Antecedentes históricos de la divulgación y el periodismo de ciencia Matías Loewy Seminario Internacional de Periodismo y Comunicación Científica, Buenos Aires, 13/10/10 ¿Qué es la divulgación científica? “Todo tipo de actividades de ampliación y actualización del conocimiento, con una única condición: de que sean tareas extraescolares, que se encuentren fuera de la enseñanza académica y regulada, y que estén destinadas al publico no especialista”. (Manuel Calvo Hernando) ¿Para qué sirve divulgar la ciencia? “En una sociedad democrática, los ciudadanos necesitan tener unos conocimientos básicos de las cuestiones científicas, de modo que puedan tomar decisiones informadas y no depender únicamente de los expertos” (Stephen Hawking) “Hemos preparado una civilización global en la que los elementos más cruciales –el transporte, las comunicaciones, la agricultura, la medicina, la educación, el ocio, la protección del ambiente e incluso las eleccionesdependen profundamente de la ciencia y la tecnología. También hemos dispuesto las cosas de manera que nadie entienda la ciencia y la tecnología. Eso es una garantía de desastre.” (Carl Sagan) Jenofonte Filósofo romano del siglo I antes de Cristo. Según Carl Sagan, fue el “primer divulgador de la ciencia”. Su obra más importante, “De la naturaleza”, es un poema que entre otros temas contesta preguntas como ¿por qué no se desborda el mar? o ¿por qué es fría en verano el agua de los pozos?. También aborda nociones del magnetismo, la porosidad y el origen de las epidemias. “Las tinieblas del espíritu no pueden disiparla los rayos del Sol, sino la comprensión de la Naturaleza”. Paracelso (1493-1541) Médico, alquimista, padre de la farmacia. Estaba obsesionado por combatir la mentira, la charlatanería y el lenguaje rígido de clase. Intentó explicar la medicina en la propia lengua del pueblo, con no poco escándalo “de los contempladores de orinas y de los académicos”. Galileo Galilei (1564-1642) Quería ser entendido por científicos y por el público general. Usó el italiano antiguo (lengua vulgar) en lugar del latín. Su obra cumbre es el “Diálogo” (1632), entre Salviati, Simplicio, y Sagredo. “Todas las verdades son fáciles de comprender una vez que se descubren. El asunto es descubrirlas”. Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707- 1788) Escritor, filósofo e intendente del rey. Autor de “Historia natural, general y particular”: 36 volúmenes publicados entre 1749 y 1789, incluyendo una historia de la Tierra y de los planetas, de los animales y, en particular, de los seres humanos. «Las obras bien escritas son las únicas que pasan a la posteridad: la cantidad de conocimientos, la singularidad de los hechos, la novedad misma de los descubrimientos no son garantías de inmortalidad.» Bernard le Bovier de Fontenelle (1657-1757) Escritor y filósofo. Secretario vitalicio de la Academia de Ciencias de Francia. Autor de “Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos”, publicado en 1686. En el prefacio se dirigía especialmente a las mujeres: la obra sería comprensible “aún para aquellos sin conocimientos científicos”. “He querido hablar de la ciencia en una forma que no fuera científica. He tratado de llevarla a un punto que no fuera demasiado árida para la gente común, ni demasiado superficial para los sabios“. Denis Diderot (1713-1784) Filósofo y escritor francés. Junto al matemático Jean le Rond d´Alembert escribió la “Enciclopedia” (1751-1780). “Lo que jamás ha sido puesto en duda no puede ser de ninguna manera probado. Lo que no ha sido examinado sin prevención no ha sido jamás bien examinado. El escepticismo es, por consiguiente, el primer paso hacia la verdad. Una sola demostración me afecta más que cincuenta hechos.” Camille Flammarion (1842-1925) Astrónomo y escritor francés, célebre por sus obras de divulgación astronómica. Su principal obra, “Astronomie Populaire”, está profusamente ilustrada. “Si la humanidad supiera qué profundo placer embarga a quienes escrutan el cielo (…), media Europa estaría cubierta con telescopios en lugar de bayonetas”. Wolfgang Goethe (1749-1832) *Escritor, científico y filósofo alemán. *Descubrió un hueso del cráneo humano. «Nadie quería comprender la unión íntima de la poesía y de la ciencia; se olvidaban que la poesía es la fuente de la ciencia y no se imaginaban que con el tiempo pueden formar una alianza estrecha y fecunda en las más altas regiones del espíritu humano.» La metamorfosis de las plantas (Goethe, 1790) …Observa en su devenir cómo la planta poco a poco, gradualmente guiada, se forma en flor y fruto. Se desarrolla a partir de la semilla, apenas de la tierra el seno que fecunda en silencio le da la vida, al estímulo de la luz sagrada, eternamente moviente, la delicadísima estructura de las hojas que nacen encomienda. Yace en la semilla la fuerza simple: un modelo incipiente, cerrado en sí mismo, replegado bajo el envoltorio, hoja, raíz y brote, sólo medio configurado y sin color; así el grano seco conserva a cubierto la vida serena, que irrumpe hacia lo alto, se confía a la humedad benigna, y de la noche circunstante surge…. Albert Einstein (1879-1955) Físico alemán. En 1905, publicó tres papers que cambiaron la historia de la física. Y a partir de 1919 alcanzó fama universal. Su libro “Sobre la teoría de la relatividad especial y general”, de 1917, buscaba “presentar las ideas principales del modo más claro y simple posible, respetando en general el orden y el contexto en los que fueron realmente concebidos.” Einstein como divulgador “Lejos de simplificar sus ideas con el objetivo de acercarlas a los no iniciados, Einstein nos invita a seguir de cerca el curso de sus razonamientos, sin apenas llegar a traicionarlos en aras de la inteligibilidad. Esta estrategia no siempre es viable, por lo que se impone subrayar de entrada que las razones que hacen de Einstein un gran divulgador científico no son ajenas a las que hacen de él uno de los más grandes científicos de todos los tiempos. (…) A la hora de divulgar, sus razonamientos no exigieron mayores simplificaciones. Para Einstein, en definitiva, la divulgación llegó a estar muy próxima a la creación científica.” (Xavier Roqué) Extracto de “On the electrodynamics of moving bodies” (Einstein, 1905) (…) Arribamos a este resultado: si uno de dos relojes sincronizados en A se mueven en una curva cerrada con velocidad constante hasta volver a A, y el viaje dura t segundos, para el reloj que ha permanecido quieto el reloj que ha viajado estará atrasado 1/2tv2/c2. Por lo tanto, concluimos que un reloj de péndulo en el ecuador debe ir más lento, por una pequeña cantidad, que un reloj idéntico situado en uno de los polos bajo las mismas condiciones. Charles Darwin (1809-1882) Primer gran autor de la tradición anglosajona de divulgación. Padre de la teoría moderna de la evolución. “El origen de las especies” (1859) es el último gran trabajo de investigación que puede ser leído por cualquier persona sin conocimientos especializados. Stanley Hyman lo define como “una obra literaria con la estructura del drama trágico y la textura de la poesía”. Richard Dawking sobre Darwin “Cuando uno lee El origen de las especies, queda la fuerte sensación de que Darwin quería realmente ser entendido. No quería meramente persuadir a sus colegas científicos, sino también mostrarle al público la verdad de sus ideas.” (2008) Isaac Asimov (1920-1992) Bioquímico y escritor estadounidense de origen ruso. Unos de los escritores más prolíficos del siglo XX (casi medio millar de obras, de las cuales 200 fueron de divulgación) “Escribir sobre ciencia es importante para introducir a las personas comunes a los avances de la ciencia que se producen gracias a sus impuestos. Y también, para informar a los propios científicos sobre lo que hacen otros. En ciencia, hoy, todo el mundo sabe tanto como una persona común.” Carl Sagan (1934-1996) Astrónomo y divulgador científico. La serie televisiva “Cosmos” lo lanzó a la fama. Y el libro “Cosmos” (1980) fue tal vez el libro de ciencia más vendido de la historia. “La divulgación científica tiene éxito si, de entrada, no hace más que encender la chispa del asombro”. “Hay una selección natural de metáforas, imágenes, analogías y anécdotas. Se puede llegar casi a cualquier parte si se camina por un sendero bien pavimentado que el público pueda recorrer.” Stephen Jay Gould (1941-2002) Paleontólogo y divulgador de la evolución. Autor de verdaderos clásicos de la divulgación, como “El pulgar del panda”, “La sonrisa del flamenco” y “La vida maravillosa”. “Los conceptos de la ciencia, con toda su riqueza y ambigüedad, pueden ser presentados sin ninguna simplificación que se considere distorsión, en un lenguaje accesible a cualquier persona inteligente”. Ideario moderno de la divulgación Saber de ciencia ayuda a entender la vida y a tomar decisiones. La divulgación de ciencia es una actividad creativa. Hay que escribir o comunicar en un lenguaje comprensible. Hay que escribir y comunicar con un buen uso del lenguaje. No basta con informar: hay que motivar, entretener, inspirar. Ideario moderno de la divulgación Hay que encontrar el equilibrio entre el rigor científico y la simplificación. Divulgar no significa distorsionar. Hay que convencer a los científicos sobre el valor y la importancia de divulgar. La ciencia ayuda al desarrollo de país. Y una sociedad informada será más propensa a apoyar la ciencia. El periodista científico Profesional que selecciona, procesa y transmite informaciones de actualidad referidas a temas de ciencia y tecnología, a través de los medios de comunicación masiva. Profesional que utiliza los medios como canal de divulgación científica. Objetivos del “Grupo Argentino de Escritores Científicos” (1951) Propender a la máxima difusión de la ciencia en general, y de todas sus ramas puras y aplicadas. Velar por la mayor seriedad y exactitud de las noticias científicas que se proporcionen al público a través de los grandes medios de información: libro, periódico, cine, radio y televisión. Objetivos del “Grupo Argentino de Escritores Científicos” (II) Lograr que en esos medios de información la ciencia ocupe un amplio espacio. Adoptar todas las medidas tendientes a facilitar la tarea y elevar el nivel del personal responsable que tenga a su cargo la difusión de noticias científicas: periodistas y corresponsales científicos, asesores y traductores científicos, etc. Arístides Bastidas (1924-1992) Periodista venezolano. Director de la página de ciencia (“La ciencia amena”) del diario El Nacional de Caracas, durante 20 años, y autor de más de 20 libros. "El oficio de nosotros, los periodistas, no es el de oscurecer las aguas para que parezcan profundas, usando un lenguaje ininteligible; es todo lo contrario, llevar claridad a donde existe confusión y llamar las cosas por el nombre con el que la conoce el pueblo". Jacobo Brailovsky (1906-2005) Médico y periodista de La Nación, donde hacía “La ciencia en pocos trazos”: un resumen semanal de 15 líneas. Fundador y presidente de la Asociación Argentina de Periodistas Científicos. “Me dieron un cargo de reportero. Pero yo tenía la ventaja de tener algunos conocimientos científicos y empecé a escribir sobre (…) enfermedades y epidemias.” Enrique Belocopitow (1926-2007) Químico del Conicet, discípulo de Luis F. Leloir y fundador del Programa de Divulgación Científico y Técnica (CyT) del Instituto Leloir. “Un país en el que el pueblo y las autoridades son concientes de que el progreso del país depende de la aplicación y del conocimiento de la ciencia, es distinto de otro que considera que la ciencia es un adorno y no sirve para nada.” Leloir gana el Nobel de Química (1970) La ciencia en los periódicos argentinos (I) El Telégrafo Mercantil, el primer periódico impreso del Virreinato, sacó 110 números entre 1801 y 1802. Los artículos sobre ciencias trataban sobre aplicaciones tecnológicas, y ocasionalmente, hallazgos de restos de “humanos gigantes”. Fenómeno (Telégrafo Mercantil, 15/8/1802) Los primeros periodistas tenían en claro la función de servicio En los periódicos virreinales, no existía frontera entre el discurso profesional y la discusión pública. El Telégrafo Mercantil, por ejemplo, traía información de epidemias y difundía medidas preventivas y curativas (por ejemplo, “aceite de palo” para el “mal de los siete días”). La ciencia en los periódicos argentinos (II) En 1804, el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio cuenta que la combinación química del hidrógeno y el oxígeno forma el agua. En 1818, la Gazeta de Buenos Aires publica una carta del naturalista Aimeé Bompland sobre el análisis de una muestra de cochinilla. En 1821, El Curioso, periódico científico, literario y económico, promete que “al tratar las ciencias (v.g. la medicina) prescindiremos de su forma didáctica y polémica, y las tocaremos puramente por aquella parte que tiene aplicación útil”. Primeros conflictos medios-médicos El Correo de Comercio, en 1810, publicó una nota sin firma que contaba la hipótesis de un médico francés según la cual la hidrofobia estaba causada “por la imaginación”. Meses más tarde, en una carta, el médico Justo García y Valdés protesta por la publicación: dice que la nota no tiene sustento y atenta contra la prevención y tratamiento de la enfermedad. La ciencia en los periódicos argentinos (III) En 1848, el médico y paleontólogo Francisco Muñiz publica en la Gaceta Mercantil el hallazgo de un félido fósil con grandes colmillos. El 23 de marzo de 1883, La Nación publica el hallazgo del primer dinosaurio de América del Sur. La nota es breve y no tiene ni siquiera título. La Nación, 23 de marzo de 1883 La ciencia en los periódicos argentinos (IV) Los descubrimientos de los rayos X (1895) y la radioactividad (1896) pasaron inadvertidos en los periódicos porteños. Pero el 18 de noviembre de 1899, Caras y Caretas relata: “El General Roca, que nunca había experimentado los rayos Roentgen, quiso ver su mano a través de ellos. Como el doctor Ferreyra notara que en el dedo pulgar de la derecha había una desviación en el carpo, el General la atribuyó al manejo de la espada, obligatorio en su profesión.” La ciencia en los periódicos argentinos (V) En noviembre de 1919, La Prensa y La Nación dieron las primeras noticias sobre Einstein, dos días después del célebre titular de The Times (Londres) que lo lanzaría a la fama: “Revolución en ciencia. Nueva teoría del universo. Ideas newtonianas derribadas”. “Las leyes de Newton / Resultados de las observaciones del último eclipse solar”. “En los círculos científicos despiertan el más vivo interés los resultados de las observaciones astronómicas del último eclipse solar de mayor último. (…) Según parece, verifican y comprueban una de las leyes de deflexión expuestas por el profesor Suizo Einstein, cuyas nuevas teorías sobre el universo modifican completamente las leyes de Newton.” Conclusiones El periodismo científico comparte gran parte del ideario de la divulgación científica. Tanto en los medios como en los trabajos científicos, no había una brecha marcada entre el lenguaje técnico y el cotidiano. Y se podía publicar un hallazgo en un diario en lugar de una revista científica. Los medios argentinos, desde sus orígenes, dieron espacio (aunque esporádico) a temas científicos. Sólo a partir de las décadas del `80 y `90 se consolidaron suplementos y secciones fijas de ciencia, medicina y tecnología.