de estas personas es especialmente preocupante ya que su
reinserción laboral resulta todavía más compleja. El escenario se torna todavía más negro para
los desempleados en torno a los 50-60 años. La combinación de una edad avanzada con el
desempleo de larga duración hace complicada su reinserción en el mundo laboral circunstancia
que no sólo implica problemas en el corto plazo ante la finalización de prestaciones, subsidios
y ayudas, sino que implica otro elemento que agrava todavía más el problema, el cómputo de
la base de cotización para la pensión se basa desproporcionadamente en los últimos años de la
vida laboral de los trabajadores, de forma que quienes no coticen los últimos años antes de la
jubilación percibirán una pensión menor independientemente de los años que lleven cotizados.
Una situación que además de ser injusta prolongará las situaciones de precariedad,
vulnerabilidad y exclusión tanto de las propias personas desempleadas como las de su
entorno.
Como se ha advertido la salida del desempleo de las personas de más de 50 años, más
aún en este contexto, se efectúa en muchos de los casos a través de la retirada definitiva del
mercado de trabajo a pesar de que en muchos casos todavía se da una clara voluntad para
trabajar.
No en vano desde la Comisión Europea se clasifica a este colectivo como grupo
desfavorecido ante el mercado de trabajo por su mayor vulnerabilidad ante la crisis. Lo cierto
es que en las etapas de crisis se intensifica la dificultad de acceso al mercado laboral de las
personas desempleadas con mayor edad. Suele ser habitual en este colectivo quedarse en
paro tras muchos años en una misma empresa, circunstancia acompañada por la poca o
ninguna experiencia en la búsqueda de empleo y la desactualización de conocimientos.
Tal y como señala el profesor Vicente Castelló de la Universidad Jaume I, la situación
del colectivo está lejos de incitar al optimismo ya que la mayoría no encuentra el mismo tipo
de trabajo que ocupaba antes de perderlo, por lo que son excluidos del mercado laboral y, por
lo tanto, incrementa su duración en el desempleo de larga duración, hecho que influye
negativamente en la empleabilidad y carrera profesional de las personas, ya que al
27
permanecer durante largos periodos de tiempo alejados de un puesto de trabajo sus
habilidades y conocimientos profesionales pueden quedar obsoletos.
Por otro lado es evidente que existe una discriminación práctica según la edad del
demandante de empleo a pesar de que legalmente no puede ser un elemento de sesgo. La
realidad es que las empresas se muestran muy reticentes a contratar personas de mayor edad.
Se trata de un tema analizado y entre otras razones se explica por la denominada
“teoría de la señalización”. Una persona que pierde un empleo puede haberlo perdido por una
circunstancia ajena a su desempeño, circunstancia habitual en ciclos recesivos como el actual,
pero también existe la posibilidad de que se produjese un problema real con su rendimiento o
compromiso, lo cual lo pone en desventaja respecto a otros candidatos que aún conservan su
trabajo. De esta forma los desempleados de larga duración sufren un estigma laboral que no
se deriva directamente de su desempeño personal, sino que se infiere a menudo a partir de la
situación general del colectivo. En consecuencia se condena al desempleo a individuos capaces
y motivados por el simple hecho de pertenecer al grupo “erróneo”. A esta circunstancia se le
denomina “discriminación racional” y se trata de un problema que se retroalimenta. Por un
lado el empresario se puede formar un estereotipo negativo a partir del hecho de que una
persona lleve desempleada mucho tiempo y esta mayor tasa de rechazo provoca a su vez que
las personas desempleadas perciban que van a ser injustamente tratadas, se desaniman y
comienzan a invertir menos esfuerzo en buscar empleo, lo cual retroalimenta el problema.
Algunas de las más importantes empresas de recursos humanos están descubriendo, a
partir del análisis de las bases de datos masivas sobre sus usuarios y su historial de empleo,
que la situación previa de desempleo, incluso cuando se trata de desempleo de larga duración,
no es un buen criterio de predecir la idoneidad de un candidato. Aunque los empleadores
tienden a evitar a las personas que cambian de trabajo demasiado a menudo o a aquellos que
llevan muchos meses sin un empleo, la evidencia sugiere que su rendimiento posterior no
depende de estas características, sino de características observables con un proceso de
selección adecuado –personalidad, proactividad, habilidades específicas-, y también de la
capacidad de gestión del equipo de recursos humanos. El principal motivo de haber dejado su
empleo fue la finalización del contrato.
Otra consecuencia objetiva de la exclusión del empleo es la pérdida de capital humano:
por un lado, el capital humano de estas personas no es utilizado y, por otra parte, disminuye
con la duración de su exclusión laboral. Entre otras consecuencias el país sale también
perdiendo al no saber utilizar toda la experiencia acumulada de las personas de más edad.
28
También es frecuente que ante la evidencia y las escasas expectativas se configuren
estrategias para hacer frente a esa situación siendo los subsidios y las ayudas recursos
cardinales pero limitados originándose situaciones de necesidad y precariedad. En el análisis
cualitativo a través de las dinámicas grupales aparece este tipo de posiciones.
No en vano la OCDE en su informe anual no solo pide que se refuercen los subsidios
especialmente donde el desempleo de larga duración permanece alto también reclama que las
ayudas se complementen con programas que ayuden a estos desempleados a buscar trabajo
para que salgan cuanto antes de esta situación.
En definitiva, es cierto que el problema del paro juvenil es grave y por ello se deben
implementar medidas urgentes a nivel europeo, estatal y autonómico para su reducción ya que
el paro durante un largo periodo de tiempo al inicio de la vida profesional puede ser un lastre
permanente tanto para las propias personas como para el conjunto de la sociedad. Pero no es
menos cierto que el paro en los mayores de 45 años es tan preocupante o más que el juvenil.
Podemos señalar que el paro tiende a cronificarse entre las personas desempleadas de más de
45 años. Los datos dan buena muestra de ello. Del total de parados/as registrados mayores de
45 años en Navarra aproximadamente el 30% llevan en paro más de dos años y si nos
ajustamos a la definición de paro de larga duración (más de un año en desempleo) el
porcentaje se eleva hasta el mencionado 50%, 16 puntos más que la media del conjunto del
desempleo.
Sin embargo a pesar de esta realidad las estrategias al respecto o no son tan difundidas
o no se dan con el mismo ímpetu o simplemente quizás susciten menor interés, circunstancia
que sería realmente grave al ignorar las consecuencias del problema tanto en el corto como
medio y largo plazo. Entre otras cuestiones la propia estabilidad del sistema de seguridad
social se está desquebrajando ante este creciente desequilibrio.
Tabla 2. Distribución porcentual de la población desempleada según la variable
edad.
Pobl. desempleada de larga duración
Pobl. desempleada no de larga duración
De 16 a 25 años
9,18
13,76
Pobl. desempleada
total
12,16
De 26 a 35 años
15,11
30,00
24,81
De 36 a 45 años
24,18
29,44
27,61
De 46 a 55 años
27,54
18,69
21,77
Más de 55 años
23,99
8,11
13,64
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
29
Respecto
al
nivel
de
estudios
resulta
sintomático
que
siete
de
cada
diez
desempleados de larga duración tengan un nivel de estudios básico. Sin embargo, también es
cierto que si se observa el resto de distribuciones podemos comprobar como aún siendo la
proporción algo menor, la mayoría del colectivo de parados tiene ese nivel de estudios.
De todas formas podemos determinar que la incidencia del desempleo es mayor en las
personas con un nivel bajo de estudios y de esta circunstancia unida a otros factores
correlacionados como el importante peso de los mayores de 45 años deriva el hecho de que
representen esa mayoría en el colectivo (71,1%).
Por otra parte, los porcentajes horizontales reflejan cómo del total de la población
desempleada con estudios bajos el 37% son PLD mientras que del total de desempleados con
estudios de FP Grado Superior o universitarios la proporción es del 29%. En relación con esta
última circunstancia también es destacable, por lo que simboliza, el peso que suponen las
personas con estudios universitarios, casi un 9% en el caso del PLD, un 12,2% en el de los
parados que llevan en desempleo menos de un año y el 11% en el total.
Tras un análisis evolutivo de los datos de desempleo se puede afirmar que la formación
superior ya no resulta tan determinante para evitar las situaciones de paro ni de paro
prolongado a pesar de que la probabilidad de caer en desempleo con estudios superiores (FP
GS o universitarios) es claramente menor y una vez en paro también es menor la probabilidad
de convertirse en parado de larga duración. Pero como decimos con el transcurso de la crisis la
alta formación no actúa de igual manera como antídoto ante el desempleo.
Tabla 3. Distribución porcentual de la población desempleada según el nivel de
estudios máximos alcanzados.
Sin estudios o Básicos
Pobl.
Pobl.
Pobl.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
71,14
64,76
66,98
Medios Bachiller
6,61
6,35
6,44
FPGM
6,91
8,66
8,05
FP GS
6,51
7,99
7,48
Universitarios
8,83
12,23
11,05
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
Los datos analizados cifran el peso de la población desempleada de larga duración
extranjera en el 14,8% y por tanto el restante 85,2% son desempleados/as con nacionalidad
española. Los porcentajes específicos de cada grupo reflejan cómo la incidencia del desempleo
de larga duración es algo mayor entre la población nacional, un 36% de la población parada
30
con nacionalidad española es PLD, en el caso de la población extranjera el porcentaje es del
29%, es decir, siete puntos menos.
Varias cuestiones al respecto, la primera, que a pesar de la menor incidencia del PLD, el
peso del colectivo extranjero se ha multiplicado por cinco a lo largo de la crisis. En 2008 el
porcentaje que representaban los desempleados extranjeros de larga duración era del 3%. Lo
cierto es que el impacto de la crisis aún siendo generalizado ha sido mayor en determinados
colectivos como por ejemplo el de las personas inmigrantes. Su tasa de paro es
significativamente superior a la de la población autóctona y además sus mecanismos para
hacer frente a la grave situación que representa el desempleo son más escasos y menos
intensos en cuanto a su capacidad de adecuación y protección.
La segunda, tiene que ver precisamente con esos elementos de amortiguación, por una
parte, tal y como venimos apuntando el entorno familiar sigue siendo uno de los principales
elementos paliativos, más aún en las sociedades del sur de Europa a pesar del deterioro
socioeconómico sufrido. Pero en el caso de la población extranjera ese recurso es menos
extenso por el propio carácter del fenómeno migratorio. Las redes familiares son más exiguas.
Con la crisis se ha agravado su situación por la falta de un mayor arraigo social a la hora de
encontrar trabajo y una mayor descapitalización de la economía familiar. Cuando ese apoyo
familiar en todos los sentidos, anímico, económico etc., es insuficiente o simplemente no existe
la probabilidad de exclusión social se incrementa. Por tanto es lógico que el peso de la
población extranjera en las ayudas de rentas mínimas se haya incrementado por el mayor
impacto del desempleo y el aumento de las necesidades no cubiertas. Por otra parte, el
modelo de mercado laboral enormemente sustentado en la precariedad (empleos temporales,
baja cualificación) supuso y supone que en el caso de colectivos como el de los extranjeros o
jóvenes los derechos generados sean reducidos e insuficientes ante la falta prolongada de
empleo, aumentando por todo ello los procesos de vulnerabilidad y exclusión.
La última, hay que tener en cuenta que en estos análisis se ha tomado como referencia
la variable nacionalidad y no el colectivo o el origen. Este hecho puede representar un sesgo
ya que la maduración del proceso migratorio ha traído consigo entre otras cuestiones un
aumento de la nacionalización. Por tanto, si se considerase al colectivo inmigrante
independientemente de la nacionalidad, aspecto que no es posible hacer a través de las bases
de datos recopiladas ya que no se recoge esa información, la incidencia del desempleo de larga
duración sería mayor. No es vano el peso de la población inmigrante en la Renta de inclusión
social alcanza en 2013 aproximadamente el 58%. Una de las razones del aumento de la
demanda es precisamente la falta continuada de empleo.
31
Tabla 4. Distribución porcentual de la población desempleada según nacionalidad
agrupada.
UE15
Pobl.
Pobl.
desempleada desempleada
de larga
no de larga
duración
duración
1,43
1,71
Pobl.
desempleada
total
1,62
UE27
2,33
1,95
2,08
Resto Europa
2,63
2,64
2,63
Magreb
4,50
5,42
5,10
Resto de África
1,28
1,60
1,49
América del Norte
0,01
0,01
0,01
Centroamérica y Caribe
0,41
0,89
0,73
Sudamérica
2,13
4,92
3,95
Oriente, Asia y Oceanía
0,09
0,21
0,17
Apátridas
0,01
0,01
0,01
85,18
80,64
82,22
100
100
100
España
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
En cuanto a la zona de residencia, como es lógico simplemente por razones de peso
poblacional, casi seis de cada diez parados de larga duración residen en Pamplona y su
comarca mientras que dos de cada diez lo hacen en la zona de Tudela. La mayor diferencia
entre los grupos analizados se da precisamente en la zona de la capital donde parece tener un
mayor protagonismo, aunque de manera leve, el PLD.
Tabla 5. Distribución porcentual de la población desempleada según zona de
residencia.
Noreste
Pirineo
Pamplona
Tierra Estella
Pobl.
Pobl.
Pobl.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
6,99
7,29
7,18
1,55
1,48
1,51
57,20
54,86
55,68
5,52
5,50
5,51
Navarra Media Oriental
4,17
4,30
4,25
Ribera Alta
7,10
9,57
8,71
17,48
17,00
17,16
100
100
100
Tudela
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
La siguiente cuestión a resolver, continuando con la distribución territorial del paro
de larga duración, es conocer la incidencia de esta problemática en las diferentes subáreas que
conforman la Comunidad Foral.
Sin tener en cuenta los valores absolutos (en algunas zonas la cifra tanto de parados
como de paro de larga duración es reducida) podemos advertir que existen varias zonas en las
que el peso del desempleo de larga duración tiene una proporción mayor a la media (35%), se
32
trata de subáreas en las que el porcentaje supera el 40%. Concretamente de las siguientes
zonas: Cáseda, Sangüesa, Aoiz, Cascante y Valle de Aezkoa. Curiosamente salvo en el caso de
Cascante el resto de áreas guardan una cierta proximidad geográfica.
Si a su vez tenemos en cuenta tanto el tamaño poblacional de cada una de estas zonas
como la incidencia del desempleo en la población potencialmente activa podemos destacar por
su mayor problemática las zonas de Sangüesa y Aoiz. Es decir, no sólo en estas subáreas la
incidencia del desempleo es mayor que la media sino que también el peso del paro de larga
duración es uno de los mayores de Navarra (44,4% en Sangüesa y 42,7% en Aoiz frente al
34,8% en el conjunto de Navarra) con todo lo que ello implica tal y como se viene explicando a
lo largo del documento.
Respecto a otras zonas especialmente castigadas por la crisis en forma de desempleo,
la proporción del paro prolongado también es superior aunque en menor medida que en las
zonas mencionadas. En Tudela por ejemplo la proporción alcanza el 38% del total del paro de
la zona mientras que en la Sakana occidental es algo superior a la media (36,4% frente al
34,8%). De todas formas no conviene olvidar que en términos absolutos estas zonas cuentan
con un mayor número de personas tanto paradas como desempleadas de larga duración. Por
último, en el caso de la capital y su comarca la proporción es superior a la media en un punto
(35,8%).
33
Tabla 6. Distribución porcentual de la población desempleada según zona de
residencia (Subáreas, orden descendente según peso de la pobl. desempleada de
larga duración).
Subárea y principal núcleo poblacional
Aibar Cáseda. Cáseda
Pobl.
Pobl.
Pobl.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
48,72
51,28
100
Área de Sangüesa. Sangüesa-Zangoza
44,42
55,58
100
Cuenca de Aoiz Agoitz. Aoiz-Agoitz
42,73
57,27
100
Queiles. Cascante
40,38
59,62
100
Valle de Aezkoa. Orbaizeta
40,00
60,00
100
Montejurra Sur. Arróniz
38,75
61,25
100
Oriente de la Cuenca. Monreal-Elo
38,66
61,34
100
Área Urbana de Tudela. Tudela
37,87
62,13
100
Leitzaran Alto Urrumea. Leitza
37,84
62,16
100
Baztán. Baztan
37,63
62,37
100
Sakana Occidental. Alsasua-Altsasu
36,43
63,57
100
Área Metropol. Pamplona. Pamplona-Iruña
35,84
64,16
100
Viana Mendavia. Viana
35,60
64,40
100
Cuenca de Lumbier. Lumbier
35,00
65,00
100
Sakana Central y Oriental. Etxarri Aranatz
34,52
65,48
100
Sierra de Lóquiz. Allín
34,38
65,63
100
Arga Medio. Larraga
33,81
66,19
100
Ebro Bajo Sur. Ribaforada
33,36
66,64
100
Valdizarbe. Puente la Reina-Gares
33,27
66,73
100
Yerri Guesalaz. Yerri-Deierri
33,04
66,96
100
Área Urbana de Estella. Estella-Lizarra
32,87
67,13
100
Valdetxauri. Etxauri
32,58
67,42
100
Valles Intermedios. Esteribar
31,94
68,06
100
Aragón. Caparroso
31,90
68,10
100
Valles del Norte. Ultzama
31,75
68,25
100
Alhama. Corella
31,23
68,77
100
Tafalla Olite. Tafalla
30,70
69,30
100
Valles de Araxes Larraun. Lekunberri
30,63
69,38
100
Ebro Bajo Norte. Castejón
30,51
69,49
100
Malerreka. Doneztebe- Santesteban
29,93
70,07
100
Ega. San Adrián
29,30
70,70
100
Arga. Peralta-Azkoien
29,14
70,86
100
Sierra de Ujué. Pitillas
28,57
71,43
100
Bortziriak. Bera-Vera de Bidasoa
27,80
72,20
100
Valdorba. Barásoain
27,78
72,22
100
Los Arcos. Los Arcos
27,65
72,35
100
Valle de Erro. Erro
26,32
73,68
100
Ebro Alto. Lodosa
24,19
75,81
100
Valle de Roncal. Isaba-Izaba
18,52
81,48
100
Valle de Salazar. Ochagavía-Otsagabia
17,50
82,50
100
Total
34,84
65,16
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
Retomando las características de la población PLD, en este caso según la principal
ocupación demandada y en comparación con el resto de grupos, destaca que el 40% de los
34
parados/as de larga duración demanden como primera ocupación una ocupación elemental.
Aunque la distribución porcentual no se aleja demasiado del resto de los colectivos de
desempleados/as.
A pesar de que no existen grandes diferencias también se puede señalar que esa mayor
proporción de demandas de puestos elementales tiene su replica en la menor solicitud de
ocupaciones técnicas. En el caso de la población PLD suponen el 14,8% mientras que entre la
población parada con menos de un año en desempleo el peso de las ocupaciones técnicas se
eleva hasta el 19%.
En buena medida se da una lógica correlación entre la demanda ocupacional y otros
factores como el nivel de estudios y la experiencia laboral anterior. Como se verá
posteriormente el 45,4% de las personas paradas de larga duración que ha tenido algún
empleo anterior han ocupado puestos elementales y en la mayoría de los casos sus demandas
se corresponden a ese tipo de puestos. En el caso del colectivo de parados que no son de larga
duración el porcentaje es del 41%. Por tanto la diferencia entre las tipologías ocupacionales es
muy similar.
Tabla 7. Distribución porcentual de la población desempleada según principal
ocupación demandada.
Pob.
Pob.
Pob.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
40,04
36,58
37,78
Ocupaciones elementales
Operadores de instalaciones y maquinaria y montadores
6,11
6,05
6,07
Trab cualifi agric indus manuf y const excepto oper insty maquin
12,85
15,90
14,84
Trab serv restauración, personales, protección y vendedores
16,23
15,71
15,89
Empleados contables administr. y otros empleados de oficina
9,49
6,30
7,41
Técnicos profesionales
14,83
18,92
17,49
Directores y gerentes
0,46
0,54
0,51
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
En cuanto a la rama de actividad de procedencia, podemos destacar tres actividades
de las que procede un porcentaje significativo de los parados/as de larga duración. Dentro del
sector servicios, aquellas relacionadas con los servicios a empresas y las ramas de comercio y
hostelería y en tercer lugar la industria. De todas formas como en el caso de las ocupaciones
demandadas no se dan grandes diferencias con el resto del colectivo de desempleados. Por
tanto
en
términos
generales
podemos
indicar
que
resulta
preocupante
el
creciente
protagonismo de la industria como sector de procedencia del desempleo por todo lo que ello
implica. Entre otras cuestiones la pérdida continuada de empleo en el sector industrial ante un
35
mundo globalizado es de difícil retorno y a su vez la destrucción de empleo en el sector resulta
especialmente grave por su mayor valor estratégico.
En relación con este hecho resulta interesante para valorar la importancia de la
caracterización del tejido productivo con respecto al empleo el análisis de la distribución
sectorial y las tasas de paro. De esta forma a pesar de la importante crisis por la que también
está pasando la industria, aquellas Comunidades Autónomas con una mayor presencia
industrial son las que menores tasas de desempleo sufren. Por el contrario, aquellos territorios
con menos industria son los que tienen unas mayores tasas de paro. Las diferencias entre las
tasas de desempleo pueden rondar los 20 puntos. Lo cierto es que los territorios con empleos
más cualificados, de mayor calidad, con un tejido productivo de mayor valor añadido son los
que en una coyuntura generalizada de crisis sufren unas tasas de paro menores. En este caso
Navarra es una de las Comunidades con menor tasa de paro y un mayor peso de la ocupación
industrial. En el lado opuesto se encuentra Canarias o Andalucía con una ocupación industrial
escasa y unas tasas de paro superiores al 33%.
Tabla 8. Distribución porcentual de la población desempleada según rama de
actividad del último empleo.
Agricultura y Ganadería
Pob.
Pob.
Pob.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
3,21
4,84
4,27
Industria
20,45
17,36
18,43
Construcción
12,04
12,09
12,07
Comercio y Hostelería
19,07
20,15
19,77
Transporte, almacenamiento, comunicaciones
3,42
4,38
4,04
Actividades financieras e inmobiliarias
1,30
0,73
0,93
Servicios a empresas, actividades administr, auxiliares
21,26
22,03
21,76
Admin. Pública, Educación, Sanidad, Ser. Sociales
12,60
12,19
12,33
Actividades de los hogares
0,44
1,19
0,93
Actividades de organismos extraterritoriales
0,01
0,04
0,03
Sin empleo anterior
6,21
5,00
5,42
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
Respecto a la situación de las personas con discapacidad y a pesar de que
cuantitativamente no se trata de cifras elevadas, las circunstancias todavía más difíciles del
colectivo ante el empleo merecen un análisis específico.
Antes de ello hay que advertir que se trata de un análisis que debe tomarse con cierta
cautela ya que no se analiza al conjunto de la población desempleada con discapacidad sino al
colectivo de desempleados/as registrados que figuran en las bases de datos como personas
con alguna discapacidad. De hecho, hay desempleados/as registrados que no declaran su
36
discapacidad y por tanto no figuran como tales en esas bases. Es por ello por lo que se ha
advertido que los resultados no tienen porque ser representativos del conjunto del colectivo.
Sin embargo, sigue considerándose interesante realizar un análisis específico sobre la situación
de este grupo de personas.
Concretamente en cuanto al desempleo de larga duración, aproximadamente el 60%
del colectivo de parados que figuran con discapacidad es desempleado de larga duración. Se
trata del grupo social en el que el porcentaje es mayor. Tal y como se ha explicado si ya de
por sí la inserción laboral es difícil, para este colectivo y en este contexto resulta todavía más
complicada. En relación con este hecho es necesario añadir varias cuestiones.
La primera, que la discapacidad es un factor de exclusión social y que las crisis
económicas acentúan esa exclusión. El desempleo ha aumentado de manera general pero las
situaciones de partida y las condiciones laborales son radicalmente diferentes.
La segunda, que el colectivo de personas con discapacidad aparece afectado tanto de
manera directa como indirecta si tenemos en cuenta cómo la crisis económica ha afectado a
las organizaciones y entidades del Tercer Sector que les prestan apoyo. Estas entidades, por
un lado, son generadoras de empleo y por otro, son prestadoras de servicios financiados con
ayudas públicas (concesión de créditos, subvenciones, convenios, etc.). Por tanto, debido a la
disminución del gasto público, al cambio de prioridades presupuestarias y a la disminución del
crédito, las entidades disponen de un menor potencial económico, lo cual repercute en una
reducción de recursos y servicios de atención social.
La tercera cuestión a considerar es el hecho del aumento de la discapacidad entre la
población activa como consecuencia de la crisis. Tal y como se ha demostrado el desempleo
continuado tiene efectos perniciosos para la salud, tanto psicológicos como físicos, pudiendo
llegar a casos de enfermedad mental y discapacidades tras cuadros prolongados de ansiedad,
estrés, etc. El desempleo de larga duración influye negativamente en la salud y las esperanza
de vida. “El desempleo de larga duración tiene efectos devastadores a nivel físico, psicológico y
espiritual” (Thomas Cottle, Boston University).No conviene olvidar que precisamente la salud
es uno de los factores que determina la empleabilidad.
Por último, conviene introducir otro elemento importante de tipo más cualitativo que el
análisis de las dinámicas grupales ha corroborado. Parece que ha aumentado el interés de las
empresas por la contratación de personas con discapacidad. Uno de los motivos fundamentales
sino el que más es la obtención de las bonificaciones por su contratación. Sin embargo,
también es cierto que la demanda se centra en personas cuya discapacidad sea totalmente
compatible con el trabajo a desarrollar. De esta forma se está produciendo una evidente
37
segregación dentro del propio colectivo quedando relegadas precisamente aquellas personas
con mayores dificultades.
Tabla 9. Distribución porcentual de la población desempleada según tipo de
discapacidad registrada.
Pob.
Pob.
Pob.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
Sin discapacidad
registrada
Físicas
96,85
98,85
98,15
1,47
0,55
0,87
Psíquicas
1,19
0,38
0,66
Sensoriales
0,48
0,21
0,30
Del lenguaje
0,02
0,01
0,01
Subtotal
3,15
1,15
1,85
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
En cuanto al tiempo en desempleo, cinco de cada diez PLD llevan en situación de
desempleo entre uno y dos años y un 18,4% de dos a tres; pero lo que resulta más
desalentador es que casi un 26% de la población desempleada de larga duración lleve en paro
más de tres años, un 9,6% entre tres y cuatro años y un llamativo 16,2% más de cuatro años.
Venimos insistiendo en la gravedad de las cifras y en la correlación directa entre el tiempo en
desempleo y la posibilidad de reinserción laboral. A mayor tiempo en desempleo las
probabilidades de contratación se van reduciendo considerablemente. Como veremos en el
apartado cualitativo, el paso del tiempo como desempleado/a hace aumentar la desmotivación
circunstancia que refuerza el círculo vicioso del paro prolongado. Posteriormente se desarrolla
otro análisis del colectivo comparando los dos subgrupos más representativos respecto al
tiempo en desempleo (1-2 años y más de 3) para de esta forma conocer sus diferencias.
Tabla 10. Distribución porcentual de la población desempleada según tiempo en
desempleo.
<=6 meses
>6 <=12 meses
Pob.
Pob.
Pob.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
0,095
74,62
48,65
4,94
25,38
18,26
>1 <=2 años
50,73
0,00
17,67
>2 <=3 años
18,40
0,00
6,41
>3 <=4 años
9,60
0,00
3,35
16,24
0,00
5,66
100
100
100
>4 años
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE)
5 Los jóvenes menores de 25 años con más de seis de desempleo se han considerado como parados de larga duración en determinadas
estadísticas del Servicio Público de Empleo.
38
Por otra parte tras un primer análisis y teniendo en cuenta alguna de las principales
variables analizadas se ha dividido a la población desempleada de larga duración en varios
grupos. Así, a través de las variables sexo, edad, nivel de estudios y duración de la demanda
es posible aglutinar a la mayor parte del colectivo (86%) según dichas variables. Se han
obtenido ocho grupos diferentes de tal
forma
que aunque
se puedan
compartir
características se trata de grupos independientes, estancos, una persona sólo puede ubicarse
en uno de ellos.
Los resultados muestran la existencia de determinados perfiles con mayor presencia en
el conjunto del PLD. Destacan tres grupos: Mujeres mayores de 35 años, con un nivel des
estudios bajo o medio cuyo tiempo en desempleo es menor a los dos años representando casi
el 22% del total del desempleo de larga duración (unas 4.300 personas en valores absolutos).
El segundo grupo es el conformado por hombres de más de 35 años con niveles formativos
bajos y tiempo en desempleo superior a los dos años (16,5%, aproximadamente 3.250
personas) y el tercer grupo más representativo es el formado por mujeres de más de 35 años
con niveles de estudios bajos o medios y más de dos años en paro (14,9%, alrededor de
3.000).
Tabla 11. Agrupación de la población desempleada de larga duración según sexo,
edad, nivel de estudios y tiempo en desempleo.
Grupo A
Tiempo en paro entre 1 y 2 años
Respecto al total del PLD
A1
Hombres más de 35 años y nivel de estudios bajo/medio
12,10%
A2
Mujeres más de 35 años y nivel de estudios bajo/medio
21,78%
A3
Mujeres nivel de estudios alto
Subtotal
Grupo B
4,31%
38,19%
Tiempo en paro más de 2 años
B1
Hombres menos de 35 años y nivel de estudios bajo/medio
B2
Hombres más de 35 años y nivel de estudios bajo/medio
B3
Mujeres menos de 35 años y nivel de estudios bajo/medio
B4
Mujeres más de 35 años y nivel de estudios bajo/medio
B5
Mujeres nivel de estudios alto
Subtotal
Resto
5,71%
16,50%
4,99%
14,89%
5,64%
47,73%
14,08%
Total
100%
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
A continuación se añade un análisis introduciendo la perspectiva de la caracterización
de la contratación tanto en el colectivo de parados de larga duración como en el de
parados con menos tiempo en desempleo para de esta forma comparar dichos grupos.
Antes de mostrar las principales diferencias se debe advertir de que aproximadamente
seis de cada diez PLD no han tenido ningún contrato a lo largo del periodo analizado. Por tanto
39
los valores absolutos son menores en comparación con el conjunto de la población
desempleada.
Como se ha señalado, en el caso del colectivo de personas PLD casi el 60% de las
personas no han tenido ningún contrato en el periodo analizado mientras que un 34% han
tenido de uno a cinco, un 4,5% han tenido entre seis y diez y el restante 2,9% más de diez.
Por su parte, las personas desempleadas que no son de larga duración no han tendido ningún
contrato en el 33% de los casos, un 43% han tenido de uno a cinco, un 12,4% de seis a diez
contratos y el restante 11,5% han tenido más de diez contratos en el periodo analizado (enero
2008-marzo 2013). En definitiva, es evidente el mayor dinamismo contractual en el caso del
segundo grupo.
Tabla 12. Distribución porcentual de la población desempleada según número de
contratos a lo largo del periodo.
Pob. desempleada
de larga duración
58,45
Pob. desempleada no
de larga duración
33,20
Pob. desempleada
total
42,00
34,12
42,84
39,80
De 6 a 10
4,54
12,41
9,67
De 11 a 15
1,12
4,64
3,42
De 16 a 20
0,60
2,15
1,61
De 21 a 25
0,35
1,29
0,96
Más de 25
0,82
3,45
2,54
Total
100
100
100
Ningún contrato
De 1 a 5
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
En cuanto a la bonificación de la contratación, fijándonos en el último contrato
registrado, las diferencias no son significativas. En el caso del PLD la bonificación supone el 4%
de la contratación y en el segundo grupo (parados que no son de larga duración) la proporción
es un punto menor, un 3%.
Tabla 13. Distribución porcentual de la población desempleada según bonificación
del último contrato registrado.
Sin bonificación
Pob. desempleada de
larga duración
96,01
Pob. desempleada no
de larga duración
97,05
Pob. desempleada
total
96,79
Con bonificación
3,99
2,95
3,21
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Respecto a la tipología de contratación, un 14% de las personas paradas de larga
duración tuvieron como último contrato registrado un contrato indefinido y por tanto el 86%
tuvieron un temporal. Estas proporciones son similares a las del colectivo de parados que no
son de larga duración. Insistimos en el hecho de que la contratación en el caso del PLD es
40
significativamente menor. En este caso se compara las características de las personas que sí
han tenido algún contrato.
Lógicamente la cuestión clave es conocer cuando se produce el contrato y por ejemplo
situar cronológicamente la contratación indefinida por su mayor estabilidad. En definitiva
conocer si la contratación se da antes de la situación de paro o posteriormente.
En una primera aproximación se puede suponer que el contrato indefinido es en un
porcentaje importante de los casos anterior a la situación de paro y que una vez en paro aún
habiendo tenido algún contrato indefinido el desempleo se alarga en el tiempo sin volver a ser
contratado ni siquiera de manera temporal.
En el siguiente apartado se analizan las transiciones laborales del colectivo para
determinar este tipo de cuestiones. En este caso se puede adelantar que partiendo del hecho
de que los episodios de contratación en el colectivo son reducidos, cuando se dan
posteriormente a la última situación de paro son como en la mayoría de los casos de carácter
temporal.
En relación con la decreciente salvaguarda que representa el empleo indefinido, si nos
detenemos a analizar a través de la EPA la evolución de la población asalariada en Navarra
según su tipo de contrato podemos comprobar como la evolución de la crisis sobre todo a
partir de 2009 trajo consigo además de la desmesurada destrucción del empleo temporal, una
importante disminución del empleo asalariado indefinido. Tomando como referencia el primer
trimestre de 2008, el descenso del número de asalariados/as indefinidos hasta el primer
trimestre de 2013 fue de 9.000, es decir, se produce un decremento del -5,2%. En el caso de
la población asalariada temporal la disminución es del -44,8%, lo que supuso 27.300
asalariados/as temporales menos en cinco años.
Tabla 14. Distribución porcentual de la población desempleada según tipología del
último contrato registrado.
Indefinido
Pob. desempleada
de larga duración
13,88
Pob. desempleada no
de larga duración
12,40
Pob. desempleada
total
12,77
Temporal
86,12
87,60
87,23
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
La ocupación del último contrato guarda estrecha relación con determinadas
variables como la propia experiencia laboral y el nivel formativo. Así, un 45,4% de la población
desempleada de larga duración ocupó en su último contrato registrado un puesto encuadrado
en la categoría denominada como elemental mientras que en el caso de los parados/as de
41
corta duración ese porcentaje, aunque también elevado, es algo menor, un 40,9%. Por su
parte las ocupaciones cualificadas y técnicas alcanzan porcentajes superiores en este segundo
grupo.
Como decimos se da una correspondencia con algunas circunstancias como la propia
trayectoria laboral, el nivel de estudios, se trata de variables que están interrelacionadas.
Recordemos que siete de cada diez PLD contaban con un nivel formativo básico y que en el
40% de los casos se demandaban ocupaciones elementales en correspondencia con ese nivel
de estudios y su experiencia laboral.
Tabla 15. Distribución porcentual de la población desempleada según ocupación del
último contrato registrado.
Ocupaciones elementales
Pob. desempleada de
larga duración
45,41
Ocupaciones cualificadas
Pob. desempleada no
de larga duración
40,89
Pob. desempleada
total
42,02
45,50
47,51
47,01
Ocupaciones técnicas
8,67
11,33
10,66
Dirección Gerencia
0,42
0,27
0,31
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
La distribución según rama de actividad del último contrato no refleja grandes
diferencias entre los grupos. Quizás cabe destacar la levemente mayor proporción de la
construcción y de las ramas de actividad relacionadas con los servicios personales, educativos,
sanitarios, residenciales en el colectivo de PLD.
Tabla 16. Distribución porcentual de la población desempleada según rama de
actividad del último contrato registrado.
Agricultura y ganadería
Pob.
Pob.
Pob.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
3,31
4,49
4,20
Industria
15,84
16,26
16,16
Construcción
14,32
12,47
12,93
Servicios A Comercio y hostelería
21,66
22,23
22,09
Servicios B Transporte y Comunicaciones
3,06
3,75
3,58
Servicios C Servicios a empresas y Banca
19,51
20,26
20,07
Servicios D Serv personales, Serv Soc, Educa, Adm Públ, Sanidad, Resid
21,88
19,71
20,25
Actividades en los hogares
0,42
0,83
0,73
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Para terminar la descripción de las personas contratadas según sean paradas de larga
duración o no y en relación con el origen de la contratación (Empresas de Trabajo Temporal),
un 92,5% del colectivo de PLD tuvieron como último contrato un empleo formalizado por una
empresa denominada ordinaria y por tanto el restante 7,5% fueron contratadas a través de
42
una ETT. En el caso de la población parada que no es de larga duración, el peso de los
contratos de empresas de trabajo temporal es algo superior, en concreto un 9,3%.
Tabla 17. Distribución porcentual de la población desempleada según origen de la
última contratación (empresa ordinaria o ETT).
Empresas ordinarias
Pob.
Pob.
Pob.
desempleada desempleada
desempleada
de larga
no de larga
total
duración
duración
92,54
90,72
91,18
Empresas de trabajo temporal
7,46
9,28
8,82
Total
100
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Por último, dada la importancia que representa el tiempo en desempleo y para
comprobar como la caracterización del colectivo de desempleados de larga duración puede ser
diferente según esta variable, se ha procedido a ratificar este hecho analizando el PLD según
dos de los intervalos temporales más representativos (el colectivo de parados con más de 3
años en paro y el de aquellos/as que llevan en paro entre 1 y 2 años). Estos dos grupos
representan el 77% del total del colectivo de PLD. En el momento de hacer el análisis las cifras
rondaban las 5.000 personas en el caso del primer grupo (más de tres años continuados en
desempleo) y las 10.000 en de las personas que llevaban desempleadas entre uno y dos años.
La primera gran diferencia la encontramos en la distribución según la variable sexo. El
grupo de personas con más de tres años en desempleo está conformado por un 70% de
mujeres y el 30% de hombres. En el caso del grupo con menos de dos años en paro la
distribución resulta equilibrada. Por tanto, podemos destacar el gran protagonismo de las
mujeres en el paro de muy larga duración.
La edad es otra de las variables que provoca más divergencia. Resulta significativo que
un 73,6% de los parados con más de tres años en desempleo superen los 45 años. En el
segundo grupo el porcentaje es del 44,5% cifra también alta pero comparativamente menos
alarmante. Volvemos a insistir en el hecho de que si el paro sobreviene en edades “avanzadas”
la probabilidad de seguir desempleado aumenta considerablemente. Por tanto, muchas de las
personas de ese 44,5% seguirán paradas en los próximos meses circunstancia que complicará
todavía más su contratación.
En relación con lo explicado otro aspecto clave es el escaso nivel de estudios del
colectivo de mayores de 45 años. Casi un 77% posee únicamente estudios básicos. Esta
circunstancia representa un importante hándicap que contribuye a su menor empleabilidad.
Como era de suponer por lo analizado hasta el momento, el peso de los niveles
formativos inferiores es mayoritario en el caso del primer grupo. Un 76% de los parados/as de
muy larga duración sólo cuentan con estudios básicos. El porcentaje se rebaja hasta el 69% en
43
el grupo en el que el tiempo en desempleo es menor a dos años. Tal y como señalábamos en
el anterior análisis es evidente la correlación entre nivel de estudios y el paro de larga duración
en su conjunto. Otro aspecto significativo es el relativo a la destacada presencia de personas
paradas con un nivel de estudios alto (FP GS y universitarios) en el segundo grupo. Estos
parados/as representan un 17% en el grupo de desempleados que llevan en paro entre uno y
dos años. Este hecho corrobora lo mencionado anteriormente, por un lado, que la relación
entre paro y formación es evidente pero por otro que la formación en sus niveles superiores no
es un antídoto infalible ni para el paro ni para el desempleo de larga duración, teniendo en
cuenta también que en este caso supone una enorme perdida de capital humano altamente
formado.
Respecto a la nacionalidad, aunque en ambos casos el peso la población con
nacionalidad española es mayoritario, es en el grupo de mayor tiempo en desempleo donde
esa proporción es todavía superior, un 92% frente al 83% del segundo grupo. A pesar de estos
datos volvemos a insistir en que el PLD ha aumentado de manera grave en el colectivo
inmigrante con todo que ello supone ante la menor capacidad de amortiguación de las
herramientas tradicionales (menor duración de prestaciones y subsidios, redes familiares con
menor poder de ayuda, etc.).
El análisis según zona de residencia no ofrece grandes diferencias entre los dos grupos.
Donde es algo más claro, aunque tampoco resulta importante, es en la distribución de
los grupos según discapacidad. En el caso del desempleo durante más de tres años el
porcentaje de personas con discapacidad registrada es del 5,2%, tres puntos más que en el
grupo de desempleados con menos de dos años en paro. Conviene reseñar dos cuestiones al
respecto. La primera, tal y como venimos señalando, se trata de discapacidades declaradas y
por tanto no del conjunto
de las personas con discapacidad. De hecho diferentes
investigaciones han determinado que no en pocas ocasiones los demandantes de empleo
obvian esa circunstancia ante la posible negativa a ser contratados por esa causa. Un estudio
elaborado recientemente por la Fundación Adecco ha estimado que un 70% de jóvenes con
discapacidad considera que su discapacidad es un problema para encontrar trabajo y el 26% lo
oculta en los currículos por temor a ser descartado. La realidad es que aproximadamente el
62% de los jóvenes con discapacidad en España está en paro. Cifra que en muy raras
ocasiones aparece en los medios de comunicación.
La segunda cuestión es la relativa a la discapacidad sobrevenida, en concreto la
ocasionada entre otras cuestiones por el propio desempleo y sus consecuencias. El análisis de
los datos cuantitativos no permite determinar esa relación aunque como veremos en el
capítulo cualitativo parece ser un hecho a tener en cuenta.
44
En este sentido, otras investigaciones como la realizada por CIPARAIIS (Centro de
Investigación para la Igualdad y la Integración Social, El impacto de la crisis 2007-2011)
revelan como elemento transversal en el periodo de crisis el aumento del deterioro de la salud
física y mental. De esta forma, además de la incertidumbre y ansiedad provocada por la falta
de recursos que se manifiesta en el entorno del hogar y en el resto de las relaciones sociales
que pueden desencadenar en problemas de salud, también las estrategias llevadas a cabo ante
la necesidad de reducción de gastos repercuten en la salud (por ejemplo, el descenso parcial o
total del consumo de calefacción, la reducción del gasto en alimentación provocando dietas
insuficientes y desequilibradas, renuncias a determinados servicios no cubiertos por la
Seguridad Social como los de odontología, etc.)
Por otro lado, en cuanto a las ocupaciones demandadas, las más destacadas son de
nuevo en ambos casos aquellas denominadas como elementales. Sin embargo, la proporción
de esas demandas es todavía mayor en el caso de las personas con más de tres años en
desempleo, exactamente un 44,3%, siete puntos por encima del porcentaje que representan
en el segundo grupo. Otras diferencias reseñables entre los dos colectivos son las relativas al
peso de las demandas de ocupaciones cualificadas en la industria así como las técnicas,
superiores entre las personas con menos de dos años en paro, circunstancia relacionada
nuevamente con el mayor nivel de estudios y ocupaciones de este segundo colectivo.
Por último, la distribución respecto al sector de actividad de procedencia no muestra
excesivas diferencias entre ambos grupos. En todo caso cabe destacar el significativo peso del
sector industrial como sector de procedencia del 23% de las personas desempleadas con más
de tres años en desempleo. Otras de las ramas que destacan son, la relacionada con los
servicios a empresas con el 22,2%, el comercio y hostelería con el 20,3% y las ramas
vinculadas a los servicios personales, educación, sanidad, residencias con el 14,4%.
Tabla 18. Características comparativas entre el colectivo de PLD cuyo periodo en
desempleo es mayor de 3 años y aquel cuyo tiempo en desempleo es entre 1 y 2
años.
Hombre
Sexo
Edad
Más de 3 años
en desempleo
30,12
De 1 A 2 años
en desempleo
49,69
Mujer
69,88
50,31
Total
100
100
De 16 a 25 años
1,26
5,92
De 26 a 35 años
6,21
21,05
De 36 a 45 años
18,95
28,46
De 46 a 55 años
31,42
26,28
Más de 55 años
42,15
18,29
100
100
Total
45
Más de 3 años
en desempleo
75,86
De 1 A 2 años
en desempleo
69,27
Medios Bachiller
6,90
6,70
FPGM
5,82
7,13
FP GS
4,68
6,87
Universitarios
6,74
10,03
Sin estudios/Básicos
Nivel de
estudios
Nacionalidad
Total
100
100
UE15
0,81
1,61
UE27
1,59
2,43
Resto Europa
1,16
3,08
Magreb
2,93
4,97
Resto de África
0,55
1,58
Centroamérica y Caribe
0,14
0,45
Sudamérica
0,45
2,85
Oriente, Asia y Oceanía
0,04
0,09
Apátridas
0,00
0,01
92,33
82,92
España
Total
100
100
Noreste
6,33
6,87
Pirineo
1,63
1,61
57,92
58,17
Tierra Estella
5,51
5,53
Navarra Media Oriental
4,66
3,74
Ribera Alta
6,00
7,14
17,95
16,94
100
100
Pamplona
Zona de
residencia
Tudela
Total
Sin discapacidad registrada
Discapacidad
94,85
97,83
Físicas
2,62
1,00
Psíquicas
1,73
0,85
Sensoriales
0,81
0,30
Del lenguaje
0,00
0,02
Total
100
100
44,34
37,02
Ocupaciones elementales
Ocupación
principal
demandada
Operadores de instalaciones y maquinaria y montadores
5,94
6,77
Trabaj cualifi agric indus manuf y const excepto oper insty maquin
8,97
15,04
Trabaj serv restauración, personales, protección y vendedores
17,64
15,24
Empleados contables adminis y otros empleados de oficina
11,62
8,97
Técnicos profesionales
11,21
16,33
Directores y gerentes
0,29
0,64
Total
100
100
46
Agricultura y Ganadería
Industria
Construcción
Comercio y Hostelería
Transporte, almacenamiento, comunicaciones
Sector
actividad de
procedencia
Actividades financieras e inmobiliarias
Más de 3 años
en desempleo
2,40
De 1 A 2 años
en desempleo
3,25
22,97
21,22
9,16
13,62
20,27
18,62
2,58
3,92
0,81
1,73
Servicios a empresas, actividades administr, auxiliares
22,16
20,85
Admin. Pública, Educación, Sanidad, Ser. Sociales
14,41
11,44
Actividades de los hogares
0,51
0,37
Actividades de organismos extraterritoriales
0,00
0,01
Sin empleo anterior
4,74
4,98
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo (SNE).
En cuanto a las características de la contratación destaca sobremanera el
importante peso de las personas que llevan más de tres años en desempleo y que a lo largo
del periodo no han tenido ningún contrato. Se trata de una consecuencia lógica teniendo en
cuenta que se trata del paro prolongado, más de tres años. Así, ocho de cada diez personas
desempleadas durante más de tres años no ha tenido ningún contrato en el periodo analizado
(enero 2008-marzo 2013). Por su parte, casi dos de cada diez han tenido entre uno y cinco
contratos.
De todas formas en el grupo conformado por parados/as que llevan menos de dos años
en desempleo también resulta destacado que casi la mitad de esas personas no hayan tenido
ningún contrato en el periodo. Es evidente que su registro como desempleados es más tardío.
Conviene advertir, teniendo en cuenta que las previsiones socioeconómicas no son nada
halagüeñas y el perfil de este colectivo, que es probable que las situaciones de paro se dilaten
en el tiempo y que por lo tanto muchos de esos parados/as pasen a engrosar las filas del
colectivo de parados de más larga duración. Por otra parte, en este segundo grupo cuatro de
cada diez parados/as han tenido de uno a cinco contratos y el restante 10,5% han tenido más
de cinco contratos.
Partiendo del hecho de que la contratación entre las personas cuyo tiempo en
desempleo superior a tres años es muy inferior al del segundo grupo (parados con menos de
dos años en desempleo), la comparativa entre las personas contratadas en ambos grupos
ofrece aspectos reseñables.
En primer lugar, la tipología del último contrato registrado refleja como en el primer
grupo nueve de cada diez personas tuvieron como último contrato (anterior al desempleo) un
contrato temporal. Es decir, la mayor parte de las personas desempleadas con más de tres
47
años en paro no han tenido ningún contrato en los últimos años pero los pocos que sí lo han
tenido fueron en su mayoría temporales. En el segundo grupo aunque el peso de la
temporalidad también es mayoritario, el porcentaje es menor, 84,5%. Por lo tanto el 15,5%
tuvieron un último contrato indefinido.
Cabe preguntarse si estos datos están en sintonía con la excesiva rigidez del mercado
denunciada por diversos colectivos y grupos de opinión. Por el contrario, el mercado de trabajo
se caracteriza por un alto grado de flexibilidad externa, que propicia que la adaptación de las
empresas en los cambios de ciclo se haya realizado fundamentalmente vía ajuste del empleo y
no, por ejemplo, sobre la adaptación de las horas de trabajo (como ha sucedido en otros
países europeos, sobre todo en las etapas iniciales de la crisis).
Otro
hecho
objetivo,
las
últimas
cuatro
reformas
laborales
encaminadas
a
desregularizar el mercado de trabajo en España ni han supuesto un descenso de la
temporalidad ni es evidente del desempleo en etapas de recesión como la actual. Además esa
mayoritaria inestabilidad contractual tiene su repercusión en la menor generación de derechos
tras el periodo de empleo. Precisamente los colectivos con mayores dificultades son los que
soportan unas mayores tasas de temporalidad, es el caso de los jóvenes, mujeres o las
personas inmigrantes. Ya se ha advertido del descenso de la tasa de cobertura por desempleo
conforme ha ido avanzando la crisis.
Por otro lado, en cuanto a la bonificación de los contratos no parece darse grandes
diferencias entre los dos grupos de desempleados de larga duración. En el 96% de los casos
son contratos no bonificados.
Respecto a la ocupación y en lógica sintonía con los anteriores datos, destacan las
ocupaciones elementales con casi un 50% en el primer grupo, reduciéndose hasta el 44% en el
segundo. Por su parte las ocupaciones cualificadas suponen alrededor del 45% en ambos
colectivos
mientras
que
las
ocupaciones
técnicas
representan
al
6,1%
y
9,6%
respectivamente. Nuevamente las diferencias ya señaladas entre los dos perfiles influyen en la
distribución.
El análisis de la rama de actividad del último contrato muestra como las principales
actividades en el grupo de desempleados de más larga duración son las ramas relacionadas
con los servicios personales (24,5%), el comercio y la hostelería (23,9%) y las relativas a los
servicios a empresas (21,8%). Precisamente ramas con mayor precariedad laboral, mayor
temporalidad, menor valor añadido, ocupaciones elementales, siendo en definitiva empleos
más vulnerables. De todas formas también conviene resaltar que el 13% de las personas que
llevan en paro más de tres años y que tuvieron un último contrato en el periodo proceden de la
industria. La crisis en el sector industrial también está siendo grave.
48
En el segundo grupo las actividades más representativas son las mismas pero sus
porcentajes se muestran algo diferentes. Así, del comercio y la hostelería proviene el 21,2%
de las personas que han tenido un último contrato en el periodo antes del desempleo de larga
duración, en el 20,3% de los casos son contratos realizados por empresas dedicadas a los
servicios personales, en el 19,6% se trata de servicios a empresas y en el 17,4% empresas del
sector industrial. En este último caso el protagonismo de la industria como origen de un
significativo porcentaje de parados es mayor (4,3 puntos superior).
Conviene insistir en que dado que la actividad industrial representa un sector
estratégico a la hora de medir la capacidad competitiva de una región ya que en el sector
industrial se concentran actividades de mayor valor añadido, más productivas, más
cualificadas y las que aportan mayor calidad al empleo, su representatividad sobre la economía
total es un indicador del nivel de competitividad y por tanto la pérdida de numerosos empleos
industriales resulta especialmente negativa ya que además es de difícil retorno. En el caso de
Navarra el aumento del paro en el sector industrial se ha visto difuminado porcentualmente
por el aumento del paro en el resto de los sectores (a principios de la crisis el paro registrado
procedente de la industria suponía aproximadamente el 19% del total, en el primer trimestre
de 2013 la proporción fue del 18,4%).
Por último, los contratos formalizados por empresas de trabajo temporal representan el
5,6% en el primer grupo y el 7,6% en el segundo.
Tabla 19. Características comparativas entre el colectivo de PLD cuyo periodo en
desempleo es mayor de 3 años y aquel cuyo tiempo en desempleo es entre 1 y 2
años respecto a la contratación.
Ningún contrato
De 1 a 5
Número de
contratos en el
periodo
18,56
39,76
De 6 a 10
0,77
6,25
De 11 a 15
0,10
1,68
De 16 a 20
0,14
0,87
De 21 a 25
0,10
0,54
Más de 25
0,10
1,15
Total
Tipo de contrato
(último contrato
registrado)
Más de 3
De 1 A 2
años en
años en
desempleo desempleo
80,24
49,74
100
100
Indefinido
10,25
15,51
Temporal
89,75
84,49
Total
Sin bonificación
Bonificación último
Con bonificación
contrato
Total
100
100
96,52
96,09
3,48
3,91
100
100
49
Ocupaciones elementales
Ocupaciones cualificadas
Ocupación último
contrato
44,38
45,68
Ocupaciones técnicas
6,07
9,63
Dirección Gerencia
0,20
0,52
Total
100
100
Agricultura, silvicultura y pesca
2,39
2,99
Industria
13,03
17,36
Construcción
12,54
14,79
Servicios A Comercio y hostelería
23,88
21,17
1,69
3,43
21,79
19,57
24,48
20,27
Actividades en los hogares
0,20
0,42
Total
100
100
Rama de actividad
Servicios B Transporte y Comunicaciones
último contrato
Servicios C Servicios a empresas y Banca
Servicios D Serv personales, Serv Soc, Educa, Adm Públ, Sanidad, Resid
Tipología de
empresa último
contrato
Más de 3
De 1 A 2
años en
años en
desempleo desempleo
49,35
44,17
Empresas ordinarias
94,43
92,25
Empresas de trabajo temporal
5,57
7,75
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
50
4.3. Análisis de las transiciones laborales en el periodo
analizado
El análisis de las transiciones laborales en periodo analizado, enero 2008-marzo 2013
que se presenta en este capítulo se fundamenta en la fusión longitudinal de las bases de
desempleo y contratación. De esta forma ha sido posible calibrar y caracterizar los diferentes
grupos de personas desempleadas según cuáles sean esas transiciones. Podemos conocer no
sólo cuántos de los parados de larga duración han tenido algún contrato en el periodo, también
cuándo lo han tenido, cuál es su última situación registrada y comparar los diferentes grupos
según esos cambios.
Una primera aproximación a los datos totales acumulados indica que a lo largo del
periodo analizado alrededor de 181.900 personas han sido en algún momento desempleadas,
de ellas el 32,4%, es decir, unas 59.000 lo han sido de larga duración. Por tanto tres de cada
diez personas desempleadas han sido en algún momento paradas de larga duración a lo largo
de la etapa estudiada.
La primera tabla muestra cuál es la distribución de los diversos grupos de
desempleados en relación con su posible paso por el desempleo de larga duración y su última
situación registrada en el periodo (si su último registro del periodo es el paro o la
contratación).
Las diferencias entre el colectivo de parados que nunca ha sido parado de larga
duración y los que sí lo han sido resultan significativas.
En el caso del primer grupo (nunca PLD) la distribución resulta más equilibrada. De las
personas que en algún momento han sido desempleadas pero nunca paradas de larga
duración, el 37,7% han terminado el periodo con un contrato, en un 30,6% de los casos su
último registro es el paro no habiendo tenido antes ningún contrato en ese periodo y el 31,7%
restante son personas cuyo último registro es el paro pero que anteriormente han tenido algún
contrato. Por tanto estos dos últimos subgrupos estarían conformados por personas que han
caído en el desempleo más tarde y que todavía no forman parte del paro de larga duración.
Como decimos, la distribución del colectivo de PLD resulta mucho más dispersa.
Únicamente el 17% de las personas que en algún momento han sido paradas de larga duración
ha terminado el periodo con un contrato. La diferencia con el primer grupo asciende hasta los
20 puntos. Por otra parte, casi la mitad de las personas que han sido o son PLD nunca han
tenido un contrato en ese tiempo, más de cinco años. Esta proporción que resulta sin duda
llamativa y da muestra de la gravedad de la situación en las que se encuentran un creciente
51
número de personas y familias. A su vez los datos vuelven a corroborar lo complicado que
resulta conseguir un contrato cuando se ha estado en desempleo durante un largo tiempo. Por
último, un 35,7% de las personas con experiencia en el paro de larga duración tienen como
último registro el desempleo aunque han tenido un contrato con anterioridad. Por el momento
no conocemos si esa última situación de paro es producto de la dilatación en el tiempo, es
decir, si ese último registro es un desempleo de larga duración. A continuación el análisis
profundiza en este sentido.
Tabla 20. Distribución de la población desempleada a lo largo del periodo analizado
(2008-2013) según sus transiciones laborales (desempleo y contratación) y su
paso por el PLD (Paro de Larga Duración).
Último registro es la contratación
Pob. que
Pob.
en algún
desempleada
momento
nunca como
ha sido
PLD
PLD
37,66
17,16
Total Pob.
Desempleada
31,01
Último registro es el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
30,62
47,16
35,99
Último registro es el paro habiendo tenido algún contrato en el periodo
31,72
35,68
33,00
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
En relación con la cuestión anterior resulta indispensable, cuando se trata de analizar
las transiciones laborales, conocer de manera desagregada cómo han sido dichos procesos
para que una vez descifrados podamos caracterizar y comparar los distintos grupos
resultantes. Con tal fin se han elaborado las siguientes tablas.
Desde el punto de vista de los porcentajes horizontales y centrándonos en la tercera
posibilidad (último registro es el paro habiendo tenido algún contrato, ese 35,68% de la tabla
anterior) observamos como el 66,3% de los PLD no han tenido ningún contrato con
posterioridad al último registro como desempleados/as de larga duración, es decir, su
contratación fue anterior a la situación paro. Por su parte un 33,6% sí que han podido
formalizar un contrato con posterioridad al último registro como desempleados/as de larga
duración. En términos absolutos, ese 35,68% supone alrededor de 21.000 personas de las
59.000 que en algún momento han sido PLD. De esas 21.000 personas, 13.970 no han tenido
ningún contrato posterior a la última situación de paro de larga duración y unas 7.100 sí. Estos
datos evidencian de nuevo el problema de la falta de empleo de la población con largas
estancias en el paro.
En cuanto a la distribución según los porcentajes verticales, el primer grupo (PLD que
no han tenido ningún contrato posterior a esa situación) se distribuye de la siguiente manera:
el 66,6% no ha tenido ningún contrato en todo el periodo y el 33,4% sí ha sido contratado/a
52
pero ha caído en el desempleo de larga duración con posterioridad. En el segundo grupo (PLD
que sí han tenido algún contrato posterior al último registro como desempleados/as de tiempo
prolongado) un 58,8% han tenido como último registro un contrato mientras que el restante
41,2% a pesar de que pudieron ser contratados/as después del último paro de larga duración
han vuelto caer en el desempleo. Los valores absolutos en estos casos son los siguientes, el
66,6% supone unas 27.800 personas y el 33,4% las 13.970 mencionadas. En el segundo
grupo, el 58,8% representa a unas 10.100 personas y el 42,2% a las 7.100 citadas.
Tabla 21. Distribución de la población desempleada de larga duración a lo largo del
periodo según sus transiciones laborales (desempleo y contratación). Porcentaje
horizontal y vertical.
Algún contrato
posterior al último
registro como PLD
No
Sí
Último registro es la contratación
Total
0
100
100
100
0
100
Último registro es el paro habiendo tenido algún contrato en el periodo
66,34
33,66
100
Total
70,83
29,17
100
Último registro es el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
Algún contrato
posterior al último
registro como PLD
No
Sí
Último registro es la contratación
0,00
58,82
Total
17,16
Último registro es el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
66,58
0,00
47,16
Último registro es el paro habiendo tenido algún contrato en el periodo
33,42
41,18
35,68
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Una vez establecidas las proporciones de las diferentes transiciones es momento de
comparar las características de los grupos para poder establecer las posibles incidencias
causales de las diversas variables contempladas. Esta gran comparativa se centra en cuatro
grupos6:
A) Parados/as que en el periodo analizado nunca han sido de larga duración y cuyo
último registro ha sido la contratación. Ese 37,66% de la primera tabla (aproximadamente
46.300 personas).
B1) Parados/as que alguna vez han sido de larga duración y cuyo último registro es un
contrato. El 17,16% de la tabla (10.100 personas).
6 No conviene perder la perspectiva respecto a los valores absolutos. En algunos casos los porcentajes resultan significativos pero se
trata de un número de casos reducido en comparación con otros valores.
53
B2) Parados/as que alguna vez han sido de larga duración, que han tenido en el periodo
algún contrato pero que el último registro es de nuevo el paro. El 35,68% (21.000 personas).
B3) Parados/as que alguna vez han sido de larga duración y que no han tenido ningún
contrato en el periodo analizado. El 47,16%, unas 27.800 personas.
La suma de los tres últimos porcentajes es del 100%, es decir, el total de las personas
que en algún momento del periodo han sido paradas de larga duración, aproximadamente
59.000 personas.
A continuación se destacan las diferencias más notables entre los cuatro grupos.
Respecto a la variable sexo, el mayor equilibrio se produce en el grupo de parados/as
que no son de larga duración y cuyo último registro del periodo es el contrato, 51,7% hombres
y 48,3% mujeres. En el caso del colectivo de PLD se da un hecho paradójico. Cuando se trata
del colectivo de PLD cuya última situación registrada es el contrato (transición positiva del PLD
al empleo) el peso de las mujeres es del 54,4%, casi nueve puntos por encima de la
representación de los hombres en ese grupo. Sin embargo, cuando se trata del grupo en el
que no se ha dado ningún contrato en el periodo, el peso de las mujeres sigue siendo similar,
54,7%. Por último, en grupo intermedio, PLD que han tenido algún contrato pero que su última
situación es el paro, presenta unos porcentajes algo más equilibrados (47% mujeres y 53%
hombres).
Por tanto, con estos datos podemos indicar que cuando suceden las transiciones más
positivas, es decir, del PLD a un contrato como último registro, el protagonismo de las mujeres
es mayor que el de los hombres. Lo que sucede es que precisamente esas transiciones se dan
en un menor número de casos, recordemos que suponen el 17,2% del total del colectivo de
analizado (personas que en algún momento han sido paradas de larga duración). Por otro lado,
cuando no se da ninguna transición ya que no se registra ningún contrato y en consecuencia
en muchos casos el PLD es más duradero también las mujeres tienen una mayor presencia.
Además en este caso el PLD como único registro supone el 47,2% del total.
La distribución de los grupos según intervalos de edad vuelve a incidir en el hecho de
la importante influencia que parece tener la edad. Las diferencias entre los grupos son
notorias. Así por ejemplo en el caso del primer grupo (situaciones de paro que no son de larga
duración y que terminan en periodo con un contrato), el peso de las personas jóvenes es del
24% mientras que el peso de aquellas con más de 45 años es del 14%. Por su parte, casi
cuatro de cada diez personas del grupo tienen entre 26 y 35 años. Cuando se trata del
segundo grupo, ya enmarcado en el PLD pero con un desenlace positivo pues el último registro
es el contrato, la distribución por edad resulta similar.
54
Las diferencias se intensifican cuando se trata de transiciones negativas o simplemente
cuando no se producen, es decir, se ha tenido algún contrato pero se vuelve a caer en el paro
o nunca se ha tenido un contrato en el periodo. En estos casos la presencia de personas
desempleadas de mayor edad se incrementa notablemente. Por ejemplo, en el último grupo, el
porcentaje de mayores de 45 alcanza casi el 56% mientras que en el segundo supone el
17,6%.
De todas formas volvemos a insistir en el hecho de que el PLD está afectando a todos
los colectivos incluyendo al juvenil pero todavía se hace más persistente cuando el paro se
produce en edades más avanzadas. Como veremos en el próximo apartado la probabilidad de
inserción laboral decrece significativamente conforme aumenta la edad. Aún así insistimos en
que la población joven también está sufriendo unas tasas insoportables de paro de larga
duración con todo lo que ello implica, retraso de la emancipación, cargas familiares, desajuste
del sistema público, etc.
Por otro lado, según el nivel de estudios queda patente que en el caso de las
transiciones negativas el peso de los niveles básicos de estudios es mayor. Por ejemplo, en el
caso de las personas cuyo último registro es el desempleo habiendo tenido un contrato
anterior o de aquellas que no han tenido ninguno en el periodo, siete de cada diez (alrededor
del 70%) tienen estudios básicos y en torno al 16% tienen estudios superiores. Por su parte
esta primera categoría formativa básica supone el 57% y el 55,6% en los dos primeros grupos
en los que el último registro es la contratación mientras que los estudios superiores (FPGS y
universitarios) suponen alrededor del 26%.
Estas distribuciones están relacionadas con la propia composición de los grupos. En los
dos últimos el peso de las personas con más de 45 años es mayor; precisamente uno de los
aspectos clave es el escaso nivel de estudios del colectivo de desempleados mayores de 45
años. Esta circunstancia representa un importante hándicap que contribuye entre otras
cuestiones a su menor empleabilidad.
En cuanto a la nacionalidad, partiendo del hecho de la lógica influencia del peso
demográfico de cada colectivo (español y extranjero), lo cierto es que cuando se trata de
personas desempleadas que no han sido PLD y han terminado el periodo con un contrato, el
peso de la nacionalidad española es del 74%, menor que cuando se trata del PLD en su
conjunto. Ya se ha indicado con anterioridad que la incidencia del PLD es mayor entre la
población con nacionalidad española a pesar del fuerte incremento de esta problemática entre
el colectivo extranjero. Sin embargo, retomando el análisis conviene añadir lo siguiente. La
proporción de población española en los casos en los que una vez en PLD se ha terminado con
un contrato es del 85%. Es decir, aunque estos casos son los menos, cuando se producen
55
estas transiciones positivas la presencia de españoles/as es mayor. Por su parte cuando el
último registro es el desempleo pero se ha tenido un contrato anterior o cuando la única
situación registrada es el PLD, la representación española desciende hasta el 80,4% y el
82,7% respectivamente. Son proporciones que siguen siendo mayoritarias pero algo menores.
Estos datos hacen necesario conocer la distribución de los colectivos de manera
independiente o específica (porcentaje horizontal).
La distribución es la siguiente: en el caso de la población extranjera que en algún
momento ha sido o es PLD, el 14,2% termina el periodo con un contrato, el 39,6% a pesar de
haber tenido un contrato vuelve al desempleo y el restante 46,2% nunca ha tenido un empleo
regular en el periodo. En cuanto a la población con nacionalidad española, los porcentajes son:
un 17,8% en el primer caso, un 34,8% en el segundo y el 47,4% en el tercero.
En definitiva, si nos ceñimos al PLD, las transiciones positivas se dan en un mayor
porcentaje cuando se trata de la población con nacionalidad española, aunque es cierto que la
diferencia no resulta elevada.
Cuando se trata de las transiciones negativas, del contrato al desempleo como último
registro, el peso de este cambio tiene mayor presencia porcentual entre el colectivo
extranjero, en este caso se produce la mayor diferencia, casi cinco puntos.
En el caso de que la única situación registrada sea el PLD los porcentajes son similares
en ambas poblaciones. Sin embargo, tal y como venimos apuntando, hay que tener en cuenta
que el impacto del desempleo prolongado es diferente ya que los elementos de amortiguación
o mejor dicho sus intensidades de protección también lo son (menor capacidad del entorno
familiar para compensar las consecuencias del desempleo, menos derechos de prestaciones y
ayudas generados, etc.)
Otro aspecto relacionado tiene que ver con el diferente grado de dinamismo laboral
entre el anterior ciclo económico y el actual, sobre todo en determinados colectivos como el de
los jóvenes e inmigrantes. En ambos casos la incidencia del desempleo era también importante
pero el retorno al mercado de trabajo resultaba mucho más factible y rápido. La crisis ha
evidenciado de manera diáfana aspectos que la anterior etapa de bonanza económica había
difuminado o escondido tras el manto del entonces venerado modelo de crecimiento
económico. La cruda realidad se ha encargado de avivar las consecuencias de la proliferación
de empleos precarios, de baja cualificación, con alta temporalidad y en definitiva más
vulnerables que atraían a miles de personas y que suponían entre otros problemas, tal y como
ya se ha señalado, un peligroso abandono de su formación, la insuficiente generación de
derechos para hacer frente al tiempo en desempleo, etc.
56
Por otra parte, la distribución de los diferentes grupos según la principal ocupación
demandada refleja que cuando se trata de situaciones en las que el último registro es el
desempleo, tanto si se ha tenido un contrato anterior como si no, la mayor solicitud
corresponde a las ocupaciones denominadas como elementales. Así, cerca del 40% de las
personas que terminan el periodo de referencia como desempleadas demandan este tipo de
ocupaciones. El porcentaje en el caso de las transiciones positivas (la última situación es la
contratación) aunque también es significativa resulta menor, en torno al 34%. En estos dos
primeros grupos también sobresalen las demandas de ocupaciones técnicas con cerca del
23%, ocho puntos por encima de lo que suponen en el caso de los dos últimos grupos en los
que el último registro es el paro. Otro de los valores reseñables es el peso de las demandas
ocupacionales cualificadas tanto en la industria como en el sector servicios en el grupo de PLD
que habiendo tenido un contrato han terminado en periodo en el desempleo, en este caso el
porcentaje ronda el 16%. Por tanto volvemos a comprobar la correlación entre las diferentes
variables, los grupos en los que las transiciones resultan positivas cuentan con unos niveles
formativos superiores, las demandas ocupacionales son acordes a esos niveles y a su
experiencia laboral y en definitiva el grado de empleabilidad es mayor.
Del análisis de la distribución según la rama de actividad anterior al último desempleo
se pueden destacar los siguientes valores por ser los más discordantes. Por un lado, resulta
sintomático que casi el 24% de las personas PLD que no han tenido ningún contrato en todo el
periodo provengan del sector industrial. El protagonismo de este sector resulta significativo
con respecto al resto de grupos. Otro de los valores más destacables en este último grupo es
el peso de las personas que nunca han tenido un empleo, suponen el 9% del grupo.
Un valor también destacable es el importante peso del comercio y la hostelería en el
caso del colectivo de PLD cuyo último registro es un contrato, alrededor del 25%. Podemos
determinar que en las transiciones positivas el protagonismo de ciertas ramas más dinámicas
aunque más vulnerables tienen mayor presencia. Por el contrario, la industria se presenta
como uno de los principales focos del desempleo de más larga duración. No son precisamente
pocos los casos de personas con largas carreras profesionales en la industria que con la crisis
se precipitan al desempleo y que dados diversos hándicaps tanto objetivos como externos
como la edad avanzada que supone un verdadero estigma para la reintegración laboral o la
falta de actualización de conocimientos entran en una dinámica negativa que les conduce al
desempleo de larga duración con todo lo que ello supone.
Por último, en cuanto a las características de las personas pertenecientes a los grupos
analizados y respecto a la discapacidad registrada diremos que conforme las transiciones se
van tornando más negativas el peso de las personas con discapacidad aumenta. Como en
57
anteriores distribuciones el peso de la categoría mayoritaria (sin discapacidad) tiende a
difuminar los resultados. Por ello si tomamos el porcentaje de los dos colectivos de manera
independiente observamos como en el caso de las personas PLD sin discapacidad, las
transiciones positivas (del PLD al contrato como último registro) suponen un 17% mientras
que en el caso de las personas con discapacidad el porcentaje se reduce hasta el 13%.
La diferencia cuando se trata de desempleados/as de larga duración que no ha tenido
ningún contrato en el periodo es mayor. Así, del total de personas con discapacidad que en
algún momento han sido o son PLD, el 54% no ha tenido ningún contrato en el tiempo
analizado mientras que en el caso de las personas sin discapacidad el porcentaje es del 47%.
58
Tabla 22. Comparativa entre diversos colectivos de desempleados según su paso por el PLD y la contratación.
Desempleo de larga duración a lo largo del periodo
Parados que en el
periodo analizado
nunca han sido de
larga duración y
cuyo último
registro ha sido la
contratación
Sexo
51,73
45,64
53,05
45,33
Mujer
48,27
54,36
46,95
54,67
100
100
100
100
De 16 a 25 años
24,22
23,89
16,30
8,30
De 26 a 35 años
38,41
29,33
24,84
14,38
De 36 a 45 años
23,43
29,12
27,82
21,44
De 46 a 55 años
11,66
14,16
20,71
20,61
2,28
3,50
10,32
35,28
100
100
100
100
Más de 55 años
Total
Sin estudios o básicos
Nivel de estudios
57,42
55,59
69,13
73,66
Medios Bachiller
7,58
7,64
5,99
6,73
FP GM
9,08
10,92
8,61
5,13
FP GS
9,64
11,52
7,45
5,14
16,28
14,32
8,82
9,33
Universitarios
Nacionalidad
Parados que
alguna vez han
sido de larga
duración y que no
han tenido ningún
contrato en el
periodo analizado
Hombre
Total
Edad último registro paro
Parados que alguna
Parados que
vez han sido de larga
alguna vez han
duración, que han
sido de larga
tenido en el periodo
duración y cuyo
algún contrato pero
último registro
que el último registro
es un contrato
es de nuevo el paro
Total
100
100
100
100
UE15
2,28
1,24
1,85
2,13
UE27
2,22
1,54
1,97
2,43
Resto Europa
3,15
2,73
2,85
2,14
Magreb
4,68
3,15
5,82
5,36
Resto de África
1,12
0,76
1,74
1,19
América del Norte
0,03
0,01
0,00
0,01
Centroamérica y Caribe
1,13
0,41
0,52
0,46
Sudamérica
11,08
4,71
4,75
3,42
Oriente, Asia y Oceanía
0,21
0,07
0,07
0,14
Apátridas
0,01
0,01
0,00
0,01
74,09
85,36
80,42
82,71
100
100
100
100
España
Total
59
Desempleo de larga duración a lo largo del periodo
Parados que en el
periodo analizado
nunca han sido de
larga duración y
cuyo último
registro ha sido la
contratación
Ocupaciones elementales
Principal ocupación demandada
33,35
39,73
40,86
5,06
4,73
5,75
6,54
13,39
12,63
16,63
11,50
17,16
18,04
16,57
14,99
5,75
8,35
6,54
9,41
23,95
22,34
14,51
15,82
0,46
0,55
0,28
0,89
100
100
100
100
4,08
2,53
4,68
2,96
Industria
17,31
18,43
15,04
23,80
Construcción
10,79
9,19
13,41
11,15
Comercio y Hostelería
Técnicos profesionales
Directores y gerentes
Total
Agricultura y Ganadería
19,88
24,80
22,09
16,93
Transporte, almacenamiento, comunicaciones
3,70
3,51
3,73
3,53
Actividades financieras e inmobiliarias
0,70
0,88
0,43
1,37
Servicios a empresas, actividades administr, auxiliares
25,60
25,56
23,71
21,00
Admin. Pública, Educación, Sanidad, Ser. Sociales
12,63
11,98
16,25
9,42
Actividades de los hogares
0,60
0,46
0,52
0,70
Actividades de organismos extraterritoriales
0,01
0,02
0,00
0,01
Sin empleo anterior
4,70
2,65
0,15
9,14
100
100
100
100
99,23
98,13
97,91
97,36
0,77
1,87
2,09
2,64
100
100
100
100
Total
Discapacidad registrada último
registro paro
Parados que
alguna vez han
sido de larga
duración y que no
han tenido ningún
contrato en el
periodo analizado
34,22
Operadores de instalaciones y maquinaria y montadores
Trabaj cualifi agric indus manuf y const excepto oper insty
maquin
Trabaj serv restauración, personales, protección y vendedores
Empleados contables adminis y otros empleados de oficina
Última rama de actividad
Parados que alguna
Parados que
vez han sido de larga
alguna vez han
duración, que han
sido de larga
tenido en el periodo
duración y cuyo
algún contrato pero
último registro
que el último registro
es un contrato
es de nuevo el paro
Sin discapacidad registrada
Con discapacidad registrada
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
60
La segunda parte del análisis (siguiente tabla) recoge las características de la
contratación en los diversos grupos. Lógicamente en el caso del grupo de PLD que no han
tenido ningún contrato no existe información.
En primer lugar se muestra la tipología del último contrato de manera desagregada en
los tres grupos restantes (parados/as que en el periodo analizado nunca han sido de larga
duración y cuyo último registro ha sido la contratación, parados/as que alguna vez han sido de
larga duración y cuyo último registro es un contrato y parados/as que alguna vez han sido de
larga duración que han tenido en el periodo algún contrato pero que el último registro es de
nuevo el paro).
En el primer grupo, destacan, como en el resto, los contratos temporales a tiempo
completo con un 45%, muy por detrás se sitúan los temporales a tiempo parcial (21,4%) y en
tercer lugar los indefinidos a tiempo completo con un 12,3%. En este grupo el peso de la
contratación indefinida es superior al de los colectivos de PLD, sobre todo respecto a los
desempleados/as PLD cuyo último registro es el paro. Lógicamente a pesar de que la
contratación indefinida, más en esta etapa, no es una salvaguarda permanente del desempleo
sí que supone un mayor grado de estabilidad.
En el segundo grupo, el porcentaje de los contratos temporales a tiempo completo es
algo menor, un 40,2%, sin embargo, los de tiempo parcial tienen mayor presencia, un 28,6%.
Es decir, casi tres de cada diez personas que han sido PLD han terminado con un contrato
temporal a tiempo parcial. Por tanto, esa fragmentación del tiempo de trabajo parece que ha
sido una vía importante en el empleo del colectivo. El problema es que ese tipo de empleos
temporales también son más vulnerables y la probabilidad de caer de nuevo en el desempleo
es importante. No en vano, el peso de la temporalidad en la contratación de aquellas personas
PLD que han terminado el periodo como paradas pero que han tenido algún contrato es de casi
el 90% (61% contratos temporales a tiempo completo y 26% a tiempo parcial). Por su parte
los contratos indefinidos se reducen al 4,1%. Los datos agregados reflejan como en el primer
grupo los contratos temporales suponen el 68,6% y en el segundo representan el 71,2%.
Estos datos guardan relación con el número de contratos indefinidos y temporales
registrados a lo largo de los cinco años y tres meses analizados. En el caso de los indefinidos y
respecto al primer grupo, el 34,6% han tenido un único contrato indefinido, el 7,8% entre dos
y tres y el 0,3% más de tres, el restante 57,2% no ha tenido ninguno. La proporción resulta
similar en el segundo grupo (personas que tras ser PLD han tenido un contrato al finalizar el
periodo). Sin embargo, la disposición en el tercer grupo varía considerablemente, ocho de cada
diez no ha formalizado ningún contrato indefinido y el 18,3% ha tenido al menos uno. Este
porcentaje es claramente inferior pero independientemente de esa diferencia esta proporción
61
revela de nuevo cierta debilidad de los empleos indefinidos aunque indudablemente menor que
la de los temporales pero también creciente con la llegada de la crisis.
En cuanto al número de los contratos temporales, cuando se trata de los dos primeros
grupos, es decir, cuando el último registro es el contrato y no el desempleo, el dinamismo en
cuanto a mayor número de contratos temporales aumenta. Es cierto que el peso de la
contratación temporal es mayor en el tercer grupo (PLD cuya última situación es el paro pero
que han tenido un empleo anterior) pero lo más habitual es que se hayan dado sólo de uno a
cinco contratos temporales (74,3%). Sin embargo, en el primer grupo ese porcentaje es del
58,9% y en el segundo el 62,5%. De esta forma, en los dos primeros grupos el hecho de
haber tenido más de cinco contratos temporales supone el 35% y el 31% respectivamente.
Por otra parte, el nivel de estudios registrado en el último contrato pone de relieve de
nuevo el menor peso del nivel básico de estudios en aquellos casos más positivos, terminan el
periodo con un contrato habiendo pasado con anterioridad por el desempleo. En este sentido
resulta sintomático que el 20% en el primer grupo y el 16,8% en el segundo sean contratos
con un niveles de estudios superiores (FP GS o universitarios). El porcentaje desciende hasta el
10% en el tercer grupo.
En relación con estos hechos conviene apuntar lo siguiente.
A pesar del problema de “desclasamiento” (desajuste entre formación recibida y el
puesto de trabajo ocupado) que también es necesario corregir, lo cierto es que la formación
parece ser un elemento fundamental para la contención del desempleo, sobre todo si se trata
de estudios profesionales, principalmente de Formación Profesional. En este sentido algunos
expertos como Julio Carabaña (Universidad Complutense) mantienen que la mejora de la
economía requiere una mayor apertura de acceso a la formación profesional; es preciso seguir
trabajando para conseguir un mayor reconocimiento social hacia la formación profesional para
aumentar las potencialidades del sistema de formación.
De todas formas volvemos a insistir en que es preciso un crecimiento económico
sostenible a partir del cual se pueda dar un mayor ajuste entre formación y empleo. El simple
hecho de estar mejor formados aunque evidentemente ayuda no va a generar empleo por sí
solo, es preciso un empuje desde todos los ámbitos. Pero mientras ese incremento no se de es
necesario seguir invirtiendo en educación como vía de mejora no solo del ámbito económico
sino también social.
Tenemos que tener presente que uno de los componentes que favorecen un menor
desempleo es la formación pero hay que tener en cuenta que ésta también se ve dinamizada
por el propio tejido productivo, un sistema de producción con mayor valor añadido, con mayor
62
innovación, favorece un mejor mercado laboral y una mayor calidad del empleo ayuda a una
mejor educación, se trata de una relación de doble sentido.
Retomando el análisis y teniendo en cuenta la ocupación del último contrato registrado,
aspecto sin duda relacionado con lo anterior, destacan por la diferencia entre los dos primeros
grupos y el tercero, las ocupaciones técnicas, con un mayor peso cuando la última situación es
el contrato y las ocupaciones elementales con una menor proporción. En este último caso las
ocupaciones elementales suponen en el primer grupo el 33%, en el segundo el 36,6% y en el
tercero el 45%. Por su parte las técnicas siguen un orden descendente, al contrario que las
elementales, de un 17,6% pasan a un 13,5% para terminar en un 8,6%.
Lo cierto es que los datos evidencian la mayor vulnerabilidad de los empleos con un
menor nivel de cualificación, estos resultan más volátiles al albur de las circunstancias y
cambios de las coyunturas. El análisis de las transiciones laborales pone de relieve que existe
una estrecha relación entre la cualificación de los trabajadores y su permanencia en el empleo.
Por tanto, por una parte sería necesario garantizar que los trabajadores que ocupan puestos
de menor cualificación puedan tener acceso a mecanismos que hagan mejorar su nivel de
cualificación. Por otra, es necesaria una transición más decidida hacia un modelo productivo
más innovador, estable y con una mayor calidad del empleo. Ha quedado patente que modelos
sustentados en tejidos productivos de poco valor añadido, sin suficiente innovación y con una
importante precariedad laboral resultan débiles y vulnerables.
En cuanto a las ramas de actividad del último contrato no se dan grandes diferencias
entre los tres grupos, destacan en los tres las ramas del comercio y la hostelería, las
relacionadas con los servicios personales, la industria y los servicios a empresas. Aunque sí
que se aprecian algunas particularidades reseñables en el tercer grupo (PLD que teniendo
algún contrato han terminado el periodo en el desempleo). Así, el peso de la industria y del
comercio y hostelería es menor. Por el contrario, son superiores los porcentajes de los
servicios a empresas y sobre todo de la construcción.
La distribución según la bonificación del último contrato registrado no refleja diferencias
excesivas aunque se puede observar como en los casos en los que el periodo concluye de
manera positiva, es decir, teniendo un contrato, el peso de la bonificación contractual es
ligeramente superior. En el primer grupo el porcentaje de personas con contratos bonificados
es del 5,3%, en el segundo es del 6,3% mientras que en el último se reduce al 3,6%.
En relación con las bonificaciones diferentes investigaciones cuestionan la eficacia de
éstas cuando su población diana es excesivamente amplia. Parece ser que en ocasiones se
utilizan recursos para la contratación de personas sin especiales dificultades de acceso al
empleo, así su único efecto sería ahorrar a las empresas costes que hubiesen asumido
63
igualmente sin existir la bonificación. De esta forma uno de los efectos más habituales es el
llamado efecto “peso muerto” o “dead weight” (beneficio de las subvenciones para
contrataciones que, sin la ayuda, también se habrían llevado a cabo). Sin embargo en otras
ocasiones sí que puede significar la contratación de unos trabajadores en sustitución de otros,
lo que se conoce como “efecto sustitución”. Es en este caso cuando la bonificación se adecua al
objetivo pretendido: favorecer el empleo de colectivos que se encuentran en situaciones
especialmente desfavorables frente a otros, esta sería una razón más que justificada en este
contexto. En definitiva se trataría de huir de lo general para concentrar los esfuerzos en lo
específico, en lo más detallado fundamentado en análisis como los desarrollados en esta
investigación.
Por último, en cuanto a la participación de las ETT en la contratación de los diversos
grupos, éstas sobresalen en el tercer colectivo. Casi un 9% de las personas que en algún
momento han sido PLD y que han tenido algún contrato en el periodo y que su última situación
es el paro han tenido como último contrato uno gestionado por empresas de trabajo temporal.
Se trata en muchos casos de empleos más coyunturales, de menor duración y en consecuencia
la probabilidad de volver al desempleo es elevada.
64
Indefinido tiempo completo
Indefinido tiempo parcial
Tipología A último contrato
Tipología B último contrato
6,21
7,58
2,29
-
Temporal tiempo completo
45,25
40,15
61,29
-
Temporal tiempo parcial
21,42
28,60
26,01
-
Conversión indef. tiempo completo
9,64
7,29
3,52
-
Conversión tiempo parcial
3,24
4,18
1,26
-
Formativos
1,94
2,46
1,58
-
Total
100
100
100
-
Indefinido
31,39
28,79
11,13
-
Temporal
68,61
71,21
88,87
-
100
100
100
-
34,65
33,74
16,50
-
2-3
7,86
5,86
1,78
-
Más de 3
0,28
0,09
0,04
-
Ninguno
57,22
60,31
81,69
-
100
100
100
-
De 1 a 5
58,88
62,51
74,30
-
De 6 a 10
17,73
16,81
11,76
-
De 11 a 15
6,88
5,79
3,38
-
De 16 a 20
3,28
3,00
1,57
-
De 21 a 25
1,87
1,51
0,96
-
Más de 25
5,23
3,71
2,25
-
Ninguno
6,13
6,67
5,78
-
Total
100
100
100
-
Sin estudios o básicos
56,56
58,63
67,71
-
Medios Bachiller o FPGM
23,37
24,58
22,28
-
FPGS o Universitarios
20,07
16,79
10,01
-
100
100
100
-
Total
1
Número de contratos indefinidos
Total
Número de contratos temporales
Nivel de estudios último contrato
Desempleo de larga duración a lo largo del periodo
Parados que en el
Parados que alguna
Parados que
Parados que
periodo analizado
vez han sido de larga
alguna vez han
alguna vez han
nunca han sido de
duración, que han
sido de larga
sido de larga
larga duración y
tenido en el periodo duración y que no
duración y cuyo
cuyo último
algún contrato pero han tenido ningún
último registro
registro ha sido la
que el último registro
contrato en el
es un contrato
contratación
es de nuevo el paro
periodo analizado
12,31
9,74
4,06
-
Total
65
Ocupaciones elementales
Ocupación último contrato
Desempleo de larga duración a lo largo del periodo
Parados que en el
Parados que alguna
Parados que
Parados que
periodo analizado
vez han sido de larga
alguna vez han
alguna vez han
nunca han sido de
duración, que han
sido de larga
sido de larga
larga duración y
tenido en el periodo duración y que no
duración y cuyo
cuyo último
algún contrato pero han tenido ningún
último registro
registro ha sido la
que el último registro
contrato en el
es un contrato
contratación
es de nuevo el paro
periodo analizado
33,09
36,64
45,23
-
Ocupaciones cualificadas
48,80
49,38
45,81
-
Ocupaciones técnicas
17,64
13,50
8,64
-
0,47
0,48
0,32
-
100
100
100
4,91
3,45
4,04
-
18,95
16,11
14,58
-
8,32
5,18
13,73
-
24,13
27,67
22,43
-
Dirección Gerencia
Total
Agricultura y Ganadería
Industria
Construcción
Servicios A Comercio y hostelería
Rama de actividad último contrato Servicios B Transporte y Comunicaciones
3,81
3,64
3,18
-
Servicios C Servicios a empresas y Banca
16,27
16,92
20,27
-
Servicios D Serv person, Serv Soc, Educa, AD Públ, Sanidad, Resid
21,58
23,42
21,18
-
2,03
3,60
0,59
-
100
100
100
-
94,68
93,65
96,32
-
5,30
6,31
3,65
-
100
100
100
-
94,11
94,33
91,27
-
5,89
5,67
8,73
-
100
100
100
-
Actividades en los hogares
Total
Sin bonificación
Bonificación último contrato
Con bonificación
Total
Empresas ordinarias
ETT último contrato
Empresas de trabajo temporal
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
66
Desde el punto de vista de la contratación se añade un análisis de transiciones
contractuales según las características de los contratos y delimitando dos grupos (personas
que después del último registro como PLD han tenido algún contrato y personas que en algún
momento han sido desempleadas pero que terminan el periodo con un contrato y nunca han
sido PLD en el periodo).
Podemos
comprobar
cómo
en
ambos
grupos
la
categoría
mayoritaria
es
el
mantenimiento de la ocupación, es decir, a pesar de tener varios contratos se mantiene la
misma ocupación en aproximadamente seis de cada diez casos. Esta circunstancia es
ligeramente superior en el grupo que nunca ha sido PLD (66% frente al 63%). Pero estos
porcentajes esconden otra realidad, en un número importante de casos las ocupaciones son
elementales y por tanto se mantienen este tipo de ocupaciones menos cualificadas con todo lo
que ello implica (salarios menores, menor estabilidad, etc.). Del total de personas que
mantienen la misma ocupación la proporción de ocupaciones elementales es del 41% en el
primer grupo y del 34,1% en el segundo.
En cuanto a las transiciones positivas respecto a la ocupación, éstas suponen un 18,5%
cuando se trata de PLD que han tenido algún contrato posterior y del 19,7% en del resto de
desempleados/as que ha terminado el periodo con un contrato.
Por último, las transiciones negativas, es decir, que la última ocupación sea de nivel
inferior suponen el 18,4% y el 14,4% respectivamente.
En definitiva, independientemente de que la consecución de un contrato sea menos
probable cuando se es parado/a de larga duración, cuando se obtiene, las transiciones
negativas son mayores en términos relativos. Además el mantenimiento de las ocupaciones
tiene un carácter también menos positivo ya que el peso de las ocupaciones elementales es
mayor.
Tabla 23. Transiciones ocupacionales según diversos grupos de desempleados.
Misma ocupación
63,1
Personas que en algún momento han
sido desempleadas pero que terminan el
periodo con un contrato (nunca han sido
PLD en el periodo)
65,9
Ocupación superior
18,5
19,7
Ocupación inferior
18,4
14,4
Personas que después del
último registro como PLD han
tenido algún contrato
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
67
Respecto al sector de actividad, un 52,4% de las personas que conforman el primer
grupo formalizan contratos generados por empresas con la misma rama de actividad mientras
que un 47,6% de las personas cambian de sector según lo establecido en sus contratos.
La distribución en el segundo grupo es menos equilibrada, las transiciones suponen un
41,5% y por tanto el mantenimiento del sector de actividad es del 58,5%.
Tabla 24. Transiciones según rama de actividad en cada grupo.
Mantienen su rama de actividad
52,4
Personas que en algún momento han sido
desempleadas pero que terminan el
periodo con un contrato (nunca han sido
PLD en el periodo)
58,5
Cambian su rama de actividad
47,6
41,5
Personas que después del
último registro como PLD
han tenido algún contrato
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Desagregando la información relativa al mantenimiento de la rama de actividad se
puede comprobar como en términos generales las ramas con mayor “fidelidad” son los
servicios personales, la actividad en los hogares y el comercio y la hostelería.
Por otra parte la comparativa entre ambas distribuciones refleja como ciertas ramas
tienen una mayor estabilidad en el segundo grupo (nunca PLD). En la mayor parte de los casos
el porcentaje de personas que cambiando de contrato mantienen la rama de actividad es
superior sobre todo en la agricultura, la industria, las ramas relacionadas con el transporte y
comunicación e incluso la construcción. Por otro lado en el caso del primer grupo (PLD) es
precisamente el sector del empleo en el hogar el que mantiene un mayor número de personas
PLD que han tenido un contrato posterior.
Tabla 25. Porcentaje de mantenimiento de la rama de actividad en cada grupo.
Personas que
después del
último registro
como PLD han
tenido algún
contrato
54,35
Personas que en algún
momento han sido
desempleadas pero que
terminan el periodo con
un contrato (nunca han
sido PLD en el periodo)
68,43
Industria
47,15
59,92
Construcción
39,27
49,84
Servicios A Comercio y hostelería
61,80
64,29
Servicios B Transporte y Comunicaciones
44,11
55,62
Servicios C Servicios a empresas y Banca
42,03
41,84
Servicios D Serv person, Serv Soc, Educa, Adm Públ, Sanit.
65,62
73,68
Actividades en los hogares
73,02
67,96
Agricultura y Ganadería
Total
52,4
58,5
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
68
Más allá de que la contratación posterior al paro es sin lugar a dudas un hecho positivo,
más si cabe en el caso del PLD, lo cierto es que las transiciones según la tipología de contrato
muestran claras diferencias entre los grupos. Se confirma, esta vez desde la estabilidad que
puede suponer un tipo de contrato u otro, que una vez que se registran nuevos contratos tras
el desempleo la nueva contratación es de menor calidad cuando se trata del colectivo de
parados/as de larga duración.
Hemos comprobado cómo desde el punto de vista de la ocupación el empeoramiento es
mayor aunque la diferencia no resulta tan amplia, pero es cuando nos detenemos a analizar
las transiciones según tipología de contrato cuando las diferencias son más ostensibles.
En el primer grupo, el 19,1% de las personas que han tenido un contrato posterior a la
situación de PLD han mejorado (pasan de tener un contrato temporal a uno indefinido) o
vuelven a tener un contrato indefinido, un 6% empeoran su contrato y el 75% obtienen un
nuevo contrato temporal, circunstancia que a pesar de lo positivo que representa volver al
mercado de trabajo ofrece menos probabilidad de estabilidad.
En el segundo grupo, tal y como avanzábamos, los porcentajes sobre todo en el caso de
las transiciones positivas y el mantenimiento de la temporalidad son claramente diferentes. El
31,3% mejoran su contrato, el 5% lo empeoran y el 63,7% vuelven a tener un contrato
temporal.
Por tanto, además de que es menos probable conseguir un empleo tras el paro de larga
duración, una vez que se produce, la nueva situación laboral es en un significativo número de
casos de menor calidad. Circunstancia que tiende a relativizarse precisamente por la
consecución de un empleo a pesar de que por sus características la vuelta al desempleo sea
más probable que si se tratase de un empleo de mayor calidad.
Tabla 26. Transiciones según tipología del contrato en cada grupo.
Transiciones positivas (pasan de temporales a indefinidos o
consiguen otro contrato indefinido)
Transiciones negativas (de indefinidos a temporales)
Continúan como temporales
Personas que
después del
último registro
como PLD han
tenido algún
contrato
Personas que en algún
momento han sido
desempleadas pero que
terminan el periodo con un
contrato (nunca han sido
PLD en el periodo)
19,14
31,28
5,97
5,01
74,89
63,71
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
69
Otro aspecto de interés es el referente al tipo de jornada. Las diferencias en este caso
aún no siendo tan importantes denotan también cierto grado de deterioro o quizás de mayor
adecuación dadas las circunstancias que supone el paro prolongado.
Las personas que después del PLD han obtenido otro empleo en comparación con
aquellas que no han sido desempleadas de larga duración y que también han conseguido un
contrato posterior, mantienen la jornada completa en un menor número de casos, el
mantenimiento de la jornada a tiempo parcial es mayor, el paso de la jornada parcial a
completa tiene menos protagonismo mientras que la transición de la completa a la parcial es
superior.
Tabla 27. Transiciones según tipo de jornada en cada grupo.
Personas que después del
último registro como PLD
han tenido algún contrato
Personas que en algún momento han
sido desempleadas pero que terminan el
periodo con un contrato (nunca han sido
PLD en el periodo)
56,95
Mantienen la jornada completa
51,22
Mantienen la jornada parcial
18,64
16,59
De parcial a completa
10,85
11,38
De completa a parcial
19,29
15,08
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Este apartado concluye con un análisis del ajuste ocupacional de las personas que han
tenido algún contrato posterior a la última situación como desempleadas de larga duración y
de aquellas que no siendo PLD han terminado el periodo con un empleo. Se analiza por tanto
la relación entre la principal ocupación demandada cuando se estaba en desempleo y la
conseguida tras esa situación de paro.
En términos absolutos el primer colectivo lo conforman aproximadamente 17.200
personas que tras ser PLD han tenido algún contrato posterior, un 29,2% del total de PLD a lo
largo del periodo analizado (59.015 personas que en algún momento han sido PLD).
De esas 17.200 personas el 53,7% consiguieron un contrato con la misma ocupación
demandada pero hay que tener en cuenta que cuatro de cada diez eran demandas para
ocupaciones elementales. Un 17,6% obtuvieron una ocupación superior a la demandada y casi
un 29% obtuvieron una contratación con una ocupación inferior. En este último caso se trata
de transiciones
negativas
caracterizadas
principalmente
por
el
cambio
de
demandas
cualificadas a ocupaciones elementales.
Si lo comparamos con el conjunto de las personas desempleadas a lo largo del periodo
analizado que nunca han sido PLD y cuyo último registro ha sido la contratación, el porcentaje
que obtiene la misma ocupación demandada es superior en casi 4 puntos superior (57,4%);
70
las personas que mejoran su demanda representan un porcentaje también superior aunque en
este caso menos significativo, 1,6 puntos más (19,2%). Es más destacable la diferencia
cuando se trata de ocupaciones inferiores a la ocupación demandada. El porcentaje de las
personas que empeoran su ocupación es menor en 5,2 puntos en comparación con la población
desempleada de larga duración. Dicho de otro modo, el porcentaje de parados de larga
duración que consiguen un contrato con un nivel de ocupación inferior al demandado es 5,2
puntos superior al del conjunto de la población parada que ha terminado en el periodo
analizado con un empleo y que nunca han sido PLD.
Nuevamente las transiciones negativas se dan en mayor medida entre la población
desempleada de larga duración, contando además con el hecho, determinante también, que la
probabilidad de contratación es significativamente menor. En definitiva, menor probabilidad de
contratación y si se produce con peores condiciones.
Tabla 28. Ajuste ocupacional de la población desempleada de larga duración que ha
tenido algún contrato posterior al último registro como PLD.
Ocupación del último contrato
Ocup. elementales
Ocup. cualificadas
Ocupación demandada
último registro desempleo Ocup. técnicas
Dirección Gerencia
Ocup. elementales
58,85
36,44
Ocup. cualificadas
37,53
57,29
Ocup.técnicas
3,57
6,15
16,92
45,11
36,80
1,17
6,85
43,84
35,62
13,70
Misma ocupación que la demandada
Pob. PLD que
consigue un
contrato
posterior
53,7
Pob. desempleada
cuyo último
registro es un
contrato
57,4
Ocupación superior a la demandada
17,6
19,2
Ocupación inferior a la demandada
28,7
23,5
Dirección Gerencia
0,05
0,12
Total
100
100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
71
4.4. Incidencia de variables en la probabilidad de desempleo
de larga duración. Análisis de regresión logística
El capítulo concluye con los resultados obtenidos de dos modelos estadísticos de
regresión logística. Estas técnicas permiten identificar los predictores de la ocurrencia de un
determinado fenómeno. En nuestro caso se trata de un análisis complementario que viene a
corroborar lo señalado hasta el momento en relación con la influencia de determinadas
variables o circunstancias en el hecho del paro de larga duración.
Aún siendo conscientes de que además de las variables analizadas existen otros
condicionantes tanto objetivos como subjetivos que influyen en las trayectorias laborales de
las personas estudiadas (estos últimos resultan muy complicados de medir, de ahí el enorme
interés del análisis cualitativo) los resultados han permitido establecer diversas correlaciones.
En el primer modelo se analiza la incidencia de las variables que resultan significativas
para que se produzca el hecho o fenómeno estudiado, el desempleo de larga duración.
Realmente lo que se determina es la diferencia de probabilidades de caer en el desempleo de
larga duración entre los diversos grupos de la población desempleada. Las variables estudiadas
una vez comprobado que son influyentes son: el sexo, la edad, el nivel de estudios, la
nacionalidad, la zona de residencia, la actividad de procedencia, la ocupación demandada, la
discapacidad registrada y el último registro del periodo (desempleo habiendo tenido un
contrato anterior, la contratación o el desempleo no habiendo tenido ningún contrato).
Lo resultados obtenidos a partir de este primer modelo son los siguientes:
En cuanto a la perspectiva de género, a pesar del fuerte incremento del desempleo
masculino las mujeres siguen presentando una probabilidad superior a la de los hombres para
convertirse en paradas de larga duración una vez en desempleo.
Tal y como se ha expresado en anteriores análisis con la crisis la situación de los
hombres ha empeorado significativamente pero la de las mujeres no ha mejorado. Así pues se
ha producido un fenómeno de “igualdad a la baja” respecto al paro. La crisis ha hecho reducir
a la baja la brecha de género. En definitiva, en relación con el PLD las mujeres respecto a los
hombres una vez que son desempleadas tienen un mayor riesgo de ser paradas de larga
duración.
Por otro lado, la edad es la variable más determinante, influye claramente en los
procesos de contratación o permanencia en el desempleo. Así, si tomamos como referencia el
72
último intervalo de edad (>45 años) todos los demás grupos presentan probabilidades de ser
parados de larga duración significativamente menores. La mayor probabilidad de ser PLD una
vez en desempleo lo tienen las personas de más de 45 años. Resulta menos probable ser PLD
con respecto a los mayores de 45 si la edad se sitúa en el intervalo intermedio (26-35 años),
tras este intervalo se encuentra el de los jóvenes y por último el de parados de entre 36 y 45
años. Por tanto los datos corroboran que ser parado de más de 45 años aumenta
significativamente el riesgo de ser desempleado de larga duración. En ese sentido, tal y como
se expresa en el siguiente capítulo, también se debe tener en consideración que la experiencia
laboral pierde importancia cuando viene asociada a la edad, en el caso de las personas de más
edad la experiencia laboral no supone un contrapeso que facilite su contratación.
A su vez, una vez en paro es más probable ser parado de larga duración, en
comparación con el nivel de estudios superior (FP GS y universitarios), primero, si el nivel de
estudios es básico y segundo, si el nivel es medio. De todas formas conviene indicar que las
diferencias de probabilidad entre esta última categoría (nivel medio) y la superior se reducen
de manera importante.
En sintonía con estos datos otros análisis cifran que la probabilidad de encontrar un
empleo estando en desempleo es casi el doble para los parados altamente cualificados
(13,3%) que para los que no tienen cualificación (7,1%), mientras que para los que cuentan
con un nivel formativo medio, la probabilidad de encontrar un trabajo es del 10,2%.
La principal conclusión que podemos aportar respecto a esta variable es que una vez en
paro el riesgo de convertirse en desempleado de larga duración es mayor cuando el nivel de
estudios es básico lo que no significa que con niveles superiores no exista riesgo de caer en el
desempleo prolongado, de hecho con la prolongación de la crisis el paro de larga duración
tiene cada vez más presencia entre las personas con niveles formativos altos. Aún así la
comparativa es más favorable para aquellas personas con mejor nivel formativo. Por lo tanto,
es necesario realizar los máximos esfuerzos en relación con la formación de las personas
desempleadas en su conjunto y sobre todo de aquellas con más carencias con el fin de mejorar
su empleabilidad. De todas formas, según los resultados obtenidos, una vez en desempleo el
nivel de estudios no influye de manera tan determinante como otras variables como la edad o
el tiempo en desempleo.
Haciendo un compendio de los datos obtenidos hasta el momento podemos decir que
los mayores de 45 años, las mujeres y las personas con menor nivel formativo son las que
presentan mayores dificultades para reintegrarse en el mercado laboral una vez en paro. Las
mujeres a pesar de tener la misma cualificación o incluso superior a la de los hombres son las
más afectadas por el desempleo de larga duración.
73
Otra de las variables incluidas en el modelo es la nacionalidad. En este caso a pesar
del fuerte aumento del desempleo de larga duración entre el colectivo extranjero parece que la
probabilidad de convertirse en PLD una vez en desempleo es superior entre el colectivo con
nacionalidad española. Son varias las razones que influyen para que suceda este hecho, una
de las más determinantes es sin duda la edad. En el caso de la población española el peso de
los desempleados/as de más de 45 años es de aproximadamente el 41% mientras que en el
colectivo de parados extranjeros el porcentaje es del 25%. Este hecho relacionado con el
mayor riesgo de PLD a mayor edad supone una menor probabilidad de PLD entre el colectivo
extranjero.
Sin embargo, se debe tener en cuenta una cuestión determinante que puede relativizar
las
anteriores
conclusiones
al
respecto,
la
diferencia
entre
considerar
la
variable
nacionalidad o el país de origen o también el colectivo (autóctono o inmigrante). Lo
cierto es que un número importante de inmigrantes ya cuenta con la nacionalidad española, de
ahí la importancia de considerar con fines analíticos otro tipo de variables como el país de
origen o el colectivo, información que en las bases de desempleo recopiladas no se recoge. De
hecho, si tuviésemos en cuenta el colectivo (autóctono o inmigrante) lo más probable es que la
incidencia del desempleo de larga duración fuese mayor que la que se da si se considera a las
personas extranjeras. No es casual que la proporción del colectivo inmigrante entre la
población perceptora de la Renta de Inclusión Social sea aproximadamente del 58%.
En cuanto al sector de procedencia y tomando como referencia el sector servicios, es
más probable ser parado de larga duración (una vez en paro) si se proviene primero de la
industria y segundo de la construcción mientras que el sector agrícola tiene menos
probabilidades que el sector servicios. En definitiva el caer en desempleo procediendo de la
industria supone más riesgo de PLD que el proceder del sector servicios. El proceder de la
construcción también aumenta la probabilidad aunque las diferencias son menores.
Respecto a la ocupación demandada conforme ésta disminuye la probabilidad de paro
de larga duración aumenta. Dicho de otro modo, las demandas ocupacionales técnicas tienen
menor probabilidad de paro de larga duración que las cualificadas y que sobre todo las
elementales.
Conviene matizar los resultados. Recordemos que la demanda ocupacional está por lo
general ligada a la experiencia y ésta a su vez al nivel formativo. Por tanto, demandas
elementales derivan en la mayoría de los casos de experiencias laborales en puestos poco
cualificados, siendo dentro de la complicada situación general empleos más vulnerables. Es
decir, no es tanto que la propia demanda influya directamente en la probabilidad de PLD sino
74
que las circunstancias o características relacionadas con esa demanda son realmente las que
influyen.
Es significativamente más probable ser parado de larga duración si la ocupación es la
elemental porque la experiencia laboral anterior es poco o nada cualificada, porque el nivel de
estudios es bajo, porque en un alto porcentaje de los casos se trata de personas mayores de
45 años con carencias formativas y carreras profesionales en puestos poco cualificados, etc.
La zona en la que una vez en paro parece darse una mayor probabilidad de PLD es la
zona de Tudela. No es de extrañar si tenemos en cuenta que es una de las zonas más
castigadas por la crisis. De todas formas no se trata de una de las variables más
determinantes. En ese sentido la diferencia por ejemplo con la zona correspondiente a la
capital no resulta acusada. Además se trata de zonas que comprenden bastantes municipios
por lo que otras áreas más específicas como por ejemplo la de Aoiz, con un peso importante
del PLD, quedan difuminadas con la agregación de la información en grandes zonas.
Otra de las variables introducidas en el modelo es la que hace referencia a la
discapacidad registrada. Según dicho modelo el hecho de no tener discapacidad hace reducir
la probabilidad de ser parado de larga duración en comparación con el colectivo de personas
con discapacidad. Así pues se confirma la mayor dificultad del colectivo respecto a la salida del
desempleo. Recordemos que aproximadamente seis
de cada
diez desempleados con
discapacidad son parados de larga duración. Se trata del colectivo en el que el porcentaje es
mayor. Insistimos en que si ya de por sí la inserción laboral es difícil, para este colectivo y en
este contexto resulta todavía más complicada.
Por último, que el último registro del periodo analizado sea un contrato hace que la
probabilidad de ser parado de larga duración descienda y lógicamente el hecho no haber tenido
ningún contrato en el periodo hace que la probabilidad de ser PLD sea mayor que si se es
parado pero anteriormente se ha tenido algún contrato. Se trata de correlaciones lógicas pero
realmente el interés del modelo es ratificar dos aspectos que han ido apareciendo a lo largo del
documento. Primero que el hecho de haber sido contratado hace disminuir la probabilidad del
PLD pero en absoluto resulta determinante, la inestabilidad laboral es creciente y segundo, en
relación con el tiempo en desempleo, que a mayor tiempo en desempleo menor probabilidad
de encontrar un empleo con todo lo que ello conlleva. Podríamos resumirlo con el siguiente
axioma, a más tiempo en desempleo más tiempo en desempleo.
75
Tabla 29. Modelo A: Asociación de factores o variables en relación con el
suceso/variable dependiente: una vez en desempleo se produzca una situación de
desempleo de larga duración.
B
Sig.
Exp(B)
-0,268
0,000
0,765
De 16 a 25 años
-0,767
0,000
0,464
De 26 a 35 años
-0,979
0,000
0,376
De 36 a 45 años
-0,523
0,000
0,592
Nivel básico
0,113
0,000
1,120
Nivel medio (bachillerato, FP GM)
0,041
0,064
1,042
-0,825
0,000
0,438
Noreste
-0,067
0,008
0,935
Pirineo
-0,026
0,568
0,974
Pamplona
-0,002
0,912
0,998
Tierra Estella
-0,059
0,037
0,943
Navarra Media Oriental
-0,085
0,006
0,918
Ribera Alta
-0,282
0,000
0,754
Agricultura
-0,214
0,000
0,808
Industria
0,233
0,000
1,262
Construcción
0,112
0,000
1,118
Ocupaciones elementales
0,399
0,000
1,490
Ocupaciones cualificadas
0,259
0,000
1,295
-0,653
0,000
0,520
Último registro el contrato
-0,871
0,000
0,418
Último registro el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
0,233
0,000
1,262
Sexo (Ref. Mujer)
Hombre
Edad (Ref. Más de 45 años)
Nivel formativo (Ref. Nivel alto, FP GS o Universidad)
Nacionalidad (Ref. española)
Extranjera
Zona de residencia (Ref. Tudela)
Sector de actividad (Ref. Servicios)
Ocupación demandada (Ref. Ocupaciones técnicas)
Discapacidad registrada (Ref. Sí)
No
Último registro (Ref. Paro habiendo tenido algún contrato anterior)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
El segundo modelo reafirma los resultados obtenidos, en este caso el modelo se
sustenta en el análisis del siguiente suceso dependiente, que se haya producido un contrato
posterior al último registro como PLD.
En este caso, la variable sexo no resulta significativa para el modelo. Del resto hay que
destacar lo siguiente:
La probabilidad de encontrar un empleo después del último registro como PLD es
significativamente mayor cuando se trata del intervalo 26-35 años con respecto a los mayores
de 45 años. El orden es el siguiente. Con respecto a los mayores de 45 años tienen más
probabilidad las personas de entre 26 a 35 años, después aquellas de entre 36 a 45 y por
76
último los jóvenes de 16 a 25 años. En todos los casos la probabilidad es significativamente
mayor respecto al colectivo de mayores de 45 años.
Por otra parte, la probabilidad de contratación después del último registro como PLD es
claramente inferior cuando el nivel de estudios es básico en comparación con un nivel de
estudios superior (FP GS o universitarios). En cuanto a los niveles medios la diferencia no
resulta significativa.
En concordancia con los resultados del primer modelo pero teniendo en cuenta el sesgo
de considerar la variable nacionalidad y no el colectivo, una vez siendo PLD la probabilidad
de un contrato posterior es menor entre la población española que entre el colectivo
extranjero. A pesar del considerable aumento del PLD entre los extranjeros, primero, la
probabilidad de serlo es menor y segundo, la de conseguir un contrato después del último
registro como PLD es mayor entre la población extranjera.
Respecto al sector de procedencia, la probabilidad de contrato posterior al último
registro como PLD es menor si se procede de la agricultura que si se procede de los servicios.
Por su parte si se procede de la industria la probabilidad es mayor que la de los servicios. Los
resultados del sector de la construcción en comparación con los servicios no resultan
significativos.
En este caso los datos pueden parecer en principio contradictorios si se tiene en cuenta
los resultados del primer modelo. Pero lo cierto es que se trata de circunstancias diferentes.
Esa aparente discordancia se explica por el propio hecho estudiado. Los resultados del primer
modelo indican que la probabilidad de caer en el desempleo de larga duración una vez en paro
es mayor si se procede de la industria que si el origen es el sector servicios. Sin embargo, una
vez siendo PLD el proceder de la industria aumenta las probabilidades de un contrato
posterior, la probabilidad es superior a la del sector servicios como sector anterior al PLD.
En cuanto a la ocupación demandada, la probabilidad de ser contratado después del
paro de larga duración es mayor cuando la ocupación demandada es cualificada, la
probabilidad es incluso mayor que si la demanda es de ocupaciones técnicas.
Por último, nuevamente los datos demuestran que conforme aumenta el tiempo en
desempleo la probabilidad de un contrato posterior al PLD se reduce considerablemente. Se
trata de una de las variables que junto con la edad tienen de nuevo mayor influencia. Los
periodos de paro excesivamente prolongados en los que además convergen otro tipo de
circunstancias como la edad avanzada, el escaso nivel formativo o las experiencias
ocupacionales poco o nada cualificadas hacen que la probabilidad de contratos decaiga
sobremanera. Diversos estudios como el realizado por Rand Ghayad de la Northeastern
77
University de Boston incluso advierten que la probabilidad de encontrar un empleo comienza a
reducirse seriamente a partir del sexto mes en desempleo.
Tabla 30. Modelo B: Asociación de factores o variables en relación con el
suceso/variable dependiente: Contratación
posterior
al
último
registro como
desempleado de larga duración.
B
Sig.
Exp(B)
De 16 a 25 años
0,413
0,000
1,512
De 26 a 35 años
0,987
0,000
2,684
De 36 a 45 años
0,751
0,000
2,119
Nivel básico
-0,411
0,000
0,663
Nivel medio (bachillerato, FP GM)
-0,057
0,191
0,945
-0,398
0,000
0,672
Agricultura
-0,190
0,010
0,827
Industria
0,141
0,000
1,151
Construcción
0,062
0,058
1,064
Ocupaciones elementales
0,068
0,115
1,071
Ocupaciones cualificadas
0,168
0,000
1,184
<=1año
3,406
0,000
30,158
>1<=2 años
1,270
0,000
3,559
>2<=3 años
0,908
0,000
2,479
Edad (Ref. Más de 45 años)
Nivel formativo (Ref. Nivel alto, FP GS o Universidad)
Nacionalidad (Ref. extranjera)
Española
Sector de actividad (Ref. Servicios)
Ocupación demandada (Ref. Ocupaciones técnicas)
Tiempo en paro último registro (Ref. Más de tres años)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
78
5. ANÁLISIS CUALITATIVO SEGÚN PERFILES A
TRAVÉS DE DINÁMICAS GRUPALES
5.1. La diagnosis inicial desde los orientadores
Como se ha indicado con anterioridad, en el apartado de la metodología del estudio, la primera
dinámica de grupo se realizó con profesionales de la orientación laboral provenientes del sector
público, de entidades sociales y sindicales, así como de agencias de colocación privadas. El
objeto central de esta primera intervención prospectiva era doble. De un lado, realizar un
diagnóstico de los recorridos laborales, y de las afecciones vitales que el desempleo de larga
duración tiene sobre las personas sometidas a esta situación. En segunda instancia, se
pretendía ahondar en vías de intervención que puedan mejorar el trabajo de orientación
laboral con el colectivo de parados/as de larga duración (PLD).
Se pensó como más pertinente la práctica cualitativa del grupo focalizado, porque a diferencia
de otras prácticas grupales permite incidir más en la direccionalidad de la entrevista, y
posibilita, a su vez, una mayor intervención interpelativa por parte del moderador o
moderadora grupal. Todos los participantes fueron informados previamente del sentido de la
sesión, así como, de los principales objetivos sobre los que se encaminaría la discusión.
Siguiendo a Krueger7 (1991), la entrevista de grupo focal funciona porque incide en las
tendencias humanas. Las actitudes y las percepciones relacionadas con los productos, los
servicios, o los programas que tienen las personas, son desarrollados en parte en su
interacción con otras personas. La evidencia de los grupos focales sugiere que las opiniones de
un individuo pueden cambiar, o ser matizadas, en el curso de la discusión con otros porque las
personas influyen las unas a las otras por medio de sus discursos.
Lo acertado de los atributos del diseño ha permitido contrastar los discursos y percepciones de
los diferentes profesionales que interactúan con los y las PDL, y la construcción de una
diagnosis consensuada del estado de la cuestión. Esta dinámica grupal se realizó la primera
porque permitía obtener un conocimiento objetivo del escenario contextual desde el que
escuchar, con posterioridad, a los propios desempleados y desempleadas.
El abordaje inicial del grupo o la primera provocación al habla, como gustaba denominarla el
sociólogo cualitativista Jesús Ibáñez, se realizó a través de solicitar a los participantes que
7
- Krueger, R.A. (1991). Focus groups: A practical guide for applied research. Beverly Hills; California: Sage.
79
realizarán un diagnóstico de la situación del desempleo de larga duración en Navarra, y
siempre a partir de su experiencia cotidiana como orientadores laborales en las diferentes
entidades en las que desarrollan su labor profesional. A partir de esta invitación temática de
inicio, se fueron desarrollando de manera secuenciada los restantes objetivos específicos que
tenía asignados la vertiente cualitativa de la presente investigación.
Definidos los aspectos técnicos desde los que se ha planteado la recogida de la información
procede, a continuación, ir desgranando las aportaciones generadas al tema objeto de estudio
a partir de los discursos vertidos en esta primera reunión de grupo.
5.1.1. La ruptura de perfiles en los PLD
Inicialmente el grupo devanea en la idea de intentar redefinir los principales perfiles que
pueden configurar a las personas que llevan más de un año en situación de desempleo en la
Comunidad Foral. Con relativa prontitud, el grupo consensúa la idea de que, si bien, hay
perfiles grupales y personales donde el desempleo incide de manera más dramática, sobre
todo en la perspectiva de lo vital, el escenario actual resulta desolador porque afecta de
manera sistemática a todos los sectores profesionales y sociales. Esta situación de incidencia
creciente del desempleo en toda la sociedad estaría aumentando, de manera progresiva, en el
último año.
La demanda de orientación y de formación se encontraría por encima de los recursos
disponibles, tanto en lo que se refiere a profesionales para poder responder a esta creciente
demanda, como en lo referente a recursos formativos y técnicos, y ello, sería debido
principalmente al creciente recorte presupuestario al que están sometidos todos los servicios
administrativos, e indirectamente, el resto de entidades que trabajan en el ámbito de la
orientación y la formación. La presencia de personas demandantes de empleo y/o asesoría en
las entidades sería constante y con pertenencia a todos los perfiles; no obstante, en el grupo
se establecen algunas diferencias entre los desempleados/as que acuden a solicitar una
orientación.
En el caso de los servicios públicos, se dice que hay que establecer una diferencia significada
entre la actitud de quienes llegan obligados a sellar una cartilla de paro, y quienes van de
manera libre a solicitar asesoría, formación o simplemente ayuda para encaminar su búsqueda
de empleo. Las personas que concurren espontáneamente presentarían, inicialmente, una
actitud más proactiva y una mejor respuesta a las directrices que se marcan desde los y las
profesionales de la orientación laboral.
80
- En cuanto a la actitud, noto mucha diferencia entre las personas que
vienen, solicitan orientación por su cuenta, o las personas que tienen que
venir a orientación de manera obligada porque cobran una prestación.
Entonces con los primeros lo han solicitado ellos, tienen mucho interés,
trabajar prácticamente todo, desde el currículum, a lo que te demanden,
pues cursos de formación, portales de empleo, todo.. Las otras personas que
te vienen, sobre todo según qué programas, pero lo que decíamos, mayores
de 45, pues muchas personas están ya cansadas de tanto buscar, les
insistes, les hablas de cursos más básicos, pues igual los que tenéis en los
sindicatos, pues de informática, no quieren y ahí es difícil.
Una segunda línea de diferenciación, en lo actitudinal, vendría establecido en función del
género, y con mayor incidencia entre las personas de más edad; esta peculiaridad se haría aún
más ostensible a partir de los cuarenta y cinco años de edad. Según esta observación, de
manifiesto consenso grupal, las mujeres tendrían una mayor disposición hacia el cambio de
actitudes, a la movilidad profesional, o incluso a volver a formarse. En los hombres si, además,
su biografía laboral se remite a haber trabajado en una única empresa, el cambio de actitud
deviene más complejo. Estos estarían, durante mayor tempo, alojados en el rechazo a
cualquier proyecto de cambio profesional que se aleje de donde habían fraguado su vida
laboral. Los procesos de orientación resultan, entonces, más complejos y dilatados en el
tiempo.
Como se deduce del contenido del discurso anteriormente esbozado, la edad se constituye en
la trama central que determina en gran medida el discurso y la actitud de los y las PLD. Y no
solo porque a partir de los cuarenta y cinco años objetivamente las estrategias para encontrar
trabajo resulten más complejas, sino porque, los propios desempleados asumen la edad como
una carga que incide en su motivación a la hora de la búsqueda de empleo. Con posterioridad
nos detendremos, con mayor detalle, en la alocución de este colectivo específico. Aunque,
como se comentaba con anterioridad, los jóvenes y las personas del colectivo de treinta a
cuarenta años que suponía, hasta fechas recientes, el grupo con mayor empleabilidad,
también, hoy en día sufren los avatares del desempleo.
Otro aspecto determinante, y siempre según el discurso de los propios orientadores, resulta
trascendente de cara a las actitudes de los PDL que éstos sean trabajadores cualificados o no.
Esta situación de cualificación, combinada con los grupos de edad y el género, daría lugar a
definir perfiles del desempleo claramente diferenciados.
1.- Hombres, mayores de cuarenta y cinco años, no cualificados. Representa un grupo
numeroso de desempleados porque provienen de los sectores mayoritariamente castigados por
la crisis económica, como son la construcción y la industria. Muchos de ellos han trabajado
toda su vida en la misma empresa. Presentan bajo nivel de formación y son reacios a recibirla,
e incluso a reciclarse profesionalmente. La orientación laboral deviene compleja por la
reticencia que muestran a aprehender técnicas de búsqueda, aunque sea solamente la
81
realización un currículum vitae. Otro problema importante es que, en su mayoría, son
analfabetos informáticos, lo que les deja sin acceso a la información y a las ofertas de los
portales de Internet. Además, la red estaría cobrando un mayor protagonismo en la búsqueda
de empleo o de opciones formativas (cursos on line). Les cuesta asumir y enfrentarse al
desempleo, por ello, se alojan progresivamente en una actitud pasiva.
2.- Mujeres, mayores de cuarenta y cinco años, sin cualificación. Tendrían una vida
laboral alterna entre labores relacionadas con el propio hogar, los cuidados de personas,
limpieza, comercio, hostelería o economía sumergida en general. Presentan una actitud más
dispuesta a la formación y el reciclaje que el grupo precedente de hombres. Tienen más
disposición a realizar y difundir su currículum, obtener el certificado de profesionalidad... Su
aceptación del paro y la actitud de cambio vital resulta, a su vez, mayor; esta actitud se
mantiene aunque lleguen a la orientación de forma forzada. Dentro de este grupo se
encuentran, también, mujeres que no habían trabajado anteriormente (fuera del hogar), y que
al quedar su pareja en desempleo salen al mercado laboral.
3.- Colectivo de personas con formación y profesiones cualificadas. Representan un
grupo social amplio donde hay personas de todas las edades, incluidos mayores de cuarenta y
cinco años, y de ambos géneros. Tienen disposición activa hacia la búsqueda de empleo,
incluso en el extranjero, resulta más presente en los colectivos de menor edad, pero se
manifiesta en todas las edades. El tiempo de desempleo lo valoran como una oportunidad para
la formación y el reciclaje; en especial para aprender idiomas. Cada vez habría más altos
cuadros de dirección, y de dilatada experiencia profesional.
4.- Personas jóvenes de edades comprendidas entre los dieciséis y los veinticinco
años. Habría que diferenciar, aquí, a quienes tienen formación o carecen de ella. Sería uno de
los grupos más emergentes y que cada vez acude en mayor número a los servicios de
orientación. En general, tendrían menor sentido negativo del desempleo que las personas de
más edad. Presentan menor reticencia a salir a otros países para buscar empleo. Pero entre
estos jóvenes hay, también, personas sin formación, ni habilidades informáticas para moverse
activamente en la búsqueda de empleo a través e Internet o realizar un currículum. La
tenencia o no de cualificación llevaría a seccionarlos prácticamente en dos grupos y con
oportunidades de empleo bien diferenciadas.
82
5.- Colectivo de desempleados/as extranjeros. Han trabajado en su mayoría en empleos
de baja cualificación, en sectores de construcción, industria, y de trabajos domésticos y/o de
cuidado de personas en el caso de las mujeres. Hay un colectivo importante de personas con
formación reglada y cualificación, pero sin poder acceder a empleos de ese rango. En
ocasiones por la dificultad de la convalidación de los títulos académicos y/o profesionales, o
por las limitaciones de competir en régimen de igualdad con la población autóctona. Hay una
parte notable que se encuentra en desempleo en torno a cinco años y con dificultades para
acceder a prestaciones sociales. La falta de una red familiar para obtener apoyos económicos y
afectivos complica, en mayor medida, su situación. El retorno tampoco resulta sencillo porque
las condiciones sanitarias, la escolarización de sus hijos/as, las prestaciones sociales... todavía
resultan mejores aquí que en su país de origen. Por lo que estarían más abocados que otros
grupos, a resistir el desempleo y a moverse en la escena de la economía sumergida.
Las dificultades objetivas de empleo existen para todos los colectivos y personas. En el caso de
las personas de más edad, existen condicionantes internos y externos, porque al margen de
que una parte importante de estas personas no tiene herramientas para la búsqueda de
empleo, las empresas y quizás una parte de lo social, no valora la experiencia como un activo.
En los procesos de selección se eliminarían a personas directamente por su condición de edad,
género, origen, nivel de cualificación, tener cargas familiares... Según el entender del grupo, si
hubiera procesos de selección ocultando los rasgos personales, las opciones de empleo serían
más abiertas e igualitarias para toda la ciudadanía. Se impone, entonces, un trabajo de
sensibilización hacia lo social, lo empresarial y las administraciones, para que la igualdad de
oportunidades sea real en todos los ámbitos de la sociedad. A las administraciones les compete
crear un cuerpo legislativo que impulse políticas tendentes a eliminar las crecientes
desigualdades que se han instaurado en la sociedad, y en el escenario laboral en particular.
- Por un lado los estereotipos, que te lo dicen: no quiero un mayor de 45
años en el proceso, entonces ya directamente, nosotros no podemos ponerlo
así pero te están descartando a esas personas, no están valorando al
profesional. Nosotros lo que hacemos es un trabajo de sensibilización con la
empresa y con la sociedad, de que les dé una oportunidad.
- Entonces, mientras eso exista y los empresarios, nosotros, la sociedad, no
esté sensibilizada con que es independiente la edad, el sexo y demás a la
hora de contratarles, para nosotros sigue siendo un colectivo vulnerable,
porque no tiene las mismas facilidades. No existe hoy en día una igualdad de
oportunidades real, no existe, y mientras eso no exista harán falta políticas
públicas de empleo discriminatorias, a nivel formativo con cuotas de reserva,
a nivel de procesos de selección y demás.
En conjunto y retomando el discurso general sobre las personas en desempleo de larga
duración, se dice en las dinámicas que conforme el tiempo de estancia en el desempleo es
83
mayor, aumenta de manera significada la desmotivación de las personas (incluso si
inicialmente han sido activas en la búsqueda). Aunque en este general desgaste el colectivo
femenino tenga mayor capacidad de aguante y de reacción.
- Luego mujeres también, muchas mujeres que no han trabajado nunca, o
que han estado mucho tiempo sin trabajar en el cuidado del hogar, y que al
encontrarse al hombre que ha perdido el empleo, salen a buscar. También
ese perfil. Y sí que es cierto que más abiertas, o más dispuestas a formarse,
o sea saben que se tienen que poner las pilas para encontrar algo.
- Yo aparte de mayores de 45, diferentes perfiles, yo lo que veo que también
condiciona mucho el tiempo que llevan en el desempleo. Al margen del
grupo al que pertenezcan, la mella que va haciendo en cuanto a la
motivación.
- Ahora nos encontramos con gente que es muy activa en la búsqueda de
empleo, y que lleva muchos años, o mucho tiempo ya un poco pasándose
por todos los recursos habidos y por haber, y no encuentran nada. Entonces
también es muy difícil, de cara también a nuestra situación con ellos, a qué
podemos ofrecerles. (…) la desmotivación todavía es mayor.
La labor de motivación de los orientadores se torna, entonces, trascendente y compleja para
posibilitar un cambio de actitud en los y las desempleados, para aumentar la autoestima y
para que sean conscientes que la edad no debe ser la protagonista en su búsqueda de trabajo.
La primera labor sería diseñar un perfil profesional, definir la formación adecuada y conseguir
que crean en sus capacidades. Para posibilitar este cambio deben incidir: la Administración, las
empresas y los propios desempleados/as. En el plano personal se debe trabajar en diseñar un
itinerario “ad hoc”, por el que discurra el desempleado/a, pero con la seguridad de tener un
acompañamiento cercano y motivador por parte del equipo de orientación profesional. Las
técnicas de trabajo en grupos de iguales, también, pueden ayudar en determinado momento
al cambio de actitudes de los PLD. En este trabajo sería pertinente centrar al desempleado en
una entidad de seguimiento para evitar que deambule por los diferentes servicios. Ello
requiere aumentar la coordinación y comunicación entre todas las entidades que atienden a
los y las PLD.
El primer paso del PLD sería aceptar la situación de desempleo, naturalizarla y buscar cuantos
apoyos sean posibles, tanto en el entorno familiar, como de amistades y de los recursos
públicos y privados. Por ejemplo, los hijos e hijas pueden suponer un apoyo en la utilización
de las tecnologías a la hora de enviar un currículum, buscar información en portales de
empleo...
- Muchas veces estas personas tienen una presión añadida psicológica de
que no quieren hacer partícipes a su entorno de la situación que tienen, y
realmente igual sus hijos, que son unos adolescentes, están deseosos de
echarles una mano y ayudarles en eso. A veces se trata simplemente de
eso, de naturalizar la situación, que muchas veces no lo hacen. Afrontando
lo que tenemos y de dónde partimos lo van a tener mucho más fácil.
84
No es menos cierto, que la situación económica de la familia puede determinar un mayor
grado de angustia en los desempleados. El hecho de que ambos miembros de la pareja estén
en paro, poseer una hipoteca que afrontar, tener hijos/a que estén cursando estudios
universitarios, no contar con familiares en el entorno próximo... agudizan la tensión
psicológica que viven las personas en situación de PLD.
De un lado, cada vez son menores las posibilidades para acceder a la formación porque hay
menor oferta como resultado de los recortes presupuestarios; de otro, en su mayoría se
enfoca hacia la certificación profesional, lo que exige que los colectivos menos cualificados
tienen que empezar por estudiar cuestiones básicas como las matemáticas y lengua. Existe
consenso grupal en la idea de que hay que aumentar los programas y las intervenciones
formativas con el colectivo de PLD, y en especial para quienes carecen de cualificación por el
riesgo de exclusión social que se cierne sobre ellos y ellas.
A la hora de analizar los cambios que se están produciendo en el entorno de las empresas, en
lo que se refiere a la demanda de trabajadores y trabajadoras y siempre en el contexto de que
hay una demanda a la baja, se consensúa la idea de que las empresas están en disposición de
exigir los perfiles profesionales que quieran y en las condiciones laborales que planteen. Existe
un mercado amplio de desempleados con elevada cualificación, y con necesidades apremiantes
de empleo. Las últimas reformas laborales de la presente legislatura, habrían ayudado a
facilitar la pérdida de derechos laborales de la población.
La exigencia de una elevada cualificación se estaría generalizando por parte de las empresas,
incluso, para puestos donde no es necesario más que tener una formación específica al
puesto, o unas determinadas habilidades. Como resultado de esta situación, las profesiones de
menor rango en la cualificación, y/o las personas de más edad con experiencia profesional no
pueden acceder al empleo. En este sentido se dice que las empresas prefieren personas
jóvenes porque son más maleables porque carecen de experiencia y cultura de trabajo. Como
consecuencia los procesos de selección aparecen muy restringidos desde su convocatoria y
responden a un diseño, en lo profesional y lo personal, a “la carta”.
En la mayoría de las ocasiones, los trabajadores/as cualificados tampoco pueden desarrollar
sus conocimientos porque acceden a puestos de menor cualificación. Obtienen contratos de
corto recorrido temporal, o en el mejor de los casos, si permanecen más tiempo en el trabajo
no encuentran espacio para la promoción.
- Personalmente, las empresas ahora mismo se están columpiando, entre
comillas, mucho, porque están pidiendo cosas que verdaderamente no se
necesitan para realizar la ocupación, no son necesarias ni básicas, y pues
bueno, están pidiendo de todo. (...) o sí que verdaderamente dicen: bueno,
por el precio de dos si me dan más pues eso que tengo ahí.
- Para un administrativo, si tenemos un LADE me va a sacar...
85
- Luego, también, se está pidiendo todo lo bonificado. Claro, tú quieres una
persona con discapacidad porque está bonificado, pero tampoco quieres
cualquier discapacidad claro
- Que no se le note, que pueda hacer sus funciones totalmente, al cien por
cien, pero...
- O los que existen ya van al primo de, porque yo hoy mismo he llamado a
una empresa y me han dicho: mira te voy a ser sincera, no colaboramos con
ninguna entidad porque las incorporaciones las hacemos con contactos que
tenemos de familiares, de conocidos, que se han quedado desempleados.
El empleo bonificado estaría perdiendo espacio porque cada vez son menos los colectivos
sujetos a esta vía de subvención. En el caso de la discapacidad se dice que no se busca la
incorporación real del colectivo, sino que la intención es contratar a personas con la menor
discapacidad posible (“que no se note” se dice en el grupo), para que puedan desarrollar un
trabajo en al mismas condiciones que el resto de empleados y empleadas. Nuevamente
retorna la idea de la necesidad de trabajar con las empresas para realizar labores de
concienciación, aunque también hay acuerdo en la idea que en la actualidad no resulta labor
sencilla porque están en una situación de mayor poder que antaño.
La poca oferta de trabajo existente y la extensión del paro a todas las realidades y estratos
sociales, ha traído consigo que en algunas empresas las plazas vacantes se cubran desde el
entorno familiar o de amistades. En estos casos, generalmente en PYMES, no habría oferta
laboral, ni procesos selectivos.
El autoempleo como alternativa al paro de larga duración estaría aumentando, pero no por
vocación sino por considerarse como la última opción. En los últimos tiempos habría un
aumento notable de las demandas de información y de asesoría para crear pequeñas
empresas. Pero muchas buenas ideas se encuentran abocadas al fracaso porque las entidades
bancarias no dan crédito en la actualidad, y menos a personas en situación límite de
desempleo. Para el colectivo de personas más jóvenes, además de todo lo expuesto, el
autoempleo les resulta más complejo porque carecen de experiencia laboral y, por ello, su
desconocimiento de las claves del mercado resulta muy elevado.
5.1.2 En clave de propuestas
En la última fase del grupo focalizado con orientadores laborales, se les propuso trabajar en el
plano de la práctica de la dinámica de la tormenta de ideas, para que propusieran líneas de
acción para mejorar las acciones que se estaban llevando a cabo con las personas del colectivo
de PLD.
86
Partimos de una reflexión inicial que se plantea en términos positivos y que tiene que ver con
la (re)construcción de las redes sociales de apoyo que habían caído en la sociedad
individualista del consumo. Estas redes físicas (en contraposición a las virtuales), donde la
gente se encuentra, habla (los parados/as dejan de ser silentes), se apoya y ayuda desde la
proximidad, se estarían convirtiendo en un recurso grupal que refuerza la motivación hacia el
cambio de actitud y de estrategia ante el paro, u otros problemas derivados de la propia crisis
económica. El siguiente testimonio lo expresa con claridad:
- Las redes sociales han cambiado mucho, entonces ahora yo creo que el
tema de los parados de larga duración y todo eso es más complicado porque
antes había una red social, que estás metido en unas cosas y tal, había
asociaciones de vecinos, había un movimiento que ahora no existe y que se
está empezando a organizar, con esto de los desahucios, los desempleados,
un poco. Ahora la gente yo creo que está más aislada, se queda en casa, no
sabes dónde ir, porque antes sí que tenías igual un sitio donde podías ir y
hablar de tus problemas, e intentar buscar soluciones entre todos.
- La gente no tiene tantos prejuicios porque tiene cerca alguien que lo está
pasando mal; o la gente empieza a juntarse en asociaciones de vecinos; o la
gente empieza a hacer voluntariado porque los recursos son limitados,
porque tiene tiempo; porque como no puede formarse, no puede trabajar,
también de alguna manera ocupa y ve que puede ayudar a otros que lo
están pasando peor. Yo lo que tengo la sensación es de que se está creando
unas redes que se habían perdido, y gracias a esta desgracia de la situación.
A la luz del texto anterior, se propone la idea de que los PLD se impliquen en el voluntariado
social, porque supone un retorno a lo social de su actividad y, además, reforzaría su
autoestima al posibilitar el encuentro y la interacción con otras personas. La mayor actividad
en lo social permite como contrapartida tener una mayor información sobre lo que acontece en
lo laboral (información indirecta de posibles trabajos a través de las redes sociales de
contacto).
- Pero es verdad. Mucha gente te dicen: va, tal; y luego vienen, han
empezado el voluntariado y te dicen: si es que es verdad que yo me
encuentro mejor porque me veo capaz, y sé que valgo y puedo hacer otras
cosas que hasta ahora no hacía.
- -Nosotros cuando atendemos a una persona que lleva tiempo sin trabajar,
en muchos casos les proponemos, algunos se ríen, y otros acaban
haciéndolo, hacer voluntariado. (…) hay gente que por salud le viene bien,
porque está cobrando una prestación y es una persona que hasta ahora
nunca había tenido necesidad de cobrar una prestación, que todo lo que
llegaba a su casa era por su trabajo, por su esfuerzo, entonces,
sicológicamente lo lleva muy mal el cobrar algo, entonces le dices: dale la
vuelta, devuélveselo tú a la sociedad.
Se propone incrementar la formación y la orientación a los PLD porque el número de
desempleados ha aumentado de manera significada en los últimos años, y una parte
importante de ellos y ellas carece de recursos personales para elaborar una estrategia eficaz
de búsqueda de empleo. Habría que seguir incidiendo en el diagnóstico personalizado de cada
situación, en trazar un itinerario y trabajar la autoestima y la motivación personal.
87
El acceso a la formación reglada debiera ser una opción más para este colectivo, para que
pudieran optar a la certificación profesional del nivel II. Los cursos de competencias debieran
ser ajustados a los tiempos de aprendizaje que requieren las personas con menor cualificación,
y/o falta de hábitos de estudio. Cursos sin requisitos previos porque, una parte de los PLD, no
puede ni tan siquiera acceder a la formación inicial. En general, se plantea que por parte de las
administraciones habría que aumentar la oferta de cursos de formación para desempleados/as,
trabajando siempre en línea con las necesidades de las empresas.
En términos de refrendo de la autoestima, de la solidaridad entre desempleados y
desempleadas, y del desarrollo del conocimiento, se estima que sería interesante articular
estrategias para que los PLD colaborasen en la formación del propio colectivo, aportando sus
experiencias y conocimientos laborales y profesionales.
- Ahora mismo, los que nos quedan a nosotros por ejemplo, dicen: “de
estos, este”, “no puedes, no puedes”; es que no puedes, no es que no
quieras, que luego viene el tema de que “me obligan a hacer cursos pero
luego no puedo hacer”
- Y luego aparte muchos de los cursos están dirigidos más a trabajadores.
- Vamos a lanzar cursos teniendo en cuenta la demanda que hay, aunque
sea una demanda escasa, pero vamos a ver qué sectores; (...) intentar
hacer cursos más relacionados con atención al cliente, o tema de inteligencia
emocional para que vuelvan a creer en sí estas personas, de motivación, o
sea centrarnos en lo que se demanda, no hacer cursos por hacer.
Sería necesario extender una nueva cultura del trabajo que implica un cambio de las
mentalidades, en el sentido de que a futuro el trabajo no va a ser como el que ha habido hasta
ahora: un puesto de trabajo único en la misma empresa durante toda la biografía laboral. El
trabajo va a ser más rotatorio y estacional. Ello implica no solo como ya hemos apuntado un
cambio de mentalidad, sino que será necesario adaptarse a nuevos estilos de vida laboral y por
extensión social y familiar.
Esa nueva cultura del trabajo, debe llevar a reencauzar las relaciones de los servicios de
orientación para el empleo con las empresas. Hay que partir de nuevas líneas de encuentro
hasta conseguir un continuo colaborativo del que ambas entidades se beneficien (la idea de
dar y recibir en ambas direcciones). Y ahí, cobra vital importancia la idea de la responsabilidad
social de las empresas, por ejemplo a partir de compromisos empresariales para la formación y
empleo de los propios PLD, o de personas en situación de exclusión social del entorno próximo.
- “¿Vas a generar empleo a lo largo de este año?”, “pues no, no voy a
generar empleo pero tengo unos beneficios y una parte de mis beneficios lo
destino a proyectos de responsabilidad social”. Oye pues en vez de
destinarlos a yo qué sé, este año por qué no ves el apadrinar a tres vecinos,
o a cinco vecinos de tu pueblo, de tu zona, para que hagamos un itinerario
88
de empleo con ellos y políticas de acción. Eso ya lo hemos planteado, ya lo
estamos haciendo en Navarra.
El grupo se plantea repensar el cómo articular, en el colectivo de parados y paradas de larga
duración, las Políticas Activas de Empleo existentes en la Comunidad Foral de Navarra.
Finalmente, se ve prioritario fortalecer las redes de comunicación de las diferentes entidades
que trabajan con los PLD, creando un espacio continuado de encuentro y de debate. Habría
que diferenciar y diversificar las entidades que trabajan en este ámbito de la orientación y la
formación con desempleados/as de larga duración, posibilitando la mayor especialización de
cada entidad. Todo ello, bajo el prisma de tener que trabajar con menor presupuesto
económico, lo que conlleva a la necesidad de buscar parámetros de máxima eficacia y
rentabilidad en todas las acciones.
5.2. La emigración en el largo túnel
El segundo grupo tiene como protagonista discursivo a las personas que provienen de terceros
países y que tienen su residencia fijada en la Comarca de Pamplona, a la par que como los
restantes colectivos se encuentran en una situación de PLD. La necesidad de ahondar en los
discursos vitales que como grupo social tenían las diferentes personas afectadas por el PLD y
que constituyen la base del presente estudio, nos llevó a estimar que resultaba más pertinente
trabajar con ellos y ellas bajo la práctica del grupo de discusión. Esta práctica cualitativa
posibilita, como ninguna otra, la (re)producción del discurso ya cristalizado en los grupos
sociales.
El descriptivo de su biografía laboral es coincidente con una situación de pleno empleo, tanto
en los hombres como en la mujeres, hasta aproximadamente el año de 2007 donde, para la
mayoría, comienza un escabroso camino de desempleo del que cada vez resulta más complejo
el poder distanciarse. A la par, por los periodos dilatados de desempleo, las ayudas primero
del paro y luego en forma de renta básica, se van agotando con la consecuente situación de
angustia; en especial, entre quienes tienen cargas familiares que conllevar. Hay un curioso eje
discursivo al definir su estado como al límite. Utilizan, para ello, la idea de encontrarse al
borde de “explotar” (provocando un conflicto manifiesto y externalizarlo), pero el segundo
tempo reflexivo les lleva a contener ese deseo inconsciente, a reconducir la furia en los
términos de que solo me queda “aguantar”, dicen, sumiéndose en un estado de resignación
consciente (y remitiendo el conflicto al espacio de lo interior, de lo latente).
89
- Yo estoy, la verdad es que estoy desquiciado, estoy a punto de explotar,
pero no tengo más remedio que aguantar, como todo el mundo. Esa es mi
experiencia última, la última experiencia que yo estoy viviendo.
El itinerario de trabajo, paro, prestaciones sociales, para quienes tienen más edad llega hasta
obtener el RAI (Renta Activa de Inserción) de ayudas para mayores de cincuenta y dos años
(ahora para mayores de cincuenta y cinco años). A partir de esa edad las esperanzas de
volver a insertarse en el mundo laboral se diluyen; y ello, pese a que confiesan que quieren
trabajar e insisten en el sentido de que trabajar es su verdadera ilusión. El
concepto de
“ilusión” que verbalizan en el grupo, y siguiendo la propia definición de la RAE, les remite a un
estado perenne de desempleo: “imagen
o representación sin verdadera realidad, sugeridos por
la imaginación o causados por engaño de los sentidos”.
- Estoy viviendo del social y la trabajadora del barrio, y sigo viviendo hasta
hoy, y ahora estoy ahogado. Las ayudas ya están acabándose y la verdad es
que no veo que hay mucho futuro por lo que está pasando.
- Desgraciadamente me atrasé a hacer la tarjeta del INEM y me
suspendieron un año de ayuda. Entonces me ha tocado vivir de amigos,
amistades, tuve que ir también en cierta ocasión al albergue municipal, unos
tres o cuatro días, pero la verdad es que así se ha pasado.
- Por el momento nos está ayudando un sistema que se llama RAI, que es
mayores de 52 años, pero como ya se terminó también, estoy en el
momento de recibir una renta básica, pero por el momento estoy sin ayuda
del Gobierno de Navarra. Mi ilusión es encontrar trabajo.
Hay un claro consenso en la idea de que no desean vivir de las prestaciones sociales, porque
vinieron para trabajar, puesto que, ese era el estímulo determinante de sus procesos
migratorios. El hecho de ser extranjeros para los empresarios, aunque una parte notable tiene
ya doble nacionalidad, resulta ser otra limitación añadida. La experiencia laboral no resulta un
valor para encontrar empleo en el tiempo actual y en ello se muestran coincidentes, de
manera transversal, todos los grupos. Igual sucede con la idea de que a partir de los cuarenta
y cinco años pasas a ser una persona mayor que ya no interesa contratar. Las personas de
edad tienen criterios y cultura del trabajo adquirido a través de la experiencia, pero este
hecho no ayuda porque el empresario quiere, en la actualidad, una mayor sumisión del
empleado. Los jóvenes interesan porque son más maleables, y tienen una mayor disposición a
aceptar las condiciones laborales y salariales que se marquen por la dirección de la empresa.
No hay un discurso de enfrentamiento o de disputa intergeneracional, el grupo reconoce que,
también, la juventud lo tiene muy complicado para su acceso al mundo laboral; y ello, a pesar
de sus elevados niveles de formación.
- El motivo último por el que me despidieron es que estaba muy mayor (…).
Cuando vas a contratar el empleador dice que tienes mucha experiencia,
pero cogemos jóvenes sin experiencia.
90
- No nos quieren, así de claro, no nos quieren. No nos quieren porque una
vez pasas los 40 años nadie quiere contratarte porque le vienes pesado, es
una carga para ellos.
- Exactamente, y como uno ya tiene los criterios formados en trabajo y en
cultura y de pensamiento, entonces, yo creo que el patrón, o jefe, ya no lo
ve con buenos ojos esa situación.
La amenaza de acabar en la exclusión social resulta próxima. De hecho algunos confiesan
haber tenido que recurrir a los comedores sociales y a pasar días en los albergues
municipales. La falta de redes sociales y familiares hace más compleja aún la pura
sobrevivencia. Ahí articulan la metáfora del largo túnel oscuro en el que se ha sumido su
existir. Lo mas duro resulta de que no se atisba ni la salida, ni tan siquiera una luz que ayude
en el tránsito a la salida de esta incertidumbre actual. Ni las creencias religiosas en la
esperanza del cambio mágico sirven para enmendar la desesperanza que denota aquí el
discurso grupal.
- Solo hay una esperanza, los creyentes que somos, tenemos una esperanza
de que esto cambie, pero nada más. Si vamos a la realidad que estamos,
pues es un túnel muy oscuro y una verdad que pasamos muchos.
Desgraciadamente esa es mi realidad, y como dije antes, la esperanza de
que ojalá presente algún día algo diferente y cambie los sistemas de vivir.
Hay un substrato discursivo de una cierta queja frente al trabajador autóctono. Durante la
época de mayor bonanza económica los inmigrantes realizaban las tareas que la población
local no quería desempeñar, además, estas labores estaban minusvaloradas socialmente.
Antes y ahora la rivalidad y desconfianza hacía el extranjero era mayor en la competencia por
los trabajos cualificados, aunque la posición del trabajador autóctono siempre haya sido
ventajosa. En la actualidad la crisis habría nivelado las cuotas del desempleo y de pobreza,
entre ambas colectividades. La idea de culpabilizar de la falta de trabajo a la población
inmigrante, tan presente al inicio de la crisis, estaría remitiendo en alguna medida por ver que
afecta a toda la población al margen de su condición. Aunque para el extranjero todo resulte
más complejo por esa situación de mayor aislamiento social que padece.
- Mucha gente española antes no querían trabajar ni de camareros, ni en
agricultura, ni nada, ni desagües ni nada (…) Ahora no, ahora todo el mundo
está igualito, ahora estamos todos iguales, y si tienes más pues vales más, y
si no tienes nada pues eres un...
- ¿HAY AHORA UNA COMPETENCIA IGUAL?
- Ahora competimos todos por igual, españoles y extranjeros, todos estamos
en el mismo saco y vamos sacando la porquería como podemos.
- Claro, el mayor ejemplo que se puede ver en este momento de igualdad
casi es en los sitios donde nos regalaban a nosotros, a los inmigrantes,
alimentos. Antes no se veía un natural de aquí, o español, no se veía, y en
la actualidad se ve a muchos.
- Ahora sí, muchísimos.
91
Al preguntar al grupo por las estrategias que sigue en la búsqueda de empleo, el relato
muestra en detalle el conocimiento que poseen de los recursos y entidades que tienen como
objetivo la orientación sociolaboral en Navarra. Sindicatos con los matices diferenciadores de
cada uno, entidades administrativas de empleo, tanto públicas como privadas, organizaciones
no gubernamentales, entidades de ayuda social... todas ellas son conocidas y las habrían
visitado en un itinerario de búsqueda laboral. Reconocen que exceptuando la ayuda
psicológica y moral que supone acudir a estos servicios de orientación laboral, todas las
estrategias resultan baldías por la situación límite en la que está sumido el mercado de
trabajo.
Igual de frustrante resulta el realizar un currículum, incluso el adaptarse a su envío por
Internet, ya que, en la actualidad dicen que supone prácticamente la única vía por la que se
puede presentar este documento laboral en las empresas. La mayoría de los currículums,
generalmente, no encuentran respuesta alguna. La edad y la condición de extranjero dificultan
la inserción laboral. Acudir a las ETT tampoco aumenta las opciones de encontrar empleo
como sucediera antaño. Las empresas estarían recurriendo a seleccionar directamente a sus
nuevos empleados; y ahí, funcionan las redes de amistad y familia más que criterios de
profesionalidad o de cualificación.
- El Servicio Navarro de Empleo a mí me han mandado cuatro o cinco
ofertas de empleo, y mandé mi currículum por correo electrónico, hasta hoy
estoy esperando la respuesta, nada. Más de cuatro me han mandado y no.
Ven el nombre, la edad, “extranjero, mayor no, fuera”.
- Y LOS ORIENTADORES LABORALES DEL SERVICIO NAVARRO DE EMPLEO,
¿LES AYUDAN, LES ASESORAN PARA BUSCAR TRABAJO?. ¿CÓMO VALORAN
ESE TIPO DE ASESORÍAS?.
- Es positiva en el sentido teórico porque nos dan fuerza para que
salgamos..
- Animarte, te animan.
- En eso es positivo, pero desgraciadamente cuando se sale y se golpea las
puertas, le abren, le niegan, le cierran y ninguna puerta le dicen: pase que
hay un sitio para usted... En ese sentido es positivo porque al menos nos
reaniman, como este momento, que es un momento de placidez, de
reconforte, para mí personalmente, porque en vez de estar sentado en un
bar.
- O en casa comiendo la bola, comiendo la cabeza.
- Al menos estamos diálogos, intercambiando todos, nuestras pobrezas,
estamos conversando.
- Nuestras penas, así de claro, nuestras penas.
Realizar cursos de formación como estrategia de empleo, tampoco ayuda como opción de
empleo. Resultan en mayor medida actividades paliativas a la soledad, aislamiento y
desesperanza que genera el desempleado. Refuerzan el vínculo social al estar en contacto
físico con personas que están pasando por las mismas situaciones. Hay más de terapia grupal
92
que de actividad propiamente formativa. Aunque exista consenso en la idea de que sin
certificado profesional cada día resulta más complejo encontrar empleo.
La economía sumergida, si bien se pueden realizar ocasionalmente algún pequeño trabajo
como manera de ayudar a personas del entorno próximo en sus necesidades, tampoco supone
una alternativa económica estable. Estaría sufriendo la misma situación de crisis que la
economía oficial.
Las mujeres inmigrantes tendrían alguna opción laboral más que los hombres, pero en su
mayoría en el marco del subempleo y de la explotación económica. En el ámbito de lo
doméstico la oferta se habría limitado porque en el caso de los cuidados a personas y la
limpieza, las familias autóctonas al estar sufriendo los efectos de la crisis, no contratarían
personal externo. Los propios familiares en desempleo se ocupan, ahora, de estas labores en
lo doméstico. Se dice que las mujeres inmigrantes tienen más opciones laborales porque su
capacidad de sufrimiento es mayor que la de los hombres.
Esta falta de futuro laboral tiene especial incidencia en la vida personal y en el entorno
familiar. La preocupación por la atención de los hijos e hijas se muestra como una prioridad en
su devenir discursivo. Poder alimentarles convenientemente, que dispongan de lo necesario
para continuar su formación escolar, el acceso a la sanidad, a una vivienda digna... supone los
estímulos para seguir buscando recursos económicos. En general se dice que a pesar de la
dureza de la situación económica, las condiciones escolares, sanitarias, de ayuda social... que
existen en Navarra compensan el sufrimiento. Por ello, se plantean “aguantar” aquí para
garantizar mejores condiciones para sus descendientes que las que pudieran tener regresando
a sus países de origen.
Quienes carecen de ayudas sociales recurren a las redes familiares y de amistad (cuando las
hay), pero reconocen que éstas, a su vez, cada día están en situación de mayor límite porque
los entornos, también, están sufriendo el desempleo. Esta situación económica que tiene
especial incidencia cuando llega la amenaza de un desahucio de la vivienda, provocaría no
pocos desencuentro en las parejas. Muchas de las ilusiones que dieron pie al proceso
migratorio, se irían desvaneciendo. Los siguientes relatos dan fe de la crudeza de las
situaciones que este colectivo de PLD sufre en particular.
- Esta tarde me voy a acogerme a lo de alimentos de la parroquia de
Etxabakoiz, porque no tengo nada para comer, y tengo la mujer enferma y
estoy pagando un alquiler que no puedo con él. Esta tarde a las cinco he
quedado con la monja que me va a dar algo de comer. Así vivimos todos.
- CÓMO SE LLEVA A NIVEL FAMILIAR, AMISTADES Y LOS HIJOS, EL
COLEGIO, CÓMO LO LLEVAN.
- Pues yo la verdad que a raíz de esta crisis me divorcié de la mujer, tengo
dos hijas pequeñas. Estudian, pero la madre trabaja a medio tiempo por la
mañana, ella es la que prácticamente ha sacado adelante a mis hijas en
cuestión de estudios.(...) si hubiese sido por mi lado lo hubiese perdido todo,
93
además del matrimonio inclusive hasta las hijas, porque aquí ya sabes que
no se puede tener a unos hijos sin poder mantenerlos.
- La vida que yo llevo por ejemplo es una habitación actualmente, que ya
estoy debiendo dos meses porque ya hace dos meses que no recibo ayuda, y
de esa forma subsistimos. Un banco de alimentos que nos da algo, entonces
con eso es con lo que subsistimos, porque trabajos esporádicos no hay,
trabajos para una semana, unos días, al menos a mí no me ha llegado, ni me
llega. Es la forma como sobrevivo yo.
Como alternativa se plantea, de manera prioritaria, una verdadera implicación de la clase
política general en un cambio económico que posibilite la creación de empleo para todos los
sectores, y en particular en las clases más desfavorecidas. Aunque el grupo no rezuma
confianza en que de manos de la clase política llegue la superación del actual estado de crisis.
El Gobierno debe apoyar económicamente mediante ayudas a la pequeña y mediana empresa
que son las que mueven la economía, en especial en el caso de Navarra. Esta es una idea que
aparece reiteradamente verbalizada en todas las dinámicas grupales desarrolladas en la
presente investigación cualitativa. También, sería necesario, y siempre en el entender del
grupo, que las entidades bancarias se implicasen en posibilitar líneas de crédito tanto a las
empresas asentadas, como a los proyectos de nuevos emprendedores.
En esta línea final que la mayoría de los grupos de discusión toma, de manera espontánea,
para buscar alternativas al descriptivo generalmente problemático que hacen en su diagnosis,
se aborda la discusión respecto a la necesidad de reformular la política de alquileres sociales.
La vivienda constituye un eje fundamental en el discurso del grupo, dado que en Navarra
presenta unos precios muy elevados; tanto en lo referente a los alquileres, como al precio de
venta. Los alquileres sociales deberían estar ajustados a los sueldos medios y a los ingresos de
quienes perciben rentas básicas. La necesidad de tener que contar con un aval bancario de
tres mil euros limita, en gran medida, el acceso a estas viviendas de las personas más
desfavorecidas; ya que, los bancos no avalan a quien carece de ingresos o percibe rentas
sociales.
- Si voy a alquilar yo por 600 euros y cobro 630 cómo voy a vivir.
- Pero es que hay un problema también con esto de la vivienda, el requisito
para arrendar una vivienda oficial protegida que tienes que tener un aval
bancario de 3000 euros. De dónde, no se entiende
- PARA VIVIENDA SOCIAL?
- Sí, vivienda social, sí
- Que puedes pagar el arriendo 200, 250, barato, pero tienes que tener un
aval.
- Ahora piden 500 euros como mínimo, como mínimo 500 euros.
- A mí me han pedido ese dinero, me han dicho que si tengo un aval
bancario de 3000 euros, y yo dejé de ir apuntándome porque yo ese dinero
no lo he tenido nunca.
94
En el grupo se plantea la idea de que se facilite el que las personas extranjeras que por
necesidades vitales, como pueda ser la enfermedad o muerte de un familiar, tengan que salir
del país dispongan del tiempo necesario para acudir a sus países de origen y que se les
permita periodos más largos de estancia. Que no haya penalizaciones sobre cuestiones como
tener que devolver parte de las prestaciones de desempleo, o perder los derechos de ayudas
durante un año. Aunque eufemísticamente desde las administraciones se hable de la
“interrupción de las prestaciones”. Se dice que los desempleados autóctonos no tienen estas
penalizaciones cuando salen a determinados países del extranjero, máxime cuando pueden
sellar el desempleo por Internet y no queda constancia de su salida al extranjero cuando lo
hacen en el entorno de la propia Comunidad europea.
Finalmente, en el grupo se aborda la discusión sobre si en este estado complejo de la vida el
retornar al país de origen puede ser una alternativa. Hay un discurso dominante de rechazo al
retorno, fundamentado en la idea de que en una parte significada son ya españoles de
derecho, y aquí se sienten integrados e integradas. Además, y como se ha indicado
anteriormente, las condiciones generales de vida son mejores aquí que en sus países, y ello
supone un garante de futuro para sus descendientes. Volver al país de origen implica en no
pocas ocasiones ser un extraño, una situación que algunos dicen experimentar cuando
regresan ocasionalmente; los países han evolucionado y las redes sociales se han diluido
progresivamente. Los verbatim siguientes expresan toda la crudeza del regreso cuando éste
no lleva implícito el éxito económico en el proceso migratorio.
- Llevo 28 años fuera de mi casa, y allí cuando voy no conozco nada, y la
gente tiene otra mentalidad, otra cosa, y si voy paso 15 días y me harto,
porque el sistema de la vida allí no es como aquí.
- Yo en lo personal, para mí mi país es España porque mis dos hijas son
nativas de aquí, la madre es nativa de aquí, entonces son pequeñas y mal
haría dejándolas y marcharme a mi país. Y como dice el compañero, es
regresar a cero, y como dice el otro compañero también, es como llegar a
otro país, porque mi país también está cambiado en muchos aspectos, y
bueno es volver a reintegrarse y eso costaría tiempo, y la verdad que yo por
mí ya me quedo aquí.
- Ya eres de aquí, no tenemos remedio.
- Sí, yo estoy aquí porque a Rumanía si voy no tengo ni casa, no tengo nada
y dónde voy, voy a Rumanía pero dónde, porque no hay dónde. Si te vas a
Rumanía te vas donde un tío, o una tía, pero no te dice: esta es tu casa,
quédate.
- Te vas a tu país, en el fondo tú quieres a tu país, pero la gente de tu país
no te quieren allí si no tienes dinero. Si tienes pasta tú allí serás el rey, pero
sin tener nada eres una porquería, vete donde estabas.
- La familia te va a hablar negativamente, la familia te va, psicológicamente
te va a más de lo que estás, porque uno se regresa prácticamente como
derrotado, se podría decir, porque económicamente no sale bien, y la familia
le viene y le dice: bueno, tantos años estuviste y qué hiciste...
- Y qué haces aquí, para qué has vuelto, no sé qué. Ahora si vas con montón
de plata sí que te quieren, la familia y los que no son la familia; hasta los
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desconocidos te vienen a conocer, “eh tú”, te hacen la pelota. Es como aquí,
pasa lo mismo, tanto tienes tanto vales, es lo que hay.
En el fondo el cierre discursivo del grupo acaba llevándolo a una discusión sobre la identidad
final del inmigrante. Aquí no acaba de ser reconocido plenamente y sufre, en todos los
ámbitos de la vida, la presión del ser diferente; el regreso deviene complejo al volverse un
país extraño porque, también, ha evolucionado (o precisamente porque no lo ha hecho). El
retorno resulta aún más inviable, si no se acude con el triunfo que supone el éxito económico;
si bien, ésta es una característica común a todos los procesos migratorios, y proyecta
recuerdos similares de las migraciones españolas de los años sesenta.
5.3. Los nuevos procesos migratorios
La población más joven y en edad laboral, ha constituido el tercer grupo de discusión formado
“ad hoc” para captar su discurso o las posibles variantes discursivas que pudieran existir,
respecto a los objetivos del presente estudio. Se denota la convivencia de dos posiciones de
discurso. Una más incrustada y construida desde un cierto desencanto y de resignación por la
dureza de la crisis económica que les está tocando vivir, y una segunda posición discursiva
crítica, de cierto inicio de rebelión frente al sistema que les relega a renunciar a sus procesos
de emancipación, y los expulsa de su comunidad para tener que construir su futuro vital en
otros países. Aquí el discurso antisistema va cuajándose de mayores argumentos en la medida
que se desgranan analíticamente los efectos del no trabajo y la afección que ello tiene sobre la
juventud. El gobierno actual y el poder del capital, se identifican como los responsables
principales de la perversa situación económica que acontece.
Como en el inicio de todas las dinámicas grupales, el moderador propone comenzar a hablar
describiendo las biografías laborales de los participantes en cada sesión de trabajo. Los relatos
juveniles transitan entre breves experiencias en el mundo de las prácticas de empresa,
trabajos como becarios o empleo eventual, y generalmente alejado de la formación o
cualificación que poseen. Alternaron trabajos de fin de semana, y contratos temporales hasta
que se asentó la crisis que les sumió en el desempleo y desde entonces, las oportunidades de
trabajo se ven con mayor distancia. En el sentido literal del término porque se plantean buscar
empleo en otros países, dicen que retomando el continuo migratorio que se había
interrumpido en sus abuelos. Canadá, Brasil, Venezuela... van cobrando prioridad de destino,
frente a los países mejor asentados de Europa. No tienen confianza en que la clase política
(estatal y local) sea capaz de solucionar el tema económico, o de proponer alternativas de
96
empleo para los jóvenes, de ahí que crean que ellos y ellas son los que tienen que tomar la
iniciativa de resolver su vida, aunque ello implique empezar de cero en un proceso migratorio.
- Yo hice un grado superior de informática, de programación, hice las
prácticas pero no llegué a trabajar de eso nunca, no me cogían. He estado
de operario, por ETT, en fábricas de plástico y así, pues temporadas, o sea
días sueltos, una semana... Luego he trabajado de repartidor de bebidas
para la temporada de San Fermín, y luego sustituyendo una baja de
repartidor de pollos, y más o menos esa es mi experiencia. Luego algún
curso que he hecho de instalaciones frigoríficas y así, pero eso. Desde
octubre de 2011 no he encontrado ningún trabajo.
- Yo he hecho un grado medio de auxiliar administrativa, hice las prácticas, y
esa misma empresa me llamó para que trabaje en enero del 2011. Estuvo de
enero hasta febrero, todo febrero, y de ahí ya no he vuelto a trabajar.
Las actividades que desarrollan para la búsqueda de empleo son similares a las que realizan el
resto de grupos de desempleados. Actividades como realizar un currículum de acuerdo a las
directrices que marcan los orientadores, y presentarlo en todas las empresas que lo requieren.
Emplean Internet para la búsqueda de empleo en mayor grado que el resto de grupos. Hay un
consenso manifiesto en la idea de que no es de gran utilidad esta actividad de enviar
currículum, porque todo el mundo lo envía y el número de parados y paradas jóvenes resulta
cada vez más numeroso. Tampoco entienden cómo se les pide experiencia cuando aún no han
iniciado su camino laboral. Como sucede en el habla de los otros grupos, confían más que el
trabajo llegue a través de las redes de conocidos y de amistades que de las agencias de
empleo, o de enviar simplemente currículums.
Aunque carecen de confianza en que la formación sea un garante, a corto y medio plazo, en la
búsqueda de empleo se quejan de que el SNE haya reducido su oferta formativa para los
desempleados y desempleadas. Tampoco piensan que los planes de juventud resulten ser una
apuesta decidida para apoyar el desarrollo de puestos de trabajo para los jóvenes.
La falta de trabajo les aboca a depender de la familia y a renunciar a la emancipación. No hay
esperanza en que la situación económica y laboral vaya a cambiar, no al menos desde la
política actual; de ahí que sus posiciones sean dualistas: o conformarse desde la resignación a
vivir en el cobijo de los padres y/o madres, o emprender un complejo camino migratorio. Los
jóvenes que llegaron durante los últimos años a trabajar aquí, se plantean el regreso a su país
de origen o encaminarse hacia otros países con mejor situación económica. Aunque crean que
hay que cambiar el sistema, dicen de raíz, se retraen ante implicarse en el compromiso activo
de movilizarse para subvertir en términos sociopolíticos la sociedad que les margina.
- Esta mañana estaba viendo yo y ponen, para operario de almacén te dicen:
experiencia mínima cinco años, yo digo: no estoy empezando a trabajar y
me piden esto.
97
- Es incómodo, porque lo mejor es trabajar y ganar tu propio dinero para
hacerte independiente con lo tuyo, no depender de nadie, porque cuando se
depende de otro se siente mal, porque si uno tuviera una invalidez o algo,
entiendes, pero no la hay. Se decía que iba a haber mucho trabajo para la
juventud, pero mentira. Todo no pasa de ser noticia.
- Al final te puedes coger depresiones.
- La cosa es, has dicho que esperemos a que se arregle, quién lo va a
arreglar. Yo no creo en el sistema que hay hoy en día, de empresas que
ganan los de arriba y los de abajo nos comemos los mocos, y encima nos
despiden y tenemos menos derechos. Yo creo que hay que cambiar el
sistema de raíz. Es difícil.
El autoempleo tampoco se contempla como una alternativa laboral, ya que, aunque tengas
buenas ideas y proyectos viables dicen: qué banco va a apoyar económicamente a los jóvenes
emprendedores. Por otro lado, las familias ya están endeudadas y no pueden ayudar a los
hijos e hijas en proyectos de elevado riesgo. Sería necesario un plan de emprendimiento
subvencionado por las administraciones públicas. Si hubiera opciones de trabajo en la
economía sumergida lo harían sin duda, ya que, en general carecen de cualquier prestación
económica porque no han cotizado la mayoría el tiempo suficiente.
En un determinado momento del discurso se habla, de manera espontánea, de los
orientadores laborales. Ellos y ellas serían conscientes de que las actividades que proponen
están abocadas al fracaso, porque no hay trabajo en ningún lado, y hacer currículum supone,
como mucho, una maniobra de distracción personal. Se dice que son unos “vendedores de
sueños”. En la inmensidad del paro los jóvenes aseveran que eres un número más, no eres
nadie; quién se va a acordar de ti y del currículum que dejaste un día en la empresa.
- Te venden un poco de sueño pero hacen el intento. Dicen que te van a
ayudar, que ya conseguirás trabajo; vender sueños, para mí.
- Yo pienso igual. Te ayudan a mejorar el currículum, te ayudan a los
portales, pero total de ahí no llama nadie, o sea de los que te dan, que estoy
apuntada a todos, no te llaman, por lo menos a mi no me llaman.
- Sí, y cuando los llamas no se acuerdan quién eres, claro son muchas
personas, también hay que entender eso.
Como vías de incorporar a los jóvenes al mercado laboral, y dadas las limitaciones que tienen
los desempleados/as en general para acceder a la formación ofertada por las diferentes
entidades, se propone el que desde los gobiernos se propicie el desarrollo de contratos de
formación en las empresas y en situación de prácticas. Si bien, durante la formación se puede
percibir un salario porcentualmente más bajo, una vez que el trabajador está formado y
desarrolla el trabajo de un profesional, el contrato debiera ser de plena remuneración. Se dice,
en el grupo, que este tipo de contratos han supuesto, en no pocos casos, abuso porque se
prolongaba el salario restringido aún cuando el joven estaba plenamente formado y
desarrollando su función laboral como el resto de empleados y empleadas. En esta cuestión el
discurso juvenil se muestra más radicalizado a la hora de denunciar la fuente de explotación
98
que este tipo de contratos estaría suponiendo. La necesidad económica existente y la falta de
trabajo general, traería consigo el que no se denuncien este tipo de abusos en algunas
empresas.
- Sí, estás haciendo el trabajo de una persona normal, como si estuviera
trabajando cualquier persona normal, y te pagan el 60% de un sueldo, de
un sueldo que debería ser un sueldo completo como si estuviera trabajando
una persona... Si contratases a una persona tendrías que pagarle el sueldo
completo, no el 60%, y tú estás haciendo el trabajo igual que una persona.
- Yo creo que se aprovechan mucho de la gente
Las escuelas taller para jóvenes cualificados y no cualificados, también, son refrendadas como
alternativas a la formación mayoritaria mediante cursos convencionales. Las entidades públicas
deberían ofertar cursos de idiomas, con precios asequibles, puesto que en estos momentos la
juventud necesita aprender idiomas si quiere emplearse en otros países. Además, para los
empleos cualificados, ya no solo se pide el inglés, sino conocer otros idiomas como el alemán o
el francés.
Se ve necesaria la elaboración de planes de empleo específicos dirigidos a los PLD jóvenes.
Una buena forma sería ayudando a las pequeñas empresas que son las que más empleo
pueden generar, y que estarían más dispuestas a contratar jóvenes del entorno local. También
proponen la idea de que se apoye, con normativa legal específica, la reserva de un cupo de
puestos de trabajo para el empleo juvenil en las grandes empresas que cuenten con apoyos de
las administraciones públicas.
Finalmente, en lo referente a las políticas de apoyo a los jóvenes, se ve necesario actuar en la
promoción de alquileres blandos de viviendas para que ello facilite la emancipación juvenil.
Alquileres proporcionales a las rentas reales que tienen las personas como tradicionalmente
sucede en algunos países nórdicos. El discurso más radical, como el de la ocupación, queda
nuevamente contenido. El elevado coste de la vida dificulta el pago de la vivienda aunque haya
un empleo, mayores dificultades vitales presentan quienes tienen cargas familiares. Acciones
como dejar a los hijos/as en los comedores escolares resulta prácticamente imposible.
Entre los amigos y amigas de la cuadrilla, también, se sientan diferencias importantes en los
hábitos y estilos de vida marcadas por la frontera que se establece entre quienes trabajan y
quienes no lo hacen.
- Tú según lo que cobras te van a poner una multa u otra, tienes un hijo y
tendrás que pagar un 30% para la vivienda y si cobras 1000 pues tendrás
que pagar 300, si cobras 700 pues tendrás que pagar equis, pero eso lo
99
tienen que fomentar desde las instituciones públicas, y allá sí que hay, en
países nórdicos...
- Lógico, lo de independizarse y todo eso, por lo menos yo que aún vivo en
casa de mis padres pues no he podido. Bueno, o cualquier cosa que antes
podías, viajar, pues ahora lo veo... Eso ya son cosas que no son importantes
pero ves que los de tu entorno que trabajan pueden hacer y tú no.
- Irte de casa según cómo está hoy planteado no, o sea yo puedo ocupar
una casa, y me vais a mirar mal la gente, o sea hay cientos de miles de
casas vacías, de los bancos; es un derecho que yo tenga una vivienda, que
use una vivienda, pues igual hay que darle salida por ese lado.
Hay una parte del discurso juvenil que se torna sincero y afectado cuando habla de la
construcción del imaginario colectivo, en torno al prejuicio de una juventud actual
despreocupada, que vive la vida sin responsabilidad y aferrada a la comodidad y al cobijo que
le da el nido familiar. Reconocen tener en ocasiones conflictos con los padres y madres porque
les demandan mayor actividad en la búsqueda de empleo, aún a sabiendas de que no lo hay.
Insisten de manera reiterada en la idea de que hasta que una persona está en el desempleo de
larga duración, no se es consciente de lo duro que resulta salir cada día y no encontrar
trabajo.
- Claro, porque algún día te quedas un poco más en la cama y te dicen: en
vez de estar durmiendo ahí vete a buscar trabajo. Te trae problemas, claro
que sí. Para el entorno familiar molesta el hecho de que, bueno para mí, el
hecho de que he estado trabajando siempre y ahora parado en casa, como
que decepciona un poco.
- Mucho agobio, impotencia. Igual los padres insisten mucho y no sé si son
realmente conscientes de, a veces, de lo difícil que es buscar trabajo y
encontrar, o sea hasta conocidos quiero decir, gente que ya trabaja no sé si
son conscientes de lo difícil que es encontrar.
- Pues a mí me pasaba mucho. Yo decía: pero cómo este puede estar todo
el día en casa, hasta que no me tocó a mí no lo sientes de verdad, no sabes
lo complicado que es conseguir un trabajo. Yo decía: algo tienes que, porque
estaba trabajando, pero no, de verdad que te pones en la carne de otra
persona; así como está en la misma situación que estoy ahora y digo: dónde
voy a buscar, si ya he buscado por todos los lados, me voy aquí, me voy
allá, es complicado.
Cuando los hijos y/o hijas pertenecen a una unidad familiar que proviene de terceros países, la
vivencia del desempleo se vive con mayor crudeza y desesperanza, si cabe, por no poder
contribuir los jóvenes al sustento de la unidad familiar y donde, en ocasiones, solo la madre
puede aportar algún ingreso.
- Yo sí, porque al ver que solo está mi mamá trabajando, y tiene que pagar
hipoteca, tiene que pagar la luz, tiene que pagar agua, mi hermano que está
en la universidad, y entre que mi papá no está trabajando, mi papá se
siente prácticamente, él dice: me siento devaluado, porque como no estoy
trabajando, solo estoy ayudando a tu mamá a llevarla al trabajo, pero es
100
que no tengo trabajo y me quiero regresar; mi mamá dice: cómo te vas a ir,
si tú eres casi mi ayuda prácticamente, porque si tú estás aquí tengo más
fuerzas para seguir trabajando, pero si te vas ya no sé qué hacer. Y claro,
yo al ver eso pues también uno se siente mal, porque yo quisiera trabajar
para ayudarles y que no estuvieran tan agobiados.
En síntesis, se pude observar como la vivencia del desempleo de larga duración afecta de
manera trascendente al colectivo juvenil, como sucede en el resto de grupos sociales. Ello
viene a desmontar algunos de los prejuicios sociales que respecto al conformismo juvenil con
el paro vienen funcionando en el discurso adulto. En el tempo actual, no vislumbran más
alternativas que la emigración a otros países. No parece que de momento y a pesar de la
situación de desesperanza que les embarga, haya una mayoría de jóvenes que apueste por
una rebelión social como sucediera en generaciones precedentes. El conflicto político contra el
sistema capital dominante deviene, aún, en estado de latencia.
5.4. Espacios fronterizos
El colectivo de treinta a cuarenta y cinco años supone, en términos porcentuales, el que menor
presencia presenta entre los desempleados y desempleadas de larga duración en Navarra.
Pero en la actualidad representa uno de los grupos de mayor riesgo de desempleo ante los
crecientes recortes de plantilla y los despidos existente en nuestra Comunidad.
Para analizar las diferencias que pudieran existir, en función del género de los PLD, se han
duplicado los grupos de discusión en esta cota de edad, para escuchar separadamente los
discursos masculinos y femeninos.
Estos grupos de edad intermedia se posicionan, en su devenir discursivo, desde la experiencia
y madurez que les da su biografía laboral. Se ubican en el entramado de la población joven,
frontera generacional que se traspasa, siempre según su alocución, a partir de los cuarenta y
cinco años. Por ello, tienen premura para reubicarse en el espacio laboral, ya que, a partir de
esa edad entrarán en el grupo de personas mayores con grandes dificultades para el empleo.
Son conscientes, como sucede en el resto de grupos, que al superar los cuarenta y cinco años
de edad caminan hacia el espacio del no trabajo, donde el mercado laboral te rechaza por ser
persona mayor para la escena laboral. Esta consideración de “ser mayor” no presenta
diferencias en función del género.
La competencia laboral directa la identifican con el grupo de edad más joven, aunque se
muestran comprensivos con la complejidad de su situación: tienen gran formación, poseen
101
idiomas, o conocimientos en TIC y, a la vez, no pueden acceder a empleos cualificados, hay un
elevado paro juvenil, o tienen un futuro incierto como migrantes. No obstante, en algunos
pasajes de ambos grupos se muestran críticos con los más jóvenes.
El grupo de hombres hace especial hincapié en la idea de que la juventud actual no tiene la
decisión y capacidad de sufrimiento que ellos tuvieron cuando tenían su edad. Critican que se
refugien en la comodidad y el excesivo proteccionismo que les han dado sus padres y madres,
o en que no quieren emanciparse por no renunciar a todas las comodidades que les ha
reportado la sociedad de consumo. Saben que los más jóvenes poseen un mayor conocimiento
teórico y formación, pero enfrente están ellos con el saber práctico de la experiencia adquirida
en el mundo laboral (aunque a la vez reconozcan que la experiencia no supone un valor en el
modelo productivo actual). El grupo de mujeres se centra en la idea de la cualificación que las
mujeres de más edad también pueden poseer, además de la experiencia laboral en ocasiones
hecha a base de compaginar lo laboral con las cargas familiares. En igualdad de condiciones
las chicas más jóvenes tienen mayor ventaja laboral por los resquicios de la sociedad machista
que aún perviven en la escena laboral.
Aunque no lo verbalicen, ambos grupos saben que ésta es una batalla pérdida, si no se
produce un importante cambio socioeconómico en general, y de mentalidades en particular.
Cambio de mentalidades que debe producirse tanto en el ámbito de lo social, como en lo
empresarial.
- Tengo un cuñado y una cuñada, el cuñado de 28 años y la cuñada de 31, y
se pasan todos los días durmiendo, hasta las 10, 11, 12, hasta que les
apetece. El fin de semana le dicen: mamá me das 20 euritos que me voy al
Leclerc a dar una vuelta, y la madre trabaja sábados, domingos, festivos, por
la mañana, por la tarde y por la noche, tiene tres trabajos.
- Los hijos, ahora se lo has dado todo a los hijos, la play, la tele, esto, lo
otro, que te vas a la piscina, pues no, coño, yo a los 17 años iba a trabajar.
GD. 4
- La mujer tiene el hándicap de que encima tienes detrás a 20 niñas monas
que están estupendas y que con la misma formación pues oye chico, igual
nos alegramos más el ojo con esta que contigo...
- Tuve dos crías, hice un parón muy largo, me reincorporé luego otra vez de
administrativo y la empresa cerró. Lo que dices tú, tienes la experiencia,
tienes otras cosas que no tienen los de 20, pero también los de 20 tienen
otras cosas que tú no tienes, aunque te enganches y te muevas, y dices: no
me voy a perder en informática, no me voy a perder en esto, pero la cabeza
no funciona igual tampoco.
GD. 5
Los itinerarios laborales muestran la alternancia de trabajos eventuales y estables, y se adivina
ya, respecto a los grupos de más edad, que se ha producido un mayor recorrido de empleo por
diferentes empresas y sectores de actividad, o en las administraciones. Hay un numeroso
grupo que ha vivido procesos de despido reciente por el cierre de la empresa. En el caso del
102
grupo de mujeres las biografías laborales se ven interrumpidas por episodios de maternidad.
Incorporan experiencia laboral, además de la industria y los servicios, en trabajos puntuales
del entorno de lo doméstico. En ambos grupos se dan situaciones de cierre de la delegación de
la empresa o traslado de ésta, y el haber dejado de trabajar en ella por la exigencia de tener
que trasladarse el trabajador o trabajadora a otra Comunidad o país.
- Yo empecé en artes gráficas, de pequeño, con 20 años empecé. Empecé en
una empresa de Huarte muy grande, que eran tiempos, claro hace muchos
años, a los tres años o te hacían fijo, o te echaban a la calle, y a mí me
echaron a la calle. Luego estuve de repartidor, mientras eres joven y tal
tienes que hacer algo, de repartidor, que estuve un año, y después me metí
otra vez en artes gráficas, estuve en Porcelanas, que murió.
- Pues yo empecé con 18 años en hostelería, y luego he estado trabajando
en diferentes empresas como operario de fábrica, y luego al final pues el
trabajo un poco más estable que tenía, que no era años completos, era de
celador para el servicio navarro de salud en el hospital.
GD. 4
- Siempre he estado trabajando con niños, con limpiezas, doméstico. Luego
una temporadita en clínica y luego en Volkswagen. En Volkswagen sí que
llevé unos 6 años y la mujer estaba sustituyendo a una persona. La mujer se
cogió la excedencia de 3 años, con lo cual mi puesto de trabajo también se
suspendió
- No, y te pasa, “qué bien, titulada, tal”, en francés. A mí me ha pasado en
una entrevista, de las tres entrevistas que he conseguido me han dicho: eres
mayor. Aquel día lloré, dije tengo 45 años, ¿soy mayor para trabajar?, o
estoy en lo mejor.
GD. 5
Existe un claro consenso en que no hay trabajo y ello al margen de poseer experiencia, saber
profesional, o la cualificación que cada persona posea. La competencia está asentada en todos
los sectores y niveles profesionales. Las condiciones laborales estarían a la baja porque en un
estado de necesidad, siempre hay alguien dispuesto a cobrar menos o a trabajar en peores
condiciones; mayor en la medida de las necesidades vitales insatisfechas, o en la necesidad de
adquirir experiencia para los más jóvenes. Hablan de un mercado en competencia sin unas
reglas mínimas con las que jugar. La edad y la tenencia de cargas familiares siguen
suponiendo un hándicap muy importante para competir en el mercado laboral, en especial para
las mujeres.
El trabajo en lo doméstico, limpieza y cuidados, estaría en declive. Las familias tienen menos
dinero, la Administración ha restringido las ayudas de la Ley de la Dependencia, y el
desempleo llega a todos los hogares. Con este panorama estas tareas, que hasta fechas
recientes suponían un importante espacio de empleo femenino, se desarrollan por los propios
miembros de la unidad familiar. Se dice que los abuelos y abuelas cuidan de los nietos/as y los
hijos e hijas de sus padres y madres. El trabajo en residencias requiere, ahora, de la posesión
del certificado de profesionalidad.
103
Las empresas que pueden necesitar mano de obra por estar inmersas en proceso de
desarrollo, tampoco incrementarían sus plantillas con nuevas contrataciones. Sectores como el
automóvil, energía, nueva tecnología... e incluso las mismas administraciones recurren a
jornadas más intensas de trabajo, asignando mayores tareas a los trabajadores y trabajadoras
ya contratados. Lo que produce una sensación de mayor explotación. En las administraciones
esta práctica está impidiendo que personas que trabajaban cíclicamente a través de listas de
contratación, hayan quedado excluidas de estos trabajos eventuales. Cuando se producen
despidos o quedan plazas libres en periodos de vacaciones, bajas... el resto de empleados/as
asume las labores del personal ausentado.
- Con la crisis muchas empresas se están aprovechando, hacen limpia, y
hacen más por menos, o sea quitar trabajadores, buscar el máximo beneficio
con el mínimo gasto, y si encima en vez de coger diez obreros lo hacemos
con cinco, y esos cinco aparte de hacer su trabajo hacen el trabajo de otra
persona, chapeau.
- Al no coger personal pues abarcan más tareas, porque por ejemplo un
celador de planta hace de celador de planta más consultas, dos trabajos que
al final te van quemando y, pues eso, se reduce personal y peores
condiciones y peores...
GD. 4
Al hablar de las estrategias de búsqueda de empleo nos encontramos con los mismos procesos
que son reiterados en todos los grupos: contacto con las entidades, elaboración y gestión de
currículum... La necesidad de acudir a la formación, también, resulta una constante. Igual
sucede con la demanda crítica en el sentido de que haya un mayor número de cursos para
desempleados/as, que estén adaptados a las necesidades del mercado, que sean accesibles
económicamente, o que contemplen tanto a personas con titulaciones, como a quienes
empiecen de un nivel mínimo de conocimiento. El discurso sobre la formación mantiene el
mismo argumentario que en el resto de sesiones grupales. Por ello, no nos extendemos en su
descriptivo. Solo señalar, como nuevas aportaciones, que los cursos on line siendo de acceso
más sencillo requieren de una constancia del estudiante que no siempre se tiene (aquí la edad
y la lejanía con el tiempo de estudio se muestran trascendentes). Además, requiere tener una
línea doméstica de ADSL, con el coste que ello supone (aunque se puede realizar desde
soportes públicos). Por ello, se posicionan más por un sistema mixto (on line y presencial). La
demanda de formación en idiomas, también, resulta significada en ambos grupos.
Algunos cursos se ubican más en el espacio de las aficiones o de apoyos colaterales para otros
proyectos formativos, porque no dan la profesionalidad que se requiere para encontrar un
empleo.
El acceso a los cursos que realizan los sindicatos y otras entidades serían de más fácil acceso,
aunque se diga que en algunos sindicatos sea necesario una afiliación previa a realizar la
matrícula.
104
- Si yo me presento en un bar y digo: que soy cocinero, a ver, claro soy
cocinero de lo que me gusta, los caprichicos (...) un cursillo que hice, que al
final aprendes las recetas del día, claro y un cocinero es mucho más que eso,
vamos un cocinero de restaurante. No es lo mismo hacer unas carrilleras
para mí, o para mi familia, o para mis amigos, que haz para doscientos.
- Sí, que un sindicato te da facilidades para sacarte el CAP, o sea rellenabas
un documento y tal y cual, y luego una especie de cursillo y tal y te lo
subvencionaba.
- Pero sabes que tienen un problema los sindicatos, que te piden que estés
más de un año afiliado, o sea vengo a pedirte un curso y me estás diciendo
que tengo que haber venido el año pasado a afiliarme y pagarte todos los
meses...
- Pues yo este cursillo que hice no hacía falta estar afiliado. Estar en el paro,
y sacaban varios cursillos, y más básicos, o sea aparte de cuidado de
enfermos de Alzheimer pues de carretillero, de conductor de grúa puente,
informática, o sea no tan específicos como el INEM pero...
GD. 4
En la idea de las estrategias que se desarrollan para encontrar un empleo, la mayoría dice
haber pasado por los servicios públicos de empleo. Hay un consenso en torno a que a pesar de
la buena voluntad de los orientadores, no hay empleo objetivo en el que buscar. Mandar
currículum por Internet o sellar la tarjeta de desempleo, tampoco tiene una incidencia sobre
las posibilidades de acceso a un trabajo. Aquí vuelve a verbalizarse la sospecha de que en
algunas empresas los propios trabajadores que recogen los currículums, los tiran para que no
haya competencia con los desempleados/as. Hay quien relata que ha hecho trabajos gratis
para demostrar su buena actitud y su profesionalidad, aunque tampoco este gesto haya tenido
valoración positiva por parte de la empresa. Solo queda el recurso de tener algún familiar,
amigo/a o conocido que te “enchufe” en alguna empresa.
El autoempleo tampoco se ve como viable, si no hay un mayor apoyo real de las
administraciones y de las entidades bancarias. El discurso transversal respecto al autoempleo
resulta meridianamente similar en todos los grupos; si bien, se ve más distante e inviable
conforme aumenta la edad de nuestros interlocutores grupales. Solo la cuota de autónomos y
pagar los impuestos de la actividad dificulta cualquier estrategia de trabajar como autónomo, o
de poner en marcha un proyecto de pequeña empresa.
- Yo me he ido en tráiler así como dices tú
- Dormir en la cabina para ahorrarse 26 euros que dicen para todo el día.
- Ponía yo de mi bolsillo la comida y todo, a gratis, a ver si me contratan, y
me fui dos veces y no me contrataron y ya no vuelvo más. A gratis me iba
porque lo que quieres es trabajar, y decía igual me contratan...
- Yo he mandado currículums, me he ido hasta por Soria
- PERO SIRVE PARA ALGO DEJAR CURRÍCULUMS?
- No, no vale para nada, porque si tú vienes a mi trabajo, estoy trabajando,
vienes, me traes el currículum, “ah, sí”, a la basura...
GD. 4
105
Entrando en el tema de cómo afecta el desempleo prolongado en los procesos vitales la
primera cuestión compartida en los grupos, hace referencia a que se hace necesario un cambio
radical en los estilos de vida de la persona en PLD. Se deja el gasto en lo más necesario
(priorizando vivienda, alimentación y vestido), eliminando clubs y sociedades, piscinas, gastos
de gimnasio, salir a comer o de vacaciones, actividades extraescolares de los hijos/as,
reduciendo el consumo eléctrico, calefacción... hasta el “juevintxo” queda relegado de la carta
de actividades viables. Esta situación de recorte económico explícito en lo individual y lo
familiar se resuelve, en palabras de los propios participantes en los grupos, con una “economía
de guerra”.
Las economías familiares son más llevaderas si vives en el domicilio de los padres y/o madres,
o si la pareja trabaja. La biografía laboral de una parte notable de los PLD es transitar: trabajo,
paro, subsidio y renta básica en el mejor de los casos; después, todo resulta una incógnita y la
angustia de un sinvivir. Máxime cuando la renta básica (renta de inclusión social) no llega ni
para el pago de la hipoteca.
Las ayudas, en el entender del grupo de hombres, no suponen si no una forma de mitigar el
conflicto social. Un contener político del estado de desesperación que se ha asentado en la
mayoría de la sociedad, y de los y las PLD en concreto. Tampoco se entiende la pasividad
social existente y la falta de rebeldía de la ciudadanía ante las situaciones de pobreza y
exclusión social, a las que la crisis economía y la mala gestión política, está llevando a esta
sociedad. Hay una llamada a la rebelión social, aunque el grupo no refrende abiertamente esta
vía de conflicto público (manifiesto) con el sistema.
En el grupo de mujeres hay una llamada al necesario cambio de mentalidad que debe derivar
en adaptarse a un estilo de vida más austero, dado el cambio contextual que se ha producido.
Ni el trabajo, ni las condiciones de vida y el consumo de antaño volverán, al menos a medio
plazo. Son las nuevas generaciones las que van a tener mayores dificultades en este tránsito
hacia lo austero. Desde la perspectiva femenina, se dice que los nuevos escenarios laborales
van a volver a dificultar el hecho de que las mujeres puedan compatibilizar lo laboral con lo
familiar. Se quejan de que mientras en los países más avanzados de Europa no hay vuelta
hacia atrás en las conquistas sociales, aquí ya se está haciendo patente el regreso a las
desigualdades de escenarios pasados.
- Y nos tienen la boca callada a base de subsidios y paguicas, pero yo lo que
veo es que hay una pasividad total, o sea la gente no se mueve, no pelea
porque te están quitando derechos, te están quitando trabajo, te están
quitando todo, y claro, mientras tengamos a fin de mes algo para ir tirando
y para ir pagando la hipoteca, tus gastos de vida, lo que sea, te tienen la
boquica callada. Pero jodé no sé, la gente no lucha, no pelea, no se ve nada,
o sea como que nos da igual. Te están pisoteando por todos los sitios y no,
no, no, y al final por inercia pues te vuelves igual.
106
- Pues yo creo que cuando falte la manduca realmente, cuando falte el
dinero y no te llegue para comer, entonces es cuando puede que luego haya
las barricadas, o lo que sea, pero mientras...
GD. 4
- Yo me imagino que también dependerá de si una persona está sola, o si
están los dos miembros. Yo mi marido no está en paro, es decir, entonces
cambian las cuestiones. Las edades de los hijos y las cargas personales, yo
creo que varía mucho.
- Ahora pues eso, cómo afecta, pues dar de baja en todo, que si antes ibas
al gimnasio, a la piscina, a lo que sea, dando bajas en todos los lados.
GD. 5
La economía sumergida no resuelve las situaciones vitales, pero puede ayudar a hacer más
llevadera la economía familiar. Apenas habría trabajo sumergido y el que existe supone mayor
explotación par las mujeres por la presencia a la baja salarial de trabajos de limpieza y
cuidado en lo doméstico. También, se critica que sin ser conceptualmente economía
sumergida, en las empresas se hacen contrataciones a tiempo parcial, y luego se trabajan
jornadas completas, incluso, con horas extras, en ocasiones, impagadas. Esta práctica de
trabajo no declarado estaría más asentada en los empleos de fines de semana y de festivos en
la hostelería, aunque se extiende a otros sectores.
Acceder a los procesos de selección para las personas con menor formación, resulta muy
complejo porque para los puestos de menor cualificación se presentan personas muy
cualificadas. Se hace referencia concreta a lo que recientemente sucedió en Pamplona-Iruña
con la instalación de una nueva cadena comercial.
Se dice en los grupos que un referente del alcance de la crisis económica y del propio
desempleo, se manifiesta en que las mayoría de las pujantes ETT de hace unos años hayan
cerrado sus delegaciones.
- Luego es curioso cómo está el tema del paro, porque dices jobar, yo por
ejemplo estuve haciendo las pruebas para la selección de Mercadona, y ves
gente de todo tipo y de todo nivel de estudios, y digo: estas pruebas hace
10 años, mucha gente diría: yo tengo mi carrera, yo en cuanto termine mi
carrera de lo que sea pues busco trabajo y encuentro de lo mío, pero unas
colas y una cantidad de gente nos presentábamos para hacer las pruebas
para entrar.
GD. 4
Finalmente se propuso, en ambas sesiones de grupo, que se enunciaran alternativas para
mejorar la situación de los y las PLD. La primera propuesta, al hilo de la propia demanda, no
era otra que los gobiernos favorezcan a las empresas que contraten a personas en procesos de
PLD, y ello, mediante subvenciones, rebaja de impuestos u otras alternativas compensatorias.
En la línea del autoempleo, se propone que las reducciones de la cuotas de autónomo y hasta
que el negocio sea viable sean las mismas para todos los emprendedores, y al margen de su
edad, cualificación, apoyos bancarios, etc... Otra alternativa consistiría en pagar la Seguridad
107
Social en función de los beneficios económicos conseguidos durante determinados períodos
temporales. Se plantea, a su vez, un servicio público que ayude y asesore a los y las nuevos
emprendedores en la parte más logística, de comunicación y de imagen en la creación de una
empresa.
Establecer por parte de las administraciones responsables un subsidio universal que garantice,
mientras no haya un trabajo, a las personas mayores de cincuenta años su tránsito hasta la
pensión de jubilación.
Mientras existen ayudas, programas, e intervenciones dirigidas a las personas jóvenes y
mayores, el estrato de la generación intermedia que también nutre al colectivo de PLD porque
está igualmente afectado por la crisis económica, se encuentra olvidado y desatendido por las
administraciones. De ahí que se reclamen acciones concretas y sin exclusión, para todos los
sectores sociales que sufren el desempleo de larga duración. Aquí el discurso grupal se torna
reivindicativo frente al olvido y la soledad en la que se sienten sumidos por el poder político y
el resto de la sociedad.
5.5. La experiencia como demérito.
Las dos últimas sesiones grupales se realizaron con las personas paradas de larga duración
que superaban los cuarenta y cinco años de edad. Al igual que en el caso anterior, se
realizaron dos dinámicas diferenciadas; una primera con el colectivo masculino, y la segunda
compuesta por mujeres.
A la luz de los discursos vertidos en las dinámicas, se puede establecer que en conjunto
presentan una posición más crítica con el poder político y con las situaciones de abuso que se
han generado en los últimos tiempos. Su discurso se muestra más armado ideológicamente
que el del resto de grupos. A partir de su experiencia política y laboral en las décadas de los
años sesenta y setenta, se posicionan por la necesidad de movilizar a la sociedad actual en la
lucha por hacer frente al estado de exclusión y pobreza que paulatinamente se ha asentado.
Plantean un mirar hacia atrás para aprender de la experiencia pasada y movilizarse para salir
del conformismo que la sociedad de consumo ha impuesto. En especial, creen que deben ser
los jóvenes los que se movilicen frente al sistema en mayor medida, para así poder reconstruir
su presente y futuro.
Proyectan una visión negativa del devenir económico, en el que ellos y ellas son los mayores
perjudicados. La edad les aparta de cualquier posibilidad de reinsertarse en el mundo laboral,
108
y la falta de cotización en estos años les augura una jubilación de notable sufrimiento. La
incertidumbre se cierne sobre el futuro y la edad es la barrera infranqueable para acceder a
una mejor situación vital. Las mujeres construyen un discurso que transversalmente siempre
aparece tamizado por la desigualdad de género, y que se hace patente en lo laboral y en el
resto de actividades de la vida cotidiana.
Al iniciar las sesiones de grupo con el relato de las historias laborales, éstas se muestran más
dilatadas en el tiempo; no solo porque sean personas de más edad, sino porque se encuentra
una notable presencia de relaciones contractuales temporalmente más continuadas en la
misma empresa; incluso, quien ha estado prácticamente dedicado toda su vida laboral a una
misma empresa. El cambio de titularidad de algunas empresas y su absorción final por
multinacionales o franquicias habría sido, en no pocas ocasiones, la causa final del despido. Se
dice que en estas grandes corporaciones las personas pasan a ser un número y para nada
cuenta el hecho de haber trabajado sacrificando la vida personal, familiar, y en ocasiones
hasta la propia salud. Las pequeñas empresas que han sobrevivido a este fenómeno de
concentración, habrían limitado sus plantillas reduciéndose a pequeñas empresas con
trabajadores/as de la propia familia.
- Yo empecé a trabajar a los 18 años en una óptica (...) He estado 23 años
en la última óptica que he estado. (...)He pasado dos depresiones muy
gordas por llevarme el trabajo a casa, pensar, dejar a la familia apartada,
porque al fin y al cabo tampoco he disfrutado de mi hija porque me he
pasado la vida casi en la tienda.
- Yo tengo 54 años y empecé con 14 trabajando en la construcción, estuve
un par de años ahí. Luego estuve otro año y medio, o un año, en un taller de
aluminio, y de ahí pasé al textil. Allí he estado 28 años. (…) se trabajaba
mucho. La empresa la vendieron a una multinacional, y en el momento en
que entró una multinacional ya no eran personas, se era un número. La
familia prácticamente no la he visto cuando eran los hijos pequeños (…). Al
final me dio un amago de infarto por las prisas, correr, mucha gente a tu
cargo, problemas con la maquinaria, máquinas de muchísimo dinero...
GD. 6
Hay una constante en el grupo de hombres y mujeres que hace referencia a que una vida
laboral dilatada en trabajos de exigencia física elevada, o soportando procesos de tensión
psicológica por las responsabilidades propias del puesto de trabajo les llevó, a no pocas
personas, a una baja laboral. Algunos de ellos relatan que en ese mismo momento de la
enfermedad, o con la reincorporación al trabajo tras la baja médica, les comunicaron por parte
de la empresa el despido.
- Yo estuve trabajando de carnicera durante 25 años, y mi último trabajo
también fue de carnicera, hace 8 años. Dejé de trabajar por situación de
salud y porque estaba un poquitín cansada del trabajo. Es un trabajo muy
duro y decidí dejar de trabajar, o sea que fue voluntario.
- Yo trabajé hasta última hora, o sea hasta última hora, trabajé los últimos
años en limpieza de colegio. Hicieron una reestructuración y fuimos a la calle
109
algunas, entonces desde entonces no he vuelto a trabajar. Tampoco he
salido a buscar trabajo, como ella, porque tampoco estoy para muchos
trotes.
- Trabajaba en la limpieza en una residencia de ancianos. Me tuvieron que
operar y me vino la carta, era fija, bueno lo que es, cómo se dice, fija no,
eventual tampoco
- He estado trabajando en tiendas de alimentación. Estuve trabajando en
una ocho años, cuando abrieron los híper bajó un poco las ventas, y como
fui la última me mandaron a la calle. Estuve dos años en el paro; me
llamaron de otra tienda, estuve trabajando; ahí tuve que dejar yo porque se
puso mi madre muy mal y era la que me tenía al crío. Dejé de trabajar y
cuando ya el crío se hizo mayorcico volví a trabajar; he estado trabajando
en otra tienda de alimentación hasta hace poco que caí de baja y me
mandaron a la calle, se me acababa el contrato y me mandaron a la calle.
GD. 7
Después de una vida dedicada a un sector determinado y con una edad avanzada, cualquier
ejercicio de reciclaje y de reubicación laboral se ve como extremadamente complejo. Las
empresas no tienen trabajo y cuando hay alguna oferta prefieren más personas jóvenes; más
notable, aún si cabe, cuando son trabajos de cara al público o de perfil marcadamente
femenino. Conforme aumenta la edad de la persona desempleada las posibilidades de
encontrar un empleo serían menores. La existencia de un gran número de personas
desempleadas favorece la presencia de abusos en las contrataciones, o de condiciones
salariales indignas; tanto en la economía reglada, como en la sumergida.
En el discurso se articula un consenso manifiesto en la idea de que hay una construcción
mitificada de la importancia de la experiencia en el mundo laboral, pero cuando la experiencia
viene asociada a la edad de la persona, ésta supone un hándicap real para la búsqueda de
empleo. Se hace necesario denunciar una gran mentira que opera como un valor socialmente
establecido. La realidad supone que el sistema sume a las personas mayores que tienen
experiencia y deseo de trabajar, en la exclusión. El discurso se torna finalmente en la
desesperanza ante la convicción de que difícilmente retornarán ya a la vida laboral, lo que para
algunos supone reubicarse en la ociosidad.
- Yo si no encuentro trabajo lo que hago es ir al monte, cojo setas, cojo
cangrejos, hago de todo, pero es que tener, o sea no tengo ni la más
mínima esperanza del volver al taller.
- Además tampoco aquí se ve ninguna perspectiva de mejoría de nada, al
contrario. A mí eso que dicen que está subiendo, qué está subiendo, lo qué
está subiendo, la pobreza para el pobre y la riqueza para el rico, y ya está.
GD. 6
- Yo estudié decoración y he estado trabajando siempre en la construcción,
pero claro, lo primero que ha caído con la crisis ha sido la construcción. (…)
He intentado apuntarme a todo lo que se menea, pero claro te piden
experiencia, y como te salgas de tu terreno, yo no tengo experiencia. Yo
puedo decir que tengo 25 años de experiencia como decoradora, pero yo no
sé nada de dependienta. Me presento de dependienta y “experiencia”, “sí,
he vendido pisos, he estado atendiendo al público, he estado de cara al
público, pero no”, entonces yo estoy súper limitada porque tengo mucha
110
experiencia en mi terreno, pero me salgo de mi terreno y estoy en blanco, y
con nuestra edad es imposible.
- Eso nos pasa a todas.
GD.7
El ejercicio cotidiano de la (sobre)vivencia se torna complejo porque resulta difícil abstraerse
de la determinación vital que impone el desempleo y las incertidumbres que se ciernen sobre
el futuro. A los recortes que obliga la política gubernamental, se le hace frente con una
reestructuración de la economía familiar, construida ahora en términos de minimizar el gasto
en lo privado y en lo público; según dicen en los grupos la de ahora es una “economía de
guerra”. Difícilmente se puede hacer frente al elevado coste de la vida con unas prestaciones y
subsidios bajos que no dan para hacer frente a la vivienda, ni a los mínimos consumos
domésticos. La ayuda familiar y los pequeños ahorros constituyen los apoyos necesarios
cuando éstos existan. Las mujeres desarrollan estrategias de ahorro doméstico que relatan,
con detalle, en su alocución grupal. Una de ellas sería la vuelta al plato único.
- A mí el plato único, pues mira lentejas con arroz pero es plato único en mi
casa.
- Y la cuchara no veas lo que te soluciona, la cuchara quita mucho...
- Pero sí que buscas ahora, yo por ejemplo en el periódico y tal las
actividades gratuitas, conciertos, cosas que se hacen, que rellenas el tiempo
pero no te vacían el bolsillo. Utilizas todas las herramientas que puedes que
sean asequibles, o gratis. Yo antes era del círculo de lectores, me compraba
mis libros y tal, pues ahora no, ahora voy a la biblioteca y ya está. O
conciertos, pues te haces: en tal sitio hay uno, en tal sitio hay otro, y ya
está. Y cuando vas de vacaciones vamos al pueblo a casa de los tíos, y ya
está.
GD.7
La situación del PLD acaba afectando a la propia autoestima de las personas. Confiesan
sentirse desplazados de la vida relacional y cuando tienen hijos e hijas no poderles dar los
estudios que habían planificado, o tener que renunciar a cuestiones de calidad de vida de las
que disfrutaban cuando trabajaban. El desempleo para algunos/as es vivido como una
vergüenza, mayor en la medida que tienen que vivir de las ayudas o de los subsidios. Las
complicaciones son mayores cuando el desempleo afecta a ambos miembros de la pareja. Esta
falta de futuro laboral les va minando y, en ocasiones, provoca un estado continuado de
depresión, especialmente en el colectivo masculino que en este grupo de edad había
construido su propia vida en torno a la centralidad del trabajo. El apoyo de la pareja y de la
familia, también, resulta trascendente para salir adelante. Aunque esta tensión continuada
proyecte tensiones en la pareja o la separación.
111
- Y la cosa psicológica, claro tienes muchas horas para pensar, pues
lógicamente, aunque quieras o no quieras vueltas le das(...). Tú mismo te
vas quemando porque, han pasado cuatro años y entonces claro, cuantos
más años vayas cumpliendo menos perspectivas de nada, de nada, porque
con 58 años, quién me va a coger a mi ahora.
- Gracias a que tengo una gran mujer y los hijos pues, entre todos me
apoyan todo lo que pueden. No es una familia de decir: oye porque estás
parado... no, me apoya y te van solucionando, y sobre todo mi mujer, mi
mujer es algo grande. Si no hubiese sido por ella estaría como este hombre,
destrozado mentalmente.
GD. 6
- A ver, yo me he divorciado, estoy en paro y vivo con mis dos hijos, o sea,
y yo no puedo hacer nada más que buscar. Y cuando te puedes agarrar a
estas cosas, al menos oye, puedo pagar la luz y el agua.
- LA VIVENCIA PERSONAL DE ESTAR EN PARO PROLONGADO, CÓMO SE
LLEVA, DESDE EL ENTORNO DE LA FAMILIA, DE LAS RELACIONES, DE LO
PERSONAL
- Horrible
- Muy mal (varias)
- Mal no, lo siguiente, horrible. Yo me siento apestada
- Porque se acaba discutiendo. Yo en casa los dos, mi marido pensionista,
con los 800 euros que le dan, en casa; yo prácticamente en casa, que
muchas veces acabamos yéndonos cada uno por diferente lado porque sino
acabas, todo el día en casa juntos, pues mal.
GD. 7
Las mujeres presentan una actitud de mayor coraje frente al desempleo. Desarrollan
estrategias de ocupación para combatir la soledad o el estado anímico depresivo, que puede
generar la propia inactividad. Al hilo discursivo de esta cuestión plantean la necesidad de que,
desde lo público, se de apoyo psicológico y de ocupación, aunque no sea laboral, a las
personas de más edad que se encuentran en desempleo de manera continuada. La propia
investigación y la dinámica grupal en la que participaron, sería un referente del refuerzo que el
poder hablar de las vivencias vitales con otras personas supone para una mejora del estado
anímico de los y las desempleadas.
- Esto lo teníamos que hacer cada quince días, abrirnos, pero no solamente
hablar de estos problemas, no, hablar también de alegrías...
- Es verdad. A mí me parece que las terapias de grupo tienen que ayudar
muchísimo.
- A mí del paro lo que me viene mal es que pierdes tu método de vida,
porque me voy a levantar pronto, para qué; voy a hacer, para qué, o sea
tienes todo el día para limpiar tu casa, que ya estás aburrida de limpiarla,
para sentirte todavía más criada y más humillada, entonces esa sensación
de para qué me voy a levantar por las mañanas. Horrible. Empiezas a tocar
titos, voy a coser, hala, y te da la neura de estar una semana cosiendo, y
luego...
- A mí eso, voy a cocinar, voy a hacer mermelada, y te pones a hacer
doscientos mil tarros de mermelada, los repartes entre la familia y ese vacío
nunca se llena.
- Te entra un vacío, y pierdes un poco, no el norte, no perdemos la cabeza,
pero pierdes tú día a día, el rellenar el tiempo, el sentirte útil, el saber que lo
que estás haciendo es para algo, pero para algo de verdad.
112
- Ahora no puedes salir porque no puedes salir, porque si sales y vas con
unos amigos gastas, entonces para no gastar te quedas en casa, y al final te
estás cerrando en un círculo que...
GD. 7
En lo referente a las estrategias que siguen para encontrar empleo se encuentran diferencias
significadas en la actitud de hombres y mujeres. En el primer caso, sumidos en una actitud de
desconfianza frente al sistema, apenas realizan estrategias tendentes a la búsqueda de
empleo. Después de acudir a las entidades y de mover currículums sin ningún resultado
práctico, se han relegado, en una parte significada, a sellar la libreta del desempleo cuando de
ello dependen las prestaciones. Conscientes de que no hay empleo se encuentran en
inferioridad manifiesta frente a la vitalidad y la formación general de los más jóvenes (además
de que serían más maleables). Acudir a las ETT tampoco resulta porque en estas entidades
carecen de ofertas de trabajo y menos, aún, para las personas de edad.
En la economía sumergida no habría opciones de trabajar porque sufre los mismos avatares
que la economía oficial. El autoempleo tampoco se ve viable porque la edad determina las
ilusiones necesarias para encarar un proyecto que siempre será de corto recorrido por la edad
de nuestros interlocutores. Arriesgar el ahorro personal en un proyecto de complicada
ejecución no presenta interés alguno.
- No vale para nada, hay mucha gente y no hay trabajo para tanta gente, o
sea sobramos. No hay ofertas.
- Vitalidad y que sean manipulables. Una persona joven es más manipulable
que una persona como nosotros.
- Que estés calladico, que si te dice tienes que ir tres horicas más a currar y
que diga sí.
GD.6
El colectivo femenino se muestra más perseverante en realizar acciones de formación, utilizar
la orientación profesional, o en realizar y distribuir currículums. Dicen acudir a las
organizaciones sociales y sindicales, o allá donde haya una posibilidad de encontrar un empleo.
Identifican dos aspectos a resaltar: primero la existencia de economía sumergida en el empleo
de lo doméstico donde se darían, cada vez más, situaciones de explotación. Y en ello, las
mujeres inmigrantes estarían más sometidas por las necesidades vitales que tienen. Entrar en
esos ratios de trabajo y de salario lo desechan por la explotación y renuncia a la propia
dignidad que en ocasiones comporta aceptar estos empleos (identifican un regreso a las
condiciones laborales de la posguerra). En segundo lugar, en la economía oficial competir con
las personas jóvenes resulta desigual por la formación que tienen, no así la experiencia. Pero
en algunos sectores buscan especialmente mujeres jóvenes. Reciclarse para competir en el
conocimiento y en nuevos campos profesionales deviene complejo.
113
- A mí me han mandado a sitios de servicio doméstico ahora. Me suelen
mandar también a empresas de limpieza, ETT. Yo voy echando pero... Pero
las ETT ahora te piden por Internet todo, no puedes llevarlo personalmente.
- Sí, que también eso me parece horrible porque hay gente que no tiene
acceso, o en su casa no tiene un ordenador, o no tiene internet, o no sabe
usarlo. Hay mucha gente que todavía no tiene...
- Yo la primera vez que me quedé en el paro fui al sindicato y me dijeron: no
te preocupes que te buscamos trabajo, aún estoy esperando.
- En Cruz Roja he estado yo y que tienen mucha gente ya, más de fuera que
de aquí, y que no...
- Yo en Cáritas lo mismo. Yo en Cáritas fui a apuntarme porque tenía
experiencia con deficientes y tal, y me dijeron que: “bueno, bueno, te
hacemos la ficha”, y hasta hoy, y de eso hace tres años.
GD. 7
Para las mujeres, además de la edad, sigue pesando en las entrevistas de trabajo que realizan
la tenencia de cargas de trabajo, aunque en la actualidad sus descendientes sean de edades
donde no requieren ya de un cuidado personalizado. Algunas mujeres optan por romper esa
dinámica, de una manera deliberada, construyendo un discurso de vindicación femenina.
- Siempre pringamos la madre. Hay que ir al colegio, la madre; hay que ir al
hospital, la madre; tiene fiebre y no puede ir, la madre. Yo por ejemplo en
una entrevista me acuerdo, hace dos años o así, buscaban una mujer
dependienta para una tienda de decoración. Yo ya había visto en la sala de
espera que había chicas más jóvenes que yo y dije ya está, ya he acabado,
y entré y le dije, bueno como lo tengo todo perdido, porque ya vi el
panorama, dije: “mira, estoy divorciada, mis hijos mayores, tengo todo el
tiempo del mundo; ni me voy a casar, ni bajas maternales, ni nada, yo creo
que te voy a salir hasta rentable”, hala, se lo eché ahí. (...). Pues tuve las
narices de ir a la tienda al tiempo y una de las chicas jovencita, monísima,
minifalda y tal, allá estaba...
GD. 7
Conducidos ambos grupos en la senda de proponer alternativas para potenciar el empleo en
las personas mayores de cuarenta y cinco años y en situación de desempleo prolongado,
plantearon algunas iniciativas que pasamos a relatar. Llama la atención que la demanda de
formación sea aquí de menor calado que en el resto de dinámicas de grupo desarrolladas para
la presente investigación.
Los hombres insisten en el interés de que su experiencia laboral no quede desaprovechada, y
en que desde las administraciones se podían organizar cursos donde las personas de edad
enseñaran el oficio, en su dimensión práctica, a los más jóvenes. Subyace la idea de transmitir
a la juventud el conocimiento adquirido desde la experiencia, como complemento al saber
teórico que se imparte en las aulas.
114
Una sociedad en la que no hay trabajo para todos puede desplegar la solidaridad compartiendo
el trabajo existente; por ejemplo, trabajando más personas en jornadas más reducidas. La
Administración debería comprometerse en combatir la economía sumergida y en controlar el
trabajo no declarado existente en la economía oficial.
Mantener la política de apoyo económico a las personas desempleadas de más de cincuenta
años, no retrasando las ayudas hasta los cincuenta y cinco años como se ha implantado
recientemente. También hacer extensivas las ayudas a cualquier persona desempleada para
que pueda vivir con dignidad y sin necesidad de recurrir a estrategias ilegales. Incluso,
potenciar la realización de trabajo comunitario, como la limpieza de la naturaleza entre las
personas que reciben ayudas económicas.
Bonificar a las empresas que contraten a PLD y que tengan edades superiores a los cuarenta y
cinco años de edad. Otra propuesta que plantean los grupos sería la de favorecer la cotización
transitoria hasta la jubilación para que ésta sea finalmente digna.
Que tanto el INEM como el SNE, además de transmitir la información de los cursos y
actividades por Internet, periódicamente enviasen por correo normalizado información a los
desempleados y si fuera posible, de una manera más individualizada. Potenciar una formación
y orientación a la carta, aunque se sabe de su dificultad porque hay un volumen muy elevado
de desempleados y desempleadas. También, se demanda que estos servicios trabajen desde el
acompañamiento y eliminen algunos elementos de amenaza que subyacen en su discurso y
comunicaciones con los usuarios y usuarias.
Volver a organizar formación y cursos bonificados porque, además del papel de la formación,
ayudan a la salud mental y autoestima de las personas desempleadas. Se dice en las
dinámicas de grupo que algunos cursos tienen un título tan complejo que resulta difícil saber
que contenido o aplicación práctica contienen.
- Si es que el que no quiera trabajar, es absurdo. La cantidad de horas que
tienes libres, si lo único que haces es comerte la cabeza.
- Lo único que queremos es dignidad, y sentirnos válidos, y es que somos
válidos.
- Y ya te digo, con la cantidad de horas que tienes libres pues la cabeza te
funciona pues... y si estás entretenido en una cosa y encima estás valorado,
aunque tengas los años que tengas joder, mientras estés en edad laboral.
GD. 6
Hay un cierre discursivo final en ambos grupos, que contiene un mensaje soterrado a las
instituciones, y que hace referencia a que por encima de reivindicar la mejora de las
condiciones económicas y vitales de los PLD de más edad, lo que realmente quieren es sentirse
válidos y trabajar desde la dignidad.
115
6. SÍNTESIS, PRINCIPALES CONCLUSIONES Y
LÍNEAS DE ACTUACIÓN
El paro de larga duración es uno de los problemas más graves que ha generado la
crisis. Se trata de un lastre estructural que va a condicionar la mejora
socioeconómica de Navarra. Afecta a la cohesión social aspecto clave para el
desarrollo socioeconómico equilibrado de cualquier territorio.
Ante esta problemática es preciso dotar de información analítica que sirva de
referencia a la hora de establecer líneas y medidas de actuación. Esta investigación
responde a esa urgente demanda. Se ha demostrado de nuevo la potencialidad de
la información de carácter administrativo para ofrecer información estadística
relevante y provechosa.
En el marco de la crisis uno de los problemas más graves es sin duda el incremento del
desempleo de larga duración (personas que llevan en desempleo más de un año). Esta
tipología de desempleo ha ido aumentando considerablemente a lo largo de la crisis. Tras una
primera aproximación se ha estimado que dependiendo de la fuente de referencia, entre un
35% y un 50% de la población desempleada de la Comunidad Foral lleva más de un año en
esta situación.
A través de esta investigación se ha corroborado que la población desempleada de larga
duración se enfrenta a mayores obstáculos debido a diversos factores relacionados entre sí, la
frustración y el desánimo que repercuten en la motivación, la baja autoestima, la devaluación
de su cualificación y experiencia, unido al hecho de los estereotipos que influyen en que las
empresas sean reticentes a su contratación.
Entre otras cuestiones clave se ha demostrado la decisiva relación entre el tiempo de
permanencia en el paro y el empleo. Se ha evidenciado que a más tiempo en paro más
complicado resulta encontrar un empleo, por lo tanto, las probabilidades de acceso al empleo
se reducen considerablemente en los casos del desempleo de más larga duración y sobre todo
para determinados perfiles como las personas desempleadas mayores de 45 años. Se ha
probado también que el paro de larga duración aumenta las problemáticas adicionales, supone
pérdidas acumuladas de capital humano (conocimientos, habilidades, etc.), puede ocasionar
problemas de salud lo que incrementa la dificultad de la inserción laboral (hace descender el
116
grado de empleabilidad) y en definitiva hace aumentar de manera importante la vulnerabilidad
y la exclusión.
El hecho es que el importante peso del PLD (paro de larga duración) representa en sí
mismo un pesado lastre que es preciso contrarrestar de manera decidida para evitar fracturas
sociales mayores y para impulsar de la mejor forma posible una recuperación socioeconómica
sostenible de la Comunidad Foral.
Resulta evidente que la crisis está suponiendo una clara amenaza a nuestro modelo
social. El paso del tiempo tiene un efecto perverso en el caso de las personas desempleadas y
más aún en el caso de las personas en situaciones de vulnerabilidad y exclusión. En ese
sentido, el paro de larga duración es una situación que tiende a cronificarse afectando a un
número creciente de personas en riesgo de exclusión. Sus efectos estructurales pueden ser
devastadores para el modelo de cohesión social que hasta el momento, dentro de sus límites,
parecía ser en Navarra uno de los más equilibrados del Estado. No conviene olvidar, más aún
en etapas como la actual, que la cohesión social es un componente básico para el desarrollo
socioeconómico de cualquier territorio.
Se debe tener en cuenta que el desempleo no es sólo una situación de falta de trabajo
que puede ser en parte mitigada por una compensación económica a través de prestaciones,
subsidios o ayudas, sistemas que dicho sea de paso han resultado insuficientes; se trata de
una etapa que dependiendo de la propia persona, de las circunstancias que le rodean puede
implicar una sucesión de conflictos y problemas añadidos que a su vez hacen aumentar la
probabilidad del alargamiento de la situación del desempleo lo que alimenta de manera nefasta
ese círculo vicioso. Una situación que afecta no sólo a la propia persona sino a su entorno. Por
tanto, en ese sentido sería necesario abordar el problema reconociendo en primer lugar la
enorme
dificultad
para
generar
de
manera
rápida
el
empleo
que
se
necesita
en
correspondencia a esa demanda tan urgente. Siendo conscientes de esa realidad se debería
gestionar eficazmente el problema de las miles de personas que no van a contar con un
empleo en el corto plazo a través de una serie de estrategias y medidas para disminuir los
efectos tan dañinos que el desempleo de larga duración provoca. Aspectos a tratar como los
motivacionales, el mantenimiento de la actividad a través de la formación, el reciclaje, la
gestión de los sentimientos de frustración, pesimismo, las relaciones personales con el
entorno, etc. No se debería dejar de lado esa estrategia preventiva y paliativa. En este
contexto la responsabilidad de la Administración también resulta ineludible.
Otro aspecto a considerar en cuanto al origen del problema tiene que ver con el
diferente grado de dinamismo laboral entre el anterior ciclo económico y el actual, sobre todo
en determinados colectivos como el de los jóvenes e inmigrantes. En ambos casos la incidencia
117
del desempleo era también importante pero el retorno al mercado de trabajo resultaba mucho
más factible y rápido. La crisis ha evidenciado de manera diáfana aspectos que la anterior
etapa de bonanza económica había difuminado o escondido tras el manto del entonces
venerado modelo de crecimiento económico. La cruda realidad se ha encargado de avivar las
consecuencias de la proliferación de empleos precarios, de baja cualificación, con alta
temporalidad y en definitiva más vulnerables que atraían a miles de personas y que suponían
entre otros problemas, tal y como ya se ha señalado, un peligroso abandono de la formación,
la insuficiente generación de derechos para hacer frente al tiempo en desempleo, la
proliferación de empleos precarios, etc.
En este contexto creemos que es necesario más que nunca desarrollar investigaciones
centradas en las personas que más están sufriendo el impacto de la crisis. Resulta obligatorio
aprovechar nuestra experiencia para continuar investigando sobre el impacto sociolaboral de la
crisis y de esta forma aportar más datos e indicadores que sirvan de soporte para la
configuración
de
estrategias
y
medidas.
Precisamente
el
objetivo
principal
de
esta
investigación ha sido aportar información relativa al desempleo y la posible contratación del
colectivo de parados/as de larga duración con el fin de configurar una herramienta de consulta
y fundamentación para el desarrollo de políticas al respecto.
En ese sentido se ha demostrado de nuevo la potencialidad de la información de
carácter administrativo que posee la Administración. Es posible obtener información estadística
relevante que sea aprovechada para ser un referente empírico.
Con tal fin se ha utilizado de nuevo una vía de estudio iniciada en el proyecto
“Temporalidad en Navarra”8 desarrollado en el mismo marco del OBNE y en el que se ponía de
manifiesto la gran utilidad de las bases de registro para el estudio y seguimiento de algunas
realidades sociolaborales reduciendo de esta forma los costes derivados de las investigaciones
basadas en encuestas, aspecto por otra parte a tener en cuenta dada la actual limitación
presupuestaria. En este sentido, hay que destacar que se ha trabajado con la información del
total de personas registradas como desempleadas y con la información del total de contratos
realizados. Por lo tanto, no se trata de una investigación basada en una encuesta al uso sino
de un análisis del conjunto de las personas que han pasado por el desempleo de manera oficial
durante los últimos años (enero 2008-marzo 2013) fusionando esa información con la de su
posible paso por la contratación. Sin entrar en más detalles podemos adelantar que el número
de personas analizadas para esta investigación ha sido aproximadamente de 182.000.
8 “Análisis de la temporalidad en Navarra” realizado por el Gabinete de estudios de CC.OO. Navarra en el marco del Observatorio
Navarro de Empleo, Servicio Navarro de Empleo.
118
Por otra parte, se ha desarrollado un análisis cualitativo. La metodología cualitativa
empleada ha pretendido conocer en profundidad los discursos existentes, en el entorno del
desempleo de larga duración (PLD), a partir de los relatos más intimistas de los propios
actores sociales. A tal fin, se ha dotado de voz a los diferentes grupos sociales que viven de
cerca esta situación. Dos han sido los ámbitos donde se ha detenido el presente estudio: el de
los profesionales de la orientación laboral que trabajan con las personas en paro, y los propios
desempleados y desempleadas de largo recorrido. El objeto de este diseño ha sido contemplar
la realidad desde dos vertientes prospectivas diferenciadas, que se complementan y ayudan al
observador a reconstruir, desde la comprensión objetiva, la trama escénica y la vivencia
cotidiana de las personas en desempleo de larga duración.
Se ha producido un constante y elevado aumento de personas desempleadas de
larga duración. Esta circunstancia unida a la limitación, insuficiencia y saturación
de los elementos tradicionales de amortiguación, prestaciones, subsidios, rentas
mínimas e incluso redes familiares, ha supuesto un grave aumento de las
situaciones de vulnerabilidad y riesgo de pobreza.
Casi la mitad de la población desempleada en Navarra lleva en paro más de
un año siendo la situación del conjunto del Estado todavía más grave. Entre otras
cuestiones ha quedado patente la insuficiencia de los mecanismos de cobertura
del sistema público de protección.
En cuanto a las principales conclusiones derivadas del análisis cuantitativo se ha
destacado lo siguiente.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el número de parados de
larga duración se sitúa en Navarra en torno a las 28.000 personas. Respecto al total del país la
cifra alcanza los 3,5 millones, siendo el país de la Unión Europea donde más ha aumentado el
paro de larga duración. Las cifras reflejan por sí mismas la magnitud del problema, si no se
toman medidas urgentes al respecto los efectos pueden ser, tal y como señala la propia OIT,
devastadores y persistentes pudiendo afectar de manera importante, de hecho lo están
haciendo, a la cohesión social. No en vano una de las conclusiones a las que se llegó en las
jornadas de la AMSEP (Asociación Mundial de los Servicios Públicos de Empleo9) fue que el
9 Jornadas celebradas el 21 y 22 de febrero de 2013 en Washington.
119
desempleo de larga duración es un síntoma de la creciente desigualdad que va minando la
situación económica y social de cualquier territorio.
La evolución de la crisis financiera a la crisis de la cohesión social es ya un hecho
contrastado dado el carácter esencial del trabajo como elemento de estabilidad, cohesión e
integración. La prolongación de la situación de paro deriva en un aumento de la vulnerabilidad
y exclusión ya que la extensión de la crisis está suponiendo un desgaste notable de los
diversos elementos de amortiguación como son las prestaciones, los subsidios y otro tipo de
ayudas como las renta de inclusión, todos limitados y dadas las circunstancias insuficientes.
También la familia como refugio tradicional ante las situaciones de falta de recursos se ha visto
enormemente comprometida.
Siguiendo con los resultados de la EPA podemos estimar que ya casi la mitad de la
población desempleada de la Comunidad Foral lleva más de un año en desempleo. Pero esta
circunstancia resulta todavía más grave en el conjunto del estado donde el 56% lleva un año o
más en paro. Si comparamos estos porcentajes con los del principio de la crisis (17% en
Navarra y 22% en España, IT08) resulta de nuevo evidente el insostenible aumento del
protagonismo de las situaciones de paro prolongado, partiendo del hecho de que ya entonces
eran unos porcentajes preocupantes. Por tanto, se trata de un problema estructural que se ha
incrementado con la crisis.
Desde la perspectiva del paro registrado en el Servicio Público de Empleo y en
cuanto a la evolución del paro de larga duración queda patente su desmesurado incremento a
lo largo de los últimos años. En marzo de 2008 el número de desempleados/as de larga
duración era de 6.280 personas, cinco años después la cifra alcanza las 19.679. Es cierto que
las cifras estimadas a través de la EPA indican que la situación todavía es más grave pero
recordemos que la medición del desempleo se realiza bajo parámetros diferentes, se trata de
fuentes diferentes con metodologías distintas. Sea como fuere el hecho objetivo es que en
ambos casos se trata de una evolución especialmente grave por todo lo que ello implica.
Siguiendo con los datos de registro, esas casi 20.000 personas representan un 35% del
total del paro en nuestra comunidad. A comienzos de la crisis el desempleo de larga duración
registrado suponía en torno al 26%. Esta cifra que ya entonces era preocupante ha quedado
relativizada con el transcurso de la crisis. Lo cierto es que también en la anterior etapa de
bonanza existía un alto porcentaje de paro de larga duración, hecho que fue eclipsado por el
entonces aclamado modelo de crecimiento económico. Con el cambio de ciclo ese problema fue
en aumento entre otras cuestiones porque en realidad se trataba de un desajuste estructural
del propio mercado de trabajo.
120
Por otra parte, se ha comprobado como el incremento del desempleo de larga duración
ha sido mayor en comparación con el aumento del paro total. Si tomamos como referencia
inicial las cifras de desempleo (total y larga duración) de marzo de 2008 y analizamos su
variación de los últimos cinco años, el incremento del desempleo de larga duración ha sido del
68,1% mientras que el paro total ha aumentado en Navarra en un 58,2%.
Otro de los aspectos que resulta ineludible a la hora de analizar tanto el desempleo de
larga duración como el conjunto del paro en relación con los mencionados mecanismos de
amortiguación y que debe aparecer en esta síntesis es la cobertura por desempleo.
Pero tal y como se ha explicado en el documento conviene introducir un aspecto
metodológico clave. El porcentaje de cobertura se calcula habitualmente en función del paro
registrado y se denomina oficialmente como “tasa de cobertura”. Sin embargo, a través de la
propia EPA se puede estimar otro indicador relativo a la cobertura tomando como referencia a
la población parada estimada en dicha encuesta y no al paro registrado. A dicho indicador y
para evitar confusiones se le ha denominado “tasa de protección de parados”. Lo cierto es que
los resultados de ambas tasas son diferentes.
Las fórmulas de ambos indicadores son las siguientes:
Tasa de cobertura= Total de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo
Paro registrado con experiencia laboral + Benef. Subsidios de eventuales agrarios
Tasa de protección de parados= Pob. desempleada EPA que percibe prestaciones
Total pob. parada EPA
Entre otras cuestiones hay que tener en cuenta que en el caso de la tasa de cobertura
no aparecen en el denominador aquellas personas que no han trabajado nunca, por entender
que no pueden percibir una prestación por desempleo.
En el caso de la tasa de protección, además de las personas consideradas paradas por
la EPA, existen también otras, ocupadas e inactivas que también perciben prestaciones. Entre
otros
cabe
mencionar
a
diversos
colectivos
como
ocupados/as
a
tiempo
parcial,
prejubilados/as, expedientes de regulación de empleo, etc.
Aclarado el aspecto metodológico, los resultados han reflejado que mientras que la tasa
de cobertura era en Navarra a principios de 2013 del 66%, el nivel de protección de parados
en el primer trimestre de 2013 fue del 42,2%. Es decir, en el primer caso casi siete de cada
diez desempleados contaban con cobertura mientras que en el segundo la proporción era de
cuatro de cada diez. En el conjunto del Estado las cifras eran del 65,9% y del 35,1%
respectivamente. Por tanto, respecto a la tasa de cobertura los valores comparados entre el
Estado y la Comunidad Foral son similares mientras que el indicador estimado de la EPA
121
confiere una mayor cobertura en Navarra que en el conjunto del país (7,1 puntos de
diferencia). Sin embargo, la objetividad de los datos refleja un elevado nivel de desprotección,
nivel que sigue en aumento y que está teniendo sus consecuencias.
El paro de larga duración afecta al conjunto de la población pero determinados
colectivos tienen mayores dificultades.
Mayor proporción de mujeres, más de la mitad de las personas desempleadas de larga
duración son mayores de 45 años, la presencia del colectivo extranjero en el PLD se
ha multiplicado por cinco desde el comienzo de la crisis, siete de cada diez
desempleados/as de larga duración cuenta únicamente con estudios básicos, algunas
de las zonas en las que el impacto del desempleo ha sido mayor también sufren
índices de paro prolongado superiores a la media, seis de cada diez desempleados/as
con discapacidad son parados/as de larga duración. Resulta desalentador que casi un
26% de la población desempleada lleve más de tres años en paro.
Pasamos a destacar las principales conclusiones respecto al análisis de los perfiles de
las personas desempleadas de larga duración. La primera conclusión es que la prolongación del
desempleo ha afectado al conjunto de la población aunque determinados colectivos están
teniendo todavía mayores dificultades.
En primer lugar, desde la perspectiva de género, la proporción de mujeres en el
conjunto del paro de larga duración es mayor. La población femenina sigue sufriendo una
mayor incidencia del desempleo prolongado. Sin embargo, con la crisis y la destrucción de
empleo en sectores más masculinizados como la construcción y la industria la proporción de
hombres parados de larga duración ha aumentado considerablemente reduciéndose por tanto
la diferencia con la población femenina.
La edad es uno de los factores más relevantes a la hora de analizar esta problemática.
Los datos han reflejado como más del 50% de las personas desempleadas de larga duración
tienen más de 45 años mientras que en el caso de los jóvenes su representación es del 9%.
Aún así, si consideramos el peso o proporción en cada intervalo de manera independiente
(porcentaje horizontal) la presencia del paro prolongado durante más de un año supone ya un
26,3% en el caso de los jóvenes mientras que en el colectivo de mayores de 45 años
representa de nuevo el 50%.
122
Por tanto, se advierte, por una parte, el alarmante aumento del paro de larga duración
entre los jóvenes con todo lo que ello implica, retraso de la emancipación, mantenimiento de
las cargas para sus familias, falta de relevo en el sistema de Seguridad Social, etc.
Por otra, la grave situación del colectivo de personas desempleadas mayores de 45
años. Su situación es especialmente preocupante ya que su reinserción laboral resulta todavía
más compleja. La combinación de una edad avanzada con el desempleo de larga duración hace
complicada su reinserción en el mundo laboral circunstancia que no sólo implica problemas en
el corto plazo ante la finalización de prestaciones, subsidios y ayudas, sino que se implica otro
elemento que agrava todavía más el problema; el cómputo de la base de cotización para la
pensión se basa desproporcionadamente en los últimos años de la vida laboral de los
trabajadores de forma que quienes no coticen los últimos años antes de la jubilación percibirán
una pensión menor independientemente de los años que lleven cotizados. Una situación que
además de ser injusta prolongará las situaciones de precariedad, vulnerabilidad y exclusión
tanto de las propias personas desempleadas como las de sus familias.
Lo cierto es que parece evidente que existe una discriminación práctica según la edad
del demandante de empleo a pesar de que legalmente no puede ser un elemento de sesgo. La
realidad es que las empresas se muestran muy reticentes a contratar personas de mayor edad.
De esta forma los desempleados de larga duración sufren un estigma laboral que no se
deriva directamente de su desempeño personal, sino que se infiere a menudo a partir de la
situación general del colectivo. En consecuencia se condena al desempleo a individuos capaces
y motivados por el simple hecho de pertenecer al grupo “erróneo”. A esta circunstancia se le
denomina “discriminación racional” y se trata de un problema que se retroalimenta. Por un
lado el empresario se puede formar un estereotipo negativo a partir del hecho de que una
persona lleve desempleada mucho tiempo y esta mayor tasa de rechazo provoca a su vez que
las personas desempleadas perciban que van a ser injustamente tratadas, se desaniman y
comienzan a invertir menos esfuerzos en buscar empleo, lo cual retroalimenta el problema.
En definitiva, es cierto que el problema del paro juvenil es grave y por ello se deben
implementar medidas urgentes a nivel europeo, estatal y autonómico para su reducción ya que
el paro durante un largo periodo de tiempo al inicio de la vida profesional puede ser un lastre
permanente tanto para las propias personas como para el conjunto de la sociedad. Pero no es
menos cierto que el paro en los mayores de 45 años es tan preocupante o más que el juvenil.
Respecto
al
nivel
de
estudios
resulta
sintomático
que
siete
de
cada
diez
desempleados de larga duración tengan un nivel de estudios básico. Sin embargo, tras el
análisis evolutivo de los datos de desempleo se puede afirmar que la formación superior ya no
resulta tan determinante para evitar las situaciones de paro ni de paro prolongado a pesar de
123
que la probabilidad de caer en desempleo con estudios superiores (FP GS o universitarios) es
claramente menor y una vez en paro también es menor la probabilidad de convertirse en
parado de larga duración. Pero como decimos, con el transcurso de la crisis la alta formación
no actúa de igual manera como antídoto ante el desempleo aunque indudablemente ayuda.
En cuanto a la población extranjera, el peso del colectivo en el desempleo de larga
duración se ha multiplicado por cinco desde el comienzo de la crisis. Lo cierto es que el
impacto de la crisis aún siendo generalizado ha sido mayor en determinados colectivos como
por ejemplo el de las personas inmigrantes. Su tasa de paro es significativamente superior a la
de la población autóctona y además sus mecanismos para hacer frente al desempleo son más
escasos y menos intensos en cuanto a su capacidad de adecuación y protección. Por tanto es
lógico que el peso de la población extranjera en las denominadas rentas mínimas (renta básica
y renta de inclusión social) se haya incrementado por el mayor impacto del desempleo y el
aumento de las necedades no cubiertas. Por otra parte, el modelo de mercado laboral
enormemente sustentado en la precariedad (empleos temporales, baja cualificación) supuso y
supone que en el caso de colectivos como el de los extranjeros o jóvenes los derechos
generados sean reducidos e insuficientes ante la falta prolongada de empleo, aumentando por
todo ello los procesos de vulnerabilidad.
En cuanto a la incidencia territorial del paro de larga duración, si tenemos en cuenta
tanto el tamaño poblacional de cada una de las zonas analizadas como la incidencia del
desempleo
en
la
población
potencialmente
activa,
podemos
destacar
por
su
mayor
problemática las áreas de Sangüesa y Aoiz. Es decir, no sólo en estas subáreas la incidencia
del desempleo es mayor que la media sino que también el peso del paro de larga duración
registrado es uno de los mayores de Navarra (44,4% en Sangüesa y 42,7% en Aoiz frente al
34,8% en el conjunto de Navarra). Respecto a otras zonas especialmente castigadas por la
crisis en forma de desempleo, la proporción del paro prolongado también es superior aunque
en menor medida que en las zonas mencionadas. En Tudela por ejemplo la proporción alcanza
el 38% del total del paro de la zona mientras que en la Sakana occidental es algo superior a la
media (36,4% frente al 34,8%). De todas formas no conviene olvidar que en términos
absolutos estas áreas cuentan con un mayor número de personas tanto paradas como
desempleadas de larga duración. Por último, en el caso de la capital y su comarca la
proporción es superior a la media en un punto (35,8%).
Respecto a las personas desempleadas con discapacidad y partiendo del hecho de que
la información recopilada puede estar sesgada ya que no se analiza al conjunto de la población
desempleada con discapacidad sino al colectivo de desempleados/as que figuran en las bases
de datos como personas con discapacidad, se pueden destacar varios aspectos.
124
Primero, que la discapacidad es un factor de exclusión social y que las crisis económicas
acentúan esa exclusión. El desempleo ha aumentado de manera general pero las situaciones
de partida y las condiciones laborales son radicalmente diferentes. Concretamente alrededor
del 60% del colectivo de parados que figuran con discapacidad es desempleado de larga
duración. Se trata del grupo social en el que el porcentaje es mayor.
Segundo, que el colectivo de personas con discapacidad aparece afectado tanto de
manera directa como indirecta si tenemos en cuenta cómo la crisis económica ha afectado a
las organizaciones y entidades del Tercer Sector que les prestan apoyo y que además son foco
de contratación.
Y tercero, sin embargo parece que ha aumentado el interés de las empresas por la
contratación de personas con discapacidad. Uno de los motivos fundamentales sino el que más
es la obtención de las bonificaciones por su contratación. Pero, tal y como señalan algunos
expertos consultados y personas con discapacidad, la creciente demanda parece centrarse en
personas cuya discapacidad sea totalmente compatible con el trabajo a desarrollar. De esta
forma se está produciendo una evidente segregación dentro del propio colectivo quedando
relegadas precisamente aquellas personas con mayores dificultades.
En cuanto al tiempo en desempleo, cinco de cada diez PLD llevan en situación de
desempleo entre uno y dos años y un 18,4% de dos a tres. Pero lo que resulta más
desalentador es que casi un 26% de la población desempleada de larga duración lleve en paro
más de tres años, un 9,6% entre tres y cuatro años y un llamativo 16,2% más de cuatro años.
Existe una correlación directa entre el tiempo en desempleo y la posibilidad de
reinserción laboral. A mayor tiempo en desempleo las probabilidades de contratación se van
reduciendo considerablemente.
Dada la importancia que representa el tiempo en desempleo y para comprobar como la
caracterización del colectivo de desempleados de larga duración puede ser diferente según
esta variable, se ha procedido a ratificar este hecho analizando el PLD según dos de los
intervalos temporales más representativos (el colectivo de parados con más de 3 años en
paro y el de aquellos/as que llevan en paro entre 1 y 2 años).
La primera gran diferencia la encontramos en la distribución según la variable sexo. El
grupo de personas con más de tres años en desempleo está conformado por un 70% de
mujeres y el 30% de hombres
Por otra parte, resulta significativo que un 73,6% de los parados con más de tres años
en desempleo superen los 45 años. En el segundo grupo (entre 1 y 2 años en desempleo) el
porcentaje es del 44,5% cifra también alta pero comparativamente menos alarmante.
125
A su vez, el peso de los niveles formativos inferiores es mayoritario en el caso del
primer grupo (más de 3 años en paro). Un 76% de los parados/as de muy larga duración sólo
cuentan con estudios básicos. El porcentaje se rebaja hasta el 69% en el grupo en el que el
tiempo en desempleo es menor a dos años
En cuanto a las ocupaciones demandadas, las más destacadas son de nuevo en ambos
casos aquellas denominadas como elementales. Sin embargo, la proporción de esas demandas
es todavía mayor en el caso de las personas con más de tres años en desempleo, exactamente
un 44,3%, siete puntos por encima del porcentaje que representan en el segundo grupo (entre
1 y 2 años en desempleo).
Se trata de un colectivo heterogéneo ya no sólo en cuanto a sus características
sociodemográficas, también existen diferencias significativas en cuanto a sus
trayectorias laborales, personales, etc. por lo que las medidas al respecto deberían
tener en consideración esas diferentes realidades.
El análisis de las transiciones laborales en periodo analizado, enero 2008-marzo 2013,
se fundamenta en la fusión longitudinal de las bases de desempleo y contratación. De esta
forma ha sido posible calibrar y caracterizar los diferentes grupos de personas desempleadas
según cuáles sean esas transiciones.
La siguiente tabla muestra cuál es la distribución de los diversos grupos de
desempleados en relación con su posible paso por el desempleo de larga duración y su última
situación registrada en el periodo (si su último registro del periodo es el paro o la
contratación).
En el caso del primer grupo (nunca PLD) la distribución resulta más equilibrada. De las
personas que en algún momento han sido desempleadas pero nunca paradas de larga
duración, el 37,7% han terminado el periodo con un contrato, en un 30,6% de los casos su
último registro es el paro no habiendo tenido antes ningún contrato en ese periodo y el 31,7%
restante son personas cuyo último registro es el paro pero que anteriormente habían tenido
algún contrato. Estos dos últimos subgrupos estarían conformados por personas que han caído
en el desempleo más tarde y que todavía no forman parte del paro de larga duración.
La distribución del colectivo de PLD resulta lógicamente mucho más dispersa.
Únicamente el 17% de las personas que en algún momento han sido paradas de larga duración
ha terminado el periodo con un contrato. La diferencia con el primer grupo asciende hasta los
126
20 puntos. Por otra parte, casi la mitad de las personas que han sido o son PLD nunca han
tenido un contrato en ese tiempo, más de cinco años. Esta proporción resulta sin duda
llamativa y da buena muestra de la gravedad de la situación en las que se encuentran un
creciente número de personas y familias. A su vez los datos vuelven a corroborar lo
complicado que resulta conseguir un contrato cuando se ha estado en desempleo durante un
largo periodo. Por último, un 35,7% de las personas con experiencia en el paro de larga
duración tienen como último registro el desempleo aunque han tenido un contrato con
anterioridad.
Distribución de la población desempleada a lo largo del periodo analizado (20082013) según sus transiciones laborales (desempleo y contratación) y su paso por el
PLD (Paro de Larga Duración).
Último registro es la contratación
Pob. que
Pob.
en algún
desempleada
momento
nunca como
ha sido
PLD
PLD
37,66
17,16
Total Pob.
Desempleada
31,01
Último registro es el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
30,62
47,16
35,99
Último registro es el paro habiendo tenido algún contrato en el periodo
31,72
35,68
33,00
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
En relación con la cuestión anterior resulta indispensable, cuando se trata de analizar
las transiciones laborales, conocer de manera más desagregada cómo han sido dichos
procesos para que una vez descifrados podamos caracterizar y comparar los distintos grupos
resultantes.
Desde el punto de vista de los porcentajes horizontales y centrándonos en la tercera
posibilidad (último registro es el paro habiendo tenido algún contrato, ese 35,68% de la tabla
anterior) observamos como el 66,3% de los PLD no han tenido ningún contrato con
posterioridad al último registro como desempleados/as de larga duración, es decir, su
contratación fue anterior a la situación paro. Por su parte un 33,6% sí que han podido
formalizar un contrato con posterioridad al último registro como desempleados/as de larga
duración. En términos absolutos, ese 35,68% supone alrededor de 21.000 personas de las
59.000 que en algún momento han sido PLD. De esas 21.000 personas, 13.970 no han tenido
ningún contrato posterior a la última situación de paro de larga duración y unas 7.100 sí. Estos
datos evidencian de nuevo el problema de la falta continuada de empleo de la población con
largas estancias en el paro.
En cuanto a la distribución según los porcentajes verticales, el primer grupo (PLD que
no han tenido ningún contrato posterior a esa situación) se distribuye de la siguiente manera:
el 66,6% no ha tenido ningún contrato en todo el periodo y el 33,4% sí ha sido contratado/a
127
pero ha caído en el desempleo de larga duración con posterioridad. En el segundo grupo (PLD
que sí han tenido algún contrato posterior al último registro como desempleados/as de tiempo
prolongado) un 58,8% han tenido como último registro un contrato mientras que el restante
41,2% a pesar de que pudieron ser contratados/as después del último paro de larga duración
han vuelto caer en el desempleo. Los valores absolutos en estos casos son los siguientes, el
66,6% supone unas 27.800 personas y el 33,4% las 13.970 mencionadas. En el segundo
grupo, el 58,8% representa a unas 10.100 personas y el 42,2% a las 7.100 citadas.
Distribución de la población desempleada de larga duración a lo largo del periodo
según sus transiciones laborales (desempleo y contratación). Porcentaje horizontal
y vertical.
Algún contrato
posterior al último
registro como PLD
No
Sí
Último registro es la contratación
Total
0
100
100
100
0
100
Último registro es el paro habiendo tenido algún contrato en el periodo
66,34
33,66
100
Total
70,83
29,17
100
Último registro es el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
Algún contrato
posterior al último
registro como PLD
No
Sí
Último registro es la contratación
0,00
58,82
Total
17,16
Último registro es el paro no habiendo tenido ningún contrato en el periodo
66,58
0,00
47,16
Último registro es el paro habiendo tenido algún contrato en el periodo
33,42
41,18
35,68
100
100
100
Total
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos extraídos de las bases de demandantes de empleo y contratación (SNE).
Las diferencias entre los diversos grupos según las transiciones laborales han resultado
significativas. Las más notables han sido las siguientes.
Respecto a la edad, las diferencias se intensifican cuando se trata de transiciones
negativas o simplemente cuando no se producen, es decir, se ha tenido algún contrato pero se
vuelve a caer en el paro o nunca se ha tenido un contrato en el periodo. En estos casos la
presencia de personas desempleadas de mayor edad se incrementa notablemente. Por
ejemplo, en el caso de las personas que en algún momento han sido paradas de larga duración
y que no han tenido ningún contrato en el periodo el porcentaje de mayores de 45 alcanza casi
el 56% mientras que cuando el último registro es el contrato el porcentaje desciende hasta
17,6%. Volvemos a insistir en el hecho de que el PLD está afectando a todos los colectivos
incluyendo al juvenil pero todavía se hace más persistente cuando el paro se produce en
edades más avanzadas. En este sentido se deberían tomar medidas específicas al respecto.
128
Por otro lado, según el nivel de estudios queda patente que en el caso de las
transiciones negativas el peso de los niveles básicos de estudios es mayor.
En cuanto a la variable nacionalidad, si nos ceñimos al PLD, las transiciones positivas
se dan en un mayor porcentaje cuando se trata de la población con nacionalidad española,
aunque es cierto que la diferencia no resulta elevada.
Por otra parte, la distribución de los diferentes grupos según la principal ocupación
demandada refleja que cuando se trata de situaciones en las que el último registro es el
desempleo, tanto si se ha tenido un contrato anterior como si no, la solicitud más habitual es
la correspondiente a las ocupaciones denominadas como elementales.
En cuanto a la rama de actividad, los datos revelan que en las transiciones positivas
el protagonismo de ciertas ramas más dinámicas aunque más vulnerables tienen mayor
presencia. Sería el caso de actividades del sector servicios. Por el contrario, la industria se
presenta como uno de los principales focos del desempleo de más larga duración. No son
precisamente pocos los casos de personas con largas carreras profesionales en la industria que
con la crisis se precipitan al desempleo y que dados diversos hándicaps tanto objetivos como
externos, como la edad avanzada que supone un verdadero estigma para la reintegración
laboral o la falta de actualización de conocimientos, entran en una dinámica negativa que les
conduce al desempleo de larga duración con todo lo que ello conlleva.
Respecto a la discapacidad registrada, conforme las transiciones se van tornando
más negativas el peso de las personas con discapacidad aumenta.
Por otra parte, los datos han relacionado la mayor vulnerabilidad de los empleos con un
menor nivel de cualificación, este tipo de empleos resultan más volátiles al albur de las
circunstancias y cambios de las coyunturas. El análisis de las transiciones laborales ha puesto
de relieve la estrecha relación entre la cualificación de los trabajadores y su permanencia en el
empleo. Por tanto, sería necesario por una parte garantizar que los trabajadores/as que
ocupan puestos de menor cualificación puedan tener acceso a mecanismos que hagan mejorar
su nivel de cualificación. Por otra, sería necesaria una transición más decidida hacia un modelo
productivo más innovador, estable y con una mayor calidad del empleo. Ha quedado patente
que modelos sustentados en tejidos productivos de poco valor añadido, sin suficiente
innovación y con una importante precariedad laboral resultan débiles y vulnerables.
Otro hecho destacado ha sido el certificar cuantitativamente que una vez que se
registran nuevos contratos tras el desempleo la nueva contratación es de menor calidad
cuando se trata del colectivo de parados/as de larga duración (mayor inestabilidad, menor
cualificación, etc). Por tanto, además de que es menos probable conseguir un empleo tras el
129
paro de larga duración, una vez que se produce, la nueva situación laboral es en un
significativo número de casos de menor calidad. Circunstancia que tiende a relativizarse
precisamente por la consecución de un empleo a pesar de que por sus características la vuelta
al paro sea más probable que si se tratase de un empleo de mayor calidad. Se trata de otro
aspecto trascendental a tener en cuenta.
Diversos análisis de regresión logística han establecido la influencia de determinadas
variables en el hecho de ser desempleado/a de larga duración.
Algunas de las variables más determinantes por su significación según estos modelos
estadísticos de regresión son: la propia duración del desempleo, la edad, el nivel de
estudios o la posible discapacidad.
El análisis cuantitativo concluye con los resultados obtenidos de varios modelos
estadísticos de regresión logística. Estas técnicas permiten identificar los predictores de la
ocurrencia de un determinado fenómeno. En nuestro caso se trata de un análisis
complementario que viene a corroborar lo señalado hasta el momento en relación con la
influencia de determinadas variables o circunstancias en el hecho del paro de larga duración.
Los resultados han permitido establecer diversas correlaciones aún siendo conscientes
de que además de las variables analizadas existen otros muchos condicionantes tanto
objetivos como subjetivos que influyen en las trayectorias laborales de las personas estudiadas
(estos últimos resultan muy complicados de medir, de ahí el enorme interés del análisis
cualitativo). Las relaciones más destacadas han sido las siguientes:
•
A pesar del fuerte incremento del desempleo masculino las mujeres siguen
presentando una probabilidad superior a la de los hombres para convertirse en
paradas de larga duración una vez en desempleo.
•
La edad es la variable más determinante, influye claramente en los procesos de
contratación o permanencia en el desempleo. Así, si tomamos como referencia el
intervalo de edad de mayores de 45 años todos los demás grupos presentan
probabilidades de ser parados de larga duración significativamente menores.
•
Una vez en paro el riesgo de convertirse en desempleado de larga duración es
mayor cuando el nivel de estudios es básico lo que no significa que con niveles
130
superiores no exista riesgo de caer en el desempleo prolongado, de hecho con la
extensión de la crisis el paro de larga duración tiene más presencia entre las
personas con niveles formativos superiores. Aún así la comparativa es más
favorable para aquellas personas con mejor nivel formativo.
•
Se
confirma
en
términos
estadísticos
que
el
hecho
de
tener
alguna
discapacidad hace aumentar significativamente la probabilidad de ser parado
de larga duración en comparación con el colectivo de personas sin discapacidad.
Recordemos que aproximadamente seis de cada diez desempleados con
discapacidad son parados de larga duración. Se trata del colectivo en el que el
porcentaje es mayor. Insistimos en que si ya de por sí la inserción laboral es
difícil, para este colectivo y en este contexto resulta todavía más complicada.
•
Por último, también se confirman varias relaciones, el hecho de haber sido
contratado en algún momento del periodo hace disminuir la lógicamente la
probabilidad del PLD pero en absoluto resulta determinante, la inestabilidad
laboral es creciente. Por otra parte, en relación con el tiempo en desempleo se
puede señalar el siguiente axioma, a más tiempo en desempleo más tiempo
en desempleo.
La investigación concluye con un análisis cualitativo basado en varias dinámicas
grupales (un grupo focal con profesionales de orientación laboral y varios grupos de
discusión con los propios afectados/as).
Este análisis ha descubierto, por una parte, aspectos a los que el análisis cuantitativo no
lograba llegar y por otra, ha corroborado gran parte de la información extraída del
análisis cuantitativo. Desde los propios grupos se proponen diversas líneas de actuación.
Alguno de los extractos más interesantes del análisis cualitativo son los siguientes.
1. Grupo focal con profesionales de orientación laboral: La ruptura de perfiles en
el paro de larga duración.
Este grupo consensúa la idea de que, si bien, hay perfiles grupales y personales donde
el desempleo incide de manera más dramática, sobre todo en la perspectiva de lo vital, el
escenario actual resulta desolador porque afecta de manera sistemática a todos los
sectores profesionales y sociales. Esta situación de incidencia creciente del desempleo en
toda la sociedad estaría aumentando, de manera progresiva, en el último año.
131
No
obstante,
en
el
grupo
se
establecen
algunas
diferencias
entre
los
desempleados/as que acuden a solicitar una orientación.
En el caso de los servicios públicos, se dice que hay que establecer una diferencia
significada entre la actitud de quienes llegan obligados a sellar una cartilla de paro, y
quienes van de manera libre a solicitar asesoría, formación o simplemente ayuda para
encaminar su búsqueda de empleo.
-
En cuanto a la actitud, noto mucha diferencia entre las personas que
vienen, solicitan orientación por su cuenta, o las personas que tienen
que venir a orientación de manera obligada porque cobran una
prestación. Entonces con los primeros lo han solicitado ellos, tienen
mucho interés, trabajar prácticamente todo, desde el currículum, a lo
que te demanden, pues cursos de formación, portales de empleo, todo..
Las otras personas que te vienen, sobre todo según qué programas,
pero lo que decíamos, mayores de 45, pues muchas personas están ya
cansadas de tanto buscar, les insistes, les hablas de cursos más básicos,
pues igual los que tenéis en los sindicatos, pues de informática, no
quieren y ahí es difícil.
Como se deduce del contenido del discurso, la edad se constituye en la trama
central que determina en gran medida el discurso y la actitud de los y las PLD. Y no solo
porque a partir de los cuarenta y cinco años objetivamente las estrategias para encontrar
trabajo resulten más complejas, sino porque los propios desempleados asumen la edad como
una carga que incide en su motivación a la hora de la búsqueda de empleo.
Otro aspecto determinante, y siempre según el discurso de los propios orientadores, es
que resulta trascendente de cara a las actitudes de los PLD que éstos sean trabajadores
cualificados o no. Esta situación de cualificación, combinada con los grupos de edad y el
género, daría lugar a definir perfiles del desempleo de larga duración claramente
diferenciados.
A.- Hombres, mayores de cuarenta y cinco años, no cualificados. Representa un grupo
numeroso de desempleados porque provienen de los sectores mayoritariamente castigados por
la crisis económica, como son la construcción y la industria. Muchos de ellos han trabajado
toda su vida en la misma empresa. Presentan bajo nivel de formación y son reacios a recibirla,
e incluso a reciclarse profesionalmente. La orientación laboral deviene compleja por la
reticencia que muestran a aprehender técnicas de búsqueda, aunque sea solamente la
realización un currículum vitae. Otro problema importante es que, en su mayoría, son
analfabetos informáticos, lo que les deja sin acceso a la información y a las ofertas de los
portales de Internet. Además, la red estaría cobrando un mayor protagonismo en la búsqueda
de empleo o de opciones formativas (cursos on line). Les cuesta asumir y enfrentarse al
desempleo, por ello, se alojan progresivamente en una actitud pasiva.
132
B.- Mujeres, mayores de cuarenta y cinco años, sin cualificación. Tendrían una vida
laboral alterna entre labores relacionadas con el propio hogar, los cuidados de personas,
limpieza, comercio, hostelería o economía sumergida en general. Presentan una actitud más
dispuesta a la formación y el reciclaje que el grupo precedente de hombres. Tienen más
disposición a realizar y difundir su currículum, obtener el certificado de profesionalidad... Su
aceptación del paro y la actitud de cambio vital resulta, a su vez, mayor; esta actitud se
mantiene aunque lleguen a la orientación de forma forzada. Dentro de este grupo se
encuentran, también, mujeres que no habían trabajado anteriormente (fuera del hogar), y que
al quedar su pareja en desempleo salen al mercado laboral.
C.- Colectivo de personas con formación y profesiones cualificadas. Representan un
grupo social amplio donde hay personas de todas las edades, incluidos mayores de cuarenta y
cinco años, y de ambos géneros. Tienen disposición activa hacia la búsqueda de empleo,
incluso en el extranjero, resulta más presente en los colectivos de menor edad, pero se
manifiesta en todas las edades. El tiempo de desempleo lo valoran como una oportunidad para
la formación y el reciclaje; en especial para aprender idiomas. Cada vez habría más altos
cuadros de dirección, y de dilatada experiencia profesional.
D.- Personas jóvenes de edades comprendidas entre los dieciséis y los veinticinco
años. Habría que diferenciar, aquí, a quienes tienen formación o carecen de ella. Sería uno de
los grupos más emergentes y que cada vez acude en mayor número a los servicios de
orientación. En general, tendrían menor sentido negativo del desempleo que las personas de
más edad. Presentan menor reticencia a salir a otros países para buscar empleo. Pero entre
estos jóvenes hay, también, personas sin formación, ni habilidades informáticas para moverse
activamente en la búsqueda de empleo a través e Internet o realizar un currículum. La
tenencia o no de cualificación llevaría a seccionarlos prácticamente en dos grupos y con
oportunidades de empleo bien diferenciadas.
E.- Colectivo de desempleados/as extranjeros. Han trabajado en su mayoría en empleos
de baja cualificación, en sectores de construcción, industria, y de trabajos domésticos y/o de
cuidado de personas en el caso de las mujeres. Hay un colectivo importante de personas con
formación reglada y cualificación, pero sin poder acceder a empleos de ese rango. En
ocasiones por la dificultad de la convalidación de los títulos académicos y/o profesionales, o
por las limitaciones de competir en régimen de igualdad con la población autóctona. Hay una
parte notable que se encuentra en desempleo en torno a cinco años y con dificultades para
133
acceder a prestaciones sociales. La falta de una red familiar para obtener apoyos económicos y
afectivos complica, en mayor medida, su situación. El retorno tampoco resulta sencillo porque
las condiciones sanitarias, la escolarización de sus hijos/as, las prestaciones sociales... todavía
resultan mejores aquí que en su país de origen. Por lo que estarían más abocados que otros
grupos, a resistir el desempleo y a moverse en la escena de la economía sumergida.
Por otra parte, según el entender del grupo, si hubiera procesos de selección
ocultando los rasgos personales, las opciones de empleo serían más abiertas e igualitarias para
toda la ciudadanía. Se impone, entonces, un trabajo de sensibilización hacia lo social, lo
empresarial y las administraciones, para que la igualdad de oportunidades sea real en
todos los ámbitos de la sociedad. A las administraciones les compete crear un cuerpo
legislativo que impulse políticas tendentes a eliminar las crecientes desigualdades que se han
instaurado en la sociedad, y en el escenario laboral en particular.
- Por un lado los estereotipos, que te lo dicen: no quiero un mayor de 45
años en el proceso, entonces ya directamente, nosotros no podemos ponerlo
así pero te están descartando a esas personas, no están valorando al
profesional. Nosotros lo que hacemos es un trabajo de sensibilización con la
empresa y con la sociedad, de que les dé una oportunidad.
- Entonces, mientras eso exista y los empresarios, nosotros, la sociedad, no
esté sensibilizada con que es independiente la edad, el sexo y demás a la
hora de contratarles, para nosotros sigue siendo un colectivo vulnerable,
porque no tiene las mismas facilidades. No existe hoy en día una igualdad de
oportunidades real, no existe, y mientras eso no exista harán falta políticas
públicas de empleo discriminatorias, a nivel formativo con cuotas de reserva,
a nivel de procesos de selección y demás.
La exigencia de una elevada cualificación se estaría generalizando por parte de las
empresas, incluso, para puestos donde no es necesario más que tener una formación
específica al puesto, o unas determinadas habilidades. Como resultado de esta situación, las
profesiones de menor rango en la cualificación, y/o las personas de más edad con experiencia
profesional no pueden acceder al empleo.
El empleo bonificado estaría perdiendo espacio porque cada vez son menos los
colectivos sujetos a esta vía de subvención. En el caso de la discapacidad se dice que no se
busca la incorporación real del colectivo, sino que la intención es contratar a personas con la
menor discapacidad posible (“que no se note” se dice en el grupo), para que puedan
desarrollar un trabajo en al mismas condiciones que el resto de empleados y empleadas.
Según los orientadores/as laborales la demanda de orientación y de formación se
encontraría por encima de los recursos disponibles, tanto en lo que se refiere a
profesionales para poder responder a esta creciente demanda, como en lo referente a recursos
formativos y técnicos.
134
En clave de propuestas, se propone incrementar la formación y la orientación a
los PLD porque el número de desempleados ha aumentado de manera significada en los
últimos años, y una parte importante de ellos y ellas carece de recursos personales para
elaborar una estrategia eficaz de búsqueda de empleo. Habría que seguir incidiendo en el
diagnóstico personalizado de cada situación, en trazar un itinerario y trabajar la autoestima y
la motivación personal.
El acceso a la formación reglada debiera ser una opción más para este colectivo,
para que pudieran optar a la certificación profesional del nivel II. Los cursos de
competencias debieran ser ajustados a los tiempos de aprendizaje que requieren las
personas con menor cualificación, y/o falta de hábitos de estudio. Cursos sin requisitos
previos porque, una parte de los PLD, no puede ni tan siquiera acceder a la formación inicial.
En general, se plantea que por parte de las administraciones habría que aumentar la oferta
de cursos de formación para desempleados/as, trabajando siempre en línea con las
necesidades de las empresas.
Se estima que sería interesante articular estrategias para que los PLD colaborasen en
la formación del propio colectivo, aportando sus experiencias y conocimientos laborales y
profesionales.
Hay que partir de nuevas líneas de encuentro hasta conseguir un continuo
colaborativo del que las entidades se beneficien (la idea de dar y recibir en ambas
direcciones). Y ahí, cobra vital importancia la idea de la responsabilidad social de las
empresas, por ejemplo a partir de compromisos empresariales para la formación y empleo de
los propios PLD, o de personas en situación de exclusión social del entorno próximo.
Finalmente, se ve prioritario fortalecer las redes de comunicación de las
diferentes entidades que trabajan con los PLD, creando un espacio continuado de encuentro
y de debate. Habría que diferenciar y diversificar las entidades que trabajan en este ámbito de
la orientación y la formación con desempleados/as de larga duración, posibilitando la mayor
especialización de cada entidad. Todo ello, bajo el prisma de tener que trabajar con menor
presupuesto económico, lo que conlleva a la necesidad de buscar parámetros de máxima
eficacia y rentabilidad en todas las acciones.
2. Grupo de discusión conformado por personas inmigrantes: La emigración en el
largo túnel.
El descriptivo de su biografía laboral es coincidente con una situación de pleno empleo,
tanto en los hombres como en la mujeres, hasta aproximadamente el año de 2007 donde,
135
para la mayoría, comienza un escabroso camino de desempleo del que cada vez resulta
más complejo el poder distanciarse. A la par, por los periodos dilatados de desempleo, las
ayudas primero del paro y luego en forma de renta básica, se van agotando con la
consecuente situación de angustia; en especial, entre quienes tienen cargas familiares que
conllevar. Hay un curioso eje discursivo al definir su estado como al límite.
- Yo estoy, la verdad es que estoy desquiciado, estoy a punto de explotar,
pero no tengo más remedio que aguantar, como todo el mundo. Esa es mi
experiencia última, la última experiencia que yo estoy viviendo.
- Estoy viviendo del social y la trabajadora del barrio, y sigo viviendo hasta
hoy, y ahora estoy ahogado. Las ayudas ya están acabándose y la verdad es
que no veo que hay mucho futuro por lo que está pasando.
Hay un claro consenso en la idea de que no desean vivir de las prestaciones
sociales, porque vinieron para trabajar, puesto que, ese era el estímulo determinante de sus
procesos migratorios. El hecho de ser extranjeros para los empresarios, aunque una parte
notable tiene ya doble nacionalidad, resulta ser otra limitación añadida. La experiencia laboral
no resulta un valor para encontrar empleo en el tiempo actual y en ello se muestran
coincidentes, de manera transversal, todos los grupos. Igual sucede con la idea de que a partir
de los cuarenta y cinco años pasas a ser una persona mayor que ya no interesa contratar.
- No nos quieren, así de claro, no nos quieren. No nos quieren porque una
vez pasas los 40 años nadie quiere contratarte porque le vienes pesado, es
una carga para ellos.
La amenaza de acabar en la exclusión social resulta próxima. De hecho algunos
confiesan haber tenido que recurrir a los comedores sociales y a pasar días en los albergues
municipales. La falta de redes sociales y familiares hace más compleja aún la pura
sobrevivencia.
En la actualidad la crisis habría nivelado las cuotas del desempleo y de pobreza,
entre ambas colectividades. La idea de culpabilizar de la falta de trabajo a la población
inmigrante, tan presente al inicio de la crisis, estaría remitiendo en alguna medida por ver
que afecta a toda la población al margen de su condición.
- Mucha gente española antes no querían trabajar ni de camareros, ni en
agricultura, ni nada, ni desagües ni nada (…) Ahora no, ahora todo el mundo
está igualito, ahora estamos todos iguales, y si tienes más pues vales más, y
si no tienes nada pues eres un...
- Claro, el mayor ejemplo que se puede ver en este momento de igualdad
casi es en los sitios donde nos regalaban a nosotros, a los inmigrantes,
alimentos. Antes no se veía un natural de aquí, o español, no se veía, y en la
actualidad se ve a muchos.
Reconocen que exceptuando la ayuda psicológica y moral que supone acudir a los
servicios de orientación laboral, todas las estrategias resultan baldías por la situación límite
en la que está sumido el mercado de trabajo.
136
Acudir a las ETT tampoco aumenta las opciones de encontrar empleo como sucediera
antaño. Las empresas estarían recurriendo a seleccionar directamente a sus nuevos
empleados; y ahí, funcionan las redes de amistad y familia más que criterios de
profesionalidad o de cualificación.
-
El Servicio Navarro de Empleo a mí me han mandado cuatro o cinco
ofertas de empleo, y mandé mi currículum por correo electrónico, hasta
hoy estoy esperando la respuesta, nada. Más de cuatro me han
mandado y no. Ven el nombre, la edad, “extranjero, mayor no, fuera”.
Realizar cursos de formación como estrategia de empleo, tampoco ayuda como
opción de empleo. Resultan en mayor medida actividades paliativas a la soledad, aislamiento y
desesperanza que genera el desempleado. Refuerzan el vínculo social al estar en contacto
físico con personas que están pasando por las mismas situaciones. Hay más de terapia grupal
que de actividad propiamente formativa. Aunque exista consenso en la idea de que sin
certificado profesional cada día resulta más complejo encontrar empleo.
La economía sumergida, si bien se pueden realizar ocasionalmente algún pequeño
trabajo como manera de ayudar a personas del entorno próximo en sus necesidades, tampoco
supone una alternativa económica estable. Estaría sufriendo la misma situación de crisis que la
economía oficial.
Esta falta de futuro laboral tiene especial incidencia en la vida personal y en el
entorno familiar. La preocupación por la atención de los hijos e hijas se muestra como una
prioridad en su devenir discursivo. Poder alimentarles convenientemente, que dispongan de lo
necesario para continuar su formación escolar, el acceso a la sanidad, a una vivienda digna...
supone los estímulos para seguir buscando recursos económicos. En general se dice que a
pesar de la dureza de la situación económica, las condiciones escolares, sanitarias, de ayuda
social... que existen en Navarra compensan el sufrimiento. Por ello, se plantean “aguantar”
aquí para garantizar mejores condiciones para sus descendientes que las que pudieran tener
regresando a sus países de origen.
Quienes carecen de ayudas sociales recurren a las redes familiares y de amistad
(cuando las hay), pero reconocen que éstas, a su vez, cada día están en situación de mayor
límite porque los entornos, también, están sufriendo el desempleo
-
Esta tarde me voy a acogerme a lo de alimentos de la parroquia de
Etxabakoiz, porque no tengo nada para comer, y tengo la mujer
enferma y estoy pagando un alquiler que no puedo con él. Esta tarde a
las cinco he quedado con la monja que me va a dar algo de comer. Así
vivimos todos.
El grupo demanda la necesidad de reformular la política de alquileres sociales. La
vivienda constituye un eje fundamental en el discurso del grupo, dado que en Navarra
137
presenta unos precios muy elevados; tanto en lo referente a los alquileres, como al precio de
venta. Los alquileres sociales deberían estar ajustados a los sueldos medios y a los ingresos de
quienes perciben rentas básicas. La necesidad de tener que contar con un aval bancario de
tres mil euros limita, en gran medida, el acceso a estas viviendas de las personas más
desfavorecidas; ya que, los bancos no avalan a quien carece de ingresos o percibe rentas
sociales.
- Si voy a alquilar yo por 600 euros y cobro 630 cómo voy a vivir.
- Pero es que hay un problema también con esto de la vivienda, el requisito
para arrendar una vivienda oficial protegida que tienes que tener un aval
bancario de 3000 euros. De dónde, no se entiende
- A mí me han pedido ese dinero, me han dicho que si tengo un aval
bancario de 3000 euros, y yo dejé de ir apuntándome porque yo ese dinero
no lo he tenido nunca.
Finalmente, en el grupo se aborda la discusión sobre si en este estado complejo de la
vida el retornar al país de origen puede ser una alternativa. Hay un discurso dominante de
rechazo al retorno, fundamentado en la idea de que en una parte significada son ya españoles
de derecho, y aquí se sienten integrados e integradas. Además, y como se ha indicado
anteriormente, las condiciones generales de vida son mejores aquí que en sus países, y ello
supone un garante de futuro para sus descendientes. Volver al país de origen implica en no
pocas ocasiones ser un extraño, una situación que algunos dicen experimentar cuando
regresan ocasionalmente; los países han evolucionado y las redes sociales se han diluido
progresivamente.
- Yo en lo personal, para mí mi país es España porque mis dos hijas son
nativas de aquí, la madre es nativa de aquí, entonces son pequeñas y mal
haría dejándolas y marcharme a mi país. Y como dice el compañero, es
regresar a cero, y como dice el otro compañero también, es como llegar a
otro país, porque mi país también está cambiado en muchos aspectos, y
bueno es volver a reintegrarse y eso costaría tiempo, y la verdad que yo por
mí ya me quedo aquí.
- Te vas a tu país, en el fondo tú quieres a tu país, pero la gente de tu país
no te quieren allí si no tienes dinero. Si tienes pasta tú allí serás el rey, pero
sin tener nada eres una porquería, vete donde estabas.
En el fondo el cierre discursivo del grupo acaba llevándolo a una discusión sobre la
identidad final del inmigrante. Aquí no acaba de ser reconocido plenamente y sufre, en
todos los ámbitos de la vida, la presión del ser diferente; el regreso deviene complejo al
volverse un país extraño porque, también, ha evolucionado (o precisamente porque no lo ha
hecho). El retorno resulta aún más inviable, si no se acude con el triunfo que supone el éxito
económico; si bien, ésta es una característica común a todos los procesos migratorios, y
proyecta recuerdos similares de las migraciones españolas de los años sesenta.
138
3. Grupo de discusión conformado por población joven en edad laboral: Los nuevos
procesos migratorios.
Se denota la convivencia de dos posiciones de discurso. Una más incrustada y
construida desde un cierto desencanto y de resignación por la dureza de la crisis económica
que les está tocando vivir, y una segunda posición discursiva crítica, de cierto inicio de
rebelión frente al sistema que les relega a renunciar a sus procesos de emancipación, y los
expulsa de su comunidad para tener que construir su futuro vital en otros países. Aquí el
discurso antisistema va cuajándose de mayores argumentos en la medida que se desgranan
analíticamente los efectos del no trabajo y la afección que ello tiene sobre la juventud. El
gobierno actual y el poder del capital, se identifican como los responsables principales de la
perversa situación económica que acontece.
Los relatos juveniles transitan entre breves experiencias en el mundo de las prácticas
de empresa, trabajos como becarios o empleo eventual, y generalmente alejado de la
formación o cualificación que poseen. Alternaron trabajos de fin de semana, y contratos
temporales hasta que se asentó la crisis que les sumió en el desempleo y desde entonces, las
oportunidades de trabajo se ven con mayor distancia. En el sentido literal del término porque
se plantean buscar empleo en otros países, dicen que retomando el continuo migratorio
que se había interrumpido en sus abuelos.
Las actividades que desarrollan para la búsqueda de empleo son similares a las que
realizan el resto de grupos de desempleados. Actividades como realizar un currículum de
acuerdo a las directrices que marcan los orientadores, y presentarlo en todas las empresas que
lo requieren. Emplean Internet para la búsqueda de empleo en mayor grado que el resto de
grupos. Hay un consenso manifiesto en la idea de que no es de gran utilidad esta actividad de
enviar currículum, porque todo el mundo lo envía y el número de parados y paradas jóvenes
resulta cada vez más numeroso. Tampoco entienden cómo se les pide experiencia cuando
aún no han iniciado su camino laboral. Como sucede en el habla de los otros grupos, confían
más que el trabajo llegue a través de las redes de conocidos y de amistades que de las
agencias de empleo, o de enviar simplemente currículums.
Aunque carecen de confianza en que la formación sea un garante, a corto y medio
plazo, en la búsqueda de empleo se quejan de que el SNE haya reducido su oferta formativa
para los desempleados y desempleadas. Tampoco piensan que los planes de juventud resulten
ser una apuesta decidida para apoyar el desarrollo de puestos de trabajo para los jóvenes.
Por otra parte, el autoempleo tampoco se contempla como una alternativa laboral, ya
que, aunque tengas buenas ideas y proyectos viables dicen: qué banco va a apoyar
económicamente a los jóvenes emprendedores. Por otro lado, las familias ya están
139
endeudadas y no pueden ayudar a los hijos e hijas en proyectos de elevado riesgo. Sería
necesario un plan de emprendimiento subvencionado por las administraciones públicas. Si
hubiera opciones de trabajo en la economía sumergida lo harían sin duda, ya que, en
general carecen de cualquier prestación económica porque no han cotizado la mayoría el
tiempo suficiente.
En la inmensidad del paro los jóvenes aseveran que eres un número más, no eres
nadie; quién se va a acordar de ti y del currículum que dejaste un día en la empresa.
- Te venden un poco de sueño pero hacen el intento. Dicen que te van a
ayudar, que ya conseguirás trabajo; vender sueños, para mí.
- Yo pienso igual. Te ayudan a mejorar el currículum, te ayudan a los
portales, pero total de ahí no llama nadie, o sea de los que te dan, que estoy
apuntada a todos, no te llaman, por lo menos a mi no me llaman.
- Sí, y cuando los llamas no se acuerdan quién eres, claro son muchas
personas, también hay que entender eso.
Las escuelas taller para jóvenes cualificados y no cualificados, también, son
refrendadas como alternativas a la formación mayoritaria mediante cursos convencionales
Se ve necesaria la elaboración de planes de empleo específicos dirigidos a los PLD
jóvenes.
En lo referente a las políticas de apoyo a los jóvenes, se ve necesario actuar en la
promoción de alquileres blandos de viviendas para que ello facilite la emancipación juvenil.
Hay una parte del discurso juvenil que se torna sincero y afectado cuando habla de
la construcción del imaginario colectivo, en torno al prejuicio de una juventud actual
despreocupada, que vive la vida sin responsabilidad y aferrada a la comodidad y al cobijo que
le da el nido familiar.
- Pues a mí me pasaba mucho. Yo decía: pero cómo este puede estar todo
el día en casa, hasta que no me tocó a mí no lo sientes de verdad, no sabes
lo complicado que es conseguir un trabajo. Yo decía: algo tienes que, porque
estaba trabajando, pero no, de verdad que te pones en la carne de otra
persona; así como está en la misma situación que estoy ahora y digo: dónde
voy a buscar, si ya he buscado por todos los lados, me voy aquí, me voy
allá, es complicado.
Cuando los hijos y/o hijas pertenecen a una unidad familiar que proviene de terceros países,
la vivencia del desempleo se vive con mayor crudeza y desesperanza, si cabe, por no poder
contribuir los jóvenes al sustento de la unidad familiar y donde, en ocasiones, solo la madre
puede aportar algún ingreso.
- Yo sí, porque al ver que solo está mi mamá trabajando, y tiene que pagar
hipoteca, tiene que pagar la luz, tiene que pagar agua, mi hermano que está
en la universidad, y entre que mi papá no está trabajando, mi papá se
siente prácticamente, él dice: me siento devaluado, porque como no estoy
trabajando, solo estoy ayudando a tu mamá a llevarla al trabajo, pero es
que no tengo trabajo y me quiero regresar; mi mamá dice: cómo te vas a ir,
si tú eres casi mi ayuda prácticamente, porque si tú estás aquí tengo más
fuerzas para seguir trabajando, pero si te vas ya no sé qué hacer. Y claro,
140
yo al ver eso pues también uno se siente mal, porque yo quisiera trabajar
para ayudarles y que no estuvieran tan agobiados.
En síntesis, se pude observar como la vivencia del desempleo de larga duración afecta de
manera trascendente al colectivo juvenil, como sucede en el resto de grupos sociales. Ello
viene a desmontar algunos de los prejuicios sociales que respecto al conformismo juvenil con
el paro vienen funcionando en el discurso adulto. En el tempo actual, no vislumbran más
alternativas que la emigración a otros países. No parece que de momento y a pesar de la
situación de desesperanza que les embarga, haya una mayoría de jóvenes que apueste por
una rebelión social como sucediera en generaciones precedentes. El conflicto político contra el
sistema capital dominante deviene, aún, en estado de latencia.
4. Grupos de discusión conformados por personas de entre 30 y 45 años: Espacios
fronterizos.
El colectivo de treinta a cuarenta y cinco años supone, en términos porcentuales, el que
menor presencia presenta entre los desempleados y desempleadas de larga duración en
Navarra. Pero en la actualidad representa uno de los grupos de mayor riesgo de desempleo
ante los crecientes recortes de plantilla y los despidos existente en nuestra Comunidad.
Estos grupos de edad intermedia se posicionan, en su devenir discursivo, desde la
experiencia y madurez que les da su biografía laboral. Se ubican en el entramado de la
población joven, frontera generacional que se traspasa, siempre según su alocución, a partir
de los cuarenta y cinco años. Por ello, tienen premura para reubicarse en el espacio
laboral, ya que, a partir de esa edad entrarán en el grupo de personas mayores con grandes
dificultades para el empleo.
Los itinerarios laborales muestran la alternancia de trabajos eventuales y estables, se
vislumbra, respecto a los grupos de más edad, que se ha producido un mayor recorrido de
empleo por diferentes empresas y sectores de actividad, o en las administraciones.
La competencia laboral directa la identifican con el grupo de edad más joven, aunque
se muestran comprensivos con la complejidad de su situación: tienen gran formación, poseen
idiomas, o conocimientos en TIC y, a la vez, no pueden acceder a empleos cualificados, hay un
elevado paro juvenil, o tienen un futuro incierto como migrantes. No obstante, en algunos
pasajes se muestran críticos con los más jóvenes.
Por otra parte, según dicho grupo, las condiciones laborales estarían a la baja
porque en un estado de necesidad, siempre hay alguien dispuesto a cobrar menos o a trabajar
en peores condiciones; mayor en la medida de las necesidades vitales insatisfechas, o en la
141
necesidad de adquirir experiencia para los más jóvenes. Hablan de un mercado en
competencia sin unas reglas mínimas con las que jugar. La edad y la tenencia de cargas
familiares siguen suponiendo un hándicap muy importante para competir en el mercado
laboral, en especial para las mujeres.
- Con la crisis muchas empresas se están aprovechando, hacen limpia, y
hacen más por menos, o sea quitar trabajadores, buscar el máximo beneficio
con el mínimo gasto, y si encima en vez de coger diez obreros lo hacemos
con cinco, y esos cinco aparte de hacer su trabajo hacen el trabajo de otra
persona, chapeau.
Al hablar de las estrategias de búsqueda de empleo nos encontramos con los
mismos procesos que son reiterados en todos los grupos: contacto con las entidades,
elaboración y gestión de currículum... La necesidad de acudir a la formación, también, resulta
una constante. Igual sucede con la demanda crítica en el sentido de que haya un mayor
número de cursos para desempleados/as, que estén adaptados a las necesidades del mercado,
que sean accesibles económicamente, o que contemplen tanto a personas con titulaciones,
como a quienes empiecen de un nivel mínimo de conocimiento.
-. Luego es curioso cómo está el tema del paro, porque dices jobar, yo por
ejemplo estuve haciendo las pruebas para la selección de Mercadona, y ves
gente de todo tipo y de todo nivel de estudios, y digo: estas pruebas hace
10 años, mucha gente diría: yo tengo mi carrera, yo en cuanto termine mi
carrera de lo que sea pues busco trabajo y encuentro de lo mío, pero unas
colas y una cantidad de gente nos presentábamos para hacer las pruebas
para entrar.
Hay un consenso en torno a que a pesar de la buena voluntad de los orientadores, no
hay empleo objetivo en el que buscar.
El autoempleo tampoco se ve como viable, si no hay un mayor apoyo real de las
administraciones y de las entidades bancarias. El discurso transversal respecto al autoempleo
resulta meridianamente similar en todos los grupos; si bien, se ve más distante e inviable
conforme aumenta la edad de nuestros interlocutores grupales.
Respecto a cómo afecta el desempleo prolongado en los procesos vitales la primera
cuestión compartida en los grupos hace referencia a que se hace necesario un cambio radical
en los estilos de vida de la persona en PLD.
Esta situación de recorte económico explícito en lo individual y lo familiar se resuelve,
en palabras de los propios participantes, con una “economía de guerra”.
Las economías familiares son más llevaderas si vives en el domicilio de los padres y/o
madres, o si la pareja trabaja. La biografía laboral de una parte notable de los PLD es
transitar: trabajo, paro, subsidio y renta básica en el mejor de los casos; después, todo
142
resulta una incógnita y la angustia de un “sinvivir”. Máxime cuando la renta básica (renta de
inclusión social) no llega ni para el pago de la hipoteca.
- Yo me imagino que también dependerá de si una persona está sola, o si
están los dos miembros. Yo mi marido no está en paro, es decir, entonces
cambian las cuestiones. Las edades de los hijos y las cargas personales, yo
creo que varía mucho.
- Ahora pues eso, cómo afecta, pues dar de baja en todo, que si antes ibas
al gimnasio, a la piscina, a lo que sea, dando bajas en todos los lados.
La economía sumergida no resuelve las situaciones vitales, pero puede ayudar a
hacer más llevadera la economía familiar. Apenas habría trabajo sumergido y el que existe
supone mayor explotación par las mujeres por la presencia a la baja salarial de trabajos de
limpieza y cuidado en lo doméstico. También, se critica que sin ser conceptualmente economía
sumergida, en las empresas se hacen contrataciones a tiempo parcial, y luego se trabajan
jornadas completas, incluso, con horas extras, en ocasiones, impagadas. Esta práctica de
trabajo no declarado estaría más asentada en los empleos de fines de semana y de festivos en
la hostelería, aunque se extiende a otros sectores.
Una de las propuestas no es otra que los gobiernos favorezcan a las empresas que
contraten a personas en procesos de PLD, y ello, mediante subvenciones, rebaja de impuestos
u otras alternativas compensatorias.
Por otra parte abogan por establecer por parte de las administraciones responsables un
subsidio universal que garantice, mientras no haya un trabajo, a las personas mayores de
cincuenta años su tránsito hasta la pensión de jubilación.
5. Grupos de discusión conformados por personas mayores de 45 años: La
experiencia como demérito.
A la luz de los discursos vertidos se puede establecer que en conjunto presentan una
posición más crítica con el poder político y con las situaciones de abuso que se han generado
en los últimos tiempos. Su discurso se muestra más armado ideológicamente que el del
resto de grupos. A partir de su experiencia política y laboral en las décadas de los años
sesenta y setenta, se posicionan por la necesidad de movilizar a la sociedad actual en la
lucha por hacer frente al estado de exclusión y pobreza que paulatinamente se ha asentado.
Plantean un mirar hacia atrás para aprender de la experiencia pasada y movilizarse para salir
del conformismo que la sociedad de consumo ha impuesto. En especial, creen que deben ser
los jóvenes los que se movilicen frente al sistema en mayor medida, para así poder reconstruir
su presente y futuro.
143
La edad les aparta de cualquier posibilidad de reinsertarse en el mundo laboral, y la
falta de cotización en estos años les augura una jubilación de notable sufrimiento. La
incertidumbre se cierne sobre el futuro y la edad es la barrera infranqueable para acceder a
una mejor situación vital.
Las mujeres construyen un discurso que transversalmente siempre aparece tamizado
por la desigualdad de género, y que se hace patente en lo laboral y en el resto de actividades
de la vida cotidiana.
Las historias laborales se muestran más dilatadas en el tiempo; no solo porque
sean personas de más edad, sino porque se encuentra una notable presencia de relaciones
contractuales temporalmente más continuadas en la misma empresa.
Hay una constante en el grupo de hombres y mujeres que hace referencia a que una
vida laboral dilatada en trabajos de exigencia física elevada, o soportando procesos de
tensión psicológica por las responsabilidades propias del puesto de trabajo les llevó, a no
pocas personas, a una baja laboral. Algunos de ellos relatan que en ese mismo momento de la
enfermedad, o con la reincorporación al trabajo tras la baja médica, les comunicaron por parte
de la empresa el despido.
Después de una vida dedicada a un sector determinado y con una edad avanzada,
cualquier ejercicio de reciclaje y de reubicación laboral se ve como extremadamente
complejo.
Conforme aumenta la edad de la persona desempleada las posibilidades de
encontrar un empleo serían menores. La existencia de un gran número de personas
desempleadas favorece la presencia de abusos en las contrataciones, o de condiciones
salariales indignas; tanto en la economía reglada, como en la sumergida.
En el discurso se articula un consenso manifiesto en la idea de que hay una
construcción mitificada de la importancia de la experiencia en el mundo laboral, pero
cuando la experiencia viene asociada a la edad de la persona, ésta supone un hándicap real
para la búsqueda de empleo.
La realidad supone que el sistema sume a las personas mayores que tienen experiencia
y deseo de trabajar, en la exclusión. El discurso se ubica finalmente en la desesperanza
ante la convicción de que difícilmente retornarán ya a la vida laboral, lo que para algunos
supone reubicarse en la ociosidad.
-. Además tampoco aquí se ve ninguna perspectiva de mejoría de nada, al
contrario. A mí eso que dicen que está subiendo, qué está subiendo, lo qué
está subiendo, la pobreza para el pobre y la riqueza para el rico, y ya está.
144
El ejercicio cotidiano de la (sobre)vivencia se torna complejo porque resulta difícil
abstraerse de la determinación vital que impone el desempleo y las incertidumbres que se
ciernen sobre el futuro
Difícilmente se puede hacer frente al elevado coste de la vida con unas prestaciones y
subsidios bajos que no dan para hacer frente a la vivienda, ni a los mínimos consumos
domésticos.
- A mí el plato único, pues mira lentejas con arroz pero es plato único en mi
casa.
- Y la cuchara no veas lo que te soluciona, la cuchara quita mucho...
- Pero sí que buscas ahora, yo por ejemplo en el periódico y tal las
actividades gratuitas, conciertos, cosas que se hacen, que rellenas el tiempo
pero no te vacían el bolsillo. Utilizas todas las herramientas que puedes que
sean asequibles, o gratis. Yo antes era del círculo de lectores, me compraba
mis libros y tal, pues ahora no, ahora voy a la biblioteca y ya está. O
conciertos, pues te haces: en tal sitio hay uno, en tal sitio hay otro, y ya
está. Y cuando vas de vacaciones vamos al pueblo a casa de los tíos, y ya
está.
La situación del PLD acaba afectando a la propia autoestima de las personas.
Confiesan sentirse desplazados de la vida relacional y cuando tienen hijos e hijas no poderles
dar los estudios que habían planificado, o tener que renunciar a cuestiones de calidad de vida
de las que disfrutaban cuando trabajaban. El desempleo para algunos/as es vivido como una
vergüenza, mayor en la medida que tienen que vivir de las ayudas o de los subsidios.
Esta falta de futuro laboral les va minando y, en ocasiones, provoca un estado
continuado de depresión, especialmente en el colectivo masculino que en este grupo de edad
había construido su propia vida en torno a la centralidad del trabajo.
- Y la cosa psicológica, claro tienes muchas horas para pensar, pues
lógicamente, aunque quieras o no quieras vueltas le das(...). Tú mismo te
vas quemando porque, han pasado cuatro años y entonces claro, cuantos
más años vayas cumpliendo menos perspectivas de nada, de nada, porque
con 58 años, quién me va a coger a mi ahora.
Las mujeres presentan una actitud de mayor coraje frente al desempleo. Desarrollan
estrategias de ocupación para combatir la soledad o el estado anímico depresivo, que puede
generar la propia inactividad. Al hilo discursivo de esta cuestión plantean la necesidad de que,
desde lo público, se de apoyo psicológico y de ocupación, aunque no sea laboral, a las
personas de más edad que se encuentran en desempleo de manera continuada. La propia
investigación y la dinámica grupal en la que participaron, sería un referente del refuerzo que el
poder hablar de las vivencias vitales con otras personas supone para una mejora del estado
anímico de los y las desempleadas.
- Esto lo teníamos que hacer cada quince días, abrirnos, pero no solamente
hablar de estos problemas, no, hablar también de alegrías...
- Es verdad. A mí me parece que las terapias de grupo tienen que ayudar
muchísimo.
145
Conscientes de que no hay empleo se encuentran en inferioridad manifiesta frente a
la vitalidad y la formación general de los más jóvenes (además de que serían más maleables).
Acudir a las ETT tampoco resulta porque en estas entidades carecen de ofertas de
trabajo y menos, aún, para las personas de edad.
En la economía sumergida no habría opciones de trabajar porque sufre los mismos
avatares que la economía oficial. El autoempleo tampoco se ve viable porque la edad
determina las ilusiones necesarias para encarar un proyecto que siempre será de corto
recorrido por la edad de nuestros interlocutores. Arriesgar el ahorro personal en un proyecto
de complicada ejecución no presenta interés alguno.
El colectivo femenino se muestra más perseverante en realizar acciones de
formación, utilizar la orientación profesional, o en realizar y distribuir currículums. Dicen acudir
a las organizaciones sociales y sindicales, o allá donde haya una posibilidad de encontrar un
empleo.
Llama la atención que la demanda de formación sea aquí de menor calado que en
el resto de dinámicas de grupo desarrolladas para la presente investigación.
Los hombres insisten en el interés de que su experiencia laboral no quede
desaprovechada, y en que desde las administraciones se podían organizar cursos donde las
personas de edad enseñaran el oficio, en su dimensión práctica, a los más jóvenes.
Otra de las medidas que proponen es bonificar a las empresas que contraten a PLD y
que tengan edades superiores a los cuarenta y cinco años de edad. Otra propuesta que
plantean los grupos sería la de favorecer la cotización transitoria hasta la jubilación para
que ésta sea finalmente digna.
Por otro lado, potenciar una formación y orientación a la carta, aunque se sabe de
su dificultad porque hay un volumen muy elevado de desempleados y desempleadas. Volver a
organizar formación y cursos bonificados porque, además del papel de la formación, ayudan a
la salud mental y autoestima de las personas desempleadas. Se dice en las dinámicas de grupo
que algunos cursos tienen un título tan complejo que resulta difícil saber que contenido o
aplicación práctica contienen.
Un mensaje soterrado hace referencia a que por encima de reivindicar la mejora de las
condiciones económicas y vitales de los PLD de más edad, lo que realmente quieren es
sentirse válidos y trabajar desde la dignidad.
-. Lo único que queremos es dignidad, y sentirnos válidos, y es que somos
válidos.
146
Cabe sintetizar algunas líneas de actuación en relación con las medidas planteadas a lo
largo del documento.
Parece necesario implementar itinerarios de inserción personalizados, con base en
el conocimiento de las diferentes situaciones así como realizar un seguimiento de los mismos.
De esta forma, se atendería a las necesidades individuales de cada demandante y se facilitaría
el acceso a las distintas acciones (que van desde a orientación, formación, prácticas, hasta la
inserción) de forma articulada e integrada.
Por otra parte, en relación con esa heterogeneidad no se puede focalizar el problema
únicamente en los jóvenes ya que tal y como se ha descrito, en un elevado porcentaje de los
casos se trata de profesionales desempleados de mediana edad. Debería existir algún
mecanismo para que estas personas pudieran mantener sus prestaciones y realizar algún tipo
de empleo. En definitiva, se trataría de poner en marcha iniciativas que ayudaran a estos
profesionales a seguir en activo.
En ese sentido sería oportuno desarrollar medidas específicas dirigidas a incentivar
económicamente la contratación de trabajadores de más edad, particularmente en las
pequeñas y medianas empresas, acompañadas de formación continua y servicios de
asesoría/acompañamiento personalizados. Este tipo de medidas podrían darse junto con
campañas encaminadas a sensibilizar al tejido empresarial sobre la inserción laboral de los
trabajadores de más edad. La responsabilidad social de las empresas es un elemento que
debe potenciarse.
Por otra parte, algunos expertos señalan que la mejora en la cobertura y calidad de las
políticas de orientación y desarrollo profesional, las políticas mixtas de prestación social y
trabajo, las políticas de vivienda y los incentivos fiscales para fomentar la movilidad son
medidas efectivas contra el desempleo de larga duración.
Algunos ejemplos de buenas prácticas europeas son los siguientes:
Este año, Bélgica ganó el primer premio a las Buenas Prácticas en Europa que la
Asociación Internacional de Seguridad Social (AISS) convoca cada tres años.
En 2002, este país puso en marcha el plan Activa, que promueve la contratación de
desempleados de larga duración mediante la bajada de cotizaciones de los
empleadores. Por otra parte, a lo largo de los años se ha mejorado el plan de asistencia y
seguimiento a los desempleados. Por un lado, el solicitante de empleo tiene derecho a
diversas prestaciones y a una asistencia para la búsqueda de empleo (asesoramiento,
147
formación, etc.). Por otra, tiene la obligación de buscar activamente trabajo y dar prueba de
ello en las entrevistas personales.
Los “cheques servicio” también han sido un impulso importante para la creación de
empleo en Bélgica. Lleva funcionando desde 2002 y tiene como objetivo crear empleo entre los
trabajadores menos cualificados. El “cheque servicio” es un cheque de pago por un valor de
8,5 euros que incluye un subsidio público de 13,54 euros (22,04 euros en total). Con él, los
particulares solicitan un servicio a una empresa autorizada y pagan una hora de prestación de
servicios, principalmente asistencia a domicilio de carácter doméstico. Los servicios son
proporcionados por un trabajador con un contrato de trabajo clásico y con una protección
social completa. La administración hace frente a este gasto a través del ahorro generado en
desempleo y de los ingresos por cotizaciones.
Otro plan que está teniendo gran y creciente aceptación, particularmente en
Dinamarca, es el de la rotación laboral. En este caso se anima a los empresarios, en
ocasiones mediante subsidios, a sustituir a su personal de permiso (por asistir a cursos de
formación, o por permiso de maternidad, por ejemplo) con personas en paro. El plan ha dado
tan buenos resultados que se está emulando en otros estados miembros.
Por otra parte, uno de los elementos que no conviene descuidar y que sigue siendo
clave a pesar de las dificultades es el mejora de la formación de los desempleados/as
dirigida a actualizar sus conocimientos y a acercarles a la realidad del tejido productivo.
También, dada la actual situación de incremento y masificación del desempleo, parece
obligado un sistema de interacción continuo entre las diversas entidades que trabajan con
personas en desempleo. En este sentido sería más eficaz un sistema de diversificación.
Por último, un aspecto relevante que debe estar presente, sobre todo ante el
desbordamiento progresivo y generalizado de los sistemas de protección social y laboral, es
que sería perjudicial para el conjunto de la Comunidad el no seguir apostando por mejorar
estas herramientas de protección como estrategia para una mayor cohesión social,
aspecto trascendental para el propio desarrollo socioeconómico de Navarra. Insistimos en el
hecho de que favorecer la protección social en sentido amplio (educación, salud, empleo,
pensiones, etc.), es un factor de equilibrio que resulta clave para el crecimiento de cualquier
territorio.
148
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150
8. ANEXO: ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICOS
8.1. Índice de tablas
Tabla 1. Distribución porcentual de la población desempleada según la variable sexo (Pob. desempleada de larga
duración, Pob. desempleada NO de larga duración y Pob. desempleada total)..................................................... 26
Tabla 2. Distribución porcentual de la población desempleada según la variable edad........................................... 29
Tabla 3. Distribución porcentual de la población desempleada según el nivel de estudios máximos alcanzados. ........ 30
Tabla 4. Distribución porcentual de la población desempleada según nacionalidad agrupada.................................. 32
Tabla 5. Distribución porcentual de la población desempleada según zona de residencia. ...................................... 32
Tabla 6. Distribución porcentual de la población desempleada según zona de residencia (Subáreas, orden descendente
según peso de la pob. desempleada de larga duración)................................................................................... 34
Tabla 7. Distribución porcentual de la población desempleada según principal ocupación demandada...................... 35
Tabla 8. Distribución porcentual de la población desempleada según rama de actividad del último empleo............... 36
Tabla 9. Distribución porcentual de la población desempleada según tipo de discapacidad regsitrada. ..................... 38
Tabla 10. Distribución porcentual de la población desempleada según tiempo en desempleo. ................................ 38
Tabla 11. Agrupación de la población desempleada de larga duración según sexo, edad, nivel de estudios y tiempo en
desempleo. ............................................................................................................................................. 39
Tabla 12. Distribución porcentual de la población desempleada según número de contratos a lo largo del periodo..... 40
Tabla 13. Distribución porcentual de la población desempleada según bonificación del último contrato registrado. .... 40
Tabla 14. Distribución porcentual de la población desempleada según tipología del último contrato registrado. ......... 41
Tabla 15. Distribución porcentual de la población desempleada según ocupación del último contrato registrado. ....... 42
Tabla 16. Distribución porcentual de la población desempleada según rama de actividad del último contrato registrado.
............................................................................................................................................................ 42
Tabla 17. Distribución porcentual de la población desempleada según origen de la última contratación (empresa
ordinaria o ETT)....................................................................................................................................... 43
Tabla 18. Características comparativas entre el colectivo de PLD cuyo periodo en desempleo es mayor de 3 años y
aquel cuyo tiempo en desempleo es entre 1 y 2 años. .................................................................................... 45
Tabla 19. Características comparativas entre el colectivo de PLD cuyo periodo en desempleo es mayor de 3 años y
aquel cuyo tiempo en desempleo es entre 1 y 2 años respecto a la contratación. ................................................ 49
Tabla 20. Distribución de la población desempleada a lo largo del periodo analizado (2008-2013) según sus
transiciones laborales (desempleo y contratación) y su paso por el PLD (Paro de Larga Duración). ......................... 52
Tabla 21. Distribución de la población desempleada de larga duración a lo largo del periodo según sus transiciones
laborales (desempleo y contratación). Porcentaje horizontal y vertical............................................................... 53
Tabla 22. Comparativa entre diversos colectivos de desempleados según su paso por el PLD y la contratación. ........ 59
151
Tabla 23. Transiciones ocupacionales según diversos grupos de desempleados. .................................................. 67
Tabla 24. Transiciones según rama de actividad en cada grupo. ....................................................................... 68
Tabla 25. Porcentaje de mantenimiento de la rama de actividad en cada grupo................................................... 68
Tabla 26. Transiciones según tipología del contrato en cada grupo.................................................................... 69
Tabla 27. Transiciones según tipo de jornada en cada grupo............................................................................ 70
Tabla 28. Ajuste ocupacional de la población desempleada de larga duración que ha tenido algún contrato posterior al
último registro como PLD. ......................................................................................................................... 71
Tabla 29. Modelo A: Asociación de factores o variables en relación con el suceso/variable dependiente: una vez en
desempleo se produzca una situación de desempleo de larga duración. ............................................................. 76
Tabla 30. Modelo B: Asociación de factores o variables en relación con el suceso/variable dependiente: Contratación
posterior al último registro como desempleado de larga duración. .................................................................... 78
152
8.2. Índice de gráficos
Gráfico 1. Evolución del desempleo de larga duración en Navarra (EPA)............................................................. 19
Gráfico 2. Evolución del peso del desempleo de larga duración......................................................................... 19
Gráfico 3. Evolución de la tasa de paro de larga duración (Pob. parada con un año o más en situación de desempleo en
relación con la pob. activa). ....................................................................................................................... 20
Gráfico 4. Distribución de la población desempleada (total y larga duración) según inscripción en el servicio público de
empleo y prestaciones por desempleo. ........................................................................................................ 22
Gráfico 5. Distribución de la población desempleada de larga duración según tiempo en desempleo........................ 23
Gráfico 6. Evolución del desempleo de larga duración en Navarra (paro registrado SNE)....................................... 23
Gráfico 7. Evolución del peso del desempleo de larga duración sobre el total del paro registrado............................ 24
Gráfico 8. Evolución del desempleo total y del paro de larga duración Variación porcentual. .................................. 25
153
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