Derechos Civiles y Políticos III

Universidad Andina del Cusco
ACREDITADA INTERNACIONALMENTE POR LA RIEV
DERECHOS
HUMANOS
Lección 8:
Derechos Civiles y Políticos III
Esta es la última de tres lecciones dedicadas a los derechos civiles y políticos. En ella,
cubriremos las sub-categorías de derechos civiles y políticos.
Como todas las normas legales, los derechos civiles y políticos están destinados a
resguardar ciertos valores considerados dignos de protección por los Estados o por la
comunidad internacional. En el caso de los derechos humanos, estos valores emanan del
concepto central de dignidad humana.
Podemos agrupar los derechos civiles y políticos de acuerdo con los valores más
específicos que intentan resguardar. Estos valores se relacionan con la protección del
individuo como tal y con el individuo en relación con otras personas, con su ambiente o con
su Estado. De acuerdo con esta distinción, se pueden proponer las siguientes cinco subcategorías de derechos civiles y políticos:
a) Inviolabilidades: Estos son los derechos civiles y políticos que corresponden al ámbito
más íntimo del individuo. El valor genérico subyacente a este primer grupo de derechos
civiles y políticos es la protección de la esfera inmediata de seguridad personal, privacidad
e identidad de la persona. Es la esfera sobre la cual cada individuo particular debería tener
absoluto control de acceso. Esto significa que depende de él o ella permitir a otros tener
acceso.
Ejemplos de estos derechos son: el derecho a la vida y a la integridad personal; el derecho
a la libertad y seguridad personal; la prohibición de esclavitud; los derechos al nombre, a
la autodeterminación sexual, a la intimidad y a la privacidad de la familia y de la
correspondencia.
Esta sub-categoría de derechos civiles y políticos también comprende la libertad de
conciencia, incluyendo el derecho a sostener doctrinas religiosas, filosóficas o políticas.
No obstante, el derecho a manifestar públicamente las propias creencias o a hacer
proselitismo es una libertad civil y, como veremos en una clase futura de este curso, puede
ser sujeta a ciertas limitaciones, a diferencia de la libertad de conciencia como tal. Uno se
puede preguntar cómo se puede violar la libertad de conciencia si no es ejercida o
manifestada abiertamente. A esto se responde que la historia muestra muchos ejemplos
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lamentables de gobernantes que obligan a sus súbditos a convertirse a cierta religión o a
manifestar apoyo por un determinado partido político o líder.
El derecho de propiedad sobre los bienes lógicamente relacionados con esta esfera íntima
del individuo, como la ropa de cama, los utensilios de comida o la correspondencia
personal también está incluido dentro de esta sub-categoría de inviolabilidades. Más allá
de esta esfera íntima, los derechos de propiedad deberían ser considerados derechos
económicos o sociales.
Una persona puede ser absolutamente pasiva y aun así todas las inviolabilidades descritas
se le aplican. Por ejemplo, los agentes estatales no pueden ingresar a la vivienda (o
ermita) de una persona enclaustrada sin una razón legal adecuada o una autorización
judicial.
b) Libertades civiles: A diferencia de la categoría anterior, esta tiene que ver con la
interacción del individuo con otras personas. El valor general subyacente aquí es la
libertad de acción en las esferas política, social y económica. Dentro de esta sub-categoría
de derechos civiles y políticos encontramos: la libertad de expresión, incluida la libertad
de buscar y recibir información; las libertades de reunión, asociación, movimiento y
residencia.
Una persona enclaustrada también goza de estos derechos. No obstante, para poder
ejercerlos, él o ella debe salir de la reclusión auto-impuesta e interactuar con otras
personas al ir a trabajar, desplazarse, unirse a grupos, expresarse, etc.
Como veremos en una futura clase, todas las libertades civiles pueden ser legítimamente
sujetas a restricciones, en ciertas circunstancias. Esto no sucede con la mayoría de las
inviolabilidades.
Tal diferencia no significa que las inviolabilidades sean de mayor jerarquía que las
libertades civiles. Es sólo que, a diferencia de las inviolabilidades, el ejercicio de las
libertades civiles presupone gran cantidad de interacciones sociales. Tales interacciones
deben ser necesariamente reguladas, tal como el tráfico intenso en una ciudad requiere
de semáforos y otras señales de tránsito.
c) Derechos políticos: Estos derechos están destinados a reconocer el estatus del individuo
como un ciudadano o miembro de una comunidad política. Incluyen el derecho a realizar
peticiones a las autoridades; y el derecho a participar en la vida política de la comunidad,
votando o postulándose a cargos públicos. Para asegurar el goce de los derechos
políticos, los Estados no deben solamente abstenerse de impedirlo. También deben
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adoptar medidas positivas como organizar registros electorales, establecer agencias de
supervisión electoral y otras similares.
d) Igualdades: La norma que prohíbe la discriminación arbitraria es común a todos los
derechos humanos, sean civiles y políticos o económicos, sociales y culturales. El derecho
a la igualdad será tratado en dos lecciones futuras de este curso. Solamente anticipemos
que una discriminación es arbitraria si se basa en una característica personal que no se
puede cambiar o que no es legítimo demandar que se cambie, porque es algo que
pertenece la esfera íntima de identidad, seguridad o privacidad de la persona y no afecta
los derechos de otros. Históricamente, las causas más comunes de discriminación han
sido la raza, la religión y el género.
La igualdad no significa que las personas necesariamente gocen de un determinado
derecho. Por ejemplo, la libertad de movimiento puede ser legítimamente sujeta a
suspensión o limitaciones en ciertas circunstancias. No obstante, el derecho a la igualdad
prohíbe que el pleno goce o la restricción de derechos sean aplicados de manera distinta
en base al origen, sexo, creencias y otros criterios similares. Así, la igualdad puede ser
considerada como un derecho formal más que uno sustantivo. Esto, por supuesto, no
significa que sea, en lo más mínimo, menos importante.
e) Reconocimiento y protección del estatus jurídico: Huelga decir que todos los derechos
mencionados son inútiles a menos que se hallen asignados a un sujeto legal con titularidad
a ellos. Por supuesto, todos los seres humanos son titulares de derechos humanos, pero
frente a su propia comunidad política los seres humanos pueden tener la condición de
“ciudadano”, “nacional”, “civil” o “refugiado”, entre otras categorías. Para cada una de
estas categorías hay normas especiales a nivel nacional e internacionalmente. Los
ciudadanos gozan de ciertos derechos políticos de los que no gozan los no ciudadanos.
Lo mismo aplica para nacionales versus no nacionales. En caso de conflictos armados,
los civiles tienen inmunidades que los combatientes no poseen. El estatus de refugiado,
incluyendo derechos así como ciertas restricciones, es regulado por el Derecho
Internacional de los Refugiados.
Finalmente, recordemos que para ser efectivos, todos los derechos civiles y políticos
deben poseer una herramienta legal para defenderlos cuando sean amenazados o
afectados. Esta herramienta usualmente consiste en una acción judicial, esto es, el
derecho a buscar auxilio ante tribunales nacionales o, eventualmente, como último
recurso, ante instituciones internacionales de protección.
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